Academia.eduAcademia.edu

Tesis Doctoral Sebastian Zambelli

El problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es el nacionalismo catalán, en particular la producción discursiva de las élites políticas nacionalistas, su evolución, sus cambios y continuidades entre el año 2000 y el 2014. Puntualmente, se analizará con especial detalle, los cambios discursivos de las élites políticas nacionalistas, durante el denominado proceso soberanista catalán.

TESIS DOCTORAL 2015 El discurso nacionalista en Cataluña. Un análisis comparado de los marcos de significación del tardopujolismo (2000-2003) al proceso soberanista (2010-2014) Sebastián Zambelli Máster en Política y Democracia UNED Licenciado en Ciencia Política UBA CENTRO ACADÉMICO: Facultad de Ciencias Políticas y Sociología Departamento de Ciencia Política y de la Administración UNED DIRECTOR: Andrés de Blas Guerrero 1 2 Agradecimientos: Es de rigor, en los trabajos de este tipo, dedicar un apartado al reconocimiento, las dedicatorias y la gratitud para quienes colaboraron en la realización de empresas tan arduas como es una tesis doctoral. Pero dado que el agradecimiento supone, en cierta forma, una apertura de la esfera personal e íntima, a la que el autor de la presente es bastante reacio, será éste un apartado breve, sin por ello dejar de mencionar las deudas contraídas y el agradecimiento del autor. En primer lugar, esta tesis no se podría haber llevado a cabo sin la financiación de la beca predoctoral FPI de la UNED. Dada la magnitud de la tarea, los recursos materiales que posibilitan la dedicación exclusiva para la investigación son indispensables. Vaya también el reconocimiento a los profesores y colegas del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, por la acogida, las recomendaciones, las orientaciones y las ayudas recibidas; en particular a Irene Delgado, César Colino, Jaime Pastor y Paloma Gacía Picazo. Por otra parte, se quiere agradecer especialmente a: Eduardo Russo, Ramón Cotarelo, Félix Ovejero, Antonio Santamaría y Enric Martínez-Herrera, por el tiempo y el esfuerzo dedicado en responder a mis preguntas, y por sus valiosas recomendaciones. Se quiere agradecer a todos los parlamentarios entrevistados, por la disposición a realizar las entrevistas, por la amabilidad y la cortesía, con que éstas se han realizado y por el tiempo dedicado. También, es menester reconocer la excelente labor diaria de Maribel Blanco y de Anabel Golvano. Ambas han facilitado enormemente la realización de esta tesis. Se quiere agradecer especialmente al Director de la tesis, Andrés de Blas Guerrero, por la paciencia, el apoyo, el espacio de labor y la amable y cordial guía en el trabajo. 3 Finalmente, la tesis va dedicada a Carolina Kenny y a Camila Zambelli, quienes han sido, y son, una fuente amor y de inspiración. 4 Índice: - Introducción - Primera parte - Capítulo I. Marco teórico del nacionalismo o 13 Nacionalismo        o  22 Perennialismo Recurrente 22  23 Perspectiva de los factores socioeconómicos 24 Perspectiva de los factores socioculturales 25 Perspectiva de los factores políticos 28 Perspectiva de los factores ideológicos 31 Constructivismo 33 Primordialismo   41 Vertiente biologicista 41 Vertiente cultural 42 Etnosimbolismo 42 44 Nación cívico-política 45 Nación etno-cultural 46 Nacionalismo catalán   - Perennialismo Contínuo Tipología de naciones  o 21 Modernismo   19 Perennialismo  48 Aproximación perrennialista 49 Aproximación modernista 52 Capítulo II. Marco teórico de la acción colectiva o Estudio de la acción colectiva    57 57 Teoría de Movilización de Recursos 58 Nuevos Movimientos Sociales 61 Estructura de Oportunidad Política 64     19  D. McAdam 66 C. Tilly 68 S. Tarrow 70 Críticas a la perspectiva de la TMR, NMS y EOP 76 Análisis de marcos   77 Comentarios preliminares y observaciones 77 D. Snow y sus colaboradores 80 o Proceso de enmarcado 81 o Resonancia de marcos 83 5    - W. Gamson 84 o Dimensión de la identidad 85 o Dimensión de la agencia 86 o Dimensión del agravio 86 J. Gerhards o 89 Marco ideal Marcos y nacionalismo Capítulo III. Propuesta teórico metodológica 90 91 95 o Problema de investigación 95 o Pregunta de investigación 98 o Hipótesis 98 o Marco Ideal 100  Períodos analizados    103 1er. Período 2000-2003. El tardo-pujolismo 103 2do. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía 103 3er. Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia 104 o Variables dependientes e independientes 106 o Marco teórico y metodológico 106 o Análisis de los Marcos de la acción colectiva 107  A. Dimensiónes del marco     Dimensión de la identidad 108 Dimensión del agencia 108 Dimensión del agravio 109 B. Tres mecanismos (complementarios): Agravios económicos, agravio identitario y agravio democrático    108  Agravio identiario 110 Agravio económico 110 Agravio democrático 111 C. Estrategias distintas pero complementarias  109 Estrategia Cívica y Estrategia etno-cultural 112 112 o Estructura de Oportunidad Política (EOP) 112 o Técnicas de investigación 114   A. Discursos, datos y medios 114 B. Modelo de investigación 115  1. Fuentes Documentales o CiU 116 116 6  o PSC 116 o ERC 117 o ICV-EUiA 117 o Ciudadanos 117 o PP-PPC 118 o PSOE 118 2. Entrevista semi-estructurada - Segunda Parte - Capítulo IV. Período 2000-2003. El tardo-pujolismo o Apartado Primero. Descripción demoscópica de Cataluña      118 121 121 Lugar de nacimiento 122 Usos lingüísticos 124 Identidad nacional 126 Clase social 130 Élites políticas y población 132 o Apartado segundo. 140 o Análisis del primer período 2000-2003 143      Convergencia y Unión (CiU)   Discurso de Convergencia y Unión (CiU) 143 144 o Diagnóstico 144 o Pronóstico 152 o Motivación 153 Estrategia de CiU 155 Unión democrática de Cataluña (UCD) 156 Partido Socialista de Cataluña (PSC) 157   Discurso del PSC o Diagnóstico 160 o Pronóstico 167 o Motivación 169 Estrategia del PSC Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)   160 Discurso de ERC 171 172 173 o Diagnóstico 174 o Pronóstico 177 o Motivación 178 Estrategia de ERC 179 Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA) 7 179    -  Discurso de (ICV-EUiA) 180 o Diagnóstico 180 o Pronóstico 182 o Motivación 182 Estrategia de (ICV-EUiA) 182 Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 184 Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 191 o Estructura de Oportunidad Política 1999-2003 198 o Conclusiones del capítulo 201 Capítulo V. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía 205 o Introducción al período 2004-2009 205 o Análisis del segundo período 2005-2009 215      Partido Socialista de Cataluña (PSC)   Discurso del PSC  Diagnóstico 216 o Pronóstico 223 o Motivación 225 Estrategia del PSC Discurso de ERC  226 229 229 o Diagnóstico 229 o Pronóstico 234 o Motivación 235 Estrategia de ERC 236 Convergencia y Unión (CiU)  215 o Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)  215 Discurso de Convergencia y Unión (CiU) 238 239 o Diagnóstico 239 o Pronóstico 245 o Motivación 248 Estrategia de CiU 250 Unión democrática de Cataluña (UCD) 251 Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA)   Discurso de (ICV-EUiA) 252 253 o Diagnóstico 253 o Pronóstico 256 o Motivación 256 Estrategia de (ICV-EUiA) 257 8    - Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s)   Discurso de C´s 258 258 o Diagnóstico 258 o Pronóstico 260 o Motivación 261 Estrategia de C´s Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 261 261 Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 268 o Estructura de Oportunidad Política 2005-2009 274 o Conclusiones del capítulo 278 Capítulo VI. Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia 281 o Introducción al período 2010-2014 281 o Análisis del tercer período 2010-2014 290      Convergencia y Unión (CiU)   Discurso de Convergencia y Unión (CiU) 290 292 o Diagnóstico 292 o Pronóstico 304 o Motivación 308 Estrategia de CiU 310 Unión democrática de Cataluña (UCD) 311 Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) 313   Discurso de ERC o Diagnóstico 315 o Pronóstico 323 o Motivación 325 Estrategia de ERC 327 Partido Socialista de Cataluña (PSC)   314 Discurso del PSC 329 331 o Diagnóstico 331 o Pronóstico 334 o Motivación 335 Estrategia del PSC 335 Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA)  Discurso de (ICV-EUiA) 337 338 o Diagnóstico 338 o Pronóstico 342 9      Motivación 343 Estrategia de (ICV-EUiA) 343 o Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s)   Discurso de C´s  347 o Diagnóstico 347 o Pronóstico 350 o Motivación 351 Estrategia de C´s CUP-SI  346 351 352 SI 352 CUP 353 Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 354 Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 362 o Estructura de Oportunidad Política 2010-2014 370 o Resonancia de marcos 377 o Actor de relevancia 380 o Conclusiones del capítulo 381 - Capítulo VII Conclusiones 391 - Bibliografía 405 10 Índice de Gráficos y Tablas: - Gráfico 1: Porcentaje de población catalana por lengua materna Gráfico 2: Sentimiento nacionalista (Cataluña) Gráfico 3: Preferencias territoriales en Cataluña 2000-2013 Tabla 1: Lugar de nacimiento de la población en Cataluña 126 127 128 122 - 125 - Tabla 2: Población en Cataluña según lengua materna. Tabla 3: Autoidentificación identitaria en Cataluña cruzado por Ascendencia Tabla 4: Reconocimiento de la posibilidad de independencia de Cataluña cruzado con Autoidentificación identitaria Tabla 5: Estrato ocupacional cruzada con la media de 130 - la identidad catalana Tabla 6: Preferencia por la forma territorial del Estado años 2010-2012 cruzado pro clase social 131 - - 129 130 Tabla 7: Lengua materna de parlamentarios y votantes por partido en Cataluña (en %) 134 Tabla 8: Identidades relativas. Parlamentarios versus ciudadanías 135 Tabla 9: Identidades relativas por partidos políticos en Cataluña Tabla 10: Forma de organización del Estado preferida élites versus Votantes Tabla 11: Resultados de la consulta catalana del 9N 2014 11 136 138 290 12 Introducción: El problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es el nacionalismo catalán, en particular la producción discursiva de las élites políticas nacionalistas, su evolución, sus cambios y continuidades entre el año 2000 y el 2014. Puntualmente, se analizará con especial detalle, los cambios discursivos de las élites políticas nacionalistas, durante el denominado proceso soberanista catalán. Para dar cuenta de los cambios y las continuidades del discurso, se comienza la investigación hasta el tardo-pujolismo, de los años 2000-2003, se incluyen los años de los Gobiernos Tripartitos, entre los años 2004-2009, y se finaliza la investigación con el proceso soberanista entre los años 2010-2014. En concreto las pregunta de investigación plateadas son: ¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del nacionalismo catalán desde el año 2000 al 2014? específicamente entre los siguientes tres períodos: 2000-2003, 2004-2009 y 2010-2014, ¿Bajo qué circunstancias esos cambios han sido posibles? Antes de describir la estructura de la tesis, merece la pena hacer una breve mención de la naturaleza singular del período analizado, si bien se desarrollará con más detenimiento esta característica singular a lo largo de todo el presente texto. A modo de brevísima introducción se puede decir que, en la historia de la España constitucional, el nacionalismo catalán ha sido predominantemente pactista, de tal modo que la estrategia de las élites nacionalistas (principalmente la élite política conservadora) durante este tiempo fue la negociación y el acuerdo con el Gobierno nacional. Como resultado de esos pactos el Gobierno de la Generalitat obtenía más autonomía a cambio de apoyos legislativos a nivel nacional. Ello tuvo como resultado un despliegue de transferencias y descentralizaciones que dotaron de un importante autogobierno a la comunidad autónoma de Cataluña. En este escenario el nacionalismo catalán de carácter independentista nunca superó cuotas de un 23% de apoyo social (Miley, 2006). A partir de la victoria de Convergencia y Unión (CiU) en el año 2010 en las elecciones a la Generalitat, de la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional del mismo año ―contraria en algunos aspectos a ciertos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña reformado en el años 2006 con el Tripartito― y, sumado a ello, la llegada del Partido Popular al Gobierno nacional en el año 2011, ese tradicional y esperable pactismo se ha ido transformando en secesionismo. El Gobierno de la Generalitat de Cataluña, encabezado por CiU, apoyado por ERC, desde el año 2010 ―pero en particular desde el año 2012― ha desarrollado una activa campaña de movilización en 13 función de lo que se conoce como “el proceso soberanista”. Este proceso tiene como objetivo la secesión de Cataluña de España, para ello se viene realizando toda una serie de acciones por parte del Gobierno de la Generalitat, y de asociaciones civiles independentistas, que concluyeron a finales del año 2014 con la realización de una consulta sobre el futuro político de Cataluña, consulta que, originalmente pretendió ser un referéndum de autodeterminación y que finalmente fue suspendido por el Tribunal Constitucional. Dicha consulta, se celebró el 9 de noviembre de 2014 y representa el momento de máxima movilización social del nacionalismo secesionista en Cataluña y punto culminante y corolario de este denominado proceso soberanista, considerando el período analizado. Este proceso, puede ser calificado de excepcional, debido a su magnitud, por los objetivos que pretende alcanzar, por los actores institucionales que intervienen, por la ausencia de una clara mayoría social que lo apoye y por los cambios que ha producido, tanto en las formaciones políticas, en la arena política y a nivel social en Cataluña, como también en el resto de España. Es por ello que se presenta un fértil campo de investigación para dar cuenta de un fenómeno, como se dijo, de carácter excepcional. Por otra parte, y dentro de esa excepcionalidad que hace indispensable la investigación en este campo, sobresalen otros tres elementos, fundamentales para la comprensión del proceso soberanista, que son: 1) la acción fundamental de las élites políticas en la movilización nacionalista a partir del discurso; 2) la demografía heterogénea de la sociedad catalana que se opone a la descripción que de ella hace el discurso de las élites; y 3) las circunstancias en que este proceso se desarrolla. A pesar del riesgo de la inmediatez, que acarrearía afrontar una investigación de un objeto de estudio tan cercano en el tiempo y sin que hayan mediado un mayor número de trabajos académicos e investigaciones sobre él, merece la pena afrontar la investigación de este proceso soberanista, por lo excepcional de su existencia, por la falta de estudios ―no nacionalistas― que lo investiguen, y por la importancia académica, y también social que pueden tener sus consecuencias. Es por todo ello, que para responder a las preguntas planteadas, se propondrá un análisis de los marcos de significación para la acción colectiva que ha utilizado, en sus discursos, la élite política en Cataluña desde el año 2000 hasta el año 2014. Se realizará además, un análisis comparado de la producción discursiva de la élite política catalana, en lo que respecta a los procesos de enmarcado, a las estrategias y a los 14 marcos a partir de un marco ideal propuesto, en función del tema del encaje de Cataluña en España. La tesis consta de dos partes. La primera, que incluye los tres primeros capítulos, es donde se desarrollan las herramientas teóricas y metodológicas con las que se abordará la investigación; por otro lado, en la segunda parte, que va desde el capítulo cuarto al sexto inclusive se desarrollan los análisis empíricos de los discursos de las élites políticas en Cataluña en los tres períodos mencionados. En el capítulo séptimo, se presentan las conclusiones. En el último, como es de rigor incluye la bibliografía utilizada. Puntualmente, y por orden expositivo, en el capítulo primero posee dos apartados. En el primero, se expondrán las diferentes teorías del nacionalismo, a partir de la clasificación propuesta por Smith (2000, 2004) entre las escuelas modernistas, perennialistas, primordialistas y etnosimbolistas. En el segundo apartado, se desarrollarán dos tipologías de naciones siguiendo los trabajos de Andrés de Blas (1994, 1997) de las que resultan dos tipos ideales de nación: la nación cultural y la nación política. A partir de estos dos tipos ideales de nación propuestos, se construirán las dos estrategias enmarcadoras que utilizarán las élites políticas, para enmarcar los marcos de significación para la acción colectiva que utilizan en los diferentes períodos analizados. Po último, a partir de los elementos teóricos de la primera parte del capítulo se realizará una revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán. Esta revisión divide la literatura en las aproximaciones perennialistas, etnosimbolista y modernista; y es a partir de esta última, que se emprende la descripción demoscópica de la sociedad catalana del capítulo cuarto, que da asidero empírico, a los análisis discursivos de los capítulos cuarto, quinto y sexto, que conforman la parte empírica de la tesis. En el segundo capítulo se expondrán los fundamentos teóricos y metodológicos vinculados al estudio de la acción colectiva y de los movimientos sociales, con especial interés en la técnica del análisis de marcos y de la Estructura de Oportunidad Política (EOP), que son las técnicas que se utilizan en esta tesis. Esa exposición se hará a partir de la reseña de las principales teorías y de la disciplina, por orden cronológico y desde la perspectiva de sus principales autores, del mismo modo que en el capítulo primero se hace con el nacionalismo. En el capítulo tercero se expondrá la propuesta teórico-metodológica de la tesis para responder a la pregunta de investigación planteada. Esta tesis se inserta dentro de la 15 perspectiva de la tradición modernista del nacionalismo y del constructivismo en particular, que entiende al nacionalismo como una ideología que puede ser investigada desde el análisis del discurso. Para ello, se propondrá utilizar la técnica del análisis de marcos para dar cuenta del cambio de los discursos de las élites políticas catalanas entre los años 2000 y 2014, analizando: marcos, proceso de enmarcado y estrategias respecto al tema del encaje de Cataluña en España, en función de un marco ideal propuesto y complementando esos análisis con la EOP. El uso del marco ideal permitirá confrontar y comparar los diferentes marcos de las diferentes formaciones políticas y a través de los diferentes períodos. El capítulo cuarto, el primero de la segunda parte de la tesis, consta de dos partes diferenciadas. La primera ofrecerá un descripción demoscópica de la sociedad catalana con especial relevancia a las cuestiones identitarias (además de las de origen, clases, etc.); y se realizará, por otra parte, una comparativa entre las mismas cuestiones analizadas, entre la población y las élites políticas, para ponderar la relevancia que tienen las élites en el nacionalismo catalán, y en particular, en el proceso soberanista. En la segunda parte del cuarto capítulo, se analizará el discurso de las élites políticas catalanas respecto del tema del encaje de Cataluña en España entre los años 20002003, en decir, en el tardo-pujolismo. Si bien la tesis investiga las formas en que ha cambiado el discurso de las élites políticas nacionalistas en Cataluña, se analizarán además de los discursos nacionalistas, los discursos de los partidos no nacionalistas de base regional, como los discursos de los partidos nacionales. Ello permitirá observar sus interacciones dialécticas y ofrecer explicaciones más sólidas a los cambios que se pretenden explicar. En este cuarto capítulo además, se incluirá, en su segunda parte, una descripción general de cada partido político que interviene en el análisis, con la excepción de Ciudadanos, Solidaridad Catalana por la Independencia, y Candidatura de Unidad Popular, cuya descripción se realizará, por motivos temporales, en el quinto y sexto capítulo respectivamente. En el capítulo quinto se analizará el discurso en el período que va entre los años 2004 al 2009, que tiene como eje temático la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña del año 2006 y los Gobiernos Tripartitos de izquierda. En el capítulo sexto se analizan los discursos del período comprendido entre los años 2010 al 2014, que tiene como eje central el proceso soberanista. 16 La estructura de los tres capítulos de la segunda parte es la misma ―exceptuando la primera parte del capítulo cuarto― en ellos se realizará al inicio del capítulo una descripción de los elementos fundamentales y de los hechos relevantes del período a nivel político, en el que contextualizarán los análisis posteriores. A partir de esa descripción, se llevarán a cabo los análisis de los marcos y estrategias de los discursos de las diferentes formaciones políticas que aglutinan a la élite política en Cataluña en función del marco ideal y luego se complementará ese análisis con la EOP. Por último se expondrán las conclusiones de cada capítulo. Si bien, en esta tesis, se analiza el discurso de las elites políticas, no se investigan los discursos de individuos aislados, sino de personas que conforman una minoría organizada y establecida en instituciones políticas. Es por ello que tiene relevancia la localización estratégica de las élites en los partidos políticos y las instituciones del Estado y no se hace referencia a personas o individuos al margen de la estructura. Dado las diversas entidades y magnitudes de los diferentes partidos políticos y de sus respectivos discursos, se asignará una extensión diversa al análisis de cada discurso, dependiendo del partido político que se trate y su influencia en el momento analizado, al igual que el orden en que se expone el análisis. 17 18 Primera parte. Capítulo I: Marco teórico del nacionalismo: Plan de trabajo del capítulo: El planteamiento del presente capítulo es doble. Por un lado, se ofrecerá el marco teórico respecto del nacionalismo a partir del cual se desarrollará la tesis. Este apartado se organizará siguiendo la conocida categorización propuesta por Smith (2004), en referencia a las perspectivas teóricas de los principales autores de la materia. Luego, se propondrá una categorización de los tipos de nacionalismos, a partir de los tipos ideales propuestos por Meinecke (1970) y desarrollados por Andrés de Blas Guerrero (1994), que servirán para definir los tipos de estrategias de enmarcado de los discursos. En la segunda parte de este capítulo se ofrecerá una revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán que enmarcará el estudio presente pero de un modo más específico. En ese apartado se categorizarán los autores que desarrollan sus investigaciones sobre el nacionalismo catalán, en correspondencia con lo descrito en el primer apartado del capítulo. Nacionalismo. Breuilly entiende que “[e]l nacionalismo es una forma de política” (1990:48) y nos conmina a que antes de indagar acerca de las “bases” de tipo “cultural, social, económica o psicológica” del nacionalismo, se orienten las investigaciones hacia el análisis de “cómo opera realmente esta forma de política” (1990:48). Acotando un poco más la definición podemos decir que el nacionalismo es un tipo de discurso (asimilable en este caso al concepto ideología) que construye la nación y la identidad nacional a partir de la narración (Bhabha, 2010). El propósito de esta tesis tal y como se mencionó en la introducción se enmarca en la recomendación citada anteriormente, es decir, la presente tesis entiende al nacionalismo como un tipo particular de discurso a partir del cual se construye la nación y la identidad nacional. Para afrontar el estudio del fenómeno del nacionalismo catalán, en este capítulo, se propondrán una serie de herramientas conceptuales de orden general respecto de las teorías del nacionalismo y de los tipos ideales de nación, en la primera parte; y se ofrecerá un estado de la cuestión del estudio sobre el caso del nacionalismo catalán en la segunda. 19 Desde una perspectiva general sobre el análisis de las teorías del nacionalismo podemos decir junto con De Blas (1997) que, el nacionalismo, en tanto que ideología o movimiento político “es una realidad difícil de aprehender en el marco de una teoría explicativa de carácter global” (De Blas, 1997:507). Esta dificultad propia del objeto de estudio en sí, tiene su origen en la faceta proteica del nacionalismo y en la relevancia de los casos y sus particularidades. Estas particularidades, por su complejidad, tienden a escapar en muchos casos a los intentos de sistematización teóricos. No obstante lo anterior, es innegable que el estudio de los casos particulares, tal y como sostiene De Blas (1997), debe ser complementado, con las instancias de una teoría general. En otras palabras, dos son las razones que nos llevan a no cesar en la búsqueda y en la aplicación de la teoría general del nacionalismo, la primera la creencia en el empeño de la tarea heurística de la ciencia; y la segunda, de bastante menor alcance pero no menos importante, de intentar dar cuenta de los fenómenos sociales y políticos de una forma global. Para estos fines la teoría reviste una importancia fundamental para poder dotar de mayor fuerza, coherencia y sistematicidad ―cuando no de sentido― a las explicaciones. El otro elemento, que hace ardua la tarea de dar cuenta del fenómeno del nacionalismo, es el gran interés que ha generado, y genera, este fenómeno y la amplísima bibliografía producto de ese interés. Estas referencias a la extensión, a la complejidad y a la falta de una teoría comprensiva, es un ritual de los trabajos sobre el nacionalismo como sostiene de Blas (1984:13). Pero, tras el tópico que representa la referencia ritual, existe una base real que lo justifica. Haciendo frente a esa base real y pese a la dificultad de la extensión del corpus bibliográfico mencionado, en lo que sigue, se intentará presentar las principales aproximaciones de investigación al fenómeno del nacionalismo a partir de la ya clásica tipología de Smith (2000 y 2004) ―a quién se seguirá en sus desarrollos―. A ello se sumará, una categorización tipológica de naturaleza analítica de las naciones que son: nacionalismos cívicopolítico y etno-cultural, que fueran propuestas por Meinecke (1970) y que es recogida ampliamente por la comunidad científica; en ello atenderemos fundamentalmente a los trabajos de Andrés de Blas Guerrero (1994, 1997). Para introducirnos directamente en la cuestión, diremos con Smith (2000, 2004) que existen cuatro paradigmas de investigación fundamentales en el estudio del nacionalismo, estos son el modernismo, el perennialismo, el primordialismo y el etnosimbolismo. Comentaremos cada uno de los paradigmas mencionados, a partir de 20 los principales autores del estudio del nacionalismo y nos detendremos con particular interés en el paradigma modernista que es el que se adopta en esta tesis doctoral. Perennialismo: El primer paradigma que se comentará es el perennialismo. Ésta aproximación podría describirse como el paradigma tradicional de la historiografía ―lejano en cierto sentido de los parámetros de rigor científico― de países como Francia, Gran Bretaña o Alemania (Smith, 2000). Este paradigma interpretaba los hechos históricos en función de una continuidad histórica de la idea de nación desde un pasado remoto y glorioso, pasando por el presente (quizás menos memorable) y a la espera de un renacer nacional futuro. La idea central de esta aproximación era que la nación es perenne, es decir, que su existencia no ha tenido interrupción alguna desde sus orígenes pretéritos. Muchos autores y académicos asumieron, a lo largo del siglo XIX llegando incluso hasta la década del cuarenta del XX en algunos casos, una visión perennialista del nacionalismo aun cuando la ideología nacionalista fuera un desarrollo histórico reciente (Smith, 2004:67). Estos autores entendieron a las naciones como formaciones sociales con un patrimonio etno-cultural politizado; es decir, una comunidad con una serie de rasgos comunes que se han mantenido en el tiempo (tales como la lengua, la sangre, o la cultura) y relacionaba esas características con los fundamentos de una entidad política que es la nación. El perennialismo asume como propias y válidas las premisas del nacionalismo y naturaliza la idea de nación, en tanto que ésta “reflejaría los principios subyacentes de las historia” (Smith, 2000:54). La idea central que recorre todo el arco de la perspectiva del perennialismo es que las naciones son “comunidades históricas básicas, a la vez que antiguas e inmemoriales” (Smith, 2000:54) que encarnan las propias características del pueblo que se manifiesta en una forma de ser determinada a nivel individual ―se destacan además, determinados rasgos de carácter y de voluntad― no admitiendo, por otra parte, matices ni fisuras al interior de ese pueblo que es presentado de un modo homogéneo. Por otra parte el perennialismo centra su atención en la motivación de la acción individual en los sentimientos nacionales de los sujetos. Estos sentimientos son, de igual modo que las naciones, un elemento ineludible como fundamento heurístico que era vinculado a fuerzas históricas de carácter natural. 21 El perennialismo desarrolló una identidad conceptual fundamental entre los términos de “raza” y “nación”. Y si bien el concepto de “raza”, se encontraba asociado al hecho de que los sujetos compartiesen un mismo patrimonio cultural y a un mismo origen; no es menos cierto tampoco, que a partir del concepto de raza se extendieron una serie de analogías biologicistas ―de más está decir que de muy escaso rigor científico, sin entrar en cuestiones normativas― que relacionaban naciones con organismos biológicos. Para esta perspectiva, las naciones, en tanto que organismos, eran objeto de la evolución de tal modo y manera que poseían las mismas características de “gradualismo, desarrollo y acumulación” (Smith, 2004) que los organismos vivos. El vínculo que enlaza los conceptos de raza y de la nación, dentro de la perspectiva perennialista es el de la lengua. Tal y como sostiene el neo-perennialista Hasting “Las lenguas orales son propias de las etnias; las lenguas vernáculas ampliamente escritas son de las naciones” (Hastings, 2000:36). E incluso, este autor, establece una correlación entre la producción escrita y la posibilidad de la emergencia de la nación, en tanto que, “cuantos más escritos con impacto popular produzca una lengua vernácula, más parece impulsar a sus hablantes desde la categoría de etnia a la de nación. […] en cierto sentido los textos pueden dar origen a pueblos” (Hastings, 2000:35). Hasting toma el argumento modernista de Anderson (1993) y lo extrapola desde la modernidad ―es decir de los siglos XVIII y fundamentalmente del XIX― al siglo XVI. Es por ello que llega a sostener que a mayor uso de la legua vernácula y más estable se hace esta, se comenzará “a crear, casi necesariamente, lo que se podría llamar una protonación” (Hasting, 2000:36) Según Smith (2004) al perennialismo lo encontramos en dos versiones o formas, la primera, es el “perennialismo continuo”, que hace referencia a las largas tradiciones que poseen algunas “naciones”. Estos orígenes no solo pueden rastrearse hasta el siglo XVI o incluso el XV ―como en los casos de Suecia Rusia y Holanda― sino que existen otros casos, que cita Seton-Watson (1977) como los de Francia, Inglaterra, Escocia y España donde “los orígenes nacionales podrían rastrearse más atrás. [y] cuya longevidad histórica sustanciaría el sentido de la nacionalidad inmemorial de su población” (Smith, 2004:69) El otro formato del perennialismo es el que Smith denomina “perennialismo recurrente”. Este tipo de perennialismo entiende que las naciones tienen un principio y un final histórico, es decir, tienen una génesis y tendrán del mismo modo un final, en otras palabras, las naciones son históricas. Lo que no tiene caducidad es el concepto 22 mismo de “nación”. La nación “como categoría de asociación humana, es eterna y ubicua” (Smith, 2004:69) a lo largo de la historia y del mundo. Esta máxima del perennialismo es particularmente arriesgada en términos conceptuales ya que tiende a plantear la analogía biologicista, en este caso la propia vida de las naciones, como una ley natural. Modernismo: Frente a este paradigma tradicional del perennialismo surge un paradigma de reacción que es el modernismo. El modernismo, tal y como sostiene Máiz (1997), se ha impuesto como aproximación mayoritariamente asumida por la academia, y pueden identificarse ideas centrales y compartidas por los diferentes autores que se agrupan en este enfoque, como las que siguen: - Las naciones son producto de la modernidad, no son una realidad dada, son asunciones de colectividades culturales modernas, antes que realidades inmemoriales datadas en el origen de los tiempos tal y como sostenía el perennialismo. - Las naciones son producto de la acción racional en las condiciones que ofrece la modernidad y no “producto de fuerzas históricas muy arraigadas” (Smith, 2000:55). - El nacionalismo crea las naciones y no al revés. Dentro de este gran paradigma modernista ―que es el que se asume en esta tesis― existen varias tendencias o perspectivas que acentúan o puntualizan algunos elementos heurísticos frente a otros. Pero, en líneas generales tienden a coincidir en todo con las tres premisas comentadas más arriba. Históricamente, el modernismo entiende a la nación como un proceso de creación que comenzó en Francia, a partir de la Revolución de 1789, influenciado por las nociones de autogobierno de ciudadano libres e iguales que se arrogan la responsabilidad y el derecho de participación en los asuntos públicos y en los que reside la soberanía. En este sentido el modernismo tiende a asumir conceptualmente los inicios de la nación en los mismos términos que lo hace Meinecke (1970) vinculando el nacionalismo cívico y democrático a conceptos tales como: ciudadanía, autogobierno y patriotismo. Con el modernismo existe un cambio ideológico fundamental en los términos enunciados en el párrafo anterior que, tal y como comenta Smith, “[fue sobre todo en la Francia del siglo XVIII cuando se convirtió por fin en credo viviente la exhortación de Pericles a sus conciudadanos atenienses en la Oración Fúnebre en el 430 [a].C. a 23 enamorarse de su ciudad. Solo entonces fue asumido colectivamente su ideal de ciudadano activo, preocupado por lo público” (Smith, 2004:64). Estos cambios sociales permitieron la emergencia del nacionalismo y de su idea de nación, en la modernidad y más puntualmente en la Revolución de 1789, no solo son fenómenos modernos sino que en ellos el lugar determinante lo ocupa la “nación soberana, única y unida y que han transformado el mundo a su imagen” (Smith, 2004:64) Estas ideas son las que reclamaban los revolucionarios franceses y que se terminaron imponiendo como los principios de la revolución (no sin ciertas reticencias iniciales) eran "unidad, indivisibilidad de la República; libertad e igualdad” . Note el lector que ese lugar preponderante del concepto de nación soberana, unida y única, ocupa la primera parte de las proclamas revolucionarias. El paradigma del modernismo señala, de esta manera, un doble cambio que trae consigo la modernidad: el primero es la innovación del nacionalismo, y el segundo cambio es el producido por la aparición de la nación, es decir, el producto del nacionalismo. Para el modernismo la innovación no es cronológica, sino cualitativa, en tanto que las características particulares de la modernidad trajeron aparejadas un cambio a nivel ideológico que produjeron efectos sobre las formas tradicionales que observaban las comunidades humanas, las identidades colectivas, el sistema político y el ordenamiento internacional. Smith se centra en describir las diferentes explicaciones que ofrece el paradigma modernista sobre aquellos elementos propios de la modernidad que han desencadenado el surgimiento del nacionalismo. Los factores a los que hace referencia Smith son: el socioeconómico, el sociocultural, el político, el ideológico y el construccionismo. Veamos brevemente las principales aportaciones de cada una de estas perspectivas que forman parte del paradigma modernista en sentido estructural: Perspectiva de los factores socioeconómicos: Los principales exponentes de esta aproximación son Nairn (1977) y Hechter (1975)1. Ambos autores vinculan la nación y el nacionalismo a las condiciones propias de la economía capitalista que acentúan sentimientos de privación relativa (Gurr, 1974) que ha acentuado las fracturas o clivajes de clase, regionales, centro-periferia, o entre élites. Hechter, (1975) destaca 1 Hechter estudia el caso de Irlanda, desde una perspectiva cuantitativa. 24 en particular la influencia del capitalismo industrial y sus consecuencias, como por ejemplo, las relaciones centro periferia, la división desigual del trabajo ―deudora en términos conceptuales y en cierto sentido de los postulados de la teoría de la dependencia― como variable explicativa del surgimiento y de la difusión del nacionalismo. Uno de los conceptos fundamentales que acuña en su trabajo es el de “colonialismo interno” (Hechter, 1975)2. En el caso de Nairn (1977) vemos una síntesis de teorías marxista del desarrollo desigual, de la teoría de la dependencia y los trabajos de E. Gellner. Esta síntesis entiende que el nacionalismo tiene como factor determinante el desarrollo desigual del capitalismo. Ello tiene como consecuencias las tensiones entre el centro y la periferia. Para Nairn3, estas tensiones son aprovechadas por las élites periféricas para movilizar a la población contra el centro. El nacionalismo que describe Nairn (1977) es un nacionalismo de tipo cultural y populista (que se verá más adelante) en el que tendrá un papel central la intelligentsia, para su difusión. Según Nairn, es esta intelligentsia la que genera y crea la cultura nacional en clave romántica e interclasista. Los ejemplos clásicos del siglo XIX serán Alemania e Italia, y en el siglo XX, son Cataluña, Escocia, Quebec y Flandes (citado en Smith, 2000:106). Tal y como se verá más adelante, la experiencia empírica hace difícil encajar a Cataluña en las tesis del colonialismo interno y en el desarrollo desigual, propuestos por Nairn, de finales del siglo XX y principios del XXI. Aunque en lo que respecta al expediente colonial clásico, sí es cierto que las aportaciones de Nairn se adecúan con más éxito a analizar esos casos (Smith, 2000). Perspectiva de los factores socioculturales: Uno de los principales exponentes de esta perspectiva es E. Gellner (1964, 1983). Gellner es uno de los pensadores fundamentales del modernismo en particular y del nacionalismo en general. Gellner pretendió buscar una teoría general del nacionalismo a partir de una visión o perspectiva global de la historia de la humanidad. Gellner elabora también sus explicaciones a partir de los factores de la modernidad que afectan al nacionalismo centrándose en articular en el desarrollo desigual de la modernización (no del capitalismo). De orientación funcionalista ―hecho que le ha valido críticas― su tesis 2 Sostiene Hechter que “Si la estratificación social en la periferia está basada en diferencias culturales observables, existe una cierta probabilidad de que el grupo desventajado reaccione afirmando su propia cultura, como igual o incluso superior a aquella del centro relativamente privilegiado. Esto puede ayudarlos a percibirse como una nación separada, y buscar, por lo tanto, la independencia” (Hechter, 1975:10). 3 Para Nairn el origen del nacionalismo no se encuentra en el pueblo o en la identidad reprimida, sino en el desarrollo económico desigual de la historia desde el siglo XVIII. 25 fundamental es que en su necesidad de una mano de obra alfabetizada homogénea, móvil y con una formación orientada al trabajo, las naciones procuraron los medios estatales para proveer ―a través de la escuela pública y obligatoria, así como los planes de estudio estandarizados― las estructuras institucionales de masas necesarias para impulsar y generar la mano de obra que necesitaba la industria capitalista y la cultura avanzada de las sociedades modernas. Para el primer Gellner de Though and Change, de 1964, el nacionalismo surge a manos de la intelligentsia que politizaba conflictos étnicos y económicos provocados por el desarrollo desigual de la modernidad. Más adelante en Naciones y Nacionalismo publicado en 1983 Gellner reelabora su teoría y retira el peso teórico que otorgaba a las élites de la intelligentsia y se centra en las necesidades de formación homogénea de la sociedad moderna. Para dar cuenta de estas relaciones Gellner introduce el concepto, de cultura avanzada. Esta sería una cultura “pública, escrita, inculcada por medio de un sistema educativo de masas, estandarizado y académicamente supervisado, llevado por especialistas” (Smith, 2000:84-85). A partir de este concepto Gellner define la identidad nacional, entendida como la autoidentificación de los ciudadanos con esa cultura avanzada; la nación, a la que concibe como la manifestación de esa cultura avanzada en ámbito político y social; y define el nacionalismo, al que propone como la “aspiración a obtener o retener un tipo de cultura avanzada como ésta y hacerla congruente con un Estado” (Smith, 2000:85). Para llegar a esas definiciones, partiendo del concepto de cultura avanzada Gellner realiza un análisis de las transformaciones de las sociedades de las etapas preagrarias a las sociedades agrarias, y de éstas, a las sociedades industriales. A diferencia de las sociedades pre-agrarias y (fundamentalmente) de las agrarias, las sociedades industriales necesitan una cultura avanzada que reemplace los ligámenes, que poseían las otras sociedades. La sociedad moderna posee unas características diferenciales como son la igualdad en sus ideales ―aunque no lo son siempre en la práctica― (Gellner, 1983), la movilidad social, crecimiento económico y el desarrollo y la innovación. Además de la división del trabajo, el cambio social constante, y el trabajo de naturaleza semántica antes que manual. De allí la importancia de una cultura avanzada de las características que se comentaron más arriba, y de allí también la determinación, en términos de Gellner, del nacionalismo como agente que propicia que sean las diferentes culturas “las depositarias naturales de la legitimidad política” (1983:55). De este modo el 26 nacionalismo pasa a ser “un principio político que mantiene que la cultura común es el lazo social básico” (Gellner, 1983:5) Debido a la dificultad de establecer una empresa de esta tipo, ―es decir, una cultura pública, escrita, inculcada por medio de un sistema educativo de masas, estandarizado y académicamente supervisado― el rol del Estado es fundamental para la consecución de estos fines. Es por ello que cultura, sistema educativo y nación quedan vinculados por medio del Estado y esta situación conduce a que todos los Estados modernos se establecen como Estados nacionales (Gellner, 1983). La sociedad moderna, para Gellner, solo puede funcionar mediante la homogeneidad cultural y esa homogeneidad debe ser promovida e impulsada por el sistema público centralizado y estandarizado de educación. Ese sistema estatal impone una determinada cultura concreta como código de comunicación que pasa a ser un valor en sí mismo y es por ello que el nacionalismo entiende que debe ser defendido y protegido. Es el Estado, según Gellner, quién por medio del sistema de educación público impone la cultura avanzada de la nación a la población. Y es el nacionalismo quién determina qué elementos son aquellos que forman parte de esa cultura avanzada, en palabras de Gellner: “Es el nacionalismo el que crea las naciones y no al revés. Ciertamente el nacionalismo recurre tanto a las culturas que proliferaron con anterioridad y que habían sido históricamente heredadas como a la riqueza cultural preexistente, si bien hace un uso selectivo de ellas y, a menudo, las transforma radicalmente” (Gellner, 1983: 55). Gellner insiste, además, sobre la capacidad de reinvención del nacionalismo sobre la lengua y la cultura, así como sobre mitos y sobre la cultura en general. Las críticas a Gellner han sido muchas y de entidad diversa, las más relevantes ―seleccionando algunas de ellas― se centran en su visión funcionalista sobre el nacionalismo y la modernidad; su descuido de otras facetas del fenómeno, tales como, el origen o la difusión del nacionalismo (Smith, 2004); del mismo modo que se le censura cierta falta de claridad conceptual respecto del término modernidad y de las ocasiones en que elementos propios de éste coinciden con elementos de naturaleza tradicional en el análisis de los casos concretos y, por último, cierto etnocentrismo que se derivaría del concepto modernidad. Sin perjuicio de las críticas, y de lo acertadas de algunas de ellas, a los trabajos de Gellner, es necesario destacar la enorme influencia que ha tenido su trabajo en las 27 investigaciones sobre el nacionalismo y en particular en la perspectiva modernista y los avances que en el estudio del fenómeno ha realizado y promovido. Y fundamentalmente el gran alcance explicativo del modelo (a pesar de la dificultad de dar cuenta de los nacionalismo en sociedades agrarias, por ejemplo) a nivel general. Perspectiva de los factores políticos: Esta perspectiva entiende que el factor explicativo del nacionalismo es el Estado y está encabezada por autores como Breuilly (1990), Mann (1995) y Brubaker (1996). Para estos autores, el peso del Estado burocrático moderno está asociado con el surgimiento de las naciones y del nacionalismo. Las nociones que existen detrás de esta perspectiva son las del componente burocrático de las organizaciones fundamentalmente del Estado como actor central de la vida social y de la esfera internacional, además de los cambios a nivel relacional entre la sociedad y el Estado, y de las modificaciones tecnológicas en las comunicaciones y en la información que hacen necesario un Estado nacional que promueva identidades nacionales para ser exitoso en sus funciones. Brubaker postula su análisis desde la perspectiva del neoinstitucionalismo sociológico, y comienza criticando a la forma en que las aproximaciones tradicionales tratan a la nación como “comunidades sustanciales y duraderas” (1996: 21) ―crítica que ya se encontraba en el modernismo gellneriano― y propone, por otra parte, una forma de abordaje de la cuestión con eje en las categorías prácticas de nación y se concentra en las formas políticas e institucionales que existen materialmente, de este modo, la nación en su forma de “noción analítica” debe entenderse como contingente y no caracterizarlo de modo sustancial. Brubaker pone su atención en los casos de Europa occidental y oriental, en especial, en el espacio post-soviético analizando la triple relación existente entre las pretensiones del grupo étnico dominante que conforma el núcleo duro de la nación, las ambiciones de los estados vecinos y las demandas compensatorias de otras minorías étnicas distintas a las dominantes. Ello da como resultado tres categorías de abordaje del nacionalismo la primera la del “nacionalismo nacionalizador”, la segunda la del “nacionalismo transfronterizo” y la tercera el “nacionalismo de las minorías”. En el primer caso entiende por “nacionalismo nacionalizador” aquel nacionalismo motivado por las reivindicaciones de los grupos étnicos que se describen etnoculturalmente, se definen como una nación y suelen reclamar el control del Estado. Los “nacionalismos transfronterizos” pretenden la defensa de una nación que excede la demarcación de las fronteras del Estado y tiende a incluir población nacional en otro 28 Estado. Brubaker sostiene, que el "nacionalismo transfronterizo" neutraliza el “nacionalismo nacionalizador”. En cierta forma Brubaker sostiene que este nacionalismo es la reacción frente al “nacionalismo nacionalizador” sobre poblaciones que aun viviendo dentro de sus fronteras son percibidas y reivindicadas como parte de esa nación transfronteriza. El autor también describe "nacionalismo de minorías", como aquel que tiende a oponerse al nacionalismo nacionalizador. Para Brubaker la población a la que se dirige y que reclama el nacionalismo de minorías es el mismo que reclama el nacionalismo nacionalizador y ambos nacionalismos compiten por ello. De hecho no siempre, sostiene Brubaker, conviven ajenos a tensiones. La descripción que suelen hacer, de sí mismos, los nacionalismos de minorías es de naturaleza etno-cultural y reclaman ese reconocimiento más allá de lo meramente político. Por otra parte, el nacionalismo de minorías pretende debilitar el Estado y el tipo de nacionalismo que este haya adoptado, en tanto que suelen reclamar, no ya el control del Estado, sino un Estado para ese nacionalismo de minorías o un reconocimiento etno-cultural determinado. Breuilly (1990), por su parte, se enmarca, al igual que Brubaker, en la estela gellneriana respecto de la naturaleza moderna del nacionalismo, pero centra su investigación en el rol del Estado, en tanto que “lo que configura la política nacionalista es la forma adoptada por el Estado moderno” (1990:13). Breuilly, a diferencia de Gellner, lejos de pretender desarrollar una teoría general sobre el nacionalismo, se orienta a las formas que el nacionalismo se relaciona con “las formas de obtener y utilizar el poder del Estado” (1990:11). Para este autor, el marco teórico general, al igual que sostiene De Blas (1997), debe enmarcar el estudio sobre los casos particulares, de allí deduce la necesidad de una tipología específica que desarrollará para el análisis de esos casos empíricos. Para Breuilly es fundamental dar correcta cuenta de las complejidades del caso concreto intentando “localizar los modelos subyacentes” (Breuilly, 1990:48) De Blas entiende que la relevancia de esta perspectiva del estudio de los factores políticos del nacionalismo resalta “el decisivo significado de la búsqueda del poder en relación con […] el Estado” (de Blas, 1994: 29). Es a través del nacionalismo que el Estado adquiere una vía “privilegiada” de legitimación o “en el vehículo a través del cual nuevos agentes sociales pretenden legar a la conquista del poder político” (de Blas, 1994: 29). Esta perspectiva será de vital importancia en la tesis presente, en tanto que, aporta una perspectiva realista y pragmática en el análisis, por ejemplo de las bases sociales 29 del nacionalismo, y muy especialmente, en lo respectivo a las tensiones secesionistas de los nacionalismos occidentales contemporáneos. Andrés de Blas, siguiendo a Breully, destaca que las bases sociales de los nacionalismos subestatales españoles (así como el escocés y el quebecois) “tiene poco que ver hoy con el viejo mosaico de desenganchados de la historia que en otro momento pudo levantar, aunque no sostener y asentar, la bandera del descontento nacionalista” (de Blas, 1994: 30). Breiully entiende por nacionalismo es un tipo de “movimiento político que tratan de ejercer o ejercen el poder del Estado y que justifican tales acciones con argumentos nacionalistas” (1990: 13). El argumento nacionalista, prosigue Breuilly, se estructura sobre tres premisas básicas que son la base de su doctrina política y estas premisas son: 1, “existe una nación con un carácter explícito y peculiar; 2, los intereses y valores de esa nación tienen prioridad sobre todos los demás intereses y valores; 3, La nación tiene que ser tan independiente como sea posible. Habitualmente, esto exige al menos la obtención de la soberanía política” (Breuilly, 1990: 13) A partir de estas concepciones del nacionalismo y del rol del Estado, Breuilly (1990) orienta particularmente su estudio a la indagación del nacionalismo como una política de oposición frente a un Estado existente, de aquellos nacionalismo que son políticamente significativos (Smith, 2000). Desde esta forma de entender el nacionalismo ―como oposición al Estado existente― Breuilly estructura su tipología de análisis de casos empíricos, que se basa, por una parte, en las tres formas de relación que el nacionalismo como oposición tiene frente al Estado, que son: separación, reforma o unificación. Por separación se entiende la secesión del Estado que forma parte; por reforma el acceder al poder para reformarlo; y por unificación, la unión con otro Estado. Por otra parte, se discrimina, si ese Estado puede o no, ser definido como un Estado-nación. De allí emerge una tipología de seis categorías posibles con las que Breuilly analiza los casos concretos tanto de Occidente, fundamentalmente de Europa, como también los casos más relevantes de Oriente y África. Por último, se destaca de su estudio el análisis de las formas que adquieren las políticas nacionalistas para movilizar a los diferentes sectores de la población. Los sectores que Breuilly considera fundamentales para el éxito en el desarrollo y difusión del nacionalismo, son las élites y las sub-élites (aunque menciona también las excepciones respecto de los sectores de trabajadores manuales más orientados al internacionalismo tradicional del marxismo y a ciertos sectores de la aristocracia empobrecida) del mismo que destaca el peso de los intelectuales, pero lejos de centrarse únicamente en la producción ideológica del nacionalismo, analiza la forma 30 en que se movilizan los diferentes grupos sociales, su ideología y el papel de los movimientos nacionalistas” (Breuilly, 1990: 48). Continuando dentro de la perspectiva de los factores políticos, se puede incluir a Brass (1991). Este autor destaca la lucha política entre élites como elemento central del nacionalismo. Brass entiende que el nacionalismo y la identidad nacional son constructos sociales y políticos que elaboran las élites a partir de elementos culturales para su propio beneficio (Brass, 1993). Para este autor los elementos diferenciales que conforman la etnicidad será utilizada por las élites “para hacer demandas en la arena política, para conseguir una alteración de su status, de su bienestar económico, de sus derechos civiles y de sus oportunidades educativas. El grupo étnico puede aspirar al status nacional y conseguir sus metas dentro de un Estado ya existente, o bien, aspirar a uno independiente” (Brass, 1991:19-20 citado en Serrano Pascual, 1995: 68). Brass sostiene que las élites poseen el poder de contrarrestar o favorecer esas construcciones en función de los diferentes momentos políticos y económicos; pudiendo pasar de la colaboración al conflicto en función de sus estrategias y en directa relación con los diferentes momentos políticos y económicos (Brass, 1991). Para este tipo de aproximación, los elementos simbólicos con los que el Estado ―central o regional― organiza tanto el sistema educativo y productivo son centrales. Destacan por ello como muy relevantes cuestiones tales como la lengua oficial, la promoción de la creación de empleo, las infraestructuras, que son centrales para la competencia entre diferentes grupos (Brass, 1991). Por ello se vuelve central el control de los elementos culturales o identitarios es decir, el papel del Estado. Los autores que se inscriben dentro de la perspectiva de los factores políticos destacan un elemento en común que es el Estado como elemento explicativo fundamental para dar cuenta de que es el Estado quién modela y le da fundamento a la nación y no al revés, tal y como señalan Breuilly (1990), Brass (1991). A esta perspectiva de la centralidad del Estado podemos sumar a los siguientes autores: Linz (2008), Tiryakian (1985) y Brubaker (1996). Perspectiva de los factores ideológicos: El centro de esta perspectiva estará puesto en la modernidad y en los orígenes europeos de la ideología nacionalista (Smith, 2004) de principios del siglo XIX y que luego pasará a África y Asia a principios del siglo XX, profundamente influenciadas por el colonialismo europeo. E. Kedourie (1988) será uno de sus principales exponentes y será, además, quién describa y ponga en valor el componente pseudo-religioso del nacionalismo y su capacidad de construir a la 31 nación. Kedourie, tal como sostiene de Blas (1997), renuncia a las pretensiones de totalidad de los enfoques sociológicos como el de Gellner, para reorientar su interés hacia las aproximaciones histórico ideológicas. Kedourie relaciona las doctrinas filosóficas de la Ilustración, fundamentalmente la doctrina del sujeto kantiana que fue transpolada por el romanticismo alemán desde los sujetos individuales a los sujetos colectivos que, para el romanticismo son las colectividades lingüísticas. En este ámbito los sujetos individuales deben subsumirse en el sujeto colectivo para poder realizar así su ideal de autonomía individual a partir de la autonomía o de la autodeterminación del sujeto colectivo. (Kedourie, 1988; Smith, 2000). En otros términos, entiende que el nacionalismo, en tanto que ideología, recurre a los criterios culturales propios del romanticismo alemán para legitimar el apoyo Estatal y resolver así la tensión entre los grupos de población y el Estado (de Blas, 1997 y 1994). La visión del nacionalismo que tiene Kedourie es la de una ideología secular, moderna e inventada que requiere homogeneidad cultural, es por ello que, esta ideología será ampliamente apoyada por los intelectuales, según Kedourie, quienes ven acrecentar su prestigio y reconocimiento según los requerimientos culturales o lingüísticos de esa pretendida homogeneidad. En este sentido es central la educación científica, la alfabetización y el racionalismo. (Smith, 2000) Kedourie destaca el peso de los intelectuales, especialmente de los jóvenes respecto de la adhesión al nacionalismo de corte cultural romántico ―donde la lengua ocupa un lugar destacado (de Blas, 1994)― en Europa central, y específicamente en Alemania, pero también en Italia, Polonia y Hungría, y los vincula ―en tanto que bases sociales fundamentales del nacionalismo― a la promoción de esa concepción organicista del nacionalismo alemán cuyo eje central será la lengua y la cultura, que tendrá como núcleo de pensamiento “la creencia de que los miembros de la nación solamente alcanzan su libertad y realización al servicio de un ser nacional necesitado de una organización estatal propia” (de Blas, 1997:510). Más tarde Kedourie, en su segundo libro de 1971 extiende su análisis a África y Asia en particular a los enclaves coloniales que fueron permeables a “las formas seculares del pensamiento y las ideologías europeas” (Smith, 2000:186). En este estudio también ocupan un lugar central los intelectuales de las colonias a los que categoriza como hombres “marginales”, en tanto que, se encuentran atrapados entre las tradiciones de las colonias y la “occidentalización”. Kedourie sostiene tres hipótesis fundamentales, que son: que los intelectuales reaccionan frente a las políticas imperiales que los marginan; que situación de crisis identitaria suele desembocar en la 32 propuesta de doctrinas “milenaristas” ―que relaciona con el milenarismo cristiano medieval― de “progreso político sostenido” (Smith, 2000); y tercero que existen unos vínculos entre la politización de la religiosidad étnica y su movilización emotiva que deriva de la doctrina milenarista (inventada en todos los casos) y los episodios de violencia. Por último, podemos decir que, Kedourie entendiendo que el corazón de la doctrina nacionalista es exclusivamente de orden organicista y culturalista ―dejando de lado aproximaciones de la nación de naturaleza cívico-políticas como se verá en el apartado siguiente (de Blas, 1997)― tiende a considerar al nacionalismo como una ideología errónea e incoherente, “moralmente perniciosa y destructiva de cualquier orden político. […] Su potencial de violencia procede de sus frenéticos intentos por hacer realidad ideales inalcanzables en un mundo imperfecto. […] Distanciándose de sus progenitores intelectuales, los filósofos racionalistas cartesianos […], añaden una impiedad sin remordimientos a su arrogancia cósmica, buscando la perfección moral en un mundo imperfecto” (Smith, 2000:197). Constructivismo: Esta es la perspectiva que se asumirá en esta tesis. El constructivismo parte de las premisas del modernismo ―es decir que la nación es fruto del nacionalismo y que ambos tienen origen en la modernidad― pero además suma la hipótesis de que el nacionalismo es una construcción social. Dentro de este paradigma de investigación encontramos autores de la relevancia de E. Hobsbawm (Hobsbawm y Ranger, 2002; Hobsbawm, 2000), así como B. Anderson (1993) y Ramón Máiz (2008). Comenzaremos por comentar los principales conceptos aportados por B. Anderson en su libro Comunidades imaginadas y por La invención de la tradición de E. Hobsbawm ambos del año 1983 en su versión original del inglés. Como es ampliamente conocido, ambos autores pertenecen a la tradición marxista, no obstante ello, se acercan hacia posiciones cercanas “al análisis de las narrativas y del discurso «posmoderno»” (Smith, 2000:215). Hobsbawm por su parte entiende que la nación es una invención, es decir que se construye a partir de la invención de las tradiciones que son luego filtradas e hipostasiadas en ese proceso de construcción: “«tradición inventada» engloba una serie de prácticas […] de naturaleza ritual o simbólica, a través de la cual se intenta inculcar ciertos valores y normas de conducta por medio de la repetición, lo que automáticamente implica una continuidad con el pasado” (Hobsbawm y 2002:1-2). 33 Ranger, Estas tradiciones tiene tres objetivos fundamentales, de los cuales, el más importante es el primero que hace que de él se deriven los otros dos, estos objetivos son: la cohesión social y la pertenencia a grupos sociales; para legitimar instituciones o autoridad; o para socializar mediante creencias o valores. El estudio de la tradición inventada es, para Hobsbawm, fundamental a la hora de dar cuenta, tanto de las concepciones de la nación, como del nacionalismo, al que considera promotor de lo que denomina “ingeniería social” (Hobsbawm y Ranger, 2002). Hobsbawm sostiene que es el nacionalismo el que crea las naciones, al igual que Gellner, y considera que es un programa político que tiene como fin la creación de un Estado-nación. Señala, Hobsbawm, asimismo la naturaleza inventada de la ideología nacionalista y el carácter contingente de las naciones, compartiendo con Kedourie, cierta función utilitaria que ha tenido el nacionalismo en manos de las élites para dotar de seguridad a las masas, ello fundamentalmente respecto del nacionalismo étno-lingüístico, mientras que reconoce el valor del nacionalismo cívicopolítico europeo (Smith, 2000). Para Hobsbawm en Naciones y nacionalismos desde 1780, existen dos tipos particulares de nacionalismo ―que se analizarán en tanto que tipos ideales de nación en el apartado siguiente― y que son el nacionalismo cívico, político y democrático que imperó históricamente en Europa entre 1830 y 1870 con una clara impronta de la Revolución Francesa y de los principios de la ilustración europea que vinculan los conceptos de pueblo y nación enlazados por la soberanía. El segundo tipo de nacionalismo es el etno-lingüístico vinculado al romanticismo alemán y que prevaleció históricamente entre 1870 a 1914 y que resurgirá entre los años 1970 a 1980 (Hobsbawm, 2000). La naturaleza del nacionalismo étno-lingüístico que se centra en la exaltación de ciertos elementos diacríticos particulares como la lengua, la etnia e incluso la religión llevan a Hobsbawm a conjeturar que este nacionalismo tiende a la división y son nacionalismos negativos (Hobsbawm, 2000) y que esos nacionalismos etnolingüísticos finiseculares tienen como origen a los nacionalismos de finales del XIX de Europa del Este (Smith, 2000). Las bases sociales del apoyo al nacionalismo, según Hobsbawm, que tienden a dominar los procesos de construcción nacional son las élites, es decir, que los procesos de construcción son de “arriba hacia abajo”, antes que al revés. Ello no es óbice para que a esos procesos de nationalbuilding se sumen otros sectores sociales, que ven en ellos una forma de defensa de intereses y de aumento de oportunidades 34 frente a las transformaciones económicas propias de la modernidad, la ampliación de derechos, las migraciones masivas y aquellos cambios, que movilizan reacciones de debilidad y de miedo (de Blas, 1994). Tal y como se desprende de los párrafos anteriores los elementos centrales en el estudio del nacionalismo para Hobsbawm serán las clases sociales ―o sus intereses― y los efectos de la alfabetización como sistema de transmisión de un tipo particular de educación en una lengua dada. Todo ello en mediatizadas por las tensiones estructurales entre tradición y modernidad, educación y analfabetismo y secularismo y religión, etc., que acaecieron entre finales del siglo XIX y principios del XX. El otro autor citado anteriormente dentro de esta perspectiva del constructivismo es B. Anderson quién destaca, partiendo desde las mismas premisas marxistas de Hobsbawm, los elementos subjetivos y culturales que tiende a ser complementaria, tanto de las tesis de Hobsbawm como de K. Deutsch4, tal y cómo ha señalado Andrés de Blas Guerrero (1994). Anderson parte de la idea de que las naciones y los nacionalismos son “artefactos culturales de una clase particular” (Anderson, 1993:20). Para Anderson, este tipo de artefacto cultural tiene unos rasgos particulares, como son: su surgimiento espontáneo en Europa a finales del siglo XVIII y su estructura modular, es decir, que han podido ser transferidos a otras partes del planeta. Es importante destacar que la forma imaginada no hace que la comunidad no exista o sea falsa, sino que, caracteriza la forma en que se produce y reproduce ―para expresarlo en términos marxistas cercanos a Anderson― esa forma específica de comunidad que es la nación. Anderson, no obstante, tal y como sostiene Smith (2000), niega que la nación exista más allá de sus representaciones que realizan sus “miembros o retratistas” (Smith, 2000: 247). Anderson caracteriza a la comunidad imaginada “por su limitación espacial y por su aspiración a la soberanía política” (de Blas, 1994:19) y es el nacionalismo quién construirá esa comunidad, contando con un contexto capitalista, en tanto que sistema de producción; la imprenta, como sistema de comunicación y, por último, la diversidad lingüística. 4 Deutsch (1966) analiza como elemento explicativo del nacionalismo el desarrollo de los sistemas de comunicaciones. Estos sistemas, bien sean físicos (como el transporte) o no como los medios de comunicación masivos. Al compartir una lengua, cultura, elementos simbólicos, dentro de un territorio determinado y en el marco de la modernidad, surge ara el autor una conciencia de singularidad que es el nacionalismo. 35 Estos tres elementos contextuales que determinan la emergencia del nacionalismo, y que son los que Anderson denomina capitalismo impreso, involucran a la difusión de las diversas lenguas vernáculas tras la caída en desuso del latín como lengua franca a partir de las imprentas de propiedad burguesa. Para Anderson este sistema es el que permitió el desarrollo de la conciencia nacional a partir de la difusión de un lenguaje vernáculo impreso dotándolo así de un estatus diverso e intermedio, pasando a posicionar, a dichas lenguas impresas, entre el latín y las lenguas vernáculas solamente habladas. Por otra parte, es a partir de la literatura y del periodism5o que se forma una nueva concepción del tiempo histórico ―tiempo transversal en términos de Anderson (1993)―, esto sitúa al lector, geográfica y temporalmente, es decir, dentro de una cultura y en un momento histórico determinado, que lo vincula con el resto de sus compatriotas (Anderson, 1993). De este modo, para Anderson, son determinadas rutinas específicas cotidianas que generan la identidad nacional, lejos de las manipulaciones o ejercicios del poder de este modo la comunidad es imaginada en el ejercicio de rutinas cotidianas (Anderson, 1993). No obstante, es a partir de la intervención del Estado en los procesos de homogenización y estandarización propios del nacionalismo oficial del siglo XIX y XX, donde sí claramente interviene la acción de instituciones o poderes a favor de los procesos de nationalbuilding. A diferencia de Hobsbawm que desconfía de las bondades de los nacionalismos de tipo etno-lingüístico, Anderson refiere vínculos entre el nacionalismo y afectos tales como el amor político y la solidaridad. Estos afectos estarán relacionados con la representación de elementos imaginarios. Este tipo de sentimientos positivos, Anderson los relaciona con la existencia de una comunidad o pueblo de pertenencia y a aquellos rasgos diacríticos que configuran los criterios de esa pertenencia en tanto que son atributos no ligados a la elección, generándose así lazos naturales. No obstante entiende que es el nacionalismo oficial de los Estados el que transforma ese amor en otro tipo de sentimientos como la xenofobia, volviéndose entonces, una comunidad imaginada en un “mal” sentido. Estos últimos extremos vertidos son los más difíciles de argumentar sin contradicciones desde la perspectiva del autor y han generado importantes críticas respecto de estos últimos puntos comentados. El tercer autor que comentaremos aquí es Ramón Máiz, tanto por sus aportaciones a la síntesis de la perspectiva constructivista, como también por de la relevancia de sus 5 También Giddens (1985) destaca la importancia de la prensa escrita en la difusión de la conciencia nacional y de los medios masivos, para presentar el interés nacional como el interés general. 36 investigaciones respecto de los nacionalismos españoles, los de carácter estatal y periférico. Máiz (2008) entiende que el nacionalismo, desde una perspectiva constructivista que reposiciona el ámbito de estrictamente político como elemento fundamental y “propiamente constitutivo” de la nación y del nacionalismo. De igual modo, asume los postulados del modernismo respecto de que es el nacionalismo quién produce o crea la nación, en un proceso dinámico y complejo que debe tener en cuenta, para su comprensión dos elementos claves que son, el carácter endógeno y la naturaleza contingente de la nación, entendidas como procesos políticos, que tienen lugar en momentos dados con una coyuntura sociocultural favorable. Máiz (2007) entiende que si bien existe un amplio consenso respecto del origen moderno del nacionalismo en su estudio e investigación, una amplia gama de estudios mantiene una “discutible epistemología realista extrema” (2007: 9) que concibe la nación como “previamente cristalizada en el tiempo y construida a partir de una específica etnicidad” (2007: 9), en otros términos, podríamos decir, que ciertas investigaciones asumen las tesis modernista desde una posición perennialista de la nación. Es por ello que Máiz insiste en la naturaleza construida y contingente y exógena de la nación y de su productor ―que no su producto― que es el nacionalismo. Es, tal y como repite, el mantra del modernismo el nacionalismo el que crea la nación y no al revés. Para que tenga éxito del nacionalismo ―y de allí la importancia en su estudio e investigación― deben producirse cuatro condiciones de naturaleza estructural y de la acción, que Máiz (2008:147) describe como: 1) Precondiciones etnoculturales, que lejos de ser elementos objetivos, son producto del trabajo de selección y filtrado por parte del nacionalismo 2) Precondiciones socioeconómicas que favorezcan la creación de la nación y que se manifiestan en los problemas propios del capitalismo que describe el moderno, y que se suman a la potencial movilización social. 3) Estructura de oportunidad política, cercana a la definición de Tarrow (1997) tal y como se verá en el capítulo siguiente y 4) Una movilización política eficaz que sea capaz de construir un consenso sobre la existencia ―aparentemente objetiva― de la nación, que unifique intereses en torno 37 a esta idea y consolide un bloque socia que tienda a la homogeneidad en este punto. Estos puntos, tal y como señala Maiz, lejos de ser lineales tienden a ser un proceso circular que se retroalimenta produciendo y reproduciendo la nación a partir de la acción de “movilización y discursiva de intelectuales y partidos nacionalistas” (Maiz, 2008:147). De este modo el nacionalismo aparece como un movimiento que moviliza a la población cuando “selecciona, filtra, jerarquiza y vulgariza una etnicidad diferencial” (Máiz, 2008:149)6 en medio de una estructura de oportunidad políticas y de condiciones socioeconómicas determinadas y los resultados de estos procesos políticos abiertos e indeterminados no son elementos objetivos, sino que son productos contingentes y no necesarios. Máiz realiza una advertencia fundamental a los efectos de ponderar correctamente el carácter del constructivismo que propugna, y esta advertencia es el rechazo de los postulados del constructivismo radical o posmodernista que entiende que las naciones “no son más que el resultado de las ideologías o las teorías nacionalistas” (Máiz, 2008:150) y que es condición suficiente la nominación de la cosa para que esta exista; sino que ―y de modo un tanto kantiano― reconoce la existencia de los fenómenos independientemente de nuestros recursos conceptuales, pero esos fenómenos solo son significativos en “la medida en que se interpretan o conceptualizan desde algún marco de sentido” (Máiz, 2008:150). Es por ello que la investigación y el estudio del nacionalismo se debe orientar, antes que a los elementos o manifestaciones ―que se pretenden― diferenciales propias de la cultura tales o de “los antecedentes remotos de la identidad nacional” (Máiz, 2008:152), sino que es fundamental la orientación sobre los factores, procesos y conflictos por los que el nacionalismo generaliza, afirma y reformula su concepción de la nación. En otros términos, Máiz entiende que es a través de la movilización, el discurso y el conflicto el nacionalismo construye políticamente la nación en relación con otras fuerzas políticas y en un marco estructural determinado (Maíz, 2008). Por nacionalismo, Máiz, entiende a la movilización política basada en la organización, el repertorio de estrategias, el liderazgo y los discursos que tiene un triple objetivo, a saber: 1) la configuración de un “nosotros” y un “ellos”, en un territorio, con una historia y de carácter homogéneo; 2) la autodeterminación en forma de Estado propio y; 3) “la 6 Del mismo modo que lo entienden Greenfeld (2005) y Brass (1991). 38 utilización etnocrática de ese Estado a favor de la mayoría nacional, su cultura, lengua e intereses“ (Máiz, 2008:153). Respecto del análisis del discurso nacionalista, Máiz, piensa que hay que atender al análisis de dos dimensiones del discurso, la primera la de índole funcional que interviene directamente en la construcción de la nación y la segunda la que denomina “la irreductibilidad cognitiva del nacionalismo” que tiende a un falso dualismo: o identidad o intereses” (Máiz, 2008:154). Más allá de la consecución de un Estado, la secesión o la autodeterminación, Máiz sostiene que el fin último del nacionalismo es la “constitución de la nación misma” (Máiz, 2008:15) es decir, la construcción de un “nosotros”, que es un objetivo superior, y el cual ha de ser posicionado por sobre el resto de identidades o criterios de adscripción y enfrentarlo, por otra parte a un “ellos”, que es representación de la otredad, con un carácter dicotómico y opuesto al “nosotros”; en términos de Máiz, “como imagen especular en negativo de la propia identidad” (2008:154). Se aprecian aquí las dos dimensiones de la asignación de identidades por parte del discurso nacionalista y qua se expresan en la dimensión positiva al constituir políticamente un sujeto colectivo a través de la interpelación a los sujetos con un origen, historia y pasado compartido y un futuro de “autodeterminación y autogobierno” (Máiz, 2008:155). La otra dimensión del discurso a analizar es la dimensión negativa del discurso que configura el “ellos”, es decir, la otredad, mediante la utilización de códigos binarios (identidades dicotómicas) mutuamente excluyentes, Maíz cita a modo de ejemplo a los más utilizados como son: “nación /Estado, propio/ajeno, amigo/enemigo, pureza/mestizaje” (Máiz, 2008:155). Esta construcción de la otredad tiene la función, ya no solo de la determinación del “ellos” sino además, la de la construcción de la “mismidad”, del “nosotros” de un modo reactivo y como negación al “otro”. La construcción de ese “nosotros” de carácter nacional que se tensiona a partir de la oposición con el “otro” a partir de la tensión entre lo similar versus lo diferente y a partir de allí se establece la frontera (Máiz, 2008; Conversi, 1997). Dicha frontera es principalmente de carácter simbólico y es construida por los sujetos a partir del discurso. Para que la nación exista, debe existir el grupo, y para ello es menester que exista la dicotomía “nosotros/”otros” a partir de lo que Gurrutxaga denomina la “lógica de la diferencialidad” (Gurrutxaga, 1990). 39 Máiz sostiene que la nación es producto simbólico y por ello es un constructo discursivo7 del nacionalismo y, que aúna en él, repertorios de etnicidad ―debidamente elaborado por los intelectuales nacionalistas8― vinculado además a intereses sociales y materiales, por ello, entiende que el nacionalismo vincula: identidad e interés. (Máiz, 2008:156). Pero estos intereses y esas identidades no están pre-constituidas a los procesos de génesis de la nación, son consustanciales a ellos. Es por eso que los procesos de construcción nacional ―entendidos como procesos de intercambio simbólico y politización de intereses― son los ámbitos donde se generan (producen y reproducen) las identidades y la conciencia y politización de conflictos de intereses9. Es por todo lo anterior que Máiz sostiene, junto con Melucci y Diani (1983) que la “articulación ideológica nacionalista de la etnicidad como fenómeno de la modernidad […] se sitúa en el terreno de la producción simbólica” (Máiz, 2008:157). El estudio entonces del nacionalismo se deberá orientar a “sus condiciones discursivas de emergencia y propagación desde las élites y los movimientos o partidos nacionalistas hacia las masas” (Máiz, 2008:158). Para ello el investigador deberá, además de analizar las precondiciones sociales de la movilización, junto con el estudio de la etnicidad que elabora y produce el nacionalismo, analizar la “articulación ideológica específica” (Máiz, 2008:158) interna y externa del discurso, es decir, el análisis de los elementos diacríticos de la etnicidad y las condiciones políticas de posibilidad del nacionalismo (Máiz, 1997; 2003; 2008). Del mismo modo que Máiz (1997), sostiene que de la naturaleza simbólica y construida de la etnicidad y sus elementos “se deriva la necesidad inaplazable de atender tanto a su configuración cuanto al proceso de su producción como un momento central del análisis de la movilización nacionalista. Así, resulta preciso dar cuenta del contenido, esto es, de qué específica versión se impone, de entre las muchas posibles, de la propia lengua, cultura, historia, mitos y símbolos; de qué valores se articulan con que intereses. Pero, también, de los procesos de generalización por los que unos y otros alcanzan ese estatuto de verdad natural compartida por todos los nacionales” (Máiz, 1997: 11-12). 7 Esta es la perspectiva que se asume en la presente tesis doctoral y la idea central del constructivismo que también recogen además de Máiz (2008), Cabrera Varela (1992), Moreno del Río (2000), en el ámbito español. 8 Greenfeld otorga especial importancia a los actores que interpretan y modifican los contenidos de la historia y de la tradición en función de sus posiciones, sus intereses y aspiraciones (2005). 9 En palabras de Anderson es por, esto mismo, imaginada. 40 Destáquese qué aquí seguiremos la estrategia investigadora propuesta por Máiz (2008 y 1997) para el estudio del discurso de las élites nacionalista que se orienta a la aplicación del análisis de marcos, en tanto que estos permiten profundizar en el ámbito de la producción simbólica de los nacionalismos, captando así la doble faceta de identidades e intereses que estos movimientos poseen. Para este análisis discursivo, hemos visto que Máiz recomienda, por su utilidad, emplear el análisis de marcos, tales conceptos, junto con los de estrategias enmarcadoras, etc., serán discutidos y desarrollados con más detalle en el capítulo segundo de la presente tesis, además las aportaciones específicas de los movimientos sociales aplicables al nacionalismo. Habiendo concluido con las diferentes perspectivas dentro del paradigma del modernismo, se comentarán los dos últimos paradigmas restantes, el primordialismo y el etnosimbolismo. Comenzaremos por el primero de ellos. Primordialismo10: Smith sostiene que así como el perennialismo es propio de algunos historiadores, el primordialismo, paradigma que analizaremos en estas líneas, tiende a ser adoptado por algunos científicos sociales y los nacionalistas orgánicos. Este tipo de nacionalismo se denomina primordialista en tanto que entiende que las naciones son “primordiales” y existen desde siempre como parte de un orden natural que rige la vida de los conjunto de los individuos. Para el primordialismo las naciones han existido siempre y son la manifestación de un ordenamiento natural de los grupos humanos. Smith remonta el origen de este tipo de pensamiento a los trabajos de Rousseau y de Siéyès, en cuyos escritos naturalizan el concepto de nación que luego retomarán con más fuerza los románticos alemanes (Smith, 2004) Smith (2004) reconoce dos vertientes argumentales del primordialismo, fundamentadas en sendas ideas. La primera es la biología y la segunda la cultura, empezaremos comentando la primera. La vertiente biologicista del primordialismo, entiende que los grupos humanos, tales como los grupos culturales, las etnias y las naciones pueden describirse, ―siguiendo en ello a Van der Berghe (1979)― como el resultado de la maximización de los instintos génicos reproductores de los sujetos, que pretenden ampliar su patrimonio genético fuera de los límites de las relaciones familiares. Así el grupo cultural y la etnia 10 Para un análisis sistemático del concepto primordialismo véase Eller y Coughlan (1993:182-129) 41 se ven como un grupo de parentesco ampliado y los rasgos de etnicidad (como la lengua, color de la piel, etc.) son utilizados, como marcadores de cercanía biológica. Los mitos, por otra parte, otorgarían pistas o indicios sobre los orígenes biológicos reales de los grupos. (Smith, 2004). Sobre este tipo de argumentación recayeron importantes críticas sobre la generalización sobre colectivos de acciones de sujetos individuales, y sobre el papel de los mitos y sus relaciones con los orígenes biológicos reales. La segunda vertiente de naturaleza cultural sostiene que los grupos étnicos del mismo modo que las naciones se forman en función de unos supuestos culturales comunes. El académico que abanderó estos desarrollos fue C. Geertz (1990). Geertz sostiene la existencia de vínculos primordiales en coexistencia con vínculos civiles y seculares ―incluso― en sociedades industriales (Smith, 2004). Geertz asume que las naciones y los grupos étnicos surgen en función de unos “supuestos culturales” como son la sangre, la lengua, la religión, las costumbres, etc. y que poseen un poder coercitivo inefable (Geertz, 1990). Para Geertz (1990:222-226) esa presión que ejercen esos vínculos primordiales ―y que es de carácter irreductible― se relaciona con una forma psicológica que se retrotrae al pasado común. (Connor, 1978: 385-389) y sus orígenes son, antes que sociales, de carácter de parentesco, de afinidad natural, espiritual o incluso de contigüidad (Geertz (1990:222). Smith matiza el determinismo que ciertas lecturas erróneas de Geertz creen que existe entre los “supuestos culturales” y una visión primordialista de las naciones, y argumenta que Geertz hace referencia, antes que a los rasgos en sí mismos, a la creencia y a las percepciones que los individuos tiene sobre la importancia que esos rasgos. Smith sostiene que la cuestión que permanece irresuelta por a las críticas ―mayormente modernistas― a las aproximaciones primordialistas es que se debe tener muy en consideración lo que denomina “primordialismo de los participantes”, en tanto que son los sujetos lo que entienden que los vínculos que los unen a la comunidad son potentes, fuertes y, en definitiva, primordiales (Smith, 2004). Etnosimbolismo: Este es el paradigma que defiende el propio Smith, a quién seguimos fundamentalmente en este capítulo. De modo sintético, y para introducir este paradigma, se puede decir que el etnosimbolismo intentará solventar la antinomia entre el modernismo y el perennialismo. El etnosimbolismo se centra en los elementos 42 subjetivos y en la formas de permanencia de las etnias, en el modo de conformación de las naciones y el impacto del nacionalismo. El peso del análisis se traslada a los elementos subjetivos de los individuos tales como “la memoria, el sentimiento, el mito, el símbolo” (Smith, 2004:76), sin asumir la existencia de dichos elementos como de carácter objetivo. A diferencia del modernismo, se resta peso al rol de las élites, y se centra la explicación y el análisis en la relación entre las élites y el pueblo, por otra parte, los análisis tienden a ser de largo plazo para dar cuenta de los fenómenos que afectan tanto las etnias como las naciones (Smith, 2004). Esto, según Smith, permite, evitar el anacronismo de intentar dar cuenta de las naciones o del nacionalismo en momentos históricos en los que sería impropio utilizar estos conceptos y por otro lado sí poder dar cuenta de cómo ciertas identidades del pasado influyeron el desarrollo de identidades nacionales posteriores. Otro punto central del paradigma etnosimbolista es la relación entre etnia y nación. El objeto de estudio esencial para el etnosimbolismo es la etnia, como variable independiente, en tanto que el nacionalismo y las naciones “son parte de una «familia» etnocultural mucho más amplia de identidades y aspiraciones colectivas” (Smith, 2004:77) y que, por otra parte, no están solamente vinculados con la modernidad. En su versión más conocida, la nación será una etnia politizada, en tanto que la característica central para el etnosimbolismo será la existencia de identidades colectivas previas ―especialmente etnias o comunidades étnicas premodernas― que enmarcan el surgimiento de la nación. El etnosimbolismo pretende también dar cuenta de los sentimientos que moviliza el nacionalismo ―sosteniendo que ninguna de las otras perspectivas no los afronta ― y para ello propone explicaciones desde una perspectiva cultural de la forma en que los símbolos, recuerdos, mitos, valores etc. influyen en la configuración de los nacionalismos. El propio Smith si bien tiende a reconocer la “modernidad del nacionalismo, de la ideología, el movimiento y el simbolismo, así como la reciente formación de la mayoría de las naciones, me interesa la posibilidad de naciones antes del nacionalismo 11, al menos en algunos casos, y sus implicaciones” (Smith, 2004:79). 11 Connor (1978) sostiene que la modernidad lejos de ser una causa es un fenómeno que ha coexistido con el nacionalismo. 43 Tipología de naciones: En las líneas que siguen se ofrecerá, a partir de los trabajos de A. de Blas Guerrero, una tipología ―ya no de los nacionalismos― sino más bien orientada al concepto de nación que los nacionalismos producen. Las distinciones categoriales que se propondrán aquí son tipos ideales en el sentido weberiano del concepto. Weber entendía los tipos ideales se consiguen “mediante el realce unilateral de uno o de varios puntos de vista u la reunión de una multitud de fenómenos singulares, difusos y discretos, que se presentan en mayor medida en unas partes que en otras o que aparecen de manera esporádica. […] Este en su pureza conceptual es inhallable empíricamente en la realidad: es una utopía que plantea a la labor historiográfica la tarea de comprobar en qué medida la realidad se acerca o se aleja de ese cuadro ideal” (Weber, 1982: 79-80). El tipo ideal es entonces, “un concepto límite puramente ideal” que se debe confrontar con la existencia de los casos reales para dar cuenta de ciertos elementos empíricos. (Weber, 1982: 82). En este sentido es importante destacar ―principalmente frente a las críticas de Smith (2000) y Máiz (2004)― que la no existencia de las categorías, entendidas como tipos ideales, en los casos reales no invalida a la categoría analítica en su potencial explicativo. Dicho de otro, en la casuística real, fundamental por otro lado en el estudio del nacionalismo, en ningún caso existen los tipos ideales como casos reales; antes bien, el tipo ideal es un recurso categorial de naturaleza analítica “respecto del cual la realidad es media y comparada a fin de esclarecer determinados elementos significativos de su contenido empírico” (Weber, 1982: 82). Nos serviremos aquí, entonces, en más de una oportunidad de este tipo de herramientas conceptuales, que nos permitirán a partir de una construcción categorial dar cuenta de “ciertos elementos empíricos” que discriminaremos analíticamente; y paralelamente a ello, nos posibilitará la comparación de esos elementos empíricos a partir de ese “cuadro ideal”. Se decía más arriba que se utilizarán los tipos ideales en más de una oportunidad, y ello se debe a que su utilizará analíticamente el tipo ideal del nacionalismo político y de nacionalismo cultural, por una parte, y se utilizará además en el análisis empírico un “marco ideal” (Gerhards, 1995 y Rivas, 1998) para el análisis y la comparación de los diferentes marcos que se utilizan en la producción discursiva a lo largo de tres momentos distintos por parte de las élites políticas en Cataluña. Este particular se desarrollará en los dos capítulos siguientes. 44 Volviendo a la cuestión de este apartado, propondremos la distinción de dos tipos ideales de nación. La nación cívico-política y la nación etno-cultural. Comenzaremos por el primero de estos tipos ideales: la nación cívico-política. Nación cívico-política: El concepto de nación política ―distinto al de nación cultural― surge en los trabajos de Meinecke (1970) y tiene como origen la “referencia ideológica destinada a hacer más fácil la vida del Estado” (de Blas, 1994: 34). El concepto político de nación no es la concreción política de una realidad empírica que hace autoevidente y natural la emergencia de la nación. Este concepto de nación, el político, escapa entonces a la concepción perennialista y primordialista, tanto en lo que se refiere a la permanencia de la nación a través del tiempo, del mismo modo que respecto de los orígenes de la comunidad nacional fundamentados en una etnicidad homogénea. Clásicos ejemplos de la nación política podemos encontrarlos en los casos de la Francia revolucionaria y la Norteamérica de la independencia, ejemplo extensible a los países emancipados en las primeras décadas del siglo XIX en Sudamérica, en todos los casos será el Estado liberal (de Blas, 1994) el que reconfigure las nuevas formas de legitimidades tras la caída de: el viejo orden, la tradición, las relaciones de vasallaje y la emergencia del propio Estado liberal, la ciudadanía y los derechos ciudadanos ―a lo que se debe sumar los cambios en los ámbitos económicos, ideológicos, sociales y políticos en general― en resumen, la llegada de la modernidad. Esta distinción binaria de tipos ideales se encuentra muy generalizada dentro de la disciplina y ha sido adoptada por investigadores tales como Ignatieff (1993), Greenfeld (2005), Gellner (1983) y Hobsbawm (2000) quienes adaptan o modificacan relativamente la definición de cada concepto, pero acogen y mantienen el uso de la tipología, dando muestras de su capacidad heurística. La nación política funciona así como elemento cohesionador del Estado en tanto que recurso político e ideológico que se fundamenta en una serie de principios o ideas centrales que podríamos sintetizan, siguiendo a Kohn (1967) en: - Una visión fundamentalmente política - Una construcción a partir de estructuras preexistentes - Concepciones Ilustradas de la razón, la libertad, secularización e igualdad 45 - Criterios de pertenencia tales como la concepción liberal de la ciudadanía, la igualdad ante la ley, y la libre voluntad de convivencia (Maíz, 2004) De este modo la nación política se orienta a la centralidad del sujeto ―en términos kantianos― y toma a ese sujeto como centro de referencia de su construcción lejos del particularismo étnico (de Blas, 1994) y de la concepción de los individuos como medios. En referencia a la concepción de los medios en cuanto tales, de Blas, citando a Cobban, sostiene que “la nación comunidad política, el Estado, es una organización utilitaria construida por la inventiva política para la consecución de los fines políticos. La política es el terreno de la oportunidad y la medida de su éxito es el grado en que las bases materiales del bienestar […] son realizadas.” (Cobban, 1954: 60 citado en de Blas, 1994: 35). Dicho de un modo más sintético, la nación política está al servicio de los fines políticos con que la conciban los individuos. Nación etno-cultural: El otro tipo ideal, y en contraposición al de nación política, tal y como se ha adelantado, es el de la nación cultural que en los mismos términos de Cobban podemos decir que “[l]a nación bajo una concepción cultural, por el contrario, es normalmente vista como una cosa buena en sí misma, un hecho básico, un dato ineludible de la vida humana.” (Cobban, 1954:60 citado en de Blas, 1994: 35-36). Esta concepción de la nación tuvo su desarrollo al amparo del romanticismo alemán que tendrá en Herder a su intelectual de vanguardia y que será descrita a los efectos del tipo ideal, vinculada a elementos irracionales, míticos e historicistas. Para esta concepción cultural de la nación, es el espíritu del pueblo aquello que hace singular a una comunidad dada lo que constituye la nación (de Blas, 1997). Y es esa comunidad diferenciada la que exige la existencia de un Estado que pueda preservar a la comunidad. Esta concepción de la nación posee un tipo diferenciado de nacionalismo que la origina y promueve, así para la nación cultural, el protagonista “es la etnia; los derechos de la nación no se derivan fundamentalmente de los ciudadanos que la integran, sino que se deducen del organismo «vivo y eterno» que es la nación de base cultural” (de Blas, 1997: 500). Siguiendo a la construcción dicotómica que realizó Kohn (1967) podemos decir que los principios en que se fundamenta la nación cultural son los siguientes: 46 - Una visión fundamentalmente etno-cultural de la nación - La nación concebida como un organismo vivo y perenne - Concepciones tradicionales de los derechos individuales y colectivos - Criterios de pertenencia e inclusión vinculados a la tenencia o no de determinados rasgos ―etnicidad― tales como la etnia, la religión, la lengua, etc. (Maíz, 2004). La nación en esta perspectiva cultural la que se asienta sobre la identidad comunitaria representada por la tradición, los valores de la comunidad y por la naturalidad propia de ese espíritu del pueblo frente a la artificialidad del constructo estatal. Estos tipos ideales han recibido críticas acertadas, entre otros de Smith (2000 y 2004) y de Máiz, (2004), entre otros, respecto a ciertos problemas en tres dimensiones que afecta a esta categorías, a saber, la dimensión normativa, la dimensión teórica y la dimensión empírico descriptiva. La primera hace referencia a la forma de construcción de las categorías binarias que acarrean sesgos en el sentido con el que se determina los campos conceptuales de los términos. La segunda se refiere principalmente a la construcción y aplicación teórica de los tipos ideales y la tercera se refiere ―fundamentalmente― a la coexistencia de las dos tendencias, la cívica y la cultural en todos los nacionalismos (Máiz, 2004). Estas tres críticas son acertadas, si no se realizan las precisiones conceptuales que se realizaron al principio del apartado, cuando se mencionó la naturaleza de tipo ideal de esta pareja conceptual. Y profundizando aún más, siguiendo a de Blas, podemos hacer tres precisiones o puntualizaciones adicionales. La primera puntualización, tal y como se ha sostenido antes, hace hincapié en “el hecho obvio de que las naciones «políticas» tiendan a proyectarse inevitablemente en el campo de las realidades culturales […] Es una constatación paralela el dato de que las naciones culturales no son ajenas a los más acusados componentes instrumentales y utilitarios” (de Blas, 1997:500). Esto ahonda en lo ya comentado, en que una realidad empírica así descrita, no invalida, en ningún caso, una herramienta analítica destinada a dar cuenta de ciertos elementos empíricos relevantes. Su utilidad reside en la capacidad explicativa respecto de la pluralidad de los casos empíricos y las posibilidades comparación tanto, intra como inter casos. Por otra parte, en segundo lugar y en lo que respecta a la crítica teórica, al referirnos a tipos ideales como “conceptos límites extremos” (Weber, 1982) bien puede asumirse 47 ―cosa que aquí se propone― la concepción propuesta por Máiz (2004) que entiende esta tipología como un continuo antes que como dos esferas separadas. En modo algunos se oponen ambas perspectivas, antes bien, los tipos ideales son categorizaciones de los extremos opuestos de ese continuo en donde se pueden ubicar los casos reales. En tercer y último término, está la cuestión normativa y de asignación de sentido en la construcción del campo semántico de las categorías o de definición conceptual. Es innegable que la construcción de herramientas conceptuales lleva asociada una carga valorativa, este es un fenómeno que no puede ponerse en duda. Esta carga valorativa, es también inherente a la temática tratada, es decir, los nacionalismos movilizan profundamente a las personas, incluso a los que los investigan y estudian. Es por ello que sin rechazar la crítica, se entiende, que es imposible escapar al juicio valorativo sobre estas cuestiones y aún más, entendemos que afectará sea cual sea la categoría utilizada. La cuestión es, no obstante mantener el posicionamiento crítico y la perspectiva académica y científica mediante la manifestación de la propia perspectiva normativa del autor, aun en los casos en que se trate de trabajos de naturaleza empírica, dado que todos los trabajos de nuestra disciplina parten de presupuestos normativos determinados. Tal y como se comentó al principio del capítulo se continuará ―en este decurso de lo general a lo particular― con un análisis de la bibliografía del nacionalismo catalán en función de las perspectivas teóricas mencionadas anteriormente12. Nacionalismo catalán Revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán: Sobre la temática del nacionalismo la bibliografía existente es inmensa y quizás inabarcable. No es muy diferente lo que acontece con los estudios de nacionalismo catalán, pero con algunos interesantes matices, por ello se intentará realizar una selección de las aportaciones más relevantes y las perspectivas principales. 12 No obstante lo comentado hasta aquí de Blas (1994) sostiene la existencia de tres matices que se deberían tener en cuenta a la hora de ponderar el enfrentamiento ente la escuela modernista y la perennialista. El primero de ellos es el que hace referencia al “exceso de modernidad” que en algunos casos no se adecuaría a la casuística, como por ejemplo a los “nacionalismos dinásticos” (de Blas, 1994: 36). La segunda distinción tendría que ver con la hipótesis de Tilly (1992) que sostiene que es el propio liberalismo del XIX el que genera los procesos de legitimación del Estado reforzando el nacionalismo político, el mismo que podría generar y promover los nacionales subestatales dirigidos contra el Estado-nación. El tercer matiz, está dado por la hipótesis de Smith (1988) en la que hace referencia a la hipotética importancia de la base étnica del núcleo de conformación de algunas naciones. 48 La primera cuestión que acontece es que, en términos de Anguera (1994) al referirse a la historiografía catalana “La idealización, apologética y defensiva, hace que la mayoría de textos sean más descriptivos que analíticos. De hecho hay a menudo más nacionalismo que no investigación sobre el nacionalismo. Ayuda el hecho de que esta historiografía se ha desarrollado prescindiendo de las aportaciones y de las propuestas teóricas de la historiografía y la sociología internacional, que plantean discusiones renovadoras, sobre todo los angloparlantes. Este tipo de autarquía teórica explica la poca dedicación a analizar las vinculaciones del catalanismo con los procesos de modernización económica, el papel de la inteligencia, el de los medios de comunicación social, el sentido compartido de la etnicidad o, a pesar de la reiteración a invocarlo, del patriotismo popular con un análisis de sus actuaciones o del sentido del lenguaje político utilizado por el pueblo pequeño. En definitiva, pues, la bibliografía reciente sobre el catalanismo político evidencia más lagunas que interpretaciones definitivas, tanto en las aportaciones de voluntad parcial, como en los análisis de conjunto”13 (Anguera, 1994: 83). Este es un primer estado de la cuestión que se puede extender, con claridad al estudio del nacionalismo y no solo desde la perspectiva de la historiografía, sino que puede hacerse extensiva en ciertos aspectos a la ciencia política y a la sociología. Las líneas que siguen serán un intento de sistematización de la bibliografía relevante que escapa a esta característica. Se pueden describir claramente dos aproximaciones generales que coinciden con las dos aproximaciones teóricas fundamentales del estudio del nacionalismo y que son la aproximación perennialista y la modernista, ya comentadas más arriba. Aplicando esta distinción a las investigaciones del caso del nacionalismo catalán vemos que dentro del enfoque perennialista, y tal y como señalan Etherintong (2003), Colomer (1984) y Keating (1996) hay una vinculación entre de la estructura territorial y la nación. En esta aproximación se concibe Cataluña como una entidad milenaria dada la existencia de unos rasgos determinados (lengua o territorio) y de allí se sigue la justificación de la nación. Aproximación perennialista: Dentro de esta tendencia perennialista encontramos a autores tradicionales y conservadoras como: Prat de la Riba (1978), Rovira i Virgili (1983). A esta misma aproximación pertenecen los trabajos de Benet (2009), quien introduce el término “genocidio cultural” perpetrado por el franquismo contra Cataluña. Por otro lado, desde una perspectiva progresista podemos citar a Cucurull (1981) y Termes (1974, 1984 y 13 Traducción propia del catalán. 49 1999), este último, criticó la línea de interpretación marxista que va desde Vilar a Fontana pasando por Solé Tura (Colomer, 1984) y pretendió reinterpretar las tesis de los diferentes estados u oleadas del nacionalismo propuestas por Maurin resaltando la conciencia nacional e idiomática de las clases populares, además de posicionarse a favor del concepto de Países Catalanes, propio de una visión del nacionalismo pancatalanista. Y desde una perspectiva etnosimbolista, muy cercana a las asunciones perennialistas podemos citar a Llobera (1996). El listado anterior contempla fundamentalmente historiadores, que son quienes más han estado investigando el nacionalismo catalán o bien sus elementos diacríticos de justificación, en términos de Maíz (2003) de modo más proficuo. Por otra parte dentro de la ciencia política y la sociología, nos encontramos con el mismo escenario que señalaba Anguera, es decir, encontramos cierta autarquía teórica y la “idealización apologética”. Dentro de esta tendencia perennialista podemos citar los textos de Requejo (2000 y 2005) que desde una perspectiva del reconocimiento a una realidad diferencial naturalizada reclamaba soluciones diferenciales de encaje territorial federal para Cataluña ―luego a modificado su enfoque al independentismo―. En una tendencia más cercana al etnosimbolismo destacan Guibernau, (1997) y Conversi, (1997). En estos casos, y en algunos de los citados anteriormente (v.g. Curucull (1981) y Llobera (1996)), se asume como propio el argumento de la modernidad inherente al nacionalismo catalán, pero no así de la nación catalana. Es decir, la nación (catalana, en este caso) pasa a ser un dato de hecho que se remonta hacia el pasado. Un dato no menor, y que justifica también la caracterización de perennialista, es la disociación entre la concepción del nacionalismo y la idea de nación. Para el modernismo, la nación es creada por los nacionalismos, no es el caso de la literatura que mencionamos aquí, para la cual el nacionalismo responde a una movilización social sobre la base de una realidad nacional anterior y preexistente. Siguiendo a Miley (2013) y Garvía y Miley (2013), podemos además afirmar que la literatura politológica que estudia el nacionalismo catalán, no solo tiende a dar como un hecho sustantivo la nación catalana y a separarla del estudio y el análisis del movimiento nacionalista, sino que se orienta a desarrollar vías de encaje ―desde esa concepción perennialista― de Cataluña en España. Centrando el eje de sus críticas en la necesidad del reconocimiento de la diversidad, hechos diferenciales, realidad nacional, etc., pero negando la propia diversidad hacia adentro de la sociedad 50 catalana, por ejemplo, al entender de modo homogéneo la etnicidad, la identidad nacional, el uso de la lengua, etc. Pasando a análisis concreto del framing y de las teorías subjetivistas de la nación y cercanos a las tesis nacionalistas, se ubican los desarrollos de Fernández-i-Marín y López, (2009); así como los Muñoz y Tormos, (2012) quienes entienden que el independentismo se nutre de personas con identidad dual y que se ven movilizados por el aumento de las expectativas económicas, y Hierro Hernández, M. J. (2012) que asumen, una concepción de las identidades subjetivas en cierto sentido naturalizadas en opciones dicotómicas y mutuamente excluyentes. Estos autores citados en el párrafo anterior, además de Conversi, (1997); Requejo (2005) y Guibernau (2002), podrían ser incluidos en la conceptualización que Maíz hace de lo que llama el argumento del nacionalismo expresivo y la etnicidad exógena (1997: 2-3). Este tipo de argumentación “implícito en la explicación de los subnacionalismos” (Máiz, 1997: 3) sostiene que existen: 1) una etnicidad diferenciada objetivamente (lengua, cultural, “raza”); 2) fundamenta uno intereses nacionales diferenciados y compartidos de la que la comunidad se hace consciente a partir de la labor de los intelectuales; 3) se expande la identidad nacional; 4) se genera un movimiento nacionalista que reivindica y propaga la diferencia; 5) además del derecho de autodeterminación y a un propio Estado (Máiz, 1997). Máiz rebate el argumento expresivista de la nación en función de que: “no existe un momento fundacional étnico y una matriz prepolítica de intereses nacionales, sino que cada movilización política produce, esto es, selecciona, jerarquiza y vulgariza, una etnicidad diferencial y unos intereses nacionales específicos y contingentes, en el seno de unas precondiciones sociales y políticas determinadas que, a su vez, pueden verse alteradas por la incidencia del propio movimiento y otros factores externos e internos” (Máiz, 1997: 5). Del mismo modo que Máiz, este enfoque cercano al nacionalismo, es caracterizado por Arza y Mari-Klose como de soberanismo sociológico y académico. Este soberanismo sociológico según los autores citados entiende que “los partidos nacionalistas se han limitado a reaccionar a los cambios en la identidad y las preferencias de la ciudadanía sobre la organización territorial del Estado” (Arza y MariKlose, 2014: 40). Es decir, que esta corriente académica, sostiene la existencia de una modificación o cambio de las identidades subjetivas de la población desde posiciones identitarias mixtas hacia el independentismo y que esos cambios identitarios ocurren porque es un movimiento de “abajo hacia arriba”, es decir, de los ciudadanos a las 51 élites; de tal modo y manera, que las élites políticas nacionalistas solo han tenido que reaccionar al avance social del secesionismo, como portavoces representativas de una demanda socialmente extendida entre la población. Esta hipótesis, a nuestro juicio es contrafáctica. Todos los datos de los que disponemos sostienen y confirman la situación contraria, pero esto se comentará más adelante. Aproximación modernista: Dentro de la perspectiva modernista, que es que más raigambre académica despierta, nos encontramos los clásicos estudios de Pierre Vilar, (1984) de génesis marxista, es el estudio pionero a nivel metodológico en la investigación sobre el nacionalismo catalán y estudia el desempeño de la burguesía y las clases medias catalanas como fundamentales para el nacionalismo. A Vilar lo siguieron: Vicens-Vives, (1969); J. Fontana (2007) ―que ha virado rotundamente su enfoque en los últimos años―; Anguera (1994); Borja de Riquer, (2001 ) que elabora la temática de las identidades relacionadas con la débil nacionalización del Estado español, de Blas, (1991) enfocado en el análisis sobre el proceso exitoso de nacionalización del Estado español y las reacciones frente a este por parte del catalanismo, asumiendo una perspectiva politológica, además de histórica, sobre la cuestión siguiendo las aportaciones de Breuilly (de Blas, 1994). Destacan en esta línea; Fradera, (2003); Marfany, (1995, 2001) y Ucelay la Cal, (2003, 2005). Dentro del ámbito internacional vale destacar el excelente trabajo de Balfour y Quiroga (2007). En este mismo sentido, destaca dentro de un marco más politológico ―el famoso y no menos discutido― libro de Jordi Solé i Tura (1967) que, desde una perspectiva estructural, tiene el mérito de introducir, no solo lo la idea de una revolución fracasada por parte de la burguesía catalana en España y la estructuración del poder político en Cataluña; sino fundamentalmente el nuevo aporte del corpus categorial del pensamiento gramsciano. Otro de los estudios clásicos dentro de la ciencia política es el de Isidre Molas (1972) que analiza en profundidad al nacionalismo conservador catalán. También en el ámbito politológico destacan los estudios de J. M. Colomer, (1984); así como los clásicos trabajos de naturaleza estructuralista de Linz, (2008); M. Keating, (1996) y J. Diez Medrano, (1999) este último, aporta una hipótesis vinculada a la teoría del desarrollo, que explica las diferencias entre el nacionalismo vasco y el catalán, en función del tipo de acumulación del capital que define su producción industrial. Así cómo también: J. T. Miley (2006, 2013) quien ofrece una clara explicación del nacionalismo catalán desde la tesis de la sobre-representación continuando la línea de investigación de J. Linz. Forman parte también de la 52 perspectiva del modernismo, L. Rodríguez Abascal, (2000) este desde una aproximación más general; E. Martínez Herrera, (2002; 2005; 2009); desde una perspectiva más analítica destaca el trabajo de F. Ovejero Lucas, (2006, 2011a). También es de interés la aportación de A. Santamaría, (2011); y desde una aproximación comparativa en la temática de inmigración, G. Shafir (1995). En lo que a framing se refiere, centrándose en los procesos de socialización secundarios tiene relevancia el trabajo de H. Johnston, (1991) aunque desde una perspectiva subjetivista del nacionalismo. En esta tesis se asumirá en la visión constructivista (Máiz, 1997; 2003; Giuliano, 2011) del nacionalismo que es parte del enfoque modernista. Como parte de ella se seguirán los, ya enunciados, trabajos de Miley (2006, 2013); Martínez Herrera (2002; 2005; 2009); Ovejero Lucas; (2006, 2011a y 2011b); Etherington (2003) y de Blas (1994) que entienden y explican al nacionalismo catalán desde argumentos vinculados a los procesos de construcción de la nación y a la convergencia de factores tales como la clase social y las élites, en ese proceso. En lo que respecta fundamentalmente al análisis de lo que se llama el proceso soberanista en Cataluña, se prestará especial atención dentro de la perspectiva modernista a los trabajos de J. T. Miley (2006; 2008, 2013), Ovejero Lucas; (2006, 2011a y 2011b). Martínez Herrera y Miley (2010), De la Calle y Miley (2008); Garvía y Miley (2013); Martínez Herrera (2002; 2005; 2009), Etherington (2003), Santamaría (2008, 2011), Arza y Coll (2014) y Alonso (2015), quienes entre otros, sostienen que el nacionalismo catalán está atravesado fundamentalmente por el fenómeno de clase social en correspondencia con clivajes de naturaleza lingüística. Es decir que, existe una relación de correspondencia entre el nacionalismo catalán, el uso de la lengua catalana y los sectores medios altos y altos de la estructura de clases de sociedad catalana. Estos autores explican la fuerza del nacionalismo catalán (y movimiento secesionista), principalmente ―aunque no de modo exclusivo― en función de la sobre-representación de las clases dominantes en las élites políticas catalanas, es decir, que entienden y demuestran la existencia una clara relación de pertenencia a los sectores medio altos y altos de la sociedad de los individuos que conforman la élite política. En términos de Miley (2006), Ovejero Lucas; (2006, 2012a), Martínez Herrera (2002), Arza y Mari-Klose, (2014) y de Balfour y Quiroga (2007) hay un proceso de nacionalización de “arriba hacia abajo” que encabezan las élites políticas a partir, según demuestran, de un proceso de sobre-representación de esos sectores, medios53 altos y altos, en las élites políticas y educativas. Esta preponderancia o sobrerepresentación, de la clase dominante en la élite política se pone claramente de manifiesto, entre otros elementos, en una importante brecha con las concepciones político-ideológicas, lingüísticas, de origen y de clase respecto de la población en general (Miley, 2006, 2013; De la Calle y Miley, 2008; Garvía y Miley 2013; y Ovejero Lucas, 2006, 2011a). A diferencia de otros casos como el Escocés (Leith, 2006), el caso catalán es particular en relación a la diversidad interna que posee. Respecto de la lengua, podemos decir que es ligeramente preponderante el castellano a nivel social (no así en la administración pública y en las instituciones subestatales en general); en cuanto al análisis de la ascendencia, la distribución de apellidos, las pautas de comportamiento y de consumo, Cataluña es prácticamente similar al resto de España (Ovejero Lucas, 2011a); y ello se explica en los procesos migratorios de los años 60 y 70 del siglo pasado que han hecho que no exista una especificidad étnica, ni lingüística, ni de otra naturaleza a nivel mayoritario en Cataluña respecto del resto de España. Sí existen, por otra parte, particularidades que se correlacionan, tal y como describe la literatura, con elementos distintos, como son fracturas o clivajes de clase y los usos lingüísticos. Ejemplo de ello, en el caso catalán es que los sectores medios bajos y bajos a nivel social, son predominantemente castellano-parlantes, trabajadores de “cuello azul” y nativos de otras partes de España o descendientes de personas nacidas fuera de Cataluña. Por otra parte, los sectores medios y medios altos, son predominantemente catalano-parlantes, trabajadores de “cuello blanco” o bien, profesionales liberales o trabajadores de la administración pública, y nativos catalanes. (Miley, 2006, 2013; Shafir, 1995; Ovejero Lucas, 2011a; Etherington, 2003; Santamaría, 2008, 2011). Por otro lado se quiere hacer una mención acerca la pertinencia adopción de las categorías cívico-política y etno-cultural como tipos ideales del nacionalismo. El propio nacionalismo catalán y un gran número de investigadores, muchos de ellos vinculados al nacionalismo, han descrito al nacionalismo catalán como un nacionalismo cívico, comparándolo por oposición con el nacionalismo vasco que sería un nacionalismo de corte étnico. No obstante lo extendido de esta idea, aquí se asumirá la idea propuesta y demostrada por Miley (2007) que sostiene que el nacionalismo catalán es de naturaleza “etno-lingüística”, en tanto que “las bases sociales de apoyo del movimiento nacionalista son abrumadoramente étnicas, y que el movimiento es un proyecto 54 dirigido por las élites de `arriba hacia abajo´”14 (Miley, 2007: 31)15. Esta caracterización, ubica al nacionalismo catalán dentro del expediente del tipo etnocultural del nacionalismo tal y como aquí se ha descrito. Más adelante en el texto se comentará que el equilibrio entre la estrategia nacionalista etno-cultural y la cívicopolítica del nacionalismo catalán durante el pujolismo, venía dado por el balance del marco discursivo en dos niveles (hacia adentro y hacia afuera de Cataluña) y por la praxis política pactista que atemperaba y morigeraba la estrategia etno-cultural. Es a partir de esta literatura que analiza el nacionalismo catalán desde un paradigma modernista y centrado en los procesos de construcción nacional que se desarrollará la presente tesis. Volveremos más adelante sobre esta cuestión. 14 Traducción propia del inglés. Miley (2007), no obstante, critica las categoría de tipos ideales que aquí se asumen respecto de nacionalismo (cívico-político y etno-cultural) y propone otra díada conceptual que es la de nacionalismo “excluyente” y “asimilacionista”. 15 55 56 Capítulo II: Marco teórico de la acción colectiva Plan de trabajo del capítulo: En las páginas que siguen se expondrán y analizarán las principales aproximaciones y perspectivas de los estudios de la acción colectiva en los movimientos sociales. Se analizará fundamentalmente tres de las perspectivas principales a partir de la referencia a las propuestas teóricas y metodológicas de sus autores más destacados. Las referencias que allí se hagan, no tienen la pretensión de ser totalizadoras, en tanto que, las dimensiones de las temáticas abordadas y el número de autores, así como el de sus publicaciones, sería por sí solo motivo de varias tesis doctorales. Es por ello que se hará referencia a las perspectivas más sobresalientes y siempre en relación con el objeto de estudio del presente trabajo. Estudio de la acción colectiva. Dicho lo anterior, y a modo de justificación inicial, tal y cómo se vio en el capítulo anterior, una parte las investigaciones sobre el nacionalismo se han interesado por los desarrollos de las perspectivas de los movimientos sociales y de la acción colectiva; ejemplo de esta perspectiva son los trabajos de Máiz (1997, 2003, 2008), Johnston (1995), Moreno del Río (2000), Cabrera (1992), Mc Adam et al, (2005), además de algunas tesis doctorales presentadas recientemente.16 El uso de la perspectiva del estudio de la acción colectiva ―desde una visión general y totalizadora en lo que se refiere al análisis del nacionalismo― se sustenta y justifica en la asunción epistemológica de la perspectiva constructivista; perspectiva que se ha desarrollado en el apartado anterior, y que permite dar cuenta de: los procesos de creación y de construcción de las identidades colectivas y de la movilización de los individuos; además de proporcionar una perspectiva de análisis agonal, que implica el reconocimiento del otro en la construcción y reconstrucción de los discursos desde una perspectiva dinámica de las identidades, El desarrollo de las perspectivas que aborda este capítulo se guiará por un criterio temporal y secuencial, es por ello que, se abordará primero unos breves antecedentes de la teoría de la acción colectiva, luego se tratará la Teoría de Movilización de Recursos (TMR), a la que seguirá la Estructura de Oportunidad Políticas (EOP) y finalmente el análisis de marcos o frame analysis. En todos los casos se presentarán estas perspectivas desde una visión relacional, dando cuenta, de las críticas y 16 Véase: Errejón (2012), Viejo Viñas (2001), Vilaregut Sáez (2011) 57 aspectos superadores que se asumen desde cada una de ellas. Comenzaremos por los antecedentes de la TMR. Teoría de Movilización de Recursos: En la década de los años cincuenta y parte de los sesenta, las investigaciones de la protesta social y la movilización se realizó fundamentalmente desde la Teoría del Comportamiento Colectivo. Esta aproximación entendía que las protestas y movilizaciones tenían su origen en las anomalías o en las disfunciones del sistema social; estas fallas o disfuncionalidades generaban como respuesta de los sujetos una serie de reacciones que eran caracterizadas como irracionales o emocionales. La forma de corrección de esta protesta era normalmente el aumento del control y la represión. La literatura señala como los exponentes de esta aproximación teórica a Smelser (1963) con su libro Theory of Collective Behaviour. Smelser entendía que el comportamiento colectivo era explicable a partir de una combinación de factores de diversa índole como los controles sociales, los factores desencadenantes de la protesta, y las tensiones de tipo estructural que respondían a cambios muy importantes en dicha estructura; ejemplo de estos últimos cambios son los procesos de democratización, la urbanización, y la industrialización, etc.. Estos cambios estructurales serían, para Smelser, el origen de las tensiones que amenazaban el orden social, y que, en combinación con otros elementos, generarían la protesta colectiva (McAdam, 2003). Este tipo de protesta posee un componente psicológico disruptivo al que Smelser designa con el término: creencia generalizada, como fundamento de la acción (Hall, 1995). A partir de los trabajos de Kornhauser (1959), que es quién vinculaba el comportamiento colectivo a los agravios personales o colectivos (Vilaregut, 2013) ,, Ted Gurr (1974) desarrolla los conceptos del agravio a partir de la idea de la privación relativa en su intento de dar cuenta de la violencia política en tanto que acción colectiva. Gurr sostiene que la violencia política no estará determinada por la ausencia absoluta de bienes o condiciones, sino por la tensión generada, por las discrepancias entre las percepciones de las expectativas de los sujetos y la percepción de sus capacidades para alcanzar esas expectativas de bienes o condiciones. Gurr entiende que existen tres tipos de privación relativa, siempre orientadas a la tensión entre: la percepción de las aspiraciones y la percepción de las capacidades; así se describen tres posibles escenarios: el primero es el descripto como privación respecto de aspiraciones y responde a un aumento de las aspiraciones de la población y se mantienen sin modificación las capacidades. El segundo escenario es el inverso, 58 es decir, se mantienen las aspiraciones pero decrecen las capacidades de conseguir bienes o condiciones; este caso es descrito como privación por decrecimiento. Existe una tercer escenario que acontece cuando los dos elementos que Gurr analiza, a saber, aspiraciones y capacidades se mueven en sentidos opuestos, ―decrecen las capacidades y aumentan las aspiraciones―, esta situación es denominada como privación progresiva. Gurr ejemplifica este tercer caso cuando tras un período de prosperidad económica acontece una crisis que disminuye las capacidades mientras las aspiraciones siguen ascendiendo.17 Para dar una respuesta explicativa, más allá de la perspectiva de la Teoría del Comportamiento Colectivo, al importante número de manifestaciones de los que se llamaron movimientos sociales, surge en el ámbito anglosajón en la década de los años sesenta ―recogiendo algunos elementos relevantes de la teoría de elección racional propuesta por Olson― la Teoría de la Movilización de recursos (TMR en adelante) en el ámbito norteamericano y la escuela de los nuevos movimientos sociales (NMS en adelante)en el ámbito europeo. Mientras que para la Teoría del Comportamiento Colectivo lo relevante de la acción era “la irracionalidad de los actores y su incapacidad de adaptarse a la sociedad” (Puricelli, 2005) ―centrando de este modo las explicaciones de la acción en aspectos psicológicos y emocionales de los sujetos, tales como la frustración y la ira― la TMR centró su interés en el análisis de las formas de organización interna de los movimientos sociales, analizando sus dinámicas y tácticas, su abanico de recursos, sus relaciones con otros movimientos, las relaciones de dependencia externas y las tácticas de las instituciones de control, intentando dar cuenta, a partir de ello, del éxito de los movimientos sociales. Se puede decir que el TMR, está más orientada a la explicación de la forma en que se conforman los movimientos sociales, el modo en que se gestionan y como se coordinan las acciones antes que en las explicaciones del porqué de esa movilización (Errejón, 2012). 17 Este enfoque ha sido criticado duramente por autores como Tilly, Scokpol o Moore por la naturaleza monocausal de las explicaciones psicologistas que descuidan las causas estructurales de la acción social. No obstante, es interesante para esta investigación analizar una variante de las tesis de Gurr como es la deprivación relativa fraternal que, sin ser considerada una variable explicativa de la movilización, sí es considerada como una herramienta de las élites políticas ―en tanto la percepción de las expectativas son generadas por los líderes políticos― que interviene activamente en el enmarcado de los discursos del agravio económico y del agravio democrático; tal y como se comentará más adelante. 