lunes, 14 de noviembre de 2022

Ya ni me acuerdo cuándo fue

 Ha pasado tanto tiempo que tengo que detenerme a pensar cuándo empecé como esclava en el mundo BDSM. Si no recuerdo mal, fue hace diecisiete años, con un Amo a distancia, del que no he vuelto a saber nada. Todavía era menor de edad y recuerdo que lo hacía en casa de mis padres, a escondidas, delante de un ordenador.

Desde entonces, he servido a dos Amos y a dos Amas, una de ellas tristemente fallecida. Con el Ama Luna llevo ya bastantes años y nuestra relación ha pasado por diversas etapas, unas más intensas que otras. Vivo con ella en su casa y no dejo de ser su esclava ni un minuto del día, hasta el punto de trabajar en lo que ella me manda y no hacer nada sin su permiso.

Supongo que todas las relaciones evolucionan y que cuando ya se lleva tanto tiempo, las cosas se hacen algo diferentes. Podría parecer, aunque no lo es, que nuestra relación es más de amistad que de BDSM. Pasan días en los que nuestra vida es absolutamente normal, la de dos mujeres que conviven en una casa, pero, enseguida hay que recordar que una de ellas depende de la otra, que la sirve, que se somete a sus deseos y decisiones, que la respeta profundamente. Pero también hay días en los que salimos de compras, vamos a comer o al cine y hacemos una vida que podría considerarse normal si por normal se entiende la que hace casi todo el mundo. Creo que es lógico, después de tantos años, que las cosas no puedan ser como eran al principio, que todo se sosiega.

Ayer tuve una sesión de azotes en la que recibí muchos, fuertes y dolorosos. Los aguanté con sumisión y respeto y me sirvieron para recordar que, más que su amiga, soy su esclava, no tanto ya su perra, y para comprender que es normal, que con el transcurso de los años, las cosas hayan cambiado aunque no hasta el punto de desfigurarse. Pero no es así. La relación entre mi Ama y yo ha cambiado pero no se ha desfigurado.

domingo, 2 de octubre de 2022

Vacaciones

Este verano, mi Ama y yo hemos hecho un viaje por el norte de España. En concreto, hemos visitado San Sebastián, Bilbao, Santander y Oviedo. Yo ya había estado por esos lugares cuando viajaba con mis padres, pero había muchos sitios de los que no me acordaba. San Sebastián es una ciudad maravillosa, elegante,  calmada, preciosa y Oviedo goza de mis preferencias, un lugar simpático y agradable. Bilbao y Santander las recordaba  menos pero también me han encantado.

No es fácil que un Ama y su esclava viajen juntas. en realidad, hemos sido más amigas que Ama y esclava, pero hemos guardado las formas en todo momento. A veces, en los hoteles, he dormido en el suelo, junto a la cama de mi Dueña y en ocasiones, hemos realizado pequeñas sesiones sin demasiada algarabía ni excesivos ruidos. Pero hemos estado juntas, recorrido los lugares e interés, sentarnos en una terraza o hacer una visita a algún monumento o edificio de interés y, sobre todo, pasear.

Ahora, hemos vuelto a la normalidad y a la rutina, a las sesiones, en toda la extensión de la palabra, a mi vida de esclava y de empleada doméstica con la ilusión, eso sí, de que, tal vez, el próximo año o el otro tenga lugar la oposición que espero y pueda retornar a mi trabajo como médico, al menos compaginándolo con el que actualmente ejerzo.

lunes, 8 de agosto de 2022

Novedades


Buena parte del tiempo que he pasado en mi vida como esclava de un Amo o un Ama, ha sido formando parte de una cuadra, es decir, en compañía de otros esclavos o esclavas, pertenecientes todos, o la mayoría, al mismo Amo o Ama.

Ahora no ocurre así y mi Ama y yo vivimos solas, juntas las dos, y su dominio es exclusivo sobre mí, pero hasta hace menos de un año, he convivido con otra esclava y un esclavo. La esclava era, en realidad, de otro Amo que reside en Madrid y entre Él y mi Dueña llevaban  a cabo el cumplimiento de sus deseos.

El esclavo era jamal, un chico de descendencia africana, que empezó como esclavo para convertirse, con el tiempo, en amo de cuadra, con amplios poderes sobre nosotras dos.

