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Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos

2022, Revista de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Abril / Junio / Número 53 / 2022

En la práctica del telar de cintura, como terreno de investigación, la sensibilidad se está ampliando constantemente para poder notar y atender y luego responsabilizarse. Hellen sabe que en esa práctica, que incluye el encuentro de otros cuerpos con la obra en espacios expositivos, se es ya siempre partícipe, que en esa confluencia se están ya también produciendo mundos, historias de devenir-con, enredados con otras materias, tiempos, espacios y especies (la cochinilla a la que le debemos el pigmento carmín deja también su registro y con ello plantea su propia exigencia, su llamado). El arte entendido como prácticas de sensibilidad puede invitarnos a pensar en qué mundos participamos, qué mundos habitamos y qué mundos nos habitan. Estas prácticas participativas pueden ser capaces de replantear la manera como construimos saberes y prácticas. Palabras clave: Prácticas de sensibilidad, nuevos materialismos, feminismo posthumano, difracción.

Ensayos Universidad de San Carlos de Guatemala M. A. Pablo Ernesto Oliva Soto Rector en funciones Dr. Gustavo Enrique Taracena Gil Secretario General El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. Algunas ocurrencias. Juan Blanco/5 Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas. Sergio Palencia Frener/19 Emil Cioran: visiones críticas. Emil Cioran/25 Rafael Gutiérrez Esquivel Director de Revista USAC Letras M.Sc. Francis Urbina Jefa División de Publicidad e Información Colaboradores Moisés Barrios/Sergio Tishler/ Carlos Figueroa Ibarra/ Juan Francisco Yoc/Osvaldo Sauma Poemas Francisco Nájera/35 Poemas Sofía Herrera Batres/45 Poemas Ilustración de portada, separadores e ilustraciones interiores Hellen Áscoli Diseño Rafael Gutiérrez Esquivel Sergio Rodríguez Diagramación Sergio Rodríguez Abril / Junio / Número 53 / 2022 Blanca Álvarez/47 Entrevista Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en las masas populares que pedían armas para defenderlo». Rafael Gutiérrez/55 Arte Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos. Luisa González-Reiche/63 Correspondencia y canje Universidad de San Carlos de Guatemala Ciudad Universitaria, zona 12 Ciudad Guatemala, Edificio de Rectoría Oficina 310 Teléfonos: (502) 24187640 y 24187642 Comentario El peligro de estar cuerda. Isabel Díaz Sabán/79 Correo electrónico [email protected] 1 E n el trabajo de Hellen Áscoli las palabras son ya siempre materia (aunque en realidad no existe nunca significado que no se materialice). Como se lo han dicho desde un inicio las tejedoras kakchiquel con las que aprendió el oficio, tejer es siempre tejer mundo. «¿Kach’on k’uxaj? ¿Cómo corazón?, ¿how heart?, ¿who heart?, ¿where heart?. Many ears hear heart. ¿How is your heart?» se lee en los lienzos fotografiados en el museo de Cincinatti. Los mundos que se activan en los telares implican las relaciones entre cuerpos/materias, al lenguaje y sus posibilidades de malentendido. Al jugar con palabras homófonas, Hellen pasa de traducir a hacer entrar grafías que reconfiguran las relaciones que son sus obras. La práctica de conocer, subraya Karen Barad, no es exclusivamente humana sino asunto del mundo haciéndose inteligible. La materia también escribe. En ese sentido, es posible pensar-con sus procesos y los registros de aquellos encuentros plasmados en los tejidos, los videos o las fotografías ya no en una práctica artística como la que ha producido y colaborado en perpetuar la construcción de fronteras a partir de la idea de la representación: la creencia de que es posible colocarse fuera del mundo y que existe una diferencia entre éste y lo representado así como entre un sujeto y el mundo objetivo. La obra de Hellen tiene menos que ver con la significación simbólica que con «modos potenciales de saber, relacionarse y atender a cosas que de alguna manera ya están presentes (…) en un estado de potencialidad y resonancia». Luisa González-Reiche 2 3 ENSAYOS 4 El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. Algunas ocurrencias1 Juan Blanco filosófica. Esto también es lo que quiero hacer aquí: la exposición de un conjunto de ideas filosóficas que estimulen la imaginación crítica. Presento a continuación cinco ocurrencias que tienen una estructura un tanto esquemática. Las tres primeras aventuran algunas tesis sobre el mundo, el escepticismo y el caos. La cuarta y quinta ocurrencias proponen algunos ejemplos tanto de lo que produce el caos en Guatemala –la cuarta– como de algunas ocasiones en las que los profesionales de la filosofía han dado razón del mundo escéptico y ¿Ocurrencias? ¿En qué sentido? La palabra «ocurrencia» tiene un doble significado, según el Diccionario de la RAE2. Por un lado, hace referencia al «encuentro», a una «ocasión o coyuntura», a algo que ocurre. En este sentido, este conversatorio y las conversaciones son precisamente eso, ocurrencias, el resultado de un encuentro casual y coyuntural. De acuerdo con el segundo significado del término, la palabra ocurrencia apunta a la idea (inesperada, aguda u original) que ocurre a la imaginación; para el caso, a la imaginación 5 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. caótico local –la quinta–. Ninguna de estas ocurrencias tiene un carácter conclusivo. Quizá sí un tonto aforístico. Cada una pretende marcar un sendero de indagaciones probables y ser ex- cusa para conversaciones futuras. Primera ocurrencia: sobre el mundo. La pregunta guía dice: ¿dónde estamos cuando pensamos «un mundo escéptico y caótico»? ¿En ese mundo, en la 6 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. hace milenios la filosofía y la literatura. El mundo, en tanto que libro de arena, es un libro sagrado, un don infinito que nos llega o al que llegamos de forma gratuita. Pero este libro también es diabólico, imposible –pero que «es», dice Borges–, monstruoso y productor de monstruos; un libro de pesadilla, obsceno, infame e infamador de la realidad, corruptor de la realidad. Estas características que Borges atribuye a ese libro de arena pueden ser también pensadas como las que describen de manera blanda eso que llamamos «mundo». Ahora bien, el mundo, como el libro de arena de Borges, es un pseudo-objeto, uno que ciertamente –y hasta cierto punto– podemos señalar, increpar, transformar, pensar. Un pseudo-objeto que, sin embargo, nos niega de alguna manera su sentido definitivo. ¿Por nuestra incapacidad? ¿Por no contar con la caja de herramientas hermenéuticas apropiadas? No, no lo creo. Utilicemos tres ejemplares de la literatura centroamericana para pensar en algunas entradas y modos de estar en ese libro monstruoso que es el mundo. a) Un modo de introducirnos y de estar en ese mundo es similar a lo que sucede en El asco, esa especie de novela maldita, por anti-nacionalista, de Horacio Castellanos Moya. En esta novela, el anti-héroe horaciano entra involuntariamente en (mejor: regresa a) la atmósfera miasmática del lugar de origen. Durante esa tenebrosa estancia, el antihéroe corrobora no sólo lo que ya sabe sobre la podrida consistencia del mundo, sino las razones que lo llevaron al abandono de su patria, al autoexilio. Ahora bien, uno de los detalles curiosos en la novela es la mención del salvo- exterioridad de ese mundo, en un lugar otro que ese mundo3? Me parece que al pensar –al menos, en el sentido filosófico– estamos siempre ya inmersos en una tradición (o en un conjunto delimitado de tradiciones), esto es, en un espacio surreal en el que anida el pensar, lo anima, lo protege y lo nutre. En esta ocasión, en esta ocurrencia, estamos en el recinto de la filosofía, en esa plaza techada de la tradición filosófica, en una tradición cuyo singular no debe desorientarnos, pues es una tradición llena de voces –polilógicas–, repleta de trincheras epistémicas, de puentes y de incontables rencillas. ¿Qué es eso de «la» filosofía? Para evitar cualquier comprensión monolítica de la filosofía, me parece que debería ser pensada como la encarnación bien lograda de la biblioteca borgeana. La filosofía es una milenaria biblioteca babélica4 en la que el pensador –el filósofo– yace inmerso, habitando en alguna o algunas de esas galerías hexagonales de sentido. Pensar el mundo –ya sea uno escéptico, caótico o no– y en el mundo implica aventurar una entrada, conlleva poner en perspectiva el mundo, distorsionarlo, interpretarlo desde las herramientas teóricas resguardadas en cada uno de esas galerías hexagonales de la biblioteca borgeana. Ahora bien, ¿qué es eso que llamamos «mundo»? Me parece que sería una exageración señalar que la índole ontológica del mundo se asemeja a la del Libro de arena de Borges5, un libro compuesto de infinitas páginas, y que por eso mismo hace posible también infinitas entradas y salidas. Pues bien, dos de esas entradas al mundo, dos megatrincheras hexagonales de entrada y estadía en el mundo, las propician desde 7 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. como hombre urbano de clase media, pues muy pocas veces se trata de una heroína– ve la posibilidad de transformar el caos del mundo desde dentro. A diferencia del personaje de El asco, el héroe de los relatos testimoniales de guerra es un ser henchido de esperanza del devenir de la revolución. Esta esperanza, eso sí, está nutrida de convicciones aclimatadas en espacios distintos, en galerías hexagonales diferentes del mundo irredento que busca salvar. Esta vez, el salvoconducto no es más un objeto, sino el pasaporte de la clandestinidad. Solamente siendo ya otro y habitando ya un mundo posible otro, se vuelve factible suponer la transformación del mundo. c) La clave de la tercera entrada y estadía en el mundo la daría El tiempo principia en Xibalbá, de Luis de Lión, el relato de un sujeto retornado7 y el de una comunidad seducidos –incluso eróticamente– por una de conducto que hace posible y seguro la introducción del anti-héroe en el infierno asqueroso de proveniencia. Se trata de un salvoconducto de índole cuasi salvífica: su pasaporte (canadiense). Este objeto salvífico funge como una especie de Virgilio artificial que, como en el relato de Dante, propicia a su portador una travesía segura por el infierno asqueroso, verlo, despreciarlo y, finalmente, dar con la puerta de escape en el momento necesario6. A través de la experiencia angustiante del anti-héroe, la novela des-oculta un particular modo de estar y de entrar en el mundo. b) La segunda entrada estaría representada por el conjunto de relatos testimoniales de guerra y de posguerra, por esa especie de boom del testimonio belicista de las dos últimas décadas del siglo XX centroamericano. En todos esos relatos de recuento de las gestas insurgentes, el héroe –la mayoría de veces pintado 8 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. bien, ¿qué tienen en común los tres? El común denominador consiste en la puesta en escena de un escepticismo ante el orden vigente desde situaciones atmosféricas diferentes a la hegemónica9. ¿Cómo se explica esto? Quizá recordando que el sentido, como dice Gilles Deleuze, es el vapor en el que se mueven y articulan las palabras y las cosas10. Los personajes de esos relatos habitan en vapores alter-hegemónicos. Es por esto que podría decirse que no hay mundo escéptico, sino experiencias de escepticismo al interior del mundo monstruoso. Concluyamos. Estando en el mundo estamos siempre ya en una atmósfera surreal que nos envuelve y nos acoge, que modula nuestra relación con ese mundo y nos impide hablar «neutralmente» de él. Pues bien, todo esto da expresión a mi particular entrada, producida por una hermenéutica de tintes anárquicos11. Segunda ocurrencia: las imágenes del poder. Se trata de una narración sobre la fascinación erótica que produce el poder. En esta novela, por un lado, se des-oculta una relación amor-odio de uno de los personajes – Pascual– con la comunidad de origen. Una relación enturbiada por la producción de una escisión en la identidad étnica de Pascual. Por otro lado, la novela destaca la relación amor-odio tanto de Pascual como de la comunidad entera con la hierofanía local del poder. Este amor-odio comunitario –o mejor: un odio con respeto, según el relato8– alimentado de la imposibilidad de hacerse con el poder de manera permanente, nutrido de la rabiosa conciencia de la condena a gozar del poder sólo de forma fugaz y secreta. El salvoconducto aquí es un tanto diferente, se trata del subversivo pasaporte de la indianidad. Estos relatos ejemplifican tres modos de entrar y estar en el mundo. Ahora 9 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. cepticismo decolonial. Este, según Maldonado-Torres, es uno de los métodos indispensables de la descolonización. En síntesis: al pensar filosófico le va de suyo el escepticismo y, por eso, se siente cómodo ejerciéndolo, habitando en él, alimentándose de él. Pero, ¿qué tipo de escepticismo? Dejemos aquí esta pregunta sin respuesta. Ahora bien, dicho lo anterior me parece que el problema del mundo no consiste en que este sea o devenga escéptico, sino en que el escepticismo no sea uno salvífico. El problema, nuestro problema, estriba, quizás, en que no somos radicalmente escépticos. ¿Por qué? Pues porque, generalmente, al ejercer el escepticismo simplemente buscamos confirmar lo que ya creemos saber de antemano. En otras palabras, ejercemos la sospecha sobre todos y de todo, pero no sobre nosotros mismos ni sobre el marco atmosférico de interpretación en el que siempre ya estamos. Esto me permite sugerir que cuando el escepticismo no es suficientemente radical, abre la puerta a la posibilidad de la destrucción de la alteridad, de la naturaleza, de la vida. Distingamos pues entre un escepticismo salvífico y un necro-escepticismo. Tercera ocurrencia: el caos del mundo. De acuerdo con las raíces etimológicas de cháos, este término señala una grieta, un agujero y, según esto, apunta a una situación amorfa que se diferencia de cualquier orden. ¿Qué nos dice el caos del mundo y en el mundo? Nuevamente, creo que nos dice varias cosas según la tradición atmosférica en la que ya estemos instalados. Pues bien, ¿qué nos dice el caos? a) En primer lugar, que el horizonte hegemónico de sentido del mundo –de un determinado sobre el escepticismo. Me parece que podemos clasificar aquí, y sin la pretensión de ser concluyentes, en tres los modos de entender el escepticismo. a) En la filosofía, el escepticismo ha sido, por un lado, una de las actitudes que moviliza el pensar. Esta actitud es la que vuelve factible un «extrañamiento del mundo». Ya la experiencia de la Academia de Platón daba muestra de esto. Platón fundó su escuela, como se sabe, fuera de los muros de la ciudad, en la periferia de Atenas. Esta opción pone en escena una metoikesis –un cambio de morada12–, un desplazamiento casi de autoexilio motivado por la sospecha de que el efímero sentido común del vulgo no es una fuente fiable para el encuentro con la verdad auténtica, eterna e ideal. b) En filosofía, por otro lado, el escepticismo adquiere rasgos metodológicos. Este escepticismo metódico fue practicado por Descartes para dar con el fundamento inconcuso de la realidad. c) Pero también hay un tipo de escepticismo que está al servicio del poder y del control. El filósofo puertorriqueño Nelson Maldonado-Torres lo llama el «escepticismo misantrópico colonial13». Este señala la actitud que modulaba el espíritu de los fundadores del mundo colonial. Este escepticismo se caracteriza por la negación de la humanidad y de las capacidades (gnoseológicas, políticas, religiosas, artísticas, etc.) de la alteridad. Este escepticismo colonial se ejerce como negación de la validez y relevancia de los mundos otros, la negación de cualquier horizonte de significación distinto al del mundo verdadero del invasor. Pero este escepticismo misantrópico invita a ejercer un contra-escepticismo: un es10 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. sostenido por un fundamento inconcluso. b) Segundo, los ejercicios que se limitan a la producción de diagnósticos ontológicos que permitan hacer sentido de lo que acontece. ¿En qué consiste la relevancia de estos diagnósticos? Creo que no debe olvidarse que el que las cosas hagan sentido es también una especie de paso salvífico en un mundo caótico. En este sentido, el filósofo se comportaría como un «médico internista» de la sociedad, pues se ocuparía de poner al descubierto las enfermedades sistémicas, pero sin realizar intervenciones quirúrgicas invasivas en el cuerpo social. c) También, tercero, los ejercicios que parten de la convicción de que el caos es sinónimo de la apertura constitutiva de la existencia, una oportunidad para reconfigurar el mundo, para replantear los vínculos hegemónicos del poder y para llevar a cabo un nuevo reparto de lo sensible, diría Jacques Ranciere14. Estos grupos de ejercicios, sin duda, yacen enmarcados en una determinada ontología de referencia, esto es, en un modo de comprender lo que acontece. Estas ontologías de referencia pueden ser al menos de tres tipos. a) Una ontología de rasgos apocalípticos, milenarista, una ontología fascinada y obsesionada con el exterminio y la hecatombe definitiva, una que ve el caos como el punto culmen de todos los males y el instante posible de la restauración postapocalíptica. b) Una ontología de rasgos metafísicos. Esta es quizás la perspectiva más popular entre los filósofos (profesionales y entre los conservadores15), esos que proclaman al ser –a Dios, a las leyes de la naturaleza, los valores, etc.