Director: Richard Curtis
País: Reino Unido
País: Reino Unido
Año: 2013
Género: Drama, Comedia, Fantástico
Opinión personal
Esta semana os traigo una peli muy especial que, ya solo por su cartel, puede engañar y llevar a interpretaciones erróneas.
Vamos al lío...
La historia nos habla de Tim Lake, un chico sencillo, tímido, enamoradizo y con mucho mundo interior, que ya desde los primeros minutos consigue caernos bien. Tanto él como su estrambótica familia. Creo que es la primera película que veo de este chico (el prota), y me gusta su naturalidad como actor.
A sus 21 años, un día su padre, con el que mantiene una relación muy estrecha, le revela un secreto: todos los hombres de su familia han tenido siempre el don de viajar en el tiempo. Es decir, retroceder a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer lo "correcto".
Al principio Tim se queda perplejo, pensando que se trata de una broma, pero el aire serio y solemne de su padre pronto le hacen prestar atención. Según su progenitor, su padre le contó lo mismo cuando tenía su misma edad, y a su vez su abuelo con su padre, y así sucesivamente.
Pero... ¿cómo es posible? Y lo más importante, ¿cómo se hace? Fácil, tan solo tiene que meterse en un sitio reducido y oscuro y pensar, o más bien concentrarse, en un lugar y un momento concretos de su vida, y allí aparecerá.
Tras este revelador verano en la antigua casa familiar, Tim regresa a la ciudad y se incorpora a su rutina, a sus quehaceres y obligaciones, trabajando, estudiando, y saliendo de copas los fines de semana con algún que otro amigo, como cualquier joven a su edad. Es precisamente en una de esas salidas nocturnas donde conoce a Mary, una chica guapísima de la que desde el minuto uno queda prendado.
Bastante desastre en el arte amatorio a la hora de conquistar a una mujer, Tim echará mano de su peculiar don, volviendo al pasado una vez tras otra con tal de seducir a la chica de sus sueños, las veces que hagan falta, encerrándose en un armario y concentrándose en aquello que más ansía.
¿Qué creéis? ¿Lo conseguirá? ¿Serán felices y comerán perdices, o todo lo contrario?
Vale, hasta aquí todo bien, ¿no? Viajes en el tiempo (con sus respectivas repercusiones, pues todo aquello que se pueda alterar tiene sus consecuencias), historia de amor, flirteo, enamoramiento, distintas fases de una pareja... Ya solo con estos ingredientes podría gustar a cualquiera, hacerlo pasar un rato entretenido. Pero... Peeeeero... Si pensáis que esto es todo estáis muy equivocados. Es por este otro componente que tiene la peli (y que no revelaré), por lo que me ha sorprendido tanto.
La primera mitad es una especie de romance con tintes fantásticos, cierto, pero es a partir de la segunda mitad donde, huyendo de lo previsible, se pone interesante, dejando de lado la figura de Mary, y centrándose en la relación de Tim con su peculiar familia. Y, más concretamente, con su padre, quien adquiere más protagonismo en la recta final.
Creedme cuando os digo que su trailer insulso vende la historia como algo romántico (que sí, que tiene su toque), pero que es más profunda de lo que parece. Una de esas películas que engañan y que, a mitad de la trama, toman un rumbo sorprendente y muy a flor de piel.
Creo que es la película con la relación padre-hijo más especial que he visto nunca. Solo por su último y entrañable cuarto de hora (y cierta secuencia en la playa que me emocionó) merece la pena. Sí o sí, tenéis que verla.
Vamos al lío...
La historia nos habla de Tim Lake, un chico sencillo, tímido, enamoradizo y con mucho mundo interior, que ya desde los primeros minutos consigue caernos bien. Tanto él como su estrambótica familia. Creo que es la primera película que veo de este chico (el prota), y me gusta su naturalidad como actor.
A sus 21 años, un día su padre, con el que mantiene una relación muy estrecha, le revela un secreto: todos los hombres de su familia han tenido siempre el don de viajar en el tiempo. Es decir, retroceder a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer lo "correcto".
Al principio Tim se queda perplejo, pensando que se trata de una broma, pero el aire serio y solemne de su padre pronto le hacen prestar atención. Según su progenitor, su padre le contó lo mismo cuando tenía su misma edad, y a su vez su abuelo con su padre, y así sucesivamente.
Pero... ¿cómo es posible? Y lo más importante, ¿cómo se hace? Fácil, tan solo tiene que meterse en un sitio reducido y oscuro y pensar, o más bien concentrarse, en un lugar y un momento concretos de su vida, y allí aparecerá.
Tras este revelador verano en la antigua casa familiar, Tim regresa a la ciudad y se incorpora a su rutina, a sus quehaceres y obligaciones, trabajando, estudiando, y saliendo de copas los fines de semana con algún que otro amigo, como cualquier joven a su edad. Es precisamente en una de esas salidas nocturnas donde conoce a Mary, una chica guapísima de la que desde el minuto uno queda prendado.
Bastante desastre en el arte amatorio a la hora de conquistar a una mujer, Tim echará mano de su peculiar don, volviendo al pasado una vez tras otra con tal de seducir a la chica de sus sueños, las veces que hagan falta, encerrándose en un armario y concentrándose en aquello que más ansía.
¿Qué creéis? ¿Lo conseguirá? ¿Serán felices y comerán perdices, o todo lo contrario?
Vale, hasta aquí todo bien, ¿no? Viajes en el tiempo (con sus respectivas repercusiones, pues todo aquello que se pueda alterar tiene sus consecuencias), historia de amor, flirteo, enamoramiento, distintas fases de una pareja... Ya solo con estos ingredientes podría gustar a cualquiera, hacerlo pasar un rato entretenido. Pero... Peeeeero... Si pensáis que esto es todo estáis muy equivocados. Es por este otro componente que tiene la peli (y que no revelaré), por lo que me ha sorprendido tanto.
La primera mitad es una especie de romance con tintes fantásticos, cierto, pero es a partir de la segunda mitad donde, huyendo de lo previsible, se pone interesante, dejando de lado la figura de Mary, y centrándose en la relación de Tim con su peculiar familia. Y, más concretamente, con su padre, quien adquiere más protagonismo en la recta final.
Creedme cuando os digo que su trailer insulso vende la historia como algo romántico (que sí, que tiene su toque), pero que es más profunda de lo que parece. Una de esas películas que engañan y que, a mitad de la trama, toman un rumbo sorprendente y muy a flor de piel.
Creo que es la película con la relación padre-hijo más especial que he visto nunca. Solo por su último y entrañable cuarto de hora (y cierta secuencia en la playa que me emocionó) merece la pena. Sí o sí, tenéis que verla.