TESIS DOCTORAL
2015
El discurso nacionalista en Cataluña. Un análisis
comparado de los marcos de significación del tardopujolismo (2000-2003) al proceso soberanista (2010-2014)
Sebastián Zambelli
Máster en Política y Democracia UNED
Licenciado en Ciencia Política UBA
CENTRO ACADÉMICO:
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología
Departamento de Ciencia Política y de la
Administración
UNED
DIRECTOR:
Andrés de Blas Guerrero
1
2
Agradecimientos:
Es de rigor, en los trabajos de este tipo, dedicar un apartado al reconocimiento,
las dedicatorias y la gratitud para quienes colaboraron en la realización de
empresas tan arduas como es una tesis doctoral. Pero dado que el
agradecimiento supone, en cierta forma, una apertura de la esfera personal e
íntima, a la que el autor de la presente es bastante reacio, será éste un
apartado breve, sin por ello dejar de mencionar las deudas contraídas y el
agradecimiento del autor.
En primer lugar, esta tesis no se podría haber llevado a cabo sin la financiación
de la beca predoctoral FPI de la UNED. Dada la magnitud de la tarea, los
recursos materiales que posibilitan la dedicación exclusiva para la investigación
son indispensables.
Vaya también el reconocimiento a los profesores y colegas del Departamento
de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociología de la UNED, por la acogida, las recomendaciones, las orientaciones
y las ayudas recibidas; en particular a Irene Delgado, César Colino, Jaime
Pastor y Paloma Gacía Picazo. Por otra parte, se quiere agradecer
especialmente a: Eduardo Russo, Ramón Cotarelo, Félix Ovejero, Antonio
Santamaría y Enric Martínez-Herrera, por el tiempo y el esfuerzo dedicado en
responder a mis preguntas, y por sus valiosas recomendaciones.
Se quiere agradecer a todos los parlamentarios entrevistados, por la
disposición a realizar las entrevistas, por la amabilidad y la cortesía, con que
éstas se han realizado y por el tiempo dedicado.
También, es menester reconocer la excelente labor diaria de Maribel Blanco y
de Anabel Golvano. Ambas han facilitado enormemente la realización de esta
tesis.
Se quiere agradecer especialmente al Director de la tesis, Andrés de Blas
Guerrero, por la paciencia, el apoyo, el espacio de labor y la amable y cordial
guía en el trabajo.
3
Finalmente, la tesis va dedicada a Carolina Kenny y a Camila Zambelli, quienes
han sido, y son, una fuente amor y de inspiración.
4
Índice:
-
Introducción
-
Primera parte
-
Capítulo I. Marco teórico del nacionalismo
o
13
Nacionalismo
o
22
Perennialismo Recurrente
22
23
Perspectiva de los factores socioeconómicos
24
Perspectiva de los factores socioculturales
25
Perspectiva de los factores políticos
28
Perspectiva de los factores ideológicos
31
Constructivismo
33
Primordialismo
41
Vertiente biologicista
41
Vertiente cultural
42
Etnosimbolismo
42
44
Nación cívico-política
45
Nación etno-cultural
46
Nacionalismo catalán
-
Perennialismo Contínuo
Tipología de naciones
o
21
Modernismo
19
Perennialismo
48
Aproximación perrennialista
49
Aproximación modernista
52
Capítulo II. Marco teórico de la acción colectiva
o
Estudio de la acción colectiva
57
57
Teoría de Movilización de Recursos
58
Nuevos Movimientos Sociales
61
Estructura de Oportunidad Política
64
19
D. McAdam
66
C. Tilly
68
S. Tarrow
70
Críticas a la perspectiva de la TMR, NMS y EOP 76
Análisis de marcos
77
Comentarios preliminares y observaciones
77
D. Snow y sus colaboradores
80
o
Proceso de enmarcado
81
o
Resonancia de marcos
83
5
-
W. Gamson
84
o
Dimensión de la identidad
85
o
Dimensión de la agencia
86
o
Dimensión del agravio
86
J. Gerhards
o
89
Marco ideal
Marcos y nacionalismo
Capítulo III. Propuesta teórico metodológica
90
91
95
o
Problema de investigación
95
o
Pregunta de investigación
98
o
Hipótesis
98
o
Marco Ideal
100
Períodos analizados
103
1er. Período 2000-2003. El tardo-pujolismo
103
2do. Período 2004-2007. La reforma del
Estatuto de Autonomía
103
3er. Período 2010-2014. El proceso soberanista.
Hacia la independencia
104
o
Variables dependientes e independientes
106
o
Marco teórico y metodológico
106
o
Análisis de los Marcos de la acción colectiva
107
A. Dimensiónes del marco
Dimensión de la identidad
108
Dimensión del agencia
108
Dimensión del agravio
109
B. Tres mecanismos (complementarios): Agravios
económicos, agravio identitario y agravio democrático
108
Agravio identiario
110
Agravio económico
110
Agravio democrático
111
C. Estrategias distintas pero complementarias
109
Estrategia Cívica y Estrategia etno-cultural
112
112
o
Estructura de Oportunidad Política (EOP)
112
o
Técnicas de investigación
114
A. Discursos, datos y medios
114
B. Modelo de investigación
115
1. Fuentes Documentales
o
CiU
116
116
6
o
PSC
116
o
ERC
117
o
ICV-EUiA
117
o
Ciudadanos
117
o
PP-PPC
118
o
PSOE
118
2. Entrevista semi-estructurada
-
Segunda Parte
-
Capítulo IV. Período 2000-2003. El tardo-pujolismo
o
Apartado Primero. Descripción demoscópica de Cataluña
118
121
121
Lugar de nacimiento
122
Usos lingüísticos
124
Identidad nacional
126
Clase social
130
Élites políticas y población
132
o
Apartado segundo.
140
o
Análisis del primer período 2000-2003
143
Convergencia y Unión (CiU)
Discurso de Convergencia y Unión (CiU)
143
144
o
Diagnóstico
144
o
Pronóstico
152
o
Motivación
153
Estrategia de CiU
155
Unión democrática de Cataluña (UCD)
156
Partido Socialista de Cataluña (PSC)
157
Discurso del PSC
o
Diagnóstico
160
o
Pronóstico
167
o
Motivación
169
Estrategia del PSC
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)
160
Discurso de ERC
171
172
173
o
Diagnóstico
174
o
Pronóstico
177
o
Motivación
178
Estrategia de ERC
179
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y
Alternativa (ICV-EUiA)
7
179
-
Discurso de (ICV-EUiA)
180
o
Diagnóstico
180
o
Pronóstico
182
o
Motivación
182
Estrategia de (ICV-EUiA)
182
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 184
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
191
o
Estructura de Oportunidad Política 1999-2003
198
o
Conclusiones del capítulo
201
Capítulo V. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía 205
o
Introducción al período 2004-2009
205
o
Análisis del segundo período 2005-2009
215
Partido Socialista de Cataluña (PSC)
Discurso del PSC
Diagnóstico
216
o
Pronóstico
223
o
Motivación
225
Estrategia del PSC
Discurso de ERC
226
229
229
o
Diagnóstico
229
o
Pronóstico
234
o
Motivación
235
Estrategia de ERC
236
Convergencia y Unión (CiU)
215
o
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)
215
Discurso de Convergencia y Unión (CiU)
238
239
o
Diagnóstico
239
o
Pronóstico
245
o
Motivación
248
Estrategia de CiU
250
Unión democrática de Cataluña (UCD)
251
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y
Alternativa (ICV-EUiA)
Discurso de (ICV-EUiA)
252
253
o
Diagnóstico
253
o
Pronóstico
256
o
Motivación
256
Estrategia de (ICV-EUiA)
257
8
-
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s)
Discurso de C´s
258
258
o
Diagnóstico
258
o
Pronóstico
260
o
Motivación
261
Estrategia de C´s
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
261
261
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 268
o
Estructura de Oportunidad Política 2005-2009
274
o
Conclusiones del capítulo
278
Capítulo VI. Período 2010-2014. El proceso soberanista.
Hacia la independencia
281
o
Introducción al período 2010-2014
281
o
Análisis del tercer período 2010-2014
290
Convergencia y Unión (CiU)
Discurso de Convergencia y Unión (CiU)
290
292
o
Diagnóstico
292
o
Pronóstico
304
o
Motivación
308
Estrategia de CiU
310
Unión democrática de Cataluña (UCD)
311
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)
313
Discurso de ERC
o
Diagnóstico
315
o
Pronóstico
323
o
Motivación
325
Estrategia de ERC
327
Partido Socialista de Cataluña (PSC)
314
Discurso del PSC
329
331
o
Diagnóstico
331
o
Pronóstico
334
o
Motivación
335
Estrategia del PSC
335
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y
Alternativa (ICV-EUiA)
Discurso de (ICV-EUiA)
337
338
o
Diagnóstico
338
o
Pronóstico
342
9
Motivación
343
Estrategia de (ICV-EUiA)
343
o
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s)
Discurso de C´s
347
o
Diagnóstico
347
o
Pronóstico
350
o
Motivación
351
Estrategia de C´s
CUP-SI
346
351
352
SI
352
CUP
353
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC) 354
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
362
o
Estructura de Oportunidad Política 2010-2014
370
o
Resonancia de marcos
377
o
Actor de relevancia
380
o
Conclusiones del capítulo
381
-
Capítulo VII Conclusiones
391
-
Bibliografía
405
10
Índice de Gráficos y Tablas:
-
Gráfico 1: Porcentaje de población catalana por lengua materna
Gráfico 2: Sentimiento nacionalista (Cataluña)
Gráfico 3: Preferencias territoriales en Cataluña 2000-2013
Tabla 1: Lugar de nacimiento de la población en Cataluña
126
127
128
122
-
125
-
Tabla 2: Población en Cataluña según lengua materna.
Tabla 3: Autoidentificación identitaria en Cataluña
cruzado por Ascendencia
Tabla 4: Reconocimiento de la posibilidad de independencia
de Cataluña cruzado con Autoidentificación identitaria
Tabla 5: Estrato ocupacional cruzada con la media de
130
-
la identidad catalana
Tabla 6: Preferencia por la forma territorial del Estado años
2010-2012 cruzado pro clase social
131
-
-
129
130
Tabla 7: Lengua materna de parlamentarios y votantes por
partido en Cataluña (en %)
134
Tabla 8: Identidades relativas. Parlamentarios versus ciudadanías 135
Tabla 9: Identidades relativas por partidos políticos en Cataluña
Tabla 10: Forma de organización del Estado preferida
élites versus Votantes
Tabla 11: Resultados de la consulta catalana del 9N 2014
11
136
138
290
12
Introducción:
El problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es el nacionalismo
catalán, en particular la producción discursiva de las élites políticas nacionalistas, su
evolución, sus cambios y continuidades entre el año 2000 y el 2014. Puntualmente, se
analizará con especial detalle, los cambios discursivos de las élites políticas
nacionalistas, durante el denominado proceso soberanista catalán.
Para dar cuenta de los cambios y las continuidades del discurso, se comienza la
investigación hasta el tardo-pujolismo, de los años 2000-2003, se incluyen los años de
los Gobiernos Tripartitos, entre los años 2004-2009, y se finaliza la investigación con el
proceso soberanista entre los años 2010-2014. En concreto las pregunta de
investigación plateadas son: ¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del
nacionalismo catalán desde el año 2000 al 2014? específicamente entre los siguientes
tres períodos: 2000-2003, 2004-2009 y 2010-2014, ¿Bajo qué circunstancias esos
cambios han sido posibles?
Antes de describir la estructura de la tesis, merece la pena hacer una breve mención
de la naturaleza singular del período analizado, si bien se desarrollará con más
detenimiento esta característica singular a lo largo de todo el presente texto. A modo
de brevísima introducción se puede decir que, en la historia de la España
constitucional, el nacionalismo catalán ha sido predominantemente pactista, de tal
modo que la estrategia de las élites nacionalistas (principalmente la élite política
conservadora) durante este tiempo fue la negociación y el acuerdo con el Gobierno
nacional. Como resultado de esos pactos el Gobierno de la Generalitat obtenía más
autonomía a cambio de apoyos legislativos a nivel nacional. Ello tuvo como resultado
un despliegue de transferencias y descentralizaciones que dotaron de un importante
autogobierno a la comunidad autónoma de Cataluña. En este escenario el
nacionalismo catalán de carácter independentista nunca superó cuotas de un 23% de
apoyo social (Miley, 2006).
A partir de la victoria de Convergencia y Unión (CiU) en el año 2010 en las elecciones
a la Generalitat, de la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional del mismo año
―contraria en algunos aspectos a ciertos artículos del Estatuto de Autonomía de
Cataluña reformado en el años 2006 con el Tripartito― y, sumado a ello, la llegada del
Partido Popular al Gobierno nacional en el año 2011, ese tradicional y esperable
pactismo se ha ido transformando en secesionismo. El Gobierno de la Generalitat de
Cataluña, encabezado por CiU, apoyado por ERC, desde el año 2010 ―pero en
particular desde el año 2012― ha desarrollado una activa campaña de movilización en
13
función de lo que se conoce como “el proceso soberanista”. Este proceso tiene como
objetivo la secesión de Cataluña de España, para ello se viene realizando toda una
serie de acciones por parte del Gobierno de la Generalitat, y de asociaciones civiles
independentistas, que concluyeron a finales del año 2014 con la realización de una
consulta sobre el futuro político de Cataluña, consulta que, originalmente pretendió ser
un referéndum de autodeterminación y que finalmente fue suspendido por el Tribunal
Constitucional. Dicha consulta, se celebró el 9 de noviembre de 2014 y representa el
momento de máxima movilización social del nacionalismo secesionista en Cataluña y
punto culminante y corolario de este denominado proceso soberanista, considerando
el período analizado.
Este proceso, puede ser calificado de excepcional, debido a su magnitud, por los
objetivos que pretende alcanzar, por los actores institucionales que intervienen, por la
ausencia de una clara mayoría social que lo apoye y por los cambios que ha
producido, tanto en las formaciones políticas, en la arena política y a nivel social en
Cataluña, como también en el resto de España. Es por ello que se presenta un fértil
campo de investigación para dar cuenta de un fenómeno, como se dijo, de carácter
excepcional.
Por otra parte, y dentro de esa excepcionalidad que hace indispensable la
investigación en este campo, sobresalen otros tres elementos, fundamentales para la
comprensión del proceso soberanista, que son: 1) la acción fundamental de las élites
políticas en la movilización nacionalista a partir del discurso; 2) la demografía
heterogénea de la sociedad catalana que se opone a la descripción que de ella hace el
discurso de las élites; y 3) las circunstancias en que este proceso se desarrolla.
A pesar del riesgo de la inmediatez, que acarrearía afrontar una investigación de un
objeto de estudio tan cercano en el tiempo y sin que hayan mediado un mayor número
de trabajos académicos e investigaciones sobre él, merece la pena afrontar la
investigación de este proceso soberanista, por lo excepcional de su existencia, por la
falta de estudios ―no nacionalistas― que lo investiguen, y por la importancia
académica, y también social que pueden tener sus consecuencias.
Es por todo ello, que para responder a las preguntas planteadas, se propondrá un
análisis de los marcos de significación para la acción colectiva que ha utilizado, en sus
discursos, la élite política en Cataluña desde el año 2000 hasta el año 2014. Se
realizará además, un análisis comparado de la producción discursiva de la élite política
catalana, en lo que respecta a los procesos de enmarcado, a las estrategias y a los
14
marcos a partir de un marco ideal propuesto, en función del tema del encaje de
Cataluña en España.
La tesis consta de dos partes. La primera, que incluye los tres primeros capítulos, es
donde se desarrollan las herramientas teóricas y metodológicas con las que se
abordará la investigación; por otro lado, en la segunda parte, que va desde el capítulo
cuarto al sexto inclusive se desarrollan los análisis empíricos de los discursos de las
élites políticas en Cataluña en los tres períodos mencionados. En el capítulo séptimo,
se presentan las conclusiones. En el último, como es de rigor incluye la bibliografía
utilizada.
Puntualmente, y por orden expositivo, en el capítulo primero posee dos apartados. En
el primero, se expondrán las diferentes teorías del nacionalismo, a partir de la
clasificación propuesta por Smith (2000, 2004) entre las escuelas modernistas,
perennialistas, primordialistas y etnosimbolistas. En el segundo apartado, se
desarrollarán dos tipologías de naciones siguiendo los trabajos de Andrés de Blas
(1994, 1997) de las que resultan dos tipos ideales de nación: la nación cultural y la
nación política. A partir de estos dos tipos ideales de nación propuestos, se construirán
las dos estrategias enmarcadoras que utilizarán las élites políticas, para enmarcar los
marcos de significación para la acción colectiva que utilizan en los diferentes períodos
analizados.
Po último, a partir de los elementos teóricos de la primera parte del capítulo se
realizará una revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán. Esta revisión
divide la literatura en las aproximaciones perennialistas, etnosimbolista y modernista; y
es a partir de esta última, que se emprende la descripción demoscópica de la sociedad
catalana del capítulo cuarto, que da asidero empírico, a los análisis discursivos de los
capítulos cuarto, quinto y sexto, que conforman la parte empírica de la tesis.
En el segundo capítulo se expondrán los fundamentos teóricos y metodológicos
vinculados al estudio de la acción colectiva y de los movimientos sociales, con
especial interés en la técnica del análisis de marcos y de la Estructura de Oportunidad
Política (EOP), que son las técnicas que se utilizan en esta tesis. Esa exposición se
hará a partir de la reseña de las principales teorías y de la disciplina, por orden
cronológico y desde la perspectiva de sus principales autores, del mismo modo que en
el capítulo primero se hace con el nacionalismo.
En el capítulo tercero se expondrá la propuesta teórico-metodológica de la tesis para
responder a la pregunta de investigación planteada. Esta tesis se inserta dentro de la
15
perspectiva de la tradición modernista del nacionalismo y del constructivismo en
particular, que entiende al nacionalismo como una ideología que puede ser investigada
desde el análisis del discurso. Para ello, se propondrá utilizar la técnica del análisis de
marcos para dar cuenta del cambio de los discursos de las élites políticas catalanas
entre los años 2000 y 2014, analizando: marcos, proceso de enmarcado y estrategias
respecto al tema del encaje de Cataluña en España, en función de un marco ideal
propuesto y complementando esos análisis con la EOP. El uso del marco ideal
permitirá confrontar y comparar los diferentes marcos de las diferentes formaciones
políticas y a través de los diferentes períodos.
El capítulo cuarto, el primero de la segunda parte de la tesis, consta de dos partes
diferenciadas. La primera ofrecerá un descripción demoscópica de la sociedad
catalana con especial relevancia a las cuestiones identitarias (además de las de
origen, clases, etc.); y se realizará, por otra parte, una comparativa entre las mismas
cuestiones analizadas, entre la población y las élites políticas, para ponderar la
relevancia que tienen las élites en el nacionalismo catalán, y en particular, en el
proceso soberanista.
En la segunda parte del cuarto capítulo, se analizará el discurso de las élites políticas
catalanas respecto del tema del encaje de Cataluña en España entre los años 20002003, en decir, en el tardo-pujolismo. Si bien la tesis investiga las formas en que ha
cambiado el discurso de las élites políticas nacionalistas en Cataluña, se analizarán
además de los discursos nacionalistas, los discursos de los partidos no nacionalistas
de base regional, como los discursos de los partidos nacionales. Ello permitirá
observar sus interacciones dialécticas y ofrecer explicaciones más sólidas a los
cambios que se pretenden explicar.
En este cuarto capítulo además, se incluirá, en su segunda parte, una descripción
general de cada partido político que interviene en el análisis, con la excepción de
Ciudadanos, Solidaridad Catalana por la Independencia, y Candidatura de Unidad
Popular, cuya descripción se realizará, por motivos temporales, en el quinto y sexto
capítulo respectivamente.
En el capítulo quinto se analizará el discurso en el período que va entre los años 2004
al 2009, que tiene como eje temático la reforma del Estatuto de Autonomía de
Cataluña del año 2006 y los Gobiernos Tripartitos de izquierda. En el capítulo sexto se
analizan los discursos del período comprendido entre los años 2010 al 2014, que tiene
como eje central el proceso soberanista.
16
La estructura de los tres capítulos de la segunda parte es la misma ―exceptuando la
primera parte del capítulo cuarto― en ellos se realizará al inicio del capítulo una
descripción de los elementos fundamentales y de los hechos relevantes del período a
nivel político, en el que contextualizarán los análisis posteriores. A partir de esa
descripción, se llevarán a cabo los análisis de los marcos y estrategias de los
discursos de las diferentes formaciones políticas que aglutinan a la élite política en
Cataluña en función del marco ideal y luego se complementará ese análisis con la
EOP. Por último se expondrán las conclusiones de cada capítulo.
Si bien, en esta tesis, se analiza el discurso de las elites políticas, no se investigan los
discursos de individuos aislados, sino de personas que conforman una minoría
organizada y establecida en instituciones políticas. Es por ello que tiene relevancia la
localización estratégica de las élites en los partidos políticos y las instituciones del
Estado y no se hace referencia a personas o individuos al margen de la estructura.
Dado las diversas entidades y magnitudes de los diferentes partidos políticos y de sus
respectivos discursos, se asignará una extensión diversa al análisis de cada discurso,
dependiendo del partido político que se trate y su influencia en el momento analizado,
al igual que el orden en que se expone el análisis.
17
18
Primera parte.
Capítulo I: Marco teórico del nacionalismo:
Plan de trabajo del capítulo:
El planteamiento del presente capítulo es doble. Por un lado, se ofrecerá el marco
teórico respecto del nacionalismo a partir del cual se desarrollará la tesis. Este
apartado se organizará siguiendo la conocida categorización propuesta por Smith
(2004), en referencia a las perspectivas teóricas de los principales autores de la
materia. Luego, se propondrá una categorización de los tipos de nacionalismos, a
partir de los tipos ideales propuestos por Meinecke (1970) y desarrollados por Andrés
de Blas Guerrero (1994), que servirán para definir los tipos de estrategias de
enmarcado de los discursos.
En la segunda parte de este capítulo se ofrecerá una revisión crítica de la literatura del
nacionalismo catalán que enmarcará el estudio presente pero de un modo más
específico. En ese apartado se categorizarán los autores que desarrollan sus
investigaciones sobre el nacionalismo catalán, en correspondencia con lo descrito en
el primer apartado del capítulo.
Nacionalismo.
Breuilly entiende que “[e]l nacionalismo es una forma de política” (1990:48) y nos
conmina a que antes de indagar acerca de las “bases” de tipo “cultural, social,
económica o psicológica” del nacionalismo, se orienten las investigaciones hacia el
análisis de “cómo opera realmente esta forma de política” (1990:48). Acotando un
poco más la definición podemos decir que el nacionalismo es un tipo de discurso
(asimilable en este caso al concepto ideología) que construye la nación y la identidad
nacional a partir de la narración (Bhabha, 2010).
El propósito de esta tesis tal y como se mencionó en la introducción se enmarca en la
recomendación citada anteriormente, es decir, la presente tesis entiende al
nacionalismo como un tipo particular de discurso a partir del cual se construye la
nación y la identidad nacional. Para afrontar el estudio del fenómeno del nacionalismo
catalán, en este capítulo, se propondrán una serie de herramientas conceptuales de
orden general respecto de las teorías del nacionalismo y de los tipos ideales de
nación, en la primera parte; y se ofrecerá un estado de la cuestión del estudio sobre el
caso del nacionalismo catalán en la segunda.
19
Desde una perspectiva general sobre el análisis de las teorías del nacionalismo
podemos decir junto con De Blas (1997) que, el nacionalismo, en tanto que ideología o
movimiento político “es una realidad difícil de aprehender en el marco de una teoría
explicativa de carácter global” (De Blas, 1997:507). Esta dificultad propia del objeto de
estudio en sí, tiene su origen en la faceta proteica del nacionalismo y en la relevancia
de los casos y sus particularidades. Estas particularidades, por su complejidad,
tienden a escapar en muchos casos a los intentos de sistematización teóricos.
No obstante lo anterior, es innegable que el estudio de los casos particulares, tal y
como sostiene De Blas (1997), debe ser complementado, con las instancias de una
teoría general. En otras palabras, dos son las razones que nos llevan a no cesar en la
búsqueda y en la aplicación de la teoría general del nacionalismo, la primera la
creencia en el empeño de la tarea heurística de la ciencia; y la segunda, de bastante
menor alcance pero no menos importante, de intentar dar cuenta de los fenómenos
sociales y políticos de una forma global. Para estos fines la teoría reviste una
importancia fundamental para poder dotar de mayor fuerza, coherencia y
sistematicidad ―cuando no de sentido― a las explicaciones.
El otro elemento, que hace ardua la tarea de dar cuenta del fenómeno del
nacionalismo, es el gran interés que ha generado, y genera, este fenómeno y la
amplísima bibliografía producto de ese interés. Estas referencias a la extensión, a la
complejidad y a la falta de una teoría comprensiva, es un ritual de los trabajos sobre el
nacionalismo como sostiene de Blas (1984:13). Pero, tras el tópico que representa la
referencia ritual, existe una base real que lo justifica. Haciendo frente a esa base real y
pese a la dificultad de la extensión del corpus bibliográfico mencionado, en lo que
sigue, se intentará presentar las principales aproximaciones de investigación al
fenómeno del nacionalismo a partir de la ya clásica tipología de Smith (2000 y 2004)
―a quién se seguirá en sus desarrollos―. A ello se sumará, una categorización
tipológica de naturaleza analítica de las naciones que son: nacionalismos cívicopolítico y etno-cultural, que fueran propuestas por Meinecke (1970) y que es recogida
ampliamente por la comunidad científica; en ello atenderemos fundamentalmente a los
trabajos de Andrés de Blas Guerrero (1994, 1997).
Para introducirnos directamente en la cuestión, diremos con Smith (2000, 2004) que
existen cuatro paradigmas de investigación fundamentales en el estudio del
nacionalismo, estos son el modernismo, el perennialismo, el primordialismo y el
etnosimbolismo. Comentaremos cada uno de los paradigmas mencionados, a partir de
20
los principales autores del estudio del nacionalismo y nos detendremos con particular
interés en el paradigma modernista que es el que se adopta en esta tesis doctoral.
Perennialismo:
El primer paradigma que se comentará es el perennialismo. Ésta aproximación podría
describirse como el paradigma tradicional de la historiografía ―lejano en cierto sentido
de los parámetros de rigor científico― de países como Francia, Gran Bretaña o
Alemania (Smith, 2000). Este paradigma interpretaba los hechos históricos en función
de una continuidad histórica de la idea de nación desde un pasado remoto y glorioso,
pasando por el presente (quizás menos memorable) y a la espera de un renacer
nacional futuro. La idea central de esta aproximación era que la nación es perenne, es
decir, que su existencia no ha tenido interrupción alguna desde sus orígenes
pretéritos.
Muchos autores y académicos asumieron, a lo largo del siglo XIX llegando incluso
hasta la década del cuarenta del XX en algunos casos, una visión perennialista del
nacionalismo aun cuando la ideología nacionalista fuera un desarrollo histórico
reciente (Smith, 2004:67). Estos autores entendieron a las naciones como formaciones
sociales con un patrimonio etno-cultural politizado; es decir, una comunidad con una
serie de rasgos comunes que se han mantenido en el tiempo (tales como la lengua, la
sangre, o la cultura) y relacionaba esas características con los fundamentos de una
entidad política que es la nación.
El perennialismo asume como propias y válidas las premisas del nacionalismo y
naturaliza la idea de nación, en tanto que ésta “reflejaría los principios subyacentes de
las historia” (Smith, 2000:54). La idea central que recorre todo el arco de la perspectiva
del perennialismo es que las naciones son “comunidades históricas básicas, a la vez
que antiguas e inmemoriales” (Smith, 2000:54) que encarnan las propias
características del pueblo que se manifiesta en una forma de ser determinada a nivel
individual ―se destacan además, determinados rasgos de carácter y de voluntad― no
admitiendo, por otra parte, matices ni fisuras al interior de ese pueblo que es
presentado de un modo homogéneo.
Por otra parte el perennialismo centra su atención en la motivación de la acción
individual en los sentimientos nacionales de los sujetos. Estos sentimientos son, de
igual modo que las naciones, un elemento ineludible como fundamento heurístico que
era vinculado a fuerzas históricas de carácter natural.
21
El perennialismo desarrolló una identidad conceptual fundamental entre los términos
de “raza” y “nación”. Y si bien el concepto de “raza”, se encontraba asociado al hecho
de que los sujetos compartiesen un mismo patrimonio cultural y a un mismo origen; no
es menos cierto tampoco, que a partir del concepto de raza se extendieron una serie
de analogías biologicistas ―de más está decir que de muy escaso rigor científico, sin
entrar en cuestiones normativas― que relacionaban naciones con organismos
biológicos. Para esta perspectiva, las naciones, en tanto que organismos, eran objeto
de la evolución de tal modo y manera que poseían las mismas características de
“gradualismo, desarrollo y acumulación” (Smith, 2004) que los organismos vivos.
El vínculo que enlaza los conceptos de raza y de la nación, dentro de la perspectiva
perennialista es el de la lengua. Tal y como sostiene el neo-perennialista Hasting “Las
lenguas orales son propias de las etnias; las lenguas vernáculas ampliamente escritas
son de las naciones” (Hastings, 2000:36). E incluso, este autor, establece una
correlación entre la producción escrita y la posibilidad de la emergencia de la nación,
en tanto que, “cuantos más escritos con impacto popular produzca una lengua
vernácula, más parece impulsar a sus hablantes desde la categoría de etnia a la de
nación. […] en cierto sentido los textos pueden dar origen a pueblos” (Hastings,
2000:35).
Hasting toma el argumento modernista de Anderson (1993) y lo extrapola desde la
modernidad ―es decir de los siglos XVIII y fundamentalmente del XIX― al siglo XVI.
Es por ello que llega a sostener que a mayor uso de la legua vernácula y más estable
se hace esta, se comenzará “a crear, casi necesariamente, lo que se podría llamar una
protonación” (Hasting, 2000:36)
Según Smith (2004) al perennialismo lo encontramos en dos versiones o formas, la
primera, es el “perennialismo continuo”, que hace referencia a las largas tradiciones
que poseen algunas “naciones”. Estos orígenes no solo pueden rastrearse hasta el
siglo XVI o incluso el XV ―como en los casos de Suecia Rusia y Holanda― sino que
existen otros casos, que cita Seton-Watson (1977) como los de Francia, Inglaterra,
Escocia y España donde “los orígenes nacionales podrían rastrearse más atrás. [y]
cuya longevidad histórica sustanciaría el sentido de la nacionalidad inmemorial de su
población” (Smith, 2004:69)
El otro formato del perennialismo es el que Smith denomina “perennialismo
recurrente”. Este tipo de perennialismo entiende que las naciones tienen un principio y
un final histórico, es decir, tienen una génesis y tendrán del mismo modo un final, en
otras palabras, las naciones son históricas. Lo que no tiene caducidad es el concepto
22
mismo de “nación”. La nación “como categoría de asociación humana, es eterna y
ubicua” (Smith, 2004:69) a lo largo de la historia y del mundo. Esta máxima del
perennialismo es particularmente arriesgada en términos conceptuales ya que tiende a
plantear la analogía biologicista, en este caso la propia vida de las naciones, como una
ley natural.
Modernismo:
Frente a este paradigma tradicional del perennialismo surge un paradigma de
reacción que es el modernismo. El modernismo, tal y como sostiene Máiz (1997), se
ha impuesto como aproximación mayoritariamente asumida por la academia, y pueden
identificarse ideas centrales y compartidas por los diferentes autores que se agrupan
en este enfoque, como las que siguen:
-
Las naciones son producto de la modernidad, no son una realidad dada, son
asunciones de colectividades culturales modernas, antes que realidades inmemoriales
datadas en el origen de los tiempos tal y como sostenía el perennialismo.
-
Las naciones son producto de la acción racional en las condiciones que ofrece
la modernidad y no “producto de fuerzas históricas muy arraigadas” (Smith, 2000:55).
-
El nacionalismo crea las naciones y no al revés.
Dentro de este gran paradigma modernista ―que es el que se asume en esta tesis―
existen varias tendencias o perspectivas que acentúan o puntualizan algunos
elementos heurísticos frente a otros. Pero, en líneas generales tienden a coincidir en
todo con las tres premisas comentadas más arriba.
Históricamente, el modernismo entiende a la nación como un proceso de creación que
comenzó en Francia, a partir de la Revolución de 1789, influenciado por las nociones
de autogobierno de ciudadano libres e iguales que se arrogan la responsabilidad y el
derecho de participación en los asuntos públicos y en los que reside la soberanía. En
este sentido el modernismo tiende a asumir conceptualmente los inicios de la nación
en los mismos términos que lo hace Meinecke (1970) vinculando el nacionalismo
cívico y democrático a conceptos tales como: ciudadanía, autogobierno y patriotismo.
Con el modernismo existe un cambio ideológico fundamental en los términos
enunciados en el párrafo anterior que, tal y como comenta Smith, “[fue sobre todo en
la Francia del siglo XVIII cuando se convirtió por fin en credo viviente la exhortación de
Pericles a sus conciudadanos atenienses en la Oración Fúnebre en el 430 [a].C. a
23
enamorarse de su ciudad. Solo entonces fue asumido colectivamente su ideal de
ciudadano activo, preocupado por lo público” (Smith, 2004:64).
Estos cambios sociales permitieron la emergencia del nacionalismo y de su idea de
nación, en la modernidad y más puntualmente en la Revolución de 1789, no solo son
fenómenos modernos sino que en ellos el lugar determinante lo ocupa la “nación
soberana, única y unida y que han transformado el mundo a su imagen” (Smith,
2004:64) Estas ideas son las que reclamaban los revolucionarios franceses y que se
terminaron imponiendo como los principios de la revolución (no sin ciertas reticencias
iniciales) eran "unidad, indivisibilidad de la República; libertad e igualdad” . Note el
lector que ese lugar preponderante del concepto de nación soberana, unida y única,
ocupa la primera parte de las proclamas revolucionarias.
El paradigma del modernismo señala, de esta manera, un doble cambio que trae
consigo la modernidad: el primero es la innovación del nacionalismo, y el segundo
cambio es el producido por la aparición de la nación, es decir, el producto del
nacionalismo.
Para el modernismo la innovación no es cronológica, sino cualitativa, en tanto que las
características particulares de la modernidad trajeron aparejadas un cambio a nivel
ideológico que produjeron efectos sobre las formas tradicionales que observaban las
comunidades humanas, las identidades colectivas, el sistema político y el
ordenamiento internacional.
Smith se centra en describir las diferentes explicaciones que ofrece el paradigma
modernista
sobre
aquellos
elementos
propios
de
la
modernidad
que
han
desencadenado el surgimiento del nacionalismo. Los factores a los que hace
referencia Smith son: el socioeconómico, el sociocultural, el político, el ideológico y el
construccionismo.
Veamos brevemente las principales aportaciones de cada una de estas perspectivas
que forman parte del paradigma modernista en sentido estructural:
Perspectiva de los factores socioeconómicos: Los principales exponentes de esta
aproximación son Nairn (1977) y Hechter (1975)1. Ambos autores vinculan la nación y
el nacionalismo a las condiciones propias de la economía capitalista que acentúan
sentimientos de privación relativa (Gurr, 1974) que ha acentuado las fracturas o
clivajes de clase, regionales, centro-periferia, o entre élites. Hechter, (1975) destaca
1
Hechter estudia el caso de Irlanda, desde una perspectiva cuantitativa.
24
en particular la influencia del capitalismo industrial y sus consecuencias, como por
ejemplo, las relaciones centro periferia, la división desigual del trabajo ―deudora en
términos conceptuales y en cierto sentido de los postulados de la teoría de la
dependencia― como variable explicativa del surgimiento y de la difusión del
nacionalismo. Uno de los conceptos fundamentales que acuña en su trabajo es el de
“colonialismo interno” (Hechter, 1975)2.
En el caso de Nairn (1977) vemos una síntesis de teorías marxista del desarrollo
desigual, de la teoría de la dependencia y los trabajos de E. Gellner. Esta síntesis
entiende que el nacionalismo tiene como factor determinante el desarrollo desigual del
capitalismo. Ello tiene como consecuencias las tensiones entre el centro y la periferia.
Para Nairn3, estas tensiones son aprovechadas por las élites periféricas para movilizar
a la población contra el centro. El nacionalismo que describe Nairn (1977) es un
nacionalismo de tipo cultural y populista (que se verá más adelante) en el que tendrá
un papel central la intelligentsia, para su difusión. Según Nairn, es esta intelligentsia la
que genera y crea la cultura nacional en clave romántica e interclasista. Los ejemplos
clásicos del siglo XIX serán Alemania e Italia, y en el siglo XX, son Cataluña, Escocia,
Quebec y Flandes (citado en Smith, 2000:106).
Tal y como se verá más adelante, la experiencia empírica hace difícil encajar a
Cataluña en las tesis del colonialismo interno y en el desarrollo desigual, propuestos
por Nairn, de finales del siglo XX y principios del XXI. Aunque en lo que respecta al
expediente colonial clásico, sí es cierto que las aportaciones de Nairn se adecúan con
más éxito a analizar esos casos (Smith, 2000).
Perspectiva de los factores socioculturales: Uno de los principales exponentes de esta
perspectiva es E. Gellner (1964, 1983). Gellner es uno de los pensadores
fundamentales del modernismo en particular y del nacionalismo en general. Gellner
pretendió buscar una teoría general del nacionalismo a partir de una visión o
perspectiva global de la historia de la humanidad. Gellner elabora también sus
explicaciones a partir de los factores de la modernidad que afectan al nacionalismo
centrándose en articular en el desarrollo desigual de la modernización (no del
capitalismo). De orientación funcionalista ―hecho que le ha valido críticas― su tesis
2
Sostiene Hechter que “Si la estratificación social en la periferia está basada en diferencias
culturales observables, existe una cierta probabilidad de que el grupo desventajado reaccione
afirmando su propia cultura, como igual o incluso superior a aquella del centro relativamente
privilegiado. Esto puede ayudarlos a percibirse como una nación separada, y buscar, por lo tanto, la
independencia” (Hechter, 1975:10).
3
Para Nairn el origen del nacionalismo no se encuentra en el pueblo o en la identidad reprimida,
sino en el desarrollo económico desigual de la historia desde el siglo XVIII.
25
fundamental es que en su necesidad de una mano de obra alfabetizada homogénea,
móvil y con una formación orientada al trabajo, las naciones procuraron los medios
estatales para proveer ―a través de la escuela pública y obligatoria, así como los
planes de estudio estandarizados― las estructuras institucionales de masas
necesarias para impulsar y generar la mano de obra que necesitaba la industria
capitalista y la cultura avanzada de las sociedades modernas. Para el primer Gellner
de Though and Change, de 1964, el nacionalismo surge a manos de la intelligentsia
que politizaba conflictos étnicos y económicos provocados por el desarrollo desigual
de la modernidad.
Más adelante en Naciones y Nacionalismo publicado en 1983 Gellner reelabora su
teoría y retira el peso teórico que otorgaba a las élites de la intelligentsia y se centra en
las necesidades de formación homogénea de la sociedad moderna. Para dar cuenta
de estas relaciones Gellner introduce el concepto, de cultura avanzada. Esta sería una
cultura “pública, escrita, inculcada por medio de un sistema educativo de masas,
estandarizado y académicamente supervisado, llevado por especialistas” (Smith,
2000:84-85). A partir de este concepto Gellner define la identidad nacional, entendida
como la autoidentificación de los ciudadanos con esa cultura avanzada; la nación, a la
que concibe como la manifestación de esa cultura avanzada en ámbito político y
social; y define el nacionalismo, al que propone como la “aspiración a obtener o
retener un tipo de cultura avanzada como ésta y hacerla congruente con un Estado”
(Smith, 2000:85).
Para llegar a esas definiciones, partiendo del concepto de cultura avanzada Gellner
realiza un análisis de las transformaciones de las sociedades de las etapas preagrarias a las sociedades agrarias, y de éstas, a las sociedades industriales. A
diferencia de las sociedades pre-agrarias y (fundamentalmente) de las agrarias, las
sociedades industriales necesitan una cultura avanzada que reemplace los ligámenes,
que poseían las otras sociedades. La sociedad moderna posee unas características
diferenciales como son la igualdad en sus ideales ―aunque no lo son siempre en la
práctica― (Gellner, 1983), la movilidad social, crecimiento económico y el desarrollo y
la innovación. Además de la división del trabajo, el cambio social constante, y el
trabajo de naturaleza semántica antes que manual.
De allí la importancia de una cultura avanzada de las características que se
comentaron más arriba, y de allí también la determinación, en términos de Gellner, del
nacionalismo como agente que propicia que sean las diferentes culturas “las
depositarias naturales de la legitimidad política” (1983:55). De este modo el
26
nacionalismo pasa a ser “un principio político que mantiene que la cultura común es el
lazo social básico” (Gellner, 1983:5)
Debido a la dificultad de establecer una empresa de esta tipo, ―es decir, una cultura
pública, escrita, inculcada por medio de un sistema educativo de masas,
estandarizado y académicamente supervisado― el rol del Estado es fundamental para
la consecución de estos fines. Es por ello que cultura, sistema educativo y nación
quedan vinculados por medio del Estado y esta situación conduce a que todos los
Estados modernos se establecen como Estados nacionales (Gellner, 1983).
La sociedad moderna, para Gellner, solo puede funcionar mediante la homogeneidad
cultural y esa homogeneidad debe ser promovida e impulsada por el sistema público
centralizado y estandarizado de educación. Ese sistema estatal impone una
determinada cultura concreta como código de comunicación que pasa a ser un valor
en sí mismo y es por ello que el nacionalismo entiende que debe ser defendido y
protegido.
Es el Estado, según Gellner, quién por medio del sistema de educación público
impone la cultura avanzada de la nación a la población. Y es el nacionalismo quién
determina qué elementos son aquellos que forman parte de esa cultura avanzada, en
palabras de Gellner: “Es el nacionalismo el que crea las naciones y no al revés.
Ciertamente el nacionalismo recurre tanto a las culturas que proliferaron con
anterioridad y que habían sido históricamente heredadas como a la riqueza cultural
preexistente, si bien hace un uso selectivo de ellas y, a menudo, las transforma
radicalmente” (Gellner, 1983: 55). Gellner insiste, además, sobre la capacidad de
reinvención del nacionalismo sobre la lengua y la cultura, así como sobre mitos y
sobre la cultura en general.
Las críticas a Gellner han sido muchas y de entidad diversa, las más relevantes
―seleccionando algunas de ellas― se centran en su visión funcionalista sobre el
nacionalismo y la modernidad; su descuido de otras facetas del fenómeno, tales como,
el origen o la difusión del nacionalismo (Smith, 2004); del mismo modo que se le
censura cierta falta de claridad conceptual respecto del término modernidad y de las
ocasiones en que elementos propios de éste coinciden con elementos de naturaleza
tradicional en el análisis de los casos concretos y, por último, cierto etnocentrismo que
se derivaría del concepto modernidad.
Sin perjuicio de las críticas, y de lo acertadas de algunas de ellas, a los trabajos de
Gellner, es necesario destacar la enorme influencia que ha tenido su trabajo en las
27
investigaciones sobre el nacionalismo y en particular en la perspectiva modernista y
los avances que en el estudio del fenómeno ha realizado y promovido. Y
fundamentalmente el gran alcance explicativo del modelo (a pesar de la dificultad de
dar cuenta de los nacionalismo en sociedades agrarias, por ejemplo) a nivel general.
Perspectiva de los factores políticos: Esta perspectiva entiende que el factor
explicativo del nacionalismo es el Estado y está encabezada por autores como Breuilly
(1990), Mann (1995) y Brubaker (1996). Para estos autores, el peso del Estado
burocrático moderno está asociado con el surgimiento de las naciones y del
nacionalismo. Las nociones que existen detrás de esta perspectiva son las del
componente burocrático de las organizaciones fundamentalmente del Estado como
actor central de la vida social y de la esfera internacional, además de los cambios a
nivel relacional entre la sociedad y el Estado, y de las modificaciones tecnológicas en
las comunicaciones y en la información que hacen necesario un Estado nacional que
promueva identidades nacionales para ser exitoso en sus funciones.
Brubaker postula su análisis desde la perspectiva del neoinstitucionalismo sociológico,
y comienza criticando a la forma en que las aproximaciones tradicionales tratan a la
nación como “comunidades sustanciales y duraderas” (1996: 21) ―crítica que ya se
encontraba en el modernismo gellneriano― y propone, por otra parte, una forma de
abordaje de la cuestión con eje en las categorías prácticas de nación y se concentra
en las formas políticas e institucionales que existen materialmente, de este modo, la
nación en su forma de “noción analítica” debe entenderse como contingente y no
caracterizarlo de modo sustancial.
Brubaker pone su atención en los casos de Europa occidental y oriental, en especial,
en el espacio post-soviético analizando la triple relación existente entre las
pretensiones del grupo étnico dominante que conforma el núcleo duro de la nación, las
ambiciones de los estados vecinos y las demandas compensatorias de otras minorías
étnicas distintas a las dominantes. Ello da como resultado tres categorías de abordaje
del nacionalismo la primera la del “nacionalismo nacionalizador”, la segunda la del
“nacionalismo transfronterizo” y la tercera el “nacionalismo de las minorías”.
En el primer caso entiende por “nacionalismo nacionalizador” aquel nacionalismo
motivado por las reivindicaciones de los grupos étnicos que se describen etnoculturalmente, se definen como una nación y suelen reclamar el control del Estado.
Los “nacionalismos transfronterizos” pretenden la defensa de una nación que excede
la demarcación de las fronteras del Estado y tiende a incluir población nacional en otro
28
Estado. Brubaker sostiene, que el "nacionalismo transfronterizo" neutraliza el
“nacionalismo nacionalizador”. En cierta forma Brubaker sostiene que este
nacionalismo es la reacción frente al “nacionalismo nacionalizador” sobre poblaciones
que aun viviendo dentro de sus fronteras son percibidas y reivindicadas como parte de
esa nación transfronteriza.
El autor también describe "nacionalismo de minorías", como aquel que tiende a
oponerse al nacionalismo nacionalizador. Para Brubaker la población a la que se dirige
y que reclama el nacionalismo de minorías es el mismo que reclama el nacionalismo
nacionalizador y ambos nacionalismos compiten por ello. De hecho no siempre,
sostiene Brubaker, conviven ajenos a tensiones. La descripción que suelen hacer, de
sí mismos, los nacionalismos de minorías es de naturaleza etno-cultural y reclaman
ese reconocimiento más allá de lo meramente político. Por otra parte, el nacionalismo
de minorías pretende debilitar el Estado y el tipo de nacionalismo que este haya
adoptado, en tanto que suelen reclamar, no ya el control del Estado, sino un Estado
para ese nacionalismo de minorías o un reconocimiento etno-cultural determinado.
Breuilly (1990), por su parte, se enmarca, al igual que Brubaker, en la estela
gellneriana respecto de la naturaleza moderna del nacionalismo, pero centra su
investigación en el rol del Estado, en tanto que “lo que configura la política nacionalista
es la forma adoptada por el Estado moderno” (1990:13). Breuilly, a diferencia de
Gellner, lejos de pretender desarrollar una teoría general sobre el nacionalismo, se
orienta a las formas que el nacionalismo se relaciona con “las formas de obtener y
utilizar el poder del Estado” (1990:11). Para este autor, el marco teórico general, al
igual que sostiene De Blas (1997), debe enmarcar el estudio sobre los casos
particulares, de allí deduce la necesidad de una tipología específica que desarrollará
para el análisis de esos casos empíricos. Para Breuilly es fundamental dar correcta
cuenta de las complejidades del caso concreto intentando “localizar los modelos
subyacentes” (Breuilly, 1990:48)
De Blas entiende que la relevancia de esta perspectiva del estudio de los factores
políticos del nacionalismo resalta “el decisivo significado de la búsqueda del poder en
relación con […] el Estado” (de Blas, 1994: 29). Es a través del nacionalismo que el
Estado adquiere una vía “privilegiada” de legitimación o “en el vehículo a través del
cual nuevos agentes sociales pretenden legar a la conquista del poder político” (de
Blas, 1994: 29).
Esta perspectiva será de vital importancia en la tesis presente, en tanto que, aporta
una perspectiva realista y pragmática en el análisis, por ejemplo de las bases sociales
29
del nacionalismo, y muy especialmente, en lo respectivo a las tensiones secesionistas
de los nacionalismos occidentales contemporáneos. Andrés de Blas, siguiendo a
Breully, destaca que las bases sociales de los nacionalismos subestatales españoles
(así como el escocés y el quebecois) “tiene poco que ver hoy con el viejo mosaico de
desenganchados de la historia que en otro momento pudo levantar, aunque no
sostener y asentar, la bandera del descontento nacionalista” (de Blas, 1994: 30).
Breiully entiende por nacionalismo es un tipo de “movimiento político que tratan de
ejercer o ejercen el poder del Estado y que justifican tales acciones con argumentos
nacionalistas” (1990: 13). El argumento nacionalista, prosigue Breuilly, se estructura
sobre tres premisas básicas que son la base de su doctrina política y estas premisas
son: 1, “existe una nación con un carácter explícito y peculiar; 2, los intereses y valores
de esa nación tienen prioridad sobre todos los demás intereses y valores; 3, La nación
tiene que ser tan independiente como sea posible. Habitualmente, esto exige al menos
la obtención de la soberanía política” (Breuilly, 1990: 13)
A partir de estas concepciones del nacionalismo y del rol del Estado, Breuilly (1990)
orienta particularmente su estudio a la indagación del nacionalismo como una política
de oposición frente a un Estado existente, de aquellos nacionalismo que son
políticamente significativos (Smith, 2000). Desde esta forma de entender el
nacionalismo ―como oposición al Estado existente― Breuilly estructura su tipología
de análisis de casos empíricos, que se basa, por una parte, en las tres formas de
relación que el nacionalismo como oposición tiene frente al Estado, que son:
separación, reforma o unificación. Por separación se entiende la secesión del Estado
que forma parte; por reforma el acceder al poder para reformarlo; y por unificación, la
unión con otro Estado. Por otra parte, se discrimina, si ese Estado puede o no, ser
definido como un Estado-nación. De allí emerge una tipología de seis categorías
posibles con las que Breuilly analiza los casos concretos tanto de Occidente,
fundamentalmente de Europa, como también los casos más relevantes de Oriente y
África. Por último, se destaca de su estudio el análisis de las formas que adquieren las
políticas nacionalistas para movilizar a los diferentes sectores de la población.
Los sectores que Breuilly considera fundamentales para el éxito en el desarrollo y
difusión del nacionalismo, son las élites y las sub-élites (aunque menciona también las
excepciones respecto de los sectores de trabajadores manuales más orientados al
internacionalismo tradicional del marxismo y a ciertos sectores de la aristocracia
empobrecida) del mismo que destaca el peso de los intelectuales, pero lejos de
centrarse únicamente en la producción ideológica del nacionalismo, analiza la forma
30
en que se movilizan los diferentes grupos sociales, su ideología y el papel de los
movimientos nacionalistas” (Breuilly, 1990: 48).
Continuando dentro de la perspectiva de los factores políticos, se puede incluir a Brass
(1991). Este autor destaca la lucha política entre élites como elemento central del
nacionalismo. Brass entiende que el nacionalismo y la identidad nacional son
constructos sociales y políticos que elaboran las élites a partir de elementos culturales
para su propio beneficio (Brass, 1993). Para este autor los elementos diferenciales que
conforman la etnicidad será utilizada por las élites “para hacer demandas en la arena
política, para conseguir una alteración de su status, de su bienestar económico, de sus
derechos civiles y de sus oportunidades educativas. El grupo étnico puede aspirar al
status nacional y conseguir sus metas dentro de un Estado ya existente, o bien,
aspirar a uno independiente” (Brass, 1991:19-20 citado en Serrano Pascual, 1995: 68).
Brass sostiene que las élites poseen el poder de contrarrestar o favorecer esas
construcciones en función de los diferentes momentos políticos y económicos;
pudiendo pasar de la colaboración al conflicto en función de sus estrategias y en
directa relación con los diferentes momentos políticos y económicos (Brass, 1991).
Para este tipo de aproximación, los elementos simbólicos con los que el Estado
―central o regional― organiza tanto el sistema educativo y productivo son centrales.
Destacan por ello como muy relevantes cuestiones tales como la lengua oficial, la
promoción de la creación de empleo, las infraestructuras, que son centrales para la
competencia entre diferentes grupos (Brass, 1991). Por ello se vuelve central el control
de los elementos culturales o identitarios es decir, el papel del Estado.
Los autores que se inscriben dentro de la perspectiva de los factores políticos
destacan un elemento en común que es el Estado como elemento explicativo
fundamental para dar cuenta de que es el Estado quién modela y le da fundamento a
la nación y no al revés, tal y como señalan Breuilly (1990), Brass (1991). A esta
perspectiva de la centralidad del Estado podemos sumar a los siguientes autores: Linz
(2008), Tiryakian (1985) y Brubaker (1996).
Perspectiva de los factores ideológicos: El centro de esta perspectiva estará puesto en
la modernidad y en los orígenes europeos de la ideología nacionalista (Smith, 2004)
de principios del siglo XIX y que luego pasará a África y Asia a principios del siglo XX,
profundamente influenciadas por el colonialismo europeo. E. Kedourie (1988) será uno
de sus principales exponentes y será, además, quién describa y ponga en valor el
componente pseudo-religioso del nacionalismo y su capacidad de construir a la
31
nación. Kedourie, tal como sostiene de Blas (1997), renuncia a las pretensiones de
totalidad de los enfoques sociológicos como el de Gellner, para reorientar su interés
hacia las aproximaciones histórico ideológicas. Kedourie relaciona las doctrinas
filosóficas de la Ilustración, fundamentalmente la doctrina del sujeto kantiana que fue
transpolada por el romanticismo alemán desde los sujetos individuales a los sujetos
colectivos que, para el romanticismo son las colectividades lingüísticas. En este ámbito
los sujetos individuales deben subsumirse en el sujeto colectivo para poder realizar así
su ideal de autonomía individual a partir de la autonomía o de la autodeterminación del
sujeto colectivo. (Kedourie, 1988; Smith, 2000). En otros términos, entiende que el
nacionalismo, en tanto que ideología, recurre a los criterios culturales propios del
romanticismo alemán para legitimar el apoyo Estatal y resolver así la tensión entre los
grupos de población y el Estado (de Blas, 1997 y 1994).
La visión del nacionalismo que tiene Kedourie es la de una ideología secular, moderna
e inventada que requiere homogeneidad cultural, es por ello que, esta ideología será
ampliamente apoyada por los intelectuales, según Kedourie, quienes ven acrecentar
su prestigio y reconocimiento según los requerimientos culturales o lingüísticos de esa
pretendida homogeneidad. En este sentido es central la educación científica, la
alfabetización y el racionalismo. (Smith, 2000)
Kedourie destaca el peso de los intelectuales, especialmente de los jóvenes respecto
de la adhesión al nacionalismo de corte cultural romántico ―donde la lengua ocupa un
lugar destacado (de Blas, 1994)― en Europa central, y específicamente en Alemania,
pero también en Italia, Polonia y Hungría, y los vincula ―en tanto que bases sociales
fundamentales del nacionalismo― a la promoción de esa concepción organicista del
nacionalismo alemán cuyo eje central será la lengua y la cultura, que tendrá como
núcleo de pensamiento “la creencia de que los miembros de la nación solamente
alcanzan su libertad y realización al servicio de un ser nacional necesitado de una
organización estatal propia” (de Blas, 1997:510).
Más tarde Kedourie, en su segundo libro de 1971 extiende su análisis a África y Asia
en particular a los enclaves coloniales que fueron permeables a “las formas seculares
del pensamiento y las ideologías europeas” (Smith, 2000:186). En este estudio
también ocupan un lugar central los intelectuales de las colonias a los que categoriza
como hombres “marginales”, en tanto que, se encuentran atrapados entre las
tradiciones de las colonias y la “occidentalización”. Kedourie sostiene tres hipótesis
fundamentales, que son: que los intelectuales reaccionan frente a las políticas
imperiales que los marginan; que situación de crisis identitaria suele desembocar en la
32
propuesta de doctrinas “milenaristas” ―que relaciona con el milenarismo cristiano
medieval― de “progreso político sostenido” (Smith, 2000); y tercero que existen unos
vínculos entre la politización de la religiosidad étnica y su movilización emotiva que
deriva de la doctrina milenarista (inventada en todos los casos) y los episodios de
violencia.
Por último, podemos decir que, Kedourie entendiendo que el corazón de la doctrina
nacionalista es exclusivamente de orden organicista y culturalista ―dejando de lado
aproximaciones de la nación de naturaleza cívico-políticas como se verá en el
apartado siguiente (de Blas, 1997)― tiende a considerar al nacionalismo como una
ideología errónea e incoherente, “moralmente perniciosa y destructiva de cualquier
orden político. […] Su potencial de violencia procede de sus frenéticos intentos por
hacer realidad ideales inalcanzables en un mundo imperfecto. […] Distanciándose de
sus progenitores intelectuales, los filósofos racionalistas cartesianos […], añaden una
impiedad sin remordimientos a su arrogancia cósmica, buscando la perfección moral
en un mundo imperfecto” (Smith, 2000:197).
Constructivismo: Esta es la perspectiva que se asumirá en esta tesis. El
constructivismo parte de las premisas del modernismo ―es decir que la nación es
fruto del nacionalismo y que ambos tienen origen en la modernidad― pero además
suma la hipótesis de que el nacionalismo es una construcción social.
Dentro de este paradigma de investigación encontramos autores de la relevancia de E.
Hobsbawm (Hobsbawm y Ranger, 2002; Hobsbawm, 2000), así como B. Anderson
(1993) y Ramón Máiz (2008). Comenzaremos por comentar los principales conceptos
aportados por B. Anderson en su libro Comunidades imaginadas y por La invención de
la tradición de E. Hobsbawm ambos del año 1983 en su versión original del inglés.
Como es ampliamente conocido, ambos autores pertenecen a la tradición marxista, no
obstante ello, se acercan hacia posiciones cercanas “al análisis de las narrativas y del
discurso «posmoderno»” (Smith, 2000:215).
Hobsbawm por su parte entiende que la nación es una invención, es decir que se
construye a partir de la invención de las tradiciones que son luego filtradas e
hipostasiadas en ese proceso de construcción: “«tradición inventada» engloba una
serie de prácticas […] de naturaleza ritual o simbólica, a través de la cual se intenta
inculcar ciertos valores y normas de conducta por medio de la repetición, lo que
automáticamente implica una continuidad con el pasado” (Hobsbawm y
2002:1-2).
33
Ranger,
Estas tradiciones tiene tres objetivos fundamentales, de los cuales, el más importante
es el primero que hace que de él se deriven los otros dos, estos objetivos son: la
cohesión social y la pertenencia a grupos sociales; para legitimar instituciones o
autoridad; o para socializar mediante creencias o valores.
El estudio de la tradición inventada es, para Hobsbawm, fundamental a la hora de dar
cuenta, tanto de las concepciones de la nación, como del nacionalismo, al que
considera promotor de lo que denomina “ingeniería social” (Hobsbawm y Ranger,
2002). Hobsbawm sostiene que es el nacionalismo el que crea las naciones, al igual
que Gellner, y considera que es un programa político que tiene como fin la creación de
un Estado-nación. Señala, Hobsbawm, asimismo la naturaleza inventada de la
ideología nacionalista y el carácter contingente de las naciones, compartiendo con
Kedourie, cierta función utilitaria que ha tenido el nacionalismo en manos de las élites
para dotar de seguridad a las masas, ello fundamentalmente respecto del
nacionalismo étno-lingüístico, mientras que reconoce el valor del nacionalismo cívicopolítico europeo (Smith, 2000).
Para Hobsbawm en Naciones y nacionalismos desde 1780, existen dos tipos
particulares de nacionalismo ―que se analizarán en tanto que tipos ideales de nación
en el apartado siguiente― y que son el nacionalismo cívico, político y democrático que
imperó históricamente en Europa entre 1830 y 1870 con una clara impronta de la
Revolución Francesa y de los principios de la ilustración europea que vinculan los
conceptos de pueblo y nación enlazados por la soberanía. El segundo tipo de
nacionalismo es el etno-lingüístico vinculado al romanticismo alemán y que prevaleció
históricamente entre 1870 a 1914 y que resurgirá entre los años 1970 a 1980
(Hobsbawm, 2000).
La naturaleza del nacionalismo étno-lingüístico que se centra en la exaltación de
ciertos elementos diacríticos particulares como la lengua, la etnia e incluso la religión
llevan a Hobsbawm a conjeturar que este nacionalismo tiende a la división y son
nacionalismos negativos (Hobsbawm, 2000) y que esos nacionalismos etnolingüísticos finiseculares tienen como origen a los nacionalismos de finales del XIX de
Europa del Este (Smith, 2000).
Las bases sociales del apoyo al nacionalismo, según Hobsbawm, que tienden a
dominar los procesos de construcción nacional son las élites, es decir, que los
procesos de construcción son de “arriba hacia abajo”, antes que al revés. Ello no es
óbice para que a esos procesos de nationalbuilding se sumen otros sectores sociales,
que ven en ellos una forma de defensa de intereses y de aumento de oportunidades
34
frente a las transformaciones económicas propias de la modernidad, la ampliación de
derechos, las migraciones masivas y aquellos cambios, que movilizan reacciones de
debilidad y de miedo (de Blas, 1994).
Tal y como se desprende de los párrafos anteriores los elementos centrales en el
estudio del nacionalismo para Hobsbawm serán las clases sociales ―o sus
intereses― y los efectos de la alfabetización como sistema de transmisión de un tipo
particular de educación en una lengua dada. Todo ello en mediatizadas por las
tensiones estructurales entre tradición y modernidad, educación y analfabetismo y
secularismo y religión, etc., que acaecieron entre finales del siglo XIX y principios del
XX.
El otro autor citado anteriormente dentro de esta perspectiva del constructivismo es B.
Anderson quién destaca, partiendo desde las mismas premisas marxistas de
Hobsbawm, los elementos subjetivos y culturales que tiende a ser complementaria,
tanto de las tesis de Hobsbawm como de K. Deutsch4, tal y cómo ha señalado Andrés
de Blas Guerrero (1994).
Anderson parte de la idea de que las naciones y los nacionalismos son “artefactos
culturales de una clase particular” (Anderson, 1993:20). Para Anderson, este tipo de
artefacto cultural tiene unos rasgos particulares, como son: su surgimiento espontáneo
en Europa a finales del siglo XVIII y su estructura modular, es decir, que han podido
ser transferidos a otras partes del planeta.
Es importante destacar que la forma imaginada no hace que la comunidad no exista o
sea falsa, sino que, caracteriza la forma en que se produce y reproduce ―para
expresarlo en términos marxistas cercanos a Anderson― esa forma específica de
comunidad que es la nación. Anderson, no obstante, tal y como sostiene Smith (2000),
niega que la nación exista más allá de sus representaciones que realizan sus
“miembros o retratistas” (Smith, 2000: 247).
Anderson caracteriza a la comunidad imaginada “por su limitación espacial y por su
aspiración a la soberanía política” (de Blas, 1994:19) y es el nacionalismo quién
construirá esa comunidad, contando con un contexto capitalista, en tanto que sistema
de producción; la imprenta, como sistema de comunicación y, por último, la diversidad
lingüística.
4
Deutsch (1966) analiza como elemento explicativo del nacionalismo el desarrollo de los sistemas
de comunicaciones. Estos sistemas, bien sean físicos (como el transporte) o no como los medios de
comunicación masivos. Al compartir una lengua, cultura, elementos simbólicos, dentro de un
territorio determinado y en el marco de la modernidad, surge ara el autor una conciencia de
singularidad que es el nacionalismo.
35
Estos tres elementos contextuales que determinan la emergencia del nacionalismo, y
que son los que Anderson denomina capitalismo impreso, involucran a la difusión de
las diversas lenguas vernáculas tras la caída en desuso del latín como lengua franca a
partir de las imprentas de propiedad burguesa.
Para Anderson este sistema es el que permitió el desarrollo de la conciencia nacional
a partir de la difusión de un lenguaje vernáculo impreso dotándolo así de un estatus
diverso e intermedio, pasando a posicionar, a dichas lenguas impresas, entre el latín y
las lenguas vernáculas solamente habladas. Por otra parte, es a partir de la literatura y
del periodism5o que se forma una nueva concepción del tiempo histórico ―tiempo
transversal en términos de Anderson (1993)―, esto sitúa al lector, geográfica y
temporalmente, es decir, dentro de una cultura y en un momento histórico
determinado, que lo vincula con el resto de sus compatriotas (Anderson, 1993).
De este modo, para Anderson, son determinadas rutinas específicas cotidianas que
generan la identidad nacional, lejos de las manipulaciones o ejercicios del poder de
este modo la comunidad es imaginada en el ejercicio de rutinas cotidianas (Anderson,
1993). No obstante, es a partir de la intervención del Estado en los procesos de
homogenización y estandarización propios del nacionalismo oficial del siglo XIX y XX,
donde sí claramente interviene la acción de instituciones o poderes a favor de los
procesos de nationalbuilding.
A diferencia de Hobsbawm que desconfía de las bondades de los nacionalismos de
tipo etno-lingüístico, Anderson refiere vínculos entre el nacionalismo y afectos tales
como el amor político y la solidaridad. Estos afectos estarán relacionados con la
representación de elementos imaginarios. Este tipo de sentimientos positivos,
Anderson los relaciona con la existencia de una comunidad o pueblo de pertenencia y
a aquellos rasgos diacríticos que configuran los criterios de esa pertenencia en tanto
que son atributos no ligados a la elección, generándose así lazos naturales. No
obstante entiende que es el nacionalismo oficial de los Estados el que transforma ese
amor en otro tipo de sentimientos como la xenofobia, volviéndose entonces, una
comunidad imaginada en un “mal” sentido. Estos últimos extremos vertidos son los
más difíciles de argumentar sin contradicciones desde la perspectiva del autor y han
generado importantes críticas respecto de estos últimos puntos comentados.
El tercer autor que comentaremos aquí es Ramón Máiz, tanto por sus aportaciones a
la síntesis de la perspectiva constructivista, como también por de la relevancia de sus
5
También Giddens (1985) destaca la importancia de la prensa escrita en la difusión de la conciencia
nacional y de los medios masivos, para presentar el interés nacional como el interés general.
36
investigaciones respecto de los nacionalismos españoles, los de carácter estatal y
periférico.
Máiz (2008) entiende que el nacionalismo, desde una perspectiva constructivista que
reposiciona el ámbito de estrictamente político como elemento fundamental y
“propiamente constitutivo” de la nación y del nacionalismo. De igual modo, asume los
postulados del modernismo respecto de que es el nacionalismo quién produce o crea
la nación, en un proceso dinámico y complejo que debe tener en cuenta, para su
comprensión dos elementos claves que son, el carácter endógeno y la naturaleza
contingente de la nación, entendidas como procesos políticos, que tienen lugar en
momentos dados con una coyuntura sociocultural favorable.
Máiz (2007)
entiende que si bien existe un amplio consenso respecto del origen
moderno del nacionalismo en su estudio e investigación, una amplia gama de estudios
mantiene una “discutible epistemología realista extrema” (2007: 9) que concibe la
nación como “previamente cristalizada en el tiempo y construida a partir de una
específica etnicidad” (2007: 9), en otros términos, podríamos decir, que ciertas
investigaciones asumen las tesis modernista desde una posición perennialista de la
nación.
Es por ello que Máiz insiste en la naturaleza construida y contingente y exógena de la
nación y de su productor ―que no su producto― que es el nacionalismo. Es, tal y
como repite, el mantra del modernismo el nacionalismo el que crea la nación y no al
revés.
Para que tenga éxito del nacionalismo ―y de allí la importancia en su estudio e
investigación― deben producirse cuatro condiciones de naturaleza estructural y de la
acción, que Máiz (2008:147) describe como:
1)
Precondiciones etnoculturales, que lejos de ser elementos objetivos, son
producto del trabajo de selección y filtrado por parte del nacionalismo
2)
Precondiciones socioeconómicas que favorezcan la creación de la nación y que
se manifiestan en los problemas propios del capitalismo que describe el moderno, y
que se suman a la potencial movilización social.
3)
Estructura de oportunidad política, cercana a la definición de Tarrow (1997) tal
y como se verá en el capítulo siguiente y
4)
Una movilización política eficaz que sea capaz de construir un consenso sobre
la existencia ―aparentemente objetiva― de la nación, que unifique intereses en torno
37
a esta idea y consolide un bloque socia que tienda a la homogeneidad en este punto.
Estos puntos, tal y como señala Maiz, lejos de ser lineales tienden a ser un proceso
circular que se retroalimenta produciendo y reproduciendo la nación a partir de la
acción de “movilización y discursiva de intelectuales y partidos nacionalistas” (Maiz,
2008:147).
De este modo el nacionalismo aparece como un movimiento que moviliza a la
población cuando “selecciona, filtra, jerarquiza y vulgariza una etnicidad diferencial”
(Máiz, 2008:149)6 en medio de una estructura de oportunidad políticas y de
condiciones socioeconómicas determinadas y los resultados de estos procesos
políticos abiertos e indeterminados no son elementos objetivos, sino que son
productos contingentes y no necesarios.
Máiz realiza una advertencia fundamental a los efectos de ponderar correctamente el
carácter del constructivismo que propugna, y esta advertencia es el rechazo de los
postulados del constructivismo radical o posmodernista que entiende que las naciones
“no son más que el resultado de las ideologías o las teorías nacionalistas” (Máiz,
2008:150)
y que es condición suficiente la nominación de la cosa para que esta
exista; sino que ―y de modo un tanto kantiano― reconoce la existencia de los
fenómenos independientemente de nuestros recursos conceptuales, pero esos
fenómenos solo son significativos en “la medida en que se interpretan o
conceptualizan desde algún marco de sentido” (Máiz, 2008:150).
Es por ello que la investigación y el estudio del nacionalismo se debe orientar, antes
que a los elementos o manifestaciones ―que se pretenden― diferenciales propias de
la cultura tales o de “los antecedentes remotos de la identidad nacional” (Máiz,
2008:152), sino que es fundamental la orientación sobre los factores, procesos y
conflictos por los que el nacionalismo generaliza, afirma y reformula su concepción de
la nación. En otros términos, Máiz entiende que es a través de la movilización, el
discurso y el conflicto el nacionalismo construye políticamente la nación en relación
con otras fuerzas políticas y en un marco estructural determinado (Maíz, 2008).
Por nacionalismo, Máiz, entiende a la movilización política basada en la organización,
el repertorio de estrategias, el liderazgo y los discursos que tiene un triple objetivo, a
saber: 1) la configuración de un “nosotros” y un “ellos”, en un territorio, con una historia
y de carácter homogéneo; 2) la autodeterminación en forma de Estado propio y; 3) “la
6
Del mismo modo que lo entienden Greenfeld (2005) y Brass (1991).
38
utilización etnocrática de ese Estado a favor de la mayoría nacional, su cultura, lengua
e intereses“ (Máiz, 2008:153).
Respecto del análisis del discurso nacionalista, Máiz, piensa que hay que atender al
análisis de dos dimensiones del discurso, la primera la de índole funcional que
interviene directamente en la construcción de la nación y la segunda la que denomina
“la irreductibilidad cognitiva del nacionalismo” que tiende a un falso dualismo: o
identidad o intereses” (Máiz, 2008:154).
Más allá de la consecución de un Estado, la secesión o la autodeterminación, Máiz
sostiene que el fin último del nacionalismo es la “constitución de la nación misma”
(Máiz, 2008:15) es decir, la construcción de un “nosotros”, que es un objetivo superior,
y el cual ha de ser posicionado por sobre el resto de identidades o criterios de
adscripción y enfrentarlo, por otra parte a un “ellos”, que es representación de la
otredad, con un carácter dicotómico y opuesto al “nosotros”; en términos de Máiz,
“como imagen especular en negativo de la propia identidad” (2008:154).
Se aprecian aquí las dos dimensiones de la asignación de identidades por parte del
discurso nacionalista y qua se expresan en la dimensión positiva al constituir
políticamente un sujeto colectivo a través de la interpelación a los sujetos con un
origen, historia y pasado compartido y un futuro de “autodeterminación y autogobierno”
(Máiz, 2008:155).
La otra dimensión del discurso a analizar es la dimensión negativa del discurso que
configura el “ellos”, es decir, la otredad, mediante la utilización de códigos binarios
(identidades dicotómicas) mutuamente excluyentes, Maíz cita a modo de ejemplo a los
más
utilizados
como
son:
“nación
/Estado,
propio/ajeno,
amigo/enemigo,
pureza/mestizaje” (Máiz, 2008:155). Esta construcción de la otredad tiene la función,
ya no solo de la determinación del “ellos” sino además, la de la construcción de la
“mismidad”, del “nosotros” de un modo reactivo y como negación al “otro”.
La construcción de ese “nosotros” de carácter nacional que se tensiona a partir de la
oposición con el “otro” a partir de la tensión entre lo similar versus lo diferente y a partir
de allí se establece la frontera (Máiz, 2008; Conversi, 1997). Dicha frontera es
principalmente de carácter simbólico y es construida por los sujetos a partir del
discurso. Para que la nación exista, debe existir el grupo, y para ello es menester que
exista la dicotomía “nosotros/”otros” a partir de lo que Gurrutxaga denomina la “lógica
de la diferencialidad” (Gurrutxaga, 1990).
39
Máiz sostiene que la nación es producto simbólico y por ello es un constructo
discursivo7 del nacionalismo y, que aúna en él, repertorios de etnicidad ―debidamente
elaborado por los intelectuales nacionalistas8― vinculado además a intereses sociales
y materiales, por ello, entiende que el nacionalismo vincula: identidad e interés. (Máiz,
2008:156).
Pero estos intereses y esas identidades no están pre-constituidas a los procesos de
génesis de la nación, son consustanciales a ellos. Es por eso que los procesos de
construcción nacional ―entendidos como procesos de intercambio simbólico y
politización de intereses― son los ámbitos donde se generan (producen y reproducen)
las identidades y la conciencia y politización de conflictos de intereses9.
Es por todo lo anterior que Máiz sostiene, junto con Melucci y Diani (1983) que la
“articulación ideológica nacionalista de la etnicidad como fenómeno de la modernidad
[…] se sitúa en el terreno de la producción simbólica” (Máiz, 2008:157). El estudio
entonces del nacionalismo se deberá orientar a “sus condiciones discursivas de
emergencia y propagación desde las élites y los movimientos o partidos nacionalistas
hacia las masas” (Máiz, 2008:158). Para ello el investigador deberá, además de
analizar las precondiciones sociales de la movilización, junto con el estudio de la
etnicidad que elabora y produce el nacionalismo, analizar la “articulación ideológica
específica” (Máiz, 2008:158) interna y externa del discurso, es decir, el análisis de los
elementos diacríticos de la etnicidad y las condiciones políticas de posibilidad del
nacionalismo (Máiz, 1997; 2003; 2008).
Del mismo modo que Máiz (1997), sostiene que de la naturaleza simbólica y
construida de la etnicidad y sus elementos “se deriva la necesidad inaplazable de
atender tanto a su configuración cuanto al proceso de su producción como un
momento central del análisis de la movilización nacionalista. Así, resulta preciso dar
cuenta del contenido, esto es, de qué específica versión se impone, de entre las
muchas posibles, de la propia lengua, cultura, historia, mitos y símbolos; de qué
valores se articulan con que intereses. Pero, también, de los procesos de
generalización por los que unos y otros alcanzan ese estatuto de verdad natural
compartida por todos los nacionales” (Máiz, 1997: 11-12).
7
Esta es la perspectiva que se asume en la presente tesis doctoral y la idea central del
constructivismo que también recogen además de Máiz (2008), Cabrera Varela (1992), Moreno del
Río (2000), en el ámbito español.
8
Greenfeld otorga especial importancia a los actores que interpretan y modifican los contenidos de
la historia y de la tradición en función de sus posiciones, sus intereses y aspiraciones (2005).
9
En palabras de Anderson es por, esto mismo, imaginada.
40
Destáquese qué aquí seguiremos la estrategia investigadora propuesta por Máiz (2008
y 1997) para el estudio del discurso de las élites nacionalista que se orienta a la
aplicación del análisis de marcos, en tanto que estos permiten profundizar en el ámbito
de la producción simbólica de los nacionalismos, captando así la doble faceta de
identidades e intereses que estos movimientos poseen.
Para este análisis discursivo, hemos visto que Máiz recomienda, por su utilidad,
emplear el análisis de marcos, tales conceptos, junto con los de estrategias
enmarcadoras, etc., serán discutidos y desarrollados con más detalle en el capítulo
segundo de la presente tesis, además las aportaciones específicas de los movimientos
sociales aplicables al nacionalismo.
Habiendo concluido con las diferentes perspectivas dentro del paradigma del
modernismo, se comentarán los dos últimos paradigmas restantes, el primordialismo y
el etnosimbolismo. Comenzaremos por el primero de ellos.
Primordialismo10:
Smith sostiene que así como el perennialismo es propio de algunos historiadores, el
primordialismo, paradigma que analizaremos en estas líneas, tiende a ser adoptado
por algunos científicos sociales y los nacionalistas orgánicos. Este tipo de
nacionalismo se denomina primordialista en tanto que entiende que las naciones son
“primordiales” y existen desde siempre como parte de un orden natural que rige la vida
de los conjunto de los individuos. Para el primordialismo las naciones han existido
siempre y son la manifestación de un ordenamiento natural de los grupos humanos.
Smith remonta el origen de este tipo de pensamiento a los trabajos de Rousseau y de
Siéyès, en cuyos escritos naturalizan el concepto de nación que luego retomarán con
más fuerza los románticos alemanes (Smith, 2004)
Smith
(2004)
reconoce
dos
vertientes
argumentales
del
primordialismo,
fundamentadas en sendas ideas. La primera es la biología y la segunda la cultura,
empezaremos comentando la primera.
La vertiente biologicista del primordialismo, entiende que los grupos humanos, tales
como los grupos culturales, las etnias y las naciones pueden describirse, ―siguiendo
en ello a Van der Berghe (1979)― como el resultado de la maximización de los
instintos génicos reproductores de los sujetos, que pretenden ampliar su patrimonio
genético fuera de los límites de las relaciones familiares. Así el grupo cultural y la etnia
10
Para un análisis sistemático del concepto primordialismo véase Eller y Coughlan (1993:182-129)
41
se ven como un grupo de parentesco ampliado y los rasgos de etnicidad (como la
lengua, color de la piel, etc.) son utilizados, como marcadores de cercanía biológica.
Los mitos, por otra parte, otorgarían pistas o indicios sobre los orígenes biológicos
reales de los grupos. (Smith, 2004).
Sobre este tipo de argumentación recayeron importantes críticas sobre la
generalización sobre colectivos de acciones de sujetos individuales, y sobre el papel
de los mitos y sus relaciones con los orígenes biológicos reales.
La segunda vertiente de naturaleza cultural sostiene que los grupos étnicos del mismo
modo que las naciones se forman en función de unos supuestos culturales comunes.
El académico que abanderó estos desarrollos fue C. Geertz (1990). Geertz sostiene la
existencia de vínculos primordiales en coexistencia con vínculos civiles y seculares
―incluso― en sociedades industriales (Smith, 2004). Geertz asume que las naciones
y los grupos étnicos surgen en función de unos “supuestos culturales” como son la
sangre, la lengua, la religión, las costumbres, etc. y que poseen un poder coercitivo
inefable (Geertz, 1990). Para Geertz (1990:222-226) esa presión que ejercen esos
vínculos primordiales ―y que es de carácter irreductible― se relaciona con una forma
psicológica que se retrotrae al pasado común. (Connor, 1978: 385-389) y sus orígenes
son, antes que sociales, de carácter de parentesco, de afinidad natural, espiritual o
incluso de contigüidad (Geertz (1990:222).
Smith matiza el determinismo que ciertas lecturas erróneas de Geertz creen que existe
entre los “supuestos culturales” y una visión primordialista de las naciones, y
argumenta que Geertz hace referencia, antes que a los rasgos en sí mismos, a la
creencia y a las percepciones que los individuos tiene sobre la importancia que esos
rasgos.
Smith sostiene que la cuestión que permanece irresuelta por a las críticas
―mayormente modernistas― a las aproximaciones primordialistas es que se debe
tener muy en consideración lo que denomina “primordialismo de los participantes”, en
tanto que son los sujetos lo que entienden que los vínculos que los unen a la
comunidad son potentes, fuertes y, en definitiva, primordiales (Smith, 2004).
Etnosimbolismo:
Este es el paradigma que defiende
el propio
Smith, a quién seguimos
fundamentalmente en este capítulo. De modo sintético, y para introducir este
paradigma, se puede decir que el etnosimbolismo intentará solventar la antinomia
entre el modernismo y el perennialismo. El etnosimbolismo se centra en los elementos
42
subjetivos y en la formas de permanencia de las etnias, en el modo de conformación
de las naciones y el impacto del nacionalismo.
El peso del análisis se traslada a los elementos subjetivos de los individuos tales como
“la memoria, el sentimiento, el mito, el símbolo” (Smith, 2004:76), sin asumir la
existencia de dichos elementos como de carácter objetivo. A diferencia del
modernismo, se resta peso al rol de las élites, y se centra la explicación y el análisis en
la relación entre las élites y el pueblo, por otra parte, los análisis tienden a ser de largo
plazo para dar cuenta de los fenómenos que afectan tanto las etnias como las
naciones (Smith, 2004). Esto, según Smith, permite, evitar el anacronismo de intentar
dar cuenta de las naciones o del nacionalismo en momentos históricos en los que
sería impropio utilizar estos conceptos y por otro lado sí poder dar cuenta de cómo
ciertas identidades del pasado influyeron el desarrollo de identidades nacionales
posteriores.
Otro punto central del paradigma etnosimbolista es la relación entre etnia y nación. El
objeto de estudio esencial para el etnosimbolismo es la etnia, como variable
independiente, en tanto que el nacionalismo y las naciones “son parte de una «familia»
etnocultural mucho más amplia de identidades y aspiraciones colectivas” (Smith,
2004:77) y que, por otra parte, no están solamente vinculados con la modernidad. En
su versión más conocida, la nación será una etnia politizada, en tanto que la
característica central para el etnosimbolismo será la existencia de identidades
colectivas previas ―especialmente etnias o comunidades étnicas premodernas― que
enmarcan el surgimiento de la nación.
El etnosimbolismo pretende también dar cuenta de los sentimientos que moviliza el
nacionalismo ―sosteniendo que ninguna de las otras perspectivas no los afronta ― y
para ello propone explicaciones desde una perspectiva cultural de la forma en que los
símbolos, recuerdos, mitos, valores etc. influyen en la configuración de los
nacionalismos.
El propio Smith si bien tiende a reconocer la “modernidad del nacionalismo, de la
ideología, el movimiento y el simbolismo, así como la reciente formación de la mayoría
de las naciones, me interesa la posibilidad de naciones antes del nacionalismo 11, al
menos en algunos casos, y sus implicaciones” (Smith, 2004:79).
11
Connor (1978) sostiene que la modernidad lejos de ser una causa es un fenómeno que ha
coexistido con el nacionalismo.
43
Tipología de naciones:
En las líneas que siguen se ofrecerá, a partir de los trabajos de A. de Blas Guerrero,
una tipología ―ya no de los nacionalismos― sino más bien orientada al concepto de
nación que los nacionalismos producen. Las distinciones categoriales que se
propondrán aquí son tipos ideales en el sentido weberiano del concepto.
Weber entendía los tipos ideales se consiguen “mediante el realce unilateral de uno o
de varios puntos de vista u la reunión de una multitud de fenómenos singulares,
difusos y discretos, que se presentan en mayor medida en unas partes que en otras o
que aparecen de manera esporádica. […] Este en su pureza conceptual es inhallable
empíricamente en la realidad: es una utopía que plantea a la labor historiográfica la
tarea de comprobar en qué medida la realidad se acerca o se aleja de ese cuadro
ideal” (Weber, 1982: 79-80). El tipo ideal es entonces, “un concepto límite puramente
ideal” que se debe confrontar con la existencia de los casos reales para dar cuenta de
ciertos elementos empíricos. (Weber, 1982: 82).
En este sentido es importante destacar ―principalmente frente a las críticas de Smith
(2000) y Máiz (2004)― que la no existencia de las categorías, entendidas como tipos
ideales, en los casos reales no invalida a la categoría analítica en su potencial
explicativo. Dicho de otro, en la casuística real, fundamental por otro lado en el estudio
del nacionalismo, en ningún caso existen los tipos ideales como casos reales; antes
bien, el tipo ideal es un recurso categorial de naturaleza analítica “respecto del cual la
realidad es media y comparada a fin de esclarecer determinados elementos
significativos de su contenido empírico” (Weber, 1982: 82).
Nos serviremos aquí, entonces, en más de una oportunidad de este tipo de
herramientas conceptuales, que nos permitirán a partir de una construcción categorial
dar cuenta de “ciertos elementos empíricos” que discriminaremos analíticamente; y
paralelamente a ello, nos posibilitará la comparación de esos elementos empíricos a
partir de ese “cuadro ideal”.
Se decía más arriba que se utilizarán los tipos ideales en más de una oportunidad, y
ello se debe a que su utilizará analíticamente el tipo ideal del nacionalismo político y
de nacionalismo cultural, por una parte, y se utilizará además en el análisis empírico
un “marco ideal” (Gerhards, 1995 y Rivas, 1998) para el análisis y la comparación de
los diferentes marcos que se utilizan en la producción discursiva a lo largo de tres
momentos distintos por parte de las élites políticas en Cataluña. Este particular se
desarrollará en los dos capítulos siguientes.
44
Volviendo a la cuestión de este apartado, propondremos la distinción de dos tipos
ideales de nación. La nación cívico-política y la nación etno-cultural. Comenzaremos
por el primero de estos tipos ideales: la nación cívico-política.
Nación cívico-política:
El concepto de nación política ―distinto al de nación cultural― surge en los trabajos
de Meinecke (1970) y tiene como origen la “referencia ideológica destinada a hacer
más fácil la vida del Estado” (de Blas, 1994: 34). El concepto político de nación no es
la concreción política de una realidad empírica que hace autoevidente y natural la
emergencia de la nación. Este concepto de nación, el político, escapa entonces a la
concepción perennialista y primordialista, tanto en lo que se refiere a la permanencia
de la nación a través del tiempo, del mismo modo que respecto de los orígenes de la
comunidad nacional fundamentados en una etnicidad homogénea.
Clásicos ejemplos de la nación política podemos encontrarlos en los casos de la
Francia revolucionaria y la Norteamérica de la independencia, ejemplo extensible a los
países emancipados en las primeras décadas del siglo XIX en Sudamérica, en todos
los casos será el Estado liberal (de Blas, 1994) el que reconfigure las nuevas formas
de legitimidades tras la caída de: el viejo orden, la tradición, las relaciones de vasallaje
y la emergencia del propio Estado liberal, la ciudadanía y los derechos ciudadanos ―a
lo que se debe sumar los cambios en los ámbitos económicos, ideológicos, sociales y
políticos en general― en resumen, la llegada de la modernidad.
Esta distinción binaria de tipos ideales se encuentra muy generalizada dentro de la
disciplina y ha sido adoptada por investigadores tales como Ignatieff (1993), Greenfeld
(2005), Gellner (1983) y Hobsbawm (2000) quienes adaptan o modificacan
relativamente la definición de cada concepto, pero acogen y mantienen el uso de la
tipología, dando muestras de su capacidad heurística.
La nación política funciona así como elemento cohesionador del Estado en tanto que
recurso político e ideológico que se fundamenta en una serie de principios o ideas
centrales que podríamos sintetizan, siguiendo a Kohn (1967) en:
-
Una visión fundamentalmente política
-
Una construcción a partir de estructuras preexistentes
-
Concepciones Ilustradas de la razón, la libertad, secularización e igualdad
45
-
Criterios de pertenencia tales como la concepción liberal de la ciudadanía, la
igualdad ante la ley, y la libre voluntad de convivencia (Maíz, 2004)
De este modo la nación política se orienta a la centralidad del sujeto ―en términos
kantianos― y toma a ese sujeto como centro de referencia de su construcción lejos
del particularismo étnico (de Blas, 1994) y de la concepción de los individuos como
medios.
En referencia a la concepción de los medios en cuanto tales, de Blas, citando a
Cobban, sostiene que “la nación comunidad política, el Estado, es una organización
utilitaria construida por la inventiva política para la consecución de los fines políticos.
La política es el terreno de la oportunidad y la medida de su éxito es el grado en que
las bases materiales del bienestar […] son realizadas.” (Cobban, 1954: 60 citado en de
Blas, 1994: 35). Dicho de un modo más sintético, la nación política está al servicio de
los fines políticos con que la conciban los individuos.
Nación etno-cultural:
El otro tipo ideal, y en contraposición al de nación política, tal y como se ha
adelantado, es el de la nación cultural que en los mismos términos de Cobban
podemos decir que “[l]a nación bajo una concepción cultural, por el contrario, es
normalmente vista como una cosa buena en sí misma, un hecho básico, un dato
ineludible de la vida humana.” (Cobban, 1954:60 citado en de Blas, 1994: 35-36).
Esta concepción de la nación tuvo su desarrollo al amparo del romanticismo alemán
que tendrá en Herder a su intelectual de vanguardia y que será descrita a los efectos
del tipo ideal, vinculada a elementos irracionales, míticos e historicistas. Para esta
concepción cultural de la nación, es el espíritu del pueblo aquello que hace singular a
una comunidad dada lo que constituye la nación (de Blas, 1997). Y es esa comunidad
diferenciada la que exige la existencia de un Estado que pueda preservar a la
comunidad.
Esta concepción de la nación posee un tipo diferenciado de nacionalismo que la
origina y promueve, así para la nación cultural, el protagonista “es la etnia; los
derechos de la nación no se derivan fundamentalmente de los ciudadanos que la
integran, sino que se deducen del organismo «vivo y eterno» que es la nación de base
cultural” (de Blas, 1997: 500).
Siguiendo a la construcción dicotómica que realizó Kohn (1967) podemos decir que los
principios en que se fundamenta la nación cultural son los siguientes:
46
-
Una visión fundamentalmente etno-cultural de la nación
-
La nación concebida como un organismo vivo y perenne
-
Concepciones tradicionales de los derechos individuales y colectivos
-
Criterios de pertenencia e inclusión vinculados a la tenencia o no de
determinados rasgos ―etnicidad― tales como la etnia, la religión, la lengua, etc.
(Maíz, 2004).
La nación en esta perspectiva cultural la que se asienta sobre la identidad comunitaria
representada por la tradición, los valores de la comunidad y por la naturalidad propia
de ese espíritu del pueblo frente a la artificialidad del constructo estatal.
Estos tipos ideales han recibido críticas acertadas, entre otros de Smith (2000 y 2004)
y de Máiz, (2004), entre otros, respecto a ciertos problemas en tres dimensiones que
afecta a esta categorías, a saber, la dimensión normativa, la dimensión teórica y la
dimensión empírico descriptiva. La primera hace referencia a la forma de construcción
de las categorías binarias que acarrean sesgos en el sentido con el que se determina
los campos conceptuales de los términos. La segunda se refiere principalmente a la
construcción y aplicación teórica de los tipos ideales y la tercera se refiere
―fundamentalmente― a la coexistencia de las dos tendencias, la cívica y la cultural
en todos los nacionalismos (Máiz, 2004).
Estas tres críticas son acertadas, si no se realizan las precisiones conceptuales que se
realizaron al principio del apartado, cuando se mencionó la naturaleza de tipo ideal de
esta pareja conceptual. Y profundizando aún más, siguiendo a de Blas, podemos
hacer tres precisiones o puntualizaciones adicionales.
La primera puntualización, tal y como se ha sostenido antes, hace hincapié en “el
hecho obvio de que las naciones «políticas» tiendan a proyectarse inevitablemente en
el campo de las realidades culturales […] Es una constatación paralela el dato de que
las naciones culturales no son ajenas a los más acusados componentes
instrumentales y utilitarios” (de Blas, 1997:500). Esto ahonda en lo ya comentado, en
que una realidad empírica así descrita, no invalida, en ningún caso, una herramienta
analítica destinada a dar cuenta de ciertos elementos empíricos relevantes. Su utilidad
reside en la capacidad explicativa respecto de la pluralidad de los casos empíricos y
las posibilidades comparación tanto, intra como inter casos.
Por otra parte, en segundo lugar y en lo que respecta a la crítica teórica, al referirnos a
tipos ideales como “conceptos límites extremos” (Weber, 1982) bien puede asumirse
47
―cosa que aquí se propone― la concepción propuesta por Máiz (2004) que entiende
esta tipología como un continuo antes que como dos esferas separadas. En modo
algunos se oponen ambas perspectivas, antes bien, los tipos ideales son
categorizaciones de los extremos opuestos de ese continuo en donde se pueden
ubicar los casos reales.
En tercer y último término, está la cuestión normativa y de asignación de sentido en la
construcción del campo semántico de las categorías o de definición conceptual. Es
innegable que la construcción de herramientas conceptuales lleva asociada una carga
valorativa, este es un fenómeno que no puede ponerse en duda. Esta carga valorativa,
es también inherente a la temática tratada, es decir, los nacionalismos movilizan
profundamente a las personas, incluso a los que los investigan y estudian. Es por ello
que sin rechazar la crítica, se entiende, que es imposible escapar al juicio valorativo
sobre estas cuestiones y aún más, entendemos que afectará sea cual sea la categoría
utilizada. La cuestión es, no obstante mantener el posicionamiento crítico y la
perspectiva académica y científica mediante la manifestación de la propia perspectiva
normativa del autor, aun en los casos en que se trate de trabajos de naturaleza
empírica, dado que todos los trabajos de nuestra disciplina parten de presupuestos
normativos determinados.
Tal y como se comentó al principio del capítulo se continuará ―en este decurso de lo
general a lo particular― con un análisis de la bibliografía del nacionalismo catalán en
función de las perspectivas teóricas mencionadas anteriormente12.
Nacionalismo catalán
Revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán:
Sobre la temática del nacionalismo la bibliografía existente es inmensa y quizás
inabarcable. No es muy diferente lo que acontece con los estudios de nacionalismo
catalán, pero con algunos interesantes matices, por ello se intentará realizar una
selección de las aportaciones más relevantes y las perspectivas principales.
12
No obstante lo comentado hasta aquí de Blas (1994) sostiene la existencia de tres matices que se
deberían tener en cuenta a la hora de ponderar el enfrentamiento ente la escuela modernista y la
perennialista. El primero de ellos es el que hace referencia al “exceso de modernidad” que en
algunos casos no se adecuaría a la casuística, como por ejemplo a los “nacionalismos dinásticos”
(de Blas, 1994: 36). La segunda distinción tendría que ver con la hipótesis de Tilly (1992) que
sostiene que es el propio liberalismo del XIX el que genera los procesos de legitimación del Estado
reforzando el nacionalismo político, el mismo que podría generar y promover los nacionales subestatales dirigidos contra el Estado-nación. El tercer matiz, está dado por la hipótesis de Smith
(1988) en la que hace referencia a la hipotética importancia de la base étnica del núcleo de
conformación de algunas naciones.
48
La primera cuestión que acontece es que, en términos de Anguera (1994) al referirse a
la historiografía catalana “La idealización, apologética y defensiva, hace que la
mayoría de textos sean más descriptivos que analíticos. De hecho hay a menudo más
nacionalismo que no investigación sobre el nacionalismo. Ayuda el hecho de que esta
historiografía se ha desarrollado prescindiendo de las aportaciones y de las
propuestas teóricas de la historiografía y la sociología internacional, que plantean
discusiones renovadoras, sobre todo los angloparlantes. Este tipo de autarquía teórica
explica la poca dedicación a analizar las vinculaciones del catalanismo con los
procesos de modernización económica, el papel de la inteligencia, el de los medios de
comunicación social, el sentido compartido de la etnicidad o, a pesar de la reiteración
a invocarlo, del patriotismo popular con un análisis de sus actuaciones o del sentido
del lenguaje político utilizado por el pueblo pequeño. En definitiva, pues, la bibliografía
reciente sobre el catalanismo político evidencia más lagunas que interpretaciones
definitivas, tanto en las aportaciones de voluntad parcial, como en los análisis de
conjunto”13 (Anguera, 1994: 83). Este es un primer estado de la cuestión que se puede
extender, con claridad al estudio del nacionalismo y no solo desde la perspectiva de la
historiografía, sino que puede hacerse extensiva en ciertos aspectos a la ciencia
política y a la sociología. Las líneas que siguen serán un intento de sistematización de
la bibliografía relevante que escapa a esta característica.
Se pueden describir claramente dos aproximaciones generales que coinciden con las
dos aproximaciones teóricas fundamentales del estudio del nacionalismo y que son la
aproximación perennialista y la modernista, ya comentadas más arriba. Aplicando esta
distinción a las investigaciones del caso del nacionalismo catalán vemos que dentro
del enfoque perennialista, y tal y como señalan Etherintong (2003), Colomer (1984) y
Keating (1996) hay una vinculación entre de la estructura territorial y la nación. En esta
aproximación se concibe Cataluña como una entidad milenaria dada la existencia de
unos rasgos determinados (lengua o territorio) y de allí se sigue la justificación de la
nación.
Aproximación perennialista:
Dentro de esta tendencia perennialista encontramos a autores tradicionales y
conservadoras como: Prat de la Riba (1978), Rovira i Virgili (1983). A esta misma
aproximación pertenecen los trabajos de Benet (2009), quien introduce el término
“genocidio cultural” perpetrado por el franquismo contra Cataluña. Por otro lado, desde
una perspectiva progresista podemos citar a Cucurull (1981) y Termes (1974, 1984 y
13
Traducción propia del catalán.
49
1999), este último, criticó la línea de interpretación marxista que va desde Vilar a
Fontana pasando por Solé Tura (Colomer, 1984) y pretendió reinterpretar las tesis de
los diferentes estados u oleadas del nacionalismo propuestas por Maurin resaltando la
conciencia nacional e idiomática de las clases populares, además de posicionarse a
favor del concepto de Países Catalanes, propio de una visión del nacionalismo
pancatalanista. Y desde una perspectiva etnosimbolista, muy cercana a las
asunciones perennialistas podemos citar a Llobera (1996).
El listado anterior contempla fundamentalmente historiadores, que son quienes más
han estado investigando el nacionalismo catalán o bien sus elementos diacríticos de
justificación, en términos de Maíz (2003) de modo más proficuo.
Por otra parte dentro de la ciencia política y la sociología, nos encontramos con el
mismo escenario que señalaba Anguera, es decir, encontramos cierta autarquía
teórica y la “idealización apologética”.
Dentro de esta tendencia perennialista podemos citar los textos de Requejo (2000 y
2005) que desde una perspectiva del reconocimiento a una realidad diferencial
naturalizada reclamaba soluciones diferenciales de encaje territorial federal para
Cataluña ―luego a modificado su enfoque al independentismo―. En una tendencia
más cercana al etnosimbolismo destacan Guibernau, (1997) y Conversi, (1997). En
estos casos, y en algunos de los citados anteriormente (v.g. Curucull (1981) y Llobera
(1996)), se asume como propio el argumento de la modernidad inherente al
nacionalismo catalán, pero no así de la nación catalana. Es decir, la nación (catalana,
en este caso) pasa a ser un dato de hecho que se remonta hacia el pasado. Un dato
no menor, y que justifica también la caracterización de perennialista, es la disociación
entre la concepción del nacionalismo y la idea de nación. Para el modernismo, la
nación es creada por los nacionalismos, no es el caso de la literatura que
mencionamos aquí, para la cual el nacionalismo responde a una movilización social
sobre la base de una realidad nacional anterior y preexistente.
Siguiendo a Miley (2013) y Garvía y Miley (2013), podemos además afirmar que la
literatura politológica que estudia el nacionalismo catalán, no solo tiende a dar como
un hecho sustantivo la nación catalana y a separarla del estudio y el análisis del
movimiento nacionalista, sino que se orienta a desarrollar vías de encaje ―desde esa
concepción perennialista― de Cataluña en España. Centrando el eje de sus críticas
en la necesidad del reconocimiento de la diversidad, hechos diferenciales, realidad
nacional, etc., pero negando la propia diversidad hacia adentro de la sociedad
50
catalana, por ejemplo, al entender de modo homogéneo la etnicidad, la identidad
nacional, el uso de la lengua, etc.
Pasando a análisis concreto del framing y de las teorías subjetivistas de la nación y
cercanos a las tesis nacionalistas, se ubican los desarrollos de Fernández-i-Marín y
López, (2009); así como los Muñoz y Tormos, (2012) quienes entienden que el
independentismo se nutre de personas con identidad dual y que se ven movilizados
por el aumento de las expectativas económicas, y Hierro Hernández, M. J. (2012) que
asumen, una concepción de las identidades subjetivas en cierto sentido naturalizadas
en opciones dicotómicas y mutuamente excluyentes.
Estos autores citados en el párrafo anterior, además de Conversi, (1997); Requejo
(2005) y Guibernau (2002), podrían ser incluidos en la conceptualización que Maíz
hace de lo que llama el argumento del nacionalismo expresivo y la etnicidad exógena
(1997: 2-3). Este tipo de argumentación “implícito en la explicación de los
subnacionalismos” (Máiz, 1997: 3) sostiene que existen: 1) una etnicidad diferenciada
objetivamente (lengua, cultural, “raza”); 2) fundamenta uno intereses nacionales
diferenciados y compartidos de la que la comunidad se hace consciente a partir de la
labor de los intelectuales; 3) se expande la identidad nacional; 4) se genera un
movimiento nacionalista que reivindica y propaga la diferencia; 5) además del derecho
de autodeterminación y a un propio Estado (Máiz, 1997).
Máiz rebate el argumento expresivista de la nación en función de que: “no existe un
momento fundacional étnico y una matriz prepolítica de intereses nacionales, sino que
cada movilización política produce, esto es, selecciona, jerarquiza y vulgariza, una
etnicidad diferencial y unos intereses nacionales específicos y contingentes, en el seno
de unas precondiciones sociales y políticas determinadas que, a su vez, pueden verse
alteradas por la incidencia del propio movimiento y otros factores externos e internos”
(Máiz, 1997: 5).
Del mismo modo que Máiz, este enfoque cercano al nacionalismo, es caracterizado
por Arza y Mari-Klose como de soberanismo sociológico y académico. Este
soberanismo sociológico según los autores citados entiende que “los partidos
nacionalistas se han limitado a reaccionar a los cambios en la identidad y las
preferencias de la ciudadanía sobre la organización territorial del Estado” (Arza y MariKlose, 2014: 40). Es decir, que esta corriente académica, sostiene la existencia de una
modificación o cambio de las identidades subjetivas de la población desde posiciones
identitarias mixtas hacia el independentismo y que esos cambios identitarios ocurren
porque es un movimiento de “abajo hacia arriba”, es decir, de los ciudadanos a las
51
élites; de tal modo y manera, que las élites políticas nacionalistas solo han tenido que
reaccionar al avance social del secesionismo, como portavoces representativas de una
demanda socialmente extendida entre la población. Esta hipótesis, a nuestro juicio es
contrafáctica. Todos los datos de los que disponemos sostienen y confirman la
situación contraria, pero esto se comentará más adelante.
Aproximación modernista:
Dentro de la perspectiva modernista, que es que más raigambre académica despierta,
nos encontramos los clásicos estudios de Pierre Vilar, (1984) de génesis marxista, es
el estudio pionero a nivel metodológico en la investigación sobre el nacionalismo
catalán y estudia el desempeño de la burguesía y las clases medias catalanas como
fundamentales para el nacionalismo. A Vilar lo siguieron: Vicens-Vives, (1969); J.
Fontana (2007) ―que ha virado rotundamente su enfoque en los últimos años―;
Anguera (1994); Borja de Riquer, (2001 ) que elabora la temática de las identidades
relacionadas con la débil nacionalización del Estado español, de Blas, (1991) enfocado
en el análisis sobre el proceso exitoso de nacionalización del Estado español y las
reacciones frente a este por parte del catalanismo, asumiendo una perspectiva
politológica, además de histórica, sobre la cuestión siguiendo las aportaciones de
Breuilly (de Blas, 1994). Destacan en esta línea; Fradera, (2003); Marfany, (1995,
2001) y Ucelay la Cal, (2003, 2005). Dentro del ámbito internacional vale destacar el
excelente trabajo de Balfour y Quiroga (2007).
En este mismo sentido, destaca dentro de un marco más politológico ―el famoso y no
menos discutido― libro de Jordi Solé i Tura (1967) que, desde una perspectiva
estructural, tiene el mérito de introducir, no solo lo la idea de una revolución fracasada
por parte de la burguesía catalana en España y la estructuración del poder político en
Cataluña; sino fundamentalmente el nuevo aporte del corpus categorial del
pensamiento gramsciano. Otro de los estudios clásicos dentro de la ciencia política es
el de Isidre Molas (1972) que analiza en profundidad al nacionalismo conservador
catalán. También en el ámbito politológico destacan los estudios de J. M. Colomer,
(1984); así como los clásicos trabajos de naturaleza estructuralista de Linz, (2008); M.
Keating, (1996) y J. Diez Medrano, (1999) este último, aporta una hipótesis vinculada a
la teoría del desarrollo, que explica las diferencias entre el nacionalismo vasco y el
catalán, en función del tipo de acumulación del capital que define su producción
industrial. Así cómo también: J. T. Miley (2006, 2013) quien ofrece una clara
explicación del nacionalismo catalán desde la tesis de la sobre-representación
continuando la línea de investigación de J. Linz. Forman parte también de la
52
perspectiva del modernismo, L. Rodríguez Abascal, (2000) este desde una
aproximación más general; E. Martínez Herrera, (2002; 2005; 2009); desde una
perspectiva más analítica destaca el trabajo de F. Ovejero Lucas, (2006, 2011a).
También es de interés
la aportación de A. Santamaría, (2011); y desde una
aproximación comparativa en la temática de inmigración, G. Shafir (1995). En lo que a
framing se refiere, centrándose en los procesos de socialización secundarios tiene
relevancia el trabajo de H. Johnston, (1991) aunque desde una perspectiva subjetivista
del nacionalismo.
En esta tesis se asumirá en la visión constructivista (Máiz, 1997; 2003; Giuliano, 2011)
del nacionalismo que es parte del enfoque modernista. Como parte de ella se seguirán
los, ya enunciados, trabajos de Miley (2006, 2013); Martínez Herrera (2002; 2005;
2009); Ovejero Lucas; (2006, 2011a y 2011b); Etherington (2003) y de Blas (1994) que
entienden y explican al nacionalismo catalán desde argumentos vinculados a los
procesos de construcción de la nación y a la convergencia de factores tales como la
clase social y las élites, en ese proceso.
En lo que respecta fundamentalmente al análisis de lo que se llama el proceso
soberanista en Cataluña, se prestará especial atención dentro de la perspectiva
modernista a los trabajos de J. T. Miley (2006; 2008, 2013), Ovejero Lucas; (2006,
2011a y 2011b). Martínez Herrera y Miley (2010), De la Calle y Miley (2008); Garvía y
Miley (2013); Martínez Herrera (2002; 2005; 2009), Etherington (2003), Santamaría
(2008, 2011), Arza y Coll (2014) y Alonso (2015), quienes entre otros, sostienen que el
nacionalismo catalán está atravesado fundamentalmente por el fenómeno de clase
social en correspondencia con clivajes de naturaleza lingüística. Es decir que, existe
una relación de correspondencia entre el nacionalismo catalán, el uso de la lengua
catalana y los sectores medios altos y altos de la estructura de clases de sociedad
catalana. Estos autores explican la fuerza del nacionalismo catalán (y movimiento
secesionista), principalmente ―aunque no de modo exclusivo― en función de la
sobre-representación de las clases dominantes en las élites
políticas catalanas, es
decir, que entienden y demuestran la existencia una clara relación de pertenencia a los
sectores medio altos y altos de la sociedad de los individuos que conforman la élite
política.
En términos de Miley (2006), Ovejero Lucas; (2006, 2012a), Martínez Herrera (2002),
Arza y Mari-Klose, (2014) y de Balfour y Quiroga (2007) hay un proceso de
nacionalización de “arriba hacia abajo” que encabezan las élites políticas a partir,
según demuestran, de un proceso de sobre-representación de esos sectores, medios53
altos y altos, en las élites políticas y educativas. Esta preponderancia o sobrerepresentación, de la clase dominante en la élite política se pone claramente de
manifiesto, entre otros elementos, en una importante brecha con las concepciones
político-ideológicas, lingüísticas, de origen y de clase respecto de la población en
general (Miley, 2006, 2013; De la Calle y Miley, 2008; Garvía y Miley 2013; y Ovejero
Lucas, 2006, 2011a).
A diferencia de otros casos como el Escocés (Leith, 2006), el caso catalán es
particular en relación a la diversidad interna que posee. Respecto de la lengua,
podemos decir que es ligeramente preponderante el castellano a nivel social (no así
en la administración pública y en las instituciones subestatales en general); en cuanto
al análisis de la ascendencia, la distribución de apellidos, las pautas de
comportamiento y de consumo, Cataluña es prácticamente similar al resto de España
(Ovejero Lucas, 2011a); y ello se explica en los procesos migratorios de los años 60 y
70 del siglo pasado que han hecho que no exista una especificidad étnica, ni
lingüística, ni de otra naturaleza a nivel mayoritario en Cataluña respecto del resto de
España. Sí existen, por otra parte, particularidades que se correlacionan, tal y como
describe la literatura, con elementos distintos, como son fracturas o clivajes de clase y
los usos lingüísticos. Ejemplo de ello, en el caso catalán es que los sectores medios
bajos y bajos a nivel social, son predominantemente castellano-parlantes, trabajadores
de “cuello azul” y nativos de otras partes de España o descendientes de personas
nacidas fuera de Cataluña. Por otra parte, los sectores medios y medios altos, son
predominantemente catalano-parlantes, trabajadores de “cuello blanco” o bien,
profesionales liberales o trabajadores de la administración pública, y nativos catalanes.
(Miley, 2006, 2013; Shafir, 1995; Ovejero Lucas, 2011a; Etherington, 2003;
Santamaría, 2008, 2011).
Por otro lado se quiere hacer una mención acerca la pertinencia adopción de las
categorías cívico-política y etno-cultural como tipos ideales del nacionalismo. El propio
nacionalismo catalán y un gran número de investigadores, muchos de ellos vinculados
al nacionalismo, han descrito al nacionalismo catalán como un nacionalismo cívico,
comparándolo por oposición con el nacionalismo vasco que sería un nacionalismo de
corte étnico. No obstante lo extendido de esta idea, aquí se asumirá la idea propuesta
y demostrada por Miley (2007) que sostiene que el nacionalismo catalán es de
naturaleza “etno-lingüística”, en tanto que “las bases sociales de apoyo del movimiento
nacionalista son abrumadoramente étnicas, y que el movimiento es un proyecto
54
dirigido por las élites de `arriba hacia abajo´”14 (Miley, 2007: 31)15. Esta
caracterización, ubica al nacionalismo catalán dentro del expediente del tipo etnocultural del nacionalismo tal y como aquí se ha descrito. Más adelante en el texto se
comentará que el equilibrio entre la estrategia nacionalista etno-cultural y la cívicopolítica del nacionalismo catalán durante el pujolismo, venía dado por el balance del
marco discursivo en dos niveles (hacia adentro y hacia afuera de Cataluña) y por la
praxis política pactista que atemperaba y morigeraba la estrategia etno-cultural.
Es a partir de esta literatura que analiza el nacionalismo catalán desde un paradigma
modernista y centrado en los procesos de construcción nacional que se desarrollará la
presente tesis. Volveremos más adelante sobre esta cuestión.
14
Traducción propia del inglés.
Miley (2007), no obstante, critica las categoría de tipos ideales que aquí se asumen respecto de
nacionalismo (cívico-político y etno-cultural) y propone otra díada conceptual que es la de
nacionalismo “excluyente” y “asimilacionista”.
15
55
56
Capítulo II: Marco teórico de la acción colectiva
Plan de trabajo del capítulo:
En las páginas que siguen se expondrán y analizarán las principales aproximaciones y
perspectivas de los estudios de la acción colectiva en los movimientos sociales. Se
analizará fundamentalmente tres de las perspectivas principales a partir de la
referencia a las propuestas teóricas y metodológicas de sus autores más destacados.
Las referencias que allí se hagan, no tienen la pretensión de ser totalizadoras, en tanto
que, las dimensiones de las temáticas abordadas y el número de autores, así como el
de sus publicaciones, sería por sí solo motivo de varias tesis doctorales. Es por ello
que se hará referencia a las perspectivas más sobresalientes y siempre en relación
con el objeto de estudio del presente trabajo.
Estudio de la acción colectiva.
Dicho lo anterior, y a modo de justificación inicial, tal y cómo se vio en el capítulo
anterior, una parte las investigaciones sobre el nacionalismo se han interesado por los
desarrollos de las perspectivas de los movimientos sociales y de la acción colectiva;
ejemplo de esta perspectiva son los trabajos de Máiz (1997, 2003, 2008), Johnston
(1995), Moreno del Río (2000), Cabrera (1992), Mc Adam et al, (2005), además de
algunas tesis doctorales presentadas recientemente.16
El uso de la perspectiva del estudio de la acción colectiva ―desde una visión general
y totalizadora en lo que se refiere al análisis del nacionalismo― se sustenta y justifica
en la asunción epistemológica de la perspectiva constructivista; perspectiva que se ha
desarrollado en el apartado anterior, y que permite dar cuenta de: los procesos de
creación y de construcción de las identidades colectivas y de la movilización de los
individuos; además de proporcionar una perspectiva de análisis agonal, que implica el
reconocimiento del otro en la construcción y reconstrucción de los discursos desde
una perspectiva dinámica de las identidades,
El desarrollo de las perspectivas que aborda este capítulo se guiará por un criterio
temporal y secuencial, es por ello que, se abordará primero unos breves antecedentes
de la teoría de la acción colectiva, luego se tratará la Teoría de Movilización de
Recursos (TMR), a la que seguirá la Estructura de Oportunidad Políticas (EOP) y
finalmente el análisis de marcos o frame analysis. En todos los casos se presentarán
estas perspectivas desde una visión relacional, dando cuenta, de las críticas y
16
Véase: Errejón (2012), Viejo Viñas (2001), Vilaregut Sáez (2011)
57
aspectos superadores que se asumen desde cada una de ellas. Comenzaremos por
los antecedentes de la TMR.
Teoría de Movilización de Recursos:
En la década de los años cincuenta y parte de los sesenta, las investigaciones de la
protesta social y la movilización se realizó fundamentalmente desde la Teoría del
Comportamiento Colectivo. Esta aproximación entendía que las protestas y
movilizaciones tenían su origen en las anomalías o en las disfunciones del sistema
social; estas fallas o disfuncionalidades generaban como respuesta de los sujetos una
serie de reacciones que eran caracterizadas como irracionales o emocionales. La
forma de corrección de esta protesta era normalmente el aumento del control y la
represión. La literatura señala como los exponentes de esta aproximación teórica a
Smelser (1963) con su libro Theory of Collective Behaviour. Smelser entendía que el
comportamiento colectivo era explicable a partir de una combinación de factores de
diversa índole como los controles sociales, los factores desencadenantes de la
protesta, y las tensiones de tipo estructural que respondían a cambios muy
importantes en dicha estructura; ejemplo de estos últimos cambios son los procesos
de democratización, la urbanización, y la industrialización, etc.. Estos cambios
estructurales serían, para Smelser, el origen de las tensiones que amenazaban el
orden social, y que, en combinación con otros elementos, generarían la protesta
colectiva (McAdam, 2003). Este tipo de protesta posee un componente psicológico
disruptivo al que Smelser designa con el término: creencia generalizada, como
fundamento de la acción (Hall, 1995).
A partir de los trabajos de Kornhauser (1959), que es quién vinculaba el
comportamiento colectivo a los agravios personales o colectivos (Vilaregut, 2013) ,, Ted
Gurr (1974) desarrolla los conceptos del agravio a partir de la idea de la privación
relativa en su intento de dar cuenta de la violencia política en tanto que acción
colectiva. Gurr sostiene que la violencia política no estará determinada por la ausencia
absoluta de bienes o condiciones, sino por la tensión generada, por las discrepancias
entre las percepciones de las expectativas de los sujetos y la percepción de sus
capacidades para alcanzar esas expectativas de bienes o condiciones.
Gurr entiende que existen tres tipos de privación relativa, siempre orientadas a la
tensión entre: la percepción de las aspiraciones y la percepción de las capacidades;
así se describen tres posibles escenarios: el primero es el descripto como privación
respecto de aspiraciones y responde a un aumento de las aspiraciones de la población
y se mantienen sin modificación las capacidades. El segundo escenario es el inverso,
58
es decir, se mantienen las aspiraciones pero decrecen las capacidades de conseguir
bienes o condiciones; este caso es descrito como privación por decrecimiento. Existe
una tercer escenario que acontece cuando los dos elementos que Gurr analiza, a
saber, aspiraciones y capacidades se mueven en sentidos opuestos, ―decrecen las
capacidades y aumentan las aspiraciones―, esta situación es denominada como
privación progresiva. Gurr ejemplifica este tercer caso cuando tras un período de
prosperidad económica acontece una crisis que disminuye las capacidades mientras
las aspiraciones siguen ascendiendo.17
Para dar una respuesta explicativa, más allá de la perspectiva de la Teoría del
Comportamiento Colectivo, al importante número de manifestaciones de los que se
llamaron movimientos sociales, surge en el ámbito anglosajón en la década de los
años sesenta ―recogiendo algunos elementos relevantes de la teoría de elección
racional propuesta por Olson― la Teoría de la Movilización de recursos (TMR en
adelante) en el ámbito norteamericano y la escuela de los nuevos movimientos
sociales (NMS en adelante)en el ámbito europeo.
Mientras que para la Teoría del Comportamiento Colectivo lo relevante de la acción
era “la irracionalidad de los actores y su incapacidad de adaptarse a la sociedad”
(Puricelli, 2005) ―centrando de este modo las explicaciones de la acción en aspectos
psicológicos y emocionales de los sujetos, tales como la frustración y la ira― la TMR
centró su interés en el análisis de las formas de organización interna de los
movimientos sociales, analizando sus dinámicas y tácticas, su abanico de recursos,
sus relaciones con otros movimientos, las relaciones de dependencia externas y las
tácticas de las instituciones de control, intentando dar cuenta, a partir de ello, del éxito
de los movimientos sociales.
Se puede decir que el TMR, está más orientada a la explicación de la forma en que se
conforman los movimientos sociales, el modo en que se gestionan y como se
coordinan las acciones antes que en las explicaciones del porqué de esa movilización
(Errejón, 2012).