59 Los análisis de la TMR se estructuran a partir de la concepción de los actores como sujetos colectivos, en tanto que “tradicionalmente, la teoría de la movilización de los recursos ha sido planteada a partir de actores colectivos que luchan por el poder en un determinado contexto institucional” (Jenkins, 1994) y focalizando su análisis en el estudio de las estructuras organizativas, sus condiciones de éxito en el tiempo y los recursos disponibles. La TMR parte, en sus análisis, de dos premisas elementares, tal y como sostiene Ferree y que son: “1) las actividades que realizan los movimientos sociales no son espontáneas ni desorganizadas y 2) los que participan en ellos no son personas irracionales” (Ferree, 1994: 151, citado en Santamarina Campos (2010: 116)). La herencia de la elección racional de Olson se aprecia en los dos principios enunciados en el párrafo anterior; y es ese cálculo racional el que lleva a los sujetos a participar en las organizaciones y a que las acciones que estos movimientos emprenda sean de naturaleza teleológica, es decir, que estén orientadas a la consecución de unos resultados que son, en este caso, el objetivo del movimiento. De allí que se sostenga, como hace Santamarina Campos (2010), que para la TMR los movimientos sociales no surgen con un interés o vocación “opositora” a los partidos políticos, sino que ocupan otro espacio dentro de la arena política. Siguiendo a Jenkins (1994) podemos decir que los principales integrantes de esta aproximación fueron Oberschall, (1973); McCarthy, John D. y Zald, (1973 y 1977); Jenkins, (1983) y Gamson (1975). En líneas generales, los autores citados entienden que los movimientos sociales buscan alcanzar unos objetivos determinados, y que esos objetivos orientan la acción de los movimientos, así como, su organización, las estructuras de dirección y sus decisiones. El hecho de alcanzar los objetivos del movimiento social estará determinado, para la TMR entonces, por la estructura organizacional, la disposición y gestión de recursos propios y las relaciones que se establezcan con otros movimientos para crear alianzas estratégicas. Podemos decir, entonces, que la TMR se orienta al análisis de los elementos estratégicos e instrumentales que determinan la consecución de los objetivos del movimiento social, de este modo, la gestión de los recursos propios y las relaciones con otros grupos, junto con las estructuras de la organización, deviene el eje central del análisis. Es por ello que, para este enfoque es relevante el análisis de aspectos materiales de los movimientos sociales, tales como las formas de organización de su estructura, su eficacia en la acción, las funciones de sus líderes, así como la dimensión y la preparación de sus integrantes y su implicación en los objetivos del 60 movimiento; del mismo modo que es central la estructura financiera de la organización, así como, la disponibilidad o no, de recursos económicos. En estrecha relación con la estructura financiera se encuentra el análisis de los vínculos con otras instituciones y otros actores sociales, entre las que destacan aquellas relaciones que pueden reportar un incremento en las finanzas, en la influencia o en nuevos miembros (Delgado, 2005). El hecho de que el TMR se centre en las formas de organización y en las posibilidades de la movilización a partir de la agregación de recursos de la organización tiende a descuidar algunos aspectos que resultan muy relevantes. La TMR asume como dados los objetivos e intereses del movimientos, no pone en cuestión la conformación de las identidades políticas de los individuos (Errejón, 2012), deja sin analizar la ideología propia de los movimientos (Puricelli, 2005) y tiende a identificar organización con movimiento, siendo que el primero es más extenso que la forma institucional que lo organiza. La cuestión de la ideología del movimiento pasa a ser un elemento claramente relegado, tal y como se observa en las palabras de Overshall "[e]l problema central al crear un movimiento duradero no es el desarrollo de nuevas creencias e ideas antagonistas, sino la consolidación de una red organizativa, que es siempre más fácil cuando ya existen algunos agrupamientos de redes. Las ideas y creencias que tienen un potencial revolucionario están normalmente presentes y disponibles para su utilización por los líderes de las protestas” (Overshall, 1973: 133134, citado en Pinto Mascareño, 2010: 70). Siguiendo a Jenkins (1994) podemos decir que, el elemento central a todos los estudios de los movimientos sociales ha sido el porqué de su formación y la respuesta que ofrece la TMR relega a los agravios a corto plazo, que eran centrales para los estudios tradicionales, a un papel secundario y centra su explicación en “los cambios a largo plazo de los recursos del grupo, en su organización y en las oportunidades de desarrollar formas de acción colectiva” (Jenkins, 1994:10). De ese modo los agravios se entienden como (casi) constantes a lo largo del tiempo, y pasan a depender de “los conflictos de intereses de orden estructural articulados en las instancias sociales” (Jenkins, 1994:10). En ésta tesis se seguirán los desarrollos teóricos de McCarthy y Zald (1973, 1977) que se diferencian de este enfoque y proponen una visión constructivista del agravio que ha derivado en lo que el propio Jenkins (1994:11) entiende como una “refinada teoría de los agravios” tal y como se verá más adelante. Nuevos Movimientos Sociales: Mientras la TMR se hizo fuerte en Estados Unidos de América desde una perspectiva instrumental, por otra parte, en Europa surge el enfoque de los Nuevos Movimientos 61 Sociales (NMS) que centró su interés en los elementos culturales de los movimientos sociales, en los procesos de formación de la identidad colectiva y en los procesos comunicativos, buscando dar cuenta de un largo período de protestas y de movilización social en las sociedades industrializadas de Europa occidental. Los teóricos de los NMS entienden la existencia de una ruptura con las formas anteriores de la acción colectiva y esa innovación estará fundamentalmente centrada en la vinculación de actores y procesos sociales (Santamarina Campos, 2010) que tiene la identidad colectiva. Los principales autores de esta perspectiva son Alain Touraine (1981; 1985), Alberto Melucci (1980; 1989; 1994, 1998) y Castells (1983). Si bien no existe una escuela homogénea o unificada (Pinto Mascareño, 2010) podemos decir que, la perspectiva de los NMS se ha preocupado por las transformaciones estructurales a nivel social que han motivado la nueva forma de conflictividad social y el consecuente ciclo de protestas. Para esta perspectiva la sociedad tardo-industrial, por medio de la lógica de la producción y de la burocratización (Santamarina Campos, 2010), generó una nueva serie de conflictos escindidos de los conflictos tradicionales, como el conflicto derivado de la lucha de clases, dando lugar a otros elementos que actúan como “múltiples fuentes de identidad [colectiva] como el medio ambiente, el género, la paz, la etnia, etc.” (Pinto Mascareño, 2010: 89). En líneas generales, para este enfoque, estos nuevos modos de acción colectiva que están relacionados con lo cultural y lo identitario, tienen tras de sí unas nuevas formas de interacción entre los sujetos y unos objetivos centrados en el desarrollo personal (Santamaría Campos, 2010). Estos movimientos ponen en un mismo nivel de relevancia lo identitario y cultural, con lo estrictamente político, marcando así una diferencia con los movimientos sociales anteriores (Klandermans, 1992). Como elementos estructurales que han incidido en el surgimiento de estos movimientos, destaca el descrédito y la deslegitimación que se produjo sobre las formas tradicionales de participación y acceso a las toma de decisiones de las democracias liberales occidentales (Laraña y Gusfield, 1994). Del mismo modo incidieron los cambios en las sociedades occidentales capitalistas que acarrearon un malestar cultural propio de la modernidad. Ese malestar cultural tendría sus orígenes en la dinámica de la producción y reproducción social (producción industrial, burocratización, procesos de modernización) y que tendría como producto de ellos una profunda desestructuración sociocultural (Santamaría Campos, 2010). 62 De modo sintético podemos enumerar una serie de elementos específicos o rasgos distintivos de los NMS, y que son: la falta de una definición nítida de los papeles o roles de los participantes; las demandas de carácter cultural y simbólico, fuertemente vinculadas a cuestiones identitarias, antes que a cuestiones materiales; sumado a ello, siguiendo la estela del multiculturalismo, hay una relación poco diferenciada entre las esferas de la vida pública y la privada, que se relaciona con las reclamaciones identitarias; por último, el repertorio de acciones de movilización tiende a ser no violento y se orienta a la desobediencia (Santamarina Campos, 2010). En el ámbito de los NMS se ha producido, entre otros debates, uno en particular sobre el calificativo: nuevos, respecto de los movimientos sociales. Melucci (1989), a este respecto, y en tanto que integrante de los teóricos de los NMS, sostiene que hay cuatro elementos que diferencian a los nuevos movimientos de los tradicionales o viejos y que son: que los movimientos operan como “signos”, y su objetivo es el cambio discursivo, es decir, el cambio ideológico y cultural; la acción social se considera un fin en sí mismo, los movimientos anteriores se movilizaban para obtener una modificación de la distribuciones de bienes o servicios, ahora los NMS buscan un cambio simbólico ―más autorrealización y más autonomía (Melucci, 1994)― y ese cambio no es instrumental, sino que es parte de la identidad de los sujetos; además, se pone en cuestión la diferenciación entre lo público y lo privado buscando una unificación del discurso que contrarreste la ocupación por parte del poder de ámbitos que se consideraban privados (Melucci, 1994); y por último, hay un cambio en la conciencia planetaria que se relaciona con la globalidad de las relaciones y con una nueva forma de reflexión de los sujetos. La idea que propone Melucci (1989) es que hay nuevos actores, en una nueva sociedad, con nuevas relaciones e intereses. Dentro de ese debate ―extensísimo, por cierto― se encuentran las críticas que ha vertido Mees, quién sostiene que “todos los movimientos sociales en su tiempo son nuevos y viejos a la vez” (Mees, 1998: 317). Mees de este modo critica la “artificial y ahistórica diferenciación tipológica entre nuevo y viejo movimiento social” (1998: 315), poniendo así en tela de juicio las innovaciones de los NMS al asegurar que lo que se propone es “vino viejo en odres nuevos” (Mees, 1998: 315). Las críticas a nivel general que recibe el enfoque de los NMS se orientan a: que mientras la TMR ha descuidado los elementos estructurales de los movimientos sociales, además de la construcción simbólica de la ideología de estos, por otra parte, las críticas a la perspectiva de los NMS se orientan en un sentido opuesto, y pueden agruparse en dos grandes cuestiones: la primera de ella, es a la falta de atención a las 63 cuestiones relacionadas con la organización y con las formas de movilización, por una parte, y por otra, la conceptualización como “nuevos” movimientos sociales a acciones de protestas que ya se venían desarrollando en el tiempo y manteniendo la continuidad con las tradiciones que sostienen haber superado (Santamarina Campos, 2010). La Estructura de Oportunidad Política (EOP): Frente a estas cuestiones irresueltas por parte de la TMR y de la NMS vinculadas a las cuestiones de las identidades políticas y al análisis simbólico e ideológico de los movimientos sociales por parte del primero, y a la falta de ajuste de la perspectiva estructural y organizacional del segundo, surge en contexto europeo y norteamericano la perspectiva de la Estructura de Oportunidades Políticas (EOP en adelante) que centra su objeto de estudio en los elementos de naturaleza estructural que tienden a condicionar la movilización con el objetivo de resolver las carencias de ajuste de las perspectivas de MNS y de TMR. El surgimiento de la EOP se produce con la emergencia de otro ciclo importante de protestas sociales que acaeció en los años ochenta; en este ciclo de protestas los movimientos sociales tendieron a canalizar en gran medida la participación colectiva debido al gran descrédito que sufrieron los partidos políticos (Laraña y Gusfield, 1994) y que fue de consuno con nuevas formas de movilización que propiciaron estos movimientos. Siguiendo a Santamarina Campos podemos decir que es el incremento significativo de los movimientos sociales, su pluralidad y disparidad lo que “obligó a redefinir, de nuevo, los movimientos sociales, forzando a buscar nuevas herramientas, conceptuales y metodológicas, para su interpretación”. (Santamarina Campos, 2010:119). La propuesta de la aproximación de la EOP radica en direccionar el análisis hacia los elementos del sistema político que condicionan la acción colectiva, es decir, la EOP se orienta a dilucidar cuáles son los determinantes políticos que permiten la emergencia de oportunidad políticas que podrían aprovecharse en la movilización. Una clara aproximación de la propuesta de referencia dentro de la perspectiva de la EOP es la de Charles Tilly; éste autor entiende que se debe orientar el análisis hacia el entorno político en su relación con la acción de los movimientos sociales. El eje del análisis son los elementos del contexto político y social que tienen incidencia en la acción de los movimientos sociales teniendo siempre en cuenta los 64 elementos relevantes de análisis de la TMR como son la movilización de recursos. En este sentido los aportes de la EOP tienden a ser complementarios de la TMR, de la que intenta ser superadora, al redefinir el concepto de movilización social en función del contexto social e institucional como determinantes del éxito de esta. En términos de Máiz, la EOP “da cuenta de una serie de factores políticos, estratégicos e institucionales que facilitan o dificultan, en su caso, la movilización” (Máiz, 2002:26). Al analizar la pertinencia de la utilización de la EOP al estudio del nacionalismo ―tema que nos ocupa, es por ello que dejaremos para más adelante el análisis detallado de cada uno de estos puntos―, Máiz (2002) describe los siguientes elementos constitutivos de la EOP y que señalan con claridad los aspectos empíricos a indagar, estos elementos son: 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) El sistema de partidos; 4), disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6), el contexto internacional. Como bien señala Máiz (2002) al utilizar la EOP como herramienta analítica se deben tener en cuenta tres matices, el primero hace referencia a la relevancia de las estructuras formales como prácticas informales de los actores al analizar la estructura política; el segundo matiz se refiere al imperativo de entender la EOP de forma dinámica, en tanto que son los propios movimientos en su accionar que pueden ampliar las opciones de oportunidades de las que dispone, es decir, son los actores quienes pueden crear sus propias EOP; la tercera matización que hace Máiz, es la que introduce un componente subjetivo en la percepción de la EOP por parte de los actores políticos, matizando así, la naturaleza estrictamente estructural del análisis. Otro de los autores de referencia de la EOP es Eisinger (1973) que, orientado al estudio de los movimientos de protesta en Norteamérica, vinculó los elementos de carácter estructural ―la estructura política e institucional, la responsabilidad gubernamental, etc.― con la acción política colectiva. Es ese sentido, Eisinger entiende que, más allá de la gestión de los propios recursos el contexto político e institucional condiciona la acción posibilitándola o impidiéndola. (Rodríguez Arechavaleta, 2010) Nos centraremos en tres de los autores que han hecho aportaciones relevantes a la EOP y que, no solo permitirán definir esta aproximación como antecedente a la del análisis de marcos, sino que serán de gran utilidad analítica para dar cuenta de las estructuras de oportunidad del proceso secesionista en Cataluña. 65 D. McAdam: El primero de esos autores es Doug McAdam quién ha aportado una perspectiva innovadora dentro de la escuela de la EOP al entender la movilización como un proceso de naturaleza política (McAdam, 1985). Este autor ha desarrollado su perspectiva teórica a partir del análisis del movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos de América. Estas dos ideas centrales que de McAdam ―la idea de proceso y la de la centralidad de lo político―se orientan a criticar los planteamientos de la perspectiva de la MR en lo que respecta a la escasa relevancia explicativa que le asigna la MR a la acción de las élites, a la creación o dotación de sentido subjetivos de las situaciones de conflictos o agravios y al potencial movilizador que esa construcción de sentido ello tiene en la población. Las consecuencias directas de las innovaciones de McAdam (1985) son varias; la primera de ellas es el redimensionamiento de la acción en términos estrictamente políticos, ello hace que se impugne la explicación psicológica de la motivación de la acción. La segunda consecuencias, que tiene carácter de innovación fundamental, es la idea de entender el propio movimiento social, no ya como una reacción puntual a una situación coyuntural determinada, sino como un proceso en el que el los términos temporales son mayores que en las explicaciones tradicionales y estos procesos van cristalizando y sedimentando en el tiempo. Los movimientos sociales, para McAdam (1985) se verán determinados en su éxito por tres elementos condicionantes, que son: 1), la estructura de oportunidades políticas; 2) el grado de organización de la población agraviada; y 3), la liberación cognitiva. Como estructura de oportunidades políticas McAdam (1985) entiende al entorno institucional ―más adelante en el tiempo lo matizará (McAdam, 1988)― que encuadra y determina las acciones de los movimientos. Respecto a la segunda cuestión que es el del grado de organización de la población agraviada, McAdam se acerca a las posiciones de la MR, es en ese sentido que describe esta condición de posibilidad de aprovechamiento de las oportunidades políticas a partir de la gestión de los recursos que hacen los movimientos. Estos recursos que deben ser gestionados, son conceptualizados en cuatro clases diferentes, que son: 1), los miembros; 2), la estructura de incentivos solidarios; 3), las redes de comunicación; y 4), los líderes. Respecto de los miembros, McAdam señala la relevancia de este factor y del reclutamiento; en lo que se refiere a los incentivos solidarios, el autor señala la importancia de los beneficios no materiales asociados a la percepción de pertenencia a un grupo u organización que estimulan la acción y la solidaridad; por su parte, en las 66 redes de comunicación se describe a la serie de estructuras comunicacionales que mantiene conectado y comunicado al movimiento y extienden su mensaje, además de permitir los vínculos con otras organizaciones; y por último en lo que se refiere a los líderes, destaca la relevancia organizativa en la identificación de las estructuras de oportunidad políticas y la gestión de los recursos porque son ellos quienes coordinan la acción de la organización. Respecto al último de los tres elementos que condicionan el éxito de los movimientos sociales en el de la liberación cognitiva, por ella McAdam entiende por ella, a los cambios subjetivos que, sobre la conciencia y la acción, se producen respecto de las posibilidades de éxito del movimiento social en los sujetos. McAdam introduce un componente muy subjetivo muy cercano a la escuela de los nuevos movimientos sociales y que incorpora la percepción subjetiva sobre las posibilidades reales del éxito en la acción del movimiento. Estos cambios subjetivos de percepción que se describen con la liberación cognitiva, tiene para McAdam tres facetas a destacar que se basan en los desarrollos teóricos de dos autores (Piven y Cloward a quienes McAdam cita literalmente) cercanos a la teoría de la MR. La primera de estas facetas o aspectos es la percepción de pérdida de legitimidad de las instituciones; la segunda es el aumento de la percepción de la viabilidad del cambio propuesto; y el tercero de estos elementos o facetas es un “nuevo sentido de eficacia” (Piven y Cloward , 1979) que hace que los sujetos vean nuevas posibilidades a su acción. Estos cambios de conciencia subjetiva que McAdam describe con liberación cognitiva, junto con el grado de organización y la estructura de oportunidades política, son los que determinarán el surgimiento y éxito de los movimientos sociales; aunque en otro texto posterior de 1988, McAdam matiza un poco lo elaborado hasta aquí y sostiene que no son suficientes los elementos que conforman la liberación cognitiva y otorga mayor importancia a los aspectos de naturaleza estructural y al proceso político. Por otra parte, McAdan, elabora una conceptualización, siguiendo a otros autores de referencia, de las “dimensiones de la oportunidad política” (McAdam, 1998). Según esa clasificación las dimensiones de la EOP son: “1) la apertura o cierre relativos del sistema político institucionalizado; 2) la estabilidad o inestabilidad de ese grupo amplio de alineamientos de la élite que típicamente subyacen a la política; 3) la presencia o ausencia de élites aliadas; 4) la capacidad y la propensión del Estado a la represión.” (McAdam, 1998). Podemos decir con Rodríguez Arechavaleta que, McAdam realza la 67 estructura institucional en la primera dimensión, mientras que en la segunda y tercera, destaca las estructuras informales (Rodríguez Arechavaleta, 2010). Destaca en todo el planteamiento de McAdam el papel de la esfera política en tanto que estructura y en algún momento y, sin perjuicio de los matices pertinentes, la relevancia de la vertiente subjetiva de la acción en relación con esta estructura que facilita o conjura las oportunidades. C. Tilly: El segundo autor que se tratará en esta perspectiva de la EOP a la que ha realizados aportes muy relevantes en este campo es Charles Tilly. Tilly ofrece una perspectiva teórica ilustrada desde un enfoque histórico; este autor asume a los movimientos sociales como movimientos plenamente políticos, por el contrario a las Teorías del Comportamiento Colectivo que identificaba a la protesta como irracional y apolítica, y los caracteriza como “en su forma particular, […] un reto ininterrumpido contra los que detentan el poder estatal establecido, a nombre de una población desfavorecida que vive bajo la jurisdicción de personas que detentan el poder, mediante exhibiciones públicas repetidas de la magnitud, determinación, unidad y mérito de esa población” (Tilly, 1995: 18). En esta definición, Tilly enuncia los tres actores relevantes de la movilización ―detentadores del poder, población desfavorecida, activistas que actúan en nombre de aquella población―; es labor de los activistas posicionarse como “interlocutores válidos de la población desfavorecida” (Rodríguez Arechavaleta, 2010:194) y establecer las formas en la que se reclama la atención pública por parte del movimiento a partir de exhibiciones públicas. El repertorio de estrategias a los que recurren los activistas para enfrentar a los detentadores del poder y sus estrategias de desmovilización incluyen la promoción del movimiento “como un grupo solidario, con una experiencia compartida desde hace mucho tiempo y con una memoria colectiva poderosa. […] forjar coaliciones, inventar nombres de grupos, componer discrepancias, formular demandas y quejas, a más de planear las estrategias y los símbolos.” (Rodríguez Arechavaleta, 2010:195). La aproximación de Tilly, será particularmente útil en el estudio de las formas en que se estructura la producción discursiva del movimiento nacionalista catalán, en tanto que, presenta una visión claramente constructivista de la protesta y de los movimientos sociales que se relaciona de manera directa, tanto con la propuesta teórica constructivista del nacionalismo, así como, con la propuesta metodológica del 68 análisis de los procesos de enmarcado del discurso. En su aproximación, Tilly entiende que la labor de los activistas es fundamental para presentar y construir al movimiento social como “numeroso, determinado, unitario y meritorio” (Rodríguez Arechavaleta, 2010:195) y se destaca su particular análisis de los procesos de construcción de los Estados-nación, en el que resultan muy relevantes las acciones en defensa o promoción identitaria, religiosa y lingüística, tanto de actores regionales como estatales (Tilly, 1978). Serán de sumo interés también los desarrollos teóricos de Tilly en lo que respecta al posicionamiento epistemológico que ha desarrollado el autor, quién en el libro From mobilization to revolution de 1978 describe su posicionamiento en los siguientes términos: “esa será la actitud general de los análisis a seguir: obstinadamente antidurkheimiana, decididamente pro-marxista, pero a veces indulgente con Weber y a veces dependiente de Mill.” (Tilly, 1978: 48). Respecto del posicionamiento epistemológicamente pro-marxista, Tilly entiende que los marxistas ortodoxos que afronten su obra, le objetarán la relevancia que adquieren los procesos políticos, en contra de la linealidad de la explicación monocausal de la lucha de clases que sostiene la vulgarización del marxismo ortodoxo. Es desde esta perspectiva, donde Tilly incide en la explicación de la movilización social, contemplando la acción movilizadora de los actores con las estructuras sociales complejas como el Estado-nación, el desarrollo capitalista, los procesos de urbanización, etc.; combinando, de este modo, una perspectiva individualista con la perspectiva estructural, tendiente a enfatizar más ésta última, tal y como ha criticado Melucci (1989). Por otra parte, la acción colectiva es entendida como una proceso dialéctico que se reconfigura en el transcurso de la propia acción. La acción colectiva dialécticamente entendida se modifica en la tensión del proceso de confrontación entre actores y antagonistas, reproduciéndose así nuevas vías de acción social y nuevas oportunidades. Tilly (1978) establece dos tipos de modelos de acción colectiva, el primero de ellos es el “modelo político” y el “modelo de movilización” es el segundo. El modelo político, se estructura a partir de cuatro elementos centrales que son: 1), el gobierno; 2), el/los contendiente/s; 3) la política; y 4), las coaliciones. Por otra parte, el modelo de movilización identifica cinco elementos fundamentales que son esencialmente dinámicos y están, por ello, sometidos a cambios en el tiempo, estos elementos son: 1), los intereses comunes; 2), la organización; 3), la movilización; 4), acción colectiva; y 5), la oportunidad política. 69 Tilly (1978) entiende por los intereses comunes al fruto o resultado de la pugna entre facciones diversas; por organización, hace referencia a la estructura formal e informal que vehiculiza la acción; en tanto que por movilización se refiere al control sobre los recursos, aumento de las protestas y reivindicaciones propias y disminuyendo las contrarias en la dinámica actor versus antagonista. Los elementos que determinaran a la movilización serán los actores que compiten por esos recursos acopiados, la cohesión interna del grupo y la identificación entre los intereses de los actores colectivos y los individuales. Por último le siguen la acción colectiva y la estructura oportunidad política. De esta última Tilly sostiene que es ―como ya se ha dicho aquí― un proceso dialéctico en el que se redefine constantemente la estructura de oportunidad en función de las acciones y reacciones de los actores y antagonistas. Para Tilly, la oportunidad política se estructura a partir del poder, la represión/tolerancia/facilitamiento y la oportunidad/amenaza (Calleja, 2009). Las formas de ejercicio del poder del Estado, de este modo, dará lugar a las formas combinatorias entre la represión y el facilitamiento y el ese espacio que se produce entre ambos que es la tolerancia. Como resultado de la combinación de los elementos de los dos modelos explicativos mencionados emerge el quinto elemento señalado que es la acción colectiva. La acción colectiva estará determinada: 1), la movilización; 2), la oportunidad y; 3), el poder. La acción se enmarcará en tres categorías que son las acciones colectivas competitivas, las reactivas y las proactivas. Todas ellas serán parte de un repertorio de acción que estará relacionado con elementos estructurales de carácter histórico e institucional (prácticas sedimentadas, instituciones, normas culturales, etc.) y que ya se estarán ejerciendo entre los actores y antagonistas. Son las estructuras mencionadas las que determinaran las posibilidades de innovación en el repertorio de la acción. S. Tarrow: El tercer autor de relevancia en el análisis de la EOP es S. Tarrow quién, a partir de los lineamientos generales de la EOP, realizará aportes respecto de la forma en que entendemos a los movimientos sociales, particularmente en lo referido a: la necesidad de incorporar una visión más dinámica de los movimientos sociales; la forma en que se desarrollan y construyen simbólicamente las acciones de los movimientos y, por último; la capacidad de los movimientos sociales de generar sus propias estructuras de oportunidad. 70 Tarrow entiende que la EOP está definida por las “dimensiones congruentes ―aunque no necesariamente formales o permanentes― del entorno político que ofrecen incentivos para que la gente participe en las acciones colectivas” (Tarrow, 1997: 155) y que se encuentran determinada por cuatro elementos de cambio que son: “la apertura del acceso a la participación, los cambios en los alineamientos de los gobiernos, la disponibilidad de aliados influyentes y las divisiones entre las élites y en el seno de las mismas” (Tarrow, 1997:156) además de dos elementos más institucionales y estables como son: la estructura del Estado, y las formas de represión y control Estatal. 18 Las primeras cuatro dimensiones de la estructura de oportunidad política ofrecen una interpretación de naturaleza dinámica de las modificaciones de esas estructuras, aunque reconoce también la relevancia de las estructuras del Estado y de control y represión Estatal. Con la referencia al acceso a la participación, Tarrow asume la tesis de Eisenger, que sostiene que la protesta aumenta su probabilidad de manifestación en los sistemas que combinan elementos de apertura y de cierre. Y es allí, en los momentos en se llevan a cabo las reformas de apertura por parte de esos sistemas, donde la probabilidad de la emergencia de protesta aumenta. Por el cambio en los alineamientos políticos Tarrow entiende que la estructura de oportunidad puede variar a partir de la inestabilidad de los alineamientos políticos o coaliciones que se establecen entre los partidos del gobierno y de la oposición en las democracias liberales; este hecho puede movilizar tanto a las élites políticas a buscar nuevos aliados extrapolíticos y también tiende a potenciar la incerteza de los seguidores, además de incentivar la movilización de los sujetos que no se identifican con el sistema político y preconizan otras formas de participación. Tarrow describe como tercer elemento del cambio en la EOP a los aliados influyentes quienes pueden posicionarse de tres formas posibles: a favor, en contra o como mediadores frente a la protesta. Como cuarto y último elemento, las élites divididas o fragmentadas pueden movilizar a fracciones de las propias élites, que no detentan poder alguno, a que asuman la figura de representantes y defensores del “pueblo”; como también puede ocurrir que se facilite la movilización de grupos o sectores carentes de recursos propios. 18 Tarrow (1997) entiende que la EOP condiciona a los movimientos sociales de tres maneras diferentes y complementarias, a saber: 1) el acceso a las tomas de decisiones que tenga el grupo o movimiento; 2), los aliados y los adversarios que tenga el movimiento entre la población; y 3), la unidad o no de la élite política. 71 En cuanto a las formas del Estado, Tarrow entiende que hay una relación multidimensional entre el Estado y los movimientos sociales, en tanto que, el Estado “es un blanco multidimensional, los movimientos sociales son actores multidimensionales” (Tarrow, 1997:166). La forma en que el Estado actúa frente a los movimientos es variable, y lo es, entre otras cuestiones, dependiendo de la naturaleza del actor que tenga frente a él, el tipo de propuesta, los sectores involucrados, la fuerza del movimiento y estructura de las élites. En lo tocante a la represión y el control por parte del Estado, Tarrow sostiene que es una variable determinante en un doble sentido. El primero de ellos es el reconocimiento de que la represión y el control acallan la protesta en la mayoría de los casos, pero por contrapartida, esa represión ejerce, como segundo elemento, una fuerza integradora y unificadora, en tanto que objeto contra el que dirigir la protesta, que puede activarse cuando se modifiquen hacia la apertura las estructuras de oportunidades. De este modo, Tarrow, entiende que la represión permite aglutinar a los sujetos tras un objetivo determinado que de mantenerse tras la apertura a la participación permite generar, organizar y movilizar un movimiento social con mayor facilidad. Para ilustrar el caso anterior Tarrow (1997) utiliza el ejemplo de las reformas implementadas por Gorvachov en Rusia, pero no solo se recurre a la represión y al control de los opositores en los regímenes no democráticos. Tarrow señala que en las democracias representativas, y sin perjuicio incuso de la existencia del Estado de derecho, los Estados con regímenes democráticos liberales pueden recurrir a acciones o estrategias para incorporar los movimientos sociales dentro de la esfera Estatal al convertirlos o transformarlos en partidos políticos, que en otros términos podríamos hablar de cooptación; o incluso pueden recurrir a la represión de los opositores. Tal y como sostiene Rodríguez Arechavaleta, Tarrow asume el argumento de Tilly al sostener que “una de las características más notables de la acción colectiva es que expande las oportunidades para los demás […] al plantear que los grupos disidentes aumentarán sus oportunidades, ampliando el repertorio de acción colectiva a nuevas formas” (Tarrow, 1997:174 citado en Rodríguez Arechavaleta, 2010: 199). Para Tarrow y Tilly los movimientos sociales pueden, en su acción de aprovechamiento de las oportunidades políticas, ampliar esas oportunidades, es decir, modificar la estructura para el propio movimiento o para otros. Respecto de las características de la acción social, Tarrow describe la existencia de tres tipos de acción colectiva que enuncia como: violenta, convencional o disruptiva. 72 Estas formas de acción colectiva combinan en distinto grado en cada una de ellas las tres propiedades que poseen los movimientos sociales y que son: el desafío, la incertidumbre y la violencia. (Tarrow, 1997). La acción violenta tiende a ser inversamente proporcional al número de manifestantes ―en circunstancias normales― es por ello que tiende a aparecer con la intervención de pequeños grupos dispuestos a asumir los altos costes de este tipo de acción y con estructuras organizativas experimentadas. La segunda categoría de acción social es la convención, que incluso dentro de la particularidad de los nuevos movimientos sociales sigue siendo la acción social mayoritaria dentro del repertorio de las protestas. Este tipo de acciones son de naturaleza rutinaria, por ello conocidas por los participantes e incluso toleradas o facilitadas por las élites (Tarrow, 1997:205). La tercera es la acción social disruptiva, que es la forma en que se amplía el repertorio de la acción mediante la innovación en las acciones de la protesta, pero que tiende a ser inestable y a decantarse por alguna de las dos anteriores, o bien por la acción violenta, con el consiguiente abandono de muchos de los seguidores del movimiento o la propuesta disruptiva tiende a la “rutinización” y se incorpora dentro de la categoría de la acción de convención o convencional. Una de las innovaciones dentro de la escuela de EOP que ha propuesto Tarrow es la relevancia que el autor le ha otorgado al análisis del sistema simbólico de los movimientos sociales. Este es el tema central de esta tesis y, es por ello que, resulta menester y enriquecedora la inclusión de la propuesta de Tarrow en tanto que integradora de la EOP, como de los análisis simbólicos de los movimientos que propone el análisis de marcos. La centralidad que reviste el análisis de los marcos hace que se destine el próximo apartado de este capítulo para desarrollar sus diferentes perspectivas y aproximaciones. Pero, volviendo a la propuesta de análisis del sistema simbólico de los movimientos sociales, Tarrow señala que es de fundamental importancia para los movimientos sociales la labor de construcción de los marcos para la acción colectiva que conforman los mapas cognitivos y de significación que dotan de sentido a la acción del movimiento. En ello, el propio Tarrow secunda los desarrollos de Snow y Benford y que se estudiarán más adelante. Siguiendo a estos autores, Tarrow describe como central, en la construcción de los agravios de los marcos de acción colectiva, las injusticias que se narren en los discursos, además de la asignación de responsables y el ofrecimiento de soluciones, 73 vinculando esos marcos a otros marcos mayores ya existentes para amplificar y dotar de fuerza a las demandas. En otros términos, Tarrow destaca la labor fundamental de enmarcado de las organizaciones de los movimientos sociales. Es por ello que este autor se encuentra claramente a favor de una aproximación sintética entre la EOP y el análisis de marcos, con el objetivo de dilucidar los procesos de construcción simbólico-discursiva que realizan los movimientos sociales y sus con la estructura en las que se producen esos discursos. La decisión de incorporar a Tarrow dentro de la perspectiva de la EOP, y no dentro del análisis de marcos, se debe a que en él predomina la perspectiva estructural por sobre la aproximación constructivista, en tanto que no asigna una capacidad performativa al discurso, sino que le otorga una función más bien estratégica, al servicio de los movimientos sociales, de modo que las identidades colectivas serían previas y preconstituidas al discurso. En un texto posterior (Dynamics of contentions) Dinámica de la contienda política, del año 2005, los tres autores comentados anteriormente, Mc Adam, Tilly y Tarrow presentaron una propuesta innovadora y, en su opinión, superadora de las dos perspectivas principales de análisis de los movimientos sociales, la estructural y la de la agencia. En Dinámica de la contienda política los tres autores, antes de presentar esta propuesta de superación, asumen las críticas que se le había formulado a la EOP ―y que se comentarán más detalladamente en el apartado siguiente― relacionadas con la preponderancia explicativa de los factores estructurales y la rigidez heurística, o visión estática, a ella asociada. A partir de aquí, los autores proponen una aproximación más dinámica y relacional de los movimientos sociales, y que incluya una visión más global que involucre los diferentes niveles de análisis que van a formular (episodios, mecanismos y procesos). La propuesta teórica que realizan se centra en dar cuenta de toda una serie fenómenos de lucha política que supera en mucho el marco y la agenda tradicional de los movimientos sociales (Flacks, 2003) y pretende ser un herramienta de investigación y anñalisis de todo proceso de contienda política y de sus actores sociales, sean institucionales o no, y de sus ámbitos de actuación; abarcando una serie temporal y de lugares muy diversas. 74 Para llevar adelante una empresa de tal magnitud, los autores introducen una cantidad importante de conceptos. Las principales aportaciones en este sentido son: (y antes que ninguno) el concepto de contienda política. Por él se entiende, los procesos políticos en donde la acción colectiva transgresiva resulta fundamental. Pretenden con este concepto, relativizar la utilidad que venía teniendo los conceptos estancos de contienda convencional y no convencional; proponiendo una aproximación más dinámica y compleja de ambos, al entenderlas como propias de la arena política. Literalmente contienda política es definido como “la interacción episódica, pública y colectiva entro los reivindicadores y sus objetores cuando: (a) al menos un gobierno es uno de los reivindicadores, de los objetos de las reivindicaciones o es parte en las reivindicaciones, y (b) las reivindicaciones, caso de ser satisfechas, afectarían a los intereses de al menos uno de los reivindicadores” (Mc Adam et al, 2005: 5). Los otros tres conceptos que introducen son los ya mencionados: episodios, mecanismos y procesos. Los episodios son los períodos históricos, que retoman la concepción clásica del estudio de los movimientos sociales 19, la cadena de acontecimientos históricos significativos que conforman los episodios son descriptos como procesos y estos son conformados por las relaciones que establecen una serie de mecanismos. Estos mecanismos pueden ser causales, ambientales, cognitivos o relacionales, entre otros, como la difusión, la represión, o bien los vinculados a la movilización, como son la atribución colectiva, la apropiación social y la correduría. La búsqueda de relaciones de causalidad y conexiones entre los mecanismos, los procesos y los episodios, es uno de los ejes centrales del trabajo, sumado con la de encontrar “paralelismos parciales” entre los diferentes episodios contenciosos en la historia que cambiarán el resultado dependiendo de la combinación en la secuencia y del contexto en que se produzcan (Mc Adam et al, 2005). Dentro de los procesos, los autores, describen tres que aparecen en una gran mayoría de episodios y que son: la construcción de nuevos actores e identidades; la polarización de los movimientos; el cambio en la contienda política. Las críticas que recibe este trabajo ―de dimensiones monumentales― comienzan, justamente, por las amplias pretensiones explicativas que se sostienen a lo largo de la historia y de la geografía. Por otra parte, en los casos empíricos presentados ―dieciocho― la única relación lógica que se repite con asiduidad es la de correduría/mediación; no hay mayores repeticiones de los otros mecanismos que 19 Véase el prólogo de Ibarra y Martí a la obra de AA. VV. (2005) Dinámica de la contienda política. 75 fueron enunciados; y ello lleva a disminuir el potencial heurístico de la relación causal entre mecanismos y procesos. Críticas a la perspectiva de la TMR, NMS y EOP: Se han mencionado hasta aquí los desarrollos de tres de las principales escuelas que analizan los movimientos sociales, fundamentalmente la TMR, NMS y la EOP. La TMR, tal y como se ha comentado se interesó en los aspectos organizativos de la movilización de los elementos simbólicos y materiales de los movimientos ―se les ha criticado incluso la confusión entre organización y movimiento (Reichmann y Fernández Buey, 1994:25 citado en Santamarina Campos, 2010:116)― y ha caído en cierto apoliticismo en tanto que, se puede aplicar la TMR a cualquier tipo de organizaciones dejando sin analizar el componente ideológico de los movimientos, además de no analizar las cuestiones de naturaleza estructural, tal y como sostiene Tilly (1978). Por su parte la escuela de los NMS ha centrado su interés en las cuestiones culturales y simbólicas concentrando el poder explicativo en causas de naturaleza estructural, tal y como señala Klandermans (1994), dejando de lado, en cierto modo, la organización y los recursos de las organizaciones y los movimientos. Por otra parte, se ha realizado una crítica acerca de la pertinencia de adjetivo “nuevo” en el título NMS, que puede verse en el interesante texto de Mees (1998) en el volumen publicado por Ibarra y Tejerina (1998) y que pone en cuestión ―del mismo modo que Tarrow― la posición asumida por algunos autores de los NMS de la ruptura de los patrones sociales “tradicionales” de movilización como es el de clase. Respecto a la EOP, se puede decir que, esta perspectiva adolece de cierta falta de precisión en las variables que utiliza (McAdam, D. McCarthy, J. y Zald, M., 1999), tal y como señalan Meyer y Gamson, cuando sostienen que, la EOP “puede discurrir por direcciones tan distintas y adoptar formas tan diversas […] que amenaza con convertirse en un factor cajón de sastre, donde situar todas aquellas condiciones y circunstancias que configuran el contexto en el que se desarrolla la acción colectiva. […] Si se le quiere utilizar para explicar tanto, en último término puede llegar a no explicar nada” (Meyer y Gamson, 1999: 389). Esto ocurre porque la EOP en algunos casos ha tendido a no precisar con exactitud qué acontecimientos forman parte de la estructura de oportunidad, pudiendo caer así en el error de procurar explicaciones fundadas en una sola variable omnicomprensiva, pero imprecisa y difusa, tal y como sostienen Della Porta y Diani (2011). 76 Por otro lado, se ha criticado la falta de atención sobre la forma y las razones que motivan a la dotación de sentido y asignación de significados por parte de los actores respecto de la acción colectiva, en otras palabras, la EOP deja sin analizar la forma en que se producen los códigos culturales (Melucci, 1994). La crítica de Melucci así como la de McAdam (1998) y la de Meyer y Gamson (1999), se orienta a dos elementos centrales, el primero es la relevancia de los actores y de las acciones que estos realizan; y el segundo de esos elementos, es el importante papel que la construcción de las identidades y los códigos culturales tiene en los conflictos sociales en general, y particularmente en la movilización social. A excepción de Tarrow, la EOP no da cuenta de los mecanismos por los que ciertos actores pueden movilizar a sectores de la población, ni tampoco explica, cómo y de qué manera operan los agravios dentro de ese proceso de movilización tras el que se nuclean las principales reivindicaciones del movimiento, y qué es lo que hace que esos individuos se aglutinen alrededor de esas reivindicaciones. La perspectiva que intenta responder a estas falencias y a complementar los análisis de la EOP, NMS y TMR es la del análisis de marcos (frame analysis) o perspectiva de los procesos enmarcadores. El análisis de los marcos orienta su interés hacia la investigación sobre los modos en que se construyen los significados del discurso de los movimientos. El análisis de marcos indaga sobre qué elementos del discurso son construidos, los mecanismos con el que estos significados son propuestos a la población, y a partir de qué mecanismos y significados se interpreta la realidad y sus problemáticas. Es de este modo como los procesos de enmarcado se centran en los aspectos ideológicos, identitarios y culturales del estudio de los movimientos sociales, se presenta como una herramienta extraordinariamente compatible con la visión de la EOP que tiende a aportar una perspectiva de matriz estructural en sus explicaciones. Análisis de marcos: Comentarios preliminares y observaciones: Aunque el análisis de los marcos es la última perspectiva en incorporarse al estudio de los movimientos sociales, el concepto de “marco” no es nuevo, tal y como sostienen Snow y Benford (1992). El concepto de marco ya lo encontramos “en psiquiatría (Báteson, 1972), en humanidades (Cone, 1968), y en la psicología cognitiva (Minsky, 1975; Piaget, 1954)” (Snow y Benford, 1992: 136), pero fue Erving Goffman quien en 1974 publicó el libro Análisis de marcos, donde introduce el concepto de 77 “enmarcado20” o “encuadre” para dar cuenta de determinados acontecimientos sociales a partir de elementos cognitivos comunes o compartidos y su relación con la forma en que se otorga sentido a la acción por parte de los movimientos sociales. La idea central que propone Goffman es que los marcos son estructuras de creencias colectivas necesarias para la acción colectiva, y es a partir de los marcos de acción colectiva que los movimientos sociales proponen su visión de un aspecto de la realidad. Así los marcos de significación para la acción colectiva pasan a ser definidos como esquemas mentales que ordenan e interpretan, es decir, dan sentido a la realidad, y permiten la coordinación y competencia de sentidos en la estructuración de la acción colectiva. En palabras de Chihu, un “marco de significación es un esquema interpretativo que simplifica y condensa el mundo existente, seleccionando y codificando objetos, situaciones, eventos y experiencias y secuencias de acción, y relacionándolos con el medio ambiente en el que se desenvuelve el actor” (Chihu, 2000: 213). En términos generales podemos decir con McAdam, McCarthy y Zald, (1999) que “[l]os marcos son metáforas específicas, representaciones simbólicas e indicaciones cognitivas utilizadas para representar conductas y eventos de forma evaluativa y para sugerir formas de acción alternativas”. Profundizando un poco sobre ello, y siguiendo a Gamson (1992a) y Chihu y López (2004), entendemos que “los “marcos 21” de significación para la acción colectiva orientan a los actores para evaluar un problema y estimar los resultados de la movilización en torno al conflicto. De esta forma el proceso de enmarcado “significa situar algo dentro de un marco. […] Asimismo, enmarcar significa seleccionar determinados aspectos de la realidad percibida en un texto para, con este propósito, promover una definición tanto del protagonista, como del antagonista y del problema, una interpretación causal, una evaluación moral y recomendar alternativas para la solución del problema” (Chihu, 2002:370-371). En términos de Viejo “[e]l análisis de marcos parte, pues, de reconocer el carácter subjetivo del discurso político en lugar de suponerle alguna forma de objetividad. La 20 Se utilizará el término enmarcado, de aquí en adelante, y no el de encuadre. El término “enmarcado”, ampliamente recogido en la literatura, hace también referencia, dentro de su campo semántico al dinamismo propio de los procesos sociales fundamental para el desarrollo de esta tesis. 21 De aquí en adelante se utilizará el término “marco” para hacer referencia al concepto de “marco de significación para la acción colectiva” ampliamente recogido en la literatura. 78 subjetividad propia de los marcos interpretativos es, a su vez, una subjetividad intersubjetiva” (Viejo Viñas, 2008:8) Esto destaca no solo ese componente subjetivo mentado, sino además, la relevancia de la otredad en el estudio de los marcos, que va desde la producción discursiva, pasando por la distribución y el consumo de los discursos, pero también en el aspecto agonal y dinámico de la conformación de los marcos. Es por ello que “los marcos interpretativos establecen un vínculo interpretativo entre quien los enuncia (actores que pueden variar desde organizaciones de movimiento hasta partidos políticos, pasando por medios de comunicación, líderes políticos o figuras intelectuales) y quien los escucha y dispone, igualmente, de los mismo marcos de referencia primarios (los públicos o audiencias)” (Viejo Viñas, 2008:14). En lo que sigue se expondrán algunos de los principales referentes de la teoría de los procesos de enmarcado, que son D. E. Snow y Benford, W. Gamson y Gerhards. La elección de estos autores se apoya en varios criterios, el primero de ellos es la inconmensurabilidad de la bibliografía, que será un tópico de los temas tratados en toda la tesis, y ello ha llevado al autor a tener que seleccionar por criterios de relevancia y de cercanía o afinidad en las aproximaciones teóricas a los temas tratados en esta tesis. El caso de Snow y Benford es de ineludible mención dado la relevancia que han adquirido sus aportaciones al campo del tanto del análisis de marcos, en particular, como del estudio de los movimientos sociales, en general. Dichas aportaciones del Snow y Benford, que han sido recogidas muy positivamente por la comunidad investigadora, se orienta hacia una perspectiva más intermedia o macro del análisis de los procesos de enmarcado, de modo que es especialmente indicada para ser analizada este trabajo, a diferencia de otros estudios como los de H. Johnston (1991, 1995), Cabrera (1992) que, si bien analizan desde el análisis de marcos el caso de nacionalismos periféricos españoles, como son el caso del nacionalismo catalán y el gallego respectivamente, lo hacen desde una perspectiva micro que, no es la línea metodológica elegida por quien suscribe el presente. En el caso de Gamson la elección se sustenta en dos argumentos, el primero de ellos, al igual que en caso de Snow y Benford, es el nivel que han tenido sus aportaciones al análisis de marcos y la acogida que ellas han tenido dentro de la comunidad de investigadores; el segundo argumento es la afinidad o proximidad teórica y conceptual de Gamson respecto de la visión que esta tesis adopta acerca de las formas de 79 construcción de los agravios por parte de las élites políticas catalanas, tal y como se verá, más adelante. En el caso de Gerhards, la elección descansa sobra la relevancia de sus desarrollos teóricos de nivel meso del análisis de marcos y su operacionaliszación, pero y fundamentalmente, en los desarrollos metodológicos como el del marco ideal que se utilizará como herramienta de análisis en la presente tesis. Estas propuestas metodológicas se orientan a dar claridad a la operacionalización de los conceptos que han desarrollado tanto Snow y su grupo, como también Gamson. Snow y sus colaboradores: Al hacer referencia a Snow, inevitablemente se debe aclarar que se hace mención no solo a un autor muy relevante sino a uno de los exponentes más destacados de un grupo de investigadores a lo que pertenecen también Benford, Hunt, McAdam, Rochford, Trom Worden y otros. Este conjunto de investigadores representa una de las corrientes más importantes en los estudios de los marcos y de los procesos de enmarcados dentro del ámbito de los movimientos sociales. Para el análisis de los desarrollos teóricos de este grupo nos centraremos en cuatro textos clásicos de referencia en la materia que son Frame alignment processes, micromobilization, and movement participation (1986); Ideology, frame resonance, and participant mobilization (1988); Marcos de acción colectiva y campos de identidad en la construcción social de los movimientos (1994); y Master frames and cycles of protest (1992). Para Snow y Benford los marcos de significación para la acción colectiva son un “esquema interpretativo que simplifica y condensa el «mundo de ahí fuera» puntuando y codificando selectivamente objetos, situaciones, acontecimientos, experiencias y secuencias d acciones dentro del entorno presente o pasado de cada uno” (Snow y Benford 1992: 137). Siguiendo el análisis de Chihu (2000), podemos decir que Snow y Benford (1992) describen tres funciones características de los marcos de significación, y estas son: puntuar los objetos de la realidad; atribuir responsabilidades y pronosticar (soluciones); y por último, producen alineaciones. La función de puntuar los objetos de la realidad está relacionada la acción de los marcos que “redefine como injusto o inmoral lo que, previamente había sido visto como desafortunado pero quizás tolerable” (Snow y Benford, 1992: 137 citado en 80 Chihu, 2000: 217). La segunda función es la atribución de la culpa y las responsabilidades de esa situación injusta señalada o puntuada por el marco, por otra parte, la atribución pronóstico se refiere a la proposición de acciones determinadas para acabar con la situación injusta (Snow y Benford, 1992). Por último, la articulación hace referencia a la capacidad de alinear sucesos y circunstancias con el marco e incidir en la forma de significar las ideas de los marcos mediante esos elementos. Para usar palabras de Tarrow (1997), Snow y sus colaboradores, ponen de relevancia la necesidad de los marcos de significación a la hora del estudio de los movimientos sociales, en tanto que, es indispensable el análisis y la investigación sobre las formas en que se significa y ordena la realidad, por parte de las organizaciones de los movimientos sociales, y de cómo se orienta el discurso hacia la acción. Las críticas de este grupo estuvieron orientadas hacia la EOP, los NMS y la TMR, en tanto que, estas perspectivas no se detienen en lo que ellos consideran central para la acción social que es la construcción del significado a partir del discurso. Para el la perspectiva del análisis de los marcos, los movimientos no deben ser analizados con significados construidos y asignados, sino que se debe asumir una posición más dinámica en la que la generación de sentido y la producción y reproducción (utilizando una terminología del marxismo clásico) de significados sea el foco de la atención y de la investigación. La producción conceptual de este grupo de investigadores ha sido muy relevante a la hora de aportar claridad y sistematización al corpus del análisis de marcos, estas aportaciones serán analizadas a partir de los siguientes cinco conceptos: procesos de enmarcado, alineamiento de marcos, marcos maestros y resonancia de marcos. Procesos de enmarcado: El proceso de enmarcado hace referencia a la forma de interpretación que se propone de un ente, hecho o circunstancia determinada a partir del propio discurso. Por medio del proceso de enmarcado los movimientos establecen cuáles son las cuestiones relevantes, qué alcance tiene el mensaje y sus objetivos y a quienes va dirigido el discurso. Es mediante tres acciones muy concretas que, Snow y sus colaboradores, sistematizaron la forma de enmarcado a partir de esas tres acciones o tareas. Estas acciones de enmarcado son: diagnóstico, pronóstico y motivación. 81 El Diagnóstico: propone una cuestión social determinada como problemática. Esa cuestión social determinada, afecta a un conjunto de personas o a una comunidad y se presenta por los movimientos como fundamental e importante para este grupo. Se propone, además la necesidad de modificar esa situación y se señala un actor social como culpable de esa situación. El Pronóstico: Esta es la terea en la se propone la solución al problema del diagnóstico. El pronóstico debe incluir las acciones a seguir para alcanzar la solución, además de los actores colectivos legitimados para llevarlas a cabo. La Motivación: El objetivo de esta tarea es aportar estímulos propios y cercanos a la naturaleza no racional de la acción, como son el recurso a la identidad y la simbología para movilizar a las audiencias; en otras palabras, esta tarea, a diferencia de las anteriores, se dirige a movilizar a los individuos a partir de incitar el aspecto emotivo de la acción. El segundo de los conceptos fundamentales elaborados por Snow y sus colaboradores es el de “alineamiento de marcos”. Este concepto enlaza dentro de lo que se definió más arriba como procesos de enmarcado, es decir, es una acción específica dentro del enmarcado. Alineamiento de marcos: Esta acción tiene por objetivo rentabilizar la acción significadora y de movilización de los marcos, ello se consigue al orientar los marcos en una dirección determinada, “alineando”, de este modo, el sentido de los mismos. El objetivo de maximizar la acción de los marcos se produce a partir de la concordancia que los marcos tengan con su entorno, es por ello que el alineamiento es un proceso de modificación de los marcos al contexto en el que insertan. Estos procesos de modificación de los marcos pueden ser de cuatro maneras, según lo describen Snow y sus colaboradores, y estas son: la conexión de marcos, la amplificación de marcos, la extensión de marcos y la transformación (Snow, et al, 1986). La conexión de marcos22 hace referencia a la relación de dos marcos que aun teniendo vínculos ideológicos estaban “desconectados estructuralmente respecto de un mismo tema” (Snow, et al, 1986:467); la amplificación hace referencia a la renovación de un marco que ha perdido su eficacia o no ha surtido efecto, esa amplificación se puede realizar a través de la “amplificación de los valores” o mediante 22 Frame bridging en el texto original. 82 la “amplificación de las creencias”. La extensión de marco, hace referencia a los cambios producidos para ampliar la base de adhesiones al movimiento, motivado por un enmarcado poco atractivo en primera instancia o de clarificación y puntualización sobre determinados asuntos o cuestiones; por último, la transformación del marco, se refiere al cambio de un marco no funcional, a los objetivos del movimiento, por otro nuevo sea capaz de producir nuevos significados y generar más adhesiones. El cuarto concepto de referencia de Snow y su grupo es el de marcos maestros, (Snow y Benford, 1992) a diferencia de los marcos interpretativos que están orientados a una proveer una visión particular sobre un tema determinado, los marcos maestros son construcciones generales que tiende a agrupar a diferentes marcos, en otras palabras, el marco maestro, tiene funciones de campo gramatical en el que se vinculan e integran diferentes marcos y resuena a un nivel más general que los marcos de acción colectiva23. El último de los conceptos que de Snow y su equipo que analizaremos aquí es el de resonancia de marcos. A juicio de quién suscribe el presente trabajo es uno de los conceptos más interesantes de los desarrollados por estos investigadores dado el potencial heurístico que posee. Resonancia de marcos: Quién primero menciona por primera vez el concepto de resonancia no es Snow y su grupo, sino Gamson, si bien luego fue desarrollado por Snow y Benford (1988); para estos últimos, “algunos marcos resuenan con las narraciones culturales, […] que son parte de la herencia cultural de las persona” (1988:210). La resonancia hace especial hincapié, en las asociaciones y los vínculos que entrelazan las ideas propuestas en los marcos con concepciones de orden más general que son compartidas por un amplio número de personas. Esos enlaces y vínculos entre las ideas de los marcos y las concepciones de las “narraciones culturales” que Gamson definió como resonancia de marcos, refuerza las capacidades del marco al intensificar y relacionar las ideas propuesta, señalando y ordenando ciertos elementos de la realidad y movilizando a la acción. A esos enlaces que se establecen con estas concepciones generales, se deben sumar dos indicaciones más, que resume Chihu, y que son las características de hacer empíricamente más creíble al marco además de volverlo conmensurable en la 23 Chihu Amparán (1999) destaca los vínculos entre los marcos maestros de Snow y sus colaboradores y el concepto de ciclo de protesta de S. Tarrow. 83 experiencia de la población (Chihu 2006). Este último tema, el de la conmensurabilidad de la experiencia reviste una importancia fundamental para la pervivencia del nacionalismo en el tiempo, tal y como sostienen los trabajos de Elise Giuliano (2011) a los cuales haremos referencia más adelante. A modo de conclusión de las aportaciones de Snow y su equipo, se puede decir que, han aportado a la metodología del análisis de marcos una batería conceptual importante que ha sistematizado la metodología y dio nuevas herramientas para el tratamiento del material empírico. Por otra parte y a modo de crítica, podemos decir con Gamson (1992b) que la epistemología de Snow y sus colaboradores hace referencia a cuestiones epistemológicas no resueltas, además de no clarificar con eficacia las diferencias conceptuales entre los conceptos “ideología” y “marcos”. W. Gamson: Gamson es un teórico que ocupará un espacio destacado en el presente trabajo. Sus contribuciones al análisis de marcos son muy relevantes y prometedoras para el análisis de la producción discursiva del nacionalismo catalán en lo que respecta al peso destacado de las ideas y conceptos en la construcción de los movimientos, así como de sus intereses e identidades. Del mismo modo que Snow y su grupo (Snow et al., 1986; Snow y Benford, 1988, 1992) Gamson (1992a y 1985) entiende como premisa fundamental de su trabajo la naturaleza simbólica de la acción y su carácter construido. Al igual que Snow, también toma la noción de ”marco” de Goffman (1974) y los entiende como un esquema de interpretación que simplifica y sintetiza la realidad ofreciendo a los sujetos un sentido de su realidad y de la del mundo. Las diferencias con Snow y su grupo, por otra parte se centran en el aspecto de la lucha antagónica por el sentido y la dimensión colectiva de la construcción de los marcos de significación. Los textos fundamentales que se tomarán de W. Gamson son Talking Politics de 1992; junto con Meyer Marcos interpretativos de la oportunidad política de 1999 y Political discourse and collective action de 1988. En las obras citadas de Gamson, analizaremos los conceptos centrales de marco de injusticia, marco de agencia y marco de identidad con especial interés en esa dimensión constructivista y agonal de los procesos de enmarcado. En un texto de 1982 junto con Fireman y Rytina, Gamson introduce el concepto de “marco de injusticia” que será formulado como un marco orientado a la acción 84 colectiva contra el accionar injusto de una autoridad. Este marco de injusticia será un antecedente del concepto de “marco de significación para la acción colectiva” que se desarrollará en su libro Talking Politics de 1992. En este texto Gamson define los marcos de acción colectiva como una especie de conciencia política o “conjunto de creencias y significados orientados a la acción que inspiran y legitiman las actividades y campañas de los movimientos sociales, dan sentido al mundo social de los participantes en ellos y les ayuda a conformar sus propias identidades personales y colectivas” (Gamson, 1992a: 7). Gamson (1992a), tal y como sostienen Chihu y López (2004), resalta dos elementos centrales que atraviesan a los marcos de significación para la acción colectiva y son: su carácter de construcción de significado en tanto que proceso de negociación agonal, y que están orientados a la movilización social. La movilización, para Gamson, no estará solamente determinada por una evaluación teleológica entre “oportunidades y recursos, sino que también interviene la manera en que la situación es interpretada por los actores participantes, así como la forma en que los actores interpretan la propia movilización” (Chihu y López, 2004:450). Es la conciencia política que sostiene y alienta la movilización la que será el tema central de Talking Politics (1992a), es en este texto donde se presenta la forma de investigación de esa conciencia política a partir de tres dimensiones de marco que son: la agencia, el agravio y la identidad. Gamson (1992a), destaca además, una forma secuencial de presentación de las dimensiones de los marcos. Esta secuencia comienza por la definición o creación de un marco de injusticia, es decir, por la construcción de un agravio. A partir de allí, se definen los campos de identidad entre antagonistas y protagonistas. Comenzaremos por esta última dimensión. a. Dimensión de identidad: Se entiende la dimensión de la identidad del marco de significación para la acción colectiva como el proceso a partir del cual se pretende estructurar un sujeto colectivo. Esta es la forma en la que se conforman los campos de identidad que devienen en la construcción de un “nosotros” y un “ellos”. En términos de Chihu “el componente de identidad supone la definición de agentes concretos que son portadores de intereses y valores antagónicos y sobre los cuales se puede influir mediante la acción colectiva” (Chihu y López, 2004: 451). 85 En el proceso de enmarcado, y a instancias de este, se establecen y construyen las identidades de los actores de relevancia en ese conflicto que el marco plantea. b. Dimensión de la agencia: La dimensión de la agencia hace referencia a la concepción de que los propios actores de que pueden modificar una situación problemática determinada, en términos de Chihu y López, la agencia permite a los “individuos llega[r] a definirse a sí mismos como agentes de su propia historia.” (Chihu y López, 2004: 451) Esta concepción del cambio estará mediatizada por el “nosotros”, es decir, solo es viable la alteración de un estado de cosas, en la medida en que la acción sea una acción colectiva. c. Dimensiones del agravio: El agravio es definido por Gamson (1992a) como una sensación de indignación moral frente a situaciones sociales injustas que crean o generan determinados actores. Este agravio o injusticia tiene su fundamento en la realización de juicios sobre una situación determinada. Estos juicios que evalúan una situación dada suelen estar imbuidos en emociones; es el por ello, entre otras razones que es especialmente adecuado el análisis del procesos secesionista en Cataluña a partir de este tipo de herramientas, que permiten hacer ponderaciones de tipo cognitivo, pero también de tipo emocional sobre respecto de las motivaciones de la acción colectiva. Este componente emocional que movilizan los marcos a partir del agravio y del sentimiento de indignación moral con el que se asocian, pueden ser contrarrestados a partir de otras estrategias con componente emocional, tales como la ironía, o el escepticismo. Esa indignación moral que pone de relevancia la dimensión emocional de la acción, está claramente vinculada con el concepto de deprivación relativa fraternal24 comentado con anterioridad; en él podemos ver ese sentimiento de indignación al que Gamson describe como la ira, de la que dice: "pone fuego en el estómago y hierro en el alma" (Gamson, 1992a:329). Gamson señala la importancia, además de que la sensación y el sentimiento de agravio vayan unidos a la identificación de un responsable o culpable específicamente identificado de dichos agravios. Gamson (1992a) pasa a analizar los elementos que podrían dificultar o poner en riesgo la acción de significación y de movilización de los marcos. Respecto del componente de la agencia de los marcos de acción colectiva, Gamson, sostiene que 24 Véase el comentario al concepto de deprivación relativa fraternal al comienzo de este capítulo. 86 es el más difícil de llevar a cabo, fundamentalmente en aquellos sectores sociales que no son fácilmente movilizados con la idea del cambio y en los que tanto las condiciones estructurales del sistema, como la acción de las élites políticas tienden a no propiciar su participación. Gamson, entiende también la importancia de la ampliación de las fuentes de la identidad en el componente de identidad del marco. Para Gamson (1992a) en definitiva, se debe establecer un sólido sujeto colectivo, con amplias bases sociales, que tiendan a exceder el estricto ámbito de la organización y del movimiento social, y orientarse hacia criterios de solidaridad más amplios. Frente a este “nosotros” que configura el sujeto colectivo, se debe identificar con claridad un “ellos”, responsable directo de los agravios sufridos por el sujeto colectivo. Esta necesidad de clarificación en las determinaciones de un “nosotros” y un “ellos”, hace referencia también y fundamentalmente a la faceta de construcción de significados políticos y de movilización que posee en proceso de enmarcado. Es a partir del proceso de enmarcado que, tal y como sostiene Gamson (1992a) se construye de forma agonal la propia identidad colectiva del movimiento, es decir, que se establecen no solo los objetivos e intereses de los movimientos sociales, sino que se construye su propia identidad a partir de ese proceso de enmarcado. Gamson se refiere a los marcos como “el resultado de la negociación de un significado compartido” (Gamson, 1992a) y ello está en íntima relación con la forma que son construidos los significados políticos y de las consecuencias que de ello resultan. Estos elementos son claramente heredados del interaccionismo simbólico de Blumer y recogidos por Touraine (1981). Para Gamson (1992b) la acción colectiva es un proceso que tiene cuatro dimensiones, que son: la identidad colectiva, la solidaridad, la conciencia y la micromovilización. La identidad colectiva, Gamson (1992b) al igual que en Talking Politics la entiende como una construcción, y esa construcción se lleva a cabo exitosamente cuando las “definiciones que hace de sí mismo el individuo se vinculan con una definición compartida por otros individuos participantes de un movimiento por lograr el cambio social, formando así una autodefinición colectiva del “nosotros”” (Chihu y López, 2004:445). Es en ese sentido en que la propio proceso de enmarcado construye el “nosotros” a partir de una identificación exitosa de los individuos con las propuestas de los marcos. Una construcción sólida del “nosotros” garantiza, según Gamson (1992b) dos objetivos 87 de los movimientos sociales, el primero la posibilidad de poder llevar a cabo acciones colectivas, y el segundo objetivo, es el de la perdurabilidad del propio movimiento en el tiempo, por la identificación de los individuos con las definiciones propuestas en los marcos. En lo que respecta a la conciencia política se refiere a la relevancia de la investigación sobre las formas en que se comparten definiciones sobre cosas y situaciones entre los individuos. Gamson, repasa las dos tendencias centrales de las investigaciones de la conciencia desde la perspectiva cognoscitiva y desde la perspectiva de los estudios culturales. La primera aportará, las explicaciones basadas en “esquemas y guiones” (Chihu y López, 2004) y la segunda tendencia, central para sus investigaciones se centran en la relevancia del discurso y de la ideología. Gamson, pasa a centrase en la motivación como eje de la movilización, y orienta su análisis en la “micromovilización”. Este proceso da cuenta de los tres procesos anteriores (conciencia política, solidaridad e identidad colectiva) en las relaciones que se establecen entre los sujetos y la sociedad, a partir de los “encuentros” (encounters) (Gamson, 1992b). Estos encuentros son aquellas relaciones que se establecen entre las personas dentro de las acciones de un movimiento. Las acciones de los sujetos en este tipo de encuentros pueden ser, según Gamson (1992b) de tres tipos: “actos organizadores”, “actos de desenmascaramiento” y “actos de reenmarcamiento”. Cada uno tiene una particularidad o característica vinculada a la movilización. El primero Gamson lo describe como las acciones que llaman a la unidad y al trabajo conjunto, el segundo tipo es descrito como aquellos actos que tienden a desafiar las normas de relación social; y el tercero, es aquél en el que se adoptan marcos de injusticia. De estos últimos, “actos de reenmarcamiento” que permiten la toma de conciencia de una versión alternativa de interpretación de los acontecimientos, Gamson (1992b) describe dos tipos, los “actos concientizadores” (actos que llaman la atención) que presentan los problemas en la relación de los movimientos con las autoridades; los “actos contextualizadores” señalan y presentan el marco de injusticia frente a la acción de la autoridad. A modo de conclusión, sobre el trabajo de Gamson podemos decir que es uno de los desarrollos más sólidos realizados respecto del análisis de marcos por la profundidad conceptual que ha desarrollado y la equilibrada perspectiva entre estructura y agencia que propone. Por otra parte, es fundamental para esta tesis en tanto que se presta especialmente indicado para el análisis de lo construcción de los agravios, que como 88 se verá, reviste un papel central en la construcción del consenso y de la movilización en el proceso secesionista en Cataluña. A modo de crítica se puede observar que Gamson deja sin profundizar, tal y cómo denotarán los trabajos de Gerhards (1995) la operacionalización de los conceptos que plantea. Estas falencias serán solventadas a través del recurso weberiano de un marco ideal por J. Gerhards, tal y como veremos a continuación. J. Gerhards: Del mismo modo que Snow y que Gamson, Gerhards, elabora su trabajo a partir de los desarrollos de Goffman (1974) y pretende posicionarse dentro de la herencia del interaccionismo simbólico. Gerhards continúa fundamentalmente la perspectiva de Snow y de su grupo, pero es crítico con la carencia de los análisis empíricos, tanto de los marcos, como de los procesos de enmarcado (Rivas, 1998). Gerhard, se basa fundamentalmente en los trabajos de Snow y su grupo para desarrollar una teoría de los movimientos sociales, asume de ellos los componentes de definición del problema, identificar al responsable y proponer soluciones (Gerhards, 1995); además de proponer una metodología para el estudio de los marcos, es decir, el objetivo de este autor es doble; por una parte desarrolla un teoría que permita la formulación de hipótesis sobre el grado de persuasión de los marcos, intentando superar las aproximaciones más descriptivas; y por otro lado, pretende (con bastante éxito, desde la óptica de quién suscribe el presente) solventar los problemas de operacionalización de conceptos que acarrean los trabajos clásicos del análisis de marcos. De este modo, y para señalar con una imagen clásica su posición epistemológica, Gerhards (1995) se pregunta “¿Qué camino podemos nosotros intentar entre la Escila de la hermenéutica subjetiva y la Caribdis del análisis cuantitativo de contenidos?” (Gerhards, 1995:243). Empíricamente Garhards aplica sus desarrollos al análisis de la campaña contra el FMI (Fondo Monetario Internacional) en 1987 en Alemania. El objetivo central del trabajo de Gerhards se orienta así, a la "calidad de los marcos" (Rivas, 1998) en tanto que esta es determinante para movilizar a la población en tanto que esta es la herramienta fundamental con la que cuentan los movimientos sociales para influir en la esfera de la política. La principal aportación de Gerhards es la distinción entre estrategias de enmarcamiento y dimensiones de enmarcamiento. Mientras que las dimensiones hacen referencia a los bloques temáticos a enmarcar; las estrategias hacen referencia 89 a las "técnicas utilizadas por los movimientos «para interpretar esas áreas temáticas»” (Gerhards, 1995, 226). Ambos elementos, constituyen la estructura del marco, de los que, siguiendo a Weber, Gerhards plantea como herramienta de análisis y comparación un tipo ideal. Ese tipo ideal servirá como referente con el que comparar los tipos ideales, en tanto que, a mayor cercanía entre los marcos reales respecto del marco ideal, más exitosos serán estos en lo que respecta a su capacidad movilizadora. Gerhards describe cinco dimensiones de enmarcamiento y que son: “encontrar una cuestión del debate público e interpretarla como un problema; interpretar los objetivos y las probabilidades de éxito de los esfuerzos, encontrar y caracterizar al destinatario de la propuesta; justificarse como actores legítimos de la propuesta” (Citado en Rivas, 1998:201) La primera cuestión que platea Gerhards (1995) como central es la forma en que se transforma una cuestión determinada (issue) en un problema. Gerhards sostiene que los movimientos sociales “deben definir primero el fenómeno empírico, hecho o acontecimiento como una cuestión, después etiquetar el fenómeno como un problema que el sistema político debe tratar”25 (Gerhards, 1995:228) Gerhards (1995) además, da claras indicaciones metodológicas a seguir en sus investigaciones sobre las movilizaciones contra el FMI en Alemania en 1988, así pasa a señalar la importancia de revelar cuál es el marco real para someterlo a comparación con el marco ideal. Esa re-construcción del marco real, Gerhards la realiza a partir de documentos cuidadosamente seleccionados (1995:243), de lo que releva su valor de significación antes que su extensión o cantidad, ello ayudará a las confirmación de las interpretaciones por parte de los lectores (Gerhards, 1995), es decir, a la exigencia de la posibilidad de reproducción de resultados del método científico. Si bien Gerhards no menciona otras fuentes determinantes o condicionantes de la acción como por ejemplo la EOP, no las excluye del análisis. Las críticas que se le pueden enunciar, y siguiendo en esto a Rivas (1998), son cierto utilitarismo “en el que los mismos valores se tratan desde una óptica instrumental” (Rivas, 1998:203) que haría que este modelo de análisis sea más conveniente para el estudio de los movimientos que no solo busquen el reconocimiento y la visibilidad, sino que desarrollen una acción colectiva de naturaleza política y contestataria. Por otra parte 25 Traducción propia. 90 se podría ver cierto inmovilismo de los marcos, descuidando la evolución o el dinamismo de la construcción discursiva agonal. Nos basaremos en el texto de Gerhards (1995) y en el análisis que de él hace Rivas (1998) para la elaboración de nuestro marco de análisis ideal que nos permitirá comparar los cambios y las diferencias de los diferentes marcos a través de los dos períodos de investigación propuestos. Hasta aquí se han repasado las principales aportaciones a las teorías de la acción social de los que se ha llamado los Nuevos Movimientos Sociales y se ha comentado, con el detalle que permite un trabajo de esta naturaleza, sus principales aproximaciones, tales como la Teoría de la Movilización de Recursos (TMR), la Estructura de Oportunidad Política (EOP) y el Análisis de Marcos o Análisis de marcos. Antes de pasar a presenta la propuesta metodológica que aunará mucho de los comentado hasta aquí se mencionarán brevemente dos autores que abordan el tema del nacionalismo desde la perspectiva del análisis de marcos y de estructura de oportunidad política. Esto nos ofrecerá una perspectiva aún más próxima a los temas a analizar en el caso que nos ocupa sobre la producción discursiva de las élites políticas del nacionalismo catalán. Marcos y nacionalismo: Serán de naturaleza central para esta tesis los trabajos de Ramón Máiz (1986, 2002, 2003, 2004, 2007 y 2008) y de Elise Giuliano (2006 y 2011). En el caso de Ramón Máiz podemos decir que es uno de los referentes en la investigación del nacionalismo desde el análisis de los marcos y la estructura de oportunidad política. Al igual que en caso de Giuliano, nos basaremos en sus estrategias metodológicas y aportaciones teóricas para acercarnos a una propuesta metodológica de investigación específica para este caso concreto. Máiz, propone y utiliza el análisis de la EOP y de los marcos para el análisis del nacionalismo (Máiz, 2002, 2003, 2007, 2008). Sus desarrollos los aplica tanto al nacionalismo gallego (1986) como al indigenismo. Parte de la base de la perspectiva del constructivismo, tanto desde el análisis de la movilización del nacionalismo, al que entiende como un movimiento social, así como desde la caracterización teórica del nacionalismo, tal y cómo se ha visto en el capítulo primero, dentro del modernismo. Las pretensiones de Máiz se basan en aprehender ese “doble carácter, emocional e interesado, simbólico y estratégico del nacionalismo” (2003:42). 91 Dado que se ha analizado en el capítulo primero su visión del nacionalismo desde el constructivismo modernista y la relevancia de la investigación del nacionalismo desde su producción simbólica, aquí se puntualizarán las precisiones que Máiz propone para el análisis concreto del nacionalismo dentro del análisis de los marcos. Comenzando por la definición de los marcos, éstos son para Máiz (2008) “estrategias retóricas” que lejos de presentar a la nación tal y cual es, se orientan a la “construcción de la propia diferencia etnonacional, seleccionando unos rasgos diferenciadores y diluyendo otros, proponiendo unos objetivos políticos y desconsiderando otros” (Máiz, 2008:159). Por otra parte, Máiz, asume los conceptos de Snow y su grupo, comentados más arriba, de alineamiento de marco, el de resonancia de marco y las tareas específicas de diagnóstico, pronóstico y motivación. Además puntualiza que la eficacia y la fuerza movilizadora del discurso nacionalista reside en tres estrategias retóricas, o “dispositivos fundamentales”, que utiliza el nacionalismo que son: el dispositivo de objetividad empírica, el de responsabilidad moral, y el de dotación de sentido. Es a partir de estos tres dispositivos que el nacionalismo aporta una “urdiembre de sentido mediante la cual la identidad de los individuos se disuelve “naturalmente” mediante inmersión en la identidad colectiva de la nación” (Máiz, 2008:161) De este modo, el nacionalismo promueve el deber de los individuos con para la entidad colectiva. Entidad colectiva que existe empíricamente (elementos objetivos de etnicidad) que lo diferencias del resto de naciones y que goza de derechos propios26 (derechos tales como la autodeterminación, etc.) y, por último se introduce un “momento estético” (Máiz 2008) que introduce la idea del pasado común idealizado que naturaliza la idea de nación y lo opone a la artificialidad del concepto Estado. El dispositivo de objetividad empírica rescata la idea de la existencia empírica de la nación a partir de hechos incontrovertidos como la “común ascendencia”, “homogeneidad cultural interna” y “una diferencia objetiva con otras naciones” (Máiz, 2008). Esta nación se presenta como falta de libertad, amenazada y oprimida. El segundo dispositivo que es el de responsabilidad moral, propone la idea de la deuda que se tiene con la nación para regenerarla y defenderla a través de “la movilización y la lucha […] hasta el sacrificio de la propia vida […] si fuese necesario” (Máiz, 2008, 162). Por último, el dispositivo de la dotación de sentido establece una prioridad de lealtades, y por ello de identidades, proponiendo como primera, la lealtad a la nación, 26 Véase como el nacionalismo caracteriza al sujeto colectivo con propiedades o atributos propios de los individuos en Rodriguez Abascal (2000). 92 ello mediante la inmersión ―en términos de Máiz― del sujeto individual en el Sujeto colectivo27. Por otra parte, Elise Giuliano (2011), Elabora su trabajo analizando las causas del éxito o del fracaso en la pervivencia de los nacionalismo de ciertas repúblicas del espacio post soviético. Utiliza los desarrollos teóricos de Snow y sus colaboradores y empíricamente analiza fundamentalmente el discurso político a partir de artículos periodísticos en dieciséis regiones de la ex URSS, además de entrevistas y complementado con fuentes estadísticas cuantitativas. Al igual que Máiz, Giuliano (2011) aborda su estudio desde una perspectiva profundamente constructivista y centra su estudio en el análisis de los marcos que utilizan los promotores del nacionalismo en esas regiones. Giuliano (2011) sostiene que el éxito y la pervivencia del nacionalismo, a través del tiempo, está asociado con una construcción de un marco de agravio de naturaleza económica que conecte con la experiencia de la población a partir del discurso de político. Incorporaremos, tal y como se dijo más arriba, estas perspectivas teóricas y metodológicas y ampliaremos sus detalles en el apartado siguiente donde se detalla la propuesta de la tesis en ese sentido. 27 Se toma los conceptos de sujeto y Sujeto de los estudios de L. Althusser respecto de la interpelación ideológica. 93 94 Capítulo III: Propuesta teórico metodológica Plan de trabajo del capítulo: En este capítulo se expondrán los aspectos teóricos, metodológicos y empíricos a partir de los cuales de desarrolla la propuesta de investigación de presente tesis. Ésta propuesta se estructura desde los elementos conceptuales desarrollados en los capítulos anteriores referentes al nacionalismo, las particularidades del caso catalán y el estudio de los movimientos sociales. I. El problema de Investigación: El problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es: cómo cambia el discurso del nacionalismo28 catalán en las élites políticas desde el pujolismo al proceso soberanista. Para ello se propone un análisis de los marcos de significación para la acción colectiva que ha utilizado, en sus discursos, la élite política en Cataluña desde el año 2000 hasta el año 2014, fecha simbólica de lo que se denomina el proceso soberanista catalán. Por proceso soberanista se entiende el giro que se ha producido, en el nacionalismo catalán, hacia posiciones secesionistas a partir del año 2010. Se propone, entonces, un análisis comparado de la producción discursiva de la élite política catalana, en lo que respecta a los procesos de enmarcado, a las estrategias y a los marcos a partir de un marco ideal propuesto, en función del tema del encaje de Cataluña en España. Para presentar la cuestión podemos decir que, en la historia de la España constitucional, el nacionalismo catalán ha sido fundamentalmente pactista, es decir que, la estrategia de las élites nacionalistas (principalmente la élite política conservadora) durante este tiempo fue la negociación y el acuerdo. Las élites políticas catalanas pactaban con el Estado central español más autonomía a cambio de apoyos legislativos a nivel nacional. Así ocurrió durante los gobiernos de González (19821996), Aznar (1996-2004) y Rodríguez Zapatero (2004-2011) (Dowling, 2013), en donde se desplegaron una serie de transferencias y descentralizaciones que dotaron de un importante autogobierno a la comunidad autónoma de Cataluña. En este escenario el nacionalismo catalán de carácter independentista nunca superó cuotas de un 23% de apoyo social (Miley, 2006). A partir de la victoria de Convergencia y Unión (CiU) en el año 2010 en las elecciones a la Generalitat, de la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional del mismo año 28 Por nacionalismo se entenderá un tipo de discurso (asimilable en este caso al concepto ideología) que construye la nación y la identidad nacional a partir de la narración (Bhabha, 2010). 95 ―contraria en algunos aspectos a ciertos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña reformado en el años 2006 con el Tripartito― 29 y, sumado a ello, la llegada del Partido Popular al gobierno en el Estado Central en el año 2011, ese tradicional pactismo se ha ido transformando en secesionismo30. Los apoyos sociales al independentismo han aumentado ―aunque difieren en intensidad según el organismo o la institución que los investigue― impulsados por la radicalización de las élites políticas nacionalistas y por el gobierno de la Generalitat. Más allá de las diferencias en la cuantía del apoyo social a la secesión que miden los diferentes organismos estadísticos, es innegable que el grado de apoyo social del nacionalismo independentista, aumenta en Cataluña (a diferencia del resto de España), en gran medida, tal y como sostiene de Blas Guerrero, porque “[e]l Gobierno de la Generalitat ha impulsado un proceso de encuadramiento social, de control desde el poder, que hace difícil oír las distintas visiones ante el problema” (El País, 8 de octubre de 2013). El Gobierno de la Generalitat de Cataluña, encabezado por CiU, apoyado por ERC, desde el año 2010 ―pero en particular desde el año 2012― ha desarrollado una activa campaña de movilización en función de lo que se conoce como el proceso soberanista. Este proceso tiene como objetivo la secesión de Cataluña de España, para ello se viene realizando toda una serie de acciones por parte del Gobierno de la Generalitat y de asociaciones civiles independentistas que concluyeron a finales del año 2014 con la realización de una consulta sobre el futuro político de Cataluña, que originalmente pretendió ser un referéndum de autodeterminación y que finalmente fue suspendido por el Tribunal Constitucional. Dicha consulta, se celebró el 9 de noviembre de 2014 y representa el momento de máxima movilización social del nacionalismo secesionista en Cataluña y punto culminante y corolario de este denominado proceso soberanista. Uno de los actores determinantes en este proceso, por su posición hegemónica en la historia de la Cataluña democrática, ―si bien claramente no el único― es la federación CiU. CiU es la federación de dos partidos ―Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y Unión Democrática de Cataluña (UDC)― y es quien ha ganado todas la elecciones autonómicas en Cataluña (en lo que a escaños parlamentarios se refiere) y, con la excepción de años de los gobiernos de coalición de izquierdas, entre 29 Se denominó Tripartito al gobierno de coalición de izquierdas (PSC, ERC y ICV-EUiA) encabezado por Pasqual Maragall (2003 -2006). La misma coalición, pero con José Montilla continuó gobernando con el llamado Gobierno de Entendimiento (Govern d´entesa) desde 2006 hasta 2010. 30 Se entenderá por secesión a las aspiraciones de la escisión de Cataluña del resto de España como un nuevo Estado. 96 los años 2003 al 201031, quién ha gobernado Cataluña desde 1980. A los efectos de dimensionar correctamente el peso de este partido y el éxito, que CiU ha tenido y tiene en la política catalana, baste con citar lo que sostiene José Luis Álvarez respecto de la representación de la clase dominante: “El catalanismo es la plataforma de hegemonía de la burguesía de origen catalán, y CiU es su partido. Las tácticas que CiU ha elegido para mantener la iniciativa y hegemonía políticas, sin una demografía mayoritaria ni dominio electoral estable, para conseguir la máxima activación de sus bases y la máxima pasividad, cuando no subordinación, de su oposición, son una gran lección política” (José Luis Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012).32 Esta larga tradición de gobiernos conservadores que comienza en 1980 y continúa hoy en día, nos lleva a poder decir que, la Cataluña democrática se ha construido, en gran medida por, y a la medida de, la élite política perteneciente a CiU; y que su gobierno ha sido clave en la salvaguarda de los intereses de las clases dominantes, del mismo modo en que, es responsable de la deriva soberanista del Gobierno de la Generalitat y de gran parte del electorado. Volviendo a la descripción del proceso soberanista, podemos decir que el Gobierno regional de la Generalitat de Cataluña, en manos de CiU, es quién lo encabeza y quién ha propuesto como objetivo central la realización de un referéndum sobre la independencia de Cataluña como punto culminante de todo ese proceso. Casi la totalidad de la actividad del Parlamento y del Gobierno regional, en este período, se orientaron hacia la realización del referéndum de secesión, que se celebró el 9 de Noviembre de 2014, bajo circunstancias de excepción, en tanto que, la legislación española prohíbe los referéndums que no convoque el Estado nacional. Finalmente, y luego de un campaña incesante y constante proceso de movilización por parte del Gobierno de la Generalitat, las élites políticas ―y no políticas― nacionalistas catalanas, que ocupó todo el espacio del ágora pública, el 9 de noviembre de 2014 se realizó en Cataluña la votación en el denominado Proceso Participativo, con la pregunta planteada por la Generalitat con una participación de 2.305.290 votantes. Esta acción estuvo marcada por la reacción del Gobierno nacional que recurrió todas las acciones que consideró contrarias a derecho, frente al TC. 31 CiU ganó ambas elecciones de 2003 y 2006 pero no pudo formar gobierno. En relación a CiU como actor hegemónico véase el artículo de José Luis Álvarez: “La lucha final de la burguesía catalana” El País, 23 de julio de 2012. Disponible online en http://elpais.com/elpais/2012/07/23/opinion/1343038261_771040.html 32 97 Para llegar a la realización del referéndum sobre la secesión, tal y como se indicó, se ha realizado una ardua tarea de movilización social de naturaleza fundamentalmente discursiva y simbólica, desde las élites políticas nacionalistas, mediante los partidos que las nuclean, desde las instituciones de la Generalitat de Cataluña y desde las asociaciones independentistas (ANC, OC y AMI 33). En el desarrollo de todo este proceso los marcos de significación del nacionalismo catalán han cambiado notablemente. Éste el problema de investigación de esta tesis: cómo y de qué manera la élite política nacionalista en Cataluña ha modificado su discurso desde el pujolismo al llamado proceso soberanista y bajo qué circunstancias ello ha sido posible. II. Pregunta de investigación: ¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del nacionalismo catalán desde el año 2000 al 2014? específicamente entre los siguientes tres períodos: 2000-2003, 20042009 y 2010-2014, ¿Bajo qué circunstancias esos cambios han sido posibles? III. Hipótesis: La hipótesis central de la tesis es que los marcos de significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán, respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en España, han cambiado en las siguientes dimensiones de esos marcos: dentro del diagnóstico, en las dimensiones de los agravios, y de la identidad 34; dentro del pronóstico en la dimensión de las soluciones propuestas; y dentro de la motivación, en la definición de las audiencias y en los llamados a la movilización. Estos cambios se producen en las técnicas de enmarcado del marco ideal propuesto. Al cambiar las técnicas de enmarcado se modifican los marcos del nacionalismo, además de las estructuras intermedias que los componen como son las operaciones, dimensiones y tareas. Los cambios se producen al cambiar las técnicas de enmarcado en los siguientes sentidos: 33 Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia, respectivamente. 34 La identidad nacional, es entendida aquí ―siguiendo a Serrano Pascual― como una identidad colectiva de carácter moderno cuya naturaleza tiene un doble carácter, tanto cívico como político y que está directamente relacionada con el Estado moderno. La identidad nacional entra en relación con otras de diversa naturaleza con las que se combina, jerarquizándolas. Y “es, a su vez, fuente de lealtad a dicho Estado y a la „comunidad‟ en la que se asienta. En su conformación es fundamental el discurso nacionalista” (Serrano Pascual, 1995: 85-86). 98 1) Los agravios: Se mantienen los temas de agravio a lo largo del tiempo, pero se modificaron la forma de presentar los problemas, la atribución de la causa y las referencias a cuestiones ordinarias de la población, todo ello, fundamentalmente en el tercer período. 2) La identidad: Se mantiene y profundiza la construcción de la identidad “nosotros”, a partir del segundo período; pero hay un cambio sustancial en la construcción del antagonista (“ellos”) en el tercer período analizado. 3) Soluciones: Las soluciones van modificándose en el segundo y en el tercer período. La innovación más importante será la introducción de la independencia como solución en el tercer período. 4) Audiencias: Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de apelación a la acción. Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que son: 1) Marco completo: Para el análisis de marcos de utilizará la técnica de Marco Ideal ―que se desarrolla más adelante― propuesta por Gerhard (1995). Respecto de este marco vemos que a medida que se avance en los períodos los marcos serán más completos. Ello incide en su capacidad de movilización, en la medida que el enmarcado empírico cumpla mayor cantidad de elementos del marco ideal, mayor será su capacidad movilizadora. La hipótesis que aquí se sostiene es que el nacionalismo catalán en el período de 2010-2014, tendió a formular sus marcos de significación de modo más completo que en las etapas anteriores, en lo que respecta al marco ideal propuesto. 2) Cambio de Estrategia: La condición que equilibraba los marcos del nacionalismo antes del 2010, era la estrategia discursiva y de una praxis política moderada propia de los nacionalismos cívico-políticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997). La estrategia del nacionalismo catalán ha cambiado hacia el predominio de la estrategia etno-cultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del nacionalismo. 3) Aprovechamiento de la Estructura de oportunidad Política: solo a partir de un aprovechamiento de la EOP es posible la movilización a partir del discurso de los partidos nacionalistas catalanes. 99 4) Resonancia del marco: Se ha podido hacer resonar el marco del nacionalismo catalán independentista respecto de narrativas culturales de orden más general que potencian y propician la radicalización de las posiciones. 5) Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. No es un elemento menor en tanto que se asume aquí la centralidad del Estado como actor fundamental en la constitución de la nación, tal y como se ha visto en la perspectiva de los factores políticos de la escuela modernista en el capítulo primero. IV. Marco ideal: La principal herramienta de análisis que se utilizará es el marco ideal que se basa en los trabajos de Rivas (1998) y Gerhards (1995). En ellos se propone la comparación de un marco ideal, en los términos weberianos con los marcos empíricos. El recurso al marco ideal propuesto por Gerhard (1995), posibilita la formulación de hipótesis “sobre los elementos […] exitosos del enmarcamiento” (Rivas, 1998:210). Por otra parte, Gerhards (1995) ha desarrollado una propuesta de operacionalización del análisis de marcos que permite acceder a nivel empírico con unas herramientas más sólidas. Es en ese sentido que a Gerhards, se suman los trabajos de Rivas (1998) y Viejo Viñas (2008)) que continuaron en la línea de aportar soluciones a los problemas de operacionalización que presentaba la metodología del análisis de marcos. Estas aportaciones, tanto la de la mejora en la operacionalización como la del marco ideal, serán sumadas a los desarrollos clásicos de Snow y su grupo (fundamentalmente Snow y Benford, 1992) y de Gamson (1992a) para desarrollar el marco ideal que aquí se propone y que se presenta en el siguiente cuadro. Tarea central DIAGN ÓSTIC O Dimensión Agravio Operación Técnicas de enmarcado Presentar una cuestión As ig nar un c onc e pto R e lac ionar la c ue s tión c on lo r e al Transformar la cuestión en problema D e finir e l pr oble m a c omo u n a inj us tic a e n r e lac ión c on las e xper ie nc ias or dinar ias de la poblac ión. Ins er tar la c ues tión e n u n m ar c o m ás am plio D r am atiz ar la s ituac ión r es pec to de l futur o Atr ibuir la c aus a As ig nar un c onc e pto Atr ibuir la re s pons abilidad c ole c tivos e xte r nos 100 a ac tor es Ide ntidad - e llos PRON ÓSTIC O MOTIV ACIÓN D e finic ión antag onis ta de l Ide ntidad nos D e finic ión pr otag onis ta Agencia soluciones y metas P r es e ntac ión de s oluc iones al problem a y e valuac ión de las pos ibilidades de é xito Agencia audiencia de l D e finic ión de las audie nc ias . Ape lación a la ac c ión P e rs onaliz ar los ac tore s r es pons able s Atr ibuir inte nciones Atr ibuir inte re s es c ontr ar ios al bie n cole c tivo D e finir los c om o ag e nte s ile g ítimos de la c om unic ac ión P e rs onaliz ar e l s uj e to Cole c tivo Atr ibuirs e la r e pr es e ntac ión e xc lus iva d e valor es unive rs ales y d e la de fens a d e los inte r es es c ole c tivos Apr opiars e d e u n valor s oc ial R e c lutar fig ur as prom ine ntes As ig nar un c onc e pto c e ntr al D e finir los be ne fic ios a obtene r Car g ar d e valor es abs tr ac tos los be ne fic ios R e c ur r ir a la his tor ia D e finir los pos ible s par tic ipantes Ape lar a la r es pons abilidad d e los individuos fr e nte a la c om unidad Invoc ar los valor es univer s ales im plic ados e n la s oluc ión de l problem a V inc ular la re s oluc ión de l pr oble m a c on la par tic ipac ión e n la ac c ión c ole c tiva Se ñalar la ac c ión o ac c iones pr opues tas Indic ar las for mas d e par tic ipac ión Fuente: Elaboración propia a partir de Gerhard (1995), Rivas (1998), Viejo Viñas (2001, 2008), Gamson (1992a) y Snow y Benford (1992). Siguiendo la dirección de lo general a lo particular, a las tareas tradicionales del análisis de marcos que son: diagnóstico, pronóstico y motivación, propuestas por Snow y Benford (1992), a estas le siguen las dimensiones que se basan en las aportaciones de Gamson (1992a) y hacen referencia a los elementos más destacados de cada tarea del marco, que son: dentro del diagnóstico, la construcción del agravio y el campo de identidad “ellos” y el “nosotros”; la agencia, por otra parte, con específica referencia a las soluciones y metas se incluye dentro de la tarea de pronóstico; y la agencia audiencia dentro de la tarea de motivación. Cada una de estas tres dimensiones ―que aunque han sido subdivididas continúan siendo tres: agravio, identidad y agencia― se relaciona con las cinco operaciones que 101 propone Gerhards (1995) ―él las llama dimensiones― y que han sido reelaboradas por Rivas (1998) y por Viejo Viñas (2001, 2008) y estas son: Para el agravio: presentar una cuestión, transformar la cuestión en problema y atribuir la causa a un actor; dentro de la identidad “ellos”: se define al antagonista; y dentro de la identidad “nosotros” se definen los protagonistas. Todo ello dentro de la tarea de diagnóstico. Para la agencia orientada a las metas: se presentan las soluciones al problema y se evalúan las posibilidades de éxito. Para la agencia orientada a la audiencia: se definen las audiencias y se apela a la acción. A cada operación descrita se corresponden una serie de técnica de enmarcado. Las técnicas de enmarcado ―que en términos de Rivas (1998) Gerhards (1995) son las estrategias de enmarcamiento o técnicas para interpretar las áreas temáticas, son los elementos últimos que aparecen en los discursos y mediante los cuales se generan los conceptos que se pretenden presentar en las demás esferas del marco (operaciones, dimensiones y tareas). Es decir, es que las técnicas es aquello que primero aparecerá en el análisis empírico de los discursos. Estas técnicas han sido reelaboradas a partir de Gerhards (1995), Rivas (1998) y Viejo Viñas (2001, 2008) y son: Dentro del agravio. Para presentar una cuestión: Asignar un concepto y relacionar la cuestión con alguna referencia a lo real. Para transformar la cuestión en problema: Definir el problema como una injusticia en referencia a experiencias ordinarias de la población ―Giuliano (2011), lo considera fundamental en la construcción del agravio―, insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación respecto del futuro posible. Para atribuir la causa a un agente: Asignar un concepto y atribuir la culpa o responsabilidad a actores externos. Dentro de la identidad ellos. Para definición del antagonista: Se personaliza a los actores responsables, se les atribuye intenciones e intereses contrarios al bien colectivo y de los define como agentes ilegítimos de la comunicación. Dentro de la identidad nosotros y para la definición del protagonista: Se define y personaliza al sujeto colectivo con caracteres propios de un sujeto individual, se arroga la representación exclusiva de valores universales al grupo o movimiento, además de la defensa exclusiva de los intereses colectivos y se debe apropiar un valor social. Por otro lado, se debe reclutar figuras prominentes. Dentro de la agencia metas. Para el enmarcado de soluciones y posibilidades de éxito: Se asigna un concepto, se definen los beneficios a obtener por parte de las personas 102 involucradas y se les debe atribuir o vincular esos beneficios con valores más elevados. Se debe recurrir a la historia. Dentro de la agencia audiencia. Para la definición de las audiencias y la apelación a la acción: Se definen los posibles participantes de las acciones. Se apela a la responsabilidad de los individuos frente a la comunidad, se invocan valores universales relacionados con la propuesta de solución, se vincula la solución del problema con la participación de los individuos en la acción colectiva, se señalan las acciones propuestas y por último de debe indicar las formas de participación. Se buscarán en los textos analizados la forma en que se enmarca el marco del cada formación política en cada período analizado, se señalarán las técnicas de enmarcado específicas de cada discurso y el modo en que estas enmarcan y estructuran las operaciones y las dimensiones del marco respectivo. Períodos analizados: 1er. Período 2000-2003. El tardo pujolismo: La elección con el período que va del 2000 al 2003, tiene la particularidad de ofrecer un discurso continuista del nacionalismo en las líneas generales que se venían dando desde el principio de la década del 80, y ello nos permite trazar una clara semblanza de los procesos de enmarcado de corte autonomista o de lo que se dio en llamar “catalanismo político”. Este primer período aparecerán los mismos marcos que durante los restantes períodos, fundamentalmente en el discurso de CiU, pero con importantes matices respecto a la dimensión de los agravios, la identidad y las soluciones. En esta etapa el PSC optó por el viraje hacia posiciones más soberanistas, que luego asumió en las legislaturas del Tripartito. ERC es quien posee un marco radicalizado, aunque no totalmente completo respecto de las soluciones y a la movilización que propone; por su parte el PPC polariza su discurso hacia un nacionalismo español conservador, desde posiciones un tanto más liberales que adoptó en la primera legislatura de PP con Aznar. 2do. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía: En este segundo período destacan tres elementos. El primero de estos elementos centrales es el quiebre de la hegemonía de CiU en el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, por parte de un gobierno de coalición de izquierda.; el segundo elemento es la puesta en marcha, el desarrollo y cierre (parcial) del proceso estatutario en Cataluña 103 y en otras autonomías de España. El tercer y último elemento de relevancia, es el rol de la izquierda en Cataluña y en particular el ERC. En ese sentido se constata, el desplazamiento del PSC hacia posiciones nacionalistas (Arza y Mari-Klose, 2014) y se evidencia el agotamiento de la estrategia pujolista (Alonso, 2015). A nivel discursivo veremos dos elementos importantes en este período, el primero de ellos es la asunción, por parte de la izquierda (PSC-ERC-ICV-EUiA), de los marcos tradicionales del nacionalismo conservador, sumado ello a una praxis política alejada en cierto sentido del pactismo autonomista del pujolismo; como segundo elemento destaca que, es en este período donde CiU ―la formación mayoritaria de ese nacionalismo conservador― propone una nueva forma de enmarcado del discurso que será la que luego utilizará en el tercer período. De este modo, conceptos centrales en los marcos del agravio como son derecho a decidir, pacto fiscal y radicalidad democrática fueron presentados por CiU en el año 2007 con motivo del lanzamiento de La casa grande del catalanismo. A nivel nacional hay una importante innovación que es la llegada del PSOE al Gobierno de España con Rodríguez Zapatero. En esta etapa este nuevo gobierno otorgó especial relevancia a formaciones distintas a CiU y al PNV, para la formación de la mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados, reforzando la estrategia de partidos, como ERC, a nivel regional. Por otra parte, hay una tensión internas en ERC que se trasladan a su discurso y que se relacionan con que, por primera vez desde la Transición, esta formación accede al gobierno de la Generalitat. 3er. Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia: En este período se modifican sustancialmente los marcos de significación para la acción colectiva de la totalidad de las élites nacionalistas que se escoran hacia el nacionalismo independentista ―en diverso grado y forma dependiendo de los diferentes partidos políticos― en las cuatro dimensiones claves de los marcos (agravios, identidades, soluciones y movilización). Esa radicalización discursiva irá acompañada de cinco circunstancias que posibilitan el cambio. Esas circunstancias son: que el discurso además de radicalizarse, se orientará para hacer más completo el marco del nacionalismo secesionista respecto al marco ideal; se modificará la estrategia del nacionalismo secesionista hacia posiciones etnoculturales, dejando de lado toda ambigüedad y la moderación; se aprovecharán las EOP como son la crisis político-institucional y las derivadas políticas de la crisis económica y de la deuda soberana, además de la unificación de la élite nacionalista 104 bajo la iniciativa de CiU; se harán resonar los marcos del nacionalismo secesionista con narrativas culturales profundamente arraigadas para un sector importante, aunque minoritario, de la población. Esta resonancia tiene cuatro consecuencias fundamentales, la primera es la amplificación de la capacidad movilizadora del marco del nacionalismo independentista al asociarse con términos negativos a España vinculados a la dictadura franquista. La segunda es la capacidad del marco del nacionalismo catalán para enmarcar de modo verosímil la asociación Cataluñaantifranquismo (Bejar, 2008) para un sector importante de la sociedad. El tercer elemento a señalar es la capacidad del nacionalismo catalán de imponer la cuestión “catalana” como central en la vida pública de Cataluña y en gran medida de España toda. Y el cuarto elemento es el enmarcado exitoso que categoriza al nacionalismo catalán como un nacionalismo emancipador (Alonso, 2015) frente al nacionalismo español esencialista. Todo ello ha sido favorecido, en cierto sentido, por la falta de respuesta del Gobierno de la nación, muy probablemente motivado por la convicción de que con esa estrategia mantiene movilizado y cohesionado a su electorado. Por último, los cambios son posibles por la acción de un protagonista preponderante como es CiU y en particular Convergencia Democrática. A modo de resumen de las hipótesis y su relación con los tres períodos temporales seleccionados podemos decir que: En el primero período, no hay un discurso radical35 ―con la excepción de ERC― ni un marco completo de los discursos hegemónicos, tampoco hubo un cambio de la estrategia pactista de la ambigüedad, no hubo una resonancia efectiva de los marcos y la EOP fue desfavorable a la movilización. CiU encarna ese modelo discursivo moderado del nacionalismo catalán y su máximo exponente es Jordi Pujol. En el segundo período, el discurso radical es el de ERC que accede al Gobierno de la Generalitat y parcialmente el de CiU a partir de finales del 2007 36. Si bien CiU mantendrá la ambigüedad en su discurso, hasta el último período, los conceptos que luego se implementarán aparecen en ese momento. No hay un marco completo por parte del nacionalismo; solo hay un cambio de estrategia parcial y no hay resonancia. A nivel de la EOP, si bien, hay unidad de la élite política nacionalista, respecto de la 35 A excepción de, tal y como expone Colomer, algunas referencias al independentismo que a veces emergía retóricamente de las filas nacionalistas. Ello puede ser entendido como una “amenaza táctica” o bien como una “reacción exaltada de descontento” (Colomer, 1984: 371), pero siempre dentro de una estrategia general pactista que concibió siempre a España como el único sitio pensable para Cataluña 36 Artur Mas pronuncia el discurso de presentación de “La Casa grande del Catalanismo” que lleva por título: “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” el 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña. 105 propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña del año 2006, existe, por otro lado dado un desafío de la izquierda (PSC, ERC e ICV-EUiA) a las posiciones políticas de los conservadores (CiU) en búsqueda de su electorado. Por otra parte, el proceso de reforma del Estatuto es una oportunidad que ha podido aumentar la participación de la población y la movilización, además de hacer visibles las demandas del nacionalismo. Los actores predominantes (CiU) si bien no asumen abiertamente un discurso independentista, introducen los conceptos centrales para el independentismo del siguiente período. En el tercer período, se constatan los cambios en el diagnóstico, el pronóstico y la motivación de los marcos en los sentidos mencionados de los partidos nacionalistas y de la casi totalidad del arco parlamentario con la excepción del PP-PPC y Ciudadanos; además de la existencia de las condiciones o circunstancias que los posibilitan y potencian, es decir que: el cambio del discurso del nacionalismo catalán independentista es posible, en tanto que: 1), se completa el marco, respecto del marco ideal; 2), hay un cambio de estrategia; y 3), aprovechamiento de la EOP; 4), resonancia de los marcos y; 5), el protagonista preponderante radicalizado. V. Variables Dependiente e independientes: La variable dependiente son los cambios en los marcos de significación de la acción colectiva en el discurso del nacionalismo catalán. Las variables independientes son las técnicas de enmarcado utilizados en la acción discursiva de las élites políticas catalanas en las tres tareas de los marcos y en las cuatro dimensiones específicas que son: agravios, identidad, soluciones y movilización. Y su relación con las circunstancias que posibilitan el cambio como son: la estructuración de un marco completo, los cambios de las estrategias de enmarcado de posiciones de equilibrio hacia un predominio de las estrategias etno-culturales, la resonancia de los marcos de significación, el aprovechamiento y la generación de Estructuras de Oportunidad Política (EOP) por parte de las élites nacionalistas catalanas, y por último, un actor preponderante radicalizado. VI. Marco teórico y metodológico: Nos centraremos epistemológicamente bajo la perspectiva del constructivismo que entiende que, en gran medida, las movilizaciones sociales y las visiones del mundo que las legitiman y motivan, son construidas por la actividad simbólica, es decir, por la actividad discursiva. De este modo, el nacionalismo catalán será analizado desde una perspectiva que lo entiende como un movimiento y como un agente significativo de la 106 realidad social, en gran parte responsable de su propia construcción; y que se retroalimenta del mismo proceso de movilización que propicia. Se entenderá como discurso nacionalista aquel orientado a producir y reproducir la idea de nación. Este tipo de discursos se caracterizan por una construcción de tipo continuo, homogéneo e intemporal del hecho nacional frente a lo fragmentario, ambivalente, discontinuo y heterogéneo de los acontecimientos históricos. Para poder solventar estas contradicciones el discurso nacionalista se presenta de un modo ambiguo para poder ofrecer múltiples formas de interpretación, es en ese sentido que el discurso nacionalista (en su vertiente más etno-cultural) tiende a ofrecer una serie de símbolos para poder sortear las contradicciones entre discurso y realidad, y el más potente será la nación; esa idea de nación se configura, como un “espacio simbólico abierto” que permite “ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221), transfiriendo a ese concepto elementos positivos como son los anhelos y los deseos. Para afrontar el análisis del discurso nacionalista en sus particularidades, y siguiendo la técnica del análisis de marcos, se adoptará la noción propuesta por Gamson (1992a) quién resalta dos elementos centrales que atraviesan a los marcos y que son: su carácter de construcción de significado, y que están orientados a la movilización social. Estas características lo hacen especialmente útil para el análisis del caso empírico que nos ocupa. Por otra parte se complementarán esos desarrollos con los de Giuliano (2011), Gerhards (1995), Rivas (1998) y Máiz (2003, 2004 y 2008). A partir de ellos se articulará el estudio de los marcos de significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán. VII. Análisis de Marcos de acción colectiva. Siguiendo a Gamson (1992a) y Chihu y López (2004), entendemos que los marcos de significación para la acción colectiva orientan a los actores para evaluar un problema y estimar los resultados de la movilización en torno al conflicto. El concepto de marcos se refiere a un esquema interpretativo que simplifica y condensa la realidad a través de la selección, el señalamiento y la codificación de situaciones, eventos, experiencias y secuencias de acciones relacionadas con el presente o el pasado del movimiento social.” (Chihu y López, 2004). Por procesos de enmarcado entenderemos con Rivas (1998) aquellos “esfuerzos estratégicos conscientes realizados por grupos de personas para construir 107 interpretaciones compartidas del mundo y de sí mismos que legitiman y motivan la acción colectiva” (Rivas, 1998: 206). A. Dimensiones del marco I. Dimensión de identidad: Se entiende aquí la dimensión de la identidad del marco de la acción colectiva como el proceso a partir del cual se pretende estructurar un sujeto colectivo. Esta es la forma en la que se conforman los campos de identidad que devienen en la construcción de un “nosotros” y un “ellos”. Estos campo de identidad son uno de los objetivos prioritarios del nacionalismo, tal y como hemos visto en el capítulo anterior (Máiz, 2008). En el proceso de enmarcado, y a instancias de este, se establecen y construyen las identidades de los actores de relevancia en ese conflicto que el marco plantea. Existen, tres clásicos campos de identidad en los procesos de enmarcado, estos son: 1), protagonista; 2), antagonista; y 3), las audiencias (Chihu y López, 2004). Protagonista: El actor protagonista es quién acciona, es decir, es quién propone el marco de interpretación. En el caso del nacionalismo catalán, se propone y logra, una clara identificación del actor protagonista con Cataluña a lo largo de las tres etapas analizadas. Antagonista: El antagonista es el actor que encarna la oposición al marco propuesto y es el responsable (o para mejor decir) el culpable, en términos de Giuliano (2011), de los problemas. En este marco la dimensión de la identidad sufrirá variaciones importantes variaciones entre el primer y el último período analizado. Esta dimensión se encuentra vinculada, como ya se comentaba más arriba, a una serie de relaciones que se han revelado como exitosas a la hora de configurar ese mapa cognitivo del que los marcos forman parte Audiencia: La audiencia es la parte de la población a la que va dirigido el marco. Una de las claves de la estructuración del marco son las modificaciones que ha sufrido dicha dimensión, con el propósito de ampliar claramente la base social del nacionalismo a favor del apoyo del programa secesionista hacia sectores que se han mantenido, en cierto sentido impermeables, a las políticas de nationalbuilding implementadas desde la Generalitat y para sensibilizar a esa población sobre la posibilidad real de secesión. II. Dimensión de la agencia: 108 La dimensión de la agencia hace referencia a la concepción de que los propios actores de que pueden modificar una situación problemática determinada, en términos de Chihu y López, la agencia permite a los “individuos llega[r] a definirse a sí mismos como agentes de su propia historia.” (Chihu y López, 2004) Esta concepción del cambio estará mediatizada por el “nosotros”, es decir, solo es viable la alteración de un estado de cosas, en la medida en que la acción sea una acción colectiva. Ésta es una de las dimensiones claves que han cambiado en el nacionalismo catalán en el último período (2010-2014). Los marcos de significación de la acción se han orientado a postular la posibilidad real de la secesión de Cataluña respecto de España, e incluso, su necesidad. III. Dimensiones del agravio: El agravio será entendido aquí en los términos que lo hace Giuliano (2011:145) como “la sensación de haber sido perjudicado” , y esa sensación es entendida dentro de la perspectiva del constructivismo como fruto de una construcción, y dicha construcción es profundamente movilizadora de la acción social. Giuliano entiende que en la tarea de construcción del agravio "los líderes nacionalistas, en particular, desempeñan un papel clave en la construcción rápida de agravios como parte de un proceso contingente de movilización política. […] están interesados en establecer un Estadonación; por lo que tratan de convencer a la gente común de que deben desafiar el orden existente. [y] tratan de crear ese sentido convenciendo a la gente común que forman un grupo o una nación y que su nación ha sido profundamente agraviada" 37 (Giuliano, 2011: 145). Este agravio puede tomar varias formas, y en lo que respecta al tercer período que va del año 2010 al 2014 se aportará como componente explicativo el cambio en la estructura del agravio, elemento que no es nuevo, tanto en el discurso regionalista como en el nacionalista catalán, pero que adoptará nuevas formas y alcances. B. Tres mecanismos (complementarios): Agravio económicos, agravio identitario y agravio democrático. Se expondrán las tres formas que asume unos de los principales mecanismos descritos en la literatura que es: el agravio (Giuliano; 2011; Gamson, 1992a). A partir del análisis de los tres períodos seleccionados se describirán y compararán las distintas formas que adoptan los agravios en el discurso del nacionalismo catalán a 37 Traducción propia del inglés. 109 partir del análisis de las técnicas de enmarcado. El análisis comparativo detallará los elementos que permanecen comunes y los elementos innovadores en cada período y en cada formación política de las élites políticas catalanas. Los tres mecanismos del agravio ―identitario, económico y democrático― son mecanismos discursivos y son complementarios. Los cambios en la forma en que se estructuran y enmarcan los agravios serán fundamentales para dar cuenta de la forma en la que cambian los discursos y en qué aspectos se mantienen, es decir, para poner de manifiesto los cambios y las continuidades. I. El agravio identitario. El problema que presenta el marco de agravio identitario es la falta de sensibilidad por parte de España acerca de las particularidades, fundamentalmente de carácter cultural, histórico y lingüístico que tiene Cataluña respecto de otras regiones de España. Este marco sostiene que la naturaleza diferenciada de Cataluña no recibe el trato que debería recibir por parte de España. España, en tanto que Estado centralista, uniformista y homogeneizador, es quién se niega al encaje en el conjunto estatal al no permitir que esa diversidad de Cataluña se manifieste en forma de reconocimiento de derechos históricos y de hechos diferenciales, plurinacionalidad al interior de España, etc. Este es un marco que tiende a utilizar argumentos que se remontan a los tiempos de la Lliga Regionalista, finales del siglo XIX y principios del XX. Este argumento sostiene que esos elementos distintos propios realidad diferencial de Cataluña ―en particular aquellos arquetipos construidos en base al carácter emprendedor, desarrollado e innovador de la sociedad catalana― deberían ser transferidos al resto de España ―descrita como aristocrática, funcionarial y atrasada― y en particular al gobierno de la Nación; esa transferencia sería encabezada justamente por Cataluña y su élite (Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007; Etherington, 2003; de Blas, 2008). II. El agravio económico. El problema que el marco de agravio económico presenta como central es el desbalance, perjudicial para Cataluña, entre la transferencia de recursos económicos desde Cataluña a España y lo que aquella recibe, por contrapartida, en forma de inversiones por parte de España, generando así lo que se ha conocido como déficit fiscal. Es un argumento que se viene utilizando desde los años 80 del siglo pasado y tiene como consecuencia argumental la insuficiente financiación de la Generalitat. Este 110 argumento será reiterado en los tres períodos analizados con diferentes intensidades y matices. En la tercera y última etapa analizada el déficit fiscal, que la Generalitat aduce, se la ha llamado: expolio fiscal y se le ha dado una cifra de 16.000 millones de euros, por parte del nacionalismo catalán. Tema aparte es el propio reclamo y los términos en que se plantea, además, de la cuantía del monto derivada de la forma del cálculo y su tratamiento excede en mucho el objetivo y el espacio del presente38. III. El agravio democrático. El agravio democrático presenta como problema la no correspondencia entre los niveles de autogobierno que posee Cataluña y lo que sus élites políticas ―en nombre de ella― reclaman. Este argumento es el que más variaciones ha observado en el espacio temporal analizado. En el primer período, y durante las seis legislaturas en que gobernó, Pujol reclamaba (y obtenía), más autogobierno mediante la táctica de la negociación de competencias a cambio de apoyos parlamentarios a los gobiernos de los diferentes partidos políticos de base estatal (PP y PSOE). En el período del Tripartito de izquierdas se ha visto una radicalización del este agravio con los problemas de tramitación del Estatuto de Cataluña. Pero, la innovación en la esfera de la construcción del agravio la encontraremos en el tercer período. Ésta se fundamenta en el reclamo por parte del Generalitat (Gobierno y Parlamento) de la realización de un referéndum (consultivo, se suele matizar) respecto de la independencia de Cataluña de España. La idea central que sustenta el referéndum es la del derecho a decidir. El derecho a decidir apela como fundamento a la radicalidad democrática y tiene como origen o causa desencadenante, a la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional contraria en algunos determinados artículos al Estatuto de Cataluña reformado en el año 2006 y la interdicción de celebración de un referéndum secesionista por parte del Gobierno nacional. El marco del agravio democrático termina proponiendo como opuestos dos conceptos que están estrechamente vinculados, por un lado el voto, y por otro lado, los procedimientos democráticos. En este caso la estructuración del agravio democrático es muy efectivo en tanto que opone a la legitimidad democrática de Cataluña el inmovilismo de la ley española que impide el ejercicio libre del voto democrático de los catalanes, porque existe una falta de voluntad política con el objetivo de bloquear el referéndum e impedir el legítimo derecho a decidir de Cataluña. 38 Para un tratamiento en profundidad del tema véase el libro de reciente edición de Josep Borrell y Joan Llorach (2015) Las cuentas y los cuentos de la independencia. Madrid. La Catarata. 