Entre La Exclusión y El Rescate. (Montesinos y Sinisi)

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Cuadernos de Antropologa Social N 29, pp.

4360, 2009 FFyL UBA ISSN: 0327-3776

Entre la exclusin y el rescate. Un estudio antropolgico en torno a la implementacin de programas socioeducativos1


Mara Paula Montesinos* y Liliana Sinisi**

RESUMEN En este artculo analizamos cmo las regulaciones sociales, implicadas en toda formulacin e implementacin de polticas pblicas, y educativas en particular, apelan a la inclusin educativa con un sesgo que, muchas veces, parte desde una visin psicologista de la pobreza aun cuando se enumeren causas estructurales y objetivas. En la investigacin que realizamos sobre el Programa Todos a Estudiar se observa, por un lado, cmo se enfatizan los efectos de la exclusin vinculados a la produccin de una baja autoestima en los adolescentes que abandonaron sus estudios y, por el otro, una praxis cuasi misional que se despliega en el uso de categoras como rescate y recuperacin para dar cuenta de las intervenciones socioeducativas que desarrollan diferentes sujetos implicados en la implementacin del Programa. Sostenemos como hiptesis que en el hacer y decir de estos sujetos se produce una paradoja contradictoria: sostener que la escuela es el mejor y casi nico lugar para los jvenes al tiempo que considerar que las instituciones educativas son productoras centrales de aquellos procesos que profundizan la exclusin social. Palabras clave: Polticas, Pobreza, Escuela, Jvenes, Inclusin/Exclusin. IN BETWEEN EXCLUSION AND RESCUE. AN ANTHROPOLOGIC STUDY ABOUT THE IMPLEMENTATION OF PROGRAMS SOCIO-EDUCATIVE ABSTRACT In this paper we analyse how social regulations, implicated in public and educative polices, use the idea of educative inclusion from a psychologism point of view of poverty while are mentioned structural and objective causes.
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Mgr en Polticas Sociales. Investigadora Programa Antropologa y Educacin. Inst. Ciencias Antropolgicas. Facultad Filosofa y Letras. UBA. E-mail: [email protected] ** Lic. Ciencias Antropolgicas. Investigadora Programa Antropologa y Educacin. Codirectora Proyecto UBACYT. Facultad de Filosofa y Letras. UBA. E-mail: [email protected] Fecha de realizacin: diciembre de 2008. Fecha de entrega: febrero de 2009. Fecha de aprobacin: julio de 2009. 43

Entre la exclusin y el rescate... / Mara Paula Montesinos y Liliana Sinisi

Our research and fieldwork on the Programa Todos a Estudiar shows, in one hand, how the exclusion effects related to the low self esteem grows/rise in teenagers that had abandoned their studies and in the other hand, a quasi-missionary praxis related to the use of categories such as rescue, recuperation, etc. to mention the socio-educative intervention that different persons involved in the implementation of the Programme does. We assure, as a hypothesis on this paper, that what this individuals persons does and says produce a contradictory paradox: it is assumed that the school is the best and unique place for those teenagers and, at the same time, those educative institutions are considered as the central producers of the processes that promote the social exclusion. Keywords: Policies, Poverty, School, Young, Inclusion/Exclusion.

