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Mostrando las entradas etiquetadas como tristeza

Mi familia de a poco se me ha ido acabando

Al principio de los días de los que tengo todavía recuerdos, las ausencias parecían una consecuencia natural de una existencia cansada; mi abuelo Carlos. La sorpresa cubrió nuestros rostros pero la cara de la muerte ya aparecía hacía muchos años en sus facciones. Mujer llena de vida, de sonrisa amorosa, de hijos muchos y manos que nos agarraban los cachetes regordetes, ella fue la más risueña pero también la que se acabó en un tris sin avisar; mi tía Chave. Al poco tiempo una enfermedad, el recuerdo de la sonrisa franca, el olor, ese olor penetrante y que siempre me hace recordarlo, el aroma de cuero trabajado, la piel troquelada, las correas bien sujetas de las sillas de montar, cinturones y fundas de piel que hacía papá huesito ahí apartado en su taller de trabajo, lejos, muy lejos en un pueblo de nombre difícil de pronunciar y en donde también con su deceso, fue arrancado de su gente, de su terruño, de sus costumbres para venir a terminar sus días en esta ciudad caótica y que po...