El Poder o Mandato Judicial en Panama y

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A.

El poder

I. ANTECEDENTES DEL PODER

Los mecanismos de representación judicial se han ido desarrollando a través de la historia,


con sus inicios en las antiguas civilizaciones como el imperio Romano.

En los inicios en el imperio romano no se podían interponer demandas sin la previa


autorización del rey, y en su defecto, las personas debían acudir ante una figura conocida
como PRETOR, que era un conocedor de la ley de las XII tablas, el código de Justiniani, las
pandectas, etc…

Al momento de acudir ante el PRETOR a presentar la pretensión las personas iban


acompañadas de un representante idóneo, es decir, que conociera las leyes que conocía el
PRETOR, el procedimiento que se utilizaba para hacer valer dicha representación ante el
PRETOR consistía en que la persona interesada en demandar iba acompañada de un
representante que en ese entonces era conocido como ADVOCATUS, esta acción para
validar dicha representación era conocida como PATRONATO.

II. DEFINICION DE PODER

El poder es una facultad o autorización que se le da a una persona para que represente a
otra.

Las partes son:

1. Poderdante: el que otorga el poder


2. Apoderado: el que ejerce la representación.

El poder es una representación judicial, vale la pena la aclaración ya que existen dos tipos de
representaciones:

1. Representación legal: es la que se le otorga a una persona natural para representar


una sociedad o empresa. Se otorga para ser sujeto de derecho
Ej. El gerente general del banco nacional es su representante legal.
Este tipo de representación se ve plasmada al momento de que alguna sociedad o
empresa, es decir una persona jurídica sea llamada en alguna proceso, en estos
casos debe comparecer su representante legal en su lugar.
2. Representación judicial: es la que se hace ante los tribunales de justicia, es una
representación judicial, solo la puede realizar un apoderado idóneo, es decir, un
abogado.

Para Diez-Picazo, la expresión “poder” referida a la representación, se emplea en varios


sentidos:
1. Como documento en el cual consta o mediante el cual se otorga la representación
conferida.
2. Acto o negocio jurídico por medio del cual se otorga la representación, y con ello
independencia de que tal negocio jurídico se encuentre o no fijado
documentalmente.
3. Situación jurídica en virtud de la cual el representante influye con sus actos o está
facultado para influir con ellos, en la esfera jurídica del representado.

El poder también conocido como representación judicial puede otorgarse de dos maneras a
saber:
1. Poder Especial: para determinados casos o actos específicos
2. Poder General: se otorga de manera general. En su totalidad, es una representación
universal, es decir, para todos los actos jurídicos. Este tipo de poderes tienen como
requisito primordial constar por escritura pública.”

En nuestro ámbito el poder no aparece definido explícitamente, sino que remite a la


expresión contenida en el Código Judicial (art.619) denominada “apoderado judicial”. En
efecto, se menciona en tal disposición que “todo el que haya de comparecer al proceso
deberá hacerlo por conducto de apoderado judicial…”. Más adelante en el artículo 620 C.J.
se señala que “sólo puede ser apoderado judicial la persona que posea certificado de
idoneidad para ejercer la abogacía expedido por la Corte Suprema de Justicia”. Vemos pues
que poder equivaler entonces a una representación en lo judicial, para comparecer al
proceso por cuenta de otra persona, en este caso un abogado, conocido como apoderado
judicial.

Hay teorías que respaldan la premisa de que el poder o representación judicial no es más
que un contrato de mandato que el artículo 1400 del código civil panameño lo define como:

Articulo 1400 CC “por el contrato de mandato se obliga una


persona a prestar algún servicio o hacer alguna cosa, por
cuenta o encargo de otra”

Somos del criterio de que efectivamente el poder o representación judicial es un contrato


de mandato con ciertas características ya que en este tipo de mandato el mandatario debe
ser una persona idónea, es decir, un abogado, y así lo estipula el artículo 620 del código
judicial panameño

Articulo 620 CJ “solo puede ser apoderado judicial la persona


que posea certificado de idoneidad para ejercer la abogacía
expedido por la Corte Suprema de Justicia….”
III. ESTRUCTURA DEL PODER

El poder se compone de 3 partes a saber:


a. Parte enunciativa
b. Parte descriptiva
c. Parte facultativa

a. PARTE ENUNCIATIVA DEL PODER:


Consiste en el encabezado del mismo, debe indicar el tipo de proceso de que se trate, las
partes del proceso y ante qué juez o autoridad competente se va a presentar el mismo, por
ejemplo

1. En materia civil

Proceso ordinario de mayor cuantía Juan Pérez


PODER vs Las flores s.a.

SEÑOR JUEZ DE CIRCUITO DEL PRIMER CIRCUITO JUDICIAL DE PANAMA – EN TURNO

2. En materia penal

Proceso Penal Juan Pérez encuestado


PODER por el supuesto delito de estafa

SEÑOR(A) FISCAL NOVENO DE CIRCUITO DEL PRIMER CIRCUITO JUDICIAL DE


PANAMA

b. PARTE DESCRIPTIVA DEL PODER:

La parte descriptiva consiste en el cuerpo del mismo, debe contener las generales de ambas
partes y del abogado, entendiéndose por generales los nombres, estado civil y domicilio.

Cabe mencionar que es de suma importancia colocar el domicilio de la contraparte ya que si


las instituciones judiciales no cuentan con exactitud del domicilio de la parte en mención se
les imposibilitara notificar a la misma del proceso incoado en su contra, y en virtud del
principio de publicidad procesal y el derecho a la defensa de no poder notificar a la parte
demandada las autoridades pertinentes no podrán darle continuidad al mismo.

c. PARTE FACULTATIVA DEL PODER:

La parte facultativa no es más que las facultades que le otorga el poderdante a su


apoderado dentro del proceso. Todo poder debe contener cinco facultades expresas para su
eficaz desempeño.
1. Recibir: notificaciones, expensas del proceso
2. Transigir: llegar a acuerdos.
3. Comprometer: facultad que tienen las partes para que el proceso finalice por medio
de arbitraje.
4. Desistir: ya sea de la acción o de la pretensión, entiéndase desistimiento de la acción
como el desistimiento del proceso que se está llevando a cabo, mas no de la
pretensión, es decir, al desistir de la acción no tiene efecto de cosa juzgada por el
contrario del desistimiento de la pretensión que lleva intrínseco el principio procesal
de cosa juzgada.
5. Allanarse: para el caso del demandado y del demandante reconvenido. Esta facultad
tiene como consecuencia jurídica directa que el juez reconsidere condenar a la parte
allanada a las costas del proceso.
Articulo 1071 CJ “en toda sentencia o auto se condenara en
costas a la parte contra la cual se pronuncie, salvo que a juicio
del juez haya actuado con evidente buena fe, sobre lo cual se
motivara expresamente en la resolución. En ese caso de
evidente buena fe, el juez podrá condenar solo a los gastos
del proceso. ….”

Las facultades que el poderdante deberá otorgar al apoderado judicial las establece el
código judicial al 634.

Artículo 634 del CJ “los poderes generales para pleitos


otorgan al apoderado las facultades necesarias para entablar
y seguir el proceso hasta su conclusión, como si fuere el
poderdante, pudiendo reconvenir y ejercer todos los
derechos otorgados a este, en su calidad de litigante.

Pero para recibir, comprometer, allanarse a la pretensión del


actor, desistir del proceso y terminarlo por transacción o
celebrar convenios que impliquen disposiciones de derechos
en litigio, se requiere que el apoderado principal o sustituto
designado por la parte este autorizado para ello mediante
facultad expresa.”

IV. MODELO DE PODER CIVIL

Proceso ordinario de mayor cuantía Juan Pérez


PODER vs
Las flores s.a.

SEÑOR JUEZ DE CIRCUITO DE LO CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO JUDICIAL DE


PANAMA – EN TURNO
Yo, JUAN PEREZ, varón, panameño mayor de edad, con cedula 9-876-123, con
domicilio en pedregal, calle 34, edificio LAS LUNAS, apartamento 13b confiero
poder especial a, MARIANGELA GOMEZ, con cedula de identidad, 8-868-1509,
con domicilio en Marbella calle 51, edificio mirales, 3er piso, lugar donde recibe
notificaciones personales para que en nuestro nombre y representación presente
DEMANDA ORDINARIA DE MAYOR CUANTIA contra LAS FLORES S.A., sociedad
inscrita a la ficha 14556 en la sección de mercantil del registro público, cuyo
representante legal es LUIS LOPEZ, varón, panameño, soltero, con domicilio en
villa la fuentes #2 entrando por el supermercado Price mart del dorado 4ta casa a
la mano izquierda casa H 134 a efecto que se le condene por el incumplimiento
de contrato, además de gastos, costas e intereses legales.