111 C. Estrategias distintas pero complementarias: I. Estrategia Cívica y Estrategia etno-cultural: Como bien señala de Blas Guerrero (2007), tal y como hemos glosado en el capítulo primero, al hablar de nacionalismos cívico-políticos y etno-culturales hablamos de tipos ideales, es decir, no hay de facto, ningún nacionalismo que posea estas características en puridad. Pero, en su acción podemos discriminar analíticamente, no solo el cariz de ese nacionalismo sino, también sus estrategias de enmarcado del discurso. El análisis de las estrategias nos permitirá completar y profundizar el análisis al confrontar un nivel de análisis próximo a la literalidad del discurso ―que es el de los marcos ― con una aproximación de carácter más global e integrado que da cuenta del posicionamiento ideológico (entendiendo al nacionalismo como una ideología) y que incluye la variable de la praxis política de las élites políticas catalanas. Siguiendo a Silveira Abrão (2007) y Serrano Pascual (1995) encontramos dos claras estrategias discursivas en Cataluña. La primera vinculada a una aproximación nacionalista cívico-territorial y la segunda a una aproximación etno-cultural. Que se corresponden con esos tipos ideales de nacionalismos descritos en el capítulo primero. En el caso de Cataluña, la estrategia predominante hasta el primer período era la estrategia de equilibrio entre una de corte cívico-política (que incluso podría señalarse como más orientada al exterior de Cataluña) y que se relacionó con la praxis política del pactismo, junto con otra estrategia de corte etno-cultural, más orientada hacia el interior de Cataluña que se ha centrado en su reconstrucción nacional (Dowling, 2013). Con el cambio de producido por la irrupción del secesionismo, esta relación se ha fracturado, tal y como se analizará en el tercer período. Veremos, cómo resultado de la investigación, que la estrategia dominante del equilibrio va modificándose en los diferentes períodos, pasando a ser la estrategia cultural (orientada al nationalbuilding, es decir, al interior de Cataluña) la que pasa a ser dominante (fundamentalmente en el período 2004-2009 y en la segunda parte del último período 2012-2014), subordinando a ella a la estrategia cívica y generando un marco que se ha venido cristalizando en el tiempo y que se establece a partir de esta nueva relación de dos estrategias ya utilizadas. VIII. Estructuras de Oportunidad Política La estructura de oportunidad política (EOP), se centra en la estructura política e institucional y su capacidad de movilización social (McCarthy y Zald; 1973,1977); es 112 por esto que en el caso catalán será relevante relacionar la acción discursiva de las élites en la creación de los marcos con las estructuras de oportunidad políticas, con el objetivo de ponderar los aspectos estructurales con los de agencia en las explicaciones de los fenómenos sociales, para dar cuenta “de una serie de factores políticos, estratégicos e institucionales que facilitan o dificultan, en su caso, el desarrollo de la movilización nacionalitaria” (Máiz, 1997:26). Por otra parte, tal y como la literatura específica reconoce, es un complemento explicativo apropiado para los estudios centrado en el análisis de marcos. Para el análisis de la EOP utilizaremos, tal y como se comentó en el apartado correspondiente del capítulo anterior, los seis elementos propuestos por Máiz (2002) que analizan: el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional. Tal y como se ha mencionado en el capítulo anterior. Los aportes de Tarrow ya comentados ―asumidos además, por Máiz (1997) ― permitirá desarrollar un análisis dinámico de las EOP, especialmente orientado al segundo y al tercer período de tiempo analizado, que va de los años 2004 al 2009 y del 2010 al 2014. La cuestión de las élites, partidos políticos nacionalistas: En esta tesis se utilizará el concepto de élite como un concepto empírico, alejado de cualquier connotación valorativa. De este modo, y reconociendo la dificultad en la definición de este término, se seguirá la definición de Baras (1991) que entiende por élite política a aquellos individuos que ocupan lugares de predominio en las instituciones del Estado. El ámbito de investigación hace específica referencia a la élite política regional de la Comunidad Autónoma de Cataluña y a los individuos que son profesionales de la política, diferenciándolos de los funcionarios burocráticosadministrativos de carrera. Se asume, además, que no se investigan los discursos de individuos aislados sino de personas que conforman una minoría organizada y establecida en instituciones políticas. Es por ello que tiene relevancia la localización estratégica de las élites en los partidos políticos y las instituciones del Estado y no se hace referencia a personas o individuos al margen de la estructura. Dado que se analizan los discursos de las personas establecidas en instituciones políticas, los partidos políticos tanto del subsistema político catalán, como los del 113 ámbito nacional, serán centrales en los análisis como elementos categoriales a partir de los que la élite política actúa, se agrupa y a través de los cuales, ejerce la representación. Dado las diversas entidades y magnitudes de los diferentes partidos políticos y de sus respectivos discursos, se asignará una extensión diversa al análisis de cada discurso dependiendo del partido político que se trate y su influencia en el momento analizado. Un actor como CiU, tendrá una presencia preponderante, mientras el PSC, por ejemplo, perderá peso, en el tercer período. Por otra parte, si bien el objeto de estudio es el discurso del nacionalismo catalán, no obstante de analizarán los discursos de la totalidad de la élite política con representación parlamentaria a través de los diferentes partidos políticos. Se sumará a ello, los discursos de los dos partidos nacionales PSOE y PP, en tanto que, si bien no son objeto de estudio del presente, sí son fundamentales ―y en última instancia inescindibles de aquellos― para entender la relación dialéctica que tienen los partidos de base regional con los partidos de base estatal. IX. Técnicas de investigación: A. Discursos, datos y medios: No se pretende aquí hacer una análisis del tratamiento mediático de los discursos, ni del consumo de esos discursos, sino que se analizará cualitativamente la producción discursiva, es decir, las formas en que las élites articulan los diferentes elementos conceptuales, materiales y de enmarcado que repercuten en la conformación de marcos de interpretación y de cómo estos han cambiado a en los tres períodos temporales elegidos. Respecto de la validez de las fuentes seleccionadas el propio Rivas entiende que “los textos producidos en el interior del movimiento con la intensión de ser comunicados son una fuente fiable de los marcos de la acción colectiva” (Rivas, 1998:210). Para ello se estudiarán fundamentalmente las técnicas de enmarcado de los discursos elaborados por las élites políticas publicados por los propios partidos políticos, así mismo como en periódicos regionales y nacionales, en Cataluña y a nivel nacional. Esto permite matizar las fuentes por su tendencia ideológica en el espectro de izquierda-derecha y posibilita, además, realizar un análisis temporal de esas ideas 114 centrales de los discursos y de los procesos de enmarcado y de los marcos resultantes. Otro elemento relevante que opera a favor de la elección de las fuentes escritas para esta investigación es que este tipo de fuente permite un mayor detalle y elaboración argumental, frente a otro tipo de medios, a veces, más apremiados por la inmediatez. Esta pretendida posibilidad de explicación y reflexión favorece claramente a investigaciones de naturaleza como la presente, dada la necesidad de un rastreo cualitativo pormenorizado de las ideas centrales de los discursos de las élites políticas y la forma en que estas intervienen en la producción y reproducción de los discursos. La relevancia de los textos tiene que ver con el tema que atraviesa toda la tesis que es el encaje de Cataluña en España. Los textos analizados han sido seleccionados en función de ese tema, tema que, por cierto, representa una de las tres cuestiones centrales del nacionalismo, para Breuilly (1990) según hemos visto en el capítulo primero. Por otra parte se han seleccionado los textos en los que se represente con mayor claridad y de modo más completo los marcos de significación de cada partido. Hay en algún caso, alguna excepción en cuanto a la pertenencia de los textos a al período exacto que analiza esta tesis, esa excepción, se justifica por la singularidad del texto, de los cambios de las formaciones políticas y la pertinencia y relevancia del mensaje. B. Modelo de investigación: El modelo de investigación será el “modelo de co-investigación triangular” de Blee y Taylor (2002) en el que se conciertan tres fuentes de información, que son: 1), el estudio y análisis bibliográfico y documental; 2), entrevistas a miembros de la élite política; 3), la observación participante. El modelo de investigación se orientará a otorgar más peso a la primera de las tres señaladas, es decir, al análisis documental que será la principal fuente de información y análisis. La segunda y tercera de las técnicas han servido para orientar, complementar y enmarcar a las dos fuentes principales. Respecto a las fuentes documentales, se sigue aquí lo indicado por Gerhards (1995) y Rivas (1998) en lo que respeta a la relevancia de los documentos antes que a su cantidad, en palabras de Rivas, “una hoja informativa puede ser una fuente altamente significativa para estudiar una movilización concreta” (Rivas, 1998:210). Es por ello 115 que se intentado dar especial relevancia a la calidad de la información contenida en los textos antes que a la cantidad de material. 1. Fuentes documentales: El análisis documental incluye dos elementos. El primer elemento es la fuente hemerográfica ―tal y como hace Giuliano, (2011)― y se centrará en las declaraciones y entrevistas de los máximos exponentes de las élites políticas catalanas recogidas en los periódicos principales de Cataluña y España. Estos diarios son: En Cataluña: La Vanguardia, El periódico; El Punt/Avui. En el resto de España las fuentes serán: El País, El Mundo y ABC. Se intentará cubrir un espectro ideológico amplio en los medios elegidos, tanto en Cataluña como en el resto de España, ya que, si bien la difusión de la información no es el objeto de investigación del presente trabajo, sí es cierto, que la producción discursiva de la élite política, está de un modo u otro, mediatizada por aquellos. Es por esta razón que se tendrán en cuenta las posiciones ideológicas de los diferentes periódicos en la gestión del material empírico. El segundo de los elementos del análisis documental son las conferencias pronunciadas, otros documentos de partidos políticos, que pronuncian sus líderes y eventualmente algún programa electoral. Estas tienen las características de ser documentos más elaborados que las declaraciones y entrevistas que se recogen en los medios de comunicación. El listado de estos textos es el que sigue: CiU: Primer período: “Mensaje Institucional de la Díadas de Cataluña”, 2000, 2001, 2002, 2003, Jordi Pujol. Segundo período: “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor”, 2007, Artur Mas. Tercer período: “La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance de situación” del Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña y la “Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de política General del Parlamento de Cataluña” del 15 de septiembre de 2014; “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 2014; “Mensaje Institucional de la Díadas de Cataluña”, 2014; y “Mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año” de 2014, todos de Artur Mas.39 PSC: Primer período: "Madrid se va" y "Madrid se ha ido" publicados en El País, el 27 de febrero de 2001 y 7 de julio de 2003, respectivamente; y la conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid, los tres textos de Pasqual Maragall. Segundo período: discurso: “Cataluña en el contexto político español” del 5 de agosto de 2004 pronunciado en la Escuela de Verano del Escorial; el 39 Todas las traducciones al castellano de los textos en catalán señalados son propias. 116 discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid; el discurso pronunciado en el Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 y “Discurso institucional sobre la nueva etapa del Govern de la Genaralitat de Cataluña” del 06 de mayo del año 2005 de Pasqual Maragall. Tercer período: el texto de Pere Navarro, “La solución federal”; el Documento de Trabajo nº 163 de la Fundación Rafael Campalans, titulado: “Por una reforma constitucional federal”; y especialmente el artículo publicado por Miquel Iceta en el diario El País el 9 de octubre de 2012 que lleva por título “Sensatez federal o choque de trenes”40. ERC: Primer período: “Declaración ideológica de ERC”, 1993 y "ERC punto de encuentro" Ponencia Política, Congreso de Tarragona, 2001. Segundo Período: discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005. Tercer período: Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: “La Izquierda de un nuevo país” (L`esquerra d`un nou país); y los textos de Oriol Junqueras: “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans) publicado el 19 de noviembre de 2012 en el blog de Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí) publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013; “Asedio fiscal” (Setge fical), publicado en el periódico Ara el 17 de agosto de 2013; “La mayoría social debe ser política” (La majoria social ha de ser política, publicado el 14 de noviembre de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat y “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos” (Cap Tribunal per davant de la voluntat democràtica dels ciutadans) publicado el 7 de mayo de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat.41 ICV-EUiA: Primer período: “Programa electoral para las Elecciones Autonómicas” del año 2003; Segundo período: el artículo “Un nuevo catalanismo, una nueva idea de España” de Joan Saura, publicado en el periódico El Mundo, el 14 de noviembre de 2005 Tercer período: Conferencia “Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010, “Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo de 2013 y la Conferencia del 11 de Septiembre de 2013, todos los textos de su nuevo líder Joan Herrera.42 Ciudadanos: Segundo período: Conferencia de Albert Rivera en Forum Europa, del 7 de febrero de 2008. Tercer período: los textos de Albert Rivera publicados en el diario 40 ibídem Ibídem 42 Ibídem 41 117 El País, titulados: “El cambio sensato” éste, escrito junto a Luis Garicano, y publicado con fecha 15 de febrero de 2015; y “La solución para Cataluña”, del 29 de julio de 2015; además de las entrevistas del diario La Vanguardia, del 31 marzo 2013 y del 15 marzo 2014. PP-PPC: Primer período: Ponencia política “El patriotismo constitucional del siglo XXI” redactado en 2002 por María San Gil y Josep Piqué; Segundo período: discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en el Forum Europa y la entrevista que realiza a Mariano Rajoy el periódico El Mundo, publicada el 14 de marzo de 2006. Tercer período: El discurso de Clausura de las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en Corporaciones Locales, pronunciado por Mariano Rajoy en Barcelona, el 29 de noviembre de 2014. PSOE: Primer período: Declaración de Santillana del Mar, “La España plural: la España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo” del año 2003. Segundo período: texto “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” del año 2007. Tercer período: el texto titulado “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”, que es una declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013, conocida como la Declaración de Granada. Entrevista semi-estructurada La técnica de la entrevista semi-estructurada permite analizar las formas en que se estructura el sentido del discurso político en la fase de su construcción y posee una serie de ventajas que la hacen específicamente útil para estudios que tengan como presupuestos metodológicos la performatividad del discurso, además de ser un instrumento recomendado específicamente para el análisis del discurso de las élites (Vallés, 1999). Se seleccionaron parlamentarios del Parlamento de Cataluña, uno por partidos político: Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), Unión Democrática de Catalunya (UDC), Partido Popular Catalán (PPC), Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C's), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Candidatura de Unidad Popular (CUP), e Iniciativa por Cataluña Verdes/Esquerra Unida y Alternativa (ICV-EUiA). Las excepciones son: PSC donde se han seleccionado dos parlamentarios por las diversas sensibilidades internas que posee el partido; en el caso de la CUP ha sido imposible ser recibido por un Parlamentario, por este motivo la entrevista ha sido realizada al responsable de relaciones políticas de la CUP. En el caso de ICV-EUiA si bien es una coalición de 118 partidos, se ha seleccionado un solo parlamentario, dado el peso relativo de la formación política y la naturaleza del discurso (nacionalista confederalista con matices sociales). Se ha buscado que no sean parlamentarios con alta exposición pública con tres motivos específicos: 1) posibilitar una entrevista que les permitiese explayarse y hacer que aflore su discurso con naturalidad; 2) no duplicar la información con las fuentes documentales (en el caso de entrevistas a los portavoces o consejeros habría una alta probabilidad de duplicación con sus dichos públicos que aparecen en los periódicos y en los documentos, por otra parte existiría una alta posibilidad de encontrarnos con un discurso cerrado y poco natural; 3) la accesibilidad de las fuentes. Las entrevistas han sido, todas, realizadas en el Parlamento de Cataluña con la excepción de la entrevista del responsable de relaciones políticas de la CUP que ha propuesto un ateneo social en Barcelona. Las fechas de realización de las entrevistas comienzan en el mes de noviembre de 2013 y terminan en el mes de febrero de 2014. 119 120 Segunda parte. Capítulo IV: Período 2000-2003. El tardo-pujolismo Plan de trabajo del capítulo: Este capítulo, el primero de la segunda parte, constará de dos apartados diferenciados. El primero de ellos describirá y analizará demoscópicamente la sociedad catalana y se confrontarán esos datos poblacionales con los de las élites políticas catalanas. Esta descripción nos servirá para conocer y ponderar en su justa medida el ámbito en el que se produce el discurso de las élites políticas catalanas y a quienes van dirigidos dichos marcos. En el segundo aparatado se comenzará propiamente con el análisis discursivo del primer período analizado que va desde el año 2000 al año 2003. En este apartado se comenzará por los discursos de CiU, luego el PSC, ERC e ICV-EUiA. Por último se hará referencia al PP y al PSOE como partidos de base estatal. Además del análisis discursivo, se hará una breve descripción del partido político orientado al posicionamiento de las élites respecto a la cuestión nacional, es decir al encaje de Cataluña en España. Los discursos se analizarán en función del marco ideal ―con especial interés respecto de las técnicas de enmarcado―, para luego analizar las estrategias de cada partido. Por último se hará un análisis de la EOP y, finalmente se propondrá unas conclusiones del capítulo. Apartado Primero. Descripción demoscópica de Cataluña: El abordaje de la descripción de una sociedad, o de una parte de ella, es siempre complejo, más aún cuando se tratan temas relacionados con las identidades de carácter nacional o regional, no es ésta la excepción. Sin perjuicio de ello, en este capítulo se intentará hacer una descripción socio-demoscópica parcial de Cataluña a partir de las categorías: lugar de nacimiento, usos lingüísticos, clase social y su relación con términos propios del nacionalismo como son la identidad y las preferencias de organización territorial de Estado. Por último se podrán de manifiesto las diferencias sustanciales entre las identidades y las preferencias en las formas de organización del Estado de la población de Cataluña con las de las élites políticas. Ello pondrá de manifiesto la distancia entre esas concepciones, tal y como menciona la literatura, además de servir de elemento para contextualizar el poder de las élites políticas nacionalistas catalanas que ―representando una clara minoría social― 121 logran imponer la cuestión nacional como hegemónica; pudiendo además, llevar adelante el proceso soberanista movilizando a una parte importante del electorado mediante la producción simbólica del discurso que aquí se analiza. Si bien esta no es una tesis cuantitativa acerca de la demografía de Cataluña, sí se intentará en las páginas que siguen, hacer una síntesis de los datos más relevantes que caracterizan a la Comunidad Autónoma de Cataluña a partir de los ejes propuestos en el apartado anterior, y para ello, se seguirán principalmente los trabajos de Miley (2006, 2013 y 2014) Martínez-Herrera y Miley, (2010) y Arza y Mari-Klose, (2014). Lugar de nacimiento: En líneas generales, a nivel demográfico, podemos decir que Cataluña ha recibido desde finales del siglo XIX hasta casi finales del siglo XX 43, importantes oleadas migratorias de otras partes de España que modificaron sustancialmente ―del mismo modo en que ha ocurrido con el proceso migratorio de principios del siglo XXI― la estructura social de Cataluña (Miley, 2006). Las personas migrantes del siglo XIX y XX que llegaron a Cataluña desde el sur del país, se ubicaron mayoritariamente en trabajos de los denominados de “cuello azul”, atraídos principalmente por el crecimiento del sector textil catalán (Miley, 2006) y se consolidaron como una mayoría en lo que se conoció como el “cinturón rojo” de Barcelona. Este “cinturón” se refiere a los ayuntamientos de la periferia de Barcelona, donde se radicaron los sectores migrantes castellano-parlantes del resto del país. Para el año 2011 vemos que el Instituto de Estadística de la Generalitat de Cataluña (IDESCAT) entiende, tal y como señala la Tabla 1, que del total de habitantes de Cataluña (7.539.618) el 63% ha nacido en Cataluña, mientras que casi un 20% ha nacido en otras partes de España y un 17,50% nació fuera de España. Tabla 1 Lugar de nacimiento de la población en Cataluña IDESCAT 2011 Nacido fuera de España 17,50% Nacido en el resto de España 19,40% Nacido en Cataluña 63% Total 7.539.618 Fuente IDESCAT 2011 43 Más concretamente entre 1955 y 1973 donde la economía catalana creció aceleradamente. 122 Además de la consolidación de del estatus de mayoría en esos sectores castellanoparlantes en esas poblaciones del cinturón rojo, se formaron importantes minorías en el resto de la geografía de Cataluña.44 Estas personas, nacidas fuera de Cataluña conformaron, un importante grupo social con características bastantes definidas: castellano-parlante, con importantes vínculos identitarios con España y también con Cataluña, y como se dijo, vinculados, en líneas generales, a las clases populares. En los términos de Félix Ovejero la demografía de Cataluña se describe a partir de que “una amplia mayoría de catalanes [tiene] sus raíces fuera de Cataluña, que la mayor parte de los catalanes [tienen] como lengua materna el castellano y que además [son] los más pobres” (Ovejero, 2011b: 33). Por otra parte existe otro grupo social, catalanoparlante y autóctono, que está en gran medida asociado con empleos denominados de “cuello blanco” y que tiende a identificarse en importantes proporciones con una identidad catalana, antes que dual o española (Miley, 2006). Estos sectores, luego de la Transición han accedido a puestos en la administración pública de la Generalitat a partir de las políticas del pujolismo (Santamaría, 2011; Fradera, 2006). Esta división del trabajo ha generado una asociación que vincula a la lengua catalana con cierto prestigio social (Shafir, 1995) y ha movilizado a la población nacida en otras partes de España ―o a sus hijos― a intentar asimilarse ((Shafir, 1995; Miley, 2006) a esa parte autóctona de la sociedad catalana mediante el aprendizaje del catalán. El resultado de estos procesos migratorios ―el “más importante que conoció Europa” luego de la Segunda Guerra Mundial (Ovejero, 2011b: 33)― ha dado como resultado una sociedad catalana heterogénea, similar al conjunto de la sociedad española, en lo que a pautas de consumo así como en la distribución de apellidos. (Romeu, A, et al., 2006) y sin “unas minorías culturalmente concentradas en unos territorios en donde resultaban mayorías diferenciadas” (Ovejero, 2011b: 33) tal y como sostiene el discurso de la élite política nacionalista catalana45. 44 Para un análisis de la cuestión de esta cuestión véase: Pinilla de las Heras, E. (1979), Shafir, G. (1995), y Colomer, (1986). 45 Por élite política nacionalista catalana se hace referencia a la que conforman los partidos políticos CiU, ERC, ICV-EUiA, CUP, SI, y una parte importante del PSC. 123 Usos lingüísticos: La lengua es una cuestión central para el nacionalismo catalán y siempre ha habidos vínculos entre el debate nacional con el lingüístico 46. Tal y como señala la literatura, para nacionalismo catalán la lengua catalana es central en su concepción de la nación. A partir de la Transición y de la llegada de Pujol al Gobierno de la Generalitat, se instauraron las políticas de normalización lingüística y de reconstrucción nacional (Miley, 2006; Balfour y Quiroga, 2007, Dowling, 2013) al amparo de las competencias transferidas por la Constitución del 78 y del Estatuto de Autonomía de 1979. La implementación práctica de estas transferencias en el ámbito de la lengua es el modelo de inmersión lingüística, que ha tenido un amplio consenso parlamentario, académico y de los medios de comunicación (Arza y Mari-Klose, 2014). Para esos actores, la lengua catalana y el modelo escolar de inmersión lingüística, son una garantía de cohesión social desde las élites políticas, mediáticas he intelectuales 47. En lo que respecta a la lengua catalana en tanto que signo diacrítico de adscripción nacional, vemos que para el estudio 2298 del CIS de 1998 el 52% de las personas no consideraban necesario saber catalán para ser catalán, mientras que un 43% consideraban que sí. Y si bien existe, entre un tercio y la mitad de los catalanes que señalan algún signo diacrítico como necesario para ser catalán (Arza y Mari-Klose, 2014), el 86% considera que la adscripción se manifiesta en la voluntad de ser catalán. Más allá de ser analizado como criterio adscripción nacional, en lo referente a los usos de las lenguas en Cataluña, podemos observar en la Tabla 2 que durante los años 2003 y el 2013 entre un 56,1 y un 55% de personas tiene como lengua materna el castellano. No solo el castellano es mayoritario en un 55,1% para el 2013, sino que la tendencia de esa mayoría es estable. Esta estabilidad en las tendencias, aunque con cierta oscilación, se manifiesta también el grupo social que tiene como lengua materna al catalán que, en el mismo período señalado, va del 36,2 al 31%. 46 La literatura sobre el debate lingüístico catalán es inmensa, para una aproximación véase Miley (2006), Arza y Coll, (2014) y Basset et al., (2006). 47 La política de inmersión lingüística incorpora el concepto de lengua propia para describir el catalán y otorgarle así, una legitimidad superior a la lengua materna y a la lengua habitual, justificando de este modo, su relevancia como signo diacrítico de adscripción nacional. Destáquese que en 2010, tal y como sostiene Ovejero (2011b) y según un informe de la Generalitat, el 55% de la población catalana tenía como lengua materna el castellano, el 32% el catalán y el 9% otras, pero en el 2006 un 48,8 % de los catalanes creía que su lengua propia era el catalán, es decir, personas que tenían como lengua materna el castellano, creían que su lengua propia es el catalán. 124 Tabla 2 Población en Cataluña según lengua materna. Datos enlazados años 2003-2008-2013 Población * % Lenguas más frecuentes 2003 2008 2013 2003 2008 2013 Catalán 2.036,20 1.949,50 1.940,00 36,2 31,6 31 Castellano 3.155,10 3.389,00 3.448,50 56,1 55 55,1 Ambas 141,6 236,5 152,7 2,5 3,8 2,4 Árabe .. 162,3 151,7 .. 2,6 2,4 Aranés .. 3,2 2,2 .. 0,1 0 Rumano .. 56,8 56,1 .. 0,9 0,9 Gallego 71,4 36,5 33,2 1,3 0,6 0,5 Francés 39,4 31,1 38,8 0,7 0,5 0,6 Portugués .. 26,9 26,5 .. 0,4 0,4 Ruso .. 20,2 31,9 .. 0,3 0,5 Inglés .. 22,1 26,5 .. 0,4 0,4 Otras lenguas 74,6 150,4 264,5 1,3 2,4 4,2 .. 27,8 31 .. 0,5 0,5 24 .. 50,1 0,4 .. 0,8 5.619,50 6.162,50 6.253,80 100 100 100 Otras combinaciones lenguas No consta Total de Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Idescat i Direcció General de Política Lingüística. Enquesta d'usos lingüístics de la població 2013. * Las unidades de personas son en miles. Agrupando estos datos vemos que las tendencias en el gráfico número 1 donde se manifiesta la estabilidad de los porcentajes de personas que tienen como lengua materna el castellano, además de una cierta disminución del catalán, dentro de la estabilidad mencionada y, como tercer elemento, destaca la presencia mayoritaria del castellano como lengua materna. 125 Gráfico 1 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Idescat i Dirección General de Política Lingüística. Encuesta de usos lingüísticos de la población 2013. Identidad Nacional: Desde finales de la década de 1970 el CIS viene preguntando en todo el país por lo que se conoce como la pregunta Linz-Moreno que interpela respecto de la identidad nacional subjetiva, es decir, si el entrevistado se siente: “solo español”, “más español que catalán”, “tan español como catalán”, “más catalán que español” o “solo catalán”, en lo que al ámbito regional respecta. Este sentimiento identitario nos puede dar una aproximación de las preferencias acerca del independentismo, en tanto que, es un concepto ―el identitario― estrechamente vinculado a la nación. Es por ello que, tal y como se puede observar, en el gráfico número 2 respecto del sentimiento nacionalista preguntado por el CIS, conforme la Linz-Moreno, existe un incremento de la identidad “únicamente catalán” a partir del año 2010, del mismo modo que hay una caída de la identitdad “tan español como catalán” a partir del mismo año. 126 Gráfico 2 Fuente CIS. Serie A.2.02.03.009. SENTIMIENTO NACIONALISTA (CATALUÑA). Muestra: Cataluña (aut.) Población española ambos sexos 18 y más años. Pregunta: ¿Cuál de las siguientes frases expresa mejor sus sentimientos? Podemos señalar, por otra parte, que las identidades mayoritarias (Gráfico 2) son las identidades duales o anidadas y que, tal y como confirman García, et al., (1994) y Arza y Mari-Klose (2014), a partir de la Transición esos sentimientos de identificación con España se mantienen estables. Es en el proceso de la Transición en el que el desarrollo del Estado de las Autonomías a nivel español permitió, no solo el aprendizaje político que señala García et al., (1994), sino dos procesos complementarios; el primero descrito por Guibernau (2006), en el que se detalla que los procesos de creación de instituciones de ámbito regional producen y fortalecen las identidades a ese nivel; mientras que el segundo proceso es el enunciado por Jiménez y Navarro (2014) quienes han demostrado que el nacionalismo español se estructura a partir de identidades duales ―con una fuerte incidencia en las personas jóvenes―. Es decir, hay dos procesos que se ocurren conjuntamente, a partir del desarrollo del Estados de las autonomías, y que implican más identidad regional y más flexibilidad de la identidad española al admitir en ella las identidades regionales. En el gráfico 3 observamos las preferencias territoriales directamente sobre el concepto independencia de los ciudadanos en Cataluña que ofrece el ICPS. En él 127 también se aprecia claramente que la opción independentista crece a partir del año 2010 y que disminuye sensiblemente la preferencia “comunidad autónoma dentro de España”. El independentismo, como se observa gráficamente y de tal modo como reconoce la literatura, nunca supero, cotas del 23% hasta el año 2010 (Miley, 2006; MartínezHerrera y Miley, 2010). Esto hace que autores como Arza y Mari-Klose, pongan en cuestión el argumento nacionalista de Muñoz y Tormos (2012), a tenor del cual, el incremento del independentismo se relaciona con la adscripción de personas de identidad española ―en este caso sería dual― motivadas “fundamentalmente por expectativas de mejora económica” (Arza y Mari-Klose, 2014:32). Esta idea que proponen Muñoz y Tormos (2012) no resiste el análisis de la estabilidad de las identidades hasta el año 2010. Respecto de la incidencia de la percepción de la mejora económica, ello se analizará, más adelante, en la forma en que se enmarca el agravio económico, antes bien que en la expectativa de mejora. Gráfico 3 Fuente: ICPS. Elaboración propia. Son las respuestas a la pregunta: “Respecto al Estado español, usted cree que Cataluña debería ser: Una región de España; Una Comunidad Autónoma de España; Un Estado de una España Federal; Un Estado Independiente; otras; no sabe; no contesta" 128 Al cruzar la ascendencia con la identidad en términos de auto-identificación, se observa, que hay una correlación directa entre el lugar de nacimiento y la identidad nacional (Miley, 2013) tal y como muestra la Tabla 3 y tomando como referencia el año 2012. Tabla 3 Autoidentificación identitaria en Cataluña cruzado por Ascendencia Origen Cis 2965 (2012) Miley (2013b) Total Inmigrante 1ª Generación Padres Mixtos 2ª Generación Solo español 5,80 16,10 4,20 1,10 1,30 Más español Tan español como Más catalán que Solo catalán Ns/Nc. 5,00 37,60 24,80 24,40 2,30 11,90 52,90 10,60 4,20 4,30 5,60 54,10 27,10 7,70 1,00 2,60 36,70 29,80 27,50 2,40 0,90 19,40 31,40 45,60 1,30 n. 2983 780 418 307 1239 La s ci fra s s on en % a excepci ón de l a col umna "n". Fuente el a bora ci ón propi a a pa rti r de CIS 2965 (2012) y Mi l ey (2013b) El análisis de la totalidad de la muestra para el año 2012, evidencia que las identidades anidadas o duales (más español que catalán, tan español como catalán y más catalán que español) representan el 67,40% de la población. Por otra parte las identidades únicas representan un 5,8% en el caso de la española y un 24,4% en el caso de la catalana del total. Las identidades duales son mayoritariamente asumidas por las personas nacidas fuera de Cataluña o con algunos de sus padres nacidos fuera de Cataluña, tal y como lo demuestran el 52,9% de personas nacidas fuera o el 54,10% de personas de primera generación y un 36,7% de las personas con padres mixtos, que se sienten tan españoles como catalanes. Por otra parte, las personas nacidas en Cataluña tienden a identificarse más con una identidad única catalana, tal y como lo demuestra el 45,6% que se siente solo catalán si son de segunda generación. En esa línea vemos que al comparar, en el mismo estudio 2965 del año 2012 del CIS, el apoyo a la opción de que “un Estado en que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes” cruzados con las identidades nacionales, tal y como señala Miley (2013); se observa que la correlación entre una identidad catalana y la opción de una organización estatal que permita la independencia es muy alta con la identidad únicamente catalana, en torno del 91,1%. Por otra parte los porcentajes de personas que no están a favor de esa opción, las encontramos no solo en la identidad únicamente española, sino también en las identidades duales o anidadas (más español que catalán, tan español como catalán). 129 Con la excepción de la identidad más catalán que español donde la opción de la posibilidad del reconocimiento de la independencia lo apoya un 57,6% de la población frente a un 42,4% que opta por el no. Tabla 4. Reconocimiento de la posibilidad de independencia de Cataluña cruzado por Autoidentificación identitaria Cis 2965 (2012) Miley (2013b) Identidad NO Solo español Más español que catalán Tan español como catalán Más catalán que español Solo catalán Total SÍ 94,7 93,6 88 42,4 8,9 57,2 5,3 6,4 12 57,6 91,1 42,8 Fuente Miley (2013) y CIS 2965 (2012). Las cifras son en porcentaje Clase social: Por otra parte y siguiendo el análisis de Miley (2013) podemos ver que en al cruzar las variables de identidad nacional subjetiva con las de ocupación en la serie histórica del ICPS que va desde 1989 al 2006 se observa una correlación importante entre la identidad catalana con los estratos ocupacionales más elevados y en menor medida con los estratos ocupacionales menos elevados. Tabal 5 Estrato ocupacional cruzada con la media de la identidad catalana Mi l ey (2013b), IPCS (1989-2006) Ocupación Media del % de Identidad Catalana Profesionales liberales 54,7 Managers/Empresarios 48,4 Tabajadores de nivel medio (cuello blanco) 45,6 Trabajadores independientes y agrarios 44 Desempleados 30,3 Trabajadores de bajo nivel de cualificación (cuello azul) 20,9 Fuente: Mi l ey (2013b), IPCS (1989-2006) Observamos que a medida que se aumenta el estatus socioeconómico ―en tanto que indicador de clase social― aumenta la identificación con la identidad catalana, 130 considerando además, que son cifras expresadas en porcentaje de las medias entre los años 1989 y 2006 del IPCS. Así mientras, en la categoría de profesionales liberales la media de la identidad catalana es casi del 55% entre los años 1989 y 2006, en los sectores de bajo nivel de cualificación, es de casi el 21%, para el mismo período. Más del doble entre un segmento y otro. Denótese que los trabajadores cualificados, poseen un 45,6% de media de identidad catalana, a solo 10 puntos porcentuales del máximo de los profesionales liberales y muy alejados del casi 21% de los trabajados de “cuello azul”. Claramente queda evidenciada aquí la correlación entre estatus económico e identidad catalana (Miley, 2006; Martínez-Herrera, 2002). A modo de síntesis podemos concluir que respecto a las identidades nacionales subjetivas, los orígenes de la población, los usos lingüísticos y las formas de organización territorial de Estado, se confirman los datos que se había avanzado a principios del capítulo presente cuando se señalaba la existencia de dos grupos sociales. Uno castellano-parlante, con fuertes vínculos identitarios con España, mayoritariamente, en forma de identidad anidada o dual, que pertenece a clases trabajadoras y que prefiere formas territoriales del Estado que no incluyan la independencia. Por otra parte, se encuentra el grupo de personas que son autóctonas, en más de una generación, de habla catalana, que se ubican en estratos ocupacionales altos que se identifican con la identidad solo catalana y que tienden a preferir una forma de organización territorial del Estado que incluya la independencia. Es en este grupo social donde, tal y como sostienen Arza y Mari-Klose (2014) y Miley (2014) más ha crecido el independentismo. Junto con los primeros podemos decir que: “las clases más acomodadas, se han escorado hacia posiciones soberanistas en mucha mayor medida que las clases obreras” (Arzay Mari-Klose, 2014:36). Tabla 648 Preferencia por la forma territorial del Estado años 2010-2012 cruzado pro clase social Arza y Ma ri -Kl os e (2014) y CIS 2970 (2012) y 2857 (2010) Años Clase Estado Central sin autonomía Menos Autonomía Statu Quo Mayor autonomía Reconocimiento de la independencia N.S. N.C. TOTAL 2010 Medias/Altas 2010 Obreros 2012 Medias/Altas 2012 Obreros Diferencia 2010-2012 Medias/Altas Obreros 6,7% 13,2% 6,9% 11,6% 0,2% 3,2% 3,3% 2,5% 4,5% -0,8% -1,7% 1,2% 20,6% 33,3% 10,3% 27,5% -10,3% -5,8% 37,8% 28,9% 25,1% 26,1% -12,7% -2,8% 27,9% 16,6% 51,1% 26,0% 23,2% 9,4% 2,0% 3,5% 1,3% 1,5% -0,7% -2,0% 1,2% 0,6% 2,0% 1,9% 0,8% 1,3% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 0,0% 0,0% 48 Las categorías de las preferencias territoriales son: Un Estado con un único Gobierno Central sin autonomías, un Estado en el que las Comunidades Autónomas tengan menor autonomía que en la actualidad, un Estado con Comunidades Autónomas como en la actualidad, un Estado en el que las 131 Fuente: Elaboración propia a partir de Arza y Mari-Klose (2014) y CIS 2970 (2012) y 2857 (2010) Esta tabla es aporta una información reveladora respecto a varias cuestiones. La primera: al analizar las preferencias de organización territorial del Estado según los estudios 2970 (2012) y 2857 (2010) del CIS cruzados por clase social, vemos que las preferencias se desplazan hacia un Estado que reconozca la posibilidad de la independencia. Segunda cuestión, ese incremento es seguido de modo desigual según la clase social que se analice. Tal y como, muestra la Tabla 6; mientras la clases medias y altas apoyaban la opción de la posibilidad de la independencia de las Comunidades Autónomas en un 27,9% en el año 2010, en el año 2012 más de la mitad (51,1%) de las personas de clase medias y altas han preferido esa opción. Tercera cuestión, existe un incremento mucho menor en la clase obrera que prefería la opción de la posibilidad del reconocimiento de la independencia de las Comunidades Autónomas en un 16,6% en 2010, mientras que en 2012 esa misma opción era preferida por un 26% de las personas de clase obrera en Cataluña. Es decir, pueden extraerse dos conclusiones, las clases medias y altas preferían la opción del reconocimiento de la independencia en mayor número que la clase obrera en 2010, y que las tasas de incremento de la preferencia de esa misma opción era mucho mayor en 2012 en las clases medias y altas. Concretamente mientras en las clases medias y altas la opción favorable a la independencia creció un 23,2% de 2010 al 2012, en el mismo período y para la misma opción en la clase obrera se registró un incremento del 9,4%. Estos datos dan por tierra con los argumentos de la transversalidad y de homogeneidad del denominado proceso soberanista, que se analizarán en el período 2010-2014. Por otra parte, ponen de relieve nuevamente el argumento del nacionalismo de “arriba hacia abajo” en Cataluña que se mencionó en el primer capítulo y que sostiene gran parte de la literatura. Élites políticas y población: El nacionalismo Catalán ―y la implementación de sus políticas identitarias― “de arriba hacia abajo” llevan nuestra atención hacia las élites políticas catalanas. Se analizarán de modo general las preferencias identitarias, los usos lingüísticos, y las preferencias de la organización territorial del Estado entre la población de Cataluña y Comunidades Autónomas tenga mayor autonomía que en la actualidad y un Estado en que se reconociese a las Comunidades Autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes. Se han abreviado para facilitar la lectura de la tabla 6. 132 sus élites siguiendo los trabajos hasta aquí comentados para culminar este breve apartado descriptivo que nos permitirá poner de relieve el contexto de los discursos que se van a analizar. Comenzaremos por analizar las lenguas maternas de los votantes en comparación con la de los parlamentarios siguiendo en ello al trabajo de Miley (2014) que utiliza los datos del CIS E2827 del año 2010 para el estudios de las élites y del E2965 del 2012 para el análisis de la población. En él vemos que si analizamos las cifras totales agrupadas que se muestran en la Tabla 7 observamos que existe una clara tendencia a favor de la lengua materna catalana en los parlamentarios del 71,7%, en franco detrimento del castellano, del que solo el 13% de ellos, tiene como lengua materna en el año 2010. Mientras que un 52,5% de los votantes tiene como lengua materna el castellano y un 40% el catalán. Las diferencias entre las élites políticas y la población describen una tendencia a favor de una sobre-representación del orden del 30% del catalán y de un sub-representación del orden del 39,5% del castellano en lo que a parlamentarios se refiere. Al analizarlo por partidos políticos, los partidos nacionalistas (CiU y ERC) poseen las tasas más altas de parlamentarios con lengua materna catalana (86,7 y 100% respectivamente) y se encuentran casi treinta puntos porcentuales de sus votantes (58,1% y 73%). En el caso de PSC e ICV (58,3 y 80% respectivamente) la distancia con sus votantes (16,8 y 36,1% respectivamente) es de más de 40 puntos porcentuales en lo que respecta a la lengua materna catalana, con una sub-representación del castellano, como lengua materna, en términos muy similares a los que sucede con CiU en el caso de los parlamentarios. Ello hace que la distancia con su electorado sea especialmente importante en el caso del PSC donde la distancia es de casi un 77%. Es decir, mientras el 76,9% del electorado del PSC tiene como lengua materna el castellano, ninguno de los parlamentarios entrevistados del PSC lo tenía como lengua materna. Por otra parte, ICV muestra una sub-representación del castellano del orden del 37,6%. El en caso del PP hay una proporción muy similar a la tendencia de la población general y en el caso de Ciudadanos, del que se tiene solo un entrevistado, tiene como lengua materna el castellano. 133 Tabla 7 Lengua materna de parlamentarios y votantes por partido en Cataluña (en %) CIS E2827 (2010) y E2965 (2012) Castellano ambos Catalán Otro Ns/Nc Total Parlamentarios 13 4,3 71,7 6,5 4,3 Ciudadanos 100 0 0 0 0 PP 60 0 20 20 0 PSC 0 16,7 58,3 16,7 8,3 IC 20 0 80 0 0 CiU 6,7 0 86,7 0 6,7 ERC 0 0 100 0 0 Total Votantes Ciudadanos PP PSC IC CiU ERC Fuente: Miley (2014) 52,5 79 84,1 76,9 57,6 34,7 19,4 5,9 7,4 4,1 5,3 5,7 5,4 5,7 40 13,5 10,8 16,8 36,1 58,1 73,9 1,6 0 1 1 0,5 1,8 1 0 0 0 0 0 0 0 n 46 1 5 12 5 15 8 2983 50 157 438 181 803 251 Del mismo modo que ocurre con la lengua materna, al analizar las identidades subjetivas y compararlas entre las élites políticas (Parlamento catalán) y la población de Cataluña, tal y como expone la Tabla 8, se observa que las identidades duales de la población (más español que catalán; tan español como catalán; más catalán que español) representan un 69% de la población, frente al 59% de los parlamentarios. Pero cuando se agrupa a la población y a las élites políticas por identidades predominantes, vemos que la identidad predominantemente catalana (más catalán que español y solo catalán), en el caso de la población agrupa un porcentaje del 50%, mientras que entre los parlamentarios ese agrupamiento identitario subjetivo asciende al 79%, es decir, existe una diferencia a favor de la identidad predominantemente catalana en el caso de los parlamentarios catalanes del orden de un 29%. Además podemos ver que cuando se compara la identidad solo catalana, la población se ve identificada en un 25% con esta opción frente a un 41% de los parlamentarios, es decir, se aprecia una diferencia de un 16% a favor de la identidad solamente catalana en el caso de los parlamentarios catalanes. Al analizar las identidades predominantemente españolas (solamente español y más español que la comunidad autónoma) vemos que en ambos casos 11% para la población catalana y el 2% de los parlamentarios catalanes, son especialmente bajas si las comparamos con el 26% de la identidad predominantemente española de la población española en general y del 13% de la élite política española. Es 134 particularmente llamativo que solo el 2% de los parlamentarios catalanes se identifique con la identidad predominantemente española. Se observa además, que hay un desplazamiento hacia las posiciones de identidades propias del nacionalismo catalán (predominantemente catalanas y solamente catalanas) tanto de las élites como de la población en comparación con las cifras de la población española en general. Tabla 8 Identidades relativas. Parlamentarios versus ciudadanías (en %) para las elites políticas, CIS 2827 (2010); para la ciudadanía española, CIS 2930 (2012); para la ciudadanía catalana, CIS 2965 (2012) Parlamento Población española Élite política española Población Catalana Catalán Sólo Español 19 7 6 0 E>Catalán 7 6 5 2 E=Catalán 56 67 39 19 E<Catalán 12 11 25 38 Solo Catalán 6 9 25 41 Total 100 100 100 100 n 2478 565 2983 42 Nota: E > Catalán: más español que catalán; E = CA: tan español como catalán; CA > E: más catalán que español. Fuente: Martínez-Herrera y Miley (2014) Al analizar las identidades subjetivas segmentadas por partidos políticos entre élites y electorado en Cataluña, que muestra la Tabla 9, vemos que mientras el 75% de los parlamentarios del PSC posee una identidad predominantemente catalana, solo la tiene el 26% de su electorado. Es particularmente llamativa esta diferencia de casi 50 puntos porcentuales en el PSC, en esa escisión con el electorado desde el punto de vista de la representación mimética (Martínez-Herrera y Miley, 2014). Al analizar las identidades predominantemente catalanas de los parlamentarios de ICV, CiU y ERC observamos que todos ellos tienen una identificación prioritariamente catalana del 100%. Se evidencia una distancia del 50% con las cifras de identificación identitaria del total de la población. Pero incluso en contraste con sus votantes hay una diferencia de 38% en ICV, del 30% en CiU y del 8% en ERC, a favor de la identidad predominantemente catalana de las élites. 135 Del mismo modo ocurre al analizar las identidades exclusivas, es decir que excluyen una identificación dual vemos que mientras los parlamentarios de CiU el 71%, un 40% de ICV y el 100% de ERC, rechazan una identificación con España, esto solo lo hace un 36%, un 20% y un 65% de su electorado respectivamente. Tabla 9 Identidades relativas por partidos políticos en Cataluña (en %). Estudios CIS 2827 y 2965 Sólo Español E>Catalán E=Catalán E<Catalán Solo Catalán Diputados autonómicos PPC 0 0 100 0 0 OTRO 0 100 0 0 0 PSC 0 0 25 75 0 ICV 0 0 0 60 40 CiU 0 0 0 29 71 ERC 0 0 0 0 100 Total 0 2 19 37 42 Votantes y electorado PPC 20 19 57 3 2 Ciutadans 11 9 65 14 1 PSC 9 9 57 20 6 ICV 2 3 33 41 20 CiU 2 1 27 35 36 ERC 0 1 7 28 65 Total 6 5 39 25 25 n 5 1 12 5 14 6 43 157 50 438 181 803 251 2983 Nota: E > CA: español más que catalán; E = CA: tan español como catalán Fuente: Martínez-Herrera y Miley (2014) Por último se analizarán de modo comparado las preferencias en las formas de organización del Estado de las élites frente a los votantes en dos momentos distintos (años 2010 y 2012) y segmentados por partidos políticos en Cataluña, siguiendo en ello el trabajo de Miley, (2014) y que aparece expuesto en la Tabla 10. En las cifras agregadas vemos que respecto a las preferencias de organización del Estado para el año 2010, los parlamentarios catalanes prefieren un Estado que reconozca la independencia en un 65%, ese mismo año un 22,8% de la población tenía esa misma preferencia, pero dos años después, la opción del reconocimiento de la independencia representaba un 41,4%, ascendiendo 20 puntos porcentuales, es decir, casi el doble en dos años. 136 Ello se explica por todo el dispositivo de movilización desarrollado por el denominado proceso soberanista desde las élites políticas, tal y como reconoce la literatura sobre el tema (Alonso, 2015; Ovejero, 2011b; Miley; 2006, 2014; Martínez-Herrera y Miley, 2014; y Martínez-Herrera y Barceló-Soler, 2014). Se demuestra aquí los efectos a nivel de preferencias de organización del Estado que tiene el proceso de construcción nacional y de construcción Estatal sobre las preferencias de la población y que llevan a cabo las élites políticas nacionalistas catalanas. En otros términos, no solo se pone de manifiesto la distancia ideológica y de preferencias entre las élites políticas y la población, sino que aquí aparece claramente el efecto de la llamada “pedagogía” que realizan las fuerzas nacionalistas y el éxito que tienen sobre unos sectores ―mayoritariamente― medios y altos de la sociedad, de personas con orígenes autóctonos y catalano-parlantes. Estas cifras abundan en la idea de un proceso soberanista dirigido “desde arriba”, es decir, desde las élites hacia el resto de población, a través ―en gran medida― de los mecanismos discursivos que se detallan en los capítulos siguientes. Cuando analizamos los datos desglosados por partidos políticos vemos que en el caso de CiU en el año 2010, un 86,7% de los parlamentarios prefería la posibilidad de la independencia frente a un 27% de su electorado y que éste último en 2012 alcanzaba la cifra del 56,6%, en la misma preferencia. Se registra un crecimiento de casi un 30% en este período en os votantes de este partido. Respecto del PSC encontramos las mismas distancias que en los análisis anteriores entre las preferencias de su electorado y las de los parlamentarios. Mientras los parlamentarios prefieren la posibilidad de la independencia en un 41,6% en 2010, el electorado de PSC lo prefiere en un 10,5% en ese mismo año y dos años después alcanza la cifra del 15,9%. Es decir, que el aumento de la preferencia de la posibilidad de la independencia de los votantes del PSC creció casi un 6% entre 2010 y 2012 frente al casi 30% de los votantes de CiU. Los parlamentarios de ICV son los que más diferencias tienen con su electorado en esta preferencia, un 65,7% de distancia entre élites y votantes en 2010 y que se mueve hasta casi un 50% en 2012. Incluso ERC, que incluye la independencia desde la década de los noventa en su programa, ha radicalizado las preferencia de su electorado entre 2010 y 2012, 137 dándose el caso de que es el único electorado que tiene una preferencia superior respecto de la posibilidad de la independencia que sus representantes parlamentarios (contando con un 12,5% de parlamentarios que no quisieron o no supieron responder a la pregunta). Tabla10 Forma de organización del Estado preferida élites versus Votantes. CIS E 2852 (2010), E 2965 (2012), E 2827 (2010) Estado Menos Centralista autonomía Parlamentarios 2010 Total Población 2010 Total Población 2012 CiU Parlamentarios 2010 CiU Vot. 2010 CiU Vot. 2012 PSC Parlamentarios 2010 PSC Vot. 2010 PSC Vot. 2012 ERC Parlamentarios 2010 ERC Vot. 2010 ERC Vot. 2012 PP Parlamentarios 2010 PP Vot. 2010 PP Vot. 2012 ICV Parlamentarios 2010 ICV Vot. 2010 ICV Vot. 2012 C´s Parlamentarios 2010 C´s Vot. 2010 C´s Vot. 2012 Comunidades Autónomas Derecho a como ahora Más autonomía Independencia ns/nc (n) 0 9,1 9,8 6,2 4,8 3,6 2,2 26,8 16 23,9 32,9 26,1 65,2 22,8 41,4 2,2 46 3,7 2966 3,1 2983 0 6,7 5,3 0 2,3 1,5 0 16,1 7,5 13,3 45 28 86,7 27,1 56,6 0 15 2,7 470 1,1 804 0 9,2 13 0 3,8 3,1 0 34,6 28,2 58,3 37,6 35,5 41,6 10,5 15,9 0 12 4,2 706 4,2 439 0 0,1 0,3 0 0,2 0 0 2,6 0,9 0 22,3 9,5 87,5 12,5 8 73,7 1 263 89 0,2 252 0 30,5 34,3 40 19,6 14,2 20 32,7 26,5 40 14,7 18,3 0 0,9 5,3 0 5 1,5 123 1,4 157 0 4,2 2 0 1,5 1,7 0 22,6 10,5 0 35,7 31,5 100 34,3 49,8 0 5 1,7 129 4,4 181 0 15,8 12,3 100 20,9 10 0 48,1 40,9 0 14,6 28,3 0 0,7 8,5 0 0 0 1 42 51 Fuente: Miley (2014) A modo de resumen podemos decir que la sociedad catalana es una sociedad plural y heterogénea con la existencia de dos sectores definidos por las identidades 138 nacionales, clases sociales, usos lingüísticos y preferencia de organización territorial del Estado (entre otras). Estos dos grupos son los ya descritos, el primero castellano parlante, con vínculos (familiares e identitarios) con el resto el país, vinculado (en términos generales) a los trabajos de “cuello azul”, con preferencia de una organización territorial del Estado de permanencia del Estado de las Autonomías. Por otra parte existe el otro grupo social, es el catalano-parlante, autóctono, con fuerte identidad nacional catalana y vinculado a los sectores medios y medios-altos de la sociedad y con una preferencia de organización territorial del Estado que incluya la independencia. De estos dos grupos hay un predominio numérico de los sectores castellano-parlantes, 55,1% frente a un 31% de catalano-parlantes para el año 2013, con preponderancia de los sectores con relaciones familiares con el resto de España cerca del 70% y con un 40% de la población nacida fuera de Cataluña (en otras partes de España o en el extranjero) en el año 2011. La predominancia del primer grupo junto con la heterogeneidad social, se manifiesta en la existencia de identidades duales o anidadas, que han sido claramente mayoritarias en la población hasta el año 2010 y el comienzo del proceso de movilización social nacionalista; del mismo modo que en las preferencias en las formas de organización territorial del Estado, eran mayoritarias las formas aquellas vinculadas a la autonomía de Cataluña dentro de España. Por contrapartida, y sumado a lo anterior, se ha puesto de manifiesto la distancia que existe entre la población y las élites políticas nacionalistas respecto de las mismas cuestiones que se han utilizado para definir a esos grupos sociales, tales como la lengua materna, las identitarias subjetivas y las formas de organización territorial del Estado. A modo de conclusión de este apartado podemos decir que existe no solo una brecha ideológica ―en lo que al nacionalismo secesionista respecta, entre otras cuestiones― entre las élites políticas nacionalistas catalanas y su población; sino que además hay un esfuerzo de esas élites en acercar a la población a sus posiciones en lo que a la concepción de la nación se refiere. Esto es lo que la literatura reconoce como nationbuilding y statebuilding top down, es decir, “de arriba hacia abajo” (Miley, 2006; 2014). Estos esfuerzos de las élites nacionalistas a menudo aparecerán en el análisis discursivo en los términos de la debida “pedagogía” que las instituciones de Cataluña 139 deben hacer hacia la población, entre otras cuestiones identitarias, con el proceso soberanista. Los responsables de este proceso ha puesto en marcha una maquinaria de movilización social sin precedentes en la historia contemporánea de Cataluña y en las páginas que siguen se analizará la producción discursiva de las principales voces de las élites políticas catalanas ―nacionalistas y no― para rastrear, tal y como se adelantó en el capítulo anterior, de modo comparado las diferentes formas de enmarcado en los tres períodos estudiados. Apartado Segundo: Introducción al período 2000-2003. En el ámbito catalán, en el año 1999, Jordi Pujol (Presidente y fundador de CiU) gana las elecciones de la que será su última legislatura. Esa victoria con un 37,70% de los votos no le permitió CiU acceder a la mayoría absoluta al obtener 56 escaños de 135 de la totalidad de la cámara ―cuatro menos que en las elecciones de 1995 y 14 menos que las de 199249―. La figura de Jordi Pujol, el pujolismo, además del estilo de su gobierno, son centrales para entender el desarrollo, ya no solo del proceso secesionista, que es nuestro universo de estudio, sino la propia historia de la Cataluña democrática. Pujol fue presidente de la Generalitat de Cataluña por seis períodos consecutivos, desde 1980 hasta 2003, es decir, desde las elecciones que restauran la institución de la Generalitat catalana en 1980, reelegido en 1984, 1988, 1992, 1995 y 1999. Además fue el creador de la federación de partidos Convergencia y Unión (CiU) que unifica políticamente a su propio partido Convergencia Democrática de Cataluña y a Unión Democrática de Cataluña. La relevancia de su liderazgo de naturaleza carismática, y de referente moral para gran parte de la población de Cataluña, hizo que Pujol no solo fuese importante en términos institucionales sino que hizo hegemónica su visión ―nacionalista― de Cataluña, es decir, hizo hegemónica la doctrina nacionalista del pujolismo (Etherintong, 2003) y estructuró una parte sustancial del discurso nacionalista catalán, 49 Datos del Parlamento de Catalunya http://www.parlament.cat/composicio/dades_electorals.pdf 140 disponibles on-line: no solo a nivel coyuntural, sino a nivel de los marcos discursivos del nacionalismo catalán que permanecerán en la actualidad. Si bien nos centraremos en el último período de Jordi Pujol como presidente de la Generalitat, nos referiremos de modo sucinto a algunos aspectos de las casi dos décadas anteriores de gobierno de Cataluña. Comenzaremos diciendo que los gobiernos de Pujol enmarcados en las primeras tres legislaturas que van de los años 1980 a 1992 configuraron el gobierno autonómico catalán. Esta primera etapa de gobierno se caracterizó por la construcción de infraestructuras y el desarrollo de las competencias y transferencias, que el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 había establecido. Estos fueron los pilares en los que se sustentó el desarrollo de un segundo período, que va desde 1992 a 2003, en el que se produjo un aumento del desarrollo económico, se modernizó la economía, la industrial e incluso la esfera social de Cataluña: Ello también se tradujo en un aumento del nivel de vida y del bienestar de la población, en línea con el resto de España. Si bien en un principio el propio Pujol se manifestó socialdemócrata, la naturaleza de las políticas implementadas, lo describen más cercano al liberalismo y la democracia cristiana (Núñez Seixas, 1999). El gobierno de Pujol orientó el nacionalismo hacia el realismo pactista ―pragmatismo posibilista en términos de Dowling, (2013)― e incorporó nuevos elementos ideológicos a la tradición más conservadora y regionalista. El pujolismo se caracterizó, además, por un elevado nivel de pragmatismo político que se manifestó en la renuncia explícita a la independencia (Colomer, 1984), en favor de ese pactismo ya citado, con el objeto de obtener mayores cuotas de autogobierno dentro del Estado español, siendo la referencia de partida el desarrollo de las potencialidades del Estatuto de autonomía del 1979 (Núñez Seixas, 1999). José Luis Álvarez: en su artículo “La lucha final de la burguesía catalana”50 (El País, 23 de julio de 2012) describe esta estrategia como “incrementalismo” en la que los cambios sustanciales en el autogobierno de Cataluña se conseguían a partir de cambios graduales e incrementales que vencían, de ese modo, la resistencia del statu quo del resto de España. Las negociaciones de transferencias de competencias desde el Gobierno nacional a los Gobiernos regionales, responden a la lógica institucional del federalismo competitivo del Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga, 2007). Esta lógica del federalismo competitivo, propició ―y propicia― dinámicas institucionales basadas en 50 José Luis Álvarez: “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012. Disponible online en http://elpais.com/elpais/2012/07/23/opinion/1343038261_771040.html 141 reclamaciones constantes de mayores cuotas de autogobierno y poder por parte de las élites regionales para poder competir en mercados electorales más pequeños, y dotarse además, de más financiación y poder político. Estas constantes reclamaciones de las élites en última instancia ponen en también en cuestión el marco de la propia autonomía, que de este modo, nunca queda definido su final (Núñez Seixas, 1999; Keating, 1996) o el cierre de las reclamaciones de dichas transferencias. El recurso al independentismo en esta etapa del pujolismo, tal y como expone Colomer, que a veces emergía retóricamente de las filas nacionalistas, puede ser entendido como una “amenaza táctica” o bien como una “reacción exaltada de descontento” (Colomer, 1984:371), pero siempre dentro de una estrategia general pactista que concibió siempre a España como el único sitio pensable para Cataluña. Dentro de esta dinámica de demanda constante de nuevas transferencias, CiU ha hecho de los reclamos de autogobierno y mejor financiación su bandera y encabezó la lista de las autonomías que, más rápido y más profundamente, desarrollaron el Estatuto de Autonomía de 1979. De hecho, podemos identificar dos modelos “finales” de Estado que promovía CiU y que son: o bien una transferencia de soberanía al estilo de una organización confederal del Estado ―más cercana a Unió Democrática―, o bien, una relación de federalismo asimétrico con competencias exclusivas y reconocimiento simbólico particular. CiU, como se ha mencionado anteriormente ha propiciado tradicionalmente dos puntos políticamente fundamentales, el primero, el aumento del autogobierno y la financiación; y el segundo, el reconocimiento específico de Cataluña dentro del Estado español. Esto último tendría dos derivadas, la primera de naturaleza simbólica ―con los denominados hechos diferenciales: le lengua y la cultura― y la segunda derivada relacionada con algún tipo de reconocimiento acerca de la soberanía de Cataluña (Balfour y Quiroga, 2007). En términos de largo plazo, se podrían decir que las pretensiones políticas del nacionalismo conservador que encarna CiU, se han orientado, a la consecución de un tratamiento diferencial, no solo centrado en el autogobierno, sino en el reconocimiento de un carácter particular que diferencia a Cataluña (junto con el País Vasco y Galicia) del resto de las comunidades autónomas; situación en la que muchas veces se ha visto como ejemplo a Quebec (Requejo, 2000; Keating, 2000). Ejemplo de ese reconocimiento diferencial es el reclamo de la transferencia de competencias exclusivas en la esfera de la recaudación impositiva y de estructuras institucionales que reflejen de mejor manera la particularidad de la multinacionalidad española (Requejo, 2001). No en vano, tras el rechazo por parte de 142 los representantes catalanes de la oferta de los negociadores, durante la redacción de la Constitución, de que Cataluña tuviese el mismo régimen impositivo que el País Vasco y Navarra, se ha recuperado en varias oportunidades la reclamación de que Cataluña acceda a ese mismo estatus impositivo, conocido en estos últimos años como el “pacto fiscal”. Estas aspiraciones ―propiciados por el CiU, PSC e ICV-EUiA― se profundizaron en el proyecto estatutario de 2005, tal y como se verá más adelante, en el que, tal y como sostiene Keating (2001) se orientó a un reconocimiento del estatus nacional sin reclamar la independencia, como un elemento propio y característico de la era de las naciones post-soberanas (a las que Keating asocia a Quebec o Escocia). Esta profundización de los reclamos de mayor autogobierno, mejor financiación y reconocimiento identitario diferencial ―que promovieron las élites políticas catalanas e intelectuales en algún caso― difieren de las preferencias poblacionales, tal y como se mencionó más arriba. Si bien es cierto, tal y como sostienen Balfour y Quiroga (2007) ―al igual que Gibernau, (2006); Requejo, (2000) y Keating, (2000)― que un amplio porcentaje de personas entienden a Cataluña como una nación y reclaman más autogobierno, no es menos cierto, tampoco, que la mayoría “consideraban a Cataluña una región (47%) [antes] que una nación (37%) en 2002, antes de que se propusiera el nuevo Estatuto” (Balfour y Quiroga, 2007: 278)51. Por otra parte, antes de comenzar el proceso de reforma estatutaria en 2003 solo el 3,9% de los catalanes estaban preocupados por un mayor autogobierno (Ovejero, 2013). Estos datos nos orientan, no solo sobre la satisfacción de la población sobre el nivel de las transferencias de competencias que había en ese momento respecto del Estado de las Autonomías, sino sobre las formas que las élites políticas imponen su agenda a la población, y el perfil nacionalista de esa agenda alejado de las preferencias poblacionales mayoritarias. Esto ha sido descrito más arriba, como un proceso nacionalista, de “arriba hacia abajo”. Análisis de discursos 2000-2003: Convergencia y Unión (CiU): Se analizarán los siguientes discursos de Jordi Pujol, Presidente de la Generalitat de Cataluña: Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de 51 Véase los gráficos número 1 y 2. 143 Cataluña de los años, 2000, 2001, 2002 y 2003, en función del marco ideal propuesto en el capítulo III52. En este período temporal, y en líneas generales, el discurso de Convergencia y Unión (CiU) se torna decididamente posibilista y subordina hasta el período electoral del año 2003 los reclamos maximalista al mantenimiento de los apoyos parlamentarios del Partido Popular de Cataluña en el Parlamento Catalán (Balfour y Quiroga, 2007). Por otra parte, al analizar los discursos del Presidente Pujol en la festividad de la Díada de Cataluña, veremos la emergencia de un dato muy revelador que es el reclamo de tensión social para que Cataluña no desaparezca o fracase. Este reclamo a la movilización social en pos de Cataluña pone en evidencia la falta de percepción social como problemática, de la relación entre Cataluña y el Gobierno nacional. En los discurso del Pujol en la Diada del 11 de Septiembre de los años 2000, 2001, 2002 y 2003 podemos encontrar, además, un claro ejemplo de la ambigüedad (UcelayDa Cal, 2005) con la que el nacionalismo catalán ha ejercido su pactismo y su estrategia posibilista (Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007) desde la Transición y que se estructura a dos claros niveles. La primera estrategia de enmarcado se realiza dentro de un nivel discursivo propio de un nacionalismo de corte cívico-político orientado a dar cuenta del encaje de Cataluña en España, discuso más orientado al exterior de Cataluña; y la segunda estrategia (complementaria de la primera) es propia de una aproximación nacionalista de tipo étno-cultural que orienta el discurso hacia el interior de Cataluña dirigido a una audiencia de carácter interno y sensible al reclamo del nacionalismo catalán. Esa misma contradicción que menciona Ucelay-Da Cal (2005) es la que se ve reflejada, en forma de paradoja, en relación al mantenimiento de la esfera política catalana como un ámbito diferenciado o un sistema autónomo de la política española, y por otro lado, la necesidad y el reclamo de influencia en la política nacional española y que toma cuerpo en la dos estrategias discursivas que se han mencionado. Pero esto lo veremos más adelante. Discurso de Convergencia y Unión (CiU): Diagnóstico: 52 Dada la naturaleza de los textos, ideados para una festividad nacionalista, puede, algún caso aumentar el perfil nacionalista etno-cultural de la estrategia de Pujol así como la fuerza del enmarcado del “nosotros” dentro del campo de las identidades. 144 Entrando de lleno en el análisis de los marcos a partir del tipo ideal presentado podemos decir que, en lo que respecta al primer apartado del diagnóstico, dentro de la temática del encaje de Cataluña en España, la operación de la presentación de la cuestión se focaliza en tres problemas. El primero de ellos es la insuficiencia de autogobierno; el segundo de financiación; y el tercero de reconocimiento. Estos tres agravios presentados por el pujolismo permanecerán como elementos centrales del discurso del nacionalismo catalán de aquí en adelante. Es a partir de estos tres elementos que se estructurarán los agravios democráticos, económicos e identitarios, respectivamente. Agravios: La técnica de enmarcado que Pujol utilizará en los discursos analizados para presentar la cuestión es la de asignar conceptos, como son los de autogobierno insuficiente, tal y como vemos en el discurso de Pujol del año 2000: «nuestro autogobierno es insuficiente, tanto política como financieramente, y esto nos obliga, aunque nos duela, a seguir reivindicando un reconocimiento más franco y más efectivo de Cataluña».53 Del mismo modo que en el discurso del año 2001 sostiene que Cataluña no posee: «Aun ni suficiente poder, ni suficiente reconocimiento» y por otro lado, Cataluña, padece «en parte, agresiones». Esas agresiones que menciona Pujol, pueden entenderse como una forma de enmarcar la cuestión en un marco más amplio que es el de la histórica hostilidad de España hacia Cataluña, que aparece en el discurso del 2001 cuando hace referencia a que: «El once de septiembre conmemora el final de una guerra en la que Cataluña va a luchar con coraje, dignidad y heroísmo por una causa justa: defendía su soberanía. […] fue también el final de todo un proceso político a través del cual Cataluña quería asegurar su libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado, hasta entonces respetuoso con su carácter plurinacional. […] Valores que confieren grandeza a aquel período de nuestra historia y que explican por qué la derrota y la represión, que fue dura y muy larga, no van a acabar con nuestro pueblo».54 En líneas generales, la técnica de enmarcado que busca la inserción del tema en un marco más amplio se refiere a la Guerra de Sucesión que de 1701-1715, con una discutible interpretación de los actores intervinientes y de las motivaciones que tenían. 53 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000. 54 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001 145 Pero dejando de lado la interpretación de la historia que hace Pujol, vemos que ésta es la única referencia a un marco más amplio donde insertar el agravio en todo el período analizado. Es decir que, la construcción de los agravios, tiende a detenerse aquí. Pujol, relaciona escasamente estos tres agravios con la experiencia ordinaria de la población, por otra parte hay una incidencia sobre la relación de los agravios con un marco más amplio; por último, la dramatización viene dada ―tal y como se verá― por la falta de movilización social; por último, y fundamental: no se atribuye directamente la causa a un actor externo, al menos directamente. Al analizar uno a uno los agravios, vemos que hay un especial incidencia en el agravio identitario. Respecto de este tipo de agravio en concreto se problematiza el riesgo constante de desaparición de Cataluña, o de alguno de sus elementos constitutivos, tales como, su identidad, su lengua o su cultura, por amenazas como la globalización, la movilidad de personas en forma de inmigración o la preponderancia del uso social del castellano. Ello lo observamos en el discurso de la Diada del 2001 cuando sostiene que hay que «eliminar definitivamente el peligro de que Cataluña se convierta en un país marginal»55. Esos riesgos de que Cataluña se convierta en un país marginal, Pujol los relaciona con elementos ajenos a los agravios presentados, como son la inmigración de finales del siglo XX y principio del XXI, y con procesos estructurales como la globalización. Ello se observa de igual modo cuando en el año 2000 Pujol sostiene que: «Tenemos la posibilidad de contribuir a elaborar uno de los mensajes que el mundo hoy necesita, que es el de ver cómo se combinan la globalización y las identidades. Vamos hacia la globalización, hacia la mundialización: eso tiene muchas cosas buenas, y además es un proceso inevitable, pero tiene el peligro de conducir hacia un mundo uniformizado y masificado. Se tiene que, por lo tanto, complementar esta tendencia con la defensa de lo que hace que tengamos una determinada manera de ser»56 En referencia al agravio democrático, Pujol lo enmarca asignando una serie de conceptos, insertando la cuestión en un marco más amplio e intentan relacionarlo con la experiencia ordinaria de la población. Esto lo vemos en la díada de 2001 cuando sostiene que: “El once de septiembre conmemora el final de una guerra en la que Cataluña va a luchar con coraje, dignidad y heroísmo por una causa justa: defendía su soberanía. 55 Ibídem. 56 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000. 146 […] fue también el final de todo un proceso político a través del cual Cataluña quería asegurar su libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado, hasta entonces respetuoso con su carácter plurinacional».57 «Cataluña luchó por una causa justa: la defensa de su soberanía» este es el mensaje central del marco del agravio democrático. Y los párrafos que siguen pretenden vincular ese agravio democrático con la experiencia ordinaria de la población al asignar conceptos utilizados en la España de la actualidad como son: «asegurar su libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado, hasta entonces respetuoso con su carácter plurinacional» a una guerra entre casas dinásticas de principios del siglo XVIII. El agravio identitario está enmarcado a partir de una cuestión de orden estructural, antes bien que en una injusticia que infringe un tercero. De este modo, el responsable de ellos, son los procesos migratorios y de la globalización, y es por ellos que Cataluña padece un peligro continuo que pone en riesgo su existencia al verse amenazada su identidad cultural. Por otra parte destaca en este sentido, la ya citada referencia a que Cataluña «sufre en parte agresiones» de las que, tácitamente se relaciona a España como la culpable. Esos peligros hacen que Cataluña corra el riesgo de convertirse en un «país marginal o desaparecer», tal y como Pujol sostiene en la Díada de 2001. Por último, y dramatizando la situación, sostiene que nada que no sea en espíritu patriótico de los propios catalanes «salvará definitivamente a Cataluña como país».58 El hecho fundamental en el proceso de enmarcado de los discursos de Pujol es que no asigna la responsabilidad y la culpa de esos agravios a ningún actor o actores específicos y, del mismo modo, deja sin definir a ese actor como antagonista, como parte de la descripción de la dimensión de la identidad “ellos”. Esto ocurre por varios motivos, el primero de ellos es una situación que el propio Pujol describe en 2000 como «un buen momento» para Cataluña; y que más allá: «de esas dificultades coyunturales la realidad global de nuestro país es que pasa por un buen momento que debemos vivir con alegría y confianza».59 Mientras que, del mismo modo en 2001 sostiene que el momento presente de Cataluña es «favorable y feliz». Ciertamente en un marco general de «alegría y 57 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 58 Ibídem. 59 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000. 147 confianza» es muy dificultoso presentar un agravio y enmarcarlo como una injusticia. Es decir, no hay un marco de situación propicio para enmarcar el agravio como una injusticia. Otro dato más que abona la idea de la parcialidad en la construcción de los agravios es que la asignación conceptual del agravio es positiva. Al hablar de los agravios, se menciona la insuficiencia o la falta de un término positivo como es: el autogobierno, la financiación y el reconocimiento. Es decir, hay implícito un reconocimiento de que existe un determinado nivel de autogobierno y reconocimiento, que se reconoce como insuficiente; pero existe esa nominación en términos positivos. La otra cuestión se relaciona con la EOP del período. Pujol depende de los votos del PPC para obtener la mayoría en el Parlamento de Cataluña. Pujol apelará al recurso de la moderación y de la ambigüedad, para morigerar la estrategia discursiva del nacionalismo, tal y como se analizará más adelante. Es por todo lo anterior que se sostiene que los marcos de los agravio en la última legislatura del pujolismo se estructuraron de manera parcial e incompleta a la luz del marco ideal, y cuya especial carencia es la falta de enmarcado de un actor responsable de los agravios. Esto se verá reflejado en las dimensiones de la identidad del marco ideal, tal y como se comentará en lo que sigue. En lo que respecta a las dimensiones de la identidad (“ellos/nosotros”), sí existe un enmarcado detallado y más profundo de esta dimensión del marco de significación de la identidad “nosotros”. Pero por orden expositivo comenzaremos por la dimensión de la identidad “ellos”. Identidad “ellos”: Aquí se centra una de las claves de este período. Pujol no construye de manera directa al antagonista. Las referencias que hace del otro son tácitas. Véase el siguiente ejemplo en el discurso de la díada del año 2001, en el que Pujol sostiene que: «Todo y que, y esto quiero dejarlo claro, no nos dan todavía ni suficiente poder, ni suficiente reconocimiento»60. Del mismo modo que en 2000, la ya citada frase de que Cataluña sufre «en parte agresiones». Pujol nunca aclara quién es el o los actores que agreden a Cataluña. No hay una personalización de los actores responsables ni una 60 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 148 atribución de intensiones ―salvo eventualmente y de forma velada 61―. Tampoco hay una asignación de intereses contrarios al bien colectivo y no se inhabilita al “otro” como agente ilegítimo de comunicación. La falta de construcción manifiesta del “otro” se relaciona con la imposibilidad de asignar responsabilidades al actor antagonista que encontrábamos en el apartado de los agravios. Este es uno de los hechos determinantes del discurso de pujolismo de la última legislatura. Identidad “nosotros”: Los esfuerzos del discurso de Pujol se orientaban hacia un enmarcado de la identidad “nosotros”, ello es esperable, en tanto que son discursos que se presentan en la Diada Nacional de Cataluña y en este sentido es predecible y lógico, un discurso cargado de referencias nacionalistas e identitarias. Del mismo modo que es reseñable la audiencia claramente nacionalista, a la que va dirigido el mensaje de la Díada. Ello se pone de manifiesto en el discurso del año 2000 como Pujol hace referencia a la necesidad de la identidad colectiva para defender Cataluña como país cuando sostiene que: «Nos tenemos que atrever a conseguir que Cataluña no sea solo Cataluña, o que los catalanes no seamos solo catalanes. Si no somos catalanes no seremos nada, ni podremos aportar nada al resto del mundo. Por lo tanto la defensa de Cataluña como país debe ser nuestra prioridad».62 En ese mismo sentido en 2001 Pujol apela al patriotismo para mediante la «tensión y ambición colectivas», «eliminar definitivamente el peligro de que Cataluña se convierta en un país marginal»63. El patriotismo, en tanto que valor, recalca Pujol, debe ser vivido «intensamente». Aquí aparecen entrelazadas la definición de la identidad “nosotros” y de las audiencias. En lo que respecta a la primera, ésta se presenta como una constante en el discurso de Pujol desde sus inicios políticos, hay una recurrencia a la estrategia identitaria del nacionalismo etno-cultural, que no solo expone quienes son aquellos que son catalanes, sino que además, define quienes no lo son. Pujol ha tenido un éxito 61 En 2000 refiriéndose a las oportunidades que representan los cambios a nivel mundial, Pujol sostiene que: «nos tenemos que situar, no tenemos que permitir que ninguno nos sitúe en un rincón». 62 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000. 63 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 149 importante en la instalación de estas definiciones del protagonista 64, ejemplo de ellas, y quizás la más famosa de todas, es la definición de catalán: “es catalán quien vive y trabaja en Cataluña y quiere serlo”65. Máiz (2008) entiende que uno de los elementos fundamentales del nacionalismo es la definición del “ellos” y del “nosotros” que aquí se describe dentro del campo de la identidad. La constatación del éxito en la formulación de este tipo de marco identitario por parte de Pujol puede verse en que la propia izquierda parlamentaria en Cataluña (con excepción del PSC) ha utilizado esta definición ―citando incluso a Pujol― para hacer referencia al demos catalán.66 Volviendo al análisis de la dimensión identitaria, del marco del discurso de Pujol en la Diada del año 2000 y 2001, se observa que es en esta dimensión donde centra y profundiza su mensaje. Pujol llama a que la defensa de Cataluña sea la prioridad. Es de destacar el lenguaje belicista que presenta el campo semántico de la palabra defensa. La defensa remite, primero y antes que nada, a un ataque; ataque que se ha venido manifestando de modo esporádico ligado a las negociaciones de transferencias de competencias desde el Gobierno de España (principalmente aunque también se ha utilizado ampliamente en el caso de la investigación de Banca Catalana). Por otra parte, y en segundo lugar, la defensa hace referencia a un término propio del ejercicio de la poliorcética, es decir, del arte militar del ataque y la defensa de las ciudades. Frente a los ataques (que Pujol no enuncia esta vez, pero presupone) llama a la defensa de Cataluña. En 2001 también hay una explícita mención al vocabulario belicista cuando Pujol sostiene que en definitiva: «el Once de Septiembre conmemora el final de una guerra en la que Cataluña luchó con corazón, dignidad y heroísmo por una causa justa: defendía su soberanía».67 Esta cita merece una atención especial en tanto que hay una serie de técnicas de enmarcado enlazadas que describen claramente el proceso de enmarcado que utilizó Pujol, en particular, y el nacionalismo Catalán, en general. El primer elemento destacable es ―dentro de la identidad “nosotros”― la técnica de enmarcado de personificación del sujeto colectivo, que es Cataluña, a partir de la caracterización con elementos propios de sujetos individuales. En general, el 64 En el marco ideal que aquí se propone aparecen como definición del protagonista dentro de la categoría de operaciones. 65 “és català qui viu i treballa a Catalunya, i en vol ser”. 66 Entrevistas de Parlamentarios catalanes con el autor. Véase el tercer apartado del presente. 67 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 150 nacionalismo etno-cultural es rico en este tipo de personificaciones68, y en particular el nacionalismo catalán, Pujol ha sabido enmarcar con éxito a Cataluña en tanto que sujeto colectivo con una serie de señas características que son propias de los sujetos particulares y esas referencias en el discurso de Pujol, son incontables. En este caso Pujol señala que es Cataluña quién en la guerra de Sucesión «luchó con corazón, dignidad y heroísmo» y no las tropas leales al bando de la casa de Austria. Por otra parte hay una apropiación por parte de Pujol, de los valores sociales (luchar con corazón, dignidad y heroísmo) que atribuye a Cataluña. La última cuestión que emerge es la de la atribución de soberanía ―entendida como causa justa, por cierto― en relación a un hecho vinculado a una guerra de sucesión de casas dinásticas y de equilibrio del poder internacional resultante. Se presenta un interpretación de histórica asignando un valor (que históricamente puede ser bastante discutido, en tanto que la soberanía no residía en otro sitio llámese este: Cataluña, territorio, Tercer Estado, pueblo o nación sino en el Soberano), decía que, ese valor asignado a la soberanía de Cataluña, pasa a ser defendido por el nacionalismo Catalán. Es mediante las técnicas de enmarcado de asunción de la defensa de los intereses colectivos que de Cataluña, y de la reivindicación en términos exclusivos de los valores que el discurso de Pujol tiende a apropiarse del valor social de aquello que Cataluña simboliza, en tanto que: “espacio simbólico abierto” (Salecl, 1993). Este es un recurso que se volverá a utilizar en la tercera etapa, y ofrece una construcción simbólica cuyo significante es maleable y ambiguo, pudiendo ser completado por los interpelados ―las audiencias en este caso― antes que por el sujeto que lo propone. En los términos de Salecl, un “espacio simbólico abierto” es un espacio simbólico que permite “ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221). Un dato no menor, es que esa construcción de la dimensión identitaria del “nosotros” se realiza, en este período, fuera de una dinámica de oposición y enfrentamiento, sino que se orienta a una relación de cierta superioridad moral y de valores que ostentaría Cataluña frente al resto del Estado, antes bien que en una relación de oposición como veremos en el último período. 68 Véase de Blas Guerrero (1984, 1989, 1994, 1997 y 2007) 151 Pronóstico: Respecto a la tarea central de pronóstico, destaca el enmarcado de soluciones, objetivos y posibilidades de éxito, que está directamente relacionado con la tarea de motivación y su dimensión de la agencia audiencia. Los objetivos del discurso de la Diada del año 2000 de Pujol están inscriptos en un marco de situación que se podría describir como positivo, tal y como se comentó más arriba, en lo que respecta a cuestiones generales de desarrollo económico, social y productivo, tal y como se desprende del sus palabras: «podemos plantearnos un horizonte ambicioso […] por el crecimiento económico; por capacidad y vocación de internacionalización; por vitalidad cultural; por carácter emprendedor; por el alto grado de permeabilidad social que tenemos […] por cohesión y convivencia, por el buen aprovechamiento de la incorporación a Europa y por otras muchas cosas».69 Por otra parte Pujol sostiene que: «ningún país consigue llegar lejos si no está imbuido de espíritu patriótico. Del mismo modo que tampoco llegan lejos continúa “por más nueva economía y nuevas tecnologías que tenga, si su gente no lo ama y no mantiene viva su memoria histórica […] Esto también sirve para Cataluña: sin autoestima no será un país puntero».70 La referencia a virtudes como la capacidad de trabajo e innovación, la vocación europea, el carácter emprendedor, y otras tantas, han servido desde los tiempos de la Lliga Regionalista para reclamar la necesidad de modernizar España a partir de liderazgo de Cataluña. Pujol mantendrá este postulado ―Maragall, también― pero no será central en este período, ya que como veremos, no solo su eficacia será dudosa, sino que la realidad demostrará que el peso industrial y productivo, ergo modernizador de Cataluña, lejos de aumentar, disminuye con el tiempo. Esta disminución, no tendrá tanto que ver con una paralización de Cataluña como Comunidad Autónoma, sino en el surgimiento de otros polos productivos y de desarrollo en España, como por ejemplo Madrid (Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007). Por otra parte en 2000, y respecto al autogobierno, Pujol sostiene que «No olvido ni quiero esconder que nuestro autogobierno es insuficiente, tanto política como 69 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000. 70 Ibídem. 152 financieramente, y que esto nos obliga, muy a pesar nuestro, a seguir reivindicando un reconocimiento más franco y más efectivo de Cataluña».71 Y es en ese sentido también lo que enuncia en 2001, cuando dice que: «El peligro que ahora hay es que mucha gente piense que ya que hay democracia y que tenemos un nivel importante de autogobierno y vivimos una época de progreso económico y en todo se nos han abierto nuevas perspectivas, las cosas irán bien por inercia. O porque la Generalitat ya se ocupará de ello» […] Si esa tensión patriótica no es asumida a título personal por los catalanes «ningún instrumento, por poderoso que sea, por sí mismo salvará definitivamente a Cataluña como país».72 La solución a los tres problemas presentados por Pujol ―agravio democrático, por falta de autogobierno, el económico por falta de financiación y agravio identitario por la falta de reconocimiento― es la obtención de mayores cuotas de autogobierno, mejor financiación y más reconocimiento por parte de España, en el primer y segundo caso; mientras que en el tercero, a esa solución requiere mayor patriotismo por parte de los catalanes para defender a Cataluña de los elementos que la hostigan y amenazan; bien sean cuestiones de reconocimiento desde España, o problemas más estructurales como la globalización y la inmigración. Motivación: Lo comentado anteriormente se relaciona con la dimensión de la agencia audiencia, dentro de la tarea de motivación, en tanto que, esa apelación al patriotismo y a la autoestima hace un llamamiento a la responsabilidad de los individuos frente a la comunidad; del mismo modo que operan la relevancia de los vínculos identitarios propuestos por el discurso de Pujol, en tanto que, «si no somos catalanes, no seremos nada, ni podremos aportar nada al resto del mundo». En esa apelación identitaria no solamente existe un enmarcado que determina el “nosotros” y su relevancia en tanto que valor universal, sino que aporta un elemento motivacional que hace depender, y subordina, la consecución de cualquier otro bien al hecho de ser catalán. Ya se ha citado aquello de que: «la defensa de Cataluña como país debe ser nuestra prioridad».73 Esta tensión patriótica que reclamaba Pujol, se relaciona con la falta de movilización social y escaso éxito que tiene su discurso en cuando apela a la acción de los 71 Ibídem. 72 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 73 Ibídem. 153 ciudadanos. En 2001 el propio Pujol, luego de hacer una extensa referencia a los logros de sus gobiernos, sostuvo que: «¿Qué pasa entonces, que parece que en sectores de nuestra sociedad hay una especie de poco interés por los objetivos colectivos? En parte se entiende porque el éxito desmoviliza. Y los catalanes hemos tenido éxito. El éxito hace pensar que ya no es necesario esforzarse. Y eso no es verdad. Porque el éxito jamás es definitivo. No es reversible. Y porque nuestro éxito, a pesar de ser grande, no es suficiente».74 Pujol reconoce la desmovilización de gran parte de la sociedad y que esa desmovilización se relaciona con el cumplimiento de los objetivos que se había planteado el nacionalismo conservador de CiU, tal y como sostiene Alonso (2015). Es por ello que, recurre a las técnicas de enmarcado de apelar a la responsabilidad de los individuos frente a la colectividad, invoca valores universales que justifiquen la participación, vincula la solución con la participación, y señala acciones para participar, pero esas acciones no son concretas, son genéricas, como lo es el recurso a la autoestima y al patriotismo. A modo de resumen podemos decir que el proceso de enmarcado de los discursos analizados de esta etapa del pujolismo, muestran un enmarcado parcial de tres tipos de agravios (democráticos, económicos e identitarios, expresados en términos positivos) que no hay una incidencia en la identidad del antagonista y en su responsabilidad en esos agravios mencionados. Hay una importante de la identidad “nosotros” y en la relación del sujeto colectivo que es Cataluña con esa identidad. No hay un objetivo positivo, el objetivo se manifiesta antes bien de modo negativo, evitar que Cataluña desaparezca y si bien hay una apelación a la acción, estas acciones no son concretas sino de tipo genérico, como los son los demandas de patriotismo y de autoestima. De este modo el enmarcado del diagnóstico de discurso de Pujol puede ser descrito como de valencia positiva, en tanto que no es un diagnóstico rupturista, sino de continuidad con la estructura institucional del Estado de las Autonomías, pero destaca la insatisfacción con la insuficiencia de las transferencias de competencias en los temas en los que se enmarcan los tres agravios: financiación, autogobierno e identidad. En ese diagnóstico, no hubo un claro enmarcado de una situación de injusticia de la que se haga responsable a un actor colectivo antagonista. Tal y como se sostuvo, todas las referencias al “ellos” tienden a ser tácitas. Sí hubo una 74 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001. 154 construcción muy específica del sujeto protagonista. En esta dimensión del diagnóstico ha habido una clara incidencia en el enmarcado. Respecto al pronóstico, Pujol enmarca esta tarea al establecer que las soluciones y las metas que debe alcanzar Cataluña se inscriben dentro del expediente autonómico y están en íntima relación con los agravios enmarcados; de este modo las soluciones presentadas son, más autogobierno, mejor financiación y mayor reconocimiento. En definitiva, se propone soluciones continuistas que reproduzcan la estrategia del pactismo del pujolismo. En lo que a motivación respecta, Pujol hace un llamamiento a la movilización social a partir de un recurso a una serie de valores vinculados a la identidad que puedan apelar a la responsabilidad de los individuos como son el patriotismo y la autoestima, ya mencionadas. Estrategias de CiU: La estrategia de enmarcado de los discursos de CiU que realiza Pujol ―cosa que ocurre en todos los nacionalismos― mantiene una determinada tensión entre cierta estrategia discursiva cívico-política frente a otra vertiente etno-cultural, tal y como se propuso en el primer capítulo. Y estas estrategias responden a los dos tipos ideales comentados. La articulación específica que presenta el discurso de Pujol ―y por el particular personalismo de clara raigambre carismática que encarnó Pujol puede hacerse extensible a todo CiU― en este momento particular que se analiza, presenta una dimensión etno-cultural de la nación que se centra en el enmarcado identitario. Este enmarcado identitario está dirigido hacia unas audiencias muy identificadas con el nacionalismo catalán, es decir, es un discurso orientado hacia adentro de Cataluña, y a un sector social determinado. Este enmarcado identitario, es en cierto modo parcial, dado que, tal y como se mencionó anteriormente, no se incide en la descripción del antagonista, es decir, de la identidad “ellos”, en contraposición al nosotros y como agente culpable de los agravios padecidos. Por otra parte, ésta carencia de agravio estructurado, y una inexistencia de la dimensión de la identidad “ellos” que defina al antagonista, se condice con un una estrategia de conciliación con el Gobierno de España. Ejemplo de ello es la expresa mención que Pujol hace en el año 2000, sobre el papel tolerante que los catalanes castellano parlantes tuvieron en la aplicación de la Ley de Política Lingüística, que responde tanto hacia el interior como hacia el exterior de Cataluña dentro de una estrategia que se encuadra en una visión cívico-política de la nación. 155 Por otra parte, y respecto de las reclamaciones que realiza el nacionalismo de CiU, se puede decir con Ovejero (2011b), que Pujol implementa la tesis de reconocimiento que consta de dos premisas; la primera es que existe una realidad etno-cultural diferenciada que ha sido ignorada por las España; y la segunda premisa es que los reclamos y las exigencias del nacionalismo catalán “son las expresión política de esa realidad” (Ovejero, 2011b: 32). Esta forma estratégica de estructurar el argumento, naturaliza la concepción de Cataluña dentro del expediente etno-cultural del nacionalismo, pero se vehiculizaban esas reclamaciones a través del pacto con el Estado. El dato que pone en evidencia Ovejero (2011b) es que, más allá del equilibrio entre las perspectivas del nacionalismo, el discurso de Pujol, naturalizó la justicia de las reclamaciones. De ese modo el reclamo es justo, por la naturaleza diferenciada de la realidad de la sociedad y de la historia de Cataluña, que tal y como se ha señalado al principio del capítulo, es una aseveración que en gran medida carece de base empírica. La estrategia de la ambigüedad y del pragmatismo posibilista que equilibra las dos tendencias nacionalistas, es tal, que el mismo 11 de Septiembre del 2000 el propio Artur Mas ―en ese momento portavoz y Consejero del Gobierno de la Generalitat, además de aspirante a la sucesión de Pujol― sostuvo la necesidad de orientar los esfuerzos hacia proyectos «más posibilistas» que mejoren el autogobierno y la financiación dado que para Cataluña «la independencia es inalcanzable»75 (ABC, 11 de septiembre de 2000). Este relativo equilibrio de los dos polos opuestos del nacionalismo que presenta la estrategia del discurso de Pujol, así como de CiU y de la Generalitat, en el período que va desde el año 2000 a mediados del 2003, es una constante. La estrategia parece hacer estado orientada sobre un discurso moderado de corte cívico-político, en lo que atañe a las relaciones entre Cataluña y el resto de España, y en particular, en la relación con el Gobierno de España; mientras que por otro lado se produce una estrategia discursiva, más propia de un nacionalismo etno-cultural, dirigida hacia las audiencias más nacionalistas reclamándoles el mantenimiento de la tensión sobre la fractura nacional que tiene por objeto mantener el tema o la cuestión de la relación entre Cataluña y España como cuestión central. Unión Democrática de Cataluña (UDC): 75 Véase el periódico ABC, 11 de Septiembre de 2000, página 21. Disponible en línea: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2000/09/11/021.html 156 UCD es el socio de la federación CiU formada en 1978, junto con CDC. Unión se fundó en 1931, ―el mismo año que ERC― y es un partido democristiano y nacionalista que pretende el ejercicio de la plena soberanía de Cataluña. A la ideología nacionalista, cristiana y conservadora del partido han contribuido un gran número de religiosos e intelectuales vinculados a la iglesia católica y, por otro lado, es un partido que ha estado muy vinculado al mundo empresarial. La historia de la federación CiU está signada por la conllevancia de las desavenencias entre los dos partidos, en la que el actor de más dimensión es CDC y, por ello, es quién posee más peso decisorio. La figura destacada de esta formación, durante los tres períodos analizados, fue Antoni Duran i Lleida. La más importante y sustancial diferencia, que acarreará la disolución de la federación a mediados del año 2015, será la visión confederal de España que ha tenido históricamente UDC, basada en el derecho de autodeterminación. La propuesta confederal de UDC, se caracteriza por la consideración de Cataluña como una nación soberana y preexistente al Estado español. Cataluña, en tanto que nación debe poseer competencias exclusivas en ámbitos particulares (lengua, cultura, derecho), además disponer de autonomía financiera, recaudando impuestos y cediendo parte al Estado. Este último debería reformar el Senado como una cámara territorial, antes que como una segunda cámara legislativa y por último; Cataluña, debería tener una política exterior específica (Guibernau, 2002: 236). La propuesta de pacto confederal de Unión, claramente limita sensiblemente la soberanía y las competencias Estatales y se aparta del actual funcionamiento federal del Estado de las Autonomías. En la etapa pujolista al frente de CiU y de la Generalitat, hubo una muy importante hegemonía de la figura y de los modos personalistas de Pujol. Pujol impuso su discurso y su programa a UDC. No ocurrirá de igual manera con Artur Mas. Ya no en el período siguiente sino en el tercero, en el que las desavenencias programáticas y tácticas y estratégicas fueron insalvables para UDC. Partido Socialista de Cataluña (PSC): La historia del PSC está signada por lo que se conoce como sus “dos almas”. La primera será el alma “catalana”, que es aquella que representa a los sectores catalano-parlantes ligados a los estratos medios-altos y altos de la sociedad, autóctonos, vinculados a la dirección del partido y al histórico PSC en su vertiente Reagrupament o Congres. Y, por otra parte, el alma “española” que representa a los 157 sectores castellano-parlantes, ligados a los estratos populares de la sociedad, mayoritariamente provenientes de otras partes de España, en primera o segunda generación, que eran provenientes de la Federación Catalana del PSOE y que se vieron relegados a las bases del partido. Estas dos “almas” conformaron el PSC, con la unificación de la Federación Catalana del PSOE, PSC Congrés y PSC Reagrupament. Luego de la etapa de formación y consolidación entre 1974 y 1982 (Santamaría, 2003) se ha materializado con fuerza las dos formas distintas de entender la cuestión catalana o el encaje de Cataluña en España que tienen cada una de las dos almas del PSC y que se mantiene hasta hoy. A partir de 1983 los sectores catalanistas conquistaron la dirección del partido, frente a la discrepancia de las bases, discrepancia que fue morigerada por la victoria del PSOE a nivel nacional y por la desintegración del PSUC. No obstante, esas atenueaciones de las diferencias por los éxitos obtenidos, las bases continuarán tensionando las relaciones dentro del PSC. 76 Frente a la dirección catalanista afín a la visión del nacionalismo propia del pujolismo (Santamaría, 2003), se erigieron, ganando poder, una serie de políticos vinculados al sector españolista que se presentaron en segunda línea, pero con una influencia significativa sobre el aparato partidario y las bases; a este grupo se los denomina coloquialmente “los capitanes”. Los capitanes mantendrán la lucha por la orientación nacionalista del partido frente a la dirección del PSC, pero sin lograr imponerse en las estructuras institucionales. Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona y perteneciente al sector catalanista, fue elegido para dar batalla a Pujol en las elecciones del año 1999. Maragall fue una figura destacada, que en base a su gestión al frente del Ayuntamiento de Barcelona, logró presentarse como el poder contrahegemónico del pujolismo. Maragall representaba el contrapoder del PSC frente a CiU a nivel municipal y fundamentalmente en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Diputación de Barcelona. Así los socialistas se harán fuertes en Barcelona y sus periferia, el denominado “cinturón rojo”, descrito demográficamente más arriba y que vincula la ciudad cosmopolita y la inmigración del resto de España y a los sectores castellano-parlantes de la población. Por contrapartida, CiU tendrá su arraigo electoral en la Cataluña profunda, vinculada a los sectores más catalano-parlantes, y cercanos al núcleo duro 76 El periodista Josep Ramoneda, sobre la cuestión identitaria y el poder político sostenía que: “Hubo en su día un pacto implícito entre nacionalistas y la izquierda tendente a garantizar que los catalanes de origen monopolizaran el ejercicio del poder político en Cataluña”. El País, edición catalana, 22 de junio de 1998. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/1998/06/22/catalunya/898477640_850215.html 158 de la identidad nacional catalana (Santamaría, 2003) que sostiene el ideario nacionalista de CiU. Las tenciones y las batallas políticas entre CiU y el PSC fueron muchas, aunque, Pujol y Maragall, solo se enfrentaron electoralmente en 1999. Como arma política, que ayudará a dirimir las contiendas por el poder, CiU se aprovecha de las brechas abiertas en el eje nacional dentro del PSC, durante las décadas de los 80 y 90, acusándolos de “sucursalistas/españolistas” (Santamaría, 2003) frente a los verdaderos o auténticos catalanes que representa CiU, generando una identificación entre la cadena de significantes: “presidente/Generalitat/país” tal y como sostiene Santamaría (2003: 2). Estas armas discursivas, se sostienen en la importante hegemonía que logró el nacionalismo de CiU, tal y como sostienen Ovejero (2013), Miley (2013) y Santamaría (2003). Por otra parte, pero vinculado a ello, hay dos elementos a destacar en la configuración del poder político que afecta al PSC y a la izquierda en general. Uno es el sistema electoral proporcional imperfecto que sobredimensiona la territorialidad de los votos de la Cataluña interior, frente a los votos urbanos. El segundo de los elementos, es el fenómeno que la literatura especializada conoce como abstención diferencial 77. Este fenómeno describe que los sectores castellano-parlantes y votantes no nacionalistas vinculados a la izquierda, tienden a abstenerse en las elecciones autonómicas en comparación a las elecciones generales, permitiendo así un mayor peso electoral de CiU y de ERC, en esas elecciones. Este abstencionismo diferencial según las tesis de Font, Contreras y Rico, (1998) se da en aquellos sectores castellano-parlantes, urbanos, trabajadores y escasamente politizados, con menos recursos, menos formación y votantes del PSOE en las elecciones generales. Estos sectores, tal y como lo entienden Cordero y Ovejero, si bien pertenecen al sector mayoritario socialmente (véase más arriba) han tenido el rol político y social de “una minoría tolerada por el catalanismo dominante, pero solo en la medida que se mantuvieran al margen de los asuntos públicos autonómicos: una mayoría minorizada, los más débiles socialmente y los ignorados ―cuando no despreciados― socialmente” (Cordero y Ovejero, 2012:12). 77 El abstencionismo diferencial tiende a ser explicado desde diferentes perspectivas, la pionera el informe de Colomer (1993) para el Ayuntamiento de Rubí, en el que explica este comportamiento desde una perspectiva identitaria; el propio Colomer, tiempo después puso en duda sus resultados. Otras investigaciones han incidido en la explicación de la falta de oferta política (Liñeira y Vallès, 2014). La tesis de la falta de oferta ya había sido rebatida por Riba (2000; 2008). Esta autora, al igual que, los trabajos de Font, Contreras y Rico, (1998), vuelven a dar relevancia a las tesis identitarias, que en su día expuso Colomer. 159 Entre los años 1999 y 2003, la que será la última legislatura de Pujol en la Generalitat de Cataluña, el Partido Socialista de Cataluña (PSC) intenta posicionar su discurso en el campo del nacionalismo de CiU de la mano de Maragall, dando un giro catalanista a la estrategia del PSC78. Este cambio hacia posiciones del nacionalismo conservador de CiU en la búsqueda de arrebatarle parte de su electorado, tal y como sostienen Barrio et al, (2014), ha hecho que el PSC asumiese gran parte de los postulados del nacionalismo conservador y consolidase la hegemonía de sus ideas (Ovejero, 2013). Discurso del PSC: Es en gran medida por ello, que el discurso de Maragall, lejos de ser de oposición y contrahegemónico, rescató una cantidad de elementos muy significativos del discurso de la derecha nacionalista que representa CiU y que encarna su fundador Jordi Pujol posicionando a Maragall, no como un adversario, sino que lo presentaron como la continuidad natural de Pujol en la Generalitat (Balfour y Quiroga, 2007, Dowling, 2013). Por todo lo anterior, el discurso de Maragall, se encuadra en los tres temas centrales que ya aparecían en el discurso de Pujol, como son: la mejora del autogobierno, de la financiación y el reconocimiento del hecho diferencial catalán. La diferencia, es que a nivel de las soluciones, Maragall, innovará con la propuesta de la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 (y a partir de allí, de la reforma Constitucional) en lo que respecta a la dimensión del pronóstico. Estos temas, centrales en el discurso de Maragall, son prácticamente los mismos que ha planteado Pujol en su discurso y serán defendidos desde argumentos que han sido utilizados tradicionalmente por el nacionalismo catalán conservador, y que pueden verse reflejados en sus artículos Madrid se va79 y Madrid se ha ido80 de los años 2001 y 2003 respectivamente publicados en el periódico El País, y la conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid. Diagnóstico: Agravios: 78 Ejemplo de ese giro nacionalista del PSC es la defensa que en 1994 los sectores que se consideraban nacionalistas (o catalanistas) defendían incluso la posibilidad de un régimen de escolarización bilingüe antes que de inmersión en catalán. Tal y como manifestaba el dirigente Ramón Obiols: “que se garantizase escrupulosamente en igualdad de condiciones, el aprendizaje del catalán y el del catalán y el castellano, así como el derecho de los padres a elegir la lengua con la que quieren educar sus hijos en las primeras etapas educativas”. Citado en Ovejero (2011b). 79 Pasqual Maragall, Madrid se va, El país, 27 de febrero de 2001. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2001/02/27/opinion/983228408_850215.html 80 Pasqual Maragall, Madrid se ha ido, El país, 7 de julio de 2003. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/07/07/opinion/1057528808_850215.html 160 Maragall en su discurso del Club Siglo XXI, no plantea detalladamente los agravios. Pero sí presenta una cuestión general como problema, asignado sí un claro concepto. Maragall sostiene que: «la relación entre Cataluña y España no está en su mejor momento». Del mismo modo que enmarca la cuestión como problema al llamar a «Superar la indiferencia entre Cataluña y España». 81 La presentación del problema es genérica y carente de especificidad, de modo que la transformación de la cuestión en problema es dificultosa e incompleta. No obstante el agravio se enmarca fundamentalmente desde la perspectiva identitaria. Ello lo vemos cuando en su discurso sostiene que: «Desde hace un tiempo en Cataluña crece la sensación de retroceso en el proceso histórico de reconocimiento de la España plural que se inició con la Transición y que tiene en la Constitución de 1978 su referencia liminar. Los últimos tres años, regidos por la colaboración del nacionalismo catalán con el nacionalismo español, han sido perjudiciales en este sentido». 82 Agravio identitario: La construcción del agravio de Maragall estará dominada por los agravios de tipo identitario y democrático, relegando en algún sentido la cuestión de la financiación. El agravio identitario dominará el discurso y se verá reflejado en las asignaciones de conceptos, como son: la falta de pluralidad, el retroceso en el reconocimiento y la crítica a las políticas homogeneizadoras del Gobierno de Aznar. Maragall para referirse a los problemas y agravios, habla de sensaciones así como de sentimientos, que reflejan una falta de reconocimiento de la España plural. No se acierta en la definición del problema en relación a las experiencias ordinarias de la población, en tanto que los sentimientos no se vinculan exactamente a lo material de la experiencia vital de las personas. Maragall sostiene que el agravio identitario se relaciona con la dinámica de los nacionalismos que gobiernan a España y a Cataluña, es en ese sentido entiende que existe un riesgo de convivencia en Cataluña y en España. Es ese sentido, Maragall decía al respecto en 2003: «cuatro o cinco años más de Aznar - de lenguaje Aznar - y España estalla».83 81 Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid. 82 Ibídem. 83 Ibídem. 161 En el artículo Madrid se va Maragall sostiene que: «La definición, no sé si decir madrileña o popular de España, es la siguiente: España está formada por un conjunto de puntos a distancias diversas de Madrid. Y la definición del objetivo de la política territorial es, como sabemos, acortar esas distancias. Todas las capitales de provincia a menos de X horas de Madrid en un plazo máximo de Y años». Del mismo modo que al comenzar el artículo sostiene que: «Tenemos la impresión de que Madrid se mide con Miami, con Buenos Aires, con São Paulo. Que ya no le interesamos».84 Maragall, plantea los agravios en términos de sensaciones, evitando un específico desarrollo o definición de la cuestión y recurre a los tópicos identitarios del nacionalismo de la Lliga Regionalista. En este último sentido, podemos decir con Andrés de Blas que en su discurso Maragall recurre al tópico de “[l]a vieja Castilla poblada de semitas y bereberes, sus calles pululantes de militares y funcionarios, de unas clases ociosas en contraste con el ambiente burgués y trabajador de las calles catalanas, queda reducida al enloquecido Madrid y a su arrabal Marbella. De hecho, esta materialización en Madrid del espíritu de la vieja España tampoco es un dato novedoso en el imaginario catalanista.” (de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003)85 Por otro lado, y en relación a vincular el problema a cuestiones más amplias, Maragall señala que: «No se trata de un sentimiento o de una creciente decepción, exclusivas de una determinada opción política. Al contrario, es un sentimiento compartido por amplios sectores políticos y sociales catalanes que tienen en común el referente del catalanismo político […] Constituyen expresiones de este sentimiento pronunciamientos políticos de todos los partidos del arco parlamentario (con la excepción del Partido Popular), manifiestos emanados de instituciones económicas, empresariales, sindicales y opiniones de destacados intelectuales catalanes».86 Maragall apela a la transversalidad de la percepción de la problemática que involucraría amplios sectores políticos y sociales del catalanismo político y de instituciones económicas, empresariales, sindicales y de opinión. Pero este marco más amplio que intenta presentar Maragall no es histórico, como en el caso de Pujol, sino de consenso de las élites políticas, económicas y sociales sobre la cuestión. 84 Pasqual Maragall, “Madrid se va”, El País, el 27 de febrero de 2001 85 Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html 86 Pasqual Maragall, “Madrid se va”, El País, el 27 de febrero de 2001 162 Agravio democrático: Maragall, constata la finalización de un ciclo en Cataluña, con el final de la legislatura de Pujol, en el año 2003. El gobierno de Pujol se centró en la reafirmación identitaria propia del nacionalismo catalán que se enfrenta al nacionalismo español del Gobierno de España. Para Maragall, esta tensión entre nacionalismos y su inevitable enfrentamiento, pone en riesgo el futuro de España y asílo señalaba cuando sostenía que: «Ambos nacionalismos ―el nacionalismo español y el nacionalismo catalán (y también el nacionalismo vasco)― insisten en una concepción nacional-estatista del mundo que ya no se corresponde con los nuevos tiempos. Creo que estas actitudes ensimismadas comprometen seriamente el futuro de España como proyecto compartido».87 En este sentido, Maragall, define el agravio democrático relacionado con: «la posición accidentalista practicada por CiU, en la que los progresos en el autogobierno dependen de la coyuntura política. […] No se consolidan los avances del autogobierno, ni del Estado autonómico y, mientras tanto, el foso afectivo se va ensanchando y la desconfianza va impidiendo pensar en un futuro común».88 De tal modo y manera que, son dos actores nacionalistas, uno externo, el Gobierno de España, y otro interno el Gobierno de la Generalitat quienes, al no querer resolver el problema y posicionarse en una posición accidentalista, pone en riesgo el futuro común de España como proyecto. Maragall utilizará las técnicas de enmarcado de insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación en referencia a futuro al prever cuatro salidas posibles a esta situación que amenaza con el «peligro de la indiferencia, del hastío, de la antipatía, de la desconfianza».89 La dramatización es la principal de las técnicas de enmarcado que utiliza en tanto que describe su visión del panorama de opciones políticas del catalanismo. Dice Maragall: «No sé si desde fuera de Cataluña se tiene plena conciencia de la entidad –y de las consecuencias futuras- de otras actitudes catalanas que no apuestan por este compromiso con la España plural».90 87 Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid. 88 Ibídem 89 Ibídem 90 Ibídem 163 Según Maragall, el peligro de no atender al agravio democrático acarrearía la puesta en cuestión de la propia idea de España. Maragall pasa ahora a describir las cuatro actitudes que existen en Cataluña sobre esa situación de peligro que describe. Estas actitudes van desde la renuncia al catalanismo porque «ha alcanzado sus objetivos básicos». La segunda actitud sería la renuncia a España. Que el mismo describe como «la respuesta independentista basada en la convicción de la irreformabilidad de España, de su mentalidad colectiva y de sus instituciones. Sería la renuncia a gestionar la pluralidad por la insuficiencia de los actuales instrumentos y, sobre todo por la percepción de que no es posible tender puentes si en una de las orillas no hay nadie dispuesto a avanzar el trecho que le corresponde».91 Aquí parece que Maragall tiende a coincidir con la naturaleza de la construcción del agravio democrático del discurso independentista. Tanto así, que llega a decir, que si bien es una posición minoritaria: «[su] atractivo puede crecer en un contexto de hostilidad». 92 La tercera actitud sería la de la conllevancia ya descrita por Ortega. Dice Maragall: «Sería el pacto coyuntural del catalanismo con España, la firma del empate permanente. Es la posición accidentalista practicada por CiU, en la que […] No se consolidan los avances del autogobierno, ni del Estado autonómico y, mientras tanto, el foso afectivo se va ensanchando y la desconfianza va impidiendo pensar en un futuro común».93 Sí hay, por otra parte, una asignación de responsabilidades en la atribución de la causa, tanto a actores externos como a actores internos. El actor interno, tal como hemos visto, es la federación CiU, y el actor externo es el Gobierno de Aznar. Volveremos sobre ello en el análisis de las identidades. Agravio económico: Queda relegado a escasas menciones. Tal y como se sostuvo, en el discurso de Maragall, los agravios se construirán fundamentalmente a partir de las dimensiones identitarias y democráticas. En el discurso de 2003, hay solo una mención a la cuestión económica y tiene relación con el federalismo fiscal del que nada se explica. Maragall no hace referencias al agravio económico y centra en lo identitario y en lo democrático la cuestión Catalana. Identidades: Identidad “ellos”. 91 Ibídem 92 Ibídem 93 Ibídem 164 Desde el punto de vista de la identidad “ellos” Maragall utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: personaliza a los actores responsables, y los atribuye intensiones contrarios al bien colectivo y, en cierto modo, los define como agentes ilegítimos de la comunicación. La personificación de los actores es directa, Maragall personifica en Aznar esa alteridad del nacionalismo español que caracteriza de modo decimonónico en sus artículos publicados en el periódico El País, tal y como se citaba al principio de este apartado. Del mismo modo que mencionaba que con cuatro años más del discurso de Aznar estallaba España. Este actor antagonista, pone en riesgo a España al percibir en él «el rechazo amargo y el desdén de aquellos a quienes no les cabe en la cabeza otra manera de entender España que la suya».94 En cierto sentido, también define a estos antagonistas como agentes legítimos de la comunicación en tanto que no apela al diálogo con ellos, sino que apela a la “otra” España, a la España plural, a la España democrática. Maragall asocia a este antagonista con ciertos elementos de la dictadura franquista, así como, con una tendencia no democrática, cuando apela a la España democrática para la aceptación de su propuesta federal. Maragall propone un enmarcado de definición del antagonista que asocia a Aznar, con los sectores políticos de la derecha preconstitucional española ―que no catalana― y con el riesgo de que España “estalle”. Este enmarcado es de valencia negativa tanto por las asociaciones propuestas, como por los resultados que tiene para España (como son la muerte de la Constitución) tal y como se observa en el siguiente ejemplo: «Considero que Aznar ha prestado un servicio formidable a la gobernación de España: Ha metido a toda la derecha española en la Constitución, pero si el precio a pagar es primero la congelación y luego la muerte lenta de la Constitución, no sólo no se lo podremos agradecer sino que habrá que denunciar que Aznar es para España un peligro muy superior al imaginado».95 Por todo lo anterior vemos que en el discurso de Maragall hay una construcción del “otro” como antagonista de valencia negativa que se irá configurando con más fuerza a medida que se aproximen las elecciones de finales del 2003. Esta definición de la identidad “ellos” tendrá, tal y como se mencionó, su objeto en el gobierno de España en manos del PP de José M. Aznar. Esa España será definida por Maragall, tal y cómo 94 Ibídem 95 Ibídem 165 ha señalado de Blas, volviendo a los tópicos “clásicos para usar un ambiente de fricción entre Cataluña y el resto de España que le pueda servir para encontrar el puñado de votos que le separa del poder” (de Blas, El País, 28 de agosto de 2003)96 propios del más tradicional nacionalismo catalán conservador decimonónico. Identidad “nosotros”: Las técnicas de enmarcado que utiliza Maragall para definir el “nosotros” se asemejan en gran medida a las utilizadas por el pujolismo, pero con referencias al progresismo de Cataluña, que se relacionan con aquella concepción del nacionalismo catalán tradicional que sostenía la idea de modernidad de Cataluña frente al atraso de España, tal y como se ha comentado más arriba. En detalle estas técnicas de enmarcado son: Personalizar el sujeto colectivo, atribuirse la representación de los valores universales, ade más de la representación de intereses colectivos y la apropiación de valores sociales. En lo que respecta a la técnica de enmarcado de personalización del sujeto colectivo ―similar a la que utilizaba Pujol― Maragall hace continuas referencias a la Cataluña como una entidad poseedora de características propias de los sujetos individuales. Ello lo vemos cuando sostiene que: «Catalunya no quiere romper los lazos territoriales (...) Catalunya no quiere romper las filiaciones históricas». Del mismo modo que cuando llama la atención sobre la «hostilidad, con que es tratada Cataluña por el poder político y por una parte influyente de los medios de comunicación» 97 desde España. Las características que Maragall le otorga a Cataluña como entidad colectiva remiten ―utilizando una cita de Castell― a: «las aspiraciones al autogobierno del pueblo de Cataluña, y con respecto a su identidad, a su lengua y a su cultura» 98. Para Maragall, Cataluña es diferente a España, y por ello «está obligada a modificar el sistema político general para mejorar» y esa modificación debe ser “diferencial” para reconocer «la existencia de nacionalidades históricas con lengua y cultura propias y singulares».99 96 Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html 97 Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid. 98 Ibídem 99 Ibídem 166 Maragall enmarca a Cataluña como un sujeto distinto de España, por lengua, cultura y por su historia como nacionalidad, de estas diferencias se derivarán las propuestas de lo que se llamó el federalismo asimétrico. Ello se analizará más adelante. Ese nosotros aparece además naturalizado, en el sentido de que lo natural es la nación histórica (la Cataluña milenaria que proclamaba Pujol) frente a la artificialidad de las construcciones de naturaleza ideológicas, como lo es el Estado. Maragall, en ese sentido sostenía que: «Entiendo que el reconocimiento de la España plural y del papel que en ella han de jugar nacionalidades como Cataluña no es un producto ideológico de laboratorio, sino una necesidad real de la España futura».100 Aparece además, en el ejemplo anterior, la apropiación de valores sociales, como la tutela de España a partir de la particular defensa de la diferencia entre Cataluña y España. Maragall se muestra como el referente de aquella «tradición del catalanismo progresista que representa a la Cataluña que no quiere vivir del problema de su relación con España. Somos parte de la Cataluña que quiere resolver el problema». 101 De este modo Maragall se atribuye la defensa de los interese tanto de la defensa de la individualidad, de la singularidad catalana y de la unidad española. De este modo, pretende defender el valor de la unidad, a partir de la defensa de la especificidad y la diferencia, incluso a pesar de las contradicciones doctrinales que planteamientos de ese tipo conllevan para el socialismo. El diagnóstico de Maragall presenta los siguientes elementos: una valencia positiva, pero con advertencias de que está en riesgo el proyecto de España si se continúa con los nacionalismos al gobierno del Estado y de la Generalitat. La valencia positiva del diagnóstico se hace evidente en la siguiente cita donde Maragall pone de manifiesto que la España democrática es el mejor período de Cataluña en siglos: «Es más: reafirmo que a pesar de los problemas a los que me he referido, los últimos 25 años han sido sin duda los mejores de la historia política de Catalunya desde hace siglos (siglos, no años)».102 Pronóstico: Dentro de la terea central de pronóstico Maragall enmarcará una propuesta que es la del: “pacto federal” y que será conocido como: federalismo asimétrico. Las técnicas de enmarcado utilizadas por Maragall en la operación del enmarcado de soluciones y 100 Ibídem 101 Ibídem 102 Ibídem 167 objetivos son: asignar un concepto central como solución, definir los beneficios a obtener, cargar de valores abstractos los beneficios y recurrir a la historia. Maragall propone, como se señaló el concepto de “federalismo asimétrico” que pretende un nuevo pacto federal de carácter permanente del catalanismo 103, en sus propias palabras: «Proponemos pues el pacto permanente del catalanismo con la España democrática. El pacto federal que proporcionará un horizonte estable a los autogobiernos. Viable si en Cataluña se renueva el pacto catalanista y éste se expresa de forma unitaria. Viable si se recupera y renueva una idea plural de España».104 El pacto federal tendrá su materialización en el anteproyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña que presentó Maragall en el año 2003 y que luego fue su proyecto de gobierno durante los años del primer Tripartito. El propio Maragall lo decía en 2003: «Con la reforma del Estatuto podemos dar el primer paso hacia este reconocimiento. Un paso que puede abrir nuevas perspectivas para problemas que hoy parecen irresolubles y que tiñen de pesimismo nuestras posibilidades de convivir más allá de la conllevancia».105 El objetivo de este nuevo pacto federal es no solo «dar un salto adelante en el autogobierno de Cataluña [sino además] que contribuya también a la plena afirmación de la España plural»106. Maragall enmarca como beneficios a obtener; más autogobierno de Cataluña, ―literalmente: autogobierno pleno de Cataluña― pero también, presenta el objetivo nada desdeñable de transformar a España. Maragall, a lo anterior, añade otros beneficios tales como: la ampliación de los procedimientos de participación democrática, una nueva forma de organización territorial de Cataluña y un aumento en el presupuesto y en las transferencias de competencias a los ayuntamientos. Dentro de los valores abstractos que enmarca como beneficios, Maragall menciona a la preservación de las identidades dentro de proyectos compartidos. Como otro de los beneficios en valores abstractos está la idea de contribuir a «la solución vasca» extrapolando este pacto federal al País Vasco. 