Ayer, después de la Misa por los 20 años de la muerte de papá, tuvimos todos una reunión familiar, en casa.
De repente, mi hermano Pablo pidió la palabra y dijo que quería recitar una poesía que venía bien para la ocasión. Pidió reservarse para después el nombre del autor.
La recitó tan bien, con tanta comprensión y emoción por lo que estaba diciendo, que todos nos quedamos mudos, emocionados y extasiados. Yo tuve que hacer un chistecito para que todos recobráramos el aliento (bueno, después de mi chiste lo perdieron de vuelta para ya era otra cosa… :-)) ).
Era un soneto de Borges. Pablo explicó el sentido del soneto, lo comparó con otros autores, explicó de qué modo Borges había reinventado el soneto, nos lo hizo ver recitando la poesía de diferentes maneras (poniendo el acento en las rimas o no); de qué modo se ubicaban las palabras, etc.
Todos escuchábamos atentamente. Pero no sorprendidos: Pablo es una enciclopedia viviente de literatura, historia, historia política, geografía, pero no es sólo memoria: entiende, comprende, relaciona, y por ende, cuando habla, enseña.
¿Qué “es” Pablo? Para el sistema educativo formal, nada. No tiene ningún título que lo habilite a enseñar, en esta sociedad de esclavos donde necesitamos la anuencia del dueño de la granja para que alguien pueda enseñar formalmente.
En una sociedad libre, Pablo podría ser llamado por cualquier universidad para ocupar un puesto docente, y en el aula se verían todos sus “certificados”: sencillamente, la realidad habla por sí misma.
Pero mientras tanto, en esta sociedad esclavista, quien no pasa por la aprobación de otros seres humanos que coactivamente aprueban o desaprueban, erigiéndose en los sabios que juzgan al resto, Pablo será un cero para el sistema, como tantos genios sueltos que andan por el mundo sin que sus alumnos potenciales puedan gozar de su presencia, mientras muchos otros ignorantes y malas personas, pero con un cartoncito estatal, siguen haciendo tanto daño.
Si, claro, en el sistema que propongo una universidad podría poner a Tinelli a enseñar ética, y tal vez tenga muchos “alumnos”, pero si alguien cree que los sistemas estatales de control nos protegen de pequeños hitleres y tinellis en las aulas, está muy equivocado, y si alguien piensa que algunos seres humanos necesitan ser protegidos coactivamente por otros seres humanos, eso se llama, precisamente, esclavitud.
Mientras tanto mi hermano seguirá siendo profesor de Literatura, pero invisible. Tus alumnos de ayer, sin embargo, jamás olvidaremos tu clase magistral.
jueves, 29 de diciembre de 2011
domingo, 25 de diciembre de 2011
DERECHOS HUMANOS
Toda persona tiene derecho natural al fruto de su propio trabajo, o a lo legítimamente heredado o donado sin fraude. Ello incluye al libre comercio.
Por ende, todo impuesto que grave la propiedad o la renta es contrario al derecho natural y por ende intrínsecamente inmoral.
Y toda persona es inocente excepto se demuestre lo contrario.
Por ende, ninguna persona tiene por qué declarar ante nadie sus ingresos, ni el origen o el destino de sus ingresos.
Todo impuesto que grave la propiedad o la renta es contrario al derecho natural y por ende intrínsecamente inmoral.
Toda persona tiene el derecho de entrar, permanecer o salir de su territorio.
Por ende, toda persona tiene el derecho de emigración e inmigración sin declarar absolutamente nada de sus ingresos legítimamente adquiridos.
Si alguien ha adquirido sus bienes por robo, fraude, dolo, violencia o evasión de los pocos impuestos justos que pudiera haber (viejo debate), debe ser previamente procesado y recién allí la justicia tiene derecho a inquirir sobre sus bienes y revisar su propiedad.
Hasta entonces, toda pregunta coactiva sobre cuándo, cuánto, de dónde o hacia dónde, sobre los bienes propios, en viaje o no, es intrínsecamente inmoral.
Por ende, todas las personas que violen estos derechos, requisando, preguntando, expropiando y por ende robando lo que no deben, están haciendo un acto intrínsecamente inmoral, lo sepan o no, del cual son responsables, primariamente, desde los autores intelectuales de esas legislaciones, el poder ejecutivo que la impulsa, los legisladores que las sancionan, y los jueces que las hacen cumplir. Las responsabilidades personales, desde el punto de vista de la conciencia subjetiva, sólo las sabe Dios (no juzguéis y no seréis juzgados), pero ello es aplicable tanto al violador de menores como a los que expropian la propiedad ajena.
Todos los que ejecutan y hacen cumplir esas leyes son por ende los verdaderos criminales y delincuentes, y todo aquel que se resiste es el verdadero inocente que se está defendiendo del robo ejecutado por una banda de criminales, llámese gobierno o Al Capone.
Sólo la conciencia de estos derechos es la verdadera revolución. Mientras tanto, sólo la esclavitud es nuestro destino.
Por ende, todo impuesto que grave la propiedad o la renta es contrario al derecho natural y por ende intrínsecamente inmoral.
Y toda persona es inocente excepto se demuestre lo contrario.
Por ende, ninguna persona tiene por qué declarar ante nadie sus ingresos, ni el origen o el destino de sus ingresos.
Todo impuesto que grave la propiedad o la renta es contrario al derecho natural y por ende intrínsecamente inmoral.
Toda persona tiene el derecho de entrar, permanecer o salir de su territorio.
Por ende, toda persona tiene el derecho de emigración e inmigración sin declarar absolutamente nada de sus ingresos legítimamente adquiridos.
Si alguien ha adquirido sus bienes por robo, fraude, dolo, violencia o evasión de los pocos impuestos justos que pudiera haber (viejo debate), debe ser previamente procesado y recién allí la justicia tiene derecho a inquirir sobre sus bienes y revisar su propiedad.
Hasta entonces, toda pregunta coactiva sobre cuándo, cuánto, de dónde o hacia dónde, sobre los bienes propios, en viaje o no, es intrínsecamente inmoral.
Por ende, todas las personas que violen estos derechos, requisando, preguntando, expropiando y por ende robando lo que no deben, están haciendo un acto intrínsecamente inmoral, lo sepan o no, del cual son responsables, primariamente, desde los autores intelectuales de esas legislaciones, el poder ejecutivo que la impulsa, los legisladores que las sancionan, y los jueces que las hacen cumplir. Las responsabilidades personales, desde el punto de vista de la conciencia subjetiva, sólo las sabe Dios (no juzguéis y no seréis juzgados), pero ello es aplicable tanto al violador de menores como a los que expropian la propiedad ajena.
Todos los que ejecutan y hacen cumplir esas leyes son por ende los verdaderos criminales y delincuentes, y todo aquel que se resiste es el verdadero inocente que se está defendiendo del robo ejecutado por una banda de criminales, llámese gobierno o Al Capone.
Sólo la conciencia de estos derechos es la verdadera revolución. Mientras tanto, sólo la esclavitud es nuestro destino.
domingo, 18 de diciembre de 2011
BANALIDAD DEL MAL Y CRUELDAD (Sobre la terrorista ley del gobierno de considerar terroristas a quienes no piensen como el gobierno).
Podríamos elaborar mucho sobre la gravedad institucional de las nuevas disposiciones kirchneristas sobre el terrorismo. Podríamos explicar una vez más la importancia de la libertad de expresión; podríamos decir de vuelta que muchos liberales clásicos previmos esta situación “de terror” desde el 2003; podríamos preguntarnos qué autoridad moral tienen los actuales gobernantes para “legislar contra acciones terroristas”; podríamos reírnos de quienes el día después de las elecciones se reían de Elisa Carrió por su “resistencia al régimen”; podríamos elaborar una vez más sobre el origen esencialmente marxista-leninista, totalitario, antidemocrático y violento de quienes actualmente nos gobiernan y asombrarnos incluso de que no estemos peor.
Pero todo eso ya lo hemos dicho una y otra vez. Lo que ahora querríamos profundizar es la banalidad del mal del apoyo de la opinión pública. Dudo de que mucha gente de bien que ha votado a Cristina esté en la banalidad del mal, pero conjeturo que la mayoría de la población argentina, una vez más, se desinteresa totalmente de la suerte del perseguido, y en ello hay cierta crueldad. Si, la ley será aprobada totalmente y en principio todo parecerá seguir igual. Muchos seguirán con su vida cotidiana, algunos con su asaditos el Domingo, con su fútbol; otros con sus “dale bol….”, cotidiano, con Tinelli, Maradona y otras espantosas idolatrías y alienaciones habituales, con un marcado desinterés por la cosa pública (hasta que de repente todo explote, claro). De vez en cuando alguien será puesto preso por “terrorista”, pero, ¿qué importa? La vida seguirá igual. Ya pasó que “él” dijo que fulano debía ir preso y un mes después, oh casualidad, fue preso incluso con cosa juzgada. Pero, ¿a quién le importa?
Llamo a la buena voluntad y la honradez de todos, los que la votaron y los que no, a preguntarse sobre la frivolidad, indiferencia y en última instancia crueldad que hay en esta desidia. Por favor, no miremos al costado porque el otro tiene un pensamiento diferente al nuestro. Porque, finalmente, ese mirar al costado es el peor pensamiento, es precisamente la actitud que alimenta al más terrible de los males, como siempre sucedió. Los argentinos tenemos una política cruel. Por favor nadie diga que en otros lugares es peor porque estamos hablando de los trapitos sucios de la propia casa, que no se limpian porque la casa ajena sea más sucia. Los argentinos han demostrado crueldad. Desde las masacres mutuas entre unitarios y federales y diversas guerras civiles, desde la guerra contra el Paraguay, desde al enemigo ni justicia de Perón, los fusilamientos de Junio del 55, la barbarie de la noche de los bastones largos, los asesinatos y la crueldad de los montoneros y el ERP, la mafia de la triple A, la represión ilegal y bestial de los militares, la reverenda estupidez de Malvinas y cientos de episodios más: toda una historia de crueldad pero, como dije, de banalidad, de indiferencia, de la cuasi-complicidad de “mientras a mí no me toque”, o “no es tan grave”, o “qué le vas a hacer”; “estos b….se lo merecen”, “algo habrá hecho” y cuantas expresiones rodean nuestra banal, vana y alienada vida, ahora alentada con el vino para todos que no es precisamente igual a las Bodas de Caná.
Asistimos ahora a un episodio más. Y los kircheristas estarán mucho tiempo en el poder, se han enquistado en él porque son como la guardia pretoriana que el pueblo romano apoyaba. Pero, tal vez, alguna día lejano caigan, tal vez sólo por su propia ineficiencia (no tienen la perversa inteligencia del partido comunista chino -pero se le acercan-). Pero cuando caigan, ¿qué? ¿Los nuevos en el poder saldrán a perseguir a todos los kirchneristas? ¿Se regodearán con la venganza y así, in eternum?
La Argentina, creo, va a desaparecer como proyecto de país, sumido en el caos económico e institucional pero, sobre todo, sumido en la chatura moral del odio más vano y banal.
Pero todo eso ya lo hemos dicho una y otra vez. Lo que ahora querríamos profundizar es la banalidad del mal del apoyo de la opinión pública. Dudo de que mucha gente de bien que ha votado a Cristina esté en la banalidad del mal, pero conjeturo que la mayoría de la población argentina, una vez más, se desinteresa totalmente de la suerte del perseguido, y en ello hay cierta crueldad. Si, la ley será aprobada totalmente y en principio todo parecerá seguir igual. Muchos seguirán con su vida cotidiana, algunos con su asaditos el Domingo, con su fútbol; otros con sus “dale bol….”, cotidiano, con Tinelli, Maradona y otras espantosas idolatrías y alienaciones habituales, con un marcado desinterés por la cosa pública (hasta que de repente todo explote, claro). De vez en cuando alguien será puesto preso por “terrorista”, pero, ¿qué importa? La vida seguirá igual. Ya pasó que “él” dijo que fulano debía ir preso y un mes después, oh casualidad, fue preso incluso con cosa juzgada. Pero, ¿a quién le importa?
Llamo a la buena voluntad y la honradez de todos, los que la votaron y los que no, a preguntarse sobre la frivolidad, indiferencia y en última instancia crueldad que hay en esta desidia. Por favor, no miremos al costado porque el otro tiene un pensamiento diferente al nuestro. Porque, finalmente, ese mirar al costado es el peor pensamiento, es precisamente la actitud que alimenta al más terrible de los males, como siempre sucedió. Los argentinos tenemos una política cruel. Por favor nadie diga que en otros lugares es peor porque estamos hablando de los trapitos sucios de la propia casa, que no se limpian porque la casa ajena sea más sucia. Los argentinos han demostrado crueldad. Desde las masacres mutuas entre unitarios y federales y diversas guerras civiles, desde la guerra contra el Paraguay, desde al enemigo ni justicia de Perón, los fusilamientos de Junio del 55, la barbarie de la noche de los bastones largos, los asesinatos y la crueldad de los montoneros y el ERP, la mafia de la triple A, la represión ilegal y bestial de los militares, la reverenda estupidez de Malvinas y cientos de episodios más: toda una historia de crueldad pero, como dije, de banalidad, de indiferencia, de la cuasi-complicidad de “mientras a mí no me toque”, o “no es tan grave”, o “qué le vas a hacer”; “estos b….se lo merecen”, “algo habrá hecho” y cuantas expresiones rodean nuestra banal, vana y alienada vida, ahora alentada con el vino para todos que no es precisamente igual a las Bodas de Caná.
Asistimos ahora a un episodio más. Y los kircheristas estarán mucho tiempo en el poder, se han enquistado en él porque son como la guardia pretoriana que el pueblo romano apoyaba. Pero, tal vez, alguna día lejano caigan, tal vez sólo por su propia ineficiencia (no tienen la perversa inteligencia del partido comunista chino -pero se le acercan-). Pero cuando caigan, ¿qué? ¿Los nuevos en el poder saldrán a perseguir a todos los kirchneristas? ¿Se regodearán con la venganza y así, in eternum?
La Argentina, creo, va a desaparecer como proyecto de país, sumido en el caos económico e institucional pero, sobre todo, sumido en la chatura moral del odio más vano y banal.
domingo, 11 de diciembre de 2011
LA TERRIBLE AGONÍA DE EUROPA.
Europa agoniza. Crisis fiscales, default, desocupación, seguridad social agotada, moneda única agotada, y manifestaciones callejeras que indican que la rebelión de las masas es más frecuente que la hasta ahora inexistente rebelión del Atlas.
Gobernantes y gobernados sufren todo esto con sorpresa y angustia. ¿Qué pasó? ¿Qué salió mal? ¿Qué pasó con esos estados democráticos de la post-guerra, desarrollados merced a una economía de mercado y orgullosos de sus eficientes sistemas de seguridad social?
Pasó lo que pensadores liberales clásicos y economistas austríacos diagnosticaron y previeron desde muchos años antes (1912: Teoría de la moneda y el crédito, de Mises; 1922: Socialismo, de Mises; 1927: Liberalismo, de Mises; 1945: Camino de Servidumbre, de Hayek; 1949: La Acción Humana, de Mises; 1960: Los Fundamentos de la Libertad, de Hayek; 1962: El cálculo del consenso, de Buchanan; 1973: primer libro de Derecho, Legislación y Libertad, de Hayek). Pero, claro, nadie lee a los que dicen “cuidado con la fiesta”. Además, ¡estaba saliendo tan bien!!
Las objeciones al welfare state son de dos tipos: moral y económica. La moral es aún menos escuchada. Parece que es ético que las personas, en su salud, educación y seguridad social, deban depender de un gobierno (o sea, otras personas pero armadas…..) que les provea todos esos recursos. Pero aunque la escasez no existiera, ¿qué ética tiene la esclavitud? ¿No era acaso el argumento de muchos partidarios de la esclavitud que la mayoría no sabe ni puede cuidarse a sí misma? La respuesta casi “kantiana” sería: aunque fuera así, el fin no justifica los medios; la preocupación por el otro no justifica la esclavitud del otro, y no estamos hablando de la cabaña del Tío Tom: estamos hablando de las cabañas del tío Francia, Italia, Alemania, España, los países nórdicos: ¡qué bien que funcionaban esas cabañas!!!! ¡Qué bien que se estaba allí, disfrutando de esa esclavitud!!! Hospitales, escuelas y servicios sociales estatales verdaderamente eficientes, de excelente calidad… No, no era ninguna crueldad. Era la dulce esclavitud. ¿Y a quién le importaba que fuera esclavitud? Ignorance is blessing, dijo un famoso personaje de la Matrix.
Los liberales clásicos todo el tiempo defendieron esa eticidad de los derechos individuales pero, claro, siempre el recordatorio del deber es antipático.
Pero en la cuestión económica, los pensadores austríacos (Mises, Hayek) o no (Buchanan) no se quedaron atrás. La cabaña no es ni puede ser eficiente. No, no se trata de que por unas lindas décadas “las cuentas den”. Se trata de la imposibilidad del cálculo económico del socialismo (Mises, Hayek) que afecta también a los servicios estatales de salud, educación y seguridad social. Se trata de la inevitable tendencia al gasto y dilapidación de recursos de los servicios centralizados (Buchanan). Se trata de la escasez, permanentemente negada por el marxismo diseminado casi siempre por gran parte de mis colegas filósofos (claro, Marx era un filósofo, no vaya a ser que se contaminen leyendo a Mises), y por la identificación psicoanalítica que Freud describe entre los dictadores y las masas.
Pero la negación, mecanismo de defensa que puede llevar a la psicosis, no elimina la realidad de lo negado. La escasez y la dispersión del conocimiento son una condición humana inevitable. Negarlas sólo sirve para agravarlas. Para minimizarlas, hay un sistema llamado “estabilidad de la propiedad, mercado y cumplimiento de los contratos”, que parece a los contemporáneos más extraño que la teoría cuántica de la cual, al menos, nadie habla sin reconocer antes el cuánto de su ignorancia.
Por ende, si hay escasez en salud, educación y seguridad social, el mercado también actúa allí para minimizar la cuestión. Pero no, no se lo quiere ni se lo quiso ver, y así Europa erigió un estado central para colmo sellado por la bomba de tiempo de una moneda central y estatal que tampoco funciona porque la moneda también requiere del mercado.
Pero no, parece que los psicóticos, los parias sociales, los crueles totales, somos quienes negamos la posibilidad del “derecho” a todo ello. Ideologías negadoras de la escasez proyectaron la ilusión del welfare state provisor; la ilusión estalla en las manos y la tragedia se desencadena. Para colmo, hay psicosis pacíficas donde la alucinación puede sostener la estructura del paciente, pero en este caso no: la alucinación del estado provisor estalla y se rompe de una manera cruel. El estado era, es, intrínsecamente ineficiente en administrar recursos escasos; la pirámide social, oh sorpresa, se invirtió; los salarios mínimos, los costos laborales imposibles, subsidios y tarifas arancelarias crearon una masa de desocupados que estremecen a cualquier corazón, y la realidad de la escasez, echada por la puerta, reaparece cruelmente por la ventana.
¿Y EEUU? Estados Unidos ES Europa, con la diferencia de que fue el hijo que salvó al padre de sus propias miserias en la Segunda Guerra, pero, ahora, padece de la misma enfermedad.
Nadie puede saber si los actuales dirigentes están a la altura de las circunstancias. Mises sufrió mucho toda su vida por esto, porque lo angustiaba personalmente la crisis de la civilización occidental, ese Occidente donde varios colegas míos fueron verdaderos psicóticos peligrosos cuyo pensamiento alimentó a fascismos y estalinismos para colmo exportados a todo el mundo como las verdaderas armas de destrucción masiva, las más peligrosas, las que están en las mentes de las personas y de allí pasan a sus odios y a sus manos.
Quise ir al rescate de la civilización europea -dijo Mises- y me tuve que conformar con ser el historiador de su declinación. Es una amarga cita de 1942, dos años después de haber salvado milagrosamente su vida de la persecución nazi. ¿Qué diría ahora? Y estamos hablando de Europa y EEUU. ¿Qué decir de otras latitudes, arrasadas cual Cartago por dictadorzuelos graciosos o por totalitarismos inenarrables?
Como creyente poco puedo decir, porque sé que el Reino de Dios no es de este mundo. Sólo queda una súplica profunda para que la historia humana no sea el relato del mismo infierno.
Gobernantes y gobernados sufren todo esto con sorpresa y angustia. ¿Qué pasó? ¿Qué salió mal? ¿Qué pasó con esos estados democráticos de la post-guerra, desarrollados merced a una economía de mercado y orgullosos de sus eficientes sistemas de seguridad social?
Pasó lo que pensadores liberales clásicos y economistas austríacos diagnosticaron y previeron desde muchos años antes (1912: Teoría de la moneda y el crédito, de Mises; 1922: Socialismo, de Mises; 1927: Liberalismo, de Mises; 1945: Camino de Servidumbre, de Hayek; 1949: La Acción Humana, de Mises; 1960: Los Fundamentos de la Libertad, de Hayek; 1962: El cálculo del consenso, de Buchanan; 1973: primer libro de Derecho, Legislación y Libertad, de Hayek). Pero, claro, nadie lee a los que dicen “cuidado con la fiesta”. Además, ¡estaba saliendo tan bien!!
Las objeciones al welfare state son de dos tipos: moral y económica. La moral es aún menos escuchada. Parece que es ético que las personas, en su salud, educación y seguridad social, deban depender de un gobierno (o sea, otras personas pero armadas…..) que les provea todos esos recursos. Pero aunque la escasez no existiera, ¿qué ética tiene la esclavitud? ¿No era acaso el argumento de muchos partidarios de la esclavitud que la mayoría no sabe ni puede cuidarse a sí misma? La respuesta casi “kantiana” sería: aunque fuera así, el fin no justifica los medios; la preocupación por el otro no justifica la esclavitud del otro, y no estamos hablando de la cabaña del Tío Tom: estamos hablando de las cabañas del tío Francia, Italia, Alemania, España, los países nórdicos: ¡qué bien que funcionaban esas cabañas!!!! ¡Qué bien que se estaba allí, disfrutando de esa esclavitud!!! Hospitales, escuelas y servicios sociales estatales verdaderamente eficientes, de excelente calidad… No, no era ninguna crueldad. Era la dulce esclavitud. ¿Y a quién le importaba que fuera esclavitud? Ignorance is blessing, dijo un famoso personaje de la Matrix.
Los liberales clásicos todo el tiempo defendieron esa eticidad de los derechos individuales pero, claro, siempre el recordatorio del deber es antipático.
Pero en la cuestión económica, los pensadores austríacos (Mises, Hayek) o no (Buchanan) no se quedaron atrás. La cabaña no es ni puede ser eficiente. No, no se trata de que por unas lindas décadas “las cuentas den”. Se trata de la imposibilidad del cálculo económico del socialismo (Mises, Hayek) que afecta también a los servicios estatales de salud, educación y seguridad social. Se trata de la inevitable tendencia al gasto y dilapidación de recursos de los servicios centralizados (Buchanan). Se trata de la escasez, permanentemente negada por el marxismo diseminado casi siempre por gran parte de mis colegas filósofos (claro, Marx era un filósofo, no vaya a ser que se contaminen leyendo a Mises), y por la identificación psicoanalítica que Freud describe entre los dictadores y las masas.