El letrado queda facultado para recibir, desistir, transigir, comprometer,


allanarse celebrar convenio donde se comprometen los derechos y litigios.

16 de octubre del 2014

Atte.

_____________________________
JUAN PEREZ
9-876-123

V. MODELO DE PODER PENAL

Proceso Penal Juan Pérez encuestado


PODER por el supuesto delito de estafa

SEÑOR FISCAL OCTAVO DE CIRCUITO DEL PRIMER CIRCUITO JUDICIAL DE


PANAMA.

Yo, JUAN PEREZ, varón, panameño, mayor de edad, de cedula 3-456-12, con
domicilio en bethania calle 13 casa A17 confiero poder especial a MARIANGELA
GOMEZ, mujer, panameña, mayor de edad, abogada en ejercicio, con cedula de
identidad personal 8-868-1509, con domicilio en Marbella calle 51 edificio las
luces, piso 3 oficina 3ª lugar donde recibe notificaciones personales y
profesionales, para que asuma mi defensa técnica dentro del proceso penal
incoado en mi contra por el supuesto delito de estafa.
La letrada que facultada para recibir, transigir, desistir, comprometer, allanarse y
celebrar convenio donde se comprometen los derechos y litigios.

Panamá 2014
Atte.
___________________________
JUAN PEREZ

En materia penal en repetidas ocasiones se da la situación de que el imputado se encuentra


detenido al momento de otorgar poder, para este caso en particular EL PODER LLEVARA UN
SELLO DE LA CARCEL QUE SURTE EFECTO NOTARIAL. Este sello va firmado por el ALCAIDE (el
director de la cárcel), y hace constar que tanto el abogado como el detenido estuvieron allí y
efectivamente se otorgó el poder.

B. Método de autenticación de poderes extranjeros por medio del convenio de la


Apostilla.

Debido al aumento de las relaciones interestatales que se ha dado en las ultimas década la
dinámica del derecho internacional ha otorgado a los países mecanismos de celeridad en los
procesos judiciales y en la convergencia de trámites para facilitar el complejo procedimiento
que se utilizaba en el mundo de las relaciones jurídicas en el reconocimiento convencional
de los efectos de actos jurídicos en indistintos países.

Esto se ha desarrollado con diferentes instrumentos por ejemplo la denominada Apostilla de


la Haya, en virtud del cual un país firmante del convenio de la Haya reconoce la eficacia
jurídica de un documento público emitido en otro país firmante del mencionado convenio.

El trámite de legalización – denominada apostilla- consiste en colocar sobre el documento


que se quiera internacionalizar una apostilla, es decir, una anotación que le dará validez
entre los países firmantes del convenio.
Con lo mencionado anteriormente sale a relucir que el convenio de la Apostilla de la Haya
firmado en 1961 ha suprimido el requisito de legalización diplomática y consular de los
documentos públicos que se originen en un país firmante del convenio y que vayan a ser
utilizados en otro. Los documentos que provengan de un país firmante que estén
certificados por una apostilla deberán ser reconocidos en cualquier otro país firmante del
convenio siempre que cumplan con los requisitos que el tratado establece.

I. CONVENIO DE LA APOSTILLA
El conocido convenio de la Apostilla de la Haya se le denomino en realidad “Convenio de la
Haya sobre la eliminación del requisito de la legalización de Documentos Públicos
Extranjeros” del 5 de octubre de 1961. Antes de la creación de este convenio se utilizaba un
sistema de certificación en cadena para la legalización de documentos públicos que
pretendían ser utilizados en otros países consistía en acudir a cuatro autoridades distintas,
incluyendo a los ministros de relaciones exteriores de ambos países, este mecanismo
entorpecía con numerosos formalismos el trafico jurídico internacional y añadía
incertidumbre al mismo.

Este instrumento jurídico internacional está conformado por 15 artículos además un anexo
que establece el formato de apostilla a utilizar por los países firmantes en cuanto a la
información, pero las medidas consignadas en dicho formato no son estrictas, es decir casa
país puede acogerlas según sus sistemas.

II. REGIMEN LEGAL DE LA APOSTILLA

El requisito necesario para que un documento pueda ser apostillado es que se trate de
documento público. El artículo 1 de la convención considera documentos públicos los
siguientes
 Los documentos dimanantes de una autoridad o funcionario vinculado a una
jurisdicción del Estado, incluyendo los provenientes del ministerio público, o de un
secretario, oficial o agente judicial.
 Los documentos administrativos
 Los documentos notariales
 Las certificaciones oficiales que hayan sido puestas sobre documentos privados tales
como menciones de registro, comprobaciones sobre la certeza de una fecha y
autenticaciones de firma.
Además el artículo 1 también menciona dos excepciones al convenio
 Los documentos expedidos por funcionarios diplomáticos o consulares
 A los documentos administrativos relacionados directamente con una operación
comercial o aduanera.
Cabe mencionar además que el artículo 3 de la convención menciona que la apostilla no
podrá exigirse cuando las leyes, reglamentos o usos en vigor en el Estado en que el
documento deba surtir efecto, o bien un acuerdo entre dos o más Estados contratantes, la
rechacen, la simplifiquen o dispensen de legalización al propio documento.

La apostilla podrá redactarse en la lengua oficial de la autoridad que la expida. Las


menciones que figuren en ella podrán ser también escritas en una segunda lengua. El título
“Apostille (Convention de La Haya du 5 octobre 1961)” deberá mencionarse en lengua
francesa según el artículo 4, 2, de la convención.

La apostilla certificara (articulo 2 de la convención)


 La autenticidad de la firma
 La calidad en que el signatario haya actuado
 La identidad del sello o timbre que el documento lleve

Cada estado contratante designara la autoridades, consideradas en base al ejercicio de sus


funciones como tales, a las que dicho Estado atribuye competencia para expedir la apostilla.
Esta designación se notificara al Ministerio de Asuntos Extranjeros de los Países Bajos en el
momento del depósito de su instrumento de ratificación o de adhesión o de su declaración
de extensión. Le notificara también a dicho Ministerio cualquier modificación en la
designación de estas autoridades. (Artículo 6 de la convención)

III. ESTADOS SIGNATARIOS

a. PAISES MIEMBROS DE LA ORGANIZACIÓN DE LA HAYA QUE SON PARTE DE LA


CONVENCION

ESTADO FIRMA RATIFICACION ENTRADA EN VIGOR


Albania   3-IX-2003 9-V-2004
Alemania 5-X-1961 15-XII-1965 13-II-1966
Andorra   15-IV-1996 31-XII-1996
Argentina   8-V-1987 18-II-1988
Armenia   19-XI-1993 14-VIII-1994
Australia   11-VII-1994 16-III-1995
Austria 5-X-1961 14-XI-1967 13-I-1968
Azerbaiyán   13-V-2004 2-III-2005
Belarús   16-VI-1992 31-V-1992
Bosnia y
  23-VIII-1993 6-III-1992
Herzegovina
Bulgaria   1-VIII-2000 29-IV-2001
Bélgica 10-III-1970 11-XII-1975 9-II-1976
China, República
     
Popular
Chipre   26-VII-1972 30-IV-1973
Corea, República
  25-X-2006 14-VII-2007
de
Costa Rica   6-IV-2011 14-XII-2011
Croacia   23-IV-1993 8-X-1991
Dinamarca 20-X-2006 30-X-2006 29-XII-2006
Ecuador   2-VII-2004 2-IV-2005
Eslovaquia   6-VI-2001 18-II-2002
Eslovenia   8-VI-1992 25-VI-1991
España 21-X-1976 27-VII-1978 25-IX-1978
Estados Unidos de
  24-XII-1980 15-X-1981
América
Estonia   11-XII-2000 30-IX-2001
Finlandia 13-III-1962 27-VI-1985 26-VIII-1985
Francia 9-X-1961 25-XI-1964 24-I-1965
Georgia   21-VIII-2006 14-V-2007
Grecia 5-X-1961 19-III-1985 18-V-1985
Hungría   18-IV-1972 18-I-1973
India   26-X-2004 14-VII-2005
Irlanda 29-X-1996 8-I-1999 9-III-1999
Islandia 7-IX-2004 28-IX-2004 27-XI-2004
Israel   11-XI-1977 14-VIII-1978
Italia 15-XII-1961 13-XII-1977 11-II-1978
Japón 12-III-1970 28-V-1970 27-VII-1970

