Sobre LLuvia de Victoria De Stefano

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PAPEL LITERARIO, 2020

Conferencia dictada en el Acto de Entrega del Doctorado Honoris Causa en Letras a Victoria de Stefano, en la Universidad de los Andes (Merida, Venezuela), el 21 de noviembre de 2012.

2019

Victoria de Stefano (1940) is one of the most representative narrators of contemporary Venezuelan literature, and through her work she has unveiled a poetic of high aesthetic design, which distinguishes a deep refl ection on the act of writing, the relationships that the writer establishes with the collective and the tools that he uses to conceive his work, revealing, many times from the metafi ctional game, the individual experience of the Writer. Therefore, the present research proposal focuses on studying refl ection on the craft of writing present in the novel Lluvia (2002) of Victoria Stafano, for this, the metaphorical discourse analysis is used as a dialogic strategy that makes manifest the existing relationship between the domestic space and the creation process. The above is approached from the theoretical perspectives authors such as Lucien Dallenbach, Michel Foucault, Gerard Genette, Antonio Gil Gonzalez, Patricia Waugh and Catalina Gaspar.

GARGORIS, 11.Revista de Historia y Arqueología del Bajo Guadalquivir, 2017

Este artículo se ocupa de los avatares históricos de la Nao Victoria, protagonista de la Primera Vuelta al Mundo.

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art. 270 y siguientes del Código Penal).

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, 2019

Apasionado, irresistible, animal... El deseo, según el imaginario colectivo, es así. Y, por si eso no bastara, ¡ha de abducirnos a menudo! Lo prueban las películas que vemos, los libros que leemos, la publicidad que nos rodea... ¡La distorsionada hipersexualidad en que habitamos! Y lo asumimos. Tal cual. Sin cuestionarnos demasiado lo ilusorio de la creencia: deseo = impulso espontáneo e irrefrenable. No se piensa, no se programa, no es racional. El deseo ES. Con mayúsculas. Y no se acaba nunca. ¡Nunca! Sin embargo... Me escribe Cinta: «Se queja de mi falta de iniciativa y tiene razón, porque nunca tengo ganas. Cuando nos ponemos disfruto muchísimo, pero si él no me busca, me escaqueo. Ahora llevamos semanas en blanco, porque apenas lo intenta. Cada día me digo a mí misma, hoy voy a por él, pero luego... Temo por nuestra relación. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo despierto mi deseo?» Y me escribe Adela: «¡Mi vida sexual es un desastre! En mi mente soy toda pasión, pero a la hora de la verdad soy incapaz de decirle y hacerle todo lo morboso que se me ocurre. Desespero por ser más valiente y lanzada, pero me corto. ¡Es muy frustrante! Él me quiere, lo sé, pero le estoy fallando. He de hacer algo, pero ¿qué?» Julia y Luis. ¿Los recuerdas? Te conté lo suyo. Se habían conocido trabajando, se enamoraron, y los dejamos cuando se planteaban compartir techo. Eran perfectos el uno para el otro. Julia, tan indecisa y adorable; muchas nos vimos reflejadas en ella. Y él, ¿cómo resumir a Luis? ¿Te acuerdas de aquella primera noche de sexo, cuando se percató de que ella fingía? Fue un caballero y el mejor de los amantes: cuánto la hizo disfrutar... ¡y varias veces! ¡La de mujeres que me escribieron interesándose por él! Pero a Luis sólo le importaba Julia, y su pasión era totalmente correspondida, no podía ser de otra manera. Imposible que su historia fuera mal. ¡Imposible! Al menos, eso quise pensar: serían la excepción a la regla. ¿A quién no le gusta soñar con cuentos de princesitas y guiones a lo Pretty Woman? Pero claro, ¡esto no es Hollywood! Y pasa lo que pasa: la realidad de su convivencia acabó por imponerse. Retomemos su historia, quizá te recuerde la tuya; desde luego, se parece a la de muchas parejas. Va más o menos así. Julia y Luis se conocen, se gustan, y se desean. Se enamoran, son el uno para el otro, y se desean. Deciden no puedo estar sin ti, se juntan, y se desean. Hermoso. ¡Ya lo creo! Vivirlo, por lo menos una vez, es necesario. Pero ya sabes: él cruza el umbral con su chica en brazos y empieza la inevitable cuenta atrás. Nosotras, a efectos de no alargarnos demasiado, vamos a dar un salto en el tiempo. En concreto, cinco años, los cinco que llevan conviviendo bajo el mismo techo. Han cambiado algunas cosas, de esas que son significativas. Luis lleva un carrerón. Ha ascendido en dos ocasiones, y estudiasiempre está apuntado a algún posgrado-y trabaja duro porque quiere seguir escalando en su profesión. Corren tiempos difíciles y su empresa los está sufriendo, por lo que su objetivo de un próximo aumento está en modo pausa. Le hacía ilusión comprar una casita en la playa para disfrutarla con su mujer y su pequeña, pero tendrá que esperar. No se lamenta, algunos de sus amigos están con el agua al cuello; además, «mis chicas están bien y son lo primero». Julia, por su parte, ha dejado el trabajo. Considera suya la responsabilidad del cuidado de Sabela, su princesita de quince meses. Dice tenerlo muy claro, pero, a veces, sus comentarios evidencian cuánto añora su profesión y cuánto sufre por sentirse «atrapada»-son sus palabras-en su papel de mamá y ama de casa. Te seré sincera, durante esos bajones quejicosos se le nota cierta desilusión y cierto rencor hacia Luis. Le parece injusto «tener que sacrificarme más». A veces tengo que ponerme seria: «No te pases, Julia, ¡nadie te obligó!» Lo reconoce, sabe que tengo razón, pero no por ello deja de escocerle. Julia y Luis se quieren. De eso no cabe duda: se quieren mucho. Sin embargo, las cosas ya no son como eran... tampoco en la cama. Ya no piensan el uno en el otro a todas horas, y ya no se desean con lascivia. Él todavía la busca, no tanto como antes, pero sigue buscándola. Ella, nunca; es más, alguna vez se ha hecho la dormida para no tener que dar explicaciones. Es obvio que sexo practican, cierto que lo practican, pero sus encuentros ya no son de esos que pasan a la historia. Lo suyo es más rutinario. Sin emoción. Lo saben, ninguno de los dos es persona de engañarse a sí misma. Pero tanto Julia como Luis evitan pensar en ello: duele demasiado y da muchísimo miedo... ¿Y si es el principio del fin? Lo dicho. ¡Qué feo se ha vuelto el cuento de repente! ¿Qué les ha pasado? Si les preguntaras a ellos, no sabrían responderte. Probablemente, uno o ambos se quejarían, habría algún que otro reproche cruzado, tal vez algún dedo acusador y/o cierto victimismo, pero ninguno de los dos conseguiría explicarte, a ciencia cierta, lo ocurrido. Como tampoco lo logran la mayoría de las parejas inmersas en una situación parecida. ¿Cómo se puede ir de todo a casi nada en tan poco tiempo? ¿Cómo se puede caer tan en picado y tan deprisa? 1 Para descifrar qué pasa en el lecho conyugal hemos de fijarnos, primero, en cómo evoluciona la vida en común, pues ambas cuestiones van íntimamente ligadas. Basta observar a una pareja cualquiera para darse cuenta de que su relación cambia con el tiempo y eso, lógicamente, afecta lo que ocurre en su cama. Existe algo así como un modelo de cómo se desarrolla la convivencia, una ruta por la que pasamos todos, con mejor o peor fortuna. Arrojar luz sobre este proceso nos dará una visión más realista de lo ocurrido, o sea que lo vamos a intentar. Advertencia antes de empezar. Me es imposible personalizar este libro, es decir, lo que voy a contarte a partir de ahora no va a cuadrar milimétricamente con tu vivencia. He optado por explicarte lo que sigue cargando las tintas. Cuento con que vas a leerlo con cierta distancia y que decidirás por ti misma en qué te ves reflejada y en qué no ¡sin esconder la cabeza bajo el ala! Insisto: si te afecta (incomoda, molesta, perturba, espolea...) algo de lo que lees, es que allí estás tú. Tendrás que resolver qué hacer al respecto. Hecha la aclaración, ya podemos avanzar. Todo empieza con un rapto de locura. ¿A qué se parece si no la fase del enamoramiento? Cuando te hechizan no tocas de pies al suelo, levitas. No vives en la realidad, te montas un mundo paralelo. Tu objetividad está bajo mínimos, cuando no desvarías directamente. Y sólo vives por y para él. Brilla el sol, y lo ves a él. Caen chuzos de canto, y también lo ves. Te dedica un bonito poema, y nadie compone como él. La poesía es un pestiño insufrible, te suena a gloria: «Lo ha escrito él.» Él, él, él. Obsesivamente ¡él! ¡Anda que no estás con el tonto subido! Un caballero que, por cierto, tampoco es necesariamente muy real. perfecto empieza a anegarse en la rutina y las complicaciones de la vida cotidiana, léase, la carrera y/o el trabajo, la vida social, los compromisos familiares, las obligaciones varias, las aficiones... ¡y no te cuento si llega la cigüeña! No hay vuelta atrás: tu hombre va dejando de parecerse al príncipe del que te prendaste y empiezas a reparar en lo desteñido de su traje. Y, por supuesto, él, en lo deslucido del tuyo. 6 Cada día que pasa os alejáis un poco más de ese ideal «Tú eres yo. Yo soy tú. Somos uno». Es verdad que formáis una pareja, cierto que sí. Pero sois dos y lo estáis empezando a descubrir. ¡Dos personas diferentes!, con dos formas de pensar que no necesariamente van a coincidir siempre, con principios y valores tal vez distintos, con dos pasados que pesan y que empujan, con dos formas de entender la convivencia, con dos maneras de mirar, de amar, de sentir... De vivir. Tú eres tú. Yo soy yo. Y, por mucho que lo deseemos..., no somos uno. Si no reparasteis antes en vuestras diferencias es porque, al principio, ambos os esforzabais por agradaros mutuamente y hacíais lo imposible por eliminar cualquier obstáculo en la relación. Objetivo, por lo demás, fácil de lograr, porque está comprobado que en la fase de enamoramiento carecemos de espíritu crítico a la hora de evaluar al amado. 7 No digo, pues, que lo hicierais con doblez, ni mucho menos. Es probable que ni siquiera os dierais cuenta. El otro os interesaba de verdad, estabais pillados hasta la médula y queríais que la relación triunfase. ¡Y triunfó! Pero una vez conquistada la cima, ¿sólo nos queda bajar? √ carácter irascible √ irresponsabilidad √ infidelidad √ violencia psicológica √ violencia física... Añade todo lo que consideres que te distancia de él. ** ¿Quieres ver chocolates curiosos? Entra en http://chocolatefantasies.com/ warning.htm y en http://edibleanus.com/ Deseo Sylvia de Béjar No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal) Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47