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Espiritualidad Franciscana Seglar

La espiritualidad del franciscano seglar es un proyecto de vida centrado en la persona de Cristo y en su seguimiento, más que un programa pormenorizado para llevarlo a la práctica. (Const. OFS 9.1; cfr. Regla OFS 5). Esta presentación no pretende ser exhaustiva ni solamente teorética, sino más bien un conjunto de propuestas que surgen de mi experiencia como asistente espiritual general y de la reflexión sobre algunos conceptos fundamentales del tema que nos ocupa: la espiritualidad franciscana seglar. Espero que estas líneas sirvan para estimular la reflexión de cada uno de los participantes en este curso de formación y un renovado ímpetu por conocer y promover esta espiritualidad entre los hermanos y hermanas seglares y los jóvenes que quieren vivir el Evangelio en fraternidad inspirados por el santo de Asís.

Curso de Formación para Asistentes espirituales nacionales OFS-JuFra LA ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA SEGLAR Colegio Seráfico, Roma – 11 de noviembre de 2019 Fr. Amando Trujillo Cano, TOR La espiritualidad del franciscano seglar es un proyecto de vida centrado en la persona de Cristo y en su seguimiento, más que un programa pormenorizado para llevarlo a la práctica. (Const. OFS 9.1; cfr. Regla OFS 5). Introducción Esta presentación no pretende ser exhaustiva ni solamente teorética, sino más bien un conjunto de propuestas que surgen de mi experiencia como asistente espiritual general y de la reflexión sobre algunos conceptos fundamentales del tema que nos ocupa: la espiritualidad franciscana seglar. Espero que estas líneas sirvan para estimular la reflexión de cada uno de los participantes en este curso de formación y un renovado ímpetu por conocer y promover esta espiritualidad entre los hermanos y hermanas seglares y los jóvenes que quieren vivir el Evangelio en fraternidad inspirados por el santo de Asís. 1. ¿Qué entendemos por espiritualidad? A veces se dice que una persona es “muy espiritual” porque reza mucho o va con frecuencia a la Iglesia, sin tomar en cuenta otros aspectos de su vida, como el servicio y la caridad hacia el prójimo, la formación en la fe, la participación en la sociedad, etc. Aunque algunas de estos estereotipos se están superando en algunos ambientes, en otros todavía se piensa que la espiritualidad es un aspecto casi decorativo de la vida cristiana y/o algo reservado para los clérigos, religiosos y algunos laicos que no tienen mucho que hacer, etc. En realidad, el tema de la espiritualidad es muy amplio y sobrepasa los confines del pensamiento católico, cristiano y religioso. Baste decir ahora solo unas indicaciones sintéticas desde el punto de vista histórico y metodológico que habría que desarrollar extensamente si se quiere profundizar en el tema. En principio es importante distinguir entre las distintas acepciones de espiritualidad y la espiritualidad cristiana. 2. Aproximación antropológica de la espiritualidad El teólogo J. M. García afirma que desde una aproximación antropológica: “la espiritualidad se identifica con una determinada actitud del hombre al afrontar la finitud y la radicalidad de la existencia humana refiriéndose a ciertos valores profundos y vitales que lo animan a pensar, a sentir y a actuar. Incluso este modo de afrontar la vida podría contraponerse al mundo religioso y alejarse de las religiones conocidas como socio-históricas”1. Dentro de los ambientes que giran en torno al “hecho religioso” se han desarrollado la espiritualidad judía, musulmana, hindú, budista, etc. Sin embargo, el término espiritualidad ha también penetrado el ambiente de los agnósticos y ateos dando paso a las “espiritualidades laicas” cuya trascendencia se proyecta en el contexto horizontal y humanitario. La ampliación que en los últimos decenios ha tenido el concepto de espiritualidad responde a la necesidad profunda que tiene el ser humano de reencontrar 1 J. M. GARCÍA, Manual de teología espiritual. Epistemología e interdisciplinariedad, Salamanca, 2015, p. 48. y restablecer las relaciones que le permitan realizar su existencia en plenitud2. Es clásica la definición de espiritualidad acuñada por Hans Urs von Balthasar: la actitud fundamental, práctica y existencial de una persona. Tal actitud es consecuencia de la comprensión que una persona tiene de la existencia em el plano religioso, más específicamente en el plano ético y del compromiso concreto en la vida. Se trata, pues, de una sintonía efectiva y de pertenencia (habitual) que una persona realiza en su vida a partir de las perspectivas y decisiones últimas3. El Manual para la Asistencia de la OFS y de la JuFra (MAOJ), elaborado por la CAS y publicado en 2006, nos recuerda los diversos significados del término espiritualidad, desde diversos puntos de vista: La palabra espiritualidad, entre los diferentes significados, se usa para indicar ciertos estilos de vida cristiana que se conectan con las condiciones existenciales especificas (espiritualidad laical, sacerdotal, religiosa…) o con ciertas tradiciones espirituales (espiritualidad benedictina, franciscana…). Aquí se usa en ambos sentidos y por eso se habla de la espiritualidad seglar y franciscana (MAOJ, p. 37). 