La ex República
Yugoslava de   20-IX-1993 17-XI-1991
Macedonia

Letonia   11-V-1995 30-I-1996


Lituania   5-XI-1996 19-VII-1997
Luxemburgo 5-X-1961 4-IV-1979 3-VI-1979
Malta   12-VI-1967 3-III-1968
Mauricio   20-XII-1968 12-III-1968
Montenegro   30-I-2007 3-VI-2006
México   1-XII-1994 14-VIII-1995
Mónaco   24-IV-2002 31-XII-2002
Noruega 30-V-1983 30-V-1983 29-VII-1983
Nueva Zelandia   7-II-2001 22-XI-2001
Panamá   30-X-1990 4-VIII-1991
Paraguay   10-XII-2013 30-VIII-2014
Países Bajos 30-XI-1962 9-VIII-1965 8-X-1965
Perú   13-I-2010 30-IX-2010
Polonia   19-XI-2004 14-VIII-2005
Portugal 20-VIII-1965 6-XII-1968 4-II-1969

Reino Unido de
Gran Bretaña e 19-X-1961 21-VIII-1964 24-I-1965
Irlanda del Norte

República Checa   23-VI-1998 16-III-1999


Rumania   7-VI-2000 16-III-2001
Rusia, Federación
  4-IX-1991 31-V-1992
de
Serbia   26-IV-2001 27-IV-1992
Sudáfrica   3-VIII-1994 30-IV-1995
Suecia 2-III-1999 2-III-1999 1-V-1999
Suiza 5-X-1961 10-I-1973 11-III-1973
Suriname   29-X-1976 25-XI-1975
Turquía 8-V-1962 31-VII-1985 29-IX-1985
Ucrania   2-IV-2003 22-XII-2003
Uruguay   9-II-2012 14-X-2012
Venezuela   1-VII-1998 16-III-1999

b. ESTADOS NO MIEMBROS DE LA ORGANIZACIÓN QUE SON PARTE DE LA


CONVENCION

ESTADO FIRMA RATIFICACION ENTRADA EN VIGOR


Antigua y Barbuda   1-V-1985 1-XI-1981
Bahamas   30-IV-1976 10-VII-1973
Bahrein   10-IV-2013 31-XII-2013
Barbados   11-VIII-1995 30-XI-1966
Belice   17-VII-1992 11-IV-1993
Botswana   16-IX-1968 30-IX-1966
Brunei Darussalam   23-II-1987 3-XII-1987
Burundi   10-VI-2014 13-II-2015
Cabo Verde   7-V-2009 13-II-2010
Colombia   27-IV-2000 30-I-2001
Cook, Islas   13-VII-2004 30-IV-2005
Dominica   22-X-2002 3-XI-1978
El Salvador   14-IX-1995 31-V-1996
Fiji   29-III-1971 10-X-1970
Granada   17-VII-2001 7-IV-2002
Honduras   20-I-2004 30-IX-2004
Kazajstán   5-IV-2000 30-I-2001
Kirguistán   15-XI-2010 31-VII-2011
Lesotho   24-IV-1972 4-X-1966
Liberia   24-V-1995 8-II-1996
Liechtenstein 18-IV-1962 19-VII-1972 17-IX-1972
Malawi   24-II-1967 2-XII-1967
Marshall, Islas   18-XI-1991 14-VIII-1992
Mongolia   2-IV-2009 31-XII-2009
Namibia   25-IV-2000 30-I-2001
Nicaragua   7-IX-2012 14-V-2013
Niue   10-VI-1998 2-III-1999
Omán   12-V-2011 30-I-2012
República de
  19-VI-2006 16-III-2007
Moldova
República
  12-XII-2008 30-VIII-2009
Dominicana
Saint Kitts y Nevis   26-II-1994 14-XII-1994
Samoa   18-I-1999 13-IX-1999
San Marino   26-V-1994 13-II-1995
San Vicente y las
  2-V-2002 27-X-1979
Granadinas
Santa Lucía   5-XII-2001 31-VII-2002
Santo Tomé y
  19-XII-2007 13-IX-2008
Príncipe
Seychelles   9-VI-1978 31-III-1979
Swazilandia   3-VII-1978 6-IX-1968
Tayikistán   20-II-2015 31-X-2015
Tonga   28-X-1971 4-VI-1970
Trinidad y Tabago   28-X-1999 14-VII-2000
Uzbekistán   25-VII-2011 15-IV-2012
Vanuatu   1-VIII-2008 30-VII-1980

Es importante destacar la diferencia entre en un estado miembro de la organización de la


Haya y a la vez parte del convenio y un Estado no miembro de la organización de la haya
pero parte del convenio.
 Un estado Miembro de la organizacion es el que acepta el Estatuto de la conferencia
después de haber participado en una de las sesiones. El estatuto de la conferencia de
la Haya contempla, entre otras cosas, la división proporcional de los costos
presupuestarios de las sesiones
 Un estado no miembro es aquel que no forma parte de la conferencia de la Haya
pero si puede ser parte de los convenio que a su bien considere.

IV. Propósito del Convenio


El propósito del Convenio es el de eliminar el requisito de legalización y facilitar el uso de
documentos públicos en el exterior.

a. Aboliendo el requisito de la legalización


En general, un documento público puede ser presentado en el Estado en el cual es
emitido sin la necesidad de verificar su origen. Esto se basa en el principio en el que el
origen del documento recae sobre el propio documento (acta probant sese ipsa), sin la
necesidad de una verificación adicional del origen de éste. Sin embargo, cuando el
documento es presentado en el extranjero, su origen puede exigir una verificación. Esto se
debe a que el receptor puede no estar familiarizado con la identidad o categoría oficial de la
persona que suscribe el documento, o con la identidad de la autoridad cuyo sello contiene.
En consecuencia, los Estados empezaron a solicitar que el origen del documento público
extranjero fuera certificado por un funcionario que estuviera familiarizado con el
documento. Es en este contexto que se desarrolló el procedimiento conocido como
“legalización”.

La legalización describe los procedimientos en los que la firma/sello de un documento


público se certifica como auténtica por una serie de funcionarios públicos a lo largo de una
“cadena” hasta el punto donde la autenticación final sea reconocible para un funcionario del
Estado de destino y donde pueda tener efecto legal. Por una cuestión práctica, las
Embajadas y Consulados del Estado de destino ubicados en (o acreditados por) el Estado de
origen se encuentran estratégicamente situados para facilitar este proceso. Sin embargo, las
Embajadas y Consulados no conservan muestras de las firmas/sellos/timbres de cada
autoridad o funcionario público del Estado de origen, de modo que frecuentemente se
solicita una autenticación intermedia entre la autoridad o funcionario público que otorgó el
documento público en dicho Estado y la Embajada o Consulado. En muchos casos, esto
implica la autenticación por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado de
origen. No obstante, según el derecho del Estado de origen, pueden requerirse una serie de
autenticaciones antes que el documento pueda ser presentado a la Embajada o Consulado
para su autenticación. Luego, dependiendo de la ley del Estado de destino, el sello/timbre
de la Embajada o Consulado puede ser identificado directamente por el funcionario en
dicho Estado, o puede requerir ser presentado ante el Ministerio de Relaciones Exteriores
de dicho Estado para la validación final.

Mientras existan diferencias entre los Estados, la “cadena” de legalización implica


comúnmente una serie de conexiones, lo cual deviene en un proceso incómodo, costoso en
tiempo y caro.

No todos los Estados imponen el requisito de la legalización a documentos públicos


extranjeros que han de ser presentados en su territorio. Este es particularmente el caso de
muchos Estados que cuentan con la tradición del common law (sistema anglosajón). Sin
embargo, el Convenio es todavía importante para estos Estados puesto que facilita la
circulación de documentos públicos emitidos en su propio territorio, que serán presentados
en otro Estado Contratante. De lo contrario, el documento podría ser sometido al incómodo
proceso de legalización. Esto explica por qué muchos Estados que no imponen requisitos de
legalización en documentos públicos extranjeros se han unido al Convenio: sus ciudadanos y
empresas se benefician del Convenio cuando tienen que presentar documentos públicos en
un Estado que sí impone el requisito de legalización.

b. Facilitando el uso de documentos públicos en el exterior


1. El proceso simplificado puesto en funcionamiento por el Convenio sobre Apostilla

Donde se aplica, el Convenio sobre Apostilla anula el proceso de legalización y lo reemplaza


con una única formalidad: la emisión de un certificado de autenticación –llamado una
“Apostilla”– por una autoridad designada por el Estado de origen – denominado la
“Autoridad Competente”. El proceso simplificado establecido por el Convenio puede
ilustrarse de la siguiente manera:

Al mismo tiempo, el Convenio sobre Apostilla sirve y mantiene el mismo resultado


importante final de la legalización: la autenticación del origen de un documento público
otorgado en un Estado, que será utilizado en otro Estado.
2. El ideal del “proceso de una sola etapa”

Al introducir un proceso de autenticación más simple, el Convenio facilita el uso de


los documentos públicos en el exterior. Idealmente, este propósito se persigue al permitir
que todos los documentos públicos sean apostillados directamente, sin necesidad de una
autenticación previa en el Estado de origen. En efecto, este “proceso de una sola etapa” es
lo que los redactores tenían en mente cuando se venía desarrollando el Convenio sobre
Apostilla, y es la forma en que las Apostillas se expiden en muchos de los Estados
Contratantes.

