Continuando con el homenaje a Cervantes que (involuntariamente) empecé hace dos entradas con el Tristram Shandy de Sterne, hoy traigo al blog una novela histórica ambientada en el Madrid de comienzos del XVII y con una intriga en torno al «falso» Quijote de Avellaneda. Como ya sabéis, mientras Cervantes remoloneaba —para desconsuelo de su editor— sin decidirse a abordar en serio una continuación de la aventuras de su famoso hidalgo, un tal Alonso Fernández de Avellaneda se le adelantó publicando en una imprenta de Tarragona la dicha continuación. Este «falso Quijote», como se le suele llamar hoy día, tuvo en cambio buena acogida entre el público. Y por si esto fuera poco para el desolado Cervantes, en su prólogo el tal Avellaneda se despacha a gusto con él, en represalia, dice, por haber ofendido en su obra a alguien en cuya descripción encaja muy bien Lope de Vega.