jueves, 28 de febrero de 2013

Ya para imprenta "Una temporada en el infierno"

Ya tengo también el texto para la contra. Casi diez días llevo esperándolo. JC es así. Le ha costado escribirlo casi más que traducir la obra (exagerando lo digo, andaluza soy). Significativo resulta que a razón de mayor grandeza intelectual, espiritual, sabiduría, más trabajo cueste escribir unas líneas tan "sencillas".

rodax ha elaborado una magnífica portada. me siento orgullosa. Un dibujo original expresamente creado para ella dentro de un diseño muy clásico, neutro. Literatura real. Arte. Todo lo neutro que pueda resultar lo congruente.

Texto de la contra del propio autor de la traducción y estudio (introducción y notas): Juan Carlos Sánchez Sottosanto. Hay que decirlo. Normalmente todas les editoriales obvian este dato. Los que escriben la contra somos los propios autores (salvo que en la editorial exista alguna tonta como yo existí). No hay ningún alma caritativa, es decir, un editor o editora en condiciones que se moleste en conocer al autor como para escribir por él esa simple reseña.

Por otro lado, debo reconocerlo, se trata de un ejercicio que por duro que resulte, ayuda. Uno/una encuentra más motivos para rebelarse una vez que ha tenido que autoescribirse alguno.

Sólo espero que haya forma de poder acercarse a esta obra grande de la poética, en su doble sentido. 

No consigo dejar de sentirme avergonzada, y muy cabreada, por estos tiempos que vivimos que permiten que salgan tantas miserias, verdaderas porquerías en papel, y joyas de la arquitectura literaria mundial como ésta se las vean y se las deseen para poder resultar publicadas. EN PAPEL.

Andalucía (poema de Antonio Hernández Ramírez)

Andalucía

Me quedé en ella porque era hermosa
y necesitaba su alegría. Nunca
se puede ocultar al corazón
lo que han visto los ojos. Nunca
la alegría al canto. Repetidamente
fui viviendo en sus cosas y aprendí
por los ríos, el amor; por un pájaro,
el desvelo en la paz; por las nubes ligeras,
la forma de vitarme algún recuerdo.
Todo estaba limpio por sus tierras.
Hasta los pobres, en vez de dolor,
se una seguridad insuficiente hablaban.
Hasta los jornaleros, en vez de justicia,
resignación decían. Era un modo
de ahuyentar la tristeza. Se conformaban
con los que le venía desde arriba,
y con un cante que nació en las raíces
de su pena y fue extendiéndose a las ramas
del mundo, como al amanecer la luz.
Cada día iba aprendiendo más: que el vivir
no es un ave que pasa, sino un pozo
que queda allí para el que necesite beber,
que el llevar una tierra clavada en las entrañas
vale más que haber pisado un continente entero,
que morir por los brazos de una madre
es la gran solución para santificarse.

Andalucía era limpia, y por eso
al renacer en ella, al darme cuenta
que no solo de fiestas se trataba,
defendí su ilusión de más de mil dolores,
apoyé a la alegría cuando enmascaraba la tristeza,
robé a todo lo hermoso cuanto pudo mi amor.
No. No era un vino o una guitarra la escena.
Era lo que quedaba dentro de cada uno oculto,
la alegría quizá, que le costaba sangre
a aquellas tierras de secanos cuando
un campesino alzaba como un Dios
su ronquido total, su enorme queja,
su gran desolación vestida de colores.


Antonio Hernández Ramírez (1943)
Poesía de la luz [Desde Puerto real). La isla de Siltolá. Sevilla. 2012

Geografía de lo intocable

Geografía de lo intocable

soy partidaria
de que no haya diferencias
entre tu espiga y mi tallo
así como el sol longitudinal
se mece en tus góndolas
como no sé qué decir a estas alturas
que se agigantan como cascadas
de nieve sobre el cielo azul
de un día y un paisaje de invierno
que no conozco,
que no conozco
tus dedos de barro,
supuestamente tu perfil
precisa e instantáneamente
recorrió el lado soleado del mundo,
donde todo está ya dado,
donde todo está ya dado,
menos tu rostro fungible
soldado al amante que de día
recorre con escalofríos mi cintura
y su nuca
y tu rostro y un alivio sin medida
ni dolorosos partos, presente y pasado
estrellándose entre sí
estrechando el hueco de la tristeza
y el soplo de poniente
en esa orilla de arena lamida
que al fin y al cabo
marítimo es tu cuerpo
de hombre a mi costa
de geografía
en esta noche marina
u oriental.

Sofía Serra (De Suroeste)

miércoles, 27 de febrero de 2013

Un árbol al norte

Un árbol al norte
(a un hombre operado de cáncer de próstata)

Pretenderíamos quedar como esbozos
apenas frigios de la sedente orfandad
de besos huidos en los tiempos.
besos, besos y besos
tan ajenos ahora
como el soldado de pascua
a ramos olvida su misión,
se viste con el vellocino blanco
y ofrece su cuello al cuchillo
rojo y sangrante.

