Según relatan mis padres, a los dos años empecé a
articular ciertas frases completas en cuanto a su
racionalidad aunque incompletas en cuanto a su
expresión fonética. Cerca de los cuatro años logré
ponerme de pies por mi propia cuenta y comencé a
caminar agarrándome de las paredes.
Carlos Enrique Vázquez Moreno
El Diagnóstico
En cuanto a mi desarrollo intelectual, quizá por la
especial dedicación de mi padre hacia mí, fue más
rápido incluso que lo normal. No sé si sea creíble
para la mayoría de las personas, el hecho de que
aprendí a leer antes de aprender a escribir y por mi
cuenta desde los cinco a seis años. Trataré de
explicar el mecanismo que a mi juicio, permitió esto.
Mi padre al ver que me divertía muy poco y además
me hacía daño con los juegos físicos opto por traer
revistas de cómics (Batman, Superman, Tarzán, etc.)
para leérmelas. Creo que fui memorizando ciertas
palabras y asociándolas con los dibujos, a la vez que
preguntando el significado de las palabras
desconocidas. Probablemente fui aprendiendo la
forma de las letras sin aprender a hacerlas, es decir;
en su contenido abstracto.
Mi problema físico tiene que ver con una lesión
causada en los centros psicomotores del cerebro,1
durante el parto, debido a cierto grado de negligencia
del médico.
Se me detectó el problema muy tempranamente
debido a que durante el primer mes, no paraba de
llorar día y noche. Sin embargo, los diagnósticos
médicos no eran correctos y a veces eran
contradictorios y aún pecaban de subjetivismo2. No
obstante, a los diez meses, ya se me diagnosticó
correctamente como un paciente con problemas de
atetosis. Esto indujo al médico a recomendar que un
clima caliente era mucho más beneficioso para mi
desarrollo físico. Según mi opinión, no creía que
podía darse en mí un desarrollo intelectual mínimo.
Esto lo pude comprobar casi 25 años después por la
sorpresa que le causó saber que era universitario.
Siguiendo esta prescripción y por motivos de trabajo,
mi familia se mudó a Esmeraldas.
Posteriormente ingresé en una escuela, pero
lamentablemente se murió la maestra a los dos
meses. Como no querían recibirme en otras escuelas,
bajo una serie de argumentos, mi padre contrató a un
profesor particular para que me de clases, después,
logró que se hicieran válidos estos estudios, por
medio de un examen anual frente a un funcionario de
la Dirección de Educación. Así recibí toda la
educación primaria.
Infancia
El clima, el mar, la arena, produjeron un gran
fortalecimiento de mis músculos y huesos, y los
diagnósticos que no podría ni siquiera sentarme,
fueron cayendo frente a la realidad.
Adolescencia
Entre los once y doce años tuve una crisis en el
aspecto físico que me tuvo en cama, y sin poder
caminar por cerca de dos meses. Por esto, y por
consejo de un médico amigo estuve unos 8 meses en
Quito en rehabilitación en el Hospital Baca Ortiz y
luego en el Seguro Social. Esto motivó un abandono
parcial de los estudios, por los continuos viajes a
Quito.
En Guayaquil en 1963, tuve mi primer encuentro con
la rehabilitación con la que realicé enormes progresos
en el aspecto físico.
1
Específicamente en aquellos que gobiernan la
coordinación de los movimientos de locomoción y
prensión. Esto pudo deberse a una falta de oxígeno en
el cerebro por demora en el parto o a presiones y/o
tensiones excesivas efectuadas, durante el parto, sobre
la zona cerebral que controla dichas funciones. En todo
caso, no se afectaron funciones superiores ni
sensitivas.
Fue en la etapa adolescente en donde se manifestó en
toda su magnitud el problema psicológico de creerme
inferior, diferente, impotente para superar el
problema físico, que si bien había tenido ciertas
expresiones en la infancia, éstas no se dieron en
forma racional, pensada, como ocurrió en la
adolescencia.
2
Uno de ellos señalaba, por ejemplo, que el niño es
demasiado mimado y caprichoso, por eso llora, lo que
necesita es una buena nalgada y ya.