Pero la negación, mecanismo de defensa que puede llevar a la psicosis, no elimina la realidad de lo negado. La escasez y la dispersión del conocimiento son una condición humana inevitable. Negarlas sólo sirve para agravarlas. Para minimizarlas, hay un sistema llamado “estabilidad de la propiedad, mercado y cumplimiento de los contratos”, que parece a los contemporáneos más extraño que la teoría cuántica de la cual, al menos, nadie habla sin reconocer antes el cuánto de su ignorancia.
Por ende, si hay escasez en salud, educación y seguridad social, el mercado también actúa allí para minimizar la cuestión. Pero no, no se lo quiere ni se lo quiso ver, y así Europa erigió un estado central para colmo sellado por la bomba de tiempo de una moneda central y estatal que tampoco funciona porque la moneda también requiere del mercado.
Pero no, parece que los psicóticos, los parias sociales, los crueles totales, somos quienes negamos la posibilidad del “derecho” a todo ello. Ideologías negadoras de la escasez proyectaron la ilusión del welfare state provisor; la ilusión estalla en las manos y la tragedia se desencadena. Para colmo, hay psicosis pacíficas donde la alucinación puede sostener la estructura del paciente, pero en este caso no: la alucinación del estado provisor estalla y se rompe de una manera cruel. El estado era, es, intrínsecamente ineficiente en administrar recursos escasos; la pirámide social, oh sorpresa, se invirtió; los salarios mínimos, los costos laborales imposibles, subsidios y tarifas arancelarias crearon una masa de desocupados que estremecen a cualquier corazón, y la realidad de la escasez, echada por la puerta, reaparece cruelmente por la ventana.
¿Y EEUU? Estados Unidos ES Europa, con la diferencia de que fue el hijo que salvó al padre de sus propias miserias en la Segunda Guerra, pero, ahora, padece de la misma enfermedad.
Nadie puede saber si los actuales dirigentes están a la altura de las circunstancias. Mises sufrió mucho toda su vida por esto, porque lo angustiaba personalmente la crisis de la civilización occidental, ese Occidente donde varios colegas míos fueron verdaderos psicóticos peligrosos cuyo pensamiento alimentó a fascismos y estalinismos para colmo exportados a todo el mundo como las verdaderas armas de destrucción masiva, las más peligrosas, las que están en las mentes de las personas y de allí pasan a sus odios y a sus manos.
Quise ir al rescate de la civilización europea -dijo Mises- y me tuve que conformar con ser el historiador de su declinación. Es una amarga cita de 1942, dos años después de haber salvado milagrosamente su vida de la persecución nazi. ¿Qué diría ahora? Y estamos hablando de Europa y EEUU. ¿Qué decir de otras latitudes, arrasadas cual Cartago por dictadorzuelos graciosos o por totalitarismos inenarrables?
Como creyente poco puedo decir, porque sé que el Reino de Dios no es de este mundo. Sólo queda una súplica profunda para que la historia humana no sea el relato del mismo infierno.
domingo, 4 de diciembre de 2011
LA IGLESIA NO ES EL SUSTITUTO DE NUESTRA IGNORANCIA
(Este artículo será publicado en www.institutoacton.com.ar esta semana).
Una nota al pie de un artículo anterior (1) , decía lo siguiente: “…El Compendio dice, en su nro. 64: “….Lo sobrenatural no debe ser concebido como una entidad o un espacio que comienza donde termina lo natural, sino como la elevación de éste, de tal manera que nada del orden de la creación y de lo humano es extraño o queda excluido del orden sobrenatural y teologal de la fe y de la gracia, sino más bien es en él reconocido, asumido y elevado”. Por supuesto que es así. Nada que objetar, la gracia supone la naturaleza, esto es, la cura, la redime. Pero los teólogos que redactaron esa frase deben explicar entonces qué es lo contingente u opinable en relación al depositum fidei, y deben explicar cómo se entiende la sana laicidad del estado afirmada explícitamente desde Pío XII en adelante y por el Vaticano II en el tema de la autonomía relativa de lo temporal. Deben explicarlo, (y sobre todo en el contexto en el que la afirman) o de lo contrario caen en un integrismo contradictorio con el mismo Vaticano II que proclaman”.
Voy a intentar una respuesta, no como teólogo, pero sí como creyente y filósofo partidario del pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
Todo el cristianismo está atravesado por la distinción entre lo natural y lo sobrenatural. No es un debate de autores (aunque puede ser una cuestión de términos), porque la distinción depende de la misma noción de Dios creador y de lo que Dios puede hacer sobre pero no contra el orden creado. Dios crea, y lo creado se identifica con el orden natural, que tiene sus propias naturalezas, esencias y finalidades, y, por ende, sus ámbitos propios de acción. Esa es la relativa autonomía de lo creado según Santo Tomás: lo creado depende de Dios en cuanto a la creación, conservación, concurso y providencia(2) , pero esa dependencia de la causa 2da. en la Causa Primera no quiere decir que la causa segunda sea un títere. No, actúa desde sí misma: sus tendencias, potencias y movimientos dependen coherentemente de su naturaleza. Ese es el orden natural.
En cambio el “milagro” es, en Santo Tomás, que Dios pueda actuar sobre la causa segunda independientemente de su orden natural. El milagro es sobre la naturaleza, pero no contra la naturaleza(3).
Ello es precisamente lo sobrenatural. En el orden de la salvación, toda la salvación del pecado depende de la libérrima Gracia de Dios, fruto de su Misericordia. La Gracia posterior a la redención inunda, verdaderamente, toda la vida humana porque esa Gracia, gratuitamente donada por Dios, cura de raíz a la naturaleza humana, por eso la supone y eleva. Pero la gracia no surge de la naturaleza humana, viene de Dios, y viene de Dios a través de sacramentos (de modo ordinario) que superan, sin contradecirlo, al orden natural humano. Cada sacramento es un milagro: es algo sobre pero no contra la naturaleza humana, son regalos de Dios que penetran la naturaleza humana, la curan, la redimen (aunque no borran las consecuencias del pecado original), y precisamente por todo ello nada de la naturaleza humana es causa de la Gracia: porque nada finito como el ser humano puede llegar por sus solas fuerzas a la participación en infinito de Dios como inhabitación trinitaria en el corazón del hombre.
A la Gracia corresponde, por ende, todo lo sacro, la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y las tres virtudes sobrenaturales. Pero todo ello, al asumir la naturaleza humana, implica también las cuatro virtudes naturales, entre ellas la justicia, y por ende un corazón redimido busca la justicia en todos los ámbitos. Ahora bien, ese corazón redimido no ha vuelto al estado de nuestros primeros padres, que gozaban del don preternatural de ciencia. La Revelación de Dios, el plan de salvación, el anuncio de la buena noticia consumada en Cristo, alcanza aquellas cosas necesarias para la salvación, pero no todo lo que corresponda además al orden natural. Dios ha creado un orden natural, tanto en lo físico como en lo social, pero el Plan de Salvación no ha revelado la naturaleza de esos órdenes naturales. Sí, es verdad que los mandamientos tienen consecuencias sociales, pero Dios no ha revelado directamente el régimen político y socio-económico específico que en cada situación histórica sea el mejor. Por ende es verdad que lo sobrenatural no es un espacio después de cuyo límite venga lo natural, porque Dios ha penetrado con su Gracia todo el espacio de la naturaleza humana, pero ello no implica que la naturaleza redimida sea igual a la naturaleza humana elevada previa al pecado original. Las consecuencias del pecado original se mantienen, hemos perdido el don de ciencia y por ende, en todo aquello que no es necesario para la salvación, necesitaremos hasta el fin de los tiempos el falible juicio de nuestro intelecto para todo aquello que Dios no ha revelado. Ahora bien, cuando el ser humano, redimido por la Gracia, piensa y actúa en aquello que no es directamente sacro y-o no directamente revelado, mantiene aún la influencia de la Gracia: porque su corazón redimido busca la justicia y porque intenta llegar, con el hábito de la prudencia, a la verdad. Pero si la historia de la salvación no se identifica con la historia humana(4), ¿de qué manera eclesial se realiza ello en la historia humana? Con la acción de los laicos en el mundo, que buscan iluminar las estructuras temporales de su tiempo con una mente y un corazón cristianos, sabiendo que, sin embargo, Dios no ha revelado “el” sistema social perfecto y por ende esa acción de fermento de las estructuras temporales no debe comprometer a la jerarquía de la Iglesia, la cual debe abstenerse de intervenir directamente en esas decisiones laicales, de igual modo que el laico debe abstenerse de pretender consagrar el pan y el vino como si tuviera propiamente sacerdocio ministerial.
Siglos y siglos de clericalismo han hecho que, sin embargo, jerarquía y laicos actuaran en un círculo vicioso integrista, como si hubiera un único sistema político y económico cristiano que tuviera que ser directamente dictado por la jerarquía y demandado por los laicos. El párrafo que ha dado origen a estas reflexiones, dado en un contexto de cuestiones muy opinables, muestra que ese integrismo, sea del color que fuere, no se ha terminado en la praxis y en el discurso de los católicos (a pesar de que la Iglesia, a partir del Vaticano II, habla permanentemente de sana laicidad del estado y legítima autonomía de lo temporal en un contexto de libertad religiosa). El problema actual de la Iglesia no consiste tanto en que un mundo laicista, no laico, no entienda esos valores. El problema consiste en que los católicos, jerarquía o laicos, los entiendan. A ojos de los no creyentes, la Iglesia aparece como un estado más, el estado del Vaticano. A ojos de los creyentes, también. ESE es el problema.
--------------------------------------------------
(1) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf
(2) Summa Theologiae, I, Q. 104, Q. 105, a. 5; Suma Contra Gentiles, II, caps. 15-21; I, cap. 67; III, caps. 71-76 y 96.
(3) Suma Contra Gentiles, III, 99.102.
(4) Ver “Libertatis nuntius” (1984), Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_sp.html
Una nota al pie de un artículo anterior (1) , decía lo siguiente: “…El Compendio dice, en su nro. 64: “….Lo sobrenatural no debe ser concebido como una entidad o un espacio que comienza donde termina lo natural, sino como la elevación de éste, de tal manera que nada del orden de la creación y de lo humano es extraño o queda excluido del orden sobrenatural y teologal de la fe y de la gracia, sino más bien es en él reconocido, asumido y elevado”. Por supuesto que es así. Nada que objetar, la gracia supone la naturaleza, esto es, la cura, la redime. Pero los teólogos que redactaron esa frase deben explicar entonces qué es lo contingente u opinable en relación al depositum fidei, y deben explicar cómo se entiende la sana laicidad del estado afirmada explícitamente desde Pío XII en adelante y por el Vaticano II en el tema de la autonomía relativa de lo temporal. Deben explicarlo, (y sobre todo en el contexto en el que la afirman) o de lo contrario caen en un integrismo contradictorio con el mismo Vaticano II que proclaman”.
Voy a intentar una respuesta, no como teólogo, pero sí como creyente y filósofo partidario del pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
Todo el cristianismo está atravesado por la distinción entre lo natural y lo sobrenatural. No es un debate de autores (aunque puede ser una cuestión de términos), porque la distinción depende de la misma noción de Dios creador y de lo que Dios puede hacer sobre pero no contra el orden creado. Dios crea, y lo creado se identifica con el orden natural, que tiene sus propias naturalezas, esencias y finalidades, y, por ende, sus ámbitos propios de acción. Esa es la relativa autonomía de lo creado según Santo Tomás: lo creado depende de Dios en cuanto a la creación, conservación, concurso y providencia(2) , pero esa dependencia de la causa 2da. en la Causa Primera no quiere decir que la causa segunda sea un títere. No, actúa desde sí misma: sus tendencias, potencias y movimientos dependen coherentemente de su naturaleza. Ese es el orden natural.
En cambio el “milagro” es, en Santo Tomás, que Dios pueda actuar sobre la causa segunda independientemente de su orden natural. El milagro es sobre la naturaleza, pero no contra la naturaleza(3).
Ello es precisamente lo sobrenatural. En el orden de la salvación, toda la salvación del pecado depende de la libérrima Gracia de Dios, fruto de su Misericordia. La Gracia posterior a la redención inunda, verdaderamente, toda la vida humana porque esa Gracia, gratuitamente donada por Dios, cura de raíz a la naturaleza humana, por eso la supone y eleva. Pero la gracia no surge de la naturaleza humana, viene de Dios, y viene de Dios a través de sacramentos (de modo ordinario) que superan, sin contradecirlo, al orden natural humano. Cada sacramento es un milagro: es algo sobre pero no contra la naturaleza humana, son regalos de Dios que penetran la naturaleza humana, la curan, la redimen (aunque no borran las consecuencias del pecado original), y precisamente por todo ello nada de la naturaleza humana es causa de la Gracia: porque nada finito como el ser humano puede llegar por sus solas fuerzas a la participación en infinito de Dios como inhabitación trinitaria en el corazón del hombre.
A la Gracia corresponde, por ende, todo lo sacro, la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y las tres virtudes sobrenaturales. Pero todo ello, al asumir la naturaleza humana, implica también las cuatro virtudes naturales, entre ellas la justicia, y por ende un corazón redimido busca la justicia en todos los ámbitos. Ahora bien, ese corazón redimido no ha vuelto al estado de nuestros primeros padres, que gozaban del don preternatural de ciencia. La Revelación de Dios, el plan de salvación, el anuncio de la buena noticia consumada en Cristo, alcanza aquellas cosas necesarias para la salvación, pero no todo lo que corresponda además al orden natural. Dios ha creado un orden natural, tanto en lo físico como en lo social, pero el Plan de Salvación no ha revelado la naturaleza de esos órdenes naturales. Sí, es verdad que los mandamientos tienen consecuencias sociales, pero Dios no ha revelado directamente el régimen político y socio-económico específico que en cada situación histórica sea el mejor. Por ende es verdad que lo sobrenatural no es un espacio después de cuyo límite venga lo natural, porque Dios ha penetrado con su Gracia todo el espacio de la naturaleza humana, pero ello no implica que la naturaleza redimida sea igual a la naturaleza humana elevada previa al pecado original. Las consecuencias del pecado original se mantienen, hemos perdido el don de ciencia y por ende, en todo aquello que no es necesario para la salvación, necesitaremos hasta el fin de los tiempos el falible juicio de nuestro intelecto para todo aquello que Dios no ha revelado. Ahora bien, cuando el ser humano, redimido por la Gracia, piensa y actúa en aquello que no es directamente sacro y-o no directamente revelado, mantiene aún la influencia de la Gracia: porque su corazón redimido busca la justicia y porque intenta llegar, con el hábito de la prudencia, a la verdad. Pero si la historia de la salvación no se identifica con la historia humana(4), ¿de qué manera eclesial se realiza ello en la historia humana? Con la acción de los laicos en el mundo, que buscan iluminar las estructuras temporales de su tiempo con una mente y un corazón cristianos, sabiendo que, sin embargo, Dios no ha revelado “el” sistema social perfecto y por ende esa acción de fermento de las estructuras temporales no debe comprometer a la jerarquía de la Iglesia, la cual debe abstenerse de intervenir directamente en esas decisiones laicales, de igual modo que el laico debe abstenerse de pretender consagrar el pan y el vino como si tuviera propiamente sacerdocio ministerial.
Siglos y siglos de clericalismo han hecho que, sin embargo, jerarquía y laicos actuaran en un círculo vicioso integrista, como si hubiera un único sistema político y económico cristiano que tuviera que ser directamente dictado por la jerarquía y demandado por los laicos. El párrafo que ha dado origen a estas reflexiones, dado en un contexto de cuestiones muy opinables, muestra que ese integrismo, sea del color que fuere, no se ha terminado en la praxis y en el discurso de los católicos (a pesar de que la Iglesia, a partir del Vaticano II, habla permanentemente de sana laicidad del estado y legítima autonomía de lo temporal en un contexto de libertad religiosa). El problema actual de la Iglesia no consiste tanto en que un mundo laicista, no laico, no entienda esos valores. El problema consiste en que los católicos, jerarquía o laicos, los entiendan. A ojos de los no creyentes, la Iglesia aparece como un estado más, el estado del Vaticano. A ojos de los creyentes, también. ESE es el problema.
--------------------------------------------------
(1) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf
(2) Summa Theologiae, I, Q. 104, Q. 105, a. 5; Suma Contra Gentiles, II, caps. 15-21; I, cap. 67; III, caps. 71-76 y 96.
(3) Suma Contra Gentiles, III, 99.102.
(4) Ver “Libertatis nuntius” (1984), Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_sp.html
jueves, 1 de diciembre de 2011
CURSO DE FILOSOFÍA PARA PROFESIONALES Y PARA TODOS (filósofos incluidos*): ABIERTA LA INSCRIPCIÓN AL CICLO 2012.
IMPORTANTE: la inscripción y preguntas es sólo escribiendo a [email protected] , NO por facebook o blog.
TEMAS:
Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. Hay que concentrarse en estas preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
CUESTIONES PRÁCTICAS:
1. Fecha de inicio: martes 20 de Marzo.
2. Hora: 19 a 21.
3. Lugar: casa de Gabriel y Marcela, en Villa del Parque (la dirección será dada después del email correspondiente).
4. Condiciones de ingreso: a) buena onda; b) sentido del humor; c) habitar el Planeta Marte; d), enviar un email a [email protected] explicando por qué quiere hacer el curso; e) no olvidar el punto d; f) no olvidar sacar el pasaje de Marte a Villa del Parque con anticipación.
5. Costo, $ 200 por mes.
6. El material de lectura será enviado por email.
7. Cualquier duda o pregunta adicional, enviar un email a [email protected]
SOBRE EL MÉTODO:
Desde el 2006 hasta la fecha, ELEFE (Escuela libre de estudios filosóficos y epistemológicos) ha sido una alternativa al sistema formal de enseñanza. Sin pretender sustituirlo, sencillamente porque por ahora es jurídicamente imposible, sin embargo hemos hecho lo posible por crear un ambiente familiar, amistoso, serio y desacartonado a la vez, donde todos han podido expresarse, aprender y estar libres de los temores y presiones del sistema formal.
Sin dejar de lado estas reuniones, daremos un nuevo paso. Siempre he tratado, dentro del sistema formal, de abrir la filosofía para todos, tratando de programar post-grados en filosofía para profesionales de diversas carreras. Las tres veces fue imposible: el sistema formal es demasiado rígido y no quiero entrar en detalles que atentarían contra la caridad. Sólo quiero volver a decir que, en una sociedad abierta, respetuosa de las libertades individuales, cada uno estudia lo que quiere con quien quiere, tiene los títulos que su esfuerzo y libertad le otorgan, corre los riesgos respectivos y nadie impide a otros recorrer ningún camino. Menos aún con la filosofía: todos los seres humanos son filósofos; mi vida entera ha sido un llamado a despertar a los filósofos dormidos, a tomar la pastillita roja…
Ahora, sencillamente, en la paz y en la libertad de mi hogar, en la amistad del diálogo, en la calidez de la comprensión y estímulo al que quiere despertar al filósofo que lleva dentro, voy a ofrecer cursos de filosofía sistemáticos, una vez por semana, para profesionales y para cualquiera que quiera aprender. Sin pila, sin cable, sin temores, sin exámenes más que la existencia auténtica, sin títulos más que la propia seriedad de la vida y el prestigio del propio estudio. Ideal para quienes están más o menos en la mitad de la vida y miran con nostalgia la filosofía que no pudieron estudiar en su momento. Ideal para quienes ya están dentro del sistema formal, que ya tienen su título, y ahora, sencillamente, quieren volver al amor a la sabiduría que siempre llevaron consigo.
Por supuesto, me preguntarán por el contenido de los cursos. Antes que eso, y más importante, es el método, que es un meta-contenido que abarca todos los otros; es, como diría Karl Popper, una actitud más que una teoría. Ese método consiste en la siguiente paradoja: el zanottismo anti-zanottista :-)
Zanottismo porque, obviamente, yo doy clase desde mí, desde mi propia formación e ideas, que se pueden ver si abren mi CV y observan mi formación, mis escritos, etc. (ver en www.gabrielzanotti.com.ar). Por supuesto, sobre ese tema hay (¡Ay! :-) dudas. ¿Qué es Zanotti? ¿Tomista, popperiano, hermenéutico, liberal, husserliano, etc., etc., etc.? Yo tampoco tengo la respuesta, así que me pueden ayudar a descubrirla :-)
Pero anti-zanottista porque en mis cursos, aunque yo no lo pretenda, cada uno se ubica en sí mismo y en su carril. Yo lo único que hago es poner a cada tren, a cada uno, en su camino, aunque no sea el mío. A su vez, si alguien camina mi camino, lo hará libremente, por propia convicción, y entonces será su camino también.
Y ello es porque el Zanottismo es un método (nada original, pero sí muy olvidado en el sistema educativo formal) que consiste fundamentalmente en diálogo. En las clases de zanotti (sí, con minúsculas) todo el mundo puede estar en desacuerdo con cualquier cosa que diga zanotti, incluso, con esto último. En sus clases, no hay que saber para opinar, sino opinar para saber. En sus clases, las preguntas son parte indispensable de la planificación de clase. En sus clases, la libertad forma parte esencial del método. Ninguna pregunta molesta, al contrario, lo que molesta es la falta de preguntas. Y si alguien quiere atacar con alguna pregunta, zanotti hace Aikido lingüístico :-)
Por supuesto, todo esto lo saben mis ex alumnos y ahora amigos (que fueron alumnos porque siempre los traté como amigos), pero si alguien lo duda, try me.
El zanottismo antizanottista incluye otros métodos que se despliegan espontáneamente según aparezcan imprevisiblemente en las previsibles neuronas de zanotti: a) chistes ridìculos, de los cuales uno se ríe por lo ridículo, no por el chiste ), b) reflexiones sobre películas de Woody Allen, y películas de Hollywood que supuestamente no dan para nada (o sea, son heideggerianas ) c) ejemplos con Star Trek, donde ningún ser humano ha llegado antes, pero Zanetti sí ) d) reflexiones sobre el Aikido, e) otros imprevistos semejantes :-).
Este es el valor agregado de mis cursos, a parte de 26 años de resistir al sistema educativo formal.
El zanottismo antizanottista tampoco emite certificados de ningún tipo, coherentemente con el anarquismo libertario descripto :-). Sin embargo, si alguno quisiera que yo certificara su asistencia a mis cursos, lo acepto, en cuyo caso se pedirá un trabajo monográfico donde el asistente deba someter a crítica el material expuesto.
