Ensayos
Universidad de San Carlos
de Guatemala
M. A. Pablo Ernesto Oliva Soto
Rector en funciones
Dr. Gustavo Enrique Taracena Gil
Secretario General
El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico. Algunas
ocurrencias.
Juan Blanco/5
Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas.
Sergio Palencia Frener/19
Emil Cioran: visiones críticas.
Emil Cioran/25
Rafael Gutiérrez Esquivel
Director de Revista USAC
Letras
M.Sc. Francis Urbina
Jefa
División de Publicidad e Información
Colaboradores
Moisés Barrios/Sergio Tishler/
Carlos Figueroa Ibarra/
Juan Francisco Yoc/Osvaldo Sauma
Poemas
Francisco Nájera/35
Poemas
Sofía Herrera Batres/45
Poemas
Ilustración de portada, separadores
e ilustraciones interiores
Hellen Áscoli
Diseño
Rafael Gutiérrez Esquivel
Sergio Rodríguez
Diagramación
Sergio Rodríguez
Abril / Junio / Número 53 / 2022
Blanca Álvarez/47
Entrevista
Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en las masas populares
que pedían armas para defenderlo».
Rafael Gutiérrez/55
Arte
Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos.
Luisa González-Reiche/63
Correspondencia y canje
Universidad de San Carlos de Guatemala
Ciudad Universitaria, zona 12 Ciudad
Guatemala, Edificio de Rectoría
Oficina 310
Teléfonos: (502) 24187640 y 24187642
Comentario
El peligro de estar cuerda.
Isabel Díaz Sabán/79
Correo electrónico
[email protected]
1
E
n el trabajo de Hellen Áscoli las palabras son ya siempre materia (aunque en realidad no existe nunca significado que no se
materialice). Como se lo han dicho desde un inicio las tejedoras kakchiquel con las que aprendió el oficio, tejer es siempre
tejer mundo. «¿Kach’on k’uxaj? ¿Cómo corazón?, ¿how heart?, ¿who
heart?, ¿where heart?. Many ears hear heart. ¿How is your heart?» se
lee en los lienzos fotografiados en el museo de Cincinatti. Los mundos
que se activan en los telares implican las relaciones entre cuerpos/materias, al lenguaje y sus posibilidades de malentendido. Al jugar con
palabras homófonas, Hellen pasa de traducir a hacer entrar grafías que
reconfiguran las relaciones que son sus obras. La práctica de conocer,
subraya Karen Barad, no es exclusivamente humana sino asunto del
mundo haciéndose inteligible. La materia también escribe.
En ese sentido, es posible pensar-con sus procesos y los registros de
aquellos encuentros plasmados en los tejidos, los videos o las fotografías ya no en una práctica artística como la que ha producido y colaborado en perpetuar la construcción de fronteras a partir de la idea de la
representación: la creencia de que es posible colocarse fuera del mundo
y que existe una diferencia entre éste y lo representado así como entre
un sujeto y el mundo objetivo. La obra de Hellen tiene menos que ver
con la significación simbólica que con «modos potenciales de saber,
relacionarse y atender a cosas que de alguna manera ya están presentes
(…) en un estado de potencialidad y resonancia».
Luisa González-Reiche
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ENSAYOS
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El quehacer filosófico en un
mundo escéptico y caótico.
Algunas ocurrencias1
Juan Blanco
filosófica. Esto también es lo que quiero hacer aquí: la exposición de un conjunto de ideas filosóficas que estimulen
la imaginación crítica. Presento a continuación cinco ocurrencias que tienen
una estructura un tanto esquemática.
Las tres primeras aventuran algunas tesis sobre el mundo, el escepticismo y
el caos. La cuarta y quinta ocurrencias
proponen algunos ejemplos tanto de lo
que produce el caos en Guatemala –la
cuarta– como de algunas ocasiones en
las que los profesionales de la filosofía
han dado razón del mundo escéptico y
¿Ocurrencias? ¿En qué sentido?
La palabra «ocurrencia» tiene un doble
significado, según el Diccionario de la
RAE2. Por un lado, hace referencia al
«encuentro», a una «ocasión o coyuntura», a algo que ocurre. En este sentido,
este conversatorio y las conversaciones son precisamente eso, ocurrencias,
el resultado de un encuentro casual y
coyuntural. De acuerdo con el segundo significado del término, la palabra
ocurrencia apunta a la idea (inesperada,
aguda u original) que ocurre a la imaginación; para el caso, a la imaginación
5
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
caótico local –la quinta–. Ninguna de
estas ocurrencias tiene un carácter conclusivo. Quizá sí un tonto aforístico.
Cada una pretende marcar un sendero
de indagaciones probables y ser ex-
cusa para conversaciones futuras. Primera ocurrencia: sobre el mundo. La
pregunta guía dice: ¿dónde estamos
cuando pensamos «un mundo escéptico y caótico»? ¿En ese mundo, en la
6
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
hace milenios la filosofía y la literatura.
El mundo, en tanto que libro de arena,
es un libro sagrado, un don infinito que
nos llega o al que llegamos de forma
gratuita. Pero este libro también es diabólico, imposible –pero que «es», dice
Borges–, monstruoso y productor de
monstruos; un libro de pesadilla, obsceno, infame e infamador de la realidad,
corruptor de la realidad. Estas características que Borges atribuye a ese libro
de arena pueden ser también pensadas
como las que describen de manera blanda eso que llamamos «mundo». Ahora
bien, el mundo, como el libro de arena de Borges, es un pseudo-objeto, uno
que ciertamente –y hasta cierto punto–
podemos señalar, increpar, transformar,
pensar. Un pseudo-objeto que, sin embargo, nos niega de alguna manera su
sentido definitivo. ¿Por nuestra incapacidad? ¿Por no contar con la caja de herramientas hermenéuticas apropiadas?
No, no lo creo.
Utilicemos tres ejemplares de la literatura centroamericana para pensar en
algunas entradas y modos de estar en
ese libro monstruoso que es el mundo.
a) Un modo de introducirnos y de estar
en ese mundo es similar a lo que sucede
en El asco, esa especie de novela maldita, por anti-nacionalista, de Horacio
Castellanos Moya. En esta novela, el
anti-héroe horaciano entra involuntariamente en (mejor: regresa a) la atmósfera miasmática del lugar de origen.
Durante esa tenebrosa estancia, el antihéroe corrobora no sólo lo que ya sabe
sobre la podrida consistencia del mundo, sino las razones que lo llevaron al
abandono de su patria, al autoexilio.
Ahora bien, uno de los detalles curiosos
en la novela es la mención del salvo-
exterioridad de ese mundo, en un lugar
otro que ese mundo3? Me parece que al
pensar –al menos, en el sentido filosófico– estamos siempre ya inmersos en
una tradición (o en un conjunto delimitado de tradiciones), esto es, en un espacio surreal en el que anida el pensar,
lo anima, lo protege y lo nutre. En esta
ocasión, en esta ocurrencia, estamos en
el recinto de la filosofía, en esa plaza
techada de la tradición filosófica, en
una tradición cuyo singular no debe
desorientarnos, pues es una tradición
llena de voces –polilógicas–, repleta
de trincheras epistémicas, de puentes
y de incontables rencillas. ¿Qué es eso
de «la» filosofía? Para evitar cualquier
comprensión monolítica de la filosofía, me parece que debería ser pensada
como la encarnación bien lograda de la
biblioteca borgeana. La filosofía es una
milenaria biblioteca babélica4 en la que
el pensador –el filósofo– yace inmerso,
habitando en alguna o algunas de esas
galerías hexagonales de sentido. Pensar
el mundo –ya sea uno escéptico, caótico o no– y en el mundo implica aventurar una entrada, conlleva poner en perspectiva el mundo, distorsionarlo, interpretarlo desde las herramientas teóricas
resguardadas en cada uno de esas galerías hexagonales de la biblioteca borgeana. Ahora bien, ¿qué es eso que llamamos «mundo»? Me parece que sería
una exageración señalar que la índole
ontológica del mundo se asemeja a la
del Libro de arena de Borges5, un libro
compuesto de infinitas páginas, y que
por eso mismo hace posible también infinitas entradas y salidas. Pues bien, dos
de esas entradas al mundo, dos megatrincheras hexagonales de entrada y estadía en el mundo, las propician desde
7
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
como hombre urbano de clase media,
pues muy pocas veces se trata de una
heroína– ve la posibilidad de transformar el caos del mundo desde dentro. A
diferencia del personaje de El asco, el
héroe de los relatos testimoniales de
guerra es un ser henchido de esperanza
del devenir de la revolución. Esta esperanza, eso sí, está nutrida de convicciones aclimatadas en espacios distintos,
en galerías hexagonales diferentes del
mundo irredento que busca salvar. Esta
vez, el salvoconducto no es más un objeto, sino el pasaporte de la clandestinidad. Solamente siendo ya otro y habitando ya un mundo posible otro, se
vuelve factible suponer la transformación del mundo. c) La clave de la tercera entrada y estadía en el mundo la daría El tiempo principia en Xibalbá, de
Luis de Lión, el relato de un sujeto retornado7 y el de una comunidad seducidos –incluso eróticamente– por una de
conducto que hace posible y seguro la
introducción del anti-héroe en el infierno asqueroso de proveniencia. Se trata
de un salvoconducto de índole cuasi
salvífica: su pasaporte (canadiense).
Este objeto salvífico funge como una
especie de Virgilio artificial que, como
en el relato de Dante, propicia a su portador una travesía segura por el infierno
asqueroso, verlo, despreciarlo y, finalmente, dar con la puerta de escape en el
momento necesario6. A través de la experiencia angustiante del anti-héroe, la
novela des-oculta un particular modo
de estar y de entrar en el mundo. b) La
segunda entrada estaría representada
por el conjunto de relatos testimoniales
de guerra y de posguerra, por esa especie de boom del testimonio belicista de
las dos últimas décadas del siglo XX
centroamericano. En todos esos relatos
de recuento de las gestas insurgentes, el
héroe –la mayoría de veces pintado
8
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
bien, ¿qué tienen en común los tres? El
común denominador consiste en la
puesta en escena de un escepticismo
ante el orden vigente desde situaciones
atmosféricas diferentes a la hegemónica9. ¿Cómo se explica esto? Quizá recordando que el sentido, como dice Gilles Deleuze, es el vapor en el que se
mueven y articulan las palabras y las
cosas10. Los personajes de esos relatos
habitan en vapores alter-hegemónicos.
Es por esto que podría decirse que no
hay mundo escéptico, sino experiencias
de escepticismo al interior del mundo
monstruoso. Concluyamos. Estando en
el mundo estamos siempre ya en una atmósfera surreal que nos envuelve y nos
acoge, que modula nuestra relación con
ese mundo y nos impide hablar «neutralmente» de él. Pues bien, todo esto
da expresión a mi particular entrada,
producida por una hermenéutica de tintes anárquicos11. Segunda ocurrencia:
las imágenes del poder. Se trata de una
narración sobre la fascinación erótica
que produce el poder. En esta novela,
por un lado, se des-oculta una relación
amor-odio de uno de los personajes –
Pascual– con la comunidad de origen.
Una relación enturbiada por la producción de una escisión en la identidad
étnica de Pascual. Por otro lado, la novela destaca la relación amor-odio tanto
de Pascual como de la comunidad entera con la hierofanía local del poder. Este
amor-odio comunitario –o mejor: un
odio con respeto, según el relato8– alimentado de la imposibilidad de hacerse
con el poder de manera permanente,
nutrido de la rabiosa conciencia de la
condena a gozar del poder sólo de forma fugaz y secreta. El salvoconducto
aquí es un tanto diferente, se trata del
subversivo pasaporte de la indianidad.
Estos relatos ejemplifican tres modos
de entrar y estar en el mundo. Ahora
9
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
cepticismo decolonial. Este, según
Maldonado-Torres, es uno de los métodos indispensables de la descolonización. En síntesis: al pensar filosófico le
va de suyo el escepticismo y, por eso, se
siente cómodo ejerciéndolo, habitando
en él, alimentándose de él. Pero, ¿qué
tipo de escepticismo? Dejemos aquí
esta pregunta sin respuesta. Ahora bien,
dicho lo anterior me parece que el problema del mundo no consiste en que
este sea o devenga escéptico, sino en
que el escepticismo no sea uno salvífico. El problema, nuestro problema, estriba, quizás, en que no somos radicalmente escépticos. ¿Por qué? Pues porque, generalmente, al ejercer el escepticismo simplemente buscamos confirmar lo que ya creemos saber de antemano. En otras palabras, ejercemos la
sospecha sobre todos y de todo, pero no
sobre nosotros mismos ni sobre el marco atmosférico de interpretación en el
que siempre ya estamos. Esto me permite sugerir que cuando el escepticismo no es suficientemente radical, abre
la puerta a la posibilidad de la destrucción de la alteridad, de la naturaleza, de
la vida. Distingamos pues entre un escepticismo salvífico y un necro-escepticismo. Tercera ocurrencia: el caos del
mundo. De acuerdo con las raíces etimológicas de cháos, este término señala
una grieta, un agujero y, según esto,
apunta a una situación amorfa que se
diferencia de cualquier orden. ¿Qué nos
dice el caos del mundo y en el mundo?
Nuevamente, creo que nos dice varias
cosas según la tradición atmosférica en
la que ya estemos instalados. Pues bien,
¿qué nos dice el caos? a) En primer lugar, que el horizonte hegemónico de
sentido del mundo –de un determinado
sobre el escepticismo. Me parece que
podemos clasificar aquí, y sin la pretensión de ser concluyentes, en tres los
modos de entender el escepticismo. a)
En la filosofía, el escepticismo ha sido,
por un lado, una de las actitudes que
moviliza el pensar. Esta actitud es la
que vuelve factible un «extrañamiento
del mundo». Ya la experiencia de la
Academia de Platón daba muestra de
esto. Platón fundó su escuela, como se
sabe, fuera de los muros de la ciudad,
en la periferia de Atenas. Esta opción
pone en escena una metoikesis –un
cambio de morada12–, un desplazamiento casi de autoexilio motivado por
la sospecha de que el efímero sentido
común del vulgo no es una fuente fiable
para el encuentro con la verdad auténtica, eterna e ideal. b) En filosofía, por
otro lado, el escepticismo adquiere rasgos metodológicos. Este escepticismo
metódico fue practicado por Descartes
para dar con el fundamento inconcuso
de la realidad. c) Pero también hay un
tipo de escepticismo que está al servicio del poder y del control. El filósofo
puertorriqueño Nelson Maldonado-Torres lo llama el «escepticismo misantrópico colonial13». Este señala la actitud
que modulaba el espíritu de los fundadores del mundo colonial. Este escepticismo se caracteriza por la negación de
la humanidad y de las capacidades
(gnoseológicas, políticas, religiosas, artísticas, etc.) de la alteridad. Este escepticismo colonial se ejerce como negación de la validez y relevancia de los
mundos otros, la negación de cualquier
horizonte de significación distinto al
del mundo verdadero del invasor. Pero
este escepticismo misantrópico invita a
ejercer un contra-escepticismo: un es10
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
sostenido por un fundamento inconcluso. b) Segundo, los ejercicios que se limitan a la producción de diagnósticos
ontológicos que permitan hacer sentido
de lo que acontece. ¿En qué consiste la
relevancia de estos diagnósticos? Creo
que no debe olvidarse que el que las cosas hagan sentido es también una especie de paso salvífico en un mundo caótico. En este sentido, el filósofo se comportaría como un «médico internista»
de la sociedad, pues se ocuparía de poner al descubierto las enfermedades sistémicas, pero sin realizar intervenciones quirúrgicas invasivas en el cuerpo
social. c) También, tercero, los ejercicios que parten de la convicción de que
el caos es sinónimo de la apertura constitutiva de la existencia, una oportunidad para reconfigurar el mundo, para
replantear los vínculos hegemónicos
del poder y para llevar a cabo un nuevo
reparto de lo sensible, diría Jacques
Ranciere14. Estos grupos de ejercicios,
sin duda, yacen enmarcados en una determinada ontología de referencia, esto
es, en un modo de comprender lo que
acontece. Estas ontologías de referencia pueden ser al menos de tres tipos. a)
Una ontología de rasgos apocalípticos,
milenarista, una ontología fascinada y
obsesionada con el exterminio y la hecatombe definitiva, una que ve el caos
como el punto culmen de todos los males y el instante posible de la restauración postapocalíptica. b) Una ontología
de rasgos metafísicos. Esta es quizás la
perspectiva más popular entre los filósofos (profesionales y entre los conservadores15), esos que proclaman al ser –a
Dios, a las leyes de la naturaleza, los
valores, etc.– como el fundamento inconcluso que garantiza el orden exis-
mundo– ha dejado de ser válido para un
grupo significativo de habitantes de ese
mundo. El mundo es sentido ahora
como una masa amorfa que genera malestar b) Nos dice también, en segundo
lugar, que el mundo –cualquier mundo
en caos o caótico– sufre de déficits estructurales y constitutivos que impiden
ya la cohesión general (y para siempre)
de las diferencias, un déficit que impide
dirimir de forma efectiva el antagonismo constitutivo de la vida social. c) En
tercer lugar, el caos señala también que
las paredes del invernadero ontológico
(el mundo) –un invernadero que debería garantizar seguridad, cuidado, solidaridad y cohesión– son sentidas y vividas ahora como muros de prisión. Sin
duda, en el caos acontece una epifanía
ontológica. En un mundo en caos o caótico, la brecha ontológica, el vacío
constitutivo sobre el que se sostiene el
mundo –la condición nihílica de la existencia, diría Heidegger– emerge a la superficie, se manifiesta. Pues bien, en situaciones de caos o caóticas no es que
los cimientos absolutos del mundo sean
negados, sino que tales cimientos muestran su condición efímera, histórica, finita. Esta emergencia exige, para algunos, la transformación del mundo, o
bien, como en el caso del anti-héroe de
El asco, una metoikesis, un cambio de
morada que afirma a su manera que la
salvación yace fuera del miasmático
mundo de proveniencia. Sin duda, los
ejercicios de transformación, de transfiguración, o de restauración del mundo
son diversos. Creo que podemos identificar al menos tres tipos. a) Primero, los
que apelan al retorno a un orden –uno
universal, eterno, necesario–, o a la restauración de un orden que se supone
11
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
liviano el co-existir. En este sentido,
el caos es un síntoma de las promesas
incumplidas del mundo. Pues bien, en
el caso guatemalteco, el caos contemporáneo regente podría pensarse como
la epifanía aldeana de lo que Nietzsche
llamó la «muerte de Dios». Esta consigna nietzscheana puede ser entendida
como el diagnóstico aforístico de una
situación: la del declive de la lógica
del fundamento, esto es, la condición
en la que rige la generalizada sospecha
de que el orden imperante no es ya viable. Según esto, en el caos podría verse
una posibilidad evangélica, una buena
nueva que anuncia e invita a un nuevo
reparto de lo sensible. Ahora bien, ¿qué
o quién hace emerger esta buena nueva del declive, este evangelio del ocaso
del fundamento absoluto, la buena nueva del debilitamiento del horizonte hegemónico? Para el caso guatemalteco,
considero que pueden mencionarse al
menos cuatro eventos históricos un tanto recientes en los que emergen evangelios de sentido. a) El primero: los movimientos insurgentes de los años setenta
y ochenta, los que, aunque ya fallidos,
fueron percibidos en su momento como
buenas noticias de la posibilidad de la
instauración de un mundo más justo e
igualitario. b) El segundo: las rebeliones indígenas, cuya versión más reciente incluye tanto el movimiento maya
–para ser más específico: los intentos
de refundar la constitución guatemalteca a finales de los años noventa del
siglo XX– y, en nuestros días, las rebeliones que acontecen en la forma de
resistencias comunitarias contra el gran
proyecto extractivista del capital internacional. Estas son buenas nuevas porque, a su manera, protegen la existencia
tente o el perdido, y al cual se debería
retornar. c) Una ontología hermenéutica de rasgos anárquicos, una que entiende el ser en tanto que acontecer, un
ser desembarazado de los rasgos atribuidos por la metafísica, un ser en tanto
que existencia, como posibilidad abierta. Ahora bien, el caos puede ser pensado y percibido no sólo como una oportunidad salvífica, sino como un necrocaos, un caos de muerte, un caos producido irónicamente a través de los insistentes y obscenos intentos de mantener
con vida el ya moribundo orden de las
cosas por medio de una violencia desproporcionada. Otra vez, como en el
caso del escepticismo, habría que distinguir entre un caos salvífico y un necro-caos. Cerremos. El quehacer filósofo en un mundo escéptico y caótico es
indispensable para salvarnos de él, pero
en él. ¿Cómo? ¿Desde dónde? Pues orbitando en la convicción de que, cómo
diría el poeta alemán Friedrich Hölderlin, «donde crece el peligro, crece también lo que salva16». Sin estos recintos
atmosféricos –sin la poesía, dice
Humberto Ak’abal; sin la filosofía, decimos nosotros– «el mundo ya se habría
quedado mundo17». Una hermenéutica
de tintes anárquicos invitaría a la conversación con el fin de des-silenciar a
los mundos que nos exijan callar.