La clave está en los árboles
y en el fruto de dibujo
confundido con ciertos
hemistiquios que juntos
conforman tus pléyades neuronales,
tu río de estrellas balbucientes
se asemeja a la leche que mamaste,
blanca y pura como una olla
de amor entrante en un hueco
tan oscuro y tierno
como el vientre que me invade.
Soy jamás como mujer
una sola nada, tú, dos
nueces, la de la voz
y la de mi hambre te hacen
hombre por vida garante
de la simiente ejecutora de la suerte,
del llano, de plano y perfil
tan escondida la raíz
que te extraen como vacían
otras raíces maternales
menos escondidas más
ausentes del amor divino,
un amor con sólo nombre
te castró de por vida
y para la vida de una
sola vez que nace.

La clave está en los árboles
y en las raíces que te extirpan,
¡si hasta los mismo ganglios
me hablan de los nódulos
enterrados! Pienso en los nervios,
¿serán como las auroras boreales?
Extenso calambre verde
de ráfaga de orgullo de carne
enhiesta lista y presta
para introducirse allá donde
naciste, el minúsculo retorno.
La precariedad a la intemperie
se descuelga de tu cuello,
la vuelta deshacen las manos blancas.
La asepsia nunca fue buena
compañera del hombre
y sus inmortales cirugías.

Vengarás, como a tu herida
el rojo llanto de mi humecto
corazón sonando cascabullos
de palabras dichas en mi oído
con tu susurro de nueces,
¿quieres ser para siempre?
Y para siempre asienta
la semilla suelo,
para siempre
dice la perfecta claraboya
por donde husmeo
como ratona asomada
al hueco. Veo, aun sin
apenas neuronas, ese hueco
ya tan similar al mío. Como
dos animales gemelos
nos amigamos huyendo
hacia lo que nos falta.

como la madre da la vida,
también regala la muerte,
y su ausencia,
y tu ausencia y la mía
bajo la sombra del árbol
con frutos verdes como
auroras de otro norte.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

martes, 26 de febrero de 2013

Poesía de la luz

Éste es un poema en tres estrofas en el que prima el lenguaje visual aunque su fundamento es el de la palabra.
Éste es un poema homenaje a un amigo al que quiero entrañablemente.
Éste es un poema homenaje a un amigo que, creo que sin él saberlo, me ha hecho el regalo más grande que he recibido en mi vida.
Éste es un poema homenaje a un editor y a un poeta que, si no llego a encontrar, mi ánimo relacionado con el hecho escritural, su industria y su sociología, haría ya meses que habría sucumbido.

Confluyen tres figuras, las de amigo, poeta y editor, todas de suma importancia para mí. Pero hace ya muchos meses que decidí quedarme con la persona, no con su perfil social, por mucho que signifique para mí haber hallado la decencia, el rigor, el buen gusto y la ética en una parcela tan significativa de mi desarrollo vital, el de la publicación de libros. O por mucho que signifique para mí haber hallado un poeta cuya poesía, aún tan diferente de la mía, parta de la misma percepción y reflexión sobre lo que nos rodea, asimilamos y vivimos internamente. Por eso me siento completamente libre a la hora de hacer esta entrada. Porque lo único que importa son las personas. Porque sólo me interesa categorizarme como ser humano. Porque no aspiro más que a esa riqueza o triunfo.

Y desde luego teniendo como amigo a Javier Sánchez Menéndez, editor de La Isla de Siltolá, me siento  la persona más rica del mundo.


POESÍA DE LA LUZ (Desde una Puerta Real)





domingo, 24 de febrero de 2013

La compañía del ciprés

La compañía del ciprés

(A un ciprés arrancado por el viento)

se me quitan las ganas
de escribir más allá
del bien, o del mal
se me quita el miedo
de vivir el medio
de ser inmortales
en la práctica, diaria
súplica hecha cruces
en el tronco del árbol del valle
de los caídos por tanto
insuficiente yugo
ajeno a ciencia
sanadora aguza
flechas clavándonos
esperanzas como si
fuéramos puro ruido,
para basura pura
piedra morrena glaciar
retumbando enrarecido
arrastrando tantas trazos,
tantas cruces, tantas troncos
corpóreos como tantos
brazos que crucificamos
y cuadramos día a día
allá en la cima de la montaña
nevada
de papeles
de voces flagelantes
desde bocas inmundas
desde almas grasientas
con barbas
donde ni cabra ni monte
o matojo
crece. Nos clavan
tan lejos
que ni la campana
de la aldea repica
por nuestros muertos
árboles negros y secos.

Sólo el ciprés se tumba para acompañarnos
en nuestra huida.
Él verde siempre
tiempo amándonos
tal como somos.

Tal como somos…
Y quién puede saber
lo salvo
el ciprés caído…

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

sábado, 23 de febrero de 2013

Tres bocetos

... para portada de Una temporada en el infierno ∫ Une saison en enfer .

Diez días con ellas lleva su autor. Rodax.




viernes, 22 de febrero de 2013

Púgil

Púgil

Como un silencio roto
por sonido alguno
descentro
lo que de sana
me costea,
sorprender a la luz fundiéndose en la sombra
del asterisco que rueda por los adoquines,
espuela o nivel de bicicleta en audífono
estallido, algún precipicio entre los dientes
y una bilocación extendida
en las venturosas sienes
de gomaespuma amando
el avellano entre mis puños.
Olía a pan e higuera cuando las madreselvas
florecían allá en agosto camino de la otra
cúspide:

con un gancho
de mi izquierda
pierna voy derecho
vienes te entrelazo
en la anchura de mis caderas
trapecistas en las lindes
no hay cuerda floja
que me resista ceden
bajo el peso pluma
o ala, yo, ave niña,
cabalgo a lomos
de tu músculo cereal
de invierno todavía
de cualquier año aun
sin lluvia el mar verdea
terreno para el cuadrilátero
huerto de algún verano.

