Virtualia 10 - Ruiz, Graciela

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Julio - Agosto 2004 • Año III • Número 10

SUMARIO
#10 Julio / Agosto
2004
DEBATES
De la utilidad social de la escucha ¿El psicoanálisis está bajo amenaza?
Por Jacques-Alain Miller Por Leonardo Gorostiza

“Para mí, ser lacaniano es ser Los embrollos de las regulaciones


Por Ricardo D. Seldes
hiperfreudiano”
Entrevista a François Leguil en la revista de APA El movimiento psi y el psicoanálisis en
Por Eva Ponce De León, Carlos Weisse y Claudia Borensz-
tejn Brasil
Por Elisa Alvarenga
Una polémica que llegó al consultorio
Por Graciela Brodsky

APORTES
Sexo y lógica en la escritura ¿Es posible pensar el holding de Win-
de Lewis Carroll nicott en relación con la posición del
Por Heloisa Caldas
analista en el contexto del psicoanáli-
La cuestión preliminar en la época del sis lacaniano?
Por Astrid Àlvarez de la Roche
Otro que no existe
Por Massimo Recalcati
Acción Lacaniana en Santa Fe
Por Marcela Romero
La actualidad de la transferencia
Por Monica Prandi

JORNADAS ANUALES DE LA EOL LA OPINIÓN ILUSTRADA


Angustias actuales Relaciones Perdidas
Por Deborah Fleischer Por Carol Damian

COMENTARIOS DE LIBROS
Nuevos síntomas, nuevas angustias
Por Graciela Ruiz Condiciones de la práctica analítica
de Samuel Basz, Colección Diva, 2004
La angustia y la certeza Por Anibal Leserre
Por Ricardo Seldes
El psicoanálisis con niño. Los funda-
PUNTUACIONES
mentos de la práctica
Lo singular en la resonancia Comp.: Silvia Salman, Grama ediciones, 2004.
Por Silvia Salman Por Karina Lipzer

Verdad y crueldad La urgencia generalizada


Por Patricio Alvarez Comp.: Guillermo Belaga, Grama ediciones, 2004
Por Viviana Frutchnicht
El porvenir del Síntoma o El Síntoma
como porvenir
Por Norah Pérez

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#10 Julio / Agosto - 2004

Jornadas anuales de la EOL


Nuevos síntomas, nuevas angustias
Por Graciela Ruiz

¿Qué hay de nuevo?


¿Hay algo de nuevo en la fórmula “ nuevos síntomas”?
En el año 1997, J.-A. Miller dictó tres conferencias en Brasil justamente dedicadas a tratar “las nuevas formas del síntoma.”
Han pasado siete años ¿siguen siendo nuevos o dejaron de serlo?
“Rasgo psicológico de la época, nuestro ritmo interno exige períodos cada vez más breves en el cambio de las impresiones.
El tempo impaciente de la vida moderna indica el ansías de un rápido cambio de los contenidos cualitativos de la vida”
dice Georg Simmel (1858-1918).
“Cada día algo nuevo se mantiene nuevo menos y menos tiempo,se vuelve obsoleto cada vez más rápido” . “es una exigencia
superyoica de la cultura demandar lo nuevo. Lo nuevo es el síntoma en la cultura actual.” Es una exigencia siniestra que J.-
A.Miller relaciona con la muerte.
Este síntoma encuentra su expresión en el rechazo a envejecer, la valoración de la juventud. La inquietud del sujeto por no
volverse el mismo un objeto obsoleto.
El sentimiento de culpabilidad al no poder satisfacer estas exigencias no es ajeno al estado de depresión.
Aquellos que manipulan el goce en función del consumo saben del poder de venta de la palabra “nuevo”.
La importancia de lo nuevo se relaciona con la perdida de la fuerza de las grandes convicciones permanentes e incuestionables.
Pérdida que implica la ruptura con el pasado, en cuya consumación se esfuerza la humanidad civilizada desde hace más de dos
siglos.
La relación del psicoanálisis con lo nuevo lleva la marca del descubrimiento freudiano en el cual es finalmente lo antiguo y lo
obsoleto lo más activo. Por lo que J.-A. Miller recomienda a los psicoanalistas matizar el sentido de lo nuevo. Con el ejemplo
del cometa nos indica que hay un real en el síntoma, evocado en ese real del cometa (inconmovible en su regularidad de ciclos
de 4000 años) al que se le atribuyen nuevos nombre y nuevos presagios o sea nuevos sentidos- significante que por supuesto
no alteran en nada su existencia.
Estamos familiarizados con la expresión “nuevos síntomas” y al escucharla evocamos: toxicomanía, anorexia, bulimia, depre-
sión etc.
Los asociamos con el estado actual de la cultura: con el consumo, el derecho al goce, la cultura del narcisismo, la declinación
de la función paterna, “fragmentación del lazo social” dice Lacan, crisis de la familia tipo, etc...
Al mismo tiempo sentimos que el abordaje de estos temas nos deslizan hacia una significación generalizada del síntoma que
nos aleja del sentido estricto del síntoma en psicoanálisis. Porque en el psicoanálisis no hay síntoma que no sea nuevo, único e
irrepetible en el nivel de la articulación singular que el sujeto hace entre significante y goce. Perspectiva que no debemos dejar
de lado.
Pero pensemos con Lacan que toda desviación señala razones de estructura. La utilización de significantes tales como: toxi-
comanía, anorexia, bulimia para referirnos a los “síntomas nuevos” señala la dificultad de encontrar en el sujeto mismo los
propios significantes amos.
De hecho, la referencia a la declinación del significante amo es una manera de hablar de la declinación de la función paterna.
Sabemos que es en el discurso del amo donde Lacan ubica el pasaje de la ley edípica en su forma de mito a la estructura. El dis-
curso amo puede leerse o traducirse como efecto de castración en tanto hace depender de la estructuración del mundo de los
significante o sea del saber, o sea del nombre del padre, una pérdida de goce y una forma acotada de recuperación. Se instalan
así las condiciones de la represión, de la identificación y de la repetición neurótica.