Cuarta ocurrencia: el porqué del
caos ¿Por qué las situaciones caóticas? Un diagnóstico optimista, como
el desarrollado por una hermenéutica jovial o anárquica, entendería que
si siempre ya estamos inmersos en un
mundo –en una determinada atmósfera
de sentido–, el caos, al acontecer en el
mundo, señala el efecto de las expectativas frustradas de volver un tanto más
12
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
del fetiche etnocéntrico y destructivo
de los poderosos. c) El tercero, también
reciente, lo conformarían los movimientos de mujeres, el feminismo y los
reclamos de la comunidad Lgbtqia+,
movimientos y reclamos estos que nos
despiertan del sueño dogmático del pa-
triarcado, buenas nuevas que quieren
despertarnos del sueño falogocéntrico en el que seguimos empantanados,
casi como en una pesadilla que no somos capaces de percibir como tal. d)
El cuarto, un auténtico y necesario terremoto: la Cicig18. La institución que,
13
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
anteriormente, creo que podría hablarse
de un caos salvífico, uno que inaugura
la posibilidad de transformar la atmósfera tóxica dominante. Este caos es la
oportunidad para salvarnos juntos del
racismo, la explotación, la desnutrición,
la pobreza extrema, la corrupción, etc.
¿Cómo? Aquí es donde entraría en juego una «ontología política», una como
la desarrollada recientemente por Santiago Castro-Gómez21. Esta apunta a
pensar la fisura ontológica insuperable,
la grieta ontológica que da sentido al
antagonismo que permite entender los
proyectos políticos como intentos constantes y válidos para cerrar parcialmente este vacío irremediable y constitutivo
a través de intentos de instauración de
marcos institucionales y normativos de
modos de co-existencia más livianos.
De cualquier manera, tarde o temprano, logrado o no un reparto más justo
de lo sensible, ese vacío constitutivo
terminará revelándose, emergerá a la
superficie nuevamente, lo cual volverá
necesario en cada una de esas ocasiones
esfuerzos políticos creativos encaminados a un nuevo reparto de lo sensible.
Ahora bien, el caos –también como en
el caso guatemalteco– puede ser pensado y percibido no como una oportunidad salvífica, sino como un necro-caos,
un caos de muerte. Irónicamente, este
caos es producido a través de los insistentes y obscenos intentos de mantener
con vida un ya moribundo orden de las
cosas por medio de la violencia.
Quinta ocurrencia: ocurrencia informativa. Uno de los sentidos de la
temática de este conversatorio apunta a
la consideración del quehacer filosófico
en tiempos de crisis. Me gustaría mencionar aquí por eso algunos ejemplos
en nuestros días, obligó a los canallas
de siempre a sentir el vértigo que genera el saberse sostenidos sobre la grieta
antológica que acecha la vida social y
la que adquiere, en ocasiones, la forma
«justicia». La Cicig, además, fue capaz
de producir por vez primera un auténtico miércoles de ceniza (fallido, por
cierto19) para los «dueños del país». En
perspectiva ontológica, todo esto es la
expresión de la negatividad constitutiva
de la existencia, del vacío constitutivo,
como sugiere el filósofo colombiano
Santiago Castro-Gómez20, una manifestación de la incompletud ontológica que
hace posible el caos y, a su vez, hace
emerger las posibilidades de un nuevo
reparto de lo sensible en el que participen, finalmente, los sin-parte. ¿Cómo
puede ser entendido el caos, «el mundo
caótico», guatemalteco? Teniendo en
cuenta los cuatro eventos mencionados
14
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
(coyunturales) de la práctica filosófica
en un mundo escéptico y caótico, limitándome al mundo guatemalteco. Estos
ejemplos son paradigmáticos debido a
que tienen la índole de diagnósticos sobre el sentido de este mundo. Podemos
identificar tres grandes conjuntos (de
muchos). Creo que dos de ellos pueden
ser entendidos como parte del quehacer
filosófico, pero únicamente en un sentido bastante laxo. El tercero, sin embargo, estaría representado por la actividad
filosófica en un sentido más estricto,
esto es, por la labor de profesionales de
la filosofía. a) Primer conjunto. Me parece que está fuera de discusión el que
en los años setenta del siglo XX terminó de consolidarse el rol de las ciencias
sociales en tanto que maquinaria teórica para la comprensión de la realidad
guatemalteca. Esta comprensión, eso
sí, nunca ha sido monolítica, sino bastante antagónica. Pues bien, algunos
ejemplos serían: La patria del criollo,
de Severo Martínez; Guatemala: una
interpretación histórico-social, de Jean
Loup Hebert y Carlos Guzmán-Böcler,
en los años setenta. Más tarde, La metamorfosis del racismo en Guatemala, de
Marta Elena Casaús, y Mayanización y
vida cotidiana, ese megaproyecto hermenéutico coordinado por Aura Cumes
y Santiago Bastos son ejemplares de
esta producción de sentido. Aquí debe
agregarse también el trabajo de instituciones como Flacso y Avancso22. Más
que cualquier otra disciplina, las ciencias sociales siguen siendo hoy por hoy
el más importante bastión productor de
sentido en Guatemala. En este sentido,
la filosofía guatemalteca sería algo así
como la hermana menor de las ciencias
sociales en término de la producción de
sentido de lo que acontece. b) El segundo conjunto que podríamos mencionar
aquí sería el de las obras literarias que
han hecho época y las que, por eso, pertenecen ya al canon de la interpretación
del sentido local. Algunos ejemplos:
Guatemala, las líneas de sus manos,
de Luis Cardoza y Aragón; la trilogía
bananera de Miguel Ángel Asturias;
Los poemas de la izquierda erótica, de
Ana María Rodas; Me llamo Rigoberta
Menchú y así me nació la conciencia;
Mujeres en la alborada, de Yolanda
Colom, entre otros. Todos estos esfuerzos, los de las ciencias sociales y
los que provienen de la literatura –podría haber mencionado aquí el caso del
arte23, pero quiero limitarme a los productos de la aldea letrada–, han hecho
época porque, a su manera, han permitido la eclosión de las emergencias,
la epifanía de los grandes peligros del
mundo local. Si, como diría Heidegger,
15
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
hegemonía guatemalteca y en el clima
de la negociación de los Acuerdos de
Paz. Este grupo de columnas es una especie de archivo de la praxis filosófica
en tiempos que exigen la producción de
sentido. Unido a esto debe mencionarse la obra del sacerdote jesuita Antonio
Gallo –el filósofo más importante de
finales de siglo–, cuyos ejemplos paradigmáticos al respecto son los libros
El hombre mi hermano y Los mayas del
siglo XVI, un esfuerzo de pensar la ética para un mundo interétnico, el primero, y, el segundo, una toma de postura
ante la generalizada sospecha arrojada
sobre la contemporaneidad del pueblo
maya. c.3.) Finalmente, debe mencionarse aquí esa especie de breviario del
pensamiento filosófico recientemente
elaborado por Amílcar Dávila Estrada,
Una aproximación a la filosofía guatemalteca reciente27. En él queda registro de los intereses contextuales de la
abundante producción filosófica guatemalteca reciente en las últimas décadas
del siglo XX y las primeras del XXI.
Este texto ofrece también datos relevantes sobre lo que da para pensar a los
filósofos profesionales de las complejas
y diversas coyunturas del mundo guatemalteco, un mundo insuficientemente
escéptico y necro-caótico.
Sin duda, la filosofía es capaz de
salvarnos de las trampas instaladas por
los monólogos epistémicos, ontológicos, políticos, estéticos, etc., que imponen su horizonte de sentido en cada
época. Esta sendera salvífica, para ser
honesto y sincero, sólo se la creen algunos filósofos. Pero, a lo mejor, esta
pretensión sólo constituye una más de
mis ilusas ocurrencias.
la más grande emergencia es la falta de
emergencia24, estas obras son indispensables precisamente por el hecho de dar
cuenta de las emergencias fundamentales de una siniestra época. El problema,
en el caso de Guatemala, es que estas
emergencias trascienden los momentos
históricos. Ellas se nos han ido acumulando. Sabemos cuáles son, pero aún no
sabemos (¿no queremos saber?) lidiar
con ellas. En este sentido, aún siguen
siendo emergencias, aún irresueltas,
las excluyentes relaciones de clase, el
racismo, las relaciones jerárquicas, las
opresiones de género, la corrupción
política, etc. c) Pero también hay un
tercer grupo, el de la filosofía académica25. Mencionemos tres ejemplos
aquí. c.1.) Un ejemplo paradigmático
es Mario Payeras. Aunque con formación académica en filosofía, Payeras
fue una de las víctimas del imperativo
marxista anti-hermenéutico y de la teleología histórica en la etapa más productiva de su vida. Sin embargo, logró
desembarazarse de esa camisa de fuerza más tarde y, con ello, dar cuenta de la
composición multiétnica del país y del
rol relevante de los académicos mayas
c.2.) El otro ejemplo de este conjunto
es el trabajo realizado por algunos filósofos profesionales en las columnas de
opinión de los periódicos locales. Aquí
es paradigmático el ejemplo de los filósofos –la mayoría landivarianos– que
ejercieron la reflexión pública en las
páginas del periódico Siglo XXI. En
1992, estos filósofos dieron expresión
a un pensar coyuntural en una columna
semanal titulada Cátedra Bartolomé de
las Casas26. El pensar de estos filósofos fue ejercido en el tumultuoso contexto de la reconfiguración étnica de la
Juan Blanco, Estocolmo, marzo 2022
16
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
Notas
1
El contenido de este texto fue leído parcialmente en
el marco de un conversatorio organizado por la Asociación Guatemalteca de Filosofía (Agfil). Participó
también como expositor el filósofo italo-guatemalteco
P. Antonio Gallo. La moderación estuvo a cargo de la
historiadora y filósofa Regina Fuentes Oliva. El conversatorio tuvo lugar el 26 de marzo de 2022. Agradezco a la directiva de la Agfil por la invitación.
2
Real Academia Española. Sitio oficial: https://www.
rae.es/
3
A buena parte de estas «ocurrencias» subyace la propuesta esferológica del filósofo alemán Peter Sloterdijk, especialmente las ideas expuestas en Esferas I y
Esferas III. cfr. P. Sloterdijk, Esferas I. Burbujas. Microesferología (segunda edición, traducción de Isidoro
Reguera), Madrid: Ediciones Siruela, 2003. Para las
ideas «atmósferas» e «invernadero ontológico» utilizadas más adelante, cfr. P. Sloterdijk, Esferas III. Espumas. Esferología plural (tercera edición, traducción
de Isidoro Reguera), Madrid: Ediciones Siruela, 2014.
4
cfr. J. L. Borges, «La Biblioteca de Babel», en J. L.
Borges, Cuentos completos, Nueva York, Vintage Español, 2011, pp. 137-145.
5
cfr. J. L. Borges, «El libro de arena», en J. L. Borges,
Cuentos completos, cit., pp. 506-510.
6
«[…] me fui porque nunca acepté la broma macabra
del destino que me hizo nacer en estas tierras, me dijo
Vega. [...] Nunca pensé volver, Moya, siempre me pareció la peor pesadilla tener que regresar a San Salvador, siempre temí que hubiera el momento en que
tuviera que regresar a este país, y lo evité a como diera
lugar, lo evité a toda costa, siempre fue la peor pesadilla la posibilidad de regresar a este país y no poder
salir nuevamente, te lo juro Moya, esa pesadilla no me
dejó dormir durante años, hasta que saqué mi pasaporte canadiense, hasta que me convertí en ciudadano
canadiénse, hasta entonces esa horrible pesadilla dejó
de fastidiarme. [...] Ahora por eso me animé a venir,
Moya, porque mi pasaporte canadiense es mi garantía…» (H. Castellanos Moya, El asco, Barcelona, Penguin Random House, 2018, pp. 20-21).
7
«Tenía necesidad de volver, de poner mis pies otra vez
sobre esta tierra, de respirar otra vez su aire, de beber
su agua. [...] Aunque te odien, el calor de tu rancho no
lo vas a encontrar en ningún lado, sobre todo si sos
indio. Sí, te abren las puertas pero en cuento miran tu
color, tu cara, tu pelo piensan que no sos hombre sino
remedo» (L. de Lión, El tiempo principia en Xibalbá
(cuarta edición), Guatemala, Ediciones del Pensativo,
p. 87).
8
cfr. Ibíd., p. 103.
9
Estas situaciones atmosféricas distintas a las del mundo
imperante son sugeridas en estos tres relatos incluso a
través de los nombres de los personajes. En la novela
de Horacio Castellanos Moya, el nombre «Vega» hace
referencia, según el Diccionario de la RAE, a un terreno llano y fértil, y para el caso que aquí interesa: a un
terrero capaz de hacer emerger frutos otros a los del
terreno miasmático de procedencia. En el grupo de relatos testimoniales, es común que el héroe se vea obligado a realizar una transversión identitaria por medio
de una mutación del nombre propio. Esto hace factible
su inmersión en el mundo sin ser ya de ese mundo,
digamos. En el tercer relato, «Pascual» es el nombre
de ese personaje que habita ya dos mundos, dos registros identitarios. El nombre de personaje fronterizo
apunta a la pascua, la fiesta judeo-cristiana que celebra
la memoria de la liberación, la memoria del paso de
situaciones de opresión a situaciones existenciales más
leves.
10
cfr. G. Deleuze, Diferencia y repetición (traducción de
María Silvia Delpy y Hugo Beccacece), Buenos Aires,
Amorrortu, 2022, p. 239.
11
cfr. S. Zabala, Being at Large. Freedom in the Age of
Alternative Facts, Canada, McGill-Queen’s University
Press, 2020. J. Blanco, Hermenéutica nihilista decolonial, Guatemala: Universidad Rafael Landívar, 2019.
12
cfr. P. Sloterdijk, Extrañamiento del mundo (traducción
de Gil Bera), Valencia, Pre-Textos, 2001, pp. 87-92.
13
N. Maldonado-Torres, «Sobre la colonialidad del ser:
contribuciones al desarrollo de un concepto», en S.
Castro-Gómez y R. Grosfoguel, El giro decolonial.
Reflexiones para una diversidad epistémica más allá
del capitalismo global, Bogotá, Siglo del Hombre Editores, Instituto de Estudios Contemporáneos - Universidad del Central, Instituto Pensar - Pontificia Universidad Javeriana, 2007, pp. 127-167.
14
cfr. J. Ranciére, Zehn Thesen zur Politik (traducción
del francés al alemán de Marc Blankenburg), Zürich,
diaphanes, 2008.
15
Según Heidegger, «[l]as recaídas en los encallados
modos de pensar y exigencias de la metafísica estorbarán aún por mucho tiempo e impedirán la claridad del
camino y la determinación del decir» (M. Heidegger,
Aportes a la filosofía. Acerca del evento (traducción de
Dina V. Picotti C.), Buenos Aires, Biblos, 2003, p. 28).
16
Citado en M. Heidegger, Vorträge und Aufsätze (décima primera edición), Stuttgart, Klett-Cotta, 2009, p.
32.
17
H. Ak’abal, «Si no fuera por la poesía el mundo ya se
habría quedado mudo» (Entrevista con Pablo Cingolani), en Letralia. Tierra de Letras, año X, No. 130, Venezuela (19 de septiembre de 2005). En línea: https://
letralia.com/130/entrevistas01.htm
18
La Comisión Internacional contra la Impunidad en
Guatemala fue creada en 2003 y disuelta en el 2019
por haberse convertido para entonces en una institución incómoda a los intereses mezquinos de quienes se
benefician del necro-caos local.
19
Huellas de este momento histórico quedaron registradas en distintos lugares. Por ejemplo: https://www.
prensalibre.com/guatemala/justicia/empresarios-sepronuncian-por-caso-de-financiamiento-electoral-ilicito-a-fcnnacion/
20
cfr. S. Castro-Gómez, Revoluciones sin sujeto. Slavoj
Zizek y la crítica del historicismo posmoderno, México, Akal, 2015, caps. 4 y 5.
21
cfr. Ibíd.
22
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y la
Asociación Guatemalteca para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala.
23
Me he ocupado del arte producido por artistas mayas
17
Juan Blanco: El quehacer filosófico en un mundo escéptico y caótico.
en otro lugar. cfr. J. Blanco, Pensar la (de) colonialidad. Estética, angelética y emergencia. Pre-textos, San
Salvador, UCA Editores, cap. 2.
24
cfr. M. Heidegger, Aportes a la filosofía, cit., p. 27.
Tesis heideggeriana que orienta las reflexiones filosóficas de Santiago Zabala recogidas en Why Only Art
Can Save Us (S. Sabala, Why Only Arte Can Save Us.
