Cuando te dejas llevar por tus sueños, es más fácil hacerlos realidad. Y no, no se trata de una fórmula secreta que garantice el éxito ni de que consigas aquello que buscas o anhelas, sino de algo mucho más poderoso: eres tú quien maneja los hilos que tejen esos sueños, los mismos que alimentan tu felicidad. Al abrazar tus sueños con determinación, comienzas a construir tu verdadero yo, piedra a piedra, algunas, o quizás muchas, se caerán en el camino, pero eso no debe detenerte, porque cada caida es una oportunidad para aprender y avanzar. El puente que conecta lo que imaginas con lo que puedes lograr no se cruza de una sola vez; requiere perseverancia, paciencia y la valentía de probar nuevos sueños, una y otra vez. Y entonces, un día cualquiera, despertarás y entenderás que la verdadera magia nunca te abandonó: siempre estuvo a tu lado, creyendo en ti. Pd: No dejes de creer en ti...
Siento una profunda lucha interna al convivir con mis propios demonios mentales, donde exploro la incertidumbre de mi trayectoria, anhelando la perfección que percibo tan inalcanzable como esencial. Viviendo en un constante pasaje de contradicciones, cuando el deseo de encontrar orden en medio del caos, es la búsqueda del ideal en una realidad que parece resistirse, constante e inevitable enfrentamiento conmigo mismo. Acaricio las sombras que se aferran a mis pensamientos, siluetas que gritan entre susurros, maceradas por las dudas y certezas que jamás se reconciliaran, en cada paso, un reflejo de mi propia disonancia, un intento por trazar el rumbo en un mapa imaginario. Cultivo los demonios que se instauran en mi cabeza, descubro la ambigüedad que atesoran mis pasos, cruel perfección nunca habilitada y jamás encontrada. Y mientras avanzo, sigo sembrando esa cruel perfección que solo existe en mi cabeza, esa búsqueda que me define y también me consume, porque al f...