SOCIOLOGÍA - 2ª parte

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TEMA 4 - Poder, Estado y movimientos sociales

- 16. Poder, gobierno y movimientos sociales (460 - …)


- McDonalización de la sociedad (pp. 147-148; 161-162)

El poder, según la definición clásica de Weber (1921), es “la probabilidad de alcanzar unos
objetivos pese a la oposición de otras personas”. De aquí se entiende que el poder es un
ejercicio de fuerza e imposición, en el que unos individuos o grupos se imponen a otros.
Sin embargo, Weber consideraba que el ejercicio de la fuerza no podía garantizar la
estabilidad social a largo plazo, porque los individuos sometidos terminan por rebelarse e
infringir las normas que no respetan.

Ante esto, entendía que el funcionamiento de la sociedad necesita de un consenso social


sobre cuáles son los valores que deben promoverse y las normas necesarias para
alcanzarlos. Dicho consenso garantizaría un ejercicio legítimo del poder (no coercitivo).
Así se llegaría al concepto de autoridad, “el poder que la gente percibe como legítimo en
vez de como coercitivo (Macionis y Plummer).

PODER Y AUTORIDAD

Cuando un juez, un policía, un profesor o un padre ejercen sus funciones y toman


decisiones que obligan a otros individuos a hacer determinadas cosas se considera que su
acción es legítima y están ejerciendo su autoridad (siempre que ejerzan sus funciones de
la manera que esa sociedad considera adecuada. Ej.: si un padre maltrata a su hijo pierde
su autoridad y la sociedad actúa contra él).

Weber distinguió entre tres tipos de autoridad:

- La autoridad tradicional: “el poder legitimado gracias a pautas culturales


establecidas en el pasado”. Esta es la autoridad de los reyes, emperadores y nobles,
basada en la sucesión dinástica. Es un tipo de autoridad que va perdiendo peso a
medida que las sociedades se industrializan.
- La autoridad carismática: “el poder legitimado por cualidades personales
excepcionales, que inspiran devoción y obediencia”. Va ligada a rasgos de
personalidad individual. Los líderes carismáticos pueden hacer caer gobiernos y
alterar los modelos de organización social. Ejemplos: Hitler, Stalin, Gandhi, Mandela.
- El tercer tipo de autoridad es el más importante a la hora de entender el
funcionamiento de las sociedades modernas. Weber la llamó autoridad
legal-racional (otros la llaman autoridad burocrática), “el poder legitimado por
reglas y regulaciones aprobadas legalmente”. Aquí son las instituciones formales
que rigen la vida de una sociedad las que legitiman la autoridad, es decir, los
gobiernos.

Weber estableció que la burocracia es la base organizativa de las sociedades industriales


(modernas). Todas las organizaciones sociales establecen reglas que regulan la vida de
las personas y legitiman los ejercicios de poder. Ese ejercicio está ligado a la posición que
se ocupa dentro de las organizaciones y está sujeto a sus reglas.
Weber definió la burocracia como “un modelo organizativo diseñado racionalmente para
desempeñar tareas complejas de manera eficiente”, caracterizado por una gran
especialización, organización jerárquica, dominio de reglas y normas, alta competencia
técnica, impersonalidad y comunicaciones formales.

FOUCAULT Y EL PODER

El filósofo francés Michel Foucault amplió con sus trabajos el concepto de poder. Afirmó
que “el poder está en todas partes y se encuentra en todas las relaciones”. Es decir, ya no
estamos hablando de algo que se posee o no, como en la percepción clásica. Aquí es algo
que se ejerce en toda relación social, algo de lo que no podemos escapar. Se encuentra en
los encuentros cotidianos, en las interacciones cara a cara, dentro de las familias, entre
hombres y mujeres, en los colegios, etc.

Esta perspectiva hace más complicada la definición clara de las relaciones de poder, pero
también enriquece el concepto y lo saca del dominio de las instituciones formales. Así, el
poder ya no es algo que viene impuesto desde arriba y sobre lo único que puede hacerse es
resistirlo. La visión foucaultiana amplía los campos de construcción de alternativas
sociales y políticas, al margen de las grandes organizaciones políticas y económicas.

PODER, POLÍTICA Y GOBIERNO

En nuestras sociedades, los espacios en los que más claramente se manifiestan las
relaciones de poder son los de la política formal y los gobiernos. La política formal “es la
institución social donde se distribuye el poder, se establecen las prioridades de la sociedad
y se toman decisiones” (Macionis y Plummer). Mientras, el gobierno “es el ejercicio de la
autoridad política, económica y administrativa en los asuntos oficiales de un país en todos
los niveles” (Macionis y Plummer).

