martes, 29 de julio de 2008
Hasta la vista, baby!!
domingo, 27 de julio de 2008
Domingueando
sábado, 26 de julio de 2008
Cría cuervos...
jueves, 24 de julio de 2008
La chica de oro
De otro lado, como cada vez que voy a ir a España me entra una morriña bestial, me ahoga, me impide tener una respiración normal y hace que los minutos se conviertan en crueles eternidades. No quieren pasar nunca, los malditos!
Para colmo de males, aunque no es una noticia de última hora, me acabo de enterar de la muerte de una actriz a la que, creo, todos teníamos mucho cariño. A mí, particularmente, me hizo reír hasta las lágrimas y siempre le estaré agradecida por ello.
Su lengua disparatada, su chacharacheo continuo, sus historias y las risas que nos hizo pasar vivirán por siempre. La vida es cruel a veces, muy cruel, y sarcástica e irónica y precisamente a la “dueña” de aquel “Sicilia, 1955…” ha querido hacerle pasar por una terrible enfermedad, similar al Alzheimer. Precisamente a ella, que ejercía de dueña de una memoria (tronchante) de elefante. En fin, son las cosas de la vida son las cosas del querer…
miércoles, 23 de julio de 2008
Paranoia ...
Sea como fuere el caso es que desde entonces estos “trasgresores” de Extremoduro y su poesía urbana, brutal a veces, simplemente genial otras, han estado presentes en mi vida. De un tiempo a esta parte estoy especialmente enganchada a su tema Puta. Me parece un temazo no sólo por el ritmo sino también y, en especial, por la letra en la que se incluyen algunos versos del gran Federico, Lorca para los amigos. En otros temas es posible encontrar versos de Hernández, Machado, Neruda...
La interpretación del amigo Jack Nicholson sólo es comparable a la que hizo en “El Resplandor” otra de mis superfavoritas, de la que, quizás, hablaré en otro momento.
Fotos e información extraídas (esta última manipulada por mí) de aquí.
martes, 22 de julio de 2008
Alégrame el día...
Mi humor no está pasando su mejor época. A ello contribuyen un montón (bueno, quizás no tanto) de pequeñas y grandes cosas que no vienen a cuento. Y la lluvia. Y la falta de luz. Y las ganas de irme a casa. Y la añoranza. Y la nostalgia. Esta mañana he leído un comentario (creo en el blog de Laura) que hablaba del romanticismo de los días grises. Querido/a comentarista, vente a pasar aquí unas semanas y serás Bécquer!
Me he despertado terriblemente temprano, aún no eran las seis de la mañana. Me he levantado, como no podía ser de otra manera, de muy mala hostia! Al ir a bajar la basura* se rasgó una de las bolsas y toda la escalera (hasta el último peldaño!!!!) quedó llena de la puta arena de gatos que tuve que recoger (no, Iago, no me acordé de Stulti precisamente). El día es tan gris que me han entrado ganas de volver a la cama y no salir más hasta el día en que coja el avión para irme a España y olé y que le den viento a este clima que me tiene de los cohetes!
Me pongo a ojear la prensa y veo que han detenido a Radovan Karadzic, uno de los mayores genocidas de la Historia. Deseo con todas mis ganas que caiga sobre él todo el peso de la Ley. Además, por si esto fuese poco veo que le han asestado un duro golpe a eta. Otro. He deseado con todas mis fuerzas que sigan dándole hasta que no quede ni uno de esos malnacidos. No estoy hablando de eliminarlos, aunque podría. No, más bien he soñado con verles a todos juzgados y condenados, cumpliendo la correspondiente condena, sin beneficios penitenciarios, sin reducción ni hostias. Me he sentido mejor y he visto como una luz al final del túnel insinuándome que el día podría aún salvarse.
He contado los días que faltan para las vacaciones y aunque me parecen una eternidad, ya falta menos.
