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6- El racionalismo: Descartes

I) LA FILOSOFÍA MODERNA: CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO


CARACTERIZACIÓN DE LA ÉPOCA Y GRANDES LÍNEAS DEL PENSAMIENTO

II) ORIENTACIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RACIONALISMO

III) DESCARTES
1) Vida
2) El proyecto cartesiano: punto de partida y objetivo
3) El método
3.1) Su importancia y finalidad
3.2) Los orígenes del método y los cuatro preceptos del mismo
4) La duda metódica cartesiana
4.1) Sentido de la duda en Descartes
4.2) Razones para dudar de todas las cosas
-El testimonio falaz de los sentidos
-La dificultad para distinguir con claridad el sueño de la vigilia
-La hipótesis del genio maligno
5) La primera verdad y la naturaleza del "yo"
6) El criterio de certeza y la necesidad de examinar si existe Dios y si puede ser engañador
7) La realidad objetiva de las ideas, como paso previo para la demostración de la existencia de Dios
8) La existencia de Dios y su veracidad
8.1) Los argumentos de la existencia de Dios en Descartes
8.2) La existencia de un Dios veraz, garantía última de la verdad del conocer
9) La física cartesiana: las tres sustancias, los atributos y los modos
10) El hombre

IV) TÉRMINOS FILOSÓFICOS

V) ACTIVIDADES

I) La filosofía moderna: contexto socio-político.


Caracterización de la época y grandes líneas del pensamiento

Desde el punto de vista "político", la edad moderna se caracteriza por la


cristalización de las "monarquías absolutistas". Desde el punto de vista "social" destaca el
"ascenso de la burguesía"; ambos procesos se habían iniciado ya en la época del
Renacimiento. La burguesía es la clase revolucionaria, que frente a una actitud contemplativa,
impone la convicción de que la naturaleza "puede ser manipulada y adaptada" a las
necesidades del hombre, mediante el esfuerzo y el trabajo. Se siente la necesidad de una
"ordenación jurídica" de la sociedad, que tenga por base la igualdad natural de todos los
hombres. La cultura es marcadamente "antropocéntrica". En cuanto a la religión, esta deja de tener
influencia en el ámbito social para ceñirse al marco de la conciencia. Son datos significativos de la
mentalidad general de la época moderna: la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano,
en 1789; la declaración de independencia de los EE.UU., en 1776; la revolución industrial de
Inglaterra hacia 1780.

Aunque los "límites cronológicos" de la llamada filosofía moderna no son


precisos, esta puede situarse en la época que abarca desde 1637, fecha de publicación del
Discurso del método de Descartes, hasta "Kant".
El "primer período" de la filosofía moderna es original y creador; está dominado por
dos grandes corrientes de pensamiento: el racionalismo y el empirismo, cuyas "áreas geográficas
son Europa continental y las islas Británicas respectivamente. De todas formas en Inglaterra se
registran también una "reacción contra el empirismo representada por los Platónicos de Cambridge; y
en Francia, una reacción desfavorable al racionalismo cartesiano, representada por Pascal.

A esta primera época de la filosofía moderna, sigue un "segundo momento de


asimilación y difusión": "la Ilustración", que coincide con el curso del siglo XVIII, y que se
desarrolla principalmente en Francia, Alemania e Inglaterra.

Todo este período "culmina con la obra de Kant, un sistema original donde se
combinan racionalismo y empirismo, y donde confluyen los intereses de la época moderna.
Kant representa ya la superación de la modernidad.

Desde el punto de vista de la "ciencia", se asiste a la obra de Newton (1642-1727),


que completa la imagen científica del mundo, iniciada en el Renacimiento.

Frente al enfoque ontológico de la filosofía anterior, la filosofía moderna hace del


conocimiento el problema central "de la filosofía". Claro que éste problema del conocimiento,
no es único: además, interesa conocer las condiciones en que se desarrolla el conocimiento y la
"estructura del sujeto" que conoce, con vistas a una aprehensión más perfecta de la realidad. Los
filósofos de la época moderna están muy "influidos" por el desarrollo triunfal de la ciencia moderna:
Galileo, Bacon, Newton, constituyen auténticos paradigmas.

II) Orientación y características generales del racionalismo

Los filósofos racionalistas se caracterizan por la absoluta confianza en la razón


humana. Afirmar que es la razón la fuente más importante del conocimiento científico. La razón esta
dotada de "ideas" que no proceden de la experiencia. Son innatas, como los principios matemáticos.
Por supuesto, no es característica exclusiva del racionalismo del XVII, sino que es la tendencia general
de la filosofía occidental, desde sus orígenes: el hombre es animal racional.

Para precisar el significado o la importancia otorgada por los racionalistas a la


razón, hay que aludir a estos dos aspectos: el origen del conocimiento y el ideal del conocimiento.

El conocimiento tiene su origen en la razón. Los racionalistas identifican conocimiento


científico con conocimiento racional, y afirman que la razón es la única fuente de conocimiento
válido. La información que nos proporcionan los sentidos, es confusa y no puede llamarse
propiamente conocimiento.

El ideal de conocimiento en el racionalismo es el de un sistema deductivo, análogo


al modelo matemático, esto es, un sistema en el que, a partir de unas ideas o principios primeros,
evidentes por si mismo, se deducen las demás verdades.