SOBRE EL POST-GRADO COMPLETO:
Este curso en filosofía, si se cursan los 4 cuatrimestres, es un post-grado completo de dos años. Como la inteligencia funciona sola y cada uno con sus tiempos (otro método zanottista) nadie debe preocuparse por la formación anterior o qué hizo antes. Los temas del post-grado completo son los siguientes:
1. Introducción al sentido de la historia de la filosofía.
La filosofía NO es un conjunto inconexo de sistemas, sistemas de ideas que parecen haber sido concebidos por gente lunática que tenía los pies en cualquier lado, menos en la Tierra. La historia de la filosofía es el despliegue coherente de la búsqueda de la razón humana por el sentido, y cada período, por ende, tiene un sentido que se explica por el anterior y se proyecta al posterior. La explicación de ese sentido, más que un show erudito de nombres y fechas (para eso tienen infinidad de libros y enciclopedias) es el objetivo de este curso. Esto es, no una “historiografía”, sino el sentido de la filosofía antigua, medieval, etc.
Temas específicos:
1. La filosofía antigua y la metafísica de Aristóteles
2. Los comienzos de la filosofía medieval
3. El apogeo de la escolástica y Santo Tomás de Aquino
4. Renacimiento, modernidad y Renato Descartes
5. Hume y la crisis de la metafísica racionalista
6. Kant I
7. Kant II
8. La metafísica después de Kant
9. Diversos temas de la filosofía contemporánea
10. Un no creyente, Popper
11. Una creyente, Edith Stein.
2. Los temas siempre presentes de la filosofía.
La filosofía, si no es humana, si no es un intento de respuesta a los interrogantes más profundos de la existencia humana, es tan importante como la historia del ping pong (sin menospreciar en absoluto al ping pong). Por eso estos temas serán dados desde una perspectiva humana y existencial y serán por ende una terapia filosófica.
Temas:
1. Filosofía de la filosofía.
2. La historia de la filosofía
3. Libre albedrío y determinismo
4. Alma y cuerpo, conciencia y objeto, mente y cerebro
5. El conocimiento
6. Conocimiento e interpretación
7. Conocimiento e interpretación II
8. Filosofía y lenguaje
9. Filosofía y lenguaje II
10. Filosofía y sentido de la existencia.
11. ¡Ay Dios!
3. Una inmersión en la filosofía de las ciencias.
Las ciencias parecen estar fuera de la filosofía e inmunes a sus debates y problemas. Por ello el objetivo de este seminario es mostrar que, en el siglo XX, los debates sobre filosofía de las ciencias han sido filosóficos y han llevado a replantear el sentido de las ciencias y re-ubicarlas en la filosofía. Al mismo tiempo, los temas resultantes de este enfoque son tan amplios que implicarán, como corresponde, un planteo global sobre las capacidades del conocimiento humano y la relación entre ciencias, filosofía, religión y política.
Temas específicos:
1. El surgimiento de la ciencia en la modernidad
2. El inductivismo: rígido, amplio, aristotélico.
3. El neopositivismo
4. Popper
5. Popper II
6. Kuhn I
7. Kuhn II
8. Lakatos
9. Feyerabend
10. Feyerabend II
11. ¿Y ahora qué?
12. De la ciencia a la filosofía.
4. Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. El seminario anterior nos dejará planteadas tres preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
RECUERDEN QUE TODA DUDA DEBE SER DIRIGIDA A [email protected]
* Si bien este es un curso de filosofía para profesionales de diversas carreras, quienes hayan estudiado filosofía (profesores, licenciados y doctores) se podrán beneficiar ampliamente del mismo dado que se abordan temas filosóficos que usualmente se encuentran ajenos a los contenidos curriculares de las carreras universitarias y terciarias en filosofía.
TEMAS:
Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. Hay que concentrarse en estas preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
CUESTIONES PRÁCTICAS:
1. Fecha de inicio: martes 20 de Marzo.
2. Hora: 19 a 21.
3. Lugar: casa de Gabriel y Marcela, en Villa del Parque (la dirección será dada después del email correspondiente).
4. Condiciones de ingreso: a) buena onda; b) sentido del humor; c) habitar el Planeta Marte; d), enviar un email a [email protected] explicando por qué quiere hacer el curso; e) no olvidar el punto d; f) no olvidar sacar el pasaje de Marte a Villa del Parque con anticipación.
5. Costo, $ 200 por mes.
6. El material de lectura será enviado por email.
7. Cualquier duda o pregunta adicional, enviar un email a [email protected]
SOBRE EL MÉTODO:
Desde el 2006 hasta la fecha, ELEFE (Escuela libre de estudios filosóficos y epistemológicos) ha sido una alternativa al sistema formal de enseñanza. Sin pretender sustituirlo, sencillamente porque por ahora es jurídicamente imposible, sin embargo hemos hecho lo posible por crear un ambiente familiar, amistoso, serio y desacartonado a la vez, donde todos han podido expresarse, aprender y estar libres de los temores y presiones del sistema formal.
Sin dejar de lado estas reuniones, daremos un nuevo paso. Siempre he tratado, dentro del sistema formal, de abrir la filosofía para todos, tratando de programar post-grados en filosofía para profesionales de diversas carreras. Las tres veces fue imposible: el sistema formal es demasiado rígido y no quiero entrar en detalles que atentarían contra la caridad. Sólo quiero volver a decir que, en una sociedad abierta, respetuosa de las libertades individuales, cada uno estudia lo que quiere con quien quiere, tiene los títulos que su esfuerzo y libertad le otorgan, corre los riesgos respectivos y nadie impide a otros recorrer ningún camino. Menos aún con la filosofía: todos los seres humanos son filósofos; mi vida entera ha sido un llamado a despertar a los filósofos dormidos, a tomar la pastillita roja…
Ahora, sencillamente, en la paz y en la libertad de mi hogar, en la amistad del diálogo, en la calidez de la comprensión y estímulo al que quiere despertar al filósofo que lleva dentro, voy a ofrecer cursos de filosofía sistemáticos, una vez por semana, para profesionales y para cualquiera que quiera aprender. Sin pila, sin cable, sin temores, sin exámenes más que la existencia auténtica, sin títulos más que la propia seriedad de la vida y el prestigio del propio estudio. Ideal para quienes están más o menos en la mitad de la vida y miran con nostalgia la filosofía que no pudieron estudiar en su momento. Ideal para quienes ya están dentro del sistema formal, que ya tienen su título, y ahora, sencillamente, quieren volver al amor a la sabiduría que siempre llevaron consigo.
Por supuesto, me preguntarán por el contenido de los cursos. Antes que eso, y más importante, es el método, que es un meta-contenido que abarca todos los otros; es, como diría Karl Popper, una actitud más que una teoría. Ese método consiste en la siguiente paradoja: el zanottismo anti-zanottista :-)
Zanottismo porque, obviamente, yo doy clase desde mí, desde mi propia formación e ideas, que se pueden ver si abren mi CV y observan mi formación, mis escritos, etc. (ver en www.gabrielzanotti.com.ar). Por supuesto, sobre ese tema hay (¡Ay! :-) dudas. ¿Qué es Zanotti? ¿Tomista, popperiano, hermenéutico, liberal, husserliano, etc., etc., etc.? Yo tampoco tengo la respuesta, así que me pueden ayudar a descubrirla :-)
Pero anti-zanottista porque en mis cursos, aunque yo no lo pretenda, cada uno se ubica en sí mismo y en su carril. Yo lo único que hago es poner a cada tren, a cada uno, en su camino, aunque no sea el mío. A su vez, si alguien camina mi camino, lo hará libremente, por propia convicción, y entonces será su camino también.
Y ello es porque el Zanottismo es un método (nada original, pero sí muy olvidado en el sistema educativo formal) que consiste fundamentalmente en diálogo. En las clases de zanotti (sí, con minúsculas) todo el mundo puede estar en desacuerdo con cualquier cosa que diga zanotti, incluso, con esto último. En sus clases, no hay que saber para opinar, sino opinar para saber. En sus clases, las preguntas son parte indispensable de la planificación de clase. En sus clases, la libertad forma parte esencial del método. Ninguna pregunta molesta, al contrario, lo que molesta es la falta de preguntas. Y si alguien quiere atacar con alguna pregunta, zanotti hace Aikido lingüístico :-)
Por supuesto, todo esto lo saben mis ex alumnos y ahora amigos (que fueron alumnos porque siempre los traté como amigos), pero si alguien lo duda, try me.
El zanottismo antizanottista incluye otros métodos que se despliegan espontáneamente según aparezcan imprevisiblemente en las previsibles neuronas de zanotti: a) chistes ridìculos, de los cuales uno se ríe por lo ridículo, no por el chiste ), b) reflexiones sobre películas de Woody Allen, y películas de Hollywood que supuestamente no dan para nada (o sea, son heideggerianas ) c) ejemplos con Star Trek, donde ningún ser humano ha llegado antes, pero Zanetti sí ) d) reflexiones sobre el Aikido, e) otros imprevistos semejantes :-).
Este es el valor agregado de mis cursos, a parte de 26 años de resistir al sistema educativo formal.
El zanottismo antizanottista tampoco emite certificados de ningún tipo, coherentemente con el anarquismo libertario descripto :-). Sin embargo, si alguno quisiera que yo certificara su asistencia a mis cursos, lo acepto, en cuyo caso se pedirá un trabajo monográfico donde el asistente deba someter a crítica el material expuesto.
SOBRE EL POST-GRADO COMPLETO:
Este curso en filosofía, si se cursan los 4 cuatrimestres, es un post-grado completo de dos años. Como la inteligencia funciona sola y cada uno con sus tiempos (otro método zanottista) nadie debe preocuparse por la formación anterior o qué hizo antes. Los temas del post-grado completo son los siguientes:
1. Introducción al sentido de la historia de la filosofía.
La filosofía NO es un conjunto inconexo de sistemas, sistemas de ideas que parecen haber sido concebidos por gente lunática que tenía los pies en cualquier lado, menos en la Tierra. La historia de la filosofía es el despliegue coherente de la búsqueda de la razón humana por el sentido, y cada período, por ende, tiene un sentido que se explica por el anterior y se proyecta al posterior. La explicación de ese sentido, más que un show erudito de nombres y fechas (para eso tienen infinidad de libros y enciclopedias) es el objetivo de este curso. Esto es, no una “historiografía”, sino el sentido de la filosofía antigua, medieval, etc.
Temas específicos:
1. La filosofía antigua y la metafísica de Aristóteles
2. Los comienzos de la filosofía medieval
3. El apogeo de la escolástica y Santo Tomás de Aquino
4. Renacimiento, modernidad y Renato Descartes
5. Hume y la crisis de la metafísica racionalista
6. Kant I
7. Kant II
8. La metafísica después de Kant
9. Diversos temas de la filosofía contemporánea
10. Un no creyente, Popper
11. Una creyente, Edith Stein.
2. Los temas siempre presentes de la filosofía.
La filosofía, si no es humana, si no es un intento de respuesta a los interrogantes más profundos de la existencia humana, es tan importante como la historia del ping pong (sin menospreciar en absoluto al ping pong). Por eso estos temas serán dados desde una perspectiva humana y existencial y serán por ende una terapia filosófica.
Temas:
1. Filosofía de la filosofía.
2. La historia de la filosofía
3. Libre albedrío y determinismo
4. Alma y cuerpo, conciencia y objeto, mente y cerebro
5. El conocimiento
6. Conocimiento e interpretación
7. Conocimiento e interpretación II
8. Filosofía y lenguaje
9. Filosofía y lenguaje II
10. Filosofía y sentido de la existencia.
11. ¡Ay Dios!
3. Una inmersión en la filosofía de las ciencias.
Las ciencias parecen estar fuera de la filosofía e inmunes a sus debates y problemas. Por ello el objetivo de este seminario es mostrar que, en el siglo XX, los debates sobre filosofía de las ciencias han sido filosóficos y han llevado a replantear el sentido de las ciencias y re-ubicarlas en la filosofía. Al mismo tiempo, los temas resultantes de este enfoque son tan amplios que implicarán, como corresponde, un planteo global sobre las capacidades del conocimiento humano y la relación entre ciencias, filosofía, religión y política.
Temas específicos:
1. El surgimiento de la ciencia en la modernidad
2. El inductivismo: rígido, amplio, aristotélico.
3. El neopositivismo
4. Popper
5. Popper II
6. Kuhn I
7. Kuhn II
8. Lakatos
9. Feyerabend
10. Feyerabend II
11. ¿Y ahora qué?
12. De la ciencia a la filosofía.
4. Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. El seminario anterior nos dejará planteadas tres preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
RECUERDEN QUE TODA DUDA DEBE SER DIRIGIDA A [email protected]
* Si bien este es un curso de filosofía para profesionales de diversas carreras, quienes hayan estudiado filosofía (profesores, licenciados y doctores) se podrán beneficiar ampliamente del mismo dado que se abordan temas filosóficos que usualmente se encuentran ajenos a los contenidos curriculares de las carreras universitarias y terciarias en filosofía.
lunes, 28 de noviembre de 2011
RESPUESTA A "LOS NEOMARITENIANOS" II
CONTESTACIÓN A “LOS NEOMARITENIANOS”.
Por Gabriel J. Zanotti
27-11-2011.
Ante todo me disculpo por el estilo informal de mi blog de hoy, que dio origen, en este caso, a malentendidos. No sólo no me molestó la crítica de Fernando Romero Moreno sino que debo a él una honestidad intelectual y una caridad en los desacuerdos que son realmente excepcionales en los ambientes intelectuales argentinos, sean cuales fueren.
Mis diferencias con su enfoque podrían enumerarse en los siguientes puntos:
1. La reseña histórica del liberalismo católico clásico pone como primer ejemplo a Lamennais, cuando podría haber comenzado desde mejores ejemplos que no fueron nunca condenados ni advertidos por el Magisterio de aquél entonces, dejando de lado el caso de Rosmini a quien el Magisterio de Juan Pablo II y Benedicto XVI ha rehabilitado.
2. Las características del “Nuevo Liberalismo Católico” son casi idénticas a todo lo afirmado por el Vaticano II sobre la justa autonomía de lo temporal, la distinción, no separación, entre Iglesia y estado, la libertad religiosa, etc. Es entonces cuando pregunto si las críticas a este NLC no están hechas desde el mismo espíritu que Lefebvre tiene hacia el Vaticano II, esto es, acusarlo de ser contradictorio con el Magisterio pre-conciliar y quedarse, por ende, en una posición lefebvriana implícita.
3. Fernando tiene razón en que algunos autores del NLC incurren en una postura clerical al afirmar a la democracia constitucional moderna al estilo EEUU como ahora “la” doctrina oficial de la Iglesia. Pero ello nos lleva a lo que comenté en un artículo reciente (1): es el mismo clericalismo (históricamente comprensible) de Pío IX cuando en sus condenas tenía “in mente” un estado católico sin la libertad religiosa tal como la define el Vaticano II. Por eso yo llego a la conclusión de que ambos magisterios no han distinguido suficientemente el campo de lo opinable cuando se expiden en materia de régimen político (y ni que hablar en materia económica). Ese margen de opinabilidad legítima en relación al depositum fidei es clave y lo he conversado con Fernando muchas veces y lo he escrito y aclarado innumerables veces (2), y es la clave de mi debate con los tradicionalistas. Yo no quiero hacerlos liberales con argumentos de Fe, sino simplemente señalarles que la opción entre un gobierno sin constitución liberal clásica con una economía corporativa es una opción opinable en relación a la fe, lo mismo que mi propia opción por una democracia constitucional con economía de mercado. Pero ellos parecería que quieren presentar su opción política como derivada directamente del depósito de la fe….
4. Fernando hace aclaraciones totalmente verdaderas frente a las cuales me pregunto entonces por qué seguir debatiendo. Hace dos que son sencillamente claves para el debate. Primera: “…Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales”. Segunda: “el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”.
¿Entonces? ¿Cuál es el problema? La democracia que proponemos Bosca, Fazio y yo no es “naturalista”; nuestra laicidad no es “a-confesional”, sino “confesionalidad sustancial”, aunque Bosca y Fazio no usen esa terminología, y lo del capitalismo liberal lo soluciona el mismo Fernando en su primera aclaración.
5. La condena que Fernando hace a Maritain como heterodoxo lo lleva nuevamente a acercarse a Lefebvre.
6. Si alguien dijo alguna vez que los EEUU fueron el liberalismo admitido por la Iglesia y que la revolución francesa fue el liberalismo condenado, Fernando tiene razón en criticar semejante simpleza. La cuestión es que el common law que da origen a los derechos individuales clásicos provenía evolutivamente del medioevo medieval. Y respecto a esas libertades como “de perdición”, entonces volvemos al debate sobre la libertad religiosa en el Vaticano II….
7. Me pregunto si la distinción entre tesis e hipótesis fue teológicamente adecuada. Después del pecado original, todo es hipótesis. Y si queremos llamar tesis a un régimen político ideal, cuál fuera ese es también tema opinable que no se puede derivar directamente del depósito de la fe.
8. Coherentemente con lo anterior, pretender que un magisterio en lo social sobre una “tesis” sea “definitivo” es incurrir otra vez en un clericalismo e integrismo que me pregunto si no son ellos, precisamente, los contrarios al depósito de la Fe……………………
Eso es todo en principio. Me parece que Fernando ha captado la evolución de ciertos autores en relación a un planteo liberal y católico, mantiene con ellos sus diferencias pero la cuestión es: ¿desde dónde? Si es desde la Fe, nos introducimos de vuelta en el tema de hasta dónde llega lo opinable. Si él opta por un tradicionalismo español como su mejor régimen político y yo por el liberalismo clásico de origen anglosajón, ok, pero entonces discutamos de política en temas opinables y no de Fe. Esto ya lo he escrito muchas veces. Pero me parece que Fernando se inclina por otra cosa y es allí donde el tema se complica…………. Por lo demás, si lo que Fernando critica es cierto clericalismo liberal católico estimulado por el Vaticano II, como si ser católico fuera ahora igual a ser democrático, constitucional, etc., tiene razón: todas esas cuestiones son opinables. Pero también lo eran los regímenes políticos “católicos” de los cuales estaban enamorados Gregorio XVI, Pío IX, y sea lo que fuere lo que tenía in mente Pío XI cuando escribió Quas primas.
---------------------------------------
(1) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf
(2) “Reflexiones sobre la encíclica “Libertas” de Leon XIII”, en El Derecho, 11 de octubre de 1988; “La temporalización de la Fe”, en el libro Cristianismo, Sociedad Libre y Opción por los pobres, Centro de Estudios Públicos, Santiago de Chile, 1988; “Modernidad e Iluminismo”, Libertas, Nro. 11, 1989; “Reflexiones sobre cuestiones obvias”, en El Derecho, del 29/1/93; “Economy and Culture in the Thought of John Paul II”, en Logos, A Journal of Catholic Thought and Culture; 1:2 1997; “La interpretación correcta del Concilio Vaticano II”, en Instituto Acton (versión on line), Febrero de 2006; “¿Què es lo opinable?”, en Instituto Acton (versión on line), Julio de 2005; “León XIII, Benedicto XVI y los EEUU”, en Instituto Acton, versión on line en www.institutoacton.com.ar, del 13-4-08; “Sobre el discurso de Benedicto XVI en las Naciones Unidas”, en Instituto Acton, versión on line en www.institutoacton.com.ar, del 19-5-08.
Por Gabriel J. Zanotti
27-11-2011.
Ante todo me disculpo por el estilo informal de mi blog de hoy, que dio origen, en este caso, a malentendidos. No sólo no me molestó la crítica de Fernando Romero Moreno sino que debo a él una honestidad intelectual y una caridad en los desacuerdos que son realmente excepcionales en los ambientes intelectuales argentinos, sean cuales fueren.
Mis diferencias con su enfoque podrían enumerarse en los siguientes puntos:
1. La reseña histórica del liberalismo católico clásico pone como primer ejemplo a Lamennais, cuando podría haber comenzado desde mejores ejemplos que no fueron nunca condenados ni advertidos por el Magisterio de aquél entonces, dejando de lado el caso de Rosmini a quien el Magisterio de Juan Pablo II y Benedicto XVI ha rehabilitado.
2. Las características del “Nuevo Liberalismo Católico” son casi idénticas a todo lo afirmado por el Vaticano II sobre la justa autonomía de lo temporal, la distinción, no separación, entre Iglesia y estado, la libertad religiosa, etc. Es entonces cuando pregunto si las críticas a este NLC no están hechas desde el mismo espíritu que Lefebvre tiene hacia el Vaticano II, esto es, acusarlo de ser contradictorio con el Magisterio pre-conciliar y quedarse, por ende, en una posición lefebvriana implícita.
3. Fernando tiene razón en que algunos autores del NLC incurren en una postura clerical al afirmar a la democracia constitucional moderna al estilo EEUU como ahora “la” doctrina oficial de la Iglesia. Pero ello nos lleva a lo que comenté en un artículo reciente (1): es el mismo clericalismo (históricamente comprensible) de Pío IX cuando en sus condenas tenía “in mente” un estado católico sin la libertad religiosa tal como la define el Vaticano II. Por eso yo llego a la conclusión de que ambos magisterios no han distinguido suficientemente el campo de lo opinable cuando se expiden en materia de régimen político (y ni que hablar en materia económica). Ese margen de opinabilidad legítima en relación al depositum fidei es clave y lo he conversado con Fernando muchas veces y lo he escrito y aclarado innumerables veces (2), y es la clave de mi debate con los tradicionalistas. Yo no quiero hacerlos liberales con argumentos de Fe, sino simplemente señalarles que la opción entre un gobierno sin constitución liberal clásica con una economía corporativa es una opción opinable en relación a la fe, lo mismo que mi propia opción por una democracia constitucional con economía de mercado. Pero ellos parecería que quieren presentar su opción política como derivada directamente del depósito de la fe….
4. Fernando hace aclaraciones totalmente verdaderas frente a las cuales me pregunto entonces por qué seguir debatiendo. Hace dos que son sencillamente claves para el debate. Primera: “…Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales”. Segunda: “el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”.
¿Entonces? ¿Cuál es el problema? La democracia que proponemos Bosca, Fazio y yo no es “naturalista”; nuestra laicidad no es “a-confesional”, sino “confesionalidad sustancial”, aunque Bosca y Fazio no usen esa terminología, y lo del capitalismo liberal lo soluciona el mismo Fernando en su primera aclaración.
5. La condena que Fernando hace a Maritain como heterodoxo lo lleva nuevamente a acercarse a Lefebvre.
6. Si alguien dijo alguna vez que los EEUU fueron el liberalismo admitido por la Iglesia y que la revolución francesa fue el liberalismo condenado, Fernando tiene razón en criticar semejante simpleza. La cuestión es que el common law que da origen a los derechos individuales clásicos provenía evolutivamente del medioevo medieval. Y respecto a esas libertades como “de perdición”, entonces volvemos al debate sobre la libertad religiosa en el Vaticano II….
7. Me pregunto si la distinción entre tesis e hipótesis fue teológicamente adecuada. Después del pecado original, todo es hipótesis. Y si queremos llamar tesis a un régimen político ideal, cuál fuera ese es también tema opinable que no se puede derivar directamente del depósito de la fe.