Miro por la ventana y veo a una muchacha, bien vestida, bajarse de la bicicleta y detenerse justo al lado de un montón de bolsas de basura. Soy una maruja quasiprofesional y sé que no ha parado por casualidad. Efectiviwonder. Busca algo. Hay unas cajitas al lado de las bolsas. Coge una la mira. “Anda, si tiene llave y todo! Monísima, esto lo pongo yo en el baño y quedo como una reina. Anda que no!”. La mete en la bolsa de la bici. Hay otras dos cajas. “Qué hago? Yo con una voy arreglada, pero quizás a Kitty le vaya que ni pintada. A ver si así quita esa cosa-horrorosa que compró en Ikea. Voy a llamarla”. Saca el móvil del bolso. Marca. Espera. Pasa el tiempo, no hay respuesta. Vuelve a coger la caja. La mira, la remira. Desde esta perspectiva puedo verla también yo. No está mal la cajita, no. Posa la caja. Se queda pensando. “Qué hago? Pues mira, yo la cojo y ya tengo regalo para el cumple de Kitty, que es la semana que viene!! Yujuuu. Se va a quedar muerta, pues anda que no tiene clase la cajita de marras. Y bien práctica que es oiga. Que si la quieres poner en la cocina, menudo especiero cojonudo te queda. Ni los de diseño”. Mete la caja en la otra bolsa de la bici. Para ello tiene que sacar todooooo lo que lleva ahí. Se queda mirando con cara de pena una tercera caja que ocupa demasiado como para llevarla en las manos (en las que ya tiene todooooo lo que sacó de la bolsa y en las maleticas de la bici no entra nada más). “Bueno, Marie, otra vez será. Tendrás que conformarte con unas flores por tu aniversario”. Se sube en la bici y se va. Y yo me pongo contenta por varios motivos, entre ellos por saber que lo que uno no quiere el otro lo desea, porque quedan “recicladores activos” y porque no soy la única vagabunda del mundo a la que todooooooo le vale. Bueno, sí, yo nunca he recogido nada de la basura, me conformo con ir guardando mis propias cosas inservibles. Pero el que no se consuela es porque no quiere.
Me paso por aquí y veo que a pesar de llevar dos días sin publicar seguís dejando comentarios, y eso me llena de felicidad. Empiezo el repaso de blogs, siempre hay algún post que me saca la sonrisa o arranca la carcajada. Hoy no es una excepción. El cielo empieza a abrirse un poco. Después volverá a llover, pero al menos la luz ahora se parece un poco más a lo que tendría que ser. En mi recorrido llego a Loco pero Cool, el sitio de JB, un joven venezolano con más imaginación que Spielberg y veo que me ha concedido un premio!!! Ole, ole y ole! Es un premio fabuloso, superbonito, y para mí sola!!! No es que sea egoista (que lo soy) y no quiera compartir, no, no, es que lo ha hecho especial para mí. Porque yo lo valgo (y no tengo abuelas!).
Como una cosa lleva inevitablemente a otra me ha venido a la cabeza aquella canción que cantaban los Siniestro Total hace una eternidad, que decía aquello de “Alégrame el día, torero, alégrame el día. Alégrame el día, por Dios y la Virgen María…”. Y me he puesto a tararearla y me he acordado de cuando estuve en su concierto y lo loca que me ponía Julián (y mira que es feo, el jodío) y las risas que nos hicimos.
He decidido que hoy va a ser un gran día!
Esto fue una sorpresa. En el ramo del otro día venían unas cosillas que yo pensaba eran hojas. Bueno, pues resulta que se han abierto y han salido flores tan fantásticas y maravillosas como esta. Hoy la foto, como no podría ser de otra manera, va dedicada a JB. Gracias guapísimo!!
sábado, 19 de julio de 2008
De la jardinería y otros artes milenarios
Este año, en cambio, me encontré de buenas a primeras con la inestimable colaboración de un ayudante especializado en flores de jardín. Sí, habéis acertado, el Snake. Decir no me dice mucho, la verdad, pero creo que a su manera me va señalando aquellas plantitas que requieren un recorte o un poco de atención. Tengo por costumbre (sobre todo cuando me aburro muchísimo) salir y empezar a quitar hojas que están mal, o arrancar las malas hierbas, salvo que hayan sido regalito de los pajaritos que entonces, también a partir de este año me ha dado la ventolera de ofrecerles una oportunidad y las voy plantando es tiestos pequeñitos. No saldrá nada, probablemente, pero quedan muy monos. De ahí que pueda decir, sin temor a pecar de presuntuosa, que tengo corresponsales externos y quién sabe si internacionales, pues vete a adivinar de dónde vino el pajarillo!. Bueno, el caso es que ahí está siempre Snake, a mi vera, contemplando lo que hago (no vaya a ser que me equivoque y corte por el lugar menos indicado), me sigue de planta en planta y tiro porque me toca (ah, no, que eso era la oca). Y es que este gatito es un todoterreno, sabe de todo!
