Ciudadanía, cooperación y
solidaridad
COMENTARIOS Y REFLEXIONES ACERCA DEL LIBRO
CIUDADANÍAS ALTERNATIVAS
HUGO BUSSO1
Resumen
Revista Idelcoop, No
234, Ciudadanía, cooperación y solidaridad.
Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
ISSN Electrónico
2451-5418
P. 43-61/ Sección:
Reflexiones y Debates
Este escrito es una mezcla de artículo y reseña que aborda la cuestión
de la ciudadanía en relación con los desafíos que afronta el cooperativismo en diferentes contextos y países. El autor se apoya en la reciente
edición del libro Ciudadanías alternativas (2021) para reflexionar acerca
de los reclamos políticos de las y los ciudadanos, en función de ampliar
el corsé del liberalismo monetarista (neoliberalismo), que los/as reduce
a consumidores/as o contribuyentes pasivos. La solidaridad hace su retorno ante la crisis de hegemonía neoliberal, porque la violencia física e
institucional ya no puede crear consensos, como se ve directamente en
Chile, Bolivia y Colombia. Se postula aquí el concepto de “la ciudadanía”
como el conjunto de derechos y deberes que caracterizan el régimen político democrático en occidente, donde el/la ciudadano/a es la fuente de
la legitimidad política. Si los y las ciudadanas son jurídica y políticamente iguales, siendo la fuente misma del poder y de la soberanía política,
la pregunta que emerge es ¿qué nuevas ampliaciones y debates se requieren en estos contextos pandémicos, de recalentamiento planetario y
de necesidad de superar el paradigma político hegemónico? Es por esto
mismo que la política como expresión del sismo institucional que atraviesan nuestras sociedades altera el concepto de ciudadanía heredado.
Es de pensar que las democracias deberán crear procesos experimentales de actualización permanente del espacio político. La ecología y la
cooperación son las condiciones necesarias de un proceso colectivo exAutor de Crítica a la modernidad eurocentrada. En búsqueda de múltiples alternativas decoloniales, (EAE, 2011) y Capital social y participación. Las redes tecnológicas
como redes sociales, (Narvaja editor 2005, Argentina). Próximo libro: Ecoocreatividad. Utopías concretas en tiempos inciertos, en prensa. Profesor en Ecole Polytechnique y en Ats & Metiérs, Paris, Francia. Doctor en filosofía (Paris 8-UBA), ex profesor
de Epistemología de las ciencias sociales ECI-UNC y sociología (IUA, U21, Argentina). Correo electrónico:
[email protected]
1
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
perimental para la actualización permanente del espacio político, para
dar sentido a los imaginarios de cambio social. La ecología y el cooperativismo serán los ingredientes creativos para pensar nuevas solidaridades y sentidos colectivos de lo común.
Palabras clave: ciudadanía, política, cooperativismo, solidaridad,
“ecoocreatividad”.
Resumo
Cidadania, cooperação e solidariedade. Comentários e reflexões sobre
o livro Ciudadanías Alternativas
O Este texto é uma mistura de artigo e resenha abordando a questão da cidadania, em relação aos desafios que o cooperativismo enfrenta nos diferentes contextos e países.
Com base na edição recente do livro 'Ciudadanías Alternativas' (2021) refletiremos sobre o setor da cidadania que exige da política a ampliação do
espartilho do liberalismo monetarista (neoliberalismo), para não acabar
reduzido a um consumidor e contribuinte passivo. Diante da crise de hegemonia neoliberal, e da violência física e institucional que não consegue gerar consenso, como se vê diretamente no Chile, na Bolívia e na Colômbia, a
solidariedade se fará presente. Postular-se-á a cidadania como o conjunto
de direitos e deveres que caracterizam o regime político democrático no Ocidente, onde o cidadão, em geral, é a fonte de legitimidade política.
Sendo os cidadãos, legal e politicamente, iguais, e se constituindo em fonte
própria de poder e soberania política, o interrogativo surge ao observar e
perguntar quais são as novas dimensões e debates necessários no contexto pandêmico, de aquecimento global e da necessidade de superação do
paradigma político hegemônico. É por isso mesmo que a política como expressão do abalo institucional que atravessa nossas sociedades, vai alterar
o conceito de cidadania herdada. É de se pensar que as democracias devem
criar processos experimentais de atualização permanente do espaço político. Ecologia e cooperação são condições necessárias para esse processo coletivo experimental de atualização permanente do espaço político, dando
sentido aos imaginários de transformação social. A ecologia e o cooperativismo serão os elementos criativos para pensarmos em um sentido novo do
solidário e do bem comum coletivo.
Palavras-chave: Cidadania, política, cooperativismo, solidariedade, eco
criatividade.
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234 Julio 2021, p. 43-61
HUGO BUSSO
Abstract
Citizenship, co-operation and solidarity. Comments and thoughts on
the book Ciudadanías Alternativas
This paper is a mixture of article and review, which addresses the issue of
citizenship in relation to the challenges that are faced by co-operativism
in different contexts and countries. It is based on the recent book Ciudadanías alternativas (2021) and reflects on the citizenships that politically demand that the tightness of monetarist liberalism (neoliberalism),
which reduces people to passive consumers and/or taxpayers, be eased.
Solidarity comes back into play in view of the crisis of neoliberal hegemony, because physical and institutional violence can no longer create
consensus, as can be observed in Chile, Bolivia and Colombia. Citizenship
is presented as the set of rights and duties that generally characterize the
democratic political regime in the Western world, where the citizen is the
source of political legitimacy. If citizens are legally and politically equal,
as well as the very source of power and political sovereignty, the question
that arises is: what new expansions and debates are required in these contexts of pandemic, global warming and need to overcome the hegemonic
political paradigm? It is for this reason that politics, as an expression of
the institutional earthquake that shakes our societies, alters the concept
of inherited citizenship. It could be thought that democracies will have to
create experimental processes to permanently update the political space.
Ecology and cooperation are the necessary conditions for such a collective experimental process to give meaning to the imaginaries of social
change. Ecology and co-operativism will be the creative ingredients to
think new forms of solidarity and collective senses of what is shared.
Key words: citizenship, politics, co-operativism, solidarity, eco-creativity
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
INTRODUCCIÓN
He tenido recientemente la oportunidad de
leer el libro producido colectivamente Ciudadanías Alternativas,2 coordinado y compilado
por Ariel Lugo y Mercedes Oraisón. Un libro
oportuno para este momento de crisis, como
bifurcación de caminos a seguir, y que aporta
preguntas y reflexiones sobre temas concretos.
Por esto, hay que celebrar su aparición. Este artículo la celebra, con una mezcla de reseña de
algunos de sus capítulos y con reflexiones que
fueron motivadas por la lectura. En particular
en referencia a las dimensiones de la solidaridad y el cooperativismo, en sus implicancias
con la ciudadanía. Los diferentes escritos que
he leído me han generado nuevos interrogantes, renovándome las reflexiones anteriores en
resonancia con mis investigaciones recientes.