INTRODUCCIN Este artculo da cuenta de una serie de preguntas que nos formulamos a partir del anlisis de una investigacin de corte socioantropolgico sobre la implementacin del Programa Todos a Estudiar, perteneciente al Programa Nacional de Inclusin Educativa PNIE del Ministerio de Educacin Nacional. Desde dicho enfoque, y para esa investigacin, realizamos trabajo de campo en las provincias de Buenos Aires y Tucumn, donde llevamos a cabo entrevistas a equipos de conduccin escolar, a docentes, a docentes participantes del Programa docentes facilitadores y a jvenes; y observaciones de las dinmicas escolares y del desarrollo de los llamados espacios puente. Tambin efectuamos entrevistas en profundidad a los tcnicos nacionales y provinciales del Programa y a integrantes de organizaciones de la sociedad civil. A esto se suma nuestra participacin en reuniones y eventos organizados por el Programa.2 Para este trabajo estamos recuperando, por un lado, los relatos de cerca de 15 miembros de diferentes organizaciones de la sociedad civil (OSCs) con diferentes trayectorias personales y formativas. Desde representantes de sociedades de fomento, psiclogos, integrantes del movimiento Barrios de Pie, promotores educativos barriales, asistentes sociales, integrantes de movimientos pastorales. Por el otro, los sentidos producidos en la documentacin oficial del Programa Todos a Estudiar, en tanto representa la voz de los actores centrales del Programa; estos sentidos documentados en los textos del Programa fueron contrastados en entrevistas realizadas a los coordinadores nacionales y a tcnicos nacionales y provinciales. Incorporamos a este grupo los sentidos sobre la
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adolescencia pobre, producidos en una conferencia dictada por el director de la Fundacin SES (Sustentabilidad, Educacin, Solidaridad), ya que no slo es una de las organizaciones no gubernamentales que articula con el Programa Nacional Todos a Estudiar, sino que adems promueve, financia y da capacitacin a muchas de las organizaciones sociales que trabajan con jvenes en situacin de riesgo socio-educativo. Algunas de las entrevistas semi-estructuradas y abiertas realizadas a los miembros de las OSCs fueron individuales y otras hechas de manera grupal; como, por ejemplo, la que realizamos en la casa donde funcionaba una de estas organizaciones en la provincia de Tucumn. El registro de esta entrevista dio cuenta de una profunda interaccin que se produjo entre entrevistados y entre entrevistados y entrevistadoras en torno a la temtica abordada en este artculo. Segn el anlisis de las continuidades y rupturas encontradas en las entrevistas arriba mencionadas y de los documentos citados, ms las relaciones que establecimos con toda la otra serie del corpus de registros de campo, comenzamos a preguntarnos acerca de los significados construidos sobre los jvenes pobres, encontrando un fuerte peso de las retricas de corte psicolgico e individualista por un lado, as como explicitaciones de formas de intervencin con sentido cuasi misional. A partir de estas indicaciones, y en torno al anlisis sobre la implementacin del Programa, daremos cuenta de los procesos por los cuales ciertos programas educativos focalizados apelan a la inclusin educativa desde una perspectiva que entendemos como psicologista de la pobreza. En ella, se enfatizan los efectos de la exclusin social vinculados a la produccin de una baja autoestima en los adolescentes y jvenes que abandonaron sus estudios y, consecuentemente, se producen acciones que se vinculan al uso de categoras tales como: rescate, recuperacin, etc. Categoras empleadas para dar cuenta de las intervenciones socioeducativas 3 que desarrollan sus agentes tcnicos, personal docente, miembros de organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de incluir a los jvenes excluidos y desescolarizados. Nuestro anlisis ubica una construccin paradojal que se produce en la formulacin del diagnstico que realizan los diferentes actores implicados, al sostener que la escuela es el mejor y casi nico lugar para los adolescentes y jvenes, al tiempo que se considera que las instituciones educativas son productoras tambin de procesos que profundizan la exclusin social.
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LOS APORTES DEL ENFOQUE SOCIO-ANTROPOLGICO Los enfoques cualitativos en investigacin educativa han comenzado, desde hace algunas dcadas, a tomar a las escuelas como objeto de estudio. La escuela, uno de los aspectos ms naturalizados del proceso global de escolarizacin de las poblaciones, haba permanecido fuera de los esfuerzos investigativos. En algn sentido, la pedagoga la haba naturalizado al mismo tiempo que le diriga una mirada no explicativa sino normativa, y la sociologa cuantitativa la haba reducido a un dato derivado de las teoras explicativas de la relacin escuela/sociedad. Otras disciplinas han concebido esta relacin como () un supuesto, o bien como un objeto deducible de la propia teora (Ezpeleta y Rockwell, 1987:1). Los estudios de corte etnogrfico o socio-antropolgico han presentado una mirada diferente sobre la escuela y posibilitan desentraar la trama de relaciones que hacen a esta institucin un mundo singular y ms intrincado del que permiten ver las perspectivas ubicadas desde arriba. Adems de los aportes que la etnografa ha realizado sobre el estudio de las dinmicas y las experiencias escolares, podemos afirmar tambin que estos enfoques han introducido un quiebre en la investigacin tradicional sobre los procesos de reforma y de implementacin de polticas y programas socioeducativos, en el sentido de pensarlos no como imposicin sino como efectos de procesos ms amplios. La posibilidad de documentar cmo funcionan estas dinmicas nos lleva a preguntarnos por el accionar de los sujetos en la medida en que stos aceptan, rechazan, redefinen o transforman las prescripciones educativas. En ese sentido, el interjuego entre los procesos de control y de apropiacin,4 retomados de Ezpeleta y Rockwell, permite dar cuenta de la vinculacin entre la vida cotidiana en las escuelas y otros contextos sociales (Ezpeleta y Rockwell, 1985:201-202). Este enfoque hace posible reconocer, a partir de una conceptualizacin dinmica de sujeto, que stos no reaccionan ante las acciones estatales de modo homogneo, unidireccional y, por tanto, predecible. La relacin entre el Estado y los sujetos adquiere contenidos particulares en su existencia cotidiana y, en tanto tales, histricos, al tiempo que en dicha relacin operan mltiples mediaciones que no pueden ser definidas a priori. Continuando con esta argumentacin, sostenemos que tanto las escuelas como los diferentes sujetos implicados en contextos socio-educativos no reciben polticas y programas y los aplican, siendo entonces la funcin de la