En otros Estados, algunos o todos los documentos públicos deben ser autenticados
por una o más autoridades (a saber, cuerpos de autenticación profesionales o regionales)
antes de eventualmente ser apostillados. Generalmente, este es el caso en que la Autoridad
Competente no tiene la facultad de verificar el origen de todos los documentos públicos,
para lo cual tiene competencia en emitir Apostillas. Tal “proceso de múltiples pasos”
obviamente es más incómodo que el proceso de una sola etapa. Puede resultar en el uso de
la Apostilla tanto para la validación (final), o para el documento público primario (inicial).
Cualquiera sea el caso, esto resulta en la presentación de múltiples etapas de autenticación.
Estos procesos son naturalmente más incómodos y pueden generar confusión en torno al
documento al que la Apostilla refiere.

3. La obligación de prevenir la legalización donde se aplica la Apostilla


Según el artículo 9, se requiere que los Estados Contratantes tomen las medidas necesarias
para evitar que sus agentes diplomáticos y consulares realicen legalizaciones donde se
aplica el Convenio. En la fase de implementación, esto comprende típicamente que un
Estado Contratante informe a sus Embajadas y Consulados en el exterior sobre la próxima
entrada en vigor del Convenio.
d) Relación con el derecho interno y otros tratados que intervienen en la autenticación de los
documentos públicos
El proceso simplificado previsto por el Convenio sobre Apostilla es la única
formalidad que puede requerirse para autenticar los documentos públicos extranjeros. Sin
embargo, el Convenio no impide que los Estados Contratantes acuerden (ejemplo en forma
de un tratado bilateral o multilateral) eliminar, limitar o simplificar aún más los requisitos de
autenticación.
El Convenio tampoco exige que un documento público extranjero sea apostillado
antes de ser presentado en el Estado de destino. Cualquier exigencia similar es tema del
derecho interno del Estado de destino. Dicho Estado es también libre de eliminar, limitar o
simplificar más los requisitos de autenticación (tales como la legalización o apostilla), o
simplemente no imponer ningún requisito. Como se mencionó en el párrafo 11, algunos
Estados no exigen requisitos de autenticación para los documentos públicos extranjeros.
Dado que el Convenio sobre Apostilla está diseñado para eliminar la legalización y
facilitar el uso de documentos públicos en el exterior, este no impone una exigencia para
que los documentos públicos extranjeros sean apostillados, es decir, cuando:
- derecho interno del Estado de destino ha eliminado, limitado o simplificado aún más el
requisito de autenticación;
- derecho interno del Estado de destino no impone un requisito de autenticación; o
- un tratado, convenio, acuerdo o instrumento similar aplicable (incluida una regulación) ha
eliminado, limitado o simplificado dicho requisito.

V. Convenios de La Haya que suprimen completamente los requisitos de


autenticación
Varios Convenios de La Haya, que establecen mecanismos de cooperación legal, eliminan el
requisito de la legalización o formalidad similar (como el apostillado) para los documentos
públicos recibidos dentro su ámbito. Por ejemplo:

- El Convenio de La Haya de 15 de noviembre de 1965 sobre la Notificación o Traslado en el


Extranjero de Documentos Judiciales y Extrajudiciales en Materia Civil o Comercial, elimina
tales requisitos en las solicitudes formales para transmitir documentos en el extranjero.
- el Convenio de La Haya de 18 de marzo de 1970 sobre la Obtención de Pruebas en el
Extranjero en Materia Civil o Comercial elimina tales requisitos para las solicitudes formales
en la obtención de pruebas en el extranjero
- el Convenio de La Haya de 25 de octubre de 1980 sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores elimina dichos requisitos en el marco de este
Convenio

- el Convenio de La Haya de 30 de junio de 2005 sobre Acuerdos de Elección de Foro elimina


dichos requisitos para “todos los documentos emitidos o entregados en virtud del
Convenio”, incluyendo los documentos que requieren aplicar para el reconocimiento y
ejecución del fallo extranjero.

Una apostilla solo autentica el origen del documento público subyacente


El efecto de la Apostilla es limitado. Acredita únicamente el origen del documento
público subyacente. Hace esto certificando la autenticidad de la firma en el documento, la
calidad en la que la persona actuó al firmar el documento y, si fuera necesario, la identidad
del sello o timbre que el documento lleva (Art. 5).

Una apostilla no certifica el contenido del documento público subyacente


La Apostilla no refiere en modo alguno al contenido del documento público
subyacente. Si bien la naturaleza pública del propio documento puede implicar que su
contenido es verdadero y correcto, una Apostilla no mejora o añade ningún significado legal
adicional al efecto legal que la firma y/o sello producirían sin una Apostilla.

VI. El proceso de la Apostilla en el estado de origen: solicitud – verificación –


emisión – registro

a. Solicitando una Apostilla


Una Apostilla puede ser solicitada ya sea por la persona que tiene el documento
(ejemplo la persona que intenta presentar el documento público en el extranjero), o por la
persona que ha elaborado el documento (ejemplo, un funcionario, una autoridad o un
notario).
El Convenio no distingue entre personas naturales o personas jurídicas ejemplo, una
compañía), ni prescribe ningún requisito de elegibilidad para el solicitante (ejemplo,
nacionalidad o status personal). Además, el Convenio no exige que el solicitante señale las
razones para su pedido.

El Convenio no requiere que el solicitante sea la persona que intenta presentar el


documento en el extranjero. En ese mismo sentido, una Apostilla puede emitirse a solicitud
de un agente o una persona próxima a la persona que intenta usarla. Sin embargo, dentro
de sus procedimientos internos, una Autoridad Competente puede solicitar que un agente o
un allegado proporcionen evidencia de que está autorizado para hacer una solicitud por la
persona que intenta usar la Apostilla.

b. El uso del Modelo de Apostilla

1. El modelo original
El Anexo al Convenio sobre Apostilla proporciona el siguiente Modelo de Certificado
de Apostilla

El propósito del Modelo de Apostilla es asegurar que las Apostillas expedidas por los
diversos Estados Contratantes sean claramente identificables en todos los otros Estados
Contratantes, facilitando así la circulación de los documentos públicos en el extranjero. Por
esta razón, las Apostillas expedidas por las Autoridades Competentes deberían adecuarse lo
más cercanamente posible al Modelo de Apostilla. En particular, una Apostilla tiene que:
- Llevar el título en francés ‘Apostille (Convention de La Haye du 5 octobre 1961)’; y
- tener los 10 términos estándar numerados.

2. Requerimientos de forma
El Modelo de Apostilla está descrito en el Convenio como un cuadrado con lados de
al menos nueve centímetros de largo. En la práctica, el tamaño y la forma de las Apostillas
varía entre las Autoridades Competentes. En muchos casos, la Apostilla tiene la forma de un
rectángulo. Esto se debe a una gama de factores, incluyendo el número de lenguas
utilizadas para los 10 términos estándar, la colocación de ciertas características de diseño, o
diferencias en la papelería utilizada. Esta práctica es aceptable, y refleja la intención de los
redactores de que las dimensiones de la Apostilla deben ser flexibles. De hecho, los
redactores del Convenio rechazaron específicamente una propuesta para proporcionar
dimensiones uniformes.
Debería, sin embargo, tomarse en cuenta que si el tamaño y forma de la Apostilla
varía mucho del Certificado Modelo de Apostillas a tal punto que no se identifica claramente
como una Apostilla expedida en virtud del Convenio, la Apostilla corre el riesgo de ser
rechazada en el Estado de destino.