103 Maragall sostiene que el catalanismo es diferente del nacionalismo catalán. En esta tesis no se comparte esa idea y se considera que son sinónimos uno del otro. 104 Ibídem 105 Ibídem 106 Ibídem 168 Por último, hay un recurso a la historia cuando Maragall sostiene que lo «que es bueno para Cataluña es bueno para España», siempre con referencias a sujetos colectivos. Maragall entiende que ese es un principio verificado por la historia, y que lo fue: «durante la Transición con el compromiso de la Cataluña autonomista con la España democrática. Lo fue con los Juegos Olímpicos de Barcelona cuando se nos hizo confianza para representar a la España moderna y democrática ante el mundo».107 En resumen vemos que el pronóstico que enmarca Maragall está orientado hacia la misma dimensión simbólica de los agravios (democrático e identitario, fundamentalmente) sin una fuerte incidencia en las cuestiones de orden económico y que se centran en la consecución de un nuevo Estatuto de Autonomía enmarcado en un federalismo asimétrico con el resto de España. Motivación: Las técnicas de enmarcado que propone Maragall son las definir a los posibles participantes (que lo hará de modo tácito) y apela a la responsabilidad de los individuos frente a la comunidad, pero no vincula la participación a la solución, ni señala formas de participación ni acciones concretas. En lo que respecta a la definición de los posibles participantes Maragall orienta todo su discurso hacia aquellos individuos que poseen una sensibilidad hacia los temas simbólicos por sobre los temas de naturaleza material. Que tal y como se comentó, en el apartado demoscópico son aquellas personas de los segmentos medios-altos y altos de la sociedad. Este discurso está además orientado, al igual que el de Pujol hacia las audiencias que identifican ese problema de reconocimiento identitario y que asimismo ven agotado el modelo de afirmación identitaria del pujolismo en el que se «ha dejado de lado una estrategia de futuro»108. En este tipo de motivación a la acción se advierte una clara valencia positiva, en el proceso de enmarcado de Maragall. Hay cierto reclamo hacia la responsabilidad de los individuos cuando Maragall sostiene que: «hay momentos en la vida de un país en que hay que decidir la dirección y el sentido de su rumbo […] Y no es lo mismo hacerlo con una omnipresente obsesión por el pasado, por afirmar la identidad y por reforzar el vínculo nacional […] que hacerlo con 107 Ibídem 108 Ibídem 169 la determinación de mirar hacia el futuro, de construir un proyecto atractivo para sus hijos […] En hermosas palabras de un socialista catalán de los años treinta del siglo pasado, Rafael Campalans,: “Cataluña no es la historia que nos han contado, sino la historia que nosotros queremos escribir. No es el culto a los muertos, sino el culto a los hijos que aún han de venir”».109 En esta cita Maragall en marca las diferencias de motivación con el pujolismo, y propone más que una mirada hacia el pasado ―en búsqueda de elementos que reafirman la identidad― trazar una estrategia de futuro para los hijos. Aquí la motivación en el proceso de enmarcado: la responsabilidad de los individuos sobre el futuro. Por otra parte, hay un llamado a esa España democrática y plural por oposición a la España nacionalista y ultramontana. En ello se percibe una valencia negativa del enmarcado en tanto que, Martagall, pretende motivar a la audiencia no catalana a partir de la apelación a la no ruptura de España, y de los peligros de la inacción, cuando sostiene: «No sé si desde fuera de Cataluña se tiene plena conciencia de la entidad –y de las consecuencias futuras- de otras actitudes catalanas que no apuestan por este compromiso con la España plural».110 Las audiencias a las que se dirige Maragall tiene dos valencias, una positiva, orientada a una audiencia interna vinculada a la reivindicación de la identidad y del autogobierno de Cataluña mediante un nuevo pacto federal asimétrico y, otra de valencia negativa, orientada a una audiencia externa, a la que advierte de que la falta de movilización o de no aceptación de la propuesta, representaría un escenario de ruptura. En cierto sentido, Maragall llama al cambio para evitar una situación de ruptura. Pero, por el contrario, y a diferencia de Pujol, no hay en el discurso de Maragall, en esta etapa, un llamado a la movilización directa, ni señala formas de participación en acciones concretas. El discurso de Maragall, aun haciendo un llamamiento al cambio no era un discurso movilizador, como sí lo fue el discurso de Pujol, en sus apelaciones a la tensión social. Resulta dificultoso, para Maragall, sostener las bondades del período constitucional español para Cataluña ―la parte de valencia positiva de su diagnóstico― y, por contrapartida, el malestar por los agravios infringidos por España con la gravedad de poner en riesgo el proyecto de convivencia en común ―la valencia negativa de su diagnóstico―. El diagnóstico de Maragall es, por ello, contradictorio. 109 Ibídem 110 Ibídem 170 Esta dificultad en la estructuración de los agravios en el diagnóstico de Maragall se suma a que no hace mención alguna de la cuestión económica que es central para la construcción de la injusticia. Estrategia del PSC: Seguiremos en el análisis de la estrategia del PSC a Andrés de Blas en su artículo El discurso ya visto de Pasqual Maragall, publicado en El País el 28 de agosto de 2003111. En él de Blas, pone al descubierto que la asunción de la estrategia discursiva de Maragall y sus relaciones con el nacionalismo catalán conservador constatando de ese modo el viraje de Maragall hacia posiciones nacionalistas. Dichas posiciones nacionalistas están claramente alejadas de las bases sociales del propio PSC, como también de los postulados del propio PSOE y son de dudosa articulación dentro del actual Estado de las Autonomías y de la Constitución del 78. Destaca además, en el discurso de Maragall, la construcción de la identidad propia de los nacionalismos de corte etno-culturales a partir de rasgos diferenciales en los que fundamenta la particularidad de Cataluña. La estrategia del discurso de Maragall, en líneas generales, es en gran medida similar a la de Pujol. En este sentido, se mantiene la existencia de una diferencia y de una especificidad nacional catalana; y esa diferencia debe tener su correlato a nivel institucional, propio del nacionalismo etnocultural. Son estas diferencias y su preservación, las que el proyecto de federalismo asimétrico de Maragall terminará recogiendo, como puntos relevantes. Del mismo modo que, se utiliza exactamente la misma forma de argumentar del pujolismo, cuando Maragall sostiene la necesidad e importancia del liderazgo modernizador de una Cataluña industrial y europea en una España atrasada y funcionarial (Dowling, 2013 y Balfour y Quiroga, 2007). Otro de los rasgos centrales de la estrategia nacionalista de Maragall en la que delata ese sesgo etno-cultural es el discurso se realiza desde la convicción de la superioridad de Cataluña frente a España. Tal es la identidad entre el discurso de Maragall con el de Pujol, en los aspectos mencionados, que en lo que respecta a la necesidad de renovar el Estatuto de Autonomía de Cataluña, utilizaba los argumentos y razones de los ideólogos del nacionalismo catalán conservador obviando toda referencia a los socialistas catalanes (Balfour y Quiroga, 2007). En el sentido de lo anteriormente comentado es que se puede afirmar que Maragall, adopta la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b) que 111 Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003. Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html 171 propició el discurso de Pujol, naturalizando como de justicia, los reclamos del nacionalismo Catalán. Este desplazamiento de la estrategia del PSC con Maragall hacia posiciones etnoculturales, dejó de lado la identidad anidada o dual de la gran mayoría de su electorado (Arza y Mari-Klose, 2014) en la pugna por el electorado con sensibilidad nacionalista, e implicó abandonar, en gran medida, los argumentos propios del nacionalismo cívico-político, tanto hacia adentro como hacia afuera de Cataluña. La tendencia hacia posiciones etno-culturales de la estrategia maragalliana se asienta en “un concepto organicista del pueblo catalán” (Balfour y Quiroga, 2007:151) en tanto que la es el pueblo catalán el que manifiesta su voluntad desde tiempo inmemorial y ello justifica la existencia de la nación catalana “y a su vera «demuestra» la necesidad histórica de un alto grado de autogobierno, que solo puede alcanzarse con una federación asimétrica” (Balfour y Quiroga, 2007: 151). Respecto la estrategia discursiva hacia el exterior de Cataluña, se evidencia que al igual que Pujol, Maragall identifica la existencia de dos audiencias diferenciadas, pero no establece dos estándares discursivos como ocurre con Pujol, sino que apela en su argumentación a los valores de “pluralidad” y de “democracia” de esa España no nacionalista para reeditar un pacto constitucional con Cataluña. Ese pacto es la única opción frente a escenarios no deseados que van desde la pérdida de autogobierno y la falta de reconocimiento de la España plural ―el mismo argumento de Pujol― hasta el independentismo, en ese momento minoritario. La estrategia cívico-política, en el discurso de Maragall, estará subordinada a la estrategia y al discurso etno-cultural en que fundamenta su enmarcado. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC): Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) es un partido político fundado en 1931, que fue hegemónico en la Segunda República y que se caracteriza por ser una organización política socialmente de izquierdas y nacionalmente catalana independiente de cualquier fuerza política ajena a la nación catalana (Guibernau, 2002). ERC, en su declaración ideológica, proclama ser la fuerza que unifica diferentes tradiciones políticas y se posiciona a favor de la independencia no solo de Cataluña, sino además de los Países Catalanes. ERC será el último partido político legalizado por el Gobierno de Suárez en 1977 durante la Transición Española. Su posicionamiento político respecto a la forma de gobierno y a la organización territorial del Estado es la reivindicación de la República 172 Española y el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos. El secretario general de ERC en 1979 Heribert Barrera, además de diputado en el Congreso, pidió el voto afirmativo de ERC en el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979. En las elecciones autonómicas de 1980, ERC logra catorce escaños en el Parlamento de Cataluña posicionándose de ese modo como la quinta fuerza política. Es entonces cuando ERC permite la investidura de Jordi Pujol como Presidente de la Generalitat, quién forma gobierno en minoría, sin participación de ningún miembro de ERC. A partir de esta legislatura, y debido a los apoyos al pujolismo y a la fuerza de éste, ERC entra en una profunda crisis que lo lleva a perder nueve escaños en 1984 en el Parlamento de Cataluña. En 1986 no obtiene ningún Diputado en el Congreso Nacional; situación que se mantiene hasta el año 1989. Es entonces cuando se inicia un proceso de reagrupamiento de fuerzas minoritarias de izquierda independentistas e incluso de carácter radical como Terra LLuire 112 de la mano del nuevo secretario general del ERC Àngel Colom. Colom gana la secretaría general de ERC en el decimosexto congreso del año 1989; congreso cuya principal innovación es el cambio del objetivo político del partido, que pasa a ser: la independencia de Cataluña. A partir de estos cambios en los objetivos políticos, la incorporación de un nuevo liderazgo que aglutinó a muchos militantes de diversos grupos y partidos menores, ERC cambió la tendencia electoral en las elecciones de 1992 al Parlamento de Cataluña, en las que obtuvo 11 escaños, pasando a ser la tercera fuerza política. En el XXI Congreso de 1996 donde es elegido como secretario General Carod-Rovira, el objetivo de la independencia de Cataluña y de los Países Catalanes, deja de ser, la única idea fuerza del partido, para pasar a incorporar objetivos más globales, como ser el “referente de la izquierda catalana”. Hasta el año 2003, ERC ―con la excepción de la legislatura de 1980― no ha sido un partido determinante en la política parlamentaria catalana y española y su presencia fue minoritaria, en forma paralela, a la del sentimiento identitario independentista de la población que se analizó al inicio del capítulo. Discurso de ERC: A partir del giro independentista de 1989 el discurso de ERC será decididamente independentista y pancatalanista. La concepción nacionalista que hilvana la totalidad del discurso de ERC es que Cataluña es una nación diferente de España y que la 112 En los primeros años de la década de los noventa, ERC favoreció la disolución de la organización terrorista Terra LLuire y la incorporación en sus filas de algunos de sus dirigentes y militantes, previa renuncia a la violencia. 173 coexistencia de ambas identidades nacionales en un mismo marco estatal es imposible, en tanto que “en las condiciones de la civilización actual, una nación sin estado está condenada a desaparecer” (Guibernau, 2002). Esta idea de imposibilidad de identidades duales se suma a la relevancia que se otorga a los derechos colectivos ―denominados derechos nacionales― que amparan, según ERC, los rasgos que configuran los sujetos colectivos como son la lengua, la historia, el territorio, tradiciones, el marco comunicacional propio, y otros.113 En lo que al análisis del discurso de refiere ―para el que se analizarán la ponencia política de 23è Congreso Nacional de 2001 y la Declaración ideológica de 1993― y dentro de los comentado hasta aquí, se observa que, los marcos discursivos de ERC tienen un diagnóstico, un pronóstico y una motivación muy cercana a las que estructurará la mayoría del nacionalismo catalán en los siguientes períodos y en particular en el último. La valencia del diagnóstico de ERC es claramente negativa en todos los sentidos. No se destacan matices positivos en ningún aspecto de las tres dimensiones del agravio que conforman el diagnóstico. Por otra parte, en referencia al pronóstico, se enmarca una única solución, de modo irrenunciable e inmediato con Colom, y mediatizada estratégicamente con Carod-Rovira, que es la independencia. La movilización, describe una situación de valencia negativa, como es la desmovilización social y apuesta por subir la tensión democrática. Diagnóstico: El diagnóstico del discurso de ERC tiene como eje central del discurso el tema de la relación Cataluña y España. La relación entre Cataluña y España es problemática desde “la sumisión [de Cataluña] a España” (Guibernau, 2002: 151). Ese diagnóstico se sustenta en los tres agravios investigados (económico, democrático e identitario), y se justifican a partir de que ambas naciones poseen identidades, estructuras económicas y políticas distintas y opuestas. Agravios: En diagnóstico de ERC existen unos agravios claramente estructurados en las tres dimensiones que se observaba en el pujolismo. Esos agravios son de naturaleza histórica y están construidos discursivamente como una injusticia y como un problema a partir de las siguientes técnicas de enmarcado: asignar conceptos para presentar la cuestión, y transformarla en un problema insertando las cuestiones en un marco más amplio y dramatizando la situación a futuro, pero no se utilizan en profundidad las 113 Véase la Declaración ideológica de ERC, 1993. 174 técnicas de relacionar las cuestiones presentadas con las experiencias reales de población, en lo que a agravio económico se refiere. En líneas generales, y tal y como se ha comentado antes, en este proceso de enmarcado que España aparece como opresora de Cataluña desde la derrota de 1714; en ese momento histórico, es donde Cataluña ha perdido la soberanía, las libertades, y a partir de allí, la cultura catalana ha estado en riesgo. El discurso de ERC, aunque con matices, será el que desarrollará más profundamente los tres agravios (económico, democrático e identitario) y los presentará como un problema y una injusticia con un actor culpable de esa situación. Habrá un matiz en la morigeración del marco identitario en lo que respecta a la identificación del “ellos” en un intento de Carod-Rovira de acercarse al electorado castellanoparlante, pero por en líneas generales, dentro de la dimensión de la identidad, hay un profundo tratamiento del “nosotros”, así como el del “ellos”, a partir de una serie de caracterizaciones dicotómicas mutuamente excluyentes que comparte tópicos del con discurso del nacionalismo conservador, pero que se han extendido hacia otros horizontes temáticos e históricos. El agravio económico, conformado por el expolio de recursos y el déficit fiscal, aparecen como presentación del problema, ejemplo de ello es la ponencia política de 23è Congreso Nacional de 2001. Del mismo modo que se plantea el agravio económico y el identitario se enmarca el agravio democrático, pero con matices importantes respecto a los dos anteriores. En líneas generales se puede decir que, posicionándose en la ruptura de las líneas tradicionales de actuación del nacionalismo catalán hegemónico, es decir, la influencia en Madrid y el pactismo, el discurso de ERC escapa a la dinámica de ambigüedad del pujolismo y se posiciona dentro de una clara estrategia que pone sobre la mesa la autonomía absoluta de la esfera política catalana, en términos de independencia. Para Colom existe una superioridad “de Cataluña y de su población activa más numerosa, junto a uno índices de productividad elevados, en comparación con el resto de España” (Guibernau, 2002: 151). Colom opone la industria catalana asentada en “en la iniciativa individual y autóctona” a las “grandes inversiones internacionales para crear industrias grandes” de España (Guibernau, 2002: 151). El diagnóstico se extiende a las formas democráticas e identitaria de España. Respecto a la primera cuestión el Estado Español “tiene un fondo muy poco democrático […] Existen unas concepciones básicas más propias del despotismo 175 ilustrado que no de la soberanía y del protagonismo de los ciudadanos” (Argelaguet et al., 1992: 54, citado en Guibernau, 2002: 152). En lo que se refiere al agravio democrático, el problema se enmarca en la problematización del autogobierno insuficiente, los resabios franquistas, centralizadores, jacobinos y homogeneizadores del Estado Español ―no se suele utilizar el término España, para contraponer, la naturalidad de Cataluña nación frente a la artificialidad del Estado Español―114. Todo lo anterior frente a una Cataluña que busca más autogobierno, mejores instituciones y prácticas más democráticas. Como ejemplo de lo anterior, es muy llamativa la mención en el discurso de ERC inmediatamente luego de conocidos los resultados de las elecciones del año 2000 en las que vence el PP por mayoría absoluta y publicado el lunes 13 de Marzo de 2000 en La Vanguardia115. El tema analizado del encaje de Cataluña en España, es el eje del discurso de ERC, a él se subordinan todo el resto de las cuestiones. De este modo vemos como en sus valoraciones de los resultados electorales Carod-Rovira, argumentó: «La victoria del PP es una mala noticia para Cataluña» dado que «todo el Congreso se ha convertido en zona nacional» (La vanguardia, 13 de marzo de 2000). La operación de definición del antagonista es rotunda y utiliza un lenguaje cargado de elementos simbólicos muy potentes con una clara oposición al entre el “nosotros” y el “ellos”. A diferencia de Pujol, Carod-Rovira, señala al PP como el actor antagonista ―del mismo modo que Maragall― enmarcando al PP como adversario; por otra parte, Carod-Rovira personaliza, del mismo modo que Pujol, el sujeto colectivo Cataluña y lo presenta como un “nosotros” totalmente ajeno y enfrentado al Partido Popular al que identifica con Madrid y con España. Es en este mismo sentido que Joan Puigcercós, se ofreció a «defender los intereses catalanes en la España popular» (La vanguardia, 13 de marzo de 2000). En el discurso de Puigcercós, España toda, es del Partido Popular, y no solo el Congreso de los diputados como en el caso de Carod. Pero Carod va más allá en las asignaciones de díadas conceptuales mutuamente excluyentes, tal y como señala Máiz (2003, 2008), y relaciona al PP con el franquismo, en oposición a Cataluña, democrática y víctima de la dictadura. Carod-Rovira, abona la tesis, tácita en este caso, de que el franquismo fue un movimiento esencialmente orientado a combatir a Cataluña ―argumento que es claramente difícil de sostener al contrastarlo con los hechos, tal y como ha señalado de Blas (1984: 84-85) y Balfour y 114 Esta idea la asumirá como propia Artur Mas, en el tercer período. 115 La vanguardia, 13 de marzo de 2000. http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2000/03/13/pagina27/34068276/pdf.html?search=esquerra 176 Disponible en línea: Quiroga (2007: 259)―. Este argumento produce una situación de enfrentamiento entre el bando de los nacionales y de los republicanos y se apropia de los valores sociales de lo opuesto al franquismo. Otra vez, encontramos referencias a las situaciones bélicas, es este caso, reales y muy cercanas en el tiempo. Es el antagonista el que representa per se los agravios. Es por ello que, para Carod-Rovira, «la victoria del PP es una mala noticia para Cataluña»116. En este caso particular ―y si bien los argumentos del agravio se venían construyendo en la campaña electoral― el agravio se construye a partir del actor antagonista apelando a la definición que de él se hace en tanto que nacional, de derechas, centralista y uniformista, y contrario a los intereses de Cataluña. Tal es el sentido de oposición entre el “nosotros” y el “ellos” que Puigcercós sostiene que: «ya veremos como el PP aplica a partir de ahora una Constitución española, que no es la nuestra».117 La dimensión de la identidad recoge un proceso de enmarcado determinado por la oposición irreductible y el conflicto histórico entre Cataluña y España, a diferencia de las construcciones de la identidad del PSC y de CiU. Pronóstico: Respecto de los objetivos a realizar, dentro de la tarea del pronóstico, Carod sostiene que: «Hoy se acaba un modelo de hacer política catalana en Madrid. Esto es así porque ya no se trata de influir en Madrid o de tener ministros en el Gobierno español, sino que el debate se centra en dilucidar qué poder político queremos para Cataluña».118 El enmarcado de los objetivos, designa como concepto central al replantear «el poder político» que se presenta como un eufemismo de independencia. No se desarrolla en profundidad este objetivo, sino uno subsidiario de él, que es la conformación de un gobierno de coalición en Cataluña, entre PSC, CiU y ERC. Ello tiene que ver con la ampliación de los objetivos, ya comentada, bajo la secretaría general de Carod-Rovira, en sus palabras: este gobierno de coalición tendría como objetivo «defender cuestiones de carácter nacional catalán […] frente al gobierno español del PP y su mayoría de derechas, uniformista y centralista».119 El pronóstico queda definido por la independencia como solución, aunque con matices, ya que con Colom fue el centro del orden programático del partido, mientras que ese 116 Ibídem 117 Ibídem 118 Ibídem 119 Ibídem 177 objetivo fue morigerado por Carod-Rovira, compartiéndolo con otros objetivos estratégicos como el crecimiento del partido y el posicionamiento hegemónico de ERC. Motivación: En cuanto a la tarea de a motivación, las técnicas de enmarcado son las de definir a los participantes de las acciones, apelar a la responsabilidad e invocar valores universales. Hay una llamativa coincidencia con el pujolismo al señalar la desmovilización de la ciudadanía en Cataluña, que no es consciente de la gravedad de las amenazas que la aquejan. En tanto los ciudadanos están «hundidos en el conformismo porque “todo va bien” y el derrotismo porque “no hay nada que hacer”»120. Este diagnóstico de desmovilización es el mismo que hacía paralelamente en el tiempo el pujolismo. Recuérdese que nunca, el nacionalismo independentista superó cuotas del 23% de identidad subjetiva hasta el año 2010 (Miley, 2006). Las técnicas de definición y segmentación de las audiencias, junto con la atenuación de la idea de la independencia por parte de ERC coinciden con el intento de ampliar la base social del independentismo y «elevar “la tensión democrática” en Cataluña y en los Países Catalanes»121. He aquí otra coincidencia con el pujolismo, Pujol y Carod, mencionan casi en los mismos términos la problemática de la movilización y la forma de resolverla, a partir de la tensión democrática en un caso y tensión patriótica en otro. A modo de síntesis vemos en el discurso de ERC en este período a la luz del marco ideal propuesto, que: se estructura los agravios, a partir de una definición del antagonista cargada de elementos simbólicos negativos. El centro del discurso, está en la dimensión de la identidad ―si bien los otros dos agravios se enuncian claramente― y se realiza a partir las operaciones de definición del protagonista y fundamentalmente del antagonista en términos de oposición y enfrentamiento. La valencia del diagnóstico será fuertemente negativa. El enmarcado de objetivos así como la motivación para la acción quedan estructuradas sin la profundidad de la identidad, pero se orienta, en el caso de la primera a la consecución la independencia ―mediatizada por una alusión indirecta122 120 Ponencia política de 23er Congreso Nacional de 2001. 121 Ibídem 122 Esta falta de concreción en la estructuración del agravio se agudizará entre los años 2001 y mediados del 2003. Es parte de la estrategia que intentó la transformación de ERC en un partido catch all, promovida por Carod-Rovira, en búsqueda del voto de los catalanes nacidos en otra comunidad autónoma. El marco elegido para tratar el tema del encaje es el marco identitario a partir del derecho de autoderterminación, en contra de las tesis de Sole Tura (1985). Ya a finales de 2003, se retorna al lenguaje de la confrontación que será fuentes de grandes tensiones en el siguiente período dentro del Gobierno Tripartito y el de Entendimiento. 178 en el caso de Carod-Rovira― y la motivación de la acción va dirigida a aumentar la tensión democrática en Cataluña y promover la conciencia de las amenazas que sufre Cataluña. La estrategia de ERC: El discurso de ERC se enmarca en una estrategia nacionalista de marcado corte etnocultural frente a la perspectiva cívico-política. El eje discursivo centrado en la identidad nacional, en la imposibilidad de identidades duales, la construcción discursiva del antagonista, la subordinación de los derechos individuales frente a los derechos colectivos, y las formas en que se caracteriza y califica a lo español, todo ello, tiende a posicionar la estrategia discursiva de ERC, innegablemente en este campo del análisis del nacionalismo. En esa estrategia etno-cultural del ERC, destaca además el importantísimo peso que se le otorga a la lengua catalana como estructuradora de una identidad catalana diferenciada y opuesta a la española; así como al peso de la histórica confrontación que viene ocurriendo entre Cataluña y España. Más allá de las matizaciones de Carod-Rovira, no hay claros indicios de elementos que indiquen la existencia de elementos de orden cívico-político en la estrategia de ERC. Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA): ICV-EUiA es una federación de dos partidos Iniciativa por Cataluña Verdes (ICV) e Izquierda (Esquerra, en catalán) Unida y Alternativa (EUiA). Tras varias crisis ―que incluyeron divisiones internas y conflictos con el Partido Comunista Español (PCE) y con Izquierda Unida (IU)― ambos partidos están federados desde el año 2003; las relaciones entre estos sectores son de larga data y se remontan a la tradición del comunismo catalán encarnado en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), Entente de los Nacionalistas de Izquierda (Esquerra, en catalán) (ENE) y el Partido Comunista de Cataluña (PPC). En su definición ideológica ICV se define como «es una formación política democrática, catalanista, republicana, de izquierdas, ecologista, feminista, municipalista, de hombres y mujeres que hacen suyo el patrimonio y la historia del PSUC y de la ENE y del movimiento obrero, comprometida con todas las personas que quieren transformar el mundo, superar el capitalismo y que comparten los valores de la justicia social, la paz, la igualdad, la radicalidad democrática, la libertad, la laicidad y la solidaridad y que quiere construir una sociedad basada en la democracia y el socialismo. Iniciativa per Cataluña Verdes es una fuerza ecosocialista, soberana y 179 plural. Iniciativa per Cataluña Verdes pretende la construcción de una mayoría nacional, social y política de izquierdas en Cataluña».123 Por su parte EUiA, se conformó inicialmente por el PPC, PSUC-Viu y el Partido Obrero Revolucionario (POR) y está vinculada a IU a nivel español, por otra parte, EUiA es el referente político de IU en Cataluña. En lo que respecta a su posicionamiento respecto de la cuestión nacional EUiA sostienen que: «Defendemos los derechos nacionales de Cataluña y su derecho a la autodeterminación basado en que democráticamente la ciudadanía pueda elegir su futuro y lo que quiere ser. Nos sentimos republicanos por tradición democrática, por memoria histórica y por la vinculación con los valores de libertad, igualdad y fraternidad».124 En lo que se refiere a la relación entre Cataluña y España EUiA propone una «articulación federal y plural de Cataluña con el resto de pueblos del Estado y con Europa. Donde se combinen el máximo autogobierno que deseamos con el gobierno compartido en aquellos asuntos que sean comunes». 125 La propuesta federal de ICV-EUiA, pretende el reconocimiento de la diversidad del Estado a partir de una reforma federal asimétrica o plurinacional asimétrica (Guibernau, 2002: 171) que significa el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos, la autonomía financiera de Cataluña entendida como nación soberana, y la atribución de «competencias diferenciales en ámbitos como la lengua, la cultura, la política comunicativa, la seguridad interna y otras que puedan derivar de las particularidades nacionales» (Guibernau, 2002: 172).126 Evaluadas en conjunto, las coaliciones con las que se presenta ICV-EUiA en las elecciones al Parlamento de Cataluña, no han obtenido más de un 10 % de los votos y más de 11 escaños (13 en 2012 con un 9,9% de los sufragios y 11 escaños en 2015 con el 8,15 % de los votos127) siendo la quinta fuerza política desde 1992, con la excepción de la corta legislatura que va del 2010 al 2012 donde fue la cuarta fuerza. Dscurso de ICV-EUiA: Diagnóstico: 123 Definición ideológica de ICV. Disponble en línea en http://iniciativa.cat/icv/sections/definicio_ideologica 124 Declaración de Valores. Disponible en línea en: http://www.euia.cat/pagina.php?idp=787 125 Ibídem 126 Traducción propia del catalán. 127 En la coalición Catalunya Sí Que Es Pot (CatSíqueesPot) con Podemos. 180 : Se analizará el programa electoral para las elecciones autonómicas del año 2003 de ICV-EUiA. En este texto se encontrará una serie de similitudes en el diagnóstico, en el pronóstico y motivación con el sector nacionalista del PSC que encabezó Maragall. El diagnóstico que hace el ICV-EUiA es de valencia positiva a largo término, pero en lo inmediato: el Gobierno de Aznar del PP en su voluntad recentralizadora; la insensibilidad hacia la plurinacionalidad española; los límites institucionales para alcanzar el autogobierno de Cataluña; y la falta de reconocimiento del Estado español, hacen que ese diagnóstico sea de valencia negativa. Se ubica, también, en ese diagnóstico a CiU a quien critican el agotamiento del «modelo social, económico y político» y a quien responsabilizan de las desigualdades económicas dentro de Cataluña. Identidades: Las identidades enmarcadas en el discurso de ICV-EUiA, se orientan a una importante dimensión del “nosotros” que cruzan el eje nacional con el social, ello se pone de manifiesto en la continua referencia al “nosotros” de izquierdas y catalanistas. En no pocas ocasiones, los verdes, hacen responsables a los gobiernos de CiU y del PP, conjuntamente de: «Las desigualdades sociales y territoriales, el despilfarro del patrimonio natural del país y el estancamiento del autogobierno son la herencia de estos años de gobierno de la derecha catalana, de CiU y del PP».128 Por otra parte, y en líneas generales, los agravios que presentan son los mismos tres agravios vistos anteriormente: económico, democrático e identitario. Haciendo especial hincapié en el agravio democrático y en el económico, sin explayarse en el agravio identitario, a partir de las técnicas de asignar conceptos, relacionarlo con un marco más amplio, y atribuir responsabilidades a actores externos. Hay algún intento de vincular la propuesta de renovación estatutaria a las experiencias ordinarias de las personas pero no se profundiza en ello. Ejemplo de esto último es el fragmento siguiente del programa electoral del 2003: «[hace] falta un nuevo Estatuto, un marco constitucional y estatutario, elaborado con la participación de la ciudadanía, por mejorar las condiciones de vida de las personas, y resolver el encaje de Cataluña en el Estado y en Europa, a partir del pleno reconocimiento de Cataluña como nación y de la realidad plurinacional del Estado». 129 128 Programa electoral de ICV-EUiA del año 2003 129 Ibídem 181 Pero no se incide en el agravio económico más allá de las intenciones de querer mejorar “la vida de las personas”. Pronóstico: El pronóstico estará en relación con las dimensiones del agravio más elaboradas como son la democrática y la económica, por ello se introducirán los conceptos de reforma del Estatuto de Autonomía y reforma federal de la Constitución ―del mismo modo que planteó Maragall― para generar un nuevo marco de relación entre Cataluña y España, en lo que a la esfera democrática e identitaria se refiere; mientras que y en lo que respecta a la esfera del agravio económico, se plantea el concepto de Concierto Económico Solidario, ello mediante las técnicas de enmarcado de asignar conceptos centrales como solución, definir los beneficios a obtener, a los que se carga de valores abstractos. Se llama la atención sobre un concepto que aparece en la página 174 del programa electoral del 2003 que es el de radicalidad democrática que hace referencia a la mejora de la participación ciudadana, mejor representación política y aumento de derechos civiles. Este concepto de radicalidad democrática cuatro años más tarde será utilizado por CiU aunque en un sentido un tanto diferente al de ICV-EUiA. Movilización: Para ICV-EUiA, este año 2003, a diferencia de CiU y ERC, son años de movilización, no en el sentido del eje nacional sino en el eje izquierda-derecha y fundamentalmente contra la participación española en la invasión norteamericana a Irak en 2003. Las técnicas utilizadas son las de definir a los participantes e invocar los valores universales de las soluciones propuestas. Estrategia de ICV-EUiA: La estrategia discursiva de ICV-EUiA es una estrategia que propone cierto equilibrio entre el reconocimiento de la nación catalana, en tanto que realidad autoevidente, poseedora de una serie de rasgos y características determinadas que se deben proteger, y fomentar, y por otro lado, cierto posicionamiento que se pretende cercano a la aproximación cívico-política, en cuanto a las relaciones que entablan los diferentes pueblos de España. Este eje nacional va en sintonía con el eje izquierda-derecha, tal y como se dijo, de este modo ICV-EUiA asume en el caso de Cataluña la posición de Otto Bauer en La cuestión de las nacionalidades y la socialdemocracia de 1907; Bauer en este texto intenta “combinar el principio territorial y el principio de la personalidad para el reconocimiento de los derechos de grupo diferentes dentro del mismo territorio” (Pastor Verdú, 2012: 50). 182 El planteamiento de ICV-EUiA, no es algo novedoso y esta postura ha cosechado críticas desde la Segunda internacional de la mano de Rosa Luxenburgo quién entendía contradictoria la defensa de los intereses de clase y el internacionalismo con la defensa de las naciones (Pastor Verdú, 2012). La visión que subyace a la idea de Cataluña como nación en el discurso de ICV-EUiA es la del nacionalismo etno-cultural. Si bien es cierto que no plantea en los términos de ERC, no obstante sí hay una clara diferenciación nacional de características culturales ―que también defendió el PSUC (Balfour y Quiroga, 2007)― y lingüísticas, que son naturalizadas en el discurso, y en las que se funda el derecho a la autodeterminación, reclamado por ICV-EUiA. En esta estrategia nacionalista España aparece como un Estado homogeneizador y unificador (Guibernau, 2002) cuyos intentos nacionalizadores son un grave obstáculo para las posibilidades y el progreso de sus pueblos y ciudadanos en tanto que «el Estado Español no avanza decididamente en su autoformulación como una realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística, que se organiza libremente de forma federal»130. No obstante ello, la visión la estrategia tiende a equilibrarse entre las visiones etno-culturales y las cívico-políticas, con un predominio de las primeras. Pero independientemente de las raíces históricas del planteamiento de ICV-EUiA, encontramos de momento irresuelta la tensión entre los conceptos de identidad e igualdad. Más adelante la práctica política los llevará a resolver la tensión hacia la primera de las cuestiones. Discursos del PP y del PSOE: El tema del nacionalismo español es un tema que excede, por mucho, el objeto de esta tesis; pero parece oportuno matizar y confrontar los discursos de los partidos de base regional (Pallares et al., 1997) con los dos partidos de ámbito estatal con el objeto de conocer y poder dar cuenta de la relación dialéctica que relacionan los diferentes marcos de los partidos políticos. En este apartado que describe el discurso de los dos partidos del ámbito estatal se seguirán fundamentalmente los textos de Balfour y Quiroga (2007), Núñez Siexas (2010), Morales Moya, et al, (2013) y Luzón (2011). En lo que sigue, analizaremos, entonces, los puntos fundamentales de los discursos de los principales partidos políticos con base nacional, que son el Partido Popular (PP) 130 Programa ICV elecciones Generales 12 de Marzo de 2000, páginas 58-66. 183 y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). A diferencia del análisis más pormenorizado de los discursos anteriores se hará aquí un análisis de los marcos de significación sobre el tema del encaje de Cataluña y España, además de aquellos elementos discursivos que entran en relación dialéctica con los de los partidos de base regional (Pallares et al., 1997). Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC): En el caso del discurso del PP hay dos rasgos interesantes que destacan en su discurso. El primero es que se advierte una unidad conceptual discursiva entre PP y el PPC. El PPC no varía el mensaje ni los marcos del PP a nivel nacional. El segundo rasgo es que el PP será el antagonista que aparece en los agravios de los partidos de izquierda de base catalana como el PSC, ERC y ICV. En este último sentido, podemos decir con Balfour y Quiroga (2007) que, existe una “dialéctica de la confrontación desarrollado por el nacionalismo español conservador, por un lado, y los periféricos, por otro, [donde cada uno es] algo así como una imagen especular de la del otro” (Balfour y Quiroga, 2007: 195). Esta dinámica dialéctica de confrontación tiene como centro y eje de la temática general del encaje de los nacionalismos periféricos en España, aquí haremos específica referencia al caso de Cataluña. La estrategia nacionalista del PP tuvo dos momentos claros que se relacionan con las dos legislaturas en las que fue presidente José María Aznar (1996-2000 y 2000-2004). En la primera legislatura, incluso desde unos años antes, el discurso del PP intenta saldar cuentas con la vinculación entre nacionalismo de derechas y el franquismo, proponiendo una línea de interpretación del pensamiento nacional español que lo desvincule de la dictadura. Para ello desarrolla todo un trabajo de reelaboración conceptual y de comunicación en lo que respecta a la renovación del discurso sobre la identidad Española y los nacionalismos periféricos o subestatales. José María Aznar intentó establecer un vínculo conceptual y de continuidad histórica entre el PP y la democracia liberal española de finales del XIX y principios de siglo XX, buscando, de tal modo, establecer una alternativa al nacionalismo franquista (Balfour y Quiroga, 2007). Para ello utilizó continuas referencias y citas en sus publicaciones y discursos de intelectuales, tales como Costa, Ortega, Unamuno e incluso Manuel Azaña. De esta forma, Aznar pasó a destacar conceptos tales como la pluralidad cultural de España, a la que definía como una nación de distintos pueblos, (Aznar, 1995: 52 184 citado en Balfour y Quiroga, 2007: 200) e incluso ofreció un reconocimiento específico para las comunidades históricas y una mayor representación en el Senado, aunque posicionándose en contra del federalismo, en tanto que, éste significaba un no reconocimiento de las particularidad de las comunidades históricas (Aznar, 1995: 4956 citado en Balfour y Quiroga, 2007: 201). Esta estrategia de cierto acercamiento y de sensibilidad131 a los reclamos de los nacionalismos periféricos de la primera legislatura cambió con la obtención de la mayoría absoluta del PP en las elecciones del año 2000. La mayoría absoluta del PP hizo innecesario el apoyo parlamentario de CiU, tal y como fuera menester en la legislatura inmediatamente anterior. El proceso del despliegue del Estado de las Autonomías, tal y cómo se vio en el capítulo primero, llevó al Estado de las Autonomías a la consolidación de unas élites regionales muy poderosas (Balfour y Quiroga, 2007; Núñez Seixas, 2010); proceso que se materializó a través de las dinámicas institucionales del federalismo competitivo, sumado a la transferencia de competencias y de los centros de decisión. El PP intentó combatir estas dinámicas comentadas, a partir del fortalecimiento del Estado y de la limitación de las competencias de las Comunidades Autónomas (Grau Creus, 2005); y tras haber obtenido la mayoría absoluta, el PP no tuvo necesidad de moderar el discurso para obtener los apoyos parlamentarios de los partidos nacionalistas como CiU o PNV. La estrategia nacionalista de la última legislatura de Aznar está marcada por los intentos de enmarcar la idea de España como nación democrática, moderna y plural, pero con una fuerte impronta identitaria dentro de los que Balfour y Quiroga (2007) llaman nacionalismo constitucional ― estrategia que incluyó el voto afirmativo a la moción del condena a la dictadura votada por el Parlamento en 2002 (Balfour y Quiroga, 2007)―. Este cambio discursivo contiene un refuerzo de la idea España y una puesta en valor muy positiva de la Constitución de 78, así como también del proceso de descentralización y de papel jugado por las Comunidades Autónomas 132. Dentro de las ideas rectoras de este proceso de enmarcado aparece la de una España plural y respetuosa de su diversidad que se combina con la de una España fuertemente unificada y vinculada por la Constitución. 131 No solo es una política de naturaleza simbólica, en tanto que en la primer legislatura del gobierno de Aznar hubo importantes transferencias de impuestos a Cataluña tales como la cesión 40% de los impuestos especiales, aumento de la cesión del IVA, cesión del 33% del IRPF; además de una particular tolerancia con las políticas identitarias, ejemplo de ello es que el Gobierno de la Nación no recurrió la Ley de Política Lingüística de 1998. 132 Núñez Seixas (2010) entiende que este giro discursivo no fue absoluto y se han manteniendo ―aunque de modo minoritario― dentro del Partido Popular, elementos discursivos e ideológicos cercanos al nacionalcatolicismo o del nacionalismo tradicionalista español. 185 El esfuerzo de enmarcado discursivo del PP en la segunda legislatura de Aznar, se encuentra representado claramente en la ponencia política El patriotismo constitucional del siglo XXI redactado en 2002 por María San Gil y Josep Piqué 133. Seguiremos este texto para analizar los marcos de significación generales del discurso del PP respecto de los nacionalismos periféricos en general, y del encaje de Cataluña en España en particular. El texto de la ponencia política reposiciona al PP dentro del campo del lenguaje de la izquierda (Balfour y Quiroga, 2007) al recoger una serie de conceptos alejados de la tradición ideológica nacionalista del PP. Uno de los conceptos más destacados es el habermasiano “patriotismo constitucional” con el que se propone fundamentar los vínculos de la comunidad nacional a partir de una «adhesión crítica y moralmente exigente. Es un sentimiento racionalizado y dotado de una fuerte brújula ética y moral, que no convierte en algo absoluto el hecho de pertenecer a un grupo nacional. Al patriotismo constitucional no le basta el mero hecho nacional, aunque no lo ignora, sino que busca sus cimientos en sólidos principios y valores éticos, rasgos de civilización y normas de convivencia para la libertad».134 La estrategia del PP en estos años innova en la vertebración de elementos de una visón cívico-política con el objetivo de morigerar la tradicional concepción nacionalista etno-cultural de España que tenía el discurso del PP. Existen elementos de ambas estrategias en el texto (Balfour y Quiroga, 2007 y Núñez Seixas, 2010) y se mantienen concepciones incluso opuestas de idea de la nación española. Estas contradicciones llevan a calificar la postura del PP como nacionalismo constitucional, frente a su pretensión de patriotismo, quedando así reflejada la heterogeneidad ideológica del nacionalismo del PP, en tanto que “el nacionalismo conservador contemporáneo es un cajón de sastre en el que se integran desde centralistas tradicionales, que aspiran a fortalecer el Estado, hasta liberales modernizadores, que reciben con agrado la dinámica regeneradora de la regionalización y la globalización” (Balfour y Quiroga, 2007: 221-222). Discurso del PP Diagnóstico: El diagnóstico que ofrecerá el discurso del PP tiene dos dimensiones. La primera es de valencia positiva y está referida a la salud, y buena marcha, de las instituciones del 133 El texto fue criticado por distintos sectores del propio PP. 134 Ponencia política del PP: “El patriotismo constitucional del siglo XXI” disponible en línea en: http://www.abc.es/contenidos/apoyos/documentos/HTM_48_1.html 186 Estado en la España de principios del siglo XXI. En este diagnóstico se reconoce el éxito que significó la Constitución del 78 y los pactos que la llevaron a término, así como, el Estado de las Autonomías y los procesos de transferencias y descentralizaciones del Estado dentro de la unidad Española. Ejemplo de esta vertiente del diagnóstico de la valoración que se hace del Estado de las Autonomías del que se entiende que: «La realidad política de la España de hoy responde a una articulación tan concreta como amplia del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones. Vivimos en un sistema extraordinariamente descentralizado, en el que muy amplias parcelas del poder político son ejercidas por las Comunidades Autónomas».135 Puede asegurarse que nuestro sistema autonómico tiene un grado de descentralización política igual –si no superior- al de los Estados federales. Atribuir ahora al sistema de nuestro país el calificativo y los rasgos inherentes al federalismo contradice tanto nuestra propia historia nacional como la Constitución. El acierto de haber configurado el modelo del Estado Autonómico en el proceso constituyente se debe a que es el que mejor se adapta a los rasgos esenciales de la España plural. […], que surge de la realidad española, que reconoce su pluralidad constitutiva y la canaliza institucionalmente».136 Como segundo elemento, en este caso de valencia negativa, destaca la construcción del agravio que se produce desde los nacionalismos excluyentes. Este agravio se manifiesta en dos actores fundamentales, que se corresponden con las dos realidades distintas de las Autonomías con ese tipo de nacionalismo, como son el País Vasco y Cataluña. El agravio es de naturaleza genérica y se personifica en los nacionalismos excluyentes y en particular el terrorismo de ETA. El documento lo expresa claramente cuando dice: «hay corrientes nacionalistas que cuestionan, de modo implícito o explícito, el marco político derivado de la Constitución y los Estatutos, […] [E]l nacionalismo excluyente, el que exalta la diferencia y pone la identidad por encima de la libertad -es decir, el nacionalismo no constitucional-, no tiene sentido. Y no lo tiene porque hoy, afortunadamente, vivimos en un país libre, abierto, plural y democrático […] Si existe 135 Ibídem 136 Ibídem 187 libertad, y si existe respeto a nuestro sentimiento de identidad, solo se excluye aquel que se quiere excluir».137 Las técnicas de enmarcado utilizadas son la de asignar un concepto como es el del nacionalismo excluyente o nacionalismo no constitucional; se relaciona el problema con la experiencia ordinaria de las personas ―fundamentalmente a partir de las referencias al terrorismo― y, además, se inserta la cuestión en un marco más amplio. Este marco es el de la tensión constante entre España y los nacionalismos periféricos; nacionalismos que quieren disolución de España, tal y como se la conoce, y que incluso «han llegado a poner en entredicho las propias instituciones democráticas»138. Por último en lo que respecta al agravio, hay una atribución de la causa que reside en ese nacionalismo excluyente y al que se hace único responsable de la situación en tanto que solo se excluye aquel que se quiere excluir, tal y como aparece en la ponencia política. Dentro del diagnóstico la dimensión de la identidad, es claramente polarizada y hay un nítido enmarcado de un “ellos” ―o de un “otro” interno en los términos de Núñez Seixas (2010)― que es el responsable de la exclusión, de la exaltación de la diferencia, al que se acusa, de poner la identidad por encima de la libertad. Las técnicas de enmarcado son las de personalizar a los actores responsables ―directamente en el caso del nacionalismo vasco e indirectamente en el caso del catalán―, atribuir intenciones e intenciones contrarios al bien colectivo y definirlos como agentes ilegítimos de la comunicación, esto último queda en evidencia al sostener que: «[E]l nacionalismo excluyente, el que exalta la diferencia y pone la identidad por encima de la libertad ―es decir, el nacionalismo no constitucional―, no tiene sentido […] El nacionalismo excluyente es la adhesión a toda costa, incondicional, acrítica, moralmente indiferente, a la propia comunidad de pertenencia. Para ese nacionalismo se es bueno si se es nacionalista, y si se está con la comunidad de pertenencia con razón o sin ella»139. En el campo de la identidad “nosotros” es donde hay un desarrollo más detallado y está referido a la identidad PP-España-Constitución, que propone como idea central el compromiso del PP con la España Constitucional y con la defensa de la Constitución, que «es un resultado de modernidad y de cohesión, de libertad y de pluralidad, […] más allá de las siglas partidarias o de los colores políticos». Ello se enmarca en la 137 Ibídem 138 Ibídem 139 Ibídem. 188 lucha que entabla el PP con el PSOE por la hegemonía o la prevalencia del término patriotismo constitucional e incluso de la apropiación de los valores que representa la Constitución Española del 78. El PP de este modo intenta así disputar la representación y defensa de los valores e intereses universales al PSOE y apropiarse de los valores sociales, como técnicas de enmarcado. Ese “nosotros”, tal y como se dijo, es diádico y está perfectamente definido, tal y como surge de la siguiente cita: «Nosotros no somos nacionalistas. No creemos que la solución de los problemas de España deba abordarse desde planteamientos nacionalistas excluyentes»140. Queda expuesto a nivel de las identidades dos campos definidos nítidamente en función del concepto de nacionalismo. Por un lado quedan enmarcados los nacionalismos periféricos caracterizados como excluyentes y no constitucionales, y por otro lado, se enmarca el “nosotros” como patriotas constitucionales no nacionalistas. En lo que respecta al pronóstico, es donde más se incide a nivel argumental y de enmarcado de soluciones y de posibilidades de éxito. Las técnicas de enmarcado que se utilizan son la totalidad de las que proporciona el marco como son: asignar un concepto central, definir los beneficios a obtener, cargar de valores abstractos los beneficios y recurrir a la historia. El concepto central asignado es el patriotismo constitucional al que se entiende como: «un sentimiento racionalizado y dotado de una fuerte brújula ética y moral, que no convierte en algo absoluto el hecho de pertenecer a un grupo nacional. Al patriotismo constitucional no le basta el mero hecho nacional, aunque no lo ignora, sino que busca sus cimientos en sólidos principios y valores éticos, rasgos de civilización y normas de convivencia para la libertad».141 Los beneficios a obtener son los de mantener aquellos atributos de pluralidad, libertad y democracia de los que goza España en la actualidad. Los beneficios son los propios valores abstractos con los que se carga a las soluciones, tales como libertad, pluralidad, democracia, pero también: unidad y autonomía. Por otra parte, se recurre a la historia, en dos sentidos; el primero, para dar consistencia y verosimilitud argumental al marco pero también, y he aquí el segundo de los sentidos mentados, para acercar el marco a la experiencia cotidiana de las personas. Ejemplo de esto último lo vamos en la siguiente cita: 140 Ibídem. 141 Ibídem 189 «los fundamentos históricos y morales del patriotismo constitucional en España son los valores inspiradores del gran pacto de la transición democrática, los plasmados en la Constitución, y desarrollados en los Estatutos de Autonomía. Nuestro patriotismo constitucional encierra el orgullo racional y crítico por haber superado siglo y medio de enfrentamientos civiles, por haber resuelto gran parte de nuestros problemas e insuficiencias históricas, por haber establecido un régimen democrático genuino y estable, articulado sobre derechos y libertades, y autonomías territoriales» 142. En cuanto a la motivación, en lo que respecta a la definición de las audiencias y la apelación a la acción, podemos decir que el enmarcado es parcial, probablemente condicionado por la naturaleza del texto. De este modo las técnicas de enmarcado utilizadas son las de definir a las audiencias, apelar a la responsabilidad de los individuos e invocar valores universales en la solución, tal y como se observa en la siguiente cita: «la obligación de todas las instituciones que forman el Estado de Derecho es procurar que la ley impere en todo momento, en toda circunstancia, en cualquier parte del territorio nacional. […] Estos principios engendran, en nuestra concepción del patriotismo constitucional, unos deberes que forman parte del concepto cabal de ciudadanía. La lealtad constitucional, en una sociedad moderna, significa dar el máximo valor al principio del imperio de la ley, al ser ésta, al mismo tiempo, expresión de la voluntad popular y garantía de nuestras libertades».143 Por último las audiencias son definidas de forma sucinta pero muy amplia, en este sentido el texto está orientado hacia: «todos los españoles, independientemente de su adscripción ideológica o partidaria, se sientan incluidos en el patriotismo constitucional. El patriotismo constitucional es un concepto de futuro. Un concepto para la España del siglo XXI. Un concepto incluyente de todos aquellos que deseen un futuro común y compartido, atrayente y atractivo. Un futuro mejor y con más oportunidades para todos»144. En resumen el marco propuesto por el PP en su segunda legislatura, presenta un diagnóstico de dos valencias, una muy positiva respecto a la situación institucional del Estado de las Autonomías, de las Comunidades Autónomas y de la Constitución; y por el contrario otra faceta de diagnóstico, profundamente negativa, en lo que se refiere a la existencia, actitud y evolución de los nacionalismos periféricos a los que califica de 142 Ibídem 143 Ibídem 144 Ibídem 190 excluyentes. Dentro de esta tarea de diagnóstico se enmarcan dos identidades claras y opuestas: los nacionalismos excluyentes y los patriotas constitucionales. En lo referente al pronóstico la idea central que aparece enmarcada con insistencia es la del patriotismo constitucional, como solución a los nacionalismos excluyentes que tiene el objetivo mantener los beneficios de la España democrática de principios del siglo XXI. La motivación incluye la interpelación ―aunque de modo breve― a todos los españoles en la defensa del Estado de Derecho y por un futuro común caracterizado por los valores de la España democrática y plural que se ha descrito en el marco. Partido Socialista Obrero Español (PSOE): El Partido Socialista Obrero Español a partir de la promulgación de la Constitución del 1978 y de la llegada del partido al poder en 1982, pasó a recuperar “un mensaje patriótico español en positivo” (Núñez Seixas, 2010: 84) modificando las tesis de la autodeterminación de los pueblos propias de la lucha antifranquista. Ello obedeció, según indica Núñez Seixas, a la posición hegemónica que obtuvo el partido en el ámbito de la izquierda, y por otra parte, a la falta de apoyo social de la demanda de autodeterminación que “no era tan mayoritaria como la oposición antifranquista había supuesto” (Núñez Seixas, 2010: 84).145 Posteriormente, ya en el ejercicio de gobierno, el mensaje patriótico en positivo del PSOE se reforzó por la emergencia de una importante tensión con los nacionalismos periféricos, por el proceso de transferencias de competencias que responden al principio de autogobierno, por una parte, y por otra y la solidaridad interregional, que responde a la idea progresista de nación española (Balfour y Quiroga, 2007). Resultado de los mencionados cambios, es el surgimiento de una cierta tensión entre los principios de “solidaridad nacional” frente a los de “autogobierno local” (Balfour y Quiroga, 2007) que atraviesan históricamente al PSOE. Siguiendo a Balfour y Quiroga, podemos decir que los discursos de la izquierda se modificarán respecto de la identidad española dependiendo “en gran medida de cuál de estas dos tendencias sea la predominante” (Balfour y Quiroga, 2007: 137). Este giro nacionalista lo podemos ver manifestado en las palabras de Felipe González quién, ya en 1978 sostenía que «es evidente que existe la nación española. Nadie con una mínima sensatez lo pone en duda» (González Márquez, 1978: 44-45, citado en 145 Sobre este tema véase Pastor Verdú (2012) 191 Balfour y Quiroga, 2007: 139), mientras que unos años después ya en el gobierno, durante el debate parlamentario del 20 de diciembre de 1989 y respecto de la cuestión de la autodeterminación de los pueblos aplicado al caso español, sostenía que: «Nuestra posición es y será la de defender la unidad de España, y como hace falta una modificación constitucional para plantearse incluso el derecho de determinación o libre determinación o autodeterminación, nosotros no iremos a esa modificación» 146 Balfour y Quiroga (2007) entienden que hay tres tendencias dentro del PSOE que son: 1) el neo-regionalismo, que propone una importante descentralización pero de carácter simétrico, y ve a España como única nación; 2) los Socialismos del País Vasco, Cataluña y Galicia, que consideran que su Comunidad Autónoma es una nación y España es una nación de naciones ―en el caso que nos ocupa el exponente más relevante es Maragall―; y 3) para estos últimos, de matriz más jacobina, España es una nación de ciudadanos y se debe limitar el autogobierno cuando va en contra de la solidaridad. De estas tres tendencias, se observa que durante el período de Felipe González al frente del partido y del Gobierno de España, tenderá a imponerse la tercera postura a nivel general, para dar paso a una confluencia de la primera y tercera en el período de Zapatero al frente del partido; esa confluencia se mantendrá con cierta leve preponderancia de la postura neo-jacobina durante la Secretaría de Pérez Rubalcaba y de Pedro Sánchez. Vemos, entonces, durante el período de González Márquez como el PSOE había abandonado las tesis de la autodeterminación de los pueblos, para abrazar su tradición neo-jacobina y en la que se tiende a imponer la idea de solidaridad nacional frente a la de autogobierno local (Balfour y Quiroga, 2007). Este viraje hacia la recuperación de la idea de nación española se basa en los principios de un discurso patriótico español de tipo cívico-político, republicano, liberal, democrático y reformista, que ha evitado, en su vertiente fundamental ser caracterizado como nacionalista. El concepto nacionalismo español fue asociado en muchas ocasiones, tanto por la izquierda de IU como por los nacionalismos periféricos, principalmente durante la Transición, al franquismo por el uso simbólico que hizo la dictadura de lo nacional como fuente de legitimación (Balfour y Quiroga (2007). Este hecho limitará y condicionará ese proceso de renacionalización del PSOE. 146 Diario de Sesiones, Congreso de los Diputados, 20 de diciembre de 1989, p. 196. 192 El giro nacionalista citado, que se acelera a partir de la llegada al gobierno de los socialistas en 1982, tiene dos ideas centrales o principios: la primera es la de España como nación de ciudadanos. Esta idea argumenta la unidad política en la diversidad cultural y en la autonomía, así como los procesos de descentralización, fortaleciendo de este modo, la idea del Estado como garante de la igualdad en la pluralidad, de la ciudadanía, de la solidaridad y de la redistribución de la riqueza; conceptos éstos, que se encuentran dentro de la visión cívico-política del nacionalismo (De Blas, 1994, 1997 y Balfour y Quiroga, 2007). Este principio de nación de ciudadanos está fundamentado, en sus ideales, en los principios de solidaridad y de igualdad de la Revolución Francesa “que además incorpora la idea socialista de la redistribución social de la riqueza” (Balfour y Quiroga, 2007: 146). El segundo elemento es el concepto de patriotismo constitucional que, tal y como se ha mencionado anteriormente, si bien es introducido por la izquierda socialdemócrata en España, no es privativo de ésta ya que ha sido reinterpretado por el Partido Popular. En concreto el patriotismo constitucional que proponía el PSOE se basaba en los desarrollos de Habermas (1989), y sentó las bases de la comunidad política “sobre la defensa de principios democráticos y ciudadanos universales, contenidos en una Constitución compartida” (Núñez Seixas, 2010: 89). El patriotismo constitucional fue un instrumento que los socialistas han utilizado con éxito para reintroducir valores liberales y democráticos frente a las dos tendencia que lo atenazan, la patrimonialización franquista del concepto de nación española y los nacionalismos periféricos. El propio Zapatero así lo sostenía en referencia el acomodo institucional de la diferencia dentro de la unidad plural: «[España tiene una] historia que se funda en el presente y se dirige al futuro con una gran patriotismo que todos los españoles tenemos que cuidar, alimentar y enriquecer que es el patriotismo constitucional» (Citado en Pastor Verdú, 2012:156). En ese sentido Zapatero, morigera la postura que venía sosteniendo el PSOE al respecto y asume, en ciertos aspectos, los reclamos del neo-regionalismo, que luego, tendrán una plasmación política en los procesos de renovación de los Estatutos de Autonomía. El patriotismo constitucional pretendió incorporar el ideario colectivo los éxitos del pacto constitucional y de la propia Constitución del 78 como elementos simbólicos de la voluntad de convivencia cívica y la posibilidad de llevar adelante el proyecto colectivo de la nación española como aspiración común de todos los ciudadanos 193 españoles, donde la Carta Magna era el núcleo central, junto con la democracia y los consensos sobre la idea de ciudadanía. Al patriotismo constitucional, también se lo combinó ―como es propio de todo nacionalismo― con elementos de naturaleza cultural que tensionaron al PSOE en dos direcciones, la primera de ella es la necesidad de ofrecer elementos simbólicos nacionales de carácter cultural e histórico, pero por otro lado, sin caer en la simbología nacionalista promovida por el franquismo (Pastor Verdú, 2012). Este expediente se solventó, en lo simbólico, seleccionando elementos o hechos históricos de manera muy cuidada y orientando el patriotismo constitucional hacia el futuro, antes bien que hacia el pasado histórico (Balfour y Quiroga, 2007), ejemplo de ello es la relevancia que tuvieron las ideas de modernidad y de pertenencia a Europa. En lo estrictamente político, se intentó aunar pluralidad dentro de la unidad, ejemplo de esto último fue el desarrollo de la Ley Orgánica de Armonización de Proceso Autonómico (LOAPA) que ponía límites a las pretensiones de las Comunidades Autónomas. En lo que respecta a las relaciones entre España y sus Comunidades Autónomas el patriotismo constitucional del PSOE proponía una fuerte descentralización política, el reconocimiento del pluralismo cultural y de identidades de las Comunidades Autónomas pero dentro de la nación española, en la que radica la soberanía que es única, indivisible e intransferible. La propuesta del patriotismo constitucional como idea fuerza y rectora de una relación entre los individuos y la comunidad, basados en principios liberales y democráticos que propuso el PSOE recibió fuertes críticas tanto desde la derecha conservadora, como desde los nacionalismos periféricos. Los primeros criticaban la falta de cohesión que ofrece el patriotismo constitucional al vincularlo únicamente a la Constitución, y en el segundo caso, se lo criticaba como “vía legitimadora de los nacionalismos estatales” (Núñez Seixas, 2010: 90). Se sostiene aquí la hipótesis de que las citadas críticas no son consistentes y son además, críticas parciales. Estas críticas pueden ser entendidas como producto del éxito, antes bien que al fracaso, del programa de renacionalización del PSOE. La visión liberal-democrática, modernizadora y europeizante de la nación del PSOE, antes que un elemento táctico de enfrentamiento con los nacionalismos periféricos, o el PP, fue un “proyecto de construcción nacional” (Balfour y Quiroga, 2007) orientado a dotar de una identidad común ―no excluyente― y de solidaridad entre ciudadanos. 194 Este proceso de reconstrucción nacional del PSOE no ha intentado incorporar a los nacionalismos periféricos dentro del proyecto común español, “sino crear una alternativa sólida a los mismos” (Balfour y Quiroga, 2007: 173). Es por ello que las críticas que se le hacen a este proyecto deben ponerse bajo esta luz. No obstante, esas detracciones, el proyecto ha sido profundamente exitoso, tanto en el enmarcado de conceptos tales como la modernidad y el carácter profundamente europeo de España frente a la Hispanidad de franquismo; del mismo modo que el enmarcado de las bondades de los acuerdos constitucionales y la Constitución del 78, en el imaginario colectivo. Ese éxito del enmarcado del patriotismo constitucional es lo que lleva a Balfour y Quiroga (2007) a asegurar que esa es la razón del intento de monopolización que de él ha hecho el PP. Discurso del PSOE: Diagnóstico: Comenzando por el análisis del marco del PSOE, se puede decir en líneas generales que, el diagnóstico del discurso del PSOE que aparece ―en lo que se conoce como la Declaración de Santillana del Mar del año 2003, texto que lleva por título: La España plural: la España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo― es de valencia positiva; en él destaca la modernidad y el europeísmo de España, el valor de la Constitución del 78, sus pactos constitutivos y los efectos que ha tenido en los procesos de descentralización del poder y de transferencias de competencias a las Comunidades Autónomas. Del mismo modo que valora muy positivamente la pluralidad cultural e identitaria. Ejemplo de lo anterior es la siguiente cita: «El proyecto socialista para España, con el que concurriremos a las distintas contiendas electorales, arranca de la Constitución y se proyecta, desde ella, hacia Europa y hacia el mundo del siglo XXI. No podría ser de otra manera: los socialistas contribuimos decisivamente al pacto constitucional y a la construcción del Estado de las Autonomías así como a la integración de España en la Unión Europea.[…] La Constitución de 1978 consagra, pues, por fin, una coincidencia feliz entre la España legal y la España real. Esta España real es una España plural, respetuosa con su diversidad, que no sólo no niega las diferentes identidades que la conforman, sino que se muestra orgullosa de esa pluralidad. De esta forma, el pluralismo se incorpora como un elemento intrínseco de su identidad y como valor superior del ordenamiento jurídico. La Constitución afirma una autonomía que es libertad, identidad y pluralidad, y 195 se sitúa en las antípodas de una concepción sectaria, impositiva y uniformadora de nuestro país».147 En él se destacan todos y cada uno de los puntos comentados del programa de reconstrucción nacional del PSOE de modo sucinto. Las identidades son fundamentalmente compartidas, y se impone la fractura de clase frente a la nacional. No hay un enmarcado del “ellos” en función de los nacionalismos periféricos. Por el contrario, el “nosotros” abarca a todos los ciudadanos de España. Frente al particularismo y al reclamo de los nacionalismos, el patriotismo constitucional del PSOE propuso las identidades compartidas y múltiples entre los diferentes niveles de autogobierno, pero circunscribiendo la soberanía a la nación española. Es por ello que el texto de Santillana claramente identifica el “nosotros” y el “ellos” en dos campos ideológicos claros. El primero la derecha del Partido Popular en el eje izquierda derecha, y el “segregacionismo o pseudo-soberanismo” de PNV o CiU. En oposición e ese “ellos”, el “nosotros” del PSOE que se describe como no nacionalista, tal y como se lee en la siguiente cita: «No somos nacionalistas. Nunca hemos hecho ni haremos de tan esencial cuestión bandera de partido, ni objeto de doble juego, ni de doble rasero. Nuestra oposición frontal a todo segregacionismo o pseudo-soberanismo, ya venga del PNV o de CiU […]. Frente a los separatistas y a los separadores, a los que quieren dividir y a los que utilizan las tensiones segregacionistas para sus fines partidarios, el PSOE siempre ha estado y está en la Constitución».148 El agravio viene a identificarse con dos elementos la crispación de la derecha que divide y genera inestabilidad, propio del PP de Aznar Y el segundo, elemento son las actitudes segregacionistas de los nacionalismos periféricos. Las técnicas de enmarcado utilizadas son las de asignación de conceptos y definir el problema en función de la experiencia ordinaria, insertar la cuestión en un marco más amplio y atribuir las causas a actores colectivos. En lo que respecta a las identidades, se personaliza a los actores antagonistas que configuran el ”ellos” y se los enmarca con intereses e intenciones contrarias al bien colectivo. Hay un muy potente enmarcado del “nosotros” para el que se utiliza las técnicas de representación exclusiva de valores universales y una defensa exclusiva 147 La España plural: la España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo. Declaración de Santillana del Mar del año 2003 148 Ibídem 196 de los intereses colectivos además de una apropiación de los valores sociales positivos. Mención aparte merece la cuestión nominativa del sujeto colectivo. Aquí, a diferencia del PP, España no aparece naturalizada, ni personificada como un sujeto individual del modo en que hace CiU con Cataluña. España, en el marco que propone el PSOE, tiende a ser referenciada siempre, discursivamente hablando de los ciudadanos; de este modo «España son los españoles que la hacen en su Historia y en cada generación».149 El pronóstico y el enmarcado de soluciones y objetivos es el perfeccionamiento del modelo existente. El modelo es el Estado de las Autonomías y el PSOE expone una serie de elementos para profundizar su estructura y funcionamiento en base a la Constitución vigente, tal y como se sostiene en el texto: «Nuestra propuesta de perfeccionamiento del Estado Autonómico supone asumir, con coraje, el deber de postular reformas institucionales concretas y específicas allí donde las consideramos necesarias, oportunas, y coherentes con la mejora de los mecanismos de autogobierno. […] Y ello, para conseguir más solidaridad, cohesión social e igualdad de derechos y de oportunidades, que son los objetivos que siempre han guiado y seguirán guiando nuestro quehacer político» 150. Le siguen una serie de propuestas de reformas políticas concretas que van desde la reforma del Senado y la creación de la Conferencia de los Presidentes, las reformas de los Estatutos de Autonomía, la mayor integración de las Comunidades Autónomas en Europa y la profundización del «sentimiento constitucional: por la lealtad y el patriotismo de las libertades y de la ciudadanía»151. Las técnicas de enmarcado son las siguientes, se asigna un concepto central que es el de reforma y perfeccionamiento, se definen los beneficios a obtener y se cargan de valores abstractos los beneficios, además de recurrir a la historia ―del pasado cercano, en este caso―. La motivación y la operación de la definición de las audiencias es amplia, por la que se apela a todos los españoles a quienes se ofrece un proyecto integrador. En la siguiente cita hay una clara alusión a ese todos que aparece en negrita en el texto original: «Esto es un proyecto de Estado y una comprensión real de lo que es nuestra 149 Ibídem 150 Ibídem 151 Ibídem 197 sociedad. Todo lo demás son tácticas que piensan muy poco en la Historia de todos, de España y de los españoles, y menos aún en su futuro»152. Las técnicas utilizadas son la de definir los participantes, invocar valores universales y señalar las acciones descritas en el apartado de pronóstico. Al ser este un texto de posicionamiento frente a unas elecciones autonómicas de finales del 2003 de carácter fundamental para el PSOE ―como lo fue la elección autonómica de Cataluña― la apelación a la acción no es central en el marco, de hecho, hay en este texto un particular relieve al papel de las CC.AA. dando paso a una estrategia integrada entre la visión neo-jacobina dominante del PSOE con el neo-regionalismo. En resumen, la estrategia discursiva del PSOE se orientó hacia una visión cívicopolítica del nacionalismo Español con pocos matices de recursos etno-culturales, primero en una visión fuertemente noe-jacobina que se morigeró hacia el neo- regionalismo con Zapatero como jefe de la oposición. Y en lo que respecta al marco general, podemos decir que, la valencia del diagnóstico es positiva a nivel general, y negativa en lo que respecta a la evaluación de la derecha del PP y a los nacionalismos de CiU y PNV. El pronóstico se fundamenta en la profundización de los elementos institucionales positivos descritos y destacados en el diagnóstico y la motivación es de orden general y poco estructurada. Estructura de Oportunidad Política 1999-2003: Para el análisis de la EOP utilizaremos, tal y como se comentó en el apartado correspondiente del capítulo III, los seis elementos propuestos por Máiz (2002) que analizan: 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional. 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado En términos generales, la dinámica institucional de los períodos analizados tiene dos elementos estructurales principales que son: primero, el federalismo competitivo del Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga, 2007)153 que favoreció dinámicas 152 Ibídem. La negrita es del texto citado. 153 Conceptos similares menciona Luis Moreno cuando sostiene que: “la progresiva consolidación del Estado de la Autonomías español en línea con el modelo de concurrencia múltiple etnoterritorial 198 institucionales basadas en reclamaciones constantes de mayores cuotas de autogobierno y poder por parte de las élites regionales de las diferentes Comunidades Autónomas frente al Estado central. Estas constantes reclamaciones de las élites, en última instancia, ponen también en cuestión el marco de la propia autonomía, de este modo, nunca queda definido el final (Núñez Seixas, 1999; Keating, 1996) o el cierre de las reclamaciones de transferencias por parte del Estado central a las Autonomías. El segundo elemento es la acción de las élites nacionalistas en una dinámica institucional centrífuga, que prima el éxito en las dinámicas de competición regional (Ovejero Lucas, 2006, 2011a, Balfour y Quiroga, 2007) haciendo que se radicalicen las demandas y las posiciones ideológicas de las élites nacionalistas regionales. 2) las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación En esta etapa no se han abierto elementos nuevos a la participación social. Solo son de mencionar las elecciones regionales de finales de 2003 que marcaron el final de ciclo del pujolismo. Esas elecciones condicionarán el ciclo siguiente con una coalición de la izquierda en el poder en Cataluña. En esa campaña electoral, ante la idea del fin de ciclo y de cambio que promovía el PSC, ERC e ICV, CiU intentó, sin éxito, profundizar en esa misma idea de cambio pero incluso a nivel generacional, para vincular al candidato del PSC Pasquall Maragall al mismo ciclo del pujolismo que se acababa. 3) el sistema de partidos Respecto a la EOP del Gobierno de la Generalitat de Catalunya en la última legislatura del pujolismo, podemos decir que los pactos entre CiU y el PP que garantizaron la legislatura a Pujol, mermaron la voluntad reivindicativa de sus discursos al encontrarse en una doble situación de debilidad, sin poder influir en las decisiones del Gobierno de España a través de la estrategia de pactos en el Congreso de los Diputados, debido a la mayoría absoluta del Partido Popular y, al mismo tiempo, a la necesidad de contar con el apoyo del PP para poder formar gobierno en Cataluña. Por otra parte, la legislatura anterior, donde esta situación era diametralmente opuesta, llevó a que el Gobierno de la Generalitat obtuviese importantes transferencias y de federalismo imperfecto. (...) pone en relación la movilización étnica sub-estatal con la competición entre las regiones y las nacionalidades españolas en la lucha por el poder político y económico, así como por la consecución de legitimidad para su desarrollo institucional” (Moreno, 1993: 1, citado en Serrano Pascual, 1995: 69). 199 de competencias por parte del Gobierno de la nación a cambio de apoyos parlamentarios154. En el pujolismo la falta de movilización social y la distancia ideológica de la élite con la sociedad, se relaciona con el éxito alcanzado en las transferencias de importantes competencias (Arza y Mari-Klose, 2014; Alonso, 2015), pero también con la situación económica de ciclo económico expansivo que hizo difícil la estructuración del agravio en el enmarcado del discurso. Vale decir entonces, que la estructura de oportunidad política con la que se encuentra Pujol y el nacionalismo en general, en esta primera etapa analizada, es restrictiva en referencia a la posibilidad de desplegar no solo la movilización social respecto a las metas de mayor autogobierno y mejor financiación, sino que, tampoco permite un completo desarrollo del proceso de enmarcado, tal y como se propone en el marco ideal. Ello queda en evidencia en la falta de desarrollo de dos dimensiones, en la dimensión del agravio y en la identidad “ellos”. 4) Disponibilidad de aliados influyentes Los aliados que posee el pujolismo son pocos. El PPC es el que mantiene el apoyo parlamentario en el Gobierno de la Generalitat y que a nivel nacional avanza en el terreno del nacionalismo constitucional (Balfour y Quiroga, 2007), confrontando con los nacionalismos periféricos. Convergencia y Unión está prácticamente aislada, con la excepción del PPC en aquellos puntos en los que no se toquen temas sensibles al nacionalismo español del PP. Ese aislamiento lo intentó romper ERC que le ofreció en no pocas oportunidades un pacto de gobierno a Pujol quién lo rechazó siempre, incluso en duros términos, en alguna oportunidad. Los partidos de izquierda se posicionan tanto contra Pujol como contra el PP generando un frente común en ese sentido que nos lleva al siguiente punto dentro de la élite nacionalista en Cataluña. 5) Las divisiones entre las élites y en el seno de las mismas Hay tres elementos que condicionan la EOP de este primer momento, el primero es el éxito del modelo del pujolismo y la constatación de los postulados de la hegemonía nacionalista en el discurso de la élite política de Cataluña. El segundo elemento es el 154 Hubo importantes transferencias de impuestos (cesión 40% de los impuestos Especiales, aumento de la cesión del IVA, cesión del 33% del IRPF) además de una particular tolerancia con las políticas identitarias, ejemplo de ello es que el Gobierno de la Nación no recurrió la Ley de Política Lingüística de 1998. 200 giro nacionalista de PSC de la mano de Pasqual Maragall que asume en gran medida los postulados del nacionalismo conservador de CiU (Ovejero, 2011a, 2013). A partir de ese giro nacionalista el PSC buscará competir en el eje nacionalista por el electorado de CiU. El tercer elemento es la sensación de fin de ciclo político y la necesidad de renovación generacional y de proyecto que se va haciendo más evidente hacia el año 2003, cuando se aproxima el final de la legislatura. Tanto en los discursos del PSC de Maragall, como del PSOE, así como en los debates entre los candidatos155 a la Presidencia de la Generalitat, aparece la idea de cambio de ciclo y de renovación generacional. Estos tres elementos ponen paralelamente en cuestión la unidad de la élite política catalana, y lo hacen por los siguientes motivos. El primero es que el éxito del programa del pujolismo significa también que se ha alcanzado el techo competencial que permite el Estatuto de Autonomía vigente y ―muy probablemente― también la Constitución. Ello daría por agotado el modelo del pujolismo. Por otra parte, la competencia partidaria en los mismos términos discursivos ―recuérdese que Maragall recurre prácticamente a los mismos agravios que el pujolismo― por la hegemonía nacionalista de CiU pondrá en cuestión la unidad de la élite. A nivel de las élites, se puede decir que estos dos fenómenos concurren simultáneamente, hay un éxito del proyecto nacionalista del pujolismo y hay paralelamente un desafío a la hegemonía política de CiU en su propio campo, por parte del PSC que se materializará en el próximo período junto con ERC e ICV-EUiA en el Gobierno Tripartito. 6) Contexto internacional: No hay elementos significativos del contexto internacional que se relaciones o influyan de manera directa sobre la cuestión que nos ocupa en este período. Conclusiones del capítulo: El final del pujolismo presenta una serie de características respecto de los marcos discursivos fundamentalmente de los que se considera hablas hegemónicas o predominantes, como son las de CiU y el PSC. CiU era en ese momento hegemónico social y discursivamente, dado su peso político e institucional, además del peso que poseía en los medios audiovisuales de carácter local y fundamentalmente por el significado histórico de dos décadas al frente del Gobierno de la Generalitat. 155 Véase el debate entre Artur Mas y Pasqual Maragall en el periódico La Vanguardia, 5 de Octubre de 2003, pp. 16 a 24. 201 Tal y como se mencionó el discurso de Pujol, a la luz del marco ideal, plantea los agravios que se mantendrán en la historia del nacionalismo. Su marco no incide en el antagonista como responsable directo de los agravios, pero sí hay una profundización en la dimensión identitaria, del “nosotros”, los catalanes. El diagnóstico es de doble valencia, positivo en lo que respecta a la historia reciente de Cataluña, pero ligeramente negativo sobre cuestiones estructurales, que se manifiestan concretamente en los agravios económicos, identitario y democrático. Frente a esa valencia negativa del diagnóstico, Pujol advierte cierta desmovilización social. Dicha falta de tensión social, y la relaciona con la buena marcha de la economía y del buen funcionamiento del Estado de las Autonomía; Pujol opone a ella el reclamo de mayor tensión social, pese a que todo vaya bien. La solución propuesta por el marco de CiU es la profundización del autogobierno, la autonomía y la mejora de la financiación. Es una solución continuista con la política del pactismo hasta ese momento desarrollada; no obstante ello, tal y como sostiene Alonso (2015), algunos miembros de CiU entendieron que esa desmovilización social, se debia al éxito del catalanismo político, y era un síntoma del fin de la estrategia de equilibrio pactista del pujolismo. Por otra parte, ese reclamo de más movilización es indicativo de una de las formas que poseen las élites políticas de los nacionalismos periféricos de legitimar sus demandas, tal y como teorizó Brass (1991) y que en nuestro ámbito desarrollaron Ovejero (2011b, 2013), Arza y Coll (2014) y Alonso (2015). Por último, baste decir, que Pujol, naturalizó la concepción de justicia que tienen los reclamos del nacionalismo catalán, a partir de la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b). Esta tesis sostiene que la justicia de las reclamaciones del nacionalismo catalán de basan en una hipotética realidad diferenciada e ignorada por el Estado y que esa realidad tiene expresión política en el reclamo de más autogobierno, mas reconocimiento y mejor financiación de CiU. Esta tesis será asumida por la izquierda catalana (ERC, PSC e ICV-EUiA) de aquí en adelante y se verá profundizada en el último período. El PSC comparte ampliamente los términos generales del discurso de CiU, y si bien propondrá una serie de matices propios, establece unos agravios muy similares a los de CiU. En lo que se refiere a la solución propuesta en el marco, el matiz es la reforma del Estatuto ―frente a la estrategia continuista de Pujol―, pero la idea de profundizar el autogobierno, la autonomía y mejorar la financiación, es la misma idea pujoliana; del mismo modo que es similar la concepción de la identidad “nosotros” a la que Maragall 202 apela para justificar los agravios. El nosotros al que apela Maragall, es muy cercano a la construcción del nosotros de Pujol, por no decir, el mismo. El PSC con Maragall, asume, además de gran parte de los marcos, la estrategia y las tesis de CiU pero con menos esfuerzo conceptual en tanto que no hay una segmentación clara de audiencias, como sí enmarca su discurso Pujol, ello como parte del desplazamiento hacia posiciones nacionalistas del PSC, que se profundiza con la llegada de Maragall como candidato del PSC a presidir la Generalitat. Mientras que Pujol segmenta las audiencias y establece una estrategia de equilibrio entre dos tipos ideales del nacionalismo, Maragall, no segmenta claramente las audiencias ―de hecho fue criticado por parte del PSC más adelante por la misma cuestión― y solamente escora su posición hacia un discurso identitario de clara matriz etno-cultural como parte de su estrategia discursiva. En el caso del discurso de CiU no existe un fuerte enmarcado del antagonista. Si bien sí hay un discurso identiario, está orientado a potenciar el “nosotros” pero ese “nosotros” no es confrontado con un “ellos” antagonista. Esta oposición excluyente no se da, e incluso las referencias son de modo tácito, mucho más en el caso de Pujol. PSC, ERC e ICV-EUiA, aprovechan la EOP para para criticar a un frente de derechas y nacionalista ―en el caso del PSC― que gobierna España y Cataluña e intentar vincularlos para abundar en esa necesidad de cambio gubernamental. En términos generales, y con una clara excepción de ERC, que será una voz minoritaria en este período, los marcos tienden a ser incompletos, tanto en lo que se refiere al diagnóstico (en el campo de la identidad “ellos” o de la profundidad con la que son enmarcados los agravios) como en el caso de la motivación, en lo que respecta a la apelación y a la definición de las audiencias. En una visión general del período, podríamos decir que tanto del PSC como CiU ―incluso contando con la sensación del fin de ciclo, que no solo percibía el PSC, sino también parte de CiU― perciben la necesidad de continuar con la misma dinámica de pactismo y negociación pero profundizando en los objetivos. Con la salvedad de ERC, para el resto de formaciones, una solución rupturista es inviable, Artur Mas lo decía abiertamente y Maragall, si bien advertía sobre su peligro, destacaba su posición minoritaria. Finalmente, y respecto de las hablas minoritarias (ERC e ICV-EUiA), con vocación contrahegemónica, estas formaciones no logran imponer sus marcos y permanecen como hablas minoritarias. 203 En lo tocante a los dos partidos nacionales PP y PSOE, destaca en este período un reforzamiento de las posiciones nacionalistas españolas por parte del PP pero a partir de un trabajo doctrinal que lo va acercando a las posiciones del PSOE (incluso el PP asume el discurso del patriotismo constitucional). No obstante ello, no es un momento ajeno a la tensión discursiva, por parte del PP en la segunda legislatura de J. M. Aznar con los nacionalismos periféricos españoles. Esto ha tensado el discurso de los partidos de base regional en Cataluña de signo progresista, tal y como se mencionó. El PSOE con la llegada de Rodríguez Zapatero a la Secretaría General, y como candidato a la Presidencia del Gobierno luego, establece un giro hacia el neoregionalismo en sus posiciones nacionalistas favoreciendo el acomodo del discurso de Maragall. No obstante esto último, ambos partidos nacionales encuentran similitudes como parte del diagnóstico respecto de la valencia negativa que representan las actitudes de los nacionalismos periféricos secesionistas tanto del País Vasco como de Cataluña, dentro de una situación general de valencia positiva, que comienzo con los Pactos Constitucionales. En ambos casos se elogia y enaltece la Transición y sus pactos, así como la Constitución del 78, como punto de encuentro y concordia de todos. Por otra parte, ambos partidos de base nacional, ofrecen soluciones diametralmente opuestas, mientras que el PP ofrece una solución de permanencia y preservación de las normas que regulan las relaciones entre instituciones y personas, el PSOE propone como solución el cambio y la reforma (en este período el Estatuto) para continuar en la senda de la convivencia. Se puede establecer un denominador común del período que es, respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en España una aproximación de aumento del autogobierno, la autonomía y mejore la financiación, de carácter hegemónico, en la que el pactismo y le negociación morigeraron los discursos identitarios y equilibraron las estrategias nacionalistas; aunque ya algunos observadores daban por finalizado este ciclo. Por otra parte la EOP del período es claramente restrictiva hacia la movilización en la mayoría de los elementos de análisis. Esto cambiará en el período siguiente. 204 Capítulo V. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía Plan de trabajo del capítulo: El presente capítulo analiza, a la luz del marco ideal, la producción discursiva de las élites políticas de Cataluña en el período que va de 2004 a 2009 respecto de, la ya mencionada, cuestión territorial. Estos análisis serán relacionados comparativamente con el período anterior y, por último, se analizará la EOP. Por último se ofrecerán unas conclusiones del período al finalizar el capítulo. Introducción al período 2004-2009: Este período temporal analizado tendrá como hechos significativos tres sucesos fundamentales que son: el acceso del Tripartito de Izquierdas ―y luego el Gobierno de Entendimiento (Govern d`Entesa, en catalán) de Montilla― al poder de la Generalitat luego de 23 años de gobierno de CiU; la coincidencia de ese gobierno de izquierdas en el ámbito regional con un gobierno socialista en el Gobierno de España y, por último, la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que comenzará a tramitarse en 2004 ―si bien ya se era tema de campaña electoral a finales de 2003― y que culminará con la sentencia nº 31/2010 definitiva del Tribunal Constitucional en 2010. En las elecciones de finales de 2003, el PSC, con Pasqual Maragall como candidato, logra vencer ―en votos pero no en escaños― a CiU y al heredero político de Pujol, Artur Mas. La victoria fue posible debido a varios elementos: 1), el crecimiento de las fuerzas políticas menores de izquierda (ERC y ICV-EA) que permitieron la conformación del gobierno Tripartito ―junto al PSC― aun así, éste perdió 180.000 votos desde las elecciones de 1999 (Dowling, 2013); 2), la polarización del PSC con el Gobierno de Aznar además del de Pujol, lo que permitió canalizar cierto descontento contra el PP por parte del PSC; 3), la sensación de fin de ciclo que transmitió tanto el PSC como el propio pujolismo y finalmente; 4), el desgaste producido en CiU debido a los apoyos del pujolismo a los gobiernos del PP de Aznar en la primer legislatura y del PPC al pujolismo en la segundo legislatura del PP. Todo ello, desgastó fuertemente las opciones de CiU de mantener el Gobierno de la Generalitat y propició la llegada del Tripartito. El PSC aun perdiendo ciento ochenta mil votos y diez parlamentarios156 respecto a las elecciones de 1999, logró formar gobierno en coalición con ERC e ICV. La orientación que dio a su legislatura se caracterizó por un cierto y atemperado perfil 156 Véase La Vanguardia, 18 de diciembre de 2003. 205 socialdemócrata ―que se plasma en un discreto aumento del gasto en políticas sociales (Dowling, 2013)― pero en clara línea continuista con las políticas del pujolismo. El PSC en este sentido, se presentó como un heredero de continuidad de las políticas neoliberales de CiU, alejado del perfil de izquierda socialdemócrata que el partido tenía en los años 70. Ese planteo de Maragall, de alejarse de las tesis socialdemócratas y asumir las líneas políticas del pujolismo, consolidó la tendencia que se venía manifestando durante el anterior período, y más acusadamente en campaña electoral del 2003, respecto de la preeminencia del sector catalanista del PSC dentro del partido. Ello se plasmará tanto en la acción de Gobierno ―con la propuesta del nuevo Estatuto― como en la estrategia discursiva que se analizará más adelante. Siguiendo a Dowling, podemos decir que el continuismo de las políticas del PSC respecto de CiU, se refleja en las cuestiones vinculadas al financiamiento, a las políticas lingüísticas ―en las que el PSC no solo no realizó o impulsó modificación alguna, sino que profundizó y acató el modelo que tiempo atrás criticaba― 157; y a las políticas de contenido simbólico (Balfour y Quiroga, 2007; Dowling, 2005, 2013). Esa continuidad en las políticas simbólicas demuestra, según Dowling, “el liderazgo incuestionable de CiU en el proceso de catalanización, así como el fracaso del PSC para elaborar una alternativa exitosa a la concepción pujolista del catalanismo y de la nación” (Dowling, 2013: 287). Desde la perspectiva de quién suscribe este texto, y solo coincidiendo parcialmente con la opinión de Dowling, se sostiene la hipótesis de una adhesión del PSC (de su sector catalanista, en este caso liderado por Maragall) a los postulados del nacionalismo de CiU, y el abandono de los principios de igualdad entre los ciudadanos de los distintos territorios que componen España, primando así el principio de autogobierno regional; además de la mencionada hegemonía de CiU en general, y de Pujol, en particular. La conformación del gobierno Tripartito se comenzó a gestar a partir de las negativas de Pujol de aceptar las ofertas de acuerdos de ERC en la legislatura 1999-2003, Maragall aprovechó esa situación de rechazo de Pujol a ERC, para acercar posturas con ERC. No obstante esos acercamientos y los acuerdos que se alcanzaron, la legislatura del Tripartito estuvo marcada por varias crisis institucionales. La primera de ellas fue en enero de 2004, un mes después de constituirse el nuevo gobierno y tuvo 157 Véase el capítulo 4 y Ovejero (2011b). 206 como protagonista a Carod-Rovira, quién se reunió con miembros de ETA para negociar un alto el fuego en Cataluña; cosa que luego terminó ocurriendo. Por otra parte, la fuerza política que más incrementó sus escaños en las elecciones de 2003 fue ERC, que prácticamente duplicó el número de parlamentarios autonómicos pasando de 12 a 23, revirtiendo así la situación de un partido que, entre finales de los años 80 y mediados de los 90, obtenía magros resultados electorales. De este modo ERC se posiciona como árbitro de la política catalana y condiciona de tal modo al PSC de Maragall, que éste nombra a Carod-Rovira, Consejero en Jefe (Conceller en Cap158) de la Generalitat; en ese mismo sentido, pero durante el Gobierno de Montilla, se creará el cargo de Vicepresidente de la Generalitat que ocupará el mismo CarodRovira. ERC desde su giro independentista de finales de los ochenta, tal y como se ha comentado en el capítulo anterior, ha atraído entre sus bases a sectores profundamente nacionalistas ―e incluso radicales en algún caso159― hecho que se convirtió en una fuente de tensiones dentro de los gobiernos de coalición de los que formó parte en esta etapa (Dowling, 2013). Al mismo tiempo, la federación CiU es quién gana las elecciones en cantidad de escaños, pero no en votos. En este sentido CiU, perdió una cuarta parte de su electorado (Dowling, 2013) desde 1999. Ello sumió a la federación en una importante crisis interna de la que se recuperó, si bien es cosa del siguiente período, antes de lo que habría de esperarse debido la naturaleza de la situación del resto de las fuerzas políticas. Por otra parte, en las elecciones del año 2006, vence CiU, (aunque perdiendo votos respecto a 2003) tanto en votos, como en número de escaños parlamentarios. Pero nuevamente, no puede formar gobierno, frente a la conformación del Gobierno de Entendimiento (Govern d`Entesa), que encabeza José Montilla. Fue un duro período para CiU, que se mantuvo en la oposición habiendo pactado con el Secretario General del PSOE y Presidente de Gobierno la presidencia de la Generalitat, si ganaba las elecciones, a cambio de su apoyo a la reforma del Estatuto de Autonomía. Cuestión aparte merece la tramitación del Estatuto de Autonomía 160. El Estatuto pasa a ser el eje central no solo del plan de gobierno de Maragall sino de toda la política 158 Hasta su salida del Gobierno en el 2006 por solicitar el voto negativo en el referéndum sobre el Estatuto. 159 Ex miembros de Terra LLuire se incorporan a esta formación en ese proceso que comienza A. Colom 160 Para un tratamiento de este tema en profundidad véase el interesantísimo y muy completo repertorio bibliográfica, por temática relativa al todo el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, de Gómez Corona (2011). 207 catalana, e incluso, de la política española, en gran medida. El Estatuto podría ser caracterizado, muy brevemente y de modo preliminar, como el proyecto de Maragall de federalizar España a partir de una reforma estatutaria, con todo lo que ello conlleva. Se irán desgranando paso a paso en los que sigue los aspectos centrales de todo este largo y complicado proceso. El proyecto de Estatuto que se elaborará tendrá su base en un anteproyecto elaborado en el año 2003161 y su texto, que fue elaborado y votado mayoritariamente por el Parlamento Catalán, era ambicioso y, en algunos puntos nodales, de difícil encuadre constitucional162 163 . Ello llevó a la introducción de modificaciones tanto: en el proceso de aprobación en el Parlamento Español, como luego en el Tribunal Constitucional. Se señalarán a los largo del texto cuatro aspectos de este proyecto en diferentes apartados de la tesis. Como primer elemento se especificarán los objetivos que Maragall, su impulsor, tenía respecto de la reforma, ello se hará en el apartado que analiza el discurso y la estrategia del PSC; luego se hará referencia a las atribuciones que el proyecto del Estatuto se arroga al ser aprobado por el Parlamento de Cataluña; por otra parte, las modificaciones que sufre en las en las Cortes. Y por último se señalarán los recortes y modificaciones que acarreó la sentencia número 31/2010 del Tribunal Constitucional, que se analizarán en el próximo capítulo. Se observará cómo los elementos incluidos por los promotores de la reforma en el proyecto del Estatuto, del mismo modo que los objetivos de Maragall, son maximalistas, en muchos casos inconstitucionales164 e ignorantes de la doctrina del TC fundamentales a la hora de la interpretación del texto Constitucional (de Carreras Serra, 2010). Por su parte las versiones que saldrán tanto de las Cortes españolas, como luego de la sentencia 31/2010 del TC, si bien no modifican gran cantidad de artículos, sí que limitan de forma sustancial los objetivos de sus promotores. El nuevo Estatuto de Autonomía fue aprobado por el Parlamento de Cataluña el 30 de septiembre de 2005, a esa instancia le precedieron arduas negociaciones, primero 161 Si bien se había puesto en la agenda política hacia finales de los años noventa la modificación del Estatuto del 79 por parte del pujolismo, Pujol pactó con el PP, dejar sin tratar esa cuestión junto con la del concierto económico, a cambio de los apoyos parlamentarios en su última legislatura (Balfour y Quiroga, 2007; Dowling, 2013). 162 En lo referente al caso del proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña y sin entrar en la Sentencia del Tribunal Constitucional del 2010, este Estatuto recibió un dictamen del Consejo Consultivo de Cataluña con fecha del 06 de Septiembre de 2005 en el que se detallan 19 artículos inconstitucionales y otros 35 con posibilidad de serlo. 163 Disponible on-line en el BOPC 207/05 http://www.parlament.cat/activitat/bopc/07b217.pdf 164 El Proyecto de Estatuto que salió de Parlamento de Cataluña de 2005 recibió un dictamen del Consejo Consultivo de Cataluña en el que se detallan 19 artículos inconstitucionales y otros 35 con posibilidad de serlo. 208 entre los partidos en Cataluña165 y luego una serie de negociaciones bilaterales entre los partidos a favor del Estatuto y del Gobierno de España. El Estatuto de Autonomía de Cataluña, fue aprobado en el Parlamento Español en julio de 2006 166 tras recibir enmiendas del PSOE y la oposición del PP, que presentó un proyecto alternativo. En lo que respecta a los objetivos que se planteó la reforma, podemos decir que eran de un alcance de difícil encuadre constitucional, y marcadamente maximalistas en las propuestas de transferencias de competencias desde el Estado central a Cataluña. La fuente en que se sustentaban discursivamente dichas transferencias de competencias aparece claramente en el Proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña del año 2005167 en el que se sostenía que: “La nación catalana ha venido construyéndose en el curso del tiempo con las aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en ella una tierra de acogida. […] Desde 1714, han sido varios los intentos de recuperación de nuestras instituciones de autogobierno. En este itinerario histórico constituyen hitos destacados […] en los que se establecía que Cataluña quería ejercer, entonces como ahora, su derecho inalienable al autogobierno. Es en este sentido que el Estatuto es depositario de una memoria y guarda el recuerdo de todos los que han luchado […] por el reconocimiento de los derechos nacionales de Cataluña […] el proyecto y el sueño de una Cataluña sin ningún tipo de obstáculos a la libre y plena interdependencia que una nación necesita hoy. La vocación […] se corresponde con la afirmación nacional que históricamente representó la institución de la Generalidad, vigente hasta el siglo xviii y después recuperada y mantenida sin interrupción como máxima expresión de los derechos históricos de que dispone Cataluña y que el presente Estatuto incorpora y actualiza. Hoy Cataluña, en su proceso de construcción nacional, expresa su voluntad de ser y de seguir avanzando en el reconocimiento de su identidad colectiva y en el perfeccionamiento y la ampliación del autogobierno mediante este nuevo Estatuto. De este modo, el presente Estatuto define las instituciones de la nación catalana y sus relaciones con los pueblos 165 PSC, ERC e ICV, en un bloque frente a CiU. El PPC no participa de esas negociaciones. Se aprobó por el Pleno del Congreso el 30 de marzo de 2006 por mayoría absoluta con 189 votos a favor (PSOE, CiU, PNV, IU/ICV, CC-NC y BNG), 154 en contra (PP, ERC y EA) y dos abstenciones de la Chunta Aragonesista y Nafarroa Bai. El Pleno del Senado aprueba la reforma, el 10 de mayo de 2006 con 128 votos a favor (PSOE, CiU, PSC, ICV, PNV, CC, IU y BNG), 125 en contra (PP) y 6 abstenciones (ERC, PAR y EA). 167 Véase la Propuesta de Reforma, 2005 pp. 1-2. Disponible en línea en: http://estaticos.elmundo.es/documentos/2005/10/01/estatuto_castellano.pdf 166 209 de España en un marco de libre solidaridad con las nacionalidades y las regiones que la conforman, compatible con el desarrollo de un Estado plurinacional.” 168 Esta larga cita pone de manifiesto la orientación etno-cultural de las motivaciones en las que se apoyaba la necesidad de reforma y sobre qué bases se pretende argumentar acerca de la legitimidad de un nuevo Estatuto de Autonomía. Según de Carreras “los objetivos centrales del inicial proyecto catalán eran dos: primero, otorgar un trato jurídico singular a Cataluña, dada su condición de nación, que permitiera distinguirla de las demás comunidades autónomas; y, segundo, aumentar y garantizar las competencias de la Generalitat y su financiación. En definitiva, aumentar la esfera de autogobierno a costa de diferenciar a Cataluña del resto de comunidades” (de Carreras, 2010: 45-46169). Esas pretensiones de singularidad que justifican un tratamiento diferencial se sustentan en elementos propios del nacionalismo de vertiente etno-cultural. Ello lo observamos en las recurrentes referencias a la historia diferencial de Cataluña, entendida como un entidad diferenciada que intenta recuperar su autogobierno desde 1714; y en la naturalización de Cataluña, como un sujeto colectivo y soberano poseedora de características propias de un individuo, tales como voluntad, derechos históricos, etc. Destaca además, la dudosa constitucionalidad del Estatuto sobre varios temas; ejemplo de esto último es que el Proyecto de Estatuto del Parlamento de Cataluña recibió un dictamen del Consejo Consultivo de Cataluña con fecha del 6 de Septiembre de 2005170 en el que se detallan 19 artículos inconstitucionales y otros 35 con posibilidad de serlo. Estos y otros términos fueron debatidos, negociados y recortados, para poder ser aprobado en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Esos recortes se produjeron respecto de puntos sensibles tales como: la política exterior, que quedaba a cargo del Gobierno de España; el lingüístico; la justicia; en la controvertida definición de Cataluña como nación; y en el bloqueo de las 168 Propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, 2005, pp. 1-2. De Carreras sostiene que esos dos grandes objetivos se intentaron alcanzar a partir de un proyecto de Estatuto que, además del olvido de la doctrina del TC, tiene cuatro concepciones de inconstitucionalidad de carácter formal que lo invalidan y que son: “Primera. El Estado de las autonomías está “desconstitucionalizado”, es decir, sus rasgos fundamentales apenas están configurados en la Constitución y son los estatutos quienes determinan el modelo autonómico. […] Por tanto, mediante la reforma de los estatutos se puede proceder a la modificación del modelo global. Segunda. Los estatutos no son simples leyes orgánicas sino que, debido a su procedimiento paccionado de elaboración y reforma, forman parte del bloque de la constitucionalidad […]es decir, de hecho materialmente constitucional, que los convierte en complemento de la Constitución en cuanto a la organización territorial del Estado. Tercera. Esta posición cuasi-constitucional hace que los estatutos sean […] invulnerables respecto de las de más leyes que concretan la distribución de competencias […]. Cuarta. El contenido constitucional de los estatutos […] es, simplemente, su contenido mínimo. Pero los estatutos pueden también incluir cualesquiera otros contenidos que permitan a la comunidad autónoma desplegar el conjunto de sus funciones constitucionales […]. 170 Disponible on-line en el BOPC 207/05 http://www.parlament.cat/activitat/bopc/07b217.pdf 169 210 transferencias realizadas desde el Estado central. Por otra parte se aumentaba la protección de la lengua catalana al mismo nivel que el de la lengua española. Como resultado, el texto sufrió una reducción en la insancia del Congreso de los Diputados; para finalmente, ser sometido a referéndum de los ciudadanos el 18 de junio de 2006. En tal referéndum, ERC que fue promotor de la reforma se decantó por el voto negativo, por considerar insuficiente ese Estatuto salido de las Cortes. El otro partido que pidió el voto negativo fue el PP. El resto de partidos pidieron el voto a favor. Tal y como sostiene la hipótesis inicial del presente, el interés de las élites en la reforma del Estatuto contrasta con la percepción ciudadana de la relevancia de esa cuestión. Es decir, que mientras el nuevo Estatuto tenía a favor el 88.89% de los parlamentarios del Parlamento de Cataluña, es decir, 120 votos afirmativos (CiU, PSC, ERC y ICV-EUiA) y 15 en contra (PP) en el año 2003, por contrapartida, solo un 3,9% de la población percibía como problemático el mayor autogobierno (Ovejero, 2013; Alonso, 2015). En este sentido, en el año 2002, el periodista Josep Ramoneda, sostenía en El Pais que: “la reforma del Estatuto y de la Constitución no están ni de lejos entre las principales preocupaciones de los catalanes” (El Pais, 17/12/2002171)172. Retomando la secuencia de los hechos, el Estatuto fue aprobado en referéndum por el 73,90% de los catalanes que votaron favorablemente, un 20,76% de votos en contra, con una participación del 48,85%. Es decir, que votó favorablemente al Estatuto un 35,7% de los catalanes con derecho a voto (Ovejero, 2013). Estos datos contrastan claramente con un voto afirmativo del Parlamento catalán cercano al 90% y nos remite al argumento comentado al principio del párrafo. El 31 de julio de 2006 el PP, luego de encabezar una dura y continuada campaña contra el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, interpuso un recurso de inconstitucionalidad frente al Tribunal Constitucional, tensando aún más las relaciones con los partidos de base regional catalana y con el PSOE. Mientras se esperaba que el Tribunal Constitucional dictase sentencia sobre los recursos de inconstitucionalidad presentados ―por el PP y por otras instituciones 173― el nerviosismo entre los diferentes actores fue en aumento llevando a una radicalización de las posiciones nacionalistas, por las posibles consecuencias de la sentencia, en el ámbito catalán. 171 Véase El País, 17 de diciembre de 2012. Disponible en línea: http://elpais.com/diario/2002/12/17/catalunya/1040090843_850215.html 172 Por no mencionar la cuestión de la autodeterminación Respecto de ella y según documentos del Departamento de Relaciones Institucionales de la Generalitat del año 2005, solo uno de cada diez catalanes “se manifiesta a favor del derecho de autodeterminación” (Gómez, 2005: 130, citado en Alonso, 2015:136). 173 El Estatuto de Autonomía de Cataluña del año 2006 recibió siete recursos de inconstitucionalidad frente al TC. Quienes los presentaron fueron: el PP, el Defensor del Pueblo, y cinco Comunidades Autónomas, además de cuatro recusaciones de las que solo se acepta una. 211 El texto que sale de las Cortes españolas, que se vota en referéndum y que se recurre al TC, tiene en los términos de Carreras (2010) seis objetivos, que son: “1) Considerar a Cataluña como una nación. Con este término se la distinguía de las demás comunidades que sólo gozaban, […] de la consideración de nacionalidades o regiones. 2) Desbordar el contenido del Estatuto anterior para darle una apariencia formal de Constitución […] 3) Incorporar al articulado del Estatuto los principios básicos de la legislación lingüística para así impedir futuras modificaciones parlamentarias. 4) Aumento de las competencias propias mediante la definición de sus diversos tipos, el blindaje frente al Estado de las competencias actuales y la limitación de las competencias de éste […] 5) Vincular desde el Estatuto a determinados órganos estatales alegando su condición de ley orgánica, por tanto de norma estatal. Además de las competencias, ello afectaba también al poder judicial, al Tribunal Constitucional y otros órganos independientes, al sistema de financiación y a la reforma estatutaria. 6) Regular los órganos y procedimientos de relación bilateral con el Estado” (de Carreras, 2010: 46-47). Sin perjuicio de que se retome el tema en el próximo capítulo, se puede adelantar que, el TC rebaja, anula o interpreta estos puntos seis puntos del Estatuto de Autonomía 174 que eran centrales para los partidos nacionalistas catalanes. Esas modificaciones que produce la sentencia citada, en términos de de Carreras (2010), no permiten dar por cumplidos los seis objetivos del Estatuto salido de las Cortes a la luz de los objetivos de los partidos promotores de la reforma. Es por todo lo anterior que podemos conjeturar que el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña no contenta a ninguno de los actores intervinientes además de relanzar los agravios, las reclamaciones y las polémicas nacionalistas. Estas polémicas, así como el relanzamiento de los agravios y de las reclamaciones, que comenzaron con la tramitación del Estatuto de Autonomía de Cataluña y que se extendieron más allá de la Sentencia 31/2010, han sido enormes, de una gran intensidad y se configuraron como el centro de la agenda política nacional durante este período analizado. Todo ello devino en un aumento en las tensiones entre los diferentes partidos y grupos políticos que pusieron de manifiesto las diferentes visiones, tanto de la nación, como de los nacionalismos que las impulsan, y esto vale tanto para el caso de Cataluña como para España. Este proceso de reforma estatutaria, al que se sumaron el de otras 174 La sentencia 31/2010 del TC no modifica sustancialmente las transferencias de competencias y el autogobierno de la Comunidad Autónoma y declara inconstitucionales 14 de doscientos veintitrés artículos además de disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales; además de corregir en su interpretación 27 artículos mediante la técnica de la “sentencia interpretativa de conformidad (Tornos Mas, 2011). 212 autonomías conformando lo que algunos autores denominan el “segundo Estado de las Autonomías” (Gómez Corona, 2011), terminó por aumentar la dinámica estructural del federalismo competitivo del sistema autonómico que es una de las consecuencias del sistema señaladas por Balfour y Quiroga (2007) y por Moreno (1993, citado en Serrano Pascual, 1995). Si bien en la presente tesis se analiza la producción discursiva y no su difusión y consumo, es de destacar un hecho notable que da cuenta de la potencia y efectividad de los marcos del nacionalismo en sus cambios y modificaciones, y que es el siguiente: el 26 de noviembre de 2009 ―meses antes de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre los recursos presentados sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña― se publicó una editorial conjunta en doce periódicos catalanes que llevó por título La Dignidad de Cataluña. Esta editorial, en resumen, pide al tribunal que no recorte el Estatuto de Cataluña; pone en tela de juicio la legitimidad de ese tribunal; manifiesta agravios identitarios (los mismos que encontraremos en el argumentario del nacionalismo catalán independentista), por ejemplo, cuando se sostiene que: “Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad”. Y por último se advierte sobre la ilegitimidad del TC al “actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, con las Cortes Generales y con la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas". Este texto que sale a la luz meses antes de la sentencia del TC y fue recibido por éste como un intento de presionar de un modo claro el sentido del fallo. PSOE al poder: Otro de los elementos determinantes de este período es la victoria del PSOE en las elecciones generales de marzo de 2004, con José Luis Rodríguez Zapatero como candidato a presidente de gobierno. Victoria que fue en cierta medida inesperada para un sector del electorado y para gran parte del PP. En el tema que nos ocupa, Rodríguez Zapatero, llega a Moncloa con un proyecto de apoyo a los proyectos de reforma de los Estatutos de Autonomía. El posicionamiento de Rodríguez Zapatero, frente a la reforma de los Estatutos de Autonomía queda meridianamente expresada con una frase que le ha sido recordada por el nacionalismo catalán; cuando en la campaña electoral de 2003 en Cataluña, Zapatero, sostuvo en un acto electoral el 13 de noviembre de 2003 que: «Apoyaré la reforma del estatuto de Cataluña que apruebe el Parlamento de Cataluña». 213 En el capítulo anterior se sostenía que en el PSOE existían tres tendencias respecto de la cuestión territorial española (Balfour y Quiroga, 2007). De estas tres tendencias, se observa que, durante la primera legislatura de Zapatero al frente del Gobierno, se tendió a dar prevalencia a la concepción de los socialismos regionales del País Vasco, Cataluña y Galicia, que consideran que su Comunidad Autónoma es una nación y España es una nación de naciones. Desde esta perspectiva se puede sostener que Rodríguez Zapatero asume en la primera legislatura, gran parte de los postulados del nacionalismo del PSC, y que ello lo llevó a alejarse, en primera instancia de la visión neo-jacobina que era la hegemónica y más tradicional en el PSOE. Este distanciamiento se matizó fuertemente, a posteriori, con la tramitación parlamentaria del Estatuto de Autonomía de Cataluña y con la conferencia política de 2007 durante la segunda legislatura del PSOE. Se mantuvo sí, una especial sensibilidad hacia los nacionalismos periféricos, pero se retornó parcialmente la visión neo-jacobina liberal-democrática histórica y tradicional del partido. Desarrollaremos estos matices más adelante en el análisis de los discursos y estrategias del PSOE. Emergencia de Ciudadanos: Entre los meses de marzo y julio del año 2006 se constituye Ciudadanos-Partido de la ciudadanía (C´s - Ciutadans) como nuevo partido político de ámbito catalán a partir de una plataforma cívica que se denominó Ciudadanos de Cataluña (Ciutadans de Catalunya). En su ideario se afirma que Ciudadanos nace como partido político por tres razones: «para hacer frente al ahogo que para el conjunto de la sociedad catalana suponen, […] las políticas nacionalistas identitarias que pretenden homogeneizar culturalmente una sociedad plural y diversa. Segunda, porque estas políticas estaban siendo desarrolladas no sólo, como es natural, por los partidos políticos nacionalistas, sino también por los que no se consideran como tales. Tercera, por el vacío de representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista. Había que crear, pues, un nuevo partido, con perfil propio, en el que pudieran sentirse representados representación». los 175 ciudadanos que se habían quedado huérfanos de Si bien han evitado definirse en función del eje izquierda-derecha, su principal objetivo ha sido la denuncia de los postulados del nacionalismo catalán, 175 Ideario de Ciudadanos-Partido de la ciudadanía, disponible en línea en: https://www.ciudadanoscs.org/nuestras-ideas/ideario 214 desde un espacio abandonado por el PSC. Es decir un espacio progresista no nacionalistas. Ciudadanos ha ido ganando escaños y votos desde las elecciones autonómicas de 2006 en la que consiguió 3 diputados y alrededor de 89.000 votos hasta los 9 escaños y 275.000 votos del año 2012. Estos resultados reafirman el diagnóstico correcto que han hecho los impulsores de esta formación en lo que respecta a la orfandad de representación de ciertos sectores sociales por parte de las fuerzas de izquierdas no nacionalistas, y principalmente el PSC. A modo de resumen, podemos decir que la este período estuvo señalado por una escalada de tensión institucional ―fundamentalmente a nivel discursivo― entre los partidos nacionalistas catalanes y los partidos nacionales que tuvieron como disparador la reforma del Estatuto de Autonomía. Pero lo que parece gestarse tras ello, es una oportunidad de posicionar la cuestión del encaje de Cataluña en España ya no solo como cuestión central de la agenda sino, de conseguir un estatus nacional diferenciado para Cataluña a través de la vía de la reforma estatutaria. Estas tensiones y los posicionamientos estratégicos de las diferentes formaciones las analizaremos en los discursos que siguen. Análisis de discursos 2004-2009: Partido Socialista de Cataluña (PSC): Discurso del PSC: Se comenzará por el discurso del PSC en tanto que pasará a ser el actor que propondrá el habla hegemónica desde la esfera estatal y promoverá además la modificación del Estatuto de autonomía y la mejora de la financiación como eje central de la acción de gobierno. El Estatuto será, además, central en el tema de nuestro análisis en tanto que es la norma que regula aspectos centrales de ese encaje de Cataluña en España, es decir, de la cuestión territorial. Se analizarán los siguientes discursos de Pasqual Maragall: “Cataluña en el contexto político español” del 5 de agosto de 2004 pronunciado en la Escuela de Verano del Escorial; el discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid; el discurso pronunciado en el Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 y “Discurso institucional sobre la 215 nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de Cataluña” del 06 de mayo del año 2005176. El discurso de Maragall, tal y como se sostuvo, asume muchos de los postulados del nacionalismo de Pujol en su discurso y algunos de sus modos y de sus posicionamientos estratégicos, tal y como se verá más adelante. Por otra parte, resaltan eso sí, algunas diferencias que se harán notorias en la confrontación del marco ideal. En términos generales se puede decir que el discurso de Maragall es continuista respecto del de Pujol en lo que respecta a la ambigüedad (que se ha reconocido como propia del discurso nacionalista de Pujol) en el capítulo anterior. Asímismo, hay dos rasgos que señala Peregrín Gutiérrez que meceré la pena destacar y que son: la dificultad de extraer conclusiones claras de las ideas fundamentales del pensamiento de Maragall, pese a la importante cantidad de material publicado; y el segundo es, el tono nostálgico que mantendrá Maragall, respecto de la Cataluña motor económico de España y puerta de Europa, que ya se advertía desde el período pasado (Peregrín Gutiérrez, 2004). Diagnóstico: Para comenzar presentando el diagnóstico de la situación, se puede señalar que en el Discurso institucional sobre la nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de Cataluña del 06 de mayo del año 2005, Maragall deja expresamente claro que: «el compromiso del Gobierno con los dos grandes objetivos políticos de país para esta legislatura: la reforma del Estatuto y la de la financiamiento catalán».177 Es a partir de estos dos problemas ―que en realidad tienden a ser uno solo― con el que se encara la legislatura de Maragall. Maragall intenta presentar cuestiones antes que problemas, enmarcando débilmente la dimensión del agravio, y centra el enmarcado de su discurso en la dimensión de la identidad “nosotros” y en la tarea de pronóstico, antes que en el agravio y en la definición del antagonista. Agravios: El procedimiento de enmarcado que utiliza Maragall, en esta etapa, se basa en las ideas presentadas en el período anterior. El enmarcado del problema pasa a ser la 176 La no inclusión de discursos del Presidente del Gobierno de Entendimiento, José Montilla obedece a la tendencia claramente continuistas de aquellos. Aun teniendo como origen un sector se sensibilidad más “española” del partido, no hay un innovación significativa a los postulados de Maragall, por parte de Montilla. 177 Pasqual Maragall, “Discurso institucional sobre la nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de Cataluña” del 6 de mayo del año 2005. Traducción propia del catalán. Disponible en línea en : http://www.pasqualmaragall.cat/pensament/pensament_discursos.php?pagina=3&mes=0&any=2005 216 propia relación histórica de Cataluña y España. Este problema dominará la práctica totalidad del discurso, y solo excepcionalmente, se mencionarán los mismos tres agravios que presentaba y problematizaba Pujol ―democrático, económico e identitario―. Sostiene Maragall en su discurso en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004: «Existe un problema español y el de Catalunya es derivado o parte del mismo. […] es que España es problemática porque tiene Catalunya y Castilla, Andalucía y Galicia, el País Vasco y Extremadura. No al revés […] En realidad el problema español no es un problema, es una ausencia del mismo, una ignorancia de que exista, o una falta de atrevimiento en la aceptación de que existe y en definitiva la falta de un proyecto. […] Porque ese es el secreto: el problema catalán no es otro que el problema español».178 Del mismo modo que en la etapa anterior Maragall sostiene que el problema es España, sin hacer mención minuciosa, salvo alguna vez, de los agravios específicos, de este mismo modo España es el concepto central asignado como problemático. Maragall comenzará planteando el problema en un marco de situación que parece pretender dramatizar la cuestión ―como técnica de enmarcado― cuando dice que: «Les advertí que existían en Catalunya -y existen, gozando de un apoyo coyuntural considerable - otros planteamientos con un común denominador: un creciente escepticismo sobre la posibilidad de que sea factible establecer una relación recíprocamente interesante entre Catalunya y España. De dicho escepticismo se derivaban básicamente dos actitudes: o la renuncia a España que supone la vía separatista, o bien la resignada conllevancia».179 Y a renglón seguido, contrariamente a sus dichos, enmarca el agravio dramatizando la situación de futuro al sostener que: «un minoritario pero significativo sector de la sociedad catalana piensa que estamos ante la última oportunidad para resolver positivamente la relación entre Catalunya y España».180 Maragall deja claramente expresado que su visión de la cuestión, o del problema, es respaldada por «un minoritario pero significativo sector de la sociedad catalana».181 No hay, tal y como se comentó una mayoría social que comparta el diagnóstico de Maragall y menos aún sus pronósticos, tal y como se comentó más arriba. 178 Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 Ibídem 180 Ibídem 181 Ibídem 179 217 Respecto a la atribución de la causa y la descripción del agravio (de un modo genérico y sin precisión alguna) como problema, Maragall intenta plantearlo en términos positivos, es decir, en la cambios que Cataluña ha experimentado dejando anticuado, pequeño o inadecuado el corpus normativo que es el Estatuto vigente en ese momento. A esa problemática, Maragall, intenta vincularla a las experiencias ordinarias de la población, tal y como se puede advertir en el siguiente párrafo: «Son unas reglas del juego que se han quedado pequeñas y, en algunos casos, inadecuadas. Las instituciones del autogobierno de Catalunya pueden y deben mejorar mucho para alcanzar nuevas cotas de calidad democrática: con una nueva organización territorial que suponga una descentralización de la Generalitat en los entes locales, con unas instituciones más transparentes y más responsables ante la ciudadanía, con una administración de justicia más próxima y, por ende, más eficaz». Es muy dificultoso poder incluir la referencia a las experiencias cotidianas de la ciudadanía, en un proceso de enmarcado que incluye, como el de Maragall, un gran componente simbólico, más aún si se los confronta con la evaluación de medidas concretas que podrían haber resuelto la problemática, presentada por Maragall, con un serie de normas de rango menor que un Estatuto de Autonomía. Por otra parte, hay un claro contrasentido en este tipo de argumento como técnica de enmarcado ―la de la mejora en la experiencia cotidiana de la gente― con la beligerancia en las cuestiones de naturaleza simbólica. Es decir, las cuestiones de naturaleza simbólica son aquellas donde ha puesto más énfasis el nacionalismo en su aprobación y defensa frente al rechazo o la enmienda en la tramitación del Estatuto. Lo vemos así en la siguiente cita en referencia a la importancia del reconocimiento simbólico: «De símbolos también vive la gente y muchas veces, muere». Es muy indicativa de la naturaleza del agravio ―así mismo de la estrategia nacionalista de Maragall― que tiende a centrarse en cuestiones identitarias, es decir, simbólicas, subordinando de este modo las cuestiones de índole institucional (agravio democrático) y por último las de orden material (agravio económico). Por otro lado, y respecto a la asignación de responsabilidades, el discurso de Maragall no asigna las responsabilidades directamente, al igual que el discurso de Pujol en el período anterior, es por ello que, en ambos casos se describe al marco del agravio como un enmarcado débil. Esto está directamente relacionado, además, con la definición del “otro” como antagonista, pero primero se propone analizar la forma como Maragall, no asigna la responsabilidad del agravio a un actor en concreto al que atribuir la culpa: 218 «Sabiendo como sabemos que todas las competencias exclusivas que estaban definidas en el Estatuto el año 79 prácticamente han sido vaciadas por paso del tiempo. Porque siempre hay una disposición general o en el propio Estatuto o en la Constitución que lo permite por interés económico, general o por otros»182 Se observa en lo anterior que no hay una incidencia ni en la culpa, ni en la responsabilidad de los actores, en tanto que el paso del tiempo ha vaciado las competencias del Estatuto. De igual modo, Maragall, hace referencia a la historia, cuando más adelante sostiene: «O hacemos un Estatuto para blindar aquello que la historia nos quitó y el Estatuto anterior nos daba y la Constitución también, o vamos a un Estatuto reducido a grandes principios generales que nos permitan defender en la calle y ante el juez los derechos que inicialmente se concibieron y que teníamos».183 El proceso de enmarcado del agravio se produce en los mismos términos del pujolismo, incluso con el mismo recurso argumental del expediente histórico; pero las menciones que se hacen de los agravios específicos son muy pocas. Se recurre al expediente histórico para situar a los derechos colectivos y relacionarlos con un trato fiscal justo y el reconocimiento de la singularidad. Es por todo ello que se lo caracteriza como un enmarcado débil a nivel del agravio que se encuadra en un diagnóstico que combina valencias positivas con negativas. Identidades: Identidad ”nosotros”184: Es en el ámbito de la identidad donde se centrará el peso del enmarcado en el discurso de Maragall. En particular en lo que se refiere a la identidad “nosotros”. En ese sentido se reiteran los argumentos de una identidad diferenciada de Cataluña (frente a España) y ―aunque intenta matizarlo y relativizarlo con ejemplos de mestizaje―, Maragall sostiene que Cataluña es un pueblo con unas determinadas particularidades que lo hacen diferente a España y es a partir de esa diferencia que debe afrontarse el problema español. 