Sembraremos pimientos
y sandías como soles
y los grillos cantarán bajo las tomateras
hasta no engordar más que quince gramos,
top models mis grillos,
y hasta dioses
frotándose las manos
con sus canciones

y mis puños.

Sofía Serra (De Suroeste)

jueves, 21 de febrero de 2013

regala amando

Ha sido un libro completamente emancipado e independiente, ha vivido su vida una vez que salió de las manos amorosas de su padre hasta llegar a las mías, ¡casi un mes ha tardado el trotamundos! Se conoce la península mejor que yo misma. Pero al fin llegó, y con él la poesía de Amando, de Amando Carabias. Y su dedicatoria tan personal, que para mí no es cualquier cosa: "[...] más allá del modo de decir, más en lo profundo, la poesía es emoción y es sinceridad".
Muchas gracias por tan plenos regalos, Amando.




miércoles, 20 de febrero de 2013

El desierto y el nogal

El desierto y el nogal

Soy la que fui más nunca
ese segundo tras tuyo
que corría a la milésima
parte de tu velocidad
científica y lenta de cariño
comprendido entre tu sonrisa
y mi aliño de mujer
envejecida tras tu velo azul
de resplandor sobrio
y tamiz que perdura
bajo las horas a deshora
de la noche bajuna,
esa también ciencia
infusa que me somete
fielmente una al sentido
de tu apego, tu gozo, tu alegría
sobre la costra dura
de la nomenclatura. Como
yo no te nombro, ya no mueres,
árbol mío de frutos duros
y varillas de especia
jubilosas, sombreas
estás áridas dunas
del deseo
del amor
verdadero.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

lunes, 18 de febrero de 2013

A Molino Mollera

En el principio fueron los árboles.
Siempre los árboles y sus semillas tiernas o duras, sus hojas rugosas o suaves, sus troncos nudosos y encorvados o enhiestos como príncipes en armas al sol de un mediodía cualquiera, en el principio fueron los árboles, grises o verdes, desnudos en sus soledad de fantasmas cuasi blancos o cobijando la tierra roja con sus alas verdes, siempre almario, siempre armario los árboles, siempre abrigo de mis ojos o mis hombros, siempre los árboles, bajo ellos me dio
la vida me dio mi vida.

Después sólo hice volver a recrear el paisaje, sembré árboles, aré la tierra, verdeé y perfumé con madreselvas, fotografié fuentes, pensé en el agua, soñé en el agua, soñé con el agua, todo era agua, siempre fue agua todo, el río, los doce caños, los pozos, el mar de los cabezos, el agua de la fuente, el agua del riego del huerto, las lechugas como rosas verdes, las rosas de mi abuelo, de mi padre, mis macetas, mi balcón, mi soledad.
Porque nunca se obtiene todo lo que se necesita. Ni todo lo que damos.
Pero bajo los árboles me sentí abrigada…
El domos. Mi domos.

Dibujo a modo de Ex-libris sobre ejemplar de El banquete, de Platón. 1983.


A Molino Mollera

Erízame en tus venas
como el fruto del castaño
se abre brillante al calor
de la blanda tierra roja
colmado de su soledad
geminada.

Los fantasmas grises al frío
de enero salvan
las distancias del blanco
y negro. En mis fotografías te hallé
tierno y fibroso como el dueño
del grácil talle de la amapola
recién nacida.

es que sucedió en fracaso
los tiempos y las sendas amanecieron
tras la loma de la edad primera.
Detrás, tan detrás, sólo el rayo
de sol alcanza a los perales
cuyas ramas una a una
fui apartando como apartando
el tiempo desnivel vivido
sin tú o yo y sin ti.

Porque nos fuimos.
Y nos abandonamos
para no abandonar
mecernos
en el hoy de ayer.
La tierra roja acuna
el presente
de lo que somos
y no fuimos ya.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

domingo, 17 de febrero de 2013

Árboles de febrero

Árboles de febrero

Ya muerto, ya ido, ya pasto.

Nadie conoce
mejor que tú
pero ni tú si-
quiera conoces.
Dormir prefiero
no soñar recuerdo
inútil consume
la idea la ahoga
la mata dejar de
ti
desvanecer el lirio
solo
de febrero.

Cada brote aprisionado,

cada rama entrelazada,
cada gesto del pasado gasta
arenisca que se pisa ella sola
ya silbando el presente sacudiendo
las ramas que se posan sanas
asumiendo
todo el verdor
de la vida disipando
el hedor de lo no devuelto.
Porque no existe
ya seco. Páramo
incendiario
de la edad
de la verdad
del verde nuestro tiempo.
Nuestro goce.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

viernes, 15 de febrero de 2013

El pudiente

El pudiente

Tú no puedes
y yo sí puedo.
Yo no puedo
y tú sí puedes.