Para la facilidad de referencia, cada uno de los 10 términos estándar debe estar
numerados (del “1” al “10”) según se indica en el Certificado Modelo de Apostilla.

En la práctica, la apariencia de las Apostillas varía entre las Autoridades Competentes


debido al uso de diferentes formatos de fuente, colores y la incorporación del emblema de
la Autoridad Competente o del Estado. No existen requerimientos formales con respecto a
las características de diseño como el uso de membrete, marcas de agua u otras
características de seguridad en el Certificado mismo.

Las Autoridades Competentes deben garantizar la uniformidad de la apariencia de las


Apostillas que expiden. Particularmente, el diseño de las Apostillas no debe variar según la
categoría del documento público subyacente, o basado en las preferencias del solicitante.
Las variantes en el diseño de las Apostillas expedidas por la Autoridad Competente pueden
generar confusión en los Estados de destino. En los Estados donde existen múltiples
Autoridades Competentes, cada Autoridad Competente debe esforzarse por utilizar un
diseño consistente.

El Modelo de Apostilla muestra un marco alrededor del título y de los 10 términos


estándar numerados. Muchas Autoridades Competentes expiden Apostillas sin dicho marco.
En algunos casos, el marco rodea no solo el título y el área de los 10 términos estándar
numerados, sino también textos adicionales y emblemas. Ambas prácticas son aceptables
dado que la Apostilla se identifica claramente como una Apostilla expedida en virtud del
Convenio.

Adicionalmente al título y a los 10 términos estándar numerados, la Apostilla puede


incluir un texto adicional. Para asegurar que la Apostilla sigue siendo claramente
identificable como una Apostilla expedida en virtud del Convenio, debe colocarse un texto
adicional fuera del área que contiene a los 10 términos estándar y de tal manera que no
interfiera con la integridad de dichos términos. En particular, si los 10 términos estándar
están encerrados con un marco, el texto adicional no debe ser colocado dentro de dicho
marco.

La inclusión de un texto adicional podría facilitar la presentación de los documentos


públicos en el exterior al brindar al portador o beneficiario algunas aclaraciones adicionales
sobre la Apostilla. De igual forma, podría ayudar a las Autoridades Competentes a combatir
intentos de otras personas por tergiversar el efecto de la Apostilla.

El Convenio no especifica cómo deben firmarse las Apostillas. En la práctica, las


Apostillas en papel se firman a mano (firma “de puño”), mediante sellos de goma, o por
medios mecánicos (firma facsímil).

c. Adjuntando la Apostilla en el documento público subyacente

1. Colocación directa o el uso de un allonge


Las Apostillas deben adjuntarse al documento público ya sea al ser colocadas
directamente en el documento, o al ser colocadas en una hoja de papel por separado (un
“allonge”), el cual luego se añade al documento (Art. 4).

2. Diversos métodos para adjuntar la Apostilla


El Convenio no específica cómo debe colocarse la Apostilla en el documento público
subyacente, o cómo el allonge debe añadirse en el documento público subyacente. En
última instancia, depende de cada Autoridad Competente determinar los métodos para
adjuntar Apostillas. En todos los casos, la Apostilla deberá ser adjuntada de forma segura al
documento.

En la práctica, las Autoridades Competentes emplean diversos métodos para


adjuntar una Apostilla de papel al documento público subyacente. Para colocar una
Apostilla en un documento público subyacente o allonge, los métodos incluyen el uso de un
sello de goma, pegamento, cintas, sellos de cera, sellos impresos y etiquetas autoadhesivas.
Para añadir un allonge al documento público subyacente, los métodos incluyen el uso de
pegamento, anillos o grapas.

C. JURISPRUDENCIA

GEORGE HARRISON, SOLICITA LA EJECUCIÓN DE LAS SENTENCIA EXTRANJERAS DEL 10 DE


ENERO DE 1996 DICTADA POR LA CORTE SUPERIOR DEL ESTADO DE CALIFORNIA POR EL
CONDADO DE LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA Y LA SENTENCIA DEL 14 DE MAYO
DE 1997, PROFERIDA POR LA CORTE DE CIRCUITO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO JUDICIAL DEL
CONDADO ST. CLAIR, ILINOIS, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, AMBAS PROFERIDAS POR EL
PROCESO INSTAURADO EN EL EXTRANJERO POR GEORGE HARRISON CONTRA DENIS O'BRIEN.
MAGISTRADO PONENTE: FABIÁN A. ECHEVERS. PANAMÁ, TRES (3) DE AGOSTO DE MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y OCHO (1998).

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. SALA DE NEGOCIOS GENERALES.

En este fallo de la corte se presentan sin número de irregularidades en cuanto a


formalización y legalización de documentos extranjeros que buscaban ser considerados
validos en la república de Panamá entre los cuales podemos mencionar
 Falta del sello de apostilla en documentos públicos
 Testimonios no traducidos al idioma Español
 Falta de legitimación activa por parte de la firma peticionaria ya que el poder nunca
fue autenticado según lo dispone el artículo 622 del Código Judicial de Panamá

VISTOS:

La firma de abogados PATTON, MORENO & ASVAT, en su condición de apoderada especial


de GEORGE HARRISON, ha concurrido ante este Tribunal para que se reconozcan y declaren
ejecutables en la República de Panamá las sentencias extranjeras calendadas 10 de enero de
1996, proferidas por la Corte Superior del Estado de California por el Condado de Los
Angeles, y 14 de mayo de 1997, librada por la Corte de Circuito del Vigésimo Circuito Judicial
del Condado de St. Clair, Illinois, Estados Unidos de América.

El peticionario fundamenta su solicitud, sustancialmente, en los siguientes hechos y


consideraciones:

"PRIMERO: Nuestro representado, el Sr. GEORGE HARRISON, interpuso


formal proceso contra DENIS O'BRIEN ante tribunal competente del Estado
de California, Estados Unidos de América.
SEGUNDO: El proceso a que se alude en el hecho anterior fue resuelto
mediante sentencia favorable a nuestro mandante George Harrison, decisión
identificada con fecha 10 de enero de 1996, proferida por la Corte Superior
del Estado de California por el Condado de Los Angeles, Estados Unidos de
América.
TERCERO: La sentencia mencionada en el hecho anterior fue debidamente
ejecutada en el Estado de Illinois, Estados Unidos de América, por la Corte de
Circuito del Vigésimo Circuito Judicial del Condado de St. Clair, Illinois.
CUARTO: Mediante sentencia de 14 de mayo de 1997, la Corte de Circuito del
Vigésimo Circuito Judicial del Condado de St. Clair Illinois, ordenó, entre otras
cosas, la cesión a favor del Sr. GEORGE HARRISON de la cuenta por cobrar o
crédito por la suma de TRESCIENTOS SETENTA Y CINCO MIL dólares de los
Estados Unidos de América (U. S. $375,000.00), que mantenía el Sr. DENIS
O'BRIEN con la sociedad panameña EUROATLANTIC INTERNATIONAL, S. A.
QUINTO: Ambas sentencias a las cuales se hace referencia en los hechos
anteriores han sido proferidas en ejercicio pleno de una pretensión personal
y se derivan de un proceso ventilado ante la jurisdicción de país extranjero.
SEXTO: Las mencionadas sentencias extranjeras no fueron dictadas en
rebeldía, toda vez que fueron expedidas dentro de un proceso realizado con
audiencia del demandado, Sr. Denis O'Brien; es decir, dentro de un proceso
en el cual se le dio traslado personalmente al demandado dentro de la
jurisdicción del tribunal de la causa".

Siguiendo el trámite determinado en nuestro ordenamiento para estos procesos, se le dio


traslado al señor Procurador General de la Nación, quien externó su criterio argumentando
que no es posible vertir un concepto de ley, toda vez que es preciso subsanar ciertos vicios,
destacando entre otras cosas, que múltiples documentos aportados no fueron traducidos
tales como las declaraciones del señor Brian Edwards (cfr. fojas 9, 19, 25, 34, 41 y 47), así
como las certificaciones del Notario Público (cfr. fojas 14, 22, 31, 37, 44 y 49).

El numeral 2 del artículo 101 del Código Judicial le confiere competencia a la Sala Cuarta
para "examinar las resoluciones judiciales pronunciadas en país extranjero, incluso las
arbitrales, para el efecto de decidir si pueden ser o no ejecutadas en la República de
Panamá, sin perjuicio de lo estipulado en los tratados públicos".

