Título: La luz entre los océanos
Director: Derek Cianfrance
País: Estados Unidos
País: Estados Unidos
Año: 2016
Género: Drama
Opinión personal
Antes de hablaros sobre esta película querría matizar que no me suelen gustar las pelis románticas. Sin embargo, hay grandes historias de amor que me encantan. La luz entre los océanos es una de ellas.
Nos trasladamos a Australia en los años 20. Tom Sherbourne regresa del frente y decide aislarse del mundo aceptando el puesto de farero en una pequeña isla. Lo vivido en la guerra lo ha dejado traumatizado y huye de la sociedad. A su llegada a una pequeña localidad, próxima a esta isla, es recibido con amabilidad y hospitalidad. Unos días después, en una comida que se da en su honor, le es inevitable fijarse en Isabel Graysmark, una joven muy guapa.
Una vez instalado en la isla del faro, apartado del resto, la soledad es absoluta. No fue fácil encontrar un candidato para ese puesto, ya que pocos están preparados para una vida allí. Comienza a escribirse con esa chica, que le reconforta en ese aislamiento. En unos meses, en cuanto tiene oportunidad de volver al pueblo, le pide que se case con él para poder vivir juntos en esa isla. Ella acepta sin pensárselo.
Viven un sueño. Se aman con locura y no necesitan nada más. Ambos desean ser padres y este deseo truncará sus vidas para siempre. Isabel se queda embarazada en más de una ocasión, pero ningún embarazo llega a su fin.
Una mañana ven a lo lejos un bote. Acuden rápidamente y lo llevan a la orilla. En él descubren un cadáver junto a un bebé. La pareja decide adoptar a esa niña y enterrar el cuerpo que lo acompaña, sin decir nada a las autoridades. Dirán que es su hija. Será una decisión que les perseguirá siempre.
Basada en una novela, es una historia llena de emociones. El paisaje, la isla con ese faro, transmite a la perfección los sentimientos de esta pareja en todo momento. Comienza siendo una historia de amor pero, en su segunda parte, cambia el rumbo y se convierte en un drama. Hay decisiones que tomar y sus consecuencias afectan a todos. Me ha mantenido enganchada a la pantalla hasta el final y eso es lo que pido a una película.
Antes de hablaros sobre esta película querría matizar que no me suelen gustar las pelis románticas. Sin embargo, hay grandes historias de amor que me encantan. La luz entre los océanos es una de ellas.
Nos trasladamos a Australia en los años 20. Tom Sherbourne regresa del frente y decide aislarse del mundo aceptando el puesto de farero en una pequeña isla. Lo vivido en la guerra lo ha dejado traumatizado y huye de la sociedad. A su llegada a una pequeña localidad, próxima a esta isla, es recibido con amabilidad y hospitalidad. Unos días después, en una comida que se da en su honor, le es inevitable fijarse en Isabel Graysmark, una joven muy guapa.
Una vez instalado en la isla del faro, apartado del resto, la soledad es absoluta. No fue fácil encontrar un candidato para ese puesto, ya que pocos están preparados para una vida allí. Comienza a escribirse con esa chica, que le reconforta en ese aislamiento. En unos meses, en cuanto tiene oportunidad de volver al pueblo, le pide que se case con él para poder vivir juntos en esa isla. Ella acepta sin pensárselo.
Viven un sueño. Se aman con locura y no necesitan nada más. Ambos desean ser padres y este deseo truncará sus vidas para siempre. Isabel se queda embarazada en más de una ocasión, pero ningún embarazo llega a su fin.
Una mañana ven a lo lejos un bote. Acuden rápidamente y lo llevan a la orilla. En él descubren un cadáver junto a un bebé. La pareja decide adoptar a esa niña y enterrar el cuerpo que lo acompaña, sin decir nada a las autoridades. Dirán que es su hija. Será una decisión que les perseguirá siempre.
Basada en una novela, es una historia llena de emociones. El paisaje, la isla con ese faro, transmite a la perfección los sentimientos de esta pareja en todo momento. Comienza siendo una historia de amor pero, en su segunda parte, cambia el rumbo y se convierte en un drama. Hay decisiones que tomar y sus consecuencias afectan a todos. Me ha mantenido enganchada a la pantalla hasta el final y eso es lo que pido a una película.