La Modernidad Al Método
La Modernidad Al Método
La Modernidad Al Método
LA MODERNIDAD
AL MÉTODO
II.
La méthode de Descartes
1
Cfr. Turró, S. DESCARTES. DEL HERMETISMO A LA NUEVA CIENCIA. Editorial del Hombre
1985. Barcelona
2
García, E. INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA MODERNA. Ediciones Sotto Voce, 2007, p. 20.
Subrayado del autor
3
Descartes, R. REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU. Editorial Alianza, 1996, Madrid, pp.
78-79.
4
Ibidem, p. 99.
regla5, creemos importante destacar lo contrario. Aquí Descartes indica que el hecho de
no poder avanzar en una investigación, no implica una incorrecta aplicación del método,
sino que algunos problemas tienen una complejidad semejante que excede nuestra
propia capacidad resolutiva. De todos modos, el filósofo nos lega un mensaje
esperanzador de que, en algún momento, se podrán resolver tales dilemas.
En Discurso del método, tal vez su escrito más célebre, Descartes completa sus
teorizaciones sobre el método, enumerando cuatro reglas a seguir: primeramente, se
debe tener a la claridad y distinción como criterios de verdad; luego, se debe llevar a
cabo un análisis6; consiguientemente, una síntesis7 y por último, una enumeración
completa de las proposiciones.
Pero, retornemos al concepto previamente abandonado. A diferencia de quienes
establecen confusas distinciones entre mathesis y mathesis universalis, aparentemente
desvinculándola del método8, concordamos con E. Gilson cuando asevera que el método
es la mathesis universalis 9. No obstante, diferimos enfáticamente con la principal
postura del autor quien, al tener en cuenta el término de mathesis universalis, aduce un
matematicismo indebido en la filosofía de Descartes. Aquí volvemos sobre nuestros
pasos a Navarro Cordón, quien acertadamente considera a la matemática como un
modelo pedagógico, de carácter instrumental. Descartes mismo visualiza, en la Regla
IV, que en la matemática (más precisamente, en la aritmética y la geometría) se
encuentran “las primeras semillas de pensamientos útiles”10. Justamente, lo que
Descartes pretende es establecer a la matemática como un modelo a seguir, lo cual no
implica la aplicación del método matemático en todos los ámbitos del conocimiento. El
método la tomará meramente como ejemplo, para poder obtener certezas de la misma
índole que aquellas encontradas en la ciencia matemática.
A partir de lo anteriormente expresado, ¿de qué manera entendemos el racionalismo de
Descartes? Pues bien, considerando las dudas que acucian al filósofo, en su mayoría
provenientes de los datos sensibles (la experiencia), podemos fácilmente identificarlo
como el fundador de tal corriente, al procurar por medio de su método, fundado en la
razón, arribar a conocimientos certeros que le permitan afirmar la existencia de un
mundo exterior.
III.
Locke’s method
IV.
Die Methode von Kant
13
Ibidem, p. 89
14
Locke, J. ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO. Fondo de Cultura Económica, 1992,
México, p. 18. Subrayado del autor.
15
Kant, I. CRITICA DE LA RAZÓN PURA. Ediciones Alfaguara, 1978, Madrid, p. 54.
16
Kant identifica esta tarea de la razón como aquella realizada por un tribunal.
experiencia”17. El conocimiento otorgado por las intuiciones sensibles empíricas es sólo
una parte en el proceso gnoseológico del sujeto racional. Nuestra propia razón
contribuirá con lo restante, que corresponderá a los elementos puros a priori18 del
entendimiento. Aquí es donde emerge el tan ansiado método trascendental.
