La Creacion Del Universo 1st Vrs
La Creacion Del Universo 1st Vrs
La Creacion Del Universo 1st Vrs
HARUN YAHYA
ACERCA DEL AUTOR
GLOBAL PUBLISHING
Gursel Mah. Darulaceze Caddesi No: 9
Funya Sk. Eksioglu Is Merkezi B Blok D. 5
Okmeydani-Estanbul / TURQUIA
+90 212 3208600
w w w . h a r u n y a h y a . c o m
AL LECTOR
INTRODUCCION ........................................................................7
EL COLAPSO CIENTIFICO DEL MATERIALISMO
CAPITULO 1 ................................................................................11
LA CREACION DEL UNIVERSO DE LA NADA
CAPITULO 2 ................................................................................22
EL EQUILIBRIO EN LA EXPLOSION
CAPITULO 3 ................................................................................31
LA ARMONIA DE LOS ATOMOS
CAPITULO 4 ................................................................................44
EL ORDEN EN LOS CIELOS
CAPITULO 5 ................................................................................56
EL PLANETA AZUL
CAPITULO 6 ................................................................................75
EL DESIGNIO EN LA LUZ
CAPITULO 7 ................................................................................92
EL DESIGNIO EN EL AGUA
CAPITULO 8 ................................................................................107
LOS ELEMENTOS DE LA VIDA ESPECIALMENTE CONCEBIDOS
CONCLUSION ............................................................................122
UNA EXHORTACION A LA RAZON
APENDICE ....................................................................................127
EL ENGAÑO DEL EVOLUCIONISMO
I N T R O D U C C I O N
EL COLAPSO
CIENTIFICO DEL
MATERIALISMO
El Materialismo:
Una Falacia Del Siglo XIX
La realidad de la creación de la que hablamos ha sido negada o ignorada desde
un principio por un particular punto de vista filosófico que se llama »materialismo«.
Dicha filosofía, formulada inicialmente por los griegos de la antigüedad, se ha
presentado luego también en otras culturas de época en época. La misma sostiene que
LA CREACION
DEL UNIVERSO
DE LA NADA
EL EQUILIBRIO EN
LA EXPLOSION
La Aceleración En La Explosión
La gente que oye hablar del Big Bang no considera el tema en profundidad, no
piensa acerca del plan extraordinario que debe yacer detrás de esta explosión. Eso se
debe a que la idea de explosión no sugiere armonía, planificación u organización para
EL EQUILIBRIO EN LA EXPLOSION 23
la mayoría de las personas. En realidad, hay una serie de aspectos muy enigmáticos
en el intrincado orden del Big Bang.
Una de esas cosas confusas tiene que ver con la aceleración provocada por la
explosión. Cuando ésta tuvo lugar, la materia tuvo que haber empezado a moverse,
seguramente, a cierta velocidad en todas las direcciones. Pero hay otro punto al que
tenemos que prestar atención: también debe haber existido una gran fuerza de
atracción en el primer momento de la explosión, es decir, la gran fuerza de atracción
o gravitatoria existente como consecuencia de tener a toda la materia del universo
reunida en un punto.
Aquí operan dos fuerzas distintas y opuestas. La energía de la explosión,
sometiendo a la materia a la fuerza centrífuga, y la fuerza de atracción, intentando
resistir a la anterior y presionando por juntar todo de nuevo.
El universo pasó a existir porque esas dos fuerzas estaban equilibradas. Si la
fuerza de atracción hubiese sido mayor que la centrífuga, el universo hubiera
colapsado, se habría juntado en un punto. Si hubiese sido cierto lo opuesto, la materia
se habría esparcido en todas direcciones, de una manera que nunca se uniría
nuevamente.
Entonces, ¿cuán sensible es este equilibrio?
¿Cuánta »separación« o »diferencia« podía haber
existido entre esas dos fuerzas?
El físico matemático Paul Davies, profesor en
la Universidad Adelaide de Australia, realizó
prolongados cálculos de las condiciones que deben
haber existido al producirse el Bing Bang y
concluyó con un resultado que sólo se puede
describir como pasmoso. Según Davies, si la
velocidad de expansión hubiese diferido en más
Paul Davies: "La evidencia es
de 10-18 segundos (un quintillonésimo de segundo) suficientemente contundente
no habría existido el universo. Davies describe su como para reconocer la
conclusión: »Medidas cuidadosas ponen la existencia de un designio
cósmico consciente".
velocidad de expansión muy cercana al valor crítico
en el cual el universo escapa a su fuerza de
gravedad y se expande para siempre. Si esa velocidad de expansión hubiese sido un
poco más lenta, el cosmos hubiera colapsado; y si hubiese sido un poco mayor el
material cósmico se habría dispersado completamente hace tiempo. Es interesante
preguntar específicamente cuán delicadamente ha sido »ajustada« la velocidad de
expansión para ubicarse en esa estrecha línea divisoria entre dos catástrofes. Si en un
tiempo de 1 seg (por medio del cual el tiempo patrón de expansión ya fue firmemente
establecido) la velocidad de expansión hubiese diferido de su valor real en más de
10-18, habría sido suficiente para eliminar el equilibrio. La fuerza explosiva del
universo es así igualada, con una exactitud casi increíble, a su fuerza gravitatoria. El
EL EQUILIBRIO EN LA EXPLOSION 25
Las Cuatro Fuerzas
La aceleración de la explosión del Big Bang es sólo uno de los notables
equilibrios en el momento incial de la creación. Inmediatamente después del Big
Bang, las fuerzas que apuntalaron y organizaron el universo en el que vivimos, tenían
que ser numéricamente »correctas«, pues de otro modo no habría existido. Las
»fuerzas fundamentales« reconocidas por la física moderna son cuatro. Toda
estructura y movimiento en el universo es gobernado por esas cuatro fuerzas,
conocidas como de gravedad, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil. Estas
dos últimas operan únicamente a escala atómica. Las otras dos gobiernan la
asociación o reunión de los átomos, en otra palabras, la »materia«. Estas cuatro
fuerzas fundamentales entraron en acción inmediatamente como consecuencia del
Big Bang y condujeron a la creación de los átomos y de la materia.
Una comparación de esas fuerzas es ilustrativa, porque sus valores son
sorprendentemente distintos entre sí. A continuación se dan unidades normales
internacionales:
Fuerza nuclear fuerte 15
Fuerza nuclear débil 7.03 x 10-3
Fuerza electromagnética 3.05 x 10-12
Fuerza gravitatoria 5.90 x 10-39
Advirtamos cuán grandes son las diferencias en las intensidades de las cuatro
fuerzas fundamentales. ¡La razón entre la más potente (fuerza nuclear fuerte) y la más
débil (fuerza gravitatoria) es aproximadamente igual a una cifra constituida por el
número 25 seguido de treinta y ocho ceros! ¿A qué se debería esto?
A esta cuestión se refiere el biólogo molecular Michael Denton en su libro El
Destino de la Naturaleza: »Si, por ejemplo, la fuerza gravitatoria fuese un billón de veces más
potente, entonces el universo sería mucho más pequeño y su vida histórica mucho más corta.
Una estrella promedio tendría una masa un billón de veces menor a la del sol y un período de
vida de cerca de un año. Por otra parte, si la gravedad hubiese sido menos intensa, nunca se
hubiese formado ninguna estrella o galaxia. Las otras relaciones o valores no son menos
críticos. Si la fuerza fuerte hubiese sido levemente más débil, el único elemento estable sería el
hidrógeno. No podría existir ningún otro átomo. Si hubiese sido
levemente más potente en relación al electromagnetismo,
entonces un rasgo estable del universo solo sería un núcleo
atómico consistente en dos protones, lo que significaría que no
EL EQUILIBRIO EN LA EXPLOSION 27
PROBABILIDAD DE QUE APAREZCA UN UNIVERSO DONDE SE
PUEDA CONSTITUIR LA VIDA
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EL EQUILIBRIO EN LA EXPLOSION 29
conclusión de que el universo no pudo haber pasado a existir por casualidad, son los
mismos que defienden la filosofía materialista. Científicos como Paul Davies, Arno
Penzias, Fred Hoyle y Roger Penrose, no son hombres piadosos y, ciertamente,
mientras desarrollaban su trabajo, no abrigaban ninguna intención de probar la
existencia de Dios. Está claro que llegaron a esa conclusión de modo prácticamente
involuntario.
El astrónomo norteamericano George Greenstein confiesa esto en su libro El
Universo Simbiótico: »¿Cómo podría admitirse esta posibilidad (que las leyes de la física se
ajusten por sí solas a la vida)?… Mientras investigamos todas las evidencias, el pensamiento
nos plantea insistentemente que una acción sobrenatural —o más bien una Acción—debe estar
involucrada. ¿Es posible que repentinamente, sin tener la intención, nos tropecemos con
pruebas científicas de la existencia de un Ser Supremo? ¿Fue Dios quien intervino, y así,
providencialmente, moldeó el cosmos para nuestro beneficio?«27.
Como ateo, Greenstein desprecia la verdad manifiesta. Pero de todos modos no
puede dejar de sorprenderse. Otros científicos menos prejuiciosos, en cambio, admiten
de buena gana que el universo debe haber sido diseñado especialmente para que la
humanidad viva en él. El astrofísico norteamericano Hugg Ross finaliza su artículo El
Designio y el Principio Antrópico con estas palabras: »Un Creador inteligente,
trascendente, debe haber hecho existir el universo. Un Creador inteligente, trascendente, debe
haber proyectado el universo. Un Creador inteligente, trascendente, debe haber concebido el
planeta Tierra. Un Creador inteligente, trascendente, debe haber dispuesto la vida«28.
La ciencia prueba así la realidad de la creación. Ciertamente, Dios existe y El ha
creado todo lo que nos rodea, lo visible y lo oculto. El es el único Creador del
extraordinario y destacado equilibrio y el diseñador de los cielos y de la Tierra.
Eso ha sucedido de tal manera, que hoy día el materialismo tiene el sabor de un
sistema de creencia no científica, supersticiosa. El genetista norteamericano Robert
Griffiths remarcó burlonamente: »Si necesitamos un ateo para el debate, voy a ir al
departamento de filosofía. El departamento de física no sirve de mucho«29.
Para resumir: cada ley física y cada constante física en este universo ha sido
proyectada específicamente para que los seres humanos sean capaces de existir y
vivir. En su libro El Modelo Cósmico, Davies dice dicha verdad en el último parágrafo,
titulado »La Impresión del Designio es Abrumadora«30.
