CIUDADANÍAS PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
Ciudadanías para la Paz
Diana Marcela Gutiérrez Infante
Bogotá D.C.
Fundación Universitaria del Área Andina. 2018
Catalogación en la fuente Fundación Universitaria del Área Andina (Bogotá).
Ciudadanías para la Paz
© Fundación Universitaria del Área Andina. Bogotá, septiembre de 2018
© Diana Marcela Gutiérrez Infante
ISBN (impreso): 978-958-5462-68-7
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Subdirector Nacional de Publicaciones
CIUDADANÍAS PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
EJE 1
Introducción
Desarrollo Temático
Bibliografía
7
8
30
EJE 2
Introducción
Desarrollo Temático
Bibliografía
33
34
47
EJE 3
ÍNDICE
Introducción
Desarrollo Temático
Bibliografía
49
50
68
EJE 4
Introducción
Desarrollo Temático
Bibliografía
71
73
85
CIUDADANÍAS PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
EJE 1
Conceptualicemos
Fuente: Shutterstock/241188322
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Introducción
INTRODUCCIÓN
¡Bienvenidos estimados estudiantes!
A partir de este momento, damos inicio a un recorrido por aquellos planteamientos que conciben la paz y el conflicto como vocablos antagónicos, en algunos casos,
y en otros, como connaturales en la condición humana . De manera articulada, este
primer eje, intentará que usted identifique la nominación de cada concepto y su
valía en las dinámicas sociales actuales en el mundo; pero en especial, en la que se
encuentra la sociedad colombiana .
En este orden de ideas, es preciso que desde el inicio observe las distintas formas
de comprender ciertos hitos de la humanidad, a través de la lente de los estudios de
paz y desde las vertientes teóricas sobre la gestión del conflicto . Para ello, es importante que revisemos algunos elementos que constituyen pensar y actuar en paz .
De acuerdo con lo anterior, es importante considerar que, en Colombia pocas
veces se había hablado de paz con tanta esperanza y determinación como en
actualidad, es posible que el escenario sea propicio para discutir sobre el papel que
jugamos como ciudadanos en la transformación de una sociedad que reclama
desligarse de la violencia y el dolor, aspectos que hasta ahora han sido asociados
al colombiano en todo el globo terráqueo .
Esta última consideración, expone de manera tácita; la responsabilidad que
tienen los habitantes con el destino de su nación . De igual forma, hace visible el
impacto en la calidad de vida de los ciudadanos, lo cual ha suscitado fenómenos
sociales que han hecho aún más profunda la herida que abrió la desigualdad y la
escasez de oportunidades .
A continuación, se menciona la competencia que usted como estudiante adquirirá a través de la juiciosa revisión del contenido del eje .
• Identifica los distintos discursos que existen sobre la paz como mecanismo de
solución a escenarios de conflicto .
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La paz: lo tuyo,
lo mío, lo nuestro
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Nosotros decimos “paz”, y el eco nos vuelve
del otro lado diciéndonos “guerra” .
Golda Meir .
Con la frase de Golda Meir, hacemos apertura a lo que
pretende el eje que es la revisión de algunos significados de
la paz, guerra y conflicto, haciendo énfasis en el contexto
que nos convoca: el colombiano . Para ello, es importante que
consideremos que desde la misma génesis del ser humano
hasta la generación de los millennial y centennial, se ha
observado detenidamente el ímpetu del conflicto entre seres
humanos y la tendencia a la consecución de la paz como
sinónimo de tranquilidad o cese del conflicto .
De este modo, es justo que hagamos uso de la memoria
para evocar episodios de la historia de la humanidad, donde
las palabras ya dichas cobren valía . Alleguemos a nuestra
mente la imagen del planeta tierra en sus orígenes, el humano
buscando subsistir a través de la relación con el otro y de allí
una recurrencia a que ese otro contribuya al sostenimiento
como especie . De este primario comentario, puede anidarse
a su vez, el reconocimiento de la diferencia, la competencia
por el territorio y la consecución del poder .
Millennial
También conocidos como generación Y, es el nombre genérico que se
ha dado a los nacidos entre principios
de los 80, que al día de hoy tienen
entre 30-37 años de edad .
Centennial
También conocidos como la generación Z, es el conjunto de personas
nacidas entre los años 1994/96 y de
los años 2000 (razón por la cual se les
denomina también los posmilenio) .
Están acostumbradas a las interacciones sociales mediante medios virtuales y están menos acostumbrados
a las interacciones sociales reales, las
cuales en la práctica representan un
desafío para muchos .
En esa lógica, las pugnas entre unos y otros hacen posible que
impere el caos y la desidia, las cuales llevan a que se piense que
el conflicto ha sido un evento permanente en la evolución de la
humanidad como especie . Sin lugar a dudas, el retrato de un
mundo sin conflicto se convierte en una utopía, aquella que ha
generado un peldaño posible de alcanzar, así sea por medio de
la ficción desde las obras solemnes de literatos y científicos, por
ejemplo: echemos una mirada al texto de Aldous Huxley “Un
mundo feliz” o “Walden Dos” de B .F . Skinner, ambas novelas que
con sátira y pretensión asumen como realidad un mundo ideal .
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Sin embargo, los intentos de los habitantes del mundo por lograr sus objetivos, han
generado un sinnúmero de trabas para unificar un camino común, por tanto, la paz se
convierte en un vocablo que carece de forma y cercanía . A esto se suma; que el conflicto
y la guerra sean mecanismos que forjen en las poblaciones una diferencia entre unos y
otros, yuxtapuestos los intereses de los sistemas económicos y políticos . En este sentido,
la naturaleza humana ofrece un campo furtivo de análisis ante la potencia del conflicto
en las relaciones humanas y el carácter de la paz en tiempos de guerra .
Con base en lo anterior, se coloca sobre la superficie, la necesidad de hallar claridades
en torno a las apuestas teóricas de ambos conceptos, ya que solo entendiendo de qué
hablamos puntualmente, nos permitirá opinar sobre los asuntos locales, pues en Colombia
el fin de conflicto armado genera una ola de comentarios y posiciones que nos convierte
a ultranza en un modelo a seguir, pese a los intentos fallidos a lo largo de la historia
como país . Por otro lado, es preciso que identifiquemos el lugar que ocupan los distintos
actores sociales en la visión de futuro, teniendo en cuenta, que en la actualidad existe
un proceso de paz en curso .
Pero… ¿qué es la paz?
No hay camino para la paz, la paz es el camino .
Mahatma Ghandi .
Este cuestionamiento acude a la inminente necesidad de conocer a qué se denomina paz en la población colombiana, ya que surgen dudas y se dan por hecho algunos
asuntos, en el instante que se hace alusión al proceso de paz entre el gobierno de Juan
Manuel Santos y el grupo insurgente de las Farc-Ep (Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia) . Si bien, este es nuestro punto de partida, es útil entender que hablar de paz no
atañe a acudir solo a este evento, sino hace visible la forma en que los habitantes de un
país asumen la responsabilidad del lugar que habitan como ciudadanos, y de exponer las
circunstancias que llevan a una nación a tomar medidas para la finalización del mismo .
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Figura: 1 . Paz en Colombia
Fuente: shutterstock .com/495622819
Paralelamente, hallar una definición a la paz, nos da la pauta para entender por qué se
mantuvo la guerra por tanto tiempo, y nos coloca en la mira el sentido que tiene acudir
a esta para cesar la horrible noche . Es por ello; que, retomar momentos en la historia de
Colombia y el mundo, harán que como estudiante y ciudadano infiera la pertinencia de
hacer hincapié en este concepto y nos ponga en sintonía para participar activamente o
en definitiva soslayarse a una realidad que en estos momentos impera, ya que no es un
secreto que las nuevas estrategias de guerra no solo incluyen el uso de armas para hacer
daño al enemigo, algunas se centran en la sustracción de información del enemigo para
debilitarlo a aniquilarlo . Por ejemplo, el ataque terrorista a las grandes metrópolis acude
a generar daños colaterales, como la sensación de inseguridad o decadencia que poseen
sus habitantes, las cuales estaban blindadas hasta hace pocos años .
Video
Para complementar la
información dada, consulte el
video “El camino a la paz”, en
la página principal del eje .
De esta forma encontramos una definición que abarca, dentro de todo el espectro
de tendencias, quizá la más completa para
visualizar la valía del concepto en las dinámicas sociales y políticas actuales:
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La paz no es solo la ausencia de la violencia física, es también la desaparición de la
violencia cultural, social, económica, política, de género y de todas aquellas violencias que
en lo simbólico agreden, denigran, excluyen y menosprecian a los otros, a los diferentes, a
los extraños, a los extranjeros . Es decir, la paz es la ausencia de la violencia de estructuras
sociales y económicas, es el reconocimiento y valoración de la vida, la libertad, la justicia,
los derechos humanos y las convivencias pacíficas de todos . A su vez, es un proceso que
no supone un rechazo al conflicto, sino una utilización razonable de él . En este sentido,
la paz no es la ausencia de la violencia, ni el silenciamiento de las armas, es como lo dijo
Martin Luther King: “La verdadera paz no es simplemente la ausencia de la tensión, sino
la presencia de justicia” (Diccionario Desearte Paz, 2009) .
Es decir, que la paz no se convierte en un término inalcanzable, por el contrario, está al
acceso de las comunidades que velan por encontrar un camino razonable a sus conflictos,
entendiendo que estos están a la orden cuando existen diferencias de cualquier índole en
el establecimiento de la convivencia .
Por ello, encontrar ideas de la paz donde el mundo se muestra ideal y perfecto es un absurdo, ya que la negación o la no
vivencia del conflicto se presenta como un acto contra natura,
o sino imagine por un instante una relación donde el otro asuma
total rendición a sus caprichos, por un momento se presta
como óptima y en contados segundos se interpreta como sosa
y carente de retos . Pero quizá por otro instante, usted piense que
ese sea justamente el camino, su posición y la mía, ya son de
hecho conflictivas . Todo aquello que genere polémica debe ser un
asunto que notablemente se articule en las prácticas cotidianas
de los habitantes de una región, dando opción a la oposición y
la ampliación del panorama, cualquiera que este sea .
Algunas perspectivas teóricas para la paz que se han hecho en los últimos años son:
Desde los estudios realizados por el sociólogo Johan Galtung, quien ha sido pionero
en este campo y adopta una categorización de la paz en la cual nos hace visible que no
existe una sola perspectiva, por el contrario, la paz se presta para ser un concepto con
muchas estéticas y contenidos . En esta lógica, describamos a continuación lo propuesto .
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En primer lugar, para Galtung (1984), se encuentra la paz directa, estructural o cultural que es interpretada a su vez como Paz positiva y/o Paz negativa, la primera hace
referencia a una paz auténtica, aquella que se opone no solo a la guerra sino también
a toda discriminación, violencia u opresión. Aquella que impide un desarrollo digno de
las personas, la segunda la paz negativa: este concepto de paz que sigue vigente en la
actualidad, es el concepto tradicional occidental de no agresión; de no conflictos. Esta
paz es limitada esencialmente como concepto negativo, al ser definida como ausencia.
Por otro lado, la Unesco realiza una cátedra para la paz desde 1999, donde propone
un modelo para el abordaje de la paz desde los aportes de Vincent Martínez, quien ha
escrito un libro llamado “Hacer las paces: reflexiones éticas tras el 11-S y el 11-M”, en este
texto se valoran las formas de fortalecer las habilidades que tienen los seres humanos
para lograr acuerdos, haciendo énfasis en la diferencia entre unos y otros, lo cual hace
evidente la multiplicidad de visiones para solucionar los conflictos.
En nuestra propuesta, la filosofía para hacer las
paces será la reconstrucción de las competencias humanas para vivir en paz… En este caso
educarnos para la paz sería potenciar aquellos
sentimientos que nos hacen competentes para
construir nuestras relaciones por medios pacíficos
(Martínez, 20051, p. 145).
Otra de las interpretaciones de la paz; tiene como protagonista a Francisco Muñoz,
del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, quien menciona
otra acepción de la paz la cual es denomina “paz imperfecta”. Allí, Muñoz; plantea que
la paz imperfecta es aquella donde la violencia está presente en alguna de las relaciones
en las que el ser humano establece pese a que existan negociaciones en los conflictos
que se susciten.
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La imperfección nos acerca a lo más humano de nosotros
mismos, ya que en nosotros conviven emociones y cultura, deseos y voluntades, egoísmo y filantropía, aspectos positivos y negativos, aciertos y errores, etc . También,
nos permite reconocernos a las personas como actores
siempre inmersos en procesos dinámicos e inacabados,
ligados a la incertidumbre de la complejidad del universo . Todas estas circunstancias nos humanizan, porque
nos hacen a la vez libres y dependientes de todo aquello
con lo que tenemos que convivir inexorablemente: los
demás, la naturaleza y el cosmos . En consecuencia, se
nos abren inmensas posibilidades reales -en cuanto que
basadas en la realidad que vivimos- de pensamiento y
acción (Muñoz, 2000, p . 20) .
Estas perspectivas de la paz; hacen posible que consideremos que, al referirnos a esa,
sea necesario ser aún más explícitos en razón a que en dependencia de lo que entendamos por paz será consecuente la forma en que los ciudadanos actúen . Por ello, desde que
el ser humano ha limitado los perjuicios de las guerras, incluyendo protocolos o acudiendo
al establecimiento de derechos humanos de forma universal, se pueda connotar que
exista un afán por reinterpretar el conflicto y colocar la paz en las manos de todos, para
que esta no sea un tema de análisis únicamente sino se convierta en un estilo de vida .
La no violencia
“Hemos de pensar que los que sostienen opiniones contrarias a las nuestras no son necesariamente bárbaros;
muchos saben usar la razón tan bien como nosotros y
hasta mejor” .
René Descartes .
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De la paz como meta en común de una nación, surge una temática que propone
aspectos en relación al uso de la resistencia sin incluir ningún mecanismo arbitrario para
la sana convivencia, a este se le ha denominado no violencia . A veces, pareciera que
correspondiera a una habilidad de seres más allá de lo humano y lo divino . Si bien, es
difícil pensar en la solución de los conflictos a través de una estrategia dialogada, por
ser lenta y que requiere de no caer en provocaciones, es interesante observar cómo distintas comunidades han hecho de esta, una herramienta para evitar pérdidas humanas
y apropiación de sus territorios .
El fenómeno de la no violencia, tiene un protagonista que algunos han asociado a una
deidad e incluso a poderes sobrenaturales, desconociendo la humanidad que habitaba en
él, Gandhi . Este líder político indio, puso en el panorama la necesidad de los pueblos de
resolver sus asuntos locales o de incidencia internacional mediante el silencio o en dado
caso el uso de palabras oportunas para manejar un conflicto . Sin tener pretensiones serias
de lograrlo se convirtió en un referente para que los habitantes de las regiones a nivel
mundial, entendamos que la lucha por recuperar dominio de un territorio o el respeto de
los derechos humanos, es un ejercicio continuo, persistente y en algunos casos agotador,
pero nunca sin sentido .
A este personaje quizá le debemos el que nos enseñará
cómo resistir ante la impotencia que surge de oposiciones
lascivas y que no se detienen a observar los daños causados . Pero la no violencia, no es solo lo que Gandhi pudo
brindarnos, corresponde a la par a una actividad humana
que reconoce nuestra evolución como especie, dado que se
minimizan los impulsos, el deseo de muerte y destrucción
y se concentra en la consecución del bienestar colectivo
sobre el particular .
En paralelo, Santiago Gamboa (2014) escritor colombiano plasmó en su libro “La guerra
y la paz” homónima de la novela de Tolstói que:
…lo curioso, e incluso contradictorio, es que el mandamiento -como lo llamaba Ghandi- de la no violencia es
sobre todo una estrategia de combate, una forma atípica
de lucha contra el poder opresor que contradice las formas
de guerra de la cultura occidental (Gamboa, 2014, p . 162) .
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Esto hace que pensemos, que no es una mera actitud de resignación ante las circunstancias conflictivas, más bien se presenta como un ejercicio de guerra que deja al
enemigo en desequilibrio, pues puede resultar obvio que siempre el otro querrá buscar
dominar con el uso de la violencia, aunque esto lo hace para asumir un rol de vencedor .
Es ese sentido, la no violencia pone en un papel de victimario al enemigo, generando a
su vez sentimientos solidarios por parte de otras naciones como es el caso en las guerras
actuales . Cuando se vulnera a una población de manera inmediata las redes sociales
emergen como la voz de los desposeídos, claro ejemplo, el que acude a los distintos
atentados en el siglo XXI .
