Presentacion osteomielitis 2

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ABSCESO DE BRODIE:

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
CON PATOLOGÍAS TUMORALES.

Eduardo Gómez Morón


Ricardo Ignacio Gómez Miranda
Paula Bas Alcolea
Alejandra Estévez Eijo
Beatriz Domínguez Lagranja
Marcos Berdejo Alloza
Jorge López Mareca
Amalia Aranaz Murillo
HOSPITAL UNIVERSITARIO MIGUEL
SERVET, ZARAGOZA.
OBJETIVO DOCENTE:

Describir las técnicas diagnósticas utilizadas para orientar el


diagnóstico de absceso de Brodie para poder diferenciarlo de otras
patologías desde tumorales tanto malignas como benignas así como
otra patología inflamatoria. Teniendo en cuenta sus particularidades
clínicas y la dificultad en su diagnóstico, expondremos los hallazgos
más relevantes observables con las diferentes técnicas de imagen
disponibles.

REVISIÓN DEL TEMA:

El término absceso de Brodie fue acuñado a la literatura médica por


primera vez en el año 1832 por Benjamin Brodie en el que describía
una amputación de tobillo realizada a un joven de 24 años
detallando la posibilidad hipotética de hacer una cirugía que drenara
la lesión y tratarla así de una forma más conservadora.
Hoy en día sabemos que el absceso de Brodie es una forma
subaguda de infección ósea que se presenta con pus en el interior
del hueso rodeado por una pared esclerótica con unos síntomas
clínicos de comienzo insidioso dada la poca respuesta inflamatoria
sistémica que produce el hecho de que se encuentre encapsulado.
La osteomielitis en una inflamación del hueso secundaria a
infección que puede derivar en artritis séptica u osteonecrosis,
por lo que puede generar una gran morbilidad en los pacientes
afectos, es por ello que el rápido diagnóstico con las pruebas de
imagen adecuadas será crucial en el devenir de la enfermedad y
para determinar la extensión de esta.

Los síntomas clásicos de aparición son dolor, eritema y edema


del área de lesión, los cuales son muy inespecíficos y podrían
corresponder a una variedad amplia de otras lesiones.

Existen varias causas que pueden derivar en infección ósea como


son infecciones tras fracturas abiertas, osteomielitis hematógena
o hueso expuesto en pacientes diabéticos incluso ser de causa
idiopática. Staphylococcus aureus es la causa más
frecuentemente observada en la patogenia de la enfermedad,
siendo otros microorganismos como Staphylococcus epidermidis
o Enterobacter menos frecuntes.
Existen 3 vías posibles de diseminación de la infección, por vía
hemática, contigua o por inoculación directa.

En el caso de diseminación hematógena, es muy común la


afectación en la metáfisis ya que se trata de una zona de bajo
flujo en el que las bacterias pueden acumularse y proliferar,
además presentan vasos con endotelio menos unido lo que
permite el paso más fácil de las bacterias del interior de los
vasos al exterior. Se trata de la forma más común de
osteomielitis en niños y afecta a huesos largos, en adultos es
menos común pero suele afectar a vértebras.

En cuanto a la infección por contigüidad, en pacientes con


insuficiencia vascular, no se genera una suficiente respuesta
inmunitaria en infecciones de partes blandas lo que conlleva a
una diseminación de la infección.

Por último, la inoculación directa se produce por cualquier


causa que genere contacto entre el hueso directo con un
posible foco de infección, como ejemplos tendríamos
procedimientos quirúrgicos, mordeduras o fracturas abiertas.
Existen otra serie de patologías que tendremos que tener en
cuenta a la hora de hacer un diagnóstico diferencial correcto como
son:
-Osteoma osteoide
-Histiocitosis de células de Langerhans
-Condrosarcoma
-Granuloma eosinofílico
-Tuberculosis

Patogenia de osteomielitis aguda:


La bacteria genera una reacción inflamatoria que forma pus en el
interior de la cavidad medular, al mismo tiempo se forma un
proceso de granulación reactivo alrededor que genera un absceso
circunscrito que se conoce como el absceso de Brodie. El aumento
de presión intraósea puede llevar a que se genere una cloaca que
es una disrupción de la cortical ósea por la que sale pus y puede
formar un absceso subperióstico, el cual de producirse es más
común en niños que en adultos ya que es más fácil de romper la
cortical ósea y el periostio es más deformable pudiendo así
acumular pus. Si se produce una rotura del periostio y se forma un
trayecto hasta la piel se denominará tracto sinusal.
Por debajo de los 18 meses y en la edad adulta, la anatomía del
hueso permite el paso de los microorganismos desde la metáfisis
hasta la epífisis y la articulación. Por encima de los 18 meses el
cartílago de crecimiento lo impide formando una barrera y siendo
menos común el paso de bacterias de metáfisis a epífisis.
Patogenia de osteomielitis crónica:
En caso de cronificación de la infección, debido al poco aporte
vascular que se produce, se genera una osteonecrosis con una
disrupción de hueso no viable conocida como secuestro que es
bastante resistente a la llegada de antibióticos. El sistema inmune
genera una pared de tejido granulomatoso alrededor del secuestro
conocida como involucro.