He de decir que es mucho más divertido y gratificante vivir acompañada de otros  u otras esclavos o esclavas. En nuestro caso, el alboroto era continuo, comíamos juntos en la mazmorra, compartiendo suelo y cuencos como perros, pero sin dejar de reírnos y de comentar los asuntos de cada día. También participábamos juntos en las sesione, siempre a cargo de nuestra Ama y, personalmente, no me encontraba tan sola, aunque esto no es una queja.

No creo que sea frecuente que un Amo tenga varias esclavas a la vez, pero en mi opinión, es mucho más beneficioso, al menos para los esclavos y mucho más divertido. Claro que el BDSM no tiene por qué ser divertido. Actualmente mi Ama está en conversaciones con una chica que pretende convertirse en su esclava y si es así y llegan a un acuerdo, volveré a tener compañía en la cuadra y todo cambiará un poco. De ser así, sería para después del verano. Ya veremos lo que sucede.
 

jueves, 2 de junio de 2022

Jugando con la esclava (Segunda parte)




  1. Aquella noche tuvimos tres encuentros sexuales. El primero, el que estoy narrando, cuando me hizo subir a su cama y antes de que me acomodase que le haga una felación (no en esos términos, claro) y que no se me ocurra desperdiciar fuera de mi boca una sola gota de su preciado manjar. Lo de siempre. No es algo que me moleste, lo he hecho muchas veces, pero es algo típico de muchos Amos, al menos, de los que yo he tratado. Reconozco que esa noche me esmero. Él boca arriba y yo con el cuerpo entre sus piernas. Obviamente no cuento el tiempo, pero apenas tarda unos minutos en llenarme la boca con su líquido espeso y ácido. Abro los ojos y le miro y veo que también me está mirando, que está esperando a ver si cumplo sus deseos, mejor, sus órdenes. Me lo trago todo. 
  2. Para cuando  llega la segunda vez, ya estoy dormida. Me despierta bruscamente y me zarandea si miramientos. Al mismo tiempo me insulta: guarra, mamona, puta perra. Me azota en el trasero y me pega en los pechos, me muerde. No entraré en detalles, pero es una relación enormemente violenta e la que me fuerza en un acto de sexo anal que me deja literalmente rendida pero, claro, tampoco rechisto ni me quejo. Tardo mucho tiempo en volver a quedarme adormilada porque no es fácil dormir, hasta que vuelvo a notar sus manos, un par de horas más tarde. Me vuelvo hacia él, literalmente, temblando, a pesar de que está de mi lado, con el codo apoyado en la almohada y me mira sonriente y, posiblemente, complacido. Me pregunta cómo estoy y yo, por pudor, le respondo que bien, aunque, en realidad, estoy molida, tengo sueño y estoy deseando marcharme.
  3. Pero no le debe molestar. me acerca la cara y me besa suavemente en los labios. Empieza a emplearse a fondo pero, con un grado de ternura, con cariño, diría, pero con pasión después. Me siento bien. Noto que me estoy excitando cada vez más, que gimo, que tiemblo, que me dejo hacer hasta que, en una de sus embestidas, me corro brutalmente, casi como una posesa en la relación más tierna y  más hermosa que he tenido en mucho tiempo.
  4. Estoy en la casa en la que sirvo, subida en una escalera, limpiando una lámpara y noto que me tiemblan las piernas. Me siento satisfecha y me siento dolorida, pensando que me voy a caer y trato de olvidar. Pero mientras limpio aquellos cristales, no dejo de pensar en todo lo que ha ocurrido durante la noche y dentro de mí, muy dentro de mí, decido que me gustaría que ocurriera otra vez.







 

 

miércoles, 27 de abril de 2022

Jugando con la esclava (Primera parte)

Es Domingo de Resurrección. Mi Ama ha invitado a comer y pasar la tarde a tres Amos y a un Ama con sus correspondientes esclavo y esclavas. Conozco al Ama y a dos de los Amos y nunca he tenido ningún  problema con ninguno. Llegan sobre la una, todos a la vez, por lo que deduzco que han quedado previamente en algún sitio.

En el salón ya está preparado el aperitivo. Mi Ama ha dirigido la preparación y yo lo he dispuesto todo según su gusto.