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investigacin documentar ese proceso. Por el contrario, no es posible hablar de aplicacin lineal, ya que () la apropiacin de nuevas concepciones y la construccin de prcticas, es un proceso difcil, fragmentado y lento () que se va ensayando o incorporando segn se compruebe que funcionan () (Ezpeleta, 2001:5). Esta perspectiva se sostiene en la hiptesis de que los particulares sentidos construidos por los actores resignifican las orientaciones presentes en las polticas y programas en su fase de implementacin, producindose as modificaciones en sus prescripciones y contenidos originales. En realidad, es en ese campo de mediaciones donde se juegan los contenidos y modalidades concretas que asumen las diferentes polticas y programas estatales. En este sentido, haciendo alusin a su experiencia en el anlisis de la implementacin de programas educativos en Mxico, Ezpeleta concluye que es recomendable hablar de adaptacin de programas ms que de implementacin. La adaptacin, al igual que la apropiacin, alude a procesos y tramas de relaciones que, necesariamente, producen una reformulacin de sus presupuestos originales (Ezpeleta, 2007:7). Estos procesos, que dan lugar a una diversidad de modalidades y formas en que se produce la implementacin, estn surcados por mltiples dimensiones vinculadas a tradiciones institucionales y de gestin pblica, huellas de anteriores intervenciones, caractersticas y representaciones acerca de la poblacin a la que se dirigen las acciones pblicas y las prcticas escolares, historias institucionales, trayectorias profesionales, historia de la relacin de los sectores populares con el sistema educativo, expectativas y demandas educativas de los mismos, etc., que entran a jugar de manera no predecible y que les otorgan sentido local a las modalidades que finalmente asumirn los procesos de implementacin de los programas. EL PROGRAMA TODOS A ESTUDIAR Desde el ao 2003, en el Ministerio de Educacin Nacional se asumen particulares posicionamientos respecto del pasado reciente. En este punto enfatizaremos algunos de ellos. En primer lugar, se plantea la necesidad de imprimir un distanciamiento con las polticas educativas neoliberales de los aos 90.5 En segundo lugar, y de manera consecuente, se asumen retricamente las crticas formuladas en esos aos desde diferentes mbitos acadmicos, sociales y sindicales a la presencia de la focalizacin en el campo educativo.6 En
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tercer lugar, se toma nota de las dificultades presentes en lograr el reingreso y el sostenimiento de la escolaridad de gran cantidad de nios, adolescentes y jvenes pobres. Y, en cuarto lugar, se parte de un diagnstico sobre los cotidianos escolares en los cuales como consecuencia del aumento de la pobreza y a partir del lugar social estratgico de las instituciones educativas la asistencia termin reemplazando la verdadera funcin de las mismas: ensear. Estas cuestiones marcan la lnea argumentativa de los dos grandes programas que, desde 2003, implementa el Ministerio de Educacin Nacional en la Argentina: el Programa Integral para la Igualdad Educativa PIIE y el Programa Nacional para la Inclusin Educativa PNIE, que incluye las lneas Todos a Estudiar, Volver a la Escuela y aquellas vinculadas a la atencin a nios y adolescentes judicializados y a los que habitan en contextos de ruralidad. Si el PIIE se constituy en el programa que plante recuperar la especificidad de la tarea pedaggica de las escuelas, encarando acciones puertas adentro de las mismas,7 el PNIE Todos a Estudiar se plante una tarea puertas afuera de la escuela: promover la vuelta o ingreso escolar de adolescentes y jvenes excluidos, apelando a dispositivos no inscriptos formalmente en las propias instituciones educativas (presencia del llamado docente facilitador, creacin del espacio puente y cogestin con Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs). Sintticamente, el Programa Todos a Estudiar TAE se propone () dar respuesta al problema de la exclusin educativa y social de los chicos y adolescentes entre 11 y 18 que se encuentran fuera del sistema escolar.8 Tiene como objetivo central la inclusin a la escuela de los jvenes que, por diferentes motivos, nunca ingresaron o abandonaron. Los dispositivos creados para lograr esta inclusin son: 1) la creacin de espacios puente, considerados la puerta de entrada a la escuela y que pueden asumir diferentes formas: talleres de apoyo escolar, talleres de oficios, etc.; 2) la presentacin de un proyecto educativo de inclusin; 3) la presencia de un docente denominado facilitador pedaggico a cargo del espacio puente; 4) la cogestin entre el Estado y las Organizaciones de la Sociedad Civil, a travs de las llamadas Mesas de Coordinacin Nacional, Mesas de Coordinacin Provincial y Mesas de Coordinacin Local; 5) asignacin de becas para los jvenes; 6) asignacin de subsidios para la realizacin de los proyectos de inclusin, y 7) el otorgamiento de un plus monetario para los docentes facilitadores. La Mesa de Coordinacin Nacional se integra con el equipo de coordinacin del PNIE - Todos a Estudiar y representantes de las
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siguientes Organizaciones no gubernamentales: Fundacin de Organizaciones Comunitarias (FOC) y Solidaridad, Educacin y Sustentabilidad (SES). Hasta el inicio de 2007, tambin participaba UNICEF - Argentina. A partir de esa fecha, ingresa el Movimiento Barrios de Pie. En el trabajo de campo realizado, surgieron de manera reiterada y recurrente un conjunto de categoras sociales empleadas por los entrevistados que dan cuenta cmo significan los procesos de inclusin y exclusin educativa, los sujetos destinatarios de sus acciones y el tipo de intervenciones que, en consecuencia, despliegan en los diferentes mbitos. Un primer rasgo a destacar es que dichas categoras fueron relevadas tanto en los actores pertenecientes al TAE (tcnicos, referente provincial9 y personal docente de las instituciones educativas) como en aquellos que participan del mismo desde las OSCs. Aun con diferencias que devienen de las particulares trayectorias e inscripciones individuales y sociales y de los marcos institucionales de referencia, relevamos un fuerte ncleo de sentido que las enhebra en una trama discursiva que los emparenta fuertemente. Las categoras preponderantemente empleadas para aludir a los procesos y los sujetos sobre los cuales y respecto de los cuales definen sus intervenciones son: Elevar la autoestima, proyecto de vida, rescate/recuperacin, la escuela como mejor lugar para estos chicos. En la retrica de nuestros entrevistados, el enlace de las mismas impregna, a nuestro entender, de un tono misional/ pastoral a los relatos sobre sus acciones. En el diagnstico que realiza el Programa, se asume que la no asistencia escolar por parte de los chicos pobres obedece a causas externas, en las que se reconocen las razones sociales de esta situacin. Pero, tambin, mencionan las llamadas causas internas, que se vinculan con los mecanismos de exclusin que operan en las propias instituciones educativas. Este ltimo aspecto alude a cierto tipo de funcionamiento que no contempla las vicisitudes de los chicos y que influye en la no concurrencia o abandono escolar. Respecto de las causas externas a la escuela, el Programa considera que
() en las condiciones actuales, muchos nios y jvenes se ven forzados a abandonar la escuela o impedidos de ingresar a ella fundamentalmente por cuestiones socioeconmicas (). A su vez, la permanencia de muchos de estos jvenes fuera de la escuela consolida su situacin de exclusin social, ya que pierden posibilidad de ingresar y participar, a travs de la misma, de un universo simblico comn y compartido con el resto de la sociedad. En algunos casos, el grupo familiar organiza los escasos recur49