Esta obra es una edición pensada para reposicionar y actualizar el debate sobre las ciudadanías, desde una mirada plural, con diversidad
temática y pluridisciplinaria. Introduce los desafíos actuales y globales para la filosofía política en contextos pandémicos, al tiempo que
mira con lupa las particularidades locales y
regionales de sectores específicos en América
latina y Europa para repensar la democracia y
sus avatares.
Todo este debate del presente acerca de la
ciudadanía implica, sin dudas, el devenir del
movimiento cooperativo local, regional, nacional e internacional. Interpela en consecuencia su misión y la oportunidad que abre este
momento particular (Kairos). Este momento
de crisis exige tomar caminos en contextos inciertos, para asumir la complejidad de las decisiones, que no son ni simples, ni dicotómicas,
ni lineales. Parecen ser más bien paradojales y
complejas. Estas paradojas estructuran las posibilidades de lo político, es decir, elegir entre
una solidaridad impuesta o, por otro lado, una
2
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Lugo y Oraisón (2021).
234 Julio 2021, p. 43-61
La respuesta preferencial desde un
punto de vista ecológico, cooperativo y
creativo (ecoocreatividad), es la que viene
impulsando el movimiento cooperativo
desde sus inicios: cooperar, sin excluir
una cooperación competitiva o una
competencia cooperativa.
solidaridad elegida democráticamente. Hay
una ansiedad que alimenta otra paradoja que
es la de ir aceptando simplemente compromisos ya acordados por políticos/as y expertos/
as desconectados/as del Demos (pueblo), dejando todo como antes, como un retorno a
una improbable “normalidad” perdida. O, más
bien –y esta es nuestra preferencia de indagación no neutral desde los valores y principios
cooperativos-, encarnar en la praxis concreta
las posibilidades de ir ampliando la participación y profundizando la ciudadanía, alterando
el derecho público y privado en referencia a
la propiedad, el acceso, uso y usufructo de los
servicios públicos y de los bienes comunes. El
neoliberalismo es la preferencia del primer término de estas paradojas, el cooperativismo es
la elección de la segunda posibilidad.
Estas paradojas parecen estructurar un debate por la hegemonía. Es decir, debates y
desacuerdos en el contexto de competencia
electoral y antagonismos de imaginarios sociales que luchan por el sentido que enmarca
las interacciones e interrelaciones: ¿competir o
cooperar? La respuesta preferencial desde un
punto de vista ecológico, cooperativo y creativo (ecoocreatividad),3 es la que viene impulEcoocreatividad, un libro de pronta aparición, donde
desarrollo y presento este concepto que podríamos describir como “ecología, cooperación y creatividad” y que
actúa como significante vacío; podría hacer equivalentes
demandas diferentes, experiencias, experimentos y perspectivas “utopísticas”.
3
HUGO BUSSO
sando el movimiento cooperativo desde sus
inicios: cooperar, sin excluir una cooperación
competitiva o una competencia cooperativa.
Desde los principios y valores del movimiento
cooperativo internacional,4 habría que profundizar su actualización incorporando la dimensión ecológica en todos los niveles de análisis y
gestión, de modo creativo y con la democracia
participativa directa en todas las instituciones
que impliquen el espacio público y común (salud, educación, justicia, ecosistemas, producción, cultura). Por esto hay que salir de dicotomías estériles, pero dando una preferencia
clara a los valores para que marquen el sentido
en los espacios de la gestión de lo privado, el
mercado y el espacio público; la solidaridad
y la fraternidad igualitaria como condiciones
que guían las políticas y la gestión de la igualdad y la libertad (“igual libertad”, o égalibérte
según Etienne Balibar).
Ciudadanías Alternativas es a la vez un libro
interdisciplinar y multifocal. Por esto, incita a
abordar estos espinosos desafíos sociales, sin
dar recetas ni indicaciones partidarias y desde
diferentes enfoques actualizados con resonancias en temas políticos, científicos y mediáticos.
Temas que, a su modo, en cada país y región,
alimentan y consolidan la deliberación política
ciudadana. Las y los participantes de esta obra
colectiva son de América Latina, de Canadá y
de Europa. Quienes realizaron la compilación
de los trabajos han estructurado el libro en
tres temáticas donde hay información específica que contiene reflexiones actualizadas,
bien argumentadas y originales que nos informan del estado del debate para poder pensar
el presente. La primera parte abre con análisis
en torno a la participación y la ciudadanía. La
segunda parte aborda las relaciones de poder,
el desastre y la catástrofe -aquí me detendré,
en particular, en el escrito de la filósofa colom-
biana Angélica Montes Montoya-. Por último,
la tercera parte aborda el apasionante tema
del “Más allá de las ciudadanías”, con un texto
enfocado desde el psicoanálisis lacaniano, escrito por el griego Yannis Staravakis, y otro texto que trae el debate acerca del ágora animal,
escrito por la canadiense Sue Donalson.
En primer lugar, ensayaremos sintéticamente en este escrito, -a modo de reseña y de reflexión motivada por el libro-, un definición del
tema de “la ciudadanía”. Luego, presentaremos
muy someramente los dilemas que trae la alternativa de posibles “ciudadanías postneoliberales”, desde diferentes perspectivas.
CIUDADANÍA
Comencemos por la categoría central que
articula el libro colectivo, a la que sumo esta
interpretación, que es efecto de la motivación
que produjo la lectura. La ciudadanía, como
idea y categoría política, suele interpretarse
como una de las principales contribuciones
de la herencia griega al pensamiento mundial.
La filosofía nace cuando el Augur calla, cuando
Los contextos paradójicos articulan
el presente, ya que por un lado el
triunfo del sistema democrático a
nivel planetario se complementa con la
posible autodestrucción de la civilización
por catástrofes ambientales. Los
acontecimientos emergentes pandémicos
y los desafíos internacionales han
reinstalado la pregunta acerca de cómo
sigue esta situación de interregno de la
mundialización neoliberal.
4
https://www.ica.coop/es/cooperativas/identidad-alianza-cooperativa-internacional
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
los astros, los magos astrólogos y los adivinos
del destino enmudecen sin indicar qué decir,
hacer o esperar. La ciudadanía es práctica de la
deliberación misma de los ciudadanos. Se trata de la fundamentación filosófica misma de la
autonomía de la Polis que se dicta sus propias
leyes auto instituyéndose, para crear agonalmente las instituciones propicias para la ciudadanía, y que justifica un gobierno democrático
(gobierno del pueblo y para el pueblo, desde
los intereses propios al ganar la disputa política a la oligarquía y la tiranía). Este es el tema
de la reflexión y la polémica política, que abre
este campo tan controvertido en la construcción de nuestras sociedades cuando “el destino” (divino, astrológico, histórico, natural) ya
no señala el sentido (ontológico, religioso, cosmológico, y últimamente… financiero). La ciudadanía es también lo constitutivo de la visión
moderna ilustrada, del enfoque eurocentrado
de la filosofía y la política, que delimita la soberanía dando forma a los Estados Naciones. No
por casualidad su definición misma es lo que
estructura el campo de las diferencias en la filosofía, desde sus comienzos, y estructura las
diferencias partidarias.