17
Este enfoque ha sido criticado duramente por autores como Tilly, Scokpol o Moore por la
naturaleza monocausal de las explicaciones psicologistas que descuidan las causas estructurales de
la acción social. No obstante, es interesante para esta investigación analizar una variante de las
tesis de Gurr como es la deprivación relativa fraternal que, sin ser considerada una variable
explicativa de la movilización, sí es considerada como una herramienta de las élites políticas ―en
tanto la percepción de las expectativas son generadas por los líderes políticos― que interviene
activamente en el enmarcado de los discursos del agravio económico y del agravio democrático; tal
y como se comentará más adelante.
59
Los análisis de la TMR se estructuran a partir de la concepción de los actores como
sujetos colectivos, en tanto que “tradicionalmente, la teoría de la movilización de los
recursos ha sido planteada a partir de actores colectivos que luchan por el poder en un
determinado contexto institucional” (Jenkins, 1994) y focalizando su análisis en el
estudio de las estructuras organizativas, sus condiciones de éxito en el tiempo y los
recursos disponibles. La TMR parte, en sus análisis, de dos premisas elementares, tal
y como sostiene Ferree y que son: “1) las actividades que realizan los movimientos
sociales no son espontáneas ni desorganizadas y 2) los que participan en ellos no son
personas irracionales” (Ferree, 1994: 151, citado en Santamarina Campos (2010:
116)).
La herencia de la elección racional de Olson se aprecia en los dos principios
enunciados en el párrafo anterior; y es ese cálculo racional el que lleva a los sujetos a
participar en las organizaciones y a que las acciones que estos movimientos
emprenda sean de naturaleza teleológica, es decir, que estén orientadas a la
consecución de unos resultados que son, en este caso, el objetivo del movimiento. De
allí que se sostenga, como hace Santamarina Campos (2010), que para la TMR los
movimientos sociales no surgen con un interés o vocación “opositora” a los partidos
políticos, sino que ocupan otro espacio dentro de la arena política.
Siguiendo a Jenkins (1994) podemos decir que los principales integrantes de esta
aproximación fueron Oberschall, (1973); McCarthy, John D. y Zald, (1973 y 1977);
Jenkins, (1983) y Gamson (1975). En líneas generales, los autores citados entienden
que los movimientos sociales buscan alcanzar unos objetivos determinados, y que
esos objetivos orientan la acción de los movimientos, así como, su organización, las
estructuras de dirección y sus decisiones. El hecho de alcanzar los objetivos del
movimiento social estará determinado, para la TMR entonces, por la estructura
organizacional, la disposición y gestión de recursos propios y las relaciones que se
establezcan con otros movimientos para crear alianzas estratégicas.
Podemos decir, entonces, que la TMR se orienta al análisis de los elementos
estratégicos e instrumentales que determinan la consecución de los objetivos del
movimiento social, de este modo, la gestión de los recursos propios y las relaciones
con otros grupos, junto con las estructuras de la organización, deviene el eje central
del análisis. Es por ello que, para este enfoque es relevante el análisis de aspectos
materiales de los movimientos sociales, tales como las formas de organización de su
estructura, su eficacia en la acción, las funciones de sus líderes, así como la
dimensión y la preparación de sus integrantes y su implicación en los objetivos del
60
movimiento; del mismo modo que es central la estructura financiera de la organización,
así como, la disponibilidad o no, de recursos económicos. En estrecha relación con la
estructura financiera se encuentra el análisis de los vínculos con otras instituciones y
otros actores sociales, entre las que destacan aquellas relaciones que pueden reportar
un incremento en las finanzas, en la influencia o en nuevos miembros (Delgado, 2005).
El hecho de que el TMR se centre en las formas de organización y en las posibilidades
de la movilización a partir de la agregación de recursos de la organización tiende a
descuidar algunos aspectos que resultan muy relevantes. La TMR asume como dados
los objetivos e intereses del movimientos, no pone en cuestión la conformación de las
identidades políticas de los individuos (Errejón, 2012), deja sin analizar la ideología
propia de los movimientos (Puricelli, 2005) y tiende a identificar organización con
movimiento, siendo que el primero es más extenso que la forma institucional que lo
organiza. La cuestión de la ideología del movimiento pasa a ser un elemento
claramente relegado, tal y como se observa en las palabras de Overshall "[e]l
problema central al crear un movimiento duradero no es el desarrollo de nuevas
creencias e ideas antagonistas, sino la consolidación de una red organizativa, que es
siempre más fácil cuando ya existen algunos agrupamientos de redes. Las ideas y
creencias que tienen un potencial revolucionario están normalmente presentes y
disponibles para su utilización por los líderes de las protestas” (Overshall, 1973: 133134, citado en Pinto Mascareño, 2010: 70).
Siguiendo a Jenkins (1994) podemos decir que, el elemento central a todos los
estudios de los movimientos sociales ha sido el porqué de su formación y la respuesta
que ofrece la TMR relega a los agravios a corto plazo, que eran centrales para los
estudios tradicionales, a un papel secundario y centra su explicación en “los cambios a
largo plazo de los recursos del grupo, en su organización y en las oportunidades de
desarrollar formas de acción colectiva” (Jenkins, 1994:10). De ese modo los agravios
se entienden como (casi) constantes a lo largo del tiempo, y pasan a depender de “los
conflictos de intereses de orden estructural articulados en las instancias sociales”
(Jenkins, 1994:10). En ésta tesis se seguirán los desarrollos teóricos de McCarthy y
Zald (1973, 1977) que se diferencian de este enfoque y proponen una visión
constructivista del agravio que ha derivado en lo que el propio Jenkins (1994:11)
entiende como una “refinada teoría de los agravios” tal y como se verá más adelante.
Nuevos Movimientos Sociales:
Mientras la TMR se hizo fuerte en Estados Unidos de América desde una perspectiva
instrumental, por otra parte, en Europa surge el enfoque de los Nuevos Movimientos
61
Sociales (NMS) que centró su interés en los elementos culturales de los movimientos
sociales, en los procesos de formación de la identidad colectiva y en los procesos
comunicativos, buscando dar cuenta de un largo período de protestas y de
movilización social en las sociedades industrializadas de Europa occidental. Los
teóricos de los NMS entienden la existencia de una ruptura con las formas anteriores
de la acción colectiva y esa innovación estará fundamentalmente centrada en la
vinculación de actores y procesos sociales (Santamarina Campos, 2010) que tiene la
identidad colectiva.
Los principales autores de esta perspectiva son Alain Touraine (1981; 1985), Alberto
Melucci (1980; 1989; 1994, 1998) y Castells (1983). Si bien no existe una escuela
homogénea o unificada (Pinto Mascareño, 2010) podemos decir que, la perspectiva de
los NMS se ha preocupado por las transformaciones estructurales a nivel social que
han motivado la nueva forma de conflictividad social y el consecuente ciclo de
protestas.
Para esta perspectiva la sociedad tardo-industrial, por medio de la lógica de la
producción y de la burocratización (Santamarina Campos, 2010), generó una nueva
serie de conflictos escindidos de los conflictos tradicionales, como el conflicto derivado
de la lucha de clases, dando lugar a otros elementos que actúan como “múltiples
fuentes de identidad [colectiva] como el medio ambiente, el género, la paz, la etnia,
etc.” (Pinto Mascareño, 2010: 89).
En líneas generales, para este enfoque, estos nuevos modos de acción colectiva que
están relacionados con lo cultural y lo identitario, tienen tras de sí unas nuevas formas
de interacción entre los sujetos y unos objetivos centrados en el desarrollo personal
(Santamaría Campos, 2010). Estos movimientos ponen en un mismo nivel de
relevancia lo identitario y cultural, con lo estrictamente político, marcando así una
diferencia con los movimientos sociales anteriores (Klandermans, 1992).
Como elementos estructurales que han incidido en el surgimiento de estos
movimientos, destaca el descrédito y la deslegitimación que se produjo sobre las
formas tradicionales de participación y acceso a las toma de decisiones de las
democracias liberales occidentales (Laraña y Gusfield, 1994). Del mismo modo
incidieron los cambios en las sociedades occidentales capitalistas que acarrearon un
malestar cultural propio de la modernidad. Ese malestar cultural tendría sus orígenes
en la dinámica de la producción y reproducción social (producción industrial,
burocratización, procesos de modernización) y que tendría como producto de ellos una
profunda desestructuración sociocultural (Santamaría Campos, 2010).
62
De modo sintético podemos enumerar una serie de elementos específicos o rasgos
distintivos de los NMS, y que son: la falta de una definición nítida de los papeles o
roles de los participantes; las demandas de carácter cultural y simbólico, fuertemente
vinculadas a cuestiones identitarias, antes que a cuestiones materiales; sumado a ello,
siguiendo la estela del multiculturalismo, hay una relación poco diferenciada entre las
esferas de la vida pública y la privada, que se relaciona con las reclamaciones
identitarias; por último, el repertorio de acciones de movilización tiende a ser no
violento y se orienta a la desobediencia (Santamarina Campos, 2010).
En el ámbito de los NMS se ha producido, entre otros debates, uno en particular sobre
el calificativo: nuevos, respecto de los movimientos sociales. Melucci (1989), a este
respecto, y en tanto que integrante de los teóricos de los NMS, sostiene que hay
cuatro elementos que diferencian a los nuevos movimientos de los tradicionales o
viejos y que son: que los movimientos operan como “signos”, y su objetivo es el
cambio discursivo, es decir, el cambio ideológico y cultural; la acción social se
considera un fin en sí mismo, los movimientos anteriores se movilizaban para obtener
una modificación de la distribuciones de bienes o servicios, ahora los NMS buscan un
cambio simbólico ―más autorrealización y más autonomía (Melucci, 1994)― y ese
cambio no es instrumental, sino que es parte de la identidad de los sujetos; además,
se pone en cuestión la diferenciación entre lo público y lo privado buscando una
unificación del discurso que contrarreste la ocupación por parte del poder de ámbitos
que se consideraban privados (Melucci, 1994); y por último, hay un cambio en la
conciencia planetaria que se relaciona con la globalidad de las relaciones y con una
nueva forma de reflexión de los sujetos. La idea que propone Melucci (1989) es que
hay nuevos actores, en una nueva sociedad, con nuevas relaciones e intereses.
Dentro de ese debate ―extensísimo, por cierto― se encuentran las críticas que ha
vertido Mees, quién sostiene que “todos los movimientos sociales en su tiempo son
nuevos y viejos a la vez” (Mees, 1998: 317). Mees de este modo critica la “artificial y
ahistórica diferenciación tipológica entre nuevo y viejo movimiento social” (1998: 315),
poniendo así en tela de juicio las innovaciones de los NMS al asegurar que lo que se
propone es “vino viejo en odres nuevos” (Mees, 1998: 315).
Las críticas a nivel general que recibe el enfoque de los NMS se orientan a: que
mientras la TMR ha descuidado los elementos estructurales de los movimientos
sociales, además de la construcción simbólica de la ideología de estos, por otra parte,
las críticas a la perspectiva de los NMS se orientan en un sentido opuesto, y pueden
agruparse en dos grandes cuestiones: la primera de ella, es a la falta de atención a las
63
cuestiones relacionadas con la organización y con las formas de movilización, por una
parte, y por otra, la conceptualización como “nuevos” movimientos sociales a acciones
de protestas que ya se venían desarrollando en el tiempo y manteniendo la
continuidad con las tradiciones que sostienen haber superado (Santamarina Campos,
2010).
La Estructura de Oportunidad Política (EOP):
Frente a estas cuestiones irresueltas por parte de la TMR y de la NMS vinculadas a las
cuestiones de las identidades políticas y al análisis simbólico e ideológico de los
movimientos sociales por parte del primero, y a la falta de ajuste de la perspectiva
estructural y organizacional del segundo, surge en contexto europeo y norteamericano
la perspectiva de la Estructura de Oportunidades Políticas (EOP en adelante) que
centra su objeto de estudio en los elementos de naturaleza estructural que tienden a
condicionar la movilización con el objetivo de resolver las carencias de ajuste de las
perspectivas de MNS y de TMR.
El surgimiento de la EOP se produce con la emergencia de otro ciclo importante de
protestas sociales que acaeció en los años ochenta; en este ciclo de protestas los
movimientos sociales tendieron a canalizar en gran medida la participación colectiva
debido al gran descrédito que sufrieron los partidos políticos (Laraña y Gusfield, 1994)
y que fue de consuno con nuevas formas de movilización que propiciaron estos
movimientos.
Siguiendo a Santamarina Campos podemos decir que es el incremento significativo de
los movimientos sociales, su pluralidad y disparidad lo que “obligó a redefinir, de
nuevo,
los
movimientos
sociales,
forzando
a
buscar
nuevas
herramientas,
conceptuales y metodológicas, para su interpretación”. (Santamarina Campos,
2010:119).
La propuesta de la aproximación de la EOP radica en direccionar el análisis hacia los
elementos del sistema político que condicionan la acción colectiva, es decir, la EOP se
orienta a dilucidar cuáles son los determinantes políticos que permiten la emergencia
de oportunidad políticas que podrían aprovecharse en la movilización. Una clara
aproximación de la propuesta de referencia dentro de la perspectiva de la EOP es la
de Charles Tilly; éste autor entiende que se debe orientar el análisis hacia el entorno
político en su relación con la acción de los movimientos sociales.
El eje del análisis son los elementos del contexto político y social que tienen
incidencia en la acción de los movimientos sociales teniendo siempre en cuenta los
64
elementos relevantes de análisis de la TMR como son la movilización de recursos. En
este sentido los aportes de la EOP tienden a ser complementarios de la TMR, de la
que intenta ser superadora, al redefinir el concepto de movilización social en función
del contexto social e institucional como determinantes del éxito de esta.
En términos de Máiz, la EOP “da cuenta de una serie de factores políticos,
estratégicos e institucionales que facilitan o dificultan, en su caso, la movilización”
(Máiz, 2002:26). Al analizar la pertinencia de la utilización de la EOP al estudio del
nacionalismo ―tema que nos ocupa, es por ello que dejaremos para más adelante el
análisis detallado de cada uno de estos puntos―, Máiz (2002) describe los siguientes
elementos constitutivos de la EOP y que señalan con claridad los aspectos empíricos
a indagar, estos elementos son: 1) el grado de centralización o de descentralización
del Estado; 2) las políticas de democratización; 3) El sistema de partidos; 4),
disponibilidad de nuevos aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6), el contexto
internacional.
Como bien señala Máiz (2002) al utilizar la EOP como herramienta analítica se deben
tener en cuenta tres matices, el primero hace referencia a la relevancia de las
estructuras formales como prácticas informales de los actores al analizar la estructura
política; el segundo matiz se refiere al imperativo de entender la EOP de forma
dinámica, en tanto que son los propios movimientos en su accionar que pueden
ampliar las opciones de oportunidades de las que dispone, es decir, son los actores
quienes pueden crear sus propias EOP; la tercera matización que hace Máiz, es la que
introduce un componente subjetivo en la percepción de la EOP por parte de los
actores políticos, matizando así, la naturaleza estrictamente estructural del análisis.
Otro de los autores de referencia de la EOP es Eisinger (1973) que, orientado al
estudio de los movimientos de protesta en Norteamérica, vinculó los elementos de
carácter estructural ―la estructura política e institucional, la responsabilidad
gubernamental, etc.― con la acción política colectiva. Es ese sentido, Eisinger
entiende que, más allá de la gestión de los propios recursos el contexto político e
institucional
condiciona
la
acción
posibilitándola
o
impidiéndola.
(Rodríguez
Arechavaleta, 2010)
Nos centraremos en tres de los autores que han hecho aportaciones relevantes a la
EOP y que, no solo permitirán definir esta aproximación como antecedente a la del
análisis de marcos, sino que serán de gran utilidad analítica para dar cuenta de las
estructuras de oportunidad del proceso secesionista en Cataluña.
65
D. McAdam:
El primero de esos autores es Doug McAdam quién ha aportado una perspectiva
innovadora dentro de la escuela de la EOP al entender la movilización como un
proceso de naturaleza política (McAdam, 1985). Este autor ha desarrollado su
perspectiva teórica a partir del análisis del movimiento por los Derechos Civiles en
Estados Unidos de América. Estas dos ideas centrales que de McAdam ―la idea de
proceso y la de la centralidad de lo político―se orientan a criticar los planteamientos
de la perspectiva de la MR en lo que respecta a la escasa relevancia explicativa que le
asigna la MR a la acción de las élites, a la creación o dotación de sentido subjetivos de
las situaciones de conflictos o agravios y al potencial movilizador que esa construcción
de sentido ello tiene en la población.
Las consecuencias directas de las innovaciones de McAdam (1985) son varias; la
primera de ellas es el redimensionamiento de la acción en términos estrictamente
políticos, ello hace que se impugne la explicación psicológica de la motivación de la
acción. La segunda consecuencias, que tiene carácter de innovación fundamental, es
la idea de entender el propio movimiento social, no ya como una reacción puntual a
una situación coyuntural determinada, sino como un proceso en el que el los términos
temporales son mayores que en las explicaciones tradicionales y estos procesos van
cristalizando y sedimentando en el tiempo.
Los movimientos sociales, para McAdam (1985) se verán determinados en su éxito
por tres elementos condicionantes, que son: 1), la estructura de oportunidades
políticas; 2) el grado de organización de la población agraviada; y 3), la liberación
cognitiva. Como estructura de oportunidades políticas McAdam (1985) entiende al
entorno institucional ―más adelante en el tiempo lo matizará (McAdam, 1988)― que
encuadra y determina las acciones de los movimientos. Respecto a la segunda
cuestión que es el del grado de organización de la población agraviada, McAdam se
acerca a las posiciones de la MR, es en ese sentido que describe esta condición de
posibilidad de aprovechamiento de las oportunidades políticas a partir de la gestión de
los recursos que hacen los movimientos. Estos recursos que deben ser gestionados,
son conceptualizados en cuatro clases diferentes, que son: 1), los miembros; 2), la
estructura de incentivos solidarios; 3), las redes de comunicación; y 4), los líderes.
Respecto de los miembros, McAdam señala la relevancia de este factor y del
reclutamiento; en lo que se refiere a los incentivos solidarios, el autor señala la
importancia de los beneficios no materiales asociados a la percepción de pertenencia
a un grupo u organización que estimulan la acción y la solidaridad; por su parte, en las
66
redes de comunicación se describe a la serie de estructuras comunicacionales que
mantiene conectado y comunicado al movimiento y extienden su mensaje, además de
permitir los vínculos con otras organizaciones; y por último en lo que se refiere a los
líderes, destaca la relevancia organizativa en la identificación de las estructuras de
oportunidad políticas y la gestión de los recursos porque son ellos quienes coordinan
la acción de la organización.
Respecto al último de los tres elementos que condicionan el éxito de los movimientos
sociales en el de la liberación cognitiva, por ella McAdam entiende por ella, a los
cambios subjetivos que, sobre la conciencia y la acción, se producen respecto de las
posibilidades de éxito del movimiento social en los sujetos. McAdam introduce un
componente muy subjetivo muy cercano a la escuela de los nuevos movimientos
sociales y que incorpora la percepción subjetiva sobre las posibilidades reales del éxito
en la acción del movimiento.
Estos cambios subjetivos de percepción que se describen con la liberación cognitiva,
tiene para McAdam tres facetas a destacar que se basan en los desarrollos teóricos de
dos autores (Piven y Cloward a quienes McAdam cita literalmente) cercanos a la teoría
de la MR. La primera de estas facetas o aspectos es la percepción de pérdida de
legitimidad de las instituciones; la segunda es el aumento de la percepción de la
viabilidad del cambio propuesto; y el tercero de estos elementos o facetas es un
“nuevo sentido de eficacia” (Piven y Cloward , 1979) que hace que los sujetos vean
nuevas posibilidades a su acción.
Estos cambios de conciencia subjetiva que McAdam describe con liberación cognitiva,
junto con el grado de organización y la estructura de oportunidades política, son los
que determinarán el surgimiento y éxito de los movimientos sociales; aunque en otro
texto posterior de 1988, McAdam matiza un poco lo elaborado hasta aquí y sostiene
que no son suficientes los elementos que conforman la liberación cognitiva y otorga
mayor importancia a los aspectos de naturaleza estructural y al proceso político.
Por otra parte, McAdan, elabora una conceptualización, siguiendo a otros autores de
referencia, de las “dimensiones de la oportunidad política” (McAdam, 1998). Según
esa clasificación las dimensiones de la EOP son: “1) la apertura o cierre relativos del
sistema político institucionalizado; 2) la estabilidad o inestabilidad de ese grupo amplio
de alineamientos de la élite que típicamente subyacen a la política; 3) la presencia o
ausencia de élites aliadas; 4) la capacidad y la propensión del Estado a la represión.”
(McAdam, 1998). Podemos decir con Rodríguez Arechavaleta que, McAdam realza la
67
estructura institucional en la primera dimensión, mientras que en la segunda y tercera,
destaca las estructuras informales (Rodríguez Arechavaleta, 2010).
Destaca en todo el planteamiento de McAdam el papel de la esfera política en tanto
que estructura y en algún momento y, sin perjuicio de los matices pertinentes, la
relevancia de la vertiente subjetiva de la acción en relación con esta estructura que
facilita o conjura las oportunidades.
C. Tilly:
El segundo autor que se tratará en esta perspectiva de la EOP a la que ha realizados
aportes muy relevantes en este campo es Charles Tilly. Tilly ofrece una perspectiva
teórica ilustrada desde un enfoque histórico; este autor asume a los movimientos
sociales como movimientos plenamente políticos, por el contrario a las Teorías del
Comportamiento Colectivo que identificaba a la protesta como irracional y apolítica, y
los caracteriza como “en su forma particular, […] un reto ininterrumpido contra los que
detentan el poder estatal establecido, a nombre de una población desfavorecida que
vive bajo la jurisdicción de personas que detentan el poder, mediante exhibiciones
públicas repetidas de la magnitud, determinación, unidad y mérito de esa población”
(Tilly, 1995: 18).
En esta definición, Tilly enuncia los tres actores relevantes de la movilización
―detentadores del poder, población desfavorecida, activistas que actúan en nombre
de aquella población―; es labor de los activistas posicionarse como “interlocutores
válidos de la población desfavorecida” (Rodríguez Arechavaleta, 2010:194) y
establecer las formas en la que se reclama la atención pública por parte del
movimiento a partir de exhibiciones públicas.
El repertorio de estrategias a los que recurren los activistas para enfrentar a los
detentadores del poder y sus estrategias de desmovilización incluyen la promoción del
movimiento “como un grupo solidario, con una experiencia compartida desde hace
mucho tiempo y con una memoria colectiva poderosa. […] forjar coaliciones, inventar
nombres de grupos, componer discrepancias, formular demandas y quejas, a más de
planear las estrategias y los símbolos.” (Rodríguez Arechavaleta, 2010:195).
La aproximación de Tilly, será particularmente útil en el estudio de las formas en que
se estructura la producción discursiva del movimiento nacionalista catalán, en tanto
que, presenta una visión claramente constructivista de la protesta y de los
movimientos sociales que se relaciona de manera directa, tanto con la propuesta
teórica constructivista del nacionalismo, así como, con la propuesta metodológica del
68
análisis de los procesos de enmarcado del discurso. En su aproximación, Tilly
entiende que la labor de los activistas es fundamental para presentar y construir al
movimiento social como “numeroso, determinado, unitario y meritorio” (Rodríguez
Arechavaleta, 2010:195) y se destaca su particular análisis de los procesos de
construcción de los Estados-nación, en el que resultan muy relevantes las acciones en
defensa o promoción identitaria, religiosa y lingüística, tanto de actores regionales
como estatales (Tilly, 1978).
Serán de sumo interés también los desarrollos teóricos de Tilly en lo que respecta al
posicionamiento epistemológico que ha desarrollado el autor, quién en el libro From
mobilization to revolution de 1978 describe su posicionamiento en los siguientes
términos: “esa será la actitud general de los análisis a seguir: obstinadamente antidurkheimiana, decididamente pro-marxista, pero a veces indulgente con Weber y a
veces dependiente de Mill.” (Tilly, 1978: 48). Respecto del posicionamiento
epistemológicamente pro-marxista, Tilly entiende que los marxistas ortodoxos que
afronten su obra, le objetarán la relevancia que adquieren los procesos políticos, en
contra de la linealidad de la explicación monocausal de la lucha de clases que sostiene
la vulgarización del marxismo ortodoxo.
Es desde esta perspectiva, donde Tilly incide en la explicación de la movilización
social, contemplando la acción movilizadora de los actores con las estructuras sociales
complejas como el Estado-nación, el desarrollo capitalista, los procesos de
urbanización, etc.; combinando, de este modo, una perspectiva individualista con la
perspectiva estructural, tendiente a enfatizar más ésta última, tal y como ha criticado
Melucci (1989). Por otra parte, la acción colectiva es entendida como una proceso
dialéctico que se reconfigura en el transcurso de la propia acción. La acción colectiva
dialécticamente entendida se modifica en la tensión del proceso de confrontación entre
actores y antagonistas, reproduciéndose así nuevas vías de acción social y nuevas
oportunidades.
Tilly (1978) establece dos tipos de modelos de acción colectiva, el primero de ellos es
el “modelo político” y el “modelo de movilización” es el segundo. El modelo político, se
estructura a partir de cuatro elementos centrales que son: 1), el gobierno; 2), el/los
contendiente/s; 3) la política; y 4), las coaliciones. Por otra parte, el modelo de
movilización identifica cinco elementos fundamentales que son esencialmente
dinámicos y están, por ello, sometidos a cambios en el tiempo, estos elementos son:
1), los intereses comunes; 2), la organización; 3), la movilización; 4), acción colectiva;
y 5), la oportunidad política.
69
Tilly (1978) entiende por los intereses comunes al fruto o resultado de la pugna entre
facciones diversas; por organización, hace referencia a la estructura formal e informal
que vehiculiza la acción; en tanto que por movilización se refiere al control sobre los
recursos, aumento de las protestas y reivindicaciones propias y disminuyendo las
contrarias en la dinámica actor versus antagonista. Los elementos que determinaran a
la movilización serán los actores que compiten por esos recursos acopiados, la
cohesión interna del grupo y la identificación entre los intereses de los actores
colectivos y los individuales.
Por último le siguen la acción colectiva y la estructura oportunidad política. De esta
última Tilly sostiene que es ―como ya se ha dicho aquí― un proceso dialéctico en el
que se redefine constantemente la estructura de oportunidad en función de las
acciones y reacciones de los actores y antagonistas. Para Tilly, la oportunidad política
se
estructura
a
partir
del
poder,
la
represión/tolerancia/facilitamiento
y
la
oportunidad/amenaza (Calleja, 2009). Las formas de ejercicio del poder del Estado, de
este modo, dará lugar a las formas combinatorias entre la represión y el facilitamiento
y el ese espacio que se produce entre ambos que es la tolerancia.
Como resultado de la combinación de los elementos de los dos modelos explicativos
mencionados emerge el quinto elemento señalado que es la acción colectiva. La
acción colectiva estará determinada: 1), la movilización; 2), la oportunidad y; 3), el
poder. La acción se enmarcará en tres categorías que son las acciones colectivas
competitivas, las reactivas y las proactivas. Todas ellas serán parte de un repertorio de
acción que estará relacionado con elementos estructurales de carácter histórico e
institucional (prácticas sedimentadas, instituciones, normas culturales, etc.) y que ya
se estarán ejerciendo entre los actores y antagonistas. Son las estructuras
mencionadas las que determinaran las posibilidades de innovación en el repertorio de
la acción.
S. Tarrow:
El tercer autor de relevancia en el análisis de la EOP es S. Tarrow quién, a partir de
los lineamientos generales de la EOP, realizará aportes respecto de la forma en que
entendemos a los movimientos sociales, particularmente en lo referido a: la necesidad
de incorporar una visión más dinámica de los movimientos sociales; la forma en que
se desarrollan y construyen simbólicamente las acciones de los movimientos y, por
último; la capacidad de los movimientos sociales de generar sus propias estructuras
de oportunidad.
70
Tarrow entiende que la EOP está definida por las “dimensiones congruentes ―aunque
no necesariamente formales o permanentes― del entorno político que ofrecen
incentivos para que la gente participe en las acciones colectivas” (Tarrow, 1997: 155) y
que se encuentran determinada por cuatro elementos de cambio que son: “la apertura
del acceso a la participación, los cambios en los alineamientos de los gobiernos, la
disponibilidad de aliados influyentes y las divisiones entre las élites y en el seno de las
mismas” (Tarrow, 1997:156) además de dos elementos más institucionales y estables
como son: la estructura del Estado, y las formas de represión y control Estatal. 18
Las primeras cuatro dimensiones de la estructura de oportunidad política ofrecen una
interpretación de naturaleza dinámica de las modificaciones de esas estructuras,
aunque reconoce también la relevancia de las estructuras del Estado y de control y
represión Estatal.
Con la referencia al acceso a la participación, Tarrow asume la tesis de Eisenger, que
sostiene que la protesta aumenta su probabilidad de manifestación en los sistemas
que combinan elementos de apertura y de cierre. Y es allí, en los momentos en se
llevan a cabo las reformas de apertura por parte de esos sistemas, donde la
probabilidad de la emergencia de protesta aumenta. Por el cambio en los
alineamientos políticos Tarrow entiende que la estructura de oportunidad puede variar
a partir de la inestabilidad de los alineamientos políticos o coaliciones que se
establecen entre los partidos del gobierno y de la oposición en las democracias
liberales; este hecho puede movilizar tanto a las élites políticas a buscar nuevos
aliados extrapolíticos y también tiende a potenciar la incerteza de los seguidores,
además de incentivar la movilización de los sujetos que no se identifican con el
sistema político y preconizan otras formas de participación. Tarrow describe como
tercer elemento del cambio en la EOP a los aliados influyentes quienes pueden
posicionarse de tres formas posibles: a favor, en contra o como mediadores frente a la
protesta. Como cuarto y último elemento, las élites divididas o fragmentadas pueden
movilizar a fracciones de las propias élites, que no detentan poder alguno, a que
asuman la figura de representantes y defensores del “pueblo”; como también puede
ocurrir que se facilite la movilización de grupos o sectores carentes de recursos
propios.
18
Tarrow (1997) entiende que la EOP condiciona a los movimientos sociales de tres maneras
diferentes y complementarias, a saber: 1) el acceso a las tomas de decisiones que tenga el grupo o
movimiento; 2), los aliados y los adversarios que tenga el movimiento entre la población; y 3), la
unidad o no de la élite política.
71
En cuanto a las formas del Estado, Tarrow entiende que hay una relación
multidimensional entre el Estado y los movimientos sociales, en tanto que, el Estado
“es
un
blanco
multidimensional,
los
movimientos
sociales
son
actores
multidimensionales” (Tarrow, 1997:166). La forma en que el Estado actúa frente a los
movimientos es variable, y lo es, entre otras cuestiones, dependiendo de la naturaleza
del actor que tenga frente a él, el tipo de propuesta, los sectores involucrados, la
fuerza del movimiento y estructura de las élites.
En lo tocante a la represión y el control por parte del Estado, Tarrow sostiene que es
una variable determinante en un doble sentido. El primero de ellos es el
reconocimiento de que la represión y el control acallan la protesta en la mayoría de los
casos, pero por contrapartida, esa represión ejerce, como segundo elemento, una
fuerza integradora y unificadora, en tanto que objeto contra el que dirigir la protesta,
que puede activarse cuando se modifiquen hacia la apertura las estructuras de
oportunidades. De este modo, Tarrow, entiende que la represión permite aglutinar a
los sujetos tras un objetivo determinado que de mantenerse tras la apertura a la
participación permite generar, organizar y movilizar un movimiento social con mayor
facilidad.
Para ilustrar el caso anterior Tarrow (1997) utiliza el ejemplo de las reformas
implementadas por Gorvachov en Rusia, pero no solo se recurre a la represión y al
control de los opositores en los regímenes no democráticos. Tarrow señala que en las
democracias representativas, y sin perjuicio incuso de la existencia del Estado de
derecho, los Estados con regímenes democráticos liberales pueden recurrir a acciones
o estrategias para incorporar los movimientos sociales dentro de la esfera Estatal al
convertirlos o transformarlos en partidos políticos, que en otros términos podríamos
hablar de cooptación; o incluso pueden recurrir a la represión de los opositores.
Tal y como sostiene Rodríguez Arechavaleta, Tarrow asume el argumento de Tilly al
sostener que “una de las características más notables de la acción colectiva es que
expande las oportunidades para los demás […] al plantear que los grupos disidentes
aumentarán sus oportunidades, ampliando el repertorio de acción colectiva a nuevas
formas” (Tarrow, 1997:174 citado en Rodríguez Arechavaleta, 2010: 199). Para Tarrow
y Tilly los movimientos sociales pueden, en su acción de aprovechamiento de las
oportunidades políticas, ampliar esas oportunidades, es decir, modificar la estructura
para el propio movimiento o para otros.
Respecto de las características de la acción social, Tarrow describe la existencia de
tres tipos de acción colectiva que enuncia como: violenta, convencional o disruptiva.
72
Estas formas de acción colectiva combinan en distinto grado en cada una de ellas las
tres propiedades que poseen los movimientos sociales y que son: el desafío, la
incertidumbre y la violencia. (Tarrow, 1997). La acción violenta tiende a ser
inversamente
proporcional
al
número
de
manifestantes
―en
circunstancias
normales― es por ello que tiende a aparecer con la intervención de pequeños grupos
dispuestos a asumir los altos costes de este tipo de acción y con estructuras
organizativas experimentadas. La segunda categoría de acción social es la
convención, que incluso dentro de la particularidad de los nuevos movimientos
sociales sigue siendo la acción social mayoritaria dentro del repertorio de las
protestas. Este tipo de acciones son de naturaleza rutinaria, por ello conocidas por los
participantes e incluso toleradas o facilitadas por las élites (Tarrow, 1997:205). La
tercera es la acción social disruptiva, que es la forma en que se amplía el repertorio de
la acción mediante la innovación en las acciones de la protesta, pero que tiende a ser
inestable y a decantarse por alguna de las dos anteriores, o bien por la acción violenta,
con el consiguiente abandono de muchos de los seguidores del movimiento o la
propuesta disruptiva tiende a la “rutinización” y se incorpora dentro de la categoría de
la acción de convención o convencional.
Una de las innovaciones dentro de la escuela de EOP que ha propuesto Tarrow es la
relevancia que el autor le ha otorgado al análisis del sistema simbólico de los
movimientos sociales. Este es el tema central de esta tesis y, es por ello que, resulta
menester y enriquecedora la inclusión de la propuesta de Tarrow en tanto que
integradora de la EOP, como de los análisis simbólicos de los movimientos que
propone el análisis de marcos. La centralidad que reviste el análisis de los marcos
hace que se destine el próximo apartado de este capítulo para desarrollar sus
diferentes perspectivas y aproximaciones.
Pero, volviendo a la propuesta de análisis del sistema simbólico de los movimientos
sociales, Tarrow señala que es de fundamental importancia para los movimientos
sociales la labor de construcción de los marcos para la acción colectiva que conforman
los mapas cognitivos y de significación que dotan de sentido a la acción del
movimiento. En ello, el propio Tarrow secunda los desarrollos de Snow y Benford y
que se estudiarán más adelante.
Siguiendo a estos autores, Tarrow describe como central, en la construcción de los
agravios de los marcos de acción colectiva, las injusticias que se narren en los
discursos, además de la asignación de responsables y el ofrecimiento de soluciones,
73
vinculando esos marcos a otros marcos mayores ya existentes para amplificar y dotar
de fuerza a las demandas.
En otros términos, Tarrow destaca la labor fundamental de enmarcado de las
organizaciones de los movimientos sociales. Es por ello que este autor se encuentra
claramente a favor de una aproximación sintética entre la EOP y el análisis de marcos,
con el objetivo de dilucidar los procesos de construcción simbólico-discursiva que
realizan los movimientos sociales y sus con la estructura en las que se producen esos
discursos.
La decisión de incorporar a Tarrow dentro de la perspectiva de la EOP, y no dentro del
análisis de marcos, se debe a que en él predomina la perspectiva estructural por sobre
la aproximación constructivista, en tanto que no asigna una capacidad performativa al
discurso, sino que le otorga una función más bien estratégica, al servicio de los
movimientos sociales, de modo que las identidades colectivas serían previas y preconstituidas al discurso.
En un texto posterior (Dynamics of contentions) Dinámica de la contienda política, del
año 2005, los tres autores comentados anteriormente, Mc Adam, Tilly y Tarrow
presentaron una propuesta innovadora y, en su opinión, superadora de las dos
perspectivas principales de análisis de los movimientos sociales, la estructural y la de
la agencia.
En Dinámica de la contienda política los tres autores, antes de presentar esta
propuesta de superación, asumen las críticas que se le había formulado a la EOP ―y
que se comentarán más detalladamente en el apartado siguiente― relacionadas con
la preponderancia explicativa de los factores estructurales y la rigidez heurística, o
visión estática, a ella asociada. A partir de aquí, los autores proponen una
aproximación más dinámica y relacional de los movimientos sociales, y que incluya
una visión más global que involucre los diferentes niveles de análisis que van a
formular (episodios, mecanismos y procesos).
La propuesta teórica que realizan se centra en dar cuenta de toda una serie
fenómenos de lucha política que supera en mucho el marco y la agenda tradicional de
los movimientos sociales (Flacks, 2003) y pretende ser un herramienta de
investigación y anñalisis de todo proceso de contienda política y de sus actores
sociales, sean institucionales o no, y de sus ámbitos de actuación; abarcando una
serie temporal y de lugares muy diversas.
74
Para llevar adelante una empresa de tal magnitud, los autores introducen una cantidad
importante de conceptos. Las principales aportaciones en este sentido son: (y antes
que ninguno) el concepto de contienda política. Por él se entiende, los procesos
políticos en donde la acción colectiva transgresiva resulta fundamental. Pretenden con
este concepto, relativizar la utilidad que venía teniendo los conceptos estancos de
contienda convencional y no convencional; proponiendo una aproximación más
dinámica y compleja de ambos, al entenderlas como propias de la arena política.
Literalmente contienda política es definido como “la interacción episódica, pública y
colectiva entro los reivindicadores y sus objetores cuando: (a) al menos un gobierno es
uno de los reivindicadores, de los objetos de las reivindicaciones o es parte en las
reivindicaciones, y (b) las reivindicaciones, caso de ser satisfechas, afectarían a los
intereses de al menos uno de los reivindicadores” (Mc Adam et al, 2005: 5).
Los otros tres conceptos que introducen son los ya mencionados: episodios,
mecanismos y procesos. Los episodios son los períodos históricos, que retoman la
concepción clásica del estudio de los movimientos sociales 19, la cadena de
acontecimientos históricos significativos que conforman los episodios son descriptos
como procesos y estos son conformados por las relaciones que establecen una serie
de mecanismos. Estos mecanismos pueden ser causales, ambientales, cognitivos o
relacionales, entre otros, como la difusión, la represión, o bien los vinculados a la
movilización, como son la atribución colectiva, la apropiación social y la correduría.
La búsqueda de relaciones de causalidad y conexiones entre los mecanismos, los
procesos y los episodios, es uno de los ejes centrales del trabajo, sumado con la de
encontrar “paralelismos parciales” entre los diferentes episodios contenciosos en la
historia que cambiarán el resultado dependiendo de la combinación en la secuencia y
del contexto en que se produzcan (Mc Adam et al, 2005).
Dentro de los procesos, los autores, describen tres que aparecen en una gran mayoría
de episodios y que son: la construcción de nuevos actores e identidades; la
polarización de los movimientos; el cambio en la contienda política.
Las críticas que recibe este trabajo ―de dimensiones monumentales― comienzan,
justamente, por las amplias pretensiones explicativas que se sostienen a lo largo de la
historia y de la geografía. Por otra parte, en los casos empíricos presentados
―dieciocho― la única relación lógica que se repite con asiduidad es la de
correduría/mediación; no hay mayores repeticiones de los otros mecanismos que
19
Véase el prólogo de Ibarra y Martí a la obra de AA. VV. (2005) Dinámica de la contienda política.
75
fueron enunciados; y ello lleva a disminuir el potencial heurístico de la relación causal
entre mecanismos y procesos.
Críticas a la perspectiva de la TMR, NMS y EOP:
Se han mencionado hasta aquí los desarrollos de tres de las principales escuelas que
analizan los movimientos sociales, fundamentalmente la TMR, NMS y la EOP. La
TMR, tal y como se ha comentado se interesó en los aspectos organizativos de la
movilización de los elementos simbólicos y materiales de los movimientos ―se les ha
criticado incluso la confusión entre organización y movimiento (Reichmann y
Fernández Buey, 1994:25 citado en Santamarina Campos, 2010:116)― y ha caído en
cierto apoliticismo en tanto que, se puede aplicar la TMR a cualquier tipo de
organizaciones dejando sin analizar el componente ideológico de los movimientos,
además de no analizar las cuestiones de naturaleza estructural, tal y como sostiene
Tilly (1978).
Por su parte la escuela de los NMS ha centrado su interés en las cuestiones culturales
y simbólicas concentrando el poder explicativo en causas de naturaleza estructural, tal
y como señala Klandermans (1994), dejando de lado, en cierto modo, la organización
y los recursos de las organizaciones y los movimientos. Por otra parte, se ha realizado
una crítica acerca de la pertinencia de adjetivo “nuevo” en el título NMS, que puede
verse en el interesante texto de Mees (1998) en el volumen publicado por Ibarra y
Tejerina (1998) y que pone en cuestión ―del mismo modo que Tarrow― la posición
asumida por algunos autores de los NMS de la ruptura de los patrones sociales
“tradicionales” de movilización como es el de clase.
Respecto a la EOP, se puede decir que, esta perspectiva adolece de cierta falta de
precisión en las variables que utiliza (McAdam, D. McCarthy, J. y Zald, M., 1999), tal y
como señalan Meyer y Gamson, cuando sostienen que, la EOP “puede discurrir por
direcciones tan distintas y adoptar formas tan diversas […] que amenaza con
convertirse en un factor cajón de sastre, donde situar todas aquellas condiciones y
circunstancias que configuran el contexto en el que se desarrolla la acción colectiva.
[…] Si se le quiere utilizar para explicar tanto, en último término puede llegar a no
explicar nada” (Meyer y Gamson, 1999: 389). Esto ocurre porque la EOP en algunos
casos ha tendido a no precisar con exactitud qué acontecimientos forman parte de la
estructura de oportunidad, pudiendo caer así en el error de procurar explicaciones
fundadas en una sola variable omnicomprensiva, pero imprecisa y difusa, tal y como
sostienen Della Porta y Diani (2011).
76
Por otro lado, se ha criticado la falta de atención sobre la forma y las razones que
motivan a la dotación de sentido y asignación de significados por parte de los actores
respecto de la acción colectiva, en otras palabras, la EOP deja sin analizar la forma en
que se producen los códigos culturales (Melucci, 1994).
La crítica de Melucci así como la de McAdam (1998) y la de Meyer y Gamson (1999),
se orienta a dos elementos centrales, el primero es la relevancia de los actores y de
las acciones que estos realizan; y el segundo de esos elementos, es el importante
papel que la construcción de las identidades y los códigos culturales tiene en los
conflictos sociales en general, y particularmente en la movilización social. A excepción
de Tarrow, la EOP no da cuenta de los mecanismos por los que ciertos actores
pueden movilizar a sectores de la población, ni tampoco explica, cómo y de qué
manera operan los agravios dentro de ese proceso de movilización tras el que se
nuclean las principales reivindicaciones del movimiento, y qué es lo que hace que esos
individuos se aglutinen alrededor de esas reivindicaciones.
La perspectiva que intenta responder a estas falencias y a complementar los análisis
de la EOP, NMS y TMR es la del análisis de marcos (frame analysis) o perspectiva de
los procesos enmarcadores. El análisis de los marcos orienta su interés hacia la
investigación sobre los modos en que se construyen los significados del discurso de
los movimientos. El análisis de marcos indaga sobre qué elementos del discurso son
construidos, los mecanismos con el que estos significados son propuestos a la
población, y a partir de qué mecanismos y significados se interpreta la realidad y sus
problemáticas. Es de este modo como los procesos de enmarcado se centran en los
aspectos ideológicos, identitarios y culturales del estudio de los movimientos sociales,
se presenta como una herramienta extraordinariamente compatible con la visión de la
EOP que tiende a aportar una perspectiva de matriz estructural en sus explicaciones.
Análisis de marcos:
Comentarios preliminares y observaciones:
Aunque el análisis de los marcos es la última perspectiva en incorporarse al estudio de
los movimientos sociales, el concepto de “marco” no es nuevo, tal y como sostienen
Snow y Benford (1992). El concepto de marco ya lo encontramos “en psiquiatría
(Báteson, 1972), en humanidades (Cone, 1968), y en la psicología cognitiva (Minsky,
1975; Piaget, 1954)” (Snow y Benford, 1992: 136), pero fue Erving Goffman quien en
1974 publicó el libro Análisis de marcos, donde introduce el concepto de
77
“enmarcado20” o “encuadre” para dar cuenta de determinados acontecimientos
sociales a partir de elementos cognitivos comunes o compartidos y su relación con la
forma en que se otorga sentido a la acción por parte de los movimientos sociales. La
idea central que propone Goffman es que los marcos son estructuras de creencias
colectivas necesarias para la acción colectiva, y es a partir de los marcos de acción
colectiva que los movimientos sociales proponen su visión de un aspecto de la
realidad.
Así los marcos de significación para la acción colectiva pasan a ser definidos como
esquemas mentales que ordenan e interpretan, es decir, dan sentido a la realidad, y
permiten la coordinación y competencia de sentidos en la estructuración de la acción
colectiva. En palabras de Chihu, un “marco de significación es un esquema
interpretativo que simplifica y condensa el mundo existente, seleccionando y
codificando objetos, situaciones, eventos y experiencias y secuencias de acción, y
relacionándolos con el medio ambiente en el que se desenvuelve el actor” (Chihu,
2000: 213).
En términos generales podemos decir con McAdam, McCarthy y Zald, (1999) que “[l]os
marcos son metáforas específicas, representaciones simbólicas e indicaciones
cognitivas utilizadas para representar conductas y eventos de forma evaluativa y para
sugerir formas de acción alternativas”. Profundizando un poco sobre ello, y siguiendo a
Gamson (1992a) y Chihu y López (2004), entendemos que “los “marcos 21” de
significación para la acción colectiva orientan a los actores para evaluar un problema y
estimar los resultados de la movilización en torno al conflicto.
De esta forma el proceso de enmarcado “significa situar algo dentro de un marco. […]
Asimismo, enmarcar significa seleccionar determinados aspectos de la realidad
percibida en un texto para, con este propósito, promover una definición tanto del
protagonista, como del antagonista y del problema, una interpretación causal, una
evaluación moral y recomendar alternativas para la solución del problema” (Chihu,
2002:370-371).
En términos de Viejo “[e]l análisis de marcos parte, pues, de reconocer el carácter
subjetivo del discurso político en lugar de suponerle alguna forma de objetividad. La
20
Se utilizará el término enmarcado, de aquí en adelante, y no el de encuadre. El término
“enmarcado”, ampliamente recogido en la literatura, hace también referencia, dentro de su campo
semántico al dinamismo propio de los procesos sociales fundamental para el desarrollo de esta
tesis.
21
De aquí en adelante se utilizará el término “marco” para hacer referencia al concepto de “marco
de significación para la acción colectiva” ampliamente recogido en la literatura.
78
subjetividad propia de los marcos interpretativos es, a su vez, una subjetividad
intersubjetiva” (Viejo Viñas, 2008:8) Esto destaca no solo ese componente subjetivo
mentado, sino además, la relevancia de la otredad en el estudio de los marcos, que va
desde la producción discursiva, pasando por la distribución y el consumo de los
discursos, pero también en el aspecto agonal y dinámico de la conformación de los
marcos. Es por ello que “los marcos interpretativos establecen un vínculo interpretativo
entre quien los enuncia (actores que pueden variar desde organizaciones de
movimiento hasta partidos políticos, pasando por medios de comunicación, líderes
políticos o figuras intelectuales) y quien los escucha y dispone, igualmente, de los
mismo marcos de referencia primarios (los públicos o audiencias)” (Viejo Viñas,
2008:14).
En lo que sigue se expondrán algunos de los principales referentes de la teoría de los
procesos de enmarcado, que son D. E. Snow y Benford, W. Gamson y Gerhards. La
elección de estos autores se apoya en varios criterios, el primero de ellos es la
inconmensurabilidad de la bibliografía, que será un tópico de los temas tratados en
toda la tesis, y ello ha llevado al autor a tener que seleccionar por criterios de
relevancia y de cercanía o afinidad en las aproximaciones teóricas a los temas
tratados en esta tesis.
El caso de Snow y Benford es de ineludible mención dado la relevancia que han
adquirido sus aportaciones al campo del tanto del análisis de marcos, en particular,
como del estudio de los movimientos sociales, en general. Dichas aportaciones del
Snow y Benford, que han sido recogidas muy positivamente por la comunidad
investigadora, se orienta hacia una perspectiva más intermedia o macro del análisis de
los procesos de enmarcado, de modo que es especialmente indicada para ser
analizada este trabajo, a diferencia de otros estudios como los de H. Johnston (1991,
1995), Cabrera (1992) que, si bien analizan desde el análisis de marcos el caso de
nacionalismos periféricos españoles, como son el caso del nacionalismo catalán y el
gallego respectivamente, lo hacen desde una perspectiva micro que, no es la línea
metodológica elegida por quien suscribe el presente.
En el caso de Gamson la elección se sustenta en dos argumentos, el primero de ellos,
al igual que en caso de Snow y Benford, es el nivel que han tenido sus aportaciones al
análisis de marcos y la acogida que ellas han tenido dentro de la comunidad de
investigadores; el segundo argumento es la afinidad o proximidad teórica y conceptual
de Gamson respecto de la visión que esta tesis adopta acerca de las formas de
79
construcción de los agravios por parte de las élites políticas catalanas, tal y como se
verá, más adelante.
En el caso de Gerhards, la elección descansa sobra la relevancia de sus desarrollos
teóricos de nivel meso del análisis de marcos y su operacionaliszación, pero y
fundamentalmente, en los desarrollos metodológicos como el del marco ideal que se
utilizará como herramienta de análisis en la presente tesis. Estas propuestas
metodológicas se orientan a dar claridad a la operacionalización de los conceptos que
han desarrollado tanto Snow y su grupo, como también Gamson.
Snow y sus colaboradores:
Al hacer referencia a Snow, inevitablemente se debe aclarar que se hace mención no
solo a un autor muy relevante sino a uno de los exponentes más destacados de un
grupo de investigadores a lo que pertenecen también Benford, Hunt, McAdam,
Rochford, Trom Worden y otros. Este conjunto de investigadores representa una de
las corrientes más importantes en los estudios de los marcos y de los procesos de
enmarcados dentro del ámbito de los movimientos sociales.
Para el análisis de los desarrollos teóricos de este grupo nos centraremos en cuatro
textos clásicos de referencia en la materia que son Frame alignment processes,
micromobilization, and movement participation (1986); Ideology, frame resonance, and
participant mobilization (1988); Marcos de acción colectiva y campos de identidad en la
construcción social de los movimientos (1994); y Master frames and cycles of protest
(1992).
Para Snow y Benford los marcos de significación para la acción colectiva son un
“esquema interpretativo que simplifica y condensa el «mundo de ahí fuera» puntuando
y codificando selectivamente objetos, situaciones, acontecimientos, experiencias y
secuencias d acciones dentro del entorno presente o pasado de cada uno” (Snow y
Benford 1992: 137).
Siguiendo el análisis de Chihu (2000), podemos decir que Snow y Benford (1992)
describen tres funciones características de los marcos de significación, y estas son:
puntuar los objetos de la realidad; atribuir responsabilidades y pronosticar (soluciones);
y por último, producen alineaciones.
La función de puntuar los objetos de la realidad está relacionada la acción de los
marcos que “redefine como injusto o inmoral lo que, previamente había sido visto
como desafortunado pero quizás tolerable” (Snow y Benford, 1992: 137 citado en
80
Chihu, 2000: 217). La segunda función es la atribución de la culpa y las
responsabilidades de esa situación injusta señalada o puntuada por el marco, por otra
parte, la atribución pronóstico se refiere a la proposición de acciones determinadas
para acabar con la situación injusta (Snow y Benford, 1992). Por último, la articulación
hace referencia a la capacidad de alinear sucesos y circunstancias con el marco e
incidir en la forma de significar las ideas de los marcos mediante esos elementos.
Para usar palabras de Tarrow (1997), Snow y sus colaboradores, ponen de relevancia
la necesidad de los marcos de significación a la hora del estudio de los movimientos
sociales, en tanto que, es indispensable el análisis y la investigación sobre las formas
en que se significa y ordena la realidad, por parte de las organizaciones de los
movimientos sociales, y de cómo se orienta el discurso hacia la acción.
Las críticas de este grupo estuvieron orientadas hacia la EOP, los NMS y la TMR, en
tanto que, estas perspectivas no se detienen en lo que ellos consideran central para la
acción social que es la construcción del significado a partir del discurso. Para el la
perspectiva del análisis de los marcos, los movimientos no deben ser analizados con
significados construidos y asignados, sino que se debe asumir una posición más
dinámica en la que la generación de sentido y la producción y reproducción (utilizando
una terminología del marxismo clásico) de significados sea el foco de la atención y de
la investigación.
La producción conceptual de este grupo de investigadores ha sido muy relevante a la
hora de aportar claridad y sistematización al corpus del análisis de marcos, estas
aportaciones serán analizadas a partir de los siguientes cinco conceptos: procesos de
enmarcado, alineamiento de marcos, marcos maestros y resonancia de marcos.
Procesos de enmarcado:
El proceso de enmarcado hace referencia a la forma de interpretación que se propone
de un ente, hecho o circunstancia determinada a partir del propio discurso. Por medio
del proceso de enmarcado los movimientos establecen cuáles son las cuestiones
relevantes, qué alcance tiene el mensaje y sus objetivos y a quienes va dirigido el
discurso.
Es mediante tres acciones muy concretas que, Snow y sus colaboradores,
sistematizaron la forma de enmarcado a partir de esas tres acciones o tareas. Estas
acciones de enmarcado son: diagnóstico, pronóstico y motivación.
81
El Diagnóstico: propone una cuestión social determinada como problemática. Esa
cuestión social determinada, afecta a un conjunto de personas o a una comunidad y se
presenta por los movimientos como fundamental e importante para este grupo. Se
propone, además la necesidad de modificar esa situación y se señala un actor social
como culpable de esa situación.
El Pronóstico: Esta es la terea en la se propone la solución al problema del
diagnóstico. El pronóstico debe incluir las acciones a seguir para alcanzar la solución,
además de los actores colectivos legitimados para llevarlas a cabo.
La Motivación: El objetivo de esta tarea es aportar estímulos propios y cercanos a la
naturaleza no racional de la acción, como son el recurso a la identidad y la simbología
para movilizar a las audiencias; en otras palabras, esta tarea, a diferencia de las
anteriores, se dirige a movilizar a los individuos a partir de incitar el aspecto emotivo
de la acción.
El segundo de los conceptos fundamentales elaborados por Snow y sus colaboradores
es el de “alineamiento de marcos”. Este concepto enlaza dentro de lo que se definió
más arriba como procesos de enmarcado, es decir, es una acción específica dentro
del enmarcado.
Alineamiento de marcos: Esta acción tiene por objetivo rentabilizar la acción
significadora y de movilización de los marcos, ello se consigue al orientar los marcos
en una dirección determinada, “alineando”, de este modo, el sentido de los mismos.
El objetivo de maximizar la acción de los marcos se produce a partir de la
concordancia que los marcos tengan con su entorno, es por ello que el alineamiento
es un proceso de modificación de los marcos al contexto en el que insertan. Estos
procesos de modificación de los marcos pueden ser de cuatro maneras, según lo
describen Snow y sus colaboradores, y estas son: la conexión de marcos, la
amplificación de marcos, la extensión de marcos y la transformación (Snow, et al,
1986).
La conexión de marcos22 hace referencia a la relación de dos marcos que aun
teniendo vínculos ideológicos estaban “desconectados estructuralmente respecto de
un mismo tema” (Snow, et al, 1986:467); la amplificación hace referencia a la
renovación de un marco que ha perdido su eficacia o no ha surtido efecto, esa
amplificación se puede realizar a través de la “amplificación de los valores” o mediante
22
Frame bridging en el texto original.
82
la “amplificación de las creencias”. La extensión de marco, hace referencia a los
cambios producidos para ampliar la base de adhesiones al movimiento, motivado por
un enmarcado poco atractivo en primera instancia o de clarificación y puntualización
sobre determinados asuntos o cuestiones; por último, la transformación del marco, se
refiere al cambio de un marco no funcional, a los objetivos del movimiento, por otro
nuevo sea capaz de producir nuevos significados y generar más adhesiones.
El cuarto concepto de referencia de Snow y su grupo es el de marcos maestros, (Snow
y Benford, 1992) a diferencia de los marcos interpretativos que están orientados a una
proveer una visión particular sobre un tema determinado, los marcos maestros son
construcciones generales que tiende a agrupar a diferentes marcos, en otras palabras,
el marco maestro, tiene funciones de campo gramatical en el que se vinculan e
integran diferentes marcos y resuena a un nivel más general que los marcos de acción
colectiva23.
El último de los conceptos que de Snow y su equipo que analizaremos aquí es el de
resonancia de marcos. A juicio de quién suscribe el presente trabajo es uno de los
conceptos más interesantes de los desarrollados por estos investigadores dado el
potencial heurístico que posee.
Resonancia de marcos:
Quién primero menciona por primera vez el concepto de resonancia no es Snow y su
grupo, sino Gamson, si bien luego fue desarrollado por Snow y Benford (1988); para
estos últimos, “algunos marcos resuenan con las narraciones culturales, […] que son
parte de la herencia cultural de las persona” (1988:210). La resonancia hace especial
hincapié, en las asociaciones y los vínculos que entrelazan las ideas propuestas en los
marcos con concepciones de orden más general que son compartidas por un amplio
número de personas. Esos enlaces y vínculos entre las ideas de los marcos y las
concepciones de las “narraciones culturales” que Gamson definió como resonancia de
marcos, refuerza las capacidades del marco al intensificar y relacionar las ideas
propuesta, señalando y ordenando ciertos elementos de la realidad y movilizando a la
acción.
A esos enlaces que se establecen con estas concepciones generales, se deben sumar
dos indicaciones más, que resume Chihu, y que son las características de hacer
empíricamente más creíble al marco además de volverlo conmensurable en la
23
Chihu Amparán (1999) destaca los vínculos entre los marcos maestros de Snow y sus
colaboradores y el concepto de ciclo de protesta de S. Tarrow.
83
experiencia de la población (Chihu 2006). Este último tema, el de la conmensurabilidad
de la experiencia reviste una importancia fundamental para la pervivencia del
nacionalismo en el tiempo, tal y como sostienen los trabajos de Elise Giuliano (2011) a
los cuales haremos referencia más adelante.
A modo de conclusión de las aportaciones de Snow y su equipo, se puede decir que,
han aportado a la metodología del análisis de marcos una batería conceptual
importante que ha sistematizado la metodología y dio nuevas herramientas para el
tratamiento del material empírico. Por otra parte y a modo de crítica, podemos decir
con Gamson (1992b) que la epistemología de Snow y sus colaboradores hace
referencia a cuestiones epistemológicas no resueltas, además de no clarificar con
eficacia las diferencias conceptuales entre los conceptos “ideología” y “marcos”.
W. Gamson:
Gamson es un teórico que ocupará un espacio destacado en el presente trabajo. Sus
contribuciones al análisis de marcos son muy relevantes y prometedoras para el
análisis de la producción discursiva del nacionalismo catalán en lo que respecta al
peso destacado de las ideas y conceptos en la construcción de los movimientos, así
como de sus intereses e identidades.
Del mismo modo que Snow y su grupo (Snow et al., 1986; Snow y Benford, 1988,
1992) Gamson (1992a y 1985) entiende como premisa fundamental de su trabajo la
naturaleza simbólica de la acción y su carácter construido. Al igual que Snow, también
toma la noción de ”marco” de Goffman (1974) y los entiende como un esquema de
interpretación que simplifica y sintetiza la realidad ofreciendo a los sujetos un sentido
de su realidad y de la del mundo. Las diferencias con Snow y su grupo, por otra parte
se centran en el aspecto de la lucha antagónica por el sentido y la dimensión colectiva
de la construcción de los marcos de significación.
Los textos fundamentales que se tomarán de W. Gamson son Talking Politics de 1992;
junto con Meyer Marcos interpretativos de la oportunidad política de 1999 y Political
discourse and collective action de 1988.
En las obras citadas de Gamson, analizaremos los conceptos centrales de marco de
injusticia, marco de agencia y marco de identidad con especial interés en esa
dimensión constructivista y agonal de los procesos de enmarcado.
En un texto de 1982 junto con Fireman y Rytina, Gamson introduce el concepto de
“marco de injusticia” que será formulado como un marco orientado a la acción
84
colectiva contra el accionar injusto de una autoridad. Este marco de injusticia será un
antecedente del concepto de “marco de significación para la acción colectiva” que se
desarrollará en su libro Talking Politics de 1992. En este texto Gamson define los
marcos de acción colectiva como una especie de conciencia política o “conjunto de
creencias y significados orientados a la acción que inspiran y legitiman las actividades
y campañas de los movimientos sociales, dan sentido al mundo social de los
participantes en ellos y les ayuda a conformar sus propias identidades personales y
colectivas” (Gamson, 1992a: 7).
Gamson (1992a), tal y como sostienen Chihu y López (2004), resalta dos elementos
centrales que atraviesan a los marcos de significación para la acción colectiva y son:
su carácter de construcción de significado en tanto que proceso de negociación
agonal, y que están orientados a la movilización social.
La movilización, para Gamson, no estará solamente determinada por una evaluación
teleológica entre “oportunidades y recursos, sino que también interviene la manera en
que la situación es interpretada por los actores participantes, así como la forma en que
los actores interpretan la propia movilización” (Chihu y López, 2004:450).
Es la conciencia política que sostiene y alienta la movilización la que será el tema
central de Talking Politics (1992a), es en este texto donde se presenta la forma de
investigación de esa conciencia política a partir de tres dimensiones de marco que
son: la agencia, el agravio y la identidad.
Gamson (1992a), destaca además, una forma secuencial de presentación de las
dimensiones de los marcos. Esta secuencia comienza por la definición o creación de
un marco de injusticia, es decir, por la construcción de un agravio. A partir de allí, se
definen los campos de identidad entre antagonistas y protagonistas. Comenzaremos
por esta última dimensión.
a. Dimensión de identidad:
Se entiende la dimensión de la identidad del marco de significación para la acción
colectiva como el proceso a partir del cual se pretende estructurar un sujeto colectivo.
Esta es la forma en la que se conforman los campos de identidad que devienen en la
construcción de un “nosotros” y un “ellos”. En términos de Chihu “el componente de
identidad supone la definición de agentes concretos que son portadores de intereses y
valores antagónicos y sobre los cuales se puede influir mediante la acción colectiva”
(Chihu y López, 2004: 451).
85
En el proceso de enmarcado, y a instancias de este, se establecen y construyen las
identidades de los actores de relevancia en ese conflicto que el marco plantea.
b. Dimensión de la agencia:
La dimensión de la agencia hace referencia a la concepción de que los propios actores
de que pueden modificar una situación problemática determinada, en términos de
Chihu y López, la agencia permite a los “individuos llega[r] a definirse a sí mismos
como agentes de su propia historia.” (Chihu y López, 2004: 451) Esta concepción del
cambio estará mediatizada por el “nosotros”, es decir, solo es viable la alteración de un
estado de cosas, en la medida en que la acción sea una acción colectiva.
c. Dimensiones del agravio:
El agravio es definido por Gamson (1992a) como una sensación de indignación moral
frente a situaciones sociales injustas que crean o generan determinados actores. Este
agravio o injusticia tiene su fundamento en la realización de juicios sobre una situación
determinada. Estos juicios que evalúan una situación dada suelen estar imbuidos en
emociones; es el por ello, entre otras razones que es especialmente adecuado el
análisis del procesos secesionista en Cataluña a partir de este tipo de herramientas,
que permiten hacer ponderaciones de tipo cognitivo, pero también de tipo emocional
sobre respecto de las motivaciones de la acción colectiva.
Este componente emocional que movilizan los marcos a partir del agravio y del
sentimiento de indignación moral con el que se asocian, pueden ser contrarrestados a
partir de otras estrategias con componente emocional, tales como la ironía, o el
escepticismo. Esa indignación moral que pone de relevancia la dimensión emocional
de la acción, está claramente vinculada con el concepto de deprivación relativa
fraternal24 comentado con anterioridad; en él podemos ver
ese sentimiento de
indignación al que Gamson describe como la ira, de la que dice: "pone fuego en el
estómago y hierro en el alma" (Gamson, 1992a:329). Gamson señala la importancia,
además de que la sensación y el sentimiento de agravio vayan unidos a la
identificación de un responsable o culpable específicamente identificado de dichos
agravios.
Gamson (1992a) pasa a analizar los elementos que podrían dificultar o poner en
riesgo la acción de significación y de movilización de los marcos. Respecto del
componente de la agencia de los marcos de acción colectiva, Gamson, sostiene que
24
Véase el comentario al concepto de deprivación relativa fraternal al comienzo de este capítulo.
86
es el más difícil de llevar a cabo, fundamentalmente en aquellos sectores sociales que
no son fácilmente movilizados con la idea del cambio y en los que tanto las
condiciones estructurales del sistema, como la acción de las élites políticas tienden a
no propiciar su participación.
Gamson, entiende también la importancia de la ampliación de las fuentes de la
identidad en el componente de identidad del marco. Para Gamson (1992a) en
definitiva, se debe establecer un sólido sujeto colectivo, con amplias bases sociales,
que tiendan a exceder el estricto ámbito de la organización y del movimiento social, y
orientarse hacia criterios de solidaridad más amplios. Frente a este “nosotros” que
configura el sujeto colectivo, se debe identificar con claridad un “ellos”, responsable
directo de los agravios sufridos por el sujeto colectivo. Esta necesidad de clarificación
en las determinaciones de un “nosotros” y un “ellos”, hace referencia también y
fundamentalmente a la faceta de construcción de significados políticos y de
movilización que posee en proceso de enmarcado.
Es a partir del proceso de enmarcado que, tal y como sostiene Gamson (1992a) se
construye de forma agonal la propia identidad colectiva del movimiento, es decir, que
se establecen no solo los objetivos e intereses de los movimientos sociales, sino que
se construye su propia identidad a partir de ese proceso de enmarcado.
Gamson se refiere a los marcos como “el resultado de la negociación de un significado
compartido” (Gamson, 1992a) y ello está en íntima relación con la forma que son
construidos los significados políticos y de las consecuencias que de ello resultan.
Estos elementos son claramente heredados del interaccionismo simbólico de Blumer y
recogidos por Touraine (1981).
Para Gamson (1992b) la acción colectiva es un proceso que tiene cuatro dimensiones,
que son: la identidad colectiva, la solidaridad, la conciencia y la micromovilización. La
identidad colectiva, Gamson (1992b) al igual que en Talking Politics la entiende como
una construcción, y esa construcción se lleva a cabo exitosamente cuando las
“definiciones que hace de sí mismo el individuo se vinculan con una definición
compartida por otros individuos participantes de un movimiento por lograr el cambio
social, formando así una autodefinición colectiva del “nosotros”” (Chihu y López,
2004:445).
Es en ese sentido en que la propio proceso de enmarcado construye el “nosotros” a
partir de una identificación exitosa de los individuos con las propuestas de los marcos.
Una construcción sólida del “nosotros” garantiza, según Gamson (1992b) dos objetivos
87
de los movimientos sociales, el primero la posibilidad de poder llevar a cabo acciones
colectivas, y el segundo objetivo, es el de la perdurabilidad del propio movimiento en el
tiempo, por la identificación de los individuos con las definiciones propuestas en los
marcos.
En lo que respecta a la conciencia política se refiere a la relevancia de la investigación
sobre las formas en que se comparten definiciones sobre cosas y situaciones entre los
individuos. Gamson, repasa las dos tendencias centrales de las investigaciones de la
conciencia desde la perspectiva cognoscitiva y desde la perspectiva de los estudios
culturales. La primera aportará, las explicaciones basadas en “esquemas y guiones”
(Chihu y López, 2004) y la segunda tendencia, central para sus investigaciones se
centran en la relevancia del discurso y de la ideología. Gamson, pasa a centrase en la
motivación como eje de la movilización, y orienta su análisis en la “micromovilización”.
Este proceso da cuenta de los tres procesos anteriores (conciencia política, solidaridad
e identidad colectiva) en las relaciones que se establecen entre los sujetos y la
sociedad, a partir de los “encuentros” (encounters) (Gamson, 1992b).
Estos encuentros son aquellas relaciones que se establecen entre las personas dentro
de las acciones de un movimiento. Las acciones de los sujetos en este tipo de
encuentros pueden ser, según Gamson (1992b) de tres tipos: “actos organizadores”,
“actos de desenmascaramiento” y “actos de reenmarcamiento”. Cada uno tiene una
particularidad o característica vinculada a la movilización. El primero Gamson lo
describe como las acciones que llaman a la unidad y al trabajo conjunto, el segundo
tipo es descrito como aquellos actos que tienden a desafiar las normas de relación
social; y el tercero, es aquél en el que se adoptan marcos de injusticia.
De estos últimos, “actos de reenmarcamiento” que permiten la toma de conciencia de
una versión alternativa de interpretación de los acontecimientos, Gamson (1992b)
describe dos tipos, los “actos concientizadores” (actos que llaman la atención) que
presentan los problemas en la relación de los movimientos con las autoridades; los
“actos contextualizadores” señalan y presentan el marco de injusticia frente a la acción
de la autoridad.
A modo de conclusión, sobre el trabajo de Gamson podemos decir que es uno de los
desarrollos más sólidos realizados respecto del análisis de marcos por la profundidad
conceptual que ha desarrollado y la equilibrada perspectiva entre estructura y agencia
que propone. Por otra parte, es fundamental para esta tesis en tanto que se presta
especialmente indicado para el análisis de lo construcción de los agravios, que como
88
se verá, reviste un papel central en la construcción del consenso y de la movilización
en el proceso secesionista en Cataluña.
A modo de crítica se puede observar que Gamson deja sin profundizar, tal y cómo
denotarán los trabajos de Gerhards (1995) la operacionalización de los conceptos que
plantea. Estas falencias serán solventadas a través del recurso weberiano de un
marco ideal por J. Gerhards, tal y como veremos a continuación.
J. Gerhards:
Del mismo modo que Snow y que Gamson, Gerhards, elabora su trabajo a partir de los
desarrollos de Goffman (1974) y pretende posicionarse dentro de la herencia del
interaccionismo simbólico. Gerhards continúa fundamentalmente la perspectiva de
Snow y de su grupo, pero es crítico con la carencia de los análisis empíricos, tanto de
los marcos, como de los procesos de enmarcado (Rivas, 1998).
Gerhard, se basa fundamentalmente en los trabajos de Snow y su grupo para
desarrollar una teoría de los movimientos sociales, asume de ellos los componentes
de definición del problema, identificar al responsable y proponer soluciones (Gerhards,
1995); además de proponer una metodología para el estudio de los marcos, es decir,
el objetivo de este autor es doble; por una parte desarrolla un teoría que permita la
formulación de hipótesis sobre el grado de persuasión de los marcos, intentando
superar las aproximaciones más descriptivas; y por otro lado, pretende (con bastante
éxito, desde la óptica de quién suscribe el presente) solventar los problemas de
operacionalización de conceptos que acarrean los trabajos clásicos del análisis de
marcos. De este modo, y para señalar con una imagen clásica su posición
epistemológica, Gerhards (1995) se pregunta “¿Qué camino podemos nosotros
intentar entre la Escila de la hermenéutica subjetiva y la Caribdis del análisis
cuantitativo de contenidos?” (Gerhards, 1995:243).
Empíricamente Garhards aplica sus desarrollos al análisis de la campaña contra el
FMI (Fondo Monetario Internacional) en 1987 en Alemania. El objetivo central del
trabajo de Gerhards se orienta así, a la "calidad de los marcos" (Rivas, 1998) en tanto
que esta es determinante para movilizar a la población en tanto que esta es la
herramienta fundamental con la que cuentan los movimientos sociales para influir en la
esfera de la política.
La principal aportación de Gerhards es la distinción entre estrategias de
enmarcamiento y dimensiones de enmarcamiento. Mientras que las dimensiones
hacen referencia a los bloques temáticos a enmarcar; las estrategias hacen referencia
89
a las "técnicas utilizadas por los movimientos «para interpretar esas áreas temáticas»”
(Gerhards, 1995, 226).
Ambos elementos, constituyen la estructura del marco, de los que, siguiendo a Weber,
Gerhards plantea como herramienta de análisis y comparación un tipo ideal. Ese tipo
ideal servirá como referente con el que comparar los tipos ideales, en tanto que, a
mayor cercanía entre los marcos reales respecto del marco ideal, más exitosos serán
estos en lo que respecta a su capacidad movilizadora.
Gerhards describe cinco dimensiones de enmarcamiento y que son: “encontrar una
cuestión del debate público e interpretarla como un problema; interpretar los objetivos
y las probabilidades de éxito de los esfuerzos, encontrar y caracterizar al destinatario
de la propuesta; justificarse como actores legítimos de la propuesta” (Citado en Rivas,
1998:201)
La primera cuestión que platea Gerhards (1995) como central es la forma en que se
transforma una cuestión determinada (issue) en un problema. Gerhards sostiene que
los movimientos sociales “deben definir primero el fenómeno empírico, hecho o
acontecimiento como una cuestión, después etiquetar el fenómeno como un problema
que el sistema político debe tratar”25 (Gerhards, 1995:228)
Gerhards (1995) además, da claras indicaciones metodológicas a seguir en sus
investigaciones sobre las movilizaciones contra el FMI en Alemania en 1988, así pasa
a señalar la importancia de revelar cuál es el marco real para someterlo a comparación
con el marco ideal. Esa re-construcción del marco real, Gerhards la realiza a partir de
documentos cuidadosamente seleccionados (1995:243), de lo que releva su valor de
significación antes que su extensión o cantidad, ello ayudará a las confirmación de las
interpretaciones por parte de los lectores (Gerhards, 1995), es decir, a la exigencia de
la posibilidad de reproducción de resultados del método científico.
Si bien Gerhards no menciona otras fuentes determinantes o condicionantes de la
acción como por ejemplo la EOP, no las excluye del análisis. Las críticas que se le
pueden enunciar, y siguiendo en esto a Rivas (1998), son cierto utilitarismo “en el que
los mismos valores se tratan desde una óptica instrumental” (Rivas, 1998:203) que
haría que este modelo de análisis sea más conveniente para el estudio de los
movimientos que no solo busquen el reconocimiento y la visibilidad, sino que
desarrollen una acción colectiva de naturaleza política y contestataria. Por otra parte
25
Traducción propia.
90
se podría ver cierto inmovilismo de los marcos, descuidando la evolución o el
dinamismo de la construcción discursiva agonal.
Nos basaremos en el texto de Gerhards (1995) y en el análisis que de él hace Rivas
(1998) para la elaboración de nuestro marco de análisis ideal que nos permitirá
comparar los cambios y las diferencias de los diferentes marcos a través de los dos
períodos de investigación propuestos.
Hasta aquí se han repasado las principales aportaciones a las teorías de la acción
social de los que se ha llamado los Nuevos Movimientos Sociales y se ha comentado,
con el detalle que permite un trabajo de esta naturaleza, sus principales
aproximaciones, tales como la Teoría de la Movilización de Recursos (TMR), la
Estructura de Oportunidad Política (EOP) y el Análisis de Marcos o Análisis de marcos.
Antes de pasar a presenta la propuesta metodológica que aunará mucho de los
comentado hasta aquí se mencionarán brevemente dos autores que abordan el tema
del nacionalismo desde la perspectiva del análisis de marcos y de estructura de
oportunidad política. Esto nos ofrecerá una perspectiva aún más próxima a los temas a
analizar en el caso que nos ocupa sobre la producción discursiva de las élites políticas
del nacionalismo catalán.
Marcos y nacionalismo:
Serán de naturaleza central para esta tesis los trabajos de Ramón Máiz (1986, 2002,
2003, 2004, 2007 y 2008) y de Elise Giuliano (2006 y 2011). En el caso de Ramón
Máiz podemos decir que es uno de los referentes en la investigación del nacionalismo
desde el análisis de los marcos y la estructura de oportunidad política. Al igual que en
caso de Giuliano, nos basaremos en sus estrategias metodológicas y aportaciones
teóricas para acercarnos a una propuesta metodológica de investigación específica
para este caso concreto.
Máiz, propone y utiliza el análisis de la EOP y de los marcos para el análisis del
nacionalismo (Máiz, 2002, 2003, 2007, 2008). Sus desarrollos los aplica tanto al
nacionalismo gallego (1986) como al indigenismo. Parte de la base de la perspectiva
del constructivismo, tanto desde el análisis de la movilización del nacionalismo, al que
entiende como un movimiento social, así como desde la caracterización teórica del
nacionalismo, tal y cómo se ha visto en el capítulo primero, dentro del modernismo.
Las pretensiones de Máiz se basan en aprehender ese “doble carácter, emocional e
interesado, simbólico y estratégico del nacionalismo” (2003:42).
91
Dado que se ha analizado en el capítulo primero su visión del nacionalismo desde el
constructivismo modernista y la relevancia de la investigación del nacionalismo desde
su producción simbólica, aquí se puntualizarán las precisiones que Máiz propone para
el análisis concreto del nacionalismo dentro del análisis de los marcos.
Comenzando por la definición de los marcos, éstos son para Máiz (2008) “estrategias
retóricas” que lejos de presentar a la nación tal y cual es, se orientan a la “construcción
de la propia diferencia etnonacional, seleccionando unos rasgos diferenciadores y
diluyendo otros, proponiendo unos objetivos políticos y desconsiderando otros” (Máiz,
2008:159).
Por otra parte, Máiz, asume los conceptos de Snow y su grupo, comentados más
arriba, de alineamiento de marco, el de resonancia de marco y las tareas específicas
de diagnóstico, pronóstico y motivación. Además puntualiza que la eficacia y la fuerza
movilizadora del discurso nacionalista reside en tres estrategias retóricas, o
“dispositivos fundamentales”, que utiliza el nacionalismo que son: el dispositivo de
objetividad empírica, el de responsabilidad moral, y el de dotación de sentido. Es a
partir de estos tres dispositivos que el nacionalismo aporta una “urdiembre de sentido
mediante la cual la identidad de los individuos se disuelve “naturalmente” mediante
inmersión en la identidad colectiva de la nación” (Máiz, 2008:161) De este modo, el
nacionalismo promueve el deber de los individuos con para la entidad colectiva.
Entidad colectiva que existe empíricamente (elementos objetivos de etnicidad) que lo
diferencias del resto de naciones y que goza de derechos propios26 (derechos tales
como la autodeterminación, etc.) y, por último se introduce un “momento estético”
(Máiz 2008) que introduce la idea del pasado común idealizado que naturaliza la idea
de nación y lo opone a la artificialidad del concepto Estado.
El dispositivo de objetividad empírica rescata la idea de la existencia empírica de la
nación a partir de hechos incontrovertidos como la “común ascendencia”,
“homogeneidad cultural interna” y “una diferencia objetiva con otras naciones” (Máiz,
2008). Esta nación se presenta como falta de libertad, amenazada y oprimida. El
segundo dispositivo que es el de responsabilidad moral, propone la idea de la deuda
que se tiene con la nación para regenerarla y defenderla a través de “la movilización y
la lucha […] hasta el sacrificio de la propia vida […] si fuese necesario” (Máiz, 2008,
162). Por último, el dispositivo de la dotación de sentido establece una prioridad de
lealtades, y por ello de identidades, proponiendo como primera, la lealtad a la nación,
26
Véase como el nacionalismo caracteriza al sujeto colectivo con propiedades o atributos propios de
los individuos en Rodriguez Abascal (2000).
92
ello mediante la inmersión ―en términos de Máiz― del sujeto individual en el Sujeto
colectivo27.
Por otra parte, Elise Giuliano (2011), Elabora su trabajo analizando las causas del
éxito o del fracaso en la pervivencia de los nacionalismo de ciertas repúblicas del
espacio post soviético. Utiliza los desarrollos teóricos de Snow y sus colaboradores y
empíricamente analiza fundamentalmente el discurso político a partir de artículos
periodísticos en dieciséis regiones de la ex URSS, además de entrevistas y
complementado con fuentes estadísticas cuantitativas.
Al igual que Máiz, Giuliano (2011) aborda su estudio desde una perspectiva
profundamente constructivista y centra su estudio en el análisis de los marcos que
utilizan los promotores del nacionalismo en esas regiones. Giuliano (2011) sostiene
que el éxito y la pervivencia del nacionalismo, a través del tiempo, está asociado con
una construcción de un marco de agravio de naturaleza económica que conecte con la
experiencia de la población a partir del discurso de político.
Incorporaremos, tal y como se dijo más arriba, estas perspectivas teóricas y
metodológicas y ampliaremos sus detalles en el apartado siguiente donde se detalla la
propuesta de la tesis en ese sentido.
27
Se toma los conceptos de sujeto y Sujeto de los estudios de L. Althusser respecto de la
interpelación ideológica.
93
94
Capítulo III: Propuesta teórico metodológica
Plan de trabajo del capítulo:
En este capítulo se expondrán los aspectos teóricos, metodológicos y empíricos a
partir de los cuales de desarrolla la propuesta de investigación de presente tesis. Ésta
propuesta se estructura desde los elementos conceptuales desarrollados en los
capítulos anteriores referentes al nacionalismo, las particularidades del caso catalán y
el estudio de los movimientos sociales.
I.
El problema de Investigación:
El problema de investigación que estudia esta tesis doctoral es: cómo cambia el
discurso del nacionalismo28 catalán en las élites políticas desde el pujolismo al proceso
soberanista. Para ello se propone un análisis de los marcos de significación para la
acción colectiva que ha utilizado, en sus discursos, la élite política en Cataluña desde
el año 2000 hasta el año 2014, fecha simbólica de lo que se denomina el proceso
soberanista catalán. Por proceso soberanista se entiende el giro que se ha producido,
en el nacionalismo catalán, hacia posiciones secesionistas a partir del año 2010. Se
propone, entonces, un análisis comparado de la producción discursiva de la élite
política catalana, en lo que respecta a los procesos de enmarcado, a las estrategias y
a los marcos a partir de un marco ideal propuesto, en función del tema del encaje de
Cataluña en España.
Para presentar la cuestión podemos decir que, en la historia de la España
constitucional, el nacionalismo catalán ha sido fundamentalmente pactista, es decir
que, la estrategia de las élites nacionalistas (principalmente la élite política
conservadora) durante este tiempo fue la negociación y el acuerdo. Las élites políticas
catalanas pactaban con el Estado central español más autonomía a cambio de apoyos
legislativos a nivel nacional. Así ocurrió durante los gobiernos de González (19821996), Aznar (1996-2004) y Rodríguez Zapatero (2004-2011) (Dowling, 2013), en
donde se desplegaron una serie de transferencias y descentralizaciones que dotaron
de un importante autogobierno a la comunidad autónoma de Cataluña. En este
escenario el nacionalismo catalán de carácter independentista nunca superó cuotas de
un 23% de apoyo social (Miley, 2006).
A partir de la victoria de Convergencia y Unión (CiU) en el año 2010 en las elecciones
a la Generalitat, de la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional del mismo año
28
Por nacionalismo se entenderá un tipo de discurso (asimilable en este caso al concepto ideología)
que construye la nación y la identidad nacional a partir de la narración (Bhabha, 2010).
95
―contraria en algunos aspectos a ciertos artículos del Estatuto de Autonomía de
Cataluña reformado en el años 2006 con el Tripartito― 29 y, sumado a ello, la llegada
del Partido Popular al gobierno en el Estado Central en el año 2011, ese tradicional
pactismo se ha ido transformando en secesionismo30. Los apoyos sociales al
independentismo han aumentado ―aunque difieren en intensidad según el organismo
o la institución que los investigue― impulsados por la radicalización de las élites
políticas nacionalistas y por el gobierno de la Generalitat. Más allá de las diferencias
en la cuantía del apoyo social a la secesión que miden los diferentes organismos
estadísticos, es innegable que el grado de apoyo social del nacionalismo
independentista, aumenta en Cataluña (a diferencia del resto de España), en gran
medida, tal y como sostiene de Blas Guerrero, porque “[e]l Gobierno de la Generalitat
ha impulsado un proceso de encuadramiento social, de control desde el poder, que
hace difícil oír las distintas visiones ante el problema” (El País, 8 de octubre de 2013).
El Gobierno de la Generalitat de Cataluña, encabezado por CiU, apoyado por ERC,
desde el año 2010 ―pero en particular desde el año 2012― ha desarrollado una
activa campaña de movilización en función de lo que se conoce como el proceso
soberanista. Este proceso tiene como objetivo la secesión de Cataluña de España,
para ello se viene realizando toda una serie de acciones por parte del Gobierno de la
Generalitat y de asociaciones civiles independentistas que concluyeron a finales del
año 2014 con la realización de una consulta sobre el futuro político de Cataluña, que
originalmente pretendió ser un referéndum de autodeterminación y que finalmente fue
suspendido por el Tribunal Constitucional. Dicha consulta, se celebró el 9 de
noviembre de 2014 y representa el momento de máxima movilización social del
nacionalismo secesionista en Cataluña y punto culminante y corolario de este
denominado proceso soberanista.
Uno de los actores determinantes en este proceso, por su posición hegemónica en la
historia de la Cataluña democrática, ―si bien claramente no el único― es la
federación CiU. CiU es la federación de dos partidos ―Convergencia Democrática de
Cataluña (CDC) y Unión Democrática de Cataluña (UDC)― y es quien ha ganado
todas la elecciones autonómicas en Cataluña (en lo que a escaños parlamentarios se
refiere) y, con la excepción de años de los gobiernos de coalición de izquierdas, entre
29
Se denominó Tripartito al gobierno de coalición de izquierdas (PSC, ERC y ICV-EUiA)
encabezado por Pasqual Maragall (2003 -2006). La misma coalición, pero con José Montilla
continuó gobernando con el llamado Gobierno de Entendimiento (Govern d´entesa) desde 2006
hasta 2010.
30
Se entenderá por secesión a las aspiraciones de la escisión de Cataluña del resto de España
como un nuevo Estado.
96
los años 2003 al 201031, quién ha gobernado Cataluña desde 1980. A los efectos de
dimensionar correctamente el peso de este partido y el éxito, que CiU ha tenido y tiene
en la política catalana, baste con citar lo que sostiene José Luis Álvarez respecto de la
representación de la clase dominante: “El catalanismo es la plataforma de hegemonía
de la burguesía de origen catalán, y CiU es su partido. Las tácticas que CiU ha elegido
para mantener la iniciativa y hegemonía políticas, sin una demografía mayoritaria ni
dominio electoral estable, para conseguir la máxima activación de sus bases y la
máxima pasividad, cuando no subordinación, de su oposición, son una gran lección
política” (José Luis Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de
julio de 2012).32
Esta larga tradición de gobiernos conservadores que comienza en 1980 y continúa hoy
en día, nos lleva a poder decir que, la Cataluña democrática se ha construido, en gran
medida por, y a la medida de, la élite política perteneciente a CiU; y que su gobierno
ha sido clave en la salvaguarda de los intereses de las clases dominantes, del mismo
modo en que, es responsable de la deriva soberanista del Gobierno de la Generalitat y
de gran parte del electorado.
Volviendo a la descripción del proceso soberanista, podemos decir que el Gobierno
regional de la Generalitat de Cataluña, en manos de CiU, es quién lo encabeza y quién
ha propuesto como objetivo central la realización de un referéndum sobre la
independencia de Cataluña como punto culminante de todo ese proceso. Casi la
totalidad de la actividad del Parlamento y del Gobierno regional, en este período, se
orientaron hacia la realización del referéndum de secesión, que se celebró el 9 de
Noviembre de 2014, bajo circunstancias de excepción, en tanto que, la legislación
española prohíbe los referéndums que no convoque el Estado nacional.
Finalmente, y luego de un campaña incesante y constante proceso de movilización por
parte del Gobierno de la Generalitat, las élites políticas ―y no políticas― nacionalistas
catalanas, que ocupó todo el espacio del ágora pública, el 9 de noviembre de 2014 se
realizó en Cataluña la votación en el denominado Proceso Participativo, con la
pregunta planteada por la Generalitat con una participación de 2.305.290 votantes.
Esta acción estuvo marcada por la reacción del Gobierno nacional que recurrió todas
las acciones que consideró contrarias a derecho, frente al TC.
31
CiU ganó ambas elecciones de 2003 y 2006 pero no pudo formar gobierno.
En relación a CiU como actor hegemónico véase el artículo de José Luis Álvarez: “La lucha final
de la burguesía catalana” El País, 23 de julio de 2012. Disponible online en
http://elpais.com/elpais/2012/07/23/opinion/1343038261_771040.html
32
97
Para llegar a la realización del referéndum sobre la secesión, tal y como se indicó, se
ha realizado una ardua tarea de movilización social de naturaleza fundamentalmente
discursiva y simbólica, desde las élites políticas nacionalistas, mediante los partidos
que las nuclean, desde las instituciones de la Generalitat de Cataluña y desde las
asociaciones independentistas (ANC, OC y AMI 33). En el desarrollo de todo este
proceso los marcos de significación del nacionalismo catalán han cambiado
notablemente. Éste el problema de investigación de esta tesis: cómo y de qué manera
la élite política nacionalista en Cataluña ha modificado su discurso desde el pujolismo
al llamado proceso soberanista y bajo qué circunstancias ello ha sido posible.
II.
Pregunta de investigación:
¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del nacionalismo catalán desde el año
2000 al 2014? específicamente entre los siguientes tres períodos: 2000-2003, 20042009 y 2010-2014, ¿Bajo qué circunstancias esos cambios han sido posibles?
III.
Hipótesis:
La hipótesis central de la tesis es que los marcos de significación para la acción
colectiva del nacionalismo catalán, respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en
España, han cambiado en las siguientes dimensiones de esos marcos: dentro del
diagnóstico, en las dimensiones de los agravios, y de la identidad 34; dentro del
pronóstico en la dimensión de las soluciones propuestas; y dentro de la motivación, en
la definición de las audiencias y en los llamados a la movilización. Estos cambios se
producen en las técnicas de enmarcado del marco ideal propuesto. Al cambiar las
técnicas de enmarcado se modifican los marcos del nacionalismo, además de las
estructuras intermedias que los componen como son las operaciones, dimensiones y
tareas.
Los cambios se producen al cambiar las técnicas de enmarcado en los siguientes
sentidos:
33
Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia,
respectivamente.
34
La identidad nacional, es entendida aquí ―siguiendo a Serrano Pascual― como una identidad
colectiva de carácter moderno cuya naturaleza tiene un doble carácter, tanto cívico como político y
que está directamente relacionada con el Estado moderno. La identidad nacional entra en relación
con otras de diversa naturaleza con las que se combina, jerarquizándolas. Y “es, a su vez, fuente de
lealtad a dicho Estado y a la „comunidad‟ en la que se asienta. En su conformación es fundamental
el discurso nacionalista” (Serrano Pascual, 1995: 85-86).
98
1)
Los agravios: Se mantienen los temas de agravio a lo largo del tiempo, pero se
modificaron la forma de presentar los problemas, la atribución de la causa y las
referencias a cuestiones ordinarias de la población, todo ello, fundamentalmente en el
tercer período.
2)
La identidad: Se mantiene y profundiza la construcción de la identidad
“nosotros”, a partir del segundo período; pero hay un cambio sustancial en la
construcción del antagonista (“ellos”) en el tercer período analizado.
3)
Soluciones: Las soluciones van modificándose en el segundo y en el tercer
período. La innovación más importante será la introducción de la independencia como
solución en el tercer período.
4)
Audiencias: Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de
apelación a la acción.
Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que
son:
1)
Marco completo: Para el análisis de marcos de utilizará la técnica de Marco
Ideal ―que se desarrolla más adelante― propuesta por Gerhard (1995). Respecto de
este marco vemos que a medida que se avance en los períodos los marcos serán más
completos. Ello incide en su capacidad de movilización, en la medida que el
enmarcado empírico cumpla mayor cantidad de elementos del marco ideal, mayor será
su capacidad movilizadora. La hipótesis que aquí se sostiene es que el nacionalismo
catalán en el período de 2010-2014, tendió a formular sus marcos de significación de
modo más completo que en las etapas anteriores, en lo que respecta al marco ideal
propuesto.
2)
Cambio de Estrategia: La condición que equilibraba los marcos del
nacionalismo antes del 2010, era la estrategia discursiva y de una praxis política
moderada propia de los nacionalismos cívico-políticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997).
La estrategia del nacionalismo catalán ha cambiado hacia el predominio de la
estrategia etno-cultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del
nacionalismo.
3)
Aprovechamiento de la Estructura de oportunidad Política: solo a partir de un
aprovechamiento de la EOP es posible la movilización a partir del discurso de los
partidos nacionalistas catalanes.
99
4)
Resonancia del marco: Se ha podido hacer resonar el marco del nacionalismo
catalán independentista respecto de narrativas culturales de orden más general que
potencian y propician la radicalización de las posiciones.
5)
Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha
encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del
Gobierno de la Generalitat de Cataluña. No es un elemento menor en tanto que se
asume aquí la centralidad del Estado como actor fundamental en la constitución de la
nación, tal y como se ha visto en la perspectiva de los factores políticos de la escuela
modernista en el capítulo primero.
IV. Marco ideal:
La principal herramienta de análisis que se utilizará es el marco ideal que se basa en
los trabajos de Rivas (1998) y Gerhards (1995). En ellos se propone la comparación
de un marco ideal, en los términos weberianos con los marcos empíricos. El recurso al
marco ideal propuesto por Gerhard (1995), posibilita la formulación de hipótesis “sobre
los elementos […] exitosos del enmarcamiento” (Rivas, 1998:210).
Por otra parte, Gerhards (1995) ha desarrollado una propuesta de operacionalización
del análisis de marcos que permite acceder a nivel empírico con unas herramientas
más sólidas. Es en ese sentido que a Gerhards, se suman los trabajos de Rivas (1998)
y Viejo Viñas (2008)) que continuaron en la línea de aportar soluciones a los
problemas de operacionalización que presentaba la metodología del análisis de
marcos.
Estas aportaciones, tanto la de la mejora en la operacionalización como la del marco
ideal,
serán
sumadas
a
los
desarrollos
clásicos
de
Snow
y
su
grupo
(fundamentalmente Snow y Benford, 1992) y de Gamson (1992a) para desarrollar el
marco ideal que aquí se propone y que se presenta en el siguiente cuadro.
Tarea
central
DIAGN
ÓSTIC
O
Dimensión
Agravio
Operación
Técnicas de enmarcado
Presentar una cuestión
As ig nar un c onc e pto
R e lac ionar la c ue s tión c on lo r e al
Transformar la cuestión en
problema
D e finir e l pr oble m a c omo u n a inj us tic a e n
r e lac ión c on las e xper ie nc ias or dinar ias de la
poblac ión.
Ins er tar la c ues tión e n u n m ar c o m ás am plio
D r am atiz ar la s ituac ión r es pec to de l futur o
Atr ibuir la c aus a
As ig nar un c onc e pto
Atr ibuir
la re s pons abilidad
c ole c tivos e xte r nos
100
a ac tor es
Ide ntidad - e llos
PRON
ÓSTIC
O
MOTIV
ACIÓN
D e finic ión
antag onis ta
de l
Ide ntidad nos
D e finic ión
pr otag onis ta
Agencia soluciones
y metas
P r es e ntac ión
de
s oluc iones al problem a y
e valuac ión
de
las
pos ibilidades de é xito
Agencia audiencia
de l
D e finic ión
de
las
audie nc ias . Ape lación a la
ac c ión
P e rs onaliz ar los ac tore s r es pons able s
Atr ibuir inte nciones
Atr ibuir inte re s es c ontr ar ios al bie n cole c tivo
D e finir los c om o ag e nte s ile g ítimos de la
c om unic ac ión
P e rs onaliz ar e l s uj e to Cole c tivo
Atr ibuirs e la r e pr es e ntac ión e xc lus iva d e
valor es unive rs ales y d e la de fens a d e los
inte r es es c ole c tivos
Apr opiars e d e u n valor s oc ial
R e c lutar fig ur as prom ine ntes
As ig nar un c onc e pto c e ntr al
D e finir los be ne fic ios a obtene r
Car g ar d e valor es abs tr ac tos los be ne fic ios
R e c ur r ir a la his tor ia
D e finir los pos ible s par tic ipantes
Ape lar a la r es pons abilidad d e los individuos
fr e nte a la c om unidad
Invoc ar los valor es univer s ales im plic ados e n la
s oluc ión de l problem a
V inc ular la re s oluc ión de l pr oble m a c on la
par tic ipac ión e n la ac c ión c ole c tiva
Se ñalar la ac c ión o ac c iones pr opues tas
Indic ar las for mas d e par tic ipac ión
Fuente: Elaboración propia a partir de Gerhard (1995), Rivas (1998), Viejo Viñas (2001, 2008), Gamson (1992a) y Snow y Benford
(1992).
Siguiendo la dirección de lo general a lo particular, a las tareas tradicionales del
análisis de marcos que son: diagnóstico, pronóstico y motivación, propuestas por
Snow y Benford (1992), a estas le siguen las dimensiones que se basan en las
aportaciones de Gamson (1992a) y hacen referencia a los elementos más destacados
de cada tarea del marco, que son: dentro del diagnóstico, la construcción del agravio y
el campo de identidad “ellos” y el “nosotros”; la agencia, por otra parte, con específica
referencia a las soluciones y metas se incluye dentro de la tarea de pronóstico; y la
agencia audiencia dentro de la tarea de motivación.
Cada una de estas tres dimensiones ―que aunque han sido subdivididas continúan
siendo tres: agravio, identidad y agencia― se relaciona con las cinco operaciones que
101
propone Gerhards (1995) ―él las llama dimensiones― y que han sido reelaboradas
por Rivas (1998) y por Viejo Viñas (2001, 2008) y estas son:
Para el agravio: presentar una cuestión, transformar la cuestión en problema y atribuir
la causa a un actor; dentro de la identidad “ellos”: se define al antagonista; y dentro de
la identidad “nosotros” se definen los protagonistas. Todo ello dentro de la tarea de
diagnóstico. Para la agencia orientada a las metas: se presentan las soluciones al
problema y se evalúan las posibilidades de éxito. Para la agencia orientada a la
audiencia: se definen las audiencias y se apela a la acción.
A cada operación descrita se corresponden una serie de técnica de enmarcado. Las
técnicas de enmarcado ―que en términos de Rivas (1998) Gerhards (1995) son las
estrategias de enmarcamiento o técnicas para interpretar las áreas temáticas, son los
elementos últimos que aparecen en los discursos y mediante los cuales se generan los
conceptos que se pretenden presentar en las demás esferas del marco (operaciones,
dimensiones y tareas). Es decir, es que las técnicas es aquello que primero aparecerá
en el análisis empírico de los discursos.
Estas técnicas han sido reelaboradas a partir de Gerhards (1995), Rivas (1998) y Viejo
Viñas (2001, 2008) y son:
Dentro del agravio. Para presentar una cuestión: Asignar un concepto y relacionar la
cuestión con alguna referencia a lo real. Para transformar la cuestión en problema:
Definir el problema como una injusticia en referencia a experiencias ordinarias de la
población ―Giuliano (2011), lo considera fundamental en la construcción del
agravio―, insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación
respecto del futuro posible. Para atribuir la causa a un agente: Asignar un concepto y
atribuir la culpa o responsabilidad a actores externos.
Dentro de la identidad ellos. Para definición del antagonista: Se personaliza a los
actores responsables, se les atribuye intenciones e
intereses contrarios al bien
colectivo y de los define como agentes ilegítimos de la comunicación. Dentro de la
identidad nosotros y para la definición del protagonista: Se define y personaliza al
sujeto colectivo con caracteres propios de un sujeto individual, se arroga la
representación exclusiva de valores universales al grupo o movimiento, además de la
defensa exclusiva de los intereses colectivos y se debe apropiar un valor social. Por
otro lado, se debe reclutar figuras prominentes.
Dentro de la agencia metas. Para el enmarcado de soluciones y posibilidades de éxito:
Se asigna un concepto, se definen los beneficios a obtener por parte de las personas
102
involucradas y se les debe atribuir o vincular esos beneficios con valores más
elevados. Se debe recurrir a la historia.
Dentro de la agencia audiencia. Para la definición de las audiencias y la apelación a la
acción: Se definen los posibles participantes de las acciones. Se apela a la
responsabilidad de los individuos frente a la comunidad, se invocan valores
universales relacionados con la propuesta de solución, se vincula la solución del
problema con la participación de los individuos en la acción colectiva, se señalan las
acciones propuestas y por último de debe indicar las formas de participación.
Se buscarán en los textos analizados la forma en que se enmarca el marco del cada
formación política en cada período analizado, se señalarán las técnicas de enmarcado
específicas de cada discurso y el modo en que estas enmarcan y estructuran las
operaciones y las dimensiones del marco respectivo.
Períodos analizados:
1er. Período 2000-2003. El tardo pujolismo:
La elección con el período que va del 2000 al 2003, tiene la particularidad de ofrecer
un discurso continuista del nacionalismo en las líneas generales que se venían dando
desde el principio de la década del 80, y ello nos permite trazar una clara semblanza
de los procesos de enmarcado de corte autonomista o de lo que se dio en llamar
“catalanismo político”.
Este primer período aparecerán los mismos marcos que durante los restantes
períodos, fundamentalmente en el discurso de CiU, pero con importantes matices
respecto a la dimensión de los agravios, la identidad y las soluciones. En esta etapa el
PSC optó por el viraje hacia posiciones más soberanistas, que luego asumió en las
legislaturas del Tripartito. ERC es quien posee un marco radicalizado, aunque no
totalmente completo respecto de las soluciones y a la movilización que propone; por
su parte el PPC polariza su discurso hacia un nacionalismo español conservador,
desde posiciones un tanto más liberales que adoptó en la primera legislatura de PP
con Aznar.
2do. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía:
En este segundo período destacan tres elementos. El primero de estos elementos
centrales es el quiebre de la hegemonía de CiU en el Gobierno de la Generalitat de
Cataluña, por parte de un gobierno de coalición de izquierda.; el segundo elemento es
la puesta en marcha, el desarrollo y cierre (parcial) del proceso estatutario en Cataluña
103
y en otras autonomías de España. El tercer y último elemento de relevancia, es el rol
de la izquierda en Cataluña y en particular el ERC. En ese sentido se constata, el
desplazamiento del PSC hacia posiciones nacionalistas (Arza y Mari-Klose, 2014) y se
evidencia el agotamiento de la estrategia pujolista (Alonso, 2015).
A nivel discursivo veremos dos elementos importantes en este período, el primero de
ellos es la asunción, por parte de la izquierda (PSC-ERC-ICV-EUiA), de los marcos
tradicionales del nacionalismo conservador, sumado ello a una praxis política alejada
en cierto sentido del pactismo autonomista del pujolismo; como segundo elemento
destaca que, es en este período donde CiU ―la formación mayoritaria de ese
nacionalismo conservador― propone una nueva forma de enmarcado del discurso que
será la que luego utilizará en el tercer período. De este modo, conceptos centrales en
los marcos del agravio como son derecho a decidir, pacto fiscal y radicalidad
democrática fueron presentados por CiU en el año 2007 con motivo del lanzamiento
de La casa grande del catalanismo.
A nivel nacional hay una importante innovación que es la llegada del PSOE al
Gobierno de España con Rodríguez Zapatero. En esta etapa este nuevo gobierno
otorgó especial relevancia a formaciones distintas a CiU y al PNV, para la formación
de la mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados, reforzando la estrategia
de partidos, como ERC, a nivel regional. Por otra parte, hay una tensión internas en
ERC que se trasladan a su discurso y que se relacionan con que, por primera vez
desde la Transición, esta formación accede al gobierno de la Generalitat.
3er. Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia:
En este período se modifican sustancialmente los marcos de significación para la
acción colectiva de la totalidad de las élites nacionalistas que se escoran hacia el
nacionalismo independentista ―en diverso grado y forma dependiendo de los
diferentes partidos políticos― en las cuatro dimensiones claves de los marcos
(agravios, identidades, soluciones y movilización). Esa radicalización discursiva irá
acompañada de cinco circunstancias que posibilitan el cambio.
Esas circunstancias son: que el discurso además de radicalizarse, se orientará para
hacer más completo el marco del nacionalismo secesionista respecto al marco ideal;
se modificará la estrategia del nacionalismo secesionista hacia posiciones etnoculturales, dejando de lado toda ambigüedad y la moderación; se aprovecharán las
EOP como son la crisis político-institucional y las derivadas políticas de la crisis
económica y de la deuda soberana, además de la unificación de la élite nacionalista
104
bajo la iniciativa de CiU; se harán resonar los marcos del nacionalismo secesionista
con narrativas culturales profundamente arraigadas para un sector importante, aunque
minoritario,
de
la
población.
Esta
resonancia
tiene
cuatro
consecuencias
fundamentales, la primera es la amplificación de la capacidad movilizadora del marco
del nacionalismo independentista al asociarse con términos negativos a España
vinculados a la dictadura franquista. La segunda es la capacidad del marco del
nacionalismo catalán para enmarcar de modo verosímil la asociación Cataluñaantifranquismo (Bejar, 2008) para un sector importante de la sociedad. El tercer
elemento a señalar es la capacidad del nacionalismo catalán de imponer la cuestión
“catalana” como central en la vida pública de Cataluña y en gran medida de España
toda. Y el cuarto elemento es el enmarcado exitoso que categoriza al nacionalismo
catalán como un nacionalismo emancipador (Alonso, 2015) frente al nacionalismo
español esencialista. Todo ello ha sido favorecido, en cierto sentido, por la falta de
respuesta del Gobierno de la nación, muy probablemente motivado por la convicción
de que con esa estrategia mantiene movilizado y cohesionado a su electorado. Por
último, los cambios son posibles por la acción de un protagonista preponderante como
es CiU y en particular Convergencia Democrática.
A modo de resumen de las hipótesis y su relación con los tres períodos temporales
seleccionados podemos decir que:
En el primero período, no hay un discurso radical35 ―con la excepción de ERC― ni un
marco completo de los discursos hegemónicos, tampoco hubo un cambio de la
estrategia pactista de la ambigüedad, no hubo una resonancia efectiva de los marcos y
la EOP fue desfavorable a la movilización. CiU encarna ese modelo discursivo
moderado del nacionalismo catalán y su máximo exponente es Jordi Pujol.
En el segundo período, el discurso radical es el de ERC que accede al Gobierno de la
Generalitat y parcialmente el de CiU a partir de finales del 2007 36. Si bien CiU
mantendrá la ambigüedad en su discurso, hasta el último período, los conceptos que
luego se implementarán aparecen en ese momento. No hay un marco completo por
parte del nacionalismo; solo hay un cambio de estrategia parcial y no hay resonancia.
A nivel de la EOP, si bien, hay unidad de la élite política nacionalista, respecto de la
35
A excepción de, tal y como expone Colomer, algunas referencias al independentismo que a veces
emergía retóricamente de las filas nacionalistas. Ello puede ser entendido como una “amenaza
táctica” o bien como una “reacción exaltada de descontento” (Colomer, 1984: 371), pero siempre
dentro de una estrategia general pactista que concibió siempre a España como el único sitio
pensable para Cataluña
36
Artur Mas pronuncia el discurso de presentación de “La Casa grande del Catalanismo” que lleva
por título: “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” el 19 de noviembre de 2007 en
el Palacio de Congresos de Cataluña.
105
propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña del año 2006, existe, por
otro lado dado un desafío de la izquierda (PSC, ERC e ICV-EUiA) a las posiciones
políticas de los conservadores (CiU) en búsqueda de su electorado. Por otra parte, el
proceso de reforma del Estatuto es una oportunidad que ha podido aumentar la
participación de la población y la movilización, además de hacer visibles las demandas
del nacionalismo. Los actores predominantes (CiU) si bien no asumen abiertamente un
discurso independentista, introducen los conceptos centrales para el independentismo
del siguiente período.
En el tercer período, se constatan los cambios en el diagnóstico, el pronóstico y la
motivación de los marcos en los sentidos mencionados de los partidos nacionalistas y
de la casi totalidad del arco parlamentario con la excepción del PP-PPC y Ciudadanos;
además de la existencia de las condiciones o circunstancias que los posibilitan y
potencian, es decir que: el cambio del discurso del nacionalismo catalán
independentista es posible, en tanto que: 1), se completa el marco, respecto del marco
ideal; 2), hay un cambio de estrategia; y 3), aprovechamiento de la EOP;
4),
resonancia de los marcos y; 5), el protagonista preponderante radicalizado.
V. Variables Dependiente e independientes:
La variable dependiente son los cambios en los marcos de significación de la acción
colectiva en el discurso del nacionalismo catalán.
Las variables independientes son las técnicas de enmarcado utilizados en la acción
discursiva de las élites políticas catalanas en las tres tareas de los marcos y en las
cuatro
dimensiones
específicas
que
son:
agravios,
identidad, soluciones
y
movilización. Y su relación con las circunstancias que posibilitan el cambio como son:
la estructuración de un marco completo, los cambios de las estrategias de enmarcado
de posiciones de equilibrio hacia un predominio de las estrategias etno-culturales, la
resonancia de los marcos de significación, el aprovechamiento y la generación de
Estructuras de Oportunidad Política (EOP) por parte de las élites nacionalistas
catalanas, y por último, un actor preponderante radicalizado.
VI. Marco teórico y metodológico:
Nos centraremos epistemológicamente bajo la perspectiva del constructivismo que
entiende que, en gran medida, las movilizaciones sociales y las visiones del mundo
que las legitiman y motivan, son construidas por la actividad simbólica, es decir, por la
actividad discursiva. De este modo, el nacionalismo catalán será analizado desde una
perspectiva que lo entiende como un movimiento y como un agente significativo de la
106
realidad social, en gran parte responsable de su propia construcción; y que se
retroalimenta del mismo proceso de movilización que propicia.
Se entenderá como discurso nacionalista aquel orientado a producir y reproducir la
idea de nación. Este tipo de discursos se caracterizan por una construcción de tipo
continuo, homogéneo e intemporal del hecho nacional frente a lo fragmentario,
ambivalente, discontinuo y heterogéneo de los acontecimientos históricos. Para poder
solventar estas contradicciones el discurso nacionalista se presenta de un modo
ambiguo para poder ofrecer múltiples formas de interpretación, es en ese sentido que
el discurso nacionalista (en su vertiente más etno-cultural) tiende a ofrecer una serie
de símbolos para poder sortear las contradicciones entre discurso y realidad, y el más
potente será la nación; esa idea de nación se configura, como un “espacio simbólico
abierto” que permite “ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl,
1993:221), transfiriendo a ese concepto elementos positivos como son los anhelos y
los deseos.
Para afrontar el análisis del discurso nacionalista en sus particularidades, y siguiendo
la técnica del análisis de marcos, se adoptará la noción propuesta por Gamson
(1992a) quién resalta dos elementos centrales que atraviesan a los marcos y que son:
su carácter de construcción de significado, y que están orientados a la movilización
social. Estas características lo hacen especialmente útil para el análisis del caso
empírico que nos ocupa. Por otra parte se complementarán esos desarrollos con los
de Giuliano (2011), Gerhards (1995), Rivas (1998) y Máiz (2003, 2004 y 2008). A partir
de ellos se articulará el estudio de los marcos de significación para la acción colectiva
del nacionalismo catalán.
VII. Análisis de Marcos de acción colectiva.
Siguiendo a Gamson (1992a) y Chihu y López (2004), entendemos que los marcos de
significación para la acción colectiva orientan a los actores para evaluar un problema y
estimar los resultados de la movilización en torno al conflicto. El concepto de marcos
se refiere a un esquema interpretativo que simplifica y condensa la realidad a través
de la selección, el señalamiento y la codificación de situaciones, eventos, experiencias
y secuencias de acciones relacionadas con el presente o el pasado del movimiento
social.” (Chihu y López, 2004).
Por procesos de enmarcado entenderemos con Rivas (1998) aquellos “esfuerzos
estratégicos conscientes realizados por grupos de personas para construir
107
interpretaciones compartidas del mundo y de sí mismos que legitiman y motivan la
acción colectiva” (Rivas, 1998: 206).
A. Dimensiones del marco
I.
Dimensión de identidad:
Se entiende aquí la dimensión de la identidad del marco de la acción colectiva como el
proceso a partir del cual se pretende estructurar un sujeto colectivo. Esta es la forma
en la que se conforman los campos de identidad que devienen en la construcción de
un “nosotros” y un “ellos”. Estos campo de identidad son uno de los objetivos
prioritarios del nacionalismo, tal y como hemos visto en el capítulo anterior (Máiz,
2008).
En el proceso de enmarcado, y a instancias de este, se establecen y construyen las
identidades de los actores de relevancia en ese conflicto que el marco plantea.
Existen, tres clásicos campos de identidad en los procesos de enmarcado, estos son:
1), protagonista; 2), antagonista; y 3), las audiencias (Chihu y López, 2004).
Protagonista: El actor protagonista es quién acciona, es decir, es quién propone el
marco de interpretación. En el caso del nacionalismo catalán, se propone y logra, una
clara identificación del actor protagonista con Cataluña a lo largo de las tres etapas
analizadas.
Antagonista: El antagonista es el actor que encarna la oposición al marco propuesto y
es el responsable (o para mejor decir) el culpable, en términos de Giuliano (2011), de
los problemas. En este marco la dimensión de la identidad sufrirá variaciones
importantes variaciones entre el primer y el último período analizado. Esta dimensión
se encuentra vinculada, como ya se comentaba más arriba, a una serie de relaciones
que se han revelado como exitosas a la hora de configurar ese mapa cognitivo del que
los marcos forman parte
Audiencia: La audiencia es la parte de la población a la que va dirigido el marco. Una
de las claves de la estructuración del marco son las modificaciones que ha sufrido
dicha dimensión, con el propósito de ampliar claramente la base social del
nacionalismo a favor del apoyo del programa secesionista hacia sectores que se han
mantenido, en cierto sentido impermeables, a las políticas de nationalbuilding
implementadas desde la Generalitat y para sensibilizar a esa población sobre la
posibilidad real de secesión.
II.
Dimensión de la agencia:
108
La dimensión de la agencia hace referencia a la concepción de que los propios actores
de que pueden modificar una situación problemática determinada, en términos de
Chihu y López, la agencia permite a los “individuos llega[r] a definirse a sí mismos
como agentes de su propia historia.” (Chihu y López, 2004) Esta concepción del
cambio estará mediatizada por el “nosotros”, es decir, solo es viable la alteración de un
estado de cosas, en la medida en que la acción sea una acción colectiva.
Ésta es una de las dimensiones claves que han cambiado en el nacionalismo catalán
en el último período (2010-2014). Los marcos de significación de la acción se han
orientado a postular la posibilidad real de la secesión de Cataluña respecto de España,
e incluso, su necesidad.
III.
Dimensiones del agravio:
El agravio será entendido aquí en los términos que lo hace Giuliano (2011:145) como
“la sensación de haber sido perjudicado” , y esa sensación es entendida dentro de la
perspectiva del constructivismo como fruto de una construcción, y dicha construcción
es profundamente movilizadora de la acción social. Giuliano entiende que en la tarea
de construcción del agravio "los líderes nacionalistas, en particular, desempeñan un
papel clave en la construcción rápida de agravios como parte de un proceso
contingente de movilización política. […] están interesados en establecer un Estadonación; por lo que tratan de convencer a la gente común de que deben desafiar el
orden existente. [y] tratan de crear ese sentido convenciendo a la gente común que
forman un grupo o una nación y que su nación ha sido profundamente agraviada" 37
(Giuliano, 2011: 145).
Este agravio puede tomar varias formas, y en lo que respecta al tercer período que va
del año 2010 al 2014 se aportará como componente explicativo el cambio en la
estructura del agravio, elemento que no es nuevo, tanto en el discurso regionalista
como en el nacionalista catalán, pero que adoptará nuevas formas y alcances.
B. Tres mecanismos (complementarios): Agravio económicos, agravio identitario y
agravio democrático.
Se expondrán las tres formas que asume unos de los principales mecanismos
descritos en la literatura que es: el agravio (Giuliano; 2011; Gamson, 1992a). A partir
del análisis de los tres períodos seleccionados se describirán y compararán las
distintas formas que adoptan los agravios en el discurso del nacionalismo catalán a
37
Traducción propia del inglés.
109
partir del análisis de las técnicas de enmarcado. El análisis comparativo detallará los
elementos que permanecen comunes y los elementos innovadores en cada período y
en cada formación política de las élites políticas catalanas. Los tres mecanismos del
agravio ―identitario, económico y democrático― son mecanismos discursivos y son
complementarios. Los cambios en la forma en que se estructuran y enmarcan los
agravios serán fundamentales para dar cuenta de la forma en la que cambian los
discursos y en qué aspectos se mantienen, es decir, para poner de manifiesto los
cambios y las continuidades.
I.
El agravio identitario.
El problema que presenta el marco de agravio identitario es la falta de sensibilidad por
parte de España acerca de las particularidades, fundamentalmente de carácter
cultural, histórico y lingüístico que tiene Cataluña respecto de otras regiones de
España. Este marco sostiene que la naturaleza diferenciada de Cataluña no recibe el
trato que debería recibir por parte de España. España, en tanto que Estado centralista,
uniformista y homogeneizador, es quién se niega al encaje en el conjunto estatal al no
permitir que esa diversidad de Cataluña se manifieste en forma de reconocimiento de
derechos históricos y de hechos diferenciales, plurinacionalidad al interior de España,
etc.
Este es un marco que tiende a utilizar argumentos que se remontan a los tiempos de
la Lliga Regionalista, finales del siglo XIX y principios del XX. Este argumento sostiene
que esos elementos distintos propios realidad diferencial de Cataluña ―en particular
aquellos arquetipos construidos en base al carácter emprendedor, desarrollado e
innovador de la sociedad catalana― deberían ser transferidos al resto de España
―descrita como aristocrática, funcionarial y atrasada― y en particular al gobierno de
la Nación; esa transferencia sería encabezada justamente por Cataluña y su élite
(Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007; Etherington, 2003; de Blas, 2008).
II.
El agravio económico.
El problema que el marco de agravio económico presenta como central es el
desbalance, perjudicial para Cataluña, entre la transferencia de recursos económicos
desde Cataluña a España y lo que aquella recibe, por contrapartida, en forma de
inversiones por parte de España, generando así lo que se ha conocido como déficit
fiscal. Es un argumento que se viene utilizando desde los años 80 del siglo pasado y
tiene como consecuencia argumental la insuficiente financiación de la Generalitat. Este
110
argumento será reiterado en los tres períodos analizados con diferentes intensidades y
matices.
En la tercera y última etapa analizada el déficit fiscal, que la Generalitat aduce, se la
ha llamado: expolio fiscal y se le ha dado una cifra de 16.000 millones de euros, por
parte del nacionalismo catalán. Tema aparte es el propio reclamo y los términos en
que se plantea, además, de la cuantía del monto derivada de la forma del cálculo y su
tratamiento excede en mucho el objetivo y el espacio del presente38.
III.
El agravio democrático.
El agravio democrático presenta como problema la no correspondencia entre los
niveles de autogobierno que posee Cataluña y lo que sus élites políticas ―en nombre
de ella― reclaman. Este argumento es el que más variaciones ha observado en el
espacio temporal analizado. En el primer período, y durante las seis legislaturas en
que gobernó, Pujol reclamaba (y obtenía), más autogobierno mediante la táctica de la
negociación de competencias a cambio de apoyos parlamentarios a los gobiernos de
los diferentes partidos políticos de base estatal (PP y PSOE). En el período del
Tripartito de izquierdas se ha visto una radicalización del este agravio con los
problemas de tramitación del Estatuto de Cataluña. Pero, la innovación en la esfera de
la construcción del agravio la encontraremos en el tercer período. Ésta se fundamenta
en el reclamo por parte del Generalitat (Gobierno y Parlamento) de la realización de un
referéndum (consultivo, se suele matizar) respecto de la independencia de Cataluña
de España. La idea central que sustenta el referéndum es la del derecho a decidir. El
derecho a decidir apela como fundamento a la radicalidad democrática y tiene como
origen o causa desencadenante, a la sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional
contraria en algunos determinados artículos al Estatuto de Cataluña reformado en el
año 2006 y la interdicción de celebración de un referéndum secesionista por parte del
Gobierno nacional.
El marco del agravio democrático termina proponiendo como opuestos dos conceptos
que están estrechamente vinculados, por un lado el voto, y por otro lado, los
procedimientos democráticos. En este caso la estructuración del agravio democrático
es muy efectivo en tanto que opone a la legitimidad democrática de Cataluña el
inmovilismo de la ley española que impide el ejercicio libre del voto democrático de los
catalanes, porque existe una falta de voluntad política con el objetivo de bloquear el
referéndum e impedir el legítimo derecho a decidir de Cataluña.
38
Para un tratamiento en profundidad del tema véase el libro de reciente edición de Josep Borrell y
Joan Llorach (2015) Las cuentas y los cuentos de la independencia. Madrid. La Catarata.
111
C. Estrategias distintas pero complementarias:
I.
Estrategia Cívica y Estrategia etno-cultural:
Como bien señala de Blas Guerrero (2007), tal y como hemos glosado en el capítulo
primero, al hablar de nacionalismos cívico-políticos y etno-culturales hablamos de tipos
ideales, es decir, no hay de facto, ningún nacionalismo que posea estas características
en puridad. Pero, en su acción podemos discriminar analíticamente, no solo el cariz de
ese nacionalismo sino, también sus estrategias de enmarcado del discurso.
El análisis de las estrategias nos permitirá completar y profundizar el análisis al
confrontar un nivel de análisis próximo a la literalidad del discurso ―que es el de los
marcos ― con una aproximación de carácter más global e integrado que da cuenta del
posicionamiento ideológico (entendiendo al nacionalismo como una ideología) y que
incluye la variable de la praxis política de las élites políticas catalanas.
Siguiendo a Silveira Abrão (2007) y Serrano Pascual (1995) encontramos dos claras
estrategias discursivas en Cataluña. La primera vinculada a una aproximación
nacionalista cívico-territorial y la segunda a una aproximación etno-cultural. Que se
corresponden con esos tipos ideales de nacionalismos descritos en el capítulo
primero.
En el caso de Cataluña, la estrategia predominante hasta el primer período era la
estrategia de equilibrio entre una de corte cívico-política (que incluso podría señalarse
como más orientada al exterior de Cataluña) y que se relacionó con la praxis política
del pactismo, junto con otra estrategia de corte etno-cultural, más orientada hacia el
interior de Cataluña que se ha centrado en su reconstrucción nacional (Dowling, 2013).
Con el cambio de producido por la irrupción del secesionismo, esta relación se ha
fracturado, tal y como se analizará en el tercer período. Veremos, cómo resultado de la
investigación, que la estrategia dominante del equilibrio va modificándose en los
diferentes períodos, pasando a ser la estrategia cultural (orientada al nationalbuilding,
es decir, al interior de Cataluña) la que pasa a ser dominante (fundamentalmente en el
período 2004-2009 y en la segunda parte del último período 2012-2014), subordinando
a ella a la estrategia cívica y generando un marco que se ha venido cristalizando en el
tiempo y que se establece a partir de esta nueva relación de dos estrategias ya
utilizadas.
VIII. Estructuras de Oportunidad Política
La estructura de oportunidad política (EOP), se centra en la estructura política e
institucional y su capacidad de movilización social (McCarthy y Zald; 1973,1977); es
112
por esto que en el caso catalán será relevante relacionar la acción discursiva de las
élites en la creación de los marcos con las estructuras de oportunidad políticas, con el
objetivo de ponderar los aspectos estructurales con los de agencia en las
explicaciones de los fenómenos sociales, para dar cuenta “de una serie de factores
políticos, estratégicos e institucionales que facilitan o dificultan, en su caso, el
desarrollo de la movilización nacionalitaria” (Máiz, 1997:26). Por otra parte, tal y como
la literatura específica reconoce, es un complemento explicativo apropiado para los
estudios centrado en el análisis de marcos.
Para el análisis de la EOP utilizaremos, tal y como se comentó en el apartado
correspondiente del capítulo anterior, los seis elementos propuestos por Máiz (2002)
que analizan: el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las
políticas de democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos
aliados; 5) el conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional. Tal y como se
ha mencionado en el capítulo anterior.
Los aportes de Tarrow ya comentados ―asumidos además, por Máiz (1997) ―
permitirá desarrollar un análisis dinámico de las EOP, especialmente orientado al
segundo y al tercer período de tiempo analizado, que va de los años 2004 al 2009 y
del 2010 al 2014.
La cuestión de las élites, partidos políticos nacionalistas:
En esta tesis se utilizará el concepto de élite como un concepto empírico, alejado de
cualquier connotación valorativa. De este modo, y reconociendo la dificultad en la
definición de este término, se seguirá la definición de Baras (1991) que entiende por
élite política a aquellos individuos que ocupan lugares de predominio en las
instituciones del Estado. El ámbito de investigación hace específica referencia a la élite
política regional de la Comunidad Autónoma de Cataluña y a los individuos que son
profesionales de la política, diferenciándolos de los funcionarios burocráticosadministrativos de carrera.
Se asume, además, que no se investigan los discursos de individuos aislados sino de
personas que conforman una minoría organizada y establecida en instituciones
políticas. Es por ello que tiene relevancia la localización estratégica de las élites en los
partidos políticos y las instituciones del Estado y no se hace referencia a personas o
individuos al margen de la estructura.
Dado que se analizan los discursos de las personas establecidas en instituciones
políticas, los partidos políticos tanto del subsistema político catalán, como los del
113
ámbito nacional, serán centrales en los análisis como elementos categoriales a partir
de los que la élite política actúa, se agrupa y a través de los cuales, ejerce la
representación.
Dado las diversas entidades y magnitudes de los diferentes partidos políticos y de sus
respectivos discursos, se asignará una extensión diversa al análisis de cada discurso
dependiendo del partido político que se trate y su influencia en el momento analizado.
Un actor como CiU, tendrá una presencia preponderante, mientras el PSC, por
ejemplo, perderá peso, en el tercer período.
Por otra parte, si bien el objeto de estudio es el discurso del nacionalismo catalán, no
obstante de analizarán los discursos de la totalidad de la élite política con
representación parlamentaria a través de los diferentes partidos políticos. Se sumará a
ello, los discursos de los dos partidos nacionales PSOE y PP, en tanto que, si bien no
son objeto de estudio del presente, sí son fundamentales ―y en última instancia
inescindibles de aquellos― para entender la relación dialéctica que tienen los partidos
de base regional con los partidos de base estatal.
IX. Técnicas de investigación:
A. Discursos, datos y medios:
No se pretende aquí hacer una análisis del tratamiento mediático de los discursos, ni
del consumo de esos discursos, sino que se analizará cualitativamente la producción
discursiva, es decir, las formas en que las élites articulan los diferentes elementos
conceptuales, materiales y de enmarcado que repercuten en la conformación de
marcos de interpretación y de cómo estos han cambiado a en los tres períodos
temporales elegidos.
Respecto de la validez de las fuentes seleccionadas el propio Rivas entiende que “los
textos producidos en el interior del movimiento con la intensión de ser comunicados
son una fuente fiable de los marcos de la acción colectiva” (Rivas, 1998:210).
Para ello se estudiarán fundamentalmente las técnicas de enmarcado de los discursos
elaborados por las élites políticas publicados por los propios partidos políticos, así
mismo como en periódicos regionales y nacionales, en Cataluña y a nivel nacional.
Esto permite matizar las fuentes por su tendencia ideológica en el espectro de
izquierda-derecha y posibilita, además, realizar un análisis temporal de esas ideas
114
centrales de los discursos y de los procesos de enmarcado y de los marcos
resultantes.
Otro elemento relevante que opera a favor de la elección de las fuentes escritas para
esta investigación es que este tipo de fuente permite un mayor detalle y elaboración
argumental, frente a otro tipo de medios, a veces, más apremiados por la inmediatez.
Esta pretendida posibilidad de explicación y reflexión favorece claramente a
investigaciones de naturaleza como la presente, dada la necesidad de un rastreo
cualitativo pormenorizado de las ideas centrales de los discursos de las élites políticas
y la forma en que estas intervienen en la producción y reproducción de los discursos.
La relevancia de los textos tiene que ver con el tema que atraviesa toda la tesis que es
el encaje de Cataluña en España. Los textos analizados han sido seleccionados en
función de ese tema, tema que, por cierto, representa una de las tres cuestiones
centrales del nacionalismo, para Breuilly (1990) según hemos visto en el capítulo
primero. Por otra parte se han seleccionado los textos en los que se represente con
mayor claridad y de modo más completo los marcos de significación de cada partido.
Hay en algún caso, alguna excepción en cuanto a la pertenencia de los textos a al
período exacto que analiza esta tesis, esa excepción, se justifica por la singularidad
del texto, de los cambios de las formaciones políticas y la pertinencia y relevancia del
mensaje.
B. Modelo de investigación:
El modelo de investigación será el “modelo de co-investigación triangular” de Blee y
Taylor (2002) en el que se conciertan tres fuentes de información, que son: 1), el
estudio y análisis bibliográfico y documental; 2), entrevistas a miembros de la élite
política; 3), la observación participante.
El modelo de investigación se orientará a otorgar más peso a la primera de las tres
señaladas, es decir, al análisis documental que será la principal fuente de información
y análisis. La segunda y tercera de las técnicas han servido para orientar,
complementar y enmarcar a las dos fuentes principales.
Respecto a las fuentes documentales, se sigue aquí lo indicado por Gerhards (1995) y
Rivas (1998) en lo que respeta a la relevancia de los documentos antes que a su
cantidad, en palabras de Rivas, “una hoja informativa puede ser una fuente altamente
significativa para estudiar una movilización concreta” (Rivas, 1998:210). Es por ello
115
que se intentado dar especial relevancia a la calidad de la información contenida en
los textos antes que a la cantidad de material.
1. Fuentes documentales:
El análisis documental incluye dos elementos. El primer elemento es la fuente
hemerográfica ―tal y como hace Giuliano, (2011)― y se centrará en las declaraciones
y entrevistas de los máximos exponentes de las élites políticas catalanas recogidas en
los periódicos principales de Cataluña y España. Estos diarios son: En Cataluña: La
Vanguardia, El periódico; El Punt/Avui. En el resto de España las fuentes serán: El
País, El Mundo y ABC. Se intentará cubrir un espectro ideológico amplio en los medios
elegidos, tanto en Cataluña como en el resto de España, ya que, si bien la difusión de
la información no es el objeto de investigación del presente trabajo, sí es cierto, que la
producción discursiva de la élite política, está de un modo u otro, mediatizada por
aquellos. Es por esta razón que se tendrán en cuenta las posiciones ideológicas de los
diferentes periódicos en la gestión del material empírico.
El segundo de los elementos del análisis documental son las conferencias
pronunciadas, otros documentos de partidos políticos, que pronuncian sus líderes y
eventualmente algún programa electoral. Estas tienen las características de ser
documentos más elaborados que las declaraciones y entrevistas que se recogen en
los medios de comunicación. El listado de estos textos es el que sigue:
CiU: Primer período: “Mensaje Institucional de la Díadas de Cataluña”, 2000, 2001,
2002, 2003, Jordi Pujol. Segundo período: “El catalanismo, energía y esperanza para
un país mejor”, 2007, Artur Mas. Tercer período: “La deslealtad del Estado respecto de
Cataluña. Balance de situación” del Departamento de la Presidencia de la Generalitat
de Cataluña y la “Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de política
General del Parlamento de Cataluña” del 15 de septiembre de 2014; “Después del 9N:
tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 2014; “Mensaje Institucional de la Díadas de
Cataluña”, 2014; y “Mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año”
de 2014, todos de Artur Mas.39
PSC: Primer período: "Madrid se va" y "Madrid se ha ido" publicados en El País, el 27
de febrero de 2001 y 7 de julio de 2003, respectivamente;
y la conferencia
pronunciada en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid, los tres textos de
Pasqual Maragall. Segundo período: discurso: “Cataluña en el contexto político
español” del 5 de agosto de 2004 pronunciado en la Escuela de Verano del Escorial; el
39
Todas las traducciones al castellano de los textos en catalán señalados son propias.
116
discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid; el discurso
pronunciado en el Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 y “Discurso
institucional sobre la nueva etapa del Govern de la Genaralitat de Cataluña” del 06 de
mayo del año 2005 de Pasqual Maragall. Tercer período: el texto de Pere Navarro, “La
solución federal”; el Documento de Trabajo nº 163 de la Fundación Rafael Campalans,
titulado: “Por una reforma constitucional federal”; y especialmente el artículo publicado
por Miquel Iceta en el diario El País el 9 de octubre de 2012 que lleva por título
“Sensatez federal o choque de trenes”40.
ERC: Primer período: “Declaración ideológica de ERC”, 1993 y "ERC punto de
encuentro" Ponencia Política, Congreso de Tarragona, 2001. Segundo Período:
discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005. Tercer
período: Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento
de Cataluña del año 2012, que lleva por título: “La Izquierda de un nuevo país”
(L`esquerra d`un nou país); y los textos de Oriol Junqueras: “Garantía de Países
catalanes” (Garantía de Països Catalans) publicado el 19 de noviembre de 2012 en el
blog de Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el
camí) publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013; “Asedio
fiscal” (Setge fical), publicado en el periódico Ara el 17 de agosto de 2013; “La mayoría
social debe ser política” (La majoria social ha de ser política, publicado el 14 de
noviembre de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat y “Ningún
Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos” (Cap Tribunal per
davant de la voluntat democràtica dels ciutadans) publicado el 7 de mayo de 2013 en
el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat.41
ICV-EUiA: Primer período: “Programa electoral para las Elecciones Autonómicas” del
año 2003; Segundo período: el artículo “Un nuevo catalanismo, una nueva idea de
España” de Joan Saura, publicado en el periódico El Mundo, el 14 de noviembre de
2005 Tercer período: Conferencia “Somos una nación, tenemos derecho a decidir.
Federalismo” (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del 8 de septiembre
de 2010, “Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de
Estado”, del 5 de mayo de 2013 y la Conferencia del 11 de Septiembre de 2013, todos
los textos de su nuevo líder Joan Herrera.42
Ciudadanos: Segundo período: Conferencia de Albert Rivera en Forum Europa, del 7
de febrero de 2008. Tercer período: los textos de Albert Rivera publicados en el diario
40
ibídem
Ibídem
42
Ibídem
41
117
El País, titulados: “El cambio sensato” éste, escrito junto a Luis Garicano, y publicado
con fecha 15 de febrero de 2015; y “La solución para Cataluña”, del 29 de julio de
2015; además de las entrevistas del diario La Vanguardia, del 31 marzo 2013 y del 15
marzo 2014.
PP-PPC: Primer período: Ponencia política “El patriotismo constitucional del siglo XXI”
redactado en 2002 por María San Gil y Josep Piqué; Segundo período: discurso de
Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en el Forum Europa y la entrevista
que realiza a Mariano Rajoy el periódico El Mundo, publicada el 14 de marzo de 2006.
Tercer período: El discurso de Clausura de las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno
en Corporaciones Locales, pronunciado por Mariano Rajoy en Barcelona, el 29 de
noviembre de 2014.
PSOE: Primer período: Declaración de Santillana del Mar, “La España plural: la
España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo” del año 2003.
Segundo período: texto “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” del año
2007. Tercer período: el texto titulado “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la
España de todos”, que es una declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de
julio de 2013, conocida como la Declaración de Granada.
Entrevista semi-estructurada
La técnica de la entrevista semi-estructurada permite analizar las formas en que se
estructura el sentido del discurso político en la fase de su construcción y posee una
serie de ventajas que la hacen específicamente útil para estudios que tengan como
presupuestos metodológicos la performatividad del discurso, además de ser un
instrumento recomendado específicamente para el análisis del discurso de las élites
(Vallés, 1999).
Se seleccionaron parlamentarios del Parlamento de Cataluña, uno por partidos
político: Convergencia Democrática de Catalunya
(CDC), Unión Democrática de
Catalunya (UDC), Partido Popular Catalán (PPC), Ciudadanos-Partido de la
Ciudadanía (C's), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partido de los
Socialistas de Cataluña (PSC), Candidatura de Unidad Popular (CUP), e Iniciativa por
Cataluña Verdes/Esquerra Unida y Alternativa (ICV-EUiA). Las excepciones son: PSC
donde se han seleccionado dos parlamentarios por las diversas sensibilidades internas
que posee el partido; en el caso de la CUP ha sido imposible ser recibido por un
Parlamentario, por este motivo la entrevista ha sido realizada al responsable de
relaciones políticas de la CUP. En el caso de ICV-EUiA si bien es una coalición de
118
partidos, se ha seleccionado un solo parlamentario, dado el peso relativo de la
formación política y la naturaleza del discurso (nacionalista confederalista con matices
sociales).
Se ha buscado que no sean parlamentarios con alta exposición pública con tres
motivos específicos: 1) posibilitar una entrevista que les permitiese explayarse y hacer
que aflore su discurso con naturalidad; 2) no duplicar la información con las fuentes
documentales (en el caso de entrevistas a los portavoces o consejeros habría una alta
probabilidad de duplicación con sus dichos públicos que aparecen en los periódicos y
en los documentos, por otra parte existiría una alta posibilidad de encontrarnos con un
discurso cerrado y poco natural; 3) la accesibilidad de las fuentes.
Las entrevistas han sido, todas, realizadas en el Parlamento de Cataluña con la
excepción de la entrevista del responsable de relaciones políticas de la CUP que ha
propuesto un ateneo social en Barcelona. Las fechas de realización de las entrevistas
comienzan en el mes de noviembre de 2013 y terminan en el mes de febrero de 2014.
119
120
Segunda parte.
Capítulo IV: Período 2000-2003. El tardo-pujolismo
Plan de trabajo del capítulo:
Este capítulo, el primero de la segunda parte, constará de dos apartados
diferenciados. El primero de ellos describirá y analizará demoscópicamente la
sociedad catalana y se confrontarán esos datos poblacionales con los de las élites
políticas catalanas. Esta descripción nos servirá para conocer y ponderar en su justa
medida el ámbito en el que se produce el discurso de las élites políticas catalanas y a
quienes van dirigidos dichos marcos.
En el segundo aparatado se comenzará propiamente con el análisis discursivo del
primer período analizado que va desde el año 2000 al año 2003. En este apartado se
comenzará por los discursos de CiU, luego el PSC, ERC e ICV-EUiA. Por último se
hará referencia al PP y al PSOE como partidos de base estatal. Además del análisis
discursivo, se hará una breve descripción del partido político orientado al
posicionamiento de las élites respecto a la cuestión nacional, es decir al encaje de
Cataluña en España.
Los discursos se analizarán en función del marco ideal ―con especial interés respecto
de las técnicas de enmarcado―, para luego analizar las estrategias de cada partido.
Por último se hará un análisis de la EOP y, finalmente se propondrá unas conclusiones
del capítulo.
Apartado Primero. Descripción demoscópica de Cataluña:
El abordaje de la descripción de una sociedad, o de una parte de ella, es siempre
complejo, más aún cuando se tratan temas relacionados con las identidades de
carácter nacional o regional, no es ésta la excepción. Sin perjuicio de ello, en este
capítulo se intentará hacer una descripción socio-demoscópica parcial de Cataluña a
partir de las categorías: lugar de nacimiento, usos lingüísticos, clase social y su
relación con términos propios del nacionalismo como son la identidad y las
preferencias de organización territorial de Estado. Por último se podrán de manifiesto
las diferencias sustanciales entre las identidades y las preferencias en las formas de
organización del Estado de la población de Cataluña con las de las élites políticas. Ello
pondrá de manifiesto la distancia entre esas concepciones, tal y como menciona la
literatura, además de servir de elemento para contextualizar el poder de las élites
políticas nacionalistas catalanas que ―representando una clara minoría social―
121
logran imponer la cuestión nacional como hegemónica; pudiendo además, llevar
adelante el proceso soberanista movilizando a una parte importante del electorado
mediante la producción simbólica del discurso que aquí se analiza.
Si bien esta no es una tesis cuantitativa acerca de la demografía de Cataluña, sí se
intentará en las páginas que siguen, hacer una síntesis de los datos más relevantes
que caracterizan a la Comunidad Autónoma de Cataluña a partir de los ejes
propuestos en el apartado anterior, y para ello, se seguirán principalmente los trabajos
de Miley (2006, 2013 y 2014) Martínez-Herrera y Miley, (2010) y Arza y Mari-Klose,
(2014).
Lugar de nacimiento:
En líneas generales, a nivel demográfico, podemos decir que Cataluña ha recibido
desde finales del siglo XIX hasta casi finales del siglo XX 43, importantes oleadas
migratorias de otras partes de España que modificaron sustancialmente ―del mismo
modo en que ha ocurrido con el proceso migratorio de principios del siglo XXI― la
estructura social de Cataluña (Miley, 2006). Las personas migrantes del siglo XIX y XX
que llegaron a Cataluña desde el sur del país, se ubicaron mayoritariamente en
trabajos de los denominados de “cuello azul”, atraídos principalmente por el
crecimiento del sector textil catalán (Miley, 2006) y se consolidaron como una mayoría
en lo que se conoció como el “cinturón rojo” de Barcelona. Este “cinturón” se refiere a
los ayuntamientos de la periferia de Barcelona, donde se radicaron los sectores
migrantes castellano-parlantes del resto del país.
Para el año 2011 vemos que el Instituto de Estadística de la Generalitat de Cataluña
(IDESCAT) entiende, tal y como señala la Tabla 1, que del total de habitantes de
Cataluña (7.539.618) el 63% ha nacido en Cataluña, mientras que casi un 20% ha
nacido en otras partes de España y un 17,50% nació fuera de España.
Tabla 1
Lugar de nacimiento de la población en Cataluña
IDESCAT 2011
Nacido fuera de España
17,50%
Nacido en el resto de España
19,40%
Nacido en Cataluña
63%
Total
7.539.618
Fuente IDESCAT 2011
43 Más concretamente entre 1955 y 1973 donde la economía catalana creció aceleradamente.
122
Además de la consolidación de del estatus de mayoría en esos sectores castellanoparlantes en esas poblaciones del cinturón rojo, se formaron importantes minorías en
el resto de la geografía de Cataluña.44 Estas personas, nacidas fuera de Cataluña
conformaron, un importante grupo social con características bastantes definidas:
castellano-parlante, con importantes vínculos identitarios con España y también con
Cataluña, y como se dijo, vinculados, en líneas generales, a las clases populares. En
los términos de Félix Ovejero la demografía de Cataluña se describe a partir de que
“una amplia mayoría de catalanes [tiene] sus raíces fuera de Cataluña, que la mayor
parte de los catalanes [tienen] como lengua materna el castellano y que además [son]
los más pobres” (Ovejero, 2011b: 33). Por otra parte existe otro grupo social, catalanoparlante y autóctono, que está en gran medida asociado con empleos denominados de
“cuello blanco” y que tiende a identificarse en importantes proporciones con una
identidad catalana, antes que dual o española (Miley, 2006). Estos sectores, luego de
la Transición han accedido a puestos en la administración pública de la Generalitat a
partir de las políticas del pujolismo (Santamaría, 2011; Fradera, 2006). Esta división
del trabajo ha generado una asociación que vincula a la lengua catalana con cierto
prestigio social (Shafir, 1995) y ha movilizado a la población nacida en otras partes de
España ―o a sus hijos― a intentar asimilarse ((Shafir, 1995; Miley, 2006) a esa parte
autóctona de la sociedad catalana mediante el aprendizaje del catalán.
El resultado de estos procesos migratorios ―el “más importante que conoció Europa”
luego de la Segunda Guerra Mundial (Ovejero, 2011b: 33)― ha dado como resultado
una sociedad catalana heterogénea, similar al conjunto de la sociedad española, en lo
que a pautas de consumo así como en la distribución de apellidos. (Romeu, A, et al.,
2006) y sin “unas minorías culturalmente concentradas en unos territorios en donde
resultaban mayorías diferenciadas” (Ovejero, 2011b: 33) tal y como sostiene el
discurso de la élite política nacionalista catalana45.
44 Para un análisis de la cuestión de esta cuestión véase: Pinilla de las Heras, E. (1979), Shafir, G.
(1995), y Colomer, (1986).
45 Por élite política nacionalista catalana se hace referencia a la que conforman los partidos
políticos CiU, ERC, ICV-EUiA, CUP, SI, y una parte importante del PSC.
123
Usos lingüísticos:
La lengua es una cuestión central para el nacionalismo catalán y siempre ha habidos
vínculos entre el debate nacional con el lingüístico 46. Tal y como señala la literatura,
para nacionalismo catalán la lengua catalana es central en su concepción de la nación.
A partir de la Transición y de la llegada de Pujol al Gobierno de la Generalitat, se
instauraron las políticas de normalización lingüística y de reconstrucción nacional
(Miley, 2006; Balfour y Quiroga, 2007, Dowling, 2013) al amparo de las competencias
transferidas por la Constitución del 78 y del Estatuto de Autonomía de 1979. La
implementación práctica de estas transferencias en el ámbito de la lengua es el
modelo de inmersión lingüística, que ha tenido un amplio consenso parlamentario,
académico y de los medios de comunicación (Arza y Mari-Klose, 2014). Para esos
actores, la lengua catalana y el modelo escolar de inmersión lingüística, son una
garantía de cohesión social desde las élites políticas, mediáticas he intelectuales 47.
En lo que respecta a la lengua catalana en tanto que signo diacrítico de adscripción
nacional, vemos que para el estudio 2298 del CIS de 1998 el 52% de las personas no
consideraban necesario saber catalán para ser catalán, mientras que un 43%
consideraban que sí. Y si bien existe, entre un tercio y la mitad de los catalanes que
señalan algún signo diacrítico como necesario para ser catalán (Arza y Mari-Klose,
2014), el 86% considera que la adscripción se manifiesta en la voluntad de ser catalán.
Más allá de ser analizado como criterio adscripción nacional, en lo referente a los usos
de las lenguas en Cataluña, podemos observar en la Tabla 2 que durante los años
2003 y el 2013 entre un 56,1 y un 55% de personas tiene como lengua materna el
castellano. No solo el castellano es mayoritario en un 55,1% para el 2013, sino que la
tendencia de esa mayoría es estable. Esta estabilidad en las tendencias, aunque con
cierta oscilación, se manifiesta también el grupo social que tiene como lengua materna
al catalán que, en el mismo período señalado, va del 36,2 al 31%.
46 La literatura sobre el debate lingüístico catalán es inmensa, para una aproximación véase Miley
(2006), Arza y Coll, (2014) y Basset et al., (2006).
47 La política de inmersión lingüística incorpora el concepto de lengua propia para describir el
catalán y otorgarle así, una legitimidad superior a la lengua materna y a la lengua habitual,
justificando de este modo, su relevancia como signo diacrítico de adscripción nacional. Destáquese
que en 2010, tal y como sostiene Ovejero (2011b) y según un informe de la Generalitat, el 55% de la
población catalana tenía como lengua materna el castellano, el 32% el catalán y el 9% otras, pero
en el 2006 un 48,8 % de los catalanes creía que su lengua propia era el catalán, es decir, personas
que tenían como lengua materna el castellano, creían que su lengua propia es el catalán.
124
Tabla 2
Población en Cataluña según lengua materna. Datos enlazados años 2003-2008-2013
Población *
%
Lenguas más frecuentes
2003
2008
2013
2003
2008
2013
Catalán
2.036,20
1.949,50
1.940,00
36,2
31,6
31
Castellano
3.155,10
3.389,00
3.448,50
56,1
55
55,1
Ambas
141,6
236,5
152,7
2,5
3,8
2,4
Árabe
..
162,3
151,7
..
2,6
2,4
Aranés
..
3,2
2,2
..
0,1
0
Rumano
..
56,8
56,1
..
0,9
0,9
Gallego
71,4
36,5
33,2
1,3
0,6
0,5
Francés
39,4
31,1
38,8
0,7
0,5
0,6
Portugués
..
26,9
26,5
..
0,4
0,4
Ruso
..
20,2
31,9
..
0,3
0,5
Inglés
..
22,1
26,5
..
0,4
0,4
Otras lenguas
74,6
150,4
264,5
1,3
2,4
4,2
..
27,8
31
..
0,5
0,5
24
..
50,1
0,4
..
0,8
5.619,50
6.162,50
6.253,80
100
100
100
Otras
combinaciones
lenguas
No consta
Total
de
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Idescat i Direcció General de Política
Lingüística. Enquesta d'usos lingüístics de la població 2013. * Las unidades de personas son
en miles.
Agrupando estos datos vemos que las tendencias en el gráfico número 1 donde se
manifiesta la estabilidad de los porcentajes de personas que tienen como lengua
materna el castellano, además de una cierta disminución del catalán, dentro de la
estabilidad mencionada y, como tercer elemento, destaca la presencia mayoritaria del
castellano como lengua materna.
125
Gráfico 1
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Idescat i Dirección General de Política
Lingüística. Encuesta de usos lingüísticos de la población 2013.
Identidad Nacional:
Desde finales de la década de 1970 el CIS viene preguntando en todo el país por lo
que se conoce como la pregunta Linz-Moreno que interpela respecto de la identidad
nacional subjetiva, es decir, si el entrevistado se siente: “solo español”, “más español
que catalán”, “tan español como catalán”, “más catalán que español” o “solo catalán”,
en lo que al ámbito regional respecta.
Este sentimiento identitario nos puede dar una aproximación de las preferencias
acerca del independentismo, en tanto que, es un concepto ―el identitario―
estrechamente vinculado a la nación. Es por ello que, tal y como se puede observar,
en el gráfico número 2 respecto del sentimiento nacionalista preguntado por el CIS,
conforme la Linz-Moreno, existe un incremento de la identidad “únicamente catalán” a
partir del año 2010, del mismo modo que hay una caída de la identitdad “tan español
como catalán” a partir del mismo año.
126
Gráfico 2
Fuente CIS. Serie A.2.02.03.009. SENTIMIENTO NACIONALISTA (CATALUÑA). Muestra:
Cataluña (aut.) Población española ambos sexos 18 y más años. Pregunta: ¿Cuál de las
siguientes frases expresa mejor sus sentimientos?
Podemos señalar, por otra parte, que las identidades mayoritarias (Gráfico 2) son las
identidades duales o anidadas y que, tal y como confirman García, et al., (1994) y Arza
y Mari-Klose (2014), a partir de la Transición esos sentimientos de identificación con
España se mantienen estables. Es en el proceso de la Transición en el que el
desarrollo del Estado de las Autonomías a nivel español permitió, no solo el
aprendizaje político que señala García et al., (1994), sino dos procesos
complementarios; el primero descrito por Guibernau (2006), en el que se detalla que
los procesos de creación de instituciones de ámbito regional producen y fortalecen las
identidades a ese nivel; mientras que el segundo proceso es el enunciado por Jiménez
y Navarro (2014) quienes han demostrado que el nacionalismo español se estructura a
partir de identidades duales ―con una fuerte incidencia en las personas jóvenes―. Es
decir, hay dos procesos que se ocurren conjuntamente, a partir del desarrollo del
Estados de las autonomías, y que implican más identidad regional y más flexibilidad de
la identidad española al admitir en ella las identidades regionales.
En el gráfico 3 observamos las preferencias territoriales directamente sobre el
concepto independencia de los ciudadanos en Cataluña que ofrece el ICPS. En él
127
también se aprecia claramente que la opción independentista crece a partir del año
2010 y que disminuye sensiblemente la preferencia “comunidad autónoma dentro de
España”.
El independentismo, como se observa gráficamente y de tal modo como reconoce la
literatura, nunca supero, cotas del 23% hasta el año 2010 (Miley, 2006; MartínezHerrera y Miley, 2010). Esto hace que autores como Arza y Mari-Klose, pongan en
cuestión el argumento nacionalista de Muñoz y Tormos (2012), a tenor del cual, el
incremento del independentismo se relaciona con la adscripción de personas de
identidad española ―en este caso sería dual― motivadas “fundamentalmente por
expectativas de mejora económica” (Arza y Mari-Klose, 2014:32). Esta idea que
proponen Muñoz y Tormos (2012) no resiste el análisis de la estabilidad de las
identidades hasta el año 2010. Respecto de la incidencia de la percepción de la
mejora económica, ello se analizará, más adelante, en la forma en que se enmarca el
agravio económico, antes bien que en la expectativa de mejora.
Gráfico 3
Fuente: ICPS. Elaboración propia. Son las respuestas a la pregunta: “Respecto al Estado
español, usted cree que Cataluña debería ser: Una región de España; Una Comunidad
Autónoma de España; Un Estado de una España Federal; Un Estado Independiente; otras; no
sabe; no contesta"
128
Al cruzar la ascendencia con la identidad en términos de auto-identificación, se
observa, que hay una correlación directa entre el lugar de nacimiento y la identidad
nacional (Miley, 2013) tal y como muestra la Tabla 3 y tomando como referencia el año
2012.
Tabla 3
Autoidentificación identitaria en Cataluña cruzado por Ascendencia
Origen
Cis 2965 (2012) Miley (2013b)
Total
Inmigrante
1ª Generación
Padres Mixtos
2ª Generación
Solo español
5,80
16,10
4,20
1,10
1,30
Más español Tan español como
Más catalán que
Solo catalán Ns/Nc.
5,00
37,60
24,80
24,40
2,30
11,90
52,90
10,60
4,20
4,30
5,60
54,10
27,10
7,70
1,00
2,60
36,70
29,80
27,50
2,40
0,90
19,40
31,40
45,60
1,30
n.
2983
780
418
307
1239
La s ci fra s s on en % a excepci ón de l a col umna "n".
Fuente el a bora ci ón propi a a pa rti r de CIS 2965 (2012) y Mi l ey (2013b)
El análisis de la totalidad de la muestra para el año 2012, evidencia que las
identidades anidadas o duales (más español que catalán, tan español como catalán y
más catalán que español) representan el 67,40% de la población. Por otra parte las
identidades únicas representan un 5,8% en el caso de la española y un 24,4% en el
caso de la catalana del total.
Las identidades duales son mayoritariamente asumidas por las personas nacidas fuera
de Cataluña o con algunos de sus padres nacidos fuera de Cataluña, tal y como lo
demuestran el 52,9% de personas nacidas fuera o el 54,10% de personas de primera
generación y un 36,7% de las personas con padres mixtos, que se sienten tan
españoles como catalanes. Por otra parte, las personas nacidas en Cataluña tienden a
identificarse más con una identidad única catalana, tal y como lo demuestra el 45,6%
que se siente solo catalán si son de segunda generación.
En esa línea vemos que al comparar, en el mismo estudio 2965 del año 2012 del CIS,
el apoyo a la opción de que “un Estado en que se reconociese a las comunidades
autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes” cruzados con las
identidades nacionales, tal y como señala Miley (2013); se observa que la correlación
entre una identidad catalana y la opción de una organización estatal que permita la
independencia es muy alta con la identidad únicamente catalana, en torno del 91,1%.
Por otra parte los porcentajes de personas que no están a favor de esa opción, las
encontramos no solo en la identidad únicamente española, sino también en las
identidades duales o anidadas (más español que catalán, tan español como catalán).
129
Con la excepción de la identidad más catalán que español donde la opción de la
posibilidad del reconocimiento de la independencia lo apoya un 57,6% de la población
frente a un 42,4% que opta por el no.
Tabla 4.
Reconocimiento de la posibilidad de independencia de Cataluña
cruzado por Autoidentificación identitaria
Cis 2965 (2012) Miley (2013b)
Identidad
NO
Solo español
Más español que catalán
Tan español como catalán
Más catalán que español
Solo catalán
Total
SÍ
94,7
93,6
88
42,4
8,9
57,2
5,3
6,4
12
57,6
91,1
42,8
Fuente Miley (2013) y CIS 2965 (2012). Las cifras son en porcentaje
Clase social:
Por otra parte y siguiendo el análisis de Miley (2013) podemos ver que en al cruzar las
variables de identidad nacional subjetiva con las de ocupación en la serie histórica del
ICPS que va desde 1989 al 2006 se observa una correlación importante entre la
identidad catalana con los estratos ocupacionales más elevados y en menor medida
con los estratos ocupacionales menos elevados.
Tabal 5
Estrato ocupacional cruzada con la media de la identidad catalana
Mi l ey (2013b), IPCS (1989-2006)
Ocupación
Media del % de Identidad Catalana
Profesionales liberales
54,7
Managers/Empresarios
48,4
Tabajadores de nivel medio (cuello blanco)
45,6
Trabajadores independientes y agrarios
44
Desempleados
30,3
Trabajadores de bajo nivel de cualificación (cuello azul)
20,9
Fuente: Mi l ey (2013b), IPCS (1989-2006)
Observamos que a medida que se aumenta el estatus socioeconómico ―en tanto que
indicador de clase social― aumenta la identificación con la identidad catalana,
130
considerando además, que son cifras expresadas en porcentaje de las medias entre
los años 1989 y 2006 del IPCS. Así mientras, en la categoría de profesionales liberales
la media de la identidad catalana es casi del 55% entre los años 1989 y 2006, en los
sectores de bajo nivel de cualificación, es de casi el 21%, para el mismo período. Más
del doble entre un segmento y otro. Denótese que los trabajadores cualificados,
poseen un 45,6% de media de identidad catalana, a solo 10 puntos porcentuales del
máximo de los profesionales liberales y muy alejados del casi 21% de los trabajados
de “cuello azul”. Claramente queda evidenciada aquí la correlación entre estatus
económico e identidad catalana (Miley, 2006; Martínez-Herrera, 2002).
A modo de síntesis podemos concluir que respecto a las identidades nacionales
subjetivas, los orígenes de la población, los usos lingüísticos y las formas de
organización territorial de Estado, se confirman los datos que se había avanzado a
principios del capítulo presente cuando se señalaba la existencia de dos grupos
sociales. Uno castellano-parlante, con fuertes vínculos identitarios con España,
mayoritariamente, en forma de identidad anidada o dual, que pertenece a clases
trabajadoras y que prefiere formas territoriales del Estado que no incluyan la
independencia. Por otra parte, se encuentra el grupo de personas que son autóctonas,
en más de una generación, de habla catalana, que se ubican en estratos
ocupacionales altos que se identifican con la identidad solo catalana y que tienden a
preferir una forma de organización territorial del Estado que incluya la independencia.
Es en este grupo social donde, tal y como sostienen Arza y Mari-Klose (2014) y Miley
(2014) más ha crecido el independentismo. Junto con los primeros podemos decir que:
“las clases más acomodadas, se han escorado hacia posiciones soberanistas en
mucha mayor medida que las clases obreras” (Arzay Mari-Klose, 2014:36).
Tabla 648
Preferencia por la forma territorial del Estado años 2010-2012 cruzado pro clase social
Arza y Ma ri -Kl os e (2014) y CIS 2970 (2012) y 2857 (2010)
Años
Clase
Estado Central sin autonomía
Menos Autonomía
Statu Quo
Mayor autonomía
Reconocimiento de la independencia
N.S.
N.C.
TOTAL
2010
Medias/Altas
2010
Obreros
2012
Medias/Altas
2012
Obreros
Diferencia 2010-2012
Medias/Altas
Obreros
6,7%
13,2%
6,9%
11,6%
0,2%
3,2%
3,3%
2,5%
4,5%
-0,8%
-1,7%
1,2%
20,6%
33,3%
10,3%
27,5%
-10,3%
-5,8%
37,8%
28,9%
25,1%
26,1%
-12,7%
-2,8%
27,9%
16,6%
51,1%
26,0%
23,2%
9,4%
2,0%
3,5%
1,3%
1,5%
-0,7%
-2,0%
1,2%
0,6%
2,0%
1,9%
0,8%
1,3%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
0,0%
0,0%
48 Las categorías de las preferencias territoriales son: Un Estado con un único Gobierno Central sin
autonomías, un Estado en el que las Comunidades Autónomas tengan menor autonomía que en la
actualidad, un Estado con Comunidades Autónomas como en la actualidad, un Estado en el que las
131
Fuente: Elaboración propia a partir de Arza y Mari-Klose (2014) y CIS 2970 (2012) y 2857
(2010)
Esta tabla es aporta una información reveladora respecto a varias cuestiones. La
primera: al analizar las preferencias de organización territorial del Estado según los
estudios 2970 (2012) y 2857 (2010) del CIS cruzados por clase social, vemos que las
preferencias se desplazan hacia un Estado que reconozca la posibilidad de la
independencia. Segunda cuestión, ese incremento es seguido de modo desigual
según la clase social que se analice. Tal y como, muestra la Tabla 6; mientras la
clases medias y altas apoyaban la opción de la posibilidad de la independencia de las
Comunidades Autónomas en un 27,9% en el año 2010, en el año 2012 más de la
mitad (51,1%) de las personas de clase medias y altas han preferido esa opción.
Tercera cuestión, existe un incremento mucho menor en la clase obrera que prefería la
opción de la posibilidad del reconocimiento de la independencia de las Comunidades
Autónomas en un 16,6% en 2010, mientras que en 2012 esa misma opción era
preferida por un 26% de las personas de clase obrera en Cataluña. Es decir, pueden
extraerse dos conclusiones, las clases medias y altas preferían la opción del
reconocimiento de la independencia en mayor número que la clase obrera en 2010, y
que las tasas de incremento de la preferencia de esa misma opción era mucho mayor
en 2012 en las clases medias y altas. Concretamente mientras en las clases medias y
altas la opción favorable a la independencia creció un 23,2% de 2010 al 2012, en el
mismo período y para la misma opción en la clase obrera se registró un incremento del
9,4%.
Estos datos dan por tierra con los argumentos de la transversalidad y de
homogeneidad del denominado proceso soberanista, que se analizarán en el período
2010-2014. Por otra parte, ponen de relieve nuevamente el argumento del
nacionalismo de “arriba hacia abajo” en Cataluña que se mencionó en el primer
capítulo y que sostiene gran parte de la literatura.
Élites políticas y población:
El nacionalismo Catalán ―y la implementación de sus políticas identitarias― “de
arriba hacia abajo” llevan nuestra atención hacia las élites políticas catalanas. Se
analizarán de modo general las preferencias identitarias, los usos lingüísticos, y las
preferencias de la organización territorial del Estado entre la población de Cataluña y
Comunidades Autónomas tenga mayor autonomía que en la actualidad y un Estado en que se
reconociese a las Comunidades Autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes.
Se han abreviado para facilitar la lectura de la tabla 6.
132
sus élites siguiendo los trabajos hasta aquí comentados para culminar este breve
apartado descriptivo que nos permitirá poner de relieve el contexto de los discursos
que se van a analizar.
Comenzaremos por analizar las lenguas maternas de los votantes en comparación con
la de los parlamentarios siguiendo en ello al trabajo de Miley (2014) que utiliza los
datos del CIS E2827 del año 2010 para el estudios de las élites y del E2965 del 2012
para el análisis de la población. En él vemos que si analizamos las cifras totales
agrupadas que se muestran en la Tabla 7 observamos que existe una clara tendencia
a favor de la lengua materna catalana en los parlamentarios del 71,7%, en franco
detrimento del castellano, del que solo el 13% de ellos, tiene como lengua materna en
el año 2010. Mientras que un 52,5% de los votantes tiene como lengua materna el
castellano y un 40% el catalán. Las diferencias entre las élites políticas y la población
describen una tendencia a favor de una sobre-representación del orden del 30% del
catalán y de un sub-representación del orden del 39,5% del castellano en lo que a
parlamentarios se refiere.
Al analizarlo por partidos políticos, los partidos nacionalistas (CiU y ERC) poseen las
tasas más altas de parlamentarios con lengua materna catalana (86,7 y 100%
respectivamente) y se encuentran casi treinta puntos porcentuales de sus votantes
(58,1% y 73%).
En el caso de PSC e ICV (58,3 y 80% respectivamente) la distancia con sus votantes
(16,8 y 36,1% respectivamente) es de más de 40 puntos porcentuales en lo que
respecta a la lengua materna catalana, con una sub-representación del castellano,
como lengua materna, en términos muy similares a los que sucede con CiU en el caso
de los parlamentarios. Ello hace que la distancia con su electorado sea especialmente
importante en el caso del PSC donde la distancia es de casi un 77%. Es decir,
mientras el 76,9% del electorado del PSC tiene como lengua materna el castellano,
ninguno de los parlamentarios entrevistados del PSC lo tenía como lengua materna.
Por otra parte, ICV muestra una sub-representación del castellano del orden del
37,6%.
El en caso del PP hay una proporción muy similar a la tendencia de la población
general y en el caso de Ciudadanos, del que se tiene solo un entrevistado, tiene como
lengua materna el castellano.
133
Tabla 7
Lengua materna de parlamentarios y votantes por partido en Cataluña (en %)
CIS E2827 (2010) y E2965 (2012)
Castellano ambos
Catalán
Otro
Ns/Nc
Total Parlamentarios
13
4,3
71,7
6,5
4,3
Ciudadanos
100
0
0
0
0
PP
60
0
20
20
0
PSC
0
16,7
58,3
16,7
8,3
IC
20
0
80
0
0
CiU
6,7
0
86,7
0
6,7
ERC
0
0
100
0
0
Total Votantes
Ciudadanos
PP
PSC
IC
CiU
ERC
Fuente: Miley (2014)
52,5
79
84,1
76,9
57,6
34,7
19,4
5,9
7,4
4,1
5,3
5,7
5,4
5,7
40
13,5
10,8
16,8
36,1
58,1
73,9
1,6
0
1
1
0,5
1,8
1
0
0
0
0
0
0
0
n
46
1
5
12
5
15
8
2983
50
157
438
181
803
251
Del mismo modo que ocurre con la lengua materna, al analizar las identidades
subjetivas y compararlas entre las élites políticas (Parlamento catalán) y la población
de Cataluña, tal y como expone la Tabla 8, se observa que las identidades duales de
la población (más español que catalán; tan español como catalán; más catalán que
español) representan un 69% de la población, frente al 59% de los parlamentarios.
Pero cuando se agrupa a la población y a las élites políticas por identidades
predominantes, vemos que la identidad predominantemente catalana (más catalán que
español y solo catalán), en el caso de la población agrupa un porcentaje del 50%,
mientras que entre los parlamentarios ese agrupamiento identitario subjetivo asciende
al 79%, es decir, existe una diferencia a favor de la identidad predominantemente
catalana en el caso de los parlamentarios catalanes del orden de un 29%. Además
podemos ver que cuando se compara la identidad solo catalana, la población se ve
identificada en un 25% con esta opción frente a un 41% de los parlamentarios, es
decir, se aprecia una diferencia de un 16% a favor de la identidad solamente catalana
en el caso de los parlamentarios catalanes.
Al analizar las identidades predominantemente españolas (solamente español y más
español que la comunidad autónoma) vemos que en ambos casos 11% para la
población catalana y el 2% de los parlamentarios catalanes, son especialmente bajas
si las comparamos con el 26% de la identidad predominantemente española de la
población española en general y del 13% de la élite política española. Es
134
particularmente llamativo que solo el 2% de los parlamentarios catalanes se identifique
con la identidad predominantemente española.
Se observa además, que hay un desplazamiento hacia las posiciones de identidades
propias del nacionalismo catalán (predominantemente catalanas y solamente
catalanas) tanto de las élites como de la población en comparación con las cifras de la
población española en general.
Tabla 8
Identidades relativas. Parlamentarios versus ciudadanías (en %)
para las elites políticas, CIS 2827 (2010); para la ciudadanía española, CIS 2930 (2012); para la ciudadanía catalana,
CIS 2965 (2012)
Parlamento
Población española
Élite política española
Población Catalana
Catalán
Sólo Español
19
7
6
0
E>Catalán
7
6
5
2
E=Catalán
56
67
39
19
E<Catalán
12
11
25
38
Solo Catalán
6
9
25
41
Total
100
100
100
100
n
2478
565
2983
42
Nota: E > Catalán: más español que catalán; E = CA: tan español como catalán; CA > E: más catalán
que español.
Fuente: Martínez-Herrera y Miley (2014)
Al analizar las identidades subjetivas segmentadas por partidos políticos entre élites y
electorado en Cataluña, que muestra la Tabla 9, vemos que mientras el 75% de los
parlamentarios del PSC posee una identidad predominantemente catalana, solo la
tiene el 26% de su electorado. Es particularmente llamativa esta diferencia de casi 50
puntos porcentuales en el PSC, en esa escisión con el electorado desde el punto de
vista de la representación mimética (Martínez-Herrera y Miley, 2014).
Al analizar las identidades predominantemente catalanas de los parlamentarios de
ICV, CiU y ERC observamos que todos ellos tienen una identificación prioritariamente
catalana del 100%. Se evidencia una distancia del 50% con las cifras de identificación
identitaria del total de la población. Pero incluso en contraste con sus votantes hay una
diferencia de 38% en ICV, del 30% en CiU y del 8% en ERC, a favor de la identidad
predominantemente catalana de las élites.
135
Del mismo modo ocurre al analizar las identidades exclusivas, es decir que excluyen
una identificación dual vemos que mientras los parlamentarios de CiU el 71%, un 40%
de ICV y el 100% de ERC, rechazan una identificación con España, esto solo lo hace
un 36%, un 20% y un 65% de su electorado respectivamente.
Tabla 9
Identidades relativas por partidos políticos en Cataluña (en %).
Estudios CIS 2827 y 2965
Sólo Español E>Catalán E=Catalán E<Catalán Solo Catalán
Diputados autonómicos
PPC
0
0
100
0
0
OTRO
0
100
0
0
0
PSC
0
0
25
75
0
ICV
0
0
0
60
40
CiU
0
0
0
29
71
ERC
0
0
0
0
100
Total
0
2
19
37
42
Votantes y electorado
PPC
20
19
57
3
2
Ciutadans
11
9
65
14
1
PSC
9
9
57
20
6
ICV
2
3
33
41
20
CiU
2
1
27
35
36
ERC
0
1
7
28
65
Total
6
5
39
25
25
n
5
1
12
5
14
6
43
157
50
438
181
803
251
2983
Nota: E > CA: español más que catalán; E = CA: tan español como catalán
Fuente: Martínez-Herrera y Miley (2014)
Por último se analizarán de modo comparado las preferencias en las formas de
organización del Estado de las élites frente a los votantes en dos momentos distintos
(años 2010 y 2012) y segmentados por partidos políticos en Cataluña, siguiendo en
ello el trabajo de Miley, (2014) y que aparece expuesto en la Tabla 10.
En las cifras agregadas vemos que respecto a las preferencias de organización del
Estado para el año 2010, los parlamentarios catalanes prefieren un Estado que
reconozca la independencia en un 65%, ese mismo año un 22,8% de la población
tenía esa misma preferencia, pero dos años después, la opción del reconocimiento de
la independencia representaba un 41,4%, ascendiendo 20 puntos porcentuales, es
decir, casi el doble en dos años.
136
Ello se explica por todo el dispositivo de movilización desarrollado por el denominado
proceso soberanista desde las élites políticas, tal y como reconoce la literatura sobre
el tema (Alonso, 2015; Ovejero, 2011b; Miley; 2006, 2014; Martínez-Herrera y Miley,
2014; y Martínez-Herrera y Barceló-Soler, 2014).
Se demuestra aquí los efectos a nivel de preferencias de organización del Estado que
tiene el proceso de construcción nacional y de construcción Estatal sobre las
preferencias de la población y que llevan a cabo las élites políticas nacionalistas
catalanas.
En otros términos, no solo se pone de manifiesto la distancia ideológica y de
preferencias entre las élites políticas y la población, sino que aquí aparece claramente
el efecto de la llamada “pedagogía” que realizan las fuerzas nacionalistas y el éxito
que tienen sobre unos sectores ―mayoritariamente― medios y altos de la sociedad,
de personas con orígenes autóctonos y catalano-parlantes.
Estas cifras abundan en la idea de un proceso soberanista dirigido “desde arriba”, es
decir, desde las élites hacia el resto de población, a través ―en gran medida― de los
mecanismos discursivos que se detallan en los capítulos siguientes.
Cuando analizamos los datos desglosados por partidos políticos vemos que en el caso
de CiU en el año 2010, un 86,7% de los parlamentarios prefería la posibilidad de la
independencia frente a un 27% de su electorado y que éste último en 2012 alcanzaba
la cifra del 56,6%, en la misma preferencia. Se registra un crecimiento de casi un 30%
en este período en os votantes de este partido.
Respecto del PSC encontramos las mismas distancias que en los análisis anteriores
entre las preferencias de su electorado y las de los parlamentarios. Mientras los
parlamentarios prefieren la posibilidad de la independencia en un 41,6% en 2010, el
electorado de PSC lo prefiere en un 10,5% en ese mismo año y dos años después
alcanza la cifra del 15,9%. Es decir, que el aumento de la preferencia de la posibilidad
de la independencia de los votantes del PSC creció casi un 6% entre 2010 y 2012
frente al casi 30% de los votantes de CiU.
Los parlamentarios de ICV son los que más diferencias tienen con su electorado en
esta preferencia, un 65,7% de distancia entre élites y votantes en 2010 y que se
mueve hasta casi un 50% en 2012.
Incluso ERC, que incluye la independencia desde la década de los noventa en su
programa, ha radicalizado las preferencia de su electorado entre 2010 y 2012,
137
dándose el caso de que es el único electorado que tiene una preferencia superior
respecto de la posibilidad de la independencia que sus representantes parlamentarios
(contando con un 12,5% de parlamentarios que no quisieron o no supieron responder
a la pregunta).
Tabla10
Forma de organización del Estado preferida élites versus Votantes.
CIS E 2852 (2010), E 2965 (2012), E 2827 (2010)
Estado
Menos
Centralista autonomía
Parlamentarios 2010
Total Población 2010
Total Población 2012
CiU Parlamentarios 2010
CiU Vot. 2010
CiU Vot. 2012
PSC Parlamentarios 2010
PSC Vot. 2010
PSC Vot. 2012
ERC Parlamentarios 2010
ERC Vot. 2010
ERC Vot. 2012
PP Parlamentarios 2010
PP Vot. 2010
PP Vot. 2012
ICV Parlamentarios 2010
ICV Vot. 2010
ICV Vot. 2012
C´s Parlamentarios 2010
C´s Vot. 2010
C´s Vot. 2012
Comunidades
Autónomas
Derecho a
como ahora Más autonomía Independencia ns/nc
(n)
0
9,1
9,8
6,2
4,8
3,6
2,2
26,8
16
23,9
32,9
26,1
65,2
22,8
41,4
2,2 46
3,7 2966
3,1 2983
0
6,7
5,3
0
2,3
1,5
0
16,1
7,5
13,3
45
28
86,7
27,1
56,6
0 15
2,7 470
1,1 804
0
9,2
13
0
3,8
3,1
0
34,6
28,2
58,3
37,6
35,5
41,6
10,5
15,9
0 12
4,2 706
4,2 439
0
0,1
0,3
0
0,2
0
0
2,6
0,9
0
22,3
9,5
87,5 12,5
8
73,7
1 263
89 0,2 252
0
30,5
34,3
40
19,6
14,2
20
32,7
26,5
40
14,7
18,3
0
0,9
5,3
0
5
1,5 123
1,4 157
0
4,2
2
0
1,5
1,7
0
22,6
10,5
0
35,7
31,5
100
34,3
49,8
0
5
1,7 129
4,4 181
0
15,8
12,3
100
20,9
10
0
48,1
40,9
0
14,6
28,3
0
0,7
8,5
0
0
0
1
42
51
Fuente: Miley (2014)
A modo de resumen podemos decir que la sociedad catalana es una sociedad plural y
heterogénea con la existencia de dos sectores definidos por las identidades
138
nacionales, clases sociales, usos lingüísticos y preferencia de organización territorial
del Estado (entre otras). Estos dos grupos son los ya descritos, el primero castellano
parlante, con vínculos (familiares e identitarios) con el resto el país, vinculado (en
términos generales) a los trabajos de “cuello azul”, con preferencia de una
organización territorial del Estado de permanencia del Estado de las Autonomías. Por
otra parte existe el otro grupo social, es el catalano-parlante, autóctono, con fuerte
identidad nacional catalana y vinculado a los sectores medios y medios-altos de la
sociedad y con una preferencia de organización territorial del Estado que incluya la
independencia.
De estos dos grupos hay un predominio numérico de los sectores castellano-parlantes,
55,1% frente a un 31% de catalano-parlantes para el año 2013, con preponderancia de
los sectores con relaciones familiares con el resto de España cerca del 70% y con un
40% de la población nacida fuera de Cataluña (en otras partes de España o en el
extranjero) en el año 2011.
La predominancia del primer grupo junto con la heterogeneidad social, se manifiesta
en la existencia de identidades duales o anidadas, que han sido claramente
mayoritarias en la población hasta el año 2010 y el comienzo del proceso de
movilización social nacionalista; del mismo modo que en las preferencias en las
formas de organización territorial del Estado, eran mayoritarias las formas aquellas
vinculadas a la autonomía de Cataluña dentro de España.
Por contrapartida, y sumado a lo anterior, se ha puesto de manifiesto la distancia que
existe entre la población y las élites políticas nacionalistas respecto de las mismas
cuestiones que se han utilizado para definir a esos grupos sociales, tales como la
lengua materna, las identitarias subjetivas y las formas de organización territorial del
Estado.
A modo de conclusión de este apartado podemos decir que existe no solo una brecha
ideológica ―en lo que al nacionalismo secesionista respecta, entre otras cuestiones―
entre las élites políticas nacionalistas catalanas y su población; sino que además hay
un esfuerzo de esas élites en acercar a la población a sus posiciones en lo que a la
concepción de la nación se refiere. Esto es lo que la literatura reconoce como
nationbuilding y statebuilding top down, es decir, “de arriba hacia abajo” (Miley, 2006;
2014).
Estos esfuerzos de las élites nacionalistas a menudo aparecerán en el análisis
discursivo en los términos de la debida “pedagogía” que las instituciones de Cataluña
139
deben hacer hacia la población, entre otras cuestiones identitarias, con el proceso
soberanista.
Los responsables de este proceso ha puesto en marcha una maquinaria de
movilización social sin precedentes en la historia contemporánea de Cataluña y en las
páginas que siguen se analizará la producción discursiva de las principales voces de
las élites políticas catalanas ―nacionalistas y no― para rastrear, tal y como se
adelantó en el capítulo anterior, de modo comparado las diferentes formas de
enmarcado en los tres períodos estudiados.
Apartado Segundo:
Introducción al período 2000-2003.
En el ámbito catalán, en el año 1999, Jordi Pujol (Presidente y fundador de CiU) gana
las elecciones de la que será su última legislatura. Esa victoria con un 37,70% de los
votos no le permitió CiU acceder a la mayoría absoluta al obtener 56 escaños de 135
de la totalidad de la cámara ―cuatro menos que en las elecciones de 1995 y 14
menos que las de 199249―. La figura de Jordi Pujol, el pujolismo, además del estilo de
su gobierno, son centrales para entender el desarrollo, ya no solo del proceso
secesionista, que es nuestro universo de estudio, sino la propia historia de la Cataluña
democrática.
Pujol fue presidente de la Generalitat de Cataluña por seis períodos consecutivos,
desde 1980 hasta 2003, es decir, desde las elecciones que restauran la institución de
la Generalitat catalana en 1980, reelegido en 1984, 1988, 1992, 1995 y 1999. Además
fue el creador de la federación de partidos Convergencia y Unión (CiU) que unifica
políticamente a su propio partido Convergencia Democrática de Cataluña y a Unión
Democrática de Cataluña.
La relevancia de su liderazgo de naturaleza carismática, y de referente moral para
gran parte de la población de Cataluña, hizo que Pujol no solo fuese importante en
términos institucionales sino que hizo hegemónica su visión ―nacionalista― de
Cataluña, es decir, hizo hegemónica la doctrina nacionalista del pujolismo
(Etherintong, 2003) y estructuró una parte sustancial del discurso nacionalista catalán,
49
Datos
del
Parlamento
de
Catalunya
http://www.parlament.cat/composicio/dades_electorals.pdf
140
disponibles
on-line:
no solo a nivel coyuntural, sino a nivel de los marcos discursivos del nacionalismo
catalán que permanecerán en la actualidad.
Si bien nos centraremos en el último período de Jordi Pujol como presidente de la
Generalitat, nos referiremos de modo sucinto a algunos aspectos de las casi dos
décadas anteriores de gobierno de Cataluña. Comenzaremos diciendo que los
gobiernos de Pujol enmarcados en las primeras tres legislaturas que van de los años
1980 a 1992 configuraron el gobierno autonómico catalán. Esta primera etapa de
gobierno se caracterizó por la construcción de infraestructuras y el desarrollo de las
competencias y transferencias, que el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979
había establecido. Estos fueron los pilares en los que se sustentó el desarrollo de un
segundo período, que va desde 1992 a 2003, en el que se produjo un aumento del
desarrollo económico, se modernizó la economía, la industrial e incluso la esfera social
de Cataluña: Ello también se tradujo en un aumento del nivel de vida y del bienestar
de la población, en línea con el resto de España.
Si bien en un principio el propio Pujol se manifestó socialdemócrata, la naturaleza de
las políticas implementadas, lo describen más cercano al liberalismo y la democracia
cristiana (Núñez Seixas, 1999). El gobierno de Pujol orientó el nacionalismo hacia el
realismo pactista ―pragmatismo posibilista en términos de Dowling, (2013)― e
incorporó nuevos elementos ideológicos a la tradición más conservadora y
regionalista. El pujolismo se caracterizó, además, por un elevado nivel de pragmatismo
político que se manifestó en la renuncia explícita a la independencia (Colomer, 1984),
en favor de ese pactismo ya citado, con el objeto de obtener mayores cuotas de
autogobierno dentro del Estado español, siendo la referencia de partida el desarrollo
de las potencialidades del Estatuto de autonomía del 1979 (Núñez Seixas, 1999). José
Luis Álvarez: en su artículo “La lucha final de la burguesía catalana”50 (El País, 23 de
julio de 2012) describe esta estrategia como “incrementalismo” en la que los cambios
sustanciales en el autogobierno de Cataluña se conseguían a partir de cambios
graduales e incrementales que vencían, de ese modo, la resistencia del statu quo del
resto de España.
Las negociaciones de transferencias de competencias desde el Gobierno nacional a
los Gobiernos regionales, responden a la lógica institucional del federalismo
competitivo del Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga, 2007). Esta lógica del
federalismo competitivo, propició ―y propicia― dinámicas institucionales basadas en
50 José Luis Álvarez: “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23 de julio de 2012.
Disponible online en http://elpais.com/elpais/2012/07/23/opinion/1343038261_771040.html
141
reclamaciones constantes de mayores cuotas de autogobierno y poder por parte de las
élites regionales para poder competir en mercados electorales más pequeños, y
dotarse además, de más financiación y poder político. Estas constantes reclamaciones
de las élites en última instancia ponen en también en cuestión el marco de la propia
autonomía, que de este modo, nunca queda definido su final (Núñez Seixas, 1999;
Keating, 1996) o el cierre de las reclamaciones de dichas transferencias.
El recurso al independentismo en esta etapa del pujolismo, tal y como expone
Colomer, que a veces emergía retóricamente de las filas nacionalistas, puede ser
entendido como una “amenaza táctica” o bien como una “reacción exaltada de
descontento” (Colomer, 1984:371), pero siempre dentro de una estrategia general
pactista que concibió siempre a España como el único sitio pensable para Cataluña.
Dentro de esta dinámica de demanda constante de nuevas transferencias, CiU ha
hecho de los reclamos de autogobierno y mejor financiación su bandera y encabezó la
lista de las autonomías que, más rápido y más profundamente, desarrollaron el
Estatuto de Autonomía de 1979. De hecho, podemos identificar dos modelos “finales”
de Estado que promovía CiU y que son: o bien una transferencia de soberanía al estilo
de una organización confederal del Estado ―más cercana a Unió Democrática―, o
bien, una relación de federalismo asimétrico con competencias exclusivas y
reconocimiento simbólico particular.
CiU, como se ha mencionado anteriormente ha propiciado tradicionalmente dos puntos
políticamente
fundamentales, el primero, el aumento del autogobierno y la
financiación; y el segundo, el reconocimiento específico de Cataluña dentro del Estado
español. Esto último tendría dos derivadas, la primera de naturaleza simbólica ―con
los denominados hechos diferenciales: le lengua y la cultura― y la segunda derivada
relacionada con algún tipo de reconocimiento acerca de la soberanía de Cataluña
(Balfour y Quiroga, 2007). En términos de largo plazo, se podrían decir que las
pretensiones políticas del nacionalismo conservador que encarna CiU, se han
orientado, a la consecución de un tratamiento diferencial, no solo centrado en el
autogobierno, sino en el reconocimiento de un carácter particular que diferencia a
Cataluña (junto con el País Vasco y Galicia) del resto de las comunidades autónomas;
situación en la que muchas veces se ha visto como ejemplo a Quebec (Requejo, 2000;
Keating, 2000). Ejemplo de ese reconocimiento diferencial es el reclamo de la
transferencia de competencias exclusivas en la esfera de la recaudación impositiva y
de estructuras institucionales que reflejen de mejor manera la particularidad de la
multinacionalidad española (Requejo, 2001). No en vano, tras el rechazo por parte de
142
los representantes catalanes de la oferta de los negociadores, durante la redacción de
la Constitución, de que Cataluña tuviese el mismo régimen impositivo que el País
Vasco y Navarra, se ha recuperado en varias oportunidades la reclamación de que
Cataluña acceda a ese mismo estatus impositivo, conocido en estos últimos años
como el “pacto fiscal”.
Estas aspiraciones ―propiciados por el CiU, PSC e ICV-EUiA― se profundizaron en
el proyecto estatutario de 2005, tal y como se verá más adelante, en el que, tal y como
sostiene Keating (2001) se orientó a un reconocimiento del estatus nacional sin
reclamar la independencia, como un elemento propio y característico de la era de las
naciones post-soberanas (a las que Keating asocia a Quebec o Escocia).
Esta profundización de los reclamos de mayor autogobierno, mejor financiación y
reconocimiento identitario diferencial ―que promovieron las élites políticas catalanas e
intelectuales en algún caso― difieren de las preferencias poblacionales, tal y como se
mencionó más arriba. Si bien es cierto, tal y como sostienen Balfour y Quiroga (2007)
―al igual que Gibernau, (2006); Requejo, (2000) y Keating, (2000)― que un amplio
porcentaje de personas entienden a Cataluña como una nación y reclaman más
autogobierno, no es menos cierto, tampoco, que la mayoría “consideraban a Cataluña
una región (47%) [antes] que una nación (37%) en 2002, antes de que se propusiera el
nuevo Estatuto” (Balfour y Quiroga, 2007: 278)51. Por otra parte, antes de comenzar el
proceso de reforma estatutaria en 2003 solo el 3,9% de los catalanes estaban
preocupados por un mayor autogobierno (Ovejero, 2013). Estos datos nos orientan, no
solo sobre la satisfacción de la población sobre el nivel de las transferencias de
competencias que había en ese momento respecto del Estado de las Autonomías,
sino sobre las formas que las élites políticas imponen su agenda a la población, y el
perfil nacionalista de esa agenda alejado de las preferencias poblacionales
mayoritarias. Esto ha sido descrito más arriba, como un proceso nacionalista, de
“arriba hacia abajo”.
Análisis de discursos 2000-2003:
Convergencia y Unión (CiU):
Se analizarán los siguientes discursos de Jordi Pujol, Presidente de la Generalitat de
Cataluña: Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de
51 Véase los gráficos número 1 y 2.
143
Cataluña de los años, 2000, 2001, 2002 y 2003, en función del marco ideal propuesto
en el capítulo III52.
En este período temporal, y en líneas generales, el discurso de Convergencia y Unión
(CiU) se torna decididamente posibilista y subordina hasta el período electoral del año
2003 los reclamos maximalista al mantenimiento de los apoyos parlamentarios del
Partido Popular de Cataluña en el Parlamento Catalán (Balfour y Quiroga, 2007).
Por otra parte, al analizar los discursos del Presidente Pujol en la festividad de la
Díada de Cataluña, veremos la emergencia de un dato muy revelador que es el
reclamo de tensión social para que Cataluña no desaparezca o fracase. Este reclamo
a la movilización social en pos de Cataluña pone en evidencia la falta de percepción
social como problemática, de la relación entre Cataluña y el Gobierno nacional.
En los discurso del Pujol en la Diada del 11 de Septiembre de los años 2000, 2001,
2002 y 2003 podemos encontrar, además, un claro ejemplo de la ambigüedad (UcelayDa Cal, 2005) con la que el nacionalismo catalán ha ejercido su pactismo y su
estrategia posibilista (Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007) desde la Transición y
que se estructura a dos claros niveles. La primera estrategia de enmarcado se realiza
dentro de un nivel discursivo propio de un nacionalismo de corte cívico-político
orientado a dar cuenta del encaje de Cataluña en España, discuso más orientado al
exterior de Cataluña; y la segunda estrategia (complementaria de la primera) es propia
de una aproximación nacionalista de tipo étno-cultural que orienta el discurso hacia el
interior de Cataluña dirigido a una audiencia de carácter interno y sensible al reclamo
del nacionalismo catalán.
Esa misma contradicción que menciona Ucelay-Da Cal (2005) es la que se ve
reflejada, en forma de paradoja, en relación al mantenimiento de la esfera política
catalana como un ámbito diferenciado o un sistema autónomo de la política española,
y por otro lado, la necesidad y el reclamo de influencia en la política nacional española
y que toma cuerpo en la dos estrategias discursivas que se han mencionado. Pero
esto lo veremos más adelante.
Discurso de Convergencia y Unión (CiU):
Diagnóstico:
52 Dada la naturaleza de los textos, ideados para una festividad nacionalista, puede, algún caso
aumentar el perfil nacionalista etno-cultural de la estrategia de Pujol así como la fuerza del
enmarcado del “nosotros” dentro del campo de las identidades.
144
Entrando de lleno en el análisis de los marcos a partir del tipo ideal presentado
podemos decir que, en lo que respecta al primer apartado del diagnóstico, dentro de la
temática del encaje de Cataluña en España, la operación de la presentación de la
cuestión se focaliza en tres problemas. El primero de ellos es la insuficiencia de
autogobierno; el segundo de financiación; y el tercero de reconocimiento. Estos tres
agravios presentados por el pujolismo permanecerán como elementos centrales del
discurso del nacionalismo catalán de aquí en adelante. Es a partir de estos tres
elementos que se estructurarán los agravios democráticos, económicos e identitarios,
respectivamente.
Agravios:
La técnica de enmarcado que Pujol utilizará en los discursos analizados para
presentar la cuestión es la de asignar conceptos, como son los de autogobierno
insuficiente, tal y como vemos en el discurso de Pujol del año 2000: «nuestro
autogobierno es insuficiente, tanto política como financieramente, y esto nos obliga,
aunque nos duela, a seguir reivindicando un reconocimiento más franco y más efectivo
de Cataluña».53
Del mismo modo que en el discurso del año 2001 sostiene que Cataluña no posee:
«Aun ni suficiente poder, ni suficiente reconocimiento» y por otro lado, Cataluña,
padece «en parte, agresiones». Esas agresiones que menciona Pujol, pueden
entenderse como una forma de enmarcar la cuestión en un marco más amplio que es
el de la histórica hostilidad de España hacia Cataluña, que aparece en el discurso del
2001 cuando hace referencia a que:
«El once de septiembre conmemora el final de una guerra en la que Cataluña va a
luchar con coraje, dignidad y heroísmo por una causa justa: defendía su soberanía.
[…] fue también el final de todo un proceso político a través del cual Cataluña quería
asegurar su libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado,
hasta entonces respetuoso con su carácter plurinacional. […] Valores que confieren
grandeza a aquel período de nuestra historia y que explican por qué la derrota y la
represión, que fue dura y muy larga, no van a acabar con nuestro pueblo».54
En líneas generales, la técnica de enmarcado que busca la inserción del tema en un
marco más amplio se refiere a la Guerra de Sucesión que de 1701-1715, con una
discutible interpretación de los actores intervinientes y de las motivaciones que tenían.
53 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000.
54 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001
145
Pero dejando de lado la interpretación de la historia que hace Pujol, vemos que ésta
es la única referencia a un marco más amplio donde insertar el agravio en todo el
período analizado. Es decir que, la construcción de los agravios, tiende a detenerse
aquí. Pujol, relaciona escasamente estos tres agravios con la experiencia ordinaria de
la población, por otra parte hay una incidencia sobre la relación de los agravios con un
marco más amplio; por último, la dramatización viene dada ―tal y como se verá― por
la falta de movilización social; por último, y fundamental: no se atribuye directamente la
causa a un actor externo, al menos directamente.
Al analizar uno a uno los agravios, vemos que hay un especial incidencia en el agravio
identitario. Respecto de este tipo de agravio en concreto se problematiza el riesgo
constante de desaparición de Cataluña, o de alguno de sus elementos constitutivos,
tales como, su identidad, su lengua o su cultura, por amenazas como la globalización,
la movilidad de personas en forma de inmigración o la preponderancia del uso social
del castellano. Ello lo observamos en el discurso de la Diada del 2001 cuando sostiene
que hay que «eliminar definitivamente el peligro de que Cataluña se convierta en un
país marginal»55. Esos riesgos de que Cataluña se convierta en un país marginal, Pujol
los relaciona con elementos ajenos a los agravios presentados, como son la
inmigración de finales del siglo XX y principio del XXI, y con procesos estructurales
como la globalización. Ello se observa de igual modo cuando en el año 2000 Pujol
sostiene que:
«Tenemos la posibilidad de contribuir a elaborar uno de los mensajes que el mundo
hoy necesita, que es el de ver cómo se combinan la globalización y las identidades.
Vamos hacia la globalización, hacia la mundialización: eso tiene muchas cosas
buenas, y además es un proceso inevitable, pero tiene el peligro de conducir hacia un
mundo uniformizado y masificado. Se tiene que, por lo tanto, complementar esta
tendencia con la defensa de lo que hace que tengamos una determinada manera de
ser»56
En referencia al agravio democrático, Pujol lo enmarca asignando una serie de
conceptos, insertando la cuestión en un marco más amplio e intentan relacionarlo con
la experiencia ordinaria de la población. Esto lo vemos en la díada de 2001 cuando
sostiene que:
“El once de septiembre conmemora el final de una guerra en la que Cataluña va a
luchar con coraje, dignidad y heroísmo por una causa justa: defendía su soberanía.
55 Ibídem.
56 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000.
146
[…] fue también el final de todo un proceso político a través del cual Cataluña quería
asegurar su libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado,
hasta entonces respetuoso con su carácter plurinacional».57
«Cataluña luchó por una causa justa: la defensa de su soberanía» este es el mensaje
central del marco del agravio democrático. Y los párrafos que siguen pretenden
vincular ese agravio democrático con la experiencia ordinaria de la población al
asignar conceptos utilizados en la España de la actualidad como son: «asegurar su
libertad, consolidad su economía y mantener las estructuras del Estado, hasta
entonces respetuoso con su carácter plurinacional» a una guerra entre casas
dinásticas de principios del siglo XVIII.
El agravio identitario está enmarcado a partir de una cuestión de orden estructural,
antes bien que en una injusticia que infringe un tercero. De este modo, el responsable
de ellos, son los procesos migratorios y de la globalización, y es por ellos que
Cataluña padece un peligro continuo que pone en riesgo su existencia al verse
amenazada su identidad cultural. Por otra parte destaca en este sentido, la ya citada
referencia a que Cataluña «sufre en parte agresiones» de las que, tácitamente se
relaciona a España como la culpable. Esos peligros hacen que Cataluña corra el
riesgo de convertirse en un «país marginal o desaparecer», tal y como Pujol sostiene
en la Díada de 2001. Por último, y dramatizando la situación, sostiene que nada que
no sea en espíritu patriótico de los propios catalanes «salvará definitivamente a
Cataluña como país».58
El hecho fundamental en el proceso de enmarcado de los discursos de Pujol es que no
asigna la responsabilidad y la culpa de esos agravios a ningún actor o actores
específicos y, del mismo modo, deja sin definir a ese actor como antagonista, como
parte de la descripción de la dimensión de la identidad “ellos”. Esto ocurre por varios
motivos, el primero de ellos es una situación que el propio Pujol describe en 2000
como «un buen momento» para Cataluña; y que más allá: «de esas dificultades
coyunturales la realidad global de nuestro país es que pasa por un buen momento
que debemos vivir con alegría y confianza».59
Mientras que, del mismo modo en 2001 sostiene que el momento presente de
Cataluña es «favorable y feliz». Ciertamente en un marco general de «alegría y
57 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
58 Ibídem.
59 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000.
147
confianza» es muy dificultoso presentar un agravio y enmarcarlo como una injusticia.
Es decir, no hay un marco de situación propicio para enmarcar el agravio como una
injusticia.
Otro dato más que abona la idea de la parcialidad en la construcción de los agravios
es que la asignación conceptual del agravio es positiva. Al hablar de los agravios, se
menciona la insuficiencia o la falta de un término positivo como es: el autogobierno, la
financiación y el reconocimiento. Es decir, hay implícito un reconocimiento de que
existe un determinado nivel de autogobierno y reconocimiento, que se reconoce como
insuficiente; pero existe esa nominación en términos positivos.
La otra cuestión se relaciona con la EOP del período. Pujol depende de los votos del
PPC para obtener la mayoría en el Parlamento de Cataluña. Pujol apelará al recurso
de la moderación y de la ambigüedad, para morigerar la estrategia discursiva del
nacionalismo, tal y como se analizará más adelante.
Es por todo lo anterior que se sostiene que los marcos de los agravio en la última
legislatura del pujolismo se estructuraron de manera parcial e incompleta a la luz del
marco ideal, y cuya especial carencia es la falta de enmarcado de un actor
responsable de los agravios. Esto se verá reflejado en las dimensiones de la identidad
del marco ideal, tal y como se comentará en lo que sigue.
En lo que respecta a las dimensiones de la identidad (“ellos/nosotros”), sí existe un
enmarcado detallado y más profundo de esta dimensión del marco de significación de
la identidad “nosotros”. Pero por orden expositivo comenzaremos por la dimensión de
la identidad “ellos”.
Identidad “ellos”:
Aquí se centra una de las claves de este período. Pujol no construye de manera
directa al antagonista. Las referencias que hace del otro son tácitas. Véase el
siguiente ejemplo en el discurso de la díada del año 2001, en el que Pujol sostiene
que: «Todo y que, y esto quiero dejarlo claro, no nos dan todavía ni suficiente poder, ni
suficiente reconocimiento»60. Del mismo modo que en 2000, la ya citada frase de que
Cataluña sufre «en parte agresiones». Pujol nunca aclara quién es el o los actores que
agreden a Cataluña. No hay una personalización de los actores responsables ni una
60 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
148
atribución de intensiones ―salvo eventualmente y de forma velada 61―. Tampoco hay
una asignación de intereses contrarios al bien colectivo y no se inhabilita al “otro”
como agente ilegítimo de comunicación.
La falta de construcción manifiesta del “otro” se relaciona con la imposibilidad de
asignar responsabilidades al actor antagonista que encontrábamos en el apartado de
los agravios. Este es uno de los hechos determinantes del discurso de pujolismo de la
última legislatura.
Identidad “nosotros”:
Los esfuerzos del discurso de Pujol se orientaban hacia un enmarcado de la identidad
“nosotros”, ello es esperable, en tanto que son discursos que se presentan en la Diada
Nacional de Cataluña y en este sentido es predecible y lógico, un discurso cargado de
referencias nacionalistas e identitarias. Del mismo modo que es reseñable la audiencia
claramente nacionalista, a la que va dirigido el mensaje de la Díada. Ello se pone de
manifiesto en el discurso del año 2000 como Pujol hace referencia a la necesidad de la
identidad colectiva para defender Cataluña como país cuando sostiene que:
«Nos tenemos que atrever a conseguir que Cataluña no sea solo Cataluña, o que los
catalanes no seamos solo catalanes. Si no somos catalanes no seremos nada, ni
podremos aportar nada al resto del mundo. Por lo tanto la defensa de Cataluña como
país debe ser nuestra prioridad».62
En ese mismo sentido en 2001 Pujol apela al patriotismo para mediante la «tensión y
ambición colectivas», «eliminar definitivamente el peligro de que Cataluña se convierta
en un país marginal»63. El patriotismo, en tanto que valor, recalca Pujol, debe ser
vivido «intensamente».
Aquí aparecen entrelazadas la definición de la identidad “nosotros” y de las
audiencias. En lo que respecta a la primera, ésta se presenta como una constante en
el discurso de Pujol desde sus inicios políticos, hay una recurrencia a la estrategia
identitaria del nacionalismo etno-cultural, que no solo expone quienes son aquellos
que son catalanes, sino que además, define quienes no lo son. Pujol ha tenido un éxito
61 En 2000 refiriéndose a las oportunidades que representan los cambios a nivel mundial, Pujol
sostiene que: «nos tenemos que situar, no tenemos que permitir que ninguno nos sitúe en un
rincón».
62 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000.
63 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
149
importante en la instalación de estas definiciones del protagonista 64, ejemplo de ellas,
y quizás la más famosa de todas, es la definición de catalán: “es catalán quien vive y
trabaja en Cataluña y quiere serlo”65.
Máiz (2008) entiende que uno de los elementos fundamentales del nacionalismo es la
definición del “ellos” y del “nosotros” que aquí se describe dentro del campo de la
identidad. La constatación del éxito en la formulación de este tipo de marco identitario
por parte de Pujol puede verse en que la propia izquierda parlamentaria en Cataluña
(con excepción del PSC) ha utilizado esta definición ―citando incluso a Pujol― para
hacer referencia al demos catalán.66
Volviendo al análisis de la dimensión identitaria, del marco del discurso de Pujol en la
Diada del año 2000 y 2001, se observa que es en esta dimensión donde centra y
profundiza su mensaje. Pujol llama a que la defensa de Cataluña sea la prioridad. Es
de destacar el lenguaje belicista que presenta el campo semántico de la palabra
defensa. La defensa remite, primero y antes que nada, a un ataque; ataque que se ha
venido manifestando de modo esporádico ligado a las negociaciones de transferencias
de competencias desde el Gobierno de España (principalmente aunque también se ha
utilizado ampliamente en el caso de la investigación de Banca Catalana). Por otra
parte, y en segundo lugar, la defensa hace referencia a un término propio del ejercicio
de la poliorcética, es decir, del arte militar del ataque y la defensa de las ciudades.
Frente a los ataques (que Pujol no enuncia esta vez, pero presupone) llama a la
defensa de Cataluña.
En 2001 también hay una explícita mención al vocabulario belicista cuando Pujol
sostiene que en definitiva: «el Once de Septiembre conmemora el final de una guerra
en la que Cataluña luchó con corazón, dignidad y heroísmo por una causa justa:
defendía su soberanía».67 Esta cita merece una atención especial en tanto que hay
una serie de técnicas de enmarcado enlazadas que describen claramente el proceso
de enmarcado que utilizó Pujol, en particular, y el nacionalismo Catalán, en general. El
primer elemento destacable es ―dentro de la identidad “nosotros”― la técnica de
enmarcado de personificación del sujeto colectivo, que es Cataluña, a partir de la
caracterización con elementos propios de sujetos individuales. En general, el
64 En el marco ideal que aquí se propone aparecen como definición del protagonista dentro de la
categoría de operaciones.
65 “és català qui viu i treballa a Catalunya, i en vol ser”.
66 Entrevistas de Parlamentarios catalanes con el autor. Véase el tercer apartado del presente.
67 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
150
nacionalismo etno-cultural es rico en este tipo de personificaciones68, y en particular el
nacionalismo catalán, Pujol ha sabido enmarcar con éxito a Cataluña en tanto que
sujeto colectivo con una serie de señas características que son propias de los sujetos
particulares y esas referencias en el discurso de Pujol, son incontables.
En este caso Pujol señala que es Cataluña quién en la guerra de Sucesión «luchó con
corazón, dignidad y heroísmo» y no las tropas leales al bando de la casa de Austria.
Por otra parte hay una apropiación por parte de Pujol, de los valores sociales (luchar
con corazón, dignidad y heroísmo) que atribuye a Cataluña.
La última cuestión que emerge es la de la atribución de soberanía ―entendida como
causa justa, por cierto― en relación a un hecho vinculado a una guerra de sucesión de
casas dinásticas y de equilibrio del poder internacional resultante. Se presenta un
interpretación de histórica asignando un valor (que históricamente puede ser bastante
discutido, en tanto que la soberanía no residía en otro sitio llámese este: Cataluña,
territorio, Tercer Estado, pueblo o nación sino en el Soberano), decía que, ese valor
asignado a la soberanía de Cataluña, pasa a ser defendido por el nacionalismo
Catalán.
Es mediante las técnicas de enmarcado de asunción de la defensa de los intereses
colectivos que de Cataluña, y de la reivindicación en términos exclusivos de los
valores que el discurso de Pujol tiende a apropiarse del valor social de aquello que
Cataluña simboliza, en tanto que: “espacio simbólico abierto” (Salecl, 1993). Este es
un recurso que se volverá a utilizar en la tercera etapa, y ofrece una construcción
simbólica cuyo significante es maleable y ambiguo, pudiendo ser completado por los
interpelados ―las audiencias en este caso― antes que por el sujeto que lo propone.
En los términos de Salecl, un “espacio simbólico abierto” es un espacio simbólico que
permite “ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221).
Un dato no menor, es que esa construcción de la dimensión identitaria del “nosotros”
se realiza, en este período, fuera de una dinámica de oposición y enfrentamiento, sino
que se orienta a una relación de cierta superioridad moral y de valores que ostentaría
Cataluña frente al resto del Estado, antes bien que en una relación de oposición como
veremos en el último período.
68 Véase de Blas Guerrero (1984, 1989, 1994, 1997 y 2007)
151
Pronóstico:
Respecto a la tarea central de pronóstico, destaca el enmarcado de soluciones,
objetivos y posibilidades de éxito, que está directamente relacionado con la tarea de
motivación y su dimensión de la agencia audiencia.
Los objetivos del discurso de la Diada del año 2000 de Pujol están inscriptos en un
marco de situación que se podría describir como positivo, tal y como se comentó más
arriba, en lo que respecta a cuestiones generales de desarrollo económico, social y
productivo, tal y como se desprende del sus palabras:
«podemos plantearnos un horizonte ambicioso […] por el crecimiento económico; por
capacidad y vocación de internacionalización; por vitalidad cultural; por carácter
emprendedor; por el alto grado de permeabilidad social que tenemos […] por cohesión
y convivencia, por el buen aprovechamiento de la incorporación a Europa y por otras
muchas cosas».69
Por otra parte Pujol sostiene que: «ningún país consigue llegar lejos si no está imbuido
de espíritu patriótico. Del mismo modo que tampoco llegan lejos continúa “por más
nueva economía y nuevas tecnologías que tenga, si su gente no lo ama y no mantiene
viva su memoria histórica […] Esto también sirve para Cataluña: sin autoestima no
será un país puntero».70
La referencia a virtudes como la capacidad de trabajo e innovación, la vocación
europea, el carácter emprendedor, y otras tantas, han servido desde los tiempos de la
Lliga Regionalista para reclamar la necesidad de modernizar España a partir de
liderazgo de Cataluña. Pujol mantendrá este postulado ―Maragall, también― pero no
será central en este período, ya que como veremos, no solo su eficacia será dudosa,
sino que la realidad demostrará que el peso industrial y productivo, ergo modernizador
de Cataluña, lejos de aumentar, disminuye con el tiempo. Esta disminución, no tendrá
tanto que ver con una paralización de Cataluña como Comunidad Autónoma, sino en
el surgimiento de otros polos productivos y de desarrollo en España, como por ejemplo
Madrid (Dowling, 2013; Balfour y Quiroga, 2007).
Por otra parte en 2000, y respecto al autogobierno, Pujol sostiene que «No olvido ni
quiero esconder que nuestro autogobierno es insuficiente, tanto política como
69 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2000.
70 Ibídem.
152
financieramente, y que esto nos obliga, muy a pesar nuestro, a seguir reivindicando un
reconocimiento más franco y más efectivo de Cataluña».71
Y es en ese sentido también lo que enuncia en 2001, cuando dice que: «El peligro que
ahora hay es que mucha gente piense que ya que hay democracia y que tenemos un
nivel importante de autogobierno y vivimos una época de progreso económico y en
todo se nos han abierto nuevas perspectivas, las cosas irán bien por inercia. O porque
la Generalitat ya se ocupará de ello» […] Si esa tensión patriótica no es asumida a
título personal por los catalanes «ningún instrumento, por poderoso que sea, por sí
mismo salvará definitivamente a Cataluña como país».72
La solución a los tres problemas presentados por Pujol ―agravio democrático, por
falta de autogobierno, el económico por falta de financiación y agravio identitario por la
falta de reconocimiento― es la obtención de mayores cuotas de autogobierno, mejor
financiación y más reconocimiento por parte de España, en el primer y segundo caso;
mientras que en el tercero, a esa solución requiere mayor patriotismo por parte de los
catalanes para defender a Cataluña de los elementos que la hostigan y amenazan;
bien sean cuestiones de reconocimiento desde España, o problemas más
estructurales como la globalización y la inmigración.
Motivación:
Lo comentado anteriormente se relaciona con la dimensión de la agencia audiencia,
dentro de la tarea de motivación, en tanto que, esa apelación al patriotismo y a la
autoestima hace un llamamiento a la responsabilidad de los individuos frente a la
comunidad; del mismo modo que operan la relevancia de los vínculos identitarios
propuestos por el discurso de Pujol, en tanto que, «si no somos catalanes, no seremos
nada, ni podremos aportar nada al resto del mundo». En esa apelación identitaria no
solamente existe un enmarcado que determina el “nosotros” y su relevancia en tanto
que valor universal, sino que aporta un elemento motivacional que hace depender, y
subordina, la consecución de cualquier otro bien al hecho de ser catalán. Ya se ha
citado aquello de que: «la defensa de Cataluña como país debe ser nuestra
prioridad».73
Esta tensión patriótica que reclamaba Pujol, se relaciona con la falta de movilización
social y escaso éxito que tiene su discurso en cuando apela a la acción de los
71 Ibídem.
72
Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
73 Ibídem.
153
ciudadanos. En 2001 el propio Pujol, luego de hacer una extensa referencia a los
logros de sus gobiernos, sostuvo que:
«¿Qué pasa entonces, que parece que en sectores de nuestra sociedad hay una
especie de poco interés por los objetivos colectivos? En parte se entiende porque el
éxito desmoviliza. Y los catalanes hemos tenido éxito. El éxito hace pensar que ya no
es necesario esforzarse. Y eso no es verdad. Porque el éxito jamás es definitivo. No
es reversible. Y porque nuestro éxito, a pesar de ser grande, no es suficiente».74
Pujol reconoce la desmovilización de gran parte de la sociedad y que esa
desmovilización se relaciona con el cumplimiento de los objetivos que se había
planteado el nacionalismo conservador de CiU, tal y como sostiene Alonso (2015). Es
por ello que, recurre a las técnicas de enmarcado de apelar a la responsabilidad de los
individuos frente a la colectividad, invoca valores universales que justifiquen la
participación, vincula la solución con la participación, y señala acciones para participar,
pero esas acciones no son concretas, son genéricas, como lo es el recurso a la
autoestima y al patriotismo.
A modo de resumen podemos decir que el proceso de enmarcado de los discursos
analizados de esta etapa del pujolismo, muestran un enmarcado parcial de tres tipos
de agravios (democráticos, económicos e identitarios, expresados en términos
positivos) que no hay una incidencia en la identidad del antagonista y en su
responsabilidad en esos agravios mencionados. Hay una importante de la identidad
“nosotros” y en la relación del sujeto colectivo que es Cataluña con esa identidad. No
hay un objetivo positivo, el objetivo se manifiesta antes bien de modo negativo, evitar
que Cataluña desaparezca y si bien hay una apelación a la acción, estas acciones no
son concretas sino de tipo genérico, como los son los demandas de patriotismo y de
autoestima.
De este modo el enmarcado del diagnóstico de discurso de Pujol puede ser descrito
como de valencia positiva, en tanto que no es un diagnóstico rupturista, sino de
continuidad con la estructura institucional del Estado de las Autonomías, pero destaca
la insatisfacción con la insuficiencia de las transferencias de competencias en los
temas en los que se enmarcan los tres agravios: financiación, autogobierno e
identidad. En ese diagnóstico, no hubo un claro enmarcado de una situación de
injusticia de la que se haga responsable a un actor colectivo antagonista. Tal y como
se sostuvo, todas las referencias al “ellos” tienden a ser tácitas. Sí hubo una
74 Mensaje institucional del Presidente con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del año 2001.
154
construcción muy específica del sujeto protagonista. En esta dimensión del diagnóstico
ha habido una clara incidencia en el enmarcado.
Respecto al pronóstico, Pujol enmarca esta tarea al establecer que las soluciones y las
metas que debe alcanzar Cataluña se inscriben dentro del expediente autonómico y
están en íntima relación con los agravios enmarcados; de este modo las soluciones
presentadas son, más autogobierno, mejor financiación y mayor reconocimiento. En
definitiva, se propone soluciones continuistas que reproduzcan la estrategia del
pactismo del pujolismo.
En lo que a motivación respecta, Pujol hace un llamamiento a la movilización social a
partir de un recurso a una serie de valores vinculados a la identidad que puedan apelar
a la responsabilidad de los individuos como son el patriotismo y la autoestima, ya
mencionadas.
Estrategias de CiU:
La estrategia de enmarcado de los discursos de CiU que realiza Pujol ―cosa que
ocurre en todos los nacionalismos― mantiene una determinada tensión entre cierta
estrategia discursiva cívico-política frente a otra vertiente etno-cultural, tal y como se
propuso en el primer capítulo. Y estas estrategias responden a los dos tipos ideales
comentados. La articulación específica que presenta el discurso de Pujol ―y por el
particular personalismo de clara raigambre carismática que encarnó Pujol puede
hacerse extensible a todo CiU― en este momento particular que se analiza, presenta
una dimensión etno-cultural de la nación que se centra en el enmarcado identitario.
Este enmarcado identitario está dirigido hacia unas audiencias muy identificadas con
el nacionalismo catalán, es decir, es un discurso orientado hacia adentro de Cataluña,
y a un sector social determinado. Este enmarcado identitario, es en cierto modo
parcial, dado que, tal y como se mencionó anteriormente, no se incide en la
descripción del antagonista, es decir, de la identidad “ellos”, en contraposición al
nosotros y como agente culpable de los agravios padecidos.
Por otra parte, ésta carencia de agravio estructurado, y una inexistencia de la
dimensión de la identidad “ellos” que defina al antagonista, se condice con un una
estrategia de conciliación con el Gobierno de España. Ejemplo de ello es la expresa
mención que Pujol hace en el año 2000, sobre el papel tolerante que los catalanes
castellano parlantes tuvieron en la aplicación de la Ley de Política Lingüística, que
responde tanto hacia el interior como hacia el exterior de Cataluña dentro de una
estrategia que se encuadra en una visión cívico-política de la nación.
155
Por otra parte, y respecto de las reclamaciones que realiza el nacionalismo de CiU, se
puede decir con Ovejero (2011b), que Pujol implementa la tesis de reconocimiento que
consta de dos premisas; la primera es que existe una realidad etno-cultural
diferenciada que ha sido ignorada por las España; y la segunda premisa es que los
reclamos y las exigencias del nacionalismo catalán “son las expresión política de esa
realidad” (Ovejero, 2011b: 32). Esta forma estratégica de estructurar el argumento,
naturaliza la concepción de Cataluña dentro del expediente etno-cultural del
nacionalismo, pero se vehiculizaban esas reclamaciones a través del pacto con el
Estado. El dato que pone en evidencia Ovejero (2011b) es que, más allá del equilibrio
entre las perspectivas del nacionalismo, el discurso de Pujol, naturalizó la justicia de
las reclamaciones. De ese modo el reclamo es justo, por la naturaleza diferenciada de
la realidad de la sociedad y de la historia de Cataluña, que tal y como se ha señalado
al principio del capítulo, es una aseveración que en gran medida carece de base
empírica.
La estrategia de la ambigüedad y del pragmatismo posibilista que equilibra las dos
tendencias nacionalistas, es tal, que el mismo 11 de Septiembre del 2000 el propio
Artur Mas ―en ese momento portavoz y Consejero del Gobierno de la Generalitat,
además de aspirante a la sucesión de Pujol― sostuvo la necesidad de orientar los
esfuerzos hacia proyectos «más posibilistas» que mejoren el autogobierno y la
financiación dado que para Cataluña «la independencia es inalcanzable»75 (ABC, 11
de septiembre de 2000).
Este relativo equilibrio de los dos polos opuestos del nacionalismo que presenta la
estrategia del discurso de Pujol, así como de CiU y de la Generalitat, en el período que
va desde el año 2000 a mediados del 2003, es una constante. La estrategia parece
hacer estado orientada sobre un discurso moderado de corte cívico-político, en lo que
atañe a las relaciones entre Cataluña y el resto de España, y en particular, en la
relación con el Gobierno de España; mientras que por otro lado se produce una
estrategia discursiva, más propia de un nacionalismo etno-cultural, dirigida hacia las
audiencias más nacionalistas reclamándoles el mantenimiento de la tensión sobre la
fractura nacional que tiene por objeto mantener el tema o la cuestión de la relación
entre Cataluña y España como cuestión central.
Unión Democrática de Cataluña (UDC):
75 Véase el periódico ABC, 11 de Septiembre de 2000, página 21. Disponible en línea:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2000/09/11/021.html
156
UCD es el socio de la federación CiU formada en 1978, junto con CDC. Unión se
fundó en 1931, ―el mismo año que ERC― y es un partido democristiano y
nacionalista que pretende el ejercicio de la plena soberanía de Cataluña. A la ideología
nacionalista, cristiana y conservadora del partido han contribuido un gran número de
religiosos e intelectuales vinculados a la iglesia católica y, por otro lado, es un partido
que ha estado muy vinculado al mundo empresarial. La historia de la federación CiU
está signada por la conllevancia de las desavenencias entre los dos partidos, en la que
el actor de más dimensión es CDC y, por ello, es quién posee más peso decisorio. La
figura destacada de esta formación, durante los tres períodos analizados, fue Antoni
Duran i Lleida.
La más importante y sustancial diferencia, que acarreará la disolución de la federación
a mediados del año 2015, será la visión confederal de España que ha tenido
históricamente UDC, basada en el derecho de autodeterminación.
La propuesta confederal de UDC, se caracteriza por la consideración de Cataluña
como una nación soberana y preexistente al Estado español. Cataluña, en tanto que
nación debe poseer competencias exclusivas en ámbitos particulares (lengua, cultura,
derecho), además disponer de autonomía financiera, recaudando impuestos y
cediendo parte al Estado. Este último debería reformar el Senado como una cámara
territorial, antes que como una segunda cámara legislativa y por último; Cataluña,
debería tener una política exterior específica (Guibernau, 2002: 236). La propuesta de
pacto confederal de Unión, claramente limita sensiblemente la soberanía y las
competencias Estatales y se aparta del actual funcionamiento federal del Estado de
las Autonomías.
En la etapa pujolista al frente de CiU y de la Generalitat, hubo una muy importante
hegemonía de la figura y de los modos personalistas de Pujol. Pujol impuso su
discurso y su programa a UDC. No ocurrirá de igual manera con Artur Mas. Ya no en
el período siguiente sino en el tercero, en el que las desavenencias programáticas y
tácticas y estratégicas fueron insalvables para UDC.
Partido Socialista de Cataluña (PSC):
La historia del PSC está signada por lo que se conoce como sus “dos almas”. La
primera será el alma “catalana”, que es aquella que representa a los sectores
catalano-parlantes ligados a los estratos medios-altos y altos de la sociedad,
autóctonos, vinculados a la dirección del partido y al histórico PSC en su vertiente
Reagrupament o Congres. Y, por otra parte, el alma “española” que representa a los
157
sectores castellano-parlantes, ligados a los estratos populares de la sociedad,
mayoritariamente provenientes de otras partes de España, en primera o segunda
generación, que eran provenientes de la Federación Catalana del PSOE y que se
vieron relegados a las bases del partido. Estas dos “almas” conformaron el PSC, con
la unificación de la Federación Catalana del PSOE, PSC Congrés y PSC
Reagrupament. Luego de la etapa de formación y consolidación entre 1974 y 1982
(Santamaría, 2003) se ha materializado con fuerza las dos formas distintas de
entender la cuestión catalana o el encaje de Cataluña en España que tienen cada una
de las dos almas del PSC y que se mantiene hasta hoy. A partir de 1983 los sectores
catalanistas conquistaron la dirección del partido, frente a la discrepancia de las bases,
discrepancia que fue morigerada por la victoria del PSOE a nivel nacional y por la
desintegración del PSUC. No obstante, esas atenueaciones de las diferencias por los
éxitos obtenidos, las bases continuarán tensionando las relaciones dentro del PSC. 76
Frente a la dirección catalanista afín a la visión del nacionalismo propia del pujolismo
(Santamaría, 2003), se erigieron, ganando poder, una serie de políticos vinculados al
sector españolista que se presentaron en segunda línea, pero con una influencia
significativa sobre el aparato partidario y las bases; a este grupo se los denomina
coloquialmente “los capitanes”. Los capitanes mantendrán la lucha por la orientación
nacionalista del partido frente a la dirección del PSC, pero sin lograr imponerse en las
estructuras institucionales.
Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona y perteneciente al sector catalanista, fue
elegido para dar batalla a Pujol en las elecciones del año 1999. Maragall fue una figura
destacada, que en base a su gestión al frente del Ayuntamiento de Barcelona, logró
presentarse como el poder contrahegemónico del pujolismo.
Maragall representaba el contrapoder del PSC frente a CiU a nivel municipal y
fundamentalmente en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Diputación de Barcelona.
Así los socialistas se harán fuertes en Barcelona y sus periferia, el denominado
“cinturón rojo”, descrito demográficamente más arriba y que vincula la ciudad
cosmopolita y la inmigración del resto de España y a los sectores castellano-parlantes
de la población. Por contrapartida, CiU tendrá su arraigo electoral en la Cataluña
profunda, vinculada a los sectores más catalano-parlantes, y cercanos al núcleo duro
76 El periodista Josep Ramoneda, sobre la cuestión identitaria y el poder político sostenía que:
“Hubo en su día un pacto implícito entre nacionalistas y la izquierda tendente a garantizar que los
catalanes de origen monopolizaran el ejercicio del poder político en Cataluña”. El País, edición
catalana,
22
de
junio
de
1998.
Disponible
en
línea
en:
http://elpais.com/diario/1998/06/22/catalunya/898477640_850215.html
158
de la identidad nacional catalana (Santamaría, 2003) que sostiene el ideario
nacionalista de CiU.
Las tenciones y las batallas políticas entre CiU y el PSC fueron muchas, aunque, Pujol
y Maragall, solo se enfrentaron electoralmente en 1999. Como arma política, que
ayudará a dirimir las contiendas por el poder, CiU se aprovecha de las brechas
abiertas en el eje nacional dentro del PSC, durante las décadas de los 80 y 90,
acusándolos de “sucursalistas/españolistas” (Santamaría, 2003) frente a
los
verdaderos o auténticos catalanes que representa CiU, generando una identificación
entre la cadena de significantes: “presidente/Generalitat/país” tal y como sostiene
Santamaría (2003: 2). Estas armas discursivas, se sostienen en la importante
hegemonía que logró el nacionalismo de CiU, tal y como sostienen Ovejero (2013),
Miley (2013) y Santamaría (2003).
Por otra parte, pero vinculado a ello, hay dos elementos a destacar en la configuración
del poder político que afecta al PSC y a la izquierda en general. Uno es el sistema
electoral proporcional imperfecto que sobredimensiona la territorialidad de los votos de
la Cataluña interior, frente a los votos urbanos. El segundo de los elementos, es el
fenómeno que la literatura especializada conoce como abstención diferencial 77. Este
fenómeno describe que los sectores castellano-parlantes y votantes no nacionalistas
vinculados a la izquierda, tienden a abstenerse en las elecciones autonómicas en
comparación a las elecciones generales, permitiendo así un mayor peso electoral de
CiU y de ERC, en esas elecciones.
Este abstencionismo diferencial según las tesis de Font, Contreras y Rico, (1998) se
da en aquellos sectores castellano-parlantes, urbanos, trabajadores y escasamente
politizados, con menos recursos, menos formación y votantes del PSOE en las
elecciones generales. Estos sectores, tal y como lo entienden Cordero y Ovejero, si
bien pertenecen al sector mayoritario socialmente (véase más arriba) han tenido el rol
político y social de “una minoría tolerada por el catalanismo dominante, pero solo en la
medida que se mantuvieran al margen de los asuntos públicos autonómicos: una
mayoría minorizada, los más débiles socialmente y los ignorados ―cuando no
despreciados― socialmente” (Cordero y Ovejero, 2012:12).
77 El abstencionismo diferencial tiende a ser explicado desde diferentes perspectivas, la pionera el
informe de Colomer (1993) para el Ayuntamiento de Rubí, en el que explica este comportamiento
desde una perspectiva identitaria; el propio Colomer, tiempo después puso en duda sus resultados.
Otras investigaciones han incidido en la explicación de la falta de oferta política (Liñeira y Vallès,
2014). La tesis de la falta de oferta ya había sido rebatida por Riba (2000; 2008). Esta autora, al
igual que, los trabajos de Font, Contreras y Rico, (1998), vuelven a dar relevancia a las tesis
identitarias, que en su día expuso Colomer.
159
Entre los años 1999 y 2003, la que será la última legislatura de Pujol en la Generalitat
de Cataluña, el Partido Socialista de Cataluña (PSC) intenta posicionar su discurso en
el campo del nacionalismo de CiU de la mano de Maragall, dando un giro catalanista a
la estrategia del PSC78. Este cambio hacia posiciones del nacionalismo conservador
de CiU en la búsqueda de arrebatarle parte de su electorado, tal y como sostienen
Barrio et al, (2014), ha hecho que el PSC asumiese gran parte de los postulados del
nacionalismo conservador y consolidase la hegemonía de sus ideas (Ovejero, 2013).
Discurso del PSC:
Es en gran medida por ello, que el discurso de Maragall, lejos de ser de oposición y
contrahegemónico, rescató una cantidad de elementos muy significativos del discurso
de la derecha nacionalista que representa CiU y que encarna su fundador Jordi Pujol
posicionando a Maragall, no como un adversario, sino que lo presentaron como la
continuidad natural de Pujol en la Generalitat (Balfour y Quiroga, 2007, Dowling, 2013).
Por todo lo anterior, el discurso de Maragall, se encuadra en los tres temas centrales
que ya aparecían en el discurso de Pujol, como son: la mejora del autogobierno, de la
financiación y el reconocimiento del hecho diferencial catalán. La diferencia, es que a
nivel de las soluciones, Maragall, innovará con la propuesta de la reforma del Estatuto
de Autonomía de Cataluña de 1979 (y a partir de allí, de la reforma Constitucional) en
lo que respecta a la dimensión del pronóstico.
Estos temas, centrales en el discurso de Maragall, son prácticamente los mismos que
ha planteado Pujol en su discurso y serán defendidos desde argumentos que han sido
utilizados tradicionalmente por el nacionalismo catalán conservador, y que pueden
verse reflejados en sus artículos Madrid se va79 y Madrid se ha ido80 de los años 2001
y 2003 respectivamente publicados en el periódico El País, y la conferencia
pronunciada en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en Madrid.
Diagnóstico:
Agravios:
78 Ejemplo de ese giro nacionalista del PSC es la defensa que en 1994 los sectores que se
consideraban nacionalistas (o catalanistas) defendían incluso la posibilidad de un régimen de
escolarización bilingüe antes que de inmersión en catalán. Tal y como manifestaba el dirigente
Ramón Obiols: “que se garantizase escrupulosamente en igualdad de condiciones, el aprendizaje
del catalán y el del catalán y el castellano, así como el derecho de los padres a elegir la lengua con
la que quieren educar sus hijos en las primeras etapas educativas”. Citado en Ovejero (2011b).
79 Pasqual Maragall, Madrid se va, El país, 27 de febrero de 2001. Disponible en línea en:
http://elpais.com/diario/2001/02/27/opinion/983228408_850215.html
80 Pasqual Maragall, Madrid se ha ido, El país, 7 de julio de 2003. Disponible en línea en:
http://elpais.com/diario/2003/07/07/opinion/1057528808_850215.html
160
Maragall en su discurso del Club Siglo XXI, no plantea detalladamente los agravios.
Pero sí presenta una cuestión general como problema, asignado sí un claro concepto.
Maragall sostiene que: «la relación entre Cataluña y España no está en su mejor
momento». Del mismo modo que enmarca la cuestión como problema al llamar a
«Superar la indiferencia entre Cataluña y España». 81
La presentación del problema es genérica y carente de especificidad, de modo que la
transformación de la cuestión en problema es dificultosa e incompleta. No obstante el
agravio se enmarca fundamentalmente desde la perspectiva identitaria. Ello lo vemos
cuando en su discurso sostiene que: «Desde hace un tiempo en Cataluña crece la
sensación de retroceso en el proceso histórico de reconocimiento de la España plural
que se inició con la Transición y que tiene en la Constitución de 1978 su referencia
liminar. Los últimos tres años, regidos por la colaboración del nacionalismo catalán con
el nacionalismo español, han sido perjudiciales en este sentido». 82
Agravio identitario:
La construcción del agravio de Maragall estará dominada por los agravios de tipo
identitario y democrático, relegando en algún sentido la cuestión de la financiación. El
agravio identitario dominará el discurso y se verá reflejado en las asignaciones de
conceptos, como son: la falta de pluralidad, el retroceso en el reconocimiento y la
crítica a las políticas homogeneizadoras del Gobierno de Aznar.
Maragall para referirse a los problemas y agravios, habla de sensaciones así como de
sentimientos, que reflejan una falta de reconocimiento de la España plural. No se
acierta en la definición del problema en relación a las experiencias ordinarias de la
población, en tanto que los sentimientos no se vinculan exactamente a lo material de
la experiencia vital de las personas.
Maragall sostiene que el agravio identitario se relaciona con la dinámica de los
nacionalismos que gobiernan a España y a Cataluña, es en ese sentido entiende que
existe un riesgo de convivencia en Cataluña y en España. Es ese sentido, Maragall
decía al respecto en 2003: «cuatro o cinco años más de Aznar - de lenguaje Aznar - y
España estalla».83
81
Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en
Madrid.
82 Ibídem.
83 Ibídem.
161
En el artículo Madrid se va Maragall sostiene que: «La definición, no sé si decir
madrileña o popular de España, es la siguiente: España está formada por un conjunto
de puntos a distancias diversas de Madrid. Y la definición del objetivo de la política
territorial es, como sabemos, acortar esas distancias. Todas las capitales de provincia
a menos de X horas de Madrid en un plazo máximo de Y años». Del mismo modo que
al comenzar el artículo sostiene que: «Tenemos la impresión de que Madrid se mide
con Miami, con Buenos Aires, con São Paulo. Que ya no le interesamos».84 Maragall,
plantea los agravios en términos de sensaciones, evitando un específico desarrollo o
definición de la cuestión y recurre a los tópicos identitarios del nacionalismo de la Lliga
Regionalista.
En este último sentido, podemos decir con Andrés de Blas que en su discurso
Maragall recurre al tópico de “[l]a vieja Castilla poblada de semitas y bereberes, sus
calles pululantes de militares y funcionarios, de unas clases ociosas en contraste con
el ambiente burgués y trabajador de las calles catalanas, queda reducida al
enloquecido Madrid y a su arrabal Marbella. De hecho, esta materialización en Madrid
del espíritu de la vieja España tampoco es un dato novedoso en el imaginario
catalanista.” (de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto
de 2003)85
Por otro lado, y en relación a vincular el problema a cuestiones más amplias, Maragall
señala que: «No se trata de un sentimiento o de una creciente decepción, exclusivas
de una determinada opción política. Al contrario, es un sentimiento compartido por
amplios sectores políticos y sociales catalanes que tienen en común el referente del
catalanismo
político
[…]
Constituyen
expresiones
de
este
sentimiento
pronunciamientos políticos de todos los partidos del arco parlamentario (con la
excepción del Partido Popular), manifiestos emanados de instituciones económicas,
empresariales, sindicales y opiniones de destacados intelectuales catalanes».86
Maragall apela a la transversalidad de la percepción de la problemática que
involucraría amplios sectores políticos y sociales del catalanismo político y de
instituciones económicas, empresariales, sindicales y de opinión. Pero este marco más
amplio que intenta presentar Maragall no es histórico, como en el caso de Pujol, sino
de consenso de las élites políticas, económicas y sociales sobre la cuestión.
84 Pasqual Maragall, “Madrid se va”, El País, el 27 de febrero de 2001
85
Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003.
Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html
86 Pasqual Maragall, “Madrid se va”, El País, el 27 de febrero de 2001
162
Agravio democrático:
Maragall, constata la finalización de un ciclo en Cataluña, con el final de la legislatura
de Pujol, en el año 2003. El gobierno de Pujol se centró en la reafirmación identitaria
propia del nacionalismo catalán que se enfrenta al nacionalismo español del Gobierno
de España. Para Maragall, esta tensión entre nacionalismos y su inevitable
enfrentamiento, pone en riesgo el futuro de España y asílo señalaba cuando sostenía
que:
«Ambos nacionalismos ―el nacionalismo español y el nacionalismo catalán (y también
el nacionalismo vasco)― insisten en una concepción nacional-estatista del mundo que
ya no se corresponde con los nuevos tiempos. Creo que estas actitudes ensimismadas
comprometen seriamente el futuro de España como proyecto compartido».87
En este sentido, Maragall, define el agravio democrático relacionado con:
«la posición accidentalista practicada por CiU, en la que los progresos en el
autogobierno dependen de la coyuntura política. […] No se consolidan los avances del
autogobierno, ni del Estado autonómico y, mientras tanto, el foso afectivo se va
ensanchando y la desconfianza va impidiendo pensar en un futuro común».88
De tal modo y manera que, son dos actores nacionalistas, uno externo, el Gobierno de
España, y otro interno el Gobierno de la Generalitat quienes, al no querer resolver el
problema y posicionarse en una posición accidentalista, pone en riesgo el futuro
común de España como proyecto. Maragall utilizará las técnicas de enmarcado de
insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación en referencia a
futuro al prever cuatro salidas posibles a esta situación que amenaza con el «peligro
de la indiferencia, del hastío, de la antipatía, de la desconfianza».89
La dramatización es la principal de las técnicas de enmarcado que utiliza en tanto que
describe su visión del panorama de opciones políticas del catalanismo. Dice Maragall:
«No sé si desde fuera de Cataluña se tiene plena conciencia de la entidad –y de las
consecuencias futuras- de otras actitudes catalanas que no apuestan por este
compromiso con la España plural».90
87 Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en
Madrid.
88 Ibídem
89 Ibídem
90 Ibídem
163
Según Maragall, el peligro de no atender al agravio democrático acarrearía la puesta
en cuestión de la propia idea de España. Maragall pasa ahora a describir las cuatro
actitudes que existen en Cataluña sobre esa situación de peligro que describe. Estas
actitudes van desde la renuncia al catalanismo porque «ha alcanzado sus objetivos
básicos». La segunda actitud sería la renuncia a España. Que el mismo describe como
«la respuesta independentista basada en la convicción de la irreformabilidad de
España, de su mentalidad colectiva y de sus instituciones. Sería la renuncia a
gestionar la pluralidad por la insuficiencia de los actuales instrumentos y, sobre todo
por la percepción de que no es posible tender puentes si en una de las orillas no hay
nadie dispuesto a avanzar el trecho que le corresponde».91 Aquí parece que Maragall
tiende a coincidir con la naturaleza de la construcción del agravio democrático del
discurso independentista. Tanto así, que llega a decir, que si bien es una posición
minoritaria: «[su] atractivo puede crecer en un contexto de hostilidad». 92 La tercera
actitud sería la de la conllevancia ya descrita por Ortega. Dice Maragall: «Sería el
pacto coyuntural del catalanismo con España, la firma del empate permanente. Es la
posición accidentalista practicada por CiU, en la que […] No se consolidan los avances
del autogobierno, ni del Estado autonómico y, mientras tanto, el foso afectivo se va
ensanchando y la desconfianza va impidiendo pensar en un futuro común».93
Sí hay, por otra parte, una asignación de responsabilidades en la atribución de la
causa, tanto a actores externos como a actores internos. El actor interno, tal como
hemos visto, es la federación CiU, y el actor externo es el Gobierno de Aznar.
Volveremos sobre ello en el análisis de las identidades.
Agravio económico:
Queda relegado a escasas menciones. Tal y como se sostuvo, en el discurso de
Maragall, los agravios se construirán fundamentalmente a partir de las dimensiones
identitarias y democráticas. En el discurso de 2003, hay solo una mención a la
cuestión económica y tiene relación con el federalismo fiscal del que nada se explica.
Maragall no hace referencias al agravio económico y centra en lo identitario y en lo
democrático la cuestión Catalana.
Identidades:
Identidad “ellos”.
91 Ibídem
92 Ibídem
93 Ibídem
164
Desde el punto de vista de la identidad “ellos” Maragall utiliza las siguientes técnicas
de enmarcado: personaliza a los actores responsables, y los atribuye intensiones
contrarios al bien colectivo y, en cierto modo, los define como agentes ilegítimos de la
comunicación.
La personificación de los actores es directa, Maragall personifica en Aznar esa
alteridad del nacionalismo español que caracteriza de modo decimonónico en sus
artículos publicados en el periódico El País, tal y como se citaba al principio de este
apartado. Del mismo modo que mencionaba que con cuatro años más del discurso de
Aznar estallaba España.
Este actor antagonista, pone en riesgo a España al percibir en él «el rechazo amargo y
el desdén de aquellos a quienes no les cabe en la cabeza otra manera de entender
España que la suya».94 En cierto sentido, también define a estos antagonistas como
agentes legítimos de la comunicación en tanto que no apela al diálogo con ellos, sino
que apela a la “otra” España, a la España plural, a la España democrática.
Maragall asocia a este antagonista con ciertos elementos de la dictadura franquista,
así como, con una tendencia no democrática, cuando apela a la España democrática
para la aceptación de su propuesta federal. Maragall propone un enmarcado de
definición del antagonista que asocia a Aznar, con los sectores políticos de la derecha
preconstitucional española ―que no catalana― y con el riesgo de que España
“estalle”.
Este enmarcado es de valencia negativa tanto por las asociaciones
propuestas, como por los resultados que tiene para España (como son la muerte de la
Constitución) tal y como se observa en el siguiente ejemplo:
«Considero que Aznar ha prestado un servicio formidable a la gobernación de España:
Ha metido a toda la derecha española en la Constitución, pero si el precio a pagar es
primero la congelación y luego la muerte lenta de la Constitución, no sólo no se lo
podremos agradecer sino que habrá que denunciar que Aznar es para España un
peligro muy superior al imaginado».95
Por todo lo anterior vemos que en el discurso de Maragall hay una construcción del
“otro” como antagonista de valencia negativa que se irá configurando con más fuerza a
medida que se aproximen las elecciones de finales del 2003. Esta definición de la
identidad “ellos” tendrá, tal y como se mencionó, su objeto en el gobierno de España
en manos del PP de José M. Aznar. Esa España será definida por Maragall, tal y cómo
94 Ibídem
95 Ibídem
165
ha señalado de Blas, volviendo a los tópicos “clásicos para usar un ambiente de
fricción entre Cataluña y el resto de España que le pueda servir para encontrar el
puñado de votos que le separa del poder” (de Blas, El País, 28 de agosto de 2003)96
propios del más tradicional nacionalismo catalán conservador decimonónico.
Identidad “nosotros”:
Las técnicas de enmarcado que utiliza Maragall para definir el “nosotros” se asemejan
en gran medida a las utilizadas por el pujolismo, pero con referencias al progresismo
de Cataluña, que se relacionan con aquella concepción del nacionalismo catalán
tradicional que sostenía la idea de modernidad de Cataluña frente al atraso de
España, tal y como se ha comentado más arriba.
En detalle estas técnicas de enmarcado son: Personalizar el sujeto colectivo, atribuirse
la representación de los valores universales, ade más de la representación de
intereses colectivos y la apropiación de valores sociales.
En lo que respecta a la técnica de enmarcado de personalización del sujeto colectivo
―similar a la que utilizaba Pujol― Maragall hace continuas referencias a la Cataluña
como una entidad poseedora de características propias de los sujetos individuales.
Ello lo vemos cuando sostiene que: «Catalunya no quiere romper los lazos territoriales
(...) Catalunya no quiere romper las filiaciones históricas». Del mismo modo que
cuando llama la atención sobre la «hostilidad, con que es tratada Cataluña por el
poder político y por una parte influyente de los medios de comunicación» 97 desde
España.
Las características que Maragall le otorga a Cataluña como entidad colectiva remiten
―utilizando una cita de Castell― a: «las aspiraciones al autogobierno del pueblo de
Cataluña, y con respecto a su identidad, a su lengua y a su cultura» 98. Para Maragall,
Cataluña es diferente a España, y por ello «está obligada a modificar el sistema
político general para mejorar» y esa modificación debe ser “diferencial” para reconocer
«la existencia de nacionalidades históricas con lengua y cultura propias y
singulares».99
96 Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003.
Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html
97 Conferencia pronunciada por Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI el 24 de marzo de 2003 en
Madrid.
98 Ibídem
99 Ibídem
166
Maragall enmarca a Cataluña como un sujeto distinto de España, por lengua, cultura y
por su historia como nacionalidad, de estas diferencias se derivarán las propuestas de
lo que se llamó el federalismo asimétrico. Ello se analizará más adelante.
Ese nosotros aparece además naturalizado, en el sentido de que lo natural es la
nación histórica (la Cataluña milenaria que proclamaba Pujol) frente a la artificialidad
de las construcciones de naturaleza ideológicas, como lo es el Estado. Maragall, en
ese sentido sostenía que: «Entiendo que el reconocimiento de la España plural y del
papel que en ella han de jugar nacionalidades como Cataluña no es un producto
ideológico de laboratorio, sino una necesidad real de la España futura».100
Aparece además, en el ejemplo anterior, la apropiación de valores sociales, como la
tutela de España a partir de la particular defensa de la diferencia entre Cataluña y
España. Maragall se muestra como el referente de aquella «tradición del catalanismo
progresista que representa a la Cataluña que no quiere vivir del problema de su
relación con España. Somos parte de la Cataluña que quiere resolver el problema». 101
De este modo Maragall se atribuye la defensa de los interese tanto de la defensa de la
individualidad, de la singularidad catalana y de la unidad española. De este modo,
pretende defender el valor de la unidad, a partir de la defensa de la especificidad y la
diferencia, incluso a pesar de las contradicciones doctrinales que planteamientos de
ese tipo conllevan para el socialismo.
El diagnóstico de Maragall presenta los siguientes elementos: una valencia positiva,
pero con advertencias de que está en riesgo el proyecto de España si se continúa con
los nacionalismos al gobierno del Estado y de la Generalitat. La valencia positiva del
diagnóstico se hace evidente en la siguiente cita donde Maragall pone de manifiesto
que la España democrática es el mejor período de Cataluña en siglos: «Es más:
reafirmo que a pesar de los problemas a los que me he referido, los últimos 25 años
han sido sin duda los mejores de la historia política de Catalunya desde hace siglos
(siglos, no años)».102
Pronóstico:
Dentro de la terea central de pronóstico Maragall enmarcará una propuesta que es la
del: “pacto federal” y que será conocido como: federalismo asimétrico. Las técnicas de
enmarcado utilizadas por Maragall en la operación del enmarcado de soluciones y
100 Ibídem
101 Ibídem
102 Ibídem
167
objetivos son: asignar un concepto central como solución, definir los beneficios a
obtener, cargar de valores abstractos los beneficios y recurrir a la historia.
Maragall propone, como se señaló el concepto de “federalismo asimétrico” que
pretende un nuevo pacto federal de carácter permanente del catalanismo 103, en sus
propias palabras: «Proponemos pues el pacto permanente del catalanismo con la
España democrática. El pacto federal que proporcionará un horizonte estable a los
autogobiernos. Viable si en Cataluña se renueva el pacto catalanista y éste se expresa
de forma unitaria. Viable si se recupera y renueva una idea plural de España».104
El pacto federal tendrá su materialización en el anteproyecto de reforma del Estatuto
de Autonomía de Cataluña que presentó Maragall en el año 2003 y que luego fue su
proyecto de gobierno durante los años del primer Tripartito. El propio Maragall lo decía
en 2003: «Con la reforma del Estatuto podemos dar el primer paso hacia este
reconocimiento. Un paso que puede abrir nuevas perspectivas para problemas que
hoy parecen irresolubles y que tiñen de pesimismo nuestras posibilidades de convivir
más allá de la conllevancia».105
El objetivo de este nuevo pacto federal es no solo «dar un salto adelante en el
autogobierno de Cataluña [sino además] que contribuya también a la plena afirmación
de la España plural»106. Maragall enmarca como beneficios a obtener; más
autogobierno de Cataluña, ―literalmente: autogobierno pleno de Cataluña― pero
también, presenta el objetivo nada desdeñable de transformar a España.
Maragall, a lo anterior, añade otros beneficios tales como: la ampliación de los
procedimientos de participación democrática, una nueva forma de organización
territorial de Cataluña y un aumento en el presupuesto y en las transferencias de
competencias a los ayuntamientos.
Dentro de los valores abstractos que enmarca como beneficios, Maragall menciona a
la preservación de las identidades dentro de proyectos compartidos. Como otro de los
beneficios en valores abstractos está la idea de contribuir a «la solución vasca»
extrapolando este pacto federal al País Vasco.
103 Maragall sostiene que el catalanismo es diferente del nacionalismo catalán. En esta tesis no se
comparte esa idea y se considera que son sinónimos uno del otro.
104 Ibídem
105 Ibídem
106 Ibídem
168
Por último, hay un recurso a la historia cuando Maragall sostiene que lo «que es bueno
para Cataluña es bueno para España», siempre con referencias a sujetos colectivos.
Maragall entiende que ese es un principio verificado por la historia, y que lo fue:
«durante la Transición con el compromiso de la Cataluña autonomista con la España
democrática. Lo fue con los Juegos Olímpicos de Barcelona cuando se nos hizo
confianza para representar a la España moderna y democrática ante el mundo».107
En resumen vemos que el pronóstico que enmarca Maragall está orientado hacia la
misma
dimensión
simbólica
de
los
agravios
(democrático
e
identitario,
fundamentalmente) sin una fuerte incidencia en las cuestiones de orden económico y
que se centran en la consecución de un nuevo Estatuto de Autonomía enmarcado en
un federalismo asimétrico con el resto de España.
Motivación:
Las técnicas de enmarcado que propone Maragall son las definir a los posibles
participantes (que lo hará de modo tácito) y apela a la responsabilidad de los
individuos frente a la comunidad, pero no vincula la participación a la solución, ni
señala formas de participación ni acciones concretas.
En lo que respecta a la definición de los posibles participantes Maragall orienta todo su
discurso hacia aquellos individuos que poseen una sensibilidad hacia los temas
simbólicos por sobre los temas de naturaleza material. Que tal y como se comentó, en
el apartado demoscópico son aquellas personas de los segmentos medios-altos y
altos de la sociedad.
Este discurso está además orientado, al igual que el de Pujol hacia las audiencias que
identifican ese problema de reconocimiento identitario y que asimismo ven agotado el
modelo de afirmación identitaria del pujolismo en el que se «ha dejado de lado una
estrategia de futuro»108. En este tipo de motivación a la acción se advierte una clara
valencia positiva, en el proceso de enmarcado de Maragall.
Hay cierto reclamo hacia la responsabilidad de los individuos cuando Maragall
sostiene que:
«hay momentos en la vida de un país en que hay que decidir la dirección y el sentido
de su rumbo […] Y no es lo mismo hacerlo con una omnipresente obsesión por el
pasado, por afirmar la identidad y por reforzar el vínculo nacional […] que hacerlo con
107 Ibídem
108 Ibídem
169
la determinación de mirar hacia el futuro, de construir un proyecto atractivo para sus
hijos […] En hermosas palabras de un socialista catalán de los años treinta del siglo
pasado, Rafael Campalans,: “Cataluña no es la historia que nos han contado, sino la
historia que nosotros queremos escribir. No es el culto a los muertos, sino el culto a los
hijos que aún han de venir”».109
En esta cita Maragall en marca las diferencias de motivación con el pujolismo, y
propone más que una mirada hacia el pasado ―en búsqueda de elementos que
reafirman la identidad― trazar una estrategia de futuro para los hijos. Aquí la
motivación en el proceso de enmarcado: la responsabilidad de los individuos sobre el
futuro.
Por otra parte, hay un llamado a esa España democrática y plural por oposición a la
España nacionalista y ultramontana. En ello se percibe una valencia negativa del
enmarcado en tanto que, Martagall, pretende motivar a la audiencia no catalana a
partir de la apelación a la no ruptura de España, y de los peligros de la inacción,
cuando sostiene: «No sé si desde fuera de Cataluña se tiene plena conciencia de la
entidad –y de las consecuencias futuras- de otras actitudes catalanas que no apuestan
por este compromiso con la España plural».110
Las audiencias a las que se dirige Maragall tiene dos valencias, una positiva, orientada
a una audiencia interna vinculada a la reivindicación de la identidad y del autogobierno
de Cataluña mediante un nuevo pacto federal asimétrico y, otra de valencia negativa,
orientada a una audiencia externa, a la que advierte de que la falta de movilización o
de no aceptación de la propuesta, representaría un escenario de ruptura. En cierto
sentido, Maragall llama al cambio para evitar una situación de ruptura. Pero, por el
contrario, y a diferencia de Pujol, no hay en el discurso de Maragall, en esta etapa, un
llamado a la movilización directa, ni señala formas de participación en acciones
concretas. El discurso de Maragall, aun haciendo un llamamiento al cambio no era un
discurso movilizador, como sí lo fue el discurso de Pujol, en sus apelaciones a la
tensión social.
Resulta dificultoso, para Maragall, sostener las bondades del período constitucional
español para Cataluña ―la parte de valencia positiva de su diagnóstico― y, por
contrapartida, el malestar por los agravios infringidos por España con la gravedad de
poner en riesgo el proyecto de convivencia en común ―la valencia negativa de su
diagnóstico―. El diagnóstico de Maragall es, por ello, contradictorio.
109 Ibídem
110
Ibídem
170
Esta dificultad en la estructuración de los agravios en el diagnóstico de Maragall se
suma a que no hace mención alguna de la cuestión económica que es central para la
construcción de la injusticia.
Estrategia del PSC:
Seguiremos en el análisis de la estrategia del PSC a Andrés de Blas en su artículo El
discurso ya visto de Pasqual Maragall, publicado en El País el 28 de agosto de
2003111. En él de Blas, pone al descubierto que la asunción de la estrategia discursiva
de Maragall y sus relaciones con el nacionalismo catalán conservador constatando de
ese modo el viraje de Maragall hacia posiciones nacionalistas. Dichas posiciones
nacionalistas están claramente alejadas de las bases sociales del propio PSC, como
también de los postulados del propio PSOE y son de dudosa articulación dentro del
actual Estado de las Autonomías y de la Constitución del 78.
Destaca además, en el discurso de Maragall, la construcción de la identidad propia de
los nacionalismos de corte etno-culturales a partir de rasgos diferenciales en los que
fundamenta la particularidad de Cataluña. La estrategia del discurso de Maragall, en
líneas generales, es en gran medida similar a la de Pujol. En este sentido, se mantiene
la existencia de una diferencia y de una especificidad nacional catalana; y esa
diferencia debe tener su correlato a nivel institucional, propio del nacionalismo etnocultural. Son estas diferencias y su preservación, las que el proyecto de federalismo
asimétrico de Maragall terminará recogiendo, como puntos relevantes. Del mismo
modo que, se utiliza exactamente la misma forma de argumentar del pujolismo,
cuando Maragall sostiene la necesidad e importancia del liderazgo modernizador de
una Cataluña industrial y europea en una España atrasada y funcionarial (Dowling,
2013 y Balfour y Quiroga, 2007). Otro de los rasgos centrales de la estrategia
nacionalista de Maragall en la que delata ese sesgo etno-cultural es el discurso se
realiza desde la convicción de la superioridad de Cataluña frente a España.
Tal es la identidad entre el discurso de Maragall con el de Pujol, en los aspectos
mencionados, que en lo que respecta a la necesidad de renovar el Estatuto de
Autonomía de Cataluña, utilizaba los argumentos y razones de los ideólogos del
nacionalismo catalán conservador obviando toda referencia a los socialistas catalanes
(Balfour y Quiroga, 2007). En el sentido de lo anteriormente comentado es que se
puede afirmar que Maragall, adopta la tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b) que
111 Andrés de Blas, “El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28 de agosto de 2003.
Disponible en línea en: http://elpais.com/diario/2003/08/28/opinion/1062021606_850215.html
171
propició el discurso de Pujol, naturalizando como de justicia, los reclamos del
nacionalismo Catalán.
Este desplazamiento de la estrategia del PSC con Maragall hacia posiciones etnoculturales, dejó de lado la identidad anidada o dual de la gran mayoría de su
electorado (Arza y Mari-Klose, 2014) en la pugna por el electorado con sensibilidad
nacionalista, e implicó abandonar, en gran medida, los argumentos propios del
nacionalismo cívico-político, tanto hacia adentro como hacia afuera de Cataluña.
La tendencia hacia posiciones etno-culturales de la estrategia maragalliana se asienta
en “un concepto organicista del pueblo catalán” (Balfour y Quiroga, 2007:151) en tanto
que la es el pueblo catalán el que manifiesta su voluntad desde tiempo inmemorial y
ello justifica la existencia de la nación catalana “y a su vera «demuestra» la necesidad
histórica de un alto grado de autogobierno, que solo puede alcanzarse con una
federación asimétrica” (Balfour y Quiroga, 2007: 151).
Respecto la estrategia discursiva hacia el exterior de Cataluña, se evidencia que al
igual que Pujol, Maragall identifica la existencia de dos audiencias diferenciadas, pero
no establece dos estándares discursivos como ocurre con Pujol, sino que apela en su
argumentación a los valores de “pluralidad” y de “democracia” de esa España no
nacionalista para reeditar un pacto constitucional con Cataluña. Ese pacto es la única
opción frente a escenarios no deseados que van desde la pérdida de autogobierno y la
falta de reconocimiento de la España plural ―el mismo argumento de Pujol― hasta el
independentismo, en ese momento minoritario. La estrategia cívico-política, en el
discurso de Maragall, estará subordinada a la estrategia y al discurso etno-cultural en
que fundamenta su enmarcado.
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC):
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) es un partido político fundado en 1931, que
fue hegemónico en la Segunda República y que se caracteriza por ser una
organización
política
socialmente
de
izquierdas
y
nacionalmente
catalana
independiente de cualquier fuerza política ajena a la nación catalana (Guibernau,
2002). ERC, en su declaración ideológica, proclama ser la fuerza que unifica diferentes
tradiciones políticas y se posiciona a favor de la independencia no solo de Cataluña,
sino además de los Países Catalanes.
ERC será el último partido político legalizado por el Gobierno de Suárez en 1977
durante la Transición Española. Su posicionamiento político respecto a la forma de
gobierno y a la organización territorial del Estado es la reivindicación de la República
172
Española y el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos. El secretario general
de ERC en 1979 Heribert Barrera, además de diputado en el Congreso, pidió el voto
afirmativo de ERC en el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña de
1979. En las elecciones autonómicas de 1980, ERC logra catorce escaños en el
Parlamento de Cataluña posicionándose de ese modo como la quinta fuerza política.
Es entonces cuando ERC permite la investidura de Jordi Pujol como Presidente de la
Generalitat, quién forma gobierno en minoría, sin participación de ningún miembro de
ERC. A partir de esta legislatura, y debido a los apoyos al pujolismo y a la fuerza de
éste, ERC entra en una profunda crisis que lo lleva a perder nueve escaños en 1984
en el Parlamento de Cataluña. En 1986 no obtiene ningún Diputado en el Congreso
Nacional; situación que se mantiene hasta el año 1989. Es entonces cuando se inicia
un proceso de reagrupamiento de fuerzas minoritarias de izquierda independentistas e
incluso de carácter radical como Terra LLuire 112 de la mano del nuevo secretario
general del ERC Àngel Colom. Colom gana la secretaría general de ERC en el
decimosexto congreso del año 1989; congreso cuya principal innovación es el cambio
del objetivo político del partido, que pasa a ser: la independencia de Cataluña.
A partir de estos cambios en los objetivos políticos, la incorporación de un nuevo
liderazgo que aglutinó a muchos militantes de diversos grupos y partidos menores,
ERC cambió la tendencia electoral en las elecciones de 1992 al Parlamento de
Cataluña, en las que obtuvo 11 escaños, pasando a ser la tercera fuerza política.
En el XXI Congreso de 1996 donde es elegido como secretario General Carod-Rovira,
el objetivo de la independencia de Cataluña y de los Países Catalanes, deja de ser, la
única idea fuerza del partido, para pasar a incorporar objetivos más globales, como ser
el “referente de la izquierda catalana”.
Hasta el año 2003, ERC ―con la excepción de la legislatura de 1980― no ha sido un
partido determinante en la política parlamentaria catalana y española y su presencia
fue minoritaria, en forma paralela, a la del sentimiento identitario independentista de la
población que se analizó al inicio del capítulo.
Discurso de ERC:
A partir del giro independentista de 1989 el discurso de ERC será decididamente
independentista y pancatalanista. La concepción nacionalista que hilvana la totalidad
del discurso de ERC es que Cataluña es una nación diferente de España y que la
112 En los primeros años de la década de los noventa, ERC favoreció la disolución de la
organización terrorista Terra LLuire y la incorporación en sus filas de algunos de sus dirigentes y
militantes, previa renuncia a la violencia.
173
coexistencia de ambas identidades nacionales en un mismo marco estatal es
imposible, en tanto que “en las condiciones de la civilización actual, una nación sin
estado está condenada a desaparecer” (Guibernau, 2002). Esta idea de imposibilidad
de identidades duales se suma a la relevancia que se otorga a los derechos colectivos
―denominados derechos nacionales― que amparan, según ERC, los rasgos que
configuran los sujetos colectivos como son la lengua, la historia, el territorio,
tradiciones, el marco comunicacional propio, y otros.113
En lo que al análisis del discurso de refiere ―para el que se analizarán la ponencia
política de 23è Congreso Nacional de 2001 y la Declaración ideológica de 1993― y
dentro de los comentado hasta aquí, se observa que, los marcos discursivos de ERC
tienen un diagnóstico, un pronóstico y una motivación muy cercana a las que
estructurará la mayoría del nacionalismo catalán en los siguientes períodos y en
particular en el último. La valencia del diagnóstico de ERC es claramente negativa en
todos los sentidos. No se destacan matices positivos en ningún aspecto de las tres
dimensiones del agravio que conforman el diagnóstico. Por otra parte, en referencia al
pronóstico, se enmarca una única solución, de modo irrenunciable e inmediato con
Colom, y mediatizada estratégicamente con Carod-Rovira, que es la independencia.
La movilización, describe una situación de valencia negativa, como es la
desmovilización social y apuesta por subir la tensión democrática.
Diagnóstico:
El diagnóstico del discurso de ERC tiene como eje central del discurso el tema de la
relación Cataluña y España. La relación entre Cataluña y España es problemática
desde “la sumisión [de Cataluña] a España” (Guibernau, 2002: 151). Ese diagnóstico
se sustenta en los tres agravios investigados (económico, democrático e identitario), y
se justifican a partir de que ambas naciones poseen identidades, estructuras
económicas y políticas distintas y opuestas.
Agravios:
En diagnóstico de ERC existen unos agravios claramente estructurados en las tres
dimensiones que se observaba en el pujolismo. Esos agravios son de naturaleza
histórica y están construidos discursivamente como una injusticia y como un problema
a partir de las siguientes técnicas de enmarcado: asignar conceptos para presentar la
cuestión, y transformarla en un problema insertando las cuestiones en un marco más
amplio y dramatizando la situación a futuro, pero no se utilizan en profundidad las
113 Véase la Declaración ideológica de ERC, 1993.
174
técnicas de relacionar las cuestiones presentadas con las experiencias reales de
población, en lo que a agravio económico se refiere.
En líneas generales, y tal y como se ha comentado antes, en este proceso de
enmarcado que España aparece como opresora de Cataluña desde la derrota de
1714; en ese momento histórico, es donde Cataluña ha perdido la soberanía, las
libertades, y a partir de allí, la cultura catalana ha estado en riesgo. El discurso de
ERC, aunque con matices, será el que desarrollará más profundamente los tres
agravios (económico, democrático e identitario) y los presentará como un problema y
una injusticia con un actor culpable de esa situación. Habrá un matiz en la
morigeración del marco identitario en lo que respecta a la identificación del “ellos” en
un intento de Carod-Rovira de acercarse al electorado castellanoparlante, pero por en
líneas generales, dentro de la dimensión de la identidad, hay un profundo tratamiento
del “nosotros”, así como el del “ellos”, a partir de una serie de caracterizaciones
dicotómicas mutuamente excluyentes que comparte tópicos del con discurso del
nacionalismo conservador, pero que se han extendido hacia otros horizontes temáticos
e históricos.
El agravio económico, conformado por el expolio de recursos y el déficit fiscal,
aparecen como presentación del problema, ejemplo de ello es la ponencia política de
23è Congreso Nacional de 2001. Del mismo modo que se plantea el agravio
económico y el identitario se enmarca el agravio democrático, pero con matices
importantes respecto a los dos anteriores. En líneas generales se puede decir que,
posicionándose en la ruptura de las líneas tradicionales de actuación del nacionalismo
catalán hegemónico, es decir, la influencia en Madrid y el pactismo, el discurso de
ERC escapa a la dinámica de ambigüedad del pujolismo y se posiciona dentro de una
clara estrategia que pone sobre la mesa la autonomía absoluta de la esfera política
catalana, en términos de independencia.
Para Colom existe una superioridad “de Cataluña y de su población activa más
numerosa, junto a uno índices de productividad elevados, en comparación con el resto
de España” (Guibernau, 2002: 151). Colom opone la industria catalana asentada en
“en la iniciativa individual y autóctona” a las “grandes inversiones internacionales para
crear industrias grandes” de España (Guibernau, 2002: 151).
El diagnóstico se extiende a las formas democráticas e identitaria de España.
Respecto a la primera cuestión el Estado Español “tiene un fondo muy poco
democrático […] Existen unas concepciones básicas más propias del despotismo
175
ilustrado que no de la soberanía y del protagonismo de los ciudadanos” (Argelaguet et
al., 1992: 54, citado en Guibernau, 2002: 152).
En lo que se refiere al agravio democrático, el problema se enmarca en la
problematización
del
autogobierno
insuficiente,
los
resabios
franquistas,
centralizadores, jacobinos y homogeneizadores del Estado Español ―no se suele
utilizar el término España, para contraponer, la naturalidad de Cataluña nación frente a
la artificialidad del Estado Español―114. Todo lo anterior frente a una Cataluña que
busca más autogobierno, mejores instituciones y prácticas más democráticas.
Como ejemplo de lo anterior, es muy llamativa la mención en el discurso de ERC
inmediatamente luego de conocidos los resultados de las elecciones del año 2000 en
las que vence el PP por mayoría absoluta y publicado el lunes 13 de Marzo de 2000
en La Vanguardia115. El tema analizado del encaje de Cataluña en España, es el eje
del discurso de ERC, a él se subordinan todo el resto de las cuestiones. De este modo
vemos como en sus valoraciones de los resultados electorales Carod-Rovira,
argumentó: «La victoria del PP es una mala noticia para Cataluña» dado que «todo el
Congreso se ha convertido en zona nacional» (La vanguardia, 13 de marzo de 2000).
La operación de definición del antagonista es rotunda y utiliza un lenguaje cargado de
elementos simbólicos muy potentes con una clara oposición al entre el “nosotros” y el
“ellos”. A diferencia de Pujol, Carod-Rovira, señala al PP como el actor antagonista
―del mismo modo que Maragall― enmarcando al PP como adversario; por otra parte,
Carod-Rovira personaliza, del mismo modo que Pujol, el sujeto colectivo Cataluña y lo
presenta como un “nosotros” totalmente ajeno y enfrentado al Partido Popular al que
identifica con Madrid y con España. Es en este mismo sentido que Joan Puigcercós,
se ofreció a «defender los intereses catalanes en la España popular» (La vanguardia,
13 de marzo de 2000). En el discurso de Puigcercós, España toda, es del Partido
Popular, y no solo el Congreso de los diputados como en el caso de Carod.
Pero Carod va más allá en las asignaciones de díadas conceptuales mutuamente
excluyentes, tal y como señala Máiz (2003, 2008), y relaciona al PP con el franquismo,
en oposición a Cataluña, democrática y víctima de la dictadura. Carod-Rovira, abona
la tesis, tácita en este caso, de que el franquismo fue un movimiento esencialmente
orientado a combatir a Cataluña ―argumento que es claramente difícil de sostener al
contrastarlo con los hechos, tal y como ha señalado de Blas (1984: 84-85) y Balfour y
114 Esta idea la asumirá como propia Artur Mas, en el tercer período.
115
La
vanguardia,
13
de
marzo
de
2000.
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2000/03/13/pagina27/34068276/pdf.html?search=esquerra
176
Disponible
en
línea:
Quiroga (2007: 259)―. Este argumento produce una situación de enfrentamiento entre
el bando de los nacionales y de los republicanos y se apropia de los valores sociales
de lo opuesto al franquismo. Otra vez, encontramos referencias a las situaciones
bélicas, es este caso, reales y muy cercanas en el tiempo. Es el antagonista el que
representa per se los agravios. Es por ello que, para Carod-Rovira, «la victoria del PP
es una mala noticia para Cataluña»116. En este caso particular ―y si bien los
argumentos del agravio se venían construyendo en la campaña electoral― el agravio
se construye a partir del actor antagonista apelando a la definición que de él se hace
en tanto que nacional, de derechas, centralista y uniformista, y contrario a los intereses
de Cataluña.
Tal es el sentido de oposición entre el “nosotros” y el “ellos” que Puigcercós sostiene
que: «ya veremos como el PP aplica a partir de ahora una Constitución española, que
no es la nuestra».117 La dimensión de la identidad recoge un proceso de enmarcado
determinado por la oposición irreductible y el conflicto histórico entre Cataluña y
España, a diferencia de las construcciones de la identidad del PSC y de CiU.
Pronóstico:
Respecto de los objetivos a realizar, dentro de la tarea del pronóstico, Carod sostiene
que: «Hoy se acaba un modelo de hacer política catalana en Madrid. Esto es así
porque ya no se trata de influir en Madrid o de tener ministros en el Gobierno español,
sino que el debate se centra en dilucidar qué poder político queremos para
Cataluña».118
El enmarcado de los objetivos, designa como concepto central al replantear «el poder
político» que se presenta como un eufemismo de independencia. No se desarrolla en
profundidad este objetivo, sino uno subsidiario de él, que es la conformación de un
gobierno de coalición en Cataluña, entre PSC, CiU y ERC. Ello tiene que ver con la
ampliación de los objetivos, ya comentada, bajo la secretaría general de Carod-Rovira,
en sus palabras: este gobierno de coalición tendría como objetivo «defender
cuestiones de carácter nacional catalán […] frente al gobierno español del PP y su
mayoría de derechas, uniformista y centralista».119
El pronóstico queda definido por la independencia como solución, aunque con matices,
ya que con Colom fue el centro del orden programático del partido, mientras que ese
116 Ibídem
117 Ibídem
118 Ibídem
119 Ibídem
177
objetivo fue morigerado por Carod-Rovira, compartiéndolo con otros objetivos
estratégicos como el crecimiento del partido y el posicionamiento hegemónico de ERC.
Motivación:
En cuanto a la tarea de a motivación, las técnicas de enmarcado son las de definir a
los participantes de las acciones, apelar a la responsabilidad e invocar valores
universales. Hay una llamativa coincidencia con el pujolismo al señalar la
desmovilización de la ciudadanía en Cataluña, que no es consciente de la gravedad de
las amenazas que la aquejan. En tanto los ciudadanos están «hundidos en el
conformismo porque “todo va bien” y el derrotismo porque “no hay nada que
hacer”»120. Este diagnóstico de desmovilización es el mismo que hacía paralelamente
en el tiempo el pujolismo. Recuérdese que nunca, el nacionalismo independentista
superó cuotas del 23% de identidad subjetiva hasta el año 2010 (Miley, 2006).
Las técnicas de definición y segmentación de las audiencias, junto con la atenuación
de la idea de la independencia por parte de ERC coinciden con el intento de ampliar la
base social del independentismo y «elevar “la tensión democrática” en Cataluña y en
los Países Catalanes»121. He aquí otra coincidencia con el pujolismo, Pujol y Carod,
mencionan casi en los mismos términos la problemática de la movilización y la forma
de resolverla, a partir de la tensión democrática en un caso y tensión patriótica en otro.
A modo de síntesis vemos en el discurso de ERC en este período a la luz del marco
ideal propuesto, que: se estructura los agravios, a partir de una definición del
antagonista cargada de elementos simbólicos negativos. El centro del discurso, está
en la dimensión de la identidad ―si bien los otros dos agravios se enuncian
claramente― y se realiza a partir las operaciones de definición del protagonista y
fundamentalmente del antagonista en términos de oposición y enfrentamiento. La
valencia del diagnóstico será fuertemente negativa.
El enmarcado de objetivos así como la motivación para la acción quedan
estructuradas sin la profundidad de la identidad, pero se orienta, en el caso de la
primera a la consecución la independencia ―mediatizada por una alusión indirecta122
120 Ponencia política de 23er Congreso Nacional de 2001.
121 Ibídem
122 Esta falta de concreción en la estructuración del agravio se agudizará entre los años 2001 y
mediados del 2003. Es parte de la estrategia que intentó la transformación de ERC en un partido
catch all, promovida por Carod-Rovira, en búsqueda del voto de los catalanes nacidos en otra
comunidad autónoma. El marco elegido para tratar el tema del encaje es el marco identitario a partir
del derecho de autoderterminación, en contra de las tesis de Sole Tura (1985). Ya a finales de
2003, se retorna al lenguaje de la confrontación que será fuentes de grandes tensiones en el
siguiente período dentro del Gobierno Tripartito y el de Entendimiento.
178
en el caso de Carod-Rovira― y la motivación de la acción va dirigida a aumentar la
tensión democrática en Cataluña y promover la conciencia de las amenazas que sufre
Cataluña.
La estrategia de ERC:
El discurso de ERC se enmarca en una estrategia nacionalista de marcado corte etnocultural frente a la perspectiva cívico-política. El eje discursivo centrado en la identidad
nacional, en la imposibilidad de identidades duales, la construcción discursiva del
antagonista, la subordinación de los derechos individuales frente a los derechos
colectivos, y las formas en que se caracteriza y califica a lo español, todo ello, tiende a
posicionar la estrategia discursiva de ERC, innegablemente en este campo del análisis
del nacionalismo. En esa estrategia etno-cultural del ERC, destaca además el
importantísimo peso que se le otorga a la lengua catalana como estructuradora de una
identidad catalana diferenciada y opuesta a la española; así como al peso de la
histórica confrontación que viene ocurriendo entre Cataluña y España. Más allá de las
matizaciones de Carod-Rovira, no hay claros indicios de elementos que indiquen la
existencia de elementos de orden cívico-político en la estrategia de ERC.
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA):
ICV-EUiA es una federación de dos partidos Iniciativa por Cataluña Verdes (ICV) e
Izquierda (Esquerra, en catalán) Unida y Alternativa (EUiA). Tras varias crisis ―que
incluyeron divisiones internas y conflictos con el Partido Comunista Español (PCE) y
con Izquierda Unida (IU)― ambos partidos están federados desde el año 2003; las
relaciones entre estos sectores son de larga data y se remontan a la tradición del
comunismo catalán encarnado en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC),
Entente de los Nacionalistas de Izquierda (Esquerra, en catalán) (ENE) y el Partido
Comunista de Cataluña (PPC).
En su definición ideológica ICV se define como «es una formación política
democrática,
catalanista,
republicana,
de
izquierdas,
ecologista,
feminista,
municipalista, de hombres y mujeres que hacen suyo el patrimonio y la historia del
PSUC y de la ENE y del movimiento obrero, comprometida con todas las personas
que quieren transformar el mundo, superar el capitalismo y que comparten los valores
de la justicia social, la paz, la igualdad, la radicalidad democrática, la libertad, la
laicidad y la solidaridad y que quiere construir una sociedad basada en la democracia
y el socialismo. Iniciativa per Cataluña Verdes es una fuerza ecosocialista, soberana y
179
plural. Iniciativa per Cataluña Verdes pretende la construcción de una mayoría
nacional, social y política de izquierdas en Cataluña».123
Por su parte EUiA, se conformó inicialmente por el PPC, PSUC-Viu y el Partido Obrero
Revolucionario (POR) y está vinculada a IU a nivel español, por otra parte, EUiA es el
referente político de IU en Cataluña.
En lo que respecta a su posicionamiento respecto de la cuestión nacional EUiA
sostienen que: «Defendemos los derechos nacionales de Cataluña y su derecho a la
autodeterminación basado en que democráticamente la ciudadanía pueda elegir su
futuro y lo que quiere ser. Nos sentimos republicanos por tradición democrática, por
memoria histórica y por la vinculación con los valores de libertad, igualdad y
fraternidad».124
En lo que se refiere a la relación entre Cataluña y España EUiA propone una
«articulación federal y plural de Cataluña con el resto de pueblos del Estado y con
Europa. Donde se combinen el máximo autogobierno que deseamos con el gobierno
compartido en aquellos asuntos que sean comunes». 125
La propuesta federal de ICV-EUiA, pretende el reconocimiento de la diversidad del
Estado a partir de una reforma federal asimétrica o plurinacional asimétrica
(Guibernau,
2002:
171)
que
significa
el
reconocimiento
del
derecho
de
autodeterminación de los pueblos, la autonomía financiera de Cataluña entendida
como nación soberana, y la atribución de «competencias diferenciales en ámbitos
como la lengua, la cultura, la política comunicativa, la seguridad interna y otras que
puedan derivar de las particularidades nacionales» (Guibernau, 2002: 172).126
Evaluadas en conjunto, las coaliciones con las que se presenta ICV-EUiA en las
elecciones al Parlamento de Cataluña, no han obtenido más de un 10 % de los votos y
más de 11 escaños (13 en 2012 con un 9,9% de los sufragios y 11 escaños en 2015
con el 8,15 % de los votos127) siendo la quinta fuerza política desde 1992, con la
excepción de la corta legislatura que va del 2010 al 2012 donde fue la cuarta fuerza.
Dscurso de ICV-EUiA:
Diagnóstico:
123
Definición
ideológica
de
ICV.
Disponble
en
línea
en
http://iniciativa.cat/icv/sections/definicio_ideologica
124 Declaración de Valores. Disponible en línea en: http://www.euia.cat/pagina.php?idp=787
125 Ibídem
126 Traducción propia del catalán.
127
En la coalición Catalunya Sí Que Es Pot (CatSíqueesPot) con Podemos.
180
:
Se analizará el programa electoral para las elecciones autonómicas del año 2003 de
ICV-EUiA. En este texto se encontrará una serie de similitudes en el diagnóstico, en el
pronóstico y motivación con el sector nacionalista del PSC que encabezó Maragall.
El diagnóstico que hace el ICV-EUiA es de valencia positiva a largo término, pero en lo
inmediato: el Gobierno de Aznar del PP en su voluntad recentralizadora; la
insensibilidad hacia la plurinacionalidad española; los límites institucionales para
alcanzar el autogobierno de Cataluña; y la falta de reconocimiento del Estado español,
hacen que ese diagnóstico sea de valencia negativa. Se ubica, también, en ese
diagnóstico a CiU a quien critican el agotamiento del «modelo social, económico y
político» y a quien responsabilizan de las desigualdades económicas dentro de
Cataluña.
Identidades:
Las identidades enmarcadas en el discurso de ICV-EUiA, se orientan a una importante
dimensión del “nosotros” que cruzan el eje nacional con el social, ello se pone de
manifiesto en la continua referencia al “nosotros” de izquierdas y catalanistas. En no
pocas ocasiones, los verdes, hacen responsables a los gobiernos de CiU y del PP,
conjuntamente de: «Las desigualdades sociales y territoriales, el despilfarro del
patrimonio natural del país y el estancamiento del autogobierno son la herencia de
estos años de gobierno de la derecha catalana, de CiU y del PP».128
Por otra parte, y en líneas generales, los agravios que presentan son los mismos tres
agravios vistos anteriormente: económico, democrático e identitario. Haciendo especial
hincapié en el agravio democrático y en el económico, sin explayarse en el agravio
identitario, a partir de las técnicas de asignar conceptos, relacionarlo con un marco
más amplio, y atribuir responsabilidades a actores externos. Hay algún intento de
vincular la propuesta de renovación estatutaria a las experiencias ordinarias de las
personas pero no se profundiza en ello.
Ejemplo de esto último es el fragmento siguiente del programa electoral del 2003:
«[hace] falta un nuevo Estatuto, un marco constitucional y estatutario, elaborado con la
participación de la ciudadanía, por mejorar las condiciones de vida de las personas, y
resolver el encaje de Cataluña en el Estado y en Europa, a partir del pleno
reconocimiento de Cataluña como nación y de la realidad plurinacional del Estado». 129
128 Programa electoral de ICV-EUiA del año 2003
129 Ibídem
181
Pero no se incide en el agravio económico más allá de las intenciones de querer
mejorar “la vida de las personas”.
Pronóstico:
El pronóstico estará en relación con las dimensiones del agravio más elaboradas como
son la democrática y la económica, por ello se introducirán los conceptos de reforma
del Estatuto de Autonomía y reforma federal de la Constitución ―del mismo modo que
planteó Maragall― para generar un nuevo marco de relación entre Cataluña y España,
en lo que a la esfera democrática e identitaria se refiere; mientras que y en lo que
respecta a la esfera del agravio económico, se plantea el concepto de Concierto
Económico Solidario, ello mediante las técnicas de enmarcado de asignar conceptos
centrales como solución, definir los beneficios a obtener, a los que se carga de valores
abstractos. Se llama la atención sobre un concepto que aparece en la página 174 del
programa electoral del 2003 que es el de radicalidad democrática que hace referencia
a la mejora de la participación ciudadana, mejor representación política y aumento de
derechos civiles. Este concepto de radicalidad democrática cuatro años más tarde
será utilizado por CiU aunque en un sentido un tanto diferente al de ICV-EUiA.
Movilización:
Para ICV-EUiA, este año 2003, a diferencia de CiU y ERC, son años de movilización,
no en el sentido del eje nacional sino en el eje izquierda-derecha y fundamentalmente
contra la participación española en la invasión norteamericana a Irak en 2003. Las
técnicas utilizadas son las de definir a los participantes e invocar los valores
universales de las soluciones propuestas.
Estrategia de ICV-EUiA:
La estrategia discursiva de ICV-EUiA es una estrategia que propone cierto equilibrio
entre el reconocimiento de la nación catalana, en tanto que realidad autoevidente,
poseedora de una serie de rasgos y características determinadas que se deben
proteger, y fomentar, y por otro lado, cierto posicionamiento que se pretende cercano a
la aproximación cívico-política, en cuanto a las relaciones que entablan los diferentes
pueblos de España. Este eje nacional va en sintonía con el eje izquierda-derecha, tal
y como se dijo, de este modo ICV-EUiA asume en el caso de Cataluña la posición de
Otto Bauer en La cuestión de las nacionalidades y la socialdemocracia de 1907; Bauer
en este texto intenta “combinar el principio territorial y el principio de la personalidad
para el reconocimiento de los derechos de grupo diferentes dentro del mismo territorio”
(Pastor Verdú, 2012: 50).
182
El planteamiento de ICV-EUiA, no es algo novedoso y esta postura ha cosechado
críticas desde la Segunda internacional de la mano de Rosa Luxenburgo quién
entendía contradictoria la defensa de los intereses de clase y el internacionalismo con
la defensa de las naciones (Pastor Verdú, 2012).
La visión que subyace a la idea de Cataluña como nación en el discurso de ICV-EUiA
es la del nacionalismo etno-cultural. Si bien es cierto que no plantea en los términos de
ERC, no obstante sí hay una clara diferenciación nacional de características culturales
―que también defendió el PSUC (Balfour y Quiroga, 2007)― y lingüísticas, que son
naturalizadas en el discurso, y en las que se funda el derecho a la autodeterminación,
reclamado por ICV-EUiA. En esta estrategia nacionalista España aparece como un
Estado
homogeneizador
y
unificador
(Guibernau,
2002)
cuyos
intentos
nacionalizadores son un grave obstáculo para las posibilidades y el progreso de sus
pueblos y ciudadanos en tanto que «el Estado Español no avanza decididamente en
su autoformulación como una realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística, que
se organiza libremente de forma federal»130. No obstante ello, la visión la estrategia
tiende a equilibrarse entre las visiones etno-culturales y las cívico-políticas, con un
predominio de las primeras.
Pero independientemente de las raíces históricas del planteamiento de ICV-EUiA,
encontramos de momento irresuelta la tensión entre los conceptos de identidad e
igualdad. Más adelante la práctica política los llevará a resolver la tensión hacia la
primera de las cuestiones.
Discursos del PP y del PSOE:
El tema del nacionalismo español es un tema que excede, por mucho, el objeto de
esta tesis; pero parece oportuno matizar y confrontar los discursos de los partidos de
base regional (Pallares et al., 1997) con los dos partidos de ámbito estatal con el
objeto de conocer y poder dar cuenta de la relación dialéctica que relacionan los
diferentes marcos de los partidos políticos.
En este apartado que describe el discurso de los dos partidos del ámbito estatal se
seguirán fundamentalmente los textos de Balfour y Quiroga (2007), Núñez Siexas
(2010), Morales Moya, et al, (2013) y Luzón (2011).
En lo que sigue, analizaremos, entonces, los puntos fundamentales de los discursos
de los principales partidos políticos con base nacional, que son el Partido Popular (PP)
130 Programa ICV elecciones Generales 12 de Marzo de 2000, páginas 58-66.
183
y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). A diferencia del análisis más
pormenorizado de los discursos anteriores se hará aquí un análisis de los marcos de
significación sobre el tema del encaje de Cataluña y España, además de aquellos
elementos discursivos que entran en relación dialéctica con los de los partidos de base
regional (Pallares et al., 1997).
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC):
En el caso del discurso del PP hay dos rasgos interesantes que destacan en su
discurso. El primero es que se advierte una unidad conceptual discursiva entre PP y el
PPC. El PPC no varía el mensaje ni los marcos del PP a nivel nacional. El segundo
rasgo es que el PP será el antagonista que aparece en los agravios de los partidos de
izquierda de base catalana como el PSC, ERC y ICV.
En este último sentido, podemos decir con Balfour y Quiroga (2007) que, existe una
“dialéctica de la confrontación desarrollado por el nacionalismo español conservador,
por un lado, y los periféricos, por otro, [donde cada uno es] algo así como una imagen
especular de la del otro” (Balfour y Quiroga, 2007: 195). Esta dinámica dialéctica de
confrontación tiene como centro y eje de la temática general del encaje de los
nacionalismos periféricos en España, aquí haremos específica referencia al caso de
Cataluña.
La estrategia nacionalista del PP tuvo dos momentos claros que se relacionan con las
dos legislaturas en las que fue presidente José María Aznar (1996-2000 y 2000-2004).
En la primera legislatura, incluso desde unos años antes, el discurso del PP intenta
saldar cuentas con la vinculación entre nacionalismo de derechas y el franquismo,
proponiendo una línea de interpretación del pensamiento nacional español que lo
desvincule de la dictadura. Para ello desarrolla todo un trabajo de reelaboración
conceptual y de comunicación en lo que respecta a la renovación del discurso sobre la
identidad Española y los nacionalismos periféricos o subestatales.
José María Aznar intentó establecer un vínculo conceptual y de continuidad histórica
entre el PP y la democracia liberal española de finales del XIX y principios de siglo XX,
buscando, de tal modo, establecer una alternativa al nacionalismo franquista (Balfour y
Quiroga, 2007). Para ello utilizó continuas referencias y citas en sus publicaciones y
discursos de intelectuales, tales como Costa, Ortega, Unamuno e incluso Manuel
Azaña.
De esta forma, Aznar pasó a destacar conceptos tales como la pluralidad cultural de
España, a la que definía como una nación de distintos pueblos, (Aznar, 1995: 52
184
citado en Balfour y Quiroga, 2007: 200) e incluso ofreció un reconocimiento específico
para las comunidades históricas y una mayor representación en el Senado, aunque
posicionándose en contra del federalismo, en tanto que, éste significaba un no
reconocimiento de las particularidad de las comunidades históricas (Aznar, 1995: 4956 citado en Balfour y Quiroga, 2007: 201).
Esta estrategia de cierto acercamiento y de sensibilidad131 a los reclamos de los
nacionalismos periféricos de la primera legislatura cambió con la obtención de la
mayoría absoluta del PP en las elecciones del año 2000. La mayoría absoluta del PP
hizo innecesario el apoyo parlamentario de CiU, tal y como fuera menester en la
legislatura inmediatamente anterior. El proceso del despliegue del Estado de las
Autonomías, tal y cómo se vio en el capítulo primero, llevó al Estado de las
Autonomías a la consolidación de unas élites regionales muy poderosas (Balfour y
Quiroga, 2007; Núñez Seixas, 2010); proceso que se materializó a través de las
dinámicas institucionales del federalismo competitivo, sumado a la transferencia de
competencias y de los centros de decisión. El PP intentó combatir estas dinámicas
comentadas, a partir del fortalecimiento del Estado y de la limitación de las
competencias de las Comunidades Autónomas (Grau Creus, 2005); y tras haber
obtenido la mayoría absoluta, el PP no tuvo necesidad de moderar el discurso para
obtener los apoyos parlamentarios de los partidos nacionalistas como CiU o PNV.
La estrategia nacionalista de la última legislatura de Aznar está marcada por los
intentos de enmarcar la idea de España como nación democrática, moderna y plural,
pero con una fuerte impronta identitaria dentro de los que Balfour y Quiroga (2007)
llaman nacionalismo constitucional ― estrategia que incluyó el voto afirmativo a la
moción del condena a la dictadura votada por el Parlamento en 2002 (Balfour y
Quiroga, 2007)―. Este cambio discursivo contiene un refuerzo de la idea España y
una puesta en valor muy positiva de la Constitución de 78, así como también del
proceso de descentralización y de papel jugado por las Comunidades Autónomas 132.
Dentro de las ideas rectoras de este proceso de enmarcado aparece la de una España
plural y respetuosa de su diversidad que se combina con la de una España
fuertemente unificada y vinculada por la Constitución.
131 No solo es una política de naturaleza simbólica, en tanto que en la primer legislatura del
gobierno de Aznar hubo importantes transferencias de impuestos a Cataluña tales como la cesión
40% de los impuestos especiales, aumento de la cesión del IVA, cesión del 33% del IRPF; además
de una particular tolerancia con las políticas identitarias, ejemplo de ello es que el Gobierno de la
Nación no recurrió la Ley de Política Lingüística de 1998.
132 Núñez Seixas (2010) entiende que este giro discursivo no fue absoluto y se han manteniendo
―aunque de modo minoritario― dentro del Partido Popular, elementos discursivos e ideológicos
cercanos al nacionalcatolicismo o del nacionalismo tradicionalista español.
185
El esfuerzo de enmarcado discursivo del PP en la segunda legislatura de Aznar, se
encuentra
representado
claramente
en
la
ponencia
política
El
patriotismo
constitucional del siglo XXI redactado en 2002 por María San Gil y Josep Piqué 133.
Seguiremos este texto para analizar los marcos de significación generales del discurso
del PP respecto de los nacionalismos periféricos en general, y del encaje de Cataluña
en España en particular.
El texto de la ponencia política reposiciona al PP dentro del campo del lenguaje de la
izquierda (Balfour y Quiroga, 2007) al recoger una serie de conceptos alejados de la
tradición ideológica nacionalista del PP. Uno de los conceptos más destacados es el
habermasiano “patriotismo constitucional” con el que se propone fundamentar los
vínculos de la comunidad nacional a partir de una «adhesión crítica y moralmente
exigente. Es un sentimiento racionalizado y dotado de una fuerte brújula ética y moral,
que no convierte en algo absoluto el hecho de pertenecer a un grupo nacional. Al
patriotismo constitucional no le basta el mero hecho nacional, aunque no lo ignora,
sino que busca sus cimientos en sólidos principios y valores éticos, rasgos de
civilización y normas de convivencia para la libertad».134
La estrategia del PP en estos años innova en la vertebración de elementos de una
visón cívico-política con el objetivo de morigerar la tradicional concepción nacionalista
etno-cultural de España que tenía el discurso del PP. Existen elementos de ambas
estrategias en el texto (Balfour y Quiroga, 2007 y Núñez Seixas, 2010) y se mantienen
concepciones incluso opuestas de idea de la nación española. Estas contradicciones
llevan a calificar la postura del PP como nacionalismo constitucional, frente a su
pretensión de patriotismo, quedando así reflejada la heterogeneidad ideológica del
nacionalismo del PP, en tanto que “el nacionalismo conservador contemporáneo es
un cajón de sastre en el que se integran desde centralistas tradicionales, que aspiran a
fortalecer el Estado, hasta liberales modernizadores, que reciben con agrado la
dinámica regeneradora de la regionalización y la globalización” (Balfour y Quiroga,
2007: 221-222).
Discurso del PP
Diagnóstico:
El diagnóstico que ofrecerá el discurso del PP tiene dos dimensiones. La primera es
de valencia positiva y está referida a la salud, y buena marcha, de las instituciones del
133 El texto fue criticado por distintos sectores del propio PP.
134 Ponencia política del PP: “El patriotismo constitucional del siglo XXI” disponible en línea en:
http://www.abc.es/contenidos/apoyos/documentos/HTM_48_1.html
186
Estado en la España de principios del siglo XXI. En este diagnóstico se reconoce el
éxito que significó la Constitución del 78 y los pactos que la llevaron a término, así
como, el Estado de las Autonomías y los procesos de transferencias y
descentralizaciones del Estado dentro de la unidad Española.
Ejemplo de esta vertiente del diagnóstico de la valoración que se hace del Estado de
las Autonomías del que se entiende que: «La realidad política de la España de hoy
responde a una articulación tan concreta como amplia del derecho a la autonomía de
las
nacionalidades
y
regiones. Vivimos
en
un sistema
extraordinariamente
descentralizado, en el que muy amplias parcelas del poder político son ejercidas por
las Comunidades Autónomas».135
Puede
asegurarse
que
nuestro
sistema
autonómico
tiene
un
grado
de
descentralización política igual –si no superior- al de los Estados federales. Atribuir
ahora al sistema de nuestro país el calificativo y los rasgos inherentes al federalismo
contradice tanto nuestra propia historia nacional como la Constitución. El acierto de
haber configurado el modelo del Estado Autonómico en el proceso constituyente se
debe a que es el que mejor se adapta a los rasgos esenciales de la España plural.
[…], que surge de la realidad española, que reconoce su pluralidad constitutiva y la
canaliza institucionalmente».136
Como segundo elemento, en este caso de valencia negativa, destaca la construcción
del agravio que se produce desde los nacionalismos excluyentes. Este agravio se
manifiesta en dos actores fundamentales, que se corresponden con las dos realidades
distintas de las Autonomías con ese tipo de nacionalismo, como son el País Vasco y
Cataluña.
El agravio es de naturaleza genérica y se personifica en los nacionalismos excluyentes
y en particular el terrorismo de ETA. El documento lo expresa claramente cuando dice:
«hay corrientes nacionalistas que cuestionan, de modo implícito o explícito, el marco
político derivado de la Constitución y los Estatutos, […] [E]l nacionalismo excluyente, el
que exalta la diferencia y pone la identidad por encima de la libertad -es decir, el
nacionalismo no constitucional-, no tiene sentido. Y no lo tiene porque hoy,
afortunadamente, vivimos en un país libre, abierto, plural y democrático […] Si existe
135 Ibídem
136 Ibídem
187
libertad, y si existe respeto a nuestro sentimiento de identidad, solo se excluye aquel
que se quiere excluir».137
Las técnicas de enmarcado utilizadas son la de asignar un concepto como es el del
nacionalismo excluyente o nacionalismo no constitucional; se relaciona el problema
con la experiencia ordinaria de las personas ―fundamentalmente a partir de las
referencias al terrorismo― y, además, se inserta la cuestión en un marco más amplio.
Este marco es el de la tensión constante entre España y los nacionalismos periféricos;
nacionalismos que quieren disolución de España, tal y como se la conoce, y que
incluso «han llegado a poner en entredicho las propias instituciones democráticas»138.
Por último en lo que respecta al agravio, hay una atribución de la causa que reside en
ese nacionalismo excluyente y al que se hace único responsable de la situación en
tanto que solo se excluye aquel que se quiere excluir, tal y como aparece en la
ponencia política.
Dentro del diagnóstico la dimensión de la identidad, es claramente polarizada y hay un
nítido enmarcado de un “ellos” ―o de un “otro” interno en los términos de Núñez
Seixas (2010)― que es el responsable de la exclusión, de la exaltación de la
diferencia, al que se acusa, de poner la identidad por encima de la libertad. Las
técnicas de enmarcado son las de personalizar a los actores responsables
―directamente en el caso del nacionalismo vasco e indirectamente en el caso del
catalán―, atribuir intenciones e intenciones contrarios al bien colectivo y definirlos
como agentes ilegítimos de la comunicación, esto último queda en evidencia al
sostener que: «[E]l nacionalismo excluyente, el que exalta la diferencia y pone la
identidad por encima de la libertad ―es decir, el nacionalismo no constitucional―, no
tiene sentido […] El nacionalismo excluyente es la adhesión a toda costa,
incondicional, acrítica, moralmente indiferente, a la propia comunidad de pertenencia.
Para ese nacionalismo se es bueno si se es nacionalista, y si se está con la
comunidad de pertenencia con razón o sin ella»139.
En el campo de la identidad “nosotros” es donde hay un desarrollo más detallado y
está referido a la identidad PP-España-Constitución, que propone como idea central el
compromiso del PP con la España Constitucional y con la defensa de la Constitución,
que «es un resultado de modernidad y de cohesión, de libertad y de pluralidad, […]
más allá de las siglas partidarias o de los colores políticos». Ello se enmarca en la
137 Ibídem
138
Ibídem
139 Ibídem.
188
lucha que entabla el PP con el PSOE por la hegemonía o la prevalencia del término
patriotismo constitucional e incluso de la apropiación de los valores que representa la
Constitución Española del 78. El PP de este modo intenta así disputar la
representación y defensa de los valores e intereses universales al PSOE y apropiarse
de los valores sociales, como técnicas de enmarcado.
Ese “nosotros”, tal y como se dijo, es diádico y está perfectamente definido, tal y como
surge de la siguiente cita: «Nosotros no somos nacionalistas. No creemos que la
solución de los problemas de España deba abordarse desde planteamientos
nacionalistas excluyentes»140. Queda expuesto a nivel de las identidades dos campos
definidos nítidamente en función del concepto de nacionalismo. Por un lado quedan
enmarcados los nacionalismos periféricos caracterizados como excluyentes y no
constitucionales, y por otro lado, se enmarca el “nosotros” como patriotas
constitucionales no nacionalistas.
En lo que respecta al pronóstico, es donde más se incide a nivel argumental y de
enmarcado de soluciones y de posibilidades de éxito. Las técnicas de enmarcado que
se utilizan son la totalidad de las que proporciona el marco como son: asignar un
concepto central, definir los beneficios a obtener, cargar de valores abstractos los
beneficios y recurrir a la historia.
El concepto central asignado es el patriotismo constitucional al que se entiende como:
«un sentimiento racionalizado y dotado de una fuerte brújula ética y moral, que no
convierte en algo absoluto el hecho de pertenecer a un grupo nacional. Al patriotismo
constitucional no le basta el mero hecho nacional, aunque no lo ignora, sino que busca
sus cimientos en sólidos principios y valores éticos, rasgos de civilización y normas de
convivencia para la libertad».141
Los beneficios a obtener son los de mantener aquellos atributos de pluralidad, libertad
y democracia de los que goza España en la actualidad. Los beneficios son los propios
valores abstractos con los que se carga a las soluciones, tales como libertad,
pluralidad, democracia, pero también: unidad y autonomía. Por otra parte, se recurre a
la historia, en dos sentidos; el primero, para dar consistencia y verosimilitud
argumental al marco pero también, y he aquí el segundo de los sentidos mentados,
para acercar el marco a la experiencia cotidiana de las personas. Ejemplo de esto
último lo vamos en la siguiente cita:
140 Ibídem.
141 Ibídem
189
«los fundamentos históricos y morales del patriotismo constitucional en España son los
valores inspiradores del gran pacto de la transición democrática, los plasmados en la
Constitución, y desarrollados en los Estatutos de Autonomía. Nuestro patriotismo
constitucional encierra el orgullo racional y crítico por haber superado siglo y medio de
enfrentamientos civiles, por haber resuelto gran parte de nuestros problemas e
insuficiencias históricas, por haber establecido un régimen democrático genuino y
estable, articulado sobre derechos y libertades, y autonomías territoriales» 142.
En cuanto a la motivación, en lo que respecta a la definición de las audiencias y la
apelación a la acción, podemos decir que el enmarcado es parcial, probablemente
condicionado por la naturaleza del texto. De este modo las técnicas de enmarcado
utilizadas son las de definir a las audiencias, apelar a la responsabilidad de los
individuos e invocar valores universales en la solución, tal y como se observa en la
siguiente cita:
«la obligación de todas las instituciones que forman el Estado de Derecho es procurar
que la ley impere en todo momento, en toda circunstancia, en cualquier parte del
territorio nacional. […] Estos principios engendran, en nuestra concepción del
patriotismo constitucional, unos deberes que forman parte del concepto cabal de
ciudadanía. La lealtad constitucional, en una sociedad moderna, significa dar el
máximo valor al principio del imperio de la ley, al ser ésta, al mismo tiempo, expresión
de la voluntad popular y garantía de nuestras libertades».143
Por último las audiencias son definidas de forma sucinta pero muy amplia, en este
sentido el texto está orientado hacia:
«todos los españoles, independientemente de su adscripción ideológica o partidaria,
se sientan incluidos en el patriotismo constitucional. El patriotismo constitucional es un
concepto de futuro. Un concepto para la España del siglo XXI. Un concepto incluyente
de todos aquellos que deseen un futuro común y compartido, atrayente y atractivo. Un
futuro mejor y con más oportunidades para todos»144.
En resumen el marco propuesto por el PP en su segunda legislatura, presenta un
diagnóstico de dos valencias, una muy positiva respecto a la situación institucional del
Estado de las Autonomías, de las Comunidades Autónomas y de la Constitución; y por
el contrario otra faceta de diagnóstico, profundamente negativa, en lo que se refiere a
la existencia, actitud y evolución de los nacionalismos periféricos a los que califica de
142 Ibídem
143 Ibídem
144 Ibídem
190
excluyentes. Dentro de esta tarea de diagnóstico se enmarcan dos identidades claras
y opuestas: los nacionalismos excluyentes y los patriotas constitucionales.
En lo referente al pronóstico la idea central que aparece enmarcada con insistencia es
la del patriotismo constitucional, como solución a los nacionalismos excluyentes que
tiene el objetivo mantener los beneficios de la España democrática de principios del
siglo XXI.
La motivación incluye la interpelación ―aunque de modo breve― a todos los
españoles en la defensa del Estado de Derecho y por un futuro común caracterizado
por los valores de la España democrática y plural que se ha descrito en el marco.
Partido Socialista Obrero Español (PSOE):
El Partido Socialista Obrero Español a partir de la promulgación de la Constitución del
1978 y de la llegada del partido al poder en 1982, pasó a recuperar “un mensaje
patriótico español en positivo” (Núñez Seixas, 2010: 84) modificando las tesis de la
autodeterminación de los pueblos propias de la lucha antifranquista. Ello obedeció,
según indica Núñez Seixas, a la posición hegemónica que obtuvo el partido en el
ámbito de la izquierda, y por otra parte, a la falta de apoyo social de la demanda de
autodeterminación que “no era tan mayoritaria como la oposición antifranquista había
supuesto” (Núñez Seixas, 2010: 84).145 Posteriormente, ya en el ejercicio de gobierno,
el mensaje patriótico en positivo del PSOE se reforzó por la emergencia de una
importante tensión con los nacionalismos periféricos, por el proceso de transferencias
de competencias que responden al principio de autogobierno, por una parte, y por otra
y la solidaridad interregional, que responde a la idea progresista de nación española
(Balfour y Quiroga, 2007).
Resultado de los mencionados cambios, es el surgimiento de una cierta tensión entre
los principios de “solidaridad nacional” frente a los de “autogobierno local” (Balfour y
Quiroga, 2007) que atraviesan históricamente al PSOE. Siguiendo a Balfour y Quiroga,
podemos decir que los discursos de la izquierda se modificarán respecto de la
identidad española dependiendo “en gran medida de cuál de estas dos tendencias sea
la predominante” (Balfour y Quiroga, 2007: 137).
Este giro nacionalista lo podemos ver manifestado en las palabras de Felipe González
quién, ya en 1978 sostenía que «es evidente que existe la nación española. Nadie con
una mínima sensatez lo pone en duda» (González Márquez, 1978: 44-45, citado en
145 Sobre este tema véase Pastor Verdú (2012)
191
Balfour y Quiroga, 2007: 139), mientras que unos años después ya en el gobierno,
durante el debate parlamentario del 20 de diciembre de 1989 y respecto de la cuestión
de la autodeterminación de los pueblos aplicado al caso español, sostenía que:
«Nuestra posición es y será la de defender la unidad de España, y como hace falta
una modificación constitucional para plantearse incluso el derecho de determinación o
libre determinación o autodeterminación, nosotros no iremos a esa modificación» 146
Balfour y Quiroga (2007) entienden que hay tres tendencias dentro del PSOE que son:
1) el neo-regionalismo, que propone una importante descentralización pero de carácter
simétrico, y ve a España como única nación; 2) los Socialismos del País Vasco,
Cataluña y Galicia, que consideran que su Comunidad Autónoma es una nación y
España es una nación de naciones ―en el caso que nos ocupa el exponente más
relevante es Maragall―; y 3) para estos últimos, de matriz más jacobina, España es
una nación de ciudadanos y se debe limitar el autogobierno cuando va en contra de la
solidaridad.
De estas tres tendencias, se observa que durante el período de Felipe González al
frente del partido y del Gobierno de España, tenderá a imponerse la tercera postura a
nivel general, para dar paso a una confluencia de la primera y tercera en el período de
Zapatero al frente del partido; esa confluencia se mantendrá con cierta leve
preponderancia de la postura neo-jacobina durante la Secretaría de Pérez Rubalcaba
y de Pedro Sánchez.
Vemos, entonces, durante el período de González Márquez como el PSOE había
abandonado las tesis de la autodeterminación de los pueblos, para abrazar su
tradición neo-jacobina y en la que se tiende a imponer la idea de solidaridad nacional
frente a la de autogobierno local (Balfour y Quiroga, 2007). Este viraje hacia la
recuperación de la idea de nación española se basa en los principios de un discurso
patriótico español de tipo cívico-político, republicano, liberal, democrático y reformista,
que ha evitado, en su vertiente fundamental ser caracterizado como nacionalista. El
concepto nacionalismo español fue asociado en muchas ocasiones, tanto por la
izquierda de IU como por los nacionalismos periféricos, principalmente durante la
Transición, al franquismo por el uso simbólico que hizo la dictadura de lo nacional
como fuente de legitimación (Balfour y Quiroga (2007). Este hecho limitará y
condicionará ese proceso de renacionalización del PSOE.
146 Diario de Sesiones, Congreso de los Diputados, 20 de diciembre de 1989, p. 196.
192
El giro nacionalista citado, que se acelera a partir de la llegada al gobierno de los
socialistas en 1982, tiene dos ideas centrales o principios: la primera es la de España
como nación de ciudadanos. Esta idea argumenta la unidad política en la diversidad
cultural y en la autonomía, así como los procesos de descentralización, fortaleciendo
de este modo, la idea del Estado como garante de la igualdad en la pluralidad, de la
ciudadanía, de la solidaridad y de la redistribución de la riqueza; conceptos éstos, que
se encuentran dentro de la visión cívico-política del nacionalismo (De Blas, 1994, 1997
y Balfour y Quiroga, 2007). Este principio de nación de ciudadanos está
fundamentado, en sus ideales, en los principios de solidaridad y de igualdad de la
Revolución Francesa “que además incorpora la idea socialista de la redistribución
social de la riqueza” (Balfour y Quiroga, 2007: 146).
El segundo elemento es el concepto de patriotismo constitucional que, tal y como se
ha mencionado anteriormente, si bien es introducido por la izquierda socialdemócrata
en España, no es privativo de ésta ya que ha sido reinterpretado por el Partido
Popular.
En concreto el patriotismo constitucional que proponía el PSOE se basaba en los
desarrollos de Habermas (1989), y sentó las bases de la comunidad política “sobre la
defensa de principios democráticos y ciudadanos universales, contenidos en una
Constitución compartida” (Núñez Seixas, 2010: 89). El patriotismo constitucional fue un
instrumento que los socialistas han utilizado con éxito para reintroducir valores
liberales y democráticos frente a las dos tendencia que lo atenazan, la
patrimonialización franquista del concepto de nación española y los nacionalismos
periféricos. El propio Zapatero así lo sostenía en referencia el acomodo institucional de
la diferencia dentro de la unidad plural: «[España tiene una] historia que se funda en el
presente y se dirige al futuro con una gran patriotismo que todos los españoles
tenemos que cuidar, alimentar y enriquecer que es el patriotismo constitucional»
(Citado en Pastor Verdú, 2012:156). En ese sentido Zapatero, morigera la postura que
venía sosteniendo el PSOE al respecto y asume, en ciertos aspectos, los reclamos del
neo-regionalismo, que luego, tendrán una plasmación política en los procesos de
renovación de los Estatutos de Autonomía.
El patriotismo constitucional pretendió incorporar el ideario colectivo los éxitos del
pacto constitucional y de la propia Constitución del 78 como elementos simbólicos de
la voluntad de convivencia cívica y la posibilidad de llevar adelante el proyecto
colectivo de la nación española como aspiración común de todos los ciudadanos
193
españoles, donde la Carta Magna era el núcleo central, junto con la democracia y los
consensos sobre la idea de ciudadanía.
Al patriotismo constitucional, también se lo combinó ―como es propio de todo
nacionalismo― con elementos de naturaleza cultural que tensionaron al PSOE en dos
direcciones, la primera de ella es la necesidad de ofrecer elementos simbólicos
nacionales de carácter cultural e histórico, pero por otro lado, sin caer en la simbología
nacionalista promovida por el franquismo (Pastor Verdú, 2012). Este expediente se
solventó, en lo simbólico, seleccionando elementos o hechos históricos de manera
muy cuidada y orientando el patriotismo constitucional hacia el futuro, antes bien que
hacia el pasado histórico (Balfour y Quiroga, 2007), ejemplo de ello es la relevancia
que tuvieron las ideas de modernidad y de pertenencia a Europa. En lo estrictamente
político, se intentó aunar pluralidad dentro de la unidad, ejemplo de esto último fue el
desarrollo de la Ley Orgánica de Armonización de Proceso Autonómico (LOAPA) que
ponía límites a las pretensiones de las Comunidades Autónomas.
En lo que respecta a las relaciones entre España y sus Comunidades Autónomas el
patriotismo constitucional del PSOE proponía una fuerte descentralización política, el
reconocimiento del pluralismo cultural y de identidades de las Comunidades
Autónomas pero dentro de la nación española, en la que radica la soberanía que es
única, indivisible e intransferible.
La propuesta del patriotismo constitucional como idea fuerza y rectora de una relación
entre los individuos y la comunidad, basados en principios liberales y democráticos
que propuso el PSOE recibió fuertes críticas tanto desde la derecha conservadora,
como desde los nacionalismos periféricos. Los primeros criticaban la falta de cohesión
que ofrece el patriotismo constitucional al vincularlo únicamente a la Constitución, y en
el segundo caso, se lo criticaba como “vía legitimadora de los nacionalismos estatales”
(Núñez Seixas, 2010: 90).
Se sostiene aquí la hipótesis de que las citadas críticas no son consistentes y son
además, críticas parciales. Estas críticas pueden ser entendidas como producto del
éxito, antes bien que al fracaso, del programa de renacionalización del PSOE. La
visión liberal-democrática, modernizadora y europeizante de la nación del PSOE,
antes que un elemento táctico de enfrentamiento con los nacionalismos periféricos, o
el PP, fue un “proyecto de construcción nacional” (Balfour y Quiroga, 2007) orientado
a dotar de una identidad común ―no excluyente― y de solidaridad entre ciudadanos.
194
Este proceso de reconstrucción nacional del PSOE no ha intentado incorporar a los
nacionalismos periféricos dentro del proyecto común español, “sino crear una
alternativa sólida a los mismos” (Balfour y Quiroga, 2007: 173). Es por ello que las
críticas que se le hacen a este proyecto deben ponerse bajo esta luz. No obstante,
esas detracciones, el proyecto ha sido profundamente exitoso, tanto en el enmarcado
de conceptos tales como la modernidad y el carácter profundamente europeo de
España frente a la Hispanidad de franquismo; del mismo modo que el enmarcado de
las bondades de los acuerdos constitucionales y la Constitución del 78, en el
imaginario colectivo. Ese éxito del enmarcado del patriotismo constitucional es lo que
lleva a Balfour y Quiroga (2007) a asegurar que esa es la razón del intento de
monopolización que de él ha hecho el PP.
Discurso del PSOE:
Diagnóstico:
Comenzando por el análisis del marco del PSOE, se puede decir en líneas generales
que, el diagnóstico del discurso del PSOE que aparece ―en lo que se conoce como la
Declaración de Santillana del Mar del año 2003, texto que lleva por título: La España
plural: la España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo― es de
valencia positiva; en él destaca la modernidad y el europeísmo de España, el valor de
la Constitución del 78, sus pactos constitutivos y los efectos que ha tenido en los
procesos de descentralización del poder y de transferencias de competencias a las
Comunidades Autónomas. Del mismo modo que valora muy positivamente la
pluralidad cultural e identitaria.
Ejemplo de lo anterior es la siguiente cita:
«El proyecto socialista para España, con el que concurriremos a las distintas
contiendas electorales, arranca de la Constitución y se proyecta, desde ella, hacia
Europa y hacia el mundo del siglo XXI. No podría ser de otra manera: los socialistas
contribuimos decisivamente al pacto constitucional y a la construcción del Estado de
las Autonomías así como a la integración de España en la Unión Europea.[…] La
Constitución de 1978 consagra, pues, por fin, una coincidencia feliz entre la España
legal y la España real. Esta España real es una España plural, respetuosa con su
diversidad, que no sólo no niega las diferentes identidades que la conforman, sino que
se muestra orgullosa de esa pluralidad. De esta forma, el pluralismo se incorpora
como un elemento intrínseco de su identidad y como valor superior del ordenamiento
jurídico. La Constitución afirma una autonomía que es libertad, identidad y pluralidad, y
195
se sitúa en las antípodas de una concepción sectaria, impositiva y uniformadora de
nuestro país».147
En él se destacan todos y cada uno de los puntos comentados del programa de
reconstrucción nacional del PSOE
de modo sucinto. Las identidades son
fundamentalmente compartidas, y se impone la fractura de clase frente a la nacional.
No hay un enmarcado del “ellos” en función de los nacionalismos periféricos. Por el
contrario, el “nosotros” abarca a todos los ciudadanos de España. Frente al
particularismo y al reclamo de los nacionalismos, el patriotismo constitucional del
PSOE propuso las identidades compartidas y múltiples entre los diferentes niveles de
autogobierno, pero circunscribiendo la soberanía a la nación española.
Es por ello que el texto de Santillana claramente identifica el “nosotros” y el “ellos” en
dos campos ideológicos claros. El primero la derecha del Partido Popular en el eje
izquierda derecha, y el “segregacionismo o pseudo-soberanismo” de PNV o CiU. En
oposición e ese “ellos”, el “nosotros” del PSOE que se describe como no nacionalista,
tal y como se lee en la siguiente cita:
«No somos nacionalistas. Nunca hemos hecho ni haremos de tan esencial cuestión
bandera de partido, ni objeto de doble juego, ni de doble rasero. Nuestra oposición
frontal a todo segregacionismo o pseudo-soberanismo, ya venga del PNV o de CiU
[…]. Frente a los separatistas y a los separadores, a los que quieren dividir y a los que
utilizan las tensiones segregacionistas para sus fines partidarios, el PSOE siempre ha
estado y está en la Constitución».148
El agravio viene a identificarse con dos elementos la crispación de la derecha que
divide y genera inestabilidad, propio del PP de Aznar Y el segundo, elemento son las
actitudes segregacionistas de los nacionalismos periféricos.
Las técnicas de enmarcado utilizadas son las de asignación de conceptos y definir el
problema en función de la experiencia ordinaria, insertar la cuestión en un marco más
amplio y atribuir las causas a actores colectivos.
En lo que respecta a las identidades, se personaliza a los actores antagonistas que
configuran el ”ellos” y se los enmarca con intereses e intenciones contrarias al bien
colectivo. Hay un muy potente enmarcado del “nosotros” para el que se utiliza las
técnicas de representación exclusiva de valores universales y una defensa exclusiva
147 La España plural: la España Constitucional, La España Unida, la España en Positivo.
Declaración de Santillana del Mar del año 2003
148 Ibídem
196
de los intereses colectivos además de una apropiación de los valores sociales
positivos. Mención aparte merece la cuestión nominativa del sujeto colectivo. Aquí, a
diferencia del PP, España no aparece naturalizada, ni personificada como un sujeto
individual del modo en que hace CiU con Cataluña. España, en el marco que propone
el PSOE, tiende a ser referenciada siempre, discursivamente hablando de los
ciudadanos; de este modo «España son los españoles que la hacen en su Historia y
en cada generación».149
El pronóstico y el enmarcado de soluciones y objetivos es el perfeccionamiento del
modelo existente. El modelo es el Estado de las Autonomías y el PSOE expone una
serie de elementos para profundizar su estructura y funcionamiento en base a la
Constitución vigente, tal y como se sostiene en el texto:
«Nuestra propuesta de perfeccionamiento del Estado Autonómico supone asumir, con
coraje, el deber de postular reformas institucionales concretas y específicas allí donde
las consideramos necesarias, oportunas, y coherentes con la mejora de los
mecanismos de autogobierno. […] Y ello, para conseguir más solidaridad, cohesión
social e igualdad de derechos y de oportunidades, que son los objetivos que siempre
han guiado y seguirán guiando nuestro quehacer político» 150.
Le siguen una serie de propuestas de reformas políticas concretas que van desde la
reforma del Senado y la creación de la Conferencia de los Presidentes, las reformas
de los Estatutos de Autonomía, la mayor integración de las Comunidades Autónomas
en Europa y la profundización del «sentimiento constitucional: por la lealtad y el
patriotismo de las libertades y de la ciudadanía»151. Las técnicas de enmarcado son
las siguientes, se asigna un concepto central que es el de reforma y
perfeccionamiento, se definen los beneficios a obtener y se cargan de valores
abstractos los beneficios, además de recurrir a la historia ―del pasado cercano, en
este caso―.
La motivación y la operación de la definición de las audiencias es amplia, por la que se
apela a todos los españoles a quienes se ofrece un proyecto integrador. En la
siguiente cita hay una clara alusión a ese todos que aparece en negrita en el texto
original: «Esto es un proyecto de Estado y una comprensión real de lo que es nuestra
149 Ibídem
150 Ibídem
151 Ibídem
197
sociedad. Todo lo demás son tácticas que piensan muy poco en la Historia de todos,
de España y de los españoles, y menos aún en su futuro»152.
Las técnicas utilizadas son la de definir los participantes, invocar valores universales y
señalar las acciones descritas en el apartado de pronóstico. Al ser este un texto de
posicionamiento frente a unas elecciones autonómicas de finales del 2003 de carácter
fundamental para el PSOE ―como lo fue la elección autonómica de Cataluña― la
apelación a la acción no es central en el marco, de hecho, hay en este texto un
particular relieve al papel de las CC.AA. dando paso a una estrategia integrada entre
la visión neo-jacobina dominante del PSOE con el neo-regionalismo.
En resumen, la estrategia discursiva del PSOE se orientó hacia una visión cívicopolítica del nacionalismo Español con pocos matices de recursos etno-culturales,
primero en una visión fuertemente noe-jacobina que se morigeró hacia el
neo-
regionalismo con Zapatero como jefe de la oposición. Y en lo que respecta al marco
general, podemos decir que, la valencia del diagnóstico es positiva a nivel general, y
negativa en lo que respecta a la evaluación de la derecha del PP y a los nacionalismos
de CiU y PNV. El pronóstico se fundamenta en la profundización de los elementos
institucionales positivos descritos y destacados en el diagnóstico y la motivación es de
orden general y poco estructurada.
Estructura de Oportunidad Política 1999-2003:
Para el análisis de la EOP utilizaremos, tal y como se comentó en el apartado
correspondiente del capítulo III, los seis elementos propuestos por Máiz (2002) que
analizan:
1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de
democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el
conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional.
1)
el grado de centralización o de descentralización del Estado
En términos generales, la dinámica institucional de los períodos analizados tiene dos
elementos estructurales principales que son: primero, el federalismo competitivo del
Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga, 2007)153 que favoreció dinámicas
152 Ibídem. La negrita es del texto citado.
153 Conceptos similares menciona Luis Moreno cuando sostiene que: “la progresiva consolidación
del Estado de la Autonomías español en línea con el modelo de concurrencia múltiple etnoterritorial
198
institucionales basadas en reclamaciones constantes de mayores cuotas de
autogobierno y poder por parte de las élites regionales de las diferentes Comunidades
Autónomas frente al Estado central. Estas constantes reclamaciones de las élites, en
última instancia, ponen también en cuestión el marco de la propia autonomía, de este
modo, nunca queda definido el final (Núñez Seixas, 1999; Keating, 1996) o el cierre de
las reclamaciones de transferencias por parte del Estado central a las Autonomías. El
segundo elemento es la acción de las élites nacionalistas en una dinámica institucional
centrífuga, que prima el éxito en las dinámicas de competición regional (Ovejero
Lucas, 2006, 2011a, Balfour y Quiroga, 2007) haciendo que se radicalicen las
demandas y las posiciones ideológicas de las élites nacionalistas regionales.
2)
las políticas de democratización y la apertura del acceso a la
participación
En esta etapa no se han abierto elementos nuevos a la participación social. Solo son
de mencionar las elecciones regionales de finales de 2003 que marcaron el final de
ciclo del pujolismo. Esas elecciones condicionarán el ciclo siguiente con una coalición
de la izquierda en el poder en Cataluña. En esa campaña electoral, ante la idea del fin
de ciclo y de cambio que promovía el PSC, ERC e ICV, CiU intentó, sin éxito,
profundizar en esa misma idea de cambio pero incluso a nivel generacional, para
vincular al candidato del PSC Pasquall Maragall al mismo ciclo del pujolismo que se
acababa.
3)
el sistema de partidos
Respecto a la EOP del Gobierno de la Generalitat de Catalunya en la última legislatura
del pujolismo, podemos decir que los pactos entre CiU y el PP que garantizaron la
legislatura a Pujol, mermaron la voluntad reivindicativa de sus discursos al encontrarse
en una doble situación de debilidad, sin poder influir en las decisiones del Gobierno de
España a través de la estrategia de pactos en el Congreso de los Diputados, debido a
la mayoría absoluta del Partido Popular y, al mismo tiempo, a la necesidad de contar
con el apoyo del PP para poder formar gobierno en Cataluña.
Por otra parte, la legislatura anterior, donde esta situación era diametralmente
opuesta, llevó a que el Gobierno de la Generalitat obtuviese importantes transferencias
y de federalismo imperfecto. (...) pone en relación la movilización étnica sub-estatal con la
competición entre las regiones y las nacionalidades españolas en la lucha por el poder político y
económico, así como por la consecución de legitimidad para su desarrollo institucional” (Moreno,
1993: 1, citado en Serrano Pascual, 1995: 69).
199
de competencias por parte del Gobierno de la nación a cambio de apoyos
parlamentarios154.
En el pujolismo la falta de movilización social y la distancia ideológica de la élite con la
sociedad, se relaciona con el éxito alcanzado en las transferencias de importantes
competencias (Arza y Mari-Klose, 2014; Alonso, 2015), pero también con la situación
económica de ciclo económico expansivo que hizo difícil la estructuración del agravio
en el enmarcado del discurso.
Vale decir entonces, que la estructura de oportunidad política con la que se encuentra
Pujol y el nacionalismo en general, en esta primera etapa analizada, es restrictiva en
referencia a la posibilidad de desplegar no solo la movilización social respecto a las
metas de mayor autogobierno y mejor financiación, sino que, tampoco permite un
completo desarrollo del proceso de enmarcado, tal y como se propone en el marco
ideal. Ello queda en evidencia en la falta de desarrollo de dos dimensiones, en la
dimensión del agravio y en la identidad “ellos”.
4)
Disponibilidad de aliados influyentes
Los aliados que posee el pujolismo son pocos. El PPC es el que mantiene el apoyo
parlamentario en el Gobierno de la Generalitat y que a nivel nacional avanza en el
terreno del nacionalismo constitucional (Balfour y Quiroga, 2007), confrontando con los
nacionalismos periféricos. Convergencia y Unión está prácticamente aislada, con la
excepción del PPC en aquellos puntos en los que no se toquen temas sensibles al
nacionalismo español del PP. Ese aislamiento lo intentó romper ERC que le ofreció en
no pocas oportunidades un pacto de gobierno a Pujol quién lo rechazó siempre,
incluso en duros términos, en alguna oportunidad.
Los partidos de izquierda se posicionan tanto contra Pujol como contra el PP
generando un frente común en ese sentido que nos lleva al siguiente punto dentro de
la élite nacionalista en Cataluña.
5)
Las divisiones entre las élites y en el seno de las mismas
Hay tres elementos que condicionan la EOP de este primer momento, el primero es el
éxito del modelo del pujolismo y la constatación de los postulados de la hegemonía
nacionalista en el discurso de la élite política de Cataluña. El segundo elemento es el
154 Hubo importantes transferencias de impuestos (cesión 40% de los impuestos Especiales,
aumento de la cesión del IVA, cesión del 33% del IRPF) además de una particular tolerancia con las
políticas identitarias, ejemplo de ello es que el Gobierno de la Nación no recurrió la Ley de Política
Lingüística de 1998.
200
giro nacionalista de PSC de la mano de Pasqual Maragall que asume en gran medida
los postulados del nacionalismo conservador de CiU (Ovejero, 2011a, 2013). A partir
de ese giro nacionalista el PSC buscará competir en el eje nacionalista por el
electorado de CiU. El tercer elemento es la sensación de fin de ciclo político y la
necesidad de renovación generacional y de proyecto que se va haciendo más evidente
hacia el año 2003, cuando se aproxima el final de la legislatura. Tanto en los discursos
del PSC de Maragall, como del PSOE, así como en los debates entre los candidatos155
a la Presidencia de la Generalitat, aparece la idea de cambio de ciclo y de renovación
generacional.
Estos tres elementos ponen paralelamente en cuestión la unidad de la élite política
catalana, y lo hacen por los siguientes motivos. El primero es que el éxito del
programa del pujolismo significa también que se ha alcanzado el techo competencial
que permite el Estatuto de Autonomía vigente y ―muy probablemente― también la
Constitución. Ello daría por agotado el modelo del pujolismo. Por otra parte, la
competencia partidaria en los mismos términos discursivos ―recuérdese que Maragall
recurre prácticamente a los mismos agravios que el pujolismo― por la hegemonía
nacionalista de CiU pondrá en cuestión la unidad de la élite.
A nivel de las élites, se puede decir que estos dos fenómenos concurren
simultáneamente, hay un éxito del proyecto nacionalista del pujolismo y hay
paralelamente un desafío a la hegemonía política de CiU en su propio campo, por
parte del PSC que se materializará en el próximo período junto con ERC e ICV-EUiA
en el Gobierno Tripartito.
6)
Contexto internacional:
No hay elementos significativos del contexto internacional que se relaciones o influyan
de manera directa sobre la cuestión que nos ocupa en este período.
Conclusiones del capítulo:
El final del pujolismo presenta una serie de características respecto de los marcos
discursivos fundamentalmente de los que se considera hablas hegemónicas o
predominantes, como son las de CiU y el PSC. CiU era en ese momento hegemónico
social y discursivamente, dado su peso político e institucional, además del peso que
poseía en los medios audiovisuales de carácter local y fundamentalmente por el
significado histórico de dos décadas al frente del Gobierno de la Generalitat.
155 Véase el debate entre Artur Mas y Pasqual Maragall en el periódico La Vanguardia, 5 de
Octubre de 2003, pp. 16 a 24.
201
Tal y como se mencionó el discurso de Pujol, a la luz del marco ideal, plantea los
agravios que se mantendrán en la historia del nacionalismo. Su marco no incide en el
antagonista como responsable directo de los agravios, pero sí hay una profundización
en la dimensión identitaria, del “nosotros”, los catalanes. El diagnóstico es de doble
valencia, positivo en lo que respecta a la historia reciente de Cataluña, pero
ligeramente
negativo
sobre
cuestiones
estructurales,
que
se
manifiestan
concretamente en los agravios económicos, identitario y democrático.
Frente a esa valencia negativa del diagnóstico, Pujol advierte cierta desmovilización
social. Dicha falta de tensión social, y la relaciona con la buena marcha de la
economía y del buen funcionamiento del Estado de las Autonomía; Pujol opone a ella
el reclamo de mayor tensión social, pese a que todo vaya bien. La solución propuesta
por el marco de CiU es la profundización del autogobierno, la autonomía y la mejora
de la financiación.
Es una solución continuista con la política del pactismo hasta ese momento
desarrollada; no obstante ello, tal y como sostiene Alonso (2015), algunos miembros
de CiU entendieron que esa desmovilización social, se debia al éxito del catalanismo
político, y era un síntoma del fin de la estrategia de equilibrio pactista del pujolismo.
Por otra parte, ese reclamo de más movilización es indicativo de una de las formas
que poseen las élites políticas de los nacionalismos periféricos de legitimar sus
demandas, tal y como teorizó Brass (1991) y que en nuestro ámbito desarrollaron
Ovejero (2011b, 2013), Arza y Coll (2014) y Alonso (2015).
Por último, baste decir, que Pujol, naturalizó la concepción de justicia que tienen los
reclamos del nacionalismo catalán, a partir de la tesis del reconocimiento (Ovejero,
2011b). Esta tesis sostiene que la justicia de las reclamaciones del nacionalismo
catalán de basan en una hipotética realidad diferenciada e ignorada por el Estado y
que esa realidad tiene expresión política en el reclamo de más autogobierno, mas
reconocimiento y mejor financiación de CiU. Esta tesis será asumida por la izquierda
catalana (ERC, PSC e ICV-EUiA) de aquí en adelante y se verá profundizada en el
último período.
El PSC comparte ampliamente los términos generales del discurso de CiU, y si bien
propondrá una serie de matices propios, establece unos agravios muy similares a los
de CiU. En lo que se refiere a la solución propuesta en el marco, el matiz es la reforma
del Estatuto ―frente a la estrategia continuista de Pujol―, pero la idea de profundizar
el autogobierno, la autonomía y mejorar la financiación, es la misma idea pujoliana; del
mismo modo que es similar la concepción de la identidad “nosotros” a la que Maragall
202
apela para justificar los agravios. El nosotros al que apela Maragall, es muy cercano a
la construcción del nosotros de Pujol, por no decir, el mismo.
El PSC con Maragall, asume, además de gran parte de los marcos, la estrategia y las
tesis de CiU pero con menos esfuerzo conceptual en tanto que no hay una
segmentación clara de audiencias, como sí enmarca su discurso Pujol, ello como parte
del desplazamiento hacia posiciones nacionalistas del PSC, que se profundiza con la
llegada de Maragall como candidato del PSC a presidir la Generalitat. Mientras que
Pujol segmenta las audiencias y establece una estrategia de equilibrio entre dos tipos
ideales del nacionalismo, Maragall, no segmenta claramente las audiencias ―de
hecho fue criticado por parte del PSC más adelante por la misma cuestión― y
solamente escora su posición hacia un discurso identitario de clara matriz etno-cultural
como parte de su estrategia discursiva.
En el caso del discurso de CiU no existe un fuerte enmarcado del antagonista. Si bien
sí hay un discurso identiario, está orientado a potenciar el “nosotros” pero ese
“nosotros” no es confrontado con un “ellos” antagonista. Esta oposición excluyente no
se da, e incluso las referencias son de modo tácito, mucho más en el caso de Pujol.
PSC, ERC e ICV-EUiA, aprovechan la EOP para para criticar a un frente de derechas
y nacionalista ―en el caso del PSC― que gobierna España y Cataluña e intentar
vincularlos para abundar en esa necesidad de cambio gubernamental.
En términos generales, y con una clara excepción de ERC, que será una voz
minoritaria en este período, los marcos tienden a ser incompletos, tanto en lo que se
refiere al diagnóstico (en el campo de la identidad “ellos” o de la profundidad con la
que son enmarcados los agravios) como en el caso de la motivación, en lo que
respecta a la apelación y a la definición de las audiencias.
En una visión general del período, podríamos decir que tanto del PSC como CiU
―incluso contando con la sensación del fin de ciclo, que no solo percibía el PSC, sino
también parte de CiU― perciben la necesidad de continuar con la misma dinámica de
pactismo y negociación pero profundizando en los objetivos. Con la salvedad de ERC,
para el resto de formaciones, una solución rupturista es inviable, Artur Mas lo decía
abiertamente y Maragall, si bien advertía sobre su peligro, destacaba su posición
minoritaria. Finalmente, y respecto de las hablas minoritarias (ERC e ICV-EUiA), con
vocación contrahegemónica, estas formaciones no logran imponer sus marcos y
permanecen como hablas minoritarias.
203
En lo tocante a los dos partidos nacionales PP y PSOE, destaca en este período un
reforzamiento de las posiciones nacionalistas españolas por parte del PP pero a partir
de un trabajo doctrinal que lo va acercando a las posiciones del PSOE (incluso el PP
asume el discurso del patriotismo constitucional). No obstante ello, no es un momento
ajeno a la tensión discursiva, por parte del PP en la segunda legislatura de J. M. Aznar
con los nacionalismos periféricos españoles. Esto ha tensado el discurso de los
partidos de base regional en Cataluña de signo progresista, tal y como se mencionó.
El PSOE con la llegada de Rodríguez Zapatero a la Secretaría General, y como
candidato a la Presidencia del Gobierno luego, establece un giro hacia el neoregionalismo en sus posiciones nacionalistas favoreciendo el acomodo del discurso de
Maragall.
No obstante esto último, ambos partidos nacionales encuentran similitudes como parte
del diagnóstico respecto de la valencia negativa que representan las actitudes de los
nacionalismos periféricos secesionistas tanto del País Vasco como de Cataluña,
dentro de una situación general de valencia positiva, que comienzo con los Pactos
Constitucionales. En ambos casos se elogia y enaltece la Transición y sus pactos, así
como la Constitución del 78, como punto de encuentro y concordia de todos. Por otra
parte, ambos partidos de base nacional, ofrecen soluciones diametralmente opuestas,
mientras que el PP ofrece una solución de permanencia y preservación de las normas
que regulan las relaciones entre instituciones y personas, el PSOE propone como
solución el cambio y la reforma (en este período el Estatuto) para continuar en la
senda de la convivencia.
Se puede establecer un denominador común del período que es, respecto de la
cuestión del encaje de Cataluña en España una aproximación de aumento del
autogobierno, la autonomía y mejore la financiación, de carácter hegemónico, en la
que el pactismo y le negociación morigeraron los discursos identitarios y equilibraron
las estrategias nacionalistas; aunque ya algunos observadores daban por finalizado
este ciclo. Por otra parte la EOP del período es claramente restrictiva hacia la
movilización en la mayoría de los elementos de análisis. Esto cambiará en el período
siguiente.
204
Capítulo V. Período 2004-2007. La reforma del Estatuto de Autonomía
Plan de trabajo del capítulo:
El presente capítulo analiza, a la luz del marco ideal, la producción discursiva de las
élites políticas de Cataluña en el período que va de 2004 a 2009 respecto de, la ya
mencionada, cuestión territorial. Estos análisis serán relacionados comparativamente
con el período anterior y, por último, se analizará la EOP. Por último se ofrecerán unas
conclusiones del período al finalizar el capítulo.
Introducción al período 2004-2009:
Este período temporal analizado tendrá como hechos significativos tres sucesos
fundamentales que son: el acceso del Tripartito de Izquierdas ―y luego el Gobierno de
Entendimiento (Govern d`Entesa, en catalán) de Montilla― al poder de la Generalitat
luego de 23 años de gobierno de CiU; la coincidencia de ese gobierno de izquierdas
en el ámbito regional con un gobierno socialista en el Gobierno de España y, por
último, la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que comenzará a tramitarse
en 2004 ―si bien ya se era tema de campaña electoral a finales de 2003― y que
culminará con la sentencia nº 31/2010 definitiva del Tribunal Constitucional en 2010.
En las elecciones de finales de 2003, el PSC, con Pasqual Maragall como candidato,
logra vencer ―en votos pero no en escaños― a CiU y al heredero político de Pujol,
Artur Mas. La victoria fue posible debido a varios elementos: 1), el crecimiento de las
fuerzas políticas menores de izquierda (ERC y ICV-EA) que permitieron la
conformación del gobierno Tripartito ―junto al PSC― aun así, éste perdió 180.000
votos desde las elecciones de 1999 (Dowling, 2013); 2), la polarización del PSC con el
Gobierno de Aznar además del de Pujol, lo que permitió canalizar cierto descontento
contra el PP por parte del PSC; 3), la sensación de fin de ciclo que transmitió tanto el
PSC como el propio pujolismo y finalmente; 4), el desgaste producido en CiU debido a
los apoyos del pujolismo a los gobiernos del PP de Aznar en la primer legislatura y del
PPC al pujolismo en la segundo legislatura del PP. Todo ello, desgastó fuertemente
las opciones de CiU de mantener el Gobierno de la Generalitat y propició la llegada del
Tripartito.
El PSC aun perdiendo ciento ochenta mil votos y diez parlamentarios156 respecto a las
elecciones de 1999, logró formar gobierno en coalición con ERC e ICV. La orientación
que dio a su legislatura se caracterizó por un cierto y atemperado perfil
156
Véase La Vanguardia, 18 de diciembre de 2003.
205
socialdemócrata ―que se plasma en un discreto aumento del gasto en políticas
sociales (Dowling, 2013)― pero en clara línea continuista con las políticas del
pujolismo. El PSC en este sentido, se presentó como un heredero de continuidad de
las políticas neoliberales de CiU, alejado del perfil de izquierda socialdemócrata que el
partido tenía en los años 70.
Ese planteo de Maragall, de alejarse de las tesis socialdemócratas y asumir las líneas
políticas del pujolismo, consolidó la tendencia que se venía manifestando durante el
anterior período, y más acusadamente en campaña electoral del 2003, respecto de la
preeminencia del sector catalanista del PSC dentro del partido. Ello se plasmará tanto
en la acción de Gobierno ―con la propuesta del nuevo Estatuto― como en la
estrategia discursiva que se analizará más adelante.
Siguiendo a Dowling, podemos decir que el continuismo de las políticas del PSC
respecto de CiU, se refleja en las cuestiones vinculadas al financiamiento, a las
políticas lingüísticas ―en las que el PSC no solo no realizó o impulsó modificación
alguna, sino que profundizó y acató el modelo que tiempo atrás criticaba― 157; y a las
políticas de contenido simbólico (Balfour y Quiroga, 2007; Dowling, 2005, 2013).
Esa continuidad en las políticas simbólicas demuestra, según Dowling, “el liderazgo
incuestionable de CiU en el proceso de catalanización, así como el fracaso del PSC
para elaborar una alternativa exitosa a la concepción pujolista del catalanismo y de la
nación” (Dowling, 2013: 287). Desde la perspectiva de quién suscribe este texto, y solo
coincidiendo parcialmente con la opinión de Dowling, se sostiene la hipótesis de una
adhesión del PSC (de su sector catalanista, en este caso liderado por Maragall) a los
postulados del nacionalismo de CiU, y el abandono de los principios de igualdad entre
los ciudadanos de los distintos territorios que componen España, primando así el
principio de autogobierno regional; además de la mencionada hegemonía de CiU en
general, y de Pujol, en particular.
La conformación del gobierno Tripartito se comenzó a gestar a partir de las negativas
de Pujol de aceptar las ofertas de acuerdos de ERC en la legislatura 1999-2003,
Maragall aprovechó esa situación de rechazo de Pujol a ERC, para acercar posturas
con ERC. No obstante esos acercamientos y los acuerdos que se alcanzaron, la
legislatura del Tripartito estuvo marcada por varias crisis institucionales. La primera de
ellas fue en enero de 2004, un mes después de constituirse el nuevo gobierno y tuvo
157
Véase el capítulo 4 y Ovejero (2011b).
206
como protagonista a Carod-Rovira, quién se reunió con miembros de ETA para
negociar un alto el fuego en Cataluña; cosa que luego terminó ocurriendo.
Por otra parte, la fuerza política que más incrementó sus escaños en las elecciones de
2003 fue ERC, que prácticamente duplicó el número de parlamentarios autonómicos
pasando de 12 a 23, revirtiendo así la situación de un partido que, entre finales de los
años 80 y mediados de los 90, obtenía magros resultados electorales. De este modo
ERC se posiciona como árbitro de la política catalana y condiciona de tal modo al PSC
de Maragall, que éste nombra a Carod-Rovira, Consejero en Jefe (Conceller en
Cap158) de la Generalitat; en ese mismo sentido, pero durante el Gobierno de Montilla,
se creará el cargo de Vicepresidente de la Generalitat que ocupará el mismo CarodRovira. ERC desde su giro independentista de finales de los ochenta, tal y como se ha
comentado en el capítulo anterior, ha atraído entre sus bases a sectores
profundamente nacionalistas ―e incluso radicales en algún caso159― hecho que se
convirtió en una fuente de tensiones dentro de los gobiernos de coalición de los que
formó parte en esta etapa (Dowling, 2013).
Al mismo tiempo, la federación CiU es quién gana las elecciones en cantidad de
escaños, pero no en votos. En este sentido CiU, perdió una cuarta parte de su
electorado (Dowling, 2013) desde 1999. Ello sumió a la federación en una importante
crisis interna de la que se recuperó, si bien es cosa del siguiente período, antes de lo
que habría de esperarse debido la naturaleza de la situación del resto de las fuerzas
políticas. Por otra parte, en las elecciones del año 2006, vence CiU, (aunque
perdiendo votos respecto a 2003) tanto en votos, como en número de escaños
parlamentarios. Pero nuevamente, no puede formar gobierno, frente a la conformación
del Gobierno de Entendimiento (Govern d`Entesa), que encabeza José Montilla. Fue
un duro período para CiU, que se mantuvo en la oposición habiendo pactado con el
Secretario General del PSOE y Presidente de Gobierno la presidencia de la
Generalitat, si ganaba las elecciones, a cambio de su apoyo a la reforma del Estatuto
de Autonomía.
Cuestión aparte merece la tramitación del Estatuto de Autonomía 160. El Estatuto pasa
a ser el eje central no solo del plan de gobierno de Maragall sino de toda la política
158
Hasta su salida del Gobierno en el 2006 por solicitar el voto negativo en el referéndum sobre el
Estatuto.
159
Ex miembros de Terra LLuire se incorporan a esta formación en ese proceso que comienza A.
Colom
160
Para un tratamiento de este tema en profundidad véase el interesantísimo y muy completo
repertorio bibliográfica, por temática relativa al todo el proceso de reforma del Estatuto de
Autonomía de Cataluña, de Gómez Corona (2011).
207
catalana, e incluso, de la política española, en gran medida. El Estatuto podría ser
caracterizado, muy brevemente y de modo preliminar, como el proyecto de Maragall
de federalizar España a partir de una reforma estatutaria, con todo lo que ello conlleva.
Se irán desgranando paso a paso en los que sigue los aspectos centrales de todo este
largo y complicado proceso.
El proyecto de Estatuto que se elaborará tendrá su base en un anteproyecto elaborado
en el año 2003161 y su texto, que fue elaborado y votado mayoritariamente por el
Parlamento Catalán, era ambicioso y, en algunos puntos nodales, de difícil encuadre
constitucional162
163
. Ello llevó a la introducción de modificaciones tanto: en el proceso
de aprobación en el Parlamento Español, como luego en el Tribunal Constitucional.
Se señalarán a los largo del texto cuatro aspectos de este proyecto en diferentes
apartados de la tesis. Como primer elemento se especificarán los objetivos que
Maragall, su impulsor, tenía respecto de la reforma, ello se hará en el apartado que
analiza el discurso y la estrategia del PSC; luego se hará referencia a las atribuciones
que el proyecto del Estatuto se arroga al ser aprobado por el Parlamento de Cataluña;
por otra parte, las modificaciones que sufre en las en las Cortes. Y por último se
señalarán los recortes y modificaciones que acarreó la sentencia número 31/2010 del
Tribunal Constitucional, que se analizarán en el próximo capítulo. Se observará cómo
los elementos incluidos por los promotores de la reforma en el proyecto del Estatuto,
del mismo modo que los objetivos de Maragall, son maximalistas, en muchos casos
inconstitucionales164 e ignorantes de la doctrina del TC fundamentales a la hora de la
interpretación del texto Constitucional (de Carreras Serra, 2010). Por su parte las
versiones que saldrán tanto de las Cortes españolas, como luego de la sentencia
31/2010 del TC, si bien no modifican gran cantidad de artículos, sí que limitan de
forma sustancial los objetivos de sus promotores.
El nuevo Estatuto de Autonomía fue aprobado por el Parlamento de Cataluña el 30 de
septiembre de 2005, a esa instancia le precedieron arduas negociaciones, primero
161
Si bien se había puesto en la agenda política hacia finales de los años noventa la modificación
del Estatuto del 79 por parte del pujolismo, Pujol pactó con el PP, dejar sin tratar esa cuestión junto
con la del concierto económico, a cambio de los apoyos parlamentarios en su última legislatura
(Balfour y Quiroga, 2007; Dowling, 2013).
162
En lo referente al caso del proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña y sin entrar en la
Sentencia del Tribunal Constitucional del 2010, este Estatuto recibió un dictamen del Consejo
Consultivo de Cataluña con fecha del 06 de Septiembre de 2005 en el que se detallan 19 artículos
inconstitucionales y otros 35 con posibilidad de serlo.
163
Disponible on-line en el BOPC 207/05 http://www.parlament.cat/activitat/bopc/07b217.pdf
164
El Proyecto de Estatuto que salió de Parlamento de Cataluña de 2005 recibió un dictamen del
Consejo Consultivo de Cataluña en el que se detallan 19 artículos inconstitucionales y otros 35 con
posibilidad de serlo.
208
entre los partidos en Cataluña165 y luego una serie de negociaciones bilaterales entre
los partidos a favor del Estatuto y del Gobierno de España. El Estatuto de Autonomía
de Cataluña, fue aprobado en el Parlamento Español en julio de 2006 166 tras recibir
enmiendas del PSOE y la oposición del PP, que presentó un proyecto alternativo.
En lo que respecta a los objetivos que se planteó la reforma, podemos decir que eran
de un alcance de difícil encuadre constitucional, y marcadamente maximalistas en las
propuestas de transferencias de competencias desde el Estado central a Cataluña. La
fuente en que se sustentaban discursivamente dichas transferencias de competencias
aparece claramente en el Proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña del año
2005167 en el que se sostenía que:
“La nación catalana ha venido construyéndose en el curso del tiempo con las
aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas,
que han encontrado en ella una tierra de acogida. […] Desde 1714, han sido varios los
intentos de recuperación de nuestras instituciones de autogobierno. En este itinerario
histórico constituyen hitos destacados […] en los que se establecía que Cataluña
quería ejercer, entonces como ahora, su derecho inalienable al autogobierno. Es en
este sentido que el Estatuto es depositario de una memoria y guarda el recuerdo de
todos los que han luchado […] por el reconocimiento de los derechos nacionales de
Cataluña […] el proyecto y el sueño de una Cataluña sin ningún tipo de obstáculos a la
libre y plena interdependencia que una nación necesita hoy. La vocación […] se
corresponde con la afirmación nacional que históricamente representó la institución de
la Generalidad, vigente hasta el siglo xviii y después recuperada y mantenida sin
interrupción como máxima expresión de los derechos históricos de que dispone
Cataluña y que el presente Estatuto incorpora y actualiza. Hoy Cataluña, en su
proceso de construcción nacional, expresa su voluntad de ser y de seguir avanzando
en el reconocimiento de su identidad colectiva y en el perfeccionamiento y la
ampliación del autogobierno mediante este nuevo Estatuto. De este modo, el presente
Estatuto define las instituciones de la nación catalana y sus relaciones con los pueblos
165
PSC, ERC e ICV, en un bloque frente a CiU. El PPC no participa de esas negociaciones.
Se aprobó por el Pleno del Congreso el 30 de marzo de 2006 por mayoría absoluta con 189 votos
a favor (PSOE, CiU, PNV, IU/ICV, CC-NC y BNG), 154 en contra (PP, ERC y EA) y dos
abstenciones de la Chunta Aragonesista y Nafarroa Bai. El Pleno del Senado aprueba la reforma, el
10 de mayo de 2006 con 128 votos a favor (PSOE, CiU, PSC, ICV, PNV, CC, IU y BNG), 125 en
contra (PP) y 6 abstenciones (ERC, PAR y EA).
167
Véase la Propuesta de Reforma, 2005 pp. 1-2. Disponible en línea en:
http://estaticos.elmundo.es/documentos/2005/10/01/estatuto_castellano.pdf
166
209
de España en un marco de libre solidaridad con las nacionalidades y las regiones que
la conforman, compatible con el desarrollo de un Estado plurinacional.” 168
Esta larga cita pone de manifiesto la orientación etno-cultural de las motivaciones en
las que se apoyaba la necesidad de reforma y sobre qué bases se pretende
argumentar acerca de la legitimidad de un nuevo Estatuto de Autonomía. Según de
Carreras “los objetivos centrales del inicial proyecto catalán eran dos: primero, otorgar
un trato jurídico singular a Cataluña, dada su condición de nación, que permitiera
distinguirla de las demás comunidades autónomas; y, segundo, aumentar y garantizar
las competencias de la Generalitat y su financiación. En definitiva, aumentar la esfera
de autogobierno a costa de diferenciar a Cataluña del resto de comunidades” (de
Carreras, 2010: 45-46169). Esas pretensiones de singularidad que justifican un
tratamiento diferencial se sustentan en elementos propios del
nacionalismo de
vertiente etno-cultural. Ello lo observamos en las recurrentes referencias a la historia
diferencial de Cataluña, entendida como un entidad diferenciada que intenta recuperar
su autogobierno desde 1714; y en la naturalización de Cataluña, como un sujeto
colectivo y soberano poseedora de características propias de un individuo, tales como
voluntad, derechos históricos, etc.
Destaca además, la dudosa constitucionalidad del Estatuto sobre varios temas;
ejemplo de esto último es que el Proyecto de Estatuto del Parlamento de Cataluña
recibió un dictamen del Consejo Consultivo de Cataluña con fecha del 6 de
Septiembre de 2005170 en el que se detallan 19 artículos inconstitucionales y otros 35
con posibilidad de serlo. Estos y otros términos fueron debatidos, negociados y
recortados, para poder ser aprobado en el Congreso de los Diputados y en el Senado.
Esos recortes se produjeron respecto de puntos sensibles tales como: la política
exterior, que quedaba a cargo del Gobierno de España; el lingüístico; la justicia; en la
controvertida definición de Cataluña como nación; y en el bloqueo de las
168
Propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, 2005, pp. 1-2.
De Carreras sostiene que esos dos grandes objetivos se intentaron alcanzar a partir de un
proyecto de Estatuto que, además del olvido de la doctrina del TC, tiene cuatro concepciones de
inconstitucionalidad de carácter formal que lo invalidan y que son: “Primera. El Estado de las
autonomías está “desconstitucionalizado”, es decir, sus rasgos fundamentales apenas están
configurados en la Constitución y son los estatutos quienes determinan el modelo autonómico. […]
Por tanto, mediante la reforma de los estatutos se puede proceder a la modificación del modelo
global. Segunda. Los estatutos no son simples leyes orgánicas sino que, debido a su procedimiento
paccionado de elaboración y reforma, forman parte del bloque de la constitucionalidad […]es decir,
de hecho materialmente constitucional, que los convierte en complemento de la Constitución en
cuanto a la organización territorial del Estado. Tercera. Esta posición cuasi-constitucional hace que
los estatutos sean […] invulnerables respecto de las de más leyes que concretan la distribución de
competencias […]. Cuarta. El contenido constitucional de los estatutos […] es, simplemente, su
contenido mínimo. Pero los estatutos pueden también incluir cualesquiera otros contenidos que
permitan a la comunidad autónoma desplegar el conjunto de sus funciones constitucionales […].
170
Disponible on-line en el BOPC 207/05 http://www.parlament.cat/activitat/bopc/07b217.pdf
169
210
transferencias realizadas desde el Estado central. Por otra parte se aumentaba la
protección de la lengua catalana al mismo nivel que el de la lengua española. Como
resultado, el texto sufrió una reducción en la insancia del Congreso de los Diputados;
para finalmente, ser sometido a referéndum de los ciudadanos el 18 de junio de 2006.
En tal referéndum, ERC que fue promotor de la reforma se decantó por el voto
negativo, por considerar insuficiente ese Estatuto salido de las Cortes. El otro partido
que pidió el voto negativo fue el PP. El resto de partidos pidieron el voto a favor. Tal y
como sostiene la hipótesis inicial del presente, el interés de las élites en la reforma del
Estatuto contrasta con la percepción ciudadana de la relevancia de esa cuestión. Es
decir, que mientras el nuevo Estatuto tenía a favor el 88.89% de los parlamentarios del
Parlamento de Cataluña, es decir, 120 votos afirmativos (CiU, PSC, ERC y ICV-EUiA)
y 15 en contra (PP) en el año 2003, por contrapartida, solo un 3,9% de la población
percibía como problemático el mayor autogobierno (Ovejero, 2013; Alonso, 2015). En
este sentido, en el año 2002, el periodista Josep Ramoneda, sostenía en El Pais que:
“la reforma del Estatuto y de la Constitución no están ni de lejos entre las principales
preocupaciones de los catalanes” (El Pais, 17/12/2002171)172. Retomando la secuencia
de los hechos, el Estatuto fue aprobado en referéndum por el 73,90% de los catalanes
que votaron favorablemente, un 20,76% de votos en contra, con una participación del
48,85%. Es decir, que votó favorablemente al Estatuto un 35,7% de los catalanes con
derecho a voto (Ovejero, 2013). Estos datos contrastan claramente con un voto
afirmativo del Parlamento catalán cercano al 90% y nos remite al argumento
comentado al principio del párrafo.
El 31 de julio de 2006 el PP, luego de encabezar una dura y continuada campaña
contra el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, interpuso un recurso de
inconstitucionalidad frente al Tribunal Constitucional, tensando aún más las relaciones
con los partidos de base regional catalana y con el PSOE. Mientras se esperaba que
el Tribunal Constitucional dictase sentencia sobre los recursos de inconstitucionalidad
presentados ―por el PP y por otras instituciones 173― el nerviosismo entre los
diferentes actores fue en aumento llevando a una radicalización de las posiciones
nacionalistas, por las posibles consecuencias de la sentencia, en el ámbito catalán.
171
Véase
El
País,
17
de
diciembre
de
2012.
Disponible
en
línea:
http://elpais.com/diario/2002/12/17/catalunya/1040090843_850215.html
172
Por no mencionar la cuestión de la autodeterminación Respecto de ella y según documentos del
Departamento de Relaciones Institucionales de la Generalitat del año 2005, solo uno de cada diez
catalanes “se manifiesta a favor del derecho de autodeterminación” (Gómez, 2005: 130, citado en
Alonso, 2015:136).
173
El Estatuto de Autonomía de Cataluña del año 2006 recibió siete recursos de inconstitucionalidad
frente al TC. Quienes los presentaron fueron: el PP, el Defensor del Pueblo, y cinco Comunidades
Autónomas, además de cuatro recusaciones de las que solo se acepta una.
211
El texto que sale de las Cortes españolas, que se vota en referéndum y que se recurre
al TC, tiene en los términos de Carreras (2010) seis objetivos, que son: “1) Considerar
a Cataluña como una nación. Con este término se la distinguía de las demás
comunidades que sólo gozaban, […] de la consideración de nacionalidades o
regiones. 2) Desbordar el contenido del Estatuto anterior para darle una apariencia
formal de Constitución […] 3) Incorporar al articulado del Estatuto los principios
básicos de la legislación lingüística para así impedir futuras modificaciones
parlamentarias. 4) Aumento de las competencias propias mediante la definición de sus
diversos tipos, el blindaje frente al Estado de las competencias actuales y la limitación
de las competencias de éste […] 5) Vincular desde el Estatuto a determinados órganos
estatales alegando su condición de ley orgánica, por tanto de norma estatal. Además
de las competencias, ello afectaba también al poder judicial, al Tribunal Constitucional
y otros órganos independientes, al sistema de financiación y a la reforma estatutaria.
6) Regular los órganos y procedimientos de relación bilateral con el Estado” (de
Carreras, 2010: 46-47).
Sin perjuicio de que se retome el tema en el próximo capítulo, se puede adelantar que,
el TC rebaja, anula o interpreta estos puntos seis puntos del Estatuto de Autonomía 174
que eran centrales para los partidos nacionalistas catalanes. Esas modificaciones que
produce la sentencia citada, en términos de de Carreras (2010), no permiten dar por
cumplidos los seis objetivos del Estatuto salido de las Cortes a la luz de los objetivos
de los partidos promotores de la reforma.
Es por todo lo anterior que podemos conjeturar que el nuevo Estatuto de Autonomía
de Cataluña no contenta a ninguno de los actores intervinientes además de relanzar
los agravios, las reclamaciones y las polémicas nacionalistas. Estas polémicas, así
como el relanzamiento de los agravios y de las reclamaciones, que comenzaron con la
tramitación del Estatuto de Autonomía de Cataluña y que se extendieron más allá de la
Sentencia 31/2010, han sido enormes, de una gran intensidad y se configuraron como
el centro de la agenda política nacional durante este período analizado. Todo ello
devino en un aumento en las tensiones entre los diferentes partidos y grupos políticos
que pusieron de manifiesto las diferentes visiones, tanto de la nación, como de los
nacionalismos que las impulsan, y esto vale tanto para el caso de Cataluña como para
España. Este proceso de reforma estatutaria, al que se sumaron el de otras
174
La sentencia 31/2010 del TC no modifica sustancialmente las transferencias de competencias y
el autogobierno de la Comunidad Autónoma y declara inconstitucionales 14 de doscientos veintitrés
artículos además de disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales; además de
corregir en su interpretación 27 artículos mediante la técnica de la “sentencia interpretativa de
conformidad (Tornos Mas, 2011).
212
autonomías conformando lo que algunos autores denominan el “segundo Estado de
las Autonomías” (Gómez Corona, 2011), terminó por aumentar la dinámica estructural
del federalismo competitivo del sistema autonómico que es una de las consecuencias
del sistema señaladas por Balfour y Quiroga (2007) y por Moreno (1993, citado en
Serrano Pascual, 1995).
Si bien en la presente tesis se analiza la producción discursiva y no su difusión y
consumo, es de destacar un hecho notable que da cuenta de la potencia y efectividad
de los marcos del nacionalismo en sus cambios y modificaciones, y que es el
siguiente: el 26 de noviembre de 2009 ―meses antes de la sentencia del Tribunal
Constitucional sobre los recursos presentados sobre el Estatuto de Autonomía de
Cataluña― se publicó una editorial conjunta en doce periódicos catalanes que llevó
por título La Dignidad de Cataluña. Esta editorial, en resumen, pide al tribunal que no
recorte el Estatuto de Cataluña; pone en tela de juicio la legitimidad de ese tribunal;
manifiesta agravios identitarios (los mismos que encontraremos en el argumentario del
nacionalismo catalán independentista), por ejemplo, cuando se sostiene que: “Hay un
creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen
percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y
tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una
soñada e imposible uniformidad”. Y por último se advierte sobre la ilegitimidad del TC
al “actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, con
las Cortes Generales y con la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas".
Este texto que sale a la luz meses antes de la sentencia del TC y fue recibido por éste
como un intento de presionar de un modo claro el sentido del fallo.
PSOE al poder:
Otro de los elementos determinantes de este período es la victoria del PSOE en las
elecciones generales de marzo de 2004, con José Luis Rodríguez Zapatero como
candidato a presidente de gobierno. Victoria que fue en cierta medida inesperada para
un sector del electorado y para gran parte del PP. En el tema que nos ocupa,
Rodríguez Zapatero, llega a Moncloa con un proyecto de apoyo a los proyectos de
reforma de los Estatutos de Autonomía. El posicionamiento de Rodríguez Zapatero,
frente a la reforma de los Estatutos de Autonomía queda meridianamente expresada
con una frase que le ha sido recordada por el nacionalismo catalán; cuando en la
campaña electoral de 2003 en Cataluña, Zapatero, sostuvo en un acto electoral el 13
de noviembre de 2003 que: «Apoyaré la reforma del estatuto de Cataluña que apruebe
el Parlamento de Cataluña».
213
En el capítulo anterior se sostenía que en el PSOE existían tres tendencias respecto
de la cuestión territorial española (Balfour y Quiroga, 2007). De estas tres tendencias,
se observa que, durante la primera legislatura de Zapatero al frente del Gobierno, se
tendió a dar prevalencia a la concepción de los socialismos regionales del País Vasco,
Cataluña y Galicia, que consideran que su Comunidad Autónoma es una nación y
España es una nación de naciones.
Desde esta perspectiva se puede sostener que Rodríguez Zapatero asume en la
primera legislatura, gran parte de los postulados del nacionalismo del PSC, y que ello
lo llevó a alejarse, en primera instancia de la visión neo-jacobina que era la
hegemónica y más tradicional en el PSOE.
Este distanciamiento se matizó fuertemente, a posteriori, con la tramitación
parlamentaria del Estatuto de Autonomía de Cataluña y con la conferencia política de
2007 durante la segunda legislatura del PSOE. Se mantuvo sí, una especial
sensibilidad hacia los nacionalismos periféricos, pero se retornó parcialmente la visión
neo-jacobina liberal-democrática histórica y tradicional del partido. Desarrollaremos
estos matices más adelante en el análisis de los discursos y estrategias del PSOE.
Emergencia de Ciudadanos:
Entre los meses de marzo y julio del año 2006 se constituye Ciudadanos-Partido de la
ciudadanía (C´s - Ciutadans) como nuevo partido político de ámbito catalán a partir de
una plataforma cívica que se denominó Ciudadanos de Cataluña (Ciutadans de
Catalunya).
En su ideario se afirma que Ciudadanos nace como partido político por tres razones:
«para hacer frente al ahogo que para el conjunto de la sociedad catalana suponen, […]
las políticas nacionalistas identitarias que pretenden homogeneizar culturalmente una
sociedad plural y diversa. Segunda, porque estas políticas estaban siendo
desarrolladas no sólo, como es natural, por los partidos políticos nacionalistas, sino
también por los que no se consideran como tales. Tercera, por el vacío de
representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista.
Había que crear, pues, un nuevo partido, con perfil propio, en el que pudieran sentirse
representados
representación».
los
175
ciudadanos
que
se
habían
quedado
huérfanos
de
Si bien han evitado definirse en función del eje izquierda-derecha,
su principal objetivo ha sido la denuncia de los postulados del nacionalismo catalán,
175
Ideario de Ciudadanos-Partido de la ciudadanía, disponible en línea en: https://www.ciudadanoscs.org/nuestras-ideas/ideario
214
desde un espacio abandonado por el PSC. Es decir un espacio progresista no
nacionalistas.
Ciudadanos ha ido ganando escaños y votos desde las elecciones autonómicas de
2006 en la que consiguió 3 diputados y alrededor de 89.000 votos hasta los 9 escaños
y 275.000 votos del año 2012. Estos resultados reafirman el diagnóstico correcto que
han hecho los impulsores de esta formación en lo que respecta a la orfandad de
representación de ciertos sectores sociales por parte de las fuerzas de izquierdas no
nacionalistas, y principalmente el PSC.
A modo de resumen, podemos decir que la este período estuvo señalado por una
escalada de tensión institucional ―fundamentalmente a nivel discursivo― entre los
partidos nacionalistas catalanes y los partidos nacionales que tuvieron como
disparador la reforma del Estatuto de Autonomía. Pero lo que parece gestarse tras
ello, es una oportunidad de posicionar la cuestión del encaje de Cataluña en España
ya no solo como cuestión central de la agenda sino, de conseguir un estatus nacional
diferenciado para Cataluña a través de la vía de la reforma estatutaria. Estas tensiones
y los posicionamientos estratégicos de las diferentes formaciones las analizaremos en
los discursos que siguen.
Análisis de discursos 2004-2009:
Partido Socialista de Cataluña (PSC):
Discurso del PSC:
Se comenzará por el discurso del PSC en tanto que pasará a ser el actor que
propondrá el habla hegemónica desde la esfera estatal y promoverá además la
modificación del Estatuto de autonomía y la mejora de la financiación como eje central
de la acción de gobierno. El Estatuto será, además, central en el tema de nuestro
análisis en tanto que es la norma que regula aspectos centrales de ese encaje de
Cataluña en España, es decir, de la cuestión territorial. Se analizarán los siguientes
discursos de Pasqual Maragall: “Cataluña en el contexto político español” del 5 de
agosto de 2004 pronunciado en la Escuela de Verano del Escorial; el discurso del 27
de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid; el discurso pronunciado en el
Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 y “Discurso institucional sobre la
215
nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de Cataluña” del 06 de mayo del año
2005176.
El discurso de Maragall, tal y como se sostuvo, asume muchos de los postulados del
nacionalismo de Pujol en su discurso y algunos de sus modos y de sus
posicionamientos estratégicos, tal y como se verá más adelante. Por otra parte,
resaltan eso sí, algunas diferencias que se harán notorias en la confrontación del
marco ideal. En términos generales se puede decir que el discurso de Maragall es
continuista respecto del de Pujol en lo que respecta a la ambigüedad (que se ha
reconocido como propia del discurso nacionalista de Pujol) en el capítulo anterior.
Asímismo, hay dos rasgos que señala Peregrín Gutiérrez que meceré la pena destacar
y que son: la dificultad de extraer conclusiones claras de las ideas fundamentales del
pensamiento de Maragall, pese a la importante cantidad de material publicado; y el
segundo es, el tono nostálgico que mantendrá Maragall, respecto de la Cataluña motor
económico de España y puerta de Europa, que ya se advertía desde el período
pasado (Peregrín Gutiérrez, 2004).
Diagnóstico:
Para comenzar presentando el diagnóstico de la situación, se puede señalar que en el
Discurso institucional sobre la nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de Cataluña
del 06 de mayo del año 2005, Maragall deja expresamente claro que: «el compromiso
del Gobierno con los dos grandes objetivos políticos de país para esta legislatura: la
reforma del Estatuto y la de la financiamiento catalán».177
Es a partir de estos dos problemas ―que en realidad tienden a ser uno solo― con el
que se encara la legislatura de Maragall. Maragall intenta presentar cuestiones antes
que problemas, enmarcando débilmente la dimensión del agravio, y centra el
enmarcado de su discurso en la dimensión de la identidad “nosotros” y en la tarea de
pronóstico, antes que en el agravio y en la definición del antagonista.
Agravios:
El procedimiento de enmarcado que utiliza Maragall, en esta etapa, se basa en las
ideas presentadas en el período anterior. El enmarcado del problema pasa a ser la
176
La no inclusión de discursos del Presidente del Gobierno de Entendimiento, José Montilla
obedece a la tendencia claramente continuistas de aquellos. Aun teniendo como origen un sector se
sensibilidad más “española” del partido, no hay un innovación significativa a los postulados de
Maragall, por parte de Montilla.
177
Pasqual Maragall, “Discurso institucional sobre la nueva etapa del Gobierno de la Generalitat de
Cataluña” del 6 de mayo del año 2005. Traducción propia del catalán. Disponible en línea en :
http://www.pasqualmaragall.cat/pensament/pensament_discursos.php?pagina=3&mes=0&any=2005
216
propia relación histórica de Cataluña y España. Este problema dominará la práctica
totalidad del discurso, y solo excepcionalmente, se mencionarán los mismos tres
agravios que presentaba y problematizaba Pujol ―democrático, económico e
identitario―. Sostiene Maragall en su discurso en el Club Siglo XXI de Madrid del 27
de mayo de 2004:
«Existe un problema español y el de Catalunya es derivado o parte del mismo. […] es
que España es problemática porque tiene Catalunya y Castilla, Andalucía y Galicia, el
País Vasco y Extremadura. No al revés […] En realidad el problema español no es un
problema, es una ausencia del mismo, una ignorancia de que exista, o una falta de
atrevimiento en la aceptación de que existe y en definitiva la falta de un proyecto. […]
Porque ese es el secreto: el problema catalán no es otro que el problema español».178
Del mismo modo que en la etapa anterior Maragall sostiene que el problema es
España, sin hacer mención minuciosa, salvo alguna vez, de los agravios específicos,
de este mismo modo España es el concepto central asignado como problemático.
Maragall comenzará planteando el problema en un marco de situación que parece
pretender dramatizar la cuestión ―como técnica de enmarcado― cuando dice que:
«Les advertí que existían en Catalunya -y existen, gozando de un apoyo coyuntural
considerable - otros planteamientos con un común denominador: un creciente
escepticismo sobre la posibilidad de que sea factible establecer una relación
recíprocamente interesante entre Catalunya y España. De dicho escepticismo se
derivaban básicamente dos actitudes: o la renuncia a España que supone la vía
separatista, o bien la resignada conllevancia».179
Y a renglón seguido, contrariamente a sus dichos, enmarca el agravio dramatizando la
situación de futuro al sostener que: «un minoritario pero significativo sector de la
sociedad catalana piensa que estamos ante la última oportunidad para resolver
positivamente la relación entre Catalunya y España».180
Maragall deja claramente expresado que su visión de la cuestión, o del problema, es
respaldada por «un minoritario pero significativo sector de la sociedad catalana».181 No
hay, tal y como se comentó una mayoría social que comparta el diagnóstico de
Maragall y menos aún sus pronósticos, tal y como se comentó más arriba.
178
Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004
Ibídem
180
Ibídem
181
Ibídem
179
217
Respecto a la atribución de la causa y la descripción del agravio (de un modo genérico
y sin precisión alguna) como problema, Maragall intenta plantearlo en términos
positivos, es decir, en la cambios que Cataluña ha experimentado dejando anticuado,
pequeño o inadecuado el corpus normativo que es el Estatuto vigente en ese
momento. A esa problemática, Maragall, intenta vincularla a las experiencias
ordinarias de la población, tal y como se puede advertir en el siguiente párrafo:
«Son unas reglas del juego que se han quedado pequeñas y, en algunos casos,
inadecuadas. Las instituciones del autogobierno de Catalunya pueden y deben mejorar
mucho para alcanzar nuevas cotas de calidad democrática: con una nueva
organización territorial que suponga una descentralización de la Generalitat en los
entes locales, con unas instituciones más transparentes y más responsables ante la
ciudadanía, con una administración de justicia más próxima y, por ende, más eficaz».
Es muy dificultoso poder incluir la referencia a las experiencias cotidianas de la
ciudadanía, en un proceso de enmarcado que incluye, como el de Maragall, un gran
componente simbólico, más aún si se los confronta con la evaluación de medidas
concretas que podrían haber resuelto la problemática, presentada por Maragall, con un
serie de normas de rango menor que un Estatuto de Autonomía. Por otra parte, hay un
claro contrasentido en este tipo de argumento como técnica de enmarcado ―la de la
mejora en la experiencia cotidiana de la gente― con la beligerancia en las cuestiones
de naturaleza simbólica. Es decir, las cuestiones de naturaleza simbólica son aquellas
donde ha puesto más énfasis el nacionalismo en su aprobación y defensa frente al
rechazo o la enmienda en la tramitación del Estatuto. Lo vemos así en la siguiente cita
en referencia a la importancia del reconocimiento simbólico: «De símbolos también
vive la gente y muchas veces, muere». Es muy indicativa de la naturaleza del agravio
―así mismo de la estrategia nacionalista de Maragall― que tiende a centrarse en
cuestiones identitarias, es decir, simbólicas, subordinando de este modo las
cuestiones de índole institucional (agravio democrático) y por último las de orden
material (agravio económico).
Por otro lado, y respecto a la asignación de responsabilidades, el discurso de Maragall
no asigna las responsabilidades directamente, al igual que el discurso de Pujol en el
período anterior, es por ello que, en ambos casos se describe al marco del agravio
como un enmarcado débil. Esto está directamente relacionado, además, con la
definición del “otro” como antagonista, pero primero se propone analizar la forma como
Maragall, no asigna la responsabilidad del agravio a un actor en concreto al que
atribuir la culpa:
218
«Sabiendo como sabemos que todas las competencias exclusivas que estaban
definidas en el Estatuto el año 79 prácticamente han sido vaciadas por paso del
tiempo. Porque siempre hay una disposición general o en el propio Estatuto o en la
Constitución que lo permite por interés económico, general o por otros»182
Se observa en lo anterior que no hay una incidencia ni en la culpa, ni en la
responsabilidad de los actores, en tanto que el paso del tiempo ha vaciado las
competencias del Estatuto.
De igual modo, Maragall, hace referencia a la historia, cuando más adelante sostiene:
«O hacemos un Estatuto para blindar aquello que la historia nos quitó y el Estatuto
anterior nos daba y la Constitución también, o vamos a un Estatuto reducido a grandes
principios generales que nos permitan defender en la calle y ante el juez los derechos
que inicialmente se concibieron y que teníamos».183
El proceso de enmarcado del agravio se produce en los mismos términos del
pujolismo, incluso con el mismo recurso argumental del expediente histórico; pero las
menciones que se hacen de los agravios específicos son muy pocas. Se recurre al
expediente histórico para situar a los derechos colectivos y relacionarlos con un trato
fiscal justo y el reconocimiento de la singularidad. Es por todo ello que se lo
caracteriza como un enmarcado débil a nivel del agravio que se encuadra en un
diagnóstico que combina valencias positivas con negativas.
Identidades:
Identidad ”nosotros”184:
Es en el ámbito de la identidad donde se centrará el peso del enmarcado en el
discurso de Maragall. En particular en lo que se refiere a la identidad “nosotros”. En
ese sentido se reiteran los argumentos de una identidad diferenciada de Cataluña
(frente a España) y ―aunque intenta matizarlo y relativizarlo con ejemplos de
mestizaje―, Maragall sostiene que Cataluña es un pueblo con unas determinadas
particularidades que lo hacen diferente a España y es a partir de esa diferencia que
debe afrontarse el problema español.
182
Ibídem
Ibídem
184
Se invierte el orden expositivo del “ellos” y el “nosotros” dado que en el discurso de Maragall
están particularmente relacionados, en tanto que el “ellos” se desprende de modo especular y
negativo del “nosotros”; sumado ello a la dificultad del pensamiento Maragalliano, mencionada más
arriba.
183
219
En el sentido de las identidades, en el discurso del 26 de enero de 2005 en el Foro
Nueva Economía, Maragall sostenía que Cataluña es un sujeto político colectivo que
se ha recreado, cuando decía que:
«Catalunya, a lo largo de los últimos 100 años ha creado, ha recreado, trabajosamente
un sujeto político. Y ese sujeto político quiere simplemente vivir, crecer y relacionarse,
teniendo en cuenta un contexto español y europeo caracterizado por la pluralidad y la
interdependencia».185
Maragall utiliza la técnica de enmarcado de la personificación del sujeto colectivo en
un modo rotundo y desde el primer momento de la conferencia. Además, esa
construcción, es una recreación. Recreación significa volver a crear. Algo que existió
en el pasado y que dejó de existir. La asunción de un “nosotros” de este tipo es
claramente compatible solamente en los términos del nacionalismo de tipo etnocultural. En tanto que sostiene la existencia de una entidad llamada Cataluña, que
consta de un “nosotros” claramente definido ex ante y que posee además, rasgos
propios de los sujetos individuales como la voluntad de vivir, crecer y relacionarse.
La distinción del “nosotros” con el “ellos” es muy marcada y se orienta a la existencia
de dos sujetos colectivos distintos antes que a otro tipo de características (v.g.,
ciudadanos). Es de este modo que se sirve de la técnica de la atribución de la defensa
de los intereses colectivos cuando en el discurso del Club Siglo XXI de Madrid del 27
de mayo de 2004 Maragall decía que:
«En esta nueva plasticidad se sitúa el problema de España, mejor, el proyecto de la
España plural y diversa. Plural, que quiere decir formada por pueblos varios y diversa
que quiere decir por pueblos distintos - distintos en el sentido de que lo que se
comparte, se comparte de distinta manera, por ejemplo la lengua o el derecho civil».186
La diferencia, entre esas dos comunidades, se establece a partir de la pertenencia de
los individuos a un pueblo que hace que se perciban la realidad de manera distinta.
Esto hace posible, que, en palabras de Maragall: «lo que se comparte, se comparte de
distinta manera, por ejemplo la lengua o el derecho civil». 187
Maragall intenta matizar la diferencia al sostener que lo que une a los sujetos es la
propia diferencia, pero se subraya el conflicto como centro de la dinámica:
185
Discurso de Pasqual Maragall del 26 de enero de 2005 en el Foro Nueva Economía
Discurso de Pasqual Maragall, en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004
187
Ibídem
186
220
«Es por todo esto que no nos vamos a separar. No por interés, entiéndanlo. Y a pesar
de nuestras querellas internas y nuestras diferencias, que son la sal de la vida, ahí
estamos. Los catalanes no sabríamos que hacer sin pelearnos con los madrileños.
Nos aburriríamos mortalmente».188
De igual modo que hizo Pujol, Maragall utiliza la técnica de enmarcado de
personalización del sujeto colectivo, tal y como se ha mencionado, y lo hace dentro de
la operación de la definición del protagonista, de tal modo que se caracteriza al sujeto
colectivo con intereses predefinidos y poseedor de propuestas determinadas. Por otra
parte, y del mismo modo que Pujol, es el propio Maragall el que se atribuye la defensa
de ese sujeto colectivo como técnica de enmarcado, en tanto es “Cataluña la que
plantea su propuesta”. Respecto a este último punto lo vemos en el fragmento que
sigue cuando Maragall sostiene que:
«Con este espíritu plantea Catalunya su propuesta. Una propuesta pensada desde
Catalunya para Catalunya y para España, o si se quiere, desde Catalunya para
España. Quiero que entiendan que nuestro propósito es el de contribuir a hacer una
España que si se acepta tal como es, en su espléndida diversidad, ampliará
enormemente sus horizontes, porque adquirirá una confianza en sí misma que, en
términos globales, le ha faltado o no ha poseído en la medida necesaria». 189
En lo que se refiere a la caracterización del “nosotros” como un sujeto individual la
descripción de Maragall, en el discurso del Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo
de 2004, es muy gráfico al definir quiénes son los catalanes:
«Quiero que entiendan que les hablo desde una Catalunya tolerante, abierta,
vanguardista,
acogedora,
solidaria,
progresista
en
sus
políticas
sociales,
comprometida en la construcción de la España diversa, puente con Europa y
referencia mediterránea».190
Es aquí donde corresponde comentar el uso reiterado que hace Maragall de
argumentos similares a los utilizados por la Lliga Regionalista, tal y como se comentó
en el período anterior. Esos argumentos describen una situación tópica donde una
Cataluña «tolerante, abierta, vanguardista, acogedora, solidaria, progresista en sus
políticas sociales, comprometida en la construcción de la España» y que se ofrece a
modernizar una España que tiende a no aceptarse en su diversidad; que no amplía
sus horizontes; y que carece de confianza y de un proyecto para sí.
188
Ibídem
Ibídem
190
Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004
189
221
Identidad “ellos”:
Es así como queda definido el “ellos” a partir del enmarcado de la diferencia o mejor,
de la lógica de la diferencialidad en los términos de Gurrutxaga (1990). El actor
responsable, ahora pasa a ser España con unos ciertos intereses contrarios al bien
colectivo en tanto que:
«Todo eso que se puede hacer en Catalunya, que la gente quiere que se haga, no va
a poder ser si en España no cala un poco el espíritu de cambio y la filosofía que hay
debajo de esa propuesta. Nos preocupa el problema español».191
España en el enmarcado de Maragall sigue siendo la que se describía en el período
anterior, pero con ciertas diferencias. Desaparece las menciones al gobierno de PP y
del que fuera Presidente del Gobierno, J. M. Aznar. Ello se explica por la llegada del
PSOE al Gobierno; y si bien Maragall, no recurre a la técnica de la personalización de
los actores responsables, sí hay, por oposición, una serie de referencias a la atribución
de intenciones además de a intereses contrarios al bien colectivo. Por último, no hay
una definición de los actores externos como agentes ilegítimos de la comunicación;
pero sí claramente describe, a esos actores, como portadores de intereses contrarios
a los de Cataluña, tal y como se observa en el tratamiento que hace de la otredad en
el siguiente párrafo.
En el discurso de Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005 Maragall sostenía
que: «el Madrid político-mediático actúa demasiadas veces como un foro capitalino
que interpreta la complejidad de España desde el centralismo y no desde la
centralidad. El sistema de la capital ha sustituido al sistema estatal. Los diarios de la
periferia, sus radios y televisiones no se escuchan en el centro. El centro ignora lo que
ocurre en la España real, en la España plural».192
Volviendo al argumento de la superioridad de la Cataluña, Maragall, sostenía que:
«estarán ustedes conmigo que la pedagogía de la España plural se hace difícil» 193.
Solo desde la superioridad se puede hacer pedagogía. Esta pedagogía se realiza a
partir de las técnicas de enmarcado de la atribución de los intereses y representación
colectiva además de la apropiación de los valores sociales.
191
Ibídem
Discurso de Pasqual Maragall en el Foro Nueva Economía del 26 de enero de 2005
193
Ibídem
192
222
El Pronóstico:
En lo que se refiere a las dimensiones de la agencia-metas la operación fundamental
que se pone en práctica es la de enmarcado de soluciones con la propuesta reforma
del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Este proceso de reforma es el concepto
central del pronóstico, y de él se desprenden los beneficios a obtener que Maragall
detalla y los valores abstractos que conlleva. Este concepto central, lo será no solo de
su marco discursivo, sino de su acción de gobierno durante toda la legislatura.194
Volviendo a la cuestión del pronóstico, una vez presentada la cuestión de la reforma,
Maragall enuncia los beneficios a obtener al sostener que:
«Catalunya propone una España plural que considere realmente las instituciones de
autogobierno de sus nacionalidades y regiones como Estado, con un Senado que
represente y exprese esa pluralidad institucional […] Catalunya propone una España
plural que defienda y promueva como una riqueza irrenunciable todas sus lenguas y
culturas».195
Maragall enuncia el primero de los dos principales beneficios a obtener del nuevo
Estatuto de Cataluña que es la España plural. La España plural, es aquella, que sea
sensible con las diferentes nacionalidades que la componen y que defienda los hechos
diferenciales. En cierto sentido, más allá de la modificación del Estatuto, la propuesta
de Maragall pretende modificar España, de allí las críticas vertidas sobre las
pretensiones maragallianas de cambiar la Constitución de 78 a partir de la
modificación de un Estatuto de Autonomía.
La profundidad y el alcance de la solución que propone Maragall son muy destacables.
Maragall propone nada menos que una nueva España, la España plural. Es a partir de
esta idea, que Maragall desarrollará, en el marco discursivo, los beneficios a obtener, y
estos beneficios pueden discriminarse en dos apartados. El primero de estos
apartados hace referencia a los beneficios que recibiría Cataluña, a partir de la
ampliación de las transferencias de competencias en los ámbitos de autogobierno y de
reconocimiento identitario. El segundo Maragall se refiere a España; y el beneficio que
tendrá España es que se reconocerá a sí misma como un ente colectivo de naturaleza
plural, resolviendo el problema catalán.
Si la reforma del Estatuto era el primer objetivo, el segundo objetivo era obtener: una
mejora en la financiación, de este modo: «Catalunya propone una España plural
194
Esta idea fue confirmada en una entrevista a un parlamentario del PSC perteneciente al sector
con sensibilidad más española quién sostuvo un paralelismo entre los Juegos Olímpicos de
Barcelona del año 1992 como idea fuerza del gobierno de Maragall en la Alcaldía de Barcelona y la
idea de Reforma del Estatuto de Autonomía del Gobierno de Maragall en la Generalitat de Cataluña.
195
Ibídem
223
basada en un trato fiscal justo».196 Este es uno de los argumentos centrales del
pujolismo: “el agravio económico” en el que Maragall vuelve a insistir, pero de modo
tangencial.
En el discurso del 27 de mayo de 2004 en el Club del Siglo XXI de Madrid se advierte
claramente qué posición ocupan las cuestiones institucionales y las materiales. Las de
orden económico son las últimas del planteamiento maragalliano, tal y como se
observa en el siguiente párrafo:
«La agenda definida en nuestro acuerdo de formación del gobierno de la Generalitat
afecta a cinco grandes cuestiones: 1ª La consideración de la Generalitat como Estado,
2ª La redefinición del ámbito competencial, 3ª La presencia de la Generalitat en
Europa, 4ª La colaboración de la Generalitat con los entes locales, 5ª La financiación
autonómica».197
Se puede señalar, por otra parte, una importante innovación, respecto de CiU y del
pujolismo en particular, con la propuesta de reforma de Maragall, que tiene que ver
con la herramienta ―es decir con la reforma del Estatuto― y con el alcance que le
imprime, nada menos que, cambiar Cataluña y cambiar España. Pero lejos de los que
pueda parecer existen más continuidades que diferencias entre Maragall y Pujol. Y
esas continuidades las podemos encontrar, antes que nada, en la misma temática de
la reforma del encaje o de la cuestión territorial. Maragall no se aparta de la estela que
ha dejado la agenda política de Pujol. Por otra parte, los temas que aborda en la
reforma, son ―si bien con matices― los mismos que ha presentado el pujolismo, con
los tres agravios descritos y los fundamentos identitarios que los sostienen. Por último
se advierte también, que mediante las transferencias de competencias en materias tan
sensibles como las que planteaba el proyecto del Estatuto que salió del Parlamento
Catalán, se pretendía ―al igual que ocurrió con el pujolismo― escindir y autonomizar
y diferencia el ámbito político catalán como un espacio político propio. Es curioso que,
mientras Maragall presentaba una reforma institucional que aumentaba la autonomía y
la diferenciación del espacio político, por otra parte, llamaba a la implicación198 en las
soluciones de España.
Una última cuestión, no menos dificultosa en el pensamiento de Maragall, es la de la
propuesta del federalismo asimétrico, en tanto que eje fundamental de su solución
para España. En la tónica general del discurso de Maragall, nunca se expone con toda
claridad a qué se refiere exactamente con ello, más allá del enuncio de generalidades.
No obstante ello, siguiendo a Peregrín Gutiérrez se puede decir que por federalismo
196
Ibídem
Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004
198
Ibídem
197
224
asimétrico Maragall entiende a un Estado en el que coexisten naciones y regiones,
“con un Estado español muy light, correspondientes a lo que se denomina, creando un
agravio comparativo con las demás CC AA, como “comunidades históricas”,
prácticamente soberanos (término que no gusta tampoco a Maragall que prefiere la
expresión más posmoderna, ambigua y blanda de “idependientes-interdependientes”)”
(Peregrín Gutiérrez, 2004: nota al pie nº 10).
A tenor de lo manifestado en el párrafo anterior, la categoría de federalismo asimétrico
nos remite, por lo que sostiene Peregrín Gutiérrez, a los principios de la reforma del
Estatuto de Autonomía salida del Parlamento catalán, sin que incorpore nueva
información la definición conceptual.
Motivación:
En el discurso de Maragall en el apartado de motivación y de definición de las
audiencias encontramos que existe una continuidad con el período anterior en lo que
respecta a la discriminación de audiencias de carácter débil, y en clara diferencia con
Pujol. Maragall hace una interpelación casi exclusivamente en términos identitarios de
las audiencias, a quienes señala y define como participantes, en tanto que técnica de
enmarcado. Pero no señala las formas de participación ni vincula la participación con
las formas de solución del problema.
Al igual que en período anterior podemos encontrar las mismas dos valencias, una
positiva de la motivación: una orientada a una audiencia interna a la que es
particularmente sensible a la reivindicación de la identidad y del autogobierno de
Cataluña mediante un nuevo pacto federal asimétrico y; otra de valencia negativa,
orientada a una audiencia externa, sensible a los valores asociados a la
descentralización del Estado y los regionalismos.
Esta
sensibilidad
identitaria,
que
es
de
orden
simbólico,
se
encuentra
mayoritariamente en los sectores altos y medios-altos de la sociedad, tal y como se
señaló en el capítulo anterior. En este apartado Maragall definirá los participantes de la
acciones de manera difusa, sin una especial incidencia en los aspectos relacionados
con la movilización social. Una de las críticas que recibió en su momento el discurso
de Maragall era la poca vinculación que tenía con los elementos cotidianos de la vida
de la personas y ello está relacionado también, con la escasa incidencia en este punto
de segmentación de las audiencias. Al remitirnos a los agravios, observará, que
Maragall pone en cuestión el modelo autonómico a partir de las sensaciones de las
élites políticas, económicas e intelectuales. Las audiencias a las que primero
menciona son esas, y por el tono general del discurso, es a quienes tiene por
audiencia principal.
225
En el discurso de Maragall, aparece como sujeto colectivo la entidad inmaterial, tan
mentada por el pujolismo, que es Cataluña. Cataluña es la que propone, quiere,
merece, etc. No hay por ello un claro llamamiento a la participación de la ciudadanía
en aspectos puntuales de la movilización. De allí que tampoco que se vincule la
resolución con la participación, o que se señalen acciones puntuales y se indiquen las
formas de participación.
Podemos decir a modo de síntesis que el marco de Maragall se caracteriza por: Un
diagnóstico contradictorio, ambivalente, con agravios débilmente enmarcados en
sensaciones de unos sectores muy minoritarios y poco representativos del total de la
sociedad y con un antagonista no enmarcado. Por otra parte y en clara continuidad 199
con el período anterior y con el pujolismo, se incide de modo importante en la
identidad “nosotros”.
El pronóstico del Marco de Maragall se asienta sobre la asignación de un concepto
central que es la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña y del federalismo
asimétrico. Como se ha visto, son propuestas, claramente continuistas del pujolismo
en el contenido pero innovadoras en el modo al incorporar la reforma de Estatuto
como herramienta.
La motivación, al igual que en el período anterior, es muy débil, no segmenta las
audiencias de modo fuerte y se orienta casi exclusivamente a unas audiencias con
clara sensibilidad identitaria. Si bien están definidas las audiencias en relación a las
sensibilidades nacionalistas hacia el interior de Cataluña e intentando asociar la idea
de pluralidad a los valores progresistas en la segmentación hacia afuera, no hay una
apelación a la acción, sino antes bien, una llamado al no bloqueo o modificación del
Estatuto a las instituciones.
Estrategia del PSC
Maragall reconoce que la estrategia de Pujol se construyó desde la manifestación del
agravio (desde el tan mentado victimismo) que se aprovechaba tácticamente para la
obtención de mayor cuotas de poder y transferencias desde el Estado central.
Reconociendo esta estrategia, Maragall se alejó de la mención, más o menos directa
de los agravios, y se centra en el eje propositivo. De allí la mención casi en formato de
letanía de aquello de Cataluña propone.
199
En muchos sentidos, tal y como señala Balfour y Quiroga (2007), así como Dowling (2013)
Maragall es un continuador del pujolismo, del cual se desempeñó como un heredero antes que
como una alternativa contra-hegemónica.
226
Vemos que en un artículo publicado en Cinco días el 4 de marzo de 2004, y que lleva
por título Cata abierta a Raimundo Ortega200, Maragall indica que:
«Se terminó la estrategia defensiva, pasamos a la ofensiva, a la ofensiva cordial. Más
de 100 años después de las esperanzas y los temores del poeta podemos decirle a
España: No todas las regiones son iguales, abuelo. Pero todas tienen igual derecho a
preservar su identidad y su lengua, y a desear lo mejor para sus ciudadanos. En
derechos sí somos iguales, en trayectoria no. Hay nacionalidades y regiones. Solo
falta decir cuáles. Vamos a respetar que haya regímenes fiscales forales y régimen
común, pero vamos a exigir que los resultados sean los mismos para todos: pagar por
renta y recibir por población. Distintos en el cómo, iguales en el qué».201
Se advierte el modo en que Maragall intenta diferenciarse del victimismo pujolista
proponiendo una nueva forma de acceder a los mismos fines y mediante la misma
estrategia. Maragall, y a riesgo de ser reiterativo, asume el discurso, los fundamentos
y la estrategia, del nacionalismo de CiU. Baste con señalar, el camino inverso que
sigue a la hora de determinar cuáles son regiones y cuales son nacionalidades. Sabe,
conceptualmente que hay diferencias entre ambos conceptos, pero no surgen de la
empiria, sino de una ejercicio conceptual anterior202 que se establece a partir de una
previa concepción de nación, en este caso, de orden etno-cultural.
No obstante esa innovación, toda la estrategia queda subsumida a la misma estrategia
del período anterior en el discurso de Maragall, en lo que respecta a la recurrencia a
argumentos propios del catalanismo de principios del siglo XX. De este modo,
Maragall continúa en este período con la estrategia de proponer dos cadenas de
identidades opuestas de las que debe prevalecer una de ellas. En estas cadenas de
identidades se asocian: Cataluña-modernidad-pluralidad-descentralización, frente a
España-conservadurismo-uniformidad-centralismo.
Es por ello, que hace referencia al problema español en el que es España la que da la
espalda negando la pluralidad del resto de nacionalidades que conforman la España
plurinacional que entienden Maragall.
Vemos una estrategia, muy parecida a la del período anterior, pero más radicalizada
hacia la vertiente etno-cultural del nacionalismo. La radicalización viene dada por el
posicionamiento de la reforma del PSC, a medio camino, del inmovilismo de CiU, ni en
la independencia de ERC. Ello se hace patente en el discurso del 27 de mayo de 2004
en el Club del Siglo XXI de Madrid cuando Maragall sostenía que:
200
Pasqual Maragall “Carta abierta a Raimundo Ortega”, Cinco Días, 4 de marzo de 2004.
Disponible
en
línea
en
http://www.pasqualmaragall.cat/pensament/pensament_articles.php?mes=3&any=2004
201
Ibídem
202
Un crítico neo-kantiano contraargumentaría que no hay otra forma de hacerlo.
227
«El Estatuto que pretendemos no es una disimulada declaración de independencia.
Como tampoco es una aceptación vergonzante de vasallaje. El Estatuto que queremos
es -en todo caso- una libre declaración de interdependencia».203
Se observan aquí tres cuestiones que retratan de modo sustancial la estrategia del
PSC de Maragall. La primera de estas cuestiones es, la necesidad de clarificar que no
se trata de una declaración de independencia disimulada, desmarcándose de ese
modo de las aspiraciones de ERC; segundo, menciona que no se trata de una
aceptación «vergonzante de vasallaje». Estos son términos severos para referirse
indirectamente a CiU y a una situación de autonomía muy importante para Cataluña; la
tercera
cuestión
es
donde
se
enmarca
la
estrategia
de
Maragall:
la
«interdependencia». En cierta medida esa interdependencia remite a la relación de
paridad entre Sujetos204 colectivos que son iguales. Esta postura se aleja incluso del
federalismo más convencional, para acercarse al confederalismo, en tanto que
Maragall busca un Estado (Catalán) dentro del Estado (Español) y que exista una
relación de paridad entre ambos. Esta idea confederal es la que patentiza la asunción
de Maragall de la ya comentada tesis de reconocimiento (Ovejero, 2011b), que ha sido
mencionada en el capítulo anterior y que caracterizado como de justicia los reclamos
del nacionalismo (y es justificada la inclusión del PSC en esta categoría en este
período, a excepción de la vertiente española) fundados en la realidad diferenciada y
no reconocida, por España, de Cataluña.
El último elemento de la estrategia de Maragall aparece en la relevancia a la idea de
Europa. Europa aflora, en el discurso de Maragall, como referente de modernidad y
como un horizonte a alcanzar por parte de España. En el camino hacia ese horizonte,
Cataluña estaría mucho más próximo en los términos que se enmarca el discurso.
Cataluña aparece como el componente más europeo de España. Esto se relaciona,
con la imposibilidad de sostener con datos empíricos el argumento ―que Maragall aún
entonces mantenía― de la pujanza y vanguardia económica de Cataluña frente al
resto de España (fundamentalmente Castilla y Andalucía, dejando expresamente fuera
de esto al País Vasco) propio de finales del XIX y principios del XX. Hoy esas
diferencias de desarrollo tecnológico e industrial ya no son tales (Alonso, 2015) y se
deben orientar los marcos hacia otros elementos que justifiquen argumentalmente la
diferencia. Ello se desprende del último párrafo del discurso con título: Cataluña en el
contexto político español del 5 de agosto de 2004 en la Escuela de Verano del
Escorial, donde Maragall sostuve que: «Quizás toda esta pretensión de que España se
203
204
Discurso de Pasqual Maragall en el Club Siglo XXI de Madrid del 27 de mayo de 2004
Se utilizan las mayúsculas en los términos Althusserianos.
228
sienta plural y Catalunya libre, es decir, formando libremente parte de ella, sea una
ilusión vana».205
Aparece meridianamente expuesta la concepción de la nación Catalana que asume la
estrategia de Maragall. Por último se puede añadir que, en los términos de los tipos
ideales de estrategias aquí analizadas, hay un claro desplazamiento hacia una visión
etno-cultural de la nación conservando, algunos rasgos del expediente cívico-político.
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC):
El Discurso de ERC en esta etapa no fue un discurso uniforme, ni lineal, sino que
incurrió en contradicciones, correcciones y matices. La posible razón tras ello, es la
incomodidad de ERC en asumir el rol de partido de gobierno en la Generalitat, dado
que esta formación ―hasta ese momento minoritaria― se declaró abiertamente
independentista y sus propuestas han sido, desde su giro secesionista del 89,
maximalistas y abocadas siempre al papel de partido de oposición minoritario desde el
retorno de la democracia. Por otra parte, dado el carácter asambleario de ERC en el
que unas bases militantes “relativamente radicalizadas” (Dowling, 2013: 300) poseen
una fuerza decisoria importante, forzaron a la dirección a cambiar el sentido ―contra
el criterio de la cúpula del partido― de más de una decisión.
Estas contradicciones se pondrán en evidencia, por ejemplo, en el llamado al voto por
la opción del NO en el referéndum sobre el nuevo Estatuto de Autonomía, criterio en el
que la militancia se impuso sobre la dirigencia de ERC.
Discurso de ERC:
Se analizará en particular el discurso de Carod-Rovira, Presidente de ERC, en el
Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005 en el que el único tema o cuestión
dominante es la relación entre Cataluña y España que tiene como referencia el
proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Diagnóstico:
En esta etapa en pleno proceso de reforma estatutaria, Carod-Rovira si bien prioriza y
centra su discurso en la dimensión de la identidad y en el de la agencia, enmarca, no
obstante ello, el agravio en sus tres dimensiones: democrática, económica e
identitaria, De tal modo que el agravio es presentado como problema desde el inicio de
su discurso; en él Cataluña es definida como nación y de allí se desprende el
problema español que es caracterizado como la propia relación entre Cataluña y
205
Pasqual Maragall: “Cataluña en el contexto político español “, 5 de agosto de 2004 en la Escuela
de Verano del Escorial.
229
España, que se cristaliiza en la imposibilidad de que Cataluña tenga un Estado propio.
Este problema se manifiesta en tres agravios, cuando Carod sostiene:
«Todos los partidos de tradición democrática, coincidimos en un punto fundamental:
Cataluña es una nación, una realidad nacional diferenciada, en Europa y en el mundo,
y queremos que lo continúe siendo, en todos los ámbitos (político, económico, cultural
y lingüístico). Coincidimos también que para continuar existiendo y progresando
Cataluña se tiene que autogobernar […] con el Estatuto actual y la financiación de
ahora, Cataluña no está en condiciones de hacer frente a los retos, problemas y
proyecto del siglo XXI, ni a la larga, de asegurar la propia supervivencia como nación
[…] Aquí no tenemos un problema nacional. Aquí lo que tenemos es un problema
estatal. Nuestro problema no es que seamos una nación. Nuestro problema es que no
seamos un Estado».206
Dentro de la operación de problematizar la cuestión, Carod, utiliza la técnica de
enmarcado que propone vincular los agravios ―fundamentalmente el económico― a
las experiencias ordinarias de las personas207. Es por ello que además de señalar la
financiación insuficiente de Cataluña, entiende que esa falta de financiación «es
injustamente solidaria con los sectores populares y con los más desfavorecidos del
país, a quienes condena a no tener el nivel de bienestar que se merecen y que aquí sí
que pagamos».208
El agravio económico se enmarca de manera muy concreta a diferencia del período
anterior, se lo relaciona, además, con lo real, y se lo vincula a las experiencias
cotidianas, problematizando la cuestión, y enmarcando una situación dentro de lo que
se ha denominado como la privación relativa fraternal209 (Gurr, 1947).
En lo que respecta al agravio democrático, Carod, mediante las técnicas de
enmarcado de asignar un concepto y dramatizar la situación, enmarca este tipo de
agravio al sostener que en el: «Estado español, la democracia o es plurinacional o no
es una democracia plena».210 Se advierte que a diferencia de otros partidos políticos
ERC, es quién enmarca más profundamente los agravios en general, y el agravio
democrático en particular, al poner en duda la plenitud democrática del Estado
206
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005. Todas las
referencias al texto de analizado son una traducción propia del catalán.
207
Este tipo de enmarcado del agravio es fundamental para el éxito del nacionalismo en el tiempo tal
y como sostiene Giuliano (2011).
208
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005
209
El enfoque de psicologista de Gurr, ha sido criticado duramente por autores como Tilly, Scokpol o
Moore por la naturaleza monocausal de sus explicaciones que descuidan las causas estructurales
de la acción social. No obstante, es interesante para esta investigación analizar una variante de las
tesis de Gurr como es la privación relativa fraternal que, sin ser considerada una variable explicativa
de la movilización, sí es analizada como una herramienta de las élites políticas ―en tanto la
percepción de las expectativas son generadas por los líderes políticos― que interviene activamente
en el enmarcado de los discursos del agravio económico y del agravio democrático.
210
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005
230
español. Se comienza a vislumbrar un enmarcado fuerte del agravio democrático que
enfrenta la voluntad democrática de Cataluña, frente al déficit democrático español,
que se desarrollará más profundamente en el período siguiente.
Si bien, Carod, no da cuenta detalladamente en qué consiste y cómo operan los
diferentes modos de agravio ―con la excepción parcial del económico― sí da por
sentados los perjuicios que soporta «el pueblo de Cataluña».
Carod dramatiza la situación al agregar que de no realizar el salto hacia adelante en
las expectativas de reforma hacia la independencia de Cataluña «lo pagaremos muy
caro como país y como sociedad y, lamentablemente, iniciaremos un camino sin
retorno hacia la provincialización. Pasaríamos de ser nación a ser provincia, y eso
comportaría caer en una situación de dependencia absolutamente y probablemente
irreversible que nos llevaría a nuestra decadencia como pueblo». 211
En éste último párrafo se observa además que Carod utiliza las técnicas de
enmarcado de dramatizar la situación poniendo en duda el mantenimiento de Cataluña
en el tiempo, insertando además la cuestión en un marco más amplio, como es la de la
subsistencia del pueblo catalán en sí.
Estas dos últimas técnicas de enmarcado, parecen a juicio de quien suscribe, de muy
dificultoso el enmarcado en esa etapa, en tanto que ―si bien es cierta la apreciación
de falta de sensibilidad de la segunda legislatura aznarista respecto de los
nacionalismo periféricos― no es menos cierto que, en una visión de mediano y largo
plazo, la Comunidad Autónoma de Cataluña ha gozado de un autogobierno, un
reconocimiento y una financiación, como nunca ha tenido en otro momento histórico;
siendo ésta, incluso mayor que muchas otras unidades federadas de Estados
abiertamente federales. Esto hace muy difícil la verosimilitud, tanto del marco como de
esa idea, sin una EOP determinada y favorable. Y en algún punto Carod-Rovira
reconoce esto, aunque lo explica con otros elementos, como es la falta de habilidad en
dar explicaciones ―refiriéndose a políticos y activistas independentistas― cuando
sostiene que: «corremos el riesgo de no explicarnos demasiado bien e impedir que la
gente haga la conexión instantánea entra la necesidad de un nuevo Estatuto y la
mejora de su vida cotidiana».212
Carod-Rovira, por otra parte, realiza una directa pero matizada (respecto a períodos
anteriores) operación de atribución de la causa, mediante las técnicas de enmarcado
de la asignación de conceptos y de atribución de responsabilidades a los actores
colectivos. Si bien, en el proceso de enmarcado tiende a no generalizar, Carod no lo
consigue del todo, y se producen referencias indirectas a España como una nación
211
212
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005
Ibídem
231
«con otro modelo de convivencia que, hasta ahora, no ha sido nunca cívico ni
plural».213 Del mismo modo que, cuando hace referencias a la inmigración de siglo
XIX, llega a aseverar en términos dicotómicos que «Si la nueva inmigración está con
nosotros, el futuro será nuestro. Si no la tenemos, no habrá para nosotros un futuro
como pueblo».214
Tal y como se dijo, a diferencia del período anterior Carod-Rovira, intenta puntualizar y
discriminar, frente a las generalizaciones del pasado, en la asignación de conceptos.
De éste modo ya no será (siempre) simplemente España el concepto que se asigna
como el origen de los agravios, sino que Carod-Rovira pasa a designar al PP y a una
parte del PSOE, como el origen de los agravios, sin perjuicio de ello, España como
causa continuará apareciendo en su discurso. Es a esos actores a los que Carod
atribuye la responsabilidad de los agravios que sufre el pueblo de Cataluña.
Identidad “ellos”:
Por otra parte sí hay una descripción del antagonista ―al igual que en el período
anterior― aunque no es tan generalizada, pero es igual de rotunda. Desaparecen las
referencias simbólicas negativas vinculadas al franquismo215, ―ya no gobierna el PP y
lo hace el PSOE― y se mencionan otros elementos de la estructura de la nación que
se evalúan muy negativamente como «centralismo histórico» del PP y de «una parte
importante del PSOE, [el] anticatalanismo de los medios de comunicación españoles y
su capacidad irresponsable de sembrar mentiras, insultos y odio, el constitucionalismo
inmovilista […] convertido en discurso oficial del Reino, el discurso demagógico […] de
la solidaridad interterritorial». 216
Las técnicas de enmarcado que utiliza en este apartado Carod-Rovira son las de:
personalizar a los actores responsables, atribuir intenciones e intereses contrarios al
bien colectivo y definirlos como agentes ilegítimos de la comunicación. Es de destacar
que en éste enmarcado, Carod, utiliza la práctica totalidad de las técnicas de
enmarcado que propone el marco ideal.
A un importante sector de España se lo enmarca como actor responsable de los tres
agravios que padece Cataluña, e incluso se lo señala como el responsable del
problema Español y de su falta de solución, cuando Carod sostiene que:
«Durante siglos, las únicas propuestas de organizar el Estado español de manera
diferente, respectando su diversidad interna, han venido solamente de su periferia y,
213
Ibídem
Ibídem
215
Solo se menciona al aznarismo y al felipismo como interpretaciones del nacionalismo español
postfranquista.
216
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005
214
232
en particular, de Cataluña. El fracaso reiterado de estos intentos ha venido provocando
una comprensible fatiga de la pedagogía catalana delante de España. Unos cuantos
siglos predicando siempre los mismo ―reconocimiento de la pluralidad como un valor
positivo― con unos resultados tan exiguos puede decepcionar a cualquiera. […]
puede ser que, en muchos casos, no es que no nos entiendan sino que, sencillamente,
están en contra. Tener que dar permanentemente explicaciones ―de porqué somos
como somos y hablamos como hablamos― efectivamente cansa y cansa mucho,
sobre todos si te das cuenta, que mientras lo haces, nadie te escucha».217
La definición del antagonista es precisa, aunque se intenta no generalizar, como en el
período anterior. De este modo se personalizan los actores responsables, el Estado
español y, se menciona además con especial dureza a los medios de comunicación
españoles, a quienes se les atribuye las intenciones de no querer escuchar, ni aceptar
las propuestas de reforma que pedagógicamente hace Cataluña. Por otra parte, se les
acusa de estar directamente en contra de Cataluña, y en cierto sentido se los hace
actores ilegítimos de la comunicación al hacerla ―a España― responsable de los
continuos fracasos en la solución del problema español.
Identidad “nosotros”:
La operación de la definición del protagonista es, al igual que en la etapa anterior, la
más elaborada del discurso y donde más se centra la atención. Las técnicas de
enmarcado utilizadas son las de personalizar el sujeto colectivo, atribuirse la
representación de valores universales y de la defensa de los intereses colectivos, y
apropiarse de valores sociales.
Es en esta dimensión donde hay una personalización de un único sujeto colectivo
(aunque menos que con Pujol y Maragall) que es Cataluña; se atribuyen la
representación de valores ―los contrarios a España― e intereses y hay una
apropiación de valores abstractos. En el sentido de esto último, Cataluña, es
enmarcada desde la superioridad de valores como la democracia, la pluralidad, el
autogobierno, la libertad, etc.
Existe una atribución clara de representación de valores e intereses colectivos como
son la lucha
por, y la defensa de, los intereses diferenciales como son el
autogobierno, la financiación, y la protección de elementos identitarios como la lengua
y la cultura. ERC es quién se presenta como la formación que salvaguarda esos
intereses fundamentales para Cataluña.
217
Ibídem
233
Es en esta dimensión, la de la identidad “nosotros”, donde cobra sentido la definición
de «todos los partidos de tradición democrática, coincidimos en un punto fundamental:
Cataluña es una nación, una realidad nacional diferenciada, en Europa y en el
mundo»218. Se define a Cataluña como una nación, a partir de una premisa de carácter
axiomático y por otra parte se señala que esa es una definición en la que coinciden los
partidos «de tradición democrática». Carod de este modo deja lugar a una
interpretación falaz de la cuestión, en tanto que los que entienden lo contrario ―que
Cataluña no es una nación― son los partidos que no tienen una tradición democrática.
Por otra parte, este argumento muestra otra falacia no formal 219, en tanto que se
asocian dos términos que no tiene relación, la tradición democrática de los partidos
políticos, como pretensión de validez de la conclusión de un razonamiento.
El argumento de Carod-Rovira, se vuelve maximalista la centrase en las cuestiones
identitarias y llega a sostener, invirtiendo los términos del problema, que: «en todo
caso, lo que hay que resolver, es el encaje de España en Cataluña, saber si hay un
proyecto de España que encaje en nuestro proyecto nacional».220
La cita anterior demuestra una definición muy precisa del enmarcado del “nosotros” y
de la forma en que se plantea de la estrategia discursiva, que se analizará más
adelante.
Pronóstico:
En lo que respecta al enmarcado de soluciones a los problemas y a las posibilidades
de éxito, encontramos un cambio sustancial en este período, del mismo modo en los
llamados a la movilización para alcanzar esos objetivos, a partir de las técnicas de
enmarcado que utiliza Carod-Rovira son: la asignación de un concepto central,
describir los beneficios a obtener y cargar de valores abstractos esos beneficios.
La innovación estará dada por la gradualidad de la solución propuesta por Carod. De
este modo, la solución propuesta en el marco es el nuevo Estatuto, pero se establece
una asignación conceptual muy fuerte y escalonada entre el apoyo a la reforma del
Estatuto como vía para acceder a la independencia de Cataluña. Para Carod-Rovira la
independencia es el objetivo y la solución a los agravios, mientras que la reforma del
Estatuto es solo un paso más en esa dirección. Carod así lo manifiesta hablando de la
reforma del Estatuto de Autonomía:
218
Ibídem
Es la falacia no formal ad verecundiam. De este modo, Cataluña es una nación porque lo dicen
los partidos de tradición democrática.
220
Discurso de Carod-Rovira, en el Auditorio de Barcelona el 27 de Abril de 2005
219
234
«Para ERC, en cambio, es un avance importante, pero no es el final, sino una estación
más avanzada en el trayecto, que nos acerca a la plena libertad nacional, a la
independencia política en el marco europeo».221
Ese paso intermedio, según entiende Carod-Rovira, debe ser próximo en el tiempo, tal
y como señala el propio Carod-Rovira: «Cataluña, entonces, deberá pasar del Estatuto
al Estado, cuanto antes mejor»222
Por otra parte, se plantean no solo los beneficios a obtener, sino los peligros de no
hacerlo; se relaciona la solución con valores abstractos:
«El Estatuto y la financiación, tienen que representar más instrumentos para la que
gente viva mejor. Porque con los recursos que administramos y la gestión que
hacemos del autogobierno todos salimos ganando y estamos en condiciones de
garantizar la máxima calidad de vida material, cultural y democrática […] Más
autogobierno, más Estatuto, más financiación, más soberanía, quiere decir, también
más bienestar, más calidad de vida, más igualdad de oportunidades, más justicia
social, más progreso, más prosperidad para todos».223
Aquí hay un doble enmarcado que relaciona la solución de los problemas que
representa el Estatuto, con la obtención de beneficios concretos en la experiencia
cotidiana de las personas y su relación con valores sociales. En el discurso de CarodRovira, destaca particularmente la intensidad y cantidad de esta técnica de enmarcado
que relaciona soluciones y beneficios abstractos. Este tipo de técnica, otorga especial
relevancia a la dimensión de la identidad, que es el eje central del discurso de ERC,
por el cariz emocional que adquiere el discurso ligado a los grandes valores. Éste es
un punto muy relevante en lo que refiere a la motivación para la movilización social
pero que tendrá como límite material, la identificación identitaria nacional.
Motivación:
Las técnicas de enmarcado utilizadas por el líder de ERC, en el presente apartado
son: la definición de los participantes, la apelación a la responsabilidad de los
individuos, la invocación de valores universales y la vinculación de la participación en
la solución del problema, señalando incluso, acciones particulares.
El discurso de Carod, puntualiza muy específicamente quienes deben ser los
participantes de la movilización, es decir, a quién va dirigida la interpelación discursiva.
El discurso no se enmarca hacia los ciudadanos españoles de Cataluña, sino a
aquellos activistas de la independencia organizados en la sociedad civil, y es a ellos, a
221
Ibídem
Ibídem
223
ibídem
222
235
los que se los conmina a la movilización y a la sensibilización del resto de los
catalanes. No hay referencia alguna al resto de españoles, en tanto que, la catalana,
es otra audiencia para Carod-Rovira, distinta y diferenciada de la española.
Por otra parte, Carod apela a la responsabilidad individual de los sujetos de una
manera directa, en un claro llamamiento a la transversalidad de la movilización, dentro
de las sensibilidades del nacionalismo catalán, ello se observa cuando Carod-Rovira
manifiesta que:
«Pido a la sociedad catalana que se movilice, que lo hagan todos los sectores
sociales,
económicos,
empresariales,
universitarios,
profesionales,
deportivos,
periodísticos, culturales, asociativos, territoriales, religiosos, para que se sientan parte
de un proyecto común de una idea de país mejor, como integrantes de un tren en
marcha, que avanza, sin parase hacia el final del trayecto».224
Del mismo modo que Carod-Rovira, hace un llamamiento a los valores universales, tal
y como se observa en el siguiente ejemplo: «Ahora toca recuperar la ilusión, el sueño,
la épica, la complicidad colectiva, la dignidad nacional […] Ha llegado la hora. Ahora
toca pasar del sentimiento y la emoción nacional a la conciencia y la práctica nacional.
Somos una nación y seremos un Estado. Queremos un Estado y lo tendremos. Ahora
toca luchar para conseguir aquello que hace siglos vamos a perder: el Estado. La
capacidad de decidir, la última palabra sobre nuestro presente y nuestro futuro».225
Por último, Carod-Rovira, señala las formas de participación y las acciones de un
modo directo:
«Abandonemos
la
indiferencia,
la
pasividad,
la
resignación,
la
dimisión.
Despertémonos de este letargo donde estamos instalados, en permanente siesta
colectiva. Salgamos a la calle, hablemos con la gente convenzámoslos».226
El proceso de enmarcado que realiza Carod-Rovira, es hasta aquí, el más completo
respecto del marco ideal propuesto. Y si bien no profundiza en la estructuración del
agravio, si lo hace en la dimensión de la identidad y fundamentalmente en la tarea de
motivación.
Estrategia de ERC:
Carod-Rovira, en su discurso, y más allá de las alusiones al proyecto cívico e
integrador, utiliza una clara estrategia nacionalista de corte etno-culturar para dar
cuenta de la relación Cataluña y España. El mensaje es claramente dirigido única y
exclusivamente al pueblo catalán ―de hecho a una parte de este que son los
224
Ibídem
Ibídem
226
Ibídem
225
236
activistas nacionalistas―. La definición que Carod hace de Cataluña como nación, es
de carácter cultural y axiomático. Carod enlaza el reconocimiento de ese carácter
nacional de Cataluña a la naturaleza de la tradición democrática de los partidos que lo
hacen, para diferenciarlos del PP, y en esta etapa, de Ciudadanos. Si bien, CarodRovira menciona también criterios voluntaristas de adscripción nacional, por otra parte,
mantiene como fundamentales para la definición de aquello que es catalán rasgos
diacríticos como la lengua catalana, pero va más allá, al sostener: «Estos es cosa de
todos, como el catalán. Basta de estúpidos debates para saber qué se entiende o no
por literatura catalana. Es que, ¿puede ser, que los ciudadanos alemanes que
escriben en turco, representen a la literatura alemana? No podemos permitir por más
tiempo aceptar como normal aquí, lo que no se acepta en ningún sitio» 227228.
Carod-Rovira, por otro lado, plantea la idea del nacionalismo etno-cultural de raíces
románticas que relaciona directamente un pueblo, un país y un Estado, estos
elementos son vertebrados por un elemento fundamental que es la lengua catalana.
ERC se ha posicionado en defensa del catalán y en oposición al castellano, al que
entiende como una lengua extranjera. Ejemplo de ello es la creación en 2005, durante
el Gobierno de Maragall, y por iniciativa de ERC, de las Oficinas de Garantías
Lingüísticas que tienen por objetivo “fomentar el uso social del catalán y canalizar las
denuncias de los ciudadanos que observen vulneraciones respecto a la legalidad
vigente y a quienes la Generalitat garantiza la confidencialidad. Estas denuncias, por
ejemplo sobre la rotulación en catalán en los comercios, han servido para sancionar a
algunos establecimientos” (Santamaría, 2008: 31 nota al pie 6). Por otra parte, CarodRovira, en cierta forma, deja planteada y sin resolver la cuestión de la existencia de
identidades múltiples y anidadas que constrasta con la homogeneidad de su visión de
la sociedad catalana. Ésta no es una cuestión menor, dada la naturaleza heterogénea
de la sociedad catalana tal y como se ha desarrollado en el capítulo cuarto.229 En
términos generales, y más allá de los intentos de equilibrio, la estrategia nacionalista
de ERC es claramente de naturaleza etno-cultural, sin perjuicio, del uso continuo del
vocabulario del orden del nacionalismo cívico-político.
227
Ibídem
La postura de Carod-Rovira respecto de la naturaleza del catalán, deja fuera de la “literatura
catalana” a los escritores catalanes que escriben en castellano. O dicho de manera más amplia, se
excluye del ámbito de lo catalán a quién escriba en castellano.
229
Si bien excede el marco del presente trabajo, es muy interesante analizar las reacciones y los
posicionamientos de ERC respecto de la inmigración que llega a Cataluña en el siglo XXI, sus
diferencias con respecto a la del resto de España de la última mitad del siglo pasado, las similitudes
con el pujolismo y las políticas de asimilación en que derivan tales posicionamientos
228
237
En modo sintético se pueden subrayar los siguientes elementos del marco de ERC. El
diagnóstico es predominantemente negativo. Se estructuran caramente los tres
agravios mencionados con especial incidencia en el identitario y se introduce con
fuerza el enmarcado del agravio democrático. Se plantean identidades antagónicas,
con algún matiz respecto del antagonista. Hay un fuerte enmarcado del nosotros en
términos antagónicos a partir de elementos identitarios. Dentro del pronóstico, la
solución que se plantea es la reforma del Estatuto de Autonomía como paso previo a
la independencia. Y en lo que a motivación, se observa una apelación directa a las
audiencias nacionalistas a la movilización.
Por otra parte, el marco de ERC es el más completo de los formulados hasta el
momento en relación al marco ideal propuesto.
Convergencia y Unión (CiU):
Artur Mas reemplazó como líder de CiU al histórico Jordi Pujol, y es quién se presentó
como candidato a la presidencia de la Generalitat para las elecciones del año 2003 y
en las siguientes. Durante la etapa que analizamos, 2004-2009, las estrategias
políticas y discursivas de CiU, seguirán a grandes rasgos las del pujolismo, es decir,
ambigüedad y oscilación entre un discurso nacionalista de corte etno-cultural, por un
lado; y un discurso nacionalista cívico-político, por otro. Ello se produce, dentro de una
tendencia de radicalización paulatina de las demandas, por parte de los partidos
nacionalistas, frente al Gobierno nacional, tal y como se mencionó más arriba, que
tiene como origen, el diseño institucional del federalismo competitivo, al que se debe
sumar, las propias estrategias de las élites. La particularidad del período, es que CiU
en un primer momento, pierde la iniciativa dentro de las filas nacionalistas a manos de
otros partidos (ERC y PSC); hecho inusual para un partido como CiU, que fue el centro
de la vida política partidaria en Cataluña desde la transición. Esa iniciativa del PSC,
ERC e ICV-EUiA, tiene como principal proyecto la reforma del Estatuto de Autonomía.
La reforma del Estatuto que generó una serie de tensiones entre los diferentes
partidos catalanes pro-reforma del Estatuto (PSC, ERC, ICV-EUiA, y CiU) y el
Gobierno nacional del Partido Socialista; que fue percibida por Mas, no sin acierto,
como una oportunidad de retomar la iniciativa política y una vía de retorno a la
presidencia de la Generalitat.
Es por ello que negoció directamente, incuso sin la presencia de Maragall, con el
presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero la aprobación del nuevo Estatuto, a
cambio de la aceptación, por parte de los socialistas, de que formaría Gobierno la lista
más votada en Cataluña en las próximas elecciones, previniendo de este modo la
formación de otro gobierno Tripartito como el que presidía Pasqual Maragall y
238
asegurando el apoyo de los socialistas para formar eventualmente un gobierno de CiU
en minoría.230
Este acuerdo no se materializó en las siguientes elecciones del 2006, donde el PSC
decidió reeditar el gobierno Tripartito con el nombre de Gobierno de Entendimiento
Nacional para el Progreso (Govern d´Entesa Nacional pel Progrés), aun cuando Artur
Mas había ganado las elecciones, aunque sin la mayoría para formar gobierno.
Tal y como se mencionó, la estrategia de Mas se enmarcará en la tradición catalanista
de pactismo, pero con objetivos incrementados. Es por ello que, en el discurso de
Mas, encontramos dos vertientes definidas del mismo discurso; la primer vertiente, a
favor de la reforma del Estatuto, tuvo una estrategia discursiva que mantenía la
posibilidad de acuerdo y negociación, pero estableciendo objetivos de máxima en la
negociación política para presionar al PSC y a ERC.
La segunda vertiente, más evidente a partir del año 2006 pero en particular en 2007,
es la de la radicaliza en sus reclamos, en el tono y en la estrategia de su discurso;
probablemente influenciado además, por la incumplimiento del pacto alcanzado con
Rodríguez Zapatero para hacerse con el Gobierno regional.
Discurso de Convergencia y Unión (CiU):
Se analizará la temática del encaje de Cataluña en España en el discurso de
presentación de La casa grande del Catalanismo (La casa gran del Catalanisme) que
lleva por título: “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor 231”
pronunciado el 19 de noviembre de 2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña.
Mediante ese lanzamiento, se intenta reposicionar a CiU como un actor central de la
política catalana, rescatando muchos elementos de referencia del pujolismo e
incorporando algunos otros que serán determinantes para el período siguiente.
Diagnóstico:
Agravios:
Dentro de la tarea de diagnóstico, la dimensión del agravio queda enmarcada de un
modo muy similar al formato pujoliano. Es decir, sin una atribución de culpa clara del
antagonista; con una definición negativa de éste, pero sin señalarlo como actor
ilegítimo de la comunicación y excluirlo del diálogo.
Por otra parte, sí se presenta la cuestión y se problematiza los riesgos que acechan a
Cataluña. Cataluña corre el riesgo de desaparecer (tal y como ya señalaban Pujol y
Carod-Rovira, por su parte) frente a las amenazas de la globalización, la inmigración
230
Véase las declaraciones de Felip Puig sobre este tema en La Vanguardia, 9 de Abril de 2009.
Disponible en línea en: http://www.lavanguardia.com/politica/20090409/53678508663/felip-puigadmite-que-el-pacto-zapatero-mas-por-el-estatut-incluia-el-apoyo-del-psc-a-ciu-en-catalun.html
231
Todas las referencias y citas de este texto son traducciones propias del catalán.
239
extracomunitaria, la baja tasa de natalidad autóctona y los aspectos negativos de la
relación con España.
A partir de estas cuestiones generales en el discurso de Mas, se enmarcan los tres
agravios propuestos por el pujolismo. El agravio identitario es enmarcado por Mas a
partir de tres vertientes: la globalización, que afecta a las identidades culturales, en
primer lugar; en segundo, la inmigración de personas de origen africano y
sudamericano, que pondrían en riesgo esa identidad catalana; y la tercera, es la
cuestión del encaje con España. Se podría decir, que las dos primeras no tienen una
relación directa con el tema de análisis que es la relación entre España y Cataluña,
pero sí se enlazan, estas cuestiones, en el razonamiento de Mas cuando sostiene que
Cataluña no posee los elementos de autogobierno suficiente como para hacer frente a
esos desafíos. Toda la temática de los agravios, se refiere a esa relación entre
Cataluña y España, y tal y como veremos en el siguiente período, tiende a ocupar la
casi totalidad de los discursos y de la praxis política de las élites políticas catalanas.
Comenzando por el análisis del agravio identitario, observamos que Mas, sostiene
que: «En la piel de toro predomina más el odio que la concordia, y la intolerancia que
el respeto. En muchos aspectos, España se ha regenerado. En otros, simplemente
degenera. El clima político es un buen ejemplo. La incomprensión hacia Catalunya,
también».232
Hay, según Mas, una incomprensión, no ya hacia los catalanes o los ciudadanos de
Cataluña, sino hacia Cataluña misma. Y esa incomprensión es ontológica. Esa
incomprensión se fundamenta en una estructura de oposición diádica al que ya
recurría el catalanismo decimonónico y que será recuperado por Pujol y Maragall, tal y
como se ha señalado más arriba, y donde Cataluña, es el motor del progreso
económico, político y social; mientras que «la España de hace cien años era un
Estado decadente, desnortado, prisionero de sus propias debilidades y de sus
miedos».233
Y es desde esa superioridad desde la que Mas sostiene que desde Cataluña «hace
treinta años que actuamos pedagógicamente […] Hemos hecho desde el catalanismo
pedagogía para parar un tren y, si me permitís la ironía, ya veis que el tren no llega en
justa correspondencia» o cuando sostiene que: «la causa habría que buscarla en que
la convivencia de Catalunya dentro del Estado ha sido casi siempre traumática. Y no
cabe decir que los traumatismos principales los ha sufrido Catalunya».234
232
Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de
2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña.
233
Ibídem
234
Ibídem
240
Mas pretende utilizar, con dudosa eficacia y verosimilitud, las siguientes técnicas de
enmarado que son las de: relacionar las experiencias ordinarias de la población con
los agravios; insertar la cuestión en un marco más amplio, que es la historia reciente
de Cataluña y España; y dramatizar la situación respecto a futuro, poniendo en duda la
propia supervivencia de Cataluña, o la sensación de sentirse extranjero en la propia
tierra. Todo ello se observa en la siguiente cita en la que, en relación a los inmigrantes,
Mas entiende que:
«Ninguna sociedad tiene una capacidad ilimitada de absorber y de integrar personas
que vienen de fuera. Catalunya tampoco. Cuando el lecho de un río se desborda, no
puede esperarse nada positivo.[…] Por otro lado, el catalanismo es el único
movimiento que garantiza que diversas personas, incluso de orígenes culturales muy
distantes, compartan un sentido de pertenencia y un mínimo proyecto común. Sin este
proyecto común, los catalanes acabaríamos sintiéndonos forasteros dentro de nuestra
casa».235
En lo que respecta al agravio económico, Mas enmarca el déficit fiscal sumado a un
agravio en la distribución de infraestructuras y lo relaciona con el agravio democrático.
Pero vayamos por partes. En agravio económico es histórico en el enmarcado del
catalanismo, tal y como lo hemos comentado. Se utilizan aquí, con bastante más
eficacia, las técnicas de enmarcado de relacionar las experiencias ordinarias de la
población con los agravios, insertar la cuestión en un marco más amplio y dramatizar
la situación respecto a futuro. Mas lo reitera al mencionar que «Catalunya sigue
sufriendo un déficit fiscal del entorno del 8% de su creación de riqueza». Además de
un agravio, en comparación a otras comunidades en la construcción del tren de alta
velocidad (AVE) «que el AVE llegará antes a un bueno número de capitales españolas
que a Barcelona y a la frontera francesa»
Del mismo modo que aun habiendo obtenido una mejor financiación con la
negociación estatutaria, ya se pone en duda lo conseguido, cuando Mas dice que el
Estatuto está en peligro por los recursos frente al Tribunal Constitucional y por la
actitud del Gobierno Español: «Conscientes del déficit de infraestructuras que
arrastramos, en el Estatut figura una cláusula por la cual el Estado se obliga a invertir
en Catalunya durante siete años el equivalente a la aportación que Catalunya hace a
la creación de riqueza de todo el Estado; un poco menos del 20%. Este compromiso
está, no obstante, doblemente amenazado: por el recurso ante el Tribunal
Constitucional, y por la actitud poco leal del gobierno español».236
235
236
Ibídem
Ibídem
241
Por otra parte, se enmarca el agravio democrático, clave en este período y
fundamental para el siguiente. Mas lo enmarca relacionado con el referéndum del
Estatuto de Cataluña del 2006 con el concepto del derecho a decidir, y lo plantea en
los siguientes términos: «Los catalanes ejercieron en referéndum su derecho a decidir.
[…] Si el Estatuto no sale íntegro del Tribunal Constitucional, el derecho a decidir de
los catalanes quedaría alterado. La propia democracia quedaría afectada en su
esencia y razón de ser».237
Mas prevé que cualquier modificación al Estatuto será antidemocrática porque vulnera
el derecho a decidir de los catalanes, este argumento se desarrollará con mucha más
intensidad en el período siguiente.
Como se ha dicho, se enmarcan los tres tipos de agravios y ello se realiza a partir de
las técnicas de enmarcado de asignación conceptual tales como déficit fiscal,
inmigración, e identidad. El intento de relacionar estos conceptos del marco del
agravio con las experiencias ordinarias de la población son escasos y dificultoso,
desde la perspectiva de quién suscribe, porque el discurso de Mas apela en gran
medida a los valores y a la identidad que, tienden a no tener un reflejo de lo cotidiano,
más allá de las continuas referencia que ha hecho al Estado de bienestar en el
discurso. Nótese por cierto, que es el gobierno de Pujol ―en el que Mas es figura
destacada― quién implementa políticas de claro sesgo neoliberal en lo que respecta
al Estado de bienestar, más allá de lo que sostengan (Pujol y Mas) en sus discursos,
tal y como mencionan Balfour y Quiroga (2007), Dowling (2013) y Santamaría (2008).
La excepción a esa falta de verosimilitud de las técnicas de enmarcado, puede ser la
idea de los riegos que entraña la inmigración para Cataluña y para los catalanes. El
enmarcado de Mas tiende a no relacionar, dicha inmigración, directamente con
cuestiones que afectan a las experiencias ordinarias y a la privación relativa, pero lo
hace de manera tangencial; no obstante lo anterior, el marco de CiU, relaciona el
peligro de la inmigración, más directamente con el riesgo de la dilución de la identidad
catalana.
Sí hay, por otra parte, una inserción de los agravios propuestos con un marco más
amplio, que es la histórica cuestión del encaje de Cataluña en España, además de una
dramatización de la situación a futuro, que, tal y como se comentó, pone en riesgo la
existencia de Cataluña, tal y como se conoce.
Dentro de la operación de la atribución de las causas, se mantienen en líneas
generales una cierta ambigüedad, y las técnicas de enmarcado utilizadas son las de
asignar un concepto y responsabilidad a los actores ―ésta última de modo parcial―.
237
Ibídem
242
La ambigüedad, se observa cuando Mas habla de una regeneración de España, pero
solo en parte. Por otra parte, no se incide directamente en la culpa que España tiene
en los agravios. Cuando se hace referencia a la culpabilidad del actor antagonista, se
menciona a una España histórica, es decir a “otra” España.
Cuando Mas hace referencia a la causa recurre a la historia y al papel que España
tenía en ella, tal y como vemos en la siguiente cita:
«Pero el Estado español existía y, […] estaba dispuesto a utilizar toda su fuerza,
también la de las armas, para conseguir doblegar, domesticar y dominar las
aspiraciones de libertad y de autogobierno de los pueblos que componían, con
Catalunya al frente. España había perdido sus colonias exteriores, pero no estaba
dispuesta a perder sus „colonias internas‟».238
La España de 2007 es otra, a los ojos de Mas, aunque guarda algunos parecidos con
aquella; y esos parecidos, que él menciona, los dosifica en el enmarcado. Si bien la
técnica de enmarcado de asignar una causa ―la relación con España― es clara,
existe una ambigüedad calculada en la asignación de responsabilidades de ese actor
colectivo externo. Ello lo podemos observar en la siguiente cita en la que Mas sostiene
que: «el Estado central interviene por tierra, mar y aire en la vida de los catalanes, vía
todo tipo de leyes, decretos, cheques, subvenciones o impuestos».239
Mas utiliza el verbo intervenir, que difícilmente sea posible vincularlo a agravios ―en
tanto que, un actor puede intervenir, positiva o negativamente sobre una cuestión― es
por ello que, si bien hay un concepto asignado, no hay una incidencia clara de
responsabilidad. De allí la ambigüedad en esta parte del marco.
Identidades:
Identidad “ellos”:
Dentro de la tarea central del diagnóstico, la dimensión de la identidad “ellos” se
encuentra poco estructurada, tal y como se menciona en el párrafo anterior. No se
incide especialmente en la utilización de técnicas de enmarcado que caracterizan de
modo negativo al “otro”. Se continúa con la ambigüedad calculada que caracterizó al
pujolismo. Dentro de esa ambigüedad, destaca, no obstante, el enmarcado del “otro”
caracterizado por la falta de entendimiento y la aspiración de dominio; a pesar de ello,
no se los define como actores ilegítimos de la comunicación y, en ese momento, no se
les atribuye intereses contrarios al bien colectivo.
238
239
Ibídem
Ibídem
243
Sí hay una conceptualización de España como competidor victorioso en algunas
cuestiones, situación que se torna perjudicial para Cataluña. Esto aparece en el
discurso de Mas cuando dice que:
«Nos encontramos en una situación más frágil que hace diez años, como
consecuencia de la fuerte ola inmigratoria, pero también por el nuevo empujón y
desacomplejamiento de la nación española. Para muchos catalanes, España se ha
hecho más atractiva, y Catalunya menos. En lugar de avanzar hemos dado un paso
atrás».240
Téngase en cuenta que dos años antes Mas negoció con Rodríguez Zapatero el
proyecto de Estatuto de Autonomía y la financiación. Y que es particularmente difícil
establecer un procedimiento de enmarcado que caracterice negativamente a un “otro”
como antagonista, si se ha negociado y pactado con él avances sustantivos de
autogobierno. En síntesis hay un enmarcado del “ellos” de manera parcialmente débil,
dado que no se incide en demasía, en la atribución de intereses e intenciones
contrarios al bien colectivo.
Identidad “nosotros”
Dentro de este campo hay una profundización que continúa con los tópicos de la
ambigüedad tradicional del pactismo del pujolismo. Cataluña es considerada como
como un sujeto, es decir, se personaliza al sujeto colectivo, y se profundiza, además,
la defensa exclusiva de los intereses colectivos. He aquí el eje de la conferencia que
se analiza. Lo que propone Mas es la refundación del catalanismo, enfatizando ―en lo
identitario― la estrategia pujoliana. Tanto así, que Mas, vuelve a utilizar la
terminología moralizante de Pujol cuando sostiene que: «el catalanismo debe
ocuparse del alma de la nación»241. Recurre además a la técnica de enmarcado de
apropiarse de valores sociales tales como: la conservación y la explotación del
patrimonio cultural, la promoción de las personas, “la calidad de país” ―se refiere a la
concepción del gusto por el trabajo bien hecho o de calidad que en hipótesis tienen
los catalanes―, las virtudes cívicas, la justicia social, el Estado de bienestar y la
apertura el mundo. Ejemplo de lo anterior es: «El catalanismo ha pretendido que
Catalunya fuera no simplemente un país más sino un país que mereciera la pena y
que destacara por su calidad y por su modernidad; en buena parte, lo ha ido
consiguiendo».242
240
Ibídem
Ibídem
242
Ibídem
241
244
Por otra parte, es a partir de la representación exclusiva de esos valores sociales
universales desde donde se viene haciendo “pedagogía”. Mas lo enuncia en estos
términos: «Hace treinta años que actuamos pedagógicamente: […]. Hemos hecho
desde el catalanismo pedagogía para parar un tren y, si me permitís la ironía, ya veis
que el tren no llega en justa correspondencia».243
Se recurre al argumento ―ya utilizado por Pujol y Maragall― de la superioridad moral,
económica y social que preconizaba el catalanismo decimonónico, que es
incompatible con la realidad económico, social y cultural de la España actual, tal y
como lo he señalado de Blas (“El discurso ya visto de Pasqual Maragall”, El País, 28
de agosto de 2003).
Mas ofrece un marco donde aparecen identificados el sujeto colectivo que es Cataluña
con el catalanismo y el catalanismo con CiU y con Mas. El mismo proceso de
enmarcado de Pujol. Del mismo modo hay una idea de homogeneización en el ámbito
del “nosotros”. El catalanismo, es decir, el nacionalismo catalán, va más allá de la
ideología (de izquierda-derecha), de modo que: el catalanismo «quiere el país por
encima de la ideología. La construcción del país por encima de las derechas o
izquierdas»244. Retomaremos esa cuestión en el análisis de las audiencias. Por lo
pronto baste decir, que ese “nosotros” es un concepto sin matices que extiende esa
identificación Cataluña-catalanismo-CiU-Mas con el pueblo de Cataluña.
La innovación aparece en la puntualización entre ciudadanos de Cataluña y
“catalanes”. Mas lo menciona de este modo en referencia a una cita de Tarradellas:
«hemos de dirigirnos a nuestros compatriotas más como catalanes que como
ciudadanos de Catalunya»245. Hay un cambio de registro que previene lo que vendrá.
Este cambio léxico, que no es casual, pone de relieve como primer elemento de
reconocimiento identitario a los catalanes frente a los ciudadanos de Cataluña, es
decir, la interpelación nacionalista antes que la Estatal, lo etno-cultural antes que lo
cívico-político. Por último vale destacar, el recurso a reclutar figuras prominentes. Mas
cita a Tarradellas, Pi Margall, Valentí Almirall, Francesc Cambó, Prat de la Riba,
Francesc Layret, Francesc Macià y Lluís Companys.
Pronóstico:
Es en esta tarea ―y en la motivación― donde también se producen cambios
sustanciales. Las técnicas de enmarcado que utiliza Mas son: la asignación de
conceptos centrales, define los beneficios a obtener, carga de valores abstractos esos
243
Ibídem
Ibídem
245
Ibídem
244
245
beneficios y recurre a la historia. Existen fundamentalmente dos elementos a destacar
en esta dimensión que tienen que ver con el cambio de los objetivos y soluciones.
Una de las innovaciones es que esas soluciones son fruto de la radicalización de las
soluciones obtenidas años antes, pero que hacen vislumbrar el fin de la continuidad
del incrementalismo del pujolismo (José Luis Álvarez, “La lucha final de la burguesía
catalana”, El País, 23 de julio de 2012). La primera de las soluciones aportadas por el
marco de Mas es el concepto de plenitud nacional y de él se desprenden otros dos
conceptos relacionados, y que se desarrollarán en el período siguiente que son: el
derecho a decidir ―a partir de la radicalidad democrática―; y el concierto económico,
que será conocido luego como pacto fiscal.
El concepto central, que tal y como se dijo, es el de plenitud nacional es un eufemismo
de Estado propio. Mas lo reconoce aunque de modo hiperbólico fiel al estilo del
lenguaje ambiguo del nacionalismo catalán conservador: «A menudo hablamos de
plenitud nacional cuando nos referimos a la aspiración del más alto grado de
autogobierno o de soberanía».246
De modo que el objetivo es construcción de la nación plena que es aquella que posee
el máximo grado de soberanía. La plenitud nacional, para Mas: «la hemos de asociar a
la idea que la sientan suya todos o prácticamente todos los catalanes.» conforme su
derecho a decidir como comunidad. Más lo especifica: «allá dónde se hablaba de
autonomía o de autogobierno, hemos de hablar del derecho a decidir 247 por nosotros
mismos sobre aquello que nos es propio […] De la misma forma que el catalanismo
del siglo XX se planteó y consiguió la recuperación de las instituciones y el avance del
autogobierno, el catalanismo del siglo XXI, tiene que plantear el derecho de la nación
catalana a decidir de manera democrática, libre y pacífica […] El derecho a decidir de
la sociedad catalana se tiene que aplicar progresivamente sin más límites que la
propia evolución democrática de la sociedad […] El derecho a decidir de los catalanes
hunde sus raíces en las convicciones y en las creencias más genuinamente
democráticas. El derecho a decidir de un pueblo es el ejercicio de la democracia en
estado puro […] Si Catalunya es una nación, y lo será mientras los catalanes lo
quieran, y no es simplemente una derivada o un subproducto constitucional, los
246
Ibídem
El concepto del derecho a decidir, en términos estrictos es de dudosa, existencia tanto en el
derecho comunitario, como en el derecho internacional y mucho menos en el derecho constitucional
español. En el ámbito académico catalán fue introducido ―probablemente a partir de un concepto
similar utilizado por los nacionalistas de Quebec― Jaume López (2011) como un concepto que
reemplaza al de autodeterminación de los pueblos, teleológicamente orientado al caso catalán y
dando el sustento conceptual al secesionismo catalán que el de autodeterminación de los pueblos
no tiene.
247
246
catalanes tienen, tenemos, el derecho democrático a decidir lo que más nos convenga
como pueblo».248
Expongo una larga cita, porque entiendo que resulta elocuente y descriptiva de los
cambios en el proceso de enmarcado del nacionalismo de CiU. Yendo por partes, y
analizando las técnicas de enmarcado que se utilizan, podemos ver claramente que
Mas pretende dar por superada la cuestión de las relaciones con España al proponer
directamente el encaje o posicionamiento de Cataluña en el mundo. Se vale para ello
de la técnica de enmarcado de asignación conceptual con el derecho a decidir. Este
concepto (sin tradición académica alguna, pero con gran potencia movilizadora), tiene
una serie de identidades asociadas de gran calado como son: derecho de un pueblo a
decidir-democracia en estado puro-sin limitaciones.
Los beneficios a obtener son la plenitud nacional, es decir, el Estado propio; pero a él
asocia, junto con el derecho a decidir, un cierto empoderamiento de los catalanes que
les llevaría a poder decidir sobre lo que más les convenga como pueblo desde la
radicalidad democrática. Los valores abstractos con los que carga este marco son
muchos y de carácter profundamente movilizador.
A partir de la cadena de relaciones que vincula los conceptos derecho a decidir,
radicalidad democrática y plenitud nacional, Mas desgrana toda una serie de
beneficios a obtener, pero fundamentalmente desarrolla valores abstractos que están
asociados a los propios conceptos y a su eventual ejercicio. Ejemplo de ello es la
referencia que hace Mas de que el «derecho a decidir de los catalanes hunde sus
raíces en las convicciones y creencias más genuinamente democráticas».249
Denótese que este concepto que plantea Mas como modo de acceso a la solución que
es la plenitud nacional de Cataluña se relaciona con un valor absoluto como es la
democracia o las convicciones y creencias democráticas. Mas también menciona que
ese derecho a decidir de los catalanes ―que no de los españoles― se ejerce de
manera democrática libre y pacífica.
Es decir que, Artur Mas, sin ni una sola
explicación y sin dar cuenta del concepto derecho a decidir, lo vincula con esos
valores para generar un concepto de campo semántico abierto, es decir, “un espacio
abierto para ser llenado por las imágenes de nuestro yo ideal” (Salecl, 1993:221). Este
tipo de conceptos se analizarán con más detalle en el capítulo siguiente, pero baste
decir que, ellos permiten ser completados por los anhelos de la población y de allí su
capacidad movilizadora.
248
Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de
2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña.
249
Ibídem
247
Es muy llamativo que Mas no defina en ningún momento el derecho de decidir ―ni
ningún otro de los nuevos conceptos que menciona―, eso profundiza aún más la
ambigüedad del lenguaje de CiU en esta etapa. El derecho a decidir, incluso a partir
del texto de López (2011), no es otra cosa que un intento de adaptar a la situación
catalana el derecho de autodeterminación, tal y como indica, Martín Ortega Carcelén
en su artículo, del periódico El País del 16 de Octubre de 2014250. Este hipotético
derecho a decidir, no solo carece de entidad académica sino que: “los inventores de la
expresión se refieren a dos ideas de manera implícita: Cataluña es una nación y, en
consecuencia, tiene derecho a la autodeterminación. Es una maniobra retórica
inteligente que pretende trasladar el debate desde el concepto resbaladizo de nación
hacia el terreno más seguro de la democracia. El derecho a decidir no se debe negar,
argumentan, porque ¿quién puede atreverse a impedir que la gente elija su destino?”
(Martín Ortega Carcelén, “El derecho a decidir no existe”, El País del 16 de Octubre de
2014). Se intenta trasladar, según Ortega Carcelén, la cuestión del nacionalismo a la
teoría de la democracia mediante el uso de esta batería de conceptos.
Motivación:
Por último, y dentro de la tarea de motivación y la dimensión de la agencia-audiencia,
Mas utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: define a los participantes,
segmentando claramente a las audiencias; apela a la responsabilidad de los
individuos; invoca valores universales; relaciona la participación con el éxito; e indica
formas de participación aunque, es cierto que las acciones que señala, son de
naturaleza más bien genéricas.
Uno de los puntos centrales del discurso de Mas es la definición de los participantes y
la segmentación de las audiencias (Alonzo, 2015). Mas señala claramente que se
dirige a los catalanes (antes bien que a los ciudadanos de Cataluña) y ofrece una
identificación de identidad entre los catalanes y los catalanistas, es decir, los
nacionalistas. Ésta es la audiencia a la que se dirige aunque sabe, y así lo manifiesta,
que es una identidad no mayoritaria. Es decir, que la gran mayoría de los catalanes no
son catalanistas. Y así lo enuncia Mas, cuando dice: «El camino es claro: el
catalanismo tiene que conseguir que los catalanes actúen en clave catalanista, es
decir, en clave de país catalán».251
Del mismo modo insiste en el reclamo de la búsqueda y construcción de la mayoría
catalanista. Esta apelación a la construcción de la mayoría, pone en evidencia la no
250
Martín Ortega Carcelén, “El derecho a decidir no existe”, El País, 16 de Octubre de 2014,
disponible en línea en: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/opinion/1412946101_991126.html
251
Artur Mas, “El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor” del 19 de noviembre de
2007 en el Palacio de Congresos de Cataluña.
248
existencia de esa mayoría. El nacionalismo se encuentra así en medio de una
paradoja, tal y como señala Ovejero (2011a) que es que: si se necesita la construcción
nacional que propone el nacionalismo, la nación no es un proyecto socialmente
mayoritario ni autoevidente como se lo proclama; por otro lado, si la nación es un
proyecto socialmente mayoritario y autoevidente, ¿para qué es necesario el
nacionalismo?
Lo anterior queda expresado en los dichos de Mas:
«El catalanismo debe conseguir definitivamente que todos los catalanes, o como
mínimo una mayoría muy significativa de ellos, se identifiquen con la nación. Esto es el
que nos dará la fuerza y la legitimidad moral para reclamar todo aquello que nos
corresponde como pueblo».
Solo la identidad nacionalista catalana transformada (aún en 2007 no lo es) en
mayoritaria hará posible «reclamar todo aquello que nos corresponde como pueblo».
He aquí la tarea del nacionalismo. He aquí el corazón de lo que se conocerá en el
período siguiente como el proceso soberanista.
Respecto a la idea de homogeneidad, Mas enmarca a las audiencias por sobre
cualquier diferencia ideológica, clivaje o fractura social. El nacionalismo catalán
propone un objetivo de país más allá de las particularidades de izquierda y derecha. El
propio Mas sostiene que el catalanismo: «quiere el país por encima de la ideología».252
El gran éxito del nacionalismo catalán y del pujolismo en particular ―del que Mas es
continuador― es la capacidad de anteponer los marco de sentido que presentan como
problemática la relación entre Cataluña y España, frente a cualquier otra problemática
y, en el mejor de los casos, subordinándola a aquella a los ojos de la población
(Alonso, 2014; Ovejero Lucas, 2006, 2011a, 2011b, 2013). Pero esa mayoría social
homogénea catalanista no existe en 2007 en Cataluña, es por ello, que Mas reclama y
propone constuirla.
Volviendo a la cuestión de las técnicas de enmarcado, Mas vincula el trabajo por el
consenso interno respecto del derecho a decidir, con valores abstractos al relacionarlo,
entre otros elementos, con: «aquellos [temas] que van en la línea de la mayor libertad
de Catalunya»253. Y el éxito en la obtención de los resultados Más lo vincula a la
participación colectiva, cuando sostiene que:
«El reto de los catalanistas es convencer a muchísimos catalanes sobre estos grandes
temas de país. Mientras […] los reclamen sólo aquellos que se sientan muy
252
253
Ibídem
Ibídem
249
catalanistas, no los tendremos. Cuando los catalanistas consigamos que los reclame
Catalunya entera, los tendremos».254
Pero, por otra parte, Mas no establece una agenda de acciones concretas para
movilizar a la población, sino que, la vía de acción que ofrece es la de convencer al
resto de los catalanes: «No intentemos vencer a una parte de la propia Catalunya;
convenzámosla!».255
Estrategia de CiU:
Si bien se puede continuar hablando de ambigüedad en el discurso de Mas, por el uso
discursivo de los eufemismos y por la continuidad del pactismo ―el pragmatismo
posibilista (Dowling, 2013) pujoliano― sí se evidencia una profundización de la
estrategia nacionalista etno-cultural y una subordinación a aquella de la faceta cívicopolítica del catalanismo, a diferencia del período anterior. Ello se denota en las
referencias a los catalanes antes que a los ciudadanos de Cataluña con todo el peso
de dejar de lado al significado ciudadano y elegir términos como pueblo catalán o de
Cataluña. Por otra parte hay una alejamiento cada vez más evidente de la estructura
jurídica que da sustento formal al Estado de las Autonomías que es la Constitución
Española; y ello se denota cuando, al referirse al derecho a decidir y su adecuación al
marco legal, Mas afirma que: «son las leyes las que están al servicio de la democracia,
y no la democracia al servicio de las leyes. El marco legal se tiene que ir adecuando a
la expresión democrática de cada momento».256
En cierta medida y en la profundización de ese concepto de democracia en estado
puro que es la radicalidad democrática se anticipa la decisión de enfrentar dos
legitimidades que vendrá en el próximo período, cuando Mas dice que: «Se me dirá
que el derecho a decidir puede chocar con el marco legal vigente al Estado. […]
Prefiero, de todas formas, que nos tengamos que confrontar con el marco legal que no
con la indiferencia del pueblo catalán».257
Se evidencia un cambio sustancial respecto del período anterior 2000-2003 en lo que
se refiere a la introducción de elementos conceptuales innovadores que comienzan a
ser parte del marco del discurso de CiU, como los del derecho a decidir, radicalidad
democrática, choque de legitimidades. He aquí una cuestión no menor. Más parece
querer proponer una disyuntiva entre la indiferencia del pueblo catalán en el 2007 a
esa plenitud nacional, es decir, respecto de la secesión de Cataluña, o bien el desafío
al marco jurídico español, una vez movilizado el nacionalismo.
254
Ibídem
Ibídem
256
Ibídem
257
Ibídem
255
250
Por otra parte queda en evidencia las dos dimensiones de la estrategia, que se han
propuesto y comentado aquí. Mas claramente menciona la necesidad de realizar un
trabajo hacia adentro de Cataluña: Los catalanistas, […] hemos de agendar y priorizar
otra vez el trabajo que podríamos llamar hacer Catalunya adentro. Es decir, ocuparnos
de la inmensa mayoría de los catalanes que se sientan catalanes y vean Catalunya
como su país». 258
Se observa, además, como Mas establece quién es el objeto de interés del
nacionalismo catalán, quién es su audiencia: «los catalanes que se sientan catalanes y
vean Catalunya como su país». Y aunque en otros pasajes hace mención de que
Cataluña somos todos, queda aquí manifiestamente expresado, quienes son los que
revisten un mayor interés.
Hay una profundización de las estrategias etno-cultural hacia el interior de Cataluña,
con una apelación directa a las audiencias de sensibilidad catalana hacia la
construcción de una mayoría social. Mas orienta de este modo, su discurso hacia la
movilización de los sectores con sensibilidad catalanista para construir una mayoría
social a favor de la plenitud nacional, el derecho a decidir, y la radicalidad democrática.
Unión Democrática de Cataluña (UDC):
Los matices de Unión Democrática de Cataluña:
Se analizarán los matices que al discurso de CiU hace Josep Antoni Duran i Lleida que
es presidente del Comité de Gobierno de Unió Democrática de Catalunya (UDC) y
que, fiel a la política ambivalente y de la ambigüedad de CiU se ha mantenido en ese
ámbito, tal y como se ha comentado, pero matizando algunas cuestiones a nivel
estratégico antes que de enmarcado.
A nivel de enmarcado discursivo solo destaca la relevancia que Duran otorga al
agravio económico, si bien menciona el democrático y vagamente el identitario
(vinculados a la matriz europea de Cataluña), el agravio económico es fundamental y
es en el que más insiste
Los matices estratégicos que menciona Duran se analizarán de la entrevista publica
en La Vanguardia, el 6 de febrero de 2005. En ella Duran aboga por tres elementos
diferenciadores de Convergencia democrática de Cataluña que son: La soberanía
compartida es un hecho; la centralidad del agravio económico; y, la necesidad de
evitar los radicalismos en CiU.
258
Ibídem
251
Durán destaca el hecho de que la soberanía es compartida, incluso en contra de la
Constitución del 78, ello apoyaría la postura de UDC de una fórmula confederal para la
organización territorial del Estado para España.
El agravio económico es, tal y como se comentó, donde se pone el acento en los
agravios de UDC, y de modo anticipado Duran hace referencia a evitar los
radicalismos en CiU. Ese radicalismo irá tomando forma primero a nivel discursivo en
la élite política de Convergencia, luego se trasladará a CiU casi en su totalidad y
terminará con la disolución de la formación a mediados del 2015.
En síntesis, el marco de CiU presenta un lenguaje ambiguo similar al de la etapa del
pujolismo, pero presenta innovaciones que serán centrales en el período posterior.
El diagnóstico, consta de los tres agravios tradicionales del nacionalismo catalán, bien
enmarcados. Respecto a las identidades, no hay un enmarcado fuerte del ellos, pero
sí se identifica a España como antagonista. Sí hay una profundización de la identidad
“nosotros”. La fuerte innovación se presenta en el pronóstico, en el cual se introducen
una serie de conceptos que son prácticamente sinónimos de los de autodeterminación
e independencia y que son derecho a decidir y plenitud nacional. Es a partir de aquí
que se construirá la movilización de período siguiente.
En lo que a motivación respecta, hay un claro cambio de registro, en comparación con
el período anterior, Artur Mas, a diferencia de Pujol, enmarca fuertemente esta tarea
del marco apelando a la movilización para la construcción de una mayoría social
encabezada por el nacionalismo a favor de la plenitud nacional.
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA):
Desde la transición hasta el año 2003, ICV-EUiA, del mismo modo que sus partidos
predecesores PSUC y PCE, nunca accedieron a posiciones de gobierno en Cataluña.
A partir del año 2003, ICV-EUiA, ingresa como ya se comentó al inicio del capítulo, en
coalición con el PSC, y ERC en el Gobierno Tripartito que, repetirá como Gobierno de
Entendimiento (Govern d´Entesa) en el 2006 con José Montilla como presidente.
Estas circunstancias, del mismo modo que ocurrió con ERC, han dificultado la
adecuación, en ciertos sentidos, del discurso de un partido que históricamente ha
estado en la oposición, a un partido que pasa a formar parte de un gobierno. Otro
elemento que hace más compleja la situación es que ICV asume responsabilidades en
Consejerías particularmente sensibles como la Consejería de Interior, es decir, aquella
que se ocupa de las fuerzas de seguridad y policía autonómica durante el gobierno de
José Montilla.
252
El discurso de ICV-EUiA, se mantendrá, en líneas generales, en su posicionamiento
tradicional, que ha sido tratado en el capítulo anterior, de una relación entre Cataluña y
España dentro de un federalismo asimétrico de corte confederal (Guibernau, 2002).
Asumiendo en gran medida las tesis de los elementos diferenciadores que impulsara
el nacionalismo de corte conservador de CiU y pequeño burgués de ERC (Santamaría,
2011).
En lo que respecta al proceso de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, la
posición de ICV-EUiA fue la de intentar alcanzar consensos entre las élites políticas
para intentar fortalecer el proyecto de reforma frente a su tramitación en el Congreso
de los Diputados.
Se analizará en lo que sigue el artículo Un nuevo catalanismo, una nueva idea de
España, de Joan Saura, quién fuera candidato a Presidente de la Generalitat y
Consejero de Relaciones Institucionales y Participación de la Generalitat de Cataluña,
durante la legislatura del Tripartito. El artículo citado fue publicado en el periódico El
Mundo, el 14 de noviembre de 2005, en plena tramitación del Estatuto de Autonomía
de Cataluña.
Discurso de ICV-EUiA:
Diagnóstico:
El balance que hace Saura en su discurso es ambivalente. La parte de la valencia
positiva es el proceso de cambio, visto como una oportunidad, aún no concretado, con
el texto estatutario. La valencia negativa, que tiene más peso en el diagnóstico, está
dada por los agravios que son enmarcados en las mismas tres dimensiones
(identitaria, democrática y económica) que venimos trabajando aquí, pero no incide
sobremanera en ellos, solo los enuncia, tal y como vemos en la siguiente cita, en la
que Saura, entiende que la reforma del Estatuto es una clara oportunidad para:
«resolver los problemas del autogobierno de todas las comunidades autónomas, y no
sólo de Cataluña, que han visto reducida la capacidad de realizar políticas propias en
el ámbito de sus competencias por la constante y abusiva interferencia del Estado; una
oportunidad para descentralizar la justicia y la administración tributaria; una
oportunidad para establecer un sistema de financiación más equitativo en el cuál las
reglas de la cohesión territorial -si se quiere de la solidaridad- sean conocidas y
aceptadas, de forma que se favorezca a las comunidades con una renta per cápita
inferior, sin que disminuya la capacidad de desarrollo de las comunidades que más
aportan. En fin, una oportunidad para resolver uno de los principales problemas de
253
nuestra democracia: el encaje de las diversas, complejas y entrelazadas realidades
nacionales que componen España».259
En el texto citado, aparecen mencionados de manera suscita pero meridianamente
claros los tres agravios. De este modo las técnicas de enmarcado que utiliza Saura en
su discurso son: la de presentar la cuestión, intentar definir el problema en relación a
las experiencias ordinarias de la población, insertar la cuestión en un marco más
amplio, aunque no dramatiza la situación respecto del futuro.
Una vez presentado la cuestión y transformada en un problema, Saura atribuye la
causa a la identididad entre los conceptos de nación y Estado que realiza el
nacionalismo tradicional que “en España encarna el PP”, tal y como vemos en lo que
sigue:
«El problema de fondo es que el nacionalismo tradicional identifica nación con Estado,
ya sea como fin último de un proceso de construcción nacional ya sea como
instrumento para conseguir la homogeneidad nacional de un territorio. El proyecto de
nación-Estado supone que un territorio determinado dispone de una cultura, una
lengua, una interpretación de la Historia que abjura del carácter complejo y conflictivo
de la construcción nacional, una identidad uniforme en el que la diversidad es
simplemente un hecho diferencial subordinado a la identidad dominante. Para ese
nacionalismo de estado, que en España encarna el PP, los nacionalistas siempre son
los otros, pero nunca uno mismo».260
De este modo queda enmarcada la atribución de la causa al nacionalismo tradicional
del PP a quienes se les imputa la responsabilidad de la situación del agravio.
Identidades:
Identidad “ellos”:
Lo anterior se relaciona con la construcción de la identidad “ellos” que se sigue
lógicamente de la asignación de las causas y responsabilidades. El enmarcado que
Saura realiza de la identidad del antagonista es detallado y especialmente duro contra
el PP.
Las técnicas de enmarcado que utiliza Saura en el marco de su discurso son las de
personalizar a los actores responsables, les atribuye intensiones e intereses contrarios
al bien colectivo y los define como agentes ilegítimos de la comunicación, tal y como
surge del siguiente fragmento del discurso:
«En cambio, la derecha española permanece anclada en el nacionalismo tradicional.
El discurso de Rajoy […] pone en evidencia el autoritarismo de la derecha, que
259
Joan Saura, “Un nuevo catalanismo, una nueva idea de España”, El Mundo, el 14 de noviembre
de 2005.
260
Ibídem
254
desprecia la propuesta del 90% de los diputados del Parlamento de Cataluña, hasta el
extremo de negarse a discutir un proyecto que ha seguido todos los trámites que
establece la Constitución y el vigente Estatuto. No se puede ser más prepotente,
cuando se pretende salvar a España y a los ciudadanos de Cataluña de sus propias y
legítimas aspiraciones […]. Pero cuando el PP dice que la reforma del Estatuto, de
todos los Estatutos, debe pasar por el acuerdo entre los dos grandes partidos, PSOE y
PP, […] niega la legitimidad del Parlamento de Cataluña, en el que el PP es
minoritario, para presentar un proyecto de reforma del Estatuto. Al tiempo que
menosprecia una realidad nacional, la catalana, que tiene un mapa político distinto al
del conjunto del Estado»261.
Identidad “nosotros”:
En lo que respecta a la identidad “nosotros”, Saura, enmarca al protagonista a partir de
las técnicas de enmarcado de: personalizar al sujeto colectivo ―aunque nunca en los
términos del ERC o de CiU―; se atribuye la representación exclusiva de los valores
universales y la defensa de los intereses colectivos, apropiándose, de este modo, de
valores sociales que relaciona con el federalismo que propone el Estatuto.
En cierto sentido, por la falta de una descripción directa, por la extensión y los
términos empleados en la descripción del antagonista, el “nosotros” parece construirse
por oposición al “ellos” y por la mención de los valores asociados al proyecto del
Estatuto, antes que por una descripción detallada del protagonista, con la excepción
de una cadena de identidades que aparece al final del texto donde sostiene que: «en
este debate no se enfrentan España y Cataluña, ni tan siquiera se trata de un debate
entre unidad y disgregación, sino entre centralismo y modernidad, entre uniformismo y
diversidad, entre pasado y futuro».262
No obstante ello, en el texto hay una serie de valores y de elementos positivos que se
atribuyen tácitamente a ese “nosotros”, como sujeto colectivo que construye el
discurso de Saura a partir del enmarcado. De esta entidad, se ha de decir, que Saura
reconoce que existen «diferentes concepciones de Cataluña» que son encarnadas por
distintas fuerzas políticas. De este modo matiza la personificación del sujeto colectivo.
Respecto a la atribución de la representación y de la defensa de los intereses
colectivos, Saura sostiene, en más de una oportunidad, que el Proyecto de reforma del
Estatuto de Cataluña de 2006 contaba con el apoyo del 90 por ciento de los
parlamentarios catalanes y la oposición del PP que es un partido minoritario en
Cataluña que como ya se ha citado «tiene un mapa político distinto al conjunto del
261
262
Ibídem
Ibídem
255
Estado». He aquí varias cuestiones en el discurso de Saura. La primera es la
atribución de la representación exclusiva de los intereses y valores de los catalanes,
frente al PP que, es minoritario y que niega la legitimidad del Parlamento de Cataluña.
Saura entiende que Cataluña posee un demos distinto y diferenciado del resto de
Estado y cuya representación exclusiva reside en el Parlamento Catalán; por otra
parte, y como segunda cuestión, nada dice Saura de que solo el 3,9 por ciento de los
catalanes estaba preocupado por un mayor autogobierno, tal y como recuerda Ovejero
(2013).
Pronóstico:
Dentro de la tarea de pronóstico, la solución que propone Saura es la aprobación del
Estatuto, para resolver los agravios a partir de más autogobierno, mejor financiación y
el encaje de las diversas «realidades nacionales que componen España»263. Las
técnicas de enmarcado que sigue Saura son las de asignar un concepto central como
solución, que es la reforma del Estatuto de Cataluña; define los beneficios a obtener,
que es fundamentalmente, la oportunidad ―lo reitera en varias ocasiones― de
resolver las tensiones del sistema del Estado de las Autonomías sin caer en la
conllevancia y sin atajos soberanistas (este es un argumento que utilizó también
Maragall). Por otra parte carga de valores las soluciones (descentralización,
solidaridad, democracia, cultura federal, etc.) elemento que comparte con la tarea de
motivación.
Motivación:
La motivación como tarea está enmarcada a partir de la segmentación de audiencias
que hace Saura. Este proceso de enmarcado podría calificarse como débil, en tanto y
en cuanto, no hay una apelación a la acción, ni a la participación directa o acción
colectiva como vía de resolución del problema, sino que, Saura utiliza únicamente dos
técnicas, en este texto, que son: definir los posibles participantes, y señalar los valores
universales implicados en la solución del problema.
La definición de los participantes la realiza por la segmentación de la audiencia al
identificar un “ellos” y un “nosotros” tan severo contra el PP y al entender que hay una
relación de mutua exclusión entre «centralismo y modernidad, entre uniformismo y
diversidad, entre pasado y futuro».264
De este modo Saura se dirige a unas audiencias muy identificadas, que dado el
periódico en el que fue publicado el artículo, el idioma y los marcos hasta aquí
263
264
Ibídem
Ibídem
256
descritos, tienen un destino hacia audiencias no catalanas. Ello sumado a la mención
de la «madurez democrática» de la sociedad Española. Por otra parte, hay una clara
vinculación entre el nuevo Estatuto y una serie de valores universales que ya han sido
citados.
Estrategia de ICV-EUiA:
La estrategia de ICV-EUiA mantiene una clara continuidad con la del período anterior,
es decir, un discurso de vertiente cívico-político que se articula con elementos y
concepciones propios del nacionalismo etno-cultural y ambas concepciones en una
tensión no resuelta de modo parsimonioso.
Esto último lo observamos en que la solución a un problema que se diagnostica entre
nacionalismos, se resuelve ―pretendidamente con una alternativa superadora― con
elementos conceptuales propios del nacionalismo, como es la declaración de Cataluña
como nación. Esta aplicación del concepto de nación a Cataluña en el Estatuto de
Autonomía, se plantea además, con una crítica a los nacionalismos “tradicionales”
que tal y como sostiene Saura, entienden:
«que el reconocimiento de Cataluña como nación atenta contra la identidad de
España; que mayor autogobierno de Cataluña es menos Estado; que la definición de
derechos y deberes en el Estatuto implica inferioridad de derechos para el resto de los
ciudadanos del Estado; que una mejor financiación es menos desarrollo para otras
comunidades. En fin, que más poder político para Cataluña es menos España y un
paso hacia su destrucción».265
Hay en esa estrategia una vinculación entre la vía federal que propone el Estatuto y la
solución de nombrar a Cataluña como nación que no tiene un asidero argumental
sustantivo, y es hasta en cierto modo un contrasentido, ello lo vemos en este
fragmento:
«El Estatuto establece que el desarrollo de Cataluña como nación se realiza en el
marco de España […] De aprobarse el Estatuto con sus contenidos fundamentales
quedaría superada la idea subyacente en buena parte del nacionalismo, más
moderado o más radical, de la incompatibilidad manifiesta entre Cataluña y España, y
del Estado como algo ajeno en el que no es posible implicarse. En esta nueva etapa el
catalanismo en su conjunto podría implicarse a fondo en un modelo de Estado mucho
más compartido».266
La estrategia siguiendo la literalidad del texto, vemos que Saura menciona que el
proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña es un proyecto que se
265
266
Ibídem
Ibídem
257
orienta a superar los dilemas que plantean los nacionalismos del siglo XIX, desde una
propuesta del «catalanismo cívico». Y es cierto, a juicio de quién suscribe, que el
planteamiento articulador es de carácter cívico-político, pero los elementos diacríticos
que construyen la diferencia, y el valor que obtiene esa diferencia frente a la igualdad,
distan de ser propios del nacionalismo de corte cívico-político y están ―al igual que en
el período anterior― dentro del expediente del nacionalismo etno-cultural, tal y como
vemos en el siguiente párrafo:
«Un proyecto de Estatuto que tiene por objetivo mejorar las condiciones de vida de las
personas que viven en Cataluña; que es expresión de un catalanismo cívico, que
asume la pluralidad de la sociedad catalana como un hecho positivo y para el que la
ciudadanía, la pertenencia a una comunidad, no se establece en términos identitarios
sino cívicos, siendo la lengua y la cultura catalanas patrimonio común. Como se dice
en el preámbulo del Estatuto: la libertad política que se consigue como país nunca
tiene que ir en contra de las libertades individuales de los ciudadanos de Cataluña,
porque sólo es libre de verdad un país dónde todo el mundo pueda vivir y expresar
identidades diversas, sin ningún tipo de relación de jerarquía o dependencia entre
ellas».267
Destáquese, que Saura hace referencia a que la lengua y la cultura catalana son
patrimonio común, pero no menciona en ningún caso que el castellano y la cultura
española ―patrimonio común para la mayoría de los catalanes― sea también parte
del patrimonio cultural catalán. ICV-EUiA asume, en este sentido, una visión alejada
de la cívico-política y plural de Cataluña.
Ciudadanos- Partido de la Ciudadanía:
Discurso de C´s:
Se analizará el discurso de Albert Rivera pronunciado en el Forum Europa, el 7 de
febrero de 2008 en Madrid. El discurso de Rivera intentará oponerse al marco
nacionalista catalán con una inequívoca vocación contra-hegemónica en ese eje
nacionalista. Ello es el resultado de un posicionamiento práctico a partir de los tres
principios fundacionales del partido que se han enunciado más arriba.
Diagnóstico:
El diagnóstico que realiza Ciudadanos es de valencia positiva a nivel español y
negativa a nivel catalán. En cuanto al tema del encaje es decir, respecto a la cuestión
territorial, que es el tema que se analiza, Rivera entiende que es un problema creado
por las élites y que estas están muy alejadas de los problemas reales de los
267
Ibídem
258
individuos. De este modo, el problema pasa a ser las élites regionales y nacionales
que se han autonomizado en la persecución de sus intereses antes que en los de los
ciudadanos.
En cierto modo, al asumir argumentalmente el rol contra-hegemónico, toma la
estructura de enmarcado del antagonista con el que se discute, es por ello que, se
encontrará una reacción a los argumentos centrales del enmarcado del nacionalismo
refutando con datos o contraponiendo otros razonamientos a los argumentos centrales
de aquel discurso.
Tal y como se dijo, el diagnóstico es ambivalente y el agravio está dado por el olvido
por parte de la partidocracia de los intereses de los ciudadanos, al sostener, en
referencia a la reforma de los estatutos que: «hoy la clase política española está más
pendiente del interés particular, del interés del pacto para conseguir poder, que del
interés general de la ciudadanía»268.
Del mismo modo que utiliza la técnica de enmarcado de vincular los problemas con la
vida cotidiana de las personas cuando dice que:
«Los ciudadanos lo que quieren es mejor calidad de vida, más bienestar, prosperidad,
estabilidad en el país, y que España se modernice de una vez por todas. Los
ciudadanos no pedían nuevos estatutos formando situaciones confederales, los
ciudadanos no querían ver derechos y libertades en cada Comunidad Autónoma. Los
ciudadanos no querían hablar de naciones, de banderas, de patrias, de tradiciones.
Los ciudadanos lo que quieren es vivir mejor»269.
Es en este mismo sentido que asigna a un actor antagonista la responsabilidad del
agravio. En el ámbito estatal son los dos grandes partidos tradicionales (PP-PSOE) y,
los partidos nacionalistas, en el ámbito Catalán. También recurre a la técnica de
dramatizar la situación a futuro cuando Rivera sostiene que:
«Lo que no tiene sentido es que en España se hayan producido descentralizaciones
de competencias que hacen a veces imposible la propia gestión del país. Y pongo el
ejemplo nuevamente de la economía, de esos Estatutos, y del sistema de financiación.
Hoy tenemos un sistema de financiación asimétrico, pero no sólo malo, o no sólo
perjudicial por asimétrico, sino por la propia forma. Hoy tenemos un sistema de
cheques autonómicos, un sistema donde el propio Ministro de Economía reconocía
que hacer hoy en día los presupuestos del Estado, es más difícil que hacer un
sudoku».270
Identidades:
268
Discurso de Albert Rivera pronunciado en el Forum Europa, el 7 de febrero de 2008 en Madrid.
Ibídem
270
Ibídem
269
259
Las identidades estarán claramente definidas en referencia al cumplimiento de la
normativa constitucional y por aquellos individuos o formaciones que abogan por la
garantía de los derechos individuales, ello se desprende de los siguientes dichos de
Rivera: «¿cómo vamos a llegar a un consenso con Esquerra Republicana en materia
antiterrorista, si tienen posiciones absolutamente distantes, si critican incluso la propia
Ley de Partidos? Pues bueno, yo creo que hay que llegar a consensos con aquellos
con los que se puede, digamos, trabajar en el ámbito del consenso, con aquellos que
su objetivo número uno en su programa electoral, es dinamitar las bases del Estado
para tener un Estado propio, porque si no desde luego no se puede llegar además a
esos consensos».271
Rivera, en lo que respecta a las técnicas de enmarcado que utiliza, vemos que
personaliza a los actores responsables, tanto a nivel estatal como regional; les
atribuye intenciones e intereses contrarios al bien colectivo, e incluso, los define como
agentes ilegítimos de comunicación, como en el caso de ERC.
En cuanto a las técnicas de enmarcado de la identidad “nosotros”, Rivera, no
construye un sujeto colectivo, pero tiende a atribuirse representación de los valores
universales como el sentido común aunque no en forma exclusiva, y de igual modo
ocurre con los valores sociales. El “nosotros” se construye de un modo débil, en tanto
que el marco está orientado fundamentalmente a confrontar con el nacionalismo
catalán.
Pronóstico:
A nivel de pronóstico Ciudadanos plantea como solución concretamente sobre el tema
territorial el cierre del modelo autonómico y lo hace mediante las técnicas de
asignación de un concepto central, además define los beneficios a obtener y carga de
valores los beneficios. Ello se puede ver en la siguiente cita:
«Qué plantea Ciudadanos en el ámbito del Estado? Un cierre, de una vez por todas,
del modelo autonómico. Queremos saber qué competencias son del Estado, qué
competencias son de las Comunidades Autónomas, y qué competencias con de los
entes locales.
Es necesario para la propia eficacia, dar estabilidad al sistema, y dar un sistema
cerrado de competencias. Y si para ello hace falta reformar la Constitución, en esos
campos, en esos artículos, que cierren ese modelo, pues se cierra. […] Y eso quiere
decir que necesitaríamos un sistema donde el Estado tendría un núcleo duro de
competencias, un núcleo esencial de competencias para ejercer y garantizar los
derechos y libertades de todos los ciudadanos».272
271
272
Ibídem
Ibídem
260
Motivación:
En cuanto a la motivación y las audiencias, Rivera apela al sentido común, ejemplo de
ello es cuando dice que: «Eso es, creemos y lo que manda, desde nuestro punto de
vista, el propio sentido común»273. Esta es una apelación, muy similar al del
nacionalismo de CiU cuando pretende transversalidad, incluso a costa de no definirse
abiertamente en el eje izquierda-derecha.