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#10 Julio / Agosto - 2004

El S1 es el agente de la castración, de su declinación deducimos una perturbación en el agente y en la eficacia de la función de


la castración misma, por lo tanto también implica una cierta laxitud en la represión y en la identificación. La declinación del
discurso amo acompañada de la instalación del discurso capitalista, es el parámetro con el cual pensamos la instalación de los
nuevos síntomas. J.-A. Miller considera al discurso del amo como preposmoderno. (El inconsciente es político, publicado en
revista Lacaniana de psicoanálisis).
Justamente en este texto del 97, él ubica la manifestación de lo nuevo en dos puntos. 1) El aflojamiento de ciertas condiciones
culturales que corren del centro de la escena al mecanismo de la represión. La consecuencia de esto es que hay un goce que no
pasa por el Otro. Y que converge en lo que él llama “síntomas mudos”.
2)La novedad es que estos síntomas son ahora llevados a la escucha psi. Notarán que se abre todo un tema con esta expresión
de los “síntomas mudos”, síntomas que no pasan por el Otro. Que nos proyectan sobre la última enseñanza de Lacan.
El punto novedoso y hasta ahora no explorado es el tema de la angustia en las condiciones actuales. O sea ese punto previo a la
instalación de los “síntomas mudos” ¿Qué particularidad encontramos en esta angustia contemporánea? ¿ el sujeto actual está
más expuesto a la angustia? Por lo que mencionábamos anteriormente, ¿se trata de una angustia que no refiere a la angustia de
castración?
¿El sujeto actual soporta menos la angustia?
“La dificultad de la angustia es correlativa de la dificultad de conjugar al sujeto con lo real” dice Lacan (El Seminario XI)
¿Existe un nuevo estatuto de ese real? ¿Qué nos autoriza a pensar en nuevas angustias?
Nos inclinamos a pensar que la estofa de la angustia no cambia por más que el discurso médico se encargue de rebautizarla con
diagnósticos novedosos. El “ataque de pánico” es como el “Hale Bopp” el nombre del cometa.
Pero sí, podremos preguntarnos sobre las condiciones actuales de su aparición, condiciones que plantean dificultades a su trata-
miento, por lo menos en cuanto al tratamiento psicoanalítico.
Para responder algunas de estas preguntas. El seminario de Guy Trobas, (publicado en Logos I) [1], parece muy pertinente. El
toma especialmente la perspectiva freudiana de “Inhibición, síntoma y angustia”.
Partiendo del declive del agente de la castración Trobas plantea que esto altera la secuencia: 1) angustia de castración que lleva
a 2) la represión, que es el mecanismo más eficaz en el tratamiento de la angustia. La represión elabora, transforma y baja el
nivel de la angustia. La ausencia de estos mecanismos obstaculizan diríamos con Lacan “el pasaje de goce al inconsciente”.
No se hace pasar al goce por el campo del Otro.
Las patologías no tendrían entonces síntomas en el sentido freudiano, es decir, tomando al síntoma como el resultado de la
represión y el retorno de lo reprimido. Al no mediar el procedimiento de la represión, estos síntomas modernos, “tienen en su
mayoría de manera manifiesta o velada una relación íntima con la angustia”.
En este texto G. Trobas define a la depresión como más allá de la angustia, cuando el sujeto no logra resolverla y solo quiere
protegerse de ella.
“Solo protegerse de ella” nos remite a la cobardía moral de la que habla Lacan.

La mujer es más angustiada


Para introducir a uno de los temas propuestos para la Jornada, recordemos el comentario de J. Lacan.
“... Kierkegaard puede decir algo singular y profundamente justo: que la mujer es más angustiada que el hombre. Como sería
esto posible, si en ese nivel central la angustia no estuviera hecha precisamente, y como tal, de la relación con el deseo del
Otro.” (Lacan Seminario X, clase del 3 de julio de l963).
La mujer, si bien no sufre la angustia de castración (de la misma manera que el hombre), es más angustiada por su dependencia
esencial al deseo del Otro.

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#10 Julio / Agosto - 2004

Kierkegaard vivió en la primer mitad del 1800, hace más de cuarenta años, Lacan encontró justa su afirmación. Parecería intere-
sante, en este intento que haremos para reconstruir “la máquina original de la civilización actual” ( J.-A.Miller El inconsciente
es político), verificar la vigencia de la relación del ser de la mujer con la angustia.
Por un lado, debemos considerar la afirmación de J.-A. Miller. “en la época de la globalización, la estructura del todo cedió
lugar a la del no-todo”... “Con el ascenso de los valores femeninos”. Por el otro lado, en los síntomas actuales que presentan
las mujeres, parece haber una relación más estrecha con la complicación que les acarrea el acceso a nuevos valores fálicos:
conflicto entre trabajo y vida afectiva, degradación de la vida erótica femenina. Inhibiciones, procastinación y dudas frente
al poder contemporáneo que tiene la mujer sobre las elecciones de las cosas esenciales de la vida. (Mujeres contemporáneas,
Actas II Jornada del Seminario Hispanohablante de Paris, 1995 ).
¿Es posible, frente a esta problématica, seguir diciendo “la mujer es más angustiada”?

Notas
1- Guy Trobas, Tres respuestas del sujeto ante la angustia: Inhibición, pasaje al acto y acting out, Logos I, Nel Miami, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2003

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