22 de octubre de 2012

Tejer silencios, y esperar que el mundo voltee

Me miraré en tus ojos
como quien busca un faro
que guíe la deriva
de todos mis naufragios.
Luís Eduardo Aute

Era una noche de minutos eternos, de silencios huecos. Él, escapó de entre las sabanas y la observo desde la puerta, mientras el humo del cigarrillo revolvía los rincones.

Ella siempre olía a secretos, era un pixel en blanco y negro y de bajo contraste. Ella doblaba sus bordes de manera que nadie la viera, para hacerse pequeña como una piedra. Ella, era huésped de su propia vida.

Él decía que su sabor era como un Cabernet Sauvigñon, fuerte y amargo, pero creía en su Merlot, suave y dulce. Ella traía consigo el frío en los huesos y en su piel, jamás sentía la calidez. Ella era la ola espumosa que te cabrea y la arena que te aleja hacia la distancia.

Él sabía que el tiempo era un aliado, y dejarlo pasar era su mejor baza. Cuando ella era tempestad, él era brisa. Cuando ella mostraba su cuerpo firme como el acero, él se arqueaba sobre viento posándose como el bambú.

Ella deseaba que al doblar la esquina, su mundo hubiera cambiado. Pero él sabía, que la vida no le ofreció la oportunidad de olvidar el pasado, y también sabía, que a veces, la vida es una venganza lenta, y agónica.

Tras su última calada, apagó el cigarrillo y se deslizo bajo las sabanas sorteando el humo que frente a él, seguía arrogante. Bajo las sabanas y siguió tejiendo silencios, esperando encontraran su esquina… y cambiar su mundo.
 
 
Relato leído en el III Certamen literario SeBreve. Zaragoza 20/10/2012
 

3 de octubre de 2012

Espectro inerte


 
Una indiferencia reservada
acomodándose dentro de mí
y provocando la hambruna,
a la persona que en realidad soy.  

Y octubre, octubre me distrae con sus colores,
ocres avanzando, parar sembrar los púrpura
sobre las sombras de mis arboles, ya desnudos.

Noviembre, noviembre siempre camina
hacia Diciembre, sin detenerse, y aunque
sus pasos parecen seguros y fríos,
es
Diciembre, qué gélido
se adentra a hurtadillas
entre bastidores de mi piel, y ésta,
permanece inmóvil en el escenario,
vacío de personajes, voces y gestos
que amputen, a Enero y Febrero.
Abrazaré Marzo...
*