Carlos Vega Rapilin
Carlos Vega Rapilin
Carlos Vega Rapilin
Licenciado ALFREDO ELÍAS ESPINOZA CABRERA, varón, panameño, con cédula 4-222-202, con oficinas
ubicadas en Edificio Don Félix, Local No.7, Ciudad de David,
Abogado en ejercicio actuando a nombre de EVANGELISTA CÁCERES CANDANEDO mujer panameña,
con cedula No. 4-6-5422 mediante PODER ESPECIAL otorgado por CARLOS CARMELO VEGA
CÁCERES varón, panameño, mayor de edad, con cédula 4-101-1052, con domicilio en Distrito de David,
Provincia de Chiriquí, residencia en Villa Roca, casa de color verde claro cerca del Minisúper La Gemela,
debidamente facultado mediante Poder General mediante Escritura Publica No. 753 de 30 de mayo de
2012 inscrito a ficha 36954 ante Registro Público, a Usted respetuosamente digo:
II. PETITORIO
Mi petitorio persigue acumulativamente las siguientes pretensiones:
2. Qué, mediante Sentencia Civil No. 12 de declaratoria del Juzgado Segundo del Circuito de Chiriquí,
ramo de lo civil, de fecha 30 de marzo de 2012, se Declaró como dueña de un globo de tierra de OCHO
HECTÁREAS MAS TREINTA Y TRES DECÍMETROS CUADRADOS (8HAS+33 DM2) a la señora
EVANGELISTA CÁCERES CANDANDO mujer panameña, con cedula No. 4-88-405 que se desgloso de la
finca 20437 de propiedad de LINA LUQUE DE CHAVES con cedula 4-AV-107-79; declaratoria que se
encuentra inscrita y que es distinguida como finca 443892.
3. Que concatenado al hecho anterior la finca 81424 de propiedad de HERIBERTO ARAUZ ELIZONDRO
varón panameño, casado, portador de la cédula de identidad personal No. 4-6-5422, esta traslapada en
CUATRO HECTÁREAS + CINCO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CUATRO METROS CUADRADOS
CON CINCUENTA Y TRES DECÍMETROS CUADRADOS (4 ha 5554 m² 53 dm²) sobre la finca 443892 de
propiedad de EVANGELISTA CÁCERES CANDANDO mujer panameña, con cedula No. 4-88-405 que se
desgloso de la finca 20437 de propiedad de LINA LUQUE DE CHAVES con cedula 4-88-405, tal como se
comprobó en Proceso Ordinario promovido y donde ambas partes participaron.
4. Que se constituyó la finca 81424 a favor de HERIBERTO ARAUZ ELIZONDRO varón panameño,
casado, portador de la cédula de identidad personal No. 4-6-5422 se constituyó sobre un error invencible
basada en la falta de cuidado o negligencia de la antigua PRONAT y REFORMA AGRARIA al no hacer el
barrido catastral como lo exigen la Ley 24 de 5 de julio de 2006 y DECRETO EJECUTIVO 228 DE 27
DE SEPTIEMBRE DE 2006. Sin embargo mi poderdante ha realizado otro proceso para verificar el traslape
y es claro la existencia del mismo sobre lo que hoy es la propiedad de EVANGELISTA CÁCERES
CANDANEDO mujer panameña, con cedula No. 4-88-405, cuya afectación es de CUATRO HECTÁREAS
+ CINCO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CUATRO METROS CUADRADOS CON CINCUENTA Y
TRES DECÍMETROS CUADRADOS (4 ha 5554 m² 53 dm²), por lo que es anulable conforme a la Ley 38
de 2000.
Que con respecto nuestra Corte Suprema de Justicia ha manifestado en lo que a la Responsabilidad del
propio Estado se refiere que la Creación de las oficinas, despachos o puestos que se basan bajo el debido
Proceso legal, no es culpabilidad del funcionario recurrente, sino una inacción Estatal, quien omite la propia
Ley, dicha omisión causa un perjuicio a los asociados en este caso en particular un despido injustificado.
Citando la jurisprudencia tenemos que:
LICDO. ALFREDO ELÍAS ESPINOZA CABRERA
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…, el jurista Fabián O. Canda, en la obra "Cuestiones de
Responsabilidad del Estado y del Funcionario Público" (Ediciones RaP,
Argentina, 2008, p.147), expone lo siguiente:
"Así existirá responsabilidad estatal por omisión cuando el Estado, en ejercicio en
ejercicio de las funciones que le son propias, omita antijurídicamente la
realización de actos o hechos que, de haberse llevado a cabo, hubieren resultado
razonablemente idóneos para evitar el daño en definitiva sucedido."