Figura 2 . Imagen del perfil de Twitter de la U .S . Embassy France, buscando la solidaridad a nivel mundial
por el atentado al diario satírico francés Charlie Hedbo el 7 de enero de 2015
Fuente: http://www .americatv .com .pe/noticias/internacionales/jesuischarlie-usuarios-redes-sociales-se-solidarizan-revista-francesa-n165764
Es así, como el actual proceso de paz y
cualquier intento que se haga para conseguirla, deberá estar mediado por la construcción de cultura de paz ciudadana, para
ello, debemos reconocer las acciones que
de manera directa e indirecta fomentan
la violencia, cambiarlas, e incluso reclamar asertivamente la mejora de las condiciones de los que habitan un territorio,
sin subestimar a la población desarmada .
Recordemos los logros que han tenido las
resistencias pacíficas en el país, como la
comunidad indígena de La Chorrera en el
Amazonas, los U’wa en la Sierra Nevada
del Cocuy, los campesinos de la Asociación
de Trabajadores Campesinos del Carare
en la Magdalena Medio santandereano,
pueblos que resisten sin el uso de la violencia, esto no quiere decir que no hayan sido
violentados .
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Ahora deténgase en observar cómo las protestas
pacíficas, los intentos por negociar, la instauración de
colectivos que preserven el orden en un país y la inclusión de la diferencia, hacen posible que sin que haya sido
el objetivo, llevemos ya un camino recorrido por optar
por la no violencia en la solución de los conflictos que
abundan en nuestro territorio.
Hacia el camino de una cultura de paz
La responsabilidad de evitar los conflictos incumbe a los
hombres políticos; la de establecer una paz duradera, a
los educadores.
María Montessori.
Como plantea la frase de
Montessori, es de anotar que las
distintas formas de movilizarnos
a una patria en paz, deben estar
encaminadas a involucrarnos
como población civil en la búsqueda de esta, acudiendo de
manera sustancial a la transformación de una sociedad más
justa y equitativa. Según lo que
lo que reposa en la Constitución
de Colombia de 1991, se hace
explícito el papel de la sociedad
y la familia para asumir un rol
como educadores en el valor de
la democracia y la paz.
En suma, la educación tiene como eje fundamental los seres humanos, y se presta como
un instrumento en la propagación de paz,
haciendo hincapié en el contenido emocional
y en el reconocimiento de los valores de una
sociedad o grupo humano. Por ende, Tuvilla
(2004), plantea que la formación en cultura
de paz, “requiere el desarrollo de la afectividad,
de un sentido ético de la vida, de la responsabilidad cívica y la convivencia, para lo cual, se
requiere de una educación cognitivo-afectiva,
así como de una educación socio-política y
ecológica” (p. 12).
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En consistencia, las dimensiones del ser
humano deben ser validadas en el fomento
de la cultura de paz, ya que, al revisar
los impactos de la guerra en Colombia,
la población civil la ha vivido de manera
diferente, unos a través de la información
brindada por los medios de comunicación,
otros porque de manera directa han soportado los vejámenes de la violencia que se
apoderó de gran parte de la historia del
país. De este modo, la educación debe
ser la clave en la construcción como país,
teniendo presente que el conocimiento
permite apropiarnos de la realidad que nos
ha antecedido y que mediante el proceso
actual de paz se evoca para reivindicar los
derechos de los oprimidos y dar lugar al
perdón y la reconciliación.
En ese mismo orden de ideas, en el
ámbito educativo se visualiza el compromiso que posee al formar ciudadanos que
contribuyan desde sus prácticas a crear
escenarios de paz. Para ello, Coming (2009)
menciona que:
…es fundamental crear espacios
para las nuevas prácticas de una
ciudadanía cuidadora y responsable: prácticas en donde las
personas pueden manifestarse a
sí mismas, como cuidadoras y/o
receptoras del cuidado, en diálogo
unas con otras, preocupadas por el
bienestar propio, el de los otros y
otras, y el de la naturaleza. De ese
modo aparecen nuevas formas de
acción democrática que integran
el cuidado como eje vectorial, convirtiéndose así el cuidado en una
práctica de política democrática
participativa (p. 26).
Por lo anterior, tanto la educación como
el ejercicio de la ciudadanía, son dos instancias que convergen en el instante de
colocar en práctica los aprendizajes adquiridos, las cuales están cargadas de respeto
hacia los demás y con la firme intención de
transformar de forma positiva los lugares
de conflicto. De allí que, autores como Elise
Boulding (2000) anote tres condiciones
para lograr una cultura de paz:
• Lograr satisfacer la necesidad que
los seres humanos tienen de sentirse
vinculados cercanos a otros y aceptados por propios y ajenos.
• Ofrecer la oportunidad a todos de
tener espacio propio para desarrollarse y crecer en un contexto de autonomía.
• Garantizar que los seres humanos
puedan establecer vínculos y sentirse
en casa en la ecoregión que habitan.
Estas formas de condicionar la cultura
de paz; se deben vincular de manera puntual con las dinámicas sociales actuales,
donde fenómenos como la discriminación, la segregación social, la violencia de
género, la apatía de las masas a las posiciones políticas y económicas, deberán ser
amparadas con una clara normatividad
que las hagan posible, debido a que debe
ser un ejercicio colectivo sobre el particular,
misma esencia del derecho.
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Desde la óptica de la “cultura de la paz”, es posible prevenir y gestionar conflictos para que su salida no sea
violenta . El reto de este modelo parte de sustituir la violencia instrumental, concebida como aquella que trata de
conseguir algo, e incluye la violencia estatal, por el poder
comunicativo mediante una propuesta intercultural . Se
trata de desarrollar “los medios de acción no violentos
que permitan comunicar y presionar eficazmente sin
tener que recurrir a la violencia” (Fisas, 1998, p . 25) .
En esa lógica, hablar de cultura de paz, no implica olvidar los derechos que tiene un
ciudadano y acatar sin protesta las condiciones con las cuales un gobierno opera; por
el contrario, esta corresponde a utilizar mecanismos de no violencia e implementación
de acciones asertivas, para reclamarlos si son negados, coartados o agredidos por los
mandatarios o cualquier grupo al margen de la ley en un territorio . De allí que, hacer
mención a la cultura de paz, implica que como comunidades nos concentremos en regular
los hábitos, costumbres y actividades que promuevan un establecimiento de relaciones
pacíficas, sin olvidar que el conflicto aparecerá como elemento que ajuste la realidad de
una población .
¿Y el conflicto qué lugar ocupa?
“Si un problema puede resolverse, comprenderlo y saber cómo solucionarlo, son una y la
misma cosa” .
Alan Watts .
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Tanto la paz como el conflicto se muestran como conceptos antagónicos y excluyentes
entre sí; sin embargo, para el entendimiento de estos vocablos, es preciso referir que se
presentan de manera conjunta en la convivencia ciudadana . El primero provisto de posibilidades de transformación y el segundo como el elemento necesario para la aceptación
de la diferencia .
En consecuencia, para diferentes autores el conflicto se ubica en un transcurrir entre
eliminarlo o hacerlo posible, esto alimenta considerablemente el ámbito teórico del
concepto y hace que quienes intentemos comprenderlo nos sintamos confundidos por
encontrar ambivalencias que despiertan sinsabores, pero que dan posibilidades de discutir y complementar posteriormente un campo del saber . Valdría la pena detenernos un
momento, ¿quién no ha tenido diferencias con otros?, ¿quién no ha sentido que lo que
sucede a su alrededor es injusto?, ¿quién no percibe que la vida no funciona de la forma
en la que se planea? Estos cuestionamientos; han pasado por nuestro pensamiento, ya
sean todos o alguno y han formado ideas erróneas o acertadas de cómo debemos actuar,
pero no se quedan sin justificación, pues los seres humanos cargamos con la necedad de
dar cuenta de donde surgen y cómo terminan . En ese ir y venir, el ser humano se identifica
como un agente generador y receptor del conflicto, ya que emana en su propia naturaleza
las divergencias de opiniones y la multiplicidad de experiencias que lo hacen particular
en una gran masa que llamamos gente .
De acuerdo con lo anterior, es justo entrar en materia, a continuación, revisaremos
algunas definiciones sobre el conflicto .
1. Para María Fuquen (2003), el término «conflicto» proviene de la palabra latina
conflictus que quiere decir chocar, afligir, infligir, que conlleva a una confrontación
o problema, lo cual implica una lucha, pelea o combate .
2. Para Ramón Álzate (s . f .), el conflicto es un rasgo inevitable de las relaciones sociales . El problema estriba en que todo conflicto puede adoptar un curso constructivo
o destructivo y por lo tanto la cuestión no es tanto eliminar o prevenir el conflicto
sino saber asumir dichas situaciones conflictivas y enfrentarlas con los recursos
suficientes para que todos los implicados salgan enriquecidos de ellas .
3. Henry Pratt (1974), define al conflicto como un proceso-situación en el que dos o
más seres o grupos humanos tratan activamente de frustrar sus respectivos propósitos de impedir la satisfacción de sus intereses recíprocos, llegando a lesionar o
a destrozar al adversario, pudiendo ser el conflicto organizado o no, transitorio o
permanente, físico, intelectual o hasta espiritual .
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4. Ágnes Haller, desde la perspectiva de la ética, considera que:
El conflicto es la forma de aquellas fricciones
cotidianas en las que también pueden estar
presentes los intereses y afectos particulares,
pero cuya motivación principal viene dada por
valores genéricos y principalmente morales… El
conflicto… implica ya en sí la posibilidad del cambio de la forma de vida, o bien va repitiéndose a
niveles más elevados (2002, p. 651).
5. Por un lado, Galtung señala que:
El conflicto es innegable en la sociedad, pero no
la violencia (la guerra es una de sus manifestaciones) y, por tanto, el conflicto no tiene que
finalizar necesariamente en violencia física o
verbal. El fracaso en la transformación del conflicto es lo que conduce a la violencia (1998).
6. El conflicto es un proceso natural de
la sociedad y un fenómeno necesario
para la vida humana, pudiendo ser
un factor positivo para el cambio y el
crecimiento personal e interpersonal
o un factor negativo de destrucción,
según la forma de regularlo. El conflicto no es ni bueno ni malo, simplemente existe. Es como una fuerza
natural que, controlada y en su justa
y equilibrada fuerza, puede desarrollar a la naturaleza, producir energía
y estimular la vida y, por otra parte,
cuando se presenta en forma descontrolada, puede alterar los ciclos
naturales, destruir e impedir el crecimiento de la vida (Muñoz, citado en
Vinyamata, 2003).
Con base en los anteriores acercamientos a la definición, se
puede inferir, entre otras cosas,
que; el conflicto más allá de percibirse como una situación que
incomoda, desajusta y genera
estragos, se convierte en una
herramienta para acudir a la
diferencia entre los miembros de
un grupo, para sentar las bases
de puntos divergentes y ampliar
las perspectivas de una realidad.
A su vez, connota la potencia de
ser del conflicto dentro de las
relaciones sociales.
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En contraste, para Lewis Coser (citado en Vinyamata, 2004, p . 18), las funciones del
conflicto se pueden resumir en las siguientes:
• El conflicto sirve para el mantenimiento
de la identidad de las sociedades y grupos .
• Los conflictos no siempre son disfuncionales, en ocasiones poseen la función de
estímulo en el interior de las relaciones .
• El antagonismo forma parte de las relaciones íntimas .
• Los conflictos entre grupos estimulan a
estos en la movilización de energías y de
la cohesión .
• Los grupos en lucha o tensión constante
con el exterior resultan intolerantes en
sus relaciones internas .
En este sentido, el conflicto opera de manera lógica y congruente con las dinámicas
sociales, comprendiendo que, al definirlo, emergen los sentidos que se sirven en la instauración de la convivencia entre los habitantes de una nación .
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Conflicto armado: la posibilidad de finalizar hostilidades
“No es matando guerrilleros, o policías, o soldados,
como parecen creer algunos, que vamos a salvar
a Colombia . Es matando el hambre, la pobreza,
la ignorancia, el fanatismo político o ideológico,
como puede mejorar un país” .
Héctor Abad Gómez .
A partir de lo ya discutido sobre el conflicto, es importante señalar en qué consiste el
conflicto armado colombiano, ya que en nuestro territorio se ha nombrado de este modo
a la disputa entre el gobierno y movimientos insurgentes .
En el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se
instituyó como bandera de su gobierno la
aniquilación de guerrilleros, ya que estos
se consideraban como grupos terroristas
debido a la forma de operar en la guerra .
En la absoluta derrota del gobierno Uribe
en relación al exterminio de estos grupos y
al posesionarse Juan Manuel Santos como
Presidente de la República, comenzarían
sus distancias políticas por el objetivo que
se plantearía este último en hacer énfasis,
en que las características de lo que sucede
en Colombia corresponde a un conflicto
armado . Es decir, en el momento que Santos alude a la guerra como conflicto interno
armado, pone en igualdad de condiciones a
las partes intervinientes, esto lo hace con el
único interés de llegar a un cese de hostilidades de forma bilateral para comenzar a
construir un discurso de paz, como reza el
acuerdo de La Habana, “Estable y duradera” .
Para observar gráficamente lo que se
esboza en este momento del referente de
pensamiento, consulte en la página principal del eje, el video:
Video
Pueblo sin tierra
https://youtu .be/LQlpVKt5IVE
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De este modo, aparece una instancia que regula y permite dar luces a la dificultad de
esclarecer a qué se hace referencia con conflicto interno, este es el Derecho Internacional
Humanitario (DIH), como lo refiere Pictet (1990):
…no permite ni prohíbe los conflictos armados,
tanto internacionales como internos, sino que,
frente a su desencadenamiento, se aboca al
fin de humanizarlos y limitar sus efectos a lo
estrictamente necesario. Se trata de un conjunto de normas, de origen convencional o
consuetudinario (p. 17).
Lo anterior tiene como objetivo; servir como protocolo para mitigar el impacto humanitario de los métodos o estrategias de guerra en un país, o la disputa entre naciones.
En ese sentido, el Derecho Internacional Humanitario define el conflicto interno armado
como la pugna armada entre grupos del Estado y otros, en torno a la consecución del
poder, debido a las inconsistencias de los gobiernos para claudicar las diferencias en la
población civil. Según Gasser (1993), está generalmente aceptado que:
Los conflictos armados no internacionales son
enfrentamientos armados que tienen lugar en
el territorio de un Estado entre el Gobierno, por
una parte, y grupos armados insurrectos, por
otra… Otro caso es el derrumbe de toda autoridad gubernamental en un país, que tenga como
consecuencia el hecho de que varios grupos se
enfrenten entre ellos por el poder (p. 556).
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En contraste, Schindler (1979) propone
también una definición detallada:
Deben conducirse las hostilidades por la fuerza de las armas
y presentar una intensidad tal
que, por lo general, el Gobierno
tenga que emplear a las fuerzas
armadas contra los insurrectos
en lugar de recurrir únicamente
a las fuerzas de policía. Por otra
parte, por lo que respecta a los
insurrectos, las hostilidades han
de tener un carácter colectivo,
no tienen que ser realizadas por
grupos individuales. Además,
los insurrectos deben tener un
mínimo de organización. Sus
fuerzas armadas deben estar
bajo un mando responsable y
poder llenar ciertos requisitos
mínimos desde el punto de vista
humanitario (p. 147).
Por otro lado, la idea de considerar que
lo que se ha dado por años en Colombia es
un conflicto armado interno, corresponde a
la necesidad de finiquitar de manera radical e inmediata con este, reconociendo a la
oposición, respetando el dolor de los miles
de víctimas que se han dejado a su paso y
el desligue del otro como enemigo. Esto ha
generado; un círculo vicioso, donde al adjudicar responsabilidades de manera unilateral, desboca al sinsentido que posee dar
continuidad a la guerra por toda la eternidad, y en el peor de los casos naturalizarla
a tal grado que no funcionemos sin ella.
Para finalizar este apartado, es perentorio hacer visible la forma cómo Salmón
(2004), caracteriza el conflicto armado;
para ella, existen 4 elementos:
Uno definitorio esencial, que es
el de fuerza o violencia armada.
Uno temporal, que es la prolongación en el tiempo.