Quizá esto se deba a que la sobreprotección paterna
que es explicable pero no justificable; creó en mí una
1
Experiencia personal
cortina protectora contra un medio que puede
considerarse como hostil (sea por los prejuicios
sociales, por la ignorancia; etc.); sin embargo, esta
capa protectora se torna insuficiente y hasta se vuelve
un freno al desarrollo del individuo con problemas
físicos, pues se va creando una relación de
dependencia que es muy difícil y dolorosa de
romper.3
no era más que un asilo para niños y jóvenes con
problemas físicos y mentales, que lo único que podía
brindarme en el aspecto físico era igual terapia física
que la que tenía en Quito. Por otra parte, el
alejamiento de mi familia, provocó un choque
emocional muy fuerte y doloroso, pero me ayudó a
madurar, a romper esa dependencia y a ir creando
una personalidad fuerte, tenaz.
Decía que esta protección se vuelve inoperante
porque el medio entra en contacto mucho más directo
con el individuo, surgen nuevas inquietudes; esta
contradicción que provoca problemas en las
personas, que podemos llamar entre comillas
"normales", se agudiza en los jóvenes con problemas
físicos, al comprender que están viviendo una
realidad diferente de la de sus hermanos (en mi caso
por ejemplo), lo que les lleva a interrogarse el por
qué de esta diferencia, (por qué su cuerpo funciona
distinto, por qué le miran con mofa, desprecio o
lástima). Esto significó que dejara de estudiar por
cerca de dos años, durante los que estuve
autorrecluido en mi casa, con un genio insoportable,
aprovechándome en demasía de la protección de mi
padre para recibir un trato especial, lleno de
privilegios; lo que provocaba continuos roces con
mis hermanos y aún entre mis padres. En esta etapa,
pienso que la actitud de mi familia toda, pese a los
problemas que le daba, fue fundamental para superar
en parte este problema psicológico, ya sea
incentivándome a salir de la casa por mil formas, con
su cariño, con su comprensión e incluso con sus
regaños.
Comprendí que si estaba allí, no podía seguir
lamentándome, debía aprovechar de alguna forma
esta nueva experiencia y creí que el campo más
propicio era el intelectual, el cultural.
Aún en este campo se presentaron obstáculos
iniciales, pues, el poco conocimiento de los europeos
sobre la realidad latinoamericana, hizo que la
evaluación del psicólogo del instituto sobre mi
capacidad intelectual, resultara errada.
Esta
evaluación estuvo basada en ciertos dibujos hechos
por mi, a sugerencia del psicólogo; así cuando me
señaló que dibujara una casa, la hice, pero en la
ladera de una colina, cosa por demás común en el
Ecuador y en Esmeraldas. Esto motivó que se me
califique con cierto retraso mental y se me ubique en
un nivel de quinto grado de escuela.
Pero los profesores, captando mi verdadera capacidad
intelectual, me trasladaron a primer curso y, para no
alargar más, hice los tres años del ciclo diversificado
en un solo año lectivo y se me designó mejor alumno
de la "Scuola Media di Treviso" que contaba con más
de 2.000 alumnos. Además, mi examen de italiano,
una composición en prosa, se publicó en un diario de
la ciudad de Treviso.
Italia: fe, desilusión y superación
Es absolutamente necesario que mencione que el
cariño y la estimación brindada por mis compañeras,
mis amigos y mis maestros en Italia hizo más fácil y
fructífera mi estadía en ese país, así como me
impulsó a superarme en forma continua.
A los quince años aprovechando su amistad con los
misioneros Combonianos, mi padre, logra enviarme a
Italia, al Instituto "Piccolo Rifugio". Esto significó
para mí, una esperanza, una puerta que se abría, algo
dinamizador; sin embargo, lo que pensaba que era
una posibilidad de curación, se convirtió en una
profunda desilusión cuando constaté que el instituto
Descubrir el amor al pueblo
Al regresar de Italia, sufrí una nueva depresión que,
sin embargo, fue superada con la ayuda de un amigo,
el cual me indujo a entrar en un colegio nocturno que
él dirigía. Cabe indicar que acudí al Colegio
Nacional Nocturno "UNE", no muy a gusto y con
bastantes temores, por la sencilla razón de que con
excepción de mi fugaz experiencia en mi primer
grado, no había estado en un establecimiento
educacional "normal". Pues en Italia, si bien el
centro educacional del instituto Piccolo Rifugio
dependía de la Scuola Media di Treviso, sus
actividades se desarrollaban al interior del instituto,
tan es así que solamente para los exámenes del tercer
3
Que esto no se tome de ninguna manera como un
sentimiento de resentimiento hacia mis padres, a
quienes amo entrañablemente y agradezco infinitamente
todo lo que han realizado por mí. De lo que se trata es
de alertar a los padres de niños con problemas, para
que no traten de que sus hijos vivan en burbujas de
cristal con lechos de algodón, ya que el mundo, la
realidad que ellos tratan de alejar de la vida de "sus"
niños, por considerarla hostil y cruel, tarde o temprano
tendrá que ser enfrentada por estos pequeños. Y claro,
es hostil y despiadada, pero también es sensaciones,
sentimientos, ilusiones, amor; en suma un maravilloso
conjunto de emociones con signo ambivalente que a
ningún ser humano debe negársele conocer.
2
Carlos Enrique Vázquez Moreno
curso, asistí a dicho establecimiento.
en la universidad de Cuenca sino en Quito, mas, en
esa ciudad no tenía donde vivir porque no tenía
familia. Entonces, le pedí a mi hermana que ya
residía en Cuenca, que me matricule en Economía,
resultado de una selección al azar. Con el tiempo
terminé agradeciendo este resultado.
Mi entrada al colegio UNE, se topó con ciertas trabas
burocráticas por parte del Ministerio de Educación
que se negó a revalidar mis estudios en Italia, por lo
que tuve que volver a estudiar desde el tercer año.
Las dudas sobre mi capacidad intelectual, que
volvieron a hacerse presentes incluso en mi amigo
(que veía, mi entrada al colegio, más como una
terapia psicológica que como una experiencia
académica), fueron desapareciendo conforme me iba
relacionando con mis compañeros, mis compañeras,
que me dieron siempre su solidaridad, su afecto y su
amistad; y con los profesores que, en los exámenes,
constataban, a pesar de mi pésima letra, no estaba
incapacitado en el terreno intelectual.4
Por otra parte, la vida de Cuenca me parecía triste,
aburrida frente al espíritu alegre de Esmeraldas, lo
que quizás se debía a que no tenía otros incentivos
más que los estudios, al principio de mi estadía en esa
ciudad.
Creo que ambos problemas fueron
superándose en la práctica, conforme se ha ido
modificando mi existencia, transformándose y
ampliándose mis intereses.
Pienso que hubo tres factores fundamentales en lo
que considero mi éxito como persona en el plano
académico: el primero es la amistad de mis
compañeros y el apoyo total, activo de mi familia. El
segundo, mi rebeldía y voluntad de no dejarme
vencer frente cualquier factor adverso. Tercero, la
militancia política que me dio una fuerte disciplina y
me provocó una seguridad en todos mis actos que
nunca había tenido antes. La lucha por el pueblo, por
un sistema justo, me hizo más fuerte,
emocionalmente estable, reafirmando mi voluntad de
lucha y mi total fe en el ser humano.
La experiencia en el colegio UNE, fue así mismo, un
primer contacto con el pueblo, con su realidad, con su
miseria económica y con su gran riqueza espiritual.
Era un pueblo que desconocía y despreciaba por mi
educación elitista y mi extracción de clase. Pero este
pueblo, que se expresaba en mis compañeros, fue
compenetrándose en mí, dándose a conocer en la
totalidad de su realidad, me fue enseñando a
respetarlo y a amarlo.
En el colegio obtuve varios logros académicos: mejor
alumno del tercero a sexto curso, medalla de oro al
mejor Bachiller de mi promoción, premios en
concursos de poesía, etc. Esto es lo que me dio un
considerable prestigio no sólo a nivel de colegio sino
también a nivel de la ciudad. Mas lo mejor que pude
obtener fue la amistad sincera de mucha gente,
profesores, compañeros, etc. que siempre me
ayudaron y me impulsaron. Tanto, que la fiesta de mi
grado se convirtió en fiesta del colegio. De aquí surge
mi fe absoluta e inquebrantable en la humanidad.
En lo académico mi éxito se expresa en haber
logrado el título de Economista con excelentes
calificaciones; en lo humano se explica en el hecho
de haber logrado un poco de reconocimiento en mi
trabajo. Reconocimiento que se expresa en haber sido
recomendado por el Instituto de Investigaciones
Sociales de la Universidad de Cuenca para estudiar la
maestría en Economía que ofrecía la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Ecuador
en la ciudad de Quito.
La Universidad
Un Nuevo Reto
En la Universidad, ya en Cuenca, el proceso fue más,
si le podemos llamar así, normal, pues mi experiencia
en el colegio me permitió madurar muchísimo,
superar ese complejo de inferioridad. Sólo tuve
problemas el primer año, donde por una parte, la
carrera de Economía, no era la que había escogido,
pero resulta que Biología, mi fascinación, no existía
Este testimonio estaría incompleto sin la vivencia de
la Maestría, pues, si bien en la experiencia en Italia,
rompí algunos lazos de dependencia con mi familia,
dadas las características del "Piccolo Rifugio", nunca
tuve que preocuparme por los quehaceres domésticos
como mantener limpio y en orden un departamento,
lavar y planchar mi ropa, preparar algunas comidas o
entrar a una tienda a comprar los alimentos y
artículos necesarios para mantener un hogar5. En
4
Merece mencionarse el caso de mi amigo, el rector del
colegio, que aún viendo mis calificaciones, pensaba que
no reflejaban la verdad; él creía que los profesores eran
demasiado benevolentes. Cuando le tocó dar clases en
mi curso, toda su opinión cambió.
5
Esto puede sonar absurdo para una persona
cualquiera, pero resultará sumamente comprensible
para aquellos que, incluso temporalmente, hayan tenido
3
Experiencia personal
Quito tuve que aprender a hacer todo esto, solo y sin
descuidar mis labores académicas en FLACSO ni mi
fisioterapia. Por tanto, aprendí a optimizar mi tiempo,
en esto me ayudó mucho la experiencia de mis
primeros meses de trabajo en el IDIS en Cuenca,
cuando aun no egresaba de la facultad de Economía y
vivía una intensa militancia política, lo que me obligó
a mantener un rígido y disciplinado horario de
trabajo.
Espero que este testimonio sirva para que los niños,
jóvenes y adultos con problemas físicos lo tomen, no
como un ejemplo ni mucho menos, sino como lo que
es, la experiencia de una persona que, como ellos,
tuvo y seguirá teniéndolos, mil problemas, pero que
con la ayuda de los demás y con fuerte voluntad de
lucha he tratado de superarlos, en unos casos, lo he
logrado; en otros, no. Pero la lucha sigue.
Aunque parezca paradójico, dada mi formación
académica, lo mas difícil de todo, resultó el manejo
de mi presupuesto, puesto que, era la primera vez en
mi vida que debía sobrevivir con una cantidad fija de
dinero, lo que significaba cambiar todos mis hábitos
de consumo, esto es, mientras en Cuenca destinaba
mi sueldo a comprarme ropa o a diversiones, en
Quito debía tener un fondo para el arriendo, un fondo
para la comida, y así sucesivamente para cada una de
las cosas que comprende lo cotidiano.
Experiencia de Trabajo y de Vida en el
Banco del Estado
Cuando se empieza a hablar de su lugar de trabajo,
especialmente si se trata de una entidad como el
Banco del Estado, generalmente la gente piensa en
éste como un sitio donde la persona está siempre
entre documentos importantes, cálculos económicos,
proyectos a ejecutarse y graves e importantes
problemas del desarrollo nacional a resolverse. Esto
es cierto. Pero tal vez muy pocas personas,
reflexionen sobre el hecho que, es en el lugar de
trabajo, donde los seres humanos pasan la mayor
parte del tiempo de su vida. Es, en esta perspectiva
que voy a tratar sobre mi última experiencia de
trabajo.
Nuevamente hube de enfrentar al fantasma de la duda
sobre mi capacidad intelectual, duda que, igual que
antes, sucumbió gracias a una práctica de humildad y
estudio que dio excelentes resultados, tanto en el
terreno académico, cuanto en lo humano, donde
coseché muchas amistades.
Dada la conocida crisis universitaria, no fue posible
mi reintegración a mi antiguo puesto de trabajo en la
Universidad de Cuenca, luego de haber estudiado la
Maestría en Economía en FLACSO. Como en
Cuenca no tuve mayor suerte, decidí buscar
oportunidades de trabajo en Quito. Esta ciudad posee
un mercado de trabajo muy competitivo a todo nivel,
es por tanto difícil para cualquier profesional
encontrar empleo. Es por demás obvio que para una
persona, con lo que se conoce como discapacidad, le
sea mucho más complicada esta tarea. La formación
y la tenacidad adquiridas me permitieron soportar
meses duros entre trabajos ocasionales y el
desempleo. Sin embargo, nunca faltaron los amigos
que me dieron su apoyo y su ayuda. Fue
precisamente uno de estos amigos, el que presentó mi
carpeta en el Banco del Estado.
Sin embargo, no faltaron los problemas.
Efectivamente, estuve a punto de abandonar la
maestría por un problema emocional que me hizo
perder la concentración y el interés en los estudios.
La amistad y el apoyo de mis amigos, así como la
comprensión del coordinador de la maestría, me
permitieron avanzar y culminar con éxito el
postgrado. El signo ambivalente de esta experiencia
emocional se expresa en haber sido el período más
intenso y prolífico que he vivido en cuanto a la
creación tanto en el terreno literario, donde en menos
de un año produje más de lo que había escrito en los
tres años anteriores; cuanto en el campo de la pintura,
donde ocurrió algo parecido6.
La Maestría en Economía, me permitió avanzar hacia
la consecución de uno de mis sueños: estudiar un
doctorado. Este es el próximo reto.
De hecho, las dudas y temores sobre si, pese a mi
preparación académico - profesional, podría
desarrollar mi trabajo con eficiencia, no me
sorprendieron. No eran nada nuevo para mí. Es mas,
poniéndome a analizar objetivamente las cosas, es
lógico que las personas que no me conocen duden
que un hombre que se mueve con una aparentemente
grande impedimento, que posee fuertes dificultades
en su comunicación verbal, pudiese desarrollar un
trabajo como el que realizaba en el Banco, que era la
asesoría en el seguimiento y evaluación de proyectos
de inversión pública, donde se debía trabajar a diario,
problemas de comunicación.
6
No he querido incluir en este testimonio mis
experiencias emocionales con mujeres, porque pienso
que no interesa (aunque tal vez esté pecando de
egoísmo) a todas las personas con problemas físico,
v.gr. los niños; además de que es algo tan intrínseco e
intenso que merece otro tipo de trato y que, en parte, lo
recoge mi poesía. He mencionado esta última, por su
influencia en mi quehacer académico, cosa que nunca
había ocurrido, pero no es mi interés entrar en detalles.
4
Carlos Enrique Vázquez Moreno
a más que con los compañeros de oficina, con
consultores privados que poseen las más variadas
formaciones profesionales o realizar trabajo de
campo en las diferentes localidades del país,
laborando, por lo general, con gente muy joven.
Político, un poco más afín a mi formación académica.
Mi carácter extrovertido y jovial me facilitó en sumo
grado, ganar la amistad de mis compañeros de trabajo
y de los directivos del Banco. Por supuesto que no
todo fue fácil. Como en cualquier grupo una persona
extraña causa sentimientos disímiles, dispares y aún
contradictorios y más aún una persona de apariencia
tan extraña como el que escribe. Sentí sentimientos
de curiosidad, de rechazo a lo desconocido, de pena,
de solidaridad, de competitividad, etc. En la inmensa
mayoría de los casos estos sentimientos han dado
paso a sentimientos más "normales", si se puede usar
el término; de afecto, camaradería y amistad, donde
ya no se me trata como alguien especial sino como
uno más del grupo.
Cuando ingresé al Banco, sentí estas dudas a flor de
piel, tanto en mis compañeros como en los directivos.
Siendo perspicaz, podría atreverme a decir que esto
se reflejó en mi primer contrato, el cual a pesar de ser
conveniente en lo económico no aseguraba ninguna
estabilidad laboral dada su corta duración (seis
meses). Es justo indicar que la presentación de mi
experiencia y conocimientos por parte de mi amigo,
el Econ. Joaquín Paguay, ex-compañero en
FLACSO, fue indispensable en el proceso de
aceptación en el Banco.
Mi anhelo al ingresar al Banco fue tener un sitio
desde donde, aplicando mis conocimientos y mi
experiencia, pudiese aportar de alguna manera a las
soluciones a los problemas del desarrollo nacional y a
la satisfacción de las necesidades urgentes de nuestro
pueblo. Obviamente, como cualquier otro ser
humano, también me movía la necesidad de un
ingreso estable que garantice un vida digna.
La vida me ha hecho acostumbrarme a este tipo de
dudas y también a encontrar el camino para
superarlas. La estrategia a seguir fue muy simple: al
mismo tiempo que demostraba mi calidad profesional
me fui relacionando e integrando al grupo de trabajo.
En cuanto a lo profesional no tuve mayores
problemas ya que, pese a que toda mi formación
académica estaba orientada a la investigación
científica, luego de la Maestría trabajé como
consultor privado en proyectos de inversión pública
lo que me permitió adquirir experiencia y
conocimientos en las metodologías y paquetes
informáticos usados por el Banco. Esto fue disipando
las dudas y granjeándome el respeto en el grupo de
trabajo.
Pienso que he aprendido mucho en este trabajo, tanto
en lo profesional cuanto en lo humano. En lo
profesional, la práctica ha roto algunas concepciones
erradas sobre la realidad nacional, pero al mismo
tiempo ha confirmado y afirmado mis principios.
Además se ha cumplido con eficiencia y seriedad el
trabajo asignado. Esto, para mi, es motivo de sano
orgullo.
Luego de mi paso por el área de proyectos, cumplí
funciones dentro de la Gerencia Financiera, en el
área de Presupuesto y planificación financiera.
Llegué a esta área sin muchos conocimientos ni
experiencia, pues como ya se indicó, mi formación
académica no era de orientación empresarial, sino
mas bien tendiente a lo macro. Con esfuerzo,
paciencia y constancia, fui aprendiendo las prácticas,
los manejos y los secretos de esta, para mi, nueva
área de desarrollo profesional. Dentro del campo
específico del manejo presupuestario se ha logró,
con el acertado concurso de mis compañeros,
sistematizar mejor la formulación de la Proforma, se
desarrolló modelos de flujos de caja y de
proyecciones institucionales de largo plazo.
En lo humano, además de encontrar nuevos amigos
en mis compañeros de trabajo y en otras personas a lo
largo de todo el País, el sentir de cerca las
necesidades urgentes de nuestro pueblo, pero también
su solidaridad, su fuerza creadora y su fe en el futuro,
han afirmado mi voluntad de servirlo y mi fe en el ser
humano.
Estuve después en la Unidad de Estudios
Económicos y Financieros de fugaz existencia, para
pasar luego a la Gerencia de Riesgos, donde me
especialicé en Riesgo de Entorno Económico y
La capacidad de comunicarse con una persona
discapacitada, sobre todo si ésta tiene problemas de
lenguaje, depende mucho de la actitud asumida por
las personas sin discapacidad. Si éstas, a priori, se
Pienso que las personas e instituciones deberían tener
mayor fe en las capacidades y conocimientos de las
personas con cualquier nivel de discapacidad. Creo
que si una persona discapacitada presenta su
curriculum con los debidos sustentos, no se debe
dudar de la capacidad y la calidad profesional de esta
persona, únicamente por el hecho de ser diferente.
5
Experiencia personal
convencen de la imposibilidad de entablar una
comunicación, seguramente ésta no se dará. Por el
contrario, si las personas sin discapacidad, aceptan,
de entrada, la posibilidad de comunicación, aún
comprendiendo los problemas y dificultades que ésta
encierra, la comunicación se realizará, siendo más o
menos fluida dependiendo del grado de seguridad
que adquiera la persona discapacitada frente a sus
interlocutores.
recibimiento en Cuenca, mi ciudad natal, fue
extraordinario, prácticamente 11 cuadras ocupaba la
manifestación que me seguía, todas las escuelas e
institutos para gente especial estuvieron presentes.
