Historia y Geografía AT
Historia y Geografía AT
Historia y Geografía AT
Estrictamente hablando, la historia del AT se ubica sólo en la última parte de la Edad de Bronce y la
Edad de Hierro, pero muchas de las ideas y patrones culturales más importantes ya habían sido fijados
en los últimos siglos de la Edad de Piedra, a medida que la humanidad pasó de un estilo de vida
nómada y con base en la caza a la vida sedentaria y basada en la agricultura. Hasta donde se sabe,
este cambio se arraigó primero en el territorio mismo del «país de la Biblia», que se extiende desde la
costa marítima mediterránea de Palestina y Turquía hacia el oriente hasta el Irán actual. Este cambio
fue profundo y su efecto obligó a la gente a unirse y a aprender a cooperar unos con otros. Fue el
comienzo de la civilización y tuvo lugar en el período entre el 9000 a.C. aproximadamente y el comienzo
de la Edad de Bronce hacia el 3500 a.C.
Primero, en extensión el término «Próximo Oriente Antiguo» abarca más territorio que el Medio Oriente
actual. Siempre incluye al país de Egipto, toda Palestina y Siria a lo largo de la costa oriental del
Mediterráneo, Mesopotamia entre los ríos Tigris y Éufrates en el Irak actual, Persia (el estado moderno
de Irán) y Turquía, que fue el país de origen de varios pueblos y estados. Por derecho debería incluir a
toda Arabia, aun cuando se menciona poco en el AT y no podemos excluir totalmente a las tribus y
pueblos que frecuentemente atacaban o avanzaban hacia el Oriente Próximo provenientes de tierras
todavía más lejanas hacia el norte en el sur de Rusia. También floreció en el período antiguo antes del
1500 a.C. una civilización a lo largo del río Indo en el norte de la India, que comerciaba con occidente
especialmente en especias y hierbas.
A menudo diversos grupos étnicos vivían juntos. El mayor número pertenecía a lo que llamamos la
familia semita, una clasificación basada más que todo en el tipo de lengua que hablaban. Estos pueblos
semitas eran los acadios (babilonios y asirios), árabes, arameos, cananeos, moabitas, edomitas,
amonitas y hebreos. Los otros pueblos no eran semitas. Los más antiguos gobernantes de una ciudad-
estado en el Próximo Oriente, los sumerios, son de una familia lingüística bastante diferente de las que
hoy se conocen, mientras que los hurritas, los hititas y los persas están todos emparentados con la
familia lingüística indo-europea, de donde provienen el griego, el latín, y las lenguas germánicas. Es
posible localizar algunos grupos principalmente en un territorio geográfico, por ejemplo, los sumerios
en la baja Mesopotamia, cerca del Golfo Pérsico o los hititas en la meseta alta de Anatolia de la
Turquía actual. Pero muchos grupos étnicos eran obligados a moverse a causa de las guerras o por
necesidad buscando una tierra mejor y otros eran nómadas y no se asentaron en ningún lugar durante
mucho tiempo. Así encontramos a los hititas mencionados en la Biblia que vivían en Palestina, así como
los hurritas de la parte más al norte de Mesopotamia.
Estos grupos hablaban muchos tipos de lenguas: la egipcia, que se distinguía de las indoeuropeas, las
cuales a su vez eran diferentes de la sumeria, que a su vez se distinguía de las semíticas. Y dentro de
cada división mayor de lenguas había muchos grupos pequeños. Para el estudio del AT, la familia más
importante es la semítica, ya que la lengua del AT es principalmente el hebreo con sólo un poco de
arameo en los libros de Esdras y Daniel y griego en los libros deuterocanónicos. El hebreo estaba
estrechamente emparentado con la lengua de los cananeos, que vivían en Palestina y Siria. Todas las
tres regiones formaban parte de la familia idiomática semítica noroccidental. Unas tablillas encontradas
en las ruinas sirias de Eblá, en la ciudad costera palestinense de Ugarit y en Israel mismo han
demostrado ser tan cercanas entre sí como lo son el italiano, el español y el portugués. En cuanto a los
pequeños vecinos de Israel, Edom, Moab y Amón, sus lenguas son más que todo dialectos del hebreo.
Palestina tenía poca protección natural, ya que era sólo una franja estrecha de territorio habitado a lo
largo de la llanura costera. Formaba una vía natural para mercaderes, visitantes, peregrinos e invasores
que circulaban entre las grandes ciudades-estado de Mesopotamia y Egipto. Como era montañosa en
su mayor parte, sólo podía sostener a una modesta población que no podía esperar poder competir con
el gran número de poblaciones que podían contarse desde Egipto hasta Mesopotamia. Ya que
constituía un cruce de caminos internacional, probablemente a eso se debe directamente la alta cultura
literaria encontrada en el AT. Al parecer los autores bíblicos conocieron bien las creencias y escritos de
otras naciones, pero ellos produjeron también escritos y de pensamiento de calidad que no tienen
comparación con el resto del mundo antiguo.