Aesthetics and the Absence of Emergency, New York,
Columbia University Press, 2019).
25
Me he ocupado ya del alcance de la producción académica de filósofos profesionales de manera un poco más
detallada en otro lugar (cfr. J. Blanco. Sobre el pensar
intercultural-decolonial. El proyecto interculturaldecolonial del pensamiento maya contemporáneo en
Guatemala, segunda edición, Guatemala: Maya’ Wuj,
2019, pp. 501-530).
26
J. Blanco, Sobre el pensar intercultural-decolonial.
El proyecto intercultural-decolonial del pensamiento
mayo contemporáneo en Guatemala, segunda edición,
Guatemala: Maya’ Wuj, 2019, pp.522-530).
27
Dávila Estrada, Una aproximación a la filosofía guatemalteca reciente, en Cultura de Guatemala (año 33,
vol. 1, enero-junio), Guatemala, Universidad Rafael
Landívar, 2012, pp. 41-84.
18
Martirio y Guerra
Fría en Guatemala:
Los catequistas mayas
Sergio Palencia Frener
El 23 de abril de 2021 la Iglesia Católica beatificó a diez religiosos
asesinados durante la guerra en Guatemala, entre 1980 y 1991. Dicho evento
constituye una de las mayores beatificaciones colectivas en el marco de los
conflictos que asolaron América Latina
durante la Guerra Fría. Más aún, es la
primera vez que la mayoría de los nuevos beatos son indígenas mayas: dos
sacristanes ixiles y cinco catequistas
quichés, así como tres sacerdotes de
origen catalán, vasco y asturiano. En
una misa transmitida en televisión na-
cional y redes sociales, varios obispos y
sacerdotes de Guatemala los declararon
mártires, testigos de la fe.
Todos los religiosos fueron asesinados por el Ejército de Guatemala o
miembros de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC). A menos de ocho
años del Juicio por Genocidio contra los
generales Ríos-Montt y Rodríguez Sánchez (2013), la elevación a los altares
católicos de los catequistas y sacerdotes ha renovado cuestiones relacionadas con la interpretación de la guerra.
Exploremos el contexto histórico en el
19
Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas
cual murieron los recién beatificados
durante la guerra en Guatemala.
La cooperativa indígena-católica
Miguel Tiu Imul es uno de los mártires mayas recién beatificados. Su hija,
Josefa Tiu García, relató para la radio
indígena Tujaal: «cuando era niño mi
papá de diez años entró en la religión
católica. Antes no es católico. Empezó
a dar doctrina a los niños. Él es un trabajador, siempre siembra milpa. Todos
los animales. Su devoción es rezar el
santo rosario, orar en la casa». Catequistas indígenas como Miguel Tiu
jugaron un papel central en las transformaciones comunitarias en Chiapas,
Guatemala y El Salvador entre 1940
y 1980. Para el caso guatemalteco,
muchos se formaron en Acción Católica, un movimiento eclesial inicialmente
enfocado en combatir las prácticas sincréticas mayas consideradas no adecuadas a la doctrina oficial.
Antes y después del Golpe de Estado en Guatemala, orquestado por Estados Unidos en 1954 contra el presidente
Árbenz y la Reforma Agraria, la Iglesia
Católica promovió el anticomunismo y
al campesinado indígena como pequeño empresario organizado en cooperativas. En su ensayo The Maya Catholic
Cooperative Spirit, Susan FitzpatrickBehrens rastrea cómo el cooperativismo indígena llegó a convertirse en un
movimiento agrarista, de producción
mercantil local, en un país donde la
organización autónoma laboral y rural
fue luego considerada subversiva. La
cooperativa indígena-católica fue denunciada por grandes finqueros, dueños
de ingenios y contratistas como una
20
Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas
organización comunista. Esta denuncia tenía consecuencias mortales. Para
1969, Estados Unidos y la élite nacional habían convertido al Estado guatemalteco en bastión anticomunista y
contrainsurgente del istmo. El choque
llegaría a ser inminente.
Fuese contra proyectos de apicultura en Nebaj, colonización de la
selva en Ixcán o proyectos de papa en
Comalapa, finqueros y militares iniciaron la persecución de sacerdotes y
catequistas en un esfuerzo por detener
la emancipación económica y moral
de la comunidad maya guatemalteca.
En 1976, los militares mataron a William Woods, sacerdote Maryknoll que
coordinaba la colonización maya en la
selva. En 1978, el padre Hermógenes
López murió baleado tras denunciar el
acaparamiento del agua y la conscripción forzada de los jóvenes de San José
Pinula. Estos crímenes formaron parte
de una ola de represión mayor dirigida,
entre 1976-79, contra cooperativistas,
líderes de comités pro-vivienda y agua
potable, alcaldes indígenas y sindicalistas mestizos. Fue este el contexto previo a la muerte de los diez religiosos del
Quiché.
La cruz y la espada
Los asesinatos de catequistas o sacerdotes fueron las primeras gotas de la
tormenta. En 1980-82, el ejército guatemalteco arrasó las aldeas consideradas
bastiones rojos, muchas de ellas con
al menos tres décadas de organización
en Acción Católica, cooperativismo o
ligas campesinas, todo ello previo a la
llegada de la guerrilla. Josefa Tiu García recuerda a su padre, el catequista de
Sacapulas, como responsable de la so-
21
Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas
a monseñor Óscar Romero y, se cree,
jugó un papel central para su conversión en voz crítica del país. Romero
murió baleado en 1980 y declarado
santo en 2018.
En Guatemala, los sacerdotes españoles José María Gran, Faustino Villanueva, Juan Alonso Fernández ––como
también Maruzzo, Rother y Miller––
fueron asesinados entre junio de 1980
y febrero de 1982. Los catequistas indígenas Reyes Us, Rosalío Benito Ixchop, Miguel Tiu Imul y el niño de doce
años, Juan Barrera, fueron perseguidos,
torturados y finalmente asesinados por
los militares o los comisionados locales, cada uno bajo la misma campaña
represiva pero en distintos momentos
o fases de la guerra. Desde similares
condiciones, otros religiosos decidieron
combatir.
Ante la creciente represión, varios
sacerdotes, monjas y catequistas se alzaron con la revolución o formaron
brevivencia de su aldea en la montaña:
«En el tiempo [de] esa violencia nos
fuimos en los montes a vivir allí y como
los soldados y los helicópteros siempre
tiran bombas, se van atrás de nosotros.
Mi papá se cayó, se golpeó [el hombro].
Todo eso se quemaron esa tierra, tiene
milpa aquí. Los comisionados también
agarraron esas mazorcas. Ya no tenemos nada para comer. Allí se fueron a
pedir ayuda para los niños. Muchos niños han quedado sin padre, sin madre,
viuda también».
Como fenómeno social centroamericano, el descontento contra los
religiosos fue común en los regímenes
dictatoriales de Nicaragua, El Salvador
y Guatemala. Algunos permanecieron en sus parroquias después de recibir múltiples amenazas, tomando la
decisión de compartir el peligro que
corrían sus feligreses. En Aguilares, El
Salvador, la muerte del párroco Rutilio
Grande en 1977 tocó profundamente
22
Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas
cucharon en tres oportunidades los
primeros testigos y se fueron agregando
los segundos testimonios. Se fue forjando todo esto. Y se fue haciendo como
en una tesis, una demostración escrita
del fundamento de por qué decimos que
hubo persecución a la Iglesia acá en
Guatemala». No es la primera vez que
se realiza esto. En este país centroamericano la Iglesia Católica ha realizado
una enorme labor en términos de memoria histórica y denuncia de la violencia estatal. En 1988, monseñor Juan
Gerardi fundó la Oficina de Derechos
Humanos del Arzobispado de Guatemala, entidad que coordinaría posteriormente la primera comisión de la verdad
del país, el Proyecto de Recuperación
de la Memoria Histórica (REMHI). El
informe recopila en cuatro volúmenes
miles de testimonios sobre masacres,
secuestros y responsabilidades institucionales acaecidas entre 1960 y 1996
durante la guerra.
parte de la resistencia armada frente
al genocidio. Tal fue el caso de Gaspar
García Laviana, muerto en combate
en Rivas, Nicaragua, en 1978, o de los
sacerdotes Fernando Hoyos, en Huehuetenango, o de Serge Berten, en la
capital de Guatemala, emboscados en
1982 mientras militaban en el Ejército Guerrillero de los Pobres. En este
marco de revolución y guerra, el discernimiento llevó a cada uno, desde
Miguel Tiu hasta Fernando Hoyos, a tomar decisiones radicales como la época
misma, cada uno desde su experiencia y
personalidad.
Persecución de la Iglesia
En 2013, el obispo de la Diócesis
del Quiché, Rosolino Bianchetti, envió
a Roma una investigación con testimonios juramentados de personas que
conocieron a los diez religiosos. Al
respecto, Bianchetti explica: «se es-
23
Sergio Palencia Frener: Martirio y Guerra Fría en Guatemala: Los catequistas mayas
Misioneros del Sagrado Corazón.
Después del voto favorable en Roma,
el papa Francisco ratificó en enero del
2020 el carácter martirial de la muerte
de los catequistas mayas y españoles en
Guatemala. No era la primera vez que
se declaraba beatos a sacerdotes o catequistas asesinados durante la dictadura.
Entre 2014 y 2019, el Vaticano beatificó al sacerdote guatemalteco Hermógenez López, al italiano Tullio Maruzzo, al catequista guatemalteco Obdulio
Arroyo y a los estadounidenses Stanley
Rother y Santiago Miller. Estos nombres son solo algunos de la larga lista
de religiosos y religiosas asesinadas durante la guerra.
La beatificación abre no sólo una
afrenta política para los regímenes de
posguerra sino, también, remueve las
interpretaciones de la guerra. En Latinoamérica, los grandes capitales agropecuarios o financieros están íntimamente relacionados con las guerras intestinas en Guerrero, Cauca, Morazán, La
Rioja o Quiché. Más allá de la veneración institucional, la beatificación
también conlleva un juicio político sobre las fuerzas que llevaron a cabo el
exterminio social en Guatemala y Latinoamérica.
Este clero, de ala progresista, ha
promovido informes diocesanos locales
y biografías de catequistas comprometidos con la opción preferencial por
los pobres. Un precedente directo a la
investigación de los beatos fue el libro
Dieron la vida–Libro de los mártires de
la Diócesis de Quiché (2003), escrita
por el hermano marista Santiago Otero.
En el prólogo del libro, el obispo Julio
Cabrera relata: «Quiché es por muchos
motivos un lugar sagrado […] Con frecuencia mi corazón no podía resistir la
intensidad de los relatos que hablaban
de tanto dolor. La oración era lo único
que me permitía resistir».
Mientras los obispos del Quiché
iniciaban el proceso de beatificación en
2013, el papa Francisco avaló en Tarragona la elevación a los altares de 522
religiosos asesinados durante la guerra
civil española. La persecución de religiosos en España y Guatemala tiene
en común un momento de revolución y
guerra. Empero, su memoria como mártires brinda lecturas políticas opuestas.
Mientras en España muchos religiosos
y sacerdotes apoyaron al franquismo y
a la monarquía, en Guatemala el ejército calificó a ciertas congregaciones
como guerrilleras, entre ellas a los
24
Emil Cioran: visiones críticas
nación sino sólo a una ciudad. En cierta medida me siento parisino, pero no
francés –sobre todo no francés. (…).
Hay dos libros que para mí representan, expresan París. Primero aquel
libro de Rilke, Los cuadernos de Malte
Laurids Brigge, y luego el primer libro
de Henry Miller, Trópico de Cáncer,
que muestra otro París que no es el de
Rilke, sino incluso su contrario, el París
de los burdeles, de las prostitutas y de
los chulos, el París del lodo. Y ese es el
París que yo conocí: (…) el París de los
hombres solos y de las prostitutas. En
realidad, ya antes lo había vivido en Rumanía: la vida del burdel era muy intensa en los Balcanes; igual que en París,
al menos antes de la guerra (…) cuando
llegué aquí sostenía largas charlas con
muchas mujeres. Al inicio de la guerra
París
Cuando llegué a París comprendí
de inmediato mi interés por la gente
ociosa. Yo mismo soy un ejemplo de lo
improductivo: nunca he trabajado, nunca he tenido una profesión, salvo una
vez, durante todo un año en Rumanía,
cundo enseñé filosofía en Brasov. Era
insoportable. Y al mismo tiempo aquella fue la razón que me trajo a París. En
su propio más, uno debe hacer algo,
pero no necesariamente cuando uno
vive en el extranjero. He tenido la dicha de vivir más de cuarenta años como
ocioso y, cómo pudiera decirlo, sin Estado. Creo que lo interesante de vivir
en París es que uno puede, uno debe
vivir aquí como un extranjero radical,
de modo que uno no pertenezca a una
25
Emil Cioran: visiones críticas
duro. (….). Todos en Rumanía hablaban el francés y otros idiomas, pero yo
venía de Transilvania, donde sólo se
hablaba alemán o húngaro. Asumí muy
seriamente el cambio de lengua; todo lo
que he escrito en francés fue reescrito
varias veces, como el caso de Las cimas
de la desesperación, que retomé cuatro
veces. Para mí era verdaderamente un
desafío la idea de que debía llegar a escribir como un francés, hacerle la competencia en el manejo de la lengua: una
idea tal vez algo loca. (…). De guiarme
por mi temperamento, debería haber escrito más bien en español, en húngaro
o en ruso. El rigor del francés es incompatible con mi temperamento. Pero
esto es también precisamente lo que me
atrae de él.
vivía en un hotel, no lejos del bulevard
Saint-Michel, y allí trabé amistad con
una prostituta, una señora ya canosa.
Nos hicimos muy buenos amigos; es
decir, era muy vieja para mí. Pero era
una actriz increíble, con un talento
enorme para la tragedia. Casi todas las
noches me la encontraba hacia las dos o
las tres de la madrugada, pues siempre
regresaba tarde al hotel. Era al inicio
de la guerra, en 1940 –o no, fue antes,
pues durante la guerra nadie podía salir
después de medianoche. Caminábamos
juntos y ella me contaba su vida, toda
su vida, y el modo de que hablaba de
todo aquello, las palabras que utilizaba,
me fascinaban. (…). Las experiencias
que he tenido en mi vida con ese tipo
de personas me han aportado más que
la relación con los intelectuales.
Las mujeres
La lengua francesa
Coincido con Sartre cuando dijo
un poco antes de morir que siempre se
había entendido mucho mejor con las
mujeres que con los hombres. Ese es mi
caso: las prefiero a ellas. ¿Sabe usted
por qué? Porque la mujer es más desequilibrada que el hombre. Ella presiente
cosas que el hombre ni siquiera llega a
sentir. Me di cuenta de que las mujeres
se hallaban en general más cercanas a
mi manera de escribir que los hombres.
Me impresionó mucho cuando leí que
Sartre también prefería las conversaciones con mujeres.
Cuando un día me preguntaron
cómo había podido vivir sin un «oficio», respondí: «porque siempre he sido
un chulo». Será una ocurrencia, pero
algo de cierto hay tras esa afirmación.
«Ser chulo» para mí es un concepto
muy universal. Cuando un escritor vive
He mantenido una relación muy
compleja con la lengua francesa. Cuando comencé a escribir en francés creí
que no era una lengua para mí. Con ella
me sentía como dentro de una camisa
de fuerza. Pero ahora, unos años más
tarde, y desde que el francés se viene abajo, me siento en cierta medida
ligado al destino de esa lengua desfalleciente. Diría que los franceses no
son indiferentes a la decadencia de su
lengua, pero la aceptan. Yo no. Y mientras más boicoteada esté por el mundo,
más cercana a mí la siento. La razón de
esto quizá radique en que todo lo que
se pierde, lo que se desmorona, lo que
flaquea, ejerce sobre mí un gran poder
de atracción. Por eso el aislamiento de
esa lengua me fascina. Mi contacto con
el francés fue al inicio infinitamente
26
Emil Cioran: visiones críticas
con una mujer que lo mantiene, ese escritor es un chulo. Muchos de los escritores respetables que he conocido en
París han vivido como parásitos de sus
mujeres. En ese sentido, aunque nunca
me he casado, yo también he sido un
chulo.
modo inspirado en la teoría bogomil.
Luego me llamó la atención que, en
París, después de tantos años, yo haya
regresado a mi patria fundamental, al
mundo espiritual del Danubio, de Los
Cárpatos. La idea de una mística del
pre-nacimiento viene de ese mundo, del
Oriente. Por mucho que haya querido
liberarme de mis orígenes, en realidad
mis esfuerzos nunca lo lograron. Todas esas ideas, el maniqueísmo, también la gnosis, o al menos una gnosis
algo degenerada, nos llegan en parte
de Los Balcanes. Nunca nos liberamos
de nuestro origen, de nuestro comienzo. He escrito mucho contra mi país
natal; por ejemplo, he afirmado que
ser rumano era irrisorio, pero debo al
mismo tiempo reconocer que he sido
muy fatalista en la vida. El fatalismo es
la religión nacional rumana, allí todos
Rumanía, lazo con los orígenes
Me alejé de mis orígenes, sin embargo, he permanecido profundamente
atraído por los bogomiles, esos maniqueos de Los Balcanes, así como por
su idea de que el nacimiento es una catástrofe. Fue casi fatal que yo regresara
de ese modo inconsciente a mis orígenes. Siempre me atrajo la idea de que
no era Dios, sino Satán, un pequeño Satán, Satanael, el creador del mundo. Por
eso escribí Aciago demiurgo, de cierto
27
Emil Cioran: visiones críticas
no de sentido –esa palabra me repugna
un poco–, sino de necesidad. (…).
Si yo hubiera sido del todo consecuente conmigo mismo, hubiera terminado no haciendo nada. Sin embargo,
al hacer algo me contradije, viví en la
contradicción. Aunque toda la vida, así
lo creo, está en el fondo condenada a
la contradicción. Quisiera contarte algo
un poco idiota: cuando visitamos un cementerio –lo que es un hecho banal– y
vemos que un amigo, con el que hacía
dos o tres días habíamos reído, ha desaparecido sin dejar huellas, ¿cómo
podríamos entonces erigir un sistema?
¡Para mí esto es inconcebible! Así
ocurrió con un amigo al que quería
mucho, un judío polaco, un hombre
muy simpático e interesante con el que
yo mismo me había reído de todo –era
hasta más nihilista que yo–, pero allí,
ante su tumba, todo aquello para mí era,
cómo explicarlo. Es un hecho banal,
son fatalistas en la vida cotidiana y con
relación a todo. Entonces uno nunca
logra liberarse de sí mismo.
Las contradicciones
Siempre he vivido entre contradicciones y nunca sufrí por ello. Si hubiera
sido un ser sistemático, hubiera debido
mentir para encontrar una solución.