Es así que, la forma en que se conciba
un conflicto, en específico uno armado
interno, permitirá entender los alcances
y limitaciones que propende adjudicarle
este título a las situaciones que se dan en
un territorio. Aunque, es bastante valioso
que en la actualidad existan instrumentos
legislativos universales que nos den el rigor
procedimental para abordar una situación
problemática entre connacionales, en el
caso de Colombia, las discrepancias existentes entre el gobierno y grupos al margen
de la ley. Todo lo anterior para dar un lugar
protagonista a los mecanismos de la resolución de conflictos.
El elemento de organización
del grupo que participa en el
conflicto.
La inclusión del conflicto armado
entre grupos junto al de las tradicionales nociones de conflicto
armado internacional —entre
estados— o no internacional —
entre la autoridad estatal y el
grupo armado— (p. 26).
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De este modo, queda explícito como estas consideraciones del conflicto armado se
concentran en determinar un campo de acción, que se justifica en las apuestas teóricas
contemporáneas, dando lugar a la solución desde el entendimiento de que este conflicto
debe respetar un marco legislativo y debe ser finito, donde las actividades que permitan
acabarlo, no eludan su responsabilidad en asumir los motivos que los llevaron a esta
forma de discutir con el uso de la fuerza y en beligerancia.
La violencia: el mecanismo más vil de la guerra
La violencia crea más problemas sociales que
los que resuelve.
Martin Luther King.
Cuando revisamos lo referido por Karl
Marx sobre la violencia, se puede apreciar que, para él, esta es una forma que
puede asumir el conflicto político de las
clases sociales, pero, una vez más, no es
la única. De aquí que consideremos que
las luchas políticas no deben implicar la
violencia como mecanismo de empoderamiento. Aunque, la violencia aparece como
la opción que tiene el poder que asume el
Estado para conservar el dominio y la subyugación del pueblo.
En esta aseveración es importante notar que la violencia se
presenta como Arendt (2005),
referiría “la violencia no es sino
la más flagrante manifestación
de poder” (p. 48), en ocasiones
asumida por el quien debe proteger a una nación, en otras en
los que poseen una misma condición, compatriotas, familia o
compañeros.
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De acuerdo con lo referido, la violencia se establece como la exacerbación de las funciones que dotan a quien asume el poder, pues encuentra en el uso de esta la obediencia
de la población, la imposición de reglas y la rendición del enemigo, la ruta para dominar .
En ese orden de ideas, la violencia se considera una emoción desbocada pero humana .
Veamos a continuación como Arendt (2005), exiliada en la Segunda Guerra Mundial nos
brinda una acepción de la violencia en función a los conflictos armados en general .
Es un lugar común el señalar que la violencia brota
a menudo de la rabia y la rabia puede ser, desde
luego, irracional y patológica, pero de la misma
manera que puede serlo cualquier otro afecto
humano . Es sin duda posible crear condiciones
bajo las cuales los hombres sean deshumanizados -tales como los campos de concentración, la
tortura y el hambre- pero esto no significa que
esos hombres se tornen animales (p . 85) .
Por tanto, la violencia habla de la condición humana, que al estar inmersa en el conflicto armado puede trastocar la realidad de una comunidad y convertirla en la única
posibilidad de restituir los derechos como ciudadanos, claro ejemplo, ha sido el nacimiento
de las guerrillas y paramilitares que bajo la consigna de la igualdad y el reconocimiento
del otro han hecho uso indiscriminado de la violencia .
Este eje no pretende que se descalifique las posiciones de los actores sociales del conflicto, solo apunta
a examinar las estrategias implementadas en el
afán de conseguir ciertos propósitos . Sin embargo,
se rechazan las manifestaciones de la violencia
para disminuir al otro, aunque se reconoce que en
algunos instantes el ser humano hace uso de esta
para salvaguardar su propia vida, cuando las circunstancias exponen su vulnerabilidad .
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De la guerra y otros inventos…
La guerra es una masacre entre gentes que no
se conocen, para provecho de gentes que si se
conocen pero que no se masacran .
Paul Valéry .
Como último tema dentro de la discusión teórica planteada en el transcurso del referente de pensamiento, está la guerra . Esta ha sido musa inspiradora de poetas, cineastas
y artistas a nivel general, ya que contiene la expresión humana más compleja dentro de
todos los escenarios expuesto sobre el conflicto .
La guerra a lo largo de la historia de la humanidad, ha cobrado la vida de generaciones
enteras, ha cegado el futuro de otras tantas y ha dejado a su paso devastación, soledad
y desesperanza . Pero, curiosamente ha elevado el espíritu de quienes han sabido sortear
y salir avante ante su presencia, ha logrado que se revitalice económica y socialmente a
las naciones, por ejemplo, la Alemania de la posguerra, que, siendo gestora de la violenta
Segunda Guerra Mundial, ha resurgido de las cenizas y se ha convertido en una sociedad
estable, han hecho del horror un propulsor de ideas y realidades .
Con lo ya señalado, se considera la guerra en palabras de Schmitt (2011) y que puede
percibirla como un flagelo:
No existe ningún objetivo racional, ninguna
norma por más justa que sea, ningún programa por más ejemplar que sea, ningún ideal
social por más hermoso que sea, ninguna
legitimidad o legalidad, que pueda justificar
que por su causa los seres humanos se maten
los unos a los otros . Cuando semejante destrucción física de vidas humanas no ocurre a
partir de una auténtica afirmación de la propia forma existencial frente a una negación
igual de auténtica de esta forma existencial,
sucede que simplemente no puede ser justificada . Tampoco con normas éticas o jurídicas se
puede fundamentar una guerra (p . 15) .
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A partir de esta valoración sobre el tema que aquí nos convoca, es preciso mencionar que bajo ninguna circunstancia ni la violencia ni la instauración de la guerra,
son mecanismos que fortalezcan a una nación . Aunque el ser humano logre sacar el
recurso a los momentos de terror, no es comprensible su utilidad para la convivencia
y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, pues ella permite exponer lo
peor de la condición humana .
En conclusión, los conceptos abordados en el transcurso del eje, nos dan el suficiente material para
hacer comprensible los ejes posteriores . Además,
nos ayudan a tener una postura con mayor argumento teórico, ya que, en el ejercicio de la ciudadanía es necesario tener un conocimiento que acuda
a reconocer la paz y el conflicto en el orden social
colombiano . Retomando en instantes, los vestigios
del conflicto armado en la población del territorio
nacional e invitándolo a que usted como ciudadano
haga de este tema una práctica social .
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CIUDADANÍAS
PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
EJE 2
Analicemos la situación
Fuente: Shutterstock/258980774
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Introducción
INTRODUCCIÓN
¡Hola de nuevo estimados estudiantes!
En esta oportunidad, haremos una revisión de diferentes procesos de paz a nivel
mundial, resaltando las características que poseen los conflictos que llevaron a los
países a tomar medidas para su finalización . De igual forma, se hará alusión a los
elementos que configuran el actual proceso de paz en Colombia, acudiendo a los
antecedentes que han forjado un escenario propicio para la implementación de
los acuerdos establecidos entre el Gobierno nacional y una de las guerrillas que se
asientan en el territorio colombiano . De igual manera, considerar que existe una
historia ligada al conflicto, a los intentos reiterados y fallidos del cese en diversos
momentos y unos actores sociales que han sido víctimas del flagelo de la guerra .
Solo de esta manera, podemos entender las circunstancias en las que el mundo
ha cambiado .
Es importante señalar que; los casos que se presentan en el eje corresponden a
algunos de los procesos de paz, que guardan características similares, en tiempo,
en tipo de conflicto a disolver u otros que usted notará en el desarrollo de este .
Se ha de mencionar que los procesos de paz se dan después de años de concertación, de cesión ante las partes que entran en negociación y esto requiere que el
conflicto a finiquitar esté en el punto preciso para hallar salidas en conjunto con
el gobierno de turno .
Con referencia a lo ya mencionado, observaremos las particularidades del caso
colombiano, teniendo en cuenta que existen distinciones con los procesos de paz
en otros lugares del mundo, pero que en sustancia pretenden la transformación
de las estructuras que generaron en su momento un conflicto que trasciende en
años y daños la historia de los territorios y sus gentes . Es así, que la revisión del
acuerdo final establecido por el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de
las Farc-Ep, permitirá que usted tome una postura crítica como ciudadano .
Las competencias a desarrollar son:
• Analiza desde casos particulares la implementación de un proceso de paz
desde una apuesta democrática e inclusiva .
• Revisa las ventajas y desventajas del posconflicto en la configuración del
pensamiento colectivo colombiano .
Desde lo visto en el eje anterior, los conceptos que se argumentaron teóricamente, nos dan la posibilidad de hacer comprensible la necesidad de hablar de
paz . En este eje, veremos cómo aquello se convierte en una práctica anidada en
la realidad de los habitantes de un territorio, no sin antes hacer precisión sobre lo
que se entiende por proceso de paz .
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Pero… ¿qué es un
proceso de paz?
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En la dinámica de los conflictos, existen momentos justos para motivar a las partes a
realizar cambios, estos pueden ser acciones que intensifiquen el conflicto o acciones que
tiendan a mitigarlo o reducirlo a su mínima expresión .
En los estudios sobre la paz, se ha encontrado que los conflictos pueden generarse
por diversos motivos como la imposición de ideologías religiosas, económicas y políticas,
el acceso a los derechos en igualdad de condiciones y en concreto todo aquello que ha
generado distancias entre unos y otros . En este sentido, los procesos de paz se prestan
para ser un ejercicio arduo, claro y con tendencia a evaluarse en todos sus pasos, para
conseguir el cumplimiento de los acuerdos de paz, estos últimos entendidos como los
mecanismos por excelencia que integran las expectativas de las partes en disputa y la
consolidación de los alcances de cada parte, para lograr el fin de los estragos causados
en tiempos de guerra .
De allí que retomemos la apreciación de Vincenc (2006) sobre proceso de paz:
”
Un proceso de paz es un esfuerzo para lograr un acuerdo que ponga fin a la
violencia, así como para implementarlo mediante negociaciones que pueden
requerir la mediación de terceros . Con esta definición inicial quiero destacar
la idea de que un “proceso” no es momento puntual, sino un conjunto de fases o etapas alargadas en el tiempo, en las que intervienen todos los actores
afectados, en un esfuerzo colectivo para en un momento determinado alcanzar acuerdos que permitirán acabar con la situación anterior, dominada por la
violencia y el enfrentamiento armado, para dar paso mediante el diálogo y el
consenso a pactos o acuerdos que pongan fin a la violencia física, y mediante la
implementación de los acuerdos, iniciar una nueva etapa de progreso y desarrollo que permita superar igualmente las violencias estructurales que propiciaron
el surgimiento del conflicto (p . 10) .
La anterior descripción, recoge las características principales que manejará el eje,
desde luego haciendo hincapié en los casos
a abordar y cómo se pueden concatenar en
el actual proceso colombiano . Sin embargo,
es necesario reconocer que la firma de los
acuerdos de paz no necesariamente hace
alusión a una negociación satisfactoria del
conflicto para todas las partes, recordemos
que negociar implica ceder espacios, ceder
razones, consensuar medidas económicas,
políticas y sociales, por esto, lograr que un
acuerdo genere una sensación colectiva de
amor y consenso es una utopía, el acuerdo
posee ganancias y pérdidas para las partes
y con ello, surgen molestias y desazones .
Esto último debe ser sorteado de tal modo
que lo mínimamente pactado atienda a
concluir con la confrontación armada y
el uso de la violencia en todas sus formas,
para lo cual llegar a unos diálogos mínimos son suficientes para crear nuevas
realidades, donde la paz sea imperfecta,
negativa o positiva y logre ser un ejercicio
natural como en algún momento lo sería
la violencia .
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Proceso de paz en El Salvador
El Salvador está ubicado en Centro América, tiene unas cualidades climatológicas por tener en sus límites fronterizos al
océano Pacífico . Según el portal de la Dirección General de
Estadística y Censos de El Salvador (2017) se estima que, en
2016, este país contaba con una población de 6 .344 .722 personas aproximadamente . Esto expone que, el conflicto que se
gestó a finales del siglo XX, comprometió no solo al centro del
territorio sino a toda la periferia . Si lo equiparamos con el territorio colombiano, encontramos similitudes con El Salvador, ya
que ambas han sido naciones que han sufrido por décadas el
horror de la violencia .
Para conocer el conflicto que se desató en El Salvador, vale
la pena acudir a que allí se han experimentado, actos violentos
desde que la memoria de los lugareños se puede traer a colación .
Desde ese modo, percibir en la historia del inicio del conflicto las
contradicciones en los discursos de las partes, es comprensible .
Es en el año 1992 que El Salvador decide acabar con una guerra
civil, que se caracterizó por lo que denomina Ungo (1984) como
un ímpetu en la violencia institucional, haciendo alusión a:
”
Los mecanismos que actúan de modo que
favorezcan y gobiernen para minorías en
detrimento de la mayor parte de la población . Lo que genera el no acceso igualitario
a los “canales de participación democrática,
violación masiva y creciente de los Derechos
Humanos” (p . 143) .
Guerra civil
Es la denominación usada para
cualquier enfrentamiento bélico donde los participantes están
generalmente formados por dos
ejes políticos contrarios . Su característica más común es que el
conflicto armado se desarrolla en
un mismo país, enfrentándose entre sí personas de un mismo lugar
(ciudad, pueblo o comunidad) defendiendo, usualmente, dos ideologías o intereses distintos .
El Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional
Recibe su nombre por Farabundo
Martí nació el 5 de mayo de 1893,
en Teotepeque, La Libertad . Su vivencia con jornaleros, trabajadores
de su padre y de haciendas vecinas,
le creó desde joven rechazo a la injusticia . Se graduó de bachiller en
1913 e inició estudios de leyes en la
Universidad de El Salvador . Aunque
abandonó la universidad para dedicarse a la lucha revolucionaria, se
formó con la literatura política de
la época .
Socialismo
En coherencia, el conflicto también se desata por la concepción del Gobierno de establecer un enemigo dentro del país,
como es el caso del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN), grupo insurgente que nace para la construcción de un Salvador socialista, donde tiene el objetivo de
tomarse al país por la vía armada a la estrategia marxista,
Es la teoría, doctrina o práctica social que promueve la posesión pública de los medios de producción
y un control colectivo y planificado
de la economía en pro del interés
general de la sociedad . El socialismo puede ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un
sentido amplio) o estatal (a través
de la nacionalización y la planificación económica de la producción) .
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma
de propiedad privada de los bienes
de capital y con esta el capitalismo
como forma de apropiación del trabajo asalariado .
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parafraseando a Miguel Castell, guerra de guerrilla, donde el
Estado salvadoreño reaccionó al encontrar que sus fuerzas militares eran debilitadas por la guerrilla ya enunciada . La disputa
entre guerrilla y Gobierno surgía a partir de la desigualdad de
sus habitantes, la concentración de las riquezas en un sector
de la sociedad y la larga dictadura en manos del general Maximiliano Hernández Martínez . Este sería el inicio de un mar de
ataques contra las estructuras del Estado, siendo afectada de
manera notable la población civil .
Maximiliano Hernández
Martínez
Ha sido considerado como una
persona con vocación de tirano,
de personalidad autoritaria, autocrática y drástico, sobre todo con
sus enemigos . Además, inició el
militarismo, algo que duró desde
1932 hasta 1979 . Hay que mencionar que llegó a la presidencia
después de los problemas económicos que ocurrieron debido a
la Gran Depresión de los Estados
Unidos .
¡Impor tante!
Masacre de El Mozote
Es el nombre que reciben un conjunto de masacres contra población civil cometidos por el batallón Atlácatl (formado por la CIA
en la Escuela de las Américas, en
Panamá) de la Fuerza Armada de
El Salvador, durante un operativo
de contrainsurgencia realizado
los días 10, 11 y 12 de diciembre de
1981, en los cantones (aldeas) de
El Mozote, La Joya y Los Toriles, en
el norte del departamento de Morazán, en El Salvador .
Es importante mencionar, que los métodos usados en el
conflicto salvadoreño, acudieron al secuestro, asesinatos a
políticos y empresarios, de manera equiparada, las fuerzas
militares generaron una respuesta sangrienta a lo largo
de los años que duraría el enfrentamiento entre estas dos
partes como la masacre El Mozote . “Esta guerra no solo
trajo graves consecuencias para el desarrollo del país y
para el respeto de la vida humana, sino que, además,
según muchos estudiosos, exacerbó la ya existente cultura
de violencia” (Baró, 1990, p . 126) .