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sos con los que cuenta, priorizando la supervivencia y relegando la escolarizacin de sus hijos. En ocasiones la cuestin es poder ingresar al mercado laboral, pero con carencia de credenciales, lo que condiciona desde el inicio el tipo de puesto de trabajo al que estos jvenes pueden acceder. El empleo informal, inestable e intermitente, obstaculiza la posibilidad de eleccin personal, aprendizaje, y ms an crecimiento y progreso (). La ausencia de horizontes y las caractersticas del trnsito por los espacios institucionales a los que tienen acceso consolidan la exclusin escolar y social de estos nios y jvenes. Trayectoria escolar irregular o trunca y trayectoria social se refuerzan mutuamente, poniendo en juego la posibilidad de construccin de un proyecto de vida dentro de una sociedad que les brinde la posibilidad de participar de la misma. As, al no poder compartir significados sociales comunes se cercena la posibilidad de construccin de un proyecto personal y colectivo () El ingreso a la escuela como espacio institucional de construccin del lazo social, para muchos, adems de ser la nica presencia de lo estatal que an persiste en su cotidianeidad se vuelve central ().10

Respecto de las causas internas de la escuela, el Programa considera que sta pareciera tener hoy
() dificultades para encontrar estrategias que permitan dar respuesta a las profundas transformaciones sociales y culturales. Los jvenes con mayores niveles de exclusin social son quienes tienen mayores dificultades para permanecer y progresar dentro del sistema educativo. Podra decirse que la fragmentacin entre la cultura escolar y la cultura de los jvenes se profundiza en las instituciones que atienden a sectores populares, en la medida en que aumenta la distancia entre sus cdigos, sus costumbres y principalmente sus horizontes. () En las ltimas dcadas se multiplicaron y ampliaron espacios de socializacin y distribucin de saberes, y en lo que respecta a los nios y jvenes de sectores populares otras instituciones y actores sociales no tradicionales pasan a ocupar un espacio central en este proceso. Y es por esto que resulta fundamental rever y repensar la relacin entre la escuela y la comunidad, ya que el fortalecimiento de esa relacin significar un gran impulso a la tarea educativa de la escuela y de inestimable ayuda para los nios y jvenes en su tarea de aprender (). [Sin embargo,] () la escuela sigue representando un lazo con la cultura y la sociedad y una acreditacin que habilita a la posibilidad de una mejor insercin social y laboral futura.11