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La geografía de Palestina
La geografía natural de Palestina divide el país en una serie de franjas alargadas de norte a sur con
muy pocos modos de entrar fácilmente al país de occidente a oriente. Las cuatro zonas principales son:
1. La llanura costera con suelo arenoso o pantanoso que se extiende desde el norte en forma de
una franja estrecha y se vuelve amplias áreas en el sur.
2. El país montañoso o Sefela, una serie de colinas bajas y valles arriba de la llanura costera, a
menudo apta para la cría de ovejas y cultivo de frutales, y bien poblada en la antigüedad.
3. Las montañas centrales, una franja que baja como una columna vertebral hacia la parte oriental
del país, alcanzando a veces dos mil pies (609.6 mts) de altura y escasamente poblada en los
tiempos antiguos. Jerusalén se sitúa en esta franja.
4. El valle del Jordán que es el área más baja bajo el nivel del mar y se extiende a lo largo de toda
la frontera oriental. Es interrumpido en dos ocasiones por el Lago de Galilea al norte (684 pies
bajo el nivel del mar) y el Mar Muerto en la mitad (1290 pies [394 mts] bajo el nivel del mar) los
dos lagos están conectados por el río Jordán que emplea 200 millas (322 km) para recorrer las
sesenta millas (96,6 km) entre el Lago de Galilea y el Mar Muerto, ya que tiene muchas curvas.
Abajo del Mar Muerto no corre ningún río, sino que el valle se prolonga otras 185 millas (298
km) hacia el Mar Rojo. Esta sección se llama la Arabá.
Estas franjas de norte a sur sólo son interrumpidas por el valle de Esdrelón (Jezreel) que se extiende a
través de la mitad del país justo arriba del Monte Carmelo. Es la zona más fértil para la agricultura y
siempre estuvo densamente poblada. El Monte Carmelo se asoma al Mediterráneo, interrumpiendo el
cómodo viaje arriba de la llanura costera y obligando a la gente a atravesar cerca de Meguiddo. Este
estrecho pasadizo se convirtió en el epicentro de muchas batallas para el país de Palestina y ha llegado
a ser conocido en inglés como Armageddon.
El país se puede dividir también en cuatro regiones principales que se extienden atravesando el país de
este a oeste. Estas regiones son:
1. Galilea: es una región montañosa al norte del valle de Esdrelón y que sube a las altas
montañas del Líbano.
2. Samaría: es la mitad del país y su constitución montañosa está bordeada al norte por el valle de
Esdrelón. Formaba el corazón del Reino del Norte después de los tiempos de Salomón.
3. Judá: es una mezcla de montañas altas y un área seca y desértica al oriente, pero al occidente
es el país de las montañas onduladas y amplias llanuras que producían gran cantidad de
frutales y hortalizas para el país.
4. El Neguev: es un área desértica que atraviesa toda la parte sur del país y constituye más de la
mitad del área total de Palestina. Gradualmente se convierte en el desierto de Sinaí que separa
a Palestina de Egipto. Pocos asentamientos se hicieron en el Neguev.
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B. EGIPTO
En la antigüedad, como sucede todavía hoy, los egipcios vivían sobre una franja estrecha de tierra
cultivada a lo largo de la última extensión de mil millas del Nilo, que fluye hacia el norte por unas 4000
millas desde África central hasta el Mediterráneo. La franja de tierra cultivada nunca pasa las 12 millas
al través excepto las últimas cien millas en que se expande en un delta exuberante de casi 160 millas
de ancho. Vastos desiertos de arena rodean esta pequeña tira estrecha de vida, y más allá del valle del
río sólo existen algunos oasis para abastecer a algunos pequeños asentamientos humanos. En este
mundo áspero y aparentemente hostil, surgió una de las más grandes civilizaciones antiguas, prosperó
y se mantuvo casi ininterrumpidamente durante casi 25 siglos, del 3000 a.C. al 500 a.C. Cada otoño el
río crecido por la nieve derretida de Kenya se desbordaba e inundaba el suelo cubriéndolo con una
capa de sedimentos que fertilizaban el suelo durante un año. El ritmo del río dividía el año en dos
partes: la estación de cultivo, cuando la gente trabajaba los campos, y la estación de la espera,
mientras la tierra estaba inundada. En este último período, casi todos los granjeros estaban
desocupados y los faraones los empleaban seguramente para sus enormes proyectos de construcción.
Todo dependía del río.
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Pero el desierto también era importante, porque creaba una barrera natural alrededor de Egipto que lo
protegía de las invasiones y daba a la gente un gran sentido de importancia y bienestar. Altas cadenas
de montañas de arena formaban murallas paralelas a lo largo del valle del Nilo, y así los egipcios
pensaban más en términos de norte y sur, más que de este oeste. También existían diferencias entre
los que vivían en el área del Delta, más espaciosa y abierta, y los que vivían en a lo largo de los
estrechos bancos corriente arriba. Desde el comienzo, Egipto era «Dos Tierras», el Alto y el Bajo
Egipto. Hacia el 3000 a.C. un rey del alto Egipto, Menes, conquistó a la gente del Delta, y unió el Alto y
el Bajo Egipto en una sola nación. Pero de esa época en adelante, los faraones siempre usaban dos
títulos, usaban dos coronas distintas y gobernaban dos regiones.