Escribe el filósofo: “Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de
los objetos, cuanto de nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser
posible a priori”19. H. Neumann ilumina un poco más este pasaje: “El conocimiento
trascendental es la manera como Kant concibe el conocimiento filosófico, que se hace
cargo de la pregunta por la posibilidad del conocimiento a priori de los objetos de la
experiencia, antes de que éstos se nos den empíricamente”20. Consiguientemente, en las
secciones de la Estética trascendental y la Analítica trascendental, se pasan a detallar
los elementos a priori con los cuales el sujeto construye su objeto de conocimiento: en
la primera, se indican las formas puras de la sensibilidad (espacio y tiempo), mientras
que en la segunda se enumeran los juicios lógicos, los conceptos puros del
entendimiento (categorías) y los principios del mismo.
¿En qué medida es el método trascendental vital para la recuperación de la Metafísica?
Pues bien, Kant asegura que la Crítica no es una metafísica, sino un “tratado sobre el
método”21. Esto se encuentra formulado de otra manera en una carta dirigida a Christian
Garve el 7 de agosto de 1783: “no es en absoluto metafísica lo que elaboro en la Crítica,
sino una ciencia completamente nueva y hasta ahora no ensayada, a saber, la crítica de
una razón que juzga a priori”22. El poder comprender cuáles son los elementos que
influyen en nuestra posibilidad de conocimiento, permiten limitar la razón especulativa,
la cual en ocasiones puede incidir en los errores del dogmatismo o escepticismo, para
dar lugar a la razón práctica. Dice Kant: “Tuve, pues, que suprimir el saber para dejar
sitio a la fe”23. El filósofo alemán se ve obligado a recortar los límites de la razón
teórica, para que en la “creencia”, la cual involucra el ámbito de lo moral, se pueda
reflexionar sobre las cuestiones metafísicas de Dios, Alma y Mundo. H. Neumann lo
explica con mayor claridad: “Sólo por la vía de una autocrítica puede la razón, respecto
de los conocimientos <<a los que ella, independientemente de toda experiencia puede
aspirar>> (A XII), decidir sobre la posibilidad o imposibilidad de la metafísica”24.
V.
Conclusiones finales
A lo largo del presente escrito, hemos logrado demostrar que en diversas maneras, la
cuestión del método ha permanecido latente en los estudios pertinentes de pensadores
modernos. Es nuestro particular convencimiento que, producto del cambio
paradigmático originado en el contexto histórico ya descrito, los filósofos se hallaron
dispuestos a designar al método como la principal guía para el desarrollo de sus tesis
filosóficas.
Bibliografía
17
Ibidem, p. 42. Subrayado del autor.
18
Independientes de la experiencia
19
Ibidem, p. 58. Subrayado del autor.
20
Neumann, H. SITUACIÓN HERMENÉUTICA Y SITUACIÓN TRASCENDENTAL. Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso, p. 11
21
Kant, I. CRITICA…, p. 23.
22
Neumann, H. SITUACIÓN…, p. 4.
23
Kant, I. CRITICA…, p. 27.
24
Neumann, H. SITUACION…, p. 14.
- Descartes, R. REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU. Editorial
Alianza, 1996, Madrid.
- García, E. INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA MODERNA. Ediciones Sotto
Voce, 2007
- Gilson, E. LA UNIDAD DE LA EXPERIENCIA FILOSÓFICA. Ediciones
Rialp, 1960, Madrid
- Kant, I. CRITICA DE LA RAZÓN PURA. Ediciones Alfaguara, 1978, Madrid
- Locke, J. ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO. Fondo de
Cultura Económica, 1992, México.
- Navarro Cordón, J.M. “Método y filosofía en Descartes” en ANALES DEL
SEMINARIO DE METAFÍSICA, Facultad de Filosofía y Letras, 1972, Universidad
Complutense de Madrid.
- Neumann, H. SITUACIÓN HERMENÉUTICA Y SITUACIÓN
TRASCENDENTAL. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
- Romeo Rábade, S. EL EMPIRISMO. DAVID HUME. Editorial Trotta, 2004,
Madrid.
- Turró, S. DESCARTES. DEL HERMETISMO A LA NUEVA CIENCIA.
Editorial del Hombre, 1985, Barcelona.