La Perspectiva Decolonial.
La Perspectiva Decolonial.
La Perspectiva Decolonial.
org/otraeconomia
Resumen En este trabajo presento algunos puntos de encuentro y desencuentro de la perspectiva decolonial con otros enfoques como los estudios postcoloniales y la teora del sistema mundo capitalista. Asimismo, examino algunos elementos de esa perspectiva que posiblemente puedan contribuir a pensar y a construir economas sociales y polticas, alternativas a la economa moderna/capitalista en Amrica latina. En particular, advierto la necesidad de visualizar otras economas existentes as como de descolonizar tanto las perspectivas de la economa poltica como las emergentes propuestas de economa social y solidaria. Palabras Clave: Colonialidad, modernidad, capitalismo, giro decolonial, economa social y poltica.
Arte: Paula Santos
Abstract In this work I introduce some points of meeting and divergence of the decolonial perspective with others approaches such as the postcolonial studies and the theory of the capitalist world system. Also, I examine some elements of this perspective which can probably contribute to think and create social and politics economies, alternatives to the modern capitalist economy in Latin America. In particular, I suggest to pay attention to others economies existent in Latin America as well as uncolonizate the perspectives of the political economy as well as the emergent proposals of social and solidarity economy. Key Words: Coloniality, modernity, capitalism, social and political economy
INTRODUCCIN Desde finales de los aos 60s las realidades socioeconmicas, ambientales y culturales vienen experimentando importantes cambios tanto en Amrica latina como en otros lugares del planeta. Segn lo sealan varios autores (Lipietz, 1994; Grosfoguel, 2006; Quijano, 2008), en el mbito socioeconmico se vienen registrando procesos de reorganizacin, reestructuracin y reconfiguracin del patrn mundial de poder y del capitalismo en particular. Dichos procesos
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recibieron un impulso adicional con el desplome de los socialismos realmente existentes y con el despliegue de la globalizacin neoliberal, permitiendo -a su vez- la profundizacin y la extensin socio-territorial de las relaciones capitalistas/mercantiles y la configuracin de un sistema mundial capitalista. Al ser mundial y a partir de la creciente mercantilizacin y capitalizacin de la naturaleza, de las personas y de las culturas ese sistema mundial parece estar generando problemas de orden local y global que amenazan la reproduccin ampliada de la vida humana- como la crisis ecolgica, la explotacin y la exclusin masiva. Como parte de los procesos de reestructuracin y reconfiguracin en curso, el trabajo asalariado y el estado-nacin tambin perdieron importancia como mecanismos de socializacin, de control e integracin social, mientras que los movimientos de trabajadores sindicalizados vieron reducida su capacidad de incidencia en el orden social. A la par, emergieron nuevos actores y/o movimientos sociales que construyeron sus identidades socioculturales y sus demandas en torno a aspectos tnicos, sexuales, territoriales, ticos y ambientales. Asimismo, y a pesar del avance de los procesos de mercantilizacin y explotacin socio-natural, como contrapartida, parecen estar re-emergiendo y ganando importancia una variedad de formas no estatales y no capitalistas de produccin y organizacin como las denominadas prcticas econmicas populares, solidarias y comunitarias. Todo ello ha dado lugar a la existencia de novedosas, heterogneas y diversas realidades, materialidades y subjetividades. En ese contexto, en las ltimas dcadas -en el campo de las ciencias sociales- emergieron novedosas perspectivas de interpretacin de las realidades histricas, socioeconmicas y culturales contemporneas, siendo influyentes en Amrica latina las miradas posmodernas, los estudios subalternos/poscoloniales, y recientemente, la perspectiva decolonial. Asimismo, las perspectivas de la economa social/solidaria/ para la vida toman relevancia en el debate sobre lo econmico y en la agenda pblica. 43 Esas perspectivas tienen algunos aspectos en comn, como el inters por cuestionar los paradigmas dominantes en las ciencias sociales y/o en la economa, por producir otros conocimientos y/o por ofrecer otras maneras de aproximarnos a nuestras realidades. En el presente trabajo presentar algunos aspectos de la perspectiva decolonial, tratando de identificar puntos de encuentro y desencuentro con otras perspectivas como los estudios culturales subalternos/poscoloniales y la teora del sistema mundo; asimismo, el trabajo tiene como propsito identificar algunos elementos de esa perspectiva que posiblemente puedan servir de horizontes para pensar y construir economas sociales y polticas alternativas a la economa moderna/capitalista en Amrica latina. A efectos de presentacin, el texto se estructura en tres secciones: en la primera presento un marco conceptual e histrico de la decolonialidad, haciendo particular hincapi en su genealoga y en la relacin con los estudios culturales subalternos y poscoloniales as como con la teora del sistema mundo; la segunda seccin trata sobre los principales postulados de la perspectiva decolonial; y finalmente, presento algunos aportes de dicha perspectiva en relacin con la economa social y poltica, y con la posibilidad de pensar y potenciar alternativas al sistema moderno/colonial/capitalista. 1. Marco conceptual e histrico de la decolonialidad
43 Vase al respecto los trabajos compilados en La Economa social desde la periferia: contribuciones latinoamericanas. Jos Luis Coraggio (Org). UNGS- Altamira. Buenos Aires (2007).
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La perspectiva decolonial en construccin- constituye una propuesta epistmica, terica y metodolgica latinoamericana para comprender las relaciones de poder/dominio en el espacio-tiempo, as como para la superacin de la matriz histrica-colonial de poder y la liberacin de los sujetos sub-alternos de esa matriz. A nivel epistmico y terico, el pensamiento decolonial es concebido por Mignolo (2007), Walsh (2007) y Escobar (2005) como un paradigma otro - en vez de ser considerado un nuevo paradigma- porque pone en cuestin no solo el linealismo histrico y el evolucionismo paradigmtico del pensamiento occidental/moderno sino tambin la eficacia de las teoras sociales modernas y contemporneas para dar cuenta de las realidades (socioeconmicas y culturales). Tambin cuestiona su responsabilidad en la reproduccin de la colonialidad del conocimiento - a travs del uso de mtodos y categoras modernas, que al cerrarse en la tradicin europea occidental, dominante e imperial, ignoran, invisibilizan y subalternalizan otras epistemes u otros modos de conocimiento y significacin. En concordancia con lo anterior, Escobar (2005, p. 65) advierte que la perspectiva decolonial no constituye un nuevo paradigma desde Latinoamrica puesto que entenderla as significara integrarla en la historia del pensamiento moderno. Al contrario, la entiende como una manera diferente del pensamiento, en contrava de las grandes narrativas modernistas la cristiandad, el liberalismo y el marxismo, que localiza sus cuestionamientos en los bordes de los sistemas de pensamiento (en los pensamientos de frontera) abriendo la posibilidad de modos de pensamiento y conocimientos no-eurocntricos. 44 Esa perspectiva decolonial surge, recientemente, como una propuesta del grupo latinoamericano de estudios de la modernidad/colonialidad para abordar las problemticas epistmicas, tericas, metodolgicas y prcticas asociadas a ella. Dicho grupo es pruridisciplinar y participan de l investigadores y acadmicos de diversas nacionalidades y reas de las ciencias sociales, siendo los ms conocidos el antroplogo Arturo Escobar, el semilogo Walter Mignolo, los socilogos Anbal Quijano, Edgardo Lander y Ramn Grosfoguel, la lingista Catherine Walsh y los filsofos Enrique Dussel, Santiago Castro Gmez y Nelson Maldonado Torres. Ese grupo de estudios, como lo seala Escobar (2005) y Grosfoguel (2006) rescata, problematiza y es heredero de pensamientos latinoamericanos en diversas reas y campos, tales como la teologa, la pedagoga y la filosofa de la liberacin; la ciencia social autnoma; la teora de la dependencia; la educacin popular; los debates en Latinoamrica sobre la modernidad y postmodernidad; los aportes sobre hibridez en antropologa, comunicacin y en los estudios culturales; la teora/metodologa de investigacinaccin participativa e historia oral; el indigenismo, el feminismo negro y chicano as como las recientes discusiones y aportes de los estudios culturales subalternos y poscoloniales. El grupo, segn Escobar (2005, p. 64) tambin ha encontrado inspiracin en las teoras crticas europeas y norteamericanas de la modernidad, en aportes del grupo surasitico de estudios subalternos, la teora feminista, la teora postcolonial, la filosofa africana, as como de la perspectiva del sistema mundo. No obstante, su principal fuerza se la otorga a su reflexin continuada sobre la realidad cultural, econmica y poltica latinoamericana, que incluye el conocimiento de los grupos subalternos. En ese sentido, el grupo ha mostrado particular inters por la comprensin e investigacin de esas realidades y por su
El euro centrismo, como lo seala Quijano (2007a, p. 94) no es la perspectiva cognitiva de los europeos exclusivamente, o slo de los dominantes del capitalismo mundial, sino del conjunto de los educados bajo su hegemona. Y aunque implica un componente etnocntrico, ste no lo explica, ni es su fuente principal de sentido. Se trata de la perspectiva cognitiva producida en el largo tiempo del conjunto del mundo eurocentrado del capitalismo colonial/moderno que naturaliza la experiencia de las gentes en este patrn de poder, y en consecuencia, aparece como dada, no susceptible de ser cuestionada.