Aunque africanos de raza, los egipcios eran de mentalidad semita, se dirigían más a las ricas tierras del
Líbano y Palestina para el comercio y aprender nuevas ideas que a sus vecinos del sur. Barcos y
caravanas viajaban a menudo entre el Delta y Asia Menor, trayendo madera, caballos, lana teñida y
otros vestidos elegantes a Egipto y transportando de vuelta marfil, papiro, carrozas terminadas y otros
trabajos en madera.
Desde el tiempo de Manetho, un escritor griego de siglo III a.C., la historia de Egipto se ha dividido en 3
dinastías, aunque hay mucha confusión en este sistema, y su precisión no es muy alta en muchos
períodos. Pero proporciona un marco conveniente para destacar los eventos más importantes de la
historia egipcia.
Las Dinastías 1-2 van del 3000 al 2800 y representan el período en que el estado estaba desarrollando
su sistema único en el que el faraón era un hombre-dios y poseía todo el país. Las Dinastías 3-6 van del
2800 al 2200 aproximadamente y conforman el Reino Antiguo, una era de gran prosperidad y paz. Es la
época de las grandes pirámides, construidas como monumentos al culto del faraón muerto. Los trabajos
artísticos llenan los museos del mundo con estatuas de escribas, administradores, príncipes y sus
familias, todos conscientes de su importancia, serenos y optimistas respecto de la vida. Fue la edad de
oro de la vida egipcia.
Las Dinastías 7-9 son casi desconocidas y se ubican en el tiempo del Primer Período Intermedio, en
que la agitación y la caída del liderazgo central llevaron al pesimismo que marcó el carácter egipcio de
ese momento en adelante. Nunca recobraría Egipto completamente el aire del Antiguo Reino. Las
Dinastías 10-12 cubren los años 2000 a 1750 a.C. y representan el Reino Medio, cuando los
gobernantes de Tebas, una ciudad lejana arriba del Nilo, se las arreglaron para obtener el poder sobre
el país y establecieron un nuevo período de paz y riqueza. Extendió su poder hacia el sur, hasta Sudán
y organizó un área de comercio importante con las ciudades fenicias y Asia Menor. Las Dinastías 13-17
marcan el Segundo Período Intermedio, cuando las tribus y los pueblos asiáticos se trasladaron al Delta
y parte del valle del Nilo, y derrocaron a los príncipes egipcios. Llamados en egipcio Hyksos («reyes
extranjeros»), estos conquistadores semitas dominaron por 150 años más a los príncipes egipcios
rivales, hasta que una nueva dinastía en Tebas lentamente ganó poder y los hizo retroceder en
sucesivas batallas. La Dinastía 18. El fundador de la dinastía 18, Amosis I, reunificó de nuevo a Egipto
como una sola nación hacia el 1550. Bajo el mando de una serie de reyes brillantes, la dinastía extendió
las fronteras egipcias hacia el Próximo Oriente y controlaba Palestina, Líbano y la mayor parte de Siria.
Organizó bases navales a lo largo de las costas de Asia, puso guarniciones armadas y gobernadores
egipcios en importantes ciudades fortificadas e hizo frecuentes marchas de todo el ejército en todo el
territorio para mostrar su poderío. Gracias a las excelentes comunicaciones establecidas a través del
desierto del Sinaí, los faraones fueron capaces de controlar los estados asiáticos al menos durante 150
años. El más grande de los faraones de la 18ª dinastía fue Tutmosis III (1490-1436); bajo su gobierno
Egipto alcanzó el mayor poderío que jamás había alcanzado. Esto sucedió a pesar del hecho de que
tuvo que competir con un pariente mayor, Hatshepsut, que usurpó el título de rey por 18 años (1486-
1468) – ¡a pesar de ser una mujer! Fue también la dinastía de Amenhotp IV, el «rey hereje», que
comenzó una reforma radical de la religión en 1378 a.C. intentando remplazar los cientos de dioses
egipcios por una sola divinidad, adorada como el disco solar visible en el cielo, el «Aton» y se dedicó a
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los problemas internos del país, incluyendo la fundación de una nueva ciudad capital en El Amarna. El
imperio asiático comenzó a pasar muy rápidamente, y la reacción de la gente a la nueva fe fue un
rechazo violento. Su joven sobrino y sucesor, Tutankamón, sólo un niño rey, fue obligado a restaurar la
antigua fe.
La Dinastía 19 llegó al poder alrededor del año 1300 bajo Setí I y Ramsés II, dos reyes dinámicos. Ellos
reafirmaron el poder de Egipto en Asia Menor y establecieron una nueva ciudad capital justo en la
frontera del desierto del Sinaí en el área del Delta para estar más cerca de sus ejércitos en el campo. La
mayoría de los estudiosos identifica este movimiento como el trasfondo de Éxodo 1, donde Israel es
sometido a esclavitud y forzado a trabajar en la construcción de esta nueva fortaleza del Delta. Así se
acepta ampliamente que Setí I fue el faraón que esclavizó a Israel, y Ramsés II fue el faraón durante el
verdadero éxodo.
La Dinastía 20 y las sucesivas se extendieron desde el 1200 a.C. hasta la conquista de Egipto por los
griegos bajo Alejandro Magno hacia el 330 a.C. Después del siglo XIII, Egipto declinó rápidamente en
poder y apenas tenía suficiente energía para repeler las invasiones masivas de los «pueblos del mar»,
grupos de raza indoeuropea que estaban migrando a través de Turquía Grecia y las islas mediterráneas
de Creta y Chipre. La mayoría de los que fracasaron en la conquista de Egipto se establecieron a lo
largo de la costa de Palestina y llegaron a ser conocidos como los Filisteos. Estos ataques habrían
comenzado hacia la mitad del siglo XII mientras Ramsés III era el faraón.
Desde el año 1000 hasta el final del período bíblico, un faraón ocasional se las arreglaba para conseguir
suficiente fuerza y conducir un ejército contra Palestina. Pero con más frecuencia lo que mejor podían
hacer era atacar y llevarse el botín. Ninguno era capaz de sostener un imperio allí. Sheshonq (Sesac)
es mencionado en 1 Reyes 14 como el que condujo ese ataque hacia el 930 a.C., poco después de la
muerte de Salomón. Piankhi, un etíope que se había apoderado del trono egipcio, trató de luchar contra
los asirios en 700 a.C. y Necao trató de detener a los ejércitos babilonios en el 609, 605 y 601 a.C.
Ninguno tuvo éxito. Asiria atacó y gobernó en Egipto por unos pocos años después del 663 a.C., y los
persas arrasaron Egipto y lo convirtieron en una provincia en 525 a.C., mientras que los ejércitos
griegos de Alejandro conquistaban el país en 332 a.C. y el mismo Alejandro se proclamó faraón. En los
tiempos de la dominación romana, Egipto se convirtió en el principal centro agrícola y cultural de la
parte oriental del imperio.1
1) Sumer
El comienzo de la Edad de Bronce hacia el 3500 a.C. vio el nacimiento de la primera gran civilización
del mundo cuando los sumerios aparecieron de repente en la parte baja de Mesopotamia entre los ríos
Tigris y Éufrates. Se desconocen sus orígenes, pero muchas de sus tradiciones nos llevan a creer que
ellos vinieron del norte, posiblemente del país montañoso de Irán. Ellos construyeron ciudades e
iniciaron grandes proyectos de irrigación para drenar los pantanos y canalizar el agua de los ríos a los
campos secos pero cultivables que se extienden a través de las llanuras de Mesopotamia. En las
ciudades de Eridu, Uruk, Nippur y Ur se desarrollaron importantes centros de poder y de religión. La
necesidad de grandes fuerzas de trabajo para mantener el sistema de irrigación condujo a una
organización social cada vez mejor. A medida que las poblaciones crecían, asimismo crecían las
herramientas de civilización. Los sumerios inventaron la escritura hacia el 3200 a.C. así como una
avanzada matemática basada en un sistema fundado en el número 6 (más que el sistema basado en el
10 que usamos nosotros). Parece que ellos desarrollaron la carreta y el torno, así como los primeros
libros de leyes, la idea de colecciones de proverbios y dichos de sabiduría, y las escuelas formales.
Miles de tabletas sumerias con escritura en ellas se han encontrado en las ruinas de ciudades, y
muchas contienen historias de gran valor, incluyendo mitos religiosos y épica histórica sobre héroes
legendarios. De los indicios sacados de esos escritos, parece que los sumerios originalmente
gobernaban sus ciudades-estado mediante una asamblea de ciudadanos libres sacados de las
diferentes clases: ancianos, nobles, sacerdotes, etc. Había también esclavos, normalmente prisioneros
de guerra. A medida que la ciudad-estado (que incluía una ciudad grande y toda la tierra cultivable y
poblaciones que la rodeaban) se hizo más grande y más poderosa en el período del 3000 al 2400 a.C.,
la asamblea local dio vía a la idea de reyes nombrados por los dioses que gobernaban como el regente
o el delegado del dios. No cabe duda de que este cambio fue necesario por los constantes conflictos
entre ciudades que requerían fuertes líderes.
1
Una página sobre egiptología: http://www.egiptologia.com/
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Por encima de sus otros logros, no obstante, está la calidad de su arte que todavía hoy sobresale por su
frescura y vivacidad. La belleza y el cuidadoso trabajo de su orfebrería y platería todavía pueden verse
en el British Museum en la maravillosa colección de objetos sumerios reunidos de las tumbas reales de
Ur, que datan del siglo XXVII o XXVI a.C. Estos tesoros han sido reproducidos en numerosos libros de
arte para el estudiante del mundo antiguo y vale la pena buscarlos.2
2) Los acadios
La civilización sumeria estaba establecida en medio de una población más antigua de pueblos semitas
que habitaban no sólo en Mesopotamia sino también más al oeste en Arabia, Siria y Palestina. Hacia el
2400 a.C. Sargón de Acadia se convirtió en el primer gran gobernante semita en romper el poder de
Sumeria. Acadia era un pueblo en medio de Mesopotamia, y desde allí Sargón y su nieto construyeron
un imperio que se extendió hacia el occidente incluso hasta Siria. Excepto por su lengua semita, el
imperio acadio debía casi toda su cultura a los sumerios que estuvieron antes que ellos. Durante un
período del 2050 al 1950 a.C. los sumerios sí recuperaron liderazgo bajo los gobernantes de la ciudad
de Ur, pero por lo demás el pueblo semita controló a Mesopotamia durante los siguientes 1800 años –
hasta que Ciro, rey de Persia, creó su imperio en el siglo VI a.C.
Después de la caída del poder sumerio y el breve imperio de Sargón de Acadia, el norte y el sur de
Mesopotamia se desarrollaron gradualmente en diferentes direcciones. La parte sur, normalmente
llamada «Babilonia» después de la ciudad capital de la región, Babilonia, siguió siendo el centro cultural
y modelo universalmente admirado de verdadera civilización para todos los pueblos del Próximo
Oriente. La parte norte, llamada Asiria después de su poder supremo, desarrolló fuertes conexiones
comerciales con otras naciones y también un carácter más guerrero. Ambos territorios estaban
poblados por pueblos semitas estrechamente emparentados y que compartían el mismo idioma y
cultura general. En el largo período entre 2000 y 1000 a.C. Asiria nunca alcanzó es estatus de un
imperio mundial, aunque Babilonia tenía dos siglos de grandeza bajo en rey Hammurabi y sus
sucesores (1750 a 1550 a.C.). Durante la mayor parte de este período, Mesopotamia estuvo dominada
por una dinastía de reyes del extremo sur de la región, llamados Kassitas (?). En su imperio que duró
desde el 1500 al 1150 a.C., ellos mantuvieron generalmente patrones culturales de Babilonia y
contribuyeron con pocas cosas nuevas. En el primer milenio, al menos desde el 1000 al 500 a.C., las
dos naciones de Babilonia y Asiria tuvieron historias bastante diferentes.
3) Babilonia
Aunque Babilonia había alcanzado el dominio mundial bajo Hammurabi, no logró alcanzar de nuevo
verdadera independencia hasta el reinado de Nabopalasar y su hijo Nabucodonosor del 625 al 562 a.C.,
pero como la sede de la herencia sumeria y acadia fue siempre admirada y reverenciada por su arte,
literatura y ciencia. La lengua babilónica fue usada en todos los lugares del Próximo Oriente como la
lengua diplomática común entre las naciones. ¡Incluso el faraón de Egipto la usaba para escribir a las
ciudades de Palestina! Copias de sus obras maestras de literatura como la épica de Gilgamesh han
sido encontradas no sólo en Egipto y Palestina sino incluso en la capital hitita de Hattusas en el norte de
Turquía.
2
Hay un sitio en castellano con datos interesantes de Sumeria en http://www.geocities.com/juliobou/ y otros sitios bastante
completos en inglés en http://www.crystalinks.com/sumer.html. También el sitio del museo británico es excelente para saber
más sobre Egipto, Sumer y Acad: http://www.thebritishmuseum.ac.uk/index_f.html. Sobre Egipto hay muchas páginas
interesantes: un ejemplo entre muchos, http://www.mankato.msus.edu/emuseum/prehistory/egypt/maps/mainmap.html, o
bien, http://www.institutoestudiosantiguoegipto.com/mapa_indice.htm, http://egipto.com/mapa/., etc.
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4) Asiria
Asiria se convirtió en potencia mundial en el siglo X a.C. cuando comenzó a expandirse hacia el norte y
occidente y a formar un imperio basado en una triple política de 1) deportación de gente, 2) amenazas
de retaliación brutal y 3) un sistema fuertemente controlado de provincia para los países conquistados.
En el siglo IX dos reyes asirios, Asurbanipal II (888-859) y su hijo Salmanasar III (858-824) fueron
capaces de extender su poder sobre la mayor parte de Siria y así se aproximaron a las fronteras del
reino del norte de Israel. Ambos reyes se jactaban de llegar al Mediterráneo en sus campañas militares,
y Salmanasar ha dejado atrás un monumento, el famoso «obelisco negro» sobre el cual él representó a
Jehú, rey de Israel del 842-815, inclinado y ofreciendo tributo como un rey vasallo.
Del 800 al 750 Asiria fue incapaz de mantener su dominio sobre los estados sirios de Damasco, Hamat
y Calno debido a revueltas internas y reyes débiles. Pero en 745, un nuevo rey, Tiglat-Piléser III, asumió
el trono y comenzó a reorganizar su imperio y a revitalizar a su ejército. Para mantener mejor el poder
sobre los pueblos conquistados, introdujo la política de las deportaciones masivas de las ciudades
enteras después de ser tomadas. Se convirtió en una típica política asiria de ahí en adelante. Bajo una
serie de poderosos gobernantes, Asiria conformó un imperio que incluía como provincias conquistadas
a toda Babilonia, Urartu, al norte Siria y al reino del norte (de Israel) y, como estados sujetos con sus
propios reyes, a todo el Líbano, Filistea, Judá y los pequeños reinos de Edom, Moab y Amón al otro
lado del Jordán.
Desde Tiglat-Piléser en el 745 hasta la caída de Nínive en 612 que acabó con el poder asirio para
siempre, todos los gobernantes de Israel y Judá y todos los profetas estuvieron metidos en la cuestión
de las relaciones con Asiria. Los momentos más cruciales incluyen la rebelión del reino del norte y su
destrucción total por Salmanasar V y Sargón II en 722 a.C., la invasión de Judá por Senaquerib en 701
a.C. y la rebelión de Josías en el 628-622 a.C. Los documentos asirios registran muchos eventos
pertenecientes a la Biblia, como la mención de los reyes Israelitas Jehú, Morí, Ajab, Pécaj y Oseas, y de
los reyes de Judá, Ezequías y Manasés. Tal vez el más valioso e intrigante monumento es el completo
relato pictórico de la toma de la ciudad amurallada de Laquis de manos del rey Ezequías por el rey
asirio Senaquerib en 701. una vez adornó una estancia pública en Nínive y puede encontrarse hoy
reconstruido en el British Museum de Londres.
El último rey asirio fue Asurbanipal (669-632), que dejó una vasta biblioteca de obras literarias antiguas,
muchas escritas en sumerio, que él había reunido para preservar la cultura acadia. Después de su
muerte el imperio rápidamente colapsó antes de los disturbios de sus súbditos conquistados y en poder
cada vez mayor de Babilonia al sur y de los terribles medos al oriente. Hacia el 609, la nación asiria
desapareció, bajo la coalición de babilonios y medos.
5) Siria
La historia de la antigua Siria había sido desconocida hasta hace poco. Ubicada en sándwich entre
Egipto y Mesopotamia, la mayoría de los estudiosos pensaba que Siria tenía poca cultura original
propia. Los hallazgos en Ugarit en 1929, en los que se encontraron miles de tablillas anteriores al 1200
a.C. y de Eblá, una ciudad cercana, donde se han encontrado tablillas del 2400 a.C. o más antes, nos
han abierto una nueva visión de los ricos logros culturales de los pueblos semíticos occidentales. Ellos
fueron llamados Amorreos en las tablillas asirias y babilonias, pero poco se sabía de su cultura. Muchos
de los patrones épicos y culturales encontrados en Mesopotamia pudieron haberse desarrollado primero
en los estados sirios. Ciertamente los documentos escritos en ugarítico revelan una vida religiosa y
social que se ajusta al cuadro descrito por los libros bíblicos sobre los nativos cananeos de Palestina.
Ahora estamos seguros de que las ideas religiosas que los israelitas encontraron cuando entraron en
Palestina eran mucho más cercanas al pensamiento de los pueblos de Siria que a los pensamientos e
ideas de los pueblos acadios de Mesopotamia.
Ugarit era un floreciente puerto marítimo y centro de comercio. Tal vez su contribución más importante
al estudio bíblico es el significativo número de epopeyas rituales y religiosas que revelan las ideas
religiosas de los cananeos en sus propias palabras. Por primera vez, no tenemos que tratar de entender
lo que era la religión cananea a partir de los fuertes ataques de condenatorios de los profetas. Ugarit fue
destruida para siempre alrededor del 1200 a.C. por una invasión desde el mar. En sus últimos años fue
un estado vasallo del imperio hitita.
Aram representa al último grupo de las ciudades-estado sirias formadas por la gradual consolidación y
asentamiento de grupos tribales del desierto en Siria después del 1300 a.C. Los ejércitos asirios
combatieron contra estas tribus continuamente. En el siglo IX Damasco se convirtió en un importante
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reino bajo Ben Hadad y Jazael. Fue capaz de resistir el ataque de Israel (ver 1Re 20–2Re 8) y no pudo
atacar a Palestina con éxito debido a la constante amenaza de los asirios que estaban tras ellos. El
control de estos estados arameos se convirtió en el principal objetivo de la expansión asiria bajo Tiglat-
Pileser III en el siglo VIII.
Finalmente, los fenicios ocupaban las ciudades costeras de Byblos, Tiro, Sidón y Beirut. Ellos crearon
un notable centro cultural construido sobre transporte marítimo. Fenicia brindó acogida a los artesanos y
artistas que combinaban lo mejor de las artes egipcia, griega y mesopotámica en el trabajo del metal y
del marfil. Desarrolló un comercio marítimo mundial de toda clase de bienes y fundó colonias
comerciales en lugares apartados como España y Cerdeña. Ellos desarrollaron el alfabeto, un avance
importantísimo sobre la rudimentaria escritura cuneiforme de los babilonios, que requerían de cientos de
signos para leer o escribir. Su simple sistema de vocales y consonantes fue prestado de los griegos
hacia el 1000 a.C. y así llegó hasta nosotros hoy como la base de nuestro lenguaje escrito. El auge de
la cultura fenicia y su éxito comercial tuvieron lugar en el siglo X y IX a.C. Pero era todavía una potencia
comercial incluso en el siglo VI a.C., ya que podemos descubrir en las dramáticas condenaciones del
profeta Ezequiel a Tito y Sidón (ver Ez 26–28).