Por esto, mencionan la necesidad de construir las denominadas escuelas inclusivas. Algunos de los atributos que les adjudican son: rever y repensar la relacin entre la escuela y la comunidad; promover la ampliacin de los espacios escolares, lo que supone que la escuela extienda sus acciones a los lugares en donde los chicos transitan y que son sus lugares de pertenencia, aspecto que habilita que los espacios puente se desarrollen dentro o fuera de la escuela; y, tambin, promueve la adaptacin de los tiempos; criterio que convoca a adecuar y flexibilizar las estrategias pedaggicas, ya que cada nio, joven o grupo tendr tiempos diferenciados de inclusin segn el tipo de trayectoria social y
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escolar que posea. As, se trata de poner a jugar nuevos vnculos entre escuela y comunidad junto con el ensayo de nuevas prcticas sociopedaggicas. Ahora bien, una de las cuestiones reiteradamente sealadas, tanto por los miembros de las instituciones educativas como de aquellos que pertenecen a las OSCs, refiere a las limitaciones que encuentran en la tarea de incluir a los adolescentes en un sistema que, todos coinciden, los ha expulsado con anterioridad. Esto les presenta otro problema: cmo lograr, una vez que estn en la escuela, que puedan permanecer y concluir su escolaridad. Esta cuestin nos permite ubicar una construccin paradjica, que se presenta como central y que permea las limitaciones que los propios actores entrevistados del sistema educativo y de las OSCs mencionan respecto de las acciones de inclusin que encaran. Dicha paradoja se expresa, por un lado, en la valoracin de la institucin educativa como el mejor lugar para que estn los adolescentes y jvenes excluidos y, por el otro, la mencin recurrente a los mecanismos de exclusin que atribuyen al funcionamiento de las escuelas: puestos en la figura del director, en las modalidades en que se evala y acredita, en los requisitos de asistencia, etc. An con matices y diferencias, esta encrucijada se present de manera recurrente en todas las entrevistas. Por otra parte, creemos que esta contradiccin tambin se construye a partir de la existencia de un desacople entre la promocin de acciones de inclusin dirigidas a los adolescentes que estn fuera de la escuela y las polticas vinculadas a producir modificaciones en el tipo y modalidad de funcionamiento de la escuela secundaria, instancias que se consideran insoslayables para lograr su progresiva democratizacin y acercamiento a las nuevas exigencias que se vierten sobre ella. Por ltimo, y de manera importante, da cuenta de los lmites del campo educativo respecto de la estructura de desigualdad social que se expresa en las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de los adolescentes que estn fuera de la escuela. Una va interpretativa de esta problemtica radica, por un lado, en que la valoracin positiva de la inclusin a la escuela se construye como un estar en..., en oposicin a... otros lugares por los que puedan transitar los jvenes pobres: la esquina, el robo, la calle, la droga, etc. Es decir, se valora a la escuela en contraste con la valoracin negativa o la desvalorizacin de esos otros espacios. As, se produce el entrelazamiento de miradas binarias acerca de la inclusin y las instituciones educativas: la escuela es el mejor y nico lugar para los
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adolescentes y los jvenes excluidos/pobres, ya que la inclusin se representa como estar en (la escuela) por oposicin a otros espacios por los que transitan los chicos pobres y excluidos (la droga, la esquina, la calle: lugares paradigmticos de disolucin). En tanto la inclusin se define como estar en la escuela, en este sentido asume una acepcin vinculada a la insercin.13 El contraste con otros espacios denigrados de encuentro, sociabilidad e intercambio la convierte en el lugar para lograr la inclusin social para los chicos pobres. Esta construccin permite que los entrevistados puedan sostener simultneamente que la escuela es el mejor lugar para estar adentro, al tiempo que es pensada en sus caractersticas excluyentes:
() decamos que desde la escuela no se le est dando, desde lo cognitivo, para que el chico sepa leer, escribir, maneje matemticas; pero s es la nica posibilidad que tiene ese chico para tener buenos hbitos, para creer en la libertad, para conocer lo que es la ley, para conocer otras experiencias positivas, para poder salir un poco de lo que en la casa no tiene. Sea bienvenida la escuela, hace falta. O sea, en esta zona de la que hablbamos, no hay otra opcin de inclusin social, de integracin que no sea la escuela (). (Entrevista grupal a Miembros de OSCs). () Por ejemplo, tenemos escuelas agrotcnicas donde tienen la cra de aves de raza, muy bien funciona la escuela agrotcnica con una huerta pequea, una huerta a escala. Primero se comenz familiar, ahora es comercial, la cra de pollos, venden los pollos, tienen cerdos, hacen chorizos, dulce de leche, todo sali de los espacios puentes, del Programa. Y bueno, el chico mientras est en eso est metido en la escuela, con la idea de terminar la secundaria porque se lo contiene, se lo cuida, porque tenemos muchos chicos con adicciones o con problemas de abandono de familia y el docente facilitador ah est, ah est. Y se va, no se le dice al pap, a la mam, a quien sea: Venga a la escuela, sino que se va a la casa y eso es muy importante, muy importante (...). (Entrevista a Tcnico del Programa).

