Decir que esta novela es una versión delirante del Apocalipsis sería una estupidez, porque la famosa comedia negra de San Juan (quien al parecer seguía una dieta de hongos en su prisión de Patmos) ya es bastante delirante de por sí. Lo que sí se puede decir de Buenos presagios es que es una versión mucho más divertida que la original. Terry Pratchett, famoso por su saga sobre Mundodisco, y Neil Gaiman, conocido novelista gráfico (en terminología hipster) por estos lares, son dos de los muchos autores que se han percatado de las posibilidades narrativas de la iconografía católica, cuyo libro fundacional parece escrito aposta como una colección de propuestas para guión de cómic. Y la mezcla que han hecho de humor british y fantasía sobrenatural desbocada les ha salido redonda.