viernes, 28 de febrero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA LIBRERÍA DE MONSIEUR PICQUIER - Marc Roger




Título original: Grégoire et le vieux libraire 
Autor: Marc Roger
Editorial: Duomo
Traducción: Juan Vivanco 
Páginas: 224
Fecha de esta edición: febrero 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16 euros
Diseño de portada: Elsa Suárez Girard
UN EMOCIONANTE HIMNO A LA LECTURA, A LOS LIBROS Y AL PODER DE LAS HISTORIAS

Monsieur Picquier siempre dice que un día sin haber leído es un día perdido. Sin embargo, desde que tuvo que vender su querida librería para instalarse en una residencia, los libros no se han movido de los estantes de su habitación. Grégoire, un joven poco amante de los estudios que acaba de dejar el instituto para trabajar en la cocina de la residencia, no lo ha visto nunca leer. Entonces, ¿a qué viene esa obsesión con los libros? Con el paso de los días, Grégoire descubrirá que el librero se ha quedado ciego. No puede leer, así que el joven empezará a hacerlo por él, y pronto un nuevo mundo se revelará ante sus ojos.


Un homenaje a la literatura y a la amistad que encierra el nacimiento de un lector, la emancipación de un joven y la felicidad reencontrada de un verdadero contador de historias.
Conmovido por una sensación de vacío. De repente, la habitación del viejo parece desierta. Holden ha desaparecido, su voz ha callado y el silencio del Viejo Librero me agobia. Puede que esté pensando en el libro siguiente. Eso no será un problema; a nuestro alrededor hay tres mil. Miro larga y lentamente a mi alrededor, como haciendo un travelling pero, extrañamente, me ahogo. La habitación se estrecha. Veo brazos que se abren, historias que me llaman; he caído en el fondo de una trampa donde destella una luz de increíbles promesas. De repente, tengo mucho calor.
Grégoire Gélin es un joven francés que se salió del sistema educativo y que trabaja como agente de servicio hospitalario (o ASTPT, aprendiz sin técnica para todo) en la cocina de la residencia de ancianos Les Bleuets. También es el encargado de repartir la comida a aquellos que por sus circunstancias no pueden ir al comedor. Así es como entra en contacto con monsieur Picquier, un librero que sufrió el doloroso trance de tener que elegir 3.000 libros para que lo acompañarán en el final de su vida. Tiene todos esos libros en su habitación, donde la inscripción Pauca meae (Lo poco que me queda) lo dice todo, y aunque parece que esos libros provocan en el joven Grégoire un extraño síndrome, al Viejo Librero le resultó muy doloroso elegir esos tres mil y dejar fuera a otros tantos veintisiete mil.

Sin embargo, este joven, que nunca ha sido amante de la lectura, ve la oportunidad de salir de la cocina cuando monsieur Picquier le propone que lea para él una hora al día. Y lo que en principio solo iba a ser una hora de descarga del duro trabajo se convierte en el comienzo de una nueva vida, esa en la que los libros toman el control o simplemente te guían.

Comienzan sus sesiones lectoras con El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, iniciándose una relación mentor-aprendiz en la que los libros y sus historias los unirán y guiarán sus pasos, y en la que se colarán la amistad, la emotividad y la ternura.
Te corresponde a ti abrirte camino entre las Vaguadas y Los de la Cima; hay libros de sangre que resplandecen en los archivos.  
Monsieur Picquier enseña a su joven aprendiz el poder de las palabras pues, al tiempo que cambian tu paradigma mental, te sumergen en mundos desconocidos y atrayentes que te liberan de tu realidad y cotidianidad, dejando entrar infinitas posibilidades, tantas como libros lees. El Viejo Librero es director y guía, marca un camino que tiene diferentes fases y escalones, e inicia a Grégoire en algo nuevo, algo a lo que renunció porque pensaba que no era para él: la lectura.
El señor Picquier es un viejo que me da una oportunidad. Gracias a él soy lector.
Lector... una nueva profesión enseñada paso a paso donde aprenderá a transmitir y a comunicar todo lo que aquellos que escribieron quisieron decir.

Marc Roger, el autor, describe en La librería de monsieur Picquier una fábula en la que Grégoire, cual tabula rasa, se va esculpiendo gracias a todas las lecturas sugeridas y leídas a propuesta del Viejo Librero. Entre ellos surge una amistad profunda llena de humanidad y emotividad pues, a pesar de las circunstancias y las limitaciones que un enfermo de Parkinson tiene, la alegría y la diversión forman parte del día a día de los habitantes de Les Bleuets.

Roger ha escrito una novela muy sensorial, donde el humor y la sabiduría, los buenos y malos olores, el dolor y la incapacidad física se entremezclan en un universo particular (ese donde la sociedad destierra a nuestros mayores), y ahí es donde el joven aprendiz encuentra su pasión y la oportunidad de tener otra vida, la que da el amor por la lectura.

Un cántico conmovedor.