Los contextos paradójicos articulan el presente, ya que por un lado el triunfo del sistema
democrático a nivel planetario se complementa con la posible autodestrucción de la
civilización por catástrofes ambientales. Los
acontecimientos emergentes pandémicos y
los desafíos internacionales han reinstalado la
pregunta acerca de cómo sigue esta situación
de interregno (entre el problema crítico y la no
solución de este) de la mundialización neoliberal. Es por esto que se está insistiendo y tematizando filosóficamente ‘lo real’, ‘lo normal’
y ‘la ciudadanía’ en contextos post subprime
que repiten el síntoma sofocante del capitalismo financiero, con sospechas fundadas de
6
Ballesteros (2005).
7
Muñoz (2013).
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Cuando las noticias de los últimos años
nos muestran la represión brutal
y la violencia directa en Francia,
Chile y Colombia, se hace evidente
que ya no hay producción del consenso
como efecto de la hegemonía de
los gobiernos locales y de la lógica
mundializante del neoliberalismo.
desmundialización ineluctable y con demandas crecientes de escenarios postneoliberales
(Chile, Colombia, Bolivia, Brasil, Perú, Europa).
En la excelente introducción de quienes compilaron el libro, Ariel Lugo y Mercedes Oraison,
se ubica la discusión y la apertura del campo
filosófico, entre los franceses Etienne Balibar,
Jacques Derrida, Jacques Rancière y el filósofo
argentino Emanuel Biset. Abriendo el debate
entre lo aporético de la situación, –esto es, entre la soberanía nacional y estatal en contextos
de mundialización neoliberal–, tanto como
acerca de las condiciones de la ontología política que incita a cuestionar lo constituido y lo
constituyente como el espacio necesariamente abierto para que exista la condición misma
de lo político. Lo político aparece como espacio del descuerdo inherente y constitutivo de
las relaciones agonales de lo social. Lo político
despliega el diálogo y el debate sobre el sentido de lo igual y de lo justo, de los derechos
y responsabilidades que deben ser delimitados, pero no fijados o cerrados, para no asfixiar
las posibilidades de cambio y el devenir de la
Polis. La ciudadanía sigue siendo tema de reflexión necesaria y de redefinición conceptual
de modo permanente, como testimonia este
interesante y polifacético libro.
Cuando las noticias de los últimos años nos
muestran la represión brutal y la violencia
directa en Francia, Chile y Colombia, se hace
HUGO BUSSO
evidente que ya no hay producción del consenso como efecto de la hegemonía de los
gobiernos locales y de la lógica mundializante del neoliberalismo. Si hay apelación a una
violencia directa sobre ciudadanos y ciudadanas que han puesto en cuestión el lugar
pre-asignado en el debate –¿democrático?–,
replanteando las condiciones de la ciudadanía
civil, política y social, es que hay una situación
de crisis, como momento de la oportunidad
(Kairós) para cambiar el rumbo. Lo mismo
emerge como pregunta es ¿qué hacer? Desde
la ciudadanía activa hemos visto entre 2018 y
2020 directamente la represión muy dura de
la policía francesa a los y las “chalecos amarillos”, la actuación de la policía chilena sobre las
y los manifestantes (que han logrado en 2021
democráticamente un revés electoral histórico
y espectacular a los consensos electorales de
A partir de la lectura de Ciudadanías
alternativas, podemos preguntarnos
¿dónde se ubica el/la ciudadano/a post
pandemia COVID-19?, ¿dónde interviene
la democracia? Ampliar la participación
y democratizar más la sociedad en
todas sus dimensiones y niveles,
¿implicaría abandonar las restricciones
economicistas neoliberales actuales?
Los problemas de la identidad, de raza,
de género y clase, ¿interpelan
fuertemente la idea de ciudadanía?
Lo Terrestre, que incluye lo no humano
y a los animales que son parte de
nuestra alimentación y ocio,
¿debería ser sujeto de derecho?
ese país). Si sumamos en esta enumeración la
violenta actuación del gobierno de Colombia
sobre los ciudadanos y las ciudadanas en protesta en el primer semestre de 2021, se hace
evidente que hay alternativas de ciudadanía
que se presentan y emergen manifestando
descontentos, desacuerdos y búsquedas alternativas. Pero que se manifiestan en acontecimientos que reactualizan la disputa de poder
político, junto con el debate filosófico-político
a nivel local y global. Las ciudadanías alternativas a la hegemonía actual neoliberal ya no son
una hipótesis, sino un hecho que se acompaña
de acontecimientos que muestran su verdad
local, temporal y particular. La filosofía y las
ciencias sociales tienen trabajo y mucha novedad para abordar desde sus prácticas teóricas.
Hay que volver a ubicar históricamente el
debate y la imbricación pertinente entre la
política y la filosofía. Las palabras griegas
que remiten como espacio social de encuentro entre ciudadanos/as en la Polis son Oikos
(casa), Ágora (mercado) y Eclessia (la decisión
pública).5 A partir de la lectura de Ciudadanías
alternativas, podemos preguntarnos ¿dónde
se ubica el/la ciudadano/a post pandemia
COVID-19?, ¿dónde interviene la democracia?
Ampliar la participación y democratizar más la
sociedad en todas sus dimensiones y niveles,
¿implicaría abandonar las restricciones economicistas neoliberales actuales? Los problemas
de la identidad, de raza, de género y clase, ¿interpelan fuertemente la idea de ciudadanía?
Lo Terrestre, que incluye lo no humano y a los
animales que son parte de nuestra alimentación y ocio, ¿debería ser sujeto de derecho?
Partamos de algo básico, la ciudadanía no implica necesariamente democracia, pudiendo
ésta sustraer la vitalidad espontánea y propia de la comunidad. También la comunidad
puede burlar las virtudes institucionales, para
resolver y canalizar el desacuerdo constitutivo
5
Castoriadis (1998).
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
de lo político. La ciudadanía, por lo general es
el tema de lo político, porque implica definir y
delimitar lo igual, no en modo numérico sino
cualitativo y filosófico, lo que supone lo público, el mercado y lo estatal. ¿Qué es “lo igual” y
quiénes son las y los iguales?, ¿qué implicancia tiene la igualdad para la libertad y la identidad del ‘nosotros/as’?, ¿cuáles son las nuevas
modalidades de la acción política y la gestión
colectiva de lo común con la extensión de las
redes tecnológicas como redes sociales, en
medio de cambios climáticos y geológicos
considerables? El campo analítico es enorme,
las respuestas inciertas y dispersas. En el mejor de los casos, en construcción…
Este libro me ha interpelado, generando y
recreando nuevos interrogantes. Me permito un breve comentario personal, diciendo
que volvería a escribir Ecoocreatividad. Utopías concretas para tiempos inciertos,6 ya que
me reabrió pertinentemente un conjunto de
interrogantes relacionados con el presente
y el futuro. Porque Ciudadanías Alternativas
provoca movimientos internos en el pensamiento, generando nuevas preguntas al
leerlo, tocando de lleno a la idea del arte de
la convivencia (el convivialismo), la cooperación y al aumento del capital social de cada
comunidad y territorio. Invertir los valores dominantes en paralelo a la invención creativa
en común de los nuevos que replanteen la
relación no necesariamente antagónica entre cooperación y competencia, pudiendo ser
más bien una competencia cooperativa y sinérgica entre los participantes del juego, para
la consolidación institucional, que sostiene
la ciudadanía para ampliar y mejorar el bien
común. Porque, en nuestra mirada e investi6
Investigación recientemente terminada, en prensa. Temas
que fueron adelantados parcialmente en:
https://www.idelcoop.org.ar/sites/www.idelcoop.org.ar/files/
revista/articulos/pdf/pg_20-27.pdf y
https://www.idelcoop.org.ar/sites/www.idelcoop.org.ar/files/
revista/articulos/pdf/reflexiones230_1.pdf
50
234 Julio 2021, p. 43-61
Ciudadanías Alternativas provoca
movimientos internos en el pensamiento,
generando nuevas preguntas al leerlo,
tocando de lleno a la idea del arte
de la convivencia (el convivialismo),
la cooperación y al aumento del capital
social de cada comunidad y territorio.