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articulacin con movimientos sociales latinoamericanos (indgenas, emigrantes y afro descendientes, principalmente) y con procesos como los del Foro Social de las Amricas y el Foro Social Mundial. Aunque la perspectiva decolonial surge como una propuesta del grupo de estudios de la modernidad/colonialidad, la genealoga del pensamiento decolonial segn Mignolo (2007) surgi en la misma fundacin de la modernidad/colonialidad, como su contrapartida. Ello ocurri, segn lo sugiere el autor, inicialmente en las Amricas, en el pensamiento indgena y afro-caribeo como contrapartida al colonialismo espaol y portugus; luego en frica y Asia como contrapartida de la reorganizacin de la modernidad/colonialidad del imperio britnico-; posteriormente en Estados Unidos asociada a sus procesos de independencia y liderazgo; y finalmente en las resistencias a la expansin sovitica. Con el final de la guerra fra y la cada del muro de Berln el pensamiento decolonial comienza a trazar su propia genealoga. A esa genealoga propia y consciente estara contribuyendo el grupo y el programa de investigacin de la modernidad/colonialidad. 1.2. Estudios culturales, sistema mundo y decolonialidad: un encuentro necesario Si bien el grupo de la modernidad/ colonialidad y su perspectiva decolonial han heredado y han sido inspirados en diversas realidades, fuentes y/o teoras (como se seal con anterioridad), un rasgo de sus exponentes ha sido su actitud comprensiva, crtica y propositiva frente a las mismas. En ese sentido se ha hecho un importante esfuerzo por establecer encuentros (dilogos y debates) con exponentes de los estudios culturales subalternos/poscoloniales y la teora del sistema mundo. Como lo seala Grosfoguel (2006, p. 19-20) un encuentro de particular importancia para el surgimiento de la perspectiva de la decolonialidad fue el realizado a partir de 1998 entre el grupo Surasitico de estudios subalternos y el grupo Latinoamericano de estudios subalternos. ste ltimo, compuesto principalmente por acadmicos latinoamericanistas en los Estados Unidos, segn lo seala el autor, a pesar de su intento por producir un conocimiento alternativo, reprodujo la subalternidad, teniendo visiones y haciendo estudios sobre la subalternidad ms que estudios con y desde una perspectiva subalterna, lo que reflejaba una epistemologa colonial/imperial. Con ello subestimaba las perspectivas de los lugares y grupos subalternos, a la vez que privilegiaban a los pensadores occidentales (Foucault, Derrida, Deleuze) como su aparato terico central, traicionando su meta de producir estudios subalternos. Esa epistemologa colonial fue una de las principales razones que motiv la divisin del grupo y propici las bases para la constitucin de un grupo sobre estudios de la colonialidad. En relacin al proyecto del grupo sudasitico de estudios subalternos, los partidarios de la perspectiva decolonial han hecho observaciones similares a las realizadas a sus pares latinoamericanos. Comparten su crtica a la historiografa colonial de Europa occidental sobre la India y a la historiografa nacionalista eurocntrica del pas, pero no el uso de una epistemologa occidental que limita la crtica al eurocentrismo. Sin embargo, autores como Grosfoguel (2006) consideran que el grupo sudasitico de estudios subalternos representa una contribucin importante a la crtica del eurocentrismo en la medida en que hace parte del movimiento intelectual postcolonial, el cual asume una postura crtica de la modernidad desde el sur global (en contraste a la crtica posmoderna desde el norte). De los debates y encuentros entre esos grupos surgi la necesidad de descolonizar no slo los estudios subalternos y posmodernos sino tambin los
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estudios postcoloniales (Grosfoguel, 2006), evitando los fundamentalismos marginales y sobre todo los hegemnicos (euro norteamericanos) que reivindican la premisa modernista de que hay slo una tradicin epistmica desde la que se pueden alcanzar la verdad y la universalidad, y con ello una ego- poltica del conocimiento. Esa misma crtica aplica a los paradigmas de la economa poltica, a las perspectivas marxistas y a la teora del sistema mundo (que conceptualizan el capitalismo como un sistema total y mundial). No obstante, con esta ltima, como se ver enseguida, la perspectiva decolonial establece un dilogo en la bsqueda de una conceptualizacin descolonial alternativa del sistema mundo y de la economa. El enfoque decolonial retoma y modifica alguna de las premisas de la teora del sistema mundo de Wallerstein y de los estudios poscoloniales. En efecto, Castro y Grosfoguel (2007, p. 14) sealan que la perspectiva decolonial retoma el concepto de geo-cultura desarrollado por el anlisis del sistema mundo (que refiere a ideologas globales superestructurales) y lo resignifica como un mbito constitutivo del capitalismo a travs del cual se jerarquizan poblaciones; no se tratara as de un mbito superestructural derivado de estructuras econmicas, sino que junta a stas y a otras jerarquas (epistmicas, socioeconmicas y culturales) formando una heterarqua (una articulacin en red- de mltiples regmenes de poder). Con ello la perspectiva decolonial sugiere que la cultura est siempre enlazada y no derivada de los procesos de economa poltica, y reafirma una estrecha relacin entre capitalismo y cultura. La perspectiva decolonial tambin comparte con el anlisis del sistema mundo y con los estudios poscoloniales la crtica al desarrollismo, a la nordomana (imitacin de modelos del norte por parte de las lites e intelectuales del sur), a la desigualdad de gneros, a las jerarquas raciales, al eurocentrismo (actitud colonial frente al conocimiento) y a los procesos culturales/ideolgicos que favorecen la subordinacin de las periferias a los centros capitalistas. No obstante, Castro y Grosfoguel (2007) advierten que el enfoque decolonial se aparta del determinismo cultural o del nfasis en el discurso colonial de los sujetos presentes en las perspectivas poscoloniales as como del determinismo econmico-estructural o capitalocentrismo del enfoque del sistema mundo. Al igual que los estudios poscoloniales, la perspectiva decolonial reconoce el papel fundamental de las epistemes, pero a diferencia de aquellos reconoce su simultaneidad (la coexistencia espacio-temporal de diferentes formas de producir conocimientos), la posibilidad de la existencia de jerarquas epistmicas y les otorga un status no solo sociocultural sino tambin econmico. De all resulta la idea que la dominacin/explotacin norte/sur se funda en una estructura etnoracial de poder de larga duracin -constituida desde el siglo XVI por la jerarqua europeo /no europeo - que el capitalismo ha contribuido a configurar (Quijano, 2000). Tambin la nocin de que el mundo no ha sido completamente descolonizado y la identificacin de la necesidad de una decolonialidad que complemente la descolonizacin poltico-jurdica- llevada a cabo en los siglo XIX y XX (Castro y Grosfoguel, 2007) pues seguimos viviendo inmersos en un patrn colonial de poder. 1.3. Colonialismo, colonialidad global y decolonialidad: precisiones conceptuales Desde la perspectiva decolonial el concepto de la decolonialidad resulta apropiado para trascender la idea euro-cntrica, segn la cual, con el fin de las administraciones coloniales y la constitucin de los estados-nacin en las periferias pasamos a un mundo descolonizado y/o poscolonial. Autores como Castro y Grosfoguel (2007, p.13) sealan que la divisin internacional del trabajo entre centros y periferias y la jerarquizacin tnico/racial formadas durante la