Marc Roger se dedica a contar historias. Este francés nacido en Mali ha recorrido todo el mundo leyendo en voz alta en mediatecas, teatros, escuelas y centros culturales. Lector insaciable, Roger se encarga de que los libros lleguen a todos los rincones del planeta. La librería de monsieur Picquier es su novela debut y ha sido seleccionada como candidata al premio Alexandre Vialatte.

miércoles, 26 de febrero de 2020

GANADOR ::: SORTEO "III EDICIÓN CITA A CIEGAS"

¡Hola a todos!

Ayer acabó el plazo para participar en la Cita a ciegas que Ana Belén propuso a todos los participantes del reto de "Todos los clásicos grandes y pequeños", y ha llegado el momento de desvelar tanto al misterioso pretendiente como al ganador que se lo llevará a casa.

Como casi todos adivinasteis cuando se os preguntaba en el formulario, el mito judío ambientado en Praga que da nombre a un clásico del ocultimo y esoterismo es ni más ni menos que El golem, del escritor austriaco Gustav Meyrink y publicado por primera vez en 1915. Justo hoy sale a la venta la reedición que Libros del Zorro Rojo ha hecho de la novela con nuevas ilustraciones a cargo de Alejandra Acosta, y esta es la edición que Ana Belén hará llegar al ganador.


Aquí os dejo el enlace a la ficha editorial del libro, por si queréis echarle un vistazo. Y sin más dilación, vamos con el resultado del sorteo :)


¡ENHORABUENA, PACO!

Mándame tus datos a [email protected] para el envío.

Y una vez más, GRACIAS A ANA BELÉN porque ella es la artífice del sorteo y la que realizará el envío, yo solo he puesto el techo donde cobijarlo. No se puede ser más generosa, eres un sol.

¡Gracias por participar y hasta el próximo sorteo!

lunes, 24 de febrero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: VIAJERAS POR EL LEJANO ORIENTE (1847-1910) - Pilar Tejera





Título original: Viajeras por el Lejano Oriente (1847-1910)
Autora: Pilar Tejera 
Editorial: Casiopea
Páginas: 250
Fecha de publicación: marzo 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros 
Diseño de cubierta: Anuska Romero y Karen Behr
«Yokohama, con su cielo gris, su océano gris, sus casas grises y sus tejados también grises, tiene el encanto de parecer a un tiempo vivo y mortecino», escribió la trotamundos victoriana Isabela Bird, primera mujer admitida en la Real Sociedad Geográfica de Londres, cuando en la primavera de 1878, arribaba a Japón tras haber embarcado en un carguero en el puerto de San Francisco provista de su inseparable almohada hinchable, su mosquitera, una bañera de goma, un vestido de tweed «tan apto para el frío, como para el calor», algunas medicinas, una silla de montar, libros, un cuaderno de dibujo y otro de notas.

La trotamundos Margaret Fountaine en Indochina y Camboya, Emily Innes en Malasia, Fanny Bullock Workman en Indochina, Sophia Raffles en Sumatra… Sus apasionantes vidas, están recogidas en este libro que rinde un tributo a las viajeras por el Lejano Oriente.
Pilar Tejera nos da a conocer en Viajeras por el Lejano Oriente (1847-1910) a aquellas mujeres que, ya fueran solas o acompañando a sus maridos, recorrieron esa parte del globo durante unos años en los que el contexto social y político hacía que viajar a esos países no se pareciera en nada a lo que nos supondría ahora coger un avión y  plantarnos allí en unas horas. Estas mujeres fueron pioneras en el cambio de paradigma y mentalidad, sobre todo las que viajaron de motu proprio, solas y con el espíritu de los descubridores metido en el cuerpo pues, al fin y al cabo, vivieron en la era de las exploraciones, cuando el hombre completó y dibujó el mapa del mundo.

En el libro no son ni una ni dos, sino más de veinte las mujeres que plasman en sus escritos una visión particular y personal de sus vivencias, acompañados de pinturas o fotografías. No visitaban esos países como meras turistas esperando encontrar las mismas comodidades que tendrían en sus casas o en sus ciudades... no, realizaban una inmersión total, cultural y socialmente hablando, pues la mayoría viajaban con los ojos del que mira y ve por primera vez, con curiosidad y ganas de aprendizaje. A todo esto se sumaba el contexto político, el imperialismo y colonialismo británicos en los que estaban inmersas estas tierras, y en los que algunas de estas mujeres se vieron atrapadas por revueltas o guerras que, lejos de desanimarlas, las lanzaban a la exploración constante.

Pilar Tejera comienza su libro con un acercamiento al contexto político, social y comercial de la época, y explicándonos en qué circunstancias se firmaron los Tratados de Nankín de 1842 y de Tianjin en 1858, que abrieron las rutas comerciales en China y propiciaron la llegada de comerciantes y funcionarios ingleses que pretendían consolidar dichas rutas; junto a ellos llegaron las mujeres a las que se rinde tributo en Viajeras por el Lejano Oriente.