Impresionados por el éxito de la aplicación de la matemática a la ciencia física


(Galileo), los filósofos racionalistas "adoptan la matemática como modelo de saber" con la convicción
de que "solo así puede la filosofía aumentar su conocimiento sobre la realidad" y obtener de esta un
conocimiento seguro; además comparten la posición de Galileo, según la cual la estructura de la
realidad es de "índole matemático". Todo esto explica la preocupación general de los racionalistas por
el "método", un método que Descartes y Spinoza configuran al estilo de los geómetras. Hay por tanto,
que extender el método matemático a todas las demás ciencias.
Pues bien, "el conocimiento tiene su origen en la razón", porque "los primeros
principios", a partir de los cuales se constituye todo el cuerpo del saber, "no derivan de la
experiencia" o no son generalizaciones inductivas a partir de la experiencia, "sino que son
innatas a la razón". De esta forma, los racionalistas se adhieren a la teoría de las "ideas innatas", si
bien al hablar de ideas innatas no quiere decir que el hombre nazca ya con ellas, sino que la razón
posee cierta "predisposición" natural a formarlas.

El conocimiento tiene, pues, su origen en la razón, y se constituye como un


"autodespliegue de esta".

Tanto el racionalismo como el empirismo tienen como punto de partida la ciencia


moderna, pero cada uno hará incapié en una parte: El racionalismo irá hacia el carácter
matemático de la ciencia y el empirismo hace incapié en la parte experimental de la ciencia.

El iniciador del movimiento racionalista es Descartes; una línea dependiente


directamente de Descartes, es el ocasionalismo, cuyo máximo exponente es Malebranche; Pascal
representa una reacción desfavorable al racionalismo de Descartes. Las otras dos figuras centrales del
racionalismo son Spinoza y Leibniz.

III) Descartes
1) Vida

Descartes nace en 1596, en La Haya de Turena. El episodio más importante de su vida es


su estancia en el colegio jesuita de La Fleche (1604-1612), donde estudia humanidades clásicas,
filosofía escolástica y matemáticas. Tal como relata en la primera parte de su "Discurso del método",
al finalizar sus estudios se siente decepcionado por la educación recibida y decide aprender "en el
gran libro del mundo"; se alista en varios ejércitos y viaja por toda Europa, al mismo tiempo que
profundiza en los estudios matemáticos y físicos. Otro hecho destacable tiene lugar en 1619; en este
año, Descartes tiene tres sueños que le incitan a dedicarse a "la búsqueda de la verdad mediante el
empleo de la razón", idea central de su método.

En 1623 se instala en Holanda, época en que comienza su fecunda producción


filosófica; permanece en Holanda hasta 1649. La reina Cristina de Suecia solicita del filósofo ser
instruida en su filosofía; Descartes se traslada a Estocolmo donde muere en 1650.

Descartes es primero matemático y después filósofo sus obras más importantes


son: "Reglas para la dirección del espíritu" escrito probablemente en 1628, y publicado
póstumo en 1701; "Tratado del Mundo", donde el autor mantiene la hipótesis de Copérnico;
se publica después de su muerte en 1677; " Discurso del método", publicado como prologo a tres
tratados fundamentales del Tratado del mundo, en 1637, año en que se cifra el comienzo de la filosofía
moderna; "Meditaciones de filosofía primera", con objeciones y respuestas, de 1641; "Principio de
filosofía", 1644; "Las pasiones del alma", 1643.

2) El proyecto cartesiano: punto de partida y objetivo

A) El punto de partida de Descartes es su actitud de crítica frente al saber de su tiempo,


recibido en sus años de formación. Sólo la matemáticas debido a la claridad y evidencia de sus razones
y la unanimidad y universalidad, le convencen. El saber matemático se le presenta como saber
paradigmático, en al que sí hay progreso y en el que no caben pluralismos.
La filosofía, en cambio, le ofrece el espectáculo deprimente de pluralidad de
opiniones que se contradicen las unas de las otras. En filosofía todo es objeto de disputas y dudoso.
Más que alcanzar la verdad, la filosofía llega únicamente a opiniones verosímiles.

"Nada diré de la filosofía, sino que viendo que ha sido cultivada por los más excelentes
espíritus que han vivido desde hace siglos y que, sin embargo, no se encuentra en ella cosa alguna
que no sea objeto de disputa y en consecuencia, que no sea dudosa, no tenía la presunción
suficiente para esperar encontrar algo mejor que los demás; y que considerando cuán diversas
pueden ser las opiniones relativas a un mismo asunto, sostenidas por gentes doctas, sin que sea en
modo posible que haya más de una verdadera, refutaba casi por falso todo lo que no era más que
verosímil.

Me complacía sobre todo, de las matemáticas, a causa de la certeza y evidencia de sus


razones; pero no había advertido aún su verdadero uso y, pensando que no servirían más que para
las artes mecánicas, me extrañaba de que, siendo sus fundamentos tan fuertes y tan solidos, no se
hubieran construido sobre ellos algo más elevado".

Ahora bien, como según Descartes, las restantes ciencias toman sus principios de
la filosofía, deben resultar también ellas, forzosamente dudosas.

"Luego respecto a las demás ciencias, puesto que toman sus principios de la filosofía,
juzgaba que no podía haber edificado nada sólido sobre unos cimientos tan poco firmes".

Luego todo el edificio unitario del saber humano esta cimentado sobre bases poco
firmes y es que Descartes mantiene la tesis de la unidad del saber. "Todas las diversas ciencias
no son otra cosa que la sabiduría, la cual permanece una e idéntica", dice, en la primera de sus
"Reglas para la dirección del espíritu". Las diversas ciencias son manifestaciones de un saber único.
El edificio del saber es un todo orgánico; la metafísica constituye los cimientos del mismo; es como
las raíces de un árbol, según la analogía empleada por el mismo. De ella depende la física o filosofía
natural (el tronco) y, por último, las ciencias particulares (las ramas), Medicina, Mecánica y Moral.