Democracia
Ante tal barbarie, la guerra civil avista una tregua y se establecen las negociaciones entre la FMLN y el gobierno de Alfredo
Cristiani, allí se estableció un cese bilateral al fuego y la participación en la vida política . Para dichos acuerdos se necesitó
de la intervención internacional, como la proporcionada por
el presidente nicaragüense Daniel Ortega y la presencia de la
ONU (Organización de las Naciones Unidas) y la participación
en diferentes momentos de la intromisión de los Estados Unidos . Vale la pena recalcar, que dicha negociación hizo posible
las reformas en la Carta Magna de El Salvador, estableciendo
una modificación en el sistema militar, electoral, creación de
la Policía Nacional Civil, Sistema Judicial y de derechos humanos, y en general, dando apertura a la diferencia política para
conseguir un lugar en la toma de decisiones y salvaguardar la
democracia . Los acuerdos fueron firmados el 16 de enero de
1992 en el castillo de Chapultepec, México .
Es una forma de gobierno en la
que se plantea que el poder político es ejercido por los individuos
pertenecientes a una misma comunidad política, es decir a los
ciudadanos de una nación . La preocupación central de una democracia auténtica consiste en garantizar que todos los miembros
de la sociedad tengan una posibilidad real e igual de participar en
las decisiones colectivas .
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En tal sentido, los acuerdos de paz que
pusieron fin al enfrentamiento bélico resolvieron eficientemente las diferencias políticas que alimentaban el conflicto, pero
no prepararon a la sociedad salvadoreña
para resolver las secuelas de la guerra . Para
Cruz (1998), en la actualidad esta pequeña
nación centroamericana aún enfrenta
algunas de las consecuencias de ese prolongado conflicto . Esta apreciación, tiene
una gran pertinencia, ya que el escenario
del posconflicto ha sido disyuntivo, luego de
que los acuerdos establecidos no alcanzaron un ciento por ciento de su implementación, aunque cabe señalar que, El Salvador
actual ha hecho avances en el marco de
los acuerdos, a pesar de que la estructura
social aún continúe bajo la desigualdad, la
pobreza y la impunidad .
¡Impor tante!
Sabía usted qué…
Se estima que la guerra dejó un saldo de
75000 muertos, en su mayoría civiles .
Si se tiene en cuenta que en la década
de 1980 la población de El Salvador
rondaba los 4,5 millones de habitantes,
ello equivale a decir que casi el 2 % de
la población perdió la vida en el conflicto (BBC, 2017) .
Proceso de paz en Irlanda del Norte
Figura 1 . Mural que recuerda a Bobby Sands, líder de la huelga de hambre de 1981
Fuente: https://commons .wikimedia .org/wiki/File:Belfast_murals_01 .jpg
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Al revisar el proceso de paz de Irlanda del Norte, es enfático referir que ha sido un arduo camino por más de una
década para lograr acuerdos, definiendo los elementos que
se pueden negociar o no . Es necesario hacer visible que el
conflicto de este país surgió desde el siglo XVII, donde la división entre la Irlanda Católica y la Irlanda Protestante; hicieron gala de sus diferencias y de los destinos que la nación
debería, imponiendo estas visiones con el objeto de unificar
criterios y revisar los cánones que regirían el orden de una
sociedad . Por otro lado, existía una agobiante necesidad de
los irlandeses católicos de sentirse incluidos y aceptados,
por ello, esta población irlandesa reclamaba la soberanía,
ya que la captación de esta por el Reino Unido, generaba
tensiones de manera sustancial entre los habitantes . Sin
embargo, los protestantes, por considerarse una minoría,
continuarían manteniendo su lealtad ante la supremacía
británica . En este orden de ideas, se forman dos frentes los
unionistas irlandeses aliados al Reino Unido y en su gran
parte protestantes y los nacionalistas irlandeses, en su
mayoría católicos y republicanos .
En 1916, se produjo la rebelión de pascua, donde se dio
la gran migración de irlandeses a Estados Unidos, huyendo
de las pugnas religiosas y de la inequidad existente por
el amparo del Reino Unido a una parte de la nación . En
1920 se firmó la división de Irlanda del Sur e Irlanda del
Norte, así se dio paso a la búsqueda de Irlanda del Sur
por su soberanía, creando distancia con Irlanda del Norte
mediante la fuerza del ejército IRA (Irish Republican Army) .
Es importante mencionar que siempre el interés fue la reunificación de las dos Irlandas, aunque para las dos partes,
ceder no era una opción .
En la década de 1960, aparecieron movimientos paramilitares como el Ulster Volunteer Force (UVF), se denominan
de este modo, ya que ayudaron a la corona británica en
la Primera Guerra Mundial . Paralelamente, surgió la Nicra
(Asociación por los Derechos Civiles del Norte de Irlanda),
este pretendía defender los derechos civiles de los católicos .
Estos tres grupos generaron en diferentes momentos disputas que dejaron a su paso muerte y desolación .
El protestantismo
Es un movimiento cristiano surgido en
el siglo XVI, a partir de la reforma protestante de Martín Lutero .
El término es utilizado principalmente para referirse a los grupos
que se separaron de la Iglesia católica romana con motivo de la reforma . El teólogo y reformador religioso
alemán Martín Lutero precipitó la
reforma protestante al publicar en
1517 sus 95 tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia
católica .
Reino Unido
Es un Estado unitario comprendido
por cuatro naciones constitutivas:
Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda
del Norte . Es gobernado mediante
un sistema parlamentario con sede
de gobierno y capitalidad en Londres,
pero con tres administraciones nacionales descentralizadas en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las capitales
de Escocia, Gales e Irlanda del Norte,
respectivamente . Es una monarquía
parlamentaria siendo Isabel II la jefa
de Estado .
La rebelión de Pascua
Constituyó el más conocido intento
de tomar el control del país por parte
de los irlandeses católicos republicanos para lograr la independencia del
Reino Unido .
Paramilitarismo
Se refiere a organizaciones particulares que tienen una estructura, entrenamiento, subcultura y (a menudo)
una función igual a las de un ejército,
pero que no forman parte de manera
formal a las fuerzas militares de un
Estado .
Ulster
Es una de las cuatro provincias que
configuran el conjunto de la isla de
Irlanda, juntamente con Leinster,
Munster y Connaught . Cada provincia está dividida en condados, siendo
nueve los del Ulster . De estos nueve,
tres se encuentran en la República de
Irlanda y seis en Irlanda del Norte .
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Es de este modo que, Irlanda del Norte intenta fallidamente en reiteradas
ocasiones cesar el conflicto y negociar con el paramilitarismo, que generó una
oleada de disturbios y de violencia desmesurada . La población civil, harta de
los aparentes remedos de negociar con los violentos, realizaron de manera sistemática revueltas y huelgas de hambre, los presos políticos hacían lo mismo,
aludiendo a un reconocimiento de sus derechos y de ser válida su oposición a
la furia del conflicto . Estas solo desataron mayor violencia y caos . Casos como
el de Bobby Sands, este hombre representaba la voz de los presos que hacían
parte del IRA, este fue apresado por fomentar los movimientos paramilitares .
Su muerte cumplió con sus intereses, ya que hizo que el paramilitarismo tuviera
más fuerza .
El 10 de Abril de 1998, tras años de negociaciones ocultas por el Estado de Irlanda del
Norte y de la República de Irlanda, se establece la firma del Acuerdo llamado de Viernes
Santo, muy a propósito de los motivos que dieron inicio a este gran conflicto . Allí se
contempló el desarme de los grupos paramilitares, también se hizo hincapié en la no
unificación de las Irlandas . Aunque se establecieron estrategias mediante el diálogo entre
ellas para estrechar lazos y hallar puntos en común para trabajar .
En este conflicto se echó mano de la justicia transicional, esta tiene como función,
como lo refiere la Fundación para el Debido Proceso Legal, en su informe sobre Las Víctimas y la Justicia Transicional (2016):
”
En general, lograr cambios estructurales
en aspectos relacionados con la justicia,
la verdad, la reparación y la memoria,
para dejar atrás los diseños institucionales, las normas y las prácticas –tanto políticas como judiciales– que contribuyeron
a generar el conflicto armado o el gobierno autoritario –o ambos– y transitar hacia
la democracia (p . 6) .
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En este orden de ideas, es equiparable este aspecto con lo realizado en el proceso de
paz en curso en Colombia, donde es válido retomar aquí la aseveración de Mantilla (2014):
”
En términos de justicia transicional, es posible identificar profunda dinámica política en los años del posconflicto alrededor de dos variables; en primer lugar,
la reparación a las víctimas, y como parte de esta
reparación, la posibilidad de crear o no una Comisión
de la Verdad (p. 5).
Con base en lo anterior, es útil considerar que, el posconflicto en Irlanda del Norte,
se ha vivido de manera esperanzadora, dado que sus habitantes tanto del Norte como
del Sur o República de Irlanda, conviven con la diferencia y han dejado a un lado el uso
de la violencia y la agresión. Siguen existiendo momentos de crisis, pero la capacidad de
reparación y de centrarse en los objetivos como nación con un pasado en común, los
alienta para aceptar que aquel enemigo puede ser un buen opositor.
¡Impor tante!
Sabía usted qué…
Según los datos publicados por la Universidad del Ulster, las víctimas del conflicto armado ascendieron a 3.529 personas, de las
cuales 1.522 pertenecían a la comunidad católica de Irlanda del
Norte, 1.287 a la comunidad protestante de Irlanda del Norte y
720 personas no eran de Irlanda del Norte. A su vez, si se tiene
en cuenta el “status” de las bajas, 1.842 fueron civiles, 1.114
pertenecían a fuerzas de seguridad británicas, 395 a grupos
paramilitares republicanos, 168 a grupos paramilitares unionistas y 10 a fuerzas de seguridad irlandesas (El Heraldo, 2013).
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Proceso de paz en Angola
El proceso de paz en este lugar del
mundo, ha sido uno de los más esperados
por ser el conflicto en el territorio africano
con mayor duración . Las características
de este conflicto redundan en la separación de Portugal en 1975, haciendo que los
habitantes de este país asuman el control
y eso genera la gran necesidad de asumir
el poder, lo cual desató enfrentamientos y
cobró demasiadas vidas .
Unida a la reciente desvinculación
de Portugal, movimientos políticos
decidieron adjudicarse el poder,
siendo el MPLA (Movimiento Para la
Liberación de Angola), el grupo que
gobernaría con una visión socialista,
apoyado por las potencias socialistas del momento la Unión Soviética
y Cuba . Se enfrentaron severamente
con la Unita (Unión Nacional para
la Independencia Total de Angola),
este último, estaba impulsado por
el gobierno de Estados Unidos para
contrarrestar la avanzada anticomunista . Se vale referir que, en esta
época los angoleños se armaron
masivamente, estableciendo de
este modo un campo fructífero
para la demencia de la guerra .
En Angola, se usó el mismo artefacto
de destrucción sistemática que en el conflicto colombiano, “las minas” . Para Unicef
(2000), las minas son el mecanismo perfecto para propagar un daño efectivo en
la población civil:
”
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días las minas han cumplido con la tarea
de desmoralizar a las tropas enemigas y aterrorizar a los civiles .
Son centinelas insomnes que no
pueden ser heridos ni detectados por el enemigo y que, tarde
o temprano, cobrarán una víctima . Por su bajo costo las minas
parecen ser la mejor alternativa
para algunos ejércitos: armas
cuya fabricación no requiere una
gran infraestructura, elaboradas
con materiales baratos y asequibles; soldados sin sueldo, ni pensión (Unicef, 2000, p . 9) .
Con estas estrategias, el daño causado
no solo impacta de manera instantánea
a la población, sino que alarga la zozobra
por los años que sigan sembradas las minas
en un territorio . Es relevante anotar que, la
colocación de minas en una zona se hace
de manera indiscriminada, no existen ubicaciones exactas geográficamente, para que
se erradiquen sin causar más afectaciones .
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En este sentido, el caos en la población civil aumenta en la medida que los esfuerzos
por difuminar la guerra en este país, no lograban ser efectivas . Una y otra vez se intentaron hacer acuerdos como la legalización de la oposición, entre otras fuertes reformas,
aun así, no existía un ambiente propicio para gestar la paz . Al parecer, la paz se presentaba como una meta inalcanzable, cada día aumentaba la agonía de la muerte y
se anulaba un posible futuro . Tan solo la muerte de uno de los líderes de la Unita Jonás
Samvini, quien no estuvo de acuerdo con los aires de cambio, lograría que la paz llegará
pronto a Angola .
¡Recordemos que !
El Acuerdo de Paz se firmaría el 4 de abril de 2002, esto generó
bastantes retos para el pueblo angoleño, ya que la pobreza y la
desigualdad, continuaban posterior al fin del conflicto armado . Este
es un problema permanente en el territorio africano y Angola pese
a los logros en término de orden público, no ha sido la excepción .
Si bien este conflicto y posterior proceso de paz, se enmarcan en estrategias diferentes
para el cese de hostilidades en contraste con el caso colombiano; no quiere decir, que el
impacto en la población no sea equiparable . El número de víctimas, distribuidas en desplazados, exiliados, muertos y heridos, disminuye en la medida que el proceso va avanzando .
Sabía usted qué…
Alrededor de un millón de muertos, 4 millones de desplazados
internos, más de 500 .000 personas refugiadas (sobre una población de 12 millones), millones de minas antipersona enterradas y la
destrucción de las infraestructuras físicas del país son el balance
de 27 años de enfrentamiento armado entre el MPLA (Movimiento
Para la Liberación de Angola), en el gobierno desde 1979, y Unita
(Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) (Observatorio Org, 2003) .
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Proceso de paz en Colombia
El actual proceso de paz, ha requerido el cambio de actitud ante el conflicto, los actores
sociales e incluso a las formas de relacionarnos entre habitantes de una misma nación .
Solo de esta forma, se entendería que el cese al fuego y la negociación tuvieran lugar
para el fin de la violencia .
Figura 2 . Acuerdo de paz
Fuente:Shutterstock/126653834
En coherencia con la anterior apreciación, es inevitable que al referirnos al actual
proceso de paz que se encuentra en su fase
más compleja, la que tiene que ver con la
implementación de los acuerdos establecidos por la mesa de negociaciones en La
Habana (Cuba), hagamos memoria de
la historia del conflicto y violencia por la
cual varias generaciones han construido su
existencia .
En ese orden de ideas, el conflicto ha
tomado cuerpo a través del tránsito de
Colombia a convertirse en un Estado confesional caracterizado por el ímpetu del catolicismo y el conservadurismo a un Estado
democrático, este último hace hincapié
en el respeto de las libertades civiles . Esto
lo vemos, en el cambio de la Constitución
Política de 1886 con sus reformas a la Constitución Política de 1991 con sus reformas .
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Seguido a esto, la polarización del país
en términos políticos ha trastocado la realidad del social del país, fijémonos como
antes del Frente Nacional, el pertenecer
a un partido significaba asumir un estilo
de vida particular y una postura radical.
A propósito del tema, tal distancia entre
unos y otros generaría la aparición de vertientes que no se acomodaban a las dos
opciones existentes, ya que en el espíritu
del conflicto se percibían diferentes, pero
en la práctica operaban de manera similar. A estos movimientos emergentes, se
les excluiría en la toma de decisiones y el
reconocimiento como fuerza alterna y de
cierto modo, se les obligaría a ocupar un
lugar en la clandestinidad.
Lo que sucedió luego de la consolidación
de la insurgencia en el país, reflejó la inoperancia del gobierno de turno en el cubrimiento de las necesidades de la población.
Sin embargo, es relevante mencionar que,
el gobierno encarnado en diferentes mártires (Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán,
Álvaro Gómez, Rodrigo Lara Bonilla, entre
otros), generaban un halo de esperanza y
recobraban la credibilidad del mundo político, pero la muerte sistemática de estos a
manos de la oposición, incrementaban la
apatía de la población. Esto hace comprensible, que los colombianos hayan tenido resistencia a las negociaciones con las Farc-Ep,
prueba de ello es la pérdida del sí para la
refrendación de los acuerdos de paz en el
plebiscito del pasado 2 de octubre de 2016.
En ese sentido, los antecedentes del proceso de paz vigente, guardan coherencia
con la percepción de la población civil y
gobiernos de turno, ya que al observar cómo
se ha tejido la historia encontramos la presencia de la violencia de forma naturalizada.
