Alma casi de una edad agonizante
Antonio Zayas
Retrato de Ginevra D'Este. Pisanello,Museo del Louvre, Paris |
Deja toda esperanza o un leve sopor
entre las violetas carnosas
y los dormidos asfódelos.
Inmersa en un óvalo de claridad enferma,
observarás tres presagios que surcan
los senderos del aire imperceptibles.
Con una brizna de jóvenes perfumes,
el plisado de una llama moribunda
circuanda tus nieves cansinas
como un halo de agua va gestando
aquellas perlas que en su túmulo
de nácar sueñan con el rígido enebro.
Bajo los cielos fatigados de la tarde darías
un relámpago de lino,
cimeras, paramentos, bordaduras,
lirios a manos llenas
para ceñir tu cráneo
entre serenas losas.
La ya tenue sonrisa
o una leve canción para la muerte.