Indudablemente, la concepción del universo es evidencia de la potestad de Dios
para establecerlo. Esos equilibrios precisos, todos los seres humanos y otras criaturas,
son la evidencia del poder supremo y acto de creación de Dios. Este resultado
descubierto por la ciencia moderna es la puesta al día de una verdad revelada en el
Corán hace catorce siglos.
Vuestro Señor es Dios, Que ha creado los cielos y la tierra en seis días. Luego, se
ha instalado en el Trono. Cubre el día con la noche, que le sigue rápidamente. Y el
sol, la luna y las estrellas, sujetos por Su orden. ¿No son Suyas la creación y el
orden? ¡Bendito sea Dios, Señor del Universo! (Corán, 7:54)
LA ARMONIA DE
LOS ATOMOS
L Bang tuvo lugar hace unos 17 mil millones de años. Toda la materia que
constituye el universo fue creada de la nada pero con el designio
maravilloso acerca del que hablamos en los dos primeros capítulos. De
todos modos, el universo que emergió del Big Bang podría haber sido muy
diferente de éste en el que aparecimos nosotros.
Por ejemplo, si los valores de las cuatro fuerzas fundamentales hubiesen
resultado distintos, el universo habría consistido solamente de radiación y se habría
vuelto un tejido de luz sin estrellas, galaxias, seres humanos y otras cosas. Gracias al
extraordinario equilibrio perfecto de esas cuatro fuerzas, pasaron a existir los
»átomos«, es decir, los »ladrillos« de lo que llamamos »materia«.
Los científicos también están de acuerdo en que los dos primeros elementos más
simples —el hidrógeno y el helio— comenzaron a formarse durante los primeros
catorce segundos después del Big Bang. Los elementos se formaron como resultado
de una reducción en la entropía universal, que estaba causando que la materia se
disperse por todas partes. En otras palabras, el universo fue al principio un
amontonamiento de átomos de helio e hidrógeno. Si hubiese permanecido así, no
habrían existido las estrellas, los planetas, las piedras, el suelo, los árboles o los seres
humanos. Habría sido un universo inanimado, exánime, formado por sólo esos dos
elementos.
Pero el carbono, el elemento fundamental de la vida, es mucho más pesado que
el hidrógeno y el helio. ¿Cómo pasó a existir?
Al investigar para responder a ello, los científicos se toparon con uno de los
descubrimientos más sorprendentes del siglo XX.
Neutrón
Protón (+)
tiene carga negativa. En todos los átomos existe el mismo número de electrones y
protones. Sin embargo, a diferencia de los neutrones y protones, los electrones no
están colocados en el núcleo sino que se mueven alrededor de éste a una velocidad
muy elevada que mantiene separadas las cargas del átomo.
La diferencia en la estructura atómica (el número de protones y electrones) es lo
que hace a los elementos distintos uno del otro.
Una norma crucial de la química (clásica) es que los elementos no se pueden
transformar uno en otro. Cambiar o transformar el hierro (con 26 protones) en plata
(con 18 protones) requiere sacar ocho protones del núcleo del átomo de hierro. Pero
los protones están unidos por la fuerza nuclear fuerte y el número de protones en un
núcleo solamente puede modificarse por medio de reacciones nucleares, cosa no
posible para nosotros en las condiciones normales terrestres, pues las reacciones aquí
son químicas y dependen del intercambio de electrones, sin afectar al núcleo.
En la Edad Media existió una »ciencia« llamada »alquimia«, predecesora de la
química moderna. Los alquimistas, al desconocer la tabla periódica o la estructura
atómica de los elementos, pensaban que era posible transformar un elemento en otro.
(Un objetivo perseguido, por motivos fáciles de entender, era transformar el hierro en
oro). Ahora sabemos que lo que intentaban los alquimistas era imposible en
condiciones normales como las de la Tierra: las temperaturas y presiones requeridas
para esa transformación son demasiado enormes como para alcanzarlas en un
laboratorio terrestre. Pero es posible si se dispone del lugar correcto para hacerlo.
Y el lugar correcto resulta que está en el corazón de las estrellas.
Protones Y Electrones
Hasta ahora hemos examinado cuestiones concernientes a las fuerzas que
afectan los núcleos atómicos. Pero en el átomo hay otro equilibrio importante que
(-) Electrón
piedras, personas y otras, estallarían si las dos cargas difiriesen tan sólo en 1/1011. Estructuras
más grandes, como la Tierra y el Sol, requieren para su existencia un equilibrio aún más
perfecto que el de 1/1018« 42.
Aquí nos encontramos con otro ajuste primoroso que prueba que el universo
está creado y diseñado con una intención, un propósito particular. Como sostiene
John D. Barrow y Frank J. Tipler en su libro El Principio Cosmológico Antrópico, »hay un
gran designio en el universo que favorece el desarrollo de la vida inteligente«43.
Por supuesto, todo diseño prueba la existencia de un »diseñador« consciente.
Éste es únicamente Dios, »el Señor de todos los mundos«, descrito en el Corán como
la única Autoridad, Quien creó el universo de la nada y lo diseñó y moldeó como El
deseó. Dice el Corán: …El edificó el cielo. Alzó su bóveda y le dio forma armoniosa.
(Corán, 79:27-28)
Gracias a los equilibrios extraordinarios que hemos visto en este capítulo, la
materia puede permanecer estable. Y esa estabilidad es la evidencia de la perfección
de la creación de Dios, como se revela en el Corán:
Y entre sus Signos está el que los cielos y la tierra se sostengan por una orden
Suya... (Corán, 30:25)
EL ORDEN EN LOS
CIELOS
Entropía Y Orden
Con el objeto de comprender el concepto de orden en el universo, necesitamos
hablar, en primer lugar, de la Segunda Ley de la Termodinámica, una de las leyes
físicas del universo fundamentales. Esta ley dice que, abandonados a ellos mismos,
los sistemas se vuelven inestables y menos organizados con el transcurso del tiempo.
Esta ley es llamada también Ley de Entropía. En física se denomina entropía a la
cantidad de desorden de un sistema (la cantidad de energía degradada que ya no
puede operar). La transición de un sistema de una condición estable a otra inestable
está en concordancia con el incremento de su entropía. La inestabilidad está
directamente relacionada a la entropía de ese sistema.
Podemos observar muchos ejemplos comunes de esto en nuestras vidas diarias.
Si se abandona un automóvil en un lugar a la interperie durante un año o un par de
meses, por cierto que no se puede esperar que cuando se vuelva a buscarlo esté en las
mismas condiciones en que fue dejado. Probablemente encontraremos las ruedas
desinfladas, los vidrios de las ventanas rotos, algunas partes oxidadas, etc. De la
El Sistema Solar
El sistema solar es uno de los ejemplos más maravillosos de esa bella armonía de
la que se es testigo. Hay nueve planetas con cincuenta y cuatro satélites conocidos y un
número desconocido de cuerpos más pequeños. Los planetas, nombrados a partir del
sol, son Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. El
único lugar en donde se sabe que hay vida es la Tierra. Seguramente es el único planeta
en que los seres humanos pueden sobrevivir gracias a la abundante cantidad de tierra
y a una atmósfera respirable.
En la estructura del sistema solar encontramos otro bello ejemplo de equilibrio:
el que se da entre la fuerza centrífuga de un planeta y la atracción gravitatoria de su
primario. (En astronomía un primario es algo alrededor de lo cual gira otro cuerpo. El
primario de la Tierra es el sol; el primario de la Luna es la Tierra). Sin este equilibrio,
todo en el sistema solar se esfumaría en las heladas profundidades del espacio exterior.
El equilibrio entre las dos fuerzas mencionadas resulta en senderos (órbitas) que los
planetas y otros cuerpos siguen alrededor de sus primarios. Si el cuerpo del caso se
moviese a muy alta velocidad, el primario sería incapaz de sostenerlo en su órbita y se
esfumaría en el espacio. Pero cada cuerpo se mueve a la velocidad correcta para
mantenerse en órbita. De todos modos ese equilibrio tiene que ser distinto para cada
cuerpo porque las distancias de los cuerpos al sol son distintas. Al igual que sus masas.
Por lo tanto, tienen que tener distintas velocidades orbitales para no
sumergirse en el sol o perderse en el espacio.
La astronomía materialista sostiene que el origen y
supervivencia del sistema solar se puede explicar por medio
de la casualidad. Muchos de sus adherentes en los últimos tres
siglos han especulado sobre cómo había tenido lugar este
orden maravilloso y fracasaron en la búsqueda de la
respuesta. Para un materialista, el equilibrio y el orden
del sistema solar son misterios inexplicables.
Mercurio
Venus
Júpiter
Luna
Tierra
Marte
EL SISTEMA SOLAR
Saturno
Urano
Neptuno
Plutón
Isaac Newton, uno de los pioneros y
fundadores de la física y astronomía modernas,
vio en la estructura del universo una evidencia
espléndida de la creación divina.
El Lugar De La Tierra
Además de ese asombroso equilibrio, otro elemento evidente de un acto perfecto
de creación por parte de Dios es el lugar de la Tierra en el sistema solar y en el
universo.
Los últimos descubrimientos astronómicos han exhibido la importancia que
tiene para la Tierra la existencia de los otros planetas. El tamaño y posición de Júpiter
es un ejemplo decisivo. Los cálculos astrofísicos muestran que Júpiter, el planeta más
grande en el sistema, provee estabilidad a la órbita de las Tierra y de todos los otros
planetas. El papel protector de Júpiter sobre la Tierra se explica en Cuán Especial es
Júpiter, artículo escrito por George Wetherill: »Sin un gran planeta posicionado
precisamente donde está Júpiter, la Tierra hubiese sido golpeada en el pasado por los cometas,
meteoros y otros desechos interplanetarios en una frecuencia superior en mil veces a la actual.
Si no fuese por Júpiter, no estaríamos aquí para estudiar el origen del sistema solar«52.
Para decirlo en pocas palabras, la estructura del sistema solar fue diseñada
especialmente para que viva el género humano.
Consideremos el lugar del sistema solar en el universo. Nuestro sistema solar
está colocado en uno de los colosales brazos espiralados de la Vía Láctea, más cerca
del borde exterior que del centro. ¿Qué ventaja habría en eso? En El Destino de la
Naturaleza, Michael Denton explica: »... Debido a la posición de nuestro sistema solar en el
EL PLANETA AZUL
Cuando llueve en Venus, se trata de una lluvia distinta a la que conocemos aquí:
llueve ácido. En un lugar tan infernal no podría existir ni por un segundo ningún tipo
de vida, humana u otra.
