Archivo Español de Arte, 97, 385
VARIA / SHORTER NOTES
Enero-marzo 2024, 1236
ISSN-L: 0004-0428, eISSN: 1988-8511
https://doi.org/10.3989/aearte.2024.1236
Carlo Minotti (1604-1617) revisitado
Joan Bosch Ballbona
Universitat de Girona
[email protected] ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0787-9850
Resumen: Actualización de la trayectoria del orfebre y marmolista romano Carlo Minotti basada en noticias inéditas y en el
diálogo entre los tabernáculos de mármoles polícromos de Lerma, Villafranca del Bierzo, Baena y San Paolo dei Disciplinanti de
Messina.
Palabras clave: Carlo Minotti; Giacomo Raggi; Pedro de Toledo y Osorio; Juan Gaspar Fernández Pacheco; Antonio Fernández de Córdoba y Folch de Cardona; Francisco de Sandoval y Rojas.
Carlo Minotti (1604-1617) Revisited
Abstract: The study is an update on the career of the Roman goldsmith and marble worker Carlo Minotti based on new documentary sources and on a dialogue between the tabernacles made of semi-precious stones and multicoloured marbles from Lerma,
Villafranca del Bierzo, Baena and San Paolo dei Disciplinanti in Messina.
Key words: Carlo Minotti; Giacomo Raggi; Pedro de Toledo y Osorio; Juan Gaspar Fernández Pacheco; Antonio Fernández de
Córdoba y Folch de Cardona; Francisco de Sandoval y Rojas.
Cómo citar este artículo / Citation: Ballbona, Joan Bosch. 2024. “Carlo Minotti (1604-1617) revisitado”. Archivo Español de
Arte, 97 (385), 1236. https://doi.org/10.3989/aearte.2024.1236
Fecha de recepción: 02-04-2024. Fecha de aceptación: 12-12-2023. Publicado en línea: 30-04-2024
Han transcurrido una docena de años desde la primera publicación relativa a Carlo Minotti (c. 1560 –
post 1626).1 Por entonces su trayectoria se condensaba
en una entrada breve del gran diccionario Argentieri,
Gemmari e Orafi d’Italia, y tenía su punto álgido entre
1607 y 1608 con la creación de la reliquia de la Cuna
del Pesebre de la Basílica de Santa María Maggiore,
una donación de los reyes Felipe III y Margarita de
Austria, de cuya ejecución cuidó desde Roma el embajador Juan Gaspar Fernández Pacheco.2
Ahora lo reencontramos dotado de más vigor historiográfico. Tras la incorporación a su catálogo de
los dos tabernáculos elaborados en Roma por encargo
don Pedro de Toledo, V marqués de Villafranca, uno
fechado en 1604 —que acabó en manos del duque de
Lerma— y otro entre 1617 y 1618, que preside el altar mayor de la iglesia del convento de la Anunciada
de Villafranca del Bierzo,3 Anna d’Amelio dio a cono1
2
3
Bosch 2009.
Bulgari 1980, 152.
Bosch 2009, 134-142.
cer la documentación relativa al encargo de la referida
“cunam argenteam” y añadió un trabajo inédito a su
catálogo, un proyecto personal del marqués de Villena:
otro tabernáculo “di buona fattura” (1604-1606) destinado a una iglesia de Sicilia, cuya identidad ninguna
documentación ha revelado.4 Y últimamente su trayectoria se ha enriquecido cuando Felipe Serrano lo relacionó con los sagrarios monumentales de San Pedro de
Lerma y del convento de la Madre de Dios de Baena,
mediante unas atribuciones sumarias, pero a mi juicio
certeras, y que aquí procuraré robustecer con nueva documentación y un análisis más detenido.5
De hecho, la obra de Villafranca del Bierzo (295 x
130 x 130 cm) [Fig. 1] es el punto de partida de este
nuevo acercamiento al artista y resulta la pieza clave
para impulsar las atribuciones que analizaré, al condensar lo esencial del lenguaje del orfebre. Así, el diálogo
entre el tabernáculo de Villafranca y los de Lerma y
Baena, junto con la interrelación de estas tres piezas
4
5
D’Amelio 2012, 1197-1226.
Serrano 2016, 320-321.