La concepción unitaria del saber proviene, en último término, de una concepción unitaria
de la Razón. El saber es único porque la Razón es única.

B) La tarea urgente y objetivo inmediato de Descartes será el sanear los cimientos o las
raíces del edificio del saber. Edificar una filosofía de validez universal. Una filosofía de nueva planta
edificada y cimentada en algo sólido y firme, esto es, una filosofía que alcanzara idéntica certeza,
evidencia y universalidad que las matemáticas. (FILOSOFIA MORE GEOMETRICO). El objetivo es
encontrar un método que asegure el recto modo de razonar, y la reconstrucción de el saber humano
según el ideal del rigor matemático.

Para ello es preciso hacer "tabla rasa" de todos los sistemas filosóficos anteriores,
porque es "mejor levantar un edificio desde los cimientos que reconstruir edificios cuarteados". Se
trata de no admitir ninguna opinión como verdadera sin antes justificarla. Lo que eran opiniones que
se hagan verdades evidentes o que se desechen.

¿Cuál es el camino para lograr este objetivo de edificar el sistema del saber fundamentos
sólidos y hacer del saber un sistema unitario de verdades ciertas? ÉSTE ES EL PROBLEMA DEL
MÉTODO EN DESCARTES.

3) El método
3.1) SU IMPORTANCIA Y FINALIDAD

Descartes se pregunta por la causa del fracaso de los filósofos anteriores. ¿ Por qué
la filosofía no ha logrado constituirse como un saber evidente y universalmente válido? ¿A qué se
debe que en la filosofía haya opiniones contradictorias? El fracaso del filosofar no se puede achacar a
la incapacidad de la razón sino a la utilización de un método inadecuado. Sólo con Kant la razón se
cuestionará sobre sus raíces y límites.

Para Descartes, no sólo el saber es uno porque la razón es una. Es que, además, la razón
es naturalmente igual en todos los hombres, es decir, la razón posee un carácter unitario. se trata de
saber aplicarla bien. Lo desarrolla en "Reglas para la dirección del espíritu" y "Discurso del Método".

"La capacidad de juzgar bien y de destruir lo verdadero de lo falso que es lo que


propiamente se denomina el buen sentido a la razón "es naturalmente" igual en todos los hombres
y así que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unas sean más razonables que
otras, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por vías diversas y no
consideramos las mismas cosas, porque, no basta con tener un buen espíritu, sino, que lo principal
es aplicarlo bien.

Los que caminan lentamente, pueden llegar mucho más lejos si siguen siempre el camino
recto, que los que corren y se alejan de él".

Consiguientemente el problema para Descartes está en dirigir bien la razón. Por eso es
necesario un método mediante el cual guiar la razón, un método "para bien dirigir la razón o indagar
la verdad en las ciencias". Descartes parte de la idea de que el método no sólo es necesario para el
recto uso de la razón sino también para la INVESTIGACIÓN DE LA VERDAD en las ciencias. Por
tanto, las reglas del método han de ser útiles para la razón y para la ciencia. Para la razón, pues sin
método es fácil errar; para la ciencia, pues permite organizar los conocimientos de forma sistemática y
facilitar así el descubrimiento de la verdad.

DESCARTES define así el método en el capítulo cuarto de sus "Reglas para la dirección
del espíritu": "Conjunto de reglas fáciles y ciertas, que hace que quien las observa atentamente, nunca
tome lo falso por verdadero y sin malgastar inútilmente las fuerzas de su razón, llegue al
conocimiento verdadero de todo aquello de que es capaz".

A continuación exponemos el método de Descartes tomando como base los cuatro


preceptos del Discurso, a sabiendas de que la obra clásica para estudiar el método de DESCARTES
no es el "Discurso del método" sino las "Reglas para la dirección del espíritu".

3.2) LOS ORÍGENES DEL MÉTODO Y LOS CUATRO PRECEPTOS DEL MISMO

A) Si las matemáticas son la ciencia paradigmática, como sabemos, porque en ella hay
progreso y unanimidad, el método matemático es el método idóneo e ideal para la construcción de una
filosofía universalmente válida, para la investigación científica y para la unidad sistemática de todas
las ciencias.

Como las demostraciones matemáticas, el método deberá reunir las siguientes


características:

a) la evidencia y claridad;
b) la simplicidad: es decir, que conste del mínimo número de reglas o preceptos.
c) la fecundidad, es decir, la capacidad de generar verdades nuevas a partir de las verdades
previas y seguramente poseídas.
d) universalidad extensiva a todas las ramas del saber.
B) DESCARTES establece a continuación los cuatro preceptos de su método.1º)
EVIDENCIA como CRITERIO de VERDAD. Las condiciones necesarias para la evidencia:
CLARIDAD Y DISTINCIÓN.

Un conocimiento o idea es verdadero cuando es evidente y es evidente cuando es claro y


distinto.

* Clara es aquella idea "que se muestra de modo permanente y manifiesto a un espíritu


atento", (Principios de filosofía, I, 45). La claridad es la presencia o, manifestación de un
conocimiento o idea a la mente. La forma patente, innegable.

* Distinta: Una idea es distinta cuando no puede ser confundida con otra.