De China pasamos a Japón y de allí al Sudeste Asiático y territorios conocidos como Indochina (Sudeste Asiático Continental) y las Indias Orientales (Sudeste Asiático insular o archipiélago malayo), donde estas viajeras recorrieron islas como Java, Sumatra, Borneo, Malaca, la isla de Penang y Ceilán, entre otras.

El siglo XIX fue un periodo de grandes cambios. Los mercados se abrieron al tiempo que se abrían los países a nivel político y cultural, todo ello facilitado por los nuevos medios de transporte, las modernas embarcaciones, el ferrocarril... y una tecnología que no dejaba de crecer y asombrar al mundo, haciendo posible que el hombre occidental viajara al Oriente remoto y misterioso.
Las mujeres no lo tuvieron fácil, pero lograron hacer oír su voz y perderse por regiones consideradas extremadamente inapropiadas para su frágil naturaleza. Claro que afirmaciones como esta se hacían cuando la mujer pretendía viajar por decisión propia, y no cuando se la enviaba como misionera o acompañante de su esposo expatriado.
Estas viajeras o trotamundos, como las denomina Pilar Tejera, ya fueran esposas de gobernantes, funcionarios o empresarios, y otras muchas que rompieron moldes y viajaron solas (teniendo en común todas ellas el legado que dejaron mediante sus escritos, pinturas o fotografías), describieron gentes que habitaban paisajes cuya naturaleza, fauna y flora les resultaban especiales o extrañas. 

Así encontramos experiencias diversas y contradictorias, como la de Mary Watson, esposa de un capitán escocés, que acabó trágicamente; o la de Annie Brassey, que se enamoró de sus viajes por mar y con su velero visitó Japón, China, Singapur y Ceilán. Otras esposas de diplomáticos fueron la francesa Catherine Bourboulon (que viajó a Pekín y, después de una estancia de ocho años en China, realizó su vuelta por Mongolia, el desierto de Gobi, Siberia, Rusia), Mary Crawford Fraser, Charlotte Canning (que llegó hasta el Tíbet) y Alicia Ellen Neve (que recorrió el río Yangtsé en un barco de vapor). También cabe destacar a Constance Gordon Cumming (escritora y acuarelista que viajó en solitario, recorriendo la India, el Himalaya, las islas Fiyi, las Marquesas, Japón y China) o la paleobotánica y activista Marie Stopes, que viajó a Japón en misión científica.

Pilar Tejera dedica un capítulo exclusivo y de gran importancia a mujeres como la austriaca Ida Pfeiffer quien con escasos recursos, recorrió Brasil, Chile, Tahití, China, Ceilán, India, Mesopotamia, Persia y Rusia; Isabella Bird (cuya débil salud mejoraba en sus viajes) visitó el archipiélago de Hawái, el salvaje Oeste Americano, Japón, China, Malasia, el desierto del Sinaí, el Himalaya, Persia, Kurdistán, el Atlas de Marruecos... y fue la primera mujer en ser admitida como miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londrés; Marianne North, pintora de paisajes, aves y plantas de los lugares que recorría (Arizona, Brasil, Ceilán, Chile, Australia, Tasmania, las Islas Seychelles, Malasia, Hawái, Japón, Singapur, Borneo y Java...), dejando más de 800 cuadros para los que se construyó una galería en el Jardín Botánico de Kew (Londres); Helen Caddick, escritora y fotógrafa que recorrió entre otros destinos China, Japón, India y Java; y la escritora, viajera, geógrafa, periodista y fotógrafa estadounidense Eliza Scidmore, que se enamoró de Japón y en cuyo honor se plantaron 3.000 cerezos a orillas del río Potomac.

Fueron grandes mujeres que transitaron territorios remotos en condiciones y circunstancias que, por unas u otras razones, no les resultaban nada fáciles, pues el término turismo aún no se había acuñado y debían acoplarse a los países que viajaban, y no al revés. No es mi intención hacer una reseña interminable, así que dejo que el lector descubra a las ya nombradas y a tantas otras que tuvieron igual o mayor importancia. Pilar Tejera las describe con cuidado y mimo en una edición enriquecida con numerosas y maravillosas ilustraciones y fotografías que te hacen viajar y recorrer aquella época.
No siempre resulta fácil acomodarse a los hábitos de otras culturas... Menos aún cuando los hábitos y conductas ajenas atentan contra nuestra integridad moral o física. Es entonces cuando las cosas empiezan a ponerse interesantes. Muchas veces no fueron las geografías, la lejanía, la amenaza de la enfermedad o de las tribus hostiles lo que supuso el mayor obstáculo para viajar, sino simplemente el abismo cultural.

Pilar Tejera es historiadora y ha estado vinculada a la comunicación y al periodismo de viajes durante dos décadas. En 2008 crea  la comunidad www.mujeresviajeras.com y el sello editorial Ediciones Casiopea, dando respuesta a la demanda de títulos protagonizados por mujeres.