A partir de estas construcciones de sentido respecto de los procesos de inclusin y del lugar de la escuela en ellos, los agentes participantes en el Programa estatales y de la sociedad civil relatan las acciones que despliegan y que los documentos del TAE denominan intervenciones socioeducativas. Estas intervenciones deben ser implementadas, centralmente, por el docente facilitador y por los miembros de las OSCs. Segn los relatos, las intervenciones socioeducativas comprenden las siguientes tareas: a) salir a buscar chicos que estn fuera de la escuela; b) acompaarlos en el momento del ingreso y durante su estancia en ella, atendiendo dimensiones tales como el rendimiento, los problemas y dificultades que se presentaran, etc.; c) conectar a los chicos y sus
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familias con los programas sociales para cubrir las diferentes necesidades de supervivencia;14 d) hacer un puente con la familia o grupo de referencia de los chicos; y, e) operar al nivel de la construccin de la voluntad de inclusin. Este ltimo punto lo retomaremos ms adelante. En los relatos, estas intervenciones se significan como acciones que se realizan sobre las consecuencias de la pobreza en la vida de los individuos, pero donde el sesgo principal est puesto en las consecuencias que se derivan de las carencias de las familias o grupo de origen/referencia. As, se definen las tareas de los promotores de la inclusin educativa15 que son miembros de OSCs:
() Un promotor territorial camina el barrio, busca a los chicos que estn afuera del sistema, los trae hasta la escuela, llena la ficha con el chico y despus medianamente se fija que el chico vaya a la escuela. Esa sera la tarea bsica. Obviamente que sobre eso se construy un montn. En Tucumn las historias de los promotores van por otro lado. Ellos doblaron la apuesta. Es alguien que conoce todos los programas entonces se mete en una casa y dice: Bueno, ac qu hace falta? La beca para estos dos chicos que no van a la escuela y adems podemos ayudar con una bolsa de comida, y adems tenemos que ver el tema sanitario con Salud y ac hay bebs que no estn yendo a la salita y no tienen el plan de vacunacin. (Entrevista a Tcnico del Programa) () alentar a los nios, mayormente uno conoce a los nios y desde ah, cmo llevarlos a las escuelas? Es como dice l, cada uno los conoce, nosotros hacemos que participen en todo sentido, hablamos con la madre, el padre, aconsejamos a los nios. Como dicen los docentes, parece que algunas veces a los padres no les interesan los problemas que tienen los nios. Hay nios que van a trabajar, ya sea a cosechar limn, no s los mandan a rebuscarse y bueno () Este es el trabajo que estamos haciendo ac en el barrio. A veces, por ah, queremos tener soluciones a travs de planes (). (Entrevista Grupal a Miembros de OSCs)

EL RESCATE Y LA RECUPERACIN DE LOS JVENES POBRES A partir de las concepciones sobre pobreza y sujetos pobres, las categoras que nuestros entrevistados emplean para describir y significar sus acciones son rescatar y recuperar, que aparecen indisociablemente unidas a la inclusin de los chicos a la escuela. En relacin con el significado de rescatar y recuperar, son elocuentes las acepciones que presenta el diccionario de la Real Academia Espaola. Entre stas, encontramos para la palabra rescatar: liberar a una persona de cierta si53

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tuacin de peligro o que la oprime, agobia o molesta. Para el caso de recuperar: dicho de una persona o cosa, volver a un estado de normalidad despus de haber pasado por una situacin difcil. En lnea con estos significados, las figuras del rescate y de la recuperacin, tal como aparecen en la voz de los entrevistados, aluden a los sentidos que revisten sus propias intervenciones socioeducativas, anclados en las representaciones que construyen sobre los sujetos pobres: su vida cotidiana, sus necesidades y expectativas, etc. Este foco puesto en el nivel de las experiencias individuales y sociales los lleva a enfatizar los aspectos psicosociales de la pobreza,16 que influye en la centralidad que asume elevar la autoestima17 como objetivo de las intervenciones socioeducativas y como requisito necesario para que cada adolescente logre un proceso de permanencia y terminalidad escolar. Su enunciacin habilita al desarrollo de mltiples modalidades/espacios/dispositivos, a travs de los cuales se lo pueda alcanzar.18 En los documentos del Programa, armar un proyecto de vida se convierte en un objetivo central y final de las acciones de inclusin educativa, concepto en el que se anudan las categoras y sentidos mencionados. Objetivo compartido por los entrevistados y presente en las descripciones que realizan sobre sus tareas y los objetivos que persiguen, en las explicaciones que brindan acerca de los efectos de la pobreza en los chicos y sus familias, etctera:
() Yo les deca a los chicos del taller, para que pensemos: Ustedes han decidido ser pobres por ms que nacieron en la pobreza? Quieren seguir siendo pobres? Porque de la pobreza se puede salir y en la pobreza uno se puede quedar y ustedes que vienen, quieren ser pobres? Quieren esto? Quieren esta realidad?; y ellos dicen: No, no queremos esta realidad. Bueno son pocos los que nacen ricos, somos muchos los que nacemos en condicin humilde, pero ustedes quieren quedarse en la pobreza? Quieren ser padres, cuntas madres de cuntos hijos?. Entonces ellos me decan que no, pero ah es donde nosotros vemos la necesidad del joven de ser algo el da de maana o de aportar a su familia que es numerosa o que pasa necesidad, por ah a veces nos dicen: No vamos a venir tal da porque nos vamos con mi pap a trabajar (). (Entrevista a Miembros de OSCs)

