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Mostrando entradas de febrero, 2010

Crepúsculo

¿A nadie más le da grima que un hombre de más de 100 años se enrolle con una chica de 17? ¿En serio?

Me voy a comprar un ipod

No tengo elección. La razón es la siguiente: En mi trabajo por lo visto me dejan escuchar música, y ayer pensé que así podría oír la radio y ponerme al día con la música nueva que hubiera por ahí. Después de cambiar de emisora cuatro veces para evitar a Efecto Mariposa, escuchar cinco canciones diferentes de El Canto del Loco, oír los únicos tres temas de Lady Gaga que conozco -entre una y cuatro veces cada uno-, y tener que tragarme como cinco veces la nueva canción de una tal Kesha -que, por cierto, habrá muerto de cirrosis antes de los treinta si la décima parte de lo que dice en la canción es cierto-, me di cuenta de que la radio es una auténtica mierda. Que la gente escuche a Lady Gaga me parece muy bien, a mí ni siquiera me disgusta, pero no es necesario que las emisoras ocupen tres horas de las 24 del día con su música, ¿no? Esto es como cuando me di cuenta de que la programación de la tele no era una bazofia por casualidad, sino que era en realidad una campaña secreta del gobie...

¿¿Por qué??

¿Por qué extraña y retorcida razón me ha agregado este tipo a Facebook? Información personal Acerca de mí: Altura: 1´82m Peso: 70kg Pelo: Moreno Ojos: Marrones Culo: Durito ¿Culo durito? ¿Pero a éste de dónde lo han sacado? Como complemento diré que su dirección de correo incluye las palabras "el nene cachondo"; y no penséis que tiene 16 y por eso está atontado, que aquí el colega es del 87, así que tiene 22 añazos. Ni que decir tiene que no había visto a este tío en mi vida, claro. Lo que hay que ver.

Nota mental

Acabo de ver un trozo de Casper y ahora estoy hecha una piltrafa. Tengo que recordar no ver pelis donde gente viva se hace amiga de gente muerta. Es deprimente.

Caramelos por San Valentín

Gracias a una beca que he tenido la suerte de conseguir, el lunes empecé a trabajar en una empresa. Cuando me cogieron vi que todo el mundo era extremadamente joven (de las aproximadamente 40 personas que forman parte de la empresa no creo que haya más de 5 que lleguen a los 30 años) y que todo el mundo era terriblemente amable. Al cabo de unos días me he dado cuenta de que es una empresa que funciona así: hay una especie de presión invisible que te obliga a ser encantador con todo el mundo. La verdad es que no está mal, te evitas malas caras y muchas de las personas son simpáticas de verdad. El caso es que cuando me contaron que si era el cumpleaños de alguien, ese alguien tenía que llevar algo de comer para todos, tanto si le gustaba como si no, empecé a calcular fiestas mentalmente para ver si me iba a tocar alguna de esas situaciones de forzada familiaridad que me ponen tan nerviosa. Mi beca dura seis meses, así que descarté mi cumpleaños (por los pelos) y las Navidades, y seguí fe...