El documento discute la diferencia entre observaciones y opiniones, y cómo expresar opiniones de manera efectiva. Las observaciones son declaraciones factuales sobre hechos concretos, mientras que las opiniones son juicios subjetivos. Para que las opiniones sean efectivas, deben expresarse en primera persona y con humildad, reconociendo su naturaleza subjetiva en lugar de presentarlas como verdades absolutas. Las opiniones efectivas también deben estar fundamentadas por observaciones y explicar su razonamiento lógico.
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El documento discute la diferencia entre observaciones y opiniones, y cómo expresar opiniones de manera efectiva. Las observaciones son declaraciones factuales sobre hechos concretos, mientras que las opiniones son juicios subjetivos. Para que las opiniones sean efectivas, deben expresarse en primera persona y con humildad, reconociendo su naturaleza subjetiva en lugar de presentarlas como verdades absolutas. Las opiniones efectivas también deben estar fundamentadas por observaciones y explicar su razonamiento lógico.
Descripción original:
conceptos elaborador a partir del modelo de liderazgo consciente de Fred Kofman
El documento discute la diferencia entre observaciones y opiniones, y cómo expresar opiniones de manera efectiva. Las observaciones son declaraciones factuales sobre hechos concretos, mientras que las opiniones son juicios subjetivos. Para que las opiniones sean efectivas, deben expresarse en primera persona y con humildad, reconociendo su naturaleza subjetiva en lugar de presentarlas como verdades absolutas. Las opiniones efectivas también deben estar fundamentadas por observaciones y explicar su razonamiento lógico.
El documento discute la diferencia entre observaciones y opiniones, y cómo expresar opiniones de manera efectiva. Las observaciones son declaraciones factuales sobre hechos concretos, mientras que las opiniones son juicios subjetivos. Para que las opiniones sean efectivas, deben expresarse en primera persona y con humildad, reconociendo su naturaleza subjetiva en lugar de presentarlas como verdades absolutas. Las opiniones efectivas también deben estar fundamentadas por observaciones y explicar su razonamiento lógico.
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Observaciones y opiniones
La expresión de opiniones en forma inconsciente tiene efectos altamente
perniciosos; sin embargo, es una de las prácticas más usuales en las organizaciones. A menudo, nuestros intentos de trabajar en equipo o vivir en comunidad dan como resultados discordias y resentimientos. Tal vez por eso las encuestan revelan una y otra vez que uno de los problemas más serios que enfrentan las empresas son los que tienen que ver con la comunicación. Comunicarse no es intercambiar palabras. La comunicación es la forma como los seres humanos coordinan acciones para hacer que su efectividad conjunta supere la suma de sus habilidades individuales. Uno de los problemas fundamentales de la comunicación es la confusión entre observaciones (hechos) y opiniones (juicios). Cuando las personas presentan sus interpretaciones como si fueran verdades absolutas, es imposible operar con efectividad. Cuando cada interlocutor cree que su opinión es la única verdad, la conversación se vuelve una lucha por la razón y el objetivo inicial de maximizar la eficiencia del conjunto y el bienestar de cada uno de los participantes, queda relegado. El nuevo objetivo es demostrar que uno está en lo correcto y que los demás están equivocados. Proponemos un modelo comunicacional que en vez de estar centrado en la verdad, está centrado en la efectividad. ¿cuáles son observaciones y cuáles son opiniones? La silla es roja. Vicente tiene 35 años. Marcos está en su oficina. La silla es elegante. El informe es corto. Marcos está en problemas. El propósito de una observación es establecer un escenario común, aceptado como base por todos los interlocutores. Las observaciones permiten generar una imagen compartida de la realidad en la que se encuentran los participantes de la conversación. Las observaciones son declaraciones que cualquier miembro de una comunidad biolinguística puede identificar, sin lugar a dudas, como verdaderas o falsas. Una comunidad biolinguística es un grupo de personas que comparten una misma condición biológica y un mismo lenguaje. Una observación efectiva está fundamentada en evidencias aportadas por la experiencia del observador y se asienta en la realidad sensorial de los interlocutores. Una observación efectiva es verdadera y esto ocurre si las palabras son congruentes con la experiencia sensorial de los interlocutores. Una observación efectiva es experimentable. Cuando en una conversación uno se encuentra discutiendo en forma teórica sobre hechos fácticos, conviene abandonar el razonamiento abstracto y salir a buscar datos concretos, experimentales. Una observación efectiva tiene sentido. Para que esto ocurra, los interlocutores tienen que compartir estándares. Muchos problemas conversacionales ocurren cuando el orador y el oyente suponen incorrectamente que comprenden el contexto de sentido del otro. En EEUU un billón es mil millones y aquí un billón es un millón de millones. En Japón “sí” no significa “estoy de acuerdo” sino “lo escucho”. Una observación efectiva es relevante. La selección de lo relevante ocurre a menudo en forma inconsciente. Distintos modelos mentales harán relevantes (lo destacarán del trasfondo) distintos hechos, aun cuando se enfrentes a la misma situación. Las observaciones efectivas alientan al aprendizaje. El aprendizaje mutuo facilita que los interlocutores accedan a un nivel de entendimiento más profundo, al permitirles integrar sus experiencias y coordinar sus acciones. Una opinión es una expresión de una interpretación personal o una declaración de su posición con respecto al mundo. Es un juicio, está dicho desde la perspectiva de quien habla. Las opiniones son subjetivas. No se refieren al mundo sensorialmente experimentable, sino a la evaluación que el observador hace de ese mundo. El ser humano es un permanente emisor de opiniones o juicios. No todas las opiniones son conscientes. Algunas son útiles y efectivas, otras son tóxicas. Al evaluar que una opinión es contraproducente, uno puede desterrarla a la columna izquierda. Mantener en silencio los juicios tóxicos nos evita ciertos problemas. Pero al no compartir toda la información relevante los verdaderos problemas no salen a la luz, las relaciones se vuelven superficiales e hipócritas y las personas comprometen su integridad. Saber evaluar y expresar las opiniones en forma productiva es una competencia crítica para la supervivencia laboral y hasta biológica. Las opiniones son extraordinariamente poderosas porque abren posibilidades de acción. Pero ojo. Dada su naturaleza subjetiva, una opinión no es válida en forma inmediata para todos los miembros de una comunidad. Cuando las personas tratan las opiniones como si fueran observaciones verdaderas, la conversación suele degenerar en una confrontación. Hay dos fuentes de disputa: primero, se encuentra en juego la autoestima de los interlocutores y su deseo de tener razón. Segundo, la opinión pre orienta las acciones futuras “razonables”. Al argumentar en defensa de una opinión, se está justificando un curso de acción. Y los conflictos así nacen, no en la diferencia de opiniones, sino en la diferencia de acciones que provocan. Hace calor/hace frío. El propósito de una opinión es evaluar la realidad con la que se enfrenta el sujeto, de acuerdo con sus deseos e intereses. La opinión establece una posición personal respecto a la situación que uno encuentra y las respuestas posibles dados sus intereses y objetivos. Como las observaciones, apuntan a la acción. Una opinión efectiva permite a quien la emite y a quien la escucha actuar con eficacia y eficiencia. Las opiniones son fundamentales para la coordinación de acciones. Actuamos según como interpretamos la situación, así que para operar en armonía, necesitamos primero armonizar dichas interpretaciones. Tomar decisiones conjuntas requiere que ambos acuerden primero realizando un análisis detallado de aquellas opiniones en que desacuerdan. Las opiniones efectivas buscan ser válidas, no verdaderas. No hay un mundo externo inmediatamente experimentable por cualquier miembro de la comunidad con el cual la opinión necesita concordar, como sí ocurre con las observaciones. Uno puede comprobar si Marcos está o no está en