182 Ibídem Ibídem 184 Se invierte el orden expositivo del “ellos” y el “nosotros” dado que en el discurso de Maragall están particularmente relacionados, en tanto que el “ellos” se desprende de modo especular y negativo del “nosotros”; sumado ello a la dificultad del pensamiento Maragalliano, mencionada más arriba. 183 219 En el sentido de las identidades, en el discurso del 26 de enero de 2005 en el Foro Nueva Economía, Maragall sostenía que Cataluña es un sujeto político colectivo que se ha recreado, cuando decía que: «Catalunya, a lo largo de los últimos 100 años ha creado, ha recreado, trabajosamente un sujeto político. Y ese sujeto político quiere simplemente vivir, crecer y relacionarse, teniendo en cuenta un contexto español y europeo caracterizado por la pluralidad y la interdependencia».185 Maragall utiliza la técnica de enmarcado de la personificación del sujeto colectivo en un modo rotundo y desde el primer momento de la conferencia. Además, esa construcción, es una recreación. Recreación significa volver a crear. Algo que existió en el pasado y que dejó de existir. La asunción de un “nosotros” de este tipo es claramente compatible solamente en los términos del nacionalismo de tipo etnocultural. En tanto que sostiene la existencia de una entidad llamada Cataluña, que consta de un “nosotros” claramente definido ex ante y que posee además, rasgos propios de los sujetos individuales como la voluntad de vivir, crecer y relacionarse. La distinción del “nosotros” con el “ellos” es muy marcada y se orienta a la existencia de dos sujetos colectivos distintos antes que a otro tipo de características (v.g., ciudadanos). Es de este modo que se sirve de la técnica de la atribución de la defensa de los intereses colectivos cuando en el discurso del Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 Maragall decía que: «En esta nueva plasticidad se sitúa el problema de España, mejor, el proyecto de la España plural y diversa. Plural, que quiere decir formada por pueblos varios y diversa que quiere decir por pueblos distintos - distintos en el sentido de que lo que se comparte, se comparte de distinta manera, por ejemplo la lengua o el derecho civil».186 La diferencia, entre esas dos comunidades, se establece a partir de la pertenencia de los individuos a un pueblo que hace que se perciban la realidad de manera distinta. Esto hace posible, que, en palabras de Maragall: «lo que se comparte, se comparte de distinta manera, por ejemplo la lengua o el derecho civil». 187 Maragall intenta matizar la diferencia al sostener que lo que une a los sujetos es la propia diferencia, pero se subraya el conflicto como centro de la dinámica: 185 Discurso de Pasqual Maragall del 26 de enero de 2005 en el Foro Nueva Economía Discurso de Pasqual Maragall, en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 187 Ibídem 186 220 «Es por todo esto que no nos vamos a separar. No por interés, entiéndanlo. Y a pesar de nuestras querellas internas y nuestras diferencias, que son la sal de la vida, ahí estamos. Los catalanes no sabríamos que hacer sin pelearnos con los madrileños. Nos aburriríamos mortalmente».188 De igual modo que hizo Pujol, Maragall utiliza la técnica de enmarcado de personalización del sujeto colectivo, tal y como se ha mencionado, y lo hace dentro de la operación de la definición del protagonista, de tal modo que se caracteriza al sujeto colectivo con intereses predefinidos y poseedor de propuestas determinadas. Por otra parte, y del mismo modo que Pujol, es el propio Maragall el que se atribuye la defensa de ese sujeto colectivo como técnica de enmarcado, en tanto es “Cataluña la que plantea su propuesta”. Respecto a este último punto lo vemos en el fragmento que sigue cuando Maragall sostiene que: «Con este espíritu plantea Catalunya su propuesta. Una propuesta pensada desde Catalunya para Catalunya y para España, o si se quiere, desde Catalunya para España. Quiero que entiendan que nuestro propósito es el de contribuir a hacer una España que si se acepta tal como es, en su espléndida diversidad, ampliará enormemente sus horizontes, porque adquirirá una confianza en sí misma que, en términos globales, le ha faltado o no ha poseído en la medida necesaria». 189 En lo que se refiere a la caracterización del “nosotros” como un sujeto individual la descripción de Maragall, en el discurso del Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004, es muy gráfico al definir quiénes son los catalanes: «Quiero que entiendan que les hablo desde una Catalunya tolerante, abierta, vanguardista, acogedora, solidaria, progresista en sus políticas sociales, comprometida en la construcción de la España diversa, puente con Europa y referencia mediterránea».190 Es aquí donde corresponde comentar el uso reiterado que hace Maragall de argumentos similares a los utilizados por la Lliga Regionalista, tal y como se comentó en el período anterior. Esos argumentos describen una situación tópica donde una Cataluña «tolerante, abierta, vanguardista, acogedora, solidaria, progresista en sus políticas sociales, comprometida en la construcción de la España» y que se ofrece a modernizar una España que tiende a no aceptarse en su diversidad; que no amplía sus horizontes; y que carece de confianza y de un proyecto para sí. 188 Ibídem Ibídem 190 Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 189 221 Identidad “ellos”: Es así como queda definido el “ellos” a partir del enmarcado de la diferencia o mejor, de la lógica de la diferencialidad en los términos de Gurrutxaga (1990). El actor responsable, ahora pasa a ser España con unos ciertos intereses contrarios al bien colectivo en tanto que: «Todo eso que se puede hacer en Catalunya, que la gente quiere que se haga, no va a poder ser si en España no cala un poco el espíritu de cambio y la filosofía que hay debajo de esa propuesta. Nos preocupa el problema español».191 España en el enmarcado de Maragall sigue siendo la que se describía en el período anterior, pero con ciertas diferencias. Desaparece las menciones al gobierno de PP y del que fuera Presidente del Gobierno, J. M. Aznar. Ello se explica por la llegada del PSOE al Gobierno; y si bien Maragall, no recurre a la técnica de la personalización de los actores responsables, sí hay, por oposición, una serie de referencias a la atribución de intenciones además de a intereses contrarios al bien colectivo. Por último, no hay una definición de los actores externos como agentes ilegítimos de la comunicación; pero sí claramente describe, a esos actores, como portadores de intereses contrarios a los de Cataluña, tal y como se observa en el tratamiento que hace de la otredad en el siguiente párrafo. En el discurso de Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 Maragall sostenía que: «el Madrid político-mediático actúa demasiadas veces como un foro capitalino que interpreta la complejidad de España desde el centralismo y no desde la centralidad. El sistema de la capital ha sustituido al sistema estatal. Los diarios de la periferia, sus radios y televisiones no se escuchan en el centro. El centro ignora lo que ocurre en la España real, en la España plural».192 Volviendo al argumento de la superioridad de la Cataluña, Maragall, sostenía que: «estarán ustedes conmigo que la pedagogía de la España plural se hace difícil» 193. Solo desde la superioridad se puede hacer pedagogía. Esta pedagogía se realiza a partir de las técnicas de enmarcado de la atribución de los intereses y representación colectiva además de la apropiación de los valores sociales. 191 Ibídem Discurso de Pasqual Maragall en el Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 193 Ibídem 192 222 El Pronóstico: En lo que se refiere a las dimensiones de la agencia-metas la operación fundamental que se pone en práctica es la de enmarcado de soluciones con la propuesta reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Este proceso de reforma es el concepto central del pronóstico, y de él se desprenden los beneficios a obtener que Maragall detalla y los valores abstractos que conlleva. Este concepto central, lo será no solo de su marco discursivo, sino de su acción de gobierno durante toda la legislatura.194 Volviendo a la cuestión del pronóstico, una vez presentada la cuestión de la reforma, Maragall enuncia los beneficios a obtener al sostener que: «Catalunya propone una España plural que considere realmente las instituciones de autogobierno de sus nacionalidades y regiones como Estado, con un Senado que represente y exprese esa pluralidad institucional […] Catalunya propone una España plural que defienda y promueva como una riqueza irrenunciable todas sus lenguas y culturas».195 Maragall enuncia el primero de los dos principales beneficios a obtener del nuevo Estatuto de Cataluña que es la España plural. La España plural, es aquella, que sea sensible con las diferentes nacionalidades que la componen y que defienda los hechos diferenciales. En cierto sentido, más allá de la modificación del Estatuto, la propuesta de Maragall pretende modificar España, de allí las críticas vertidas sobre las pretensiones maragallianas de cambiar la Constitución de 78 a partir de la modificación de un Estatuto de Autonomía. La profundidad y el alcance de la solución que propone Maragall son muy destacables. Maragall propone nada menos que una nueva España, la España plural. Es a partir de esta idea, que Maragall desarrollará, en el marco discursivo, los beneficios a obtener, y estos beneficios pueden discriminarse en dos apartados. El primero de estos apartados hace referencia a los beneficios que recibiría Cataluña, a partir de la ampliación de las transferencias de competencias en los ámbitos de autogobierno y de reconocimiento identitario. El segundo Maragall se refiere a España; y el beneficio que tendrá España es que se reconocerá a sí misma como un ente colectivo de naturaleza plural, resolviendo el problema catalán. Si la reforma del Estatuto era el primer objetivo, el segundo objetivo era obtener: una mejora en la financiación, de este modo: «Catalunya propone una España plural 194 Esta idea fue confirmada en una entrevista a un parlamentario del PSC perteneciente al sector con sensibilidad más española quién sostuvo un paralelismo entre los Juegos Olímpicos de Barcelona del año 1992 como idea fuerza del gobierno de Maragall en la Alcaldía de Barcelona y la idea de Reforma del Estatuto de Autonomía del Gobierno de Maragall en la Generalitat de Cataluña. 195 Ibídem 223 basada en un trato fiscal justo».196 Este es uno de los argumentos centrales del pujolismo: “el agravio económico” en el que Maragall vuelve a insistir, pero de modo tangencial. En el discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid se advierte claramente qué posición ocupan las cuestiones institucionales y las materiales. Las de orden económico son las últimas del planteamiento maragalliano, tal y como se observa en el siguiente párrafo: «La agenda definida en nuestro acuerdo de formación del gobierno de la Generalitat afecta a cinco grandes cuestiones: 1ª La consideración de la Generalitat como Estado, 2ª La redefinición del ámbito competencial, 3ª La presencia de la Generalitat en Europa, 4ª La colaboración de la Generalitat con los entes locales, 5ª La financiación autonómica».197 Se puede señalar, por otra parte, una importante innovación, respecto de CiU y del pujolismo en particular, con la propuesta de reforma de Maragall, que tiene que ver con la herramienta ―es decir con la reforma del Estatuto― y con el alcance que le imprime, nada menos que, cambiar Cataluña y cambiar España. Pero lejos de los que pueda parecer existen más continuidades que diferencias entre Maragall y Pujol. Y esas continuidades las podemos encontrar, antes que nada, en la misma temática de la reforma del encaje o de la cuestión territorial. Maragall no se aparta de la estela que ha dejado la agenda política de Pujol. Por otra parte, los temas que aborda en la reforma, son ―si bien con matices― los mismos que ha presentado el pujolismo, con los tres agravios descritos y los fundamentos identitarios que los sostienen. Por último se advierte también, que mediante las transferencias de competencias en materias tan sensibles como las que planteaba el proyecto del Estatuto que salió del Parlamento Catalán, se pretendía ―al igual que ocurrió con el pujolismo― escindir y autonomizar y diferencia el ámbito político catalán como un espacio político propio. Es curioso que, mientras Maragall presentaba una reforma institucional que aumentaba la autonomía y la diferenciación del espacio político, por otra parte, llamaba a la implicación198 en las soluciones de España. Una última cuestión, no menos dificultosa en el pensamiento de Maragall, es la de la propuesta del federalismo asimétrico, en tanto que eje fundamental de su solución para España. En la tónica general del discurso de Maragall, nunca se expone con toda claridad a qué se refiere exactamente con ello, más allá del enuncio de generalidades. No obstante ello, siguiendo a Peregrín Gutiérrez se puede decir que por federalismo 196 Ibídem Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 198 Ibídem 197 224 asimétrico Maragall entiende a un Estado en el que coexisten naciones y regiones, “con un Estado español muy light, correspondientes a lo que se denomina, creando un agravio comparativo con las demás CC AA, como “comunidades históricas”, prácticamente soberanos (término que no gusta tampoco a Maragall que prefiere la expresión más posmoderna, ambigua y blanda de “idependientes-interdependientes”)” (Peregrín Gutiérrez, 2004: nota al pie nº 10). A tenor de lo manifestado en el párrafo anterior, la categoría de federalismo asimétrico nos remite, por lo que sostiene Peregrín Gutiérrez, a los principios de la reforma del Estatuto de Autonomía salida del Parlamento catalán, sin que incorpore nueva información la definición conceptual. Motivación: En el discurso de Maragall en el apartado de motivación y de definición de las audiencias encontramos que existe una continuidad con el período anterior en lo que respecta a la discriminación de audiencias de carácter débil, y en clara diferencia con Pujol. Maragall hace una interpelación casi exclusivamente en términos identitarios de las audiencias, a quienes señala y define como participantes, en tanto que técnica de enmarcado. Pero no señala las formas de participación ni vincula la participación con las formas de solución del problema. Al igual que en período anterior podemos encontrar las mismas dos valencias, una positiva de la motivación: una orientada a una audiencia interna a la que es particularmente sensible a la reivindicación de la identidad y del autogobierno de Cataluña mediante un nuevo pacto federal asimétrico y; otra de valencia negativa, orientada a una audiencia externa, sensible a los valores asociados a la descentralización del Estado y los regionalismos. Esta sensibilidad identitaria, que es de orden simbólico, se encuentra mayoritariamente en los sectores altos y medios-altos de la sociedad, tal y como se señaló en el capítulo anterior. En este apartado Maragall definirá los participantes de la acciones de manera difusa, sin una especial incidencia en los aspectos relacionados con la movilización social. Una de las críticas que recibió en su momento el discurso de Maragall era la poca vinculación que tenía con los elementos cotidianos de la vida de la personas y ello está relacionado también, con la escasa incidencia en este punto de segmentación de las audiencias. Al remitirnos a los agravios, observará, que Maragall pone en cuestión el modelo autonómico a partir de las sensaciones de las élites políticas, económicas e intelectuales. Las audiencias a las que primero menciona son esas, y por el tono general del discurso, es a quienes tiene por audiencia principal. 225 En el discurso de Maragall, aparece como sujeto colectivo la entidad inmaterial, tan mentada por el pujolismo, que es Cataluña. Cataluña es la que propone, quiere, merece, etc. No hay por ello un claro llamamiento a la participación de la ciudadanía en aspectos puntuales de la movilización. De allí que tampoco que se vincule la resolución con la participación, o que se señalen acciones puntuales y se indiquen las formas de participación. Podemos decir a modo de síntesis que el marco de Maragall se caracteriza por: Un diagnóstico contradictorio, ambivalente, con agravios débilmente enmarcados en sensaciones de unos sectores muy minoritarios y poco representativos del total de la sociedad y con un antagonista no enmarcado. Por otra parte y en clara continuidad 199 con el período anterior y con el pujolismo, se incide de modo importante en la identidad “nosotros”. El pronóstico del Marco de Maragall se asienta sobre la asignación de un concepto central que es la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña y del federalismo asimétrico. Como se ha visto, son propuestas, claramente continuistas del pujolismo en el contenido pero innovadoras en el modo al incorporar la reforma de Estatuto como herramienta. La motivación, al igual que en el período anterior, es muy débil, no segmenta las audiencias de modo fuerte y se orienta casi exclusivamente a unas audiencias con clara sensibilidad identitaria. Si bien están definidas las audiencias en relación a las sensibilidades nacionalistas hacia el interior de Cataluña e intentando asociar la idea de pluralidad a los valores progresistas en la segmentación hacia afuera, no hay una apelación a la acción, sino antes bien, una llamado al no bloqueo o modificación del Estatuto a las instituciones. Estrategia del PSC Maragall reconoce que la estrategia de Pujol se construyó desde la manifestación del agravio (desde el tan mentado victimismo) que se aprovechaba tácticamente para la obtención de mayor cuotas de poder y transferencias desde el Estado central. Reconociendo esta estrategia, Maragall se alejó de la mención, más o menos directa de los agravios, y se centra en el eje propositivo. De allí la mención casi en formato de letanía de aquello de Cataluña propone. 199 En muchos sentidos, tal y como señala Balfour y Quiroga (2007), así como Dowling (2013) Maragall es un continuador del pujolismo, del cual se desempeñó como un heredero antes que como una alternativa contra-hegemónica. 226 Vemos que en un artículo publicado en Cinco días el 4 de marzo de 2004, y que lleva por título Cata abierta a Raimundo Ortega200, Maragall indica que: «Se terminó la estrategia defensiva, pasamos a la ofensiva, a la ofensiva cordial. Más de 100 años después de las esperanzas y los temores del poeta podemos decirle a España: No todas las regiones son iguales, abuelo. Pero todas tienen igual derecho a preservar su identidad y su lengua, y a desear lo mejor para sus ciudadanos. En derechos sí somos iguales, en trayectoria no. Hay nacionalidades y regiones. Solo falta decir cuáles. Vamos a respetar que haya regímenes fiscales forales y régimen común, pero vamos a exigir que los resultados sean los mismos para todos: pagar por renta y recibir por población. Distintos en el cómo, iguales en el qué».201 Se advierte el modo en que Maragall intenta diferenciarse del victimismo pujolista proponiendo una nueva forma de acceder a los mismos fines y mediante la misma estrategia. Maragall, y a riesgo de ser reiterativo, asume el discurso, los fundamentos y la estrategia, del nacionalismo de CiU. Baste con señalar, el camino inverso que sigue a la hora de determinar cuáles son regiones y cuales son nacionalidades. Sabe, conceptualmente que hay diferencias entre ambos conceptos, pero no surgen de la empiria, sino de una ejercicio conceptual anterior202 que se establece a partir de una previa concepción de nación, en este caso, de orden etno-cultural. No obstante esa innovación, toda la estrategia queda subsumida a la misma estrategia del período anterior en el discurso de Maragall, en lo que respecta a la recurrencia a argumentos propios del catalanismo de principios del siglo XX. De este modo, Maragall continúa en este período con la estrategia de proponer dos cadenas de identidades opuestas de las que debe prevalecer una de ellas. En estas cadenas de identidades se asocian: Cataluña-modernidad-pluralidad-descentralización, frente a España-conservadurismo-uniformidad-centralismo. Es por ello, que hace referencia al problema español en el que es España la que da la espalda negando la pluralidad del resto de nacionalidades que conforman la España plurinacional que entienden Maragall. Vemos una estrategia, muy parecida a la del período anterior, pero más radicalizada hacia la vertiente etno-cultural del nacionalismo. La radicalización viene dada por el posicionamiento de la reforma del PSC, a medio camino, del inmovilismo de CiU, ni en la independencia de ERC. Ello se hace patente en el discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid cuando Maragall sostenía que: 200 Pasqual Maragall “Carta abierta a Raimundo Ortega”, Cinco Días, 4 de marzo de 2004. Disponible en línea en http://www.pasqualmaragall.cat/pensament/pensament_articles.php?mes=3&any=2004 201 Ibídem 202 Un crítico neo-kantiano contraargumentaría que no hay otra forma de hacerlo. 227 «El Estatuto que pretendemos no es una disimulada declaración de independencia. Como tampoco es una aceptación vergonzante de vasallaje. El Estatuto que queremos es -en todo caso- una libre declaración de interdependencia».203 Se observan aquí tres cuestiones que retratan de modo sustancial la estrategia del PSC de Maragall. La primera de estas cuestiones es, la necesidad de clarificar que no se trata de una declaración de independencia disimulada, desmarcándose de ese modo de las aspiraciones de ERC; segundo, menciona que no se trata de una aceptación «vergonzante de vasallaje». Estos son términos severos para referirse indirectamente a CiU y a una situación de autonomía muy importante para Cataluña; la tercera cuestión es donde se enmarca la estrategia de Maragall: la «interdependencia». En cierta medida esa interdependencia remite a la relación de paridad entre Sujetos204 colectivos que son iguales. Esta postura se aleja incluso del federalismo más convencional, para acercarse al confederalismo, en tanto que Maragall busca un Estado (Catalán) dentro del Estado (Español) y que exista una relación de paridad entre ambos. Esta idea confederal es la que patentiza la asunción de Maragall de la ya comentada tesis de reconocimiento (Ovejero, 2011b), que ha sido mencionada en el capítulo anterior y que caracterizado como de justicia los reclamos del nacionalismo (y es justificada la inclusión del PSC en esta categoría en este período, a excepción de la vertiente española) fundados en la realidad diferenciada y no reconocida, por España, de Cataluña. El último elemento de la estrategia de Maragall aparece en la relevancia a la idea de Europa. Europa aflora, en el discurso de Maragall, como referente de modernidad y como un horizonte a alcanzar por parte de España. En el camino hacia ese horizonte, Cataluña estaría mucho más próximo en los términos que se enmarca el discurso. Cataluña aparece como el componente más europeo de España. Esto se relaciona, con la imposibilidad de sostener con datos empíricos el argumento ―que Maragall aún entonces mantenía― de la pujanza y vanguardia económica de Cataluña frente al resto de España (fundamentalmente Castilla y Andalucía, dejando expresamente fuera de esto al País Vasco) propio de finales del XIX y principios del XX. Hoy esas diferencias de desarrollo tecnológico e industrial ya no son tales (Alonso, 2015) y se deben orientar los marcos hacia otros elementos que justifiquen argumentalmente la diferencia. Ello se desprende del último párrafo del discurso con título: Cataluña en el contexto político español del 5 de agosto de 2004 en la Escuela de Verano del Escorial, donde Maragall sostuve que: «Quizás toda esta pretensión de que España se 203 204 Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004 Se utilizan las mayúsculas en los términos Althusserianos. 228 sienta plural y Catalunya libre, es decir, formando libremente parte de ella, sea una ilusión vana».205 Aparece meridianamente expuesta la concepción de la nación Catalana que asume la estrategia de Maragall. Por último se puede añadir que, en los términos de los tipos ideales de estrategias aquí analizadas, hay un claro desplazamiento hacia una visión etno-cultural de la nación conservando, algunos rasgos del expediente cívico-político. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC): El Discurso de ERC en esta etapa no fue un discurso uniforme, ni lineal, sino que incurrió en contradicciones, correcciones y matices. La posible razón tras ello, es la incomodidad de ERC en asumir el rol de partido de gobierno en la Generalitat, dado que esta formación ―hasta ese momento minoritaria― se declaró abiertamente independentista y sus propuestas han sido, desde su giro secesionista del 89, maximalistas y abocadas siempre al papel de partido de oposición minoritario desde el retorno de la democracia. Por otra parte, dado el carácter asambleario de ERC en el que unas bases militantes “relativamente radicalizadas” (Dowling, 2013: 300) poseen una fuerza decisoria importante, forzaron a la dirección a cambiar el sentido ―contra el criterio de la cúpula del partido― de más de una decisión. Estas contradicciones se pondrán en evidencia, por ejemplo, en el llamado al voto por la opción del NO en el referéndum sobre el nuevo Estatuto de Autonomía, criterio en el que la militancia se impuso sobre la dirigencia de ERC. Discurso de ERC: Se analizará en particular el discurso de Carod-Rovira, Presidente de ERC, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 en el que el único tema o cuestión dominante es la relación entre Cataluña y España que tiene como referencia el proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Diagnóstico: En esta etapa en pleno proceso de reforma estatutaria, Carod-Rovira si bien prioriza y centra su discurso en la dimensión de la identidad y en el de la agencia, enmarca, no obstante ello, el agravio en sus tres dimensiones: democrática, económica e identitaria, De tal modo que el agravio es presentado como problema desde el inicio de su discurso; en él Cataluña es definida como nación y de allí se desprende el problema español que es caracterizado como la propia relación entre Cataluña y 205 Pasqual Maragall: “Cataluña en el contexto político español “, 5 de agosto de 2004 en la Escuela de Verano del Escorial. 229 España, que se cristaliiza en la imposibilidad de que Cataluña tenga un Estado propio. Este problema se manifiesta en tres agravios, cuando Carod sostiene: «Todos los partidos de tradición democrática, coincidimos en un punto fundamental: Cataluña es una nación, una realidad nacional diferenciada, en Europa y en el mundo, y queremos que lo continúe siendo, en todos los ámbitos (político, económico, cultural y lingüístico). Coincidimos también que para continuar existiendo y progresando Cataluña se tiene que autogobernar […] con el Estatuto actual y la financiación de ahora, Cataluña no está en condiciones de hacer frente a los retos, problemas y proyecto del siglo XXI, ni a la larga, de asegurar la propia supervivencia como nación […] Aquí no tenemos un problema nacional. Aquí lo que tenemos es un problema estatal. Nuestro problema no es que seamos una nación. Nuestro problema es que no seamos un Estado».206 Dentro de la operación de problematizar la cuestión, Carod, utiliza la técnica de enmarcado que propone vincular los agravios ―fundamentalmente el económico― a las experiencias ordinarias de las personas207. Es por ello que además de señalar la financiación insuficiente de Cataluña, entiende que esa falta de financiación «es injustamente solidaria con los sectores populares y con los más desfavorecidos del país, a quienes condena a no tener el nivel de bienestar que se merecen y que aquí sí que pagamos».208 El agravio económico se enmarca de manera muy concreta a diferencia del período anterior, se lo relaciona, además, con lo real, y se lo vincula a las experiencias cotidianas, problematizando la cuestión, y enmarcando una situación dentro de lo que se ha denominado como la privación relativa fraternal209 (Gurr, 1947). En lo que respecta al agravio democrático, Carod, mediante las técnicas de enmarcado de asignar un concepto y dramatizar la situación, enmarca este tipo de agravio al sostener que en el: «Estado español, la democracia o es plurinacional o no es una democracia plena».210 Se advierte que a diferencia de otros partidos políticos ERC, es quién enmarca más profundamente los agravios en general, y el agravio democrático en particular, al poner en duda la plenitud democrática del Estado 206 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005. Todas las referencias al texto de analizado son una traducción propia del catalán. 207 Este tipo de enmarcado del agravio es fundamental para el éxito del nacionalismo en el tiempo tal y como sostiene Giuliano (2011). 208 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 209 El enfoque de psicologista de Gurr, ha sido criticado duramente por autores como Tilly, Scokpol o Moore por la naturaleza monocausal de sus explicaciones que descuidan las causas estructurales de la acción social. No obstante, es interesante para esta investigación analizar una variante de las tesis de Gurr como es la privación relativa fraternal que, sin ser considerada una variable explicativa de la movilización, sí es analizada como una herramienta de las élites políticas ―en tanto la percepción de las expectativas son generadas por los líderes políticos― que interviene activamente en el enmarcado de los discursos del agravio económico y del agravio democrático. 210 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 230 español. Se comienza a vislumbrar un enmarcado fuerte del agravio democrático que enfrenta la voluntad democrática de Cataluña, frente al déficit democrático español, que se desarrollará más profundamente en el período siguiente. Si bien, Carod, no da cuenta detalladamente en qué consiste y cómo operan los diferentes modos de agravio ―con la excepción parcial del económico― sí da por sentados los perjuicios que soporta «el pueblo de Cataluña». Carod dramatiza la situación al agregar que de no realizar el salto hacia adelante en las expectativas de reforma hacia la independencia de Cataluña «lo pagaremos muy caro como país y como sociedad y, lamentablemente, iniciaremos un camino sin retorno hacia la provincialización. Pasaríamos de ser nación a ser provincia, y eso comportaría caer en una situación de dependencia absolutamente y probablemente irreversible que nos llevaría a nuestra decadencia como pueblo». 211 En éste último párrafo se observa además que Carod utiliza las técnicas de enmarcado de dramatizar la situación poniendo en duda el mantenimiento de Cataluña en el tiempo, insertando además la cuestión en un marco más amplio, como es la de la subsistencia del pueblo catalán en sí. Estas dos últimas técnicas de enmarcado, parecen a juicio de quien suscribe, de muy dificultoso el enmarcado en esa etapa, en tanto que ―si bien es cierta la apreciación de falta de sensibilidad de la segunda legislatura aznarista respecto de los nacionalismo periféricos― no es menos cierto que, en una visión de mediano y largo plazo, la Comunidad Autónoma de Cataluña ha gozado de un autogobierno, un reconocimiento y una financiación, como nunca ha tenido en otro momento histórico; siendo ésta, incluso mayor que muchas otras unidades federadas de Estados abiertamente federales. Esto hace muy difícil la verosimilitud, tanto del marco como de esa idea, sin una EOP determinada y favorable. Y en algún punto Carod-Rovira reconoce esto, aunque lo explica con otros elementos, como es la falta de habilidad en dar explicaciones ―refiriéndose a políticos y activistas independentistas― cuando sostiene que: «corremos el riesgo de no explicarnos demasiado bien e impedir que la gente haga la conexión instantánea entra la necesidad de un nuevo Estatuto y la mejora de su vida cotidiana».212 Carod-Rovira, por otra parte, realiza una directa pero matizada (respecto a períodos anteriores) operación de atribución de la causa, mediante las técnicas de enmarcado de la asignación de conceptos y de atribución de responsabilidades a los actores colectivos. Si bien, en el proceso de enmarcado tiende a no generalizar, Carod no lo consigue del todo, y se producen referencias indirectas a España como una nación 211 212 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 Ibídem 231 «con otro modelo de convivencia que, hasta ahora, no ha sido nunca cívico ni plural».213 Del mismo modo que, cuando hace referencias a la inmigración de siglo XIX, llega a aseverar en términos dicotómicos que «Si la nueva inmigración está con nosotros, el futuro será nuestro. Si no la tenemos, no habrá para nosotros un futuro como pueblo».214 Tal y como se dijo, a diferencia del período anterior Carod-Rovira, intenta puntualizar y discriminar, frente a las generalizaciones del pasado, en la asignación de conceptos. De éste modo ya no será (siempre) simplemente España el concepto que se asigna como el origen de los agravios, sino que Carod-Rovira pasa a designar al PP y a una parte del PSOE, como el origen de los agravios, sin perjuicio de ello, España como causa continuará apareciendo en su discurso. Es a esos actores a los que Carod atribuye la responsabilidad de los agravios que sufre el pueblo de Cataluña. Identidad “ellos”: Por otra parte sí hay una descripción del antagonista ―al igual que en el período anterior― aunque no es tan generalizada, pero es igual de rotunda. Desaparecen las referencias simbólicas negativas vinculadas al franquismo215, ―ya no gobierna el PP y lo hace el PSOE― y se mencionan otros elementos de la estructura de la nación que se evalúan muy negativamente como «centralismo histórico» del PP y de «una parte importante del PSOE, [el] anticatalanismo de los medios de comunicación españoles y su capacidad irresponsable de sembrar mentiras, insultos y odio, el constitucionalismo inmovilista […] convertido en discurso oficial del Reino, el discurso demagógico […] de la solidaridad interterritorial». 216 Las técnicas de enmarcado que utiliza en este apartado Carod-Rovira son las de: personalizar a los actores responsables, atribuir intenciones e intereses contrarios al bien colectivo y definirlos como agentes ilegítimos de la comunicación. Es de destacar que en éste enmarcado, Carod, utiliza la práctica totalidad de las técnicas de enmarcado que propone el marco ideal. A un importante sector de España se lo enmarca como actor responsable de los tres agravios que padece Cataluña, e incluso se lo señala como el responsable del problema Español y de su falta de solución, cuando Carod sostiene que: «Durante siglos, las únicas propuestas de organizar el Estado español de manera diferente, respectando su diversidad interna, han venido solamente de su periferia y, 213 Ibídem Ibídem 215 Solo se menciona al aznarismo y al felipismo como interpretaciones del nacionalismo español postfranquista. 216 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 214 232 en particular, de Cataluña. El fracaso reiterado de estos intentos ha venido provocando una comprensible fatiga de la pedagogía catalana delante de España. Unos cuantos siglos predicando siempre los mismo ―reconocimiento de la pluralidad como un valor positivo― con unos resultados tan exiguos puede decepcionar a cualquiera. […] puede ser que, en muchos casos, no es que no nos entiendan sino que, sencillamente, están en contra. Tener que dar permanentemente explicaciones ―de porqué somos como somos y hablamos como hablamos― efectivamente cansa y cansa mucho, sobre todos si te das cuenta, que mientras lo haces, nadie te escucha».217 La definición del antagonista es precisa, aunque se intenta no generalizar, como en el período anterior. De este modo se personalizan los actores responsables, el Estado español y, se menciona además con especial dureza a los medios de comunicación españoles, a quienes se les atribuye las intenciones de no querer escuchar, ni aceptar las propuestas de reforma que pedagógicamente hace Cataluña. Por otra parte, se les acusa de estar directamente en contra de Cataluña, y en cierto sentido se los hace actores ilegítimos de la comunicación al hacerla ―a España― responsable de los continuos fracasos en la solución del problema español. Identidad “nosotros”: La operación de la definición del protagonista es, al igual que en la etapa anterior, la más elaborada del discurso y donde más se centra la atención. Las técnicas de enmarcado utilizadas son las de personalizar el sujeto colectivo, atribuirse la representación de valores universales y de la defensa de los intereses colectivos, y apropiarse de valores sociales. Es en esta dimensión donde hay una personalización de un único sujeto colectivo (aunque menos que con Pujol y Maragall) que es Cataluña; se atribuyen la representación de valores ―los contrarios a España― e intereses y hay una apropiación de valores abstractos. En el sentido de esto último, Cataluña, es enmarcada desde la superioridad de valores como la democracia, la pluralidad, el autogobierno, la libertad, etc. Existe una atribución clara de representación de valores e intereses colectivos como son la lucha por, y la defensa de, los intereses diferenciales como son el autogobierno, la financiación, y la protección de elementos identitarios como la lengua y la cultura. ERC es quién se presenta como la formación que salvaguarda esos intereses fundamentales para Cataluña. 217 Ibídem 233 Es en esta dimensión, la de la identidad “nosotros”, donde cobra sentido la definición de «todos los partidos de tradición democrática, coincidimos en un punto fundamental: Cataluña es una nación, una realidad nacional diferenciada, en Europa y en el mundo»218. Se define a Cataluña como una nación, a partir de una premisa de carácter axiomático y por otra parte se señala que esa es una definición en la que coinciden los partidos «de tradición democrática». Carod de este modo deja lugar a una interpretación falaz de la cuestión, en tanto que los que entienden lo contrario ―que Cataluña no es una nación― son los partidos que no tienen una tradición democrática. Por otra parte, este argumento muestra otra falacia no formal 219, en tanto que se asocian dos términos que no tiene relación, la tradición democrática de los partidos políticos, como pretensión de validez de la conclusión de un razonamiento. El argumento de Carod-Rovira, se vuelve maximalista la centrase en las cuestiones identitarias y llega a sostener, invirtiendo los términos del problema, que: «en todo caso, lo que hay que resolver, es el encaje de España en Cataluña, saber si hay un proyecto de España que encaje en nuestro proyecto nacional».220 La cita anterior demuestra una definición muy precisa del enmarcado del “nosotros” y de la forma en que se plantea de la estrategia discursiva, que se analizará más adelante. Pronóstico: En lo que respecta al enmarcado de soluciones a los problemas y a las posibilidades de éxito, encontramos un cambio sustancial en este período, del mismo modo en los llamados a la movilización para alcanzar esos objetivos, a partir de las técnicas de enmarcado que utiliza Carod-Rovira son: la asignación de un concepto central, describir los beneficios a obtener y cargar de valores abstractos esos beneficios. La innovación estará dada por la gradualidad de la solución propuesta por Carod. De este modo, la solución propuesta en el marco es el nuevo Estatuto, pero se establece una asignación conceptual muy fuerte y escalonada entre el apoyo a la reforma del Estatuto como vía para acceder a la independencia de Cataluña. Para Carod-Rovira la independencia es el objetivo y la solución a los agravios, mientras que la reforma del Estatuto es solo un paso más en esa dirección. Carod así lo manifiesta hablando de la reforma del Estatuto de Autonomía: 218 Ibídem Es la falacia no formal ad verecundiam. De este modo, Cataluña es una nación porque lo dicen los partidos de tradición democrática. 220 Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 219 234 «Para ERC, en cambio, es un avance importante, pero no es el final, sino una estación más avanzada en el trayecto, que nos acerca a la plena libertad nacional, a la independencia política en el marco europeo».221 Ese paso intermedio, según entiende Carod-Rovira, debe ser próximo en el tiempo, tal y como señala el propio Carod-Rovira: «Cataluña, entonces, deberá pasar del Estatuto al Estado, cuanto antes mejor»222 Por otra parte, se plantean no solo los beneficios a obtener, sino los peligros de no hacerlo; se relaciona la solución con valores abstractos: «El Estatuto y la financiación, tienen que representar más instrumentos para la que gente viva mejor. Porque con los recursos que administramos y la gestión que hacemos del autogobierno todos salimos ganando y estamos en condiciones de garantizar la máxima calidad de vida material, cultural y democrática […] Más autogobierno, más Estatuto, más financiación, más soberanía, quiere decir, también más bienestar, más calidad de vida, más igualdad de oportunidades, más justicia social, más progreso, más prosperidad para todos».223 Aquí hay un doble enmarcado que relaciona la solución de los problemas que representa el Estatuto, con la obtención de beneficios concretos en la experiencia cotidiana de las personas y su relación con valores sociales. En el discurso de CarodRovira, destaca particularmente la intensidad y cantidad de esta técnica de enmarcado que relaciona soluciones y beneficios abstractos. Este tipo de técnica, otorga especial relevancia a la dimensión de la identidad, que es el eje central del discurso de ERC, por el cariz emocional que adquiere el discurso ligado a los grandes valores. Éste es un punto muy relevante en lo que refiere a la motivación para la movilización social pero que tendrá como límite material, la identificación identitaria nacional. Motivación: Las técnicas de enmarcado utilizadas por el líder de ERC, en el presente apartado son: la definición de los participantes, la apelación a la responsabilidad de los individuos, la invocación de valores universales y la vinculación de la participación en la solución del problema, señalando incluso, acciones particulares. El discurso de Carod, puntualiza muy específicamente quienes deben ser los participantes de la movilización, es decir, a quién va dirigida la interpelación discursiva. El discurso no se enmarca hacia los ciudadanos españoles de Cataluña, sino a aquellos activistas de la independencia organizados en la sociedad civil, y es a ellos, a 221 Ibídem Ibídem 223 ibídem 222 235 los que se los conmina a la movilización y a la sensibilización del resto de los catalanes. No hay referencia alguna al resto de españoles, en tanto que, la catalana, es otra audiencia para Carod-Rovira, distinta y diferenciada de la española. Por otra parte, Carod apela a la responsabilidad individual de los sujetos de una manera directa, en un claro llamamiento a la transversalidad de la movilización, dentro de las sensibilidades del nacionalismo catalán, ello se observa cuando Carod-Rovira manifiesta que: «Pido a la sociedad catalana que se movilice, que lo hagan todos los sectores sociales, económicos, empresariales, universitarios, profesionales, deportivos, periodísticos, culturales, asociativos, territoriales, religiosos, para que se sientan parte de un proyecto común de una idea de país mejor, como integrantes de un tren en marcha, que avanza, sin parase hacia el final del trayecto».224 Del mismo modo que Carod-Rovira, hace un llamamiento a los valores universales, tal y como se observa en el siguiente ejemplo: «Ahora toca recuperar la ilusión, el sueño, la épica, la complicidad colectiva, la dignidad nacional […] Ha llegado la hora. Ahora toca pasar del sentimiento y la emoción nacional a la conciencia y la práctica nacional. Somos una nación y seremos un Estado. Queremos un Estado y lo tendremos. Ahora toca luchar para conseguir aquello que hace siglos vamos a perder: el Estado. La capacidad de decidir, la última palabra sobre nuestro presente y nuestro futuro».225 Por último, Carod-Rovira, señala las formas de participación y las acciones de un modo directo: «Abandonemos la indiferencia, la pasividad, la resignación, la dimisión. Despertémonos de este letargo donde estamos instalados, en permanente siesta colectiva. Salgamos a la calle, hablemos con la gente convenzámoslos».226 El proceso de enmarcado que realiza Carod-Rovira, es hasta aquí, el más completo respecto del marco ideal propuesto. Y si bien no profundiza en la estructuración del agravio, si lo hace en la dimensión de la identidad y fundamentalmente en la tarea de motivación. Estrategia de ERC: Carod-Rovira, en su discurso, y más allá de las alusiones al proyecto cívico e integrador, utiliza una clara estrategia nacionalista de corte etno-culturar para dar cuenta de la relación Cataluña y España. El mensaje es claramente dirigido única y exclusivamente al pueblo catalán ―de hecho a una parte de este que son los 224 Ibídem Ibídem 226 Ibídem 225 236 activistas nacionalistas―. La definición que Carod hace de Cataluña como nación, es de carácter cultural y axiomático. Carod enlaza el reconocimiento de ese carácter nacional de Cataluña a la naturaleza de la tradición democrática de los partidos que lo hacen, para diferenciarlos del PP, y en esta etapa, de Ciudadanos. Si bien, CarodRovira menciona también criterios voluntaristas de adscripción nacional, por otra parte, mantiene como fundamentales para la definición de aquello que es catalán rasgos diacríticos como la lengua catalana, pero va más allá, al sostener: «Estos es cosa de todos, como el catalán. Basta de estúpidos debates para saber qué se entiende o no por literatura catalana. Es que, ¿puede ser, que los ciudadanos alemanes que escriben en turco, representen a la literatura alemana? No podemos permitir por más tiempo aceptar como normal aquí, lo que no se acepta en ningún sitio» 227228. Carod-Rovira, por otro lado, plantea la idea del nacionalismo etno-cultural de raíces románticas que relaciona directamente un pueblo, un país y un Estado, estos elementos son vertebrados por un elemento fundamental que es la lengua catalana. ERC se ha posicionado en defensa del catalán y en oposición al castellano, al que entiende como una lengua extranjera. Ejemplo de ello es la creación en 2005, durante el Gobierno de Maragall, y por iniciativa de ERC, de las Oficinas de Garantías Lingüísticas que tienen por objetivo “fomentar el uso social del catalán y canalizar las denuncias de los ciudadanos que observen vulneraciones respecto a la legalidad vigente y a quienes la Generalitat garantiza la confidencialidad. Estas denuncias, por ejemplo sobre la rotulación en catalán en los comercios, han servido para sancionar a algunos establecimientos” (Santamaría, 2008: 31 nota al pie 6). Por otra parte, CarodRovira, en cierta forma, deja planteada y sin resolver la cuestión de la existencia de identidades múltiples y anidadas que constrasta con la homogeneidad de su visión de la sociedad catalana. Ésta no es una cuestión menor, dada la naturaleza heterogénea de la sociedad catalana tal y como se ha desarrollado en el capítulo cuarto.229 En términos generales, y más allá de los intentos de equilibrio, la estrategia nacionalista de ERC es claramente de naturaleza etno-cultural, sin perjuicio, del uso continuo del vocabulario del orden del nacionalismo cívico-político. 227 Ibídem La postura de Carod-Rovira respecto de la naturaleza del catalán, deja fuera de la “literatura catalana” a los escritores catalanes que escriben en castellano. O dicho de manera más amplia, se excluye del ámbito de lo catalán a quién escriba en castellano. 229 Si bien excede el marco del presente trabajo, es muy interesante analizar las reacciones y los posicionamientos de ERC respecto de la inmigración que llega a Cataluña en el siglo XXI, sus diferencias con respecto a la del resto de España de la última mitad del siglo pasado, las similitudes con el pujolismo y las políticas de asimilación en que derivan tales posicionamientos 228 237 En modo sintético se pueden subrayar los siguientes elementos del marco de ERC. El diagnóstico es predominantemente negativo. Se estructuran caramente los tres agravios mencionados con especial incidencia en el identitario y se introduce con fuerza el enmarcado del agravio democrático. Se plantean identidades antagónicas, con algún matiz respecto del antagonista. Hay un fuerte enmarcado del nosotros en términos antagónicos a partir de elementos identitarios. Dentro del pronóstico, la solución que se plantea es la reforma del Estatuto de Autonomía como paso previo a la independencia. Y en lo que a motivación, se observa una apelación directa a las audiencias nacionalistas a la movilización. Por otra parte, el marco de ERC es el más completo de los formulados hasta el momento en relación al marco ideal propuesto. Convergencia y Unión (CiU): Artur Mas reemplazó como líder de CiU al histórico Jordi Pujol, y es quién se presentó como candidato a la presidencia de la Generalitat para las elecciones del año 2003 y en las siguientes. Durante la etapa que analizamos, 2004-2009, las estrategias políticas y discursivas de CiU, seguirán a grandes rasgos las del pujolismo, es decir, ambigüedad y oscilación entre un discurso nacionalista de corte etno-cultural, por un lado; y un discurso nacionalista cívico-político, por otro. Ello se produce, dentro de una tendencia de radicalización paulatina de las demandas, por parte de los partidos nacionalistas, frente al Gobierno nacional, tal y como se mencionó más arriba, que tiene como origen, el diseño institucional del federalismo competitivo, al que se debe sumar, las propias estrategias de las élites. La particularidad del período, es que CiU en un primer momento, pierde la iniciativa dentro de las filas nacionalistas a manos de otros partidos (ERC y PSC); hecho inusual para un partido como CiU, que fue el centro de la vida política partidaria en Cataluña desde la transición. Esa iniciativa del PSC, ERC e ICV-EUiA, tiene como principal proyecto la reforma del Estatuto de Autonomía. La reforma del Estatuto que generó una serie de tensiones entre los diferentes partidos catalanes pro-reforma del Estatuto (PSC, ERC, ICV-EUiA, y CiU) y el Gobierno nacional del Partido Socialista; que fue percibida por Mas, no sin acierto, como una oportunidad de retomar la iniciativa política y una vía de retorno a la presidencia de la Generalitat. Es por ello que negoció directamente, incuso sin la presencia de Maragall, con el presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero la aprobación del nuevo Estatuto, a cambio de la aceptación, por parte de los socialistas, de que formaría Gobierno la lista más votada en Cataluña en las próximas elecciones, previniendo de este modo la formación de otro gobierno Tripartito como el que presidía Pasqual Maragall y 238 asegurando el apoyo de los socialistas para formar eventualmente un gobierno de CiU en minoría.230 Este acuerdo no se materializó en las siguientes elecciones del 2006, donde el PSC decidió reeditar el gobierno Tripartito con el nombre de Gobierno de Entendimiento Nacional para el Progreso (Govern d´Entesa Nacional pel Progrés), aun cuando Artur Mas había ganado las elecciones, aunque sin la mayoría para formar gobierno. Tal y como se mencionó, la estrategia de Mas se enmarcará en la tradición catalanista de pactismo, pero con objetivos incrementados. Es por ello que, en el discurso de Mas, encontramos dos vertientes definidas del mismo discurso; la primer vertiente, a favor de la reforma del Estatuto, tuvo una estrategia discursiva que mantenía la posibilidad de acuerdo y negociación, pero estableciendo objetivos de máxima en la negociación política para presionar al PSC y a ERC. La segunda vertiente, más evidente a partir del año 2006 pero en particular en 2007, es la de la radicaliza en sus reclamos, en el tono y en la estrategia de su discurso; probablemente influenciado además, por la incumplimiento del pacto alcanzado con Rodríguez Zapatero para hacerse con el Gobierno regional. Discurso de Convergencia y Unión (CiU): Se analizará la temática del encaje de Cataluña en España en el discurso de presentación de La casa grande del Catalanismo (La casa gran del Catalanisme) que lleva por título: “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor 231” pronunciado el 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña. Mediante ese lanzamiento, se intenta reposicionar a CiU como un actor central de la política catalana, rescatando muchos elementos de referencia del pujolismo e incorporando algunos otros que serán determinantes para el período siguiente. Diagnóstico: Agravios: Dentro de la tarea de diagnóstico, la dimensión del agravio queda enmarcada de un modo muy similar al formato pujoliano. Es decir, sin una atribución de culpa clara del antagonista; con una definición negativa de éste, pero sin señalarlo como actor ilegítimo de la comunicación y excluirlo del diálogo. Por otra parte, sí se presenta la cuestión y se problematiza los riesgos que acechan a Cataluña. Cataluña corre el riesgo de desaparecer (tal y como ya señalaban Pujol y Carod-Rovira, por su parte) frente a las amenazas de la globalización, la inmigración 230 Véase las declaraciones de Felip Puig sobre este tema en La Vanguardia, 9 de Abril de 2009. Disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20090409/53678508663/felip-puigadmite-que-el-pacto-zapatero-mas-por-el-estatut-incluia-el-apoyo-del-psc-a-ciu-en-catalun.html 231 Todas las referencias y citas de este texto son traducciones propias del catalán. 239 extracomunitaria, la baja tasa de natalidad autóctona y los aspectos negativos de la relación con España. A partir de estas cuestiones generales en el discurso de Mas, se enmarcan los tres agravios propuestos por el pujolismo. El agravio identitario es enmarcado por Mas a partir de tres vertientes: la globalización, que afecta a las identidades culturales, en primer lugar; en segundo, la inmigración de personas de origen africano y sudamericano, que pondrían en riesgo esa identidad catalana; y la tercera, es la cuestión del encaje con España. Se podría decir, que las dos primeras no tienen una relación directa con el tema de análisis que es la relación entre España y Cataluña, pero sí se enlazan, estas cuestiones, en el razonamiento de Mas cuando sostiene que Cataluña no posee los elementos de autogobierno suficiente como para hacer frente a esos desafíos. Toda la temática de los agravios, se refiere a esa relación entre Cataluña y España, y tal y como veremos en el siguiente período, tiende a ocupar la casi totalidad de los discursos y de la praxis política de las élites políticas catalanas. Comenzando por el análisis del agravio identitario, observamos que Mas, sostiene que: «En la piel de toro predomina más el odio que la concordia, y la intolerancia que el respeto. En muchos aspectos, España se ha regenerado. En otros, simplemente degenera. El clima político es un buen ejemplo. La incomprensión hacia Catalunya, también».232 Hay, según Mas, una incomprensión, no ya hacia los catalanes o los ciudadanos de Cataluña, sino hacia Cataluña misma. Y esa incomprensión es ontológica. Esa incomprensión se fundamenta en una estructura de oposición diádica al que ya recurría el catalanismo decimonónico y que será recuperado por Pujol y Maragall, tal y como se ha señalado más arriba, y donde Cataluña, es el motor del progreso económico, político y social; mientras que «la España de hace cien años era un Estado decadente, desnortado, prisionero de sus propias debilidades y de sus miedos».233 Y es desde esa superioridad desde la que Mas sostiene que desde Cataluña «hace treinta años que actuamos pedagógicamente […] Hemos hecho desde el catalanismo pedagogía para parar un tren y, si me permitís la ironía, ya veis que el tren no llega en justa correspondencia» o cuando sostiene que: «la causa habría que buscarla en que la convivencia de Catalunya dentro del Estado ha sido casi siempre traumática. Y no cabe decir que los traumatismos principales los ha sufrido Catalunya».234 232 Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña. 233 Ibídem 234 Ibídem 240 Mas pretende utilizar, con dudosa eficacia y verosimilitud, las siguientes técnicas de enmarado que son las de: relacionar las experiencias ordinarias de la población con los agravios; insertar la cuestión en un marco más amplio, que es la historia reciente de Cataluña y España; y dramatizar la situación respecto a futuro, poniendo en duda la propia supervivencia de Cataluña, o la sensación de sentirse extranjero en la propia tierra. Todo ello se observa en la siguiente cita en la que, en relación a los inmigrantes, Mas entiende que: «Ninguna sociedad tiene una capacidad ilimitada de absorber y de integrar personas que vienen de fuera. Catalunya tampoco. Cuando el lecho de un río se desborda, no puede esperarse nada positivo.[…] Por otro lado, el catalanismo es el único movimiento que garantiza que diversas personas, incluso de orígenes culturales muy distantes, compartan un sentido de pertenencia y un mínimo proyecto común. Sin este proyecto común, los catalanes acabaríamos sintiéndonos forasteros dentro de nuestra casa».235 En lo que respecta al agravio económico, Mas enmarca el déficit fiscal sumado a un agravio en la distribución de infraestructuras y lo relaciona con el agravio democrático. Pero vayamos por partes. En agravio económico es histórico en el enmarcado del catalanismo, tal y como lo hemos comentado. Se utilizan aquí, con bastante más eficacia, las técnicas de enmarcado de relacionar las experiencias ordinarias de la población con los agravios, insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación respecto a futuro. Mas lo reitera al mencionar que «Catalunya sigue sufriendo un déficit fiscal del entorno del 8% de su creación de riqueza». Además de un agravio, en comparación a otras comunidades en la construcción del tren de alta velocidad (AVE) «que el AVE llegará antes a un bueno número de capitales españolas que a Barcelona y a la frontera francesa» Del mismo modo que aun habiendo obtenido una mejor financiación con la negociación estatutaria, ya se pone en duda lo conseguido, cuando Mas dice que el Estatuto está en peligro por los recursos frente al Tribunal Constitucional y por la actitud del Gobierno Español: «Conscientes del déficit de infraestructuras que arrastramos, en el Estatut figura una cláusula por la cual el Estado se obliga a invertir en Catalunya durante siete años el equivalente a la aportación que Catalunya hace a la creación de riqueza de todo el Estado; un poco menos del 20%. Este compromiso está, no obstante, doblemente amenazado: por el recurso ante el Tribunal Constitucional, y por la actitud poco leal del gobierno español».236 235 236 Ibídem Ibídem 241 Por otra parte, se enmarca el agravio democrático, clave en este período y fundamental para el siguiente. Mas lo enmarca relacionado con el referéndum del Estatuto de Cataluña del 2006 con el concepto del derecho a decidir, y lo plantea en los siguientes términos: «Los catalanes ejercieron en referéndum su derecho a decidir. […] Si el Estatuto no sale íntegro del Tribunal Constitucional, el derecho a decidir de los catalanes quedaría alterado. La propia democracia quedaría afectada en su esencia y razón de ser».237 Mas prevé que cualquier modificación al Estatuto será antidemocrática porque vulnera el derecho a decidir de los catalanes, este argumento se desarrollará con mucha más intensidad en el período siguiente. Como se ha dicho, se enmarcan los tres tipos de agravios y ello se realiza a partir de las técnicas de enmarcado de asignación conceptual tales como déficit fiscal, inmigración, e identidad. El intento de relacionar estos conceptos del marco del agravio con las experiencias ordinarias de la población son escasos y dificultoso, desde la perspectiva de quién suscribe, porque el discurso de Mas apela en gran medida a los valores y a la identidad que, tienden a no tener un reflejo de lo cotidiano, más allá de las continuas referencia que ha hecho al Estado de bienestar en el discurso. Nótese por cierto, que es el gobierno de Pujol ―en el que Mas es figura destacada― quién implementa políticas de claro sesgo neoliberal en lo que respecta al Estado de bienestar, más allá de lo que sostengan (Pujol y Mas) en sus discursos, tal y como mencionan Balfour y Quiroga (2007), Dowling (2013) y Santamaría (2008). La excepción a esa falta de verosimilitud de las técnicas de enmarcado, puede ser la idea de los riegos que entraña la inmigración para Cataluña y para los catalanes. El enmarcado de Mas tiende a no relacionar, dicha inmigración, directamente con cuestiones que afectan a las experiencias ordinarias y a la privación relativa, pero lo hace de manera tangencial; no obstante lo anterior, el marco de CiU, relaciona el peligro de la inmigración, más directamente con el riesgo de la dilución de la identidad catalana. Sí hay, por otra parte, una inserción de los agravios propuestos con un marco más amplio, que es la histórica cuestión del encaje de Cataluña en España, además de una dramatización de la situación a futuro, que, tal y como se comentó, pone en riesgo la existencia de Cataluña, tal y como se conoce. Dentro de la operación de la atribución de las causas, se mantienen en líneas generales una cierta ambigüedad, y las técnicas de enmarcado utilizadas son las de asignar un concepto y responsabilidad a los actores ―ésta última de modo parcial―. 237 Ibídem 242 La ambigüedad, se observa cuando Mas habla de una regeneración de España, pero solo en parte. Por otra parte, no se incide directamente en la culpa que España tiene en los agravios. Cuando se hace referencia a la culpabilidad del actor antagonista, se menciona a una España histórica, es decir a “otra” España. Cuando Mas hace referencia a la causa recurre a la historia y al papel que España tenía en ella, tal y como vemos en la siguiente cita: «Pero el Estado español existía y, […] estaba dispuesto a utilizar toda su fuerza, también la de las armas, para conseguir doblegar, domesticar y dominar las aspiraciones de libertad y de autogobierno de los pueblos que componían, con Catalunya al frente. España había perdido sus colonias exteriores, pero no estaba dispuesta a perder sus „colonias internas‟».238 La España de 2007 es otra, a los ojos de Mas, aunque guarda algunos parecidos con aquella; y esos parecidos, que él menciona, los dosifica en el enmarcado. Si bien la técnica de enmarcado de asignar una causa ―la relación con España― es clara, existe una ambigüedad calculada en la asignación de responsabilidades de ese actor colectivo externo. Ello lo podemos observar en la siguiente cita en la que Mas sostiene que: «el Estado central interviene por tierra, mar y aire en la vida de los catalanes, vía todo tipo de leyes, decretos, cheques, subvenciones o impuestos».239 Mas utiliza el verbo intervenir, que difícilmente sea posible vincularlo a agravios ―en tanto que, un actor puede intervenir, positiva o negativamente sobre una cuestión― es por ello que, si bien hay un concepto asignado, no hay una incidencia clara de responsabilidad. De allí la ambigüedad en esta parte del marco. Identidades: Identidad “ellos”: Dentro de la tarea central del diagnóstico, la dimensión de la identidad “ellos” se encuentra poco estructurada, tal y como se menciona en el párrafo anterior. No se incide especialmente en la utilización de técnicas de enmarcado que caracterizan de modo negativo al “otro”. Se continúa con la ambigüedad calculada que caracterizó al pujolismo. Dentro de esa ambigüedad, destaca, no obstante, el enmarcado del “otro” caracterizado por la falta de entendimiento y la aspiración de dominio; a pesar de ello, no se los define como actores ilegítimos de la comunicación y, en ese momento, no se les atribuye intereses contrarios al bien colectivo. 238 239 Ibídem Ibídem 243 Sí hay una conceptualización de España como competidor victorioso en algunas cuestiones, situación que se torna perjudicial para Cataluña. Esto aparece en el discurso de Mas cuando dice que: «Nos encontramos en una situación más frágil que hace diez años, como consecuencia de la fuerte ola inmigratoria, pero también por el nuevo empujón y desacomplejamiento de la nación española. Para muchos catalanes, España se ha hecho más atractiva, y Catalunya menos. En lugar de avanzar hemos dado un paso atrás».240 Téngase en cuenta que dos años antes Mas negoció con Rodríguez Zapatero el proyecto de Estatuto de Autonomía y la financiación. Y que es particularmente difícil establecer un procedimiento de enmarcado que caracterice negativamente a un “otro” como antagonista, si se ha negociado y pactado con él avances sustantivos de autogobierno. En síntesis hay un enmarcado del “ellos” de manera parcialmente débil, dado que no se incide en demasía, en la atribución de intereses e intenciones contrarios al bien colectivo. Identidad “nosotros” Dentro de este campo hay una profundización que continúa con los tópicos de la ambigüedad tradicional del pactismo del pujolismo. Cataluña es considerada como como un sujeto, es decir, se personaliza al sujeto colectivo, y se profundiza, además, la defensa exclusiva de los intereses colectivos. He aquí el eje de la conferencia que se analiza. Lo que propone Mas es la refundación del catalanismo, enfatizando ―en lo identitario― la estrategia pujoliana. Tanto así, que Mas, vuelve a utilizar la terminología moralizante de Pujol cuando sostiene que: «el catalanismo debe ocuparse del alma de la nación»241. Recurre además a la técnica de enmarcado de apropiarse de valores sociales tales como: la conservación y la explotación del patrimonio cultural, la promoción de las personas, “la calidad de país” ―se refiere a la concepción del gusto por el trabajo bien hecho o de calidad que en hipótesis tienen los catalanes―, las virtudes cívicas, la justicia social, el Estado de bienestar y la apertura el mundo. Ejemplo de lo anterior es: «El catalanismo ha pretendido que Catalunya fuera no simplemente un país más sino un país que mereciera la pena y que destacara por su calidad y por su modernidad; en buena parte, lo ha ido consiguiendo».242 240 Ibídem Ibídem 242 Ibídem 241 244 Por otra parte, es a partir de la representación exclusiva de esos valores sociales universales desde donde se viene haciendo “pedagogía”. Mas lo enuncia en estos términos: «Hace treinta años que actuamos pedagógicamente: […]. Hemos hecho desde el catalanismo pedagogía para parar un tren y, si me permitís la ironía, ya veis que el tren no llega en justa correspondencia».243 Se recurre al argumento ―ya utilizado por Pujol y Maragall― de la superioridad moral, económica y social que preconizaba el catalanismo decimonónico, que es incompatible con la realidad económico, social y cultural de la España actual, tal y como lo he señalado de Blas (“El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003). Mas ofrece un marco donde aparecen identificados el sujeto colectivo que es Cataluña con el catalanismo y el catalanismo con CiU y con Mas. El mismo proceso de enmarcado de Pujol. Del mismo modo hay una idea de homogeneización en el ámbito del “nosotros”. El catalanismo, es decir, el nacionalismo catalán, va más allá de la ideología (de izquierda-derecha), de modo que: el catalanismo «quiere el país por encima de la ideología. La construcción del país por encima de las derechas o izquierdas»244. Retomaremos esa cuestión en el análisis de las audiencias. Por lo pronto baste decir, que ese “nosotros” es un concepto sin matices que extiende esa identificación Cataluña-catalanismo-CiU-Mas con el pueblo de Cataluña. La innovación aparece en la puntualización entre ciudadanos de Cataluña y “catalanes”. Mas lo menciona de este modo en referencia a una cita de Tarradellas: «hemos de dirigirnos a nuestros compatriotas más como catalanes que como ciudadanos de Catalunya»245. Hay un cambio de registro que previene lo que vendrá. Este cambio léxico, que no es casual, pone de relieve como primer elemento de reconocimiento identitario a los catalanes frente a los ciudadanos de Cataluña, es decir, la interpelación nacionalista antes que la Estatal, lo etno-cultural antes que lo cívico-político. Por último vale destacar, el recurso a reclutar figuras prominentes. Mas cita a Tarradellas, Pi Margall, Valentí Almirall, Francesc Cambó, Prat de la Riba, Francesc Layret, Francesc Macià y Lluís Companys. Pronóstico: Es en esta tarea ―y en la motivación― donde también se producen cambios sustanciales. Las técnicas de enmarcado que utiliza Mas son: la asignación de conceptos centrales, define los beneficios a obtener, carga de valores abstractos esos 243 Ibídem Ibídem 245 Ibídem 244 245 beneficios y recurre a la historia. Existen fundamentalmente dos elementos a destacar en esta dimensión que tienen que ver con el cambio de los objetivos y soluciones. Una de las innovaciones es que esas soluciones son fruto de la radicalización de las soluciones obtenidas años antes, pero que hacen vislumbrar el fin de la continuidad del incrementalismo del pujolismo (José Luis Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012). La primera de las soluciones aportadas por el marco de Mas es el concepto de plenitud nacional y de él se desprenden otros dos conceptos relacionados, y que se desarrollarán en el período siguiente que son: el derecho a decidir ―a partir de la radicalidad democrática―; y el concierto económico, que será conocido luego como pacto fiscal. El concepto central, que tal y como se dijo, es el de plenitud nacional es un eufemismo de Estado propio. Mas lo reconoce aunque de modo hiperbólico fiel al estilo del lenguaje ambiguo del nacionalismo catalán conservador: «A menudo hablamos de plenitud nacional cuando nos referimos a la aspiración del más alto grado de autogobierno o de soberanía».246 De modo que el objetivo es construcción de la nación plena que es aquella que posee el máximo grado de soberanía. La plenitud nacional, para Mas: «la hemos de asociar a la idea que la sientan suya todos o prácticamente todos los catalanes.» conforme su derecho a decidir como comunidad. Más lo especifica: «allá dónde se hablaba de autonomía o de autogobierno, hemos de hablar del derecho a decidir 247 por nosotros mismos sobre aquello que nos es propio […] De la misma forma que el catalanismo del siglo XX se planteó y consiguió la recuperación de las instituciones y el avance del autogobierno, el catalanismo del siglo XXI, tiene que plantear el derecho de la nación catalana a decidir de manera democrática, libre y pacífica […] El derecho a decidir de la sociedad catalana se tiene que aplicar progresivamente sin más límites que la propia evolución democrática de la sociedad […] El derecho a decidir de los catalanes hunde sus raíces en las convicciones y en las creencias más genuinamente democráticas. El derecho a decidir de un pueblo es el ejercicio de la democracia en estado puro […] Si Catalunya es una nación, y lo será mientras los catalanes lo quieran, y no es simplemente una derivada o un subproducto constitucional, los 246 Ibídem El concepto del derecho a decidir, en términos estrictos es de dudosa, existencia tanto en el derecho comunitario, como en el derecho internacional y mucho menos en el derecho constitucional español. En el ámbito académico catalán fue introducido ―probablemente a partir de un concepto similar utilizado por los nacionalistas de Quebec― Jaume López (2011) como un concepto que reemplaza al de autodeterminación de los pueblos, teleológicamente orientado al caso catalán y dando el sustento conceptual al secesionismo catalán que el de autodeterminación de los pueblos no tiene. 247 246 catalanes tienen, tenemos, el derecho democrático a decidir lo que más nos convenga como pueblo».248 Expongo una larga cita, porque entiendo que resulta elocuente y descriptiva de los cambios en el proceso de enmarcado del nacionalismo de CiU. Yendo por partes, y analizando las técnicas de enmarcado que se utilizan, podemos ver claramente que Mas pretende dar por superada la cuestión de las relaciones con España al proponer directamente el encaje o posicionamiento de Cataluña en el mundo. Se vale para ello de la técnica de enmarcado de asignación conceptual con el derecho a decidir. Este concepto (sin tradición académica alguna, pero con gran potencia movilizadora), tiene una serie de identidades asociadas de gran calado como son: derecho de un pueblo a decidir-democracia en estado puro-sin limitaciones. Los beneficios a obtener son la plenitud nacional, es decir, el Estado propio; pero a él asocia, junto con el derecho a decidir, un cierto empoderamiento de los catalanes que les llevaría a poder decidir sobre lo que más les convenga como pueblo desde la radicalidad democrática. Los valores abstractos con los que carga este marco son muchos y de carácter profundamente movilizador. A partir de la cadena de relaciones que vincula los conceptos derecho a decidir, radicalidad democrática y plenitud nacional, Mas desgrana toda una serie de beneficios a obtener, pero fundamentalmente desarrolla valores abstractos que están asociados a los propios conceptos y a su eventual ejercicio. Ejemplo de ello es la referencia que hace Mas de que el «derecho a decidir de los catalanes hunde sus raíces en las convicciones y creencias más genuinamente democráticas».249 Denótese que este concepto que plantea Mas como modo de acceso a la solución que es la plenitud nacional de Cataluña se relaciona con un valor absoluto como es la democracia o las convicciones y creencias democráticas. Mas también menciona que ese derecho a decidir de los catalanes ―que no de los españoles― se ejerce de manera democrática libre y pacífica. Es decir que, Artur Mas, sin ni una sola explicación y sin dar cuenta del concepto derecho a decidir, lo vincula con esos valores para generar un concepto de campo semántico abierto, es decir, “un espacio abierto para ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221). Este tipo de conceptos se analizarán con más detalle en el capítulo siguiente, pero baste decir que, ellos permiten ser completados por los anhelos de la población y de allí su capacidad movilizadora. 248 Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña. 249 Ibídem 247 Es muy llamativo que Mas no defina en ningún momento el derecho de decidir ―ni ningún otro de los nuevos conceptos que menciona―, eso profundiza aún más la ambigüedad del lenguaje de CiU en esta etapa. El derecho a decidir, incluso a partir del texto de López (2011), no es otra cosa que un intento de adaptar a la situación catalana el derecho de autodeterminación, tal y como indica, Martín Ortega Carcelén en su artículo, del periódico El País del 16 de Octubre de 2014250. Este hipotético derecho a decidir, no solo carece de entidad académica sino que: “los inventores de la expresión se refieren a dos ideas de manera implícita: Cataluña es una nación y, en consecuencia, tiene derecho a la autodeterminación. Es una maniobra retórica inteligente que pretende trasladar el debate desde el concepto resbaladizo de nación hacia el terreno más seguro de la democracia. El derecho a decidir no se debe negar, argumentan, porque ¿quién puede atreverse a impedir que la gente elija su destino?” (Martín Ortega Carcelén, “El derecho a decidir no existe”, El País del 16 de Octubre de 2014). Se intenta trasladar, según Ortega Carcelén, la cuestión del nacionalismo a la teoría de la democracia mediante el uso de esta batería de conceptos. Motivación: Por último, y dentro de la tarea de motivación y la dimensión de la agencia-audiencia, Mas utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: define a los participantes, segmentando claramente a las audiencias; apela a la responsabilidad de los individuos; invoca valores universales; relaciona la participación con el éxito; e indica formas de participación aunque, es cierto que las acciones que señala, son de naturaleza más bien genéricas. Uno de los puntos centrales del discurso de Mas es la definición de los participantes y la segmentación de las audiencias (Alonzo, 2015). Mas señala claramente que se dirige a los catalanes (antes bien que a los ciudadanos de Cataluña) y ofrece una identificación de identidad entre los catalanes y los catalanistas, es decir, los nacionalistas. Ésta es la audiencia a la que se dirige aunque sabe, y así lo manifiesta, que es una identidad no mayoritaria. Es decir, que la gran mayoría de los catalanes no son catalanistas. Y así lo enuncia Mas, cuando dice: «El camino es claro: el catalanismo tiene que conseguir que los catalanes actúen en clave catalanista, es decir, en clave de país catalán».251 Del mismo modo insiste en el reclamo de la búsqueda y construcción de la mayoría catalanista. Esta apelación a la construcción de la mayoría, pone en evidencia la no 250 Martín Ortega Carcelén, “El derecho a decidir no existe”, El País, 16 de Octubre de 2014, disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/opinion/1412946101_991126.html 251 Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña. 248 existencia de esa mayoría. El nacionalismo se encuentra así en medio de una paradoja, tal y como señala Ovejero (2011a) que es que: si se necesita la construcción nacional que propone el nacionalismo, la nación no es un proyecto socialmente mayoritario ni autoevidente como se lo proclama; por otro lado, si la nación es un proyecto socialmente mayoritario y autoevidente, ¿para qué es necesario el nacionalismo? Lo anterior queda expresado en los dichos de Mas: «El catalanismo debe conseguir definitivamente que todos los catalanes, o como mínimo una mayoría muy significativa de ellos, se identifiquen con la nación. Esto es el que nos dará la fuerza y la legitimidad moral para reclamar todo aquello que nos corresponde como pueblo». Solo la identidad nacionalista catalana transformada (aún en 2007 no lo es) en mayoritaria hará posible «reclamar todo aquello que nos corresponde como pueblo». He aquí la tarea del nacionalismo. He aquí el corazón de lo que se conocerá en el período siguiente como el proceso soberanista. Respecto a la idea de homogeneidad, Mas enmarca a las audiencias por sobre cualquier diferencia ideológica, clivaje o fractura social. El nacionalismo catalán propone un objetivo de país más allá de las particularidades de izquierda y derecha. El propio Mas sostiene que el catalanismo: «quiere el país por encima de la ideología».252 El gran éxito del nacionalismo catalán y del pujolismo en particular ―del que Mas es continuador― es la capacidad de anteponer los marco de sentido que presentan como problemática la relación entre Cataluña y España, frente a cualquier otra problemática y, en el mejor de los casos, subordinándola a aquella a los ojos de la población (Alonso, 2014; Ovejero Lucas, 2006, 2011a, 2011b, 2013). Pero esa mayoría social homogénea catalanista no existe en 2007 en Cataluña, es por ello, que Mas reclama y propone constuirla. Volviendo a la cuestión de las técnicas de enmarcado, Mas vincula el trabajo por el consenso interno respecto del derecho a decidir, con valores abstractos al relacionarlo, entre otros elementos, con: «aquellos [temas] que van en la línea de la mayor libertad de Catalunya»253. Y el éxito en la obtención de los resultados Más lo vincula a la participación colectiva, cuando sostiene que: «El reto de los catalanistas es convencer a muchísimos catalanes sobre estos grandes temas de país. Mientras […] los reclamen sólo aquellos que se sientan muy 252 253 Ibídem Ibídem 249 catalanistas, no los tendremos. Cuando los catalanistas consigamos que los reclame Catalunya entera, los tendremos».254 Pero, por otra parte, Mas no establece una agenda de acciones concretas para movilizar a la población, sino que, la vía de acción que ofrece es la de convencer al resto de los catalanes: «No intentemos vencer a una parte de la propia Catalunya; convenzámosla!».255 Estrategia de CiU: Si bien se puede continuar hablando de ambigüedad en el discurso de Mas, por el uso discursivo de los eufemismos y por la continuidad del pactismo ―el pragmatismo posibilista (Dowling, 2013) pujoliano― sí se evidencia una profundización de la estrategia nacionalista etno-cultural y una subordinación a aquella de la faceta cívicopolítica del catalanismo, a diferencia del período anterior. Ello se denota en las referencias a los catalanes antes que a los ciudadanos de Cataluña con todo el peso de dejar de lado al significado ciudadano y elegir términos como pueblo catalán o de Cataluña. Por otra parte hay una alejamiento cada vez más evidente de la estructura jurídica que da sustento formal al Estado de las Autonomías que es la Constitución Española; y ello se denota cuando, al referirse al derecho a decidir y su adecuación al marco legal, Mas afirma que: «son las leyes las que están al servicio de la democracia, y no la democracia al servicio de las leyes. El marco legal se tiene que ir adecuando a la expresión democrática de cada momento».256 En cierta medida y en la profundización de ese concepto de democracia en estado puro que es la radicalidad democrática se anticipa la decisión de enfrentar dos legitimidades que vendrá en el próximo período, cuando Mas dice que: «Se me dirá que el derecho a decidir puede chocar con el marco legal vigente al Estado. […] Prefiero, de todas formas, que nos tengamos que confrontar con el marco legal que no con la indiferencia del pueblo catalán».257 Se evidencia un cambio sustancial respecto del período anterior 2000-2003 en lo que se refiere a la introducción de elementos conceptuales innovadores que comienzan a ser parte del marco del discurso de CiU, como los del derecho a decidir, radicalidad democrática, choque de legitimidades. He aquí una cuestión no menor. Más parece querer proponer una disyuntiva entre la indiferencia del pueblo catalán en el 2007 a esa plenitud nacional, es decir, respecto de la secesión de Cataluña, o bien el desafío al marco jurídico español, una vez movilizado el nacionalismo. 254 Ibídem Ibídem 256 Ibídem 257 Ibídem 255 250 Por otra parte queda en evidencia las dos dimensiones de la estrategia, que se han propuesto y comentado aquí. Mas claramente menciona la necesidad de realizar un trabajo hacia adentro de Cataluña: Los catalanistas, […] hemos de agendar y priorizar otra vez el trabajo que podríamos llamar hacer Catalunya adentro. Es decir, ocuparnos de la inmensa mayoría de los catalanes que se sientan catalanes y vean Catalunya como su país». 258 Se observa, además, como Mas establece quién es el objeto de interés del nacionalismo catalán, quién es su audiencia: «los catalanes que se sientan catalanes y vean Catalunya como su país». Y aunque en otros pasajes hace mención de que Cataluña somos todos, queda aquí manifiestamente expresado, quienes son los que revisten un mayor interés. Hay una profundización de las estrategias etno-cultural hacia el interior de Cataluña, con una apelación directa a las audiencias de sensibilidad catalana hacia la construcción de una mayoría social. Mas orienta de este modo, su discurso hacia la movilización de los sectores con sensibilidad catalanista para construir una mayoría social a favor de la plenitud nacional, el derecho a decidir, y la radicalidad democrática. Unión Democrática de Cataluña (UDC): Los matices de Unión Democrática de Cataluña: Se analizarán los matices que al discurso de CiU hace Josep Antoni Duran i Lleida que es presidente del Comité de Gobierno de Unió Democrática de Catalunya (UDC) y que, fiel a la política ambivalente y de la ambigüedad de CiU se ha mantenido en ese ámbito, tal y como se ha comentado, pero matizando algunas cuestiones a nivel estratégico antes que de enmarcado. A nivel de enmarcado discursivo solo destaca la relevancia que Duran otorga al agravio económico, si bien menciona el democrático y vagamente el identitario (vinculados a la matriz europea de Cataluña), el agravio económico es fundamental y es en el que más insiste Los matices estratégicos que menciona Duran se analizarán de la entrevista publica en La Vanguardia, el 6 de febrero de 2005. En ella Duran aboga por tres elementos diferenciadores de Convergencia democrática de Cataluña que son: La soberanía compartida es un hecho; la centralidad del agravio económico; y, la necesidad de evitar los radicalismos en CiU. 258 Ibídem 251 Durán destaca el hecho de que la soberanía es compartida, incluso en contra de la Constitución del 78, ello apoyaría la postura de UDC de una fórmula confederal para la organización territorial del Estado para España. El agravio económico es, tal y como se comentó, donde se pone el acento en los agravios de UDC, y de modo anticipado Duran hace referencia a evitar los radicalismos en CiU. Ese radicalismo irá tomando forma primero a nivel discursivo en la élite política de Convergencia, luego se trasladará a CiU casi en su totalidad y terminará con la disolución de la formación a mediados del 2015. En síntesis, el marco de CiU presenta un lenguaje ambiguo similar al de la etapa del pujolismo, pero presenta innovaciones que serán centrales en el período posterior. El diagnóstico, consta de los tres agravios tradicionales del nacionalismo catalán, bien enmarcados. Respecto a las identidades, no hay un enmarcado fuerte del ellos, pero sí se identifica a España como antagonista. Sí hay una profundización de la identidad “nosotros”. La fuerte innovación se presenta en el pronóstico, en el cual se introducen una serie de conceptos que son prácticamente sinónimos de los de autodeterminación e independencia y que son derecho a decidir y plenitud nacional. Es a partir de aquí que se construirá la movilización de período siguiente. En lo que a motivación respecta, hay un claro cambio de registro, en comparación con el período anterior, Artur Mas, a diferencia de Pujol, enmarca fuertemente esta tarea del marco apelando a la movilización para la construcción de una mayoría social encabezada por el nacionalismo a favor de la plenitud nacional. Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA): Desde la transición hasta el año 2003, ICV-EUiA, del mismo modo que sus partidos predecesores PSUC y PCE, nunca accedieron a posiciones de gobierno en Cataluña. A partir del año 2003, ICV-EUiA, ingresa como ya se comentó al inicio del capítulo, en coalición con el PSC, y ERC en el Gobierno Tripartito que, repetirá como Gobierno de Entendimiento (Govern d´Entesa) en el 2006 con José Montilla como presidente. Estas circunstancias, del mismo modo que ocurrió con ERC, han dificultado la adecuación, en ciertos sentidos, del discurso de un partido que históricamente ha estado en la oposición, a un partido que pasa a formar parte de un gobierno. Otro elemento que hace más compleja la situación es que ICV asume responsabilidades en Consejerías particularmente sensibles como la Consejería de Interior, es decir, aquella que se ocupa de las fuerzas de seguridad y policía autonómica durante el gobierno de José Montilla. 252 El discurso de ICV-EUiA, se mantendrá, en líneas generales, en su posicionamiento tradicional, que ha sido tratado en el capítulo anterior, de una relación entre Cataluña y España dentro de un federalismo asimétrico de corte confederal (Guibernau, 2002). Asumiendo en gran medida las tesis de los elementos diferenciadores que impulsara el nacionalismo de corte conservador de CiU y pequeño burgués de ERC (Santamaría, 2011). En lo que respecta al proceso de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, la posición de ICV-EUiA fue la de intentar alcanzar consensos entre las élites políticas para intentar fortalecer el proyecto de reforma frente a su tramitación en el Congreso de los Diputados. Se analizará en lo que sigue el artículo Un nuevo catalanismo, una nueva idea de España, de Joan Saura, quién fuera candidato a Presidente de la Generalitat y Consejero de Relaciones Institucionales y Participación de la Generalitat de Cataluña, durante la legislatura del Tripartito. El artículo citado fue publicado en el periódico El Mundo, el 14 de noviembre de 2005, en plena tramitación del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Discurso de ICV-EUiA: Diagnóstico: El balance que hace Saura en su discurso es ambivalente. La parte de la valencia positiva es el proceso de cambio, visto como una oportunidad, aún no concretado, con el texto estatutario. La valencia negativa, que tiene más peso en el diagnóstico, está dada por los agravios que son enmarcados en las mismas tres dimensiones (identitaria, democrática y económica) que venimos trabajando aquí, pero no incide sobremanera en ellos, solo los enuncia, tal y como vemos en la siguiente cita, en la que Saura, entiende que la reforma del Estatuto es una clara oportunidad para: «resolver los problemas del autogobierno de todas las comunidades autónomas, y no sólo de Cataluña, que han visto reducida la capacidad de realizar políticas propias en el ámbito de sus competencias por la constante y abusiva interferencia del Estado; una oportunidad para descentralizar la justicia y la administración tributaria; una oportunidad para establecer un sistema de financiación más equitativo en el cuál las reglas de la cohesión territorial -si se quiere de la solidaridad- sean conocidas y aceptadas, de forma que se favorezca a las comunidades con una renta per cápita inferior, sin que disminuya la capacidad de desarrollo de las comunidades que más aportan. En fin, una oportunidad para resolver uno de los principales problemas de 253 nuestra democracia: el encaje de las diversas, complejas y entrelazadas realidades nacionales que componen España».259 En el texto citado, aparecen mencionados de manera suscita pero meridianamente claros los tres agravios. De este modo las técnicas de enmarcado que utiliza Saura en su discurso son: la de presentar la cuestión, intentar definir el problema en relación a las experiencias ordinarias de la población, insertar la cuestión en un marco más amplio, aunque no dramatiza la situación respecto del futuro. Una vez presentado la cuestión y transformada en un problema, Saura atribuye la causa a la identididad entre los conceptos de nación y Estado que realiza el nacionalismo tradicional que “en España encarna el PP”, tal y como vemos en lo que sigue: «El problema de fondo es que el nacionalismo tradicional identifica nación con Estado, ya sea como fin último de un proceso de construcción nacional ya sea como instrumento para conseguir la homogeneidad nacional de un territorio. El proyecto de nación-Estado supone que un territorio determinado dispone de una cultura, una lengua, una interpretación de la Historia que abjura del carácter complejo y conflictivo de la construcción nacional, una identidad uniforme en el que la diversidad es simplemente un hecho diferencial subordinado a la identidad dominante. Para ese nacionalismo de estado, que en España encarna el PP, los nacionalistas siempre son los otros, pero nunca uno mismo».260 De este modo queda enmarcada la atribución de la causa al nacionalismo tradicional del PP a quienes se les imputa la responsabilidad de la situación del agravio. Identidades: Identidad “ellos”: Lo anterior se relaciona con la construcción de la identidad “ellos” que se sigue lógicamente de la asignación de las causas y responsabilidades. El enmarcado que Saura realiza de la identidad del antagonista es detallado y especialmente duro contra el PP. Las técnicas de enmarcado que utiliza Saura en el marco de su discurso son las de personalizar a los actores responsables, les atribuye intensiones e intereses contrarios al bien colectivo y los define como agentes ilegítimos de la comunicación, tal y como surge del siguiente fragmento del discurso: «En cambio, la derecha española permanece anclada en el nacionalismo tradicional. El discurso de Rajoy […] pone en evidencia el autoritarismo de la derecha, que 259 Joan Saura, “Un nuevo catalanismo, una nueva idea de España”, El Mundo, el 14 de noviembre de 2005. 260 Ibídem 254 desprecia la propuesta del 90% de los diputados del Parlamento de Cataluña, hasta el extremo de negarse a discutir un proyecto que ha seguido todos los trámites que establece la Constitución y el vigente Estatuto. No se puede ser más prepotente, cuando se pretende salvar a España y a los ciudadanos de Cataluña de sus propias y legítimas aspiraciones […]. Pero cuando el PP dice que la reforma del Estatuto, de todos los Estatutos, debe pasar por el acuerdo entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, […] niega la legitimidad del Parlamento de Cataluña, en el que el PP es minoritario, para presentar un proyecto de reforma del Estatuto. Al tiempo que menosprecia una realidad nacional, la catalana, que tiene un mapa político distinto al del conjunto del Estado»261. Identidad “nosotros”: En lo que respecta a la identidad “nosotros”, Saura, enmarca al protagonista a partir de las técnicas de enmarcado de: personalizar al sujeto colectivo ―aunque nunca en los términos del ERC o de CiU―; se atribuye la representación exclusiva de los valores universales y la defensa de los intereses colectivos, apropiándose, de este modo, de valores sociales que relaciona con el federalismo que propone el Estatuto. En cierto sentido, por la falta de una descripción directa, por la extensión y los términos empleados en la descripción del antagonista, el “nosotros” parece construirse por oposición al “ellos” y por la mención de los valores asociados al proyecto del Estatuto, antes que por una descripción detallada del protagonista, con la excepción de una cadena de identidades que aparece al final del texto donde sostiene que: «en este debate no se enfrentan España y Cataluña, ni tan siquiera se trata de un debate entre unidad y disgregación, sino entre centralismo y modernidad, entre uniformismo y diversidad, entre pasado y futuro».262 No obstante ello, en el texto hay una serie de valores y de elementos positivos que se atribuyen tácitamente a ese “nosotros”, como sujeto colectivo que construye el discurso de Saura a partir del enmarcado. De esta entidad, se ha de decir, que Saura reconoce que existen «diferentes concepciones de Cataluña» que son encarnadas por distintas fuerzas políticas. De este modo matiza la personificación del sujeto colectivo. Respecto a la atribución de la representación y de la defensa de los intereses colectivos, Saura sostiene, en más de una oportunidad, que el Proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña de 2006 contaba con el apoyo del 90 por ciento de los parlamentarios catalanes y la oposición del PP que es un partido minoritario en Cataluña que como ya se ha citado «tiene un mapa político distinto al conjunto del 261 262 Ibídem Ibídem 255 Estado». He aquí varias cuestiones en el discurso de Saura. La primera es la atribución de la representación exclusiva de los intereses y valores de los catalanes, frente al PP que, es minoritario y que niega la legitimidad del Parlamento de Cataluña. Saura entiende que Cataluña posee un demos distinto y diferenciado del resto de Estado y cuya representación exclusiva reside en el Parlamento Catalán; por otra parte, y como segunda cuestión, nada dice Saura de que solo el 3,9 por ciento de los catalanes estaba preocupado por un mayor autogobierno, tal y como recuerda Ovejero (2013). Pronóstico: Dentro de la tarea de pronóstico, la solución que propone Saura es la aprobación del Estatuto, para resolver los agravios a partir de más autogobierno, mejor financiación y el encaje de las diversas «realidades nacionales que componen España»263. Las técnicas de enmarcado que sigue Saura son las de asignar un concepto central como solución, que es la reforma del Estatuto de Cataluña; define los beneficios a obtener, que es fundamentalmente, la oportunidad ―lo reitera en varias ocasiones― de resolver las tensiones del sistema del Estado de las Autonomías sin caer en la conllevancia y sin atajos soberanistas (este es un argumento que utilizó también Maragall). Por otra parte carga de valores las soluciones (descentralización, solidaridad, democracia, cultura federal, etc.) elemento que comparte con la tarea de motivación. Motivación: La motivación como tarea está enmarcada a partir de la segmentación de audiencias que hace Saura. Este proceso de enmarcado podría calificarse como débil, en tanto y en cuanto, no hay una apelación a la acción, ni a la participación directa o acción colectiva como vía de resolución del problema, sino que, Saura utiliza únicamente dos técnicas, en este texto, que son: definir los posibles participantes, y señalar los valores universales implicados en la solución del problema. La definición de los participantes la realiza por la segmentación de la audiencia al identificar un “ellos” y un “nosotros” tan severo contra el PP y al entender que hay una relación de mutua exclusión entre «centralismo y modernidad, entre uniformismo y diversidad, entre pasado y futuro».264 De este modo Saura se dirige a unas audiencias muy identificadas, que dado el periódico en el que fue publicado el artículo, el idioma y los marcos hasta aquí 263 264 Ibídem Ibídem 256 descritos, tienen un destino hacia audiencias no catalanas. Ello sumado a la mención de la «madurez democrática» de la sociedad Española. Por otra parte, hay una clara vinculación entre el nuevo Estatuto y una serie de valores universales que ya han sido citados. Estrategia de ICV-EUiA: La estrategia de ICV-EUiA mantiene una clara continuidad con la del período anterior, es decir, un discurso de vertiente cívico-político que se articula con elementos y concepciones propios del nacionalismo etno-cultural y ambas concepciones en una tensión no resuelta de modo parsimonioso. Esto último lo observamos en que la solución a un problema que se diagnostica entre nacionalismos, se resuelve ―pretendidamente con una alternativa superadora― con elementos conceptuales propios del nacionalismo, como es la declaración de Cataluña como nación. Esta aplicación del concepto de nación a Cataluña en el Estatuto de Autonomía, se plantea además, con una crítica a los nacionalismos “tradicionales” que tal y como sostiene Saura, entienden: «que el reconocimiento de Cataluña como nación atenta contra la identidad de España; que mayor autogobierno de Cataluña es menos Estado; que la definición de derechos y deberes en el Estatuto implica inferioridad de derechos para el resto de los ciudadanos del Estado; que una mejor financiación es menos desarrollo para otras comunidades. En fin, que más poder político para Cataluña es menos España y un paso hacia su destrucción».265 Hay en esa estrategia una vinculación entre la vía federal que propone el Estatuto y la solución de nombrar a Cataluña como nación que no tiene un asidero argumental sustantivo, y es hasta en cierto modo un contrasentido, ello lo vemos en este fragmento: «El Estatuto establece que el desarrollo de Cataluña como nación se realiza en el marco de España […] De aprobarse el Estatuto con sus contenidos fundamentales quedaría superada la idea subyacente en buena parte del nacionalismo, más moderado o más radical, de la incompatibilidad manifiesta entre Cataluña y España, y del Estado como algo ajeno en el que no es posible implicarse. En esta nueva etapa el catalanismo en su conjunto podría implicarse a fondo en un modelo de Estado mucho más compartido».266 La estrategia siguiendo la literalidad del texto, vemos que Saura menciona que el proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña es un proyecto que se 265 266 Ibídem Ibídem 257 orienta a superar los dilemas que plantean los nacionalismos del siglo XIX, desde una propuesta del «catalanismo cívico». Y es cierto, a juicio de quién suscribe, que el planteamiento articulador es de carácter cívico-político, pero los elementos diacríticos que construyen la diferencia, y el valor que obtiene esa diferencia frente a la igualdad, distan de ser propios del nacionalismo de corte cívico-político y están ―al igual que en el período anterior― dentro del expediente del nacionalismo etno-cultural, tal y como vemos en el siguiente párrafo: «Un proyecto de Estatuto que tiene por objetivo mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en Cataluña; que es expresión de un catalanismo cívico, que asume la pluralidad de la sociedad catalana como un hecho positivo y para el que la ciudadanía, la pertenencia a una comunidad, no se establece en términos identitarios sino cívicos, siendo la lengua y la cultura catalanas patrimonio común. Como se dice en el preámbulo del Estatuto: la libertad política que se consigue como país nunca tiene que ir en contra de las libertades individuales de los ciudadanos de Cataluña, porque sólo es libre de verdad un país dónde todo el mundo pueda vivir y expresar identidades diversas, sin ningún tipo de relación de jerarquía o dependencia entre ellas».267 Destáquese, que Saura hace referencia a que la lengua y la cultura catalana son patrimonio común, pero no menciona en ningún caso que el castellano y la cultura española ―patrimonio común para la mayoría de los catalanes― sea también parte del patrimonio cultural catalán. ICV-EUiA asume, en este sentido, una visión alejada de la cívico-política y plural de Cataluña. Ciudadanos- Partido de la Ciudadanía: Discurso de C´s: Se analizará el discurso de Albert Rivera pronunciado en el Forum Europa, el 7 de febrero de 2008 en Madrid. El discurso de Rivera intentará oponerse al marco nacionalista catalán con una inequívoca vocación contra-hegemónica en ese eje nacionalista. Ello es el resultado de un posicionamiento práctico a partir de los tres principios fundacionales del partido que se han enunciado más arriba. Diagnóstico: El diagnóstico que realiza Ciudadanos es de valencia positiva a nivel español y negativa a nivel catalán. En cuanto al tema del encaje es decir, respecto a la cuestión territorial, que es el tema que se analiza, Rivera entiende que es un problema creado por las élites y que estas están muy alejadas de los problemas reales de los 267 Ibídem 258 individuos. De este modo, el problema pasa a ser las élites regionales y nacionales que se han autonomizado en la persecución de sus intereses antes que en los de los ciudadanos. En cierto modo, al asumir argumentalmente el rol contra-hegemónico, toma la estructura de enmarcado del antagonista con el que se discute, es por ello que, se encontrará una reacción a los argumentos centrales del enmarcado del nacionalismo refutando con datos o contraponiendo otros razonamientos a los argumentos centrales de aquel discurso. Tal y como se dijo, el diagnóstico es ambivalente y el agravio está dado por el olvido por parte de la partidocracia de los intereses de los ciudadanos, al sostener, en referencia a la reforma de los estatutos que: «hoy la clase política española está más pendiente del interés particular, del interés del pacto para conseguir poder, que del interés general de la ciudadanía»268. Del mismo modo que utiliza la técnica de enmarcado de vincular los problemas con la vida cotidiana de las personas cuando dice que: «Los ciudadanos lo que quieren es mejor calidad de vida, más bienestar, prosperidad, estabilidad en el país, y que España se modernice de una vez por todas. Los ciudadanos no pedían nuevos estatutos formando situaciones confederales, los ciudadanos no querían ver derechos y libertades en cada Comunidad Autónoma. Los ciudadanos no querían hablar de naciones, de banderas, de patrias, de tradiciones. Los ciudadanos lo que quieren es vivir mejor»269. Es en este mismo sentido que asigna a un actor antagonista la responsabilidad del agravio. En el ámbito estatal son los dos grandes partidos tradicionales (PP-PSOE) y, los partidos nacionalistas, en el ámbito Catalán. También recurre a la técnica de dramatizar la situación a futuro cuando Rivera sostiene que: «Lo que no tiene sentido es que en España se hayan producido descentralizaciones de competencias que hacen a veces imposible la propia gestión del país. Y pongo el ejemplo nuevamente de la economía, de esos Estatutos, y del sistema de financiación. Hoy tenemos un sistema de financiación asimétrico, pero no sólo malo, o no sólo perjudicial por asimétrico, sino por la propia forma. Hoy tenemos un sistema de cheques autonómicos, un sistema donde el propio Ministro de Economía reconocía que hacer hoy en día los presupuestos del Estado, es más difícil que hacer un sudoku».270 Identidades: 268 Discurso de Albert Rivera pronunciado en el Forum Europa, el 7 de febrero de 2008 en Madrid. Ibídem 270 Ibídem 269 259 Las identidades estarán claramente definidas en referencia al cumplimiento de la normativa constitucional y por aquellos individuos o formaciones que abogan por la garantía de los derechos individuales, ello se desprende de los siguientes dichos de Rivera: «¿cómo vamos a llegar a un consenso con Esquerra Republicana en materia antiterrorista, si tienen posiciones absolutamente distantes, si critican incluso la propia Ley de Partidos? Pues bueno, yo creo que hay que llegar a consensos con aquellos con los que se puede, digamos, trabajar en el ámbito del consenso, con aquellos que su objetivo número uno en su programa electoral, es dinamitar las bases del Estado para tener un Estado propio, porque si no desde luego no se puede llegar además a esos consensos».271 Rivera, en lo que respecta a las técnicas de enmarcado que utiliza, vemos que personaliza a los actores responsables, tanto a nivel estatal como regional; les atribuye intenciones e intereses contrarios al bien colectivo, e incluso, los define como agentes ilegítimos de comunicación, como en el caso de ERC. En cuanto a las técnicas de enmarcado de la identidad “nosotros”, Rivera, no construye un sujeto colectivo, pero tiende a atribuirse representación de los valores universales como el sentido común aunque no en forma exclusiva, y de igual modo ocurre con los valores sociales. El “nosotros” se construye de un modo débil, en tanto que el marco está orientado fundamentalmente a confrontar con el nacionalismo catalán. Pronóstico: A nivel de pronóstico Ciudadanos plantea como solución concretamente sobre el tema territorial el cierre del modelo autonómico y lo hace mediante las técnicas de asignación de un concepto central, además define los beneficios a obtener y carga de valores los beneficios. Ello se puede ver en la siguiente cita: «Qué plantea Ciudadanos en el ámbito del Estado? Un cierre, de una vez por todas, del modelo autonómico. Queremos saber qué competencias son del Estado, qué competencias son de las Comunidades Autónomas, y qué competencias con de los entes locales. Es necesario para la propia eficacia, dar estabilidad al sistema, y dar un sistema cerrado de competencias. Y si para ello hace falta reformar la Constitución, en esos campos, en esos artículos, que cierren ese modelo, pues se cierra. […] Y eso quiere decir que necesitaríamos un sistema donde el Estado tendría un núcleo duro de competencias, un núcleo esencial de competencias para ejercer y garantizar los derechos y libertades de todos los ciudadanos».272 271 272 Ibídem Ibídem 260 Motivación: En cuanto a la motivación y las audiencias, Rivera apela al sentido común, ejemplo de ello es cuando dice que: «Eso es, creemos y lo que manda, desde nuestro punto de vista, el propio sentido común»273. Esta es una apelación, muy similar al del nacionalismo de CiU cuando pretende transversalidad, incluso a costa de no definirse abiertamente en el eje izquierda-derecha. Rivera de este modo utiliza la técnica de enmarcado de definir a los participantes de forma muy amplia, apela, además, a la responsabilidad de los sujetos, e invoca a los valores universales, vinculado parcialmente a la resolución con la participación: «invitamos a la sociedad civil a que por favor participen, ayuden, colaboren, no sólo con el movimiento de Ciudadanos, sino con la participación política, exigiendo a los poderes públicos, exigiendo a los partidos políticos, ese principio de realidad, ese principio de responsabilidad».274 Estrategia de Ciudadanos: La estrategia de Ciudadanos, está fundamentalmente orientada a la defensa de los derechos individuales frente a los derechos colectivos, y ello los posiciona en el expediente más tradicional del nacionalismo cívico-político. El demos que propone Ciudadanos es el que define las fronteras de España y los derechos y libertades son los que ampara el texto constitucional del 78, acercándose a cierto nacionalismo constitucional español propio del PP. No obstante esto ,y a pesar de la indefinición calculada en su discurso, respecto de su posicionamiento sobre el eje ideológico de izquierda-derecha, por su ideario y por sus promotores, su puede sostener, que Ciudadanos posee cierta aproximación neo-jacobina, más propia del PSOE, que subordinaría las cuestiones identitarias a otras, tales como las cuestiones sociales. Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Tal y como se indicó más arriba, en este período que va desde el año 2004 al año 2009, y que está signado principalmente por la reforma de los Estatutos de Autonomía, el Partido Socialista Obrero Español, ha oscilado en la forma de enmarcado de su discurso. Estas oscilaciones en el enmarcado del discurso las encontramos entre dos de las tres tendencias que señalan Balfour y Quiroga (2007) y que han sido comentadas en el capítulo anterior, que son: 1) el neo-regionalismo, que propone una importante descentralización pero de carácter simétrico, y ve a España como única 273 274 Ibídem Ibídem 261 nación; 2) Socialismo del País Vasco, Cataluña y Galicia, que consideran que su Comunidad Autónoma es una nación y España es una nación de naciones ―en el caso que nos ocupa el exponente más relevante es Maragall―; y 3) para estos últimos, de matriz más jacobina, España es una nación de ciudadanos y se debe limitar el autogobierno cuando va en contra de la solidaridad. Históricamente el PSOE ha sido un partido en el que se ha impuesto como hegemónica la visión neo-jacobina. Con la llegada de Zapatero al gobierno, en la primera legislatura, se orienta el enmarcado discursivo hacia el neo-regionalismo, intentando incluso, hacerlo compatible con las posturas del socialismo de las denominadas comunidades históricas, para luego del año 2007 volver parcialmente a la visión neo-jacobina y tradicional del PSOE. Este movimiento entre las dos concepciones no es simétrico a nivel conceptual, sino que la tendencia hacia el neo-regionalismo se ha dado en declaraciones puntuales ―como aquella del entonces candidato a la presidencia del Gobierno Zapatero en la que sostuvo que: «apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán»275―, del mismo modo que se encontraba también en: la praxis política, como es el caso de la apertura de un proceso de reforma estatutaria (que no estaba entre las preocupaciones ciudadanas, pero sí en las agendas de algunas élites regionales); en la centralidad programática que se la ha dado a ese programa de reformas; además de, por supuesto, en la naturaleza misma de las reformas que tuvieron las modificaciones estatutarias. El primer período, del que se habla, estaría enmarcado en el discurso del “Santillana del Mar” analizado en el capítulo anterior, y el segundo período, que se analiza aquí, es representado por el texto “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” del año 2007, complementario en cierto sentido de aquel y que marcará el resto de la primera legislatura y la totalidad de la segunda del PSOE. Este texto que se analizará es posterior a la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, y se encuentra ubicado en pleno proceso de reforma del más de la mitad de los Estatutos del resto de las autonomías. A diferencia del período precedente, donde el PSOE estaba en la oposición, al momento de la elaboración del discurso, el PSOE está en el gobierno y depende de otras fuerzas políticas para los apoyos parlamentarios. Esta situación, que se analizará dentro de la esfera de la EOP, condiciona el discurso del PSOE en la totalidad del proceso de enmarcado, tal y como se verá a continuación. 275 Discurso pronunciado por Rodríguez Zapatero, en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 13 de noviembre de 2003. 262 Análisis del discurso del PSOE: El diagnóstico que realiza el PSOE al momento de emisión del discurso es de valencia marcadamente positiva en términos estructurales. En este diagnóstico el agravio o el problema, estará determinado, para el PSOE, por dos tendencias de las que solo se detiene en una de ellas. La primera son los nacionalismos periféricos, en los que el texto no se detiene más que en enunciarlos; y la segunda tendencia fue la gestión política del Partidos Popular, y en particular de José María Aznar como Presidente. La valencia positiva del diagnóstico ocupa una parte muy importante del discurso del PSOE y está directamente relacionada con la etapa de prosperidad económica, de desarrollo social, democrático e institucional, de España, sus Autonomías y sus ciudadanos. Este período de prosperidad representa los últimos treinta años de España democrática, de la que el PSOE se reconoce como actor protagonista, tal y como vemos en el siguiente párrafo: «Es verdad. Desde hace treinta años, España vive la mejor etapa de su historia en términos políticos, económicos y sociales. Nadie puede dudar que el éxito de este período de tiempo está estrechamente correlacionado con un modelo territorial que ha permitido acercar el gobierno de los servicios públicos al ciudadano. Que ha dado un impulso de bienestar y progreso a los poderes locales y regionales y ha sido un revulsivo de extraordinaria importancia para desarrollar la identidad y las potencialidades económicas de las Comunidades Autónomas españolas, al tiempo que se han fortalecido los vínculos y los elementos vertebradores y de cohesión entre todos los españoles».276 En ese marco general de diagnóstico positivo el PSOE inscribe un agravio. El agravio que describen los socialistas es claramente coyuntural y se debe a la gestión del PP en el Gobierno de España. No tiene que ver, a diferencia de las concepciones de CiU, ERC, ICV y el PSC, con una cuestión estructural, de la cuestión española, y del encaje irresoluble de Cataluña en España, sino de una forma particular de hacer en y con el Estado que generó 277 autonomías». «conflictividad institucional y beligerancia contra las Esta política, y esas formas de la política, generaron en las Comunidades Autónomas, una reacción de «retroalimentación de las políticas identitarias excluyentes»278, todo ello como resultado de la tensión entre los nacionalismos periféricos y la derecha española centralista. Tal y como se desprende del siguiente párrafo: 276 Declaración institucional: “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” PSOE, año 2007 Ibídem 278 Ibídem 277 263 «Aznar había protagonizado una política de enfrentamiento, de profunda regresión autonómica y con afán recentralizador. Recuérdese el fin de los traspasos o su beligerancia contra la mejora de las pensiones no contributivas en Andalucía, la invasión competencial de sus leyes básicas o el abuso de sus recursos de inconstitucionalidad. Su negativa a recibir a los presidentes autonómicos o a celebrar el debate anual del Senado con las Comunidades Autónomas, fueron el telón de fondo de una política áspera y tensa con las Comunidades Autónomas, desconfiada del autogobierno y del modelo autonómico y excluyente de la diversidad cultural y política de los pueblos de España en la configuración del Estado. El resultado de esta política, caracterizada por la conflictividad institucional y la beligerancia contra las autonomías, es conocido: una retroalimentación de políticas identitarias excluyentes, con los nacionalismos periféricos espoleados por la regresión en la evolución del modelo, y con la derecha española regresando al viejo y trasnochado discurso del nacionalismo español centralista».279 Las técnicas de enmarcado utilizadas, tal y como vemos en la cita anterior, son: transformar la cuestión en un problema, relacionarlo con lo real y vincularlo a una cuestión más general. Por otra parte, no hay una asignación de concepto claro, pero si una causa y un antagonista. La atribución de la causa es la gestión política del PP, como actor antagonista responsable y de una fuerte identidad “ellos” que describe y personaliza al antagonista. Hay una mención tangencial a los agravios que sostiene los nacionalismos periféricos, ―y que según el PSOE son una respuesta a las políticas recentralizadoras del PP― pero no son mencionados como agravios, sino como reclamaciones de problemas coyunturales a los que, dentro del Estado de las Autonomías se les puede dar respuesta, tal y como se surge del párrafo que sigue: «Hemos rechazado con firmeza las pretensiones soberanistas, pero también los intentos de regresión autonómica. El PSOE está manteniendo en estas reformas los objetivos y principios del modelo autonómico: garantizar la solidaridad y la cohesión; incrementar el autogobierno de las Comunidades Autónomas; garantizar la protección de los hechos diferenciales constitucionalmente reconocidos; mejorar y adecuar las instituciones autonómicas; y hacer más eficaces y eficientes los servicios públicos que se prestan a los ciudadanos».280 Identidad “ellos”: 279 280 Ibídem Ibídem 264 La identidad ellos, si bien no tiene un tratamiento tan extenso como el diagnóstico positivo en el discurso del PSOE, es muy concluyente en la descripción que se hace de la identidad del antagonista. Las técnicas de enmarcado utilizadas son: la de personalizar al sujeto colectivo, que en este caso el PSOE identifica con el PP y con Aznar, a quién hace directamente responsable de una formas políticas «áspera y tensa»; por otra parte se le atribuyen intenciones, tales como el «enfrentamiento», la «profunda regresión autonómica» y el «afán recentralizador». Otra de las técnicas de enmarcado utilizadas que observamos que utiliza el PSOE, es la de asignarle, al antagonista, intereses contrarios al bien colectivo, en tanto que su política ha generado una serie de reacciones adversas al bien colectivo, como la «retroalimentación de las políticas identitarias»; del mismo modo que se les atribuye una visión nostálgica del Estado y de la política, no acorde al momento presente, además de profundamente centralista y contraria a la diversidad, tal y como vemos en el siguiente párrafo: «No es verdad, por todo ello, que la España de las autonomías esté generando diferencias entre los españoles o esté desvertebrando el país. Hay demasiada nostalgia centralista en esa mirada catastrofista sobre el modelo autonómico. Hay demasiada desconfianza en los Gobiernos Autonómicos, sin comprender que también son Estado y son España. Hay demasiada incapacidad histórica para aceptar la España diversa y plural de sus pueblos y culturas como la España real. Hay demasiada resistencia a la configuración de una identidad nacional renovada, propia del siglo XXI, de esta España democrática, descentralizada y abierta, europea y moderna, que estamos construyendo desde hace treinta años, con un éxito envidiable en todo el mundo».281 Identidad “nosotros”: En el ámbito de la definición del protagonista, el PSOE, en líneas generales, no utiliza la técnica de enmarcado de personificar al sujeto colectivo, sino que tiende a referirse a los ciudadanos, en tanto que sujeto de derechos individuales. Por otra parte, sí tiende a atribuirse la representación de valores universales, en este caso relacionados con la Constitución del 78 y su desarrollo y con el Estado de las Autonomías; utiliza, por otra parte, la técnica de la atribución de los intereses colectivos y de un valor social, tal y como se desprende del texto que sigue: «El Partido Socialista es pues actor fundamental en el desarrollo de un modelo de Estado descentralizado y al mismo tiempo solidario; ha impulsado y participado en todas las reformas desde 1978 y, por tanto, puede decir con orgullo que garantiza la 281 Ibídem 265 lealtad institucional, la subsidiariedad y el autogobierno, la cohesión social y la solidaridad interterritorial. En definitiva, el compromiso con el Estado Autonómico».282 Por otra parte, su posicionamiento argumental es una vía intermedia entre el centralismo del PP y la política identitaria de los nacionalismos periféricos, tal y como surge del siguiente fragmento del texto: «La idea de España que proponemos no es un nuevo modelo de Estado sino ahondar en las propias raíces del Estado Autonómico español. Así frente a la exclusiva visión bilateral de los nacionalistas y el giro recentralizador del PP, el PSOE ofrece un desarrollo armónico del Estado Autonómico desde los principios de lealtad institucional y cohesión territorial».283 Pronóstico: La definición del protagonista se vincula en el discurso de manera inequívoca con la tarea del pronóstico, y esto es así debido al momento político en que se emite el discurso, en medio del proceso de reformas estatutarias. Este segmento es, junto al del diagnóstico de valencia positiva, el más extenso del texto. Este pronóstico, es decir, las soluciones y los objetivos que se han de alcanzar, son los mismos que se viene aplicando hasta el momento, dado que se está, como se dijo, en medio del proceso de reformas estatutarias. En el texto del PSOE leemos que: «El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha dado un enorme impulso al Estado Autonómico. Un impulso debido a que los socialistas entendemos sincera y profundamente España como una Nación plural e integradora, orgullosa de su diversidad y su pluralismo lingüístico y cultural. Un impulso para desarrollar a fondo el principio constitucional de lealtad, el compromiso recíproco, y la cooperación y colaboración entre el Estado y las Comunidades Autónomas, entre sus respectivos gobiernos y entre las propias Comunidades. Un impulso para mejorar la distribución de las competencias y los recursos entre el Estado y las Comunidades Autónomas, profundizando en el autogobierno y avanzando en la eficiencia de los servicios públicos».284 En esta dimensión del proceso de enmarcado vemos que las técnicas de enmarcado utilizadas son la de asignar un concepto central como es el de «impulsar el Estado Autonómico»; se definen los beneficios a obtener, referidos a elementos tales como el respeto a la pluralidad de identidades, mejorar institucionalmente los diferentes niveles del Estado y sus relaciones recíprocas y mejorando el autogobierno; por otro lado 282 Ibídem Ibídem 284 Ibídem 283 266 también, se hace referencia los valores abstractos como son el respeto a la «diversidad y [al] pluralismo lingüístico y cultural» de España como nación; del mismo modo que se hacen referencia a los valores, tales como el «principio constitucional de lealtad, el compromiso recíproco , y la cooperación y colaboración» que en existen entre el Estado central y las Comunidades Autónomas. Motivación: La definición de las audiencias que enmarca el texto es muy débil, en tanto no es un texto orientado al llamamiento a la acción colectiva y a la movilización, dado que el objetivo discursivo de este texto es fijar una posición del PSOE respecto a una cuestión determinada y darlo a conocer. No obstante ello, se puede señalar, una débil segmentación de audiencias muy amplia que apela a las audiencias propias del partido, pero también las que no se identifican con él, pero que poseen sensibilidad hacia la profundización del Estado de las Autonomías como vía de mejora del funcionamiento del Estado. Estrategia del PSOE: En líneas generales la estrategia del PSOE se mantendrá dentro de los lineamientos tradicionales de la etapa anterior. Pero ha habido matices fundamentalmente en la primera legislatura del gobierno de Rodríguez Zapatero que hacen pensar que dentro de la estrategia general neo-jacobina del nacionalismo cívico-político se introdujeron matices de la tendencia neo-regionalista que alentaron posicionamientos en los nacionalismos periféricos asociados al PSOE (ejemplo de ello es el PSC) más radicales de los tradicionales. Estas variaciones o matices, no fueron elaborados doctrinalmente en documentos, pero formaron parte de la práctica política, tal y como se comentó más arriba. Por otra parte, la apertura al proceso de reformas estatutarias adquirió una relevancia programática dentro de la agenda política que no se condice con las preocupaciones ni con la demanda ciudadana. Es por ello que, se puede sostener aquí, que la decisión del PSOE de abrir el proceso de reformas estatutario, responde más a los intereses de algunas élites políticas regionales ―como la catalana― que han sido fundamentales para la victoria socialista del año 2004. Y esto se hace manifiesto en la forma de justificar las reformas en el discurso analizado donde se reconoce ese interés de las élites regionales. En la segunda legislatura y luego de las negociaciones y modificaciones que sufrió el nuevo Estatuto de Cataluña se volvió a imponer la visión neo-jacobina, liberaldemocrática tradicional del PSOE, dejando de lado los matices neo-regionalistas. En esta aproximación el PSOE vuelve a la predominancia del patriotismo constitucional, y 267 del constitucionalismo del que se presenta como actor destacado en su construcción histórica en la España democrática. Por otra parte, se muestra como actor equidistante entre un nacionalismo constitucional (Balfour y Quiroga, 2007) del PP y la «exclusiva visión bilateral de los nacionalistas». El PSOE presenta una estrategia de innovación y cambio que permite la adaptación a las nuevas circunstancias históricas para mantener los principios constitucionales de cohesión territorial y solidaridad vigentes. En resumen el marco de diagnóstico es marcadamente positivo, por un diseño institucional que favoreció el autogobierno, el desarrollo económico y social y que se está actualizando a partir de un largo proceso de reformas de los Estatutos de Autonomía. El pronóstico hace referencia a la continuidad del proceso ―inacabado al momento del discurso― del proceso de reformas; mientras que la motivación se enmarca débilmente por el tipo de documento analizado, pero apelan a las audiencias muy generales y al cambio y la reforma para el mantenimiento de la España constitucional. Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC): Tal y como se comentó, en el capítulo anterior, entre el Partido Popular y el PPC, no existen discrepancias sobra la cuestión territorial, y tiende a producirse el discurso en la misma línea ideológica.285 Se analizará, por ello, el discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en el Forum Europa y la entrevista que realiza a Mariano Rajoy el periódico El Mundo, publicada el 14 de marzo de 2006286, ambos textos son un claro exponente de los marcos de significación del PP y del PPC. Se opta por este discurso, por que expresa sintéticamente las líneas generales del discurso del PP y sus marcos. Por otra, parte, baste decir, sin perjuicio de que se analizará la postura del PP en el apartado siguiente, este partido ha sido rotundo en su negativa a la apertura del proceso de reformas estatutarias, y que esa oposición se manifestó de forma incesante y tenaz a nivel discursivo, simbólico y en acciones concretas, como por ejemplo, con la acción de recogida de firmas para pedir el Gobierno que someta a un referéndum de alcance nacional el Estatuto de Cataluña287. 