Copyright: © 2024 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de una licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Joan Bosch Ballbona
2
Fig. 1. Carlo Minotti. Tabernáculo del altar mayor del convento de la
Anunciada. Villafranca del Bierzo. Fotografía: autor.
con nuevos o revisitados documentos, impulsa este
ejercicio de actualización de su trayectoria, culminado
en la hipótesis de acercarlo a la fábrica de la iglesia de
San Paolo dei Disciplinanti de Messina.6
Lerma
En efecto, la posibilidad de comparar los tabernáculos de la Anunciada de Villafranca del Bierzo y de San
6
Véase, al final del artículo, el apartado Fuentes de financiación.
Pedro de Lerma —este último no lo conocía cuando
publiqué mi trabajo del año 2009— [Fig. 2], cambió
mi punto de vista sobre la suerte de la primera custodia que el marqués de Villafranca encargó en 1604 y
que súbitamente despertó el interés de don Francisco
de Sandoval y Rojas. Ya entonces dudé mucho sobre
el destino de aquella obra al toparme con unas cartas
del año 1604, intercambiadas entre el marqués y sus
agentes en Roma manifestando las serias dificultades
que Pedro de Toledo tenía para satisfacer los pagos
comprometidos con el orfebre, hasta el punto de que el
artista les advertía en varias ocasiones que si don Pedro
“no gusta de tomarla […] que el duque de Lerma la
tomará”,7 o, más expeditivamente, de que “se protesta
que la venderá”.8
Sin embargo, al desconocer el tabernáculo de Lerma, interpreté que las pretensiones del gran válido no
progresaron. Aunque encontré una carta diciendo que
“el Duque de Lerma se lo pesco por dos mill ducados
y hizo scritura dello lo que a mi me peso arto”,9 di más
valor a las misivas del agente del marqués en Roma,
fechadas durante la Navidad del año siguiente, en las
que le esperanzaba con la expectativa de los preparativos para el traslado de la custodia a Cartagena: “por
vía de monseñor Peña hiçe diligencia con el platero que
agora nos remite a Navidad, será menester apretarlo, y
Vuestra Merced embie a mandar a quyen se podrá consignar la custodia en Cartagena que es lo megor con la
primera nave”.10 De manera que pensé que el de Villafranca habría revertido la situación in extremis y había
mantenido la obra en su poder.
Ahora temo haber minusvalorado una afirmación
que, una vez conocido el sagrario de Lerma, me parece concluyente. En consecuencia, considero del todo
necesario conectarlo con este hilo documental romano
que confirma la autoría de Minotti —avalando la más
tímida atribución de Felipe Serrano— y su vínculo con
el duque de Lerma.11
El aspecto de lo que ahora conservamos, tres caras
del primer cuerpo y la base la cúpula que lo había coronado, es muy parecido al bloque principal del gran
tabernáculo berciana. Y ofrece una similitud muy intensa con el de Baena.12 Como éste, su núcleo es un
prisma rectangular con chaflanes decorados con una
hornacina ahora vaciada y una pequeña ventana cegada con una placa marmórea y suspendida sobre las
alas de un querubín. Las caras principales las ciñen
columnas de capiteles jónicos, engalanados con festones, que sostienen un entablamiento y sus rotundos
frontones triangulares de base truncada, de los cuales
solo el frontal ha sobrevivido a los expolios. En las fachadas laterales, el marco arquitectónico engloba un
arco encerrando una composición parecida a la de los
biseles, donde de nuevo echamos de menos las peque7
Bosch 2009, 138.
Bosch 2009, 138.
9
Bosch 2009, 138-139.
10
Bosch 2009, 139.
11
Serrano 2016, 321.
12
Vid. Alonso Benito 2011 para la memoria de restauración.
8
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Carlo Minotti (1604-1617) revisitado
3
discute entre substituir esta custodia monumental por
una de nueva o mantenerla, “por ser rica”.13
Quizás fuera en esa etapa cuando se adosó al nuevo
retablo mayor a pesar de haber sido concebida como
una pieza exenta, desapareciendo la cara posterior.