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expansin colonial europea no se transform significativamente con el fin del colonialismo clsico y con la formacin de los estados nacionales sino que, asistimos ms bien a una transicin del colonialismo moderno a la colonialidad global, proceso que si bien trasform las formas de dominacin desplegadas por el proyecto de la modernidad, reprodujo la estructura de las relaciones centroperiferia a nivel mundial. 45 Grosfoguel (2006) advierte, adems, que el fin de la guerra fra marc la etapa terminal del colonialismo moderno y dio paso a un proceso de colonialidad global/moderna. Por ello habla de la reciente configuracin de un sistema-mundo-euro-norteamericano capitalista/ patriarcal /moderno/colonial (en vez de sistema mundo capitalista), cuestiona el mito de la descolonizacin, de la postcolonialidad as como la tesis posmoderna que desvincula a la modernidad y a la posmodernidad de la colonialidad. Con ello, cuestiona las perspectivas que contribuyen a la invisibilidad de la colonialidad y pone a sta ltima en el centro del debate. Para el autor, las estructuras globales mltiples y heterogneas establecidas durante un periodo de 450 aos no se evaporaron con la descolonizacin jurdico-poltica de la periferia, de manera pues, que seguimos viviendo bajo un patrn colonial de poder. La colonialidad, segn Grosfoguel (2006, p.28) permitira entender la continuidad de las formas coloniales de dominacin despus del final de las administraciones coloniales, producidas por culturas y estructuras coloniales en el sistema mundo capitalista moderno/colonial. En la perspectiva decolonial, lo colonial no se refiere, entonces, nicamente al colonialismo clsico o al colonialismo interno ni puede reducirse a la presencia de una administracin colonial sino que se distingue entre colonialismo y colonialidad. En efecto, para Quijano (2000) la colonialidad se refiere a un patrn de poder, que opera a travs de la naturalizacin de jerarquas raciales que posibilitan la reproduccin de relaciones de dominacin territoriales y epistmicas, que no solo garantizan la explotacin capitalista de unos seres humanos hacia otros, sino que tambin subaternalizan los conocimientos, experiencias y formas de vida de quienes son as dominados y explotados. Segn el autor (2007a, p. 93) la colonialidad se funda en la imposicin de una clasificacin racial/tnica de la poblacin del mundo como piedra angular del patrn mundial de poder; opera tanto en cada uno de los planos y dimensiones materiales e inmateriales- de la vida cotidiana como en la escala social, se origina en un contexto socio-histrico y se mundializa a partir de la invencin de Amrica; por su parte, el colonialismo referira a una estructura de dominacin y explotacin, donde el control de la autoridad poltica, de los recursos de produccin y del trabajo de una poblacin, lo detenta otra de diferente identidad, cuyas sedes estn adems en otra jurisdiccin territorial y no implica necesariamente relaciones racistas de poder. 46
Para Escobar (2005) resulta crucial cuestionar la idea ampliamente aceptada de que la modernidad es ahora una fuerza universal inescapable, que la globalizacin implica la radicalizacin de la modernidad, y de que la modernidad est en todas partes. Segn el autor, tambin es importante visualizar el lado oculto de la modernidad, esto es, aquellos conocimientos subalternos y prcticas culturales en el mundo que la modernidad misma ha suprimido, eliminado, invisibilizado y descalificado. Desde esta perspectiva, la colonialidad es constitutiva de la modernidad, y el "Tercer Mundo" es parte de su lgica clasificatoria (Escobar, 2005. p. 24). En forma anloga, Maldonado Torres (2007, p. 132) seala que la modernidad como discurso y como prctica no sera posible sin la colonialidad, y la colonialidad constituye una dimensin inescapable de los discursos modernos. No hay, pues, modernidad sin colonialidad, siendo esta ltima constitutiva de la primera. 46 Para Quijano (2007a) el colonialismo es ms antiguo que la colonialidad. No obstante esta ltima ha probado ser ms profunda, duradera y empez a operar a partir de la codificacin de las diferencias entre conquistadores y conquistados en Amrica, a travs de la idea de raza; sta ltima empez a definir una matriz espacio-temporal de poder. Para otros autores como Escobar (2005), la colonialidad incorpora el colonialismo y el imperialismo pero va ms all de ellos; es por esto que la colonialidad no termina con el final del colonialismo (la independencia formal de los Estados nacin), sino que ha sido re-articulada en trminos del imaginario de los tres mundos inventados luego de la Segunda Guerra Mundial.
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Para Grosfoguel (2006) la colonialidad aunque no se deriva necesariamente de la modernidad aparece como su contracara pues los sistemas, las identidades, derechos, leyes e instituciones de la modernidad, como los estados-nacin, la ciencia euro-cntrica, la ciudadana, el capitalismo, el mercado y la democracia se formaron en un proceso de interaccin colonial con personas, recursos y entidades no occidentales, as como de su dominacin/explotacin. La colonialidad tambin supone la existencia de una diferencia colonial. Esa diferencia colonial existe segn Mignolo (2007, p. 73) a partir de la clasificacin del planeta de acuerdo con el imaginario moderno/colonial representado por la colonialidad del poder. Esa clasificacin es realizada por los grupos colonizadores y de ella resultan diferentes grupos subalternoscolonizados, dentro del sistema social. Estos grupos a su vez tienen historias especficas y pautas culturales que los diferencia ente s y que pueden ser trasformadas, articuladas o resaltadas en las estructuras globales del poder y en las jerarquas sociales existentes, convirtindose en parte constituyente de la diferencia colonial. A partir de ella es posible articular conocimientos subalternizados y pensar la decolonialidad. Esa decolonialidad Maldonado Torres (2007) la entiende como un proyecto y un quehacer epistmico, ontolgico y poltico (inspirado en la justicia, el amor de-colonial y la convivencia humana) para afrontar los problemas que la colonialidad trae consigo: la explotacin, la dominacin, el control y el conflicto.
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Quijano (2000, 2007a) conceptualiza el poder como un tipo de relacin social constituido por la co-presencia permanente de dominacin, explotacin y conflictos, y que es tanto resultado como expresin de la disputa por el control de las reas bsicas de existencia socio-natural (el trabajo, el sexo, la autoridad colectiva/pblica, la subjetividad/intersubjetividad, la naturaleza), sus recursos y sus productos. Esas reas de existencia conforman un complejo estructural histrico y especfico que configura un determinado patrn histrico de poder. Segn el autor, el actual patrn de poder mundial consiste en la articulacin entre el capitalismo como patrn universal de control del trabajo y de explotacin social, el estado -nacin/moderno- como forma central y hegemnica de control de la autoridad colectiva, el eurocentrismo como forma hegemnica de control de la subjetividad/intersubjetividad y de la produccin de conocimientos, y la colonialidad del poder como fundamento del patrn universal de clasificacin y dominacin social en torno a la idea de raza (Quijano, 2000, p.1). Tomando como punto de referencia a Quijano y perfeccionado el concepto, Grosfoguel (2006, p. 29) conceptualiza la colonialidad del poder como una imbricacin o interseccionalidad de jerarquas globales mltiples y heterogneas (heterarquas) de formas de dominacin y explotacin sexuales, polticas, econmicas, espirituales, lingsticas y raciales donde la jerarqua racial/tnica de la lnea divisoria europeo/ no europeo reconfigura de manera transversal todas las dems estructuras globales de poder. Desde esa perspectiva, la colonialidad del poder tambin hara referencia a un proceso de estructuracin social en el sistema mundo moderno/colonial que articula lugares perifricos en la divisin internacional del trabajo con la jerarqua global racial/tnica y la inscripcin de los migrantes del Tercer Mundo en la jerarqua racial/tnica de las ciudades globales metropolitanas.