Y Él quiere.

Es así de fácil.
Así de sencillo
pudiente el amor.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

jueves, 14 de febrero de 2013

Amanecer

Amanecer

un océano de lumbre
en el extremo de mi boca
y mi sereno al mar
cuando lo tienes a pedido de tus ojos
de hombre o de tierra verde
como las libélulas que pululan aladas
y beben leche, tan blancas
como la púrpura
que te encumbra
dentro de mí,
nívea como el armiño.

de más está
que digamos
que sí a qué
o vino de más
y en la sobra
he continuado la caminata
marítima cuando te ibas
y te ibas tan lejos que ni las olas,
por mucho que anduvieran bajo el mar,
por más arrecifes y caracolas que arrostraran
en su paso,
—tantas barreras, tantos límites—
por más delfines que murieran arrollados
en sus remolinos,
—tanto dolor, tantas lágrimas—
por más que longitud y latitud
confluyeran en un solo punto
del uniforme geoestratégico:
tu ombligo moreno da la vuelta
al mundo de mi lengua.
Así se levanta el sol.

un insufrible acto de perdición,
sumisión y autoextinción:
el mar parsimoniándose
sobre la arena. Y tu belleza
de hombre contenido
en la palabra.

Sofía Serra (De Suroeste)

martes, 12 de febrero de 2013

el brezo y el hombre y el bramido

el brezo y el hombre y el bramido

      Siem-
bra el
brezo en un a-
brir y cerrar de hom-
bros la vida
brusca se dobla como el nudo del castaño qué diría el árbol qué
          esconderá en su hueco que la duda escapa verde
brava como el
breve día de un verano y su
brisa del momento qué diría el tiempo si tuviera cuerpo o
brocal hasta a-
brumarme, desear a-
brazar el
brete a-
brir aquel
bronco y
bruñido escondite de mi alma amorosa
brasa
breve
brillante a-
brojo de la
brutal conciencia del error, la
broma de la vida, el trampantojo del paisaje y mi
bramido.

Sofía Serra Giráldez (De La clave está en los árboles)

lunes, 11 de febrero de 2013

Los afilados días de invierno… los mejores días.

Los afilados días de invierno…
los mejores días.


Vivimos un presente atestado
de silencios y amarguras,
olvidando tanto sonido dulce
tanta alegría no importa
quien la taña, quien la viva
olvida tu tristeza y la mía
y nosotros
debemos alegrarnos
de ese olvido suyo.
tiñe el aire
otro universo
con signos cantores
que construyen
nuestro próximo día
alejado de ti, de mí
y de nuestra torpeza
de hoy.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

domingo, 10 de febrero de 2013

cuentas de febrero

cuentas de febrero

por el bosque de los siglos
amén recita la comparsa:
somos uno.

Beberán hasta que muramos
entregados a la lluvia de un día de vuelta.
No somos más que dos
en la madrugada del mundo
opinando beneficios, destruyendo
la correspondiente distancia de tu brazo
al ademán caliente que desarma
cualquier homenaje cantado
al río y su música de piedras.
beberán uniendo justezas
entre la muerte y entre tú y yo
cuando hayamos muerto
brotarán las rosas como sarpullidos
en las ingles de la costa cuando tú y yo
acostados o tendidos no importa
tu mano sobre mi mano
y mi otra sobre tu mano
y tu otra sobre mi frente,
escanciados así dormiremos
como dos niños dos
seres al sol de la arena y las rosas
como aureolas de hielo
en cada fuego de febrero.

aquí un hombre
del todo apuesto
por sus gemidos y mi rosa
sobre su pecho
vengan las flores
porque los niños
a manojos y a pares
sólo descansan perdidos de sí.

aquí una mujer loca,
y tú, algún amor.
Pero no menos.

Sofía Serra (De Suroeste)

viernes, 8 de febrero de 2013

Una temporada en el infierno en el Suroeste

Alguien con Rostro de ángel
me Ilumina en mi particular
temporada en el Infierno.
Soy afortunada. Muy afortunada.
En la fe podría hallarse el motivo:
JC llega para traducir
el aire del estercolero
en purísima brisa
marina.

Dentro de algunos días, alguna semana tal vez, en cuanto termine la maquetación, saldrá en la ciudad de La Plata (Argentina) una inédita traducción de “Una temporada en el infierno”, la magnífica, genial y alucinante pieza poética escrita por Arthur Rimbaud allá casi en el último cuarto del siglo XIX. He tenido la fortuna de poder sumergirme en ella durante las dos o tres últimas semanas porque su autor, Juan Carlos Sánchez Sottosanto, ha tenido la generosidad de aceptar que se la prepare para la imprenta.