Es autora de siete libros: Casadas con el Imperio (La Esfera de los Libros), que dedicó a las inglesas que vivieron en la India Colonial Británica. Viajeras por los Mares de Sur, Reinas de la Carretera (reseña aquí), Viajeras de Leyenda, Pedaleando el Mundo, Viajeras por el Lejano Oriente y es co-autora de Todos los Caminos llevan a África, estos seis últimos, de Ediciones Casiopea.

viernes, 21 de febrero de 2020

RESEÑA (by MH) ::: EL CASO DEL BANQUERO ASESINADO - Augusto de Angelis




Título original: Il banchiere assassinato  
Autor: Augusto de Angelis
Editorial: Siruela
Traducción: Alfonso Zuriaga 
Páginas: 204
Fecha publicación original: 1935
Fecha esta edición: septiembre 2019
Encuadernación: cartoné
Precio: 16,95 euros
Imagen de portada: Ilustración de Mary Evans Picture Library
El comisario Carlo de Vincenzi, inspector de la Brigada Móvil de la ciudad de Milán, está de guardia esa noche cuando recibe la visita inesperada de un antiguo compañero de clase, Giannetto Aurigi. Este, según le cuenta, después de asistir en La Scala a los dos primeros actos de Aida, ha abandonado la representación para pasear al azar por las brumosas calles y se le ha ocurrido pasar a saludarle. Todo perfectamente normal, si no fuera porque en ese momento una llamada telefónica informa al comisario de que en el apartamento de su visitante ha tenido lugar un crimen... La víctima es el banquero Garlini y, tras el hallazgo en el baño de un frasco de ácido prúsico, todas las sospechas recaen de inmediato sobre el propietario de la vivienda. Dividido entre su sentido del deber y la lealtad hacia su antiguo camarada, De Vincenzi tendrá que hacerse cargo del caso.
Ya sabéis que soy muy fiel a la colección de clásicos policíacos de Siruela, con la que además llevo una racha bastante buena porque he disfrutado mucho de los últimos títulos que he leído... es de esas colecciones que (redundando) colecciono. Hoy le toca el turno a un clásico policíaco italiano que tiene el honor de ser considerado como aquel que inauguró el género de novela negra en Italia. Ahí es nada. Os cuento.

Al comisario Carlo de Vincenzi le toca hacer guardia nocturna en su comisaría de Milán. Cuando se dispone a leer un libro y a pasar la noche lo más tranquila que pueda, se presenta en su despacho Gianetto Aurigi, conocido de su época estudiantil con el que, a pesar de haber seguido caminos totalmente distintos en la vida, sigue manteniendo la amistad. A Carlo le huele mal esa súbita aparición a las tres de la mañana, sobre todo porque no parece tener un propósito fijo. Gianetto se sienta allí pálido, recordando viejos tiempos, preocupado por el dinero y las deudas, pero sin muchas ganas de hablar... y de repente De Vincenzi recibe una llamada: se ha hallado un cadáver. ¿Lugar? El apartamento de Gianetto Aurigi. ¿De quién es el cadáver? Del banquero al que Gianetto le debe una suma de dinero colosal. Carlo mantiene la compostura, no deja traslucir nada. ¿Por eso está ahí Gianetto? ¿Qué pretende? Sin informar a Aurigi del motivo de la llamada y sin informar a nadie de que el sospechoso está en su propio despacho, se dirige al lugar del crimen. ¿Es capaz su amigo de asesinar? Todas las pruebas apuntan a que sí, pero De Vincenzi no bajará los brazos hasta que esté seguro, tanto si es inocente como si no lo es.

La acción, que se desarrolla en apenas 24 horas (dejando a un lado el epílogo) asemeja una puesta en escena teatral. Salvo contadas escenas en la comisaría y algún otro apartamento vecino a la escena del crimen, no nos movemos del piso de Aurigi. Ahí es donde el autor maneja toda la investigación y a los personajes, que van desde el propio comisario y su ayudante Cruni a varios individuos que juegan su papel en el drama (el sospechoso principal, la prometida del sospechoso principal, el futuro suegro, un detective privado, los vecinos, el criado...). Lees toda la novela imaginándote un gran escenario con De Vincenzi en el centro como pilar inamovible de la historia y a los demás personajes pivotando a su alrededor mientras los va moviendo de una habitación a otra, haciéndoles entrar y salir de escena cuando le conviene para mantener siempre en el centro de la historia al sospechoso que es motivo de atención en ese momento. He disfrutado muchísimo del concepto que usa el autor, es muy visual, muy escénico y muy dinámico.

Y luego está el comisario Carlo de Vincenzi, debatiéndose constantemente entre la amistad y el deber, convencido de que algo huele muy mal en la escenografía del asesinato y cuyo único objetivo es descubrir lo que ocurrió en ese apartamento antes de que llegue el juez instructor. Tiene que demostrar la inocencia de Aurigi sea como sea porque, si llegados a ese punto no tiene pruebas de la culpabilidad de otro sospechoso, todo apuntará a Gianetto y ya no podrá hacer absolutamente nada por él. Así, en una carrera contrarreloj en la que se juega su puesto y su carrera, decide que las vías reglamentarias y legales se le quedan cortas y debe utilizar métodos no tan ortodoxos, sean cuales sean, porque su conciencia así se lo exige. Atravesará momentos de desconcierto, de angustia, de dudas... pero cada minuto cuenta y juega sus cartas como estima conveniente para llegar a sus objetivos. Durante estas 24 horas, la burocracia no es una opción. Me ha gustado mucho De Vincenzi. Muchísimo. 