La forma básica de organización política en las sociedades modernas es el Estado-nación,


que son espacios territorialmente definidos con una identidad colectiva de pertenencia al
lugar y ejércitos para defenderlos. Dentro de esta forma básica podemos encontrar luego
diversas formas de organización política. Los cuatro sistemas políticos más frecuentes son:
- El totalitarismo.
- El autoritarismo.
- La monarquía.
- Y la democracia.

SISTEMAS POLÍTICOS CONTEMPORÁNEOS

TOTALITARISMO: “un sistema político que tiene como objetivo controlar y regular
ampliamente la vida de los ciudadanos” (Macionis y Plummer). Estos regímenes se han
desarrollado solo durante el siglo XX, cuando el desarrollo de los medios de comunicación y
la tecnología en general permiten controlar ampliamente la vida de la población.

Estos gobiernos tienen como objetivo principal la concentración total del poder (de ahí el
término “totalitario”), anulando cualquier tipo de oposición política y bloqueando las
influencias externas. Otra de sus características fundamentales es que promueven entre la
población una fuerte lealtad al régimen, no se conforman con la simple resignación ante la
falta de libertades. Se busca la obediencia total al Estado.

Ejemplos más claros: Alemania Nazi (extrema derecha), Corea del Norte (extrema
izquierda).

AUTORITARISMO: “un sistema político que impide la participación popular en el gobierno”


(Macionis y Plummer). Aquí no existe tanto énfasis en la búsqueda de la lealtad hacia el
régimen ni un control tan intenso de la vida cotidiana de la población (mayor separación
entre los espacios privado y público), pero no hay libertades políticas ni libertad de
prensa.

Se entiende que el Estado ostenta la capacidad de regular de manera fuerte y estricta el


resto de espacios sociales. A su vez, los castigos por el incumplimiento de las normas son
duros y tienen como objetivo disciplinar a la población. La disidencia política es
perseguida y reprimida.

Las monarquías absolutas de Oriente Medio (Arabia Saudí, Omán) y las juntas militares que
gobernaban en América en los años 60 y 70 (Argentina, Chile, Brasil, etc.) son ejemplos de
gobiernos autoritarios. El régimen franquista que gobernó España entre 1939 y 1975 es otro
claro ejemplo.

MONARQUÍA: “un tipo de sistema político en el que una familia gobierna generación tras
generación” (Macionis y Plummer). Estos gobiernos están legitimados por la autoridad
tradicional de la que ya hablamos. Aún existen monarquías absolutas que ejercen un control
muy amplio sobre la vida de sus súbditos (ya vimos el ejemplo de Oriente Medio), pero lo
más habitual es encontrar monarquías constitucionales (España, Noruega, Reino Unido,
Suecia, etc.).

Este tipo de monarquías se diferencia poco de los sistemas democráticos que veremos
luego. El monarca tiene un poder meramente simbólico y el gobierno es elegido por la
población, en base a unas reglas de convivencia social previamente definidas (las
constituciones).

Actualmente existen 28 monarquías en todo el mundo. 10 de ellas están en Europa, 13 en


Asia, 3 en África y 2 en Oceanía.

DEMOCRACIA: “sistema político en el que el pueblo ejerce el poder” (Macionis y Plummer).


Dado el volumen de nuestras sociedades ese poder popular no puede realizarse de manera
directa, por lo que se eligen una serie de representantes que toman decisiones en nombre
de los ciudadanos. Por esto se dice que nuestras democracias son representativas. Las
elecciones son la herramienta de articulación clave de las democracias, cuya base de
legitimidad es la autoridad legal-racional.

Los sistemas burocráticos de las democracias son muy extensos (aunque también se dan
en otros sistemas políticos). Pero en las democracias se produce cierta tensión con
respecto a la burocracia, ya que la mayor parte de sus miembros no son elegidos ni
conocidos por la población. De este modo, mientras centramos nuestra atención en los
políticos, muchas de las decisiones que nos afectan son tomadas por burócratas que no
tienen que rendir cuentas ante los ciudadanos.

EL DEBATE ENTRE LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD

La organización política de los Estados va de la mano de la organización económica. De


hecho, el debate se presenta entre si podemos considerar esos ámbitos por separado o si
son aspectos integrados. El caso es que el modelo económico por el que se apueste
condiciona la estructura de los sistemas políticos. Durante el siglo XX el juego de fuerzas se
dio entre el capitalismo y el socialismo, y sus diferentes visiones sobre los principios de
libertad e igualdad.