Más adelante en nuestro viaje nos encontramos con Mercurio, un mundo
pequeño, rocoso, golpeado por el calor y la radiación del sol. Su rotación se ha visto
tan disminuida debido a la proximidad del sol, que el planeta realiza solamente tres
rotaciones axiales en el tiempo que le lleva girar dos veces alrededor del sol. En otras
palabras, dos de los »años« de Mercurio resultan iguales a tres de sus »días«. Debido
a ese prolongado ciclo diurno, una parte de Mercurio se vuelve extraordinariamente
caliente mientras que otra parte es extremadamente fría. La diferencia entre las
temperaturas de ambas partes es de 1000°C. Por supuesto, un medio ambiente que
no puede albergar la vida.
Para resumir, hemos visto ocho planetas y ninguno de ellos, incluidos sus 53
satélites, ofrecen nada que podría servir de asilo a la vida. Cada uno de ellos es una
bola inerte de gas, hielo o roca.
Pero, ¿qué sucede con el planeta azul que pasamos por alto hace un rato? Es
muy distinto de los otros. Con una atmósfera hospitalaria y una superficie con rasgos
distintivos, parece que ha sido especialmente creado para albergar la vida pues está
colocado a una distancia del sol que posibilita temperaturas ambientes y campos
magnéticos apropiados a ese efecto.
Y, como ya lo veremos, así fue.
EL PLANETA AZUL 59
LA SUPERFICIE
INFERNAL DE
VENUS
La temperatura en la
superficie de Venus, que
alcanza 450°C, es
suficiente para fundir el
plomo. Esa superficie se
asemeja a una pelota de
fuego cubierta con lava.
Tiene una atmósfera
gruesa de ácido sulfúrico
y éste se precipita
constantemente en forma
de lluvia. La presión
atmosférica en la
superficie es noventa
veces la de la Tierra:
resulta equivalente a la
que existe en el mar a mil
metros por debajo de la
superficie.
Breve Digresión Y Advertencia Acerca De La »Adaptación«
En el resto de este capítulo examinaremos los rasgos de la Tierra que dejan en
claro que nuestro planeta fue creado específicamente para albergar la vida. Pero antes
de hacer eso, necesitamos hacer una breve digresión con el objeto de evitar la
posibilidad de cualquier mal entendido. Dicha digresión va dirigida especialmente a
esos que tienen el hábito de admitir como verdad científica la teoría de la evolución y
aceptan convencidos el concepto de »adaptación«.
»Adaptación« es el substantivo del verbo »adaptar« e implica modificaciones
según las circunstancias cambiantes. En el uso que le dan los evolucionistas significa
»la modificación de un organismo o sus partes para hacerlo más apropiado a la
existencia bajo las condiciones del ambiente dado«. La teoría de la evolución supone
que toda la vida sobre la Tierra deriva de un solo organismo (un solo ancestro común)
que pasó a existir como resultado de la casualidad. La teoría de la evolución, para
sustentar su posición, hace un uso marcado de este sentido de la palabra
»adaptación«. Los evolucionistas afirman que los organismos vivientes cambian a
nuevas especies por medio de adaptarse a su entorno. Ya hemos discutido
detalladamente en otros libros la invalidez de esta suposición. Vimos que los
mecanismos de adaptación a las condiciones naturales de los seres vivientes pasan a
jugar un papel sólo bajo ciertas circunstancias y que una especie nunca puede
transformarse en otra bajo ninguna circunstancia55. (Esto está resumido en el
apéndice, bajo el título »El Engaño del Evolucionismo«). La teoría de la evolución, con
su concepto de »adaptación«, es realmente una forma de Lamarckismo, una teoría de
la evolución orgánica que sostiene que el ambiente produce cambios estructurales en
los animales y en las plantas —que pueden transmitirse a la descendencia—, aunque
como teoría ha sido descartada firme y apropiadamente por los círculos científicos.
Así y todo, la idea de adaptación, aunque sin ninguna base científica, influyó en
muchísima gente, motivo por el cual debemos ocuparnos de este punto antes de
avanzar. De la idea de la adaptabilidad de las formas de vida a la idea de que la vida
pudo haberse desarrollado en otros planetas como sucedió en la Tierra, hay sólo un
paso. La posibilidad de que, supuestamente, pequeñas criaturas verdes que viven en
Plutón pueden dar lugar a un ligero exudado cuando la temperatura trepa a 238°C,
respirar helio en vez de oxígeno y beber ácido sulfúrico en vez de agua, es algo que
gusta a la gente fantasiosa, especialmente cuando esa fantasía ha sido muy metida por
los estudios de Hollywood.
Pero esas ilusiones sin valor (de las que están hechas las películas de
Hollywood) no son defendidas ni por los evolucionistas mejor informados sobre la
biología y la bioquímica. Saben muy bien que la vida existe solamente si están
disponibles las condiciones y elementos necesarios. Los defensores de los pequeños
hombres verdes (u otras formas de vida extrañas) son aquellos que a la vez que
adhieren ciegamente a la teoría de la evolución, ignoran hasta los fundamentos
mismos de la biología y de la bioquímica, presentándose con escenarios absurdos.
EL PLANETA AZUL 61
Así, para comprender el error en el concepto de adaptación, lo primero que
necesitamos es advertir que la vida puede existir solamente si se presentan ciertas
condiciones esenciales. El único modelo de vida que se basa en conceptos científicos es
el de la vida fundamentada en el carbono. Los científicos están de acuerdo que en el
universo no se puede encontrar ninguna forma de vida que no se fundamente en el
carbono.
El carbono es el sexto elemento en la tabla periódica. Este átomo es la base de la
vida en la Tierra porque todas las moléculas orgánicas (como los ácidos nucleicos, los
aminoácidos, las proteínas, las grasas y los azúcares) se forman por medio de la
combinación del carbono con otros elementos, de maneras distintas. El carbono forma
millones de distintos tipos de proteínas combinándose con el hidrógeno, el oxígeno,
el nitrógeno, etc. Ningún otro elemento puede tomar el lugar del carbono. Como
veremos en la sección que sigue, ningún elemento distinto del carbono tiene la
capacidad de formar los muy distintos tipos de uniones químicas de las que depende
la vida.
En consecuencia, donde vaya a existir la vida, en cualquier planeta, en cualquier
lugar del universo, se tiene que basar en el carbono56.
Hay una serie de condiciones absolutamente esenciales para que exista la vida
basada en el carbono. Por ejemplo, los compuestos orgánicos basados en el carbono
(como las proteínas) pueden existir solamente dentro de un cierto rango de
temperaturas. Comienzan a disociarse al pasar los 120°C y sufren daños irreparables
si se congelan por debajo de –20°C. Pero no es sólo la temperatura la que juega un
papel principal en la determinación de los límites aceptables para que exista la vida
basada en el carbono: también lo hacen el tipo y cantidad de luz, la fuerza de
gravedad, la composición de la atmósfera y la intensidad del campo magnético. La
Tierra provee, exactamente, esas condiciones necesarias para que la vida sea posible.
Si se modificase aunque más no sea una de esas condiciones, si por ejemplo la
temperatura promedio superase los 120°C, en la Tierra no habría ningún tipo de vida.
Por lo tanto, nuestras pequeñas criaturas verdes, que podrían producir un leve
exudado cuando la temperatura se eleva a 238°C, inhalar helio en vez de oxígeno y
beber ácido sulfúrico en vez de agua, no pueden existir de ninguna manera porque
las únicas formas de vida son las que se fundamentan en el carbono. La vida sólo
puede existir en un medio ambiente dentro de ciertos límites y bajo condiciones
deliberadamente diseñadas para sustentarla. Esto es válido para la vida en general y
para los seres humanos en particular.
La Tierra es ese medio ambiente deliberadamente concebido.
EL PLANETA AZUL 63
A diferencia de otros 63 planetas y satélites grandes en nuestro sistema solar, el planeta
Tierra es el único que posee atmósfera, temperatura ambiental y superficie apropiadas para
la vida. El agua líquida es un requerimiento ideal para la vida y no se encuentra en ninguna
otra parte del sistema solar. Tres cuarta partes de la superficie terrestre se encuentra
cubierta con ella.
movimientos de aire que podrían ser provocados por esas diferencias térmicas,
quedan bloqueados. Esas barreras son distintas cadenas de montañas, como la que va
desde el Pacífico en el este hasta el Atlántico en el oeste, iniciándose en el Himalaya
en China y continuando en las montañas de Tauro en Anatolia y en los Alpes en
Europa. El exceso de calor en las regiones ecuatoriales es transferido al norte y al sur
por los mares, dada la extraordinaria capacidad del agua para conducir y disipar el
calor.
Al mismo tiempo, hay una serie de sistemas de autocontrol que ayudan a
mantener en equilibrio la temperatura atmosférica. Por ejemplo, cuando una región
se recalienta, allí aumenta la proporción en que se evapora el agua, con lo que se
forman nubes que reflejan la luz del sol y se evita que el aire y la superficie de la Tierra
se recalienten aún más.
EL PLANETA AZUL 65
magnético de la Tierra se genera al moverse ambas partes de su corazón una
alrededor de la otra y se extiende mucho más allá de la superficie del planeta. De ese
modo protege a éste de las radiaciones perjudiciales provenientes del espacio exterior.
La radiación proveniente de otras estrellas no puede atravesar ese escudo. El
Cinturón de Van Allen, cuyas líneas magnéticas se extienden a 10 mil millas de la
Tierra (16 mil km.), protege al globo de esa energía mortal.
Se calcula que las nubes de plasma atrapadas por el Cinturón de Van Allen
llegan a veces a niveles de energía cien mil millones de veces más poderosos que el
de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima. Los rayos cósmicos también pueden
ser dañinos, pero el campo magnético terráqueo deja pasar solamente un 0,1% de los
mismos, y son absorbidos por la atmósfera. La intensidad de energía eléctrica que se
necesita para crear y mantener ese campo magnético es aproximadamente de mil
millones de amperios, es decir, tanto como la humanidad ha generado a lo largo de la
historia.
Centro de hierro-níquel
Si no existiese ese escudo protector, la vida sería destruida una y otra vez por la
radiación perjudicial o seguramente nunca hubiera existido. Pero como señalan Press
y Siever, el corazón de la Tierra fue proyectado específicamente para que el planeta
resulte seguro.
En otras palabras, hay un propósito especial, como lo dice el Corán: Hemos
hecho del cielo una techumbre protegida. Pero ellos se desvían de sus signos (los
signos del cielo) (Corán, 21:32)
La Idoneidad De La Atmósfera
Como hemos visto, los rasgos físicos de la Tierra —masa, estructura,
temperatura, etc.— son »los correctos para la vida«. Pero ellos solos no son suficientes
para que la vida exista aquí. Otro factor vital es la composición de la atmósfera.