No se trata de un libro cualquiera. Sobre la obra original nada que yo pueda decir aportará. Sobre la traducción y el compendio que la acompaña, sí puedo contribuir: una introducción lo suficientemente amplia como para situar al lector cabalmente ante el texto y el estudio que va encontrar, la traducción, no sólo de la propia pieza en concreto, lo que de por sí ya da la medida de la envergadura del trabajo, habida cuenta de la complejidad poética y meramente lingüística del texto, sino también de un apéndice donde figuran previas anotaciones del poeta sobe la génesis del mismo, más un dossier de notas que hacen las delicias de cualquiera con afán de conocimiento o profundización en semejante obra, y donde además pueden encontrarse traducciones de algunos poemas de Rimbaud con comparativas con otras traducciones de los mismos, y que por sí solas ya merecerían figurar como volumen aparte. Si alucinante la obra de Rimbaud, por su mismo tono y fundamento, alucinante el trabajo del compilador y el traductor. Exquisitez poética y rigor científico llevados a su grado sumo se dan la mano hasta lograr conformar la obra que me ha mantenido, literalmente mantenido, alimentado, en estas dos o tres últimas semanas que llevo respirando las cloacas del mundo que vivimos.

Por desgracia, la forma en la que va salir, esto es, en una humilde, pequeña y amateur editorial, en completo blanco y negro incluida la portada, y sin ISBN, sí da la medida de hasta donde llega el hedor. Nada nuevo. El mundo editorial tan preñado de injusticia e ignominia como cualquiera, cuando no, más.

Ya el año pasado tuve la suerte de poder acercarme a su lectura. Iba a aparecer bajo el sello de Losada, pero ciertas “desavenencias”, tras, creo que unos cinco años de dedicación por parte de JC al trabajo, dieron con la publicación al traste.

Menos mal que con el poeta, el estudioso, el traductor, el literato no hay infierno que pueda. Humildemente, tal como el mismo tono de las anotaciones revela que se acercó a tan reverenciada obra, saldrá esta joya en papel.

Y yo, no niego que antes algo asustada por la responsabilidad que tenía en mis manos, no puedo ahora más que celebrar mi enorme fortuna, amén de seguir encomendándome a los dioses para que mi trabajo técnico pueda estar a la altura de lo que se me confía.

Si sólo alguien con rostro de ángel podía (re)-transmitir directamente desde el infierno creando uno de las tesoros de la historia de la literatura, sólo alguien cuyo nombre responde a las siglas de JC podía verter su caudal benefactor, porque el arte y el conocimiento siempre constituyen bondades, sobre el tiempo que actualmente estoy viviendo.

El año pasado saltó este poema tras su primera lectura. Pertenece al poemario que actualmente tengo en correcciones, Suroeste.

El otro río tan grande
(a JC Sánchez Sottosanto)


En esta intravenosa suspicacia
de tus caricias y mi risa, en esta
aquilatada salinidad que bifurca
mis ingles hasta romper aguas
en la dulzura del estuario abierto
en la medida que nadas
tan grande
como los dedos de las olas
como blondas translúcidas
de un vergel que avanza,
pampa
océano
campo
de mañana cálida
como una prímula
sentada al borde
de tu boca abierta y plata,
mi mar mío y sede tuya y yo
blanda, desleída,
i-letrada,
a-mórfica
eu-tópica
o miserable
u-fana-(l)
de sólo agua bañándome
en cada tú
tan grande
luz.

Sofía Serra (De Suroeste)

jueves, 7 de febrero de 2013

El enterraó

Un registrador de la propiedad, que en mi bestiario iconográfico se asimila a un “enterraó”, por semejanza de caracteres socio-psicológicos-fisiognómicos, salvando los naturales (sic) desniveles económicos; continuando, un reg(r)istrador de la propiedad llega a presidente de gobierno. Nada de extrañar en un país cuya población se caracteriza por soñar, fundamentalmente, con el hecho de ser propietario de esos “unos cuantos metros cuadrados” donde normalmente hace sus abluciones diarias, la mayoría elevados sobre el suelo, los metros, más conocido como pisito. Si no elevado y sí puesto en el suelo, adosado, la nomenclatura. Y por este ejercicio, es decir, empeñarse hasta las cejas, esclavizarse toda la vida con una entidad bancaria, no prever que los años de residencia en la tierra pueden llegar a resultar más movidos que un viaje en diligencia, hoy tengo, mañana no, pasado tal vez sí, entiende el 90% de esa población lo que la Constitución nombra como vivienda digna. Así, Vivienda Digna significa ser propietario. Vivienda digna según este 90% de la población española no significa cuatro paredes, un techo y unas mínimas condiciones higiénicas acordes con los tiempos que vivimos. No. Tiene que ser todo esto (las cuatro paredes y el techo) elevados a la enésima potencia, es decir, con cocinas último modelo no importa el grado de chabacanería que ostente el fabricante de muebles, PERO con un sellito que le indique que cuando termine de pagarla se habrá jubilado, le dará el infarto y sus hijos y sus nietos podrán disputársela o repartírsela (según caracteres).

En fin, el caso es que como consecuencia de ese afán insuperable (yo soy español, español, español, oeoeoeoeoe) uno de los dos grandes lobbys de este país, es decir, el de la construcción, logra colocar a uno de sus beneficiados en el más alto ( y responsable) puesto del gobierno de la nación.
No debe deducirse por el uso de ese último vocablo escrito en cursiva que Rajoy se benefició del ladrillazo, no. Casualidades de la vida, casualidades de la historia española, casualidades y tan sólo casualidades.

