El tiempo no se detiene y a su paso va dejando imborrables huellas en cada suspiro, en cada palabra tejida de sentimientos, he dejado parte de mí en GIRANDO A MI ALREDEDOR, feliz y orgulloso de haber compartido el vuelo y el aterrizaje, las luces y las sombras, a sabiendas de que cada línea ha sido un reflejo de lo que siento, de lo que he vivido y de lo que soy.
Van siendo unos cuantos años en los que he danzado en sueños, a veces acariciándolos de cerca, otras viéndolos desvanecerse al amanecer, pero hoy, después de este recorrido, entiendo que los sueños no se desvanecen, se transforman, acompañándome, ya no como fugaces destellos, sino como compañeros de camino.
Cada verso, cada palabra, cada gesto a favor del viento ha sido una forma de tejer esa realidad soñada, donde el tiempo sigue siendo cómplice y maestro silencioso.
He aprendido que no solo se trata de volar alto o caer a las profundidades, sino de habitar ambos extremos para encontrar la belleza en cada lugar donde las palabras han sido mi refugio, mi fortaleza en momentos de incertidumbre, mi celebración en momentos de claridad y en cada palabra, la complicidad invisible que me han acompañado a lo largo del tiempo.
He visto sueños desplegarse ante mis ojos, y otros desvanecerse, solo para dar paso a nuevos horizontes y en ese ciclo, he aprendido a no temer el cambio, sino a quererlo, abrazarlo, sintiendo cómo las palabras cobran vida en las noches más silenciosas y cómo en cada amanecer surgían nuevas oportunidades de crear, de soñar, de volver a escribir una y otra vez susurros, silencios, en definitiva compartiendo palabras.
Hoy, celebro el recorrido, los altibajos, los momentos de duda y los de certeza, celebro cada beso robado al tiempo, cada verso nacido sin previo aviso, cada visita que ha caminado conmigo a lo largo de estos años, del viaje continuo, de la transformación constante, ya no busco volar sin rumbo; ahora, en cada paso, encuentro una dirección, un propósito.
Hoy, en este 17º aniversario, sé que el viaje no debería tener fin, que las palabras seguirán siendo mi guía, que los sueños seguirán trazando mi camino, que cada nuevo día apostaría por seguir contando y juntando palabras que sigan reconfortándome como hasta ahora.
Gracias a aquellos que han estado aquí, leyendo, sintiendo, viviendo conmigo, gracias por seguir compartiendo y caminando entre silencios conquistados...
Pd:
Gracias por acompañarme en el camino...
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