¿Cuál es la operación de la mente que alcanza y aprehender las ideas evidentes y, como
tales, claras y distintas? DESCARTES le llama INTUICIÓN. La intuición es la primera operación de
la mente o razón.

Intuición: se define la aprehensión inmediata de las ideas claras y distintas sin que quede
posibilidad alguna de error o duda.

Ahora bien, ¿qué proceso debe seguir la mente para llegar a la intuición o captación de
las naturalezas simples o ideas claras y distintas? A este proceso se refiere precisamente el segundo
precepto del método. Dicho proceso es el 2ª) ANÁLISIS y consiste en dividir o descomponer la
dificultad compleja en sus partes simples, hasta llegar a los elementos más simples aprehensibles por
la intuición. Estas naturalezas simples o ideas claras y distintas son los principios a partir de los
cuales se despliega todo el conocimiento de la misma manera que los axiomas en las matemáticas son
aquellas, verdades evidentes, indubitables a partir de las cuales demostramos otras verdades por su
conexión con ellas.

Si la razón es la única fuente segura de conocimientos científicos y se sirve tan sólo del
razonamiento deductivo, partiendo exclusivamente de intuiciones racionales, es evidente que la
experiencia sensible no desempeña un papel digno de consideración en el sistema cartesiano: su
racionalismo es patente.

Este proceso es la 3ª) SÍNTESIS que consiste en ir ascendiendo desde las ideas más
simples a las más complejas gradual y ordenadamente. Relaciona los elementos más simples,
aceptados por su indudable evidencia, para construir argumentos y deducciones más complejos.

4º) ENUMERACIÓN: Controla o comprueba todos los pasos que se han dado en las
operaciones anteriores.

TERMINA DESCARTES DICIENDO: que ha mostrado su predilección por el método


matemático como método paradigmático para alcanzar la verdad y evidencia científicas:

"Esas largas cadenas de razonamientos tan simples y fáciles, de que los geómetras y
tienen la costumbre de servirse para llegar a sus más difíciles demostraciones, me habían dado la
ocasión de imaginar que todas las cosas que pueden caer bajo el conocimiento humano se
encadenan de la misma manera, y que, mientras que uno se abstenga de admitir por verdadero
ninguna que no lo sea y guardar siempre el orden necesario para deducirlas unas de otras, no puede
haber ninguna tan alejada, a la cual no se llegue finalmente, ni tan oculta que no se la descubra."

Su entusiasmo por este procedimiento es patente: está convencido que, igual que en las
demostraciones de los geómetras, todas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimiento, se
siguen unas de otras según un orden que es preciso seguir. Siguiendo este orden, la razón puede
alcanzar o descubrir las verdades más ocultas.
Una vez descubierto este "inventum mirabile", DESCARTES cree poder realizar el
proyecto por él soñado: la unidad de la razón, la unidad de la ciencia, la unidad del método. Si la
razón es única, lo será también la ciencia aunque posea diversas ramas. Siendo una la ciencia y
formando un solo cuerpo sus distintas ramas, a todas deberá corresponderles un mismo método, tanto
a las matemáticas como a las físicas y a la metafísica. Ahora bien si este método es evidente, fecundo,
todas las ramas de la ciencia que lo utilicen alcanzarán idéntico rigor, evidencia y progreso que las
matemáticas. El resultado será una certeza absoluta tanto en la física como en la metafísica o en la
moral.

DESCARTES cree poder realizar su proyecto: que la filosofía tenga idéntico rango
epistemológico (como ciencia) que las matemáticas, que la proposición "DIOS EXISTE" sean tan
evidente y universalmente aceptada como 2-2=0.

¿Cómo? Es cuestión de aplicar este método a la construcción de la filosofía. A ello se


dedica Descartes en la parte cuarta del Discurso del método.

4) La duda metódica cartesiana

4.1) SENTIDO DE LA DUDA EN DESCARTES

La duda cartesiana presenta una crítica radical a las opiniones admitidas hasta entonces
como verdaderas. Pero esta crítica se hace con vistas a hallar lo indudable, a partir de lo cual se puede
reconstruir con paso firme el sistema del saber.

De este modo, la duda de Descartes enlaza con el primer precepto de su método: dicho
precepto ordena NO TOMAR como verdadero mas que aquello que se presenta tan claro y
distintamente a la razón, que no haya ocasión de ponerlo en duda, como paso preliminar para llegar a
la certeza, a la evidencia.

La duda, por tanto, tiene una doble finalidad:

a) Criticar a todas las opiniones que se han aceptado como verdaderas cuando no se han
reconocido como evidentes.
b) Es el punto de partida del conocimiento, basado en verdades evidentes.

4.2) RAZONES PARA DUDAR DE TODAS LAS COSAS

A) En primer lugar cabe dudar de los conocimientos que nos llegan a través de los
sentidos. La razón de ello es que los sentidos nos engañan a veces; por ejemplo -dice Descartes en su
Meditación sexta- "muchas veces he observado que una torre, que de lejos me había parecido redonda,
de cerca aparecía cuadrada, y que estatuas enormes, levantadas en lo más alto de esas torres, me
parecían pequeñas vistas desde abajo". Ahora bien, si los sentidos me engañan algunas veces, cabe
pensar que me engañan siempre; pues, según Descartes, no es prudente fiarse nunca más de quien nos
ha engañado una vez; además, para Descartes, la probabilidad no es una aproximación a la verdad; lo
que es sólo probable es dudoso. La duda metódica elimina la percepción sensible como criterio de
conocimiento.

