Después de que Hollywood adaptara por primera vez y con buena acogida una novela de Michael Crichton titulada “
The Andromeda Strain”, el propio escritor decidió, en 1973, llevar a la gran pantalla otra de sus historias, ejerciendo tanto de director como de guionista, y asegurándose así la máxima fidelidad para con su obra. Un año antes ya había probado suerte en ambos ámbitos adaptando otra de sus novelas (
Pursuit), pero aquella vez fue exclusivamente para televisión.
Con “
Westworld”, Crichton se enfrentaba al desafío de adaptar una obra que pedía a gritos más medios que con los que él contaba, y sobretodo que requería la eficiencia de un director más experimentado tras las cámaras. Pese a eso, el autor de
Jurassic Park decidió hacer frente al reto y llevó a cabo el proyecto con más entusiasmo que efectividad, aún siendo éste uno de sus trabajos más recordados como director (personalmente, me quedo con "
El primer gran asalto al tren")
En un futuro indeterminado, se ha creado un enorme y avanzado parque de atracciones llamado Delos, lugar en el cuál los visitantes tienen a su disposición tres grandes zonas temáticas para su disfrute: la Roma Imperial, el Oeste americano y la Europa Medieval. En ellas se puede interactuar con robots de apariencia humana mientras uno pasa unos días viviendo como lo hacían antaño nuestros antepasados.
Los principales protagonistas de esta historia son John (
James Brolin) y Peter (R
ichard Benjamin), dos amigos adinerados que deciden pasar unos días de vacaciones en Delos, concretamente, en la zona del viejo Oeste. Su estancia allí les permite vivir como si hubieran viajado al pasado, siendo testigos de todo aquello que solían ver en los westerns: desde atracos al banco hasta duelos de revólver, pasando por las peleas en el Saloon.
Una vez allí, ellos deciden quienes quieren ser/representar en esta nueva y fantasiosa vida. Sheriffs, forajidos, pistoleros…, la elección es suya.
Todo parece ir rodado, disfrutando de las prostitutas del pueblo, peleando en el Saloon mientras juegan a cartas y se emborrachan con whisky, y batiéndose en duelo con malcarados pistoleros. Pero toda esa diversión se viene abajo cuando un fallo en el sistema (una especie de “virus”) provoca que todos los robots del parque se rebelen y actúen con una violencia inusitada.
Lo que iba a ser un viaje de ensueño se convierte en una brutal pesadilla y en una lucha por la supervivencia.
La cinta empieza con un acertado spot promocional de Delos, informando así a los futuros visitantes –y al propio espectador- de lo que el parque puede ofrecerles y del grado de satisfacción de aquellos que ya lo han visitado/probado. De este sencillo modo, quedan hechas las explicaciones acerca del contexto en el que se sitúa la historia, dejando que el resto de detalles se explican por sí solos mediante imágenes (las secuencias en el control de mando del parque o en el laboratorio de reparación) o conversaciones entre los protagonistas (el funcionamiento de las armas, etc.)
La trama prosigue con la llegada al parque de los visitantes, mostrando el proceso a seguir desde el recibimiento inicial hasta el momento en que estos llegan a sus aposentos.
Durante la mayor parte del metraje se nos muestra la vida diaria en las tres zonas que conforman Delos y en como los protagonistas se van adaptando poco a poco a su nueva vida ficticia. También nos muestra parte del funcionamiento del parque, desde la limpieza y retirada de robots dañados hasta el control de todo el sistema que gobierna el parque.
Aunque se nos muestren las tres zonas temáticas, es la del viejo Oeste la que centra nuestra atención mediante los personajes de John y Peter, que no tardan en desinhibirse y disfrutar de los “espectáculos” que les ofrece el parque. Se acuestan con bellas prostitutas, beben whisky en el Saloon y disparan con su revólver a todo aquel que se meta con ellos, todo ello siendo siempre placentero y sin sufrir ningún tipo de percance, pues los robots/androides están programados para ser serviciales y no dañar a ningún ser humano.
A medida que avanza la trama, somos testigos de los puntuales fallos que tiene los robots, y que predicen la catástrofe que está a punto de acontecer. El momento de la rebelión es bastante tardío, sucediendo hacia el final del –demasiado- escaso metraje y convirtiéndose mayormente en una huída de uno de los protagonistas en busca de una escapatoria.
Obviamente, el trabajo de Crichton tras la cámara no es redondo, y la cinta peca de cierta monotonía e incongruencias varias; robots que pueden comer y beber como humanos pero que luego tienen cortocircuitos con un sorbo de agua o armas que no pueden disparar a un cuerpo caliente pero que luego le sirven al robot pistolero interpretado por
Yul Brynner para acabar con la vida de los visitantes, son algunas de esas incongruencias a las que hago referencia.
Por supuesto, la escasez de medios también impide recrear con mayor acierto y espectacularidad tanto los escenarios (pocos aunque creíbles) como las escenas de “acción” propiamente dichas. Y es en esas escenas donde mayor se nota la inexperiencia de Crichton en la silla de director, no tanto en las tiroteos (deudores directos de la violencia y la cámara lenta de Peckinpah) sino más bien en todo lo referente a la persecución final, que no resulta demasiado gratificante, y menos cuando el protagonismo recae en un personaje que produce más bien antipatía.
La labor del reparto es meramente correcta y la música un tanto machacona, y aunque el tiempo le ha hecho un flaco favor a la película, no podemos negar que su planteamiento es sumamente interesante y que al fin y al cabo, se hace bastante entretenida como producción de serie B que es.
“Westworld” dio lugar, tres años más tarde, a una secuela titulada “
Futureworld”, y también, ya en los ochenta, a una miniserie de televisión -
Beyond Westworld- compuesta por un total de 5 capítulos. Asimismo, un argumento similar le sirvió a Crichton para crear su más famosa novela,
Jurassic Park, cambiando los robots por resucitados dinosaurios, y siendo llevada posteriormente al cine -y con un gran presupuesto- por
Steven Spielberg, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras de la historia del cine.
Hace algunos años se rumoreó la posibilidad de realizar un remake de esta cinta (algo muy de moda en estos últimos tiempos de escasez de ideas) con la posible participación de
Arnold Schwarzenegger como estrella protagonista. Sin embargo, tras convertirse éste en Gobernador de California el proyecto quedó aplazado indefinidamente.
Teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece el argumento de un moderno parque de atracciones infestado de robots descontrolados, y admitiendo que la adaptación de Crichton entretiene pero deja un poco que desear, no sería una mala idea realizar una nueva versión con más y mejores medios. Y lo dice alguien que no es muy partidario de los remakes.
Valoración personal: