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16 de abril de 2024

Malas compañías (REC)

 

Me preguntaba en qué momento se había complicado tanto ser poeta. Los ruiseñores dejaron de cantar y las palabras, mudas por instantes, sonaban entorpeciendo el silencio. El mar, sin sal, se colaba por las grietas del tejado de las sirenas. Los versos ya no pesaban y las líneas del pentagrama no soportaban las notas musicales. Todo era un caos sin sentido. Tus ojos enmudecieron para siempre y las musas empezaron a cobrarme.


2 de mayo de 2017

Aniversario (REC)

8 de Diciembre de 1980, una fecha que pronto olvidaría cuando del mar salió una sirena, que en vez de susurrarme una hipnótica canción, me arrastró al fondo del abismo donde me depositó plácidamente junto al cuerpo sin vida de mi futuro hijo. En la orilla de la playa, un cangrejo desdibujaba unas huellas que nunca debieron de existir. Entonces comenzó a nevar endulzando la espuma de las olas del mar que iban rompiendo poco a poco el endeble castillo de arena que antes había imaginado.

22 de noviembre de 2016

Coleccionista (REC)

No era el mar pero se le parecía tanto que incluso varias sirenas nadaban plácidamente en sus ojos aterciopelados. Liberé a la criatura en un hábitat, que aunque no era el suyo, podría sobrevivir decentemente unos cuantos lustros. Desconecté la gravedad artificial y ajusté la iluminación a la de un amanecer de su planeta natal para poder contemplarla en su máximo esplendor. Al poco tiempo de estar observandola me percaté que una sirena se había escurrido de uno de sus ojos. Volví a mirar el catálogo; aquella criatura parecía haber evolucionado demasiado. Dudé entre devolverla o en intentar revenderla a algún coleccionista de rarezas.

19 de abril de 2016

Rendición (REC)

-Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar cuando deje de existir. A mil metros de la desembocadura del Danubio, en el ocaso, cuando la luna creciente empiece a vislumbrarse por el horizonte.
-No digas garambainas hijo. Tu seguirás existiendo eternamente. El tratamiento llegará a buen término.
-Sabes que no está funcionando madre, la fototerapia está provocando que el cáncer que invade mis entrañas llegue pronto al corazón y lo reactive; la sangre, acumulada en todos estos siglos, circulará de nuevo por mis venas y no lo podré soportar.

12 de abril de 2016

Entelequia (REC)


El día que una ola salte más de lo convenido se llevará, de lo alto del armario, las figurillas envueltas en plástico de burbujas. Las arrastrará por el rellano de la escalera y las llevará mar adentro, hasta que un niño explote sus burbujas y se hundan en el fondo del océano. Las criaturas del abismo las encontrarán y se pondrán a jugar con ellas eternamente, rompiendo así el sutil equilibrio que tanto nos ha costado establecer. Nosotras dejaremos de ser necesarias y nos desintegraremos sobre algún algodón de azúcar de alguna feria de algún universo.

22 de marzo de 2016

Mil recuerdos (REC)

 Las palabras que ha aprendido por la noche las pintará durante el día sobre lienzos de algodón junto a la orilla del mar. Por la tarde se borrarán con sus lágrimas al comprobar que no entiende nada y que sus recuerdos se los llevan las olas hacia el abismo. Luego regresará ella, como una suave brisa en mitad de la noche, y aunque cansada de trabajar, le volverá a envolver de palabras salpicadas de mil besos.

23 de septiembre de 2014

Lágrimas embotelladas (REC 3/4)

-Deberías airearte un poco, te veo cansado –dijo ella que no paraba de deambular por la cubierta exterior mientras él cosía las últimas velas al mástil.
-¿De qué color quieres el timón? –le preguntó haciendo caso omiso a la diminuta chica.
-¿Cuándo me liberarás? –reprochó ella. –Rojo, lo quiero rojo.
-Lo suponía –contestó al tiempo que metía el barco en la botella. –Te liberaré cuando termine de construirlo. Lo pondré en el mar y navegarás libre. Ahora descansa –terminó diciendo mientras dejaba la botella con el barco en la estantería, junto a otras miles, de las cuales, algunas, habían dejado de estar empañadas.