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En un sentido ampliado, Escobar (2005) entiende la colonialidad del poder como un modelo hegemnico global de poder instaurado desde la conquista de Amrica que articula raza, conocimiento y trabajo, espacio, gnero y gentes, de acuerdo con las necesidades de poder del capital y de los blancos europeos/norteamericanos. Otros autores como Cajigas-Rotundo (2007) partiendo de esa conceptualizacin proponen y utilizan la nocin de biocolonialidad del poder para referirse a la produccin moderna, posmoderna y jerarquizante de la naturaleza en el marco del capitalismo moderno/posfordista. Lo novedoso de la colonialidad del poder y de las perspectivas antes reseadas es advertir cmo la idea de raza/racismo y aspectos asociadas a ella como el gnero, la humanidad y la clase se convierte en principios fundamentales de organizacin, dominacin y clasificacin socio-natural, que estructuran las mltiples jerarquas del sistema y del patrn mundial de poder. En ese sentido podemos comprender por ejemplo, cmo y por qu las diferentes formas de trabajo articuladas a la acumulacin capitalista a escala mundial son asignadas de acuerdo a jerarquas raciales/clasistas; por qu la mayor parte del trabajo coercitivo (o precario) es realizado por personas no europeas en la periferia y el trabajo en blanco se localiza en los centros capitalistas. Tambin nos facilita comprender las jerarquas desarrollo/subdesarrollo, avanzado/atrasado, rico/pobre; cmo y por qu los productos campesinos/populares son subvalorados respecto de los urbanos/capitalistas; o por qu el trabajo femenino/natural es subvalorado respecto del masculino/humano. 2.2. Colonialidad del ser y del saber como constitutivas de la colonialidad del poder Desde la perspectiva decolonial, la colonialidad del poder a la que aludimos se encuentra estrechamente relacionada con la colonialidad de dos de las fuentes constitutivas del poder: el saber/conocimiento y el ser. Esto lo han puesto de manifiesto autores como Mignolo, Lander, Escobar, Castro Gmez y Maldonado Torres. Maldonado Torres (2007) como Heidegger (uno de los mayores crticos de la modernidad y exponente del existencialismo) advierte una diferencia ontolgica entre ente y ser, entendiendo a ste ltimo como el sentido/significado de algo. Como los procesos de significacin ataen a lo humano, ambos autores sealan que solo hay un Ser para quien la pregunta por el ser tiene sentido: el ser humano. A diferencia de Heidegger, Maldonado Torres advierte, adems, que en la modernidad el ser tiene un lado colonial, y que el mismo tiene graves consecuencias. En efecto, seala que el aspecto colonial del ser (la tendencia a someter todo a la luz de un modo de entendimiento y significacin particular) contribuye a la naturalizacin de fenmenos como la guerra/violencia, la explotacin, la subordinacin y de la discriminacin, a travs de la idea de raza (produccin de la lnea de color) en la modernidad. La colonialidad del ser, segn el autor precitado, hace referencia a la negacin del ser del otro (negacin ontolgica) o a su sub-alternizacin ontolgica, fenmeno que conlleva a la idea que los otros no piensan, no conocen y por tanto no son, o a una subvaloracin de sus pensamientos, sus conocimientos, sus prcticas y su ser (Maldonado Torres, 2007, p. 144-145). De esa manera advierte no solo diferencias ontolgicas (entre ser y ente) sino tambin diferencias y jerarquas sub-ontolgicas (entre el ser y lo que est ms abajo del ser) indispensables para comprender las subjetividades humanas y la diferencia ontolgica colonial - que revela y es producto de la colonialidad del ser. Autores como Mignolo (2007, p. 29) tambin interpretan la colonialidad del ser como una herida colonial desde donde se teje el pensamiento decolonial. Dicha herida resulta, en gran parte de los proyectos colonializadores, imperiales y modernizantes (civilizadores, cristianizadores, desarrollistas) de
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Europa y Estados Unidos. Otros autores centran su foco de atencin en el fenmeno de la colonialidad del saber/conocimiento. En efecto, Lander (2000) propone tener en cuenta la colonialidad del saber, como dispositivo que organiza la totalidad del espacio y del tiempo de todas las culturas, pueblos y territorios del planeta, en una gran narrativa universal en la cual Europa y EE.UU. son simultneamente, el centro geogrfico y la culminacin del movimiento temporal del saber. Tambin se habla de colonialidad del saber en el sentido de que el pensamiento moderno ha sido posible gracias a su poder para subalternizar el pensamiento ubicado fuera de sus parmetros (Mignolo, 2003). Esa supuesta superioridad atribuida al conocimiento europeo/norteamericano en muchas esferas de la vida es un aspecto importante de la colonialidad del poder en el sistema mundo moderno/colonial. A partir de ello los conocimientos subalternos se excluyen, se omiten, se silencian, se invisibilizan, se subvaloran o se ignoran. En esa colonialidad juega un papel importante la raza, la clase, la etnia, el trabajo y el sexo como parmetros de jerarquizacin/clasificacin social; la ciencia occidental moderna/colonial como modo hegemnico de producir conocimiento; y el euro-centrismo como modelo y actitud colonial frente al conocimiento. Como lo seala Grosfoguel (2006, p. 21), nadie escapa a la clase, lo sexual, el gnero, lo espiritual, lo lingstico, lo geogrfico y las jerarquas raciales del sistema mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal; adems, en las ciencias occidentales, el sujeto que habla siempre est escondido, se disfraza, se borra del anlisis. De esa manera la ego-poltica del conocimiento de la ciencia occidental privilegia el mito del Ego no situado que supuestamente asume un punto de vista universalista, neutral y objetivo. Para el autor, en esa manera de producir conocimiento la ubicacin epistmica tnica/ racial/de gnero/sexual y el sujeto que habla estn siempre desconectadas. En ese sentido, se produce un mito sobre un conocimiento universal fidedigno que cubre y/o disfraza a quien habla as como a su ubicacin epistmica geopoltica y cuerpo-poltica en las estructuras del poder/conocimiento coloniales desde las cuales habla. Ese conocimiento no situado, deslugarizado, universal y de visin omnipresente (el ojo de dios) es lo que Castro-Gmez llam la perspectiva del punto cero de la ciencia y de las filosofas eurocntricas (Castro-Gmez, 2007). Para Castro Gmez (2007, p. 88) el colonialismo epistmico de la ciencia occidental no es gratuito. La hybris del punto cero (el modelo epistmico desplegado por la modernidad occidental), se forma, precisamente cuando Europa inicia su expansin colonial por el mundo, en los siglos XVI y XVII, acompaando las pretensiones imperialistas de occidente. El punto cero sera entonces la dimensin epistmica de la colonialidad y descolonizar el conocimiento significara e implicara descender del punto cero, hacer evidente quien y desde dnde se produce ese conocimiento y considerar los otros y sus conocimientos otros. Lo anterior sugiere considerar la diferencia colonial tanto ontolgica como epistmica y poner sta ltima en el centro del proceso de produccin de conocimiento, de manera tal que los conocimientos subalternizados ante el fenmeno de la colonialidad del saber/conocimiento salgan a la luz. 47 Tanto la diferencia ontolgica colonial como la diferencia epistmica colonial estn relacionadas con el poder (explotacin, dominacin, control y conflicto). As, la diferencia colonial, como seala Maldonado Torres (2007, p. 147), puede ser entendida como el producto de la colonialidad del poder, del saber y del ser.
Los conocimientos subalternos son formas de conocimiento hbridas y transculturales as como modalidades de resistencia que resignifican y transforman las formas de conocimiento dominantes desde el punto de vista de la racionalidad no eurocntrica de subjetividades subalternas que piensan desde epistemologas fronterizas.