Ahora, no sólo acepté este carácter insoluble de las cosas, sino que en él hallé,
debo reconocerlo, cierta voluptuosidad
de lo insoluble. Nunca pretendí allanar,
reunir o, como dicen los franceses, conciliar lo irreconciliable. Siempre acaté
las contradicciones tal como ante mí se
presentaban, tanto en mi vida privada
como en la teoría. Nunca tuve un objetivo, nunca insistí en lograr un resultado.
Creo que no puede haber ni objetivo, ni
resultado, tanto en lo general como en
lo individual. Todo lo que existe carece
28
Emil Cioran: visiones críticas
todo el mundo ha experimentado esa
sensación. Pero cuando uno lo traduce
a la filosofía, ¿cuál es la conclusión?
Aquí está: hasta el mismo nihilismo es
un dogma. Todo es ridículo, carente de
sustancia, pura ficción. Por eso no soy
un nihilista, porque hasta la nada misma se convierte en un programa. En la
base todo carece de importancia. Todo
lo que existe se queda en la superficie,
todo es posible, todo es drama.
Por supuesto que existe el amor. A
menudo me he preguntado: cuando lo
hemos comprendido todo, cuando todo
ha sido penetrado por nuestra mirada,
¿cómo explicamos entonces que nos
enamoremos de cualquier cosa? Y sin
embargo esto nos ha ocurrido. (…). He
aquí lo que de real e interesante tiene
la vida. Quisiera terminar esta reflexión con una pincelada optimista: la
vida es realmente interesante y atrayente porque por encima de todo carece
de sentido. Uno puede dudar absolutamente de todo, uno puede reafirmarse
como nihilista, y sin embargo enamorarse como el más grande de los idiotas.
Esta imposibilidad teórica de la pasión
que, en la práctica, queda desmentida,
hace que la vida posea cierto encanto
indiscutible, irresistible. Sufrimos, reímos de nuestros sufrimientos, hacemos
lo que nos venga en gana, pero esta
contradicción fundamental es tal vez finalmente lo que hace que la vida valga
la pena de ser vivida.
lo crean. Siempre carecí de prudencia,
simplemente he dicho lo que me ha
pasado por la cabeza. De cierto modo
intenté desenmascarar la existencia,
por eso me han considerado como un
cínico. Pero si he sido un cínico en mi
expresión, por lo general no lo he sido
en la vida. Y sin embargo debo reconocer el valor del cinismo como un punto
de vista taxonómico. Siempre he dicho
que uno debe escribir lo que en ese
momento vive como realidad, incluso
lo que uno no debería decir, por muy
penoso, frívolo o insolente que pueda
resultar. Cuando escribo algo o cuando
reflexiono, no le pongo límites a la expresión del sentimiento de la verdad.
Nunca, nunca he pensado en las consecuencias. Y nadie se ha suicidado por
mi culpa. Al contrario, he conocido personas que me han dicho: gracias a usted
no me suicidé. Y la gente que sufre de
depresión al leerme comprende que
puede entregarse aún más a su depresión. Para hablar como Kierkegaard, la
depresión es un estadio en el camino de
la vida. Tampoco tengo la impresión de
El cinismo
Nunca escribí como un autor,
créame, nunca he pretendido la gloria,
nunca me he creído un autor y no soporto tampoco que los otros también se
29
Emil Cioran: visiones críticas
hace que hoy día sólo encuentre placer
con la lectura de sus cartas, pues en
ellas aparece como lo contrario de lo
que él mismo es en sus escritos. En ellas
vemos a Nietzsche tal cual fue en realidad: un pobre tipo. Todos esos héroes,
aquellos héroes del pensamiento que
desempeñan un gran papel en sus libros,
toda esa gran ilusión me resulta igualmente falsa. Aunque sea genial, y esto
es obvio, en cierta medida Nietzsche
no es verídico. Para mí el verdadero
Nietzsche están en sus cartas. Por eso
me desvié de una gran parte de su obra.
Nietzsche se dotó a sí mismo de una
Weltanschauung, de una concepción
del mundo. No se liberó de sus ideas ni
de sus proyectos, sino que permaneció
dependiente de ellos y esclavo de sus
ideas. Para mí nunca pasó a ser un hombre libre, al menos en sus libros. Quizás
exagere un poco, pero tengo la impresión de estar en lo cierto. Nietzsche fue
el héroe de mi juventud, pero ya no lo
es. Aun siendo genialmente mordaz
y cínico, lo hallo cada vez demasiado
juvenil para mí, demasiado cándido.
que he llevado a cabo, si así puedo llamarla, una carrera «negativa». Y por lo
demás, sepa usted, todo da igual. ¿No
es así?.
El pesimismo
Dicen que soy un pesimista. ¡No
es cierto! Esas categorías escolares
son grotescas. Sé con exactitud qué es
el pesimismo. Pero como usted acaba
de afirmar, existe una diferencia fundamental entre el pesimismo como
sistema y la experiencia cotidiana del
pesimismo, que nace simplemente de la
experiencia de ser un ser vivo. No se
puede ser pesimista de la vida, pues la
vivimos, no tiene sentido. Somos como
todos, y hablo aquí de cosas vividas.
Me dediqué a hacer la apología del escepticismo y también la del pesimismo,
pero esto no es lo importante. Lo importante está en lo que vivimos, en lo
que experimentamos y en el modo en
que lo experimentamos.
Nietzsche
Durante mi juventud, Nietzsche
ejerció una enorme influencia sobre mí.
Ya hoy me siendo muy lejos de él. ¿Por
qué? Porque él construyó su propia teoría. Nietzsche tiene un ideal, una idea
del hombre, del valor en función de la
cual escribió, trabajó, elaboró, toda su
obra. La impresión de que todo esto no
era sino algo falso se fue formando en
mí progresivamente. Como profeta o
analista –aunque haya pretendido ser
una analista no dejó de ser un profeta–
Nietzsche quiere «aportar» algo absoluto, pretende crear algo, desempeñar
un papel dentro de la cultura, etc. Esto
Los alemanes
Nietzsche nunca expresó su experiencia de la vida; sólo tenía una
idea en su mente: hay que superar, superar, superar –y esto en el fondo es
muy alemán. Quizás este haya sido el
error fundamental de los alemanes y
del pensamiento alemán. De ahí que
la historia alemana sea un naufragio
sinigual, una catástrofe, pues los alemanes han querido construido su propia
historia. Les falta la sabiduría: han tenido genio, pero ninguna sabiduría. No
viven ni la historia, ni la misma vida;
30
Emil Cioran: visiones críticas
bastante bien, puedo comer lo que desee, puedo viajar, etc., en fin, mi vida
ha pasado a ser de cierto modo más
segura, y esto ha proyectado grandes
sombras espirituales sobre mí. Antes,
en París, vivía al día, pero era espiritualmente más fresco, más joven también, y –como es obvio– era otro hombre. Nunca sabía qué sería de mí al otro
día. Viví veinticinco años en hoteles,
siempre fui como un animal, como una
bestia salvaje. La seguridad representa
un peligro increíble sobre el plano espiritual, como lo mismo una salud perfecta es una catástrofe para el espíritu.
El intelectual, o digamos, el escritor,
debe conservar la sensación de que sólo
tiene el suelo para poner los pies. Si comienza a instalarse, como diría, si llega
a establecerse, está perdido. Hacemos
una obra, nos convertimos en un gran
escritor, somos «alguien». Todo eso es
deplorable. La inseguridad es una absoluta necesidad. Un escritor cuya vida
llega a ser segura es un escritor perdido.
siempre han querido construir, erigir.
Y en filosofía esto no puede llevarse a
cabo sin mediante el sistema. Que todo
deba ser homogéneo, resulta –diría
yo– un pecado idiota, una tara. Los
alemanes son demasiado sistemáticos,
han experimentado y se han construido
una historia sistémica, con sus debidas
consecuencias. Los alemanes siempre
han estado por fuera de la vida. Hay
algo irreal en todo el destino alemán.
De hecho, han sido por lo demás un
pueblo trágico que, de tan serio, nunca ha llegado a reírse de sí mismo. No
existe la ironía alemana. Han escrito sobre ella, pero nunca la han experimentado o practicado –sólo han hablado y
han pensado en ella de un modo abstracto. Ahí está el origen del naufragio
alemán. A fin de cuentas, cuando pensamos que la nación alemana era la más
genial de Europa, o en todo caso la mejor dotada, concluimos ante el fracaso
de una nación que llegó a caer tan bajo,
un fracaso sin comparaciones que no
es sólo el de la Segunda Guerra Mundial, sino ya antes, tras la Primera. La
historia y el espíritu alemán de cierto
modo han estado del otro lado, pues
ambos fueron pensados de una manera
demasiado sistémica, sin sabiduría.
España
Debo decirle que siento un profundo amor por España, el único país
literalmente poseído por la obsesión de
la decadencia. Algo que le llegó muy
temprano, tras la Conquista, tras la
gran época y el fin de las conquistas.
Luego vinieron dos, tres siglos dominados por la idea de la decadencia, lo
que llegó a ser el concepto central de la
historiografía española. Por eso siento
una enorme debilidad por España y por
eso ella ejerce sobre mí tanta fuerza de
atracción. Antes de la guerra quería ir
a España para escuchar los cursos de
Ortega y Gasset, y quizás también para
La ventaja de la inseguridad
Al distribuir toda su fortuna, Wittgenstein se liberó de ella espiritualmente. Sepa una cosa, desde un punto
de vista espiritual me iba mucho mejor
y vivía de un modo más intenso, cuando sólo poseía un pequeño baúl y dos
trajes, o incluso uno solo, durante todo
un año. Actualmente no soy rico, pago
pocos impuestos, gasto poco, pero vivo
31
Emil Cioran: visiones críticas
con la ayuda de las palabras. Considero
esto altamente deshonesto. No niego
que Heidegger haya sido un genio, pero
también lo considero como un estafador. En lugar de darle solución a los
problemas, se conformó con mostrarlos, creó palabras, desplazó los conflictos y les dio respuesta –como diría– con
una producción de vocabulario. Para
mí, Heidegger era realmente demasiado
ingenuo, aunque al mismo tiempo haya
sido astuto como un campesino. Era un
hombre, me atreveré a decirlo, inconscientemente taimado.
establecerme. Solicité una beca en España y esperé la llegada de alguna respuesta. Luego estalló la guerra y mi
vida tomó otro sentido. De no haber
ocurrido la guerra tal vez me hubiera
convertido en un español y hubiera permanecido allí por el resto de mis días.
El hecho de que un pueblo tan extraordinario como el español experimente a
tal punto la conciencia de la decadencia
ha repercutido en mí. Siempre me llamaron prodigiosamente la atención los
pueblos que han dejado escapar su destino. Ocurre también con los alemanes,
quienes nunca tuvieron la historia que
creyeron haber merecido. Con un Bach,
un Hegel, un Kant, e incluso un Holderlin, Alemania debería haber poseído
otra historia. Nunca llegó a ser lo que
debía ser. Me gusta esa dimensión patética de la historia. Nunca me ha interesado Inglaterra como destino: es un
país que no tiene destino, lo mismo que
en el fondo le ocurre a Francia. Pero
Alemania sí tuvo ese destino, algo así
como un genio que nunca llegó a realizar.
Los aforismos y la novela
Todo lo que he escrito es un resultado –los aforismos no los escribí de
inicio como aforismos: escribo una página, luego lo desecho todo y comienzo
nuevamente. Para escribir una novela
se necesita escoger detalles. Pero a mí
no me interesan los detalles, siempre
voy directo a la conclusión. Si hubiera
escrito una obra de teatro, comenzaría
en el quinto acto, pues ya en el inicio
comienzo a descubrir el final. Con esta
concepción de las cosas uno no puede
escribir un libro, ni practicar las Bellas
Letras, ni ningún género literario. Es
por esto que no soy un escritor, soy un,
no sé, un hombre del fragmento.
Heidegger
Heidegger creyó demasiado en las
palabras. No resolvió las dificultades,
simplemente pasó por encima de ellas
32
33
LETRAS
34
Poemas de Francisco Nájera
PENSAMIENTO CON DEDICATORIA
Pienso
para ti
este pensamiento
pensamiento que refleja
lo que pienso
sin semejarlo
jamás
y sin pensarlo
puro pensamiento
absoluto
sólo para ti
todo tuyo
para ti
35
Poemas de Francisco Nájera
aún cuando tu
apenas si comienzas
a
pensarlo
a
percibirlo
a
a la luz de la luna la tierra
con sus valles montañas
los ríos
el mar que incesante viene
y va en sus olas
allí donde todo descansa
la arena / la
espuma
el temblor de la noche
del cuerpo
que es ella
que es
siempre ajena / la
altura el olvido la
nube
la
cubierto por la luz azulada
el recuerdo
su forma
36
Poemas de Francisco Nájera
allá
siempre allá
escenario su forma
escena
rio que alumbra el deseo
su cuerpo
escena
rio
el deseo
escena
rio que se ofrece a la lengua
con sus ritmos / sus
formas en la luz que azulada
son
aquí
la memoria / el origen
la nada
alucinatorio el retorno a los gozos
(¿monstruosos?) / al origen
de su propia ¿unidad?
en la nada
actuación (¿por la lengua? ¿en el texto?)
que nos lleva / devuelve
a este espacio
37
Poemas de Francisco Nájera
absoluto
que no ha sido / y que
nunca
Hemos visto marchitarse las últimas flores
Las criaturas necesitan cumplir su propia ley
¿Qué ambición absurda me ha apartado de mí?
En la oscuridad las voces no dicen ya más
Apenas si susurran
El cielo negro aún
Ni un jirón de nube
Bajo la luna el patio blanco
El tiempo siempre un ahora
Al alba un filo de luz
Un leve viento
Las hojas silenciosas
Húmedas por el rocío
Parecieran despertar
¿Ha pasado la vida?
¿Las constelaciones que nunca se encuentran?
Ahora estamos aquí A mitad de la noche
Sentados solos frente a la oscuridad
¿Cómo es que hasta aquí hemos llegado?
¿Cuál ha sido el camino?
Hay montañas a nuestro alrededor
¿Cuál ha sido pues el camino?
38
Poemas de Francisco Nájera
EL VERDUGO
para Gabriel W.
Y cuando lo puse en la cruz, le pedí perdón, como siempre hago, y él
me llamó hermano, y aunque no pude comprender por qué es que me
llamaba hermano, sentí como si verdaderamente fuera su hermano.
Nunca he podido olvidar sus ojos, la forma en que me miró en esos
momentos, cuando con su voz apagada me dijo ¡Hermano!
Antes de sacarlo de la celda había tenido que azotarlo, había tenido que
golpearlo, vejarlo, y su cuerpo estaba lastimado, herido, hinchado, deforme. Su cuerpo que sangraba.
Y cuando empezamos a caminar por las calles apenas si podía sostenerse en pie, así que tuve que sujetarlo, ayudarlo, aún tomar la cruz en
algunos de los trechos de su camino.
Y cuando por fin llegamos al cerro lo puse en la cruz, y cuando ya lo
había clavado a ella lo alcé con algunos soldados para que la gente
pudiera verlo, y todos gritaron y aplaudieron. Y estaban felices. Nunca
había yo visto tal júbilo ante una ejecución como ésta.
Y todos le gritaban insultos y se burlaban de él y le decían que hiciera
uno de sus tantos milagros y que se bajara de la cruz y que curara su
cuerpo y caminara. Que subiera a ese cielo que era el de su padre.
El tenía los ojos cerrados así que no veía a quienes se regocijaban así
con su sufrimiento, con su muerte.
Y algunos de ellos le habían hecho una corona de espinas y se la habían
puesto en la cabeza. Y ahora la corona se le veía torcida y le hacía sangrar aún más la cabeza.
Pero cuando él levantó la cara al cielo y abrió los ojos y en medio de la
sorpresa y el temor de todos gimió con gran fuerza ¡Padre! ¡Padre mío!
¿Por qué me has abandonado?, una profunda oscuridad descendió sobre
el mundo y la tierra se sacudió y el sol pareció derramar no luz sino una
sangre sucia, corrompida.
39
Poemas de Francisco Nájera
Entonces el cuerpo del crucificado pareció aflojarse y todos supimos
que ese hombre que estaba clavado en la cruz había, finalmente, muerto.
Y la gente empezó entonces a dispersarse llena de un desasosiego inexplicable y yo me senté allí, sobre unas piedras, a los pies de la cruz, y
cuando levanté la cabeza pude ver la de él doblada sobre su pecho, y la
cara toda ensangrentada, ahora completamente inmóvil.
Decía que era el hijo de Dios, ¿pero qué Dios hubiera deseado una
muerte así para uno de sus hijos?
Yo, que fui su verdugo, le vi morir esa tarde allí, en ese lugar que llamamos el Gólgota, Cerro de las Calaveras. Le vi colgado sin vida de la
cruz en la que yo mismo le había clavado. No. No podía ser el hijo de
ningún Dios. De eso estoy yo ahora seguro.
EL ENCUENTRO
de elena p.
Yo venía cansado, los zapatos cubiertos de lodo y el morral encarnándoseme en la espalda.
Había caminado mucho.
Un hombre pasó en su carreta y se detuvo. Con trabajo subí y me senté
a su lado, El tenía la boca seca y agrietada en las comisuras. Las ruedas
de la carreta se hundían en la tierra sobre la que daban vuelta lentamente. Pensé que tenía que hacer un esfuerzo y empecé a balbucear algunas
palabras. El me contestó por no dejar, y así fue que seguimos. Y de
pronto, en medio del sol que nos quemaba, de nuestra ropa sucia y maloliente, algo blanco, muy dulce, nos fue atravesando, y nos comunicamos cosas sencillas, e inesperadas. Como cuando el camino parece un
espacio muy tierno y verde. Yo era un forastero y sólo pronuncié unas
cuantas palabras que fui sacando de mi morral, pero que eran como las
suyas, y nada más las fuimos cambiando unas por las otras, las suyas
40
Poemas de Francisco Nájera
por las mías. El me miró a los ojos y repentinamente el mundo se entregó al silencio.
Llegamos por fin al pueblo donde había un único mesón.
Cuando bajé de la carreta él empezó a buscarse en los bolsillos, a voltearlos con inquietud, reteniéndome con sus ojos. Buscaba a su alrededor como esperanzado, mirando al campo, al cielo. De pronto, todas las
arrugas de su rostro ennegrecido, todos esos surcos ahondados por el
sol y la tierra, me sonrieron.
De no sé dónde extrajo un papelito y acariciando con su gruesa mano
mi rostro tartamudeó mientras me lo entregaba
–Ya sé. Te voy a regalar mi nombre.
Llevan biblias, fotos, escapularios,
talismanes, cartas, oraciones,
pero también recordatorios y consejos
–«No vayas a llorar» «No vivás fuera
de tus sueños» «Mantenete siempre
bien despierta».
Los que ahora duermen
han cruzado vastos caminos.
Antes caminaron hacia algún
¿refugio? Cruzaron calles
solos o en compañía de otras.