Para Descartes, hay que considerar como falso todo aquello sobre lo que quepa la más
mínima sospecha de duda.

B) El segundo motivo de duda, aducido por Descartes, es la imposibilidad de distinguir


con claridad el sueño de la vigilia. Puesto que algunas veces, mientras dormimos, tenemos
representaciones semejantes a las que tenemos cuando estamos despiertos, cabe pensar que tal vez
estemos dormidos, y que las percepciones que parezcan incluso más manifiestas, por ejemplo que abre
los ojos, que mueve la cabeza, no sean más que mentirosas ilusiones. En cuanto a mis certezas, no es
nada fácil distinguir absolutamente lo que proviene de uno u otro estado.

Lo único que queda a salvo son las verdades de las matemáticas: pues duerma yo o esté
despierto, dos más tres serán siempre cinco y un cuadrado tendrá siempre cuatro lados. Sin embargo
Descartes aduce un tercer motivo de duda.

C) El proceso de la duda alcanza su máxima radicalidad con la hipótesis del genio


maligno, el tercer y último motivo de duda, propuesto por Descartes. Puesto que mi espíritu tiene la
opinión de que hay un Dios todopoderoso, por quien he sido creado, nada me impide creer que me
haya creado de tal modo que yo siempre me engaño, incluso cuando sumo dos más tres o enumero los
lados de un cuadrado. El tercer momento de la duda afecta, pues, a las verdades matemáticas mismas.

Ahora bien, ¿no se contradice todo esto con la bondad de Dios? pues se dice de Él que es
la suprema bondad. Según Descartes, si pensar que Dios me ha creado de tal modo que yo me engaño
siempre, repugna a su bondad.

Así pues, Descartes termina suponiendo que hay, no un verdadero Dios, fuente suprema
de verdad, sino un cierto genio maligno, no menos engañador que poderoso, el cual emplea todo su
poder en engañarme. Naturalmente, el genio maligno de Descartes es una hipótesis. Descartes está
convencido de que Dios todopoderoso y engañador, que disfraza con la expresión de "genio maligno",
viene exigida por la radicalidad con que se propone someter a crítica las opiniones admitidas hasta
entonces como verdaderas.

En definitiva, la duda cartesiana es una duda general, radical, provisional,paso previo al


hallazgo de la certeza.

La acción de dudar no es otra cosa que un momento del proceso metódico. Por
consiguiente, en principio, nada tiene que ver con el escepticismo. Es simplemente una duda
metódica: viene exigida por la primera regla del método, es temporal, es ficticia y se adopta como
medio para lograr la triple finalidad de evitar los prejuicios, elevar el espíritu por encima de los
sentidos y asegurar la certeza en la verdad. La duda cartesiana se reduce, en última instancia, a
"suspender el juicio".

5) La primera verdad y la naturaleza del "yo"

El proceso de duda conduce inexorablemente a un primer principio: la afirmación


inequívoca, indubitable, de la existencia del sujeto pensante. Cuanto más se esfuerza uno en dudar,
con mayor evidencia y certeza se le ofrece la intuición de su existencia como una cosa que piensa -
dudar, a fin de cuentas, es pensar y es imposible pensar sin existir. He aquí el primer principio de la
filosofía de Descartes: "Yo pienso, luego existo". Es, pues, indubitable la existencia del espíritu
humano, del alma, del YO, cuya naturaleza es pensar -y en el pensamiento van incluidas todas las
afecciones anímicas-: YO no soy otra cosa que una sustancia pensante, perfectamente distinta de mi
cuerpo, cuya naturaleza es la extensión. El cogito es el primer eslabón para contactar con la realidad -
realidad pensante- de la filosofía cartesiana.

La firmeza de esta primera verdad viene avalada por el hecho de que se percibe con la
evidencia, es decir: con claridad y distinción, con ello se da cumplida satisfacción a lo exigido en la 1ª
regla del método. De ahí saldrá el criterio de verdad: La idea clara y distinta.

"Puedo establecer desde ahora, como regla general, que todas las cosas que
concebimos muy clara y distintamente son verdaderas" (Meditaciones, III)

6) El criterio de certeza y la necesidad de examinar si existe Dios y si puede ser


engañador
Al hallar la primera verdad, Descartes descubre al mismo tiempo lo que se requiere para
estar cierto de algo, es decir, descubre el criterio general de certeza. ¿ Qué es lo que hace que ese
primer conocimiento sea cierto? En ese primer conocimiento no hay más que una percepción clara y
distinta (evidente). Por eso Descartes establece como regla general que todo cuanto se presente con
igual claridad y distinción será verdadero.

Ahora bien, hallando ya el criterio general de certeza, es decir, los requisitos que todo
conocimiento debe cumplir para ser verdadero, ¿porqué no procede Descartes, sin más, a su
aplicación?.

El problema está en la hipótesis del Dios engañador, quien, en virtud de su suprema


potencia, puede hacer que yo me engañe, incluso en aquello que creo conocer con gran evidencia. Por
otro lado, la mente no puede por menos de asentir ante verdades que se presentan con claridad, por
ejemplo, que mientras esté pensando tengo que existir o que dos más tres son cinco.

Por todo esto es urgente, según Descartes, probar si existe Dios y, en caso, afirmativo, si
puede ser engañador.