Las economías de mercado (capitalistas) privilegian la libertad de los individuos.


Consideran que el mercado ofrece las oportunidades necesarias para que las personas
persigan sus intereses libremente. Así, la intervención del Estado se considera una
limitación a esa libertad individual. Las elecciones libres son la herramienta básica de
configuración del poder político.

Pero las sociedades capitalistas son muy desiguales. El libre juego en el mercado
genera esa desigualdad y permite que determinados sectores acumulen mucha mayor
cantidad de recursos de todo tipo. Así, los más ricos tienen mayor capacidad para influir en
la política y proteger sus intereses frente a los del resto de la población. La crítica a este
sistema habla de que solo las necesidades de los más ricos son atendidas y que los que
tienen menos recursos no tienen margen de maniobra.

Por su parte, los sistemas de economía socialista ponen el énfasis en la igualdad. Sus
gobiernos buscan satisfacer todas las necesidades básicas de la población y garantizar una
vida digna. Se considera que no puede haber libertad política sin una base igualitaria.
Pero el problema aquí es que ese modelo implica una gran intervención del Estado sobre
la organización social y económica, lo que restringe la libertad de los individuos. El
espacio para desarrollar objetivos individuales está limitado y la libertad política es escasa o
nula.

Así podemos decir que el socialismo, buscando la igualdad económica, limita la libertad
individual, y el capitalismo, garantizando esa libertad individual, provoca grandes
desigualdades económicas.

Los modelos socialdemócratas configurados tras la II Guerra Mundial buscaban dar una
respuesta a esta tensión, aceptando el capitalismo como modelo económico, pero con un
fuerte papel del Estado en la corrección de las desigualdades.

ESTADOS Y GLOBALIZACIÓN POLÍTICA

El nacimiento de instituciones supranacionales a partir de la segunda mitad del siglo XX


ha generado un debate sobre el fin de los Estados nacionales como forma dominante de
organización política. Organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la
Unión Europea, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización
Mundial del Comercio (OMC) o el G8 han tomado gran protagonismo en la toma de
decisiones políticas a nivel internacional.

Esto ha sido interpretado en ocasiones como la pérdida de soberanía de los Estados, que
ven reducidos sus márgenes de maniobra para desarrollar políticas, obligados a cumplir las
normas impuestas por los organismos supranacionales.

Desde una perspectiva diferente se entiende que esos organismos no son más que
conjuntos de Estados-nación, que siguen siendo los protagonistas principales, solo que
ahora en un diálogo internacional más intenso.

Se tenga una u otra perspectiva, el principal problema que se plantea con estos organismos
es su falta de transparencia y de procesos de elección democráticos. Funcionan como
“gobierno de gobiernos” en los que los intereses y reivindicaciones de la población quedan
muy lejos de los espacios de decisión.

ANÁLISIS TEÓRICOS DEL PODER EN LA SOCIEDAD

Modelo pluralista: “sostiene que el poder se encuentra repartido entre muchos grupos de
interés diferentes y que compiten entre sí” (Macionis y Plummer). Esta perspectiva está
ligada al funcionalismo. Aquí, la política tiene como base la negociación y no la
dominación de un grupo sobre otro. Así, ninguna organización puede esperar alcanzar
todos su objetivos, dado que es necesario lograr alianzas. Esas alianzas reducen las
diferencias entre los grupos.

Se entiende que el poder procede de muchas fuentes (riqueza económica, puestos


políticos, prestigio, carisma, etc.) y que está muy repartido en la sociedad. Se señala
también que en las democracias todo el mundo tiene capacidad de influir en la política,
incluso los más desfavorecidos. De esta forma, ni siquiera las personas y grupos más
influyentes son capaces de imponer todos sus objetivos e intereses.

Modelo de la élite del poder: “el poder está concentrado en unas pocas manos (de las
personas más acomodadas)” (Macionis y Plummer). Esta perspectiva está ligada al
paradigma del conflicto social. La clase alta controla la mayor parte de la riqueza, el
prestigio y el poder de la sociedad. Las familias de esta clase se relacionan entre sí y
consiguen que las decisiones políticas estén a su favor y protejan sus intereses. Existe una
alta conexión entre el poder político y el poder económico, cuyos miembros fluyen
fácilmente entre ambos sectores (puertas giratorias).