– como el fundamento inconcluso que garantiza el orden exis- mundo– ha dejado de ser válido para un grupo significativo de habitantes de ese mundo. El mundo es sentido ahora como una masa amorfa que genera malestar b) Nos dice también, en segundo lugar, que el mundo –cualquier mundo en caos o caótico– sufre de déficits estructurales y constitutivos que impiden ya la cohesión general (y para siempre) de las diferencias, un déficit que impide dirimir de forma efectiva el antagonismo constitutivo de la vida social. c) En tercer lugar, el caos señala también que las paredes del invernadero ontológico (el mundo) –un invernadero que debería garantizar seguridad, cuidado, solidaridad y cohesión– son sentidas y vividas ahora como muros de prisión. Sin duda, en el caos acontece una epifanía ontológica. En un mundo en caos o caótico, la brecha ontológica, el vacío constitutivo sobre el que se sostiene el mundo –la condición nihílica de la existencia, diría Heidegger– emerge a la superficie, se manifiesta. Pues bien, en situaciones de caos o caóticas no es que los cimientos absolutos del mundo sean negados, sino que tales cimientos muestran su condición efímera, histórica, finita. Esta emergencia exige, para algunos, la transformación del mundo, o bien, como en el caso del anti-héroe de El asco, una metoikesis, un cambio de morada que afirma a su manera que la salvación yace fuera del miasmático mundo de proveniencia. Sin duda, los ejercicios de transformación, de transfiguración, o de restauración del mundo son diversos. Creo que podemos identificar al menos tres tipos. a) Primero, los que apelan al retorno a un orden –uno universal, eterno, necesario–, o a la restauración de un orden que se supone 11 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. liviano el co-existir. En este sentido, el caos es un síntoma de las promesas incumplidas del mundo. Pues bien, en el caso guatemalteco, el caos contemporáneo regente podría pensarse como la epifanía aldeana de lo que Nietzsche llamó la «muerte de Dios». Esta consigna nietzscheana puede ser entendida como el diagnóstico aforístico de una situación: la del declive de la lógica del fundamento, esto es, la condición en la que rige la generalizada sospecha de que el orden imperante no es ya viable. Según esto, en el caos podría verse una posibilidad evangélica, una buena nueva que anuncia e invita a un nuevo reparto de lo sensible. Ahora bien, ¿qué o quién hace emerger esta buena nueva del declive, este evangelio del ocaso del fundamento absoluto, la buena nueva del debilitamiento del horizonte hegemónico? Para el caso guatemalteco, considero que pueden mencionarse al menos cuatro eventos históricos un tanto recientes en los que emergen evangelios de sentido. a) El primero: los movimientos insurgentes de los años setenta y ochenta, los que, aunque ya fallidos, fueron percibidos en su momento como buenas noticias de la posibilidad de la instauración de un mundo más justo e igualitario. b) El segundo: las rebeliones indígenas, cuya versión más reciente incluye tanto el movimiento maya –para ser más específico: los intentos de refundar la constitución guatemalteca a finales de los años noventa del siglo XX– y, en nuestros días, las rebeliones que acontecen en la forma de resistencias comunitarias contra el gran proyecto extractivista del capital internacional. Estas son buenas nuevas porque, a su manera, protegen la existencia tente o el perdido, y al cual se debería retornar. c) Una ontología hermenéutica de rasgos anárquicos, una que entiende el ser en tanto que acontecer, un ser desembarazado de los rasgos atribuidos por la metafísica, un ser en tanto que existencia, como posibilidad abierta. Ahora bien, el caos puede ser pensado y percibido no sólo como una oportunidad salvífica, sino como un necrocaos, un caos de muerte, un caos producido irónicamente a través de los insistentes y obscenos intentos de mantener con vida el ya moribundo orden de las cosas por medio de una violencia desproporcionada. Otra vez, como en el caso del escepticismo, habría que distinguir entre un caos salvífico y un necro-caos. Cerremos. El quehacer filósofo en un mundo escéptico y caótico es indispensable para salvarnos de él, pero en él. ¿Cómo? ¿Desde dónde? Pues orbitando en la convicción de que, cómo diría el poeta alemán Friedrich Hölderlin, «donde crece el peligro, crece también lo que salva16». Sin estos recintos atmosféricos –sin la poesía, dice Humberto Ak’abal; sin la filosofía, decimos nosotros– «el mundo ya se habría quedado mundo17». Una hermenéutica de tintes anárquicos invitaría a la conversación con el fin de des-silenciar a los mundos que nos exijan callar. Cuarta ocurrencia: el porqué del caos ¿Por qué las situaciones caóticas? Un diagnóstico optimista, como el desarrollado por una hermenéutica jovial o anárquica, entendería que si siempre ya estamos inmersos en un mundo –en una determinada atmósfera de sentido–, el caos, al acontecer en el mundo, señala el efecto de las expectativas frustradas de volver un tanto más 12 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. del fetiche etnocéntrico y destructivo de los poderosos. c) El tercero, también reciente, lo conformarían los movimientos de mujeres, el feminismo y los reclamos de la comunidad Lgbtqia+, movimientos y reclamos estos que nos despiertan del sueño dogmático del pa- triarcado, buenas nuevas que quieren despertarnos del sueño falogocéntrico en el que seguimos empantanados, casi como en una pesadilla que no somos capaces de percibir como tal. d) El cuarto, un auténtico y necesario terremoto: la Cicig18. La institución que, 13 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. anteriormente, creo que podría hablarse de un caos salvífico, uno que inaugura la posibilidad de transformar la atmósfera tóxica dominante. Este caos es la oportunidad para salvarnos juntos del racismo, la explotación, la desnutrición, la pobreza extrema, la corrupción, etc. ¿Cómo? Aquí es donde entraría en juego una «ontología política», una como la desarrollada recientemente por Santiago Castro-Gómez21. Esta apunta a pensar la fisura ontológica insuperable, la grieta ontológica que da sentido al antagonismo que permite entender los proyectos políticos como intentos constantes y válidos para cerrar parcialmente este vacío irremediable y constitutivo a través de intentos de instauración de marcos institucionales y normativos de modos de co-existencia más livianos. De cualquier manera, tarde o temprano, logrado o no un reparto más justo de lo sensible, ese vacío constitutivo terminará revelándose, emergerá a la superficie nuevamente, lo cual volverá necesario en cada una de esas ocasiones esfuerzos políticos creativos encaminados a un nuevo reparto de lo sensible. Ahora bien, el caos –también como en el caso guatemalteco– puede ser pensado y percibido no como una oportunidad salvífica, sino como un necro-caos, un caos de muerte. Irónicamente, este caos es producido a través de los insistentes y obscenos intentos de mantener con vida un ya moribundo orden de las cosas por medio de la violencia. Quinta ocurrencia: ocurrencia informativa. Uno de los sentidos de la temática de este conversatorio apunta a la consideración del quehacer filosófico en tiempos de crisis. Me gustaría mencionar aquí por eso algunos ejemplos en nuestros días, obligó a los canallas de siempre a sentir el vértigo que genera el saberse sostenidos sobre la grieta antológica que acecha la vida social y la que adquiere, en ocasiones, la forma «justicia». La Cicig, además, fue capaz de producir por vez primera un auténtico miércoles de ceniza (fallido, por cierto19) para los «dueños del país». En perspectiva ontológica, todo esto es la expresión de la negatividad constitutiva de la existencia, del vacío constitutivo, como sugiere el filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez20, una manifestación de la incompletud ontológica que hace posible el caos y, a su vez, hace emerger las posibilidades de un nuevo reparto de lo sensible en el que participen, finalmente, los sin-parte. ¿Cómo puede ser entendido el caos, «el mundo caótico», guatemalteco? Teniendo en cuenta los cuatro eventos mencionados 14 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. (coyunturales) de la práctica filosófica en un mundo escéptico y caótico, limitándome al mundo guatemalteco. Estos ejemplos son paradigmáticos debido a que tienen la índole de diagnósticos sobre el sentido de este mundo. Podemos identificar tres grandes conjuntos (de muchos). Creo que dos de ellos pueden ser entendidos como parte del quehacer filosófico, pero únicamente en un sentido bastante laxo. El tercero, sin embargo, estaría representado por la actividad filosófica en un sentido más estricto, esto es, por la labor de profesionales de la filosofía. a) Primer conjunto. Me parece que está fuera de discusión el que en los años setenta del siglo XX terminó de consolidarse el rol de las ciencias sociales en tanto que maquinaria teórica para la comprensión de la realidad guatemalteca. Esta comprensión, eso sí, nunca ha sido monolítica, sino bastante antagónica. Pues bien, algunos ejemplos serían: La patria del criollo, de Severo Martínez; Guatemala: una interpretación histórico-social, de Jean Loup Hebert y Carlos Guzmán-Böcler, en los años setenta. Más tarde, La metamorfosis del racismo en Guatemala, de Marta Elena Casaús, y Mayanización y vida cotidiana, ese megaproyecto hermenéutico coordinado por Aura Cumes y Santiago Bastos son ejemplares de esta producción de sentido. Aquí debe agregarse también el trabajo de instituciones como Flacso y Avancso22. Más que cualquier otra disciplina, las ciencias sociales siguen siendo hoy por hoy el más importante bastión productor de sentido en Guatemala. En este sentido, la filosofía guatemalteca sería algo así como la hermana menor de las ciencias sociales en término de la producción de sentido de lo que acontece. b) El segundo conjunto que podríamos mencionar aquí sería el de las obras literarias que han hecho época y las que, por eso, pertenecen ya al canon de la interpretación del sentido local. Algunos ejemplos: Guatemala, las líneas de sus manos, de Luis Cardoza y Aragón; la trilogía bananera de Miguel Ángel Asturias; Los poemas de la izquierda erótica, de Ana María Rodas; Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia; Mujeres en la alborada, de Yolanda Colom, entre otros. Todos estos esfuerzos, los de las ciencias sociales y los que provienen de la literatura –podría haber mencionado aquí el caso del arte23, pero quiero limitarme a los productos de la aldea letrada–, han hecho época porque, a su manera, han permitido la eclosión de las emergencias, la epifanía de los grandes peligros del mundo local. Si, como diría Heidegger, 15 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. hegemonía guatemalteca y en el clima de la negociación de los Acuerdos de Paz. Este grupo de columnas es una especie de archivo de la praxis filosófica en tiempos que exigen la producción de sentido. Unido a esto debe mencionarse la obra del sacerdote jesuita Antonio Gallo –el filósofo más importante de finales de siglo–, cuyos ejemplos paradigmáticos al respecto son los libros El hombre mi hermano y Los mayas del siglo XVI, un esfuerzo de pensar la ética para un mundo interétnico, el primero, y, el segundo, una toma de postura ante la generalizada sospecha arrojada sobre la contemporaneidad del pueblo maya. c.3.) Finalmente, debe mencionarse aquí esa especie de breviario del pensamiento filosófico recientemente elaborado por Amílcar Dávila Estrada, Una aproximación a la filosofía guatemalteca reciente27. En él queda registro de los intereses contextuales de la abundante producción filosófica guatemalteca reciente en las últimas décadas del siglo XX y las primeras del XXI. Este texto ofrece también datos relevantes sobre lo que da para pensar a los filósofos profesionales de las complejas y diversas coyunturas del mundo guatemalteco, un mundo insuficientemente escéptico y necro-caótico. Sin duda, la filosofía es capaz de salvarnos de las trampas instaladas por los monólogos epistémicos, ontológicos, políticos, estéticos, etc., que imponen su horizonte de sentido en cada época. Esta sendera salvífica, para ser honesto y sincero, sólo se la creen algunos filósofos. Pero, a lo mejor, esta pretensión sólo constituye una más de mis ilusas ocurrencias. la más grande emergencia es la falta de emergencia24, estas obras son indispensables precisamente por el hecho de dar cuenta de las emergencias fundamentales de una siniestra época. El problema, en el caso de Guatemala, es que estas emergencias trascienden los momentos históricos. Ellas se nos han ido acumulando. Sabemos cuáles son, pero aún no sabemos (¿no queremos saber?) lidiar con ellas. En este sentido, aún siguen siendo emergencias, aún irresueltas, las excluyentes relaciones de clase, el racismo, las relaciones jerárquicas, las opresiones de género, la corrupción política, etc. c) Pero también hay un tercer grupo, el de la filosofía académica25. Mencionemos tres ejemplos aquí. c.1.) Un ejemplo paradigmático es Mario Payeras. Aunque con formación académica en filosofía, Payeras fue una de las víctimas del imperativo marxista anti-hermenéutico y de la teleología histórica en la etapa más productiva de su vida. Sin embargo, logró desembarazarse de esa camisa de fuerza más tarde y, con ello, dar cuenta de la composición multiétnica del país y del rol relevante de los académicos mayas c.2.) El otro ejemplo de este conjunto es el trabajo realizado por algunos filósofos profesionales en las columnas de opinión de los periódicos locales. Aquí es paradigmático el ejemplo de los filósofos –la mayoría landivarianos– que ejercieron la reflexión pública en las páginas del periódico Siglo XXI. En 1992, estos filósofos dieron expresión a un pensar coyuntural en una columna semanal titulada Cátedra Bartolomé de las Casas26. El pensar de estos filósofos fue ejercido en el tumultuoso contexto de la reconfiguración étnica de la Juan Blanco, Estocolmo, marzo 2022 16 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. Notas 1 El contenido de este texto fue leído parcialmente en el marco de un conversatorio organizado por la Asociación Guatemalteca de Filosofía (Agfil). Participó también como expositor el filósofo italo-guatemalteco P. Antonio Gallo. La moderación estuvo a cargo de la historiadora y filósofa Regina Fuentes Oliva. El conversatorio tuvo lugar el 26 de marzo de 2022. Agradezco a la directiva de la Agfil por la invitación. 2 Real Academia Española. Sitio oficial: https://www. rae.es/ 3 A buena parte de estas «ocurrencias» subyace la propuesta esferológica del filósofo alemán Peter Sloterdijk, especialmente las ideas expuestas en Esferas I y Esferas III. cfr. P. Sloterdijk, Esferas I. Burbujas. Microesferología (segunda edición, traducción de Isidoro Reguera), Madrid: Ediciones Siruela, 2003. Para las ideas «atmósferas» e «invernadero ontológico» utilizadas más adelante, cfr. P. Sloterdijk, Esferas III. Espumas. Esferología plural (tercera edición, traducción de Isidoro Reguera), Madrid: Ediciones Siruela, 2014. 4 cfr. J. L. Borges, «La Biblioteca de Babel», en J. L. Borges, Cuentos completos, Nueva York, Vintage Español, 2011, pp. 137-145. 5 cfr. J. L. Borges, «El libro de arena», en J. L. Borges, Cuentos completos, cit., pp. 506-510. 6 «[…] me fui porque nunca acepté la broma macabra del destino que me hizo nacer en estas tierras, me dijo Vega. [...] Nunca pensé volver, Moya, siempre me pareció la peor pesadilla tener que regresar a San Salvador, siempre temí que hubiera el momento en que tuviera que regresar a este país, y lo evité a como diera lugar, lo evité a toda costa, siempre fue la peor pesadilla la posibilidad de regresar a este país y no poder salir nuevamente, te lo juro Moya, esa pesadilla no me dejó dormir durante años, hasta que saqué mi pasaporte canadiense, hasta que me convertí en ciudadano canadiénse, hasta entonces esa horrible pesadilla dejó de fastidiarme. [...] Ahora por eso me animé a venir, Moya, porque mi pasaporte canadiense es mi garantía…» (H. Castellanos Moya, El asco, Barcelona, Penguin Random House, 2018, pp. 20-21). 7 «Tenía necesidad de volver, de poner mis pies otra vez sobre esta tierra, de respirar otra vez su aire, de beber su agua. [...] Aunque te odien, el calor de tu rancho no lo vas a encontrar en ningún lado, sobre todo si sos indio. Sí, te abren las puertas pero en cuento miran tu color, tu cara, tu pelo piensan que no sos hombre sino remedo» (L. de Lión, El tiempo principia en Xibalbá (cuarta edición), Guatemala, Ediciones del Pensativo, p. 87). 8 cfr. Ibíd., p. 103. 9 Estas situaciones atmosféricas distintas a las del mundo imperante son sugeridas en estos tres relatos incluso a través de los nombres de los personajes. En la novela de Horacio Castellanos Moya, el nombre «Vega» hace referencia, según el Diccionario de la RAE, a un terreno llano y fértil, y para el caso que aquí interesa: a un terrero capaz de hacer emerger frutos otros a los del terreno miasmático de procedencia. En el grupo de relatos testimoniales, es común que el héroe se vea obligado a realizar una transversión identitaria por medio de una mutación del nombre propio. Esto hace factible su inmersión en el mundo sin ser ya de ese mundo, digamos. En el tercer relato, «Pascual» es el nombre de ese personaje que habita ya dos mundos, dos registros identitarios. El nombre de personaje fronterizo apunta a la pascua, la fiesta judeo-cristiana que celebra la memoria de la liberación, la memoria del paso de situaciones de opresión a situaciones existenciales más leves. 10 cfr. G. Deleuze, Diferencia y repetición (traducción de María Silvia Delpy y Hugo Beccacece), Buenos Aires, Amorrortu, 2022, p. 239. 11 cfr. S. Zabala, Being at Large. Freedom in the Age of Alternative Facts, Canada, McGill-Queen’s University Press, 2020. J. Blanco, Hermenéutica nihilista decolonial, Guatemala: Universidad Rafael Landívar, 2019. 12 cfr. P. Sloterdijk, Extrañamiento del mundo (traducción de Gil Bera), Valencia, Pre-Textos, 2001, pp. 87-92. 13 N. Maldonado-Torres, «Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un concepto», en S. Castro-Gómez y R. Grosfoguel, El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global, Bogotá, Siglo del Hombre Editores, Instituto de Estudios Contemporáneos - Universidad del Central, Instituto Pensar - Pontificia Universidad Javeriana, 2007, pp. 127-167. 14 cfr. J. Ranciére, Zehn Thesen zur Politik (traducción del francés al alemán de Marc Blankenburg), Zürich, diaphanes, 2008. 15 Según Heidegger, «[l]as recaídas en los encallados modos de pensar y exigencias de la metafísica estorbarán aún por mucho tiempo e impedirán la claridad del camino y la determinación del decir» (M. Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del evento (traducción de Dina V. Picotti C.), Buenos Aires, Biblos, 2003, p. 28). 16 Citado en M. Heidegger, Vorträge und Aufsätze (décima primera edición), Stuttgart, Klett-Cotta, 2009, p. 32. 17 H. Ak’abal, «Si no fuera por la poesía el mundo ya se habría quedado mudo» (Entrevista con Pablo Cingolani), en Letralia. Tierra de Letras, año X, No. 130, Venezuela (19 de septiembre de 2005). En línea: https:// letralia.com/130/entrevistas01.htm 18 La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala fue creada en 2003 y disuelta en el 2019 por haberse convertido para entonces en una institución incómoda a los intereses mezquinos de quienes se benefician del necro-caos local. 19 Huellas de este momento histórico quedaron registradas en distintos lugares. Por ejemplo: https://www. prensalibre.com/guatemala/justicia/empresarios-sepronuncian-por-caso-de-financiamiento-electoral-ilicito-a-fcnnacion/ 20 cfr. S. Castro-Gómez, Revoluciones sin sujeto. Slavoj Zizek y la crítica del historicismo posmoderno, México, Akal, 2015, caps. 4 y 5. 