De todos modos os soy muy sincera. El lector en algunos aspectos va muy por delante de De Vincenzi (estoy pensando, por ejemplo, en un supuesto giro a mitad de la historia que se ve venir de lejos y no sorprende más que al comisario); además, el culpable yo creo que es bastante anticipable y que llega determinado momento en el que tampoco sorprende demasiado. Sé que hay lectores que se acercan a este tipo de misterios con la mentalidad del siglo XXI en que ya lo hemos visto todo en un libro y nada nos sorprende. No es mi caso, ya lo sabéis. Intento leerlo todo siempre desde la perspectiva de la época en que fueron escritos estos clásicos, y en esta historia (para mí) el personaje principal es tan sólido y la puesta en escena tan ágil, que es de esos misterios que disfrutas por el desarrollo más que por la resolución: el final te da un poco igual mientras te cuenten bien cómo llegar hasta él (no desmerezco el final, que conste, simplemente creo que esta novela destaca más por otras cosas).
 
El tono general de la obra es muy italiano sobre todo en los diálogos, un tanto sobreactuados en el drama, pero precisamente eso es lo que le da el toque diferenciador con respecto a los clásicos policíacos británicos, por poner un ejemplo, que resultan mucho más irónicos y agudos. Por lo demás, la narración es muy fluida sin mayores florituras, se lee del tirón (por cierto, que a mi entender se hace una alusión velada a Hércules Poirot en determinado momento de la novela... o a lo mejor estoy leyendo demasiado a la Christie últimamente xD).
 
El comisario De Vincenzi vio la luz en 1935 con este caso y llegó a protagonizar unos quince libros. La producción de Angelis era tan prolífica que, para que os hagáis una idea, en 1936 vieron la luz hasta seis novelas protagonizadas por este personaje. O las tenía guardadas en un cajón a la espera de ser publicadas cuando salió el primer libro o su ritmo de escritura (y creación) era vertiginoso. El caso es que fueron quince, y si no hubiese sido por los avatares de la existencia del autor y su prematura muerte (la vida de este señor da para otro libro, con pena de prisión por oponerse a Mussolini y su propio asesinato incluidos), quien sabe cuantos más hubieran sido.

En definitiva, y por si no ha quedado claro, El caso del banquero asesinado me ha gustado mucho y su personaje principal me ha parecido todo un descubrimiento. Ojalá se anime Siruela a seguir publicando más libros de esta serie.


Augusto de Angelis (Roma, 1888-Bellagio, 1944) fue periodista, traductor y autor de la famosa serie protagonizada por el comisario De Vincenzi. Considerado por el fascismo como enemigo del régimen fue encarcelado durante varios años. Poco después de su puesta en libertad, murió a consecuencia de una paliza propinada por un fanático de la República de Saló.

miércoles, 19 de febrero de 2020

RESEÑA (by MH) ::: PRECIOSO DÍA PARA LA BODA - Julia Strachey




Título original: Cheerful weather for the wedding
Autora: Julia Strachey 
Editorial: Periférica
Traducción: Laura Salas Rodríguez 
Páginas: 144
Fecha publicación original: 1932
Fecha esta edición: abril 2011
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17 euros 
Imagen de cubierta: Getty Images

 
Estamos en Inglaterra. En un día de marzo del año 1930 o 1931. Dolly se va a casar con el hombre equivocado, mientras Joseph, uno de sus jóvenes amigos —o «algo» más—, se debate entre detener el enlace o huir de todo aquello, entre declarar su amor o callárselo para siempre. Una madre escandalosa y una hermana alborotadora; familiares excéntricos y amigos muy singulares; sirvientes de la vieja época y una antigua casona en el campo... Personajes y escenario de una «brillante y agridulce comedia», como la describiera The Guardian tras la reciente reedición de esta novela publicada por primera vez en 1932 por The Hogarth Press, la editorial que fundaran Virginia Woolf y su esposo Leonard.

Admito que, para mí, Precioso día para la boda fue película antes que libro, y por esa razón tuve muy claro desde el principio que quería que cumpliese la premisa de clásico con adaptación cinematográfica dentro del reto de Todos los clásivos grandes y pequeños. Hoy en día puedo contar con los dedos de las dos manos las películas que tengo tiempo de ver al año (y no sabéis lo que sufro por ello), pero durante buena parte de mi vida he sido una devoradora contumaz cinéfila, y estaba al día de las producciones británicas (mi ojito derecho) de una manera más eficiente que si viviese en las mismísimas islas (no creo que os extrañe mucho esto). Así fue como, allá por 2012, vi Cheerful weather for the wedding. Después de su visionado fue cuando me enteré de que era la adaptación de una novela publicada en los años 30 y que en España podía encontrarse de la mano de la editorial Periférica. En aquel momento no me hice con él; sí lo hice pasados unos años, pero una mala opinión sobre el libro de una amiga con la que suelo coincidir mucho en gustos dejó el libro en reposo... hasta ahora. Ya no podía dejarlo pasar más tiempo, era su momento. Os comento qué me ha parecido la primera de las dos únicas novelas que escribió Julia Strachey.

