Mostrando entradas con la etiqueta Madeira. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Madeira. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de febrero de 2010

Ribeiro Frio

La espectacular laurisilva de Madeira, siempre envuelta en brumas y nieblas, está bien extendida por las laderas norte de la isla. Es una auténtica delicia recorrerla. Brezos, acebos, laureles, tiles, árboles relativamente desconocidos para un peninsular, con abundantes helechos, musgos y hepáticas. Se van viendo algunas aves endémicas como la subespecie local de pinzón vulgar, el reyezuelo de Madeira, la paloma de Madeira. Aquí en Ribeiro Frio, se ven multitud de líquenes, destacando las grandes Lobaria pulmonaria y algunos bonitos talos de Degelia plumbea, entre los briofitos del suelo. Entre los epífitos de las diferentes laurisilvas que recorremos encuentro además Evernia prunastri, Platismatia glauca, Hypogymnia tubulosa, Tuckermanopsis chlorophyla, Melanelia sp., Pertusaria albescens, Ochrolechia pallescens, Lobaria scrobiculata, Usnea sp. Me habré dejado varios cientos de especies de ver en estos bosques nubosos, y a los que algún día espero volver.
Lobaria pulmonaria, Ribeiro Frio, Madeira, marzo 2009
Degelia plumbea, Ribeiro Frio, Madeira, marzo 2009

Fringilla coelebs maderensis, Ribeiro Frio, Madeira, marzo 2009

domingo, 17 de enero de 2010

Levada do Castelejo

Caminando por las levadas, canalizaciones de agua, que recorren la isla de Madeira, nos adentramos por los bosques de niebla, laurisilva. Humidísimos bosques de árboles, no demasiado altos, en los que crecen exuberantes musgos, hepáticas, helechos y líquenes, rodeados de cascadas y agua por doquier. Estos bosques apenas llegan a los 1.000 metros de altitud, altitud a partir de la cual son sustituidos por el fayal-brezal (hay una entrada en este blog al respecto). La composición liquénica tiene mucho en común con lo que se encuentra en el fayal-brezal, añadiéndose a ese listado, especies muy amantes de la elevada humedad ambiental. Especies como Nephroma resupinatum, Collema polycarpon, Protoblastenia sp., Normandina pulchella o Lobaria pulmonaria y diversas Cladina y Cladonia son abundantes. Caminando por la levada do Castelejo, en el término de Cruz, los abundantes y confiados pinzones vulgares de la subespecie endémica, F.c.maderensis y alguna paloma de Madeira, Columba trocaz, también endémica de la isla, recuerdan constantemente, de que estás ya bastante lejos de cualquier costa continental.

Collema polycarpon y Protoblastenia sp., Levada do Castelejo, Cruz, Madeira (Portugal), marzo 2009
Nephroma resupinatum, Levada do Castelejo, Cruz, Madeira (Portugal), marzo 2009

La hepática Plagiochasma rupestre, Levada do Castelejo, Cruz, Madeira (Portugal), marzo 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