285 Ejemplo de ello es que frente a la propuesta del líder del PP catalán Josep Piqué de negociar parte del articulado del Estatuto, con los partidos promotores al momento de la redacción de la ponencia, fue rectificado inmediatamente por el Secretario General del PP Ángel Acebes. Frente a ello, Piqué amenazó con la renuncia, hecho que se produjo un tiempo después en el año 2007. 286 Véase El Mundo, 14 de marzo de 2006. Disponible en línea en: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/03/14/espana/1142327130.html 287 Entrevista a Mariano Rajoy publicada en El Mundo, el 25 de abril de 2006. Disponible en línea en : http://www.elmundo.es/elmundo/2006/04/25/espana/1145924816.html 268 Discurso del PP: El diagnóstico del discurso del PP es positivo en lo que respecta al marco institucional de la España de las Autonomías y del marco de la Constitución del 78, tal y como se había transformado el ideario del PP con Aznar en la etapa anterior al incorporar elementos constitucionales en su concepción de la nación (Balfour y Quiroga, 2007). Por otra parte, el diagnóstico se torna negativo en lo que respecta a la totalidad de la gestión del Gobierno Socialista, y en particular al proceso de apertura de reformas de los Estatutos de Autonomías que han roto «algunos consensos básicos que nos unían desde 1978 a todos»288. El agravio estará estructurado a partir de la problematización de una cuestión que es la cuestión territorial, en términos generales, y en particular la del Estatuto de Cataluña entendido como problema. La atribución de la causa se realiza sobre el Gobierno del PSOE de Zapatero que ha centrado equivocadamente ―a juicio del PP― en la cuestión territorial, equivocando, además, la elección de la agenda política. Las técnicas de enmarcado que utiliza Rajoy en su discurso son las asignar un concepto, e intentar relacionarlo con las experiencias ordinarias de la población e insertar la cuestión en un marco más amplio. En este caso, la cuestión de la reforma Estatuto de Cataluña se presenta como problemática, porque, en palabras de Rajoy, «el Estatuto catalán ha generado una división importante entre Comunidades Autónomas y españoles […] que pone en tela de juicio aspectos fundamentales de nuestro modelo de Estado, el que consensuamos en el año 1978, el que acordamos entre todos».289 La relación con las cuestiones de naturaleza ordinaria de la población, Rajoy la solventa de manera interesante, al referirse al poco interés de la población de Cataluña por la cuestión territorial, que comenzó a incrementarse tiempo después de que las élites incorporasen en tema en la agenda e incluso de que se votasen los Estatutos, en ese sentido Rajoy sostiene que: «La cuestión territorial tampoco era la prioridad de los españoles. Desde luego los resultados de los referéndums que se han convocado, son inequívocos, la participación ha sido mínima, nunca ha habido en ninguna consulta electoral una participación tan baja como en estos dos asuntos a los que acabo de hacer referencia».290 Respecto a la cuestión material y ordinaria, Rajoy sostiene que «lo más importante, el gran objetivo nacional, debería ser mejorar la competitividad de la economía española, 288 Discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en Madrid en el Forum Europa. Ibídem 290 Ibídem 289 269 avanzar en la convergencia real con los países de la Unión Europea a 15, y mejorar el bienestar de los españoles»291. Al igual que en la entrevista del 14 de marzo citada, Rajoy en un tono más directo sostiene que «este Estatuto es antiliberal, intervencionista, debilita al Estado y nos creará unos problemas descomunales en el futuro. Esto es letal para el conjunto de España y especialmente letal para los ciudadanos de Cataluña, porque las obligaciones y los deberes que les imponen no afectan al resto de los españoles. Es un torpedo en la línea de flotación del progreso económico de Cataluña». 292 En el párrafo citado vemos como Rajoy dramatiza la cuestión respecto al futuro, con la referencia a los problemas que creerá el Estatuto y la extensión que tendrán dichos problemas a toda España. Destaca dentro del análisis de las técnicas de enmarcado el uso del término “letal” que utiliza Rajoy en varias ocasiones refiriéndose a los efectos del Estatuto sobre España y sobre las personas. Por otra parte, Rajoy, inserta la cuestión en un marco más amplio, como es el marco español y no solo catalán; y hace referencia a las experiencias ordinarias de las personas al entender que el Estatuto afectará el progreso económico de Cataluña y será «especialmente letal para los ciudadanos de Cataluña porque las obligaciones y los deberes que les imponen no afectan al resto de los españoles».293 Por otra parte, Rajoy, imputa una causa, mediante la asignación de un concepto y la atribución de responsabilidades a determinados actores colectivos. La causa asignada es el debilitamiento del Estado294 que produce un perjuicio importante para los ciudadanos a raíz de la reforma del Estatuto de Cataluña; por otra parte, Rajoy atribuye la responsabilidad a Rodríguez Zapatero y al partido Socialista ―aunque en menor medida― de romper los consensos logrados a partir del 78. A juicio del PPPPC Zapatero y su Gobierno, actuaron «de forma absolutamente dictatorial en la tramitación de todo el Estatuto, y por parte del Partido Socialista de forma absolutamente vergonzante, porque creen que todo esto es una locura295». Identidad “ellos” Del mismo modo en como venimos viendo en el resto de los marcos, Rajoy vincula directamente la atribución de la causa a la identidad del antagonista que, en este caso, está particularmente orientada: al presidente Rodríguez Zapatero; a su Gobierno; a una parte del Partido Socialista; y los partidos nacionalistas de Cataluña (CiU y ERC). 291 Ibídem. Entrevista a Mariano Rajoy el periódico El Mundo, 14 de marzo de 2006. Disponible en línea en: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/03/14/espana/1142327130.html 293 Ibídem 294 Ibídem 295 Ibídem. 292 270 Lejos de los marcos de la segunda etapa de Aznar, analizados en el capítulo anterior, los marcos no se orientaron principalmente hacia los partidos nacionalistas, que conformaban discursos nacionalistas enfrentados de modo especular, tal y como sostienen Balfour y Quiroga (2007), sino que se orientó el enmarcado del antagonista, hacia el partido Socialista y fundamentalmente del Presidente de Gobierno Rodríguez Zapatero. Las técnicas de enmarcado que utiliza Rajoy son, la de personalizar a los actores responsables, tal y como ocurre en la cita anterior; atribuye intenciones a esos actores e intereses contrarios al bien colectivo, además de definirlos como agentes ilegítimos de comunicación. Podemos ver estas técnicas en el siguiente párrafo donde Rajoy personifica el conflicto en el propio Zapatero, cuando dice que: «el verdadero problema de todo esto es el propio Rodríguez Zapatero»296. Por otra parte, Rajoy le atribuye intereses e intenciones contrarios al bien colectivo, como podemos ver en las citas propias del agravio en las que se le atribuyen a Zapatero y su gobierno, actitudes dictatoriales; además de la ruptura de los consensos y el debilitamiento del Estado. La caracterización como agentes ilegítimos de la comunicación aparece cuando en la misma entrevista citada Rajoy califica a Zapatero de no importarle el Estatuto, cuando dice que: «Rodríguez Zapatero no sabe una sola palabra del Estatuto de Cataluña; le trae completamente sin cuidado»297 a ello suma el identificarlo, a título personal, como fuente y causa de los problemas y de la ruptura de los consensos, incluso con parte de su partido en contra, es por ello que tiende a descalificarlo como interlocutor y agente legítimo de comunicación. Identidad “nosotros”: Rajoy define al actor protagonista, que es el PP, como un partido que: quiere «fortalecer al Estado», constitucionalista, que se apoya en los consensos del 78, liberal e igualitario. Rajoy recurre, antes que a la personificación del sujeto colectivo, a la identificación entre el pueblo español y España, pero no hay una atribución a ese sujeto de elementos o características propias de los sujetos individuales. Por otra parte, Rajoy sí se atribuye la defensa de los valores universales y de los intereses colectivos, en tanto que su partido defiende una «España constitucional, la Nación española, un Estado 296 297 Ibídem Ibídem 271 fuerte y un Estado viable que pueda cumplir sus funciones. Creen que los españoles somos iguales y defienden la cohesión y la solidaridad».298. A la identidad “ellos” descrita como el Gobierno de Rodríguez Zapatero y los nacionalistas de CiU y ERC, se opone la identidad del actor protagonista, que se identifica con el PP; ese “nosotros” es la España de los pactos del 78, con un Estado fuerte, que se ve representado en la nación española y en el pueblo español. Todo lo anterior es estructurado en forma de dos cadenas de identidades contrapuestas. Pronóstico: Las soluciones y objetivos que enmarca Rajoy se enmarcan en dos niveles, el primero es táctico y es el pedido de la retirada del texto de la reforma del Estatuto o de someterlo a referéndum en toda España. El objetivo estratégico, de largo alcance son las elecciones generales del año 2008. Para lo cual Rajoy, plantea un enmarcado de un nuevo gobierno de sentido común, sensato, de certezas y que trabaja por España y el bienestar de los españoles, como gran objetivo nacional. De este modo utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: asignar un concepto central, como es el de gobierno de sentido común; definir los beneficios a obtener y cargando de valores abstractos esos beneficios. Esto último tiene que ver con objetivos de consenso entre los grandes partidos y en la conformación de «Gobierno liberal que ponga en marcha políticas de libertad, un Gobierno de centro pensado en las personas y en sus problemas. Un Gobierno que trabaje para que España siga siendo una nación de ciudadanos libres e iguales, una nación unida que aproveche su personalidad plural dentro de un Estado de las Autonomías más eficaz» 299. Por último hay una continua referencia a la historia, y en particular a los consensos que dieron lugar a de los pactos constitucionales del 78, en los que Rajoy insiste como referencia histórica. Motivación: La definición de las audiencias que Rajoy hace es muy genérica, apunta a aislar en cierto sentido al Gobierno de Zapatero, señalando incluso una hipotética distancia con su propio partido y responsabilizándolo a título personal de una situación grave. Por otra parte, la definición de los participantes va más allá del electorado exclusivamente popular, como técnica de enmarcado; ello lo vemos en una apelación a la reestructuración del consenso perdido en tanto que Rajoy iba a «convocar dentro de poco tiempo a todos los españoles, y a muchas fuerzas políticas con las que es 298 299 Ibídem Discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en Madrid en el Forum Europa. 272 posible entenderse, aun sosteniendo posiciones políticas diferentes, como ha quedado demostrado a lo largo de los años que han transcurrido desde 1978. Pero lo que no se puede hacer, es que la inmensa mayoría hagan aquello que le interesa, le conviene y que defiende la inmensa minoría, porque eso tampoco es respetar las reglas de juego de la democracia».300 Por último, Rajoy señala como elemento definitorio de las audiencias al principio mayoritario, en tanto que, la mayoría no puede hacer aquello que únicamente quiere la minoría. Estrategia del PP: La estrategia del PP se profundizó en la incorporación de elementos del nacionalismo de corte cívico-político frente a los elementos etno-culturales, continuando la tendencia que ya se advertía en la etapa anterior. Por otra parte, dentro de esta visión nacionalista que propende al equilibrio, el enmarcado de Rajoy tiende a no centrarse en el sujeto colectivo tradicional del nacionalismo, sino que continúa con la concepción del patriotismo constitucional de la etapa aznarista con las referencia a los ciudadanos españoles antes que a España, en tanto que sujeto colectivo, y por otro lado, se acentúa la disputa con el PSOE sobre la patrimonialización de la Constitución del 78. La estrategia del PP se centra en el mantenimiento del statu quo constitucional corroborando la definición de nacionalismo constitucional que le atribuyen Balfour y Quiroga (2007), frente a un PSOE que propone la actualización y la adaptación a nuevos tiempos y circunstancias a partir del cambio y las reformas. La estrategia del PP parece ser aislar al Presidente de Gobierno Zapatero como responsable de esos movimientos reformistas y posicionarlo solo junto a los nacionalistas CiU y ERC, en su proyecto de ruptura de los consensos y de parte de los pactos del 78. El PP pretende así ocupar frente a los ciudadanos, el lugar de garante de los valores constitucionales. A modo de síntesis del marco del PP-PPC, se puede decir que el diagnóstico es marcadamente negativo en lo coyuntural, en tanto que se rompen los consensos y los pactos constitucionales por parte del PSOE con la apertura del proceso de reformas de los Estatutos de Autonomía. El pronóstico a nivel estratégico es el cambio de gobierno para generar unos nuevos consensos sobre la base de unos valores constitucionales y la motivación está orientada a unas audiencias muy amplias definidas por el principio democrático mayoritario. 300 Ibídem 273 Análisis de la Estructura de Oportunidad Política (EOP): Se analizará EOP a partir de los seis elementos propuestos por Máiz (2002), que son: 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional. 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado Se han analizado ya, en el capítulo anterior los dos elementos estructurales que condicionan la EOP desde la perspectiva de la descentralización del Estado y que son el federalismo competitivo y las dinámicas institucionales centrífugas. Estos dos elementos, tal y como se comentó, hacen que en líneas generales el grado del descentralización del Estado sea muy importante. Por otra parte, la apertura del proceso de reforma del Estatuto, establece una vía de ampliación de ese grado de descentralización del Estado, por dos motivos; uno es la situación de apertura del sistema de transferencias previstas en la Constitución (Núñez Seixas, 1999; Keating, 1996) y como segundo elemento, el alcance constitucional o la dimensión española que tiene la reforma del Estatuto de Cataluña, en tanto que, desde el discurso del Presidente de la Generalitat, se aspiraba a cambiar España desde Cataluña. En otras palabras, la reforma del Estatuto supuso, poner es cuestión el grado de descentralización del Estado, que se puede describir como propia de la dinámica del incrementalismo pujoliano, pero a un nivel institucional más elevado que es el del Estatuto de Autonomía, ampliando así de este modo la EOP, en esta dimensión. 2) las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación: A diferencia del anterior, en este período, encontramos que el proceso de reformas de los Estatutos de Autonomía que se promueve desde las élites políticas de Cataluña y que se instrumenta desde el Gobierno de España, significó una evidente apertura del acceso a la partición en un tema de mucha relevancia como son: el autogobierno, las cuestiones identitarias y la financiación. Esta apertura a la participación, que supone la reforma del Estatuto, no solo se dio con el referéndum a la que el Estatuto fue sometido, sino además por la implementación de mecanismos para incorporar en la tramitación del Estatuto, las cuestiones que propusieran los ciudadanos a partir de los movimientos sociales y plataformas ciudadanas, labor que fue gestionada por Joan Saura de ICV. 274 Todo ello, y sin perjuicio del escaso interés que la reforma generaba en la ciudadanía, y a pesar de la bajísima participación que tuvo el referéndum, dotó de argumentos a favor en lo que respecta a legitimidad del Estatuto. Por otra parte, a nivel de democracia procedimental el proceso de reforma del Estatuto sirvió para hacer visibles y posicionar de manera central en la agenda política las demandas de las élites nacionalistas de más autogobierno, mejor financiación y más reconocimiento identitario. Todo ello condujo a una ampliación del aEOP en esta segunda dimensión enunciada. 3) el sistema de partidos: En lo que respecta al sistema de partidos políticos, vemos que ha habido modificaciones relevantes en dos elementos que ampliaron sustancialmente la EOP, los elementos a los que se hace referencia son: El primer elemento es el giro nacionalista del PSC; en ese sentido Pasquall Maragall imprimió un giro nacionalista al PSC, tal y como se ha comentado, que modificó el equilibrio del resto de los partidos en el eje nacionalista (Arza y Marí-Klose, 2014) y desarrolló la cuestión del encaje como tema central de la legislatura de Maragall y gran parte de la legislatura de Montilla. El segundo elemento es el acceso del Tripartito al Gobierno de la Generalitat. Paralelamente a ese giro nacionalista del PSC, ocurre una modificación importante que es el quiebre de la hegemonía de CiU en la Generalitat de Cataluña que, por primera vez en los 23 años de gobierno democrático, pasa a manos del Tripartito (PSC, ERC y ICV-EUiA). Estos dos elementos tuvieron diferentes consecuencias. Podemos decir que entre las consecuencias mediatas, encontramos aquellas relacionadas con el desempeño en las acciones de gobierno, así como las tensiones del resultado de la reforma del Estatuto, acarrearon resultados electorales negativos para ERC y el PSC (ICV-EUiA, no se vio afectada sobremanera en las elecciones del 2006) que vieron como perdían votos y escaños en las elecciones subsiguientes. Por otra parte, el hecho de estar en la oposición, le ha permitido a CiU radicalizar las demandas hacia posiciones nacionalistas que han sido muy difíciles de asumir por el PSC, esa radicalización ha conseguido acorralar a ese partido en el eje nacional y le ha producido una importante pérdida de votos en las siguientes elecciones. Dentro de las consecuencias inmediatas que alteraron en un sentido de apertura de la EOP encontramos el propio cambio de signo político en el Gobierno de la Generalitat, así como, la coincidencia de dos gobiernos socialistas a nivel regional y nacional. 275 A nivel nacional se observa que, en este período se amplía la EOP en función de la relación con las necesidades de apoyos parlamentarios del gobierno socialista del PSOE, tanto de CiU como de ERC. A lo anterior se debe sumar: la percepción de cambio de un gobierno de izquierdas a nivel regional y a nivel nacional ―ambos puntos mencionados abren el acceso a la participación y a la influencia de los partidos catalanes―; la necesidad de evidenciar cierto cambio “de talante” en las formas del gobierno de Rodríguez Zapatero; y el compromiso asumido frente al parlamento catalán de renovación del Estatuto de autonomía. Todos esos elementos mencionados modifican hacia la apertura la EOP. 4) disponibilidad de nuevos aliados A nivel de los aliados se observa que el cambio del gobierno regional de CiU al PSC, y a nivel nacional, del PP al PSOE, tal y como se adelantó, generó una dinámica de apertura de la EOP. Esa dinámica tiene dos aspectos diversos. El primero de ellos es, la ya comentada alineación de dos partidos socialistas en el gobierno regional y en el nacional. El PSOE a nivel nacional, al no contar con mayoría absoluta, necesitó el apoyo parlamentario de otros partidos, de este modo CiU y ERC se vieron con poder táctico para presionar sobre sus intereses ampliando de este modo la EOP. La posición negociadora de CiU no es una novedad, ya lo había hecho tanto con el PSOE de González como con el PP de Aznar, la innovación es el peso que adquiere ERC en las estrategias de apoyos parlamentarios del PSOE. El otro elemento que se desprende de aquel es que, a partir del nuevo posicionamiento del PSC, de la conformación del Tripartito de izquierdas y del acceso del PSOE al gobierno nacional, quedan los partidos de derecha en la oposición a nivel regional y nacional. Pero CiU, ―como veremos en el apartado siguiente― puede volver a tomar la iniciativa, mientras que el PP, a nivel nacional, queda aislado en la oposición. 5) el conflicto y división intraélites A nivel de las élites ocurren dos movimientos paralelos que pueden incidir en la apertura de la EOP, fundamentalmente el segundo de ellos. El primero es el intento de ruptura de la hegemonía social de CiU por parte del PSC, a partir del giro nacionalista y de la llegada del Tripartito al Gobierno de la Generalitat. Por primera vez en muchos años la hegemonía de CiU es puesta en duda a nivel de la Comunidad Autónoma. Por otra parte, y como segundo movimiento, es la unificación de la élite política bajo el proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía, independientemente de las preferencias del electorado ―tal y como ya se ha manifestado aquí― es decir, que 276 existe un claro consenso sobre el Estatuto con los partidos de base catalana. La reforma del Estatuto de Autonomía produjo una adhesión301 de la élite política muy fuerte al proyecto, aumentando de ese modo la EOP de manera relevante, y visibilizando la transversalidad de la apuesta partidaria por el Estatuto. En la lucha por la hegemonía, CiU ha continuado con la estrategia pactista del pujolismo pero profundizando sus objetivos. En ese sentido fueron A. Mas y Duran i Lleida quienes cerraron el acuerdo para la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña con Rodríguez Zapatero, reuniones en las que el PSC, no participó. Por otra parte, es Mas quién relanza la a apuesta nacionalista con La Casa Grande del Catalanismo y todo el andamiaje conceptual que servirá para el proceso soberanista en el siguiente período, luego de la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre los recursos presentados al Estatuto de Cataluña. De este modo CiU vuelve a ocupar, aun en la oposición en este período, como actor hegemónico o preponderante, dificultando el posicionamiento nacionalista del PSC, prestándose al pacto con el Gobierno nacional y aprovechando las desavenencias del Tripartito. 6) el contexto internacional Dentro del contexto internacional no encontramos elementos significativos en lo referente a una ampliación o disminución de la EOP, tal y como ocurrirá en período siguiente. A modo de conclusión podemos decir que, existen importantes elementos que funcionaron como condicionantes hacia la apertura de la EOP y que se interpretaron de manera oportuna para enmarcar los discursos por parte de las élites políticas nacionalistas catalanas. Esos elementos han sido analizados en los apartados anteriores y resumidos de modo sintético son: El federalismo competitivo y las dinámicas institucionales centrífugas; la apertura del proceso de reforma del Estatuto; el giro nacionalista del PSC; el acceso del Tripartito al Gobierno de la Generalitat; la radicalización de las posiciones nacionalistas de CiU; las necesidades de apoyos parlamentarios del gobierno socialista del PSOE; y la unificación de la élite política catalana bajo el proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía. 301 La adhesión fue de tal magnitud que incluso llegó a tentar al PPC de Piqué para participar en las negociaciones sobre la redacción del Estatuto, aunque fue desautorizado por el Secretario General del PP A. Acebes. 277 Conclusiones del capítulo: Las cuestiones centrales que recorren este capítulo, son: a nivel EOP, el cambio de alineamientos, tanto en Cataluña como en España, de los partidos que gobernaban el período anterior. Ello posibilitó un mayor poder de negociación de los partidos de base regional frente al Gobierno de España, además de un cambio en las formas discursivas. En el ámbito estrictamente regional vale destacar el cambio de signo de gobierno luego de 23 años de pujolismo y la formación de un Tripartito de izquierdas en el Gobierno de la Generalitat entre el PSC, ERC e ICV-EUiA. En el aspecto nacional el PP consolida su giro tendiente al equilibrio entre un nacionalismo cívico-político y etno-cultural y dentro del nacionalismo constitucional (Balfour y Quiroga, 2007). Por otra parte y respecto, a la reforma del Estatuto de Cataluña, el PP se caracterizó por una aproximación conservadora a la cuestión que pretendió proteger la permanencia de la Constitución española sin alteración alguna. El PSOE, por su parte, osciló entre una concepción neo-regionalista y neo-jacobina de la nación, buscando ―sin conseguirlo de modo parsimonioso, según el que suscribe la presente― un equilibrio entre ambas aproximaciones. El predominio de la primera de aquellas favoreció la elaboración de Estatuto de Autonomía en los términos que salió del Parlamento de Cataluña, y que luego inevitablemente, debió ser modificado en los términos que determina la Constitución del 78, tanto por el Congreso de los Diputados, como en el período siguiente, por el TC. En lo que respecta al análisis de los marcos, se observa un desplazamiento hacia posiciones más nacionalistas de los dos partidos principales y preponderantes, en este período, es decir, el PSC y CiU. Este desplazamiento se comienza en el PSC con Maragall como candidato, elemento que se ha analizado en el período anterior, y luego de la reforma del Estatuto, con CiU. Una consecuencia probable del desplazamiento ideológico del PSC es que puede haber movilizado a CiU a escorarse aún más hacia posiciones nacionalistas para continuar capitalizando el voto nacionalista catalán, acercándola en ese eje a las posiciones ideológicas de ERC (Arza y Coll, 2014). Este desplazamiento ideológico de las formaciones comentadas, se realiza en un ámbito que comparten y que es el de la identidad del protagonista, es decir, el del “nosotros”. Es en este período donde hay una insistencia y una profundización de la dimensión identitaria de los marcos de CiU, PSC y que continúa en ERC. Esa profundización, tal y como se ha visto, se orienta hacia el enmarcado de una identidad 278 catalana diferenciada, distinta y no relacionada con la española, que en el caso de ERC, ambas son incompatibles. Se observa una continuidad en la progresión del desplazamiento, desde el período anterior a este, en una clara línea de continuidad del llamado incrementalismo del nacionalismo catalán del pujolismo, comentado en el capítulo anterior. Es a partir de esa identidad diferencia, que no es debidamente reconocida por España, que los reclamos nacionalistas se califican como: “justos. Esto conforma la tesis de reconocimiento (Ovejero, 2011b) que fue originalmente plateada por Pujol, mantenida por CiU en todos los períodos analizados y asumida por la izquierda política catalana. En lo tocante a los agravios se puede señalar que los agravios continúan siendo los mismos tres (económico, democrático e identitario) que enmarcó el pujolismo, pero con la diferencia de que, en este período, se puede identificar una incidencia mayor en el agravio identitario y democrático en la élite política nacionalista. En lo que respecta los pronósticos de los marcos, la innovación respecto del período anterior es la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, propuesta que es compartida por toda la élite política parlamentaria, a excepción del PPC. La dirección identitaria que tomó ciertos aspectos de la reforma del Estatuto dio visibilidad a la hegemonía del nacionalismo catalán tanto en el Gobierno de la Generalitat como en el Parlamento, y sus diferencias con las identidades y las preocupaciones del resto de la población302. Esa hegemonía nacionalista era ―y es― la de CiU, y no es un hecho menor que el PSC haya adoptado su discurso y su posicionamiento nacionalista. Antoni Santamaría, describe con precisión este cambio cuando comenta que: “La responsabilidad de la izquierda catalana, sometida al discurso hegemónico del nacionalismo y renunciando a impulsar políticas económicas de redistribución de la riqueza, es muy elevada. En vez de combatir los planteamientos del nacionalismo etnolingüístico, lo han legitimado con una versión “progresista” del mismo, a años luz de un discurso genuinamente democrático y socialista” (Santamaría, 2008: 31). La emergencia de Ciudadanos es una reacción de esos sectores de identidad dual y anidada que quedaron sin representación por el giro nacionalista del PSC. Por otra parte, y dentro del ámbito del pronóstico es muy relevante la introducción, por parte de CiU, de una serie de conceptos que serán utilizados en la tercera etapa de análisis para lanzar el proceso soberanista, a partir del año 2010. Esto pone de manifiesto que el proceso soberanista no responde a un reclamo poblacional ―las encuestas del 2014 y 2015 así lo corroboran― sino que es un proceso que se inició incluso antes de la sentencia 31/2010 del TC. 302 Véase la bibliografía citada al respecto en el capítulo IV, primer apartado. 279 La movilización es otro ámbito que se ha modificado sustancialmente, vemos en formaciones como ERC y CiU comienzan a enmarcar la motivación segmentando audiencias, interpelando al electorado y apelando a la acción de los individuos, a diferencia del PSC e ICV-EUiA. En términos generales podemos decir que continúa el lenguaje de la ambigüedad, en las dos hablas hegemónicas, es decir, en el PSC, pero fundamentalmente en CiU. Y mediante esa ambigüedad, y sin entrar en confrontación directa con el Estado español ―para usar el término del nacionalismo― se ha seguido adelante con la vía del incrementalismo hasta proponer, o bien un Estado confederal, con el proyecto maragalliano, o bien alcanzar la plenitud nacional con el proyecto de Mas. Ese movimiento de desplazamiento que se ha comentado, también se hace visible, fundamentalmente en las estrategias de enmarcado de los partidos. Más allá de los eufemismos ―CiU― o del lenguaje del nacionalismo cívico-político ―ERC y parcialmente al PSC― hay una preponderancia de la estrategia etno-cultural por sobre la estrategia de naturaleza cívico-política de la nación. El último elemento a destacar es que, a la luz del marco ideal y en comparación con el período anterior, los marcos son cada vez más completos y ello afecta a casi la totalidad de la formaciones de base regional y especialmente a CiU, ERC y en menor PSC. Las dimensiones o tareas donde el marco se ha ido modificando, son, tal y como se señaló más arriba, en la movilización, en el pronóstico y en la asignación de la culpa, pero sin incidir de modo negativo en la figura del antagonista; además de profundizar en la dimensión identitaria del “nosotros”. 280 Capítulo VI: Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia Plan de trabajo del capítulo: En este capítulo se analizarán los marcos de significación para la acción colectiva que producen las élites políticas en el denominado proceso soberanista catalán. Tal y como se viene realizando en los dos capítulos anteriores, se analizarán el discurso de las élites por partidos políticos en función del marco ideal propuesto; a partir de este marco ideal se observará la consolidación en la tendencia de radicalización del discurso y en qué aspectos del marco se produce. Se abordará además una explicación de la Estructura de Oportunidad Política, de la resonancia de marcos y del rol de la Generalitat como elementos condicionantes fundamentales del cambio del discurso, no solo del bloque secesionista, sino de todo el arco político de los partidos de base regional. Introducción al período: 2010-2014 Es en este período donde se radicalizan las posiciones de los partidos nacionalistas, cambiando así, por completo, el panorama del nacionalismo y de la política en Cataluña. A modo de análisis situacional se puede decir que, esta etapa se inicia signada por la dinámica de una larga campaña ―de más de cuatro años de duración― a favor de la no modificación, por parte del TC, del nuevo Estatuto de 2006, llevada a cabo por todos los partidos políticos ―CiU, PSC, ERC e ICV-EUiA, sumado a otros partidos menores como SI― a la espera del fallo del Tribunal Constitucional respecto de los siete recursos presentados por el PP, el Defensor del Pueblo, y los gobiernos de las Comunidades Autónomas de Aragón, Baleares, Valencia, La Rioja y Murcia. A la acción constante de los partidos, se suman las intervenciones de otros sectores de las élites catalanas ―no ya políticas, en stricto sensu― como es el caso de las élites intelectuales, acción que se plasmó en el editorial conjunta que publicaron los periódicos catalanes, títulada “La dignidad de Catalunya” el 26 de noviembre de 2009. Decía que, tras esa larga y pertinaz campaña en contra de cualquier modificación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, el Tribunal Constitucional dictó sentencia (31/2010) el 28 de junio de 2010. Esta sentencia, no altera sustancialmente las transferencias de competencias y el autogobierno de la Comunidad Autónoma (Tornos Mas, 2011), pero declara inconstitucionales 14, de doscientos veintitrés artículos, además de disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales. No obstante, 281 esa baja incidencia de las declaraciones de inconstitucionalidad303, la interpretación que las élites políticas nacionalistas catalanas hacen de la sentencia del TC es la de un acontecimiento de la máxima gravedad institucional. De tal magnitud es el impacto que la sentencia nº 31/2010 del Tribunal Constitucional304 en los partidos políticos que promovieron la reforma del Estatuto de Autonomía que, el Gobierno de la Generalitat convoca elecciones, dándose por concluido la segunda legislatura del gobierno Tripartito encabezado por José Montilla305. Por otra parte, la Organización Omnium Cultural convoca a una manifestación el 10 de julio de 2010, a la que se suman los partidos políticos catalanes ―con la excepción del PPC y Ciudadanos― y un importante número de asociaciones y entidades no gubernamentales. La manifestación llevó el lema “Somos una nación. Nosotros decidimos” (Som una nació. Nosaltres decidim) y tuvo un carácter multitudinario. El Gobierno de Montilla pretendió encabezarla, pero éste tuvo que abandonarla apresuradamente en medio de gritos de traidor (botifler) y españolista, además de algún intento de agresión física.306 Hay una novedad muy relevante en la forma de movilización social que inaugura este período, y tiene que ver con que, no son los partidos políticos quienes, en este caso, convocan y movilizan a la población, sino lo hacen las asociaciones no gubernamentales, y es, en esta oportunidad Omnium Cultural (OC), la que promueve y organiza la manifestación, amparada y apoyada por la Generalitat de Cataluña (Alonso, 2015). A la acción de OC se sumará en las siguientes manifestaciones la Asamblea Nacional Catalana (ANC), cercana a CiU y a ERC (Santamaría, 2011). 303 Es también cierto ciertos preceptos estatutarios (puntualmente 27) son corregidos en su interpretación mediante la técnica de la “sentencia interpretativa de conformidad” (Tormos Mas, 2011) que limita y orienta las interpretaciones de una parte del articulado de la norma estatutaria. 304 La Sentencia del Tribunal Constitucional nº 31/2010 consideró parcialmente el recurso interpuesto por el PP al considerar inconstitucionales 14 artículos e imponer una interpretación determinada a otros 27 artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006. En este sentido, las cuestiones más destacadas sobre las que se expide el TC son: la referencia que en el preámbulo del Estatuto se hace de Cataluña como “nación” el TC entendió que esa mención carecía de eficacia jurídica interpretativa. Del mismo modo que el TC entendió inconstitucional, el uso preferente del catalán en las administraciones públicas y los medios de comunicación públicos de Cataluña además de la obligatoriedad del conocimiento del catalán. Del mismo modo que se reconoce al castellano también como lengua vehicular de la enseñanza junto con el catalán. El Tribunal Constitucional estableció que el Defensor del Pueblo español podría intervenir frente a la administración catalana, además de derogar el artículo 95 que establecía un Gobierno propio de los jueces en Cataluña. 305 El alcance del impacto de la Sentencia 31/2010 del TC debe matizarse en lo que se refiere a los sectores a los que se siente interpelados por ella. Si se observan los datos de un sondeo publicado en el periódico La Vanguardia el 9 de octubre de 2005, un 70% de los encuestados aceptarían cambios sobre los puntos que no encajen en la Constitución. Disponible en línea en: http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2005/10/09/pagina1/41972592/pdf.html?search=encuestas 306 Véase El País 11 de Julio de 2010, disponible en línea: http://elpais.com/diario/2010/07/11/espana/1278799202_850215.html 282 A partir de esta manifestación sucede un cambio conceptual fundamental, en los marcos de significación del nacionalismo catalán, que definirán este período y que es la concepción de que la solución a los agravios que sufre Cataluña es la independencia. Ello se observa en el enmarcado de las consignas de la propia manifestación citada del 10 de julio de 2010, organizada por OC en la que, si bien se protestaba contra la injerencia del Tribunal Constitucional en Cataluña, las proclamas mayoritarias eran a favor de la independencia y la mayoría de las banderas eran esteladas.307 Dentro del ámbito no institucional de la política, destaca además como herramienta de movilización, un conjunto de votaciones informales que se denominaron Consultas sobre la independencia de Cataluña que se realizaron en 518 ayuntamientos de Cataluña, convocadas por parte de un conjunto de asociaciones entre las que destaca la Plataforma por el Derecho a Decidir (PDD). Estas votaciones informales se realizaron sin emparo legal alguno y movilizaron cerca de 60.000 voluntarios y 512.452 votantes, de los cuales unos 478.353 votaron afirmativamente a la siguiente pregunta: "¿Está de acuerdo en que la nación catalana se convierta en un estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?" (Muñoz et al., 2010). El factor relevante es que, si bien acciones de este tipo evidencian la participación de la sociedad civil, no es estrictamente así, en tanto que ―tal y como sostiene Vilaregur (2011)― existe ente los promotores de estas consultas una “fuerte preeminencia del asociacionismo de carácter político, […] y la pertenencia ―pasado o presente― a partidos políticos, especialmente la vinculada a ERC” (Vilaregur, 2012: 203). Estas votaciones se sumaron a la tendencia de ceder el protagonismo en la movilización social a organizaciones sociales distintas y diferenciadas de los partidos políticos, pero claramente atravesadas por individuos con vínculos partidarios muy acusados, tal y como se señaló. Esta estrategia, parece originarse en los partidos políticos nacionalistas, y específicamente en las élites políticas, con el objetivo doble, de contrarrestar la conocida naturaleza de “arriba hacia abajo” del nacionalismo catalán (Alonso, 2015), y evitar la deslegitimación por desafección que sufren los partidos políticos en la movilización del proceso soberanista. Por otra parte, también destaca el perfil sociodemográfico de los promotores de la PDD quienes tienen una “media de edad de 46,5 años; un nivel socioeconómico laboral medio-alto caracterizado por el triángulo tercer sector/funcionariado/profesional 307 Véase El País, 11 de julio de 2010, http://elpais.com/diario/2010/07/11/espana/1278799201_850215.html 283 disponible en línea: liberal” (Vilaregut, 2012: 204). Recuérdese los apoyos sociales que se han descrito del nacionalismo catalán en el capítulo cuarto. Otro de los elementos fundamentales de este período es el retorno de CiU al poder de la Generalitat a partir del año 2010. En esas elecciones regionales de 2010 CiU gana con 62 escaños llevando el “derecho a decidir” como núcleo de su campaña, aunque sin conseguir mayoría absoluta. El PSC obtiene los peores resultados de su historia; mientras que ERC ―que lleva en su programa la declaración unilateral de independencia ―conocida y popularizada como DUI― obtiene la mitad de los parlamentarios que tenía en la legislatura anterior y queda con 10 escaños. Tal y como sostiene Pallares (2014), las elecciones autonómicas de Cataluña se producen en una situación de crisis social y económica que, debido a las medidas restrictivas y recortes del gobierno socialista, produce un profundo malestar y descontento entre la población. El gobierno del PSOE a nivel nacional, y el que encabezaba el PSC en Cataluña, sufrieron un doble desgaste, por un lado, por las duras críticas del PP a la gestión económica y del Estatuto ―en cierta medida avalada por la Sentencia 31/2010 del TC―; y por otro lado, por las críticas del nacionalismo catalán de CiU, referentes a la gestión de orden más cotidiano como son: un “gran apagón eléctrico; [el] retraso en las obras del AVE; problemas con Renfe-Cercanías; [una] fuerte sequía y escases de agua […] entre otros” (Pallares, 2014: 39). La imagen que revelaban los estudios, respecto de las opiniones de los votantes, era una muy mala calificación en la evaluación de la gestión del gobierno del Tripartito de Montilla; la necesidad de un cambio de gobierno en la Generalitat; y una clara ventaja de CiU para ganar las elecciones (Pallares, 2014). Esto último acabó sucediendo en las elecciones de noviembre de 2010. A partir de la asunción de Mas como Presidente de la Generalitat, se desencadenan dos subperíodos o momentos, dentro de este período analizado. El primero de estos subperíodos, va desde el año 2010 al 2012, y estará determinado por el acercamiento al PP, reproduciendo, en cierta forma, los patrones de acción y los condicionamientos de la legislatura del 1999 al 2003, aquí analizados en el período 2000-2003. Estos patrones son los del acuerdo de los apoyos del PP a CiU, sin contrapartida posible a nivel nacional, dado que en noviembre 2011 el PP ganará las elecciones nacionales por mayoría absoluta. Artur Mas, en este primer momento, impondrá una política de recortes importantes en el Estado de Bienestar Autonómico: reduciendo los empleos estatales, aumentando las tasas gubernamentales, subiendo precios de servicios públicos, vendiendo patrimonio de la Generalitat y reduciendo prestaciones sociales. Esta dura política de 284 recortes sociales, despidos y liquidación de activos se justificaron, desde el discurso de la Generalitat, por la profunda crisis económica, que comenzó en 2008, y que devino en crisis de la deuda pública, haciendo que los ingresos de la Generalitat sean insuficientes para afrontar sus obligaciones, llevando, por otra parte, a las arcas autonómicas al borde del colapso por la falta de acceso al crédito. De tal magnitud es la falta de liquidez del Gobierno de la Generalitat, que ésta ha necesitado del auxilio del Estado central para obtener liquidez, mediante el Fondo de Liquidez Autonómica. Por otra parte, el Gobierno de la Generalitat, debió adecuar su déficit público a las directrices del Gobierno nacional generando aún, más tensiones entre ambas instancias del Estado. Mas vinculó esas políticas de recortes al déficit fiscal que Cataluña sufre por parte de España y aseverando además que, con otra forma de financiación, similar al concierto vasco, los recortes no serían necesarios308. Al no contar con la mayoría absoluta parlamentaria para sacar adelante sus políticas de recortes, los apoyos legislativos que CiU necesitaba para gobernar los obtuvo negociando con el PPC, pero el discurso se radicalizó no obstante ello. La ambigüedad que caracterizó históricamente a CiU se fue dejando de lado, y las posturas ideológicas y los discursos se polarizaron a medida que se sucedían las confrontaciones entre el Gobierno de la Generalitat y el Gobierno nacional. Cada confrontación justificaba, un agravio, y el agravio la radicalización del discurso, constituyendo así una estrategia de tensión nacionalista (Ovejero, 2011b). Ejemplo de lo anterior es la propuesta de pacto fiscal que Artur Mas propone a Mariano Rajoy, y que éste rechazó negociar por ir en contra de la constitución ―dado que proponía un sistema similar al concierto vasco―309. Esta negativa, alimentó nuevamente el agravio económico en el discurso de las élites nacionalistas catalanas. Tal y como se señaló, la tensión discursiva respecto de los agravios sufridos por Cataluña ―en la opinión del nacionalismo catalán― fue en aumento hacia el año 2012, de modo concomitante con el desgaste del Gobierno de la Generalitat por los recortes y los casos de corrupción, tal y como sostiene Alonso (2015). Es en esta situación, que se desencadena el segundo momento de este período, a partir de la díada del 11 de Septiembre del año 2012. El elemento sintomático y fundamental de este período es el aumento de la tensión discursiva, tal y como se ha comentado; para dar cuenta de esta afirmación, y sin perjuicio de los análisis posteriores, se adelantan tres ejemplos de cómo los discursos 308 Véase La Vanguardia 15 de mayo de 2012 disponible http://www.lavanguardia.com/politica/20120515/54293614384/recortes-generalitat.html 309 Véase El País 20 de septiembre de 2012, disponible http://politica.elpais.com/politica/2012/09/20/actualidad/1348144748_908210.html 285 en línea: en línea: se han escorado hacia el secesionismo. El primer ejemplo, son los dichos de Artur Mas, quién mientras en 2000 sostenía que la independencia era inalcanzable 310, en su discurso de investidura del año 2010 señalaba que el pacto fiscal es el primer objetivo del gran reto de país que es «abrir la transición catalana basada en el derecho a decidir» 311, en tanto que la sentencia del Estatuto confirma que hay que redefinir las relaciones entre España y Cataluña312, y que «el pacto Constitucional, no da más de sí» (El Comercio, 16, de julio de 2010)313. Por otra parte, es el propio Oriol Pujol, que en 2011 ostentaba el cargo de Secretario General de CDC, quién sostuvo que cualquier modificación sobre el sistema de inmersión lingüística en catalán por parte del PPC será entendido como «casus belli»314, y aunque esta declaración podría ser entendida o interpretada como una exageración que entra dentro de la dinámica de la tensión particular y momentánea de períodos anteriores propia de una “reacción exaltada” (Colomer, 1984:371); esta idea de la confrontación en los términos bélicos es reafirmada en los mismos términos de Pujol, por el propio Artur Mas, quién sostuvo que «hay líneas rojas, entre las cuales el catalán, que si queda atacado y afectado con voluntad de destrucción es un 'casus belli' de la defensa de nuestro país»315; estos fueron idénticos términos que utilizó el propio Jordi Pujol, en referencia al mismo tema.316 El tercer y último elemento relevante, en esta enumeración preliminar, es el reclutamiento de figuras prominentes. El más destacado de estos reclutamientos ha sido el del propio Jordi Pujol, que se ha decantado hacia la independencia en tanto que «la alternativa a esto [por España] ahora tan solo podría ser la independencia»317. Volviendo a la secuencia de hechos, vemos que para la díada de Cataluña del año 2012 entra en escena la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que es quién organiza la movilización de la manifestación con el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa” (Catalunya nou Estat de Europa). Es a ésta la organización a la que los partidos 310 Véase el periódico ABC el 11 de Septiembre de 2000, página 21. Disponible en línea: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2000/09/11/021.html 311 Traducción propia del catalán. 312 Sostiene Mas en su discurso de investidura que: “la crisi de relació entre Catalunya i l‟Estat, evidenciada de manera prou clara amb la sentència del Tribunal Constitucional contra l‟Estatut, que obliga a redefinir sobre bases noves l‟esmentada relació Catalunya – Espanya” 313 Disponible en línea en: http://www.elcomercio.es/agencias/20100716/masactualidad/politica/imposible-rehacer-estatut-defiende-nuevo_201007161222.html 314 La Vanguardia 04 de septiembre de 2011 disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20110904/54210926586/oriol-pujol-advierte-que-tocar-lainmersion-linguistica-es-casus-belli-para-ciu.html 315 El Mundo 14 de octubre de 2011 disponible en línea en: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/14/barcelona/1318610265.html 316 Véase la Voz de Barcelona 2 de agosto de 2011 disponible en línea http://www.vozbcn.com/2010/08/02/27978/pujol-casus-belli-inmersion/ 317 Véase la Voz de Barcelona 25 de enero de 2011 disponible en línea enhttp://www.vozbcn.com/2011/01/25/54247/pujol-alternativa-seria-independencia/ 286 nacionalistas y la Generalitat le ceden el protagonismo en la organización y en la movilización. Mientras que durante los años 2009 y 2011 las manifestaciones de la Díada no convocaron a más de quince mil personas según la Guardia Urbana318, la movilización de la 11 de Septiembre de 2012 fue multitudinaria; un millón y medio de personas según los organizadores y seiscientas mil personas según la Guardia Urbana 319. Sea una cifra u otra, el éxito de la movilización es innegable. Es ese reclamo de participación ciudadana, la que utilizaron los partidos CiU y ERC, pocos días después (el 27 de Septiembre), para promover una resolución parlamentaria en la que el «Parlamento de Cataluña constata la necesidad de que el pueblo de Cataluña pueda determinar libre y democráticamente su futuro colectivo», instando al Gobierno de la Generalitat a buscar, junto a los agentes sociales y partidos políticos, una nueva hoja de ruta, para que Cataluña haga su propio camino. Las formaciones que votaron a favor fueron, CiU, ERC, ICV-EUiA, Solidaritat, Democràcia Catalana y el diputado socialista Ernest Maragall, y en contra, el PP Catalán y Ciutadans; el PSC se abstuvo ―con la excepción del hermano del ex presidente Maragall―. Mas decide, entonces, un adelanto electoral. Rotos los puentes de entendimiento con el PP y a la espera de capitalizar la movilización social en una mayoría absoluta el CiU, convoca a elecciones anticipadas a mitad de legislatura. Para CiU, el centro de la campaña electoral es la realización de un referéndum o consulta ―se utiliza el eufemismo de “referéndum consultivo”― donde el pueblo de Cataluña pueda decidir su futuro político. En términos conceptuales podríamos decir que, el centro de la campaña electoral es la secesión de Cataluña, o sus términos eufemísticos, como son el proceso soberanista, (o el incorrecto término de) independencia320; es decir, la resolución de la ruptura de la temática analizada que es relación entre España y Cataluña. Este tema es el que ha dominado la campaña toda, y la esfera política catalana desde 2010 ha subordinado a él cualquier otra cuestión. Los resultados de las elecciones anticipadas no fueron nada alentadores para CiU, que perdió 12 escaños pasando de 62 a 50. ERC fue el gran ganador, que pasó de 10 318 Véase El País, 11 de septiembre de 2010, disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2010/09/11/actualidad/1284193026_850215.html, así como también, La Vanguardia, 11 de septiembre de 2011, disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20110911/54214522987/miles-de-personas-se-manifiestancon-motivo-de-la-diada-por-el-centro-de-barcelona.html 319 Véase El País 11/09/2012 disponible en línea en: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/11/catalunya/1347375808_419590.html 320 La independencia hace referencia a una situación de sojuzgamiento de un territorio en términos similares a los del expediente colonial, que no es directamente asimilable a la secesión, entendida ésta última como el acto de separarse de una nación, una parte de su pueblo y territorio. 287 a 21 escaños; el PSC siguió perdiendo escaños y obtuvo 20; el PP quedó con 19; ICVEUiA con 13; Ciudadanos con 9 y la CUP con 3 escaños. La naturaleza de los resultados obligó a Mas a pactar el apoyo parlamentario de ERC y eso forzó la marcha del denominado proceso soberanista, conforme la estrategia general de ERC, que es siempre posicionarse, en el eje “nacional” más allá de CiU. A partir de la puesta en marcha de este proceso soberanista se puede identificar un bloque secesionista compuesto por CiU, ERC y la CUP. A este bloque se sumarán eventualmente, y no sin disidencias internas, ICV-EUiA y el propio PSC, en algunas acciones de todo este largo proceso. 321 La actividad del Parlamento y del Gobierno de la Generalitat en esta legislatura se orientó hacia la realización del referéndum o de la consulta que se terminó celebrando el 9 de Noviembre de 2014, bajo circunstancias de excepción, en tanto la legislación prohíbe los referéndums que no convoque el Estado nacional. Para llegar a la realización del referéndum se ha llevado a cabo una constante e insistente tarea de movilización social desde las élites políticas nacionalistas hacia la ciudadanía; preparando además, el terreno institucional y administrativo mediante la labor parlamentaria y de gobierno. La casi totalidad de la acción parlamentaria y de gobierno estuvo orientada a la realización de la consulta 322. Es en ese sentido que se han aprobado por el Parlamento de Cataluña: la Declaración de Soberanía el 23 de Enero de 2013 para hacer efectivo el derecho a decidir del pueblo de Cataluña que tiene “por razones de legitimidad democrática, carácter de sujeto político y jurídico soberano”323 (que ha sido suspendida por el TC); la Resolución del 13 de Marzo de 2013, para instar al Gobierno de España ―Gobierno del Estado en la resolución― a iniciar un diálogo bilateral para hacer “posible la celebración de una consulta sobre el futuro político de Cataluña”324. Por parte del Gobierno de Cataluña se creó el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN) el 11 de Abril de 2013; se constituyó del Pacto por el Derecho a Decidir, el 26 de Junio de 2013; se anunció el 12 de Diciembre de 2013, de la “Consulta sobre el futuro político de Cataluña” ―a pesar de la suspensión cautelar del 321 El matiz temporal respecto a la pertenencia al bloque secesionista aparecerá en CiU. La radicalidad en las de CDC ha llevado a la ruptura con UDC, a mediados del 2015, por lo que es CDC quién forma parte de ese bloque, y UDC se posiciona fuera junto al PSC, ICV-EUiA, PPC y C´s. 322 Tanto así que el total de leyes aprobadas en el año 2013 es de una sola Ley. Véase http://www.parlament.cat/web/activitat-parlamentaria/lleis?p_pagina=2 323 Resolució 5/X del Parlament de Catalunya, per la qual s‟aprova la Declaració de sobirania i del dret a decidir del poble de Catalunya. Disponible en línea en: http://www.parlament.cat/actualitat/R5_X_sobirania.pdf 324 Resolució 17/X del Parlament de Catalunya, sobre la iniciació d'un diàleg amb el Govern de l'Estat per fer possible la celebració d'una consulta sobre el futur de Catalunya Tram. 250-00226/10. Disponible en línea en: http://www.parlament.cat/actualitat/Resolucio_17_X.pdf 288 TC― para el 9 de Noviembre de 2014 y se dieron incluso a conocer las preguntas que tendrá el referéndum (“¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? Sí o no”. En caso afirmativo “¿Quiere que este Estado sea independiente? Sí o no”). Ya en 2014, en el mes de enero, el día 16 exactamente, se aprobó en el Parlamento Catalán la petición de cesión de competencias al Parlamento Español para la celebración del referéndum de autodeterminación; petición que es rechazada por el Congreso de los Diputados el 8 de Abril. El 26 de Septiembre se aprobó la Ley 10/2014 de “consultas populares no referendarias y otras formas de participación ciudadana 325” en la que se pretendió amparar el referéndum ―Ley suspendida cautelarmente por el TC instancias del Gobierno quien presentó un recurso de inconstitucionalidad, el 29 de Septiembre publicado el día 30 en el BOE326327―; el 27 de Septiembre se firmó el “Decreto de Convocatoria de la Consulta sobre el futuro político de Cataluña, por parte de Mas ―también recurrido por el Gobierno y suspendido cautelarmente por el TC 328―. Se procedió también, al nombramiento de la Comisión de Control, que fiscalizó la consulta, por parte del Gobierno de la Generalitat, el 3 de Octubre de 2014. Tras las suspensiones cautelares del TC, el Gobierno de la Generalitat, da por imposible la celebración de la Consulta del 9 de noviembre en los términos pactados entre los partidos (CiU, ERC y CUP) y planteó, aunque con el rechazo de ERC, una consulta alternativa denominada Proceso Participativo; sin intervención aparente de la Generalitat y sin convocatoria administrativa ―es decir, sin un acto administrativo que la convoque y que pueda ser recurrido por el Gobierno de la nación―. Fue el propio Mas quién dio las claves del accionar del Gobierno de la Generalitat, cuando declaró que "Sobre todo, tenemos que engañar al Estado" (El Periódico, 26 de octubre de 2014329); el Gobierno nacional volvió a impugnar la convocatoria del Proceso Participativo y este quedó suspendido cautelarmente por el TC. Finalmente, y luego de un obstinado y constante proceso de movilización por parte de las élites políticas ―y no políticas― nacionalistas catalanas que ocupó todo el espacio del ágora pública, el 9 de noviembre se realizó en Cataluña 330 la votación en el 325 Disponible en línea en: http://portaldogc.gencat.cat/utilsEADOP/PDF/6715/1373015.pdf Disponible en línea en: http://www.boe.es/boe/dias/2014/09/30/pdfs/BOE-A-2014-9864.pdf 327 Disponible en línea en: http://ep00.epimg.net/descargables/2014/09/29/4dcaadd7d0c535eba28b4fb0b6f35e6b.pdf 328 Disponible en línea en: http://ep00.epimg.net/descargables/2014/09/29/1dbcb394a7f84a48b08341f9b5091bc3.pdf 329 Disponible en línea en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/mas-tenemos-enganarestado-3633906 330 Además de algunas delegaciones en el extranjero donde la Generalitat tiene oficinas o embajadas. 326 289 denominado Proceso Participativo. Según la propia Generalitat, con una participación de 2.305.290 votantes331 con los siguientes resultados: Tabla 11: Resultados de la consulta catalana del 9N 2014 Votos por: Cantidad de votos Porcentaje Sí-Sí 1.861.753 80,76 232.194 10,07 22.466 0,97 104.760 4,54 En blanco 12.986 0,56 Otros 71.131 3,09 Total 2.305.290 99,99 Sí-No Sí-En blanco No Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. 332 Para el correcto análisis y ponderación de los datos se debe considerar que se redujo, por parte de los convocantes, la edad para poder emitir el voto de 18 a 16 años y se permitió votar a los extranjeros residentes. Con ello el padrón se amplió hasta las 6.228.531 personas. La participación representa, entonces, un 37,01% del padrón y el voto afirmativo a la secesión es de 1.861.753 personas que representa un 29,89%. Para evaluar este dato, téngase en cuente que, los partidos que han respaldado el proceso participativo que son CiU, ERC, CUP e ICV-EUiA, en las elecciones al Parlamento Europeo de 2012 movilizaron, en conjunto, a 2,1 millones de votantes (El País, 09 de noviembre de 2014333). En este caso la cifra de votantes a favor de la independencia fue de trescientos mil votantes menos. Análisis del tercer período 2010-2014: Convergencia y Unión (CiU): 331 Datos de la página web del proceso participativo http://www.participa2014.cat/resultats/dades/es/escr-tot.html 332 Datos disponibles en línea en http://www.participa2014.cat/resultats/dades/es/escr-tot-resum.html 333 Disponible en línea en: http://politica.elpais.com/politica/2014/11/09/actualidad/1415542400_466311.html 290 CiU, con Artur Mas a la cabeza, ha sabido aprovechar el desgaste de los partidos que gobernaron la Generalitat entre los años 2003 y 2010, lastrados por el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía y por la crisis económica y de deuda pública (Dowling, 2013). Este desgaste se plasmó en los malos resultados electorales del PSC y de ERC en las elecciones del año 2010 en las que CiU volvió a imponerse como primera fuerza política, aunque sin mayoría absoluta, obteniendo 1.198.010 votos y 62 escaños que representan un 28,1% más en votos y un 29,2% más en escaños que en la elección de 2006. La falta de mayoría absoluta de CiU y la existencia de un parlamento más fragmentado políticamente ―por la irrupción de Ciudadanos con 3 escaños y Solidaridad Catalana por la Independencia con 4 escaños― obligó a la formación a reeditar un gobierno en minoría con apoyos del PPC como en la última legislatura del pujolismo. CiU y PPC, sin un a pacto formal, se encontraban unidos programáticamente (Dowling, 2013) en referencia a la forma de afrontar la crisis económica, proyecto que se centraba en la reducción del déficit del Estado a partir del descenso del gasto ―fundamentalmente― social, tal y como se comentó más arriba. Este planteamiento dominó el primer subperíodo de tiempo que va desde el 2010 al 2012. A partir del rechazo del pacto fiscal por parte del Gobierno de España encabezado por Mariano Rajoy y la manifestación multitudinaria de la Diada del año 2012334, Más convoca elecciones en noviembre del 2012 y pretende movilizar al electorado a partir de los conceptos desarrollados en el período anteriormente analizado con el objetivo de hegemonizar el movimiento independentista (Dowling, 2013). En el discurso de CiU, durante esta campaña, fueron centrales conceptos tales como el derecho a decidir, las estructuras de Estado, la radicalidad democrática, Estado propio, transición nacional y Hacienda propia, que fueron introducidos en el período anterior por Mas, a partir de la convocatoria a la Casa Grande del Catalanismo. Si bien CiU gana las elecciones autonómicas, del 2012, el resultado no es el esperado por la dirección del partido, tal y como se indicó más arriba, obteniendo 1.116.259 votos, es decir, un 7,2% menos y 50 escaños que representan un 19.4% menos de los obtenidos en las elecciones del 2010. Con estos magros resultados electorales CiU a pactó con ERC los apoyos necesarios para la investidura de Mas como Presidente de la Generalitat. Por su parte, ERC 334 La Diada de Cataluña del año 2012 se celebró con una masiva manifestación organizada por la ANC que movilizó a un millón y medio de personas según los manifestantes y seiscientos mil según la Guardia Urbana. Véase La Vanguardia, 11 de septiembre de 2012, disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20120911/54349943522/diada-manifestacion-independenciacatalunya.html 291 realizó una buena elección, logró posicionarse como segunda fuerza política con 21 escaños y como el partido bisagra o árbitro de la política catalana. CiU y ERC pactaron, además de la investidura de Mas como presidente, un programa de gobierno que tiene como eje central la celebración de un referéndum de autodeterminación que será el tema político de este subperíodo y de toda la legislatura. Discurso de Convergencia y Unión (CiU): En el caso de Mas analizaremos tres discursos: la conferencia “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar” pronunciada en el Auditorio del Fórum de Barcelona el 25 de noviembre de 2014; el Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014; y Mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año de 2014. Además de contextualizar estos discursos con otros documentos (“La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance de situación” del Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña y la Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de política General del Parlamento de Cataluña el 15 de Septiembre de 2014) que los pondrán en valor, así mismo, se sumarán otras declaraciones de políticos e intelectuales orgánicos de primera línea del Gobierno de la Generalitat para matizar, detallar y poner en su justa luz el enmarcado del discurso. Diagnóstico: Dentro de la tarea central del diagnóstico, hay un cambio sustancial en la forma en que se estructuran los agravios y se enmarca la identidad “ellos” en relación a los períodos anteriores. El diagnóstico que ofrecerá Mas, se enmarca a partir de una idea central que es la imposibilidad del encaje de Cataluña en España, y ello se estructura a partir de unas nuevas técnicas de enmarcado que modifican la valencia del diagnóstico, pasando de un diagnóstico positivo, pero insuficiente del pujolismo, a un marco de valencia negativa y de imposibilidad de encaje con España en esta etapa. Respecto a las técnicas de enmarcado utilizadas, Mas presenta cuestiones a las que asigna conceptos y los problematiza relacionándolos con situaciones reales. Si bien, doctrinalmente el nacionalismo catalán no se ha modificado en forma sustancial a través del tiempo, es decir que, se presentan los mismos tres tipos de agravios propuestos hasta aquí (el económico, el identitario y el democrático) al igual que se venían haciendo en los dos períodos anteriores, sí cambian los conceptos con los que se enmarcan dichos agravios, además de la asignación de la culpa al actor antagonista, la profundización del “nosotros” y la solución a los problemas. 292 Agravio económico: El concepto del agravio económico, pasó de enunciarse únicamente en términos económicos, como déficit fiscal, a incorporarse además el concepto de expolio fiscal335. Si bien es cierto que Artur Mas difícilmente ha usado este último término ―Artur Mas habla de déficit fiscal―, sí son conceptos utilizados por figuras prominentes de su gobierno, como es el caso de Francesc Homs, en aquel momento portavoz del Gobierno de la Generalitat, quien en unas declaraciones el 5 de marzo de 2012 sostuvo que: «Estamos atados de pies y manos. Cataluña es un país con suficientes recursos para hacer muchas cosas, pero que no puede acabar haciéndolas porque sufre un expolio fiscal»336 (La Voz de Barcelona, 05 de marzo de 2012). Del mismo modo Jordi Pujol, ya en 2011 aseguraba que: «Se tendrá que hacer […] una votación para saber si estamos dispuestos o no a admitir que siga este expolio fiscal de Cataluña»337. (ABC, 11 de abril de 2011). Ello se profundiza por la atribución de la causa, tanto de las transferencias que se realizan desde Cataluña a España y que se enmarcan en el déficit o expolio fiscal, como por, la negativa del presidente Rajoy de aceptar negociar la propuesta de pacto fiscal de Mas. Se relaciona la cuestión con lo real, como técnica de enmarcado, fundamentalmente en lo que respecta a los recortes en el Estado de bienestar producto de la profunda crisis económica. Se atribuye así la culpa de esos recortes al Gobierno de España y a una serie de identidades encadenadas: España-Estado Español-Madrid-Gobiernos del PP y PSOE. En la conferencia del 25 de noviembre Mas sostenía en ese sentido que: «Un Estado al que se le ofreció durante meses del año 2012 un Pacto Fiscal, como salida después de la quiebra de la vía estatutaria, y que no se preocupó ni de sentarse a la mesa para hablar, aunque estaba reiteradamente advertido de la creciente desafección y desconexión mental de buena parte de la población catalana hacia España.338» 335 Es probable que fuese Ángel Colom a principios de los años noventa quién comenzó a utilizar este términos que luego incorporaron Jordi Pons y Ramón Tremosa como título de su libro: “L‟espoli fiscal, una asfíxia premeditada” (Tresiquatre). Es interesante destacar, tal y como sostiene VidalFolch (El País, 20 de enero de 2014) que más allá del título: “el concepto de “expolio” solo aparece una vez, […] ni por asomo en el texto”. 336 La Voz de Barcelona 5 de marzo de 2012, disponible en línea en: http://www.vozbcn.com/2012/03/05/104449/homs-cataluna-expolio-fiscal/ 337 ABC 11 de abril de 2011 disponible en línea en: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=778689 338 Todas las citas de este texto son traducciones propias del catalán. 293 Hay, además, en el discurso de Mas, un particular esfuerzo de relacionar ese expolio fiscal en referencia a las experiencias ordinarias de la población, con la intensión de atribuir la culpa de esos recortes al Gobierno de España (de Blas, El País, 3 de enero de 2015). De tal modo que los recortes en el Estado de bienestar no serían necesarios si se hubiese negociado el pacto fiscal propuesto por Mas. En los términos de Mas, los recortes así como el déficit, en definitiva el expolio, son culpa del Estado español. Mas sostiene que a «la mayoría de catalanas y catalanes, el Estado nos ha fallado 339. Y nos sigue fallando». Es decir, asigna la culpa a España del agravio infringido a Cataluña. Ésta es una cuestión central, no solo en la construcción del agravio, sino además en el éxito de la movilización nacionalista y de la permanencia del nacionalismo en el tiempo (Giuliano, 2011), en tanto que los nacionalismos que tienden a permanecer en el tiempo deben producir y reproducir discursos centrados en agravios. La asignación de la culpa moviliza esa sensación descrita como “indignación moral” (Chihu y López, 2004) y para que ella exista “se requiere que los individuos tengan conciencia de que en la sociedad existen actores humanos motivados que intencionalmente crean y mantienen una situación de daño y de sufrimiento sobre otros actores.”(Chihu y López, 2004). Esa indignación moral pone de relevancia la dimensión emocional de la acción, que es un elemento que explota de modo exitoso el nacionalismo catalán, tal y como sostiene Ovejero Lucas (2006, 2011a, 2013). Esta sensación de deprivación relativa fraternal, se relaciona con ese sentimiento de indignación al que Gamson describe como la ira, de la que dice: "pone fuego en el estómago y hierro en el alma" (Gamson, 1992: 329), y que se relaciona con la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b) que dota de sentido de justicia a los reclamos del nacionalismo catalán. Otro claro ejemplo de ello aparece en el discurso enunciado por Artur Mas respecto del déficit presupuestado para el año 2013, cuando el Presidente de la Generalitat, sostenía que: «Catalunya debe saber que por culpa de este déficit el gobierno español nos está obligando a hacer más recortes en sanidad, educación y servicios sociales […] El gobierno español se ha quedado con la gran parte del déficit para no asumir los costes políticos de los recortes y traspasa a los gobiernos autonómicos la parte más 339 Conferencia “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar” pronunciada en el Auditorio del Forum de Barcelona el 25 de noviembre de 2014. 294 complicada, y en el fondo está perjudicando a las políticas sociales» (La Vanguardia, 3 de agosto de 2013)340. Agravio democrático: En lo referente al agravio democrático, este pasa de enunciarse en términos de más “autogobierno” del pujolismo al reclamo de más democracia y libertad que hace CiU durante el proceso soberanista. El agravio viene infringido a partir de dos elementos, el primero el fallo del Tribunal Constitucional de 31/2010 sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña; y el segundo, la oposición del Gobierno a la celebración del referéndum (o consulta) del 9 de noviembre de 2014 por parte de la Generalitat de Cataluña. El enmarcado de la legitimidad del agravio democrático se realiza en función de varios elementos: la legitimidad moral del reclamo democrático, en sí, frente a la negativa continua del Estado; la soberanía absoluta del principio mayoritario frente al principio de legalidad; y la ilusión ―en los términos de CiU― que genera la radicalidad democrática del derecho a decidir, frente a la política del miedo del Estado que atemoriza a colectivos de personas vulnerables, y que hace política a través de los tribunales341. Las técnicas de enmarcado utilizadas son la de asignar un concepto como es el de consulta y el del derecho a decidir ―de gran relevancia en tanto que generan un espacio simbólico abierto―. Salecl (1993) plantea que la construcción del espacio simbólico permite “un espacio […] para ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993: 221). De este modo el campo simbólico que deja este tipo de conceptos como el del derecho a decir o el de radicalidad democrática es “llenado” por unas ideas que están relacionadas con una proyección de los deseos de los sujetos. Es por ello que tienen gran potencia movilizadora y son centrales para el desplazamiento conceptual de los temas materiales hacia cuestiones simbólicas. Una vez planteada la cuestión, se lo relaciona con lo real, como otra técnica de enmarcado, buscando la relación con la experiencia cotidiana de la ciudadanía (mucho más difícil en este caso concreto). Los elementos utilizados como técnica de enmarcado son: la sentencia del TC de 2010 y la negativa a negociar el referéndum del 9 de noviembre, por parte de Gobierno; en otros términos, lo real es que: no nos dejan votar. 340 La Vanguardia, 3 de agosto de 2013, disponible en línea http://www.lavanguardia.com/politica/20130803/54379121268/mas-deficit-1-58-injusticiaflagrante.html 341 Citas textuales del discurso de 25 de noviembre de Artur Mas. 295 en: Josep Rull, miembro destacado de CiU, en la tramitación de la ley de consultas aprobada por el Parlamento de Cataluña, sostuvo en referencia al PP que «Los que combatieron la Constitución, ahora pretenden destruirla y no nos dejan votar» (El País, 19 de septiembre de 2014)342 del mismo modo que Francesc Homs sostuvo que: «No nos dejan votar porque saben que lo tienen perdido» (ABC, 17 de abril de 2013).343 Del mismo modo se enmarca el mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo del fin de año de 2014, en el que Mas, en el sentido de lo anteriormente mencionado, sostuvo que: «Por primera vez en tres siglos los catalanes que lo quisieron pudieron votar a favor del futuro político del país, incluso de la libertad política de Cataluña. […] A pesar de la prohibición y toda la maquinaria institucional del Estado en contra, muchos miles de catalanes hicieron un ejercicio de autoafirmación, de respeto, de democracia y de libre opinión en libertad. Un ejercicio de democracia que en pleno siglo XXI debería ser normalidad en lugar de excepción, debería de invitar al diálogo ya la negociación en lugar de querellas judiciales. Mal cuando un Estado decide querellarse por la vía penal contra aquellas y aquellos que facilitan la participación y dan la voz y el voto a la ciudadanía. Quiere decir que algo falla, y no menor».344 La atribución de la causa del agravio es, no solo clara, sino de una gravedad destacada. Mas sostiene que las instituciones del Estado han prohibido e intentado impedir, el ejercicio democrático del pueblo catalán. Este ejercicio de interdicción se viendría produciendo desde hace unos trescientos años y por primera vez se logra sortearlo. El agravio continúa, además, en las respuestas de tipo administrativo e institucional que tiene el Estado hacia «aquellos que facilitan la participación y dan voz y voto a la ciudadanía»345. No solo se dramatiza la situación, sino que hay unas atribuciones de responsabilidad directa del Estado respecto de cierta persecución hacia aquellos que dan voz y voto a la población. Se habla incluso de la libertad política de Cataluña, enmarcando el agravio en términos similares a los casos de sociedades coloniales o sojuzgadas, situación muy alejada de la realidad española en general, y de la catalana en particular. En el juego de diadas identitarias opuestas que señala Máiz (2003) Mas opone «la democracia española [que] aún es demasiado joven para tener esa cultura democrática profunda que le permita encarar los problemas cuando se producen» frente a la cultura democrática del pueblo de Cataluña que es «profunda, enraizada, y 342 El País, 19 de septiembre de 2014, disponible en http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/19/catalunya/1411141135_402343.html 343 ABC 17 de abril de 2013, disponible en http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1397081 344 Mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año de 2014. 345 Ibídem 296 línea línea en: en: la quiere practicar» (La Vanguardia, 1 de junio de 2014)346. Las asociaciones conceptuales que se ofrecen aquí son verdaderamente potentes, aunque no obstante se relacionan con los tópicos tradicionales del nacionalismo catalán doctrinalmente conservador más puro, de allí la mención al comienzo de este capítulo que sostiene la falta de innovación en la doctrina del nacionalismo catalán. Mientras se presenta a Cataluña como: democrática-activa-sometida-moderna se opone a ella a una España descrita como: antidemocrática-reactiva-dominadora-atrasada.347 Desde esta perspectiva, se enmarca a España a partir de la concepción de un país con un déficit democrático crónico. La idea de crónico se explica más adelante cuando se da cuenta de los tres ciclos de significado que enlazan en sus agravios el nacionalismo catalán, tal y como sostiene Martín Alonso (2015). La sentencia del TC de 2010 sobre el Estatuto de Autonomía, aparece de modo recurrente enmarcada como causa del agravio y es el eje central del agravio democrático, junto con la negativa a permitir un referéndum. En el discurso de Mas y de la élite política nacionalista de CiU, hay, en este período, un claro cambio de registro sobre el culpable de la situación. La radicalización del discurso se produce, entre otros aspectos, en esta dimensión del enmarcado. El culpable de la prohibición de la expresión democrática del pueblo de Cataluña es: el Estado español. Dentro de la atribución de las causas se relaciona el derecho a decidir y la radicalidad democrática con el principio mayoritario. Este principio mayoritario, a nivel discursivo, se plantea cuando se sostiene la legitimidad de los reclamos en la masividad de las movilizaciones sociales. Es el “nosotros” que se manifiesta frente al agravio infringido por una alteridad culpable. Es en ese sentido que Artur Mas en el discurso del 15 de septiembre de 2014 en el debate de política general en el Parlament de Cataluña sostuvo que: «La sentencia del TC sobre el Estatuto del año 2010, va a expulsar a la mayoría de la sociedad catalana del pacto y del consenso constitucional. De iure, todavía estamos, de facto, muchos ya no».348 La causa del agravio está en la sentencia del TC del año 2010 que expulsa a la mayoría de los catalanes del pacto constitucional, así la causa queda atribuida a otro, a un “ellos” que es, por definición, opuesto a “nosotros”. 346 La Vanguardia, 1 de junio de 2014, disponible en línea: http://www.lavanguardia.com/politica/20140601/54409518387/mas-espana-falta-culturademocratica-problemas.html 347 Es muy esclarecedor que los parlamentarios catalanes de los partidos que están a favor del referéndum, entrevistados por el autor de este trabajo, han respondido afirmativamente cuando se les consultó sobre la existencia de un déficit democrático en el Estado español. 348 Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de política General del Parlamento de Cataluña el 15 de Septiembre de 2014. 297 Hay un cambio de registro en la atribución de la causa en el discurso de las élites políticas nacionalistas de CiU. Es el Estado español el que pasa a ser enmarcado, y claramente identificado, como el culpable de los agravios que soporta Cataluña en su búsqueda de autogobierno. Esto lo desarrollaremos detenidamente en el apartado de la identidad. Agravio identitario: En lo que respecta al agravio identitario, para CiU, los signos de identidad catalanes vienen sufriendo una persecución histórica por parte de España, persecución que comenzó con los decretos de Nueva Planta de Felipe V. Los elementos propios y diferenciadores de la realidad social catalana ―que es distinta a la española― son ignorados por España. La voluntad de más autogobierno se presenta como una problemática central debido a que el Estado español pretende recentralizar y homogeneizar la autonomía catalana. La voluntad de autogobierno de Cataluña se manifiesta así ―y desde hace trescientos años― como parte de la identidad catalana, tal y como, Mas sostuvo el 25 de noviembre que: «el anhelo de autogobierno forma parte consustancial de la identidad catalana, de nuestra manera de pensar, de hacer y de ser. De antes y de ahora mismo».349 Destáquese que el razonamiento de Mas tiende a ser circular en este punto, dado que según su criterio “se es una nación porque se tienen elementos identitarios diferenciales entre los que destacan el que se quiera la independencia como nación”. Para Mas lo que está en juego no solo es el autogobierno de Cataluña, sino la propia identidad catalana. Para ahondar en esa idea y para dar fuerza emocional al marco, Mar recurre a describir el agravio identitario como de larga data y referido a esa voluntad opresora de España sobre otros pueblos. Ello aparece claramente expresado en el discurso de Mas con motivo de la Díada de 2014, donde el problema se plantea con una relación ambivalente entre dos momentos históricos, 1714 y 2014. Hay una constante referencia a la continuidad histórica, tanto del Gobierno catalán como de su pueblo, y un constante intercambio de referencias temporales que ponen, en un mismo plano discursivo, un Estado absolutista europeo del siglo XVIII y el Estado de las Autonomías del siglo XXI. «En momentos en que se quiere menospreciar, desvirtuar y incluso negar nuestro pasado como país, se hace más necesario que nunca conmemorar lo que hemos sido, recordar que la defensa heroica de Barcelona, y de toda Cataluña, hace tres siglos, lo fue para defender unas leyes de las más avanzadas del momento y que se 349 Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de noviembre de 2014. 298 contraponían al poder absoluto ejercido de manera absoluta. Y que fue precisamente el absolutismo homogeneizador, ganador de la guerra, lo que quiso aniquilar nuestra identidad, nuestra lengua y nuestros usos y costumbres».350 El agravio y la operación de enmarcado de la causa aparecen de modo claro. Según el discurso de CiU, España quiere menospreciar y negar a Cataluña. Y ahora tal como era antes. Es por ello que se cruzan las referencias temporales entre 1714 y 2014. Mediante estas técnicas de enmarcado se consigue insertar la cuestión en un marco más amplio y se dramatiza la situación a futuro. Para remarcar la atribución de la responsabilidad ―que es un elemento central y destacado dentro de las innovaciones del marco de los partidos nacionalistas catalanes de este período― se recurre a la siguiente cita de Artur Mas en su Intervención como presidente de la Generalitat en el debate de política general del 15 de septiembre de 2014 sostuvo que: «El segundo gran elemento que nos condiciona es la operación sistemática y continuada de desmontaje y destrucción del autogobierno por parte del Gobierno central. […] todo apunta hacia convertirse las autonomías, como la catalana, en puras unidades administrativas».351 En esta cita se observa, la clara atribución de responsabilidades al Gobierno central, al que se le atribuye, una operación de desmontaje y destrucción del autogobierno. Remárquese que esa voluntad de autogobierno, es una cuestión identitaria en los propios términos de Mas. Así el Estado español atenta contra la propia identidad Catalana. Del mismo modo que en el discurso del 25 de noviembre Mas sostiene que «no es normal que un país tenga que estar defendiéndose continuamente en los tribunales para defender la lengua propia del país y sus sistema educativo».352 Se observa como Mas, insiste en los vínculos con cuestiones reales y cotidianas como son el sistema educativo y la lengua habitual de un aparte de la población; lengua que se presenta como la base de la identidad de catalana (Ovejero, 2013). Es la identidad la que se enmarca como agraviada cuando se agravia la lengua, tal y como se ve en el siguiente texto institucional: “La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance de situación” de 15 de octubre de 2013 y publicado por el Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña. En él se sostiene que: 350 Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014. 351 Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de Política General del Parlamento de Cataluña el 15 de Septiembre de 2014 352 Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de Noviembre de 2014. 299 «El Estado no ha tenido ninguna voluntad de mostrar la plurinacionalidad y la diversidad lingüística que lo integran […] La aprobación Anteproyecto de ley orgánica de mejora de la calidad de la educación (LOMCE) manifiesta menosprecio del gobierno del Estado para la lengua y la cultura catalanas en el enseñanza, e imposibilita la continuidad del modelo de escuela inclusiva y del sistema de inmersión lingüística».353 Identidad “ellos”: He aquí una de los elementos que se han modificado de manera notable en el discurso de la élite nacionalista en Cataluña, en relación a los períodos anteriores. La radicalización en el discurso nacionalista se fundamenta ―sin perder de vista los agravios, las soluciones y las audiencias― en la profundización de la dimensión de la identidad “ellos”. La asignación de la responsabilidad de un hecho a un actor determinado por el agravio sufrido se revelará fundamental para completar las dimensiones de enmarcado del marco ideal. La operación de la definición del antagonista dentro del proceso de enmarcado se establece a partir de las técnicas de personalizar a los actores responsables, atribuir intenciones e intereses contrarios al bien colectivo y definirlos como agentes ilegítimos de la comunicación. Esto se realiza, tal y como se mencionó más arriba, a través de díadas conceptuales opuestas. De este modo se puede observar, que en el discurso pronunciado en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento de Cataluña el 10 de abril de 2012, en referencia a una propuesta de recentralización de competencias manifestadas por la Presidenta Autonómica de la Comunidad de Madrid, Artur Mas sostuvo que de realizarse esa transferencia hacia el Estado central desde las Comunidades Autónomas: «lo que demostrarán es el que ya sabíamos desde hace muchos años, de muchas décadas, que es que hay, efectivamente, comunidades autónomas que responden puramente a algo artificial que se crear para poder hacer el café para todos, el “café para todos”, y para aguar las aspiraciones de Cataluña y del País Vasco».354 Se imputa una clara responsabilidad de debilitar las aspiraciones de autogobierno del País Vasco y Cataluña al Estado central. Esa imputación se hace además con la creación de un ente artificial que ―Mas literalmente dice algo artificial― que es el café para todos, que es como se conoce al Estado de las Autonomías. Frente a ese 353 Texto: La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance de situación” de 15 de octubre de 2013 y publicado por el Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña. 354 Intervención de Artur Mas en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento de Cataluña el 10 de abril de 2012. 300 constructo artificial, que es el Estado, se presentan las aspiraciones “naturales” de Cataluña (y del País Vasco). Más adelante se insiste nuevamente en esta idea al referirse a la posibilidad de reorganizar la transferencia de competencias: «que lo rehagan sin afectar aquellos que sí tienen un sentido no artificial, sino natural y querido y mayoritario del autogobierno, que es el caso de Cataluña».355 Aquí queda meridianamente expuesta la atribución de intereses, contrario al bien colectivo, que es el autogobierno para Cataluña ―en tanto que es considerado como parte de su identidad, incluso―, además de la asignación de la responsabilidad a un actor que se ha personalizado. Esa personalización no ha variado doctrinalmente en el nacionalismo catalán y continúa siendo: España-Estado Español-Madrid-Gobiernos central-PP y PSOE. El pacto constitucional que da origen al Estado de las Autonomías ―y que tuvo una fuerte presencia de personalidades que representaban los intereses de los ciudadanos españoles en Cataluña (Balfour y Quiroga, 2007)― es al que Más remite cuando sostiene que, de reorganizar las transferencias de competencias entre el Estado central y las Autonomías: «que lo rehagan, pero que se lo rehagan entre ellos, los que lo idearon. Y eso fueron acuerdos entre el PP de la época y el Partido Socialista de la época. El café para todos fue producto de aquellos pactos».356 No solo Mas desconoce la relevante participación catalana en los acuerdos que dieron lugar a la Constitución de 1978 y al Estado de las Autonomías, sino que habla directamente de “ellos”, cuando hace referencia a los partidos de ámbito nacional englobando en el “ellos” a todo aquel que no sea el “nosotros”. Por otra parte, este “ellos” del nacionalismo queda excluido como agente legítimo de comunicación al entender que existe una: «creciente desafección y desconexión mental de buena parte de la población catalana hacia España», 357 tal y como entiende Mas en el discurso del 25 de noviembre de 2014. No hay forma de entendimiento posible, ya que hay desafección y desconexión, o las propuestas llegan tarde, o han quedado atrás (Cruz, 2014). Se descalifica así, no solo al otro, y a la posibilidad de una propuesta alternativa o crítica, sino que, se lo inhabilita como interlocutor. Ese “ellos” está determinado, en esta etapa, por una relación de hostilidad con el “nosotros” (Alonso, 2015) y la responsabilidad de esa hostilidad se asigna únicamente al conjunto de identidad que representan el “ellos”. El discurso de CiU se ha radicalizado en el enmarcado, sin complejos, hacia una hostilidad manifiesta del “otro”; 355 Intervención de Artur Mas en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento de Cataluña el 10 de abril de 2012. 356 Ibídem 357 Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de noviembre de 2014. 301 de allí se desprende la lógica del lenguaje belicista, que se mencionaba más arriba. Es una situación de asedio cuasi-militar en la que Cataluña ha sido agraviada. Identidad “nosotros”: Tal y como se venía realizando en el los períodos anteriores, el discurso de Mas cumple con las principales técnicas de enmarcado de la operación de la definición del protagonista. En el caso de este último y tercer período analizado, tal y como se mencionó más arriba, hay una profundización de la oposición del “nosotros” y del “ellos”, sumado a un importante número de personas de prestigio que han manifestado estar de acuerdo con los postulados de matriz nacionalista cumplimentando la técnica del reclutamiento de figuras prominentes. En líneas generales se mantiene la personalización del sujeto colectivo en continuas referencias a Cataluña como si fuese un sujeto individual y cuya representación está solo en manos de la élite política nacionalista. Denótese que el proceso soberanista ―tal y como se denomina a todo este largo período de movilización nacionalista― en términos de Mas, se sostiene por las movilizaciones sociales (propiciadas por el Gobierno de la Generalitat) y por el consenso de las fuerzas políticas en el Parlamento Catalán. Esto es lo que Martín Alonso (2015) denomina el paralogismo del número, y que se ha mencionado aquí como la oposición entre el principio mayoritario frente al principio de legalidad, asociando el primero al concepto democracia y el segundo a la acción estatal. El principio mayoritario aparece continuamente en el discurso de Mas relacionando, por un lado a la mayoría social, y por otro, al amplio consenso parlamentario que sostiene el proceso. En ese sentido, en el mensaje con motivo de la Diada del 2014 Mas sostuvo que: «el proceso político que vive Cataluña se apoya sobre dos grandes pilares: la mayoría social que lo hace posible y el consenso político que lo vertebra. Mañana una parte significativa del pueblo catalán volverá a demostrar al mundo cuál es la vía catalana de entender la democracia y la libertad. Y se volverá a poner de manifiesto, un año más, que la mayoría social que hace posible el proceso político que vive Cataluña no desfallece, sino que continúa más viva y fuerte que nunca. Se debería tomar buena nota».358 Es el pueblo de Cataluña el que se manifestará al día siguiente de que fuera leído este mensaje, en la Díada de Cataluña. Ésta es la forma en que se definen los protagonistas, es decir, esta es la forma de definir un demos. Cataluña pasa a estar 358 Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014 302 identificada con una parte de la ciudadanía que tiene una forma de entender la democracia y la libertad, de este modo el enmarcado se apropia de un valor social que se dice defender y de los intereses colectivos. A lo anterior se suma el consenso político el que vertebra, según Mas, ese proceso político; aquí queda manifiestamente claro la técnica de enmarcado de atribución de la representación de los valores universales y de los intereses colectivos del pueblo de Cataluña. Y es a ese pueblo de Cataluña al que se debe escuchar desde las instituciones del Estado; es el pueblo movilizado el que legitima la propuesta de solución por parte del nacionalismo catalán. Dos cuestiones importantes del “nosotros” aparecen en el análisis: la primera es el número relevante de intelectuales que, a partir del año 2010, se han convertido en intelectuales orgánicos ―en los términos gramscianos― del nacionalismo catalán, pasando a formar parte de organismos autonómicos que propician, estructuran u organizan el proceso (Alonso, 2015). La segunda cuestión del “nosotros”, es la capacidad que posee la élite de CiU para generar una metáfora de pars pro toto ―la parte por el todo―, donde es la élite política la que configura y crea el demos, es decir, el pueblo de Cataluña a partir de este proceso de movilización. La pars pro toto ofrece una imagen de homogeneidad que no se condice con la realidad demográfica y social de Cataluña. Recuérdese que uno de los lemas de CiU para la campaña electoral a elecciones autonómicas del 2012 fue la voluntad de un pueblo, y en cuyos carteles, Mas aparecía aclamado por una multitud con los brazos abiertos.; incluso en la promoción de la campaña electoral el 5 de noviembre de 2012, el propio Mas ahondaba en la idea de la homogeneidad: Somos un solo pueblo y no nos romperán. En el mismo sentido de unidad y homogeneidad, en la declaración de soberanía de 2013 del Parlamento Catalán, se argumenta que: «Se garantizará la cohesión social y territorial del país y la voluntad expresada en múltiples ocasiones por la sociedad catalana de mantener Cataluña como un solo pueblo».359 Tal y como, se manifestó más arriba, no hay lugar la disenso interno. El nosotros, no admite matices, respecto a los temas centrales, como por ejemplo el analizado: la relación Cataluña y España, del mismo modo que son extensísimas las referencias al carácter transversal del proceso en referencia la subordinación de la totalidad de las cuestiones a la temática de la secesión que propone la élite política nacionalista catalana. Esa pretendida transversalidad del proceso de movilización es posible (Miley 2006, 2013; Garvía y Miley, 2013; y Ovejero Lucas, 2006 y 2011a; y Alonso 2015; 359 Propuesta de Resolución de aprobación de la Declaración de Soberanía y el derecho a decidir del pueblo de Cataluña del Parlamento de Cataluña del 23 de enero de 2013. 303 entre otros) por el proceso de sobre-representación de los estratos catalanoparlantes ya mencionado, una sub-representación de los estratos castellanos parlantes, en los ámbitos político e institucionales; y por la hegemonía social y política del discurso nacionalista catalán que produjo, y reprodujo CiU, (Santamaría, 2008 y 2011; Garvía y Miley, 2013) desde que accede a la Generalitat360. Como ejemplo de lo anterior, baste citar unas declaraciones de Francesc Homs, portavoz del Gobierno de la Generalitat, quién en una entrevista con el periodista Antoni Bassas el día 10 de diciembre de 2014361 para la plataforma Ara.cat, sostuvo que: «O aquí nosotros priorizamos el eje Cataluña por delante del de izquierdaderecha, porque ¿qué pasa? Que el debate izquierda-derecha, nos españoliza; nos subordina».362 Es muy ilustrativo, este enmarcado que realiza Homs, en tanto que, si no se asume la naturaleza del marco propuesto, se pasa a ser identificado con el ámbito del “ellos”; las audiencias que no asumen el debate sobre la secesión se «españolizan», en otros términos, se expulsa a las audiencias del “nosotros”, si no se reconocen interpeladas por el marco. Pronóstico: Dentro de la tarea central de pronóstico y de la dimensión de la agencia metas, se han producido cambios sustanciales en las operaciones del enmarcado de objetivos y soluciones. El primero de los cambios es la introducción del concepto de independencia como la panacea de los problemas de Cataluña. Homs, el portavoz del Gobierno de la Generalitat así lo entendió en la entrevista del 10 de diciembre de 2014, interrogado por Antoni Bassas sobre si la independencia es la solución a todos los problemas de Cataluña, responde, que: «lo es» aunque luego matiza, ofreciendo la idea que es la mejor solución «estructural para afrontar los problemas de Cataluña».363 Y el propio Jordi Pujol, referente histórico del nacionalismo catalán, sostenía en una editorial de su fundación ―ya desaparecida luego de la confesión de que mantuvo fondos sin declarar en el extranjero― con fecha 25 de enero de 2011 que: «La 360 Existe un documento hecho público por varios periódicos que demostraría que ciertos altos cargos de la Generalitat durante el pujolismo diseñaron esa estrategia de sobre-representación de las clases medias-altas y altas catalanoparlantes ligadas al nacionalismo, para ello véase Alonso (2015). 361 Entrevista al portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, el día 10 de diciembre de 2014 en la plataforma Ara.cat. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/arabassas/homs-bassasentrevista-presidencia-eleccions-plebiscitaries_3_1264103587.html 362 Entrevista al portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, el día 10 de diciembre de 2014 en la plataforma Ara.cat. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/arabassas/homs-bassasentrevista-presidencia-eleccions-plebiscitaries_3_1264103587.html 363 Ibídem 304 alternativa a esto ahora tan solo podría ser la independencia» y entendía por “esto” la situación de una Cataluña agraviada cuando hacía referencia a que: «desde hace unos años se ha ido consolidando un modelo homogeneizador, de techo competencial muy bajo, es decir, de autogobierno muy limitado y sometido a un creciente ahogo financiero» (La voz de Barcelona, 25 de enero de 2011)364 Se han dejado de lado cualquier posibilidad de soluciones que no pasen por la independencia y esa es la única posibilidad de resolver los problemas de Cataluña, tal y cómo señalaba Francesc Homs, en la entrevista citada, para la élite política nacionalista excluyendo a los sectores minoritarios de Unión Democrática de Cataluña y a los partidos políticos (parte del PSC, Parte de ICV, PPC, y C´s) que programáticamente ofrecen otras vías de solución a la cuestión. Otra de las técnicas desarrolladas desde las élites es el enmarcado sobre los beneficios de la independencia. Estos beneficios, se han intentado vincular a la experiencia ordinaria de la población, pero esta técnica difiere en su eficacia dependiendo de la naturaleza del agravio. Es por ello que se hará mucho más evidente en lo que respecta al agravio económico, mientras que se verá un tanto desdibujada en los que respecta al agravio identitario y al democrático. Respecto del económico vemos que la técnica del enmarcado de beneficios es muy concreta y se enmarca en un discurso positivo, por ejemplo el folleto de la campaña a favor del Estado independiente de Convergencia Democrática de Cataluña 365 en el que se sostiene que la tasa de desempleo descendería unos 10 puntos porcentuales en una Cataluña independiente.366 Del mismo modo que propone el Estado propio de Cataluña como: garantía de Estado de bienestar, el mantenimiento del Euro como moneda, además del mantenimiento del castellano como lengua cooficial. De igual modo, y en ese sentido, el Consejero de Empresa y Ocupación de la Generalitat, Felip Puig, ha sostenido que: «Cataluña claramente podría tener un sistema propio de Seguridad Social, que podría pagar todas sus pensiones, todas sus prestaciones de paro, y además pagarlas mejor, con más importe […] y estaríamos en condiciones por tanto de hacer una revisión al 364 La Voz de Barcelona, 25 de enero de 2011, disponible en línea en : http://www.vozbcn.com/2011/01/25/54247/pujol-alternativa-seria-independencia/ 365 Disponible en línea en: http://www.ara.cat/politica/vuit-raons-Convergencia-propiPDF_ARAFIL20130829_0003.pdf 366 Página de internet de CDC. Disponible en línea en: http://convergents.cat/noticies/que-hi-guanyojo-i-la-meva-familia 305 alza de las prestaciones de paro y de las pensiones de jubilación».(El Mundo, 29 de mayo de 2014)367 Artur Mas, por su parte asociaba los recortes al hipotético déficit fiscal, concepto central de agravio económico, cuando el 3 de agosto de 2013 sostenía que: «Catalunya debe saber que por culpa de este déficit el gobierno español nos está obligando a hacer más recortes en sanidad, educación y servicios sociales». (La Vanguardia, 3 de agosto de 2013)368 En otras palabras, sin el expolio fiscal y sin la sangría de recursos que provoca España, el Gobierno de la Generalitat no se vería obligado a aplicar recortes en las políticas sociales. En lo que respecta a los agravios identitarios y democráticos, la técnica de enmarcado, se orienta a cargar de valores abstractos los beneficios a obtener. Es por ello que el folleto de CDC, antes citado, menciona la necesidad de un Estado para que se preserve “nuestra” identidad: «Cataluña es una nación milenaria y lo tiene que seguir siendo. Historia, instituciones, lengua y cultura conforman nuestra identidad nacional, es nuestra gran riqueza. La pervivencia de nuestra lengua y nuestra cultura sólo está garantizada con unas estructuras de Estado que las sientan como propias».369 Solo la independencia garantiza la riqueza de los elementos identitarios en que se fundamenta la nación catalana. El valor abstracto de la riqueza de la identidad nacional, como objetivo, solo puede ser alcanzado con la consecución del Estado propio, para el que la independencia es la única vía. Del mismo modo ocurre con el agravio democrático. Se carga de valores positivos como la radicalidad democrática, la libertad, el pueblo que quiere hacer oír su voz; aunados todos ellos en el concepto del derecho a decidir. Se remite al lector, a la forma de enmarcado del derecho a decidir en tanto que concepto construido como un espacio simbólico abierto que permite ser completado con “imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221). Es por eso que se menciona de forma reiterada, en los discursos de las élites nacionalistas, lo ilusionante que es para la población este proceso. Ese espacio simbólico abierto se carga o completa con los anhelos y deseos, es decir, con las ilusiones de una parte importante de la población, debido a ello el 367 El Mundo, 29 de mayo de 2014, disponible en línea en: http://www.elmundo.es/cataluna/2014/05/29/538673aeca474122758b4582.html 368 La Vanguardia, 3 de agosto de 2013, disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20130803/54379121268/mas-deficit-1-58-injusticiaflagrante.html 369 Folleto de la campaña a favor del Estado independiente de Convergencia Democrática de Cataluña. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/politica/vuit-raons-Convergencia-propiPDF_ARAFIL20130829_0003.pdf 306 marco adquiere un potencial movilizador muy fuerte, si se lo pone a la luz, tal y como se verá más delante, de la dos crisis que atraviesa España, la crisis económica y la crisis institucional. Recurrir a la historia. Ésta es la última técnica de enmarcado que forma parte de la dimensión agencia-metas del marco ideal propuesto, y es donde radica otro elemento diferenciador relevante que ha sido señalado, con agudeza, por Martín Alonso (2015). Alonso sostiene que el relato del proceso enlaza tres ciclos históricos bien definidos y que aportan un componente emocional de movilización muy eficaz; estos ciclos son: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714 (Alonso, 2015:63-64). Estos tres ciclos históricos se entrelazan para hacer más efectiva, verosímil y potente la movilización. Es en ese sentido que se ha elegido el año 2014 ―en el que se celebra el tricentenario de la Guerra de Sucesión― para platear el referéndum; del mismo modo que la Transición ―facilitada por el catalanismo político― permitió los pactos que devinieron en el Estado de las Autonomías; pacto que se ha roto con el tercer ciclo que es la sentencia de TC de 2010. Como ejemplo de la relevancia del Tricentenario se han organizado importantes actos conmemorativos, la apertura de un museo conmemorativo de la Guerra de Sucesión, (Borne Centro Cultural) que ofreció durante el 2014 una cantidad de eventos importantes ―43, exposiciones; 133, conferencias y congresos; 47, conciertos; 45, itinerarios; y 25, actividades literarias 370― para recordar esa efeméride, además un yacimiento arqueológico. El paralelismo entre el conflicto entre el Gobierno de España y el Gobierno de Cataluña y la Guerra de Sucesión se ha utilizado con fines de enmarcado en dentro de esta técnica que recurre a los acontecimientos históricos para legitimar, dar verosimilitud y fortalecer las soluciones propuestas a los problemas planteados. Todo lo anterior confluyen hacia el enmarcado de una única solución: la independencia. No hay otras soluciones posibles, tal y como sostiene Homs en la entrevista realizada por Antoni Bassas el 10 de diciembre de 2014. Para el portavoz de la presidencia, ya se han probado todas las alternativas posibles, y solo queda la independencia. En cierto sentido, en este tipo de argumentaciones, el protagonista se posiciona reactivamente frente a los hipotéticos agravios del antagonista. Es el antagonista el culpable, de que esto sea así, y no de otra manera, en los términos del enmarcado de CiU. 370 Fuente El País, 20 de octubre de 2014, disponible http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/20/catalunya/1413801350_057616.html 307 en línea: Motivación: Dentro de la tarea de motivación, se profundizará la operación de definición de audiencias y, fundamentalmente, se modificará la apelación a la acción. La operación central de esta dimensión es la definición de las audiencias; ésta definición comienza por delimitar quiénes son los participantes y a quienes se apelará su responsabilidad como individuos frente a la comunidad. Se hará depender la solución del problema con la participación y se señalarán las acciones y las formas de participación, todo ello según el marco ideal presentado. El proceso de definición de las audiencias ha sido descrito, en esta etapa, como un proceso de segmentación (Alonso, 2015) de las audiencias en el que tal definición implica la transferencia del “nosotros” homogéneo que plantea el marco de CiU, a la población que es, tal y como se comentó, heterogénea. La apelación que hace a las audiencias CiU es únicamente en clave nacionalista catalana y va dirigido al sector social sensible a los agravios que sufre Cataluña y los catalanes. Dentro de las técnicas de enmarcado de las señaladas en el marco ideal se utilizan, la definición de los participantes. Este hecho ya ocurría desde el período anterior, pero se ha implementado la innovación de interpelar de modo unívoco a los catalanes. En el sentido de lo anteriormente expuesto, Mas, en su mensaje de la Diada de 2014, sostiene en referencia a la posibilidad de celebrar el referéndum sobre la secesión que afectará el futuro de: «siete millones y medio de catalanas y catalanes. Catalanes de origen, de adopción o de acogimiento, tanto es, todos protagonistas del presente y del futuro de Cataluña. Todos con la misma fuerza a la hora de decidir el futuro: la fuerza de nuestro voto. […] Mañana una parte significativa del pueblo catalán volverá a demostrar al mundo cuál es la vía catalana de entender la democracia y la libertad. Y se volverá a poner de manifiesto, un año más, que la mayoría social que hace posible el proceso político que vive Cataluña no desfallece, sino que continúa más viva y fuerte que nunca».371 Mas apela a la responsabilidad individual cuando sostiene que el proceso depende, en gran medida de la movilización social y es que: «el proceso político que vive Cataluña se apoya sobre dos grandes pilares: la mayoría social que lo hace posible y el consenso político que lo vertebra».372 Esa movilización, es categorizada como mayoría social junto con la mayoría parlamentaria, son las que justifican ―mediante la apelación al principio mayoritario― la legitimidad del proceso. El enmarcado que se utiliza pretende construir la mayoría, 371 Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014. 372 Ibídem. 308 antes que señalarla y esta es la labor específica de los marcos de significación, la movilización en función de la creación de identidades, en este caso identidades nacionales. El marco del nacionalismo catalán tiende a generar aquello que pretende describir. Es decir el marco ―de CiU en este caso― es autopoiético. Mas, luego vuelve sobre la cuestión de la responsabilidad individual en el proceso y se señalan, tanto las acciones propuestas, como la forma de participación de las audiencias. Del mismo modo cuando en el mismo discurso sostiene que: «la nación catalana está viva; tenemos país; y nos preparamos democráticamente, cívicamente y pacíficamente para decidir nuestro futuro colectivo». 373 Es así como Mas, con su marco convoca a la movilización, se apropia de valores universales, tales como: la democracia, el civismo y la paz, en la movilización en pos de la decisión del futuro colectivo; ―valores que ―paradójicamente contrastan con el reclamo particularista del nacionalismo cultural y con la segmentación de las audiencias―. Más adelante, Artur Mas, vuelve a vincular a la responsabilidad individual y a los valores universales, cuando dice: «Tenemos la oportunidad que de vez en cuando se da en la historia de poner los cimientos de una Cataluña mejor. Superar nuestros fallos, nuestras debilidades y nuestros defectos. De aparcar nuestras, a veces excesivas, divisiones internas. De edificar el país del futuro sobre bases más sólidas, más transparentes y de mejor calidad democrática. Nuestra ambición de calidad democrática debe estar a la altura de la larguísima trayectoria de convicciones democráticas de nuestro país».374 Mas antepone ―tal y como se argumentó anteriormente― la cuestión nacional, es decir, el tema del marco (la relación entre Cataluña y España, entendida como problema y su solución, que es la independencia) a otras fracturas o clivajes internos. Mas exige homogeneidad interna a las audiencias interpeladas, fragmentando así la heterogénea estructura de sensibilidades de la sociedad catalana. Hay también un recurrido uso de la historia. De este modo el marco enlaza esas tres dimensiones o ciclos históricos, que señala Alonso (2015), el de la guerra de Sucesión, el de la Transición y el de la Sentencia del TC 2010: «Haber tenido uno de los Parlamentos más antiguos de Europa debería ser un potente estímulo para aspirar a tener una de las mejores democracias de Europa. Y aún estamos lejos de este noble y necesario objetivo».375376 373 Ibídem. Ibídem 375 Ibídem 376 Muy similar a éste es el lema de la Generalitat para dar publicidad a los actos del Tricentenario de la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión: «Ahora la historia nos convoca». 374 309 Por último, utilizando un lenguaje épico, y vinculando valores universales es como Mas, moviliza a las audiencias para que participe de la acción del día posterior. En ese sentido Mas sostiene que: «En esta hora mayor que vive Cataluña, una vez más bajo la mirada atenta y quizás curiosa del mundo, os invito a todas ya todos a proyectar la mejor realidad de nuestro país: la Cataluña convivencial, cívica, culta, respetuosa, tolerante e integradora; y la Cataluña comprometida con la justicia social, fiel a su tradición dinámica, emprendedora y creativa, y amante de la libertad y de las libertades».377 Por último, se observa en el discurso de Mas, una clara apelación a la participación de las audiencias, en su proceso de enmarcado. Estrategia de CiU: En este período analizado las ambigüedades del discurso nacionalista de CiU se desvanecen (Ucelay-Da Cal, 2005, Dowling, 2013 y Ovejero, 2011b), y en su lugar aparece un claro discurso nacionalista ―en los términos ya citados de Breuilly (1990) en el capítulo primero― y cuya estrategia predominante se sitúa en una preponderancia del discurso propio del expediente etno-cultural del nacionalismo en detrimento del equilibrio que otrora tenía con el discurso del nacionalismo de corte cívico-político. Podemos decir junto con Ovejero Lucas que “el dilema nacionalista ha ganado en claridad” (Ovejero Lucas, 2011b: 11). Los elementos identitario, históricos y culturales que conforman el corpus del nacionalismo etno-cultural pasan a ser dominantes en la estrategia de enmarcado de Mas, en particular, y de CiU en general. De este modo, se ubican como fundamentales elementos tales como: la lengua catalana, los hechos diferenciales (elementos identitarios) y los derechos históricos; éstos abundan en las justificaciones de un trato diferencial que el Estado debe a Cataluña ―entendida como un sujeto colectivo― y que ese trato diferencial no es otorgado, es decir, se profundiza en este etapa en la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b). Cataluña aparece naturalizada, con una identidad colectiva propia frente a lo artificial del Estado, en ya citadas palabras de Mas: «aquellos que sí tienen un sentido no artificial, sino natural y querido y mayoritario del autogobierno, que es el caso de Cataluña».378 Es un clásico elemento central de los nacionalismos etno-culturales ese recurso a la naturalización de la nación que aparece como realidad autoevidente, 377 Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014 378 Discurso de Artur Mas pronunciado en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento de Cataluña el 10 de abril de 2012 310 donde el concepto de pueblo adquiere una relevancia que tiende a desplazar a las formas de corte más político de identificación. Por otra parte, a ese sujeto colectivo, se le asignan derechos históricos, tal y como se puede observar en la Declaración de Soberanía que aprobó el 23 de enero de 2013 el Parlamento Catalán a instancias de CiU que entiende que: «El autogobierno de Cataluña se fundamenta también en los derechos históricos del pueblo catalán» Del mismo modo que se refiere a: «Las dificultades y negativas por parte de las instituciones del Estado español, […] suponen un rechazo radical de la evolución democrática de las voluntades colectivas del pueblo catalán dentro del Estado» Y de igual manera, más adelante, hace referencia a que: «El pueblo de Cataluña ha expresado de varias formas su voluntad de superar la actual situación de bloqueo dentro del Estado español», por otra parte, además de esos derechos históricos, se le asignan al pueblo de Cataluña el «carácter de sujeto político y jurídico soberano».379 La estrategia etno-cultural se ha terminado imponiendo ad intra en este proceso de movilización que ha buscado producir y reproducir la movilización social que invoca para legitimarse. Es esa estrategia nacionalista etno-cultural, la que exige, además, entre otros elementos, homogeneidad interna, la subordinación de las diferencias a la cuestión nacional y dotar de mayor entidad lo colectivo por sobre lo individual. Tal y como se dijo, se ha profundizado, en la estrategia de CiU la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b) de tal modo y manera que al verse insatisfechos los legítimos y justos reclamos de Cataluña solo que da el camino de la independencia. La estrategia nacionalista cívico-política es residual, hacia el interior de Cataluña, y solo queda en la retórica discursiva, alejada de la praxis democrática de finales del siglo pasado y que habían sido una seña de identidad en los períodos anteriores. Si cabe algún lugar para su manifestación es en los discursos más orientados a internacionalizar el proceso. Es ad extra, es decir en la esfera internacional, no ya en la relación con España, donde se intenta enmarcar la cuestión de la relación EspañaCataluña desde una aproximación menos culturalista, que hasta ahora no ha brindado los frutos que se esperaba, respecto a posibles apoyos internacionales380. Unión Democrática de Cataluña (UDC): 379 Propuesta de Resolución de aprobación de la Declaración de Soberanía y el derecho a decidir del pueblo de Cataluña del 23 de enero de 2013. 380 Esta preeminencia, en la estrategia, de los nacionalismos etno-culturales frente a los cívicopolíticos fue señalada por Connor al sostener que “el nacionalismo étnico anegó al cívico y al socialismo” (Connor, 1998, citado en Alonso, 2015:59) 311 Fiel a sus posicionamientos confederales y democristianos, Unió Democrática el socio minoritario de la federación CiU, ha hecho dos importantes matizaciones a la postura oficial de CiU que terminó con la disolución de la federación a mediados de 2015, elemento éste, que excede el período de análisis de la presente tesis. Esa disolución se saldó con el abandono de algunos dirigentes de relevancia de las filas de Unión, luego de la celebración de una consulta sobre el apoyo de UDC a la independencia ―respecto de la exclusión de la declaración unilateral de independencia y de toda acción al margen de la legalidad, como puntos nodales de la pregunta―. Los partidarios de la continuidad con las líneas confederales, que sostenía la dirección del partido, vencieron con un 50,9% de los votos frente al 46,19% de los partidarios de sumarse a la hoja de ruta de CDC. Esos datos demuestran la división interna en CDC en lo tocante de las relaciones Cataluña-España y respecto de la forma de resolución de ese expediente. El primero de los dos elementos centrales que matizó CDC fue la voluntad de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) de continuar con los planes del referéndum y/o consulta ―y más adelante en 2015 de las elecciones regionales planteadas como elecciones plebiscitarias― posicionando las acciones políticas al margen de la legalidad, y negando así la legítima autoridad de las instituciones de España. Además del rechazo frontal a la declaración unilateral de la independencia. UDC hasta finales de 2014 ha mantenido una postura ambigua respecto a la independencia y los instrumentos para obtenerla como el referéndum. Esta ambigüedad calculada, reflejaba como se dijo, la división interna de los cuadros dirigentes del partido. Por otra parte, la ambigüedad era contraria a la posición histórica del UDC que es una relación confederal con España, que incluiría el reconocimiento de la soberanía de Cataluña y esta se federaría en términos de igualdad con España, tal y como se comentó en el capítulo cuarto. Por último, el segundo elemento en el que discrepó UDC fue la voluntad de CiU de buscar apoyos en ERC para gobernar con minoría en el Parlamento de Cataluña a partir del año 2012. Los republicanos intentaron en todo momento de establecer como elemento innegociable de la próxima legislatura la declaración de independencia al margen de toda legalidad española, forzando a posicionarse tanto a CDC, para conseguir y mantener los apoyos, como a romper la ambigüedad de UDC. La presión de ERC sobre CDC, la radicalización del discurso de CiU ―fundamentalmente de CDC y de una parte nada desdeñable de UDC― sumado a los cálculos electorales de la dirección de CDC, y la consulta de UDC a sus militantes, han tenido como corolario la ruptura de la federación CiU el 18 de junio de 2015 después de 37 años de historia. 312 Esquerra Republicana de Cataluña (ERC): ERC en las elecciones autonómicas de los años 2006 y 2010, sufrió sendas caídas de votos y de escaños, llevando sus resultados al nivel de los datos históricos de los años 80 y 90. En el año 2006, ERC obtiene, con Josep Lluís Carod-Rovira como cabeza de lista, 416.355 votos, que representan un 23.5% menos de las elecciones del 2003; y 21 escaños, que representan un 8.7% menos respecto a la legislatura anterior. En las elecciones del año 2010, con Joan Puigcercós como candidato, ERC, obtiene 218.046 votos, es decir un 47,6% menos que en elección anterior, y obtiene con ello 10 escaños, que representan un 52,4 % menos respecto de la legislatura pasada. Estos resultados fueron los peores que obtuvo ERC desde 1988; hecho que se correlaciona con la pérdida de la hegemonía de la izquierda independentista por parte ERC, debido a por la aparición de partidos minoritarios, como Solidaridad por la Independencia (Solidaritat Catalana per la Independència (SI) y más adelante la CUP) que le disputaron, aunque de modo efímero hasta el 2014, el espacio ideológico tradicional de ERC (Dowling, 2013). Esta caída está motivada, además, por el desgaste que produjo en ERC su rol dentro del Tripartito y en el Gobierno de Entendimiento (Govern d´Entesa). Los malos resultados electorales generan un fuerte malestar en las bases del partido y se instala cierto desasosiego entre sus dirigentes (Culla, 2013). Estos malos resultados y la falta de respuesta de sus líderes, forzaron la renovación de ambas cúpulas políticas, la de Carod-Rovira y la Puigcercós, quienes habían estado enfrentados desde los tiempos del primer Tripartito. En el vigésimo sexto Congreso Nacional Ordinario de ERC del año 2011 surge el liderazgo de Oriol Junqueras quien logró imponer su candidatura con un discurso generalista y conciliador dentro de la formación política, con el objetivo prioritario de trabajar para conseguir la independencia de Cataluña (Culla, 2013). Junqueras, a partir de entonces, inicia un proceso de alineamiento con los posicionamientos ideológicos que ERC tenía en los años 90 luego del vuelco independentista, descartando así, un cierto giro pragmático que intentó imponer Carod-Rovira. Un giro pragmático, el de Carod, que ―quizás por la inexperiencia política (Dowling, 2013)― no surtió el efecto a nivel político que se esperaba ―cooptar parte del electorado del PSC y ser el árbitro de la política catalana en contra del PP― y que además, generó una importante oposición dentro del propio partido (Culla, 2013). Ejemplo de ese cambio, en la gestión de Junqueras, es el regreso en 2011, a 313 las siglas tradicionales de Esquerra Republicana de Catalunya, (ERC) que se habían abandonado en 2006 por la de Esquerra. En las elecciones regionales anticipadas de 2012, ERC obtiene 498.124 votos, aumentando un 127,3% respecto de la elección anterior, cifra que se corresponde con 21 escaños, y que representó un aumento del 110% respecto de la anterior legislatura. Con el liderazgo de Junqueras, ERC se repone de un duro período de caídas electorales y de luchas internas entre los años 2003 y 2010, en el que gran parte de su electorado “más pragmático se va a dirigir hacia CiU abandonando ERC” (Dowling, 2013: 290), pasando, de ese modo, a ser el segundo partido del Parlamento de Cataluña, por detrás de CiU y teniendo la llave de la gobernabilidad de la Comunidad Autónoma. Esta posición de árbitro de la política catalana ha sido ejercida con inteligencia por la dirección de ERC, quienes han rechazado todas las ofertas de entrar en el Gobierno de la Generalitat, evitando así escenarios parecidos a los del Tripartito, pero pactaron con CiU un programa de gobierno orientado a la consecución de la independencia de Cataluña, sin que los recortes o los casos de corrupción de CiU, lastren electoralmente a ERC en sus resultados. Por otra parte, ERC ha logrado condicionar, en cierta medida las acciones políticas de CiU, tal y como se refleja en el acurdo de gobierno firmado entre ambas formaciones, que incluía el compromiso de promulgación de veinticinco nuevas leyes, modificaciones impositivas, crear ocho estructuras de Estado, impulsar cuatro pactos nacionales, y como eje central la celebración de la consulta de autodeterminación en el 2014 (Culla, 2013) pero sin poder arrebatar el liderazgo hegemónico del proceso soberanista a CiU. Discurso de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC): Se analizarán los siguientes discursos de ERC: Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país)381; y los textos de Oriol Junqueras: Garantía de Países catalanes (Garantía de Països Catalans) publicado el 19 de noviembre de 2012 en el blog de Oriol Junqueras, La ciudadanía dibuja el camino (La ciutadania dibuixa el camí) publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013382; Asedio fiscal (Setge fical), publicado en el periódico Ara el 17 381 Todas las traducciones del catalán al castellano son propias. Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de Cataluña, el 7 de septiembre del 2013. Disponible en línea en: http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/opinio/ciutadania-dibuixa-cami-2633011 382 314 de agosto de 2013383; La mayoría social debe ser política (La majoria social ha de ser política, publicado el 14 de noviembre de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat384 y Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos (Cap Tribunal per davant de la voluntat democràtica dels ciutadans) publicado, el 7 de mayo de 2013, también en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat385 Diagnóstico: Retornando a la línea del primer período, el diagnóstico del marco de ERC es profundamente negativo. Desde la perspectiva de ERC no hay elementos positivos de ninguna naturaleza en la relación de Cataluña con España y ello determina de forma unívoca el sentido del pronóstico que, como única solución, propone la independencia. Se eliminan los matices ―por escasos que fueran― que contenía el discurso de Carod-Rovira en el período anterior y que tensionaron las relaciones entre la dirección y las bases militantes de ERC. Pero, sin adelantarnos, y al analizar puntualmente el diagnóstico, se observa un mantenimiento de un proceso de enmarcado relativamente completo en referencia al marco ideal; y por otra parte destaca la radicalización de su discurso en todas las tareas centrales del marco. En la construcción del agravio, se describen claramente los tres agravios que se vienen elaborando históricamente en el nacionalismo catalán en los períodos anteriores, en ello no hay variación, tal y como se observa en la siguiente cita del programa electoral del año 2012, en el que se habla de: «la hostilidad manifiesta por parte del Estado español tanto en términos económicos y sociales, como lingüísticos y culturales, que niegan sistemáticamente nuestro hecho nacional y el derecho a decidir como ciudadanos».386 Agravio económico: En el caso del agravio económico, las técnicas de enmarcado utilizadas son la de presentar un concepto, que en este caso, es el de expolio fiscal y que se relaciona con lo real, además de vincularlo con las experiencias ordinarias de la población; a estos conceptos se les dedicará un lugar fundamental en el programa electoral, del que es el 383 Oriol Junqueras, “Asedio fiscal” (Setge fical), Ara, el 17 de agosto de 2013. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/premium/opinio/Setge-fiscal_0_976102404.html 384 Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat. Disponible en línea en: http://in.directe.cat/orioljunqueras/blog/9086/garantia-de-paisos-catalans 385 Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 7 de mayo de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat Disponible en línea en: http://in.directe.cat/oriol-junqueras/blog/10087/cap-tribunal-per-damunt-la-voluntat-democratica-delsciutadans 386 Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país). 315 primer apartado, y una extensión considerable en su desarrollo. En el diagnóstico que hace ERC, se utilizan casi la totalidad de las técnicas de enmarcado que presenta el marco ideal y que pasaremos a ver a continuación: En el programa electoral de ERC para las elecciones al Parlamento de Cataluña del año 2012, se sostiene que: «Cataluña aporta cada año más de 16.000 millones de euros a la Hacienda española que no retornan en forma de prestaciones o servicios públicos a sus ciudadanos. Este expolio fiscal, según las balanzas fiscales estimadas por el Gobierno este mismo año, tiene un carácter estructural en la medida que se ha mantenido en torno a la media del 8 por ciento del PIB catalán desde 1986, lo que significa que, aunque las sucesivas reformas del modelo de financiación incorporaran mejoras puntuales, no han solucionado el problema de fondo que hipoteca la economía catalana. Este expolio fiscal tiene consecuencias claramente lesivas sobre nuestro desarrollo económico y nuestro bienestar presente […]. En este sentido, Cataluña ya hace tiempo que ha agotado la vía de los pactos con el Estado español: teniendo en cuenta los precedentes históricos recientes y la actual crisis de la deuda española, es completamente irreal pensar que todavía hay cualquier remota posibilidad de pacto mínimamente satisfactorio. Hay que prepararse, pues, para ejercer unilateralmente el derecho de decidir sobre nuestros impuestos: será una de las claves de bóveda -la más importante, probablemente- a la hora de determinar el éxito de la Cataluña independiente […] Desde un punto de vista económico, el sistema autonómico ha demostrado ser incapaz de poner fin al sangriento expolio fiscal y la hostilidad económica de los sucesivos gobiernos de Madrid hacia los Países Catalanes»387 Se observa en este párrafo que están desarrolladas la práctica totalidad de las técnicas de enmarcado: Se presenta la cuestión y se le asigna un concepto, que es el expolio fiscal. Se problematiza la cuestión y se la desarrolla nítidamente con las experiencias ordinarias de la población en tanto que: «Este expolio fiscal tiene consecuencias claramente lesivas sobre nuestro desarrollo económico y nuestro bienestar presente». Del mismo modo que incide en la misma idea cuando sostiene Junqueras en el texto La ciudadanía dibuja el camino que: « el país […] ha tomado conciencia de que no hay que resignarse a vivir en un Estado español que no sólo no ayuda sino que desatiende las necesidades básicas de nuestra sociedad, que genera problemas en lugar de aportar soluciones».388 387 Ibídem. Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de Cataluña, el 7 de septiembre del 2013. 388 316 Por otra parte, se inserta la cuestión en un marco más amplio en el que se desarrolla este expolio, en relación al propio sistema autonómico y con la referencia a los sucesivos gobiernos de Madrid, frente a los Países Catalanes. La problemática del expolio fiscal se enmarca en el discurso de ERC en la disputa histórica de Castilla y Cataluña, a ello se suma, una perspectiva pancatalanista, al presentar como agraviados, ya no solo a Cataluña, sino a la totalidad de los Países Catalanes. Se dramatiza, por último la situación a futuro, en tanto que es «irreal pensar que todavía hay cualquier remota posibilidad de pacto mínimamente satisfactorio» 389, de este modo se anula todo posible acercamiento al “otro” con voluntad de pacto y acuerdo. La atribución de la causa se centra en la asignación de la responsabilidad a los antagonistas externos. En este caso la atribución de responsabilidad se enmarca mediante una cadena de significados que vinculan los términos Estado españolGobiernos de Madrid-España que son los responsables de este denominado expolio fiscal. Y la causa a la que se hace referencia de modo tangencial, es un problema de fondo que radica en el enfrentamiento y la subordinación de Cataluña por parte de España. Agravio democrático: La segunda de las dimensiones del agravio que desarrolla ERC es la del agravio democrático, esta dimensión será especialmente relevante en el proceso de enmarcado de ERC en este período, en tanto que será uno de los elementos definitorios de las identidades. El agravio democrático será recurrentemente expuesto como una forma de caracterización definitoria del antagonista. Vemos que en este caso el proceso de enmarcado es también completo, y está fuertemente estructurado. En el texto titulado Ningún Tribunal delante de la voluntad democrática de los ciudadanos, Oriol Junqueras sostiene que: «Este estado (el español) arrastra un déficit democrático histórico y si bien se debe admitir que con el fin del franquismo se produjo una reforma sustancial, ésta no fue capaz de romper con los fundamentos de cuatro décadas de dictadura, por no hablar de los precedentes totalitarios que desgraciadamente tanto han caracterizado el sistema político español. […] La democracia, la voluntad democrática de los ciudadanos, nunca, nunca, nunca podrá estar sometida a los designios políticos de un grupo de personas que actúan el 389 Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país). 317 dictado de los dos grandes partidos españoles, ambos empapados de una tradición secular que nuestro pueblo ha sufrido repetidamente. Hace al menos tres siglos que vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses de nuestro país. No es tanto que los catalanes no tengamos estado sino que sufrimos uno que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía».390 Aquí surgen varias cuestiones que se intentarán analizar a continuación; la primera de ellas es la utilización de las técnicas de enmarcado, que problematizan una cuestión, como es el déficit democrático del Estado español, y lo relacionan con lo real y con las experiencias ordinarias de la población. Comenzando por la asignación conceptual, se observa que se sostiene un déficit democrático de Estado español, que obedece, según Junqueras, a motivos estructurales, dado las cuatro décadas de dictadura y los precedentes totalitarios que «tanto han caracterizado al sistema político español».391 Además de asignar un concepto, aquí aparece claramente atribuida la causa. El déficit democrático español, según Junqueras, se debe al legado de la dictadura franquista y sus precedentes totalitarios. Ello también lo vemos en el texto La ciudadanía dibuja el camino publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013; donde Junqueras sostiene que: «Desgraciadamente padecemos un Estado que no está al servicio de la ciudadanía.»392 Observamos como un agente antagonista externo es el responsable de hacer padecer a los ciudadanos. Por otra parte hay un intento de vincular ese agravio a la experiencia ordinaria de la población cuando Junqueras dice que: «los catalanes […] que sufrimos uno [en referencia al Estado español, en sus términos] que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía»393. Del mismo modo que en oportunidades anteriores es dificultosa la asociación que se realiza entre la experiencia cotidiana y el agravio democrático que enmarca ERC, teniendo en cuenta: los datos empíricos demoscópicos de la sociedad catalana; el Estado de derecho y la calidad de las instituciones españolas en su conjunto, por no mencionar el peso cultural, lingüístico e identitario que poseen las instituciones autonómicas en Cataluña, tal y como señalan Ovejero, (2006, 2011a), Arza y Coll (2014) y Alonzo (2015). 390 Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 7 de mayo de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat. 391 Ibidem 392 Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de Cataluña, el 7 de septiembre del 2013. 393 Ibídem 318 Volviendo a la cuestión de las técnicas de enmarcado utilizadas, en el caso analizado, se continúa con la inserción de la cuestión en un marco más amplio, y se dramatiza la cuestión, ello lo vemos cuando Junqueras sostenía que: «Hace al menos tres siglos que vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses de nuestro país» 394. En este caso las referencias que amplían el marco son de carácter histórico y de larga data, nada menos que desde 1714. Del mismo modo que lo observamos cuando en el Programa electoral del año 2012 se sostiene que: «Hasta la fecha, el Estado español ha negado cualquier diálogo y la posibilidad de la consulta al pueblo catalán sobre su futuro».395 Según ERC, el Estado español niega al pueblo catalán el diálogo y la posibilidad de ser consultado sobre su futuro. Agravio identitario: Esta dimensión aparece continuamente relacionada con las dos anteriores ―que son las que más atención reciben en su desarrollo― pero queda sin un enmarcado detallado, como en etapas anteriores, con excepción de un breve texto de Junqueras que se titula Garantía de Países catalanes publicado el 19 de noviembre de 2012 en el blog de Oriol Junqueras396 en el que éste claramente sostiene que: «Sin embargo, no es casual que cuanto más avanza el pueblo de Cataluña hacia su libertad, más duros son los ataques a la identidad compartida en las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana» No obstante lo anterior, destaca que el apartado “Identidad” ocupa el anteúltimo apartado del programa electoral de ERC para las elecciones del 2012, que aquí se analiza, y se resuelve en pocas páginas, ello se relaciona con un cambio en la estrategia del ERC que se comentará más adelante. Se observan además, que existen referencias a los elementos identitarios a los que recurre el nacionalismo catalán como son la lengua y la cultura, tal y como se observa en la siguiente cita: «No es tanto que los catalanes no tengamos estado sino que sufrimos uno que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía 397». Pero, en un intento de recurrir a los agravios de naturaleza pragmática ―que son aquellos que movilizan a la sociedad en función del nacionalismo (Giuliano, 2011)― ERC, ha centrado su enmarcado en las dimensiones económicas e democráticas del 394 Ibidem. Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país). 396 Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat. Disponible en línea en: http://in.directe.cat/orioljunqueras/blog/9086/garantia-de-paisos-catalans 397 Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 19 de noviembre de 2012. Blog de Oriol Junqueras de la página indirecte.cat 395 319 marco. Aunque con referencias constantes a ello, no hay un especial desarrollo del agravio identitario por lo que su enmarcado es débil y parcial. Identidades: Identidad “ellos”: Es en este campo donde se han acentuado y radicalizado las conceptualizaciones del “otro” como un actor antagonista que actúa en contra de los intereses de Cataluña. ERC vuelva a recurrir, al igual que en el pasado, a una serie de cadenas identitarias muy potentes que serán particularmente efectivas a la hora de simplificar el diagnóstico y hace resonar el marco ―fundamentalmente su diagnóstico― con narrativas culturales que eran consideradas residuales, pero que han dotado de verosimilitud al discurso de los partidos nacionalistas catalanes, ello lo veremos más adelante. Volviendo a la cuestión identitaria, se observa, una particular incidencia en la operación de la definición del antagonista y que se utilizan las técnicas de enmarcado siguientes: Se personalizan a los actores responsables, se atribuyen intenciones e intereses contrarios al bien colectivo y se los define como agentes ilegítimos de la comunicación: La personificación de los actores responsables ya ha sido señalada en las citas anteriores donde se hace expresa referencia a: El Estado español-los gobiernos de Madrid-España. El Estado español, pasa a ser descripto tal y como lo hemos mencionado ya, con un déficit democrático que se asocia a él en términos estructurales, incluso con la dictadura franquista, tal y como se ha comentado más arriba. Así las definiciones del antagonista están relacionadas con los agravios en lo que se enmarca el diagnóstico, y estos se centran en el expolio que sufre Cataluña por parte del Estado español, en el déficit democrático de España, y en menor medida, en el agravio identitario. En su discurso Junqueras utiliza la técnica de enmarcado de asignar intereses a España contrarios el bien colectivo, ello se observa, en los dichos ya citados de Junqueras, en los que sostiene que: «hace al menos tres siglos que vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses de nuestro país. No es tanto que los catalanes no tengamos estado sino que sufrimos uno que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía».398 Del mismo modo que en el mismo texto Junqueras caracteriza, al Estado español cuando dice que: «El estado español y sus instituciones siguen fieles a una tradición 398 Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, publicado el 7 de mayo de 2013. Blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat. 320 decimonónica, incapaz de asumir la pluralidad y miedosa ante la democracia, temerosa de la voluntad de la ciudadanía».399 Por último, se utiliza la técnica de enmarcado de definir como agente ilegítimo de comunicación al Estado, por negar la posibilidad de cualquier acuerdo que resuelva la cuestión del encaje de Cataluña en España. Esta definición es señalada en el programa electoral del 201en el que se mantiene que: «En este sentido, Cataluña ya hace tiempo que ha agotado la vía de los pactos con el Estado español: teniendo en cuenta los precedentes históricos recientes y la actual crisis de la deuda española, es completamente irreal pensar que todavía hay cualquier remota posibilidad de pacto mínimamente satisfactorio».400 Identidad “nosotros”: Es en esta dimensión donde se marcan las diferencias con el antagonista. Si bien ésta es una dimensión que se desarrolla de forma similar que en los períodos pasados, la innovación estará dada por: la oposición frontal al antagonista, la omisión de referencias identitarias, por un giro pragmático del discurso nacionalista de ERC, y por la referencias a los ciudadanos de Cataluña. Las técnicas de enmarcado que se utilizan son prácticamente la totalidad de las del marco ideal, a saber: se personifica al sujeto colectivo ―aunque mucho menos que en la etapa de Carod-Rovira―; se atribuyen, por otro lado la representación de valores universales y de los intereses colectivos y se apropian de valores sociales. La primera técnica de enmarcado utilizada en esta dimensión, es la de la personificar al sujeto colectivo, técnica que ya hemos visto utilizada desde el primer período analizado, y que se mantiene en este período. Del mismo modo que se mantienen, también, las asignaciones de características de sujetos individuales al colectivo, tal y como se ha venido haciendo en otros períodos; ejemplo de esto último, es el programa electoral del 2012 donde se dice que: «En la agenda española, Cataluña opta por el diálogo con el Estado español. El punto de partida es Cataluña como sujeto político y su decisión como pueblo en su relación con España».401 El discurso de ERC, se estructuran a Cataluña y a España, como dos sujetos políticos, independientes, opuestos e históricamente enfrentados, tal y como sostiene tradicionalmente ERC en los otros períodos analizados. El matiz viene dado porque en este período ERC, tal y como se analizará en el apartado correspondiente a la estrategia, tenderá a utilizar recursos conceptuales que atenúen o atemperen, el perfil 399 Ibidem. Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país). 401 Ibidem. 400 321 de nacionalismo etno-cultural radical por las limitaciones demográficas que tiene ese discurso respecto a la movilización social, tanto para las elecciones, como para el propio proceso soberanista. La atribución exclusiva de valores universales es muy marcada y se relaciona con el apartado del diagnóstico y con la descripción del antagonista, en tanto que se erigen cadenas de identidades mutuamente excluyentes. Frente a la descripción de España como un Estado expoliador, con déficit democrático que no aporta soluciones, sino solo problemas y que hace padecer a los ciudadanos; Cataluña, por el contrario, aparece como una nación y un pueblo soberano que es generador de riqueza y cuya ciudadanía es profundamente democrática, tal y como advertimos en las siguientes citas del texto La ciudadanía dibuja el camino de Oriol Junqueras, cuando dice: «La exigencia democrática de decidir nuestro futuro colectivo votando responde, sobre todo, a la voluntad de una sociedad que anhela decidir, que quiere tomar la palabra, que ha decidido que nadie más seguirá decidiendo por nosotros. Que el futuro es nuestro y lo queremos bien nuestro. Es la sociedad catalana que está marcando los tempos de este proceso democrático frente a aquellos que dudan o aquellos que no quieren que nadie vote. Porque esta es hoy la única dicotomía existente: los que queremos votar y los que no nos quieren dejar votar. Afortunadamente, también, el país está cohesionado, es consciente de su pluralidad y ha tomado conciencia de que no hay que resignarse a vivir en un Estado español que no sólo no ayuda sino que desatiende las necesidades básicas de nuestra sociedad, que genera problemas en lugar de aportar soluciones. Desgraciadamente padecemos un Estado que no está al servicio de la ciudadanía. Y esto es precisamente lo que queremos y necesitamos: un Estado al servicio de los ciudadanos y una sociedad más libre, próspera y justa».402 Se observa además, que ERC se apropia de valores sociales como son la libertad, la justicia y la prosperidad, pero también de un concepto central como es: la democracia. Ejemplo de esto último es como Junqueras en el texto Asedio fiscal, publicado en Ara, al referirse a la prédica que ahora tiene el término expolio fiscal y la negativa de ciertos sectores a utilizarlo, sostiene que: «Hacerlo [utilizar el término expolio fiscal] sería dar la razón a un concepto elaborado por los independentistas que, curiosamente (o no tanto), también somos los demócratas, al menos los que defendemos con más pasión una salida o veredicto democrático al hartazgo que vive nuestra sociedad . Es decir, ponemos el futuro en manos de la ciudadanía y que decida si quiere seguir con esta situación de dependencia política y económica o bien sencillamente quiere la 402 Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de Cataluña, el 7 de septiembre del 2013. 322 independencia».403 Hay una relación directa entre aquellos los que persiguen la independencia y la democracia, tan directa ―y analíticamente inconsistente― como es la relación que sugiere con los antónimos de estos términos, es decir, el unionismo y lo no-democrático. Por otra parte, el enmarcado discursivo de ERC utiliza la técnica de la atribución de la defensa exclusiva de los intereses colectivos, al presentarse como defensora de los intereses del país, del mismo modo que lo ha hecho con la democracia y la libertad, tal y como vemos en la cita anterior. Pronóstico: Dentro de la tarea general de pronóstico las soluciones y metas que propone el enmarcado discursivo de ERC se centra como fin único, posible, próximo y necesario: la independencia. Esta independencia, está asociada con otros elementos que pueden ser entendidos como pasos intermedios inmediatos de aquella y que son: el derecho a decidir, las estructuras de Estado, el referéndum de autodeterminación, etc. Si bien, en todo el discurso de ERC, a partir del giro independentista de finales de los ochenta, siempre ha estado presente la independencia como fin último en la cuestión del encaje de Cataluña en España; es a partir del año 2010 y en particular a partir del 2012, que la idea de la secesión se presenta como única solución posible y la única opción para una Cataluña, próspera y viable. En lo que respecta a las técnicas de enmarcado del marco de ERC, vemos que se utilizan la totalidad de las técnicas que son: las de asignar un concepto central que, en este caso es el de la independencia; se definen los beneficios a obtener; se cargan de valores abstractos esos beneficios y se recurre a la historia. El concepto central, tal y como se dijo, es la independencia de Cataluña que, en los términos del Programa electoral del año 2012, adquiere un relieve superlativo ya que: «Disponer de un nuevo Estado, […] se convierte en una prioridad no sólo necesaria sino cada vez más urgente».404 Y ese nuevo Estado se sustenta en el derecho a decidir que adquiere, una centralidad conceptual muy destacada, en tanto y en cuanto, de él se derivan prácticamente la totalidad del programa político de ERC. El ejercicio de la radicalidad democrática mediante el derecho a decidir será así, la herramienta a partir de la cual se ponga en práctica el programa político que propone ERC. De los términos mentados (derecho a decidir, radicalidad democrática, estructuras de Estado) no existe definición conceptual 403 Oriol Junqueras, “Asedio fiscal” (Setge fical), Ara, el 17 de agosto de 2013. Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país). 404 323 alguna en los textos; tal carencia que es bastante llamativa dada la importancia de estos términos en el proyecto político de ERC. Estas asignaciones conceptuales asociadas a la independencia, en el enmarcado de ERC, se relacionan además con otra técnica de enmarcado que es la de cargar de valores abstractos los beneficios. En el caso del marco de ERC, en la tarea de pronóstico, se propone unas soluciones cuyo ejercicio está asociado a una serie de valores abstractos tales como: la democracia, la justicia y la igualdad, ejemplo de ello es el siguiente fragmento del programa electoral del 2012, en el sostiene que la independencia de Cataluña es: «la oportunidad de construir una sociedad mejor basada en la justicia social y la equidad; la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con la democracia, con la paz, y con Europa».405 Retornando sobre las técnicas de enmarcado, vemos que los beneficios a obtener con la propuesta de la independencia se asocian directamente con los agravios padecidos por Cataluña. De esta manera, y a diferencia de períodos anteriores, hay en el discurso de ERC una particular incidencia discursiva en la dimensión económica y democrática del agravio sumado a los beneficios a obtener con la independencia; por contrapartida, no hay una especial hincapié en los beneficios a nivel identitario, ello se condice con el enmarcado débil de esta dimensión del agravio en el marco de ERC. Tal es la importancia que, en el marco de ERC, tienen el derecho a decidir y la radicalidad democrática, como soluciones respectivas del agravio democrático, que aparecen ambos, en el primer párrafo del Programa electoral y se repetirán como un mantra a lo largo de su desarrollo. De igual manera que con los beneficios ligados al agravio económico, hay una asociación con los beneficios económicos que acarrearía el nuevo Estado catalán, y ello se observa en el apartado en el programa electoral del 2012 en el que dice que: «La independencia siempre ha sido económicamente deseable para Cataluña como única salida realista y pragmática para poner fin a un expolio fiscal y a una discriminación sistemática que ha supuesto un lastre para nuestro propio desarrollo».406 Como se sostuvo en capítulos anteriores, los beneficios que hipotéticamente acarrearían las soluciones propuestas con la independencia, se desarrollan de modo especular a los agravios presentados en el marco, de esta forma, en el marco de ERC, hay una incidencia muy detalla da de los hipotéticos beneficios que tendría una Cataluña independiente; ello se condice con la relevancia en el enmarcado que 405 406 Ibidem. Ibidem. 324 adquiere el agravio económico caracterizado como expolio fiscal. Ejemplo de ello es el siguiente párrafo del programa electoral del 2012 en el que se detalla que: «Sin el expolio fiscal ni el marco legal español, Cataluña podrá desarrollar el Estado del Bienestar hasta situarlo en los niveles de los modelos de las sociedades avanzadas del norte, destinando 4.153 millones de euros a hacer crecer el gasto en educación, salud, atención a la dependencia y pensiones, hasta el punto de que cerca del 25% de la población adulta trabaje en esta tipología de servicios personales. El potencial de generación de empleo permitiría reducir el paro hasta el nivel de estos países (7%). En definitiva son países que han alcanzado unos mayores estadios de prosperidad económica y justicia social con la aplicación de la máxima: "Bajo nivel de desempleo y de pobreza = Riqueza redistribuida + Emprendimiento + Estado del bienestar potente"».407 Por último vemos un constante recurso a la historia en este marco que, al igual que en el caso del marco de CiU, en el que se enlazan hace referencia a tres grandes ciclos históricos, pero se centra en los dos últimos como son: la dictadura franquista, la transición y el proceso soberanista. Motivación: La tarea central de motivación del marco de ERC en esta etapa, a diferencia de la del primer período (y con bastante más fuerza que en el segundo), está enérgicamente enmarcada hacia la movilización social; ésta es una innovación de mucha relevancia en el marco de ERC. Ese protagonismo que se da a las movilizaciones sociales se condice con peso y la importancia que tendrán en todo este proceso soberanista las asociaciones como ANC, OC y AMI, como catalizadoras de la voluntad popular. Este fuerte proceso de enmarcado se orienta a la definición de las audiencias y a la apelación a la acción a partir de las siguientes técnicas de enmarcado: definir los posibles participantes; apelar a la responsabilidad de los individuos; invocar valores universales asociados a la solución del problema; y señalar acciones concretas y formas de participación. Al igual que en el período anterior con Carod-Rovira, Junqueras, en el texto La ciudadanía dibuja el camino (La ciutadania dibuixa el camí) publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013, señala quiénes son llamados como participantes. Hay un intento de ampliación de la base social del independentismo ―tal y como veremos en el apartado de la estrategia de ERC― hacia sectores 407 Ibidem. 325 tradicionalmente no independentistas de allí la relevancia de argumentos vinculados al agravio económico y al agravio democrático, antes que al agravio identitario. Este intento de ampliación de la base social del independentismo y de la movilización de esos sectores, se observa claramente en el llamamiento a toda la ciudadanía. Ejemplo de ello, es la referencia que hace Junqueras a la manifestación del 11 de septiembre de 2013: «Un fenómeno de esta magnitud debería invitar a reflexionar todos, no sólo por su singularidad sino por su fuerza, porque nace del corazón de la gente, de los anhelos de la gente, de sus ilusiones y esperanzas. Es la hora de que hable el pueblo, empujamos para que sea así, todos estamos llamados».408 Si bien, ciertos rasgos etno-culturales siempre se hacen presentes (el recurso al término pueblo y a lo nuestro, son elementos constantes), en el discurso de ERC, esos elementos intentan ser atemperados y diluidos en conceptos de tipo cívico políticos como: gente, ciudadanía, sociedad y mediante un llamamiento a todos. Del mismo modo podemos observar lo anteriormente descripto en la siguiente cita de Junqueras en la que sostiene que: «El motor del país es su gente. Así es, afortunadamente. La exigencia democrática de decidir nuestro futuro colectivo votante responde, sobre todo, a la voluntad de una sociedad que anhela decidir, que quiere tomar la palabra, que ha decidido que nadie más seguirá decidiendo por nosotros. Que el futuro es nuestro y lo queremos bien nuestro. Es la sociedad catalana que está marcando los tempos de este proceso democrático frente a aquellos que dudan o aquellos que no quieren que nadie vote».409 Por otra parte, hay una clara invocación reiterativa a los valores universales fundamentales como la democracia a la que Junqueras asocia la participación en la movilización a favor del proceso soberanista, tal como observamos en las citas anteriores, y en el siguiente ejemplo: «Porque esta es hoy la única dicotomía existente: los que queremos votar y los que no nos quieren dejar votar».410 Existe además el recuso a la responsabilidad de los individuos frente a la comunidad con la que se reclama participación en la movilización, ello lo observamos en el texto La mayoría social debe ser política. En él, Junqueras traslada no solo la responsabilidad del avance del proceso soberanista a la ciudadanía, sino que además, la hace única responsable de la continuidad de ese proceso a nivel político frente a las 408 Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de Cataluña, el 7 de septiembre del 2013. 409 Ibídem 410 Ibídem 326 dudas que puedan surgir en las formaciones políticas. Ello lo vemos en la siguiente cita del texto: «El motor del proceso de emancipación nacional es la sociedad catalana, con la voluntad que expresa de asumir las riendas del futuro, como ha hecho de forma masiva y ejemplar en la Vía Catalana por la Independencia. La sociedad debe ser consciente de que es la verdadera protagonista, la que empuja y la única que puede contrarrestar las dudas y vacilaciones que se dejen sentir en el Parlamento o entre algunas fuerzas políticas».411 Por último, Junqueras señala claramente las acciones y la forma de participación de los individuos. En este caso hace explícita referencia a la movilización de los individuos a los actos de la Díada de Cataluña del año 2013412, tal y como demuestra el siguiente ejemplo, donde indica la forma de participación, apela a la responsabilidad y centra en la ciudadanía el motor del proceso soberanista: «El miércoles, Once de Septiembre, tenemos un gran reto: la Vía Catalana por la Independencia, un proyecto ciudadano, de todos, determinante para marcar el camino, los tempos y los eventos. La movilización popular es vital y lo seguirá siendo, son el temple y la pulsión de la ciudadanía los que dibujan el ritmo y el camino. Y la obligación de todos los que tenemos responsabilidades, sea de un tipo o de otro, es escuchar el clamor de la gente y hacer lo que nos comprometimos a hacer tan sólo hace unos meses: poner el futuro del país en manos de la gente».413 Estrategia ERC: La estrategia de ERC intenta apelar al nacionalismo pragmático centrado en los agravios económicos y democráticos ―intentando incidir en el diagnóstico económico e institucional y vincular a ello a las soluciones y sin incidencia prolongada en las cuestiones identitarias― para disputar la hegemonía electoral a CiU y el electorado progresista poco sensible a las cuestiones identitarias del PSC. No obstante ello, el planteamiento de fondo sigue siendo la de una estrategia nacionalista etno-cultural, dado que entiende la existencia de dos sujetos políticos distintos, históricamente enfrentados y opuestos, como son Cataluña y España, cuyas diferencias se basan en elementos diacríticos de naturaleza identitaria 414. 411 Ibídem El 11 de septiembre de 2013 se celebró la Diada Nacional de Cataluña con la realización de una cadena humana que atravesó los 400 kilómetros que separan los límites norte (ciudad francesa de Le Perthus) y sur (localidad valenciana de Vinaroz) de la Comunidad Autónoma, siguiendo el trazado de la antigua Vía Augusta. Esta manifestación se denominó Vía Catalana hacia la Independencia. 413 Ibídem 414 Es muy llamativa incluso la postura que sostenía Junqueras en un artículo periodístico titulado Proximidades Genéticas (Proximitats Genètiques) publicado por el periódico Avui el 27 de agosto de 412 327 Por otra parte, hay una continua reivindicación pan-catalanista que se encuadra claramente dentro de una perspectiva etno-cultual que reivindica una Cataluña con la dimensión de los llamados Países Catalanes. Esta reivindicación pan-catalanista la vemos en el texto de Junqueras Garantía de Países Catalanes, en el que sostenía que una Cataluña independiente no se «no será la réplica de lo que es una Comunidad Autónoma porque además de la identidad cultural, está en juego la propia capacidad»415. De este modo se reclama que a partir de la independencia de Cataluña se reconozca a los connacionales, más allá de las cuatro provincias catalanas y se debe además promover esa confluencia. Ello lo vemos en la siguiente cita, en la Junqueras sostiene que «durante esta transición nacional, Cataluña debe reconocer sus connacionales fuera de las cuatro provincias, tanto de manera individual como colectiva. Además, debe articular los mecanismos que posibiliten en un futuro esta confluencia mediante herramientas de cooperación comunes de carácter político, económico, social y cultural».416 El nacionalismo cívico-político, en tanto que parte de la estrategia, aparece solo en una leve atenuación de los componentes identitarios principales del discurso pero equilibra, en ningún caso, el posicionamiento de sustancial etno-cultural de ERC. Esta atenuación conceptual está dada por una necesidad de la ampliación de las bases sociales que apoyan al nacionalismo, en tanto que, la realidad demoscópica de la sociedad en Cataluña indica, tal y como vimos en el capítulo IV, que existen una serie de identidades anidadas, que aun siendo impulsadas hacia las identidades exclusivamente catalanas, por parte de la élite (Alonso, 2015, Miley, 2014), tienden a ser mayoritarias. Por último, dos comentarios sobre cuestiones compartidas en la estrategia de ERC y CiU. El primero de ellos, es que algunos analistas políticos e incluso políticos sostienen,417 que CiU ha comenzado a utilizar el discurso de ERC en el denominado proceso soberanista. Esto puede ser cierto, solo en el caso del uso del término expolio fiscal, pero lo cierto es que términos como radicalidad democrática, estructuras de 2008 en el que señala, a través de las citas de un hipotético trabajo científico, la existencia de tres Estados cuyas poblaciones tendrían unas diferencias genéticas tan amplias que harían imposible agrupar a sus poblaciones respectivas en un único grupo genético. Uno de esos tres Estados ―no utiliza el término país y menos aún nación― es España en su imposibilidad de agruparse genéticamente con Cataluña. Disponible en línea en: http://s.libertaddigital.com/doc/el-articuloracista-de-junqueras-en-avui-41913351.pdf 415 Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat 416 Ibídem. 417 Véanse las declaraciones de Agustí Colomines recogidas en el periódico e-notícies el 14 de abril de 2013. Disponible en línea en: http://politica.e-noticies.es/colomines-critica-que-cdc-compra-eldiscurso-de-erc-74818.html 328 Estado y derecho a decidir que abundan en el marco de ERC, fueron introducidos418 o reintroducidos por CiU en el discurso nacionalista en el período anteriormente analizado. La evidencia empírica parece ser la contraria, es decir, que ERC va asumiendo los cambios ―en este caso léxicos y terminológicos― que propone CiU como actor hegemónico. Otra cuestión que ERC comparta con CiU las tácticas nacionalistas de: tensión constante, acción continua y forzar la negativa del antagonista que se analizarán al final del capítulo. Partido Socialista de Cataluña (PSC): Tal y como se ha mencionado en la parte introductoria del capítulo, el PSC obtuvo los peores resultados de su historia en las elecciones al Parlamento de Cataluña del año 2010, con José Montilla como candidato; consiguiendo 570.361 votos, es decir, un 28% menos que en la elección anterior, cayendo de ese modo, su representación parlamentaria a 28 escaños, que significan, un 24% menos que en la legislatura precedente. Dos años más tarde, con Pere Navarro como Candidato, el PSC, obtuvo 524,707 sufragios, que representan, un 8.8%, menos que en 2010 y 20 escaños, es decir, un 28,6% menos. Los malos resultado electorales del 2010, y la pérdida en el año 2011 de la Alcaldía de la Ciudad de Barcelona, histórico bastión socialista, sumado todo ello, a la derrota del PSOE a nivel nacional, produjo una importante crisis institucional en el PSC. Esta crisis, se evidencio en las renovadas tensiones entre el sector españolista y el sector nacionalista, que concluyó con el abandono del partido de una parte del sector nacionalista crítico con la dirección del PSC; esa parte del sector crítico conformó un nuevo partido político en septiembre de 2014. Tras la derrota en las elecciones del año 2010, Montilla renunció a su acta parlamentaria y la dirección del partido. Luego de un período de dirección de Joaquim Nadal, que pertenece al sector nacionalista catalán del PSC, ganó la Secretaría General del PSC Pere Navarro, del sector españolista en diciembre del año 2011. El sector catalanista fue especialmente duro en sus críticas con Navarro, generando tensión dentro del PSC y proponiendo expresos desafíos a la postura no-nacionalista del Secretario General del PSC. Estos desafíos se materializaron, entre otras acciones, en la desobediencia de tres parlamentarios del PSC a la disciplina de voto en el Parlamento de Cataluña frente a la negativa de la dirección del PSC a apoyar la proposición de ley que solicitaba el traspaso de las competencias por parte del Estado 418 No haré un trabajo arqueológico del léxico político y por ello no atribuyo la autoría de estos a CiU. 329 nacional a la Comunidad Autónoma de Cataluña, para la celebración de un referéndum de autodeterminación. Otro ejemplo de esos desafíos a la autoridad de Navarro, es la asistencia de miembros destacados del PSC del sector crítico, a la manifestación independentista del 11 de septiembre del 2012 con el lema: Cataluña, nuevo Estado de Europa (Catalunya, nou estat d´Europa); además de expresar su posición a favor de la independencia y del referéndum de autodeterminación mediante manifiestos419 contradiciendo la línea programática oficial e institucional del PSC. Tras los malos resultados electorales de las elecciones europeas de 2014 y frente a las duras críticas del sector catalanista, Navarro renunció como Secretario general del PSC, su sucesor elegido por primarias fue Miquel Iceta. El discurso del PSC se vio marcado por esa inestabilidad institucional interna que se percibió y percibe420 aún, en una falta de claridad en el posicionamiento respecto, ya no solo de la cuestión del encaje de Cataluña en España sino, del propio discurso del nacionalismo catalán y del proceso soberanista. En esta etapa el PSC, se intentará alejar del independentismo, pero mantendrá, tal y como se viene observando en las etapas anteriores, una gran parte de los postulados del marco discusivo del nacionalismo catalán (fundamentalmente de CiU) en lo que respecta al diagnóstico. El PSC ha perdido toda la iniciativa política más allá de la insistencia en la tercera vía y en la propuesta de reforma constitucional como soluciones al conflicto que desembocó en el proceso soberanista; y en varias oportunidades, en la praxis política, ha facilitado o apoyado los proyectos parlamentarios fundamentales del nacionalismo catalán que favorecen el proceso soberanista. Ejemplo de ello, es la abstención del PSC en la votación en el Parlamento de Cataluña para instar al Gobierno de la Generalitat a realizar un referéndum (el 27 de septiembre de 2012).421 Del ese mismo modo, el PSC votó a favor de la Ley de Consultas populares no referendarias y otras formas de participación (Ley 10/2014 del 26 de septiembre) junto con CiU, ICV-EUiA, CUP y ERC; se opusieron a ella, el PPC y C´s. Luego el PSC matizó, que si bien dio su apoyo a la ley, ésta no amparaba legalmente la consulta del 9N. 419 Véase El Periódico de Cataluña del 3 de octubre de 2012, disponible en línea en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/elecciones-28n/sector-catalanista-presiona-pscautodeterminacion-2218016 420 Si bien el período de análisis de la presente tesis finaliza en 2014, es sintomático del estado de cosas en el PSC que, que en a mediados del 2015, mientras el nuevo Secretario General del PSOE Pedro Sánchez criticaba al independentismo del nacionalismo catalán, ediles del PSC, a pocos días de estas manifestaciones, votaban a favor de incorporar a sus respectivos ayuntamientos (Terrasa y Castelldefels) a la AMI. Véase el periódico El País, el 24 de julio de 2015. Disponible en línea en: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/07/24/catalunya/1437726599_457552.html 421 La resolución fue votada con el siguiente resultado de 84 votos a favor (CiU, ICV-EUiA, ERC, SI, más otros dos diputados), 21 en contra (PPC y C's) y 25 abstenciones (PSC). 330 Discurso del PSC: Se analizarán: el texto de Pere Navarro, La solución federal; el Documento de Trabajo nº 163 de la Fundación Rafael Campalans, titulado Por una reforma constitucional federal; y especialmente el artículo publicado por Miquel Iceta en el diario El País el 9 de octubre de 2012 que lleva por título Sensatez federal o choque de trenes422, dada la posición institucional que ocupa actualmente el autor. En los textos tendrán, en líneas generales, mayor peso la forma de enmarcado de las tareas centrales de diagnóstico y, fundamentalmente, de pronóstico, con una menor incidencia de igual manera en lo que a motivación se refiere. Diagnóstico: A diferencia del período anterior ―y con la sola excepción de una línea en el texto de Navarro La solución federal― el diagnóstico es de valencia claramente negativa. Los agravios, al igual que en los períodos anteriores son, son los económicos, democráticos e identitarios, con una especial incidencia en los dos primeros, al igual que el discurso de ERC, con escasas, pero claras menciones al agravio identitario. Agravios democráticos, económicos e identitarios: Las técnicas de enmarcado utilizadas por el marco discurso del PSC en este período en la construcción de los agravios democráticos y económicos son: asignar un concepto, transformando la cuestión en un problema mediante la relación con las experiencias ordinarias de la población y su inserción en un marco más amplio. Lo anterior lo observamos en el discurso de Iceta, publicado en el diario El País en el que sostenía que: «Hace ya mucho tiempo los presidentes Pasqual Maragall y José Montilla alertaron, sin obtener respuesta alguna, de un desafecto creciente de Catalunya hacia España, y la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto aprobado por el Parlament de Catalunya por más de 2/3 de sus miembros, negociado en el Congreso de los Diputados, aprobado por mayoría absoluta de las Cortes Generales y refrendado por los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya, fue recibida por muchos como la confirmación de que las ansias de autogobierno de buena parte de los catalanes no cabían ya en la Constitución».423 Iceta asumiendo el discurso de ERC y CiU ―en lo que respecta al Estatuto y a la gestión en la que participó de modo determinante el PSC y a la importancia de la 422 Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012. Disponible en línea en: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/09/valencia/1349778235_654948.html 423 Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012 331 Sentencia del TC contraria al Estatuto― presenta como central el agravio democrático de España a Cataluña. Iceta, incide especialmente en la cuestión de la legitimidad democrática que revistió el largo trámite del Estatuto. Aquí, se intenta utilizar las técnicas de enmarcado de relacionar la cuestión con las experiencias ordinarias de la población; pero, en cuestiones de ésta índole, difícilmente puedan establecerse esas relaciones. Por otra parte, continúa Iceta, al enmarcar el agravio económico: «A ello hay que añadir la sensación de injusticia sobre las inversiones públicas del Estado en Catalunya, la acumulación de incumplimientos por parte de los sucesivos Gobiernos de España del modelo de financiación acordado a partir de lo dispuesto en el nuevo Estatuto».424 Presenta de forma clara el agravio económico, incluso enmarcándolo como una sensación de injusticia, que es la forma de vincularlo con una percepción ciudadana que Iceta entiende generalizada. El ahora Secretario General del PSC, utiliza la técnica de enmarcado de insertar la cuestión en un marco más amplio cuando se sostiene que son «los sucesivos Gobiernos de España» quienes han incurrido en una acumulación de incumplimientos. Por otra parte, no se utiliza la palabra expolio, o robo ―como en el caso de CiU y principalmente ERC― pero sí se habla claramente de financiación injusta. Por último Iceta, presenta la dimensión del agravio identitario cuando menciona que el tercer elemento del agravio es: «la falta de sensibilidad sobre la realidad pluricultural y pluringüística de España, y la ofensiva recentralizadora del gobierno del PP que ha afectado muy recientemente a aspectos tan sensibles como la educación».425 En lo que respecta a la atribución de la causa y de la responsabilidad a actores colectivos externos, es clara la responsabilidad que establece el marco presentado por Iceta, en tres actores responsables, entre los que construye, una cadena de identidades, como son: «los sucesivos Gobiernos de España», «España» y en especial «gobierno del PP» con su ofensiva recentralizadora. El concepto central del marco en la asignación del agravio es que «España no nos quiere» y «ni siquiera se nos respeta como catalanes». Estos son los dos conceptos centrales del agravio que enmarca Iceta y los encontramos en su discurso cuando sostiene que: «Todo ello configura un escenario en el que resulta muy fácil afirmar que “España no nos quiere” o que “ni siquiera se nos respeta como catalanes”. Y como en materia de sentimientos todo es muy discutible, baste con decir que para muchos catalanes el 424 425 Ibídem Ibídem 332 Estado español ha dejado de defender y representar sus intereses, cuando no lo consideran como directamente hostil».426 Iceta, del mismo modo que hizo Maragall, recurre a los sentimientos intentando establecer una conexión con la “sensación” de desafecto, y la experiencia ordinaria de la población; y por otro lado, evitaría a Iceta a hacer cualquier referencia a los datos reales, que tienden a ir en un sentido opuesto al mentado, por el ahora, Secretario general del PSC. La referencia de Iceta a los sentimientos de muchos catalanes, por otra parte, es el reconocimiento tácito de la hegemonía discursiva del marco de significación del nacionalismo catalán secesionista (Ovejero, 2013; Alonzo, 2015). Esos sentimiento, según sostiene Alonzo (2015), desde el enfoque de los problemas sociales, son los que ha generado el propio proceso de movilización nacionalista a partir de la radicalización discursiva de las élites políticas. Identidades: Identidad “ellos”: A partir de estos elementos se establecen dos campos de identidad claramente definidos por el marco del PSC. El del antagonista, la identidad “ellos”, que tiene un enmarcado parcialmente débil, aunque mucho más definido que en años anteriores. Las técnicas de enmarcado que utiliza Iceta son: la personificación de los actores responsables, la atribución de intenciones e intereses contrarios al bien colectivo. Se ha señalado ya, que la definición del antagonista que enmarca Iceta se centra en: «los sucesivos Gobiernos de España», «España» y en especial «gobierno del PP». A estos les atribuye intenciones contrarias al bien colectivo de los catalanes, en tanto que acumulan incumplimientos con Cataluña, y a quién someten a una ofensiva recentralizadora ―destáquese el término ofensiva, de claras connotaciones bélicas, que es un recurso compartido con CiU en este período―, además de la falta de sensibilidad de España respecto de una realidad diferenciada en Cataluña. Por otra parte hay una personalización también en el caso del antagonista en el Presidente de Gobierno al que se le reprocha: «la negativa del presidente Mariano Rajoy de entrar siquiera a negociar la propuesta de concierto económico planteada por el president Artur Mas con el aval de una mayoría igualmente amplia del Parlament.»427 Frente a esa cadena de identidades Gobiernos de España-PP-Rajoy enmarcados como antagonistas, se enmarca la identidad “nosotros” como protagonista. 426 427 Ibídem Ibídem 333 Identidad “nosotros”: Este “nosotros” estará enmarcado a partir de la personalización del sujeto colectivo, la atribución de valores universales, la defensa de intereses colectivos y apropiarse de valores sociales, como técnicas de enmarcado utilizadas. La personalización del sujeto colectivo, que viene utilizando en el PSC se atenúa bastante, respecto del PSC de la etapa de Maragall. No obstante aparecen claras menciones al «Desafecto de Cataluña hacia España», al que se le asignan, en este caso, sentimientos propios de un sujeto individual. También se hace referencia a la atribución de valores universales y de apropiación de valores sociales de ese sujeto colectivo, asociados como la voluntad de autogobierno, o a la autodeterminación democrática y en libertad del pueblo de Cataluña. Esto último se observa en una cita que hace Iceta de la resolución del Parlamento Catalán en la que se insta al Gobierno de Cataluña a realizar un referéndum de autodeterminación, de tal modo que, el marco del PSC reconoce: «la necesidad de que el pueblo de Catalunya pueda determinar libre y democráticamente su futuro colectivo».428 Pronóstico: Dentro de la dimensión de la agencia, las soluciones enmarcadas en el discurso del PSC, utilizan las siguientes técnicas de enmarcado: la asignación de un concepto central, la definición de los beneficios a obtener, se cargan de valores abstractos esos beneficios, y en parte, se recurre a la historia. El concepto central asignado, pasó de ser la reforma del Estatuto de Autonomía, del período anterior, a ser una reforma federal de la Constitución 429 en esta etapa. No distan muchos los objetivos de Iceta de los de Maragall; recuérdese que los objetivos de Maragall eran cambiar España desde Cataluña, se pueden asimilar perfectamente los objetivos de una reforma con otra. A este concepto central, que se conoce como tercera vía ―dado que supuestamente, se ubica entre la tendencia secesionista y el statu quo― se lo enmarca mediante la técnica de asignar los beneficios a obtener, a partir de la reforma Constitucional la propuesta del PSC. Respetando la forma especular de los beneficios a obtener tienen respecto de los agravios dentro del marco ideal, Iceta, del mismo modo que hizo Navarro, en su momento, presenta las ventajas que superan esta situación que él mismo describe 428 Ibídem La propuesta de reforma del PSC incluye como elementos destacados: la reforma del Senado; una reforma fiscal de las autonomías; reconocimiento del carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüístico del Estado; y un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Véanse para ello tanto el texto de Pere Navarro, La solución federal como el Documento de Trabajo nº 163 de la Fundación Rafael Campalans, titulado: Por una reforma constitucional federal. 429 334 como «de choque de trenes». Estos beneficios son de naturaleza identitaria, democrática y económica, tal y como vemos en las siguientes citas: «Creo que España debe convertirse en un Estado federal que reconozca su realidad plural y diversa, a través de una reforma de la Constitución acordada con generosidad, inteligencia y valentía, para conseguir que Catalunya se sienta cómoda en él […]La reforma constitucional debe ampliar el autogobierno de Catalunya, asumir un pacto fiscal como el propuesto por el PSC (que no es un concierto económico) y asegurar el respeto a la realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística del Estado».430 Respecto a la dimensión democrática, hay un especial apartado respecto de la secesión de Cataluña, que Iceta, categoriza como independencia. En este apartado, el hoy Secretario General del PSC, propone la inclusión en la reforma de la Constitución la regulación de un referéndum sobre la independencia con lo que se «se demostrará que esto del federalismo va por fin en serio».431 Los valores abstractos con los que se relacionan a los beneficios son: los de mayor democracia, más autogobierno, respeto a la pluralidad y a la diversidad lingüística y cultual. Motivación: No hay una especial incidencia en la tarea de motivación con la que se definen las audiencias y se apela a la acción. Esta tarea está enmarcada de modo débil. Es posible que se deba a la necesidad de dar fuerza a la propuesta de reforma Constitucional, antes que a la movilización social que la apoye, teniendo en cuenta que el PSC, por su estrategia nacionalista (Ovejero, 2013) cuenta con índices de apoyo electoral reducidos. Estrategia del PSC: La estrategia del PSC guarda muchas similitudes con los período anteriores, y ello tienen que ver, con la forma en que se estructura esa estrategia, en función del discurso del nacionalismo hegemónico, del pujolismo en el pasado, y ahora del nacionalismo secesionista de CiU. La estrategia del PSC en líneas generales, se mantiene similar a la del período anterior, y se compone, por una lado, de una línea estrategia de corte moderado y cívico-político que proclama la tercera vía como única salida para España; y por otro lado, de una línea de carácter etno-cultural que entiende que Cataluña es un pueblo distinto a España ―de allí la pertinencia del modelo federal como forma de 430 Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012 431 Ibídem 335 organización territorial del Estado―. En los términos del Presidente del PSC, Àngel Ros «Para el PSC, Cataluña es una nación y así se debe reconocer. Pero es una nación que queremos que esté integrada de forma justa y con respeto dentro de España» (El País, 11 de agosto de 2015)432. Es notable que, en la estrategia del PSC, no se especifica ni detalla, en ningún caso ―ni en el de Iceta, ni en el de Ros, tampoco en el de Navarro― sobre qué base material o empírica, se justifican los agravios, más allá de las sensaciones y sentimiento, ya detallados. Es por esta razón, que aquí se sostiene, tal y como hace Ovejero (2011 y 2013), que el PSC asumió en gran medida el discurso de CiU y ERC, del mismo modo que, anteriormente asumió el discurso del pujolismo, con Maragall. A diferencia de etapas anteriores, no hay una apelación al problema español casi exclusivamente en términos identitarios. Los agravios del PSC se vuelven a orientar a cuestiones de financiación, a un déficit democrático del estado ―sin mencionarlo directamente pero ofreciendo esa connotación en el marco propuesto― y a una falta de respeto en cuestiones identitarias. Recuérdese que Maragall, probablemente por el momento político en Cataluña, y las señas de identidad del Gobierno nacional, además de la reforma del Estatuto, prefirió centrase en el enmarcado de soluciones antes que en los agravios. Por otra parte, y en términos generales hay un alineamiento del PSC con el diagnóstico del nacionalismo hegemónico de CiU y ERC; pero por contrapartida hay un intento de enmarcar una alternativa de solución a partir de la reforma Constitucional frente al inmovilismo y a la independencia. En los dos ―e incluso tres períodos― el PSC coincide en la necesidad de la “reforma” como eje central de su discurso, de este modo, la reforma de la Constitución cerrar una cuestión abierta por la gestión realizada con el Estatuto de Autonomía. Y el contenido de las reformas que propone, fundamentalmente en lo que respecta a este último período, van claramente en dirección contraria al nacionalismo de corte cívicopolítico. Por otra parte, se puede decir, que el discurso del PSC se ha radicalizado respecto a los períodos anteriores, no solo en el caso del diagnóstico ―en el que ya no hay referencias positivas al Estado de las Autonomías― sino en las soluciones que se proponen. En la reforma federal de la Constitución el PSC propone incluir el derecho a la secesión (utilizando el término independencia) que es un salto cualitativo importante respecto de las soluciones del período anterior que era la reforma del Estatuto de Autonomía. 432 El País, 11 de agosto de 2015. Disponible http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/08/11/catalunya/1439323635_187638.html 336 en línea en: Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA): En líneas generales, se podrán observar dos tendencias en ICV-EUiA dentro de este tercer período en el posicionamiento de ICV-EUiA. La primera tendencia es a un mantenimiento de la propuesta confederal ―a la que ICV-EUiA denomina federal―. Esta propuesta confederalista es la que tradicionalmente asume el partido desde los tiempos del PSUC, y que se ha comentado en los capítulos anteriores. La segunda tendencia, es la inclusión de la propuesta independentista, en el programa electoral para las elecciones del 2012 al Parlamento de Cataluña. Estas dos tendencias, que son el mantenimiento del confederalismo como opción preferente, y la radicalización de posiciones nacionalistas, ocurren paralelamente con un aumento de los resultados electorales en las elecciones del año 2012 al Parlamento de Cataluña,433 y en el 2014 al Parlamento Europeo. Mientras caen electoralmente el PSC y CiU, ―se constata un techo electoral de ERC― ICV-EUiA aumenta y consolida sus resultados electorales mediante una estrategia de equilibrio entre el confederalismo y la adhesión a la independencia, con críticas a la gestión de Mas y de Rajoy, en lo que a políticas sociales y económicas se refiere. Dentro de esta estrategia de consolidación de resultados ―y aunque esté fuera del período analizado es relevante para analizar la estrategia de ICV-EUiA― los verdes formaron la coalición Barcelona en Común junto con Equo, Proceso Constituyente (Procés Constituent) y Podemos en las elecciones municipales de 2015 obteniendo muy buenos resultados. Ejemplo de ello es que el Ayuntamiento de Barcelona, pasó de manos de CiU a las de Barcelona en Común con Ada Colau, antigua activista de la Plataforma Afectados por la Hipoteca como Alcaldesa. Esa consolidación se ha realizado, en parte, a partir de un ejercicio de ambigüedad y de falta de definición de ICV-EUiA, respecto del proceso soberanista, en gran parte debido a que su electorado está profundamente dividido, entre las opciones federalista e independentista (Véase la Tabla 10 del Capítulo IV). Los verdes han intentado contentar a las dos vertientes (confederalistas e independentistas) de sus votantes tanto en su mensaje, como en las acciones del proceso soberanista en las que participaron; ejemplo de ello es que ICV-EUiA forzó la 433 En las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2012, ICV-EUiA obtuvo 11 escaños, un 10% más que en las elecciones del 2010 y se acercó a los mejores resultados de su historia que obtuvo en 2006 con 12 escaños, mientras que en las Elecciones del parlamento Europeo de 2014, ICVEUiA, se integró en una coalición denominada La Izquierda plural que paso de 2 a 6 diputados europeos, con 1.575.308 votos que representaron el tercer puesto tras el PP y el PSOE. 337 redacción de la pregunta de la Consulta del 9N, de forma que pudiesen participar y responder afirmativamente la mayor cantidad de personas. Esta ambigüedad ha llevado a ICV-EUiA a caer en contradicciones y a incurrir en marchas y retrocesos respecto de su participación en las diferentes fases del proceso. Ejemplo de ello es que ICV-EUiA: dio su apoyo a la resolución del Parlamento de Cataluña que solicitaba al Gobierno central la realización del referéndum; participó activamente en la redacción de la doble pregunta434 del referéndum y en su realización; y apoyó del derecho a decidir en el Parlamento Catalán; No obstante ello: se desmarca, de la decisión de Mas de realizar una consulta o proceso participativo en lugar de un referéndum435 ―llegó incluso a pedir las elecciones anticipadas por este cambio― para luego, cambiar de postura, y dar libertad de votos a sus militantes y afiliados en el Proceso participativo del 9N. En esa consulta, los verdes promovían el voto por el Sí-No. Discurso de ICV-EUiA: Se analizarán los siguientes discursos de los verdes: Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010, Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado, del 5 de mayo de 2013, y la Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013, todos los textos de su nuevo líder Joan Herrera que reemplazó a Joan Saura, además de la declaración institucional de Palafrugell, del 14 de abril de 2012. Diagnóstico: El diagnóstico que realizan los verdes en su marco es de valencia marcadamente negativa. Asumen los tres agravios aquí enunciados, al igual que el resto de los partidos de izquierda de base regional en Cataluña, pero incorporan críticas a la gestión de CiU en lo referencia a las políticas económicas y sociales. Analizaremos los tres agravios (económico, democrático e identitario) de modo conjunto, con el matiz de que el agravio identitario se desprende, en cierto sentido del agravio democrático: 434 La pregunta fue: «¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? Sí o no”. A continuación, y en caso afirmativo, habrá una segunda cuestión: “¿Quiere que este Estado sea independiente? Sí o no”». 435 Véase El Periódico de Cataluña, 14 de octubre de 2014, disponible en línea en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/sigue-cronica-referendum-consulta-catalunya-9-nartur-mas-3599325 338 Las técnicas de enmarcado utilizadas en el marco de ICV-EUiA, son: presentar la cuestión como un problema mediante la asignación de un concepto, insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación a futuro. Ello lo vemos cuando enmarcan el agravio económico en la declaración de Palafrugell: «los actuales gobiernos europeo, español y catalán son comparsas de unos poderes sedientos de avaricia - "los mercados" - que están destruyendo los avances sociales del siglo XX, ahogan las clases sociales más débiles y oprimen las "naciones diferentes", provocando una crisis sin precedentes en lugar de impulsar el progreso. El Estado español actual avanza, con la excusa de la crisis, más rápidamente en su proyecto recentralizador, con la coartada de reducir el déficit y de no ser intervenidos, contra los intereses de la gente que vive y trabaja, como un solo pueblo, en Cataluña, sometida a un expolio injusto, desleal e interesado».436 En este caso hay además una definición del problema en función de las experiencias ordinarias de la población, que se realiza a partir de una crítica a las políticas de austeridad del Gobierno de España del PP y del Gobierno de la Generalitat de CiU; ello con especial incidencia en los efectos que sobre las personas pertenecientes a «clases sociales más débiles» tiene este tipo de políticas de recortes, con el matiz de que, esas mismas políticas de recortes afectan de modo similar a las “naciones diferentes” (la catalana, en este caso). El aspecto más relevante y central del diagnóstico de los verdes es el agravio democrático. El elemento que desencadena este agravio es la Sentencia 31/2010 del TC a la que asignan unos efectos tales como de «crisis constitucional», esto lo vemos en la Declaración sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado, en la que se sostiene que: «La sentencia del Tribunal Constitucional […] afecta […]: limitando el desarrollo de los autogobiernos; negando la participación de las CCAA en las decisiones y organismos del Estado, uno de los elementos federalizantes los nuevos estatutos; y facilitando la permanente intromisión competencial del Gobierno del Estado en ámbitos propios de las CCAA. Según esta sentencia, las aspiraciones de mayor y mejor autogobierno y de reconocimiento nacional de Cataluña, plasmadas en un Estatuto pactado con el Estado y aprobado en referéndum por la ciudadanía, no tenían cabida en el marco constitucional, manifestando además que no era posible realizar una lectura federal de la Constitución. 436 “Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012. 339 La respuesta del Gobierno del PSOE en la sentencia fue de pasividad absoluta; no se propuso ninguna salida, ni jurídica ni política, que permitiera superar sus efectos. Y el actual Gobierno del PP está realizando una ofensiva contra las autonomías, a las que acusa falsamente de la crisis, para justificar un proceso de involución autonómica y de recentralización que afecta también a los municipios, con un proyecto de reforma de la Administración que vacía de contenido el poder local».437 En la conferencia Somos una nación. Tenemos derecho a decidir, se llega a formar que está roto el pacto constitucional y estatutario por la Sentencia del TC. «La sentencia rompe, pues, el pacto constitucional y estatutario. Y lo que nos encontramos es un conflicto de legitimidades: el Estatuto, tal como lo deja la sentencia, no ha sido aprobado por el Parlamento ni pactado en las Cortes Generales ni refrendado por la ciudadanía. La sentencia, además, tiene otra consecuencia. Es un terremoto que ha movido los cimientos de la sociedad catalana sin llegar a cambiarlos radicalmente. El eje de la centralidad está moviendo hacia posiciones más catalanistas y de más catalanidad en cuanto a la identidad. Es un movimiento constante, alimentado por la STC y por la actitud del Estado, pero todavía no es un cambio social radical».438 De esta lógica recentralizadora y uniformizadora que ―según el discurso de los verdes― niega la diversidad y la pluralidad que se plasma en ella Sentencia del TC, se desprende otra consecuencia que es calificada como el problema principal y que es el agravio identitario. Este tipo de agravio no permite el mismo reconocimiento a «los hechos nacionales y a las lenguas con un estatus jurídico superior a las demás», tal y como se sostiene, en la conferencia Somos una nación. En lo que respecta a la atribución de las causas, Herrera entiende que, son dos las causas de los tres agravios. La primera es la continua negación por parte del Estado español de la diversidad de España, que se plasma en la Sentencia del Estatuto como casusa de los agravios, democrático e identitario. Y la segunda son las políticas de austeridad que produce del agravio económico (además de las políticas de recentralización), tal y como observamos en la siguiente cita de la Declaración de Palafrugell: «la ruptura constitucional y la recentralización nos excluyen de la Constitución y imposibilitan nuestro modelo de cohesión social, lingüístico, cultural y económico»439. En esta asignación de causas se asigna un responsable que es España y sus gobiernos (fundamentalmente el del PP, aunque también se menciona al “Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo de 2013. 438 “Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010. 439 “Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012. 437 340 PSOE), a quienes se les atribuye, como se ha visto intereses contrarios al bien colectivo (recentralización, uniformización, etc.). Identidades: Identidad “ellos”: En la definición que del antagonista que hace Herrera se utilizan las técnicas de personalizar a los actores responsables, enmarcando como actores antagonistas a España y sus gobiernos, a los que se relaciona con el nacionalismo español. Este nacionalismo español es, para Herrera, el principal adversario. A los antagonistas se les atribuye intenciones e intereses contrarios el bien colectivo, fundamentalmente orientados a la negación de la pluralidad, de recentralización y uniformización; en ese sentido, los verdes entienden que el nacionalismo español es profundamente centralista, «niega la pluralidad nacional y es contrario al autogobierno, y [este] nacionalismo esencialista […] niega la diversidad de la propia sociedad». Pero, no se los define como agentes ilegítimos de comunicación. ICV-EUiA entiende que se debe mantener un diálogo con el Estado, respecto a la relación que Cataluña quiere con España y a qué España quiere Cataluña. Identidades Identidad “Nosotros”: Respecto de la identidad “nosotros” en el enmarcado de ICV-EUiA se utilizan casi la totalidad de las técnicas de enmarcado del marco ideal, tales como: la personalización del sujeto colectivo, la atribución de la representación exclusiva de los valores universales y la defensa de los intereses colectivos, por último se apropian de valores sociales. La personificación del sujeto colectivo, es similar a los períodos anteriores, y ello implica que no es un enmarcado fuerte en el sentido de ERC o CiU, y que se reconoce las diversas sensibilidades presentes en Cataluña, pero, aun contando con ello, se tiende a enmarcar a Cataluña y su pueblo descriptos con anhelos de autogobierno, con un identidad histórica diferenciada, con una lengua propia, con voluntad manifiesta de su pueblo de ejercer el derecho a decidir, tal y como se sostiene en la siguiente cita cuando hace referencia al: carácter plural de un Estado [el español] formado por naciones, nacionalidades y regiones diversas, cultural y lingüísticamente» 440. A esos conceptos se los se carga valorativamente de modo positivo y se los relaciona directamente con Cataluña, en posición, al Estado español actual y al nacionalismo 440 “Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo de 2013. 341 español que son los antagonistas enmarcados a partir de los conceptos opuestos (recentralización y falta de pluralidad, etc.) Sí hay, por parte de ICV-EUiA, una atribución de valores universales asociados con la legitimidad democrática, de valores federales y de izquierdas en los que se fundamenta, tal y como dice la declaración de Palafrugell, «nuestro modelo de cohesión social, lingüístico, cultural y económico […] solo se puede garantizar con el nuevo modelo de Estado, una nueva república catalana y social sobre la base de la soberanía del pueblo, la defensa de la lengua y el control democrático del poder»441 Pronóstico: El pronóstico de ICV-EUiA es transformar la relación del encaje de Cataluña en España, tal y como se observa, en la cita de la declaración del Derecho a decidir y el modelo de Estado de ICV-EUiA, cuando dice: «Para recomponer la relación de Cataluña con el Estado, en estos momentos sólo hay un camino, y es resolver lo que quedó sin solución durante la Transición: el reconocimiento constitucional del carácter plural de un Estado formado por naciones, nacionalidades y regiones diversas, cultural y lingüísticamente».442 En el sentido de los mencionado hasta aquí, ICV-EUiA, apuesta la asignación de tres elementos como conceptos centrales de soluciones. El primero es «desde una perspectiva federal tanto a nivel español como a nivel europeo […] se propone liderar un proceso desde la izquierda verde nacional con el objetivo de un estado propio» 443. El segundo objetivo es obtener un concierto económico solidario para acabar con la «esclavitud financiera» y «un nuevo modelo territorial de reconocimiento de las naciones»444 a partir de la reforma de la Constitución y de un proceso constituyente. El tercer objetivo, es la realización un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Todo lo anterior mediatizado por el derecho a decidir, como se observa en la siguiente cita de la Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013 en donde dice: «Derecho a decidir. Y cambiar las relaciones con el Estado. Esta demanda, expresada no sólo por el derecho a decidir sino también por el independentismo, es una oportunidad para que conecta con una necesidad y, añadiría, con un Estado de ánimo: la necesidad y la voluntad de cambiarlo todo. El sistema político, las relaciones con el Estado, Europa y el orden social y económico».445 Por último, a estos objetivos se los carga de beneficios a obtener como son los de: «luchar contra la pobreza y la desculturización, contra la destrucción de puestos de 441 “Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012. “Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo de 2013. 443 “Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012. 444 Ibídem. 445 Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013 442 342 trabajo, contra las desigualdades y la pérdida de oportunidades, de derechos y de libertades que se está produciendo aceleradamente en Cataluña».446 La idea que se avanza en estos dos últimos párrafos es que ICV-EUiA vincula los tres conceptos (Estado propio, pacto fiscal, y referéndum) a la noción de cambiarlo todo. De este modo, en su discurso todos los agravios, pueden ser solucionados por el pronóstico, en tanto que se cambia todo. Veremos el mismo tipo de enmarcado en la CUP, asociando independencia con regeneración política, reforma institucional, social y económica. Motivación: En lo que respecta a la segmentación de audiencias, no es la atarea más desarrollada del marco de los verdes. En él se utilizan las técnicas de enmarcado de definir a los participantes, vincular la resolución de los problemas con la participación y con la responsabilidad individual, llegando incluso a señalar formas de participación. La segmentación es claramente hacia el interior de Cataluña, con un estudiado balance y equilibrio para contentar a las audiencias federalistas y a las independentistas. No obstante ello, Herrera hace un llamamiento, en la declaración del 11 de septiembre del 2013, a las personas con identidades complejas, que reconoce son mayoría, a la apuesta federal como apuesta por la diversidad. Del mismo modo que intenta movilizar de modo transversal a todos quienes compartan las perspectivas de ICV-EUiA para crear un espacio cívico al que carga de valores como: «el catalanismo de izquierdas, republicano, popular y social en defensa de la lengua, la cohesión social, la igualdad de derechos, la cultura, la dignidad, la libertad y la autodeterminación del pueblo de Cataluña».447 ICV-EUiA plantea un llamamiento a la movilización social de carácter transversal orientada al cambio del statu quo, pero ambiguo respecto de la independencia, que tiene como punto coincidente con el nacionalismo de CiU, ERC y PSC el diagnóstico, en líneas generales, de la situación. Estrategia de ICV-EUiA: La estrategia de ICV-EUiA es similar a los períodos anteriores, en lo referente a intentar armonizar la tensión no resuelta entre dos tendencias, que intenta unificar mediante la ambigüedad, aunque sin parsimonia alguna, y que son la cívico-política y la etno-cultural. Esa citada ambigüedad, busca un pretendido centro político que se ha 446 447 Ibídem. Ibídem. 343 desplazado en el eje nacional hacia el independentismo, y con ello se ha desplazado también la estrategia de ICV-EUiA. Tal y como puede observarse en la cita siguiente del manifiesto Somos una nación ―que ya en el propio título se hace manifiesta referencia a la naturaleza nacional de Cataluña― en el que se utilizan para definir su concepto de nación, elementos de adscripción de naturaleza etno-cultural, y lo observamos cuando Herrera sostiene que: «Mi idea de la nación, nuestra idea de la nación, no es esencialista, es la nación de los ciudadanos y las ciudadanas que a partir de una lengua, cultura e historia tienen la voluntad de vivir un proyecto común. Soy catalanista y creo que Cataluña es una nación que tiene derecho a autogobernarse»448. Si bien se hace referencia a los términos “ciudadanos”, los elementos de adscripción a la nación, lejos de ser cívico-políticos, son de naturaleza etno-cultural, es decir, nos encontramos ante una manifiesta contradicción irresuelta; por no mencionar el argumento que sostiene que una forma de vivir un proyecto común a partir de la lengua, la cultura y la história es un clásico recurso de los nacionalismos de corte etnocultural. Por otro lado se establece una serie de cadenas identitarias opuesta y excluyentes, que asocian conceptos tales como federalismo, democracia, pluralidad, autogobierno, al nacionalismo catalán, con el objetivo de legitimar las reclamaciones de un nacionalismo catalán que se presenta, a diferencia del español, como un proyecto emancipador (Alonso, 2015). Frente a este nacionalismo emancipador se opone el hipotético nacionalismo esencialista español al que se define y categoriza como centralista, con resabios autoritarios, insensible a la diversidad y al autogobierno, y ello lo inhabilita como interlocutor y lo deslegitima en sus aspiraciones. Este es el adversario para el nacionalismo de ICV-EUiA, y ello lo advertimos en la próxima cita, en la que Herrera dice que: «El adversario del federalismo es el nacionalismo centralista que niega la pluralidad nacional y es contrario al autogobierno, y el nacionalismo esencialista que niega la diversidad de la propia sociedad».449 Del mismo modo que en la conferencia de Joan Herrera del 11 de septiembre del 2013, éste sostiene que: «los adversarios de las libertades nacionales de Cataluña son los primeros interesados en promover la crispación, el "frentismo" y la división social por la lengua o por el derecho a decidir» 450 448 “Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010. 449 Ibídem. 450 Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013. 344 En la cita anterior observamos claramente la aproximación de Herrera en lo que respecta a la naturaleza nacionalista de la estrategia de ICV-EUiA. En ésta se sostiene que Cataluña posee libertades nacionales y que tiene adversarios. Hay dos elementos que destacan en esta estrategia asociada a la innovación de la radicalización de posiciones ideológicas hacia el independentismo de ICV-EUiA en esta etapa. El primero es el giro táctico, además de estratégico, hacia el independentismo y la asunción de la vía de la secesión como parte del programa del partido, tal y como surge de los dichos de Herrera: «Y el independentismo, el independentismo que es gradualista, que huye de los saltos en el vacío y que comparte la idea de una identidad nacional abierta, debe ser un aliado. Como afirma el amigo Miquel Caminal, creo que federalismo y el independentismo deben dialogar. El independentismo debería aceptar el pacto federal como un paso más de su proyecto para ir cambiando la correlación de fuerzas. Y el federalismo no debería negar la posibilidad de la independencia ante el fracaso del pacto federal».451 El segundo elemento, que está asociado al giro secesionista, es la forma en que se deriva del hecho nacional el derecho a decidir. Según se plantea en el texto “Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo”, el derecho a decidir se presenta como un derecho inalienable de las naciones, en clara consonancia con el derecho de autodeterminación de los pueblos. Parece de muy difícil justificación, que planteamientos de esta naturaleza, puedan ser categorizados como de corte cívicopolítico, teniendo en cuenta los estándares democráticos que España posee. Por otra parte, al igual que en el caso de CiU y ERC, en ningún momento se hace explícita definición alguna de lo que comprende el derecho a decidir, que se presupone, asociado con el concepto de radicalidad democrática, como si fuese un derecho de naturaleza casi absoluta, que no es susceptible de ser acotado por otros derechos. Por último, hay una explícita asunción del discurso producido por CiU. Los conceptos, anteriormente citados, como radicalidad democrática, derecho a decidir, ―además de la propia idea del referéndum de autodeterminación, del pacto fiscal, de la relevancia de la Sentencia del TC sobre el Estatuto de Autonomía y de la efeméride de 1714― son elementos que ha introducido CiU en su discurso en el período anterior, tal y como se ha señalado, y que se hicieron parte del discurso de la élite nacionalista catalana a partir del año 2010. 451 “Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010. 345 Por último, y para concluir, se observa que, mientras en períodos pasados, ese equilibrio entre la dos estrategias nacionales parecía ser equitativo en las dos tendencias, más allá de la reiteración de la adscripción a un nacionalismo no esencialista por parte de ICV-EUiA, los datos empíricos, anteriormente expuestos, nos llevan a concluir que esa estrategia se ha decantado hacia un predominio de la naturaleza del nacionalismo etno-cultural, tal y como podemos apreciar en esta última cita de la conferencia del 11 de septiembre de 2013, en la que Herrera dice que: «El año que viene conmemoramos el 300 aniversario de la pérdida de los derechos y libertades de Cataluña. Sin duda será una fecha importante. Ahora tenemos la oportunidad de decidir, por primera vez de forma clara en tres siglos, qué queremos que sea nuestro futuro como país».452 Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía: Ciudadanos, en este periodo no realiza, en líneas generales, modificaciones sustanciales en su posicionamiento ideológico y discursivo respecto al período anterior. Los elementos más relevantes de esta formación son los buenos resultados en las elecciones al Parlamento Catalán de 2012, en las que obtiene 275.997 votos, pasando de 3 a 9 escaños; éxito que se repite en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, y en las municipales y autonómicas de 2015. Se destaca además que Ciudadanos ha expandido su implantación a la totalidad del territorio español, con lo que se encontrarán algunos matices importantes en sus discursos, en tanto que el partido ha adquirido una dimensión nacional y cambia su categoría de partido de base regional a partidos de base nacional. El análisis del discurso de Ciudadanos serán los textos de Albert Rivera publicados en el diario El País, titulado El cambio sensato,453 escrito junto a Luis Garicano, y publicado con fecha 15 de febrero de 2015; y La solución para Cataluña454, del 29 de julio de 2015; y dos entrevistas a Albert Rivera, del diario La Vanguardia, del 31 marzo 2013455 y del 15 marzo 2014.456457 452 Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013. Luis Garicano, y Albert Rivera “El cambio sensato”, El País, el 15 de febrero de 2015. Disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2015/02/13/opinion/1423841534_920429.html 454 Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015. Disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2015/07/28/opinion/1438097518_065317.html 455 Disponible en línea en: http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2013/04/20/pagina20/91675031/pdf.html?search=albert%20rivera 456 Disponible en línea en: http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2014/03/15/pagina16/93616020/pdf.html?search=albert%20rivera 457 Los dos artículos La solución para Cataluña y El cambio sensato pertenecen al año 2015, que si bien exceden el marco temporal de la presente tesis, dada la relevancia de los textos, la continuidad del mensaje, de los marcos y de las técnicas de enmarcado utilizadas, justifican la elección. Sí habrá 453 346 Discurso de C´s: Diagnóstico: El diagnóstico sigue siendo de doble valencia para Rivera. Existe una visión positiva del Estado Autonómico, que a diferencia del período anterior, tiende a matizarse, respecto a la necesidad de reformas institucionales y económicas, y ello se condice y relaciona, con la ampliación de la implantación territorial del partido. Estos matices tienen que ver con la regeneración democrática, la transparencia y la mejor gestión económica, que combine, los beneficio del Estado del Bienestar de la socialdemocracia, con los del libre mercado, del liberalismo. Por otra parte, hay un diagnóstico de valencia negativa que se relaciona con el proceso soberanista, con el que Cs, en general, y Rivera, en particular, son especialmente críticos. El problema del encaje se sigue remitiendo, tal y como observado visto en el capítulo anterior, a una cuestión de élites políticas nacionalistas. Ello lo vemos en los agravios. Agravios: Los agravios que plantea el discurso de Rivera hacen referencia a los 35 años de gobiernos nacionalistas en la Generalitat de Cataluña, apoyados mediante pactos por el PP y el PSOE. Y se refiere, especialmente, a las políticas de cesiones de competencias que se han utilizado para la construcción de un hipotético Estado catalán, sin políticas de control por parte del Estado central. Ello lo advertimos en el artículo “El cambio sensato”, publicado en el diario El País, en el que Rivera y Garicano sostienen que: «Los españoles tenemos mucho de lo que enorgullecernos en las últimas décadas. Contrariamente a lo que sugieren muchos que critican todo lo construido desde la Transición, entre los años 1978 y el 2000, España experimentó un período de creciente convergencia económica y política con Europa. […] En esos años creamos una democracia imperfecta, pero que mejoraba cada año, un sistema sanitario excelente, y un Estado de bienestar que redujo enormemente la pobreza».458 Las técnicas de enmarcado que utiliza el marco de Ciudadanos son: las de presentar una cuestión como problema mediante la asignación de un concepto, definir la cuestión respeto de la experiencia ordinaria de la población, insertarla en un marco más amplio y dramatizarla. Ello se observa en su artículo titulado “La solución para Cataluña” en el que sostiene que: un sobredimensionamiento de la tarea central de motivación en el marco del Ciudadanos en estos textos, debido al momento de precampaña electoral tanto en Cataluña como en el resto de España. 458 Luis Garicano, y Albert Rivera “El cambio sensato”, El País, el 15 de febrero de 2015. 347 «Es urgente que en Cataluña, después de 35 años de autogobierno, tengamos por primera vez un Gobierno leal a la Constitución, europeísta y que defienda la autonomía de Cataluña sin cuestionar las bases fundamentales de nuestra democracia».459 La cuestión que se problematiza es el gobierno sin control del nacionalismo catalán, que ha sido y es, desleal a la Constitución; del mismo modo que se enuncian el estilo populista del nacionalismo de Mas y de Podemos «un populismo de consigna y bandos». Aquí se hace una indirecta alusión a la experiencia cotidiana de la población, que es continuamente interpelada a partir de la cuestión territorial, mediante el marco del nacionalismo hegemónico de CiU y de ERC, en función de dos campos de identidades opuestos y mutuamente excluyente. La inserción en el marco más amplio aparece en las menciones de Rivera a la aquiescencia del PP y del PSOE en dejar que el nacionalismo catalán gobierno sin controles, desde la Transición hasta ahora. La dramatización respecto del futuro la observamos cuando Rivera menciona que «después de tres décadas, en Cataluña y en toda España ha llegado el momento de abandonar el politiqueo y volver a la política de verdad, a primar la visión de Estado sobre la visión de partido».460 La atribución de la causa, tal y como hemos señalado ya, son las tres décadas de gobiernos nacionalistas, y la permisividad del PP y del PSOE. De allí que la técnica de enmarcado que se utilice sea la de responsabilizar a esos tres actores definido fundamentalmente el nacionalismo catalán como el antagonista. Identidades: Identidad “ellos”: El antagonista del marco de significación de Ciudadanos es el nacionalismo catalán, y en particular el nacionalismo de CiU y ERC, a partir de la radicalización de posiciones que ocurrieron con el proceso soberanista. Las técnicas de enmarcado que utiliza Rivera son la de personalizar a los actores responsables, tal y como hemos señalado; atribuir intensiones, e intereses contrarios al bien colectivo e identificarlos como agentes ilegítimos de la comunicación, en un proceso de enmarcado muy similar al del período anterior. Además de la personificación del antagonista, a los que se señala claramente, como el nacionalismo catalán de CiU y ERC, se les atribuyen intensiones e intereses contrarios el bien colectivo, al sostener que el actual gobierno de Mas, no defiende la idea de «que los españoles somos iguales entre nosotros, que somos y queremos seguir 459 460 Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015. Ibídem. 348 siendo solidarios, que defendemos las libertades individuales por encima de las respetables identidades de cada ciudadano y que seguiremos estando juntos dentro de una España democrática, diversa y unida».461 Del mismo modo que en la cita anterior, Rivera señala que si los ciudadanos pretenden un: «Gobierno catalán democrático, que respete las leyes y las sentencias judiciales, que tenga las manos limpias y que no gobierne o para los separatistas o para los constitucionalistas, sino para todos los catalanes, lo que debemos hacer es no caer en la política de bandos de Artur Mas».462 De este modo, presentando una acción concreta, define al antagonista, como antidemocrático, que no respeta las leyes y sentencias, que se ve afectado por casos de corrupción y que gobierna para una parte de la población. En esta definición que hace Rivera, aparecen claramente las técnicas de enmarcado que señalan al antagonista como contrario a los intereses colectivos. La definición de agentes ilegítimos de comunicación viene dada por la negativa frente a cualquier pacto o diálogo que no se produzca dentro de la legalidad 463 como es el caso del Proceso participativo del 9 de noviembre de 2014. Identidad “nosotros”: La identidad del protagonista, al igual que en el período anterior y del mismo modo que lo hacen los partidos de base nacional (PP y PSOE), se enmarca a partir de la idea de que el protagonista tiene dimensión española y no únicamente catalana. Hay una cuidada falta de personalización del sujeto colectivo, como técnica de enmarcado, porque para Ciudadanos, la soberanía popular reside en los ciudadanos del conjunto de España y ello se relaciona con la forma de entender la naturaleza de la estrategia nacionalista del partido, tal y como se verá más adelante, Por otra parte, sí se produce una atribución de la defensa exclusiva de los intereses colectivos y de la representación de los valores universales, como técnica de enmarcado; ello se advierte en la siguiente cita de Rivera del artículo “La solución para Cataluña”, en la entiende que: «los españoles somos iguales entre nosotros, que somos y queremos seguir siendo solidarios, que defendemos las libertades individuales por encima de las respetables identidades de cada ciudadano y que seguiremos estando juntos dentro de una España democrática, diversa y unida».464 Del mismo modo en que vemos que se apropia de valores sociales como la democracia, la diversidad, y la unidad de España, intentando una identificación del 461 Ibídem. Ibídem. 463 Véase la entrevista a Albert Rivera, en La Vanguardia, el 15 de marzo de 2014. 464 Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015. 462 349 partido con los valores e intereses liberal-democráticos que inspiraron el modelo autonómico. Pronóstico: El pronóstico de ciudadanos tiene como eje central, el cambio del signo de gobierno en Cataluña, que se asigna como concepto central, en tanto que técnica de enmarcado, junto con el de regeneración democrática a nivel estatal. El concepto central es el de romper con las tres décadas de gobiernos nacionalistas en Cataluña y reemplazarlo por un gobierno leal a la Constitución, además de democrático, que respecte las leyes, y que gobierne para todos los catalanes con el objetivo de: «restablecer los puentes rotos entre los propios catalanes, y los lazos con el resto de españoles. Solo de esa manera Cataluña podría dejar de ser un problema para volver a ser un activo, como siempre lo fuimos para el conjunto de España y para el proyecto de unificación europea».465 Vemos en la cita anterior como se enmarcan los beneficios a obtener con ese cambio en Cataluña, que debe ser acompañado, señala Rivera, con un cambio a nivel nacional, que: «que reconstruya nuestra nación de ciudadanos, que fortalezca nuestra democracia, nuestros valores civiles y nuestras instituciones, huyendo del inmovilismo y del populismo, igual de nocivos ambos para la evolución de nuestra sociedad».466 Un cambio a nivel nacional que se oriente a «reformar España y reconstruir el proyecto común español en el marco de la Constitución, la sociedad del bienestar, la economía de mercado y la Unión Europea, los cuatro pilares que se asentaron en la Transición. Lejos de prescindir de alguno de ellos, debemos reforzarlos y tenerlos más presentes que nunca».467 En la cita anterior se observa, la inclusión de referencias históricas cercanas como el caso de la mención de la Transición como ejemplo de las reformas que propone Ciudadanos. Para Rivera la solución contra los males del nacionalismo es que España funcione (de allí la importancia para Ciudadanos del cambio en el Gobierno de España también). El cambio del signo político, en Cataluña y en España, mejorará según Rivera, el deterioro de la confianza en la vida pública, la reducción del nacionalismo y se involucrará a todos los españoles en un nuevo proyecto común con el objetivo de: «reconducir y reforzar el Estado autonómico volviendo a los principios de cualquier Estado autonómico-federal: autonomía, suficiencia financiera y respeto a la diversidad 465 Ibídem Ibídem 467 Ibídem 466 350 para las comunidades autónomas; pero más coordinación, menos duplicidades y burocracias, y garantizar la lealtad institucional perdida, la igualdad de derechos para los ciudadanos y la unión de todos los españoles».468 Motivación: La definición de las audiencias por parte de Ciudadanos y la apelación a la acción están enmarcadas de modo fuerte ―y ello tiene que ver con el momento en que se publican los textos, fundamentalmente los dos artículos del diario El País―. Hay un claro enmarcado de las audiencias a las que define, dirige e interpela Rivera. Se observa que Rivera utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: definir los posibles participantes, apelar a la responsabilidad de los individuos y relacionar esa participación con la solución del problema, invocar valores universales, y por último, se indican, aunque más no sea de modo tácito las formas de participación. Rivera apela a todos los españoles, incluyendo a los catalanes que adhieran a los objetivos de cambiar Cataluña y reformar España, es decir, el marco de Ciudadanos apela a las audiencias que comparten el diagnóstico y que desean un cambio de situación sin caer en «el inmovilismo, ruptura o revolución»469. Rivera pretende movilizar al electorado tanto en Cataluña como en toda España ―recuérdese que los dos textos de Rivera son del 2015― y la movilización está en relación con la solución del problema, ganar al nacionalismo en las elecciones para lo que invoca de modo recurrente los valores liberal-democráticos y las bondades de la Transición. Estrategia de Ciudadanos: La estrategia de Ciudadanos es una estrategia de claro corte cívico-político, tal y como se comentó en el capítulo anterior, que opone a la visión del nacionalismo catalán ―particularmente la de ERC y de CiU en esta última etapa― la visión cívica, e incluso hasta republicana de nación. Esto último destaca de la siguiente cita: «los españoles somos iguales entre nosotros, que somos y queremos seguir siendo solidarios, que defendemos las libertades individuales por encima de las respetables identidades de cada ciudadano y que seguiremos estando juntos dentro de una España democrática, diversa y unida».470 En ella podemos observar el recurso a los cuatro principales conceptos que formaban los lemas de la Revolución Francesa: libertad, igualdad, fraternidad y unidad de la 468 Ibídem. Ibídem. 470 Ibídem. 469 351 república. Es por ello que, a juicio de quién suscribe esta tesis, se atisba cierto perfil neo-jacobino en Ciudadanos, que se comparte con la tendencia mayoritaria, del PSOE. Por otra parte no se desconocen las particularidades identitarias de una parte de la sociedad catalana, pero se les niega la categoría de derechos colectivos e históricos, y se los enmarca en una propuesta nacional cívica, y quizás con menos referencias a la Constitución que en el período anterior. Es por ello que podemos observar cierto alejamiento de la visión del nacionalismo constitucional del PP y un acercamiento al patriotismo constitucional de PSOE. Por último, Ciudadanos aprovecha de la polarización social promovida por parte de CiU y ERC, dentro del proceso soberanista y tiende a ocupar el espacio ideológico tradicional del PSC, en el eje nacional. Los buenos resultados electorales de Ciudadanos frente a la fuerte caída del PSC tienden a demostrar el acierto en la lectura estratégica del momento político y en las elecciones realizadas. CUP-SI Se analizarán dos partidos minoritarios, que se ubican en una posición más radicalizada que la de ERC respecto del nacionalismo y que alcanzaron representación parlamentaria a partir del año 2010. Primero nos referiremos a Solidaridad Catalana por la Independencia (SI) y luego a la Candidatura de Unidad Popular (CUP). Por primera vez en el año 2010 con el ingreso de SI obtuvo representación parlamentaria un partido que disputase a ERC su electorado. En el caso de SI en las elecciones de 2010 obtiene un 3,29% de loso votos y no logra representación parlamentaria en 2012. Por su parte la CUP ingresa, por primera vez en el parlamento de Cataluña, en el año 2012 con un 3,47% de los votos. Es llamativa es similitud de porcentaje, de la que luego se ofrecerá alguna reflexión. Comenzaremos por el análisis del discurso de SI. SI: Solidaridad Catalana por la Independencia es una coalición de seis partidos políticos fundada por Uriel Bertran, Alfons López Tena i Joan Laporta471 en el año 2010 luego de la Sentencia 31/2010 del TC y de las manifestaciones contrarias a ella. SI se describe como un «movimiento político independentista, transversal, progresista, de base y radicalmente democrático».472 El discurso de SI tiene un diagnóstico profundamente negativo de la relación CataluñaEspaña. El enmarcado de los tres agravios ―económico, democrático e identitario― 471 472 Joan Laporta fue presidente del Fútbol Club Barcelona. Decálogo de SI, disponible en línea en: http://www.solidaritatcatalana.cat/solidaritat/qui-som 352 es muy enérgico473. Las identidades, antagonistas y protagonistas son opuestas y excluyentes. El pronóstico ―es en esta tarea donde el marco está más desarrollado― de SI es la proclamación de la independencia de Cataluña por el Parlamento Catalán y la «extensión progresiva de la independencia al conjunto de los Países Catalanes». La defensa del Estado del bienestar y la regeneración democrática. La motivación de SI, no se ha enmarcado de modo tan sistemático como el resto del marco. Se dirige a unas audiencias catalanas centrando el discurso en los beneficios a obtener con la independencia. La estrategia nacionalista de SI es etno-cultutal, pancatalanista e irredentista. CUP: Se mencionará y reseñará de modo sintético, en tanto que discurso minoritario, de igual modo que SI, el discurso de la Candidatura de Unidad Popular (CUP). La CUP, tal y como menciona su ideario es una «organización política asamblearia» que promueve un «país independiente, socialista, ecológicamente sostenible, territorialmente equilibrado y desligado de las formas de dominación patriarcales».474 La CUP ha sido desde su fundación en 1987 un partido político minoritario en Cataluña con una muy escasa presencia institucional. Es en las elecciones al parlamento de Cataluña de 2012 obtiene 126,435, sufragios un 3,47% de los votos, que corresponden a 3 escaños parlamentarios. El discurso de la CUP se centra en un diagnóstico de valencia marcadamente negativa, se estructuran los tres agravios ―económico, democrático e identitario― en un formato de enmarcado fuerte475. Los campos de identidad son diametralmente opuestos y excluyentes. Para la CUP los Países Catalanes476 son una nación oprimida 473 Véanse la entrevista a Joan Laporta en el diario La Cámara en diciembre de 2011, en la que sostiene que: «La independencia es esencial para Cataluña porque afecta a todas las personas que viven y trabajan en nuestra comunidad, porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y porque es la única vía para salir de la crisis económica, democrática y cultural en la que por desgracia estamos instalados. Y es la única vía que depende de nosotros, de las personas que vivimos en Cataluña». Disponible en línea en: http://www.diariolacamara.com/2011/12/entrevistaspostelectorales-la-camara_08.html 474 Véase el ideario de la CUP disponible en línea en: http://cup.cat/qui-som 475 Véase la Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de Soberanía del pueblo catalán, en la que se sostiene que «Con el maltrato económico, institucional, territorial o cultural el encaje de nuestro pueblo en los marcos institucionales francés y español se ha demostrado inviable. Los ataques a la lengua en los Países Catalanes o al modelo de inmersión en la escuela en el Principado son tan sólo ejemplos recientes de esta voluntad, reiterada, del Estado a hacer desaparecer la forma de ver el mundo y de vivir que tenemos los y las catalanas.» (Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de Soberanía del pueblo catalán) 476 Véase la Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de Soberanía del pueblo catalán, disponible en línea en: http://cup.cat/sites/default/files/news/declaricio_de_sobirania_del_poble_catala.pdf 353 y su pueblo condenado al serle negada por la Constitución del 78 la categoría de sujeto político. El antagonista es España y sus instituciones, y el actor protagonista el pueblo de los Países catalanes. El pronóstico, único, necesario e inevitable es la independencia del pueblo de Cataluña. Para ello promueve y participa y moviliza a su electorado en todas las acciones que vayan en ese sentido de la autodeterminación de pueblo catalán. Dentro de la tarea de motivación se observa una importante tarea de movilización dirigida hacia los sectores muy sensibilizados, por la independencia de Cataluña, pero también con sensibilidad a unos modos políticos alternativos. Estrategia de la CUP: La estrategia de la CUP es la estrategia más radicalizada de los partidos hasta aquí analizados. Su aproximación es nítidamente etno-cultural en lo que se refiere al expediente nacional de lo que denominan Países catalanes. La CUP, es en ese sentido un partido con un ideario pancatalanista e irredentista. Por otra parte, se combina esa radicalidad discursiva en el eje nacional con la radicalidad en el eje social, profundamente crítica con el statu quo económico e institucional. Destaca también una retórica combativa, de confrontación en la que se utilizan conceptos propios del período de descolonización. Se dejó pendiente, en la presentación de CUP y SI, un matiz respecto a estos partidos. Es muy probable que el desgaste de ERC, producido por su entrada como partido de gobierno en el Tripartito en ambas legislaturas, sumado a un clima de radicalización discursiva creciente por la Sentencia 31/2010 del TC y; como tercer elemento, el desplazamiento hacia la independencia de CiU, ERC y parte de PSC, todo esto, decía, hizo que, la fracción más independentista del electorado de ERC, optara por un partido que llevase una rápida declaración de independencia como punto central de su programa electoral. Luego de los recortes sociales y las políticas de ajuste, de la primera legislatura de Mas (2010-2012), ese mismo porcentaje de votantes que tenía SI (sobre un 3,5% de los votos), optó por una fórmula política que además de la independencia, en su programa propusiese, un importante crítica al sistema económico e institucional, como es el caso de la CUP. Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC): Tal y como se comentó en la parte inicial del capítulo presente, el PPC fue el partido que sostuvo, a partir del 2011, el gobierno en minoría de Mas entre el 2010 y el 2012; período en que se producen políticas de fuertes recortes sociales y económicos, tanto a nivel nacional con el gobierno del PP, como a nivel regional con el gobierno de CiU, 354 reproduciendo las condiciones y las relaciones de fuerzas que encontramos en el tardo-pujolismo del primer período analizado en este tesis. A partir del año 2012, CiU abandona los apoyos del PPC, y opta por otro gobierno en minoría, con ERC. El PP y por extensión PPC, pasan a ser los antagonistas del discurso de las élites políticas nacionalistas catalanas, a partir de ese momento. Situaremos los discursos del PP y del PPC en este último subperíodo. En las elecciones del 2010 al Parlamento de Cataluña el PPC, con Alicia SánchezCamacho como candidata a la Presidencia de la Generalitat, hizo una de las mejores elecciones en cantidad de escaños (18) con 384.019 votos, que representan un 12,33% del total, movilizando al electorado con el argumento de la mala gestión, de la crisis y de la reforma del Estatuto de Autonomía, tanto de los gobiernos socialistas del Tripartito, como del gobierno de Zapatero a nivel nacional. Luego de la ruptura entre el PP-PPC y CiU, el PPC vuelve a realizar su mejor elección en escaños, esta vez obteniendo 19 escaños con, una cifra record de votos 471.194, que representan el 12,99% de los sufragios. El discurso del PP-PPC, en esta etapa, mantendrá, al igual que en los períodos anteriores, la unidad en sus características generales sin elementos diferenciales reseñables, entre el PPC y el PP. En cuanto a los marcos utilizados y la estrategia, se mantienen las líneas generales, con las innovaciones respecto al proceso soberanista. Otro elemento de continuidad, tal y como se verá es el rol de la Constitución y de los pactos constitucional en la estrategia nacionalista. Se analizarán el “discurso de Clausura de las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en Corporaciones Locales”, pronunciado por Mariano Rajoy en Barcelona, el 29 de noviembre de 2014. Discurso del PP-PPC: El discurso con que Rajoy clausura las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en Corporaciones Locales, pronunciado del 29 de noviembre de 2014 aporta una visión muy completa del marco general respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en España y en particular del proceso soberanista. Diagnóstico: El diagnóstico que propone el marco del discurso de Rajoy, es de valencia doble, positiva a nivel español en términos generales; y por otra parte, de valencia negativa, con respecto a la gestión de los gobiernos socialistas como, y principalmente, respecto del gobierno de Cataluña. 355 La valencia positiva está asociada con la historia reciente, en particular con la historia de España y de Cataluña, desde la Transición hasta la actualidad, y haciendo especial referencia a elementos institucionales del Estado de bienestar, tal y como vemos en la siguiente cita: «También sé lo mucho que Cataluña se ha beneficiado de formar parte de España. España es uno de los cuatro países del mundo que más ha crecido su renta per cápita en los últimos 40 años. España tiene un estado de bienestar como muy pocos en el mundo, un sistema de pensiones público, una sanidad gratuita, pública y universal y de primera –como ha demostrado en el caso del ébola-, de las mejores del mundo. España es el segundo país del mundo que recibe más turistas, más de 60 millones de turistas, ¿Por qué vienen? Porque somos un gran país, porque tenemos buenos servicios público, porque somos un país seguro, abierto, tolerante, solidario. Ese es nuestro país».477 Agravio: En este marco general Rajoy plantea, enmarca la dimensión del agravio presentando una cuestión, problematizándola y atribuyéndole una causa. Las técnicas de enmarcado utilizadas son la asignar un concepto y relacionarlo con lo real y con las experiencias ordinarias de la población e insertar la cuestión en un marco más amplio. En lo que respecta a la asignación de causas, vemos que asigna un concepto y atribuye responsabilidades a un actor particular. Rajoy presenta la cuestión con una pregunta retórica que se entronca con el diagnóstico de valencia positiva que realiza primero, y esta pregunta que se hace es: «Si juntos hemos escrito esta formidable historia de éxito, ¿por qué quieren algunos acabar con ella?». La cuestión que se plantea es que: quieren acabar con España. Rajoy utiliza las técnicas de enmarcado de relacionar el problema con lo real y con las experiencias ordinarias de la población cuando sostiene que: «No es propio de Cataluña, ni de sus gentes, cosas que están pasando en los últimos tiempos: que se divida a la sociedad, que se niegue su pluralidad, que se pongan etiquetas para distinguir independentistas de quienes no lo son, que se amenace a medios de comunicación, que se alienten campañas contra sus empresas o que se desprecie la estabilidad, la legalidad o el interés general. Digo esto porque es verdad y no me gusta. A los catalanes tampoco».478 477 Mariano Rajoy, “Discurso Clausura las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en Corporaciones Locales”, 29 de noviembre de 2014. 478 Ibídem. 356 En ese sentido Rajoy en su discurso inserta la cuestión en un marco más amplio y atribuye las causas del agravio al nacionalismo catalán, en particular a Artur Mas, y los responsabiliza como actor antagonistas. Ello lo observamos en la siguiente cita de Rajoy: «el problema es que Cataluña lleva cuatro años con déficit de gobierno, por no hablar, lisa y llanamente, de desgobierno».479 Rajoy pasa describir su visión del proceso soberanista mediante la técnica de enmarcado de relacionarlo el problema con lo real e insertarlo en un marco más amplio, tal y como vemos en la cita que sigue: «[…] el presidente de la Generalitat se fatigó de hacer lo que tenía que hacer para sacar a Cataluña de la ruina en la que la dejó el tripartito y volvió a convocar otras elecciones. Los catalanes […] Le retiraron 12 escaños. De 62 pasó a 50. Desde entonces, no ha hecho más que huir hacia adelante y continúa en busca de su supervivencia política dejando atrás a cada vez más catalanes. El 9 de noviembre –como todos sabéis– se realizó un simulacro de consulta sin censo, sin garantías, bajo una escandalosa parcialidad de la Generalitat y de sus medios. Quiso hacer creer que había hecho una consulta que no hizo; invirtió en esa farsa toda su energía, todo su tiempo, toda la presión que ha podido hacer sobre la sociedad catalana y muchísimo dinero».480 Del mismo modo que más adelante Rajoy se refiere a la inestabilidad institucional generada por el proceso soberanista que utiliza como técnica de enmarcado, para dramatizar la situación a futuro, al sostener que: «Ahora se nos anuncia una nueva hoja de ruta, que supone prolongar casi dos años más este estado de cosas. Después de las elecciones del 10, después de las elecciones del 12, después del simulacro del 14, ahora se pretenden unas elecciones llamadas plebiscitarias en marzo del año 15; luego una constitución ilegal, más tarde un referéndum ilegal, a continuación otras elecciones, de no se sabe de qué tipo, en el año 16. Durante ese tiempo se celebrarán además en Cataluña las elecciones municipales y también las elecciones generales. 18 meses de viaje a ninguna parte, que hay que sumar a los casi 50 que les han precedido desde que Artur Mas llegó al poder. Nunca un gobernante había perdido tanto el tiempo, ni se lo había hecho perder a los ciudadanos. Nunca un gobernante había generado tanta confusión y había provocado tanta inestabilidad».481 Por último hay una referencia concreta a las experiencias ordinarias de la población, y en esta técnica de enmarcado, el marco del PP es insistente, tal y como señala Rajoy: 479 Ibídem. Ibídem. 481 Ibídem 480 357 «Gobernar de verdad, es decir, dejarse de «pueblos» y atender a la gente real, a los individuos, a las personas, a sus necesidades, al desempleo, al crecimiento económico, a la marcha de las empresas… a lo que nos dedicamos todos, en todas partes, cuando hablamos de gobernar. Que tampoco hay que ser tan inteligente para saber esto».482 El enmarcado de Rajoy, hace especial hincapié en tres elementos. El primer elemento es señalar como actor responsable a Mas; el segundo elemento es señalar que los sujetos agraviados, son fundamentalmente los catalanes; y el tercer elemento es posicionar el centro del agravio sobre el desgobierno de las cuestiones ordinarias de la población (orientado a las cuestiones materiales y económicas); además de relacionar con ello un agravio institucional o democrático cuando señala que: «La política no puede ser la excusa a saltarse la ley o la voluntad de los ciudadanos. Algunos llaman hacer política a eso: a saltarse a ley. Para eso que no cuenten conmigo. Si la política es la alternativa a la aplicación de la ley, estamos proponiendo algo muy poco democrático, que puede generar problemas en nuestro país».483 En esta forma de enmarcar el diagnóstico del discurso de Rajoy se observa una cierta forma especular al discurso del nacionalismo hegemónico catalán de CiU y ERC (compartido por otras fuerzas, principalmente en el diagnóstico). Y, esa forma de estructuración especular, posiblemente tenga que ver con la intensión de refutar y desarticular los argumentos que sustentan el discurso nacionalista. Si se asumen las hipótesis de Lakkoff (2006) se podría poner en duda la efectividad de un proceso de enmarcado de este tipo, dado que en algún punto pone el eje discursivo en los términos del adversario. Identidades: Identidad “ellos”: En esta dimensión Rajoy define al antagonista, y utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: personaliza a los actores responsables, les atribuye intenciones e intereses contrarios al bien colectivo, pero no los define como actores ilegítimos de comunicación. Para la personalización de los antagonistas como responsables, Rajoy utiliza una cadena de identidades entre nacionalismo-Gobierno de la Generalitat-Mas. Ello podemos advertirlo en el siguiente fragmento: «el Govern [por el Gobierno de la Generalitat] en lugar de trabajar para el bienestar de los catalanes, en lugar de dedicar su tiempo a relanzar la economía, a sostener los 482 483 Ibídem Ibídem 358 servicios sociales, a mejorar la educación o la sanidad, ha estado obsesivamente entregado a fomentar la división de los catalanes, propagando falsos mitos históricos y políticos, engañando a la gente sobre la realidad económica y fiscal de Cataluña y de España, agitando la ensoñación de la independencia como la Arcadia feliz». 484 Rajoy claramente asigna intereses e intenciones contrarias al bien colectivo, por parte del antagonista, y lo responsabiliza de crear un conflicto que poco tiene que ver con los catalanes. Es la identidad de nacionalismo-Mas-Gobierno de la Generalitat la que, en términos de Rajoy, no gobierna para los catalanes, sino que genera división y conflicto, engañando a la gente sobre la realidad económica y en la propagación de falsos mitos. Identidad “nosotros”: La identidad del protagonista se enmarca a partir de la referencia a la identidad anidada (es decir la identidad catalana dentro de una identidad española). Las técnicas de enmarcado utilizadas son: atribuirse la representación de valores universales y de la defensa de los intereses colectivos, sin incidir demasiado en la personificación del sujeto colectivo. Comenzando por el análisis de este último, podemos decir que Rajoy utiliza indistintamente los términos España y país, y además señala que la relación que tienen las identidades en cierta forma se reproducen en los territorios, en tanto que Cataluña es y está en España y en Europa. La referencia a Europa se hace a través del argumento de que Cataluña está en Europa (en el sentido de la UE) por su pertenencia a España. De llevarse a cabo la secesión, Cataluña quedaría fuera de la UE. Por cierto, el recurso del mimbre europeo es también un elemento que utiliza el marco del nacionalismo de CiU, ERC y ―eventualmente en la etapa Maragalliana― el PSC, para acentuar la modernidad y superioridad de la Cataluña puerta de Europa de España, del discurso nacionalista. Todo lo anterior, se observa en el siguiente párrafo, en el que también Rajoy, motiva a la acción de las audiencias y ofrece además una clara idea de la estrategia nacionalista que propone, cuando sostiene que: «España no se entiende sin Cataluña y tampoco Cataluña sin España; que la historia de Cataluña es la de España y la de España es la de Cataluña. Que llevamos más de cinco siglos viviendo juntos todos los españoles, pero que no somos sólo una realidad histórica, somos, sobre todo, una aspiración que mira al futuro. Que queréis ser catalanes y españoles, que no queréis que unos catalanes puedan quitarle a otros su 484 Ibídem 359 derecho a ser españoles. Que no queréis que unos catalanes puedan quitarles a otros su derecho a ser europeos. Que no queréis que Cataluña sea un espacio aislado en Europa donde millones de españoles tengan que sentirse extranjeros. No lo queréis vosotros y no lo quiere nadie en toda España. Y desde luego no queremos que nadie tenga que elegir entre ser catalán y español. Y eso no se va a producir».485 Pronóstico: Las soluciones que propone Rajoy tienen dos elementos centrales que se asignan como conceptos dentro de las técnicas de enmarcado. El primero de los conceptos que enmarca Rajoy es la continuidad en sus políticas; y el segundo concepto es la identidad dual o anidada de la mayoría de los ciudadanos en Cataluña. Rajoy utiliza dos técnicas de enmarcado más que son la definición de los beneficios a obtener y la mención de valores abstractos. El primer concepto que se introduce, como se dijo es el de la continuidad de la gestión económica y del gobierno responsable. Destaca la expresa mención que hace Rajoy de las cuestiones ordinarias de las personas, tal y como surge de la siguiente cita: «Mantener la estabilidad política, la continuidad de las reformas y el ejercicio de gobierno responsable. Esto es lo que es necesario para seguir remontando la crisis, recuperar el empleo y mejorar el bienestar de los ciudadanos. Es decir, vamos a seguir ocupándonos de los problemas reales de las personas. Lo que hoy necesita España y Cataluña es estabilidad, reformas. […] En segundo lugar, vamos a seguir colaborando con todas las Administraciones Públicas, también con la Generalitat, para atender a esos problemas reales de las personas. No quiero que el desgobierno de Cataluña afecte a los ciudadanos. Ahí seguirá el Fondo de Liquidez Autonómico».486 Los beneficios a obtener son evidentes, en tanto que, se intenta atender a los problemas reales de las personas. Del mismo modo que se recurre a valores abstractos cuando menciona que: «Así es como yo entiendo eso que algunos reclaman de “hacer política”: con razones, con argumentos, con diálogo, con trabajo y con legalidad, pero no con argucias para sortear la ley o pasar por encima de los tribunales».487 485 Ibídem Ibídem. 487 Ibídem. 486 360 El recurso a valores abstractos se enmarca débilmente, mientras que, el eje central del pronóstico está orientado hacia la experiencia ordinaria de la población, tal y como se comentó. Motivación: En esta tarea Rajoy, utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: define a los participantes, invoca valores abstractos, apela a su responsabilidad, relaciona participación con la resolución del conflicto y señala acciones de participación. Los participantes, a los que Rajoy se dirige, son todas aquellas personas que poseen identidades duales o anidadas, sensibles a la permanencia de Cataluña en España y contrarias a la secesión. Esta parte del enmarcado se realiza cambiando la aproximación a los elementos ordinarios por un tono más elevado cercano a valores abstractos (libertad, justicia, democracia), tal y como observamos en el siguiente ejemplo: «Defendéis el derecho a que cada catalán pueda vivir libre de consignas y de imposiciones. Defendéis lo que es justo contra quienes lo niegan. Defendéis a esa mayoría de catalanes que ni renuncian, ni están dispuestos a renunciar a su condición de españoles. Defendéis que la democracia es el imperio de la ley y no admite el arbitrio de la conveniencia por muchas ansias que se pongan sobre la mesa». 488 Del mismo modo que apela a la responsabilidad y a la participación, al interpelar a las audiencias, de este modo épico o emocionante: «Estamos orgullosos de vosotros, y quiero aquí reconocer públicamente vuestra dedicación, vuestro sacrificio y vuestra fortaleza, porque habéis sabido soportar la soledad en medio del griterío y no habéis permitido que os arruguen. Lo vais a seguir haciendo, pero cada vez más acompañados, más escuchados y más atendidos».489 El formato de la tarea de motivación está condicionado por la audiencia a la que se dirige Rajoy, que no es una audiencia generalista, sino que, son militantes del PP y fundamentalmente del PPC. Estrategia del PP-PPC: La estrategia nacionalista del PP-PPC, siguiendo la tendencia de los períodos anteriores, se orienta hacia la búsqueda de un cierto equilibrio entre una estrategia etno-cultural y cívico-política. Esa búsqueda de equilibrio se relaciona con las escasas menciones a los elementos diacríticos propios del nacionalismo español de corte etnocultural, y por otra parte, el uso mayoritario de elementos vinculados al proyecto de 488 489 Ibídem Ibídem 361 futuro que es España y la necesaria vinculación a la legalidad vigente, como recurso al ordenamiento constitucional. Este último elemento, nos remite al mantenimiento del statu quo, de igual manera que en el período anterior, y dentro de la categoría de nacionalismo constitucional comentada en el capítulo anterior. Esta estrategia de mantenimiento del statu quo reviste tres elementos positivos para el PP-PPC: el primero de ellos es que fuerza las acciones del antagonista cada vez que se polariza el discurso, dejando vacío el espacio del centro; segundo elemento, aglutina al electorado del PP en toda España, en tanto que la cuestión territorial es un tema sensible para gran parte del electorado conservador; y tercero, desgasta profundamente al PSOE en tanto que no encuentra una fórmula alternativa al statu quo que ofrece el PP-PPC, que sea tan efectiva para movilizar al electorado a nivel nacional. Partido Socialista Obrero Español (PSOE): A partir de la gestión de la crisis económica ―a la que se puede sumar la gestión del Estatuto de Autonomía de Cataluña y la sentencia 31/2010 del TC ― el gobierno del PSOE se encuentra profundamente debilitado, y el nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno, Pérez Rubalcaba, pierde las elecciones generales en el año 2011 con los peores resultados del PSOE desde la Transición, a lo que se suman unos muy malos datos en las elecciones municipales. El PSOE, en esta etapa, sufre un período de profunda inestabilidad interna, en el que se cuestionan los liderazgos de los máximos dirigentes del partido, e incluso se ponen en duda las formas de elección de esos dirigentes. En este escenario de desequilibrio institucional, en el 38º Congreso del Partido Socialista, se elige Secretario General del PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba. Sectores opuestos a Pérez Rubalcaba dentro del partido cuestionaron las formas de votación por delegados tradicional del PSOE y exigieron elecciones primarias para la elección de los dirigentes casi inmediatamente luego de la elección de Rubalcaba. El PSOE se enfrentó, de este modo, a una situación de fragilidad interna fruto de l apuesta en cuestión de los liderazgos partidarios, que se sumó dificultades, a una ya compleja situación electoral. A esa situación de inestabilidad dentro del PSOE, se añadieron las fuertes discrepancias con el PSC, que se escenificaron con dos votaciones fuera de la disciplina partidaria en el Congreso de los Diputados por parte de los diputados del PSC; el primer caso fue respecto de apertura de negociaciones para la transferencias de competencias para la realización de un referéndum en Cataluña, a propuesta de 362 CiU (en el que los 13 diputados del PSC votaron a favor mientras que el PSOE votó negativamente) el 26 de febrero del año 2013; mientras que la segunda vez, fue la abstención de los diputados presentes del PSC (había una ausencia) cuando el PSOE vota afirmativamente a la moción presentada por Unión Progreso y Democracia (UPyD) para que no se pueda realizar la transferencias de competencias a las CC.AA con el objetivo de realizar referéndums sobre temas que afecten a todos los ciudadanos. Esto generó muchas más tensiones que se retroalimentaron, tanto con el PSC como dentro del PSOE. Finalmente, Rubalcaba renunció al cargo de Secretario General. A ese él accede Pedro Sánchez, luego de vencer a otros dos candidatos en un proceso de elecciones primarias. Bajo ambas direcciones, la cuestión territorial del encaje de Cataluña en España ha sido central, y desde el partido, se ha dado la misma respuesta institucional. Esta propuesta de solución como respuesta a la cuestión territorial catalana es la reforma constitucional que se analizará en el aparatado de pronóstico del discurso del PSOE. Discurso del PSOE: Analizaremos el texto titulado “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”, que es una declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013, conocida como “la Declaración de Granada”. Diagnóstico: El discurso del PSOE tenderá a un diagnóstico de doble valencia, al igual que en el período anterior, hay una valoración positiva de la historia española desde la Transición a nuestros días, en cuestiones estructurales (y a su impacto en la sociedad), como también en lo económico y en lo que se refiere a la realidad nacional de España. Tal y como se observa en el siguiente párrafo: «A partir del gran pacto político de la Transición, plasmado en la Constitución de 1978, hemos construido entre todos una democracia firme y estable, y un modelo de convivencia pacífica del que nuestro país careció durante demasiado tiempo. […] La Transición fue un gran pacto político que incluía, como pieza imprescindible, un gran pacto territorial. El modelo autonómico español ha sido un éxito. No sólo por su contribución decisiva a la consolidación de la democracia, sino porque ha cambiado para bien la configuración de la sociedad española, y ha actuado como un motor del progreso y de la cohesión, de superación de las terribles desigualdades territoriales del pasado. […] 363 Además, fue capaz de integrar en un proyecto común a nacionalidades históricas definidas por sus respectivas identidades políticas, culturales y lingüísticas. En definitiva, el Estado de las Autonomías, al contrario de lo que creen sus detractores, ha sido el instrumento más eficaz de vertebración nacional y de cohesión social. Ha sido y tiene que seguir siendo uno de los pilares más sólidos de la unidad de los pueblos de España».490 El Estado Autonómico español es para el PSOE, la salvaguarda de la diversidad y de la pluralidad de las diferentes identidades que componen España. El pacto territorial, es decir, el proyecto autonómico que encarna la Constitución, en la opinión del PSOE, cohesionó territorial y socialmente al país y a los diferentes pueblos que la componen. Por otra parte, hay un diagnóstico negativo de dos elementos. El primero es la acción recentralizadora de la derecha del PP; y el segundo la tensión secesionista del nacionalismo catalán. Y estos son los dos campos de identidad que configuran a los antagonistas y las causas del problema en el marco del PSOE. En este marco el diagnóstico positivo tendrá un peso muy importante en cuanto a extensión y profundidad en el enmarcado. Las técnicas de enmarcado utilizadas en la presentación de la cuestión y transformarla en un problema son: asignar un concepto, relacionarlo con lo real, relacionarlo con la experiencia ordinaria de la población e insertar la cuestión en un marco más amplio. Del mismo modo que se asigna la causa y se atribuye la responsabilidad a actores colectivos externos. En el discurso del PSOE, el agravio se sitúa en un contexto de crisis económica e institucional y de un acentuado descrédito de lo político y de las instituciones democráticas; es ese conjunto de cirsunstacias el que: «ha hecho renacer entre nosotros dos viejas tentaciones que creíamos haber superado: la tentación centralista y la tentación secesionista. Por una parte, los que siempre vieron con recelo el Estado autonómico, han encontrado la oportunidad de impulsar el retorno a la recentralización y cortar las alas al autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones. Por otra parte, el nacionalismo moderado de Cataluña ha abandonado el terreno de la moderación y se ha pasado al campo del secesionismo. Ya no busca la mejor forma de encajar a Cataluña como una realidad específica y diferenciada dentro de España: busca directamente que Cataluña rompa con España. Frente a todo ello, la posición de los socialistas es clara y firme: el triunfo de cualquiera de esos dos proyectos antagónicos, el que pretende recentralizar España y el que pretende desmembrarla, sería un desastre y desataría de nuevo todas las tensiones 490 Declaración de Granada. “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”. Declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013. 364 territoriales que durante demasiado tiempo hicieron imposible la convivencia en libertad de los pueblos de España, además de hacer aún más difícil la salida de la crisis. Ni el retroceso ni la ruptura son la solución que España necesita. Pero tampoco lo es el inmovilismo, porque hay realidades que están ahí y no se pueden ignorar».491 En el discurso del PSOE aparece la asignación del problema en esas dos viejas tentaciones ―remitiendo la cuestión del agravio a un problema con raigambre histórica y en un marco más amplio― que son: el centralismo (del PP) y el secesionismo (de CiU, ERC y CUP), que se ven favorecidos en sus propósitos por el contexto de crisis económica, política e institucional, y a quienes se les asigna la responsabilidad en la causa del agravio. La relación con lo real y con las experiencias ordinarias de las personas, se menciona en dos niveles, el primero es el retorno a las tensiones territoriales, y el segundo nivel, es el retraso en la salida de la crisis económica, invirtiendo así el argumento del marco del nacionalismo catalán. Identidades: Identidad “ellos”: En lo que respecta al proceso de enmarcado de la identidad “ellos”, hay dos antagonistas que son descritos muy sucintamente como dos actores distintos y cuyos proyectos políticos se excluyen mutuamente, y que son: secesionismo y recentralización. Representan dos peligros para España, en tanto que amenazan la convivencia en libertad de los pueblos de España y la salida de la crisis. Es de este modo como se personaliza a los actores responsables, y se les asigna intenciones e intereses contrarias al bien colectivo, en tanto que, el peligro recentralizador del PP, ha: «encontrado la oportunidad de impulsar el retorno a la recentralización y cortar las alas al autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones»492. Observamos aquí términos muy similares a los del marco del pasado período, donde el término recentralizador es también utilizado como elemento descriptivo del antagonista con una importante carga negativa. Mientras que el nacionalismo catalán: «ha abandonado el terreno de la moderación y se ha pasado al campo del secesionismo. Ya no busca la mejor forma de encajar a Cataluña como una realidad específica y diferenciada dentro de España: busca directamente que Cataluña rompa con España».493 En el marco del período anterior el 491 Ibídem Ibídem. 