Estamos en una casa de campo a principios de los años 30. Dolly va a casarse con Owen de una manera un tanto precipitada, pero las circunstancias mandan porque Owen ha conseguido un trabajo en Sudamérica y deben mudarse en breve. Solo faltan dos horas para el enlace, y la casa es el punto de reunión de todos los asistentes a la boda, en su mayor parte familiares, a cada cual más excéntrico y variopinto. También aparece en la casa Joseph, amigo de Dolly... o quizás hayan sido algo más que amigos en algún momento. Joseph vaga por las estancias como alma en pena esperando el momento en que pueda hablar a solas con Dolly. Necesita unos minutos con ella. El motivo, lo que quiere decirle, lo que quiere conseguir con esa conversación, ni siquiera él lo tiene muy claro.

Precioso día para la boda es el mantra que la señora Thatcham, madre de Dolly, repite sin cesar de muchas maneras distintas durante toda la novela, como si ese buen tiempo exterior tuviese la capacidad de despejar los nubarrones que amenazan los estados de ánimo de algunos de los personajes que se mueven por la casa... Porque pronto queda claro que ese humor encapotado se pasea de habitación en habitación: la madre de Dolly vive en su mundo feliz en el que todo lo que se desvíe un centímetro de su ideal perfecto supone una sorpresa o una extrañeza, los familiares basculan en esa dinámica tan peculiar para cualquiera que haya asistido a una reunión de este tipo y que resulta totalmente desconcertante para quien no pertenece al grupo, los niños alborotan, los criados se emocionan al ver a su señorita camino del altar, el novio no pinta absolutamente nada en la historia, Joseph no hace más que decir tonterías y borderías... y Dolly sigue arriba, encerrada en su habitación, con media botella de ron vacía escondida tras las cortinas y sin aparentes ganas de acudir a su propia boda.

Y es que en esta novela corta, cuya acción transcurre durante esas dos horas previas al enlace, Dolly, la rutilante novia, se hace de rogar y retrasa mucho su aparición, y cuando al fin lo hace eres consciente de los planos diametralmente opuestos que construye la autora dentro de esa casa: los invitados van por un lado, Joseph va por otro y Dolly vive esos momentos en una especie de limbo. Mientras, tú como lector, aguardas con expectación ese posible encuentro entre los dos, anticipas esa conversación, quieres enterarte de qué historia tienen, si eso que siente Joseph es unilateral por su parte, si fue algo mutuo y compartido, si Dolly escuchará lo que tiene que decirle, si Joseph sabrá transmitirle lo que le quema por dentro y si, después de todo, esta historia tiene varios finales posibles o esos planos que os comento arriba son paralelos y jamás podrán cruzarse. Porque en realidad no sabemos nada de ninguno de los personajes, no conocemos apenas nada sobre ellos, y sobre la marcha, entendiendo lo que se dice e intentando entender lo que no se dice, nos abocamos a una empresa imposible de culminar: la de completar un cuadro que fue planeado incompleto desde el principio.

Julia Strachey, la autora de Precioso día para la boda (que fue modelo en su juventud del famoso y rompedor modisto parisino Paul Poiret), formó parte del famoso Círculo de Bloomsbury, más conocido por algunos otros de sus miembros como Virginia Woolf, su hermana Vanessa, Dora Carrington, E. M. Forster o el propio tío de Julia, Lytton Strachey. No me voy a extender hablando sobre este grupo porque es de sobra conocido y esto me puede quedar muy largo, pero sí quiero concretar que estaba formado por intelectuales británicos que eran en su mayor parte también miembros de una sociedad secreta llamada los Apóstoles de Cambridge (creada a principios del siglo XIX y formada por la élite intelectual de la universidad del mismo nombre). Todo muy elitista, esnob y erudito. Pues bien, de publicar a toda esta gente se encargaban Virginia Woolf y su marido Leonard a través de su editorial, Hogarth Press (que empezó como un hobby para luego acabar profesionalizándose). Así fue como Julia Strachey consiguió publicar esta su primera novela (The man on the pier, su segunda y última obra, inédita en castellano, fue publicada casi veinte años después de Precioso día para la boda).