Otras amputaciones, como la pérdida de los frontones
de los cuerpos laterales, de las figuras de las hornacinas
y de todo el cuerpo superior —es decir, si nos apoyamos en el aspecto del tabernáculo “gemelo” de Baena,
de la cúpula con su linterna emergiendo de una base
rodeada por una balaustrada—, podrían ser fruto del
expolio o de algún periodo de incuria.
Baena
Fig. 2. Atribuido a Carlo Minotti. Tabernáculo del altar mayor de la
iglesia de San Pedro de Lerma. Fotografía: autor.
ñas esculturas ocupantes de las estrechas hornacinas,
esta vez coronadas por dos guirlandas pendiendo de
querubines. En la frontal, el arco rodea un portal con
frontón circular cuyo centro se desgaja y se eleva levemente sobre otro querubín flanqueado por volutas y
embellecido con un motivo precioso: dos estilizados
ángeles en disposición simétrica ostentan el cáliz con
la hostia [Fig. 3]. Tristemente, se ha perdido la lámina
de lapislázuli sobre la que ambos estaban aplacados
y con ella el bello contraste entre el dorado bruñido
y el intenso azul de la piedra que, en cambio, aun se
preserva en Baena.
Las semejanzas entre los templetes de Lerma, Baena y Villafranca son considerables. En lo que queda de
los materiales originales: columnas de bianco e nero
antico y alabastrino, láminas de mármoles diversos y
planchas de lapislázuli coloreando el friso continuo
del orden. Y también en la definición de los elementos
arquitectónicos: el motivo del frontón triangular coronando el orden, jónico en Lerma, corintio en Baena y
en Villafranca, con su base truncada y su potencia plástica, acentuada en Baena por la cornisa con dentellones
o, en Villafranca, por las figuras femeninas recostadas.
A propósito del de Lerma, resulta chocante el contraste entre lo claro de sus orígenes y lo oscuro de su
historia tras su llegada a Castilla. Así, la monografía de
Cervera solo lo menciona puntualmente en el contexto
de la transformación en clave barroca (1690) del retablo mayor diseñado por J. Gómez de Mora, cuando se
Como se acaba de poner de manifiesto, la semejanza con los de Villafranca y Lerma, avala la atribución a
Minotti de otro espléndido tabernáculo romano: el del
convento de Madre de Dios de Baena (167 x 112 x 62
cm.) [Fig. 4], que, además, sería el más antiguo de los
que le conocemos. Surgió de un encargo de Antonio
Fernández de Córdoba, V duque de Sessa, embajador
ante la Santa Sede (1590-1603), que lo concibió para
embellecer la capilla mayor de la iglesia, donde deseaba ser enterrado junto a su esposa, Juana de Córdoba y
Aragón, bajo unas lápidas de nero antico que aun conservamos.14
Su procedencia romana era sobradamente conocida gracias a las crónicas del cenobio.15 En cambio, las
atribuciones han pasado de acercarlo a Jacome Trezzo,
creador del gran tabernáculo escurialense,16 a ubicarlo
en la órbita del binomio formado por Sebastiano Torrigiani y Ludovico dal Duca, responsables de los frontones de los cuerpos laterales, de las figuras de las hornacinas y de todo el cuerpo superior de la capilla Sixtina
de Santa Maria Maggiore de Roma (1597-1599)—,17
o a conectarlo a nuestro Minotti, considerándolo “un
antecedente di quello realizzato dall’orefice romano
Carlo Minotti per il monastero dell’Annunziata di Villafranca del Bierzo tra il 1615 e il 1618”.18
Como notaba Carmona, la primera posibilidad debía descartarse ya que Trezzo murió mucho antes de
que el V Duque llegara a la Urbe, aunque, curiosamente, un documento inédito prueba ahora el vínculo de
Minotti con su trabajo en El Escorial (1575-1586), iluminando algo los orígenes inciertos de nuestro autor.
Se trata de una “Memoria de lo que dio el marques don
P[edr]o de Toledo a este convento de las descalças de
la anunciada de Villaf[ran]ca” fechable hacía 1640 y
redactada, seguramente, por la abadesa Bernardina de
Jesús (1592-1665), que fue testigo de los hechos que
describe. En ella se pondera el templete del altar mayor como uno de los mejores regalos del Vº marqués a
13
14
15
16
17
18
Cervera, 1981, 206, nota. 105.