21 cfr. Ibíd. 22 La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y la Asociación Guatemalteca para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala. 23 Me he ocupado del arte producido por artistas mayas 17 Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. en otro lugar. cfr. J. Blanco, Pensar la (de) colonialidad. Estética, angelética y emergencia. Pre-textos, San Salvador, UCA Editores, cap. 2. 24 cfr. M. Heidegger, Aportes a la filosofía, cit., p. 27. Tesis heideggeriana que orienta las reflexiones filosóficas de Santiago Zabala recogidas en Why Only Art Can Save Us (S. Sabala, Why Only Arte Can Save Us. Aesthetics and the Absence of Emergency, New York, Columbia University Press, 2019). 25 Me he ocupado ya del alcance de la producción académica de filósofos profesionales de manera un poco más detallada en otro lugar (cfr. J. Blanco. Sobre el pensar intercultural-decolonial. El proyecto interculturaldecolonial del pensamiento maya contemporáneo en Guatemala, segunda edición, Guatemala: Maya’ Wuj, 2019, pp. 501-530). 26 J. Blanco, Sobre el pensar intercultural-decolonial. El proyecto intercultural-decolonial del pensamiento mayo contemporáneo en Guatemala, segunda edición, Guatemala: Maya’ Wuj, 2019, pp.522-530). 27 Dávila Estrada, Una aproximación a la filosofía guatemalteca reciente, en Cultura de Guatemala (año 33, vol. 1, enero-junio), Guatemala, Universidad Rafael Landívar, 2012, pp. 41-84. 18 Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas Sergio Palencia Frener El 23 de abril de 2021 la Iglesia Católica beatificó a diez religiosos asesinados durante la guerra en Guatemala, entre 1980 y 1991. Dicho evento constituye una de las mayores beatificaciones colectivas en el marco de los conflictos que asolaron América Latina durante la Guerra Fría. Más aún, es la primera vez que la mayoría de los nuevos beatos son indígenas mayas: dos sacristanes ixiles y cinco catequistas quichés, así como tres sacerdotes de origen catalán, vasco y asturiano. En una misa transmitida en televisión na- cional y redes sociales, varios obispos y sacerdotes de Guatemala los declararon mártires, testigos de la fe. Todos los religiosos fueron asesinados por el Ejército de Guatemala o miembros de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC). A menos de ocho años del Juicio por Genocidio contra los generales Ríos-Montt y Rodríguez Sánchez (2013), la elevación a los altares católicos de los catequistas y sacerdotes ha renovado cuestiones relacionadas con la interpretación de la guerra. Exploremos el contexto histórico en el 19 Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas cual murieron los recién beatificados durante la guerra en Guatemala. La cooperativa indígena-católica Miguel Tiu Imul es uno de los mártires mayas recién beatificados. Su hija, Josefa Tiu García, relató para la radio indígena Tujaal: «cuando era niño mi papá de diez años entró en la religión católica. Antes no es católico. Empezó a dar doctrina a los niños. Él es un trabajador, siempre siembra milpa. Todos los animales. Su devoción es rezar el santo rosario, orar en la casa». Catequistas indígenas como Miguel Tiu jugaron un papel central en las transformaciones comunitarias en Chiapas, Guatemala y El Salvador entre 1940 y 1980. Para el caso guatemalteco, muchos se formaron en Acción Católica, un movimiento eclesial inicialmente enfocado en combatir las prácticas sincréticas mayas consideradas no adecuadas a la doctrina oficial. Antes y después del Golpe de Estado en Guatemala, orquestado por Estados Unidos en 1954 contra el presidente Árbenz y la Reforma Agraria, la Iglesia Católica promovió el anticomunismo y al campesinado indígena como pequeño empresario organizado en cooperativas. En su ensayo The Maya Catholic Cooperative Spirit, Susan FitzpatrickBehrens rastrea cómo el cooperativismo indígena llegó a convertirse en un movimiento agrarista, de producción mercantil local, en un país donde la organización autónoma laboral y rural fue luego considerada subversiva. La cooperativa indígena-católica fue denunciada por grandes finqueros, dueños de ingenios y contratistas como una 20 Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas organización comunista. Esta denuncia tenía consecuencias mortales. Para 1969, Estados Unidos y la élite nacional habían convertido al Estado guatemalteco en bastión anticomunista y contrainsurgente del istmo. El choque llegaría a ser inminente. Fuese contra proyectos de apicultura en Nebaj, colonización de la selva en Ixcán o proyectos de papa en Comalapa, finqueros y militares iniciaron la persecución de sacerdotes y catequistas en un esfuerzo por detener la emancipación económica y moral de la comunidad maya guatemalteca. En 1976, los militares mataron a William Woods, sacerdote Maryknoll que coordinaba la colonización maya en la selva. En 1978, el padre Hermógenes López murió baleado tras denunciar el acaparamiento del agua y la conscripción forzada de los jóvenes de San José Pinula. Estos crímenes formaron parte de una ola de represión mayor dirigida, entre 1976-79, contra cooperativistas, líderes de comités pro-vivienda y agua potable, alcaldes indígenas y sindicalistas mestizos. Fue este el contexto previo a la muerte de los diez religiosos del Quiché. La cruz y la espada Los asesinatos de catequistas o sacerdotes fueron las primeras gotas de la tormenta. En 1980-82, el ejército guatemalteco arrasó las aldeas consideradas bastiones rojos, muchas de ellas con al menos tres décadas de organización en Acción Católica, cooperativismo o ligas campesinas, todo ello previo a la llegada de la guerrilla. Josefa Tiu García recuerda a su padre, el catequista de Sacapulas, como responsable de la so- 21 Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas a monseñor Óscar Romero y, se cree, jugó un papel central para su conversión en voz crítica del país. Romero murió baleado en 1980 y declarado santo en 2018. En Guatemala, los sacerdotes españoles José María Gran, Faustino Villanueva, Juan Alonso Fernández ––como también Maruzzo, Rother y Miller–– fueron asesinados entre junio de 1980 y febrero de 1982. Los catequistas indígenas Reyes Us, Rosalío Benito Ixchop, Miguel Tiu Imul y el niño de doce años, Juan Barrera, fueron perseguidos, torturados y finalmente asesinados por los militares o los comisionados locales, cada uno bajo la misma campaña represiva pero en distintos momentos o fases de la guerra. Desde similares condiciones, otros religiosos decidieron combatir. Ante la creciente represión, varios sacerdotes, monjas y catequistas se alzaron con la revolución o formaron brevivencia de su aldea en la montaña: «En el tiempo [de] esa violencia nos fuimos en los montes a vivir allí y como los soldados y los helicópteros siempre tiran bombas, se van atrás de nosotros. Mi papá se cayó, se golpeó [el hombro]. Todo eso se quemaron esa tierra, tiene milpa aquí. Los comisionados también agarraron esas mazorcas. Ya no tenemos nada para comer. Allí se fueron a pedir ayuda para los niños. Muchos niños han quedado sin padre, sin madre, viuda también». Como fenómeno social centroamericano, el descontento contra los religiosos fue común en los regímenes dictatoriales de Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Algunos permanecieron en sus parroquias después de recibir múltiples amenazas, tomando la decisión de compartir el peligro que corrían sus feligreses. En Aguilares, El Salvador, la muerte del párroco Rutilio Grande en 1977 tocó profundamente 22 Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas cucharon en tres oportunidades los primeros testigos y se fueron agregando los segundos testimonios. Se fue forjando todo esto. Y se fue haciendo como en una tesis, una demostración escrita del fundamento de por qué decimos que hubo persecución a la Iglesia acá en Guatemala». No es la primera vez que se realiza esto. En este país centroamericano la Iglesia Católica ha realizado una enorme labor en términos de memoria histórica y denuncia de la violencia estatal. En 1988, monseñor Juan Gerardi fundó la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, entidad que coordinaría posteriormente la primera comisión de la verdad del país, el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI). El informe recopila en cuatro volúmenes miles de testimonios sobre masacres, secuestros y responsabilidades institucionales acaecidas entre 1960 y 1996 durante la guerra. parte de la resistencia armada frente al genocidio. Tal fue el caso de Gaspar García Laviana, muerto en combate en Rivas, Nicaragua, en 1978, o de los sacerdotes Fernando Hoyos, en Huehuetenango, o de Serge Berten, en la capital de Guatemala, emboscados en 1982 mientras militaban en el Ejército Guerrillero de los Pobres. En este marco de revolución y guerra, el discernimiento llevó a cada uno, desde Miguel Tiu hasta Fernando Hoyos, a tomar decisiones radicales como la época misma, cada uno desde su experiencia y personalidad. Persecución de la Iglesia En 2013, el obispo de la Diócesis del Quiché, Rosolino Bianchetti, envió a Roma una investigación con testimonios juramentados de personas que conocieron a los diez religiosos. Al respecto, Bianchetti explica: «se es- 23 Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas Misioneros del Sagrado Corazón. Después del voto favorable en Roma, el papa Francisco ratificó en enero del 2020 el carácter martirial de la muerte de los catequistas mayas y españoles en Guatemala. No era la primera vez que se declaraba beatos a sacerdotes o catequistas asesinados durante la dictadura. Entre 2014 y 2019, el Vaticano beatificó al sacerdote guatemalteco Hermógenez López, al italiano Tullio Maruzzo, al catequista guatemalteco Obdulio Arroyo y a los estadounidenses Stanley Rother y Santiago Miller. Estos nombres son solo algunos de la larga lista de religiosos y religiosas asesinadas durante la guerra. La beatificación abre no sólo una afrenta política para los regímenes de posguerra sino, también, remueve las interpretaciones de la guerra. En Latinoamérica, los grandes capitales agropecuarios o financieros están íntimamente relacionados con las guerras intestinas en Guerrero, Cauca, Morazán, La Rioja o Quiché. Más allá de la veneración institucional, la beatificación también conlleva un juicio político sobre las fuerzas que llevaron a cabo el exterminio social en Guatemala y Latinoamérica. Este clero, de ala progresista, ha promovido informes diocesanos locales y biografías de catequistas comprometidos con la opción preferencial por los pobres. Un precedente directo a la investigación de los beatos fue el libro Dieron la vida–Libro de los mártires de la Diócesis de Quiché (2003), escrita por el hermano marista Santiago Otero. En el prólogo del libro, el obispo Julio Cabrera relata: «Quiché es por muchos motivos un lugar sagrado […] Con frecuencia mi corazón no podía resistir la intensidad de los relatos que hablaban de tanto dolor. La oración era lo único que me permitía resistir». Mientras los obispos del Quiché iniciaban el proceso de beatificación en 2013, el papa Francisco avaló en Tarragona la elevación a los altares de 522 religiosos asesinados durante la guerra civil española. La persecución de religiosos en España y Guatemala tiene en común un momento de revolución y guerra. Empero, su memoria como mártires brinda lecturas políticas opuestas. Mientras en España muchos religiosos y sacerdotes apoyaron al franquismo y a la monarquía, en Guatemala el ejército calificó a ciertas congregaciones como guerrilleras, entre ellas a los 24 Emil Cioran: visiones críticas nación sino sólo a una ciudad. En cierta medida me siento parisino, pero no francés –sobre todo no francés. (…). Hay dos libros que para mí representan, expresan París. Primero aquel libro de Rilke, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, y luego el primer libro de Henry Miller, Trópico de Cáncer, que muestra otro París que no es el de Rilke, sino incluso su contrario, el París de los burdeles, de las prostitutas y de los chulos, el París del lodo. Y ese es el París que yo conocí: (…) el París de los hombres solos y de las prostitutas. En realidad, ya antes lo había vivido en Rumanía: la vida del burdel era muy intensa en los Balcanes; igual que en París, al menos antes de la guerra (…) cuando llegué aquí sostenía largas charlas con muchas mujeres. Al inicio de la guerra París Cuando llegué a París comprendí de inmediato mi interés por la gente ociosa. Yo mismo soy un ejemplo de lo improductivo: nunca he trabajado, nunca he tenido una profesión, salvo una vez, durante todo un año en Rumanía, cundo enseñé filosofía en Brasov. Era insoportable. Y al mismo tiempo aquella fue la razón que me trajo a París. En su propio más, uno debe hacer algo, pero no necesariamente cuando uno vive en el extranjero. He tenido la dicha de vivir más de cuarenta años como ocioso y, cómo pudiera decirlo, sin Estado. Creo que lo interesante de vivir en París es que uno puede, uno debe vivir aquí como un extranjero radical, de modo que uno no pertenezca a una 25 Emil Cioran: visiones críticas duro. (….). Todos en Rumanía hablaban el francés y otros idiomas, pero yo venía de Transilvania, donde sólo se hablaba alemán o húngaro. Asumí muy seriamente el cambio de lengua; todo lo que he escrito en francés fue reescrito varias veces, como el caso de Las cimas de la desesperación, que retomé cuatro veces. Para mí era verdaderamente un desafío la idea de que debía llegar a escribir como un francés, hacerle la competencia en el manejo de la lengua: una idea tal vez algo loca. (…). De guiarme por mi temperamento, debería haber escrito más bien en español, en húngaro o en ruso. El rigor del francés es incompatible con mi temperamento. Pero esto es también precisamente lo que me atrae de él. vivía en un hotel, no lejos del bulevard Saint-Michel, y allí trabé amistad con una prostituta, una señora ya canosa. Nos hicimos muy buenos amigos; es decir, era muy vieja para mí. Pero era una actriz increíble, con un talento enorme para la tragedia. Casi todas las noches me la encontraba hacia las dos o las tres de la madrugada, pues siempre regresaba tarde al hotel. Era al inicio de la guerra, en 1940 –o no, fue antes, pues durante la guerra nadie podía salir después de medianoche. Caminábamos juntos y ella me contaba su vida, toda su vida, y el modo de que hablaba de todo aquello, las palabras que utilizaba, me fascinaban. (…). Las experiencias que he tenido en mi vida con ese tipo de personas me han aportado más que la relación con los intelectuales. Las mujeres La lengua francesa Coincido con Sartre cuando dijo un poco antes de morir que siempre se había entendido mucho mejor con las mujeres que con los hombres. Ese es mi caso: las prefiero a ellas. ¿Sabe usted por qué? Porque la mujer es más desequilibrada que el hombre. Ella presiente cosas que el hombre ni siquiera llega a sentir. Me di cuenta de que las mujeres se hallaban en general más cercanas a mi manera de escribir que los hombres. Me impresionó mucho cuando leí que Sartre también prefería las conversaciones con mujeres. Cuando un día me preguntaron cómo había podido vivir sin un «oficio», respondí: «porque siempre he sido un chulo». Será una ocurrencia, pero algo de cierto hay tras esa afirmación. «Ser chulo» para mí es un concepto muy universal. Cuando un escritor vive He mantenido una relación muy compleja con la lengua francesa. Cuando comencé a escribir en francés creí que no era una lengua para mí. Con ella me sentía como dentro de una camisa de fuerza. Pero ahora, unos años más tarde, y desde que el francés se viene abajo, me siento en cierta medida ligado al destino de esa lengua desfalleciente. Diría que los franceses no son indiferentes a la decadencia de su lengua, pero la aceptan. Yo no. Y mientras más boicoteada esté por el mundo, más cercana a mí la siento. La razón de esto quizá radique en que todo lo que se pierde, lo que se desmorona, lo que flaquea, ejerce sobre mí un gran poder de atracción. Por eso el aislamiento de esa lengua me fascina. Mi contacto con el francés fue al inicio infinitamente 26 Emil Cioran: visiones críticas con una mujer que lo mantiene, ese escritor es un chulo. Muchos de los escritores respetables que he conocido en París han vivido como parásitos de sus mujeres. En ese sentido, aunque nunca me he casado, yo también he sido un chulo. modo inspirado en la teoría bogomil. Luego me llamó la atención que, en París, después de tantos años, yo haya regresado a mi patria fundamental, al mundo espiritual del Danubio, de Los Cárpatos. La idea de una mística del pre-nacimiento viene de ese mundo, del Oriente. Por mucho que haya querido liberarme de mis orígenes, en realidad mis esfuerzos nunca lo lograron. Todas esas ideas, el maniqueísmo, también la gnosis, o al menos una gnosis algo degenerada, nos llegan en parte de Los Balcanes. Nunca nos liberamos de nuestro origen, de nuestro comienzo. He escrito mucho contra mi país natal; por ejemplo, he afirmado que ser rumano era irrisorio, pero debo al mismo tiempo reconocer que he sido muy fatalista en la vida. El fatalismo es la religión nacional rumana, allí todos Rumanía, lazo con los orígenes Me alejé de mis orígenes, sin embargo, he permanecido profundamente atraído por los bogomiles, esos maniqueos de Los Balcanes, así como por su idea de que el nacimiento es una catástrofe. Fue casi fatal que yo regresara de ese modo inconsciente a mis orígenes. Siempre me atrajo la idea de que no era Dios, sino Satán, un pequeño Satán, Satanael, el creador del mundo. Por eso escribí Aciago demiurgo, de cierto 27 Emil Cioran: visiones críticas no de sentido –esa palabra me repugna un poco–, sino de necesidad. (…). Si yo hubiera sido del todo consecuente conmigo mismo, hubiera terminado no haciendo nada. Sin embargo, al hacer algo me contradije, viví en la contradicción. Aunque toda la vida, así lo creo, está en el fondo condenada a la contradicción. Quisiera contarte algo un poco idiota: cuando visitamos un cementerio –lo que es un hecho banal– y vemos que un amigo, con el que hacía dos o tres días habíamos reído, ha desaparecido sin dejar huellas, ¿cómo podríamos entonces erigir un sistema? ¡Para mí esto es inconcebible! Así ocurrió con un amigo al que quería mucho, un judío polaco, un hombre muy simpático e interesante con el que yo mismo me había reído de todo –era hasta más nihilista que yo–, pero allí, ante su tumba, todo aquello para mí era, cómo explicarlo. Es un hecho banal, son fatalistas en la vida cotidiana y con relación a todo. Entonces uno nunca logra liberarse de sí mismo. Las contradicciones Siempre he vivido entre contradicciones y nunca sufrí por ello. Si hubiera sido un ser sistemático, hubiera debido mentir para encontrar una solución. Ahora, no sólo acepté este carácter insoluble de las cosas, sino que en él hallé, debo reconocerlo, cierta