8. Coherentemente con lo anterior, pretender que un magisterio en lo social sobre una “tesis” sea “definitivo” es incurrir otra vez en un clericalismo e integrismo que me pregunto si no son ellos, precisamente, los contrarios al depósito de la Fe……………………
Eso es todo en principio. Me parece que Fernando ha captado la evolución de ciertos autores en relación a un planteo liberal y católico, mantiene con ellos sus diferencias pero la cuestión es: ¿desde dónde? Si es desde la Fe, nos introducimos de vuelta en el tema de hasta dónde llega lo opinable. Si él opta por un tradicionalismo español como su mejor régimen político y yo por el liberalismo clásico de origen anglosajón, ok, pero entonces discutamos de política en temas opinables y no de Fe. Esto ya lo he escrito muchas veces. Pero me parece que Fernando se inclina por otra cosa y es allí donde el tema se complica…………. Por lo demás, si lo que Fernando critica es cierto clericalismo liberal católico estimulado por el Vaticano II, como si ser católico fuera ahora igual a ser democrático, constitucional, etc., tiene razón: todas esas cuestiones son opinables. Pero también lo eran los regímenes políticos “católicos” de los cuales estaban enamorados Gregorio XVI, Pío IX, y sea lo que fuere lo que tenía in mente Pío XI cuando escribió Quas primas.
---------------------------------------
(1) http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf
(2) “Reflexiones sobre la encíclica “Libertas” de Leon XIII”, en El Derecho, 11 de octubre de 1988; “La temporalización de la Fe”, en el libro Cristianismo, Sociedad Libre y Opción por los pobres, Centro de Estudios Públicos, Santiago de Chile, 1988; “Modernidad e Iluminismo”, Libertas, Nro. 11, 1989; “Reflexiones sobre cuestiones obvias”, en El Derecho, del 29/1/93; “Economy and Culture in the Thought of John Paul II”, en Logos, A Journal of Catholic Thought and Culture; 1:2 1997; “La interpretación correcta del Concilio Vaticano II”, en Instituto Acton (versión on line), Febrero de 2006; “¿Què es lo opinable?”, en Instituto Acton (versión on line), Julio de 2005; “León XIII, Benedicto XVI y los EEUU”, en Instituto Acton, versión on line en www.institutoacton.com.ar, del 13-4-08; “Sobre el discurso de Benedicto XVI en las Naciones Unidas”, en Instituto Acton, versión on line en www.institutoacton.com.ar, del 19-5-08.
domingo, 27 de noviembre de 2011
CONTESTACIÓN A “LOS NEOMARITENIANOS”. El tema de la posibilidad de ser católico y liberal, again.
JUEVES 24 DE NOVIEMBRE DE 2011
LOS NEOMARITAINEANOS
Aproximación al Nuevo Liberalismo Católico
Artículo publicado en el número 22 del Diario de Filosofía del Derecho de El Derecho.
por Fernando Romero Moreno
1. El error del “liberalismo católico”, es de antigua data.
Las contestaciones a que sea un error, también………:-))
Con diversidad de matices y tendencias, puede rastrearse su origen en el pensamiento de Lamennais y probablemente su representante mayor en el siglo XX haya sido Jacques Maritain.
No se pueden comparar ambos autores: ni en su formación filosófica, ni en su respeto al Magisterio…….. Citar 1ro a Lamennais es citar primero al peor………. ¿Por qué no comenzar con Rosmini, Lord Acton, Lacordaire, Ozanam……?
La oposición entre las tesis de este liberalismo con la Fe católica fue expuesta por la mayoría de los Papas, sobre todo a partir de Gregorio XVI.
De vuelta lo mismo: ¿por qué quedan afuera los papas desde Pío XII en adelante? Porque si no, no se trata de la oposición entre el Liberalismo Católico y la Iglesia, sino entre Lefebvre y el Vaticano II……………
Como saben los entendidos, en su naturaleza más íntima el liberalismo católico es, por un lado, un naturalismo o semi- naturalismo político que promueve un laicismo “moderado”, según aquel apotegma clásico convertido por ellos en “ideal” o “tesis”: La Iglesia libre en el Estado libre. Es decir, la renuncia a la doctrina del Estado católico,
De vuelta, esta “renuncia”, ¿no es la del Vaticano II?
convirtiendo en una norma “de máxima” la hipótesis del Estado laico “aconfesional”, respetuoso de la Ley Natural y de la libertad de la Iglesia. Junto con esto, caracteriza al liberalismo católico un intento de superar el individualismo y el utilitarismo de los liberales ilustrados mediante una antropología “personalista” [1] que desnaturaliza la naturaleza del bien común. Estos dos aspectos se manifiestan luego en la valoración que hacen del capitalismo, la democracia, la Revolución y la Modernidad.
De vuelta: ¿por qué no decirles todo eso a Pío XII, el Vaticano II, Benedicto XVI, que son los que hablan de “sana laicidad del estado”?
2. En los últimos treinta años se ha ido desarrollando una variante del “liberalismo católico” que sólo tiene diferencias de grado con el anterior, viene formulado con una terminología nueva – al menos en parte – y pretende apoyarse en los documentos del Concilio Vaticano II y en las enseñanzas de los Papas posteriores al mismo. Además, frente a la “aventura de la teología progresista”, es visto en muchos ambientes como un baluarte de ortodoxia.
Ahora estamos en tema.
3. Antes de explayarnos en los errores de esta corriente, queremos reconocer que, en sus representantes, hay un genuino y legítimo deseo de cristianizar el orden temporal; de garantizar la legítima autonomía de las realidades terrenas; de recordar la misión que tienen los laicos de santificarse y santificar la vida personal, familiar y social (la “consecratio mundi”); de respetar la legítima libertad en cuestiones opinables y prudenciales; de dar fundamento a una sana laicidad; y, en definitiva, de “oxigenar” los ambientes cristianos de actitudes y mentalidades clericales o integristas, proclives al celo amargo, a un desordenado “agere contra” y a una intransigencia cerril no con el error, sino también con las personas que yerran. Por otro lado, sus representantes han hecho aportes valiosos en distintos campos del saber, como la teología, la filosofía, el derecho, la historia, la economía, etc. No obstante y más allá del natural aprecio que sentimos por algunos de ellos (a quienes conocemos personalmente), no podemos dejar de advertir sobre los errores de sus posturas.
Ok, excelente, eso es honestidad personal e intelectual.
Algunos de los referentes más importantes de este liberalismo católico son, según nos parece, Pedro Lombardía, Michael Novak, Andrés Ollero Tassara, Martín Rhonheimer, Roberto Bosca, Alfonso Santiago, Rafael Termes, Gabriel Zanotti, Alejandro Chafuén, George Weigel, Mons. Mariano Fazio y Juan Manuel Burgos. [2]
4. Vamos a sintetizar las principales características o notas del Nuevo Liberalismo Católico (de ahora en más, NLC). Previamente queremos advertir que no todos los referentes del mismo adhieren a la totalidad de las ideas que señalaremos o no lo hacen siempre del mismo modo.
Thanks por esa delicada aclaración.
Así, por ej: Gabriel Zanotti no defiende la “tesis” de la laicidad aconfesional sino la de una “confesionalidad substancial”
Sos el único que se acuerda…………
y Mons. Mariano Fazio es crítico del liberalismo económico, pero hacer un análisis exhaustivo del pensamiento de cada uno de ellos excedería el marco de esta nota. Vamos pues a exponer de modo general los rasgos fundamentales del NLC:
a) Defensa como ideal de una “laicidad aconfesional” en una comunidad política respetuosa de la Ley Natural, teniendo como superada – por clerical o integrista – la doctrina tradicional acerca de la necesidad del Estado católico. Esta “laicidad aconfesional” (separación amistosa entre el Estado y la Iglesia) presentada como “tesis” fue oportunamente reprobada por el Papa León XIII (precisamente en relación al caso norteamericano, que el Santo Padre consideró como la mejor solución para esa nación dadas sus circunstancias, pero no como el “ideal supremo”)
Pregunto: después del pecado original, ¿no todo el orden político es siempre “en hipótesis”?
y el Concilio Vaticano II no cambió nada al respecto, pues sostuvo que la doctrina tradicional sobre las relaciones Iglesia- Estado seguía vigente,
Si pero no aclaró cómo…….
idea que nos parece ser la clave hermenéutica para interpretar correctamente la Declaración “Dignitatis Humanae”. Dice el Concilio: “puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo” [3]
Esa es la clave del problema. El “estado católico” defendido por la “doctrina tradicional” no dejaba lugar para la inmunidad de coacción en la sociedad civil……………….
Es que la Iglesia siempre ha sostenido, como enseñanza definitiva de su Magisterio Ordinario y Universal, que, supuesta una comunidad mayoritariamente católica, el Estado debe serlo también.
“Siempre”??????? Entonces la Iglesia posterior al Vaticano II no es católica. Eso es Lefebvre. Si es así, ¿por qué no lo defendés directamente y listo?
Y esto no sólo por razones culturales, sino porque el hombre debe rendir culto a Dios de modo individual como social.
¿Cómo hacerlo socialmente sin coaccionar la libertad religiosa? La solución es que el modo de hacerlo socialmente quede librado a la prudencia de las circunstancias históricas, introduciendo con ello el tema de lo opinable………………….
No “favoreciendo el hecho religioso en general” (indiferentismo político) sino con actos de culto público al Dios Uno y Trino de la Revelación cristiana, con la subordinación de su orden político y jurídico a la Ley Natural y a la Ley Divino- positiva, con el reconocimiento expreso de la Realeza social de Nuestro Señor Jesucristo, y con el apoyo a la Iglesia Católica, sin menoscabo de la recíproca libertad del Estado y de la Iglesia en sus campos respectivos (distinción de potestades, sin separación).
Uf ¡!, de vuelta lo mismo……….. ¿Eso es depósito de la Fe?
Eso no supone, pues, defender un Estado fundamentalista, clerical o integrista (confusión entre lo temporal y lo espiritual).
¿No?
Que en el “modelo de Cristiandad medieval” hubiera desviaciones en ese sentido (como de hecho las hubo) no es algo consubstancial a la naturaleza del Estado católico. De modo que identificar la mentada “unión del Trono y del Altar” como una “esencial” confusión entre lo sacro y lo profano es una afirmación falsa. Si una novedad vino a aportar el Concilio Vaticano II fue la de complementar las enseñanzas clásicas acerca de las relaciones Iglesia- Estado con una mejor comprensión de la autonomía relativa de lo temporal (sana laicidad) y con la doctrina de la libertad “civil” en materia religiosa [4], pero dejando intactas las obligaciones del hombre y de la sociedad respecto de la verdadera Iglesia de Cristo.
Pero, de vuelta, no parece ser ello compatible con el “estado católico” que tenía in mente Pío IX cuando escribía……
Esa misma noción de “libertad religiosa” tiene aún que formularse de modo más claro –una mejora nos parece que ya existe en el Catecismo de la Iglesia Católica – para mostrar la continuidad, en lo esencial y definitivo, respecto del Magisterio precedente.
TODO puede ser siempre más claro……..
La hipótesis de un Estado laico “aconfesional” pero respetuoso de la Ley Natural, siempre fue vista por la Iglesia como un “mínimo exigible” en naciones pluriconfesionales y con comunidades católicas minoritarias. Pero, repetimos, nunca como “el” ideal.
En la Gaudium et Spes esa relación entre Tesis e Hipótesis se corta. Otra vez: ¿entonces el Vaticano II es una herejía? ¿Sí o no? Si si, deberías ponerte explícitamente de lado de Lefebvre; si no, entonces es un tema opinable……………….
Por otro lado, dicho Estado, históricamente no existió y antropológicamente es de difícil aplicación, si contamos con la existencia del pecado original y con las distintas “interpretaciones” que de hecho hay acerca del iusnaturalismo.
Oh!!!!, como si el estado confesional fuera de fácil aplicación y como si hubiera existido una época donde funcionara perfectamente ¡!!!!!!!!!
b) Justificación del capitalismo liberal como un régimen económico compatible con la Doctrina Social de la Iglesia, siempre que se entienda al liberalismo como despojado de la ética individualista y/o utilitarista, y suponiendo la difusión de una cultura basada en el “personalismo”. En rigor de verdad, todos los Papas que se ocuparon de la “cuestión social” han reprobado, con diversidad de matices, el liberalismo económico. Algunos (León XIII, Pío XI y Juan Pablo II) explicaron que no se condenaba al capitalismo como sistema sino a la ideología liberal que podía ir unida al mismo. Pero ninguno sostuvo que el “capitalismo liberal” podía ser aceptable si se lo enmarcaba en un conjunto de valores respetuosos de la dignidad humana, pues tal cosa era y es contradictoria en sí misma. No alcanza con difundir una “cultura de la solidaridad y de la ética social empresaria” ni garantizar un orden jurídico- político que respete las instituciones del libre mercado (propiedad privada, contratos, estabilidad de la moneda, etc) o los derechos de terceros. Es necesaria, además de eso, una justa regulación del orden económico por parte de las entidades intermedias y del Estado (que tenga en cuenta la justicia social y el bien común), regulación que la doctrina de la Iglesia – dentro del respeto al principio de subsidiariedad – siempre ha reclamado. Como hay además una condena al “capitalismo real”, cuyo impacto global el Papa Pío XI no dudó en calificar como Imperialismo Internacional del Dinero, expresión que también fue utilizada por el Magisterio posterior al Concilio Vaticano II. Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales.
Uy…………………. TODOS MIS LIBROS CONTESTAN ESTO…………………………………………….
Por lo demás,
“…Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales”,
es la CLAVE de la cuestión y que evita todo lo que pusiste en principio, y NO es una cuestión histórica: es eje central de las tesis de la Escuela Austríaca de Economía……………………..
c) Presentación de la democracia como el mejor régimen político y como una “fe secular”, siempre que se trate de una democracia no relativista y fundada en normas absolutas “predemocráticas”, cuyo origen se encuentra en la Ley Natural. Si bien es cierto que a partir de León XIII y de modo más claro con Pío XII, hubo una “mayor apertura” de la Iglesia hacia el régimen republicano, las exigencias para que el mismo sea conforme con la Ley divino- positiva y con la Ley Natural nada tienen que ver con reducir el bien común al orden natural, convertir la democracia en una “fe secular” o presentarla como el mejor régimen político.
Tenés razón en que la democracia constitucional no debe ser presentada por el magisterio como el mejor régimen político. Pero tampoco entonces el estado no democrático, corporativo e intervencionista que muchos católicos creen leer (¿o leen bien?) en documentos pontificios anteriores……………….
Precisamente algunas de esas tesis fueron las que San Pío X condenó en el Movimiento Le Sillon.
Si, sabés que lo sé que cito ello en uno de mis primeros trabajos. Pero los que hablan de la condena a Le Sillón luego dicen que la condena a “la acción francesa” fue solamente disciplinar……….. Je je……….. Qué conveniente, no?
Por otra parte, los católicos que se oponen a esta forma de gobierno en su formulación moderna (división de poderes, constitución escrita, sufragio universal, etc), no son defensores de regímenes totalitarios y/o autoritarios, como algunos parecen insinuar.
Tenés razón. Pero los que defendemos al liberalismo político y económico no somos los defensores del mal, como casi todos dicen (ni parecen ni insinúan, dicen).
La rica doctrina del tradicionalismo español (sobre todo del “carlismo”) o, en materia económica, del “distributismo inglés” (G.K.Chesterton- Hilaire Belloc) son ejemplos más que elocuentes en este sentido.
TODOS TEMAS OPINABLES.
d) Rechazo de la herencia política originada en la Revolución Francesa de 1789 (democracia totalitaria y laicismo beligerante) en contraposición al modelo laico, pluralista y respetuoso de la religión, encarnado en la Revolución Norteamericana de 1776 (y que algunos relacionan con la Revolución Inglesa de 1688). Es una vieja tesis conservadora (Edmund Burke) [5], retomada por el nuevo liberalismo católico y por los llamados “neoconservadores” [6]. Volvemos a recordar las reservas de León XIII respecto del “modelo norteamericano”
Si, de vuelta, pero esas reservas parecen haber caído en desuetudo por el Magisterio conciliar y post-conciliar. De vuelta lo mismo………..
y consideramos que esa visión idílica acerca de los Padres Fundadores (no respecto de sus ideas, sino de los hechos concretos) no resiste el análisis histórico, si tenemos en cuenta la persecución a la Iglesia católica que hubo en algunos Estados de la Unión, la tolerancia con la esclavitud, el imperialismo colonialista expuesto en el “Destino Manifiesto” (en particular respecto de Hispanoamérica), la difusión de sectas protestantes en América central y América del Sur financiadas por el gobierno de los EE.UU, la enorme influencia en esa Nación de la Masonería y de entidades hostiles al Catolicismo, etc…
NADA resiste al examen de la historia, querido amigo………… Aplícalo a tu querida cristiandad medieval………………
Algunos de los defensores de esta distinción, como Mons. Fazio, reconocen varios de los problemas señalados, pero los vinculan con influencias del liberalismo ilustrado de origen francés o con una de las expresiones del nacionalismo y del imperialismo “modernos” (aunque podrían citarse textos de Locke o de Tocqueville sobre el catolicismo para refutar o al menos matizar estos juicios). En todo caso y sea lo que fuere acerca del origen ideológico de estos problemas, no nos parece que sea doctrinal e históricamente verdadero el planteo de una Revolución moderna “buena” (la de los EE.UU en 1776) frente a otra “mala” (la Francesa de 1789).
Lo que sostiene Hayek es que el common law evoluciona en Inglaterra desde la ley natural cristiana del medioevo. ESA es la distinción.
El tema, como tiene en sus presupuestos un análisis de tipo histórico, es más conjetural y opinable en lo que a la reconstrucción del pasado se refiere, pero no puede servir para justificar como “positiva” en sede filosófica y/o teológica, una Revolución “fundadora” de la laicidad “aconfesional”, de la democracia “iusnaturalista” y del capitalismo “liberal”. Sobre una posible interpretación “paleoconservadora” (y por lo tanto “no liberal”) de la Revolución Norteamericana, no nos pronunciamos en este artículo.
Nadie dice que los EEUU son “la tesis” querido amigo. Lo que YO te digo es que “nada histórico” es o fue “la tesis”………………
Es más, te agrego una hipótesis teológica: después del pecado original, nada es tesis, todo es hipótesis. ¿Es herética?
e) Visión altamente optimista de la Modernidad, valorando lo que llaman el proceso de “desclericalización” (aunque critiquen el secularismo), que ha permitido pensar en la posibilidad de una Modernidad “cristiana”, cuyos antecedentes serían la Segunda Escolástica Española, el liberalismo “moderado” al estilo de Tocqueville, el personalismo de Maritain y Mounier, y el Magisterio del Concilio Vaticano II ( sobre todo a partir de la Constitución “Gaudium et spes” y la Declaración “Dignitatis Humanae”). El principal problema de esta interpretación es la “justificación”, no ya sólo doctrinal sino también histórica, de las ideas del NLC. Respecto de esto, nos parece importante aclarar lo siguiente: consolidados los cambios religiosos, políticos, sociales, culturales y económicos de la Modernidad (Reforma Protestante, Ilustración, Revolución Francesa, Capitalismo y Revolución industrial),
¿ESO es la modernidad? Lo contesté en “Modernidad e iluminismo” de 1989………. (http://www.hacer.org/pdf/Zanotti13.pdf)
aparecieron entre los católicos, dos tendencias fundamentales lícitas en relación al juicio que este proceso merecía y al modo de actuar frente a las nuevas realidades: una tendencia fue el tradicionalismo (José de Maistre, Donoso Cortés, el Cardenal Pie, Mons. Delassus, Juan Vazquez de Mella, el Cardenal Billot, Julio Meinvielle, entre otros) que se caracterizó por realizar un juicio altamente crítico de la Modernidad y la Revolución, defender el ideal de Cristiandad (comunidades políticas católicas) y juzgar como erróneos los intentos de cristianizar la democracia liberal, el capitalismo y el socialismo [7]. Esta tendencia, ortodoxa en sus representantes más importantes (aunque teñida de tradicionalismo filosófico en Francia), podía llevar en su seno el peligro del integrismo y el fundamentalismo (confusión de los órdenes natural y sobrenatural, desconocimiento de la legítima autonomía de lo temporal, mentalidad de partido único), pero en sí misma era y es una tendencia legítima, en tanto y en cuanto se mantuviera y se mantenga fiel al Magisterio de la Iglesia. Hay muchos tradicionalistas ortodoxos, prudentes, con una sana libertad de espíritu, abiertos al diálogo verdadero, a los que sólo calumniando se puede tildar de “integristas” o de “clericales”. Por caso, podemos citar el ejemplo, entre nosotros, de Carlos A. Sacheri [8]. Otra corriente que podemos denominar socialcristiana prefirió rescatar de la Modernidad los aspectos que no eran necesariamente incompatibles con el Orden Natural y con la Fe católica, procurando cristianizar el régimen republicano, la economía de mercado (en otros casos el Estado de Bienestar), e incrementar el diálogo con la cultura contemporánea. Tal opción también era y es legítima, como lo prueban los casos de Federico Ozanam, Albert de Mun o Augusto del Noce o entre nosotros de Juan Rafael Llerena Amadeo o Eduardo Ventura (de hecho, el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”).
Mm ¡!!!!!!!!!!! ¿Lo que se sale de ESOS autores es contrario a la Fe? Mm………………………..
Y además: si
“el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”)”,
¿cuál es el problema entonces? YO, por ejemplo, o Fazio, o Bosca, defendemos la democracia “naturalista”? ¿La laicidad “a-confesional”, en el sentido de que el cristianismo no debe tener ninguna injerencia en el orden social? Y sobre la diferencia entre la economía de mercado y capitalismo “liberal”, qué querés que te siga aclarando, querido amigo, si todos mis escritos no te sirvieron, no te sirvieron y listo, admito mi fracaso, pero mi conciencia está limpia de haber aclarado la verdad.
El peligro de esta corriente más “abierta” hacia la Modernidad, radicó y radica en un desordenado afán por conciliar con la Modernidad y la Posmodernidad que puede conducir al error, como sucedió con Lamennais y otros católicos liberales,
¿Quiénes?
con el democristianismo de Le Sillon, con las corrientes marxistas de la teología de la liberación y en general, con toda la teología progresista, sea en su versión de “centro” o “centro- derecha” (neoliberalimo católico) o sea en la variante de “izquierda” (tercermundismo o “cristianos para el socialismo”). Estos errores fueron oportunamente condenados por los Papas, de modo que justificar una “modernidad cristiana” con ejemplos erróneos (por caso, los Padres Fundadores de los EE.UU o la democracia cristiana maritaineana)
Los ejemplos históricos nunca son “tesis” sino ejemplos de aproximación….. Por otra parte la democracia cristiana mariteniana no fue un caso histórico: es un modelo teórico (un “ideal histórico concreto”) que vos condenás como herético, mientras sabés bien que Pío XII rechazó cordialmente el pedido de condena de Maritain…….
no parece el camino correcto para alguien que quiera ser fiel a la dimensión pública de la Fe católica, máxime si esas enseñanzas se dirigen principalmente a fieles laicos cuya misión es precisamente la “instauración cristiana del orden temporal”.