Hicimos notar antes cómo las películas de ciencia ficción engañan a veces a la
gente. Un ejemplo de esto es la supuesta facilidad con que los exploradores espaciales
se mueven en las atmósferas de los distintos planetas: parecería que se pueden
encontrar atmósferas respirables en todo el espacio. Si exploramos el universo real
descubriremos que eso no es para nada cierto: es muy improbable encontrar otros
planetas con una atmósfera respirable. Sucede que la atmósfera de la Tierra está
especialmente proyectada para sustentar la vida, con una serie de características
cruciales.
La atmósfera de la Tierra se compone de 77% de nitrógeno, 21% de oxígeno y 1%
de dióxido de carbono. Comencemos con el gas más importante: el oxígeno. Es
fundamental porque participa en la mayoría de las reacciones químicas que liberan la
energía requerida para todas las formas complejas vivientes.
Los compuestos del carbono reaccionan con el oxígeno. Como un resultado de ello
se produce agua, dióxido de carbono y energía. Pequeños »paquetes« de energía
llamados ATP (trifosfato de adenosina) que se usan en las células vivas, son generados
por medio de estas reacciones. Esto significa que para vivir necesitamos oxígeno
constantemente. Por lo tanto, lo respiramos permanentemente para satisfacer dicha
necesidad.
Lo interesante en esto es que el porcentaje de oxígeno en el aire que respiramos
está determinado de modo muy preciso. Escribe al respecto Michael Denton: »¿Podría
la atmósfera contener más oxígeno y seguir sustentando la vida? ¡No! El oxígeno es un
elemento muy reactivo. Incluso el porcentaje actual de oxígeno en la atmósfera (21%) está
cerca del límite superior de seguridad para la vida a la temperatura ambiente. La probabilidad
de que se desate el fuego en los bosques aumenta en un 70% con el solo incremento de un 1%
de oxígeno en la atmósfera«60.
Según el bioquímico británico James Lovelock, »Con más del 25% (de porcentaje de
oxígeno en la atmósfera) sería muy poca la vegetación que podría sobrevivir a los furiosos
incendios que destruirían por igual los bosques tropicales y la tundra ártica… El actual nivel
EL PLANETA AZUL 67
Así ven la atmósfera de la Tierra los astronautas
de la NASA al pasar sobre Filipinas.
de oxígeno se ubica en un punto donde los riesgos y los beneficios se equilibran
delicadamente«61.
El hecho de que la proporción de oxígeno en la atmósfera permanezca en ese
valor preciso, es el resultado de un sistema de »reciclado« maravilloso: los animales
consumen oxígeno constantemente y producen dióxido de carbono, el cual no es
respirable para ellos. Los vegetales hacen lo opuesto: toman el dióxido de carbono, que
lo necesitan para vivir, y liberan oxígeno. Gracias a ese sistema, la vida continúa
existiendo. Los vegetales liberan millones de toneladas de oxígeno a la atmósfera
diariamente.
Sin la cooperación y equilibrio de estos dos grupos distintos de seres vivientes,
nuestro planeta sería inhabitable. Por ejemplo, si lo viviente sólo tomara dióxido de
carbono y liberara oxígeno, la atmósfera de la Tierra sería mucho más propensa a la
combustión y una pequeña chispa podría dar lugar a incendios enormes.
Similarmente, si sólo tomara oxígeno y liberara dióxido de carbono, eventualmente la
vida desaparecería, es decir, cuando se haya consumido todo el oxígeno.
En realidad, como dice Lovelock, la atmósfera está en un estado de equilibrio
donde los riesgos y los beneficios se encuentran sutilmente equilibrados.
La Atmósfera Y La Respiración
Respiramos durante toda la vida. Continuamente llevamos aire a los pulmones
y luego lo expulsamos. Al hacerlo permanentemente podemos pensar que ello es algo
normal, simple, aunque en realidad se trata de un proceso muy complejo.
Nuestros sistemas corporales se encuentran tan perfectamente diseñados que no
necesitan estar pendientes de la manera en que debemos respirar. El cuerpo estima
cuánto oxígeno necesita y hace los arreglos del caso para tomar la cantidad correcta,
ya sea que se esté caminando, corriendo, leyendo o durmiendo. El motivo debido al
cual la respiración es tan importante reside en que las millones de reacciones que
constantemente deben tener lugar en el cuerpo para seguir vivos, requieren oxígeno.
Usted puede estar leyendo este libro gracias a las millones de células en la retina
del ojo que son provistas con energía derivada del oxígeno. De la misma manera,
todos los tejidos del cuerpo y las células que lo forman, toman la energía de la
»combustión« de compuestos de carbono en el oxígeno. El producto de esa
combustión —el dióxido de carbono— debe eliminarse del cuerpo. Si el nivel de
oxígeno en la corriente sanguínea disminuye, uno se desmaya. Y si la ausencia de
oxígeno persiste durante unos pocos minutos, la resultante es la muerte.
Por eso respiramos. Al aspirar, el oxígeno fluye al interior de unas 300 millones
de pequeñas cámaras en los pulmones. Los capilares ligados a esas cámaras lo
absorben en un abrir y cerrar de ojos para pasarlo primero al corazón y luego al resto
del cuerpo. Las células de nuestro organismo usan el oxígeno y liberan dióxido de
carbono en la corriente sanguínea; ésta lo lleva a los pulmones, de donde es expelido.
EL PLANETA AZUL 69
El aumento de sólo un 5% de la
cantidad de oxígeno en la atmósfera
de nuestro planeta daría lugar a
incendios que destruirían gran parte
de los bosques.
Todo el proceso lleva menos de medio segundo: entra oxígeno »limpio« y sale dióxido
de carbono »sucio«.
Usted podría desear saber porqué hay tantas de esas pequeñas cámaras (300
millones) en los pulmones. Existen para maximizar el área expuesta al aire. Están
cuidadosamente plegadas para ocupar el menor espacio posible. Si se las desplegase,
cubrirían la superficie de una cancha de tenis.
Hay otra cosa que debemos tener en cuenta. El diseño de esas cámaras en los
pulmones y de los capilares que las conectan son así de pequeños y perfectos con el
objeto de aumentar la velocidad de intercambio del oxígeno y del dióxido de carbono.
Pero ese diseño perfecto depende de otros factores: la densidad, la viscosidad y la
presión de aire deben ser correctas con el objeto de que el aire entre y salga
apropiadamente de los pulmones.
A nivel del mar, la presión del aire es de 760 mm de mercurio, la densidad
—a 4ºC y 760 mm de presión— es de aproximadamente l gramo/litro y la viscosidad
a 20ºC es de 0,18 milipoises, unas 60 veces menor a la del agua. Aunque se podría
pensar que estos valores carecen de importancia, son esenciales para la vida porque,
como dice Michael Denton: »La composición de la atmósfera como un todo y su
carácter general —densidad, viscosidad, presión, etc.— deben ser muy similares a como
se presentan, en particular para los organismos que respiran aire«62.
Cuando respiramos los pulmones usan la energía para superar una fuerza
llamada »resistencia a la ventilación«. Esa fuerza es el resultado de la resistencia del
aire al movimiento. Sin embargo, debido a las propiedades físicas de la atmósfera, esa
resistencia es suficientemente débil y los pulmones pueden ingresar y expeler el aire
con un mínimo gasto de energía. Si la resistencia del aire fuese mayor, los pulmones
estarían forzados a un trabajo más pesado para poder respirar. Esto puede explicarse
por medio de un ejemplo. Es fácil introducir agua en una jeringa por medio de la
aguja, pero es más difícil hacer lo mismo con miel. La razón reside en que la miel es
más densa que el agua y también más viscosa.
Si la densidad, viscosidad y presión del aire fuesen más elevadas, respirar sería
tan difícil como cargar la jeringa con miel por medio de la aguja. Algunos pueden
decir: »Eso es fácil de resolver. Con una aguja que tenga el canal de un diámetro
mayor aumentaríamos el flujo de entrada«. Pero si hacemos eso en el caso de los
capilares de los pulmones, reduciríamos el área en contacto con el aire, con lo que
habría un menor intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en la misma cantidad
de tiempo y las necesidades corporales no se verían satisfechas. En otras palabras, los
valores individuales de la densidad, la viscosidad y la presión del aire deben ubicarse
dentro de ciertos límites con el objeto de que sea respirable. El aire que respiramos
cumple exactamente con esa exigencia.
Comenta al respecto Michael Denton: »Queda claro que si la densidad o
viscosidad del aire fuese mayor, la resistencia a la ventilación llegaría a valores
inaceptables y ningún rediseño posible del sistema respiratorio sería capaz de entregar
EL PLANETA AZUL 71
suficiente oxígeno al organismo que lo inhala y cumple la actividad metabólica… Por
medio de representar todas las posibles presiones atmosféricas según todos los posibles
contenidos de oxígeno, queda claro que solamente hay un intervalo diminuto… donde se
satisfacen todas las condiciones para la vida… Seguramente es muy significativo que
diversas condiciones esenciales se satisfagan solamente en esa intervalo diminuto en
el campo de todas las atmósferas posibles«63.
Esos valores que se determinan para la atmósfera no son necesarios solamente
para que podamos respirar sino que también son esenciales para que nuestro planeta
siga siendo azul. Si la presión atmosférica a nivel del mar fuese mucho más baja, la
cantidad de agua evaporada sería mucho más grande y ello produciría el efecto
»invernadero«, se retendría más calor y se elevaría la temperatura media del planeta.
Por otra parte, si la presión fuese mucho más elevada, la vaporización sería menor y
grandes partes del planeta se convertirían en desiertos.
Todos esos equilibrios delicadamente ajustados indican que nuestra atmósfera
ha sido diseñada deliberadamente con esas precisiones para que la vida pueda existir
en la Tierra. Esta realidad, descubierta por la ciencia, nos muestra una vez más que el
universo no es un amontonamiento accidental de materia. Indudablemente, hay un
Creador que gobierna el universo moldeando la materia como El quiere, reinando
sobre las galaxias, las estrellas y los planetas.
Ese poder supremo, como nos comunica el Corán, es Dios, el Señor de todo el
universo.
Y el Planeta Azul que habitamos está diseñado especialmente ya que, como dice
Período de Rotación
— Si fuese mayor: las diferencias de las temperaturas diurnas serían demasiado
grandes.
— Si fuese menor: las velocidades de los vientos serían demasiado grandes.
Campo Magnético
— Si fuese más intenso: las tormentas electromagnéticas serían demasiado
rigurosas.