Modelo de la clase dominante (marxista): se entiende que la igualdad política es un mito


y que el Estado siempre vela por los intereses del capital. Aquí vuelve a entrar en juego el
concepto de hegemonía de Gramsci: “la dominación por medio de las ideas o la cultura
política”. No se toman decisiones buscando el interés general y se utilizan los medios de
comunicación para legitimar el poder y enmascarar las verdaderas intenciones, que no son
otras que beneficiar al capital.
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

El análisis clásico de los movimientos sociales establece una clasificación basada en 2


vectores principales: el alcance de los cambios propuestos y la amplitud del grupo de
población al que se dirige. De ahí salen 4 tipos:

Movimientos sociales
alternativos: son los que menos
amenazan el orden social, ya que
solo pretenden cambios limitados
en un sector específico de la
población y en un ámbito
concreto. Ej.: movimiento por la
planificación familiar, movimiento
por el matrimonio homosexual.

Movimientos de salvación (o
redención): se dirigen también a
un grupo limitado de gente, pero
buscan cambiar por completo sus
vidas y sus sistemas de
creencias. Ej.: organizaciones
religiosas fundamentalistas.

Movimientos sociales reformistas: estos proponen cambios limitados a un aspecto


específico, pero que afecta a la totalidad de la población. Ej.: movimiento multicultural,
movimiento animalista, movimiento supremacista blanco.

Movimientos revolucionarios: mucho más ambiciosos, ya que tienen como objetivo


reemplazar las instituciones sociales y políticas por otras nuevas. Se presenta en las
posiciones más radicales (raíz) de muchos movimientos reformistas.

LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Muchos autores hablan de que las sociedades postindustriales (basadas en una


economía de servicios) y de la información (con el auge de las nuevas tecnologías) en las
que vivimos hoy han generado nuevos movimientos sociales que se diferencian de los
tradicionales. Algunas de sus características básicas son las siguientes:
- Se preocupan mucho menos por la condición de clase.
- Sus actividades tienden a estar protagonizadas por jóvenes.
- Son organizaciones más informales, más fragmentadas y menos jerárquicas.
- Tienen poco interés en las instituciones formales de poder.
- Reivindican valores postmaterialistas, más centrados en la calidad de vida.

Estos nuevos movimientos son fruto de la globalización política y económica, que ha


creado una mayor conciencia sobre los problemas comunes que padecemos en muchos
lugares distintos. Así, sus estrategias de acción son también globales (“piensa globalmente
y actúa localmente”), y usan las nuevas tecnologías de la información como una de sus
principales herramientas de acción política, uniendo a gente muy diversa en busca de
objetivos comunes.

Medioambiente, pacifismo, derechos de las mujeres y de los homosexuales,


antiglobalización, son algunos de los principales movimientos de este tipo.

LA MCDONALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

“Proceso por el cual los principios de la industria de la comida rápida se van aplicando cada
vez más a otros ámbitos de la vida social” (Macionis y Plummer). Compramos juguetes
uniformizados en ToysRUs, ropa en Zara, hacemos viajes previamente planificados por los
turoperadores, vemos programas de televisión estandarizados, etc. Este proceso llega
incluso a la educación. Recibimos cursos empaquetados bajo criterios fijos y se nos evalúa
a través de exámenes estandarizados iguales para todos.

George Ritzer (1995) ha sido el teórico principal sobre este proceso. Apunta que la
burocratización de la sociedad que ya señalaba Weber ha ido más lejos y se ha hecho más
profunda.

Principios organizaciones de la Mcdonalización:


1. Eficiencia. Esto es, “cuanto más rápido mejor”, algo que en nuestra sociedad no se
discute. Una hamburguesa con papas fritas y un batido deben servirse en 50
segundos. Los clientes recogen sus bandejas y gestionan su basura. Todos los
procesos se simplifican.
2. Calculabilidad. Todos los elementos están perfectamente planificados. El peso de
las hamburguesas, la longitud de las papas, las medidas de las lonchas de queso,
están definidas con precisión. Esto quiere decir que nuestras experiencias vitales
están cada vez más planificadas y organizadas previamente.
3. Uniformidad y predecibilidad. Podemos obtener exactamente el mismo producto
en cualquier organización mcdonalizada (las mismas hamburguesas, el mismo
batido, el mismo helado…). Nada es dejado al azar y todo está altamente
racionalizado.
4. Control mediante automatización. Todos los procesos y mecanismos del sistema
están automatizados, de forma que la influencia de los seres humanos (que es lo
más difícil de controlar) sea la menor posible.