Quizá esta lógica nos hace visible los anteriores fracasos en un intento por poner fin
a la guerra y coloca en la mira el curso que
toma el actual proceso. Es decir, estamos en
un momento propicio para la implementación de los acuerdos de paz entre la guerrilla
de las Farc-Ep y el gobierno en cabeza del
presidente Juan Manuel Santos, puede ser
consistente con un aparente empoderamiento del ciudadano sobre su participación
en la transformación social o con el hastío
de la violencia, las masacres y la barbarie.
Cualquiera que sea el motivo que
impulse la adopción de los acuerdos
de paz; es imprescindible reconocer
la afectación de manera directa o
indirecta de los habitantes del país.
Cansados de la imposición de una
guerra carente de sentido, también
de ser perseguidos, disminuidos a su
mínima expresión, desterrados de su
pasado y negándoles una visión de
futuro. Es por ello, que este proceso
de paz ha calado de manera profunda
en la estructura del Estado, dado que
la oposición podrá participar en la
política y disentir de manera abierta
hacia lo que fue su consigna de
guerra: “igualdad social”.
Con base en esto, es relevante exponer
que este proceso de paz, se ha caracterizado por la revisión de otros procesos en
Latinoamérica y en general, en los lugares
del mundo donde la guerra ha sido una
constante. Por tanto, se ha sido cuidadoso
en la incorporación de temas a negociar,
para no desvirtuar los intereses de las partes en negociación.
Esto ha logrado, que en el mundo se perciba seriedad ante el proceso de paz, este
que con lo imperfecto que pueda parecer,
ha generado en la población en especial
en las generaciones recientes esperanza y
compromiso con la construcción de una
sana convivencia.
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¡Impor tante!
Sabía usted qué…
La guerra en Colombia ha dejado cerca de 1 .800 soldados heridos,
1 .500 presos militares, 8 millones de víctimas, 3 .000 falsos positivos, 2 .083 guerrilleros muertos en combate, 716 acciones bélicas,
27 .023 secuestrados en toda la guerra, 2 .000 presos de las Farc y
100 .000 desaparecidos según el comité internacional de la Cruz
Roja (Revista Semana, 2016) .
Lectura recomendada
Ahora bien, veamos las características del proceso de paz,
haciendo énfasis en las fases
Exploratoria, Fin del Conflicto y
Construcción de Paz . Para ello,
revisemos la lectura Acuerdo Final
de Paz Colombiano en la página
principal del eje .
Acuerdo Final de Paz Colombiano
Gobierno nacional y las Farc-Ep
Finalmente, la revisión de algunos conflictos armados y procesos de paz, nos permiten
entender la dificultad que yace en el instante
de poner fin al conflicto . A la par, nos refiere
la posibilidad de hacerlo, salvaguardando la
soberanía y reconociendo los daños causados a la población civil . Quizá, lo que se alude
en estas páginas, ampliará su conocimiento
sobre el conflicto armado colombiano y movilizará sus comportamientos a la conservación
de la convivencia y el amparo de los derechos
de nuestros compatriotas y foráneos .
Es momento estimado estudiante de
tomar lo discutido y ponerlo en práctica . De
este modo, lo invitamos a que desarrolle la
siguiente actividad evaluativa . Los esperamos en el siguiente eje .
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Bibliografía
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CIUDADANÍAS PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
EJE 3
Pongamos en práctica
Fuente: Shutterstock/318926429
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Introducción
INTRODUCCIÓN
En este eje, tendremos la oportunidad de revisar la importancia del perdón
como mecanismo de reconciliación a través de algunos relatos de víctimas
del conflicto interno colombiano . Para ello, haremos uso de la memoria como
proceso que permite la reconstrucción de los hechos, donde las víctimas
cumplen un papel protagónico . A su vez, consideraremos su utilidad en tanto,
permite hacer catarsis de lo vivido en las víctimas y reconocimiento de los
actos violentos de los victimarios .
Paralelamente, pondremos en discusión el uso del olvido en la recuperación
psíquica de los individuos y la continuación de sus proyectos de vida . En ese
orden de ideas, los procesos enunciados harán un esbozo del impacto del
conflicto en los habitantes del territorio nacional y brindarán una visión del
camino a construir en la etapa de posconflicto .
Para todo lo anterior, usted como estudiante y ciudadano no solo observará cómo otros se afectan por el paso de la guerra, sino que también
podrá identificar su participación en la misma, haciendo visible que como ser
humano usted ha pasado por situaciones de conflicto, de dolor y de zozobra .
Por lo anterior, usted ha implementado estrategias que han llevado a buen
término una historia particular, aspecto que lo pondrá en sintonía con lo
vivido por algunas víctimas . Con base en lo anterior, se planteará el ejercicio de perdonar, para hacer del recuerdo una evocación sin el despliegue
emocional que tuvo el acontecimiento doloroso en el momento que se vivió .
De allí, argumentaremos nuestra postura ante el proceso de paz, convirtiendo en propio el conflicto que involucra a todos los habitantes de esta
nación . En esa lógica, será posible ser sensibles ante el proceso de elaboración del dolor y el camino a la reconciliación que han hecho las víctimas
en el camino de abandonar ese apelativo .
Observe el videorelato “Tras la huella de la guerra” en la página principal
del eje .
Catarsis
Se define como el despliegue de
emociones asociado con la reminiscencia de una escena traumática .
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Tras la huella de la
memoria
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Cuando los seres humanos sufrimos, tenemos una perenne necesidad de reconocer
la situación que ha generado dolor, quizá porque las imágenes, sonidos, aromas con las
que se asocia el acto que nos ha hecho sentir malestar, es lo que nos ha permitido dar
cuenta de que lo sucedido fue real . Si, tal vez, la reminiscencia sea el hecho explícito de
la humanidad de asumir su vulnerabilidad, asumir que se está vivo e incluir la pérdida
como parte del ciclo de la vida .
Figura 1 . Vulnerabilidad en la guerra
Fuente: www .shutterstock .com/ 362898938
Sin embargo, estas explicaciones no
justifican ni validan que la sensación dolorosa sea más llevadera, o ¿cómo entender
que, tras la guerra, la desmembración, la
mutilación, la violación, el abandono, el
desplazamiento y la muerte, sentimientos
como el odio y la retaliación se vinculen
en la cotidianidad de la especie humana?
Parece absurdo entender que, dentro del
interior de una persona vulnerada se aniden buenas intenciones ante los sucesos
que dejaron profundas cicatrices en lo
más profundo de su ser . Pues bien, los seres
humanos también tenemos la posibilidad
de transformar de manera sublime el dolor
y la pena, porque no se encuentra mejor
paliativo para el sufrimiento que ser superior a él, asumiendo como una única forma
de retomar el poder que el otro llamado
victimario nos arrebató sin contemplación .
Sublime
El proceso consiste en un desvío
hacia un nuevo fin . Entre los ejemplos de Freud como nuevos destinos
de la pulsión sexual está lo artístico
y lo intelectual: sublimar consistiría
en mudar el fin pulsional hacia una
actividad desexualizada, intentando
su realización, por ejemplo, mediante
tareas creativas o de prestigio social:
ar te, religión, ciencia, política y
tecnología .
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En esto, existen ejemplos por doquier .
Observemos las obras de arte de un Edvard
Munch, quién no recuerda su majestuoso “El
grito”, allí retrata sus estados de melancolía
en bellos trazos con los cuales trascendió en
la memoria de críticos de arte o de quienes sienten la necesidad de gritar sin ser
escuchados; o los escritos de Víctor Frankl
psiquiatra que vio como en un campo de
concentración nazi moría su familia y un
poco de sí mismo y aun así busco el sentido
de la vida en las circunstancias más aberrantes que se tienen registro; o una Edith
Piaf, con su bello canto de La Vie en Rose,
que nos recuerda un ambiente parisino lleno
de romance y un mundo perfecto posible,
sopesa el sufrimiento de una penosa enfermedad y una adicción a la morfina; o una
Frida Kahlo que con sus magistrales pinturas
nos llevó de manera tácita a una exploración
de sus sensaciones más profundas donde
nos enteramos de las frustraciones por no
ser madre o por la contención física tras un
accidente automovilístico; o un Jean Dominique Bauby, quien estando cuadripléjico,
únicamente con la movilidad de su párpado izquierdo pudo escribir sus memorias
en el libro “La escafandra y la mariposa”,
en donde se hizo evidente, sus ganas de
vivir y disfrutar de las pequeñas cosas de la
vida, pese al enclaustramiento en su propio
cuerpo; o una madre que pierde a su hijo y
aun así tiene que continuar viviendo porque
otros niños necesitan de ella, y así podríamos enumerar estoicas acciones de seres
humanos excepcionales que han hecho del
dolor su musa de inspiración, que han reconocido en los momentos de vulnerabilidad
su mayor fuerza y que no han permitido que
los horrores de la guerra, la enfermedad o los
accidentes les roben su individualidad .
dejamos una porción excluida, donde quizá
este elemento sea el eslabón perdido de la
cadena . Esto tiene lógica, cuando revisamos el conflicto interno colombiano, donde
aquellos que han sido perpetradores de
actos violentos contra la población civil, fueron en algún instante víctimas que no pudieron optar por un camino distinto que el que
se les impuso, y se vieron sujetos a alimentar
el círculo vicioso en el que se convierte cada
acción en el conflicto de nuestro país .
Por ello, es importante ser cuidadosos en
tomar posturas que sean radicales, ya que
en la medida que construimos categorías
Carlos Arboleda Mora y Luis
Alberto Castrillón López
En este sentido, la forma en que actuamos ante situaciones traumáticas depende
de nuestra historia de vida y en ella, la toma
de decisiones, la manera en que experimentamos nuestras emociones e incluso
la influencia de la cultura o entorno social
inmediato . Esto último, hace más complejo tomar al perdón como un mecanismo
efectivo en la construcción de un camino
hacia la reconciliación, dado que la cultura
colombiana ha consolidado con el tiempo
la viabilidad en el odio y la creación de enemigos como parte de nuestro ADN . Aunque en la historia rezan los intentos de la
población civil por confiar en que las cosas
pueden ser diferentes, no es de soslayar los
reiterados procesos de paz con diferentes
actores del conflicto .
Para complementar la discusión sobre la
formación del pensamiento colectivo colombiano sobre el conflicto armado y la función
de la memoria, consultar en la página principal del eje, la lectura complementaria:
Lectura recomendada
Testigo, memoria y esperanza
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Desde este punto, el ejercicio de recordar se presta para realizar acciones de gran
complejidad, como perdonar y hasta hacer lo posible por continuar pese a los daños
causados . Pero, el compromiso de resarcir el dolor y el sufrimiento; nos lleva a pensar en
las diversas alternativas que poseemos para difuminarlo o extinguirlo . En ese tránsito, las
víctimas reconstruyen su experiencia a partir de los pedazos de recuerdos que llegan a
su conciencia, haciendo de ese momento un destello de sensaciones que hacen emerger
las intenciones más primarias en la especie humana, por esto, es tan común que los
noticieros se minen de noticias escabrosas, donde la venganza es el pan de cada día .
En lo que refiere al tema que nos convoca en este eje, es valioso que usted como estudiante pueda comprender las posibilidades que se gestan en el conflicto para todos los
actores sociales, deteniéndose en precisar cómo el recuerdo se instala en la vida de los
sujetos como un ancla que determina su presente, futuro y moldeó su pasado .
Para reflexionar sobre el papel que ocupa la memoria en el paso
de una nación en conflicto a una nación con la esperanza de
alcanzar la paz, encontraremos a continuación algunos relatos que nos permitirán hacer tangible lo etéreo de las palabras
ya dichas, de igual forma, se harán algunas precisiones sobre
el impacto de la guerra en las víctimas del conflicto armado .
Emprendamos juntos un recorrido inquietante pero humano,
que tiene como trasfondo la encarnación del bien y el mal en un
mismo espacio y tiempo .
En la piel de la víctima
Cuando se habla de víctimas, es fácil ubicarla en la persona que posee una mirada
esquiva, quien doblega su espina dorsal ante la luz, quien encarna todo aquello que
desvele minusvalía, quien no musita palabra o está escondida en un halo de tristeza y
melancolía, pocas veces se alía con una imagen emancipadora del dolor o con una vivaz
apariencia ante la vida y el mundo que la rodea, sin embargo, cuando se revisan las diferentes acciones que a diario tienen los individuos que dan forma a la guerra, es imposible
definir una figura y contenido, ya que de una u otra manera todos hemos pagado el costo
de una disputa que se nos endilgó a través de las generaciones que nos antecedieron .
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Figura 2 . La guerra en la pantalla
Fuente: freepik .com/ 176768
Pero, por un momento preguntémonos, ¿qué nos ha pasado para olvidar que la piel
de la víctima es también nuestra piel? Quizá usted ha escuchado que ha vivido la guerra
por televisión, que nunca alcanzaría a dimensionar los vejámenes de esta en su propia
realidad porque no ha estado en el campo de batalla y eso ha hecho que usted de repente
sienta que el tal conflicto no existe, aun así mire por un momento ciertos instantes de
su vida y cuéntese a usted mismo, cuáles son aquellos recuerdos en los que la violencia
tocó a su puerta, tal vez, dio una moneda en un semáforo en rojo a aquel que tenía un
letrero con pésima ortografía y que refería ser de un sitio que no ubica en el mapa o de
una comunidad que ni remotamente imaginaría existiese . Puede que usted, haya visto
cómo una reunión al comedor conllevaba cambiar de canal en el televisor porque las
noticias dibujaban un país que no dejaba digerir su comida, o cómo al salir del país se
enfrentaría con una fila displicente dónde usted notaría la diferencia que tiene con otros
habitantes del mundo .
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Tal vez, y solo tal vez, usted vio cómo su vecino cuidaba de
su familia y al otro día apareció muerto, o cómo se enlistaba
en el ejército a uno de los suyos, solo tal vez usted vio cómo
esto pasaba frente a sus ojos y no tuvo más remedio que
virar la mirada y continuar respirando, si todo esto lo identifica, puede con tranquilidad asumirse como víctima . Lo
sé, no es equiparable su vivencia con la de aquellos que han
sido violentados en su intimidad, aquellos que han vivido
la separación de sus familias o han tenido que huir de sus
territorios para tener un día más de vida .
En este orden de ideas, lea a continuación y detenidamente cómo otros que han visto
la crueldad humana en su máxima expresión, abogan por que usted no olvide que ellos
fueron parte de una historia que debe reconstruirse para no repetirse, a pesar que su
sentir aparezca desbocado como en aquel momento en que se suscitó . Paralelamente
consideré la utilidad de la memoria en los procesos de perdón a los victimarios, como
ya hemos dicho, no por despojarlos de su responsabilidad o mermar la culpa, sino para
liberarnos de una condena que no se debe pagar eternamente . Retomemos de este modo
lo suscrito por Gómez y Castillo (2005):
. . .para olvidar experiencias dolorosas, suele ser
necesario primero haberlas podido recordar y
aceptar en el vivenciar actual . Solo después
de asumir esas experiencias pueden ser objeto
del olvido sano . Pues ocurre que lo que ha sido
rechazado y excluido del vivenciar, ha quedado
como sumergido y silenciado, pero sigue vivo y
presionando en los síntomas (p . 10) .
La acción por recordar, por sí sola carece de sentido y parece más un ejercicio de
tortura que de reparación, pero no nos quedemos en el sujeto como víctima, sino avancemos sobre la víctima con posibilidad de reclamar un lugar en los hechos que lo hicieron
acreedor de esta categoría . Relatar los acontecimientos da la pauta para que el ser
humano repare sus heridas contando su versión de la historia, ya que es lo primero que
quiere recuperar, su voz y su valía .
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Desde esa óptica, revisaremos algunos testimonios para ampliar el espectro de percepciones de las víctimas, sobre algunos hechos que han sido llevados al baúl de los recuerdos . Vale la pena acudir lo plantado por Halbwachs (2004) “Recurrimos a los testimonios
para fortalecer o invalidar, pero también para completar lo que sabemos acerca de un
acontecimiento del que estamos informados de algún modo, cuando, sin embargo, no
conocemos bien muchas de las circunstancias que lo rodean” (p . 24) .
Es importante, que, dentro del proceso de paz en Colombia, los testimonios se consideren como la información con mayor valía, ya que
estos reflejan aquella violencia que está enraizada en los lugares
más recónditos de la escena pública, esto permitirá que la tarea de
la implementación de los acuerdos, se ajuste con la reparación a las
víctimas por parte de los victimarios, reconociendo la afectación
a los mismos y labrando el camino a la reconciliación . De manera
equiparada, los testimonios nos proporcionan una versión de la realidad desconocida por muchos y en ocasiones siendo susceptible de
tergiversarse por medios de comunicación u otros entes externos .