¿Por qué os comento todo esto? Porque no puedo evitar preguntarme qué hubiese sido de esta obra si los Woolf no hubiesen estado detrás apoyándola. Si algo he aprendido o descubierto en estos años sobre este libro es que despierta tanto amor como odio entre sus lectores, y además de una manera bastante polarizada. Y yo, que estaba preparada para lanzarme de cabeza en uno u otro sentido sin medias tintas, me he encontrado navegando entre las dos aguas durante toda la lectura. Una vez finalizado, sinceramente me cuesta tener una opinión tan extrema. No puedo decir que me haya maravillado, pero sí me ha gustado. He apreciado su humor negro (negrísimo en ocasiones), he aplaudido lo rematadamente antipáticos que son todos y cada uno de los personajes y a ratos me ha divertido la dinámica que se produce entre todos ellos moviéndose de una estancia a otra. Pero sí que es verdad que el resultado final es un tanto frío y te deja con la sensación de que la autora te obliga a observar la historia con demasiada distancia como para hacerla tuya. Te gusta porque lo que cuenta te interesa, pero te fastidia que sea tan aséptica; agridulce, sí, tal y como se anuncia en la sinopsis, pero también un tanto frívola.

En definitiva, Precioso día para la boda es de esas novelas que me cuesta mucho recomendar, porque despierta sensaciones demasiado opuestas como para arriesgarse a ello (y además entiendo los motivos de las dos posturas). Es muy cortita, se lee en dos sentadas, pero tienes la impresión de que, aun poniendo mucho de tu parte, la autora realmente no quiere que te acerques ni te involucres demasiado. Repito lo dicho arriba, a mí me ha gustado, pero ya, sin más fanfarrias. Me apetece bastante más revisionar la película que releer el libro, porque la película le da un poco (pero poco, sin excesos) de calor y vida a la historia y rellena (o teoriza con) muchos huecos de los que nunca llegamos a saber nada a ciencia cierta durante el libro (os dejo abajo el tráiler, por cierto).

Terminando y comentando una cosilla sobre la edición, hay algo muy concreto en la primera página que dudo si está bien traducido o no, porque revienta el final del libro. No he podido encontrar el texto original (tenía que comprarlo en físico, y la verdad, no me ha gustado tanto como para eso xD), así que me quedo con la duda de si fue intención de la autora desvelar el final desde el mismísimo principio (cosa que no tendría mucho sentido porque, entonces, ¿para qué marear la perdiz durante toda la historia?) o si está mal traducido ese tiempo verbal. Sea como sea, para mi gusto desvela algo que no debería desvelar.





Julia Strachey (1901-1979) es una de las escritoras inglesas menos prolíficas de la historia: tan sólo publicó dos novelas. Nació en Allahabad, India, donde su padre, Oliver, hermano del prestigioso escritor Lytton Strachey, trabajó algún tiempo. Pero Julia pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, donde ejerció, gracias a su elegancia y singular belleza, como modelo del famoso diseñador de moda Paul Poiret, para más tarde ocuparse como fotógrafa, lectora editorial y editora, formando parte del famoso Grupo de Bloomsbury, al igual que su tío Lytton. Entre 1927 y 1934 aparecieron relatos y reportajes suyos en diferentes medios, y en 1932 publicó, con gran éxito de crítica, Precioso día para la boda. Posteriormente siguió colaborando en numerosas revistas, entre ellas The New Yorker. Además de Precioso día para la boda, Strachey es autora de la novela The Man on the Pier (1951; reeditada como An Integrated Man), que Periférica ofrecerá también a sus lectores.

lunes, 17 de febrero de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA ÚLTIMA CARTA DE NAGORE - Nil Kandel






Título original: La última carta de Nagore 
Autor: Nil Kandel
Editorial: Autopublicado
Páginas: 366
Fecha de publicación: noviembre 2019
Encuadernación: rústica
Precio: 3,50 euros (kindle) + 12,35 euros (papel)

Tras una larga estancia en Venezuela, Daniel regresa a Barcelona con el propósito de descansar y buscar un trabajo alejado de peligros y sobresaltos. Sus planes cambiarán ante la propuesta de investigar unos crímenes ocurridos treinta años atrás, cuando las adolescentes Irati y Nagore murieron de forma violenta en la Sierra de Gúdar. El padre de Irati ha decidido gastar sus ahorros en aclarar la muerte de su hija. Una llamada misteriosa hizo resurgir sus dudas y quiere saber si los hombres a los que acusaron fueron los verdaderos asesinos.Daniel intuye que deberá hurgar entre las sombras que ocultaron a hombres poderosos, pero decide afrontar el trabajo más rentable que jamás le han ofrecido. La información hallada en los archivos de un periodista recientemente fallecido conducirá hacia un intrincado laberinto. Las puertas se irán abriendo hasta llegar a Maitane: la mejor amiga de Irati y de Nagore. Una vez superado el miedo a los recuerdos, Maitane hablará de la carta que Nagore escribió pocas horas antes de morir. Encontrar esa carta será vital para el éxito de la investigación y para sanar unas heridas que siguen abiertas.
Pero nuestras vidas son un complejo entramado de hilos que se conectan, generación tras generación, y así hasta la eternidad. Somos el producto de todo aquello que hicieron nuestros antepasados, y nuestros actos marcarán a las futuras generaciones. Se deshace un ovillo que puede parecernos muy lejano...
Cuando Daniel, investigador privado y expolicía, se encuentra por casualidad con Leandro, compañero de profesión y amigo, este le recomienda que acepte un caso en el que hay mucho dinero de por medio y que él no puede atender por sus graves problemas de salud. Daniel no es consciente de las consecuencias políticas y sociales que supondrá aceptar el caso y tirar de los hilos que Armando Bustiaga le pondrá entre los dedos.