En estas construcciones de sentido, aun cuando reconozcan la incidencia de los factores estructurales en las posibilidades, limitaciones y constreimientos presentes en la vida de los chicos, parecera que los contenidos de un proyecto de vida se construyen a partir de una apelacin a lo que cada individuo pueda tener o poner desde s, ms vinculados a sus recursos internos y a la voluntad de inclusin que puedan manifestar. En esta apelacin, subyace
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una mirada que considera a la voluntad de inclusin como condicin de eficacia de las acciones que los agentes despliegan en tanto promotores de la inclusin educativa de los chicos pobres. Esta cuestin aparece cuando a veces aluden a la eleccin/voluntad personal de los chicos para explicar, por ejemplo, por qu persisten en la calle, cuando estar en la calle constituye una determinacin social. Para ilustrar esta construccin, nos parece relevante recuperar la forma en que es interpretada la juventud pobre desde algunos organismos y fundaciones que trabajan con jvenes en situacin de pobreza. En una conferencia dictada por el director de la Fundacin SES que integra la Mesa de Coordinacin Nacional del TAE, se hace referencia descriptivamente a las categoras empleadas para caracterizar la situacin de pobreza de las personas pobreza, exclusin social y vulnerabilidad y los diferentes indicadores que permiten medirla y que son utilizados para el diseo de programas sociales (Crocce, 2000). Junto con estas categoras, rescata la de resiliencia en tanto concepto explicativo que permite entender a aquellos sujetos que, an atravesados por situaciones de extrema adversidad, la superan. A este concepto de resiliencia le acopla la nocin de personas con pobres oportunidades presentada como abordaje conceptual superador de los anteriores, argumentando que esta categora permite producir un corrimiento de la mirada sobre la situacin de pobreza a la de oportunidades, en tanto esta ltima nocin vincula al medio con el individuo. As, plantea que () se pueden tener o no tener las oportunidades (y en esto se puede acercar a la nocin de pobreza), pero tambin se pueden o no aprovechar las mismas y en este sentido empieza a cobrar un protagonismo central la persona (Crocce, 2000). En esta propuesta de articulacin del concepto de resiliencia con el de oportunidad a nuestro entender, se construye y refuerza la perspectiva psicologista a la que hacamos referencia pginas arriba. Para ilustrar el planteo, en el documento citado, se disea un cuadro de doble entrada donde cruzan dos variables con sus correspondientes dimensiones: resiliencia que se abre en adolescentes resilientes, potencialmente resilientes y no resilientes y oportunidades, que se subdivide en adolescentes con oportunidades y sin oportunidades. En las casillas resultantes del cruce se obtienen diferentes perfiles de jvenes entre los cuales se encuentran aquellos que pueden desplegar su personalidad enfrentando las adversidades con o sin ayuda o redes de contencin;
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aquellos que necesitan de un gran esfuerzo personal para salir y los que difcilmente lo logren o que estn en riesgo (Crocce, 2000). Neufeld y Thisted reflexionan sobre el uso y las consecuencias del concepto de resiliencia aplicado a los sujetos. Al remarcar el carcter cuasi gentico e individualista en el que se inscribe, discuten y se preguntan sobre las reales causas que atraviesan los conjuntos sociales en situacin de pobreza.
Lo que no est presente en los que proponen este concepto, son las causas que llevaron a esta situacin de precariedad (). Ser por eso que no se encuentran como esperables otras actitudes? No se espera una actitud de rebelda, de defensa, ni la posibilidad de la constitucin de familias distintas a las occidentales, entre otras posibles (Neufeld y Thisted, 2004:94).

Desde esta perspectiva, la psicologizacin lleva a una despolitizacin de los argumentos con los que se intenta explicar la realidad (lvarez Ura, 1996). En el peor de los casos, se afirma que los individuos son lo que son producto de su socializacin familiar: mirada sobre la pobreza asociada a la promiscuidad, la prostitucin, el robo, la peligrosidad, etc. En el mejor, se asocia la pobreza a la capacidad personal del sujeto de entrar y salir de ella, como con el uso de la categora resiliencia. Sin olvidar el siempre vigente uso de la vieja categora de cultura de la pobreza. CONSIDERACIONES FINALES Siguiendo a Menndez, sostenemos la importancia de analizar los contextos en que se producen, difunden y utilizan ciertos conceptos en determinados momentos.19 En este sentido, las categoras relevadas en el campo y los sentidos atribuidos a las mismas estn dando cuenta a nuestro entender de cierta dilucin de la complejidad y continuidad de los procesos de empobrecimientos y desigualdad social que atraviesan a vastos conjuntos sociales.20 Respecto de este punto, hay dos rasgos que queremos enfatizar: por un lado, la continuidad de dichos procesos y, por el otro, el largo plazo en que se inscriben, tanto hacia atrs en las biografas personales y sociales como hacia adelante, en tanto no hay indicios que permitan entrever una mejora en su situacin al menos en el mediano plazo. Desde esta perspectiva, creemos pertinente una ltima reflexin orientada a examinar cmo se constituyen los problemas sociales y a partir de qu
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operaciones de sentido hegemnicas se recortan determinados aspectos como relevantes o dignos de ser resueltos, mientras otros quedan invisibilizados. En este sentido, en los ltimos aos asistimos en nuestro pas a una coyuntura que recupera retricamente ciertos tpicos vinculados al papel del Estado, a la primaca de los derechos sociales y al trabajo formal como herramientas de justicia social que permitan una vida ms digna. Sin embargo, los ya nombrados efectos de larga duracin del aumento de la pobreza y la desigualdad social sobre las condiciones de reproduccin de amplios conjuntos sociales21 no ocupan un lugar destacado en la agenda de discusin pblica. Y, por tanto, sigue pendiente de debate el efectivo modelo de integracin social propuesto a casi el 50 % de la poblacin econmicamente activa que obtiene sus ingresos mediante la participacin en el mercado informal de trabajo. Gran parte de la poblacin en condiciones de pobreza e indigencia no tiene ms alternativa que gestionar su sobrevivencia en la informalidad y sta es la poblacin beneficiaria de programas como el que nos hemos estado refiriendo. Y es en este contexto en el que se inscriben las prcticas de inclusin educativa en las que prima el afn del rescate y la recuperacin. NOTAS
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Una primera versin de este trabajo fue presentada en el IX Congreso de Antropologa Social, Posadas, Argentina. Mesa de Trabajo: Antropologa y Educacin - Eje 3.