Por lo tanto, considero que la falta de presentación de la certificación
expedida por la Comisión Interdisciplinaria que refrende la condición física o
mental de las personas que padezcan enfermedades crónicas, involutivas y/o
degenerativas que produzcan discapacidad laboral, no le es imputable al
demandante, ya que el Estado no ha nombrado a la Comisión Interdisciplinaria
que debe expedir dicha certificación.
Dentro de la litis planteada, estimo que se produjo lo que la doctrina considera
buena fe, desde que la parte actora tenía la legítima confianza que se encontraba
amparado por un régimen especial de estabilidad para el trabajador
discapacitado y que solo podía ser despedido mediante la comprobación de una
causa legal que amerite su remoción.
En este sentido, el tratadista español Jesús González Pérez al referirse
a la importancia del Principio General de la Buena Fe en el Derecho
Administrativo, expresa lo siguiente:
"La aplicación del principio de buena fe permitirá al administrado recobrar la
confianza en que la Administración no va a exigirle más de lo que estrictamente
sea necesario para la realización de los fines públicos que en caso se persiga: Y
que no le va ser exigido en el lugar, en el momento ni en la forma más
inadecuados, en atención a sus circunstancias personales u sociales, y a las
propias necesidades públicas. Confianza, legítima confianza de que no se le va a
imponer una prestación cuando solo superando dificultades extraordinarias
podrá ser cumplida. Ni en un lugar en que, razonablemente, no cabía esperar. Ni
antes de que lo exijan los intereses públicos ni cuando ya no era concebible el
ejercicio de la potestad administrativa. Confianza, en fin, en que en el
procedimiento para dictar el acto que dará lugar a las relaciones entre
Administración y administrado, no va a adoptar una conducta confusa y equívoca
que más tarde permita eludir o tergiversar sus obligaciones..." (El PRINCIPIO
GENERAL DE LA BUENA FE EN EL DERECHO ADMINISTRATIVO, Editorial
Civitas, Cuarta Edición, Madrid, 2004, Pág. 116).”
SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SILVANIA ITZEL
ATENCIO GONZÁLEZ al CONTRA EL MINISTERIO DE TRABAJO Y
DESARROLLO LABORAL.
En este orden de ideas suplicamos se apliquen, ya que fueron omitidos y violentados
directamente por omisión por la Autoridad demandada (REFORMA AGRARIA) los artículos 17 y 32 de
nuestra Constitución Nacional que ordenan que el funcionario público debe hacer lo que ordenaba la Ley
(la Ley 24 de 5 de julio de 2006 y DECRETO EJECUTIVO 228 DE 27 DE SEPTIEMBRE DE 2006) y
no de manera subjetiva o voluntariosa interpretar la misma, el presente.
Que El Estado le OTORGA al señor HERIBERTO ARAUZ LIZONDRO varón panameño, casado, portador
de la cédula de identidad personal No. 4-88-405 un terreno que es privado y sigue siendo privado
siendo ésta adjudicación inválida e ilegal por las Siguientes razones:
Falta de Capacidad o legitimidad para otorgar consentimiento que es el requisito esencial para la
compraventa o la constitución de un título.
a) Para efectos de la validez de la transferencia se requería la intervención prestando consentimiento de
como vendedor y comprador, existe claramente una ilegitimidad de la Personería por parte del Estado para
vender o adjudicar lo que no era de su propiedad.
b) Que existe un error invencible en el consentimiento ya que no existía la propiedad de parte del Estado
para desglosar un terreno.
La anulabilidad es, en derecho, una causa de invalidez del acto administrativo, que deriva de un vicio de
la voluntad o de un defecto de capacidad de la parte otorgante (REFORMA AGRARIA). Ya que carece de
Capacidad legal o Voluntad y de legitimidad para despojar a un tercero para beneficiar a un solicitante
agropecuario. PRONAT no hizo la gestión de verificación de que fuera finca del Estado por lo que violento
el artículo 4 la Ley 24 de 5 de julio de 2006, y por tanto REFORMA AGRARIA quien concedió el título por lo
que es ante la Sala Tercera que se pide su anulación.
La nulidad es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico, que provoca que una norma,
acto jurídico, acto administrativo o acto judicial deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al
LICDO. ALFREDO ELÍAS ESPINOZA CABRERA
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momento de su celebración. Para que una norma o acto sean nulos se requiere de una declaración de
nulidad, expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea coexistente a la celebración del mismo.