Es así que, al revisar los discursos de las víctimas, centre su atención
en cómo estas han dado un lugar a los hechos y la utilidad que ha
prestado la narración de estos en la elaboración de las pérdidas a los
que fueron sometidos .
Instrucción
Para apreciar la piel de la víctima en una situación del conflicto
armado, lo invitamos a que consulte en la página principal del eje,
la actividad de aprendizaje Tejiendo recuerdos .
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En algún lugar de Villa del Rosario-El Salado, Bolívar
En la cancha nos dijeron “los hombres a un lado y las
mujeres al otro” y nos tiraron boca abajo ahí, de ahí
enseguida apartaron a un muchacho, le dijeron “usted se
queda aquí con nosotros porque usted se nos escapó de
Zambrano, pero de esta no se nos va a escapar” le decían
ellos . A él fue el primero que mataron en la cancha . Le
pusieron una bolsa en la cabeza y le mocharon una oreja
primero, y después esto se lo pelaron con espino, lo acostaron y le ponían la bolsa en la cabeza, él gritaba que
no lo mataran, que no lo mataran, le pegaban por la
barriga, patadas, puños por la cara, toda la cara se la
partieron primero, y nos decían “miren para que aprendan, para que vean lo que les va a pasar a ustedes, así
que empiecen a hablar”, decían ellos . Entonces nosotros
le decíamos “qué vamos a hablar si nosotros no sabemos nada” . Ya después que lo tiraron en la cancha sí lo
mataron, le dispararon… A él le cortaron solo una oreja,
él lloraba y gritaba, fue el primero que mataron ahí… Él
se demoró en morir, esa agonía de la muerte es horrible, ver como se queja una persona (Centro Nacional de
Memoria Histórica (CNMH), 2009, p . 36) .
Si nos fijamos en el relato, no se enuncian las razones de la masacre, no porque no
hayan sido importantes, simplemente no existía justificación para tal asunto . Se hace
visible la forma en que la víctima que observa un acto salvaje puede ser en detalle una
fuente de información, para que usted y yo veamos que la guerra posee un carácter
humano del cual no podemos escapar . Fíjese bien, que este mismo relato no deja escapar
la emoción contenida en las palabras del observador . Ahora pues, traslade esta imagen
un tanto salvaje un tanto voraz, en un plano más cercano, ¿sintió por un leve momento
cómo se podría haber sentido el estar allí? ¿Qué hubiese hecho? ¿Cómo hubiese seguido
con su vida después de este evento? Pues bien, esta víctima también dejó que los interrogantes llegaran a su mente, pero tuvo al igual que usted en esta breve lectura muy poco
tiempo para reaccionar, no porque no fuese una persona sensible con lo que sucedía con
el otro, solo, no tuvo tiempo .
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En otro lugar, pero ahora cerca a Trujillo, Valle del Cauca
Desde la desaparición de mi hijo mi vida cambió
totalmente, porque día tras día lo añoro, todos los
días lo espero, y con la zozobra de que mi hijo todavía
está vivo y de que en cualquier momento aparezca .
A veces me levanto tarde en la noche al baño y me
asomo por la ventana con la ilusión de verlo venir .
Es muy difícil aceptar la realidad, pero aún más difícil, vivir la incertidumbre de querer saber dónde está
mi hijo y realmente qué fue lo que hicieron con él, si
está vivo o está muerto . Me pongo a pensar si mi hijo
murió qué me le hicieron, cómo me lo maltrataron o
me lo masacraron, cómo serían los sufrimientos de mi
hijo . Si lo hubiera encontrado al menos sabría que de
verdad lo vi muerto, pero de esta manera es imposible
la tranquilidad, mi corazón desangra cada vez que lo
traigo a la memoria diariamente, porque todos los
días se lo encomiendo a Dios . Sufro la agonía y la
tristeza de saber que lo arrebataron injustamente sin
tener culpa de nada, solo porque iba con el padre
como acompañante ese día (CNMH, 2008, p . 67) .
Y bien, ¿también sintió cómo su piel se erizaba al leer palabra a palabra la historia de
esta madre? Déjese afectar, porque el propósito de acudir a la memoria es ser empático
con el dolor de otro, esta otra víctima debe recordar a su hijo para entender lo sucedido
con él y solo el contar lo que vive y cómo lo vive le permita encontrar las razones que
la apartaron de su hijo y que la llevan a una constante desazón, quizá usted sepa qué
sucedió con su hijo y pueda sosegar el sentimiento que embarga a esta protagonista del
conflicto colombiano .
Cuando las sociedades, al igual que los individuos, contemplan
sus heridas, sienten una vergüenza que prefieren no enfrentar .
Pero el olvidar… trae consecuencias importantes: significa ignorar los traumas, que de no ser resueltos permanecerán latentes
en las generaciones futuras . Olvidar significa permitir que las
voces de los “hundidos (Levi) se pierdan para siempre; significa
rendirse a la historia de los vencedores” (Lazzara; 2007, p . 34) .
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En complemento con lo citado por Lazzara, es un deber ciudadano contemplar la escucha de las vivencias de las víctimas del conflicto para sanar en conjunto, para entender
las causas que nos llevaron a anestesiar el dolor y naturalizarlo o adoptarlo como parte
de nuestra cotidianidad . Aunque se lea un tanto cruel y devastador, conocer las historias
que anidan el conflicto del país, hacen que nuestras decisiones sean tomadas con el
panorama total de las versiones sobre los acontecimientos, solo así puede ser posible
entender que si una víctima quiere perdonar y estrechar un abrazo con su victimario y dar
vuelta a la página es tan necesario para conseguir la paz estable y duradera que tanto
aclamamos, o que por el contrario decida que después de hablar, olvide lo sucedido y sea
feliz sin que los fantasmas de su pasado condenen a su futuro, para esto es necesario
que usted amplíe su perspectiva y vea que la realidad es caleidoscópica .
Por Segovia, Antioquía
El curita del pueblo, el viejito Yepes, habló y
denunció al Ejército, inclusive, desde el púlpito .
Hablando él desde la iglesia denunció eso… El
viejito recibió amenazas, le pintaron las paredes de la Casa Cural, porque él denunció al
Ejército, a la base militar de Segovia, por lo de
la masacre (CNMH, 2009, p . 60) .
En este corto relato; se nos presenta un victimario, que puede estar como en la atmósfera de un secreto a voces . Encontrar al Estado o Gobierno de turno como actor social
del que fomenta y agudiza el conflicto y generador de violencia y ultraje a la población
civil, es contradictorio como desolador . Sé que puede verlo como una inconsistencia y
sin duda así lo es, pero la responsabilidad de que existan víctimas la tenemos todos y la
posibilidad de quitarles esta condición también la tenemos todos .
La reconstrucción de los hechos es además pertinente porque hoy en día el Estado ni la sociedad tienen certeza sobre
lo que pasó ni sobre su magnitud: lo que se observa es una
verdad fragmentada e inaccesible para la opinión pública, y
una pluralidad de versiones con muchas distorsiones, difundidas por los medios de comunicación (CNMH, 2009, p, 87) .
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Es con esta acotación del Centro Nacional de Memoria Histórica que, se ponen de
manifiesto las diversas caras del conflicto en el país, donde una sola noción de los sucesos
es insuficiente para dar cuenta del impacto en cada uno de los actores sociales que lo
componen . Por otro lado, nos permite tomar una postura crítica de la forma en cómo
nos hemos adoptado una posición pasiva frente a la realidad de nuestros compatriotas,
aunque esto también es cuestionable, ya que cuantas veces no se ha intentado que exista
un cambio y se han interpretado las acciones de insurrección como actos de rebeldía o
traición a la patria y le damos continuidad a establecer un enemigo y aniquilarlo sin acabar con las verdaderas causas de la violencia en nuestro país, estas que aún se muestran
como acertijos sin solución .
En caminos de Saravena, Arauca
En la casa mía había tres varones, cuatro con mi
yerno . Estaba mi hijo, tenía como 22 años; sacaron
también al otro hijo mío que tenía 15 años y me
sacaron a mí . A los varones nos tiraron en el piso
boca abajo y entraron a la casa y (la) saquearon y
revolcaron todo preguntando por las armas y que
dónde estaban las pistolas . Pero nosotros armas no
conocemos, nosotros somos personas de bien . Yo
soy agricultor de profesión, de toda la vida . Mi hijo
estudiaba en el colegio y (mi yerno) y mi otro hijo
eran muchachos trabajadores de bien… A mí, por
ejemplo, me dijeron que tenía que ir con ellos a cargar el camión con las cosas de la cooperativa (Coagrosarare) . Nos sacaron intimidados y amenazados
de muerte . Nos trajeron hasta la cooperativa y ahí…
nos tiraron boca abajo de nuevo, al lado de la pared,
y nos dijeron que no nos moviéramos y nos tenían ahí
apuntados entre cuatro (CNMH . 2014, p . 81) .
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De este otro relato, podemos precisar
el sentimiento colectivo que acompaña
un hecho violento . Si bien, lo contado allí
es a partir de la voz de una sola persona,
podemos imaginar la vivencia compartida
entre dos o tres, esto hace que pensemos
que existen situaciones que hace parte de
la memoria de una población y que las convierte de manera incipiente en copartidarias
del dolor y del sufrimiento, esto en contraposición a la individualización de los hechos,
ya que es al contar con un lugar común, la
angustia y porque no la solidaridad entre
unos y otros corroboran la existencia de una
situación que puede escapar a la justicia de
los órganos del Estado pero nunca de lo que
representa para quién la ha vivido .
Ese carácter social de las memorias se hace más palpable cuando
reconocemos que los seres humanos
podemos recordar sin necesariamente compartir en forma explícita
nuestros recuerdos con otros y, sin
embargo, esos recuerdos por más
íntimos que sean, responden a experiencias que se inscriben en marcos
interpretativos que les confieren un
sentido . Esos marcos interpretativos
no son del orden individual, sino que
responden a procesos colectivos e
institucionales (Stern, 2005, p . 8) .
cómo existen personas en Colombia que
han sido víctimas en reiteradas ocasiones,
desplazadas por varias fuerzas militares o
subversivas, violentadas y reducidas por
diferentes victimarios y otras que no han
tenido contacto de manera directa con el
mundo servil de la guerra . Esto hace que,
las versiones que transitan en Colombia
sean tan diversas como regiones, sabores,
culturas, etnias y colores existen en el país,
porque esa pluralidad hace que lo sencillo
se vuelva complejo y que las políticas públicas se escapen a atender a cada uno de los
habitantes de la nación .
De este modo, la memoria cumple
con otro gran objetivo en la conversión de un país en guerra a uno con
un proceso de paz en marcha, el cual
es el hallar un común denominador
para negociar, para callar el fuego
y sanar las heridas causadas entre
nosotros mismos por cerca de 60
años de guerra .
La anterior acepción, hace visible la
forma en que los hechos narrados tienen un
ímpetu en la medida que le damos sentido
en el conflicto, se consideran pertinentes y
elocuentes y cargados de emoción y coherencia . De allí, que la interpretación que
algunos le dan a las situaciones traumáticas o de crisis son tendientes a una lógica
estatal e incluso regional . Observemos así,
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La función de la memoria
En el sentido menos estricto de la palabra, la memoria no solo cumple con la misión
de evocar acontecimientos que tuvieron lugar en la vida de un sujeto de manera puntual,
también nos permite desde unos referentes existentes en el depósito de recuerdos imaginar escenarios posibles o no . Para ello, hacer uso de la memoria como catalizador del
dolor de un ser humano, hace que sea viable crear expectativas hacia una meta común .
A su vez, permite que pensar y actuar en consistencia con la paz no sea del todo inaccesible . Al contrario, acerca a los habitantes de un territorio con su proyecto de nación o
de vida simplemente, aunque esto requiera hacer ajustes en la medida que va pasando
el tiempo, recordemos ese primer eje donde la paz en todas sus formas no se da como
un valor absoluto, sino que se nos brinda como un camino plausible .
Para consolidar la apuesta que se ha establecido en pensar el país en paz, las instituciones estatales han visto los proyectos de conmemoración y construcción de memoria
como mecanismos claves para que los grupos o comunidades avancen hacia la no violencia y la no repetición . Estos elementos son importantes en los procesos de aplicación
de justicia transicional .
Instrucción
Para mayor apropiación de la memoria como mecanismo
de resolución de conflictos, revise en la página principal
del eje, el juego de roles “En los zapatos de otro” .
El Centro de Memoria Histórica en su informe “Trujillo: una tragedia que no cesa”
(2008), plantea unos objetivos explícitos sobre la memoria en el proceso de paz vigente,
que retrataremos brevemente a continuación:
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1 . El carácter político de la memoria . La memoria es un campo de lucha
en el que se dirime qué versión del pasado debe prevalecer en función del
futuro que se quiere construir . Pero la memoria se construye desde relaciones asimétricas . Es decir, no todas las memorias acceden en igualdad
de condiciones a la escena política . Indígenas y campesinos no están en
posiciones equivalentes a las élites . Las víctimas no tienen las mismas posibilidades para decir su verdad que los victimarios .
2 . El papel fundamental de la memoria histórica en los procesos de democratización en situaciones de conflicto . Uno de los temas de debate en una
transición, por precaria que esta sea, es precisamente el de la evaluación
del pasado traumático y de las responsabilidades sociales, institucionales e
incluso criminales frente a este . Memoria y democracia están íntimamente
ligadas . Se hace memoria y se construye verdad para que les sirva a las víctimas y a la sociedad, para la transformación del pasado que se quiere superar .
3 . La memoria histórica no es de ningún modo sustituto de la justicia . Es
un escenario de reconocimiento de las diferencias con miras a un proyecto
incluyente, y en ese sentido es también una plataforma para el diálogo y
la negociación .
4 . La memoria es en sí misma una forma de justicia . Esto es particularmente válido en casos donde la institucionalidad ha fallado de manera
protuberante . A través de la memoria se responsabiliza a los perpetradores
y se hacen visibles las impunidades y los silencios . Cuando flaquea la verdad
judicial, se eleva el papel de la memoria: esta se convierte en el nuevo juez .
5 . La memoria histórica es una forma de reparación . Ella hace parte de los
reclamos esenciales de las víctimas . En otros términos, la memoria es una
instancia de reconocimiento del sufrimiento social que fue negado, ocultado
o suprimido de la escena pública bajo el impacto mismo de la violencia .
No se trata solo o preponderantemente de la compensación económica,
sino de respuestas a las preguntas que persiguen la mente de las víctimas:
¿qué pasó?, ¿quién lo hizo?, ¿por qué lo hizo?, ¿dónde, cómo y cuándo?
6 . La memoria es un mecanismo de empoderamiento de las víctimas . En
el ejercicio de memoria las víctimas individualizadas, locales y regionales,
pasan a víctimas organizadas, víctimas-ciudadanos, creadoras de memorias ciudadanas . En Colombia la violencia paraliza y destruye, pero también
ha obligado a la movilización y generación de nuevos liderazgos . Hacer
memoria es en todo caso recuperar sentido . Esto exige adentrarse en los
contextos, interpretar a los actores sociales y políticos, en sus relaciones,
motivaciones, estrategias y discursos, y dar cuenta del juego de reciprocidades de los diferentes niveles (nacional, regional y local) en la producción
de la violencia y construcción de la memoria (p . 26) .
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Desde esa perspectiva, la memoria se convierte en un medio para hacer efectivo los
procesos de perdón y posterior reconciliación . Por esto, demos la relevancia y escuchemos
atentamente quienes, como las víctimas traídas a través del testimonio en la reconstrucción de la memoria histórica de la violencia en el país, han vivido la desolación del
destierro físico y emocional .
Video
Para discutir sobre la función de la
memoria, consulte el video:
Memoria Histórica en Necoclí: huellas
imborrables del conflicto armado en Urabá,
Colombia
https://youtu .be/PBk3RaU_o-A
Y… ¿Para qué perdonar?
Para hablar de perdón, es relevante referir a qué se entiende por esta palabra, y eso
conlleva una gran dificultad, ya que quien se le delega la potestad de realizar tan heroica
tarea, asume a su vez el peso de evaluar la rendición del otro . Sin embargo, en torno a
los procesos de reconciliación, el perdón constituye una característica esencial para la
víctima, en tanto, perdonar libera de las ataduras que encadenan al dolor y la desesperanza . En este orden de ideas, traer a colación lo planteado por Arendt (1995), hace
visible la valía del perdón en la persona vulnerada .