Armando Bustiaga es un hombre que vive atormentado desde que se descubrió el cadáver de su hija adolescente en la Sierra de Gúdar hace casi treinta años. Este pobre hombre vive para recordar que cumplía dieciséis años el día en que desapareció para nunca volver. Por aquella época hubo una investigación en la que fueron detenidos dos jóvenes que pululaban por la zona. 

Además, el señor Bustiaga necesita que se vuelva a investigar la muerte, pues un periodista llamado Cecilio Bergara se puso en contacto con él hace un tiempo diciéndole que tenía información sobre quién había matado verdaderamente a su hija, motivo por el cual concertaron un cita en un hotel de Castellón. Cuando Armando, ya anciano y enfermo, se dirige al hotel, descubre para su sorpresa que el periodista ha sido asesinado, por lo que es fácil entender que los verdaderos culpables del asesinato de Irati no son los dos jóvenes que fueron detenidos en su momento.

Daniel, aunque un tanto reticente ante su vuelta, acepta el caso cuando se entera de que cobrará doscientos mil euros por sus servicios, cincuenta mil por adelantado y el resto tras su resolución. A partir de este momento comienza a desenredar una madeja que se extiende a lo largo de tres décadas. Comenzando por Irati, descubre que en aquella época también se descubrió el cadáver de otra adolescente, Nagore, en la misma cueva de la Sierra de Gúdar: las dos fueron torturadas y murieron de la peor manera posible. Además, las averiguaciones arrojan datos tan inquietantes como que estas dos adolescentes eran íntimas amigas, información muy importante que, por extraño parezca, el anciano padre de Irati no le ha proporcionado.

Daniel entiende que estos dos crímenes están relacionados entre ellos y a su vez lo están con la muerte del periodista Cecilio Bergara, que estaba desempolvando e investigando el viejo asunto. Así pues se hace con el portátil del periodista, donde encuentra datos sobre la amistad entre Nagore e Irati, fraguada en Euskadi, en la comarca del Goerri, cuando la segunda vivía allí con su padre y su madre. Además descubre que Cecilio conocía a Irati de aquellos tiempos, cuando pasaba por el restaurante que regentaban los padres de esta, y que además había otra amiga, Maitane. De este modo, Daniel se dirige al encuentro de la tercera amiga, que vive encerrada en una casa llena de gatos y a la que a priori no le apetece remover un pasado doloroso que no ha superado en estos treinta años.

Utilizando su empatía y el amor por los felinos, Daniel se va ganando la confianza de Maitane, quien le comenta que Nagore le escribió muchas cartas durante aquella época y que en la última seguro que habría datos reveladores del caso y de lo que les pudo pasar, pero que estas cartas se las dio a un cura amigo suyo para que las guardara. A este cura, como no, se dirige el investigador, quien le comenta que las cartas pasaron a un político con grandes influencias que podría haber hecho algo por la investigación y la resolución del caso.

Para no seguir tirando del hilo con la reseña os comento que, a partir de aquí, Maitane se une a Daniel en el descubrimiento del asunto, recorriendo juntos los tentáculos dispersos por la península, recogiendo datos y descubriendo a los personajes que participaron y tuvieron algún papel en aquellos días en que dos adolescentes fueron brutalmente torturadas y asesinadas. 

Con su narrativa clara y cristalina, Nil Kandel construye una novela negra donde la trama está calculada con exactitud y precisión, y apoyada y sustentada sobre unos hechos que siguen atormentando a unos personajes (un padre y una amiga) treinta años después en un contexto social y político fácilmente trasladable a la actualidad. La psicología de estos personajes guía al lector por una negrura emocional que hace que las heridas, lejos de cerrarse y cicatrizarse, sigan candentes y laceradas, y cuyo final o resolución será el broche de oro a esta gran novela.



Nil Kandel nació en Sabadell y siempre ha vivido cerca de Barcelona. Pasó gran parte de su infancia en una casa de campo, y allí encontró sus rincones preferidos donde leer novelas  de aventuras y de misterio. Ya en la adolescencia, un profesor de literatura leyó una de sus redacciones y le animó a escribir con más constancia. Le gustaba imaginar historias, por lo que empezó a crear cuentos, relatos cortos y poesías en las que intentaba reflejar sus inquietudes. Durante varios años compaginó sus dos pasiones: la literatura y la música. Formó parte de algunas bandas de rock progresivo y compuso varias canciones, hasta que decidió dedicar más tiempo a la narrativa con la intención de escribir novelas, básicamente de suspense y de intriga psicológica.  Actualmente está trabajando en la que será su quinta novela.
(Fuente: falsaria.com)