25 de enero de 2014

Al otro lado del abismo (REC II)

Pero esta vez, ella lloró al salir a la superficie, aunque sus lágrimas se mimetizaron pronto con la espuma del mar. Sabía lo que iba a ocurrir, pero ella era la elegida y tenía que hacerlo. Su canto, esta vez melancólico, atrajo más rápido al navío que se había aproximado a la costa. Las demás criaturas se aferraron con fuerza a las rocas y escondidas sonrieron exhibiendo sus afilados dientes. Esta vez ella pensó en que se llevaría al abismo a algún ser de los que iban en el barco, quizás uno pequeño, con el que poder jugar y esconderlo fácilmente.

13 de junio de 2013

El viento sopla fuerte (REC)


La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza del váter. Un caballito de mar emerge de las profundidades y la observa a lo lejos. La ve abrazada a la taza, anclada en medio del vasto océano. La estela de un barco alejándose de ella se difumina en el horizonte bajo el ocaso. Un marinero la mira con el catalejo desde el mástil mayor preguntándose por qué dejó de cantar liberándolos de su hechizo. El viento infla las velas y empuja al barco al infinito. El viento sopla y el caballito cabalga hacia el abismo. El viento sopla fuerte y los últimos gramos de farlopa vuelan de la tapa del váter.

22 de noviembre de 2012

Desconexión(REC)


Déjala a ella que sea pájaro; siempre ha querido volar y liberarse de su prisión. Déjala que sea ardilla; que salte de árbol en árbol, y pueda jugar. Déjala que sea delfín; nunca ha visto el mar. Déjala que sea leopardo; que corra veloz. Déjala que sea poni; su animal favorito. Dale un capricho, sé que le gustan. Acógela en tus brazos, que se reúna pronto con su madre, que no sienta dolor, que no sufra, que cuando la desconecten... sea por fin feliz.

6 de septiembre de 2012

Mis adorables vecinos... gracias.



Un sol perezoso que en su mullido manto blanco se hace el remolón; el murmullo de un avión que se aleja; unas nubes que en lo alto se escapan; una brisa que rompe en mi cara; un pajarito en la barandilla; el mar a lo lejos, calmado. Un periódico arrugado que no se deja subrayar; un teléfono que nunca suena; unas cartas sin sellos, con remitente pero sin destinatario. Una tostada fría; un café mareado; un estómago vacío; una nevera llena. Una abuela cansada; una madre que ahoga sus penas, no quiere ver su copa medio vacía; un abuelo olvidado, que olvida, que observa a su nieta que llora, su nieta que no reconoce; una mirada perdida. Unos hermanos que ríen, saltan sobre la cama; un padre demacrado que aprieta el cinturón a su puño; una hermanastra que construye pompas de jabón en el balcón. Una suerte que no llega a un décimo comprado; un grifo que gotea. Unas cortinas echadas que dicen tanto; un bonsái en el alféizar. Una jeringuilla colgada; un brazo mal apretado; una lágrima de sangre; el tiempo que se detiene; una llamada perdida. Una mujer mira una carta del hospital que se niega a abrir; un cáncer que no espera a nadie; un padre que se marchó; un niño triste que espera; unas sábanas mojadas tendidas. Un cuarto vacío; el reloj parado; la puerta entreabierta; una mirada nostálgica; un peluche inanimado, sin alma; una fotografía humedecida. Un cigarrillo encendido; una vida apagada; una eterna espera; un amor que no llega; el humo que se escapa por la ventana; aire que no respira. Un haiku que muere en un segundo cuando ni siquiera ha comenzado; un poeta frustrado; solo; olvidado; unos geranios secos que no huelen. Un hombre que acumula la mierda de todos, sin síndrome; su prisión. Un ruido seco; unas palomas que huyen del silencio; unos zapatos desatados que se acercan; y yo, sin mí. Una vida que sigue; uno que se apea, cansado, cobarde, yo; todo continúa; todo se apaga; todo se olvida.