Rabaçal,el fayal-brezal de Madeira


La pasada primavera tuve ocasión de recorrer la isla de Madeira. Un lugar que resultó interesantísimo fue Rabaçal. Unas extensas laderas de una formación boscosa macaronésica, conocida como el fayal-brezal. Los brezos (Erica sp.) y fayas (Myrica faya), normalmente arbustos, llegan aquí, entre los 800 y los 1.200 metros a tener un porte arbóreo. Son bosques cubiertos gran parte del tiempo por nieblas, por lo que la humedad ambiental es muy elevada. Encontramos pocas aves, pero de gran interés evolutivo ya que se encuentran formas propias de la isla de Madeira de especies que en la Península Ibérica son comunes: mirlo común (T.m.cabrerae), apenas distinguible y las formas locales, muy llamativas en comparación con las continentales, de la lavandera cascadeña (M.c.schmitzi) y del pinzón vulgar (F.c.maderensis). Encontramos 2 que no se han llegado a diferenciar de los continentales, el ratonero común y el petirrojo. Resulta por lo tanto una marcha muy agradable. Desde el punto de vista liquenológico, lamento no haber dispuesto de tiempo y paciencia para documentar todo lo que ví, pero dada la elevada humedad ambiental, los epífitos fruticulosos abundan, especialmente Usnea sp. Ya por las ramas de los brezos, completamente llenas de musgos, encuentro de modo abundante Heterodermia japonica y Parmotrema chinense. En el musgo del suelo y la base de los troncos puedo ver muy bien una especie nueva para mí, Peltigera membranacea, muy similar a P.polidactylon, pero con menos apotecios y la superficie del talo un tanto venosa. Llaman la atención sus largas ricinas. Entre esta lujuriante vegetación encuentro otras cosas que encontraré en zonas situadas a menor altitud, en las laurisilvas. Claro está que en este reino verde, apenas hay sitio para los rupícolas, entre los que puedo encontrar un hermoso talo de Porpidia macrocarpa y abundante Stereocaulon vesubianum. Aparte del bosque impresionante, hay dos lugares imprescindibles, las cascadas de 25 Fontes y la cascada do Risco. La tarde avanza y la niebla se vuelve más espesa.

Porpidia macrocarpa, Rabaçal, Calheta (Madeira), marzo 2009

Stereocaulon vesubianum, Rabaçal, Calheta (Madeira), marzo 2009

Parmotrema chinense, Rabaçal, Calheta (Madeira), marzo 2009
Heterodermia japonica, Rabaçal, Calheta (Madeira), marzo 2009

Peltigera membranacea, Rabaçal, Calheta (Madeira), marzo 2009

jueves, 28 de mayo de 2009

Y al Este, África (2º parte)

Reconozco que el otro día, cuando hice la entrada sobre Madeira, lo hice un poco corriendo y me dejé en el tintero un montón de información sobre la Ponta de Sâo Lourenço. Aparte de lo citado en la anterior entrada, resultan maravillosos los acantilados de basalto, tanto a nivel macroscópico, por su propia grandiosidad como a nivel "lupa". Así en estos basaltos encuentro además Ramalina breviuscula, R. bourgeana, Rocella phycopsis, Xanthoria fallax, X. resendei, Neofuscelia pulla, Aspicilia sp., Pertursaria corallina, P. flavicans y Diploschistes actinostomus. Sirva pues como complemento.

martes, 19 de mayo de 2009

Y al Este, África


Ponta de Sâo Lourenço, Madeira, marzo 2009

En el Este de la isla de Madeira, hay una estrecha península bordeada por vertiginosos acantilados y rematada por 3 islotes. Es la Ponta de Sâo Lourenço. Una zona venteada, con vegetación rala y muy salvaje. Hacia el Este, a unos 600 kilómetros se encuentra la costa de Marruecos. Zona sobrevolada constantemente por gaviotas. Así en las rocas que utilizan estas aves como posadero crecen multitud de líquenes nitrófilos. Entre ellos hay maravillosos céspedes de Ramalina canariensis, Rocella canariensis y Rocella maderensis Esta última presenta los talos en ramitas de sección plana y con abundantes soralios blanquecinos. Mucha Macaronesia en una piedra. Además crecen, entre las especies crustáceas, Xanthoparmelia conspersa, Tephromela atra y enormes talos de Xanthoria aureola, conocida anteriormente como X.ectanoides. De esta última sorprende la casi ausencia de apotecios. Ha sido considerada hasta hace poco una forma de Xanthoria parietina, pero recientes estudios moleculares justifican la separación.
Rocella maderensis a la derecha y a la izquierda Rocella canariensis, Ponta de Sâo Lourenço, Madeira, marzo 2009
Xanthoria aureola, Ponta de Sâo Lourenço, Madeira, marzo 2009