Ahora atraviesan estas tierras
yermas. Chingadas tierras
–dice alguno.
Hojas secas
se anudan en una maraña.
Ramas secas se quiebran
en lo oscuro.
Los que aún siguen van,
41
Poemas de Francisco Nájera
van hacia ese otro sitio,
otro lugar,
en busca de su sueño.
Caras a un cielo a oscuras
niñas niños labios partidos
caras requemadas agrietadas.
el viento castiga días y noches
los cuerpos, tiesos y tibios
como casi cadáveres,
alineados sobre los techos de los vagones
el tren avanza sobre las vías
junto a un muro de metal
el hombre a cargo de los que van
cuenta sus cuerpos don
siete cuerpos
el viento silba ulula y se lleva
los ruidos que en la noche
llenan las cuencas blandas
de los oídos
Abajo el suelo es un desierto pardo
Arriba el cielo inmóvil es azabachado
Desierto irreal bajo la niebla
marrón al amanecer
el tren se desliza rechina
se detiene por completo
cuerpos rápidos tratando de hacerse
invisibles bajan las escaleras
Uno a uno se forman junto a la pared
dos tres cuatro cinco diez
42
Poemas de Francisco Nájera
corren al lado de los rieles
rápidos casi invisibles con
cuerdas ganchos escaleras
de maderas ansias oraciones
trepan pasan
por encima de la pared y caen
al otro lado
Cuando la lluvia amainó
exhaustos empapados aliviados
nos tumbamos panzarriba con las bocas abiertas
tratando de atrapar las últimas gotas de la lluvia
Uno de nosotros se incorporó y empezó a hablar
Antes teníamos que ganarnos nuestros nombres
–dice– se nos daban cuando habíamos ya madurado
teníamos que ganárnoslos poco a poco
nombres que no eran secretos pero que
sólo podían ser pronunciados por quienes eran
de nuestras familias
porque el nombre merece todo respeto
porque el nombre es como el espíritu
el destino de cada una de nuestras gentes
luego la muchacha comenzó a caminar hacia cada uno de nosotros
susurrándonos en una oreja nuestro verdadero nombre
cada uno de nosotros sonriéndose en la oscuridad
agradecidos por el don que habíamos recibido
luego iniciamos nuevamente el camino a lo largo de los cerros
a través de este desierto que nos devora que nos destroza.
Se extiende en torno nuestro el desierto
amplio inmutable inescrutable
43
Poemas de Francisco Nájera
El tren avanza en dirección poniente
paralelo al largo muro metálico.
El sol se alza inmensa atrás de una cordillera
El suelo bajo las ruedas es blanco marrón
salpicado de espinas basura piedras extrañas.
El tiempo el horizonte una larga línea sin sentido
el aire como una ventana rota por algún pájaro
¿Mamá? estamos bien no se preocupe
vamos ahora en camino y la extraño
Han pasado muchas cosas pero recuerdo las piedras que tirábamos
en la laguna cuando todavía estaba allá
y mis hermanos me golpeaban y mis hermanas me cuidaban
Cuando llegue no me va a dar miedo escalar ese muro
y después brincar desde arriba
Le prometo que al llegar a las casas más allá
del desierto que voy a llamar al abuelo para que me vaya a buscar
y me lleve a su casa
Nos detenemos bajo el cielo del desierto a la espera
creyendo ver los rostros de nuestras madres
de nuestros padres
de los hermanos y las hermanas
con la mente toda llena de arena
Hemos caminado y hemos corrido cruzando campos y ríos
siempre a escondidas
siempre a la espera
siempre en vela
sobre vagones de trenes
mirando siempre un cielo vacío
Aquí la luz es incandescente
y el tiempo ha perdido todo sentido
44
Poemas de Francisco Nájera
Caminamos con los ojos semicerrados
y así vemos oímos esperamos
llenos de angustia nuestros estómagos
Arriba pasa un avión que va hacia otros lugares
ciudades pueblos ríos piedras animales
las cordilleras interminables semejan cicatrices
Aquí, entre arena, tratando de no perdernos
vamos en fila
Negros nubarrones se forman sobre el desierto
allá a los lejos ¿los ves? se preguntan unos a los otros
Allá a lo lejos los pájaros también
águilas tal vez ¿las alcanzas a ver?
Y sí, dice un niño y sí, dice otra
las vemos ahora
aunque no alcancemos a oírlas
¿por los sonidos que nos rodean?
por los sonidos en nuestras cabezas
el aleteo de muchísimos pájaros
el repicar de algunas campanas
el galopar de caballos que están acercándose
y no sabemos si también oímos el ruido de todos los muertos
aquí en el desierto
el sonido de todos sus gritos
de todos sus huesos enterrados aquí
y nosotros aún caminando sin nunca detenernos
sin parar ni un minuto o segundo
el calor cada vez más pesado chicloso el sol
cada vez más picante
pintando unas como sombras chiquitas alrededor de las cosas
los cactos las piedras los huesos los sonidos
45
Poemas de Francisco Nájera
Se oyen las voces de hombres en otra lengua
Ni policías ni militares Son vigilantes
Cuidan su muro Imponen su ley
Su color su separación
Un disparo suena muy cerca y luego
otro más lejos y entonces una ráfaga
de pronto alguien grita ¡corramos!
Y todos corren entonces por donde pueden
hacia donde se puede
algunos caen al suelo
algunos con balas en las espaldas
en las cabezas, en las piernas
sus pertenencias ensangrentadas
derramadas sobre la tierra
los demás siguen corriendo
en la distancia hay nubarrones
hacia el norte
Como nosotros buscan la luz
Galveston
Brownsville
Los Fresnos
El Paso
Nixon Canutillo
Conroe
Harlingen
Houston Corpus Christi
lugares donde miles de niños
indocumentados
se encuentran encerrados
46
Poemas de Francisco Nájera
centros de detención
cárceles miserables De esto no se habla
que simulan ser
escuelas
refugios
Corpus Christi
Houston
Harlingen Conroe
Canutillo
Nixon
El Paso Los Fresnos
Bronxville
Galveston
¿Y qué de las cárceles en Arizona?
¿O en los otros estados?
47
Poemas de Sofía Herrera Batres
Temporal
Siempre que veo la lluvia
raíces se ahondan en mi vientre.
Se entierran en lo más profundo.
Es entonces cuando me preparo para florecer.
Fin del viaje
Este no es el sueño que soñé,
me desperté en un campo de espinas.
Navegué sin mapa y a oscuras
no llegué al paraíso
del que tanto me hablaban.
48
Poemas de Sofía Herrera Batres
Pero llegué a tierra firme.
Tiene ventanas que tiemblan,
puertas abiertas,
sonrisas brillantes,
comida caliente,
ladridos pequeños,
y carcajadas de campanas.
Le llamé hogar.
Poeta
Escribirme, rimarme,
tocarme y disfrutarme,
entre otras cosas que
el tiempo en soledad
me ha dejado hacer.
Deshacerme, retorcerme,
erigirme y levantarme
desde las cenizas
en donde yo misma
me había dejado.
Son demasiadas las luchas
contra mí que he perdido
y el doble de las que
me he ganado
a la vieja yo.
49
Poemas de Sofía Herrera Batres
Entonces,
me habito, me consuelo,
me deslumbro, me abrazo
me protejo, me fecundo,
me nazco, me beso,
me respiro, me dibujo,
me escribo.
Me nombro.
50
Poemas de Blanca Álvarez
I
Corto
Un ladrillo a orillas de una azotea. Un amanecer.
Ruidos de lluvia, risas de niños, la caída de hojas en otoño, risas de
hombres y mujeres al mismo tiempo, rayos solares atravesando los
dedos de una mano, risas de mujeres, un arcoíris en el cielo, vapor
después de una caída de lluvia, alguien respirando el mejor olor de
su vida, risas de ancianos, sonidos de animales, sonido de alguien
marcando una tarjeta de salida laboral, ruido de tacones subiendo una
escalera, sonido de alguien corriendo y resoplando, la voz de un niño
llamando a un juego infantil, risas de hombres, ruido de una olla
cocinando una comida, la tetera, cafetera, licuadora, alguien sorbiendo
el mejor milkshake de su vida, la voz de un niño diciendo papá, la voz
de una niña diciendo mamá, el último aliento de alguien diciendo; lo
siento, el llanto de un recién nacido. Un suspiro. Un atardecer.
51
Poemas de Blanca Álvarez
II
Madre
Transito por la zona olvidada de los recuerdos.
Resbala entre mi nariz el olor de los libros apilados por desidia.
Corto los candados de las ventanas de madera
y caen los sellos de la nostalgia de los años acumulados.
Se abre el escenario para recorrer con mis ojos sus trenzas brillosas
hechas con las manos añejas en libertad.
Me arrodillo y desparramo gemidos pues encuentro intacto
el juguete de trapo semejante a un caballo, con cuadritos azules
bordados con lana de los colores perdidos por el tiempo, pero vivos
e intactos con la felicidad anegada por los momentos vividos
cuando festejábamos su vida terrenal.
La vida es una poza profunda que funciona inconvenientemente
para el que queda.
Como una rueda que no deja de girar el dolor deriva
con disparidades de accidentadas variaciones.
Para desconcertarnos en momentos esenciales
sin disipar las dudas instaladas
de cómo podemos existir solo con el fundamento del tiempo.
Han pasado doce inviernos y aún añoro escuchar su contagiosa
risa sonora.
52
53
ENTREVISTA
54
Edelberto Torres-Rivas:
«Árbenz no confió en las
masas populares que pedían
armas para defenderlo»
Rafael Gutiérrez
Han transcurrido 60 años desde el
derrocamiento del régimen de Jacobo
Árbenz. 27 de junio de 1954, fecha
aciaga en la que da inicio una sucesión
de mezquindades, crímenes, horrores y
frustraciones que, hasta el día de hoy,
el proceso histórico no ha logrado soterrar. Casi todos los actores y circunstancias políticas de la época han desaparecido. Salvo la CIA, cuyo protagonismo
hoy sigue brillando estelarmente en el
escenario de las intervenciones norteamericanas. No se trata, ciertamente, de
apelar de nuevo a la memoria quejumbrosa del suceso histórico o de hacer el
obituario acostumbrado «a la década
primaveral». Sin embargo, el trauma,
la obsesión nacional, pezuña de fuego
en la frente de nuestra historia, doblón
funerario con el que echamos a andar
hacia la región de los muertos, o como
se le quiera llamar, todavía está allí. Un
hecho es indiscutible: las conquistas y
aspiraciones colectivas del pueblo guatemalteco sólo alcanzaron cabal realización en el marco de los diez años
de la Revolución de Octubre. Después
vino la infamia, ésa «que marcó la derrota del más importante proyecto que
desarrollo que ha tenido Guatemala en
el siglo XX», en palabras de Edelberto
Torres-Rivas. Fue justamente con este
55
Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo»
camente por la arrogante amenaza del
embajador Peurifoy. Lo que no puede
dejar de recordarse es lo que significó
en la historia latinoamericana la renuncia de Árbenz. Ningún programa
de desarrollo económico con independencia política volvió a tener éxito en
el clima de la política exterior norteamericana. Ningún proyecto nacionalista con apoyo popular hasta que llegó
la Revolución Cubana. En Guatemala,
la renuncia de Árbenz fue, primero, la
bancarrota injusta del movimiento de
las masas que lo apoyaba con fervor.
Marcó también la derrota del más importante proyecto de desarrollo que ha
tenido Guatemala en todo el pasado
siglo XX. Pero hay algo más: los diez
años de gobiernos revolucionarios iniciaron, tardíamente en el reloj latinoamericano, el reemplazo del Estado liberal oligárquico por un poder moderno
y desarrollista. Aún peor, dejó intactas
las raíces de la clase terrateniente, esa
oligarquía cafetalera que sesenta años
después, con hipócritas afeites faciales,
todavía apoya las políticas de atraso y
exclusión. Es como si la historia se hubiese interrumpido.
RG: Fuera de los circuitos de discusión
e interpretación académica, se percibe
hasta hoy una maraña de acontecimientos y actores detrás de la caída del gobierno arbencista: La Compañía Frutera
(UFCO), Ejército guatemalteco, oligarquía terrateniente, Agencia Central de
Inteligencia (CIA) expansionismo soviético, Reforma Agraria, Movimiento
de Liberación Nacional, Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y hasta se
dice, en fin, que la renuncia del propio
Árbenz fue sugerida y redactada por
José Manuel Fortuny, uno de los más
sociólogo centroamericano nacido en
Guatemala, investigador asociado a
FLACSO y consultor en PNUD y quien,
a la sazón, «era un joven activista descentrado de 20 años» —hoy es uno de
los más profundos conocedores sobre
política y sociedad de la región—, con
quien conversamos en torno al 54.
Rafael Gutiérrez: Más allá de las condenas o absoluciones, ¿es pertinente a
estas alturas (o abismos) de nuestra historia, continuar hablando en torno a esa
fecha, —domingo 27 de junio, nueve
de la noche de 1954—, día, mes, hora
y año de la renuncia de Jacobo Árbenz
Guzmán, presidente constitucional de
Guatemala?
Edelberto Torres-Rivas: La pertinencia de la fecha es indiscutible. Acaso no
importa el día ni la hora. Tampoco la
anécdota que hizo que los compañeros
de promoción, íntimos amigos y compadres de Árbenz, los coroneles Díaz y
Sánchez, se dejaron dominar psicológi56
Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo»
activos dirigentes del partido comunista y cercano colaborador del presidente
derrocado. Después de más de medio
siglo, a quiénes les corresponde el papel estelar, digno de figurar en los anales del oprobio.
ETR: En el escenario donde se produjo la caída de Árbenz hubo marionetas,
actores con carne o de papel, títeres,
comediantes y personalidades fuertes.
Tal como ocurre en los momentos dramáticos de las coyunturas críticas, ellos
representaban a cabalidad los intereses
en juego. La opacidad de la historia se
vuelve entonces transparente, las máscaras caen, la ceremonia y el símbolo se
vuelven brutales gestos, palabras y actitudes que no necesitan interpretación.
La figura, central, sin duda, fue Árbenz,
que mantuvo en ese momento un difícil
equilibrio como revolucionario y como
militar. No confió en las masas populares que pedían armas para defenderlo.
Cerca de él estuvieron varios dirigentes
comunistas, pero no el PGT. Fortuny
tuvo la clarividencia del fracaso cuando
una semana antes planteó a la Comisión Política del Partido si no se habría
ido demasiado lejos. Y renunció a la
Secretaría General como consecuencia de una desmoralización que forma
parte del mismo ánimo que le permitió
redactar la renuncia de Árbenz. Frente
a éste, el personaje duro, siniestro, imperial, fue John D. Peurifoy, embajador
norteamericano que gustaba vestir traje
militar y pistola al cinto, visible por lo
grande, cuando cumplía funciones diplomáticas. Como es bien sabido, fue la
presión que ejerció como una conspiración palaciega en las filas del ejército lo
que produjo el desenlace. El grupo mercenario de Castillo Armas era, según lo
relata Cullather, un «ejército» autoderrotado. Fue una víctima de la CIA y no
de la UFCO.
RG: Jacobo Árbenz El rojo y Carlos
Castillo Armas El pelele. ¿Así tan dicotomía fue la cosa?
ETR: No hay comparación alguna.
57
Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo»
Árbenz personifica la derrota, ciertamente. Castillo Armas, ni antes ni después, fue el actor que lo enfrentó. No
fue un ganador. Su gestión como presidente y su asesinato forman parte de
una historia gris, que hoy día debe ser
analizada más responsablemente.
RG: Los gobiernos gringos, siempre
tan optimistas y amigables ellos (política del Buen Vecino, política de puertas
abiertas y demás sandeces. A la postre,
la historia nos lo ha enseñado, Estados
Unidos no tiene amigos, sino intereses), echaron a andar dos operaciones
encubiertas, que contemplaban no sólo
el derrocamiento de Árbenz sino la eliminación física de sus cercanos funcionarios: PBFortune y PBSuccess. ¿Qué
hubo detrás de este aparato conspirativo?
ETR: Todo lo que sugiere esta pregunta tiene que ser visto en una perspectiva
precisa y directa. Aquí no hay margen
para la especulación ni para versiones
ideológicas de la historia. Guatemala
fue una víctima de la Guerra Fría. Una
víctima menor. Cuando la prensa inglesa informó el escándalo mundial que
produjo la acción de la CIA, el primer
ministro Winston Churchill rugió: « yo
jamás había oído de este maldito lugar
de Guatemala hasta que llegué a los 79
años». El clima de la Guerra Fría subió
de temperatura en los años cincuenta, y
corresponde a los que los historiadores
de ese período llaman «el primer momento del enfrentamiento entre Estados
Unidos y la URSS». La Guerra Fría fue
en sus orígenes un duelo mortal, militar, de la naturaleza del juego «suma/
cero» en el que no cabe la noción del
empate. Fue un enfrentamiento de dos
potencias militares, pero también de
dos sistemas de organización de la vida
social y económica, dos políticas y dos
ideologías. Luego, el duelo cambió de
naturaleza, cuando la disuasión nuclear
convenció razonablemente a todos que
en una guerra atómica la única ventaja,
de quince o veinte minutos, la tendría
la potencia que primero soltara los misiles. Vivirían unos momentos más. En
este clima de histeria anticomunista, las
dos primeras acciones encubiertas de
la CIA fueron exitosas: derribaron al
Dr. Mosadegh, primer ministro de Irán,
del partido progresista Tudeh y enemigo del Sha y meses después al coronel
Árbenz, sin partido político, y enemigo
de la Frutera. PBFortune y PBSuccess
fueron puntos a favor del anticomunismo, necesitado de fortuna y éxito.
58
Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo»
jaula animal, o la de Saddam Hussein,
con el rostro sucio, el pelo revuelto y
la lengua de fuera, como una imagen
inhumana del mal. A Árbenz lo odiaba
la CIA a tal punto que las fotografías
de Arabella, desnuda, tiempo antes de
su suicidio, la hizo circular sin explicación alguna. ¡Era la hija de Árbenz! Su
exilio, el de un derrotado, fue doloroso
y solitario, igual que su muerte, que se
ensombrece con la duda de si fue un
accidente o un suicidio.
RG: Hay quienes sostienen que tarde o
temprano, con la CIA o sin ella, el ejército guatemalteco hubiera derrocado a
Árbenz por la orientación progresista
de sus reformas.
ETR: Lo que no ocurrió en el pasado
también puede ser objeto de análisis.
Tiene mucho de especulación, de prognosis al revés. Pero en este interés por
predecir lo que no sucedió las ciencias
sociales han desarrollado la metodología de lo que llaman análisis contrafactual. Por ejemplo, en el segundo centenario de la Revolución Francesa, varios
historiadores escribieron lo que habría
sucedido en Europa si no hubiese habido un Napoleón. Es éste un terreno
abierto para el juego de la imaginación,
pero no un juego libre sino acotado por
RG: Imágenes de una biografía de
la desesperanza: Árbenz humillado y
en calzoncillos mientras sale del país.