21 de mayo de 2012

Dónde Lees Tu (Sem III)

Fotografia de Jose P. Gegúndez. Para el concurso Dónde Lees Tu.

-El faro alumbra gacho, en el ocaso, al abismo de ese mar de lágrimas que dejaste al partir. @dondeleestu

-@dondeleestu Cuando ya no hubo barcos, ni mar, ni vida... el gran faro alumbró aún más fuerte; para que nadie ni nada encallara en Tierra.

-Cuando te convertiste en sirena, el faro dejó de tener sentido. @dondeleestu

-Ya no hay faros que pinten la noche. Ya no hay mares con sirenas. Ya no hay nadie que silbe el silencio. Ya no sueño tus besos.@dondeleestu

-Una flor plateada en el acantilado, es iluminada por la luz del faro. La arranqué para dártela. Ahora ya no luce el faro. .@dondeleestu

-Ya no entra la luz del faro por tu ventana. Han alzado un muro entre nosotros. Encárnate en gaviota y vuela conmigo a Luna. @dondeleestu

-El faro cogió sus maletas y marchó lejos. La gaviota se dejó llevar sobre el faro. El acantilado lloró su ausencia sobre el mar. @dondeleestu

7 de mayo de 2012

Supervivencia(Finalista TripleC)

Nunca se atreverá a embestir el barco, pensaba el joven grumete mientras volvía a ponerse su gorrito de papel y señalaba, amenazante, con su espada de madera, al barco pirata. Pero se equivocó. Decenas de cañonazos fueron disparados a la vez, y tres bolas de papel maché  impactaron en la proa del barco que empezó a hundirse poco a poco. El pequeño grumete tuvo que usar un bote salvavidas de papel charol para evitar hundirse en aquel mar de celofán. Sin ser visto, remó hacia unos acantilados y buscó, entre los afilados lapiceros, alguna playa para poner su vida a salvo. Lo tuvo difícil, a punto estuvo de encallar sobre unas gomas de borrar cuando luchaba contra soplidos huracanados, tormentas de confetis y olas gigantes de periódico. Al final consiguió llegar a una pequeña e insólita playa de purpurina. Se tumbó a la sombra de unos bolígrafos, y desde allí, ya a salvo, vio pasar una bandada de pajaritas de colores. Pensó que estarían migrando hacia algún desconocido continente y que tal vez allí podrían alimentar a sus pequeños… El reflejo de un sacapuntas naufragado le hizo volver a la realidad, estaba empezando a tener hambre, y mamá no regresaba a casa hasta las seis y media.

30 de abril de 2012

Amor profundo

Me desperté inmerso en un mar de lágrimas, todo era oscuridad. Buceé por los pasillos desolados; decenas de cuerpos se agolpaban en el techo. Podía oler tu dolor, tenía que encontrarte para pedirte perdón. Tras varias horas de incansable búsqueda, me percaté de lo que había pasado. El pececito amarillo que me seguía a todas partes me dio la señal de alarma. Te cogí entre mis manos y nadaste entre mis etéreos dedos. Entonces me miraste con ojos cristalinos y te abriste paso por una ventanita rota. Te seguí; fuiste hacia el fondo del mar, hacia una pequeñita luz que se vislumbrada en aquel desconocido horizonte.

30 de agosto de 2011

Arena

Estaba tumbado en la orilla del mar. El viento soplaba fuerte y la arena erosionaba mi cuerpo. Las olas empezaban a humedecer mis pies y la espuma del mar salpicaba mis labios.
La luna llena salió, y el agua del mar retrocedió otra vez. Los cangrejos nocturnos salieron de nuevo y siguieron devorando mi cuerpo descompuesto.