su oficina. Pero cuando opina que Marcos está en problemas ¿en qué realidad existe el problema? Las opiniones efectivas son propiedad de quién las expresa. Cuando decimos “hace calor” estamos expresando nuestra sensación térmica y no describiendo la temperatura ambiente. Si hace 19 grados no hace ni calor ni frío, hace 19 grados. La validez de la opinión no se basa en su congruencia con mundo externo sino en la congruencia entre la declaración y el estado de conciencia de quién la expresa. En realidad no hace calor, tengo calor. Hablar en primera persona implica revelar parte de sí mismo. Cuando digo “este trabajo es difícil” puedo mantenerme al margen de mi opinión. Cuando reconozco “no sé cómo hacer este trabajo”, es imposible separarme de la situación. En general uno llama difícil a lo que no sabe hacer, bonito a lo que le gusta y sensato al que opina parecido a mi. Podés sentirte más a salvo al esconderte como sujeto, pero la única manera de expresar la verdad propia sin imponerla sobre los otros como verdad absoluta, es reconocer la naturaleza subjetiva de toda opinión. Esto se llama apropiación. Apropiarse de una opinión significa expresarla en primera persona. Esto lleva a expresarla con una dosis de humildad, sin absolutismos. Cuando el padre dice: “es hora de ir a la cama” parece estar describiendo una verdad objetiva. Pero ese es un eufemismo para decir “quiero que te vayas a dormir ahora”. ¿por qué papá? Puede preguntar el niño. En la respuesta se juega la ética de la relación padre/hijo. Si respondo: “porque es hora” implica hacer una demanda de obediencia ontológica. No es un pedido de obediencia personal a la voluntad paterna, sino una solicitud de obediencia trascendente a la verdad universal revelada por el padre, que simplemente actúa como vocero de la autoridad suprema. Si le digo a mi hijo que quiero que se vaya a la cama porque me importa que mañana esté con sueño y no pueda hacer sus tareas, estoy respetando su consciencia. El chico puede argumentar que no le importa y responderle ahí te vas a acostar porque yo te lo pido es ejercitar una autoridad responsable. Es menos autoritario que decir que Dios lo determina, que los niños buenos se van a dormir temprano. Me hago cargo. ¿cómo traslado esto al mundo laboral en la relación jefe/empleado? La técnica más sencilla para apropiarse de una opinión es introducirla con un “pienso que” o “creo que”, cambiar el verbo ser por el verbo parecer y agregar el pronombre en primera persona ¿practicamos? El lenguaje no es inocente. Esta técnica es de corto alcance. El verbo copulativo (ser, estar, parecer, etc) es inadecuado aún en la posición subordinada. Ej: es mejor decir me parecés tonto que sos tonto, pero es muy difícil que el supuesto tonto esté de acuerdo. ¿por qué es tonto? Porque no acuerda con lo que yo digo o porque no entiendo lo que dice. Entonces es más efectivo decir eso. Las opiniones efectivas están basadas en observaciones verdaderas. Los datos no prueban la opinión, sólo la fundamentan. La acumulación de datos no puede demostrar la verdad de una opinión, porque las opiniones no son verdaderas o falsas. Por otro lado, la falta de datos no invalida la opinión. Las opiniones efectivas se derivan a través de procesos lógicos. Una opinión surge de comparar observaciones o inferencias con estándares. Una opinión efectiva compromete a quien la emite a ofrecer un razonamiento comprensible para el otro, quien puede comparar los datos que tiene con los criterios de evaluación explicitados. O al menos compromete a reconocer que es por intuición. Las opiniones efectivas son expresadas por quién está autorizado a hacerlo. La validez de un juicio está conectada con la autoridad propia o delegada de quién lo emite. Un árbitro dice si una jugada es para penal, no es válido si lo dice un jugador. Un jefe puede realizar una evaluación formal. Un empleado puede evaluar a un jefe, si se lo habilita. El permiso para evaluar es sumamente poderoso. Las opiniones efectivas influyen en la acción efectiva. Si creo que un candidato a un trabajo está más calificado que otro, le daré prioridad. Una opinión efectiva sugiere un curso de acción. Mientras que las observaciones se refieren al pasado, las opiniones relacionan el pasado con