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y colonial en el mundo
Maldonado Torres (2007, p. 133) utiliza el concepto de heterogeneidad colonial para referirse a las formas mltiples de sub-alternizacin y deshumanizacin generadas en torno a la nocin moderna de raza, idea surgida en relacin con las poblaciones originarias de Amrica, cimentada tanto en el imaginario como en el sentido comn. La diferencia colonial y la colonialidad del poder estaran acompaadas de ese fenmeno de heterogeneidad colonial. Esa heterogeneidad es importante a la hora de comprender la constitucin y las diferencias espacio-temporales del desenvolvimiento econmico, poltico y sociocultural del sistema mundo moderno/colonial en general y del capitalismo en particular. En efecto, Quijano (2007a) seala que la constitucin y desenvolvimiento del sistema y del capitalismo mundial, colonial y moderno se ha dado a travs de la articulacin de dimensiones o elementos de existencia socionatural histricamente heterogneos (que se fundan en historias especficas y que provienen de espacios-tiempos distintos, distantes y discontinuos) en torno a una estructura global comn mediada por la colonialidad del poder. En ese sentido, concibe el sistema mundo actual como una totalidad heterognea histrico-estructural con una matriz de poder especfica que llama patrn de poder colonial. El patrn de poder colonial aparece como un principio organizador que involucra la explotacin y la dominacin ejercidas en mltiples dimensiones de la vida social, desde las relaciones econmicas, sexuales o de gnero hasta las organizaciones polticas, las estructuras de conocimiento, las entidades estatales y los hogares (Quijano, 2000). A travs de dicho patrn o matriz se articulan y afectan dimensiones de la existencia social y natural tales como la sexualidad, el gnero, la edad, la autoridad, la subjetividad, el territorio y el trabajo. A su vez, como lo seala el autor, esa matriz se constituye en punto de referencia para la clasificacin y dominacin social. En esa perspectiva, los grupos o las clases sociales resultantes son heterogneas, discontinuas, conflictivas y estn articuladas tambin de modo heterogneo, discontinuo y conflictivo, siendo la colonialidad del poder el eje que las articula en una estructura comn. Asimismo, como la estructura de relaciones es una articulacin de heterogneos, discontinuos y conflictivos mbitos y dimensiones, los lugares y papeles no necesariamente tienen las mismas ubicaciones y relaciones en cada mbito de la existencia social, o en cada momento espacio-temporal (Quijano, 2007a, p. 115). As, el papel de alguien en el control del trabajo puede ser diferente respecto del control del sexo, la autoridad colectiva y la subjetividad. Con ello se cuestiona la idea eurocntrica del sujeto histrico y se afirma la idea segn la cual la distribucin de la gente en las relaciones de poder tiene el carcter de un proceso de clasificacin, desclasificacin y reclasificacin social, de manera tal que el poder est siempre en estado de conflicto, distribucin y redistribucin. La nocin de heterogeneidad estructural de Quijano (2000, 2007a) implica la coexistencia de mltiples formas de trabajo dentro de un proceso histrico, con lo cual se cuestiona la tesis de la sucesin lineal de modos de produccin. Asimismo, y en contraste con el enfoque del sistema mundo, su heterogeneidad estructural implica la construccin de una jerarqua racial/tnica global de carcter simultneo en el tiempo y el espacio, que es funcional a la constitucin de una desigualitaria divisin internacional del trabajo, con relaciones centro-periferia a escala mundial. Para Quijano (2007a), en el capitalismo mundial, la cuestin del trabajo, la raza y el gnero, son las tres instancias centrales respecto de las cuales se ordenan esas relaciones conflictivas de poder / dominacin / explotacin. De esas
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tres instancias, el trabajo (la explotacin/ dominacin), es la que se ubica como el mbito central y permanente. Por ello concibe al capitalismo como el patrn universal de control del trabajo y de explotacin social. Desde su perspectiva, la acumulacin capitalista a escala mundial opera usando de manera simultnea formas diversas de trabajo, divididas, organizadas y asignadas de acuerdo con la racionalidad eurocntrica racista de la colonialidad del poder y pueden existir mltiples formas de acumulacin que tambin coexisten en forma simultnea. Con ello recalca que no hay una nica lgica de acumulacin capitalista abarcante que pueda determinar las divisiones tnicas/raciales y que siempre preceda a la formacin de una cultura global, colonial, eurocntrica. 48 No obstante, y como lo advierte la mayor parte de los decolonialistas, el capitalismo es solo una de las mltiples constelaciones imbricadas del patrn colonial de poder del sistema mundial europeo moderno/colonial capitalista/patriarcal. Es desde luego importante, hegemnica y no se reduce a lo econmico ni a lo cultural. En consecuencia, autores como Castro y Grosfoguel (2007) entienden al capitalismo no solo como un sistema econmico (paradigma de la economa poltica) o cultural (paradigma de los estudios culturales/poscoloniales) sino como una red global de poder integrada en una heterarqua de relaciones y procesos socioeconmicos, polticos y culturales que configuran todo un sistema o patrn global de poder. En esa lnea conceptual Grosfoguel (2006) entiende al capitalismo histrico como un sistema heterrquico en el que el proceso de la incorporacin de las periferias a la acumulacin incesante de capital estuvo constituido con jerarquas y discursos homofbicos, sexistas y raciales e imbricado con ellos. Adems, seala que sus sistemas polticos y econmicos fueron configurados por su posicin subordinada en un sistema mundo capitalista organizado alrededor de una divisin internacional del trabajo jerrquica. Para Grosfoguel (2006) dada la imbricacin del capitalismo con otras relaciones de poder, eliminar los aspectos capitalistas del sistema mundo no sera suficiente para destruir el actual sistema mundo y lograr una distribucin igualitaria de la divisin internacional del trabajo sera insuficiente para destruir los aspectos capitalistas. Desde su perspectiva, los mltiples y heterogneos procesos del sistema mundo, junto con la predominancia de las culturas eurocntricas constituyen una colonialidad global entre los pueblos europeos/ euroamericanos y no europeos. As, la colonialidad est imbricada con la divisin internacional del trabajo, pero no puede reducirse a ella. Asimismo, la jerarqua racial/tnica global de europeos y no europeos forma parte integral del desarrollo de la divisin internacional del trabajo en el sistema mundo capitalista (Grosfoguel, 2006 p. 30). En consecuencia, para transformar este sistema mundo sera crucial destruir el patrn colonial del poder del sistema mundo moderno/colonial como totalidad. 2.4. Propuesta de un pensamiento fronterizo y giro decolonial Dado que el sistema mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal euro norteamericano se ha expandido por el planeta a travs de la colonialidad de poder, del ser y del saber, ha influenciado las mltiples culturas que ha encontrado a su paso desde una posicin de superioridad y es autista frente a las cosmologas y epistemologas del mundo no occidental. No obstante, su expansin colonial e imperial no ha estado exenta de resistencias: los nacionalismos y fundamentalismos del tercer mundo parecen dar cuenta de ello. Pero dichas respuestas no constituyen alternativas al mismo, ya que como lo
Para el autor en cuestin, el racismo es constitutivo de la divisin internacional del trabajo y de la acumulacin capitalista a escala mundial, y est imbricado con ellas.
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advierte Grosfoguel (2006), el nacionalismo ofrece soluciones eurocntricas a un problema eurocntrico global y reproduce la colonialidad del poder interna en cada estado-nacin al reafirmar el estado-nacin como el lugar privilegiado del cambio social, mientras que los fundamentalismos anti-modernos reproducen el etnocentrismo. Frente a esa situacin autores como Mignolo y Escobar proponen un pensamiento fronterizo crtico o pensamientos de frontera. Dichos pensamientos constituyen una respuesta epistmica desde lo subalterno al proyecto euro/norteamericano de la modernidad/colonialidad capitalista. A travs de las epistemologas fronterizas se subvierte y/ o redefine el discurso de la modernidad desde las cosmologas y las epistemologas de lo subalterno colonizado, hacia una lucha por la liberacin descolonial y transformacin de las prcticas socioeconmicas y polticas ms all de las construcciones y concepciones impuestas por la modernidad /colonialidad/capitalista euronorteamericana. El pensamiento fronterizo aparece as como una respuesta descolonial transmoderna o alter moderna de lo subalterno a la modernidad/ colonialidad/capitalista. Ejemplos de esto son las luchas de algunas comunidades negras e indgenas de Colombia, Ecuador y Bolivia as como de los zapatistas en Mxico. Las primeras redefinen y en cierta manera trasforman el estado nacional en plurinacional, la cultura universal en pruriversal, los derechos del hombre en los derechos de todos, la democracia representativa en participacin democrtica adems de reivindicar otros maneras de conocer y concebir el mundo. Los zapatistas, por su parte, aceptan la nocin de democracia, pero la redefinen desde la prctica y las cosmologas indgenas, definindola como el mandar obedeciendo; as mismo redefinen el conocimiento como el proceso de mirar mirando el mirar del otro teniendo presente que todos conocemos y somos iguales, pero distintos. Esos conocimientos y prcticas fronterizas, segn lo seala Escobar (2005), generan la necesidad y caminos para la construccin de Mundos y conocimientos de otro modo as como de nuevas teoras de las prcticas y nuevas prcticas de las teoras que permitan avanzar en la comprensin y liberacin de la modernidad/colonialidad eurocentrada. Para desentraar y superar los fenmenos de la colonialidad, el proyecto decolonial tambin advierte la necesidad de avanzar hacia un pensamiento heterrquico decolonial que permita conceptuar las realidades socioeconmicas y culturales con un lenguaje que desborbe el paradigma moderno/euro cntrico y que permita una mejor comprensin de las realidades histricas y contemporneas (Castro y Grosfoguel, 2007); un pensamiento decolonial que articule genealogas y epistemologas desperdigadas por el planeta y ofrezca modalidades socioeconmicas, polticas y culturales otras. El pensamiento fronterizo constituye una opcin en ese sentido. Para Mignolo (2007) el pensamiento decolonial tendra como razn de ser y como objetivo principal la decolonialidad del poder, ello es, de la matriz colonial de poder. Para ello sera necesario un giro decolonial (una descolonizacin epistmica, ontolgica y prctica). El giro decolonial para el autor es la apertura y la libertad del pensamiento y de formas de vida otras (economas-otras, teoras polticas-otras); la limpieza de la colonialidad del ser y del saber; el desprendimiento de la retrica de la modernidad y de su imaginario imperial articulado en la retrica de la democracia (Mignolo, 2007, p. 29-30). Ese giro segn Maldonado Torres (2007, p. 159-160) implica una cambio en la actitud del sujeto prctico y de conocimiento ante la modernidad/colonialidad, y se funda en el grito de espanto del sujeto colonizado ante el descubrimiento, duda y/o reconocimiento de su colonialidad y ante la modernidad/colonialidad. A partir de ello sugiere que el pensamiento de-colonial puede tener elementos modernos o posmodernos, pero ellos no pueden ser ni los ms centrales ni constantes.