Ya, lo elegimos los españoles. Y es verdad. Sin pucherazo. Esto es una democracia, no una república bananera. Lo elegimos votando y no votando. Tan coherente que hasta poético resulta. ¿A quién si no iban a elegir los españoles?, ¿quién podía ser el héroe de sus vidas, la figura venerada, el personaje que representara la intervención cuasi divina como auspiciador del logro de sus sueños, esa imagencita que, siguiendo tradiciones ancestrales, colocaran en su mesilla de noche cual Buda favorecedor de la salud y la paz en el hogar? (ahora; antes, la virgen de las camelias pongamos por caso): efectivamente, un reg(r)istrador de la propiedad.
O sea, lo que decía al principio, un enterraó.
El enterraó. Rajoy, el enterraó.
Muerto, estaba bien muerto el cuerpo (social) presente.

(Sofía Serra, Jueves, 31 de Enero de 2013)

Abajo, reproduzco el correo donde puede leerse el artículo de Miguel Ángel Aguilar que ayer el diario El País suprimió de su edición impresa, con el asentimiento, según se puede leer, del propio articulista.

""Ayer desapareció un artículo de M.A. Aguilar en el País, en el que se hablaba de los ingresos de Rajoy. Se ha escrito al defensor del lector del diario. Hoy ya ha desaparecido también de la caché de google, donde podía leerse hasta hace unas horas. (Aquí el contenido íntegro del artículo)--------

Rajoy debería contestar a algunas cuestiones relevantes que permitirían confirmar su desprendimiento y su entrega sacrificada a la política

Miguel Ángel Aguilar 5 FEB 2013

La intervención del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, ante el comité ejecutivo nacional de su partido el pasado sábado, 2 de febrero, ha agravado la situación en que se encuentra el caso Gürtel-Bárcenas. Primero, por el formato elegido de máximo blindaje y mínima credibilidad. “Quiero”, dijo el presidente, “que en este asunto operemos con la máxima transparencia, el máximo rigor y la máxima diligencia”. Pero a continuación las maneras venían a desmentirle. Porque de las ruedas de prensa sin preguntas, lo que Esteban González Pons, vicesecretario del PP, llamaba notas de prensa audiovisuales, se ha pasado a un escalón superior. Ahora, los periodistas han dejado de ser testigos, ni siquiera comparten lugar con el compareciente. Recluidos en otra sala, solo les llega una señal de televisión realizada por los servicios del partido. Una cámara fija ofrece el plano único del presidente Rajoy, que lee en un atril. Pero nadie ajeno al comité ejecutivo nacional pudo dar fe de cómo sucedió.
Segundo, porque si Rajoy proclama nada tener que ocultar, no temer a la verdad, no haber venido a la política ni a ganar dinero ni a engañar a Hacienda; ser a los 23 años, en 1978, Registrador de la Propiedad con una plaza; ganarse muy bien la vida; ingresar más dinero en su profesión que como político; haber venido a la política perdiendo dinero porque para él, el dinero no es lo más importante en esta vida; todas estas protestas nos obligan a reclamar que se muestre "con máxima transparencia, máximo rigor y máxima diligencia" toda su trayectoria como Registrador. Por eso, queremos saber, por ejemplo:
1.- Si es cierto que siguió disfrutando de los beneficios del Registro de Villafranca, provincia de León, y de Padrón, provincia de la Coruña, cuando fue elegido diputado al Parlamento de Galicia en 1981, director general de Relaciones Institucionales de la Xunta en 1982. 
2.- Si al concursar voluntariamente y obtener en 1982 el registro de Berga en el Pirineo catalán, contraviniendo entre otras la obligación de residir en la localidad donde tiene su sede el Registro, continuó obteniendo ingresos de esa plaza, que se encuentra a más de mil kilómetros de Pontevedra, ciudad donde seguía teniendo su residencia efectiva y sus responsabilidades políticas como concejal del Ayuntamiento, presidente de la Diputación y Diputado al Congreso desde 1986 y vicepresidente de la Xunta en 1987. Porque si Rajoy como político concursaba buscando mejores plazas y figuraba como registrador en activo, debemos saber cuánto cobraba de sus cargos políticos y cuánto recibía de los registros.
3.- Si es cierto que nunca solicitó la declaración de compatibilidad del Ministerio de la Presidencia, a que estaba obligado por la Ley de Incompatibilidades de los funcionarios públicos, porque en ese caso alardear de ser persona escrupulosa con el cumplimiento de la legalidad resultaría excesivo.
4.- Si los registros de Elche y Santa Pola, que solicitó y le fueron adjudicados en sucesivos concursos, los atendió alguna vez personalmente, cuánto cobró hasta 1990 y si simultaneaba esa tarea con otras responsabilidades políticas.
5.- Si, cuando a partir de marzo 1990 pide que se le declare en servicios especiales y su plaza en Santa Pola, queda encomendada a su buen amigo Francisco Riquelme, titular del Registro de Elche, esa designación a título de "sustituto accidental permanente", era la que correspondía según el cuadro legal de sustituciones de la Dirección de Registros y del Notariado.
6.- Si a partir de ese momento y siguiendo ejemplos acreditados se repartía al 50% los beneficios del Registro de Santa Pola con el sustituto que le hacía el trabajo.
7.- Si después 1998 a partir de algunos cambios legales, aprobados en el Consejo de Ministros donde él se sentaba, los beneficios del Registro de Santa Pola se han partido entre el amigo Riquelme y el Colegio de Registradores al 50%.
Son cuestiones relevantes porque permitirían confirmar cuanto es el dinero perdido de Mariano Rajoy y evaluar su desprendimiento y su entrega sacrificada a la política, sin atender a las pérdidas que ese afán de servicio le acarreaba. Se impone despejar de manera indiscutida la incógnita y los malos pensamientos de quienes sostienen que en el caso de Rajoy mas que renuncia hubo pluriempleo. De momento, en la Declaración de Actividades presentada en el Congreso de los Diputados el 1 de diciembre de 2011 el punto segundo "Ejercicio de la función pública o de cualquier puesto al servicio de una Administración Pública" figura en blanco y tampoco especifica la Administración para la que presta sus servicios, ni si ha solicitado el pase a la situación de servicios especiales o equivalente