EL PLANETA AZUL 73
— Si fuese menos intenso: habría una inadecuada protección frente a la fuerte
radiación solar.
Albedo (Proporción de luz reflejada del total que cae sobre la superficie
terrestre)
— Si fuese mayor: enseguida se produciría una época glacial.
—Si fuese menor: enseguida se desarrollaría el efecto invernadero.
Actividad Sísmica
— Si fuese mayor: se destruirían demasiadas formas de vida.
—Si fuese menor: los nutrientes en los lechos de los océanos (provenientes de los
ríos) no se reciclarían hacia los continentes a través de la elevación tectónica64.
Los mencionados son algunos de los »designios decididos« y ejecutados con el
objeto de que la vida se produzca y se mantenga. Estos solos ya son suficientes para
demostrar que la Tierra no pasó a existir como resultado de la casualidad ni se formó
como resultado de una cadena fortuita de sucesos.
Lo dicho y una miríada de otros detalles reafirman una verdad simple y llana:
Dios y sólo Dios creó de modo perfecto el universo, las estrellas, los planetas, las
montañas y los mares, dando lugar a todo lo viviente para poner Sus creaciones, en
cierto sentido, bajo el control del género humano. Dios y sólo Dios —fuente de
misericordia y poder— es suficientemente pujante para crear algo de la nada. Esa
creación perfecta de Dios se describe así en el Corán:
¿Sois vosotros más difíciles de crear que el cielo que El ha edificado? Alzó su
bóveda y le dio forma armoniosa. Obscureció la noche y sacó la mañana. Extendió,
luego, la tierra, sacó de ella el agua y los pastos, fijó las montañas. Para disfrute
vuestro y de vuestros rebaños. (Corán, 79:27-33)
EL DESIGNIO EN
LA LUZ
P
correcta.
En todo momento en que durante las horas diurnas miramos hacia el
firmamento, podemos ver su luz. Si alguien preguntase, »¿Qué tiene de
bueno el sol?«, casi seguro que responderíamos de modo automático que
nos brinda la luz y el calor. Esta respuesta, aunque algo superficial, sería
El sol, ¿radia luz y calor para nosotros? ¿Lo hace de modo accidental, no
planeado? ¿O es que el sol está especialmente proyectado, diseñado para nosotros?
¿Puede ser que esa gran bola de fuego en el cielo sea una »lámpara« creada así para
cubrir con precisión nuestras necesidades?
Recientes investigaciones indican que la respuesta a las dos últimas preguntas
es por la afirmativa, porque en la luz solar hay un designio asombroso.
Rayos gamma
10-4
Rayos X
10-2
Luz ultravioleta
0,30
Azul 0,40
Luz visible Radiación
Rojo 0,70 solar
1,50
Luz infrarroja
103
Microondas
109
Ondas radiales
EL DESIGNIO EN LA LUZ 77
Por ejemplo, en 4 mil 600 millones de años (la edad estimada de la Tierra) hay
unos 1017 segundos. Si se quiere contar desde 1 hasta 1025, a razón de una cifra por
segundo, sin detenerse para nada, día y noche, ¡ello tomaría un tiempo cien millones
de veces mayor a la edad de la Tierra! Si pusiésemos uno sobre otro 1025 naipes,
terminaríamos haciendo una pila que llegaría tan alto como la mitad de camino que
hay hasta el límite observable del universo.
Así es el espectro sobre el que se extienden las distintas longitudes de onda de
la energía electromagnética del universo. Lo curioso en esto es que la energía
electromagnética radiada por el sol se restringe a una sección extremadamente
estrecha de ese espectro. 70% de la radiación del sol tiene longitudes de ondas entre
0,3 y 1,50 micrones y dentro de esa estrecha banda hay tres tipos de luces: luz visible,
luz cercana al infrarrojo y luz ultravioleta.
Tres tipos de luces podrían parecer suficientes, pero constituyen una parte
insignificante de todo el espectro. Si comparamos la supuesta pila que hicimos con los
naipes, que llegaba hasta la mitad de la distancia que hay al límite del universo
observable, ¡el ancho de la banda de luz radiada por el sol correspondería al espesor
de uno de esos naipes!
¿Por qué la luz solar se limita a esa banda tan estrecha?
La respuesta a esta pregunta es crucial porque la única radiación que es capaz
de sustentar la vida en la Tierra es del tipo que tiene longitudes de ondas que se
ubican en esa estrecha amplitud.
El físico inglés Ian Campbell trata esta cuestión en La Energía y la Atmósfera,
donde dice: Es algo muy notable que la radiación proveniente del sol (y de muchas
series de estrellas) se concentre en una minúscula banda del espectro
electromagnético y provea con precisión la radiación requerida para mantener la vida
en la Tierra«. Según Campbell, esto es algo que »nos turba«66.
Examinemos ahora más minuciosamente ese »designio de la luz que nos turba«.
Intensidad
de la
radiación
solar
Casi toda la radiación del sol queda restringida a una banda estrecha de longitudes de
onda que van de 0,3 a 1,5 de micrón. Esta banda abarca la luz cercana a la ultravioleta,
la luz visible y la luz infrarroja.
en las infrarrojas y llegan hasta las ondas de radio. Su impacto sobre la materia es
menos serio porque la energía que transportan no es tan grande.
El »impacto sobre la materia« del que hablamos, tiene que ver con las reacciones
químicas, una cantidad significativa de las cuales solamente pueden producirse si a
los compuestos del caso se les agrega energía. Esa energía requerida para dar inicio a
la reacción química se llama »energía de umbral«. Si es menor a ésta, la reacción no
tendrá lugar; si es mayor no resulta ventajoso para nada: en cualquier caso la energía
se desperdiciará.
En todo el espectro electromagnético hay sólo una pequeña banda que posee la
energía que sirve para traspasar ese umbral con precisión. Sus longitudes de ondas se
ubican entre 0,70 y 0,40 de micrón, y se puede verla si se quiere: mire a su alrededor,
pues se trata de la llamada »luz visible«. Esta radiación produce reacciones químicas
que tienen lugar en los ojos y por eso se puede ver.
La radiación conocida como »luz visible« se compone de 41% de luz solar,
aunque ésta ocupa menos de 1/1025 de todo el espectro electromagnético. En La Vida
y la Luz, el célebre artículo del conocido físico George Wald aparecido en Scientific
American, se considera este asunto: »la radiación provechosa que impulsa las
reacciones químicas ordenadas comprende gran parte de la que proviene de nuestro
sol«67. Que el sol radie la luz exactamente necesaria para la vida, es realmente un
ejemplo extraordinario de designio.
EL DESIGNIO EN LA LUZ 79
¿Sirve para algo el resto de la luz que radia el sol?
Si la observamos, veremos que gran parte de la radiación solar cae fuera del
campo de la luz visible, en la sección del espectro llamado »próximo al infrarrojo«.
Esa radiación comienza donde finaliza la luz visible y, nuevamente, ocupa una muy
pequeña parte del total del espectro, es decir, menos de 1/1025. 68
¿Tiene alguna utilidad la luz infrarroja? Si, pero ahora carece de sentido mirar
alrededor nuestro porque no se la puede ver a simple vista. Sin embargo, es fácil
percibirla: el calor que se siente en el rostro al exponerse al sol es causado por la
radiación infrarroja que proviene del sol.
La radiación infrarroja del sol es la que transporta la energía térmica que mantiene
caliente la Tierra. Es tan esencial para la vida como la luz visible. Y lo fascinante es que
nuestro sol aparentemente fue creado para servir a ambos propósitos, porque esos dos
tipos de radiación abarcan la parte más grande de toda la emitida por el sol.
En cuanto al otro tipo de luz que proyecta el sol, ¿brinda algún beneficio?.
Se ubica »cerca de la luz ultravioleta« e integra la fracción más pequeña de la luz
solar. Como toda luz ultravioleta, está muy cargada de energía y puede dañar las
células vivas. Sin embargo, la luz ultravioleta del sol es la de tipo »menos dañina«
dado que está muy cercana a la luz visible. Aunque se ha demostrado que la
sobreexposición a la luz ultravioleta solar provoca cáncer y mutaciones celulares,
encierra un beneficio vital: la luz ultravioleta concentrada en una banda tan
minúscula69 es necesaria para la síntesis de la vitamina D en los humanos y en otros
vertebrados. (La vitamina D es necesaria para la formación y nutrición del hueso. Sin
ella los huesos quedan blandos y malformados, enfermedad que se llama raquitismo
y se da en las personas privadas de la luz solar por un gran período de tiempo).
En otras palabras, toda la radiación emitida por el sol es esencial para la vida: no
se desperdicia nada. Lo asombroso es que toda esa radiación se limita a un intervalo
de 1/1025 de todo el espectro electromagnético, y no obstante es suficiente para
mantenernos calientes, ver y permitir todas las reacciones químicas necesarias para
que la vida tenga lugar.
Aunque existan todas las otras condiciones necesarias para la vida mencionadas
en distintas partes de este libro, si la luz solar cayese en cualquier otro intervalo del
espectro electromagnético, no habría ningún tipo de vida en la Tierra. Ciertamente, es
imposible explicar por medio del argumento de la casualidad la cumplimentación de
esta condición, que tiene una probabilidad de 1/1025.
Y si todo eso no fuese suficiente, la luz hace algo más: ¡también nos mantiene
nutridos!
La Fotosíntesis Y La Luz
La fotosíntesis es un proceso químico y se trata de un término con el que está
familiarizado cualquiera que ha ido a la escuela. Sin embargo, la mayoría de la gente
Durante cientos de millones de años las plantas han estado haciendo algo que ningún
laboratorio puede reproducir: produciendo alimento usando la luz del sol. Una condición
fundamental para esta transformación extraordinaria es, sin embargo, que la luz que reciba
la planta sea la correcta para que pueda tener lugar la fotosíntesis.
EL DESIGNIO EN LA LUZ 81
ninguna excepción: nuestra energía se deriva del alimento que comemos y proviene
de la misma fuente. Cada manzana, papa, pedazo de chocolate, porción de carne o
cualquier cosa que se coma, nos provee energía que viene del sol.
Pero la fotosíntesis es importante por otra razón. La reacción entrega dos
productos: además de glucosa libera seis moléculas de oxígeno. Lo que sucede aquí
es que los vegetales están limpiando constantemente la atmósfera que continuamente
está siendo »contaminada« por el dióxido de carbono exhalado por humanos y
animales como producto de la combustión del oxígeno tomado del aire que respiran.
