Carta a SSMM Mágicas de Oriente

No creo que me quede tan reivindicativo como a Kabila ni tan graciosa como la predicción de Moscas en la Sopa, pero se intenta.

A Zapatero y Rajoy, un detector de mentiras para cada uno.

A Zapatero, un disfraz de estadista modelo "Felipe González" (estilo años 80).

A Rajoy, un disfraz de presidente del Gobierno, modelo "marca blanca" (sin programa).

A la Junta de Andalucía, carbón por nombrar a Felipe González nuevo presidente del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana en lugar del biólogo Ginés Morata, que se oponía a que un oleoducto atravesase el parque, mientras que la postura del ex presidente del Gobierno es sospechosamente ambigua. Un político en lugar de un científico premio Príncipe de Asturias que apenas llevaba dos años en el puesto. Ver en Kaos en la Red, Público, La Razón y Extremadura al Día.

A Carme Chacón, un Risk para que sólo juegue a las guerras en casita.

A José Bono, un obispado y un país para él solo.

A De la Vega, autora de la Ley Audiovisual y la reforma de RTVE, un plató televisivo de Barriguitas.

A Salgado, un Monopoly, para que sólo gaste dinero de juguete.

A Sinde, un Cinexín y una tonelada de carbón.

A Díaz Ferrán, una tonelada de carbón y un billete, sólo de ida, a la isla de Robinson Crusoe, o mejor, a la de la serie Perdidos.

A M. Sebastián, un Quimicefa para que haga fusiones nucleares y, si explota, le pille sólo a él.

A E. Espinosa, un traje típico de Bolivia y una operación de cirugía estética de las que les hacen a las misses de Venezuela, ya que les tiene tanto cariño a esos dos países. Y un libro de chistes de Arévalo, por si no tiene bastante con los que contó en la entrevista a Público.

A Camps, Cospedal y otros, un equipo de grabación de TV y radio completo para que se graben sus propias comparecencias de prensa sin preguntas.

A Güemes, el hospital de Playmobil, para que deshaga en Sanidad a su antojo sin perjudicar a nadie.

A Oliart (presidente de RTVE), una parrilla de las de asar carne, para que vea la diferencia.

A Moratinos, un ejemplar de la Declaración Universal de Derechos Humanos, para que aprenda a respetar la legalidad internacional y hacérsela cumplir a otros.

Al PSOE, un frasco de aceite de ricino y una copia del artículo 20 de la Constitución para que sepa aguantar las críticas internas sin matar moscas a cañonazos.

A Izquierda Unida, un bote de pegamento, para mejorar su cohesión interna.

Yo me pido que se anule el Concordato con la Iglesia Católica y que todo el que carezca de ella tenga una vivienda digna. Cuando tengamos eso, quizá podamos empezar con todo lo demás.

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