Carmona, 2020, 161-162.
Carmona, 2019, 148, 2020, 162.
Ramírez de Arellano,1904, 1410-1412.
Carmona, 2019, 154.
Serrano, 2016, 320.
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4
Joan Bosch Ballbona
Fig. 3. Detalle del tabernáculo del altar mayor de la iglesia de San Pedro
de Lerma. Fotografía: autor.
Fig. 4. Atribuido a Carlo Minotti. Tabernáculo del altar mayor de la iglesia
del convento de Madre de Dios de Baena. Fotografía: autor.
su fundación, indicando que Minotti, “el mismo maestro que vino de Roma a asentarla” la equiparaba a la de
El Escorial que conocía a la perfección ya que (esta es
la revelación que nos interesa): “siendo moço trabajo
en la del Escurial”, desvelando así sus incógnitos orígenes en el arte lapidario y su cercanía inicial a Jacomo
da Trezzo.19
La hipótesis relativa a Torrigiani y a Dal Duca, tenía
una cierta lógica a la vista de que el imponente templete cupulado de Santa Maria Maggiore manifiesta algunas semejanzas con el de Baena (el gran frontón del
portal, los cuerpos oblicuos decorados con hornacinas,
las figuras culminando la balaustrada o el motivo de los
ángeles sosteniendo un cáliz con la sagrada forma).20
Pero son leves y poco convincentes. En cambio, el cotejo del tabernáculo de Baena con los de la Anunciada y Lerma confirma que Serrano acertó al señalar a
Minotti: por su forma de prisma cuadrangular con los
chaflanes con hornacinas; por la articulación de las caras con un orden —corintio en Madre de Dios— y un
gran frontón triangular; por la presencia del ático y el
breve tambor que da paso a la cúpula con su linterna;
por el motivo de la portada, con dos ángeles con el cáliz dispuestos sobre una lámina de lapislázuli (ahora
segregada del conjunto original) [Fig. 5]; o, en fin, por
la combinación de mármoles, cobre y bronce dorado y
el reconocible recurso de engarzar las placas de piedras
semi-preciosas en las secciones del orden e incluso en
el tímpano de los frontones.
Así mismo, el de Baena recordaba al de la Anunciada en otro aspecto: las fotografías anteriores a la Guerra Civil [Fig. 6] indican que presentaba virtudes recostadas en los frontones, junto a los escudos de armas y
el pelícano situado en la cúspide, y una balaustrada con
jarrones en el ático, pero tanto ésta como las figuras
femeninas han desaparecido, tal vez durante la contienda. Y lo mismo sucedió con los fustes originales de las
columnas que en las fotografías previas a la devastación del 1936 parecen labradas en negro antiguo.21
A pesar de tantas similitudes, este de Baena resulta
singular en el repertorio de Minotti, porqué acredita las
variantes que atesoraba el autor y que años más tarde
exhibiría en los encargos para el duque de Lerma o para
el marqués de Villafranca. Aquí las más llamativas son
la escalinata dorada que lo eleva y la presencia de cuatro personajes colocados sobre pedestales exentos ubicados en los vértices de la base escalonada. Se trata de
san Andrés, Santiago, san Pedro y san Pablo, sin duda
los santos más apreciados por los Fernández de Córdoba, no por azar comparecen en los gajos centrales de la
semi cúpula absidial.
Creo que una nota inédita sobre el traslado de esta
bella pieza a España refuerza, si cabe, la atribución.
19
Archivo General Fundación Casa de Medina Sidonia, en adelante
AGFCMS. Leg. 5171.
20
Carmona 2019, 154.
21
Esta hipótesis se basa en la fotografía de la Biblioteca Nacional
que he conocido gracias al estudio de Carmona 2019, Fig. 5.
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Carlo Minotti (1604-1617) revisitado
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Fig. 5. Detalle del tabernáculo del altar mayor de la iglesia del convento
de Madre de Dios de Baena. Fotografía: autor.
Fig. 6. Imagen del tabernáculo del altar mayor de la iglesia del convento
de Madre de Dios de Baena antes de 1936. Fotografía: Biblioteca Nacional de España.