Ahora bien, una vez expuestas las opiniones del peticionario y del Sr. Procurador, la Sala
procede a externar su criterio sobre el caso bajo estudio, previas las siguientes
consideraciones:

DETERMINACION DE LA NORMA APLICABLE

La República de Panamá y los Estados Unidos de América no han suscrito convención o


tratado en el orden multilateral o bilateral, relativo a la ejecución de sentencias extranjeras,
razón por la cual analizaremos la presente solicitud de conformidad con la lex fori a la luz del
artículo 1409 del Código Judicial. Para mayor ilustración, pasamos a transcribir el artículo
1409:

"ARTICULO 1409: Las sentencias pronunciadas por Tribunales extranjeros y


los fallos arbitrales extranjeros tendrán en la República de Panamá la fuerza
que establezcan los convenios o tratados respectivos.
Si no hubiere tratados especiales con el Estado en que se haya pronunciado
la sentencia, ésta podrá ser ejecutada en Panamá, salvo prueba de que en
dicho Estado no se da cumplimiento a las dictadas por los Tribunales
panameños.
Si la sentencia procediere de un Estado en que no se dé cumplimiento a las
dictadas por los Tribunales panameños no tendrá fuerza en Panamá.
Sin perjuicio de lo que se dispone en tratados especiales, ninguna sentencia
dictada en país extranjero podrá ser ejecutada en Panamá, si no reúne los
siguientes requisitos:
1. Que la sentencia haya sido dictada a consecuencia del ejercicio de una
pretensión personal, salvo lo que la ley disponga especialmente en materia
de sucesiones abiertas en países extranjeros;
2. Que no haya sido dictada en rebeldía, entendiéndose por tal, para los
efectos de este artículo, el caso en que la demanda no haya sido
personalmente notificada al demandado, dentro de la jurisdicción del
Tribunal de la causa, a menos que el demandado rebelde solicite la ejecución;
3. Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido sea lícita en
Panamá; y,
4. Que la copia de la sentencia sea auténtica. Se entiende por sentencia la
decisión que decide la pretensión". (Subraya la Sala).

CONSIDERACIONES ENTORNO AL EXEQUATUR EN NUESTRO DERECHO.


El exequátur es un instrumento de control judicial sobre los efectos jurisdiccionales de una
decisión extranjera, éste se limita a verificar la forma de la sentencia, por lo tanto, no tiene
por finalidad hacer una revisión de fondo del proceso.

Dentro de este orden de ideas, podemos afirmar que la mecánica del control va dirigida a
constatar, en primera instancia, si la pretensión hecha valer en el respectivo proceso
incoado en el extranjero es personal, entendiéndose por esta "aquella por la que se reclama
un derecho de crédito (actio in personam). Se pretendía por ella, en el derecho romano, el
cumplimiento de una obligación (dare, facere o prestare)" (Enciclopedia Jurídica Omeba,
Tomo I, A, Driskill, S. A., Argentina, 1986, pág. 226).

Bajo esta concepción, el tratadista argentino Lino Enrique Palacio profundizando más sobre
este tema, afirma que "las pretensiones personales son aquellas que emergen de derechos
personales de contenido patrimonial, a los que también se denomina derechos de crédito o
creditorios y cabe definir como aquéllos que se tienen respecto de una o varias personas
determinadas que se hayan obligadas, frente al sujeto activo, a la entrega de una cosa
(obligación de dar), o a la ejecución de un hecho (obligación de hacer) o de una abstención
(obligación de no hacer)" (Derecho Procesal Civil, Tomo I, Nociones Generales, Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, Argentina, pág. 438).

Como segundo punto, resulta relevante comprobar que la sentencia no vulnera el principio
procesal de contradicción o bilateralidad, el cual reagrupa una serie de reglas de conductas
procesales que se refunden al principio de oportunidad del demandado para comparecer, al
principio de cognición sobre la acción incoada en su contra, es decir que no haya sido
dictada en rebeldía.

Dentro de este contexto, nuestro ordenamiento requiere además, que debe tratarse de una
obligación lícita, noción que hoy en día es substituida por la de orden público. La supuesta
ilegalidad interna, no es ilegalidad cualquiera que puede permitirse la jurisdicción local, sino
una ilegalidad perturbadora de la concepción de orden público panameño. Esta es la
categoría que reemplaza la simplista connotación de ilegalidad, la cual debe tratarse de una
ilegalidad contraria al orden público de la jurisdicción del foro que impida el reconocimiento
y ejecución de la sentencia extranjera.

Siguiendo este orden de ideas, nuestro derecho positivo exige que la sentencia que se
pretende reconocer y ejecutar en Panamá haga tránsito a cosa juzgada, es decir debe ser
una sentencia ejecutoriada, contra la cual no se pueda recurrir, dotada de un carácter
imperativo. Al respecto, nos ilustra el Maestro Francesco Carnelutti cuando manifiesta que
"cosa juzgada, pues, significa el fallo de mérito que se obtiene mediante el proceso de
cognición, o en otros términos, el fallo sobre las cuestiones de fondo, las cuestiones de
fondo juzgadas no sólo son las expresamente resueltas, sino también aquéllas cuya solución
sea una premisa necesaria para la solución de las primeras, y que, por tanto, se resuelven
implícitamente, puesto que las cuestiones de orden no atañen a la litis, su solución no
constituye nunca cosa juzgada" (Instituciones del Proceso Civil, Traducción de la Quinta
Edición Italiana por Santiago Sendis M., Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires,
1981, págs. 136 y 137).
Por último, resulta trascendental dentro de este proceso, que la copia de la sentencia sea
auténtica, y sobre este particular, se ocupa el artículo 864 del Código Judicial cuando a la
letra dice:

"ARTICULO 864: Salvo lo dispuesto en convenios internacionales, los


documentos extendidos en país extranjero serán estimados como prueba,
según los casos, si se presentaren autenticados por el funcionario
diplomático o consular de Panamá con funciones en el lugar de donde
proceda el documento y a falta de ellos, por el representante diplomático o
consular de una nación amiga. En este último caso, se acompañará un
certificado del Ministerio de Relaciones Exteriores en que conste que en el
lugar de donde procede el documento no hay funcionario consular o
diplomático de Panamá.
Se presume, por el hecho de estar autenticados así, que los documentos
están expedidos conforme a la ley local de su origen, sin perjuicio de que la
parte interesada compruebe lo contrario.
Si los documentos procedentes del extranjero estuvieren escritos en lengua
que no sea el español, se presentarán traducidos o se solicitará su traducción
por intérprete público y en defecto de éste, por uno ad-hoc, nombrado por el
Tribunal".

La disposición legal antes citada que regula los documentos procedentes del extranjero
establece una estructura normativa que inspira la dirección de la valoración de la prueba
documental extranjera bajo criterios múltiples. En primer término, la prueba o el
documento extranjero se rige por el derecho de su producción salvo que medie tratado o
convención, es decir, el derecho convencional gobierna el tratamiento de la materia, y en el
presente caso sería la Convención de la Haya de Derecho Internacional Privado de 1961
(Convenio por el que se suprime la exigencia de legalización para los documentos públicos
extranjeros) que va a regular lo atinente a la autenticación, Ley de la República No. 6 de 25
de junio de 1990, aplicable en el caso in examine, toda vez que los Estados Unidos de
América es suscriptor de este instrumento multinacional.

Este convenio establece que la única formalidad que podrá ser exigida para certificar la
autenticidad de la firma, el carácter con que ha actuado el signatario del documento y, de
corresponder, la identidad del sello o del timbre que lleva el documento, será una acotación
que deberá ser hecha por la autoridad competente del Estado en el cual se originó el
documento, de conformidad con lo previsto en su artículo 4, identificada como apostilla , la
cual tiene por finalidad la supresión del trámite y proceso de legalización diplomática o
consular, cuyo propósito real se sitúa en la celeridad del tráfico y de los actos o documentos
públicos extendidos por Estados extranjeros para producir sus efectos en el territorio de
otro Estado. Los actos públicos o documentos públicos dentro de este contexto, no hace
distinción en base a la autoridad que los emita, ya que es suficiente que se trate de una
autoridad competente que extienda el documento, ya sea: administrativa, jurisdiccional,
legislativa e incluso de función intermedia notarial que representa o hace público el acto por
la investidura del propio notario, es decir, la noción de acto público denota una claridad
incuestionable.
En este sentido, resulta palmariamente incuestionable jurídicamente que, de no presentarse
los documentos autenticados vía consular o bajo el mecanismo de la apostilla, en debida
forma, y con la respectiva traducción al idioma español, no podrán ser ponderados como
tales, presumiéndose entonces que no fueron expedidos conforme a la ley de su origen.