Si los vegetales no liberasen oxígeno, quienes inhalan a éste usarían todo el que hay
en la atmósfera y eventualmente se terminaría. Pero en realidad el oxígeno en la
atmósfera está siendo constantemente provisto por medio de los vegetales
Sin la fotosíntesis no existirían vegetales vivos. Y sin vegetales vivientes no
habría ningún otro tipo de vida, humana o animal. Esta maravillosa reacción química
que nunca ha sido repetida en ningún laboratorio, tiene lugar en el pasto que se pisa
así como en los árboles, aunque se nos pase inadvertida. Ese proceso ya tuvo lugar en
los vegetales que en su momento ingerimos. Se trata de uno de los procesos
fundamentales de la vida.
Lo interesante es que la fotosíntesis resulta un proceso cuidadosamente
proyectado. Al estudiar ese proceso no podemos sino observar que hay un equilibrio
perfecto entre la fotosíntesis de los vegetales y el consumo de energía de quienes
respiran oxígeno. Los vegetales proveen glucosa y oxígeno. Quienes respiran oxígeno
lo queman en sus células con la glucosa; obtienen así energía y liberan dióxido de
carbono y agua (es decir, invierten la reacción de la fotosíntesis) que los vegetales
usan a su vez para producir más glucosa y oxígeno. De ese modo se da un ciclo
continuo que se llama »ciclo del carbono«, accionado por la energía del sol.
Con el objeto de ver lo perfectamente creado que resulta ese ciclo, centremos
nuestra atención en uno de sus elementos: la luz solar.
En la primer parte de este capítulo observamos la luz solar y descubrimos que
los componentes de su radiación estaban hechos a la medida, especialmente para
permitir la vida sobre la Tierra.
¿Puede ser que la luz solar también esté hecha deliberadamente a medida para que
tenga lugar la fotosíntesis? ¿O será que los vegetales son los suficientemente »flexibles«
como para realizar la fotosíntesis sin importar qué tipo de luz incida sobre ellos?
En El Universo Simbiótico habla de esto el astrónomo norteamericano George
Greenstein: »La clorofila es la molécula que efectúa la fotosíntesis… El mecanismo de la
fotosíntesis se inicia con la absorción de la luz solar por medio de una molécula de clorofila.
Pero para que esto ocurra la luz debe poseer los constituyentes correctos. La luz de
constituyentes inapropiados no lo hará posible.
Una buena analogía es la del aparato de televisión. Para recepcionar un canal
determinado debe sintonizárselo. Si se sintoniza en otro punto no tendrá lugar la recepción
Energía
radiante útil
biológicamen
te
EL DESIGNIO EN LA LUZ 85
Radiación
apropiada
para la visión
biológica
Los únicos rayos apropiados para la visión biológica tienen longitudes de onda que se
ubican dentro de la escala llamada "luz visible". Gran parte de la energía que es
emitida por el sol corresponde a ese rango.
Absorción
por unidad
relativa de
agua
Tanto el aire como el agua permiten solamente el paso de esa radiación que
necesitamos para vivir. Toda la radiación cósmica mortal y dañina que proviene del
espacio distante es atrapada por este filtro perfectamente diseñado.
EL DESIGNIO EN LA LUZ 89
inmediato el conjunto de la radiación electromagnética, excepto la de la luz visible y la de la
cercana al infrarrojo… De toda la radiación electromagnética —que va desde los rayos gama
hasta las ondas de radio— la única que deja pasar es la de una banda sumamente estrecha, que
incluye la luz visible y la cercana al infrarrojo. Virtualmente, a la superficie de la Tierra no
llega nada de radiación gama, X, ultravioleta, infrarroja superior y de microonda«74.
Es imposible ignorar la competencia o idoneidad de ese designio. ¡El sol envía
solamente un 1/1025 de toda la radiación electromagnética que podría ser enviada y
resulta que esa es la única amplitud buena para nosotros y es la única radiación que
la atmósfera deja pasar! También es valioso señalar en este punto que casi toda la
radiación cercana al ultravioleta que radia el sol queda atrapada por la capa de ozono
de la atmósfera.
Otra cosa que hace esto aún más interesante es que, al igual que el aire, el agua
también tiene un tipo particular de transparencia: la única radiación capaz de abrirse
paso en el agua es la de la luz visible, pues la radiación cercana al infrarrojo, que
penetra la atmósfera (y así nos provee de calor) la penetra mínimamente. Debido a
ello, solamente unos pocos milímetros de la superficie de los océanos del mundo son
calentados por la radiación que proviene del sol. Ese calor se comunica por etapas a
los niveles de agua inferiores hasta cierta profundidad, por debajo de la cual la
temperatura marítima es muy similar en todo el globo. Por supuesto, esto crea un
medio ambiente totalmente adecuado para la vida.
Otra característica interesante del agua es que los distintos colores de la luz
visible son capaces de viajar distintas distancias dentro de ella. Por debajo de los ocho
metros, por ejemplo, no penetra la luz roja, mientras que la luz amarilla alcanza una
profundidad de hasta cien metros. Por otra parte, el azul y el verde descienden hasta
240 metros. Este es un designio extremadamente importante porque para la
fotosíntesis es crucial, precisamente, la parte azul y verde del espectro. Dado que el
agua permite penetrar a esos colores más profundamente que a los otros, las plantas
fotosintetizadoras pueden vivir hasta 240 metros por debajo de la superficie.
El conjunto de hechos mencionados son de la mayor importancia pues
posibilitan la existencia de la vida. La Encyclopedia Britannica, al comentarlo, admite lo
extraordinario que es todo esto: »Considerando la importancia de la luz visible para
todos los aspectos de la vida terrestre, uno no puede evitar sentirse atemorizado por
lo dramáticamente estrecha que es la banda del espectro luminoso que penetra la
atmósfera y el agua« 75.
Conclusión
La filosofía materialista y el Darwinismo, que tienen como fuente el
materialismo, suponen que la vida apareció en el universo de modo casual,
tratándose de un »accidente« sin ningún tipo de propósito u objetivo, cualquiera
pueda ser. Sin embargo, el conocimiento que se está obteniendo a través de los
EL DESIGNIO EN LA LUZ 91
C a p í t u l o 7
EL DESIGNIO EN
EL AGUA
EL DESIGNIO EN EL AGUA 93
conclusión a la que llegó fue que esas incoherencias deberían ser tenidas como pruebas
de que dicha substancia fue creada especialmente con el objeto de dar lugar a la vida.
El análisis más perspicaz de la adecuación del agua a la vida iba a provenir de
Lawrence Henderson, Profesor del Departamento de Química Biológica de la
Universidad de Harvard, alrededor de un siglo después de la obra de Whewell. En La
Adecuación del Medio Ambiente, al que algunos llamaron más tarde »el trabajo científico
más importante del primer cuarto del siglo XX«, Henderson llegó a la siguiente
conclusión respecto al ambiente natural de nuestro mundo: »La adecuación… (de esos
compuestos constituye) una serie de las principales propiedades —propiedades únicas o casi
únicas del agua, del dióxido de carbono, de los compuestos de carbono, del hidrógeno, del
oxígeno y del océano— que son tan numerosas, tan variadas, tan completas de entre todas las
cosas que se relacionan con el problema, que en su conjunto forman, ciertamente, la mayor
adecuación posible«77.
EL DESIGNIO EN EL AGUA 95
que se van enfriando cada vez más empezarán a congelarse. Si el hielo no se
comportase como lo hace (es decir, si no flotase), se precipitaría al fondo, en tanto que
las partes de agua más calientes se irían hacia la superficie y quedarían expuestas al
aire. Pero al estar la temperatura de ese aire por debajo de la de congelamiento, esa
parte de agua también se congelaría y se precipitaría al fondo. Dicho proceso
continuaría hasta que no quede nada de agua líquida.
Pero lo que sucede realmente es otra cosa: mientras el agua se va enfriando se
hace cada vez más pesada hasta que llega a los 4°C, momento en que todo cambia
rápidamente, pues el agua empieza a expandirse y a volverse más liviana al seguir
disminuyendo la temperatura. Como resultado de ello el agua a 4°C queda en el
fondo, el agua a 3°C se ubica por encima de la anterior, el agua a 2°C se ubica a su vez
por arriba de la que tiene 3°C, etc. Solamente en la superficie el agua llega realmente
a 0°C y es la única capa que se congela. El agua por debajo del hielo permanece
líquida y es apta para que criaturas y plantas continúen viviendo allí.
(Debemos advertir aquí que la quinta propiedad del agua —la baja
conductividad térmica de la nieve y del hielo— también es crucial en este proceso.
Debido a que el hielo y la nieve son malos conductores del calor, mantienen el calor
del agua que está por debajo, impidiendo que pase a la atmósfera. Como resultado de
ello, aunque la temperatura del aire caiga hasta –50°C, la capa de hielo en el mar
nunca será de más de uno o dos metros de espesor y tendrá muchas fracturas.
Criaturas como los pingüinos y las focas que habitan en las regiones polares pueden
aprovecharse de esto para llegar a las aguas ubicadas por debajo del hielo).
EL DESIGNIO EN EL AGUA 97
energía, ello implica a su vez la generación de calor como un subproducto. Aunque
ya sabemos como se pone el cuerpo si se corre unos kilómetros bajo el sol ardiente, se
puede comprobar también que no se calienta tanto como supuestamente debería
hacerlo…
La unidad de calor es la caloría. Una persona normal que corre diez kilómetros
en una hora generará unas mil calorías. Ese calor tiene que ser eliminado del cuerpo,
pues de lo contrario entraría en coma antes de completar el primer kilómetro.
Ese peligro, sin embargo, se evita por medio de la segunda y tercera
propiedades del agua.
Gracias a la capacidad térmica (la que se define como la cantidad de calor
necesaria para aumentar en un grado la temperatura), el
agua, que constituye alrededor del 70% del cuerpo
humano, no se calienta muy de prisa. Imaginemos una
acción que genera un aumento de 10°C del calor
corporal. Si en vez de agua tuviésemos alcohol en el
cuerpo, la misma acción llevaría ese aumento a 20°C y
para otras substancias con capacidades térmicas
menores la situación sería incluso peor: para la sal el
aumento sería de 50°C, para el hierro de 100°C y para el
plomo de 300°C. La elevada capacidad térmica del agua
es lo que evita que el cuerpo sufra cambios de Las propiedades térmicas
del agua nos permite
temperatura tan enormes.
descargar el exceso de
Pero incluso un aumento de 10°C sería fatal, como calor del cuerpo por
mencionamos antes. Para impedir eso, entra en juego medio del sudor.
otra de las propiedades del agua, es decir, el elevado
calor latente.