7) La realidad objetiva de las ideas, como paso previo para la demostración de la


existencia de Dios

Como paso previo a la demostración de la existencia de Dios, Descartes procede en las


Meditaciones metafísica al análisis del único material con que cuenta, las ideas que piensa el yo. De
este análisis interesa destacar su teoría de la realidad objetiva de las ideas, pues es dicha teoría la que
va a posibilitar el salto de las ideas, desde el yo a la realidad extramental: primero, a la realidad
extramental de Dios y, luego, a la realidad extramental de las cosas corporales.

La pregunta central de todo este análisis es "si entre las cosas, cuyas ideas tengo en mí,
hay algunas que existen fuera de mí", dicho de otra forma: lo que está en juego es el problema de la
pretendida realidad extramental, de la cual parecen proceder mis ideas.

Pues bien, para responder a la pregunta de si existe fuera de mí las cosas, cuyas ideas
tengo en mí, hay que centrarse, según Descartes, en ese segundo aspecto de las ideas, ya que, tomadas
sólo como formas del pensamiento, las ideas son todas iguales y todas parecen proceder de mí; en
cambio, si se consideran en cuanto a su contenido representativo, entonces son muy distintas unas de
otras, unas contienen mayor realidad objetiva que otras, es decir, unas "participan por representación
de más grados de ser o perfección que otras." Y, en consecuencia, se plantea la pregunta por la causa
de la realidad objetiva de las ideas: ¿a qué se debe que una idea contenga tal realidad objetiva y no tal
otra?.

La respuesta de Descartes a la pregunta por la causa de la realidad objetiva de las ideas es


la siguiente: para que una idea contenga tal realidad objetiva y no tal otra, debe haberla recibido de
una causa en la cual haya, al menos, tanta realidad formal, como realidad objetiva hay en dicha idea.
Por ejemplo, la realidad objetiva contenida en la idea de piedra debe tener por causas, o bien la piedra,
pues ésta posee tanta realidad formal, como realidad objetiva hay en la piedra, o bien un ser más
excelente que la piedra, en el cual esté contenida no formal sino eminentemente, la realidad
representada en la idea de piedra.

Descartes divide las ideas en tres clases:

a) Ideas Facticias: Formadas por mí mismo (un monstruo);


b) Ideas Adventicias: aquellos que parecen venir de fuera de mí y
c) Ideas Innatas: Parecen haber nacido conmigo, me permiten conocer las esencias
inmutables y eternas (idea de Dios). La simple presencia de la idea de Dios en el ser o cosa pensante,
sugiere la existencia de Dios.

Y ¿qué se sigue de todo esto?; que si la realidad objetiva de alguna de mis excelentes
ideas excede a la realidad propia de mí, hasta el punto de que esa realidad no este en mí, ni formal, ni
eminentemente, entonces yo no puedo ser la causa de una tal idea y, en consecuencia, hay algo en el
mundo distinto de mi, que es la causa de dicha idea.

8) La existencia de Dios y su veracidad

8.1) LOS ARGUMENTOS DE LA EXISTENCIA DE DIOS EN DESCARTES

Retomando el hilo del desarrollo de la filosofía de Descartes, el yo, sustancia pensante,


piensa IDEAS.

Entre las ideas innatas, DESCARTES descubre la idea de Ser "Perfecto o Ser Infinito"
que DESCARTES identifica con la idea de Dios. La existencia de Dios es demostrada o deducida a
partir de la idea de Dios y aplicando el principio de causalidad. Entre los argumentos utilizados por
DESCARTES, exponemos tres:

1º Es claro que quien duda, existe y, si dudamos somos finitos imperfectos. Ahora bien,
entre las ideas innatas descubre la mente la idea de Ser infinito, perfecto. ¿De dónde viene la idea ? Es
claro que no puede venir de la nada ni tampoco de mí que soy imperfecto porque dudo. La idea de
perfección sólo puede tener por causa u origen una realidad perfecta. "Solo quedaba que hubiese sido
puesta en mí por una naturaleza verdaderamente más perfecta que la mía y poseedora inclusive de
todas las perfecciones de que yo pueda tener idea; este es, para explicarme con una sola palabra, por
Dios. "Luego Dios Existe".

2º El ser que se reconoce imperfecto y que le falta algo, no existe por si mismo, pues ser
perfecto y existir por si mismo es la misma cosa. Luego, desde el momento en que no soy perfecto, no
existo por mi mismo, existo por otro y este otro existe por sí mismo, lo que equivale a decir que es
perfecto. Aquel ser, autor de mi ser, por quien yo existo, es Dios. Puedo llegar a conocer la existencia
de Dios, partiendo de mi propia limitación. Yo no me he creado a mi mismo. Si yo fuera causa de mi
mismo me habría dado las mismas perfecciones que yo concibo como más perfectas. Así la finitud del
Yo pensante supone una relación causal con Dios.

3º El tercer argumento es el argumento ontológico que ya conocemos por SAN


ANSELMO. Parte del análisis de la idea del Ser Perfecto: la idea de Ser Perfecto incluye
necesariamente la existencia real con la misma necesidad que la idea de triángulo incluye el tener
tres lados. "Si volvía a examinar la idea que yo tenía de un Ser Perfecto, encontraba que la existencia
está comprendida en ella de la misma manera que en la idea de un triángulo está comprendido el que
sus ángulos sean iguales a la suma de dos rectos.."

La idea de un ser "absolutamente perfecto" exige que ese exista ya que una de las
perfecciones es la existencia. Sería contradictorio pensar algo que tenga todas las perfecciones y no
incluya la existencia.

"Por consiguiente, tan cierto es que Dios, que ese ser perfecto existe, como lo puede ser
una demostración de geometría".