493 Ibídem 492 365 aumento de las políticas identitarias del antagonista relacionado con el nacionalismo periférico tenía su causa en las políticas recentralizadoras, en este caso no hay una profundización, ni mención alguna de las causas. Y por otra parte, sí cambia claramente, la calificación hacia un término mucho más fuerte como es secesionista, en referencia al nacionalismo catalán. Estos son los dos actores y sus proyectos que representan un riesgo para los logros que se han conseguido con el actual Estado Autonómico en España. Identidad “nosotros:” El “nosotros” es brevemente mencionado y se enmarca a partir de la atribución de la representación de valores universales y de la defensa de intereses colectivos. No hay una personificación del sujeto colectivo muy marcada, sino más bien, una identidad del “nosotros” como protagonista del proceso de la Transición y de los valores que ella representa. Se observan estas técnicas de enmarcado en el siguiente párrafo: «El Partido Socialista está dispuesto a levantar esta doble bandera: la bandera de las reformas y la bandera de los consensos. Estamos dispuestos a compartir y debatir ideas e iniciativas, a hablar con todos y de todo, a tender puentes en lugar de volarlos, como algunos parecen desear. Estamos en mejor posición que cualquier otra fuerza política para hacerlo porque es lo que hemos hecho desde el primer día de la democracia: impulsar todas las reformas y participar en todos los consensos»494 El PSOE se atribuye valores universales haciendo referencia a conceptos tales como reformas, debate de ideas, hablar con todos, tender puentes y establecer consensos. Ello lo hace presentando una identidad alternativa, mayoritaria, dialogante y vinculada a conceptos democráticos y deliberativos, como los que se acaban de reseñar; todo ello, en clara oposición a dos proyectos, que quieren limitar el autogobierno y la libertad de los pueblos de España o bien promueven su ruptura. No obstante esas definiciones del “ellos”, no califica a los antagonistas como agentes ilegítimos de comunicación, en tanto que se menciona explícitamente la apertura a hablar con todos y de todo. Pronóstico: 494 Ibídem 366 El pronóstico es la tarea más desarrollada del marco del PSOE en esta etapa, tanto por el despliegue de todas las técnicas de enmarcado, como por la extensión que a ello se le dedica en el texto. Hay una clara línea de continuidad en los tres períodos en el PSOE respecto a los pronósticos en la que aparece el concepto de reforma como herramienta de solución a los problemas y agravios. Las técnicas de enmarcado que se utilizan en esta operación son: asignar un concepto central, definir los beneficios a obtener, cargar de valores abstractos los beneficios, y recurrir a la historia, tal y como se observa en el párrafo siguiente: «La solución, una vez más, es la reforma en profundidad. El Estado de las Autonomías tiene que evolucionar, tiene que actualizarse y perfeccionarse. Y tiene que hacerlo en su sentido natural: avanzando hacia el federalismo, con todas sus consecuencias. Este no es sólo el camino lógico y constructivo; es también el único punto de encuentro posible para restablecer el consenso territorial en España. Y por eso el Partido Socialista, en el ejercicio de su responsabilidad, lo va a proponer, lo va a defender y lo va a impulsar con todas sus fuerzas». 495 Del mismo modo que se observa en el siguiente párrafo: «En la situación actual, España no sólo necesita una gran concertación económica y social para salir de la crisis. Necesita renovar el pacto para reformar el sistema político y construir la democracia del siglo XXI. Como parte de ello, necesita un nuevo pacto territorial, no para debilitar el Estado de las Autonomías, y tampoco para desandar lo recorrido en estas tres décadas y media, sino para seguir avanzando en el único camino que ha demostrado ser fructífero. Para seguir viviendo y conviviendo juntos, que es la única forma de que salgamos adelante».496 La solución que propone el marco del PSOE es la reforma constitucional. Así como en el pasado, el PSOE, auspició la reforma de los Estatutos de Autonomía, para preservar y desarrollar el Estado Autonómico, en este tercer período, el marco del PSOE vuelve a recurrir a la reforma en profundidad, y nada menos que de la Carta Magna, con los mismos objetivo: preservar los logros, bienes y beneficios, desde la Transición hasta nuestros días, que se encarnan en el Estado de las Autonomías. Ese es el concepto central que enmarca el PSOE: la reforma constitucional. La reforma de la Constitución se describe como el único camino posible entre dos extremos, el separatismo y la recentralización. La solución del PSOE se presenta como un justo medio, que pretende mantener lo positivo del sistema autonómico; 495 496 Ibídem Ibídem 367 mientras da respuesta a nuevas demandas, evitando los dos peligros ya mencionados como agravios. La orientación de esa reforma es en un sentido federal497 y se expone de ella una serie de propuestas en el marco del PSOE que abarcan un decálogo de grandes ámbitos de temas a reformar y que ocupan cuestiones genéricas, tales como la incorporación del mapa autonómico a la Constitución, la delimitación de competencias, la tan recurrida reforma del Senado, la incorporación de hechos diferenciales, un nuevo sistema de financiación, la incorporación de derechos sociales, creación de mecanismos de cooperación, la participación de las CCAA en «la gobernación del Estado», modificar el control constitucional de las reformas de los Estatutos de Autonomía, y por último, la delimitación de competencias de la Administración Local. Son diez ámbitos de reforma, distintos en naturaleza y en especificidad, que reportan una serie de beneficios a los ciudadanos tal y como: el respeto a las identidades diferenciadas dentro de un proyecto común, el mantenimiento de la solidaridad, la mejora en la cooperación entro los diferentes niveles de gobierno, la igualdad efectiva entre ciudadanos, y la mejora en la eficiencia en la gestión de los recursos para facilitar la vida de los ciudadanos. Por último hay un recurso a la historia reciente de España en la mención que se hace de los éxitos del modelo autonómico y de los valores de los pactos de la Transición. Motivación: La motivación no es una tarea especialmente enmarcada, y ello se debe a la naturaleza del documento analizado, que tiene, según parece el objetivo de presentar un diagnóstico y un pronóstico, antes que movilizar a las audiencias. No obstante ello se realiza una definición y de las audiencias, se definen a los participantes a partir de la identificación con las bondades modelo del Estado Autonómico, y se enmarcan los valores que encarna el PSOE, tal y como puede observarse en el siguiente párrafo: «El Partido Socialista está dispuesto a levantar esta doble bandera: la bandera de las reformas y la bandera de los consensos. Estamos dispuestos a compartir y debatir 497 La cuestión de la naturaleza federal del Estado de las Autonomías español es un debate que ha recibido un gran número de publicaciones. Sobre este particular en esta tesis se sostiene la concepción de que: “a pesar de que España no es formalmente un Estado federal, si lo es sustancial o materialmente, como así coincide en afirmarlo la mayoría de la doctrina […]. Así lo hace también el Tribunal Constitucional, como posteriormente veremos, cuando implícitamente hace suya la teoría dual con el fin de articular la jurisprudencia relativa a la constitución territorial del Estado. La teoría bimembre del Estado federal es un hecho incontestable a la hora de analizar desde un punto de vista teórico, el modelo territorial de España.” (Garmendia Madariaga, 2011: 4). 368 ideas e iniciativas, a hablar con todos y de todo, a tender puentes en lugar de volarlos, como algunos parecen desear».498 Del mismo modo que sostiene que es el PSOE quien está: «en mejor posición que cualquier otra fuerza política para hacerlo [la reforma] porque es lo que hemos hecho desde el primer día de la democracia: impulsar todas las reformas y participar en todos los consensos. Queremos hacerlo porque el Estado de las Autonomías es en buena medida el fruto de nuestro esfuerzo, y la tarea de hoy es reformarlo, precisamente para salvarlo de las tendencias contrapuestas que lo amenazan. Y estamos dispuestos a hacerlo porque responde a nuestros principios y porque sentimos que es nuestra obligación histórica con España».499 El enmarcado de la motivación es parcial, y antes que a la movilización, se llama al apoyo ciudadano al PSOE, sin más especificidad; por otra parte se apela a los valores universales implicados en la solución que plantea el PSOE y que ya se han analizado más arriba. Como se dijo no es una dimensión del marco elaborado en profundidad, es por ello que el enmarcado en la tarea de movilización puede caracterizarse como débil. Estrategia del PSOE: La estrategia del PSOE se orienta a establecer dos equilibrios. El primero de ellos, es parte de una visión cívico-política del nacionalismo que incorpora elementos de naturaleza propios del nacionalismo cultural. Ello lo vemos en un constante recurso al término ciudadanos, aunque también se observa un sentimiento de obligación histórica con España. No obstante puede decirse, que la tendencia ampliamente mayoritaria del planteamiento de la estrategia nacionalista del PSOE es claramente cívico-política. La cuestión es que, mientras se identifica al inmovilismo que propugna el acatamiento a la norma constitucional y a la legalidad como única solución por parte del PP con el nacionalismo constitucional de corte conservador, por otro lado, se señala y vincula al nacionalismo secesionista con el proyecto de corte etno-cultural que propugna la independencia de Cataluña; en este contexto el PSOE, desde una planteamiento cívico-político, propone nada menos que una reforma constitucional, como tercera vía, asumiendo en gran medida algunos elementos de los nacionalismos periféricos (ejemplo de ello es el término hechos diferenciales que en la propuesta de reforma 498 “Declaración de Granada. “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”. Declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013. 499 Ibídem 369 constitucional del PSOE tendrían un espacio en la Constitución reformada). Estos hechos diferenciales, están especialmente alejados de las concepciones cívicopolíticas de la nación. Ello nos lleva al segundo equilibrio que parece realizar la estrategia del PSOE. Este segundo equilibrio es entre la concepción neo-regionalista y neo-jacobina ―de las tres tendencia ya comentadas que conviven en el PSOE (Balfour y Quiroga, 2007) en donde parece que nuevamente tiene lugar una apertura al neo-regionalismo a expensas del neo-jacobinismo. Este cambio de estrategia se asemeja a lo acontecido en el segundo período donde, en la primera legislatura de Zapatero varió la estrategia nacionalista hacia esas posiciones neo-regionalistas que luego tuvieron que ser corregidas, durante y posteriormente, al proceso de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Es posible que la asunción de algunos términos de los nacionalismos periféricos sumado a la profundidad de la reforma propuesta ―una reforma constitucional― por parte del PSOE, se deba en gran medida al cambio de estrategia tendiente al equilibrio, entre las dos concepciones aquí utilizadas, por parte del PP. Esta situación es probable que fuerce al PSOE a intentar diferenciarse a partir de una propuesta de la que no se explica el porqué de su magnitud500. Otro elemento a destacar es que, según indican las encuestas y sondeos, la población de Cataluña, en el hipotético caso de la existencia de tres opciones en una votación (statu quo, independencia y más autogobierno), optaría mayoritariamente por esta tercera opción.501 No obstante ello, sigue sin darse razones acerca del calado de la reforma constitucional para afrontar los objetivos que se marca el PSOE. Análisis de la Estructura de Oportunidad Política (EOP): Tal y como se viene realizando en los dos capítulos anteriores se complementará el análisis de los marcos con el de la EOP a partir de los seis elementos propuestos por Máiz (2002), que son: 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional. 500 Se podrían alcanzar los objetivos de una gran parte de las diez medidas propuestas por el PSOE, sin la necesidad de una reforma constitucional. 501 La opción de la llamada tercera vía obtendría un 46% en un referéndum con tres opciones en vez de dos, contra un 29% que optaría por la independencia y un 17% por el statu quo, según un sondeo de Metroscópia. Véase El País, 23 de agosto de 2015, disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2015/08/23/media/1440347282_912938.html 370 1) el grado de centralización o de descentralización del Estado: Este es un campo o dimensión de la EOP a la que se traslada directamente la acción del nacionalismo catalán secesionista, en tanto que lo que se persigue, en última instancia es la ruptura del vínculo que aquí se analiza. Ello no es otra cosa que la modificación de esta relación entre centralización o descentralización, la que modifica tanto el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006, como la Sentencia del TC del 2010, elementos estos muy recurridos en el marco del nacionalismo catalán y en el de otros partidos como ICV-EUiA y el PSC. Es en esta dimensión analítica de la EOP es donde se incorpora, por parte del Gobierno de la Generalitat, ERC y CUP ―a la que adscribe en alguna medida ICVEUiA― la percepción de que, prácticamente toda la política del Estado central posee una vocación recentralizadora, homogeneizadora e incluso antidemocrática. El ejemplo más recurrido es la Sentencia del TC 31/2010, del mismo modo que la oposición del Gobierno nacional a la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación en Cataluña. En definitiva, todos los agravio analizados en este período (económico, identitario y democrático) se agrupan, por parte del bloque secesionista502, como elementos que hechos que restringen el autogobierno de Cataluña y forman parte de un plan recentralizador del Estado español. Es por ello que se puede observar y describir, en esta dimensión analizada, dos procesos que concurren de modo paralelo y que tensionan en modo opuesto la relación descentralización-centralización. El primero de estos procesos, es el intento de una política homogeneizadora, antes que recentralizadora, por parte del Gobierno nacional en manos del PP, por ejemplo, en cuestiones como la educación con la denominada Ley Wert503, que apunta a modificar un ámbito especialmente sensible para el nacionalismo catalán y que sirvió como elemento de denuncia de recentralización y agravio identitario, por parte de las élites políticas secesionistas catalanas. Por otro lado hay un intento de profundización del autogobierno y un intento de “blindaje” y “defensa” de las competencias por parte de los partidos del bloque secesionista ―con apoyos del PSC e ICV―. A nivel educativo, por ejemplo, hay un 502 El bloque secesionista lo definimos como formado por CiU (antes de la ruptura), ERC y CUP. La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) o Ley Wert (por el Ministro que la impulsó) es una Ley Orgánica que modifica la educación española, ha sido una Ley votada únicamente por el PP sin apoyos de otros grupos parlamentarios, además de ser profundamente cuestionada en sus objetivos. Respecto de ellos, y entre otras cuestiones, esta Ley ha pretendido garantizar la enseñanza en castellano en las comunidades bilingües. Esto ha sido calificado por la Consejera de Enseñanza de Cataluña, Irene Rigau como una «ley recentralizadora [ y un ] ataque frontal al Estatut, a la Ley de Educación catalana y al modelo de inmersión lingüística» (El País, 17 de mayo de 2013). Disponible en línea en: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/17/actualidad/1368789921_570541.html 503 371 duro enfrentamiento entre el Gobierno autonómico y el nacional, con respecto a qué porcentaje debe ocupar el castellano ―y si debe ser o no lengua vehicular― y a ciertos aspectos de la homologación de los diseños curriculares, en losl que han intervenido los Tribunales ordinarios. Por otra parte, toda la acción simbólica del Parlamento de Cataluña en el sentido de caracterizar a la Comunidad Autónoma como sujeto político soberano, o la promulgación de la ley de consultas, así como el resto de las acciones orientadas hacia la secesión, son un desafío a las relaciones centro-periferia, que toman forma con el objetivo de la secesión que es la alteración última de esa relación. Por otra parte, si bien se puede considerar, sin lugar a dudas, que la reforma del Estatuto de Autonomía del 2006 amplió las competencias de la Comunidad Autónoma de Cataluña aumentando el autogobierno, no es menos cierto, que independientemente del proceso de homogeneización emprendido por el PP, existe una constricción material del autogobierno que es la dependencia ―podríamos calificarla como diaria― de la asistencia financiera del Gobierno nacional al Gobierno regional. Recuérdese que la crisis económica devino en crisis de deuda soberana, y esta crisis de deuda, si bien afectó duramente a España en su conjunto, fue especialmente dura en sus efectos sobre algunas Comunidades Autónomas con un déficit financiero elevado como es el caso de Cataluña, que al no poder refinanciar su deuda en los mercados, debe recurrir al Fondo de Liquidez Autonómica, que es un mecanismo estatal para dotar de fondos a las autonomías por parte del Gobierno central. Esta situación, que sirvió de base ―tal y como se mencionó― para estructurar el agravio económico tiene un efecto material que la limitación del autogobierno al necesitar financiación del Estado central y al ser supervisadas las cuentas regionales por los órganos de control estatal pertinentes. 2) las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación Aquí hay una modificación en la EOP en dos elementos relacionados. Estos elementos son la dimensión simbólica del proceso soberanista como un ejercicio de radicalidad democrática a partir del ejercicio del derecho a decidir. Y el otro, elemento conectado con aquel son la serie de votaciones ―algunas de carácter informal― como son: las consultas populares sobre la independencia, el proceso participativo respecto del futuro político de Cataluña, y las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015 a las que se les ha querido imprimir, desde el bloque secesionista, un componente plebiscitario. 372 Estos dos elementos tienen una naturaleza profundamente movilizadora y abren y movilizan a la participación, aunque más no sea de un modo informal y sin garantía institucional alguna. No obstante esto, como se dijo, esos elementos movilizan a importantes sectores sociales sobre la base de hacer evidente el déficit democrático del Estado nacional. En esta movilización y aprovechamiento de la EOP ―así mismo como la propia generación de EOP―, es muy llamativo que los parlamentarios de ERC, CiU, CUP, e incluso ICV-EUiA, coincidiesen en ese hipotético déficit democrático al ser entrevistados por quién suscribe la presente tesis. Otro elemento profundamente movilizador, que alienta la participación y que es una innovación en este período a diferencia de los anteriores, es la ya comentada acción de las tres asociaciones que representan a la denominada sociedad civil y que son ANC, OC y AMI en la gestión de las manifestaciones a favor de la independencia. Cada nueva manifestación es una oportunidad que se abre a la participación y a la movilización social, es en ese sentido que la transferencia de la movilización social desde los partidos políticos a las asociaciones promotoras del proceso soberanista y de la secesión permite presentar, por parte del bloque secesionista, al proceso soberanista como fruto de la demanda social antes bien que de la acción de las élites políticas nacionalistas catalanas.504 El estado de movilización permanente de las filas nacionalistas y la naturaleza “popular” de éstas, retroalimenta favorablemente la participación de los sectores sensibles, tanto a los reclamos nacionalistas catalanes, como a quienes puede compartir algunos aspectos del diagnóstico del bloque secesionista ―tal y como ocurre con los partidos políticos como ICV-EUiA y el PSC― antes que las soluciones que aporta su marco de significación. Hay en la mayoría de los análisis sobre este fenómeno dos elementos contextuales que se relacionan de manera directa con la percepción generalizada a un sector de la sociedad del diagnóstico del bloque secesionista que son, tal y como señala, de Blas (El País, 3 de enero 2015): a) la interpretación en clave política que se hace de la grave crisis económica, devenida en crisis de deuda, por la que atravesó España y en particular Cataluña y; b) la crisis institucional y de representación que padece el sistema político español. La interpretación en clave política de la crisis económica, ha ofrecido un ventana de oportunidad política para facilitar y hacer verosímil los procesos de enmarcado de este último período, principalmente en lo que respecta a la relación de los agravios económicos con las experiencias ordinarias de la población. Este dato no es una 504 La idea de la demanda de “abajo a arriba” ya fue refutada en el capítulo cuarto. 373 cuestión menor, en tanto que, en la opinión de Giuliano (2011), solo permanecen en el tiempo aquellos nacionalismos que son capaces de enmarcar agravios de naturaleza económica en forma verosímil para un grupo determinado de población. La otra ventana de oportunidad política es la que respecta a la crisis institucional que se refleja en los casos de corrupción que afectan a la vida política e institucional española en su conjunto, (como por ejemplo: a las instituciones del Estado, los Partidos Políticos, Sindicatos, Instituciones de representación patronal y algunos gobiernos en sus diferentes niveles (fundamentalmente Ayuntamientos y CCAA)). Esta situación facilita los procesos de enmarcado en lo que respecta al diagnóstico y en particular al agravio democrático e identitario (aunque en menor medida este último) ya que proporcionan un ámbito propicio para enmarcar la movilización del descontento, desconfianza e incredulidad de la ciudadanía por las carencias e imperfecciones del sistema político. Estos dos elementos comentados anteriormente, han posibilitado que algunos sectores de la población asumieran como verosímil el diagnóstico del marco de los paridos del bloque secesionista. 3) el sistema de partidos: A diferencia de los períodos anteriores hay una modificación sustancial del sistema de partidos en Cataluña y en España. Dado que el ámbito de esta tesis se circunscribe al primero de los mencionados nos ceñiremos al él. Uno de los efectos del descrédito y de la falta de confianza, antes mencionadas, es el abandono de las fórmulas tradicionales de representación política. Es por ello que se observa un aumento de las opciones políticas en el mapa político catalán con la irrupción de la CUP, Podemos y el aumento de la representación de Ciudadanos. Este aumento en votos y escaños de Ciudadanos puede ser explicado por la polarización de los partidos y del electorado respeto al proceso soberanista que se suma a la atomización del Parlamento Catalán. Dentro de esas innovaciones, destaca la aparición de partidos con representación parlamentaria con un discurso más radicalizado que ERC, tales como SI y la CUP. Este último, incluso con una posición antisistema, anticapitalista y antieuropeo, en muchos aspectos de su programa electoral. La fragmentación, fruto de la crisis económica e institucional, y la polarización, que es producto de la tensión provocada por los partidos del bloque secesionista, se suman al desplazamiento sobre el eje nacional de la mayoría de los partidos a excepción del PP-PPC y de Ciudadanos. Ello lo hemos observado en la forma en que han cambiado los discursos de cada una de las formaciones políticas y de la élite política en general, desde posiciones pactistas radicalizándose en diverso grado, incluso en ERC. 374 La polarización, tiene como resultado, además de los descritos hasta aquí, la traslación del adversario del proceso soberanista hacia el exterior de Cataluña. El PP en el Gobierno nacional ―ejerciendo una política inmovilista― favorece esa idea del adversario exterior, con dos campos de identidad bien definidos y homogéneos. Se recordará que en la primera etapa analizada el propio Pujol reconocía el esfuerzo y tolerancia de los castellano-parlantes frente a las políticas lingüísticas del Gobierno de la Generalitat. La imagen que hoy da el Gobierno de la Generalitat es muy distinta. Es en ese sentido, que los partidos del bloque secesionista (CiU, ERC y CUP), e incluso una parte importante de ICV-EUiA, destacan la transversalidad y la homogeneidad del proceso soberanista. Ésta única y central cuestión es sobre la que se desarrollarán los programas electorales de las elecciones autonómicas de Cataluña en septiembre de 2015 ―hecho que excede el marco temporal del presente trabajo― y dividirán en dos los campo de identidad. Ese desplazamiento del espectro político sobre el eje nacionalista de los partidos políticos, sumado a la fragmentación ya comentada, provocan un empequeñecimiento del ágora política de Cataluña. Es decir, hay una cantidad muy importantes de ciudadanos que no se sienten interpelados por ésta y que quedan fuera de un discurso ―el de los partidos del bloque secesionista― que enmarca un “nosotros” completamente distinto a estas personas que se parecen más al “ellos”, demográficamente hablando, del discurso secesionista. Esta situación de achicamiento del ágora, por otra parte, refuerza los incentivos para radicalizar aún más el discurso de las formaciones políticas en el eje nacionalista, en tanto que no hay otro eje que cobre relevancia discursiva, ni formación política que logre imponerlo. 4) disponibilidad de nuevos aliados. Las modificaciones en el eje del nacionalismo y la consiguiente radicalización de posiciones ideológicas y discursos, llevó a una nueva relación de fuerza entre los partidos políticos en Cataluña. Mientras que en la primer etapa analizada ERC, ofrecía pactos que CiU despreciaba; y en la segunda etapa, se conforman los dos gobiernos Tripartitos; en esta tercera etapa, los partidos se alinean conforme la fractura nacionalista a la que subordinan el resto de cuestiones. Ejemplo de ello es el acuerdo de CiU y ERC, con el apoyo de la CUP, en las acciones que se enmarcan dentro del proceso soberanista. Pero, además de estos partidos del bloque secesionista, algunas decisiones y acciones relacionadas del proceso fueron apoyadas tanto por ICV-EUiA como por el PSC; ejemplo de ello es la ley de consultas del Parlamento de Cataluña. La construcción de ese bloque secesionista (CiU, ERC, y CUP) ha sido la estructuración de una nueva política de aliados, por parte de CiU, que excede el marco 375 de la aritmética parlamentaria. Este bloque busca presentarse como la opción mayoritaria dentro del Parlamento, de forma especular a la hipotética mayoría social, que apoya la secesión, según el argumento del propio bloque secesionista. Es de destacar que entre o años 2010 y 2012 CiU gobernó con el apoyo del PP, es por ello que es particularmente relevante y fundamental, la ruptura de los apoyos legislativos del PP y su reemplazo por ERC. Con este cambio se hace corresponder las alianzas parlamentarias con la cuestión nacional en Cataluña y se configura, sumando a otras formaciones (CUP) en la conformación del bloque secesionista. Por último, un actor relevante para la eficacia de la estrategia del nacionalismo secesionista catalán es el Gobierno nacional, en manos del PP, con mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. 5) el conflicto y división intraélites. La situación descrita en el párrafo anterior se complementa con la existencia de una continuidad del dominio hegemónico de CiU sobre la política catalana y la permeabilidad de otras formaciones a asumir, en muchos aspectos, su agenda política, sus marcos de significación, sus conceptos, en definitiva, su discurso y algunos puntos de su programa electoral. Esta continuidad hegemónica se impone, tal y como se ha podido observar a los largo de la tesis, desde el primer período analizado, aunque en algunos elementos se remonta a los orígenes del pujolismo. Esta asunción del resto de actores del discurso, la agenda y de algunos elementos programáticos de CiU, es indicativo, de que la élite política ―con la excepción del PP y de Ciudadanos― va a la saga de CiU como actor hegemónico, aunque se debe matizar que los elementos descritos más arriba como la fragmentación, y en algún caso la polarización, pueden poner en juego esa hegemonía a manos de ERC. 6) el contexto internacional El contexto internacional es un ámbito desfavorable para los partidos secesionistas y para CiU y el gobierno de la Generalitat, en particular. Si bien desde la Generalitat ha habido importantes esfuerzos en lo que se llamó internacionalizar el proceso soberanista, estos esfuerzos no han dado sus frutos. Ya no solo en la búsqueda de apoyos o mediaciones internacionales, sino en una cuestión muy relevante para la marcha de la economía como es la permanencia en la Unión Europea.505 505 Este tema ha sido objeto de debate político ―en no pocas oportunidades sin contar con la debida honestidad intelectual por parte de algunos dirigentes políticos― y académico. Más allá de las interpretaciones y de las hipótesis de razón aventuradas respecto de la improbabilidad de la exclusión de Cataluña fuera de la UE, los datos empíricos de los que se dispone son: que el tanto el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, como los portavoces de la Comisión Europea, Oliver Bailly y Pia Ahrenkilde; del mismo modo que Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia de la UE y Herman Van 376 La dimensión del contexto internacional podría haberse expandido favorablemente al bloque secesionista con un resultado positivo del referéndum sobre la independencia de Escocia celebrado el 18 de septiembre de 2014. Pero el resultado de ese referéndum escoses fue negativo respecto de la independencia. Por último, todos los representantes institucionales de actores relevantes a nivel internacional se han manifestado, respecto de la independencia de Cataluña, dentro de los cánones de la acción diplomática, que es el reconocimiento de la cuestión como un tema interno español y la contínua referencia a la jurisdicción del derecho español e internacional. Ejemplo de esto último es la declaración firmada por Catlin Hayden, portavoz adjunto del Departamento de Seguridad Nacional y Asistente de la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca, quién sostuvo ―a petición de un ciudadano estadounidense, respaldado por la firma de 33.070 personas, para que el Gobierno de los EE.UU. apoye un referéndum secesionista en Cataluña― que: «Los Estados Unidos reconocen la singular cultura y tradiciones de la región catalana, pero consideran que el estatus de Cataluña es un asunto interno español. Estamos seguros de que el Gobierno y el pueblo de España resolverá esta cuestión de acuerdo con sus leyes y la Constitución».506 Resonancia de los marcos: En esta tercera etapa destaca como elemento crucial del análisis la resonancia de marcos (Snow y Benford, 1988); por resonancia entendemos, tal y como se comentó en el segundo capítulo, un procedimiento discursivo que incide especialmente, en las asociaciones y los vínculos que entrelazan las ideas propuestas en los marcos con concepciones de orden más general que son compartidas por un amplio número de personas y que le otorgan fidelidad narrativa al marco. Esos enlaces y vínculos entre las ideas de los marcos y las concepciones de las “narraciones culturales” que Gamson definió como resonancia de marcos, refuerza las capacidades del marco al robustecer las ideas propuestas, señalar y ordenar ciertos elementos de la realidad y movilizar a la acción. A esos enlaces que se establecen con estas concepciones generales, se deben sumar dos indicaciones más que resume Chihu (2006) y que caracterizan a los marcos por ser empíricamente creíble y conmensurable en la Rompuy, presidente del Consejo Europeo, han sostenido que un Estado escindido de otro perteneciente a la UE es un tercer Estado que debe pedir su ingreso a la UE. En otros términos y una hipotética Cataluña independiente quedaría fuera de la UE, hasta que solicite y se apruebe su ingreso. Véase el diario El País los días 9 de octubre de 2012 y 16 de septiembre de 2013. Disponibles en línea respectivamente en: http://politica.elpais.com/politica/2012/10/09/actualidad/1349809798_836795.html http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/09/16/catalunya/1379321524_236717.html 506 Disponible en línea en: https://petitions.whitehouse.gov/response/our-response-people-catalonia 377 experiencia. De ese modo el discurso nacionalista, a través de la resonancia, “genera una percepción generalizada de una comunidad a partir de unos rasgos concretos, […] sustancial e inmutable a los ojos de los nacionales, cuyo origen se remonta a tiempo inmemorial, y cuya esencia se articula en torno a los elementos diacríticos del núcleo duro de su etnicidad” (Máiz, 2008: 160). La resonancia del marco del nacionalismo del bloque secesionista, y que comparte en gran medida ICV-EUiA, se establece respecto de la narrativa nacionalista etno-cultural propiciada por el nacionalismo catalán ―con elementos del imaginario colectivo nacionalista catalán minoritario desde finales del XIX y principios del XX― que enlaza en su discurso los tres ciclos mencionados: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714 (Alonso, 2015:63-64). Concretamente resuena la idea de opresión, de falta de libertad, de autoritarismo y de déficit democrático crónico que históricamente ha marcado las relaciones entre España y Cataluña. Estas narrativas de una España autoritaria y poco democráticas resuenan en ciertos los elementos de la EOP como son: la mayoría absoluta del PP y su estrategia de negociación (o de falta de negociación) y la crisis político-institucional y económica que se vincula con los signos de discrecionalidad y de impunidad asociados a regímenes democráticos a nivel procedimental o de los que se duda la vigencia del Estado de Derecho. Si exponemos las asociaciones de díadas conceptuales opuestas del discurso del nacionalismo catalán, se observa que, Cataluña es presentada en este discurso como: democrática-activa-moderna-sometida-antifranquista, frente a una España presentada como: antidemocrática-reactiva-atrasada-dominadora-franquista. Esta resonancia tendrá cuatro consecuencias de distintos tipo; la primera es generar una de las condiciones para que el cambio en el marco de significación del nacionalismo secesionista (fundamentalmente de CiU, ERC y CUP) sea verosímil y coherente con esa narrativa de orden más general. La verosimilitud opera, especialmente a nivel del diagnóstico, en tanto que es la parte de los marcos que describe un estado de cosas existente. Es por ello que los marcos de los partidos nacionalistas catalanes tienden a ser muy efectivos. Para una parte importante de la población de Cataluña, el diagnóstico de la situación se presenta como verosímil, al vincular mediante esa resonancia, la relación de Cataluña y España, como causa de las crisis económica, política e institucional. La segunda consecuencia es la puesta en evidencia de la capacidad del nacionalismo catalán de imponer la cuestión “catalana” o la cuestión del encaje como central en la vida pública de Cataluña y en gran medida de España toda. Todo hecho político se interpreta en clave nacional, y se subordina a esa fractura. Lo que escapa a este criterio, en palabras ya citadas del Consejero 378 Homs, «nos españoliza». Esta situación ha sido favorecida, en cierto sentido, por la falta de respuesta del Gobierno de la nación, muy probablemente motivado por la convicción de que con esa estrategia mantiene movilizado y cohesionado a su electorado. La tercera consecuencia, es ―junto con un marco más completo― la amplificación de la capacidad movilizadora del marco del nacionalismo independentista al asociarse con términos negativos a España vinculados a la dictadura franquista. El éxito del nacionalismo catalán, en general, y del conservador en particular (CiU), es que han logrado enmarcar de modo verosímil para un sector de la población de Cataluña, la asociación Cataluña-antifranquismo (Béjar, 2008, 2010). Esta no es una cuestión menor y, tal y como sostiene Canales Serrano (2005), existe toda una corriente de la historiografía catalana que ha reelaborado a partir de un discurso mítico la participación de las élites políticas conservadoras catalanas en la dictadura franquista, que se presentan así mismas como actores fundamentales en la lucha antifranquista. Proponiendo un campo de identidad en el marco de España contra Cataluña (véase la estrategia nacionalista de CiU). El éxito de este marco es tan notorio que, según Canales Serrano, “se consumó así el robo de la memoria, es decir, la transferencia de la legitimidad de los vencidos a una parte de los vencedores507” (Canales Serrano, 2005: 280). La cuarta consecuencia a mencionar es la resonancia propiciada por la izquierda nacionalista catalana de ICV-EUiA, ERC y CUP que coinciden en vincular (junto con el nacionalismo conservador) al nacionalismo español con el autoritarismo franquista y al que caracterizan de esencialista, homogeneizador y centralista, pero ―y he aquí el rasgo definitorio de esta cuarta consecuencia― la izquierda nacionalista catalana entiende que el nacionalismo catalán, por oposición al español es: emancipador (Alonso, 2015). Ese estatus emancipador, permite diferenciar dos nacionalismos moralmente distintos. Mientras que el nacionalismo catalán es emancipador, y por ello, moralmente superior, al español, que reviste las características descritas en el punto anterior. De allí que las reclamaciones que enarbole el nacionalismo catalán, son siempre de justicia. No solo se construye un “ellos” y un “nosotros” distinto y opuesto con los marcos, sino que la resonancia nos permite establecer una diferencia moral entre los dos nacionalismos. En el sentido de lo anteriormente expuesto, Snow y Benford sostienen que la función de puntuar de los marcos “redefine como injusto o inmoral lo que, previamente había sido visto como desafortunado pero quizás tolerable” (Snow y 507 La itálica es del autor. 379 Benford, 1992: 137 citado en Chihu, 2000: 217) esa es uno de los éxitos del nacionalismo catalán en su conjunto en lo que al diagnóstico se refiere. Actor de relevancia: En términos gramscianos la hegemonía se alcanza desde la ocupación de las posiciones de los aparatos del Estado, es por ello que, es fundamental señalar que el proceso soberanista es lo que es, debido a la implicación del Gobierno de la Generalitat, y en gran medida la totalidad de la Generalitat de Cataluña. Sin estos actores determinantes, el escenario no sería el que es. Ya no solo en lo que respecta a las más de dos décadas del pujolismo y su construcción de nacional de Cataluña, en la que la inmersión lingüística ha sido el alma de la nación, sino y fundamentalmente, en la movilización nacionalista y la extensa y pertinaz tarea de enmarcado discursivo de los partidos nacionalistas catalanes en pos de ese proceso. Este actor de relevancia posee dos matices, el primero es que el Gobierno de la Generalitat está en manos de CiU el actor que, tal y como se ha visto, mantuvo una posición pactista hasta el año 2007, cuando lanzó su proyecto de la Casa Grande del Catalanismo. CiU, tal y como se sostuvo, es el actor con la voz hegemónica en Cataluña, y ésta es fruto de su construcción, dado que, con la excepción de los ocho años de los gobiernos del PSC, ERC e ICV-EUiA, ha estado encabezando la Generalitat desde 1980. El hecho de que CiU, en tanto que actor hegemónico, haya cambiado su posicionamiento del pactismo y del pragmatismo posibilita (Dowling, 2013) al secesionismo, es en sí mismo, un elemento legitimador discursivo del proceso soberanista. Ese elemento legitimador se justifica, tal y como hemos visto, en el análisis del discurso de CiU en los siguientes argumentos: “El Gobierno de la Generalitat ha ayudado a la gobernabilidad de España y a pesar de ello, Cataluña no tiene el reconocimiento que se merece, el Gobierno de la Generalitat lo ha intentado todo, no obstante ello, Cataluña sufre agravios económicos, democráticos e identitarios. La única salida posible es la secesión”. Sin entrar en la validez de las premisas, o de las falacias en que incurre el argumento, éste pone de manifiesto la siguiente premisa: la magnitud de los agravios que sufre Cataluña debe ser de una entidad que hasta los pactistas y moderados de antaño se ha vuelto secesionistas. 380 Conclusiones del capítulo: En este apartado se destacarán los elementos más relevantes del período. El primero de ellos es la radicalización del discurso de CiU y del resto departidos de base regional. Tal y como se ha analizado, en este período, destaca un giro importante respecto de los anteriores, en el que se enmarca una idea común del marco de los partidos de base regional que es la imposibilidad del encaje de Cataluña en España en las actuales circunstancias. Para todos los partidos de base regional ―con la excepción de Ciudadanos y el PPC―, de una forma u otra, se deben tomar medidas de hondo calado institucional porque se ha llegado a una situación límite. Este marco se estructura a partir de unas nuevas técnicas de enmarcado que modifican la valencia del diagnóstico, pasando de un diagnóstico positivo pero insuficiente, del pujolismo, a un marco de valencia negativa y de imposibilidad de encaje con España, configurando de este modo un diagnóstico profundamente negativo que tiene a la independencia como única solución para gran parte de los partidos del arco parlamentario catalán. Ese diagnóstico se basa en la existencia de los mismos tres agravios que desarrolló el pujolismo y que se hicieron extensivos a otras formaciones políticas (ERC, ICV-EUiA, PSC); es por ello que se ha afirmado que esas formaciones, asumieron una parte importante del diagnóstico del marco discursivo de CiU. CiU, por su parte, enmarcará nítidamente los tres agravios (económico, democrático e identitario) y si bien los tres agravios están presentes en toda esta última etapa, habrá oscilaciones en la importancia de cada uno de estos según en qué momento sean enmarcados. Ejemplo de ello es que en el año 2012, con la propuesta de Mas de pacto fiscal, se enmarcó más profundamente el agravio económico; con la tramitación de la LOMCE (conocida como Ley Wert) se enmarcó con más fuerza el agravio identitario y democrático; y finalmente con la sentencia 31/2010 del TC y con la imposibilidad de realizar el referéndum, se enmarcó más profundamente el agravio democrático. Por su parte ERC, se orientará a un enmarcado más fuerte del agravio económico y democrático, antes que identitario; de igual modo que ICV-EUiA, pero los verdes critican las medidas de recortes sociales y laborales del gobierno de Mas; por su parte, la CUP, enmarca los tres agravios de modo fuerte. Por su parte el PSC enmarca los tres agravios de modo desigual con especial hincapié en los agravios democráticos y económicos, sin incidir, en esta etapa, y a diferencia de la etapa de Maragall, en los agravios identitarios. 381 De los tres agravios, puede decirse que el económico y el democrático, han podido ser enmarcados con más éxito en relación a las experiencias cotidianas de las personas cuando se analizan las técnicas de enmarcado de los partidos del bloque secesionista. Por otra parte, Ciudadanos, PP-PPC y PSOE plantean un diagnóstico positivo en términos generales para España desde la Transición hasta el final de esta etapa y describen otro agravio que tiene que ver con la deriva secesionista de los partidos nacionalistas catalanes y en el caso del PP-PPC, y en menor medida de Ciudadanos, con una especial incidencia en relacionarlo con las experiencias ordinarias de la población. La gran innovación del período es el enmarcado del antagonista de manera nítida y concisa. En los períodos anteriores no hubo un especial hincapié en la mayoría de los partidos (con excepción de ERC en el primer período y parcialmente del PSC e ICVEUiA al gobierno de Aznar) en la construcción de un antagonista. Ello cambia radicalmente entre 2010 y 2014. Y la construcción de ese antagonista como responsable de los agravios será una de las piezas fundamentales del marco de movilización para la acción colectiva. En lo que respecta a la descripción del antagonista ―es decir, ese enmarcado de los campos de identidad― que hacen los partidos del bloque secesionista y la que adhiere ICV-EUiA y parte del PSC y una parte importante de UDC, ―es decir, la práctica totalidad de la élite política catalana― traslada al antagonista, en tanto que adversario fuera de Cataluña, tal y como se comentó. El enemigo está posicionado en el exterior en el discurso nacionalista catalán, por primera vez de forma mayoritaria en este período (ERC lo hizo en el primer período, pero en la etapa del Tripartito Carod-Rovira, moderó ese discurso) En esta etapa, CiU realiza una descripción nítida del antagonista al que se le asignará la responsabilidad de los agravios, dicho elemento será compartido con ERC, CUP, SI y parcialmente con ICV-EUiA. Las identidades, en definitiva, son contrapuestas y las caracterizaciones del antagonista están estrechamente relacionadas con los agravios, llegando a caracterizar al Estado español como deficitario a nivel democrático y como expoliador de Cataluña, (fundamentalmente en el caso de ERC y de los líderes de CDC), por su parte, ICV-EUiA describe al adversario como al nacionalismo español, La conjunción de la radicalización del enmarcado en los agravios y de la profundización del enmarcado de la identidad “ellos” hace que aumente la efectividad de la función de puntuar del marco del nacionalismo catalán en general, y del bloque secesionista en particular, Como consecuencia de ello, hay un sustrato moral respecto de los reclamos nacionalistas que se fundamentan en los agravios. De allí, entre otros factores, que el nacionalismo catalán tenga en sus diferentes discursos un 382 denominador común de superioridad moral respecto de los no nacionalistas o de los nacionalistas españoles. Frente al antagonista se construye un protagonista, un “nosotros” que se enmarca como si fuese una totalidad de carácter homogéneo. Ejemplo de lo anterior son las innumerables referencias que dentro del proceso soberanista hace el bloque secesionista al término pueblo (catalán o de Cataluña). En este sentido el proceso es auto-referencial y autopoiético, en tanto que, la audiencia es construida como homogénea a partir de la capacidad de construcción de la realidad que enmarca el discurso y que se conoce como función performativa del lenguaje 508(Alonso, 2015). El proceso genera su propio demos, su propio “nosotros”. Este es el objetivo del nacionalismo, según Máiz, para quien “el discurso nacionalista desborda con mucho la fijación de los objetivos de autogobierno, secesión y estado propio. Consiste, de hecho, en construir la nación misma, esto es, elaborar un “nosotros” a partir de una población separada por multitud de divisiones […] y establecer, paralelamente, un “ellos” como el arquetipo del otro ajeno, como imagen especular en negativo de la propia identidad” (Máiz, 2008: 154). Por otra parte, para Gamson (1992a) la construcción del “nosotros”, es particularmente relevante, porque además de la construcción de la nación, tal y como se ha visto, garantiza la perdurabilidad del movimiento (es decir del nacionalismo) en el tiempo. Es por ello esperable, que tras un proceso de movilización tan intenso y de construcción de identidades profundamente antagónicas, el nacionalismo catalán de corte secesionista (como movimiento social) se mantenga en el tiempo. Es por todo lo anterior, que cobra especial relevancia el análisis de los campos de las identidades “ellos”/”nosotros” a partir del análisis de marcos, tal y como se ha realizado. En ese sentido, se puede decir, que en este último período CiU, ICV-EUiA, ERC y CUP e incluso en algún sentido el PSC, establecen dos campos de identidades antagónicos entre las identidades, y allí radica uno de los éxitos del nacionalismo catalán, en la construcción de un pueblo catalán distinto y opuesto al español. Y es a partir de la construcción de esa imago de España, que de modo especular y antagónico se construye la identidad de Cataluña. Esa construcción que hace el relato del bloque secesionista509 según Alonso (2015) enlaza tres ciclos históricos bien definidos y que aportan un componente emocional de movilización muy eficaz; y que son: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el 508 Por función performativa del lenguaje se entiende la capacidad de crear la realidad que designa y por auto-referencial a la capacidad de dar cuenta de cualquier aspecto de la realidad desde el marco de sentido (Pérez-Agote, 1995 y 1989) 509 fundamentalmente, el bloque secesionista pero en ello apoyado por ICV-EUiA y parte del PSC. 383 Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714, tal y como se comentó más arriba. Estos tres ciclos históricos se entrelazan para hacer más efectiva y potente la movilización y opera de modo paralelo al concepto de resonancia aquí propuesto. La resonancia de los marcos hará más verosímil el diagnóstico de los marcos de las partidos secesionistas a partir de ofrecer una correlaciones entre los tres períodos en un solo relato que transforme esas correlaciones en una relación causa-efecto con un actor responsable y otro actor agraviado. Ese actor protagonista y agraviado es representado en sus intereses por el bloque secesionista (pero fundamentalmente por CiU) como partido que ostenta el Gobierno de la Generalitat y la mayoría simple en el Parlamento de Cataluña. A esa entidad natural ―frente a la artificialidad del Estado― que es la nación, se le atribuyen, al igual que en las dos etapas anteriores, características de los sujetos individuales, tales como intereses, anhelos, voluntad, aspiraciones, etc. Aquí se debe hacer una mención del análisis léxico que hace Béjar (2010) sobre el uso del término nación por parte del nacionalismo catalán para referirse a Cataluña y negarle el mismo término a España, al que categoriza como Estado. Está cuestión ya ha sido analizada respecto al desplazamiento de la estrategia nacionalista de CiU hacia la estrategia de un nacionalismo de corte etno-cultural, pero lo que plantea Béjar es que, al atribuir a Cataluña el término nación y negárselo a España, Cataluña pasa a tener una superioridad “natural” frente a la “artificialidad” del estado español, y además niega al otro en tanto que tal. España es negada por el nacionalismo catalán (fundamentalmente CiU, ERC y CUP son quienes usan estos términos) y esa negación del otro lo deslegitima en cuento interlocutor válido. El otro cambio sustancial en esta etapa ocurre a nivel del pronóstico: Tal y como se corresponde con el diagnóstico de situación límite que presentan los partidos de base regional todos proponen medidas que conllevan profundas transformaciones (CDC, ERC y CUP la secesión; UDC e ICV-EUiA una confederación y el PSC, una reforma constitucional). Aquí hay una innovación fundamental respecto de los períodos analizados anteriormente y es que las soluciones a los agravios que proponen los discursos hegemónicos (CIU y ERC) pasan todas, única y forzosamente por la independencia de Cataluña, que es presentada como el concepto central del marco y no hay lugar al pacto o a la negociación, en este caso, para el bloque secesionista. Toda la élite política se ha visto interpelada en este sentido, y el 90% del arco parlamentario es favorable al derecho de autodeterminación, manifestado bajo el eufemismo del derecho a decidir. 384 Respecto de la motivación y a diferencia de los períodos 1 y 2 (pero fundamentalmente con el primero de ellos) hay una segmentación muy acusada de las audiencias. La interpelación es directamente al pueblo de Cataluña. Esta apelación cambia de manera sustancial la relación con la apelación a la acción, en tanto que nunca antes ha habido llamamientos a la movilización que apelaran a la responsabilidad de los individuos de manera tan clara y fuesen realizadas por parte de un partido hegemónico y del Gobierno de la Generalitat. El cambio en el discurso de CiU hacia el secesionismo ha sido fundamental en todo el proceso analizado y especialmente en lo que respecta al desplazamiento hacia el independentismo de todo el espectro político catalán. Ello se debe al peso hegemónico que posee CiU, y por extensión todo el bloque secesionista, pero también, por la EOP ya analizadas, en lo que respecta a la polarización y fragmentación de la política catalana. En lo que respecta al análisis de los propios marcos de significación, se puede decir que, los marcos más completos serán los de CiU y ERC (junto con la CUP) ―pero fundamentalmente el de CiU, en lo que a partidos mayoritarios se refiere― a diferencia de períodos anteriores en los marcos quedaban con dimensiones sin enmarcar. Se invierten los términos de la primera etapa donde era ERC quien tenía un marco más completo. En este último período, ERC no incide como lo ha hecho en el pasado en la dimensión identitaria, tal y como se ha observado, con claro objetivos movilizadores. La efectividad de los marcos respecto de la movilización social en función del grado en que éste se complete o no (Gerhard, 1995) es una hipótesis a desarrollar en futuros trabajos. A nivel de las EOP ha habido importantes cambios en este período temporal, como son: El cambio de Gobierno a nivel nacional, con el acceso del PP al Gobierno con mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados hecho que permite la polarización, por parte del bloque secesionista con esa cadena de significantes asociados como son: EspañaEstado-Madrid-PP-PSOE, tal y como se ha comentado. Se introducen cambios, por otra parte, en el sistema de partidos, con la irrupción de Si y la CUP, sumado a la consolidación de Ciudadanos. Esto ha aumentado la fragmentación en el período y, dada la naturaleza del proceso, esa fragmentación se combina con polarización de posiciones nacionalistas. A diferencia de períodos anteriores hay un intento muy importante de aprovechamiento y creación de EOP respecto de la crisis institucional y política, así como de la crisis económica y de deuda soberana, por parte del bloque secesionista. 385 Este es un hecho de notoria importancia ya no en la eficacia del marco (que también y muy importante), sino en lo que respecta a su propio proceso enmarcado. La crisis política e institucional que ha vivido España, ―de la que CiU no se ha visto exenta― propició el enmarcado de un diagnóstico negativo por parte de los partidos nacionalistas y en especial los del bloque secesionista. Ese enmarcado, tal y como se señaló más arriba, se estructura a partir del agravio económico que se manifiesta con dos de los principales efectos de la crisis económica; el primero ,es la crisis de deuda soberana que afecta a la solvencia de la Generalitat de Cataluña; y el segundo, y más dramático, son los efectos que las crisis económica tiene sobre la población, en particular en lo referente a los sectores medios-bajos y bajos de la estructura social. Sin esa lectura política de la EOP, que se manifestó con la crisis económica, hubiese sido muy dificultoso poder relacionar las experiencias ordinarias de la población con el agravio económico que propone que proponen los partidos nacionalistas, en general y los del bloque secesionista, en particular. Por otra parte, se continúa con la subordinación de las voces del PSC y de ICV-EUiA al discurso de CiU, al adoptar la agenda programática y los conceptos de éste. No se logra plantear una opción de pronóstico distinta a la del bloque secesionista que movilice al electorado. Se continúa, al igual que en el pasado, con la posición dominante de CiU, pero hay dos modificaciones. La primera es la aparición de partidos con un programa más radical ―incluso que ERC― en el eje nacional, tal como SI e incluso antisistema y anticapitalista, como la CUP. Por otro lado, se consolidad y aumenta el peso de Ciudadanos, tanto en las encuestas de intención de voto como en las elecciones municipales y autonómicas del 2015. Esto es indicativo de que si bien continúa la hegemonía de CiU ―ahora CDC― hay elementos que, dadas las condiciones podrían ponen en duda su continuidad a futuro; hecho que se hace extensivo a ERC, quién también podría resentirse en ese aspecto. Al comparar las tres tareas de los marcos de los diferentes partidos se puede observar una clara mayoría que comulga con el diagnóstico del nacionalismo catalán y una importante homogeneidad en los agravios. En la tarea de pronóstico, esa hegemonía del diagnóstico de los marcos de los partidos de base regional, no es tan homogénea, al igual que en caso de la motivación. Comparativamente con la etapa de redacción del Estatuto de Autonomía de 2006, analizado en el período anterior, se ha visto una similitud en como las élites políticas nacionalistas (CiU, ERC, ICV-EUiA y una parte importante del PSC) lograban consensos similares en lo que respecta a las tareas de diagnóstico y pronóstico en sus respectivos marcos. 386 Y ello se relaciona con la sobrepresentación del nacionalismo en las élites políticas catalanas, y además, por la hegemonía del nacionalismo conservador de CiU a nivel social, (en tanto que habla dominante o hegemónica) tal y como se señaló en los capítulos primero y cuarto. En lo tocante a las estrategias de enmarcado hemos podido observar el modo en que, con la excepción de Ciudadanos, todas las estrategias de enmarcado se han orientado hacia la vertiente etno-cultural del nacionalismo en perjuicio de la de corte cívicopolítica. Esto ha ocurrido en ICV-EUiA, parcialmente en el PSC, y fundamentalmente en CiU. CiU un actor que se caracterizó por tener una estrategia equilibrada, en el primer período, entre una estrategia discursiva cercana al nacionalismo etno-cultural y moderadora por la praxis política pactista, ha desplazado su discurso, ha abandonado el nacionalismo cívico-político y ha renunciado al pactismo. Por otra parte, Ciudadanos, asume un discurso equilibrado a medio camino entre el nacionalismo constitucional del PP y el patriotismo constitucional del PSOE (Balfour y Quiroga, 2007). Dentro de la estrategia etno-cultural dominante de los partidos nacionalistas catalanes pueden distinguirse cinco técnicas de movilización que son: 1), el discurso poliorcético; 2), fin de la gradualidad de las demandas; 3), presión sobre el antagonista; 4), acción continua; y 5), tensión constante. 1) Lenguaje de tono poliorcético: es una técnica que el nacionalismo catalán de CiU viene utilizando desde los tiempos de Pujol, tal y como se ha comentado, no obstante, ese tipo de afirmaciones se enmarcaron en una reacciones de descontento dentro de la estrategia pactista (Colomer, 1984). En este período, ya no serán reacciones de figuras de segundo orden, sino que son los referentes del nacionalismo catalán los que hablan de “casus belli”. Es decir, que las hablas hegemónicas son las que se han radicalizado, incluso en sus figuras preeminentes. Recuérdese que tanto Oriol Pujol, como Jordi Pujol, utilizaban esa expresión mentada de casus belli, si se aplicaban modificaciones al sistema de inmersión lingüística desde el Gobierno nacional. Es por ello que, se puede decir junto con Alonso (2015) que hay un lenguaje de asedio, en consonancia con el asedio que sufrió Barcelona en 1714. Se aprecia, además, un claro tono épico en los discursos nacionalistas catalanes, particularmente en Mas, que parece intentar presentar este período como un momento histórico excepcional que exige condiciones, esfuerzos y actitudes excepcionales. Para Alonso, Mas utiliza una retórica aporética de “dilemas y superlativos” (Alonso, 2015: 66, nota 37) que se orientan a describir la situación como si no hubiese otra alternativa al proceso al que le imprime un pathos de excepcionalidad. Esto está en consonancia 387 con la fractura o clivaje que reviste un proceso de enmarcado y movilización como el éste. 2) Fin de la gradualidad de las demandas: Tal y como sostiene Ovejero Lucas (2006, 2011a) existió durante el pujolismo una estrategia de gradualidad en las demandas del nacionalismo catalán que una vez que obtenía lo solicitado se trasladaba esas demandas a otro objetivo mayor, esta estrategia ha sido descrita como incrementalismo (José L. Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012). Ello se encontró favorecido por el diseño institucional, por la dinámica de la competencia política en subsistemas y por las reticencias de la izquierda española a enfrentar a los nacionalismos periféricos, dado que en la Transición se asoció la lucha por la autonomía ―que no el nacionalismo periférico― a la lucha antifranquista (Ovejero, 2011a, 2011b, 2013). La gradualidad de las demandas ha llegado a su fin con la propuesta de secesión. Si la secesión era la meta propuesta por los nacionalistas ―manifiesta o tácita, en su estrategia gradualista― ésta ha llegado a su fin al platearse la situación de ruptura que es la consecución del objetivo por antonomasia del nacionalismo (Breuilly, 1990). No puede haber más gradualidad respecto de los objetivos del nacionalismo catalán. 3) Presión sobre el antagonista: El fin de la gradualidad de las demandas propició una técnica asociada para legitimar los reclamos del nacionalismo. La técnica tiende a presionar al antagonista, con reclamaciones que claramente no puede cumplir para obtener una respuesta negativa que relance nuevamente el agravio y legitime la vía independentista. Esta técnica, es lo contrario del pactismo pujoliano, que buscaba, de un modo u otro el acuerdo. Ejemplo de la estrategia de presión sobre el antagonista, es el reclamo de pacto fiscal o la de realización del referéndum por parte de prácticamente todo el arco político catalán. Ambas peticiones, no podían ―sin por ello compartir la solución del Gobierno de Rajoy― obtener como primera respuesta un sí, sin poner en entredicho tanto la Constitución como el Estatuto de Autonomía vigente. De allí que se acuse al ejecutivo de Rajoy, de escudarse en el TC o en la Constitución y no dar soluciones políticas. 4) Acción continua: El bloque soberanista, en particular y el nacionalismo catalán en general, no cesa en la producción y reproducción de los marcos de significación con un diagnóstico profundamente negativo, con identidades de oposición y con la independencia como única solución posible. Esta labor de naturaleza simbólica es incesante y no ha encontrado un interlocutor de igual entidad ―habrá que ver qué ocurre con C´s― que pueda responder con un marco de la misma efectividad, ni dentro de Cataluña ni en el resto de España. Esta acción continua tiene una innovación que es la acción de dos asociaciones ANC y Omnium Cultural. 388 La movilización social se está gestionando desde esas dos asociaciones que se han convertido en garantes de la culminación del proceso. Ambas asociaciones tiene vínculos con los partidos políticos que abanderan el proceso, en particular destacan los vínculos de ERC con ANC y de CiU con Omnium Cultural (Alonso, 2015; Vilaregut, 2012). Estas asociaciones manejan presupuestos importantes que dedican a propaganda y movilización ―recuérdese que ANC y OC, entre otras acciones, cubrieron la fachada de la Pedrera entre el 18 y el 31 de octubre de 2014, con el consentimiento del Ayuntamiento de Barcelona―; OC, por ejemplo, recibe importantes subvenciones de la Generalitat (ABC, 21 de febrero de 2012) mientas que la ANC niega recibirlas. Tanto la ANC y OC han asumido el rol de movilizar al pueblo de Cataluña hacia el objetivo de la independencia y para ello han desempeñado una actividad incesante y en estrecha coordinación con los marcos de significación y las estrategias de la élite política. 5) Tensión constante: Tal y como sostiene Ovejero (2011b) existe una tensión constante respecto de problema presentado en el marco (ello habla de su efectividad) que es el encaje de Cataluña en España y que tiene por efecto que toda la realidad política e institucional es leída en esa clave de secesión. La capacidad auto-referencial de los marcos del nacionalismo ha sido exitosa en su presentación de los problemas al captar el malestar ciudadano, combinando un largo proceso de construcción nacional de Cataluña pero quizás, ha sido exitoso en menor medida, respecto de la movilización de las soluciones. Respecto de este último punto, vale señalar, que las soluciones propuestas por el nacionalismo catalán y por el bloque secesionista, en particular se articulan a partir de un sustrato moral que reclama para sí ese nacionalismo. De tal modo y manera que, tal y como se ha comentado, las reclamaciones del nacionalismo son consideradas moralmente justas y su negación un acto de injusticia por parte del nacionalismo catalán. Ello se relaciona y asocia, tal y como se ha comentado, con el nacionalismo español y el franquismo ―que ha permitido a la derecha conservadora catalana que simpatizó, cuando no apoyó a la dictadura, reconvertirse hacia el antifranquismo democrático― y por otro lado, con la extendida idea propiciada por la izquierda nacionalista catalana que entiende el nacionalismo catalán como emancipador (Alonso, 2015) legitimando de esa manera moralmente, sus reclamaciones. 389 390 Capítulo VII: Conclusiones: En este último capítulo de la tesis se expondrán las conclusiones de los capítulos precedentes en referencia a las preguntas de investigación que ha guiado el desarrollo de la tesis. Se indicó en la introducción y en el capítulo III, que el problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es: cómo cambia el discurso del nacionalismo catalán en las élites políticas desde el pujolismo al proceso soberanista; en concreto las pregunta de investigación plateadas fueron: ¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del nacionalismo catalán desde el año 2000 al 2014? específicamente entre los siguientes tres períodos: 2000-2003, 2004-2009 y 2010-2014, y ¿bajo qué circunstancias esos cambios han sido posibles? Para responderlas se llevó a cabo un análisis de los marcos de significación para la acción colectiva que utilizó, en sus discursos, la élite política en Cataluña desde el año 2000 hasta el año 2014. Se realizó en ese sentido, un análisis comparado de la producción discursiva de la élite política catalana, en lo que respecta a los procesos de enmarcado, a las estrategias y a los marcos a partir de un marco ideal propuesto, en función del tema del encaje de Cataluña en España. Puntualmente, y por orden expositivo, en el capítulo primero se expusieron las diferentes teorías del nacionalismo. En ello se ha seguido la clasificación propuesta por Smith (2000, 2004) entre las escuelas modernistas, perennialistas, primordialistas y etnosimbolistas. Se señalaron a los autores más relevantes dentro de las diferentes perspectivas del modernismo, tales como la perspectiva de los factores socioeconómicos, los socioculturales, la de los factores políticos (de la que esta tesis ha tomado mucho), la de los factores ideológicos, y el constructivismo, que es la perspectiva donde se asientan teóricamente los desarrollos de esta tesis doctoral. El constructivismo retoma las premisas del modernismo y añade un componente fundamental que es análisis de la narrativa simbólica del nacionalismo para comprender el fenómeno nacional desde una perspectiva cercana a la de los movimientos sociales. Esta perspectiva constructivista entiende que las movilizaciones sociales, y las visiones del mundo que la legitiman y motivan, son construidas por la actividad simbólica, es decir, por la actividad discursiva. De este modo, el 391 nacionalismo catalán fue analizado desde una perspectiva que lo categoriza como un movimiento social y como un agente significativo de la realidad social, en gran medida responsable de su propia construcción, y que se realimenta del mismo proceso de movilización que propicia. Se han desarrollado luego las tipologías de naciones siguiendo los trabajos de Andrés de Blas (1995, 1997) de las que resultan dos tipos ideales de nación: la nación cultural y la nación política. A partir de estos dos tipos ideales de nación propuestos, se han construido las dos estrategias enmarcadoras que utilizarán las élites políticas en Cataluña, para enmarcar los marcos de significación para la acción colectiva utilizados en los diferentes períodos analizados. Estos dos tipos ideales de nación son los cívico-políticos y etnocultural a partir se describen las estrategias enmarcadoras de los diferentes partidos que nuclean a la élite política catalana. Se comentó la relevancia de los tipos ideales weberianos en tanto que herramientas heurísticas y su pertinencia en la investigación de la casos empíricos como categoría analítica. Por otra parte se argumentó la vigencia de la capacidad explicativa de las categorías presentadas. Po último, a partir de los elementos teóricos de la primera parte del capítulo se hizo una revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán. Esta revisión divide la literatura en las aproximaciones perennialistas, etnosimbolista y modernista; y es a partir de esta última que se emprende la descripción demoscópica de la sociedad catalana del capítulo cuarto y que da asidero empírico a los análisis discursivos de los capítulos cuarto, quinto y sexto, que conforman la parte empírica de la tesis y que ponen en valor la relevancia del rol de las élites políticas nacionalistas, desde el pujolismo hasta el proceso soberanista. En el segundo capítulo se han expuesto los fundamentos teóricos y metodológicos vinculados al estudio de la acción colectiva y de los movimientos sociales. Ello se ha hecho a partir de la reseña de las principales teorías y de la disciplina, por orden cronológico y desde la perspectiva de sus principales autores, del mismo modo que en el capítulo primero se hizo con el nacionalismo. Las teorías analizadas fueron las Teorías de la Movilización de Recursos, los Nuevos Movimientos Sociales, la Estructura de Oportunidad Política y el análisis de marcos de significación para la acción colectiva. En la presente tesis se han utilizado las dos 392 últimas técnicas de análisis. El análisis principal está cimentado a partir del análisis de los marcos y complementado con la EOP. Por marcos se ha definido a los esquemas mentales que ordenan e interpretan, es decir, dan sentido a la realidad, y permiten la coordinación y competencia de sentidos en la estructuración de la acción colectiva. En palabras de Chihu, un “marco de significación es un esquema interpretativo que simplifica y condensa el mundo existente, seleccionando y codificando objetos, situaciones, eventos y experiencias y secuencias de acción, y relacionándolos con el medio ambiente en el que se desenvuelve el actor” (Chihu, 2000: 213). Para el análisis de los marcos se han seguido los trabajos de Gerhards (1995), Rivas (1998) y Viejo Viñas (2008) a partir de los cuales se ha estructurado un marco ideal que permitió un análisis de los elementos empíricos de modo comparativo y con mejores elementos de operacionalización que optimizan sensiblemente el análisis de los marcos. Específicamente en lo que respecta a las relaciones de los marcos y de la EOP con el análisis e investigación del nacionalismo, se han seguido los trabajos de Máiz (2002, 2008) que indican la pertinencia y la adecuación de estas perspectivas para el análisis del fenómeno nacional. En el Capítulo tercero se realizó la propuesta teórico-metodológica de la tesis para responder a la pregunta de investigación planteada y se plantearon las hipótesis que guiaron toda la investigación. La hipótesis central de la tesis es que los marcos de significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán, respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en España, han cambiado en las siguientes dimensiones de esos marcos: dentro del diagnóstico, en las dimensiones de los agravios, y de la identidad; dentro del pronóstico en la dimensión de las soluciones propuestas; y dentro de la motivación, en la definición de las audiencias y en los llamados a la movilización. Los cambios se producen al cambiar las técnicas de enmarcado en los siguientes sentidos: 1) Los agravios: Se mantienen los temas de agravio a lo largo del tiempo, pero se modificaron la forma de presentar los problemas, la atribución de la causa y las referencias a cuestiones ordinarias de la población, todo ello, fundamentalmente en el tercer período. 393 2) La identidad: Se mantiene y profundiza la construcción de la identidad “nosotros”, a partir del segundo período; pero hay un cambio sustancial en la construcción del antagonista (“ellos”) en el tercer período analizado. 3) Soluciones: Las soluciones van modificándose en el segundo y en el tercer período. La innovación más importante será la introducción de la independencia como solución en el tercer período. 4) Audiencias: Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de apelación a la acción. Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que son: 1) Marco completo: Respecto de este marco vemos que a medida que se avance en los períodos los marcos son más completos. La hipótesis que aquí se sostiene es que el nacionalismo catalán en el período de 2010-2014, tendió a formular sus marcos de significación de modo más completo que en las etapas anteriores, en lo que respecta al marco ideal propuesto. 2) Cambio de Estrategia: La condición que equilibraba los marcos del nacionalismo antes del 2010, era la estrategia discursiva y de una praxis política moderada propia de los nacionalismos cívico-políticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997). La estrategia del nacionalismo catalán cambió hacia el predominio de la estrategia etno-cultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del nacionalismo. 3) Aprovechamiento de la Estructura de oportunidad Política: solo a partir de un aprovechamiento de la EOP es posible la movilización a partir del discurso de los partidos nacionalistas catalanes. 4) Resonancia del marco: Se ha podido hacer resonar el marco del nacionalismo catalán secesionista respecto de narrativas culturales de orden más general que potencian y propician la radicalización de las posiciones y hacen verosímil al marco. 5) Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. No es un elemento menor en tanto que se asume aquí la centralidad del Estado como actor fundamental en la constitución de la nación. 394 De tal modo que la variable dependiente son los cambios en los marcos de significación de la acción colectiva en el discurso del nacionalismo catalán; y las variables independientes son las técnicas de enmarcado utilizados en la acción discursiva de las élites políticas catalanas en las tres tareas de los marcos y en las cuatro dimensiones específicas que son: agravios, identidad, soluciones y movilización. Y su relación con las circunstancias que posibilitan el cambio como son: la estructuración de un marco completo, los cambios de las estrategias de enmarcado de posiciones de equilibrio hacia un predominio de las estrategias etno-culturales, la resonancia de los marcos de significación, el aprovechamiento y la generación de Estructuras de Oportunidad Política (EOP) por parte de las élites nacionalistas catalanas, y por último, un actor preponderante radicalizado. Se presentarán, a continuacón, las conclusiones en función de las hipótesis de la investigación presentadas y de los resultados obtenidos en los capítulos cuatro, cinco y seis, que se corresponde con la segunda parte de la tesis. Conclusiones: Hipótesis 1) y 2)510: A lo largo del capítulo cuarto que estudia el período comprendido entre los años 2000 y 2003 se ha señalado que, dentro de la tarea de diagnóstico, CiU establecía tres agravios en sus discursos que fueron denominados: agravio económico, identitario y democrático. Esos tres agravios fueron compartidos por ICVEUiA, ERC y el PSC. Es decir que la todos los partidos de izquierda de base regional asumieron el discurso de la derecha nacionalista catalana. De estos tres agravios el identitario y el económico adquirieron mayor relevancia en esta etapa. No obstante, los reclamos se orientaban a más autogobierno, mejor financiación y más reconocimiento, por parte del Estado español. Es decir, que se mantenía la estrategia pujolista del pragmatismo posibilista (Dowling, 2013) y del incrementalismo (José L. Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012), pero siempre dentro del Estado de las Autonomías. El PSC de Maragall, por su parte, se orientó a dar mayor relevancia a los agravios de naturaleza identitaria, aunque reconociendo y señalando los otros dos, al vincular sus argumentos con el del nacionalismo más tradicional de la LLiga Regionalista. 510 Se presentan juntos los resultados de las hipótesis 1 y 2 porque juntas conforman la tarea del diagnóstico. 395 Por su parte, ERC, mantiene unos agravios definidos y radicalizados, con unos marcos muy completos respecto del marco ideal, pero sin una eficacia relevante, y con un alcance minoritario. Respecto de las identidades se ha demostrado que, con la única excepción de ERC, el enmarcado de las identidades “ellos” es un enmarcado débil, en el que no se incide demasiado en la primera etapa. No hay un enmarcado profundo o fuerte del antagonista, como responsable de los agravios, y sus referencias son de carácter tácito. Por otra parte, sí hay un fuerte enmarcado en todos los partidos de base regional ―esto ocurrirá hasta la llegada de Ciudadanos― de la identidad “nosotros” como una identidad diferenciada, opuesta y con arraigo histórico en Cataluña. Este discurso identiario, éste está orientado a potenciar el “nosotros”, pero no es confrontado con un “ellos” antagonista claramente definido. Por otra parte en líneas generales el diagnóstico se complementará en con referencias positivas, de la totalidad de fuerzas políticas, con excepción de ERC. Esas referencias positivas estarán orientadas al momento económico e institucional que vive España. Es por ello que el mensaje es de doble valencia. Esto es concomitante con la estrategia general de negociación y pacto que estableció históricamente el pujolismo. En la etapa siguiente, que ocupa los años 2004-2009, se observa un mayor desplazamiento del PSC hacia la posiciones de CiU en el enmarcado de los agravios y de las identidades. Se asume la estrategia del incrementalismo de CiU por parte del PSC, e incluso el programa de renovación del Estatuto de Autonomía. En este período hay una centralidad mayor del agravio identitario y del democrático que se correlaciona con el desarrollo de la reforma del Estatuto de Autonomía y el aumento del autogobierno de Cataluña; el único partido de base regional que no adhiere a ese diagnóstico es Ciudadanos. En lo que respecta a las identidades hay una profundización de la identidad “nosotros” del período anterior, pero manteniendo el enmarcado débil de la identidad “ellos”, aunque tácitamente se contemplan dos campos identitarios opuestos. Estas líneas generales son compartidas por CiU, PSC y ICV-EUiA, mientras que para ERC, las identidades eran manifiestamente incompatibles. El diagnóstico del período de los partidos nacionalistas catalanes en esta etapa se subordinó a la tarea de pronóstico, que proponía como solución, la reforma del Estatuto de Autonomía. 396 Por otra parte, en el período 2010-2014, la tarea de diagnóstico cambia profundamente en su valencia, y ello se produce por un cambio en las forma del enmarcado de los agravios ―que mantienen sus tres dimensiones (económico, democrático e identitario)― y en el cambio de un enmarcado débil a uno fuerte de la definición del antagonista, que estructura la identidad “ellos”. En este período, destaca un giro importante respecto de los anteriores, en el que se enmarca una idea común en el discurso de los partidos nacionalistas que es la imposibilidad del encaje de Cataluña en España en las actuales circunstancias. Este cambio en el marco discursivo se estructura a partir de unas nuevas técnicas de enmarcado que modifican la valencia del diagnóstico, pasando de un diagnóstico positivo pero insuficiente, del pujolismo, a un marco de valencia negativa y de imposibilidad de encaje con España, configurando de este modo un diagnóstico profundamente negativo, que tiene a la secesión como única solución, para gran parte de los partidos del arco parlamentario catalán. En líneas generales el marco del bloque secesionista se configura a partir del enmarcado de España como problema que imposibilita del encaje de Cataluña. CiU tenderá a ir propiciando, uno u otro agravio, según la conveniencia táctica del momento, pero profundizará en los tres agravios; ERC, no incidirán en el agravio identitario directamente ―para poder ampliar la base social del independentismo―; Por su parte, el PSC enmarca los tres agravios de modo desigual con especial hincapié en los agravios democráticos y económicos, sin incidir, en esta etapa, y a diferencia de la etapa de Maragall, en los agravios identitarios. ICV-EUiA, enmarca los tres agravios con especial incidencia en el democrático, además de criticar las medidas de recortes sociales y laborales. De los tres agravios, puede decirse que el económico y el democrático, han podido ser enmarcados con más éxito en relación a las experiencias cotidianas de las personas, cuando se analizan las técnicas de enmarcado de los partidos del bloque secesionista. Este tipo de enmarcado es fundamental para la permanencia del nacionalismo a través del tiempo como señala Giuliano (2011). La gran innovación del período es el enmarcado del antagonista de manera nítida y concisa a diferencia de los períodos anteriores. La construcción de ese antagonista como responsable de los agravios es una de las piezas fundamentales del marco de movilización para la acción colectiva. Esta definición del “otro”, que hacen los partidos del bloque secesionista, es compartida por ICV-EUiA y parte del PSC y una parte importante de UDC, es decir, la práctica totalidad de la élite política catalana. El 397 enemigo, es decir, el antagonista, es posicionado en el exterior de Cataluña po el discurso de nacionalista catalán, por primera vez de forma mayoritaria en este período (ERC lo hizo en el primer período, pero en la etapa del Tripartito, moderó ese discurso). La radicalización del enmarcado en los agravios y la profundización del enmarcado de la identidad “ellos”, se han señalado como causa del aumento la efectividad de la función de puntuar del marco del nacionalismo catalán que propicia la verosimilitud del sustrato moral del marco, de tal modo que, el discurso del nacionalismo catalán se presente como moralmente superior y sus reclamaciones sean propuestas como de justicia. La identidad “nosotros” ―en un sentido de oposición al “ellos”― ha sido profundizada por los marcos de las élites nacionalistas catalanas, manteniendo y aumentando su incidencia en él. Este es uno de los objetivos del nacionalismo, en tanto que, construye un pueblo (Máiz, 2008) y es uno de los elementos que hace permanecer el nacionalismo en el tiempo (Gamson, 1992a). Esta construcción se ha señalado como parte de la función performativa del discurso (Alonso, 2015). En líneas generales, se ha demostrado una homogeneidad de los partidos de base regional ―con la excepción del PPC y Ciudadanos―, respecto de un mínimo denominador común en el diagnóstico que es la necesidad del cambio de estatus en la relación Cataluña-España. Quedan corroboradas las hipótesis uno y dos. Hipótesis 3): Las soluciones que se han señalado en el primer período responden a la lógica de más autogobierno, más reconocimiento identitario y mejor financiación en toda la élite política de los partidos de base regional, incluso en ERC, aunque esta formación tuviese como fin último la independencia. Pero ese aumento de autogobierno, financiación y reconocimiento se enmarcaba dentro de la Constitución del 78. En la segunda etapa, se señaló que el PSC mantuvo el diagnóstico, las estrategias y los programas del pujolismo, presentándose como una continuidad, antes que como una alternativa a él (Balfour y Quiroga, 2007). Se mantiene la táctica del incrementalismo y de los reclamos de mayores competencias que se encarnan en la reforma del Estatuto de Autonomía del año 2006. El nuevo Estatuto innova en la medida que pretende ser también una reforma de España. Hay un mantenimiento de las tácticas pero se aumenta la intensidad de los objetivos. 398 En la tercera etapa, por su parte se demostró que la lógica que se aplicaba las soluciones ha cambiado de modo sustancial. Para toda la élite política catalana (con la excepción del PPC y de Ciudadanos) hay un incremento de la radicalidad de las soluciones que es acorde con el diagnóstico que realizan, Para el bloque secesionista, la única solución es la secesión; para PSC y la solución es la modificación de la norma constitucional en un sentido federal; en el caso de ICV-EUiA, la reforma constitucional debe incluir la autodeterminación de Cataluña, la relación con España debe ser una relación Confederal. Se señaló claramente que existe un consenso alrededor del derecho a decidir, como mínimo común denominador del pronóstico de las élites políticas catalanas que se encuentra sobre el 90% del arco parlamentario catalán. Se corrobora la tercer hipótesis en tanto que se modifican las soluciones de los marcos. Hipótesis 4): Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de apelación a la acción. Durante el período 2000-2003 se señaló una doble definición de las audiencias del pujolismo como voz hegemónica hacia adentro y hacia afuera de Cataluña, como parte de su estrategia nacionalista de enmarcado; por otra parte, hay una apelación a la acción muy débil. Y más que una apelación, hay un cierto reclamo de falta de tensión social, por parte del propio Pujol. Ello se explicó como propio de una situación de bienestar y de satisfacción institucional por parte de la ciudadanía. Maragall, acompaña esta tendencia pero sin una segmentación clara de las audiencias. En el segundo período, se ha señalado que ERC y CiU comenzaron a segmentar audiencias, interpelando al electorado y apelando a la acción de los individuos, a diferencia del PSC e ICV-EUiA, en un modo mucho más fuerte que en el primer período. Esto es particularmente llamativo en CiU a partir del lanzamiento de la Casa Grande del Catalanismo, donde se sientan las bases conceptuales del tercer período. En el tercer período, y a diferencia de los períodos anteriores (y fundamentalmente del primero) hay una segmentación muy acusada de las audiencias. La interpelación por parte de los partidos nacionalistas (CiU, ERC, CUP y ICV-EUiA) y parte del PSC, es directamente al pueblo de Cataluña. Esta apelación cambia de manera sustancial la relación con la apelación a la acción, en tanto que nunca antes ha habido llamamientos a la movilización que apelaran a la responsabilidad de los individuos de manera tan clara, y fundamentalmente, por parte de un partido y del Gobierno de la Generalitat. 399 Quedan corroboradas las cuatro hipótesis del cambio de los marcos de significación de las élites políticas en Cataluña a lo largo de los períodos señalados. Se indicarán, ahora los resultados respecto de las condiciones que han posibilitado esos cambios, conforme a las circunstancias que han hecho posible esos cambios. Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que son: Circunstancia 1) Marco completo: Se ha demostrado que, en el primer período, y con la excepción de ERC, los marcos de las diversas formaciones políticas eran incompletos respecto del marco ideal propuesto, fundamentalmente en las dimensiones de la identidad “ellos”, es decir, en la definición del antagonista; en la atribución de la causa de los agravios; y en la apelación a la acción. Esta situación ha cambiado sustancialmente del primer al tercer período, en el cual, en comparación al marco ideal propuesto, se utilizan por parte de los partidos del bloque secesionista ―y del nacionalismo catalán en general― más técnicas de enmarcado en más operaciones del marco. Ello da por resultado que los marcos de significación sean más completos y efectivos respecto de la movilización (Gerhard, 1995). La cuestión de la eficacia en la movilización de los marcos de significación es una cuestión a indagar en futuras investigaciones. Circunstancia 2) Cambio de Estrategia: Se ha demostrado en el texto, que a partir del primer período, se ha producido una modificación en las dos estrategias del nacionalismo catalán. Se demostró un equilibrio discursivo entre dos estrategias en CiU, ICV-EUiA y el PSC durante el primer período, entre la estrategia cívico-política y etno-cultural. En el caso de CiU, era acompañada por una praxis política moderada propia de los nacionalismos cívicopolíticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997). Ese equilibrio estratégico del primer período era concomitante con la ambigüedad discursiva de CiU, ICV-EUiA y del PSC, esa ambigüedad se ha perdido en el tercer período, tal y como se ha señalado. Por otra parte, ha quedado demostrado que, la estrategia del nacionalismo catalán (CiU, ERC, ICV-EUiA e incluso el PSC) ha cambiado hacia el predominio de la estrategia etnocultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del nacionalismo. Dentro de esa estrategia se señalaron en el tercer período una serie de tácticas que utilizan los partidos del bloque secesionista (muchas compartidas por ICV-EUiA) y que 400 son: 1), el discurso poliorcético; 2), fin de la gradualidad de las demandas; 3), presión sobre el antagonista; 4), acción continua; y 5), tensión constante. Todas estas tácticas forman parte de la estrategia del bloque secesionista y dan cuenta, tanto de la producción del marco, como de las circunstancias en que este se reproduce. Circunstancia 3) Aprovechamiento de la Estructura de Oportunidad Política: Se demostró, a lo largo de los tres períodos, los cambios y las modificaciones que ha sufrido la EOP; ésta se ha analizado en función de los seis elementos que propone Máiz (2002) como herramienta complementaria del análisis de marcos. Las conclusiones a este respecto son: Se mantienen a los largo de los tres períodos elementos de carácter estructural como son: el federalismo competitivo del Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga, 2007), y la dinámica institucional centrífuga, que prima el éxito en las dinámicas de competición regional (Ovejero Lucas, 2006, 2011a, 2011b; Balfour y Quiroga, 2007). La EOP del tardo-pujolismo es muy restrictiva para la movilización por factores económicos, estratégicos (por el apoyo del PP a CiU y viceversa) e institucionales; a los que se suma, el desafío del PSC a CiU, en la búsqueda de la cooptación de su electorado histórico. En el segundo período, la EOP es mucho más abierta por el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía, ello tuvo consecuencias relevantes para ese período analizado y para el siguiente. Se constata un giro acusado del PSC, que pone en tela de juicio la hegemonía de CiU. Hay una fractura en la élite por la lucha por la hegemonía entre CiU y el PSC, pero existe unanimidad respecto a la necesidad de reforma del Estatuto (con excepción del PP-PPC). Se produce el acceso del Tripartito al Gobierno de la Generalitat; el gobierno del PSC cuenta con un aliado importante en el Gobierno del PSOE a nivel nacional favorable, en primera instancia a la reforma del Estatuto de Autonomía, hecho que amplía la EOP. En el tercer período, existe una EOP muy favorable a la movilización que es muy bien aprovechada por los partidos de bloque secesionista y por ICV-EUiA. Analizando las seis dimensiones que propone Máiz (2002) se ha demostrado que: 1) Respecto del grado de centralización o de descentralización del Estado: En esta dimensión analizada, existen dos procesos concomitantes y que tensionan la relación descentralización-centralización. El primero de estos procesos, es el intento de una política homogeneizadora, por parte del Gobierno nacional en manos del PP, y 401 el segundo es el intento de profundización del autogobierno y de blindaje y defensa de las competencias por parte de los partidos secesionistas ―con apoyos del PSC e ICV―. 2) Respecto las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación: Aquí se ponderan positivamente dos elementos simbólicos que amplían la EOP y que son: la idea de radicalidad democrática a partir del ejercicio del derecho a decidir, por un lado; y las consultas populares sobre la independencia, el proceso participativo respecto del futuro político de Cataluña, y las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015 a las que se les ha querido imprimir, desde el bloque secesionista, un componente plebiscitario. Estos dos conjuntos de elementos movilizan a importantes sectores sociales sobre la base de hacer evidente el déficit democrático del Estado nacional. Otro elemento profundamente movilizador, es la acción de las tres asociaciones que representan a la denominada sociedad civil y que son ANC, OC y AMI en la gestión de las manifestaciones a favor de la independencia. Todo ello ha sido relacionado con dos elementos contextuales fundamentales para la EOP que son: la crisis político-institucional que padeció España y la interpretación política de la crisis económica y de la deuda soberana. 3) Respecto del sistema de partidos: A diferencia de los períodos anteriores hay una modificación importante del sistema de partidos en Cataluña y en España que se relacionaron con el abandono de las fórmulas tradicionales de representación política, y ello se ha puesto en valor con la crisis político-institucional, y que tienen dos claros efectos que son: la fragmentación, fruto de la crisis económica e institucional; y la polarización, que es producto de la tensión provocada por los partidos del bloque secesionista. 4) Respecto a la disponibilidad de nuevos aliados: La construcción de ese bloque secesionista (CiU, ERC, y CUP) ha sido la estructuración de una nueva política de aliados por parte de CiU, que excede el marco de la aritmética parlamentaria. Este bloque busca presentarse como la opción mayoritaria dentro del Parlamento de Cataluña, de forma especular a la hipotética mayoría social, tal y como argumenta el propio bloque secesionista. 5) Respecto del conflicto y división intraélites: Destaca la continuidad del dominio hegemónico de CiU sobre la política catalana y la asunción de otras formaciones de su discurso y de parte sustancial de su programa electoral. Esta asimilación del discurso, 402 la agenda y de algunos elementos programáticos de CiU, por parte de ciertos actores, es indicativo, de que la práctica totalidad de la élite política ―a excepción del PP, parte minoritaria del PSC y de Ciudadanos― se subordina a CiU como actor hegemónico. 5) Respecto del contexto internacional El contexto internacional es un ámbito desfavorable respecto de la EOP de los partidos secesionistas, y para CiU y el gobierno de la Generalitat en particular. Ha habido desde la Generalitat ha habido importantes esfuerzos para internacionalizar el proceso soberanista, pero esos esfuerzos no han dado resultados significativos. 4) Resonancia del marco: Se ha demostrado la resonancia del marco del nacionalismo catalán secesionista respecto de narrativas culturales, de orden más general, que potencian y propician la radicalización de las posiciones ideológicas. La resonancia del marco del nacionalismo del bloque secesionista ―compartida por ICVEUiA― se vincula a la narrativa nacionalista etno-cultural del nacionalismo catalán ―existente de modo minoritario desde finales del XIX y principios del XX― que enlaza su discurso con tres ciclos: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714 (Alonso, 2015: 63-64). La resonancia se establece a partir de las ideas de falta de libertad, de autoritarismo y de déficit democrático crónico que históricamente ha marcado las relaciones entre España y Cataluña. De aquí se han derivado cuatro consecuencias que son: hacer más verosímil y coherente el marco de significación del nacionalismo secesionista (fundamentalmente de CiU, ERC y CUP) al vincularlo con esa narrativa de orden más general. La segunda consecuencia, es la imposición de la cuestión “catalana” o la cuestión del encaje como central en la vida pública de Cataluña y en gran medida de España toda, por parte del nacionalismo catalán. La tercera consecuencia, es que el nacionalismo catalán ha logrado enmarcar de modo verosímil, para un sector de la población de Cataluña, la asociación Cataluña-antifranquismo (Béjar, 2008, 2010). La cuarta y última consecuencia, es la resonancia generada por la izquierda nacionalista catalana que califica al nacionalismo catalán como emancipador (Alonso, 2015). De allí se desprenden las valoraciones morales que se hacen respecto de ambos nacionalismos, y en particular de la justicia de las reclamaciones del nacionalismo catalán. 5) Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del 403 Gobierno de la Generalitat de Cataluña, a diferencia de períodos anteriores, donde era solo ERC quién mantenía un discurso secesionista. Podemos concluir, a partir de lo laborado hasta aquí en las páginas precedentes, mediante la técnica del análisis de marcos, a partir del marco ideal, y de la EOP, que quedan confirmadas las cuatro hipótesis propuestas, respecto de la forma en que cambian los marcos de significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán entre el año 2000 y el 2014; del mismo modo que quedan corroboradas las cinco circunstancias que han hecho permitido que esos cambios se hayan hecho efectivos. 404 Bibliografía: AA. VV. 2005. Dinámica de la contienda política. Barcelona: Hacer editorial. Alonso, M. 2015. El catalanismo, del éxito al éxtasis. I. La génesis de un problema social. España: El viejo Topo. Althusser, L. 2003. Ideología y aparatos ideológicos de estado / Freud y Lacan. Buenos Aires: Nueva Visión. Anderson, B. 1993. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y difusión del nacionalismo. México: Fondo de Cultura Económica. Anguera, P. 1994. “El catalanisme en la historiografia catalana”, en Recerques: Història, economia i cultura, Nº 29: 61-83. Arza, J. y Coll, J. 2014. Cataluña. El mito de la secesión. Desmontando las falacias del soberanismo. España: Almuzara. Arza, J. y Mari-Klose, P. 2014. “¿La voluntad de un pueblo?”, en Arza, J. y Coll, J., Cataluña. El mito de la secesión. Desmontando las falacias del soberanismo. España: Almuzara. Balfour, S. y Quiroga, A. 2007. España reinventada. Nación e identidad desde la Transición. Barcelona: Península. Baras, M. 1991. “Las elites políticas”, Revista del Centro de Estudios Constitucionales, (10): 9-24. Barrio, A., Rodríguez Teruel, J., y Fontaine, J. 2014. “Pour quelles raisons les partis politiques en Catalogne se sont-ils radicalisés?”, Pôle Sud, (1): 99-119. Basset, L., Branchadell, A., Fradera, J., Juliana, E., Puigverd, A., y Sant Mateu, F. 2006. La rectificació. Cabòries, exhortacions i premonicios sobre Catalunya. Barcelona: Destino. Béjar, H. 2008. La dejación de España. Madrid: Katz editores. ― 2010. “La legitimidad moral del nacionalismo subestatal el caso de España”, Revista mexicana de sociología, (723): 419-443. Benet, J. 2009. L‟intent franquista de genocidi cultural contra Catalunya. Barcelona: Publicacions de l‟Abadia de Montserrat. 405 Bhabha, H. K. 2010. Nación y narración: entre la ilusión de la identidad y las diferencias culturales. Madrid: Siglo XXI. Blee, K. y Taylor, V. 2002. “Semi-structured interviewing in social movement research”, Methods of social movement research, 16: 92-117. Brass, P. R. 1991. Ethnicity and nationalism: Theory and comparison. Nueva Delhi: Sage Publications. Breuilly, J. 1990. Nacionalismo y estado. Barcelona: Ediciones Pomares-Corredor. Brubaker R. 1996. Nationalism Reframed. Cambridge: CUP. Cabrera Varela, J. 1992. La nación como discurso. La estructura del sistema ideológico nacionalista: El caso gallego. Madrid: CIS Siglo XXI. Calleja, E. G. 2009. “Charles Tilly, From Mobilization to Revolution”, Cuadernos de Historia Contemporánea, 31: 343-363. Canales Serrano, A. F. 2005. “El robo de la memoria. Sobre el lugar del franquismo en la historiografía católico-catalanista”, Ayer: 259-280. Castells, M. 1983. The city and the grassroots: a cross-cultural theory of urban social movements No. 7. California: University of California Press. Chihu Amparán, A. 1999. “Estrategias simbólicas y marcos para la acción colectiva”, POLIS 99, Anuario de Sociología. Méjico: UAM-Iztapalapa: 41-65. ― 2000. "El análisis cultural de los movimientos sociales", Sociológica, año 15 número 42: 209-230, Enero-abril. ― 2002. “Los marcos para la acción colectiva. Una propuesta metodológica en el análisis de los movimientos sociales,” Iztapalapa 52, Enero-junio: 369-385. ― (coord.) 2006. El “análisis de los marcos” en la sociología de los movimientos sociales. México D.F.: UAM. Chihu Amparán, A. y López Gallegos, A. 2004. “El “análisis de los marcos” en la obra de William Gamson”, Estudios Sociológicos, mayo-agosto, vol. XXII, número 002: 435460 Colomer, J. M. 1984. Espanyolisme i catalanisme: la idea de nació en el pensament pollític català (1939-1979). Barcelona: L´Avenç. 406 ― 1986. Cataluña como cuestión de Estado. Madrid: Tecnos. Colomer, J. M., Padró-Solanet, A., y Riba, C. 1993. Factors de l‟abstenció electoral a la Ciutat de Rubí. Barcelona: Mimeo. Connor, W. 1978. “A nation is a nation, is a state, is an ethnic group is a….”, Ethnic and racial studies, (14): 377-400. Conversi, D. 1997. The Basques, the Catalans, and Spain: Alternative Routes to Nationalist Mobilization. London: Hurst ― 2002. “Conceptualizing nationalism: an introduction to Walker Connor‟s work”, en Conversi, D. (ed.,) Ethnonationalism in the contemporary world: Walker Connor and the study of nationalism. Routledge advances in international relations and global politics. London: Routledge Cordero Fuertes, J. A. y Ovejero Lucas, F. 2012. “La fractura catalane”, El Viejo topo, (299): 8-19. Cruz, M. 2014. “Cómo hemos llegado hasta aquí (y cómo se sale de esto)”, en Arza, J. y Coll, J., Cataluña. El mito de la secesión. Desmontando las falacias del soberanismo. España: Almuzara. Cucurull, F. 1981. Catalunya, Nació sotmesa. . Barcelona: Hogar Del Libro. De Blas Guerrero, A. 1984. Nacionalismo e ideologías políticas contemporáneas. Madrid: Espasa Calpe. ― 1989. Sobre el nacionalismo español. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. ― 1991. Tradición republicana y nacionalismo español 1876-1930. Madrid: Tecnos. ― 1994. Nacionalismos y naciones en Europa. Madrid: Alianza Editorial. ― 1997. Enciclopedia del Nacionalismo. Madrid: Tecnos. ― 2008. Escritos sobre nacionalismo. Madrid: Biblioteca Nueva. de Carreras Serra, F. 2010. “Los objetivos del Estatuto de Cataluña y la TSC 31/2010”, Jado: boletín de la Academia Vasca de Derecho= Zuzenbidearen Euskal Akademiaren aldizkaria, (920): 39-63. 407 De La Calle, L., y Jeffrey Miley, T. 2008. “Is there more assimilation in Catalonia than in the Basque Country? Analysing dynamics of assimilation in nationalist contexts”, European Journal of Political Research, (476): 710-736. Delgado, R. 2005. Análisis de los marcos de acción colectiva en organizaciones sociales de mujeres, jóvenes y trabajadores. Manizales. Tesis de doctorado, programa de Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud. Universidad de ManizalesCINDE. Della Porta, D., y Diani, M. 2011. Los movimientos sociales. Madrid: CIS. Deutsch, K. 1966. Nationalism and Social Communication. Nueva York: MIT Press. Díez Medrano, J. 1999. Naciones divididas, clase política y nacionalismo en el País vasco y Cataluña. Madrid: CIS. Dowling, A. 2005. “Convergència i Unió: Catalonia and the new Catalanism”, en Balfour S. (ed.) The politics of the Contemporary Spain. Londres: Routledge. ― 2013. La reconstrucción nacional de Catalunya, 1939-2012. Barcelona: Ediciones de Pasado y Presente. Eisinger, P. K. 1973. “The conditions of Protest Behavior in American Cities”, American Political Science Review, 67: 11-28. Eller, J. D., y Coughlan, R. M. 1993. “The poverty of primordialism: the demystification of ethnic attachments”, Ethnic and Racial Studies, (162): 182-202. Errejón Galván, I. 2012. La lucha por la hegemonía durante el primer gobierno del MAS en Bolivia 2006-2009. un análisis discursivo. Tesis Doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid. Etherington, J. 2003. Nationalism, National Identity and Territory. The Case of Catalonia. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona. Fernández-i-Marín, X. y López J. 2010. “Marco cultural de referencia y participación electoral en Catalunya”, Revista Española de Ciencia Política, (23): 31-37. Flacks, R. 2003. “Review of McAdam, D., Tarrow, S., & Tilly, C. 2003. Dynamics of contention”, Social Movement Studies, (21): 99-102. Font, J., Contreras, J. y Rico, G. 1998. L‟abstencio´ en les eleccions al Parlament de Catalunya. Barcelona: Editorial Mediterránea. 408 Fontana, J. 2007. Historia de España, vol. 6: La época del liberalismo. Barcelona: Crítica / Marcial Pons Fradera, J. M. 2003. Cultura nacional en una sociedad dividida: Cataluña, 1838-1868. Barcelona: Marcial Pons. ― 2006. “La tradició a la intempèrie”, en AA. VV., La rectificació. Cabòries, exhortacions i premonicions sobre Catalunya. Barcelona: Destino. Gamson, W. 1985. “Goffman‟s Legacy to Political Sociology”, Theory and Society 14: 605-622. ― 1988. “Political Discourse and Collective Action”, en Klandermans, B., Kriesi, H. y Tarrow, S. (eds.), From Structure to Action. Greenwich: JAI Press. ― 1990.The Strategy of Social Protest .Wadsworth: Belmont. ― 1992a. Talking Politics. Cambridge. Cambridge: Cambridge University Press. ― 1992b. “The social psychology of collective action”, en Morris A., y McClurg C. (eds.), Frontiers in Social Movement Theory. New Haven/ Londres: Yale University Press. Gamson, W., Fireman, B., y Rytina, S. 1982. Encounters with unjust authority. Illinois: Dorsey Press. García, M., López E. y Beltrán, M. 1994. La conciencia nacional y regional en la España de las autonomías. Madrid: CIS. Garvía, R. y Miley, T. J. 2013. "Linguistic immersion" and political conflict in contemporary Catalonia”, European Journal of Language Policy, (51): 5-40. Geertz, C. 1990. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa. Gellner, E. 1964. Thought and change. Londres: Weidenfeld y Nicolson ― 1983. Nations and Nationalism. Oxford: Oxford University Press. Gerhards, J. 1995. “Framing dimensions and framing strategies: contrasting ideal-and real-type frames”. Londres: Social Science Information, vol. 34, no 2: 225-248. Giddens, A. 1985. The nation-state and violence. California: University of California Press. 409 Giuliano, E. 2006. “Secessionism from the Bottom up: Democratization, Nationalism, and Local Accountability in the Russian Transition”, World Politics, Vol. 58, No. 2 (Jan.): 276-310. ― 2011. Constructing Grievance: Ethnic Nationalism in Russia‟s Republics. Ithaca. NY: Cornell University Press. Goffman, E. 1974. Frame Analysis. Cambridge: Harvard University Press. Gómez Corona, E. 2011. “La reforma del Estatuto de Autonomía para Cataluña: repertorio bibliográfico”, Teoría y realidad constitucional, (27): 519-544. Gómez-Reino, M. 2009 “El nacionalismo minoritario, de la marginalidad al gobierno: la trayectoria del Bloque Nacionalista Galego (1982-1997)”, Papers. Revista de Sociología, (92): 119-142. Gómez-Reino, M., de Winter, L., y Lynch, P. 2006. Autonomist parties in Europe: Identity Politics and the Revival of the Territorial cleavage. Barcelona: ICPS (2 volúmenes). Grau Creus, M. 2005. “A Step Backwards or a Step Forwards? The Politics and Policies of Decentralization under the Governments of the Partido Popular”, South European Society & Politics, (102): 263-279. Greenfeld, L. 2005. Nacionalismo. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Guibernau, M. 1997. Nacionalismes. Barcelona: Editorial Proa. ― 2002. Nacionalisme catalá. Franquisme, transició i democracia. Barcelona: Portic. ― 2006. “National identity, devolution and secession in Canada, Britain and Spain”, Nations and Nationalism, (121): 51-76. Gurr, T. 1974. El porqué de las rebeliones. México: Editores Asociados. Gurruchaga, A. 1990. “La problemática realidad del Estado y de la Nación”, Reis, 49 (enero-marzo): 103-122. Habermas, J. 1989. Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos. Madrid: Cátedra. 410 Hall, M. F. 1995. Poor people's social movement organizations: The goal is to win. Greenwood: Publishing Group. Hastings, A. 2000. La construcción de las nacionalidades. Etnicidad, religión y nacionalismo. Madrid: CUP. Hechter, M. 1975. Internal colonialism: The Celtic fringe in British national development, 1536-1966. Berkeley y Los Ángeles: University of California Press. Hierro Hernández, M. J. 2012. Change in National Identification. A study of the Catalan case. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Madrid, Madrid. Hobsbawm, E. 2000. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica. Hobsbawm, E. y Ranger, T. 2002. La invención de la tradición. Barcelona: Crítica. Hunt, S., Benford, R., y Snow, D. 1994. “Marcos de acción colectiva y campos de identidad en la construcción social de los movimientos”, en Laraña, E. y Gusfield, J. (eds.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad. Madrid: CIS. Ibarra, P. y Tejerina, B. (eds.) 1998. Los movimientos sociales. Madrid: Trotta. Ignatieff, M. 1993. Blood and Belonging: journeys into the new nationalism. New York: Farrar, Straus y Giroux. Jenkins, J. C. 1983. “Resource Mobilization Theory and the Study of Social Movements”, en Annual Review of Sociology, USA, (9): 527-553. ― 1994. “La teoría de la movilización de recursos y el estudio de los movimientos sociales”, en Revilla, M., Movimientos sociales, acción e identidad. Zona Abierta, 69: 549. Jiménez Sánchez, M., y Navarro Ardoy, L. 2014. “Las huellas electorales del nacionalismo español. Identificación territorial y voto en los partidos políticos de ámbito estatal, 1980-2013”, Revista Internacional de Sociología, 73 (1). Disponible en línea en: http://revintsociologia.revistas.csic.es/index.php/revintsociologia/article/view/608/631 Johnston, H. 1991. Tales of nationalism. Catalonia, 1939-1979. New Jersey: Rutgers University Press. ― 1995. “A methodology for frame analysis: From discourse to cognitive schemata”, Social movements and culture, 4: 217-246. 411 Keating, M. 1996. Naciones contra el estado. El nacionalismo de Cataluña, Québec y Escocia. Barcelona: Ariel Ciencia Política. ― 2000. “The minority nations of Spain and European integration: a new framework for autonomy”, Journal of Spanish Cultural Studies 11: 29–42. ― 2001. Plurinational democracy: stateless nations in a post-sovereignty era. Oxford: Oxford University Press. Kedourie, E. 1988. Nacionalismo. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Klandermans, B. 1992. “Longitudinal Research on Movement Participation”, en M. Diani y R. Eyerman (eds.) Studying Collective Action. London: Sage. ― 1994. “La construcción social de la protesta y los campos pluriorganizativos”, en Laraña, E. y Gusfield, J.( eds.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad. Madrid: CIS. Kohn, H. 1967. The idea of nationalism: A study in its origins and background. Nueva York: Collier-MCmillian. Kornhauser, W. 1959. Politics of Mass Society. Nueva York: Routledge. Laraña, E. y Gusfield, J. (eds.) 1994. Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad. Madrid: CIS. Leith, M. S. 2006. Nationalism and national identity in Scottish politics. Tesis Doctoral, University of Glasgow, Glasgow. Linz, J. J. 2008. Obras escogidas: Nación, Estado y lengua. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Liñeira, R. y Vallès, J. M. 2014. “Abstención diferencial en Cataluña y en la Comunidad de Madrid: explicación sociopolítica de un fenómeno urbano”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, no. 146:. 69–92. Llobera, Josep R., [1994] 1996: El dios de la modernidad. El desarrollo del nacionalismo en la Europa occidental. Barcelona: Anagrama. López, J. 2011. Del dret a l‟autodeterminació al dret a decidir. Un possible canvi de paradigma en la reivindicació dels drets de les nacions sense estat. Barcelona: Centre UNESCO de Catalunya. 412 Luzón, J. M. (ed.) 2011. Izquierdas y nacionalismos en la España contemporánea. Madrid: Fundación Pablo Iglesias. Madariaga, A. G. 2011. “La posible plasmación de la teoría del tercer miembro del Estado federal en el ordenamiento jurídico español”, Working Papers CEPC, (5): 1-39. Máiz R. 1986. “Nación de Breogán: oportunidades políticas y estrategias enmacadoras en el movimiento nacionalista gallego (1886-1996)”, Revista de Estudios Políticos, 92: 33-76. ―1997. “Nacionalismo y movilización política: un análisis pluridimensional de la construcción de las naciones”, Zona Abierta, 79: 167-216. ― 2000. Nacionalismo, Federalismo y acomodación en Estados multinacionales, en Identidad y autogobierno en sociedades multiculturales. Barcelona: Ariel. ― 2001. “El lugar de la nación en la teoría de la democracia y el nacionalismo liberal”, Revista Española de Ciencia Política nº 3: 53-77. ― 2002. Nacionalismo y movilización política: hacia un análisis pluridimensional de la construcción de las naciones. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela. ― 2003. “Framing the Nation: three rival versions of contemporary nationalist ideologies” Journal of Political Ideologies Vol. 8 (3) 2003: 251-267. ― 2004. “Per modum unius: Más allá de la dicotomía Nacionalismo cívico vs. Nacionalismo étnico”, en Ander Gurrutxaga Abad (coord.), El presente del Estado Nación. País Vasco. Universidad del País Vasco: Servicio de Publicaciones. ― 2007. “Indianismo y nacionalismo en Bolivia: estructura de oportunidad política, movilización y discurso”, Revista SAAP, (31): 11-54. ― 2008. La frontera interior. Murcia: Tres fronteras. Mann, M. 1995. “A political theory of nationalism and its excesses”, en Periwal, S. (ed.) Notions of nationalism. Budapest: Central European University Press. Marfany, J. L. 1995. La cultura del catalanisme: El nacionalisme catala`als seus inicis. Barcelona: Editorial Empúries. ― 2001. La llengua maltractada. Barcelona: Editorial Empúries. 413 Martínez-Herrera, E. 2002. “From Nation-Building to Building Identification with Political Communities: Consequences of Political Decentralisation in Spain, the Basque Country, Catalonia and Galicia, 1978-2001”, European Journal of Political Research nº. 41 (4): 421-453. ― 2005. The effects of Political Decentralisation and Support for Political Communities. A multivariate longitudinal and Cross-Sectional Comparison of the Basque Country, Catalonia, Galicia, Quebec and Scotland. Tesis doctoral. European University Institute, Florencia. ― 2009. “Federalism and Ethnic Conflict Management: Rival Hypotheses, the Attitudinal Missing Link and Comparative Evidence”, Erk, J. y Swenden, W. (eds.), New Directions in Federalism Studies. London: Routledge. ― Martínez‐Herrera, E. y Barceló-Soler, J. 2014. “Identidades y nacionalismos territoriales en las elecciones autonómicas de 2011-2012”, en Pallares, F. (ed.) Elecciones autonómicas 2009-2012. Madrid: CIS. Martínez‐Herrera, E. y Miley, T. J. 2010. “The constitution and the politics of national identity in Spain”. Nations and nationalism, (161): 6-30. ― 2014. “Identidad nacional y representación política: proyectos nacionales rivales `desde arriba´”, en AA. VV. (eds.), El poder político en España. Manuscrito en evaluación para publicación. McAdam, D. 1985. Political process and the Development of black insurgency, 19301970. Chicago: Chicago Press. ― 1988. “Micromobilization contexts and recruitment to activism”, en Klandermans, B., Kriesi H. y Tarrow, S. (eds.), International social movement research: From structure to action: comparing social movement research across cultures. Vol 1. Greenwich, Connecticut: Jai Press Inc. McAdam, D. 1998. “Orígenes conceptuales, problemas actuales y direcciones futuras”, en Ibarra, P. y Tejerina, B., Los movimientos sociales: transformaciones políticas y cambio cultural. Madrid: Trotta. ― 2003. “Beyond structural analysis: Toward a more dynamic understanding of social movements”, en Diani, M., y McAdam, D. (eds.), Social movements and networks: Relational approaches to collective action. Oxford: Oxford University Press. 414 1999. “Oportunidades, estructuras de McAdam, D. McCarthy, J. y Zald, M. movilización y procesos enmarcadores: hacia una perspectiva sintética y comparada de los movimientos sociales”, en McAdam, D., Mccarthy, J. D. y Zald, M. N. (eds.), Movimientos sociales, perspectivas comparadas, estructuras de movilización y marcos interpretativos culturales. Madrid. Istmo. McCarthy, J. D. y Zald, M. 1973. The Trend of Social Movements in America: Professionalization and Resource Mobilization Morristown, N.J. : General Learning Press. ― 1977. “Resource Mobilization and Social Movements: A Partial Theory”, American Journal of Sociology. 82: 1212-1241. Mees, L. 1998. “¿Vino viejo en odres nuevos? Continuidades y discontinuidades en la historia de los movimientos sociales”, en Ibarra, P. y Tejerina, B. (eds.), Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural. Madrid: Trotta. Meinecke, F. 1970. Cosmopolitanism and the National State. Princeton: PUP Melucci, A. 1980. “The New Social Movements: A Theoretical Approach”, Social Science Information, 19-2: 199-226. ― 1989. Nomads of the Present: Social Movements and Individual Needs in Contemporary Society. London: Hutchinson Radius. ― 1994. “¿Qué hay de nuevo en los “nuevos movimientos sociales?”, en Laraña, E. y Gusfield, J. (comps.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad. Madrid: CIS. ― 1996. Challenging Codes: Collective Action in the Information Age. Cambridge: Cambridge University Press. ― 1998. “La experiencia individual y los temas globales en una sociedad planetaria”, en Ibarra, P. y Tejerina, B.( eds.), Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural. Madrid: Trotta. Melucci, A. y Diani, M. 1983. Nazioni senza Stato. Milán: Loercher. Meyer, D. S. y Gamson, W. 1999. “Marcos interpretativos de la oportunidad política”, en McAdam, D., McCarthy, J. y. Zald, M. (eds.), Movimientos sociales, perspectivas comparadas: oportunidades políticas, estructuras interpretativos culturales. Madrid: Istmo. 415 de movilización y marcos Miley, T. J. 2006. Nacionalismo y política lingüística: el caso de Cataluña. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. ― 2007. “Against the Thesis of the “Civic Nation”: The Case of Catalonia in Contemporary Spain”, Nationalism and Ethnic Politics 13: 1-37. ― 2008. “Who are the Catalans? Language, identity and assimilation in contemporary Catalonia”, Center for European Studies, Harvard University. Working Paper Series, 158. ― 2013. “Blocked Articulation and Nationalist Hegemony in Catalonia”, Regional & Federal Studies, 23 (1): 7-26 ― 2014. “Democratic Representation and the National Dimension in Catalan and Basque Politics”, International Journal of Politics, Culture, and Society, (273): 291-322. Molas, I. 1972. Lliga catalana: un estudi d'estasiologia Vol. 18. Barcelona: Ediciones 62. Morales Moya, A., Fusi Azpurúa, J. P., y De Blas Guerrero, A., (dirs.) 2013. Historia de la nación y del nacionalismo español. Madrid: Galaxia Guttemberg. Moreno del Río, C. 2000. La comunidad enmascarada. Visiones sobre Euskadi de los partidos políticos vascos 1986–1996. Madrid: CIS Siglo XXI. Muñóz, J., Guinjoan, M., y Vilaregut, R. 2010. “Les consultes sobre la independència: context, organització i participación”, en Parés, M., Informe sobre l‟estat de la democràcia a Catalunya 2010. Bellaterra: UAB i IGOP. Muñoz J. y Tormos, R. 2012. Identitat o càlculs instrumentals? Anàlisi dels factors explicatius del suport a la independencia. Papers de Treball: Centre d‟Estudis d‟Opinió CEO. Nairn, T. 1977. The break-up of Britain: crisis and neo-nationalism. Londres: New Left Book. Nuñez Seixas, X. M. 1999. Los nacionalismos en la España contemporánea siglos XIX y XX. Barcelona: Hipòtesi. ― 2010. Patriotas y demócratas: el discurso nacionalista español después de Franco. Madrid: Catarata. 416 Ovejero Lucas, F. 2006. Contra Cromagnon. Nacionalismo, ciudadanía y democracia. Madrid: Montesinos. ― 2011a. La trama estéril. Izquierda y nacionalismo. Madrid: Montesinos. ― 2011b. “La estrategia nacionalista de la tensión”, Claves de razón práctica, (216): 30-42. ― 2013. “La izquierda zombi”, Claves de razón práctica, (230): 20-31. Oberschall, A. 1973. Social Conflict and Social Movements. New Jersey:Prentice-Hall Pallarés, F. 2014. Elecciones autonómicas 2009-2012. Madrid: CIS Pallarés, F., Montero J. R. y Llera F. J. 1997. “Non state-wide parties in Spain: an attitudinal study of nationalism and regionalism”, Publius: J. Federalism (274): 135–69. Pastor Verdú, J. 2012. Los nacionalismos, el Estado español y la izquierda. Madrid: La Oveja Roja. Peregrín Gutiérrez, F. 2004. “El nacionalismo heterodoxo de Pasqual Maragall”, Claves de razón práctica, (147): 58-67. Pérez-Agote, A. 1985. “Aproximación sociológica al problema de la lengua”, en Azcona, J. (dir.) Límites geográfico-sociales del Euskera en Navarra. Pamplona: Gobierno de Navarra. ― 1989. “Hacia una concepción sociológica de la Nación”, en Pérez-Agote, A. (comp.) Sociología del nacionalismo. Bilbao: Universidad del País Vasco. Pinilla de las Heras, E. 1979. Immigració i mobilitat social a Catalunya, Vol. 2, Barcelona: ICESB Pinto Mascareño, R. M. 2010. Los movimientos sociales y los marcos de acción colectiva que apoyan la lucha contra la precariedad laboral. Tesis Doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid. Piven, F. y Cloward, R. 1979. Poor people‟s movements: why they succeed, how they fail. Nueva York: Pantheon Books. Prat de la Riba, E. 1978. La nacionalitat catalana. Barcelona: Ediciones 62. 417 Puricelli, S. 2005. “La teoría de movilización de recursos desnuda en América Latina”, Theomai: estudios sobre sociedad, naturaleza y desarrollo, (12), 2. Disponible en línea en: http://revista-theomai.unq.edu.ar/NUMERO12/artpuricelli12.htm Requejo, F. 2000. “Democràcia, Partits i Escenaris de Futur”, Idees 6. (April–June): 108–14. ― (ed.) 2001. Democracy and National Pluralism. London: Routledge ― 2005. Multinational Federalism and Value Pluralism: The Spanish Case. New York: Routledge. Riba, C. 2000. “Voto dual y abstención diferencial. Un estudio sobre el comportamiento electoral en Cataluña”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, no. 91:. 59– 88. ― 2008. “El comportament electoral dual a Catalunya”, Eines per a l'esquerra nacional, (5): 13-30. Riquer i Permanyer de, B. 2001. Escolta, Espanya: la cuestión catalana en la época liberal. Barcelona: Marcial Pons Rivas, A. 1998. “El análisis de marcos: una metodología para el estudio de los movimientos sociales”, en Ibarra, P. y Tejerina, B. (eds.), Los movimientos sociales: Transformaciones políticas y cambio cultural. Madrid: Trotta. Rodríguez Abascal, L. 2000. Las fronteras del nacionalismo. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales Rodríguez Arechavaleta, C. M. 2010. “De la estructura de oportunidades políticas a la identidad colectiva. Apuntes teóricos sobre el poder, la acción colectiva y los movimientos sociales”, Espacios Públicos, 13 (27): 187-215. Romeu, A., Collado, M. D., y Ortín, I. O. 2006. “Vertical transmission of consumption behavior and the distribution of surnames”, Working papers- Documentos de trabajo: Universidad de Alicante. Serie AD, (9), 1. Rovira i Virgili, A. 1922 [1934]. Història nacional de Catalunya. Barcelona: Edicions Pàtria. Salecl, R. 1993. “The fantasy structure of nationalist discourse”, Praxis International, (3): 213-223. 418 Santamaría, A. 2003. “Cataluña ante el cambio político. La herencia del pujolismo”, El Viejo Topo, (179): 34-51. ― 2008. “La juventud catalana se polariza”, El Viejo topo, (251): 27-31. ― 2011. Els orígens de Convergència Democràtica de Catalunya: la reconstrucció del catalanisme conservador 1939-1980. Barcelona: El Viejo Topo. Santamarina Campos, B. 2010. “Movimientos sociales: una revisión teórica y nuevas aproximaciones”, Boletín de antropología, 22 (39): 112-131. Serrano Pascual, A 1995. Identidades étnicas versus identidades cívico-territoriales como „tipos ideales‟ de identidad nacional: discursos, actitudes y bases sociales. Una comparación entre Cataluña y el país vasco. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid. Seton-Watson , H. 1977. Nations and States. An Enquiry into the Origins of Nations and the Politics of Nationalism. Boulder: Westview Press Shafir, G. 1995. Immigrants and nationalists: Ethnic conflict and accommodation in Catalonia, the Basque Country, Latvia, and Estonia. Nueva York: SUNY Press. Silveira Abrão, J. 2007. Nacionalismo cultural y político: la doble cara de un proyecto único: Cataluña. Tesis doctoral. Universidad de Barcelona, Barcelona. Smelser, N. J. 1963. Theory of Collective Behavior. New York: Free Press Smith, A. 1988. “The myth of the “modern nation” and the myth of the nations”, Ethnic and Racial Studies 11, (1): 1-26 ― 2000. Nacionalismo y modernidad. Madrid: Itsmo. ― 2004. Nacionalismo. Teoría, ideología, historia. España: Alianza Editorial. Snow D. y Benford, R. 1988. “Ideology, frame resonance ad Mobilization”, en Klandermans, B. Kriesi, H. y Tarrow, S. , From Structure to Action. Greenwich. JAI ― 1992. “Master frames and cycles of protest”, en Morris, A. y Mueller, C., Frontiers in Social Movement Theory. New Haven: Yale U.P. Snow, D., Rochford Jr, E., Worden, S. K., y Benford, R. 1986. “Frame alignment processes, micromobilization, and movement participation”, American sociological review, 51 (4) 464-481. 419 Solé Tura 1967. Catalanismo y Revolución Burguesa. Barcelona: Edicions 62 ― 1985. Nacionalidades y nacionalismos en España: autonomías, federalismo, autodeterminación. Madrid: Alianza Editorial. Tarrow, S. 1997. El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. España: Alanza Editorial. Termes, J. 1974. Problemes d'interpretació. Centro de Estudios Históricos Internacionales. Barcelona: Universitat de Barcelona. ― 1984. La inmigració a Catalunya i altres estudis d'història del nacionalisme català. Barcelona: Editorial Empuries. ― 1999. Les arrels populars del catalanisme. Barcelona: Editorial Empúries. Tilly, C. 1978. From Mobilization to Revolution. Nueva York: McGraw-Hill. ― 1992. Coerción, capital y Estados europeos, 990-1990. Madrid: Alianza Universidad ― 1995. “Los movimientos sociales como agrupaciones históricamente específicas de actuaciones políticas”, Sociológica, (28): 13-36. Tiryakian, E. (ed.) 1985. New nationalisms of the developed West: toward explanation. Boston: Allen y Unwin. Tornos Mas, J. 2011. “La sentencia del Tribunal Constitucional español 31/2010 sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña”, Istituzioni del federalismo: rivista di studi giuridici e politici, (1): 13-46. Disponible en línea en: http://www.regione.emiliaromagna.it/affari_ist/Rivista_1_2011/Tornos.pdf Touraine, A. 1981. The voice and the eye: An analysis of social movements Vol. 10. Cambridge: Cambridge University Press. ― 1985. “An introduction to the study of social movements”, Social research, 52, (4): 749-787. Ucelay Da Cal, E. 2003. El imperialismo catalán: Prat de la Riba, Cambó, D'Ors y la conquista moral de España. Barcelona: Edhasa. ― 2005. “«Ser y no ser»: la visión del españolista desde la perspectiva catalanista, o lo que se puede aprender escuchando”, Historia y política: Ideas, procesos y movimientos sociales, Nº 14: 11-44. 420 Valles, M. S. 1999. Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Editorial Síntesis. Van der Berghe, P. 1979. The Ethnic Phenomenon. Nueva York: Elsevier. Viçens Vives, J. 1961. Cataluña en el siglo XIX. Madrid: Rialp. Viejo viñas, R. 2001. La unificación de Alemania: discurso y acción. Un estudio sobre el nacionalismo alemán actual. Tesis Doctoral. Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela. ― 2008. “Frame Análisys: encuadre teórico, operacionalización empírica, líneas de investigación”, paper para el seminario extraordinario de doctorandos del IGOP, Barcelona. Vilar, P. 1984. Historia d'Espanya. Barcelona: Crítica Vilaregut Sáez, R. 2012. Memòria i emergència en l‟independentisme català. El cas de la Plataforma pel`Dret deDecidir. Tesis doctoral. GOP‐UAB, Barcelona. Vives. V. 1969. Historia social y económica de España y América. 4 Vol. Barcelona: Nueva Edición. Weber, M. 1982. Ensayos sobre metodología sociológica. Buenos Aires: Editorial Amorrortu. 421