Estos principios se extienden a todas las esferas de la vida. Las experiencias de consumo
que tenemos en los centros comerciales y las relaciones que establecemos a través de las
redes sociales son buenos ejemplos.

Weber identificó en su día el gran problema de estos procesos de racionalización, algo que
Ritzer ha venido a confirmar. Bajo la burocracia, la espontaneidad y la creatividad humanas
quedan aplastadas, el espíritu humano desaparece. Se produce un proceso de
deshumanización basado en el control de la creatividad, de la independencia y de la
autonomía humanas.

Ritzer afirma que “la irracionalidad última de la Mcdonalización es que las personas lleguen
a perder el control sobre el sistema y que sea este el que termine controlándonos”.
TEMA 5 - Medios de comunicación y nuevas tecnologías
- 22. Los medios de comunicación
- 23. Ciencia, ciberespacio y sociedad del riesgo

Medios de comunicación de masas: “cualquier instrumento tecnológico o social utilizado


para seleccionar, transmitir o recibir algún mensaje” (Macionis y Plummer). Se ha dado una
transición histórica entre la comunicación cara a cara y el uso de medios masivos.

Estos medios de comunicación han pasado a tener un papel central en nuestra vida
diaria, configurando nuestras relaciones más básicas (familiares, educativas, sociales, etc.).
Todas las instituciones sociales se han visto modificadas por los medios de
comunicación (la política, la religión, la economía, el deporte, etc.).

La televisión ha adquirido un papel central en los hogares, marcando su rutina,


vertebrando su espacio y adquiriendo un gran poder simbólico (Ej.: TV en el salón y
rodeada de fotos familiares). Ejercicio: número de televisores en el hogar familiar. ¿Cómo
ha cambiado el hogar?

“En una hora de visión, cualquiera de nosotros está expuesto a más imágenes de las que
ha visto en toda su vida un habitante de una sociedad no industrializada” (Fiske, 1991).

CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Evolución de los medios de comunicación de masas (Mass Media): prensa – radio –


televisión – nuevas tecnologías. Ejemplo de su importancia: para el año 1997 la media de
horas diarias frente a la TV en EEUU era de siete. ¿Qué pasa con los móviles? ¿Y con las
redes sociales? Ejercicio: ¿Cuántas redes sociales tenemos?

Con las nuevas tecnologías se está produciendo un desdibujamiento de las fronteras entre
lo público y lo privado. Ej.: las redes sociales son espacios de exposición pública en los
que se puede interactuar desde la privacidad del hogar.

Gran polarización en el debate en torno a los efectos de las nuevas tecnologías. Ej.: usos
de los drones.

Debates en torno a la lógica de los medios de comunicación:


- Producción (quién, por qué y cómo): propiedad (concentración en grandes
corporaciones); rol de los medios públicos; intenciones económicas, políticas e
ideológicas; rol de los profesionales (ética); aumento de la oferta de canales y
paquetes personalizados; Internet como oportunidad y como riesgo (facilidad de
acceso a la información, facilidad de manipulación).
- Recepción y efectos de los medios: audiencias consumidoras; ¿homogeneización
o diversificación cultural?; ¿fomento de la violencia y el sexismo?; creación de la
realidad; “espectador inteligente”.
GLOBALIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los medios de comunicación se han configurado como uno de los agentes de globalización
más importantes de la actualidad. A partir de ellos se habla de la tercera y la cuarta fase
de la revolución industrial, como nuevas formas radicalmente diferentes de organización
económica, productiva y social.

Este proceso está liderado por los estados occidentales, que concentran la mayor parte de
la producción mediática a nivel mundial. El impacto de esa producción en diversas
realidades locales es innegable, pero también se desarrollan procesos de adaptación local.
Esto nos devuelve al debate entre globalización y glocalización (ej: formatos
internacionalizados de concursos y series televisivas).

Por su parte, la evolución de Internet y la transmisión digital de datos ha provocado una


flexibilización de los flujos de información, pero teniendo como nodos centrales a Europa,
Norteamérica y el este asiático.
Los contenidos de los productos mediáticos también están siendo globalizados. Se
imponen determinadas estructuras narrativas al tiempo que proliferan fenómenos
mediáticos globales (eventos deportivos y artísticos, series, sagas de películas, etc.)