El perdón (ciertamente una de las más grandes capacidades humanas y quizás la más audaz de las acciones
en la medida en que intenta lo aparentemente imposible, deshacer lo que ha sido hecho, y logra dar lugar
a un nuevo comienzo allí donde todo parecía haber
concluido) es una acción única que culmina en un acto
único (Arendt,1995, p . 29) .
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Considerando lo anterior, el perdón se consolida como la manera en que la víctima
asume el control de la situación violenta de la cual fue objeto, ya que en el acto de
reconciliación puede proveer al victimario de este o dejarlo desprovisto del mismo . En ese
sentido, la toma de la decisión de perdonar o no, está ligada al manejo que la víctima
le haya dado a la experiencia dolorosa y cómo haya adoptado el hecho doloroso en su
proyecto de vida, por ejemplo, si ha intentado sublimar el evento o ha buscado la forma
de pasar la cuenta de cobro al victimario .
Instrucción
Para colocar en práctica, vea en la página principal del eje,
el recurso de aprendizaje Podcast: ¿Es acaso la memoria un
mecanismo para la reparación?
En contraste, las víctimas del conflicto armado en nuestro país, han sido convocadas
a la consolidación de los acuerdos de paz; esto, ha hecho que consideren el perdón a los
victimarios para avanzar colectivamente hacia la construcción de ambientes pacíficos .
Leamos atentamente el siguiente fragmento:
Jonathan Alexander Agudelo García . Soldado
regular víctima de mina: “Esta guerra nos toca
a todos, por eso es hora de terminarla, aunque
queden otras personas que la harán . Las Farc y
el ELN son culpables de las minas, pero no les
guardo rencor” (El colombiano, 2016) .
Este testimonio, esboza una de las caras del perdón, la que expone la reconciliación en
la construcción de paz . Algunas víctimas para acabar con la violencia prefieren brindar
perdón, aún si, no es solicitado por el victimario, esto no quiere decir, que no pueda existir
en la víctima del conflicto armado sentimientos asociados al odio y la venganza .
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Por otro lado, es preciso mencionar que a la par
del perdón, se encuentra el olvido . Este mecanismo
se instala en la vida del ser humano para salvaguardarlo del impacto de los episodios traumáticos, evitando recrear las sensaciones e imágenes que llegan
a la mente sobre lo sucedido; sin embargo, los asuntos olvidados se pueden interpretar como la anulación o negación que hace el individuo de una parte
de su historia, aquella que al ser recordada podría
contribuir al ajuste emocional ante las pérdidas .
En ese orden de ideas, es pertinente que, en el proceso de perdonar y olvidar, se considere que lo valioso del asunto reside en la sensación que subyace de estos . Por ello,
para Ricoeur (2010), estos procesos no implican necesariamente un menosprecio por la
víctima, al contrario, reivindican su status en la vulneración de sus derechos .
No acepta tal ecuación del perdón y del olvido .
Está convencido de que el perdón no es algo
fácil . Sin embargo, es posible si se lo pedimos
a las víctimas . El perdón no debe ser el olvido
de los actos y de los hechos como se sugiere
en el caso de una amnistía . Más bien, se trata
de un acto que aligerar el peso de la culpabilidad y libera de nuevas posibilidades creadoras
(Ricoeur, 2010, p . 230) .
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De acuerdo con eso es necesario considerar que tanto el perdón como el olvido, se
ponen en manifiesto como alternativas para la víctima en la continuidad de su vida .
Leamos atentamente el siguiente relato, que expone la función del perdón en el proceso de reconciliación, teniendo en cuenta que reconciliar, implica el establecimiento
de relaciones cordiales y asumir por parte del victimario el daño causado y transformar
pacíficamente el conflicto .
Los perdoné, dejé el odio y encontré paz . Dijo Nelson Acosta en el sencillo evento de conmemoración
del atentado en el Club el Nogal cuando fueron
asesinadas 38 personas y heridas 166 . “Duré por lo
menos tres meses en mi convalecencia soñando con
amarrar a los guerrilleros en la Plaza de Bolívar y
ponerles la misma carga de dinamita”, pero decidí
perdonar, contó este socio del Club el Nogal que fue
gravemente herido por la explosión . Y estas palabras
fueron solo el preámbulo de otras que le salieron del
alma con sinceridad transparente: “No es posible
mantener el odio por siempre, pues esto se vuelve
un círculo vicioso que nos va a impedir reconstruir
el país, y sé que es difícil el perdón, pero no hay otra
salida” (González, 2014) .
Para concluir, el conflicto armado colombiano retrata una serie de versiones sobre
los hechos como victimario, víctima, gobernante, político, testigo pasivo u observador
experto . De allí que encontremos la diversidad de opiniones en relación a la consecución
de la paz y cese del conflicto e incluso a la forma en que se emplea justicia, aunque no
por ello, nosotros consideraremos menos oportuno cada uno de estos, por el contrario,
nos permitirá ampliar el panorama, hacer comprensiones de la historia de violencia y establecer una ruta para finiquitar con el dolor y el sufrimiento de los habitantes del territorio .
No olvide estimado estudiante, que el análisis de lo tratado en este eje, puede ser útil en la aplicación de estos
mecanismos de resolución del conflicto, en su cotidianidad
como ciudadano y profesional . De tal modo, que el contenido abordado, si usted lo permite impulsará acciones que
propendan a la mejora de la convivencia .
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1998 . Durham: Colombia: Duke University Press .
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CIUDADANÍAS
PARA LA PAZ
Diana Marcela Gutiérrez Infante
E
Propongamos
Fuente: Shutterstock/168157028
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Introducción
INTRODUCCIÓN
En este último eje estimado estudiante, usted podrá plantear opciones desde su
experiencia de vida en la generación de espacios donde la paz sea una constante
o por lo menos sea una realidad . Para esta meta, seamos un tanto optimistas y
hallemos dentro de la cotidianidad la inspiración suficiente para movilizar a las
comunidades a nuevas posibilidades, esas mismas comunidades que han pagado
un alto costo por la presencia del conflicto armado en sus territorios .
De allí que, la forma de observar la realidad requiere de poseer un cúmulo
de esperanza que sea consistente con la consecución de la paz en el territorio
nacional . En esa lógica, los ciudadanos debemos ser sensibles ante los aportes a
ese gran objetivo, luego considerar que las responsabilidades son alcanzables en
la medida que notamos que los pequeños actos impactan de forma profunda en
la transformación social . Por ejemplo, cuando cedemos una silla a un pasajero
que tiene alguna condición especial o simplemente porque se nota el cansancio
en su rostro, la sensación al hacerlo es satisfactoria, como si hubiéramos rescatado a un desvalido en Ciudad Gótica . Así que las acciones que realicemos para
fomentar una sana convivencia tendrá como oportunidad el hacer bien a otros
y sentir gusto al hacerlo .
Con base en lo anterior, es oportuno referir que no se pretende fomentar actos
heroicos, al contrario, se intenta que al pensar en paz usted reflexione sobre
la oportunidad que tiene en sus manos de lograrla . Para ello, las expectativas,
sueños e ideas sobre mejorar el mundo, no son descabelladas, por el contrario,
son posibles . Pero no dejemos que el pensamiento se nuble ante un mundo aparentemente fantasioso, se debe tener en cuenta todas las caras de los planes
para no caer en la apatía, la negación o el absolutismo . De este modo, ejercer
la ciudadanía a cabalidad es la clave para fortalecer cualquier intento de crear
ambientes pacíficos .
Esta última afirmación, abre una ventana a las distintas formas de posicionarse
en un territorio, concibiendo la ciudadanía como un rol activo del ser humano en
la sociedad . En ese orden de ideas, la ciudadanía para la paz evoca la forma activa
de asumir un ejercicio pacífico desde la lógica colectiva que a grandes rasgos se
percibe como la expresión de la convivencia en términos del reconocimiento del
otro y la aceptación de su individualidad .
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71
INTRODUCCIÓN
De este modo, el eje intentará que usted revise cómo las víctimas del conflicto
han realizado, desde el ejercicio de la ciudadanía, contribuciones a sus comunidades y en general, haciendo énfasis en cómo se pasan las páginas dolorosas del
conflicto, donde ellos fueron invisibles por el silencio y la indiferencia del Estado
a asumir un rol protagónico que les permitirá ser reconocidos como afectados, a
su vez consolidar un discurso desde el perdón, la reconciliación y la continuación
de los proyectos de vida.
Instrucción
Para ampliar los ejemplos que
se abordarán en el eje, revise el
recurso Nube de palabras en la
página principal.
Estado
Es entendido desde la inclusión del territorio,
el poder y la población, por tanto, en esta
lógica, se hace necesario entender que la
responsabilidad con las víctimas es un ejercicio que atañe al gobierno de turno y la
población civil.
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En búsqueda
de la fuerza
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73
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños…
Fragmento de “No te rindas”, por Mario
Benedetti.
Desde que nacemos, los seres humanos
buscamos hallar sentido a nuestra existencia, por ello, cada paso que damos se
da manera intencionada, aunque existen
momentos que estos pasos no son tan firmes debido a circunstancias en muchos
casos adversas a nuestra voluntad, como
puede ser una guerra o una situación de
crisis biológica, social y/o política . De allí
que, la pregunta sobre la vida y su orden
rodean la incertidumbre, la angustia y en
algunos instantes la desesperanza .
En coherencia con lo anterior, es necesario revisar qué papel jugamos cada
uno de nosotros en la creación de
escenarios pacíficos, siendo insistentes en que la búsqueda por el sentido
atraviesa cada acto emitido. Para
esto, observaremos a continuación
cómo otros, desde su vulnerabilidad
o estado de indefensión; cuya condición ha sido impuesta por la guerra
absurda de nuestro país, pero que en
su afán de no dejarse convencer por
las categorías que hagamos de ellos,
han continuado con sus vidas y han
hecho de estas un ejemplo honroso a
seguir. Antes abordar algunos ejemplos, es importante hacer aclaraciones sobre aquellas capacidades que
poseemos los seres humanos para
hacer de lo horroroso un bello motivo
para continuar.
En primer lugar, rescatemos un concepto
que hace posible que los seres humanos
evolucionemos a pesar de la adversidad,
esta ha sido denominada resiliencia, “es
un término que proviene de la física y se
refiere a la capacidad de un material para
recobrar su forma después de haber estado
sometido a altas presiones” (López, 1996, p .
18) . Para mayor comprensión del concepto
en relación a la capacidad de la condición
humana, se entiende como aquella que permite que luego de las situaciones críticas,
de horror y de desazón, reconstruyamos un
proyecto de vida y nos movilicemos a cambiar esas sensaciones de malestar por sensaciones tendientes al bienestar y la calma .
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Para ahondar en el concepto de resiliencia a través de la experiencia de las víctimas, realice la actividad ¿Se puede disfrutar de la vida después de la tragedia?, en
la página principal del eje .
En ese ejercicio, la humanidad no ha
reparado en hacer posible lo imposible,
en dar un giro a su vida, cuando las circunstancias hacen que nos sintamos en el
infierno de volver a nacer a pesar de toda
idea negacionista de la vida y de todo aquel
vestigio de maldad e infortunio . En aras de
consolidar ideas que sean posteriormente
actos de valentía ante una realidad con
pocas opciones, la resiliencia funciona
como un caparazón que no esconde, que
no aguarda, que no invisibiliza, al contrario,
es un caparazón que hace al que lo usa
más fuerte, capaz y resistente a las ambigüedades del mundo . De este modo, la infinidad de formas que tome la vida posterior
a una tragedia, solo hace que reafirmemos
que el camino seguro es aquel que conduce
a la duda .
Antes de abordar de lleno el tema de la
resiliencia, tenemos que conocer algunos
antecedentes . Por ejemplo, en la Biblia,
Job se sobrepone a la pérdida de todos sus
bienes materiales; por ejemplo, la joven
Ana Frank, que logra continuar su desarrollo como adolescente durante la guerra
nazi hasta que la asesinan (Ángeles et ál,
1995) . Estos casos, aluden a la manera en
que la humanidad asume su situación, considerando los distintos aspectos de la vida,
como la paciencia, el amor adolescente y
la recuperación ante la pérdida material y
emocional, a su vez, nos recrean la resiliencia en su máxima expresión, teniendo en
cuenta que está disponible para usarse en
cualquier momento o situación .
Lectura recomendada
Para profundizar sobre el concepto
de resiliencia y sus características,
consulte la lectura en la página
principal del eje .
Resiliencia: definición, características y utilidad del concepto
Elisardo Becoña
Por otro lado, no se fije en las formas
diversas en que las personas que han vivido
historias dramáticas buscan alivio, siempre
y cuando permita convertirse en mejores
seres humanos y no recreen la violencia a
la que fueron sometidos . Revise este relato
y observe cómo las ideas religiosas pueden justificar la presencia de la pena que
nace de la pérdida de los seres queridos,
logrando que así no estemos de acuerdo,
veamos que la percepción de la tragedia
no significa lo mismo para todos los que
la experimentan . En esa lógica, los seres
humanos solo debemos escuchar y entender que el camino que una persona eligió o
le fue asignado puede ser comprendido de
la forma más sencilla y consistente con su
propio sistema de creencias .
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”
Si esto no hubiera pasado no estaría viviendo la misma historia,
pero sí otra diferente o quizás peor . Porque lo que le pasó a mi
papá y a mi mamá, eso ya iba a pasar y eso pues no, nadie podía
detener eso, solamente Dios . Pues si él murió era porque con eso
nació y que así tenía que morir y eso tenía que pasar en el pueblo
(Bellavista, 2003, citado por Bello, et ál; 2005, p . 153) .
De acuerdo con todo lo ya señalado,
veamos cómo lo hacen varios sujetos en
nuestra sociedad, solo así entenderemos
que las personas acuden a estrategias
de afrontamiento que mitiga los recuerdos dolorosos, resignificando los valores y
dando cabida a los eventos sucedidos en
su historia de vida .
Para poner en práctica lo aprendido
sobre el tema, realice en la página principal
del eje, la actividad “La bondad que habita
en otros” .
Mientras la vida pasa, ¿qué pasa
con Bojayá?
Uno de los lugares del país que ha sufrido
de manera significativa la violencia y conflicto interno, ha sido Bojayá en el Chocó .
Este lugar ha conocido la desidia y el ultraje
en sus peores presentaciones, es memorable la masacre que tuvo lugar el 2 de mayo
de 2002 cuando tres cilindros bombas arrojados por el Bloque 58 de las Farc (Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia),
como respuesta ante los enfrentamientos
de esta guerrilla con movimientos paramilitares, cobró la vida de un número importante de habitantes del lugar que nada
tenían que ver con aquel conflicto pero que
se convirtieron en los receptores de odio y
disputas .
Posterior a esta forma vil de operar
en la guerra, la población civil, no
solo vio morir a sus familiares y ver el
lugar en qué nacieron, construyeron
sus familias y a la par un proyecto
de vida, se convertía ante sus ojos
en un lugar apocalíptico; también se
dieron cuenta de la resistencia de sus
espíritus y la fortaleza de sus corazones para dejar a un lado los despojos
humanos y caminar ante la búsqueda
de ayuda y de salvaguarda.
Esta población se muestra como ejemplo, por la manera en que han hecho de
la tragedia un pretexto para contar como
la vida sigue y la memoria de sus muertos permanece . En ese sentido, es importante referir que las mujeres asumen un rol
antes de la tragedia y posterior a la misma,
caracterizado por el fomento de algunas
tradiciones que corresponden a su sistema
de creencias . Caso explícito es el de las cantadoras, quienes con sus cantos honran y
celebran la muerte y la vida, cuando las
escuchamos es inevitable contagiarnos de
su sentir e incluso emular sus sonidos, lo
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cual en un momento dado permite la expulsión del dolor, la ausencia y el abandono a
los cuales fueron sometidas .
Se hace alusión a sus cantos, ya que estos hacen parte de la tradición oral de la región,
y a través de estos han contribuido a narrar la historia de sus coterráneos, es por ello;
que la continuidad y el eco que a nivel nacional ha tomado esta como forma de aliviar
el dolor, se ha puesto a favor de la población civil, ya que nos ha permitido conocer el
impacto de la guerra y la posibilidad de renacer fortalecido tal cual ave fénix .