Frente a este escenario jurídico, procede la Sala a confrontar la documentación presentada


en la solicitud, con el cuerpo de normas antes invocado, con la finalidad de constatar si
reúnen los requisitos necesarios para su reconocimiento y posterior ejecución en la
República de Panamá.

ANALISIS DE LA SOLICITUD PRESENTADA

La Sala pasa a verificar la documentación aportada, en primer lugar, atendiendo a los


requisitos de autenticación y traducción al idioma español, establecidos por el artículo 1409
analizado en párrafos precedentes.

Observa la Sala que a foja 5 obra, en copia simple, el poder conferido por el señor Harrison a
la peticionaria, en el cual se observa el sello de un notario de Inglaterra, y a foja 6 reposa
copia de una certificación consular realizada por la Cónsul de Panamá en Londres, la cual
certificada la firma (que no consta) del notario en Inglaterra, no obstante, no consta la
autenticación oficial que acredite como tal a la Cónsul en Londres, en este mismo folio obra
certificación del Notario Público Primero del Circuito de Panamá, en donde afirma que ese
documento es copia auténtica de su original.

En lo atinente al poder, el artículo 622 del Código Judicial establece lo siguiente:

ARTICULO 622: Los poderes que se otorguen en una nación extranjera ante
una autoridad de ella, para ser ejercidos en Panamá, deberán extenderse con
las formalidades exigidas en el lugar donde se otorguen; pero deben,
además, venir autenticados por el funcionario diplomático o consular de
Panamá, y, a falta de tal funcionario, por el Consul o Jefe de Misión
Diplomática de una nación amiga.
Pro el hecho de estar autenticados, se presume que los poderes están
expedidos conforme a la ley local de su origen, a no ser que parte interesada
compruebe lo contrario".

En atención a la norma transcrita, observamos que la autenticación consular que acompaña


el poder no se encuentra realizada en debida firma.

Por otro lado, las declaraciones del señor BRIAN EDWARDS obrantes a fojas 9, 19, 25, 34, 41
y 47 no se presentaron traducidas al idioma español, como tampoco las certificaciones del
Notario Público a fojas 14, 22, 31, 37, 44 y 49.

Al ponderar las sentencias calendadas 10 de enero de 1996 y 14 de mayo de 1997 (cfr. fojas
10, 11, 20 y 21) cuyo reconocimiento y ejecución solicitan a través de la presente acción,
constata este Tribunal que las mismas constan en copia simple y no han sido autenticadas
vía apostilla ni vía consular, únicas fórmulas idóneas en estos procesos, tal como señalamos
en párrafos anteriores; las mismas se han presentado, supuestamente autenticadas, a
través de una declaración de un abogado, cuya rúbrica aparece certificada por un notario.

Desde esa óptica, este Tribunal conceptúa que jurídicamente no es posible ponderar como
una autenticación válida dicha declaración, de igual forma que una autenticación vía
apostilla o via diplomática o consular sobre un documento público en los términos antes
señalados, tal como se desprende del instrumento multinacional suscrito en la Haya antes
invocado, del cual Estados Unidos y Panamá son signatarios, estableciendo éste que los
documentos públicos tienen un procedimiento específico para su legalización, el cual es el
de la apostilla, la cual debe ser realizada por la autoridad competente del Estado en el cual
se originó el documento. No obstante lo anterior, si la parte así lo tiene a bien, y a pesar de
la celeridad que brinda la apostilla desea realizar las autenticaciones vía consular o
diplomática, resulta plenamente válida la misma, siempre que ésta certifique la autenticidad
de la firma de quien suscribe la sentencia, el carácter con que ha actuado el signatario del
documento y la identidad del sello del tribunal.

Por otro lado, encontramos además que el documento que reposa a foja 13 no se encuentra
traducido ni autenticado.

En lo atinente a la pretensión personal, cabe advertir, a priori, que, en efecto, las


resoluciones objeto de la presente solicitud cumplen con este requisito, toda vez que se
colige de la documentación aportada que las mismas fueron proferidas dentro de un
proceso civil ventilado ante la jurisdicción de los Estados Unidos de América, a través del
cual se reclama el cumplimiento de una obligación dimanante de un derecho crediticio.

En este orden de ideas, pasamos a verificar si fueron dictadas en rebeldía.

Observa el Tribunal que el principio del contradictorio no fue transgredido, toda vez que a
fojas 55 obra un documento contentivo de la notificación al demandado señor Denis
O'Brien, cumpliendo de esta forma con lo establecido en el ordinal 2 del artículo 1409 del
Código Judicial.

Nuestro ordenamiento exige, además, que las sentencias que se pretenden reconocer y
ejecutar en nuestro territorio hagan tránsito a cosa juzgada, entendiéndose como tal
aquella sentencia ejecutoriada dotada de un carácter imperativo contra la cual no cabe
recurso alguno. Teniendo como base este fundamento, resulta que las aludidas sentencias
identificadas como fallo y la otra como una orden de entrega, desde nuestra óptica no está
implícita la certeza de que hagan tránsito a cosa juzgada.

Resulta evidente que es necesario despejar ese status jurídico, toda vez que este es un
requisito de vital trascendencia dentro del proceso del exequátur, el comprobar que, en
efecto, las resoluciones están ejecutoriadas y que no han sido o puedan ser objeto de
apelación o de algún otro recurso, constituyendo una transgresión a nuestro derecho
interno.

Resulta imprescindible que se acredite que las resoluciones aludidas están ejecutoriadas, y
la vía idónea sería que las autoridades que libraron las resoluciones así lo certifiquen.
Así las cosas, no es posible afirmar que las resoluciones objeto de la presente solicitud no
contravienen el orden público, toda vez que no se ha podido constatar que se encuentren
ejecutoriadas, pues, de no estarlo, estaríamos en presencia de una violación a dicho orden;
el artículo 1409 es claro cuando establece como uno de los requisitos para que sean
reconocidas y ejecutadas las sentencias extranjeras el hecho de que constituyan la decisión
que decide la pretensión.

DECISION DE LA SALA

Dentro de este contexto, este Tribunal arriba a la conclusión de que jurídicamente no


procede declarar como ejecutables las resoluciones cuestionadas, toda vez que no reúnen a
cabalidad los requisitos impuestos en nuestro ordenamiento positivo. Antes es preciso
subsanar todas las omisiones señaladas detalladamente.

Destaca la Sala que, una vez subsanadas todas y cada una de las omisiones advertidas, la
peticionaria puede recurrir a este Tribunal con la finalidad de elevar nuevamente la solicitud
correspondiente.

Como corolario de todo lo expuesto, la SALA CUARTA DE NEGOCIOS GENERALES DE LA


CORTE SUPREMA, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la
ley, DECLARA NO EJECUTABLES en la República de Panamá, las resoluciones judiciales
extranjeras calendadas 10 de enero de 1996, proferida por la Corte Superior del Estado de
California por el Condado de Los Angeles, y 14 de mayo de 1997, librada por la Corte de
Circuito del Vigésimo Circuito Judicial del Condado de St. Clair, Illinois, Estados Unidos de
América, dentro del proceso civil instaurado por GEORGE HARRISON contra DENIS O'BRIEN.

Notifíquese.

(fdo.) FABIAN A. ECHEVERS

(fdo.) ROGELIO A. FABREGA Z.

(fdo.) ARTURO HOYOS

(fdo.) CARLOS H. CUESTAS G.