6) Los filisteos
Los filisteos son primero se encuentran en la tierra de Palestina (que más tarde recibió su nombre de
ellos) aproximadamente en la misma época en que Israel empieza su conquista, esto es, hacia el 1200
a.C. los egipcios registraron ataques de un grupo llamados los «pueblos del mar» a comienzos del siglo
XII. Ellos representan una ola de invasores que no eran semitas sino que vinieron a través de Grecia,
Turquía occidental y la isla de Creta y otros lugares a Palestina. Sus orígenes estaban en la región sur
de Rusia. Algunas tribus ya habían servido como soldados mercenarios en el ejército egipcio antes de
que comenzaran las mayores olas de invasión.
En Palestina, los invasores filisteos se instalaron a lo largo de la zona costera del sur y formaron una
estrecha alianza de cinco ciudades: Ekrón, Ashdod, Ascalón, Gaza y Gat. Esto sucedió hacia la época
en que la tradición israelita sitúa la conquista de Josué y la lucha de Israel bajo la guía de los Jueces
por el control de las montañas del país. Por un tiempo ellos vivieron en paz, pero hacia el final del
período de los Jueces, hacia el 1050 a.C. más o menos, tuvo lugar una expansión de los filisteos hacia
las colinas donde Israel se había establecido. Israel sufrió varias derrotas importantes, incluso la
pérdida del arca de la alianza en la batalla de Ebenezer. Los colonizadores filisteos se internaron en la
región agrícola más importante del valle de Esdrelón y en el país montañoso de Judá. Las crisis
causadas por los ataques hicieron que Israel deseara tener un rey en tiempos de Samuel. La historia de
Saúl y David en los libros de 1 y 2 Samuel está estrechamente vinculada con la tarea de repeler a los
filisteos.
Una razón para el éxito de ese grupo relativamente pequeño de gente era que conocían la fabricación
del hierro. El uso del hierro para las armas era muy superior a las lanzas y espadas de blando cobre
empleadas por los demás habitantes cananeos, y los «pueblos del mar» habían traído consigo ese
conocimiento como un secreto bien guardado. Ellos lo habían aprendido de los hititas de Turquía, que
primero habían descubierto cómo trabajar el mineral de hierro en gran escala en el siglo XIV a.C. Pero
poco a poco su conocimiento se extendió incluso a Israel.
El rey David fue capaz de hacer de las ciudades filisteas sus súbditas, pero después de la muerte de
Salomón en 930 a.C. ellas volvieron a recobrar su independencia y existieron independientemente
hasta las invasiones asirias del siglo VIII a.C., aunque ellas nunca fueron de nuevo suficientemente
fuertes para amenazar a Judá y a Israel.
Edom estaba habitado por grupos tribales estrechamente emparentados con los árabes. La historia de
Esaú y Jacob en la Biblia hace a Esaú el padre de Edom y así identifica a los edomitas como hermanos
de sangre de los israelitas. El territorio de Edom se extiende desde el Mar Muerto al sur a lo largo del
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valle que termina en el Mar Rojo, llamado “la Arabá”. A pesar de la relación tradicional entre Esaú y
jacob, el conflicto con Edom era constante en el período de los reyes. Saúl, David, Salomón, Amasías y
Azarías, todos ellos combatieron y dominaron a los edomitas, pero otros varios pasajes sugieren que a
menudo se devolvía la pelota (cf las profecías de Abdías, Jeremías 49 y Ezequiel 35). El salmo 137
muestra un odio tan apasionado contra los edomitas que tenemos que suponer que Israel y Edom se
consideraban entre sí grandes enemigos.
Moab queda al norte de Edom, al otro lado del Mar Muerto arriba en el valle del río Arnón. Fue habitada
en la misma época que Edom por una nación semita que adoraba al dios Kemosh. El rey David la
conquistó muy pronto cuando llegó a ser rey y fue parte del reino de Salomón. Cien años después
sabemos a partir del importante hallazgo de una crónica de su rey Mesha, la llamada «piedra moabita»
o estela de Mesha, que todavía era gobernada por los reyes del reino del norte. Mesha obtuvo la
libertad para Moab pero los conflictos con los reinos israelitas continuaron. Moab regularmente
reclamaba las tierras de Galaad y Heshbón al norte del río Arnón, que también eran tierras reclamadas
tradicionalmente por las tribus israelitas. Por esta causa y por la oposición israelita a los ritos religiosos
moabitas en honor de Kemosh, que incluían sacrificios de niños (ver en especial 2 Re 3,4-27), los
profetas denuncian a Moab intensamente. Ver Is 15, Jer 48 o Am 2.
Amón queda encima de Moab entre los ríos Arnón y Yabbok sobre el costado del Jordán. Su capital era
Rabat-Ammón, la misma Ammán actual, la capital de Jordania moderna. Los amonitas, o como son
llamados más frecuentemente en el AT, «los hijos de Amón», eran una tribu aramea que ocupó la tierra
en el siglo XII a.C. y, como sus vecinos, tuvo una larga historia de conflicto con los israelitas al otro lado
del río Jordán. Varias historias muy conocidas de estas guerras se narran en la Biblia. El libro de los
Jueces narra cómo Ehud salvó a las tribus del gobierno de Eglón, rey de Moab y sus aliados amonitas
(Jue 3,12-30). Saúl derrotó a los amonitas en la batalla de Yabés de Galaad (1 Sam 11,1-11), y David
casi arrasó el país para vengar la burla y la humillación que los amonitas mostraron hacia sus
embajadores de buena voluntad (2Sam 10 y 12). Los asirios redujeron a Amón así como a Edom y a
Moab, a la condición de vasallos, pero cuando Judá estaba debilitada por los ataques del 598 a.C., los
amonitas sacaron ventaja de la situación para atacar el territorio israelita.