Luego la errancia del caído por México, Praga, Francia, Uruguay, Cuba. El
suicidio de su hija Arabella. La recriminación encarnizada por la derrota, el
ensimismamiento, el tormento culposo.
La muerte, finalmente, en una bañera de
su departamento en Ciudad de México.
Salvo algunos libros, pocos es cierto,
cuál es la razón por la cual no existen
textos reivindicativos o, en todo caso,
ceñidos a una dimensión humana. ¿Por
qué tanto vituperio, tanto escarnio, tanta saña con el personaje?
ETR: Ciertamente el recorrido biográfico de Jacobo Árbenz se vuelve oscuro
y trágico. Pudo haberlo evitado si retrocede cuando Peurifoy le exigió, como
condición para dejarlo en el poder, el
fusilamiento de 20 cuadros políticos,
sindicales e intelectuales que la CIA había escogido. Se negó con altivez, pero
la lealtad a sus convicciones explica la
humillación de ponerlo en calzoncillo y
distribuir su foto por todo el mundo. Su
figura anticipa con años las otras imágenes, la de Abigael Guzmán, el Presidente Gonzalo, exhibido en El Callao,
con un colorido traje de rayas tras una
59
Rafael Gutiérrez: Edelberto Torres-Rivas: «Árbenz no confió en el pueblo»
volucionario habría sido sustituido por
otro de carácter conservador. En el primer caso, la revolución se habría autoconsumido, mientras que en el segundo, el programa modernizador se habría
desechado. La síntesis de este razonamiento es que por los determinantes de
la Guerra Fría, en clave anticomunista,
la Revolución de Octubre habría terminado de todas maneras. Con un entierro
de lujo, tal vez, en el primer caso, en
un tiradero de cadáveres, en el segundo.
RG: De 1954 a 1996 más de 250 mil
muertos, 50 mil secuestrados, un millón de desplazados, 75 mil viudas, 300
mil huérfanos, 400 aldeas arrasadas.
¿Qué más puede agregarse a este dato
espeluznante que nos dejó casi como
Comala, la región de los muertos de
Juan Rulfo?
ETR: Esta es una pregunta cargada de
ácido mortal. En algún momento escribí sobre lo ocurrido en Guatemala, en
Centroamérica, como revoluciones sin
cambio revolucionario. Terrible destino
el nuestro porque estamos vivos, y el
ejemplo de Comala tal vez no es el mejor, pues Pedro Páramo no sabe quiénes
están vivos y quiénes muertos. Quizá
el mejor símil sea el del Ensayo sobre
la Ceguera, en donde Saramago hace
que convivan todos porque tienen en
común que todos sean ciegos. No sé si
sea la mejor imagen. Pero las cuotas de
dolor y muerte pesaran mucho tiempo
en ésta y la otra generación.
las circunstancias del época. ¿Cuál era
el destino de la revolución después de
Árbenz? De nuevo, en el ambiente envenenado de la Guerra Fría, se habrían
presentado dos candidatos militares a
las elecciones de 1957. Ambos anticomunistas pero con diversas vergüenzas.
El coronel Carlos Enríquez Díaz, por
las fuerzas «democráticas» y sin el PGT
y Carlos Castillo Armas, por la amplia
oposición reaccionaria, con fuerte apoyo financiero norteamericano, como
ocurre todavía hoy día. Si hubiese ganado Castillo Armas, el programa re-
60
61
ARTE
62
Hellen Áscoli y el arte
de tejer mundos
Luisa González-Reiche
adquirido de juntarnos, y en el que inevitablemente se juntan también muchas
otras cosas: otros tiempos, otros espacios y materialidades. Comenzamos
haciendo planes concretos de trabajo
que incluyen lecturas y discusión de
ideas, junto con la activación de un método que persigue notar los efectos que
esos encuentros, con todo y sus enredos sociomateriales, producen; buscar,
generar y notar «modelos de interferencia, no imágenes reflejas1» para luego
dejarnos llevar por la experimentación.
Jugar a figuras de cuerdas2, es decir, generar experiencias de enredarse-con por
medio de la fabulación y posibilitar for-
Enredos y relaciones
Es viernes en la tarde y el ambiente parece haberse calmado. Como si el barullo de la semana y las exigencias de la
rutina finalmente cuajaran y se abriera
un portal de oportunidad para pensar
y hacer a otro ritmo, para generar otro
tipo de encuentros. Quedamos a las cuatro con Hellen. Nos hemos conectado
por Zoom, cada semana al inicio y luego cada quince días —yo en Guatemala
y ella primero en Wisconsin y luego en
Maryland— por un año. El portal que
se abre no es más que el espacio-tiempo
que coproducimos en el compromiso
63
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
mas de relación distintas. «On Attachments:/ On E: / What E is Eh / What E
is eeeee / and what E is fingers intertwined / On X: / What X is shhh / What X
is gone / What X is change3». [Sobre las
adhesiones: / Sobre la E: / Que E es Eh /
Que E es eeeee / y que E es dedos entrelazados/ Sobre la X: / Que X es shhh /
Que X está ausente / Qué X es cambio.]
Hellen me pide que elabore una
serie de trenzas utilizando los diez dedos de mis manos, soltando una hebra
64
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
que entonces está tejiendo en varios de
los lienzos de gran tamaño que prepara
para su exposición personal en el museo de Cincinatti. La traducción de la
expresión ¿Achike’ Rub’anön Ak’u’x?,
en kakchiquel, ha invitado a Hellen a
ampliar su sensibilidad mientras trabaja
en el telar de cintura, una práctica encarnada en la que no sólo su corazón
es atendido sino también el del tejido.
Entonces es posible escuchar el latir
del lienzo y atender a la materialidad
sin imponerle un fin preestablecido, el
entramado registra (con los hilos pero
también los cuerpos que mantienen en
tensión el telar) y muestra lo que el proceso requiere, las respuestas que busca9, es decir las prácticas de responsabilización que pone en marcha. «Nada
se va a desplegar para nosotras a menos
que nos dirijamos hacia aquello que nos
parece nada», anota Alice Fulton10.
El corazón del tejido (Ruk’u’x
kem11) hace a Hellen como tejedora,
la está haciendo constantemente. La
habilidad, dice Tim Ingold, es el sentido de control que alcanzamos con la
práctica prolongada frecuente12. Es un
control compartido; registros que verifican agenciamientos sostenidos, dan
fe, cultivan y renuevan confianzas. Acciones iterativas, en las que la materia
está ya siempre entrelazada, que moldean el cuerpo y lo orientan13. Los hilos
se enredan con Hellen pues son parte de
su paisaje de conocimiento14. De manera similar lo hacen los pigmentos, las
texturas, los patrones y las palabras,
los elementos material-semióticos con
los que trabaja a diario, la práctica de
sensibilidad que orienta la inclinación
de Hellen al mundo. En esto consiste
la técnica, no como medio sino como
cada vez de cada lado y cambiando el
patrón cada tanto. Me guía paso a paso
y acompaña con sus propios dedos.
«Ritmo de dar y recibir4» en el que me
entreteje con su práctica y con la práctica de los hilos, en la que se produce
una entonación. «Nuestras investigaciones deben estar en el eco (…). [Ser]
capaces de expandir nuestras aptitudes
sensibles, (…) [para] devenir (…) tremopoetas tranquilos, músicos de acordes sinestésicos, inventores de historias verdaderas por venir5». Ha hecho
lo mismo previamente con sus padres:
les ha acompañado en la elaboración
de trenzas y ha registrado el proceso,
uno en el que se activan otros enredos,
incluyendo memorias, expresiones de
frustración y, sobre todo, risas. El reflejo de un árbol detrás de una ventana
se entrelaza con el rostro de su madre
y el baile de las hebras y los dedos en
una pantalla. Hellen amarra las hebras
al dedo gordo de su pie y se va inclinando levemente hacia este, sentada en el
suelo, conforme trenza. Los hilos y sus
dedos expanden su cuerpo o, más bien,
producen un ensamblaje maquínico que
permite que el cuerpo se desterritorialice6. «En los hilos encontré» se lee una
de sus obras recientes, conformada por
cinco lienzos. Con los hilos se producen encuentros y los encuentros siempre generan algo más: efectos y afectos,
un fenómeno, un corte —maquinan.
¿Qué conexiones estamos propiciando
con otras formas de vida? ¿A quiénes o
a qué estamos escuchando? «No estés
triste», escribe Elena Garro, hallarás el
hilo, y hallarás la araña7».
En una de nuestras primeras sesiones, Hellen trae a la conversación la
pregunta «¿Cómo está tu corazón?8»,
65
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
En el trabajo de Hellen Áscoli las
palabras son ya siempre materia (aunque en realidad no existe nunca significado que no se materialice). Como se
lo han dicho desde un inicio las tejedoras kakchiquel con las que aprendió
el oficio, tejer es siempre tejer mundo.
«¿Kach’on k’uxaj? ¿Cómo corazón?,
¿how heart?, ¿who heart?, ¿where
heart?16. Many ears hear heart. ¿How
is your heart?» se lee en los lienzos fotografiados en el museo de Cincinatti.
Los mundos que se activan en los telares implican las relaciones entre cuerpos/materias, al lenguaje y sus posibilidades de malentendido. Al jugar con
palabras homófonas, Hellen pasa de
traducir a hacer entrar grafías que reconfiguran las relaciones que son sus
obras. La práctica de conocer, subraya
Karen Barad, no es exclusivamente humana sino asunto del mundo haciéndose inteligible17. La materia también escribe.
En ese sentido, es posible pensarcon sus procesos y los registros de
aquellos encuentros plasmados en los
tejidos, los videos o las fotografías ya
no en una práctica artística como la que
ha producido y colaborado en perpetuar
la construcción de fronteras a partir de
la idea de la representación: la creencia
de que es posible colocarse fuera del
mundo y que existe una diferencia entre éste y lo representado así como entre
un sujeto y el mundo objetivo. La obra
de Hellen tiene menos que ver con la
significación simbólica que con «modos potenciales de saber, relacionarse y
atender a cosas que de alguna manera
ya están presentes (…) en un estado de
potencialidad y resonancia18». Ella expresa que entiende la traducción en sus
posibilidad de producción, virtualidad
entendida como potencialidad. Es el
conocimiento de ciertas técnicas, en su
capacidad desocultadora, lo que moldea la atmósfera en la que la práctica es
posible. Hellen anota: «Si tuviera que
hacer una síntesis diría que el trabajo
con el telar de cintura se ha convertido totalmente parte de la manera como
veo las relaciones. Tomo prestada una
idea de Haraway: importa con qué herramientas pensamos. De modo que
muchas de las fotografías, los videos,
los objetos, las grabaciones se sienten
conectadas tanto a mi cuerpo como a
un lugar y esas conexiones tienen voces
claras15». En su devenir, la práctica del
telar le da forma a ella. Lo plantea así el
título de una de sus exposiciones: «El
telar me hizo tejedora» (2016).
66
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
tejidos como la «propiocepción de las
palabras» y que «usa la poesía como
herramienta para la traducción y para
entender la relación entre el lenguaje y
los objetos». Y agrega: «Mi uso de lo
simbólico surge y crece desde lo material y no se impone a este19».
Hellen trae cuatro imágenes: tres
fotografías de la artista estadounidense
Ann Hamilton y el fragmento de una
ilustración miniada de los ojos de Santa
Lucía, sujetados por la mano en la santa
en la forma de dos flores a medio marchitar, y nos ponemos a escribir a partir
de lo que estas imágenes nos evocan.
Cada una re-acciona (a) las imágenes y
luego comparte con la otra en voz alta,
la otra anota las palabras o las atmósferas producidas por ellas, conforme las
va pescando. Luego cada una arma algo
nuevo con que la otra le ha entregado.
Escribo: «Mirar con la lengua y palpar
con los párpados, / sostener entre los
dedos el tronar de las ramas / movidas
por el viento / y percibir con los dientes el juego de un niño. / Notar y anotar
sin miramientos. / Describir, enlazar,
hablar tocando las lenguas de otrxs». Y
ella: «Esperando la tierra con pestañas
en los pies // ¿Esa palabra es vestuario
de qué concepto? / La guerra suspende
los sentidos // Un día de neblina nos da
la claridad de que el cielo es un concepto impuesto por el hombre. El cielo
es todo aquello que empieza donde la
tierra termina. // I find myself responding like Cooper, / A low growl at any
distant sound. / Protecting this territory that is mine, but most importantly
also yours. / I have a tendency to over
identify with pain…». Ann Hamilton,
Santa Lucía, Hellen y yo nos hacemos
máquina, una de la que también la pan67
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
aspecto del mismo proceso evolutivo
por el cual adquirimos la competencia en las habilidades que son adecuadas según el tipo de vida concreto que
llevamos23». Un proceso en el que los
componentes no humanos con los que
nos relacionamos juegan un papel también central. La manera como las relaciones se configuran producen cuerpos
y mundos no solo de manera discursiva
sino también material. El telar de cintura de Hellen es un campo relacional
en continuo despliegue. Anota entonces: «On looms: It matters what fingers
extend our touch/ It matters what touch
touches our touch: It matters that the
back strap loom beats softer. It matters
that the back strap loom has heavy and
dense hair. It matters that the back strap
loom has two X’s. It matters that the
back strap loom has 4 selvedges. It matters that the back strap loom has a continuous warp. It matters that the back
strap loom24. «[Sobre los telares: importa qué dedos extienden nuestro tacto
/ Importa qué tacto toca nuestro tacto:
importa que el telar de cintura lata suavemente. Importa que el telar de cintura
tenga un cabello pesado y denso. Importa que el telar de cintura tenga dos
X. Importa que el telar de cintura tenga
4 orillos. Importa que el telar de cintura
tenga una urdimbre continua. Importa
que el telar de cintura…] La manera en
que Hellen intra-actúa25 con la materialidad de su mundo, y los diferentes devenires que se producen, tiene que ver
con esa conciencia, una disposición a
estar alerta a las conexiones que genera
y se generan a su alrededor, a notarlo
todo y con ello la riqueza de sus manifestaciones. Las atmósferas generadas
por sus grabaciones de audio acogen de
talla que hace posible nuestro intercambio es parte: estamos siendo, en cada
sesión, intervenidas y enredadas con
cables submarinos de cobre, policarbonato, poliestireno y fibra óptica; con el
plástico que compone la mayor parte de
nuestros aparatos electrónicos, el poliuretano, el silicio y otros metales.
El hecho de ser dos mujeres guatemaltecas, blancas, nacidas en la ciudad
en los años ochenta y que tuvieron la
oportunidad de estudiar arte en el extranjero, si bien en diferentes circunstancias, influye en la manera en que nos
relacionamos y nos identificamos con
las experiencias y las memorias de la
otra y la forma como ahora, en nuestras conversaciones se conectan y producen efectos particulares, incluyendo
cómo nos comunicamos y los cortes
agenciales20 que activamos (producción
de límites) en esta práctica materialdiscursiva de indagación que estamos
desarrollando. Todo sucede siempre
en alguna parte y, como dice Haraway,
«los seres asociados ontológicamente heterogéneos devienen lo que son y
quienes son en una configuración del
mundo semiótico-material relacional.
Naturalezas, culturas, sujetos y objetos
no preexisten a sus configuraciones entrelazadas del mundo21». Hellen agrega:
«Cada tejido está íntimamente relacionado al cuerpo que lo sostiene. Su urdimbre es del ancho de mis caderas, su
largo equivale a mi altura, sus diseños
están espaciados por los hilos que puedo sostener en mi mano. Lleva la memoria a través del tacto un sentido de
proximidad. Elijo usar materiales que
revelan vestigios de cuerpos que alguna vez estuvieron allí22». Ingold apunta
que «el crecimiento del cuerpo es un
68
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
«Two quotations mark the space, a blinking line holds it as I wait for the spider
to speak./ This morning in the shower,
in the corner I am sure something was
said as I dropped the soap. Something
was in fact put in my ear. A vibration
was there buzzing away all day. Quick
towel off and down to the basement to
weave, waiting for a blinking line to
start the words. Nothing. /Was nothing
said? / Like a child who is certain god
spoke to them but has no way to access such foreign languages. Angry at
the lack of understanding they wipe it
away with a kitchen towel29». [Dos comillas marcan el espacio, una línea parpadeante lo sostiene mientras espero a
que hable la araña./ Esta mañana en la
ducha, en el rincón, estoy segura de que
algo se dijo cuando dejé caer el jabón.
De hecho, algo fue colocado en mi oreja. Una vibración estuvo allí zumbando todo el día. Me sequé rápidamente
con la toalla y bajé al sótano para tejer,
esperando a que una línea parpadeante
comenzara con las palabras. Nada. /¿No
se dijo nada? / Como un niño que está
seguro de que Dios les habló pero no
tiene forma de acceder a esas lenguas
desconocidas. Enojados por la falta de
comprensión, lo limpian con una toalla
de cocina.].
La preocupación por la espacialidad
desde pequeñas arquitecturas, como
contenedor, como hospitalidad, como
refugio, canasto y vestuario, también
se extiende a la problematización de los
espacios de conservación y de exposición. Estos últimos resultantes de arreglos sociotécnicos que se materializan
y adquieren significado de maneras particulares, a veces problemáticas, como
el extractivismo cultural propio de las
la misma manera que los capullos que
hizo hace algunos años. «La respuesta a
la confianza de la mano tendida: pensar
debemos26».
Exploraciones perceptuales
como aprendizaje
Las arañas son «cantantes silenciosas, sus poesías se escriben sobre telas,
hojas, ramas, y hacen eco con los granos de polvo que bailan, con el viento,
con vibraciones terrestres, ondas telúricas y eventos cósmicos. Todo les habla
y todo escribe con ellas desde tiempos
inmemoriales27». En la obra de Hellen
todo se teje, se entrelaza: hilos, pigmentos, troncos, agua, reflejos, la vida,
la muerte, las palabras y sus sonidos en
diferentes lenguajes y sus reverberaciones. Una canasta se convierte en tres
canastas conectadas, redes abrazan su
cuerpo para acompañarlo en la exploración de la montaña, un telar de varios
lienzos se vuelve cobijo para un ramo de
flores mientras éstas se van marchitando, instrumentos cotidianos conforman
un nuevo enredo en el jardín de su casa,
fajas tejidas cuidadosamente envuelven
las bases de árboles cortados. Kathleen
Stewart dice que esos elementos cotidianos activan afectos ordinarios y que
«lo ordinario es un ensamblaje cambiante de prácticas y de conocimientos
prácticos, una escena tanto de vitalidad
como de agotamiento, un sueño de escape o de la vida simple. Los afectos
ordinarios son variados, capacidades
en aumento de afectar y ser afectados
que le dan a la vida diaria la cualidad
de un movimiento continuo de relaciones, escenas, contingencias y emergencias. Son cosas que pasan28». Y Hellen:
69
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
pecies (la cochinilla a la que le debemos el pigmento carmín deja también
su registro y con ello plantea su propia
exigencia, su llamado). El arte entendido como prácticas de sensibilidad puede invitarnos a pensar en qué mundos
participamos, qué mundos habitamos y
qué mundos nos habitan. Estas prácticas participativas pueden ser capaces
de replantear la manera como construimos saberes y prácticas. Bastaría, parece, escuchar con atención. «On sound:/
What songs we sing / What hums we
hum / What lips we whistle32». [Sobre
el sonido: / Qué canciones cantamos /
Qué tarareos tarareamos / Qué labios
silbamos.].