3. Espiritualidad cristiana Aunque la expresión spiritualitas animae existía en el ámbito filosófico latino, el concepto «espiritualidad» en su modalidad “abstracta” y en su aplicación teológico-pastoral cristiana se remonta a la época patrística. El término no se encuentra en la Biblia, pero sus contenidos son abordados con diversas orientaciones. San Pablo da al término spiritualis (pneumatikós) un sentido específico y preciso (cf. 1 Cor 15, 44-45; 3, 1-2)4. J. M. García desarrolla ulteriormente este concepto de forma tan sintética como precisa: En la síntesis paulina el pneumatikós, el «hombre espiritual» transformado, potenciado en el Espíritu de Dios y encaminado a la plenitud, se opone al sarkikós (carnal) y al psychikós (psíquico) para designar al hombre liberado de las pasiones, del egoísmo, del orgullo y de las «obras de la carne». Los dinamismos del Espíritu conducen al hombre espiritual a una orientación unitaria, la del agape, la de la fidelidad gozosa y magnánima (cf. Gal 5). La espiritualidad es entendida posteriormente por los Padres de la Iglesia como «vida según el Espíritu de Dios» y como «progresión abierta» a ulteriores realizaciones según la gracia del bautismo hasta la perspectiva escatológica. En este sentido la espiritualidad cristiana puede ser entendida como «apropiación personal de la fe» (W. Kasper) o como «palabra de Dios acogida en el acto de desarrollarse» (H. U. von Balthasar) o también como «vida del sujeto humano (individual y comunitario) orientado a Dios por medio de Cristo bajo la acción del Espíritu e inserto en la comunidad de creyentes, donde gracias a un carisma particular del Espíritu (personal y/o comunitario) vive su existencia teologal de fe, esperanza y caridad, como testimonio del don de Dios en el ambiente histórico, cultural y social en el que está inserido y actúa» (B.G. Iammarrone)5. En este sentido, es interesante recordar lo que el Papa Francisco señala en la Carta Encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de nuestra casa común (24.05.2015), respecto al «amor social» y su relación con la espiritualidad: El amor social es la clave de un auténtico desarrollo: «Para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social –a nivel político, 2 Cfr. GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 49-50. H. U. VON BALTHASAR, Spiritus creator, Brescia 1972, p. 237 (versión cast.: Spiritus creator, Madrid 2004), citado en GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 51. 4 Cfr. GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 52. 5 B.G. IAMMARRONE, La spiritualà francescana. Anima e contenuti. Una proposta cristiana di vita per il presente, Padova, 1993, p.13, citado en GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 53. 3 2 económico, cultural–, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción»6. En este marco, junto con la importancia de los pequeños gestos cotidianos, el amor social nos mueve a pensar en grandes estrategias que detengan eficazmente la degradación ambiental y alienten una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad. Cuando alguien reconoce el llamado de Dios a intervenir junto con los demás en estas dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica (Laudato si’ 231). 4. Evolución histórica de la teología espiritual Para una mejor compresión de la espiritualidad cristiana es necesario recordar que la teología espiritual ha evolucionado a lo largo de la historia a través de un camino multiforme y muy interesante. Esta presentación no pretende entrar en este vasto campo sino sólo invitar a profundizarlo para entender mejor el status actual de la espiritualidad cristiana. J. M. García distingue a grandes líneas los siguientes aspectos de dicha evolución7: ➢ La teología espiritual en el paso de la «sacra pagina» a la «sacra doctrina» ➢ La teología espiritual desde el siglo XIII hasta comienzos del siglo XX ➢ De la teología ascética y mística a la teología espiritual y a la teología de la experiencia cristiana ➢ Naturaleza y método de la teología de la experiencia espiritual cristiana ➢ Carácter interdisciplinar de la teología de la experiencia espiritual cristiana ➢ La experiencia espiritual cristiana ➢ La experiencia espiritual mística cristiana Hablando de los manuales y estudios monográficos recientes de teología espiritual, el mismo autor concluye que a partir de los años 90 algunas cuestiones (por ejemplo, la dimensión de la experiencia cristiana y la atención al crecimiento gradual y progresivo de la vida cristiana, así como la relación que existe entre experiencia cristiana y vida mística – teología de la mística) han adquirido relieve y centralidad en el estudio de la teología espiritual debido a una más viva conciencia de la historia, de la temporalidad y de la gradualidad de los procesos vitales8. Las reflexiones de diversos teólogos contemporáneos han contribuido a que los manuales de teología consideren «la vida vivida como su objeto de estudio y el concepto de experiencia espiritual como punto cardinal para captar la naturaleza de la teología espiritual y de la sistematización de sus contenidos en orden a su enseñanza»9. En este sentido, «la experiencia cristiana significa una realidad dada y acogida personalmente, es decir, misterio vivido, «experiencia vivida del misterio»10. J. M. García añade: «Un auténtico camino de fe cristiana es necesariamente una experiencia vivida en la que el objeto (fides quae) forma al sujeto (fides qua), es decir, el dato de la revelación es personalizado en el sujeto creyente»11. El mismo autor llega «a concluir que no es posible tener fe sin experiencia, que la fe requiere experiencia y que 6 CONSEJO PONTIFICIO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Librería Editrice Vaticana, 2005, 582. 7 Cfr. GARCÍA, Manual de teología espiritual. 8 GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 217. 9 GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 218. 10 Cfr. F. RUIZ SALVADOR, Le vie dello Spirito. Sintesi di teología spirituale, Bologna, 1999, p. 20, citado en GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 350. 11 GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 359. 3 está llamada a desarrollarse en experiencia, aunque también ésta es fruto de la fe, pasa a través de la fe y se desarrolla en el interior de la fe»12. 5. Espiritualidad de los fieles laicos Sobre la base de las premisas anteriores, se puede abordar ahora el tema específico de la espiritualidad de los fieles laicos. Para ello, se hará uso del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia13 (CDSI), publicado en 2004 por el Pontificio Consejo Justicia y Paz. El CDSI señala los elementos distintivos de esta espiritualidad: Los fieles laicos están llamados a cultivar una auténtica espiritualidad laical, que los regenere como hombres y mujeres nuevos, inmersos en el misterio de Dios e incorporados en la sociedad, santos y santificadores. Esta espiritualidad edifica el mundo según el Espíritu de Jesús: hace capaces de mirar más allá de la historia, sin alejarse de ella; de cultivar un amor apasionado por Dios, sin apartar la mirada de los hermanos, a quienes más bien se logra mirar como los ve el Señor y amar como Él los ama. Es una espiritualidad que rehúye tanto el espiritualismo intimista como el activismo social y sabe expresarse en una síntesis vital que confiere unidad, significado y esperanza a la existencia, por tantas y diversas razones contradictoria y fragmentada. Animados por esta espiritualidad, los fieles laicos pueden contribuir, «desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu evangélico... a la santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento. Y así hagan manifiesto a Cristo ante los demás, primordialmente mediante el testimonio de su vida»14. (CDSI 545) El Compendio continúa destacando la necesidad de que los fieles laicos armonicen la vida y la fe, sus vidas espirituales y morales, por un lado, y el cumplimiento de sus deberes sociales, por el otro: Los fieles laicos deben fortalecer su vida espiritual y moral, madurando las capacidades requeridas para el cumplimiento de sus deberes sociales. La profundización de las motivaciones interiores y la adquisición de un estilo adecuado al compromiso en campo social y político, son fruto de un empeño dinámico y permanente de formación, orientado sobre todo a armonizar la vida, en su totalidad, y la fe. En la experiencia del creyente, en efecto, «no puede haber dos vidas paralelas: por una parte, la denominada vida “espiritual”, con sus valores y exigencias; y por otra, la denominada vida “secular”, es decir, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político y de la cultura»15. (CDSI 546). El mismo CDSI especifica los medios para lograr el objetivo antes mencionado: Reunir la fe y la vida requiere seguir el camino juiciosamente indicado por los elementos característicos de la vida cristiana: la Palabra de Dios como punto de referencia; la celebración litúrgica del misterio cristiano; oración personal; la experiencia auténtica de la Iglesia realzada por los servicios formativos particulares de guías espirituales exigentes El ejercicio de las virtudes sociales y un compromiso perseverante con la formación cultural y profesional. (CDSI 546). 6. Espiritualidad franciscana El MAOJ, después de recordar la importancia de la eclesiología del Vaticano II y el documento Christifideles laici (1988), nos recuerda que «es necesario conocer cómo están presentes las líneas guía de la espiritualidad laical en la Regla y en las Constituciones de la OFS», Cf. ROS GARCÍA, Nel mezzo del camino l’esperienza di Dio, 37-38, citado en GARCÍA, Manual de teología espiritual, p. 359. 13 PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. 14 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium, 31: AAS 57 (1965), 3738. 15 JUAN PABLO II, Exhortación apostólica postsinodal Christifidelis Laici, 59: AAS 81 (1989), 509. 12 4 y nos hace conscientes del hecho de que «La Regla OFS es verdaderamente un fruto maduro del Vaticano II y de la reflexión sucesiva, y al mismo tiempo es también una fiel expresión de la herencia espiritual franciscana». Continúa afirmando que “[l]a Regla confiere espíritu y rostro franciscano a las susodichas indicaciones16. La síntesis de la espiritualidad laica y franciscana se vuelve más concreta en las Constituciones Generales”17. La sección concluye afirmando que “no es fácil hablar de la espiritualidad franciscana de una manera que muestre todas las riquezas que contiene” (MAOJ, p. 38). Para continuar propondré la siguiente definición de espiritualidad franciscana sugerida por el Prof. Wieslaw Block, OFMCap: La espiritualidad franciscana es la experiencia cristiana vivida y presenciada, ayer y hoy, por los franciscanos en su respectivo contexto histórico, cultural y eclesial, e inspirada en la experiencia cristiana y evangélica de San Francisco de Asís e iluminada por los valores vividos e intelectualmente elaborados por la gran tradición histórica y espiritual de la orden franciscana18. 7. Fuentes de la espiritualidad franciscana seglar En mi opinión, las fuentes de donde se puede beber la espiritualidad franciscana seglar son las siguientes: 7.1. La historia de la Orden: 7.1.1. Las Reglas anteriores: ➢ ➢ ➢ ➢ ➢ Epistola ad Fideles I de San Francisco, ¿antes de 1215? Epistola ad Fideles II de San Francisco, ¿1221? Memoriale propositi, 1221-1228 Supra Montem del Papa Nicolás IV, 1289 Misericors Dei Filius del Papa León XIII, 1883 7.1.2. Crónicas y discursos Otra fuente importante son sin duda los numerosos documentos conservados de crónicas y discursos relacionados a los Terciarios franciscanos seglares en los diversos países y localidades. Baste como ejemplo el Discurso de Papa Pío XII a los Terciarios Franciscanos de Italia en 1956, citado al pie de página en la Regla de 1978, no. 1., nota 3: Desde el beato Luquesio hasta los innumerables laicos de toda condición, sacerdotes, obispos y Romanos Pontífices, es una verdadera multitud de almas las que atribuyeron a la Tercera Orden gran parte del espíritu que los animaba a moverse en el camino de la perfección. No es menos sorprendente la historia de sus obras, dirigidas a la reorganización religiosa, moral, social y política de la sociedad […] En tiempos de lucha y de venganzas, los Terciarios se hicieron promotores de concordia y de paz; contra los abusos de los señores feudales obraron con prudente osadía, a favor y defensa de las clases más humildes; para disminuir y, en cuanto era posible, para destruir los efectos de las herejías y de los cismas, practicaron y predicaron la fidelidad absoluta a la Iglesia y a su Cabeza visible; para poner un freno a la propagación de las injusticias, de las tiranías, de las rapiñas, dieron ejemplo de desapego a las riquezas, las vanidades y los honores19. 7.1.3. Testimonios de santos, beatos, venerables, etc. 7.1.4. Las Cartas de los ministros generales de la familia franciscana 16 CAS, Manual para la Asistencia, p. 37; cf. Regla OFS, 4-19. Cf. Const. OFS, 8-16 sobre la forma de vida, y 17-27 sobre la presencia activa en la Iglesia y en el mundo. 18 BLOCK, WIESLAW, Spiritualità francescana sistematica, Notas del curso PUA, 2010, trad. ntra., p.8. 19 Discorso di sua Santità Pio Pp. XII alla grande Famiglia del Terz'Ordine Francescano d'Italia, Basilica Vaticana - Domenica, 1° luglio 1956, (trad. esp. nuestra). 17 5 7.2. Los documentos vigentes de la Orden 7.2.1. La Regla “Seraphicus Patriarcha”, 1978 7.2.2. Las Constituciones generales de la OFS, 2000 7.2.3. El Ritual de la OFS, 1984 7.3. La experiencia actual de los seglares y jóvenes franciscanos 7.3.1. Experiencia personal 7.3.2. Experiencia de la fraternidad local 7.3.3. Elementos culturales regionales y nacionales: tiempo-espacio-historia 7.3.4. Capítulos generales OFS: 2007, 2011, 2014, 2017… 7.3.5. Congresos continentales y sub continentales de la OFS-JuFra: Latinoamérica, Asia-Oceanía, África, Europa, etc. 8. Elementos de la espiritualidad franciscana seglar Si la Regla y las Constituciones de la OFS son documentos clave para comprender la espiritualidad franciscana seglar, es necesario estudiarlas y reflexionar sobre ellas para resaltar los elementos esenciales de dicha espiritualidad. Obviamente, dado que la espiritualidad franciscana seglar encuentra su lugar dentro de la Tradición franciscana más grande, comparte varios de esos elementos y muestra otros que son específicos de ella. A continuación, propongo una lista de estos elementos como un intento de organizarlos en varias categorías, teniendo en cuenta su riqueza, tanto simple como compleja. 8.1. Vivir según la forma del santo Evangelio de Jesucristo El mencionado Manual de Asistencia Espiritual presenta como la primera característica de la espiritualidad franciscana seglar la observancia del evangelio de Jesucristo: Para san Francisco la forma vitae era más que un conjunto de varias citas evangélicas particularmente queridas por él. Queremos recordar aquí el 24 de febrero 1209, fiesta de san Matías. Francisco en la Porciúncula escucha el siguiente texto evangélico: “El reino de los cielos está cerca. Dad gratuitamente lo que gratuitamente habéis recibido. No tengáis oro, ni plata, ni dinero en vuestras bolsas, ni mochila de viaje, ni dos vestidos, ni zapatos, ni bastón, pues el obrero es digno de su sustento.” (Mt 10, 7-10). Los bibliógrafos nos narran que cuando él oyó aquellas palabras y el sacerdote se las explico dijo: “¡Esto es lo que quiero, esto es lo que pido, esto es lo en lo que quiero hacer con todo el corazón!”20. Hay muchos más ejemplos en los que Francisco estimula también a sus hermanos a seguir fielmente el Evangelio de Jesucristo. La manera de vivir que propone el santo es una aplicación del Evangelio. Escribiendo el Testamento, en sus últimas semanas de vida, recuerda otra vez a los hermanos el compromiso fundamental de “vivir según la forma del santo Evangelio”21 (MAOJ, p. 38). La Regla OFS señala claramente este elemento central de la vida de los franciscanos seglares: La Regla y la vida de los Franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres22. Cristo, don del amor del Padre, es el camino hacia Él, es la verdad en la cual nos introduce el Espíritu Santo, es la vida que Él ha venido a dar abundantemente23. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio24 (Regla OFS 4). 20 Cfr. 1C 22. Test.15. 22 1 Celano 18, 115. 23 Jn 3,16; 10,10, 14,6. 24 Apostolicam Actuositatem, 30,8. 21 6 Una consecuencia natural de la vida según el santo Evangelio es la centralidad de Jesucristo para los seglares y jóvenes franciscanos. Recordemos lo que la Regla OFS dice sobre esto: La espiritualidad del franciscano seglar es un proyecto de vida centrado en la persona de Cristo y en su seguimiento25, más que un programa pormenorizado para llevarlo a la práctica. (Const. OFS 9.1; cfr. Regla OFS 5). “Cristo pobre y crucificado”, vencedor de la muerte y resucitado, máxima manifestación del amor de Dios al hombre, es el “libro” en el que los hermanos, a imitación de Francisco, aprenden el porqué y el cómo vivir, amar y sufrir. En El descubren el valor de las contradicciones por causa de la justicia y el sentido de las dificultades y de las cruces de la vida de cada día. Con Él pueden aceptar la voluntad del Padre en las circunstancias más difíciles y vivir el espíritu franciscano de paz, rechazando toda doctrina contraria a la dignidad del hombre. (Const. OFS 10; cfr. Regla OFS 10). 8.2. El amor por la Palabra de Dios La vida según el Santo Evangelio implica necesariamente el contacto constante con la Palabra evangélica. Este elemento central de la espiritualidad cristiana es también parte integral de la espiritualidad franciscana seglar, como lo recuerdan los siguientes textos: El franciscano seglar, comprometido a seguir el ejemplo y las enseñanzas de Cristo, dedíquese a un estudio personal y frecuente del Evangelio y de las Sagradas Escrituras. La Fraternidad y sus responsables promuevan el amor a la Palabra evangélica y ayuden a los hermanos a conocerla y a comprenderla, tal como la proclama la Iglesia, con la ayuda del Espíritu Santo26. (Const. OFS 9. 2; cfr. Regla OFS 4). Los que son llamados a ejercer la misión de catequistas, de presidentes de comunidades eclesiales o de otros ministerios, así como los ministros sagrados, vivan el amor de San Francisco a la Palabra de Dios, su fe en los que la anuncian y el gran fervor con que recibió del Papa la misión de predicar la penitencia (Const. OFS 17.3). 8.3. Conversión permanente La Regla y las Constituciones OFS hacen explícita la conexión entre el seguimiento de Cristo y otro valor fundamental de la tradición y espiritualidad franciscana secular: la conversión continua. Como “hermanos y hermanas de penitencia”27, en virtud de su vocación, impulsados por la dinámica del Evangelio, conformen su modo de pensar y de obrar al de Cristo, mediante un radical cambio interior, que el mismo Evangelio denomina con el nombre de “conversión”; la cual, debido a la fragilidad humana, debe actualizarse cada día28 [...] (Regla OFS 7) Los franciscanos seglares, antiguamente llamados “hermanos y hermanas de la penitencia”, se proponen vivir en espíritu de conversión permanente. Los medios para cultivar esta característica de la vocación franciscana, individualmente y en Fraternidad, son: la escucha y las celebraciones de la Palabra de Dios, la revisión de vida, los retiros espirituales, la ayuda de un consejero espiritual y las celebraciones penitenciales. Frecuenten el sacramento de la Reconciliación y cuiden su celebración comunitaria, tanto en la Fraternidad como con todo el Pueblo de Dios29. En este espíritu de conversión se debe vivir el amor para la renovación de la Iglesia, acompañado de la renovación personal y comunitaria. Fruto de la conversión, que es respuesta al amor de Dios, son las obras de caridad en favor de los hermanos.30 (Const. OFS 13, 1-2). 25 Cfr. Regla no bulada, 22,41; 2 Carta a todos los Fieles, 51. Cfr. Dei Verbum, 10. 27 Memoriale propositi. 28 Lumen Gentium, 8; Unitatis Redintegratio, 4; Paenitemini, Pream. 29 Ordo Poenitentiae, Praenotanda, 22 ss. 30 Cfr. 2 Carta a todos los fieles, 25 ss. 26 7 8.4. Fidelidad a las inspiraciones del Espíritu Santo La dimensión pneumatológica –apertura y docilidad al Espíritu Santo– es central en la espiritualidad de los franciscanos seglares, como lo fue para el santo de Asís. Conscientes de que el Espíritu Santo es la fuente de su vocación, el animador de la vida fraterna y de la misión, los franciscanos seglares busquen imitar la fidelidad de Francisco a sus inspiraciones y escuchen la exhortación del Santo a desear sobre todas las cosas “el Espíritu del Señor y su santa operación”31 (Const. OFS 11). 8.5. Comunión profunda y familiar con el Dios trinitario En la Epistola ad Fideles I Francisco de Asís proclama bienaventurados y benditos en gran medida a quienes hacen y perseveran en la penitencia. Para él, los que han iniciado este camino de conversión evangélica a partir de la experiencia del amor de Dios, han comenzado ya a vivir la verdadera felicidad, puesto que han entrado en una vida de comunión profunda y “familiar” con el Dios trinitario: descansará sobre ellos el espíritu del Señor (cfr. Is 11,2) y hará en ellos habitación y morada (cfr. Jn 14,23), y son hijos del Padre celestial (cfr. Mt 5,45), cuyas obras hacen, y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cfr. Mt 12,50). Somos esposos, cuando por el Espíritu Santo se une el alma fiel a nuestro Señor Jesucristo; somos sus hermanos, cuando hacemos la voluntad del Padre que está en los cielos (Mt 12,50); madres, cuando lo llevaos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo32. Francisco continúa describiendo con cierto detalle lo que implica esta comunión con cada persona de la Trinidad y el excelente valor que tiene esa comunión. La Regla Paulina de 1978 exhorta claramente a los franciscanos seglares a que abracen la experiencia del Dios trino.33. 8.6. Viviendo en fraternidad Otro elemento clave de la espiritualidad franciscana se expresa claramente en la Regla y Constituciones OFS. Expresiones como “hermanos y hermanas”, “fraternidad” y “fraternidades” a menudo están presentes en estos documentos. Las Constituciones OFS introducen al principio de su texto la centralidad de la dimensión fraterna en la vida del Evangelio para los franciscanos seglares: La vocación a la OFS es una llamada a vivir el Evangelio en comunión fraterna. Con este fin, los miembros de la OFS se reúnen en comunidades eclesiales, que se llaman Fraternidades. (Const. OFS 3.3) El Manual de Asistencia Espiritual ofrece algunas reflexiones de fondo sobre el significado de la fraternidad para Francisco de Asís y todos los franciscanos: […] Las palabras de Jesús: “Todos vosotros sois hermanos” (Mt. 23, 8), encontró, en el corazón de Francisco un lugar especial. Viendo que muchos venían detrás de él, para seguir este nuevo camino, en su Testamento escribía: “Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me demostraba qué debía hacer; sino que el Altísimo mismo me revelo que tenía que vivir según la forma del Santo Evangelio”34. Este pensamiento de Francisco sobre la fraternidad, como lugar donde se manifiesta la presencia de Dios, es fundamental también en la espiritualidad franciscana. Cristo es el verdadero centro 31 Regla bulada, 10,8. Carta a los Fieles I, Cap. I, 6-10, en FRANCISCO DE ASÍS, Escritos, Ed. critica de C. Paolazzi, Grottaferrata, 2014, p. 175. 33 TRUJILLO CANO, A., Seducidos Por Dios, Buscadores De Cristo. Los Franciscanos seglares y su relación con Dios, en Koinonia, 93 (2017), p. 1-6: http://www.ciofs.org/portal/index.php/es/assistenzaspirituale/koinonia 34 Test. 14-15. 32 8 de la vida fraterna. Es el que nos habla mediante los hermanos. Es el que nos une en la potencia de su Espíritu. Es el que hace de todos nosotros una cosa sola (MAOJ, p. 41). 8.7. Comunión eclesial El Manual de Asistencia Espiritual señala otro elemento importante de la espiritualidad franciscana seglar, “eclesialidad” o “espíritu eclesial”, es decir, una comunión plena y amorosa con la Iglesia: Otro tema que justamente consideramos fundamental en la espiritualidad franciscana es el de la Eclesialidad. También esto tiene su fundamento histórico en la actitud personal de san Francisco. Cada paso dado en su vocación, inspirada por el Señor, es sellado por un amor grande hacia la Iglesia, empezando por el encuentro con el Crucifico en la Iglesia de San Damián, donde oyó las palabras del Señor: “Francisco vete, repara mi casa que, como ves, se viene al suelo”35. Desde aquel momento Francisco se puso a realizar, con profundo amor, el deseo del Señor. La Iglesia es la comunidad de las personas que comparten la misma fe en Jesucristo y viven juntos la fe como hermanos, aun con todas sus diferencias. Entramos así en otro gran tema de la espiritualidad franciscana, la fraternidad. La Regla y las Constituciones de la OFS hacen explícita esta dimensión de la espiritualidad franciscana que también debe incorporarse al estilo de vida de los franciscanos seglares: […] Inspirados en San Francisco y con él llamados a reconstruir la Iglesia, empéñense en vivir en plena comunión con el Papa, los Obispos y los Sacerdotes, en abierto y confiado diálogo de creatividad apostólica36 (Regla OFS 6). […] los hermanos comprométanse en una reflexión de fe sobre la Iglesia, sobre su misión en el mundo de hoy y sobre el rol de los franciscanos seglares en la Iglesia, afrontando los desafíos y asumiendo las responsabilidades que esta reflexión les ayudará a descubrir (Const. OFS 14.1). 8.8. Oración, contemplación y vida sacramental Otro elemento central de la experiencia evangélica de San Francisco y, por lo tanto, de la espiritualidad franciscana, es, sin duda, la dimensión que abarca la oración, la contemplación y la participación en los sacramentos de la Iglesia, especialmente la Eucaristía, “fuente y cumbre de toda la vida cristiana”37. Sin embargo, vale la pena señalar que la Regla y las Constituciones OFS hacen varias distinciones y matices importantes al describir los diversos aspectos y consecuencias de esta dimensión decisiva de la espiritualidad franciscana seglar. Lo hacen fundamentando esta diversificación en fundamentos sólidos: bíblicos, teológicos y de la tradición franciscana. Comencemos con los principios generales establecidos por la Regla y Constituciones OFS: Como Jesucristo fue el verdadero adorador del Padre, del mismo modo los Franciscanos seglares hagan de la oración y de la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar38. Participen de la vida sacramental de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía, y asóciense a la oración litúrgica en alguna de las formas propuestas por la misma Iglesia, reviviendo así los misterios de la vida de Cristo (Regla OFS 8). […] Traten de descubrir la presencia del Padre en su corazón, en la naturaleza y en la historia de los hombres, en la que se cumple su plan salvífico. La contemplación de tal misterio les hará disponibles a colaborar en este designio de amor (Const. OFS 12.3). 35 2 Cel, 10. Pablo VI, 19.5.1971, Discurso a los Terciarios, III. 37 LG 11 38 Apostolicam Actuositatem, 4,1-3. 36 9 Continuamos con dos de los artículos más significativos de las Constituciones OFS sobre la Eucaristía: La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. En ella Cristo nos une a Él y entre nosotros como un único cuerpo. Por lo tanto, la Eucaristía sea el centro de la vida de la Fraternidad; los hermanos participen en la Eucaristía con la mayor frecuencia posible, conscientes del respeto y amor de San Francisco, que en la Eucaristía vivió todos los misterios de la vida de Cristo (Const. OFS 14.2). La Fraternidad se reúna periódicamente, como comunidad eclesial, para celebrar la Eucaristía en un clima que consolide el vínculo fraterno y exprese la identidad de la Familia Franciscana. Donde no sea posible la celebración particular, particípese en la de una más amplia comunidad eclesial (Const. OFS 53.2). En este sentido, el Manual para la Asistencia a la OFS nos recuerda el lugar particular que tuvo la Eucaristía en la fe y la vida de San Francisco: En la contemplación de Jesús-eucaristía le llamaba la atención de manera particular dos cosas: la humildad de Jesús, que se digna estar con nosotros bajo el pan y el vino; y el mandato que El hace de comer de Él. Tal humildad y tal invitación crean en el corazón de Francisco sentimientos de profunda humildad, junto al deseo más vivo de darse a Jesús para vivir solo con El y por El39 (MAOJ, p. 39). Además de todo esto, las Constituciones OFS abordan otros temas relacionados, tales como: los propósitos de participar en la vida sacramental de la Iglesia, la participación en la oración litúrgica diversificada de la Iglesia, las diferentes modalidades de oración y la importancia de Celebración eucarística por la vida de la fraternidad OFS. Veamos el número 14, 3-5: Participen en los sacramentos de la Iglesia, con el deseo de alcanzar no sólo la perfección personal sino, al mismo tiempo, de contribuir al crecimiento de la Iglesia y a la expansión del Reino. Colaboren en la celebración viva y consciente de los sacramentos en las propias parroquias, particularmente en la celebración del bautismo, de la confirmación, del matrimonio y de la unción de los enfermos. Los hermanos y las Fraternidades aténganse a las indicaciones del Ritual en lo referente a las distintas formas de asociarse a la oración litúrgica de la Iglesia, privilegiando la celebración de la Liturgia de las Horas40. En todos los lugares y tiempos es posible a los verdaderos adoradores dar culto y orar al Padre; sin embargo, los hermanos busquen tiempos de silencio y de recogimiento para dedicarlos exclusivamente a la oración. 8.9. Espiritualidad de la familia y del matrimonio La espiritualidad franciscana secular no puede concebirse sin la experiencia de la vida familiar; más bien, encuentra allí su lugar primordial, como lo establecen claramente las Constituciones OFS (n. 24): 1. Los franciscanos seglares consideren a su familia como el ámbito prioritario en el que viven su compromiso cristiano y la vocación franciscana […] El amor de los esposos y la afirmación del valor de la fidelidad son un profundo testimonio para la propia familia, la Iglesia y el mundo. 2. En la Fraternidad: - 39 40 sea tema de diálogo y de comunicación de experiencias la espiritualidad familiar y conyugal y el planteamiento cristiano de los problemas familiares; Cfr. BORTOLI, Lineamenti della spiritualità francescana, Vicenza 1976. p. 48. Ritual de la OFS, Apéndice 26; 27. 10 - 8.10. compártanse los momentos importantes de la vida familiar de los hermanos y téngase una atención fraterna hacia los que – célibes o solteros, viudos, padres solos, separados, divorciados – viven en situaciones y condiciones difíciles […]. Presencia activa en la Iglesia y en el mundo Los números 17-27 de las Constituciones conforman una sección fundamental de la vida y misión de la OFS: la presencia activa de los franciscanos seglares en la Iglesia y en el mundo, y describen la forma peculiar en la que construyen el Reino de Dios. 8.10.1. Secularidad: edificar el Reino de Dios en las realidades terrenas Empeñados en la construcción del Reino de Dios dentro de las realidades y actividades temporales, los franciscanos seglares, por vocación, viven como una realidad indivisible su pertenencia a la Iglesia y a la sociedad (Const. OFS 20.1; cfr. Regla OFS 14). Llamados a colaborar en la construcción de la Iglesia como sacramento de salvación para todos los hombres y constituidos por el bautismo y la profesión “testigos e instrumentos de su misión”, los franciscanos seglares anuncian a Cristo con la vida y la palabra. Su apostolado preferente es el testimonio personal41 en el ambiente en que viven y el servicio para la edificación del Reino de Dios en las realidades terrenas (Const. OFS 17.1; cfr. Regla OFS 6). La participación en la función de santificar, que la Iglesia ejerce mediante la liturgia, la oración y las obras de penitencia y de caridad, llévenla los hermanos a la práctica primero en la propia familia, después en la Fraternidad y, finalmente, con su presencia activa en la Iglesia local y en la sociedad (Const. OFS 17.4). 8.10.2. Tomar iniciativas valientes en su vida en sociedad Las Constituciones indican qué tipo de iniciativas están llamados a tomar los seglares franciscanos en la vida social y los criterios para ello. Sin duda una exhortación profética que no es fácil de asumir cabalmente, pero que es un claro desafío que no se debe ignorar. Con Jesús, obediente hasta la muerte, procuren conocer y cumplir la voluntad del Padre. Den gracias a Dios por el don de la libertad y la revelación de la ley del amor. Acepten la ayuda que, en la Iglesia, se les ofrece para cumplir la voluntad del Padre por quienes están constituidos en autoridad y también por los hermanos. Asuman, con serena firmeza, el riesgo de opciones valientes en la vida social (Const. OFS 12.2). En el campo de la promoción humana y de la justicia, las Fraternidades comprométanse con “iniciativas valientes”, en sintonía con la vocación franciscana y con las directrices de la Iglesia. Asuman posiciones claras cuando el hombre es agredido en su dignidad por causa de cualquier forma de opresión o indiferencia. Ofrezcan su servicio fraterno a las víctimas de la injusticia (Const. OFS 22.2). 8.10.3. Espíritu de minoridad: opción preferencial por los pobres Las Constituciones presentan el espíritu de minoridad en relación a los franciscanos seglares con desafíos proféticos: Con espíritu de minoridad, elijan en primer lugar el trato con los pobres y los marginados, ya sean individuos, grupos de personas o todo un pueblo; colaboren en la erradicación de la marginación y de toda forma de pobreza, que son consecuencia de la ineficacia y de la injusticia. (Const. OFS 19.2). 8.10.4. Espiritualidad del trabajo A partir de sólidos presupuestos teológicos, los documentos de la OFS desarrollan lo que podríamos llamar una verdadera espiritualidad del trabajo para los seglares franciscanos: 41 Cfr. Regla no bulada, 17,3; Leyenda de los Tres Compañeros, 36; 2 Carta a todos los Fieles, 53. 11 Como primera y fundamental contribución para la edificación de un mundo más justo y fraterno, comprométanse en el cumplimiento de los deberes propios de su trabajo y en una adecuada preparación profesional (Const. OFS 20.2). Para San Francisco, el trabajo es un don y el trabajar es una gracia. El trabajo de cada día es no sólo medio de sustento, sino también una ocasión de servicio a Dios y al prójimo, y un camino para desarrollar la propia personalidad. En la convicción de que el trabajo es un derecho y un deber y que toda forma de ocupación merece respeto, los hermanos comprométanse a colaborar para que todos tengan la posibilidad de trabajar y para que los medios de trabajo sean cada vez más humanos (Const. OFS 21.1; cfr. Regla OFS 16). […] Los franciscanos seglares mantengan una equilibrada relación entre trabajo y reposo e interésense en la práctica de formas cualificadas de ocupación del tiempo libre42 (OFS Const. 21.2). 