Rivera de este modo utiliza la técnica de enmarcado de definir a los participantes de
forma muy amplia, apela, además, a la responsabilidad de los sujetos, e invoca a los
valores universales, vinculado parcialmente a la resolución con la participación:
«invitamos a la sociedad civil a que por favor participen, ayuden, colaboren, no sólo
con el movimiento de Ciudadanos, sino con la participación política, exigiendo a los
poderes públicos, exigiendo a los partidos políticos, ese principio de realidad, ese
principio de responsabilidad».274
Estrategia de Ciudadanos:
La estrategia de Ciudadanos, está fundamentalmente orientada a la defensa de los
derechos individuales frente a los derechos colectivos, y ello los posiciona en el
expediente más tradicional del nacionalismo cívico-político. El demos que propone
Ciudadanos es el que define las fronteras de España y los derechos y libertades son
los que ampara el texto constitucional del 78, acercándose a cierto nacionalismo
constitucional español propio del PP. No obstante esto ,y a pesar de la indefinición
calculada en su discurso, respecto de su posicionamiento sobre el eje ideológico de
izquierda-derecha, por su ideario y por sus promotores, su puede sostener, que
Ciudadanos posee cierta aproximación neo-jacobina, más propia del PSOE, que
subordinaría las cuestiones identitarias a otras, tales como las cuestiones sociales.
Partido Socialista Obrero Español (PSOE):
Tal y como se indicó más arriba, en este período que va desde el año 2004 al año
2009, y que está signado principalmente por la reforma de los Estatutos de Autonomía,
el Partido Socialista Obrero Español, ha oscilado en la forma de enmarcado de su
discurso. Estas oscilaciones en el enmarcado del discurso las encontramos entre dos
de las tres tendencias que señalan Balfour y Quiroga (2007) y que han sido
comentadas en el capítulo anterior, que son: 1) el neo-regionalismo, que propone una
importante descentralización pero de carácter simétrico, y ve a España como única
273
274
Ibídem
Ibídem
261
nación; 2) Socialismo del País Vasco, Cataluña y Galicia, que consideran que su
Comunidad Autónoma es una nación y España es una nación de naciones ―en el
caso que nos ocupa el exponente más relevante es Maragall―; y 3) para estos
últimos, de matriz más jacobina, España es una nación de ciudadanos y se debe
limitar el autogobierno cuando va en contra de la solidaridad.
Históricamente el PSOE ha sido un partido en el que se ha impuesto como
hegemónica la visión neo-jacobina. Con la llegada de Zapatero al gobierno, en la
primera legislatura, se orienta el enmarcado discursivo hacia el neo-regionalismo,
intentando incluso, hacerlo compatible con las posturas del socialismo de las
denominadas comunidades históricas, para luego del año 2007 volver parcialmente a
la visión neo-jacobina y tradicional del PSOE.
Este movimiento entre las dos concepciones no es simétrico a nivel conceptual, sino
que la tendencia hacia el neo-regionalismo se ha dado en declaraciones puntuales
―como aquella del entonces candidato a la presidencia del Gobierno Zapatero en la
que sostuvo que: «apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento
catalán»275―, del mismo modo que se encontraba también en: la praxis política, como
es el caso de la apertura de un proceso de reforma estatutaria (que no estaba entre
las preocupaciones ciudadanas, pero sí en las agendas de algunas élites regionales);
en la centralidad programática que se la ha dado a ese programa de reformas;
además de, por supuesto, en la naturaleza misma de las reformas que tuvieron las
modificaciones estatutarias.
El primer período, del que se habla, estaría enmarcado en el discurso del “Santillana
del Mar” analizado en el capítulo anterior, y el segundo período, que se analiza aquí,
es representado por el texto “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” del
año 2007, complementario en cierto sentido de aquel y que marcará el resto de la
primera legislatura y la totalidad de la segunda del PSOE.
Este texto que se analizará es posterior a la aprobación del Estatuto de Autonomía de
Cataluña, y se encuentra ubicado en pleno proceso de reforma del más de la mitad de
los Estatutos del resto de las autonomías.
A diferencia del período precedente, donde el PSOE estaba en la oposición, al
momento de la elaboración del discurso, el PSOE está en el gobierno y depende de
otras fuerzas políticas para los apoyos parlamentarios. Esta situación, que se analizará
dentro de la esfera de la EOP, condiciona el discurso del PSOE en la totalidad del
proceso de enmarcado, tal y como se verá a continuación.
275
Discurso pronunciado por Rodríguez Zapatero, en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 13 de
noviembre de 2003.
262
Análisis del discurso del PSOE:
El diagnóstico que realiza el PSOE al momento de emisión del discurso es de valencia
marcadamente positiva en términos estructurales. En este diagnóstico el agravio o el
problema, estará determinado, para el PSOE, por dos tendencias de las que solo se
detiene en una de ellas. La primera son los nacionalismos periféricos, en los que el
texto no se detiene más que en enunciarlos; y la segunda tendencia fue la gestión
política del Partidos Popular, y en particular de José María Aznar como Presidente.
La valencia positiva del diagnóstico ocupa una parte muy importante del discurso del
PSOE y está directamente relacionada con la etapa de prosperidad económica, de
desarrollo social, democrático e institucional, de España, sus Autonomías y sus
ciudadanos. Este período de prosperidad representa los últimos treinta años de
España democrática, de la que el PSOE se reconoce como actor protagonista, tal y
como vemos en el siguiente párrafo:
«Es verdad. Desde hace treinta años, España vive la mejor etapa de su historia en
términos políticos, económicos y sociales. Nadie puede dudar que el éxito de este
período de tiempo está estrechamente correlacionado con un modelo territorial que ha
permitido acercar el gobierno de los servicios públicos al ciudadano. Que ha dado un
impulso de bienestar y progreso a los poderes locales y regionales y ha sido un
revulsivo de extraordinaria
importancia
para
desarrollar la
identidad
y las
potencialidades económicas de las Comunidades Autónomas españolas, al tiempo
que se han fortalecido los vínculos y los elementos vertebradores y de cohesión entre
todos los españoles».276
En ese marco general de diagnóstico positivo el PSOE inscribe un agravio. El agravio
que describen los socialistas es claramente coyuntural y se debe a la gestión del PP
en el Gobierno de España. No tiene que ver, a diferencia de las concepciones de CiU,
ERC, ICV y el PSC, con una cuestión estructural, de la cuestión española, y del encaje
irresoluble de Cataluña en España, sino de una forma particular de hacer en y con el
Estado
que
generó
277
autonomías».
«conflictividad
institucional
y
beligerancia
contra
las
Esta política, y esas formas de la política, generaron en las
Comunidades Autónomas, una reacción de «retroalimentación de las políticas
identitarias excluyentes»278, todo ello como resultado de la tensión entre los
nacionalismos periféricos y la derecha española centralista. Tal y como se desprende
del siguiente párrafo:
276
Declaración institucional: “Un nuevo impulso a la España de las Autonomías” PSOE, año 2007
Ibídem
278
Ibídem
277
263
«Aznar había protagonizado una política de enfrentamiento, de profunda regresión
autonómica y con afán recentralizador. Recuérdese el fin de los traspasos o su
beligerancia contra la mejora de las pensiones no contributivas en Andalucía, la
invasión competencial de sus leyes básicas o el abuso de sus recursos de
inconstitucionalidad. Su negativa a recibir a los presidentes autonómicos o a celebrar
el debate anual del Senado con las Comunidades Autónomas, fueron el telón de fondo
de una política áspera y tensa con las Comunidades Autónomas, desconfiada del
autogobierno y del modelo autonómico y excluyente de la diversidad cultural y política
de los pueblos de España en la configuración del Estado. El resultado de esta política,
caracterizada por la conflictividad institucional y la beligerancia contra las autonomías,
es conocido: una retroalimentación de políticas identitarias excluyentes, con los
nacionalismos periféricos espoleados por la regresión en la evolución del modelo, y
con la derecha española regresando al viejo y trasnochado discurso del nacionalismo
español centralista».279
Las técnicas de enmarcado utilizadas, tal y como vemos en la cita anterior, son:
transformar la cuestión en un problema, relacionarlo con lo real y vincularlo a una
cuestión más general. Por otra parte, no hay una asignación de concepto claro, pero si
una causa y un antagonista. La atribución de la causa es la gestión política del PP,
como actor antagonista responsable y de una fuerte identidad “ellos” que describe y
personaliza al antagonista.
Hay una mención tangencial a los agravios que sostiene los nacionalismos periféricos,
―y que según el PSOE son una respuesta a las políticas recentralizadoras del PP―
pero no son mencionados como agravios, sino como reclamaciones de problemas
coyunturales a los que, dentro del Estado de las Autonomías se les puede dar
respuesta, tal y como se surge del párrafo que sigue:
«Hemos rechazado con firmeza las pretensiones soberanistas, pero también los
intentos de regresión autonómica. El PSOE está manteniendo en estas reformas los
objetivos y principios del modelo autonómico: garantizar la solidaridad y la cohesión;
incrementar el autogobierno de las Comunidades Autónomas; garantizar la protección
de los hechos diferenciales constitucionalmente reconocidos; mejorar y adecuar las
instituciones autonómicas; y hacer más eficaces y eficientes los servicios públicos que
se prestan a los ciudadanos».280
Identidad “ellos”:
279
280
Ibídem
Ibídem
264
La identidad ellos, si bien no tiene un tratamiento tan extenso como el diagnóstico
positivo en el discurso del PSOE, es muy concluyente en la descripción que se hace
de la identidad del antagonista. Las técnicas de enmarcado utilizadas son: la de
personalizar al sujeto colectivo, que en este caso el PSOE identifica con el PP y con
Aznar, a quién hace directamente responsable de una formas políticas «áspera y
tensa»; por otra parte se le atribuyen intenciones, tales como el «enfrentamiento», la
«profunda regresión autonómica» y el «afán recentralizador». Otra de las técnicas de
enmarcado utilizadas que observamos que utiliza el PSOE, es la de asignarle, al
antagonista, intereses contrarios al bien colectivo, en tanto que su política ha generado
una serie de reacciones adversas al bien colectivo, como la «retroalimentación de las
políticas identitarias»; del mismo modo que se les atribuye una visión nostálgica del
Estado y de la política, no acorde al momento presente, además de profundamente
centralista y contraria a la diversidad, tal y como vemos en el siguiente párrafo:
«No es verdad, por todo ello, que la España de las autonomías esté generando
diferencias entre los españoles o esté desvertebrando el país. Hay demasiada
nostalgia centralista en esa mirada catastrofista sobre el modelo autonómico. Hay
demasiada desconfianza en los Gobiernos Autonómicos, sin comprender que también
son Estado y son España. Hay demasiada incapacidad histórica para aceptar la
España diversa y plural de sus pueblos y culturas como la España real. Hay
demasiada resistencia a la configuración de una identidad nacional renovada, propia
del siglo XXI, de esta España democrática, descentralizada y abierta, europea y
moderna, que estamos construyendo desde hace treinta años, con un éxito envidiable
en todo el mundo».281
Identidad “nosotros”:
En el ámbito de la definición del protagonista, el PSOE, en líneas generales, no utiliza
la técnica de enmarcado de personificar al sujeto colectivo, sino que tiende a referirse
a los ciudadanos, en tanto que sujeto de derechos individuales. Por otra parte, sí
tiende a atribuirse la representación de valores universales, en este caso relacionados
con la Constitución del 78 y su desarrollo y con el Estado de las Autonomías; utiliza,
por otra parte, la técnica de la atribución de los intereses colectivos y de un valor
social, tal y como se desprende del texto que sigue:
«El Partido Socialista es pues actor fundamental en el desarrollo de un modelo de
Estado descentralizado y al mismo tiempo solidario; ha impulsado y participado en
todas las reformas desde 1978 y, por tanto, puede decir con orgullo que garantiza la
281
Ibídem
265
lealtad institucional, la subsidiariedad y el autogobierno, la cohesión social y la
solidaridad interterritorial. En definitiva, el compromiso con el Estado Autonómico».282
Por otra parte, su posicionamiento argumental es una vía intermedia entre el
centralismo del PP y la política identitaria de los nacionalismos periféricos, tal y como
surge del siguiente fragmento del texto:
«La idea de España que proponemos no es un nuevo modelo de Estado sino ahondar
en las propias raíces del Estado Autonómico español. Así frente a la exclusiva visión
bilateral de los nacionalistas y el giro recentralizador del PP, el PSOE ofrece un
desarrollo armónico del Estado Autonómico desde los principios de lealtad institucional
y cohesión territorial».283
Pronóstico:
La definición del protagonista se vincula en el discurso de manera inequívoca con la
tarea del pronóstico, y esto es así debido al momento político en que se emite el
discurso, en medio del proceso de reformas estatutarias. Este segmento es, junto al
del diagnóstico de valencia positiva, el más extenso del texto. Este pronóstico, es
decir, las soluciones y los objetivos que se han de alcanzar, son los mismos que se
viene aplicando hasta el momento, dado que se está, como se dijo, en medio del
proceso de reformas estatutarias. En el texto del PSOE leemos que:
«El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha dado un enorme impulso al Estado
Autonómico. Un impulso debido a que los socialistas entendemos sincera y
profundamente España como una Nación plural e integradora, orgullosa de su
diversidad y su pluralismo lingüístico y cultural. Un impulso para desarrollar a fondo el
principio constitucional de lealtad, el compromiso recíproco, y la cooperación y
colaboración entre el Estado y las Comunidades Autónomas, entre sus respectivos
gobiernos y entre las propias Comunidades. Un impulso para mejorar la distribución de
las competencias y los recursos entre el Estado y las Comunidades Autónomas,
profundizando en el autogobierno y avanzando en la eficiencia de los servicios
públicos».284
En esta dimensión del proceso de enmarcado vemos que las técnicas de enmarcado
utilizadas son la de asignar un concepto central como es el de «impulsar el Estado
Autonómico»; se definen los beneficios a obtener, referidos a elementos tales como el
respeto a la pluralidad de identidades, mejorar institucionalmente los diferentes niveles
del Estado y sus relaciones recíprocas y mejorando el autogobierno; por otro lado
282
Ibídem
Ibídem
284
Ibídem
283
266
también, se hace referencia los valores abstractos como son el respeto a la
«diversidad y [al] pluralismo lingüístico y cultural» de España como nación; del mismo
modo que se hacen referencia a los valores, tales como el «principio constitucional de
lealtad, el compromiso recíproco , y la cooperación y colaboración» que en existen
entre el Estado central y las Comunidades Autónomas.
Motivación:
La definición de las audiencias que enmarca el texto es muy débil, en tanto no es un
texto orientado al llamamiento a la acción colectiva y a la movilización, dado que el
objetivo discursivo de este texto es fijar una posición del PSOE respecto a una
cuestión determinada y darlo a conocer. No obstante ello, se puede señalar, una débil
segmentación de audiencias muy amplia que apela a las audiencias propias del
partido, pero también las que no se identifican con él, pero que poseen sensibilidad
hacia la profundización del Estado de las Autonomías como vía de mejora del
funcionamiento del Estado.
Estrategia del PSOE:
En líneas generales la estrategia del PSOE se mantendrá dentro de los lineamientos
tradicionales de la etapa anterior. Pero ha habido matices fundamentalmente en la
primera legislatura del gobierno de Rodríguez Zapatero que hacen pensar que dentro
de la estrategia general neo-jacobina del nacionalismo cívico-político se introdujeron
matices de la tendencia neo-regionalista que alentaron posicionamientos en los
nacionalismos periféricos asociados al PSOE (ejemplo de ello es el PSC) más
radicales de los tradicionales. Estas variaciones o matices, no fueron elaborados
doctrinalmente en documentos, pero formaron parte de la práctica política, tal y como
se comentó más arriba. Por otra parte, la apertura al proceso de reformas estatutarias
adquirió una relevancia programática dentro de la agenda política que no se condice
con las preocupaciones ni con la demanda ciudadana. Es por ello que, se puede
sostener aquí, que la decisión del PSOE de abrir el proceso de reformas estatutario,
responde más a los intereses de algunas élites políticas regionales ―como la
catalana― que han sido fundamentales para la victoria socialista del año 2004. Y esto
se hace manifiesto en la forma de justificar las reformas en el discurso analizado
donde se reconoce ese interés de las élites regionales.
En la segunda legislatura y luego de las negociaciones y modificaciones que sufrió el
nuevo Estatuto de Cataluña se volvió a imponer la visión neo-jacobina, liberaldemocrática tradicional del PSOE, dejando de lado los matices neo-regionalistas. En
esta aproximación el PSOE vuelve a la predominancia del patriotismo constitucional, y
267
del constitucionalismo del que se presenta como actor destacado en su construcción
histórica en la España democrática. Por otra parte, se muestra como actor equidistante
entre un nacionalismo constitucional (Balfour y Quiroga, 2007) del PP y la «exclusiva
visión bilateral de los nacionalistas». El PSOE presenta una estrategia de innovación
y cambio que permite la adaptación a las nuevas circunstancias históricas para
mantener los principios constitucionales de cohesión territorial y solidaridad vigentes.
En resumen el marco de diagnóstico es marcadamente positivo, por un diseño
institucional que favoreció el autogobierno, el desarrollo económico y social y que se
está actualizando a partir de un largo proceso de reformas de los Estatutos de
Autonomía. El pronóstico hace referencia a la continuidad del proceso ―inacabado al
momento del discurso― del proceso de reformas; mientras que la motivación se
enmarca débilmente por el tipo de documento analizado, pero apelan a las audiencias
muy generales y al cambio y la reforma para el mantenimiento de la España
constitucional.
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC):
Tal y como se comentó, en el capítulo anterior, entre el Partido Popular y el PPC, no
existen discrepancias sobra la cuestión territorial, y tiende a producirse el discurso en
la misma línea ideológica.285 Se analizará, por ello, el discurso de Mariano Rajoy
pronunciado el 27 de marzo de 2007 en el Forum Europa y la entrevista que realiza a
Mariano Rajoy el periódico El Mundo, publicada el 14 de marzo de 2006286, ambos
textos son un claro exponente de los marcos de significación del PP y del PPC.
Se opta por este discurso, por que expresa sintéticamente las líneas generales del
discurso del PP y sus marcos. Por otra, parte, baste decir, sin perjuicio de que se
analizará la postura del PP en el apartado siguiente, este partido ha sido rotundo en su
negativa a la apertura del proceso de reformas estatutarias, y que esa oposición se
manifestó de forma incesante y tenaz a nivel discursivo, simbólico y en acciones
concretas, como por ejemplo, con la acción de recogida de firmas para pedir el
Gobierno que someta a un referéndum de alcance nacional el Estatuto de Cataluña287.
285
Ejemplo de ello es que frente a la propuesta del líder del PP catalán Josep Piqué de negociar
parte del articulado del Estatuto, con los partidos promotores al momento de la redacción de la
ponencia, fue rectificado inmediatamente por el Secretario General del PP Ángel Acebes. Frente a
ello, Piqué amenazó con la renuncia, hecho que se produjo un tiempo después en el año 2007.
286
Véase
El
Mundo,
14
de
marzo
de
2006.
Disponible
en
línea
en:
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/03/14/espana/1142327130.html
287
Entrevista a Mariano Rajoy publicada en El Mundo, el 25 de abril de 2006. Disponible en línea en
: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/04/25/espana/1145924816.html
268
Discurso del PP:
El diagnóstico del discurso del PP es positivo en lo que respecta al marco institucional
de la España de las Autonomías y del marco de la Constitución del 78, tal y como se
había transformado el ideario del PP con Aznar en la etapa anterior al incorporar
elementos constitucionales en su concepción de la nación (Balfour y Quiroga, 2007).
Por otra parte, el diagnóstico se torna negativo en lo que respecta a la totalidad de la
gestión del Gobierno Socialista, y en particular al proceso de apertura de reformas de
los Estatutos de Autonomías que han roto «algunos consensos básicos que nos unían
desde 1978 a todos»288.
El agravio estará estructurado a partir de la problematización de una cuestión que es
la cuestión territorial, en términos generales, y en particular la del Estatuto de Cataluña
entendido como problema. La atribución de la causa se realiza sobre el Gobierno del
PSOE de Zapatero que ha centrado equivocadamente ―a juicio del PP― en la
cuestión territorial, equivocando, además, la elección de la agenda política.
Las técnicas de enmarcado que utiliza Rajoy en su discurso son las asignar un
concepto, e intentar relacionarlo con las experiencias ordinarias de la población e
insertar la cuestión en un marco más amplio.
En este caso, la cuestión de la reforma Estatuto de Cataluña se presenta como
problemática, porque, en palabras de Rajoy, «el Estatuto catalán ha generado una
división importante entre Comunidades Autónomas y españoles […] que pone en tela
de juicio aspectos fundamentales de nuestro modelo de Estado, el que consensuamos
en el año 1978, el que acordamos entre todos».289
La relación con las cuestiones de naturaleza ordinaria de la población, Rajoy la
solventa de manera interesante, al referirse al poco interés de la población de
Cataluña por la cuestión territorial, que comenzó a incrementarse tiempo después de
que las élites incorporasen en tema en la agenda e incluso de que se votasen los
Estatutos, en ese sentido Rajoy sostiene que:
«La cuestión territorial tampoco era la prioridad de los españoles. Desde luego los
resultados de los referéndums que se han convocado, son inequívocos, la
participación ha sido mínima, nunca ha habido en ninguna consulta electoral una
participación tan baja como en estos dos asuntos a los que acabo de hacer
referencia».290
Respecto a la cuestión material y ordinaria, Rajoy sostiene que «lo más importante, el
gran objetivo nacional, debería ser mejorar la competitividad de la economía española,
288
Discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en Madrid en el Forum Europa.
Ibídem
290
Ibídem
289
269
avanzar en la convergencia real con los países de la Unión Europea a 15, y mejorar el
bienestar de los españoles»291.
Al igual que en la entrevista del 14 de marzo citada, Rajoy en un tono más directo
sostiene que «este Estatuto es antiliberal, intervencionista, debilita al Estado y nos
creará unos problemas descomunales en el futuro. Esto es letal para el conjunto de
España y especialmente letal para los ciudadanos de Cataluña, porque las
obligaciones y los deberes que les imponen no afectan al resto de los españoles. Es
un torpedo en la línea de flotación del progreso económico de Cataluña». 292
En el párrafo citado vemos como Rajoy dramatiza la cuestión respecto al futuro, con la
referencia a los problemas que creerá el Estatuto y la extensión que tendrán dichos
problemas a toda España. Destaca dentro del análisis de las técnicas de enmarcado el
uso del término “letal” que utiliza Rajoy en varias ocasiones refiriéndose a los efectos
del Estatuto sobre España y sobre las personas. Por otra parte, Rajoy, inserta la
cuestión en un marco más amplio, como es el marco español y no solo catalán; y hace
referencia a las experiencias ordinarias de las personas al entender que el Estatuto
afectará el progreso económico de Cataluña y será «especialmente letal para los
ciudadanos de Cataluña porque las obligaciones y los deberes que les imponen no
afectan al resto de los españoles».293
Por otra parte, Rajoy, imputa una causa, mediante la asignación de un concepto y la
atribución de responsabilidades a determinados actores colectivos. La causa asignada
es el debilitamiento del Estado294 que produce un perjuicio importante para los
ciudadanos a raíz de la reforma del Estatuto de Cataluña; por otra parte, Rajoy
atribuye la responsabilidad a Rodríguez Zapatero y al partido Socialista ―aunque en
menor medida― de romper los consensos logrados a partir del 78. A juicio del PPPPC Zapatero y su Gobierno, actuaron «de forma absolutamente dictatorial en la
tramitación de todo el Estatuto, y por parte del Partido Socialista de forma
absolutamente vergonzante, porque creen que todo esto es una locura295».
Identidad “ellos”
Del mismo modo en como venimos viendo en el resto de los marcos, Rajoy vincula
directamente la atribución de la causa a la identidad del antagonista que, en este caso,
está particularmente orientada: al presidente Rodríguez Zapatero; a su Gobierno; a
una parte del Partido Socialista; y los partidos nacionalistas de Cataluña (CiU y ERC).
291
Ibídem.
Entrevista a Mariano Rajoy el periódico El Mundo, 14 de marzo de 2006. Disponible en línea en:
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/03/14/espana/1142327130.html
293
Ibídem
294
Ibídem
295
Ibídem.
292
270
Lejos de los marcos de la segunda etapa de Aznar, analizados en el capítulo anterior,
los marcos no se orientaron principalmente hacia los partidos nacionalistas, que
conformaban discursos nacionalistas enfrentados de modo especular, tal y como
sostienen Balfour y Quiroga (2007), sino que se orientó el enmarcado del antagonista,
hacia el partido Socialista y fundamentalmente del Presidente de Gobierno Rodríguez
Zapatero.
Las técnicas de enmarcado que utiliza Rajoy son, la de personalizar a los actores
responsables, tal y como ocurre en la cita anterior; atribuye intenciones a esos actores
e intereses contrarios al bien colectivo, además de definirlos como agentes ilegítimos
de comunicación.
Podemos ver estas técnicas en el siguiente párrafo donde Rajoy personifica el
conflicto en el propio Zapatero, cuando dice que: «el verdadero problema de todo esto
es el propio Rodríguez Zapatero»296. Por otra parte, Rajoy le atribuye intereses e
intenciones contrarios al bien colectivo, como podemos ver en las citas propias del
agravio en las que se le atribuyen a Zapatero y su gobierno, actitudes dictatoriales;
además de la ruptura de los consensos y el debilitamiento del Estado. La
caracterización como agentes ilegítimos de la comunicación aparece cuando en la
misma entrevista citada Rajoy califica a Zapatero de no importarle el Estatuto, cuando
dice que: «Rodríguez Zapatero no sabe una sola palabra del Estatuto de Cataluña; le
trae completamente sin cuidado»297 a ello suma el identificarlo, a título personal, como
fuente y causa de los problemas y de la ruptura de los consensos, incluso con parte de
su partido en contra, es por ello que tiende a descalificarlo como interlocutor y agente
legítimo de comunicación.
Identidad “nosotros”:
Rajoy define al actor protagonista, que es el PP, como un partido que: quiere
«fortalecer al Estado», constitucionalista, que se apoya en los consensos del 78,
liberal e igualitario.
Rajoy recurre, antes que a la personificación del sujeto colectivo, a la identificación
entre el pueblo español y España, pero no hay una atribución a ese sujeto de
elementos o características propias de los sujetos individuales. Por otra parte, Rajoy sí
se atribuye la defensa de los valores universales y de los intereses colectivos, en tanto
que su partido defiende una «España constitucional, la Nación española, un Estado
296
297
Ibídem
Ibídem
271
fuerte y un Estado viable que pueda cumplir sus funciones. Creen que los españoles
somos iguales y defienden la cohesión y la solidaridad».298.
A la identidad “ellos” descrita como el Gobierno de Rodríguez Zapatero y los
nacionalistas de CiU y ERC, se opone la identidad del actor protagonista, que se
identifica con el PP; ese “nosotros” es la España de los pactos del 78, con un Estado
fuerte, que se ve representado en la nación española y en el pueblo español. Todo lo
anterior es estructurado en forma de dos cadenas de identidades contrapuestas.
Pronóstico:
Las soluciones y objetivos que enmarca Rajoy se enmarcan en dos niveles, el primero
es táctico y es el pedido de la retirada del texto de la reforma del Estatuto o de
someterlo a referéndum en toda España. El objetivo estratégico, de largo alcance son
las elecciones generales del año 2008. Para lo cual Rajoy, plantea un enmarcado de
un nuevo gobierno de sentido común, sensato, de certezas y que trabaja por España y
el bienestar de los españoles, como gran objetivo nacional.
De este modo utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: asignar un concepto
central, como es el de gobierno de sentido común; definir los beneficios a obtener y
cargando de valores abstractos esos beneficios. Esto último tiene que ver con
objetivos de consenso entre los grandes partidos y en la conformación de «Gobierno
liberal que ponga en marcha políticas de libertad, un Gobierno de centro pensado en
las personas y en sus problemas. Un Gobierno que trabaje para que España siga
siendo una nación de ciudadanos libres e iguales, una nación unida que aproveche su
personalidad plural dentro de un Estado de las Autonomías más eficaz» 299.
Por último hay una continua referencia a la historia, y en particular a los consensos
que dieron lugar a de los pactos constitucionales del 78, en los que Rajoy insiste como
referencia histórica.
Motivación:
La definición de las audiencias que Rajoy hace es muy genérica, apunta a aislar en
cierto sentido al Gobierno de Zapatero, señalando incluso una hipotética distancia con
su propio partido y responsabilizándolo a título personal de una situación grave. Por
otra parte, la definición de los participantes va más allá del electorado exclusivamente
popular, como técnica de enmarcado; ello lo vemos en una apelación a la
reestructuración del consenso perdido en tanto que Rajoy iba a «convocar dentro de
poco tiempo a todos los españoles, y a muchas fuerzas políticas con las que es
298
299
Ibídem
Discurso de Mariano Rajoy pronunciado el 27 de marzo de 2007 en Madrid en el Forum Europa.
272
posible entenderse, aun sosteniendo posiciones políticas diferentes, como ha quedado
demostrado a lo largo de los años que han transcurrido desde 1978. Pero lo que no se
puede hacer, es que la inmensa mayoría hagan aquello que le interesa, le conviene y
que defiende la inmensa minoría, porque eso tampoco es respetar las reglas de juego
de la democracia».300 Por último, Rajoy señala como elemento definitorio de las
audiencias al principio mayoritario, en tanto que, la mayoría no puede hacer aquello
que únicamente quiere la minoría.
Estrategia del PP:
La estrategia del PP se profundizó en la incorporación de elementos del nacionalismo
de corte cívico-político frente a los elementos etno-culturales, continuando la tendencia
que ya se advertía en la etapa anterior. Por otra parte, dentro de esta visión
nacionalista que propende al equilibrio, el enmarcado de Rajoy tiende a no centrarse
en el sujeto colectivo tradicional del nacionalismo, sino que continúa con la concepción
del patriotismo constitucional de la etapa aznarista con las referencia a los ciudadanos
españoles antes que a España, en tanto que sujeto colectivo, y por otro lado, se
acentúa la disputa con el PSOE sobre la patrimonialización de la Constitución del 78.
La estrategia del PP se centra en el mantenimiento del statu quo constitucional
corroborando la definición de nacionalismo constitucional que le atribuyen Balfour y
Quiroga (2007), frente a un PSOE que propone la actualización y la adaptación a
nuevos tiempos y circunstancias a partir del cambio y las reformas.
La estrategia del PP parece ser aislar al Presidente de Gobierno Zapatero como
responsable de esos movimientos reformistas y posicionarlo solo junto a los
nacionalistas CiU y ERC, en su proyecto de ruptura de los consensos y de parte de los
pactos del 78. El PP pretende así ocupar frente a los ciudadanos, el lugar de garante
de los valores constitucionales.
A modo de síntesis del marco del PP-PPC, se puede decir que el diagnóstico es
marcadamente negativo en lo coyuntural, en tanto que se rompen los consensos y los
pactos constitucionales por parte del PSOE con la apertura del proceso de reformas
de los Estatutos de Autonomía. El pronóstico a nivel estratégico es el cambio de
gobierno para generar unos nuevos consensos sobre la base de unos valores
constitucionales y la motivación está orientada a unas audiencias muy amplias
definidas por el principio democrático mayoritario.
300
Ibídem
273
Análisis de la Estructura de Oportunidad Política (EOP):
Se analizará EOP a partir de los seis elementos propuestos por Máiz (2002), que son:
1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de
democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el
conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional.
1) el grado de centralización o de descentralización del Estado
Se han analizado ya, en el capítulo anterior los dos elementos estructurales que
condicionan la EOP desde la perspectiva de la descentralización del Estado y que son
el federalismo competitivo y
las dinámicas institucionales centrífugas. Estos dos
elementos, tal y como se comentó, hacen que en líneas generales el grado del
descentralización del Estado sea muy importante.
Por otra parte, la apertura del proceso de reforma del Estatuto, establece una vía de
ampliación de ese grado de descentralización del Estado, por dos motivos; uno es la
situación de apertura del sistema de transferencias previstas en la Constitución (Núñez
Seixas, 1999; Keating, 1996) y como segundo elemento, el alcance constitucional o la
dimensión española que tiene la reforma del Estatuto de Cataluña, en tanto que,
desde el discurso del Presidente de la Generalitat, se aspiraba a cambiar España
desde Cataluña.
En otras palabras, la reforma del Estatuto supuso, poner es cuestión el grado de
descentralización del Estado, que se puede describir como propia de la dinámica del
incrementalismo pujoliano, pero a un nivel institucional más elevado que es el del
Estatuto de Autonomía, ampliando así de este modo la EOP, en esta dimensión.
2) las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación:
A diferencia del anterior, en este período, encontramos que el proceso de reformas de
los Estatutos de Autonomía que se promueve desde las élites políticas de Cataluña y
que se instrumenta desde el Gobierno de España, significó una evidente apertura del
acceso a la partición en un tema de mucha relevancia como son: el autogobierno, las
cuestiones identitarias y la financiación.
Esta apertura a la participación, que supone la reforma del Estatuto, no solo se dio con
el referéndum a la que el Estatuto fue sometido, sino además por la implementación
de mecanismos para incorporar en la tramitación del Estatuto, las cuestiones que
propusieran los ciudadanos a partir de los movimientos sociales y plataformas
ciudadanas, labor que fue gestionada por Joan Saura de ICV.
274
Todo ello, y sin perjuicio del escaso interés que la reforma generaba en la ciudadanía,
y a pesar de la bajísima participación que tuvo el referéndum, dotó de argumentos a
favor en lo que respecta a legitimidad del Estatuto.
Por otra parte, a nivel de democracia procedimental el proceso de reforma del Estatuto
sirvió para hacer visibles y posicionar de manera central en la agenda política las
demandas de las élites nacionalistas de más autogobierno, mejor financiación y más
reconocimiento identitario.
Todo ello condujo a una ampliación del aEOP en esta segunda dimensión enunciada.
3) el sistema de partidos:
En lo que respecta al sistema de partidos políticos, vemos que ha habido
modificaciones relevantes en dos elementos que ampliaron sustancialmente la EOP,
los elementos a los que se hace referencia son:
El primer elemento es el giro nacionalista del PSC; en ese sentido Pasquall Maragall
imprimió un giro nacionalista al PSC, tal y como se ha comentado, que modificó el
equilibrio del resto de los partidos en el eje nacionalista (Arza y Marí-Klose, 2014) y
desarrolló la cuestión del encaje como tema central de la legislatura de Maragall y gran
parte de la legislatura de Montilla.
El segundo elemento es el acceso del Tripartito al Gobierno de la Generalitat.
Paralelamente a ese giro nacionalista del PSC, ocurre una modificación importante
que es el quiebre de la hegemonía de CiU en la Generalitat de Cataluña que, por
primera vez en los 23 años de gobierno democrático, pasa a manos del Tripartito
(PSC, ERC y ICV-EUiA).
Estos dos elementos tuvieron diferentes consecuencias. Podemos decir que entre las
consecuencias mediatas, encontramos aquellas relacionadas con el desempeño en las
acciones de gobierno, así como las tensiones del resultado de la reforma del Estatuto,
acarrearon resultados electorales negativos para ERC y el PSC (ICV-EUiA, no se vio
afectada sobremanera en las elecciones del 2006) que vieron como perdían votos y
escaños en las elecciones subsiguientes.
Por otra parte, el hecho de estar en la oposición, le ha permitido a CiU radicalizar las
demandas hacia posiciones nacionalistas que han sido muy difíciles de asumir por el
PSC, esa radicalización ha conseguido acorralar a ese partido en el eje nacional y le
ha producido una importante pérdida de votos en las siguientes elecciones.
Dentro de las consecuencias inmediatas que alteraron en un sentido de apertura de la
EOP encontramos el propio cambio de signo político en el Gobierno de la Generalitat,
así como, la coincidencia de dos gobiernos socialistas a nivel regional y nacional.
275
A nivel nacional se observa que, en este período se amplía la EOP en función de la
relación con las necesidades de apoyos parlamentarios del gobierno socialista del
PSOE, tanto de CiU como de ERC. A lo anterior se debe sumar: la percepción de
cambio de un gobierno de izquierdas a nivel regional y a nivel nacional ―ambos
puntos mencionados abren el acceso a la participación y a la influencia de los partidos
catalanes―; la necesidad de evidenciar cierto cambio “de talante” en las formas del
gobierno de Rodríguez Zapatero; y el compromiso asumido frente al parlamento
catalán de renovación del Estatuto de autonomía. Todos esos elementos mencionados
modifican hacia la apertura la EOP.
4) disponibilidad de nuevos aliados
A nivel de los aliados se observa que el cambio del gobierno regional de CiU al PSC, y
a nivel nacional, del PP al PSOE, tal y como se adelantó, generó una dinámica de
apertura de la EOP. Esa dinámica tiene dos aspectos diversos. El primero de ellos es,
la ya comentada alineación de dos partidos socialistas en el gobierno regional y en el
nacional. El PSOE a nivel nacional, al no contar con mayoría absoluta, necesitó el
apoyo parlamentario de otros partidos, de este modo CiU y ERC se vieron con poder
táctico para presionar sobre sus intereses ampliando de este modo la EOP.
La posición negociadora de CiU no es una novedad, ya lo había hecho tanto con el
PSOE de González como con el PP de Aznar, la innovación es el peso que adquiere
ERC en las estrategias de apoyos parlamentarios del PSOE.
El otro elemento que se desprende de aquel es que, a partir del nuevo
posicionamiento del PSC, de la conformación del Tripartito de izquierdas y del acceso
del PSOE al gobierno nacional, quedan los partidos de derecha en la oposición a nivel
regional y nacional. Pero CiU, ―como veremos en el apartado siguiente― puede
volver a tomar la iniciativa, mientras que el PP, a nivel nacional, queda aislado en la
oposición.
5) el conflicto y división intraélites
A nivel de las élites ocurren dos movimientos paralelos que pueden incidir en la
apertura de la EOP, fundamentalmente el segundo de ellos. El primero es el intento de
ruptura de la hegemonía social de CiU por parte del PSC, a partir del giro nacionalista
y de la llegada del Tripartito al Gobierno de la Generalitat. Por primera vez en muchos
años la hegemonía de CiU es puesta en duda a nivel de la Comunidad Autónoma.
Por otra parte, y como segundo movimiento, es la unificación de la élite política bajo el
proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía, independientemente de las
preferencias del electorado ―tal y como ya se ha manifestado aquí― es decir, que
276
existe un claro consenso sobre el Estatuto con los partidos de base catalana. La
reforma del Estatuto de Autonomía produjo una adhesión301 de la élite política muy
fuerte al proyecto, aumentando de ese modo la EOP de manera relevante, y
visibilizando la transversalidad de la apuesta partidaria por el Estatuto.
En la lucha por la hegemonía, CiU ha continuado con la estrategia pactista del
pujolismo pero profundizando sus objetivos. En ese sentido fueron A. Mas y Duran i
Lleida quienes cerraron el acuerdo para la reforma del Estatuto de Autonomía de
Cataluña con Rodríguez Zapatero, reuniones en las que el PSC, no participó. Por otra
parte, es Mas quién relanza la a apuesta nacionalista con La Casa Grande del
Catalanismo y todo el andamiaje conceptual que servirá para el proceso soberanista
en el siguiente período, luego de la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre los
recursos presentados al Estatuto de Cataluña.
De este modo CiU vuelve a ocupar, aun en la oposición en este período, como actor
hegemónico o preponderante, dificultando el posicionamiento nacionalista del PSC,
prestándose al pacto con el Gobierno nacional y aprovechando las desavenencias del
Tripartito.
6) el contexto internacional
Dentro del contexto internacional no encontramos elementos significativos en lo
referente a una ampliación o disminución de la EOP, tal y como ocurrirá en período
siguiente.
A modo de conclusión podemos decir que, existen importantes elementos que
funcionaron como condicionantes hacia la apertura de la EOP y que se interpretaron
de manera oportuna para enmarcar los discursos por parte de las élites políticas
nacionalistas catalanas. Esos elementos han sido analizados en los apartados
anteriores y resumidos de modo sintético son: El federalismo competitivo y
las
dinámicas institucionales centrífugas; la apertura del proceso de reforma del Estatuto;
el giro nacionalista del PSC; el acceso del Tripartito al Gobierno de la Generalitat; la
radicalización de las posiciones nacionalistas de CiU; las necesidades de apoyos
parlamentarios del gobierno socialista del PSOE; y la unificación de la élite política
catalana bajo el proyecto de la reforma del Estatuto de Autonomía.
301
La adhesión fue de tal magnitud que incluso llegó a tentar al PPC de Piqué para participar en las
negociaciones sobre la redacción del Estatuto, aunque fue desautorizado por el Secretario General
del PP A. Acebes.
277
Conclusiones del capítulo:
Las cuestiones centrales que recorren este capítulo, son: a nivel EOP, el cambio de
alineamientos, tanto en Cataluña como en España, de los partidos que gobernaban el
período anterior. Ello posibilitó un mayor poder de negociación de los partidos de base
regional frente al Gobierno de España, además de un cambio en las formas
discursivas.
En el ámbito estrictamente regional vale destacar el cambio de signo de gobierno
luego de 23 años de pujolismo y la formación de un Tripartito de izquierdas en el
Gobierno de la Generalitat entre el PSC, ERC e ICV-EUiA.
En el aspecto nacional el PP consolida su giro tendiente al equilibrio entre un
nacionalismo cívico-político y etno-cultural y dentro del nacionalismo constitucional
(Balfour y Quiroga, 2007). Por otra parte y respecto, a la reforma del Estatuto de
Cataluña, el PP se caracterizó por una aproximación conservadora a la cuestión que
pretendió proteger la permanencia de la Constitución española sin alteración alguna.
El PSOE, por su parte, osciló entre una concepción neo-regionalista y neo-jacobina de
la nación, buscando ―sin conseguirlo de modo parsimonioso, según el que suscribe la
presente― un equilibrio entre ambas aproximaciones.
El predominio de la primera de aquellas favoreció la elaboración de Estatuto de
Autonomía en los términos que salió del Parlamento de Cataluña, y que luego
inevitablemente, debió ser modificado en los términos que determina la Constitución
del 78, tanto por el Congreso de los Diputados, como en el período siguiente, por el
TC.
En lo que respecta al análisis de los marcos, se observa un desplazamiento hacia
posiciones más nacionalistas de los dos partidos principales y preponderantes, en este
período, es decir, el PSC y CiU. Este desplazamiento se comienza en el PSC con
Maragall como candidato, elemento que se ha analizado en el período anterior, y luego
de la reforma del Estatuto, con CiU.
Una consecuencia probable del desplazamiento ideológico del PSC es que puede
haber movilizado a CiU a escorarse aún más hacia posiciones nacionalistas para
continuar capitalizando el voto nacionalista catalán, acercándola en ese eje a las
posiciones ideológicas de ERC (Arza y Coll, 2014).
Este desplazamiento ideológico de las formaciones comentadas, se realiza en un
ámbito que comparten y que es el de la identidad del protagonista, es decir, el del
“nosotros”. Es en este período donde hay una insistencia y una profundización de la
dimensión identitaria de los marcos de CiU, PSC y que continúa en ERC. Esa
profundización, tal y como se ha visto, se orienta hacia el enmarcado de una identidad
278
catalana diferenciada, distinta y no relacionada con la española, que en el caso de
ERC, ambas son incompatibles. Se observa una continuidad en la progresión del
desplazamiento, desde el período anterior a este, en una clara línea de continuidad del
llamado incrementalismo del nacionalismo catalán del pujolismo, comentado en el
capítulo anterior.
Es a partir de esa identidad diferencia, que no es debidamente reconocida por España,
que los reclamos nacionalistas se califican como: “justos. Esto conforma la tesis de
reconocimiento (Ovejero, 2011b) que fue originalmente plateada por Pujol, mantenida
por CiU en todos los períodos analizados y asumida por la izquierda política catalana.
En lo tocante a los agravios se puede señalar que los agravios continúan siendo los
mismos tres (económico, democrático e identitario) que enmarcó el pujolismo, pero
con la diferencia de que, en este período, se puede identificar una incidencia mayor en
el agravio identitario y democrático en la élite política nacionalista.
En lo que respecta los pronósticos de los marcos, la innovación respecto del período
anterior es la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, propuesta que es
compartida por toda la élite política parlamentaria, a excepción del PPC. La dirección
identitaria que tomó ciertos aspectos de la reforma del Estatuto dio visibilidad a la
hegemonía del nacionalismo catalán tanto en el Gobierno de la Generalitat como en el
Parlamento, y sus diferencias con las identidades y las preocupaciones del resto de la
población302. Esa hegemonía nacionalista era ―y es― la de CiU, y no es un hecho
menor que el PSC haya adoptado su discurso y su posicionamiento nacionalista.
Antoni Santamaría, describe con precisión este cambio cuando comenta que: “La
responsabilidad de la izquierda catalana, sometida al discurso hegemónico del
nacionalismo y renunciando a impulsar políticas económicas de redistribución de la
riqueza, es muy elevada. En vez de combatir los planteamientos del nacionalismo
etnolingüístico, lo han legitimado con una versión “progresista” del mismo, a años luz
de un discurso genuinamente democrático y socialista” (Santamaría, 2008: 31). La
emergencia de Ciudadanos es una reacción de esos sectores de identidad dual y
anidada que quedaron sin representación por el giro nacionalista del PSC.
Por otra parte, y dentro del ámbito del pronóstico es muy relevante la introducción, por
parte de CiU, de una serie de conceptos que serán utilizados en la tercera etapa de
análisis para lanzar el proceso soberanista, a partir del año 2010. Esto pone de
manifiesto que el proceso soberanista no responde a un reclamo poblacional ―las
encuestas del 2014 y 2015 así lo corroboran― sino que es un proceso que se inició
incluso antes de la sentencia 31/2010 del TC.
302
Véase la bibliografía citada al respecto en el capítulo IV, primer apartado.
279
La movilización es otro ámbito que se ha modificado sustancialmente, vemos en
formaciones como ERC y CiU comienzan a enmarcar la motivación segmentando
audiencias, interpelando al electorado y apelando a la acción de los individuos, a
diferencia del PSC e ICV-EUiA.
En términos generales podemos decir que continúa el lenguaje de la ambigüedad, en
las dos hablas hegemónicas, es decir, en el PSC, pero fundamentalmente en CiU. Y
mediante esa ambigüedad, y sin entrar en confrontación directa con el Estado español
―para usar el término del nacionalismo― se ha seguido adelante con la vía del
incrementalismo hasta proponer, o bien un Estado confederal, con el proyecto
maragalliano, o bien alcanzar la plenitud nacional con el proyecto de Mas.
Ese movimiento de desplazamiento que se ha comentado, también se hace visible,
fundamentalmente en las estrategias de enmarcado de los partidos. Más allá de los
eufemismos ―CiU― o del lenguaje del nacionalismo cívico-político ―ERC y
parcialmente al PSC― hay una preponderancia de la estrategia etno-cultural por sobre
la estrategia de naturaleza cívico-política de la nación.
El último elemento a destacar es que, a la luz del marco ideal y en comparación con el
período anterior, los marcos son cada vez más completos y ello afecta a casi la
totalidad de la formaciones de base regional y especialmente a CiU, ERC y en menor
PSC. Las dimensiones o tareas donde el marco se ha ido modificando, son, tal y como
se señaló más arriba, en la movilización, en el pronóstico y en la asignación de la
culpa, pero sin incidir de modo negativo en la figura del antagonista; además de
profundizar en la dimensión identitaria del “nosotros”.
280
Capítulo VI: Período 2010-2014. El proceso soberanista. Hacia la independencia
Plan de trabajo del capítulo:
En este capítulo se analizarán los marcos de significación para la acción colectiva que
producen las élites políticas en el denominado proceso soberanista catalán. Tal y
como se viene realizando en los dos capítulos anteriores, se analizarán el discurso de
las élites por partidos políticos en función del marco ideal propuesto; a partir de este
marco ideal se observará la consolidación en la tendencia de radicalización del
discurso y en qué aspectos del marco se produce. Se abordará además una
explicación de la Estructura de Oportunidad Política, de la resonancia de marcos y del
rol de la Generalitat como elementos condicionantes fundamentales del cambio del
discurso, no solo del bloque secesionista, sino de todo el arco político de los partidos
de base regional.
Introducción al período: 2010-2014
Es en este período donde se radicalizan las posiciones de los partidos nacionalistas,
cambiando así, por completo, el panorama del nacionalismo y de la política en
Cataluña. A modo de análisis situacional se puede decir que, esta etapa se inicia
signada por la dinámica de una larga campaña ―de más de cuatro años de
duración― a favor de la no modificación, por parte del TC, del nuevo Estatuto de 2006,
llevada a cabo por todos los partidos políticos ―CiU, PSC, ERC e ICV-EUiA, sumado
a otros partidos menores como SI― a la espera del fallo del Tribunal Constitucional
respecto de los siete recursos presentados por el PP, el Defensor del Pueblo, y los
gobiernos de las Comunidades Autónomas de Aragón, Baleares, Valencia, La Rioja y
Murcia. A la acción constante de los partidos, se suman las intervenciones de otros
sectores de las élites catalanas ―no ya políticas, en stricto sensu― como es el caso
de las élites intelectuales, acción que se plasmó en el editorial conjunta que publicaron
los periódicos catalanes, títulada “La dignidad de Catalunya” el 26 de noviembre de
2009.
Decía que, tras esa larga y pertinaz campaña en contra de cualquier modificación del
Estatuto de Autonomía de Cataluña, el Tribunal Constitucional dictó sentencia
(31/2010) el 28 de junio de 2010. Esta sentencia, no altera sustancialmente las
transferencias de competencias y el autogobierno de la Comunidad Autónoma (Tornos
Mas, 2011), pero declara inconstitucionales 14, de doscientos veintitrés artículos,
además de disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales. No obstante,
281
esa baja incidencia de las declaraciones de inconstitucionalidad303, la interpretación
que las élites políticas nacionalistas catalanas hacen de la sentencia del TC es la de
un acontecimiento de la máxima gravedad institucional.
De tal magnitud es el impacto que la sentencia nº 31/2010 del Tribunal
Constitucional304 en los partidos políticos que promovieron la reforma del Estatuto de
Autonomía que, el Gobierno de la Generalitat convoca elecciones, dándose por
concluido la segunda legislatura del gobierno Tripartito encabezado por José
Montilla305. Por otra parte, la Organización Omnium Cultural convoca a una
manifestación el 10 de julio de 2010, a la que se suman los partidos políticos catalanes
―con la excepción del PPC y Ciudadanos― y un importante número de asociaciones
y entidades no gubernamentales. La manifestación llevó el lema “Somos una nación.
Nosotros decidimos” (Som una nació. Nosaltres decidim) y tuvo un carácter
multitudinario. El Gobierno de Montilla pretendió encabezarla, pero éste tuvo que
abandonarla apresuradamente en medio de gritos de traidor (botifler) y españolista,
además de algún intento de agresión física.306
Hay una novedad muy relevante en la forma de movilización social que inaugura este
período, y tiene que ver con que, no son los partidos políticos quienes, en este caso,
convocan y movilizan a la población, sino lo hacen las asociaciones no
gubernamentales, y es, en esta oportunidad Omnium Cultural (OC), la que promueve y
organiza la manifestación, amparada y apoyada por la Generalitat de Cataluña
(Alonso, 2015). A la acción de OC se sumará en las siguientes manifestaciones la
Asamblea Nacional Catalana (ANC), cercana a CiU y a ERC (Santamaría, 2011).
303
Es también cierto ciertos preceptos estatutarios (puntualmente 27) son corregidos en su
interpretación mediante la técnica de la “sentencia interpretativa de conformidad” (Tormos Mas,
2011) que limita y orienta las interpretaciones de una parte del articulado de la norma estatutaria.
304
La Sentencia del Tribunal Constitucional nº 31/2010 consideró parcialmente el recurso
interpuesto por el PP al considerar inconstitucionales 14 artículos e imponer una interpretación
determinada a otros 27 artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006. En este sentido,
las cuestiones más destacadas sobre las que se expide el TC son: la referencia que en el preámbulo
del Estatuto se hace de Cataluña como “nación” el TC entendió que esa mención carecía de eficacia
jurídica interpretativa. Del mismo modo que el TC entendió inconstitucional, el uso preferente del
catalán en las administraciones públicas y los medios de comunicación públicos de Cataluña
además de la obligatoriedad del conocimiento del catalán. Del mismo modo que se reconoce al
castellano también como lengua vehicular de la enseñanza junto con el catalán. El Tribunal
Constitucional estableció que el Defensor del Pueblo español podría intervenir frente a la
administración catalana, además de derogar el artículo 95 que establecía un Gobierno propio de los
jueces en Cataluña.
305
El alcance del impacto de la Sentencia 31/2010 del TC debe matizarse en lo que se refiere a los
sectores a los que se siente interpelados por ella. Si se observan los datos de un sondeo publicado
en el periódico La Vanguardia el 9 de octubre de 2005, un 70% de los encuestados aceptarían
cambios sobre los puntos que no encajen en la Constitución. Disponible en línea en:
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2005/10/09/pagina1/41972592/pdf.html?search=encuestas
306
Véase
El
País
11
de
Julio
de
2010,
disponible
en
línea:
http://elpais.com/diario/2010/07/11/espana/1278799202_850215.html
282
A partir de esta manifestación sucede un cambio conceptual fundamental, en los
marcos de significación del nacionalismo catalán, que definirán este período y que es
la concepción de que la solución a los agravios que sufre Cataluña es la
independencia. Ello se observa en el enmarcado de las consignas de la propia
manifestación citada del 10 de julio de 2010, organizada por OC en la que, si bien se
protestaba contra la injerencia del Tribunal Constitucional en Cataluña, las proclamas
mayoritarias eran a favor de la independencia y la mayoría de las banderas eran
esteladas.307
Dentro del ámbito no institucional de la política, destaca además como herramienta de
movilización, un conjunto de votaciones informales que se denominaron Consultas
sobre la independencia de Cataluña que se realizaron en 518 ayuntamientos de
Cataluña, convocadas por parte de un conjunto de asociaciones entre las que destaca
la Plataforma por el Derecho a Decidir (PDD). Estas votaciones informales se
realizaron sin emparo legal alguno y movilizaron cerca de 60.000 voluntarios y 512.452
votantes, de los cuales unos 478.353 votaron afirmativamente a la siguiente pregunta:
"¿Está de acuerdo en que la nación catalana se convierta en un estado de derecho,
independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?" (Muñoz et al.,
2010). El factor relevante es que, si bien acciones de este tipo evidencian la
participación de la sociedad civil, no es estrictamente así, en tanto que ―tal y como
sostiene Vilaregur (2011)― existe ente los promotores de estas consultas una “fuerte
preeminencia del asociacionismo de carácter político, […] y la pertenencia ―pasado o
presente― a partidos políticos, especialmente la vinculada a ERC” (Vilaregur, 2012:
203).
Estas votaciones se sumaron a la tendencia de ceder el protagonismo en la
movilización social a organizaciones sociales distintas y diferenciadas de los partidos
políticos, pero claramente atravesadas por individuos con vínculos partidarios muy
acusados, tal y como se señaló.
Esta estrategia, parece originarse en los partidos políticos nacionalistas, y
específicamente en las élites políticas, con el objetivo doble, de contrarrestar la
conocida naturaleza de “arriba hacia abajo” del nacionalismo catalán (Alonso, 2015), y
evitar la deslegitimación por desafección que sufren los partidos políticos en la
movilización del proceso soberanista.
Por otra parte, también destaca el perfil sociodemográfico de los promotores de la
PDD quienes tienen una “media de edad de 46,5 años; un nivel socioeconómico
laboral medio-alto caracterizado por el triángulo tercer sector/funcionariado/profesional
307
Véase
El
País,
11
de
julio
de
2010,
http://elpais.com/diario/2010/07/11/espana/1278799201_850215.html
283
disponible
en
línea:
liberal” (Vilaregut, 2012: 204). Recuérdese los apoyos sociales que se han descrito del
nacionalismo catalán en el capítulo cuarto.
Otro de los elementos fundamentales de este período es el retorno de CiU al poder de
la Generalitat a partir del año 2010. En esas elecciones regionales de 2010 CiU gana
con 62 escaños llevando el “derecho a decidir” como núcleo de su campaña, aunque
sin conseguir mayoría absoluta. El PSC obtiene los peores resultados de su historia;
mientras que ERC ―que lleva en su programa la declaración unilateral de
independencia ―conocida y popularizada como DUI― obtiene la mitad de los
parlamentarios que tenía en la legislatura anterior y queda con 10 escaños.
Tal y como sostiene Pallares (2014), las elecciones autonómicas de Cataluña se
producen en una situación de crisis social y económica que, debido a las medidas
restrictivas y recortes del gobierno socialista, produce un profundo malestar y
descontento entre la población.
El gobierno del PSOE a nivel nacional, y el que encabezaba el PSC en Cataluña,
sufrieron un doble desgaste, por un lado, por las duras críticas del PP a la gestión
económica y del Estatuto ―en cierta medida avalada por la Sentencia 31/2010 del
TC―; y por otro lado, por las críticas del nacionalismo catalán de CiU, referentes a la
gestión de orden más cotidiano como son: un “gran apagón eléctrico; [el] retraso en las
obras del AVE; problemas con Renfe-Cercanías; [una] fuerte sequía y escases de
agua […] entre otros” (Pallares, 2014: 39).
La imagen que revelaban los estudios, respecto de las opiniones de los votantes, era
una muy mala calificación en la evaluación de la gestión del gobierno del Tripartito de
Montilla; la necesidad de un cambio de gobierno en la Generalitat; y una clara ventaja
de CiU para ganar las elecciones (Pallares, 2014). Esto último acabó sucediendo en
las elecciones de noviembre de 2010.
A partir de la asunción de Mas como Presidente de la Generalitat, se desencadenan
dos subperíodos o momentos, dentro de este período analizado. El primero de estos
subperíodos, va desde el año 2010 al 2012, y estará determinado por el acercamiento
al PP, reproduciendo, en cierta forma, los patrones de acción y los condicionamientos
de la legislatura del 1999 al 2003, aquí analizados en el período 2000-2003. Estos
patrones son los del acuerdo de los apoyos del PP a CiU, sin contrapartida posible a
nivel nacional, dado que en noviembre 2011 el PP ganará las elecciones nacionales
por mayoría absoluta.
Artur Mas, en este primer momento, impondrá una política de recortes importantes en
el Estado de Bienestar Autonómico: reduciendo los empleos estatales, aumentando
las tasas gubernamentales, subiendo precios de servicios públicos, vendiendo
patrimonio de la Generalitat y reduciendo prestaciones sociales. Esta dura política de
284
recortes sociales, despidos y liquidación de activos se justificaron, desde el discurso
de la Generalitat, por la profunda crisis económica, que comenzó en 2008, y que
devino en crisis de la deuda pública, haciendo que los ingresos de la Generalitat sean
insuficientes para afrontar sus obligaciones, llevando, por otra parte, a las arcas
autonómicas al borde del colapso por la falta de acceso al crédito. De tal magnitud es
la falta de liquidez del Gobierno de la Generalitat, que ésta ha necesitado del auxilio
del Estado central para obtener liquidez, mediante el Fondo de Liquidez Autonómica.
Por otra parte, el Gobierno de la Generalitat, debió adecuar su déficit público a las
directrices del Gobierno nacional generando aún, más tensiones entre ambas
instancias del Estado.
Mas vinculó esas políticas de recortes al déficit fiscal que Cataluña sufre por parte de
España y aseverando además que, con otra forma de financiación, similar al concierto
vasco, los recortes no serían necesarios308.
Al no contar con la mayoría absoluta parlamentaria para sacar adelante sus políticas
de recortes, los apoyos legislativos que CiU necesitaba para gobernar los obtuvo
negociando con el PPC, pero el discurso se radicalizó no obstante ello. La
ambigüedad que caracterizó históricamente a CiU se fue dejando de lado, y las
posturas ideológicas y los discursos se polarizaron a medida que se sucedían las
confrontaciones entre el Gobierno de la Generalitat y el Gobierno nacional. Cada
confrontación justificaba, un agravio, y el agravio la radicalización del discurso,
constituyendo así una estrategia de tensión nacionalista (Ovejero, 2011b). Ejemplo de
lo anterior es la propuesta de pacto fiscal que Artur Mas propone a Mariano Rajoy, y
que éste rechazó negociar por ir en contra de la constitución ―dado que proponía un
sistema similar al concierto vasco―309. Esta negativa, alimentó nuevamente el agravio
económico en el discurso de las élites nacionalistas catalanas.
Tal y como se señaló, la tensión discursiva respecto de los agravios sufridos por
Cataluña ―en la opinión del nacionalismo catalán― fue en aumento hacia el año
2012, de modo concomitante con el desgaste del Gobierno de la Generalitat por los
recortes y los casos de corrupción, tal y como sostiene Alonso (2015). Es en esta
situación, que se desencadena el segundo momento de este período, a partir de la
díada del 11 de Septiembre del año 2012.
El elemento sintomático y fundamental de este período es el aumento de la tensión
discursiva, tal y como se ha comentado; para dar cuenta de esta afirmación, y sin
perjuicio de los análisis posteriores, se adelantan tres ejemplos de cómo los discursos
308
Véase
La
Vanguardia
15
de
mayo
de
2012
disponible
http://www.lavanguardia.com/politica/20120515/54293614384/recortes-generalitat.html
309
Véase
El
País
20
de
septiembre
de
2012,
disponible
http://politica.elpais.com/politica/2012/09/20/actualidad/1348144748_908210.html
285
en
línea:
en
línea:
se han escorado hacia el secesionismo. El primer ejemplo, son los dichos de Artur
Mas, quién mientras en 2000 sostenía que la independencia era inalcanzable 310, en su
discurso de investidura del año 2010 señalaba que el pacto fiscal es el primer objetivo
del gran reto de país que es «abrir la transición catalana basada en el derecho a
decidir» 311, en tanto que la sentencia del Estatuto confirma que hay que redefinir las
relaciones entre España y Cataluña312, y que «el pacto Constitucional, no da más de
sí» (El Comercio, 16, de julio de 2010)313.
Por otra parte, es el propio Oriol Pujol, que en 2011 ostentaba el cargo de Secretario
General de CDC, quién sostuvo que cualquier modificación sobre el sistema de
inmersión lingüística en catalán por parte del PPC será entendido como «casus
belli»314, y aunque esta declaración podría ser entendida o interpretada como una
exageración que entra dentro de la dinámica de la tensión particular y momentánea de
períodos anteriores propia de una “reacción exaltada” (Colomer, 1984:371); esta idea
de la confrontación en los términos bélicos es reafirmada en los mismos términos de
Pujol, por el propio Artur Mas, quién sostuvo que «hay líneas rojas, entre las cuales el
catalán, que si queda atacado y afectado con voluntad de destrucción es un 'casus
belli' de la defensa de nuestro país»315; estos fueron idénticos términos que utilizó el
propio Jordi Pujol, en referencia al mismo tema.316
El tercer y último elemento relevante, en esta enumeración preliminar, es el
reclutamiento de figuras prominentes. El más destacado de estos reclutamientos ha
sido el del propio Jordi Pujol, que se ha decantado hacia la independencia en tanto
que «la alternativa a esto [por España] ahora tan solo podría ser la independencia»317.
Volviendo a la secuencia de hechos, vemos que para la díada de Cataluña del año
2012 entra en escena la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que es quién organiza la
movilización de la manifestación con el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa”
(Catalunya nou Estat de Europa). Es a ésta la organización a la que los partidos
310
Véase el periódico ABC el 11 de Septiembre de 2000, página 21. Disponible en línea:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2000/09/11/021.html
311
Traducción propia del catalán.
312
Sostiene Mas en su discurso de investidura que: “la crisi de relació entre Catalunya i l‟Estat,
evidenciada de manera prou clara amb la sentència del Tribunal Constitucional contra l‟Estatut, que
obliga a redefinir sobre bases noves l‟esmentada relació Catalunya – Espanya”
313
Disponible
en
línea
en:
http://www.elcomercio.es/agencias/20100716/masactualidad/politica/imposible-rehacer-estatut-defiende-nuevo_201007161222.html
314
La
Vanguardia
04
de
septiembre
de
2011
disponible
en
línea
en:
http://www.lavanguardia.com/politica/20110904/54210926586/oriol-pujol-advierte-que-tocar-lainmersion-linguistica-es-casus-belli-para-ciu.html
315
El
Mundo
14
de
octubre
de
2011
disponible
en
línea
en:
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/14/barcelona/1318610265.html
316
Véase la Voz de Barcelona 2 de agosto de 2011 disponible en línea
http://www.vozbcn.com/2010/08/02/27978/pujol-casus-belli-inmersion/
317
Véase la Voz de Barcelona 25 de enero de 2011 disponible en línea
enhttp://www.vozbcn.com/2011/01/25/54247/pujol-alternativa-seria-independencia/
286
nacionalistas y la Generalitat le ceden el protagonismo en la organización y en la
movilización.
Mientras que durante los años 2009 y 2011 las manifestaciones de la Díada no
convocaron a más de quince mil personas según la Guardia Urbana318, la movilización
de la 11 de Septiembre de 2012 fue multitudinaria; un millón y medio de personas
según los organizadores y seiscientas mil personas según la Guardia Urbana 319. Sea
una cifra u otra, el éxito de la movilización es innegable. Es ese reclamo de
participación ciudadana, la que utilizaron los partidos CiU y ERC, pocos días después
(el 27 de Septiembre), para promover una resolución parlamentaria en la que el
«Parlamento de Cataluña constata la necesidad de que el pueblo de Cataluña pueda
determinar libre y democráticamente su futuro colectivo», instando al Gobierno de la
Generalitat a buscar, junto a los agentes sociales y partidos políticos, una nueva hoja
de ruta, para que Cataluña haga su propio camino. Las formaciones que votaron a
favor fueron, CiU, ERC, ICV-EUiA, Solidaritat, Democràcia Catalana y el diputado
socialista Ernest Maragall, y en contra, el PP Catalán y Ciutadans; el PSC se abstuvo
―con la excepción del hermano del ex presidente Maragall―.
Mas decide, entonces, un adelanto electoral. Rotos los puentes de entendimiento con
el PP y a la espera de capitalizar la movilización social en una mayoría absoluta el
CiU, convoca a elecciones anticipadas a mitad de legislatura. Para CiU, el centro de la
campaña electoral es la realización de un referéndum o consulta ―se utiliza el
eufemismo de “referéndum consultivo”― donde el pueblo de Cataluña pueda decidir
su futuro político. En términos conceptuales podríamos decir que, el centro de la
campaña electoral es la secesión de Cataluña, o sus términos eufemísticos, como son
el proceso soberanista, (o el incorrecto término de) independencia320; es decir, la
resolución de la ruptura de la temática analizada que es relación entre España y
Cataluña. Este tema es el que ha dominado la campaña toda, y la esfera política
catalana desde 2010 ha subordinado a él cualquier otra cuestión.
Los resultados de las elecciones anticipadas no fueron nada alentadores para CiU,
que perdió 12 escaños pasando de 62 a 50. ERC fue el gran ganador, que pasó de 10
318
Véase El País, 11 de septiembre de 2010, disponible en línea en:
http://elpais.com/elpais/2010/09/11/actualidad/1284193026_850215.html, así como también, La
Vanguardia,
11
de
septiembre
de
2011,
disponible
en
línea
en:
http://www.lavanguardia.com/politica/20110911/54214522987/miles-de-personas-se-manifiestancon-motivo-de-la-diada-por-el-centro-de-barcelona.html
319
Véase
El
País
11/09/2012
disponible
en
línea
en:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/11/catalunya/1347375808_419590.html
320
La independencia hace referencia a una situación de sojuzgamiento de un territorio en términos
similares a los del expediente colonial, que no es directamente asimilable a la secesión, entendida
ésta última como el acto de separarse de una nación, una parte de su pueblo y territorio.
287
a 21 escaños; el PSC siguió perdiendo escaños y obtuvo 20; el PP quedó con 19; ICVEUiA con 13; Ciudadanos con 9 y la CUP con 3 escaños.
La naturaleza de los resultados obligó a Mas a pactar el apoyo parlamentario de ERC
y eso forzó la marcha del denominado proceso soberanista, conforme la estrategia
general de ERC, que es siempre posicionarse, en el eje “nacional” más allá de CiU. A
partir de la puesta en marcha de este proceso soberanista se puede identificar un
bloque secesionista compuesto por CiU, ERC y la CUP. A este bloque se sumarán
eventualmente, y no sin disidencias internas, ICV-EUiA y el propio PSC, en algunas
acciones de todo este largo proceso. 321
La actividad del Parlamento y del Gobierno de la Generalitat en esta legislatura se
orientó hacia la realización del referéndum o de la consulta que se terminó celebrando
el 9 de Noviembre de 2014, bajo circunstancias de excepción, en tanto la legislación
prohíbe los referéndums que no convoque el Estado nacional.
Para llegar a la realización del referéndum se ha llevado a cabo una constante e
insistente tarea de movilización social desde las élites políticas nacionalistas hacia la
ciudadanía; preparando además, el terreno institucional y administrativo mediante la
labor parlamentaria y de gobierno.
La casi totalidad de la acción parlamentaria y de gobierno estuvo orientada a la
realización de la consulta 322. Es en ese sentido que se han aprobado por el
Parlamento de Cataluña: la Declaración de Soberanía el 23 de Enero de 2013 para
hacer efectivo el derecho a decidir del pueblo de Cataluña que tiene “por razones de
legitimidad democrática, carácter de sujeto político y jurídico soberano”323 (que ha sido
suspendida por el TC); la Resolución del 13 de Marzo de 2013, para instar al Gobierno
de España ―Gobierno del Estado en la resolución― a iniciar un diálogo bilateral para
hacer “posible la celebración de una consulta sobre el futuro político de Cataluña”324.
Por parte del Gobierno de Cataluña se creó el Consejo Asesor para la Transición
Nacional (CATN) el 11 de Abril de 2013; se constituyó del Pacto por el Derecho a
Decidir, el 26 de Junio de 2013; se anunció el 12 de Diciembre de 2013, de la
“Consulta sobre el futuro político de Cataluña” ―a pesar de la suspensión cautelar del
321
El matiz temporal respecto a la pertenencia al bloque secesionista aparecerá en CiU. La
radicalidad en las de CDC ha llevado a la ruptura con UDC, a mediados del 2015, por lo que es CDC
quién forma parte de ese bloque, y UDC se posiciona fuera junto al PSC, ICV-EUiA, PPC y C´s.
322
Tanto así que el total de leyes aprobadas en el año 2013 es de una sola Ley. Véase
http://www.parlament.cat/web/activitat-parlamentaria/lleis?p_pagina=2
323
Resolució 5/X del Parlament de Catalunya, per la qual s‟aprova la Declaració de sobirania i del
dret
a
decidir
del
poble
de
Catalunya.
Disponible
en
línea
en:
http://www.parlament.cat/actualitat/R5_X_sobirania.pdf
324
Resolució 17/X del Parlament de Catalunya, sobre la iniciació d'un diàleg amb el Govern de
l'Estat per fer possible la celebració d'una consulta sobre el futur de Catalunya
Tram.
250-00226/10.
Disponible
en
línea
en:
http://www.parlament.cat/actualitat/Resolucio_17_X.pdf
288
TC― para el 9 de Noviembre de 2014 y se dieron incluso a conocer las preguntas que
tendrá el referéndum (“¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? Sí o no”. En
caso afirmativo “¿Quiere que este Estado sea independiente? Sí o no”). Ya en 2014,
en el mes de enero, el día 16 exactamente, se aprobó en el Parlamento Catalán la
petición de cesión de competencias al Parlamento Español para la celebración del
referéndum de autodeterminación; petición que es rechazada por el Congreso de los
Diputados el 8 de Abril. El 26 de Septiembre se aprobó la Ley 10/2014 de “consultas
populares no referendarias y otras formas de participación ciudadana 325” en la que se
pretendió amparar el referéndum ―Ley suspendida cautelarmente por el TC instancias
del Gobierno quien presentó un recurso de inconstitucionalidad, el 29 de Septiembre
publicado el día 30 en el BOE326327―; el 27 de Septiembre se firmó el “Decreto de
Convocatoria de la Consulta sobre el futuro político de Cataluña, por parte de Mas
―también recurrido por el Gobierno y suspendido cautelarmente por el TC 328―. Se
procedió también, al nombramiento de la Comisión de Control, que fiscalizó la
consulta, por parte del Gobierno de la Generalitat, el 3 de Octubre de 2014. Tras las
suspensiones cautelares del TC, el Gobierno de la Generalitat, da por imposible la
celebración de la Consulta del 9 de noviembre en los términos pactados entre los
partidos (CiU, ERC y CUP) y planteó, aunque con el rechazo de ERC, una consulta
alternativa denominada Proceso Participativo; sin intervención aparente de la
Generalitat y sin convocatoria administrativa ―es decir, sin un acto administrativo que
la convoque y que pueda ser recurrido por el Gobierno de la nación―. Fue el propio
Mas quién dio las claves del accionar del Gobierno de la Generalitat, cuando declaró
que "Sobre todo, tenemos que engañar al Estado" (El Periódico, 26 de octubre de
2014329); el Gobierno nacional volvió a impugnar la convocatoria del Proceso
Participativo y este quedó suspendido cautelarmente por el TC.
Finalmente, y luego de un obstinado y constante proceso de movilización por parte de
las élites políticas ―y no políticas― nacionalistas catalanas que ocupó todo el espacio
del ágora pública, el 9 de noviembre se realizó en Cataluña 330 la votación en el
325
Disponible en línea en: http://portaldogc.gencat.cat/utilsEADOP/PDF/6715/1373015.pdf
Disponible en línea en: http://www.boe.es/boe/dias/2014/09/30/pdfs/BOE-A-2014-9864.pdf
327
Disponible
en
línea
en:
http://ep00.epimg.net/descargables/2014/09/29/4dcaadd7d0c535eba28b4fb0b6f35e6b.pdf
328
Disponible
en
línea
en:
http://ep00.epimg.net/descargables/2014/09/29/1dbcb394a7f84a48b08341f9b5091bc3.pdf
329
Disponible en línea en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/mas-tenemos-enganarestado-3633906
330
Además de algunas delegaciones en el extranjero donde la Generalitat tiene oficinas o
embajadas.
326
289
denominado Proceso Participativo. Según la propia Generalitat, con una participación
de 2.305.290 votantes331 con los siguientes resultados:
Tabla 11:
Resultados de la consulta catalana del 9N
2014
Votos por: Cantidad de votos Porcentaje
Sí-Sí
1.861.753
80,76
232.194
10,07
22.466
0,97
104.760
4,54
En blanco
12.986
0,56
Otros
71.131
3,09
Total
2.305.290
99,99
Sí-No
Sí-En blanco
No
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. 332
Para el correcto análisis y ponderación de los datos se debe considerar que se redujo,
por parte de los convocantes, la edad para poder emitir el voto de 18 a 16 años y se
permitió votar a los extranjeros residentes. Con ello el padrón se amplió hasta las
6.228.531 personas. La participación representa, entonces, un 37,01% del padrón y el
voto afirmativo a la secesión es de 1.861.753 personas que representa un 29,89%.
Para evaluar este dato, téngase en cuente que, los partidos que han respaldado el
proceso participativo que son CiU, ERC, CUP e ICV-EUiA, en las elecciones al
Parlamento Europeo de 2012 movilizaron, en conjunto, a 2,1 millones de votantes (El
País, 09 de noviembre de 2014333). En este caso la cifra de votantes a favor de la
independencia fue de trescientos mil votantes menos.
Análisis del tercer período 2010-2014:
Convergencia y Unión (CiU):
331
Datos
de
la
página
web
del
proceso
participativo
http://www.participa2014.cat/resultats/dades/es/escr-tot.html
332
Datos disponibles en línea en http://www.participa2014.cat/resultats/dades/es/escr-tot-resum.html
333
Disponible
en
línea
en:
http://politica.elpais.com/politica/2014/11/09/actualidad/1415542400_466311.html
290
CiU, con Artur Mas a la cabeza, ha sabido aprovechar el desgaste de los partidos que
gobernaron la Generalitat entre los años 2003 y 2010, lastrados por el proceso de
reforma del Estatuto de Autonomía y por la crisis económica y de deuda pública
(Dowling, 2013). Este desgaste se plasmó en los malos resultados electorales del PSC
y de ERC en las elecciones del año 2010 en las que CiU volvió a imponerse como
primera fuerza política, aunque sin mayoría absoluta, obteniendo 1.198.010 votos y 62
escaños que representan un 28,1% más en votos y un 29,2% más en escaños que en
la elección de 2006.
La falta de mayoría absoluta de CiU y la existencia de un parlamento más fragmentado
políticamente ―por la irrupción de Ciudadanos con 3 escaños y Solidaridad Catalana
por la Independencia con 4 escaños― obligó a la formación a reeditar un gobierno en
minoría con apoyos del PPC como en la última legislatura del pujolismo.
CiU y PPC, sin un a pacto formal, se encontraban unidos programáticamente (Dowling,
2013) en referencia a la forma de afrontar la crisis económica, proyecto que se
centraba en la reducción del déficit del Estado a partir del descenso del gasto
―fundamentalmente― social, tal y como se comentó más arriba.
Este planteamiento dominó el primer subperíodo de tiempo que va desde el 2010 al
2012. A partir del rechazo del pacto fiscal por parte del Gobierno de España
encabezado por Mariano Rajoy y la manifestación multitudinaria de la Diada del año
2012334, Más convoca elecciones en noviembre del 2012 y pretende movilizar al
electorado a partir de los conceptos desarrollados en el período anteriormente
analizado con el objetivo de hegemonizar el movimiento independentista (Dowling,
2013). En el discurso de CiU, durante esta campaña, fueron centrales conceptos tales
como el derecho a decidir, las estructuras de Estado, la radicalidad democrática,
Estado propio, transición nacional y Hacienda propia, que fueron introducidos en el
período anterior por Mas, a partir de la convocatoria a la Casa Grande del
Catalanismo.
Si bien CiU gana las elecciones autonómicas, del 2012, el resultado no es el esperado
por la dirección del partido, tal y como se indicó más arriba, obteniendo 1.116.259
votos, es decir, un 7,2% menos y 50 escaños que representan un 19.4% menos de los
obtenidos en las elecciones del 2010.
Con estos magros resultados electorales CiU a pactó con ERC los apoyos necesarios
para la investidura de Mas como Presidente de la Generalitat. Por su parte, ERC
334
La Diada de Cataluña del año 2012 se celebró con una masiva manifestación organizada por la
ANC que movilizó a un millón y medio de personas según los manifestantes y seiscientos mil según
la Guardia Urbana. Véase La Vanguardia, 11 de septiembre de 2012, disponible en línea en:
http://www.lavanguardia.com/politica/20120911/54349943522/diada-manifestacion-independenciacatalunya.html
291
realizó una buena elección, logró posicionarse como segunda fuerza política con 21
escaños y como el partido bisagra o árbitro de la política catalana. CiU y ERC
pactaron, además de la investidura de Mas como presidente, un programa de gobierno
que tiene como eje central la celebración de un referéndum de autodeterminación que
será el tema político de este subperíodo y de toda la legislatura.
Discurso de Convergencia y Unión (CiU):
En el caso de Mas analizaremos tres discursos: la conferencia “Después del 9N:
tiempo de decidir, tiempo de sumar” pronunciada en el Auditorio del Fórum de
Barcelona el 25 de noviembre de 2014; el Mensaje institucional del Presidente de la
Generalitat con motivo de la Diada Nacional de Cataluña del 2014; y Mensaje del
Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año de 2014. Además de
contextualizar estos discursos con otros documentos (“La deslealtad del Estado
respecto de Cataluña. Balance de situación” del Departamento de la Presidencia de la
Generalitat de Cataluña y la Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate
de política General del Parlamento de Cataluña el 15 de Septiembre de 2014) que los
pondrán en valor, así mismo, se sumarán otras declaraciones de políticos e
intelectuales orgánicos de primera línea del Gobierno de la Generalitat para matizar,
detallar y poner en su justa luz el enmarcado del discurso.
Diagnóstico:
Dentro de la tarea central del diagnóstico, hay un cambio sustancial en la forma en que
se estructuran los agravios y se enmarca la identidad “ellos” en relación a los períodos
anteriores. El diagnóstico que ofrecerá Mas, se enmarca a partir de una idea central
que es la imposibilidad del encaje de Cataluña en España, y ello se estructura a partir
de unas nuevas técnicas de enmarcado que modifican la valencia del diagnóstico,
pasando de un diagnóstico positivo, pero insuficiente del pujolismo, a un marco de
valencia negativa y de imposibilidad de encaje con España en esta etapa.
Respecto a las técnicas de enmarcado utilizadas, Mas presenta cuestiones a las que
asigna conceptos y los problematiza relacionándolos con situaciones reales. Si bien,
doctrinalmente el nacionalismo catalán no se ha modificado en forma sustancial a
través del tiempo, es decir que, se presentan los mismos tres tipos de agravios
propuestos hasta aquí (el económico, el identitario y el democrático) al igual que se
venían haciendo en los dos períodos anteriores, sí cambian los conceptos con los que
se enmarcan dichos agravios, además de la asignación de la culpa al actor
antagonista, la profundización del “nosotros” y la solución a los problemas.
292
Agravio económico:
El concepto del agravio económico, pasó de enunciarse únicamente en términos
económicos, como déficit fiscal, a incorporarse además el concepto de expolio
fiscal335. Si bien es cierto que Artur Mas difícilmente ha usado este último término
―Artur Mas habla de déficit fiscal―, sí son conceptos utilizados por figuras
prominentes de su gobierno, como es el caso de Francesc Homs, en aquel momento
portavoz del Gobierno de la Generalitat, quien en unas declaraciones el 5 de marzo de
2012 sostuvo que: «Estamos atados de pies y manos. Cataluña es un país con
suficientes recursos para hacer muchas cosas, pero que no puede acabar haciéndolas
porque sufre un expolio fiscal»336 (La Voz de Barcelona, 05 de marzo de 2012). Del
mismo modo Jordi Pujol, ya en 2011 aseguraba que: «Se tendrá que hacer […] una
votación para saber si estamos dispuestos o no a admitir que siga este expolio fiscal
de Cataluña»337. (ABC, 11 de abril de 2011).
Ello se profundiza por la atribución de la causa, tanto de las transferencias que se
realizan desde Cataluña a España y que se enmarcan en el déficit o expolio fiscal,
como por, la negativa del presidente Rajoy de aceptar negociar la propuesta de pacto
fiscal de Mas.
Se relaciona la cuestión con lo real, como técnica de enmarcado, fundamentalmente
en lo que respecta a los recortes en el Estado de bienestar producto de la profunda
crisis económica. Se atribuye así la culpa de esos recortes al Gobierno de España y a
una serie de identidades encadenadas: España-Estado Español-Madrid-Gobiernos del
PP y PSOE.
En la conferencia del 25 de noviembre Mas sostenía en ese sentido que:
«Un Estado al que se le ofreció durante meses del año 2012 un Pacto Fiscal, como
salida después de la quiebra de la vía estatutaria, y que no se preocupó ni de sentarse
a la mesa para hablar, aunque estaba reiteradamente advertido de la creciente
desafección y desconexión mental de buena parte de la población catalana hacia
España.338»
335
Es probable que fuese Ángel Colom a principios de los años noventa quién comenzó a utilizar
este términos que luego incorporaron Jordi Pons y Ramón Tremosa como título de su libro: “L‟espoli
fiscal, una asfíxia premeditada” (Tresiquatre). Es interesante destacar, tal y como sostiene VidalFolch (El País, 20 de enero de 2014) que más allá del título: “el concepto de “expolio” solo aparece
una vez, […] ni por asomo en el texto”.
336
La Voz de Barcelona 5 de marzo de 2012, disponible en línea en:
http://www.vozbcn.com/2012/03/05/104449/homs-cataluna-expolio-fiscal/
337
ABC
11
de
abril
de
2011
disponible
en
línea
en:
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=778689
338
Todas las citas de este texto son traducciones propias del catalán.
293
Hay, además, en el discurso de Mas, un particular esfuerzo de relacionar ese expolio
fiscal en referencia a las experiencias ordinarias de la población, con la intensión de
atribuir la culpa de esos recortes al Gobierno de España (de Blas, El País, 3 de enero
de 2015). De tal modo que los recortes en el Estado de bienestar no serían necesarios
si se hubiese negociado el pacto fiscal propuesto por Mas. En los términos de Mas, los
recortes así como el déficit, en definitiva el expolio, son culpa del Estado español. Mas
sostiene que a «la mayoría de catalanas y catalanes, el Estado nos ha fallado 339. Y
nos sigue fallando». Es decir, asigna la culpa a España del agravio infringido a
Cataluña.
Ésta es una cuestión central, no solo en la construcción del agravio, sino además en el
éxito de la movilización nacionalista y de la permanencia del nacionalismo en el tiempo
(Giuliano, 2011), en tanto que los nacionalismos que tienden a permanecer en el
tiempo deben producir y reproducir discursos centrados en agravios.
La asignación de la culpa moviliza esa sensación descrita como “indignación moral”
(Chihu y López, 2004) y para que ella exista “se requiere que los individuos tengan
conciencia de que en la sociedad existen actores humanos motivados que
intencionalmente crean y mantienen una situación de daño y de sufrimiento sobre
otros actores.”(Chihu y López, 2004). Esa indignación moral pone de relevancia la
dimensión emocional de la acción, que es un elemento que explota de modo exitoso el
nacionalismo catalán, tal y como sostiene Ovejero Lucas (2006, 2011a, 2013). Esta
sensación de deprivación relativa fraternal, se relaciona con ese sentimiento de
indignación al que Gamson describe como la ira, de la que dice: "pone fuego en el
estómago y hierro en el alma" (Gamson, 1992: 329), y que se relaciona con la tesis del
reconocimiento (Ovejero, 2011b) que dota de sentido de justicia a los reclamos del
nacionalismo catalán.
Otro claro ejemplo de ello aparece en el discurso enunciado por Artur Mas respecto
del déficit presupuestado para el año 2013, cuando el Presidente de la Generalitat,
sostenía que:
«Catalunya debe saber que por culpa de este déficit el gobierno español nos está
obligando a hacer más recortes en sanidad, educación y servicios sociales […] El
gobierno español se ha quedado con la gran parte del déficit para no asumir los costes
políticos de los recortes y traspasa a los gobiernos autonómicos la parte más
339
Conferencia “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar” pronunciada en el Auditorio
del Forum de Barcelona el 25 de noviembre de 2014.
294
complicada, y en el fondo está perjudicando a las políticas sociales» (La Vanguardia, 3
de agosto de 2013)340.
Agravio democrático:
En lo referente al agravio democrático, este pasa de enunciarse en términos de más
“autogobierno” del pujolismo al reclamo de más democracia y libertad que hace CiU
durante el proceso soberanista. El agravio viene infringido a partir de dos elementos, el
primero el fallo del Tribunal Constitucional de 31/2010 sobre el Estatuto de Autonomía
de Cataluña; y el segundo, la oposición del Gobierno a la celebración del referéndum
(o consulta) del 9 de noviembre de 2014 por parte de la Generalitat de Cataluña.
El enmarcado de la legitimidad del agravio democrático se realiza en función de varios
elementos: la legitimidad moral del reclamo democrático, en sí, frente a la negativa
continua del Estado; la soberanía absoluta del principio mayoritario frente al principio
de legalidad; y la ilusión ―en los términos de CiU― que genera la radicalidad
democrática del derecho a decidir, frente a la política del miedo del Estado que
atemoriza a colectivos de personas vulnerables, y que hace política a través de los
tribunales341.
Las técnicas de enmarcado utilizadas son la de asignar un concepto como es el de
consulta y el del derecho a decidir ―de gran relevancia en tanto que generan un
espacio simbólico abierto―. Salecl (1993) plantea que la construcción del espacio
simbólico permite “un espacio […] para ser llenado por las imágenes de nuestro yo
ideal” (Salecl, 1993: 221). De este modo el campo simbólico que deja este tipo de
conceptos como el del derecho a decir o el de radicalidad democrática es “llenado”
por unas ideas que están relacionadas con una proyección de los deseos de los
sujetos. Es por ello que tienen gran potencia movilizadora y son centrales para el
desplazamiento conceptual de los temas materiales hacia cuestiones simbólicas.
Una vez planteada la cuestión, se lo relaciona con lo real, como otra técnica de
enmarcado, buscando la relación con la experiencia cotidiana de la ciudadanía (mucho
más difícil en este caso concreto). Los elementos utilizados como técnica de
enmarcado son: la sentencia del TC de 2010 y la negativa a negociar el referéndum
del 9 de noviembre, por parte de Gobierno; en otros términos, lo real es que: no nos
dejan votar.
340
La
Vanguardia,
3
de
agosto
de
2013,
disponible
en
línea
http://www.lavanguardia.com/politica/20130803/54379121268/mas-deficit-1-58-injusticiaflagrante.html
341
Citas textuales del discurso de 25 de noviembre de Artur Mas.
295
en:
Josep Rull, miembro destacado de CiU, en la tramitación de la ley de consultas
aprobada por el Parlamento de Cataluña, sostuvo en referencia al PP que «Los que
combatieron la Constitución, ahora pretenden destruirla y no nos dejan votar» (El País,
19 de septiembre de 2014)342 del mismo modo que Francesc Homs sostuvo que: «No
nos dejan votar porque saben que lo tienen perdido» (ABC, 17 de abril de 2013).343
Del mismo modo se enmarca el mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo
del fin de año de 2014, en el que Mas, en el sentido de lo anteriormente mencionado,
sostuvo que:
«Por primera vez en tres siglos los catalanes que lo quisieron pudieron votar a favor
del futuro político del país, incluso de la libertad política de Cataluña. […] A pesar de la
prohibición y toda la maquinaria institucional del Estado en contra, muchos miles de
catalanes hicieron un ejercicio de autoafirmación, de respeto, de democracia y de libre
opinión en libertad. Un ejercicio de democracia que en pleno siglo XXI debería ser
normalidad en lugar de excepción, debería de invitar al diálogo ya la negociación en
lugar de querellas judiciales. Mal cuando un Estado decide querellarse por la vía penal
contra aquellas y aquellos que facilitan la participación y dan la voz y el voto a la
ciudadanía. Quiere decir que algo falla, y no menor».344
La atribución de la causa del agravio es, no solo clara, sino de una gravedad
destacada. Mas sostiene que las instituciones del Estado han prohibido e intentado
impedir, el ejercicio democrático del pueblo catalán. Este ejercicio de interdicción se
viendría produciendo desde hace unos trescientos años y por primera vez se logra
sortearlo. El agravio continúa, además, en las respuestas de tipo administrativo e
institucional que tiene el Estado hacia «aquellos que facilitan la participación y dan voz
y voto a la ciudadanía»345. No solo se dramatiza la situación, sino que hay unas
atribuciones de responsabilidad directa del Estado respecto de cierta persecución
hacia aquellos que dan voz y voto a la población. Se habla incluso de la libertad
política de Cataluña, enmarcando el agravio en términos similares a los casos de
sociedades coloniales o sojuzgadas, situación muy alejada de la realidad española en
general, y de la catalana en particular.
En el juego de diadas identitarias opuestas que señala Máiz (2003) Mas opone «la
democracia española [que] aún es demasiado joven para tener esa cultura
democrática profunda que le permita encarar los problemas cuando se producen»
frente a la cultura democrática del pueblo de Cataluña que es «profunda, enraizada, y
342
El
País,
19
de
septiembre
de
2014,
disponible
en
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/19/catalunya/1411141135_402343.html
343
ABC
17
de
abril
de
2013,
disponible
en
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1397081
344
Mensaje del Presidente de la Generalitat con motivo de fin de año de 2014.
345
Ibídem
296
línea
línea
en:
en:
la quiere practicar» (La Vanguardia, 1 de junio de 2014)346. Las asociaciones
conceptuales que se ofrecen aquí son verdaderamente potentes, aunque no obstante
se relacionan con los tópicos tradicionales del nacionalismo catalán doctrinalmente
conservador más puro, de allí la mención al comienzo de este capítulo que sostiene la
falta de innovación en la doctrina del nacionalismo catalán. Mientras se presenta a
Cataluña como: democrática-activa-sometida-moderna se opone a ella a una España
descrita
como:
antidemocrática-reactiva-dominadora-atrasada.347
Desde
esta
perspectiva, se enmarca a España a partir de la concepción de un país con un déficit
democrático crónico. La idea de crónico se explica más adelante cuando se da cuenta
de los tres ciclos de significado que enlazan en sus agravios el nacionalismo catalán,
tal y como sostiene Martín Alonso (2015).
La sentencia del TC de 2010 sobre el Estatuto de Autonomía, aparece de modo
recurrente enmarcada como causa del agravio y es el eje central del agravio
democrático, junto con la negativa a permitir un referéndum. En el discurso de Mas y
de la élite política nacionalista de CiU, hay, en este período, un claro cambio de
registro sobre el culpable de la situación. La radicalización del discurso se produce,
entre otros aspectos, en esta dimensión del enmarcado. El culpable de la prohibición
de la expresión democrática del pueblo de Cataluña es: el Estado español.
Dentro de la atribución de las causas se relaciona el derecho a decidir y la radicalidad
democrática con el principio mayoritario. Este principio mayoritario, a nivel discursivo,
se plantea cuando se sostiene la legitimidad de los reclamos en la masividad de las
movilizaciones sociales. Es el “nosotros” que se manifiesta frente al agravio infringido
por una alteridad culpable.
Es en ese sentido que Artur Mas en el discurso del 15 de septiembre de 2014 en el
debate de política general en el Parlament de Cataluña sostuvo que:
«La sentencia del TC sobre el Estatuto del año 2010, va a expulsar a la mayoría de la
sociedad catalana del pacto y del consenso constitucional. De iure, todavía estamos,
de facto, muchos ya no».348
La causa del agravio está en la sentencia del TC del año 2010 que expulsa a la
mayoría de los catalanes del pacto constitucional, así la causa queda atribuida a otro,
a un “ellos” que es, por definición, opuesto a “nosotros”.
346
La
Vanguardia,
1
de
junio
de
2014,
disponible
en
línea:
http://www.lavanguardia.com/politica/20140601/54409518387/mas-espana-falta-culturademocratica-problemas.html
347
Es muy esclarecedor que los parlamentarios catalanes de los partidos que están a favor del
referéndum, entrevistados por el autor de este trabajo, han respondido afirmativamente cuando se
les consultó sobre la existencia de un déficit democrático en el Estado español.
348
Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de política General del Parlamento de
Cataluña el 15 de Septiembre de 2014.
297
Hay un cambio de registro en la atribución de la causa en el discurso de las élites
políticas nacionalistas de CiU. Es el Estado español el que pasa a ser enmarcado, y
claramente identificado, como el culpable de los agravios que soporta Cataluña en su
búsqueda de autogobierno. Esto lo desarrollaremos detenidamente en el apartado de
la identidad.
Agravio identitario:
En lo que respecta al agravio identitario, para CiU, los signos de identidad catalanes
vienen sufriendo una persecución histórica por parte de España, persecución que
comenzó con los decretos de Nueva Planta de Felipe V. Los elementos propios y
diferenciadores de la realidad social catalana ―que es distinta a la española― son
ignorados por España.
La voluntad de más autogobierno se presenta como una problemática central debido a
que el Estado español pretende recentralizar y homogeneizar la autonomía catalana.
La voluntad de autogobierno de Cataluña se manifiesta así ―y desde hace trescientos
años― como parte de la identidad catalana, tal y como, Mas sostuvo el 25 de
noviembre que: «el anhelo de autogobierno forma parte consustancial de la identidad
catalana, de nuestra manera de pensar, de hacer y de ser. De antes y de ahora
mismo».349 Destáquese que el razonamiento de Mas tiende a ser circular en este
punto, dado que según su criterio “se es una nación porque se tienen elementos
identitarios diferenciales entre los que destacan el que se quiera la independencia
como nación”.
Para Mas lo que está en juego no solo es el autogobierno de Cataluña, sino la propia
identidad catalana. Para ahondar en esa idea y para dar fuerza emocional al marco,
Mar recurre a describir el agravio identitario como de larga data y referido a esa
voluntad opresora de España sobre otros pueblos. Ello aparece claramente expresado
en el discurso de Mas con motivo de la Díada de 2014, donde el problema se plantea
con una relación ambivalente entre dos momentos históricos, 1714 y 2014. Hay una
constante referencia a la continuidad histórica, tanto del Gobierno catalán como de su
pueblo, y un constante intercambio de referencias temporales que ponen, en un mismo
plano discursivo, un Estado absolutista europeo del siglo XVIII y el Estado de las
Autonomías del siglo XXI.
«En momentos en que se quiere menospreciar, desvirtuar y incluso negar nuestro
pasado como país, se hace más necesario que nunca conmemorar lo que hemos sido,
recordar que la defensa heroica de Barcelona, y de toda Cataluña, hace tres siglos, lo
fue para defender unas leyes de las más avanzadas del momento y que se
349
Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de noviembre de 2014.
298
contraponían al poder absoluto ejercido de manera absoluta. Y que fue precisamente
el absolutismo homogeneizador, ganador de la guerra, lo que quiso aniquilar nuestra
identidad, nuestra lengua y nuestros usos y costumbres».350
El agravio y la operación de enmarcado de la causa aparecen de modo claro. Según el
discurso de CiU, España quiere menospreciar y negar a Cataluña. Y ahora tal como
era antes. Es por ello que se cruzan las referencias temporales entre 1714 y 2014.
Mediante estas técnicas de enmarcado se consigue insertar la cuestión en un marco
más amplio y se dramatiza la situación a futuro.
Para remarcar la atribución de la responsabilidad ―que es un elemento central y
destacado dentro de las innovaciones del marco de los partidos nacionalistas
catalanes de este período― se recurre a la siguiente cita de Artur Mas en su
Intervención como presidente de la Generalitat en el debate de política general del 15
de septiembre de 2014 sostuvo que:
«El segundo gran elemento que nos condiciona es la operación sistemática y
continuada de desmontaje y destrucción del autogobierno por parte del Gobierno
central. […] todo apunta hacia convertirse las autonomías, como la catalana, en puras
unidades administrativas».351
En esta cita se observa, la clara atribución de responsabilidades al Gobierno central, al
que se le atribuye, una operación de desmontaje y destrucción del autogobierno.
Remárquese que esa voluntad de autogobierno, es una cuestión identitaria en los
propios términos de Mas. Así el Estado español atenta contra la propia identidad
Catalana.
Del mismo modo que en el discurso del 25 de noviembre Mas sostiene que «no es
normal que un país tenga que estar defendiéndose continuamente en los tribunales
para defender la lengua propia del país y sus sistema educativo».352
Se observa como Mas, insiste en los vínculos con cuestiones reales y cotidianas como
son el sistema educativo y la lengua habitual de un aparte de la población; lengua que
se presenta como la base de la identidad de catalana (Ovejero, 2013). Es la identidad
la que se enmarca como agraviada cuando se agravia la lengua, tal y como se ve en el
siguiente texto institucional: “La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance
de situación” de 15 de octubre de 2013 y publicado por el Departamento de la
Presidencia de la Generalitat de Cataluña. En él se sostiene que:
350
Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de
Cataluña del 2014.
351
Intervención del Presidente de la Generalitat en el debate de Política General del Parlamento de
Cataluña el 15 de Septiembre de 2014
352
Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de Noviembre de 2014.
299
«El Estado no ha tenido ninguna voluntad de mostrar la plurinacionalidad y la
diversidad lingüística que lo integran […] La aprobación Anteproyecto de ley orgánica
de mejora de la calidad de la educación (LOMCE) manifiesta menosprecio del
gobierno del Estado para la lengua y la cultura catalanas en el enseñanza, e
imposibilita la continuidad del modelo de escuela inclusiva y del sistema de inmersión
lingüística».353
Identidad “ellos”:
He aquí una de los elementos que se han modificado de manera notable en el
discurso de la élite nacionalista en Cataluña, en relación a los períodos anteriores. La
radicalización en el discurso nacionalista se fundamenta ―sin perder de vista los
agravios, las soluciones y las audiencias― en la profundización de la dimensión de la
identidad “ellos”. La asignación de la responsabilidad de un hecho a un actor
determinado por el agravio sufrido se revelará fundamental para completar las
dimensiones de enmarcado del marco ideal.
La operación de la definición del antagonista dentro del proceso de enmarcado se
establece a partir de las técnicas de personalizar a los actores responsables, atribuir
intenciones e intereses contrarios al bien colectivo y definirlos como agentes ilegítimos
de la comunicación. Esto se realiza, tal y como se mencionó más arriba, a través de
díadas conceptuales opuestas. De este modo se puede observar, que en el discurso
pronunciado en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento de
Cataluña el 10 de abril de 2012, en referencia a una propuesta de recentralización de
competencias manifestadas por la Presidenta Autonómica de la Comunidad de Madrid,
Artur Mas sostuvo que de realizarse esa transferencia hacia el Estado central desde
las Comunidades Autónomas:
«lo que demostrarán es el que ya sabíamos desde hace muchos años, de muchas
décadas, que es que hay, efectivamente, comunidades autónomas que responden
puramente a algo artificial que se crear para poder hacer el café para todos, el “café
para todos”, y para aguar las aspiraciones de Cataluña y del País Vasco».354
Se imputa una clara responsabilidad de debilitar las aspiraciones de autogobierno del
País Vasco y Cataluña al Estado central. Esa imputación se hace además con la
creación de un ente artificial que ―Mas literalmente dice algo artificial― que es el café
para todos, que es como se conoce al Estado de las Autonomías. Frente a ese
353
Texto: La deslealtad del Estado respecto de Cataluña. Balance de situación” de 15 de octubre de
2013 y publicado por el Departamento de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña.
354
Intervención de Artur Mas en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento
de Cataluña el 10 de abril de 2012.
300
constructo artificial, que es el Estado, se presentan las aspiraciones “naturales” de
Cataluña (y del País Vasco).
Más adelante se insiste nuevamente en esta idea al referirse a la posibilidad de
reorganizar la transferencia de competencias: «que lo rehagan sin afectar aquellos que
sí tienen un sentido no artificial, sino natural y querido y mayoritario del autogobierno,
que es el caso de Cataluña».355
Aquí queda meridianamente expuesta la atribución de intereses, contrario al bien
colectivo, que es el autogobierno para Cataluña ―en tanto que es considerado como
parte de su identidad, incluso―, además de la asignación de la responsabilidad a un
actor que se ha personalizado.
Esa personalización no ha variado doctrinalmente en el nacionalismo catalán y
continúa siendo: España-Estado Español-Madrid-Gobiernos central-PP y PSOE.
El pacto constitucional que da origen al Estado de las Autonomías ―y que tuvo una
fuerte presencia de personalidades que representaban los intereses de los ciudadanos
españoles en Cataluña (Balfour y Quiroga, 2007)― es al que Más remite cuando
sostiene que, de reorganizar las transferencias de competencias entre el Estado
central y las Autonomías: «que lo rehagan, pero que se lo rehagan entre ellos, los que
lo idearon. Y eso fueron acuerdos entre el PP de la época y el Partido Socialista de la
época. El café para todos fue producto de aquellos pactos».356
No solo Mas desconoce la relevante participación catalana en los acuerdos que dieron
lugar a la Constitución de 1978 y al Estado de las Autonomías, sino que habla
directamente de “ellos”, cuando hace referencia a los partidos de ámbito nacional
englobando en el “ellos” a todo aquel que no sea el “nosotros”.
Por otra parte, este “ellos” del nacionalismo queda excluido como agente legítimo de
comunicación al entender que existe una: «creciente desafección y desconexión
mental de buena parte de la población catalana hacia España», 357 tal y como entiende
Mas en el discurso del 25 de noviembre de 2014. No hay forma de entendimiento
posible, ya que hay desafección y desconexión, o las propuestas llegan tarde, o han
quedado atrás (Cruz, 2014). Se descalifica así, no solo al otro, y a la posibilidad de
una propuesta alternativa o crítica, sino que, se lo inhabilita como interlocutor.
Ese “ellos” está determinado, en esta etapa, por una relación de hostilidad con el
“nosotros” (Alonso, 2015) y la responsabilidad de esa hostilidad se asigna únicamente
al conjunto de identidad que representan el “ellos”. El discurso de CiU se ha
radicalizado en el enmarcado, sin complejos, hacia una hostilidad manifiesta del “otro”;
355
Intervención de Artur Mas en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el Parlamento
de Cataluña el 10 de abril de 2012.
356
Ibídem
357
Artur Mas, “Después del 9N: tiempo de decidir, tiempo de sumar”, 25 de noviembre de 2014.
301
de allí se desprende la lógica del lenguaje belicista, que se mencionaba más arriba. Es
una situación de asedio cuasi-militar en la que Cataluña ha sido agraviada.
Identidad “nosotros”:
Tal y como se venía realizando en el los períodos anteriores, el discurso de Mas
cumple con las principales técnicas de enmarcado de la operación de la definición del
protagonista. En el caso de este último y tercer período analizado, tal y como se
mencionó más arriba, hay una profundización de la oposición del “nosotros” y del
“ellos”, sumado a un importante número de personas de prestigio que han manifestado
estar de acuerdo con los postulados de matriz nacionalista cumplimentando la técnica
del reclutamiento de figuras prominentes.
En líneas generales se mantiene la personalización del sujeto colectivo en continuas
referencias a Cataluña como si fuese un sujeto individual y cuya representación está
solo en manos de la élite política nacionalista. Denótese que el proceso soberanista
―tal y como se denomina a todo este largo período de movilización nacionalista― en
términos de Mas, se sostiene por las movilizaciones sociales (propiciadas por el
Gobierno de la Generalitat) y por el consenso de las fuerzas políticas en el Parlamento
Catalán. Esto es lo que Martín Alonso (2015) denomina el paralogismo del número, y
que se ha mencionado aquí como la oposición entre el principio mayoritario frente al
principio de legalidad, asociando el primero al concepto democracia y el segundo a la
acción estatal.
El principio mayoritario aparece continuamente en el discurso de Mas relacionando,
por un lado a la mayoría social, y por otro, al amplio consenso parlamentario que
sostiene el proceso.
En ese sentido, en el mensaje con motivo de la Diada del 2014 Mas sostuvo que:
«el proceso político que vive Cataluña se apoya sobre dos grandes pilares: la mayoría
social que lo hace posible y el consenso político que lo vertebra. Mañana una parte
significativa del pueblo catalán volverá a demostrar al mundo cuál es la vía catalana de
entender la democracia y la libertad. Y se volverá a poner de manifiesto, un año más,
que la mayoría social que hace posible el proceso político que vive Cataluña no
desfallece, sino que continúa más viva y fuerte que nunca. Se debería tomar buena
nota».358
Es el pueblo de Cataluña el que se manifestará al día siguiente de que fuera leído este
mensaje, en la Díada de Cataluña. Ésta es la forma en que se definen los
protagonistas, es decir, esta es la forma de definir un demos. Cataluña pasa a estar
358
Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de
Cataluña del 2014
302
identificada con una parte de la ciudadanía que tiene una forma de entender la
democracia y la libertad, de este modo el enmarcado se apropia de un valor social que
se dice defender y de los intereses colectivos.
A lo anterior se suma el consenso político el que vertebra, según Mas, ese proceso
político; aquí queda manifiestamente claro la técnica de enmarcado de atribución de la
representación de los valores universales y de los intereses colectivos del pueblo de
Cataluña. Y es a ese pueblo de Cataluña al que se debe escuchar desde las
instituciones del Estado; es el pueblo movilizado el que legitima la propuesta de
solución por parte del nacionalismo catalán.
Dos cuestiones importantes del “nosotros” aparecen en el análisis: la primera es el
número relevante de intelectuales que, a partir del año 2010, se han convertido en
intelectuales orgánicos ―en los términos gramscianos― del nacionalismo catalán,
pasando a formar parte de organismos autonómicos que propician, estructuran u
organizan el proceso (Alonso, 2015). La segunda cuestión del “nosotros”, es la
capacidad que posee la élite de CiU para generar una metáfora de pars pro toto ―la
parte por el todo―, donde es la élite política la que configura y crea el demos, es decir,
el pueblo de Cataluña a partir de este proceso de movilización.
La pars pro toto ofrece una imagen de homogeneidad que no se condice con la
realidad demográfica y social de Cataluña. Recuérdese que uno de los lemas de CiU
para la campaña electoral a elecciones autonómicas del 2012 fue la voluntad de un
pueblo, y en cuyos carteles, Mas aparecía aclamado por una multitud con los brazos
abiertos.; incluso en la promoción de la campaña electoral el 5 de noviembre de 2012,
el propio Mas ahondaba en la idea de la homogeneidad: Somos un solo pueblo y no
nos romperán.
En el mismo sentido de unidad y homogeneidad, en la declaración de soberanía de
2013 del Parlamento Catalán, se argumenta que: «Se garantizará la cohesión social y
territorial del país y la voluntad expresada en múltiples ocasiones por la sociedad
catalana de mantener Cataluña como un solo pueblo».359
Tal y como, se manifestó más arriba, no hay lugar la disenso interno. El nosotros, no
admite matices, respecto a los temas centrales, como por ejemplo el analizado: la
relación Cataluña y España, del mismo modo que son extensísimas las referencias al
carácter transversal del proceso en referencia la subordinación de la totalidad de las
cuestiones a la temática de la secesión que propone la élite política nacionalista
catalana. Esa pretendida transversalidad del proceso de movilización es posible (Miley
2006, 2013; Garvía y Miley, 2013; y Ovejero Lucas, 2006 y 2011a; y Alonso 2015;
359
Propuesta de Resolución de aprobación de la Declaración de Soberanía y el derecho a decidir
del pueblo de Cataluña del Parlamento de Cataluña del 23 de enero de 2013.
303
entre otros) por el proceso de sobre-representación de los estratos catalanoparlantes
ya mencionado, una sub-representación de los estratos castellanos parlantes, en los
ámbitos político e institucionales; y por la hegemonía social y política del discurso
nacionalista catalán que produjo, y reprodujo CiU, (Santamaría, 2008 y 2011; Garvía y
Miley, 2013) desde que accede a la Generalitat360.
Como ejemplo de lo anterior, baste citar unas declaraciones de Francesc Homs,
portavoz del Gobierno de la Generalitat, quién en una entrevista con el periodista
Antoni Bassas el día 10 de diciembre de 2014361 para la plataforma Ara.cat, sostuvo
que: «O aquí nosotros priorizamos el eje Cataluña por delante del de izquierdaderecha, porque ¿qué pasa? Que el debate izquierda-derecha, nos españoliza; nos
subordina».362
Es muy ilustrativo, este enmarcado que realiza Homs, en tanto que, si no se asume la
naturaleza del marco propuesto, se pasa a ser identificado con el ámbito del “ellos”; las
audiencias que no asumen el debate sobre la secesión se «españolizan», en otros
términos, se expulsa a las audiencias del “nosotros”, si no se reconocen interpeladas
por el marco.
Pronóstico:
Dentro de la tarea central de pronóstico y de la dimensión de la agencia metas, se han
producido cambios sustanciales en las operaciones del enmarcado de objetivos y
soluciones. El primero de los cambios es la introducción del concepto de
independencia como la panacea de los problemas de Cataluña.
Homs, el portavoz del Gobierno de la Generalitat así lo entendió en la entrevista del 10
de diciembre de 2014, interrogado por Antoni Bassas sobre si la independencia es la
solución a todos los problemas de Cataluña, responde, que: «lo es» aunque luego
matiza, ofreciendo la idea que es la mejor solución «estructural para afrontar los
problemas de Cataluña».363
Y el propio Jordi Pujol, referente histórico del nacionalismo catalán, sostenía en una
editorial de su fundación ―ya desaparecida luego de la confesión de que mantuvo
fondos sin declarar en el extranjero― con fecha 25 de enero de 2011 que: «La
360
Existe un documento hecho público por varios periódicos que demostraría que ciertos altos
cargos de la Generalitat durante el pujolismo diseñaron esa estrategia de sobre-representación de
las clases medias-altas y altas catalanoparlantes ligadas al nacionalismo, para ello véase Alonso
(2015).
361
Entrevista al portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, el día 10 de diciembre de
2014 en la plataforma Ara.cat. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/arabassas/homs-bassasentrevista-presidencia-eleccions-plebiscitaries_3_1264103587.html
362
Entrevista al portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, el día 10 de diciembre de
2014 en la plataforma Ara.cat. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/arabassas/homs-bassasentrevista-presidencia-eleccions-plebiscitaries_3_1264103587.html
363
Ibídem
304
alternativa a esto ahora tan solo podría ser la independencia» y entendía por “esto” la
situación de una Cataluña agraviada cuando hacía referencia a que: «desde hace
unos años se ha ido consolidando un modelo homogeneizador, de techo competencial
muy bajo, es decir, de autogobierno muy limitado y sometido a un creciente ahogo
financiero» (La voz de Barcelona, 25 de enero de 2011)364
Se han dejado de lado cualquier posibilidad de soluciones que no pasen por la
independencia y esa es la única posibilidad de resolver los problemas de Cataluña, tal
y cómo señalaba Francesc Homs, en la entrevista citada, para la élite política
nacionalista excluyendo a los sectores minoritarios de Unión Democrática de Cataluña
y a los partidos políticos (parte del PSC, Parte de ICV, PPC, y C´s) que
programáticamente ofrecen otras vías de solución a la cuestión.
Otra de las técnicas desarrolladas desde las élites es el enmarcado sobre los
beneficios de la independencia. Estos beneficios, se han intentado vincular a la
experiencia ordinaria de la población, pero esta técnica difiere en su eficacia
dependiendo de la naturaleza del agravio. Es por ello que se hará mucho más
evidente en lo que respecta al agravio económico, mientras que se verá un tanto
desdibujada en los que respecta al agravio identitario y al democrático.
Respecto del económico vemos que la técnica del enmarcado de beneficios es muy
concreta y se enmarca en un discurso positivo, por ejemplo el folleto de la campaña a
favor del Estado independiente de Convergencia Democrática de Cataluña 365 en el que
se sostiene que la tasa de desempleo descendería unos 10 puntos porcentuales en
una Cataluña independiente.366 Del mismo modo que propone el Estado propio de
Cataluña como: garantía de Estado de bienestar, el mantenimiento del Euro como
moneda, además del mantenimiento del castellano como lengua cooficial.
De igual
modo, y en ese sentido, el Consejero de Empresa y Ocupación de la
Generalitat, Felip Puig, ha sostenido que:
«Cataluña claramente podría tener un sistema propio de Seguridad Social, que podría
pagar todas sus pensiones, todas sus prestaciones de paro, y además pagarlas mejor,
con más importe […] y estaríamos en condiciones por tanto de hacer una revisión al
364
La Voz de Barcelona, 25 de enero de 2011, disponible en línea en :
http://www.vozbcn.com/2011/01/25/54247/pujol-alternativa-seria-independencia/
365
Disponible
en
línea
en:
http://www.ara.cat/politica/vuit-raons-Convergencia-propiPDF_ARAFIL20130829_0003.pdf
366
Página de internet de CDC. Disponible en línea en: http://convergents.cat/noticies/que-hi-guanyojo-i-la-meva-familia
305
alza de las prestaciones de paro y de las pensiones de jubilación».(El Mundo, 29 de
mayo de 2014)367
Artur Mas, por su parte asociaba los recortes al hipotético déficit fiscal, concepto
central de agravio económico, cuando el 3 de agosto de 2013 sostenía que:
«Catalunya debe saber que por culpa de este déficit el gobierno español nos está
obligando a hacer más recortes en sanidad, educación y servicios sociales». (La
Vanguardia, 3 de agosto de 2013)368 En otras palabras, sin el expolio fiscal y sin la
sangría de recursos que provoca España, el Gobierno de la Generalitat no se vería
obligado a aplicar recortes en las políticas sociales.
En lo que respecta a los agravios identitarios y democráticos, la técnica de enmarcado,
se orienta a cargar de valores abstractos los beneficios a obtener. Es por ello que el
folleto de CDC, antes citado, menciona la necesidad de un Estado para que se
preserve “nuestra” identidad:
«Cataluña es una nación milenaria y lo tiene que seguir siendo. Historia, instituciones,
lengua y cultura conforman nuestra identidad nacional, es nuestra gran riqueza. La
pervivencia de nuestra lengua y nuestra cultura sólo está garantizada con unas
estructuras de Estado que las sientan como propias».369
Solo la independencia garantiza la riqueza de los elementos identitarios en que se
fundamenta la nación catalana. El valor abstracto de la riqueza de la identidad
nacional, como objetivo, solo puede ser alcanzado con la consecución del Estado
propio, para el que la independencia es la única vía.
Del mismo modo ocurre con el agravio democrático. Se carga de valores positivos
como la radicalidad democrática, la libertad, el pueblo que quiere hacer oír su voz;
aunados todos ellos en el concepto del derecho a decidir. Se remite al lector, a la
forma de enmarcado del derecho a decidir en tanto que concepto construido como un
espacio simbólico abierto que permite ser completado con “imágenes de nuestro yo
ideal” (Salecl, 1993:221). Es por eso que se menciona de forma reiterada, en los
discursos de las élites nacionalistas, lo ilusionante que es para la población este
proceso. Ese espacio simbólico abierto se carga o completa con los anhelos y deseos,
es decir, con las ilusiones de una parte importante de la población, debido a ello el
367
El
Mundo,
29
de
mayo
de
2014,
disponible
en
línea
en:
http://www.elmundo.es/cataluna/2014/05/29/538673aeca474122758b4582.html
368
La
Vanguardia,
3
de
agosto
de
2013,
disponible
en
línea
en:
http://www.lavanguardia.com/politica/20130803/54379121268/mas-deficit-1-58-injusticiaflagrante.html
369
Folleto de la campaña a favor del Estado independiente de Convergencia Democrática de
Cataluña. Disponible en línea en: http://www.ara.cat/politica/vuit-raons-Convergencia-propiPDF_ARAFIL20130829_0003.pdf
306
marco adquiere un potencial movilizador muy fuerte, si se lo pone a la luz, tal y como
se verá más delante, de la dos crisis que atraviesa España, la crisis económica y la
crisis institucional.
Recurrir a la historia. Ésta es la última técnica de enmarcado que forma parte de la
dimensión agencia-metas del marco ideal propuesto, y es donde radica otro elemento
diferenciador relevante que ha sido señalado, con agudeza, por Martín Alonso (2015).
Alonso sostiene que el relato del proceso enlaza tres ciclos históricos bien definidos y
que aportan un componente emocional de movilización muy eficaz; estos ciclos son: a)
la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía; b), La
Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714 (Alonso, 2015:63-64).
Estos tres ciclos históricos se entrelazan para hacer más efectiva, verosímil y potente
la movilización. Es en ese sentido que se ha elegido el año 2014 ―en el que se
celebra el tricentenario de la Guerra de Sucesión― para platear el referéndum; del
mismo modo que la Transición ―facilitada por el catalanismo político― permitió los
pactos que devinieron en el Estado de las Autonomías; pacto que se ha roto con el
tercer ciclo que es la sentencia de TC de 2010.