Se trataría, además, de su primera mención documental: una carta enviada por el duque, desde su palacio
“in via del Corso propter Santa Maria in Via Lata”, al
marqués, entonces al frente de las galeras de Nápoles.
Lleva fecha de 27 de abril de 1602, lo que le asegura
una realización previa a cualquiera de los otros tabernáculos de Minotti conocidos, sugiriendo que tal vez
fuera este el primer contacto, todavía indirecto, del V
marqués de Villafranca con el orfebre:
que por entonces él mismo había requerido la intermediación del duque ante Clemente VIII en el complicado
asunto de la vocación religiosa de su hija María de Toledo (1581-1631), determinada a entrar en el convento de
la Laura de dominicas descalzas que acababa de crear
su tía, María de Toledo y Colonna, duquesa de Alba. Un
deseo contrario a la voluntad paterna de casarla, que el
padre solo acabaría acatando a condición de que no ingresara en la fundación de su hermana, si no en la que
él mismo dotaría (1604), la Anunciada de Villafranca.23
El edículo que enmarca la creación de Minotti en el
el convento de Baena [Fig. 7] podría haber sido realizado unos meses antes por “Jacome Raggio di Vicomorco”, quién, el día 6 de diciembre del año 1600, en la
Urbe y ante el notario Jeroni Rabassa, se comprometía a
trasladarlo a Baena para montarlo:
Vellanis (que es el portador d.esta) lleva a su cargo tres caxas
en que va el tabernaculo que embio a Vaena, i por ser de
cosas tan delicadas i que deseo grandemente llegue alla a
salvamento suplico a Vuestra Señoria mande embarcarlas en
parte donde no sea necesario andar con ellas ni mudarlas, i
si por caso alguna de las galeras de V[uestra] S[eñoria] o
de las otras escuadras passaren a Málaga tanbién suplico a
V[uestra] S[eñoria] mande vayan en ellas por ser puerto
más cómodo para llevarlas a Vaena que no Cartagena, [...]
de Roma 27 de abril 1602. 22
Es decir, el duque de Sessa le pide a don Pedro que
se extreme el cuidado con su precioso sagrario durante la
singladura. Una preocupación lógica por lo que sabemos
de lo azaroso que podía ser el traslado por mar de obras
delicadas. Conviene añadir que el marqués de Villafranca debió de sentirse obligado con aquella solicitud ya
22
AGFCMS. Leg. 1569. Legajo de correspondencia con el Duque
de Sessa.
[…] Personalmente constituido M[aest]ro Jacome Raggio di
Vicomorco de la diocesi de Como escarpelin en Roma y dixo
como el se havia concertado con el señor don Ant[onio] de
Cardona y de Cordova Duq[ue] de Sessa y de Baena Embaxa[d]
or del rey n[uest]ro en esta ciudad y Corte de Roma, que el dicho
M[aest]ro Jacome Raggio se offrecia y offreciele yr en España
en la villa de Baena con unas piedras de marmol de diversos
colores que son y sirven para un ornamento de altar que el dicho
señor Duque quiere hacer para si en su casa en el Mon[aste]rio de
monjas de la Madre de Dios de la orden de S[an]to Domingo de
23
AGFCMS. Leg. 1569 y Arias, 1993.
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Joan Bosch Ballbona
6
Fig. 7. Edículo del altar mayor de la iglesia del convento de Madre de
Dios de Baena. Fotografía: autor.
la dicha villa de Baena y el dicho altar fabricar concertar y ornar
con las dichas piedras y otros lavores asta su entera perfecion,
y se contenta por esto y por todo el tiempo que el dicho maestro
Jacome gastara en la yda a España en la villa de Baena con las
dichas piedras y mármoles, y en la estada en el dicho lugar y
villa de Baena asta el tiempo de haverse acabado el dicho altar,
de veynte y un escudo de moneda a razón de diez reales por cada
escudo en cada mes, es a saber tres reales cada dia por su comida
y victo, y quattro reales cada dia por su salario que en todo hacen
siete reales cada dia los quales en cada mes hazen la susodicha
suma de veynte y un scudo, y lo que se le quedara deviendo del
d[ich]o salario y victo el tiempo que hoviere acabado en toda
perfeccion la d[ich]a obra quiere que se le de en la d[ich]a villa
de Baena quando el le pidiere y hoviere de menester y también
que en Baena se le de cama y habitación [francha (¿)] por todo
el tiempo que el estuviere ocupado en la d[ich]a fabrica y obra, y
estante el dicho salario y victo, habitacion y cama en la manera
como arriba se contiene, el dicho M[aest]ro Jacome promete de
conduzir y acompañar las dichas piedras y marmoles de Roma a
la dicha villa de Baena a gastos pero y despesas del dicho señor
Duque y de acabr y perfectionar el dicho altar como ha de estar
conforme el modelo y traça hecha […].24
Podría tratarse del Giacomo Raggi que en 1588
había participado en el concurso de proyectos para la
fuente del Campidoglio, y que el 26 de abril de 1589
24
Archivio Storico Capitolino. A.U. Sez. I, Prot. 1600.
