Desde mi rincón favorito en esta casa escandalosa tan llena de niños, de sonidos, de melcocha embarrada por todos lados observo y recapitulo. Tú y yo por fin pudimos romper nuestro silencio individual y volvernos uno al confesarnos que ya nos necesitábamos. Nos volvimos cómplices y después de muchos años de compartir vivencias, simplemente nos comprometimos legalmente y socialmente para poder vivir juntos. Sí, fue una boda espectacular. No fue fácil, nacimos pobres y construimos sueños en bases frágiles que nos llevaban de un fracaso a otro descalabro, de no tener nada a tener menos, pero el tiempo y el amor nos sacaron adelante. Y por fin, la estabilidad, y otra vez, la desazón; venían los hijos. A volver a empezar a conocernos de nuevo como padres y no como esposos. Qué te puedo decir, hemos sido felices, no lo podrás negar, viviendo bien y a veces mejor pero ya sin ese estómago pegado de los primeros años porque hemos sabido salir adelante juntos… Desde mi rincón favorito, en...
Mis historias de todo y de nada