8.2) LA EXISTENCIA DE UN DIOS VERAZ, GARANTÍA ÚLTIMA DE LA VERDAD DEL


CONOCER

Dios existe como perfectísimo, luego tiene que ser sumamente veraz.
La existencia del mundo es demostrada o justificada a partir de la existencia de Dios: si
Dios existe y es bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe. Luego
las cosas, objetos de mis ideas, existen, mis ideas son verdaderas. DIOS es el fundamento último y la
garantía de la verdad de las ideas. Dios crea el mundo, lo conserva, es garantía del no engaño. El
mundo es un reflejo de Dios. Si Dios es inmutable, el mundo es reflejo de la inmutabilidad de Dios,
por eso las leyes físicas del mundo, el movimiento son invariables. Se llega con esto a una concepción
mecanicista del mundo. El mundo es como un reloj, sin finalidad ni destino, es como una máquina.
Dios le da una cantidad de movimiento y unas leyes constantes. La física se reduce a extensión y
movimiento. El movimiento no se pierde sino que se transmite de unos cuerpos a otros. Los planetas,
animales, cuerpo del hombre, son máquinas, se rigen según las leyes universales del movimiento.

La existencia de Dios es el "puente" que le permite saltar de las ideas a las cosas, del
pensamiento a la realidad y destruye el motivo más radical de la duda: la hipótesis del "genio
maligno."

Probada la veracidad divina, Dios se convierte en el sistema de Descartes, "en el garante


de la verdad": todas las cosas que concebimos claras y distintamente son verdaderas tal y como las
concebimos.

9) La física cartesiana: las tres sustancias, los atributos y los modos

La sustancia constituye en Descartes, y en todo el racionalismo un tema fundamental.


Descartes define la sustancia como aquello que no tiene necesidad más que de sí mismo para su
existencia.

Ahora bien, el único ser capaz de subsistir por sí mismo es Dios, los demás seres necesitan
de la creación y conservación por Dios. ¿Quiere esto decir que sólo hay una sustancia, Dios? Descartes
no saca esta conclusión; reconoce, en efecto, que el término sustancia sólo es aplicable, en sentido
propio, a Dios, pero afirma que en sentido análogo, puede aplicarse también a aquellos seres creados,
que sólo necesitan del concurso divino para existir, a diferencia de aquellos otros, que necesitan
además, de otros seres creados. Así distingue dos sustancias creadas: el "yo" o sustancia pensante
(res cogitans) y los cuerpos o sustancia extensa (res extensa). La res cogitans y la res extensa, si bien
necesitan del concurso divino, no necesitan en cambio de otros seres creados para existir y, en este
sentido, cabe decir que son sustancias. La sustancia pensante y la sustancia extensa son
independientes entre sí, independencia que Descartes fundamenta en el hecho de que se tiene de ellas
ideas claras y distintas, la idea más destacada de la noción cartesiana de sustancia es su autonomía e
independencia.

Nosotros no percibimos las sustancias como tales, sino que las conocemos por sus
atributos (son aquellas cualidades más esenciales de esa sustancia). Y entre éstos, hay uno que
constituye la esencia o la naturaleza de cada sustancia: la extensión en longitud, anchura y
profundidad, es el atributo esencial de los cuerpos, y el pensamiento es el atributo esencial del yo.

Descartes habla también de modos, que son modificaciones variables de la sustancia y


necesitan de esta para existir; la figura, el movimiento, son modos de la sustancia extensa, y la
imaginación, el sentimiento son modos de la sustancia pensante. Los modos son aquellas cualidades
que se refieren a los objetos sensibles (color, posición, etc.)

10) El hombre

El hombre es un compuesto de dos sustancias, la sustancia pensante y la sustancia extensa,


y, como el entendimiento tiene una idea clara y distinta de la sustancia pensante y una idea clara y
distinta de la sustancia extensa, es evidente, según Descartes que se trata de dos sustancias distintas, e
independientes, y que el alma puede existir sin el cuerpo, esto es, que de la muerte del cuerpo no se
sigue la muerte del alma. La unión entre ambos es accidental.

Esta posición de Descartes, según el cual cuerpo y alma son sustancias autónomas tiene
importantes consecuencias: por un lado, la afirmación de la inmortalidad del alma; por otro lado, la
libertad del hombre. En efecto, el alma, en tanto que sustancia pensante, queda excluida del
mecanicismo y la necesidad, propios de los cuerpos, sustancia extensa. Ni el pensamiento, ni la
materia necesita el uno de otro para subsistir. La finalidad de esta concepción finalista es justificar la
libertad del hombre y la inmortalidad del alma. La libertad de la voluntad implica la elección de lo
bueno y lo verdadero.

Sin embargo, a pesar de concebir el cuerpo y el alma como dos sustancias autónomas,
Descartes es consciente de la interacción real entre ambas en el caso del hombre.

Pues, cuando mi cuerpo está herido, -dice en su sexta meditación-, no sólo percibo la idea
mediante el entendimiento, sino que además siento dolor. ¿Cómo conciliar este hecho con la
concepción del cuerpo y alma como sustancias independientes?. Se trata de un punto oscuro de la
filosofía de Descartes; y su solución de corte fisiológico, según la cual el alma estaría localizada en un
punto concreto del cuerpo, la glándula pineal, situada en la parte central del cerebro, y a través de la
cual tendría lugar la interacción cuerpo-alma, no es, en absoluto, satisfactoria.