1) Los hititas
Los hititas eran un pueblo no semita que construyeron un extenso imperio en el área de la actual
Turquía en el período desde 1500 al 1200 a.C. Su capital estaba cerca de la Ankara moderna y se
llamaba Hattusas (actualmente Boghazkale). El imperio se deshizo en el mismo período de
florecimiento de los jueces de Israel, posiblemente bajo la presión de invasores del norte, entre los
cuales habrían estado las mismas tribus conocidas en Egipto y Palestina como «los pueblos del mar».
Todavía se pueden visitar en Turquía extensos restos de ciudades hititas y se ha encontrado un
conjunto de mitos y escritos religiosos que se asemejan mucho a los antiguos mitos griegos de Zeus y
los dioses, sugiriendo que los hititas eran un pueblo ario, es decir, indoeuropeo, como los griegos.
Debido a sus conquistas en Siria e incluso una vez en Babilonia (hacia el 1550 a.C.), ellos tomaron
prestado muchísimo de las culturas de Mesopotamia y Canaán-Siria en cuanto a arte y a épica
religiosa. Varias veces la Biblia resalta a los hititas entre los pueblos de Canaán (Ex 3,8; 23,23; Jos 9,1).
Estos eran muy probablemente pequeños grupos que habían emigrado al sur como exiliados cuando
las ciudades hititas del norte de Siria fueron conquistadas por los arameos u otros invasores.
2) Persia
El moderno Irán, al oriente de Mesopotamia, era la patria de dos poderosos grupos nacionales, los
medos en el norte y los persas en el sur. Hay rastros de arte en cerámica y de trabajos en metal
altamente desarrollados que se remontan al tercer milenio antes de Cristo, pero la influencia de estas
naciones no fue sentida por Israel hasta la época del exilio a finales del siglo VI. Los medos se aliaron
con Babilonia para derrocar a los asirios del 614 al 609 a.C., pero su poderío duró sólo un breve tiempo
ya que ellos pronto cayeron víctimas de la victoria de Ciro de Persia, que antes era su súbdito, hacia el
550 a.C.
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Ciro no sólo siguió con la conquista de Babilonia sino que fue capaz de crear un imperio que se
extendía desde la India hasta las fronteras de Grecia. A diferencia de las tácticas de terror usadas por
Asiria y Babilonia para controlar a los pequeños estados, Ciro organizó su imperio en satrapías o
provincias gigantes con gobernadores locales que compartían el poder con oficiales persas. Él siguió la
política de dejar que cada pueblo sujeto conservara sus propias costumbres y su religión propia, pero
construyeron un elaborado sistema de carreteras y comunicaciones para unir a las diferentes regiones
con sus tres capitales en Susa, Persépolis y Ecbatana en Irán.
La religión persa fue fundada por Zoroastro, a principios del siglo VI a.C. Era una combinación del culto
a una sola divinidad, Ahura Mazda, y la creencia en un enorme sistema de fuerzas buenas y malas que
afectaban la vida humana. Muchas de las ideas más importantes de la fe zoroástrica influenciaron
creencias posteriores. Mitra, el jefe de las fuerzas del bien, se convirtió en el dios favorito del paganismo
romano, y las ideas de cielo, infierno, ángeles, un juicio final y otras doctrinas judeo-cristianas fueron
coloreadas por descripciones similares del pensamiento persa.
Los dos siglos de gobierno persa del 539 al 333 a.C. fueron un período de relativa quietud y estabilidad
en occidente, y así dejó poca huella en los escritos del AT. De hecho, los últimos años de control persa
del 450 al 330 a.C. son los años que menos se conocen de la historia bíblica.
3) Grecia
Alejandro Magno pudo ganar el control de las ciudades griegas hacia el 336 a.C. y en tres años reunió
un ejército con movilidad, usando la nueva técnica de la falange, y creó entre sus tropas entusiasmo
suficiente para desestabilizar a los grandes ejércitos de las satrapías persas. En el breve período de 10
años, del 332 al 323, Alejandro conquistó todo el reino persa hasta el río Ganges en la India. Fundó
colonias griegas en todo el Próximo Oriente comenzando el proceso de obligar a observar las
costumbres y los valores griegos en el Oriente. Después de su muerte prematura a la edad de 33 años
en 323, sus generales dividieron su imperio y continuaron este proceso de helenización del oriente. Los
escritos bíblicos tardíos muestran las profundas intrusiones que la cultura griega hizo en este período.
En el siglo II a.C., el griego era el idioma universal entre las naciones en todo el Oriente Próximo, y
ninguna nación logró escapara su influencia en arte, política, religión y filosofía.