firmaba un acuerdo notarial de contenido no precisado
con los maestros Ambrogio Sale y Belardino de Fossato.25 Su apellido y lugar de procedencia Vico Morcone
(a orillas del lago Lugano) lo sitúan junto a Francesco
Raggi, escultor, a los muratori Bartolomeo, Giovanni y
Domenico y, sobre todo, a Andrea Raggi, muratore, y
a los hijos de este, el arquitecto Bernardo y el escultor
Antonio Raggi —el mejor fruto de la genealogía—, en
las coordenadas de una de las variadas sagas de maestranze comasco-ticinesi que acapararon los proyectos
romanos de manufacturas marmóreas a caballo de los
siglos XVI y XVII.26
Y podría ser que el proveedor de los mármoles empleados fuera Stefano Longo si se confirmarse la hipótesis de que las dos columnas que el Duque le compró
en Roma por 200 ducados tuvieran como destino el
mismo proyecto.27 Se trataría del Stefano Longhi documentado por A. Bertolotti, y perteneciente a la saga de
los Longhi da Viggiù. En cuanto a su actividad profesional, destaca vendiendo materiales para el ornamento
de la capilla Caetani de la basílica de Santa Pudenziana
de Roma (1585-1599), y trabajando en Roma en las
fábricas de San Giovanni in Laterano (1597-1600),
la iglesia de San Cesario (1600), la capilla Paolina de
Santa Maria Maggiore (1606), la del Palazzo Altemps
(1607), y la del cardenal Cusano (1617) en la Chiesa
Nuova. Curiosamente, en 1611 consta como propietario de “omnes domos que eran D. Michelangeli Bonarote posite in Rione Trevii”. En su testamento de 1635
pidió ser enterrado en los Santi Apostoli, ante el altar
de San Carlos, donde Cesare Malvasia aun vio y transcribió su epitafio. 28
En Baena, el edículo proclama con elegancia el
altar mayor de la iglesia y el tabernáculo de Minotti:
sobre un pedestal con las caras decoradas por relieves
con querubines y escudos ducales, una combinación de
pilastras y columnas exentas de orden corintio sostiene
un entablamiento coronado por jarrones flameantes en
la vertical de las pilastras y por un bello frontón curvilíneo, en el centro, en cuyo tímpano sonríe un serafín
dorado y policromado. Su composición es, claro, absolutamente romana; sintonizada con las de tantísimos
altares decorados con mármoles polícromos a caballo
de los siglos XVI y XVII, conjugando la austera elegancia de los elementos arquitectónicos, el dorado de
los capiteles, el cromatismo de los variados mármoles
preciosos —mármol blanco, alabastro fiorito antico
ocre y ligeramente rosado, portasanta y breccia— con
la perfección de la labra.
Messina
Trastocando el orden cronológico de las intervenciones de Minotti, he dejado para el final de esta revisión una hipótesis en negativo sobre el único tabernácu25
Bertolotti 1881, I, 223-224; Di Castro 1994, 32.
Sobre los Raggi, véase Curzietti 2018.
27
Carmona 2019, 149.
28
Bertolotti 1881, I, 70-71, 221 y 228; 1881, II, 17-18, 20 107 y
110-112. Di Castro 1994, 23. Gori 2016, 126.