Invertir los valores dominantes en paralelo
a la invención creativa en común de los
nuevos que replanteen la
relación no necesariamente antagónica
entre cooperación y competencia,
pudiendo ser más bien una competencia
cooperativa y sinérgica entre los
participantes del juego.
gación post pandemia, en relación con los desafíos ambientales ligados al recalentamiento
planetario, la ciudadanía está resignificándose en sentido postneoliberal. Implicando una
dimensión más local y circular del Oikos y el
Ágora, más colaborativa y cooperativa como
espacio experimental entre lo local y lo global. Espacios (lo doméstico y el mercado)
donde la creatividad innovadora está relacionada a la incertidumbre y la urgencia del
contexto de derrumbamiento civilizacional
y ambiental. Porque se ha puesto en riesgo
extremo las condiciones indispensables de
la vida terrestre, humana y no humana. Me
incitó la lectura del libro diversas preguntas
relacionadas a la Eclessia (el lugar de la deliberación y la decisión, de las instituciones democráticas) en referencia al modo de operar y
hacer de los lugares de la decisión, así como
también, acerca de las posibles ciudadanías
que se pueden crear para el futuro próximo,
en contextos de recalentamiento planetario.
HUGO BUSSO
Las instituciones democráticas para la consolidación de la ciudadanía son básicamente hoy
en día instituciones que procesan la ignorancia, la incertidumbre y lo inesperado. Por esto
deberían promover la inteligencia colectiva y
creativa que sostenga las diferencias, como
condición de riqueza para aprovechar el capital (cultural y social) propio para solucionar
problemas urgentes y abordar la agenda de
prioridades importantes de la gestión pública.
Una primera conclusión en referencia a la categoría central del libro colectivo es el acuerdo en que la ciudadanía sigue siendo un tema
convocante, para profundizar el dialogo en la
Polis (la comunidad), de la que el libro es una
celebración. Mi primera respuesta personal es
que, en la situación actual, la ecoocreatividad7
(ecología + cooperativismo + creatividad) es
un ensayo para crear sentidos e imaginarios
alternativos, articulando creativa y experimentalmente la salida del pensamiento único,
de la hegemonía neoliberal que implican los
imperativos de la mundialización económica en franca descomposición y mutación. Por
esto es una perspectiva que afirma la necesaria búsqueda de alternativas de ciudadanías
y un abandono radical de la competencia y
el individualismo del capitalismo neoliberal.
Las respuestas alternativas son, en general,
orientadas más a la sobriedad, la convivencia,
la solidaridad, la empatía y la cooperación (el
movimiento convivialista, el decrecimiento,8 el
ecologismo). Sin excluir la competencia ni ignorar la conflictividad que generan la colaboración, la solidaridad y la cooperación. Porque,
a diferencia de los imperativos individualistas
de la competencia neoliberal, la competencia ecoocreativa debe ir siempre acoplada de
colaboración, cooperación y de igual-libertad
(égaliberté) que evite la desmesura y el exceso
capitalista. Esto es, para la ampliación y mutación necesaria de la ciudadanía como espacio
7
8
Busso (2020).
Latouche (2011).
específicamente político. Estas búsquedas alternativas dispersas y particulares tienen en
común que van incitando fundamentalmente
a la indagación experimental colectiva de lo
incierto. A la ampliación de lo común, a una
resignificación de la propiedad no como pertenencia individual sino marcada por el acceso, uso y usufructo público, común, intergeneracional. Por lo tanto, son las experiencias
de radicalización democrática ecoocreativa, las
que debemos saber instituir, construyéndolas
políticamente, en procesos activos desde las
ciudadanías alternativas que articulan luchas
y demandas equivalentes, en las democracias
liberales, encorsetadas en el neoliberalismo.
Estas democracias demandan la autonomía
y la inteligencia colectiva instituida, para hacer posible la dimensión conflictiva y agonal,
con instituciones que puedan soportar las
tensiones y conflictos. La democracia radical
(de Laclau y Mouffe)9 y el cooperativismo son
caminos que pueden coincidir y ampliar la
reflexión que oriente la acción y que se nutra
retroactivamente de ella.
Son las experiencias de
radicalización democrática
ecoocreativa, las que debemos
saber instituir, construyéndolas
políticamente, en procesos activos
desde las ciudadanías alternativas
que articulan luchas y demandas
equivalentes, en las democracias
liberales, encorsetadas en el
neoliberalismo.
9
Laclau y Mouffe (1987).
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
Por esto es de esperar un necesario retorno a
la filosofía como praxis política, para una ampliación activa de la ciudadanía, asumiendo
que el conflicto y el descuerdo son inherentes
y constitutivos de lo político. Su consecuencia
podría ser el fortalecimiento de las instituciones, para orientar políticamente el dilema democrático fruto de antagonismos inevitables,
que no deben tener resolución definitiva. Las
alternativas no dictatoriales ni tiránicas de la
ciudadanía democrática-liberal se presentan,
sin ser aun claramente enunciadas, irrumpiendo con violencia. Porque sus demandas
de reconocimiento, igualdad y libertad chocan con los prejuicios conservadores y antidemocráticos de las tendencias hegemónicas
actuales. Estas tendencias hegemónicas (desde la caída del muro de Berlín) que proclamaban el fin de la historia, parecen haber perdido
la capacidad de generar y articular los consensos necesarios para evitar la emergencia
de la violencia social, reduciéndolos a la participación y al debate democrático. Por y para
la ampliación de la ciudadanía en resonancia
con la dimensión ecológica ambiental, a partir de lo Terrestre.10 Todo parece indicar que la
historia, aun, no ha terminado.
Consideraremos la ciudadanía como el conjunto de derechos y deberes que caracterizan el
régimen político democrático en occidente en
general, donde el/la ciudadana/o es la fuente
de la legitimidad política. Las y los ciudadanos
son jurídica y políticamente iguales, siendo la
fuente misma del poder y de la soberanía política. Se trata de un proceso experimental de
actualización permanente del espacio político,
del sentido del cambio social (Chile, Colombia,
10
“Lo terrestre, el tercer atractor” en Bruno Latour (2017).