voluptuosidad de lo insoluble. Nunca pretendí allanar, reunir o, como dicen los franceses, conciliar lo irreconciliable. Siempre acaté las contradicciones tal como ante mí se presentaban, tanto en mi vida privada como en la teoría. Nunca tuve un objetivo, nunca insistí en lograr un resultado. Creo que no puede haber ni objetivo, ni resultado, tanto en lo general como en lo individual. Todo lo que existe carece 28 Emil Cioran: visiones críticas todo el mundo ha experimentado esa sensación. Pero cuando uno lo traduce a la filosofía, ¿cuál es la conclusión? Aquí está: hasta el mismo nihilismo es un dogma. Todo es ridículo, carente de sustancia, pura ficción. Por eso no soy un nihilista, porque hasta la nada misma se convierte en un programa. En la base todo carece de importancia. Todo lo que existe se queda en la superficie, todo es posible, todo es drama. Por supuesto que existe el amor. A menudo me he preguntado: cuando lo hemos comprendido todo, cuando todo ha sido penetrado por nuestra mirada, ¿cómo explicamos entonces que nos enamoremos de cualquier cosa? Y sin embargo esto nos ha ocurrido. (…). He aquí lo que de real e interesante tiene la vida. Quisiera terminar esta reflexión con una pincelada optimista: la vida es realmente interesante y atrayente porque por encima de todo carece de sentido. Uno puede dudar absolutamente de todo, uno puede reafirmarse como nihilista, y sin embargo enamorarse como el más grande de los idiotas. Esta imposibilidad teórica de la pasión que, en la práctica, queda desmentida, hace que la vida posea cierto encanto indiscutible, irresistible. Sufrimos, reímos de nuestros sufrimientos, hacemos lo que nos venga en gana, pero esta contradicción fundamental es tal vez finalmente lo que hace que la vida valga la pena de ser vivida. lo crean. Siempre carecí de prudencia, simplemente he dicho lo que me ha pasado por la cabeza. De cierto modo intenté desenmascarar la existencia, por eso me han considerado como un cínico. Pero si he sido un cínico en mi expresión, por lo general no lo he sido en la vida. Y sin embargo debo reconocer el valor del cinismo como un punto de vista taxonómico. Siempre he dicho que uno debe escribir lo que en ese momento vive como realidad, incluso lo que uno no debería decir, por muy penoso, frívolo o insolente que pueda resultar. Cuando escribo algo o cuando reflexiono, no le pongo límites a la expresión del sentimiento de la verdad. Nunca, nunca he pensado en las consecuencias. Y nadie se ha suicidado por mi culpa. Al contrario, he conocido personas que me han dicho: gracias a usted no me suicidé. Y la gente que sufre de depresión al leerme comprende que puede entregarse aún más a su depresión. Para hablar como Kierkegaard, la depresión es un estadio en el camino de la vida. Tampoco tengo la impresión de El cinismo Nunca escribí como un autor, créame, nunca he pretendido la gloria, nunca me he creído un autor y no soporto tampoco que los otros también se 29 Emil Cioran: visiones críticas hace que hoy día sólo encuentre placer con la lectura de sus cartas, pues en ellas aparece como lo contrario de lo que él mismo es en sus escritos. En ellas vemos a Nietzsche tal cual fue en realidad: un pobre tipo. Todos esos héroes, aquellos héroes del pensamiento que desempeñan un gran papel en sus libros, toda esa gran ilusión me resulta igualmente falsa. Aunque sea genial, y esto es obvio, en cierta medida Nietzsche no es verídico. Para mí el verdadero Nietzsche están en sus cartas. Por eso me desvié de una gran parte de su obra. Nietzsche se dotó a sí mismo de una Weltanschauung, de una concepción del mundo. No se liberó de sus ideas ni de sus proyectos, sino que permaneció dependiente de ellos y esclavo de sus ideas. Para mí nunca pasó a ser un hombre libre, al menos en sus libros. Quizás exagere un poco, pero tengo la impresión de estar en lo cierto. Nietzsche fue el héroe de mi juventud, pero ya no lo es. Aun siendo genialmente mordaz y cínico, lo hallo cada vez demasiado juvenil para mí, demasiado cándido. que he llevado a cabo, si así puedo llamarla, una carrera «negativa». Y por lo demás, sepa usted, todo da igual. ¿No es así?. El pesimismo Dicen que soy un pesimista. ¡No es cierto! Esas categorías escolares son grotescas. Sé con exactitud qué es el pesimismo. Pero como usted acaba de afirmar, existe una diferencia fundamental entre el pesimismo como sistema y la experiencia cotidiana del pesimismo, que nace simplemente de la experiencia de ser un ser vivo. No se puede ser pesimista de la vida, pues la vivimos, no tiene sentido. Somos como todos, y hablo aquí de cosas vividas. Me dediqué a hacer la apología del escepticismo y también la del pesimismo, pero esto no es lo importante. Lo importante está en lo que vivimos, en lo que experimentamos y en el modo en que lo experimentamos. Nietzsche Durante mi juventud, Nietzsche ejerció una enorme influencia sobre mí. Ya hoy me siendo muy lejos de él. ¿Por qué? Porque él construyó su propia teoría. Nietzsche tiene un ideal, una idea del hombre, del valor en función de la cual escribió, trabajó, elaboró, toda su obra. La impresión de que todo esto no era sino algo falso se fue formando en mí progresivamente. Como profeta o analista –aunque haya pretendido ser una analista no dejó de ser un profeta– Nietzsche quiere «aportar» algo absoluto, pretende crear algo, desempeñar un papel dentro de la cultura, etc. Esto Los alemanes Nietzsche nunca expresó su experiencia de la vida; sólo tenía una idea en su mente: hay que superar, superar, superar –y esto en el fondo es muy alemán. Quizás este haya sido el error fundamental de los alemanes y del pensamiento alemán. De ahí que la historia alemana sea un naufragio sinigual, una catástrofe, pues los alemanes han querido construido su propia historia. Les falta la sabiduría: han tenido genio, pero ninguna sabiduría. No viven ni la historia, ni la misma vida; 30 Emil Cioran: visiones críticas bastante bien, puedo comer lo que desee, puedo viajar, etc., en fin, mi vida ha pasado a ser de cierto modo más segura, y esto ha proyectado grandes sombras espirituales sobre mí. Antes, en París, vivía al día, pero era espiritualmente más fresco, más joven también, y –como es obvio– era otro hombre. Nunca sabía qué sería de mí al otro día. Viví veinticinco años en hoteles, siempre fui como un animal, como una bestia salvaje. La seguridad representa un peligro increíble sobre el plano espiritual, como lo mismo una salud perfecta es una catástrofe para el espíritu. El intelectual, o digamos, el escritor, debe conservar la sensación de que sólo tiene el suelo para poner los pies. Si comienza a instalarse, como diría, si llega a establecerse, está perdido. Hacemos una obra, nos convertimos en un gran escritor, somos «alguien». Todo eso es deplorable. La inseguridad es una absoluta necesidad. Un escritor cuya vida llega a ser segura es un escritor perdido. siempre han querido construir, erigir. Y en filosofía esto no puede llevarse a cabo sin mediante el sistema. Que todo deba ser homogéneo, resulta –diría yo– un pecado idiota, una tara. Los alemanes son demasiado sistemáticos, han experimentado y se han construido una historia sistémica, con sus debidas consecuencias. Los alemanes siempre han estado por fuera de la vida. Hay algo irreal en todo el destino alemán. De hecho, han sido por lo demás un pueblo trágico que, de tan serio, nunca ha llegado a reírse de sí mismo. No existe la ironía alemana. Han escrito sobre ella, pero nunca la han experimentado o practicado –sólo han hablado y han pensado en ella de un modo abstracto. Ahí está el origen del naufragio alemán. A fin de cuentas, cuando pensamos que la nación alemana era la más genial de Europa, o en todo caso la mejor dotada, concluimos ante el fracaso de una nación que llegó a caer tan bajo, un fracaso sin comparaciones que no es sólo el de la Segunda Guerra Mundial, sino ya antes, tras la Primera. La historia y el espíritu alemán de cierto modo han estado del otro lado, pues ambos fueron pensados de una manera demasiado sistémica, sin sabiduría. España Debo decirle que siento un profundo amor por España, el único país literalmente poseído por la obsesión de la decadencia. Algo que le llegó muy temprano, tras la Conquista, tras la gran época y el fin de las conquistas. Luego vinieron dos, tres siglos dominados por la idea de la decadencia, lo que llegó a ser el concepto central de la historiografía española. Por eso siento una enorme debilidad por España y por eso ella ejerce sobre mí tanta fuerza de atracción. Antes de la guerra quería ir a España para escuchar los cursos de Ortega y Gasset, y quizás también para La ventaja de la inseguridad Al distribuir toda su fortuna, Wittgenstein se liberó de ella espiritualmente. Sepa una cosa, desde un punto de vista espiritual me iba mucho mejor y vivía de un modo más intenso, cuando sólo poseía un pequeño baúl y dos trajes, o incluso uno solo, durante todo un año. Actualmente no soy rico, pago pocos impuestos, gasto poco, pero vivo 31 Emil Cioran: visiones críticas con la ayuda de las palabras. Considero esto altamente deshonesto. No niego que Heidegger haya sido un genio, pero también lo considero como un estafador. En lugar de darle solución a los problemas, se conformó con mostrarlos, creó palabras, desplazó los conflictos y les dio respuesta –como diría– con una producción de vocabulario. Para mí, Heidegger era realmente demasiado ingenuo, aunque al mismo tiempo haya sido astuto como un campesino. Era un hombre, me atreveré a decirlo, inconscientemente taimado. establecerme. Solicité una beca en España y esperé la llegada de alguna respuesta. Luego estalló la guerra y mi vida tomó otro sentido. De no haber ocurrido la guerra tal vez me hubiera convertido en un español y hubiera permanecido allí por el resto de mis días. El hecho de que un pueblo tan extraordinario como el español experimente a tal punto la conciencia de la decadencia ha repercutido en mí. Siempre me llamaron prodigiosamente la atención los pueblos que han dejado escapar su destino. Ocurre también con los alemanes, quienes nunca tuvieron la historia que creyeron haber merecido. Con un Bach, un Hegel, un Kant, e incluso un Holderlin, Alemania debería haber poseído otra historia. Nunca llegó a ser lo que debía ser. Me gusta esa dimensión patética de la historia. Nunca me ha interesado Inglaterra como destino: es un país que no tiene destino, lo mismo que en el fondo le ocurre a Francia. Pero Alemania sí tuvo ese destino, algo así como un genio que nunca llegó a realizar. Los aforismos y la novela Todo lo que he escrito es un resultado –los aforismos no los escribí de inicio como aforismos: escribo una página, luego lo desecho todo y comienzo nuevamente. Para escribir una novela se necesita escoger detalles. Pero a mí no me interesan los detalles, siempre voy directo a la conclusión. Si hubiera escrito una obra de teatro, comenzaría en el quinto acto, pues ya en el inicio comienzo a descubrir el final. Con esta concepción de las cosas uno no puede escribir un libro, ni practicar las Bellas Letras, ni ningún género literario. Es por esto que no soy un escritor, soy un, no sé, un hombre del fragmento. Heidegger Heidegger creyó demasiado en las palabras. No resolvió las dificultades, simplemente pasó por encima de ellas 32 33 LETRAS 34 Poemas de Francisco Nájera PENSAMIENTO CON DEDICATORIA Pienso para ti este pensamiento pensamiento que refleja lo que pienso sin semejarlo jamás y sin pensarlo puro pensamiento absoluto sólo para ti todo tuyo para ti 35 Poemas de Francisco Nájera aún cuando tu apenas si comienzas a pensarlo a percibirlo a a la luz de la luna la tierra con sus valles montañas los ríos el mar que incesante viene y va en sus olas allí donde todo descansa la arena / la espuma el temblor de la noche del cuerpo que es ella que es siempre ajena / la altura el olvido la nube la cubierto por la luz azulada el recuerdo su forma 36 Poemas de Francisco Nájera allá siempre allá escenario su forma escena rio que alumbra el deseo su cuerpo escena rio el deseo escena rio que se ofrece a la lengua con sus ritmos / sus formas en la luz que azulada son aquí la memoria / el origen la nada alucinatorio el retorno a los gozos (¿monstruosos?) / al origen de su propia ¿unidad? en la nada actuación (¿por la lengua? ¿en el texto?) que nos lleva / devuelve a este espacio 37 Poemas de Francisco Nájera absoluto que no ha sido / y que nunca Hemos visto marchitarse las últimas flores Las criaturas necesitan cumplir su propia ley ¿Qué ambición absurda me ha apartado de mí? En la oscuridad las voces no dicen ya más Apenas si susurran El cielo negro aún Ni un jirón de nube Bajo la luna el patio blanco El tiempo siempre un ahora Al alba un filo de luz Un leve viento Las hojas silenciosas Húmedas por el rocío Parecieran despertar ¿Ha pasado la vida? ¿Las constelaciones que nunca se encuentran? Ahora estamos aquí A mitad de la noche Sentados solos frente a la oscuridad ¿Cómo es que hasta aquí hemos llegado? ¿Cuál ha sido el camino? Hay montañas a nuestro alrededor ¿Cuál ha sido pues el camino? 38 Poemas de Francisco Nájera EL VERDUGO para Gabriel W. Y cuando lo puse en la cruz, le pedí perdón, como siempre hago, y él me llamó hermano, y aunque no pude comprender por qué es que me llamaba hermano, sentí como si verdaderamente fuera su hermano. Nunca he podido olvidar sus ojos, la forma en que me miró en esos momentos, cuando con su voz apagada me dijo ¡Hermano! Antes de sacarlo de la celda había tenido que azotarlo, había tenido que golpearlo, vejarlo, y su cuerpo estaba lastimado, herido, hinchado, deforme. Su cuerpo que sangraba. Y cuando empezamos a caminar por las calles apenas si podía sostenerse en pie, así que tuve que sujetarlo, ayudarlo, aún tomar la cruz en algunos de los trechos de su camino. Y cuando por fin llegamos al cerro lo puse en la cruz, y cuando ya lo había clavado a ella lo alcé con algunos soldados para que la gente pudiera verlo, y todos gritaron y aplaudieron. Y estaban felices. Nunca había yo visto tal júbilo ante una ejecución como ésta. Y todos le gritaban insultos y se burlaban de él y le decían que hiciera uno de sus tantos milagros y que se bajara de la cruz y que curara su cuerpo y caminara. Que subiera a ese cielo que era el de su padre. El tenía los ojos cerrados así que no veía a quienes se regocijaban así con su sufrimiento, con su muerte. Y algunos de ellos le habían hecho una corona de espinas y se la habían puesto en la cabeza. Y ahora la corona se le veía torcida y le hacía sangrar aún más la cabeza. Pero cuando él levantó la cara al cielo y abrió los ojos y en medio de la sorpresa y el temor de todos gimió con gran fuerza ¡Padre! ¡Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?, una profunda oscuridad descendió sobre el mundo y la tierra se sacudió y el sol pareció derramar no luz sino una sangre sucia, corrompida. 39 Poemas de Francisco Nájera Entonces el cuerpo del crucificado pareció aflojarse y todos supimos que ese hombre que estaba clavado en la cruz había, finalmente, muerto. Y la gente empezó entonces a dispersarse llena de un desasosiego inexplicable y yo me senté allí, sobre unas piedras, a los pies de la cruz, y cuando levanté la cabeza pude ver la de él doblada sobre su pecho, y la cara toda ensangrentada, ahora completamente inmóvil. Decía que era el hijo de Dios, ¿pero qué Dios hubiera deseado una muerte así para uno de sus hijos? Yo, que fui su verdugo, le vi morir esa tarde allí, en ese lugar que llamamos el Gólgota, Cerro de las Calaveras. Le vi colgado sin vida de la cruz en la que yo mismo le había clavado. No. No podía ser el hijo de ningún Dios. De eso estoy yo ahora seguro. EL ENCUENTRO de elena p. Yo venía cansado, los zapatos cubiertos de lodo y el morral encarnándoseme en la espalda. Había caminado mucho. Un hombre pasó en su carreta y se detuvo. Con trabajo subí y me senté a su lado, El tenía la boca seca y agrietada en las comisuras. Las ruedas de la carreta se hundían en la tierra sobre la que daban vuelta lentamente. Pensé que tenía que hacer un esfuerzo y empecé a balbucear algunas palabras. El me contestó por no dejar, y así fue que seguimos. Y de pronto, en medio del sol que nos quemaba, de nuestra ropa sucia y maloliente, algo blanco, muy dulce, nos fue atravesando, y nos comunicamos cosas sencillas, e inesperadas. Como cuando el camino parece un espacio muy tierno y verde. Yo era un forastero y sólo pronuncié unas cuantas palabras que fui sacando de mi morral, pero que eran como las suyas, y nada más las fuimos cambiando unas por las otras, las suyas 40 Poemas de Francisco Nájera por las mías. El me miró a los ojos y repentinamente el mundo se entregó al silencio. Llegamos por fin al pueblo donde había un único mesón. Cuando bajé de la carreta él empezó a buscarse en los bolsillos, a voltearlos con inquietud, reteniéndome con sus ojos. Buscaba a su alrededor como esperanzado, mirando al campo, al cielo. De pronto, todas las arrugas de su rostro ennegrecido, todos esos surcos ahondados por el sol y la tierra, me sonrieron. De no sé dónde extrajo un papelito y acariciando con su gruesa mano mi rostro tartamudeó mientras me lo entregaba –Ya sé. Te voy a regalar mi nombre. Llevan biblias, fotos, escapularios, talismanes, cartas, oraciones, pero también recordatorios y consejos –«No vayas a llorar» «No vivás fuera de tus sueños» «Mantenete siempre bien despierta». Los que ahora duermen han cruzado vastos caminos. Antes caminaron hacia algún ¿refugio? Cruzaron calles solos o en compañía de otras. Ahora atraviesan estas tierras yermas. Chingadas tierras –dice alguno. Hojas secas se anudan en una maraña. Ramas secas se quiebran en lo oscuro. Los que aún siguen van, 41 Poemas de Francisco Nájera van hacia ese otro sitio, otro lugar, en busca de su sueño. Caras a un cielo a oscuras niñas niños labios partidos caras requemadas agrietadas. el viento castiga días y noches los cuerpos, tiesos y tibios como casi cadáveres, alineados sobre los techos de los vagones el tren avanza sobre las vías junto a un muro de metal el hombre a cargo de los que van cuenta sus cuerpos don siete cuerpos el viento silba ulula y se lleva los ruidos que en la noche llenan las cuencas blandas de los oídos Abajo el suelo es un desierto pardo Arriba el cielo inmóvil es azabachado Desierto irreal bajo la niebla marrón al amanecer el tren se desliza rechina se detiene por completo cuerpos rápidos tratando de hacerse invisibles bajan las escaleras Uno a uno se forman junto a la pared dos tres cuatro cinco diez 42 Poemas de Francisco Nájera corren al lado de los rieles rápidos casi invisibles con cuerdas ganchos escaleras de maderas ansias oraciones trepan pasan por encima de la pared y caen al otro lado Cuando la lluvia amainó exhaustos empapados aliviados nos tumbamos panzarriba con