Secretario General
D. ANEXOS

Convenio de la Haya de 1951, sobre la eliminación de requisitos de la


legalización de Documentos públicos extranjeros
(Hecho el 5 de octubre de 1961)

Los Estados signatarios del presente Convenio,


Deseando suprimir la exigencia de legalización diplomática o consular
para los documentos públicos extranjeros,
Han resuelto concluir un Convenio a tal efecto y han acordado las
disposiciones siguientes:
Artículo 1
El presente Convenio se aplicará a los documentos públicos que hayan
sido autorizados en el territorio de un Estado contratante y que deban ser
presentados en el territorio de otro Estado contratante.
Se considerarán como documentos públicos en el sentido del presente
Convenio:
a) los documentos dimanantes de una autoridad o funcionario vinculado a
una jurisdicción del Estado, incluyendo los provenientes del ministerio
público, o de un secretario, oficial o agente judicial;
b) los documentos administrativos;
c) los documentos notariales;
d) las certificaciones oficiales que hayan sido puestas sobre documentos
privados, tales como
1 Se utiliza el término "Convenio" como sinónimo de "Convención".
2 Este Convenio, así como la documentación correspondiente, se
encuentra disponible en el sitio web de la Conferencia de La Haya de
Derecho Internacional Privado (www.hcch.net), bajo el rubro “Convenios”
o bajo la “Sección Apostilla”. Para obtener el historial completo del
Convenio, véase Conférence de La Haye de droit international privé, Actes
et documents de la Neuvième session (1960), Tome II, Légalisation (193
pp.).
3 Entrado en vigor el 24 de enero de 1965. Para la entrada en vigor en los
diferentes Estados, http://www.hcch.net.

menciones de registro, comprobaciones sobre la certeza de una fecha y


autenticaciones de firmas.
Sin embargo, el presente Convenio no se aplicará:
a) a los documentos expedidos por agentes diplomáticos o consulares;
b) a los documentos administrativos que se refieran directamente a una
operación mercantil o aduanera.
Artículo 2
Cada Estado contratante eximirá de legalización a los documentos a los
que se aplique el presente Convenio y que deban ser presentados en su
territorio. La legalización, en el sentido del presente Convenio, sólo
cubrirá la formalidad por la que los agentes diplomáticos o consulares del
país en cuyo territorio el documento deba surtir efecto certifiquen la
autenticidad de la firma, la calidad en que el signatario del documento
haya actuado y, en su caso, la identidad del sello o timbre que el
documento ostente.
Artículo 3
La única formalidad que pueda exigirse para certificar la autenticidad de la
firma, la calidad en que el signatario del documento haya actuado y, en su
caso, la identidad del sello o timbre del que el documento esté revestido,
será la fijación de la Apostilla descrita en el artículo 4, expedida por la
autoridad competente del Estado del que dimane el documento.
Sin embargo, la formalidad mencionada en el párrafo precedente no
podrá exigirse cuando las leyes, reglamentos o usos en vigor en el Estado
en que el documento deba surtir efecto, o bien un acuerdo entre dos o
más Estados contratantes, la rechacen, la simplifiquen o dispensen de
legalización al propio documento.
Artículo 4
La Apostilla prevista en el artículo 3, párrafo primero, se colocará sobre el
propio documento o sobre una prolongación del mismo y deberá
acomodarse al modelo anejo al presente Convenio.
Sin embargo, la Apostilla podrá redactarse en la lengua oficial de la
autoridad que la expida. Las menciones que figuren en ella podrán
también ser escritas en una segunda lengua. El título "Apostille
(Convention de La Haye du 5 octobre 1961)" deberá mencionarse en
lengua francesa.
Artículo 5
La Apostilla se expedirá a petición del signatario o de cualquier portador
del documento.
Debidamente cumplimentada, certificará la autenticidad de la firma, la
calidad en que el signatario haya actuado y, en su caso, la identidad del
sello o timbre que el documente lleve La firma, sello o timbre que figuren
sobre la Apostilla quedarán exentos de toda certificación. Artículo 6
Cada Estado contratante designará las autoridades, consideradas en base
al ejercicio de sus funciones como tales, a las que dicho Estado atribuye
competencia para expedir la Apostilla prevista en el párrafo primero del
artículo 3. Cada Estado contratante notificará esta designación al
Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos en el momento del
depósito de su instrumento de ratificación o de adhesión o de su
declaración de extensión. Le notificará también a dicho Ministerio
cualquier modificación en la designación de estas autoridades.
Artículo 7
Cada una de las autoridades designadas conforme al artículo 6 deberá
llevar un registro o fichero en el que queden anotadas las Apostillas
expedidas, indicando:
a) el número de orden y la fecha de la Apostilla,
b) el nombre del signatario del documento público y la calidad en que
haya actuado o, para los documentos no firmados, la indicación de la
autoridad que haya puesto el sello o timbre.
A instancia de cualquier interesado, la autoridad que haya expedido la
Apostilla deberá comprobar si las anotaciones incluidas en la Apostilla se
ajustan a las del registro o fichero.
Artículo 8
Cuando entre dos o más Estados contratantes exista un tratado, convenio
o acuerdo que contenga disposiciones que sometan la certificación de una
firma, sello o timbre a ciertas formalidades, el presente Convenio sólo
anulará dichas disposiciones si tales formalidades son más rigurosas que
las previstas en los artículos 3 y 4.
Artículo 9
Cada Estado contratante adoptará las medidas necesarias para evitar que
sus agentes diplomáticos o consulares procedan a legalizaciones, en los
casos en que el presente Convenio prevea la exención de las mismas.
Artículo 10
El presente Convenio estará abierto a la firma de los Estados
representados en la Novena Sesión de la Conferencia de La Haya de
Derecho Internacional Privado, así como de Irlanda, Islandia, Liechtenstein
y Turquía.
Será ratificado, y los instrumentos de ratificación se depositarán en el
Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos.
Artículo 11
El presente Convenio entrará en vigor a los sesenta días del depósito del
tercer instrumento de ratificación previsto en el párrafo segundo del
artículo 10.
El Convenio entrará en vigor, para cada Estado signatario que lo ratifique
posteriormente, a los sesenta días del depósito de su instrumento de
ratificación.
Artículo 12
Cualquier Estado al que no se refiera el artículo 10, podrá adherirse al
presente Convenio, una vez entrado éste en vigor en virtud del artículo 11,
párrafo primero. El instrumento de adhesión se depositará en el
Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos.
La adhesión sólo surtirá efecto en las relaciones entre el Estado adherente
y los Estados contratantes que no hayan formulado objeción en los seis
meses siguientes a la recepción de la notificación a que se refiere el
artículo 15, letra d). Tal objeción será notificada al Ministerio de Asuntos
Exteriores de los Países Bajos.
El Convenio entrará en vigor entre el Estado adherente y los Estados que
no hayan formulado objeción a la adhesión a los sesenta días del
vencimiento del plazo de seis meses mencionado en el párrafo
precedente.
Artículo 13
Todo Estado podrá declarar, en el momento de la firma, ratificación o
adhesión, que el presente Convenio se extenderá a todos los territorios de
cuyas relaciones internacionales esté encargado, o a uno o más de ellos.
Esta declaración surtirá efecto en el momento de la entrada en vigor del
Convenio para dicho Estado.
Posteriormente, cualquier extensión de esta naturaleza se notificará al
Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos.
Cuando la declaración de extensión se haga por un Estado que haya
firmado y ratificado el Convenio, éste entrará en vigor para los territorios
afectados conforme a lo previsto en el artículo 11. Cuando la declaración
de extensión se haga por un Estado que se haya adherido al Convenio, éste
entrará en vigor para los territorios afectados conforme a lo previsto en el
artículo 12.
Artículo 14
El presente Convenio tendrá una duración de cinco años a partir de la
fecha de su entrada en vigor conforme al párrafo primero del artículo 11,
incluso para los Estados que lo hayan ratificado o se hayan adherido
posteriormente al mismo.
Salvo denuncia, el Convenio se renovará tácitamente cada cinco años.
La denuncia deberá notificarse al Ministerio de Asuntos Exteriores de los
Países Bajos al menos seis meses antes del vencimiento del plazo de cinco
años.
Podrá limitarse a ciertos territorios a los que se aplique el Convenio.
La denuncia sólo tendrá efecto con respecto al Estado que la haya
notificado. El Convenio permanecerá en vigor para los demás Estados
contratantes.
Artículo 15
El Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos notificará a los
Estados a que se hace referencia en el artículo 10, así como a los Estados
que se hayan adherido conforme al artículo 12:
a) las notificaciones a las que se refiere el artículo 6, párrafo segundo;
b) las firmas y ratificaciones previstas en el artículo 10;
c) la fecha en la que el presente Convenio entrará en vigor conforme a lo
previsto en el artículo 11, párrafo primero;
d) las adhesiones y objeciones mencionadas en el artículo 12 y la fecha en
la que las adhesiones hayan de tener efecto;
e) las extensiones previstas en el artículo 13 y la fecha en la que tendrán
efecto;
f) las denuncias reguladas en el párrafo tercero del artículo 14.
En fe de lo cual, los infrascritos, debidamente autorizados, firman el
presente Convenio.
Hecho en La Haya, el 5 de octubre de 1961, en francés e inglés, haciendo
fe el texto francés en caso de divergencia entre ambos textos, en un solo
ejemplar, que deberá depositarse en los archivos del Gobierno de los
Países Bajos y del que se remitirá por vía diplomática una copia auténtica,
a cada uno de los Estados representados en la Novena Sesión de la
Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, y también a
Islandia, Irlanda, Liechtenstein y Turquía.

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