GLOBALIZACIÓN DE LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS

Tradicionalmente, los medios de comunicación eran de propiedad pública, sostenidos y


financiados por los estados. Estaban concebidos como un servicio que se ofrecía a los
ciudadanos, sometidos a control público y a procesos de regulación de contenidos. A finales
de los años 80 surgieron empresas de comunicación con intereses comerciales que
comenzaron a competir con los medios públicos. Actualmente, los medios públicos han sido
relegados a una posición secundaria dentro del sector.

El control sobre los contenidos de los medios privados es mucho menor y ha generado
múltiples debates sobre las posibilidades de regulación (horarios infantiles, clasificación
por edades, publicidad, etc.). Digamos que se ha producido un choque entre el interés
público y el mercado, regido por las leyes de la oferta y la demanda (ej: Mediaset).

En las últimas décadas se ha estado produciendo un fenómeno de concentración de las


empresas de comunicación. A través de compras y múltiples fusiones se han creado
grandes emporios mediáticos que controlan la mayor parte de los canales de televisión,
periódicos, productoras de cine y música, etc. Los tres principales son Disney, Comcast y
WarnerMedia.

GLOBALIZACIÓN Y EMPRESAS TECNOLÓGICAS

Pero el mayor cambio en la estructura de los medios de comunicación ha sido la aparición


de empresas centradas en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información.
Estas están sustituyendo en buena medida los servicios que ofrecían tradicionalmente las
empresas mediáticas de las que hablábamos.
Actualmente, las cuatro empresas más importantes del mundo en cuanto al valor de sus
acciones son tecnológicas (Microsoft, Apple, Amazon y Alphabet). Han superado por mucho
a las principales empresas de los sectores “tradicionales” de la economía: finanzas,
consumo, energía, salud. Son el claro ejemplo de la consolidación de esta nueva fase de la
economía capitalista (Sociedad de la información-3ª y 4ª revolución industrial).

A su vez, acumulan importantes cuotas de decisión sobre los flujos de información, los
contenidos y las medidas de regulación de las comunicaciones. Estas empresas tienen
capacidad para influir fuertemente en la opinión pública, condicionando los temas de los
que se habla y orientando el consumo de los sujetos.

LA NUEVA ECONOMÍA Y POLÍTICA EN EL MUNDO DIGITAL

La economía global depende de la tecnología de la información. El fenómeno llamado


“financiarización de la economía” no puede entenderse sin la digitalización, desde el
funcionamiento de la Bolsa al comercio electrónico.

A su vez, las dinámicas de trabajo también están cambiando. Zuboff señalaba, ya en


1982, cuatro procesos:
1. Menos especialización en el trabajo: modelos informáticos están tomando
decisiones que antes estaban exclusivamente en manos de las personas.
2. El trabajo se vuelve más abstracto: se opera con software, símbolos o ideas más
que con la producción de objetos físicos.
3. Menos interacción en el lugar de trabajo: idea de la “cabina del piloto de avión”.
Los trabajadores realizan sus tareas aislados unos de otros.
4. Aumento del control sobre los trabajadores: la tecnología permite aumentar la
vigilancia sobre los procesos de trabajo y el comportamiento de los trabajadores.

La política también se está viendo alterada, permitiendo nuevas formas de participación y


comunicación entre los individuos, y nuevas formas de influir en la toma de decisiones
(15M, movimientos sociales, democracia digital).

PROBLEMAS ASOCIADOS A LA ERA DIGITAL

Nuevas formas de estratificación social que dividen entre aquellos que tienen acceso a la
información y los que no. Esto se está plasmando ya en una brecha generacional (las
personas mayores se ven marginadas), y en una brecha internacional (los países más
pobres tienen menos acceso a la información). Así, algunos autores hablan de que las
nuevas tecnologías aumentan la democracia y el acceso al poder, mientras que otros
hablan de la creación de ciberclases, un sistema que divide a las personas en función de
sus posibilidades de acceso a la información.

Otro problema es el de la sobrecarga de información. Tenemos tal cantidad de datos a


nuestra disposición que corremos el riesgo de perdernos en ellos y no saber seleccionar lo
verdaderamente relevante.
Los ciberdelitos son un problema más, la aparición de nuevas formas delictivas ligadas a la
comunicación digital, que en muchos casos son más difíciles de perseguir.

En definitiva, volvemos al debate sobre si los efectos de estos cambios culminarán en una
sociedad mejor, aprovechando las ventajas de la impersonalidad y la multiplicidad de
opciones, o si por el contrario se concretará en una huida del mundo real y la consolidación
del miedo a las interacciones.

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