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS:

Vamos a proceder a describir las diferentes técnicas de imagen con


las que contamos para diagnosticar el absceso y describir los
hallazgos que podríamos encontrar en cada una de ellas. Nos
vamos a centrar en la radiografía simple, tomografía
computerizada, ultrasonidos, resonancia magnética y sus
principales potenciaciones y medicina nuclear.
En cuanto a la radiografía simple, no va a ser un estudio que nos
proporcione una gran seguridad a la hora del diagnóstico a que
puede confundirse con muchas otras lesiones o incluso no
visualizarse ningún hallazgo durante la fase más aguda de la
enfermedad. Los hallazgos que podríamos encontrarnos serían una
radiolucencia en el lugar en el que se produce el absceso junto a un
halo escleroso alrededor, una reacción perióstica y edema de
partes blandas. Estos hallazgos serán en muchas ocasiones los
primeros que nos encontremos en el estudio del paciente y nos
planteará el diagnóstico diferencial con otras entidades como
tumores o fracturas.
Resonancia magnética: Gold Standard para el estudio del
Absceso de Brodie. Usaremos imágenes axiales, coronales y
sagitales para poder evaluar la lesión en los 3 planos y se
podrán realiza reconstrucciones oblicuas para su mejor estudio
en caso de ser necesario.
Secuencias → T1, T2, T2 FS, STIR, DP
T1 → Para poder valorar bien la anatomía en la que la grasa
será hiperintensa y el líquido aparecerá hipointenso. El absceso
tendrá una intensidad intermedia.
T2 y las secuencias supresoras de grasa muestran el líquido
hiperintenso y será útil para valorar la infección ya que tendrá
un mayor contenido líquido. La grasa en T2 se verá más
hipointensa que en T1.
También es muy común la obtención de secuencias post
contraste con gadolinio, generalmente FS-T1.
STIR: Alta intensidad en la cavidad medular, siendo
representativo de edema o absceso intramedular. El periostio
también se encontrará hiperintenso marcando reacción
perióstica y puede formarse absceso subperióstico. En la
corteza del hueso podemos ver áreas focales de mayor
densidad formando abscesos, los cuales se verán con baja señal
central y realce periférico en la secuencia T1 fat-sat.
Medicina nuclear:
El absceso se presenta como un incremento de señal de
radionúclido en los estudios de medicina nuclear, teniendo una
gran sensibilidad para detectar aquellas regiones sospechosas
del esqueleto, teniendo como desventaja la poca especificidad
y la baja correlación exacta anatómica que aporta. Es
importante tener en cuenta que un tejido óseo que ha sido
dañado por cirugía o traumatismo será difícil de realizar una
buena interpretación.
TC:
Podremos valorar mejor que la RM la afectación perióstica, la
formación de secuestro y la destrucción ósea. El secuestro se
mostrará como una lesión radiolucente con un anillo denso
alrededor. La mayor debilidad será que no evaluaremos
correctamente los tejidos blandos ni podremos valorar el
edema medular que se ve en la osteomielitis inicial.
Ultrasonido:
Es especialmente útil en niños para la detección de tejido
blando inflamado y con doppler color así como material
subperióstico que se correspondería con una elevación del
perióstico y una colección líquida debajo. En adultos puede ser
técnicamente más complejos en pacientes obesos y se trata de
una técnica observador dependiente, lo cual hace que pueda
haber diferencias interobservador.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
Fractura de estrés: en este tipo de fracturas por cizallamiento
repetitivo, veremos edema medular y afectación perióstica,
pero no veremos afectación de partes blandas.
Histiocitosis de las células de Lanherans suelen ocurrir en la
diáfisis al contrario que en el absceso de Brodie que tiende a
verse en la metáfisis.
Osteoma osteoide: Afecta más a hombres durante la
adolescencia y suelen encontrarse en la diáfisis de los huesos
largos. El tamaño es menor de 1 cm y característicamente el
dolor se alivia con la toma de aspirina. Puede ser confundido
con el secuestro ya que se trata de una lesión radiolucente
redondeada con un centro esclerótico. La diferencia es que el
secuestro tiene una forma más irregular y no capta contraste.
Tumores malignos: La osteomielitis genera mayor destrucción
y más rápida, además la captación de contraste es
heterogénea mientras que en el absceso es periférica.
Neuropatía de Charcot: también produce edema medular y
afectación de partes blandas.
Quiste óseo aneurismático: típico de niños y adolescentes
menores de 20 años, se trata de cavidades rellenas de sangre
con tabiques de tejido cinectivo, se forman tras la
degeneración quística de lesiones preexistentes como
tumores o traumatismos. Se verá hipointenso en T1 e
hiperintenso en T2.
Presentamos a continuación 2 casos visualizados en nuestro hospital
en el año 2021. Este primer caso trata de un varón de 19 años que
acudió a consulta con un único síntoma de dolor localizado en el tercio
proximal del fémur, sin fiebre ni otro síntoma relevante. Presentaba
antecedentes quirúrgicos 9 años antes por dismetría de miembros
inferiores. Se le realizó Rx simple de cadera y posteriormente se
ampiaría el estudio a TC y RNM.

