
Ana, Angel, Jose, Nieves, Clara, gracias, muchas gracias por su apoyo. Les dedico este post de agradecimiento a todos ustedes, caminantes y navegantes del ciberespacio, a los que se han pronunciado en el post anterior y a los que personalmente me han ofrecido un hombro y su capacidad para escuchar.
Perdón si no he contestado antes, pero no he tenido ocasión de conectarme, no tengo línea de teléfono en casa y ahora ando robando ratitos de conexión a mi hermano, que con gusto me presta su ordenador.
Sí, esto parece una carrera de fondo, un momento en que se ponen a prueba la resistencia, el optimismo y el concepto que tenía yo de mí misma.
En los momentos de mayor vulnerabilidad repetiré en mi mente a modo de mantra: "no es para tanto"
Y si eso no funciona recurriré a la frase de Pajarico "que bien se está... cuando se está bien" a modo de promesa de los tiempos buenos que tarde o temprano llegarán.
El mes de mayo con su influjo cambiante me está transformando y como cangrejito, estoy dejando atrás el envoltorio que ya me está quedando un poco pequeño.
Pero a pesar de todo, sigo riendo cuando me reúno con los compañeros de ruta, a los que tanto agradezco su buen humor que hasta hacen chiste de su sombra. Agradezco su comprensión durante esos días en contacto con la naturaleza de total evasión en los que seguimos de guasa a pesar de que nos caiga la noche a medio camino.
Eso es, la vida es marea alta y marea baja, con días soleados y días lluviosos, contrastes que no pueden existir el uno sin el otro, oportunidades de crecer y de madurar, y aunque parezca que no, pasito a pasito algo se avanzará.