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2.5. Afirmacin de la pluriversidad e interculturalidad Asociado a la crtica del universalismo eurocentrista y a la transmodernidad, pensamientos y prcticas de frontera la perspectiva decolonial afirma las propuestas de pruriversalidad e interculturalidad de grupos subalternos de Amrica latina. Para Walsh (2007) la interculturalidad tiene una significacin, ligada a geopolticas del lugar, que se funda en la diferencia colonial, surge de la resistencia de las comunidades negras e indgenas frente a la modenidad/colonialidad y hace parte de la construccin de un proyecto ligado a la descolonizacin y trasformacin social, econmica, poltica y cultural. Forma parte de un pensamiento otro construido desde el lugar poltico de los grupos subalternos, que contrasta con el multiculturalismo occidentalizante. En efecto, y segn lo seala la autora, para la CONAIE del Ecuador, la interculturalidad es un principio ideolgico clave en la construccin de una nueva democracia anticolonialista, antisegregacionista, antiimperialista y anticapitalista que garantiza la mxima y permanente participacin de los pueblos y nacionalidades indgenas en las tomas de decisiones. Permite, adems, la participacin e incorporacin de miradas varias y otras (pluridiversas) en la construccin de procesos socioeconmicos y polticos alternativos. Un aspecto importante es que la interculturalidad, introduce y saca a la luz el juego de la diferencia colonial que el multiculturalismo esconde. Con ello, se introduce la dimensin colonial del poder no considerada en las discusiones relativistas de la diferencia cultural. Esa diferencia colonial como la interculturalidad misma no son simples conceptos descriptivos sino indicativos de realidades histrico-estructurales que sealan, adems, la existencia de colonialidad y diferencias en el espectro amplio de la vida sociocultural, poltica y econmica. 3. Algunos aportes de la perspectiva decolonial a la construccin de Otra economa, social y poltica Ante la configuracin de un sistema mundial moderno/capitalista mediado por la colonialidad global del poder y a partir de la creciente mercantilizacin, subalternizacin, y explotacin de la naturaleza, de las personas y de las culturas, ese sistema de poder moderno/colonial/capitalista parece estar participando activamente en la generacin de problemticas de orden local y global (como las crisis ecolgicas, las desigualdad socioeconmicas, la exclusin y la dominacin de amplios grupos poblacionales), las cuales afectan de manera negativa las condiciones materiales y socioculturales para la reproduccin ampliada de la vida de todos y para la emancipacin social (de los grupos subalternos, principalmente). En ese contexto, y dada la influencia de la modernidad/colonialidad capitalista en la generacin y profundizacin de esas problemticas, la descolonizacin econmica, poltica, epistmica y sociocultural aparecen como necesidades y como condiciones fundamentales para la transformacin del heterrquico sistema de poder generador de esos problemas, y para la emancipacin social del mismo. La descolonizacin, como lo seala Quijano (2000, p. 15) es el piso necesario de toda revolucin social profunda; la descolonizacin social, material e intersubjetiva es, adems, condicin de todo proceso de democratizacin. En ese sentido, la perspectiva decolonial tiene importantes aportes para hacer. En ste trabajo solo consideraremos algunos aspectos en relacin con la economa- social y poltica.
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3.1. Contribuir a resignificar lo econmico y a visualizar otras economas sociales y polticas Los discursos y los paradigmas hegemnicos en el campo econmico y de las ciencias sociales - han contribuido a instalar en el imaginario social la idea moderna y eurocntrica segn la cual, en todos los tiempos y lugares, existe la economa como una esfera separable de la sociedad, de la tica, del ambiente natural y de la poltica. En el marco de esa fragmentacin de la vida socio-natural le correspondera a la ciencia econmica el estudio de lo econmico, ello es, de las leyes que gobiernan la produccin, la reproduccin y la distribucin de la riqueza material y/o del uso eficiente de recursos escasos en la produccin, intercambio y consumo de bienes y servicios. Esos de hecho han sido los respectivos objetos de estudio otorgados a la economa poltica (en las versiones clsicas y marxistas) y a la economa formal (en las tradiciones neoclsicas y sus variantes). Esas perspectivas universalizantes y eurocntricas, sobre un presupuesto de racionalidad humana y de modernidad- tratan de explicar cmo funciona lo econmico -el capitalismo y el mercado en particular- y de justificar lo econmico en el progreso material, sin cuestionar sus fundamentos y sentidos. Ello debido a que la economa -como ciencia y disciplina moderna- ha sido abordada como un conocimiento positivo y racionalista dirigido a un fragmento del ente (la produccin, distribucin y consumo de valores de uso y de cambio) de manera tal que su propia epistemologa excluye la pregunta que interroga los fundamentos y sentidos de las teoras y prcticas econmicas que realizamos. Esas perspectivas modernizantes y eurocntricas tambin han colonizado el espacio de estudio de lo econmico y recientemente, con el desplome de la URSS, con la globalizacin de las estrategias de acumulacin capitalista y con el despliegue de la mercadologa neoliberal, han contribuido a totalizar la economa mercantil capitalista como la nica economa realmente existente y posible, y con ello, han ayudado a invisibilizar pensamientos y prcticas socioeconmicas no mercantiles y no capitalitas. Parte del aporte de la perspectiva decolonial en el espacio de lo econmico, consiste precisamente, en advertir el carcter modernizante y colonial de esas perspectivas, y contribuir tanto a posibilitar como a visualizar la existencia de otros modos de conocimiento y significacin de lo econmico (otras ontologas y epistemologas de lo econmico) as como de prcticas y propuestas socioeconmicas no capitalistas (otras prcticas de lo econmico). En relacin a la significacin de lo econmico, algunos autores (Polanyi, 1994 {1977}; Coraggio 2007a) han afirmado la posibilidad y la necesidad de existencia de modos de entender lo econmico en un sentido sustantivo y antropolgico (como un proceso institucionalizado entre el hombre y la naturaleza, que orienta e integra las prcticas econmicas en la vida social en la direccin de la satisfaccin de las necesidades humanas/sociales y de la reproduccin de la vida) en contraposicin a las perspectivas fragmentarias y formalistas en boga. Hinkelamert & Mora (2005), por su parte, resignifican la economa moderna en el sentido de posibilitar una economa para la vida que garantice las condiciones materiales para la reproduccin de la vida humana en comunidad, ante el hecho evidente que el sistema capitalista destruye la fuentes originarias de toda riqueza (el ser humano y la naturaleza exterior) y que no existen mecanismos socio-naturales automticos que garanticen ni la liberacin de la dominacin, ni la reproduccin del circuito de la vida humana y no humana. Otros autores como Escobar (2001, 2005) y Gibson-Graham (2007) advierten, adems, que en el lugar es posible identificar comunidades con diferentes maneras de significar/resignificar la economa, diversas prcticas y diversos modos de producir/reproducir conocimientos sobre lo econmico. En cuanto a las prcticas y propuestas econmicas no capitalistas Santos & Rodrguez (2007) identifican - en diversos lugares del planeta- la existencia de
