En los montes
turolenses se produjeron el año pasado 22 incendios forestales frente a ocho en
2015. Sumados los 72 que quedaron en conatos (cuando el fuego no afecta a más
de una hectárea de terreno), son 94 siniestros, diez más que en
periodo anterior: disminuyeron los conatos, pero aumentaron notablemente los
incendios, 14 más.
Ello propició un
notable incremento de la superficie arrasada por las llamas, especialmente en la
de bosque. De las 214,19 hectáreas que ardieron el año pasado, 129,78 lo fueron
de superficie arbolada, y 84,41 de superficie no arbolada. En 2015 apenas 41,09
hectáreas, y solo 18,10 con árboles.
En los dos últimos
meses, noviembre y diciembre, los incendios forestales brillaron por su
ausencia, y los de septiembre y marzo quedaron en conatos. Junio y julio
acumularon el mayor número de incidentes, 19, uno más que en agosto, que fue el
más letal, al destruir el fuego 110,02 hectáreas, 79,55 de ellas arboladas.
Fuera de los meses del
verano, destacan los 10 siniestros de febrero, tres de ellos conatos, que si
bien afectaron a algo más de 31 hectáreas, apenas 0,2 correspondían a superficie
arbórea.
En el conjunto de la
comunidad autónoma, los resultados de 2016 son notablemente mejores que los del
año anterior, gracias a la baja de siniestralidad en Huesca y especialmente en
Zaragoza, muy castigada por el fuego en 2015 con incendios como el que ilustra
esta entrada.
Uno de los grandes incendios que afectaron a Zaragoza en 2015 (Foto: Gobierno de Aragón). |