En el 2009 Hellen pinta un autorretrato sobre una página de Rilke en la
que se lee, a través de la transparencia
del pigmento: «Dése siempre la razón a
usted mismo y a su sentir, contra todas
esas estipulaciones, disquisiciones e introducciones: aunque no tenga razón, el
natural crecimiento de su vida interior
le llevará, despacio y con el tiempo, a
otros reconocimientos». Desde entonces la artista tiene casi una decena de
exposiciones individuales, entre ellas
una muestra personal en el museo de
arte contemporáneo de Cincinnati, y
participa en numerosas exposiciones
colectivas en Guatemala, México, Brasil, España, Grecia, Estados Unidos y
Reino Unido. En los primeros años, y
sobre todo a su regreso a Guatemala
luego de graduarse de una maestría en
Bellas Artes y Escultura, Hellen se va
encontrando con más cuestionamientos
que herramientas para trabajar. Aquello que ha aprendido en Chicago y lo
que le brinda un sentido de seguridad o
certeza parece chocar con las prácticas
prácticas artísticas contemporáneas (la
temporalidad capitalista30), pero también en la disección practicada por la
arqueología y sus museos, la mesa autópsica31 de la vitrina y las exposiciones
de trajes típicos. Enredos irresponsables
que Hellen ha conocido desde dentro.
En la práctica del telar de cintura,
como terreno de investigación, la sensibilidad se está ampliando constantemente para poder notar y atender y
luego responsabilizarse. Hellen sabe
que en esa práctica, que incluye el encuentro de otros cuerpos con la obra en
espacios expositivos, se es ya siempre
partícipe, que en esa confluencia se están ya también produciendo mundos,
historias de devenir-con, enredados con
otras materias, tiempos, espacios y es70
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
con las que se encuentra. Pronto, dice,
se siente frustrada. Se da cuenta que los
aprendizajes obtenidos en su formación
artística no son suficientes: le falta desarrollar el Na’, cuenta. Na’ en tzotzil33
se refiere a estar preparados y presentes en la vida y, al mismo tiempo, tiene que ver con la práctica habitual y el
aprendizaje constante. «Significa estar
mental, física, emocional y espiritualmente preparada. Un conocimiento del
corazón. Mi cuerpo estaba reuniendo,
re-aprendiendo mi lugar dentro del paisaje guatemalteco. Mi atención en el telar de cintura, que había aprendido a los
10 años en el colegio, se renovó», apunta34. En los años siguientes viaja por
el país, rueda en montañas para com-
prender la propiocepción (el sentido de
localización como los experimenta el
cuerpo); aprende de niños con autismo
acerca de los procesos sensoriales y la
integración, colabora con expertos en
educación especial de quienes aprende
a comunicar instrucciones de manera no verbal y sobre el movimiento y
el ambiente de terapeutas de la danza.
«Mientras mi cuerpo iba situándose,
los hilos comenzaron a organizarse35»,
subraya. Durante ese tiempo también
descubre que en las comunidades de
tejedoras, las niñas de 8 años aún no
aprenden a urdir pero sí a observar. Es
la mirada atenta por medio de la cual
las generaciones se entretejen para desarrollar el entendimiento. Se trata de
71
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
acompañar a quien hace caminar observando sus pasos más que ponerse
en sus zapatos36; una visión encarnada
más que una visión mediada. La misma
Hellen ha ampliado su entendimiento
acompañando, observando y comprometiéndose en amplias conversaciones
con la poeta maya kakchiquel Negma
Coy, con quien colabora en varios proyectos. Hellen dialoga, se implica y se
multiplica con la práctica cotidiana de
mujeres mayas y busca entrelazarse con
esa energía que acarrea un huipil (como
se entiende desde la cosmovisión
maya) sin apropiarse de ella, sin hablar
por ella. Como dice la investigadora y
docente maya kakchiquel Aura Cumes,
se trata de «escucharse mutuamente,
pensar juntos e intentar caminar juntos
en esta búsqueda de nuevas formas de
vivir y de convivir37». La escucha nos
permite atender a los hilos y sus historias, la memoria que guardan. Es una
escucha que también significa aprender
a respetar los silencios y el secreto, desarrollar la conciencia de dónde se está
y dónde no, dónde se puede entrar o no.
Cada una de las piezas con las que trabaja constituye para Hellen un proceso
de indagación sin cierre, una búsqueda
permanente que la embruja.
Invocar fantasmas
«Todas las arquitecturas, todos los
gestos, son recipientes de memoria, una
sumatoria de experiencias intuitivamente tabuladas por el cuerpo, el cuerpo que persigue una memoria», apuntaba el texto de la exposición Pensando
desde mi cuerpo, realizada en 2015
con el artista norteamericano James
72
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
Sullivan38. Para Hellen el dibujo es la
memoria de un acto o de un gesto. El
cuerpo recuerda cosas que la mente no,
por eso es necesaria la remembranza.
Re-membrar no significa regresar a un
pasado en la manera que sucedió sino
la reconfiguración material del espaciotiempo para producir nuevas aperturas
e historias posibles39. Ya en 2014 Hellen escribe: «Tomar, / Dejar / Ausencia
presente / Voltear / Tomar turno / Cargar / Querer / Entre / Los espacios entre
/ Nuestros cuerpos40». Y en otra parte
anota: «La memoria es la insistencia de
recordar41».
En los procesos creativos también
se enredan los recursos emocionales y
sensoriales de quien los pone en práctica, parte de sus experiencias previas;
otras temporalidades se hacen ya siempre presentes. Lo que ha quedado atrás
o ha sido excluido regresa. En uno de
nuestros intercambios con Hellen llamamos espectros y fantasmas a esas
maneras que tiene lo ausente de hacerse presente. Los fantasmas muestran
—hacen algo perceptible— sin trucos:
lo que aparece no es una copia ni una
apariencia de algo sino una presencia
material, una exigencia, un llamado a la
justicia. El repaso de determinadas memorias —registros trazados en papel, en
erosiones en una estructura, en la sequía
de un suelo, en el pigmento extraído de
un mineral o un insecto, en señales químicas o eléctricas, en instrucciones codificadas en ácido nucléico, en una pieza colgando en el clóset— actualizan
espaciotemporalidades particulares. Y
los fantasmas, como descubrimos en
esas sesiones en las que nos volvemos
mediums, también crean vínculos entre
sí, se entrelazan. «On grief:/ It matters
what bodies we embody with / It matters what bodies we use to remember
other bodies / It matters what presence
we use to feel an absence / It matters
what absence we feel when another
is present42». [Sobre el duelo:/ Importa qué cuerpos encarnamos / Importa
qué cuerpos usamos para remembrar
otros cuerpos / Importa qué presencia
usamos para sentir una ausencia / Importa la ausencia que sentimos cuando
alguien más está presente.].
«Pareciera que la nostalgia es el regalo que nos hace un país marcado por
la muerte», me dice Hellen. La nostalgia, retornar al dolor, nutre también el
resentimiento, la capacidad de re-sentir,
volver a sentir, ampliar las capacidades
afectivas. Dicha sensibilidad nos acerca a la muerte de maneras que también
pueden, no exentas de dolor, hacer surgir algo más, sostener diálogos atemporales y seguir ampliando nuestras
capacidades de relación, liberar potencias, conectar, ensamblar, abrirnos, sin
73
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
persiguiendo. Tres años después Hellen
reúne por meses colchones que encuentra abandonados en las calles de Madison, como en los que dormían aquellas
niñas, y el año pasado escribe, tras intentar encender durante toda una tarde
una serie de velas en medio de la nieve,
«Cold snow burns/ We tried in the negative temperature to set the ice on fire /
No / thing /caught». [La nieve fría quema / Intentamos prender fuego al hielo
en la temperatura negativa / Ninguna /
cosa / atrapada]. Hablar de la muerte
es siempre hablar de la vida, referirse
al vacío es ya siempre entrelazarse con
multitudes. «Una cacofonía de gritos
susurrados, jadeos y llantos, una multitud infinita de seres indeterminados
difractados a través de diferentes espacio-tiempos, la nada, está ya siempre
dentro de nosotros, o más bien, vive
a través de nosotros (…). La indeterminancia no es una falta, una pérdida,
sino una afirmación, una celebración de
la plenitud de la nada46». Luego de dos
años de reunirnos a conversar, pensar y
hacer juntas en un intercambio guiado
por la hospitalidad que caracteriza a sus
tejidos —la acogida de sus capullos—,
las prácticas de sensibilidad de Hellen
me siguen cautivando, enredando; con
razón dice Haraway que «las obligaciones corporalmente éticas y políticas son
infecciosas47». En ese espaciotiempo
organizado por la tecnología, y del que
no somos participantes inocentes, también he podido ver y escuchar el ritmo
en el que Hellen Áscoli teje mundos,
sin límites —en tierra, sin tierra, cien
tierras— desde una honestidad existencial en constante expansión y la responsabilidad de quien se sabe ya siempre
tejida con la materia.
telos y sin captura; entrelazarnos de
otro modo. «Recuerden que no sólo lo
viviente tiene historias para contar43»,
escribe Despret y Haraway agrega:
«La tarea del palabrero de los muertos
es traer a los muertos al presente, y así
hacer posibles una vida y una muerte más respons-hábiles en tiempos por
venir» y que «la práctica de las artes
de la memoria envuelve a todos los bichos terrenos44». La pérdida nos une, es
cuando nos perdemos, cuando sentimos
que nuestros lazos se rompen, que recordamos que no estamos solos, que
nunca fuimos individuos; volvemos a
sentir(nos). Notamos así que las pequeñas tecnologías, como el telar de cintura, nos hacen. Que éstas son contenedores de historias generalmente ligadas a
prácticas de coleccionar, dar, compartir,
resguardar o encontrarse. Colección de
cosas que olvidamos olvidar. Tecnologías como el morral, el mecapal, el
petate, el tecomate (tecnologías que no
tienen nada que ver los actos de dominación masculinista de la high technology), son parte de historias entrelazadas en permanente despliegue, sin
origen ni resolución determinada desde
un afuera o por un alguien particular.
Tecnologías o artefactos útiles, como
dice Ursula K. Le Guin, para contar la
historia de la vida45.
En el 2017, tras el suceso en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en
el que murieron quemadas más de 40
niñas, Hellen invita a acercarse a diversas mujeres que se encuentran en
parque central para bordar en una serie de mantas las palabras «Lo siento».
En esta práctica se conforma un espacio de encuentro y de duelo colectivo.
La memoria de aquellas niñas la sigue
74
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
Referencias bibliográficas
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Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En
Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020.
Notas
the frustrations it presented me.» [Es importante mencionar que creo que las herramientas contribuyen en cómo
nos comprometemos con el mundo. Los materiales «responden» y nos enseñan sus limitaciones y usos. Al hacer
esta pieza lo más importante fue aprende cómo tejer en
telar de cintura, como montarlo y sentirme cómoda respondiendo a las frustraciones que me presentaba].
10
Alice Fulton, citada por Karen Barad, Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement
of Matter and Meaning. Durham: Duke University Press,
2007. P. 39.
11
Las tejedoras se refieren al corazón del telar de cintura
para nombrar el palo separador que se coloca al centro
durante la elaboración del lienzo.
12
Tim Ingold. «Tres en uno, cómo disolver las distinciones
entre mente, cuerpo y cultura». En Sanchez-Criado (Ed.),
Tecnogénesis: La construcción técnica de las ecologías
humanas. Vol. II. Madrid: AIBR, 2008.
13
Sarah Ahmed. Orientations Matter. En Coole, D. y Frost,
S. (Eds.). New Materialisms: Ontology, Agency and Politics. Londres: Duke University Press, 2010.
14
Ídem.
15
Traducción de: «If I had to make a more succinct statement I would say that working with back strap loom has
now fully become a part of the way I see relationships.
Borrowing a thought here from Haraway what tools we
think with is important. So, a lot of the photos, videos,
objects, recordings feel attached to both my body and a
place and those "attachments" have clear voices.» Frase
compartida en un documento digital titulado Attachments
que Hellen colocó dentro de una carpeta digital que compartimos. Marzo, 2021. La referencia es Haraway es de
1
Donna Haraway, Las promesas de los monstruos: Una política regeneradora para otros inapropiados/bles. Política
y Sociedad, 30 (1999). Madrid (pp. 121 - 163), 1999. P.
125
2
Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019.
3
Fragmento de texto en documento digital titulado Attachments que Hellen colocó dentro de una carpeta digital que
compartimos. Marzo, 2021.
4
Donna Haraway. Op. Cit. P. 32.
5
Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En
Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 14.
6
Gilles Deleuze y Felix Guattari escriben que «un agenciamiento maquínico está orientado hacia los estratos, que
sin duda lo convierten en una especie de organismo, o
bien en una totalidad significante, o bien en una determinación atribuible a un sujeto; pero también está orientado
hacia un cuerpo sin órganos que no cesa de deshacer el organismo, de hacer pasar circular partículas significantes,
intensidades puras». Mil mesetas, Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pro-Textos, 2015. P. 10.
7
Citada por Jazmina Barrera en Punto de Cruz. México:
Almadía.
8
Me comenta Hellen que esta pregunta le llegó a través de
la voz de Negma Coy.
9
En una nota compartida, Hellen escribe: «It is important to
mention that I believe that tools contribute to how we engage with the world. Materials «speak back» and teach us
their limitations and uses. In making this piece the most
important thing was to learn how to weave on a backstrap
loom, how to set it up and feel comfortable responding to
75
Luisa González-Reiche: Hellen Áscoli y el arte de tejer mundos
Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Op. Cit.
16
Hellen deja el signo inicial de interrogación a propósito en
las preguntas en inglés. La obra a la que me refiero formó
parte de la exposición Cien tierras, 2021.
17
Karen Barad, Meeting the Universe Halfway: Quantum
Physics and the Entanglement of Matter and Meaning.
Durham: Duke University Press, 2007.
18
Kathleen Stewart. Ordinary Affects. Durham: Duke University Press, 2007. P. 3.
19
«Translation is the proprioception of words . I use poetry
as a tool for translation and understand the relationship
between language and objects. // My use of the symbolic
arises and grows from the material and is not imposed on
it.» Attachments. Marzo, 2021. Énfasis añadido.
20
Para Karen Barad, los aparatos (por ejemplo, equipos o
materiales utilizados en un estudio) activan cortes agenciales que producen límites determinados y propiedades
de «entidades» en los fenómenos. «Es solo por medio de
intra-acciones agenciales específicas que los límites y
propiedades de «componentes» en fenómenos son determinados y que esas articulaciones particulares adquieren
un significado». Barad, 2007. P. 148.
21
Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P. 36.
22
«Each weave is intimately related to the body it harnesses,» she writes. «Its warp is the width of my hips,
its length mirrors my height, its designs are spaced by
the threads I can hold in my hand… It carries memory
through touch, a proximity sense. I choose to use materials that reveal vestiges of bodies that were once there.»
«Hellen Ascoli: Cien Tierras» en Contemporary Arts
Center, EUA. Entrada de Blog en Terremoto. 12 de agosto, 2021. Disponible en: https://terremoto.mx/online/hellen-ascoli-cien-tierras-en-contemporary-arts-center-eua/
23
Tim Ingold. «Tres en uno, cómo disolver las distinciones
entre mente, cuerpo y cultura». En Sanchez-Criado (Ed.),
Tecnogénesis: La construcción técnica de las ecologías
humanas. Vol. II. Madrid: AIBR, 2008. P. 28.
24
Hellen Áscoli, Attachments. Inédito. Marzo, 2021. Fragmento.
25
Intra-actuar no es lo mismo que interactuar. La interacción
presupone el encuentro entre dos o más entidades independientes que permanecen igual tras el encuentro. Como
lo demuestra la física y filósofa de la ciencia Karen Barad,
este no es nunca el caso: toda materialidad (incluidos los
cuerpos humanos y no humanos) se afecta mutuamente,
generan fenómenos, en una dinámica de intra-acción. Es
por ello que es posible decir que la materia tiene agencia,
la agencialidad es lo que el encuentro entre materias (nunca independientes) activa.
26
Donna Haraway. Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P.
67.
27
Vinciane Despret. La investigación de los acúnenos. En
Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 13.
28
Kathleen Stewart. Ordinary Affects. Durham: Duke University Press, 2007. Pp. 1 - 2.
29
Hellen Ascoli. Fragmento en documento digital titulado
Acúnenos que Hellen colocó dentro de la carpeta digital
que compartimos. Diciembre, 2021.
30
A partir del planteamiento de Peter Osborne en Anywhere
or Not at All Philosophy of Contemporary Art. Londres:
Verso Books, 2013.
31
Jacques Derrida desarrolla en el Seminario La Bestia y el
Soberano, Vol. I (2002), un análisis de la relación entre
las prácticas de conservación y de disección como proceso de construcción de límites entre lo humano y lo no
humano (donde también se coloca a las personas subalternizadas).
32
Hellen Áscoli. Attachments. Inédito. Marzo, 2021. Fragmento.
33
Lo recoge así Patricia Greenfield en Weaving Generations
Together: Evolving Creativity in the Maya Chiapas. Santa
Fe: SAR Press, 2004.
34
Hellen Ascoli, The Body and the Transmission of the
Back-Strap Loom. Notas para una conferencia impartida
en 2020.
35
Idem.
36
Adoptó esta expresión a Christian Kroll, quien la pronunció en un intercambio académico reciente.
37
Confluencia Nuevo Baktún, El Ütz’ilaj Kaslemal - El
Raxnaquil Kaslemal: «El Buen Vivir» de los Pueblos de
Guatemala. Guatemala: Instituto HEGOA. P. 7.
38
Galería Sol del Río, 2015.
39
Lo plantea así Karen Barad en Troubling time/s and ecologies of nothingness: re-turning, re-membering, and facing
the incalculable. New Formations: A Journal of Culture/
theory/politics. Lawrence & Wishart. Volume 92, 2017.
pp. 56-86. DOI: 10.3898/NEWF:92.05.2017
40
Sobre la obra El Tercer Espacio
41
Nota en la carpeta compartida con imágenes que documentan la visita a la tumba de su hermano.
42
Hellen Áscoli. Attachments. Inédito. Marzo, 2021.