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diversas alternativas de produccin, tales como el asociativismo, el cooperativismo, el socialismo de mercado, la economa popular/solidaria, el desarrollo alternativo y las alternativas al desarrollo. Quijano (2007b) y GibsonGraham (2007) tambin advierten la existencia de diversas modalidades de economas comunitarias y sistema de produccin no capitalistas, en diversas partes del mundo. En Amrica latina tambin es posible identificar la existencia y el resurgimiento de perspectivas, prcticas y propuestas que se presentan como opciones alternativas frente a la economa de mercado capitalista. Ellas son la economa solidaria (Singer, 2007; Gaiger, 2007), la economa para la vida (Hinkelammert & Mora, 2005), la economa social y del trabajo (Coraggio: 2007a, 2007b). Algunos de los mritos de estas ltimas perspectivas consisten en poner de manifiesto que toda economa es social y poltica (en tanto construccin social, que implica relaciones de poder), en visualizar la existencia de prcticas econmicas no capitalistas, y en advertir que existen opciones econmicas diferentes tanto al capitalismo como al socialismo centralizado. Visualizar y potenciar esas prcticas y propuestas no capitalitas es un aspecto importante para posibilitar horizontes y mecanismos de transformacin societal. No obstante, la centralidad y la insistencia, de esas perspectivas, en la produccin de una economa alternativa al capitalismo (como si la economa fuese el fundamento o la instancia natural de la existencia social y como si el sistema de poder/dominio se redujera al capitalismo) revela un marco interpretativo que sigue reproduciendo el imaginario moderno / colonial / capitalocentrista y econocentrista de los paradigmas econmicos pre-existentes. En ese sentido es importante hacer un esfuerzo por descolonizar tanto los enfoques de economa poltica como las emergentes perspectivas, propuestas y prcticas de economa social/solidaria/ para la vida. 3.2. Contribuir a la descolonizacin de la economa social y poltica Grosfoguel (2006) seala que los paradigmas de la economa poltica convencional y el anlisis del sistema mundo al no derivarse de implicaciones epistemolgicas y tericas de la crtica epistmica que vienen de lugares subalternos en la lnea divisoria colonial, siguen produciendo conocimiento desde la perspectiva del ojo de dios en el punto cero del hombre occidental. Esto habra llevado a importantes problemas en la forma en que se conceptualiza el capitalismo global y el sistema mundo y a una reproduccin de la colonialidad del saber. A partir de ello propone una descolonizacin tanto de la economa poltica como del enfoque del sistema mundo a travs de una epistemologa descolonial que asuma abiertamente una geopoltica descolonial del conocimiento como punto de partida. Las anteriores crticas tambin aplican a las emergentes perspectivas de la economa social/solidaria/para la vida. En efecto, esas perspectivas aunque constituyen una importante crtica al capitalismo, en lo fundamental no cuestionan los elementos modernizantes/coloniales del patrn de poder y contribuyen a reproducir la colonialidad del conocimiento. Ello debido, en parte, a que su matriz histrica de conocimiento y de significacin se deriva en buena medida de epistemologas y ontologas modernas/ occidentales (euronorteamericanas), dentro de las cuales se privilegian las ideas de pensadores como Marx y Polanyi. A partir de ellas hacen una crtica marxista-sustantivista (eurocntrica) al capitalismo, reproduciendo el eurocentrismo y la colonialidad del saber. Su propsito es contribuir a la trasformacin del sistema de dominacin existente y posibilitar alternativas econmicas descoloniales, se tendra que hacer un esfuerzo de descolonizacin. Para avanzar en ese sentido habra que
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considerar en las propuestas no solo las prcticas sino tambin las propuestas, epistemologas y ontologas de los grupos subalternizados. A partir de all sera posible ampliar los horizontes de conocimiento, significacin y accin para poder pensar y realizar alternativas a la economa capitalista y al patrn de poder moderno/colonial en su conjunto. Algunos esfuerzos han hecho, al respecto, algunos representantes de la perspectiva latinoamericana de economa social/para la vida como Coraggio (2007a, 2007b)- estableciendo algunos puntos de encuentro entre sus propuestas y las de algunos grupos subalternos (indgenas, campesinos, trabajadores autogestionados urbanos, entre otros). 49 La inclusin de dichos grupos en esa perspectiva se ha dado considerndoles actores econmicos y sociopolticos relevantes en el devenir de Amrica latina. No obstante, en esa perspectiva como en las dems propuestas de constitucin de Otra economa- la inclusin poltica y socioeconmica de los grupos subalternos latinoamericanos sigue siendo incompleta (las comunidades afro-descendientes, homosexuales y de mujeres, raramente se consideran) mientras que la inclusin epistmica y ontolgica de dichos grupos prcticamente no se ha producido; la descolonizacin del saber y del ser tampoco se ha dado de manera significativa. En ese sentido hay un importante camino por recorrer y explorar. La descolonizacin del saber y del ser son condiciones indispensables para poder liberar la subjetividad e intersujetividad del control eurocntrico y del dominio moderno/colonial/patriarcal/capitalista as como para posibilitar subjetividades descolonizadas u otros modos de ser y de conocer. Esas subjetividades descolonizadas y esos otros modos de conocer tambin pueden contribuir a la configuracin y desarrollo de prcticas econmicas no capitalistas y/o a la liberacin de las prcticas econmicas del patrn de poder moderno/colonial/capitalista. Ello se dara en la medida en que las subjetividades emergentes en las relaciones sociales se correspondan y se complementen con las materialidades econmicas alternativas, de tal manera que posibiliten la descolonialidad del poder, ello es, subversin y la liberacin del patrn de poder/dominio moderno/colonial/capitalista. La descolonialidad del poder, como lo advierte Quijano (2008) es central para pensar y posibilitar alternativas verdaderamente emancipatorias del patrn de poder vigente. A ello podran contribuir las perspectivas y propuestas de economa social/solidaria/ para la vida en la media en que logren su descolonizacin y alimenten el debate sobre la colonialidad/descolonialdad del ser, del saber y del poder. 3.3. Comprender y construir a partir de las diferencias y la diversidad econmica Otros autores como Escobar (2005) sealan que los anlisis y los paradigmas econmicos invisibilizan las prcticas de diferencia econmica, dadas las tendencias totalizantes y capitalogocentristas de sus discursos. Estos anlisis, en suma, habran tendido a reducir las formas y diferencias econmicas a los trminos de lo Mismo, esto es, a los trminos propuestos por el proyecto moderno/colonial /capitalista. Esta crtica est dirigida principalmente a los paradigmas econmicos liberales y marxistas. No obstante, y en cierta medida
49 Coraggio (2007a) concibe la economa social como una propuesta transicional y trasformadora de practicas econmicas, desde el interior del sistema de economa mixta existente (conformado por los subsistemas de economa capitalista, estatal y popular), en direccin a otra economa, otra sociedad y otro sistema socioeconmico (organizado por el principio de de la reproduccin ampliada de la vida, en contraposicin al principio de reproduccin ampliada del capital). Se trata de una economa socialmente conciente de la sociedad a la cul contribuye a producir y a reproducir.