Este artculo parte de una serie de trabajos de investigacin que venimos realizando sobre la implementacin del Programa Todos a Estudiar (perteneciente al Programa Nacional de Inclusin Educativa PNIE del Ministerio de Educacin de la Nacin). Si bien esta indagacin es resultado de nuestra participacin como coordinadoras de investigaciones cualitativas del rea de Investigacin de dicho Ministerio, las reflexiones sobre el mismo surgen, adems, de nuestra formacin y participacin como investigadoras del Programa de Antropologa y Educacin de la Facultad de Filosofa y Letras -UBA.
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Tal como el Programa Todos a Estudiar las especifica.

Las autoras definen estos procesos como aquellos que permiten vincular lo observable en la prctica cotidiana al movimiento social significativo en otras escuelas. Algunos de stos son: reproduccin y transformacin de relaciones sociales; control y apropiacin de instituciones; generacin, conservacin o destruccin de conocimientos; socializacin o individuacin de la vida social.
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En plena hegemona neoliberal del Gobierno del Dr. Menem, se sanciona la Ley Federal de Educacin en 1993, que inicia el denominado proceso de Reforma Educativa que implic una profunda desestructuracin y aumento de la diferenciacin al interior del sistema educativo argentino.
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El llamado Plan Social educativo era la poltica educativa focalizada por antonomasia de esos aos.

Con el objetivo de mejorar las condiciones de enseanza que se les brindan a los nios que habitan en contextos de pobreza urbana, promueven el armado de proyectos institucionales denominados Iniciativas pedaggicas. En Lineamientos Bsicos del Programa Nacional de Inclusin Educativa Todos a Estudiar. 2004. Dada la estructura federal de nuestro pas, para la implementacin de programas nacionales, en cada provincia se designa un referente provincial que se encarga de efectivizar la implementacin del mismo dentro de su jurisdiccin. En Lineamientos Bsicos del Programa Nacional de Inclusin Educativa Todos a Estudiar. 2004. El uso de cursiva es nuestro.
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En Lineamientos Bsicos del Programa Nacional de Inclusin Educativa Todos a Estudiar. 2004.

En Lineamientos Bsicos del Programa Nacional de Inclusin Educativa Todos a Estudiar. 2004. Esto lo desarrollamos en Montesinos, M. P., Pallma, S. y Sinisi, L. (2007). Qu hay de nuevo? Aportes para una reflexin crtica sobre la produccin, uso y circulacin de conceptos. Revista Etnia. 48, 105-122. En este punto, segn el relato que nos hacen, la figura del promotor se asemeja a la de distribuidor de programas sociales focalizados.
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Adems de la participacin en las Mesas de Coordinacin, las OSCs integran la conformacin de la Red de Promotores de Inclusin Educativa en diferentes jurisdicciones. Se trata de una figura que crea el Programa en 2007 para reforzar su participacin y las tareas descriptas ms arriba.

Al respecto, ver Cardarelli, G. y Rosenfeld, M. (2000). Con las mejores intenciones. Acerca de la relacin entre el Estado pedaggico y los agentes sociales. En Duschatzky, S. (comp.). Tutelados y Asistidos. Programas sociales, polticas pblicas y subjetividad. Buenos Aires: Paids. La palabra estima, segn el Diccionario de la Real Academia Espaola, implica la valoracin de algo o alguien por su calidad.
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Esto surge de la variedad de formatos documentados sobre los espacios puente.

Ver Menndez, E. (2002). La parte negada de la cultura. Relativismo, diferencias y racismo. Barcelona: Bellaterra.
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Ver Montesinos, M. P., Pallma, S. y Sinisi, L. (2007).

Recordemos que tuvo su pico mximo de expresin durante el ao 2002, cuando la pobreza abarc a ms del 50 % de la poblacin argentina.

BIBLIOGRAFA
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