Gente de toda condición se unió a la marcha.
Entonces, yo aproveché y di un discurso en pro de los
derechos humanos, de la diversidad y contra la
corrupción. Yo nunca había hablado en público, por
mi problema de fonética, pero en esa ocasión hablé
con tal convencimiento y firmeza que todo el mundo
me entendió y se emocionó hasta las lágrimas.
El cambio hacia una actitud positiva en el terreno de
la comunicación es una de las formas de facilitar la
convivencia con las personas con discapacidad ya
que esto hace más asequible su integración a la
sociedad y vencer el terrible sentimiento de
aislamiento.
Quedé muy mal parado económicamente, porque no
hubo el apoyo esperado pero creo que contribuí a
crear una nueva conciencia sobre las personas con
discapacidad en este país.
Por supuesto, que esto no significa que una persona,
por poseer una discapacidad, debe sentirse en el
derecho de que se le facilite todo. Para una persona
con discapacidad es un deber competir por un “lugar
en el mundo”, y si es posible debe destacarse más
que el promedio “normal”.
No contentos con esto, el año pasado, el par de locos
que somos mi esposa y yo, nos pidieron que
camináramos por los derechos de un pueblo llamado
Muisne en la costa del Pacífico, pueblo que está con
una pobreza extrema y en medio de una brutal
corrupción. Y lo hicimos. Esta vez no tuvimos ni
siquiera el apoyo de la policía para la escolta pero nos
acompañó un grupo de jóvenes y niños. Logramos
llegar a Esmeraldas, la capital de provincia y hacer
público un manifiesto contra la corrupción.
Triunfos, problemas y vivencias
He encontrado una compañera estable en mi vida, se
llama Edith, es tecnóloga médica y ha trabajado
muchos años con personas con discapacidad. El
trabajar con y para las personas con discapacidad, es,
para ella, una verdadera vocación. Hemos formado
una familia bastante original. Hemos vivido épocas
muy duras en los años que estamos juntos debido a
un problema de salud sumamente serio que sufrió mi
esposa; pero también hemos hecho cosas bastante
originales en el trabajo en favor de los derechos de
las personas con discapacidad.
Objetivos, Sueños y Esperanzas.
Si bien la Economía es mi campo profesional y mi
instrumento de sustento, mi vivencia, mi herencia y
mi formación cultural, hacen que mi verdadera
pasión sea el arte y muy especialmente la poesía y
la pintura. Casi siempre estoy escribiendo, si no es
poesía son ensayos, artículos o simplemente ideas.
Si encuentro el tiempo y la inspiración para pintar,
es como si me transportara a otro mundo.
Organizamos, en 1998, la Caminata de la Valentía,
una caminata desde Quito a Cuenca, es decir
cruzando todo el callejón andino de mi país, 575
kms., en 32 días. Caminé todo el trayecto sin hacer
trampa y desde el tercer día con una terrible tendinitis
en mi pierna derecha que hacía mas difícil y doloroso
el movimiento. Los militares que nos escoltaban me
pedían terminar la caminata, pero yo no desmayé por
más que el dolor era casi insoportable. Fue una
experiencia sumamente especial porque en cada
pueblo o ciudad que llegaba nos daban un excelente
recibimiento y la gente, en general, no solo las
personas con discapacidad se motivaban al máximo y
tomaba conciencia que las discapacidad no significa
incapacidad.
En este sentido, mis sueños se orientan a encontrar
ayuda para publicar mis poesías y buscar el apoyo
para escribir un libro de mi vida que sirva, para los
niños con discapacidad, no como ejemplo, sino como
un testimonio de lucha, triunfos y fracasos de una
persona, que como ellos, enfrenta problemas por ser
diferente. Esto exige dedicación, seriedad, recursos y
tiempo, cosas difíciles de dar si no se tiene seguridad
y estabilidad económica.
El doctorado. Verle los ojos a la muerte y
otras minucias.
Esto se convirtió en noticia nacional y aparecimos en
todos los canales de televisión y en los diarios de
provincia y aquellos de tiraje nacional. Bueno, el
6
Carlos Enrique Vázquez Moreno