8.10.5. Portadores de paz Los documentos de la OFS indican claramente que la paz que San Francisco anunció y que llevaba en su corazón, también ha de caracterizar a los seglares y jóvenes franciscanos. Como portadores de paz y conscientes de que ésta ha de construirse incesantemente, indaguen los caminos de la unidad y del entendimiento fraterno, mediante el diálogo, confiando en la presencia del germen divino que hay en el hombre y en la fuerza transformadora del amor y del perdón43 (Regla OFS 19). La renuncia al uso de la violencia, característica de los discípulos de Francisco, no significa renuncia a la acción; los hermanos procuren que sus intervenciones estén siempre inspiradas por el amor cristiano. (Const. OFS 22.3). Los franciscanos seglares están llamados a ser portadores de paz en sus familias y en la sociedad (Const. OFS 23.1). - interesándose por la propuesta y la difusión de ideas y actitudes pacíficas; desarrollando iniciativas propias y colaborando, individualmente y como Fraternidad, en las iniciativas del Papa, de las Iglesias particulares y de la Familia Franciscana; colaborando con los movimientos y con las instituciones que promueven la paz en el respeto de sus auténticos fundamentos. 8.11.Viviendo la pobreza evangélica Las Constituciones desarrollan desde sólidas bases teológicas la llamada propia de los seglares franciscanos a vivir la pobreza evangélica desde su condición secular y con un espíritu profético. Los franciscanos seglares, que mediante el trabajo y los bienes materiales deben proveer a la propia familia y servir a la sociedad, tienen un modo propio de vivir la pobreza evangélica. Para comprenderlo y vivirlo se requiere un fuerte compromiso personal y el estímulo de la Fraternidad mediante la oración y el diálogo, la revisión comunitaria de vida, la escucha de las indicaciones de la Iglesia y de las interpelaciones de la sociedad. (Const. OFS 15.2). Los franciscanos seglares comprométanse en reducir las exigencias personales para poder compartir mejor los bienes espirituales y materiales con los hermanos, particularmente con los últimos. Den gracias a Dios por los bienes recibidos, usándolos como buenos administradores y no como dueños. Adopten una posición firme contra el consumismo y contra las ideologías y las posturas que anteponen la riqueza a los valores humanos y religiosos y que permiten la explotación del hombre (Const. OFS 15.3). 42 43 Cfr. Gaudium et Spes, 67; Laborem Exercens, 16 ss. Regla de León XIII, II,9; Tres Compañeros, 14,58. 12 8.12. Viviendo con esperanza y alegría evangélica La alegría de vivir es una característica que no puede faltar en la vivencia cristiana de los franciscanos seglares. Esta alegría tiene su raíz en el Evangelio y se extiende en los diversos ámbitos de la vida, aportando esperanza desde el empeño ético. Así, en conformidad con el Evangelio, los franciscanos seglares dan su sí a la esperanza y a la alegría de vivir y ofrecen su colaboración para contrarrestar las múltiples angustias y el pesimismo, preparando un futuro mejor (Const. OFS 26.1; cfr. Regla OFS 19). En la Fraternidad, los hermanos promuevan el entendimiento mutuo y procuren que el ambiente de las reuniones sea acogedor y refleje la alegría. Anímense mutuamente para obrar el bien (Const. OFS 26.2). Conclusión Al final de esta presentación podemos concluir diciendo que la espiritualidad de los seglares franciscanos se ha desarrollado y manifestado en una inmensa diversidad de formas históricas a partir de sus fuentes comunes que son la experiencia evangélica de San Francisco de Asís –apasionado de Cristo Jesús–, y el movimiento penitencial al que el santo dio un nuevo vigor en los albores del siglo XIII. Estas fuentes han alimentado la trayectoria histórica de la Orden, pasando por momentos de crecimiento y de desafíos, a través de diversos tipos de relaciones con los frailes franciscanos, a veces de manera constructiva, pero otras veces de manera contrastante. A lo largo de este proceso, los terciarios franciscanos seglares y más recientemente los seglares franciscanos han desarrollado una espiritualidad rica y fluctuante al interactuar con sus respectivos contextos históricos y eclesiales. Al hacerlo, han demostrado sus actitudes fundamentales, que responden a su fe y valores compartidos. Muchos han marcado una gran diferencia en sus tiempos y lugares propios; algunos incluso han dado sus vidas por el amor de Cristo y el prójimo. Los cambios epocal y climático que estamos viviendo hoy presentan no sólo nuevos desafíos a los seglares y jóvenes franciscanos, sino también oportunidades únicas para que sean fermento evangélico en nuestro mundo convulsionado y al mismo tiempo preñado de un futuro que nos corresponde construir en la esperanza y en la ineludible corresponsabilidad por nuestra casa y nuestra historia comunes. Como asistentes espirituales y pastorales de la OFS y la JuFra, estamos llamados a ser catalizadores del carisma franciscano, a través de nuestro testimonio y nuestra colaboración en la formación. Cientos de miles de franciscanos seglares y miles de franciscanos jóvenes también han recibido el don de este carisma, que no ha perdido su valor frente a los fenómenos del secularismo y la posmodernidad. Como una sola familia espiritual, los seglares y religiosos franciscanos están llamados a construir juntos una «recíproca comunión vital» (Regla OFS 1), no para alimentar una actitud de autoglorificación, sino para ser verdaderos portadores del «carisma del común Seráfico Padre, en la vida y en la misión de la Iglesia» 44 para que el mundo tenga vida. Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Qué entiendo por espiritualidad? 2. ¿Cómo se vive la espiritualidad franciscana seglar en las comunidades que yo asisto? 3. ¿Qué puedo para fomentar una mejor comprensión y práctica de la espiritualidad de la OFS a través de mi servicio como asistente espiritual y pastoral? 44 CONCILIO VATICANO II, Apostolicam Actuositatem, 4,8. 13 Bibliografía 1. 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