El primer atractor es lo local, el segundo lo global. El tercer atractor, lo terrestre, debe ser considerado como sujeto pleno de derechos, entrando al debate político para
modificarlo sustancialmente, por ser incorporado en sus
decisiones y cálculos. Lo terrestre es considerado como
sistema generativo, no como materia prima para el sistema productivo.
52
234 Julio 2021, p. 43-61
Francia, España son algunos laboratorios de
esta problemática) para la elaboración autónoma de las decisiones provisorias y objetivos
colectivos en devenir de los y las ciudadanos.
Autonomía y decisiones en permanente devenir que no se reducen al derecho, porque
afectan directamente las relaciones políticas
del presente, así como a la estructuración de
las decisiones del poder político actual. Encaminando el futuro prospectivamente por las
acciones presentes, hay una dimensión causal
que excede la relación causa- consecuencia de
la física moderna. La secuencia causal del pasado y la consecuencia posterior y lineal que
genera una futura, ya no es la sola explicación
posible. Puede haber causalidades futuras, ya
que hay retroacción interdependiente en la
compleja relación entre imaginarios en profunda transformación. Por esto, lo político debe
ser considerado como espacio estructurante de la ciudadanía. Porque lo político como
proceso de construcción de la ciudadanía es el
espacio de la decisión de sujetos autónomos
(in)dividuales, que se dictan sus propias leyes
e imperativos. Es fruto de la acción política que
no ignora las fuerzas heterónomas, las incorpora y las pone en relaciones de interdependencia, siendo el espacio de encuentro de las
diferencias, de las contradicciones, de las complementariedades y de los antagonismos. La
racionalidad, la comunicación y el consenso
propio de lo político es puesto en consideración radical en el proceso de construcción y recreación de la ciudadanía. Así nos ilustran los
diferentes artículos que contribuyen en el libro
Ciudadanías alternativas.
El libro hace alusión en diversos artículos a las
identidades y las asociaciones que definen su
verdad política, reinterpretando el pasado, modificando el presente y creando el futuro en
cada acontecimiento en que se vinculan los derechos ciudadanos. Es la ciudadanía la versión
antagónica del esclavo/a, del súbdito/a y del
consumidor/a, porque hay que hacer emerger
HUGO BUSSO
Hoy el capitalismo neoliberal está
puesto en el banquillo de acusados
por su autoritarismo depredador
y la negación tanto de la democracia
como de la ciudadanía. Es puesto
en esta situación incómoda por la
ecología, el convivialismo.
la opción de sentido elegida y ponerla en juego en el campo de las decisiones, en las relaciones de poder que sostienen. Sea Chile, EE.UU,
Europa o Colombia. Porque el/la ciudadano/a,
como categoría ética y sociológica, supera positivamente (sin eliminarlas) a las categorías de
consumidor/a dócil, al votante esporádico/a y
al mero contribuyente pasivo/a. Lo hace desde
el ideal universal de libertad e igualdad (égaliberté, o igual libertad, como dicen los prologuistas del libro). El/la ciudadana/o, para hacerse
efectivo/a, necesita la ampliación de la participación y la consolidación de derechos, de un
poder legislativo y ejecutivo que se apoye en la
deliberación política auténtica, como sustrato
básico de la comunidad. La ciudadanía, en mi
perspectiva, es el sentido pluriversal de las y
los particulares que define la procedencia y el
alcance de las y los sujetos afectados/as en el
juego político. Porque tendrán, a la vez como
contrapartida, obligaciones y responsabilidades, en relación agonal e interdependiente
con las y los participantes (ciudadanos/as). Su
tarea es, entre otras, determinar el alcance de
la propiedad privada y pública, su uso, acceso
y usufructo. Señalando en contraposición de la
hegemonía neoliberal en las democracias liberales y republicanas occidentales las condiciones de lo común (en su acceso, uso y usufructo)
de los bienes, servicios y espacios. Pero debe
ser reactualizado como proceso sin fin de los
desacuerdos, como consecuencia y síntesis del
debate agonal de lo político. El sentido y valor
será el resultado de la hegemonía, que deberá evidenciar los universales que estarán en el
centro del debate, por los antagonismos y las
contradicciones inherentes de las relaciones de
poder. Este concepto, la ciudadanía, siempre
funciona como espacio vacío, siendo el ideal
universal regulador de lo imposible y, a la vez,
necesario de lo instituido e instituyente, que
incita al infinito el juego abierto de lo político.
Dicho en otros términos, lo político como
juego agonal es simultáneamente necesario
e imposible, justamente para que exista y
continúe el juego en la disputa nunca cerrada, ni concluida. Porque si cierra el juego estableciéndose en verdades y criterios ya definitivos, decretaría su final o muerte siendo
el momento de la tiranía y de las dictaduras.
Es como el juego deportivo: alguien gana, alguien pierde, o como el juego de la vida, alguien come y alguien es comido/a para que
la vida siga. Pero lo político evita justamente
la destrucción irremediable y los perdedores absolutos, características de dictaduras
brutales y de tiranías violentas que arrasan
con lo diferente. La ciudadanía y la participación son elementos básicos y fundamentales
para pensar en profundizar la democracia,
en la ampliación de la ciudadanía (como lo
sugieren en la primera parte del libro los artículos de Cristian Orellana Fonseca, Moira
Suazo). Hoy el capitalismo neoliberal está
puesto en el banquillo de acusados por su
autoritarismo depredador y la negación tanto de la democracia como de la ciudadanía.
Es puesto en esta situación incómoda por la
ecología, el convivialismo,11 (Iván Ilich, Alain
Caille), el pensamiento crítico y neomarxista
(André Gorz, Jacques Bidet, Alain Badiou, Slavoj Zizek, Negri, Laval & Dardot, Jean-Claude
Michea), la democracia radical (Laclau &
Mouffe),12 la filosofía critica (Axel Honnet,
11
12
AA.VV (2020).
Laclau y Mouffe (1987); Laclau (2017).
REFLEXIONES
Y DEBATES
53
Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
Harmut Butler, Judith Butler, Miguel Benasayag,13 Anselm Jappe, Jêrome Baschet),14
la decolonialidad (Walter Mignolo, Santiago
Castro Gómez), la filosofía de la liberación,
(Enrique Dussel). Y lo es, fundamentalmente,
por la violencia transferida al ambiente y al
Otro como las periferias no productivas, no
consumistas y “sobrantes”, innecesarias para
el mercado de la sociedad de consumo. Así
también para los problemas casi irresolubles
de ciudadanía que plantean a la soberanía
del Estado-Nación que ya no puede sostener
las promesas modernas ni dar respuestas a
las demandas concretas de sus poblaciones
(ver los artículos del libro de Penchaszadec
& Sander acerca de las migraciones internas;
Marc Crepon, acerca de los “chalecos amarillos” en Francia).
Desde la filosofía, persiste la pregunta acerca
de las posibilidades de lograr una forma superior de sociedad, cuyos principios fundamentales sean el desarrollo pleno y libre de cada
individuo. Cada particular (partido, identidad,
asociación, movimiento, grupo) tiene vocación universal, sabiendo que siempre es pluriversal, aunque el partido político (en la disputa
electoral, por ejemplo) sea la vocación universal que sabe de modo incierto que solo es parte de ese todo complejo y plural en mutación
permanente. Como un astro en el firmamento
policéntrico, múltiple, imbricado y cambiante.