el futuro. El pasado es la base fáctica de toda opinión efectiva. Por otro lado, el ser humano opina porque está preocupado por el futuro. Es en el futuro cuando las consecuencias de las acciones tienen lugar, cuando los objetivos serán alcanzables o no. El juicio es una generalización que expando lo conocido hacia lo desconocido. Confío o no en un empleado en base a sus conductas pasadas. Pero ningún juicio ofrece certezas. No puedo aferrarme a observaciones del pasado, debo revisar el contexto, para ver si hubo cambios que no tuve en cuenta. Un área particularmente fértil para los malentendidos y los problemas es la de los juicios sobre las personas. Las caracterizaciones, es decir los juicios sobre las personas son útiles pero también peligrosas cuando se expresan con la arrogancia de la certeza. Tomar una caracterización como una descripción de una parte sustantiva del ser humano, lleva a supone en forma rígida que su conducta pasada determina su comportamiento futuro. Pero el ser humano cambia, gracias a Dios. Aseverar con arrogancia que uno SABE lo que otra persona ES y lo que HARA, implica olvidar que el otro es un TU para transformarlo en un ESO. Quien aplica caracterizaciones tóxicas a otros suele aplicárselas a sí mismo. Creer que uno ES bueno es tan peligroso como creer uno ES malo. Aquellos que viven en el mundo de las opiniones inconscientes generalmente son presa fácil de ataques a su autoestima, porque se cosifican a sí mismos del mismo modo que cosifican a los demás. Tomar las caracterizaciones como observaciones congela a las personas. Si opino que José ES mediocre, esta caracterización implica que la mediocridad es una característica intrínseca e inmutable de José. Si interpreto la mediocridad de José como una observación y no como un juicio, pensaré que José es un objeto estático incapaz de cambiar. Ser mediocre, sin embargo, no es una propiedad de José, es solo una opinión tuya, desde tu particular punto de vista, fundada en tu experiencia y en un ámbito restringido y orientado por tus intereses y preocupaciones. Otra persona podría considerar a José sobresaliente, aún partiendo de las mismas observaciones. Si lo considero una opinión, abro la posibilidad de aprendizaje: José puede haberse comportado como un mediocre para mi estándar hasta ahora, pero puede aprender a comportarse excelentemente en el futuro. Es importante que tengamos en cuenta que nuestras caracterizaciones crean identidad social. Si pienso que José es un mediocre y lo expreso públicamente, estoy alentando a que se cierren las posibilidades de José para un ascenso, por ejemplo. La clave para el diseño de la identidad pública es comprender que la identidad no es algo que tienen en el interior y que los demás descubren, sino que se produce mediante acciones. Si creo que carezco de liderazgo o creatividad corro el riesgo de quedar atrapado en la incompetencia. Liderazgo o creatividad son juicios de una comunidad sobre la capacidad de uno para realizar ciertas acciones forma efectiva. Puedo preguntarme qué competencias necesito desarrollar para actuar de manera que los demás me juzguen como creativo o líder. Esta pregunta abre un espacio para el aprendizaje y la transformación. Las caracterizaciones implican riesgos pero son necesarias para orientarse en el mundo. La clave es apropiarse de las caracterizaciones y tratarlas con humildad y cuidad, al igual que otras interpretaciones, sabiendo que no son verdaderas o falsas, sino efectivas o destructivas. Confrontación versus reprobación. La confrontación sirve para corregir problemas de desempeños, desarrollar compromiso y mantener relaciones saludables. Al confrontar uno se orienta hacia el problema específico, se concentra en el comportamiento. Confrontar a alguien implica respetarlo, tomarlo con seriedad. La confrontación es concreta, se sustenta en hechos, tiene parámetros explícitos, razonamientos discutible y su objetivo es la resolución de problemas. La reprobación es general y abstracta, se sustenta en opiniones y parámetros implícitos y razonamientos cerrados, no discutibles. Su objetivo es la culpa. La confrontación determina una llamada a la acción a través de pedidos y compromisos. La reprobación exige sumisión y se basa en dar órdenes.