Decía que en aquel primer nidito de amor teníamos algunas plantas. Un buen día nos pareció que la terraza estaba muy triste y necesitaba unas plantas, unas antorchas, algunos muebles. Fuimos al mercado de flores que hay cada sábado aquí cerquita de casa (gracias al cielo, porque todavía tengo agujetas de la última visita. Si llega a estar más lejos quizás sería otro quien tuviera que contaros esto) y vinimos cargaditos. Como ambos fuimos absolutamente descuidados, abandonados y trastos totales, de aquella época sólo sobreviven la hortensia-mutante-salida-del-armario y un arbolito que es un auténtico superviviente.
Con la mudanza y muchísimo más espacio, tomamos la sabia decisión (en el fondo somos muy listos) de comprar más plantas e ir prestándoles un poco más de atención (léase, echarles agua una vez por semana). Así empezaron a llegar los colores que hoy nos llenan de alegría. Cierto es, todo hay que decirlo, que no les hacíamos ni puto caso. Tanto es así que un invierno que vino algo más frío de lo normal (tampoco para echar cohetes, eh) decidimos guardar muchas de esas plantas en el despacho del Costillo, por aquel entonces todavía sin amueblar y al que no iba mucho. Tan poco iba que nunca nos acordábamos de que las plantas seguían allí y sí, la helada no las iba a pillar, pero el agua tampoco, pobres. Supieron adaptarse a las durísimas condiciones que les tocó vivir. Todas menos el kunkuat, que quedó en coma por una larguísima (a mí me pareció eterna) temporada.
Al hacerme amiga de Mw. Alma fui tomando más consideración por el mundo verde. La vuelta al país de los PapásCostillo terminó por convencerme de que las cosas no van así, y de que el que tiene hacienda tiene que atenderla. Fue entonces cuando entraron a mi vida los primeros “artilugios” de jardinería, a saber: una especie de paletita recogedor, un tenedor (de cocina, sí, que no usábamos nunca y que no tengo idea de dónde salió, pues no tenemos ninguno igual a ese) y unas tijeritas de podar, que pasaron a mejor vida y de las cuales no queda recuerdo gráfico. Las nuevas fueron, una vez más, regalo de MamáCostillo. Con esos utensilios rudimentarios empecé a prestar un poco de atención a las plantas. Con la paleta, al principio les removía la tierra, otras veces les añadía algunas paladas más de tierra nueva o me servía de ella para mezclar los abonos (cuando me acordaba de echarlos, que esa es otra). Con el tenedor (McGiver marcó mi generación y hay que apañárselas como mejor se pueda) aprendí a “arar” superficialmente la tierra, para que se ventile, pero siempre con el cuidado de no dañar las raíces (por cierto, cuando he ido esta mañana a hacer el ritual me he encontrado setas!!! en el laurel. P’haberse matao). Y con la tijerita, obvio, iba podando las partes que lo pedían a gritos.
Esta mañana nos fuimos de compras y pasamos por el paraíso friki, que no es otro lugar que la droguería que hay aquí al lado. Hay de todo. Me recuerda a aquellas pequeñas tiendas de ultramarinos que había antes en España en las que podías comprar desde la leche y el pan hasta unas bragas, pasando por el chandal del niño, las catiuscas para la huerta o el pijama del abuelo. A veces son tremendas mamarrachadas lo que tienen, otras, en cambio, sin ser cosas de verdad útiles (vamos, que nadie a parte de gentuza como yo las compraría), apetece tenerlas. El Costillo me llama siempre “vagabunda”, no porque cuando nos encontramos estuviese durmiendo debajo de un puente (que no lo hacía) ni porque ande registrando los contenedores de basura (costumbre que no he adquirido... todavía). No, no, sino porque todooooooooooooo me vale. Decía Felipe que “Todo vale para algo”, y Mafalda le respondía muy sabia, que “Nada sirve para todo”. No sé todavía por cuál de las dos frases decantarme, así que voy coleccionando mierdas que algún día pueden ser útiles, pero que la mayoría de las veces, y al cabo de dos o tres años, terminan en la basura. Botes de yogur de esos que llevan asa son fantásticos para guardar, por ejemplo, ese puñadito de abono y no tener por ahí rondando tremendo saco con cuatro granos! Aquel dispensador de jabón de manos tan chulo, con su delfinito y todo, no lo vamos a tirar, por dior!, derrochona yo? No, no, mejor lo reciclamos como dispensador del fairy (aquí llamado dreff) y oye, la mar de cómodo que resulta. Más económico, ecológico y bonito imposible. Que no es de marca? Y a mí eso qué! Y así con todo. Reconozco que a veces me paso, pero otras no soy yo sola la que se beneficia de esos pequeños tesoros, y son otros los que terminan encontrándole una utilidad.