M. A. Aguilar

ACTUALIZACIÓN: RESPUESTA DEL DEFENSOR DEL LECTOR DE EL PAÍS:

Respuesta del Defensor:Buenos días

He consultado con el responsable de Opinión lo sucedido. El lunes por la noche se llamó al autor del artículo planteando la retirada del mismo por considerar los responsables de Opinión que en el mismo se trataban supuestas conductas del presidente el Gobierno alguna pendiente de dilucidar en demanda administrativa no resuelta. Decisión que acató el articulista. La redacción procedió a la retirada del artículo que no se publicó en la edición impresa sin advertir que no se hizo lo propio en la edición digital donde permaneció publicado unas horas hasta su retirada por el motivo comentado.""

Fotografía de dos o tres semanas

Lo de mi madre me puede.
El ambiente político de este país me puede.
La basura en las calles de Sevilla me puede.
Camino de casa de mi madre se me presenta la contradicción, la paradoja. una calle en obras a punto de ser convertida en una pulcra calle renovada. En su esquina una montaña de basura que ya oculta los contenedores.
Inmundicia, basura, inercia, acomodación.
Lo de mi madre me puede.
Una ley de dependencia hace que mi hermana tenga su trabajo como auxiliar de geriatría. Cuida personas mayores o dependientes. mi madre no puede quedarse sola. Yo no trabajo (sic). Yo la cuido.
¿Por qué la vida constantemente me presenta las paradojas, las contradicciones en la que esta sociedad cae?
Alguien me envía el artículo de Aguilar que el país quito de su edición impresa. Se lo agradezco y me permito preguntarle si hay fuente porque me gustaría ponerlo en el blog. Esta mañana leo su correo de vuelta. sí la hay, ahí, me dice, por si tienes interés.
por si tengo interés dice…
No me da lugar a hacer entradas en el blog. Pero el ambiente político ha podido conmigo. La basura me puede. la inercia del que se acomoda me puede, no se ya cómo mantenerme cuerda. No sé cómo no caer en depresión. casi ocho meses luchando contra lo mismo, con no caer.
Anoche lloré sin compasión por mis ojos. No me quedan fuerzas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Helada en el sur

Helada en el sur

Inútilmente el olivo
se ovilla sobre sí
olvida desliarse
más allá del no.

Apenas senda sacia la noche
de este cautiverio mío
entre los muros
de mi cuerpo y las rejas
invisibles de mis deseos.
Ser libre dentro de mí,
no buscar nada ajeno
nada que yo no pueda
darme lucidez
sola y sólo
querer vivir
para dentro.
No mirar el mundo,
abstenerme de respirar,
creer que soy dos
para así saciar el hambre
voraz de esa boca
negra y hueca
que es la cruda
y aliada ave
de la soledad.

la boca como el hambre
de niño muerto en la aldea
de mis ilusiones. Una
soledad cautiva de mí
y mi necesidad de cobijo.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

martes, 5 de febrero de 2013

Pan de Atenea

Pan de Atenea

la noche y un poco más se hace eterna
cuando el invierno aparece
afilado por el frío
joven, cantad como
el toro siendo cabezos
gimientes cobijados
bajo las tetas de la loba,
rómulo y remo se quedaron sin lugar
cuando tu mano de diosa
sembró los olivos en los desniveles
nacieron humanos de sus leños
y aún alguna anciana rejuveneció
ante la visión de los viejos
y retorcidos troncos.
tú extendiste el manto apaciguado
y los hombres durmieron
tranquilos de sí.

En paz.

Sofía Serra (De Suroeste)

domingo, 3 de febrero de 2013

La partida

La partida

Allá en el vaso grande
del huracán de invierno
nace la calma partícipe
de la flor.
Tan pacífico y asomado a tu rincón
de allende las farolas, las aguas limpias
y celestes de una ciudad marítima
a la vieja usanza, con su piel morena
y su olor a salitre confundido
su cuerpo con el mío.

No sé a qué sabe el celo
de tus manos.
De la carta al velamen
la curva de poniente se abre
y tu corriente entibia
el seco país donde nazco.

Éstas tus manos atronadoras
en los oídos de mis ingles
beberán alumbre salvaje
de mi centro y mi ansia
de poseer el océano. La malva
para quien escarbe la tierra dura.

El mar, sólo el mar, y yo
con todo el mar
bautizándote
como mi espera.