5. En síntesis, la doctrina de la Iglesia acerca de estas cuestiones no ha cambiado. Una “hermenéutica de la continuidad”, como la que pide Benedicto XVI debe también aplicarse a este punto. Y si hubiera una legítima discontinuidad en algunos temas, como también ha sugerido el Romano Pontífice, la misma debe probarse. Es cierto que sobre las relaciones Iglesia- Estado, la democracia, el capitalismo y las Revoluciones modernas, la Doctrina Social de la Iglesia, no sólo después sino también antes del Concilio Vaticano II, fue teniendo modificaciones parciales. Pero, en lo que al Magisterio Ordinario y Universal se refiere, siempre se trató de cambios acordes con la Tradición.
Ah si? El Magisterio de Pío XII, Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI tenían in mente al estado católico que tenía in mente Pío IX? ¿Si? Mm…………….
Supuesto que ahora hubiera dudas respecto de algunos documentos, deben interpretarse de acuerdo al Magisterio definitivo precedente.
¿De dónde salió esa norma? ¿Qué magisterio es “definitivo” (dejando de lado el ex cátedra) en relación a qué temas? Y si lo precedente fueron los 3 primeros siglos de la Iglesia? Sabés que millones de veces he hecho estas preguntas y me he encontrado con tantas respuestas como mis millones de veces………. Ni Benedicto XVI puede contestarlas, y si lo intenta, los lefebrianos, o vos (con lo que escribís no logro ver la distinción) lo rechazan, so………………….. Eso es un caos total, querido amigo, pero no es mi culpa ni la tuya: tal vez, el intento de algunos de hablar de lo que NO deben……………………………………… ¿Do I mean?
(ver http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf)
En lo que hace a uno de los aspectos principales del error católico liberal (el pelagianismo o semipelagianismo político) veamos lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica: “El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ‘la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo’ (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ‘informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive’ (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (cf León XIII, enc. "Inmortale Dei"; Pío XI, enc. "Quas primas")”. Y al referirse a la doctrina sobre la libertad religiosa afirma: “El derecho a la libertad religiosa no es ni la permisión moral de adherirse al error (cf León XIII, enc. "Libertas praestantissimum"), ni un supuesto derecho al error (cf Pío XII, discurso 6 diciembre 1953), sino un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político. Este derecho natural debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad de manera que constituya un derecho civil (cf DH 2) (…) El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado (cf Pío VI, breve "Quod aliquantum"), ni limitado solamente por un ‘orden público’ concebido de manera positivista o naturalista (cf Pío IX, enc. "Quanta cura"). Los ‘justos límites’ que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil según ‘normas jurídicas, conforme con el orden objetivo moral’ (DH 7)” [9].
“…Los ‘justos límites’ que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política”:
Entonces estás reconociendo un margen para lo opinable que el Syllabus no parecía incluir………..
Por su parte, ese gran defensor de la secularidad o sana laicidad bien entendida, de la legítima libertad política en cuestiones opinables y prudenciales, un crítico agudo del clericalismo y del “catolicismo oficial” como fuera San Josemaría Escrivá (al que algunos de estos autores que mencionamos presenta erróneamente como precedente de la “secularidad” entendida al modo “católico- liberal”, coincidiendo en esto – aunque en sentido contrario - con ciertas interpretaciones tradicionalistas acerca del Fundador del Opus Dei), no dudó en felicitar al entonces Jefe del Estado Español precisamente por seguir la doctrina de la Iglesia en este punto. En carta al mismo del 23 de mayo de 1958, decía: “aunque apartado de toda actividad política, no he podido por menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que ‘la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y Fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación’. En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituidas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y en la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional” [10].
Este tema, querido amigo, lo dejo a mis amigos del Opus.
En cuanto a las libertades e instituciones “liberales” escribió: “Es necesario contrarrestar con denuedo esas 'libertades de perdición', hijas del libertinaje, nietas de las malas pasiones, biznietas del pecado original..., que descienden, como se ve, en línea recta del diablo” [11]
Idem.
Lo que en buena lógica se desprende de estos textos es que para Escrivá no había contraposición entre sana laicidad y Estado Católico, ni identificación entre secularidad y catolicismo liberal. [12]. Ideas que no nos consta haya modificado después del Concilio Vaticano II. Podríamos traer a colación otros textos del Fundador del Opus Dei acerca del laicismo, la masonería o la teología progresista para corroborar lo impreciso de ubicarlo a la par de pensadores heterodoxos como Mounier o Maritain.
Maritain “heterodoxo”. ¡Dios mío!!!!!! No sabía que había un pontificado a parte………………………
Pero estimamos que con esto es suficiente.
Con algunas limitaciones en su interpretación, esta misma doctrina sobre el ideal del Estado católico era ya, a la hora de ser redactado el nuevo Catecismo, la tesis de Fernando Ocáriz (mejorando ideas de de De Fuenmayor) [13], en la que procuraba mostrar la continuidad del Concilio Vaticano II con el Magisterio anterior. “Hermenéutica de la continuidad” que, con más precisión, ya habían esbozado oportunamente el P. Victorino Rodríguez O.P y Mons. Guerra Campos. Sobre otros puntos del liberalismo católico, que ahora se presenta “aggiornado”, se expresaron con claridad Charles de Koninck [14], Leopoldo Eulogio Palacios [15], Julio Meinvielle [16], Eudaldo Forment [17], Carlos Cardona [18], Héctor H. Hernández [19] o Luis María Sandoval [20], entre otros.
O sea que ELLOS son fieles hijos de la Iglesia pero yo no. Yo soy el paria, el otro, el extraño. Y así hubiera sido verdaderamente, y lo es la mayor parte de las veces, si no fuera porque dentro del Opus y de los dominicos (orden de la cual formo parte de su 3ra orden) me tratan como un igual.
Catolicismo y liberalismo, como catolicismo y socialismo, son, pues incompatibles. Si es ilegítima una “teología de la liberación” de inspiración marxista, también lo es una doctrina de la laicidad, la democracia, el capitalismo y la Modernidad de carácter liberal o neoliberal. Como ha dicho Luis María Sandoval: “Ante el laicismo, que pretende dictar el bien y el mal, reivindicamos la sana laicidad del Estado que aquel usurpa, sin que esa autonomía implique independencia absoluta de Dios. La laicidad del Estado se sostiene sobre premisas cristianas, que actúan en hombres con esa herencia latente(…). La laicidad no es premisa del orden cristiano, sino consecuencia de
Bueno, querido amigo, el copy paste dejó de funcionar, pero, ¿Qué importa ya? Desde el fondo del infierno, desde la heterodoxia, la herejía y la in-fidelidad al Magisterio “definitivo” sobre el santo estado católico, y las condenas al imperialismo internacional del dinero y al siempre asqueroso capitalismo liberal, te saluda, desde el averno, el hereje total, el peor que el ateo,
Gabriel J. Zanotti
Imperialista explotador
Masón
Hereje
Yaenelinfierno, Inc.
LOS NEOMARITAINEANOS
Aproximación al Nuevo Liberalismo Católico
Artículo publicado en el número 22 del Diario de Filosofía del Derecho de El Derecho.
por Fernando Romero Moreno
1. El error del “liberalismo católico”, es de antigua data.
Las contestaciones a que sea un error, también………:-))
Con diversidad de matices y tendencias, puede rastrearse su origen en el pensamiento de Lamennais y probablemente su representante mayor en el siglo XX haya sido Jacques Maritain.
No se pueden comparar ambos autores: ni en su formación filosófica, ni en su respeto al Magisterio…….. Citar 1ro a Lamennais es citar primero al peor………. ¿Por qué no comenzar con Rosmini, Lord Acton, Lacordaire, Ozanam……?
La oposición entre las tesis de este liberalismo con la Fe católica fue expuesta por la mayoría de los Papas, sobre todo a partir de Gregorio XVI.
De vuelta lo mismo: ¿por qué quedan afuera los papas desde Pío XII en adelante? Porque si no, no se trata de la oposición entre el Liberalismo Católico y la Iglesia, sino entre Lefebvre y el Vaticano II……………
Como saben los entendidos, en su naturaleza más íntima el liberalismo católico es, por un lado, un naturalismo o semi- naturalismo político que promueve un laicismo “moderado”, según aquel apotegma clásico convertido por ellos en “ideal” o “tesis”: La Iglesia libre en el Estado libre. Es decir, la renuncia a la doctrina del Estado católico,
De vuelta, esta “renuncia”, ¿no es la del Vaticano II?
convirtiendo en una norma “de máxima” la hipótesis del Estado laico “aconfesional”, respetuoso de la Ley Natural y de la libertad de la Iglesia. Junto con esto, caracteriza al liberalismo católico un intento de superar el individualismo y el utilitarismo de los liberales ilustrados mediante una antropología “personalista” [1] que desnaturaliza la naturaleza del bien común. Estos dos aspectos se manifiestan luego en la valoración que hacen del capitalismo, la democracia, la Revolución y la Modernidad.
De vuelta: ¿por qué no decirles todo eso a Pío XII, el Vaticano II, Benedicto XVI, que son los que hablan de “sana laicidad del estado”?
2. En los últimos treinta años se ha ido desarrollando una variante del “liberalismo católico” que sólo tiene diferencias de grado con el anterior, viene formulado con una terminología nueva – al menos en parte – y pretende apoyarse en los documentos del Concilio Vaticano II y en las enseñanzas de los Papas posteriores al mismo. Además, frente a la “aventura de la teología progresista”, es visto en muchos ambientes como un baluarte de ortodoxia.
Ahora estamos en tema.
3. Antes de explayarnos en los errores de esta corriente, queremos reconocer que, en sus representantes, hay un genuino y legítimo deseo de cristianizar el orden temporal; de garantizar la legítima autonomía de las realidades terrenas; de recordar la misión que tienen los laicos de santificarse y santificar la vida personal, familiar y social (la “consecratio mundi”); de respetar la legítima libertad en cuestiones opinables y prudenciales; de dar fundamento a una sana laicidad; y, en definitiva, de “oxigenar” los ambientes cristianos de actitudes y mentalidades clericales o integristas, proclives al celo amargo, a un desordenado “agere contra” y a una intransigencia cerril no con el error, sino también con las personas que yerran. Por otro lado, sus representantes han hecho aportes valiosos en distintos campos del saber, como la teología, la filosofía, el derecho, la historia, la economía, etc. No obstante y más allá del natural aprecio que sentimos por algunos de ellos (a quienes conocemos personalmente), no podemos dejar de advertir sobre los errores de sus posturas.
Ok, excelente, eso es honestidad personal e intelectual.
Algunos de los referentes más importantes de este liberalismo católico son, según nos parece, Pedro Lombardía, Michael Novak, Andrés Ollero Tassara, Martín Rhonheimer, Roberto Bosca, Alfonso Santiago, Rafael Termes, Gabriel Zanotti, Alejandro Chafuén, George Weigel, Mons. Mariano Fazio y Juan Manuel Burgos. [2]
4. Vamos a sintetizar las principales características o notas del Nuevo Liberalismo Católico (de ahora en más, NLC). Previamente queremos advertir que no todos los referentes del mismo adhieren a la totalidad de las ideas que señalaremos o no lo hacen siempre del mismo modo.
Thanks por esa delicada aclaración.
Así, por ej: Gabriel Zanotti no defiende la “tesis” de la laicidad aconfesional sino la de una “confesionalidad substancial”
Sos el único que se acuerda…………
y Mons. Mariano Fazio es crítico del liberalismo económico, pero hacer un análisis exhaustivo del pensamiento de cada uno de ellos excedería el marco de esta nota. Vamos pues a exponer de modo general los rasgos fundamentales del NLC:
a) Defensa como ideal de una “laicidad aconfesional” en una comunidad política respetuosa de la Ley Natural, teniendo como superada – por clerical o integrista – la doctrina tradicional acerca de la necesidad del Estado católico. Esta “laicidad aconfesional” (separación amistosa entre el Estado y la Iglesia) presentada como “tesis” fue oportunamente reprobada por el Papa León XIII (precisamente en relación al caso norteamericano, que el Santo Padre consideró como la mejor solución para esa nación dadas sus circunstancias, pero no como el “ideal supremo”)
Pregunto: después del pecado original, ¿no todo el orden político es siempre “en hipótesis”?
y el Concilio Vaticano II no cambió nada al respecto, pues sostuvo que la doctrina tradicional sobre las relaciones Iglesia- Estado seguía vigente,
Si pero no aclaró cómo…….
idea que nos parece ser la clave hermenéutica para interpretar correctamente la Declaración “Dignitatis Humanae”. Dice el Concilio: “puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo” [3]
Esa es la clave del problema. El “estado católico” defendido por la “doctrina tradicional” no dejaba lugar para la inmunidad de coacción en la sociedad civil……………….
Es que la Iglesia siempre ha sostenido, como enseñanza definitiva de su Magisterio Ordinario y Universal, que, supuesta una comunidad mayoritariamente católica, el Estado debe serlo también.
“Siempre”??????? Entonces la Iglesia posterior al Vaticano II no es católica. Eso es Lefebvre. Si es así, ¿por qué no lo defendés directamente y listo?
Y esto no sólo por razones culturales, sino porque el hombre debe rendir culto a Dios de modo individual como social.
¿Cómo hacerlo socialmente sin coaccionar la libertad religiosa? La solución es que el modo de hacerlo socialmente quede librado a la prudencia de las circunstancias históricas, introduciendo con ello el tema de lo opinable………………….
No “favoreciendo el hecho religioso en general” (indiferentismo político) sino con actos de culto público al Dios Uno y Trino de la Revelación cristiana, con la subordinación de su orden político y jurídico a la Ley Natural y a la Ley Divino- positiva, con el reconocimiento expreso de la Realeza social de Nuestro Señor Jesucristo, y con el apoyo a la Iglesia Católica, sin menoscabo de la recíproca libertad del Estado y de la Iglesia en sus campos respectivos (distinción de potestades, sin separación).
Uf ¡!, de vuelta lo mismo……….. ¿Eso es depósito de la Fe?
Eso no supone, pues, defender un Estado fundamentalista, clerical o integrista (confusión entre lo temporal y lo espiritual).
¿No?
Que en el “modelo de Cristiandad medieval” hubiera desviaciones en ese sentido (como de hecho las hubo) no es algo consubstancial a la naturaleza del Estado católico. De modo que identificar la mentada “unión del Trono y del Altar” como una “esencial” confusión entre lo sacro y lo profano es una afirmación falsa. Si una novedad vino a aportar el Concilio Vaticano II fue la de complementar las enseñanzas clásicas acerca de las relaciones Iglesia- Estado con una mejor comprensión de la autonomía relativa de lo temporal (sana laicidad) y con la doctrina de la libertad “civil” en materia religiosa [4], pero dejando intactas las obligaciones del hombre y de la sociedad respecto de la verdadera Iglesia de Cristo.
Pero, de vuelta, no parece ser ello compatible con el “estado católico” que tenía in mente Pío IX cuando escribía……
Esa misma noción de “libertad religiosa” tiene aún que formularse de modo más claro –una mejora nos parece que ya existe en el Catecismo de la Iglesia Católica – para mostrar la continuidad, en lo esencial y definitivo, respecto del Magisterio precedente.
TODO puede ser siempre más claro……..
La hipótesis de un Estado laico “aconfesional” pero respetuoso de la Ley Natural, siempre fue vista por la Iglesia como un “mínimo exigible” en naciones pluriconfesionales y con comunidades católicas minoritarias. Pero, repetimos, nunca como “el” ideal.
En la Gaudium et Spes esa relación entre Tesis e Hipótesis se corta. Otra vez: ¿entonces el Vaticano II es una herejía? ¿Sí o no? Si si, deberías ponerte explícitamente de lado de Lefebvre; si no, entonces es un tema opinable……………….
Por otro lado, dicho Estado, históricamente no existió y antropológicamente es de difícil aplicación, si contamos con la existencia del pecado original y con las distintas “interpretaciones” que de hecho hay acerca del iusnaturalismo.
Oh!!!!, como si el estado confesional fuera de fácil aplicación y como si hubiera existido una época donde funcionara perfectamente ¡!!!!!!!!!
b) Justificación del capitalismo liberal como un régimen económico compatible con la Doctrina Social de la Iglesia, siempre que se entienda al liberalismo como despojado de la ética individualista y/o utilitarista, y suponiendo la difusión de una cultura basada en el “personalismo”. En rigor de verdad, todos los Papas que se ocuparon de la “cuestión social” han reprobado, con diversidad de matices, el liberalismo económico. Algunos (León XIII, Pío XI y Juan Pablo II) explicaron que no se condenaba al capitalismo como sistema sino a la ideología liberal que podía ir unida al mismo. Pero ninguno sostuvo que el “capitalismo liberal” podía ser aceptable si se lo enmarcaba en un conjunto de valores respetuosos de la dignidad humana, pues tal cosa era y es contradictoria en sí misma. No alcanza con difundir una “cultura de la solidaridad y de la ética social empresaria” ni garantizar un orden jurídico- político que respete las instituciones del libre mercado (propiedad privada, contratos, estabilidad de la moneda, etc) o los derechos de terceros. Es necesaria, además de eso, una justa regulación del orden económico por parte de las entidades intermedias y del Estado (que tenga en cuenta la justicia social y el bien común), regulación que la doctrina de la Iglesia – dentro del respeto al principio de subsidiariedad – siempre ha reclamado. Como hay además una condena al “capitalismo real”, cuyo impacto global el Papa Pío XI no dudó en calificar como Imperialismo Internacional del Dinero, expresión que también fue utilizada por el Magisterio posterior al Concilio Vaticano II. Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales.
Uy…………………. TODOS MIS LIBROS CONTESTAN ESTO…………………………………………….
Por lo demás,
“…Hay que reconocer que los liberales “clásicos” también han criticado este capitalismo de riqueza concentrada y monopolizada, como fruto – según su interpretación - del intervencionismo de los gobiernos o de monopolios u oligopolios artificiales (más propio de una suerte de “mercantilismo global” o de un “socialismo de mercado”, que de una “sociedad libre”). No entramos a dirimir esta última cuestión histórica, pero la señalamos para evitar interpretaciones unidireccionales”,
es la CLAVE de la cuestión y que evita todo lo que pusiste en principio, y NO es una cuestión histórica: es eje central de las tesis de la Escuela Austríaca de Economía……………………..
c) Presentación de la democracia como el mejor régimen político y como una “fe secular”, siempre que se trate de una democracia no relativista y fundada en normas absolutas “predemocráticas”, cuyo origen se encuentra en la Ley Natural. Si bien es cierto que a partir de León XIII y de modo más claro con Pío XII, hubo una “mayor apertura” de la Iglesia hacia el régimen republicano, las exigencias para que el mismo sea conforme con la Ley divino- positiva y con la Ley Natural nada tienen que ver con reducir el bien común al orden natural, convertir la democracia en una “fe secular” o presentarla como el mejor régimen político.
Tenés razón en que la democracia constitucional no debe ser presentada por el magisterio como el mejor régimen político. Pero tampoco entonces el estado no democrático, corporativo e intervencionista que muchos católicos creen leer (¿o leen bien?) en documentos pontificios anteriores……………….
Precisamente algunas de esas tesis fueron las que San Pío X condenó en el Movimiento Le Sillon.
Si, sabés que lo sé que cito ello en uno de mis primeros trabajos. Pero los que hablan de la condena a Le Sillón luego dicen que la condena a “la acción francesa” fue solamente disciplinar……….. Je je……….. Qué conveniente, no?
Por otra parte, los católicos que se oponen a esta forma de gobierno en su formulación moderna (división de poderes, constitución escrita, sufragio universal, etc), no son defensores de regímenes totalitarios y/o autoritarios, como algunos parecen insinuar.
Tenés razón. Pero los que defendemos al liberalismo político y económico no somos los defensores del mal, como casi todos dicen (ni parecen ni insinúan, dicen).
La rica doctrina del tradicionalismo español (sobre todo del “carlismo”) o, en materia económica, del “distributismo inglés” (G.K.Chesterton- Hilaire Belloc) son ejemplos más que elocuentes en este sentido.
TODOS TEMAS OPINABLES.
d) Rechazo de la herencia política originada en la Revolución Francesa de 1789 (democracia totalitaria y laicismo beligerante) en contraposición al modelo laico, pluralista y respetuoso de la religión, encarnado en la Revolución Norteamericana de 1776 (y que algunos relacionan con la Revolución Inglesa de 1688). Es una vieja tesis conservadora (Edmund Burke) [5], retomada por el nuevo liberalismo católico y por los llamados “neoconservadores” [6]. Volvemos a recordar las reservas de León XIII respecto del “modelo norteamericano”
Si, de vuelta, pero esas reservas parecen haber caído en desuetudo por el Magisterio conciliar y post-conciliar. De vuelta lo mismo………..
y consideramos que esa visión idílica acerca de los Padres Fundadores (no respecto de sus ideas, sino de los hechos concretos) no resiste el análisis histórico, si tenemos en cuenta la persecución a la Iglesia católica que hubo en algunos Estados de la Unión, la tolerancia con la esclavitud, el imperialismo colonialista expuesto en el “Destino Manifiesto” (en particular respecto de Hispanoamérica), la difusión de sectas protestantes en América central y América del Sur financiadas por el gobierno de los EE.UU, la enorme influencia en esa Nación de la Masonería y de entidades hostiles al Catolicismo, etc…
NADA resiste al examen de la historia, querido amigo………… Aplícalo a tu querida cristiandad medieval………………
Algunos de los defensores de esta distinción, como Mons. Fazio, reconocen varios de los problemas señalados, pero los vinculan con influencias del liberalismo ilustrado de origen francés o con una de las expresiones del nacionalismo y del imperialismo “modernos” (aunque podrían citarse textos de Locke o de Tocqueville sobre el catolicismo para refutar o al menos matizar estos juicios). En todo caso y sea lo que fuere acerca del origen ideológico de estos problemas, no nos parece que sea doctrinal e históricamente verdadero el planteo de una Revolución moderna “buena” (la de los EE.UU en 1776) frente a otra “mala” (la Francesa de 1789).
Lo que sostiene Hayek es que el common law evoluciona en Inglaterra desde la ley natural cristiana del medioevo. ESA es la distinción.
El tema, como tiene en sus presupuestos un análisis de tipo histórico, es más conjetural y opinable en lo que a la reconstrucción del pasado se refiere, pero no puede servir para justificar como “positiva” en sede filosófica y/o teológica, una Revolución “fundadora” de la laicidad “aconfesional”, de la democracia “iusnaturalista” y del capitalismo “liberal”. Sobre una posible interpretación “paleoconservadora” (y por lo tanto “no liberal”) de la Revolución Norteamericana, no nos pronunciamos en este artículo.
