Dulce despertar...
En la anochecida las horas eran segundos,
Segundos eternos no terminaban nunca.
Y ahí estábamos como si nada,
Porque el amor anidaba en cada suspiro nuestro.
Almas enamoradas en un mismo silencio,
Llegando a la madrugada sin darnos cuenta del tiempo,
No había tiempo sólo dulces y tiernas miradas.
Noche de ti en dulce pasión, imponiéndose el amor,
En esas nuestras manos anudadas sin decir nada...
Y sin darnos cuenta llego el nuevo día,
Con su dulce despertar y el amor renacía...