El Turia y la N-330/N-420 a su paso por Libros (foto: David Domingo) |
“… Alcanzará mayor inclinación al sur, atraviesa terrenos más secos y menos acueductos, se podrá situar a mayor distancia del río, a donde nunca han llegado sus mayores crecidas, no encontrará las grandes rocas, será más llana porque así lo permite el terreno, y más corta si es que el Sr. Eced cree como nosotros que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”.
Estas
eran las algunas de razones que en un lejano 1885 argumentaban los defensores
de que la incipiente carretera de Cuenca discurriese a la izquierda del río
entre Villel y Libros, y no a la derecha como finalmente se hizo. El tal señor
Eced, don Vicente, era un terrateniente de la zona a quien acusaban de ser
autor del proyecto, pues se da la circunstancia de que trabajaba en la Jefatura
de Carreteras.
El
texto pertenece a una carta publicada en “El Ferro-Carril” por el anónimo
corresponsal de Villel, quien asegura:
“Don Vicente Eced es uno de los primeros
propietarios en el término municipal de Villel, y sus riquísimas posesiones
están enmarcadas en la margen derecha del Turia, por donde quiere que se abra
la carretera para llevarla derechita a estas y otras no menores de su familia,
con el único fin sin duda de darles buen camino y asegurar con la carretera
muchos puntos falsos que tienen los acueductos por donde a las mismas se da el
riego”.
Para
el portavoz de “El Ferro-carril”, tanto al Estado como a los pueblos situados a
la izquierda del río, entre los que cita Cascante, Cubla, Valacloche, Camarena,
Riodeva y también Libros, “interesa muy
mucho que la carretera se abra por la
izquierda y no por la derecha del Turia”, y asegura que en las anteriores
comisiones que han estudiado el terreno entre las que figuraron “personas muy competentes”, era opinión
común que era más económico hacer la carretera a la parte izquierda del río.
Esto
se publicó el 18 de noviembre, al día siguiente respondía “Diario de Teruel”,
que basaba su defensa en que “El
Ferro-Carril y su anónimo corresponsal han sido mal informados en esta
cuestión, el señor Eced podrá estar encargado de tomar los datos para la
redacción del proyecto, pero el trazado ha sido previamente determinado por el
señor ingeniero jefe de la provincia, el cual ni tiene propiedades ni medieros
en Villel ni en Libros”. Se reservan el derecho a contestar más ampliamente
“cuando nos enteremos mejor del asunto”…
pero ya no vuelven a hablar del tema.
Problemas con las rocas en la carretera (foto obtenida en Facebook) |
Un poco de historia
“Por una Real reciente se dispone que
inmediatamente y sin levantar mano, se hagan los estudios de una carretera que
nos ponga en comunicación con Cuenca”, leemos en el periódico “Turia” del 21
de diciembre de 1856. “Si esta
disposición se lleva a cabo, como suponemos, con la actividad que en la misma
se manifiesta y las circunstancias reclaman, podrán emplearse miles de brazos
en las obras, y ser más llevadera la carestía para los que solo cuentan con un
jornal para su mantenimiento”.
Las
primeras referencias de la carretera de Cuenca a Teruel se remontan, pues, a
hace más de 160 años; posteriormente pasó a denominarse carretera
de Tarancón a Teruel, y por último, conforme a la nomenclatura establecida en
el denominado “Plan Peña” (1939-1941) recibió la
letra y los tres número que la identifica hoy: N-420
(Córdoba-Tarragona), que en el ese tramo de Teruel coincide con la N-330
(Alicante-Francia).
La
construcción se hacía por “trozos”, lo que hoy denominaríamos fases o tramos, y
eran independientes los de Cuenca y Teruel. En nuestra provincia fueron seis, el
primero hasta Villastar. No tengo constancia de en qué fecha se
adjudicó o realizó, pero pudo ser cuando se hizo “el puente sobre el Turia, llamado de San Francisco, en la carretera de
primer orden de Cuenca a Teruel”, pues es donde arranca; la subasta de las obras se anuncia para el
día de San Fermín -7 de julio- de 1863.
Hubo
estudios de trazado que no sirvieron, pues parece que se produjo un parón hasta
los años 80 del siglo XIX. “La Crónica” el 2 de junio de 1882, a la par que
anuncia que -ya con el nombre de carretera de Teruel a Tarancón- “por su importancia y enlace que establece
es considerada como de primer orden”, nos cuenta cómo estaba el proyecto:
“Hace muchos año empezó su
construcción, se terminó un trozo que enlaza esta ciudad con Villastar, después
de no pocos años empezó otro desde Villastar a Villel, sabemos que los estudios
de los trozos que faltan están sin hacer (...)”, y reivindica su necesidad para crear empleo, especialmente
en Libros, pues sus vecinos “han quedado
completamente arruinados a consecuencia de la última inundación y pedrisco”.
Los
dos trozos de la discordia, tercero y cuarto, se adjudicaron simultáneamente,
en subasta celebrada el 10 de mayo de 1887, y la carretera fue por el lugar que
conocemos. Los dos últimos de la provincia, quinto y sexto, se adjudicaron a un tal Marcelino Estevan el
10 de abril de 1889.
Hubo
un último problema para culminar un trazado que apenas ha variado desde
entonces. La subasta para la construcción del puente sobre la rambla “la
Chartera”, en Villel; quedo desierta en dos ocasiones, hasta que en 1902 se
decidió hacerlo por adjudicación directa.
El 21 de diciembre de 1856, "El Turia" publicaba esta noticia. Tardó más de 20 años en construirse. |