Nadie dice que los EEUU son “la tesis” querido amigo. Lo que YO te digo es que “nada histórico” es o fue “la tesis”………………
Es más, te agrego una hipótesis teológica: después del pecado original, nada es tesis, todo es hipótesis. ¿Es herética?
e) Visión altamente optimista de la Modernidad, valorando lo que llaman el proceso de “desclericalización” (aunque critiquen el secularismo), que ha permitido pensar en la posibilidad de una Modernidad “cristiana”, cuyos antecedentes serían la Segunda Escolástica Española, el liberalismo “moderado” al estilo de Tocqueville, el personalismo de Maritain y Mounier, y el Magisterio del Concilio Vaticano II ( sobre todo a partir de la Constitución “Gaudium et spes” y la Declaración “Dignitatis Humanae”). El principal problema de esta interpretación es la “justificación”, no ya sólo doctrinal sino también histórica, de las ideas del NLC. Respecto de esto, nos parece importante aclarar lo siguiente: consolidados los cambios religiosos, políticos, sociales, culturales y económicos de la Modernidad (Reforma Protestante, Ilustración, Revolución Francesa, Capitalismo y Revolución industrial),
¿ESO es la modernidad? Lo contesté en “Modernidad e iluminismo” de 1989………. (http://www.hacer.org/pdf/Zanotti13.pdf)
aparecieron entre los católicos, dos tendencias fundamentales lícitas en relación al juicio que este proceso merecía y al modo de actuar frente a las nuevas realidades: una tendencia fue el tradicionalismo (José de Maistre, Donoso Cortés, el Cardenal Pie, Mons. Delassus, Juan Vazquez de Mella, el Cardenal Billot, Julio Meinvielle, entre otros) que se caracterizó por realizar un juicio altamente crítico de la Modernidad y la Revolución, defender el ideal de Cristiandad (comunidades políticas católicas) y juzgar como erróneos los intentos de cristianizar la democracia liberal, el capitalismo y el socialismo [7]. Esta tendencia, ortodoxa en sus representantes más importantes (aunque teñida de tradicionalismo filosófico en Francia), podía llevar en su seno el peligro del integrismo y el fundamentalismo (confusión de los órdenes natural y sobrenatural, desconocimiento de la legítima autonomía de lo temporal, mentalidad de partido único), pero en sí misma era y es una tendencia legítima, en tanto y en cuanto se mantuviera y se mantenga fiel al Magisterio de la Iglesia. Hay muchos tradicionalistas ortodoxos, prudentes, con una sana libertad de espíritu, abiertos al diálogo verdadero, a los que sólo calumniando se puede tildar de “integristas” o de “clericales”. Por caso, podemos citar el ejemplo, entre nosotros, de Carlos A. Sacheri [8]. Otra corriente que podemos denominar socialcristiana prefirió rescatar de la Modernidad los aspectos que no eran necesariamente incompatibles con el Orden Natural y con la Fe católica, procurando cristianizar el régimen republicano, la economía de mercado (en otros casos el Estado de Bienestar), e incrementar el diálogo con la cultura contemporánea. Tal opción también era y es legítima, como lo prueban los casos de Federico Ozanam, Albert de Mun o Augusto del Noce o entre nosotros de Juan Rafael Llerena Amadeo o Eduardo Ventura (de hecho, el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”).
Mm ¡!!!!!!!!!!! ¿Lo que se sale de ESOS autores es contrario a la Fe? Mm………………………..
Y además: si
“el problema no está en defender un modelo republicano, de economía de mercado y sana laicidad, asunto que está dentro de las opciones legítimas y opinables de que goza cualquier católico - sobre todo lo referente a los dos primeros aspectos - sino hacerlo de un modo contrario a las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia: democracia “naturalista”, capitalismo “liberal” y laicidad “aconfesional”)”,
¿cuál es el problema entonces? YO, por ejemplo, o Fazio, o Bosca, defendemos la democracia “naturalista”? ¿La laicidad “a-confesional”, en el sentido de que el cristianismo no debe tener ninguna injerencia en el orden social? Y sobre la diferencia entre la economía de mercado y capitalismo “liberal”, qué querés que te siga aclarando, querido amigo, si todos mis escritos no te sirvieron, no te sirvieron y listo, admito mi fracaso, pero mi conciencia está limpia de haber aclarado la verdad.
El peligro de esta corriente más “abierta” hacia la Modernidad, radicó y radica en un desordenado afán por conciliar con la Modernidad y la Posmodernidad que puede conducir al error, como sucedió con Lamennais y otros católicos liberales,
¿Quiénes?
con el democristianismo de Le Sillon, con las corrientes marxistas de la teología de la liberación y en general, con toda la teología progresista, sea en su versión de “centro” o “centro- derecha” (neoliberalimo católico) o sea en la variante de “izquierda” (tercermundismo o “cristianos para el socialismo”). Estos errores fueron oportunamente condenados por los Papas, de modo que justificar una “modernidad cristiana” con ejemplos erróneos (por caso, los Padres Fundadores de los EE.UU o la democracia cristiana maritaineana)
Los ejemplos históricos nunca son “tesis” sino ejemplos de aproximación….. Por otra parte la democracia cristiana mariteniana no fue un caso histórico: es un modelo teórico (un “ideal histórico concreto”) que vos condenás como herético, mientras sabés bien que Pío XII rechazó cordialmente el pedido de condena de Maritain…….
no parece el camino correcto para alguien que quiera ser fiel a la dimensión pública de la Fe católica, máxime si esas enseñanzas se dirigen principalmente a fieles laicos cuya misión es precisamente la “instauración cristiana del orden temporal”.
5. En síntesis, la doctrina de la Iglesia acerca de estas cuestiones no ha cambiado. Una “hermenéutica de la continuidad”, como la que pide Benedicto XVI debe también aplicarse a este punto. Y si hubiera una legítima discontinuidad en algunos temas, como también ha sugerido el Romano Pontífice, la misma debe probarse. Es cierto que sobre las relaciones Iglesia- Estado, la democracia, el capitalismo y las Revoluciones modernas, la Doctrina Social de la Iglesia, no sólo después sino también antes del Concilio Vaticano II, fue teniendo modificaciones parciales. Pero, en lo que al Magisterio Ordinario y Universal se refiere, siempre se trató de cambios acordes con la Tradición.
Ah si? El Magisterio de Pío XII, Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI tenían in mente al estado católico que tenía in mente Pío IX? ¿Si? Mm…………….
Supuesto que ahora hubiera dudas respecto de algunos documentos, deben interpretarse de acuerdo al Magisterio definitivo precedente.
¿De dónde salió esa norma? ¿Qué magisterio es “definitivo” (dejando de lado el ex cátedra) en relación a qué temas? Y si lo precedente fueron los 3 primeros siglos de la Iglesia? Sabés que millones de veces he hecho estas preguntas y me he encontrado con tantas respuestas como mis millones de veces………. Ni Benedicto XVI puede contestarlas, y si lo intenta, los lefebrianos, o vos (con lo que escribís no logro ver la distinción) lo rechazan, so………………….. Eso es un caos total, querido amigo, pero no es mi culpa ni la tuya: tal vez, el intento de algunos de hablar de lo que NO deben……………………………………… ¿Do I mean?
(ver http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti88.pdf)
En lo que hace a uno de los aspectos principales del error católico liberal (el pelagianismo o semipelagianismo político) veamos lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica: “El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ‘la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo’ (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ‘informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive’ (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (cf León XIII, enc. "Inmortale Dei"; Pío XI, enc. "Quas primas")”. Y al referirse a la doctrina sobre la libertad religiosa afirma: “El derecho a la libertad religiosa no es ni la permisión moral de adherirse al error (cf León XIII, enc. "Libertas praestantissimum"), ni un supuesto derecho al error (cf Pío XII, discurso 6 diciembre 1953), sino un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político. Este derecho natural debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad de manera que constituya un derecho civil (cf DH 2) (…) El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado (cf Pío VI, breve "Quod aliquantum"), ni limitado solamente por un ‘orden público’ concebido de manera positivista o naturalista (cf Pío IX, enc. "Quanta cura"). Los ‘justos límites’ que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil según ‘normas jurídicas, conforme con el orden objetivo moral’ (DH 7)” [9].
“…Los ‘justos límites’ que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política”:
Entonces estás reconociendo un margen para lo opinable que el Syllabus no parecía incluir………..
Por su parte, ese gran defensor de la secularidad o sana laicidad bien entendida, de la legítima libertad política en cuestiones opinables y prudenciales, un crítico agudo del clericalismo y del “catolicismo oficial” como fuera San Josemaría Escrivá (al que algunos de estos autores que mencionamos presenta erróneamente como precedente de la “secularidad” entendida al modo “católico- liberal”, coincidiendo en esto – aunque en sentido contrario - con ciertas interpretaciones tradicionalistas acerca del Fundador del Opus Dei), no dudó en felicitar al entonces Jefe del Estado Español precisamente por seguir la doctrina de la Iglesia en este punto. En carta al mismo del 23 de mayo de 1958, decía: “aunque apartado de toda actividad política, no he podido por menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que ‘la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y Fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación’. En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituidas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y en la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional” [10].
Este tema, querido amigo, lo dejo a mis amigos del Opus.
En cuanto a las libertades e instituciones “liberales” escribió: “Es necesario contrarrestar con denuedo esas 'libertades de perdición', hijas del libertinaje, nietas de las malas pasiones, biznietas del pecado original..., que descienden, como se ve, en línea recta del diablo” [11]
Idem.
Lo que en buena lógica se desprende de estos textos es que para Escrivá no había contraposición entre sana laicidad y Estado Católico, ni identificación entre secularidad y catolicismo liberal. [12]. Ideas que no nos consta haya modificado después del Concilio Vaticano II. Podríamos traer a colación otros textos del Fundador del Opus Dei acerca del laicismo, la masonería o la teología progresista para corroborar lo impreciso de ubicarlo a la par de pensadores heterodoxos como Mounier o Maritain.
Maritain “heterodoxo”. ¡Dios mío!!!!!! No sabía que había un pontificado a parte………………………
Pero estimamos que con esto es suficiente.
Con algunas limitaciones en su interpretación, esta misma doctrina sobre el ideal del Estado católico era ya, a la hora de ser redactado el nuevo Catecismo, la tesis de Fernando Ocáriz (mejorando ideas de de De Fuenmayor) [13], en la que procuraba mostrar la continuidad del Concilio Vaticano II con el Magisterio anterior. “Hermenéutica de la continuidad” que, con más precisión, ya habían esbozado oportunamente el P. Victorino Rodríguez O.P y Mons. Guerra Campos. Sobre otros puntos del liberalismo católico, que ahora se presenta “aggiornado”, se expresaron con claridad Charles de Koninck [14], Leopoldo Eulogio Palacios [15], Julio Meinvielle [16], Eudaldo Forment [17], Carlos Cardona [18], Héctor H. Hernández [19] o Luis María Sandoval [20], entre otros.
O sea que ELLOS son fieles hijos de la Iglesia pero yo no. Yo soy el paria, el otro, el extraño. Y así hubiera sido verdaderamente, y lo es la mayor parte de las veces, si no fuera porque dentro del Opus y de los dominicos (orden de la cual formo parte de su 3ra orden) me tratan como un igual.
Catolicismo y liberalismo, como catolicismo y socialismo, son, pues incompatibles. Si es ilegítima una “teología de la liberación” de inspiración marxista, también lo es una doctrina de la laicidad, la democracia, el capitalismo y la Modernidad de carácter liberal o neoliberal. Como ha dicho Luis María Sandoval: “Ante el laicismo, que pretende dictar el bien y el mal, reivindicamos la sana laicidad del Estado que aquel usurpa, sin que esa autonomía implique independencia absoluta de Dios. La laicidad del Estado se sostiene sobre premisas cristianas, que actúan en hombres con esa herencia latente(…). La laicidad no es premisa del orden cristiano, sino consecuencia de
Bueno, querido amigo, el copy paste dejó de funcionar, pero, ¿Qué importa ya? Desde el fondo del infierno, desde la heterodoxia, la herejía y la in-fidelidad al Magisterio “definitivo” sobre el santo estado católico, y las condenas al imperialismo internacional del dinero y al siempre asqueroso capitalismo liberal, te saluda, desde el averno, el hereje total, el peor que el ateo,
Gabriel J. Zanotti
Imperialista explotador
Masón
Hereje
Yaenelinfierno, Inc.
domingo, 20 de noviembre de 2011
CURSO FILOSOFÍA PARA PROFESIONALES Y PARA TODOS: TEMAS DEL CUARTO CUATRIMESTRE, MARZO-JUNIO 2012
(Preguntas a [email protected])
4. Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. El seminario anterior nos dejará planteadas tres preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
4. Metafísica, fenomenología y hermenéutica.
No asustarse por los nombres. El seminario anterior nos dejará planteadas tres preguntas: ¿hay algo más allá de las ciencias? (metafísica). zanotti dirá: si. ¿Hay una filosofía que camine en el mundo de la vida (fenomenología) y que lo profundice? zanotti dirá: si. ¿Hay algo que esté más allá de la interpretación (hermenéutica) de ese mundo de la vida? zanotti dirá: no. ¿Nos saca ello de la verdad? zanotti dirá: ¡al contrario!
Temas específicos:
1. La metafísica “profunda” en Santo Tomás de Aquino
2. Sus posibilidades, hoy.
3. Husserl y la fenomenología.
4. Husserl y la fenomenología del mundo de la vida.
5. El diálogo con Edith Stein.
6. Heidegger el misterioso.
7. Gadamer y sus horizontes
8. Gadamer y sus horizontes II
9. Wittgenstein y sus juegos de lenguaje
10. Síntesis: el ser en el mundo
11. El ser en el mundo y la interpretación
12. El ser en el mundo y la verdad.
domingo, 13 de noviembre de 2011
DADO QUE "JUSTICIA Y PAZ" HA HECHO PROPUESTAS CONCRETAS SOBRE POLÍTICA MONETARIA, ENTONCES......
...........recordemos por milésima vez nuestro comentario "¿Qué es lo opinable?", en www.institutoacton.com.ar, del 19 de Julio del 2005.
Parece que no son tiempos para hablar de lo opinable. Para dar ejemplos de temas que en la Iglesia no son opinables, Benedicto XVI ha dicho, para asombro –o enojo- de muchos, que el matrimonio es entre dos sexos diferentes (varón y mujer, por si hay alguna duda). Para dar otro ejemplo, Juan Pablo II tuvo que decir, en la Veritatis Splendor (1993), a todos los obispos de la Iglesia Católica, que el pecado se divide en mortal y venial....
Pero en el editorial pasado nosotros terminamos diciendo que el Acton Institute se mueve la mayor parte de las veces en temas “opinables”. ¿Qué significa eso? Si nos permite el lector, daremos nuestra opinión...
Los católicos tienen un ámbito de cuestiones no opinables que constituyen el “depósito de la fe”. Las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia constituyen las fuentes de la Revelación que se cree por la Fe: analógicamente, aquello que es la misma persona de Cristo asentado en nuestra vida por la Gracia.
En ese sentido hay cosas que son “de Fe”. Las decimos cuando decimos el “Credo”.
Pero el Credo no dice, por ejemplo: “creo en Dios, Padre Todopoderoso, y en la ley de gravedad”. No. Tampoco en la ley de la oferta y la demanda. ¿Por qué? ¿Acaso porque sean falsas? ¿O acaso porque tenemos que mirar con sospecha a todo aquello que no sea sagrado, que no forme parte del orden sobrenatural de la Gracia?
No, ni una cosa ni otra. Sencillamente el credo no dice eso, porque esas cosas no fueron reveladas. Y no fueron reveladas porque la revelación es de aquello que es necesario para la salvación. Ahora bien, el mundo creado por Dios, tanto natural como humano, es esencialmente bueno, precisamente porque está creado por Dios. Pero no todo lo creado por Dios ha sido revelado por Dios.
En las cuestiones sociales, hay tres elementos que no forman parte de la revelación y sin embargo forma parte de las premisas que asumimos sin darnos cuenta en los debates sociales. Ellos son: a) la evolución de determinadas teorías y-o ciencias sociales en determinado contexto histórico (por ejemplo, la teoría de la democracia constitucional); b) la evaluación de determinado contexto histórico a la luz de las teorías anteriores (por ejemplo, “hay naciones donde la democracia es apenas incipiente”); c) juicios prudenciales, concretos, sobre cursos de acción (por ejemplo: “habría que fortificar la democracia en América Latina”). Esos supuestos no forman parte del depositum fidei (el deposito de la Fe) y sin embargo partimos de ellos las más de las veces en cuestiones sociales. Por eso las conclusiones emanadas a partir de ellas son opinables en relación al depósito de la Fe, aunque desde el punto de vista del “orden natural” podamos tener certeza en nuestros juicios. Pero, ¿no es que lo Sobrenatural debe abarcar todo lo natural también, porque, actuando la Gracia de Dios, lo Sobrenatural supone lo natural y lo eleva? Si. Por supuesto. Pero ello sucede cuando los fieles –y especialmente los laicos- santifican todo ello con su acción cotidiana, especialmente en el mundo social, al estar esa acción inspirada en la Fe, la Esperanza y la Caridad. De ese modo lo Sobrenatural, en el mundo social, supone lo natural y lo eleva. Pero ello no borra la justa autonomía de las realidades terrenas, realidades en las cuales los fieles pueden equivocarse, y ese error los compromete a ellos, no a la Iglesia.
De ese modo, la Fe llega a todos lados, si, pero a las cosas que no son “de Fe” llega a través de la acción de los fieles laicos, que tienen legítima libertad de opinión en esos temas (CDC 227) mientras no contradigan, claro, a la misma Fe. Por eso dice el Vaticano II: “Muchas veces sucederá que la propia concepción cristiana de la vida les inclinará en ciertos casos a elegir una determinada solución. Pero podrá suceder, como sucede frecuentemente y con todo derecho, que otros fieles, guiados por una no menor sinceridad, juzguen del mismo asunto de distinta manera. En estos casos de soluciones divergentes aun al margen de la intención de ambas partes, muchos tienen fácilmente a vincular su solución con el mensaje evangélico. Entiendan todos que en tales casos a nadie le está permitido reivindicar en exclusiva a favor de su parecer la autoridad de la Iglesia. Procuren siempre hacerse luz mutuamente con un diálogo sincero, guardando la mutua caridad y la solicitud primordial pro el bien común...” (Nro. 43).
Nada de esto es sencillo. Conviene, sí, no olvidarlo, para ejercer nuestro derecho a la libertad de opinión en material temporal, para respetar absolutamente al católico que no piense como nosotros en el mismo tema, para no comprometer a la Jerarquía de la Iglesia en materia contingente, y para respetar al Magisterio de la Iglesia en las cosas que le son propias.
Parece que no son tiempos para hablar de lo opinable. Para dar ejemplos de temas que en la Iglesia no son opinables, Benedicto XVI ha dicho, para asombro –o enojo- de muchos, que el matrimonio es entre dos sexos diferentes (varón y mujer, por si hay alguna duda). Para dar otro ejemplo, Juan Pablo II tuvo que decir, en la Veritatis Splendor (1993), a todos los obispos de la Iglesia Católica, que el pecado se divide en mortal y venial....
Pero en el editorial pasado nosotros terminamos diciendo que el Acton Institute se mueve la mayor parte de las veces en temas “opinables”. ¿Qué significa eso? Si nos permite el lector, daremos nuestra opinión...
Los católicos tienen un ámbito de cuestiones no opinables que constituyen el “depósito de la fe”. Las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia constituyen las fuentes de la Revelación que se cree por la Fe: analógicamente, aquello que es la misma persona de Cristo asentado en nuestra vida por la Gracia.
En ese sentido hay cosas que son “de Fe”. Las decimos cuando decimos el “Credo”.
Pero el Credo no dice, por ejemplo: “creo en Dios, Padre Todopoderoso, y en la ley de gravedad”. No. Tampoco en la ley de la oferta y la demanda. ¿Por qué? ¿Acaso porque sean falsas? ¿O acaso porque tenemos que mirar con sospecha a todo aquello que no sea sagrado, que no forme parte del orden sobrenatural de la Gracia?
No, ni una cosa ni otra. Sencillamente el credo no dice eso, porque esas cosas no fueron reveladas. Y no fueron reveladas porque la revelación es de aquello que es necesario para la salvación. Ahora bien, el mundo creado por Dios, tanto natural como humano, es esencialmente bueno, precisamente porque está creado por Dios. Pero no todo lo creado por Dios ha sido revelado por Dios.
En las cuestiones sociales, hay tres elementos que no forman parte de la revelación y sin embargo forma parte de las premisas que asumimos sin darnos cuenta en los debates sociales. Ellos son: a) la evolución de determinadas teorías y-o ciencias sociales en determinado contexto histórico (por ejemplo, la teoría de la democracia constitucional); b) la evaluación de determinado contexto histórico a la luz de las teorías anteriores (por ejemplo, “hay naciones donde la democracia es apenas incipiente”); c) juicios prudenciales, concretos, sobre cursos de acción (por ejemplo: “habría que fortificar la democracia en América Latina”). Esos supuestos no forman parte del depositum fidei (el deposito de la Fe) y sin embargo partimos de ellos las más de las veces en cuestiones sociales. Por eso las conclusiones emanadas a partir de ellas son opinables en relación al depósito de la Fe, aunque desde el punto de vista del “orden natural” podamos tener certeza en nuestros juicios. Pero, ¿no es que lo Sobrenatural debe abarcar todo lo natural también, porque, actuando la Gracia de Dios, lo Sobrenatural supone lo natural y lo eleva? Si. Por supuesto. Pero ello sucede cuando los fieles –y especialmente los laicos- santifican todo ello con su acción cotidiana, especialmente en el mundo social, al estar esa acción inspirada en la Fe, la Esperanza y la Caridad. De ese modo lo Sobrenatural, en el mundo social, supone lo natural y lo eleva. Pero ello no borra la justa autonomía de las realidades terrenas, realidades en las cuales los fieles pueden equivocarse, y ese error los compromete a ellos, no a la Iglesia.
De ese modo, la Fe llega a todos lados, si, pero a las cosas que no son “de Fe” llega a través de la acción de los fieles laicos, que tienen legítima libertad de opinión en esos temas (CDC 227) mientras no contradigan, claro, a la misma Fe. Por eso dice el Vaticano II: “Muchas veces sucederá que la propia concepción cristiana de la vida les inclinará en ciertos casos a elegir una determinada solución. Pero podrá suceder, como sucede frecuentemente y con todo derecho, que otros fieles, guiados por una no menor sinceridad, juzguen del mismo asunto de distinta manera. En estos casos de soluciones divergentes aun al margen de la intención de ambas partes, muchos tienen fácilmente a vincular su solución con el mensaje evangélico. Entiendan todos que en tales casos a nadie le está permitido reivindicar en exclusiva a favor de su parecer la autoridad de la Iglesia. Procuren siempre hacerse luz mutuamente con un diálogo sincero, guardando la mutua caridad y la solicitud primordial pro el bien común...” (Nro. 43).