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Carlo Minotti (1604-1617) revisitado
lo documentado que parece no haber llegado a nuestros
días, el que pactó con Juan Gaspar Fernández Pacheco
(1563-1615), V marqués de Villena, embajador del rey
Felipe III en la Urbe (1603-1606) y virrey de Sicilia
(1606-1610), una creación contratada en Roma el 22 de
junio de 1604 y terminada en 1608.29
Debía tratarse de un tabernáculo tanto o más impresionante que el de Villafranca del Bierzo. Así lo sugerían su coste de 2000 ducados y la descripción aportada
por el contrato:
Pº que el dicho tabernaculo sea de largo de 12 palmos y de ancho
de siete y medio, y de la manera del dho modelo, todo de rame
fino sin madera alguna, y dorado a fuego, adornado de joyas, es
a saber, amatista, lapislazuli, agata, diaspro, lasme, con colunas
ocho de blanco y negro, y de alabastro cotognino, figuras y otros
ornamentos como se puede casi agora ver, querubines, festones,
y esto como esta dicho todo de rame sin madera ni hierro y en el
primero cuerpo an de yr quatro figuras de rame de grandeça de
palmo y medio cada una, y en el 2º cuerpo encima del arquitrave
han de yr seis figuras de santos y en el 2º arquitrave han de
yr seis Angeles redondos con las insignias que pareciere al sr
Marques convenir, y encima de la cúpula por fin ha de yr un
remate y sobre el una cruz y en lo que toca a las figuras se ha de
guardar la voluntad del d[ic]ho señor Marques, y que las piedras
sean de la calidad y especie como ariba con que sean buenas a
contento de dho sr Marques.30
Sabemos que se encontraba en manos del orfebre el
21 de diciembre de 1606, ya que entonces lo vio Francisco de Quesada, un agente del marqués en la Urbe
cuando este ya estaba en Sicilia.31 Después, todo sería
silencio a no ser por el dato trascendental aportado por
una carta de 30 de junio de 1618 dirigida a don Pedro
de Toledo por su agente en Roma, Alonso de Torres,
informándole de sus gestiones para enviar a Villafranca
el sagrario que Minotti había estado elaborando desde
1616, e indicándole que el autor la acompañaría para
montarla, siempre que “se le dé recaudo y consejo para
el viaje y un tanto al mes mientras estará fuera de Roma
que assí lo hizo el Marqués de Villena quando fue a
Sicilia con otra que le hizo”.32
Con este dato, las pesquisas para localizarla me han
conducido a las antiguas fotografías del espléndido tabernáculo que durante siglos presidió el altar mayor de
la iglesia del convento de carmelitas de San Paolo de
Messina, tomadas por Mauro Ledru [Fig. 8], del que se
sabe, solo, que en 1636 este «ricchissimo Tabernacolo
lavorato in Roma di delicta, et artificiosa manifattura commesso di pretiose pietre, et ornato di bellissime
statuette d’oro», fue instalado en el altar mayor por iniciativa de la abadesa Agnese Saccano.33
Por desgracia, la iglesia fue devastada por el terremoto y el maremoto que asolaron la ciudad en diciembre de 1908. Del tabernáculo solo se salvaron algunos
29
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31
32
33
D’Amelio 2011, 134-139, docs. XXV-XXIX.
D’Amelio 2011, doc. XXV.
AHNOB. Villena C.3, 3/1, f. 121.
Bosch 2009, 136.
Samperi 1644, 339-340, citado en Migliorato 2018, 65.
7
elementos, puestos a salvo en el Museo Regionale. En
total siete figuras doradas de santos, diversas virtudes,
dos puertecillas, dos angelitos porta-escudos y un crucifijo, además de algunos fragmentos de la estructura.
Un pequeño conjunto de recuerdos que un robo producido durante la Segunda Guerra Mundial redujo a lo
que hoy queda de ella en el museo, unas reliquias de
su sistema arquitectónico y cuatro imágenes de “San
Miguel”, “San Pedro”, la “Fe” y la “Esperanza”.34
Aunque ello no sea descartable, se me antoja harto complicado que podamos identificar el tabernáculo
de San Paolo con la empresa siciliana del de Villena
descrita en el contrato del 22 de junio de 1604. A pesar de algunas coincidencias relativas a la tipología,
las dimensiones, los materiales empleados y al sistema escultórico, bien reconocibles en las instantáneas
previas a su destrucción —sobre todo si al leerlas nos
apoyamos en la observación del de Villafranca—, las
discrepancias no son pocas.
