Psicologia Diferencial CASO

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GRUPO: 3.

Jessica Manzanillo / 2017-0302

Génesis Féliz / 2022-0573

Kady Tejeda / 2023-0007

MATERIA: PSICOLOGIA DIFERENCIAL

MAESTRA: SOMALIA PEÑA

UNIVERCIDAD: UNAD

FECHA: 16-11-2024
Caso de estudio grupal aplicado a la Espiral de Cattell

Contexto:

Imaginemos que estamos trabajando con un equipo de investigación psicoterapéutica que se


enfrenta al reto de intervenir en un grupo de adolescentes en una comunidad vulnerable. El
objetivo es mejorar la dinámica grupal y promover el bienestar emocional. Para ello,
aplicamos los principios de la Espiral de Cattell, una metodología que implica un proceso
de análisis e intervención a través de varios niveles o fases sucesivas, lo que permite
abordar la complejidad de los problemas emocionales y sociales de un grupo.

Fase 1: Identificación de las variables fundamentales del grupo (Factorialización)

En esta fase inicial, se realiza un análisis exhaustivo de las variables que afectan a los
miembros del grupo. Se utiliza una combinación de observación directa, entrevistas y
cuestionarios para identificar los factores clave que influyen en la dinámica grupal, los
estados emocionales y las relaciones interpersonales.

Variables identificadas:

1. Ansiedad social: Algunos miembros del grupo muestran dificultades para


interactuar en situaciones grupales debido a un alto nivel de ansiedad.
2. Liderazgo: Existe un grupo pequeño que ejerce una influencia significativa sobre el
resto, generando tensiones y conflictos de poder.
3. Empatía: Hay un déficit en la capacidad de los miembros del grupo para
comprender las emociones ajenas, lo que contribuye a malentendidos y hostilidad.
4. Autoconfianza: Los miembros tienen baja autoconfianza y tienden a buscar
validación externa.
5. Resciliencia emocional: El grupo presenta dificultades para adaptarse a situaciones
estresantes o adversas, lo que reduce la cohesión.

Fase 2: Diseño de intervenciones específicas (Aplicación de factores)

En este paso, se diseñan intervenciones específicas para abordar las variables previamente
identificadas. Se priorizan las intervenciones basadas en las relaciones interpersonales y el
fortalecimiento de las capacidades emocionales del grupo.

Intervencion y propuestas:

1. Entrenamiento en habilidades sociales: Actividades grupales para mejorar la


comunicación y la resolución de conflictos, con el fin de reducir la ansiedad social y
promover interacciones más saludables.
2. Redefinición del liderazgo: Dinámicas grupales que permitan redistribuir el poder
dentro del grupo, favoreciendo la colaboración y evitando las jerarquías rígidas que
generan tensiones.
3. Terapia cognitivo-emocional grupal: Ejercicios para mejorar la empatía entre los
miembros, trabajando sobre la escucha activa y el reconocimiento de las emociones
ajenas.
4. Fortalecimiento de la autoestima: Técnicas para promover la autoconfianza, como
el establecimiento de metas individuales y grupales alcanzables.
5. Talleres de resciliencia emocional: Actividades que ayuden al grupo a enfrentar
situaciones adversas y promover la adaptabilidad, a través de prácticas de
mindfulness y resolución de problemas.

Fase 3: Evaluación y ajustes del proceso (Comprobación de factores)

Tras aplicar las intervenciones, se realiza un seguimiento y evaluación para determinar si se


están logrando los objetivos establecidos. Se utilizan cuestionarios de satisfacción,
entrevistas y observación directa para medir los avances en las variables clave.
Resultados preliminares:

 Ansiedad social: La ansiedad en situaciones grupales ha disminuido en un 30%,


aunque algunos miembros aún presentan dificultades al interactuar en grandes
grupos.
 Liderazgo: Se ha logrado una mayor distribución de responsabilidades dentro del
grupo, y la cohesión ha aumentado. Sin embargo, algunos miembros todavía
muestran resistencia a participar en roles de liderazgo.
 Empatía: La empatía ha mejorado significativamente, con un 70% de los miembros
reportando un mayor entendimiento mutuo, aunque algunos siguen mostrando
dificultades en este aspecto.
 Autoconfianza: La mayoría de los miembros ha aumentado su confianza en sí
mismos, aunque el progreso ha sido desigual.
 Resciliencia emocional: El grupo muestra una mayor capacidad para gestionar el
estrés, pero aún es necesario reforzar las estrategias de afrontamiento en situaciones
críticas.

Fase 4: Reajuste y retroalimentación (Optimización de factores)

Con base en la evaluación, se realizan ajustes en las intervenciones para optimizar los
resultados. Algunas actividades se intensifican o modifican para abordar las áreas que aún
presentan dificultades.

Ajustes realizados:

1. Mayor enfoque en la práctica de habilidades sociales: Se añaden más actividades


que simulan situaciones de conflicto o de estrés para seguir mejorando la
interacción social.
2. Refuerzo del liderazgo compartido: Se organizan nuevas actividades para
practicar roles de liderazgo rotativos, permitiendo que todos los miembros
experimenten diversas posiciones de responsabilidad.
3. Incremento en el entrenamiento en empatía: Se incorporan ejercicios de role-
playing más complejos y escenarios más desafiantes para seguir fomentando la
comprensión emocional.
4. Técnicas de afirmación y autoayuda: Se realizan más talleres sobre
autocompasión y autoafirmación para fortalecer la autoestima en los miembros más
inseguros.
5. Crecimiento en la resiliencia: Se añaden más prácticas de resiliencia, incluidas
actividades físicas y creativas para ayudar al grupo a encontrar formas alternativas
de afrontar el estrés.

Fase 5: Cierre y evaluación final (Síntesis de resultados)

Finalmente, se realiza una evaluación final en la que se sintetizan los logros y se comparan
con los objetivos iniciales. El equipo observa que, en general, el grupo ha experimentado
mejoras sustanciales en términos de cohesión, habilidades emocionales y dinámicas
interpersonales.

Resultados finales:

 La ansiedad social se ha reducido en un 50%, con la mayoría de los miembros más


cómodos en situaciones de grupo.
 El liderazgo se ha distribuido de manera más equitativa, con todos los miembros
participando activamente en la toma de decisiones.
 La empatía ha mejorado significativamente, y el grupo ahora demuestra una mejor
capacidad para resolver conflictos sin recurrir a la hostilidad.
 La autoconfianza ha aumentado de manera general, aunque los más jóvenes siguen
necesitando apoyo individualizado.
 La resiliencia emocional del grupo ha mejorado, y ahora enfrentan situaciones
estresantes con una mayor capacidad de adaptación y cooperación.
Conclusión:

A través del enfoque de la Espiral de Cattell, el equipo de intervención ha logrado


promover mejoras significativas en la dinámica del grupo, ayudando a los adolescentes a
mejorar sus habilidades emocionales, sociales y cognitivas. La espiral permite un abordaje
flexible y en evolución, lo que es crucial cuando se trabaja con grupos complejos en
entornos vulnerables.

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