Nada de esto es sencillo. Conviene, sí, no olvidarlo, para ejercer nuestro derecho a la libertad de opinión en material temporal, para respetar absolutamente al católico que no piense como nosotros en el mismo tema, para no comprometer a la Jerarquía de la Iglesia en materia contingente, y para respetar al Magisterio de la Iglesia en las cosas que le son propias.
domingo, 6 de noviembre de 2011
TODAS LAS LOCURAS JUNTAS QUE SIEMPRE QUISE DECIR Y NADIE SE HABÍA ATREVIDO A PREGUNTARME (segunda parte).
http://centroadamsmith.files.wordpress.com/2011/11/oe12.pdf
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Fr. MARTÍN DE PORRES: UN MENSAJE DE DIOS (again)
Fr. Martín de Porres, conocido también como Fray Escoba (sencillamente porque barría mucho, en serio) fue un fraile dominico del s. XVI, limeño, hijo natural de un militar español y una hermosa y humilde mujer de raza negra.
Desde pequeño fue tomado de la mano por Dios, de modo especial. Digo de modo especial porque todos estamos tomados de su mano (los randianos también ) pero a veces Dios causa en nosotros una extraña locura llamada santidad.
Cuando sus amigos tiraban piedras a los gorriones, él se conmovía de misericordia ante los gorrioncitos y rezaba para que ninguna piedra les pegara. Y Dios le hacía caso.
Fue ayudante, en su adolescencia, del barbero del lugar. En ese tiempo, los barberos (peluqueros) también sacaban los dientes. No sería nada terrible porque al menos no usaban torno eléctrico. Pero dolía igual. Martín también sacaba dientes y muelas en mal estado, y también rezaba para que a nadie doliera nada. Y Dios le hacía caso.
Quiso ser fraile y sacerdote dominico. No puedo ser sacerdote pero fraile, sí. Entró al convento y se puso a servir a todos en las tareas más desagradables que nadie quería hacer. Limpiaba, hacía compras y se ocupaba de pobres y enfermos que llegaban al dispensario del convento.
Cierta vez que lo enviaron a hacer las compras, las hizo, sí, pero se conmovió tanto ante los pobres que les regaló todo. Al llegar al convento recibió varios retos, sí, pero para sorpresa de todos, la canasta apareció llena de vuelta.
Las ratas invadían como siempre al convento y el portero, Fray Barragán, que lo quería mucho a Martín, pero no a las ratas, las perseguía día y noche tratando de eliminarlas. Fray Martín le dijo que no, que él hablaría con ellas. Y efectivamente, las llevó a todas consigo y les dijo que se portaran bien, que no anduvieran por cualquier lado, que no comieran las telas blancas de la iglesia y que él les llevaría comida todos los días a un lugar determinado. Y así fue.
Cierta vez unos dos niños muy pequeños, que habían “robado” comida para comer, entraron al convento para protegerse de unos soldados que los perseguían. Llegaron a donde estaba Martín y éste los envolvió con su hábito blanco y su capa negra. Y se volvieron invisibles ante los soldados y, así, fueron protegidos de la cárcel por Martín.
Tanto se difundió, en el lugar, la caridad infinita de este fraile, que mucha gente acudía en masa al dispensario para que él los curara. Era imposible atender para una sola persona tantos requerimientos, pero Martín fue regalado con el don sobrenatural de la bilocación: se las arreglaba para ser en un lugar y aparecer en otro.
Era humilde en grado supremo. Parecía tan tonto ante los demás que lo retaban llamándolo “perro mulato” y él aceptaba todos los retos diciendo “sí, si, soy un perro mulato”. Pero hubo una vez…….. Algo muy especial. Martín trajo a su celda a un indigente que padecía mucho frío, y lo puso a dormir en su cama mientras él durmió (o meditó, o rezó, o qué se yo) en el piso. Nadie que no fuera fraile podía entrar a las celdas del Convento, y menos aún sin el permiso del Prior. Este lo llamó y lo retó, pero esta vez de un modo particular: le dijo: “has pecado, porque has quebrado la regla del convento”. Esta vez Martín no dijo sí, sí. Levantó tu vista y dijo: “yo no he pecado, la caridad está por encima de la regla del convento”.
Aunque él no lo quería, su fama de santidad absoluta se extendía por toda Lima y alrededores. Los años pasaron. Un obispo del lugar estaba muy enfermo. Entonces solicitó que Martín lo viniera a ver. Pero Martín se negó. Siguió repitiendo “sólo soy un perro mulato”. Entonces el obispo le mandó decir que debía ir a verlo por el voto de obediencia. Martín fue. El obispo le pidió que pusiera su mano sobre su cuerpo, en el lugar donde más le dolía. Martín seguía “…yo no…”. El obispo le volvió a decir: te ordeno que pongas tu mano sobre mí. Martín lo hizo, y el obispo se curó.
Pero volvió al convento muy enfermo. Fray Barragán, que estaba ya muy viejito también, le hizo una sopa pero Martín ya no la comió. Murió esa noche.
Siempre me ha conmovido la existencia de Fray Martín de Porres, dominico, que sólo quiso servir a todos, convencido de que era el más pobre de los pobres y el más humilde entre los humildes. Creo que toda su vida es un símbolo, un ícono, para leer despacito, para que lo escuchemos. Es que evidentemente, a través de Martín, quiso decirnos algo.
Pero, ¿podemos entender los mensajes de Dios?
¿Necesitamos la vida de Fr. Martín para tener Fe o necesitamos Fe para entender su vida?
Desde pequeño fue tomado de la mano por Dios, de modo especial. Digo de modo especial porque todos estamos tomados de su mano (los randianos también ) pero a veces Dios causa en nosotros una extraña locura llamada santidad.
Cuando sus amigos tiraban piedras a los gorriones, él se conmovía de misericordia ante los gorrioncitos y rezaba para que ninguna piedra les pegara. Y Dios le hacía caso.
Fue ayudante, en su adolescencia, del barbero del lugar. En ese tiempo, los barberos (peluqueros) también sacaban los dientes. No sería nada terrible porque al menos no usaban torno eléctrico. Pero dolía igual. Martín también sacaba dientes y muelas en mal estado, y también rezaba para que a nadie doliera nada. Y Dios le hacía caso.
Quiso ser fraile y sacerdote dominico. No puedo ser sacerdote pero fraile, sí. Entró al convento y se puso a servir a todos en las tareas más desagradables que nadie quería hacer. Limpiaba, hacía compras y se ocupaba de pobres y enfermos que llegaban al dispensario del convento.
Cierta vez que lo enviaron a hacer las compras, las hizo, sí, pero se conmovió tanto ante los pobres que les regaló todo. Al llegar al convento recibió varios retos, sí, pero para sorpresa de todos, la canasta apareció llena de vuelta.
Las ratas invadían como siempre al convento y el portero, Fray Barragán, que lo quería mucho a Martín, pero no a las ratas, las perseguía día y noche tratando de eliminarlas. Fray Martín le dijo que no, que él hablaría con ellas. Y efectivamente, las llevó a todas consigo y les dijo que se portaran bien, que no anduvieran por cualquier lado, que no comieran las telas blancas de la iglesia y que él les llevaría comida todos los días a un lugar determinado. Y así fue.
Cierta vez unos dos niños muy pequeños, que habían “robado” comida para comer, entraron al convento para protegerse de unos soldados que los perseguían. Llegaron a donde estaba Martín y éste los envolvió con su hábito blanco y su capa negra. Y se volvieron invisibles ante los soldados y, así, fueron protegidos de la cárcel por Martín.
Tanto se difundió, en el lugar, la caridad infinita de este fraile, que mucha gente acudía en masa al dispensario para que él los curara. Era imposible atender para una sola persona tantos requerimientos, pero Martín fue regalado con el don sobrenatural de la bilocación: se las arreglaba para ser en un lugar y aparecer en otro.
Era humilde en grado supremo. Parecía tan tonto ante los demás que lo retaban llamándolo “perro mulato” y él aceptaba todos los retos diciendo “sí, si, soy un perro mulato”. Pero hubo una vez…….. Algo muy especial. Martín trajo a su celda a un indigente que padecía mucho frío, y lo puso a dormir en su cama mientras él durmió (o meditó, o rezó, o qué se yo) en el piso. Nadie que no fuera fraile podía entrar a las celdas del Convento, y menos aún sin el permiso del Prior. Este lo llamó y lo retó, pero esta vez de un modo particular: le dijo: “has pecado, porque has quebrado la regla del convento”. Esta vez Martín no dijo sí, sí. Levantó tu vista y dijo: “yo no he pecado, la caridad está por encima de la regla del convento”.
Aunque él no lo quería, su fama de santidad absoluta se extendía por toda Lima y alrededores. Los años pasaron. Un obispo del lugar estaba muy enfermo. Entonces solicitó que Martín lo viniera a ver. Pero Martín se negó. Siguió repitiendo “sólo soy un perro mulato”. Entonces el obispo le mandó decir que debía ir a verlo por el voto de obediencia. Martín fue. El obispo le pidió que pusiera su mano sobre su cuerpo, en el lugar donde más le dolía. Martín seguía “…yo no…”. El obispo le volvió a decir: te ordeno que pongas tu mano sobre mí. Martín lo hizo, y el obispo se curó.
Pero volvió al convento muy enfermo. Fray Barragán, que estaba ya muy viejito también, le hizo una sopa pero Martín ya no la comió. Murió esa noche.
Siempre me ha conmovido la existencia de Fray Martín de Porres, dominico, que sólo quiso servir a todos, convencido de que era el más pobre de los pobres y el más humilde entre los humildes. Creo que toda su vida es un símbolo, un ícono, para leer despacito, para que lo escuchemos. Es que evidentemente, a través de Martín, quiso decirnos algo.
Pero, ¿podemos entender los mensajes de Dios?
¿Necesitamos la vida de Fr. Martín para tener Fe o necesitamos Fe para entender su vida?
martes, 1 de noviembre de 2011
BENDITO SEA EL FRUTO DE TU VIENTRE (again)
Imaginen a un niño de 3 años. Un hijo, un sobrinito…. Ténganlo en sus brazos, acarícienlo, mírenlo a sus ojos. ¿Lo asesinarían por algún motivo?
Ahora imaginen a ese mismo niño, dos años antes. Un añito. De vuelta, imagínenlo en sus brazos. ¿Lo matarían?
Ahora imagínenlo de un mes. De vuelta, imaginen esa personita enternecedora, abrazada al pecho; imaginen que besan suavemente esa cabecita cuyos huesos aún no terminaron de cerrar. Imaginen las manitos, los pies, sus llantos, su respiración, los bracitos que se mueven, ojos que buscan. ¿Lo matarían por algún motivo? ¿Algo justifica que pueda ser matado?
Ahora bien, tres meses atrás era el mismo, sólo que más chiquitito, y dentro del vientre materno. La misma personita, la más indefensa del mundo, más pequeña aún. ¿Lo matarían por algún motivo?
¿Qué cambia que esté fuera o que esté adentro?
Vayan para atrás. ¿Qué cambia? Simplemente una etapa del desarrollo del mismo ser humano, de la misma personita. Porque lo que se está desarrollando como humano, es humano, cosa que se cumple también cuando tiene 1 año, o 10….
Pensemos en todo esto. ¿Es tan difícil? ¿Qué nos pasa? Una época donde se dice NO a la pena de muerte, una época que dice NO a la matanza de animales, ¿dice SI a la matanza de personitas indefensas?
¿Did I miss something here?
Ahora imaginen a ese mismo niño, dos años antes. Un añito. De vuelta, imagínenlo en sus brazos. ¿Lo matarían?
Ahora imagínenlo de un mes. De vuelta, imaginen esa personita enternecedora, abrazada al pecho; imaginen que besan suavemente esa cabecita cuyos huesos aún no terminaron de cerrar. Imaginen las manitos, los pies, sus llantos, su respiración, los bracitos que se mueven, ojos que buscan. ¿Lo matarían por algún motivo? ¿Algo justifica que pueda ser matado?
Ahora bien, tres meses atrás era el mismo, sólo que más chiquitito, y dentro del vientre materno. La misma personita, la más indefensa del mundo, más pequeña aún. ¿Lo matarían por algún motivo?
¿Qué cambia que esté fuera o que esté adentro?
Vayan para atrás. ¿Qué cambia? Simplemente una etapa del desarrollo del mismo ser humano, de la misma personita. Porque lo que se está desarrollando como humano, es humano, cosa que se cumple también cuando tiene 1 año, o 10….
Pensemos en todo esto. ¿Es tan difícil? ¿Qué nos pasa? Una época donde se dice NO a la pena de muerte, una época que dice NO a la matanza de animales, ¿dice SI a la matanza de personitas indefensas?
¿Did I miss something here?
domingo, 30 de octubre de 2011
LOS FUNDAMENTOS DEL ESTADO LIBERAL DE DERECHO SEGÚN BENEDICTO XVI
Publicado en el Instituto Acton,
(http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti90.pdf)
Octubre de 2011.
Benedicto XVI sigue enseñando el liberalismo político de más alta calidad; ese liberalismo por el cual muchos católicos nos han querido condenar absolutamente, ese liberalismo que según muchos católicos es pecado y ese liberalismo del cual habla ahora Benedicto XVI, en esos términos (“estado liberal de derecho”, y no sólo “estado de derecho”), novedad terminológica inédita en el Magisterio Pontificio y ante la cual muchos se hacen los distraídos.
Pero no es cuestión de insistir sólo con ese tema. La cuestión es reflexionar sobre los contenidos del liberalismo de Benedicto XVI, cuya calidad y profundidad son sólo comparables a los discursos de Pío XII cuando también hablaba del derecho natural (1) .
Nos referimos esta vez a su discurso en Bundesrat alemán del 22 de Septiembre de este año (2)
Benedicto XVI comienza recordando una célebre frase de San Agustín que para la conciencia histórica alemana tiene especial significación: "Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?", dijo en cierta ocasión San Agustín (“De civitate Dei, IV, 4, 1)”. Esto es, el gobierno, sin el límite del derecho, donde se encuentran los derechos fundamentales del hombre, ¿qué legitimidad tiene? Ninguna, y por ende, al usar la coerción, su diferencia con una banda de bandidos es sencillamente nula. Lamentablemente Benedicto tiene que recordar cómo afecta especialmente a los alemanes esa tragedia: “…Nosotros, los alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera. Hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra el derecho; cómo se ha pisoteado el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y empujarlo hasta el borde del abismo”. Pero salvando las distancias, no hay que colocar a la historia alemana como el único ejemplo. Un pontífice latinoamericano también podría haber dicho que nosotros, los latinoamericanos, estamos lamentablemente acostumbrados a los bandidos en el poder como situación habitual, a su descaro e hipocresía, ocupando puestos en la OEA como si fueran verdaderos estadistas, con toda la complicidad y banalidad del mal de dichos organismos internacionales, que los admiten y los aplauden, con todo su estatismo y su autoritarismo desenfrenado que frena el desarrollo de los pueblos produciendo la pobreza, el hacinamiento, el hambre y la desnutrición de millones de personas, verdaderos pecados sociales que claman al cielo que para colmo son luego interpretados como “capitalismo”.
Pero entonces, continúa Benedicto XVI, ¿cómo reconocer lo que es justo? De vuelta, en la espantosa experiencia de la resistencia al nazismo se ve que hubo personas que reconocieron en el criterio de mayoría una total insuficiencia para contestar a esa pregunta. La resistencia a la barbarie nazi se basó intuitivamente en un derecho natural más allá de la elección democrática de Hitler y de la sola legalidad positiva de sus “leyes”. Vuelve entonces a hacer la misma pregunta, sobre cómo reconocer lo que es justo. Y allí el Papa sorprende con una tesis histórica que unifica gran parte de la historia del derecho occidental: “…los teólogos cristianos se sumaron a un movimiento filosófico y jurídico que se había formado en el siglo II a. C. En la primera mitad del siglo segundo precristiano, se produjo un encuentro entre el derecho natural social desarrollado por los filósofos estoicos y notorios maestros del derecho romano (Cf. W. Waldstein, "Ins Herz geschrieben. Das Naturrecht als Fundament einer menschlichen Gesellschaft" (Augsburg 2010, 11ss; 31-61).. De este contacto, nació la cultura jurídica occidental, que ha sido y sigue siendo de una importancia determinante para la cultura jurídica de la humanidad. A partir de este vínculo precristiano entre derecho y filosofía inicia el camino que lleva, a través de la Edad Media cristiana, al desarrollo jurídico del Iluminismo, hasta la Declaración de los derechos humanos y hasta nuestra Ley Fundamental Alemana, con la que nuestro pueblo reconoció en 1949 "los inviolables e inalienables derechos del hombre como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo”. Obsérvese algo fundamental: para el Papa no hay contradicción, sino evolución, entre el derecho romano, la Edad Media y el desarrollo jurídico de la Ilustración. Algo casi idéntico a la tesis de Hayek en el cap. 11 de “Los fundamentos de la Libertad” (3)-
Pero sorprenderá a muchos, también, la sana secularización que Benedicto XVI supone en ese proceso. Muchos filósofos actuales contraponen a un derecho natural religioso, solamente proveniente de una arbitraria voluntad de Dios, con el ordenamiento jurídico secular de la sociedad. Contrariamente, Benedicto XVI sostiene que “…Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. En cambio, se ha referido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho, se ha referido a la armonía entre razón objetiva y subjetiva, una armonía que, sin embargo, presupone que ambas esferas estén fundadas en la razón creadora de Dios”. Este párrafo es ininteligible para gran parte de la cultura neokantiana y neopositivista actual. Los pensadores cristiano-católicos nunca han pensado que lo bueno es tal porque Dios lo ordena de modo arbitrario, sino que lo bueno se basa en la naturaleza de las cosas creada por Dios, siendo el modelo de este pensamiento, por supuesto, Santo Tomás de Aquino. Esto es, podemos encontrar en los fundamentos del derecho una naturaleza humana que puede ser reconocida por todos los seres humanos –como en los terribles momentos del nazismo- y al mismo tiempo ello presupone una armonía razón-fe, porque esa naturaleza humana está creada por Dios y, por ende, se inscribe en la tradición judeo-cristiana. A esto volverá Benedicto al final de su discurso.
Pero, ¿por qué esta dificultad de reconocer a la naturaleza humana? Benedicto diagnostica dos cuestiones: una, la escisión ser/deber ser y dos, y de modo coherente, la razón instrumental positivista, que impide reconocer algo fuera de los cánones del método científico. Benedicto XVI se opone de manera frontal al paradigma dominante de la época, el neopositivismo, (al cual los post-modernismos, agregamos nosotros, no hace más que retroalimentarlo). “…La razón positivista –dice el Papa- que se presenta de modo exclusivista y que no es capaz de percibir nada más que aquello que es funcional, se parece a los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima y la luz por nosotros mismos, y sin querer recibir ya ambas cosas del gran mundo de Dios. Y, sin embargo, no podemos negar que en este mundo autoconstruido recurrimos en secreto igualmente a los "recursos" de Dios, que transformamos en productos nuestros. Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo”. Obsérvese la referencia a un mundo “auto-construido”: por similar vía van las crítica de Hayek al constructivismo, aunque el liberalismo de Benedicto XVI agrega a Hayek lo que le faltaba: la base de la crítica al constructivismo en el derecho natural cristiano.
Pero si es “cristiano”, ¿cómo puede ser “sanamente secular”, cómo puede darse en una sana laicidad abierta a todos los pueblos? Benedicto XVI ya había explicado este tema cuando habló de la razón pública cristiana (4) , una razón que tomando sus temas del Cristianismo, es razón humana y, por ende, capaz de comunicarse con todos sin cortar con su propia identidad. Por eso la cultura Europea es una cultura cristiana y a la vez secular, que abre a la sana laicidad pero no al laicismo, al reconocimiento de los derechos del hombre fundados en Dios –como en la declaración de la independencia norteamericana- y por ello mismo abiertos a todos en un ámbito de libertad. Por ello así termina este, nunca mejor dicho, magistral discurso del magisterio de Benedicto XVI: “…A este punto, debería venir en nuestra ayuda el patrimonio cultural de Europa. Sobre la base de la convicción sobre la existencia de un Dios creador, se ha desarrollado el concepto de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley, la consciencia de la inviolabilidad de la dignidad humana de cada persona y el reconocimiento de la responsabilidad de los hombres por su conducta. Estos conocimientos de la razón constituyen nuestra memoria cultural. Ignorarla o considerarla como mero pasado sería una amputación de nuestra cultura en su conjunto y la privaría de su totalidad. La cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma – del encuentro entre la fe en el Dios de Israel, la razón filosófica de los griegos y el pensamiento jurídico de Roma. Este triple encuentro configura la íntima identidad de Europa. Con la certeza de la responsabilidad del hombre ante Dios y reconociendo la dignidad inviolable del hombre, de cada hombre, este encuentro ha fijado los criterios del derecho; defenderlos es nuestro deber en este momento histórico”.
Gracias, Benedicto, por este discurso histórico.
-----------------------------------
(1) Ver Zanotti, G.: “La importancia del Magisterio Social de Pío XII”, en http://gzanotti.blogspot.com/2008/12/la-importancia-del-magisterio-social-de.html
(2) L´Osservatore Romano, ed. en lengua española, (2011), 39, 25-9-2011.
(3) Unión Editorial, Madrid, 1975.
(4) Sobre este tema ver Zanotti, G.: El discurso que Benedicto XVI no pronunció, en www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti34.doc
(http://www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti90.pdf)
Octubre de 2011.
Benedicto XVI sigue enseñando el liberalismo político de más alta calidad; ese liberalismo por el cual muchos católicos nos han querido condenar absolutamente, ese liberalismo que según muchos católicos es pecado y ese liberalismo del cual habla ahora Benedicto XVI, en esos términos (“estado liberal de derecho”, y no sólo “estado de derecho”), novedad terminológica inédita en el Magisterio Pontificio y ante la cual muchos se hacen los distraídos.
Pero no es cuestión de insistir sólo con ese tema. La cuestión es reflexionar sobre los contenidos del liberalismo de Benedicto XVI, cuya calidad y profundidad son sólo comparables a los discursos de Pío XII cuando también hablaba del derecho natural (1) .