las bocas abiertas tratando de atrapar las últimas gotas de la lluvia Uno de nosotros se incorporó y empezó a hablar Antes teníamos que ganarnos nuestros nombres –dice– se nos daban cuando habíamos ya madurado teníamos que ganárnoslos poco a poco nombres que no eran secretos pero que sólo podían ser pronunciados por quienes eran de nuestras familias porque el nombre merece todo respeto porque el nombre es como el espíritu el destino de cada una de nuestras gentes luego la muchacha comenzó a caminar hacia cada uno de nosotros susurrándonos en una oreja nuestro verdadero nombre cada uno de nosotros sonriéndose en la oscuridad agradecidos por el don que habíamos recibido luego iniciamos nuevamente el camino a lo largo de los cerros a través de este desierto que nos devora que nos destroza. Se extiende en torno nuestro el desierto amplio inmutable inescrutable 43 Poemas de Francisco Nájera El tren avanza en dirección poniente paralelo al largo muro metálico. El sol se alza inmensa atrás de una cordillera El suelo bajo las ruedas es blanco marrón salpicado de espinas basura piedras extrañas. El tiempo el horizonte una larga línea sin sentido el aire como una ventana rota por algún pájaro ¿Mamá? estamos bien no se preocupe vamos ahora en camino y la extraño Han pasado muchas cosas pero recuerdo las piedras que tirábamos en la laguna cuando todavía estaba allá y mis hermanos me golpeaban y mis hermanas me cuidaban Cuando llegue no me va a dar miedo escalar ese muro y después brincar desde arriba Le prometo que al llegar a las casas más allá del desierto que voy a llamar al abuelo para que me vaya a buscar y me lleve a su casa Nos detenemos bajo el cielo del desierto a la espera creyendo ver los rostros de nuestras madres de nuestros padres de los hermanos y las hermanas con la mente toda llena de arena Hemos caminado y hemos corrido cruzando campos y ríos siempre a escondidas siempre a la espera siempre en vela sobre vagones de trenes mirando siempre un cielo vacío Aquí la luz es incandescente y el tiempo ha perdido todo sentido 44 Poemas de Francisco Nájera Caminamos con los ojos semicerrados y así vemos oímos esperamos llenos de angustia nuestros estómagos Arriba pasa un avión que va hacia otros lugares ciudades pueblos ríos piedras animales las cordilleras interminables semejan cicatrices Aquí, entre arena, tratando de no perdernos vamos en fila Negros nubarrones se forman sobre el desierto allá a los lejos ¿los ves? se preguntan unos a los otros Allá a lo lejos los pájaros también águilas tal vez ¿las alcanzas a ver? Y sí, dice un niño y sí, dice otra las vemos ahora aunque no alcancemos a oírlas ¿por los sonidos que nos rodean? por los sonidos en nuestras cabezas el aleteo de muchísimos pájaros el repicar de algunas campanas el galopar de caballos que están acercándose y no sabemos si también oímos el ruido de todos los muertos aquí en el desierto el sonido de todos sus gritos de todos sus huesos enterrados aquí y nosotros aún caminando sin nunca detenernos sin parar ni un minuto o segundo el calor cada vez más pesado chicloso el sol cada vez más picante pintando unas como sombras chiquitas alrededor de las cosas los cactos las piedras los huesos los sonidos 45 Poemas de Francisco Nájera Se oyen las voces de hombres en otra lengua Ni policías ni militares Son vigilantes Cuidan su muro Imponen su ley Su color su separación Un disparo suena muy cerca y luego otro más lejos y entonces una ráfaga de pronto alguien grita ¡corramos! Y todos corren entonces por donde pueden hacia donde se puede algunos caen al suelo algunos con balas en las espaldas en las cabezas, en las piernas sus pertenencias ensangrentadas derramadas sobre la tierra los demás siguen corriendo en la distancia hay nubarrones hacia el norte Como nosotros buscan la luz Galveston Brownsville Los Fresnos El Paso Nixon Canutillo Conroe Harlingen Houston Corpus Christi lugares donde miles de niños indocumentados se encuentran encerrados 46 Poemas de Francisco Nájera centros de detención cárceles miserables De esto no se habla que simulan ser escuelas refugios Corpus Christi Houston Harlingen Conroe Canutillo Nixon El Paso Los Fresnos Bronxville Galveston ¿Y qué de las cárceles en Arizona? ¿O en los otros estados? 47 Poemas de Sofía Herrera Batres Temporal Siempre que veo la lluvia raíces se ahondan en mi vientre. Se entierran en lo más profundo. Es entonces cuando me preparo para florecer. Fin del viaje Este no es el sueño que soñé, me desperté en un campo de espinas. Navegué sin mapa y a oscuras no llegué al paraíso del que tanto me hablaban. 48 Poemas de Sofía Herrera Batres Pero llegué a tierra firme. Tiene ventanas que tiemblan, puertas abiertas, sonrisas brillantes, comida caliente, ladridos pequeños, y carcajadas de campanas. Le llamé hogar. Poeta Escribirme, rimarme, tocarme y disfrutarme, entre otras cosas que el tiempo en soledad me ha dejado hacer. Deshacerme, retorcerme, erigirme y levantarme desde las cenizas en donde yo misma me había dejado. Son demasiadas las luchas contra mí que he perdido y el doble de las que me he ganado a la vieja yo. 49 Poemas de Sofía Herrera Batres Entonces, me habito, me consuelo, me deslumbro, me abrazo me protejo, me fecundo, me nazco, me beso, me respiro, me dibujo, me escribo. Me nombro. 50 Poemas de Blanca Álvarez I Corto Un ladrillo a orillas de una azotea. Un amanecer. Ruidos de lluvia, risas de niños, la caída de hojas en otoño, risas de hombres y mujeres al mismo tiempo, rayos solares atravesando los dedos de una mano, risas de mujeres, un arcoíris en el cielo, vapor después de una caída de lluvia, alguien respirando el mejor olor de su vida, risas de ancianos, sonidos de animales, sonido de alguien marcando una tarjeta de salida laboral, ruido de tacones subiendo una escalera, sonido de alguien corriendo y resoplando, la voz de un niño llamando a un juego infantil, risas de hombres, ruido de una olla cocinando una comida, la tetera, cafetera, licuadora, alguien sorbiendo el mejor milkshake de su vida, la voz de un niño diciendo papá, la voz de una niña diciendo mamá, el último aliento de alguien diciendo; lo siento, el llanto de un recién nacido. Un suspiro. Un atardecer. 51 Poemas de Blanca Álvarez II Madre Transito por la zona olvidada de los recuerdos. Resbala entre mi nariz el olor de los libros apilados por desidia. Corto los candados de las ventanas de madera y caen los sellos de la nostalgia de los años acumulados. Se abre el escenario para recorrer con mis ojos sus trenzas brillosas hechas con las manos añejas en libertad. Me arrodillo y desparramo gemidos pues encuentro intacto el juguete de trapo semejante a un caballo, con cuadritos azules bordados con lana de los colores perdidos por el tiempo, pero vivos e intactos con la felicidad anegada por los momentos vividos cuando festejábamos su vida terrenal. La vida es una poza profunda que funciona inconvenientemente para el que queda. Como una rueda que no deja de girar el dolor deriva con disparidades de accidentadas variaciones. Para desconcertarnos en momentos esenciales sin disipar las dudas instaladas de cómo podemos existir solo con el fundamento del tiempo. Han pasado doce inviernos y aún añoro escuchar su contagiosa risa sonora. 52 53 ENTREVISTA 54 Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en las masas populares que pedían armas para defenderlo» Rafael Gutiérrez Han transcurrido 60 años desde el derrocamiento del régimen de Jacobo Árbenz. 27 de junio de 1954, fecha aciaga en la que da inicio una sucesión de mezquindades, crímenes, horrores y frustraciones que, hasta el día de hoy, el proceso histórico no ha logrado soterrar. Casi todos los actores y circunstancias políticas de la época han desaparecido. Salvo la CIA, cuyo protagonismo hoy sigue brillando estelarmente en el escenario de las intervenciones norteamericanas. No se trata, ciertamente, de apelar de nuevo a la memoria quejumbrosa del suceso histórico o de hacer el obituario acostumbrado «a la década primaveral». Sin embargo, el trauma, la obsesión nacional, pezuña de fuego en la frente de nuestra historia, doblón funerario con el que echamos a andar hacia la región de los muertos, o como se le quiera llamar, todavía está allí. Un hecho es indiscutible: las conquistas y aspiraciones colectivas del pueblo guatemalteco sólo alcanzaron cabal realización en el marco de los diez años de la Revolución de Octubre. Después vino la infamia, ésa «que marcó la derrota del más importante proyecto que desarrollo que ha tenido Guatemala en el siglo XX», en palabras de Edelberto Torres-Rivas. Fue justamente con este 55 Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo» camente por la arrogante amenaza del embajador Peurifoy. Lo que no puede dejar de recordarse es lo que significó en la historia latinoamericana la renuncia de Árbenz. Ningún programa de desarrollo económico con independencia política volvió a tener éxito en el clima de la política exterior norteamericana. Ningún proyecto nacionalista con apoyo popular hasta que llegó la Revolución Cubana. En Guatemala, la renuncia de Árbenz fue, primero, la bancarrota injusta del movimiento de las masas que lo apoyaba con fervor. Marcó también la derrota del más importante proyecto de desarrollo que ha tenido Guatemala en todo el pasado siglo XX. Pero hay algo más: los diez años de gobiernos revolucionarios iniciaron, tardíamente en el reloj latinoamericano, el reemplazo del Estado liberal oligárquico por un poder moderno y desarrollista. Aún peor, dejó intactas las raíces de la clase terrateniente, esa oligarquía cafetalera que sesenta años después, con hipócritas afeites faciales, todavía apoya las políticas de atraso y exclusión. Es como si la historia se hubiese interrumpido. RG: Fuera de los circuitos de discusión e interpretación académica, se percibe hasta hoy una maraña de acontecimientos y actores detrás de la caída del gobierno arbencista: La Compañía Frutera (UFCO), Ejército guatemalteco, oligarquía terrateniente, Agencia Central de Inteligencia (CIA) expansionismo soviético, Reforma Agraria, Movimiento de Liberación Nacional, Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y hasta se dice, en fin, que la renuncia del propio Árbenz fue sugerida y redactada por José Manuel Fortuny, uno de los más sociólogo centroamericano nacido en Guatemala, investigador asociado a FLACSO y consultor en PNUD y quien, a la sazón, «era un joven activista descentrado de 20 años» —hoy es uno de los más profundos conocedores sobre política y sociedad de la región—, con quien conversamos en torno al 54. Rafael Gutiérrez: Más allá de las condenas o absoluciones, ¿es pertinente a estas alturas (o abismos) de nuestra historia, continuar hablando en torno a esa fecha, —domingo 27 de junio, nueve de la noche de 1954—, día, mes, hora y año de la renuncia de Jacobo Árbenz Guzmán, presidente constitucional de Guatemala? Edelberto Torres-Rivas: La pertinencia de la fecha es indiscutible. Acaso no importa el día ni la hora. Tampoco la anécdota que hizo que los compañeros de promoción, íntimos amigos y compadres de Árbenz, los coroneles Díaz y Sánchez, se dejaron dominar psicológi56 Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo» activos dirigentes del partido comunista y cercano colaborador del presidente derrocado. Después de más de medio siglo, a quiénes les corresponde el papel estelar, digno de figurar en los anales del oprobio. ETR: En el escenario donde se produjo la caída de Árbenz hubo marionetas, actores con carne o de papel, títeres, comediantes y personalidades fuertes. Tal como ocurre en los momentos dramáticos de las coyunturas críticas, ellos representaban a cabalidad los intereses en juego. La opacidad de la historia se vuelve entonces transparente, las máscaras caen, la ceremonia y el símbolo se vuelven brutales gestos, palabras y actitudes que no necesitan interpretación. La figura, central, sin duda, fue Árbenz, que mantuvo en ese momento un difícil equilibrio como revolucionario y como militar. No confió en las masas populares que pedían armas para defenderlo. Cerca de él estuvieron varios dirigentes comunistas, pero no el PGT. Fortuny tuvo la clarividencia del fracaso cuando una semana antes planteó a la Comisión Política del Partido si no se habría ido demasiado lejos. Y renunció a la Secretaría General como consecuencia de una desmoralización que forma parte del mismo ánimo que le permitió redactar la renuncia de Árbenz. Frente a éste, el personaje duro, siniestro, imperial, fue John D. Peurifoy, embajador norteamericano que gustaba vestir traje militar y pistola al cinto, visible por lo grande, cuando cumplía funciones diplomáticas. Como es bien sabido, fue la presión que ejerció como una conspiración palaciega en las filas del ejército lo que produjo el desenlace. El grupo mercenario de Castillo Armas era, según lo relata Cullather, un «ejército» autoderrotado. Fue una víctima de la CIA y no de la UFCO. RG: Jacobo Árbenz El rojo y Carlos Castillo Armas El pelele. ¿Así tan dicotomía fue la cosa? ETR: No hay comparación alguna. 57 Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo» Árbenz personifica la derrota, ciertamente. Castillo Armas, ni antes ni después, fue el actor que lo enfrentó. No fue un ganador. Su gestión como presidente y su asesinato forman parte de una historia gris, que hoy día debe ser analizada más responsablemente. RG: Los gobiernos gringos, siempre tan optimistas y amigables ellos (política del Buen Vecino, política de puertas abiertas y demás sandeces. A la postre, la historia nos lo ha enseñado, Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses), echaron a andar dos operaciones encubiertas, que contemplaban no sólo el derrocamiento de Árbenz sino la eliminación física de sus cercanos funcionarios: PBFortune y PBSuccess. ¿Qué hubo detrás de este aparato conspirativo? ETR: Todo lo que sugiere esta pregunta tiene que ser visto en una perspectiva precisa y directa. Aquí no hay margen para la especulación ni para versiones ideológicas de la historia. Guatemala fue una víctima de la Guerra Fría. Una víctima menor. Cuando la prensa inglesa informó el escándalo mundial que produjo la acción de la CIA, el primer ministro Winston Churchill rugió: « yo jamás había oído de este maldito lugar de Guatemala hasta que llegué a los 79 años». El clima de la Guerra Fría subió de temperatura en los años cincuenta, y corresponde a los que los historiadores de ese período llaman «el primer momento del enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS». La Guerra Fría fue en sus orígenes un duelo mortal, militar, de la naturaleza del juego «suma/ cero» en el que no cabe la noción del empate. Fue un enfrentamiento de dos potencias militares, pero también de dos sistemas de organización de la vida social y económica, dos políticas y dos ideologías. Luego, el duelo cambió de naturaleza, cuando la disuasión nuclear convenció razonablemente a todos que en una guerra atómica la única ventaja, de quince o veinte minutos, la tendría la potencia que primero soltara los misiles. Vivirían unos momentos más. En este clima de histeria anticomunista, las dos primeras acciones encubiertas de la CIA fueron exitosas: derribaron al Dr. Mosadegh, primer ministro de Irán, del partido progresista Tudeh y enemigo del Sha y meses después al coronel Árbenz, sin partido político, y enemigo de la Frutera. PBFortune y PBSuccess fueron puntos a favor del anticomunismo, necesitado de fortuna y éxito. 58 Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo» jaula animal, o la de Saddam Hussein, con el rostro sucio, el pelo revuelto y la lengua de fuera, como una imagen inhumana del mal. A Árbenz lo odiaba la CIA a tal punto que las fotografías de Arabella, desnuda, tiempo antes de su suicidio, la hizo circular sin explicación alguna. ¡Era la hija de Árbenz! Su exilio, el de un derrotado, fue doloroso y solitario, igual que su muerte, que se ensombrece con la duda de si fue un accidente o un suicidio. RG: Hay quienes sostienen que tarde o temprano, con la CIA o sin ella, el ejército guatemalteco hubiera derrocado a Árbenz por la orientación progresista de sus reformas. ETR: Lo que no ocurrió en el pasado también puede ser objeto de análisis. Tiene mucho de especulación, de prognosis al revés. Pero en este interés por predecir lo que no sucedió las ciencias sociales han desarrollado la metodología de lo que llaman análisis contrafactual. Por ejemplo, en el segundo centenario de la Revolución Francesa, varios historiadores escribieron lo que habría sucedido en Europa si no hubiese habido un Napoleón. Es éste un terreno abierto para el juego de la imaginación, pero no un juego libre sino acotado por RG: Imágenes de una biografía de la desesperanza: Árbenz humillado y en calzoncillos mientras sale del país. Luego la errancia del caído por México, Praga, Francia, Uruguay, Cuba. El suicidio de su hija Arabella. La recriminación encarnizada por la derrota, el ensimismamiento, el tormento culposo. La muerte, finalmente, en una bañera de su departamento en Ciudad de México. Salvo algunos libros, pocos es cierto, cuál es la razón por la cual no existen textos reivindicativos o, en todo caso, ceñidos a una dimensión humana. ¿Por qué tanto vituperio, tanto escarnio, tanta saña con el personaje? ETR: Ciertamente el recorrido biográfico de Jacobo Árbenz se vuelve oscuro y trágico. Pudo haberlo evitado si retrocede cuando Peurifoy le exigió, como condición para dejarlo en el poder, el fusilamiento de 20 cuadros políticos, sindicales e intelectuales que la CIA había escogido. Se negó con altivez, pero la lealtad a sus convicciones explica la humillación de ponerlo en calzoncillo y distribuir su foto por todo el mundo. Su figura anticipa con años las otras imágenes, la de Abigael Guzmán, el Presidente Gonzalo, exhibido en El Callao, con un colorido traje de rayas tras una 59 Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo» volucionario habría sido sustituido por otro de carácter conservador. En el primer caso, la revolución se habría autoconsumido, mientras que en el segundo, el programa modernizador se habría desechado. La síntesis de este razonamiento es que por los determinantes de la Guerra Fría, en clave anticomunista, la Revolución de Octubre habría terminado de todas maneras. Con un entierro de lujo, tal vez, en el primer caso, en un tiradero de cadáveres, en el segundo. RG: De 1954 a 1996 más de 250 mil muertos, 50 mil secuestrados, un millón de desplazados, 75 mil viudas, 300 mil huérfanos, 400 aldeas arrasadas. ¿Qué más puede agregarse a este dato espeluznante que nos dejó casi como Comala, la región de los muertos de Juan Rulfo? ETR: Esta es una pregunta cargada de ácido mortal. En algún momento escribí sobre lo ocurrido en Guatemala, en Centroamérica, como revoluciones sin cambio