No tengo elección. La razón es la siguiente: En mi trabajo por lo visto me dejan escuchar música, y ayer pensé que así podría oír la radio y ponerme al día con la música nueva que hubiera por ahí. Después de cambiar de emisora cuatro veces para evitar a Efecto Mariposa, escuchar cinco canciones diferentes de El Canto del Loco, oír los únicos tres temas de Lady Gaga que conozco -entre una y cuatro veces cada uno-, y tener que tragarme como cinco veces la nueva canción de una tal Kesha -que, por cierto, habrá muerto de cirrosis antes de los treinta si la décima parte de lo que dice en la canción es cierto-, me di cuenta de que la radio es una auténtica mierda. Que la gente escuche a Lady Gaga me parece muy bien, a mí ni siquiera me disgusta, pero no es necesario que las emisoras ocupen tres horas de las 24 del día con su música, ¿no? Esto es como cuando me di cuenta de que la programación de la tele no era una bazofia por casualidad, sino que era en realidad una campaña secreta del gobie...