Pero en tanto astro en versión humana, como
manojo de tendencias contradictorias que
se piensa, se siente y cree en los imaginarios
en que se sostiene único y propio a sí mismo.
Como inherente a su identidad que le confiere
voluntad e intención empujado por emociones, que crean argumentos y van siendo suturados al deseo de un todo integral y pleno del
Ser, imposible y a la vez condición de posibilidad del juego abierto, político y filosófico del
13
14
54
Bensayag (2021).
Baschet (2018).
234 Julio 2021, p. 43-61
Al leer Ciudadanías alternativas,
las y los autores y autoras nos hacen
recordar que la ciudadanía es siempre
política, porque es un espacio imbricado,
entretejido de interacciones donde hay
control, disputa y poder.
sentido, en disputa permanente. Justamente
aquí es donde la relación particular y Universal
que tematiza la problemática de la ciudadanía
parece mostrar una insuficiencia teórica en el
libro, salvo en la introducción y en el abordaje
que hace Angélica Montes Montoya en “El desastre de la política y ciudadanías en disputa”.
LA CIUDADANÍA Y “EL DESASTRE DE LA
POLÍTICA”
Al leer Ciudadanías alternativas, las y los autores y autoras nos hacen recordar que la ciudadanía es siempre política, porque es un espacio imbricado, entretejido de interacciones
donde hay control, disputa y poder. Es, sobre
todo, una estrategia para crear ciudadanas/
os, modelar expectativas y criterios como conjunto de prácticas y conocimientos que instrumentaliza la gobernabilidad. Foucault habló
de biopoder unificando el conjunto de problemáticas políticas, para entender el poder y rebalsar los limites disciplinarios de las ciencias
sociales de la época. La ciudadanía, en sentido
general, puede considerarse como el espacio
público, no reclamado por la propiedad privada, que no se debiera reducir a lo estatal.
La ciudadanía suele tener, en su dimensión,
intensidad y alcance, una relación proporcional e inversa a la amplitud numérica. Dicho
de otro modo, mientras más grande la escala
más difícil es que la ciudadanía cívica, social y
política llegue a todos y todas, a la inversa, en
escalas reducidas, es más fácil la interacción de
los capitales social, cultural, económico y polí-
HUGO BUSSO
tico incidiendo en la calidad de la ciudadanía
efectiva. Por ejemplo, los cantones suizos son
democráticos y participativos. Aun teniendo
una ciudadanía activa y directa más fuerte que
otros países y regiones de Europa, tiene su costado “en sombra”, sujeto a críticas de peso por
las restricciones conocidas, inherentes a dicho modelo (identidad, procedencia). Esto es
porque cierran el criterio de ‘ciudadano/a’ con
plenos derechos a la pertenencia y al origen.15
En la democracia ateniense, la ciudadanía se
limitaba a una parte más reducida aun de la
población, es decir a los propietarios hombres
y adultos (no extranjeros, no infantes, no esclavos, no mujeres).
El mercado actual plantea menos restricciones de ingreso que lo público y estatal, ya
que no requiere participación más que en la
compra-consumo, y las simplifica al sujeto
“consumidor/a” que puede ser impersonal y
carente de cualidades exigibles propias del/
la ciudadano/a y el/la contribuyente. Por otro
lado, el mercado en sentido neoliberal puede
producir una crisis de propietarias/os, como
fue el caso de las subprime en el derrumbe
financiero-económico estrepitoso de 2008,
que había dado el título de propietarios/as a
quienes luego no podrían serlo. ¿Cuáles fueron las responsabilidades y las consecuencias
jurídicas y legales de los Estados, del mercado
y de los y las ciudadanos en semejante estafa
financiera?, ¿quiénes pagaron las consecuencias de semejante descalabro y exceso? Hoy
se replantea el tema de la ciudadanía, analizando la conveniencia de dejar la hegemonía
neoliberal porque es restrictiva, privilegiando
solo al/la consumidor/a. Las razones políticas
son polémicas, porque parece visualizarse la
ampliación hacia “lo terrestre”, como sugiere
Bruno Latour,16 no solamente hacia lo humano.
Lo “Terrestre” podría ser reducido a la idea de
James Lovelock de volver a pensar en el mito
de Gaia, pero desde nuestro entendimiento
moderno donde la ciencia es el centro válido
del conocimiento. Entonces, a nivel de imaginario, es una perspectiva ya no solo mítica y
metafórica, sino que además, “lo Terrestre”
debería pensarse como sujeto político. Integrando de modo tripartito estos tres atractores
(como les llama Latour) con la dualidad “local”
y “global”. Estos tres atractores son las nuevas
dimensiones para interpretar y pensar lo político, ampliando la dimensión ciudadana al
incluir el tercer atractor, lo “Terrestre”, como sujeto de derechos. Esto obligaría a redefinir los
términos y condiciones a la ciudadanía en las
democracias liberales actuales. Pero Gaia o lo
“Terrestre” debería ingresar con más determinación en el pensamiento político y la gestión
pública con plenos derechos en el escenario
político mundial (global y local), en contextos
de catástrofes ambientales y recalentamiento
planetario. La idea de soberanía de los Estados
Naciones y, por ende, la de ciudadanía requiere
ser reinterpretada en profundidad. Esto alteraría todas las condiciones de la mundialización
económica neoliberal, por ser inviable a corto
y mediano plazo en referencia a los objetivos
propuestos en los últimos acuerdos de Paris y
según los últimos informes del GIEC.17
Angélica Montes Montoya en su artículo “El desastre de la política y ciudadanías en disputa”18
crea este concepto-metáfora que expone en el
título, para caracterizar el desmoronamiento
de las certezas, añadiendo que los imaginarios entrarán en disputa en torno al Estado, el
Gobierno y el Capital resignificando en consecuencia el concepto mismo de ciudadanía.
Montes Montoya no habla tanto del desastre
como tal sino del “desastre de la política” y de
“la política del desastre”, estando su observa17
15
García y Lukes (1999).
16
Bruno Latour (2017).
https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/05/
SR15_SPM_version_report_LR.pdf
18
Lugo y Oraisón (2021) 197-220.
REFLEXIONES
Y DEBATES
55
Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
Angélica Montes Montoya en su
artículo “El desastre de la política
y ciudadanías en disputa” crea este
concepto-metáfora que expone
en el título, para caracterizar el
desmoronamiento de las certezas,
añadiendo que los imaginarios
entrarán en disputa en torno al Estado,
el Gobierno y el Capital resignificando
en consecuencia el concepto
mismo de ciudadanía.
ción enfocada en el derrumbe simultáneo o
sincronizado de las certezas y la nueva gramática emergente. Hay un exceso de cargar al Estado, a sus cuerpos intermedios y al “sistema”.
Siendo esta crítica destructiva, no dialéctica,
ya que es sin momento propositivo o positivo
de resolución. Un desliz o licencia para interpretar la etimología del ‘desastre’, que aún no
da testimonio ni ordena los astros en constelaciones racionales y razonables, para evitarlo.