El caso es (hoy parece que he desayunado lengua!) que mientras el Costillo se iba a por sus “pescadores” (unos caramelos muy fuertes que nos encantan) yo iba de pasillo en pasillo, marujeando a mis anchas. Y allí estaba. Escondido entre mantitas de bebé, calendarios, videos, dvds, juegos de lego y mil otras cosas más. Esperándome. Alzándose hacia mis manos, que miedo me dio que me saltase y, errando el salto, se me clavase en el ojo. Se lo enseñé al Costillo y le dije que lo quería sí o sí. Y el dijo: Vale. Y nos lo compramos!!
No es de excelente calidad pero no es una mierdecilla. Está hecho en China, como todo. Muchas veces me dan ganas de darle la vuelta a mi ombliguito a ver si ahí tengo también la consabida etiqueta “Made in China”. El caso es que hasta se han estrujado el cerebro para crear la forma de tenerlo siempre ordenado, cada cosa en su sitio y no por ahí desperdigados. Los tonos, muy acordes con cualquier jardín que se precie. Ya no tendré que recurrir más a mi adorado tenedor (al que confieso que me da pena jubilar, así que seguramente seguirá clavado en la tierrica del laurel). Además ahora podré medir (no le veo otra utilidad) la profundidad a la que entierro las semillitas o la distancia a la que he sumergido las raíces de tal o cual planta. Este año, creo, no habrá más transplantes, pero seguro el año próximo habrá que comprar hogares más amplios para algunas de ellas. Pero para esto todavía falta mucho tiempo.
viernes, 18 de julio de 2008
jueves, 17 de julio de 2008
Locuras judiciales
SÉPTIMO PUESTO
Kathleen Robertson, de Texas, fue indemnizada con 780.000 dólares por un jurado tras romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño que estaba corriendo en una tienda de cocinas.
Los dueños de la tienda se sorprendieron al ser obligados a pagar dicha cantidad, mas aún al saber que el niño que tan mal se había comportado era el hijo de la señora Robertson.
Carl Truman, de Los Ángeles, y de 19 años, ganó 74.000 dólares más los gastos médicos cuando un conductor pasó por encima de su mano con el coche, un Honda Acoord. Carl Truman no se dio cuenta de que había alguien al volante del coche cuando se puso a robarle los tapacubos.
QUINTO PUESTO
Terrence Dickson, de Pennsylvania, estaba abandonando una casa después de robarla y decidió salir por el garaje. No fue capaz de salir por la puerta del garaje porque estaba rota, y al intentar volver a la casa se dio cuenta de que la puerta que conectaba ambas estancias era de un único sentido y no podía salir o volver a la casa. La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson estuvo encerrado en el garaje durante 8 días. Para sobrevivir, lo hizo a base de Pepsi y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denunció al dueño de la casa por los daños morales sufridos por aquel incidente y el jurado accedió a situar la indemnización del propietario al ladrón en 500.000 dólares.
CUARTO PUESTO
Kara Walton de Claymont, Delawere, denunció con éxito al propietario de un pub nocturno de la ciudad cuando ella se cayó desde la ventana del año al suelo y se rompió los dientes. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba colarse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares. El propietario tuvo que pagarle 12.000 dólares y gastos dentales.
TERCER PUESTO
Un restaurante de Philadephia tuvo que pagar 113.500 dólares a Amber Carson, después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea.
SEGUNDO PUESTO
Jerry Willians, de Arkansas, percibió 14.500 dólares más los gastos medicos después de ser mordido en el culo por el perro de su vecino. El perro estaba en una jaula dentro del jardín de su propietario, encerrado. La indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole al perro desde arriba de la jaula con una pistola de bolas.