Nos referimos esta vez a su discurso en Bundesrat alemán del 22 de Septiembre de este año (2)
Benedicto XVI comienza recordando una célebre frase de San Agustín que para la conciencia histórica alemana tiene especial significación: "Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?", dijo en cierta ocasión San Agustín (“De civitate Dei, IV, 4, 1)”. Esto es, el gobierno, sin el límite del derecho, donde se encuentran los derechos fundamentales del hombre, ¿qué legitimidad tiene? Ninguna, y por ende, al usar la coerción, su diferencia con una banda de bandidos es sencillamente nula. Lamentablemente Benedicto tiene que recordar cómo afecta especialmente a los alemanes esa tragedia: “…Nosotros, los alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera. Hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra el derecho; cómo se ha pisoteado el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y empujarlo hasta el borde del abismo”. Pero salvando las distancias, no hay que colocar a la historia alemana como el único ejemplo. Un pontífice latinoamericano también podría haber dicho que nosotros, los latinoamericanos, estamos lamentablemente acostumbrados a los bandidos en el poder como situación habitual, a su descaro e hipocresía, ocupando puestos en la OEA como si fueran verdaderos estadistas, con toda la complicidad y banalidad del mal de dichos organismos internacionales, que los admiten y los aplauden, con todo su estatismo y su autoritarismo desenfrenado que frena el desarrollo de los pueblos produciendo la pobreza, el hacinamiento, el hambre y la desnutrición de millones de personas, verdaderos pecados sociales que claman al cielo que para colmo son luego interpretados como “capitalismo”.
Pero entonces, continúa Benedicto XVI, ¿cómo reconocer lo que es justo? De vuelta, en la espantosa experiencia de la resistencia al nazismo se ve que hubo personas que reconocieron en el criterio de mayoría una total insuficiencia para contestar a esa pregunta. La resistencia a la barbarie nazi se basó intuitivamente en un derecho natural más allá de la elección democrática de Hitler y de la sola legalidad positiva de sus “leyes”. Vuelve entonces a hacer la misma pregunta, sobre cómo reconocer lo que es justo. Y allí el Papa sorprende con una tesis histórica que unifica gran parte de la historia del derecho occidental: “…los teólogos cristianos se sumaron a un movimiento filosófico y jurídico que se había formado en el siglo II a. C. En la primera mitad del siglo segundo precristiano, se produjo un encuentro entre el derecho natural social desarrollado por los filósofos estoicos y notorios maestros del derecho romano (Cf. W. Waldstein, "Ins Herz geschrieben. Das Naturrecht als Fundament einer menschlichen Gesellschaft" (Augsburg 2010, 11ss; 31-61).. De este contacto, nació la cultura jurídica occidental, que ha sido y sigue siendo de una importancia determinante para la cultura jurídica de la humanidad. A partir de este vínculo precristiano entre derecho y filosofía inicia el camino que lleva, a través de la Edad Media cristiana, al desarrollo jurídico del Iluminismo, hasta la Declaración de los derechos humanos y hasta nuestra Ley Fundamental Alemana, con la que nuestro pueblo reconoció en 1949 "los inviolables e inalienables derechos del hombre como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo”. Obsérvese algo fundamental: para el Papa no hay contradicción, sino evolución, entre el derecho romano, la Edad Media y el desarrollo jurídico de la Ilustración. Algo casi idéntico a la tesis de Hayek en el cap. 11 de “Los fundamentos de la Libertad” (3)-
Pero sorprenderá a muchos, también, la sana secularización que Benedicto XVI supone en ese proceso. Muchos filósofos actuales contraponen a un derecho natural religioso, solamente proveniente de una arbitraria voluntad de Dios, con el ordenamiento jurídico secular de la sociedad. Contrariamente, Benedicto XVI sostiene que “…Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. En cambio, se ha referido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho, se ha referido a la armonía entre razón objetiva y subjetiva, una armonía que, sin embargo, presupone que ambas esferas estén fundadas en la razón creadora de Dios”. Este párrafo es ininteligible para gran parte de la cultura neokantiana y neopositivista actual. Los pensadores cristiano-católicos nunca han pensado que lo bueno es tal porque Dios lo ordena de modo arbitrario, sino que lo bueno se basa en la naturaleza de las cosas creada por Dios, siendo el modelo de este pensamiento, por supuesto, Santo Tomás de Aquino. Esto es, podemos encontrar en los fundamentos del derecho una naturaleza humana que puede ser reconocida por todos los seres humanos –como en los terribles momentos del nazismo- y al mismo tiempo ello presupone una armonía razón-fe, porque esa naturaleza humana está creada por Dios y, por ende, se inscribe en la tradición judeo-cristiana. A esto volverá Benedicto al final de su discurso.
Pero, ¿por qué esta dificultad de reconocer a la naturaleza humana? Benedicto diagnostica dos cuestiones: una, la escisión ser/deber ser y dos, y de modo coherente, la razón instrumental positivista, que impide reconocer algo fuera de los cánones del método científico. Benedicto XVI se opone de manera frontal al paradigma dominante de la época, el neopositivismo, (al cual los post-modernismos, agregamos nosotros, no hace más que retroalimentarlo). “…La razón positivista –dice el Papa- que se presenta de modo exclusivista y que no es capaz de percibir nada más que aquello que es funcional, se parece a los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima y la luz por nosotros mismos, y sin querer recibir ya ambas cosas del gran mundo de Dios. Y, sin embargo, no podemos negar que en este mundo autoconstruido recurrimos en secreto igualmente a los "recursos" de Dios, que transformamos en productos nuestros. Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo”. Obsérvese la referencia a un mundo “auto-construido”: por similar vía van las crítica de Hayek al constructivismo, aunque el liberalismo de Benedicto XVI agrega a Hayek lo que le faltaba: la base de la crítica al constructivismo en el derecho natural cristiano.
Pero si es “cristiano”, ¿cómo puede ser “sanamente secular”, cómo puede darse en una sana laicidad abierta a todos los pueblos? Benedicto XVI ya había explicado este tema cuando habló de la razón pública cristiana (4) , una razón que tomando sus temas del Cristianismo, es razón humana y, por ende, capaz de comunicarse con todos sin cortar con su propia identidad. Por eso la cultura Europea es una cultura cristiana y a la vez secular, que abre a la sana laicidad pero no al laicismo, al reconocimiento de los derechos del hombre fundados en Dios –como en la declaración de la independencia norteamericana- y por ello mismo abiertos a todos en un ámbito de libertad. Por ello así termina este, nunca mejor dicho, magistral discurso del magisterio de Benedicto XVI: “…A este punto, debería venir en nuestra ayuda el patrimonio cultural de Europa. Sobre la base de la convicción sobre la existencia de un Dios creador, se ha desarrollado el concepto de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley, la consciencia de la inviolabilidad de la dignidad humana de cada persona y el reconocimiento de la responsabilidad de los hombres por su conducta. Estos conocimientos de la razón constituyen nuestra memoria cultural. Ignorarla o considerarla como mero pasado sería una amputación de nuestra cultura en su conjunto y la privaría de su totalidad. La cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma – del encuentro entre la fe en el Dios de Israel, la razón filosófica de los griegos y el pensamiento jurídico de Roma. Este triple encuentro configura la íntima identidad de Europa. Con la certeza de la responsabilidad del hombre ante Dios y reconociendo la dignidad inviolable del hombre, de cada hombre, este encuentro ha fijado los criterios del derecho; defenderlos es nuestro deber en este momento histórico”.
Gracias, Benedicto, por este discurso histórico.
-----------------------------------
(1) Ver Zanotti, G.: “La importancia del Magisterio Social de Pío XII”, en http://gzanotti.blogspot.com/2008/12/la-importancia-del-magisterio-social-de.html
(2) L´Osservatore Romano, ed. en lengua española, (2011), 39, 25-9-2011.
(3) Unión Editorial, Madrid, 1975.
(4) Sobre este tema ver Zanotti, G.: El discurso que Benedicto XVI no pronunció, en www.institutoacton.com.ar/articulos/gzanotti/artzanotti34.doc
viernes, 28 de octubre de 2011
CARTA ABIERTA A JUANJO Y A TODOS LOS KIRCHNERISTAS
He recibido una MUY buena respuesta a mi blog del 27, y lo digo en serio. No es una ironía ni un eufemismo. Porque expresa muy bien la clave del problema: las filosofías diferentes, los horizontes diferentes, desde los cuales los fenómenos políticos son juzgados de modo diferente. Mi contraopinante, Juanjo, utiliza una forma de expresar su disidencia que parece una clase de hermenéutica: “donde vos ves…… Yo veo”. Por algo en filosofía de las ciencias naturales que el “ver” esconde un secreto: la carga de teoría de una supuesta base empírica que describiría “los hechos”. Un Ptolemaico le puede decir a un newtoniano: “donde vos ves gravedad, yo veo una propiedad intrínseca de los cuerpos, que es su tendencia al centro del universo”.
¿Y cómo dirimir la cuestión?
Veamos si podemos hacerlo en este caso. Yo, un liberal clásico. Mi contra-opinante, Juanjo, un peronista. Dos visiones muy diferentes sobre la política, la economía, el derecho, y desde allí, claro, el caso concreto, el kirchnerismo. Obviamente, la visión de Juanjo es el horizonte cultural argentino predominante, lo que se considera obvio, y eso lo he dicho muchas veces en este blog.
Veamos qué respuestas podemos ir dando de modo tal de dejar planteado un acuerdo potencial:
Estimado Gabriel, leí tu blog, no te conozco pero donde vos ves revivir el odio y la venganza, yo veo justicia y castigo a los que asesinaron, torturaron y robaron bebés.
Ok, te podrás imaginar Juanjo que yo NO defiendo el asesinato, la tortura y los robos de bebés. Lo que critico es que NO sean juzgados también los que asesinaron y torturaron del otro lado. Y si negás que haya sido así, entonces estamos en un grave problema histórico, pero no tanto en cuanto a valores. Porque si hubieras visto, como yo, la demencia asesina y la crueldad de ERP y Montoneros, ¿la justificarías? ¿Si? Pensalo…….
Donde vos ves violación del orden constitucional, yo veo mayor democracia, mayor institucionalización de la inclusión.
Claro Juanjo, entiendo tu punto. Sé que para vos la “inclusión” es un valor importante. Para mí también aunque en un sentido diferente que pasaré a explicarte después. Pero para un liberal clásico como yo, que una persona concentre todo el poder, y que el Congreso quede como una formalidad y los jueces obedezcan sus órdenes, es muy grave. Me vas a decir: no fue así. Bien, de vuelta un tema histórico. Pero si hubiera sido así: ¿lo justificarías en función de la inclusión? ¿El fin justifica los medios? La inclusión, por otra parte, no significa que hay “explotados”, excluídos, que deben ser incluídos. La teoría de la explotación de Marx (que los peronistas “incluyeron” desde el principio con su cancioncita “combatiendo al capital”) es falsa. Y si querés ver su falsedad deberías estudiar a E. von Bohm Bawerk y a L. von Mises. ¿Lo harías? ¿O creés que para tu formación económica y filosófica es suficiente con los discursos de Perón? Hay vida en Marte, Juanjo…… Hay algo más allá de la doctrina peronista……
Donde vos ves confiscación de las AFJP, yo veo recuperación para la Nación del ahorro nacional.
¿Recuperación? Bueno, creo que aquí diferimos, y no me extraña, respecto a la propiedad. Mis ahorros, como los de muchos otros, fueron confiscados, Juanjo. No recuperados porque yo no había robado a nadie. Aún en el caso de que se suspenda el sistema de las AFJP, los fondos depositados debían ser devueltos a sus legítimos dueños. O sea, fuimos robados, lisa y llanamente. Ahora bien, si vos lo ves como una expropiación, te recuerdo que hay cláusulas constitucionales para ello, que no fueron cumplidas. Pero además, vos pre-suponés que el monopolio estatal de las jubilaciones va a funcionar. Entonces, otra vez, tenemos una concepción diferente de la economía: vos pensás que el gobierno puede ser eficiente. Para descubrir lo contrario deberías leer el libro “El Socialismo”, de L. von Mises. ¿Lo harías?
Donde vos ves persecución a la prensa libre yo veo la generación de multiplicidad de voces y de miradas, aún para aquellos que dicen que no existe la libertad de prensa.
Estamos de acuerdo con que debe haber multiplicidad de voces, pero no se logrará con una ley de medios donde el gobierno puede quitar licencias a los dos años de otorgarlas. Ello implicará una sola voz, la del gobierno, si la ley se cumpliera estrictamente. La solución para la desconcentración de los medios consiste en una economía de mercado sn protecciones y subsidios económicos para nadie. En esa economía de mercado, un engendro como Papel Prensa no debería existir. Pero, de vuelta. ¿estás dispuesto a estudiar cómo funciona el mercado? O sea, ¿estás dispuesto a leer a Mises, Hayek, Rothbard, Israel Kirzner? ¿O quiénes suponés que son nuestros autores? ¿Los miembros del gobierno menemista? Comprendo que lo pienses pero…. ¡Los liberales clásicos no somos tan imbéciles!! :-))
Donde vos ves expansión del gasto, yo veo reconocimiento de derechos para todos.
Pero cómo se financia el gasto? El gobierno no es Jesús multiplicando los peces por milagro. Los gobiernos tienen tres fuentes de financiamiento: impuestos, deuda pública e inflación. ¿Y quiénes te pensás que PAGAN todo ello? SOBRE TODO los ciudadanos de más bajos ingresos, que a vos te preocupan y a mí también, pero la solución que proponés es echar leña al fuego. Cuando este gobierno deje de tener llena su caja, cuando “se le acabe la guita”, ¿de dónde te creés que van a salir los recursos para los subsidios? De ningún lado. ¿Qué ocurrirá con todos los que los reciben? Será peor que en el 2001. ¿Es tan difícil ponerse de acuerdo en esto? Si vos gastás más que tus ingresos, llega un momento donde tu deuda se acumula, te hipotecan y te sacan hasta los calzoncillos. ¿Por qué pensás que un gobierno es diferente? Si, es diferente porque puede, precisamente, endeudarse más, emitir moneda, apretar con impuestos pero ¿hasta cuándo? ¿Creés que esas fiestas son eternas? Le estuvo a punto de pasar a Obama hace poco. ¿Por qué pensás entonces que NO le va a pasar a la Argentina?
Donde vos ves una peligrosa alianza con sudamérica yo veo una esperanzadora construción de la Patria Grande.
¿Alianza con Sudamérica? No, es alianza con Chávez y Correa, que incurren en los mismos errores que estoy tratando de explicarte (con la diferencia de que Chávez tiene más sentido del humor :-)) ). Y esa alianza sólo conduce a que haya más desnutridos, más pobreza indignante, más condiciones indignas de vida, con el precio, además, de esa concentración de poder y limitaciones a las libertades que a la tradición peronista siempre la tuvo muy sin cuidado. ¿Qué valores defendés en última instancia? ¿Vos pensás que la afiliación obligatoria al partido, el encarcelamiento de Balbín, etc., todas “medallas” de los dos primeros gobiernos de Perdón, fueron “buenas cosas”? Y no me salgas con que en la dictadura militar fue peor, porque tenés razón. ¿Pero con ese argumento vas a justificar el autoritarismo de Perón? ¿El autoritarismo de Videla es el único al cual oponerse? ¿A los demás no? Contestame realmente……………
Donde vos ves la muerte de un cuasi-dictador, yo veo la desaparición física de un líder con coraje y el nacimiento de miles de voluntades orgullosas de estar construyendo un destino de dignidad para TODOS los que habitamos este maravillosa suelo.
Bueno, de vuelta, el tema de la concentración de poder. Volvemos al punto uno………… Una concentración de poder que a donde MENOS conducirá es un destino de dignidad…… Para un suelo que simplemente es suelo, no es maravilloso hasta que no lo trabajemos con una libertad de mercado que vos creés que sólo conduce a la pobreza………………
Donde vos ves un digno discípulo de Perón, yo veo un digno discípulo de Perón.
Bueno, claro……… Muy buena esta coincidencia: Perón el autoritario, el cuasi-dictador…………………………
Sí, siempre hay coincidencias en algunas cosas.
Por supuesto. La verdad me gustaría que vos y todos los kirchneristas contestaran mis preguntas.
¿Y cómo dirimir la cuestión?
Veamos si podemos hacerlo en este caso. Yo, un liberal clásico. Mi contra-opinante, Juanjo, un peronista. Dos visiones muy diferentes sobre la política, la economía, el derecho, y desde allí, claro, el caso concreto, el kirchnerismo. Obviamente, la visión de Juanjo es el horizonte cultural argentino predominante, lo que se considera obvio, y eso lo he dicho muchas veces en este blog.
Veamos qué respuestas podemos ir dando de modo tal de dejar planteado un acuerdo potencial:
Estimado Gabriel, leí tu blog, no te conozco pero donde vos ves revivir el odio y la venganza, yo veo justicia y castigo a los que asesinaron, torturaron y robaron bebés.
Ok, te podrás imaginar Juanjo que yo NO defiendo el asesinato, la tortura y los robos de bebés. Lo que critico es que NO sean juzgados también los que asesinaron y torturaron del otro lado. Y si negás que haya sido así, entonces estamos en un grave problema histórico, pero no tanto en cuanto a valores. Porque si hubieras visto, como yo, la demencia asesina y la crueldad de ERP y Montoneros, ¿la justificarías? ¿Si? Pensalo…….
Donde vos ves violación del orden constitucional, yo veo mayor democracia, mayor institucionalización de la inclusión.
Claro Juanjo, entiendo tu punto. Sé que para vos la “inclusión” es un valor importante. Para mí también aunque en un sentido diferente que pasaré a explicarte después. Pero para un liberal clásico como yo, que una persona concentre todo el poder, y que el Congreso quede como una formalidad y los jueces obedezcan sus órdenes, es muy grave. Me vas a decir: no fue así. Bien, de vuelta un tema histórico. Pero si hubiera sido así: ¿lo justificarías en función de la inclusión? ¿El fin justifica los medios? La inclusión, por otra parte, no significa que hay “explotados”, excluídos, que deben ser incluídos. La teoría de la explotación de Marx (que los peronistas “incluyeron” desde el principio con su cancioncita “combatiendo al capital”) es falsa. Y si querés ver su falsedad deberías estudiar a E. von Bohm Bawerk y a L. von Mises. ¿Lo harías? ¿O creés que para tu formación económica y filosófica es suficiente con los discursos de Perón? Hay vida en Marte, Juanjo…… Hay algo más allá de la doctrina peronista……
Donde vos ves confiscación de las AFJP, yo veo recuperación para la Nación del ahorro nacional.
¿Recuperación? Bueno, creo que aquí diferimos, y no me extraña, respecto a la propiedad. Mis ahorros, como los de muchos otros, fueron confiscados, Juanjo. No recuperados porque yo no había robado a nadie. Aún en el caso de que se suspenda el sistema de las AFJP, los fondos depositados debían ser devueltos a sus legítimos dueños. O sea, fuimos robados, lisa y llanamente. Ahora bien, si vos lo ves como una expropiación, te recuerdo que hay cláusulas constitucionales para ello, que no fueron cumplidas. Pero además, vos pre-suponés que el monopolio estatal de las jubilaciones va a funcionar. Entonces, otra vez, tenemos una concepción diferente de la economía: vos pensás que el gobierno puede ser eficiente. Para descubrir lo contrario deberías leer el libro “El Socialismo”, de L. von Mises. ¿Lo harías?
Donde vos ves persecución a la prensa libre yo veo la generación de multiplicidad de voces y de miradas, aún para aquellos que dicen que no existe la libertad de prensa.
Estamos de acuerdo con que debe haber multiplicidad de voces, pero no se logrará con una ley de medios donde el gobierno puede quitar licencias a los dos años de otorgarlas. Ello implicará una sola voz, la del gobierno, si la ley se cumpliera estrictamente. La solución para la desconcentración de los medios consiste en una economía de mercado sn protecciones y subsidios económicos para nadie. En esa economía de mercado, un engendro como Papel Prensa no debería existir. Pero, de vuelta. ¿estás dispuesto a estudiar cómo funciona el mercado? O sea, ¿estás dispuesto a leer a Mises, Hayek, Rothbard, Israel Kirzner? ¿O quiénes suponés que son nuestros autores? ¿Los miembros del gobierno menemista? Comprendo que lo pienses pero…. ¡Los liberales clásicos no somos tan imbéciles!! :-))
Donde vos ves expansión del gasto, yo veo reconocimiento de derechos para todos.
Pero cómo se financia el gasto? El gobierno no es Jesús multiplicando los peces por milagro. Los gobiernos tienen tres fuentes de financiamiento: impuestos, deuda pública e inflación. ¿Y quiénes te pensás que PAGAN todo ello? SOBRE TODO los ciudadanos de más bajos ingresos, que a vos te preocupan y a mí también, pero la solución que proponés es echar leña al fuego. Cuando este gobierno deje de tener llena su caja, cuando “se le acabe la guita”, ¿de dónde te creés que van a salir los recursos para los subsidios? De ningún lado. ¿Qué ocurrirá con todos los que los reciben? Será peor que en el 2001. ¿Es tan difícil ponerse de acuerdo en esto? Si vos gastás más que tus ingresos, llega un momento donde tu deuda se acumula, te hipotecan y te sacan hasta los calzoncillos. ¿Por qué pensás que un gobierno es diferente? Si, es diferente porque puede, precisamente, endeudarse más, emitir moneda, apretar con impuestos pero ¿hasta cuándo? ¿Creés que esas fiestas son eternas? Le estuvo a punto de pasar a Obama hace poco. ¿Por qué pensás entonces que NO le va a pasar a la Argentina?
Donde vos ves una peligrosa alianza con sudamérica yo veo una esperanzadora construción de la Patria Grande.
¿Alianza con Sudamérica? No, es alianza con Chávez y Correa, que incurren en los mismos errores que estoy tratando de explicarte (con la diferencia de que Chávez tiene más sentido del humor :-)) ). Y esa alianza sólo conduce a que haya más desnutridos, más pobreza indignante, más condiciones indignas de vida, con el precio, además, de esa concentración de poder y limitaciones a las libertades que a la tradición peronista siempre la tuvo muy sin cuidado. ¿Qué valores defendés en última instancia? ¿Vos pensás que la afiliación obligatoria al partido, el encarcelamiento de Balbín, etc., todas “medallas” de los dos primeros gobiernos de Perdón, fueron “buenas cosas”? Y no me salgas con que en la dictadura militar fue peor, porque tenés razón. ¿Pero con ese argumento vas a justificar el autoritarismo de Perón? ¿El autoritarismo de Videla es el único al cual oponerse? ¿A los demás no? Contestame realmente……………
Donde vos ves la muerte de un cuasi-dictador, yo veo la desaparición física de un líder con coraje y el nacimiento de miles de voluntades orgullosas de estar construyendo un destino de dignidad para TODOS los que habitamos este maravillosa suelo.
Bueno, de vuelta, el tema de la concentración de poder. Volvemos al punto uno………… Una concentración de poder que a donde MENOS conducirá es un destino de dignidad…… Para un suelo que simplemente es suelo, no es maravilloso hasta que no lo trabajemos con una libertad de mercado que vos creés que sólo conduce a la pobreza………………
Donde vos ves un digno discípulo de Perón, yo veo un digno discípulo de Perón.
Bueno, claro……… Muy buena esta coincidencia: Perón el autoritario, el cuasi-dictador…………………………
Sí, siempre hay coincidencias en algunas cosas.
Por supuesto. La verdad me gustaría que vos y todos los kirchneristas contestaran mis preguntas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)