(FIGURA 1) Lesión lítica de 21 mm en metáfisis proximal de fémur


izquierdo y bordes bien definidos, con reaccción cortical
locorregional. Planteando la posibilidad en una primera instancia de
osteoma osteoide sin poder descartar osteoblastoma u otras
posibilidades.
FIGURA 2 FIGURA 3

Estudio TC fémur proximal con reconstrucciones sagital (Figura 2) y


coronal (figura 3). Lesión lítica intramedular en diáfisis proximal de
femur izquierdo, multiloculada, con caracteríticas de absceso. Se
compone de varias lesiones contiguas en el eje longitudinal del
femur: dos centromedulares de morfología ovoidea, comunicadas
entre sí a traves de un tracto sinusal lineal, de unos 21 y 24 mm de
longitud, en región intertrocantérica y subtrocantérica
respectivamente; una craneal excéntrica en la cavidad medular
subtrocantérica dorsomedial , de unos 9 x 7 mm; caudal a las
anteriores
FIGURA 4

FIGURA 5
FIGURA 6 FIGURA 7

FIGURA 8
Figura 4 (T2 STIR coronal) / Figura 5 (T1 Axial)
Figura 6/Figura 7/Figura 8 (T1 FS Post Gadolinio)

Lesión lítica intramedular en diáfisis proximal de femur izquierdo,


multiloculada, con caracteríticas de absceso. Se compone de
varias lesiones contiguas en el eje longitudinal del fémur.

Son circunscritas con contenido hipointenso en T1 (figura 5) e


hiperintenso en T2 (figura 4) con restricción en difusión
(contenido purulento), delimitadas por anillo hiperintenso en T1
representando tejido de granulación que delimita el absceso
(signo de penumbra) y un anillo externo hipointenso en T1 de
tejido fibrótico; realza el anillo interno tras la administración de
gadolinio (Figua 6-7-8).

Asocian extenso componente de edema de la cavidad medular


ósea circundante, hueso reactivo esclerótico circunscribiendo la
lesión en la cavidad medular y formación ósea reactiva cortical,
engrosada.

Edema y realce perióstico y del tejido blando adyacente


comprometiendo músculos vasto medial e intermedio en su
inserción proximal.
Se presenta a continuación otro caso de una mujer de 49
años que sufre un accidente de tráfico con rotura completa
del tendón de Aquiles y que presentará como complicación
osteomielitis y absceso de Brodie. Se comienza el estudio con
Rx simple y se continúa ampliando a RNM.

Figura 9 (Rx simple tobillo lateral). Solución de


continuidad de partes blandas en región aquílea.
FIGURA 10 FIGURA 11

FIGURA 12 FIGURA 13
FIGURA 14 FIGURA 15
Figura 10 (T2 STIR sagital)/Figura 11 (T1 sagital) Figura 12 (T1
Sagital)/Figura 13 (T1 FS Gd) Figura 14 (T1 FS Gd axial)/ Figura 15 (T2
STIR axial)
Marcado engrosamiento de baja intensidad de señal del tendón de
Aquiles por rotura.
Se aprecia la apertura de dos tractos en el plano cutáneo adyacente a
la superficie posterior del tendón (Figura 12 y 13).
Osteomielitis calcánea, con zona irregular de osteólisis, con un
diámetro mayor de alrededor de 2,2 cm, que muestra una marcada
hiperseñal en T2 (absceso de Brodie) (Figura 10). Asocia halo de
edema óseo. Se identifica 2 secuestros parcialmente calcificados, de
morfología lineal y, de alrededor de 1 cm de diámetro mayor (Figura
14 y 15).
CONCLUSIONES:

-Los grandes avances en imagen diagnóstica nos permiten realizar


con más facilidad el diagnóstico diferencial de patologías con
sintomatología inespecífica como el absceso de Brodie que
determinarán radicalmente el manejo terapéutico.
-Un diagnóstico de presunción es necesario para evitar las
consecuencias en cuanto a morbilidad que de esta patología se
pueden derivar.

BIBLIOGRAFÍA:
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2008.

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