Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
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27 de junio de 2023
Me quiere (REC)
Enseguida se le pasará, cuando recobre el sentido dirá que sí. Estate tranquila, el te quiere. Solo hay que mirarle a los ojos para darse cuenta. Hay que preguntárselo una vez más. Y si vuelve a decir que no, pues lo hablado, otro golpe en la cabeza con el bate de béisbol y que repose, que con la cabeza clara se piensa mejor. Átale las manos más fuerte, no vaya a ser que se te escape, como la última vez.
22 de noviembre de 2016
Coleccionista (REC)
No era el mar pero se le parecía tanto que incluso varias sirenas nadaban plácidamente en sus ojos aterciopelados. Liberé a la criatura en un hábitat, que aunque no era el suyo, podría sobrevivir decentemente unos cuantos lustros. Desconecté la gravedad artificial y ajusté la iluminación a la de un amanecer de su planeta natal para poder contemplarla en su máximo esplendor. Al poco tiempo de estar observandola me percaté que una sirena se había escurrido de uno de sus ojos. Volví a mirar el catálogo; aquella criatura parecía haber evolucionado demasiado. Dudé entre devolverla o en intentar revenderla a algún coleccionista de rarezas.
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6 de octubre de 2015
La Casa Añil (REC)
El puñetero ojo de la cerradura me estaba esperando al doblar la esquina. Cuando iba a pasar por su lado cerré los ojos y corrí. Al parar y volver a abrirlos me encontré otra vez en el interior de La Casa Añil. A mis espaldas escuché girar la cerradura tres veces, como si estuviera soltando una sonora carcajada. Después apareció una sombra que bajaba por las escaleras; luego una mano deslizándose por la barandilla. Intenté abrir la puerta y huir, pero la cerradura había desaparecido. Una mano suave sobre mi hombro me paralizó de inmediato. Yo solo pude dejar caer la mochila al suelo.
4 de noviembre de 2014
Declaración (REC 1/3)
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Después lo hice yo; 20 años. Luego vino el grito del muñeco y el mío, y tras el mío el de mis padres. Aquella imagen se quedó grabada en mi retina. Mis padres desnudos, fornicando. Por eso me llevo a los niños a casa; les doy un muñeco compañero. Y cuando están preparados les arranco los ojos. No quiero que sufran. Los que sobreviven me lo agradecen, eternamente. Pero… ¿y los muñecos? ¿No están acompañando a sus cuerpos? Son sus compañeros… los que avisan.
25 de julio de 2012
Mientes
Me quiere. Veinte años a su lado, conviviendo bajo el mismo techo, tiene que quererme. Yo ya lo quiero, me atrevería a decir que desde los siete. Hoy le pediré, mirándole a los ojos, que me deje salir a la calle, aunque sólo sea para ir a por el pan. La gente no se acordará de mí, no me reconocerán; he cambiado mucho, tiene que entenderlo, tiene que entenderme.
8 de junio de 2012
Que vuelva mamá
Que vuelva mamá a casa, que papá no puede.
Que no vuelva mamá muerta, que venga viva, como siempre.
Que no vuelva muerta, que da miedo, y grita.
Con sus ojos caídos y la cara blanca.
Que vuelva mamá, que vuelva viva.
Que deje a papá que descanse en paz,
que está cansado y no puede más.
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