Otro tema importante con relación al hombre es el de la libertad. Según Descartes, la


voluntad del hombre es libre, y ello constituye un dato evidente, indudable. Pero Descartes no
identifica libertad con indiferencia; al contrario, la voluntad es menos libre -dice en su cuarta
meditación-, cuanto más indiferente es para elegir entre una cosa u otra; es, en cambio, libre cuando,
teniendo el entendimiento, ideas claras y distintas sobre lo bueno o lo verdadero la voluntad se inclina
por ello y lo elige.

Por otro lado, la elección, por parte de la voluntad, de lo propuesto por el entendimiento,
expresa la idea central de la ética de Descartes.

IV) Términos filosóficos


ANÁLISIS: En Descartes, proceso de descomposición de lo complejo en lo simple, hasta
llegar a los elementos más simples, aprehensibles por intuición (naturalezas simples).

ATRIBUTO: Lo que el entendimiento percibe como constitutivo de la sustancia.

CLARIDAD: Manifestación o presencia tal de un conocimiento en la mente, que ha esta no le


queda otro remedio que asentir.

COGITO: Con este verbo latino, que representa todas las posibles actividades mentales
(pensar, dudar, creer, etc.) formula Descartes su famosa inferencia: "pienso, luego existo" (cogito ergo
sum). Si estamos pensando, resulta cierto que existimos, que somos en algún modo; el "cogito" es, así,
el primer freno a la duda metódica cartesiana.

DIOS: Si bien los autores tratados en este capítulo se ubican en la tradición judeo-cristiana,
aunque con distintos matices, el racionalismo filosófico introduce una novedad en el tratamiento del
problema de Dios (especialmente Descartes y Spinoza): despojándole de connotaciones tecnológicas y
aún religiosas en buena medida, y nos habla de un Dios "filosófico", racionalmente conocido.

CONOCIMIENTO: Tema primordial en la filosofía racionalista, ante el que toma una


posición de clara defensa del papel de la razón frente a la experiencia.
EXTENSIÓN: Propiedad definible por la mensurabilidad en el espacio. La posesión o
carencia de tal propiedad marcará la división de las sustancias en corpóreas o incorpóreas.

CHARACTERISTICA UNIVERSALIS: Ideal de un lenguaje formal común a LOS


SABERES (conectado claramente con el papel fundante de la matemática).

CONTINGENTE: Lo que puede ser de otra manera, por no implicar su opuesta contradicción.

DEDUCCIÓN: Operación de espíritu que consiste en la inferencia rigurosa a partir de hechos


conocidos con certeza. Sucesión ordenada de evidencias (Descartes).

DISTINCIÓN: Separación de un conocimiento respecto a los demás (Descartes).

EVIDENCIA: Criterio de certeza, establecido por Descartes. Sus noticias son la claridad y la
distinción.

GEOMÉTRICO: El modo o método es, como hemos visto, el elegido por Spinoza para
escribir su "ética". Aunque las cinco partes de que consta esta obra no sean idénticas, la estructura
general de las mismas responden al mismo orden: Definiciones, Axiomas y proposiciones.

Éstas, en número aproximado a las trescientas, constan siempre de una concisa


formulación, seguida de Demostración. Eventualmente van acompañadas de algún Corolario, así como
de Escolios interesantes, digresiones que escapan a la demostración rigurosamente axiomática.

IDEAS: Contenidos presentes en el espíritu humano, mediante los cuales se construye el


conocimiento. Su presencia en el espíritu es, sobre todo, de origen innato.

INTUICIÓN: En Descartes es la operación del espíritu que capta las naturalezas simples o
ideas claras y distintas.

MODOS: Variaciones de la sustancia.

NECESARIO: Lo que no puede ser de otra manera de como es, por implicar su opuesto
contradicción.

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN: Es imposible para una proposición que sea verdadera y


falsa al mismo tiempo.

PRINCIPIO DE PERFECCIÓN: Establece hacer siempre lo que es más perfecto. En Leibniz


es el principio que esta a la base de la elección de este mundo por Dios.

PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE: Nada sucede sin que halla una razón para que suceda
así y no de otro modo. Este principio fundamenta, las verdades de hecho Leibniz.

REALIDAD INMANENTE: Es más realidad que la formal, por tanto, incluye a ésta; pero es
menos precisa (Descartes).

REALIDAD FORMAL: Es la realidad efectiva o en acto; comprende a los objetos, no a las


ideas (Descartes).

REALIDAD OBJETIVA: Es realidad conceptual; el contenido representativo de las ideas. Es


la clase de realidad propia de las ideas.

SÍNTESIS: Proceso de recomposición de lo complejo a partir de lo simple. (Descartes).


SUSTANCIA: En Descartes, lo que no tiene necesidad más de si mismo para existir. En
Spinoza, lo que es en sí y se concibe por sí.

V) Actividades
1.- ¿Cuáles son las principales corrientes de pensamiento de la filosofía moderna?
2.- Enuncia algunos caracteres generales de racionalismo.
3.- ¿Qué se entiende por sistema deductivo?
4.- ¿Qué sentido tiene el método y la duda de Descartes?
5.- Explica brevemente los cuatro preceptos del método.
6.- ¿Qué son la intuición y la deducción, según Descartes?
7.- ¿A qué ámbitos del conocimiento acepta la duda cartesiana?
8.- Haz un breve comentario sobre la primera verdad hallada por Descartes
9.- ¿Cómo prueba Descartes la existencia de Dios y su veracidad?

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