Haz devorado
todas
mis cadenas de plomo,
eslabones
de costumbre.
en agua
desnuda de montaña.
Bautismo
de vida
en
carne libre bajo tu mirada.
Y la
cima,
puerta
de inframundo
donde
navegan los espejos.
Caja
vacía
repleta de alas traslúcidas.
Laberinto
de cielo y tierra
encadenados.
Y la
luna
arrasada,
vestimenta
de piel
surcada
por hilos de río.
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