jueves, 26 de marzo de 2020

La vara




He de confesar que me gusta ser azotada porque me gusta el dolor. No un dolor de cabeza o de muelas o por cualquier  otra enfermedad, pero sí el dolor dentro del BDSM. Personalmente, creo que es normal, aunque es probable que muchos piensen que estoy loca o algo parecido. Estoy convencida de que la mayoría de las sumisas y esclavas son masoquistas en mayor o menor grado, lo mismo que todos los Dominantes, o la inmensa mayoría, son sádicos en mayor o menor medida.
Durante este mes he mantenido un intercambio de correos con un presunto Dominante que ha terminado por ponerme de los nervios. En uno de los correos surgió el tema de los azotes y yo le dije que el instrumento que menos me gustaba era la vara porque me producía más dolor que ningún otro. Desde mi punto de vista provoca una sensación muy desagradable, no como otros tales como el flogger, el gato o cualquiera de ellos. Este hombre me respondió que no, que la vara no producía más dolor sino que el dolor dependía de la fuerza del azote. Claro, eso es evidente, pero lo que yo decía era que a igual fuerza, la vara era peor para mí. Estaba hablando de mi experiencia personal, de que era a MI a quien le dolía.
No conseguí que diera su brazo a torcer porque aseguraba que no me dolía más la vara porque dependía de la fuerza del azote. Tuve que dejar el tema.

Quedaros en casa.