Para mantenernos frescos frente al calor que se genera, el cuerpo emplea el
mecanismo de la transpiración. Cuando sudamos el agua se desparrama en la
superficie de la piel y se evapora rápidamente. Pero debido a que el calor latente es
tan grande, la evaporación requiere muchas calorías. Por supuesto, el calor se separa
del cuerpo y así nos mantenemos frescos. Este proceso para refrescarse es tan efectivo,
que a veces podemos experimentar frío aunque el agua esté más bien caliente.
Debido a esto, alguien que corre diez kilómetros reducirá la temperatura
corporal en 6°C como resultado de la evaporación de un litro de agua. Cuanto más
energía se gasta más aumenta la temperatura corporal, pero al mismo tiempo se suda
más para refrescarse en consonancia. Entre los factores que permiten el
funcionamiento de este sistema termostático magnífico, se encuentran antes que nada
las propiedades térmicas del agua. Por ejemplo, si estuviese presente el alcohol en vez
del agua, el calor se reduciría solamente en 2,2°C; y en el caso de que fuese amoníaco
la reducción sería sólo de 3,6°C.
En este mecanismo tenemos otro aspecto importante. Si el calor liberado desde
Un Mundo Benigno
Las cinco propiedades térmicas del agua mencionadas en el libro La Adecuación
del Medio Ambiente de Henderson, también juegan un papel clave en la existencia del
clima apacible y equilibrado que tiene la Tierra.
Las capacidades térmica y de calor latente, que comparativamente se presentan
superiores en el agua que en otros líquidos, son el motivo que lleva a que los cuerpos
en el agua se calienten y se enfríen más lentamente que en tierra firme, donde las
diferencias térmicas entre los lugares más calientes y más fríos llegan a 140°C. En el
mar, en cambio, esa diferencia puede llegar a 15 - 20°C. La misma situación
encontramos en las diferencias de temperaturas entre la noche y el día: en un medio
ambiente árido puede ser de 20 - 30°C y en el mar nunca supera unos pocos grados.
El vapor de agua en la atmósfera también es un importante agente de equilibrio. Así
vemos que en las regiones desérticas, donde hay poco vapor de agua presente, la
diferencia de temperatura entre las horas diurnas y nocturnas es extrema, en tanto
que en las regiones de clima marítimo la diferencia es mucho menor.
Gracias a esas propiedades térmicas del agua, la diferencia de temperatura entre
el verano y el invierno o entre la noche y el día permanece constante dentro de los
límites que permiten la vida. Si la superficie del planeta hubiese estado cubierta por
más tierra y menos agua, las diferencias de temperatura entre la noche y el día
hubiesen sido mucho mayor, habrían existido desiertos más grandes y la vida podría
haber sido imposible o por lo menos mucho más difícil. De la misma manera, si las
propiedades térmicas del agua hubiesen sido distintas de las actuales, el resultado
habría sido un planeta totalmente incompetente para la vida.
Concluye Henderson después de examinar todas esas propiedades del agua:
EL DESIGNIO EN EL AGUA 99
El gran volumen de agua en los mares mantiene equilibrada la temperatura del planeta.
Debido a eso las diferencias de temperatura entre el día y la noche son muy pequeñas
en las regiones próximas al mar, especialmente cerca de las costas. En las regiones
desérticas, lejos del mar, las diferencias entre las temperaturas diurnas y nocturnas
pueden llegar a 40°C.
»Para resumir, esas propiedades presentan una triple importancia. En primer lugar, operan
poderosamente para igualar y moderar la temperatura de la Tierra. En segundo lugar,
permiten una regulación muy efectiva de la temperatura de los organismos vivientes. En tercer
lugar, favorecen el ciclo meteorológico. Todos esos efectos son exactamente así, porque, a este
respecto, ninguna otra substancia puede compararse al agua«79.
esencial porque libera al medio ambiente los minerales allí atrapados y contribuye
asimismo a la formación del suelo.
Conclusión
Todo lo que hemos visto en este capítulo desde su inicio, nos muestra que las
propiedades térmicas, físicas, químicas y de viscosidad del agua, son exactamente las
que deben ser para que la vida exista. El agua está diseñada tan perfectamente para
la vida, que, en algunos casos, se interrumpen las mismas leyes de la naturaleza para
que ello sea así. El mejor ejemplo de esto es la inesperada e inexplicable expansión
que tiene lugar en el volumen del agua cuando su temperatura se ubica por debajo de
los 4°C: si eso no sucediese, el hielo no flotaría, los mares quedarían poco menos que
totalmente congelados y la vida sería imposible.
El agua es »exactamente correcta« para la vida en un grado que no se puede
comparar con ningún otro líquido. La mayor parte de este planeta —con una serie de
atributos como la temperatura, la luz, el espectro electromagnético, la atmósfera, la
superficie, etc.— ha sido llenado con la correcta cantidad de agua necesaria para la
vida. Para cualquiera debería resultar obvio que todo eso no puede ser accidental y
que, por el contrario, debe ser el producto de un designio intencional.
Para decirlo de otra manera, todas las propiedades físicas y químicas del agua
nos muestran que fue creada especialmente para la vida. La Tierra, creada con el
propósito determinado de que el género humano viva en ella, pasó a abrigar lo
viviente con esta agua que también fue especialmente creada para que constituya el
fundamento de la vida humana. Dios nos ha dado la vida en el agua y con ella El hace
que germine y se desarrolle el alimento que nos nutre.
Pero el aspecto más importante de esto es que dicha verdad, descubierta por la
ciencia moderna, fue revelada en el Corán, concedido a la humanidad como una guía
hace catorce siglos. Respecto al agua y al género humano, la palabra de Dios se revela
así en el Corán:
El es Quien ha hecho bajar para vosotros agua del cielo. De ella bebéis y de ella
viven las matas (los vegetales) con que apacentáis. Gracias a ella, hace crecer para
vosotros los cereales, los olivos, las palmeras, las vides y toda clase de frutos.
Ciertamente, hay en ello un signo para gente que reflexiona. (Corán, 16:10-11)
LOS ELEMENTOS
DE LA VIDA
ESPECIALMENTE
CONCEBIDOS
H para que podamos vivir, todos esos equilibrios físicos del universo que
habitamos. Hemos visto como la estructura general de este universo, la
ubicación de la Tierra en el mismo y factores como el aire, la luz y el
agua, han sido determinados específicamente para tener exactamente
los atributos que nosotros, como seres vivientes, requerimos. Además de eso, sin
embargo, también necesitamos considerar los elementos que conforman nuestro
cuerpo. Esos elementos químicos, los »ladrillos« de nuestras manos, ojos, pelo y
órganos, —que también forman parte de todos los demás seres vivientes (plantas y
animales) que nos sirven de alimento—, han sido perfilados particularmente para
servir a propósitos precisos.
El físico Robert E. D. Clark se refiere al designio superior y especial existente en
los »ladrillos« de la vida cuando dice: »Es como si el Creador nos ha dado servido un
conjunto de cosas o partes prefabricadas listas para funcionar«85.
El más importante de esos »ladrillos« es el carbono.
El Designio En El Carbono
En capítulos anteriores hemos descrito el extraordinario proceso por medio del
cual el carbono, el elemento que ocupa el sexto lugar en la tabla periódica, fue
producido en lo más profundo de las grandes estrellas llamadas »gigantes rojas«.
Hemos visto como, habiendo descubierto ese proceso maravilloso, Fred Hoyle se vio
impulsado a decir que »las leyes de la física nuclear han sido diseñadas deliberadamente con
respecto a las consecuencias que tienen al interior de las estrellas«86.
Cuando examinamos el carbono con más atención, podemos ver que no sólo la
constitución física del mismo sino también sus propiedades químicas fueron
establecidas deliberadamente para que sean lo que son.
El carbono puro se presenta solamente de dos maneras: como grafito o como
diamante. Sin embargo, el carbono también entra en combinación con muchos otros
elementos, lo que da lugar a nuevos tipos de substancias. En particular, es con
compuestos de carbono que se forma la increíble variedad de substancias orgánicas
fundamentales, como ser la membrana de la célula, la corteza del árbol, el cristalino
del ojo, el cuerno del ciervo, la albúmina del huevo y el veneno de la víbora. El
carbono combinado con el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno, en muy distintas
cantidades y disposiciones geométricas, resulta en una vasta clasificación de
substancias con propiedades muy distintas.
Algunas moléculas de compuestos de carbono consisten de unos pocos átomos;
otras contienen miles de millones. Por otra parte, ningún otro elemento es tan versátil
como el carbono para la formación de moléculas muy durables y estables. Citamos de
Vida, el libro de David Burnie: »El carbono es un elemento muy excepcional. Sin su
presencia y sin sus propiedades extraordinarias, es improbable que la vida estuviese en la
Tierra«87
Enlaces Covalentes
Los enlaces químicos en los que entra el carbono cuando forma compuestos
orgánicos son llamados »enlaces covalentes«. Se dice que ocurre un enlace covalente
cuando dos átomos comparten sus electrones.
Los electrones de un átomo ocupan órbitas especiales alrededor del núcleo
(orbitales atómicos cerrados, cuya forma depende del valor de lo que se denomina
»número cuántico l«). La órbita más cercana al núcleo puede ser ocupada por no más
de dos electrones. En la órbita siguiente es posible un máximo de ocho electrones. En
la tercera órbita puede haber hasta dieciocho. El número de electrones continúa
aumentando con el agregado de más órbitas. Un aspecto interesante de este esquema
es que parece que los átomos »quieren« completar el número de electrones en sus
orbitales cerrados. El oxígeno, por ejemplo, tiene seis electrones en su segunda órbita
(la exterior), lo que lo hace »ávido« por entrar en combinación con otros átomos que
le proveerán los otros dos electrones necesarios para incrementar su número a ocho.
(Porqué los átomos se comportan así, es una pregunta aún sin respuesta. Pero lo que
hacen es algo bueno: si no lo harían, no sería posible la vida).
Los enlaces covalentes son el resultado de esta tendencia de los átomos a
completar sus orbitales cerrados. A menudo dos o más átomos pueden cubrir la
escasez por medio de compartir electrones entre sí. Un buen ejemplo es la molécula
nuestro mundo, no es »nada más« que una disposición, una ubicación distinta del
carbono, del hidrógeno y del oxígeno vinculados entre sí por el enlace covalente.
Cuando los últimos elementos mencionados y el nitrógeno forman esos enlaces,
el resultado es una clase de molécula que resulta el fundamento y la estructura de la
propia vida: el aminoácido que forma las proteínas. Los nucleótidos que forman el
ADN también son moléculas hechas de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.