revolucionario. Terrible destino el nuestro porque estamos vivos, y el ejemplo de Comala tal vez no es el mejor, pues Pedro Páramo no sabe quiénes están vivos y quiénes muertos. Quizá el mejor símil sea el del Ensayo sobre la Ceguera, en donde Saramago hace que convivan todos porque tienen en común que todos sean ciegos. No sé si sea la mejor imagen. Pero las cuotas de dolor y muerte pesaran mucho tiempo en ésta y la otra generación. las circunstancias del época. ¿Cuál era el destino de la revolución después de Árbenz? De nuevo, en el ambiente envenenado de la Guerra Fría, se habrían presentado dos candidatos militares a las elecciones de 1957. Ambos anticomunistas pero con diversas vergüenzas. El coronel Carlos Enríquez Díaz, por las fuerzas «democráticas» y sin el PGT y Carlos Castillo Armas, por la amplia oposición reaccionaria, con fuerte apoyo financiero norteamericano, como ocurre todavía hoy día. Si hubiese ganado Castillo Armas, el programa re- 60 61 ARTE 62 Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos Luisa González-Reiche adquirido de juntarnos, y en el que inevitablemente se juntan también muchas otras cosas: otros tiempos, otros espacios y materialidades. Comenzamos haciendo planes concretos de trabajo que incluyen lecturas y discusión de ideas, junto con la activación de un método que persigue notar los efectos que esos encuentros, con todo y sus enredos sociomateriales, producen; buscar, generar y notar «modelos de interferencia, no imágenes reflejas1» para luego dejarnos llevar por la experimentación. Jugar a figuras de cuerdas2, es decir, generar experiencias de enredarse-con por medio de la fabulación y posibilitar for- Enredos y relaciones Es viernes en la tarde y el ambiente parece haberse calmado. Como si el barullo de la semana y las exigencias de la rutina finalmente cuajaran y se abriera un portal de oportunidad para pensar y hacer a otro ritmo, para generar otro tipo de encuentros. Quedamos a las cuatro con Hellen. Nos hemos conectado por Zoom, cada semana al inicio y luego cada quince días —yo en Guatemala y ella primero en Wisconsin y luego en Maryland— por un año. El portal que se abre no es más que el espacio-tiempo que coproducimos en el compromiso 63 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos mas de relación distintas. «On Attachments:/ On E: / What E is Eh / What E is eeeee / and what E is fingers intertwined / On X: / What X is shhh / What X is gone / What X is change3». [Sobre las adhesiones: / Sobre la E: / Que E es Eh / Que E es eeeee / y que E es dedos entrelazados/ Sobre la X: / Que X es shhh / Que X está ausente / Qué X es cambio.] Hellen me pide que elabore una serie de trenzas utilizando los diez dedos de mis manos, soltando una hebra 64 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos que entonces está tejiendo en varios de los lienzos de gran tamaño que prepara para su exposición personal en el museo de Cincinatti. La traducción de la expresión ¿Achike’ Rub’anön Ak’u’x?, en kakchiquel, ha invitado a Hellen a ampliar su sensibilidad mientras trabaja en el telar de cintura, una práctica encarnada en la que no sólo su corazón es atendido sino también el del tejido. Entonces es posible escuchar el latir del lienzo y atender a la materialidad sin imponerle un fin preestablecido, el entramado registra (con los hilos pero también los cuerpos que mantienen en tensión el telar) y muestra lo que el proceso requiere, las respuestas que busca9, es decir las prácticas de responsabilización que pone en marcha. «Nada se va a desplegar para nosotras a menos que nos dirijamos hacia aquello que nos parece nada», anota Alice Fulton10. El corazón del tejido (Ruk’u’x kem11) hace a Hellen como tejedora, la está haciendo constantemente. La habilidad, dice Tim Ingold, es el sentido de control que alcanzamos con la práctica prolongada frecuente12. Es un control compartido; registros que verifican agenciamientos sostenidos, dan fe, cultivan y renuevan confianzas. Acciones iterativas, en las que la materia está ya siempre entrelazada, que moldean el cuerpo y lo orientan13. Los hilos se enredan con Hellen pues son parte de su paisaje de conocimiento14. De manera similar lo hacen los pigmentos, las texturas, los patrones y las palabras, los elementos material-semióticos con los que trabaja a diario, la práctica de sensibilidad que orienta la inclinación de Hellen al mundo. En esto consiste la técnica, no como medio sino como cada vez de cada lado y cambiando el patrón cada tanto. Me guía paso a paso y acompaña con sus propios dedos. «Ritmo de dar y recibir4» en el que me entreteje con su práctica y con la práctica de los hilos, en la que se produce una entonación. «Nuestras investigaciones deben estar en el eco (…). [Ser] capaces de expandir nuestras aptitudes sensibles, (…) [para] devenir (…) tremopoetas tranquilos, músicos de acordes sinestésicos, inventores de historias verdaderas por venir5». Ha hecho lo mismo previamente con sus padres: les ha acompañado en la elaboración de trenzas y ha registrado el proceso, uno en el que se activan otros enredos, incluyendo memorias, expresiones de frustración y, sobre todo, risas. El reflejo de un árbol detrás de una ventana se entrelaza con el rostro de su madre y el baile de las hebras y los dedos en una pantalla. Hellen amarra las hebras al dedo gordo de su pie y se va inclinando levemente hacia este, sentada en el suelo, conforme trenza. Los hilos y sus dedos expanden su cuerpo o, más bien, producen un ensamblaje maquínico que permite que el cuerpo se desterritorialice6. «En los hilos encontré» se lee una de sus obras recientes, conformada por cinco lienzos. Con los hilos se producen encuentros y los encuentros siempre generan algo más: efectos y afectos, un fenómeno, un corte —maquinan. ¿Qué conexiones estamos propiciando con otras formas de vida? ¿A quiénes o a qué estamos escuchando? «No estés triste», escribe Elena Garro, hallarás el hilo, y hallarás la araña7». En una de nuestras primeras sesiones, Hellen trae a la conversación la pregunta «¿Cómo está tu corazón?8», 65 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos En el trabajo de Hellen Áscoli las palabras son ya siempre materia (aunque en realidad no existe nunca significado que no se materialice). Como se lo han dicho desde un inicio las tejedoras kakchiquel con las que aprendió el oficio, tejer es siempre tejer mundo. «¿Kach’on k’uxaj? ¿Cómo corazón?, ¿how heart?, ¿who heart?, ¿where heart?16. Many ears hear heart. ¿How is your heart?» se lee en los lienzos fotografiados en el museo de Cincinatti. Los mundos que se activan en los telares implican las relaciones entre cuerpos/materias, al lenguaje y sus posibilidades de malentendido. Al jugar con palabras homófonas, Hellen pasa de traducir a hacer entrar grafías que reconfiguran las relaciones que son sus obras. La práctica de conocer, subraya Karen Barad, no es exclusivamente humana sino asunto del mundo haciéndose inteligible17. La materia también escribe. En ese sentido, es posible pensarcon sus procesos y los registros de aquellos encuentros plasmados en los tejidos, los videos o las fotografías ya no en una práctica artística como la que ha producido y colaborado en perpetuar la construcción de fronteras a partir de la idea de la representación: la creencia de que es posible colocarse fuera del mundo y que existe una diferencia entre éste y lo representado así como entre un sujeto y el mundo objetivo. La obra de Hellen tiene menos que ver con la significación simbólica que con «modos potenciales de saber, relacionarse y atender a cosas que de alguna manera ya están presentes (…) en un estado de potencialidad y resonancia18». Ella expresa que entiende la traducción en sus posibilidad de producción, virtualidad entendida como potencialidad. Es el conocimiento de ciertas técnicas, en su capacidad desocultadora, lo que moldea la atmósfera en la que la práctica es posible. Hellen anota: «Si tuviera que hacer una síntesis diría que el trabajo con el telar de cintura se ha convertido totalmente parte de la manera como veo las relaciones. Tomo prestada una idea de Haraway: importa con qué herramientas pensamos. De modo que muchas de las fotografías, los videos, los objetos, las grabaciones se sienten conectadas tanto a mi cuerpo como a un lugar y esas conexiones tienen voces claras15». En su devenir, la práctica del telar le da forma a ella. Lo plantea así el título de una de sus exposiciones: «El telar me hizo tejedora» (2016). 66 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos tejidos como la «propiocepción de las palabras» y que «usa la poesía como herramienta para la traducción y para entender la relación entre el lenguaje y los objetos». Y agrega: «Mi uso de lo simbólico surge y crece desde lo material y no se impone a este19». Hellen trae cuatro imágenes: tres fotografías de la artista estadounidense Ann Hamilton y el fragmento de una ilustración miniada de los ojos de Santa Lucía, sujetados por la mano en la santa en la forma de dos flores a medio marchitar, y nos ponemos a escribir a partir de lo que estas imágenes nos evocan. Cada una re-acciona (a) las imágenes y luego comparte con la otra en voz alta, la otra anota las palabras o las atmósferas producidas por ellas, conforme las va pescando. Luego cada una arma algo nuevo con que la otra le ha entregado. Escribo: «Mirar con la lengua y palpar con los párpados, / sostener entre los dedos el tronar de las ramas / movidas por el viento / y percibir con los dientes el juego de un niño. / Notar y anotar sin miramientos. / Describir, enlazar, hablar tocando las lenguas de otrxs». Y ella: «Esperando la tierra con pestañas en los pies // ¿Esa palabra es vestuario de qué concepto? / La guerra suspende los sentidos // Un día de neblina nos da la claridad de que el cielo es un concepto impuesto por el hombre. El cielo es todo aquello que empieza donde la tierra termina. // I find myself responding like Cooper, / A low growl at any distant sound. / Protecting this territory that is mine, but most importantly also yours. / I have a tendency to over identify with pain…». Ann Hamilton, Santa Lucía, Hellen y yo nos hacemos máquina, una de la que también la pan67 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos aspecto del mismo proceso evolutivo por el cual adquirimos la competencia en las habilidades que son adecuadas según el tipo de vida concreto que llevamos23». Un proceso en el que los componentes no humanos con los que nos relacionamos juegan un papel también central. La manera como las relaciones se configuran producen cuerpos y mundos no solo de manera discursiva sino también material. El telar de cintura de Hellen es un campo relacional en continuo despliegue. Anota entonces: «On looms: It matters what fingers extend our touch/ It matters what touch touches our touch: It matters that the back strap loom beats softer. It matters that the back strap loom has heavy and dense hair. It matters that the back strap loom has two X’s. It matters that the back strap loom has 4 selvedges. It matters that the back strap loom has a continuous warp. It matters that the back strap loom24. «[Sobre los telares: importa qué dedos extienden nuestro tacto / Importa qué tacto toca nuestro tacto: importa que el telar de cintura lata suavemente. Importa que el telar de cintura tenga un cabello pesado y denso. Importa que el telar de cintura tenga dos X. Importa que el telar de cintura tenga 4 orillos. Importa que el telar de cintura tenga una urdimbre continua. Importa que el telar de cintura…] La manera en que Hellen intra-actúa25 con la materialidad de su mundo, y los diferentes devenires que se producen, tiene que ver con esa conciencia, una disposición a estar alerta a las conexiones que genera y se generan a su alrededor, a notarlo todo y con ello la riqueza de sus manifestaciones. Las atmósferas generadas por sus grabaciones de audio acogen de talla que hace posible nuestro intercambio es parte: estamos siendo, en cada sesión, intervenidas y enredadas con cables submarinos de cobre, policarbonato, poliestireno y fibra óptica; con el plástico que compone la mayor parte de nuestros aparatos electrónicos, el poliuretano, el silicio y otros metales. El hecho de ser dos mujeres guatemaltecas, blancas, nacidas en la ciudad en los años ochenta y que tuvieron la oportunidad de estudiar arte en el extranjero, si bien en diferentes circunstancias, influye en la manera en que nos relacionamos y nos identificamos con las experiencias y las memorias de la otra y la forma como ahora, en nuestras conversaciones se conectan y producen efectos particulares, incluyendo cómo nos comunicamos y los cortes agenciales20 que activamos (producción de límites) en esta práctica materialdiscursiva de indagación que estamos desarrollando. Todo sucede siempre en alguna parte y, como dice Haraway, «los seres asociados ontológicamente heterogéneos devienen lo que son y quienes son en una configuración del mundo semiótico-material relacional. Naturalezas, culturas, sujetos y objetos no preexisten a sus configuraciones entrelazadas del mundo21». Hellen agrega: «Cada tejido está íntimamente relacionado al cuerpo que lo sostiene. Su urdimbre es del ancho de mis caderas, su largo equivale a mi altura, sus diseños están espaciados por los hilos que puedo sostener en mi mano. Lleva la memoria a través del tacto un sentido de proximidad. Elijo usar materiales que revelan vestigios de cuerpos que alguna vez estuvieron allí22». Ingold apunta que «el crecimiento del cuerpo es un 68 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos «Two quotations mark the space, a blinking line holds it as I wait for the spider to speak./ This morning in the shower, in the corner I am sure something was said as I dropped the soap. Something was in fact put in my ear. A vibration was there buzzing away all day. Quick towel off and down to the basement to weave, waiting for a blinking line to start the words. Nothing. /Was nothing said? / Like a child who is certain god spoke to them but has no way to access such foreign languages. Angry at the lack of understanding they wipe it away with a kitchen towel29». [Dos comillas marcan el espacio, una línea parpadeante lo sostiene mientras espero a que hable la araña./ Esta mañana en la ducha, en el rincón, estoy segura de que algo se dijo cuando dejé caer el jabón. De hecho, algo fue colocado en mi oreja. Una vibración estuvo allí zumbando todo el día. Me sequé rápidamente con la toalla y bajé al sótano para tejer, esperando a que una línea parpadeante comenzara con las palabras. Nada. /¿No se dijo nada? / Como un niño que está seguro de que Dios les habló pero no tiene forma de acceder a esas lenguas desconocidas. Enojados por la falta de comprensión, lo limpian con una toalla de cocina.]. La preocupación por la espacialidad desde pequeñas arquitecturas, como contenedor, como hospitalidad, como refugio, canasto y vestuario, también se extiende a la problematización de los espacios de conservación y de exposición. Estos últimos resultantes de arreglos sociotécnicos que se materializan y adquieren significado de maneras particulares, a veces problemáticas, como el extractivismo cultural propio de las la misma manera que los capullos que hizo hace algunos años. «La respuesta a la confianza de la mano tendida: pensar debemos26». Exploraciones perceptuales como aprendizaje Las arañas son «cantantes silenciosas, sus poesías se escriben sobre telas, hojas, ramas, y hacen eco con los granos de polvo que bailan, con el viento, con vibraciones terrestres, ondas telúricas y eventos cósmicos. Todo les habla y todo escribe con ellas desde tiempos inmemoriales27». En la obra de Hellen todo se teje, se entrelaza: hilos, pigmentos, troncos, agua, reflejos, la vida, la muerte, las palabras y sus sonidos en diferentes lenguajes y sus reverberaciones. Una canasta se convierte en tres canastas conectadas, redes abrazan su cuerpo para acompañarlo en la exploración de la montaña, un telar de varios lienzos se vuelve cobijo para un ramo de flores mientras éstas se van marchitando, instrumentos cotidianos conforman un nuevo enredo en el jardín de su casa, fajas tejidas cuidadosamente envuelven las bases de árboles cortados. Kathleen Stewart dice que esos elementos cotidianos activan afectos ordinarios y que «lo ordinario es un ensamblaje cambiante de prácticas y de conocimientos prácticos, una escena tanto de vitalidad como de agotamiento, un sueño de escape o de la vida simple. Los afectos ordinarios son variados, capacidades en aumento de afectar y ser afectados que le dan a la vida diaria la cualidad de un movimiento continuo de relaciones, escenas, contingencias y emergencias. Son cosas que pasan28». Y Hellen: 69 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos pecies (la cochinilla a la que le debemos el pigmento carmín deja también su registro y con ello plantea su propia exigencia, su llamado). El arte entendido como prácticas de sensibilidad puede invitarnos a pensar en qué mundos participamos, qué mundos habitamos y qué mundos nos habitan. Estas prácticas participativas pueden ser capaces de replantear la manera como construimos saberes y prácticas. Bastaría, parece, escuchar con atención. «On sound:/ What songs we sing / What hums we hum / What lips we whistle32». [Sobre el sonido: / Qué canciones cantamos / Qué tarareos tarareamos / Qué labios silbamos.]