Sofía Serra (De Suroeste)

Sobre el tapete

Sobre el tapete

Juego en realidad
en el campo de su mando
maniatada y entumecida
por el frío. El estadio
de fútbol de noche,
el césped artificial
que aun sintético
recoge todo el relente
verde negro las gradas
vacías las abiertas
esquinas que no sé
hacia donde vomitan
la música parada
no se oye
la vida
en este vacío insomne
que no me permite amanecer.

Se me acabaron los ases en la manga,
la partida la gana siempre ella
no importa hacia donde mire
sólo hay noche y mucho frío
en el juvenil estadio
de mis ilusiones
siempre muertas,
faltas ya de sus días
por delante.

Futuro memorable
en derrotas
me atravesaste
con tu espada
triste y necia.
Y yo te he creído
y me he desangrado
hasta morir.


[¿Qué nos han hecho, qué nos están haciendo? Están volando con-tro-la-da-men-te la ilusión por la vida de cada uno de los españoles. Están abocándonos a la tristeza, al desencanto. Están reconvirtiendo un país que aun con todas su torpezas a lo largo de la historia, siempre ha estado habitado por un pueblo o varios, cada uno a su forma, que al menos individualmente ha sabido dar su lugar a la vida. A la celebración en su exacto sentido del gozo por la vida. Nos están matando espiritualmente. Nos encaminan hacia una especie de suicidio común de almas fruto de la depresión en la que nos han metido.
El porqué es lo de menos ya. No podemos permitirlo. Estamos solos, los españoles estamos solos. O nos unimos o dejamos de existir como lo que en algún momento algo más feliz hemos sido.]

(Domingo, 3 de febrero de 2013)

(Despertar un domingo por la mañana y escribir el poema y la reflexión de más arriba sin que haya motivo en mi vida personal para tanta tristeza resulta realmente desalentador, inexplicable a través de mis neuronas. Desde luego si ESTO es lo único que me sale a partir de hoy, decido firmemente en este mismo momento dejar de escribir. Que este blog me sirva de "notaría", de levantamiento de acta pública. No deseo dar carta de naturaleza a una depresión sin motivo plausible, a una tristeza yerma, y aún menos transmitirla. Se escribe para transmitir, no sólo para dejar huella para el futuro, yo al menos, y hoy sé, tras 11 o 12  años de escritura sin pausa, que uno de los motivos fundamentales por el que lo hago es el de intentar embellecer y alegrar este mundo, o al menos tratar de moverlo para que los demás abrieran los ojos a lo que hacíamos mal para, así, poder hacerlo mejor, no el de tornarlo aún más sórdido y cruel de lo que es o recrearme en su pesadilla.
Ésta es mi rebelión. 
Y ésa era mi rebelión.)

sábado, 2 de febrero de 2013

El sauce llorón

El sauce llorón

Porque escribir puede que sirva para los futuros,
pero de nuestro presente, ¿quién va a hacerse cargo sino nosotros?

si escribo nombro futuro.
me pregunto quién
puede escribir nuestro
presente sino
para él escribir
en su pasado.

En presente inacabado
registro para mañana
leer un futuro que aún
no ha comenzado.

Densa y lúcida simiente
de algas sobre la sombra,
así el sauce peina el aire
cayendo sobre la yerba.

Que el árbol me señale
dónde y cuándo.
El qué y cómo,
el agua los rehace.

su cauce.

Gemir hasta reventar.
Gemir
hasta hacer
estallar el cauce.
Como el sauce
llorando manando
verdes sobre el suelo.

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

Tres eran y son tres tus hermanas





Querido hermano Carlos, como tú aún no habías nacido, ya sabes que llegaste cuando Margarita tenía 10 años y mamá no esperaba tener ningún embarazo más ¡y mucho menos de varón!, porque el médico le dijo que no le "cuajaban", me ha saltado hoy, cumpleaños de tu Elena,  la necesidad poética de dedicarte ese poemario tan especial para mí, Los cabezos amarillos. Así te hago allí en un tiempo sin tiempo y con lugar. Y le enseño a Elena a sus tres hermanas cuando eran casi como sus niñas (bueno, un poquito más crecidas). Feliz cumpleaños, querida Elena.

La soberbia costra

La soberbia costra

Extrañamente seda
venero y exclamo
el tragaluz de tu ceguera,
diosa de la envidia
jubilosa. Porque si el tronco
te atraviesa, ¿a santo
de qué construir
pozos artesianos?

Sofía Serra (De La clave está en los árboles)

viernes, 1 de febrero de 2013

dicta-dura nuestra boca blanda

dicta-dura nuestra boca blanda

los hombres tienen sed
y no doy abasto (el río)

Los todos mordemos
con firmes dentaduras:
                                        aprehender
duras aguas al beber el llanto
de todo cristal gozoso
verde o negro
estallado por el viento inasible
de la iniquidad, la vesania
y la hambrienta injusticia.
Sus cristales se nos clavan
en la lengua antes de            pronunciar
una reseca ignorancia más.

Aprendemos a masticar
con las llagas,
nadie nos emboca bajo
el puente de la libertad:
Sed de maestros, sed
de vosotros mismos.
                                        Perteneceos.

Sofía Serra (De Suroeste)
 
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