CAMPEÓN
Mr. Mery Grazinski, de Oklahoma City, en noviembre de 2000 se compró una caravana marca Winnebago de las grandes (de las que son a la vez coche y caravana). En su primer viaje, estando en una uatovía, seleccionó el dispositivo que fija una velocidad de crucero a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás a prepararse un café, con la caravana en marcha a semejante velocidad. No sorprende el hecho de que el camion/caravana siguiera recto y tomara la tangente en la primera curva y colisionara. Mr. Grazinski contrariado denunció a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que el programador de velocidad no es un piloto automático que toma curves, frena cuando es necesario e incluso detiene el vehículo si preciso fuere. Por ello fue recompensando con 1.750.000 dólares más una nueva caravana. Actualmente Winnebago advierte de tal circunstancia en sus manuals para el caso de que algún otro imbécil compre uno de sus vehículos.
Después de esto, a quién le sorprende que en el cuestionario que te dan en el avión cuando vas a los EE.UU. te pregunten si vas a cometer un delito o un acto terrorista?"
Fuente foto: aranzadi.es
miércoles, 16 de julio de 2008
"Oscurantismo" televisivo
Cuando, por poner algunos ejemplos, enfermó (y desgraciadamente falleció) Rocío Jurado, me alegré (mucho) de no vivir en España. El circo mediático que tuve que soportar en la distancia (con enviados especiales hasta del Telediario) me abrumó de tal manera que sólo podía compadecer a los que sí estaban en mi país, "sufriendo" con la familia a todas horas. Escuché muchos comentarios, algunos no faltos de razón hasta se referían a ver si nadie más tenía cáncer en España o las vidas de los que lo tenían valían menos que la de esta señora. Como, por desgracia (aunque más fortuna que los Mohedano, gracias al cielo) he pasado por la situación de días y meses en hospitales, se me ponía la piel de gallina al ver ese acoso de los medios, de día de noche, a media tarde... me estresaba sólo de pensarlo. Así os lo digo.
Pero esto qué es?!
Me sucede a veces. Creo que mi cuerpo no termina de asimilar esta humedad y protesta, y se queja, y él, que ha sido educado en un tiempo en el que había cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno, se niega a adaptarse a estos cambios climáticos, que le transtornan, le incomodan, le fastidian. Reclama (y exige a veces con punzadas tremendas) la vuelta a entonces, cuando en primavera todo se cubría de flores y llovía, pero casi siempre en su justa medida, sin excesos ni carencias. Desde luego, lejos de las lluvias torrenciales que inundan, por ejemplo, el sur de España, pero cuándo se ha visto? No era que allí tenían que estar más cercanos a la sequía que a la inundación? (claro que ni lo uno ni lo otro, que los términos medios son normalmente lo más deseable). Y quiere un verano en el que luzca un sol fantástico y sólo de cuando en cuando llegue alguna tormenta que le haga disfrutar con su estruendo, con sus luces, con su fuerza. Y quiere que el otoño vuelva con aguas tranquilas y que los árboles se vistan de oro y siembren las calles con sus ropas viejas. Y anhela la nieve, esa nieve de invierno en la que tantas veces se sumergió. Y pasar frío y tener que ponerse más capas que una cebolla para salir a la calle. No quiere esto que no sabes en qué estación estás.
lunes, 14 de julio de 2008
Mi calle se mueve
Ayer, además, fue la Braderie. Se hace una vez al año y consiste en que se llena absolutamente toda la calle de puestos de las cosas más variopintas que podáis imaginar: desde bragas a fuentes de madera, pasando por artesanía marroquí o flores, puestos con comida, con jugos naturales, una infinidad de gente capaz de vender su alma al diablo y a ti todo lo que tengan en el puesto. Además, hacen una feria, así más como para los niños (es la disculpa, pues yo creo que los que de verdad disfrutan son los padres) con aparatos para subirse, o para ganar muñecos, peluches y claro, la wii, porque hay que estar en lo último. Me hizo gracia que también había varios puestos con Spaanse churros (vamos, los churros españoles de toda la vida de dios).
Una de las cosas que más me llamó la atención (más por la personita que por el aparato) fue una de esas camas elásticas en las que te ponen un arnés y empiezas a saltar como si estuvieras poseido por Belcebú. Pues bien, cuando pasamos por allí había una nenita, de unos diez años (soy muy mala calculando la edad de la gente, pero para la de los niños soy un auténtico desastre) y tenía un arte que yo creo que tenía alma de trapecista o artista de circo. Me quedé boba haciéndole fotos. Y le hubiera hecho más si un cabezón no se hubiera empeñado en salir prácticamente en todas.