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Isaías 55:1: ¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!
¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero!
¡Vengan, compren vino y leche sin pago alguno!
Paralelismo inverso.6 Otro tipo de paralelismo es la presentación de conceptos
invertidos. Este paralelismo ocurre en dos formas.
La forma más frecuente de este paralelismo en los textos bíblicos poéticos es
cuando se encuentra entre dos versos con un total de cuatro líneas. La primera y
cuarta líneas contienen conceptos parecidos y la segunda y tercera líneas también se
relacionan entre sí por lo menos en un aspecto.
Salmo 37:21, 22: (1a) Los malvados piden prestado y no pagan,
(malvados)
(1b) pero los justos dan con generosidad.
(justos)
(2b) Los benditos del Señor heredarán la tierra,
(benditos)
(2a) pero los que él maldice serán destruidos.
(los que él maldice)7
La primera y la cuarta líneas hablan de la persona mala y la segunda y la
tercera líneas presentan conceptos referentes a los justos.
Jeremías 9:4:
(1a) Cuídese cada uno de su amigo, (amigo)
(1b) no confíe ni siquiera en el hermano, (hermano)
(2b) porque todo hermano engaña, (hermano)
(2a) y todo amigo difama. (amigo)
Todos los idiomas hacen uso de figuras de lenguaje, las cuales pueden escucharse
en el lenguaje cotidiano, lo mismo en giros coloquiales como «¡Es un gusano!» que
en expresiones más literarias como «tierra que fluye leche y miel». En poesía, las
figuras de lenguaje son más frecuentes, ricas y productivas. Estas imágenes
concretas sirven para dar vida a pensamientos abstractos; no son el mensaje, pero
nos lo comunican en términos que podemos comprender y hasta sentir.
El lenguaje figurado es toda expresión que se utiliza para
comunicar algo diferente de lo que literalmente parece. Aunque
el lenguaje figurado se halla en textos de argumentación y en
textos narrativos, se encuentra predominantemente en los textos
poéticos. A continuación se presenta una clasificación básica de
algunas formas del lenguaje figurado más usadas en los textos
poéticos de la Biblia. (Roberto Hanna)
Is 29.8 se hace una descripción de la frustración que aguarda a los enemigos de Dios, pero ésta se
hace en términos extremadamente humanos:
Se utiliza esta expresión para referirse a la persona que obedece la Palabra de Dios. Se
destaca así el estilo de vida del que obedece: se caracteriza por hacer lo bueno y justo.
Personificación. Es una figura en la cual se atribuye a una cosa
inanimada o a un ser abstracto la imagen, los sentimientos y el
lenguaje de un ser humano. Se utiliza para expresar conceptos de
manera gráfica y de ese modo el autor puede impactar más a sus
destinatarios que con sólo incluir una afirmación directa.
Salmo 96:11-13a: ¡Alégrense los cielos, regocíjese la
11
tierra!
¡Brame el mar y todo lo que él contiene!
12 ¡Canten alegres los campos y todo lo que hay en ellos!
¡Canten jubilosos todos los árboles del bosque!
13 ¡Canten delante del Señor, que ya viene!
El autor del salmo utiliza esta figura para expresar que la venida
del Señor es buena noticia por lo que él va a hacer.
Hipérbole, ironía y sarcasmo
Como ya hemos hecho notar, el hebreo cuenta con varios recursos estilísticos (que
pueden hallarse en contextos poéticos y no poéticos); entre ellos se cuentan la
hipérbole, la ironía y el sarcasmo, de los cuales haremos aquí una breve mención,
dada su prominente presencia en algunos poemas.
La hipérbole consiste en exagerar las cualidades de aquello de que se habla, y esto
simplemente para efectos dramáticos. Cuando alguien dice «Me estoy muriendo
de frío», de ningún modo significa que quien lo dice realmente se esté
muriendo; más bien, lo que esa persona hace es recalcar, mediante la
exageración, la intensidad del frío que experimenta.
Dado que la poesía trata temas profundamente emotivos, la
hipérbole se vuelve un recurso muy usado. Veamos los siguientes
ejemplos:
Me he consumido a fuerza de gemir;
todas las noches inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas. (Sal 6.6)
Caerán a tu lado mil,
y diez mil a tu diestra… (Sal 91.7)
Es evidente que ni el salmista se ha consumido, ni ha inundado ni regado su lecho
con llanto, ni a su lado han caído mil ni diez mil, sino que mediante estas frases
hiperbólicas expresa su confianza en la liberación de Dios, sin que importe lo que
suceda.
Otro ejemplo de hipérbole lo hallamos en el siguiente canto de los israelitas:
Saúl hirió a sus miles,
y David a sus diez miles (1 S 18.7)
También resulta evidente que ellos no querían decir que David hubiera matado a
diez mil enemigos sino, simplemente, que había matado a muchos (y ciertamente a
más de los que había matado Saúl).
La ironía y el sarcasmo hallan expresión cuando alguien dice una cosa pero quiere decir otra.
Aunque algunas veces las declaraciones irónicas resultan humorísticas, en la mayoría de los casos
son hirientes y tienden a ridiculizar a alguien o a desaprobar su conducta. La poesía del libro de
Job abunda en frases irónicas intercambiadas entre Job y sus amigos, e incluso entre Dios y Job.
Cuando Bildad habla con Job, éste responde irónicamente (26.2-3 NVi):