Cuando llegan, salgo a abrir la puerta y a recibirlos. Por orden de mi Dueña lo hago prácticamente desnuda, pues mi cuerpo lo cubre únicamente un tanga negro y unos zapatos de tacón del mismo color. Curiosamente, estoy ya tan acostumbrada que no siento ninguna vergüenza. Saludo respetuosamente a todo el mundo y los hago entrar en el salón, donde se halla mi Señora. Se saludan con efusión. Las esclavas y el esclavo con respeto y sumisión. Enseguida empieza el aperitivo y mientras lo toman, las esclavas, el esclavo y yo permanecemos en mi mazmorra tomando unos refrescos. Ellos han debido desnudarse y quedarse en el misma situación que yo.

Después, llega la comida que sirvo yo. A los Señores en el salón y a las esclavas y esclavo en la mazmorra. Luego, la tertulia y cuando les parece oportuno, nos llaman a su presencia. Va a celebrarse una subasta de esclavos y cuando llegamos, están pactando las condiciones. Puja de salida, cien euros; puja máxima mil euros. Un esclavo por Amo y como premio al ganador de las subastas, disponer del esclavo o esclavas hasta primera hora de la mañana siguiente. Me da cien patadas abandonar la casa y tener que pasar la noche fuera, pero no solo no digo nada sino que sonrío a los presentes.

Soy subastadas en tercer lugar y la puja llega a los 775 euros, que como todo lo recaudado irá a parar a una ONG.

Al atardecer, el Amo que me ha correspondido salimos en dirección al lugar al que me va a conducir. Llevo un vestido muy corto, zapatos de tacón y ausencia de ropa interior.

Mi Amo circunstancial vive en un pequeño apartamento bastante céntrico y a él me invita a entrar cuando llegamos. Ya tiene casi preparada la cena aunque soy yo la que debe calentarla y terminar de disponerlo todo, incluso la mesa para que coma.

Enseguida me manda que me quite el vestido y pase a una habitación que me señala. Obedezco y entro en una especie de mazmorra con todo lo necesario para sesiones de tortura y otras actividades propias. Después me ata las muñecas con los brazos en todo lo alto y me coloca las piernas abiertas y con un gato empieza a azotarme la espalda, el trasero y los muslos. Al principio resisto, pero enseguida empiezo a gritar y a rogar hasta que deja de pegarme cuando siento la piel quemar y el dolor es considerable. Me dice que vaya a cenar.

                                                                                                            Continuará


viernes, 25 de febrero de 2022

El reencuentro

Después de un  dilatado periodo de silencio voy a intentar volver a la normalidad y restablecer el diálogo con mis lectores, que sepan de mis vivencias y de mi vida de esclava.

Pero no todo ha sido culpa mía y, durante este periodo de tiempo, apenas, he tenido la oportunidad y el permiso para escribir.

A primeros de febrero terminó el tiempo de mi cesión y con él la vuelta a la rutina d siempre. Como colofón al estado de cesión al Amo Jamal he de decir que ha sido un periodo interesante, muy diferente a mi vida normal, pero en l que he aprendido mucho, me he entregado mucho más y he tenido experiencias que no había tenido nunca antes.

El último día hubo una actividad especial. Primero una sesión en la mazmorra en la que el acto principal fue ser colgada del techo, por los pies, completamente desnuda, las manos atadas por detrás y azotada sin miramientos, con la cabeza cerca del suelo, rotando sobre mí misma, mientras mi cuerpo sentía los efectos  del látigo y de la vara, fundamentalmente.

Ese mismo día, por la noche, la traca final, con una sesión de sexo, muy intensa, en la que me sentí forzada primero, pero profundamente excitada después con varias explosiones, que no creí que sucedieran.

Ahora he vuelto con mi Ama y con ella estaré hasta que ocurra otra cesión, no creo que antes del verano. He tomado mis rutinas y me someto a mi Dueña como he hecho siempre. Espero     que una de las consecuencias sea poder escribir con más frecuencia como ha sucedido siempre.

 


 

sábado, 1 de enero de 2022

Felicitaciones y deseos

Deseo que este año  sea, para todos, mucho mejor que el anterior. Que no haya enfermedades ni desgracias ni malas noticias. Que obtengamos todos los deseos que hayamos pedido y, en un plano más personal, que sigáis leyendo este blog como hasta ahora. Me haréis feliz.

También me alegraré de que hayáis tenido una Feliz Navidad. Con el debido respeto, un beso a todos.