43
Vinciane Despret. La investigación de los acúfenos. En
Prácticas artísticas en un planea en emergencia. Argentina: Centro Cultural Kirchner, 2020. P. 14.
44
Donna Haraway, Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. Pp.
114 -115.
45
Ursula K. Le Guin. The Carrier Bag Theory of Fiction. En
Dancing on the Edge of the Word: Thoughts on Words,
Women, Places. Nueva York: Grove Press, 1989.
46
Karen Barad. On Touching, The Inhuman That Therefore I Am. Differences: A Journal of Feminist Cultural
Studies. Vol. 25, no. 5. Brown University. 2012, P. 218.
DOI:10.1215/10407391-1892943
47
Donna Haraway, Seguir con el problema, Generar parentesco en el Chthuluceno. Barcelona: Consonni, 2019. P. 177.
76
77
COMENTARIO
78
El peligro de estar cuerda
Rosa Montero
Editorial Seix Barral, 2022
Páginas, 360
Comentario de
Isabel Díaz Sabán
Rosa Montero es lo que
podría decirse una autora consagrada. Escribe una columna
en el diario El País de España
y en general escribe sobre la
vida de la mujer contemporánea, sin sermonear ni adoctrinar, asume el respeto y la valía que la mujer debe tener por
ella misma y parte de allí para
abordar una amplia temática.
Montero es autora de una
serie de publicaciones perio-
dísticas y literarias que han
obtenido importantes reconocimientos. Este artículo se
ocupa de reseñar su última publicación, El peligro de estar
cuerda, que fue editada bajo
el sello de Seix Barral y lanzada en abril de 2022.
Como muchas obras artísticas fue producida al abrigo
79
inquietante de la pandemia,
pero su génesis se localiza un
poco más atrás, un año antes
cuando la madre de la autora
falleció y aunque no se diga
explícitamente, sin duda también contribuyó al texto una
Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda
condición anímica que claramente motiva su temática. El
amable lector pensará encontrar en las siguientes líneas
un compilado crítico de las
ideas del nuevo volumen, sin
embargo, es mi deber advertir que se tratará más bien de
una relación de ellas, en parte como hace Montero, de las
experiencias del escritor —
como un ser genérico— y las
batallas que ha librado consigo mismo a través de la historia de la literatura.
La estetización de la memoria es la primera estación
que consideraremos, la necesidad de expresar lo propio,
del atrevimiento de desenmascararse a sí misma en un
libro a través de una autobiografía. En este tipo de textos
prima la ambigüedad, aquella
generada por la verdad que se
considera propia y que a menudo difiere de lo percibido
por los otros alrededor.
En el caso de El peligro
de estar cuerda se trata de
un espacio de reconstrucción
de la memoria individual, en
la que se configura un sujeto
autobiográfico que al mismo
tiempo es ficcional. La autora hace una relación figurativa entre el yo de la infancia,
la juventud y su edad actual
(71 años), pero no como un
simple relato, sino de la mano
de las teorías que consideraremos más adelante. El lector
deberá recordar que la narrativa de un escritor que hace
periodismo puede llegar a ser
demasiado literaria, al mismo
tiempo que un periodista que
escribe literatura puede presentar una narración un tanto
menos figurativa y más fluida
e insistentemente acuñada con
datos que aportan veracidad.
Por lo anterior es resaltable decir que según establece
la autora, las bases de este
libro están conformadas por
teorías científicas sobre la
mente o tal vez el alma humana, pero no de una persona
cualquiera, sino la del escritor. Así que el lector encontrará tanto en el libro, como en
el presente artículo, repetirse
esta temática a partir de las
circunstancias personales de
los escritores y la resonancia
que logran en el mundo, esa a
la que llamaremos sus obras.
Aunque poco se sabe sobre la historia de la condición mental de la humanidad,
porque hemos pasado naturalmente del pensamiento
mágico a la religión, al culto del conocimiento y ahora
a la digitalización e incluso
a trasladar nuestra sociedad
a mundos virtuales, es hasta
hace muy poco que la Psicología como una ciencia salió
80
al paso para estudiar la mente. Podría decirse que las últimas generaciones han sido
particularmente vulnerables a
las afecciones de la mente, o
tal vez es que simplemente el
auge de la Psicología lo ha hecho visible en esta época. De
tal forma que es posible estudiar el alma, la conducta o los
procesos neurológicos que suceden en el ser humano y que
desencajan al individuo de la
impuesta «normalidad».
A favor de aquellos que
padecen estas condiciones,
entre los cuales los escritores
tienen un 50% más de probabilidades según indica Montero, es posible decir que el
conocimiento haya facilitado
su comprensión y sus aristas,
aunque como también señala
la autora, ninguna persona escritor o no, se libra del estrés
y la ansiedad que provocan
las características de la vida
posmoderna.
Por favor estimado lector, detenga un momento sus
reflexiones, que bien podrían
ser apresuradas, y no crea que
este texto es sombrío o deprimente, ni un intento de hacer
del escritor un mártir, al estilo
del gran César Vallejo, porque
más bien el objetivo es hablar
sobre el escritor contemporáneo y sus penas, aquellas que
Rosa Montero manifiesta ha-
Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda
ber padecido. Conozco personalmente el caso de un escritor que vive con bipolaridad,
diagnosticada por supuesto.
Debo decir que en sus puntos
altos o de euforia, las notificaciones de publicación en su
blog personal son múltiples,
continuas, hasta molestas,
pero cuando está en el nivel
bajo o de depresión, las notificaciones son muy espaciadas.
Esto no implica que sus textos
sean de mala calidad, sino que
en los picos más fuertes de su
condición ha logrado los textos más interesantes.
Pero Montero se refiere un poco más a esa condición, tal vez burguesa, tal
vez posmoderna, tal vez solo
pandémica, llamada ansiedad,
acaso a la depresión que se
padece por lo menos una vez
en la vida o el desafortunado
cortocircuito que puede venir
de fábrica en el hardware del
cerebro.
La siguiente estación indica que los escritores por
naturaleza, como dice Rosa
Montero, siempre han vivido
en la frontera entre la ficción y
la realidad, entre la cordura y
la locura, entre la verdad y la
mentira.
El peligro de estar cuerda
tiene una fuerte carga autobiográfica, pero al tiempo es un
diálogo entre la mente y todos
los altibajos de la vida, los que
la escritora ha iluminado con
la luz de la ciencia psicológica dándoles sentido y permitiéndole a ella sentirse, ficcionarse, caracterizarse o tal vez
humanizarse. Pero lo que con
certeza puedo decir, es que le
ha permitido autodefinirse de
forma más propia en la etnia
de los escribientes que, como
la historia ha corroborado,
también han rozado el velo de
la locura.
Como Montero narra, algunos años y varias pilas de
libros le permitieron encontrar las razones que justifican
las diversas manías que la han
acompañado desde su temprana infancia, causas razonables
para hoyos en el alma, justificaciones para decisiones de la
adultez o para nostalgias del
presente.
El lector fácilmente, como
yo, podría sentirse identificado con lo descrito, ya que
Montero enumera una serie de
autores que han producido sus
obras en este continuo ir y venir de la conciencia alterada,
tal vez por el hecho de percibir el mundo con un corazón
de poeta.
Esta narración me hizo
recordar un texto en particular que luego se convirtió en
una mala película protagonizada por Jennifer Lawrence
81
y Bradley Cooper. El filme es
una adaptación de la novela
del escritor estadounidense
Matthew Quick. Una gran
parte del libro no se refleja en
la pantalla, esta omisión es sin
embargo para el objeto de este
texto, lo más interesante.
La novela relata la situación de un maestro de deportes que trata de recuperar a
su esposa, una profesora de
Literatura. El protagonista
hace una exhaustiva revisión
de la literatura que se lee obligatoriamente en la escuela
secundaria y da cuenta de la
convulsa vida de sus autores,
que se asoma a los bordes del
precipicio en donde perdieron
la mente.
Uno de los principios en
los que se basa Montero, es
que el escritor vive en una
balanza, que guarda un delicado equilibrio entre la locura
y la cordura y muchas de sus
ideas provienen de sus esfuerzos por no inclinar la balanza.
Entonces la vida del escritor
transcurre en una suerte de
acrobacia, como cuando se
camina por una cuerda suspendida a cientos de metros
sobre el suelo, sosteniendo
una larga barra que no se sabe
si lo hará caer o le permitirá
cruzar al otro lado. Y esa barra
es la escritura. Quick por su
parte, aunque analiza algunos
Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda
autores en común con Montero, enumera a muchos de habla inglesa que utilizaron esa
barra de equilibrio de manera
magistral, aunque no lograron
alcanzar la otra orilla a salvo.
Es en la niñez en donde
se originan los miedos o es la
época en donde podrían encontrarse los indicios de una
falla de comunicación, desconexión o química neurológica
que puede desatar la tormenta
en cuyo ojo se aloja un infierno de soledad, en donde, dice
la autora, la palabra no es capaz de contener la magnitud
real de ese sentimiento.
Montero sublima, no con
tristeza, el resultado del miedo o más bien del terror a la
muerte que para cada uno se
disfraza de manera distinta.
Ese demonio invisible que nadie puede dimensionar, pero
que cuando se sienta en sus
hombros desata una avalancha de ansiedad. Tan común
como la gripe, dice Montero,
pocos pueden jactarse de haber pasado por la vida sin sentir, por lo menos una vez, una
tormenta de ansiedad.
Todos estos miedos se manifiestan de una manera u otra
en los textos de los autores,
como ejemplo Montero suele
colocar a un personaje femenino de muy baja estatura en
sus textos. En una ocasión,
consciente de ello, decidió
darle cualidades distintas a su
personaje, pero fue hasta que
una lectora le preguntó por
qué la protagonista era una
enana, se dio cuenta que el
personaje, aunque adulto, se
vestía en la sección de niños.
El texto está presentado de tal
forma que muchos se identificarán con su narración, como
se menciona antes es autobiográfica y presenta anécdotas
interesantes y hasta graciosas.
No es posible identificar hasta
dónde el libro es ficción, aunque lo sea de cierta forma, en
todo caso me inclinaría por
decir que es una metaficción
autobiográfica, ya que se trata
de un análisis consciente de la
propia condición, de la ficción
que implica el riesgo de no
estar completamente cuerdo
ni completamente loco, sino
solo lo suficiente para el ejercicio de la escritura.
La siguiente estación implica otra dualidad entre las
muchas que presenta el texto de Montero: Todos somos
iguales y todos somos diferentes. La autora manifiesta su
gusto especial por las biografías, porque las considera «un
mapa de navegación» en el
que puede identificarse cómo
cada persona ha tomado decisiones distintas, aunque sean
las mismas circunstancias que
82
todos debemos enfrentar.
Explica la autora su teoría
del embudo, esta se presenta
cuando, al escribir una novela,
se llega a un punto en el que
todos los personajes empiezan a deslizarse a la estrechez
que va preparando el final del
conflicto, pero estos hechos
suelen ser experiencias de la
vida real, impresiones, rostros, anécdotas de toda clase
que, si están en armonía con
la historia, dan paso al final.
La dualidad entonces es
que el escritor miente, finge
ser otro, hacer lo que le sea posible, lo que le venga en gana
con los personajes, pero no
puede escapar de la influencia
de sus propias experiencias
para darle una marcha natural
a la obra.
El cierre de la obra de
Montero describe la vida de
Sylvia Plath, una escritora estadounidense representativa
de la poesía confesional, una
escritora muy capaz de la ficción autobiográfica, pues sus
personajes reflejan su propia
condición mental. La dualidad entre lo que el mundo
pensaba que era y lo que realmente sucedía en su interior,
todo reflejado en su escritura.
Por esto y muchas otras anécdotas relacionadas íntimamente con el proceso de escritura, este libro no es para
Isabel Díaz Sabán: El peligro de estar cuerda
cualquiera, ya que sin duda
un individuo mentalmente
saludable, es decir normal, lo
rechazaría luego de leer sus
primeras páginas, pero como
la autora asegura, ser «normal» es tan extraño y casi im-
posible en estos días. ¿Cuántas personas pueden jactarse
de ser normales en todos los
sentidos?, pregunta Montero,
y supongo que el número de
83
ellos disminuye exponencialmente si estos también se consideran escritores.
Imágenes:
Portada
Los que nos recuerdan que
el cambio es la única constante
Hellen Áscoli en colaboración con
Karl Williamson, 2020. 10 bandas
tejidas en telar de cintura, algodón y lana, mecanismo kinético,
plywood y plástico 180 x 130 cms.
Ensayos
Diseño de objeto para / hacia
la eliminación de obstáculos
(Detalle)
2016 Trapos usados de lustradores
de zapatos, costura Dimensiones
variables.
Letras
Con tierra / Sin tierra
(de la serie Cien tierras)
2021. (Detalle). Instalación Telar,
hilo de algodón, tierra e impresión
digital sobre papel de algodón
Dimensiones variables.
Entrevista
Con tierra / Sin tierra
(de la serie Cien tierras)
2021. (Detalle). Instalación Telar,
hilo de algodón, tierra e impresión
digital sobre papel de algodón
Dimensiones variables.
Arte
A veces el cielo se abre
2020. Tela tejida en telar de cintura,
tela encontrada, algodón y lana,
cosido a mano y mueble diseñado
160 x 80 x 60 cms.
Comentario
¿Cómo está tu corazón?
–Achike’ rub’anön ak’u’x–
How Is Your Heart?
2020-2021.
(Detalle). Algodón, lana, madera,
84
abrazaderas 503 x 503 cms.
Hellen Áscoli
(Ciudad de Guatemala, 1984). Completó su
maestría en Escultura en la Escuela del Instituto
de Arte de Chicago en 2012, y es artista, tejedora
y educadora; aunque estas tres primeras palabras
se nombran por separado para transmitir el área
del discurso con la que Áscoli se involucra, también podría decir simplemente «Tejedora», una
palabra que engloba a las otras dos.
Ha tenido numerosas exposiciones individuales y
de dos personas que incluyen, Cien tierras, Contemporary Arts Center, Cincinnati (2021) Amanecí temprano para peinar el mundo, Proyectos
Ultravioleta, Ciudad de Guatemala, Guatemala
(2017); My body is not here (con James Sullivan), Conduit Gallery, Houston, Texas (2017);
y Mi cuerpo no está aquí (con James Sullivan),
Concepción 41, Antigua, Guatemala (2017).
Además, ha participado en numerosas exposiciones colectivas, entre ellas Stone ́s Throw (Tiro de
piedra), The Anderson Virginia Commonwealth
University, Richmond, Virginia (2020); To Weave Blue // Poema para tejer, en las galerías de
arte contemporáneo Martha y Robert Fogelman,
la Universidad de Memphis, Memphis, TN
(2020); Objetos específicos 1 y 2, SESC Video
Brasil, 20 Festival de Arte Contemporáneo, Sao
Paulo, Brasil (2017); y Guatemala desde 33.000
km: Arte Contemporáneo 1960-Actualidad, Museo de Arte Contemporáneo, Santa Bárbara, California (2017), entre otros.
En los años 2018 y 2019 enseñó en el Instituto
de Arte y Diseño de Milwaukee. Anteriormente,
se desempeñó como Directora de Educación en
el Museo Ixchel de Vestimenta Indígena en Guatemala de 2014 a 2017, enseñó en la Universidad
Francisco Marroquín y contribuyó al diseño de
los programas de mediación de las 19 y 20 Bienales de Arte Paiz en Guatemala.
Sobre los colaboradores:
Juan Blanco.
Guatemalteco. Doctor en filosofía por la Escuela de Altos Estudios de Filosofía de Múnich,
Alemania. Es investigador y catedrático de filosofía. Su libro más reciente se titula Pensar la
(de) colonialidad. Estética, angelética y emergencia (UCA Editores), de 2021.
Sergio Palencia Frener.
Guatemalteco. Sociólogo y escritor. Candidato a doctor en antropología por el Graduate
Center, City University of New York, trabaja temas de historia, conflicto y resistencia en
Mesoamérica, especialmente en Guatemala.
Emil Cioran.
Rumano-francés. Filósofo esencialmente pesimista, su obra fragmentaria, que no una construcción de un gran sistema filosófico, lo erigió no obstante como uno de los filósofos más
entusiastamente leídos. Entre sus obras, cabe destacar Aforismos, En las cimas de la desesperación y Breviario de los vencidos, entre otras.
Francisco Nájera.
Guatemalteco. (1945). Vive desde hace muchos años en Nueva York. Trabajó como maestro
bilingüe y como profesor universitario. Ha publicado poesía, ensayo y narrativa. Entre sus
publicaciones se cuentan De eso no se habla (ensayos), Cenizas (narrativa) y poemas para
guate y Caminando para el norte. (Poemas de la emigración).
Sofía Herrera Batres.
Guatemalteca. Poeta y periodista. Los poemas publicados fueron escritos en 2020-2021. Participante del Taller de Poesía de Casa Ibargüen, Centro Histórico, Ciudad de Guatemala.
Blanca Estela Álvarez.
Guatemalteca. Poeta y bibliotecaria general, USAC. Más de 20 años inmersa dentro de las
bibliotecas. Voluntaria, fotógrafa aficionada, actriz de teatro. Los libros y el teatro me salvaron la vida. Participante del Taller de Poesía de Casa Ibargüen, Centro Histórico, Ciudad de
Guatemala.
Rafael Gutiérrez.
Guatemalteco. Cursó la licenciatura en Letras y Periodismo en la Universidad de San Carlos
de Guatemala. Ha impartido docencia universitaria. Director de Revista de la Universidad de
San Carlos de Guatemala. Dirigió asimismo La Urbe, sección cultural del periódico universitario. Columnista cultural en varios diarios del país. Ha publicado diversos poemarios, entre
otros, Sin amor ni libertad, jamás, Epigramas a Angélica (traducido al francés y cakchiquel),
Arboletras de cuatro tropos (fusión entre la imagen visual y texto poético y narrativo), Me
llamo Ezequiel Martínez Urízar, revolucionario de pura cepa, para servirle a usted, Las 12
hogueras de O (poemario en homenaje al poeta desaparecido Roberto Obregón) y Oficio de
genitalia. Asimismo el libro para niños y jóvenes El árbol que vino del cielo y de la tierra.
Ha sido traducido a distintos idiomas e incluido en antologías nacionales y extranjeras.
Luisa González-Reiche.
Guatemalteca. Artista visual, historiadora del arte y educadora. Tiene estudios de posgrado
en educación, historia y filosofía. Catedrática universitaria y consultora. Sus ensayos han
sido publicados en diversos medios locales. Actualmente es columnista en Plaza Pública. Ha
publicado 2 guías pedagógicas para docentes acerca de la enseñanza a través del arte.
Isabel Díaz Sabán.
Guatemalteca. Entusiasta escribiente y lectora voraz. Es periodista de profesión, estudiosa
de la literatura, editora de un reconocido medio de comunicación guatemalteco, editora en
Lexicón Ediciones y columnista en gAZeta.gt
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