Curioso como semejante ...reparte el dinero de tod@s. ¿O vergonzoso?
El pensamiento de la experiencia, es decir, el partir de sí, se convierte en práctica política capaz de transformar el mundo, cuando un hombre o una mujer así lo quieren. Desde el partir de sí, sin mentiras, hipocresía, maldades ni violencia y actuando en todos los campos de la vida, es como entiendo mi ser mujer. A pesar de nuestras, mis, "mochilas" personales.
El sistema político, la ley electoral, está bajo el control de los intereses de la elite, tanto social como económica.
Listas abiertas, dimisión inmediata cuando hay indicios de corrupción, límite en los cargos, no prebendas post-cargo.
Tanto y tanto privilegio autootorgado, a nivel político, es una vergüenza total.
Toda la vida, viviendo del cuento, a cuerpo de rey.
Y que se sostenga y soporte por parte de la ciudadanía trabajadora y honesta, cuesta de entender.
En recuerdo de los que se fueron, con cariño a los que lo han sufrido, terrible l@s no encontrados.
Para todos los gustos, la información sobre la realidad de la catástrofe.
La pena es que me hubiera gustado leer el artículo de Najat El Hachmi. Podrían dejarnos libres unos cuantos artículos abiertos al mes, The Guardian, por ejemplo.
¡Sí! ¡Ya sé que quizás en unos días pueda leerlo, pero ¡uf! Negocio, beneficio, prensa e información, podrían ser un poquito más generosos.
Pero el sistema manda en la economía, y este es implacable. Caja, caja, caja.
Tengo siempre en la memoria y en el corazón "Coto Vedado".
El Mediterráneo, la costa Mediterránea, zona en peligro de extinción.
La incompetencia de los que cobran un pastón y viven de lujo, comidas, cenas y lo que sea gracias a esta política basada en el no hacer nada y darle la culpa al de al lado y que, en la realidad, ninguno de ell@s sirven para nada.
La gente debería ser más exigente, eso sí, inteligentemente, sin violencia, echándoles a la calle, es decir, no votándolos.
Y exigir dimisión inmediata cuando la realidad castiga tan cruelmente a la gente indefensa y atrapada en este mundo de farsa y mentiras.
Es la mejor forma de actuar.
Epicteto lo expresó en unos hermosos versos estoicos traducidos por Quevedo: «No olvides que es comedia nuestra vida/y teatro de farsa el mundo todo/que muda el aparato por instantes/y que todos en él somos farsantes».