. En el 2009 Hellen pinta un autorretrato sobre una página de Rilke en la que se lee, a través de la transparencia del pigmento: «Dése siempre la razón a usted mismo y a su sentir, contra todas esas estipulaciones, disquisiciones e introducciones: aunque no tenga razón, el natural crecimiento de su vida interior le llevará, despacio y con el tiempo, a otros reconocimientos». Desde entonces la artista tiene casi una decena de exposiciones individuales, entre ellas una muestra personal en el museo de arte contemporáneo de Cincinnati, y participa en numerosas exposiciones colectivas en Guatemala, México, Brasil, España, Grecia, Estados Unidos y Reino Unido. En los primeros años, y sobre todo a su regreso a Guatemala luego de graduarse de una maestría en Bellas Artes y Escultura, Hellen se va encontrando con más cuestionamientos que herramientas para trabajar. Aquello que ha aprendido en Chicago y lo que le brinda un sentido de seguridad o certeza parece chocar con las prácticas prácticas artísticas contemporáneas (la temporalidad capitalista30), pero también en la disección practicada por la arqueología y sus museos, la mesa autópsica31 de la vitrina y las exposiciones de trajes típicos. Enredos irresponsables que Hellen ha conocido desde dentro. En la práctica del telar de cintura, como terreno de investigación, la sensibilidad se está ampliando constantemente para poder notar y atender y luego responsabilizarse. Hellen sabe que en esa práctica, que incluye el encuentro de otros cuerpos con la obra en espacios expositivos, se es ya siempre partícipe, que en esa confluencia se están ya también produciendo mundos, historias de devenir-con, enredados con otras materias, tiempos, espacios y es70 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos con las que se encuentra. Pronto, dice, se siente frustrada. Se da cuenta que los aprendizajes obtenidos en su formación artística no son suficientes: le falta desarrollar el Na’, cuenta. Na’ en tzotzil33 se refiere a estar preparados y presentes en la vida y, al mismo tiempo, tiene que ver con la práctica habitual y el aprendizaje constante. «Significa estar mental, física, emocional y espiritualmente preparada. Un conocimiento del corazón. Mi cuerpo estaba reuniendo, re-aprendiendo mi lugar dentro del paisaje guatemalteco. Mi atención en el telar de cintura, que había aprendido a los 10 años en el colegio, se renovó», apunta34. En los años siguientes viaja por el país, rueda en montañas para com- prender la propiocepción (el sentido de localización como los experimenta el cuerpo); aprende de niños con autismo acerca de los procesos sensoriales y la integración, colabora con expertos en educación especial de quienes aprende a comunicar instrucciones de manera no verbal y sobre el movimiento y el ambiente de terapeutas de la danza. «Mientras mi cuerpo iba situándose, los hilos comenzaron a organizarse35», subraya. Durante ese tiempo también descubre que en las comunidades de tejedoras, las niñas de 8 años aún no aprenden a urdir pero sí a observar. Es la mirada atenta por medio de la cual las generaciones se entretejen para desarrollar el entendimiento. Se trata de 71 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos acompañar a quien hace caminar observando sus pasos más que ponerse en sus zapatos36; una visión encarnada más que una visión mediada. La misma Hellen ha ampliado su entendimiento acompañando, observando y comprometiéndose en amplias conversaciones con la poeta maya kakchiquel Negma Coy, con quien colabora en varios proyectos. Hellen dialoga, se implica y se multiplica con la práctica cotidiana de mujeres mayas y busca entrelazarse con esa energía que acarrea un huipil (como se entiende desde la cosmovisión maya) sin apropiarse de ella, sin hablar por ella. Como dice la investigadora y docente maya kakchiquel Aura Cumes, se trata de «escucharse mutuamente, pensar juntos e intentar caminar juntos en esta búsqueda de nuevas formas de vivir y de convivir37». La escucha nos permite atender a los hilos y sus historias, la memoria que guardan. Es una escucha que también significa aprender a respetar los silencios y el secreto, desarrollar la conciencia de dónde se está y dónde no, dónde se puede entrar o no. Cada una de las piezas con las que trabaja constituye para Hellen un proceso de indagación sin cierre, una búsqueda permanente que la embruja. Invocar fantasmas «Todas las arquitecturas, todos los gestos, son recipientes de memoria, una sumatoria de experiencias intuitivamente tabuladas por el cuerpo, el cuerpo que persigue una memoria», apuntaba el texto de la exposición Pensando desde mi cuerpo, realizada en 2015 con el artista norteamericano James 72 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos Sullivan38. Para Hellen el dibujo es la memoria de un acto o de un gesto. El cuerpo recuerda cosas que la mente no, por eso es necesaria la remembranza. Re-membrar no significa regresar a un pasado en la manera que sucedió sino la reconfiguración material del espaciotiempo para producir nuevas aperturas e historias posibles39. Ya en 2014 Hellen escribe: «Tomar, / Dejar / Ausencia presente / Voltear / Tomar turno / Cargar / Querer / Entre / Los espacios entre / Nuestros cuerpos40». Y en otra parte anota: «La memoria es la insistencia de recordar41». En los procesos creativos también se enredan los recursos emocionales y sensoriales de quien los pone en práctica, parte de sus experiencias previas; otras temporalidades se hacen ya siempre presentes. Lo que ha quedado atrás o ha sido excluido regresa. En uno de nuestros intercambios con Hellen llamamos espectros y fantasmas a esas maneras que tiene lo ausente de hacerse presente. Los fantasmas muestran —hacen algo perceptible— sin trucos: lo que aparece no es una copia ni una apariencia de algo sino una presencia material, una exigencia, un llamado a la justicia. El repaso de determinadas memorias —registros trazados en papel, en erosiones en una estructura, en la sequía de un suelo, en el pigmento extraído de un mineral o un insecto, en señales químicas o eléctricas, en instrucciones codificadas en ácido nucléico, en una pieza colgando en el clóset— actualizan espaciotemporalidades particulares. Y los fantasmas, como descubrimos en esas sesiones en las que nos volvemos mediums, también crean vínculos entre sí, se entrelazan. «On grief:/ It matters what bodies we embody with / It matters what bodies we use to remember other bodies / It matters what presence we use to feel an absence / It matters what absence we feel when another is present42». [Sobre el duelo:/ Importa qué cuerpos encarnamos / Importa qué cuerpos usamos para remembrar otros cuerpos / Importa qué presencia usamos para sentir una ausencia / Importa la ausencia que sentimos cuando alguien más está presente.]. «Pareciera que la nostalgia es el regalo que nos hace un país marcado por la muerte», me dice Hellen. La nostalgia, retornar al dolor, nutre también el resentimiento, la capacidad de re-sentir, volver a sentir, ampliar las capacidades afectivas. Dicha sensibilidad nos acerca a la muerte de maneras que también pueden, no exentas de dolor, hacer surgir algo más, sostener diálogos atemporales y seguir ampliando nuestras capacidades de relación, liberar potencias, conectar, ensamblar, abrirnos, sin 73 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos persiguiendo. Tres años después Hellen reúne por meses colchones que encuentra abandonados en las calles de Madison, como en los que dormían aquellas niñas, y el año pasado escribe, tras intentar encender durante toda una tarde una serie de velas en medio de la nieve, «Cold snow burns/ We tried in the negative temperature to set the ice on fire / No / thing /caught». [La nieve fría quema / Intentamos prender fuego al hielo en la temperatura negativa / Ninguna / cosa / atrapada]. Hablar de la muerte es siempre hablar de la vida, referirse al vacío es ya siempre entrelazarse con multitudes. «Una cacofonía de gritos susurrados, jadeos y llantos, una multitud infinita de seres indeterminados difractados a través de diferentes espacio-tiempos, la nada, está ya siempre dentro de nosotros, o más bien, vive a través de nosotros (…). La indeterminancia no es una falta, una pérdida, sino una afirmación, una celebración de la plenitud de la nada46». Luego de dos años de reunirnos a conversar, pensar y hacer juntas en un intercambio guiado por la hospitalidad que caracteriza a sus tejidos —la acogida de sus capullos—, las prácticas de sensibilidad de Hellen me siguen cautivando, enredando; con razón dice Haraway que «las obligaciones corporalmente éticas y políticas son infecciosas47». En ese espaciotiempo organizado por la tecnología, y del que no somos participantes inocentes, también he podido ver y escuchar el ritmo en el que Hellen Áscoli teje mundos, sin límites —en tierra, sin tierra, cien tierras— desde una honestidad existencial en constante expansión y la responsabilidad de quien se sabe ya siempre tejida con la materia. telos y sin captura; entrelazarnos de otro modo. «Recuerden que no sólo lo viviente tiene historias para contar43», escribe Despret y Haraway agrega: «La tarea del palabrero de los muertos es traer a los muertos al presente, y así hacer posibles una vida y una muerte más respons-hábiles en tiempos por venir» y que «la práctica de las artes de la memoria envuelve a todos los bichos terrenos44». La pérdida nos une, es cuando nos perdemos, cuando sentimos que nuestros lazos se rompen, que recordamos que no estamos solos, que nunca fuimos individuos; volvemos a sentir(nos). Notamos así que las pequeñas tecnologías, como el telar de cintura, nos hacen. Que éstas son contenedores de historias generalmente ligadas a prácticas de coleccionar, dar, compartir, resguardar o encontrarse. Colección de cosas que olvidamos olvidar. Tecnologías como el morral, el mecapal, el petate, el tecomate (tecnologías que no tienen nada que ver los actos de dominación masculinista de la high technology), son parte de historias entrelazadas en permanente despliegue, sin origen ni resolución determinada desde un afuera o por un alguien particular. Tecnologías o artefactos útiles, como dice Ursula K. Le Guin, para contar la historia de la vida45. En el 2017, tras el suceso en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en el que murieron quemadas más de 40 niñas, Hellen invita a acercarse a diversas mujeres que se encuentran en parque central para bordar en una serie de mantas las palabras «Lo siento». En esta práctica se conforma un espacio de encuentro y de duelo colectivo. La memoria de aquellas niñas la sigue 74 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos Referencias bibliográficas Confluencia Nuevo Baktún, El Ütz’ilaj Kaslemal - El Raxnaquil Kaslemal: «El Buen Vivir» de los Pueblos de Guatemala. Guatemala: Instituto HEGOA, 2014. Donna Haraway, Las promesas de los monstruos: Una política regeneradora para otros inapropiados/bles. Política y Sociedad, 30 (1999). Madrid (pp. 121 - 163), 1999. Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. Gilles Deleuze y Felix Guattari. Mil mesetas, Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pro-Textos, 2015. Jazmina Barrera, Punto de Cruz. México: Almadía. Jacques Derrida, Seminario La Bestia y el Soberano, Vol. I. Buenos Aires: Manantial, 2002. Karen Barad, Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of Matter and Meaning. Durham: Duke University Press, 2007. Karen Barad. On Touching, The Inhuman That Therefore I Am. Differences: A Journal of Feminist Cultural Studies. Vol. 25, no. 5. Brown University. 2012, P. 218. DOI:10.1215/10407391-1892943 Karen Barad, Troubling time/s and ecologies of nothingness: re-turning, re-membering, and facing the incalculable. New Formations: A Journal of Culture/theory/politics. Lawrence & Wishart. Volume 92, 2017. pp. 56-86. DOI: 10.3898/NEWF:92.05.2017 Kathleen Stewart. Ordinary Affects. Durham: Duke University Press, 2007. Patricia Greenfield, Weaving Generations Together: Evolving Creativity in the Maya Chiapas. Santa Fe: SAR Press, 2004. Peter Osborne, Anywhere or Not at All Philosophy of Contemporary Art. Londres: Verso Books, 2013. Sarah Ahmed. Orientations Matter. En Coole, D. y Frost, S. (Eds.). New Materialisms: Ontology, Agency and Politics. Londres: Duke University Press, 2010. Terremoto. «Hellen Ascoli: Cien Tierras» en Contemporary Arts Center, EUA. Entrada de Blog en Terremoto. 12 de agosto, 2021. Disponible en: https://terremoto.mx/online/ hellen-ascoli-cien-tierras-en-contemporary-arts-center-eua/ Tim Ingold. «Tres en uno, cómo disolver las distinciones entre mente, cuerpo y cultura». En Sanchez-Criado (Ed.), Tecnogénesis: La construcción técnica de las ecologías humanas. Vol. II. Madrid: AIBR, 2008. Ursula K. Le Guin, The Carrier Bag Theory of Fiction. En Dancing on the Edge of the Word: Thoughts on Words, Women, Places. Nueva York: Grove Press, 1989. Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. Notas the frustrations it presented me.» [Es importante mencionar que creo que las herramientas contribuyen en cómo nos comprometemos con el mundo. Los materiales «responden» y nos enseñan sus limitaciones y usos. Al hacer esta pieza lo más importante fue aprende cómo tejer en telar de cintura, como montarlo y sentirme cómoda respondiendo a las frustraciones que me presentaba]. 10 Alice Fulton, citada por Karen Barad, Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of Matter and Meaning. Durham: Duke University Press, 2007. P. 39. 11 Las tejedoras se refieren al corazón del telar de cintura para nombrar el palo separador que se coloca al centro durante la elaboración del lienzo. 12 Tim Ingold. «Tres en uno, cómo disolver las distinciones entre mente, cuerpo y cultura». En Sanchez-Criado (Ed.), Tecnogénesis: La construcción técnica de las ecologías humanas. Vol. II. Madrid: AIBR, 2008. 13 Sarah Ahmed. Orientations Matter. En Coole, D. y Frost, S. (Eds.). New Materialisms: Ontology, Agency and Politics. Londres: Duke University Press, 2010. 14 Ídem. 15 Traducción de: «If I had to make a more succinct statement I would say that working with back strap loom has now fully become a part of the way I see relationships. Borrowing a thought here from Haraway what tools we think with is important. So, a lot of the photos, videos, objects, recordings feel attached to both my body and a place and those "attachments" have clear voices.» Frase compartida en un documento digital titulado Attachments que Hellen colocó dentro de una carpeta digital que compartimos. Marzo, 2021. La referencia es Haraway es de 1 Donna Haraway, Las promesas de los monstruos: Una política regeneradora para otros inapropiados/bles. Política y Sociedad, 30 (1999). Madrid (pp. 121 - 163), 1999. P. 125 2 Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. 3 Fragmento de texto en documento digital titulado Attachments que Hellen colocó dentro de una carpeta digital que compartimos. Marzo, 2021. 4 Donna Haraway. Op. Cit. P. 32. 5 Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 14. 6 Gilles Deleuze y Felix Guattari escriben que «un agenciamiento maquínico está orientado hacia los estratos, que sin duda lo convierten en una especie de organismo, o bien en una totalidad significante, o bien en una determinación atribuible a un sujeto; pero también está orientado hacia un cuerpo sin órganos que no cesa de deshacer el organismo, de hacer pasar circular partículas significantes, intensidades puras». Mil mesetas, Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pro-Textos, 2015. P. 10. 7 Citada por Jazmina Barrera en Punto de Cruz. México: Almadía. 8 Me comenta Hellen que esta pregunta le llegó a través de la voz de Negma Coy. 9 En una nota compartida, Hellen escribe: «It is important to mention that I believe that tools contribute to how we engage with the world. Materials «speak back» and teach us their limitations and uses. In making this piece the most important thing was to learn how to weave on a backstrap loom, how to set it up and feel comfortable responding to 75 Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Op. Cit. 16 Hellen deja el signo inicial de interrogación a propósito en las preguntas en inglés. La obra a la que me refiero formó parte de la exposición Cien tierras, 2021. 17 Karen Barad, Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of Matter and Meaning. Durham: Duke University Press, 2007. 18 Kathleen Stewart. Ordinary Affects. Durham: Duke University Press, 2007. P. 3. 19 «Translation is the proprioception of words . I use poetry as a tool for translation and understand the relationship between language and objects. // My use of the symbolic arises and grows from the material and is not imposed on it.» Attachments. Marzo, 2021. Énfasis añadido. 20 Para Karen Barad, los aparatos (por ejemplo, equipos o materiales utilizados en un estudio) activan cortes agenciales que producen límites determinados y propiedades de «entidades» en los fenómenos. «Es solo por medio de intra-acciones agenciales específicas que los límites y propiedades de «componentes» en fenómenos son determinados y que esas articulaciones particulares adquieren un significado». Barad, 2007. P. 148. 21 Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P. 36. 22 «Each weave is intimately related to the body it harnesses,» she writes. «Its warp is the width of my hips, its length mirrors my height, its designs are spaced by the threads I can hold in my hand… It carries memory through touch, a proximity sense. I choose to use materials that reveal vestiges of bodies that were once there.» «Hellen Ascoli: Cien Tierras» en Contemporary Arts Center, EUA. Entrada de Blog en Terremoto. 12 de agosto, 2021. Disponible en: https://terremoto.mx/online/hellen-ascoli-cien-tierras-en-contemporary-arts-center-eua/ 23 Tim Ingold. «Tres en uno, cómo disolver las distinciones entre mente, cuerpo y cultura». En Sanchez-Criado (Ed.), Tecnogénesis: La construcción técnica de las ecologías humanas. Vol. II. Madrid: AIBR, 2008. P. 28. 24 Hellen Áscoli, Attachments. Inédito. Marzo, 2021. Fragmento. 25 Intra-actuar no es lo mismo que interactuar. La interacción presupone el encuentro entre dos o más entidades independientes que permanecen igual tras el encuentro. Como lo demuestra la física y filósofa de la ciencia Karen Barad, este no es nunca el caso: toda materialidad (incluidos los cuerpos humanos y no humanos) se afecta mutuamente, generan fenómenos, en una dinámica de intra-acción. Es por ello que es posible decir que la materia tiene agencia, la agencialidad es lo que el encuentro entre materias (nunca independientes) activa. 26 Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P. 67. 27 Vinciane Despret. La investigación de los acúnenos. En Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 13. 28 Kathleen Stewart. Ordinary Affects. Durham: Duke University Press, 2007. Pp. 1 - 2. 29 Hellen Ascoli. Fragmento en documento digital titulado Acúnenos que Hellen colocó dentro de la carpeta digital que compartimos. Diciembre, 2021. 30 A partir del planteamiento de Peter Osborne en Anywhere or Not at All Philosophy of Contemporary Art. Londres: Verso Books, 2013. 31 Jacques Derrida desarrolla en el Seminario La Bestia y el Soberano, Vol. I (2002), un análisis de la relación entre las prácticas de conservación y de disección como proceso de construcción de límites entre lo humano y lo no humano (donde también se coloca a las personas subalternizadas). 32 Hellen Áscoli. Attachments. Inédito. Marzo, 2021. Fragmento. 33 Lo recoge así Patricia Greenfield en Weaving Generations Together: Evolving Creativity in the Maya Chiapas. Santa Fe: SAR Press, 2004. 34 Hellen Ascoli, The Body and the Transmission of the Back-Strap Loom. Notas para una conferencia impartida en 2020. 35 Idem. 36 Adoptó esta expresión a Christian Kroll, quien la pronunció en un intercambio académico reciente. 37 Confluencia Nuevo Baktún, El Ütz’ilaj Kaslemal - El Raxnaquil Kaslemal: «El Buen Vivir» de los Pueblos de Guatemala. Guatemala: Instituto HEGOA. P. 7. 38 Galería Sol del Río, 2015. 