Por una parte, el “rame fino sin madera alguna y
dorado a fuego adornado de joyas a saber amatista, lapislázuli, agata, diaspro, lasme, con colunas de blanco y negro, y de alabastro cotognino”, se intuyen en
la fotografía y los reencontramos en el altar mayor de
la Anunciada. Y lo mismo se puede decir de los complementos escultóricos: la imagen del siciliano señala
claramente la presencia de los querubines y festones
de “rame”; de dos de las “quatro figuras de rame de
grandeça de palmo y medio cada uno”, de cuatro de las
“seis figuras de santos” ubicadas a la altura del segundo
cuerpo, “encima del alquitrave”; y de los “seis ángeles redondos con las insignias que pareçiere al señor
Marques convenir”, colocados en torno a una cúpula
coronada, efectivamente, por “un remate, y sobre el
una cruz” —la linterna presente en todas la custodias
de Minotti—.
Sin embargo, e incluso admitiendo que el orfebre
y su cliente pudieron introducir cambios en lo pactado
en el curso de la elaboración, las discrepancias invitan a mantener abierto el interrogante a propósito de su
conexión con el marqués de Villena. Así, resulta algo
inexplicable que los pactos no mencionasen la presencia de las placas (¿doradas?) con la “Crucifixión”, en el
primer piso, y el “Sacrificio de Isaac”, en el segundo,
ni la de las figuritas instaladas en las hornacinas que las
flanquean; y tampoco de las dos esculturas de virtudes,
la “Fe” y la “Esperanza” que sobrevuelan el frontón
principal —magníficas y de factura “madernesca” según Migliorato—.
Con todo, me parece que el mejor contexto para
comprender aquella joya seria el de la trayectoria de
Minotti versionando sus invenciones hispánicas puesto
que exhibe elementos no mencionados en el documento romano que encontramos en otras de sus obras analizadas aquí: la tipología turriforme de planta octogonal
parecida a la de Villafranca; el poderoso frontón que
ciñe el portal, capaz de sostener figuritas de forja; el
recurso a la protusión de las columnas con sus pedestales y su sector del entablamiento; la conjugación de
34
Migliorato 2018, 65-67 a quien agradezco la amabilidad de mostrármelas.
Archivo Español de Arte, 97, 385, enero-marzo 2024, 1236. ISSN-L: 0004-0428, eISSN: 1988-8511 https://doi.org/10.3989/aearte.2024.1236
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Joan Bosch Ballbona
Bibliografía
Fig. 8. Tabernáculo del altar mayor de la iglesia del convento de San
Paolo de Messina. Fotografía: Mauro Ledru (Istituto Centrale per il
Catalogo e la Documentazione).
los áticos polícromos encima de cada orden; la cúpula
nervada, el aspecto de la linterna creciendo entre volutas. O, en fin, el característico aire de la arquitectura
romana a caballo de los siglos XVI y XVII, previo a
las primeras experiencias de signo barroco. Una hipótesis harmonizable con la asignación propuesta por
Migliorato (“ignoto fonditore attivo a Roma nel 1636
su modelo di Stefano Maderno”) en su interesantísimo
primer estudio de esta pieza formidable. Aunque ahora
matizaríamos algo su fecha con un prudente “prima del
1636”.35
Declaración de conflicto de intereses: El autor de este artículo declara
no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales
que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.
Fuentes de financiación: Esta investigación se ha beneficiado de recursos aportados por el proyecto “Reflejos de lo sagrado. El ciclo del
retablo en Cataluña…” (PID2020-114339GB-C21), financiado por el
Ministerio de Ciencia e Innovación.
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Declaración de contribución de autoría: Joan Bosch Ballbona: conceptualización, metodología, investigación, redacción-borrador original, redacción-revisión y edición.
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Migliorato 2018, 65. Las citas documentales anteriores provienen
del contrato publicado por D’Amelio 2011, doc. XXV.
Archivo Español de Arte, 97, 385, enero-marzo 2024, 1236. ISSN-L: 0004-0428, eISSN: 1988-8511 https://doi.org/10.3989/aearte.2024.1236