En resumen, los enlaces covalentes en que es capaz de entrar el átomo de
carbono, son esenciales para la existencia de la vida. Donde el hidrógeno, el carbono,
el nitrógeno y el oxígeno no están »ansiosos« por compartir electrones entre sí, sería
imposible la vida.
Lo que hace posible que el carbono forme esos enlaces es una propiedad que los
químicos llaman »metaestabilidad«, es decir, la característica de poseer un margen
adecuado de estabilidad para un propósito práctico. El bioquímico J. B. S. Haldane
describe así la metaestabilidad: »Una molécula metaestable significa que la misma puede
liberar energía por medio de una transformación y es lo suficientemente estable para
permanecer por un largo tiempo, a menos que sea tratada con calor, radiación o unida con un
catalizador«90.
Lo que significa esta definición de tipo técnica, es que el carbono tiene una
estructura más bien singular gracias a la cual le es muy fácil entrar en enlaces
covalentes bajo condiciones normales.
Pero es aquí donde, precisamente, la situación empieza a convertirse en curiosa,
porque el carbono es metaestable solamente en una escala de temperatura muy
estrecha. Específicamente, los compuestos de carbono se vuelven muy inestables
cuando la temperatura supera los 100°C.
Esto nos resulta tan común hoy día, que la mayoría de nosotros lo considera una
cosa normal. Por ejemplo, cuando se cocina carne, lo que en realidad se hace es
cambiar la estructura de sus compuestos de carbono. Pero aquí hay algo que debemos
tener en cuenta: la carne cocida se ha vuelto completamente »muerta«, es decir, su
estructura química es distinta a la que tenía cuando formaba parte de un organismo
vivo. En realidad, la mayoría de los compuestos de carbono se »desnaturalizan« a
temperaturas superiores a 100°C. Por ejemplo, la mayoría de las vitaminas
simplemente se desintegran a esa temperatura. Los azúcares también sufren cambios
estructurales y pierden algunos de sus valores nutritivos. Y alrededor de los 150°C los
compuestos de carbono empiezan a quemarse.
En otras palabras, si los átomos de carbono van a entrar en enlaces covalentes
con otros átomos y si los compuestos resultantes van a permanecer estables, la
Enlaces Débiles
Los enlaces covalentes no son los únicos que mantienen estables los compuestos
de la vida. Hay otra categoría distinta de enlace conocida como »enlaces débiles«.
Son unas veinte veces más débiles que los enlaces covalentes y de aquí su
nombre. Pero no son menos cruciales para el proceso de la química orgánica. Es
gracias al enlace débil que las proteínas que integran los »ladrillos« de lo viviente son
capaces de mantener sus complejas estructuras tridimensionales (3-D), de
importancia fundamental.
Para explicar esto tenemos que hablar brevemente de la estructura de las
proteínas. A éstas se las menciona generalmente como una »cadena« de aminoácidos.
Enlace débil
Enlace débil.
El Designio En El Oxígeno
Hemos visto que el carbono es el »ladrillo« más importante de los organismos
vivos y cómo fue especialmente diseñado para llevar a cabo su función. La existencia
de todas las formas de vida basadas en el carbono, sin embargo, depende de un
segundo imperativo: la energía, un requerimiento indispensable para la vida.
Los vegetales toman su energía del sol a través del proceso de la fotosíntesis.
Para el resto de las criaturas vivientes —en las que nos incluimos— la única fuente de
energía resulta de un proceso llamado »oxidación«, término con el que se expresa la
existencia de »combustión«. La energía de los organismos que respiran oxígeno se
deriva de la combustión de los nutrientes que toman de los vegetales y animales.
Como se puede colegir del término »oxidación«, esa combustión es una reacción
química en que las substancias (o nutrientes) son oxidadas, es decir, se combinan con
el oxígeno. A esto se debe que el oxígeno sea tan fundamental para la vida como lo
son el carbono y el hidrógeno.
Una fórmula general de »combustión« (oxidación) sería la siguiente:
Compuesto de carbono + oxígeno > agua + dióxido de carbono + energía
Esto significa que cuando se combinan los compuestos de carbono y el oxígeno
(por supuesto, en las condiciones apropiadas), tiene lugar una reacción que genera
agua y dióxido de carbono, lo cual, a su vez, libera una considerable cantidad de
energía. Dicha reacción sucede más rápidamente en los hidrocarburos (compuestos
de hidrógeno y carbono). En el cuerpo lo que se quema constantemente para
mantener la provisión de energía es la glucosa (un azúcar y también un
hidrocarburo).
Conclusión
Todas las propiedades físicas y químicas de los componentes del universo que
hemos examinado, resultan ser exactamente lo que son con el objeto de que la vida
exista. No obstante, en este libro solamente hemos arañado la superficie de las
abrumadoras evidencias de esa realidad. Independientemente de lo que se profundice
cada característica o se amplíe la investigación, esta observación general se mantiene
cierta: en cada detalle del universo hay un propósito que sirve a la vida humana y cada
detalle está perfectamente diseñado, equilibrado y armonizado para lograr ese
propósito.
Ciertamente, esto prueba la existencia de un creador superior que hizo que este
universo adquiera entidad a ese fin. Al examinar cualquier propiedad de la materia
estamos contemplando el infinito conocimiento, sabiduría y poder de Dios, Quien la
creó de la nada. Todas las cosas se someten a Su voluntad y es por eso que cada una
y todas las cosas están en perfecta armonía entre sí.
Esta es la conclusión a la que finalmente ha llegado la ciencia del siglo XX. No
obstante, se trata solamente del reconocimiento de un hecho que fue comunicado al
género humano hace catorce siglos: Dios creó todos los detalles del universo para
revelar la perfección de Su propia creación:
¡Bendito sea Aquél en Cuya mano está el dominio! Es omnipotente… Es Quien ha
creado siete cielos superpuestos. No ves ninguna contradicción en la creación del
Compasivo. ¡Mira otra vez! ¿Adviertes alguna falla? Luego, mira otras dos veces:
tu mirada volverá a ti cansada, agotada. (Corán, 67:1 y 3-4)
UN EXHORTACION
A LA RAZON
EL ENGAÑO DEL
EVOLUCIONISMO
El Colapso De La Teoría
La teoría de la evolución es una filosofía y una concepción del mundo que
produce hipótesis imaginarias y escenarios falsos con el objeto de explicar la
existencia y el origen de la vida en términos de meras casualidades. El origen de esta
filosofía se remonta a la Grecia antigua.
Todas las filosofías ateas que niegan la creación abrazan y defienden la idea de
la evolución, directa o indirectamente. Esa misma condición se aplica hoy día a todas
las ideologías y sistemas que antagonizan con la religión.
El concepto evolucionista ha sido ocultado bajo una forma científica durante los
últimos 150 años con el objeto de justificar su aceptación. Aunque planteada como
una teoría supuestamente científica a mediados del siglo XIX, no ha sido verificada
El Hombre De Piltdown
Un muy conocido médico y también paleoantropólogo aficionado, Charles
Dawson, se presentó afirmando que había encontrado un hueso de quijada y un
fragmento de cráneo en una cueva de Piltdown, Inglaterra, en 1912. Aunque el hueso
de la quijada se parecía más al de un mono, los dientes y el cráneo se parecían más a
El Hombre De Nebraska
El director del Museo Americano de Historia Natural, Henry Fairfield Osborn,
declaró en 1922 que había encontrado un molar fósil en Nebraska occidental, cerca de
Snake Brook, correspondiente al Período del Plioceno. Dicho diente, supuestamente,
tenía características comunes al hombre y al mono. Se empezaron a verter profundos
argumentos científicos, algunos de los cuales interpretaron que se trataba de un diente
del Pitecantropo erectus, mientras que otros sostenían que era más cercano al ser
humano. Este diente fósil que provocó un gran debate, fue llamado »Hombre de
Nebraska« e inmediatamente se le dio un nombre científico: Hesperopithecus
haroldcooki.
Muchas autoridades en la materia apoyaron a Osborn. Basándose en ese solo
diente se hicieron dibujos de la cabeza y del cuerpo del »Hombre de Nebraska«.
Además, éste fue representado incluso con la esposa e hijos, como toda una familia en
un ambiente natural.
En 1927 se encontraron otras partes del esqueleto, según las cuales el diente del
caso no pertenecía a un hombre y tampoco a un mono. Se comprobó que pertenecía a
una especie extinta de cerdo norteamericano llamado Prosthennops.
10 950 =
100,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
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000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,
000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000
sobre el ojo se ubica en una serie de genes especiales, mientras que la información
acerca del corazón existe en otra serie totalmente distinta de genes. La célula produce
proteína por medio de usar la información en todos esos genes. Los aminoácidos que
constituyen la estructura de la proteína se definen por el orden secuencial de tres
nucleótidos en el ADN.
En este punto hay un detalle importante que merece atención. Un error en la
secuencia de los nucleótidos que componen un gen convertiría al mismo en
completamente inútil. Cuando se considera que en el cuerpo humano hay miles de
genes, se hace más evidente lo imposible de que los millones de nucleótidos que
integran esos genes se formen por casualidad en la secuencia correcta. Un biólogo
evolucionista, Frank Salisbury, comenta esa imposibilidad al decir: »Una proteína
media incluye unos 300 aminoácidos. El gen ADN que controla esto tiene unos mil
nucleótidos en su cadena. Dado que hay cuatro tipos de nucleótidos en la cadena de ADN, una
que consiste de mil enlaces o uniones podría existir en 41000 formas. Usando un poco de álgebra
(logaritmos) podemos ver que 41000 = 10600. ¡Diez multiplicado por si mismo 600 veces da una
cifra igual a un 1 seguido de 600 ceros! Este número está más allá de nuestro
entendimiento«122.
El número 41000 es equivalente a 10600. Obtenemos éste número por medio de
agregar 600 ceros a la derecha del uno. Mientras la cifra 10 seguida de once ceros es
igual a un billón, una cifra con 600 ceros realmente es difícil de concebir.
El profesor evolucionista Ali Demirsoy se vio forzado a hacer la siguiente
confesión en la materia: »De hecho la probabilidad de la formación de una proteína y un
ácido nucleico (ADN-ARN) es realmente inconcebiblemente pequeña. Por otra parte, la
posibilidad de la aparición de una cierta cadena de proteína es tan pequeña como para ser
llamada astronómicamente improbable«123.
A todas esas improbabilidades se suma lo difícil que es que el ADN pueda
participar de una reacción debido a su forma de doble cadena espiralada. Esto
también hace imposible que se lo pueda considerar el fundamento de la vida.
www.darwinismrefuted.com www.endoftimes.net
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www.islamdenouncesterrorism.com www.unionoffaiths.com
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