39 Lo plantea así Karen Barad en Troubling time/s and ecologies of nothingness: re-turning, re-membering, and facing the incalculable. New Formations: A Journal of Culture/ theory/politics. Lawrence & Wishart. Volume 92, 2017. pp. 56-86. DOI: 10.3898/NEWF:92.05.2017 40 Sobre la obra El Tercer Espacio 41 Nota en la carpeta compartida con imágenes que documentan la visita a la tumba de su hermano. 42 Hellen Áscoli. Attachments. Inédito. Marzo, 2021. 43 Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 14. 44 Donna Haraway, Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. Pp. 114 -115. 45 Ursula K. Le Guin. The Carrier Bag Theory of Fiction. En Dancing on the Edge of the Word: Thoughts on Words, Women, Places. Nueva York: Grove Press, 1989. 46 Karen Barad. On Touching, The Inhuman That Therefore I Am. Differences: A Journal of Feminist Cultural Studies. Vol. 25, no. 5. Brown University. 2012, P. 218. DOI:10.1215/10407391-1892943 47 Donna Haraway, Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P. 177. 76 77 COMENTARIO 78 El peligro de estar cuerda Rosa Montero Editorial Seix Barral, 2022 Páginas, 360 Comentario de Isabel Díaz Sabán Rosa Montero es lo que podría decirse una autora consagrada. Escribe una columna en el diario El País de España y en general escribe sobre la vida de la mujer contemporánea, sin sermonear ni adoctrinar, asume el respeto y la valía que la mujer debe tener por ella misma y parte de allí para abordar una amplia temática. Montero es autora de una serie de publicaciones perio- dísticas y literarias que han obtenido importantes reconocimientos. Este artículo se ocupa de reseñar su última publicación, El peligro de estar cuerda, que fue editada bajo el sello de Seix Barral y lanzada en abril de 2022. Como muchas obras artísticas fue producida al abrigo 79 inquietante de la pandemia, pero su génesis se localiza un poco más atrás, un año antes cuando la madre de la autora falleció y aunque no se diga explícitamente, sin duda también contribuyó al texto una Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda condición anímica que claramente motiva su temática. El amable lector pensará encontrar en las siguientes líneas un compilado crítico de las ideas del nuevo volumen, sin embargo, es mi deber advertir que se tratará más bien de una relación de ellas, en parte como hace Montero, de las experiencias del escritor — como un ser genérico— y las batallas que ha librado consigo mismo a través de la historia de la literatura. La estetización de la memoria es la primera estación que consideraremos, la necesidad de expresar lo propio, del atrevimiento de desenmascararse a sí misma en un libro a través de una autobiografía. En este tipo de textos prima la ambigüedad, aquella generada por la verdad que se considera propia y que a menudo difiere de lo percibido por los otros alrededor. En el caso de El peligro de estar cuerda se trata de un espacio de reconstrucción de la memoria individual, en la que se configura un sujeto autobiográfico que al mismo tiempo es ficcional. La autora hace una relación figurativa entre el yo de la infancia, la juventud y su edad actual (71 años), pero no como un simple relato, sino de la mano de las teorías que consideraremos más adelante. El lector deberá recordar que la narrativa de un escritor que hace periodismo puede llegar a ser demasiado literaria, al mismo tiempo que un periodista que escribe literatura puede presentar una narración un tanto menos figurativa y más fluida e insistentemente acuñada con datos que aportan veracidad. Por lo anterior es resaltable decir que según establece la autora, las bases de este libro están conformadas por teorías científicas sobre la mente o tal vez el alma humana, pero no de una persona cualquiera, sino la del escritor. Así que el lector encontrará tanto en el libro, como en el presente artículo, repetirse esta temática a partir de las circunstancias personales de los escritores y la resonancia que logran en el mundo, esa a la que llamaremos sus obras. Aunque poco se sabe sobre la historia de la condición mental de la humanidad, porque hemos pasado naturalmente del pensamiento mágico a la religión, al culto del conocimiento y ahora a la digitalización e incluso a trasladar nuestra sociedad a mundos virtuales, es hasta hace muy poco que la Psicología como una ciencia salió 80 al paso para estudiar la mente. Podría decirse que las últimas generaciones han sido particularmente vulnerables a las afecciones de la mente, o tal vez es que simplemente el auge de la Psicología lo ha hecho visible en esta época. De tal forma que es posible estudiar el alma, la conducta o los procesos neurológicos que suceden en el ser humano y que desencajan al individuo de la impuesta «normalidad». A favor de aquellos que padecen estas condiciones, entre los cuales los escritores tienen un 50% más de probabilidades según indica Montero, es posible decir que el conocimiento haya facilitado su comprensión y sus aristas, aunque como también señala la autora, ninguna persona escritor o no, se libra del estrés y la ansiedad que provocan las características de la vida posmoderna. Por favor estimado lector, detenga un momento sus reflexiones, que bien podrían ser apresuradas, y no crea que este texto es sombrío o deprimente, ni un intento de hacer del escritor un mártir, al estilo del gran César Vallejo, porque más bien el objetivo es hablar sobre el escritor contemporáneo y sus penas, aquellas que Rosa Montero manifiesta ha- Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda ber padecido. Conozco personalmente el caso de un escritor que vive con bipolaridad, diagnosticada por supuesto. Debo decir que en sus puntos altos o de euforia, las notificaciones de publicación en su blog personal son múltiples, continuas, hasta molestas, pero cuando está en el nivel bajo o de depresión, las notificaciones son muy espaciadas. Esto no implica que sus textos sean de mala calidad, sino que en los picos más fuertes de su condición ha logrado los textos más interesantes. Pero Montero se refiere un poco más a esa condición, tal vez burguesa, tal vez posmoderna, tal vez solo pandémica, llamada ansiedad, acaso a la depresión que se padece por lo menos una vez en la vida o el desafortunado cortocircuito que puede venir de fábrica en el hardware del cerebro. La siguiente estación indica que los escritores por naturaleza, como dice Rosa Montero, siempre han vivido en la frontera entre la ficción y la realidad, entre la cordura y la locura, entre la verdad y la mentira. El peligro de estar cuerda tiene una fuerte carga autobiográfica, pero al tiempo es un diálogo entre la mente y todos los altibajos de la vida, los que la escritora ha iluminado con la luz de la ciencia psicológica dándoles sentido y permitiéndole a ella sentirse, ficcionarse, caracterizarse o tal vez humanizarse. Pero lo que con certeza puedo decir, es que le ha permitido autodefinirse de forma más propia en la etnia de los escribientes que, como la historia ha corroborado, también han rozado el velo de la locura. Como Montero narra, algunos años y varias pilas de libros le permitieron encontrar las razones que justifican las diversas manías que la han acompañado desde su temprana infancia, causas razonables para hoyos en el alma, justificaciones para decisiones de la adultez o para nostalgias del presente. El lector fácilmente, como yo, podría sentirse identificado con lo descrito, ya que Montero enumera una serie de autores que han producido sus obras en este continuo ir y venir de la conciencia alterada, tal vez por el hecho de percibir el mundo con un corazón de poeta. Esta narración me hizo recordar un texto en particular que luego se convirtió en una mala película protagonizada por Jennifer Lawrence 81 y Bradley Cooper. El filme es una adaptación de la novela del escritor estadounidense Matthew Quick. Una gran parte del libro no se refleja en la pantalla, esta omisión es sin embargo para el objeto de este texto, lo más interesante. La novela relata la situación de un maestro de deportes que trata de recuperar a su esposa, una profesora de Literatura. El protagonista hace una exhaustiva revisión de la literatura que se lee obligatoriamente en la escuela secundaria y da cuenta de la convulsa vida de sus autores, que se asoma a los bordes del precipicio en donde perdieron la mente. Uno de los principios en los que se basa Montero, es que el escritor vive en una balanza, que guarda un delicado equilibrio entre la locura y la cordura y muchas de sus ideas provienen de sus esfuerzos por no inclinar la balanza. Entonces la vida del escritor transcurre en una suerte de acrobacia, como cuando se camina por una cuerda suspendida a cientos de metros sobre el suelo, sosteniendo una larga barra que no se sabe si lo hará caer o le permitirá cruzar al otro lado. Y esa barra es la escritura. Quick por su parte, aunque analiza algunos Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda autores en común con Montero, enumera a muchos de habla inglesa que utilizaron esa barra de equilibrio de manera magistral, aunque no lograron alcanzar la otra orilla a salvo. Es en la niñez en donde se originan los miedos o es la época en donde podrían encontrarse los indicios de una falla de comunicación, desconexión o química neurológica que puede desatar la tormenta en cuyo ojo se aloja un infierno de soledad, en donde, dice la autora, la palabra no es capaz de contener la magnitud real de ese sentimiento. Montero sublima, no con tristeza, el resultado del miedo o más bien del terror a la muerte que para cada uno se disfraza de manera distinta. Ese demonio invisible que nadie puede dimensionar, pero que cuando se sienta en sus hombros desata una avalancha de ansiedad. Tan común como la gripe, dice Montero, pocos pueden jactarse de haber pasado por la vida sin sentir, por lo menos una vez, una tormenta de ansiedad. Todos estos miedos se manifiestan de una manera u otra en los textos de los autores, como ejemplo Montero suele colocar a un personaje femenino de muy baja estatura en sus textos. En una ocasión, consciente de ello, decidió darle cualidades distintas a su personaje, pero fue hasta que una lectora le preguntó por qué la protagonista era una enana, se dio cuenta que el personaje, aunque adulto, se vestía en la sección de niños. El texto está presentado de tal forma que muchos se identificarán con su narración, como se menciona antes es autobiográfica y presenta anécdotas interesantes y hasta graciosas. No es posible identificar hasta dónde el libro es ficción, aunque lo sea de cierta forma, en todo caso me inclinaría por decir que es una metaficción autobiográfica, ya que se trata de un análisis consciente de la propia condición, de la ficción que implica el riesgo de no estar completamente cuerdo ni completamente loco, sino solo lo suficiente para el ejercicio de la escritura. La siguiente estación implica otra dualidad entre las muchas que presenta el texto de Montero: Todos somos iguales y todos somos diferentes. La autora manifiesta su gusto especial por las biografías, porque las considera «un mapa de navegación» en el que puede identificarse cómo cada persona ha tomado decisiones distintas, aunque sean las mismas circunstancias que 82 todos debemos enfrentar. Explica la autora su teoría del embudo, esta se presenta cuando, al escribir una novela, se llega a un punto en el que todos los personajes empiezan a deslizarse a la estrechez que va preparando el final del conflicto, pero estos hechos suelen ser experiencias de la vida real, impresiones, rostros, anécdotas de toda clase que, si están en armonía con la historia, dan paso al final. La dualidad entonces es que el escritor miente, finge ser otro, hacer lo que le sea posible, lo que le venga en gana con los personajes, pero no puede escapar de la influencia de sus propias experiencias para darle una marcha natural a la obra. El cierre de la obra de Montero describe la vida de Sylvia Plath, una escritora estadounidense representativa de la poesía confesional, una escritora muy capaz de la ficción autobiográfica, pues sus personajes reflejan su propia condición mental. La dualidad entre lo que el mundo pensaba que era y lo que realmente sucedía en su interior, todo reflejado en su escritura. Por esto y muchas otras anécdotas relacionadas íntimamente con el proceso de escritura, este libro no es para Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda cualquiera, ya que sin duda un individuo mentalmente saludable, es decir normal, lo rechazaría luego de leer sus primeras páginas, pero como la autora asegura, ser «normal» es tan extraño y casi im- posible en estos días. ¿Cuántas personas pueden jactarse de ser normales en todos los sentidos?, pregunta Montero, y supongo que el número de 83 ellos disminuye exponencialmente si estos también se consideran escritores. Imágenes: Portada Los que nos recuerdan que el cambio es la única constante Hellen Áscoli en colaboración con Karl Williamson, 2020. 10 bandas tejidas en telar de cintura, algodón y lana, mecanismo kinético, plywood y plástico 180 x 130 cms. Ensayos Diseño de objeto para / hacia la eliminación de obstáculos (Detalle) 2016 Trapos usados de lustradores de zapatos, costura Dimensiones variables. Letras Con tierra / Sin tierra (de la serie Cien tierras) 2021. (Detalle). Instalación Telar, hilo de algodón, tierra e impresión digital sobre papel de algodón Dimensiones variables. Entrevista Con tierra / Sin tierra (de la serie Cien tierras) 2021. (Detalle). Instalación Telar, hilo de algodón, tierra e impresión digital sobre papel de algodón Dimensiones variables. Arte A veces el cielo se abre 2020. Tela tejida en telar de cintura, tela encontrada, algodón y lana, cosido a mano y mueble diseñado 160 x 80 x 60 cms. Comentario ¿Cómo está tu corazón? –Achike’ rub’anön ak’u’x– How Is Your Heart? 2020-2021. (Detalle). Algodón, lana, madera, 84 abrazaderas 503 x 503 cms. Hellen Áscoli (Ciudad de Guatemala, 1984). Completó su maestría en Escultura en la Escuela del Instituto de Arte de Chicago en 2012, y es artista, tejedora y educadora; aunque estas tres primeras palabras se nombran por separado para transmitir el área del discurso con la que Áscoli se involucra, también podría decir simplemente «Tejedora», una palabra que engloba a las otras dos. Ha tenido numerosas exposiciones individuales y de dos personas que incluyen, Cien tierras, Contemporary Arts Center, Cincinnati (2021) Amanecí temprano para peinar el mundo, Proyectos Ultravioleta, Ciudad de Guatemala, Guatemala (2017); My body is not here (con James Sullivan), Conduit Gallery, Houston, Texas (2017); y Mi cuerpo no está aquí (con James Sullivan), Concepción 41, Antigua, Guatemala (2017). Además, ha participado en numerosas exposiciones colectivas, entre ellas Stone ́s Throw (Tiro de piedra), The Anderson Virginia Commonwealth University, Richmond, Virginia (2020); To Weave Blue // Poema para tejer, en las galerías de arte contemporáneo Martha y Robert Fogelman, la Universidad de Memphis, Memphis, TN (2020); Objetos específicos 1 y 2, SESC Video Brasil, 20 Festival de Arte Contemporáneo, Sao Paulo, Brasil (2017); y Guatemala desde 33.000 km: Arte Contemporáneo 1960-Actualidad, Museo de Arte Contemporáneo, Santa Bárbara, California (2017), entre otros. En los años 2018 y 2019 enseñó en el Instituto de Arte y Diseño de Milwaukee. Anteriormente, se desempeñó como Directora de Educación en el Museo Ixchel de Vestimenta Indígena en Guatemala de 2014 a 2017, enseñó en la Universidad Francisco Marroquín y contribuyó al diseño de los programas de mediación de las 19 y 20 Bienales de Arte Paiz en Guatemala. Sobre los colaboradores: Juan Blanco. Guatemalteco. Doctor en filosofía por la Escuela de Altos Estudios de Filosofía de Múnich, Alemania. Es investigador y catedrático de filosofía. Su libro más reciente se titula Pensar la (de) colonialidad. Estética, angelética y emergencia (UCA Editores), de 2021. Sergio Palencia Frener. Guatemalteco. Sociólogo y escritor. Candidato a doctor en antropología por el Graduate Center, City University of New York, trabaja temas de historia, conflicto y resistencia en Mesoamérica, especialmente en Guatemala. Emil Cioran. Rumano-francés. Filósofo esencialmente pesimista, su obra fragmentaria, que no una construcción de un gran sistema filosófico, lo erigió no obstante como uno de los filósofos más entusiastamente leídos. Entre sus obras, cabe destacar Aforismos, En las cimas de la desesperación y Breviario de los vencidos, entre otras. Francisco Nájera. Guatemalteco. (1945). Vive desde hace muchos años en Nueva York. Trabajó como maestro bilingüe y como profesor universitario. Ha publicado poesía, ensayo y narrativa. Entre sus publicaciones se cuentan De eso no se habla (ensayos), Cenizas (narrativa) y poemas para guate y Caminando para el norte. (Poemas de la emigración). Sofía Herrera Batres. Guatemalteca. Poeta y periodista. Los poemas publicados fueron escritos en 2020-2021. Participante del Taller de Poesía de Casa Ibargüen, Centro Histórico, Ciudad de Guatemala. Blanca Estela Álvarez. Guatemalteca. Poeta y bibliotecaria general, USAC. Más de 20 años inmersa dentro de las bibliotecas. Voluntaria, fotógrafa aficionada, actriz de teatro. Los libros y el teatro me salvaron la vida. Participante del Taller de Poesía de Casa Ibargüen, Centro Histórico, Ciudad de Guatemala. Rafael Gutiérrez. Guatemalteco. Cursó la licenciatura en Letras y Periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Ha impartido docencia universitaria. Director de Revista de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Dirigió asimismo La Urbe, sección cultural del periódico universitario. Columnista cultural en varios diarios del país. Ha publicado diversos poemarios, entre otros, Sin amor ni libertad, jamás, Epigramas a Angélica (traducido al francés y cakchiquel), Arboletras de cuatro tropos (fusión entre la imagen visual y texto poético y narrativo), Me llamo Ezequiel Martínez Urízar, revolucionario de pura cepa, para servirle a usted, Las 12 hogueras de O (poemario en homenaje al poeta desaparecido Roberto Obregón) y Oficio de genitalia. Asimismo el libro para niños y jóvenes El árbol que vino del cielo y de la tierra. Ha sido traducido a distintos idiomas e incluido en antologías nacionales y extranjeras. Luisa González-Reiche. Guatemalteca. Artista visual, historiadora del arte y educadora. Tiene estudios de posgrado en educación, historia y filosofía. Catedrática universitaria y consultora. Sus ensayos han sido publicados en diversos medios locales. Actualmente es columnista en Plaza Pública. Ha publicado 2 guías pedagógicas para docentes acerca de la enseñanza a través del arte. Isabel Díaz Sabán. Guatemalteca. Entusiasta escribiente y lectora voraz. Es periodista de profesión, estudiosa de la literatura, editora de un reconocido medio de comunicación guatemalteco, editora en Lexicón Ediciones y columnista en gAZeta.gt 85