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tambin puede aplicarse a la perspectiva de la economa social/solidaria europea, canadiense y latinoamericana. La perspectiva de la economa social, en general, y la latinoamericana, en particular, han hecho un esfuerzo por reconocer y conceptuar las diferencias econmicas en el marco del sistema social capitalista, a travs de la identificacin de la existencia de una economa mixta, con diferentes formas organizativas y lgicas en sus subsistemas (capitalista, estatal y popular). No obstante, esas diferencias se presentan en un esquematismo marcado por la impronta modernista, mientras que su origen histrico no es examinado y su fundamento se reduce a lo econmico-capitalista. Con ello se reproduce el capitalogocentrismo y se excluyen los elementos histrico-estructurantes de los procesos de constitucin de las economas y de las diferencias as como el papel que juega la colonialidad en esos procesos. En otros trminos, se advierte la existencia de economas mixtas y de diferencias econmicas pero no el origen y la razn de ser de ellas. Una manera de superar las dificultades anteriores y un aporte de la perspectiva decolonial podra consistir en advertir que la economa mixta est articulada en una matriz heterrquica de poder (en una estructura comn) que trasciende lo econmico y lo capitalista y en reconocer la existencia de una diversidad de formas econmicas (indgenas, campesinas, populares, comunitarias, urbanas, estatales, capitalistas, no capitalistas, etc.) con singularidades histricas y sustantivas a partir de las cuales pueden desarrollarse prcticas econmicas alternativas. A ste ltimo respecto, Gibson & Graham (2007) y Arturo Escobar (2005) sugieren que para pensar en opciones econmicas alternativas hay que examinar la diversidad de modos de produccin, de significacin y de vida -existentes y posibles. Escobar (2005, p. 89-90) tambin sugiere comprender la diversidad y la diferencia econmica en trminos de diferencia colonial, y a partir de ello repensar economas otras y realizar prcticas econmicas otras como parte de un proyecto decolonial ms amplio. Advierte la necesidad de constituir proyectos de transformacin mundial con base en prcticas de diferencia cultural, ecolgica y econmica tendientes a mundos y conocimientos de otro modo, que a su vez contribuyan a generar nuevos imaginarios econmicos; imaginarios que permitan una efectiva y prctica resistencia contra el aparentemente todopoderoso imaginario del mercado global as como contrarrestar los avances de los procesos de diferencia colonial y de colonialidad global. Una tarea que est por delante, en esa direccin, es comprender la genealoga de las diferencias econmicas coloniales, teorizar tanto la unidad como la ubicuidad econmica as como la heterogeneidad colonial, y documentar las practicas de diferencia econmica. Esto podra ayudarle a la economa social y poltica a comprender la genealoga y el desenvolvimiento de las economas mixtas/heterogneas as como su unidad y diversidad en el marco del sistema mundo moderno/colonial/capitalista. Una mejor comprensin de la heterogeneidad o de la diferencia econmica colonial en sus aspectos epistmicos y ontolgicos (la colonialidad del conocimiento y del ser econmico) tambin podra ofrecer un novedoso marco para producir otros conocimientos sobre lo econmico, para la comprensin de las subjetividades econmicas, para pensar y posibilitar intersubjetividades emancipadoras. 3.4. Lugarizar las economas Si se parte de la premisa decolonial segn la cual tanto el pensamiento, como el ser y las prcticas estn lugarizados, una de las implicaciones de ello es reconocer que las economas tambin estn lugarizadas, y por tanto, tienen sus singularidades. Esto parece obvio, pero sin embargo constituye uno de los vacos
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de los abstractos, universalistas, totalizantes y globalizantes paradigmas econmicos (marxistas y no marxistas). La incorporacin del lugar en un proyecto econmico alternativo y descolonial puede darle alcances importantes. En el lugar se conecta no solo la ecologa, el cuerpo y los procesos econmicos, culturales y sociopolticos sino que tambin se materializa la colonialidad del poder y la diferencia colonial; all tambin se articula lo global y local y constituye un espacio que sirve como plataforma epistmica, ontolgica y prctica que puede ser ocupado por muchos sujetos. En ese sentido, constituye el espacio de los subalternos, desde donde se puede desestructurar la heterarqua del patrn global de poder dominante y materializar un proyecto descolonial transformador. En el lugar tambin se expresan los conflictos y las diferencias culturales, ecolgicas y econmicas, constituyendo un espacio desde el cual se pueden examinar las lgicas de las diferencias y contrarrestar las tendencias homogenizantes de la globalizacin, de la modernidad y de la economa capitalista dominante. Como lo advierte Escobar (2005, p. 90) los lugares no son nunca totalmente capitalistas, sino que son habitados por la diferencia econmica, con el potencial de devenir en algo otro, una economa otra. Ello sugiere repensar la economa desde la perspectiva de la diferencia, lugarizar tanto la diferencia como las economas y ser capaces de vincular los fenmenos de diferencia colonial y colonialidad global con proyectos o polticas lugarizadas descoloniales. Ello sugiere otra tarea que consiste en reevaluar, pensar y hacer polticas y acciones locales/descoloniales sobre lo econmico, articuladas globalmente con polticas, prcticas y economas (alternativas a la modernidad/colonialidad/capitalistas) gestadas en y desde diversos lugares. 3.5. Hacia un sistema descolonial alter-capitalista Dada la heteratarqua del patrn de poder colonial y global, la descolonizacin no puede reducirse slo a lo econmico. Requiere una transformacin ms amplia de las jerarquas sexuales, ontolgicas, epistmicas, polticas, espaciales y raciales del sistema mundo moderno/colonial/capitalista. Ello nos desafa a pensar sobre el cambio, la liberacin y la transformacin no en una forma reduccionista sino en una perspectiva que nos permita dar cuenta de la complejidad del sistema y de la trasformacin. Como seala Grosfoguel (2006) y Quijano (2007b) no podemos pensar la descolonizacin en trminos de conquistar el poder logrando control sobre el Estado porque la colonialidad global no puede reducirse a la ausencia o la presencia de una administracin colonial, ni al control de la autoridad pblica/colectiva. Tampoco basta con ocuparnos de la liberacin de la explotacin del trabajo porque la dominacin antecede, articula y trasciende a la explotacin. Se necesita avanzar hacia la construccin de prcticas, propuestas y proyectos heterrquicos descoloniales, interculturales y pluriversos, donde lo econmico y lo estatal puede tener un papel relevante pero no el nico y no necesariamente el ms importante; donde los aspectos comunes no opaquen las singularidades, ni viceversa. Para ello es importante posibilitar espacios democrticos que permitan avanzar hacia la socializacin del poder; hacia la democratizacin del control de las reas bsicas de existencia socio-natural (el trabajo, la sexualidad, la autoridad colectiva, la subjetividad y la naturaleza) y sus productos; posibilitar espacios que, como dicen los zapatistas, permitan luchar por un mundo donde otros mundos sean posibles. Pensar y potenciar esas propuestas, prcticas y proyectos es un camino que apenas se abre. Avanzar en esa direccin es lo que est por delante. Para contribuir a ello quiz sea importante considerar e incorporar algunas de las reflexiones del Viejo Antonio del subcomandante Marcos quien en algn
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momento de su vida y desde algn lugar de nuestro mundo nos dijo tenemos que aprender a mirar mirando el mirar del otro, porque mirando el mirar del otro nacen muchas miradas que nos permiten mirar que el mundo puede ser mejor y mirarnos a nosotros mismos caminado la historia que todava falta. BIBLIOGRAFIA CAJIGAS-ROTUNDO, Juan (2007). La biocolonialidad del poder: amazonas, biodiversidad y eco capitalismo. En El Giro Decolonial. Reflexiones para una diversidad epistmica ms all del capitalismo global. Castro y Grosfoguel (Editores). Siglo del Hombre, Bogot. CASTRO G, Santiago y GROSFOGUEL, Ramn (2007). Giro decolonial, teora crtica y pensamiento heterrquico. En El Giro Decolonial. Reflexiones para una diversidad epistmica ms all del capitalismo global. Castro y Grosfoguel (Editores). Siglo del Hombre, Bogot. CASTRO G, Santiago (2007). Decolonizar la universidad: la hybris del punto cero y el dilogo de saberes. En El Giro Decolonial. Reflexiones para una diversidad epistmica ms all del capitalismo global. Castro y Grosfoguel (Editores). Siglo del Hombre, Bogot CORAGGIO, Jos Luis. (2007a). Economa social, accin pblica y poltica: hay vida despus del neoliberalismo. Circus, Buenos Aires. _________________. (2007b). Introduccin. En La Economa Social desde la Periferia: contribuciones latinoamericanas. Jos Luis Coraggio (Org.). Coleccin de lecturas de economa social. UNGS-Altamira Ed, Buenos Aires ESCOBAR, Arturo. (2005). Ms All del Tercer Mundo Globalizacin y Diferencia. ICAN, Bogot. GAIGER, Luiz Incio (2007). Economa solidaria y capitalismo en la perspectiva de las transiciones histricas. En La Economa Social desde la Periferia: contribuciones latinoamericanas. Jos Luis Coraggio (Org.). Coleccin de lecturas de economa social. UNGS-Altamira Ed, Buenos Aires. GIBSON, J. GRAHAN, K. (2007) La construccin de economas comunitarias. Las mujeres y las polticas del lugar. En Escobar y Harcourt (Ed). UNAM, Mxico D.F. GROSFOGUEL, Ramn (2006). La descolonizacin de la economa poltica y los estudios poscoloniales: Trasmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global. En Tabula Rasa No. 4, Bogot, p. 18-48. HINKELAMMERT, Franz & MORA, Hctor. (2005). Vida. DEI, San Jos. Hacia una Economa para la
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