Si buscamos la raíz de la palabra, llegaremos
a ‘astro’ cuya raíz indoeuropea es ‘str’, del griego astrum y del latín astron, se generan otras
formas compuestas como estrella, desastre,
catástrofe, astrónomo, astrofísico. “Perder la
estrella” puede llevar al desastre (prefijo des,
acción inversa, carencia, privación), a la catástrofe ya que el cielo y sus constelaciones hablan al Augur (“el que hace augurios”), quien
sabe escuchar e interpretar. Pero si el Augur
no existe, no escucha o las estrellas enmudecen, los y las filósofos/as y la política toman su
lugar para, en lo posible, no estrellarse con la
Polis.19 “El desastre de la política” propuesto
por Angélica Montes Montoya invoca a las ciudadanías alternativas que muestran los modos
19
56
Lyotard (2012).
234 Julio 2021, p. 43-61
y experiencias que se están desarrollando en
el presente en diversos contextos culturales,
sociales, económicos y políticos. Es por esto
que la ciudadanía es un proceso social más
que un derecho centrado en lo jurídico, siendo
siempre política, porque responde a una estrategia de crear ciudadanos/as por un conjunto
de discursos y prácticas de gobierno. Contiene todos los momentos, como señala Montes
Montoya, los cuales hay que saber relacionar
y no excluir de la explicación e interpretación
analítica e histórica.
“El desastre de la política” tiene para la filósofa colombiana dos acontecimientos concomitantes. Por un lado, a partir del año 2000 y
del 2008 los discursos –característicos de la izquierda y la derecha progresista-republicana–
caen en su propia trampa al criticar la “muerte
del sistema”. El segundo acontecimiento es la
crisis del Estado por su completo descrédito
institucional. Lo que entra en crisis no sería la
democracia representativa, sino el sistema democrático y sus “socios”: libertad, ciudadanía,
igualdad y justicia. Cabría preguntarle a la filósofa colombiana si el descrédito de la política y su “desastre” no sería una consecuencia
necesaria, a causa de la primacía del mercado,
regido por versiones monetaristas neoliberales “fanáticas” –por ejemplo, el resultado de
la crisis del 2008–. Donde la economía prima
obsesiva y antidemocráticamente sobre lo político, restringiendo así la relación instituyente
Es por esto que la ciudadanía es
un proceso social más que un
derecho centrado en lo jurídico,
siendo siempre política, porque
responde a una estrategia de crear
ciudadanos/as por un conjunto de
discursos y prácticas de gobierno.
HUGO BUSSO
del poder democrático ciudadano como fruto
del debate plural. Lugar de la política donde,
a veces, la democracia representativa es un
instrumento de manipulación, presión y sabotaje hacia el Demos, hecho por de las “castas”
económicas-financieras neoliberales (los Oligoi y los Aristoi -los especialistas-), que generan cada vez más desigualdad, restringiendo
la libertad. Y, por ende, causantes de injusticias
sociales y ambientales crecientes, es decir, el
“desastre” que, para muchos y muhcas analistas políticos, tiene siempre nombre y apellido
terminados en “ismos” dentro del debate intelectual (populismo, neoliberalismo, socialismo,
nacionalismo, ecologismo, fundamentalismo… según el punto de enfoque del analista).
El escrito me ha motivado algunas reflexiones
para entrever mejor la ciudadanía y sus conceptos nucleares de la tradición griega: la democracia y la política. La democracia es siempre la radicalización de sus potenciales, como
devenir de la voluntad e intención colectiva de
las diferencias y de lo irreconciliable. “La política”, dicho muy rápidamente, es el juego que
sólo tiene la regla –como un primer mandamiento análogo a la biblia–: no matarás. Si no
hay política, hay violencia y destrucción, como
se evidencia en Colombia20 en el momento de
escribir este artículo. La política instaura instituciones cambiantes, son reglas de juego con
un solo propósito: seguir jugando. No hay participio, hay gerundio con lo político y la democracia. Democracia y política son inescindibles,
quien manda es el pueblo ciudadano pleno de
derechos, que debería gestionar lo común y lo
público. “Consumidoras/es” y “propietarios/as”
son categorías que deliberadamente no quieren implicar lo político en las versiones neoliberales. Cuestión imposible, por cierto. Pero,
sobre todo, situación realmente innecesaria y
peligrosa en sentido societal.
20
https://www.philomag.com/philosophes/angelica-montesmontoya
Si una fracción (partido político, grupo
de poder) degrada al ciudadano/a
en consumidor/a, transforma
la democracia en tiranía,
disfrazada de oligarquía (de juntas
de accionistas y pertenecientes
al Capital financiero).
Si una fracción (partido político, grupo de poder) degrada al ciudadano/a en consumidor/a,
transforma la democracia en tiranía, disfrazada
de oligarquía (de juntas de accionistas y pertenecientes al Capital financiero). La democracia
representativa en sus versiones neoliberales no
es ciudadanía, porque es la degradación de la
democracia de modo deliberado al no orientar
el ideal universal de sujetos autónomos.21 Sujetos que dan respuesta creativa desde su libertad al destino que no coincide plenamente con
el deseo y las expectativas individuales, pero
que se expresa en la constelación política, llena
de otras estrellas, aunque, como en el cielo estrellado, no hay centro único. Se asume desde la
antigüedad clásica que, si están en cierto equilibrio las constelaciones y los sistemas solares
entre ellos, si siguen sus ciclos normales de las
revoluciones celestes, en el planeta la vida sigue. Porque revolución en sentido etimológico
del indoeuropeo ‘rev’, (rebelión, develar), el ciclo
que vuelve a comenzar, según su dinámica de
nacimiento, expansión, contracción y decadencia para volver a renacer. El despliegue ordenado del Cosmos, lógico para la humanidad de la
Grecia clásica que pensaba la Polis, donde los y
las ciudadanos creyeron comenzar a comprender el Logos que copiaban para la buena fortuna
de la Polis (la comunidad), como guía sincrónica
del sí mismo personal (dimensión ética y moral). Volviendo al presente, el desorden social
21
Laval y Dardote (2017).
REFLEXIONES
Y DEBATES
57
Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
genera desastre político y parece que el orden
económico puede ser una situación rara de ordenes siempre inestables, complejos, caóticos
y precarios. Ya no se llamará a astrólogos/as, ni
siquiera astrofísicos/as para solucionar y saber
algo del destino. Porque estos son tiempos más
bien de la política y de la filosofía, que ensaya
pensar el presente y hacer algo de prospectiva
(de utopística diría Immanuel Wallerstein). Y se
instala la necesidad como un imperativo de escuchar y permitir ingresar al dialogo al menos a
Gaia, “lo Terrestre”, como nuevo sujeto político
pleno de derechos en el debate de la ciudadanía, de la política humana y la ecología planetaria postneoliberal.
UN LIBRO QUE AYUDA A COMPRENDER Y A
PREGUNTAR
Hay varios frentes en las ciudadanías alternativas reales que deberán abrir interrogantes.