Como ejemplo de la relevancia del Tricentenario se han organizado importantes actos
conmemorativos, la apertura de un museo conmemorativo de la Guerra de Sucesión,
(Borne Centro Cultural) que ofreció durante el 2014 una cantidad de eventos
importantes ―43, exposiciones; 133, conferencias y congresos; 47, conciertos; 45,
itinerarios; y 25, actividades literarias 370― para recordar esa efeméride, además un
yacimiento arqueológico.
El paralelismo entre el conflicto entre el Gobierno de España y el Gobierno de
Cataluña y la Guerra de Sucesión se ha utilizado con fines de enmarcado en dentro de
esta técnica que recurre a los acontecimientos históricos para legitimar, dar
verosimilitud y fortalecer las soluciones propuestas a los problemas planteados.
Todo lo anterior confluyen hacia el enmarcado de una única solución: la
independencia. No hay otras soluciones posibles, tal y como sostiene Homs en la
entrevista realizada por Antoni Bassas el 10 de diciembre de 2014. Para el portavoz de
la presidencia, ya se han probado todas las alternativas posibles, y solo queda la
independencia. En cierto sentido, en este tipo de argumentaciones, el protagonista se
posiciona reactivamente frente a los hipotéticos agravios del antagonista. Es el
antagonista el culpable, de que esto sea así, y no de otra manera, en los términos del
enmarcado de CiU.
370
Fuente
El
País,
20
de
octubre
de
2014,
disponible
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/20/catalunya/1413801350_057616.html
307
en
línea:
Motivación:
Dentro de la tarea de motivación, se profundizará la operación de definición de
audiencias y, fundamentalmente, se modificará la apelación a la acción. La operación
central de esta dimensión es la definición de las audiencias; ésta definición comienza
por delimitar quiénes son los participantes y a quienes se apelará su responsabilidad
como individuos frente a la comunidad. Se hará depender la solución del problema con
la participación y se señalarán las acciones y las formas de participación, todo ello
según el marco ideal presentado.
El proceso de definición de las audiencias ha sido descrito, en esta etapa, como un
proceso de segmentación (Alonso, 2015) de las audiencias en el que tal definición
implica la transferencia del “nosotros” homogéneo que plantea el marco de CiU, a la
población que es, tal y como se comentó, heterogénea. La apelación que hace a las
audiencias CiU es únicamente en clave nacionalista catalana y va dirigido al sector
social sensible a los agravios que sufre Cataluña y los catalanes. Dentro de las
técnicas de enmarcado de las señaladas en el marco ideal se utilizan, la definición de
los participantes. Este hecho ya ocurría desde el período anterior, pero se ha
implementado la innovación de interpelar de modo unívoco a los catalanes.
En el sentido de lo anteriormente expuesto, Mas, en su mensaje de la Diada de 2014,
sostiene en referencia a la posibilidad de celebrar el referéndum sobre la secesión que
afectará el futuro de:
«siete millones y medio de catalanas y catalanes. Catalanes de origen, de adopción o
de acogimiento, tanto es, todos protagonistas del presente y del futuro de Cataluña.
Todos con la misma fuerza a la hora de decidir el futuro: la fuerza de nuestro voto. […]
Mañana una parte significativa del pueblo catalán volverá a demostrar al mundo cuál
es la vía catalana de entender la democracia y la libertad. Y se volverá a poner de
manifiesto, un año más, que la mayoría social que hace posible el proceso político que
vive Cataluña no desfallece, sino que continúa más viva y fuerte que nunca».371
Mas apela a la responsabilidad individual cuando sostiene que el proceso depende, en
gran medida de la movilización social y es que: «el proceso político que vive Cataluña
se apoya sobre dos grandes pilares: la mayoría social que lo hace posible y el
consenso político que lo vertebra».372
Esa movilización, es categorizada como mayoría social junto con la mayoría
parlamentaria, son las que justifican ―mediante la apelación al principio mayoritario―
la legitimidad del proceso. El enmarcado que se utiliza pretende construir la mayoría,
371
Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de
Cataluña del 2014.
372
Ibídem.
308
antes que señalarla y esta es la labor específica de los marcos de significación, la
movilización en función de la creación de identidades, en este caso identidades
nacionales. El marco del nacionalismo catalán tiende a generar aquello que pretende
describir. Es decir el marco ―de CiU en este caso― es autopoiético.
Mas, luego vuelve sobre la cuestión de la responsabilidad individual en el proceso y se
señalan, tanto las acciones propuestas, como la forma de participación de las
audiencias. Del mismo modo cuando en el mismo discurso sostiene que: «la nación
catalana está viva; tenemos país; y nos preparamos democráticamente, cívicamente y
pacíficamente para decidir nuestro futuro colectivo». 373
Es así como Mas, con su marco convoca a la movilización, se apropia de valores
universales, tales como: la democracia, el civismo y la paz, en la movilización en pos
de la decisión del futuro colectivo; ―valores que ―paradójicamente contrastan con el
reclamo particularista del nacionalismo cultural y con la segmentación de las
audiencias―.
Más adelante, Artur Mas, vuelve a vincular a la responsabilidad individual y a los
valores universales, cuando dice:
«Tenemos la oportunidad que de vez en cuando se da en la historia de poner los
cimientos de una Cataluña mejor. Superar nuestros fallos, nuestras debilidades y
nuestros defectos. De aparcar nuestras, a veces excesivas, divisiones internas. De
edificar el país del futuro sobre bases más sólidas, más transparentes y de mejor
calidad democrática. Nuestra ambición de calidad democrática debe estar a la altura
de la larguísima trayectoria de convicciones democráticas de nuestro país».374
Mas antepone ―tal y como se argumentó anteriormente― la cuestión nacional, es
decir, el tema del marco (la relación entre Cataluña y España, entendida como
problema y su solución, que es la independencia) a otras fracturas o clivajes internos.
Mas exige homogeneidad interna a las audiencias interpeladas, fragmentando así la
heterogénea estructura de sensibilidades de la sociedad catalana.
Hay también un recurrido uso de la historia. De este modo el marco enlaza esas tres
dimensiones o ciclos históricos, que señala Alonso (2015), el de la guerra de
Sucesión, el de la Transición y el de la Sentencia del TC 2010: «Haber tenido uno de
los Parlamentos más antiguos de Europa debería ser un potente estímulo para aspirar
a tener una de las mejores democracias de Europa. Y aún estamos lejos de este noble
y necesario objetivo».375376
373
Ibídem.
Ibídem
375
Ibídem
376
Muy similar a éste es el lema de la Generalitat para dar publicidad a los actos del Tricentenario
de la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión: «Ahora la historia nos convoca».
374
309
Por último, utilizando un lenguaje épico, y vinculando valores universales es como
Mas, moviliza a las audiencias para que participe de la acción del día posterior.
En ese sentido Mas sostiene que: «En esta hora mayor que vive Cataluña, una vez
más bajo la mirada atenta y quizás curiosa del mundo, os invito a todas ya todos a
proyectar la mejor realidad de nuestro país: la Cataluña convivencial, cívica, culta,
respetuosa, tolerante e integradora; y la Cataluña comprometida con la justicia social,
fiel a su tradición dinámica, emprendedora y creativa, y amante de la libertad y de las
libertades».377
Por último, se observa en el discurso de Mas, una clara apelación a la participación de
las audiencias, en su proceso de enmarcado.
Estrategia de CiU:
En este período analizado las ambigüedades del discurso nacionalista de CiU se
desvanecen (Ucelay-Da Cal, 2005, Dowling, 2013 y Ovejero, 2011b), y en su lugar
aparece un claro discurso nacionalista ―en los términos ya citados de Breuilly (1990)
en el capítulo primero― y cuya estrategia predominante se sitúa en una
preponderancia del discurso propio del expediente etno-cultural del nacionalismo en
detrimento del equilibrio que otrora tenía con el discurso del nacionalismo de corte
cívico-político. Podemos decir junto con Ovejero Lucas que “el dilema nacionalista ha
ganado en claridad” (Ovejero Lucas, 2011b: 11).
Los elementos identitario, históricos y culturales que conforman el corpus del
nacionalismo etno-cultural pasan a ser dominantes en la estrategia de enmarcado de
Mas, en particular, y de CiU en general. De este modo, se ubican como fundamentales
elementos tales como: la lengua catalana, los hechos diferenciales (elementos
identitarios) y los derechos históricos; éstos abundan en las justificaciones de un trato
diferencial que el Estado debe a Cataluña ―entendida como un sujeto colectivo― y
que ese trato diferencial no es otorgado, es decir, se profundiza en este etapa en la
tesis del reconocimiento (Ovejero, 2011b).
Cataluña aparece naturalizada, con una identidad colectiva propia frente a lo artificial
del Estado, en ya citadas palabras de Mas: «aquellos que sí tienen un sentido no
artificial, sino natural y querido y mayoritario del autogobierno, que es el caso de
Cataluña».378 Es un clásico elemento central de los nacionalismos etno-culturales ese
recurso a la naturalización de la nación que aparece como realidad autoevidente,
377
Mensaje institucional del Presidente de la Generalitat con motivo de la Diada Nacional de
Cataluña del 2014
378
Discurso de Artur Mas pronunciado en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en el
Parlamento de Cataluña el 10 de abril de 2012
310
donde el concepto de pueblo adquiere una relevancia que tiende a desplazar a las
formas de corte más político de identificación.
Por otra parte, a ese sujeto colectivo, se le asignan derechos históricos, tal y como se
puede observar en la Declaración de Soberanía que aprobó el 23 de enero de 2013 el
Parlamento Catalán a instancias de CiU que entiende que:
«El autogobierno de Cataluña se fundamenta también en los derechos históricos del
pueblo catalán» Del mismo modo que se refiere a: «Las dificultades y negativas por
parte de las instituciones del Estado español, […] suponen un rechazo radical de la
evolución democrática de las voluntades colectivas del pueblo catalán dentro del
Estado» Y de igual manera, más adelante, hace referencia a que: «El pueblo de
Cataluña ha expresado de varias formas su voluntad de superar la actual situación de
bloqueo dentro del Estado español», por otra parte, además de esos derechos
históricos, se le asignan al pueblo de Cataluña el «carácter de sujeto político y jurídico
soberano».379
La estrategia etno-cultural se ha terminado imponiendo ad intra en este proceso de
movilización que ha buscado producir y reproducir la movilización social que invoca
para legitimarse. Es esa estrategia nacionalista etno-cultural, la que exige, además,
entre otros elementos, homogeneidad interna, la subordinación de las diferencias a la
cuestión nacional y dotar de mayor entidad lo colectivo por sobre lo individual.
Tal y como se dijo, se ha profundizado, en la estrategia de CiU la tesis del
reconocimiento (Ovejero, 2011b) de tal modo y manera que al verse insatisfechos los
legítimos y justos reclamos de Cataluña solo que da el camino de la independencia.
La estrategia nacionalista cívico-política es residual, hacia el interior de Cataluña, y
solo queda en la retórica discursiva, alejada de la praxis democrática de finales del
siglo pasado y que habían sido una seña de identidad en los períodos anteriores. Si
cabe algún lugar para su manifestación es en los discursos más orientados a
internacionalizar el proceso. Es ad extra, es decir en la esfera internacional, no ya en
la relación con España, donde se intenta enmarcar la cuestión de la relación EspañaCataluña desde una aproximación menos culturalista, que hasta ahora no ha brindado
los frutos que se esperaba, respecto a posibles apoyos internacionales380.
Unión Democrática de Cataluña (UDC):
379
Propuesta de Resolución de aprobación de la Declaración de Soberanía y el derecho a decidir
del pueblo de Cataluña del 23 de enero de 2013.
380
Esta preeminencia, en la estrategia, de los nacionalismos etno-culturales frente a los cívicopolíticos fue señalada por Connor al sostener que “el nacionalismo étnico anegó al cívico y al
socialismo” (Connor, 1998, citado en Alonso, 2015:59)
311
Fiel a sus posicionamientos confederales y democristianos, Unió Democrática el socio
minoritario de la federación CiU, ha hecho dos importantes matizaciones a la postura
oficial de CiU que terminó con la disolución de la federación a mediados de 2015,
elemento éste, que excede el período de análisis de la presente tesis. Esa disolución
se saldó con el abandono de algunos dirigentes de relevancia de las filas de Unión,
luego de la celebración de una consulta sobre el apoyo de UDC a la independencia
―respecto de la exclusión de la declaración unilateral de independencia y de toda
acción al margen de la legalidad, como puntos nodales de la pregunta―. Los
partidarios de la continuidad con las líneas confederales, que sostenía la dirección del
partido, vencieron con un 50,9% de los votos frente al 46,19% de los partidarios de
sumarse a la hoja de ruta de CDC. Esos datos demuestran la división interna en CDC
en lo tocante de las relaciones Cataluña-España y respecto de la forma de resolución
de ese expediente.
El primero de los dos elementos centrales que matizó CDC fue la voluntad de
Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) de continuar con los planes del
referéndum y/o consulta ―y más adelante en 2015 de las elecciones regionales
planteadas como elecciones plebiscitarias― posicionando las acciones políticas al
margen de la legalidad, y negando así la legítima autoridad de las instituciones de
España. Además del rechazo frontal a la declaración unilateral de la independencia.
UDC hasta finales de 2014 ha mantenido una postura ambigua respecto a la
independencia y los instrumentos para obtenerla como el referéndum. Esta
ambigüedad calculada, reflejaba como se dijo, la división interna de los cuadros
dirigentes del partido. Por otra parte, la ambigüedad era contraria a la posición
histórica del UDC que es una relación confederal con España, que incluiría el
reconocimiento de la soberanía de Cataluña y esta se federaría en términos de
igualdad con España, tal y como se comentó en el capítulo cuarto.
Por último, el segundo elemento en el que discrepó UDC fue la voluntad de CiU de
buscar apoyos en ERC para gobernar con minoría en el Parlamento de Cataluña a
partir del año 2012. Los republicanos intentaron en todo momento de establecer como
elemento innegociable de la próxima legislatura la declaración de independencia al
margen de toda legalidad española, forzando a posicionarse tanto a CDC, para
conseguir y mantener los apoyos, como a romper la ambigüedad de UDC.
La
presión
de
ERC
sobre
CDC,
la
radicalización
del
discurso
de
CiU
―fundamentalmente de CDC y de una parte nada desdeñable de UDC― sumado a
los cálculos electorales de la dirección de CDC, y la consulta de UDC a sus militantes,
han tenido como corolario la ruptura de la federación CiU el 18 de junio de 2015
después de 37 años de historia.
312
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC):
ERC en las elecciones autonómicas de los años 2006 y 2010, sufrió sendas caídas de
votos y de escaños, llevando sus resultados al nivel de los datos históricos de los años
80 y 90. En el año 2006, ERC obtiene, con Josep Lluís Carod-Rovira como cabeza de
lista, 416.355 votos, que representan un 23.5% menos de las elecciones del 2003; y
21 escaños, que representan un 8.7% menos respecto a la legislatura anterior.
En las elecciones del año 2010, con Joan Puigcercós como candidato, ERC, obtiene
218.046 votos, es decir un 47,6% menos que en elección anterior, y obtiene con ello
10 escaños, que representan un 52,4 % menos respecto de la legislatura pasada.
Estos resultados fueron los peores que obtuvo ERC desde 1988; hecho que se
correlaciona con la pérdida de la hegemonía de la izquierda independentista por parte
ERC, debido a por la aparición de partidos minoritarios, como Solidaridad por la
Independencia (Solidaritat Catalana per la Independència (SI) y más adelante la CUP)
que le disputaron, aunque de modo efímero hasta el 2014, el espacio ideológico
tradicional de ERC (Dowling, 2013).
Esta caída está motivada, además, por el desgaste que produjo en ERC su rol dentro
del Tripartito y en el Gobierno de Entendimiento (Govern d´Entesa). Los malos
resultados electorales generan un fuerte malestar en las bases del partido y se instala
cierto desasosiego entre sus dirigentes (Culla, 2013). Estos malos resultados y la falta
de respuesta de sus líderes, forzaron la renovación de ambas cúpulas políticas, la de
Carod-Rovira y la Puigcercós, quienes habían estado enfrentados desde los tiempos
del primer Tripartito.
En el vigésimo sexto Congreso Nacional Ordinario de ERC del año 2011 surge el
liderazgo de Oriol Junqueras quien logró imponer su candidatura con un discurso
generalista y conciliador dentro de la formación política, con el objetivo prioritario de
trabajar para conseguir la independencia de Cataluña (Culla, 2013).
Junqueras, a partir de entonces, inicia un proceso de alineamiento con los
posicionamientos ideológicos que ERC tenía en los años 90 luego del vuelco
independentista, descartando así, un cierto giro pragmático que intentó imponer
Carod-Rovira. Un giro pragmático, el de Carod, que ―quizás por la inexperiencia
política (Dowling, 2013)― no surtió el efecto a nivel político que se esperaba ―cooptar
parte del electorado del PSC y ser el árbitro de la política catalana en contra del PP―
y que además, generó una importante oposición dentro del propio partido (Culla,
2013). Ejemplo de ese cambio, en la gestión de Junqueras, es el regreso en 2011, a
313
las siglas tradicionales de Esquerra Republicana de Catalunya, (ERC) que se habían
abandonado en 2006 por la de Esquerra.
En las elecciones regionales anticipadas de 2012, ERC obtiene 498.124 votos,
aumentando un 127,3% respecto de la elección anterior, cifra que se corresponde con
21 escaños, y que representó un aumento del 110% respecto de la anterior legislatura.
Con el liderazgo de Junqueras, ERC se repone de un duro período de caídas
electorales y de luchas internas entre los años 2003 y 2010, en el que gran parte de su
electorado “más pragmático se va a dirigir hacia CiU abandonando ERC” (Dowling,
2013: 290), pasando, de ese modo, a ser el segundo partido del Parlamento de
Cataluña, por detrás de CiU y teniendo la llave de la gobernabilidad de la Comunidad
Autónoma.
Esta posición de árbitro de la política catalana ha sido ejercida con inteligencia por la
dirección de ERC, quienes han rechazado todas las ofertas de entrar en el Gobierno
de la Generalitat, evitando así escenarios parecidos a los del Tripartito, pero pactaron
con CiU un programa de gobierno orientado a la consecución de la independencia de
Cataluña, sin que los recortes o los casos de corrupción de CiU, lastren electoralmente
a ERC en sus resultados.
Por otra parte, ERC ha logrado condicionar, en cierta medida las acciones políticas de
CiU, tal y como se refleja en el acurdo de gobierno firmado entre ambas formaciones,
que
incluía
el compromiso
de
promulgación
de
veinticinco
nuevas
leyes,
modificaciones impositivas, crear ocho estructuras de Estado, impulsar cuatro pactos
nacionales, y como eje central la celebración de la consulta de autodeterminación en
el 2014 (Culla, 2013) pero sin poder arrebatar el liderazgo hegemónico del proceso
soberanista a CiU.
Discurso de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC):
Se analizarán los siguientes discursos de ERC: Programa electoral de ERC para las
Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año 2012, que lleva por título:
La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país)381; y los textos de Oriol
Junqueras: Garantía de Países catalanes (Garantía de Països Catalans) publicado el
19 de noviembre de 2012 en el blog de Oriol Junqueras, La ciudadanía dibuja el
camino (La ciutadania dibuixa el camí) publicado en el Periódico de Cataluña el 7 de
septiembre del 2013382; Asedio fiscal (Setge fical), publicado en el periódico Ara el 17
381
Todas las traducciones del catalán al castellano son propias.
Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de
Cataluña,
el
7
de
septiembre
del
2013.
Disponible
en
línea
en:
http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/opinio/ciutadania-dibuixa-cami-2633011
382
314
de agosto de 2013383; La mayoría social debe ser política (La majoria social ha de ser
política, publicado el 14 de noviembre de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la
página Inderecte.cat384 y Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de
los ciudadanos (Cap Tribunal per davant de la voluntat democràtica dels ciutadans)
publicado, el 7 de mayo de 2013, también en el blog de Oriol Junqueras de la página
Inderecte.cat385
Diagnóstico:
Retornando a la línea del primer período, el diagnóstico del marco de ERC es
profundamente negativo. Desde la perspectiva de ERC no hay elementos positivos de
ninguna naturaleza en la relación de Cataluña con España y ello determina de forma
unívoca el sentido del pronóstico que, como única solución, propone la independencia.
Se eliminan los matices ―por escasos que fueran― que contenía el discurso de
Carod-Rovira en el período anterior y que tensionaron las relaciones entre la dirección
y las bases militantes de ERC. Pero, sin adelantarnos, y al analizar puntualmente el
diagnóstico, se observa un mantenimiento de un proceso de enmarcado relativamente
completo en referencia al marco ideal; y por otra parte destaca la radicalización de su
discurso en todas las tareas centrales del marco.
En la construcción del agravio, se describen claramente los tres agravios que se
vienen elaborando históricamente en el nacionalismo catalán en los períodos
anteriores, en ello no hay variación, tal y como se observa en la siguiente cita del
programa electoral del año 2012, en el que se habla de: «la hostilidad manifiesta por
parte del Estado español tanto en términos económicos y sociales, como lingüísticos y
culturales, que niegan sistemáticamente nuestro hecho nacional y el derecho a decidir
como ciudadanos».386
Agravio económico:
En el caso del agravio económico, las técnicas de enmarcado utilizadas son la de
presentar un concepto, que en este caso, es el de expolio fiscal y que se relaciona con
lo real, además de vincularlo con las experiencias ordinarias de la población; a estos
conceptos se les dedicará un lugar fundamental en el programa electoral, del que es el
383
Oriol Junqueras, “Asedio fiscal” (Setge fical), Ara, el 17 de agosto de 2013. Disponible en línea
en: http://www.ara.cat/premium/opinio/Setge-fiscal_0_976102404.html
384
Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre
de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat. Disponible en línea en: http://in.directe.cat/orioljunqueras/blog/9086/garantia-de-paisos-catalans
385
Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 7
de mayo de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat Disponible en línea en:
http://in.directe.cat/oriol-junqueras/blog/10087/cap-tribunal-per-damunt-la-voluntat-democratica-delsciutadans
386
Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año
2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país).
315
primer apartado, y una extensión considerable en su desarrollo. En el diagnóstico que
hace ERC, se utilizan casi la totalidad de las técnicas de enmarcado que presenta el
marco ideal y que pasaremos a ver a continuación:
En el programa electoral de ERC para las elecciones al Parlamento de Cataluña del
año 2012, se sostiene que:
«Cataluña aporta cada año más de 16.000 millones de euros a la Hacienda española
que no retornan en forma de prestaciones o servicios públicos a sus ciudadanos. Este
expolio fiscal, según las balanzas fiscales estimadas por el Gobierno este mismo año,
tiene un carácter estructural en la medida que se ha mantenido en torno a la media del
8 por ciento del PIB catalán desde 1986, lo que significa que, aunque las sucesivas
reformas del modelo de financiación incorporaran mejoras puntuales, no han
solucionado el problema de fondo que hipoteca la economía catalana.
Este expolio fiscal tiene consecuencias claramente lesivas sobre nuestro desarrollo
económico y nuestro bienestar presente […]. En este sentido, Cataluña ya hace
tiempo que ha agotado la vía de los pactos con el Estado español: teniendo en cuenta
los precedentes históricos recientes y la actual crisis de la deuda española, es
completamente irreal pensar que todavía hay cualquier remota posibilidad de pacto
mínimamente satisfactorio. Hay que prepararse, pues, para ejercer unilateralmente el
derecho de decidir sobre nuestros impuestos: será una de las claves de bóveda -la
más importante, probablemente- a la hora de determinar el éxito de la Cataluña
independiente […] Desde un punto de vista económico, el sistema autonómico ha
demostrado ser incapaz de poner fin al sangriento expolio fiscal y la hostilidad
económica de los sucesivos gobiernos de Madrid hacia los Países Catalanes»387
Se observa en este párrafo que están desarrolladas la práctica totalidad de las
técnicas de enmarcado: Se presenta la cuestión y se le asigna un concepto, que es el
expolio fiscal. Se problematiza la cuestión y se la desarrolla nítidamente con las
experiencias ordinarias de la población en tanto que: «Este expolio fiscal tiene
consecuencias claramente lesivas sobre nuestro desarrollo económico y nuestro
bienestar presente». Del mismo modo que incide en la misma idea cuando sostiene
Junqueras en el texto La ciudadanía dibuja el camino que: « el país […] ha tomado
conciencia de que no hay que resignarse a vivir en un Estado español que no sólo no
ayuda sino que desatiende las necesidades básicas de nuestra sociedad, que genera
problemas en lugar de aportar soluciones».388
387
Ibídem.
Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de
Cataluña, el 7 de septiembre del 2013.
388
316
Por otra parte, se inserta la cuestión en un marco más amplio en el que se desarrolla
este expolio, en relación al propio sistema autonómico y con la referencia a los
sucesivos gobiernos de Madrid, frente a los Países Catalanes. La problemática del
expolio fiscal se enmarca en el discurso de ERC en la disputa histórica de Castilla y
Cataluña, a ello se suma, una perspectiva pancatalanista, al presentar como
agraviados, ya no solo a Cataluña, sino a la totalidad de los Países Catalanes.
Se dramatiza, por último la situación a futuro, en tanto que es «irreal pensar que
todavía hay cualquier remota posibilidad de pacto mínimamente satisfactorio» 389, de
este modo se anula todo posible acercamiento al “otro” con voluntad de pacto y
acuerdo.
La atribución de la causa se centra en la asignación de la responsabilidad a los
antagonistas externos. En este caso la atribución de responsabilidad se enmarca
mediante una cadena de significados que vinculan los términos Estado españolGobiernos de Madrid-España que son los responsables de este denominado expolio
fiscal. Y la causa a la que se hace referencia de modo tangencial, es un problema de
fondo que radica en el enfrentamiento y la subordinación de Cataluña por parte de
España.
Agravio democrático:
La segunda de las dimensiones del agravio que desarrolla ERC es la del agravio
democrático, esta dimensión será especialmente relevante en el proceso de
enmarcado de ERC en este período, en tanto que será uno de los elementos
definitorios de las identidades. El agravio democrático será recurrentemente expuesto
como una forma de caracterización definitoria del antagonista. Vemos que en este
caso el proceso de enmarcado es también completo, y está fuertemente estructurado.
En el texto titulado Ningún Tribunal delante de la voluntad democrática de los
ciudadanos, Oriol Junqueras sostiene que:
«Este estado (el español) arrastra un déficit democrático histórico y si bien se debe
admitir que con el fin del franquismo se produjo una reforma sustancial, ésta no fue
capaz de romper con los fundamentos de cuatro décadas de dictadura, por no hablar
de los precedentes totalitarios que desgraciadamente tanto han caracterizado el
sistema político español. […]
La democracia, la voluntad democrática de los ciudadanos, nunca, nunca, nunca
podrá estar sometida a los designios políticos de un grupo de personas que actúan el
389
Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año
2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país).
317
dictado de los dos grandes partidos españoles, ambos empapados de una tradición
secular que nuestro pueblo ha sufrido repetidamente.
Hace al menos tres siglos que vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses
de nuestro país. No es tanto que los catalanes no tengamos estado sino que sufrimos
uno que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía».390
Aquí surgen varias cuestiones que se intentarán analizar a continuación; la primera de
ellas es la utilización de las técnicas de enmarcado, que problematizan una cuestión,
como es el déficit democrático del Estado español, y lo relacionan con lo real y con las
experiencias ordinarias de la población.
Comenzando por la asignación conceptual, se observa que se sostiene un déficit
democrático de Estado español, que obedece, según Junqueras, a motivos
estructurales, dado las cuatro décadas de dictadura y los precedentes totalitarios que
«tanto han caracterizado al sistema político español».391 Además de asignar un
concepto, aquí aparece claramente atribuida la causa. El déficit democrático español,
según Junqueras, se debe al legado de la dictadura franquista y sus precedentes
totalitarios.
Ello también lo vemos en el texto La ciudadanía dibuja el camino publicado en el
Periódico de Cataluña el 7 de septiembre del 2013; donde Junqueras sostiene que:
«Desgraciadamente padecemos un Estado que no está al servicio de la
ciudadanía.»392 Observamos como un agente antagonista externo es el responsable
de hacer padecer a los ciudadanos.
Por otra parte hay un intento de vincular ese agravio a la experiencia ordinaria de la
población
cuando Junqueras dice que: «los catalanes […] que sufrimos uno [en
referencia al Estado español, en sus términos] que actúa tenazmente contra nuestra
lengua, cultura y economía»393.
Del mismo modo que en oportunidades anteriores es dificultosa la asociación que se
realiza entre la experiencia cotidiana y el agravio democrático que enmarca ERC,
teniendo en cuenta: los datos empíricos demoscópicos de la sociedad catalana; el
Estado de derecho y la calidad de las instituciones españolas en su conjunto, por no
mencionar el peso cultural, lingüístico e identitario que poseen las instituciones
autonómicas en Cataluña, tal y como señalan Ovejero, (2006, 2011a), Arza y Coll
(2014) y Alonzo (2015).
390
Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 7
de mayo de 2013 en el blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat.
391
Ibidem
392
Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de
Cataluña, el 7 de septiembre del 2013.
393
Ibídem
318
Volviendo a la cuestión de las técnicas de enmarcado utilizadas, en el caso analizado,
se continúa con la inserción de la cuestión en un marco más amplio, y se dramatiza la
cuestión, ello lo vemos cuando Junqueras sostenía que: «Hace al menos tres siglos
que vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses de nuestro país» 394. En
este caso las referencias que amplían el marco son de carácter histórico y de larga
data, nada menos que desde 1714. Del mismo modo que lo observamos cuando en el
Programa electoral del año 2012 se sostiene que: «Hasta la fecha, el Estado español
ha negado cualquier diálogo y la posibilidad de la consulta al pueblo catalán sobre su
futuro».395 Según ERC, el Estado español niega al pueblo catalán el diálogo y la
posibilidad de ser consultado sobre su futuro.
Agravio identitario:
Esta dimensión aparece continuamente relacionada con las dos anteriores ―que son
las que más atención reciben en su desarrollo― pero queda sin un enmarcado
detallado, como en etapas anteriores, con excepción de un breve texto de Junqueras
que se titula Garantía de Países catalanes publicado el 19 de noviembre de 2012 en el
blog de Oriol Junqueras396 en el que éste claramente sostiene que: «Sin embargo, no
es casual que cuanto más avanza el pueblo de Cataluña hacia su libertad, más duros
son los ataques a la identidad compartida en las Islas Baleares y la Comunidad
Valenciana»
No obstante lo anterior, destaca que el apartado “Identidad” ocupa el anteúltimo
apartado del programa electoral de ERC para las elecciones del 2012, que aquí se
analiza, y se resuelve en pocas páginas, ello se relaciona con un cambio en la
estrategia del ERC que se comentará más adelante.
Se observan además, que existen referencias a los elementos identitarios a los que
recurre el nacionalismo catalán como son la lengua y la cultura, tal y como se observa
en la siguiente cita: «No es tanto que los catalanes no tengamos estado sino que
sufrimos uno que actúa tenazmente contra nuestra lengua, cultura y economía 397».
Pero, en un intento de recurrir a los agravios de naturaleza pragmática ―que son
aquellos que movilizan a la sociedad en función del nacionalismo (Giuliano, 2011)―
ERC, ha centrado su enmarcado en las dimensiones económicas e democráticas del
394
Ibidem.
Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año
2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país).
396
Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre
de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat. Disponible en línea en: http://in.directe.cat/orioljunqueras/blog/9086/garantia-de-paisos-catalans
397
Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”, 19
de noviembre de 2012. Blog de Oriol Junqueras de la página indirecte.cat
395
319
marco. Aunque con referencias constantes a ello, no hay un especial desarrollo del
agravio identitario por lo que su enmarcado es débil y parcial.
Identidades:
Identidad “ellos”:
Es en este campo donde se han acentuado y radicalizado las conceptualizaciones del
“otro” como un actor antagonista que actúa en contra de los intereses de Cataluña.
ERC vuelva a recurrir, al igual que en el pasado, a una serie de cadenas identitarias
muy potentes que serán particularmente efectivas a la hora de simplificar el
diagnóstico y hace resonar el marco ―fundamentalmente su diagnóstico― con
narrativas culturales que eran consideradas residuales, pero que han dotado de
verosimilitud al discurso de los partidos nacionalistas catalanes, ello lo veremos más
adelante.
Volviendo a la cuestión identitaria, se observa, una particular incidencia en la
operación de la definición del antagonista y que se utilizan las técnicas de enmarcado
siguientes: Se personalizan a los actores responsables, se atribuyen intenciones e
intereses contrarios al bien colectivo y se los define como agentes ilegítimos de la
comunicación:
La personificación de los actores responsables ya ha sido señalada en las citas
anteriores donde se hace expresa referencia a: El Estado español-los gobiernos de
Madrid-España. El Estado español, pasa a ser descripto tal y como lo hemos
mencionado ya, con un déficit democrático que se asocia a él en términos
estructurales, incluso con la dictadura franquista, tal y como se ha comentado más
arriba.
Así las definiciones del antagonista están relacionadas con los agravios en lo que se
enmarca el diagnóstico, y estos se centran en el expolio que sufre Cataluña por parte
del Estado español, en el déficit democrático de España, y en menor medida, en el
agravio identitario. En su discurso Junqueras utiliza la técnica de enmarcado de
asignar intereses a España contrarios el bien colectivo, ello se observa, en los dichos
ya citados de Junqueras, en los que sostiene que: «hace al menos tres siglos que
vivimos bajo el yugo de un estado hostil a los intereses de nuestro país. No es tanto
que los catalanes no tengamos estado sino que sufrimos uno que actúa tenazmente
contra nuestra lengua, cultura y economía».398
Del mismo modo que en el mismo texto Junqueras caracteriza, al Estado español
cuando dice que: «El estado español y sus instituciones siguen fieles a una tradición
398
Oriol Junqueras, “Ningún Tribunal por delante de la voluntad democrática de los ciudadanos”,
publicado el 7 de mayo de 2013. Blog de Oriol Junqueras de la página Inderecte.cat.
320
decimonónica, incapaz de asumir la pluralidad y miedosa ante la democracia,
temerosa de la voluntad de la ciudadanía».399
Por último, se utiliza la técnica de enmarcado de definir como agente ilegítimo de
comunicación al Estado, por negar la posibilidad de cualquier acuerdo que resuelva la
cuestión del encaje de Cataluña en España. Esta definición es señalada en el
programa electoral del 201en el que se mantiene que:
«En este sentido, Cataluña ya hace tiempo que ha agotado la vía de los pactos con el
Estado español: teniendo en cuenta los precedentes históricos recientes y la actual
crisis de la deuda española, es completamente irreal pensar que todavía hay cualquier
remota posibilidad de pacto mínimamente satisfactorio».400
Identidad “nosotros”:
Es en esta dimensión donde se marcan las diferencias con el antagonista. Si bien ésta
es una dimensión que se desarrolla de forma similar que en los períodos pasados, la
innovación estará dada por: la oposición frontal al antagonista, la omisión de
referencias identitarias, por un giro pragmático del discurso nacionalista de ERC, y por
la referencias a los ciudadanos de Cataluña.
Las técnicas de enmarcado que se utilizan son prácticamente la totalidad de las del
marco ideal, a saber: se personifica al sujeto colectivo ―aunque mucho menos que en
la etapa de Carod-Rovira―; se atribuyen, por otro lado la representación de valores
universales y de los intereses colectivos y se apropian de valores sociales.
La primera técnica de enmarcado utilizada en esta dimensión, es la de la personificar
al sujeto colectivo, técnica que ya hemos visto utilizada desde el primer período
analizado, y que se mantiene en este período. Del mismo modo que se mantienen,
también, las asignaciones de características de sujetos individuales al colectivo, tal y
como se ha venido haciendo en otros períodos; ejemplo de esto último, es el programa
electoral del 2012 donde se dice que: «En la agenda española, Cataluña opta por el
diálogo con el Estado español. El punto de partida es Cataluña como sujeto político y
su decisión como pueblo en su relación con España».401
El discurso de ERC, se estructuran a Cataluña y a España, como dos sujetos políticos,
independientes, opuestos e históricamente enfrentados, tal y como sostiene
tradicionalmente ERC en los otros períodos analizados. El matiz viene dado porque en
este período ERC, tal y como se analizará en el apartado correspondiente a la
estrategia, tenderá a utilizar recursos conceptuales que atenúen o atemperen, el perfil
399
Ibidem.
Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año
2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país).
401
Ibidem.
400
321
de nacionalismo etno-cultural radical por las limitaciones demográficas que tiene ese
discurso respecto a la movilización social, tanto para las elecciones, como para el
propio proceso soberanista.
La atribución exclusiva de valores universales es muy marcada y se relaciona con el
apartado del diagnóstico y con la descripción del antagonista, en tanto que se erigen
cadenas de identidades mutuamente excluyentes. Frente a la descripción de España
como un Estado expoliador, con déficit democrático que no aporta soluciones, sino
solo problemas y que hace padecer a los ciudadanos; Cataluña, por el contrario,
aparece como una nación y un pueblo soberano que es generador de riqueza y cuya
ciudadanía es profundamente democrática, tal y como advertimos en las siguientes
citas del texto La ciudadanía dibuja el camino de Oriol Junqueras, cuando dice:
«La exigencia democrática de decidir nuestro futuro colectivo votando responde, sobre
todo, a la voluntad de una sociedad que anhela decidir, que quiere tomar la palabra,
que ha decidido que nadie más seguirá decidiendo por nosotros. Que el futuro es
nuestro y lo queremos bien nuestro.
Es la sociedad catalana que está marcando los tempos de este proceso democrático
frente a aquellos que dudan o aquellos que no quieren que nadie vote. Porque esta es
hoy la única dicotomía existente: los que queremos votar y los que no nos quieren
dejar votar. Afortunadamente, también, el país está cohesionado, es consciente de su
pluralidad y ha tomado conciencia de que no hay que resignarse a vivir en un Estado
español que no sólo no ayuda sino que desatiende las necesidades básicas de
nuestra sociedad, que genera problemas en lugar de aportar soluciones.
Desgraciadamente padecemos un Estado que no está al servicio de la ciudadanía. Y
esto es precisamente lo que queremos y necesitamos: un Estado al servicio de los
ciudadanos y una sociedad más libre, próspera y justa».402
Se observa además, que ERC se apropia de valores sociales como son la libertad, la
justicia y la prosperidad, pero también de un concepto central como es: la democracia.
Ejemplo de esto último es como Junqueras en el texto Asedio fiscal, publicado en Ara,
al referirse a la prédica que ahora tiene el término expolio fiscal y la negativa de ciertos
sectores a utilizarlo, sostiene que: «Hacerlo [utilizar el término expolio fiscal] sería dar
la razón a un concepto elaborado por los independentistas que, curiosamente (o no
tanto), también somos los demócratas, al menos los que defendemos con más pasión
una salida o veredicto democrático al hartazgo que vive nuestra sociedad . Es decir,
ponemos el futuro en manos de la ciudadanía y que decida si quiere seguir con esta
situación de dependencia política y económica o bien sencillamente quiere la
402
Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de
Cataluña, el 7 de septiembre del 2013.
322
independencia».403 Hay una relación directa entre aquellos los que persiguen la
independencia y la democracia, tan directa ―y analíticamente inconsistente― como
es la relación que sugiere con los antónimos de estos términos, es decir, el unionismo
y lo no-democrático.
Por otra parte, el enmarcado discursivo de ERC utiliza la técnica de la atribución de la
defensa exclusiva de los intereses colectivos, al presentarse como defensora de los
intereses del país, del mismo modo que lo ha hecho con la democracia y la libertad, tal
y como vemos en la cita anterior.
Pronóstico:
Dentro de la tarea general de pronóstico las soluciones y metas que propone el
enmarcado discursivo de ERC se centra como fin único, posible, próximo y necesario:
la independencia. Esta independencia, está asociada con otros elementos que pueden
ser entendidos como pasos intermedios inmediatos de aquella y que son: el derecho a
decidir, las estructuras de Estado, el referéndum de autodeterminación, etc.
Si bien, en todo el discurso de ERC, a partir del giro independentista de finales de los
ochenta, siempre ha estado presente la independencia como fin último en la cuestión
del encaje de Cataluña en España; es a partir del año 2010 y en particular a partir del
2012, que la idea de la secesión se presenta como única solución posible y la única
opción para una Cataluña, próspera y viable.
En lo que respecta a las técnicas de enmarcado del marco de ERC, vemos que se
utilizan la totalidad de las técnicas que son: las de asignar un concepto central que, en
este caso es el de la independencia; se definen los beneficios a obtener; se cargan de
valores abstractos esos beneficios y se recurre a la historia.
El concepto central, tal y como se dijo, es la independencia de Cataluña que, en los
términos del Programa electoral del año 2012, adquiere un relieve superlativo ya que:
«Disponer de un nuevo Estado, […] se convierte en una prioridad no sólo necesaria
sino cada vez más urgente».404
Y ese nuevo Estado se sustenta en el derecho a decidir que adquiere, una centralidad
conceptual muy destacada, en tanto y en cuanto, de él se derivan prácticamente la
totalidad del programa político de ERC. El ejercicio de la radicalidad democrática
mediante el derecho a decidir será así, la herramienta a partir de la cual se ponga en
práctica el programa político que propone ERC. De los términos mentados (derecho a
decidir, radicalidad democrática, estructuras de Estado) no existe definición conceptual
403
Oriol Junqueras, “Asedio fiscal” (Setge fical), Ara, el 17 de agosto de 2013.
Programa electoral de ERC para las Elecciones Autonómicas al Parlamento de Cataluña del año
2012, que lleva por título: La Izquierda de un nuevo país (L`esquerra d`un nou país).
404
323
alguna en los textos; tal carencia que es bastante llamativa dada la importancia de
estos términos en el proyecto político de ERC.
Estas asignaciones conceptuales asociadas a la independencia, en el enmarcado de
ERC, se relacionan además con otra técnica de enmarcado que es la de cargar de
valores abstractos los beneficios. En el caso del marco de ERC, en la tarea de
pronóstico, se propone unas soluciones cuyo ejercicio está asociado a una serie de
valores abstractos tales como: la democracia, la justicia y la igualdad, ejemplo de ello
es el siguiente fragmento del programa electoral del 2012, en el sostiene que la
independencia de Cataluña es: «la oportunidad de construir una sociedad mejor
basada en la justicia social y la equidad; la oportunidad de reafirmar nuestro
compromiso con la democracia, con la paz, y con Europa».405
Retornando sobre las técnicas de enmarcado, vemos que los beneficios a obtener con
la propuesta de la independencia se asocian directamente con los agravios padecidos
por Cataluña. De esta manera, y a diferencia de períodos anteriores, hay en el
discurso de ERC una particular incidencia discursiva en la dimensión económica y
democrática del agravio sumado a los beneficios a obtener con la independencia; por
contrapartida, no hay una especial hincapié en los beneficios a nivel identitario, ello se
condice con el enmarcado débil de esta dimensión del agravio en el marco de ERC.
Tal es la importancia que, en el marco de ERC, tienen el derecho a decidir y la
radicalidad democrática, como soluciones respectivas del agravio democrático, que
aparecen ambos, en el primer párrafo del Programa electoral y se repetirán como un
mantra a lo largo de su desarrollo.
De igual manera que con los beneficios ligados al agravio económico, hay una
asociación con los beneficios económicos que acarrearía el nuevo Estado catalán, y
ello se observa en el apartado en el programa electoral del 2012 en el que dice que:
«La independencia siempre ha sido económicamente deseable para Cataluña como
única salida realista y pragmática para poner fin a un expolio fiscal y a una
discriminación sistemática que ha supuesto un lastre para nuestro propio
desarrollo».406
Como se sostuvo en capítulos anteriores, los beneficios que hipotéticamente
acarrearían las soluciones propuestas con la independencia, se desarrollan de modo
especular a los agravios presentados en el marco, de esta forma, en el marco de ERC,
hay una incidencia muy detalla da de los hipotéticos beneficios que tendría una
Cataluña independiente; ello se condice con la relevancia en el enmarcado que
405
406
Ibidem.
Ibidem.
324
adquiere el agravio económico caracterizado como expolio fiscal. Ejemplo de ello es el
siguiente párrafo del programa electoral del 2012 en el que se detalla que:
«Sin el expolio fiscal ni el marco legal español, Cataluña podrá desarrollar el Estado
del Bienestar hasta situarlo en los niveles de los modelos de las sociedades
avanzadas del norte, destinando 4.153 millones de euros a hacer crecer el gasto en
educación, salud, atención a la dependencia y pensiones, hasta el punto de que cerca
del 25% de la población adulta trabaje en esta tipología de servicios personales. El
potencial de generación de empleo permitiría reducir el paro hasta el nivel de estos
países (7%). En definitiva son países que han alcanzado unos mayores estadios de
prosperidad económica y justicia social con la aplicación de la máxima: "Bajo nivel de
desempleo y de pobreza = Riqueza redistribuida + Emprendimiento + Estado del
bienestar potente"».407
Por último vemos un constante recurso a la historia en este marco que, al igual que en
el caso del marco de CiU, en el que se enlazan hace referencia a tres grandes ciclos
históricos, pero se centra en los dos últimos como son: la dictadura franquista, la
transición y el proceso soberanista.
Motivación:
La tarea central de motivación del marco de ERC en esta etapa, a diferencia de la del
primer período (y con bastante más fuerza que en el segundo), está enérgicamente
enmarcada hacia la movilización social; ésta es una innovación de mucha relevancia
en el marco de ERC. Ese protagonismo que se da a las movilizaciones sociales se
condice con peso y la importancia que tendrán en todo este proceso soberanista las
asociaciones como ANC, OC y AMI, como catalizadoras de la voluntad popular.
Este fuerte proceso de enmarcado se orienta a la definición de las audiencias y a la
apelación a la acción a partir de las siguientes técnicas de enmarcado: definir los
posibles participantes; apelar a la responsabilidad de los individuos; invocar valores
universales asociados a la solución del problema; y señalar acciones concretas y
formas de participación.
Al igual que en el período anterior con Carod-Rovira, Junqueras, en el texto La
ciudadanía dibuja el camino (La ciutadania dibuixa el camí) publicado en el Periódico
de Cataluña el 7 de septiembre del 2013, señala quiénes son llamados como
participantes. Hay un intento de ampliación de la base social del independentismo
―tal y como veremos en el apartado de la estrategia de ERC― hacia sectores
407
Ibidem.
325
tradicionalmente no independentistas de allí la relevancia de argumentos vinculados al
agravio económico y al agravio democrático, antes que al agravio identitario.
Este intento de ampliación de la base social del independentismo y de la movilización
de esos sectores, se observa claramente en el llamamiento a toda la ciudadanía.
Ejemplo de ello, es la referencia que hace Junqueras a la manifestación del 11 de
septiembre de 2013:
«Un fenómeno de esta magnitud debería invitar a reflexionar todos, no sólo por su
singularidad sino por su fuerza, porque nace del corazón de la gente, de los anhelos
de la gente, de sus ilusiones y esperanzas. Es la hora de que hable el pueblo,
empujamos para que sea así, todos estamos llamados».408
Si bien, ciertos rasgos etno-culturales siempre se hacen presentes (el recurso al
término pueblo y a lo nuestro, son elementos constantes), en el discurso de ERC, esos
elementos intentan ser atemperados y diluidos en conceptos de tipo cívico políticos
como: gente, ciudadanía, sociedad y mediante un llamamiento a todos.
Del mismo modo podemos observar lo anteriormente descripto en la siguiente cita de
Junqueras en la que sostiene que:
«El motor del país es su gente. Así es, afortunadamente. La exigencia democrática de
decidir nuestro futuro colectivo votante responde, sobre todo, a la voluntad de una
sociedad que anhela decidir, que quiere tomar la palabra, que ha decidido que nadie
más seguirá decidiendo por nosotros. Que el futuro es nuestro y lo queremos bien
nuestro.
Es la sociedad catalana que está marcando los tempos de este proceso democrático
frente a aquellos que dudan o aquellos que no quieren que nadie vote».409
Por otra parte, hay una clara invocación reiterativa a los valores universales
fundamentales como la democracia a la que Junqueras asocia la participación en la
movilización a favor del proceso soberanista, tal como observamos en las citas
anteriores, y en el siguiente ejemplo: «Porque esta es hoy la única dicotomía existente:
los que queremos votar y los que no nos quieren dejar votar».410
Existe además el recuso a la responsabilidad de los individuos frente a la comunidad
con la que se reclama participación en la movilización, ello lo observamos en el texto
La mayoría social debe ser política. En él, Junqueras traslada no solo la
responsabilidad del avance del proceso soberanista a la ciudadanía, sino que además,
la hace única responsable de la continuidad de ese proceso a nivel político frente a las
408
Oriol Junqueras, “La ciudadanía dibuja el camino” (La ciutadania dibuixa el camí), el Periódico de
Cataluña, el 7 de septiembre del 2013.
409
Ibídem
410
Ibídem
326
dudas que puedan surgir en las formaciones políticas. Ello lo vemos en la siguiente
cita del texto:
«El motor del proceso de emancipación nacional es la sociedad catalana, con la
voluntad que expresa de asumir las riendas del futuro, como ha hecho de forma
masiva y ejemplar en la Vía Catalana por la Independencia. La sociedad debe ser
consciente de que es la verdadera protagonista, la que empuja y la única que puede
contrarrestar las dudas y vacilaciones que se dejen sentir en el Parlamento o entre
algunas fuerzas políticas».411
Por último, Junqueras señala claramente las acciones y la forma de participación de
los individuos. En este caso hace explícita referencia a la movilización de los
individuos a los actos de la Díada de Cataluña del año 2013412, tal y como demuestra
el siguiente ejemplo, donde indica la forma de participación, apela a la responsabilidad
y centra en la ciudadanía el motor del proceso soberanista:
«El miércoles, Once de Septiembre, tenemos un gran reto: la Vía Catalana por la
Independencia, un proyecto ciudadano, de todos, determinante para marcar el camino,
los tempos y los eventos. La movilización popular es vital y lo seguirá siendo, son el
temple y la pulsión de la ciudadanía los que dibujan el ritmo y el camino. Y la
obligación de todos los que tenemos responsabilidades, sea de un tipo o de otro, es
escuchar el clamor de la gente y hacer lo que nos comprometimos a hacer tan sólo
hace unos meses: poner el futuro del país en manos de la gente».413
Estrategia ERC:
La estrategia de ERC intenta apelar al nacionalismo pragmático centrado en los
agravios económicos y democráticos ―intentando incidir en el diagnóstico económico
e institucional y vincular a ello a las soluciones y sin incidencia prolongada en las
cuestiones identitarias― para disputar la hegemonía electoral a CiU y el electorado
progresista poco sensible a las cuestiones identitarias del PSC.
No obstante ello, el planteamiento de fondo sigue siendo la de una estrategia
nacionalista etno-cultural, dado que entiende la existencia de dos sujetos políticos
distintos, históricamente enfrentados y opuestos, como son Cataluña y España, cuyas
diferencias se basan en elementos diacríticos de naturaleza identitaria 414.
411
Ibídem
El 11 de septiembre de 2013 se celebró la Diada Nacional de Cataluña con la realización de una
cadena humana que atravesó los 400 kilómetros que separan los límites norte (ciudad francesa de
Le Perthus) y sur (localidad valenciana de Vinaroz) de la Comunidad Autónoma, siguiendo el
trazado de la antigua Vía Augusta. Esta manifestación se denominó Vía Catalana hacia la
Independencia.
413
Ibídem
414
Es muy llamativa incluso la postura que sostenía Junqueras en un artículo periodístico titulado
Proximidades Genéticas (Proximitats Genètiques) publicado por el periódico Avui el 27 de agosto de
412
327
Por otra parte, hay una continua reivindicación pan-catalanista que se encuadra
claramente dentro de una perspectiva etno-cultual que reivindica una Cataluña con la
dimensión de los llamados Países Catalanes. Esta reivindicación pan-catalanista la
vemos en el texto de Junqueras Garantía de Países Catalanes, en el que sostenía que
una Cataluña independiente no se «no será la réplica de lo que es una Comunidad
Autónoma porque además de la identidad cultural, está en juego la propia
capacidad»415. De este modo se reclama que a partir de la independencia de Cataluña
se reconozca a los connacionales, más allá de las cuatro provincias catalanas y se
debe además promover esa confluencia. Ello lo vemos en la siguiente cita, en la
Junqueras sostiene que «durante esta transición nacional, Cataluña debe reconocer
sus connacionales fuera de las cuatro provincias, tanto de manera individual como
colectiva. Además, debe articular los mecanismos que posibiliten en un futuro esta
confluencia mediante herramientas de cooperación comunes de carácter político,
económico, social y cultural».416
El nacionalismo cívico-político, en tanto que parte de la estrategia, aparece solo en
una leve atenuación de los componentes identitarios principales del discurso pero
equilibra, en ningún caso, el posicionamiento de sustancial etno-cultural de ERC.
Esta atenuación conceptual está dada por una necesidad de la ampliación de las
bases sociales que apoyan al nacionalismo, en tanto que, la realidad demoscópica de
la sociedad en Cataluña indica, tal y como vimos en el capítulo IV, que existen una
serie de identidades anidadas, que aun siendo impulsadas hacia las identidades
exclusivamente catalanas, por parte de la élite (Alonso, 2015, Miley, 2014), tienden a
ser mayoritarias.
Por último, dos comentarios sobre cuestiones compartidas en la estrategia de ERC y
CiU. El primero de ellos, es que algunos analistas políticos e incluso políticos
sostienen,417 que CiU ha comenzado a utilizar el discurso de ERC en el denominado
proceso soberanista. Esto puede ser cierto, solo en el caso del uso del término expolio
fiscal, pero lo cierto es que términos como radicalidad democrática, estructuras de
2008 en el que señala, a través de las citas de un hipotético trabajo científico, la existencia de tres
Estados cuyas poblaciones tendrían unas diferencias genéticas tan amplias que harían imposible
agrupar a sus poblaciones respectivas en un único grupo genético. Uno de esos tres Estados ―no
utiliza el término país y menos aún nación― es España en su imposibilidad de agruparse
genéticamente con Cataluña. Disponible en línea en: http://s.libertaddigital.com/doc/el-articuloracista-de-junqueras-en-avui-41913351.pdf
415
Oriol Junqueras, “Garantía de Países catalanes” (Garantía de Països Catalans), 19 de noviembre
de 2012 Blog de Oriol Junqueras indirecte.cat
416
Ibídem.
417
Véanse las declaraciones de Agustí Colomines recogidas en el periódico e-notícies el 14 de abril
de 2013. Disponible en línea en: http://politica.e-noticies.es/colomines-critica-que-cdc-compra-eldiscurso-de-erc-74818.html
328
Estado y derecho a decidir que abundan en el marco de ERC, fueron introducidos418 o
reintroducidos por CiU en el discurso nacionalista en el período anteriormente
analizado. La evidencia empírica parece ser la contraria, es decir, que ERC va
asumiendo los cambios ―en este caso léxicos y terminológicos― que propone CiU
como actor hegemónico. Otra cuestión que ERC comparta con CiU las tácticas
nacionalistas de: tensión constante, acción continua y forzar la negativa del
antagonista que se analizarán al final del capítulo.
Partido Socialista de Cataluña (PSC):
Tal y como se ha mencionado en la parte introductoria del capítulo, el PSC obtuvo los
peores resultados de su historia en las elecciones al Parlamento de Cataluña del año
2010, con José Montilla como candidato; consiguiendo 570.361 votos, es decir, un
28% menos que en la elección anterior, cayendo de ese modo, su representación
parlamentaria a 28 escaños, que significan, un 24% menos que en la legislatura
precedente. Dos años más tarde, con Pere Navarro como Candidato, el PSC, obtuvo
524,707 sufragios, que representan, un 8.8%, menos que en 2010 y 20 escaños, es
decir, un 28,6% menos.
Los malos resultado electorales del 2010, y la pérdida en el año 2011 de la Alcaldía de
la Ciudad de Barcelona, histórico bastión socialista, sumado todo ello, a la derrota del
PSOE a nivel nacional, produjo una importante crisis institucional en el PSC. Esta
crisis, se evidencio en las renovadas tensiones entre el sector españolista y el sector
nacionalista, que concluyó con el abandono del partido de una parte del sector
nacionalista crítico con la dirección del PSC; esa parte del sector crítico conformó un
nuevo partido político en septiembre de 2014.
Tras la derrota en las elecciones del año 2010, Montilla renunció a su acta
parlamentaria y la dirección del partido. Luego de un período de dirección de Joaquim
Nadal, que pertenece al sector nacionalista catalán del PSC, ganó la Secretaría
General del PSC Pere Navarro, del sector españolista en diciembre del año 2011.
El sector catalanista fue especialmente duro en sus críticas con Navarro, generando
tensión dentro del PSC y proponiendo expresos desafíos a la postura no-nacionalista
del Secretario General del PSC. Estos desafíos se materializaron, entre otras
acciones, en la desobediencia de tres parlamentarios del PSC a la disciplina de voto
en el Parlamento de Cataluña frente a la negativa de la dirección del PSC a apoyar la
proposición de ley que solicitaba el traspaso de las competencias por parte del Estado
418
No haré un trabajo arqueológico del léxico político y por ello no atribuyo la autoría de estos a CiU.
329
nacional a la Comunidad Autónoma de Cataluña, para la celebración de un
referéndum de autodeterminación. Otro ejemplo de esos desafíos a la autoridad de
Navarro, es la asistencia de miembros destacados del PSC del sector crítico, a la
manifestación independentista del 11 de septiembre del 2012 con el lema: Cataluña,
nuevo Estado de Europa (Catalunya, nou estat d´Europa); además de expresar su
posición a favor de la independencia y del referéndum de autodeterminación mediante
manifiestos419 contradiciendo la línea programática oficial e institucional del PSC.
Tras los malos resultados electorales de las elecciones europeas de 2014 y frente a
las duras críticas del sector catalanista, Navarro renunció como Secretario general del
PSC, su sucesor elegido por primarias fue Miquel Iceta.
El discurso del PSC se vio marcado por esa inestabilidad institucional interna que se
percibió y percibe420 aún, en una falta de claridad en el posicionamiento respecto, ya
no solo de la cuestión del encaje de Cataluña en España sino, del propio discurso del
nacionalismo catalán y del proceso soberanista.
En esta etapa el PSC, se intentará alejar del independentismo, pero mantendrá, tal y
como se viene observando en las etapas anteriores, una gran parte de los postulados
del marco discusivo del nacionalismo catalán (fundamentalmente de CiU) en lo que
respecta al diagnóstico.
El PSC ha perdido toda la iniciativa política más allá de la insistencia en la tercera vía
y en la propuesta de reforma constitucional como soluciones al conflicto que
desembocó en el proceso soberanista; y en varias oportunidades, en la praxis política,
ha facilitado o apoyado los proyectos parlamentarios fundamentales del nacionalismo
catalán que favorecen el proceso soberanista. Ejemplo de ello, es la abstención del
PSC en la votación en el Parlamento de Cataluña para instar al Gobierno de la
Generalitat a realizar un referéndum (el 27 de septiembre de 2012).421
Del ese mismo modo, el PSC votó a favor de la Ley de Consultas populares no
referendarias y otras formas de participación (Ley 10/2014 del 26 de septiembre) junto
con CiU, ICV-EUiA, CUP y ERC; se opusieron a ella, el PPC y C´s. Luego el PSC
matizó, que si bien dio su apoyo a la ley, ésta no amparaba legalmente la consulta del
9N.
419
Véase El Periódico de Cataluña del 3 de octubre de 2012, disponible en línea en:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/elecciones-28n/sector-catalanista-presiona-pscautodeterminacion-2218016
420
Si bien el período de análisis de la presente tesis finaliza en 2014, es sintomático del estado de
cosas en el PSC que, que en a mediados del 2015, mientras el nuevo Secretario General del PSOE
Pedro Sánchez criticaba al independentismo del nacionalismo catalán, ediles del PSC, a pocos días
de estas manifestaciones, votaban a favor de incorporar a sus respectivos ayuntamientos (Terrasa y
Castelldefels) a la AMI. Véase el periódico El País, el 24 de julio de 2015. Disponible en línea en:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/07/24/catalunya/1437726599_457552.html
421
La resolución fue votada con el siguiente resultado de 84 votos a favor (CiU, ICV-EUiA, ERC, SI,
más otros dos diputados), 21 en contra (PPC y C's) y 25 abstenciones (PSC).
330
Discurso del PSC:
Se analizarán: el texto de Pere Navarro, La solución federal; el Documento de Trabajo
nº 163 de la Fundación Rafael Campalans, titulado Por una reforma constitucional
federal; y especialmente el artículo publicado por Miquel Iceta en el diario El País el 9
de octubre de 2012 que lleva por título Sensatez federal o choque de trenes422, dada la
posición institucional que ocupa actualmente el autor.
En los textos tendrán, en líneas generales, mayor peso la forma de enmarcado de las
tareas centrales de diagnóstico y, fundamentalmente, de pronóstico, con una menor
incidencia de igual manera en lo que a motivación se refiere.
Diagnóstico:
A diferencia del período anterior ―y con la sola excepción de una línea en el texto de
Navarro La solución federal― el diagnóstico es de valencia claramente negativa. Los
agravios, al igual que en los períodos anteriores son, son los económicos,
democráticos e identitarios, con una especial incidencia en los dos primeros, al igual
que el discurso de ERC, con escasas, pero claras menciones al agravio identitario.
Agravios democráticos, económicos e identitarios:
Las técnicas de enmarcado utilizadas por el marco discurso del PSC en este período
en la construcción de los agravios democráticos y económicos son: asignar un
concepto, transformando la cuestión en un problema mediante la relación con las
experiencias ordinarias de la población y su inserción en un marco más amplio.
Lo anterior lo observamos en el discurso de Iceta, publicado en el diario El País en el
que sostenía que:
«Hace ya mucho tiempo los presidentes Pasqual Maragall y José Montilla alertaron,
sin obtener respuesta alguna, de un desafecto creciente de Catalunya hacia España, y
la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto aprobado por el Parlament
de Catalunya por más de 2/3 de sus miembros, negociado en el Congreso de los
Diputados, aprobado por mayoría absoluta de las Cortes Generales y refrendado por
los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya, fue recibida por muchos como la
confirmación de que las ansias de autogobierno de buena parte de los catalanes no
cabían ya en la Constitución».423
Iceta asumiendo el discurso de ERC y CiU ―en lo que respecta al Estatuto y a la
gestión en la que participó de modo determinante el PSC y a la importancia de la
422
Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012. Disponible
en línea en: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/09/valencia/1349778235_654948.html
423
Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012
331
Sentencia del TC contraria al Estatuto― presenta como central el agravio democrático
de España a Cataluña. Iceta, incide especialmente en la cuestión de la legitimidad
democrática que revistió el largo trámite del Estatuto. Aquí, se intenta utilizar las
técnicas de enmarcado de relacionar la cuestión con las experiencias ordinarias de la
población; pero, en cuestiones de ésta índole, difícilmente puedan establecerse esas
relaciones. Por otra parte, continúa Iceta, al enmarcar el agravio económico:
«A ello hay que añadir la sensación de injusticia sobre las inversiones públicas del
Estado en Catalunya, la acumulación de incumplimientos por parte de los sucesivos
Gobiernos de España del modelo de financiación acordado a partir de lo dispuesto en
el nuevo Estatuto».424
Presenta de forma clara el agravio económico, incluso enmarcándolo como una
sensación de injusticia, que es la forma de vincularlo con una percepción ciudadana
que Iceta entiende generalizada. El ahora Secretario General del PSC, utiliza la
técnica de enmarcado de insertar la cuestión en un marco más amplio cuando se
sostiene que son «los sucesivos Gobiernos de España» quienes han incurrido en una
acumulación de incumplimientos. Por otra parte, no se utiliza la palabra expolio, o robo
―como en el caso de CiU y principalmente ERC― pero sí se habla claramente de
financiación injusta.
Por último Iceta, presenta la dimensión del agravio identitario cuando menciona que el
tercer elemento del agravio es: «la falta de sensibilidad sobre la realidad pluricultural y
pluringüística de España, y la ofensiva recentralizadora del gobierno del PP que ha
afectado muy recientemente a aspectos tan sensibles como la educación».425
En lo que respecta a la atribución de la causa y de la responsabilidad a actores
colectivos externos, es clara la responsabilidad que establece el marco presentado por
Iceta, en tres actores responsables, entre los que construye, una cadena de
identidades, como son: «los sucesivos Gobiernos de España», «España» y en
especial «gobierno del PP» con su ofensiva recentralizadora.
El concepto central del marco en la asignación del agravio es que «España no nos
quiere» y «ni siquiera se nos respeta como catalanes». Estos son los dos conceptos
centrales del agravio que enmarca Iceta y los encontramos en su discurso cuando
sostiene que:
«Todo ello configura un escenario en el que resulta muy fácil afirmar que “España no
nos quiere” o que “ni siquiera se nos respeta como catalanes”. Y como en materia de
sentimientos todo es muy discutible, baste con decir que para muchos catalanes el
424
425
Ibídem
Ibídem
332
Estado español ha dejado de defender y representar sus intereses, cuando no lo
consideran como directamente hostil».426
Iceta, del mismo modo que hizo Maragall, recurre a los sentimientos intentando
establecer una conexión con la “sensación” de desafecto, y la experiencia ordinaria de
la población; y por otro lado, evitaría a Iceta a hacer cualquier referencia a los datos
reales, que tienden a ir en un sentido opuesto al mentado, por el ahora, Secretario
general del PSC.
La referencia de Iceta a los sentimientos de muchos catalanes, por otra parte, es el
reconocimiento tácito de la hegemonía discursiva del marco de significación del
nacionalismo catalán secesionista (Ovejero, 2013; Alonzo, 2015). Esos sentimiento,
según sostiene Alonzo (2015), desde el enfoque de los problemas sociales, son los
que ha generado el propio proceso de movilización nacionalista a partir de la
radicalización discursiva de las élites políticas.
Identidades:
Identidad “ellos”:
A partir de estos elementos se establecen dos campos de identidad claramente
definidos por el marco del PSC. El del antagonista, la identidad “ellos”, que tiene un
enmarcado parcialmente débil, aunque mucho más definido que en años anteriores.
Las técnicas de enmarcado que utiliza Iceta son: la personificación de los actores
responsables, la atribución de intenciones e intereses contrarios al bien colectivo.
Se ha señalado ya, que la definición del antagonista que enmarca Iceta se centra en:
«los sucesivos Gobiernos de España», «España» y en especial «gobierno del PP». A
estos les atribuye intenciones contrarias al bien colectivo de los catalanes, en tanto
que acumulan incumplimientos con Cataluña, y a quién someten a una ofensiva
recentralizadora ―destáquese el término ofensiva, de claras connotaciones bélicas,
que es un recurso compartido con CiU en este período―, además de la falta de
sensibilidad de España respecto de una realidad diferenciada en Cataluña.
Por otra parte hay una personalización también en el caso del antagonista en el
Presidente de Gobierno al que se le reprocha: «la negativa del presidente Mariano
Rajoy de entrar siquiera a negociar la propuesta de concierto económico planteada por
el president Artur Mas con el aval de una mayoría igualmente amplia del
Parlament.»427
Frente a esa cadena de identidades Gobiernos de España-PP-Rajoy enmarcados
como antagonistas, se enmarca la identidad “nosotros” como protagonista.
426
427
Ibídem
Ibídem
333
Identidad “nosotros”:
Este “nosotros” estará enmarcado a partir de la personalización del sujeto colectivo, la
atribución de valores universales, la defensa de intereses colectivos y apropiarse de
valores sociales, como técnicas de enmarcado utilizadas.
La personalización del sujeto colectivo, que viene utilizando en el PSC se atenúa
bastante, respecto del PSC de la etapa de Maragall. No obstante aparecen claras
menciones al «Desafecto de Cataluña hacia España», al que se le asignan, en este
caso, sentimientos propios de un sujeto individual. También se hace referencia a la
atribución de valores universales y de apropiación de valores sociales de ese sujeto
colectivo, asociados como la voluntad de autogobierno, o a la autodeterminación
democrática y en libertad del pueblo de Cataluña. Esto último se observa en una cita
que hace Iceta de la resolución del Parlamento Catalán en la que se insta al Gobierno
de Cataluña a realizar un referéndum de autodeterminación, de tal modo que, el marco
del PSC reconoce: «la necesidad de que el pueblo de Catalunya pueda determinar
libre y democráticamente su futuro colectivo».428
Pronóstico:
Dentro de la dimensión de la agencia, las soluciones enmarcadas en el discurso del
PSC, utilizan las siguientes técnicas de enmarcado: la asignación de un concepto
central, la definición de los beneficios a obtener, se cargan de valores abstractos esos
beneficios, y en parte, se recurre a la historia.
El concepto central asignado, pasó de ser la reforma del Estatuto de Autonomía, del
período anterior, a ser una reforma federal de la Constitución 429 en esta etapa. No
distan muchos los objetivos de Iceta de los de Maragall; recuérdese que los objetivos
de Maragall eran cambiar España desde Cataluña, se pueden asimilar perfectamente
los objetivos de una reforma con otra.
A este concepto central, que se conoce como tercera vía ―dado que supuestamente,
se ubica entre la tendencia secesionista y el statu quo― se lo enmarca mediante la
técnica de asignar los beneficios a obtener, a partir de la reforma Constitucional la
propuesta del PSC.
Respetando la forma especular de los beneficios a obtener tienen respecto de los
agravios dentro del marco ideal, Iceta, del mismo modo que hizo Navarro, en su
momento, presenta las ventajas que superan esta situación que él mismo describe
428
Ibídem
La propuesta de reforma del PSC incluye como elementos destacados: la reforma del Senado;
una reforma fiscal de las autonomías; reconocimiento del carácter plurinacional, pluricultural y
plurilingüístico del Estado; y un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Véanse para ello
tanto el texto de Pere Navarro, La solución federal como el Documento de Trabajo nº 163 de la
Fundación Rafael Campalans, titulado: Por una reforma constitucional federal.
429
334
como «de choque de trenes». Estos beneficios son de naturaleza identitaria,
democrática y económica, tal y como vemos en las siguientes citas:
«Creo que España debe convertirse en un Estado federal que reconozca su realidad
plural y diversa, a través de una reforma de la Constitución acordada con generosidad,
inteligencia y valentía, para conseguir que Catalunya se sienta cómoda en él […]La
reforma constitucional debe ampliar el autogobierno de Catalunya, asumir un pacto
fiscal como el propuesto por el PSC (que no es un concierto económico) y asegurar el
respeto a la realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística del Estado».430
Respecto a la dimensión democrática, hay un especial apartado respecto de la
secesión de Cataluña, que Iceta, categoriza como independencia. En este apartado, el
hoy Secretario General del PSC, propone la inclusión en la reforma de la Constitución
la regulación de un referéndum sobre la independencia con lo que se «se demostrará
que esto del federalismo va por fin en serio».431
Los valores abstractos con los que se relacionan a los beneficios son: los de mayor
democracia, más autogobierno, respeto a la pluralidad y a la diversidad lingüística y
cultual.
Motivación:
No hay una especial incidencia en la tarea de motivación con la que se definen las
audiencias y se apela a la acción. Esta tarea está enmarcada de modo débil. Es
posible que se deba a la necesidad de dar fuerza a la propuesta de reforma
Constitucional, antes que a la movilización social que la apoye, teniendo en cuenta
que el PSC, por su estrategia nacionalista (Ovejero, 2013) cuenta con índices de
apoyo electoral reducidos.
Estrategia del PSC:
La estrategia del PSC guarda muchas similitudes con los período anteriores, y ello
tienen que ver, con la forma en que se estructura esa estrategia, en función del
discurso del nacionalismo hegemónico, del pujolismo en el pasado, y ahora del
nacionalismo secesionista de CiU.
La estrategia del PSC en líneas generales, se mantiene similar a la del período
anterior, y se compone, por una lado, de una línea estrategia de corte moderado y
cívico-político que proclama la tercera vía como única salida para España; y por otro
lado, de una línea de carácter etno-cultural que entiende que Cataluña es un pueblo
distinto a España ―de allí la pertinencia del modelo federal como forma de
430
Miquel Iceta, “Sensatez federal o choque de trenes”, El País, 9 de octubre de 2012
431
Ibídem
335
organización territorial del Estado―. En los términos del Presidente del PSC, Àngel
Ros «Para el PSC, Cataluña es una nación y así se debe reconocer. Pero es una
nación que queremos que esté integrada de forma justa y con respeto dentro de
España» (El País, 11 de agosto de 2015)432.
Es notable que, en la estrategia del PSC, no se especifica ni detalla, en ningún caso
―ni en el de Iceta, ni en el de Ros, tampoco en el de Navarro― sobre qué base
material o empírica, se justifican los agravios, más allá de las sensaciones y
sentimiento, ya detallados. Es por esta razón, que aquí se sostiene, tal y como hace
Ovejero (2011 y 2013), que el PSC asumió en gran medida el discurso de CiU y ERC,
del mismo modo que, anteriormente asumió el discurso del pujolismo, con Maragall.
A diferencia de etapas anteriores, no hay una apelación al problema español casi
exclusivamente en términos identitarios. Los agravios del PSC se vuelven a orientar a
cuestiones de financiación, a un déficit democrático del estado ―sin mencionarlo
directamente pero ofreciendo esa connotación en el marco propuesto― y a una falta
de respeto en cuestiones identitarias. Recuérdese que Maragall, probablemente por el
momento político en Cataluña, y las señas de identidad del Gobierno nacional,
además de la reforma del Estatuto, prefirió centrase en el enmarcado de soluciones
antes que en los agravios.
Por otra parte, y en términos generales hay un alineamiento del PSC con el
diagnóstico del nacionalismo hegemónico de CiU y ERC; pero por contrapartida hay
un intento de enmarcar una alternativa de solución a partir de la reforma Constitucional
frente al inmovilismo y a la independencia.
En los dos ―e incluso tres períodos― el PSC coincide en la necesidad de la “reforma”
como eje central de su discurso, de este modo, la reforma de la Constitución cerrar
una cuestión abierta por la gestión realizada con el Estatuto de Autonomía. Y el
contenido de las reformas que propone, fundamentalmente en lo que respecta a este
último período, van claramente en dirección contraria al nacionalismo de corte cívicopolítico.
Por otra parte, se puede decir, que el discurso del PSC se ha radicalizado respecto a
los períodos anteriores, no solo en el caso del diagnóstico ―en el que ya no hay
referencias positivas al Estado de las Autonomías― sino en las soluciones que se
proponen. En la reforma federal de la Constitución el PSC propone incluir el derecho a
la secesión (utilizando el término independencia) que es un salto cualitativo importante
respecto de las soluciones del período anterior que era la reforma del Estatuto de
Autonomía.
432
El
País,
11
de
agosto
de
2015.
Disponible
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/08/11/catalunya/1439323635_187638.html
336
en
línea
en:
Iniciativa Cataluña Verdes – Izquierda Unida y Alternativa (ICV-EUiA):
En líneas generales, se podrán observar dos tendencias en ICV-EUiA dentro de este
tercer período en el posicionamiento de ICV-EUiA. La primera tendencia es a un
mantenimiento de la propuesta confederal ―a la que ICV-EUiA denomina federal―.
Esta propuesta confederalista es la que tradicionalmente asume el partido desde los
tiempos del PSUC, y que se ha comentado en los capítulos anteriores.
La segunda tendencia, es la inclusión de la propuesta independentista, en el programa
electoral para las elecciones del 2012 al Parlamento de Cataluña. Estas dos
tendencias, que son el mantenimiento del confederalismo como opción preferente, y la
radicalización de posiciones nacionalistas, ocurren paralelamente con un aumento de
los resultados electorales en las elecciones del año 2012 al Parlamento de
Cataluña,433 y en el 2014 al Parlamento Europeo. Mientras caen electoralmente el PSC
y CiU, ―se constata un techo electoral de ERC― ICV-EUiA aumenta y consolida sus
resultados electorales mediante una estrategia de equilibrio entre el confederalismo y
la adhesión a la independencia, con críticas a la gestión de Mas y de Rajoy, en lo que
a políticas sociales y económicas se refiere.
Dentro de esta estrategia de consolidación de resultados ―y aunque esté fuera del
período analizado es relevante para analizar la estrategia de ICV-EUiA― los verdes
formaron la coalición Barcelona en Común junto con Equo, Proceso Constituyente
(Procés Constituent) y Podemos en las elecciones municipales de 2015 obteniendo
muy buenos resultados. Ejemplo de ello es que el Ayuntamiento de Barcelona, pasó
de manos de CiU a las de Barcelona en Común con Ada Colau, antigua activista de la
Plataforma Afectados por la Hipoteca como Alcaldesa.
Esa consolidación se ha realizado, en parte, a partir de un ejercicio de ambigüedad y
de falta de definición de ICV-EUiA, respecto del proceso soberanista, en gran parte
debido a que su electorado está profundamente dividido, entre las opciones federalista
e independentista (Véase la Tabla 10 del Capítulo IV).
Los verdes han intentado contentar a las dos vertientes (confederalistas e
independentistas) de sus votantes tanto en su mensaje, como en las acciones del
proceso soberanista en las que participaron; ejemplo de ello es que ICV-EUiA forzó la
433
En las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2012, ICV-EUiA obtuvo 11 escaños, un 10%
más que en las elecciones del 2010 y se acercó a los mejores resultados de su historia que obtuvo
en 2006 con 12 escaños, mientras que en las Elecciones del parlamento Europeo de 2014, ICVEUiA, se integró en una coalición denominada La Izquierda plural que paso de 2 a 6 diputados
europeos, con 1.575.308 votos que representaron el tercer puesto tras el PP y el PSOE.
337
redacción de la pregunta de la Consulta del 9N, de forma que pudiesen participar y
responder afirmativamente la mayor cantidad de personas.
Esta ambigüedad ha llevado a ICV-EUiA a caer en contradicciones y a incurrir en
marchas y retrocesos respecto de su participación en las diferentes fases del proceso.
Ejemplo de ello es que ICV-EUiA: dio su apoyo a la resolución del Parlamento de
Cataluña que solicitaba al Gobierno central la realización del referéndum; participó
activamente en la redacción de la doble pregunta434 del referéndum y en su
realización; y apoyó del derecho a decidir en el Parlamento Catalán; No obstante ello:
se desmarca, de la decisión de Mas de realizar una consulta o proceso participativo en
lugar de un referéndum435 ―llegó incluso a pedir las elecciones anticipadas por este
cambio― para luego, cambiar de postura, y dar libertad de votos a sus militantes y
afiliados en el Proceso participativo del 9N. En esa consulta, los verdes promovían el
voto por el Sí-No.
Discurso de ICV-EUiA:
Se analizarán los siguientes discursos de los verdes: Somos una nación, tenemos
derecho a decidir. Federalismo (Som una nació, tenim dret a decidir. Federalisme) del
8 de septiembre de 2010, Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el
modelo de Estado, del 5 de mayo de 2013, y la Conferencia de J. Herrera del 11 de
Septiembre de 2013, todos los textos de su nuevo líder Joan Herrera que reemplazó a
Joan Saura, además de la declaración institucional de Palafrugell, del 14 de abril de
2012.
Diagnóstico:
El diagnóstico que realizan los verdes en su marco es de valencia marcadamente
negativa. Asumen los tres agravios aquí enunciados, al igual que el resto de los
partidos de izquierda de base regional en Cataluña, pero incorporan críticas a la
gestión de CiU en lo referencia a las políticas económicas y sociales.
Analizaremos los tres agravios (económico, democrático e identitario) de modo
conjunto, con el matiz de que el agravio identitario se desprende, en cierto sentido del
agravio democrático:
434
La pregunta fue: «¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? Sí o no”. A continuación, y
en caso afirmativo, habrá una segunda cuestión: “¿Quiere que este Estado sea independiente? Sí o
no”».
435
Véase El Periódico de Cataluña, 14 de octubre de 2014, disponible en línea en:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/sigue-cronica-referendum-consulta-catalunya-9-nartur-mas-3599325
338
Las técnicas de enmarcado utilizadas en el marco de ICV-EUiA, son: presentar la
cuestión como un problema mediante la asignación de un concepto, insertar la
cuestión en un marco más amplio y dramatizar la situación a futuro.
Ello lo vemos cuando enmarcan el agravio económico en la declaración de Palafrugell:
«los actuales gobiernos europeo, español y catalán son comparsas de unos poderes
sedientos de avaricia - "los mercados" - que están destruyendo los avances sociales
del siglo XX, ahogan las clases sociales más débiles y oprimen las "naciones
diferentes", provocando una crisis sin precedentes en lugar de impulsar el progreso.
El Estado español actual avanza, con la excusa de la crisis, más rápidamente en su
proyecto recentralizador, con la coartada de reducir el déficit y de no ser intervenidos,
contra los intereses de la gente que vive y trabaja, como un solo pueblo, en Cataluña,
sometida a un expolio injusto, desleal e interesado».436
En este caso hay además una definición del problema en función de las experiencias
ordinarias de la población, que se realiza a partir de una crítica a las políticas de
austeridad del Gobierno de España del PP y del Gobierno de la Generalitat de CiU;
ello con especial incidencia en los efectos que sobre las personas pertenecientes a
«clases sociales más débiles» tiene este tipo de políticas de recortes, con el matiz de
que, esas mismas políticas de recortes afectan de modo similar a las “naciones
diferentes” (la catalana, en este caso).
El aspecto más relevante y central del diagnóstico de los verdes es el agravio
democrático. El elemento que desencadena este agravio es la Sentencia 31/2010 del
TC a la que asignan unos efectos tales como de «crisis constitucional», esto lo vemos
en la Declaración sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado, en la que se
sostiene que:
«La sentencia del Tribunal Constitucional […] afecta […]: limitando el desarrollo de los
autogobiernos; negando la participación de las CCAA en las decisiones y organismos
del Estado, uno de los elementos federalizantes los nuevos estatutos; y facilitando la
permanente intromisión competencial del Gobierno del Estado en ámbitos propios de
las CCAA.
Según esta sentencia, las aspiraciones de mayor y mejor autogobierno y de
reconocimiento nacional de Cataluña, plasmadas en un Estatuto pactado con el
Estado y aprobado en referéndum por la ciudadanía, no tenían cabida en el marco
constitucional, manifestando además que no era posible realizar una lectura federal de
la Constitución.
436
“Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012.
339
La respuesta del Gobierno del PSOE en la sentencia fue de pasividad absoluta; no se
propuso ninguna salida, ni jurídica ni política, que permitiera superar sus efectos. Y el
actual Gobierno del PP está realizando una ofensiva contra las autonomías, a las que
acusa falsamente de la crisis, para justificar un proceso de involución autonómica y de
recentralización que afecta también a los municipios, con un proyecto de reforma de la
Administración que vacía de contenido el poder local».437
En la conferencia Somos una nación. Tenemos derecho a decidir, se llega a formar
que está roto el pacto constitucional y estatutario por la Sentencia del TC.
«La sentencia rompe, pues, el pacto constitucional y estatutario. Y lo que nos
encontramos es un conflicto de legitimidades: el Estatuto, tal como lo deja la
sentencia, no ha sido aprobado por el Parlamento ni pactado en las Cortes Generales
ni refrendado por la ciudadanía.
La sentencia, además, tiene otra consecuencia. Es un terremoto que ha movido los
cimientos de la sociedad catalana sin llegar a cambiarlos radicalmente. El eje de la
centralidad está moviendo hacia posiciones más catalanistas y de más catalanidad en
cuanto a la identidad. Es un movimiento constante, alimentado por la STC y por la
actitud del Estado, pero todavía no es un cambio social radical».438
De esta lógica recentralizadora y uniformizadora que ―según el discurso de los
verdes― niega la diversidad y la pluralidad que se plasma en ella Sentencia del TC, se
desprende otra consecuencia que es calificada como el problema principal y que es el
agravio identitario. Este tipo de agravio no permite el mismo reconocimiento a «los
hechos nacionales y a las lenguas con un estatus jurídico superior a las demás», tal y
como se sostiene, en la conferencia Somos una nación.
En lo que respecta a la atribución de las causas, Herrera entiende que, son dos las
causas de los tres agravios. La primera es la continua negación por parte del Estado
español de la diversidad de España, que se plasma en la Sentencia del Estatuto como
casusa de los agravios, democrático e identitario. Y la segunda son las políticas de
austeridad que produce del agravio económico (además de las políticas de
recentralización), tal y como observamos en la siguiente cita de la Declaración de
Palafrugell: «la ruptura constitucional y la recentralización nos excluyen de la
Constitución y imposibilitan nuestro modelo de cohesión social, lingüístico, cultural y
económico»439. En esta asignación de causas se asigna un responsable que es
España y sus gobiernos (fundamentalmente el del PP, aunque también se menciona al
“Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo
de 2013.
438
“Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a
decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010.
439
“Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012.
437
340
PSOE), a quienes se les atribuye, como se ha visto intereses contrarios al bien
colectivo (recentralización, uniformización, etc.).
Identidades:
Identidad “ellos”:
En la definición que del antagonista que hace Herrera se utilizan las técnicas de
personalizar a los actores responsables, enmarcando como actores antagonistas a
España y sus gobiernos, a los que se relaciona con el nacionalismo español. Este
nacionalismo español es, para Herrera, el principal adversario. A los antagonistas se
les atribuye intenciones e intereses contrarios el bien colectivo, fundamentalmente
orientados a la negación de la pluralidad, de recentralización y uniformización; en ese
sentido, los verdes entienden que el nacionalismo español es profundamente
centralista, «niega la pluralidad nacional y es contrario al autogobierno, y [este]
nacionalismo esencialista […] niega la diversidad de la propia sociedad». Pero, no se
los define como agentes ilegítimos de comunicación. ICV-EUiA entiende que se debe
mantener un diálogo con el Estado, respecto a la relación que Cataluña quiere con
España y a qué España quiere Cataluña.
Identidades
Identidad “Nosotros”:
Respecto de la identidad “nosotros” en el enmarcado de ICV-EUiA se utilizan casi la
totalidad de las técnicas de enmarcado del marco ideal, tales como: la personalización
del sujeto colectivo, la atribución de la representación exclusiva de los valores
universales y la defensa de los intereses colectivos, por último se apropian de valores
sociales.
La personificación del sujeto colectivo, es similar a los períodos anteriores, y ello
implica que no es un enmarcado fuerte en el sentido de ERC o CiU, y que se reconoce
las diversas sensibilidades presentes en Cataluña, pero, aun contando con ello, se
tiende a enmarcar a Cataluña y su pueblo descriptos con anhelos de autogobierno,
con un identidad histórica diferenciada, con una lengua propia, con voluntad manifiesta
de su pueblo de ejercer el derecho a decidir, tal y como se sostiene en la siguiente cita
cuando hace referencia al: carácter plural de un Estado [el español] formado por
naciones, nacionalidades y regiones diversas, cultural y lingüísticamente» 440. A esos
conceptos se los se carga valorativamente de modo positivo y se los relaciona
directamente con Cataluña, en posición, al Estado español actual y al nacionalismo
440
“Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo
de 2013.
341
español que son los antagonistas enmarcados a partir de los conceptos opuestos
(recentralización y falta de pluralidad, etc.)
Sí hay, por parte de ICV-EUiA, una atribución de valores universales asociados con la
legitimidad democrática, de valores federales y de izquierdas en los que se
fundamenta, tal y como dice la declaración de Palafrugell, «nuestro modelo de
cohesión social, lingüístico, cultural y económico […] solo se puede garantizar con el
nuevo modelo de Estado, una nueva república catalana y social sobre la base de la
soberanía del pueblo, la defensa de la lengua y el control democrático del poder»441
Pronóstico:
El pronóstico de ICV-EUiA es transformar la relación del encaje de Cataluña en
España, tal y como se observa, en la cita de la declaración del Derecho a decidir y el
modelo de Estado de ICV-EUiA, cuando dice:
«Para recomponer la relación de Cataluña con el Estado, en estos momentos sólo hay
un camino, y es resolver lo que quedó sin solución durante la Transición: el
reconocimiento constitucional del carácter plural de un Estado formado por naciones,
nacionalidades y regiones diversas, cultural y lingüísticamente».442
En el sentido de los mencionado hasta aquí, ICV-EUiA, apuesta la asignación de tres
elementos como conceptos centrales de soluciones. El primero es «desde una
perspectiva federal tanto a nivel español como a nivel europeo […] se propone liderar
un proceso desde la izquierda verde nacional con el objetivo de un estado propio» 443.
El segundo objetivo es obtener un concierto económico solidario para acabar con la
«esclavitud financiera» y «un nuevo modelo territorial de reconocimiento de las
naciones»444 a partir de la reforma de la Constitución y de un proceso constituyente. El
tercer objetivo, es la realización un referéndum de autodeterminación para Cataluña.
Todo lo anterior mediatizado por el derecho a decidir, como se observa en la siguiente
cita de la Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013 en donde dice:
«Derecho a decidir. Y cambiar las relaciones con el Estado. Esta demanda, expresada
no sólo por el derecho a decidir sino también por el independentismo, es una
oportunidad para que conecta con una necesidad y, añadiría, con un Estado de ánimo:
la necesidad y la voluntad de cambiarlo todo. El sistema político, las relaciones con el
Estado, Europa y el orden social y económico».445
Por último, a estos objetivos se los carga de beneficios a obtener como son los de:
«luchar contra la pobreza y la desculturización, contra la destrucción de puestos de
441
“Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012.
“Declaración de IU-ICV-EUiA Sobre el derecho a decidir y el modelo de Estado”, del 5 de mayo
de 2013.
443
“Declaración Institucional de ICV-EUiA”. Palafrugell, del 14 de abril de 2012.
444
Ibídem.
445
Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013
442
342
trabajo, contra las desigualdades y la pérdida de oportunidades, de derechos y de
libertades que se está produciendo aceleradamente en Cataluña».446
La idea que se avanza en estos dos últimos párrafos es que ICV-EUiA vincula los tres
conceptos (Estado propio, pacto fiscal, y referéndum) a la noción de cambiarlo todo.
De este modo, en su discurso todos los agravios, pueden ser solucionados por el
pronóstico, en tanto que se cambia todo. Veremos el mismo tipo de enmarcado en la
CUP, asociando independencia con regeneración política, reforma institucional, social
y económica.
Motivación:
En lo que respecta a la segmentación de audiencias, no es la atarea más desarrollada
del marco de los verdes. En él se utilizan las técnicas de enmarcado de definir a los
participantes, vincular la resolución de los problemas con la participación y con la
responsabilidad individual, llegando incluso a señalar formas de participación. La
segmentación es claramente hacia el interior de Cataluña, con un estudiado balance y
equilibrio para contentar a las audiencias federalistas y a las independentistas.
No obstante ello, Herrera hace un llamamiento, en la declaración del 11 de septiembre
del 2013, a las personas con identidades complejas, que reconoce son mayoría, a la
apuesta federal como apuesta por la diversidad. Del mismo modo que intenta movilizar
de modo transversal a todos quienes compartan las perspectivas de ICV-EUiA para
crear un espacio cívico al que carga de valores como: «el catalanismo de izquierdas,
republicano, popular y social en defensa de la lengua, la cohesión social, la igualdad
de derechos, la cultura, la dignidad, la libertad y la autodeterminación del pueblo de
Cataluña».447
ICV-EUiA plantea un llamamiento a la movilización social de carácter transversal
orientada al cambio del statu quo, pero ambiguo respecto de la independencia, que
tiene como punto coincidente con el nacionalismo de CiU, ERC y PSC el diagnóstico,
en líneas generales, de la situación.
Estrategia de ICV-EUiA:
La estrategia de ICV-EUiA es similar a los períodos anteriores, en lo referente a
intentar armonizar la tensión no resuelta entre dos tendencias, que intenta unificar
mediante la ambigüedad, aunque sin parsimonia alguna, y que son la cívico-política y
la etno-cultural. Esa citada ambigüedad, busca un pretendido centro político que se ha
446
447
Ibídem.
Ibídem.
343
desplazado en el eje nacional hacia el independentismo, y con ello se ha desplazado
también la estrategia de ICV-EUiA.
Tal y como puede observarse en la cita siguiente del manifiesto Somos una nación
―que ya en el propio título se hace manifiesta referencia a la naturaleza nacional de
Cataluña― en el que se utilizan para definir su concepto de nación, elementos de
adscripción de naturaleza etno-cultural, y lo observamos cuando Herrera sostiene que:
«Mi idea de la nación, nuestra idea de la nación, no es esencialista, es la nación de los
ciudadanos y las ciudadanas que a partir de una lengua, cultura e historia tienen la
voluntad de vivir un proyecto común. Soy catalanista y creo que Cataluña es una
nación que tiene derecho a autogobernarse»448.
Si bien se hace referencia a los términos “ciudadanos”, los elementos de adscripción a
la nación, lejos de ser cívico-políticos, son de naturaleza etno-cultural, es decir, nos
encontramos ante una manifiesta contradicción irresuelta; por no mencionar el
argumento que sostiene que una forma de vivir un proyecto común a partir de la
lengua, la cultura y la história es un clásico recurso de los nacionalismos de corte etnocultural.
Por otro lado se establece una serie de cadenas identitarias opuesta y excluyentes,
que asocian conceptos tales como federalismo, democracia, pluralidad, autogobierno,
al nacionalismo catalán, con el objetivo de legitimar las reclamaciones de un
nacionalismo catalán que se presenta, a diferencia del español, como un proyecto
emancipador (Alonso, 2015). Frente a este nacionalismo emancipador se opone el
hipotético nacionalismo esencialista español al que se define y categoriza como
centralista, con resabios autoritarios, insensible a la diversidad y al autogobierno, y ello
lo inhabilita como interlocutor y lo deslegitima en sus aspiraciones. Este es el
adversario para el nacionalismo de ICV-EUiA, y ello lo advertimos en la próxima cita,
en la que Herrera dice que:
«El adversario del federalismo es el nacionalismo centralista que niega la pluralidad
nacional y es contrario al autogobierno, y el nacionalismo esencialista que niega la
diversidad de la propia sociedad».449
Del mismo modo que en la conferencia de Joan Herrera del 11 de septiembre del
2013, éste sostiene que: «los adversarios de las libertades nacionales de Cataluña son
los primeros interesados en promover la crispación, el "frentismo" y la división social
por la lengua o por el derecho a decidir» 450
448
“Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a
decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010.
449
Ibídem.
450
Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013.
344
En la cita anterior observamos claramente la aproximación de Herrera en lo que
respecta a la naturaleza nacionalista de la estrategia de ICV-EUiA. En ésta se sostiene
que Cataluña posee libertades nacionales y que tiene adversarios.
Hay dos elementos que destacan en esta estrategia asociada a la innovación de la
radicalización de posiciones ideológicas hacia el independentismo de ICV-EUiA en
esta etapa. El primero es el giro táctico, además de estratégico, hacia el
independentismo y la asunción de la vía de la secesión como parte del programa del
partido, tal y como surge de los dichos de Herrera:
«Y el independentismo, el independentismo que es gradualista, que huye de los saltos
en el vacío y que comparte la idea de una identidad nacional abierta, debe ser un
aliado.
Como afirma el amigo Miquel Caminal, creo que federalismo y el independentismo
deben dialogar. El independentismo debería aceptar el pacto federal como un paso
más de su proyecto para ir cambiando la correlación de fuerzas. Y el federalismo no
debería negar la posibilidad de la independencia ante el fracaso del pacto federal».451
El segundo elemento, que está asociado al giro secesionista, es la forma en que se
deriva del hecho nacional el derecho a decidir. Según se plantea en el texto “Somos
una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo”, el derecho a decidir se presenta
como un derecho inalienable de las naciones, en clara consonancia con el derecho de
autodeterminación de los pueblos. Parece de muy difícil justificación, que
planteamientos de esta naturaleza, puedan ser categorizados como de corte cívicopolítico, teniendo en cuenta los estándares democráticos que España posee.
Por otra parte, al igual que en el caso de CiU y ERC, en ningún momento se hace
explícita definición alguna de lo que comprende el derecho a decidir, que se
presupone, asociado con el concepto de radicalidad democrática, como si fuese un
derecho de naturaleza casi absoluta, que no es susceptible de ser acotado por otros
derechos.
Por último, hay una explícita asunción del discurso producido por CiU. Los conceptos,
anteriormente citados, como radicalidad democrática, derecho a decidir, ―además de
la propia idea del referéndum de autodeterminación, del pacto fiscal, de la relevancia
de la Sentencia del TC sobre el Estatuto de Autonomía y de la efeméride de 1714―
son elementos que ha introducido CiU en su discurso en el período anterior, tal y como
se ha señalado, y que se hicieron parte del discurso de la élite nacionalista catalana a
partir del año 2010.
451
“Somos una nación, tenemos derecho a decidir. Federalismo” (Som una nació, tenim dret a
decidir. Federalisme) del 8 de septiembre de 2010.
345
Por último, y para concluir, se observa que, mientras en períodos pasados, ese
equilibrio entre la dos estrategias nacionales parecía ser equitativo en las dos
tendencias, más allá de la reiteración de la adscripción a un nacionalismo no
esencialista por parte de ICV-EUiA, los datos empíricos, anteriormente expuestos, nos
llevan a concluir que esa estrategia se ha decantado hacia un predominio de la
naturaleza del nacionalismo etno-cultural, tal y como podemos apreciar en esta última
cita de la conferencia del 11 de septiembre de 2013, en la que Herrera dice que:
«El año que viene conmemoramos el 300 aniversario de la pérdida de los derechos y
libertades de Cataluña. Sin duda será una fecha importante. Ahora tenemos la
oportunidad de decidir, por primera vez de forma clara en tres siglos, qué queremos
que sea nuestro futuro como país».452
Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía:
Ciudadanos, en este periodo no realiza, en líneas generales, modificaciones
sustanciales en su posicionamiento ideológico y discursivo respecto al período
anterior. Los elementos más relevantes de esta formación son los buenos resultados
en las elecciones al Parlamento Catalán de 2012, en las que obtiene 275.997 votos,
pasando de 3 a 9 escaños; éxito que se repite en las elecciones al Parlamento
Europeo de 2014, y en las municipales y autonómicas de 2015. Se destaca además
que Ciudadanos ha expandido su implantación a la totalidad del territorio español, con
lo que se encontrarán algunos matices importantes en sus discursos, en tanto que el
partido ha adquirido una dimensión nacional y cambia su categoría de partido de base
regional a partidos de base nacional.
El análisis del discurso de Ciudadanos serán los textos de Albert Rivera publicados en
el diario El País, titulado El cambio sensato,453 escrito junto a Luis Garicano, y
publicado con fecha 15 de febrero de 2015; y La solución para Cataluña454, del 29 de
julio de 2015; y dos entrevistas a Albert Rivera, del diario La Vanguardia, del 31 marzo
2013455 y del 15 marzo 2014.456457
452
Conferencia de J. Herrera del 11 de Septiembre de 2013.
Luis Garicano, y Albert Rivera “El cambio sensato”, El País, el 15 de febrero de 2015. Disponible
en línea en: http://elpais.com/elpais/2015/02/13/opinion/1423841534_920429.html
454
Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015. Disponible en línea en:
http://elpais.com/elpais/2015/07/28/opinion/1438097518_065317.html
455
Disponible en línea en: http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2013/04/20/pagina20/91675031/pdf.html?search=albert%20rivera
456
Disponible en línea en: http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2014/03/15/pagina16/93616020/pdf.html?search=albert%20rivera
457
Los dos artículos La solución para Cataluña y El cambio sensato pertenecen al año 2015, que si
bien exceden el marco temporal de la presente tesis, dada la relevancia de los textos, la continuidad
del mensaje, de los marcos y de las técnicas de enmarcado utilizadas, justifican la elección. Sí habrá
453
346
Discurso de C´s:
Diagnóstico:
El diagnóstico sigue siendo de doble valencia para Rivera. Existe una visión positiva
del Estado Autonómico, que a diferencia del período anterior, tiende a matizarse,
respecto a la necesidad de reformas institucionales y económicas, y ello se condice y
relaciona, con la ampliación de la implantación territorial del partido. Estos matices
tienen que ver con la regeneración democrática, la transparencia y la mejor gestión
económica,
que
combine,
los
beneficio
del
Estado
del
Bienestar
de
la
socialdemocracia, con los del libre mercado, del liberalismo. Por otra parte, hay un
diagnóstico de valencia negativa que se relaciona con el proceso soberanista, con el
que Cs, en general, y Rivera, en particular, son especialmente críticos. El problema del
encaje se sigue remitiendo, tal y como observado visto en el capítulo anterior, a una
cuestión de élites políticas nacionalistas. Ello lo vemos en los agravios.
Agravios:
Los agravios que plantea el discurso de Rivera hacen referencia a los 35 años de
gobiernos nacionalistas en la Generalitat de Cataluña, apoyados mediante pactos por
el PP y el PSOE. Y se refiere, especialmente, a las políticas de cesiones de
competencias que se han utilizado para la construcción de un hipotético Estado
catalán, sin políticas de control por parte del Estado central.
Ello lo advertimos en el artículo “El cambio sensato”, publicado en el diario El País, en
el que Rivera y Garicano sostienen que: «Los españoles tenemos mucho de lo que
enorgullecernos en las últimas décadas. Contrariamente a lo que sugieren muchos
que critican todo lo construido desde la Transición, entre los años 1978 y el 2000,
España experimentó un período de creciente convergencia económica y política con
Europa. […] En esos años creamos una democracia imperfecta, pero que mejoraba
cada año, un sistema sanitario excelente, y un Estado de bienestar que redujo
enormemente la pobreza».458
Las técnicas de enmarcado que utiliza el marco de Ciudadanos son: las de presentar
una cuestión como problema mediante la asignación de un concepto, definir la
cuestión respeto de la experiencia ordinaria de la población, insertarla en un marco
más amplio y dramatizarla.
Ello se observa en su artículo titulado “La solución para Cataluña” en el que sostiene
que:
un sobredimensionamiento de la tarea central de motivación en el marco del Ciudadanos en estos
textos, debido al momento de precampaña electoral tanto en Cataluña como en el resto de España.
458
Luis Garicano, y Albert Rivera “El cambio sensato”, El País, el 15 de febrero de 2015.
347
«Es urgente que en Cataluña, después de 35 años de autogobierno, tengamos por
primera vez un Gobierno leal a la Constitución, europeísta y que defienda la
autonomía de Cataluña sin cuestionar las bases fundamentales de nuestra
democracia».459
La cuestión que se problematiza es el gobierno sin control del nacionalismo catalán,
que ha sido y es, desleal a la Constitución; del mismo modo que se enuncian el estilo
populista del nacionalismo de Mas y de Podemos «un populismo de consigna y
bandos». Aquí se hace una indirecta alusión a la experiencia cotidiana de la población,
que es continuamente interpelada a partir de la cuestión territorial, mediante el marco
del nacionalismo hegemónico de CiU y de ERC, en función de dos campos de
identidades opuestos y mutuamente excluyente.
La inserción en el marco más amplio aparece en las menciones de Rivera a la
aquiescencia del PP y del PSOE en dejar que el nacionalismo catalán gobierno sin
controles, desde la Transición hasta ahora.
La dramatización respecto del futuro la observamos cuando Rivera menciona que
«después de tres décadas, en Cataluña y en toda España ha llegado el momento de
abandonar el politiqueo y volver a la política de verdad, a primar la visión de Estado
sobre la visión de partido».460
La atribución de la causa, tal y como hemos señalado ya, son las tres décadas de
gobiernos nacionalistas, y la permisividad del PP y del PSOE. De allí que la técnica de
enmarcado que se utilice sea la de responsabilizar a esos tres actores definido
fundamentalmente el nacionalismo catalán como el antagonista.
Identidades:
Identidad “ellos”:
El antagonista del marco de significación de Ciudadanos es el nacionalismo catalán, y
en particular el nacionalismo de CiU y ERC, a partir de la radicalización de posiciones
que ocurrieron con el proceso soberanista. Las técnicas de enmarcado que utiliza
Rivera son la de personalizar a los actores responsables, tal y como hemos señalado;
atribuir intensiones, e intereses contrarios al bien colectivo e identificarlos como
agentes ilegítimos de la comunicación, en un proceso de enmarcado muy similar al del
período anterior.
Además de la personificación del antagonista, a los que se señala claramente, como el
nacionalismo catalán de CiU y ERC, se les atribuyen intensiones e intereses contrarios
el bien colectivo, al sostener que el actual gobierno de Mas, no defiende la idea de
«que los españoles somos iguales entre nosotros, que somos y queremos seguir
459
460
Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015.
Ibídem.
348
siendo solidarios, que defendemos las libertades individuales por encima de las
respetables identidades de cada ciudadano y que seguiremos estando juntos dentro
de una España democrática, diversa y unida».461
Del mismo modo que en la cita anterior, Rivera señala que si los ciudadanos
pretenden un: «Gobierno catalán democrático, que respete las leyes y las sentencias
judiciales, que tenga las manos limpias y que no gobierne o para los separatistas o
para los constitucionalistas, sino para todos los catalanes, lo que debemos hacer es no
caer en la política de bandos de Artur Mas».462
De este modo, presentando una acción concreta, define al antagonista, como
antidemocrático, que no respeta las leyes y sentencias, que se ve afectado por casos
de corrupción y que gobierna para una parte de la población. En esta definición que
hace Rivera, aparecen claramente las técnicas de enmarcado que señalan al
antagonista como contrario a los intereses colectivos.
La definición de agentes ilegítimos de comunicación viene dada por la negativa frente
a cualquier pacto o diálogo que no se produzca dentro de la legalidad 463 como es el
caso del Proceso participativo del 9 de noviembre de 2014.
Identidad “nosotros”:
La identidad del protagonista, al igual que en el período anterior y del mismo modo que
lo hacen los partidos de base nacional (PP y PSOE), se enmarca a partir de la idea de
que el protagonista tiene dimensión española y no únicamente catalana. Hay una
cuidada falta de personalización del sujeto colectivo, como técnica de enmarcado,
porque para Ciudadanos, la soberanía popular reside en los ciudadanos del conjunto
de España y ello se relaciona con la forma de entender la naturaleza de la estrategia
nacionalista del partido, tal y como se verá más adelante,
Por otra parte, sí se produce una atribución de la defensa exclusiva de los intereses
colectivos y de la representación de los valores universales, como técnica de
enmarcado; ello se advierte en la siguiente cita de Rivera del artículo “La solución
para Cataluña”, en la entiende que: «los españoles somos iguales entre nosotros, que
somos y queremos seguir siendo solidarios, que defendemos las libertades
individuales por encima de las respetables identidades de cada ciudadano y que
seguiremos estando juntos dentro de una España democrática, diversa y unida».464
Del mismo modo en que vemos que se apropia de valores sociales como la
democracia, la diversidad, y la unidad de España, intentando una identificación del
461
Ibídem.
Ibídem.
463
Véase la entrevista a Albert Rivera, en La Vanguardia, el 15 de marzo de 2014.
464
Albert Rivera, “La solución para Cataluña”, El País, 29 de julio de 2015.
462
349
partido con los valores e intereses liberal-democráticos que inspiraron el modelo
autonómico.
Pronóstico:
El pronóstico de ciudadanos tiene como eje central, el cambio del signo de gobierno
en Cataluña, que se asigna como concepto central, en tanto que técnica de
enmarcado, junto con el de regeneración democrática a nivel estatal.
El concepto central es el de romper con las tres décadas de gobiernos nacionalistas
en Cataluña y reemplazarlo por un gobierno leal a la Constitución, además de
democrático, que respecte las leyes, y que gobierne para todos los catalanes con el
objetivo de: «restablecer los puentes rotos entre los propios catalanes, y los lazos con
el resto de españoles. Solo de esa manera Cataluña podría dejar de ser un problema
para volver a ser un activo, como siempre lo fuimos para el conjunto de España y para
el proyecto de unificación europea».465
Vemos en la cita anterior como se enmarcan los beneficios a obtener con ese cambio
en Cataluña, que debe ser acompañado, señala Rivera, con un cambio a nivel
nacional, que: «que reconstruya nuestra nación de ciudadanos, que fortalezca nuestra
democracia, nuestros valores civiles y nuestras instituciones, huyendo del inmovilismo
y del populismo, igual de nocivos ambos para la evolución de nuestra sociedad».466
Un cambio a nivel nacional que se oriente a «reformar España y reconstruir el proyecto
común español en el marco de la Constitución, la sociedad del bienestar, la economía
de mercado y la Unión Europea, los cuatro pilares que se asentaron en la Transición.
Lejos de prescindir de alguno de ellos, debemos reforzarlos y tenerlos más presentes
que nunca».467
En la cita anterior se observa, la inclusión de referencias históricas cercanas como el
caso de la mención de la Transición como ejemplo de las reformas que propone
Ciudadanos.
Para Rivera la solución contra los males del nacionalismo es que España funcione (de
allí la importancia para Ciudadanos del cambio en el Gobierno de España también). El
cambio del signo político, en Cataluña y en España, mejorará según Rivera, el
deterioro de la confianza en la vida pública, la reducción del nacionalismo y se
involucrará a todos los españoles en un nuevo proyecto común con el objetivo de:
«reconducir y reforzar el Estado autonómico volviendo a los principios de cualquier
Estado autonómico-federal: autonomía, suficiencia financiera y respeto a la diversidad
465
Ibídem
Ibídem
467
Ibídem
466
350
para las comunidades autónomas; pero más coordinación, menos duplicidades y
burocracias, y garantizar la lealtad institucional perdida, la igualdad de derechos para
los ciudadanos y la unión de todos los españoles».468
Motivación:
La definición de las audiencias por parte de Ciudadanos y la apelación a la acción
están enmarcadas de modo fuerte ―y ello tiene que ver con el momento en que se
publican los textos, fundamentalmente los dos artículos del diario El País―. Hay un
claro enmarcado de las audiencias a las que define, dirige e interpela Rivera. Se
observa que Rivera utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: definir los posibles
participantes, apelar a la responsabilidad de los individuos y relacionar esa
participación con la solución del problema, invocar valores universales, y por último, se
indican, aunque más no sea de modo tácito las formas de participación.
Rivera apela a todos los españoles, incluyendo a los catalanes que adhieran a los
objetivos de cambiar Cataluña y reformar España, es decir, el marco de Ciudadanos
apela a las audiencias que comparten el diagnóstico y que desean un cambio de
situación sin caer en «el inmovilismo, ruptura o revolución»469.
Rivera pretende movilizar al electorado tanto en Cataluña como en toda España
―recuérdese que los dos textos de Rivera son del 2015― y la movilización está en
relación con la solución del problema, ganar al nacionalismo en las elecciones para lo
que invoca de modo recurrente los valores liberal-democráticos y las bondades de la
Transición.
Estrategia de Ciudadanos:
La estrategia de Ciudadanos es una estrategia de claro corte cívico-político, tal y como
se comentó en el capítulo anterior, que opone a la visión del nacionalismo catalán
―particularmente la de ERC y de CiU en esta última etapa― la visión cívica, e incluso
hasta republicana de nación. Esto último destaca de la siguiente cita: «los españoles
somos iguales entre nosotros, que somos y queremos seguir siendo solidarios, que
defendemos las libertades individuales por encima de las respetables identidades de
cada ciudadano y que seguiremos estando juntos dentro de una España democrática,
diversa y unida».470
En ella podemos observar el recurso a los cuatro principales conceptos que formaban
los lemas de la Revolución Francesa: libertad, igualdad, fraternidad y unidad de la
468
Ibídem.
Ibídem.
470
Ibídem.
469
351
república. Es por ello que, a juicio de quién suscribe esta tesis, se atisba cierto perfil
neo-jacobino en Ciudadanos, que se
comparte con la tendencia mayoritaria, del
PSOE.
Por otra parte no se desconocen las particularidades identitarias de una parte de la
sociedad catalana, pero se les niega la categoría de derechos colectivos e históricos, y
se los enmarca en una propuesta nacional cívica, y quizás con menos referencias a la
Constitución que en el período anterior. Es por ello que podemos observar cierto
alejamiento de la visión del nacionalismo constitucional del PP y un acercamiento al
patriotismo constitucional de PSOE.
Por último, Ciudadanos aprovecha de la polarización social promovida por parte de
CiU y ERC, dentro del proceso soberanista y tiende a ocupar el espacio ideológico
tradicional del PSC, en el eje nacional. Los buenos resultados electorales de
Ciudadanos frente a la fuerte caída del PSC tienden a demostrar el acierto en la
lectura estratégica del momento político y en las elecciones realizadas.
CUP-SI
Se analizarán dos partidos minoritarios, que se ubican en una posición más
radicalizada que la de ERC respecto del nacionalismo y que alcanzaron
representación parlamentaria a partir del año 2010. Primero nos referiremos a
Solidaridad Catalana por la Independencia (SI) y luego a la Candidatura de Unidad
Popular (CUP). Por primera vez en el año 2010 con el ingreso de SI obtuvo
representación parlamentaria un partido que disputase a ERC su electorado. En el
caso de SI en las elecciones de 2010 obtiene un 3,29% de loso votos y no logra
representación parlamentaria en 2012. Por su parte la CUP ingresa, por primera vez
en el parlamento de Cataluña, en el año 2012 con un 3,47% de los votos. Es llamativa
es similitud de porcentaje, de la que luego se ofrecerá alguna reflexión.
Comenzaremos por el análisis del discurso de SI.
SI:
Solidaridad Catalana por la Independencia es una coalición de seis partidos políticos
fundada por Uriel Bertran, Alfons López Tena i Joan Laporta471 en el año 2010 luego
de la Sentencia 31/2010 del TC y de las manifestaciones contrarias a ella. SI se
describe como un «movimiento político independentista, transversal, progresista, de
base y radicalmente democrático».472
El discurso de SI tiene un diagnóstico profundamente negativo de la relación CataluñaEspaña. El enmarcado de los tres agravios ―económico, democrático e identitario―
471
472
Joan Laporta fue presidente del Fútbol Club Barcelona.
Decálogo de SI, disponible en línea en: http://www.solidaritatcatalana.cat/solidaritat/qui-som
352
es muy enérgico473. Las identidades, antagonistas y protagonistas son opuestas y
excluyentes.
El pronóstico ―es en esta tarea donde el marco está más desarrollado― de SI es la
proclamación de la independencia de Cataluña por el Parlamento Catalán y la
«extensión progresiva de la independencia al conjunto de los Países Catalanes». La
defensa del Estado del bienestar y la regeneración democrática.
La motivación de SI, no se ha enmarcado de modo tan sistemático como el resto del
marco. Se dirige a unas audiencias catalanas centrando el discurso en los beneficios a
obtener con la independencia.
La estrategia nacionalista de SI es etno-cultutal, pancatalanista e irredentista.
CUP:
Se mencionará y reseñará de modo sintético, en tanto que discurso minoritario, de
igual modo que SI, el discurso de la Candidatura de Unidad Popular (CUP). La CUP,
tal y como menciona su ideario es una «organización política asamblearia» que
promueve
un
«país
independiente,
socialista,
ecológicamente
sostenible,
territorialmente equilibrado y desligado de las formas de dominación patriarcales».474
La CUP ha sido desde su fundación en 1987 un partido político minoritario en Cataluña
con una muy escasa presencia institucional. Es en las elecciones al parlamento de
Cataluña de 2012 obtiene 126,435, sufragios un 3,47% de los votos, que
corresponden a 3 escaños parlamentarios.
El discurso de la CUP se centra en un diagnóstico de valencia marcadamente
negativa, se estructuran los tres agravios ―económico, democrático e identitario― en
un formato de enmarcado fuerte475. Los campos de identidad son diametralmente
opuestos y excluyentes. Para la CUP los Países Catalanes476 son una nación oprimida
473
Véanse la entrevista a Joan Laporta en el diario La Cámara en diciembre de 2011, en la que
sostiene que: «La independencia es esencial para Cataluña porque afecta a todas las personas que
viven y trabajan en nuestra comunidad, porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y
porque es la única vía para salir de la crisis económica, democrática y cultural en la que por
desgracia estamos instalados. Y es la única vía que depende de nosotros, de las personas que
vivimos en Cataluña». Disponible en línea en: http://www.diariolacamara.com/2011/12/entrevistaspostelectorales-la-camara_08.html
474
Véase el ideario de la CUP disponible en línea en: http://cup.cat/qui-som
475
Véase la Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de
Soberanía del pueblo catalán, en la que se sostiene que «Con el maltrato económico, institucional,
territorial o cultural el encaje de nuestro pueblo en los marcos institucionales francés y español se
ha demostrado inviable. Los ataques a la lengua en los Países Catalanes o al modelo de inmersión
en la escuela en el Principado son tan sólo ejemplos recientes de esta voluntad, reiterada, del
Estado a hacer desaparecer la forma de ver el mundo y de vivir que tenemos los y las catalanas.»
(Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de Soberanía del
pueblo catalán)
476
Véase la Propuesta de resolución de la CUP-Alternativa de Izquierdas de Declaración de
Soberanía
del
pueblo
catalán,
disponible
en
línea
en:
http://cup.cat/sites/default/files/news/declaricio_de_sobirania_del_poble_catala.pdf
353
y su pueblo condenado al serle negada por la Constitución del 78 la categoría de
sujeto político.
El antagonista es España y sus instituciones, y el actor protagonista el pueblo de los
Países catalanes.
El pronóstico, único, necesario e inevitable es la independencia del pueblo de
Cataluña. Para ello promueve y participa y moviliza a su electorado en todas las
acciones que vayan en ese sentido de la autodeterminación de pueblo catalán. Dentro
de la tarea de motivación se observa una importante tarea de movilización dirigida
hacia los sectores muy sensibilizados, por la independencia de Cataluña, pero también
con sensibilidad a unos modos políticos alternativos.
Estrategia de la CUP:
La estrategia de la CUP es la estrategia más radicalizada de los partidos hasta aquí
analizados. Su aproximación es nítidamente etno-cultural en lo que se refiere al
expediente nacional de lo que denominan Países catalanes. La CUP, es en ese
sentido un partido con un ideario pancatalanista e irredentista. Por otra parte, se
combina esa radicalidad discursiva en el eje nacional con la radicalidad en el eje
social, profundamente crítica con el statu quo económico e institucional. Destaca
también una retórica combativa, de confrontación en la que se utilizan conceptos
propios del período de descolonización.
Se dejó pendiente, en la presentación de CUP y SI, un matiz respecto a estos partidos.
Es muy probable que el desgaste de ERC, producido por su entrada como partido de
gobierno en el Tripartito en ambas legislaturas, sumado a un clima de radicalización
discursiva creciente por la Sentencia 31/2010 del TC y; como tercer elemento, el
desplazamiento hacia la independencia de CiU, ERC y parte de PSC, todo esto, decía,
hizo que, la fracción más independentista del electorado de ERC, optara por un partido
que llevase una rápida declaración de independencia como punto central de su
programa electoral. Luego de los recortes sociales y las políticas de ajuste, de la
primera legislatura de Mas (2010-2012), ese mismo porcentaje de votantes que tenía
SI (sobre un 3,5% de los votos), optó por una fórmula política que además de la
independencia, en su programa propusiese, un importante crítica al sistema
económico e institucional, como es el caso de la CUP.