Al leer testimonios de las víctimas de la masacre, es fácil encontrar el
reclamo que hizo la población de Bojayá, va más allá del cese del conflicto, tiene que ver con lo arrebatado simbólicamente, por ejemplo, no
poder hacer un ritual para rendir tributo a la vida de los que perecieron .
Esta acción incluso se interpreta como aún más salvaje que la muerte
en sí misma, debido a que más allá de la vida material, el paso a otro
estado que mejorará las condiciones con las que se vivió, fue silenciado
por los estallidos de las bombas sistemáticamente colocadas .
Es de este modo, que en la época actual se acuda a los cantos para hacer lo que en su
momento no se pudo hacer . Para entender mejor lo que aquí se hace evidente, leamos
lo siguiente:
”
En las mañanas y tardes y atardeceres y noches siguientes, los hijos del
Atrato, con los nervios en punta, sentían que sus muertos no se encontraban en paz . Los velorios, el novenario, los alabaos, las oraciones, los adulatorios y los responsorios, rituales propios de los negros, se habían quedado
sin realizar . Las cantadoras, sobre todo, sabían más que nadie lo que significaba pasar por alto esos protocolos mortuorios . Los 48 niños masacrados,
por otra parte, se habían quedado sin el “gualí”, esa costumbre africana
conocida también como “chigualo”, en la que el cuerpo sin vida del pequeño es alzado de mano en mano mientras se canta, se baila y se juega con
él” . Era así como las comunidades negras festejaban al niño que, muerto, se
escapaba de la esclavitud . Ahora, no habían tenido la ocasión de festejarlos
por haberse librado del infierno de la guerra (Arocha, 2007) .
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Este texto, nos devela la culpa que se
expía en los cantos de las cantadoras de
Bojayá, en explícita contraprestación al
abandono a sus creencias por la masacre,
sin embargo, se expone la necesidad de
retornar a ese momento originario de sus
ancestros, promoviendo a la vez, la emergencia de construir su pueblo con lo que les
queda. Este ejemplo se trae a colación, ya
que hacer del arte o de cualquier expresión
cultural, un regocijo ante la tragedia, da la
posibilidad para sanar las heridas causadas
y dar un lugar a aquellos que fueron cegados de esta opción. Hacer de una situación
deshonrosa como humanos, acciones que
permitan solidarizarnos ante el sufrimiento
del otro, nos hace pensar que vale la pena
hacer lo indecible por la humanidad.
De igual manera, nos coloca en una posición propositiva, dado que, si una población
no responde con odio y venganza a pesar
de las difíciles circunstancias a las que
fueron sometidos, ¿Qué podríamos hacer
nosotros con nuestras propias tragedias?
¿Reforzaríamos acaso las tradiciones que
nos identifican como parte de la región en
la que nacimos? ¿Violentaríamos al otro
para que sufra lo que hemos sufrido? ¿Mostraríamos el daño que podemos proporcionar a otro para recobrar el control, del cual
fuimos desposeídos? Quizá estas preguntas
y otras más, ronden por nuestras mentes
inquietas de respuestas.
¡Recordemos que!
Tal vez, para muchos de nosotros este ejemplo de resiliencia no
evoque la definición dada por el concepto, pero observemos
que su interpretación puede dar cuenta de las estrategias
implementadas por los seres humanos para vivir de manera
adecuada una vida con tropiezos, para aniquilar al tiempo,
la huella indescifrable que deja la violencia en cualquiera de
las formas en que se presenta y para evolucionar hacia una
nación con paz. Para hacer notar lo ya referido, llevemos a
nuestra mente la imagen en Cartagena de estas mujeres al
unísono cantando en la firma del acuerdo final de paz, expusieron al público asistente como se puede ver a un victimario,
reclamar y luego perdonar.
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Cuando la ausencia es impulso
Diferentes son los rostros que han sufrido la violencia en el país, entre ellas, las viudas
han sido protagonistas del desamparo y de la ignominia . Estas mujeres han tenido que
replantear el curso de sus vidas, apoyándose en otras que han vivido lo mismo, para ser
comprendidas . Asumir compromisos que se pensaron en pareja y luego llevarlos a cabo
solas, hace que aumente la zozobra de perder en cualquier momento lo que se tiene . A
esta aseveración, se debe incluir el efecto que deja en las pérdidas humanas la forma
en que abandonaron el mundo, en el caso de las viudas del conflicto, la desgarradora
historia que existe en cada una de ellas, guardando entre sí un común denominador con
otras víctimas, la anulación de la libertad, la voluntad y el no control de las situaciones .
Detenernos ahora mismo a pensar en este grupo humano,
acude justamente a identificar el impacto del conflicto en todo
rol social, en cada papel que ejercemos al hacer parte de una
sociedad . Estas mujeres encarnan una realidad de la cual poco
hablamos pero que a diario incrementa las cifras de las víctimas
del conflicto . Esto trastoca la formación de familias, la esperanza en un futuro y el alcance del bienestar colectivo .
Ahora bien, con estas apreciaciones, observemos cómo se han organizado algunas de
estas mujeres para hacer frente a sus difíciles condiciones después del flagelo de la guerra .
Una de las organizaciones más representativas de esta población en el país es la Fundación de Mujeres Viudas por el Conflicto Armado (Funvida), ubicada en Nariño, zona
que ha sufrido por años los enfrentamientos armados entre los grupos subversivos y las
fuerzas militares . Esta organización nace a partir de la necesidad de generar procesos
de resiliencia colectiva, donde las mujeres vean en la construcción de escenarios de paz
la solución para acabar con el dolor y restituir su proyecto de vida .
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”
Comprender que a pesar del dolor es importante ayudar a otras mujeres
que han pasado el mismo momento y situación, ya en la unión con otras
compañeras . Poco a poco empezamos a ver los resultados; es decir, cuando se sienta al lado de una mujer que le ha pasado lo mismo uno se mira
y dice no soy la única, y eso ayuda a salir adelante a ver que detrás de uno
está la familia y hay que vivir por ellos y luchar por ellos entonces el factor
determinante fue eso, mirar el conflicto de cómo venía atacando a las mujeres y las mujeres para sobrevivir para sacar adelante a sus familias . Los
primeros años nos reuníamos cada mes, nosotras mismas aportábamos
para sus refrigerios y en la conversación se tocaban un tema en particular,
por ejemplo, autoestima, planificación familiar, etc . Si era un tema desconocido se buscaba la asesoría de alguien o de alguna institución, era algo
muy satisfactorio y agradable para todas las mujeres que participábamos
en esos espacios . Las reuniones mensuales no solo tenían que ver con las
actividades organizadas, también buscaban sentir el apoyo y la compañía
de las otras compañeras, no todo podía ser tristeza ni dolor, había que “sacarle tiempo a la sonrisa hasta para que las arrugas no se apoderaran de
nosotras . Lo más importante y satisfactorio es el servir, no cree que tener
las comodidades, un trabajo, salud, es bienestar pero no, lo más gratificante es servir, cuando usted mira a una mujer que se siente desamparada,
uno ve que están vivas porque caminan, comen, pero uno ve la mirada profundamente perdida, cuando una mira que llegan esa mujeres y les habla
del proyecto y ellas son a veces como ajenas, y empezamos a mirar que le
ponen atención a lo que se les habla y que asisten a la primera reunión y
miran el conglomerado y dicen “yo quiero” y se les sale una sonrisa y después ya empiezan a participar y luego son las que más hablan; eso para mí
es gratificante . Ahora nos reunimos para dar informes sobre las actividades
realizadas por la directiva; no solo por cumplir con los estatutos, sino también hasta por vernos, por acogernos, por sentirnos (Castillo, 2016, p . 83) .
Así como el testimonio de Soledad, existen
muchos que alimentan el espíritu de aquellos que han soportado el horror de la guerra .
Hallar en otros las mismas experiencias, las
mismas oportunidades y equiparar cómo
han salido de la oscuridad, es suficiente en
algunos casos; para hacer frente a la vida
como se va presentado . Con este ejemplo,
es sencillo anotar otras experiencias en otros
lugares donde el desdén del conflicto ha sido
similar al nuestro, recordemos a las madres
de la Plaza de Mayo en Argentina, quienes se
reúnen año tras año para honrar la memoria de sus hijos, desaparecidos, torturados
y muertos en la dictadura de Videla . Estas
mujeres lloran, nos hacen visible una historia aún latente y la solidaridad entre quienes
comparten el mismo dolor .
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Oda a la memoria
La víctima, más allá de la connotación
jurídica que le reconoce como sujeto violentado y con derecho a la reparación, es
la persona de rostro sufriente y de cuerpo
lacerado que revela la crueldad de los perpetradores y devela el mal y los quiebres
éticos de esta sociedad, incluyendo a sus
gobernantes y ciudadanos (GMH, 2013) .
En este acercamiento sobre lo que significa ser víctima, yace la necesidad de
replantear aquellas características que
atan al sujeto violentado a la minusvalía,
dado que subestiman la potencia de ser que
poseen estos ante la forma como manejan
el dolor, la frustración y la impotencia . Por
ello, la víctima puede haber sido expuesta
a las más terribles circunstancias y aun
así negarse a asumir un rol pasivo ante la
dificultad, o dejar que la violencia domine
todas las esferas de su vida . Por tanto, la
víctima habitualmente o por lo menos las
que han vivido el conflicto interno colombiano, son conscientes del problema que
recrea no avanzar al siguiente paso, por
ello, cualquier medio que permita redefinir
el sentido de la existencia es válido .
En ese orden de ideas, acudir a la memoria y evocar el recuerdo de quienes partieron de forma abrupta, se convierte en
aliciente para vivir de manera armoniosa
en un país con tendencia a olvidar rápidamente . Para ser más precisos, el ejercicio
de acudir a la memoria, brinda la posibilidad de ver con otros ojos la realidad que
circunda un territorio, desde la mirada de
quienes presenciaron cada historia, se hace
necesario para eventualmente perdonar y
aceptar su nueva condición .
Desde estas consideraciones, es coherente encontrar que algunas naciones que han contado con guerras de larga data, acudan a los museos
hechos por las mismas víctimas para connotar el impacto de la guerra y
contribuir a la reconstrucción de los hechos en aras de la no repetición .
Colombia no es la excepción, el intento de hacer de la memoria un campo
furtivo para enseñar a las siguientes generaciones los actos que no se
deben hacer bajo ninguna idea ni política, ni religiosa, ni social . Además,
existe el reclamo de las víctimas bien fundado sobre la reparación simbólica, no se trata solo de ser visibles ante la realidad colombiana sino
el deber que tenemos a nivel general de no olvidar para no hacer en un
momento dado, lo mismo .
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En coherencia, es pertinente aludir a las
palabras de Ricoeur:
”
Reconocer el derecho de las
víctimas además de ser una
obligación del Estado, se constituye en una oportunidad para
que se sienten las bases de una
sociedad democrática, que no
puede prescindir de la lucha
contra la impunidad y la búsqueda de justicia, pues “es la
justicia la que, al extraer de los
recuerdos traumatizantes su
valor ejemplar, transforma la
memoria en proyecto; y es este
mismo proyecto de justicia el
que da al deber de la memoria
la forma del futuro y del imperativo (2004, p. 119).
Este ejercicio se anida en la valía que dan
las víctimas al encontrar sosiego en actos
que, si bien no borrarán las heridas, sí dará
la opción de llevar una carga más ligera
para reconstruir la vida en la mejor de sus
versiones. Además, responsabiliza a todos
lo que conformamos el Estado, en la tarea
de reconocer lo sucedido y dar un lugar a
aquellos que se les negó la posibilidad de
reclamar o siquiera se les contará como
víctimas del conflicto.
Para hacer más natural la experiencia
de crear estos museos, las unidades que se
encargan de la reconstrucción de memoria
en cada país involucran a las víctimas del
conflicto, pues no hay nada más cercano
al esbozo de una situación que contar con
la versión de quienes las han vivido directamente. Estas aportan las fotos de sus seres
queridos y con ellas las historias de vida
encriptadas en una imagen que evoca toda
clase de sensaciones. En complemento,
estos museos permiten que todo aquel que
quiera ahondar un poco más sobre ciertos
hechos que tuvieron lugar en sitios que no
nos enseñaron que existían en el colegio,
porque saber más de lo que nos pertenece,
lo bueno y lo malo nos hará más fácil la
labor de asumimos como compatriotas. De
igual manera, permitirá que comprendamos que ser violentado y elaborar duelos
hace parte de la cotidianidad de las víctimas y de la manera en cómo se preparan
para emitir actos de paz y reconciliarse no
únicamente con los victimarios si es posible,
sino con su propia existencia.
De allí que, una manera de hacer la
paz implica implementar medidas
que provean a otros del conocimiento
sobre situaciones que marcaron la
historia del país. A su vez, considerar que en esencia somos la misma
piel, reconocer en otro una parte de
sí mismo constituye el ejercicio más
loable y certero para buscar la sana
convivencia, donde la diferencia sea
el matiz que hace más placentera las
relaciones humanas.
Duelos
Reacción de pérdida de un ser amado o una abstracción
equivalente. El término “duelo” viene del latín dolus (dolor) y
es la respuesta emotiva natural a la pérdida de alguien o de
algo. Se manifiesta en el proceso de reacciones personales
que siguen a una separación o a cualquier tipo de pérdida.
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Creando posibilidades de paz mediante el uso
de la libertad
“La libertad, Sancho, es uno de
los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos; con ella
no pueden igualarse los tesoros que
encierran la tierra y el mar: por la
libertad, así como por la honra, se
puede y debe aventurar la vida” .
Miguel de Cervantes Saavedra .
Figura 1 . Don Quijote y Sancho Panza
Fuente:Shutterstock/306068654
El arte se ha convertido, a través de la
historia de la humanidad, en la forma más
elevada de la existencia para expresar las
pasiones humanas, pasando desde los sentimientos más nobles como el amor y el
deseo, hasta el odio, la violencia y la venganza . De allí que muchas víctimas tomen
esta opción como la más viable para clamar justicia, hacer el bien y hablar de lo
que no se puede en el día a día .
En ese escenario, la oportunidad que
tienen los actores de fungir como víctima
o victimario, corresponde a la realidad
fielmente, donde algunos sujetos que dan
forma a la guerra cumplieron con los dos
roles, por ejemplo, el guerrillero que fue
obligado a engrosar las filas de la subversión . De este modo, podríamos considerar
un fragmento de lo referido por Martha
Taffalla, filósofa de la Universidad Autónoma de Barcelona en su revisión de la
obra de Theodor Adorno:
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”
Si algo nos une, y por ello la ética es universal, es que todos somos siempre igualmente víctimas potenciales de la violencia. Todos somos, antes de cualquier otra
cosa, un cuerpo frágil, alguien que puede perder su autonomía y su racionalidad
bajo la violencia ajena. La fragilidad de nuestro cuerpo es la fragilidad de nuestra
identidad y nuestro sentido de moralidad…Y, sin embargo, mientras la posibilidad
nos abraza a todos como permanente amenaza universal, la realidad nos distingue. Todos podrían serlo, pero unos son los afectados y otros no, unos mueren y
otros sobreviven. La humanidad está unida y a la vez quebrada en un miedo compartido, en la solidaridad con los hundidos, pero también en el deseo de supervivencia que nos concede alivio cuando es el otro el que muere. El miedo nos une,
pero el dolor se vive solo (Taffalla, 2003, p. 147).
Desde allí, pensemos que lo importante
al crear ambientes pacíficos, si es posible
hacer planes para conseguirlos, es tener
plena consciencia de la forma en que cada
uno de los que vive el conflicto, se contamina del él y le corresponde aceptar un rol,
que en cuyo caso puede convertirnos en el
villano o en el héroe.
Acudir a este tipo de actividades para
promocionar la paz como único camino a
la construcción de un nuevo proyecto de
país, subyace de la incoherencia que tienen
las pugnas entre bandos, de la poca solidez
de los argumentos por continuar con actos
inhumanos y desaprender la agresión y la
retaliación para solucionar los conflictos.
Instrucción
Ahora estimado estudiante,
es su turno. Piense, analice y
ponga en práctica esas ideas
que hacen de una acción
desinteresada el cobijo que
necesita alguien más para
su propia historia. Para ello,
realice la actividad evaluativa del eje.
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Esta obra se terminó de editar en el mes de Septiembre 2018
Tipografá BrownStd Light, 12 puntos
Bogotá D.C,-Colombia.