Podemos pensar, por ejemplo, que el modelo
de la mundialización económica hegemónico
(neoliberal) solo produce sujetos sujetados/as
al capital, que llama “individuos libres” en un
contexto de agotamiento de la naturaleza y
de dichos individuos, a causa de la aceleración
los métodos de trabajo, del modo de consumo y de las relaciones sociales en general con
las Nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación. Pero ¿hay individuos?, o mejor decir con Brian Massumi22 que somos dividuales, ya que el/la Individuo es una hipótesis
difícil de sostener como espacio homogéneo
e indivisible. Repensar al individuo es alterar
también las condiciones de conceptualización
de la ciudadanía. La lectura de Ciudadanías
alternativas me ayudó a aclarar, por ejemplo,
mis dudas, cuestionado problemáticas abiertas y también puntuales. Como ser, ¿es hoy la
ciudadanía una categoría política y filosófica
fundamental para pensar, proyectar y orientar la acción política en occidente?, ¿sirve para
Pensar hoy la ciudadanía en contexto
de transición ecológica y post-pandemia,
es la posibilidad imperativa de la
ampliación de la esfera de las libertades
y de los derechos en contextos
restrictivos del capitalismo transnacional,
que ha destruido casi por completo
las soberanías nacionales, excepto las
tareas que cumplen los Estados, como
gendarmes y ejecutores de la violencia
sobre sus poblaciones.
repensar el Estado y la soberanía?, ¿es una categoría aún útil para pensar escenarios post
neoliberales, con desafíos de transición ecológica y posibilidades de desmundialización
económica? ¿Hay indicios de nuevas formas
de reclamo, de ampliación o demandas de
ciudadanía diferentes a la del/la contribuyente
pasivo/a y del/la consumidor/a previsible? ¿El
individuo liberal es el sujeto de la ciudadanía
desaparecida/o en contextos de democracias
liberales republicanas? ¿Es sensato teóricamente pensar que solo hay individuos que
posibilitan la política como an arké (sin raízfundamento)?, ¿es tiempo de pensar mejor en
reescribir el mito del individuo23 nominándolo
de otro modo: (in)dividuo?
Otro punto de enfoque son las identidades, su
relación con la desigualdad creciente y la relación histórica que sostienen con la ciudadanía.24
A nivel sociológico es interesante observar a los
sectores que celebran la riqueza borrando e ignorando a quienes la producen. Lleva a analizar
la relación política que establecen en función
de intereses concretos, que tocan de lleno a la
23
22
58
Massumi (2018).
234 Julio 2021, p. 43-61
24
Benasayag (2004).
Picketty (2019).
HUGO BUSSO
ciudadanía (educación, salud, infraestructura)
en la dimensión de derechos de propiedad,
uso, acceso y usufructo presente y fututo. Las
contiendas electorales son un termómetro, las
rebeliones y explosiones sociales (Chile, Colombia, Nicaragua, Venezuela, Francia), otra
variable para ensayar una comprensión de las
tendencias inherentes a un ensayo de comprensión diacrónica y sincrónica en los comportamientos electorales. La extrema derecha, los
nacionalismos y los “populismos”25 son respuestas cada vez más numerosas, muy afectivas y
emocionales ante la frustración social, política,
cultural y ecológica provocada por el capitalismo neoliberal. Por lo tanto, pensar hoy la ciudadanía en contexto de transición ecológica y
post-pandemia, es la posibilidad imperativa de
la ampliación de la esfera de las libertades y de
los derechos en contextos restrictivos del capitalismo transnacional, que ha destruido casi por
completo las soberanías nacionales, excepto las
tareas que cumplen los Estados, como gendarmes y ejecutores de la violencia sobre sus poblaciones. Por contracción de la acumulación
de capital y por las tensiones geoestratégicas
en medio del recalentamiento climático, el capitalismo o Imperio (como lo denominan Negri &
Hardt) se está reconfigurando aceleradamente
y hay que comprender sus procesos para poder
situar una política de radicalización democrática. Se prefiguran horizontes políticos en América Latina y en Europa desde utopías concretas.
Por ejemplo, los y las convocados/as por el Movimiento Convivialista en Francia.26 Se postulan
en muchas experiencias y experimentos sociales de ampliación y debate de la ciudadanía,
actitudes tanto de confrontación sociopolítica
–acompañadas a la vez de modos de vida discretos–, con temáticas ecológicas y preocupaciones ciudadanas ya incorporadas en muchas
de las agendas electorales y en la gestión de
intervenciones públicas. Esto sucede en escalas
25
26
Mouffe (2018).
Ver https://convivialisme.org/
internacionales, nacionales, regionales y locales. Preocupaciones, discursos e intervenciones
que son visibles en las tendencias de movimientos locales que claman ciudadanías alternativas
y experimentales, que desean abandonar expresamente el capitalismo de corte neoliberal.
Esto es lo que llamo “ecoocreativas” (ecología +
cooperativismo + creatividad) porque buscan
por lo general la ampliación de las alternativas a
la ciudadanía actual, situación conflictiva en las
sociedades democráticas-liberales.27
En síntesis, el libro Ciudadanías Alternativas abre
muchas preguntas y nuevos temas de reflexión.
Incita a pensar y a reflexionar acerca de la ciudadanía, abordando desde la filosofía política el
presente que no admite prejuicios cerrados. Se
abren perspectivas inéditas, novedosas y creativas para cuestionar filosóficamente lo actual.
Presente que puede reorientar, esperemos que
así sea, la intención política de los y las ciudadanos/as. Los acontecimientos y manifestaciones
nos sorprenderán, muy probablemente, como
los aviones estrellados en la Torres Gemelas,
el COVID-19 y las catástrofes ambientales en
curso. Este libro colectivo colabora, felizmente,
con la tarea de seguir preguntando, pensando,
trabajando y debatiendo, haciendo rizomas y
redes. Porque el fin de la historia, por lo menos
hasta ahora, no solo no ha llegado, sino que
puede llegar como una caída al abismo para
nada deseable, o con derrumbes imprevistos.
Estamos en un momento propicio para generar
una alquimia de rigor conceptual, información
precisa y creatividad que se anima a recrear
pensamientos y proposiciones, más allá del corsé y las mordazas ya incendiadas en Brasil, en
los bosques del sur de Argentina, las sierras de
Córdoba y en la iglesia de Notre-Dame de París.
27
Ver por ejemplo Revista Imagine demain le monde,
2019, n° 133, Bélgica; Revista Socialter, n° 35 junio-julio
2019 y n° 36, septiembre 2019; Hors-serie 2020 y 2021,
Francia; Revista Magazine Litterarire n° 1, Francia, enero
2018.; VV.AA 3, (2020).
REFLEXIONES
Y DEBATES
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Ciudadanía, cooperación y solidaridad. Comentarios y reflexiones acerca del libro Ciudadanías Alternativas
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60
234 Julio 2021, p. 43-61
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https://www.idelcoop.org.ar/revista/228/cooperanturhumanunest-o-cooperamos-luegotal-vez-existiremos
https://www.idelcoop.org.ar/revista/230/imaginarios-post-neoliberales-tresproposiciones-principio-una-indagacion-critica
REFLEXIONES
Y DEBATES
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