Partido Popular – Partido Popular de Cataluña (PP-PPC):
Tal y como se comentó en la parte inicial del capítulo presente, el PPC fue el partido
que sostuvo, a partir del 2011, el gobierno en minoría de Mas entre el 2010 y el 2012;
período en que se producen políticas de fuertes recortes sociales y económicos, tanto
a nivel nacional con el gobierno del PP, como a nivel regional con el gobierno de CiU,
354
reproduciendo las condiciones y las relaciones de fuerzas que encontramos en el
tardo-pujolismo del primer período analizado en este tesis.
A partir del año 2012, CiU abandona los apoyos del PPC, y opta por otro gobierno en
minoría, con ERC. El PP y por extensión PPC, pasan a ser los antagonistas del
discurso de las élites políticas nacionalistas catalanas, a partir de ese momento.
Situaremos los discursos del PP y del PPC en este último subperíodo.
En las elecciones del 2010 al Parlamento de Cataluña el PPC, con Alicia SánchezCamacho como candidata a la Presidencia de la Generalitat, hizo una de las mejores
elecciones en cantidad de escaños (18) con 384.019 votos, que representan un
12,33% del total, movilizando al electorado con el argumento de la mala gestión, de la
crisis y de la reforma del Estatuto de Autonomía, tanto de los gobiernos socialistas del
Tripartito, como del gobierno de Zapatero a nivel nacional.
Luego de la ruptura entre el PP-PPC y CiU, el PPC vuelve a realizar su mejor elección
en escaños, esta vez obteniendo 19 escaños con, una cifra record de votos 471.194,
que representan el 12,99% de los sufragios.
El discurso del PP-PPC, en esta etapa, mantendrá, al igual que en los períodos
anteriores, la unidad en sus características generales sin elementos diferenciales
reseñables, entre el PPC y el PP.
En cuanto a los marcos utilizados y la estrategia, se mantienen las líneas generales,
con las innovaciones respecto al proceso soberanista. Otro elemento de continuidad,
tal y como se verá es el rol de la Constitución y de los pactos constitucional en la
estrategia nacionalista.
Se analizarán el “discurso de Clausura de las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno
en Corporaciones Locales”, pronunciado por Mariano Rajoy en Barcelona, el 29 de
noviembre de 2014.
Discurso del PP-PPC:
El discurso con que Rajoy clausura las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en
Corporaciones Locales, pronunciado del 29 de noviembre de 2014 aporta una visión
muy completa del marco general respecto de la cuestión del encaje de Cataluña en
España y en particular del proceso soberanista.
Diagnóstico:
El diagnóstico que propone el marco del discurso de Rajoy, es de valencia doble,
positiva a nivel español en términos generales; y por otra parte, de valencia negativa,
con respecto a la gestión de los gobiernos socialistas como, y principalmente, respecto
del gobierno de Cataluña.
355
La valencia positiva está asociada con la historia reciente, en particular con la historia
de España y de Cataluña, desde la Transición hasta la actualidad, y haciendo especial
referencia a elementos institucionales del Estado de bienestar, tal y como vemos en la
siguiente cita:
«También sé lo mucho que Cataluña se ha beneficiado de formar parte de España.
España es uno de los cuatro países del mundo que más ha crecido su renta per cápita
en los últimos 40 años. España tiene un estado de bienestar como muy pocos en el
mundo, un sistema de pensiones público, una sanidad gratuita, pública y universal y
de primera –como ha demostrado en el caso del ébola-, de las mejores del mundo.
España es el segundo país del mundo que recibe más turistas, más de 60 millones de
turistas, ¿Por qué vienen? Porque somos un gran país, porque tenemos buenos
servicios público, porque somos un país seguro, abierto, tolerante, solidario. Ese es
nuestro país».477
Agravio:
En este marco general Rajoy plantea, enmarca la dimensión del agravio presentando
una cuestión, problematizándola y atribuyéndole una causa. Las técnicas de
enmarcado utilizadas son la asignar un concepto y relacionarlo con lo real y con las
experiencias ordinarias de la población e insertar la cuestión en un marco más amplio.
En lo que respecta a la asignación de causas, vemos que asigna un concepto y
atribuye responsabilidades a un actor particular.
Rajoy presenta la cuestión con una pregunta retórica que se entronca con el
diagnóstico de valencia positiva que realiza primero, y esta pregunta que se hace es:
«Si juntos hemos escrito esta formidable historia de éxito, ¿por qué quieren algunos
acabar con ella?». La cuestión que se plantea es que: quieren acabar con España.
Rajoy utiliza las técnicas de enmarcado de relacionar el problema con lo real y con las
experiencias ordinarias de la población cuando sostiene que:
«No es propio de Cataluña, ni de sus gentes, cosas que están pasando en los últimos
tiempos: que se divida a la sociedad, que se niegue su pluralidad, que se pongan
etiquetas para distinguir independentistas de quienes no lo son, que se amenace a
medios de comunicación, que se alienten campañas contra sus empresas o que se
desprecie la estabilidad, la legalidad o el interés general. Digo esto porque es verdad y
no me gusta. A los catalanes tampoco».478
477
Mariano Rajoy, “Discurso Clausura las Jornadas Estabilidad y Buen Gobierno en Corporaciones
Locales”, 29 de noviembre de 2014.
478
Ibídem.
356
En ese sentido Rajoy en su discurso inserta la cuestión en un marco más amplio y
atribuye las causas del agravio al nacionalismo catalán, en particular a Artur Mas, y los
responsabiliza como actor antagonistas. Ello lo observamos en la siguiente cita de
Rajoy: «el problema es que Cataluña lleva cuatro años con déficit de gobierno, por no
hablar, lisa y llanamente, de desgobierno».479
Rajoy pasa describir su visión del proceso soberanista mediante la técnica de
enmarcado de relacionarlo el problema con lo real e insertarlo en un marco más
amplio, tal y como vemos en la cita que sigue:
«[…] el presidente de la Generalitat se fatigó de hacer lo que tenía que hacer para
sacar a Cataluña de la ruina en la que la dejó el tripartito y volvió a convocar otras
elecciones. Los catalanes […] Le retiraron 12 escaños. De 62 pasó a 50. Desde
entonces, no ha hecho más que huir hacia adelante y continúa en busca de su
supervivencia política dejando atrás a cada vez más catalanes.
El 9 de noviembre –como todos sabéis– se realizó un simulacro de consulta sin censo,
sin garantías, bajo una escandalosa parcialidad de la Generalitat y de sus medios.
Quiso hacer creer que había hecho una consulta que no hizo; invirtió en esa farsa toda
su energía, todo su tiempo, toda la presión que ha podido hacer sobre la sociedad
catalana y muchísimo dinero».480
Del mismo modo que más adelante Rajoy se refiere a la inestabilidad institucional
generada por el proceso soberanista que utiliza como técnica de enmarcado, para
dramatizar la situación a futuro, al sostener que:
«Ahora se nos anuncia una nueva hoja de ruta, que supone prolongar casi dos años
más este estado de cosas. Después de las elecciones del 10, después de las
elecciones del 12, después del simulacro del 14, ahora se pretenden unas elecciones
llamadas plebiscitarias en marzo del año 15; luego una constitución ilegal, más tarde
un referéndum ilegal, a continuación otras elecciones, de no se sabe de qué tipo, en el
año 16. Durante ese tiempo se celebrarán además en Cataluña las elecciones
municipales y también las elecciones generales. 18 meses de viaje a ninguna parte,
que hay que sumar a los casi 50 que les han precedido desde que Artur Mas llegó al
poder. Nunca un gobernante había perdido tanto el tiempo, ni se lo había hecho perder
a los ciudadanos. Nunca un gobernante había generado tanta confusión y había
provocado tanta inestabilidad».481
Por último hay una referencia concreta a las experiencias ordinarias de la población, y
en esta técnica de enmarcado, el marco del PP es insistente, tal y como señala Rajoy:
479
Ibídem.
Ibídem.
481
Ibídem
480
357
«Gobernar de verdad, es decir, dejarse de «pueblos» y atender a la gente real, a los
individuos, a las personas, a sus necesidades, al desempleo, al crecimiento
económico, a la marcha de las empresas… a lo que nos dedicamos todos, en todas
partes, cuando hablamos de gobernar. Que tampoco hay que ser tan inteligente para
saber esto».482
El enmarcado de Rajoy, hace especial hincapié en tres elementos. El primer elemento
es señalar como actor responsable a Mas; el segundo elemento es señalar que los
sujetos agraviados, son fundamentalmente los catalanes; y el tercer elemento es
posicionar el centro del agravio sobre el desgobierno de las cuestiones ordinarias de la
población (orientado a las cuestiones materiales y económicas); además de relacionar
con ello un agravio institucional o democrático cuando señala que:
«La política no puede ser la excusa a saltarse la ley o la voluntad de los ciudadanos.
Algunos llaman hacer política a eso: a saltarse a ley. Para eso que no cuenten
conmigo. Si la política es la alternativa a la aplicación de la ley, estamos proponiendo
algo muy poco democrático, que puede generar problemas en nuestro país».483
En esta forma de enmarcar el diagnóstico del discurso de Rajoy se observa una cierta
forma especular al discurso del nacionalismo hegemónico catalán de CiU y ERC
(compartido por otras fuerzas, principalmente en el diagnóstico). Y, esa forma de
estructuración especular, posiblemente tenga que ver con la intensión de refutar y
desarticular los argumentos que sustentan el discurso nacionalista. Si se asumen las
hipótesis de Lakkoff (2006) se podría poner en duda la efectividad de un proceso de
enmarcado de este tipo, dado que en algún punto pone el eje discursivo en los
términos del adversario.
Identidades:
Identidad “ellos”:
En esta dimensión Rajoy define al antagonista, y utiliza las siguientes técnicas de
enmarcado: personaliza a los actores responsables, les atribuye intenciones e
intereses contrarios al bien colectivo, pero no los define como actores ilegítimos de
comunicación.
Para la personalización de los antagonistas como responsables, Rajoy utiliza una
cadena de identidades entre nacionalismo-Gobierno de la Generalitat-Mas. Ello
podemos advertirlo en el siguiente fragmento:
«el Govern [por el Gobierno de la Generalitat] en lugar de trabajar para el bienestar de
los catalanes, en lugar de dedicar su tiempo a relanzar la economía, a sostener los
482
483
Ibídem
Ibídem
358
servicios sociales, a mejorar la educación o la sanidad, ha estado obsesivamente
entregado a fomentar la división de los catalanes, propagando falsos mitos históricos y
políticos, engañando a la gente sobre la realidad económica y fiscal de Cataluña y de
España, agitando la ensoñación de la independencia como la Arcadia feliz». 484
Rajoy claramente asigna intereses e intenciones contrarias al bien colectivo, por parte
del antagonista, y lo responsabiliza de crear un conflicto que poco tiene que ver con
los catalanes. Es la identidad de nacionalismo-Mas-Gobierno de la Generalitat la que,
en términos de Rajoy, no gobierna para los catalanes, sino que genera división y
conflicto, engañando a la gente sobre la realidad económica y en la propagación de
falsos mitos.
Identidad “nosotros”:
La identidad del protagonista se enmarca a partir de la referencia a la identidad
anidada (es decir la identidad catalana dentro de una identidad española). Las
técnicas de enmarcado utilizadas son: atribuirse la representación de valores
universales y de la defensa de los intereses colectivos, sin incidir demasiado en la
personificación del sujeto colectivo.
Comenzando por el análisis de este último, podemos decir que Rajoy utiliza
indistintamente los términos España y país, y además señala que la relación que
tienen las identidades en cierta forma se reproducen en los territorios, en tanto que
Cataluña es y está en España y en Europa.
La referencia a Europa se hace a través del argumento de que Cataluña está en
Europa (en el sentido de la UE) por su pertenencia a España. De llevarse a cabo la
secesión, Cataluña quedaría fuera de la UE. Por cierto, el recurso del mimbre europeo
es también un elemento que utiliza el marco del nacionalismo de CiU, ERC y
―eventualmente en la etapa Maragalliana― el PSC, para acentuar la modernidad y
superioridad de la Cataluña puerta de Europa de España, del discurso nacionalista.
Todo lo anterior, se observa en el siguiente párrafo, en el que también Rajoy, motiva a
la acción de las audiencias y ofrece además una clara idea de la estrategia
nacionalista que propone, cuando sostiene que:
«España no se entiende sin Cataluña y tampoco Cataluña sin España; que la historia
de Cataluña es la de España y la de España es la de Cataluña. Que llevamos más de
cinco siglos viviendo juntos todos los españoles, pero que no somos sólo una realidad
histórica, somos, sobre todo, una aspiración que mira al futuro. Que queréis ser
catalanes y españoles, que no queréis que unos catalanes puedan quitarle a otros su
484
Ibídem
359
derecho a ser españoles. Que no queréis que unos catalanes puedan quitarles a otros
su derecho a ser europeos.
Que no queréis que Cataluña sea un espacio aislado en Europa donde millones de
españoles tengan que sentirse extranjeros. No lo queréis vosotros y no lo quiere nadie
en toda España.
Y desde luego no queremos que nadie tenga que elegir entre ser catalán y español. Y
eso no se va a producir».485
Pronóstico:
Las soluciones que propone Rajoy tienen dos elementos centrales que se asignan
como conceptos dentro de las técnicas de enmarcado. El primero de los conceptos
que enmarca Rajoy es la continuidad en sus políticas; y el segundo concepto es la
identidad dual o anidada de la mayoría de los ciudadanos en Cataluña.
Rajoy utiliza dos técnicas de enmarcado más que son la definición de los beneficios a
obtener y la mención de valores abstractos.
El primer concepto que se introduce, como se dijo es el de la continuidad de la gestión
económica y del gobierno responsable. Destaca la expresa mención que hace Rajoy
de las cuestiones ordinarias de las personas, tal y como surge de la siguiente cita:
«Mantener la estabilidad política, la continuidad de las reformas y el ejercicio de
gobierno responsable. Esto es lo que es necesario para seguir remontando la crisis,
recuperar el empleo y mejorar el bienestar de los ciudadanos. Es decir, vamos a seguir
ocupándonos de los problemas reales de las personas. Lo que hoy necesita España y
Cataluña es estabilidad, reformas. […]
En segundo lugar, vamos a seguir colaborando con todas las Administraciones
Públicas, también con la Generalitat, para atender a esos problemas reales de las
personas. No quiero que el desgobierno de Cataluña afecte a los ciudadanos. Ahí
seguirá el Fondo de Liquidez Autonómico».486
Los beneficios a obtener son evidentes, en tanto que, se intenta atender a los
problemas reales de las personas. Del mismo modo que se recurre a valores
abstractos cuando menciona que:
«Así es como yo entiendo eso que algunos reclaman de “hacer política”: con razones,
con argumentos, con diálogo, con trabajo y con legalidad, pero no con argucias para
sortear la ley o pasar por encima de los tribunales».487
485
Ibídem
Ibídem.
487
Ibídem.
486
360
El recurso a valores abstractos se enmarca débilmente, mientras que, el eje central del
pronóstico está orientado hacia la experiencia ordinaria de la población, tal y como se
comentó.
Motivación:
En esta tarea Rajoy, utiliza las siguientes técnicas de enmarcado: define a los
participantes, invoca valores abstractos, apela a su responsabilidad, relaciona
participación con la resolución del conflicto y señala acciones de participación.
Los participantes, a los que Rajoy se dirige, son todas aquellas personas que poseen
identidades duales o anidadas, sensibles a la permanencia de Cataluña en España y
contrarias a la secesión. Esta parte del enmarcado se realiza cambiando la
aproximación a los elementos ordinarios por un tono más elevado cercano a valores
abstractos (libertad, justicia, democracia), tal y como observamos en el siguiente
ejemplo:
«Defendéis el derecho a que cada catalán pueda vivir libre de consignas y de
imposiciones. Defendéis lo que es justo contra quienes lo niegan. Defendéis a esa
mayoría de catalanes que ni renuncian, ni están dispuestos a renunciar a su condición
de españoles. Defendéis que la democracia es el imperio de la ley y no admite el
arbitrio de la conveniencia por muchas ansias que se pongan sobre la mesa». 488
Del mismo modo que apela a la responsabilidad y a la participación, al interpelar a las
audiencias, de este modo épico o emocionante:
«Estamos orgullosos de vosotros, y quiero aquí reconocer públicamente vuestra
dedicación, vuestro sacrificio y vuestra fortaleza, porque habéis sabido soportar la
soledad en medio del griterío y no habéis permitido que os arruguen. Lo vais a seguir
haciendo, pero cada vez más acompañados, más escuchados y más atendidos».489
El formato de la tarea de motivación está condicionado por la audiencia a la que se
dirige Rajoy, que no es una audiencia generalista, sino que, son militantes del PP y
fundamentalmente del PPC.
Estrategia del PP-PPC:
La estrategia nacionalista del PP-PPC, siguiendo la tendencia de los períodos
anteriores, se orienta hacia la búsqueda de un cierto equilibrio entre una estrategia
etno-cultural y cívico-política. Esa búsqueda de equilibrio se relaciona con las escasas
menciones a los elementos diacríticos propios del nacionalismo español de corte etnocultural, y por otra parte, el uso mayoritario de elementos vinculados al proyecto de
488
489
Ibídem
Ibídem
361
futuro que es España y la necesaria vinculación a la legalidad vigente, como recurso al
ordenamiento constitucional. Este último elemento, nos remite al mantenimiento del
statu quo, de igual manera que en el período anterior, y dentro de la categoría de
nacionalismo constitucional comentada en el capítulo anterior.
Esta estrategia de mantenimiento del statu quo reviste tres elementos positivos para el
PP-PPC: el primero de ellos es que fuerza las acciones del antagonista cada vez que
se polariza el discurso, dejando vacío el espacio del centro; segundo elemento,
aglutina al electorado del PP en toda España, en tanto que la cuestión territorial es un
tema sensible para gran parte del electorado conservador; y tercero, desgasta
profundamente al PSOE en tanto que no encuentra una fórmula alternativa al statu
quo que ofrece el PP-PPC, que sea tan efectiva para movilizar al electorado a nivel
nacional.
Partido Socialista Obrero Español (PSOE):
A partir de la gestión de la crisis económica ―a la que se puede sumar la gestión del
Estatuto de Autonomía de Cataluña y la sentencia 31/2010 del TC ― el gobierno del
PSOE se encuentra profundamente debilitado, y el nuevo candidato a la Presidencia
del Gobierno, Pérez Rubalcaba, pierde las elecciones generales en el año 2011 con
los peores resultados del PSOE desde la Transición, a lo que se suman unos muy
malos datos en las elecciones municipales.
El PSOE, en esta etapa, sufre un período de profunda inestabilidad interna, en el que
se cuestionan los liderazgos de los máximos dirigentes del partido, e incluso se ponen
en duda las formas de elección de esos dirigentes. En este escenario de desequilibrio
institucional, en el 38º Congreso del Partido Socialista, se elige Secretario General del
PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Sectores opuestos a Pérez Rubalcaba dentro del partido cuestionaron las formas de
votación por delegados tradicional del PSOE y exigieron elecciones primarias para la
elección de los dirigentes casi inmediatamente luego de la elección de Rubalcaba. El
PSOE se enfrentó, de este modo, a una situación de fragilidad interna fruto de l
apuesta en cuestión de los liderazgos partidarios, que se sumó dificultades, a una ya
compleja situación electoral.
A esa situación de inestabilidad dentro del PSOE, se añadieron las fuertes
discrepancias con el PSC, que se escenificaron con dos votaciones fuera de la
disciplina partidaria en el Congreso de los Diputados por parte de los diputados del
PSC; el primer caso fue respecto de apertura de negociaciones para la transferencias
de competencias para la realización de un referéndum en Cataluña, a propuesta de
362
CiU (en el que los 13 diputados del PSC votaron a favor mientras que el PSOE votó
negativamente) el 26 de febrero del año 2013; mientras que la segunda vez, fue la
abstención de los diputados presentes del PSC (había una ausencia) cuando el PSOE
vota afirmativamente a la moción presentada por Unión Progreso y Democracia
(UPyD) para que no se pueda realizar la transferencias de competencias a las CC.AA
con el objetivo de realizar referéndums sobre temas que afecten a todos los
ciudadanos.
Esto generó muchas más tensiones que se retroalimentaron, tanto con el PSC como
dentro del PSOE. Finalmente, Rubalcaba renunció al cargo de Secretario General. A
ese él accede Pedro Sánchez, luego de vencer a otros dos candidatos en un proceso
de elecciones primarias.
Bajo ambas direcciones, la cuestión territorial del encaje de Cataluña en España ha
sido central, y desde el partido, se ha dado la misma respuesta institucional. Esta
propuesta de solución como respuesta a la cuestión territorial catalana es la reforma
constitucional que se analizará en el aparatado de pronóstico del discurso del PSOE.
Discurso del PSOE:
Analizaremos el texto titulado “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España
de todos”, que es una declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de
2013, conocida como “la Declaración de Granada”.
Diagnóstico:
El discurso del PSOE tenderá a un diagnóstico de doble valencia, al igual que en el
período anterior, hay una valoración positiva de la historia española desde la
Transición a nuestros días, en cuestiones estructurales (y a su impacto en la
sociedad), como también en lo económico y en lo que se refiere a la realidad nacional
de España. Tal y como se observa en el siguiente párrafo:
«A partir del gran pacto político de la Transición, plasmado en la Constitución de 1978,
hemos construido entre todos una democracia firme y estable, y un modelo de
convivencia pacífica del que nuestro país careció durante demasiado tiempo. […] La
Transición fue un gran pacto político que incluía, como pieza imprescindible, un gran
pacto territorial.
El modelo autonómico español ha sido un éxito. No sólo por su contribución decisiva a
la consolidación de la democracia, sino porque ha cambiado para bien la configuración
de la sociedad española, y ha actuado como un motor del progreso y de la cohesión,
de superación de las terribles desigualdades territoriales del pasado. […]
363
Además, fue capaz de integrar en un proyecto común a nacionalidades históricas
definidas por sus respectivas identidades políticas, culturales y lingüísticas. En
definitiva, el Estado de las Autonomías, al contrario de lo que creen sus detractores,
ha sido el instrumento más eficaz de vertebración nacional y de cohesión social. Ha
sido y tiene que seguir siendo uno de los pilares más sólidos de la unidad de los
pueblos de España».490
El Estado Autonómico español es para el PSOE, la salvaguarda de la diversidad y de
la pluralidad de las diferentes identidades que componen España. El pacto territorial,
es decir, el proyecto autonómico que encarna la Constitución, en la opinión del PSOE,
cohesionó territorial y socialmente al país y a los diferentes pueblos que la componen.
Por otra parte, hay un diagnóstico negativo de dos elementos. El primero es la acción
recentralizadora de la derecha del PP; y el segundo la tensión secesionista del
nacionalismo catalán. Y estos son los dos campos de identidad que configuran a los
antagonistas y las causas del problema en el marco del PSOE.
En este marco el diagnóstico positivo tendrá un peso muy importante en cuanto a
extensión y profundidad en el enmarcado. Las técnicas de enmarcado utilizadas en la
presentación de la cuestión y transformarla en un problema son: asignar un concepto,
relacionarlo con lo real, relacionarlo con la experiencia ordinaria de la población e
insertar la cuestión en un marco más amplio. Del mismo modo que se asigna la causa
y se atribuye la responsabilidad a actores colectivos externos.
En el discurso del PSOE, el agravio se sitúa en un contexto de crisis económica e
institucional y de un acentuado descrédito de lo político y de las instituciones
democráticas; es ese conjunto de cirsunstacias el que:
«ha hecho renacer entre nosotros dos viejas tentaciones que creíamos haber
superado: la tentación centralista y la tentación secesionista.
Por una parte, los que siempre vieron con recelo el Estado autonómico, han
encontrado la oportunidad de impulsar el retorno a la recentralización y cortar las alas
al autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones.
Por otra parte, el nacionalismo moderado de Cataluña ha abandonado el terreno de la
moderación y se ha pasado al campo del secesionismo. Ya no busca la mejor forma
de encajar a Cataluña como una realidad específica y diferenciada dentro de España:
busca directamente que Cataluña rompa con España.
Frente a todo ello, la posición de los socialistas es clara y firme: el triunfo de cualquiera
de esos dos proyectos antagónicos, el que pretende recentralizar España y el que
pretende desmembrarla, sería un desastre y desataría de nuevo todas las tensiones
490
Declaración de Granada. “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”.
Declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013.
364
territoriales que durante demasiado tiempo hicieron imposible la convivencia en
libertad de los pueblos de España, además de hacer aún más difícil la salida de la
crisis.
Ni el retroceso ni la ruptura son la solución que España necesita. Pero tampoco lo es
el inmovilismo, porque hay realidades que están ahí y no se pueden ignorar».491
En el discurso del PSOE aparece la asignación del problema en esas dos viejas
tentaciones ―remitiendo la cuestión del agravio a un problema con raigambre histórica
y en un marco más amplio― que son: el centralismo (del PP) y el secesionismo (de
CiU, ERC y CUP), que se ven favorecidos en sus propósitos por el contexto de crisis
económica, política e institucional, y a quienes se les asigna la responsabilidad en la
causa del agravio.
La relación con lo real y con las experiencias ordinarias de las personas, se menciona
en dos niveles, el primero es el retorno a las tensiones territoriales, y el segundo nivel,
es el retraso en la salida de la crisis económica, invirtiendo así el argumento del marco
del nacionalismo catalán.
Identidades:
Identidad “ellos”:
En lo que respecta al proceso de enmarcado de la identidad “ellos”, hay dos
antagonistas que son descritos muy sucintamente como dos actores distintos y cuyos
proyectos
políticos
se
excluyen
mutuamente,
y
que
son:
secesionismo
y
recentralización. Representan dos peligros para España, en tanto que amenazan la
convivencia en libertad de los pueblos de España y la salida de la crisis.
Es de este modo como se personaliza a los actores responsables, y se les asigna
intenciones e intereses contrarias al bien colectivo, en tanto que, el peligro
recentralizador del PP, ha: «encontrado la oportunidad de impulsar el retorno a la
recentralización y cortar las alas al autogobierno de nuestras nacionalidades y
regiones»492. Observamos aquí términos muy similares a los del marco del pasado
período, donde el término recentralizador es también utilizado como elemento
descriptivo del antagonista con una importante carga negativa.
Mientras que el nacionalismo catalán: «ha abandonado el terreno de la moderación y
se ha pasado al campo del secesionismo. Ya no busca la mejor forma de encajar a
Cataluña como una realidad específica y diferenciada dentro de España: busca
directamente que Cataluña rompa con España».493 En el marco del período anterior el
491
Ibídem
Ibídem.
493
Ibídem
492
365
aumento de las políticas identitarias del antagonista relacionado con el nacionalismo
periférico tenía su causa en las políticas recentralizadoras, en este caso no hay una
profundización, ni mención alguna de las causas. Y por otra parte, sí cambia
claramente, la calificación hacia un término mucho más fuerte como es secesionista,
en referencia al nacionalismo catalán.
Estos son los dos actores y sus proyectos que representan un riesgo para los logros
que se han conseguido con el actual Estado Autonómico en España.
Identidad “nosotros:”
El “nosotros” es brevemente mencionado y se enmarca a partir de la atribución de la
representación de valores universales y de la defensa de intereses colectivos. No hay
una personificación del sujeto colectivo muy marcada, sino más bien, una identidad del
“nosotros” como protagonista del proceso de la Transición y de los valores que ella
representa. Se observan estas técnicas de enmarcado en el siguiente párrafo:
«El Partido Socialista está dispuesto a levantar esta doble bandera: la bandera de las
reformas y la bandera de los consensos. Estamos dispuestos a compartir y debatir
ideas e iniciativas, a hablar con todos y de todo, a tender puentes en lugar de volarlos,
como algunos parecen desear.
Estamos en mejor posición que cualquier otra fuerza política para hacerlo porque es lo
que hemos hecho desde el primer día de la democracia: impulsar todas las reformas y
participar en todos los consensos»494
El PSOE se atribuye valores universales haciendo referencia a conceptos tales como
reformas, debate de ideas, hablar con todos, tender puentes y establecer consensos.
Ello lo hace presentando una identidad alternativa, mayoritaria, dialogante y vinculada
a conceptos democráticos y deliberativos, como los que se acaban de reseñar; todo
ello, en clara oposición a dos proyectos, que quieren limitar el autogobierno y la
libertad de los pueblos de España o bien promueven su ruptura. No obstante esas
definiciones del “ellos”, no califica a los antagonistas como agentes ilegítimos de
comunicación, en tanto que se menciona explícitamente la apertura a hablar con todos
y de todo.
Pronóstico:
494
Ibídem
366
El pronóstico es la tarea más desarrollada del marco del PSOE en esta etapa, tanto
por el despliegue de todas las técnicas de enmarcado, como por la extensión que a
ello se le dedica en el texto.
Hay una clara línea de continuidad en los tres períodos en el PSOE respecto a los
pronósticos en la que aparece el concepto de reforma como herramienta de solución a
los problemas y agravios.
Las técnicas de enmarcado que se utilizan en esta operación son: asignar un concepto
central, definir los beneficios a obtener, cargar de valores abstractos los beneficios, y
recurrir a la historia, tal y como se observa en el párrafo siguiente:
«La solución, una vez más, es la reforma en profundidad. El Estado de las Autonomías
tiene que evolucionar, tiene que actualizarse y perfeccionarse. Y tiene que hacerlo en
su sentido natural: avanzando hacia el federalismo, con todas sus consecuencias.
Este no es sólo el camino lógico y constructivo; es también el único punto de
encuentro posible para restablecer el consenso territorial en España. Y por eso el
Partido Socialista, en el ejercicio de su responsabilidad, lo va a proponer, lo va a
defender y lo va a impulsar con todas sus fuerzas». 495
Del mismo modo que se observa en el siguiente párrafo:
«En la situación actual, España no sólo necesita una gran concertación económica y
social para salir de la crisis. Necesita renovar el pacto para reformar el sistema político
y construir la democracia del siglo XXI. Como parte de ello, necesita un nuevo pacto
territorial, no para debilitar el Estado de las Autonomías, y tampoco para desandar lo
recorrido en estas tres décadas y media, sino para seguir avanzando en el único
camino que ha demostrado ser fructífero. Para seguir viviendo y conviviendo juntos,
que es la única forma de que salgamos adelante».496
La solución que propone el marco del PSOE es la reforma constitucional. Así como en
el pasado, el PSOE, auspició la reforma de los Estatutos de Autonomía, para
preservar y desarrollar el Estado Autonómico, en este tercer período, el marco del
PSOE vuelve a recurrir a la reforma en profundidad, y nada menos que de la Carta
Magna, con los mismos objetivo: preservar los logros, bienes y beneficios, desde la
Transición hasta nuestros días, que se encarnan en el Estado de las Autonomías. Ese
es el concepto central que enmarca el PSOE: la reforma constitucional.
La reforma de la Constitución se describe como el único camino posible entre dos
extremos, el separatismo y la recentralización. La solución del PSOE se presenta
como un justo medio, que pretende mantener lo positivo del sistema autonómico;
495
496
Ibídem
Ibídem
367
mientras da respuesta a nuevas demandas, evitando los dos peligros ya mencionados
como agravios.
La orientación de esa reforma es en un sentido federal497 y se expone de ella una serie
de propuestas en el marco del PSOE que abarcan un decálogo de grandes ámbitos de
temas a reformar y que ocupan cuestiones genéricas, tales como la incorporación del
mapa autonómico a la Constitución, la delimitación de competencias, la tan recurrida
reforma del Senado, la incorporación de hechos diferenciales, un nuevo sistema de
financiación, la incorporación de derechos sociales, creación de mecanismos de
cooperación, la participación de las CCAA en «la gobernación del Estado», modificar
el control constitucional de las reformas de los Estatutos de Autonomía, y por último, la
delimitación de competencias de la Administración Local. Son diez ámbitos de
reforma, distintos en naturaleza y en especificidad, que reportan una serie de
beneficios a los ciudadanos tal y como: el respeto a las identidades diferenciadas
dentro de un proyecto común, el mantenimiento de la solidaridad, la mejora en la
cooperación entro los diferentes niveles de gobierno, la igualdad efectiva entre
ciudadanos, y la mejora en la eficiencia en la gestión de los recursos para facilitar la
vida de los ciudadanos.
Por último hay un recurso a la historia reciente de España en la mención que se hace
de los éxitos del modelo autonómico y de los valores de los pactos de la Transición.
Motivación:
La motivación no es una tarea especialmente enmarcada, y ello se debe a la
naturaleza del documento analizado, que tiene, según parece el objetivo de presentar
un diagnóstico y un pronóstico, antes que movilizar a las audiencias. No obstante ello
se realiza una definición y de las audiencias, se definen a los participantes a partir de
la identificación con las bondades modelo del Estado Autonómico, y se enmarcan los
valores que encarna el PSOE, tal y como puede observarse en el siguiente párrafo:
«El Partido Socialista está dispuesto a levantar esta doble bandera: la bandera de las
reformas y la bandera de los consensos. Estamos dispuestos a compartir y debatir
497
La cuestión de la naturaleza federal del Estado de las Autonomías español es un debate que ha
recibido un gran número de publicaciones. Sobre este particular en esta tesis se sostiene la
concepción de que: “a pesar de que España no es formalmente un Estado federal, si lo es sustancial
o materialmente, como así coincide en afirmarlo la mayoría de la doctrina […]. Así lo hace también el
Tribunal Constitucional, como posteriormente veremos, cuando implícitamente hace suya la teoría
dual con el fin de articular la jurisprudencia relativa a la constitución territorial del Estado. La teoría
bimembre del Estado federal es un hecho incontestable a la hora de analizar desde un punto de
vista teórico, el modelo territorial de España.” (Garmendia Madariaga, 2011: 4).
368
ideas e iniciativas, a hablar con todos y de todo, a tender puentes en lugar de volarlos,
como algunos parecen desear».498
Del mismo modo que sostiene que es el PSOE quien está:
«en mejor posición que cualquier otra fuerza política para hacerlo [la reforma] porque
es lo que hemos hecho desde el primer día de la democracia: impulsar todas las
reformas y participar en todos los consensos.
Queremos hacerlo porque el Estado de las Autonomías es en buena medida el fruto
de nuestro esfuerzo, y la tarea de hoy es reformarlo, precisamente para salvarlo de las
tendencias contrapuestas que lo amenazan. Y estamos dispuestos a hacerlo porque
responde a nuestros principios y porque sentimos que es nuestra obligación histórica
con España».499
El enmarcado de la motivación es parcial, y antes que a la movilización, se llama al
apoyo ciudadano al PSOE, sin más especificidad; por otra parte se apela a los valores
universales implicados en la solución que plantea el PSOE y que ya se han analizado
más arriba.
Como se dijo no es una dimensión del marco elaborado en profundidad, es por ello
que el enmarcado en la tarea de movilización puede caracterizarse como débil.
Estrategia del PSOE:
La estrategia del PSOE se orienta a establecer dos equilibrios. El primero de ellos, es
parte de una visión cívico-política del nacionalismo que incorpora elementos de
naturaleza propios del nacionalismo cultural. Ello lo vemos en un constante recurso al
término ciudadanos, aunque también se observa un sentimiento de obligación histórica
con España.
No obstante puede decirse, que la tendencia ampliamente mayoritaria del
planteamiento de la estrategia nacionalista del PSOE es claramente cívico-política. La
cuestión es que, mientras se identifica al inmovilismo que propugna el acatamiento a la
norma constitucional y a la legalidad como única solución por parte del PP con el
nacionalismo constitucional de corte conservador, por otro lado, se señala y vincula al
nacionalismo secesionista con el proyecto de corte etno-cultural que propugna la
independencia de Cataluña; en este contexto el PSOE, desde una planteamiento
cívico-político, propone nada menos que una reforma constitucional, como tercera vía,
asumiendo en gran medida algunos elementos de los nacionalismos periféricos
(ejemplo de ello es el término hechos diferenciales que en la propuesta de reforma
498
“Declaración de Granada. “Ganarse el futuro. Un nuevo pacto territorial: la España de todos”.
Declaración del Consejo Territorial del PSOE del 6 de julio de 2013.
499
Ibídem
369
constitucional del PSOE tendrían un espacio en la Constitución reformada). Estos
hechos diferenciales, están especialmente alejados de las concepciones cívicopolíticas de la nación. Ello nos lleva al segundo equilibrio que parece realizar la
estrategia del PSOE.
Este segundo equilibrio es entre la concepción neo-regionalista y neo-jacobina ―de
las tres tendencia ya comentadas que conviven en el PSOE (Balfour y Quiroga, 2007)
en donde parece que nuevamente tiene lugar una apertura al neo-regionalismo a
expensas del neo-jacobinismo. Este cambio de estrategia se asemeja a lo acontecido
en el segundo período donde, en la primera legislatura de Zapatero varió la estrategia
nacionalista hacia esas posiciones neo-regionalistas que luego tuvieron que ser
corregidas, durante y posteriormente, al proceso de reforma del Estatuto de
Autonomía de Cataluña.
Es posible que la asunción de algunos términos de los nacionalismos periféricos
sumado a la profundidad de la reforma propuesta ―una reforma constitucional― por
parte del PSOE, se deba en gran medida al cambio de estrategia tendiente al
equilibrio, entre las dos concepciones aquí utilizadas, por parte del PP.
Esta situación es probable que fuerce al PSOE a intentar diferenciarse a partir de una
propuesta de la que no se explica el porqué de su magnitud500. Otro elemento a
destacar es que, según indican las encuestas y sondeos, la población de Cataluña, en
el hipotético caso de la existencia de tres opciones en una votación (statu quo,
independencia y más autogobierno), optaría mayoritariamente por esta tercera
opción.501 No obstante ello, sigue sin darse razones acerca del calado de la reforma
constitucional para afrontar los objetivos que se marca el PSOE.
Análisis de la Estructura de Oportunidad Política (EOP):
Tal y como se viene realizando en los dos capítulos anteriores se complementará el
análisis de los marcos con el de la EOP a partir de los seis elementos propuestos por
Máiz (2002), que son:
1) el grado de centralización o de descentralización del Estado; 2) las políticas de
democratización; 3) el sistema de partidos; 4) disponibilidad de nuevos aliados; 5) el
conflicto y división intraélites y 6) el contexto internacional.
500
Se podrían alcanzar los objetivos de una gran parte de las diez medidas propuestas por el PSOE,
sin la necesidad de una reforma constitucional.
501
La opción de la llamada tercera vía obtendría un 46% en un referéndum con tres opciones en vez
de dos, contra un 29% que optaría por la independencia y un 17% por el statu quo, según un sondeo
de Metroscópia. Véase El País, 23 de agosto de 2015, disponible en línea en:
http://elpais.com/elpais/2015/08/23/media/1440347282_912938.html
370
1)
el grado de centralización o de descentralización del Estado:
Este es un campo o dimensión de la EOP a la que se traslada directamente la acción
del nacionalismo catalán secesionista, en tanto que lo que se persigue, en última
instancia es la ruptura del vínculo que aquí se analiza. Ello no es otra cosa que la
modificación de esta relación entre centralización o descentralización, la que modifica
tanto el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006, como la Sentencia del TC del
2010, elementos estos muy recurridos en el marco del nacionalismo catalán y en el de
otros partidos como ICV-EUiA y el PSC.
Es en esta dimensión analítica de la EOP es donde se incorpora, por parte del
Gobierno de la Generalitat, ERC y CUP ―a la que adscribe en alguna medida ICVEUiA― la percepción de que, prácticamente toda la política del Estado central posee
una vocación recentralizadora, homogeneizadora e incluso antidemocrática. El
ejemplo más recurrido es la Sentencia del TC 31/2010, del mismo modo que la
oposición del Gobierno nacional a la celebración de un referéndum sobre la
autodeterminación en Cataluña. En definitiva, todos los agravio analizados en este
período (económico, identitario y democrático) se agrupan, por parte del bloque
secesionista502, como elementos que hechos que restringen el autogobierno de
Cataluña y forman parte de un plan recentralizador del Estado español.
Es por ello que se puede observar y describir, en esta dimensión analizada, dos
procesos que concurren de modo paralelo y que tensionan en modo opuesto la
relación descentralización-centralización. El primero de estos procesos, es el intento
de una política homogeneizadora, antes que recentralizadora, por parte del Gobierno
nacional en manos del PP, por ejemplo, en cuestiones como la educación con la
denominada Ley Wert503, que apunta a modificar un ámbito especialmente sensible
para el nacionalismo catalán y que sirvió como elemento de denuncia de
recentralización y agravio identitario, por parte de las élites políticas secesionistas
catalanas.
Por otro lado hay un intento de profundización del autogobierno y un intento de
“blindaje” y “defensa” de las competencias por parte de los partidos del bloque
secesionista ―con apoyos del PSC e ICV―. A nivel educativo, por ejemplo, hay un
502
El bloque secesionista lo definimos como formado por CiU (antes de la ruptura), ERC y CUP.
La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) o
Ley Wert (por el Ministro que la impulsó) es una Ley Orgánica que modifica la educación española,
ha sido una Ley votada únicamente por el PP sin apoyos de otros grupos parlamentarios, además
de ser profundamente cuestionada en sus objetivos. Respecto de ellos, y entre otras cuestiones,
esta Ley ha pretendido garantizar la enseñanza en castellano en las comunidades bilingües. Esto ha
sido calificado por la Consejera de Enseñanza de Cataluña, Irene Rigau como una «ley
recentralizadora [ y un ] ataque frontal al Estatut, a la Ley de Educación catalana y al modelo de
inmersión lingüística» (El País, 17 de mayo de 2013). Disponible en línea en:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/17/actualidad/1368789921_570541.html
503
371
duro enfrentamiento entre el Gobierno autonómico y el nacional, con respecto a qué
porcentaje debe ocupar el castellano ―y si debe ser o no lengua vehicular― y a
ciertos aspectos de la homologación de los diseños curriculares, en losl que han
intervenido los Tribunales ordinarios.
Por otra parte, toda la acción simbólica del Parlamento de Cataluña en el sentido de
caracterizar a la Comunidad Autónoma como sujeto político soberano, o la
promulgación de la ley de consultas, así como el resto de las acciones orientadas
hacia la secesión, son un desafío a las relaciones centro-periferia, que toman forma
con el objetivo de la secesión que es la alteración última de esa relación.
Por otra parte, si bien se puede considerar, sin lugar a dudas, que la reforma del
Estatuto de Autonomía del 2006 amplió las competencias de la Comunidad Autónoma
de
Cataluña
aumentando
el
autogobierno,
no
es
menos
cierto,
que
independientemente del proceso de homogeneización emprendido por el PP, existe
una constricción material del autogobierno que es la dependencia ―podríamos
calificarla como diaria― de la asistencia financiera del Gobierno nacional al Gobierno
regional. Recuérdese que la crisis económica devino en crisis de deuda soberana, y
esta crisis de deuda, si bien afectó duramente a España en su conjunto, fue
especialmente dura en sus efectos sobre algunas Comunidades Autónomas con un
déficit financiero elevado como es el caso de Cataluña, que al no poder refinanciar su
deuda en los mercados, debe recurrir al Fondo de Liquidez Autonómica, que es un
mecanismo estatal para dotar de fondos a las autonomías por parte del Gobierno
central.
Esta situación, que sirvió de base ―tal y como se mencionó― para estructurar el
agravio económico tiene un efecto material que la limitación del autogobierno al
necesitar financiación del Estado central y al ser supervisadas las cuentas regionales
por los órganos de control estatal pertinentes.
2)
las políticas de democratización y la apertura del acceso a la participación
Aquí hay una modificación en la EOP en dos elementos relacionados. Estos elementos
son la dimensión simbólica del proceso soberanista como un ejercicio de radicalidad
democrática a partir del ejercicio del derecho a decidir. Y el otro, elemento conectado
con aquel son la serie de votaciones ―algunas de carácter informal― como son: las
consultas populares sobre la independencia, el proceso participativo respecto del
futuro político de Cataluña, y las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de
2015 a las que se les ha querido imprimir, desde el bloque secesionista, un
componente plebiscitario.
372
Estos dos elementos tienen una naturaleza profundamente movilizadora y abren y
movilizan a la participación, aunque más no sea de un modo informal y sin garantía
institucional alguna. No obstante esto, como se dijo, esos elementos movilizan a
importantes sectores sociales sobre la base de hacer evidente el déficit democrático
del Estado nacional. En esta movilización y aprovechamiento de la EOP ―así mismo
como la propia generación de EOP―, es muy llamativo que los parlamentarios de
ERC, CiU, CUP, e incluso ICV-EUiA, coincidiesen en ese hipotético déficit democrático
al ser entrevistados por quién suscribe la presente tesis.
Otro elemento profundamente movilizador, que alienta la participación y que es una
innovación en este período a diferencia de los anteriores, es la ya comentada acción
de las tres asociaciones que representan a la denominada sociedad civil y que son
ANC, OC y AMI en la gestión de las manifestaciones a favor de la independencia.
Cada nueva manifestación es una oportunidad que se abre a la participación y a la
movilización social, es en ese sentido que la transferencia de la movilización social
desde los partidos políticos a las asociaciones promotoras del proceso soberanista y
de la secesión permite presentar, por parte del bloque secesionista, al proceso
soberanista como fruto de la demanda social antes bien que de la acción de las élites
políticas nacionalistas catalanas.504
El estado de movilización permanente de las filas nacionalistas y la naturaleza
“popular” de éstas, retroalimenta favorablemente la participación de los sectores
sensibles, tanto a los reclamos nacionalistas catalanes, como a quienes puede
compartir algunos aspectos del diagnóstico del bloque secesionista ―tal y como
ocurre con los partidos políticos como ICV-EUiA y el PSC― antes que las soluciones
que aporta su marco de significación.
Hay en la mayoría de los análisis sobre este fenómeno dos elementos contextuales
que se relacionan de manera directa con la percepción generalizada a un sector de la
sociedad del diagnóstico del bloque secesionista que son, tal y como señala, de Blas
(El País, 3 de enero 2015): a) la interpretación en clave política que se hace de la
grave crisis económica, devenida en crisis de deuda, por la que atravesó España y en
particular Cataluña y; b) la crisis institucional y de representación que padece el
sistema político español.
La interpretación en clave política de la crisis económica, ha ofrecido un ventana de
oportunidad política para facilitar y hacer verosímil los procesos de enmarcado de este
último período, principalmente en lo que respecta a la relación de los agravios
económicos con las experiencias ordinarias de la población. Este dato no es una
504
La idea de la demanda de “abajo a arriba” ya fue refutada en el capítulo cuarto.
373
cuestión menor, en tanto que, en la opinión de Giuliano (2011), solo permanecen en el
tiempo aquellos nacionalismos que son capaces de enmarcar agravios de naturaleza
económica en forma verosímil para un grupo determinado de población. La otra
ventana de oportunidad política es la que respecta a la crisis institucional que se refleja
en los casos de corrupción que afectan a la vida política e institucional española en su
conjunto, (como por ejemplo: a las instituciones del Estado, los Partidos Políticos,
Sindicatos, Instituciones de representación patronal y algunos gobiernos en sus
diferentes niveles (fundamentalmente Ayuntamientos y CCAA)). Esta situación facilita
los procesos de enmarcado en lo que respecta al diagnóstico y en particular al agravio
democrático e identitario (aunque en menor medida este último) ya que proporcionan
un ámbito propicio para enmarcar la movilización del descontento, desconfianza e
incredulidad de la ciudadanía por las carencias e imperfecciones del sistema político.
Estos dos elementos comentados anteriormente, han posibilitado que algunos
sectores de la población asumieran como verosímil el diagnóstico del marco de los
paridos del bloque secesionista.
3)
el sistema de partidos:
A diferencia de los períodos anteriores hay una modificación sustancial del sistema de
partidos en Cataluña y en España. Dado que el ámbito de esta tesis se circunscribe al
primero de los mencionados nos ceñiremos al él.
Uno de los efectos del descrédito y de la falta de confianza, antes mencionadas, es el
abandono de las fórmulas tradicionales de representación política. Es por ello que se
observa un aumento de las opciones políticas en el mapa político catalán con la
irrupción de la CUP, Podemos y el aumento de la representación de Ciudadanos. Este
aumento en votos y escaños de Ciudadanos puede ser explicado por la polarización
de los partidos y del electorado respeto al proceso soberanista que se suma a la
atomización del Parlamento Catalán.
Dentro de esas innovaciones, destaca la aparición de partidos con representación
parlamentaria con un discurso más radicalizado que ERC, tales como SI y la CUP.
Este último, incluso con una posición antisistema, anticapitalista y antieuropeo, en
muchos aspectos de su programa electoral.
La fragmentación, fruto de la crisis económica e institucional, y la polarización, que es
producto de la tensión provocada por los partidos del bloque secesionista, se suman al
desplazamiento sobre el eje nacional de la mayoría de los partidos a excepción del
PP-PPC y de Ciudadanos. Ello lo hemos observado en la forma en que han cambiado
los discursos de cada una de las formaciones políticas y de la élite política en general,
desde posiciones pactistas radicalizándose en diverso grado, incluso en ERC.
374
La polarización, tiene como resultado, además de los descritos hasta aquí, la
traslación del adversario del proceso soberanista hacia el exterior de Cataluña. El PP
en el Gobierno nacional ―ejerciendo una política inmovilista― favorece esa idea del
adversario exterior, con dos campos de identidad bien definidos y homogéneos. Se
recordará que en la primera etapa analizada el propio Pujol reconocía el esfuerzo y
tolerancia de los castellano-parlantes frente a las políticas lingüísticas del Gobierno de
la Generalitat. La imagen que hoy da el Gobierno de la Generalitat es muy distinta. Es
en ese sentido, que los partidos del bloque secesionista (CiU, ERC y CUP), e incluso
una parte importante de ICV-EUiA, destacan la transversalidad y la homogeneidad del
proceso soberanista. Ésta única y central cuestión es sobre la que se desarrollarán los
programas electorales de las elecciones autonómicas de Cataluña en septiembre de
2015 ―hecho que excede el marco temporal del presente trabajo― y dividirán en dos
los campo de identidad.
Ese desplazamiento del espectro político sobre el eje nacionalista de los partidos
políticos, sumado a la fragmentación ya comentada, provocan un empequeñecimiento
del ágora política de Cataluña. Es decir, hay una cantidad muy importantes de
ciudadanos que no se sienten interpelados por ésta y que quedan fuera de un discurso
―el de los partidos del bloque secesionista― que enmarca un “nosotros”
completamente distinto a estas personas que se parecen más al “ellos”,
demográficamente
hablando,
del
discurso
secesionista.
Esta
situación
de
achicamiento del ágora, por otra parte, refuerza los incentivos para radicalizar aún más
el discurso de las formaciones políticas en el eje nacionalista, en tanto que no hay otro
eje que cobre relevancia discursiva, ni formación política que logre imponerlo.
4)
disponibilidad de nuevos aliados.
Las modificaciones en el eje del nacionalismo y la consiguiente radicalización de
posiciones ideológicas y discursos, llevó a una nueva relación de fuerza entre los
partidos políticos en Cataluña. Mientras que en la primer etapa analizada ERC, ofrecía
pactos que CiU despreciaba; y en la segunda etapa, se conforman los dos gobiernos
Tripartitos; en esta tercera etapa, los partidos se alinean conforme la fractura
nacionalista a la que subordinan el resto de cuestiones. Ejemplo de ello es el acuerdo
de CiU y ERC, con el apoyo de la CUP, en las acciones que se enmarcan dentro del
proceso soberanista. Pero, además de estos partidos del bloque secesionista, algunas
decisiones y acciones relacionadas del proceso fueron apoyadas tanto por ICV-EUiA
como por el PSC; ejemplo de ello es la ley de consultas del Parlamento de Cataluña.
La construcción de ese bloque secesionista (CiU, ERC, y CUP) ha sido la
estructuración de una nueva política de aliados, por parte de CiU, que excede el marco
375
de la aritmética parlamentaria. Este bloque busca presentarse como la opción
mayoritaria dentro del Parlamento, de forma especular a la hipotética mayoría social,
que apoya la secesión, según el argumento del propio bloque secesionista.
Es de destacar que entre o años 2010 y 2012 CiU gobernó con el apoyo del PP, es por
ello que es particularmente relevante y fundamental, la ruptura de los apoyos
legislativos del PP y su reemplazo por ERC. Con este cambio se hace corresponder
las alianzas parlamentarias con la cuestión nacional en Cataluña y se configura,
sumando a otras formaciones (CUP) en la conformación del bloque secesionista.
Por último, un actor relevante para la eficacia de la estrategia del nacionalismo
secesionista catalán es el Gobierno nacional, en manos del PP, con mayoría absoluta
en el Congreso de los Diputados.
5)
el conflicto y división intraélites.
La situación descrita en el párrafo anterior se complementa con la existencia de una
continuidad del dominio hegemónico de CiU sobre la política catalana y la
permeabilidad de otras formaciones a asumir, en muchos aspectos, su agenda
política, sus marcos de significación, sus conceptos, en definitiva, su discurso y
algunos puntos de su programa electoral. Esta continuidad hegemónica se impone, tal
y como se ha podido observar a los largo de la tesis, desde el primer período
analizado, aunque en algunos elementos se remonta a los orígenes del pujolismo.
Esta asunción del resto de actores del discurso, la agenda y de algunos elementos
programáticos de CiU, es indicativo, de que la élite política ―con la excepción del PP
y de Ciudadanos― va a la saga de CiU como actor hegemónico, aunque se debe
matizar que los elementos descritos más arriba como la fragmentación, y en algún
caso la polarización, pueden poner en juego esa hegemonía a manos de ERC.
6)
el contexto internacional
El contexto internacional es un ámbito desfavorable para los partidos secesionistas y
para CiU y el gobierno de la Generalitat, en particular. Si bien desde la Generalitat ha
habido importantes esfuerzos en lo que se llamó internacionalizar el proceso
soberanista, estos esfuerzos no han dado sus frutos. Ya no solo en la búsqueda de
apoyos o mediaciones internacionales, sino en una cuestión muy relevante para la
marcha de la economía como es la permanencia en la Unión Europea.505
505
Este tema ha sido objeto de debate político ―en no pocas oportunidades sin contar con la debida
honestidad intelectual por parte de algunos dirigentes políticos― y académico. Más allá de las
interpretaciones y de las hipótesis de razón aventuradas respecto de la improbabilidad de la
exclusión de Cataluña fuera de la UE, los datos empíricos de los que se dispone son: que el tanto el
Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, como los portavoces de la
Comisión Europea, Oliver Bailly y Pia Ahrenkilde; del mismo modo que Joaquín Almunia,
vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia de la UE y Herman Van
376
La dimensión del contexto internacional podría haberse expandido favorablemente al
bloque secesionista con un resultado positivo del referéndum sobre la independencia
de Escocia celebrado el 18 de septiembre de 2014. Pero el resultado de ese
referéndum escoses fue negativo respecto de la independencia.
Por último, todos los representantes institucionales de actores relevantes a nivel
internacional se han manifestado, respecto de la independencia de Cataluña, dentro
de los cánones de la acción diplomática, que es el reconocimiento de la cuestión como
un tema interno español y la contínua referencia a la jurisdicción del derecho español e
internacional. Ejemplo de esto último es la declaración firmada por Catlin Hayden,
portavoz adjunto del Departamento de Seguridad Nacional y Asistente de la Secretaría
de Prensa de la Casa Blanca, quién sostuvo ―a petición de un ciudadano
estadounidense, respaldado por la firma de 33.070 personas, para que el Gobierno de
los EE.UU. apoye un referéndum secesionista en Cataluña― que: «Los Estados
Unidos reconocen la singular cultura y tradiciones de la región catalana, pero
consideran que el estatus de Cataluña es un asunto interno español. Estamos seguros
de que el Gobierno y el pueblo de España resolverá esta cuestión de acuerdo con sus
leyes y la Constitución».506
Resonancia de los marcos:
En esta tercera etapa destaca como elemento crucial del análisis la resonancia de
marcos (Snow y Benford, 1988); por resonancia entendemos, tal y como se comentó
en el segundo capítulo, un procedimiento discursivo que incide especialmente, en las
asociaciones y los vínculos que entrelazan las ideas propuestas en los marcos con
concepciones de orden más general que son compartidas por un amplio número de
personas y que le otorgan fidelidad narrativa al marco. Esos enlaces y vínculos entre
las ideas de los marcos y las concepciones de las “narraciones culturales” que
Gamson definió como resonancia de marcos, refuerza las capacidades del marco al
robustecer las ideas propuestas, señalar y ordenar ciertos elementos de la realidad y
movilizar a la acción. A esos enlaces que se establecen con estas concepciones
generales, se deben sumar dos indicaciones más que resume Chihu (2006) y que
caracterizan a los marcos por ser empíricamente creíble y conmensurable en la
Rompuy, presidente del Consejo Europeo, han sostenido que un Estado escindido de otro
perteneciente a la UE es un tercer Estado que debe pedir su ingreso a la UE. En otros términos y
una hipotética Cataluña independiente quedaría fuera de la UE, hasta que solicite y se apruebe su
ingreso. Véase el diario El País los días 9 de octubre de 2012 y 16 de septiembre de 2013.
Disponibles
en
línea
respectivamente
en:
http://politica.elpais.com/politica/2012/10/09/actualidad/1349809798_836795.html
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/09/16/catalunya/1379321524_236717.html
506
Disponible en línea en: https://petitions.whitehouse.gov/response/our-response-people-catalonia
377
experiencia. De ese modo el discurso nacionalista, a través de la resonancia, “genera
una percepción generalizada de una comunidad a partir de unos rasgos concretos, […]
sustancial e inmutable a los ojos de los nacionales, cuyo origen se remonta a tiempo
inmemorial, y cuya esencia se articula en torno a los elementos diacríticos del núcleo
duro de su etnicidad” (Máiz, 2008: 160).
La resonancia del marco del nacionalismo del bloque secesionista, y que comparte en
gran medida ICV-EUiA, se establece respecto de la narrativa nacionalista etno-cultural
propiciada por el nacionalismo catalán ―con elementos del imaginario colectivo
nacionalista catalán minoritario desde finales del XIX y principios del XX― que enlaza
en su discurso los tres ciclos mencionados: a) la sentencia del tribunal Constitucional
sobre el Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714
(Alonso, 2015:63-64). Concretamente resuena la idea de opresión, de falta de libertad,
de autoritarismo y de déficit democrático crónico que históricamente ha marcado las
relaciones entre España y Cataluña. Estas narrativas de una España autoritaria y poco
democráticas resuenan en ciertos los elementos de la EOP como son: la mayoría
absoluta del PP y su estrategia de negociación (o de falta de negociación) y la crisis
político-institucional y económica que se vincula con los signos de discrecionalidad y
de impunidad asociados a regímenes democráticos a nivel procedimental o de los que
se duda la vigencia del Estado de Derecho.
Si exponemos las asociaciones de díadas conceptuales opuestas del discurso del
nacionalismo catalán, se observa que, Cataluña es presentada en este discurso como:
democrática-activa-moderna-sometida-antifranquista, frente a una España presentada
como: antidemocrática-reactiva-atrasada-dominadora-franquista.
Esta resonancia tendrá cuatro consecuencias de distintos tipo; la primera es generar
una de las condiciones para que el cambio en el marco de significación del
nacionalismo secesionista (fundamentalmente de CiU, ERC y CUP) sea verosímil y
coherente con esa narrativa de orden más general. La verosimilitud opera,
especialmente a nivel del diagnóstico, en tanto que es la parte de los marcos que
describe un estado de cosas existente. Es por ello que los marcos de los partidos
nacionalistas catalanes tienden a ser muy efectivos. Para una parte importante de la
población de Cataluña, el diagnóstico de la situación se presenta como verosímil, al
vincular mediante esa resonancia, la relación de Cataluña y España, como causa de
las crisis económica, política e institucional. La segunda consecuencia es la puesta en
evidencia de la capacidad del nacionalismo catalán de imponer la cuestión “catalana” o
la cuestión del encaje como central en la vida pública de Cataluña y en gran medida
de España toda. Todo hecho político se interpreta en clave nacional, y se subordina a
esa fractura. Lo que escapa a este criterio, en palabras ya citadas del Consejero
378
Homs, «nos españoliza». Esta situación ha sido favorecida, en cierto sentido, por la
falta de respuesta del Gobierno de la nación, muy probablemente motivado por la
convicción de que con esa estrategia mantiene movilizado y cohesionado a su
electorado. La tercera consecuencia, es ―junto con un marco más completo― la
amplificación
de
la
capacidad
movilizadora
del
marco
del
nacionalismo
independentista al asociarse con términos negativos a España vinculados a la
dictadura franquista. El éxito del nacionalismo catalán, en general, y del conservador
en particular (CiU), es que han logrado enmarcar de modo verosímil para un sector de
la población de Cataluña, la asociación Cataluña-antifranquismo (Béjar, 2008, 2010).
Esta no es una cuestión menor y, tal y como sostiene Canales Serrano (2005), existe
toda una corriente de la historiografía catalana que ha reelaborado a partir de un
discurso mítico la participación de las élites políticas conservadoras catalanas en la
dictadura franquista, que se presentan así mismas como actores fundamentales en la
lucha antifranquista. Proponiendo un campo de identidad en el marco de España
contra Cataluña (véase la estrategia nacionalista de CiU). El éxito de este marco es
tan notorio que, según Canales Serrano, “se consumó así el robo de la memoria, es
decir, la transferencia de la legitimidad de los vencidos a una parte de los
vencedores507” (Canales Serrano, 2005: 280).
La cuarta consecuencia a mencionar es la resonancia propiciada por la izquierda
nacionalista catalana de ICV-EUiA, ERC y CUP que coinciden en vincular (junto con el
nacionalismo conservador) al nacionalismo español con el autoritarismo franquista y al
que caracterizan de esencialista, homogeneizador y centralista, pero ―y he aquí el
rasgo definitorio de esta cuarta consecuencia― la izquierda nacionalista catalana
entiende que el nacionalismo catalán, por oposición al español es: emancipador
(Alonso, 2015). Ese estatus emancipador, permite diferenciar dos nacionalismos
moralmente distintos. Mientras que el nacionalismo catalán es emancipador, y por ello,
moralmente superior, al español, que reviste las características descritas en el punto
anterior. De allí que las reclamaciones que enarbole el nacionalismo catalán, son
siempre de justicia.
No solo se construye un “ellos” y un “nosotros” distinto y opuesto con los marcos, sino
que la resonancia nos permite establecer una diferencia moral entre los dos
nacionalismos. En el sentido de lo anteriormente expuesto, Snow y Benford sostienen
que la función de puntuar de los marcos “redefine como injusto o inmoral lo que,
previamente había sido visto como desafortunado pero quizás tolerable” (Snow y
507
La itálica es del autor.
379
Benford, 1992: 137 citado en Chihu, 2000: 217) esa es uno de los éxitos del
nacionalismo catalán en su conjunto en lo que al diagnóstico se refiere.
Actor de relevancia:
En términos gramscianos la hegemonía se alcanza desde la ocupación de las
posiciones de los aparatos del Estado, es por ello que, es fundamental señalar que el
proceso soberanista es lo que es, debido a la implicación del Gobierno de la
Generalitat, y en gran medida la totalidad de la Generalitat de Cataluña.
Sin estos actores determinantes, el escenario no sería el que es. Ya no solo en lo que
respecta a las más de dos décadas del pujolismo y su construcción de nacional de
Cataluña, en la que la inmersión lingüística ha sido el alma de la nación, sino y
fundamentalmente, en la movilización nacionalista y la extensa y pertinaz tarea de
enmarcado discursivo de los partidos nacionalistas catalanes en pos de ese proceso.
Este actor de relevancia posee dos matices, el primero es que el Gobierno de la
Generalitat está en manos de CiU el actor que, tal y como se ha visto, mantuvo una
posición pactista hasta el año 2007, cuando lanzó su proyecto de la Casa Grande del
Catalanismo. CiU, tal y como se sostuvo, es el actor con la voz hegemónica en
Cataluña, y ésta es fruto de su construcción, dado que, con la excepción de los ocho
años de los gobiernos del PSC, ERC e ICV-EUiA, ha estado encabezando la
Generalitat desde 1980.
El hecho de que CiU, en tanto que actor hegemónico, haya cambiado su
posicionamiento del pactismo y del pragmatismo posibilita (Dowling, 2013) al
secesionismo, es en sí mismo, un elemento legitimador discursivo del proceso
soberanista. Ese elemento legitimador se justifica, tal y como hemos visto, en el
análisis del discurso de CiU en los siguientes argumentos: “El Gobierno de la
Generalitat ha ayudado a la gobernabilidad de España y a pesar de ello, Cataluña no
tiene el reconocimiento que se merece, el Gobierno de la Generalitat lo ha intentado
todo, no obstante ello, Cataluña sufre agravios económicos, democráticos e
identitarios. La única salida posible es la secesión”.
Sin entrar en la validez de las premisas, o de las falacias en que incurre el argumento,
éste pone de manifiesto la siguiente premisa: la magnitud de los agravios que sufre
Cataluña debe ser de una entidad que hasta los pactistas y moderados de antaño se
ha vuelto secesionistas.
380
Conclusiones del capítulo:
En este apartado se destacarán los elementos más relevantes del período. El primero
de ellos es la radicalización del discurso de CiU y del resto departidos de base
regional. Tal y como se ha analizado, en este período, destaca un giro importante
respecto de los anteriores, en el que se enmarca una idea común del marco de los
partidos de base regional que es la imposibilidad del encaje de Cataluña en España en
las actuales circunstancias. Para todos los partidos de base regional ―con la
excepción de Ciudadanos y el PPC―, de una forma u otra, se deben tomar medidas
de hondo calado institucional porque se ha llegado a una situación límite. Este marco
se estructura a partir de unas nuevas técnicas de enmarcado que modifican la valencia
del diagnóstico, pasando de un diagnóstico positivo pero insuficiente, del pujolismo, a
un marco de valencia negativa y de imposibilidad de encaje con España, configurando
de este modo un diagnóstico profundamente negativo que tiene a la independencia
como única solución para gran parte de los partidos del arco parlamentario catalán.
Ese diagnóstico se basa en la existencia de los mismos tres agravios que desarrolló el
pujolismo y que se hicieron extensivos a otras formaciones políticas (ERC, ICV-EUiA,
PSC); es por ello que se ha afirmado que esas formaciones, asumieron una parte
importante del diagnóstico del marco discursivo de CiU.
CiU, por su parte, enmarcará nítidamente los tres agravios (económico, democrático e
identitario) y si bien los tres agravios están presentes en toda esta última etapa, habrá
oscilaciones en la importancia de cada uno de estos según en qué momento sean
enmarcados. Ejemplo de ello es que en el año 2012, con la propuesta de Mas de
pacto fiscal, se enmarcó más profundamente el agravio económico; con la tramitación
de la LOMCE (conocida como Ley Wert) se enmarcó con más fuerza el agravio
identitario y democrático; y finalmente con la sentencia 31/2010 del TC y con la
imposibilidad de realizar el referéndum, se enmarcó más profundamente el agravio
democrático.
Por su parte ERC, se orientará a un enmarcado más fuerte del agravio económico y
democrático, antes que identitario; de igual modo que ICV-EUiA, pero los verdes
critican las medidas de recortes sociales y laborales del gobierno de Mas; por su parte,
la CUP, enmarca los tres agravios de modo fuerte.
Por su parte el PSC enmarca los tres agravios de modo desigual con especial hincapié
en los agravios democráticos y económicos, sin incidir, en esta etapa, y a diferencia de
la etapa de Maragall, en los agravios identitarios.
381
De los tres agravios, puede decirse que el económico y el democrático, han podido ser
enmarcados con más éxito en relación a las experiencias cotidianas de las personas
cuando se analizan las técnicas de enmarcado de los partidos del bloque secesionista.
Por otra parte, Ciudadanos, PP-PPC y PSOE plantean un diagnóstico positivo en
términos generales para España desde la Transición hasta el final de esta etapa y
describen otro agravio que tiene que ver con la deriva secesionista de los partidos
nacionalistas catalanes y en el caso del PP-PPC, y en menor medida de Ciudadanos,
con una especial incidencia en relacionarlo con las experiencias ordinarias de la
población.
La gran innovación del período es el enmarcado del antagonista de manera nítida y
concisa. En los períodos anteriores no hubo un especial hincapié en la mayoría de los
partidos (con excepción de ERC en el primer período y parcialmente del PSC e ICVEUiA al gobierno de Aznar) en la construcción de un antagonista. Ello cambia
radicalmente entre 2010 y 2014. Y la construcción de ese antagonista como
responsable de los agravios será una de las piezas fundamentales del marco de
movilización para la acción colectiva. En lo que respecta a la descripción del
antagonista ―es decir, ese enmarcado de los campos de identidad― que hacen los
partidos del bloque secesionista y la que adhiere ICV-EUiA y parte del PSC y una
parte importante de UDC, ―es decir, la práctica totalidad de la élite política catalana―
traslada al antagonista, en tanto que adversario fuera de Cataluña, tal y como se
comentó. El enemigo está posicionado en el exterior en el discurso nacionalista
catalán, por primera vez de forma mayoritaria en este período (ERC lo hizo en el
primer período, pero en la etapa del Tripartito Carod-Rovira, moderó ese discurso) En
esta etapa, CiU realiza una descripción nítida del antagonista al que se le asignará la
responsabilidad de los agravios, dicho elemento será compartido con ERC, CUP, SI y
parcialmente con ICV-EUiA. Las identidades, en definitiva, son contrapuestas y las
caracterizaciones del antagonista están estrechamente relacionadas con los agravios,
llegando a caracterizar al Estado español como deficitario a nivel democrático y como
expoliador de Cataluña, (fundamentalmente en el caso de ERC y de los líderes de
CDC), por su parte, ICV-EUiA describe al adversario como al nacionalismo español,
La conjunción de la radicalización del enmarcado en los agravios y de la
profundización del enmarcado de la identidad “ellos” hace que aumente la efectividad
de la función de puntuar del marco del nacionalismo catalán en general, y del bloque
secesionista en particular, Como consecuencia de ello, hay un sustrato moral respecto
de los reclamos nacionalistas que se fundamentan en los agravios. De allí, entre otros
factores, que el nacionalismo catalán tenga en sus diferentes discursos un
382
denominador común de superioridad moral respecto de los no nacionalistas o de los
nacionalistas españoles.
Frente al antagonista se construye un protagonista, un “nosotros” que se enmarca
como si fuese una totalidad de carácter homogéneo. Ejemplo de lo anterior son las
innumerables referencias que dentro del proceso soberanista hace el bloque
secesionista al término pueblo (catalán o de Cataluña). En este sentido el proceso es
auto-referencial y autopoiético, en tanto que, la audiencia es construida como
homogénea a partir de la capacidad de construcción de la realidad que enmarca el
discurso y que se conoce como función performativa del lenguaje 508(Alonso, 2015). El
proceso genera su propio demos, su propio “nosotros”. Este es el objetivo del
nacionalismo, según Máiz, para quien “el discurso nacionalista desborda con mucho la
fijación de los objetivos de autogobierno, secesión y estado propio. Consiste, de
hecho, en construir la nación misma, esto es, elaborar un “nosotros” a partir de una
población separada por multitud de divisiones […] y establecer, paralelamente, un
“ellos” como el arquetipo del otro ajeno, como imagen especular en negativo de la
propia identidad” (Máiz, 2008: 154).
Por otra parte, para Gamson (1992a) la construcción del “nosotros”, es particularmente
relevante, porque además de la construcción de la nación, tal y como se ha visto,
garantiza la perdurabilidad del movimiento (es decir del nacionalismo) en el tiempo. Es
por ello esperable, que tras un proceso de movilización tan intenso y de construcción
de identidades profundamente antagónicas, el nacionalismo catalán de corte
secesionista (como movimiento social) se mantenga en el tiempo.
Es por todo lo anterior, que cobra especial relevancia el análisis de los campos de las
identidades “ellos”/”nosotros” a partir del análisis de marcos, tal y como se ha
realizado. En ese sentido, se puede decir, que en este último período CiU, ICV-EUiA,
ERC y CUP e incluso en algún sentido el PSC, establecen dos campos de identidades
antagónicos entre las identidades, y allí radica uno de los éxitos del nacionalismo
catalán, en la construcción de un pueblo catalán distinto y opuesto al español. Y es a
partir de la construcción de esa imago de España, que de modo especular y
antagónico se construye la identidad de Cataluña.
Esa construcción que hace el relato del bloque secesionista509 según Alonso (2015)
enlaza tres ciclos históricos bien definidos y que aportan un componente emocional de
movilización muy eficaz; y que son: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el
508
Por función performativa del lenguaje se entiende la capacidad de crear la realidad que designa y
por auto-referencial a la capacidad de dar cuenta de cualquier aspecto de la realidad desde el marco
de sentido (Pérez-Agote, 1995 y 1989)
509
fundamentalmente, el bloque secesionista pero en ello apoyado por ICV-EUiA y parte del PSC.
383
Estatuto de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714, tal y
como se comentó más arriba.
Estos tres ciclos históricos se entrelazan para hacer más efectiva y potente la
movilización y opera de modo paralelo al concepto de resonancia aquí propuesto. La
resonancia de los marcos hará más verosímil el diagnóstico de los marcos de las
partidos secesionistas a partir de ofrecer una correlaciones entre los tres períodos en
un solo relato que transforme esas correlaciones en una relación causa-efecto con un
actor responsable y otro actor agraviado.
Ese actor protagonista y agraviado es representado en sus intereses por el bloque
secesionista (pero fundamentalmente por CiU) como partido que ostenta el Gobierno
de la Generalitat y la mayoría simple en el Parlamento de Cataluña. A esa entidad
natural ―frente a la artificialidad del Estado― que es la nación, se le atribuyen, al
igual que en las dos etapas anteriores, características de los sujetos individuales, tales
como intereses, anhelos, voluntad, aspiraciones, etc.
Aquí se debe hacer una mención del análisis léxico que hace Béjar (2010) sobre el uso
del término nación por parte del nacionalismo catalán para referirse a Cataluña y
negarle el mismo término a España, al que categoriza como Estado. Está cuestión ya
ha sido analizada respecto al desplazamiento de la estrategia nacionalista de CiU
hacia la estrategia de un nacionalismo de corte etno-cultural, pero lo que plantea Béjar
es que, al atribuir a Cataluña el término nación y negárselo a España, Cataluña pasa a
tener una superioridad “natural” frente a la “artificialidad” del estado español, y además
niega al otro en tanto que tal. España es negada por el nacionalismo catalán
(fundamentalmente CiU, ERC y CUP son quienes usan estos términos) y esa negación
del otro lo deslegitima en cuento interlocutor válido.
El otro cambio sustancial en esta etapa ocurre a nivel del pronóstico: Tal y como se
corresponde con el diagnóstico de situación límite que presentan los partidos de base
regional todos proponen medidas que conllevan profundas transformaciones (CDC,
ERC y CUP la secesión; UDC e ICV-EUiA una confederación y el PSC, una reforma
constitucional). Aquí hay una innovación fundamental respecto de los períodos
analizados anteriormente y es que las soluciones a los agravios que proponen los
discursos hegemónicos (CIU y ERC) pasan todas, única y forzosamente por la
independencia de Cataluña, que es presentada como el concepto central del marco y
no hay lugar al pacto o a la negociación, en este caso, para el bloque secesionista.
Toda la élite política se ha visto interpelada en este sentido, y el 90% del arco
parlamentario es favorable al derecho de autodeterminación, manifestado bajo el
eufemismo del derecho a decidir.
384
Respecto de la motivación y a diferencia de los períodos 1 y 2 (pero
fundamentalmente con el primero de ellos) hay una segmentación muy acusada de las
audiencias. La interpelación es directamente al pueblo de Cataluña. Esta apelación
cambia de manera sustancial la relación con la apelación a la acción, en tanto que
nunca antes ha habido llamamientos a la movilización que apelaran a la
responsabilidad de los individuos de manera tan clara y fuesen realizadas por parte de
un partido hegemónico y del Gobierno de la Generalitat.
El cambio en el discurso de CiU hacia el secesionismo ha sido fundamental en todo el
proceso analizado y especialmente en lo que respecta al desplazamiento hacia el
independentismo de todo el espectro político catalán. Ello se debe al peso hegemónico
que posee CiU, y por extensión todo el bloque secesionista, pero también, por la EOP
ya analizadas, en lo que respecta a la polarización y fragmentación de la política
catalana.
En lo que respecta al análisis de los propios marcos de significación, se puede decir
que, los marcos más completos serán los de CiU y ERC (junto con la CUP) ―pero
fundamentalmente el de CiU, en lo que a partidos mayoritarios se refiere― a diferencia
de períodos anteriores en los marcos quedaban con dimensiones sin enmarcar. Se
invierten los términos de la primera etapa donde era ERC quien tenía un marco más
completo. En este último período, ERC no incide como lo ha hecho en el pasado en la
dimensión identitaria, tal y como se ha observado, con claro objetivos movilizadores.
La efectividad de los marcos respecto de la movilización social en función del grado en
que éste se complete o no (Gerhard, 1995) es una hipótesis a desarrollar en futuros
trabajos.
A nivel de las EOP ha habido importantes cambios en este período temporal, como
son:
El cambio de Gobierno a nivel nacional, con el acceso del PP al Gobierno con mayoría
absoluta en el Congreso de los Diputados hecho que permite la polarización, por parte
del bloque secesionista con esa cadena de significantes asociados como son: EspañaEstado-Madrid-PP-PSOE, tal y como se ha comentado. Se introducen cambios, por
otra parte, en el sistema de partidos, con la irrupción de Si y la CUP, sumado a la
consolidación de Ciudadanos. Esto ha aumentado la fragmentación en el período y,
dada la naturaleza del proceso, esa fragmentación se combina con polarización de
posiciones nacionalistas.
A diferencia de períodos anteriores hay un intento muy importante de aprovechamiento
y creación de EOP respecto de la crisis institucional y política, así como de la crisis
económica y de deuda soberana, por parte del bloque secesionista.
385
Este es un hecho de notoria importancia ya no en la eficacia del marco (que también y
muy importante), sino en lo que respecta a su propio proceso enmarcado. La crisis
política e institucional que ha vivido España, ―de la que CiU no se ha visto exenta―
propició el enmarcado de un diagnóstico negativo por parte de los partidos
nacionalistas y en especial los del bloque secesionista. Ese enmarcado, tal y como se
señaló más arriba, se estructura a partir del agravio económico que se manifiesta con
dos de los principales efectos de la crisis económica; el primero ,es la crisis de deuda
soberana que afecta a la solvencia de la Generalitat de Cataluña; y el segundo, y más
dramático, son los efectos que las crisis económica tiene sobre la población, en
particular en lo referente a los sectores medios-bajos y bajos de la estructura social.
Sin esa lectura política de la EOP, que se manifestó con la crisis económica, hubiese
sido muy dificultoso poder relacionar las experiencias ordinarias de la población con el
agravio económico que propone que proponen los partidos nacionalistas, en general y
los del bloque secesionista, en particular.
Por otra parte, se continúa con la subordinación de las voces del PSC y de ICV-EUiA
al discurso de CiU, al adoptar la agenda programática y los conceptos de éste. No se
logra plantear una opción de pronóstico distinta a la del bloque secesionista que
movilice al electorado.
Se continúa, al igual que en el pasado, con la posición dominante de CiU, pero hay
dos modificaciones. La primera es la aparición de partidos con un programa más
radical ―incluso que ERC― en el eje nacional, tal como SI e incluso antisistema y
anticapitalista, como la CUP. Por otro lado, se consolidad y aumenta el peso de
Ciudadanos, tanto en las encuestas de intención de voto como en las elecciones
municipales y autonómicas del 2015. Esto es indicativo de que si bien continúa la
hegemonía de CiU ―ahora CDC― hay elementos que, dadas las condiciones podrían
ponen en duda su continuidad a futuro; hecho que se hace extensivo a ERC, quién
también podría resentirse en ese aspecto.
Al comparar las tres tareas de los marcos de los diferentes partidos se puede observar
una clara mayoría que comulga con el diagnóstico del nacionalismo catalán y una
importante homogeneidad en los agravios. En la tarea de pronóstico, esa hegemonía
del diagnóstico de los marcos de los partidos de base regional, no es tan homogénea,
al igual que en caso de la motivación.
Comparativamente con la etapa de redacción del Estatuto de Autonomía de 2006,
analizado en el período anterior, se ha visto una similitud en como las élites políticas
nacionalistas (CiU, ERC, ICV-EUiA y una parte importante del PSC) lograban
consensos similares en lo que respecta a las tareas de diagnóstico y pronóstico en sus
respectivos marcos.
386
Y ello se relaciona con la sobrepresentación del nacionalismo en las élites políticas
catalanas, y además, por la hegemonía del nacionalismo conservador de CiU a nivel
social, (en tanto que habla dominante o hegemónica) tal y como se señaló en los
capítulos primero y cuarto.
En lo tocante a las estrategias de enmarcado hemos podido observar el modo en que,
con la excepción de Ciudadanos, todas las estrategias de enmarcado se han orientado
hacia la vertiente etno-cultural del nacionalismo en perjuicio de la de corte cívicopolítica. Esto ha ocurrido en ICV-EUiA, parcialmente en el PSC, y fundamentalmente
en CiU. CiU un actor que se caracterizó por tener una estrategia equilibrada, en el
primer período, entre una estrategia discursiva cercana al nacionalismo etno-cultural y
moderadora por la praxis política pactista, ha desplazado su discurso, ha abandonado
el nacionalismo cívico-político y ha renunciado al pactismo.
Por otra parte, Ciudadanos, asume un discurso equilibrado a medio camino entre el
nacionalismo constitucional del PP y el patriotismo constitucional del PSOE (Balfour y
Quiroga, 2007).
Dentro de la estrategia etno-cultural dominante de los partidos nacionalistas catalanes
pueden distinguirse cinco técnicas de movilización que son: 1), el discurso poliorcético;
2), fin de la gradualidad de las demandas; 3), presión sobre el antagonista; 4), acción
continua; y 5), tensión constante.
1)
Lenguaje de tono poliorcético: es una técnica que el nacionalismo catalán de
CiU viene utilizando desde los tiempos de Pujol, tal y como se ha comentado, no
obstante, ese tipo de afirmaciones se enmarcaron en una reacciones de descontento
dentro de la estrategia pactista (Colomer, 1984). En este período, ya no serán
reacciones de figuras de segundo orden, sino que son los referentes del nacionalismo
catalán los que hablan de “casus belli”. Es decir, que las hablas hegemónicas son las
que se han radicalizado, incluso en sus figuras preeminentes. Recuérdese que tanto
Oriol Pujol, como Jordi Pujol, utilizaban esa expresión mentada de casus belli, si se
aplicaban modificaciones al sistema de inmersión lingüística desde el Gobierno
nacional. Es por ello que, se puede decir junto con Alonso (2015) que hay un lenguaje
de asedio, en consonancia con el asedio que sufrió Barcelona en 1714. Se aprecia,
además, un claro tono épico en los discursos nacionalistas catalanes, particularmente
en Mas, que parece intentar presentar este período como un momento histórico
excepcional que exige condiciones, esfuerzos y actitudes excepcionales. Para Alonso,
Mas utiliza una retórica aporética de “dilemas y superlativos” (Alonso, 2015: 66, nota
37) que se orientan a describir la situación como si no hubiese otra alternativa al
proceso al que le imprime un pathos de excepcionalidad. Esto está en consonancia
387
con la fractura o clivaje que reviste un proceso de enmarcado y movilización como el
éste.
2)
Fin de la gradualidad de las demandas: Tal y como sostiene Ovejero Lucas
(2006, 2011a) existió durante el pujolismo una estrategia de gradualidad en las
demandas del nacionalismo catalán que una vez que obtenía lo solicitado se
trasladaba esas demandas a otro objetivo mayor, esta estrategia ha sido descrita
como incrementalismo (José L. Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El
País, 23 de julio de 2012). Ello se encontró favorecido por el diseño institucional, por la
dinámica de la competencia política en subsistemas y por las reticencias de la
izquierda española a enfrentar a los nacionalismos periféricos, dado que en la
Transición se asoció la lucha por la autonomía ―que no el nacionalismo periférico― a
la lucha antifranquista (Ovejero, 2011a, 2011b, 2013). La gradualidad de las
demandas ha llegado a su fin con la propuesta de secesión. Si la secesión era la meta
propuesta por los nacionalistas ―manifiesta o tácita, en su estrategia gradualista―
ésta ha llegado a su fin al platearse la situación de ruptura que es la consecución del
objetivo por antonomasia del nacionalismo (Breuilly, 1990). No puede haber más
gradualidad respecto de los objetivos del nacionalismo catalán.
3)
Presión sobre el antagonista: El fin de la gradualidad de las demandas propició
una técnica asociada para legitimar los reclamos del nacionalismo. La técnica tiende a
presionar al antagonista, con reclamaciones que claramente no puede cumplir para
obtener una respuesta negativa que relance nuevamente el agravio y legitime la vía
independentista. Esta técnica, es lo contrario del pactismo pujoliano, que buscaba, de
un modo u otro el acuerdo. Ejemplo de la estrategia de presión sobre el antagonista,
es el reclamo de pacto fiscal o la de realización del referéndum por parte de
prácticamente todo el arco político catalán. Ambas peticiones, no podían ―sin por ello
compartir la solución del Gobierno de Rajoy― obtener como primera respuesta un sí,
sin poner en entredicho tanto la Constitución como el Estatuto de Autonomía vigente.
De allí que se acuse al ejecutivo de Rajoy, de escudarse en el TC o en la Constitución
y no dar soluciones políticas.
4)
Acción continua: El bloque soberanista, en particular y el nacionalismo catalán
en general, no cesa en la producción y reproducción de los marcos de significación
con un diagnóstico profundamente negativo, con identidades de oposición y con la
independencia como única solución posible. Esta labor de naturaleza simbólica es
incesante y no ha encontrado un interlocutor de igual entidad ―habrá que ver qué
ocurre con C´s― que pueda responder con un marco de la misma efectividad, ni
dentro de Cataluña ni en el resto de España. Esta acción continua tiene una
innovación que es la acción de dos asociaciones ANC y Omnium Cultural.
388
La movilización social se está gestionando desde esas dos asociaciones que se han
convertido en garantes de la culminación del proceso. Ambas asociaciones tiene
vínculos con los partidos políticos que abanderan el proceso, en particular destacan
los vínculos de ERC con ANC y de CiU con Omnium Cultural (Alonso, 2015; Vilaregut,
2012). Estas asociaciones manejan presupuestos importantes que dedican a
propaganda y movilización ―recuérdese que ANC y OC, entre otras acciones,
cubrieron la fachada de la Pedrera entre el 18 y el 31 de octubre de 2014, con el
consentimiento del Ayuntamiento de Barcelona―; OC, por ejemplo, recibe importantes
subvenciones de la Generalitat (ABC, 21 de febrero de 2012) mientas que la ANC
niega recibirlas. Tanto la ANC y OC han asumido el rol de movilizar al pueblo de
Cataluña hacia el objetivo de la independencia y para ello han desempeñado una
actividad incesante y en estrecha coordinación con los marcos de significación y las
estrategias de la élite política.
5)
Tensión constante: Tal y como sostiene Ovejero (2011b) existe una tensión
constante respecto de problema presentado en el marco (ello habla de su efectividad)
que es el encaje de Cataluña en España y que tiene por efecto que toda la realidad
política e institucional es leída en esa clave de secesión. La capacidad auto-referencial
de los marcos del nacionalismo ha sido exitosa en su presentación de los problemas al
captar el malestar ciudadano, combinando un largo proceso de construcción nacional
de Cataluña pero quizás, ha sido exitoso en menor medida, respecto de la
movilización de las soluciones.
Respecto de este último punto, vale señalar, que las soluciones propuestas por el
nacionalismo catalán y por el bloque secesionista, en particular se articulan a partir de
un sustrato moral que reclama para sí ese nacionalismo. De tal modo y manera que,
tal y como se ha comentado, las reclamaciones del nacionalismo son consideradas
moralmente justas y su negación un acto de injusticia por parte del nacionalismo
catalán. Ello se relaciona y asocia, tal y como se ha comentado, con el nacionalismo
español y el franquismo ―que ha permitido a la derecha conservadora catalana que
simpatizó, cuando no apoyó a la dictadura, reconvertirse hacia el antifranquismo
democrático― y por otro lado, con la extendida idea propiciada por la izquierda
nacionalista catalana que entiende el nacionalismo catalán como emancipador
(Alonso, 2015) legitimando de esa manera moralmente, sus reclamaciones.
389
390
Capítulo VII:
Conclusiones:
En este último capítulo de la tesis se expondrán las conclusiones de los capítulos
precedentes en referencia a las preguntas de investigación que ha guiado el desarrollo
de la tesis.
Se indicó en la introducción y en el capítulo III, que el problema de investigación que
estudia esta tesis doctoral es: cómo cambia el discurso del nacionalismo catalán en las
élites políticas desde el pujolismo al proceso soberanista; en concreto las pregunta de
investigación plateadas fueron: ¿Cómo han cambiado los marcos discursivos del
nacionalismo catalán desde el año 2000 al 2014? específicamente entre los siguientes
tres períodos: 2000-2003, 2004-2009 y 2010-2014, y ¿bajo qué circunstancias esos
cambios han sido posibles?
Para responderlas se llevó a cabo un análisis de los marcos de significación para la
acción colectiva que utilizó, en sus discursos, la élite política en Cataluña desde el año
2000 hasta el año 2014. Se realizó en ese sentido, un análisis comparado de la
producción discursiva de la élite política catalana, en lo que respecta a los procesos de
enmarcado, a las estrategias y a los marcos a partir de un marco ideal propuesto, en
función del tema del encaje de Cataluña en España.
Puntualmente, y por orden expositivo, en el capítulo primero se expusieron las
diferentes teorías del nacionalismo. En ello se ha seguido la clasificación propuesta
por Smith (2000, 2004) entre las escuelas modernistas, perennialistas, primordialistas
y etnosimbolistas.
Se señalaron a los autores más relevantes dentro de las diferentes perspectivas del
modernismo, tales como la perspectiva de los factores socioeconómicos, los
socioculturales, la de los factores políticos (de la que esta tesis ha tomado mucho), la
de los factores ideológicos, y el constructivismo, que es la perspectiva donde se
asientan teóricamente los desarrollos de esta tesis doctoral.
El constructivismo retoma las premisas del modernismo y añade un componente
fundamental que es análisis de la narrativa simbólica del nacionalismo para
comprender el fenómeno nacional desde una perspectiva cercana a la de los
movimientos sociales. Esta perspectiva constructivista entiende que las movilizaciones
sociales, y las visiones del mundo que la legitiman y motivan, son construidas por la
actividad simbólica, es decir, por la actividad discursiva. De este modo, el
391
nacionalismo catalán fue analizado desde una perspectiva que lo categoriza como un
movimiento social y como un agente significativo de la realidad social, en gran medida
responsable de su propia construcción, y que se realimenta del mismo proceso de
movilización que propicia.
Se han desarrollado luego las tipologías de naciones siguiendo los trabajos de Andrés
de Blas (1995, 1997) de las que resultan dos tipos ideales de nación: la nación cultural
y la nación política.
A partir de estos dos tipos ideales de nación propuestos, se han construido las dos
estrategias enmarcadoras que utilizarán las élites políticas en Cataluña, para enmarcar
los marcos de significación para la acción colectiva utilizados en los diferentes
períodos analizados. Estos dos tipos ideales de nación son los cívico-políticos y etnocultural a partir se describen las estrategias enmarcadoras de los diferentes partidos
que nuclean a la élite política catalana.
Se comentó la relevancia de los tipos ideales weberianos en tanto que herramientas
heurísticas y su pertinencia en la investigación de la casos empíricos como categoría
analítica. Por otra parte se argumentó la vigencia de la capacidad explicativa de las
categorías presentadas.
Po último, a partir de los elementos teóricos de la primera parte del capítulo se hizo
una revisión crítica de la literatura del nacionalismo catalán. Esta revisión divide la
literatura en las aproximaciones perennialistas, etnosimbolista y modernista; y es a
partir de esta última que se emprende la descripción demoscópica de la sociedad
catalana del capítulo cuarto y que da asidero empírico a los análisis discursivos de los
capítulos cuarto, quinto y sexto, que conforman la parte empírica de la tesis y que
ponen en valor la relevancia del rol de las élites políticas nacionalistas, desde el
pujolismo hasta el proceso soberanista.
En el segundo capítulo se han expuesto los fundamentos teóricos y metodológicos
vinculados al estudio de la acción colectiva y de los movimientos sociales. Ello se ha
hecho a partir de la reseña de las principales teorías y de la disciplina, por orden
cronológico y desde la perspectiva de sus principales autores, del mismo modo que en
el capítulo primero se hizo con el nacionalismo.
Las teorías analizadas fueron las Teorías de la Movilización de Recursos, los Nuevos
Movimientos Sociales, la Estructura de Oportunidad Política y el análisis de marcos de
significación para la acción colectiva. En la presente tesis se han utilizado las dos
392
últimas técnicas de análisis. El análisis principal está cimentado a partir del análisis de
los marcos y complementado con la EOP.
Por marcos se ha definido a los esquemas mentales que ordenan e interpretan, es
decir, dan sentido a la realidad, y permiten la coordinación y competencia de sentidos
en la estructuración de la acción colectiva. En palabras de Chihu, un “marco de
significación es un esquema interpretativo que simplifica y condensa el mundo
existente, seleccionando y codificando objetos, situaciones, eventos y experiencias y
secuencias de acción, y relacionándolos con el medio ambiente en el que se
desenvuelve el actor” (Chihu, 2000: 213).
Para el análisis de los marcos se han seguido los trabajos de Gerhards (1995), Rivas
(1998) y Viejo Viñas (2008) a partir de los cuales se ha estructurado un marco ideal
que permitió un análisis de los elementos empíricos de modo comparativo y con
mejores elementos de operacionalización que optimizan sensiblemente el análisis de
los marcos.
Específicamente en lo que respecta a las relaciones de los marcos y de la EOP con el
análisis e investigación del nacionalismo, se han seguido los trabajos de Máiz (2002,
2008) que indican la pertinencia y la adecuación de estas perspectivas para el análisis
del fenómeno nacional.
En el Capítulo tercero se realizó la propuesta teórico-metodológica de la tesis para
responder a la pregunta de investigación planteada y se plantearon las hipótesis que
guiaron toda la investigación. La hipótesis central de la tesis es que los marcos de
significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán, respecto de la cuestión
del encaje de Cataluña en España, han cambiado en las siguientes dimensiones de
esos marcos: dentro del diagnóstico, en las dimensiones de los agravios, y de la
identidad; dentro del pronóstico en la dimensión de las soluciones propuestas; y dentro
de la motivación, en la definición de las audiencias y en los llamados a la movilización.
Los cambios se producen al cambiar las técnicas de enmarcado en los siguientes
sentidos:
1)
Los agravios: Se mantienen los temas de agravio a lo largo del tiempo, pero se
modificaron la forma de presentar los problemas, la atribución de la causa y las
referencias a cuestiones ordinarias de la población, todo ello, fundamentalmente en el
tercer período.
393
2)
La identidad: Se mantiene y profundiza la construcción de la identidad
“nosotros”, a partir del segundo período; pero hay un cambio sustancial en la
construcción del antagonista (“ellos”) en el tercer período analizado.
3)
Soluciones: Las soluciones van modificándose en el segundo y en el tercer
período. La innovación más importante será la introducción de la independencia como
solución en el tercer período.
4)
Audiencias: Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de
apelación a la acción.
Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que
son:
1)
Marco completo: Respecto de este marco vemos que a medida que se avance
en los períodos los marcos son más completos. La hipótesis que aquí se sostiene es
que el nacionalismo catalán en el período de 2010-2014, tendió a formular sus marcos
de significación de modo más completo que en las etapas anteriores, en lo que
respecta al marco ideal propuesto.
2)
Cambio de Estrategia: La condición que equilibraba los marcos del
nacionalismo antes del 2010, era la estrategia discursiva y de una praxis política
moderada propia de los nacionalismos cívico-políticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997).
La estrategia del nacionalismo catalán cambió hacia el predominio de la estrategia
etno-cultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del
nacionalismo.
3)
Aprovechamiento de la Estructura de oportunidad Política: solo a partir de un
aprovechamiento de la EOP es posible la movilización a partir del discurso de los
partidos nacionalistas catalanes.
4)
Resonancia del marco: Se ha podido hacer resonar el marco del nacionalismo
catalán secesionista respecto de narrativas culturales de orden más general que
potencian y propician la radicalización de las posiciones y hacen verosímil al marco.
5)
Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha
encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del
Gobierno de la Generalitat de Cataluña. No es un elemento menor en tanto que se
asume aquí la centralidad del Estado como actor fundamental en la constitución de la
nación.
394
De tal modo que la variable dependiente son los cambios en los marcos de
significación de la acción colectiva en el discurso del nacionalismo catalán; y las
variables independientes son las técnicas de enmarcado utilizados en la acción
discursiva de las élites políticas catalanas en las tres tareas de los marcos y en las
cuatro
dimensiones
específicas
que
son:
agravios,
identidad, soluciones
y
movilización. Y su relación con las circunstancias que posibilitan el cambio como son:
la estructuración de un marco completo, los cambios de las estrategias de enmarcado
de posiciones de equilibrio hacia un predominio de las estrategias etno-culturales, la
resonancia de los marcos de significación, el aprovechamiento y la generación de
Estructuras de Oportunidad Política (EOP) por parte de las élites nacionalistas
catalanas, y por último, un actor preponderante radicalizado.
Se presentarán, a continuacón, las conclusiones en función de las hipótesis de la
investigación presentadas y de los resultados obtenidos en los capítulos cuatro, cinco
y seis, que se corresponde con la segunda parte de la tesis.
Conclusiones:
Hipótesis 1) y 2)510: A lo largo del capítulo cuarto que estudia el período comprendido
entre los años 2000 y 2003 se ha señalado que, dentro de la tarea de diagnóstico, CiU
establecía tres agravios en sus discursos que fueron denominados: agravio
económico, identitario y democrático. Esos tres agravios fueron compartidos por ICVEUiA, ERC y el PSC. Es decir que la todos los partidos de izquierda de base regional
asumieron el discurso de la derecha nacionalista catalana.
De estos tres agravios el identitario y el económico adquirieron mayor relevancia en
esta etapa. No obstante, los reclamos se orientaban a más autogobierno, mejor
financiación y más reconocimiento, por parte del Estado español. Es decir, que se
mantenía la estrategia pujolista del pragmatismo posibilista (Dowling, 2013) y del
incrementalismo (José L. Álvarez, “La lucha final de la burguesía catalana”, El País, 23
de julio de 2012), pero siempre dentro del Estado de las Autonomías.
El PSC de Maragall, por su parte, se orientó a dar mayor relevancia a los agravios de
naturaleza identitaria, aunque reconociendo y señalando los otros dos, al vincular sus
argumentos con el del nacionalismo más tradicional de la LLiga Regionalista.
510
Se presentan juntos los resultados de las hipótesis 1 y 2 porque juntas conforman la tarea del
diagnóstico.
395
Por su parte, ERC, mantiene unos agravios definidos y radicalizados, con unos marcos
muy completos respecto del marco ideal, pero sin una eficacia relevante, y con un
alcance minoritario.
Respecto de las identidades se ha demostrado que, con la única excepción de ERC, el
enmarcado de las identidades “ellos” es un enmarcado débil, en el que no se incide
demasiado en la primera etapa. No hay un enmarcado profundo o fuerte del
antagonista, como responsable de los agravios, y sus referencias son de carácter
tácito. Por otra parte, sí hay un fuerte enmarcado en todos los partidos de base
regional ―esto ocurrirá hasta la llegada de Ciudadanos― de la identidad “nosotros”
como una identidad diferenciada, opuesta y con arraigo histórico en Cataluña. Este
discurso identiario, éste está orientado a potenciar el “nosotros”, pero no es
confrontado con un “ellos” antagonista claramente definido.
Por otra parte en líneas generales el diagnóstico se complementará en con referencias
positivas, de la totalidad de fuerzas políticas, con excepción de ERC. Esas referencias
positivas estarán orientadas al momento económico e institucional que vive España.
Es por ello que el mensaje es de doble valencia. Esto es concomitante con la
estrategia general de negociación y pacto que estableció históricamente el pujolismo.
En la etapa siguiente, que ocupa los años 2004-2009, se observa un mayor
desplazamiento del PSC hacia la posiciones de CiU en el enmarcado de los agravios y
de las identidades. Se asume la estrategia del incrementalismo de CiU por parte del
PSC, e incluso el programa de renovación del Estatuto de Autonomía.
En este período hay una centralidad mayor del agravio identitario y del democrático
que se correlaciona con el desarrollo de la reforma del Estatuto de Autonomía y el
aumento del autogobierno de Cataluña; el único partido de base regional que no
adhiere a ese diagnóstico es Ciudadanos.
En lo que respecta a las identidades hay una profundización de la identidad “nosotros”
del período anterior, pero manteniendo el enmarcado débil de la identidad “ellos”,
aunque tácitamente se contemplan dos campos identitarios opuestos. Estas líneas
generales son compartidas por CiU, PSC y ICV-EUiA, mientras que para ERC, las
identidades eran manifiestamente incompatibles.
El diagnóstico del período de los partidos nacionalistas catalanes en esta etapa se
subordinó a la tarea de pronóstico, que
proponía como solución, la reforma del
Estatuto de Autonomía.
396
Por otra parte, en el período 2010-2014, la tarea de diagnóstico cambia
profundamente en su valencia, y ello se produce por un cambio en las forma del
enmarcado de los agravios ―que mantienen sus tres dimensiones (económico,
democrático e identitario)― y en el cambio de un enmarcado débil a uno fuerte de la
definición del antagonista, que estructura la identidad “ellos”.
En este período, destaca un giro importante respecto de los anteriores, en el que se
enmarca una idea común en el discurso de los partidos nacionalistas que es la
imposibilidad del encaje de Cataluña en España en las actuales circunstancias. Este
cambio en el marco discursivo se estructura a partir de unas nuevas técnicas de
enmarcado que modifican la valencia del diagnóstico, pasando de un diagnóstico
positivo pero insuficiente, del pujolismo, a un marco de valencia negativa y de
imposibilidad de encaje con España, configurando de este modo un diagnóstico
profundamente negativo, que tiene a la secesión como única solución, para gran parte
de los partidos del arco parlamentario catalán. En líneas generales el marco del bloque
secesionista se configura a partir del enmarcado de España como problema que
imposibilita del encaje de Cataluña.
CiU tenderá a ir propiciando, uno u otro agravio, según la conveniencia táctica del
momento, pero profundizará en los tres agravios; ERC, no incidirán en el agravio
identitario directamente ―para poder ampliar la base social del independentismo―;
Por su parte, el PSC enmarca los tres agravios de modo desigual con especial
hincapié en los agravios democráticos y económicos, sin incidir, en esta etapa, y a
diferencia de la etapa de Maragall, en los agravios identitarios. ICV-EUiA, enmarca los
tres agravios con especial incidencia en el democrático, además de criticar las
medidas de recortes sociales y laborales.
De los tres agravios, puede decirse que el económico y el democrático, han podido ser
enmarcados con más éxito en relación a las experiencias cotidianas de las personas,
cuando se analizan las técnicas de enmarcado de los partidos del bloque secesionista.
Este tipo de enmarcado es fundamental para la permanencia del nacionalismo a través
del tiempo como señala Giuliano (2011).
La gran innovación del período es el enmarcado del antagonista de manera nítida y
concisa a diferencia de los períodos anteriores. La construcción de ese antagonista
como responsable de los agravios es una de las piezas fundamentales del marco de
movilización para la acción colectiva. Esta definición del “otro”, que hacen los partidos
del bloque secesionista, es compartida por ICV-EUiA y parte del PSC y una parte
importante de UDC, es decir, la práctica totalidad de la élite política catalana. El
397
enemigo, es decir, el antagonista, es posicionado en el exterior de Cataluña po el
discurso de nacionalista catalán, por primera vez de forma mayoritaria en este período
(ERC lo hizo en el primer período, pero en la etapa del Tripartito, moderó ese
discurso).
La radicalización del enmarcado en los agravios y la profundización del enmarcado de
la identidad “ellos”, se han señalado como causa del aumento la efectividad de la
función de puntuar del marco del nacionalismo catalán que propicia la verosimilitud del
sustrato moral del marco, de tal modo que, el discurso del nacionalismo catalán se
presente como moralmente superior y sus reclamaciones sean propuestas como de
justicia.
La identidad “nosotros” ―en un sentido de oposición al “ellos”― ha sido profundizada
por los marcos de las élites nacionalistas catalanas, manteniendo y aumentando su
incidencia en él. Este es uno de los objetivos del nacionalismo, en tanto que, construye
un pueblo (Máiz, 2008) y es uno de los elementos que hace permanecer el
nacionalismo en el tiempo (Gamson, 1992a). Esta construcción se ha señalado como
parte de la función performativa del discurso (Alonso, 2015).
En líneas generales, se ha demostrado una homogeneidad de los partidos de base
regional ―con la excepción del PPC y Ciudadanos―, respecto de un mínimo
denominador común en el diagnóstico que es la necesidad del cambio de estatus en la
relación Cataluña-España. Quedan corroboradas las hipótesis uno y dos.
Hipótesis 3):
Las soluciones que se han señalado en el primer período responden a la lógica de
más autogobierno, más reconocimiento identitario y mejor financiación en toda la élite
política de los partidos de base regional, incluso en ERC, aunque esta formación
tuviese como fin último la independencia. Pero ese aumento de autogobierno,
financiación y reconocimiento se enmarcaba dentro de la Constitución del 78.
En la segunda etapa, se señaló que el PSC mantuvo el diagnóstico, las estrategias y
los programas del pujolismo, presentándose como una continuidad, antes que como
una alternativa a él (Balfour y Quiroga, 2007). Se mantiene la táctica del
incrementalismo y de los reclamos de mayores competencias que se encarnan en la
reforma del Estatuto de Autonomía del año 2006. El nuevo Estatuto innova en la
medida que pretende ser también una reforma de España. Hay un mantenimiento de
las tácticas pero se aumenta la intensidad de los objetivos.
398
En la tercera etapa, por su parte se demostró que la lógica que se aplicaba las
soluciones ha cambiado de modo sustancial. Para toda la élite política catalana (con la
excepción del PPC y de Ciudadanos) hay un incremento de la radicalidad de las
soluciones que es acorde con el diagnóstico que realizan, Para el bloque secesionista,
la única solución es la secesión; para PSC y la solución es la modificación de la
norma constitucional en un sentido federal; en el caso de ICV-EUiA, la reforma
constitucional debe incluir la autodeterminación de Cataluña, la relación con España
debe ser una relación Confederal.
Se señaló claramente que existe un consenso alrededor del derecho a decidir, como
mínimo común denominador del pronóstico de las élites políticas catalanas que se
encuentra sobre el 90% del arco parlamentario catalán. Se corrobora la tercer
hipótesis en tanto que se modifican las soluciones de los marcos.
Hipótesis 4):
Cambian las formas de interpelación a las audiencias y de apelación a la acción.
Durante el período 2000-2003 se señaló una doble definición de las audiencias del
pujolismo como voz hegemónica hacia adentro y hacia afuera de Cataluña, como parte
de su estrategia nacionalista de enmarcado; por otra parte, hay una apelación a la
acción muy débil. Y más que una apelación, hay un cierto reclamo de falta de tensión
social, por parte del propio Pujol. Ello se explicó como propio de una situación de
bienestar y de satisfacción institucional por parte de la ciudadanía. Maragall,
acompaña esta tendencia pero sin una segmentación clara de las audiencias.
En el segundo período, se ha señalado que ERC y CiU comenzaron a segmentar
audiencias, interpelando al electorado y apelando a la acción de los individuos, a
diferencia del PSC e ICV-EUiA, en un modo mucho más fuerte que en el primer
período. Esto es particularmente llamativo en CiU a partir del lanzamiento de la Casa
Grande del Catalanismo, donde se sientan las bases conceptuales del tercer período.
En el tercer período, y a diferencia de los períodos anteriores (y fundamentalmente del
primero) hay una segmentación muy acusada de las audiencias. La interpelación por
parte de los partidos nacionalistas (CiU, ERC, CUP y ICV-EUiA) y parte del PSC, es
directamente al pueblo de Cataluña. Esta apelación cambia de manera sustancial la
relación con la apelación a la acción, en tanto que nunca antes ha habido
llamamientos a la movilización que apelaran a la responsabilidad de los individuos de
manera tan clara, y fundamentalmente, por parte de un partido y del Gobierno de la
Generalitat.
399
Quedan corroboradas las cuatro hipótesis del cambio de los marcos de significación
de las élites políticas en Cataluña a lo largo de los períodos señalados. Se indicarán,
ahora los resultados respecto de las condiciones que han posibilitado esos cambios,
conforme a las circunstancias que han hecho posible esos cambios.
Estos cambios han sido posibles porque se cumplen una serie de circunstancias que
son:
Circunstancia 1) Marco completo:
Se ha demostrado que, en el primer período, y con la excepción de ERC, los marcos
de las diversas formaciones políticas eran incompletos respecto del marco ideal
propuesto, fundamentalmente en las dimensiones de la identidad “ellos”, es decir, en
la definición del antagonista; en la atribución de la causa de los agravios; y en la
apelación a la acción.
Esta situación ha cambiado sustancialmente del primer al tercer período, en el cual, en
comparación al marco ideal propuesto, se utilizan por parte de los partidos del bloque
secesionista ―y del nacionalismo catalán en general― más técnicas de enmarcado
en más operaciones del marco. Ello da por resultado que los marcos de significación
sean más completos y efectivos respecto de la movilización (Gerhard, 1995). La
cuestión de la eficacia en la movilización de los marcos de significación es una
cuestión a indagar en futuras investigaciones.
Circunstancia 2) Cambio de Estrategia:
Se ha demostrado en el texto, que a partir del primer período, se ha producido una
modificación en las dos estrategias del nacionalismo catalán. Se demostró un
equilibrio discursivo entre dos estrategias en CiU, ICV-EUiA y el PSC durante el primer
período, entre la estrategia cívico-política y etno-cultural. En el caso de CiU, era
acompañada por una praxis política moderada propia de los nacionalismos cívicopolíticos (de Blas Guerrero, 1994; 1997). Ese equilibrio estratégico del primer período
era concomitante con la ambigüedad discursiva de CiU, ICV-EUiA y del PSC, esa
ambigüedad se ha perdido en el tercer período, tal y como se ha señalado. Por otra
parte, ha quedado demostrado que, la estrategia del nacionalismo catalán (CiU, ERC,
ICV-EUiA e incluso el PSC) ha cambiado hacia el predominio de la estrategia etnocultural que ha permitido y potenciado los cambios en los marcos del nacionalismo.
Dentro de esa estrategia se señalaron en el tercer período una serie de tácticas que
utilizan los partidos del bloque secesionista (muchas compartidas por ICV-EUiA) y que
400
son: 1), el discurso poliorcético; 2), fin de la gradualidad de las demandas; 3), presión
sobre el antagonista; 4), acción continua; y 5), tensión constante. Todas estas tácticas
forman parte de la estrategia del bloque secesionista y dan cuenta, tanto de la
producción del marco, como de las circunstancias en que este se reproduce.
Circunstancia 3) Aprovechamiento de la Estructura de Oportunidad Política:
Se demostró, a lo largo de los tres períodos, los cambios y las modificaciones que ha
sufrido la EOP; ésta se ha analizado en función de los seis elementos que propone
Máiz (2002) como herramienta complementaria del análisis de marcos. Las
conclusiones a este respecto son:
Se mantienen a los largo de los tres períodos elementos de carácter estructural como
son: el federalismo competitivo del Estado de las Autonomías (Balfour y Quiroga,
2007), y la dinámica institucional centrífuga, que prima el éxito en las dinámicas de
competición regional (Ovejero Lucas, 2006, 2011a, 2011b; Balfour y Quiroga, 2007).
La EOP del tardo-pujolismo es muy restrictiva para la movilización por factores
económicos, estratégicos (por el apoyo del PP a CiU y viceversa) e institucionales; a
los que se suma, el desafío del PSC a CiU, en la búsqueda de la cooptación de su
electorado histórico.
En el segundo período, la EOP es mucho más abierta por el proceso de reforma del
Estatuto de Autonomía, ello tuvo consecuencias relevantes para ese período analizado
y para el siguiente. Se constata un giro acusado del PSC, que pone en tela de juicio la
hegemonía de CiU. Hay una fractura en la élite por la lucha por la hegemonía entre
CiU y el PSC, pero existe unanimidad respecto a la necesidad de reforma del Estatuto
(con excepción del PP-PPC). Se produce el acceso del Tripartito al Gobierno de la
Generalitat; el gobierno del PSC cuenta con un aliado importante en el Gobierno del
PSOE a nivel nacional favorable, en primera instancia a la reforma del Estatuto de
Autonomía, hecho que amplía la EOP.
En el tercer período, existe una EOP muy favorable a la movilización que es muy bien
aprovechada por los partidos de bloque secesionista y por ICV-EUiA. Analizando las
seis dimensiones que propone Máiz (2002) se ha demostrado que:
1)
Respecto del grado de centralización o de descentralización del Estado: En
esta dimensión analizada, existen dos procesos concomitantes y que tensionan la
relación descentralización-centralización. El primero de estos procesos, es el intento
de una política homogeneizadora, por parte del Gobierno nacional en manos del PP, y
401
el segundo es el intento de profundización del autogobierno y de blindaje y defensa de
las competencias por parte de los partidos secesionistas ―con apoyos del PSC e
ICV―.
2)
Respecto las políticas de democratización y la apertura del acceso a la
participación: Aquí se ponderan positivamente dos elementos simbólicos que amplían
la EOP y que son: la idea de radicalidad democrática a partir del ejercicio del derecho
a decidir, por un lado; y las consultas populares sobre la independencia, el proceso
participativo respecto del futuro político de Cataluña, y las elecciones autonómicas del
27 de septiembre de 2015 a las que se les ha querido imprimir, desde el bloque
secesionista, un componente plebiscitario.
Estos dos conjuntos de elementos movilizan a importantes sectores sociales sobre la
base de hacer evidente el déficit democrático del Estado nacional. Otro elemento
profundamente movilizador, es la acción de las tres asociaciones que representan a la
denominada sociedad civil y que son ANC, OC y AMI en la gestión de las
manifestaciones a favor de la independencia.
Todo ello ha sido relacionado con dos elementos contextuales fundamentales para la
EOP que son: la crisis político-institucional que padeció España y la interpretación
política de la crisis económica y de la deuda soberana.
3)
Respecto del sistema de partidos: A diferencia de los períodos anteriores hay
una modificación importante del sistema de partidos en Cataluña y en España que se
relacionaron con el abandono de las fórmulas tradicionales de representación política,
y ello se ha puesto en valor con la crisis político-institucional, y que tienen dos claros
efectos que son: la fragmentación, fruto de la crisis económica e institucional; y la
polarización, que es producto de la tensión provocada por los partidos del bloque
secesionista.
4)
Respecto a la disponibilidad de nuevos aliados: La construcción de ese bloque
secesionista (CiU, ERC, y CUP) ha sido la estructuración de una nueva política de
aliados por parte de CiU, que excede el marco de la aritmética parlamentaria. Este
bloque busca presentarse como la opción mayoritaria dentro del Parlamento de
Cataluña, de forma especular a la hipotética mayoría social, tal y como argumenta el
propio bloque secesionista.
5)
Respecto del conflicto y división intraélites: Destaca la continuidad del dominio
hegemónico de CiU sobre la política catalana y la asunción de otras formaciones de su
discurso y de parte sustancial de su programa electoral. Esta asimilación del discurso,
402
la agenda y de algunos elementos programáticos de CiU, por parte de ciertos actores,
es indicativo, de que la práctica totalidad de la élite política ―a excepción del PP,
parte minoritaria del PSC y de Ciudadanos― se subordina a CiU como actor
hegemónico.
5)
Respecto del contexto internacional
El contexto internacional es un ámbito desfavorable respecto de la EOP de los partidos
secesionistas, y para CiU y el gobierno de la Generalitat en particular. Ha habido
desde la Generalitat ha habido importantes esfuerzos para internacionalizar el proceso
soberanista, pero esos esfuerzos no han dado resultados significativos.
4)
Resonancia del marco: Se ha demostrado la resonancia del marco del
nacionalismo catalán secesionista respecto de narrativas culturales, de orden más
general, que potencian y propician la radicalización de las posiciones ideológicas. La
resonancia del marco del nacionalismo del bloque secesionista ―compartida por ICVEUiA― se vincula a la narrativa nacionalista etno-cultural del nacionalismo catalán
―existente de modo minoritario desde finales del XIX y principios del XX― que enlaza
su discurso con tres ciclos: a) la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatuto
de Autonomía; b), La Transición; y c), la caída de Barcelona en 1714 (Alonso, 2015:
63-64). La resonancia se establece a partir de las ideas de falta de libertad, de
autoritarismo y de déficit democrático crónico que históricamente ha marcado las
relaciones entre España y Cataluña. De aquí se han derivado cuatro consecuencias
que son: hacer más verosímil y coherente el marco de significación del nacionalismo
secesionista (fundamentalmente de CiU, ERC y CUP) al vincularlo con esa narrativa
de orden más general. La segunda consecuencia, es la imposición de la cuestión
“catalana” o la cuestión del encaje como central en la vida pública de Cataluña y en
gran medida de España toda, por parte del nacionalismo catalán. La tercera
consecuencia, es que el nacionalismo catalán ha logrado enmarcar de modo verosímil,
para un sector de la población de Cataluña, la asociación Cataluña-antifranquismo
(Béjar, 2008, 2010). La cuarta y última consecuencia, es la resonancia generada por la
izquierda nacionalista catalana que califica al nacionalismo catalán como emancipador
(Alonso, 2015). De allí se desprenden las valoraciones morales que se hacen respecto
de ambos nacionalismos, y en particular de la justicia de las reclamaciones del
nacionalismo catalán.
5)
Actor Protagonista: El cambio del discurso ha sido posible porque lo ha
encabezado un actor preponderante en la esfera política como CiU en ejercicio del
403
Gobierno de la Generalitat de Cataluña, a diferencia de períodos anteriores, donde era
solo ERC quién mantenía un discurso secesionista.
Podemos concluir, a partir de lo laborado hasta aquí en las páginas precedentes,
mediante la técnica del análisis de marcos, a partir del marco ideal, y de la EOP, que
quedan confirmadas las cuatro hipótesis propuestas, respecto de la forma en que
cambian los marcos de significación para la acción colectiva del nacionalismo catalán
entre el año 2000 y el 2014; del mismo modo que quedan corroboradas las cinco
circunstancias que han hecho permitido que esos cambios se hayan hecho efectivos.
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